Procesal Penal Tomas Galvez
Procesal Penal Tomas Galvez
Procesal Penal Tomas Galvez
William Rabana
Hamilton Casti
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EL CÓDIGO
PROCESAL PENAL
coMEViAmosDEsaapTrvos,
EXPUcmvosYCRfncos
EDICIÓN
CORREGIDA Y AUMENTADA
JURISTA
INSTITUTO DERECHO V JUSTICIA H'IW'WH
Investigación del INSTITUTO DERECHO Y JUSTICIA
LIMA
Jr. Miguel Aljovín N° 201
Teléfonos: 427-6688 - 428-1072
Telefax: 426-6303
SUCURSALES:
TRUJILLO
Jr. Bolívar N° 542
Telf.: (044) 200785
AREQUIPA
Calle Colón N° 127 - Cercado
(054) 203794
ISBN: 978-9972-229-44-2
Composición y Diagramación
Víctor Arrascue Cárdenas
A mi madre, Rosa Villegas Becerra
[in memorían/);
mi esposa Susana Ivonne Guerrero López,
por su inmenso amor ;
y a mi hijo Renato Tomás,
fuente de esperanza.
TOMÁS ALADINO GALVEZ VILLEGAS
5
Introducción
Art. Pág.
TÍTULO PRELIMINAR i-X 17
LIBRO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES ,
SECCIÓN I
LA ACCIÓN PENAL r 87
SECCIÓN II
LA ACCIÓN dVTL ir 121
SECCIÓN DI
LA JURISDICCIÓN Y COMPETENCU 16° 149
TfrULOI
LA JURISDICCIÓN 16° 150
TÍTULO II
LA COMPETENCIA 19» 155
• CAPÍTULO I
UCOMPETENCIAPORELTERRm)RIO 21° 156
• CAPÍTULO D
U COMPETENCIA OBJEITVAYFUNCIONAL 26° 164
• CAPÍTULO DI
UCOMPETENCIAPORCONEXIÓN 31° 171
TÍTULO III
CONCURSO PROCESAL DE DELITOS 33 o 175
7
índice General
TÍTULO IV
CUESTIONES DE COMPETENCIA 176
• CAPÍTULO I
IADECUNiCTORIADECOMPETENCIA 34° 179
• CAPÍTULO n
LATRANSFERENCIADE COMPETENCIA 39° 182
• CAPÍTULO DI
LA CONTIENDA DE COMPETENCIA 42° 186
• CAPÍTULO TV
IAACUMULACIÓN 46» 191
• CAPÍrULOV
UINHffilCIÓNYRECUSACIÓN 53» 197
SECCIÓN TV
EL MINISTERIO PÚBLICO Y LOS DEMÁS SUJETOS PROCESALES 209
TÍTULO I
EL MINISTERIO PÚBLICO Y LA POUCÍA NACIONAL 209
• CAPÍTULO I
ELMMSTERIO PÚBLICO 60° 209
• CAPÍTULO D
IAPOLICÍA 67° 226
TÍrULOH
EL IMPUTADO Y EL ABOGADO DEFENSOR 239
• CAPÍTULO I
ELIMPUTADO 71» 239
• CAPÍTULO II
EL ABOGADO DEFENSOR 80° 247
• CAPÍTULO ffl
IADECLARACIÓNDELIMPUTADO 86° 250
- TÍTULO III
LAS PERSONAS JURÍDICAS 90» 256
- TíruLorv
LA VÍCTIMA 265
• CAPÍTULO I
ELAGRAVIADO 94» 268
8
índice General
• CAPÍTULO n
ELACTORCML 98° 271
• CAPÍTULO m
ElQlJERELLAlVrEPARnCULAR 107° 278
- Tfiraov
EL TERCERO CIVIL 111° 281
LIBRO SEGUNDO
LA ACTIVIDAD PROCESAL
SECCIÓN I
PRECEPTOS GENERALES 295
TÍTULO I
LAS ACTUACIONES PROCESALES 295
• CAPÍTULO I
LASFORMAUDADES 114° 295
• CAPÍTULO H
LASACTAS 120° 302
• CAPÍTULO m
LASDISPOSICIOINESYLASRESOLUCIONES 122° 306
• CAPÍTULO IV
LASNOnnCACIONESYClTACIONES 127° 313
• CAPíruLov
COMUNICAaÓNESrTREAUTORIDADES 132° 319
• CAPÍTULO VI
UFORMAaÓNDFXFJO>miBVrenSCALYJUDICIAL 134° 324
TÍTULO II
LOS PLAZOS 142° 335
TÍTULO ffl
LA NULIDAD 149° 343
SECCIONO
LA PRUEBA. 353
TÍTULO I
PRECEPTOS GENERALES 353
TÍTULO II
LOS MEDIOS DE PRUEBA 361
9
índice General
CAPÍTULO I
LACONíESIÓN 160° 36l
CAPÍTULO D
ELTESTIMONIO 162° 364
CAPÍTULO m
LAPERICIA 172° 373
CAPÍTULO IV
ELCAREO 182° 382
CAPÍTULO V
LAPRUÉBADOCUMEOTAL 184° 382
CAPÍTULO VI
LOS OTROS MEDIOS DE PRUEBA 389
Subcapftulol
El reconocimiento 189° 389
Subcapftulo n
La inspección judicial y la reconstrucción 192° 393
Subcapítulo DJ
Las pruebas especiales 195° 395
TíruLom
LA BÚSQUEDA DE PRUEBAS Y RESTRICCIÓN DE DERECHOS 403
• CAPÍTULO I
PRECEPTOSGENERALES 202° 408
• CAPÍTULO n
ELCONTROLDE IDEINTIDAD YLAVIDEOVIGILANCIA 412
Subcapítulo I
El control de identidad policial 205° 412
Subcapítulo D
Lavideovigilancia 207° 418
• CAPÍTULO m
LASPESQUISAS 208° 423
• CAPÍTULO IV
IAMERVENCIÓN CORPORAL 211° 429
• CAPÍrULOV
ELAIMNAME3VTO 214° 438
10
índice General
• CAPÍTULOVI
UEXHIBICIÓNFORZOZAYUINCAUEVCIÓN 443
Subcapítulo I
La exhibición e incautación de bienes 218° 452
Subcapítulo II
La exhibición e incautación de actuaciones y documentos no privados 224° 460
• CAPfnjLovn
ELCOlVmOLDECOMIMaCIONESYDOCIJMENTOSPRIVADOS 465
Subcapítulo I
La interceptación e incautación postal 226° 468
Subcapítulo II
La intervención de comunicaciones y telecomunicaciones 230° 474
Subcapítulo ffl
El aseguramiento e incautación de documentos privados 232° 479
• CAPÍTULO VID
EL UWANTAMIENTO DEL SECRETO BANCARIO Y DE U RESERVA TRIBU
TARIA 235° 483
• CAPÍTULO LX
UCMUSIJM0VIGILANCIADEIX)CALESEIINM0VILIZACIÓN 237° 494
TÍTULO IV
LA PRUEBA ANTICIPADA 242° 498
TÍIULOV
LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN 247 507
SECCIÓN D3
LAS MEDIDAS DE COERCIÓN PROCESAL 517
TÍTULOI
PRECEPTOS GENERALES 253° 517
TfruLon
LA DETENCIÓN 259° 525
TÍTULO Lü
LA PRISIÓN PREVENTIVA 542
• CAPÍTULO I
WSPRESUPUESTOSDELAPRISIÓNPREVENnVA 268° 544
11
índice General
• CAPÍTULO n
UDUMCIÓNDEUPRISIÓNPREVENITVA 272° 555
• CAPÍTULO III
UIMPUGNACIÓNDEUPRISIÓNPREVENTIVA 278? 564
• CAPÍTULO IV
UREVOCATORlADEUCOMPARECENCIAroRPiaSIÓNPREVEIVnVA... 279° 565
• CAPfrULOV
IAINCOMUNICACIÓN 280° 567
• CAPÍTULO VI
UCESACIÓNDELAPRISIÓNPREVENTIVA 283° 569
TÍTULO IV
LA COMPARECENCIA 286° 574
TÍTULOV
LA INTERNACIÓN PREVENTIVA 293° 589
TÍTULO VI
EL IMPEDIMENTO DE SALIDA 295° 593
TÍTULO VD
LA SUSPENSIÓN PREVENTIVA DE DERECHOS 296° 596
TfTULOVffl
EL EMBARGO 302° 601
TÍTULO DI
OTRAS MEDIDAS REALES 310° 625
TÍTULO X
LA INCAUTACIÓN 316° 637
LIBRO TERCERO
EL PROCESO COMÚN
SECCIÓN I
LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA 651
TÍrULOI
NORMAS GENERALES 321° 651
TÍTULO n
LA DENUNCIA Y LOS ACTOS INICIALES DE LA INVESTIGACIÓN 660
CAPÍTULO I
IADENUNCIA 326° 660
12
índice General
CAPÍTULO n
ACTOSMCIALESDEUUNVESTIGACIÓN 329° 663
TÍTULO DI
LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA 334° 667
TÍTULO IV
LOS ACTOS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN 340" 677
TÍrULOV
CONCLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA 342° 685
SECCIÓN D
LA ETAPA INTERMEDIA 687
TÍTULOI
EL SOBRESEIMIENTO 344° 689
TíruLon
LA ACUSACIÓN 349° 694
TÍTULO LU
EL AUTO DE ENJUICIAMIENTO 353° 704
TÍTULO TV
EL AUTO DE CITACIÓN AJUICIO 355° 707
SECCIÓN Til
EL JUZGAMIENTO 709
TÍTULOI
PRECEPTOS GENERALES 356° 711
TÍTULO D
LA PREPARACIÓN DEL DEBATE 367° 726
TÍTULO LTI
EL DESARROLLO DEL JUICIO 371° 729
TTTULOIV
LA ACTUACIÓN PROBATORIA 375° 735
TfrULOV
LOS ALEGATOS FINALES 386° 748
TÍTULO VI
LA DELIBERACIÓN Y LA SENTENCIA 392° 753
13
índice General
LIBRO CUARTO
LA IMPUGNACIÓN
SECCIÓN I
PRECEPTOS GENERALES 404° 775
SECCIÓN II
LOS RECURSOS 413» 789
SECCIÓN m
EL RECURSO DE REPOSICIÓN 415° 791
SECCIÓN IV
EL RECURSO DE APELACIÓN 793
TfrULOI
PRECEPTOS GENERALES 416° 793
TÍTULO n
LA APELACIÓN DE AUTOS 420» 794
TÍTULO Lü
LA APELACIÓN DE SENTENCIAS 421° 796
SECCIÓN V
EL RECURSO DE CASACIÓN 427° 803
SECCIÓN VI
EL RECURSO DE QUEJA 437» 815
SECCIÓN VD
LA ACCIÓN DE REVISIÓN 439° 817
LIBRO QUINTO
LOS PROCESOS ESPECIALES
SECCIÓN I
EL PROCESO INMEDIATO 446 o 829
SECCIÓN D
EL PROCESO POR RAZÓN DE LA FUNCIÓN PÚBUCA 449° 835
TÍTULO I
EL PROCESO PORDELITOS DE FUNCIÓN ATRIBUIDOS A ALTOS FUNCIONARIOS
PÚBLICOS 449 o 853
TÍTULO O
EL PROCESO POR DELITOS COMUNES ATRIBUIDOS A CONGRESISTAS
Y OTROS ALTOS FUNCIONARIOS 452° 865
14
índice General
TÍTULO m
EL PROCESO POR DELITOS DE FUNCIÓN ATRIBUIDOS A OTROS FUN
CIONARIOS PÚBLICOS 454° 868
SECCIÓN m
EL PROCESO DE SEGURIDAD 456° 871
SECCIÓN TV
PROCESO POR DELITO DE EJERCICIO PRIVADO DE LA ACCIÓN PENAL . . 4 5 9 ° 879
SECCIÓN V
EL PROCESO DE TERMINACIÓN ANTICIPADA 468° 885
SECCIÓN VI
PROCESO POR COLABORACIÓN EFICAZ 472° 891
SECCIÓN VD
EL PROCESO POR FALTAS 482° 905
LIBRO SEXTO
LA EJECUCIÓN Y LAS COSÍAS
SECCIÓN I
LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA 488° 913
SECCIONO
LAS COSTAS 497° 929
LIBRO SÉPTIMO
LA COOPERACIÓN JUDICIAL INTERNACIONAL
SECCIÓN I
PRECEPTOS GENERALES 508° 949
SECCIONO
LA EXTRADICIÓN 513° 955
TrruLOi
CONDICIONES GENERALES 513° 955
TÍTULO II
LA EXTRADICIÓN PASIVA 516° 964
TÍTULO m
LA EXTRADICIÓN ACTIVA 525° 979
SECCIÓN m
LA ASISTENCIA JUDICIAL INTERNACIONAL 528° 985
15
índice General
SECCIÓN IV
LAS DILIGENCIAS EN EL EXTERIOR 538" 997
SECCIÓN V
EL CUMPLIMIENTO DE CONDENAS 540? 1003
TÍTULO I
LAS PENAS Y LAS MEDIDAS PRIVATIVAS DE LIBERTAD EFECTIVAS.... 540° 1003
TÍTULO II
LAS OTRAS PENAS Y MEDIDAS DE SEGURIDAD 545° 1009
SECCIÓN VI
LA ENTREGA VIGILADA 550° 1015
SECCIÓN VD
COOPERACIÓN CON LA CORTE PENAL INTERNACIONAL 554° 1019
TÍTULO I
ASPECTOS GENERALES 554° 1019
TÍTULO D
LA DETENCIÓN Y ENTREGA DE PERSONAS Y LA DETENCIÓN PROVI
SIONAL 55T 1028
TÍTULO m
LOS DEMÁS ACTOS DE COOPERACIÓN 562° 1034
TÍTULO IV
BIBLIOGRAFÍA 1045
16
TÍTULO
PRELIMINAR
"Sk COMEMTARIO
1. JUSTICIA PENAL
El numeral 1) de este artículo se refiere a la justicia penal no como abs
tracción o categoría filosófica, sino más bien a la forma como se debe impar
tir o administrar en materia criminal.
17
API. I Título Preliminar
18
Título Preliminar ftp|. |
19
Api. I Título Preliminar
20
Título Preliminar jjp], |
Por otro lado, cabe señalar que ningún juez carece de jurisdicción, la cual
la ejerce dentro de los límites señalados por la ley; por lo que puede faltarle
competencia para entender un asunto determinado, pero no jurisdicción.
Muchas veces se confunde el concepto jurisdicción con el de competencia;
mientras que la jurisdicción es un concepto genérico, es decir potestad del
juez, la competencia es un concepto aplicado al caso concreto, pues no todos
pueden intervenir en cualquier litigio, sino tan sólo en aquellos casos que la
ley les permite (LEVENE (H), 1975, p . 28).
21
flPt. I Título Preliminar
2. JUICIO PREVIO
En su numeral 2) este artículo hace referencia al juicio previo, el cual
según B I N D E R (1993: p. 111) se refiere a la exigencia de una sentencia pre-
22
Título Preliminar flp|. |
via, en el sentido que no puede existir una condena que no sea el resultado de
un juicio lógico, expresado en una sentencia debidamente fundamentada.
El proceso penal previo, es una de las importantes garantías de la admi
nistración de justicia en beneficio del individuo y de la sociedad. Dicha garan
tía consiste, en que, un proceso legalmente establecido debe preceder a toda
sanción penal. En este proceso deben observarse las formas y solemnidades
de los actos que la integran, así como el orden y tiempo que ha de emplearse;
la intervención de los sujetos procesales y las diversas oportunidades que se
les faculta para cumplir sus deberes o ejercer sus poderes o hacer valer sus
intereses.
f
23
API. | Título Preliminar
2.1.1. Finalidad
El principio de publicidad tiene una triple finalidad: a) Protege al proce
sado o justiciable contra una justicia secreta, la misma que no puede escapar a
la fiscalización del público, b) Contribuye a mantener la confianza en los
tribunales de justicia en todas las instancias, c) Proporciona transparencia a la
administración de justicia, pues ayuda a alcanzar la realización de un proceso
justo, cuya garantía se encuentra entre los principios de toda sociedad demo
crática.
24
Título Preliminar flpt. |
SAN MARTÍN CASTRO (1999, pp. 80 y 81) con justa razón señala que
la etapa de investigación e intermedia no debe ser pública ya que: a) La publi
cidad —comunicación al público de la realización de los actos procesales ins-
tructorios o intermedios- demoraría excesivamente la tramitación del proceso
y perjudicaría las urgentes diligencias que habrá de realizarse en orden a impe
dir que desaparezcan las huellas del delito, para recoger e inventariar los datos
que basten a comprobar su existencia y la identificación del presunto delin
cuente, 'respeto debido al hacer judicial'; y, b) la publicidad posibilitaría anti
cipados enjuiciamientos que posiblemente ofenderían a la persona sujeta a
proceso y perjudicarían la buena imagen de la justicia; se generaría una lógica
de desinformación que confundiría a la sociedad (respeto debido al justicia
ble)'.
2.1.4. Excepciones
El art. 357° del C.P.P. prescribe que el juicio oral será público pudiéndose
realizar total o parcialmente en privado, en los siguientes casos: a) Cuando se
afecte directamente el pudor, la vida privada o la integridad física de alguno de
los participantes en el juicio; b) Cuando se afecte gravemente el orden públi-
25
Api. I Título Preliminar
26
Título Preliminar flpj. |
permite aclarar los puntos oscuros; mientras que los actos, especialmente las
declaraciones testimoniales escritas, tan sólo pueden darle una idea pálida,
limitada y expuesta a errores sobre la realidad.
A través de la oralidad los juzgadores tiene un conocimiento más pro
fundo de los sujetos procesales que intervienen en el juicio y de los hechos
materia de acusación, los cuales deberán dilucidarse con los medios de prueba
aportados en dicha etapa procesal, por ello acertadamente SCHMIDT (1957:
p. 251) apuntaba que el Principio de Oralidad, según la doctrina general hoy
admitida, tiene como significado que la sentencia sólo se pueda fundar en lo
que ha sido materia del proceso realizado en forma oral».
Lo sostenido por el insigne jurista alemán implica que la sentencia no se
deberá fundamentar en los elementos de prueba recabados en la etapa de
investigación, los cuales sólo sirven para sustentar la acusación más no así la
sentencia; sin embargo, aquellos elementos de prueba que son imposibles de
reproducir en el juicio y que han sido recabados en investigación son incorpo
rados a través de la oralización de piezas procesales como por ejemplo aque
llas declaraciones que han sido obtenidas por medio de exhorto, cuando hay
negativa a declarar en juicio, o ante la inconcurrencia del perito o testigo, etc.
Se exceptúa la oralización de piezas si el defensor, el Ministerio Público y el
acusado renuncian a ella.
Se dice que la sentencia se debe fundar en las pruebas actuadas en el
juicio oral, puestos que éstas son objeto de un intenso debate o discusión
entre las partes, con lo que se garantiza no sólo el derecho de defensa sino
también la contradicción.
Un derecho estrechamente vinculado con la oralidad es el derecho que
tiene toda persona a hacer uso de su propio idioma, por lo cual el acusado,
testigo o perito que no hable el idioma castellano tiene derecho a ser asistido
gratuitamente por un intérprete. Derecho que se encuentra previsto en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 14° 3, f) y Conven
ción Americana sobre Derechos Humanos (art. 8°.2).
En el supuesto que el acusado o testigo fuese mudo se podrá prescindir
de la oralidad para utilizar la escritura, hecho que no deberá suceder con el
juzgador, acusador o defensa cuando se encentran ante similar problema (afa
sia o mudez), a quienes se les debe reemplazar de acuerdo a ley.
Por otro lado, cabe señalar que la oralidad se encuentra vinculada al prin
cipio de inmediación pues, precisamente, a través de lo que expone directa
mente el declarante, la autoridad judicial va conociendo mejor a la persona
que examina y puede apreciar mediante su firmeza o temblor de la voz, u
otros factores externos, la fuerza o debilidad de lo que manifiesta (SÁNCHEZ
VELARDE: 2004, p. 295).
27
Ap|. I Título Preliminar
2.3. JUICIO C O N T R A D I C T O R I O
El contradictorio como señala CLAMA O L M E D O (1967: p. 260) es el
recíproco control de la actividad procesal, y la oposición de argumentos y
razones entre los contendientes sobre las diversas cuestiones introducidas
que constituyen su objeto.
Por su parte G I M E N O SENDRA señala que un proceso penal está
presidido de dicho principio cuando ambas partes, acusadora y acusada o
imputada, tienen la posibilidad efectiva de comparecer o acceder a la jurisdic
ción con el fin de poder hacer valer sus respectivas pretensiones, mediante la
introducción de los hechos que las fundamenten y su correspondiente prácti
ca de la prueba, así como cuando se le reconoce al acusado su derecho a ser
oído con carácter previo a la imposición de una pena privativa de libertad.
El contradictorio rige en todas las etapas del proceso; así, en la etapa de
investigación el procesado tiene derecho a conocer los hechos que le se impu
tan para poder argüir sus razones y sus pruebas. El contradictorio se ve limi
tado cuando el imputado es declarado ausente o contumaz, puesto que el
elemento de prueba se introduce a la investigación sin ser cuestionada, refuta
da u observada.
La etapa del juicio oral es la expresión máxima del contradictorio, esta
no se puede iniciar, si la parte acusadora no expone los hechos materia de
juzgamiento, la pena solicitada, la reparación civil pretendida y el encuadra-
miento jurídico-penal de la conducta.
Cabe recalcar que por respeto al principio de contradicción las audiencias
no se pueden celebrar en ausencia del procesado. El acusado tiene derecho a
estar presente y escuchar lo que se argumenta a su favor o en su contra. La
violación de este principio acarrea la nulidad del juicio; y puede incluso, plan
tearse un proceso constitucional por trasgresión del mencionado principio.
Señala MIXAN MASS que el contradictorio en audiencia se concreta
-entre otras modalidades- poniendo en conocimiento de los demás sujetos
procesales el pedido o medio de prueba presentado por alguno de ellos (...)
El momento culminante del contradictorio acontece con la contraposición
oral de los defensores que patrocinan a los acusados. El contradictorio permi
te, por otro lado, conocer la calidad profesional del acusador y defensor {ob.
cit. p. 80). Sin embargo, como señala, SÁNCHEZ VELARDE, no se vulnera
ría este principio, si el tribunal considera necesario disponer que los procesa
dos declaren por separado, cuando a criterio del colegiado, ello sirva para el
mejor esclarecimiento de los hechos.
Es núcleo esencial de este principio el que el acusado sea escuchado en
juicio, debiéndose tomar en consideración lo que expresa directamente en su
28
Título Preliminar flpt, |
DEYIS ECHANDÍA (1984: p. 20) sostiene que las consecuencias que se de
ducen de este principio son: 1) Que en el curso del proceso, las partes gocen
de iguales oportunidades para su defensa, lo cual tiene fundamento en la máxi
ma Auditur ex altera parte, que viene a ser una aplicación del postulado que
consagra la igualdad de los ciudadanos ante la ley, base de la organización de
los Estados Modernos; 2) que no se acepten procedimientos privilegiados, al
menos en relación con la raza, fortuna o nacimiento de las partes.
Este principio deriva del principio genérico de igualdad ante la ley pre
visto en el inciso 2) del artículo 2 o de la Constitución de 1993. En la citada
norma no se hace distinción entre ley sustantiva o procesal, ya que la desigual
dad podría perpetrase en ambos tipos de leyes. Asimismo, no debe entender
se por ley en el sentido formal, es decir, la dada por el congreso, sino en la
acepción material, esto es, toda norma positiva o precepto legal de cualquiera
jerarquía que contenga una desigualdad entre las partes del proceso penal (ley,
reglamento, decreto ley, etc.).
4. E L D E R E C H O AL RECURSO
El derecho al recurso se encuentra previsto en el artículo 14.5.° del Pacto
Internacional de derechos Civiles y Políticos, el cual prescribe que: "toda per
sona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenato
rio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior,
conforme a lo prescrito por la ley". Por su parte, la Convención Americana de
Derechos Humanos, -Pacto de San José de Costa Rica- en su art. 8, h, dispo
ne: «Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías: (...) h) Derecho a recurrir el fallo ante el Juez o Tribunal
Superior». Aun cuando igual disposición no se encuentra contemplada en
nu&stra Carta Magna, se trata de una manifestación implícita del derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva, y se encuentra consagrado en normas de menor
jerarquía, como Ley Orgánica del Poder Judicial, la que en su artículo 11°
establece que: "Las resoluciones judiciales son susceptibles de revisión, con
arreglo a ley, en una instancia superior".
El derecho al recurso implica la posibilidad de cuestionar una resolución
judicial dentro de la misma estructura jerárquica que la emitió. Esto obedece
a que toda resolución es fruto de un acto humano, y por lo tanto, puede
contener errores, ya sea en la determinación de los hechos o en la aplicación
del derecho, errores que deben ser subsanados.
La revisión judicial permite, además, un control de los tribunales supe
riores sobre los de inferior jerarquía, estimulando la elaboración de resolucio
nes suficientemente fundamentadas, con el fin de que no sean susceptibles de
ser criticadas o revocadas.
Es importante destacar, que la observancia del principio de contradic
ción y el Derecho de impugnación de las decisiones de los jueces permite que
el demandado pueda contradecir adecuadamente las pretensiones del actor y
éste las excepciones de aquél. La doctrina y la legislación universales han esta
blecido la organización jerárquica en la administración de justicia, con el fin
de que, como regla general, todo proceso sea conocido por dos jueces de
distinta jerarquía si los interesados lo requieren oportunamente, mediante el
recurso de apelación y en algunos casos por consulta forzosa (DEVIS ECHAN-
DÍA: 1984,T.I,p.47).
Según el Comité de Derechos Humanos para la vigencia de esta garantía,
no basta con el reconocimiento del derecho de apelación, sino que implica la
eliminación de todos aquellos obstáculos que impidan ejercerlo, tales como la
exigencia de demasiados requisitos formales, o plazos muy breves para su
interposición, demora en su resolución, etc. De otra parte, debe tomarse en
consideración que, en todas las etapas subsiguientes de apelación o revisión
ante los tribunales superiores, deben respetarse también las garantías del de
bido proceso.
30
Título Preliminar flpj. |
31
flpt. I Título Preliminar
32
Título Preliminar flp|. ||
prescribe que: «Los miembros del Poder Judicial son responsables civilmente
por los daños y perjuicios que causan, con arreglo a las leyes de la materia.
Son igualmente responsables por los delitos que cometan en el ejercicio de
sus funciones...».
4 Ver: VEGAS TORRES, JAIME; Presunción de inocencia y prueba en el proceso penal, Editorial La
Ley, Madrid.
33
ftpt, || Título Preliminar
1. PRESUPUESTOS D E LA P R E S U N C I Ó N D E I N O C E N C I A
La presunción de inocencia implica los siguientes presupuestos: 1.- Sólo
la sentencia tiene la virtualidad de construir jurídicamente la culpabilidad del
imputado; 2.- la responsabilidad implica la adquisición de un grado de certeza
a través de una mínima actividad probatoria; 3.- El imputado no tiene que
construir su inocencia; 4.- El imputado no pierde el estado de inocencia.
34
Título Preliminar flpj, ||
no se pruebe su culpabilidad, vale decir, hasta que no se exhiba prueba en contrario; y rige
desde el momento en que se imputa a alguien la comisión de un delito, quedando el acusado
es estado de sospecha durante toda la tramitación del proceso, el cual solo tendrá fin cuando
se expida la sentencia que resuelva definitivamente el caso (Sentencia del 29 de diciembre del
2004, exp. N° 4124-2004-HC/TC)
35
API. || Título Preliminar
36
Título Preliminar flp|. ||
37
API. || Título Preliminar
38
Título Preliminar flp|. ||
39
ftpt. III Título Preliminar
>Sk COMENTARIO
1. EL NE BIS IN ÍDEM
Es una garantía constitucional propia de un Derecho penal liberal
(MAIER: 1996, pp. 595 y 596). Esta garantía está consagrada y protegida
irrestrictamente en los Estados que tienen como fundamento de su existencia
la libertad y la dignidad de la persona. Un ejemplo de ello, lo constituye la
Enmienda V de la Constitución de los Estados Unidos de Norte América, la
cual dispone: "Nadie será sometido, por el mismo delito, dos veces al peligro
de pérdida de la vida o de algún miembro".
El ne bis in idem sintetiza el derecho de todos a que la oprobiosa persecu
ción penal del Estado, ya sea procesando o sentenciando, sólo se debe ejercer
una y sólo una vez.
Su fundamento no se encuentra en el hecho que el Estado, poniendo en
movimiento todo su poder, repita un nuevo proceso contra un ciudadano,
sino en someterlo nuevamente al vía crucis del proceso penal y consecuente
mente a la posibilidad de una nueva condena. Como señala B I N D E R (1993:
p. 163), lo inadmisible no es la repetición del proceso, sino una doble condena
o el riesgo de afrontarla.
En cuanto a su consagración internacional, esta garantía ha sido previs
ta, con ciertas limitaciones, en los tratados internacionales de Derechos Hu
manos. Así, en el artículo 14° numeral 7) del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (New York, 1966), se señala que: "Nadie puede ser procesado
o penado de nuevo por un delito por el cual ya ha sido definitivamente absuelto
o condenado de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país». El
inconveniente en este documento internacional es que utiliza el vocablo "de
lito", lo cual trae dificultades, puesto que la persecución consecutiva o múlti-
40
Título Preliminar flpt. |||
pie podría realizarse por el mismo hecho disfrazado con diferente tipificación
o ropaje jurídico, pudiéndose alegar absurdamente que no resulta amparable
el ne bis in idem por tratarse de diferente tipo penal.
En la Convención de Americana de Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica) dispone en su artículo 8 o numeral 4) que: "El inculpado
absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por
los mismos hechos". Lo dispuesto por la Convención, en el sentido que hace
referencia a "hechos", resulta positivo, puesto que no se necesita recurrir al
análisis restringido de verificar si se trata del mismo delito (elemento de tipici-
dad, antijuricidad y culpabilidad), sino que basta que sean los mismos hechos
que generaron la persecución estatal (elemento material)10. Lo que no resulta
atinado en esta norma internacional es que restrinja la garantía de no ser
sometido nuevamente a juicio sólo a los procesados absueltos, puesto que
tanto absueltos como condenados pueden correr el riego de ser nuevamente
procesados o sentenciados.
En el ámbito nacional, la doctrina no es uniforme en cuanto al funda
mento jurídico constitucional del ne bis in idem. Por un lado, SAN MARTÍN
CASTRO (2003: p. 104) y SÁNCHEZ VELARDE (1994: p. 919) consideran
que éste se encuentra previsto en el artículo 139° inciso 13) de la Constitución
de 1993, el que prescribe "la prohibición de revivir procesos fenecidos con
resolución ejecutoriada"; por otro lado, U R Q U I Z O O L A E C H E A (2000:
p-131) considera que el ne bis in idem no se encuentra previsto expresamente en
nuestra Constitución, precisando que el artículo antes citado consagra la cosa
juzgada, en el sentido que la cuestión controvertida que ha sido resuelta defi
nitivamente por una autoridad judicial no puede nuevamente ser enjuiciada
en el mismo proceso ni en ningún otro.
Por nuestra parte, consideramos que el ne bis in idem es una garantía cons
titucional implícita que no se circunscribe únicamente a la imposibilidad de
evitar un doble o paralelo procedimiento contra las mismas personas por el
mismo hecho, ya sea dos procesos de orden penal, o, uno de orden penal y
otro de orden administrativo, sino que también implica la imposibilidad de
que una persona sea condenada dos veces por el mismo hecho antijurídico.
Por ello, consideramos que el inciso 13) del artículo 139° sólo consagra el
primer aspecto del ne bis in idem, es decir, el aspecto procesal o cosa juzgada,
no habiéndose previsto explícitamente el aspecto material.
41
flpt. |1| Título Preliminar
1.1. DIMENSIONES
El Tribunal Constitucional en el caso Ramos Colque 12 , sin establecer
explícitamente que la cosa juzgada forma parte de ne bis in idem, ha señalado
que éste tiene una doble dimensión o configuración, por un lado, una versión
sustantiva y, por otro, una connotación procesal. En su formulación material,
se expresa en el hecho que «nadie puede ser castigado dos veces por un mis
mo hecho». En su vertiente procesal, tal garantía significa que «nadie pueda
ser juzgado dos veces por los mismos hechos».
42
Título Preliminar flpt. |||
pudiese ser objeto de una nueva sanción, lo que comportaría una punición
desproporcionada de la conducta antijurídica (■•■)"■
Por su parte SAN MARTÍN CASTRO (2003: p, 104) sostiene que el m
bis in idem sustancial se expresa en dos exigencias: a) La primera consiste en
que no es posible aplicar una doble sanción, siempre que se presente la triple
identidad de sujeto, hecho y fundamento, esto es, cuando existe una misma
ilicitud, de suerte que en el campo administrativo estará vedado imponer al
funcionario o servidor una sanción adicional a la penal cuando el interés jurí
dicamente protegido sea el mismo que el protegido por el tipo penal, no sien
do suñciente al respecto la sola invocación de las relaciones de especial suje
ción con la administración; b) la segunda exigencia se aplica en el concurso
aparente de leyes, en cuya virtud se impide que por el mismo contenido de
injusto puedan imponerse dos penas criminales, esto es, que a un mismo indi
viduo, como consecuencia de la realización de una misma conducta y de la
producción de un mismo resultado, no se le puede aplicar dos normas distin
tas cuya fundamentación sea la misma tutela del bien jurídico.
43
flp|. | ] | Título Preliminar
14 La litispendencia es una institución del proceso civil que impide la sustanciación de un segundo
proceso con objeto idéntico a otro, anterior, y pendiente.
15 La acumulación procede para delitos conexos, siendo competente el Juez Penal que conoce el
delito más grave y, en caso de delitos conminados con la misma pena, ante el Juez competente
respecto del último delito. Existe conexión: 1.- Cuando se imputa a una persona la comisión
de varios delitos, aunque cometidos en ocasión y lugar diferentes; 2.- Cuando varios individuos
aparecen responsables del mismo hecho punible como autores y cómplices; 3.- Cuando varios
individuos han cometido diversos delitos, aunque sea en tiempo y lugares distintos, si es que
precedió concierto entre los culpables; y 4.- Cuando unos delitos han sido cometidos para
44
Título Preliminar flpl. |||
1.2. REQUISITOS
Para la procedencia del ne bis in idem deben concurrir indeseablemente
los siguientes requisitos: 1.- La misma persona; 2.- El mismo hecho; 3.- El
mismo fundamento de persecución. La inconcurrencia de alguno de ellos
impide la configuración de dicha institución procesal.
procurarse los medios de cometer los otros, o para facilitar o consumar su ejecución o para
asegurar la impunidad.
16 Artículo 451.- Efectos de las excepciones.- Una vez consentido o ejecutoriado el auto que
declara fundada alguna de las excepciones enumeradas en el Artículo 446, (...)se produce los
efectos siguientes: (...) inc. 5.- Anular lo actuado y dar por concluido el proceso, si se trata de
las excepciones de incompetencia (...)
45
flpt. III Título Preliminar
1.2.2. El m i s m o hecho
El mismo hecho, en realidad significa la misma hipótesis de investiga
ción o el mismo objeto del proceso. Tal como refiere B I N D E R (1993: pp. 66
y 67), se trata de una identidad fáctica y no de una identidad de calificación
jurídica. N o es cierto que pueda admitirse un nuevo proceso sobre la base de
los mismos hechos y una calificación jurídica distinta. Si los hechos son los
mismos, la garantía del ne bis in idem impide, en general, la doble persecución
penal, sucesiva o simultánea.
En general, la doctrina es unánime en señalar que, para que opere la
garantía de ne bis in idem, es necesario que se mantenga la estructura básica de
06
Título Preliminar flpj, |||
la hipótesis fáctica. Caso contrario, sería muy fácil burlar esta garantía me
diante la inclusión de cualquier detalle o circunstancia que ofreciera una pe
queña variación en la hipótesis delictiva, y en base a esta diferencia, pretender
sustentar un nuevo proceso.
47
API. III Título Preliminar
vos de delito o falta según el Código penal o las leyes especiales mientras la
autoridad judicial no se haya pronunciado sobre ellos; y, c) La necesidad de
respetar la cosa juzgada.
Agrega el citado autor que algunas normas administrativas prevén ex
presamente la posibilidad de imponer una sanción administrativa por hecho
colaterales o relacionados con el objeto del proceso penal. En este caso lo
más conveniente es suspender el procedimiento administrativo hasta la finali
zación del proceso penal y comprobar entonces si, a la vista de la sentencia,
pueden adicionarse otras sanciones concurrentes
Es importante resaltar que el Tribunal Constitucional 18 ha establecido
que "(...) si lo resuelto en un proceso penal favorece a una persona sometida,
a su vez, a un proceso administrativo-disciplinario, el resultado de éste último
no se encuentra necesariamente vinculado al primero, ya que el proceso admi
nistrativo tiene por objeto investigar y, de ser el caso, sancionar, una incon
ducta funcional, mientras que el proceso jurisdiccional conlleva una sanción
punitiva que puede incluso derivar en la privación de la libertad, siempre que
se determine la responsabilidad penal"
1.4. E X C E P C I Ó N
Las excepciones al ne bis in idem se han introducido a través de la vía
legislativa y jurisprudencia del Tribunal Constitucional:
a) Vía Legislativa.- El Código Procesal Penal consagra como excep
ción al ne bis in idem procesal o cosa juzgada, la revisión de la senten
cia condenatoria por la Corte Suprema amparada en alguno de los
supuestos de procedencia de la acción de revisión19.
La revisión de las sentencias condenatorias firmes procede, sin li
mitación temporal y sólo en favor del condenado, de conformidad
con al artículo 493° del Código, en los siguientes casos:
1. Cuando después de una sentencia se dictara otra que impone
pena o medida de seguridad por el mismo delito a persona
distinta de quien fue primero sancionada, y no pudiendo con
cillarse ambas sentencias, resulte de su contradicción la prue
ba de la inocencia de alguno de los condenados.
18 Sentencia del Tribunal Constitucional emitida el 03 de diciembre de 2002, en el cxp. N" 1673-
2002-AA-TC y sentencia de 16 de julio de 2003, exp. 1556-2003-AA-TC; sentencia del 21 de
abril del 2004, exp. 3265-2003-AA-TC. (Fundamento 4).
19 Articulo 439 del Cl'P 2004.- Establece además otros supuestos en los que procede la revisión,
tales como:
(...)
48
Título Preliminar flpl. |||
49
flpl. |U Título Preliminar
>5^ COMENTARIO
50
Título Preliminar flpj, |U
51
flpt. |U Título Preliminar
52
Título Preliminar flpt. |U
53
flpj. |U Título Preliminar
2. DILIGENCIAS PRELIMINARES
Las diligencias preliminares sólo se llevarán a cabo en caso de duda so
bre la procedencia de la apertura de investigación, con la finalidad de decidir
si hay lugar o no al ejercicio de la acción penal.
Las Diligencias Preliminares tienen por finalidad inmediata realizar los
actos urgentes o inaplazables destinados a determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los ele
mentos materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas
en su comisión, incluyendo a los agraviados.
Estas diligencias forman parte de la Investigación Preparatoria. N o po
drán repetirse una vez formalizada la investigación. Procede su ampliación si
dicha diligencia resultare indispensable, siempre que se advierta un grave de
fecto en su actuación o que ineludiblemente deba completarse como conse
cuencia de la incorporación de nuevos elementos de convicción.
El plazo de las Diligencias Preliminares (conforme al artículo 334°.2) es
de veinte días, salvo que se produzca la detención de una persona. N o obstan
te ello, el Fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características, comple
jidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.
sa
Título Preliminar flpl. \\¡
Policía podrán ejercer funciones que le competen al juez, como por ejemplo,
decretar medidas coercitivas; en estos casos requerirá del juez la medida co
rrespondiente mediante resolución motivada.
Sin embargo, el Ministerio Público está facultado por ley, para que en
forma excepcional y tratándose de ciertas medidas cautelares y otras medidas
urgentes, decida sobre su adopción, solicitando luego, al Juez o Sala la confir
matoria o denegatoria de la medida. Así, por ejemplo: El Fiscal podrá ordenar
la realización del examen corporal, si el mismo debe realizarse con urgencia o
hay peligro por la demora, y no puede esperar la orden judicial. En ese caso, el
Fiscal instará inmediatamente la confirmación judicial (art. 211°. 3). Por su
parte, la Policía, en la exhibición e incautación de bienes, no necesitará autori
zación del Fiscal ni orden judicial cuando se trata de una intervención en
flagrante delito o peligro inminente de su perpetración, de cuya ejecución
dará cuenta inmediata al Fiscal. Cuando existe peligro por la demora, la exhi
bición o la incautación debe disponerla el Fiscal. En todos estos casos, el
Fiscal una vez que tomó conocimiento de la medida o dispuso su ejecución,
requerirá al Juez de la Investigación Preparatoria la correspondiente resolu
ción confirmatoria (art. 218 o .2).
^ COMENTARIO
Numeral 1)
SÁNCHEZ VELARDE (2004, p. 267) señala que el Estado otorga la
potestad de administrar justicia a los Jueces y Tribunales jerárquicamente inte
grados con la finalidad de ejercer la función jurisdiccional. La jurisdicción
aparece como la función pública de Administrar Justicia que emana de la
soberanía del Estado y se ejerce por un órgano especial. Su finalidad es la
realización o declaración del derecho y la tutela de la libertad individual y del
orden jurídico mediante la aplicación de la ley en los casos concretos para
obtener la paz social.
55
flpl. y Título Preliminar
1. CARACTERÍSTICAS D E LA JURISDICCIÓN
El artículo 139°.l de la Constitución prescribe que son principios y De
rechos de la Función Jurisdiccional: La Unidad y Exclusividad de la función
jurisdiccional...»
a) Función de Unidad.- La unidad de la jurisdicción como función
soberana estatal no es incompatible con la necesidad conceptual,
obtenida sobre la base del ordenamiento positivo en un momento
dado, de distinguir dentro de ella aspectos o clases cuyo origen se
debe a la necesidad de diferenciar aspectos funcionales para un
normal desarrollo de las consecuencias de la división del trabajo. La
jurisdicción es única, aunque tiene diferentes manifestaciones, como
la civil, la de familia, la penal, la laboral y la contenciosa administra
tiva. (FENECH: 1952. p. 222)
b) Función Exclusiva o Soberana.- FAIREN GUILLEN (1983: p.
1208) señala que el Monopolio de la jurisdicción supone la existen
cia de una autoridad «Monopolizadora». Los Jueces y Tribunales, y
un objeto «Monopolizado», que es un instrumento: El proceso.
Señala VIDAL RAMÍREZ (2005, p. 486) que la unidad y exclusividad de
la jurisdicción se entiende como la estructura orgánica del Poder Judicial, en
cuyo vértice se ubica la Corte Suprema de Justicia con competencia sobre
todo el territorio de la República, las Cortes Superiores de Justicia en el ámbi
to territorial de los respectivos distritos judiciales, los Juzgados de Primera
Instancia, cualquiera que sea su competencia por razón de la materia, en las
capitales de provincia, y los juzgados de Paz Letrados con competencia en los
distritos municipales.
56
Título Preliminar flp|. V
2.2. DIRIGE E L J U Z G A M I E N T O
Esta etapa también corre a cargo del órgano jurisdiccional. Se rige por
los principios de oralidad, publicidad, continuidad, concentración y contra
dicción. Respecto al Juzgamiento se debe tener en cuanta que: a) El juzga
miento va precedido de la fase de los actos preparatorios; b) la admisión de
la acusación, por parte del juez en forma total o parcial, se realizará sólo si
reúne los requisitos de ley, expidiendo el auto de enjuiciamiento. Si no
reuniera los requisitos será devuelto para que dentro del término de la ley
sea subsanado; c) el Juez podrá dictar sentencia de absolución anticipada
cuando el hecho materia de la acusación fiscal no se ha cometido, no cons
tituye delito o exista causa que exime o extingue la responsabilidad, o cuan
do se ha determinado que el acusado no ha participado en el evento delicti
vo; d) se puede ofrecer nuevas pruebas para su actuación en audiencia, y
solicitar la ampliación de pruebas practicadas en la etapa de la investigación;
e) se pueden realizar actuaciones probatorias de urgencia, cuando un medio
de prueba admitido para el juicio oral pueda perderse o cuando sobrevenga
una dificultad insalvable para su actuación en audiencia, o cuando el testigo
o perito no pueda ser interrogado en audiencia por enfermedad, por viaje u
otro grave impedimento.
El juzgamiento es dirigido por el Juez penal o la Sala Penal Superior.
El juzgador tiene poderes de dirección de debate, disciplinario y discre
cional.
57
flpf. U Título Preliminar
Numeral 2)
Este numeral consagra el principio de legalidad procesal, cuyas ideas
fundamentales tienen su origen histórico más importante en el liberalismo
político, concretado jurídicamente por BECCARIA y FEUERBACH. Gra
cias al principio de legalidad se limita el poder punitivo del Estado y se garan
tiza la libertad individual. Este principio procesal viene a complementar el
proncipio de legalidad contenido en el Código Penal, y consecuentemente el
Estado sólo puede imputar responsabilidad y por consiguiente aplicar una
pena o medida de seguridad cuando exista previamente una ley escrita y es
tricta que califique la acción u omisión como hecho punible y luego de un
juicio previo llevado a cabo por un Juez competente, fundado en la ley ante
rior al hecho.
El Principio de legalidad fue considerado como un principio del Estado
burgués por los marxistas-leninistas; y por ello en la URSS se desconoció este
principio y los jueces debían juzgar de acuerdo a su «Conciencia Revoluciona
ria»; igual desconocimiento se produjo en la Alemania Nazi de HITLER, donde
fue reemplazado por el «juez legislador» que actuaba según el «sano senti
miento del pueblo»21. Este desconocimiento del principio de legalidad permi
tió las atrocidades de ambos regímenes. Es por ello que se puede sostener
categóricamente que gracias al principio de legalidad se ha logrado frenar el
despotismo, la tiranía y los abusos del poder político, convirtiéndose en la
máxima garantía dentro de un auténtico Estado de Derecho.
1. E L PRINCIPIO D E LEGALIDAD
El principio de legalidad cumple la elevada función de evitar el poder
arbitrario e ilimitado del Estado. Se trata, pues, de un principio fundamental
mente del Estado, sobre todo, al propiciar su consecuencia más descollante
de la inviolabilidad de la persona humana (KAUFMAN: 1982, 65).
El principio de legalidad constituye la máxima garantía de la libertad
individual, al delimitar el poder del Estado frente a los individuos, puesto que
sólo a través de la ley dictada por los órganos competentes y a través de los
21 CLAUS ROXIN, GUNTHF.R ARZT Y KLAUS TIKDMANX (1988: p. 72 y 73), señalan que el III Reich
modificó el texto del Código Penal en 1935 en el sentido siguiente: «será castigado quien
cometa un hecho que la ley declara punible o que merece una pena según la idea esencial de
una ley penal o según el sano sentimiento del pueblo». Bajo la expresión «sano sentimiento
del pueblo» entendieron los detentadores del poder en el nacional socialismo, naturalmente,
sus propias concepciones acerca de lo que debía ser castigado, de tal modo que se abrió así un
portillo a la arbitrariedad a la intervención del régimen fuera de toda ley frente a los ciudadanos
desafectos».
58
Título Preliminar flpt. V
59
flpt. U Título Preliminar
1.2.1. Contenido
D e acuerdo con el Tribunal Constitucional Español (PICO I JUNOY:
1997, p. 97 y 98), podemos decir que el derecho al Juez predeterminado por
ley implica los siguientes presupuestos: a) El órgano judicial debe ser creado
previamente, respetando la reserva de ley en la materia; b) La ley previa debe
investir de jurisdicción y competencia al órgano jurisdiccional; c) El régimen
orgánico y procesal no debe permitir nombrar un Juez ad- hoco excepcional;
y, d) Que la composición del órgano judicial venga determinado por ley, si
guiéndose en cada caso concreto el procedimiento legalmente establecido para
la designación de sus miembros.
60
Título Preliminar flpt. \]\
^ COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
En el curso de la investigación preparatoria o una investigación previa
(preliminar), puede requerirse de la realización de ciertas diligencias que resul
tan una ingerencia o intromisión en los derechos fundamentales de los inves
tigados o eventuales terceros, como la integridad física, la libertad individual,
la intimidad, la inviolabilidad de domicilio, el secreto de las comunicaciones,
la intervención de las comunicaciones y telecomunicaciones o el levantamien
to del secreto bancario y de la reserva tributaria, etc. En este caso, estando a su
importancia para el esclarecimiento de los hechos, el Fiscal o eventualmente
otros sujetos procesales, deberán solicitar al Juez, la imposición de tal medida.
Las mismas que deberán ser dispuestas por el Juez conforme a lo dispuesto
por la Ley y ejecutarse con las debidas garantías para el afectado (art. 202).
Las limitaciones de derechos se sujeta a que se cumplan ciertos requisi
tos formales y materiales:
2. REQUISITOS
2.1. FORMALES
a) Es solicitada por la parte procesal.- Sólo las partes intervinien-
tes en el proceso pueden solicitar las medidas limitativas de dere
chos, es decir, el Ministerio Público, el agraviado, actor civil, etc. El
juez, por la misma naturaleza del nuevo proceso penal, esta impedi
do de requerir o imponer de oficio dichas medidas limitativas.
b) Es otorgada por autoridad judicial.- Las intromisiones en el
ámbito de los derechos personales y políticos deben ser objeto de
61
flpl. U| Título Preliminar
2.2. MATERIALES
a) Es legal (legalidad procesal) .- Toda injerencia estatal en el ám
bito de los derechos fundamentales y libertades públicas precisa
una habilitación legal. C A L D E R Ó N C E R E Z O y C H O C L A N
MONTALVO(2005, p. 255) indican que la restricción de un dere-
62
Título Preliminar flpt, \¡\
63
flpj. mi Título Preliminar
6a
Título Preliminar flpt. Ull
>Si COMENTARIO
1. LA LEY PROCESAL P E N A L
Es la que se ocupa de regular el proceso penal y las relaciones que de él
nacen y se deducen (DEVIS ECMANDÍA: 1984, p. 61). Concretamente, estable
cen los órganos de actuación, a los que les atribuye poderes y les impone
deberes con respecto al contenido formal del proceso, y reglamentan los modos,
formas y condiciones de la actividad procesal, tanto de esos órganos como de
las otras personas impedidas o facultadas a intervenir en el proceso, para ha
cer valer o cumplir sus poderes (derechos o atribuciones) o deberes (obliga
ciones o sujeciones). Los poderes sustanciales emanan de la ley material, pero
se desenvuelven en la práctica del proceso conforme a la ley procesal. A los
fines de este desenvolvimiento, la ley procesal provee al órgano actuante de
las necesarias atribuciones para la debida materialización de la actividad pro
cesal e impone el cumplimiento de los actos cuando el poder sustancial debe
hacerse valer necesariamente (CLARIA OLMEDO: 1960, p. 112.).
65
flpl. U|| Título Preliminar
66
Título Preliminar flpt. Ull
4. APLICACIÓN RETROACTIVA
Asimismo, conforme a este artículo, la Ley procesal referida a derechos
individuales, expedida con posterioridad a la actuación procesal y más favora
ble al imputado, se aplicará retroactivamente, incluso para los actos ya con
cluidos, si ello fuera posible. Existe efecto retroactivo de una nueva ley referi
da a derechos individuales, cuando por ejemplo, la nueva ley establece meca
nismos de excarcelación más favorables al procesado o condenado; en estos
casos se aplicará la nueva ley incluso a los casos ya concluidos. Sin embargo,
se aplicará ultractivamente la ley derogada, cuando la nueva ley sea más severa
para conceder la excarcelación. Por consiguiente, no podrá modificarse la
condición de excarcelación más favorable del procesado o condenado, esta
blecida conforme a la ley derogada.
67
flPt-UII Título Preliminar
5. I N T E R P R E T A C I Ó N RESTRICTIVA
Se interpretará restrictivamente la Ley que coacte la libertad o el ejerci
cio de los derechos procesales de las personas, así como la que limite un
poder conferido a las partes o establezca sanciones procesales. La interpreta
ción extensiva y la analogía sólo quedan prohibidas si no favorecen la libertad
del imputado o el ejercicio de sus derechos.
6. PRINCIPIO D E FAVORABILIDAD
Como se sabe, la ley más favorable comprende tanto las normas de De
recho Penal como las normas de Derecho Procesal Penal. En consecuencia,
siempre que se produzcan cambios en la legislación, los jueces deberán apli
car la norma que sea más favorable al procesado, siempre y cuando dichas
normas hubiesen tenido por lo menos cierto tiempo en vigencia, respecto a la
situación jurídica planteada. Estas norma, al decir de J I M É N E Z RODRÍ
G U E Z (En MARTÍNEZ RAVE: 1992, p. 28), son las normas más favorables
respecto a la captura, atención de la acción, la prescripción de la acción penal
y de la pena y la querella, el desistimiento», etc.
ALBERTO BINDER (1993: p. 132), sostiene que el principio de favorabilidad
es una excepción a la irretroactividad de la ley y agrega que se debe entender
por más favorable a aquella que fortalece el sentido político-criminal del pro
ceso. Así, si en la constitución nacional el proceso penal está presentado, fun
damentalmente, como un régimen de garantías y de restricciones sobre el
poder penal del Estado, toda ley que fortalezca esta opción tendría efectos
retroactivos que inclusive pueden Úevar a la renovación del acto que ha sido
realizado de un modo menos garantizador. Y continua dicho autor, poniendo
el siguiente ejemplo (con el cual se lleva a extremos este criterio): Suponga
mos que el proceso penal prevé que el imputado declare con todas las garan
tías constitucionales, pero sin poder consultar a su abogado defensor antes de
efectuar la declaración indagatoria. Si una nueva ley procesal entrara en vigen
cia durante el proceso en curso y estableciera que el imputado puede consul
tar con su defensor antes de la declaración indagatoria, ese imputado tendría
derecho a la renovación del acto ya realizado, para completar según las nuevas
formas garantistas. Y sería la segunda declaración y no la primera la que ten
dría valor.
68
Título Preliminar flpt. VIH
>5k COMENTARIO
1. LA PRUEBA
El proceso penal, como marco que permite dilucidar la aplicación del tus
puniendiy el camino para llegar a la verdad acerca de los hechos imputados, se
construye en base a pruebas.
La prueba en sentido general, se puede definir como el camino que pro
porciona al juez el convencimiento de la existencia de un hecho (GÓMEZ
COLOMER: 1985, p. 128). En sentido restringido la prueba penal es el me
dio o elemento que proporciona al Juez el convencimiento sobre la existencia
del delito y la responsabilidad penal del autor (FLORIAN: 1968, p. 49).
Empero las pruebas que conducen a la verdad no pueden obtenerse a
cualquier costo, ellas tienen como limite - c o m o ya se dijo- los derechos fun
damentales y las garantías procesales, pues aún, a los grandes delincuentes les
alcanza las delicadezas que proporciona todo Estado de Derecho.
69
flrt. Ulll Título Preliminar
70
Título Preliminar flp|. f||||
71
flp|, Ulll Título Preliminar
b) Incorporación Ilegal
b).l. Pruebas prohibidas por ley.- Son las pruebas que se incorporan
al proceso pese a estar expresamente prohibidas por ley, Así:
El artículo 2° inciso 24) párrafo h) de nuestra Constitución esta
blece que nadie puede ser víctima de violencia moral, psíquica o
física, ni sometido a torturas o a tratos inhumanos o humillan
tes (...)23. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la
violencia». Esta norma constitucional no sólo es válida intra-
proceso sino, sobre todo, extra-proceso (investigación policial).
El inciso 1) del artículo 165° del Código Procesal prescribe «Po
drán abstenerse de rendir testimonio el cónyuge del imputado,
los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o se
gundo de afinidad, y aquel que tuviera relación de convivencia
con él. Se extiende esta facultad, en la misma medida, a los pa
rientes por adopción, y respecto de los cónyuges o convivientes
aún cuando haya cesado el vínculo conyugal o convivencial.
Todos ellos serán advertidos, antes de la diligencia, del derecho
que les asiste para rehusar a prestar testimonio en todo o en
parte»24. Cuando el testigo declara sin que previamente el juez le
advierta que no está obligado, la declaración no podrá ser utili
zada como medio de prueba por ser prueba ilícita.
23 BERNALES BALLESTEROS, define a la: Violencia moral.- como aquella que se ejerce
sobre la parte espiritual de la persona: sus valores, sus convicciones, sus creencias religiosas.
Violencia psíquica.- Es la que se ejercita sobre las funciones psicológicas de la persona,
quitándole capacidad de discernimiento. Es violencia psicológica, por ejemplo, el confundir
a la persona, desorientarla en el tiempo, impedir dormir, etc. Violencia física.- es el
daño concreto al cuerpo de la persona, que se puede materializar en golpes, heridas, o
cualquier otra agresión ilegítima. Otro tipo de agresión ilegitima es la agresión. Tortura.-
es el maltrato sistemático, organizado y ejecutado intencionalmente y premeditadamente
para ocasionar sufrimiento. Trato Inhumano.- Trato inhumano puede ser por ejemplo
el dar a la persona condiciones de vida contraria a sus derechos elementales. Trato
humillante.- es aquel que desmerece el honor de la persona. (Ver: La Constitución de
1993, Constitución y Sociedad, 1997).
24 En la jurisprudencia nacional se ha establecido que: "en el caso materia de autos, se puede
apreciar que la relación que han mantenido el testigo y procesado ha sido estrictamente de
carácter laboral, por lo que no esta obligado a declarar este último, más aún si éste lo ha
representado en los diversos juicios penales en donde ha actuado como abogado defensor"
Exp. N° 1380-91 (Gaceta Jurídica, T 11, Lima 1992, p. 20-A).
72
Título Preliminar flpt. Ulll
73
APt. Ulll Título Preliminar
71
Título Preliminar flpt. Ulll
ohtained evidence), en el caso de «Boyd vs. U.S» en 1866; caso «Weeks vs U.S» en
191427, y los casos «Rochin vs. California» en 1952 y «Elkins vs. U.S» en 1960.
A partir de estos procesos se desarrolló a nivel de la doctrina procesal la
Teoría de las Reglas de Exclusión.
Según esta teoría las pruebas obtenidas con violación de los derechos
fundamentales o vulnerando el procedimiento establecido por la ley deben
ser excluidas y apartadas del proceso (URIARTE MEDINA: 1999, p. A-53).
Las excepciones a la exclusión de la prueba directa está determinada
fundamentalmente por la inobservancia de garantía constitucional beneficio
sa para el imputado. Si bien la inobservancia de alguna garantía no puede
perjudicar al imputado, si a partir de esta irregularidad se obtuviera informa
ción o elementos probatorios favorables a éste, no existe ningún impedimen
to para utilizarlos en el proceso en su favor.
Aunque el Código solo prescribe la inobservancia de garantía constitu
cional beneficiosa para el imputado como la única excepción a la teoría de la
exclusión de la prueba prohibida, sin embargo en doctrina se han desarrolla
do otras excepciones como las que se enuncian a continuación:
a) La doctrina de la buena fe.- Se admite la posibilidad que la prue
ba obtenida violando derechos constitucionales sea valorada siem
pre y cuando el funcionario del Estado haya actuado de buena fe o
sin dolo.
b) La doctrina de la ponderación.- Según esta doctrina la prueba se
valora pese a su ilicitud porque con ello se protegen otros valores
constitucionales de mayor relevancia que los vulnerados. Por ejem
plo, cuando un particular intercepta una conversación telefónica
donde determinado individuo acepta su responsabilidad por delito
de terrorismo o genocidio debidamente comprobado. Según esta
doctrina se debe ponderar los intereses y los derechos en juego
caso por caso, esto es, el derecho constitucional vulnerado con el
derecho constitucional que se pretende proteger.
27 Especialmente con este caso, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos prohibió la
utilización en un proceso penal de prueba obtenida mediante búsqueda y secuestros ilegales,
por entender que la admisión de dicha prueba vulneraría el derecho constitucional de protección
del domicilio y papeles privados.
75
ftpt. IK Título Preliminar
76
Título Preliminar flpt, |H
^ COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
Toda persona imputada de un ilícito tiene el irrestricto derecho a la de
fenderse. Este derecho se extiende, como bien señala el código, a todo estado
y grado del procedimiento, incluso la investigación Fiscal y diligencias preli
minares. Por ello, nuestra Constitución en su artículo 139° inciso 14) prescri
ba que son principio y derechos de la función jurisdiccional que toda persona
debe ser informada, inmediatamente y por escrito, de las razones o causas de
su detención, la cual no solo puede ser efectuada por el juez penal sino tam
bién la policía. Obviamente que la defensa se actuara en la forma y oportuni
dad que prescribe la ley, en concordancia con la Constitución, los tratados
internacionales de derechos humanos y la jurisprudencia vinculante.
77
flpl. |K Título Preliminar
2. ALCANCES
Según el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Penal, el
derecho de defensa implica los siguientes derechos para la persona involucra
da en un delito:
78
Título Preliminar flpt. IK
propio favor. Admitir que el acusado pueda ser condenado en virtud de docu
mentos que no ha tenido ocasión de conocer, o de tesümonios que no ha
podido refutar, sería aceptar un procedimiento diseñado para condenar y vi
ciado desde un comienzo.
En el caso del detenido el artículo 139° inciso 15) de la Constitución
prescriba que toda persona debe ser informada, inmediatamente y por escri
to, de las razones o causas de su detención. La causa de la detención debe
consistir en una comunicación clara, precisa y oportuna.
28 Rl artículo 80" del CPP prescribe que el Servicio Nacional de la Defensa de Oficio, a cargo
del Ministerio de Justicia, proveerá la defensa gratuita a todos aquellos que dentro del proceso
penal, por sus escasos recursos no puedan designar abogado defensor de su elección, o cuando
resulte indispensable el nombramiento de un abogado defensor de oficio para garantizar la
legalidad de una diligencia y el debido proceso.
29 Conf: Y Ú J Í Z MARICONDIÍ, AI.FRKDO; Derecho Procesal Penal, T U , liditorial Córdoba, Argentina
1986, p. 379.
79
flPl. |K Título Preliminar
30 Ver: Principios Constitucionales del Proceso Penal, ed. Grijlcy, 2007, p. 88.
80
Título Preliminar flpt. |H
3. EL D E R E C H O A LA N O I N C R I M I N A C I Ó N
Cuando a determinada persona se le imputa un delito, éste esta en el
derecho de defenderse, y, por lo tanto, también esta facultado para introducir,
a través de su declaración, la información que más le convenga, ya sea decla
rando la verdad, ocultado información, guardando silencio, negándose a de
clarar o simplemente faltando a la verdad, es decir, el imputado o acusado es
el único que tiene facultad de decidir sobre su declaración. Adoptando esta
postura, se puede llegar a la conclusión que el investigado o procesado no esta
obligado a autoinculparse o a declarar contra sí mismo, como precisa BIN-
D E R (1993, p. 179) solo si se considera la declaración como una de las mani
festaciones del derecho del imputado a defenderse, se puede comprender que
nadie puede ser obligado a declarar en su contra.
Esta garantía rige en todas las etapas del proceso: etapa de investigación
Fiscal, etapa intermedia y etapa del juicio oral. También rige para las diligen
cias preliminares que lleva a cabo la policía por sí mismas o por encargo del
Fiscal de la Investigación Preparatoria.
De otro lado, el derecho a la no incriminación no solo rige para el impu
tado o acusado sino también para el testigo. El testigo al momento de prestar
su declaración no esta obligado a declarar sobre un hecho que lo involucra en
un ilícito penal; por tanto, este supuesto constituye un limite del testigo de
decir la verdad en un proceso penal.
Según el código las manifestaciones del derecho a la no incriminación
son:
81
flp{. |H Título Preliminar
4. E L D E R E C H O D E I N F O R M A C I Ó N Y PARTICIPACIÓN D E
LOS AGRAVIADOS
El código también consagra el derecho a la información y participación
que tienen los agraviados tanto en las diligencias preliminares, investigación y
juicio.
Por información, los funcionarios o servidores públicos que dirigen cada
una de las etapas del proceso, Fiscal o Juez Penal, incluido la policía, tienen la
obligación de brindar todas las facilidades para que los agraviados o perjudi
cados por el delito, directamente o a través de su abogado defensor, tomen
conocimiento de las diligencias actuados o que están por actuarse. El código
prescribe que el agraviado debe ser informado de los resultados de la actua
ción en que haya intervenido, así como del resultado del procedimiento, aun
cuando no haya intervenido en él, siempre que lo solicite (art. 95.1. «a»); asi
mismo, deberá ser informado sobre sus derechos cuando interponga la de
nuncia, al declarar preventivamente o en su primera intervención en la causa
(art. 95.2).
Por participación, se entiende que estas mismas autoridades están en la
obligación de garantizar la intervención de los agraviados o perjudicados en
la investigación o juzgamiento, ya sea solicitando la admisión de una prueba
(art. 155.2), a ser escuchados (art.l.b) o interponiendo los recursos impugna-
torios pertinentes (art. 95.1.d). Si el agraviado fuera menor o incapaz tendrá
derecho a que durante las actuaciones en las que intervenga, sea acompañado
por persona de su confianza.
Por otro lado, el código también obliga a las autoridades competentes a
velar por que las victimas reciban un trato digno y respetuoso y a que se
82
Título Preliminar flpt. H
>§. COMENTARIO
Pese a que todas las normas que integran éste Código son de la misma
jerarquía, sin embargo, el título Preliminar ocupa un lugar primordial dentro
del ordenamiento jurídico procesal penal, no sólo por que allí se encuentran
consagrados principios básicos del ordenamiento jurídico procesal penal sino
porque también se encuentran consagradas las garantías constitucionales del
proceso penal.
Entre estos principios procesales con rango constitucional se encuen
tran el juicio previo, oral, público y contradictorio; la indemnización por los
errores judiciales; la presunción de inocencia; el indubio pro reo; el ne bis in
idem; la titularidad de la acción penal por parte del Ministerio Público; el
principio de legalidad; la vigencia de la ley; la legitimidad de la prueba y el
derecho de defensa. Un proceso penal sin estos principios seria un proceso
ilegítimo.
Las normas previstas en el Titulo Preliminar no sólo prevalecen sobre
las demás normas contenidas en el Código, sino también sobre las normas
procesales especiales, e incluso, sobre las normas que posteriormente entren
en vigencia por modificación o derogación de alguna de ellas.
Esta norma es de vital importancia puesto que la tradición legislativa en
nuestro país, sobre todo en materia penal y procesal penal, es cada vez menos
garantista, tendiendo siempre a realizar derogaciones o modificaciones par
ciales de los Códigos que finalmente transgreden principios básicos del siste
ma penal. Así pues, en el Código Penal, pese a que se inspira en un derecho
penal de actos, sin embargo, se ha puesto en vigencia normas que sancionan
la reincidencia, lo que generaría una antinomia con las normas del Código en
comento, la que sin embargo, sería resuelta en favor de las garantías consagra
das en el presente Titulo Preliminar, en virtud a este artículo (X del TP). El
mismo criterio se aplicaría para normas de cualquier otro orden.
83
Api. H Título Preliminar
sa
EL CÓDIGO
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
LIBRO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES
1. INTRODUCCIÓN
Vale la pena recordar que durante la evolución de la acción penal se
denotó un laborioso tránsito de lo individual a lo social y de lo privado a lo
público; todo ello determinado por la moderna concepción del Derecho pe
nal sustantivo y procesal. Se trata de la lucha entre el interés individual y el
colectivo, así: lo que primigeniamente fue un derecho del ofendido, hoy cons
tituye, salvo algunas excepciones, una función pública que el Estado confiere
al Ministerio Público. Quiere decir, que una vez organizado el Estado, para
mantener la seguridad ciudadana prohibe a sus componentes hacer justicia
por propia mano, y para resolver los conflictos creados por los actos ilícitos o
criminales, se ha desarrollado la acción penal, para que a través de determina
dos órganos o dependencias, sea el Estado quien se atribuya la capacidad
sancionatoria y además la haga efectiva en la persona del procesado si éste
resulta responsable. «La facultad de obrar se constituye por la de hacer obrar o
la de pedir que se obre. Por eso también se ha dicho que la acción viene a ser el
sustituto civilizado de la venganza» (CATACORA GONZALES (1990: p. 116).
Existe pues una secuencia evolutiva en la historia de la acción penal en
particular, que podría resumirse del siguiente modo:
a) Establecida la organización jurídica de la sociedad se prohibe la
arcaica práctica de la autodefensa o venganza individual, conce
diéndose al Estado la facultad de resolver los conflictos y cuya ma
terialización resolutiva constituía una expresión de la soberanía o el
poder de administrar justicia por parte del Estado. Cuando el ac
tuar del Estado sustituye a la del individuo, de tal manera que el
proceso viene a ser un medio de aplicar eljuspuniendi, el derecho de
venganza se transforma en el de demandar justicia, de hacer efecti
vo el «jas acusationis». La acción penal se subroga a la acción física,
87
Disposiciones generales
2. N A T U R A L E Z A JURÍDICA
Antes de dar una definición sobre lo que significa la acción penal, es
importante recordar que en el Derecho Romano Clásico, acción significaba la
actividad sustitutiva de aquella acción prohibida de hacerse justicia por sí mis
mo con la agresión a la persona del deudor o agresor. Posteriormente con el
Derecho Justiniano, el orden jurídico inserta un sistema de derechos y las
correspondientes obligaciones; y junto a ello, se estatuye el proceso como
medio para tutelar y actuar el sistema de los derechos. Aparece entonces la
moderna concepción de la relación entre derecho y acción mostrándose ésta
La acción penal
3. CONCEPTO
La acción penal es el instrumento jurídico a través del cual se realiza el
derecho subjetivo del Estado -potestad punitiva- de aplicar, por la autoridad y
con las garantías del poder-jurisdicción, las sanciones jurídicas necesarias para
la defensa y el mantenimiento del orden social y de las condiciones externas
de pacífica convivencia de los ciudadanos.
Acción significa «poder abstracto, el cual ejercitado por sus actores se
dirige a obtener una sentencia favorable o contraria, idónea para constituir
89
API. 12 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
1. LA ACCIÓN P E N A L E N LOS DELITOS D E P E R S E C U C I Ó N
PÚBLICA
La acción penal prevista en el numeral 1) de este artículo, presenta las
siguientes características:
a) La acción penal es pública.- Es pública porque surge del ejercicio
de una atribución conferida al Ministerio Público, para promover el
reconocimiento de un derecho público jus pun/endi o un derecho indi
vidual, eljus libertaüs, ante un órgano también estatal, el Poder Judi
cial. Cabe recordar que si bien es cierto el Estado es el titular del fus
Puniendi, para hacerlo efectivo necesita de un ente autónomo como el
Ministerio Público, el mismo que tiene asignadas constitucionalmen-
te las funciones de promover la acción de la justicia en defensa de la
legalidad, de los derechos ciudadanos y del interés público tutelado
por la ley, de oficio o a petición de los interesados.
Prohibida como está la autotutela de los derechos subjetivos por
los particulares (impidiendo la venganza privada), el Ministerio Pú
blico asume el monopolio del ejercicio de la acción penal y por
consiguiente la facultad de calificar, conforme a ley, las conductas
que merecen un reproche penal. Por ello, para que exista proceso y
se concrete el ejercicio de la potestad jurisdiccional, es preciso que
la actividad de los tribunales se promueva desde fuera de ellos,
mediante el ejercicio de la acción penal {itbkanon est actio, non estiuris-
dictio) (MORENO CATENA y otros: p. 155).
E n este sentido, se dice que el publicismo de la acción se refiere
también al hecho de que se dirige al órgano jurisdiccional para que
éste administre jusiticia, y por tanto, para que realice una función
pública (ODERIGO: 1952, p. 174).
Asimismo se dice que la publicidad de la acción implica que, para ser
promovida, es irrelevante la voluntad contraria del ofendido o de
quien quiera que sea, bastando la voluntad del Ministerio Público.
De otro lado, un gran sector de la doctrina señala que «la publicidad
de la acción penal se refiere a su contenido, es decir, que está dirigi-
91
Disposiciones generales
Por ello, se dice que «los delitos públicos son aquellos en que el
Ministerio Público promueve oficiosamente y por su propia inicia
tiva el proceso penal y decide con plena autonomía -afortunada
mente vinculado por el principio de legalidad- en los términos de
sumisión o no sumisión de la infracción al juzgamiento. En suma,
relativamente para estos delitos vale enteramente el principio de la
oficialidad con el contenido ya señalado» (FIGUEROA DÍAS: 1990,
p. 87).
El Ministerio Público puede actuar en el proceso promoviendo la
acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de
los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, para lo cual
deberá ejercitar las acciones penales y civiles correspondientes. La
capacidad del Ministerio Público para actuar válidamente en el pro
ceso viene establecida por la función que desempeña dentro del
cuerpo creado por el Estado para administrar justicia y se desarro
lla con arreglo a los preceptos orgánicos que regulan el ingreso en
La acción penal flpt. I9
93
flpl, 12 Disposiciones generales
2.1. GENERALIDADES
El Estado en su calidad de titular áújus piiniendi, cuando en la comisión
de un delito, los intereses privados se sobreponen al interés público y la repre
sión interesa muy de cerca sólo al ofendido, reconoce al particular, en este
caso al ofendido, el derecho de acusar (Jus acusationis). En estos casos, se trata
de supuestos en que se ocasiona una lesión tenue a la sociedad, aun cuando la
afectación al particular pueda ser de trascendencia. Es decir, el bien jurídico
afectado tiene acentuadamente un carácter privado. Estos son los casos de
ejercicio privado de la acción penal, la misma que constituye una de las hipó
tesis de sustitución procesal, en la que el ofendido, busca concretar un dere
cho ajeno 'fas puniendi estatal", aun cuando el interés preeminente que persigue
el accionante (ofendido) generalmente es patrimonial o compensatorio.
2.2. C O N C E P T O
Es aquella acción que el legislador otorga exclusivamente al ofendido. Es
un acto de ejercicio de la acción penal, mediante la cual el particular asume la
cualidad de agente acusador a lo largo del proceso.
94
La acción penal flpl. 1g
2.3. CARACTERÍSTICAS
a) Iniciativa de parte.- Los actos procesales se practican a requeri
miento del ofendido. N o existe mecanismos de control al respecto,
dejando a la víctima de manera autónoma la potestad de decidir al
respecto.
b) Disponibilidad.- Significa que el ofendido puede renunciar o de-
sistirse de la acción. Sin embargo, no puede transigir para sugerir
una sanción a la otra parte, porque ello implicaría transigir sobre el
propio Jus P/o/k/icli, que no es suyo, sino del Estado. El accionante
tiene disponibilidad sobre la acción, no sobre el derecho de casti
gar, aun cuando la disponibilidad sobre la acción puede llevar a la
no punición. N o obstante, si el legislador plasma un delito de ejer
cicio privado de la acción opta conscientemente por la posibilidad
de no sancionar, pues la puesta en marcha del aparato judicial que
da a criterio e iniciativa del ofendido.
c) Extinción del proceso.- Conforme al artículo 464° y demás perti
nentes del Código, y los criterios desarrollados por la doctrina, la
acción penal privada puede extinguir el proceso por declinatoria,
renuncia, desistimiento, caducidad.
La renuncia, es la manifestación del ofendido de no promover la
acción penal. Ella no está condicionada y no depende del consenti
miento del autor del delito. Se entiende que la renuncia favorece o
comprende a todos los procesados.
El desistimiento, es la manifestación de voluntad de no dar prose
cución a una acción ya instaurada. En el proceso penal el desisti
miento extingue la punibilidad e impide un nuevo pedido.
La transacción, es el acuerdo al que el ofendido llega con el quere
llado, en cuyos términos renuncia o se desiste de la acción iniciada,
con lo que fenece el proceso.
La caducidad, es una figura que provoca la extinción del derecho
de acción con la subsecuente extinción del proceso así se encuentre
instaurado. Se puede dar por diversas causas, entre ellas:
Falleciendo el accionante o sobreviniendo su incapacidad no com
parezca para proseguir, dentro de un plazo determinado, el cónyu
ge, ascendiente, descendiente o hermano, etc.
El querellante deja de comparecer sin motivo justificado a cual
quier acto del proceso en que debe estar presente.
La caducidad con las demás causas extintivas de la punibilidad, es de
cretada de oficio por el juez independientemente del requerimiento del accio-
95
flpt. I 5 Disposiciones generales
2.4. LA Q U E R E L L A
La querella es el acto procesal por el cual se ejercita la acción privada por
uno o más delitos determinados, contra los presuntos autores ante el juez,
proveyendo lo medios para su comprobación. ODERJGO, expresa que: «Que
rella es el acto por el cual una persona legítimamente autorizada, ejercitando
la acción penal, pone en conocimiento del juez la noticia que tuviese acerca de
la comisión de un delito» ( O D E R I G O (1952: p. 12).
La querella constituye uno de los modos de iniciar el proceso, es decir,
que mediante ésta se ejercita la acción penal y eventualmente la acción civil
emergente de la comisión del delito. Por consiguiente, como dijera AGUILE
RA D E PAZ, «su carácter de actos en la causa, obliga al querellante a probar
los hechos por lo que querella, condición ineludible para que ella prospere» 31 .
El nuevo Código establece que en los delitos de persecución privada, la
acción penal se lleva a cabo directamente por el ofendido, mediante querella
(numeral 2) del artículo 1. Algunos sostienen que la querella es una condición
de procedibilidad, porque sin ella no se puede iniciar el proceso penal. Es por
así decirlo, su punto de partida, la condición imprescindible para que la fun
ción jurisdiccional pueda manifestarse ante la notitia criminis proveniente de las
personas autorizadas legalmente para darla. Sin embargo, se discute si es una
condición de procedibilidad, de punibilidad, o de ambas. Según L O N D O Ñ O
JIMÉNEZ, la querella es condición de procedibilidad por cuanto de lo que se
trata es de que el Estado pueda o no iniciar una investigación penal, según se
formule o no la correspondiente querella, por los hechos punibles que la
exigen y de parte de quien tenga derecho a hacerlo. Agrega el citado autor que
RAFAEL FONTECILLA también sostiene que es condición de procedibili
dad, mientras que MANZINI dice que es de punibilidad, al paso que CAR-
NELUTTI afirma que es condición de procedibilidad y de punibilidad (LON
D O Ñ O J I M É N E Z : 1989, p. 110).
31 Ver: AGUILHRA Dli PAZ; citado por: N O C I i ' m FASOLINO, Alfredo; en: Knaclopcdia
Jurídica Omcba '1'. XXIII, Pres - Razo (Querella), Buenos Aires, Bibliografía Omeba, 1967.
p. 941.
96
La acción penal flpt. 12
Por su parte, GARCÍA RAMÍREZ (1977: p. 342) señala que «la querella
es tanto una participación de conocimiento sobre la comisión de un delito, de
entre aquellos que sólo se pueden perseguir a instancia de parte, como una
declaración de voluntad, formulada por el interesado ante la autoridad perti
nente, a efecto de que, tomada en cuenta la existencia del delito, se le persiga
jurídicamente y se sancione a los responsables» .
2.5. H E C H O S P U N I B L E S Q U E SE V E N T I L A N E N E L PROCESO
POR QUERELLA
En el Código Penal vigente están señalados los hechos punibles que
exigen querella de una parte, para que el Estado pueda iniciar el ejercicio de su
potestad punitiva.
Si nos detenemos a reparar en cuanto al bien jurídico que comprende
cada una de estas figuras delictivas se aprecia que se trata de conductas que
escasamente trascienden a la opinión pública, por lo que se podría decir que la
colectividad misma no se siente afectada con tales comportamientos; por ello,
el legislador condiciona el poder coercitivo del Estado a la decisión del quere
llante legítimo con respecto al procesamiento por el hecho punible del cual
resultó directamente ofendido o perjudicado.
El catálogo de estos hechos punibles es el siguiente: lesiones culposas
leves (art. 124° - I o C.P.), Delitos contra el honor -Injuria, Calumnia y Difa
mación (art. 130° al 137° C.P.), Violación de la intimidad (art. 154° y 157°),
entre otros.
97
flpt. 2° Disposiciones generales
98
La acción penal flpf, 29
>§. COMENTARIO
1. GENERALIDADES
Una de las cuestiones más importantes que se plantean en un sistema
penal de enjuiciamiento es, como señalaba BELING (1943: p. 25), la de deci
dir «si la autoridad encargada de la acusación, en los casos en que la Ley
parece jusüficar la condena, puede o pudiera quedar facultada para omitir la
persecución por no considerarla oportuna o conveniente, por ejemplo, por
razones de la nimiedad de la infracción (MÍNIMA N O N CURAT PRAE-
TOR) o por temor al escándalo público o por temor a costas procesales con
siderables. El principio de legalidad niega tal facultad a la autoridad encargada
de la acusación (coacción de persecución), mientras que, por el contrario, el
principio de oportunidad se la concede».
Autores como G I M E N O SENDRA (1997: p. 7), refieren que a través de
este principio se «... faculta al titular de la acción penal para disponer, bajo deter
minadas condiciones, de su ejercicio, con independencia de que se haya acredi
tado la existencia de un hecho punible contra un autor determinado». El Fiscal
puede entonces abstenerse del ejercicio de la acción penal y archivar la causa
seguida por delitos de escasa entidad, por razón de economía procesal, la falta
de interés social, la resocialización del acusado o la inutilidad de la pena.
Por su parte, ARMENTA D E U (1991: p. 133) advierte su coincidencia
sustancial con las definiciones alemanas, y a tal respecto recoge la de Roxin,
100
La acción penal APt. 2 9
para quien tal principio «permite al Fiscal elegir entre accionar o archivar cuando la
investigación Impuesto de manifiesto que el acusado ha delinquido con una probabilidad
rayana en la certera».
PEDRAZA PENALVA (1999: p. 313) relaciona el principio de oportu
nidad con el de proporcionalidad, dotado de gran protagonismo en los últi
mos tiempos y rico en connotaciones constitucionales. N o obstante, parece
que la mejor comprensión de aquel principio ha de lograrse a través del bino
mio o confrontación «principio de legalidad - principio de oportunidad». Esto
es así hasta el extremo de que, según se ha dicho, cualquier concepción que se
adopte del principio de oportunidad debe partir inexcusablemente del princi
pio de legalidad, ya sea para considerar al primero excepción del segundo, ya
sea para entender que aquél se encuentra incluido en éste.
Entre los primeros planteamientos en esta cuestión se encuentran los de
Goldschmidt y Beling, quienes, si bien reconocen que sólo el respeto a la
legalidad garantiza la correcta realización de la justicia punitiva, no cierran el
paso a la posibilidad de apreciar excepciones justificadas por razones diversas.
Se dice entonces que, paradójicamente, ese principio de oportunidad puede
redundar en favor de la justicia material y evitar procedimientos judiciales en
supuestos que no merecen verdadera atención, como es el caso de las infrac
ciones llamadas de bagatela.
Por otro lado, hay autores como M O N T E R O AROCA (1994: p. 21 y
ss), que han expresado, su oposición al principio de oportunidad a cargo del
Fiscal, en la concepción de la situación y naturaleza jurídica del Ministerio
Fiscal en España, y advierte que cuando se habla de oportunidad no se está
haciendo referencia a los particulares, en cuanto acusadores y a su poder de
disposición en el proceso penal, ni tampoco atiende a un aumento de faculta
des del Juez, sino que se está haciendo referencia al fortalecimiento y aumen
to de poderes al Ministerio Público. Y agrega que el Fiscal tendrá facultad y
libertad para decidir sobre el ejercicio de la acción penal, es decir, para no
ejercitarla en determinadas condiciones, no iniciándose el proceso penal a
pesar de la existencia de un hecho aparentemente delictivo, y a decidir tam
bién, sobre la conclusión del proceso sin sentencia, a pesar que del proceso se
desprendiera la existencia del delito.
En nuestra legislación procesal penal se ha decidido, por criterios de
Política Criminal, dar facultades al representante del Ministerio Público para
dejar de ejercer la acción penal bajo ciertos supuestos, dada la imposibilidad
de investigar y perseguir todos los delitos que se cometen y que ingresan al
sistema de administración de justicia penal.
101
APt. 2° Disposiciones generales
2. SISTEMAS D E L PRINCIPIO D E O P O R T U N I D A D
En relación con la aplicación del principio de oportunidad existen dos
concepciones distintas: la tasada o reglada y la libre o discrecional A la primera
corresponde el sistema alemán y a la segunda los sistemas inglés y de Estados
Unidos.
El principio de oportunidad puede establecerse mediante un catálogo
cerrado en los que el Fiscal está facultado para dejar de ejercitar la acción
penal o, por el contrario, puede abandonarse completamente a su arbitrio la
determinación de la conveniencia o no del ejercicio de la acción penal.
102
La acción penal flp|. 22
DÍA (1996: p. 85) indica que la característica de este sistema está en que la ley
prevé los supuestos bajo los cuales el Fiscal puede declinar la persecución
penal y decidir por el archivamiento del caso.
CONDE-PUMPIDO (1989: p. 25) por su parte señala una doble argumenta
ción: en primer lugar, se reconoce que en el proceso penal, al lado de los
espacios de conflicto deben existir espacios de consenso y que a diferencia de la
criminalidad grave, la criminalidad menor, con frecuencia no conflictiva y
constitutiva de hechos aislados y no repetibles en la vida del autor, debe con
ducir a soluciones de consenso, que contribuyan a la no estigmatización de
quien, por la ocasionalidad de su infracción, no es propiamente un delincuen
te. En tales casos, la búsqueda de la pacificación del proceso a través del
consenso es un imperativo ético-jurídico.
SÁNCHEZ VELARDE (2004: p. 368) señala que este principio tiene su
origen en la Recomendación N° R (87) 18 del Comité de Ministerios de Esta
dos miembros del Consejo de Europa sobre la simplificación de la justicia
penal y en donde se aconseja recurrir al principio de oportunidad en los casos
que lo permite el contexto histórico y la Constitución de cada Estado, renun
ciando al inicio del procedimiento penal o dando término al ya iniciado, por
razones de oportunidad establecidas por la ley. Su aplicación debe sustentarse en
bases como el interés público, y debe inspirarse en el principio de igualdad y en
la individualización de la justicia penal, teniendo en cuenta la personalidad del
denunciado, la condena a imponerse, los efectos de ésta sobre el denunciado
y la situación de la víctima. El archivo temporal o definitivo de las actuaciones
por oportunidad podrá estar sujeto a determinadas condiciones, como por
ejemplo el cumplimiento de la reparación del daño o el consentimiento vo
luntario del imputado.
103
API. 2 Q Disposiciones generales
3. SUPUESTOS
Los supuestos que prevé el Código para la procedencia del principio de
oportunidad son:
a) Por circunstancias personales del agente.- Este supuesto es el
caso del agresor — víctima, esto es, cuando el agente ha sido afecta
do como consecuencia del delito cometido. El delito puede ser de
carácter doloso o culposo; no obstante ha de entenderse que se
trata de aquellos delitos que no pueden ser considerados como gra
ves, pues se señala que la pena para el delito doloso no debe ser
mayor de cuatro años.
N o se requiere, en este apartado, la reparación del daño causado,
siendo ello comprensible dado que el delito ha ocasionado al agen
te una afectación grave y directa. El fundamento de este supuesto
se encuentra en que se intenta evitar una doble sanción para el cau
sante del delito, ya que la pena para imponérsele sólo acrecentaría el
propio daño sufrido.
Cuando el código hace referencia a que el agente haya sido afectado
gravemente por las consecuencias de su delito, debe entenderse que
las consecuencias del delito para el autor del mismo deben ser espe
cialmente relevantes, de tal manera que éstas deben verificarse ya
sea como daño corporal, esto es, con grave daño a su salud o inte
gridad física o, de índole económico, es decir, un evidente perjuicio
a su patrimonio; o también de carácter psicológico o emocional, el
que ha de manifestarse con un notorio sufrimiento y angustia. Así,
SÁNCHEZ VELARDE (2004: p. 379-380) precisa que no cabe
investigar, juzgar y sancionar penalmente al autor de hurto que quedó
inválido como consecuencia de su actuar delictivo; o al autor de
lesiones graves en perjuicio suyo o de su hijo, como consecuencia
de su actuar culposo.
b) Mínima gravedad de la infracción.- En este supuesto, nos en
contramos con los casos de insignificante afectación al interés pú
blico o de escaso impacto social. Son los llamados delitos de «baga
tela». El delito cometido puede ser doloso o culposo, siempre y
cuando la pena mínima no supere los dos años (encontrándonos
ante una amplia cobertura de delitos). Es necesaria la reparación
104
La acción penal flpt. 2S
105
API. 2 9 Disposiciones generales
4. A C U E R D O REPARATORIO
4.1. CONCEPTO
El acuerdo reparatorio es el acuerdo de voluntades al que llegan el impu
tado y el agraviado, propuesto por el Fiscal a solicitud del imputado o la vic
tima, con la finalidad de resarcir el daño ocasionado por el delito perpetrado,
siendo su consecuente directo la abstención del ejercicio de la acción penal.
Estos acuerdos se realizan cuando se trata de delitos cuyos bienes jurídicos
son disponibles o de carácter patrimonial, o delitos de lesiones leves.
4.2. IMPROCEDENCIA
Los supuesto de improcedencia que prevé el Código son los siguientes:
a) Pluralidad de victimas
Resulta improcedente el acuerdo reparatorio cuando haya plurali
dad importante de víctimas. N o basta con que haya pluralidad de
víctimas, es decir, más de dos personas, sino que éstas, a considera
ción del Fiscal, sean importantes. La expresión «sean importantes»
es subjetiva, y por tanto deja en libertad para que el Fiscal pueda
decidir libremente cuando está ante un importante número de víc
timas.
b) Concurso con otro delito.
Otro supuesto de improcedencia de acuerdo reparatorio se presen
ta cuando se trata de alguno de los delitos en los que procedería el
principio de oportunidad o el propio acuerdo reparatorio, sin em
bargo, se presenta un concurso real o ideal o medial con otro delito
de igual o mayor gravedad. Claro que la propia norma faculta el
106
La acción penal flpj, 3°
4.3. EFECTOS
El efecto directo del acuerdo reparatorio es que el Fiscal se abstiene de
ejercitar la acción penal, esto es, aplica el principio de oportunidad, con lo que
se extingue el derecho del Estado de ejercitar su facultad persecutoria; salvo,
claro está, los supuestos de incumplimiento del acuerdo, o las demás condi
ciones, en cuyo caso se viabilizará la acción penal. Para ello, el Fiscal propone
el acuerdo de oficio o a pedido de las partes. Las partes fijarán el monto o de
ser el caso el mismo Fiscal la fijará. Si éstas están de acuerdo con la pactado o
con lo propuesto por el Fiscal no se ejercita la acción penal.
4.4. TRÁMITE
El trámite del acuerdo reparatorio es de carácter obligatorio, es decir, el
Fiscal antes de iniciar el ejercicio de la acción penal debe plantear éste acuerdo
entre el imputado y la víctima. De no proponerse el acuerdo reparatorio pro
cede plantear cuestión previa.
^ COMENTARIO
El Fiscal Penal dispondrá la normalización y la continuación de la Inves
tigación Preparatoria cuando:
a) N o resulte aplicable el principio de oportunidad o de haberse apli
cado el imputado haya incumplido con reparar los daños y perjui
cios (reparación civil).
b) N o resulten aplicables los acuerdos reparatorios o no se quiera cum
plir con las formalidades previstas en el inciso 6) del artículo 2 o del
C.P.P; es decir, la presentación del acuerdo reparatorio en un ins-
107
flPt. <Je Disposiciones generales
108
La acción penal fipf. 49
>5k COMENTARIO
Este artículo así como los dos siguientes, está referido a los medios de
defensa técnicos que la norma procesal penal otorga al imputado para contra
rrestar la acción persecutoria del delito. Estos medios pueden definirse como
los mecanismos jurídicos de carácter procesal con los que cuenta el imputado
durante el decurso del proceso para atacar la acción penal incoada en su con
tra. Dichos mecanismos de defensa integran dos grupos. Aquellos que sólo
obstaculizan el ejercicio de la acción penal y los que la extinguen. Entre los
primeros están las cuestiones previas, las cuestiones prejudiciales y la excep
ción de naturaleza de juicio. Entre los segundos están la excepción de natura
leza de acción, cosa juzgada, amnistía y prescripción.
Este artículo está referido específicamente a la cuestión previa. Esta al decir
de VILLAGARAY HURTADO (1981: p. 95) es un obstáculo o medio defensivo del
que hace uso el imputado cuando se le inicia instrucción (entiéndase investi
gación preparatoria) sin hallarse expedita la acción penal por faltar algún ele
mento o requisito de procedibilidad previsto, en casos excepcionales, por el
Código Penal o por leyes especiales; criterio que como podrá notarse con
cuerda debidamente con el contenido de este artículo. Puede interponerse
después de iniciada la investigación preparatoria hasta la etapa intermedia
(audiencia de control de la acusación). Su efecto es que, si el órgano jurisdic
cional la declara fundada se anulará lo actuado; lo cual no impide que se vuel
va a iniciar nuevamente la investigación preparatoria luego que el requisito
omitido se haya satisfecho.
Las características de la cuestión previa son:
1. Se interpone dentro de la investigación preparatoria.
2. Es un medio de defensa propio del imputado.
3. Está vinculada directamente con el inicio de la investigación prepa
ratoria.
4. Es objetiva. N o obedece a criterios subjetivos, puesto que única
mente se puede plantear ante la omisión a un requisito previsto por
la ley de manera expresa.
5. N o extingue la acción penal, puesto que la acción se puede volver a
plantear una vez subsanada la omisión.
Desde la perspectiva jurisprudencial, SÁNCHEZ VELARDE (2004: p.
340) señala que la ley establece en qué casos procede la cuestión previa.
109
API. 4 9 Disposiciones generales
E n el Código Penal:
1. Omisión de asistencia familiar (art. 149°) cuando se exige la resolu
ción judicial que establece la obligación. Además, se exige la notifi
cación debida al obligado bajo apercibimiento de ser denunciado
penalmente. Aun cuando en este caso, el requisito de procedibili-
dad no está expresamente establecido por el artículo indicado, como
sí lo hacía la ley de Abandono de Familia N° 13906, por lo que
puede discutirse si prospera o no en este caso.
2. Quiebra fraudulenta (arts. 209° y 211°) cuando se exige la declara
ción de quiebra o estado de liquidación.
3. Libramiento indebido (art. 215°) cuando se exige que el agente sea
informado de la falta de pago mediante protesto u otra forma do
cumentada de requerimiento.
En Leyes Especiales:
1. Sobre Competencia desleal, D. L. N° 26122, de represión sobre
competencia desleal, art. 32°, cuando se establece que antes de ini
ciar la acción penal por los delitos a que se refieren los arts. 165,
190,191, 216,217, 218, 219, 220, 222, 223,224, 225, 238, 239 y 240
del C.P., en lo relacionado con la materia de dicha ley, el Fiscal de
berá solicitar el Informe técnico del I N D E C O P I . Se agrega que
dicho informe constituye uno de los elementos a ser apreciado por
el juez o tribunal al emitir resolución o sentencia.
2. Sobre Propiedad Industrial, D. Leg. N° 823, 3 a Disposición Final,
cuando establece —en términos parecidos a la ley anterior- que an
tes de iniciar la acción penal por los delitos a que se refieren los arts.
222, 223, 224, 225 y 240 del C.R, el Fiscal deberá solicitar a la Ofi
cina competente de INDECOPI. Dicho informe "deberá ser meri-
tuado por el juez o el tribunal al momento de expedir resolución".
3. Sobre delitos ecológicos, Ley N° 26631, cuando se establece que la
formalización de la denuncia por los delitos tipificados en el Título
Décimo Tercero del Libro Segundo del C.P., requerirá de las enti
dades sectoriales competentes opinión por escrito sobre si se ha
infringido la legislación ambiental. El Fiscal deberá ameritar los in
formes de las autoridades sectoriales competentes o del Consejo
Nacional del Ambiente según fuera el caso. Se agrega que en los
casos en que el inversionista dueño o titular de una actividad pro
ductiva contare con programas específicos de adecuación y manejo
ambiental -PAMA- esté poniendo en marcha dichos programas o
ejecutándolos, o cuente con estudio de impacto ambiental, sólo se
110
La acción penal flpt. 52
>5k COMENTARIO
Este artículo está referido a la Cuestión Prejudicial que, tal como refiere
O R E GURDIA (1996: p. 211), es un medio técnico de defensa que se susten
ta en la necesidad de una declaración extrapenal como antecedente necesario
para la continuación del proceso. Implica una relación lógico-jurídico entre la
declaración extrapenal que se requiere y uno de los elementos de la imputa
ción. La decisión extrapenal, puede estar vinculada a uno o más de los ele
mentos del tipo penal, o a algún presupuesto de la responsabilidad penal o
inclusive a alguna condición de la culpabilidad o punibilidad. Así pues, se
tiene que suspender el proceso penal hasta que en el procedimiento extra
111
flpt. 6 g Disposiciones generales _____
112
La acción penal flpt. 6Q
"Sk COMENTARIO
113
API. 6 9 Disposiciones generales
32 Expediente N° 3170-94-B, Lima. En: ROJJASI PELLA: Ejecutorias Supremas penales, 1993-
1996, Lcgrima, Lima, 1997; p. 282-284.
33 Sentencia N" 4587-2004-AA/'i'C (Caso Santiago Martín Rivas, fundamento 76 y 77).
na
La acción penal flp|. 6Q
115
APt. 7 9 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
Como ya se ha indicado, estos medios técnicos de defensa se plantearán
una vez que el Fiscal ha iniciado formalmente la investigación preparatoria
comunicando al Juez. Al plantearlas se deberá aportar los fundamentos que la
sustenten y se acompañará u ofrecerá la prueba correspondiente. También se
podrá plantear en la etapa intermedia y necesariamente deberán ser resueltas
antes de que ésta culmine, a excepción de la cuestión prejudicial que sólo
podrá deducirse en la investigación preparatoria. Como la norma expresa
mente lo indica también pueden ser declaradas de oficio.
^ COMENTARIO
Con el cambio del modelo procesal, en el que la investigación preparato
ria (equivalente a la actual instrucción judicial) queda a cargo del Fiscal, la
forma cómo se interponen y tramitan estos medios de defensa, han experi
mentado un cambió significativo; puesto que ya no se deducen ante la propia
autoridad que lleva a cabo la instrucción o investigación; no se presentan ante
el Fiscal que investiga y lleva los actuados, sino ante el Juez de la investigación
preparatoria. El Juez con la solicitud del medio de defensa y sus acompaña
dos, recabará la información pertinente del Fiscal y citará para audiencia; en
ésta el Fiscal exhibirá el expediente para su examen por parte del Juez. Éste
resolverá luego de la audiencia, o dentro de los dos días subsiguientes, pu-
diendo retener el expediente fiscal mediante auto motivado. Si hubieran pro
cesados en igual situación o condición jurídica, estos medios técnicos benefi
ciarán a todos.
En caso de apelación se elevará el expediente formado en sede judicial,
al que deberá agregarse las copias pertinentes del expediente fiscal. En caso
de que el Fiscal no cumpliera con adjuntar las copias en cuestión, el propio
Juez podrá instarle dicho cumplimiento sin perjuicio de poner los hechos en
conocimiento del Fiscal Superior.
"S. COMENTARIO
Cuando la norma hace mención a proceso extra penal, se refiere a otros
procesos judiciales como laborales, comerciales, civiles, de familia, contencio
so administrativo, etc. Aun cuando se podría sostener que también se incluye
a procesos administrativos, consideramos que esta posibilidad debe descar
tarse, al establecer la norma expresamente, que será el Juez extra-penal, quien
de oficio o a pedido de parte deba comunicar al Ministerio Público, aprecián-
118
__ La acción penal flp|, 10S
119
r
SECCIÓN II
LA ACCIÓN CIVIL
1. P R E T E N S I Ó N PUNITIVA D E L ESTADO
Superada la época de la venganza privada, y monopolizada la potestad
de resolver los conflictos sociales más graves por parte del Estado, en su
calidad de titular de la Soberanía Estatal, éste queda obligado a proteger los
bienes jurídicos vitales de la sociedad; para lo cual se le reconoce la facultad de
imponer la pena pública a los infractores de la ley penal. Consecuentemente,
cuando se comete un delito, afectando a un bien jurídico penalmente tutela
do, surge un conflicto entre el Estado y el agente del delito, generándose de
este modo la pretensión del Estado de imponerle la sanción penal. Para ejer
citar esta pretensión, se ha instituido el organismo estatal correspondiente, en
este caso el Ministerio Público, al mismo que se ha asignado la titularidad de la
persecución del delito -excepto en los casos en que se ha reservado la facultad
persecutoria al propio agraviado (ejercicio privado de la acción penal)-; la
121
Disposiciones generales
2. P R E T E N S I Ó N RESARCITORIA D E L O F E N D I D O
Igualmente, como quiera que con el delito se ha afectado un interés par
ticular o privado, afectación consistente en la lesión causada al bien jurídico
particular, inmediatamente surge la pretensión del titular de dicho bien, de
solicitar al agente del delito, la prestación reparatoria o resarcitoria (repa
ración civil); a la vez que simultáneamente surge a cargo del agente, la obli
gación de reparar este daño o resarcir el interés afectado. El titular de la pre
tensión resarcitoria, puede ejercitarla recurriendo directamente al agente del
daño, solicitándole el cumplimiento de la obligación, y de ser satisfecha su
pretensión, se habrá restablecido el interés lesionado y desaparecido la fuente
de conflicto entre el afectado y el agente; de lo contrario, tendrá expedito el
derecho de recurrir ante la autoridad competente, a través del correspondien
te proceso judicial.
122
La acción civil
123
Disposiciones generales .
4. F U N D A M E N T O S D E LA ACUMULACIÓN
a) Unidad de la fuente o conexión objetiva.- La acumulación de
ambas acciones en el proceso penal se fundamenta en la unidad de
fuente de las pretensiones penal y civil (resarcitoria), esto es, existe
conexión objetiva entre ambas al sustentarse en el mismo hecho (el
delito); por lo que ambas acciones están orientadas a probar la exis
tencia del hecho y las circunstancias en que éste se perpetró, así
como la incidencia que ha tenido en la lesión del bien jurídico. Como
refiere CREUS (1985: p.61): "La relación procesal (...) que se desa
rrolla en el proceso tiene un mismo y único objeto histórico, es
decir, el hecho que en cuanto posiblemente delictuoso, se investiga
y trata de juzgarse en el proceso penal: es sobre él que se despliega
ía actividad de todos los sujetos que intervienen en ese proceso,
incluida la de las partes civiles. En otras palabras: el hecho presun
tamente delictuoso es considerado en el proceso en dos aspectos, el
de derecho penal y el de derecho civil"; o como refiere ROXIN
(2003: p.538) "Cuando de un hecho punible nacen pretensiones
patrimoniales es muy natural atender las pretensiones de resarci
miento del ofendido ya en el procedimiento penal, para evitar el
doble trabajo". Entonces lo probado en el proceso, en relación al
hecho, a la participación del incriminado, al resultado lesivo, a la
relación de causalidad y demás aspectos del delito, servirán para
resolver conjuntamente ambas acciones; lo que determina y justifi
ca el conocimiento y resolución conjunta de ambas pretensiones.
b) Confluencia de interés público e interés privado en el resarci
miento del daño.- Aun cuando la pretensión resarcitoria es de
naturaleza privada por el hecho que el delito afecta bienes jurídicos
vitales de la comunidad, también existe interés público en la repara
ción de los daños ocasionados por el mismo, y es este interés el que
justifica que en varios de los ordenamientos jurídicos se faculte al
Órgano persecutor oficial, perseguir el resarcimiento en el proceso
penal; estableciéndose, tal como lo refiere CREUS "una especie de
consorcio necesario entre el particular damnificado y el Estado, en
cuanto ambos persiguen en común la declaración de certeza del
delito". Ello hace posible que la reparación civil pueda perseguirse
en el proceso penal aun cuando el agraviado no ejercite su preten
sión.
5. VENTAJAS D E LA ACUMULACIÓN
a) Economía procesal.- Con la acumulación se resuelven conjunta
mente ambas pretensiones, con la consiguiente economía procesal
para el inculpado, para el agraviado y para la propia administración
12a
La acción civil
125
Disposiciones generales
6. DESVENTAJAS D E LA ACUMULACIÓN
a) Se estaría restringiendo las posibilidades de defensa del procesado,
porque en una acción civil independiente y en sede civil, éste ten
dría la posibilidad de hacer valer derechos que no puede hacerlos
valer en el proceso penal; sobre todo si se tiene en cuenta que ade
más de las actuaciones a cargo del ofendido tendrá la persecución
del representante del Ministerio Publico. Sin embargo, creemos que
esto no constituye propiamente una desventaja, porque las faculta
des del procesado y del agraviado o actor civil quedan debidamente
determinadas en el proceso, y el Juez está obligado a racionalizar la
actuación de cada uno de estos actores. Más aún si se tiene en cuen
ta que la moderna tendencia se orienta por rescatar el papel de la
víctima en el proceso penal.
b) La posibilidad de que, dada la distinta naturaleza y complejidad de
la acción civil, en algunos casos, se pueda introducir elementos dila
torios que desnaturalizarían la esencia del proceso penal. Igualmen
te, este situación no resulta relevante, porque será el Juez quien
racionalice los medios utilizados en la probanza de los extremos de
las pretensiones ventiladas en el proceso, y la prueba de la entidad
del daño sufrido así como su magnitud, constituyen parte de la
probanza del propio hecho delictivo; por lo que la complejidad de
la determinación del daño implica la complejidad del propio delito
investigado y su prueba conjunta se hace necesaria.
126
La acción civil flpt. H2
127
APt. Í 1 9 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
El numeral 1)
Establece quienes son los titulares del ejercicio de la acción resarcitoria,
es decir los autorizados para pretender o insertar la acción civil en el proceso
penal. Estableciendo que es el perjudicado o agraviado por el delito, quien de
modo preeminente dene dicha titularidad, concediéndole al Ministerio Públi
co esta facultad sólo de modo subsidiario o complementario.
a) Ejercicio por el perjudicado o agraviado
La acción resarcitoria debe ser ejercitada fundamentalmente por el
agraviado o perjudicado por del delito, y al ejercerla se convierte en
Actor Civil e.r\ del proceso penal; al constituirse en actor civil adquie
re la calidad de "demandante"de. la pretensión resarcitoria. Claro está
que dentro de este proceso, el "demandante" tendrá que sujetarse a
las normas del proceso penal, pero de manera supletoria se regirá
por las normas del proceso civil, de conformidad a lo dispuesto por
la primera disposición final de nuestro Código Procesal Civil, así
como de las normas del Código Civil. En tal virtud, tendrá la más
amplia gama de derechos y facultades procesales para acreditar su
pretensión, así como para probar la entidad y magnitud del daño
sufrido. Desde luego que, cuando se aplique supletoriamente las^
normas del Código Procesal Civil, Código Civil, y demás normas
complementarias y conexas, éstas cederán su vigencia a favor de las
normas propias del sistema penal, cuando la naturaleza del proceso
penal así lo exija.
b) Ejercicio por el Ministerio Público
Como se ha indicado en páginas anteriores, además del interés públi
co de la sociedad en la imposición de la pena, existe un 'interés
público' de ésta, en el resarcimiento del daño proveniente del deli
to, o sea en la reparación civil. Es este interés el que fundamenta y
legitima al Ministerio Público para ejercitar la pretensión resarcito
ria dentro del proceso penal; constituyendo este ejercicio, más que
una facultad del Ministerio Público, una obligación. En este senti
do, en el proceso penal se perseguirá la reparación del daño, inde
pendientemente del hecho de que el agraviado ejercite o no la ac
ción civil resarcitoria. Sin embargo, la actuación del Ministerio Pú
blico sólo será subsidiaria, esto es, sólo a falta de la intervención del
agraviado; tanto así que, si luego de su intervención se presentara el
agraviado constituyéndose en actor civil, las facultades del Ministe
rio Público automáticamente quedan relegadas, perdiendo toda le-
128
La acción civil flpj. T|9
El numeral 2)
Está referido al ámbito o contenido de la pretensión resarcitoria dentro
del proceso penal, y remite al artículo 93° del Código Penal referido a los
modos o formas que puede asumir dicha pretensión. Esto es, se refiere a la
restitución también llamada "reparación en especie o in natura", dentro de la
que también comprende al pago del valor del bien o especie, así como a la
reparación en dinero llamada también indemnización. Agregando que pueden
acumularse dentro de la acción resarcitoria la pretensión anulatoria. Es decir, la
acción civil en el proceso penal faculta al agraviado a ejercitar acumulativa
mente la pretensión restitutoria, la indemnizatoria y la anulatoria.
a) Pretensión restitutoria
Consiste en la reposición de la cosa al estado en que se encontraba
antes del hecho dañoso; constituye el restablecimiento de la situa-
129
flPt. 11e Disposiciones generales
130
La acción civil flpt. \\S
131
ftPt. 12s Disposiciones generales
132
La acción civil flpt, 129
^ COMENTARIO
Este artículo prevé tres situaciones debidamente diferenciadas en cada
uno de sus numerales, las dos últimas, creemos, con todo acierto mas no así la
primera, que como ya lo hemos indicado, presenta múltiples inconvenientes
en cuanto a la facultad que se le concede al agraviado de concurrir a la vía
civil, una vez concluido el proceso penal. Veamos sintéticamente cada nume
ral.
El numeral 1)
Está referido a las facultades que tiene el perjudicado, para ejercer la
acción civil resarcitoria tanto en el propio proceso penal así como en un pro
ceso civil, precisando que de elegirse una de las vías ya no se podrá ejercitar en
la otra. Sobre este punto ya nos hemos pronunciado en múltiples oportunida
des, respecto a su inconveniencia; pues, coincidiendo con la Propuesta del
Ministerio Publico hecha llegar a la Comisión que elaboró el Proyecto y tam
bién con la Propuesta del llamado "Proyecto Huanchaco" y la propuesta del
Ministerio Público en el seno de la Comisión de Implementación del Código
Procesal Penal, creemos que debe eliminarse la posibilidad de que el agravia
do pueda recurrir a la vía civil, alternativamente a la vía penal, tanto durante,
así como después del Proceso penal. Pues, resulta de suma importancia tener
una perspectiva global del proceso penal dentro de la Administración de Jus
ticia en general, y tener en cuenta que si se deja abierta la posibilidad de que el
agraviado por el delito pueda recurrir a la vía civil, en la mayoría de casos van
a existir dos procesos para resolver un conflicto surgido del mismo hecho (el
delito), es decir que tiene una misma fuente; con el correspondiente doble
esfuerzo y costo, tanto para la administración de justicia, así como para el
agraviado, el inculpado y eventuales terceros. Pues, conociendo la idiosincra
sia de nuestros operadores jurídicos (especialmente los abogados patrocinan
tes), siempre se va a diferir o mediatizar la reparación civil en el proceso penal,
esperándose un posterior proceso civil; convirtiéndose el proceso penal en
irrelevante e innecesario para el agraviado o titular de la pretensión resarcito
ria. Con ello finalmente, se va a producir el efecto contrario del esperado,
respecto de un verdadero resarcimiento del daño ocasionado por el delito.
133
flPt. 12 9 Disposiciones generales
El numeral 2)
Este inciso acertadamente establece que de no poderse continuar con el
proceso penal por cualquier razón, la acción civil resarcitoria puede ejercitar
se en la vía civil. Sin embargo, creemos que resulta bastante restrictivo, y no
abarca todos los supuestos en que puede recurrirse a la vía civil. Pues se refie
re únicamente a los casos en que el proceso se reserva o se suspende, dejando de
lado los casos en que el proceso fenece por cualquier causal de extinción de la
acción penal sin haberse llegado al estado de emitir sentencia; por ejemplo no
puede continuar la persecución penal y terminar el proceso penal por amnis
tía, por muerte del agente del delito, incluso por prescripción de la acción
penal etc., en los cuales el proceso no se suspende ni se reserva sino se extin
gue o caduca sin haberse llegado a determinar la existencia, entidad y magni
tud del daño ocasionado. En estos casos no existe impedimento para recurrir
a la vía civil; sin embargo el contenido de este numeral genera oscuridad al
respecto.
E n tal sentido, debiera agregarse a este inciso: "o la acción penal se extinguie
se sin haberse llegado el establecer la existencia, entidad y magnitud del daño ".
Numeral 3)
Este inciso ha introducido un cambio muy positivo en el sistema, pues
con la normatividad vigente, al dictarse sentencia absolutoria, aun cuando se
hubiese determinado la existencia del daño, su entidad y magnitud, el juez no
puede pronunciarse respecto a la reparación civil, en observancia del artículo
92° del Código Penal que establece que la reparación civil se establece conjun
tamente con la pena, y como no se ha impuesto pena, tampoco se podrá
determinar la reparación civil. Ahora, con este dispositivo, si se ha determina
do el contenido de la reparación civil, el juez tendrá que resolver este extremo,
aún cuando tenga que absolver al encausado o sobreseer el proceso. Tales
sería los casos en que se absuelve por atipicidad de la conducta, por ejemplo el
caso de ausencia de dolo en el delito de daños (pero se acredita la existencia
del daño y el actuar negligente del imputado); se absuelve por causales de
exculpación, como error de prohibición, miedo insuperable o se determina la
inimputabilidad del agente; igualmente, si nos encontramos ante la presencia
de una excusa absolutoria (hurto entre parientes art. 208° del Código Penal,
etc.); también en los casos en que se exija una condición objetiva de punibili-
dad; o se trate de un supuesto de exención de pena conforme al artículo 68°
134
La acción civil flpj. 13 2
del Código Penal. En todos estos casos el Juez deberá proceder a establecer la
reparación civil correspondiente, aun cuando absuelva al procesado o sobre
sea la causa.
>§. COMENTARIO
Como en todos los casos del ejercicio de una acción judicial sustentada
en una pretensión privada del actor, en este artículo se establece la viabilidad
del desistimiento de la pretensión resarcitoria en el proceso penal. El desisti
miento, como toda forma especial de conclusión del proceso, extingue la rela
ción procesal; en este caso, la relación procesal de carácter civil insertada en el
proceso penal; y por tanto, la resolución que aprueba el desistimiento, da por
concluido el proceso en este extremo. Tiene sentido este artículo en la medida
que la oportunidad del desistimiento determina la posibilidad de ejercitar la
pretensión en la vía civil; pues si se realizara, solicitara o presentara el desisti
miento después de iniciada la etapa intermedia, de todas maneras la preten
sión resarcitoria será ventilada en el juicio y se resolverá en la sentencia, no
pudiéndose ejercitar la referida pretensión en la otra vía.
Sin embargo, es necesario precisar que el legislador no ha tenido una
idea clara respecto a esta institución; pues como se sabe, en el ámbito civil, se
diferencia claramente el desistimiento del proceso y el desistimiento de la
pretensión. En el primer caso, el desistimiento genera la conclusión del pro
ceso sin afectar la pretensión, en este caso la pretensión resarcitoria del agra
viado, la que podrá ser ejercitada en otro proceso judicial; en el segundo caso
(desistimiento de la pretensión) en cambio, se extingue la pretensión y por
tanto concluye el proceso produciendo los efectos de la cosa juzgada, tal como
se establece en el artículo 344° del Código Procesal Civil; consecuentemente,
ya no se puede iniciar acción judicial alguna, sea en la vía penal o en la vía civil.
En este sentido el artículo en comentario no resulta claro. N o obstante, estan
do a la ratio kgis de esta norma, debemos entender que el legislador quiere
referirse propiamente al desistimiento de la relación procesal surgida a raíz del
ejercicio de la pretensión resarcitoria (desistimiento del proceso) más no así al
desistimiento de la pretensión. Pues, establece que el actor civil se desiste del
135
API. M 9 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
Al igual que en el caso del desistimiento, la transacción como forma
especial de conclusión del proceso, extinguirá la relación procesal sustentada
en la pretensión resarcitoria ejercitada en el proceso penal por parte del actor
civil; no existiendo limitaciones o condicionamientos respecto a la forma como
136
La acción civil flpj. 15a
debe operar la transacción, pues las partes (actor civil y procesado y eventual-
mente el tercero civil), tienen plenas facultades para realizar la transacción, en
la que pueden incluir cualquiera de las formas de extinción de las obligaciones
previstas en el Código Civil o las formas previstas por el Código Procesal
Civü.
La transacción procederá aún cuando el agraviado no se hubiese consti
tuido en actor civil, pues en todos los casos, es el titular de la pretensión
resarcitoria, y por tanto puede ejercitarla en cualquier momento; el hecho de
accionar civilmente en el proceso penal únicamente significa que está ejerci
tando su derecho, pero con ello no agrega ni modifica el contenido de este
derecho. Inclusive en los casos en que es el Ministerio Público quien introdu
ce la acción civil en el proceso, el agraviado tiene preeminencia para decidir
sobre este extremo del proceso. Siendo así, la transacción puede realizarla el
agraviado, se haya constituido o no en actor civil, y en ambos casos, el Minis
terio Público perderá toda facultad para accionar respecto a la reparación
civil, por lo que esta pretensión ya no integrará el contenido de la acusación;
a la vez que si el agraviado decide transigir, el Ministerio Público no está
facultado para oponerse al contenido de la transacción.
137
flPt. 159 Disposiciones generales
c^ COMENTARIO
Este artículo está referido a la posibilidad de introducir en el proceso
penal la acción annlatoria respecto a los actos jurídicos por los cuales se transfie
ren o se gravan bienes o derechos sujetos a decomiso conforme al artículo 102°
del Código Penal, o bienes y derechos de propiedad del agente del delito o del
tercero civil que pudieran servir para el pago de la reparación civil a favor del
agraviado. A la vez que establece el procedimiento a seguirse en estos casos.
Sin embargo, se advierte que se ha tratado en forma conjunta y se da el
mismo tratamiento a dos instituciones que son totalmente distintas; pues una
cosa es que se pretenda la nulidad de los actos jurídicos por los cuales se
transfiere o grava el patrimonio del agente del delito o del tercero civil, cuya
titularidad patrimonial está fuera de toda discusión, y por tanto no requiere
mayor esfuerzo probatorio (más allá de la simple determinación de la propia
138
La acción civil flpt. 15s
34 IZn este mismo sentido se pronunció el Ministerio Público en las sugerencias hechas llegar a
la Comisión de Alto Nivel encargada de elaborar el Proyecto del presente Código, sugerencias
que lamentablemente no fueron tomadas en cuenta. En igual sentido se trata a estas
instituciones en el llamado Proyecto "Iluanchaco", que aun cuando no se trata de un proyecto
oficial ofrece luces para el debido tratamiento de las instituciones jurídico procesales.
139
API. 159 Disposiciones generales
140
La acción civil flpj. 159
36 Sobre la forma de hacer efectiva la pretensión resarcitoria que nace del hecho que a su vez es
constitutivo del delito, se ha constituido hasta tres sistemas, en base al tratamiento dispensado
en los diversos ordenamientos jurídicos. Un primer sistema considera a ambas acciones de
forma autónoma, por lo que la acción penal se ejercita en la vía penal, mientras que la civil, en
la vía pertinente, así en los ordenamientos jurídicos pertenecientes al Common Law. De otro
lado, un segundo sistema establece que tanto la acción penal como la civil deben ejercitarse en
el proceso penal, dejando a salvo la facultad del agraviado de reservarse el derecho de recurrir
a la vía civil, este el caso del ordenamiento jurídico Español y el establecido por el Nuevo
Código Procesal Penal, en el cual si bien el agraviado puede ejercitar la acción civil dentro del
proceso penal, sin embargo esta no podrá ser ventilada en el proceso penal si el agraviado
recurre a la vía civil o se reserva el derecho de utilizar esta vía, de forma que la sentencia no
se pronunciará sobre la reparación civil. Finalmente, el tercer sistema considera que ambas
acciones deben ventilarse en el proceso penal, existiendo sólo algunas excepciones en las que
se pueda recurrir a la vía civil, a éste sistema se afilia la legislación de Portugal y nuestra
legislación vigente, por cuanto se establece la obligatoriedad de hacer valer la pretensión civil
en el proceso penal, existiendo sólo algunas excepciones contenidas en el art. 99° C.P
141
flpt. 15g Disposiciones generales
112
La acción civil flpt. 152
hace varias décadas siguiendo una tradición de antigua data, tanto del Dere
cho nacional así como del comparado. Puesto que sería incoherente y poco
eficiente que, tramitándose la pretensión reparatoria dentro del proceso pe
nal, se tenga que recurrir a una vía distinta para obtener un pronunciamiento
respecto al aseguramiento de los bienes del deudor (agente del delito o terce
ro) con miras al pago de dicha reparación.
Si el criterio en contrario se sustentara en que para resolver la nulidad no
resultan satisfactorias las normas penales, habría que recordar que son perfecta
mente aplicables las normas contenidas en el Código Civil y Procesal Civil,
conforme a lo previsto por el artículo 101° del Código Penal, el artículo IX del
Título Preliminar del Código Civil y la Primera Disposición Final y Comple
mentaria del Código Procesal Civil. Asimismo, es necesario precisar que ante la
existencia de conflictos sociojurídicos —como los que se ventilan en un proceso
penal- se requiere de la aplicación integral y conjunta de principios, institucio
nes y normas, tanto del derecho privado así como de las ciencias penales, las
mismas que deben interpretarse y aplicarse del modo más eficiente posible; por
todo ello, consideramos que de ser entendida debidamente la institución conte
nida en el artículo bajo comentario, aportaría gran rendimiento práctico, en
orden a garantizar el pago de la reparación civil así como para minimizar los
beneficios que la actividad delictiva podría brindar al agente del delito.
39 Vocalía Suprema de Instrucción, Sala Penal Permanente, Exp. N° 34 - 03, Resolución del 14
de junio del 2006. Con ello descarta la posibilidad del ejercicio de la acción en ejecución de
sentencia o en al juicio oral.
143
flPt. 15g Disposiciones generales
1. EJERCICIO D E LA ACCIÓN
Este artículo del Código (15°) al igual que el artículo 188°-A del Código
de Procedimientos Penales introducido por el D. Legislativo N° 959, atribu
yen legitimidad a la parte civil y al Fiscal para introducir la pretensión anulato-
ria en el proceso penal, habiéndose establecido un procedimiento incidental
para la acción de nulidad en cuestión.
Para interponer la pretensión anulatoria en el proceso penal, el accio
nante debe guardar las formalidades establecidas en los artículos 424° y 425°
del Código Procesal Civil, en lo que sea pertinente, debiendo motivar fáctica
y jurídicamente su pretensión, ofreciendo la prueba pertinente, precisando el
nombre y la dirección de los terceros que deben ser emplazados con la de
manda, sin que esto impida al Juez Penal emplazar a todos aquellos que pu
dieran resultar afectados en el caso de declararse fundada la pretensión de
nulidad.
144
La acción civil flpj, 15g
2. O P O R T U N I D A D E N Q U E SE RESUELVE
2.1. D U R A N T E LA S E N T E N C I A
Como se ha indicado, la norma procesal establece que la acción anulato
ria sea ejercitada durante la instrucción, en estos casos, concluida la audiencia
correspondiente el Juez dará por concluido el trámite incidental, resolviéndo
se en definitiva la pretensión de nulidad al dictarse la sentencia. Sin embargo,
no se han previsto los casos en los que la instrucción se reserva por haberse
declarado la ausencia o contumacia de alguno de los procesados, situación
que resulta bastante común en nuestros foros judiciales. En estos casos, aún
cuando la norma no lo dice, si se hubiera ejercitado la acción anulatoria, ésta
no puede quedar sin resolver, y de todos modos al dictarse la sentencia, se
debe declarar lo pertinente respecto a los actos de disposición o de gravamen
del procesado ausente o contumaz; pues no se puede condenar en ausencia,
pero si se puede resolver una cuestión civil en ausencia del procesado (en
rebeldía); esto sobre todo en los casos en que se hubiera condenado a alguno
de los procesados, habiéndose establecido una reparación civil a favor del
agraviado, la misma que conforma a ley será solidaria. Pues de otro modo se
podría perjudicar al agraviado, así como la pretensión anulatoria, cuando por
el transcurso del tiempo el derecho del tercero pueda quedar firme por haber
transcurrido el plazo de prescripción adquisitiva a su favor; asimismo, el pro
pio tercero adquirente puede verse afectado por la inseguridad que significa la
prolongación de esta situación incierta, al no existir certeza respecto a la vali
dez o invalidez de su derecho adquirido.
145
flpt. 159 Disposiciones generales
2.2. E N EJECUCIÓN D E S E N T E N C I A
El literal f) del artículo 188°-A del Código de Procedimientos Penales,
introducido por el D. Leg. 959, establece que si la transferencia fraudulenta, se
descubriera luego de culminada la etapa de instrucción, se podrá instar la
nulidad en ejecución de sentencia. Con lo que aparentemente se viabilizaría la
acción luego de culminado el proceso. Al respecto, creemos que esta disposi-
146
La acción civil flpt. 152
ción constituye una ligereza del legislador, toda vez que las sentencias se cum
plen en los términos contenidos en la misma, y el Juez de Ejecución sólo está
facultado para realizar determinadas actuaciones orientadas a concretar el
mandato judicial contenido en la sentencia, mas no para ejecutar acciones que
nada tienen que ver con el contenido de la sentencia. Peor aún, no creemos
que en ejecución de sentencia se pueda iniciar una acción que no ha sido
materia del proceso y por ello mismo, no está contenida en la misma. En este
caso, si recién se conociera al acto de disposición una vez que ha concluido el
proceso con sentencia firme, creemos que lo que corresponde es iniciar la
acción anulatoria en el correspondiente proceso civil. Este criterio es asumi
do por la Corte Suprema en un caso de nulidad fraudulenta solicitado por la
Procuraduría Anticorrupción, luego de que el caso ya había sido resuelto con
sentencia firme.
Para concluir esta Sección creemos oportuno precisar que la misma pue
de mejorarse, tomándose en cuenta las sugerencias anotadas líneas antes, ade
más de que, a nuestro juicio, deben contemplarse otros aspectos que no se
han tenido en cuenta y resultan importantes para tratar debidamente este punto
relativo a la acción civil en el proceso penal.
En este sentido, asumiendo las propuestas del Ministerio Público hechas
a la Comisión de alto Nivel y el contenido del Proyecto "Huanchaco", cree
mos que debe adicionarse un artículo referido a \z. prelacióti del pago de la repara
ción civil y otro relativo a la extinción de la persecución penal o la aplicación de una
147
flpt. 15s Disposiciones generales
148
SECCIÓN III
LA JURISDICCIÓN
Y COMPETENCIA
149
APt. 16 s Disposiciones generales
Tí-i
TITILO I
LA JURISDICCIÓN
^ COMENTARIO
El artículo 143° de la Constitución Política del Estado prescribe que los
órganos jurisdiccionales integrantes del Poder Judicial «administran justicia
en nombre de la Nación». De allí que la administración de justicia o potestad
jurisdiccional sea una expresión o atributo de la soberanía del Estado que es
ejercida en materia penal, como señala el presente artículo, a través de los
diversos órganos judiciales, desde las instancias inferiores como los Juzgados
150
La jurisdicción y competencia flpl. 17g
>ík COMENTARIO
La llamada improrrogabilidad de la jurisdicción penal, a la que se refie
re el presente artículo, es un aspecto regulado ampliamente en el Derecho
Comparado y también fue contemplado, en similares términos, por el artí
culo 14° del Código de 1991. Jurisdicción improrrogable significa que el
151
flPt. 189 Disposiciones generales
152
La jurisdicción y competencia flpj. 189
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
La jurisdicción penal común u ordinaria es la regla en nuestro sistema de
impartición de justicia. Sin embargo, una de las excepciones a esta regla es la
justicia militar — policial consagrada en el artículo 173° de la Constitución de
1993, cuyo antecedente es el artículo 282° de la Carta Magna de 1979, de
manera que aquellos casos que correspondan a este ámbito jurisdiccional no
podrán ser conocidos por la justicia penal ordinaria, constituyéndose así en
un límite que no deberá franquear.
Pero, ¿cuáles son aquellos delitos que son de conocimiento exclusivo de
la jurisdicción militar - policial ?. El precepto constitucional circunscribe la
competencia del llamado fuero militar - policial al denominado delito de fun
ción, cuyo concepto y delimitación siempre ha generado no pocos problemas
en nuestro sistema de impartición de justicia. Sin embargo, como bien enseña
SAN MARTÍN (2001, p. 103) el delito de función requiere de la concurrencia
de tres elementos mínimos y fundamentales, a saber: el agente del delito debe
ser necesariamente miembro de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional,
la conducta debe estar relacionada con la función militar o policial, esto es, el
bien jurídico vulnerado debe ser estrictamente castrense o policial y el sujeto
pasivo debe ser las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional. Además de estos
tres requisitos mínimos se requerirá que la conducta esté prevista como delito
en el Código de Justicia Militar ya que no será válida en este ámbito la aplica
ción de los tipos penales comunes previstos en el Código Penal.
Para delimitar el contenido del delito de función se utilizan los criterios
del lugar de la comisión del hecho, del fuero personal, de la ocasionalidad del
delito, la causalidad y la naturaleza del delito. Sin llegar a definir cada uno de
los criterios, para lo cual puede consultarse los textos de SAN MARTÍN
CASTRO (2001, p. 107-110) y SORIA LUJAN (2005, p. 850-857), bástenos
con señalar que solamente el último de los criterios - la naturaleza del delito -
nos permitirá delinear un correcto concepto de lo que es el delito de función
sin poner en peligro la excepcionalidad de la jurisdicción militar - policial y el
irrestricto respeto a los derechos humanos. En efecto, este criterio material
exige fundamentalmente que el bien jurídico vulnerado por la acción del agente
sea estrictamente militar o policial, esto es, que esté directamente vinculado
con el ámbito castrense o policial y con los ñnes perseguidos por las Fuerzas
Armadas o la Policía Nacional. Tratándose de un bien jurídico común y no
militar, será competente la justicia ordinaria aun cuando el agente tenga la
condición de militar o policía o los hechos hayan ocurrido en un recinto po
licial o militar (SORIA, 2005, p. 853).
En la sentencia de 29 de marzo de 2006, recaída en el Exp. Nro. 0004-
2006-PI/TC correspondiente a la acción de inconstitucionalidad interpuesta
153
API. 18 9 Disposiciones generales
Numeral 2)
Otra de las excepciones a la justicia penal ordinaria es la justicia para me
nores o adolescentes derivada de la particular condición del agente del hecho
punible que, dada su minoría de edad, le corresponde la competencia de los
Juzgados de menores (hoy llamados en nuestro país Juzgados de familia) ya que,
a tenor de lo establecido por el artículo 20° — inciso 2 — del Código Penal, el
menor de dieciocho años está exento de responsabilidad penal. Si el autor del
hecho punible es un menor de edad, será sometido a un proceso tutelar, de
conformidad con las normas del Código de los Niños y los Adolescentes, para
la imposición de las medidas correctivas y de protección pertinentes.
Numeral 3)
El artículo 149° de la Constitución al que hace referencia el precepto
comentado regula el ejercicio de la función jurisdiccional por las comunida
des campesinas y nativas, esto es, el llamado derecho consuetudinario. La
Constitución y por extensión el Código Procesal Penal reconocen así la natu
raleza pluricultural de nuestro país en el que, conjuntamente con un derecho
de raíces romano - germánicas, conviven derechos consuetudinarios corres
pondientes a las comunidades campesinas de la sierra y a las comunidades
nativas de la selva, con sus propias dinámicas y sus propias racionalidades, de
manera que, al reconocerse la función jurisdiccional de estas comunidades,
«con el apoyo de las Rondas Campesinas», el legislador admite la naturaleza
diversa de tales derechos consuetudinarios pero, a la vez, establece la necesi
dad de una coordinación entre esta jurisdicción especial con la justicia ordina
ria, tarea que, a decir verdad, no obstante el expreso mandato constitucional,
se mantiene aún pendiente. Además, de conformidad con el texto constitu
cional, el válido ejercicio de la función jurisdiccional por parte de las comuni
dades campesinas y nativas exige el respeto a los derechos fundamentales de
la persona.
15a
La jurisdicción y competencia flpt. igs
f TÍTULO II }
LA COMPETENCIA
>S. COMENTARIO
Numeral 1)
Se coincide en que el derecho fundamental a ser juzgado por el juez
ordinario predeterminado por la ley o derecho al juez natural es el obligatorio
presupuesto a tener en cuenta en el establecimiento de los criterios de repar
tición o distribución de los asuntos que cada juez o tribunal han de conocer o
también llamados criterios competenciales. (MORENO CATENA: 2001, p.
89; SAN MARTÍN: 2001, p. 95). Partiendo de la premisa necesaria del juez
predeterminado por la ley o juez natural, que es aquel anteladamente confor
mado y establecido según ley para el conocimiento de un determinado hecho
delictivo, a continuación se estipulan las llamadas competencias objetiva, fun
cional, territorial y por conexión a las que se refiere el inciso comentado, que
no son otra cosa que criterios de distribución desarrollados ampliamente por
el Código en los artículos que siguen.
Numeral 2)
La competencia, siendo aquella porción o cuota de jurisdicción asumida
por un órgano jurisdiccional concreto en la resolución de los asuntos sometidos
a su poder de decisión, es un concepto que sirve para distribuir los casos entre
155
APt. 2 0 a Disposiciones generales
>S^ COMENTARIO
Esta disposición es una novedad respecto del Código de 1991 en el que
no se encuentra norma similar. Aquí se ha estipulado que las llamadas cues
tiones de competencia, esto es, la declinatoria de competencia, la transferen
cia de competencia, la contienda de competencia, la acumulación, la inhibi
ción y la recusación, no paralizan el procedimiento, con la única excepción de
si se plantean antes del auto de citación de juicio en que tendrá que suspen
derse la audiencia hasta que se decida la cuestión.
Un precepto como el comentado está pensado en función de la celeridad
del trámite del proceso, evitándose así las dilaciones innecesarias y maliciosas,
muchas veces propiciadas exprofesamente por las partes mediante el plantea
miento de rebuscadas recusaciones y declinatorias sin fundamento sólido.
CAPÍTULO I
LA COMPETENCIA POR EL TERRITORIO
^ COMENTARIO
El presente artículo reproduce exactamente la redacción del artículo 17°
del Código Procesal Penal de 1991. Sin embargo, en relación con el Código
de Procedimientos Penales de 1940, que en su artículo 19° regulaba la materia
correspondiente a la competencia territorial, el legislador del 2004 ha introdu
cido algunos cambios en cuanto a los criterios de fijación de la competencia,
siendo estos el de haber agregado en el primer inciso la referencia a los casos
de tentativa, delito continuado y delito permanente, así como también el ha
ber introducido el criterio del lugar donde se produjeron los efectos del delito
que no estaba previsto en el viejo Código.
La competencia territorial, como bien enseña M O R E N O CATENA (2001,
p. 89), tiene por objeto «acercar la justicia a los ciudadanos» y encuentra su
razón de ser en la existencia de un número plural de órganos jurisdiccionales del
mismo tipo, repartidos en diferentes ámbitos geográficos, de tal suerte que lo
que se busca es fijar clara y precisamente a cuál de los juzgados o salas le corres
ponde el conocimiento de cada hecho delictivo concreto. Para ello, como tam
bién es referido por el autor antes citado (2001, pp. 99-101), el legislador usa
como criterios los denominados fueros preferente y subsidiarios que justamen
te están taxativamente enumerados en los cinco incisos del artículo bajo co
mentario. A diferencia de las Salas de la Corte Suprema, que tienen competencia
a nivel nacional, los demás órganos jurisdiccionales únicamente conocen de las
causas incoadas en el particular ámbito geográfico de su competencia, de tal
modo que, a cada Distrito Judicial en los que se encuentra dividido jurisdiccio-
nalmente el país, corresponde una Corte Superior de Justicia con sus Salas,
Juzgados Penales y Juzgados de Paz, respectivamente.
Es muy importante destacar que la competencia territorial no está sujeta
al arbitrio o disposición de las partes y, siendo ello así, sus normas «tienen
carácter absoluto; son de ius cogens" (MORENO CATENA: 2001, p. 96).
Numeral 1)
Hlforum delicti commissi o fuero del lugar de comisión del delito tiene carác
ter preferente respecto de los demás criterios de atribución de competencia
territorial. Aun cuando en la doctrina existen tres teorías que pretenden resolver
el problema de la fijación del lugar donde se ha cometido el delito, a saber: la de
la actividad (donde se manifiesta la voluntad delictiva), la del resultado (donde
se consuma) y la de la ubicuidad (tanto donde se manifiestan los actos de ejecu
ción como donde se produce el resultado), empero, por expresa disposición del
157
flpt. 21 Q Disposiciones generales
artículo 5 o del Código Penal, en nuestro país se debe considerar lugar de comi
sión de un delito aquel donde se ha producido la acción u omisión o en el que se
producen sus efectos, es decir, rige el principio de ubicuidad.
Cuando no se trata de delitos instantáneos sino continuados o perma
nentes, es competente el órgano jurisdiccional del lugar en el que tuvo fin o
cesó la continuidad o permanencia, mientras que en el caso de delitos que no
han alcanzado su consumación, será competente el juzgado o sala del lugar en
el que el agente o partícipe realizó el último acto.
Numeral 2)
El lugar donde se produjeron los efectos del delito es uno de los llama
dos fueros subsidiarios en tanto se recurre a él cuando no sea posible, ab initio,
establecer el lugar de comisión del delito, es decir, cuando no se pueda hacer
uso del fuero preferente prescrito en el inciso precedente. Sin embargo, como
ya lo anotó en su oportunidad SAN MARTÍN (2001, p. 129), refiriéndose a la
norma similar del Código de 1991, la prescripción comentada no guarda co
herencia con la teoría de la ubicuidad asumida oficialmente por nuestro siste
ma penal (artículo 5 o del Código Sustantivo), resultando, a nuestro juicio, has
ta irrelevante que se haya considerado este fuero subsidiario cuando ya en el
inciso 1 de este artículo se ha previsto el fuero preferente del lugar de la
comisión del delito que es, a tenor de nuestro Código Penal, indistintamente
el del lugar en que se materializó la acción u omisión o aquel en el que se
produjeron sus efectos. (Principio de ubicuidad)
Numeral 3)
Si es que, ab initio, no ha sido posible establecer el lugar de la comisión
del delito (asumiendo plenamente la teoría de la ubicuidad), ha de recurrirse al
fuero subsidiario del lugar de hallazgo de las pruebas materiales del delito
previsto en el presente inciso. El que el órgano jurisdiccional competente
tenga acceso rápido y directo a los elementos de prueba del delito, sin duda
facilita el éxito del proceso.
Numeral 4)
Si no se sabe el lugar de comisión del delito, ni se han descubierto las
pruebas materiales del mismo, entonces habrá que recurrir al fuero subsidia
rio del lugar de detención del imputado.
Numeral 5)
Finalmente, el último de los fueros subsidiarios para el establecimiento de
la competencia territorial es el lugar del domicilio del imputado. Al respecto,
158
La jurisdicción y competencia flpt, 22 9
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Sin duda alguna que el supuesto descrito en el presente inciso es un caso
de falta de claridad en la determinación de la competencia territorial respecto de
un hecho delictivo que ocurre en un lugar y circunstancias especiales: en un
medio de transporte, sea terrestre, aéreo o acuático, y en pleno viaje. Por tal
razón, creemos que la fórmula contemplada - la puesta en conocimiento del
hecho a la autoridad policial del lugar de llegada más próximo y la subsecuente
asunción de competencia por parte del juez del referido lugar - únicamente tendrá
aplkaáón cuando no sea posible establecer con la precisión debida a quéjue^ le corresponde el
conocimiento del caso. En consecuencia, si es que en el caso concreto fuere posible
saber con exactitud dónde se produjo el delito y a partir de ello establecer a
ciencia cierta la competencia territorial correspondiente, conocerá el hecho ne
cesariamente el juez de aquel lugar y no el de la próxima llegada. Es decir, lo
determinante no es que el hecho se haya cometido en un medio de transporte
sino que, concurriendo tal circunstancia, no sea factible establecer con preci
sión a qué órgano jurisdiccional corresponde su conocimiento.
159
APt. 23 s Disposiciones generales
Numeral 2)
La disposición contenida en este inciso es consecuencia del modelo pro
cesal asumido por el Código en el que la dirección de la investigación del
delito la tiene el Ministerio Público y, en tal sentido, la Policía tiene la obliga
ción de informar al representante de dicha entidad, el Fiscal Provincial, acerca
de la comisión de un hecho delictivo en un medio de transporte, precisamente
con la finalidad que éste asuma la dirección de las investigaciones, con la
estrecha colaboración de la autoridad policial.
^ COMENTARIO
Como se sabe, la ley penal peruana también puede ser aplicada a delitos
cometidos fuera del territorio de la República. Así, por imperio de los princi
pios real o de protección de intereses, personalidad activa o pasiva y de justi
cia universal, el Código Penal prevé, en su artículo segundo, cinco supuestos
en los que los jueces nacionales podrían asumir competencia respecto de de
litos cometidos en el extranjero, a saber: a) cuando el delito es cometido por
un funcionario o servidor público en ejercicio de su cargo; b) cuando el delito
atenta contra la seguridad o la tranquilidad públicas, siempre que produzca
sus efectos en el territorio de la República; c) cuando el delito agravia al Esta
do y la defensa nacional, a los Poderes del Estado y al orden constitucional o
monetario; d) cuando el agraviado o el agente sean peruanos, siempre que el
delito sea pasible de extradición según la ley peruana y punible también en el
Estado en que se cometió y el agente ingresa de cualquier manera al territorio
nacional; y, e) cuando se trate de un delito que el Perú esté obligado, por
imperio de tratados internacionales, a reprimir.
En tal sentido, el artículo comentado fija los criterios de determinación
competencial para el juzgamiento de tales delitos cometidos en el extranjero.
Numeral 1)
Por la redacción de la primera parte de este artículo: «.. .la competencia del
Juez se establece en el siguiente orden:» (el resaltado es nuestro), resulta
160
La jurisdicción y competencia flpt. 2H°
Numeral 2)
Si es que no fuera posible establecer el último domicilio del imputado en el
país, entonces será competente el juez del lugar de llegada desde el extranjero.
En tal sentido, respecto de los delitos cometidos fuera del territorio de la Repú
blica, el supuesto previsto en el presente inciso es el primer fuero subsidiario.
Numeral 3)
El segundo fuero subsidiario en relación con la materia tratada es el
lugar donde se encuentre el imputado en el momento de promoverse la ac
ción penal, supuesto que resulta aplicable cuando no ha sido posible estable
cer el lugar del último domicilio del imputado en el país y el lugar de su llegada
del extranjero; asimismo, este supuesto resulta aplicable a los casos en que el
imputado ha ingresado en el territorio nacional antes de ser descubierto o
investigado, iniciándose la investigación cuando el agente está en territorio
nacional. En este caso, será competente el juez del lugar donde se encuentre al
promoverse la acción penal por el Ministerio Público.
161
flPt. 2fl Q Disposiciones generales
"S. COMENTARIO
La disposición contenida en este artículo es una novedad dentro del es
quema de criterios competenciales diseñado por el legislador de 2004. N o esta
ba prevista norma similar en el Código Procesal Penal de 1991 ni tampoco en el
Código de Procedimientos Penales de 1940. Una primera constatación al res
pecto nos permite afirmar que una prescripción como la comentada constituye,
al igual que los supuestos de delitos cometidos fuera del territorio nacional pero
que pueden ser juzgados en el Perú, una excepción a las reglas ordinarias de la
competencia territorial previstas en el articulo 21° de este Código, excepción
que el legislador ha visto por conveniente introducir atendiendo a criterios de
política criminal procesal relacionados con el combate a la criminalidad organi
zada principalmente, así como también con la represión de delitos de extrema
gravedad que comprometan la paz social. Una norma de este calibre ha sido
pensada, sin duda alguna, a partir de las experiencias dolorosas que ha enfrenta
do nuestra sociedad, fundamentalmente en lo que se refiere al fenómeno terro
rista que se prolongó desde 1980 hasta la década de los noventa del siglo pasa
do, así como también al fenómeno institucional de la corrupción durante el
régimen del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori (1990-2000), situaciones
ambas que generaron en nuestro país, no sólo una conmoción y graves daños
en el tejido social, sino también un desafío para el sistema de cognición y juzga
miento vigente, que muchas veces era rebasado por la naturaleza violenta y
compleja de semejantes hechos delictivos.
Ante ello el Decreto Ley Nro. 25475 estableció una competencia en todo
el territorio nacional para los magistrados que conocieran los delitos cometidos
con propósito terrorista, tratamiento similar que fue extendido también para el
caso de delitos de defraudación tributaria, aduaneros y tráfico ilícito de drogas
cometidos por organizaciones criminales. En este afán, en muchos casos, se
hizo tabla rasa de derechos fundamentales y se utilizó el sistema de juzgamiento
con claros fines de persecución política contra los opositores al régimen.
En un Estado de Derecho, respetuoso de los derechos fundamentales de
la persona y en particular de la observancia de las garantías del debido proce
so, es de esperar que una norma de excepción como la que aquí se comenta
no se convierta en el pretexto perfecto para reeditar situaciones del pasado
actualmente superad as.
La norma comentada pretende regular aquellos casos en los que es necesa
ria cierta estructura organizativa de amplio alcance competencial, independien
temente del lugar en que tengan lugar el hecho, para hacer frente con eficacia a
fenómenos delictivos graves, de repercusión nacional o los que tengan que ver
directamente con la nociva acción de organizaciones criminales cuya estructura
es cada vez más sofisticada. Tales situaciones justifican una norma como la
comentada que deja en manos del Órgano de Gobierno del Poder Judicial, es
162
La jurisdicción y competencia flp|. 25 9
163
flPl. 2 5 9 Disposiciones generales
*£k COMENTARIO
Una prescripción similar a la contenida en el presente artículo estaba
contemplada en el artículo 20° del Código de 1991. Ella implica que aquellos
actos procesales pracücados por o ante un órgano jurisdiccional que con pos
terioridad deja de conocer el proceso al declararse su incompetencia territo
rial, conservan su valide2 no obstante que el caso es llevado ante un magistra
do de otro ámbito territorial. No tendría sentido ni sería racional declarar la
nulidad de actos procesales en estos casos, puesto que la falta de competencia
no afecta la validez intrínseca de los actos practicados.
CAPÍTULO II
LA COMPETENCIA O B J E T A Y FUNCIONAL
164
La jurisdicción y competencia flpj. 2Ge
165
API. 2 6 e Disposiciones generales
^ COMENTARIO
La Corte Suprema es el órgano de más alta jerarquía en la estructura
orgánica del Poder Judicial. Así está establecido desde el marco constitucio
nal; en tal sentido, le corresponde una serie de atribuciones o competencias
que configuran su condición de órgano supremo en dicha materia, como el
conocimiento del recurso de casación, el recurso de queja por denegatoria de
apelación, la transferencia de competencia, la acción de revisión, cuestiones
de competencia entre la jurisdicción ordinaria y la militar, solicitar la extradi
ción activa, pronunciarse sobre la extradición pasiva, entre otras.
El Código de 1991, en su artículo 21°, tenía una redacción similar a la del
artículo comentado; mientras que el Código de Procedimientos Penales de
1940 regulaba la competencia de la Corte Suprema en sus artículos 15°, 16° y
17°, advirtiéndose una notoria mejor técnica legislativa en la redacción del
artículo sub — examine por parte del legislador del 2004, resultando un acierto
el reunir en un solo artículo taxativo las atribuciones competenciales del máximo
órgano jurisdiccional en materia penal, utilizando la regla del numerus apertus
específicamente en el inciso noveno.
Merece resaltarse un cambio interesante introducido por el legislador
de 2004 en lo que se refiere a la acción de revisión — llamado en el viejo
166
La jurisdicción y competencia flpt, 27a
167
flrt. 28 s Disposiciones generales
>Sk COMENTARIO
Excepción hecha del recurso de casación, la acción de revisión, resolu
ción de cuestiones de competencia entre la jurisdicción ordinaria y militar y la
intervención en cuestiones de extradición, es de apreciarse que, dentro de su
propio ámbito, las Salas Penales de las Cortes Superiores están dotadas de com
petencia similar a la que corresponde a la Sala Penal de la Corte Suprema. En
tal sentido, dirimirán las cuestiones de competencia de los jueces, conocerán
de los recursos de queja, resolverán las recusaciones planteadas contra sus
Magistrados, etc. Esta situación es manifestación de los criterios de compe
tencia objetiva y funcional por los cuales la distribución de los asuntos pena
les entre los diferentes órganos de impartición de justicia se efectúa tomando
en consideración la naturaleza del asunto por resolver y las fases en que se
desarrolla el proceso penal.
Una redacción parecida fue utilizada por el Código de 1991 que en su
artículo 22° regulaba esta materia. El Código de Procedimientos Penales de
1940, artículo 14°, prescribe escuetamente que los Tribunales Correccionales
se encargan del juzgamiento y la resolución de los artículos e incidentes pro
movidos en el curso de la instrucción, así como la apelación de las resolucio
nes dictadas por los jueces instructores.
Al igual que en el caso del artículo anterior referido a la Sala Penal de la
Corte Suprema, tratándose de las Salas Penales de las Cortes Superiores, el
legislador del 2004 ha hecho uso de la fórmula del numerus apertus en el octavo
inciso, de manera que, además de la competencia taxativamente fijada en la
norma comentada, los colegiados superiores también conocerán de otros asun
tos previstos en el propio Código y en leyes de la materia.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El legislador de 2004 ha querido atribuir el conocimiento de los delitos
más graves, es decir aquellos cuya penalidad conminada en su extremo míni
mo sea de más de seis años de privación de libertad, a un órgano jurisdiccio
nal compuesto por tres jueces, un Colegiado similar en su composición a las
actuales Salas Penales de las Cortes Superiores de Justicia. Una disposición
como ésta ha de justificarse en la mayor complejidad de los delitos más graves
y la trascendencia del fallo a emitirse que podría confinar al imputado en la
cárcel por un período prolongado. Así, dentro del marco del Código Penal en
vigencia, caerían bajo la competencia material de los Juzgados Penales Cole
giados delitos como el parricidio, el asesinato, el secuestro, la violación sexual
de menor de edad, etc.
Numeral 2)
Por lógica deducción los Juzgados conformados por un solo juez o de
nominados por el Código Juzgados Unipersonales se avocarán al conocimiento
material de los delitos que no correspondan a los Juzgados Penales Colegia
dos, es decir, aquellos que en su extremo mínimo tengan una pena conminada
que no supere los seis años de privación de libertad que, a decir verdad, son la
mayor parte de los previstos en el catálogo del Código Penal.
Numerales 3), 4) y 5)
Los incisos comentados regulan la competencia funcional de los Juzga
dos Penales Unipersonales y Colegiados, esto es el conocimiento de las causas
169
flPt. 2 9 e Disposiciones generales
según las fases en que el proceso se desarrolla. En tal sentido, los preceptos
examinados atribuyen a los Juzgados fundamentalmente el conocimiento de
la fase de juzgamiento que es consustancial a los órganos jurisdiccionales en
el modelo acusatorio que propone el Código comentado, además, claro está,
de la resolución de toda clase de incidentes que se promuevan en esta etapa,
incluyendo las solicitudes de refundición o acumulación de penas, beneficios
penitenciarios, apelaciones provenientes de los Juzgados de Paz Letrados,
cuesúones de competencia entre estos, y, además, de acuerdo con la técnica
del numerus apertus, cualquier otra situación o caso que el propio Código y
otras leyes determinen.
^ COMENTARIO
La figura del Juez de la Investigación Preparatoria ha sido introducida
por primera vez en nuestro ordenamiento procesal penal por el legislador del
2004. Adviértase que en el articulado del Código Procesal Penal de 1991 no
existía éste órgano cuyas funciones eran asumidas íntegramente por la figura
de un Juez Penal único, sin distinguir, como lo hace el Código comentado,
entre Juzgados Unipersonales y Juzgados Colegiados.
El Juez de la Investigación Preparatoria en ningún caso conoce de la
etapa de juzgamiento. Su función fundamental es, en lo que se refiere a la fase
de la investigación preparatoria, el control de los actos de investigación reali-
170
La jurisdicción y competencia flpj. 30 s
^ COMENTARIO
Una disposición similar a la contenida en este artículo consideraba el
Código de 1991 en su artículo 24. Ya el Código de Procedimientos Penales de
1940, en su artículo 12, asignó a los Jueces de Paz el conocimiento de los
procesos por faltas, de modo que el legislador del 2004 se ha limitado a con
tinuar con la tradición legislativa en esta materia, atendiendo a la mínima en
tidad de las Llamadas faltas.
CAPÍTULO III
LA COMPETENCIA POR CONEXIÓN
La conexión es uno de los criterios que, junto a la materia u objeto, el
territorio y la funcionalidad, sirve para la distribución de las causas entre los
diversos órganos jurisdiccionales. Lo normal es que cada hecho punible gene
re un proceso, pero a veces sucede que, por razones de economía procesal, o
para evitar la emisión de fallos no uniformes que vulneren la autoridad de la
cosa juzgada o el valor del ne bis in idem, sea necesario unificar o acumular
varios procesos, conectados por circunstancias expresamente previstas, en un
solo procedimiento que, a su vez y en su momento, dará lugar a la emisión de
una sola sentencia, «cuyos pronunciamientos se extenderán a todos y cada
uno de tales hechos». (MORENO CATENA: 2001, p. 110). En los dos artí-
171
ftPl. 30 Q Disposiciones generales
culos que siguen (31 y 32) el Código se refiere a la competencia por conexión,
precisando cinco casos de conexidad y asignando a cada uno de ellos su res
pectiva solución, es decir, estableciendo a qué juez le corresponde el conoci
miento de las causas acumuladas. En este cometido será imprescindible con
cordar las disposiciones de este capítulo con las previstas en el siguiente, co
rrespondiente a la acumulación.
Diversos autores coinciden en que, desde el punto de vista procesal, es
posible hablar de: a) conexidad subjetiva, en la que el vínculo, nexo o conexión se
produce a nivel de los sujetos, de tal suerte que una pluralidad de personas
son consideradas sujetos activos del mismo delito como autores o partícipes,
o cuando varios sujetos, ligados por una uniforme voluntad criminal, hayan
cometido diversos delitos en tiempo y lugar diferentes; b) conexidad objetiva, en
la que el vínculo se da a nivel de los hechos punibles, de tal modo que el
agente comete el hecho punible para facilitar otro delito o para asegurar la
impunidad; y, c) conexidad mixta, en la que se presentan elementos tanto de la
conexidad subjetiva como de la objetiva, en la medida que una misma persona
comete varios delitos o se trata de imputaciones recíprocas respecto de las
cuales existen en giro dos procesos en los que las personas aparecen como
imputadas en uno y como agraviadas en otro. (MORENO CATENA: 2001,
p. 110-111); (CREUS: 1996, p. 393); (DÍAZ: 2005, p. 178-179); (SAN MAR
TÍN: 2001, p. 141).
Es obvio que las reglas ordinarias de la competencia son modiñcadas
ante la existencia de hechos punibles conexos pues, en tales casos, los jueces
estarán compelidos a aplicar los criterios de la pena más grave, de la preven
ción, de la fecha de comisión del delito y los demás que estuvieren previstos
en las normas que sobre esta materia estatuye el Código Procesal Penal, con la
finalidad de establecer a qué juez le corresponde el conocimiento de las cau
sas acumuladas por conexión. (ROXIN: 2003, p. 32).
El Código de 1940, modificado por la Ley N° 10124 del 28 de diciembre
de 1944, contiene las reglas para el procedimiento de la acumulación de pro
cesos, distinguiendo entre acumulación obligatoria y acumulación facultativa,
presentándose la primera de ellas cuando una sola persona es autora de los
hechos punibles y no hubiera instrucción abierta por alguno de ellos, de tal
modo que en los demás casos la acumulación se tornaba facultativa, depen
diendo del estado de los procesos y de la no postergación inútil del juzga
miento de los que ya tuvieren mérito para ello.
172
La jurisdicción y competencia flpt. 31 Q
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Se trata en buena cuenta de un supuesto de concurso real de delitos. En
efecto, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 50° del Código Penal,
hay concurso real de delitos cuando existe pluralidad de acciones, a diferencia
del concurso ideal en el que hay unidad de hecho, siendo necesario diferenciar
entre concurso real homogéneo y concurso real heterogéneo. En el primer caso,
el agente realiza varias veces la misma acción típica, verbi gratia perpetra varias
estafas independientes entre si. En el segundo caso, se trata de un sujeto activo
que realiza diferentes acciones típicas, por ejemplo, viola, mata y hurta.
En este caso la conexidad está determinada por la unidad del sujeto.
Numeral 2)
En este inciso se ha previsto el caso en el que se presenta pluralidad de
agentes y unidad de hecho, exactamente lo contrario a la previsión del inciso
anterior en el que lo característico es la unidad de sujeto activo y la pluralidad
de hechos.
Numeral 3)
En este caso, conjuntamente con el supuesto del inciso anterior, el pre
cepto comentado constituye un caso de conexión subjetiva puesto que el vín
culo o nexo relevantes se da a nivel de los sujetos, en tanto se trata de varias
personas que, vinculadas por un mismo propósito criminal, perpetran diver
sos delitos.
173
API. 3 2 Q Disposiciones generales
Numeral 4)
El caso del delito medio que el agente perpetra para facilitar la comisión
de otro delito o para asegurarse la impunidad, que es regulado en el inciso
cuarto comentado, constituye un supuesto de conexión objetiva en la medida
que el nexo entre los mismos se presenta a nivel del hecho punible.
Numeral 5)
En el presente inciso el legislador ha regulado un supuesto interesante
en el que, en la práctica, existen dos procesos en giro, en los cuales los sujetos
aparecen como imputados en uno y agraviados en el otro, respecto de los
mismo hechos. Al respecto SAN MARTÍN (2001, p. 142) señala que nuestra
Corte Suprema de Justicia inicialmente consideró improcedente la acumula
ción por conexión de cualquier supuesto de imputación recíproca, posición
que varió posteriormente para admitir la conexidad de causas siempre y cuan
do estén referidas a hechos ocurridos al mismo tiempo y en el mismo lugar,
descartándose de plano, en criterio que compartimos plenamente con el pro
fesor nacional, la conexidad de imputaciones recíprocas vinculadas con he
chos ocurridos en tiempo y lugares distintos, pues en este caso corresponde
abrir dos procesos, en tanto se trata de hechos diferentes.
174
La jurisdicción y competencia flpl. 33 9
^ COMENTARIO
En la racionalidad del presente artículo, en el que se regula la forma en
que se deberá establecer la competencia de los jueces en los supuestos de
conexión previstos en el artículo anterior, es de apreciarse que los casos de
atribución competencial han sido clasificados bajo el criterio preferente de la
pena más grave, el mismo que se aplicará en todos los casos de conexión,
excepción hecha del supuesto del numeral 2) del presente artículo (pluralidad
de agentes y unidad de hecho punible), en el que se aplicarán subsidiariamen
te otros criterios como la fecha de comisión del delito, el turno, el territorio y
el criterio del proceso más avanzado.
En los demás casos, si es que los delitos conexos tuviesen similar pena
lidad, el conocimiento de las causas corresponderá al juez que recibió en pri
mer lugar la comunicación de la decisión de continuar con las investigaciones
preparatorias por parte del Ministerio Público (artículo 3 o ).
E n el caso del numeral 4) aún cuando se hace referencia únicamente a
la gravedad del delito en casos de igual gravedad se tendrán en cuenta los
demás criterios establecidos por el Código.
TÍTULO III
CONCURSO PROCESAL DE DELITOS
>§. COMENTARIO
Numeral 1)
Como es sabido el cuerpo normativo que se comenta, además del pro
ceso común regulado en el libro tercero, ha previsto, en el libro quinto, los
denominados procesos especiales como el proceso inmediato, el proceso
por razón de la función pública (congresistas y otros altos funcionarios), el
proceso de seguridad, entre otros, cuyo trámite tiene sus reglas específicas
dada la naturaleza de los hechos imputados. En tal sentido, es posible que
175
API. 33° Disposiciones generales
Numeral 2)
Concretamente el legislador del 2004 ha introducido, mediante el texto
del presente inciso, la prohibición de acumular procesos de acción pública
con los de acción privada, precepto que se justifica en la diversa naturaleza del
ejercicio de la acción penal y en la no compatibilidad del procedimiento de
querella, al que se encuentran sujetos los delitos de ejercicio privado de la
acción, con los demás procedimientos.
TÍTULO IV
CUESTIONES DE COMPETENCIA
. .—J
Este título del Código regula lo concerniente a la declinatoria de compe
tencia, la transferencia de competencia, la contienda de competencia, la acu
mulación, la inhibición y la recusación. En todos estos casos de lo que se trata
es de decidir qué juez o sala superior tiene competencia para conocer deter
minado proceso cuando se haya generado un conflicto, en la medida que dos
o más órganos jurisdiccionales reclamen su conocimiento, sostengan que no
les corresponde o cualquiera de las partes legitimadas cuestionen la imparcia
lidad del juez e insten su apartamiento. En otros casos, el problema surgirá a
partir de la existencia de hechos punibles conexos o de circunstancias extraor
dinarias que pongan en riesgo el logro de los fines del proceso.
Cuando el conflicto se genera por la disputa de la causa entre dos órga
nos jurisdiccionales que sostienen ser igualmente competentes, se trata de una
cuestión de competencia positiva; en cambio, si de lo que se trata es que dos
jueces o dos Tribunales rehusan el conocimiento de la causa por considerarse
incompetentes, nos encontramos frente a una cuestión de competencia nega
tiva (MORENO CATENA: 2001, p.106).
176
La jurisdicción y competencia
la
Disposiciones generales
sos. En tal sentido, es virtud del nuevo Código reunir las reglas de la conexión
y la acumulación en un solo cuerpo, como debe ser.
E n lo que se refiere a las instituciones de la inhibición y la recusación, el
Código del 2004, al igual que el corpus de 1940, mantiene la tradición de
regular ambas en forma conjunta, en un solo titulo o capítulo. N o obstante
ello, es de apreciarse que, a diferencia del antiguo cuerpo normativo, el nuevo
Código regula en primer término la obligación de los jueces de inhibirse en
tanto se encuentren frente a las causales taxativamente previstas en el artículo
53°, estipulando a continuación, supletoriamente, el uso de la recusación por
las partes legitimadas si es que el juez no se inhibe voluntariamente.
De igual manera el legislador de 2004 ha mantenido un sistema de causa
les de inhibición o recusación taxativamente establecidas y, además, una fór
mula abierta que permite recusar a las partes e inhibirse a los jueces frente a
cualquier causa no prevista expresamente, pero lo suficientemente fuerte como
para afectar la imparcialidad del juez.
Ahora bien, al establecer un parangón entre el tratamiento dispensado a
las cuestiones de competencia por el Código Procesal Penal de 1991 y el de
2004, salta a la vista que ambos corpus mantienen casi la misma estructura en
lo que a este tópico se refiere, excepto porque el legislador de 1991 reguló
conjuntamente el tema de las causales de conexión y la acumulación; mientras
que el Código de 2004 trata estos dos temas en forma separada, dedicándole
a la conexión un capítulo aparte con el nomen de «la competencia por co
nexión», lo cual nos parece correcto porque el presente título se refiere única
mente a las cuestiones de competencia y la conexión no lo es, aun cuando da
origen a una cuestión como la acumulación, apreciándose, en tal sentido, una
mejor técnica legislativa que habla bien del nuevo Código.
Sin embargo, también es posible advertir una importante diferencia pues,
mientras el Código de 1991 contenía normas puntuales sobre las cuestiones
de competencia suscitadas entre fiscales, en cambio, el nuevo Código ha eli
minado totalmente esta referencia, circunscribiendo las cuestiones únicamen
te al ámbito judicial (entre jueces). Ello se explica porque, conforme se des
prende claramente del artículo 63° - inciso 1 - del Código que se comenta, el
legislador de 2004 decidió remitir el tratamiento de aquellos ámbitos de acti
vidad del Ministerio Público no previstos en el Código a la regulación de la
Ley Orgánica respectiva. En principio, nos parece que nada impedía que el
nuevo Código, como sí lo hizo su antecesor, hubiese previsto normas expre
sas que establecieran reglas puntuales para resolver los conflictos de compe
tencia entre fiscales que seguramente en la práctica se suscitarán con frecuen
cia. Sin embargo, habiéndose omitido tal regulación, se tendrá que introducir
en una nueva Ley Orgánica del Ministerio Público reglas de similares caracte
rísticas que el Código reserva para la resolución de las cuestiones de compe
tencia entre jueces.
178
La jurisdicción y competencia API. 3 4 g
CAPÍTULO I
LA DECLINATORIA DE COMPETENCIA
>§. COMENTARIO
Numeral 1)
Está referido a dos aspectos importantes a tener en cuenta al interponer
esta cuestión de competencia, a saber: la fase procesal en la que se debe plan
tear y las partes legitimadas para hacerlo.
Como ya lo hemos puntualizado en líneas precedentes, tanto el Código
de Procedimientos Penales de 1940 como el Código Procesal Penal de 1991,
acordaban expresa legitimidad para solicitar declinatoria de competencia, en
tre otros sujetos del proceso, al Ministerio Público. En cambio, el legislador
de 2004, como resulta del texto del inciso comentado, excluye al fiscal de la
posibilidad de declinar de competencia, asignando esta atribución al imputa
do, al actor civil y al tercero civil. Sobre el particular, creemos que se ha tenido
en consideración el hecho que el fiscal, al comunicar al juez su decisión for
mal de continuar con las investigaciones preparatorias, radica la competencia
del órgano jurisdiccional, por lo que ya no cabría que posteriormente sosten
ga que no es competente. Situación diversa es la que corresponde a los demás
sujetos procesales quienes sí pueden cuestionar la competencia del juez.
El texto de la norma indica que la fase en la que se debe plantear la
declinatoria es durante la investigación preparatoria. Sin embargo, respecto
del juez penal unipersonal o colegiado y de la sala penal según corresponda,
entendemos que es posible que los sujetos legitimados puedan plantear la
cuestión dentro de los diez días después de ser notificados con la acusación
pues, a tenor de lo prescrito por el literal h) del artículo 350° del Código,
dentro de dicho plazo los sujetos procesales podrán «plantear cualquier otra
179
flPt. 35 s Disposiciones generales
cuestión que tienda a preparar mejor el juicio», entre las cuales, a nuestro
modo de entender, estarían las cuestiones de competencia (incluida la declina
toria), siempre y cuando no se hayan planteado con idéntico fundamento en
oportunidad anterior. En este aspecto, el Código de 1991 era más preciso al
preceptuar expresamente en su artículo 31° que la declinatoria ante el juez
penal o sala penal es procedente únicamente hasta la conclusión de los actos
preparatorios para el Juicio Oral.
Numeral 2)
La declinatoria es una cuestión de competencia que los sujetos procesa
les legitimados plantean cuando consideran que el juez que viene conociendo
la causa no es el competente, como preceptúa el presente numeral, por razón
de la materia, de jerarquía o de territorio. En este caso se trata de un pedido de
parte mediante el cual el imputado, el actor civil o el tercero civil le hacen
saber al juez que no le corresponde el conocimiento de la causa y le solicitan
se aparte (decline) y remita lo actuado al llamado por ley.
Sobre el particular es preciso recordar que ninguna persona puede ser
desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, lo que constituye en
buena cuenta el principio del Juez Natural que es justamente el fundamento
de la declinatoria de competencia (ORÉ GUARDIA: 1996, p. 119).
A diferencia del Código de 1991 que, como una novedad, preveía norma
expresa sobre la posibilidad de pedir declinatoria de competencia respecto del
fiscal a cargo de la investigación, el Código del 2004 no tiene una prescripción
similar, la que, como hemos ya señalado en líneas precedentes, deberá ser
incluida en la Ley Orgánica del Ministerio Público.
En cuanto al trámite de esta cuestión competencial, la norma comentada
nos remite a la regla del artículo 8 o infine, correspondiente al trámite de reso
lución de los medios de defensa, lo cual significa que deberá llevarse a cabo
una audiencia, con participación del abogado que propuso la declinatoria, el
Fiscal, la defensa del actor civil y del tercero civil, en cuyo marco, o en el plazo
de dos días de celebrada la vista, el juez de la investigación preparatoria dicta
rá la resolución correspondiente. Y si la cuestión es planteada durante la Eta
pa Intermedia, será resuelta en la audiencia preliminar a la que se refieren los
artículos 351° y 352° del Código.
180
La jurisdicción y competencia flpj. 27°
>Sk COMENTARIO
^ COMENTARIO
"&. COMENTARIO
181
API. 3 B 9 Disposiciones generales
>§. COMENTARIO
La incompetencia del juez, admitida a posteriori no acarrea automática
mente la nulidad de los actos procesales efectuados antes de la declinatoria.
La única condición es que dichos actos hayan sido válidamente realizados, es
decir, cumpliendo con todas las formalidades y requisitos de fondo que la ley
establece. D e no ser así, los mismos deberán ser renovados por el nuevo juez
declarado competente.
CAPÍTULO II
LA TRANSFERENCIA DE COMPETENCIA
>k COMENTARIO
El Código de Procedimientos Penales de 1940, en sus artículos 89° y
299°, de cierta manera ya anunciaba la vigencia de la figura de la transferencia
de competencia. En efecto, en su artículo 89° autorizaba al Tribunal Correc
cional, por razones de conveniencia, a encomendar a otro juez distinto al
originariamente competente el conocimiento de la causa. Por otro lado, el
artículo 299° facultaba a la Sala Penal de la Corte Suprema, en el marco del
conocimiento del recurso de nulidad interpuesto, a anular todo el proceso y
mandar rehacer la instrucción por otro juez o renovar el juicio oral y designar
el Tribunal encargado de tal misión.
Así, sobre la base de las disposiciones contenidas en los referidos artí
culos 89° y 299°, la jurisprudencia nacional fue perfilando los contornos de
la transferencia de competencia, hasta que en julio de 1982 entró en vigen
cia la ley Nro. 23414, actualmente derogada, que contemplaba expresamen-
182
La jurisdicción y competencia APt. 39 g
183
flpt. ÍJQ5 Disposiciones generales
es. COMENTARIO
Numeral 1)
En este numeral se establece quienes podrán plantear una transferencia
de competencia, decantándose el legislador de 2004 por asignar esta facultad
al fiscal, al imputado y a las demás partes, léase parte civil y tercero civilmente
responsable. Nos parece coherente con el principio de igualdad de armas
otorgar a todas las partes del proceso la posibilidad de solicitarle al juez trans
fiera su competencia cuando ello resulte necesario. E n este aspecto encontra
mos una diferencia con el Código de 1991 que en su artículo 34 únicamente
legitimaba para solicitarla al fiscal y al procesado.
La vía incidental es la prevista para el trámite de esta cuesüón, vía que no
por ser rápida deja de garantizar la observancia del principio de contradicción
y la necesidad de probar la causal invocada pues, como resulta del texto co
mentado, la solicitud deberá ser puesta en conocimiento de los demás sujetos
para que puedan alegar lo que mejor convenga a su particular posición dentro
del proceso y, por otro lado, se impone al solicitante, como no podía ser de
otro manera, la obligación de fundamentar y probar su pedido.
Numeral 2)
El plazo perentorio de tres días otorgado a la Sala Superior para resolver
el incidente de transferencia de competencia responde a la necesidad de deci-
184
La jurisdicción y competencia flpj. fll2
185
flpj. flg2 Disposiciones generales
CAPÍTULO II
LA CONTIENDA DE COMPETENCIA
>k COMENTARIO
Numeral 1)
A diferencia de la declinatoria de competencia, en la que son las partes
legitimadas las que promueven la cuestión solicitando que el juez se aparte del
conocimiento de la causa, la contienda de competencia, en cambio, es promo
vida por los jueces cuando existe discrepancia en tanto y en cuanto ambos se
consideran competentes para conocer determinado caso o, de lo contrario,
incompetentes para lo mismo. Esta discrepancia, en uno u otro sentido, es la
esencia de la contienda pues sin ella, en puridad, no estaríamos frente a la
figura regulada en el presente numeral.
La contienda de competencia puede presentarse únicamente entre órga
nos jurisdiccionales de igual categoría.
Nótese que el juez, al tomar conocimiento que otro conoce del mismo
caso sin que le corresponda, no se limitará a comunicarle las razones que ha
tenido para avocarse, como estatuía en similares circunstancias el artículo 23
del Código de Procedimientos Penales de 1940, sino que le solicitará la remi
sión del proceso. El juez requirente puede tomar conocimiento que otro está
conociendo del mismo hecho punible a través de cualquier medio, sea por
información recabada por propia cuenta o por aquella que sea proporcionada
por las partes.
186
La jurisdicción y competencia flpf. fl3°
Numeral 2)
Este numeral prevé las dos posibles respuestas que puede dar el juez
requerido frente a la solicitud planteada por el juez requirente. La primera
posibilidad es que acepte la solicitud de su homólogo y le remita lo actuado
admitiendo su incompetencia para seguir conociendo la causa, en cuyo caso
no habrá contienda. La segunda posibilidad es que no se conforme con el
requerimiento formulado y se considere plenamente competente para seguir
conociendo. En este último caso, nos encontramos frente a una real contien
da de competencia que deberá ser resuelta por la Sala Penal Superior en un
plazo verdaderamente perentorio (cinco días de recibido el cuaderno corres
pondiente).
Como puede apreciarse en la norma comentada el legislador ha previsto
la llamada contienda de competencia positiva, en la que ambos jueces consi
deran que les corresponde el conocimiento del caso.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
En este numeral se ha regulado la figura de la inhibición por la cual el
juez de la causa, por propia iniciativa o a solicitud de las partes, emite resolu
ción apartándose del conocimiento del caso al considerar que es otro el juez
competente a quien le remite el proceso, si es que el reo es libre. De haber
procesado detenido, únicamente le remitirá copia de las piezas pertinentes, lo
cual responde a la imperativa necesidad de no paralizar el trámite del proceso
que se sigue contra persona privada de su libertad ambulatoria.
Numeral 2)
En este supuesto se ha previsto la denominada contienda de competen
cia negativa en la que tanto el juez inhibido como el que recibe la inhibitoria
simultáneamente consideran que no les corresponde el conocimiento del caso,
187
flPl. 4 4 9 Disposiciones generales
circunstancia que deberá ser resuelta en definitiva por la Sala Penal Superior,
entendemos que en el mismo plazo de cinco días de recibidos los autos que se
ha previsto para resolver la contienda de competencia positiva.
c§. COMENTARIO
Numeral 1)
Conforme ya fue adelantado en líneas precedentes, la contienda de com
petencia únicamente puede presentarse entre jueces de igual jerarquía. Nunca
entre órganos jurisdiccionales de distinto nivel jerárquico. Es por ello que se
tiene previsto en el numeral comentado que cuando el juez sepa, por cual
quier medio, que su superior jerárquico está conociendo el mismo hecho o
uno conexo le consultará si le remite o no lo actuado. Es obvio que el superior
jerárquico examinará la información proporcionada por el juez inferior y si
considera que el conocimiento de la causa le corresponde, le ordenará que le
remita lo actuado.
Como es de verse no se trata de una contienda de competencia sino de
una consulta formulada por el juez inferior al superior jerárquico con miras a
evitar la duplicidad de procesos en trámite respecto de un mismo hecho puni
ble o conexo.
188
La jurisdicción y competencia flpf. flflS
Numeral 2)
En el presente numeral se norma el supuesto inverso al previsto en el
numeral precedente. En efecto, aquí no es el inferior en grado quien le con
sulta al superior, sino éste, al tomar conocimiento por cualquier medio, que
aquel viene conociendo el mismo hecho punible o uno conexo, le ordenará
la remisión de lo actuado. En este caso no se trata ya de una simple solici
tud o consulta sino de un mandato que el inferior debe cumplir obligato
riamente.
Numeral 3)
El artículo 99° de la Constitución Política prescribe la prerrogativa del
antejuicio para los altos funcionarios del Estado por infracción de la Consti
tución y por los delitos que cometan en el ejercicio de sus funciones y hasta
cinco años después de cesar en el cargo. Estos altos funcionarios aforados
son: el Presidente de la República, los Congresistas, los Ministros de Estado,
los integrantes del Tribunal Constitucional, los miembros del Consejo Nacio
nal de la Magistratura, los Vocales de la Corte Suprema, los Fiscales Supre
mos, el Defensor del Pueblo y el Contralor General.
Cuando altos dignatarios incurren en la comisión de delito, además de
corresponderles la prerrogativa del antejuicio ante el Congreso de la Repúbli
ca como primer paso para ser juzgados ante el Poder Judicial, están sujetos al
proceso especial por razón de la función pública previsto en el Título I de la
Sección II del Libro V del Código que, entre otras cosas, dispone que la In
vestigación Preparatoria estará a cargo de un Fiscal Supremo y controlada
judicialmente por un Vocal de la Corte Suprema, correspondiendo el juzga
miento a la Sala Penal Especial de la Corte Suprema.
189
API. 15 Q Disposiciones generales
Numeral 4)
Hay otros altos funcionarios del Estado que, sin gozar de la prerrogativa
del antejuicio que prevé el artículo 99° de la Constitución, también están so
metidos al proceso especial del Título III de la Sección II del Libro V del
presente Código. Entre estos funcionarios están los Jueces de Primera Instan
cia, el Juez de Paz Letrado, el Fiscal Provincial y el Fiscal Adjunto Provincial
cuyo juzgamiento por la comisión de delitos cometidos en el ejercicio de sus
funciones corresponde a la Corte Superior competente que designará el Vo
cal para la Investigación Preparatoria y a la Sala Penal Especial para la etapa
del juzgamiento.
Ahora bien, aquellas personas que conjuntamente con los funcionarios
precedentemente mencionados intervengan en la comisión de delito, prescri
be el numeral comentado, deberán ser procesadas conjuntamente con estos,
aun cuando no tengan la condición de funcionarios. Al igual que en el caso del
numeral anterior, esta prescripción responde a la necesidad de preservar la
unidad del proceso.
Finalmente, también hay otros funcionarios de alta jerarquía que sin ser
aforados conforme al artículo 99° de la Constitución, la ley les concede la
prerrogativa de ser procesados únicamente por la Corte Suprema, tales son
los casos del Superintendente de Banca y de Seguros, los vocales y fiscales del
Consejo Supremo de Justicia Militar, los Procuradores Públicos, los Vocales y
Fiscales Superiores, y Adjuntos Supremos, etc.; en estos casos también co
rresponderá aplicar el mismo criterio para conocer hechos delictivos imputa
dos a particulares conjuntamente con estos funcionarios.
190
La jurisdicción y competencia flpj, QftS
l3x COMENTARIO
Numeral 1)
El supuesto del numeral comentado es el de la contienda de competen
cia promovida cuando el proceso ya ha sido remitido al Juzgado Penal con la
acusación correspondiente, por lo que resultan pertinentes los comentarios
efectuados en relación con el artículo 42° del Código relativo a la contienda
de competencia por requerimiento. En este caso la única diferencia es la etapa
procesal en la que la contienda es promovida. Por lo demás, las reglas son las
mismas.
Numeral 2) y 3)
Como en el caso de la contienda de competencia por requerimiento a la
que se refiere el artículo 42 del Código, corresponde a la Sala Penal Superior
resolver en última instancia la contienda entre Juzgados Penales promovida
después de emitida la acusación. Sin embargo, nótese que la diferencia radica
en el hecho de que el numeral comentado prescribe expresamente la realiza
ción de una audiencia con la intervención de las partes para la resolución de la
contienda. En el caso que la contienda se produjera entre Salas Superiores
resolverá la Sala Penal Suprema.
CAPÍTULO IV
LA ACUMULACIÓN
>Si COMENTARIO
La acumulación es una cuestión de competencia que se origina en la
existencia de causas conexas y que tiene por fin reunirías en un solo proceso
y ser resueltas en una sentencia única (ORÉ GUARDIA: 1996, p. 123). Res
ponde a la necesidad de observar los principios de unidad del proceso y eco
nomía procesal y evitar en muchos casos la emisión de fallos no uniformes.
Tal como ya se adelantó, la conexidad de hechos punibles supone una
alteración de las reglas ordinarias de la competencia pues los jueces deberán
aplicar criterios como los de la pena más grave, de la prevención, de la fecha de
comisión del delito, etc., para determinar a qué juez corresponde el conoci
miento de las causas acumuladas. Las reglas ordinarias de la competencia terri
torial, objetiva y funcional están previstas en los artículos 21 a 30 del Código.
191
flPt. Kl° Disposiciones generales
*&. COMENTARIO
Numeral 1)
Como ya fue visto en su lugar, uno de los supuestos de conexión proce
sal es cuando existe pluralidad de agentes (autores o partícipes) y unidad de
hecho punible. En este caso el juez estará compelido a ordenar la acumula
ción de las causas sin importar el estado e instancia en que se encuentren. Ello
responde a la necesidad de emitir una sola sentencia que resuelva el proceso y
evitar de este modo fallos no uniformes, considerando que se trata de un solo
hecho punible aun cuando sean varios los autores o partícipes.
Como es de verse, el legislador de 2004 ha eliminado la obligatoriedad
de la acumulación en el supuesto de unidad de agente y pluralidad de delitos,
en caso que no hubiese proceso por algunos de ellos.
Numeral 2)
La disposición del numeral comentado exige del juez un juicio de pon
deración sobre la necesidad de la acumulación, en supuestos diferentes al
previsto en el numeral precedente, y el estado procesal de las causas pasibles
de acumulación, así como el grave retardo que podría ocasionar una decisión
de tal naturaleza en la resolución de los casos en cuestión.
En otras palabras, si después del examen realizado por el juez, éste ad
vierte que las causas se encuentran en estado e instancias diversas y, además,
de ello, la acumulación acarreará un grave retardo en la administración de
justicia, deberá desestimar la posibilidad de unificar los procesos.
192
La jurisdicción y competencia flpj. íjgs
>& COMENTARIO
Numeral 1)
En la medida que la acumulación tiene por objeto unificar el trámite de
dos o más procesos en atención a criterios de unidad y economía procesal,
con miras a lograr una administración de justicia rápida y eficaz, en el presen
te numeral se legitima tanto al propio órgano jurisdiccional para decretarla
como a las partes para solicitarla, pues se trata de fines cuya consecución
interesa a todos sin excepción.
Indudablemente, la acumulación también puede ser el resultado final de
una contienda de competencia, sea esta la acordada por requerimiento o inhi
bición, positiva o negativa. Y aun cuando el texto de la norma no lo estipula
expresamente, de una interpretación sistemática resulta que la acumulación
también puede tener su origen en la consulta al superior y el requerimiento de
remisión de lo actuado a que se refiere el artículo 44° del Código.
Numeral 2)
La impugnación de la resolución que dispone la acumulación es conse
cuencia lógica de la garantía de la pluralidad de instancias. Una resolución de
tal naturaleza debe ser necesariamente revisable por el órgano jurisdiccional
superior en tanto pueden ser afectados los legítimos intereses del imputado y
de las demás partes, así como también afectarse la buena marcha de la admi
nistración de justicia en el caso concreto.
193
API. 5()9 Disposiciones generales
>5x COMENTARIO
^ COMENTARIO
Dos son los casos de improcedencia que el legislador ha introducido
puntualmente en el sistema de acumulación de procesos.
Así, no procede la acumulación entre procesos incoados por acción pú
blica y acción privada respectivamente. La razón de esta disposición es la
naturaleza diversa de los procesos. Los delitos sujetos al ejercicio privado de
la acción penal se ventilan en un proceso especial que se inicia con la formu
lación de la querella ante el Juzgado Penal Unipersonal por el directamente
ofendido (artículo 459), con un procedimiento marcadamente distinto al que
corresponde a los delitos sujetos al ejercicio público de la acción penal. Los
intereses en juego son diferentes en ambos procesos, pues en los procesos
por acción privada prima el interés particular del querellante quien en juicio
asume las facultades y obligaciones del Ministerio Público que no interviene,
en tanto que en los procesos por acción pública, a la par que la parte civil
persigue el resarcimiento, prima el interés público traducido en la aplicación
del tuspuniendi. Buen ejemplo de delitos de acción privada, en los que el bien
19a
La jurisdicción y competencia jjpt. 512
^ COMENTARIO
En determinado momento del proceso y luego de haberse ordenado la
acumulación de causas según los criterios previstos en los artículos anteriores,
puede ocurrir que ella ya no sea procesalmente adecuada o conveniente, en
tanto sea necesario simplificar el procedimiento y resolver la causa rápida
mente en vista que alguno de los delitos o procesos requieran la realización de
diligencias especiales o plazos más largos de sustanciación.
La desacumulación ya estuvo por lo menos originariamente mencionada
en forma escueta en el artículo 5° de la ley 10124 del 28 de diciembre de 1944
que establecía que «en los procesos pendientes al promulgarse esta Ley, los
jueces y tribunales que estuvieren conociendo de ellos, ordenarán la acumula
ción o desacumulación conforme a las reglas dadas en la presente ley», de
modo que esta regulación si bien no prescribía los criterios de desacumula
ción, al menos establecía la posibilidad de acordarla. Posteriormente, el De-
195
flpl. 52 g Disposiciones generales
196
La jurisdicción y competencia flpj. 539
SL COMENTARIO
Este artículo debe ser aplicado en concordancia con la disposición con
tenida en el artículo 20° del Código, pues, si en principio como se estipula en
esta última norma, las cuestiones de competencia no suspenderán el procedi
miento, consecuentemente le estará permitido al juez resolver sobre cuestio
nes en los que se discuta la libertad o privación de la libertad del imputado,
además de la necesidad de actuar diligencias urgentes e inaplazables.
CAPÍTULO V
LA INHIBICIÓN Y RECUSACIÓN
Att. 53 . nmummi
1. Los Jueces se inhibirán por las siguientes causales:
a) Cuando directa o indirectamente tuviesen interés en el
proceso o lo tuviere su cónyuge, sus parientes dentro
del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afini
dad, o sus parientes por adopción o relación de convi
vencia con alguno de los demás sujetos procesales. En el
caso del cónyuge y del parentesco que de ese vínculo se
deriven, subsistirá esta causal incluso luego de la anula
ción, disolución o cesación de los efectos civiles del
matrimonio. De igual manera se tratará, en lo pertinen
te, cuando se produce una ruptura definitiva del vínculo
convivencial.
b) Cuando tenga amistad notoria, enemistad manifiesta o
un vínculo de compadrazgo con el imputado, la víctima,
o contra sus representantes.
c) Cuando fueren acreedores o deudores del imputado, víc
tima o tercero civil.
d) Cuando hubieren intervenido anteriormente como Juez
o Fiscal en el proceso, o como perito, testigo o abogado
de alguna de las partes o de la víctima.
e) Cuando exista cualquier otra causa, fundada en motivos
graves, que afecten su imparcialidad.
2. La inhibición se hará constar por escrito, con expresa indi
cación de la causal invocada. Se presentará a la Sala Penal
Superior en el caso del Juez de la Investigación Preparato
ria y del Juez Penal, con conocimiento de las partes, y ele-
197
flPt. 5 3 9 Disposiciones generales
>S. COMENTARIO
Numeral 1)
A diferencia del Código de Procedimientos Penales de 1940 que proponía
en primer lugar la recusación de los jueces y sus causales específicas, el nuevo
Código invierte la figura y se refiere, en primer término, a la inhibición y sus
causales para recién, en segundo lugar, entrar al tratamiento de la recusación.
La inhibición es un instituto jurídico — procesal vinculado con el deber
de los jueces de apartarse del conocimiento de una causa cuando mediasen
determinadas circunstancias, relaciones o hechos, claramente especificados
en la ley, que le impidan resolver el caso con rectitud, objetividad e imparcia
lidad. Algunos autores distinguen entre la inhibición en sentido estricto que
se relaciona precisamente con el deber de apartarse del conocimiento del pro
ceso y la inhibición en sentido amplio que vendría a ser toda abstención del
juez de seguir conociendo, incluyendo la que fuese producto de una recusa
ción aceptada por éste o impuesta por el superior jerárquico (CUBAS: 2003,
p. 126-127). Como bien enseña G Ó M E Z COLOMER (1985, p. 64), refirién
dose a la figura de la exclusión en el proceso penal alemán, ella «supone que el
Juez o persona afectada no puede entrar a conocer del asunto concreto, en
base a determinadas causas, por así ordenarlo la Ley...»
Se coincide ampliamente en que el fundamento de la inhibición es la
preservación de los principios de independencia e imparcialidad característi
cos de la función jurisdiccional en el Estado de Derecho. Por ello es que
autores como ROXIN (2003, p. 41) puntualizan la idea de que el sentido de la
inhibición es garantizar que un juez cuya objetividad está cuestionada o en
tela de juicio no debe resolver la causa, en orden a «mantener la confianza en
la imparcialidad de la administración de justicia».
La inhibición en sentido estricto siempre será un acto de íntima concien
cia del juez que, sabiendo que su objetividad e imparcialidad podrían verse
afectadas por encontrarse incurso en las causales taxativamente previstas en
la ley o en cualquier otra motivación grave no regulada expresamente, se apar
ta voluntariamente del conocimiento de la causa, en aras de la recta, transpa
rente e imparcial impartición de justicia. Y decimos que se trata de un acto de
íntima convicción porque en muchos casos las partes desconocerán que el
juez se encuentra incurso en alguna de las causales de inhibición, por lo que el
único que podrá invocarla será él mismo, en un acto que podríamos calificar
como de lealtad hacia la justicia en general y a los justiciables en particular.
198
La jurisdicción y competencia flPl. 53 9
199
flPt. 53 9 Disposiciones generales
Numeral 2)
Que la inhibición deba constar por escrito significa que el juez debe
emitir una resolución debidamente motivada, con expresa mención de la cau
sal invocada. Si bien es verdad la norma únicamente precisa que el juez deberá
indicar la causal invocada, a nuestro juicio ello no significa que no exista la
obligación de acreditar mínimamente que dicha causal realmente se haya veri
ficado. D e lo contrario, podría caerse en el facilismo de permitir toda laya de
inhibiciones sin sustento alguno, acordadas únicamente con el fin de quitarse
de encima la responsabilidad de conocer y resolver una causa que podría ver
sar sobre un asunto considerado delicado o trascendente.
La inhibición así planteada deberá ser elevada a la Sala Penal Superior en
cuaderno aparte, con copias certificadas de lo actuado. Siendo ello así, es el
Colegiado Superior el que finalmente resolverá si la inhibición procede o no,
previo traslado a las partes por el término de tres días.
200
La jurisdicción y competencia flpj. 542
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Si en la inhibición en sentido estricto el juez se aparta voluntariamente
del conocimiento de la causa, en la recusación es una de las partes quien
insta el apartamiento del juez. En principio, es obligación del juez desvincu
larse motu proprio del conocimiento de un proceso cuando esté incurso en
alguna de las causales de inhibición previstas en el artículo anterior. Si no lo
hace, entonces cualquiera de las partes podrá recusarlo denunciando la cau
sal pertinente. E n otras palabras, puede afirmarse que mientras la inhibición
es un deber del juez, la recusación es un derecho de las partes (ORÉ GUAR
DIA: 1996, p. 126). En suma, la recusación es el acto procesal mediante el
cual las partes cuestionan la imparcialidad del juez por estar incurso en algu
na de las causales determinadas por la ley y le instan a apartarse del conoci
miento de la causa.
201
APt. 5 f l 9 Disposiciones generales
202
La jurisdicción y competencia flpj. 542
Numeral 2)
El presente numeral regula la oportunidad en la que debe ser planteada o
resuelta la recusación. El legislador del 2004 ha establecido dos momentos: a)
Hasta el tercer día hábil anterior al fijado para la audiencia, en cuyo caso se
resolverá antes de iniciarse ésta; y, b) Con posterioridad al inicio de la audien
cia, en cuyo caso deberá resolverse en cualquier momento (que se advierta la
causal o la invoquen las partes) y declararse de oficio.
Debe entenderse que la recusación — que como se sabe es formulada por
las partes — debe ser interpuesta siempre dentro de los tres días de conocida la
causal invocada. Hacerlo después de dicho plazo implicaría su rechazo por
extemporánea. Sin embargo, se ha contemplado la posibilidad que el juez
declare de oficio la inhibición, inclusive con posterioridad al inicio de la au
diencia, si es que entra en conocimiento - por sí mismo o por comunicación
de las partes - de la existencia de una causal de inhibición.
En la posibilidad de declarar de oficio la inhibición una vez iniciada la
audiencia, creemos que podría encuadrar también el supuesto de una causal
sobreviniente, es decir, cuando el hecho o circunstancia que sustenta la causal
surja con posterioridad. Por ejemplo, cuando el parentesco surgiera por ma
trimonio celebrado después de iniciada la audiencia, o cuando el abogado
acepta el encargo que podría implicar un motivo de recusación.
Numeral 3)
El supuesto contemplado en el presente numeral se refiere a la existen
cia de causales de recusación que pudiesen hacerse valer contra los jueces que
conozcan las impugnaciones formuladas de acuerdo con lo establecido por el
Código en los artículos pertinentes. Para la recusación en sede del procedi
miento recursal, el legislador repite el plazo de tres días hábiles para interpo
nerla, en este caso, contados desde el ingreso de la causa a la instancia encar
gada de resolver el recurso.
Numeral 4)
El propósito de una norma como la comentada, que obliga a alegar al
mismo tiempo todas las causales de recusación que las partes conocieran, no
es otro que el impedir el manejo malicioso de este instituto que, en manos de
recusantes de mala fe, podría servir de arma para dilatar y entorpecer indebi
damente el trámite del proceso.
Sin embargo, creemos que la aplicación de este criterio normativo está
supeditada a que las partes conozcan de antemano todas las causales. Situa-
203
flpl. 559 Disposiciones generales
ción diferente sería la del sujeto que, con posterioridad a la recusación for
mulada por determinada causal, conoce de la existencia de otra causal, en
cuyo caso, a nuestro juicio, estaría legitimado para hacerla valer, siempre y
cuando acredite razonablemente la inmediatez de su conocimiento.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Uno de los efectos de la separación del juez, sea por inhibición o por
recusación, es precisamente la intervención de un juez reemplazante en la
continuación de la causa. Al respecto CREUS (1996, p. 421) se pronuncia en
el sentido que el juez reemplazante seguirá conociendo la causa de modo
definitivo, inclusive si posteriormente desaparece el motivo de inhibición o
recusación. Este criterio, a nuestro modo de entender, resulta también aplica
ble al sistema de inhibición y recusación del Código comentado, pues resulta
ría contraproducente que se produjeran sucesivas inhibiciones que indudable
mente afectarían la línea de continuidad del proceso.
Numeral 2)
El principio de la pluralidad de instancias, consagrado constitucional-
mente, queda satisfecho cuando en el presente numeral se prevé la apelación
contra la decisión judicial que resuelve la separación del juez de la causa, sea
por inhibición en sentido estricto o por una recusación aceptada, apelación
que obviamente deberá ser resuelta por el superior jerárquico en el plazo pe
rentorio de tres días.
204
La jurisdicción y competencia flp|. 57a
^ COMENTARIO
A diferencia del supuesto contemplado en el numeral 2) del artículo an
terior, en el que el juez se inhibe o acepta la recusación formulada, en el caso
propuesto por el presente artículo el magistrado no acepta la recusación. En
este supuesto, sin perjuicio de la apelación que obviamente corresponde al
recusante cuya pretensión es desestimada, se formará incidente que deberá
ser elevado al superior y ser resuelto definitivamente por la Sala Penal Supe
rior, dentro del tercer día.
>& COMENTARIO
Numeral 1)
Tratándose de órganos integrados por más de un juez, llámese Juzgado
Colegiado o Salas Superiores y Supremas, se ha previsto que el trámite de la
recusación es el mismo que el reservado en esta cuestión para los jueces con
siderados individualmente. Esto significa que la recusación deberá ser inter
puesta dentro de los tres días de conocida la causal invocada, si es que el juez
o vocal no se ha inhibido voluntariamente, pero también podrá decretarse de
oficio después del inicio de la audiencia, al descubrirse un hecho constitutivo
de causal de inhibición.
Sin embargo, a diferencia de la recusación planteada contra órganos ju
risdiccionales conformados por un solo magistrado, tratándose de órganos
205
APt. 5 8 9 Disposiciones generales
Numeral 2)
E n este numeral el Código regula el caso extremo en el que todos los
integrantes del órgano judicial colegiado son recusados.
En este supuesto, sin perjuicio de ir perfilando una nueva normativi-
dad complementaria más precisa, serían aplicables los criterios vigentes en
la Ley Orgánica del Poder Judicial mencionados en el comentario al nume
ral anterior, debiendo puntualizarse que cuando es necesario completar Sala,
piénsese por ejemplo en el caso de impedimento de más de un Vocal, el
mencionado dispositivo legal prescribe que se procederá de conformidad
con el trámite establecido para la resolución de las causas en discordia, es
decir, llamándose al Magistrado Consejero comenzando por el menos anti
guo. E n defecto de este, a otros Vocales de la misma especialidad de otras
Salas y luego a los de distinta especialidad, siempre empezando por el me
nos antiguo.
^ COMENTARIO
Aun cuando los secretarios y demás auxiliares jurisdiccionales no tienen
poder de decisión, sin embargo, intervienen y tienen a su cargo parte impor
tante del trámite del proceso. Por esta razón, el legislador ha previsto en el
206
La jurisdicción y competencia flp|. 59 a
"S. COMENTARIO
En cuanto a las diligencias que el juez puede realizar en tanto se encuen
tre pendiente de resolver la inhibición o recusación, el legislador nos remite al
artículo 52° del Código. El criterio introducido en estos casos consiste funda
mentalmente en facultar al juez a actuar diligencias urgentes y que no puedan
realizarse posteriormente o que no permitan prórroga alguna, además de po
der decretar la libertad o privación de la libertad del imputado.
La tendencia de nuestro legislador ha sido ir ampliando el radio de
acción del juez inhibido o recusado. Así, en el primigenio artículo 34° del
Código de Procedimientos Penales de 1940 se facultaba al juez, cuya recu
sación o inhibición se encontrase pendiente, a practicar las diligencias de
inspección en el lugar de comisión del delito, el reconocimiento e identifica
ción de los efectos de éste, el recojo de las armas, instrumentos u objetos
que tuviesen relación con el hecho punible, la declaración instructiva del
detenido, la declaración de los testigos, la presentación de los informes pe
riciales, así como también el dictado del mandato de detención y la orden de
embargo de los bienes del inculpado. Posteriormente, al ser modificado di
cho artículo por ley Nro. 27652 publicada el 24 de enero de 2002, a las
diligencias precedentemente mencionadas, se agregó las confrontaciones y
los reconocimientos. Finalmente, al expedirse el Decreto Legislativo Nro.
959 de agosto de 2004 que modificó al artículo 33° del viejo Código de
Procedimientos Penales, el juez recusado o inhibido quedó facultado, mien
tras se resolviese la inhibición o recusación, a actuar toda clase de diligen
cias o actos procesales, sin suspender el proceso principal, con la necesaria
concurrencia del representante del Ministerio Público y notificación a las
partes, a excepción de cualquier resolución que pudiese poner fin a la ins
tancia o proceso.
207
APt. 5 9 9 Disposiciones generales
208
SECCIÓN IV
EL MINISTERIO
PÚBLICO Y LOS DEMÁS
SUJETOS PROCESALES
TÍTULO I
EL MINISTERIO PÚBLICO Y LA POLICÍA NACIONAL
CAPÍTULO I
EL MINISTERIO PÚBLICO
209
Disposiciones generales
210
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales
211
API. 6 0 9 Disposiciones generales
que durmieron una indefinida vacatio legis por falta de voluntad política que los
pusiera en funcionamiento de acuerdo con el clamor de la comunidad jurídica
nacional. En todo caso, se impone la consolidación del proceso que ya empe
zó con algunos distritos judiciales donde el Código rige plenamente, hasta
tornarlo irreversible.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La titularidad de la acción penal, a la que se refiere este inciso, proviene
del mandato constitucional contenido en el artículo 159°, numerales 1) y 5) de
la Carta Política, en los que se atribuye al Ministerio Público el monopolio del
ejercicio de la acción penal en los delitos de persecución pública. Se establece
que sólo el Ministerio Público puede promover la acción penal ante el órgano
jurisdiccional, en tanto que la víctima, los ciudadanos a través de la acción
popular o la autoridad policial cuando corresponda, sólo están facultados para
poner en conocimiento del Fiscal la comisión de un hecho delictivo.
En el modelo mixto del Código de Procedimientos Penales de 1940,
previa evaluación de la denuncia o noütia críminis, el Fiscal la formalizaba ante
el Juez Penal cuando ello correspondía, con lo que quedaba ejercitada la ac
ción penal, aun cuando algunos autores, tal como lo señala CUBAS VILLA-
NUEVA (2003, p. 103), sostenían en este contexto, que la acción penal tan
solo quedaba materializada en el plenario con la acusación y no con la simple
formalización de la denuncia. Sin embargo, en el modelo acusatorio introdu
cido por el Código Procesal Penal materia del estos comentarios, la acción
penal queda materializada con la acusación, puesto que, antes de ella, tan solo
existen actos concernientes a la investigación preparatoria.
Numeral 2)
E n este inciso se establece claramente la facultad de dirección que el
Ministerio Público ejerce respecto de la investigación del delito, desde su ini
cio. A renglón seguido, se complementa la disposición estipulándose la obli-
212
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. BO9
213
flPt. 6 1 9 Disposiciones generales
hoy Jueces, Fiscales y Policía sean instituciones democráticas, ¿no tendrá más
garantías para los españoles que investigue la única de ellas que es legal y
realmente independiente e imparcial, es decir, la Judicatura, y que digan los
americanos, alemanes, italianos, portugueses, etc., lo que quieran.?» (GÓMEZ
COLOMER:1999, p. 162). Obviamente esto resultaría razonable para Espa
ña, mas no para nuestro ordenamiento Procesal, sin embargo, en casos excep
cionales no se puede descatar la intervención del juez en la obtención o aco
pio de determinado material probatorio.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Independencia de criterio.- Este inciso plantea el problema de la in
dependencia en la actuación de los Fiscales en todas las instancias. En las
funciones desarrolladas el Fiscal tiene como únicos límites la Constitución
y la Ley. Dentro de este marco actúa con independencia de criterio, lo cual
implica que, en el ejercicio de sus funciones, no debe admitir interferencias
de ninguna clase, provengan estas del interior de la institución o del propio
21a
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales APt. 6 1 9
215
flpj. 61- Disposiciones generales ^ _ _ _
Numeral 2)
La Investigación Preparatoria, regulada en el Código en la Sección I del
Libro Tercero e integrada por el conjunto de actos investigativos desplegados
por el propio Fiscal o, vía delegación, por la Policía, con el propósito de reunir
los elementos de cargo o descargo que le permitirán formular o no acusación,
es conducida o dirigida por el Ministerio Público. En tal sentido, la Policía
actúa como un auxiliar importante en el logro de los objetivos de la investiga
ción, por lo que debe quedar meridianamente claro que ella debe acatar las
disposiciones dictadas por el Fiscal en el ejercicio de sus funciones. Existe un
nivel de coordinación entre la Policía y el Ministerio Público en el desarrollo
de la actividad investigativa, pero dicha coordinación estará presidida necesa
riamente por el poder de dirección que ejercerá la Fiscalía sobre la autoridad
policial en el ámbito de sus funciones. Tal conducción quedará plasmada tan
to en la realización de los actos de investigación propiamente dichos, como
en la atribución de solicitar al Órgano Jurisdiccional las medidas que conside
re pertinentes, tales como la confirmatoria de incautación, el embargo, el des
alojo preventivo, la prisión preventiva, la internación preventiva, etc.
216
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj. 61 s
Numeral 3)
En este inciso se establece la activa participación del Ministerio Público
en el curso de todo el proceso penal, para lo cual podrá interponer (está legi
timado) todos los recursos y medios impugnativos previstos en el mismo cuerpo
normativo, tales como los recursos de reposición, apelación, casación, queja,
la acción de revisión, las nulidades, etc. El Código utiliza la conjunción «y»
para referirse a los medios y recursos de impugnación, estableciendo una se
paración que tendría como base la relación de género — especie existente en
tre ambos conceptos, de tal suerte que el medio sería el género y el recurso la
especie. En efecto, además de los recursos de reposición, apelación, casación
y queja, el Código regula en el Libro Cuarto, dedicado a la impugnación en
general, la llamada acción de revisión que ha merecido una sección indepen
diente a la de los recursos y que, de este modo, ha dejado de denominarse
«recurso de revisión» como en el viejo Código de Procedimientos Penales de
1940.
217
API. 6 1 9 Disposiciones generales
Numeral 4)
Se estipula el deber del Fiscal de inhibirse del conocimiento de una in
vestigación o del proceso en los casos en que se encuentre dentro de los
supuestos previstos para la inhibición del juez, esto es, si tuviere él o sus
parientes (dentro de los grados establecidos en el artículo 53°) interés directo
o indirecto en el proceso, amistad notoria o enemistad manifiesta o compa
drazgo, acreencia o deuda con las partes, intervención anterior como Juez o
Fiscal, perito, testigo o abogado de las partes, en el proceso y, en numerus
apertus, ante la presencia de cualquier otro motivo grave que afecte su impar
cialidad.
La exigencia de objetividad e imparcialidad en la actuación del Fiscal
obliga a éste a apartarse del conocimiento de la investigación o proceso cuan
do esté incurso en situaciones que pongan en tela de juicio o afecten su recto
sentido en el desarrollo de su labor. Como bien anota CREUS (1996, p. 253)
el hecho de que el Fiscal tenga una posición sui generis en el proceso penal,
diferente a la ocupada por las demás partes, traducida por ejemplo en aquella
limitada cuota de poder coercitivo que puede ejercer en el ámbito de sus fun
ciones (conducción compulsiva prevista en el artículo 66), así como el poder
de dirección respecto de la investigación, justifican esta obligación. En el artí
culo 19 del Decreto Legislativo 052 - Ley Orgánica del Ministerio Público -
se ha establecido que los Fiscales no son recusables pero deben excusarse en
los casos taxativamente establecidos en la ley. G Ó M E Z C O L O M E R (1985, p.
71) considera que, al margen de la obligación de excusarse, el Fiscal debería
ser recusable debido a la naturaleza de su función que está vinculada con la
búsqueda de la verdad y la justicia.
218
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpl. 62 g
^ COMENTARIO
A diferencia del apartamiento voluntario del conocimiento de una inves
tigación o proceso, regulada en el último inciso del artículo anterior, en el
artículo 62 se establece la figura de la exclusión por el superior jerárquico del
Fiscal, supuesto en el que está ausente la nota de voluntariedad característica
de la excusa.
Numeral 1)
El supuesto regulado en este inciso descansa sobre la base del principio
de dependencia jerárquica por el cual los Fiscales forman parte de un cuerpo
por grados organizado, lo que los obliga a cumplir las disposiciones de sus
superiores dictadas en el ámbito de la función, sin perjuicio de la independen
cia funcional reconocida respecto de los casos concretos sometidos a su co
nocimiento. En tal sentido, por propia cuenta o a solicitud de interesado, el
superior en grado podrá excluir a un Fiscal, reemplazándolo por otro, en el
supuesto que aquél no se desempeñe correctamente o incurra en algún tipo
de conducta disfuncional que perjudique concretamente la búsqueda de la
verdad y la justicia a través de la investigación o proceso. Se entiende que esta
facultad del superior podrá ser ejercida tanto en la oportunidad de conocer
los grados como cuando, en general, tome conocimiento de la actuación irre
gular del fiscal. Asimismo, queda establecido que dicha atribución se hace
extensiva al supuesto en que el fiscal, pese a estar incurso en alguna de las
causales de recusación previstas para los jueces, no se ha apartado del conoci
miento de la investigación o proceso.
219
flpl. 63 g Disposiciones generales
Numeral 2)
Como no podía ser de otra manera, queda establecido que el juez no podrá
observar u oponerse a la intervención del nuevo fiscal. Esta disposición descan
sa sobre la base del respeto a la autonomía del Ministerio Público. Asimismo, la
disposición en comento encuentra justificación en el principio de unidad del
Ministerio Público, en tanto existe una línea de continuidad entre la labor des
plegada por el fiscal reemplazado y la ejercida por el reemplazante.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Se trata de una remisión a la Ley Orgánica del Ministerio Público que
se aplicará supletoriamente en todo aquello que no haya sido previsto en
las normas de este Código. Actualmente aún rige el Decreto Legislativo
Nro. 052 de 16 de marzo de 1981 que, en ciento siete artículos, regula la
estructura orgánica del Ministerio Público, deberes y atribuciones de los
fiscales de todas las instancias, así como las responsabilidades en las que
podrían incurrir en el ejercicio de sus funciones y las sanciones a las que
se harían merecedores en tal caso. La actual Ley Orgánica del Ministerio
Público fue dada al retornar el país a la vida democrática tras doce años de
dictadura militar y constituyó el inicio de una nueva época en la adminis
tración de justicia sobre la base de las innovaciones introducidas por la
Constitución Política de 1979, una de las cuales fue, precisamente, la atri
bución al Ministerio Público de una individualidad y autonomía al margen
220
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj. 64 s
del Poder Judicial del que, antaño y hasta la Constitución de 1933, era
parte integrante. Si bien esto es así, el paso de los años y la diferente
configuración del proceso penal peruano, sobre todo a partir de la dación
del nuevo Código, hacen necesaria la expedición de una nueva Ley Orgá
nica acorde con las nuevas realidades y el nuevo rol que le toca cumplir al
fiscal en el proceso.
Numeral 2)
Sin duda alguna que, al igual que en el inciso anterior, en éste existe una
remisión a la Ley Orgánica del Ministerio Público en cuanto se estipula que es
atribución del Fiscal de la Nación, «de conformidad con la L e p , la distribución
de funciones de los miembros de la institución, aun cuando es en la propia
Constitución Política - artículo 158 - que se establece que el Ministerio Público
es presidido por el Fiscal de la Nación. Es, precisamente, en el ejercicio de este
poder de dirección que el máximo funcionario del Ministerio Público distribuye
las funciones entre los demás miembros de la institución. En el mismo sentido,
el artículo 64 del Decreto Legislativo 052 - Ley Orgánica del Ministerio Público
- señala que la autoridad del Fiscal de la Nación «se extiende a todos los funcio
narios que lo integran, cualesquiera que sean su categoría y actividad funcional
especializada», disposición que, naturalmente, deberá mantenerse cualquiera que
sea la orientación de una nueva Ley Orgánica.
221
flpj, 6fl5 Disposiciones generales
>Sk COMENTARIO
Numeral 1)
De entrada se debe señalar que existe una cierta incoherencia entre el
inciso bajo comentario - q u e asigna al Ministerio Público la formulación de
Disposiciones, Requerimientos y Conclusiones- mientras que, tal como se
verá más adelante, el artículo 122° que desarrolla dichas formas de actuación
fiscal, no se refiere en ningún momento a las Conclusiones sino que más bien
introduce otra forma de actuación a través de las Providencias, con lo cual
ha quedado en el limbo la definición y existencia de las primeras. Creemos
que se trata de un error material como consecuencia de una reminiscencia del
papel dictaminador que asumía el Fiscal en el modelo del Código de Procedi
mientos Penales de 1940. Sobre ello cabe puntualizar que, como certeramente
enseña SAN MARTÍN CASTRO (2005, p. 23), «se acabó la institución de
origen francés de las denominadas vistas fiscales» de modo que tal error debe
rá ser necesariamente corregido en aras de la precisión y la coherencia del
Código. En un esfuerzo extremo de entendimiento de la intención del legisla
dor, tal vez las llamadas Conclusiones tengan alguna vinculación con las abso
luciones de los traslados en el trámite de los recursos de impugnación contra
las resoluciones judiciales, aun cuando naturalmente tales absoluciones de
ningún modo constituyen conclusiones.
Numeral 2)
La oralidad es una característica fundamental del modelo acusatorio a
diferencia del inquisitivo en el que predomina la escritura. Como bien se pre
cisa en la Exposición de Motivos del Código, una de las líneas rectoras del
modelo introducido es, sin lugar a dudas, la garantía de oralidad que es la
esencia misma del juzgamiento. Por eso es que ella es obligatoria en la audien
cia y en los debates, no solamente para el Ministerio Público sino también
para todos los que intervienen en el proceso. De allí que TALAYERA (2004,
p. 69) explique que «el uso de la oralidad no sólo tiene que ver con la inmedia-
222
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj, B5S
>s. COMENTARIO
N u m e r a l 1)
En primer lugar es necesario precisar que los actos de investigación rea
lizados directamente por el Ministerio Público o, por delegación, por la Poli
cía, de ningún modo deberán ser considerados como «pruebas» para fundar la
decisión judicial, ya que lo actuado en el marco de la investigación tiene como
objetivo únicamente preparar el Juicio Oral, «proporcionando a tal efecto los
elementos necesarios para la acusación y para la defensa» (BURGOS: 2005, p.
54). Como es sabido, las pruebas se actúan en la fase de juzgamiento, bajo los
principios de inmediación y contradicción. De allí que el Código establezca
223
APt. 65 s Disposiciones generales
Numeral 2)
La disposición en comento establece que al recibir la notitia criminis el
Fiscal tendrá dos alternativas: realizar por cuenta propia las primeras Diligen
cias Preliminares o delegar dicha función en la Policía. Nos deberíamos pre
guntar en qué casos el Fiscal asumirá la realización de tales diligencias y en
qué otros le encomendará a la autoridad policial dicha misión. La respuesta
tiene que ver con las particularidades de la casuística sometida a la considera
ción del Fiscal, en cuya virtud éste deberá decidir considerando lo que resulte
más apropiado para el éxito de la investigación. Desde luego que la disposi
ción no es una novedad en el proceso penal peruano puesto que ya la Ley
Orgánica del Ministerio Público — Decreto Legislativo Nro. 052 - prescribió
como la alternativa de abrir investigación policial en caso que considerase
procedente la denuncia. De igual forma el viejo Código de Procedimientos
Penales de 1940, también le atribuía a la Policía Judicial la facultad de practicar
diligencias por delegación del Ministerio Público (art. 64); sin embargo, una
diferencia sustancial es que dicha investigación policial delegada servía para
reunir la «prueba indispensable», mientras que los actos de investigación en el
marco del nuevo modelo, como ya se ha señalado, tan solo servirán para
preparar la acusación y el juicio.
Numeral 3)
El contenido del presente inciso responde al poder de dirección funcio
nal ejercido por el Ministerio Público respecto de la Policía en el marco de la
investigación del delito. La delimitación del objeto de la investigación y la
especificación de las formalidades que deben reunir los actos de investigación
constituyen una obligación ineludible para el Fiscal, de modo que, si ello no
ocurriera, la investigación no sería válida.
Numeral 4)
Resulta claro que la finalidad de la disposición contenida en este inciso
es lograr en la investigación del delito un perfecto equilibrio entre eficacia y
garantía. E n efecto, si por un lado se establece que el Fiscal debe diseñar toda
224
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj. 6B Q
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Como ya lo señaláramos en su lugar, el poder coercitivo asignado al
Ministerio Público traducido en la facultad de disponer la conducción com
pulsiva de quien haga caso omiso a la citación, le otorga al Fiscal una condi-
225
flrl. 66 e Disposiciones generales
ción sui generis en el marco del proceso, toda vez que, al tener esta cuota de
poder coercitivo, ya no puede ser considerado parte, en sentido estricto
(CREUS: 1996, p. 253).
Ahora bien, se entiende que la conducción compulsiva, ordenada por el
Ministerio Público y ejecutada por la Policía Nacional, puede estar dirigida
contra el imputado, el testigo, el agraviado y el perito que no hayan concurri
do a la citación cursada, siempre y cuando hayan sido debidamente notifica
dos. Se trata, pues, de una medida coercitiva destinada a obtener la compare
cencia forzosa de quienes no hayan comparecido voluntariamente a las cita
ciones cursadas por el Fiscal. En la Ley Procesal Alemana (StPO), tal poder
coercitivo del Ministerio Público puede ser materia de control jurídico por
parte de los tribunales (GÓMEZ COLOMER: 1985, p. 103), situación que
no ha sido prevista en nuestro Código Procesal Penal.
Numeral 2)
El limitado poder coercitivo atribuido al Fiscal mediante la conducción
compulsiva se traduce precisamente en lo dispuesto por el presente inciso:
cumplida la diligencia materia de la medida o antes de las veinticuatro horas
de ejecutada esta, el Fiscal deberá ordenar su levantamiento. Esto encuentra
explicación en el hecho de que la medida se debe dictar únicamente para los
fines de la realización de la diligencia frustrada por la inconcurrencia del debi
damente citado.
CAPÍTULO II
LA POLICÍA
226
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flp|. 66 9
227
API. G 7 Q Disposiciones generales
228
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 572
St. COMENTARIO
229
flPt. 67 e Disposiciones generales
230
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flPl. 68 g
231
API. 6 B S Disposiciones generales
^S. COMENTARIO
Este artículo a diferencia del anterior (que regula fundamentalmente la
actuación de la Policía por propia iniciativa), está referido a la actuación de la
Policía en su función de investigación bajo la dirección del Fiscal; es decir
la actuación policial en los casos de la investigación preparatoria (art. 334°) y
la investigación previa (diligencias preliminares) prevista en el artículo 330°
del Código. Este artículo tiene su fuente en el numeral 4 del artículo 159° de
la Constitución Política del Estado y guarda concordancia con el numeral 10
del artículo 7 o de la Ley Orgánica de la Policía Nacional, Ley N° 27238, y la
Ley N° 27934 (norma de investigación) modificada por el D. Legislativo N°
989. En estos casos será el Fiscal, de conformidad con el artículo 65°.3, quien
disponga la actuación policial en la investigación, pudiendo determinar: 1) los
términos de su actuación; 2) el objeto o finalidad perseguido con la investiga
ción y especialmente con la actuación policial; y, 3) las formalidades específi
cas que deben observarse en los actos de investigación para garantizar la vali
dez de dichas diligencias y de la propia actuación policial. Al igual que las
diligencias de investigación llevadas a cabo conforme al anterior, éstas sirven
sólo para emitir resoluciones propias de la investigación preparatoria y de la
etapa intermedia, no siendo útiles para la sentencia, salvo supuestos de prue
ba preconstituida o prueba anticipada.
Numeral 1)
El contenido de este numeral se diferencia del artículo anterior única
mente en cuanto establece que las diligencias enunciadas en el mismo, se rea
lizarán bajo la conducción del Fiscal. Por lo demás, en varios de los literales de
este numeral se repite las actuaciones que el Código faculta realizar a la Policía
por propia iniciativa, respecto a los cuales ya nos hemos referido; de otros
literales su contenido es tan claro y elemental que no amerita realizar mayores
comentarios. Únicamente conviene abordar algunos puntos complementa
rios previstos en algunos de dichos literales.
Así en el literal a) refiere que la Policía podrá recibir las denuncias escritas
o verbales, debiendo sentar el acta correspondiente en el caso de estas últimas;
233
flp|. 68 9 Disposiciones generales
23a
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. B8 9
235
ftPt. 68 9 Disposiciones generales
236
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales API. 68 g
Numeral 2)
Este numeral establece que de todas las actuaciones realizadas por la
Policía se deberá confeccionar el acta correspondiente, la misma que deberá
ser entregada al Fiscal. Asimismo, en concordancia con lo establecido en el
artículo 65°.3 del Código, se establece el respeto a las formalidades estableci
das por el Fiscal para la validez de la investigación, así como las demás esta
blecidas por la ley. Igualmente, se reitera que el Fiscal puede impartir instruc
ciones a la Policía que actúa en la investigación en el caso concreto a ñn de
lograr los fines propios de la investigación. En este caso podrá instruirles
respecto a la forma como deben realizar determinadas diligencias y diseñar
un plan de investigación a seguir por la Policía así como disponer todas las
demás diligencias o actuaciones pertinentes. Ello sin embargo, no debe inter
pretarse al pie de letra, pues lo que se requiere, para lograr una adecuada
investigación, es aunar esfuerzos entre los miembros del Ministerio Público y
la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia, y por ello debe asumirse
un criterio de coordinación antes que un papel de disposición o dirección
unilateral que puede generar resquemores entre ambas instituciones.
Numeral 3)
En este numeral a diferencia de lo que hasta ahora ha venido sucedien
do, se establece que el imputado así como su defensor tendrán acceso a todas
las investigaciones llevadas a cabo por la Policía, pudiendo obtener, en cual
quier momento copia simple de las actuaciones para el ejercicio de la defensa,
salvo que se trate de una actuación o documento que su conocimiento podría
dificultar el éxito de la investigación, en tal caso, el Fiscal puede disponer que
alguna actuación o documento se mantenga en secreto por un tiempo no
mayor de 20 días (salvo que el Juez lo amplíe por un plazo igual)
Asimismo, cuando se trate de un caso en que se requiera de la reserva de
la investigación policial, el Fiscal puede disponer el secreto de las investigacio
nes por un tiempo prudencial, el que necesariamente cesará antes de conclui
das las mismas; en cuyo caso se requiere de una resolución o disposición fiscal
debidamente motivada y fundada en razones de eficacia procesal. Esto es, se
tratará de casos especialmente graves, cuya investigación y esclarecimiento
sean de imperiosa necesidad por razones de Política Criminal y en los que el
conocimiento del contenido y avance de la investigación puede frustrar el
éxito de la misma. En supuestos de escasa gravedad no resultará pertinente
esta medida ya que ponderando el derecho a informarse del investigado y de
la defensa y la obligación de investigar del Estado, aparece de mayor peso el
primero. Estos serían los casos de videovigilancia, de interceptación e incau
tación postal, de una intervención de comunicaciones y telecomunicaciones o
de cualquier otra investigación secreta con fines específicos que la necesidad
237
flPt. 69 9 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
Este artículo, tal como se ha indicado líneas antes, está referido a la fa
cultad de la Fiscalía de la Nación para impartir instrucciones respecto a los
requisitos y formalidades de las actuaciones policiales en la investigación del
delito. Lo cual deberá entenderse como parte del ejercicio público de la ac
ción penal, del que es titular el Ministerio Público, a través de su representante
u órgano de mayor jerarquía que es la Fiscalía de la Nación. Ello significa que
es el Ministerio Público quien determina la forma como debe llevarse a cabo
la investigación del delito, sin que la policía, basada en sus reglamentos o
facultades y atribuciones concedidas por su Ley orgánica, pueda contradecir
tales disposiciones. En todo caso, siempre será posible realizar las coordina
ciones con los altos estamentos policiales a fin de optimizar la función policial
y fiscal en la investigación del delito.
Este artículo deja a salvo las directivas específicas que en cada caso con
creto podrá impartir el Fiscal Superior o el Fiscal provincial, y en su caso el
Fiscal Adjunto provincial cuando esté encargado de una investigación en par
ticular. Esto deja en claro que será el Fiscal el que elabore los diseños o planes
de investigación en el caso concreto así como en las investigaciones, someti
das a su competencia en general.
238
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 71 a
^ COMENTARIO
En general, estando a la presunción de inocencia de todo ciudadano, no
debería de proporcionarse información a la prensa respecto a los investigados
o a las demás personas vinculadas a la comisión del delito, sea como víctimas,
testigos u otras personas; no resultando de utilidad la información periodísti
ca, que siempre distorsiona los hechos o las imputaciones formuladas contra
los investigados. Pues siempre se los hace aparecer como culpables exista o
no pruebas en tal sentido, por lo que no nos parece razonable este artículo, en
el que bajo el rótulo de 'prohibición de informar' se camufla precisamente la
idea contraria, esto es, la facultad policial de poder informar a los medios de
prensa acerca de las investigaciones. Si bien es cierto que en ejercicio del dere
cho a la información los ciudadanos deben conocer las investigaciones, esta
información sólo estará referida a la que puedan proporcionar los periodistas,
mas no existe la obligación de informar el curso de una investigación o los
comprendidos en ella. Tanto más, si de por medio se encuentra la probable
afectación de derechos fundamentales del investigado o terceros comprendi
dos en la misma.
Siendo así, a nuestro criterio esta norma vulnera el derecho constitucio
nal a la presunción de inocencia recogido por el Art. 2° Inciso 24° parágrafo
e) de la Constitución Política del Estado; asimismo en su último párrafo, di
cha disposición atenta contra el derecho a la intimidad personal establecido
por el Art. 2 o Inc. 7 o de la Carta Magna (de las víctimas, testigos...) de ciudada
nos que pudieran estar vinculados con la investigación del hecho punible. Y
es abiertamente contradictorio con el indicado artículo II del Título Prelimi
nar del Código, por lo que consideramos que realmente no resulta aplicable.
Esta norma, que al parecer se habría inspirado en el Art. 92° del Código
Procesal Penal Chileno del 2000, establece una permisión de información,
todo lo contrario al sentido y finalidad de la norma del Código Chileno en el
que se establece una prohibición.
, TÍTULO II s
EL IMPUTADO Y EL ABOGADO DEFENSOR
CAPÍTULO I
EL IMPUTADO
239
flpj, 7|2 Disposiciones generales
240
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flp|. 7QS
243
Art. 79 9 Disposiciones generales
^ COMENTARIO
1. EL IMPUTADO
El imputado viene a constituir uno de los tres sujetos esenciales del pro
ceso. Es el sujeto pasivo de la relación procesal contra quien se dirige la pre
tensión punitiva penal, a quien se le atribuye la comisión de un delito y al que
se le concede o reconoce el poder de resistencia a la imputación formulada
por el acusador frente al órgano jurisdiccional. «Es siempre un sujeto privado
-señala CLARIA (Til: 1962, P. 375) -, sin perjuicio de que pueda, o excepcio-
nalmente deba, ser asistido por órganos oficiales. Debe soportar el peso de la
imputación durante toda la tramitación de la causa en sus etapas de conoci
miento, mientras se mantenga en pie el ejercicio de la acción penal».
Dentro del nuevo esquema normativo asumido por nuestros legislado
res, a diferencia de lo que sucedía en el Código de 1941, en el que dicho sujeto
procesal era conocido como inculpado, se ha preferido denominársele impu
tado. El imputado es un sujeto capaz de ejercitar sus derechos desde el co
mienzo de cualquier actividad persecutoria o incriminadora dirigida en su
contra, por lo que procesalmente, ha de tener atribuciones y sujeciones que lo
caracterizan como un verdadero y propio sujeto del proceso a iniciarse o ya
puesto en marcha. El Código Procesal le reconoce una serie de facultades a
través del artículo 71°.
Por otro lado, siendo considerado hoy en día como un «sujeto del proce
so» y no un «objeto del proceso», «su declaración constituirá, a decir de BIN-
D E R (1993: p. 310), un medio de defensa y no un medio para obtener infor
mación de una fuente que, en este caso, viene a ser el propio imputado». N o
244
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flp|. 792
245
Api. 799 Disposiciones generales ^___
ello sin embargo, no impedirá la continuidad del proceso, puesto que tal como
lo preceptúa en el artículo 72°.3: «la duda sobre los datos obtenidos no altera
rá el curso del procedimiento y los errores sobre ellos podrán ser corregidos
en cualquier oportunidad».
La capacidad para ser parte (capacidad de parte) e intervenir en el proce
so (capacidad procesal), le es inherente al imputado desde que tiene aptitud
necesaria para participar de modo conciente en el juicio, comprender la impu
tación formulada en su contra y poder ejercer el derecho de defenderse por sí
mismo. Esta capacidad procesal, como bien señala O R E GUARDIA (1993:
p. 145), también depende de la imputabilidad penal, pues es capaz procesal-
mente quien por su edad y salud mental pueden ser responsable de un delito».
De ello deriva las normas establecidas, que respecto a la imputabilidad del
procesado, señala nuestro ordenamiento procesal penal (arts. 74° y 75°).
El artículo 76° regula el caso de la situación de la anomalía psíquica
sobreviniente a la comisión del delito estipulando que será el Juez o la Sala
Penal, a mérito de las pruebas ofrecidas y previo dictamen pericial sobre el
estado del imputado, el que llevará a cabo una audiencia en la que, después de
haberse actuado las pruebas pertinentes y de determinarse que el imputado
presenta anomalía psíquica grave que le impide continuar con la causa, dis
pondrá la suspensión del proceso hasta que el tratamiento de la dolencia haga
posible reiniciarlo.
El artículo 79° establece las pautas para declarar contumaz y ausente al
imputado. Así considera contumaz al imputado cuando: a) de lo actuado apa
rezca evidente que, no obstante tener conocimiento de que es requerido, no
se presenta voluntariamente a las actuaciones procesales; b) fugue del estable
cimiento o lugar en donde estaba detenido o preso; c) no obedezca, pese a
tener conocimiento de su emisión, una orden de detención o prisión; y, d) se
ausente, sin autorización del Fiscal o del Juez, del lugar de su residencia o del
asignado para residir. Por otro lado, considera ausente al imputado cuando se
ignora su paradero y no aparezca de autos evidencia que conoce del proceso.
Si la contumacia o ausencia se produce en la Investigación Preparatoria
o Etapa Intermedia no la suspenden; si se produce durante el juicio, el proce
so debe archivarse provisionalmente. En todo caso, el contumaz o ausente
puede ser absuelto pero no condenado.
246
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj. B4 e
CAPÍTULO II
EL ABOGADO DEFENSOR
207
flPt. 85 s Disposiciones generales
"&. COMENTARIO
La defensa del imputado es una actividad esencial del proceso pues pro
tege la libertad y los derechos individuales; no responde únicamente al interés
individual del perseguido, sino también al interés público. Su necesidad se
refiere tanto a la defensa material, que puede hacer el propio imputado, como
a la defensa formal o técnica, generalmente a cargo de un abogado.
La defensa del imputado, a través del asesoramiento de un profesional
abogado, es un derecho constitucionalmente reconocido en el artículo 139°
de la Constitución Política del Estado. La norma procesal penal novísima la
plasma como uno de los principios fundamentales en su art. IX del Título
Preliminar.
Siguiendo la mística del Código de Procedimiento Penal, el art. 80° del
C.P.P. permite la defensa técnica, la misma que puede ser ejercida por un
abogado designado por libre voluntad del imputado, o nombrado de Oficio
por el Fiscal, Juez o Sala Penal que conocen de la causa a falta de nombra
miento voluntario. La ley permite el nombramiento de abogado por los fami
liares de los declarados ausentes o contumaces.
La defensa técnica se ejerce mediante instancias, argumentaciones, alega
tos u observaciones que se basan en normas de derecho sustantivo o procesal.
Exige conocimientos jurídicos, de que el imputado en la mayoría de los casos
carece; sin ello, no se podría defender eficazmente, y la defensa, por ende, no
respondería a los fines del proceso. Por ello el profesional idóneo para realizar
tal función es el abogado, profesional en derecho o experto y conocedor de las
leyes. Por ello, se señala como argumento de la defensa técnica la necesidad de
«suplir la psicología inferior del imputado, el que se encuentra bajo la coerción
moral del Ministerio Público. La actuación del defensor determina una integra
ción jurídica de la personalidad del imputado y reestablece el equilibrio de las
fuerzas que de ordinario se observan en contradicción. La defensa es una activi
dad imprescindible porque no se puede suponer en los jueces agudeza, rectitud
e infalibilidad perfecta, las únicas cualidades que podrían hacerla innecesaria»
(VELEZ MARICONDE: 1981, p. 377).
El abogado actúa en la defensa, con personalidad jurídica propia; no es
un mero mandatario ni un simple consejero; obra con absoluta independen
cia de criterio, en nombre propio y de interés de su defendido. Goza de todos
los derechos que la ley le confiere (art. 84°). Así, puede prestar patrocinio
desde que el imputado es citado o detenido por la autoridad policial y en el
proceso mismo, desde el inicio hasta su conclusión. Queda facultado para
aportar las pruebas pertinentes al caso materia de litis, asistir a diligencias,
presentar escritos, interrogar directamente a su patrocinado, aún en los casos
de incomunicación de éste último, entre otras facultades.
249
API. 8 6 Q Disposiciones generales
CAPÍTULO III
LA DECLARACIÓN DEL IMPUTADO
251
ÚPl. 8 8 9 Disposiciones generales
~Sv COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
SÁNCHEZ VELARDE (2006, p.71) señala que la declaración del impu
tado constituye el primer acercamiento tormal que hace la persona investiga
da a fin de declarar sobre los hechos que motivan, precisamente, la investiga
ción; su objetivo es conocer su versión sobre los cargos que se le hacen, su
participación, la de otras personas v demás datos que sean importantes para
alcanzar los fines del proceso. Permite también conocer directamente a la
persona investigada, su condición cultural, económica y social, así como sus
cualidades personales y familiares.
Como ya se ba señalado en el Título Preliminar, el imputado a través de
su declaración introduce la información que más le convenga, ya sea decla
rando la verdad, ocultando información, guardando silencio, negándose a
declarar o simplemente faltando a la verdad. Como señala B I N D E R (1993, p.
180) es él quien domina la oportunidad y el contenido de la información que
desea introducir en el proceso; es por ello, que durante todas las etapas del
proceso el imputado puede declarar cuantas veces considere conveniente a
fin de ejercer su defensa y responder a los cargos formulados en su contra
(art. 86° inc. 1); sin embargo, las ampliaciones sólo procederán si son perti
nentes y no aparezcan únicamente como maniobras dilatorias o maliciosas.
Obviamente, el juzgador y el Fiscal no están obligados a orientarse por el
contenido de la declaración del imputado.
253
flpt. 89 g Disposiciones generales
te admiten los cargos una parte de ellos, con respecto a estos últimos expedirá
sentencia, continuando el proceso respecto a los no confesos.
Si el acusado se rehusa a declarar total o parcialmente, el Juez le advertirá
que aunque no declare el juicio continuará, y se leerán sus anteriores declara
ciones prestadas ante el Fiscal. Si el acusado acepta ser interrogado, el examen
se sujetará a las siguientes reglas: a) El acusado aportará libre y oralmente
relatos, aclaraciones y explicaciones sobre el caso; b) El interrogatorio se
orientará a aclarar las circunstancias del caso y demás elementos necesarios
para la medición de la pena y de la reparación civil; así como para determinar
la consecuencia accesoria (decomiso) a que hubiera lugar; c) El interrogato
rio está sujeto a que las preguntas que se formulen sean directas, claras, perti
nentes y útiles; d) N o son admisibles preguntas repetidas sobre aquello que el
acusado ya hubiere declarado, salvo la evidente necesidad de una respuesta
aclaratoria. Tampoco están permitidas preguntas capciosas, impertinentes y
las que contengan respuestas sugeridas.
3. I N S T R U C C I O N E S A N T E S D E DECLARAR
Antes de empezar la declaración, o cuando se trate de cargos ampliato
rios, las autoridades policiales, fiscales y judiciales están en la obligación de
informar al imputado: a) el hecho objeto de imputación, b) los elementos de
convicción y de pruebas existente, c) las disposiciones penales que se conside
ren aplicables; d) que tiene derecho a abstenerse de declarar y que esa decisión
no podrá ser utilizada en su perjuicio; e) que tiene derecho a la presencia de
un abogado defensor, y que si no puede nombrarlo se le designará un defen
sor de oficio; f) que puede solicitar la actuación de medios de investigación o
de prueba, a efectuar las aclaraciones que considere convenientes durante la
diligencia.
Si las autoridades incumplen sus obligaciones dispuestas en el código,
la declaración del imputado no podrá ser valorada para formalizar la denun
cia, acusación o dictar una sentencia condenatoria, al haberse violado nor-
25a
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 99 s
4. D E S A R R O L L O D E LA D E C L A R A C I Ó N
La declaración del imputado tiene un desarrollo secuencial, el cual, a
nuestro entender, no podrá ser alterado, lo que obviamente no deviene en
nulidad pero si podría traer complicaciones para la investigación. El orden de
la declaración es: 1) generales de ley (Nombre, apellidos, fecha de nacimiento,
edad, estado civil, etc), si ha sido procesado, sus bienes y su relación con el
agraviado u otros procesados; 2) sobre el hecho que se le atribuye y los actos
de investigación y de prueba que demande; 3) interrogatorio al imputado por
parte del Fiscal y el Abogado defensor, en el caso de la investigación; en el
juicio oral intervienen directamente todas las partes incluso el juez excepcio-
nalmente; 4) de ser el caso pueden realizarse las diligencias de reconocimiento
de documentos, de personas, de voces o sonidos, y de cosas; 5) en la investiga
ción preparatoria, la declaración del imputado finalizará con la lectura y firma
o, en su caso, la impresión digital, del acta por todos los intervinientes. Si el
imputado se niega a declarar, total o parcialmente, se hará constar en el acta.
Si rehusare suscribirla se consignará el motivo.
255
flp|. 9Q5 Disposiciones generales
, TÍTULO III 1
U S PERSONAS JURÍDICAS
^ COMENTARIO
Este artículo establece la posibilidad de incorporar en el proceso penal a
una persona jurídica en calidad de sujeto procesal. Sin embargo, se ha consi
derado en igual condición a los supuestos previstos en los artículos 104° y
105° del Código Penal, pese a que ambos prevén situaciones distintas; en el
primer caso se trata de un supuesto de Tercero Civil y en el segundo de la
aplicación de consecuencias accesorias del delito (medidas de carácter admi
nistrativo) a las personas jurídicas.
Es necesario precisar por qué decimos que se trata de supuestos tácticos
distintos, los previstos en los indicados artículos del Código Penal, en efecto:
Hlartículo 104° del Código Penal establece que el juez puede disponer la
privación de los beneficios obtenidos por las personas jurídicas como conse
cuencia de la infracción penal cometida en el ejercicio de su actividad por sus
funcionarios o dependientes, en cuanto sea necesaria para cubrir la responsa
bilidad pecuniaria de naturaleza civil de aquéllos.
El hecho de estar ubicado este artículo en el capítulo correspondiente a
las consecuencias accesorias provenientes del delito, justamente después del
decomiso, y debido a su deficiente redacción, ha llevado a algunos autores a
confundir la naturaleza jurídica de esta institución y a considerarla como un
supuesto de "decomiso de ganancias" 4 ".
40 "Si bien el Código Penal no precisa los alcances del efecto del delito, resulta interesante
destacar lo dispuesto por el artículo 104" cuando, en el caso de las personas jurídicas, señala
la privación de los beneficios obtenidos como consecuencia del delito cometido por sus
funcionarios o dependientes, lista referencia normativa permite colegir fundadamente que
'las ganancias provenientes del delito, cualesquiera que sean las transformaciones que hubieran
podido experimentar', deben ser decomisadas,". (Resaltado nuestro). SAN MARTÍN
CASTRO, César: "Derecho Procesal Penal". Grijley, Lima, 1999. p. 864.
256
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpf. g()9
Una posición semejante asume, CASTILLO Al A'A,José Luis. Ob. Cit. p. 242 y ss. Igualmente,
BRAMONT ARIAS, Luis y BRAMONT-ARIAS TORRLS, Luis Alberto: "Código Penal
Comentado". San Marcos, Lima, 2001, pp. 321 y 322.
41 GRACIA MARTÍN, al comentar este artículo de nuestro Código Penal, refiere: "lis imposible
considerar a lo que el Código peruano denomina privación de ganancias como un auténtico
comiso de la ganancia ni en razón de su fundamento ni de su naturaleza jurídica, ya que de-
modo alguno cabe configurarlo de lege lata como una medida de compensación civil a la
colectividad con fundamento en el enriquecimiento ilícito (...). Ln realidad, y esta es mi
conclusión, lo que el art. 104" CP regula no es otra cosa diferente a lo que en el Código penal
español se regula como responsabilidad civil subsidiaria derivada del delito". Ln el prólogo al
257
ftPl. 90 2 Disposiciones generales
libro : "Las consecuencias juridico-económicas del delito" de José Luis Castillo Alva,
Idcmsa, Lima, 200, p. 27 y ss.
Por lo demás, el propio GRACIA MARTÍN, concluye que este artículo sería equivalente a los
casos de responsabilidad civil subsidiaria previstos en los artículos 120" y 121" del Código
Penal español de 1995. Ob. Cit. p. 28.
42 Como se sabe, con la comisión de un delito, surge además de la pretensión punitiva del
Estado, la pretensión resarcitoria a favor del agraviado y a cargo del agente del delito. Pero
cuando el agente del delito, quien es a la vez causante del daño (que sustenta la responsabilidad
civil), resulta especialmente vinculado con un tercero (persona natural o jurídica), "sea porque
el hecho dañoso se produjo como consecuencia de la realización de una actividad realizada en
beneficio del tercero -casos del comitente en los contratos de locación de servicios o contrato
de obra, etc.-, o porque el hecho se produjo en ocasión del ejercicio o desempeño de una
labor o función en nombre y representación del tercero -caso de terceros empleadores-, o
porque el daño se produjo mediante el uso o empleo de un bien de propiedad o de posesión
del tercero -caso de terceros propietarios o poseedores de bienes riesgosos o peligrosos"-.
GÁLVL'/ VILLEGAS, Tomás: "El Tercero Civil y el Asegurador en el Proceso Penal".
Revista Peruana de Ciencias Penales, N" 9, Gráfica Horizonte, Lima, 2000, p. 301.
258
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales ftpj. go 9
personas naturales. Además de que hay que tener presente que si se tratara de
decomiso de ganancias, las mismas pasarían a poder del Estado, mas no pue
den ser afectadas con fines de reparación civil; pues la reparación civil se paga
con los bienes patrimoniales lícitamente obtenidos por al imputado o tercero
civil, y no con las ganancias del delito.
En este orden de ideas, resultan acertadas las aseveraciones de MEINI
M É N D E Z , cuando refiere que, "... el agraviado no tiene por qué recurrir al
artículo 104° CP. para asegurar el pago de la reparación civil ya que puede (...)
solicitar constituir como tercero civil responsable a la empresa, trabar embargo
sobre sus bienes y una vez dictada sentencia hacerse pago con el patrimonio de
ésta. El artículo 104° CP no tiene sentido en nuestro ordenamiento jurídico
penal, ya que los objetivos que persigue bien se pueden cumplir, y de hecho se
vienen cumpliendo en la práctica, con la institución del tercero civil responsa
ble" (MEINI: 1999. p.I90). En relación al comiso, tampoco cumple finalidad
alguna, por cuanto no se trata propiamente de un comiso; más bien esta norma
sólo oscurece la debida interpretación del artículo 102°, 401°-A y 401°-B del
Código Penal y demás leyes especiales. Es por ello que con anterioridad ya nos
hemos pronunciado por la derogación de esta norma (art. 104° CP).
El artículo 105", del Código Penal, efectivamente está referido a las medi
das aplicables a las personas jurídicas cuando el delito se hubiese cometido a
través del ejercicio de las actividades propias de la persona jurídica, o ésta
hubiese sido utilizada para favorecer su comisión. En este caso, sí se justifica
plenamente su incorporación como sujeto procesal en el proceso penal, pre
cisamente porque la persona jurídica va a quedar sometida a los efectos de lo
que se resuelva al final del proceso; es decir pueden verse afectados sus dere
chos o intereses, y por tanto, se le debe permitir ejercitar su derecho de defen
sa en el proceso.
Como se sabe las medidas comprendidas en este artículo del Código
Penal, son la clausura definitiva o temporal de locales, disolución de la perso
na jurídica, suspensión de sus actividades o prohibición de realizar en el futu
ro determinadas actividades. El fundamento para la imposición de estas me
didas lo encontramos en la peligrosidad objetiva, que implica la propia exis
tencia de la organización colectiva (la persona jurídica), cuya estructura puede
ser utilizada como instrumento para la comisión de un delito o como medio
para facilitarlo o procurar la impunidad del mismo (SAN MARTÍN CAS
TRO: 1999, p. 862). La persona jurídica no es un centro autónomo de impu
tación, sino que es un medio o instrumento elegido y utilizado según las me
tas y clases de fines (generalmente económicos) que quieren alcanzar las per
sonas naturales que la integran (CASTILLO ALVA: 2001, p. 276). Asimismo,
la imposición de estas consecuencias accesorias está sujeta a la observancia de
presupuestos ineludibles, en el sentido de que se requiere en primer lugar'que se
259
APt. 90 s Disposiciones generales
haya cometido un hecho punible, siendo suficiente para ello que se trate de un
injusto penal (conducta típica y antijurídica) y no necesariamente que se reúna
la culpabilidad u otras exigencias como una condición objetiva de punibilidad
o que se descarte la presencia de una excusa absolutoria que impida la punibi
lidad43. Por tanto, la imposición de la consecuencia accesoria a la persona
jurídica no depende de la imposición de la pena44, porque basta con que la
actuación del agente del delito haya sido típica y antijurídica, para ser contra
ria al ordenamiento jurídico, y por tanto para generar la reacción del mismo
contra la conducta del infractor o del ente del cual éste se sirve. Por todo ello,
no puede ser medida accesoria a la pena, sino una consecuencia distinta. Igual
mente no interesa que el delito quede en grado de tentativa o llegue a su
consumación, porque para ambos casos el ordenamiento penal apresta su
reacción. Igualmente, no interesa que la participación del agente del delito sea
en calidad de autor o de partícipe (cómplice), porque en ambos casos se
evidenciará la peligrosidad objetiva de la persona jurídica.
260
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 90 a
261
flPt. 9 1 e Disposiciones generales
(texto original del artículo 105° del Código Penal), que establecía que el "Jue%
podrá" aplicar estas consecuencias; de donde se concluía su aplicación faculta
tiva. Esta situación cambia totalmente con el D. Leg. En mención, el mismo
que modifica la norma en cuestión, para establecer la obligatoriedad de estas
medidas. Pues, con toda claridad dispone que el juez "deberá" aplicar todas o
algunas de estas medidas.
Precisadas la naturaleza jurídica de los supuestos contenidos en los ar
tículos 104° y 105° del Código Penal, y determinadas sus diferencias, debe
mos concluir que resulta acertado comprender en el proceso penal como
sujetos con todos sus derechos y obligaciones a las personas jurídicas sujetas
a la posible imposición de una consecuencia accesoria. Sin embargo, en este
caso sólo tiene sentido comprender a las personas jurídicas que pueden resul
tar comprendidas en el artículo 105° del Código Penal, mas no así a las sujetas
al artículo 104° del mismo código, ya que en el caso de estas últimas se trata
propiamente de terceros civiles y deben ser tratadas en los artículos corres
pondientes a éstos.
>S. COMENTARIO
En este artículo se establece que será el Juez de la Investigación Prepara
toria quien incorpore a la persona jurídica en el proceso (investigación), pre
vio el trámite establecido para los medios de defensa; estableciendo asimis
mo, que sólo se la podrá incorporar hasta antes de concluida la investigación
preparatoria.
Al respecto, creemos que este artículo no resulta adecuado para efectos
de la eficacia del proceso penal, a la vez que contradice el marco constitucio
nal vigente, en el que se ha determinado con toda claridad el ámbito de com-
262
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. ¡H s
petencias y funciones de cada uno de los organismos del Estado, en este caso,
del Ministerio Público y del Poder Judicial. Este artículo entorpece el ejercicio
adecuado de las funciones del Fiscal en la investigación del delito al otorgarle
al Juez de la Investigación Preparatoria la facultad de determinar qué perso
nas pueden ser comprendidas en la investigación, en este caso para ser some
tidas a las consecuencias accesorias previstas en el Código Penal. Es tan ab
surdo el contenido de este artículo que extremando el criterio también habría
podido establecerse en el Código, que sea el Juez quien establezca qué perso
nas naturales (imputados) pueden ser comprendidos en la investigación. Lo
cual contrariaría completamente el texto constitucional y la propia estructura
de asignación de competencias contenidas en el mismo. Pues, la Constitución
Política asigna al Ministerio Público la facultad (y obligación) de conducir
desde un inicio la investigación del delito, habiéndole concedido autonomía
para el ejercicio de sus funciones; por lo que a través de artículos como éste se
afecta la autonomía del Ministerio Público en la conducción de la investiga
ción; ya que puede darse el caso en que sea de vital importancia comprender
a la persona jurídica en la investigación, pero a juicio del Juez (que constitu-
cionalmente no está facultado para conducir la investigación) sencillamente
se considere que no es necesaria su incorporación en el proceso.
263
flPl. 92 e Disposiciones generales
^ COMENTARIO
Este artículo resulta la lógica consecuencia de incorporar a la persona
jurídica dentro de la investigación, pues al ser comprendida como sujeto pro
cesal, necesariamente se le tiene que dotar de todas las facultades y garantías
para poder ejercer su derecho de defensa. Igualmente, resulta acertado que se
niegue la posibilidad de que fuese el propio agente investigado quien repre
sente a la persona jurídica en las investigaciones, de un lado para garantizar el
derecho de defensa así como también para evitar los posibles conflictos de
intereses entre el investigado o procesado y la persona jurídica comprendida
en el proceso.
De otro lado, si es que la persona jurídica, pese a haber sido requerida
para que nombre su apoderado judicial, se mostrara renuente a hacerlo, la
lógica consecuencia es que lo haga el Juez por ella; claro que el Juez tendrá
que nombrar a un persona idónea para representar a la persona jurídica, de
biendo evitar todo conflicto de intereses entre la persona jurídica y los demás
sujetos procesales; a la vez que deberá escoger entre las personas que tengan
o muestren legítimo interés para representar a la persona jurídica y compare
cer en el juicio o las investigaciones correspondientes.
26a
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 93 s
"S, COMENTARIO
Este artículo resulta obvio, sólo explicable en el entendido de que el Códi
go pretende especiñcar supuestos que se deducen de la propia secuela de la
investigación y del proceso, así como el reconocimiento de los derechos y ga
rantías de los sujetos procesales. Tal vez lo que puede resultar rescatable de este
artículo es el considerar que su falta de apersonamiento no obstaculiza el trámi
te de la causa; claro que ello es la consecuencia lógica de la rebeldía en que
incurre la persona jurídica con su renuencia a presentarse en la investigación.
¡— TÍTULO IV -.
LA VÍCTIMA
En este título se trata del sujeto pasivo del delito, es decir de la persona
natural o jurídica titular del bien jurídico afectado por la acción delictiva. En
general nos parece correcto que se hable de víctima del delito, pues este tér
mino comprende al agraviado en general, es decir al agraviado propiamente di
cho (Capítulo I) en los delitos cuyo ejercicio de la acción penal es público, y
por tanto la ejercita el Fiscal; al agraviado en los delitos cuyo ejercicio de la
acción penal es privado (Querellante particular) en los que el agraviado ejerci
ta la acción penal y la acción civil -Capítulo III-) y al actor civil, que puede o
no ser el agraviado directo (Capítulo II).
265
flPt. 93Q Disposiciones generales
tiva46. Ésta puede ser el afectado directo o el que sufre alguna consecuen
cia secundaria del delito, puede ser el agraviado en el proceso penal o el
actor civil, asimismo también puede ser el querellante particular; inclusive
puede ser cualquiera de estos sujetos aun cuando no hubiesen compareci
do en el proceso o cuando ni siquiera exista proceso. Es decir, es el térmi
no general que engloba a todos los demás.
Por ofendido debe entenderse específicamente al que sufre la acción delic
tiva, más que el daño causado (que genera la pretensión resarcitoria), la ofensa
implica afectación jurídico - penal, es decir, ataque al interés penalmente tute
lado. Por ello el ofendido resulta portador de la pretensión resarcitoria y de la
pretensión penal conjuntamente; por tanto, especíñeamente, debemos enten
der por ofendido, únicamente al querellante particular47, mas no así al agravia
do o al actor civil, pues en estos últimos casos sólo serán titulares de la preten
sión resarcitoria, correspondiendo la pretensión penal, al Ministerio Público.
Pues, aun cuando en la doctrina y la legislación comparadas no hay uniformi
dad al respecto, si se pretende diseñar categorías jurídicas funcionales y con
capacidad de rendimiento en la solución de los conflictos se debe delimitar
debidamente la naturaleza y contenido de las mismas. En este caso, creemos
que el concepto general es víctima y no ofendido, como erróneamente se
considera en muchas legislaciones.
El agraviado, es el titular de la pretensión resarcitoria, se haya o no cons
tituido en actor civil o exista o no proceso penal; el agraviado no es titular de
la pretensión penal como el ofendido; puede ser el sujeto pasivo que directa
mente sufre en su persona o en sus demás bienes la acción delictiva (llamado
también damnificado en algunas legislaciones), o el que indirectamente sufre
alguna consecuencia de la misma (caso de los herederos del occiso en los
266
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpf. 932
267
flpl. 949 Disposiciones generales
CAPÍTULO I
EL AGRAVIADO
flrt. 9a . oefiniefán
1. Se considera agraviado a todo aquél que resulte directa
mente ofendido por el delito o perjudicado por las conse
cuencias del mismo. Tratándose de incapaces, de personas
jurídicas o del Estado, su representación corresponde a
quienes la Ley designe.
2. En los delitos cuyo resultado sea la muerte del agraviado
tendrán tal condición los establecidos en el orden suceso
rio previsto en el artículo 816o del Código Civil.
3. También serán considerados agraviados los accionistas, so
cios, asociados o miembros, respecto de los delitos que afec
tan a una persona jurídica cometidos por quienes las diri
gen, administran o controlan.
4. Las asociaciones en los delitos que afectan intereses colec
tivos o difusos, cuya titularidad lesione a un número inde
terminado de personas, o en los delitos incluidos como crí
menes internacionales en los Tratados Internacionales apro
bados y ratificados por el Perú, podrán ejercer los derechos
y facultades atribuidas a las personas directamente ofendi
das por el delito, siempre que el objeto social de la misma
se vincule directamente con esos intereses y haya sido reco
nocida e inscrita con anterioridad a la comisión del delito
objeto del procedimiento.
^ COMENTARIO
La definición de agraviado comprendida en este artículo, si bien resulta
acertada, al comprender a todos los sujetos que pueden resultar atectados por
268
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flPl. 95 9
la acción delictiva y que por tanto pueden constituirse en actores civiles, incu
rre en una confusión conceptual en sus numerales 1) y 4), al comprender al ofendido
en la definición de agraviado. Como se ha indicado líneas antes, el ofendido
además de ser el titular de la pretensión resarcitiria es el titular de la pretensión
penal, por lo que de él dependerá la iniciación o no de un proceso penal
(constituirse o no en querellante particular), lo cual lo convierte en un sujeto
distinto del agraviado. Pues el ofendido se vincula a los delitos cuyo ejercicio
de la acción penal es privado, y el agraviado a los delitos de ejercicio público
de la acción penal, en los que la pretensión penal la ejercita el Ministerio
Público. Por lo tanto, el ofendido en el proceso penal, es titular de ambas
pretensiones, la resarcitoria y la penal, en cambio el agraviado sólo de la resar-
citoria (civil). Consecuentemente, no se puede comprender al ofendido en el
concepto de agraviado, pues son categorías jurídicas distintas.
Al parecer la confusión tendría su origen en la diferenciación que hace el
legislador entre ofendido y perjudicado, identificando al ofendido como agravia
do directo y al perjudicado como sujeto que sufre indirectamente las conse
cuencias del delito (art. 94°.l). Pero ello no es así, si nos atenemos a las defi
niciones antes anotadas; más aún si se concuerda este artículo con lo estable
cido en el artículo 98° del Código, en el cual se establece que sólo podrá
constituirse en actor civil el "perjudicado", sin hacerse referencia al agraviado
y al ofendido; esto es, sólo se considera al que sufre indirectamente las conse
cuencias del delito, mas no al que resulta directamente agraviado, lo cual evi
dentemente resulta contradictorio e ilógico, apreciándose falta de claridad del
legislador respecto a estas instituciones.
Por todo ello, planteamos que se esclarezca este artículo, eliminándose el término
"ofendido " tanto del inciso 1) así como del inciso 4). Debiendo quedar la redacción del
inciso 1) "Se considera agraviado a todo aquel, que como consecuencia del delito, sufra un
daño o perjuicio directa o indirectamente (...).
Y del inciso 4) se cambie el término "ofendidas " en la frase "personas directamente
ofendidas "por el de "agraviadas ".
ISv COMENTARIO
Este artículo trata ampliamente de los derechos del agraviado en el pro
ceso penal en consonancia con la tendencia general orientada a rescatar el
papel de la víctima (en este caso del agraviado) en el proceso penal. Pues, en
atención al derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en la Constitución
Política del Estado, si la pretensión del agraviado va a ventilarse en el proceso
penal, resulta lógico y necesario que en este proceso el agraviado actúe con
todos los derechos y garantías que le aseguren la satisfacción de su preten
sión.
Merece resaltar especialmente, el derecho que se le reconoce al agravia
do para impugnar el sobreseimiento y la sentencia absolutoria, pues este derecho era
negado en el Código anterior, afectándose en gran medida el derecho de la
llamada parte civil y del agraviado en general, quienes inclusive estaban impe
didos de apelar respecto del auto de no ha lugar a abrir instrucción; aun cuan
do en aplicación del derecho a la pluralidad de instancias ya se facultaba la
apelación en este último caso, y por legislación de reciente vigencia, se reco
noció del derecho de la parte civil para apelar la sentencia absolutoria y tam
bién el auto de sobreseimiento.
270
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj, 98 s
>* COMENTARIO
*&. COMENTARIO
Resulta razonable que cuando sean varios los agraviados por el mismo
delito y no exista incompatibilidad entre los intereses o las pretensiones de
cada uno en particular, puedan nombrar un solo representante, tanto más si
su elevado número pudiese entorpecer la secuela normal del proceso. En este
caso será necesario, en principio, un acuerdo de las partes, el que podrá to
marse por todos o la mayoría de los agraviados concurrentes, aun cuando
alguno de ellos por alguna razón no pueda participar en el nombramiento; y
claro, si no hubiera acuerdo, será el Juez quien realice el nombramiento.
CAPÍTULO II
E L ACTOR CIVIL
^ COMENTARIO
En general, y como ya se ha indicado en comentarios anteriores, será el
agraviado quien pueda incorporarse como actor civil en el proceso penal (par
te civil del anterior sistema procesal), en cuyo concepto no puede ser com
prendido el llamado ofendido, como erróneamente se establece en el artículo
94° del Código, pues, de accionar judicialmente este último, estaríamos ante
un caso de querellante particular mas no así ante un actor civil (el querellante
particular además de la pretensión civil ejercita la acción penal). En el concep
to agraviado se debe comprender tanto al afectado directo (damnificado o
sujeto pasivo del daño emergente), así como al afectado con el lucro cesante
(llamado perjudicado por el Código); esto es, debe entenderse agraviado y
perjudicado como términos sinónimos. Sin embargo, sólo debemos compren
der a quienes estén legitimados por le Ley Civil, para reclamar la reparación,
ya que pueden existir algunos afectados por el delito, a quienes la ley civil no
les otorga acción alguna, tales serían los casos de daños en los cuales existe
fractura en la relación causal, daños justificados, etc. Sin embargo, debe que
dar claro que pueden constituirse en actores civiles, no sólo los directamente
afectados sino todos aquellos que hubiesen sido afectados aunque sea de modo
indirecto.
>k COMENTARIO
En este artículo con todo acierto se establece quiénes pueden constituir
se en actores civiles cuando el agraviado directo no es quien se apersona en el
proceso penal. En el primer numeral se refiere a las personas que pueden
concurrir al proceso penal en el caso de delitos de homicidio, en el mismo que
272
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpj. 1009
^ COMENTARIO
273
APt. 101 s Disposiciones generales
^ COMENTARIO
Como quiera que en la investigación preparatoria se va a recabar toda la
información o material probatorio para sustentar las pretensiones ventiladas
en el juicio, en este caso la pretensión resarcitoria, resulta adecuado que se
haya establecido que sólo puede incorporarse en el proceso penal al actor
civil, a nivel de la investigación preparatoria; pues si ya nos encontramos a
nivel del juicio, en esta instancia ya se habrá establecido la relación procesal en
todos sus extremos, tanto respecto al objeto del proceso así como respecto a
los sujetos procesales, no resultando pertinente incorporar a otros sujetos no
comprendidos en la investigación preparatoria. Ello no quiere decir que el
agraviado por el delito haya sido dejado de lado, pues el hecho de no haberse
constituido en actor civil no le impide realizar acciones orientadas a la satis-
274
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpl, 1Q32
^ COMENTARIO
Como ya lo hemos adelantado antes (al tratar de la incorporación de las
personas jurídicas a la investigación), creemos que no resulta adecuado a los
fines de eficacia y viabilidad del proceso, que sea el Juez quien decida la incor
poración del actor civil en el proceso (investigación); pues consideramos que
el Juez debe actuar a nivel de la investigación preparatoria, únicamente para
dictar medidas restrictivas de derechos o para controlar cualquier exceso en la
investigación, cautelando de este modo los derechos fundamentales de los
justiciables, como el caso del control del plazo de la investigación por ejem
plo, tal como se hace en las legislaciones comparadas 49 . En el caso de la incor
poración del actor civil, no significa restricción de derecho alguno, por el
contrario constituye el ejercicio de un derecho de parte del agraviado que a la
vez configura una acción propia de la investigación, y por tanto debe quedar
a cargo del Fiscal.
275
flPt. 10fl g Disposiciones generales
"S. COMENTARIO
Complementando lo referido en el comentario del artículo anterior, po
demos indicar que todo este trámite de constitución del actor civil en el pro
ceso penal, nos parece indebido, pues no debe quedar sujeta a la inclusión por
parte del Juez, sino que debe determinarlo el propio Fiscal; si al respecto
hubiera alguna reclamación o un conflicto, recién en ese momento debe inter
venir el Juez a fin de resolver lo conveniente. Más aún el trámite que se esta
blece en este artículo resulta contraproducente para el éxito de la investiga
ción y para la efectiva tutela del derecho al resarcimiento de parte del agravia
do. Pues, con este trámite se consume energía del agraviado y de los operado
res jurídicos inútilmente. Es por ello que proponemos, tomando en cuenta las
conclusiones del Ministerio Público, en el marco de los debates de la Comi
sión de Implementación del Código Procesal Penal creada al interior del Mi
nisterio Público, que sea el propio Fiscal quien admita la constitución del
actor civil dentro de la investigación. Con ello se evitaría la dilación generada
por la discusión y apelaciones como la presente; tanto más si se tiene en cuen
ta que a nivel de la etapa intermedia el juez tiene todas las facultades para
sanear el proceso a la vez que para revisar la relación jurídico procesal estable
cida entre los sujetos procesales comprendidos en la acusación.
276
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flp|, 1Q6-
^ COMENTARIO
^ COMENTARIO
Este artículo es la consecuencia de reconocer al agraviado la facultar de
ejercitar su pretensión resarcitoria tanto en el proceso penal así como en un
proceso civil. Como lo hemos expresado antes, resulta mucho más conve
niente, para el agraviado, el imputado así como para los demás sujetos proce
sales, que la acción civil proveniente del delito se ventile en el propio proceso
penal, por lo que debiera descartarse la posibilidad de mediatizar la repara
ción del daño causado, postergando la acción civil hasta que concluya el pro
ceso penal, para recién poder hacerla valer en la vía civil (pues no se pueden
ejercitar la acción penal y la acción civil en procesos penal y civil simultáneos).
Sin embargo, como quiera que el Código, establece la posibilidad de que
el agraviado pueda concurrir a la vía civil, al concluir el proceso penal (si es
que lo considera conveniente para lograr le debida reparación del daño sufri
do), a través de este artículo se establecen algunas condiciones para recurrir a
la vía extrapcnal. En este caso, si entre las opciones de la vía procedimiental
277
Api. 1 0 6 9 Disposiciones generales
CAPÍTULO III
EL QUERELLANTE PARTICULAR
278
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flPl. 1Q89
Código, el mismo que se inicia por querella de la parte, continúa con una
investigación preliminar llevada a cabo por el propio Juez y concluye con la
correspondiente sentencia, contra la cual, luego de resuelto por la Sala Supe
rior, no procede recurso alguno.
Como quiera que el titular de la acción penal y la acción civil es el ofendi
do, el proceso puede concluir por desistimiento de éste, por transacción (en la
que podrá repararse el daño ocasionada a satisfacción del querellante) y por
abandono (puesto que se trata de un proceso cuya secuela procesal queda sujeta
al impulso de parte). En estos casos, el Juzgador emitirá la resolución corres
pondiente y el proceso quedará extinguido, archivándose definitivamente los
actuados y dándose por no presentada la querella. De este modo, queda extin
guida la acción penal; sin embargo, la acción civil queda vigente, puesto que
ambas acciones son autónomas, y el hecho que ambas se ejerciten en el mismo
proceso penal no modifica o varía su naturaleza jurídica, tal como sucede en los
delitos de ejercicio público de la acción penal en los que el agraviado conserva la
titularidad de la acción civil. Siendo así, el agraviado puede interponer la acción
resarcitoria ante el Juzgado civil correspondiente, siempre que no hubiese ope
rado el plazo de prescripción de dos años, previsto en el inciso 4) del artículo
2001° del Código Civil, salvo que para evitar que opera la prescripción civil se
hubiera interrumpido ésta con el correspondiente requerimiento de pago, ha
ciendo incurrir en mora al deudor de la prestación resarcitoria; esto último de
conformidad con el artículo 1996 del Código Civil.
También se archivará definitivamente la querella, aun sin haberse inicia
do propiamente el proceso, en los casos en que ésta no resulta clara o está
incompleta, y esta circunstancia no es subsanada o completada por el quere
llante dentro del tercer día de notificada la resolución judicial que así lo dispo
ne (art. 460°.l).
279
APt. 1 0 9 9 Disposiciones generales
280
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 1102
TÍTULO V 1
EL TERCERO CIVIL
50 Hay que tener en cuenta, que desde un punto de vista "causante" es un término más amplio
que responsable, pues como hemos visto, no todo causante es responsable (caso de daños
justificados por ejemplo), pero desde otro punto de vista "responsable" puede ser un término
más amplio, por ejemplo en el c aso de terceros civiles, éstos son responsables pero no son
causantes.
281
OPt. 110 2 Disposiciones generales
51 Hay que tener en cuenta que una persona puede mantener en su poder determinado bien, sea
en calidad de propietario, o sin serlo, mantiene el bien bajo su cuenta y riesgo, en calidad de
poseedor, usufructuario, etc.
282
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt. 11(J2
283
flPt. 110 e Disposiciones generales
52 lin el proceso civil puede no tratarse de responsabilidad vicaria exclusivamente. Pues como se
vienen sosteniendo en este trabajo -amparados en la doctrina al respecto-, la responsabilidad
vicaria implica necesariamente c¡ue al obligado directo se le pueda imputar culpa o dolo,
descartándose la vicariedad en los casos en que el obligado directo es responsable por riesgo
creado o por algún otro factor de atribución de responsabilidad; independientemente de que
en estos casos el tercero sea responsable también por riesgo o peligro creados u otro tactor
de atribución.
Mas información sobre responsabilidad vicaria, ver en ZELAYA KTCFTF.GARAY: ü b .
Cit. p. 76 y ss.
284
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales APt. ÍIO e
53 lío algún momento, (segunda edición de nuestro libro La reparación civil en el proceso
penal. Idemsa, Lima, 2005), coincidiendo con SAN MARTÍN CASTRO, heñios sostenido
que, de conformidad con las normas pertinentes del Código Civil, por tratarse de un tipo de
responsabilidad solidaria, no le alcanzaba al tercero civil en el proceso penal, el derecho a la
repetición integral y el beneficio de excusión, sin embargo, con una reflexión más detenida, v
considerando que el dolo y la culpa son factores preeminentes de atribución de responsabilidad,
consideramos que el tercero es sólo un obligado subsidiario, lista aseveración tiene contenido
por ejemplo cuando dentro del Ordenamiento Jurídico, en el régimen de Seguros, los supuestos
de dolo y de culpa inexcusable desplazan a los supuestos de responsabilidad objetiva; este
criterio también resulta congruente, con lo estipulado en el artículo 104° del Código Penal
(que tal como lo hemos indicado, constituye un caso de tercero civil), en donde se establece
que se comprenderá a la persona jurídica para responder por los daños ocasionados por sus
funcionarios o dependientes en ejercicio de la actividad propia de la persona jurídica, sólo si
los bienes de éstos, no fueran suficientes para responder por sí solos por la reparación del
daño ocasionado. Con esta estipulación, se descarta cualquier criterio que considere las normas
del Código Civil, desplazan a la norma contenida en el artículo 100° del Código de
Procedimientos Penales, por razones de orden cronológico o temporal, como sostiene San
Martín (/astro en La tutela cautelar de las consecuencias jurídicas económicas del delito.
)in lus es Veritas, N° 25, Lima, 2002, p.332.
Ivsto también sucede otras legislaciones, como la española por ejemplo, en que por imperio
del artículo 120.3 del Código Penal se establece que: "... son también responsables civilmente,
en detecto de los que lo sean criminalmente: las persona naturales o jurídicas, en los casos de
delitos o faltas cometidos en los establecimientos de los que sean titulares, cuando por parte-
de los que los dirijan o administren, o de sus dependientes o empleados, se hayan infringido
los reglamentos de policía o las disposiciones de la autoridad que estén relacionados con el
hecho punible cometido, de modo que éste no se hubiera producido sin dicha infracción".
Contenido similar se expresa en el artículo 120.4.
265
flPt. 110 s Disposiciones generales
Por otro lado, debe quedar claro, que será posible comprender al tercero
en el proceso penal, a efectos de garantizar el pago de la reparación civil, en
todos los casos en que se lo pueda vincular, mediante el factor garantía de
reparación; debiendo descartarse la idea, sostenida por muchos abogados de
nuestro medio amparados en cierta jurisprudencia antigua, en el sentido de
que sólo se puede comprender al tercero, si es que el causante directo actuó
"culposamente", y no en los supuestos de actuación dolosa. Pues, el dolo o la
culpa, en su caso, vinculan penal y civilmente, sólo al causante directo, más no
así al tercero, quien resulta vinculado por el factor garantía; y si este factor se
puede determinar respecto del tercero, no interesa si el causante directo actuó
con dolo o solamente con culpa.
Finalmente, debe precisarse que el tercero responsable civilmente, en el
proceso penal puede ser una persona natural o una persona jurídica, e incluso
pueden ser considerados como terceros responsables, los patrimonios autó
nomos a los cuales se les pueda considerar como centros de imputación de
derechos y obligaciones patrimoniales. Igualmente la responsabilidad subsi
diaria del tercero civil en el proceso penal, le alcanza al Estado, Municipios,
Entes Públicos, etc. (ARANGÜENA FANEGO: 1991, p. 197).
De otro lado, es necesario precisar que en determinados casos de daños,
a la vida, a la salud de las personas u otro tipo de daños materiales34, ocasiona
dos por culpa", provenientes, fundamentalmente, de acciones vinculadas a la
54 Conforme a la Ley General de Transporte y transito 'terrestre N" 27181 y su Reglamento D.S
N" 024-2002-MTC, se puede asegurar los daños causados a las personas (vida o salud), sean
ocupantes o terceros no ocupantes del vehículo automotor, que puedan ser determinados de
una manera cierta. También se puede contratar adicionalmente una póliza de seguros por
daños materiales (art. 9" del Reglamento).
55 Hablamos sólo de daños contra la vida y la salud de las personas u otro tipo de daños materiales,
ocasionados por culpa, por c]ue únicamente para estos casos, se exige a los agentes potenciales
de daños a estos bienes jurídicos, contratar seguros obligatorios por supuesta responsabilidad
civil frente a terceros, tal como lo dispone la Ley No.: 27181, Ley General de Transporte y
Tránsito 'terrestre (8-10-99) y el Texto Único Ordenado del Reglamento Nacional de-
Responsabilidad Civil y Seguros Obligatorios por Accidentes de Tránsito, D.S. N": 024-2002-
MTC; v sólo de daños por culpa porque los daños dolosos no son objeto del contrato de
Seguro al que hacen referencia las normas indicadas. Pues se habla de daños ocasionados por
accidente de tránsito, y a la vez se define al accidente de tránsito, como un "evento súbito
imprevisto y violento ...", con lo que se descarta las actuaciones dolosas.
Asimismo, la legislación de Transporte Aéreo (Ley de Aeronáutica Civil N" 27261 y su
Reglamento D.S.: 050-2001 -MTC) que para estos efectos también resultan de aplicación a las
Aeronaves de propiedad estatal) y de Transporte Marítimo, hace la misma exigencia. Amén
de que cualquiera que tuviera el temor fundado de que con sus actividades o con sus bienes,
puede causar daños a estos bienes jurídicos -Vida y salud de las apersonas- u otro tipo de-
daños, puede contratar seguros voluntarios a efectos de cubrir el riesgo de sus actividades.
286
El Ministerio Público y los demás sujetos procesales flpt, \\\-
287
API. 112g Disposiciones generales
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
LIBRO SEGUNDO
LA ACTIVIDAD PROCESAL
291
La actividad procesal
292
La actividad procesal
el acto procesal por voluntad del sujeto que lo ha generado?. Aun cuando el
Código no contenga norma específica y puntual sobre el particular, es de
señalarse que existe consenso en cuanto a considerar que hay una gran canti
dad de actos procesales que pueden ser modificados o revocados por el sujeto
que los ha generado. Piénsese, por ejemplo, en los recursos y los requerimien
tos de prueba planteados por las partes, respecto de los cuales no existiría
ningún problema en admitir su desistimiento. Sin embargo, dentro del proce
so existen ciertos actos que no admiten revocación o modificación sustancial
por parte del sujeto que los ha emitido. Piénsese, en este caso, en una senten
cia o un auto que pone fin al proceso cuya emisión vincula al juez, sin la
posibilidad de revocación que sí se admite para otros actos procesales y otros
sujetos. N o obstante lo dicho, también existe consenso para admitirla correc
ción de meros errores materiales o numéricos o la aclaración de términos
oscuros, ambiguos o contradictorios que se hayan podido deslizar en las reso
luciones.
293
SECCIÓN I
PRECEPTOS
GENERALES
TÍTULO I
U S ACTUACIONES PROCESALES
CAPÍTULO I
LAS FORMALIDADES
Dentro de los preceptos generales de la actividad procesal el Código
contempla una serie de formalidades como el idioma, lugar, tiempo, juramen
to y forma del interrogatorio que se imponen como de cumplimiento obliga
torio por parte de jueces y fiscales. Las formalidades de idioma, intérprete o
traductor, lugar, tiempo, juramento e interrogatorio, no son otra cosa que
características que obligatoriamente deben revestir los actos procesales en
orden a su validez formal.
295
flPt. 114° La actividad procesal
"S. COMENTARIO
Numeral 1)
La consideración del idioma castellano como norma obligatoria para las
actuaciones procesales, según lo prescrito en este numeral, se deriva del pre
cepto constitucional (artículo 48) según el cual el castellano es el idioma ofi
cial de la República, además del quechua, el aimara y las demás lenguas aborí
genes en las zonas donde predominen.
En realidad, si llevásemos hasta sus últimas consecuencias la interpre
tación de la disposición constitucional antes aludida, tendríamos que admi
tir que, en las zonas donde predominen, las actuaciones procesales tendrían
que realizarse necesariamente en los idiomas quechua, aimara y las demás
lenguas aborígenes, puesto que el texto constitucional los considera idio
mas oficiales en aquellas zonas. Al respecto, GARCÍA B E L A U N D E (2005,
p. 719-721) postula que sobre este aspecto la Constitución de 1979 era su
perior al consagrar como único idioma oficial al castellano, estableciendo
como de uso oficial el quechua, el aimara y las demás lenguas aborígenes en
los lugares donde se utilicen preponderantemente. Para este autor, la actual
consideración constitucional según la cual existen en el país varias lenguas
oficiales, no se compadece con la realidad, pues lo que hay es un conjunto
de lenguas, además del castellano, que «gozan de aceptación, reconocimien
to y apoyo, por ser parte de nuestro legado histórico, pero sin que desplacen
a aquélla.»
De cualquier manera, el mandato contenido en el numeral comentado
impone sin excepciones el uso del castellano en las actuaciones procesales.
Numeral 2)
Alguna de las partes podría estar en la situación de no comprender o
tener dificultades para entender o expresarse en el idioma oficial que es el
castellano. Bajo este supuesto, es obligación del órgano jurisdiccional o de la
fiscalía el proveer las medidas necesarias que permitan al sujeto superar tales
impedimentos.
296
Preceptos generales flpl. 115°
Numeral 3)
En lo que se refiere a la disposición contenida en el presente numeral,
debemos señalar, en primer lugar, que la traducción es aquella operación o
actividad realizada por un profesional denominado traductor que permite
convertir el texto o contenido de un documento escrito o grabado en idioma
extranjero, o distinto al oficial, al idioma nacional (en nuestro caso el castella
no); mientras que la interpretación es aquella operación o actividad llevada a
cabo por un profesional denominado intérprete que consiste en llevar al idio
ma nacional una declaración realizada en idioma extranjero o distinto al ofi
cial. Nótese que la actividad del traductor recae sobre documentos, mientras
que la del intérprete sobre declaraciones verbales.
Tal será el caso de los sordomudos y otras personas discapacitadas,
siempre que tengan dificultades para darse a entender. Pero también la de
los extranjeros y connacionales que no hablen o no comprendan el idioma
castellano.
Numeral 4)
Como ya se ha puntualizado en el comentario al artículo anterior, la
actividad denominada traducción recae sobre documentos, sean estos escri
tos o que contengan registro de voces que impliquen el uso de un idioma
distinto al castellano. Llevar cualquier contenido en idioma no oficial al cas
tellano implicará en todos los casos una nota de claridad y transparencia
que facilitará evidentemente el desarrollo de la actividad procesal en su con
junto.
297
API. 1|G° La actividad procesal
>S^ COMENTARIO
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
El lugar es otra de las formalidades de los actos procesales que alude al
espacio físico en el que se desarrollan. La regla general es que las actuaciones
procesales se desarrollen en el despacho del juez o del fiscal, según la natura
leza de los actos y la fase a la que correspondan.
Numeral 2)
Si bien la regla general es que las actuaciones procesales se despliegan en
el despacho del juez o del fiscal; sin embargo, excepcionalmente, ambos están
facultados para visitar cualquier lugar del territorio nacional para recoger, in
298
Preceptos generales API. 117°
^ COMENTARIO
299
APt. 118° La actividad procesal
>Sk COMENTARIO
Numeral 1)
Esta disposición, en la que el Código se refiere al juramento, pareciera
estar dirigida a los testigos, pues son estos órganos de prueba quienes prestan
juramento antes de declarar.
Juramento es la promesa o el compromiso solemne de decir la verdad,
poniendo como testigo a Dios. Esta forma tiene como límite el derecho a la
no autoincriminación, de tal manera que al imputado jamás le será exigido
juramento. Pero, además del juramento, el legislador ha querido asegurar que
el declarante dirá la verdad a través de otro mecanismo que es la advertencia
de sanción en caso de incurrir en delito contra la administración de justicia. El
delito al que se refiere la norma comentada sin duda alguna es el de falsedad
en juicio que puede ser perpetrado por el testigo, perito, traductor o intérpre
te que hace falsa declaración sobre los hechos de la causa o emite dictamen,
traducción o interpretación falsos.
Numeral 2)
La prescripción contenida en el numeral bajo comentario respeta el pre
cepto constitucional que consagra el derecho fundamental a la libertad de
conciencia y religión (artículo 2 o , numeral 3 constitucional). Cualquiera que
sea el motivo aducido por el declarante (religioso o ideológico), no impedirá
que se le exija, antes de declarar, promesa de decir la verdad, advirtiéndosele,
además, acerca de la sanción que podría merecer en caso de incurrir en falsa
declaración.
300
Preceptos generales flpt. 119"
>Sk COMENTARIO
Numeral 1)
En primer lugar debe entenderse que la regla contenida en el presente
numeral se aplica en general al interrogatorio de todos aquellos que concu
rren al proceso y les correspondiese declarar. Están incluidos entonces el im
putado, el testigo, el perito, el actor civil y el tercero civil.
En cuanto a la forma en que han de responder al interrogatorio los
declarantes, la regla general aquí impuesta es que deberá ser de viva voz. Que
las personas interrogadas deban responder de viva voz significa que deberán
usar la expresión oral, por contraposición a la escrita. Sin embargo, a conti
nuación, se ha establecido la excepción a la regla de tal modo que los peritos
podrán consultar notas y documentos al declarar, así como también aquellos
que hayan sido expresamente autorizados por el juez debido a la concurrencia
de circunstancias o condiciones especiales en el declarante, los hechos o el
proceso mismo. En esta autorización para no declarar de viva voz, que por
razones debidamente justificadas deberá expedir el juez, podrían estar com
prendidas una serie de situaciones que hagan aconsejable inclusive la declara
ción escrita. En el derecho procesal penal alemán, dado el caso, inclusive está
prevista la declaración por escrito del imputado, como nos informa ROXIN
(2003, p. 210). Esta posibilidad que constituye una excepción a la regla gene
ral de declarar de viva voz, deberá ser acordada y administrada por el juez
según la circunstancias y cuando sea estrictamente necesaria.
Numeral 2)
El presente numeral impone dos fases de la declaración bastante bien
marcadas. En un primer momento el interrogado declarará espontáneamente
todo lo que sea de su conocimiento respecto del asunto tratado. Luego, en
301
flPt. 120" La actividad procesal
CAPÍTULO II
LAS ACTAS
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El acta es el documento escrito que se redacta o levanta en sede fiscal o
judicial para dar fe y dejar constancia de un determinado acto procesal produ
cido por el magistrado del Ministerio Público o del Órgano Jurisdiccional,
según corresponda. En otras palabras, es el soporte escrito con el que se
documenta la actuación procesal.
Pareciera que la impronta de oralidad, que es el espíritu del modelo acu
satorio adversativo que propone el Código de 2004, se perdiese un tanto con
la exigencia de la documentación de las actuaciones procesales mediante acta.
La utilización de los medios técnicos que correspondan, autorizada expresa
mente por el texto de la norma que se comenta, debería propender, en este
sentido, a liberar a las actas de esa excesiva formalidad y rigidez propias del
sistema inquisitivo, superando de esta manera las observaciones que actual
mente se vienen haciendo al modelo en lo que a este aspecto se refiere, pues,
en los Distritos Judiciales en los que ya está en plena vigencia el Código, se ha
advertido que la redacción de las actas emplea un tiempo mucho mayor que el
utilizado para el desarrollo mismo de las audiencias. (CORNELIO SOTO et
al: 2007, p. 45).
En tal orden de ideas, si bien las actas seguirán siendo un elemento nece
sario de documentación de los actos procesales, sería también deseable que
tanto fiscales como jueces, en sus respectivos ámbitos de competencia fun
cional, propendan a la simplificación operativa en la redacción de las actas, sin
sacrificio de su claridad y eficacia procesal.
Numeral 2)
La exigencia de fechar el acta con expresa indicación del lugar, año, mes,
día y hora de su redacción, tiene por objeto ubicar la actuación procesal docu
mentada en el tiempo y en el espacio. Adicionalmente, se deberá dejar cons
tancia de las personas intervinientes y de lo sucedido durante la actuación
procesal, incluyendo las decisiones que se hayan adoptado.
303
APt. 120° La actividad procesal
Numeral 3)
Si bien el reemplazo total del acta, como forma de documentación de la
actividad procesal, por la reproducción audiovisual de la misma no ha sido
establecido por el legislador de 2004; sin embargo, sí se ha previsto en este
numeral la utilización facultativa, allí donde sea posible hacerlo, de los medios
audiovisuales para el registro de las actuaciones procesales tanto en sede fiscal
como judicial.
La ventaja del registro por medios audiovisuales, respecto del tradicional
sistema de actas, estriba en la posibilidad de un registro integral de todo lo
acontecido durante el acto procesal que podría permitir a las partes contar
con una fuente fidedigna de información y documentación para preparar sus
estrategias en el proceso. Sobre el particular, debe remarcarse que en el Distri
to Judicial de Huaura, donde se encuentra en vigencia el nuevo Código desde
julio de 2006, se ha puesto en práctica con bastante éxito el sistema de audien
cias grabadas bajo el registro de audio y video que es instalado en el sistema
desde donde puede ser visualizado, además de anexarse al expediente, reem
plazando de este modo a la antigua acta del Código de Procedimientos Pena
les de 1940. (SOLÓRZANO R O D R Í G U E Z et al: 2007).
Esta disposición deberá ser concordada con la norma prevista en el artí
culo 64, numeral 2 del Código, que estatuye el uso de la oralidad para el Minis
terio Público en la audiencia y los debates y la forma escrita para los demás
casos, es decir, para las actuaciones en el escenario de la investigación prepa
ratoria. Si bien esto es así, nada impide que el Ministerio Público priorice el
uso de los medios audio visuales con miras a dotar a su actuación de una
mayor operatividad y eficiencia. Al respecto, debe mencionarse que actual
mente se encuentra ya en vigencia, en los Distritos Judiciales donde ha entra
do en vigor el nuevo Código, el Reglamento de Reproducción Audiovisual de
Actuaciones Procesales Fiscales, aprobado por Resolución Nro. 729-2006-
MP-FN del 15 de junio de 2006, dispositivo que regula en detalle la materia.
Numeral 4)
La suscripción del acta, a la que se refiere la prescripción contenida en
este numeral, por el fiscal o el juez y los demás participantes en el acto proce
sal, no es una mera formalidad sino un requisito de obligatorio cumplimiento.
Sin embargo, si alguno de los intervinientes que no tenga la condición de
funcionario fiscal o judicial se negase a firmar o no pudiese hacerlo, simple
mente se dejará constancia de tal hecho y tal circunstancia no acarreará la
invalidez del acta.
301
Preceptos generales flpj. 121°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La falta de certeza sobre las personas que han intervenido en la actua
ción procesal puede tener su origen en la omisión involuntaria de la firma en
el acta a pesar de haberse consignado el nombre del interviniente, o en el
hecho de haberse omitido involuntariamente tanto el nombre como la firma.
En tales supuestos, así como en el de falta de firma del actuario que la redactó,
el acta no surtirá efectos probatorios y, en consecuencia, la actuación procesal
que pretendía documentar deberá ser necesariamente renovada.
Numeral 2)
En principio, las formalidades que se deben observar en la redacción de
las actas son la indicación del lugar, año, mes, día y hora en que haya sido
redactada, las personas que han intervenido y la relación sucinta o integral de
los actos realizados, con la constancia expresa del cumplimiento de las dispo
siciones especiales previstas para el acto procesal que se está registrando.
Además de las formalidades mencionadas, también lo son la utilización obli
gatoria del idioma castellano, el auxilio de traductor o intérprete en caso sea
necesario, el juramento o promesa de decir la verdad, la declaración de viva
voz y sin consultar notas ni documentos, con excepción de los peritos y de
quienes sean autorizados para ello por el juez y la firma de los participantes en
la actuación procesal.
La ausencia o inobservancia de cualquiera de las formalidades preceden
temente mencionadas no necesariamente acarreará de forma automática la
invalidez del acta. El espíritu de la norma comentada es que se deberá buscar
305
flPl. 122° La actividad procesal
CAPÍTULO III
LAS DISPOSICIONES Y LAS RESOLUCIONES
"¿Sk COMENTARIO
N u m e r a l 1)
306
Preceptos generales flpj. 122°
Numeral 2)
La característica esencial de las Disposiciones dictadas por el fiscal den
tro del marco de sus atribuciones es la exigencia de motivación que fluye
claramente del literal e) del presente numeral. En efecto, todas las actuaciones
expresamente mencionados en los literales a), b), c) y d) deciden sobre cues
tiones importantes como el inicio, la continuación o la finalización de las
investigaciones, la conducción compulsiva por la fuerza pública de imputa
dos, testigos o peritos, lo cual implica una intervención en el ámbito de la
libertad individual de dichas personas, la orden de realización de actos de
investigación por parte de la Policía, etc. Por ello es que el acto denominado
Disposición deberá ser necesariamente motivado por el fiscal.
Numeral 3)
Las Providencias, reguladas en el numeral bajo comentario, vienen a ser
el equivalente en sede fiscal de los decretos dictados por el juez. Por tanto, se
dictan en orden a impulsar el procedimiento de investigación y obviamente
no requieren de motivación específica.
Numeral 4)
A través de los llamados Requerimientos el fiscal insta a la autoridad
jurisdiccional la realización de los actos procesales. Son ejemplos típicos de
Requerimientos las solicitudes de prisión preventiva, impedimento de salida,
suspensión de derechos, embargo, etc.
Dada la trascendencia del contenido de los Requerimientos, el fiscal de
berá persuadir al juez a través de una suficiente y adecuada motivación de las
solicitudes, a la que deberá sumarse la presentación de los elementos de con
vicción que lo justifiquen.
En el ejercicio de la facultad de formular requerimientos se hace patente
claramente la función persecutoria del Ministerio Público.
Numeral 5)
En este numeral se ha normado expresamente la exigencia y obligatorie
dad de la motivación de las Disposiciones y Requerimientos, exigencia y obli
gatoriedad que derivan, como ya fue puntualizado precedentemente, de la
trascendencia e importancia de lo decidido o solicitado.
Numeral 6)
Se trata de una norma de remisión cuya necesidad no terminamos de
entender puesto que se refiere al artículo 127° del Código en el que se regula
307
API. 123° La actividad procesal
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
El Código contempla la tradicional clasificación de las Resoluciones ju
diciales en decretos, autos y sentencias. De acuerdo con una de las clasifica
ciones de los actos procesales propuesta en los comentarios iniciales al Libro
Segundo del Código, las Resoluciones judiciales se ubican dentro de la cate
goría de actos procesales decisorios.
Del tenor de la prescripción comentada se desprende claramente la exi
gencia de debida motivación de los autos y sentencias. N o otra cosa quiere
decir la norma cuando establece que, con excepción de los decretos, las reso
luciones judiciales deben contener la exposición de los hechos, análisis de la
prueba, ley aplicable al caso y la decisión adoptada.
N o está demás decir que motivar es exponer las razones o justificar la
decisión adoptada. En la actual teoría de la argumentación, cuyas bases deben
ser de imperativo conocimiento de jueces, fiscales y abogados, se habla de
justificación interna y justificación externa. La decisión jurisdiccional estará
justificada internamente cuando contenga una inferencia lógicamente válida
que el operador jurídico haya construido a partir de una premisa normativa,
una premisa fáctica y una conclusión que no es otra cosa que lo decidido en el
308
Preceptos generales flpt. 124°
Numeral 2)
En este numeral el legislador ha querido dejar constancia de la diferencia
entre decretos, autos y sentencias. Aun cuando no define cada uno de los
tipos de resolución judicial, es bien sabido que los decretos tienen por objeto
únicamente el impulso del procedimiento, mientras que los autos definen ciertas
cuestiones de trascendencia en el marco del proceso que, como bien señala
CREUS (1996, p. 446), «si bien pueden interferir, en algunos supuestos, en el
curso del proceso (p.ej., excepciones previas), no resuelven directamente so
bre las pretensiones de fondo, como ocurre en las sentencias». Las sentencias
ponen fin al proceso resolviendo las pretensiones de fondo.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Los errores evidentes de índole material o numéricos pueden ser corre
gidos por el propio juez en cualquier momento. Lo que no podría hacer, en
ningún caso, es modificar el contenido sustancial o esencial de la resolución
que, en todo caso, deberá ser cuestionado por los sujetos legitimados a través
de los recursos impugnáronos.
309
flPt. 124° La actividad procesal
Numeral 2)
En el proceso no basta con motivar o justificar debidamente una resolu
ción judicial o disposición fiscal. También es de suma importancia comunicar
adecuadamente el contenido de la decisión judicial o fiscal. La comunicación
es la transmisión eficiente de un mensaje determinado. Es bien sabido que
son elementos de un proceso comunicativo el emisor, el receptor, el mensaje,
el código, el canal y el contexto. En el proceso generalmente es emisor el juez
o el fiscal (esto no siempre es así porque en ocasiones las partes también
cumplen este papel, por ejemplo, al plantear determinado pedido), el receptor
directo es el justiciable (sin dejar de considerar que receptores indirectos son
los abogados de las partes, los jueces de apelación, la comunidad jurídica e
inclusive la sociedad en general), el código es el idioma utilizado que en nues
tro caso es el castellano, el canal son los papeles de la carpeta judicial o fiscal
pero también los medios audiovisuales que el Código autoriza) y, finalmen
te, el contexto será siempre el propio proceso judicial o investigación pre
paratoria.
310
Preceptos generales flpt. 125°
Numeral 3)
En este numeral se faculta a las partes a solicitar la aclaración o la adición
del contenido de las resoluciones, que el juez puede también decretar de ofi
cio como ya se ha visto anteriormente. El plazo es de tres días y la suspensión
del término para interponer los recursos impugnatorios que procedan se jus
tifica en el hecho de que mientras no se aclare o adicione el contenido solici
tado, la resolución es aún incompleta.
>k COMENTARIO
Numeral 1)
La suscripción de las resoluciones por los jueces o por los miembros del
Juzgado o de la Sala es requisito de eficacia y validez de aquellas. Sirve, obvia
mente, para darle autenticidad, como una expresión de aprobación de su con
tenido y para obligarse a lo decidido en ellas.
La norma no hace distinción entre firma completa, media firma y rúbri
ca que si se aplica en otros ordenamientos procesales, tratándose de senten
cias, autos o decretos respectivamente, y que, francamente, nos parece una
distinción sin ninguna utilidad práctica. Adicionalmente, de conformidad con
lo establecido por la Ley Orgánica del Poder Judicial, deberá constar la firma
del secretario del Juzgado o de la Sala. (Artículos 259, numeral 5, y 266, nume
ral 6).
Numeral 2)
La regla general impuesta por el precepto de este numeral es la ineficacia
del acto por la falta de alguna firma en la resolución. Sin embargo, la regla
admite la excepción por la cual el acto conservará su eficacia si la resolución
311
API. 126° La actividad procesal
^ COMENTARIO
El cumplimiento de las resoluciones judiciales o disposiciones y provi
dencias fiscales requerirá en muchos casos del auxilio de la fuerza pública.
Esta deberá cumplir los mandatos en sus propios términos, sin cuestionar,
observar o modificar sus alcances. Siendo la Policía parte del Poder Ejecutivo,
puede afirmarse que la norma comentada tiene su origen, en última instancia,
en el precepto constitucional que establece como obligación de dicho Poder
el de prestar la colaboración que los órganos jurisdiccionales en los procesos
le requieran; en otros palabras, el deber de cumplir y hacer cumplir las resolu
ciones judiciales. (Articulo 139.18 de la Constitución). Y, en cuanto al cumpli
miento de las decisiones del Ministerio Público, no puede dejar de mencio
narse el precepto contenido en el artículo 159.4, de la Carta Fundamental que
establece expresamente como obligación de la Policía Nacional la de cumplir
los mandatos del Ministerio Público en el ámbito de su función, es decir, en
las investigaciones bajo su dirección.
312
Preceptos generales flpj. 127°
CAPÍTULO IV
LAS NOTIFICACIONES Y CITACIONES
"S. COMENTARIO
Numeral 1)
La notificación es un acto procesal de comunicación. Mediante ella el
órgano jurisdiccional o el Ministerio Público pone en conocimiento de los
sujetos procesales el contenido de las resoluciones o disposiciones dictadas
en el marco del proceso o de la investigación. Es de destacarse que las resolu
ciones judiciales o disposiciones fiscales cobran eficacia sólo si han sido debi
damente comunicadas (notificadas). Por otro lado, la notificación está íntima-
313
flPl. 127" La actividad procesal
Numeral 2)
La privación de la libertad sufrida por la persona del imputado implica
restricciones a su libertad ambulatoria, pero se mantiene incólume su derecho
a conocer el contenido de las resoluciones o disposiciones. La norma en co
mento se refiere a la primera notificación que deberá ser entregada en forma
personal o a través del Director del establecimiento en el que se encuentre
detenido o preso. Posteriormente, el imputado podrá señalar domicilio pro
cesal diferente.
Numeral 3)
El mismo criterio que el Código utiliza en lo referente a la primera noti
ficación al imputado privado de su libertad, ha sido estatuido para el imputa
do en libertad a quien, como en el primer caso, se le deberá notificar la prime
ra vez en forma personal, a menos que de antemano haya fijado domicilio
procesal.
Numeral 4)
La preponderancia que alcanza la defensa en el modelo acusatorio ad
versativo hace que se haya dispuesto la notificación a las partes a través de los
defensores o apoderados quienes, obviamente, tienen el deber de proceder de
conformidad con el contenido comunicado, haciéndoselo saber al directa
mente interesado.
Numeral 5)
La notificación a través de la lectura de la resolución implica que el inte
resado se constituya al despacho judicial o fiscal donde se halla físicamente la
carpeta o expediente. La entrega de la copia de la resolución o disposición
completa el acto de la notificación. Obviamente se deberá constancia de ha
berse producido la lectura y la entrega de la copia.
314
Preceptos generales flrt. 128°
Numeral 6)
Está prevista en el presente numeral la aplicación supletoria del Código
Procesal Civil en materia de notificaciones. El Código Procesal Civil de 1992,
promulgado por Decreto Legislativo Nro. 768 y cuyo Texto Único Ordenado
fue aprobado por la Resolución Ministerial Nro. 010-93-JUS, dedica al asunto
de las notificaciones el Título V, desde el artículo 155 al 170, en una regula
ción bastante detallada cuyo texto original ha sufrido algunas modificaciones
para adecuarlo al cambio de los tiempos, de tal manera que actualmente prevé
inclusive la posibilidad de la notificación a través de correo electrónico.
Actualmente se encuentra en plena vigencia, en los Distritos Judiciales
en los que ha entrado ya en vigor el Nuevo Código Procesal Penal, el Regla
mento de Notificaciones, Citaciones y Comunicaciones entre Autoridades en
la Actuación Fiscal, aprobado por Resolución de la Fiscalía de la Nación Nro.
729-2006-MP-FN, del 15 de junio de 2006. Dicho reglamento regula con bas
tante amplitud todo lo concerniente a la notificación personal, por fax, por
dirección electrónica, por edicto y radio difusión, por lectura y por telegrama,
creando para ello una Oficina Centralizada de Notificaciones.
>§. COMENTARIO
El presupuesto básico para la notificación por edictos es que la perso
na que debe ser notificada no pueda ser ubicada, es decir, que no sea posible
notificarla a través de las otras formas de notificación previstas por el Códi
go y los Reglamentos. Tal será el caso, por ejemplo, de los reos ausentes. En
el antiguo sistema la publicación de edictos servía para «citar, llamar y em
plazar» a los imputados declarados reos ausentes y contumaces. Sin embar
go, por la redacción del presente artículo, nada obstaría para que los demás
sujetos del proceso, además del imputado, puedan ser notificados a través
de la forma edictal, puesto que el único presupuesto para su utilización es
315
APl. 129° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Si a través de las notificaciones se comunica el contenido de las resolu
ciones judiciales o disposiciones fiscales, mediante las citaciones se convoca a
las partes de un proceso y a otras personas que, de diversa manera, interven
gan en él, para que concurran a la realización de un determinado acto proce
sal. De acuerdo con esta amplia definición, también el imputado puede ser
citado para comparecer, por lo que advertimos una omisión en la redacción
del presente numeral que no ha considerado a este sujeto del proceso como
pasible de citación.
316
Preceptos generales flpt. 131°
Numeral 2)
La citación de las personas cuya concurrencia persigue el Órgano juris
diccional o la Fiscalía puede hacerse utilizando cualquier canal de comunica
ción idóneo. Lo trascendente es que el mensaje llegue a conocimiento de
quien es citado y no el modo en que se haga. Por ello es que el Código ha
previsto una serie de medios de citación, como por ejemplo el verbal, el telé
fono, el correo electrónico, etc.
Numeral 3)
La razón por la cual los militares y policías en situación de actividad
deban ser citados a través de sus superiores jerárquicos es que dichas personas
pertenecen a cuerpos colegiados jerárquicamente organizados, bajo princi
pios de disciplina, subordinación y obediencia que hacen aconsejable citarlos
por tal conducto.
Numeral 4)
El Reglamento al que se hace alusión en el presente numeral, como ya se
ha puntualizado en líneas precedentes, se encuentra en plena vigencia en los
Distritos Judiciales donde va está en vigor el Código. Se trata del Reglamento
de Notificaciones, Citaciones y Comunicaciones entre Autoridades en la Ac
tuación Fiscal, aprobado por Resolución Nro. 729-2006-MP-FN del 15 de
junio de 2006, dispositivo que regula la materia de las citaciones en su Sección
Segunda, desde el artículo 55 hasta el 59 inclusive.
^ COMENTARIO
Los actos de citación y notificación, como lo manda la norma del artícu
lo comentado, deberán ser necesariamente documentados. El auxiliar juris
diccional o fiscal deberá dejar expresa constancia por escrito de la diligencia
practicada v sus pormenores. Lo que se busca es evitar que se cuestione el
acto alegando su no realización, de tal modo que la constancia escrita es pre
cisamente la prueba de su realización.
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
En cuatro literales han sido fijadas las causales de invalidez de la notifica
ción, cada una de las cuales responde a una motivación en particular.
Se trata de las siguientes causales: error sobre la identidad del notificado,
notificación incompleta, falta de fecha de la diligencia de notificación o de la
entrega de la copia y falta de firma del notificador.
Literal a)
Un claro ejemplo de error sobre la identidad del notificado se presenta
ría cuando la notificación ha sido entregada equivocadamente a persona dis
tinta de aquel a quien se debió notificar. Se entiende claramente que para que
la notificación sea válida, es necesario que se haga saber el contenido de las
resoluciones o disposiciones a la persona sobre la cual surtirán sus efectos.
Literal b)
El notificado tomará conocimiento pleno del sentido de la resolución o
disposición únicamente si se le ha hecho llegar el contenido en su integridad.
Un conocimiento parcial no permitiría, de ser el caso, el pleno ejercicio de los
recursos y dejaría al sujeto notificado en estado de indefensión.
Literal c)
La carencia de fecha en la diligencia de notificación o de la entrega de la
copia impediría el cómputo cierto de los plazos de impugnación, lo que en
buena cuenta recortaría el derecho de defensa de las partes.
318
Preceptos generales flpj. 132°
Literal d)
La firma de quien hace la notificación en la copia entregada al interesado
no solamente le confiere al acto una nota de formalidad necesaria, sino que
dicho requisito también sirve para establecer las responsabilidades del servi
dor encargado.
Numeral 2)
Del texto del articulo anterior se infiere claramente que, aun cuando se
presentase una notificación defectuosa por cualquiera de los motivos previs
tos, la notificación surtirá sus efectos siempre y cuando la anomalía no haya
causado efectiva indefensión. Por ello es que la disposición de este segundo
numeral está informada por el principio procesal de convalidación por el cual
el vicio de la notificación no priva, per se, de sus efectos al acto. En otras
palabras, el vicio queda convalidado si es que el interesado obra de tal modo
que revele que ha tomado conocimiento oportuno de la resolución o disposi
ción; o si es que la notificación carente de alguna formalidad, pese a ello, ha
cumplido su finalidad, que no es otra que la de hacer saber al interesado el
contenido de las resoluciones o disposiciones.
CAPÍTULO V
COMUNICACIÓN ENTRE AUTORIDADES
^ COMENTARIO
Numeral 1)
En el curso de la investigación o el proceso el juez o el fiscal pueden
requerir el auxilio de otras autoridades para la realización de determinada
diligencia o acto procesal, o necesitar alguna información relacionada con el
caso que no esté directamente a su alcance sino en poder de otras autoridades.
Como ya tuvimos oportunidad de precisar, la comunicación entre el fis
cal o el juez y las partes se produce mediante la notificación. En cambio la
comunicación entre el juez o el fiscal y otras autoridades se produce a través
de una serie de formas que la doctrina procesal y el derecho procesal compa
rado suelen clasificar, en general, por la naturaleza de la autoridad requerida.
La suplicatoria o rogatoria es la comunicación dirigida a una autoridad judicial
o fiscal de mayor jerarquía que la autoridad requirente. El mandamiento es el
que se dirige al juez o fiscal de menor jerarquía. El exhorto es propiamente la
comunicación que se dirige a un órgano jurisdiccional o fiscal de igual jerar
quía (CREUS: 1996, p. 429).
La diligencia, acto procesal o información requeridas pueden ser enco
mendadas a autoridades nacionales o extranjeras. Se entiende que la autoridad
jurisdiccional o fiscal nacionales requeridas deberán tener competencia terri
torial distinta a la autoridad requirente. N o sería procesalmente correcto y no
tendría ningún sentido encomendar la realización de un acto procesal o dili
gencia a juez o fiscal de la misma localidad.
En sede fiscal este aspecto ha sido regulado con mayor detalle en la
Sección Tercera del Reglamento de Notificaciones, Citaciones y Comunica
ciones entre Autoridades en la Actuación Fiscal, aprobado por Resolución
Nro. 729-2006-MP-FN del 15 de junio de 2006.
320
Preceptos generales flpf. 132°
Numeral 2)
Los datos que se deberán consignar en la comunicación emitida por la
autoridad requirente tienen el propósito de posibilitar el cumplimiento eficaz
del encargo encomendado por parte de la autoridad requerida. Sin la informa
ción que el presente numeral obliga a consignar en la comunicación, el reque
rido vería imposibilitada su labor de cumplimiento y, en el mejor de los casos,
entorpecida gravemente, por lo que debe entenderse que, de presentarse el
caso, estaría facultado para devolver la comunicación al requirente para que la
complete como corresponde.
El medio empleado para la comunicación es libre, siempre y cuando se
garantice su autenticidad.
Numeral 3)
Es de esperarse que durante la investigación o el proceso se presenten
situaciones que hagan necesaria la urgente actuación de una diligencia en otro
ámbito territorial. En tal supuesto el Código autoriza la utilización de medios
de comunicación instantáneos como el fax, el telegrama, el teléfono o el co
rreo electrónico. Sin embargo, en vía de regulanzación, posteriormente el
requirente deberá remitir en forma al requerido la comunicación escrita.
Numeral 4)
Con mayor precisión el Código debió establecer que el exhorto es la
forma de comunicación entre jueces o fiscales de igual jerarquía, reservando
la rogatoria o suplicatoria y el mandamiento para los jueces y fiscales de supe
rior y menor jerarquía, respectivamente.
Numeral 5)
Los jueces y fiscales requeridos tienen la obligación de tramitar inmedia
tamente los requerimientos recibidos, no solamente por mandato de la ley
sino también porque, de su cumplimiento y efectivo diligenciamiento, podrán
esperar la reciprocidad del requirente en casos análogos.
Numeral 6)
Los reglamentos a los que se refiere el presente numeral actualmente ya
se encuentran en plena vigencia en los Distritos Judiciales donde, según el
cronograma oficial, ha entrado en vigor el nuevo Código. En el caso del Po-
321
flPt. 133° La actividad procesal
>& COMENTARIO
Numeral 1)
La disposición contenida en este numeral, así como las que correspon
den a los siguientes, deberá ser necesariamente concordada con los preceptos
del Libro Séptimo del Código, relativos a la Cooperación Judicial Internacio
nal, en los que el legislador ha precisado con detalle no sólo los actos en
materia de cooperación que podrán ser solicitados, sino también que los re-
322
Preceptos generales APt. 133°
Numeral 2)
Internamente los órganos competentes para canalizar los requerimien
tos de auxilio o cooperación formulados por los fiscales y jueces de diversa
jerarquía son la Fiscalía de la Nación y la Corte Suprema de Justicia respecti
vamente. Externamente, en cambio, será el Ministerio de Relaciones Exterio
res el encargado de viabilizar los requerimientos de los jueces y fiscales perua
nos a las autoridades extranjeras. N o será procesal, en consecuencia, que los
requerimientos sean enviados directamente a las autoridades extranjeras, sin
la mediación del Ministerio de Relaciones Exteriores, con la excepción previs
ta en el siguiente numeral.
Numeral 3)
La disposición bajo comentario contiene una excepción a la regla gene
ral por la cual las comunicaciones dirigidas por los jueces y fiscales peruanos
a las autoridades extranjeras deberán ser canalizadas de antemano a través del
Ministerio de Relaciones Exteriores. En casos de urgencia la norma faculta a
anticipar el exhorto remitiendo una suerte de comunicación preliminar a la
autoridad requerida en forma directa, sin la intermediación del Ministerio de
Relaciones Exteriores. El carácter de urgencia al que alude el precepto co
mentado deberá ser establecido en cada caso por el juez o el fiscal, de acuerdo
con criterios objetivos y razonables. Pensarnos que la urgencia tiene que ver
con la posibilidad de ocultamiento o pérdida de la evidencia, información o
prueba que se pretende recabar mediante la solicitud de cooperación que hace
aconsejable su inmediato diligenciamiento. Piénsese, por ejemplo, en el caso
de una persona que padece una enfermedad terminal a la que le quedan pocos
meses de vida, según opinión médica, cuyo testimonio resulta relevante para
las autoridades peruanas y que podría no actuarse si es que se esperase el
trámite regular previsto por los numerales precedentes.
Sin embargo, la comunicación directa y urgente no releva de la obliga
ción de formalizar posteriormente la gestión con la necesaria intervención
del Ministerio de Relaciones Exteriores y el envío del exhorto en forma.
323
API. 134° La actividad procesal
CAPÍTULO VI
LA FORMACIÓN DEL EXPEDIENTE FISCAL Y JUDICIAL
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El expediente fiscal es el cuerpo documental que contiene el conjunto
de actuaciones realizadas durante la investigación, ordenadas en forma corre
lativa y secuencial y que constituye una herramienta útil para el trabajo fiscal.
En el sistema acusatorio propuesto por el Código será preciso que los opera
dores internalicen que el expediente es únicamente una herramienta docu
mental que sirve de auxilio en la construcción del caso. Será menester aban
donar esa suerte de culto al expediente vinculado con el sistema inquisitivo o
mixto en el que los operadores ocupan gran parte de su tiempo en acumular
un conjunto de papeles llamado expediente, perdiendo de vista que lo que
importa es más bien ir construyendo en forma coherente un caso que pueda
ser sometido exitosamente al debate judicial.
Lo que contenga el expediente fiscal está signado por la utilidad que
pudiese revestir para los fines de la investigación. En tal sentido, se ordena
324
Preceptos generales flpj. 1350
Numeral 2)
La Fiscalía de la Nación, como instancia rectora del Ministerio Público,
es la encargada de dictar las directivas, dispositivos y reglamentos que optimi
cen el trabajo fiscal. Parte de esta tarea es precisamente la que se menciona en
el presente numeral, cual es la de reglamentar todo lo vinculado con la forma
ción, custodia, conservación, traslado, recomposición y archivo de las actua
ciones que conforman el expediente fiscal. En atención a lo reglado en la
disposición que se comenta, la Fiscalía de la Nación ha dictado el Reglamento
de la Carpeta Fiscal, aprobado por Resolución N° 748-2006-MP-FN del 21 de
junio de 2006, dispositivo que, en principio, opta por denominar carpeta fis
cal al conjunto documentado de actuaciones de la investigación, por conside
rar que la palabra expediente está vinculada con la cultura inquisitiva del viejo
Código. Pensamos que más importante que cambiar de rótulos o denomina
ciones es lograr un cambio de mentalidad en los operadores que permita
desterrar viejas prácticas incompatibles con el nuevo modelo acusatorio.
J m a M a a
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API. 135° La actividad procesal
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
Del texto de este primer numeral se infiere que cuando la investigación
esté concluida, al requerimiento del fiscal formulado al juez de la investiga
ción preparatoria se deberá acompañar el expediente original. En cambio, si
la investigación está aún en curso, al requerimiento se acompañará copias
certificadas del expediente original. Sin embargo, cabe la posibilidad de remi
tir el original, aun cuando no haya concluido la investigación, siempre y cuan
do ello no produzca retraso a la investigación o perjuicio a las partes.
El artículo 8 del Reglamento de la Carpeta Fiscal ha precisado que la
carpeta original se remitirá al juez al formalizarse la acusación u otro requeri
miento que ponga fin al proceso, acompañándose copias certificadas en los
demás casos.
Numeral 2)
Corresponde la Fiscalía de la Nación dictar las directivas necesarias para
la buena marcha del trabajo fiscal en general y en todos los niveles. Sin trans
gredir la independencia y autonomía de cada fiscal en particular, al que co
rresponde el diseño y la puesta en práctica de las estrategias de investigación,
el numeral comentado faculta al Fiscal de la Nación, cabeza del Ministerio
Público, emitir las directivas e instrucciones para uniformizar las actuaciones
que los fiscales deben acompañar a los requerimientos formulados al juez de
la investigación preparatoria en el marco de una investigación en curso. Recal
camos que tales directivas deberán respetar el criterio de cada fiscal que es
precisamente el más indicado para determinar qué actuaciones merecen ser
incorporadas a un requerimiento con miras a generar convicción en el juez.
>5v COMENTARIO
N u m e r a l 1)
Al igual que en el caso del expediente o carpeta fiscal, el proceso penal
acusatorio y su carácter eminentemente oral implica que el expediente judi
cial, como cuerpo documental de las actuaciones judiciales, organizado en
orden correlativo, no tenga la relevancia que tenía en el modelo inquisitivo o
mixto con rasgos inquisitivos del Código de Procedimientos Penales de 1940.
En el modelo que impone el nuevo Código no se trata de acumular papel tras
papel de manera organizada en un solo cuerpo documental para resolver el
caso sobre la base de su estudio final. En tal sentido, puede afirmarse con
propiedad que el expediente, sin dejar de ser un instrumento o herramienta
útil, pasa necesariamente a un segundo plano cuando de lo que se trata es que
el juez resuelva escuchando a las partes, extrayendo sus conclusiones del mé
rito de las pruebas actuadas en el escenario del juicio y no de «un exhaustivo
estudio de autos».
327
APt. 137° La actividad procesal
te señaladas en los literales a), b), c), d), e) y f), al dictarse el auto de citación a
juicio que es la primera resolución que emite después de recibir lo actuado de
manos del Juez de la Investigación Preparatoria.
Para fines de una mejor operatividad, el Reglamento al que se refiere el
siguiente numeral ha dispuesto que para el juicio se deberá formar un Cuader
no para el Debate que será parte integrante del expediente judicial y que con
tendrá el auto de enjuiciamiento, el auto de citación a juicio, los registros del
juicio y las resoluciones que se dicten hasta la sentencia. Los actuados taxati
vamente previstos por el presente numeral, además de los objetos introduci
dos como prueba anticipada o durante el juicio y el registro magnetofónico o
audiovisual de las sesiones del juicio, correrán como anexos del Cuaderno
para el Debate.
Numeral 2)
En acatamiento a lo ordenado por la disposición contenida en el presen
te numeral, el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dictó la Resolución Admi
nistrativa Nro. 096-2006-CE-PJ, aprobando el Reglamento del Expediente
Judicial Bajo las Normas del Código Procesal Penal, vigente en los Distritos
Judiciales en los que ya está en vigor el nuevo Código. Con explicables dife
rencias, este Reglamento, en general, contiene disposiciones parecidas a las
del Reglamento de la Carpeta Fiscal, por lo que, en lo fundamental, nos remi
timos a nuestros comentarios al artículo 134, numeral 2.
328
Preceptos generales API. 138°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Siendo el expediente una herramienta de suma utilidad para los sujetos
procesales, en la medida que permite tomar conocimiento de las actuaciones
procesales de la investigación preparatoria y de la etapa intermedia, así como
la elaboración de la estrategia a utilizar durante el juicio, se ha establecido un
plazo razonable de cinco días para su revisión; plazo en el que, además, se
podrá solicitar copias simples o certificadas y plantear la incorporación de
piezas que hayan sido indebidamente omitidas o la exclusión de aquellas que
hayan sido indebidamente incluidas. Esta incidencia deberá ser puesta en co
nocimiento, vía traslado, de las demás partes por el plazo de cinco días.
Numeral 2)
En este numeral se ha prescrito que dentro del segundo día de transcu
rridos los cinco días disponibles para que las partes absuelvan el traslado de la
solicitud de exclusión o inclusión de piezas, el juez la resolverá ordenando,
según corresponda, la incorporación, la exclusión, o viceversa, mediante auto
que no podrá ser cuestionado vía impugnación.
Numeral 3)
La taxatividad del artículo 136 explica el sentido de la disposición conte
nida en este tercer numeral. En efecto, todo aquello que no esté expresamente
descrito en los seis literales del referido artículo no forma parte del expedien
te judicial y, por tanto, no podrá ser utilizado en el juicio. De allí que sea
perfectamente razonable que se disponga su devolución al Ministerio Público
para su archivo.
329
flPl. 138" La actividad procesal
l5k COMENTARIO
Numeral 1)
La disposición por la cual es factible la entrega a las partes de copias
simples o certificadas de las actuaciones procesales, en cualquier momento, es
producto de la naturaleza del modelo acusatorio en el que los sujetos procesa
les actúan en igualdad de condiciones y lejos del secretismo propio del siste
ma inquisitivo. Nada racional justifica la negativa a entregar copias de lo ac
tuado a las partes que las soliciten, a menos que el juez o fiscal, lejos de cual
quier arbitrariedad y por razones debidamente justificadas, decidan preservar
por tiempo limitado la reserva de determinada actuación.
Numeral 2)
El contenido de esta norma, por la cual los fiscales podrán solicitar a sus
pares o al propio juez copias de otros procesos o investigaciones e informa
ciones escritas, deriva directamente de las relaciones de comunicación entre
autoridades cuya forma ha sido perfilada por el Código en el artículo 132. Las
copias o informes solicitados deberán ser pertinentes y estar relacionados con
el cumplimiento de la investigación preparatoria a cargo del fiscal requirente.
Numeral 3)
La publicidad y transparencia del proceso penal perfilado por el Código
bajo el modelo acusatorio adversativo se extienden a terceros ajenos a él -
autoridad pública o particulares - , de tal manera que si estos acreditan tener
legítimo interés en la obtención, podrán solicitar copias, informes o certifica
ciones vinculadas con el proceso.
Si bien la prescripción comentada únicamente se refiere a la exigencia de
motivación de la solicitud presentada por la autoridad pública o los particula
res, resulta claro que también el juez y el fiscal deberán fundamentar obligato
riamente la decisión de entregar las copias, informes o certificaciones. Esto es
así debido a que dicha entrega podría eventualmente entorpecer el normal
desarrollo del proceso o afectar derechos fundamentales de terceros o de los
330
^^____ Preceptos generales flpt. 13go
propios sujetos procesales. En estos dos últimos casos, el juez o el fiscal debe
rán denegar las solicitudes presentadas.
>S. COMENTARIO
Numeral 1)
La prohibición de la publicación de las actuaciones de la Investigación
Preparatoria y de la Etapa Intermedia se deriva directamente del carácter re
servado de ambas fases del proceso, declarado expresamente por el artículo
324 del Código en el caso de la investigación. En lo que se refiere a la Etapa
Intermedia, aun cuando no existe norma expresa que así lo decrete, debe
entenderse que también tiene el carácter de reservada, pues, es la fase en la
que se discute y decide si se arribará o no al Juicio Oral, el que es de carácter
público, con las excepciones que taxativamente se mencionan en el artículo
357, casos en los cuales podrá realizarse total o parcialmente en privado: afecta
ción directa del pudor, la vida privada o la integridad física de alguno de los
intervinientes en el juicio, grave afectación del orden público o la seguridad
nacional, afectación de los intereses de la justicia, peligro de revelación de un
secreto particular, comercial o industrial que pudiese implicar la comisión de
delito o perjuicio injustificado, manifestaciones del público que turben el regu
lar desarrollo de la audiencia y cuando lo establezca una norma en particular.
331
APt. 140° La actividad procesal
Numeral 2)
El artículo 4 o de la Constitución Política establece un régimen de protec
ción del niño, prescribiendo el deber de la sociedad y del Estado de actuar en
consecuencia. Esta protección especial de la que goza el niño está vinculada
con esa situación de vulnerabilidad que justifica un tratamiento diferente y
tuitivo. De allí que, en consonancia con la norma constitucional, en este nu
meral se prohiba terminantemente la publicación de las generales de ley e
imágenes de testigos o víctimas menores de edad cuando ello implique una
situación de menoscabo. Esto significa que, cuando por el contrario, la publi
cación es en interés exclusivo del menor, el juez la permitirá.
Numeral 3)
Si la prohibición de publicación de las actuaciones procesales no estu
viese conminada con una sanción, se trataría de una mera disposición declara
tiva y los sujetos la infringirían impunemente. Es por ello que era necesario,
introducir un elemento de coerción como la multa que haga efectivo el pre
cepto comentado. Adicionalmente, nos parece importante que se haya dado
al juez y al fiscal la facultad de ordenar el cese de la publicación indebida.
La remisión a los artículos 110° y 111° del Código Procesal Civil es
pertinente en tanto y en cuanto dichos dispositivos establecen la responsabi
lidad patrimonial de las partes, de sus abogados y apoderados en caso de
actuación temeraria o de mala fe, en cuya virtud los responsables podrán ser
sancionados con multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de
Referencia Procesal, sin perjuicio del pago de las costas que correspondan.
En el caso de los abogados la conducta indebida podrá ser comunicada al
Colegio de Abogados, a la Presidencia de la Corte Superior o al Ministerio
Público, según corresponda.
332
Preceptos generales flpj, Ifll»
uS. COMENTARIO
Numeral 1)
El reemplazo de los originales de las piezas o de los actos procesales por
sus copias certificadas en caso de destrucción, pérdida o sustracción del expe
diente físico, resulta completamente pertinente e idóneo en la medida que se
trata de documentos públicos que tienen el mismo valor que el original, a
tenor de lo establecido por el artículo 235, numeral 2 (in fine), del Código
Procesal Civil. Aun cuando la norma comentada no prescribe expresamente
el origen de las copias certificadas, es de entenderse que la certificación podrá
provenir tanto del propio auxiliar jurisdiccional o fiscal, como de notario o
cualquier otro fedatario oficial.
Numeral 2)
En buena cuenta lo que se establece en el presente numeral es el deber
de quien tenga en su poder copia certificada de las actuaciones del expediente
de entregarlas a la Fiscalía o al Órgano jurisdiccional, cuando se lo ordene el
Fiscal o el Juez. Las copias pueden estar en poder de los sujetos procesales
pero también de terceros legitimados, como, por ejemplo, otras fiscalías, ór
ganos jurisdiccionales o entidades administrativas que, para mejor resolver,
en su oportunidad las solicitaron y obtuvieron.
Numeral 3)
La medida que el propio Código autoriza la utilización de los sistemas
tecnológicos para el registro, archivo, copia, trascripción y seguridad del expe
diente judicial y fiscal, es perfectamente lógico que en el presente numeral el
legislador haya también previsto la posibilidad de reponer las piezas procesa
les destruidas, perdidas o sustraídas, a través de los archivos informáticos del
Ministerio Público y del Poder Judicial. Es más, si todo queda registrado a
través de la informática, es muy posible que el reemplazo de las piezas proce
sales se vea facilitado sustancialmente.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El artículo anterior regula el supuesto del reemplazo de las piezas pro
cesales destruidas, perdidas o sustraídas por copias certificadas existentes. En
cambio, el supuesto del artículo bajo comentario es el de la inexistencia de
copias de dichas piezas, lo cual obligaría, en la lógica de la norma comentada,
a la recomposición del expediente.
El 14 de abril de 1994 el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dictó la
Resolución Administrativa Nro. 032-04-CE-PJ para regular la recomposición
de expedientes, estableciendo una serie de pautas para el logro de dicho co
metido, entre las cuales destacaba la que prescribía para el propio juez la obli
gación de efectuar una sumaria investigación, a la par que se debía comunicar
el hecho a la Oficina de Control de la Magistratura. El nuevo Código, en
cambio, en una medida que nos parece acertada, elimina la práctica de la lla
mada «sumaria investigación» que, en realidad, no tiene sentido cuando el
llamado a investigar las responsabilidades a que hubiere lugar por la pérdida o
extravío del expediente es el órgano de control disciplinario, sea el del Poder
Judicial o del Ministerio Público.
N o obstante lo expuesto y admitiendo la necesidad que en un futuro
próximo la carpeta o expediente electrónico, así como la incorporación digital
de documentos desplacen paulatinamente en importancia a los archivos físi
cos, creemos que la recomposición de expedientes dejará de ser necesaria en
la medida que inclusive los documentos que presenten las partes podrán ser
incorporados digitalmente a la carpeta o expediente electrónico, con lo que
quedaría sin lugar la tediosa y complicada tarea de «recomponen) los expe
dientes.
Numeral 2)
La renovación del acto procesal cuyo registro documental sea de impo
sible obtención, en caso de destrucción, pérdida o sustracción, es la única
334
Preceptos generales flpt. 1fl2D
Numeral 3)
La disposición contenida en el presente numeral es una reproducción
casi textual del párrafo final del artículo 140 del Código Procesal Civil, tam
bién referido a la recomposición de expedientes.
r- TÍTULO II ^
LOS PLAZOS
^ COMENTARIO
Numeral 1)
En la disposición contenida en el presente numeral que, como una regla
general, ha sido introducida por el legislador para regular el tema de los pla
zos, reposa a nuestro entender la esencia del plazo en el marco del proceso
penal. En efecto, tal como ha sido reconocido en los instrumentos internacio
nales de derechos humanos suscritos por nuestro país, el concepto de plazo
razonable aplicado al proceso penal implica la obligación de la administración
de justicia en general de juzgar a una persona, sobre la cual recae la imputa
ción, en un plazo que no se prolongue indefinidamente sino que, precisamen
te, sea «razonable» (Artículo 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos; artículo 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políti
cos). Aun cuando primigeniamente el plazo razonable pareciera estar limitado
a los procesos con imputados sometidos a privación de libertad; sin embargo,
el concepto de razonabilidad aplicado a los plazos también debe hacerse ex
tensivo a los procesos penales en general, sin importar si son con reo en
cárcel o con reo libre, toda vez que el proceso penal, por su propia naturaleza,
implica ya una seria injerencia en la esfera de libertad del imputado quien, por
335
APt. 143° La actividad procesal
dicha razón, tiene derecho a ser juzgado con la celeridad debida, independien
temente de si está o no privado de su libertad. De allí que, en principio, y tal
como se prescribe en el presente numeral, las actuaciones procesales no ad
miten dilación y deben practicarse puntualmente, en el día y la hora señalados.
Siguiendo a CREUS (1996, p. 483), entendemos por plazo el espacio de
tiempo transcurrido entre un término inicial y uno final, de lo que se colige
claramente que las expresiones término y plazo no son sinónimas. O, como
bien señala ROXIN (2003, p. 177) «un plazo es un período de tiempo dentro
del cual debe cumplirse un acto procesal».
Existen varias clasificaciones de los plazos. En atención al número de
sujetos a los que concierne, puede tratarse de plazos individuales y comunes.
Los primeros se computan en relación con uno de los sujetos del proceso. En
cambio, los segundos comprenden a ambas partes. Desde otro punto de vista,
existen los llamados plazos perentorios y los no perentorios. Los perentorios
operan automáticamente y se vencen sin posibilidad de ser prorrogados, ca
ducando la facultad de ejercitar el acto procesal que se pudo o debió realizar.
Los no perentorios, en cambio, no operan automáticamente sino que es nece
saria la petición de parte. Finalmente, se habla de plazos legales, judiciales y
convencionales. Los legales son aquellos fijados por la propia ley. Los judicia
les son los fijados por el juez o sala para la realización de algún acto procesal.
Y los convencionales son aquellos fijados de consuno por las propias partes.
Numeral 2)
Cuando en el presente numeral se habla de los plazos de la actividad
procesal regulados por días, horas y el de la distancia, es precisamente en
relación con el inicio del cómputo de los mismos. De este modo, en el si
guiente artículo se habrá de establecer el momento desde el cual se comien
zan a computar los plazos, según se trate de plazos por días, horas y el de la
distancia.
Ahora bien, el cómputo de los plazos se hará de acuerdo con el calenda
rio común que no es otro que el calendario gregoriano utilizado por todos.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Si los plazos han sido establecidos por horas, la regla es que comienzan
a corren desde el momento mismo en que se llevó a cabo el acto procesal e
incluyen las horas del día inhábil, a menos que la propia ley establezca lo
contrario.
Numeral 2)
Si se trata de plazos por días, el cómputo comenzará a partir del día
siguiente hábil de producida la notificación o conocido el mandato. Nótese
que lo esencial es que el interesado tome conocimiento del acto procesal, sea
a través de la notificación o por otro medio idóneo.
Numeral 3)
La especial naturaleza de las medidas de coerción personal y la afecta
ción de la esfera de libertad del imputado justifican que también los días inhá
biles, es decir los feriados, sean computables. Tal sería el caso, por ejemplo,
del plazo máximo de duración de la prisión preventiva (nueve meses) estable
cido en el artículo 272 del Código. Asimismo, será posible el cómputo de los
días inhábiles por imperio de la Ley.
Numeral 4)
Durante los días inhábiles se suspenden las labores judiciales y fiscales.
Por ello es que resulta justificada la prórroga ipso jure del plazo hasta el día
siguiente hábil. La única excepción, en consonancia con lo dispuesto en el
numeral 3), es el caso de las medidas coercitivas que afectan la libertad perso
nal.
337
flPt. 144° La actividad procesal
Numeral 5)
Los plazos comunes «son los que se comienzan a contar desde el térmi
no que es inicial para la parte que es la última a la que corresponde
observarlos».(CREUS: 1996, p. 484). En consonancia con ello, en este nume
ral se ha prescrito que se computarán desde el día siguiente hábil de la última
notificación. En otras palabras, los plazos comunes comenzarán a correr des
de el día siguiente hábil de la notificación recibida por el último de los sujetos.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El proceso es una secuencia ordenada de actos procesales realizados por
las partes y el juez. La actividad procesal en referencia debe realizarse necesa
riamente dentro del período de tiempo previamente establecido, esto es, den
tro del plazo. El proceso está dividido en fases o etapas, cada una de las cuales
se cierra para dar curso a la que sigue: esto es lo que en el proceso se conoce
como preclusión.
La lógica consecuencia de la preclusión es la caducidad de lo que se pudo
o debió hacer. Es decir, si es que dentro del plazo establecido el sujeto no ha
realizado determinado acto procesal, ya no podrá hacerlo más allá de dicho
plazo, a menos que sea prorrogable de acuerdo con la ley. La caducidad res
ponde a la idea de orden y a la necesidad de que el proceso no se prolongue
indefinidamente en el tiempo, a la espera de la buena voluntad y discrcciona-
lidad de las partes y del propio juez. Es por ello que se trataría de una sanción
procesal para quien no realizó determinado acto en la oportunidad legalmen-
te establecida.
Numeral 2)
En este numeral el legislador de 2004 ha optado por establecer única
mente la responsabilidad disciplinaria de los jueces y fiscales que inobserven
los plazos destinados a regular su actividad, a diferencia de otras legislaciones
338
Preceptos generales flpt. H50
^Sv COMENTARIO
Numeral 1)
La reposición es un remedio procesal que se hace valer contra la inob
servancia de los plazos y su efecto es «devolver» o «reponer» al sujeto que la
339
flPl. 145° La actividad procesal _ _ ^ _
Numeral 2)
El plazo de veinticuatro horas que la norma procesal establece para la
presentación de la solicitud de reposición del plazo es brevísimo. Nos parece
que en una futura modificación se debería contemplar la ampliación del refe
rido plazo, toda vez que, en general, se necesitan más de veinticuatro horas
para plantear y fundamentar una solicitud destinada a lograr la reposición del
plazo. Piénsese, por ejemplo, en la persona que por haber estado padeciendo
de una grave enfermedad no pudo efectuar un determinado acto procesal, a la
que se le exigiría que, a pesar de su convalecencia y seguramente poco contac
to con su entorno, tenga que, no solamente plantear y fundamentar la solici
tud, sino también acopiarse de los elementos de convicción necesarios, todo
ello en el brevísimo y, a nuestro juicio, insuficiente plazo de veinticuatro horas
luego de desaparecido el impedimento o de conocido el acontecimiento que
da nacimiento al plazo. Es pertinente mencionar que en la legislación alemana
el plazo de presentación de la solicitud de reposición es de una semana poste
rior a la eliminación del obstáculo. (ROXIN: 2003, p. 179).
Numeral 3)
El contenido de la solicitud de reposición del plazo está correctamente
fijado en el presente numeral. En buena cuenta la solicitud deberá tener obli
gatoriamente una fundamentación fáctica, orientada a explicar el motivo con-
340
Preceptos generales flpt. 1470
creto que originó la inobservancia del plazo, así como la prueba de la causal
alegada, sin dejar de mencionar el acto procesal omitido y la manifestación de
voluntad de practicarlo.
"S. COMENTARIO
El plazo fijado por el fiscal o el juez siempre será subsidiario pues, en
principio, corresponde a la norma procesal establecerlo. Cuando exista plazo
fijado por la ley, el juez o el fiscal debe ceñirse a él y no podrá modificarlo. El
precepto comentado contiene dos supuestos: el primero se presenta cuando la
ley procesal no establece plazo alguno referido a determinado acto procesal. En
el segundo es la propia ley la que faculta al juez o al fiscal a establecer el plazo.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Tal como ya fue explicado, existen actos procesales que pueden ser revo
cados por voluntad del sujeto que lo ha generado. Si bien la renuncia a los
plazos, tema concreto del artículo comentado, no es propiamente un acto de
revocación, empero, el principio informante es el mismo. En efecto, si el pla
zo ha sido establecido en favor de un determinado sujeto procesal, nada im
pediría que, a través de un acto de voluntad, dicho sujeto pueda válidamente
renunciar total o parcialmente al plazo. El numeral comentado en realidad
contiene dos supuestos: la renuncia total al plazo y la renuncia parcial que no
es otra cosa que una abreviación del plazo establecido.
El sujeto renunciante deberá cumplir necesariamente el acto en los casos
que éste sea indispensable para la existencia del proceso.
341
flPt. 118° La actividad procesal
Numeral 2)
Por definición el plazo común es aquel que concierne a ambas partes y
cuyo cómputo se realiza a partir del término inicial para aquella que es la
última a la que corresponde observarlo (CREUS: 1996, p. 484). En conse
cuencia, la renuncia total o parcial del plazo, deberá contar necesariamente
con el consentimiento de todos los sujetos concernidos y así lo establece el
presente numeral. Sin embargo, nos parece excesivo que se requiera la apro
bación del juez en la medida que ya existe la voluntad expresa manifestada
por las partes, requisito aquel que no se exige tratándose de la renuncia al
plazo no común.
>s. COMENTARIO
Numeral 1)
El término de la distancia no es un concepto de aplicación exclusiva al
proceso penal. Es de uso corriente y obligado en los ámbitos del proceso
civil, administrativo, etc. El concepto alude a aquel lapso necesario, estableci
do previamente en una norma, que, agregado al plazo ordinario prescrito en
la ley, sirve para permitir el desplazamiento de personas o documentos desde
un lugar a otro, cuando la sede del Juzgado, Sala o Fiscalía que requieren la
realización de determinado acto procesal, sea diferente del lugar donde se
encuentran las personas o documentos requeridos.
En nuestro país, de difícil geografía y de aún escasas vías de comunica
ción, es necesario que los criterios para fijar el término de la distancia estén
relacionados con variables intcrdepartamentales (entre las capitales de de
partamentos y / o sedes de distritos judiciales), interprovinciales (entre las
capitales de provincia del mismo distrito judicial) e interdistritales (entre un
distrito político con su capital de provincia). Por ello es que la norma co
mentada establece que el término de la distancia se computa teniendo en
cuenta la sede geográfica, y el medio de locomoción utilizable y disponible
para el caso concreto.
312
Preceptos generales flpt. Iflgo
Numeral 2)
La Corte Suprema de Justicia de la República, en su condición de máxi
mo órgano de la justicia nacional, es la encargada de la elaboración del cuadro
de términos de la distancia. Es de esperarse que dicho cuadro sea actualizado
periódicamente teniendo en cuenta las particularidades de cada Distrito Judi
cial, el desarrollo logrado y la situación de las vías de comunicación.
J P I . 149°. Tasiaiiisiflafl
La inobservancia de las disposiciones establecidas para las ac
tuaciones procesales es causal de nulidad sólo en los casos pre
vistos por la Ley.
"S. COMENTARIO
Como ya había sido perfilado en el Código Procesal Penal de 1991 y a
diferencia del Código de Procedimientos Penales de 1940, el codificador de
2004 ha incluido el tópico de la nulidad dentro del Libro reservado a la activi
dad procesal. Esta decisión es coherente con aquella postura que considera
que la cuestión concerniente a la nulidad no corresponde, strictn sensu, a los
medios de impugnación o a los recursos, sino a la teoría general de los actos
procesales. (COUTURE: 1993, p. 373).
343
flpl. Iflgo La actividad procesal
3ia
Preceptos generales flpt, 150°
^ COMENTARIO
Literal a)
El imputado es la persona sobre la cual actúa el iuspiiniendi que se hace
efectivo a través del proceso penal. No hay proceso sin imputado. De allí que
en el presente literal se haya previsto un supuesto de nulidad absoluta vincu
lado con la intervención, asistencia y representación del imputado, de tal ma
nera que, si el acto procesal presentara algún defecto relacionado con tales
situaciones, nos encontraríamos en presencia de un acto viciado de nulidad
absoluta y, por tanto, ineficaz.
345
flPt. 150° La actividad procesal
Literal b)
Este numeral tiene que ver directamente con la consideración según la
cual la jurisdicción y la competencia se erigen como los fundamentales presu
puestos del proceso penal. La premisa es que para que exista un proceso
válido, primeramente el juez o la sala que se encargarán del juzgamiento debe
rán haber sido debidamente constituidos o nombrados, de conformidad con
los requisitos establecidos en el ordenamiento jurídico. Pero, además, deberán
ser competentes para conocer el asunto puesto en su conocimiento. En bue
na cuenta la capacidad del órgano jurisdiccional está en función de su compe
tencia para conocer determinado caso. De no ser así, los «actos» desplegados
en el marco del proceso estarían viciados de nulidad desde su origen.
Literal c)
La esencia del modelo acusatorio con rasgos adversativos que impone el
Código es justamente la precisa delimitación de las funciones del Juez y del
Fiscal. En efecto, al Fiscal le corresponde la función de investigar y al Juez la
función de juzgar. En este sentido, el rol del Ministerio Público en el proceso
penal acusatorio es fundamental porque sienta las bases sobre las cuales se
erigirá el juzgamiento. Si no interviene el Ministerio Público no hay proceso
penal. Es por esta razón que se entiende perfectamente que los defectos con
cernientes a la promoción de la acción penal, cuyo titular es el Ministerio
Público, y la participación obligatoria del fiscal, acarreará irremediablemente
la nulidad absoluta del acto o actos procesales afectados.
Literal d)
La causal de nulidad absoluta regulada en el presente literal es de la ma
yor importancia. En efecto, la doctrina del contenido esencial de los derechos
fundamentales, cuyo desarrollo inicial se debe a los alemanes, estuvo primige
niamente destinada a servir de límite a la potestad limitadora ejercida por el
legislador sobre los derechos. En esta concepción, el contenido esencial de
los derechos fundamentales es una suerte de núcleo duro indisponible que no
puede ser violentado o rebasado por el legislador. Sin embargo, un desarrollo
posterior en España, a través del artículo 53.1 de su Constitución, entendió
que el contenido esencial no sólo es un «límite de límites» sino un límite a la
regulación del ejercicio de los derechos y libertades fundamentales. (MARTÍ
N E Z - PUJALTE: 2005, p. 24).
346
Preceptos generales flpj. 151°
^ COMENTARIO
zn
APt. 151° La actividad procesal
Numeral 1)
Lo que en este numeral se establece es que la nulidad relativa no puede
ser declarada de oficio sino que será necesario que el sujeto procesal afectado
la deduzca expresamente. Esto es así por tres razones: a) El origen de la
nulidad relativa es un defecto del acto de menor entidad que el que da lugar a
la nulidad absoluta; b) El acto viciado admite convalidación si es que el afec
tado no insta su nulidad; y, c) normalmente en los supuestos de nulidad rela
tiva aparecen comprometidos aspectos particulares del interesado, en cambio
en la nulidad absoluta se ve comprometido un interés público que los órganos
jurisdiccional o fiscal deben proteger.
Numeral 2)
Como quiera que las causales de nulidad relativa no están taxativamente
previstas, es necesario, tal como lo dispone el presente numeral, que en la
solicitud de nulidad el afectado describa lo que considera viciado o defectuo
so, pero, además de ello, deberá proponer la solución correspondiente.
Numeral 3)
En este numeral se prescribe el plazo de cinco días, contados a partir del
conocimiento del defecto, para presentar la solicitud de nulidad relativa. Esta
fórmula del plazo debidamente prefijado nos parece mucho mejor que la uti
lizada en el proceso civil (artículo 176) donde el pedido de nulidad se plantea
«en la primera oportunidad» que el perjudicado tuviera para hacerlo, fórmula
ésta que podría generar en el proceso discusiones sobre lo que debe entender
se por primera oportunidad.
Numeral 4)
El presente numeral contiene tres supuestos en los que la nulidad no
podrá ser alegada, a saber:
a) Por quien la haya ocasionado o haya concurrido a causarla.-
Es razonable que el que haya causado o concurrido a causar el de
fecto no pueda alegar la nulidad del acto viciado. Esto es conse
cuencia de la aplicación del axioma jurídico nemo auditurpropiam tur-
pitudinem allegans (nadie puede alegar su propia culpa).
b) Por quien no tenga interés en el cumplimiento de la disposi
ción vulnerada.- Aquel sujeto que no tiene interés en el cumpli
miento de la disposición vulnerada simplemente no ha sido afecta
do ni ha sufrido perjuicio por el acto defectuoso. Esto es resultado
de considerar los principios de trascendencia y de protección apli
cables a la nulidad. En efecto, por el principio de trascendencia no
existe nulidad si es que no se acredita que el vicio alegado trascien
de sobre las garantías de defensa en juicio («no hay nulidad sin per-
318
Preceptos generales flpj, 152°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Un primer acercamiento al contenido de este numeral nos permite veri
ficar que la nulidad absoluta no admite convalidación. En cambio, la nulidad
relativa es pasible de convalidación en los supuestos que regula expresamente
la presente disposición.
El acto viciado es imperfecto o defectuoso pero eficaz porque sigue
surtiendo efectos mientras no sea declarada judicialmente su nulidad. (VILE-
LA: 2007, p. 90), al punto que los sujetos procesales pueden consentirlo, por
voluntad expresa o simplemente dejando transcurrir el plazo de impugnación
349
API. 153° La actividad procesal
Literal a)
El supuesto previsto en el presente literal se refiere a la situación en la
que los sujetos del proceso, incluyendo el Ministerio Público, no han solicita
do en forma oportuna el saneamiento de los actos defectuosos.
Literal b)
Esta disposición se refiere a quienes están legitimados para impugnar el
acto viciado, es decir, aquellos cuyos intereses han sido lesionados. En este
supuesto el afectado consiente de manera expresa la afectación o, simplemen
te deja transcurrir el plazo de ley sin alegar la nulidad, lo que, a todas luces,
importa una aceptación tácita.
Literal c)
Este literal contiene dos supuestos: A) El acto viciado ha conseguido su
fin respecto de los interesados, a pesar de su irregularidad, lo que traduce el
concepto según el cual «la anulación por la anulación no vale» (COUTURE:
1993, p. 397) pues lo que importa en el caso concreto es que el acto haya logra
do su finalidad. B) El vicio no ha afectado los derechos y las facultades de los
sujetos del proceso. Dicho de otro modo: no hay nulidad sin perjuicio o lesión.
Numeral 2)
A través de la disposición contenida en el presente numeral el legislador
no ha hecho otra cosa que reforzar los criterios de convalidación establecidos
en el numeral precedente, reiterando que la nulidad requiere de trascendencia
en el proceso y perjuicio a las partes. Sin estos dos requisitos, el acto defectuo
so puede seguir «viviendo» dentro del proceso.
350
Preceptos generales flpt, 15fl0
COMENTARIO
Numeral 1)
La subsanación o saneamiento de la nulidad es la acción por la cual el
órgano jurisdiccional, a solicitud de parte interesada o de oficio, ordena la
renovación del acto defectuoso, la rectificación del error o el cumplimiento
del acto omitido, con lo cual se evita ulteriores nulidades, «pues, la subsana
ción es una categoría que se encuentra en una fase lógica anterior a la nuli
dad». (VILELA: 2007, p. 52).
Numeral 2)
La disposición que se comenta persigue evitar que el saneamiento sea
utilizado como un mecanismo de dilación indebida del proceso. En tal senti
do, debe entenderse que por efecto del saneamiento ordenado por el juez
únicamente se renovará o rectificará el acto defectuoso o se cumplirá el acto
omitido. En ningún caso el saneamiento trascenderá a etapas procesales ya
superadas, a menos que el propio Código así lo establezca.
351
La
APt. 154° actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Al estar conformado el proceso por un conjunto de actos secuenciados
e interrelacionados, el efecto natural de la declaración de nulidad de un acto
es, en primer lugar, la anulación del propio acto viciado y, en segundo lugar, la
anulación de todos aquellos actos posteriores o consecutivos que dependan
de él. La anulación de los actos consecutivos está supeditada a la vinculación
o dependencia con el acto viciado. De no existir esta dependencia o vincula
ción, el acto posterior conservará sus efectos debido a que son actos autóno
mos.
Numeral 2)
En el presente numeral el Código repite casi textualmente la fórmula de
saneamiento prescrita en el artículo 153.1. Aquí la subsanación o saneamiento
opera como un efecto de la nulidad, esto es, con posterioridad a la declarato
ria judicial en tal sentido.
Numeral 3)
La regresión del proceso al punto en el que se cumplió el acto procesal
viciado es un efecto de la nulidad declarada, pero también puede decirse que
es una expresión de la consideración por la cual la nulidad de un acto anula
todos los efectos o actos consecutivos que dependen de él, según se ha consa
grado en el primer numeral de este artículo.
El precepto comentado prohibe la regresión del proceso a fases que, por
efecto del principio de preclusión, hayan sido superadas. La nulidad como
remedio no implicará la vuelta a etapas anteriores del proceso, excepto cuan
do ella sea declarada en el marco del trámite de los recursos de apelación o de
casación.
Numeral 4)
El mismo criterio del numeral precedente es mencionado en el texto
del cuarto numeral, con la diferencia que aquí el legislador ha querido refe
rirse específicamente a la prohibición de reabrir la investigación preparato
ria o la etapa intermedia cuando la nulidad esté referida a actuaciones de la
investigación o haya sido declarada en el marco del juicio oral. El principio
es el mismo: la nulidad no importa la regresión del proceso a fases ya pre-
cluidas.
352
SECCIÓN II
uPRUEBA
— Timo i —
PRECEPTOS GENERALES
1. INTRODUCCIÓN
El fin específico del proceso penal está dirigido a encontrar la verdad
real o histórica* (en oposición a la verdad formal) y según MARTÍNEZ
RAVE (1994: p. 10) se puede sintetizar que el proceso está orientado a verifi
car lo siguiente: a) El Delito cometido, es decir, la recopilación de las pruebas
existente en relación con la ejecución de los hechos, con la tipificación o los
elementos u objetivos de la infracción; b) Las circunstancias del lugar, tiempo
y modo en que se cometió la infracción o conducta que se presume delictuo
sa; c) Quién o quiénes son los autores, coautores o partícipes del delito, ya
como autores materiales, intelectuales o como cómplices; y, d) La personali
dad, antecedentes judiciales o de policía, conducta y condiciones en que han
vivido los autores o partícipes de la infracción.
SAN MARTÍN (1999: p. 32) precisa que a través del proceso penal se
realizan actividades de investigación, destinadas a reunir la prueba necesaria
para determinar si la conducta incriminada es delictuosa, las circunstancias y
los móviles de su perpetración, la identidad del autor o participe y de la vícti
ma, así como la existencia del daño causado, con fines de enjuiciamiento y la
consiguiente condena o absolución.
353
lint. 155° La actividad procesal
35a
La prueba flpj. 158°
355
flPt. 159° La actividad procesal
>iv COMENTARIO
1. LA ACTIVIDAD PROBATORIA
ORE GUARDIA (1996: p. 280) señala que la actividad probatoria es la
realización de los actos de todos los sujetos procesales dirigidos a la produc
ción, presentación y valoración de elementos de prueba. La producción de
prueba consiste en una manifestación o declaración de voluntad hecha por un
sujeto de la relación procesal, destinada a introducir en el proceso un determi
nado medio de certeza o elemento de juicio. La recepción de la prueba consis
te en el hecho de tomar conocimiento, del modo prescrito por la ley, del
elemento de prueba introducido en el proceso. La valoración de la prueba es
el análisis objetivo y crítico que efectúa el magistrado de los resultados de la
actividad probatoria, y en la consiguiente convicción que se forma.
La producción, presentación y valoración de los elementos de prueba
está regulada por la Constitución, los Tratados Internacionales sobre Dere
chos Humanos y por el Código Procesal Penal. Cualquier incorporación o
valoración de la actividad probatoria fuera de los principios y valores que
consagran instrumentos jurídicos nacionales e internacionales constituyen -
prueba ilícita o prueba prohibida.
Siendo el Fiscal el encargado de la actividad probatoria le corresponde
aportar pruebas con la finalidad que los hechos investigados sean esclarecidos
356
La prueba flpt. 1590
y se descubre a los autores y colaboradores del delito. A las otras partes del
proceso (acusado, parte civil) les corresponderá aportar los elementos de prueba
favorables a sus respectivas pretensiones.
2. OBJETO D E PRUEBA
Es aquello que puede ser probado o investigado o sobre lo cual recae la
prueba. La prueba que se actúa debe estar íntimamente relacionada con la
hipótesis que dio origen al proceso. SÁNCHEZ VELARDE (2004: p. 655)
señala que el objeto de prueba es todo aquello que debe ser investigado, ana
lizado y debatido en el proceso.
En el proceso penal el objeto de prueba es el hecho delictuoso (hecho
imputado) considerándose en él a todas las circunstancias fácticas que confi
guran elementos del delito, como por ejemplo, la edad de la víctima en el
delito de violación sexual presunta, etc., así como las circunstancias atenuan
tes y agravantes que inciden en la punibilidad o las que están referidas a la
antijuricidad y la culpabilidad. Igualmente los aspectos relativos a las excusas
absolutorias o las condiciones objetivas de punibilidad, en su caso. Todo ello
obviamente por su incidencia en la determinación de la pena o medida de
seguridad. Asimismo, también lo hechos referidos a la responsabilidad civil.
Existen hecho o circunstancias que no necesitan ser probados como
objetos de prueba: Las máximas de la experiencia, las Leves naturales, la nor
ma jurídica interna vigente, aquello que es objeto de cosa juzgada, lo imposi
ble y lo notorio.
357
APt. 159° La actividad procesal
2.3. LA N O R M A JURÍDICA I N T E R N A
La norma jurídica no es materia de probanza simplemente por que tanto
magistrados como ñscales las utilizan en su quehacer diario. Es inconcebible
que una de las partes del proceso trate de probar cierta norma jurídica. Lo que
si puede hacer es probar que dicha norma ha sido derogada o modificada o
que ésta es interpretada de cierta manera por la jurisprudencia o doctrina.
2.4. LO N O T O R I O Y E V I D E N T E
Sólo los hechos controvertidos que pueden dar lugar a duda son objeto
de prueba. Si el hecho ha ocurrido en la realidad y es conocido por todos, ya
sea directa o indirectamente, no merece cuestionamiento sobre su veracidad,
entonces estamos ante un hecho notorio. La esencia del hecho notorio es su
conocimiento por la comunidad y sólo puede ser negado por mala fe, ejem
plo: la existencia de la O N U (GARCÍA RADA: 1984, p. 167).
Lo evidente en cambio, es lo que es claro, perspicuo, transparente por sí
mismo. Pero, a diferencia de lo notorio, se reputa conocido por quien exami
na el hecho y no necesariamente por el colectivo social (MIXAN MASS: 1990,
pp. 201-202).
2.5. LO IMPOSIBLE
Lo imposible no es objeto de probanza simplemente por no existir o por
contravenir la naturaleza humana o de las cosas. Ejemplo: N o se puede pro
bar que un extraterrestre mató a "A" o que "A" murió por brujería.
3. M E D I O S D E PRUEBA
M O R E N O CATENA (2005: p. 373) señala que los medios de prueba
son instrumentos procesales a través de los que las fuentes de prueba 38 se
MORUNO CATENA (2005, p. 373) Llama fuente de prueba a los elemento extraños y
ajenos al proceso, que existen con independencia del mismo y que, por tanto, carecen de
358
La prueba flpt. 159°
repercusión jurídica procesal en tanto no se haya abierto un proceso; surgen con anterioridad
al proceso por el curso natural de los acontecimientos, y consisten en objetos o personas que,
en cuanto pueden proporcionar conocimientos para apreciar o para acreditar los hechos
afirmados por una parte procesal, pueden tener trascendencia en el proceso y constituir el
material de referencia para la decisión del juez.
359
flpt. 159° La actividad procesal
4. VALORACIÓN PROBATORIA
BAUMANN (1986: p. 120) sostiene que en los derechos procesales
modernos, rige el principio de libre convicción según el cual el juez puede
apreciar las pruebas sin tener que observar disposiciones especiales, es decir
debe apreciarlas libremente.
El Juez al averiguar la verdad material puede usar todos los medios de
prueba existentes. Sin embargo, esta libertad del juez en la apreciación de las
pruebas no ha de devenir en arbitraria. Por ello, acertadamente, el nuevo Códi
go prescribe que en la apreciación de los medios probatorios el magistrado
deberá observar las reglas de la lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia.
La otra característica de este sistema, señala CAFFERATA (1994: p. 40),
es la necesidad de motivar las resoluciones, o sea, la obligación impuesta a los
jueces de proporcionar las razones de su convencimiento, demostrando el
nexo racional entre las afirmaciones o negaciones a que llegó y los elementos
de prueba utilizados para alcanzarlos.
El Código señala que las declaraciones prestadas por testigos 39 indirec
tos (testigos de oídas), arrepentidos 60 y colaboradores 61 deben ser valoradas
con otros medios de prueba para efectos de dictar una sentencia condenatoria
360
La prueba flpl. 161°
, TÍTULO II —.
LOS MEDIOS DE PRUEBA
CAPÍTULO I
LA CONFESIÓN
>*- COMENTARIO
1. CONCEPTO
La confesión es una institución de derecho premial que consiste en la
admisión de los cargos o imputación, ya sea como autor o participe, por parte
361
API. 161° La actividad procesal
del imputado y que es hecha de manera Ubre ante el Fiscal o Juez con presen
cia de abogado, la que debe ser corroborada con otros elementos de prueba.
CAFETZOGLUS (1982: p. 29) reafirmando esta idea señala que la confesión
es la declaración que en contra de sí hace el imputado, reconociéndose
culpable del delito. En rigor, la confesión importa la admisión del imputado
de haber comeüdo una conducta penalmente típica, aun cuando contenga
alegaciones encaminadas a atenuar o a excluir la pena. Si la confesión adicio-
nalmente es sincera y espontánea, su efecto directo es la reducción de la pena.
2. VALOR PROBATORIO
La confesión tendrá valor probatorio cuando:
a) Esté debidamente corroborada por otro u otros elementos de
convicción.
La sola confesión no es suficiente para declarar la responsabilidad
del imputado, se requiere de otros elementos de prueba. Ello es
así por que la confesión no es una prueba independiente a las
demás, ésta debe ser concordada con testimonios, documentos,
pericias, etc62.
b) Que sea prestada libremente y en estado normal de las facul
tades psíquicas.
SAN MARTÍN (1999: p. 624) señala que la libertad supone que la
confesión se haya dado sin exigencia de juramento, es decir, en com
pleto estado de tranquilidad y sin apremios ilegales, tales como
amenazas, torturas, dádivas o promesas. Por consiguiente, es de re
chazar la confesión violentada (ejercicio de violencia física o moral
contra el imputado) y la confesión comprada otorgada por dádivas
o promesas. Resulta, igualmente inaceptable, la confesión fraudu
lenta, arrancada mediante una celada o con artificios o disimulo
que llamó a engaño tendido por la propia autoridad.
c) Es prestada ante el Juez o el Fiscal en presencia de su abogado
Siendo factible que la confesión sea prestada en la investigación
preliminar o juicio oral, por tanto debe ser presentada ante el Fiscal
o Juez, siempre y cuando sean competentes para investigar y juzgar
el delito, caso contrario dicha confesión no es válida.
La jurisprudencia nacional ha establecido cjue: «La sola confesión del acusado no es suficiente
para imponer una sentencia condenatoria, pues esta debe además sustentarse en otras pruebas
que acrediten la comisión del delito y su responsabilidad penal» . Lxp. N" 77-94-Junín , Lj.
Sup. Del 24 de mayo de 1995 (Instituto de Defensa Legal: Jurisprudencia sobre delito de
Terrorismo, IDL, Lima, 1996, p. 119).
362
La prueba flpl. 161°
3. E F E C T O D E LA C O N F E S I Ó N SINCERA
El efecto directo de la confesión sincera es la disminución prudencial de
la pena hasta en una tercera parte por debajo del mínimo legal.
Nuestra objeción a esta ley es el hecho que la disminución de la pena por
confesión debidamente corroborada no debe ser facultativa sino obligatoria
para los magistrados; la incertidumbre sobre la disminución de la pena conlle
va a la pérdida de credibilidad de la institución premial. Es harto conocido en
nuestro medio que al inicio del interrogatorio, al acusado se le hace saber el
beneficio de reducción de pena en caso de confesión, sin embargo al momen
to del fallo final, casi siempre, no se cumple con lo ofrecido, puesto que ésta
institución no es de carácter obligatorio para los magistrados sentenciadores.
Otra observación a la ley es que la disminución de una tercera parte de la
pena legal, debe darse por la cantidad de pena impuesta y no por debajo del
mínimo, pues hay delitos, como el aborto que sólo tienen el máximo de pena
y no mínimo legal, en estos casos la pena mínima sería de dos día de acuerdo
al artículo 29° del Código penal, y si se aplica la confesión sincera la pena que
corresponde sería irrelevante.
4. EXCLUSIÓN D E C O N F E S I Ó N
El nuevo código establece dos supuesto de exclusión de confesión: fla
grancia y de irrelevancia de la admisión de los cargos por los elementos pro
batorios incorporados en el proceso.
363
APt. 162° La actividad procesal
4.1. F L A G R A N C I A
N o resulta pasible la disminución de pena por confesión sincera a los
investigados o acusados sorprendidos en flagrancia. Según el Código existe
flagrancia cuando el agente es descubierto en la realización del hecho punible,
o acaba de cometerlo, o cuando: a) Ha huido y ha sido identificado inmedia
tamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado, o
por otra persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual o
análogo que haya registrado imágenes de éste y, es encontrado dentro de las
24 horas de producido el hecho punible; b) Es encontrado dentro de las 24
horas, después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos pro
cedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con seña
les en sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participa
ción en el hecho delictuoso. En este caso, si bien no se puede rebajar la pena
por debajo del mínimo legal por confesión sincera, es posible la rebaja dentro
de los límites de la pena conminada, al reflejar la confesión, el arrepentimien
to del agente.
CAPÍTULO II
EL TESTIMONIO
364
La prueba flpt. 165°
365
flPt. 165 a La actividad procesal
366
La prueba flpf. 167°
367
API. 168° La actividad procesal
369
API. 171° La actividad procesal
"S< COMENTARIO
1. TESTIMONIO
Es la declaración de una persona natural durante el proceso penal respecto
a los hechos que se investigan y que ha tenido conocimiento de diferente modo.
IRAGORI D I E Z (1983, p. 68) indica que el testimonio es el medio de prueba
mediante el cual una persona hace ante el funcionario judicial un relato libre y
mediato de hechos relacionados con la investigación del delito o de los hechos
antecedentes, coetáneos o subsiguientes a los acontecimientos delictuosos. Por
ello puede hablarse de testigos ante facto, in facto y ex post facto.
2. CAPACIDAD
El código parte de la premisa general que toda persona está facultada
para prestar testimonio. En este sentido la premisa se justifica, puesto que los
testigos -como señala MITTERMAIER (1916: p. 226)- son el oído y el ojo de
la justicia, sería impolítico cerrarle estos ojos y taparle estos oídos, por cuyo
medio se puede llegar a descubrir la verdad.
La capacidad de testimoniar es irrestricta salvo el inhábil por razones
naturales, es decir, el que no puede percibir por los órganos de sus sentidos
(ver, oler, palpar, escuchar, gustar) o pudiendo percibir le resulta imposible
trasmitir el conocimiento. Igualmente no pueden testimoniar los impedidos
por ley.
370
La prueba flrl. 171°
3. OBLIGACIONES
3.1. E L D E B E R D E CONCURRIR
El testigo tiene el deber de concurrir al local de juzgado o tribunal donde
se le va a tomar su declaración.
Si el testigo domiciliara en diferente departamento o región puede to
mársele su declaración por exhorto, siempre que resulte imposible conseguir
su traslado al Despacho judicial. Si la declaración testimonial se lleva a cabo
por videoconferencia o filmación a su declaración deben asistir el Fiscal y los
abogados de las partes.
Si el testigo se halla en el extranjero se procederá conforme a lo dispues
to por las normas sobre cooperación judicial internacional. Se puede utilizar
el método de videoconferencia o el de filmación de la declaración, con inter
vención, de ser el caso, del cónsul o de otro funcionario especialmente habili
tado al efecto.
Los testigos previstos en el articulo 165°.l también están obligados a
concurrir, a lo que no están obligados es a declarar en todo o en parte. Por ello
serán advertidos, antes de la diligencia, del derecho que les asiste para rehusar
a prestar testimonio.
Finalmente, dada la importancia de la testimonial en el esclarecimiento
de la verdad, si el testigo no concurre a la primera citación se le hará compa
recer compulsivamente por la fuerza pública, para ello, el juez de la causa
precisará en su resolución que la captura se hace para el solo efecto de prestar
su declaración testimonial.
a. Excepción.- La excepción a la obligación de concurrir a la sede judi
cial está dada por la declaración testimonial de los altos dignatarios (art. 167
C.P.P.), quienes pueden prestar su declaración testimonial en su domicilio o
en el despacho donde laboran. Para ello, el Juez y las partes deben concurrir
hasta el lugar, de ser el caso el Juez podrá disponer se reciba su testimonio por
escrito, para lo cual se deberá cursar el pliego interrogatorio, el mismo que se
elaborará a instancia de las partes.
Sin embargo, estos altos dignatario, salvo los Presidentes de los Poderes
del Estado y del Presidente del Consejo de Ministros, deberán concurrir al
Despacho judicial cuando deben realizar un acto de reconocimiento, de con
frontación o por otra necesidad.
371
flPt. 171° La actividad procesal
4. A B S T E N C I Ó N PARA R E N D I R T E S T I M O N I O
El Código consagra razones personales o circunstancias especiales por
las cuales se faculta al testigo a declarar y en otras se prohibe su declaración.
Estas razones son de parentesco, secreto profesional o secreto de Estado.
Art. 409" Código Penal: «Iíl testigo, (...), en un procedimiento judicial, hace falsa declaración
sobre los hechos de la causa o (...), será reprimido con pena privativa de libertad, no menor de
dos ni mayor de cuatro años.»
372
La prueba flpj. 172"
CAPÍTULO III
LA PERICIA
373
flPt. 173° La actividad procesal
374
La prueba fl[»l. 176°
376
La prueba flpt. 181°
>&, COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
Partiendo de la idea básica que el juez no puede saberlo todo y no está
obligado a ser un omnisapiente, está en la necesidad de recurrir a personas espe
cializadas con conocimientos científicos, técnicos o artísticos, esto es, a los
peritos. El juez o el fiscal (durante la investigación preparatoria) recurren a
377
API. 181° La actividad procesal
2. PROCEDENCIA
La Pericia procede en los siguientes casos:
a) Cuando el Juez requiera de conocimientos especiales en alguna cien
cia, arte, técnica o experiencia calificada parar valorar o descubrir
una prueba.
b) Cuando corresponda aplicar el error de comprensión culturalmen-
te condicionado. Es decir, que para saber si determinado sujeto
cometió un hecho punible sin comprender el carácter delictuoso de
su acto o determinarse de acuerdo a esa comprensión, se requiere
de pericia que así lo determine. En el dictamen pericial se pronun
ciará sobre las pautas culturales de referencia del imputado. Con el
nuevo código no se podrá aplicar el error culturalmente condicio
nado, sin base en conocimientos especializados de naturaleza cien
tífica o de experiencia calificada.
3. E L PERITO Y SU N O M B R A M I E N T O
El perito es la persona que posee conocimientos científicos, técnicos o
artísticos y que alecciona al magistrado (Juez o Fiscal) en la materia que se le
consulta. Existen dos tipos de peritos: los oficiales y los de parte. Los Peritos
oficiales, son los nombrados por el Juez o el Fiscal entre aquellos que se
encuentran laborando en instituciones del Estado o incluso pueden ser parti
culares que reúnan la especialidad y capacitación para realizar la pericia. Los
peritos de parte son los designados por las partes procesales: procesado, agra
viado, parte civil o tercero civil responsable.
Son competentes para nombrar peritos el Juez Penal competente, el Fis
cal y el }uez de la Investigación preparatoria. El Juez Penal competente nom
brará a los peritos en el auto de citación a juicio art. 355.3° del C.P.P.). El
Fiscal cuando el caso se encuentra en la etapa de investigación preparatoria; y,
378
La prueba flpj. 181°
4. OBLIGACIÓN D E L PERITO
El perito designado, ya sea del Estado o particular, está obligado a cum
plir con el encargo. La ley consagra como deber cívico de quien tiene especia
les conocimiento científicos, técnicos o artísticos, el de colaborar con la admi
nistración de justicia en la función pericial, aun que se trate de un particular
(CAFFERATA: 2004, p. 55).
Esta obligación implica, además, el deber de comparecer al juicio oral
cuando es citado por el tribunal; asimismo, la obligación de guardar la reserva
de lo que conozca con motivo de su actuación, caso contrario, le puede aca
rrear responsabilidad penal civil o administrativa.
En la aceptación del cargo de perito, prestarán juramento, en caso de ser
creyentes de alguna religión; caso contrario, sólo prestarán promesa de honor
de desempeñar el cargo de perito con verdad y cuidado. En dicho acto tam
bién están obligados a expresar si les asiste algún impedimento para ser peri
to, todo ello constará en el acta de juramentación o promesa de honor.
Cabe señalar que la prueba es la que se actúa en la etapa de juicio oral; sin embargo, es posible
realizar anticipadamente la prueba durante la investigación preparatoria o la etapa intermedia
cuando se presentan determinadas circunstancias que hacen imposible que esta se practique
en el juicio oral. ORTKLLS RAMOS (1997, p. 273) señala que se trata de «la práctica de un medio
de prueba en un momento anterior al que le corresponde según el orden del procedimiento
(un cierto momento en la vista del juicio oral), que se acuerda porque es razonablemente
previsible la imposibilidad de tal practica en el momento ordinario o la necesidad de suspender
el juicio oral para proceder a la misma».
379
API. 181° La actividad procesal
5. I M P E D I M E N T O Y SUBROGACIÓN D E PERITO
Si el perito tuviera impedimento estará exento de ejercer el cargo. Así,
están impedidos de ser peritos: el cónyuge del imputado o del agraviado, los
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad, v
aquel que tuviera relación de convivencia con imputado o agraviado. Igual
mente, están impedidos quienes según la Ley deban guardar secreto profesio
nal o de Estado, entre ellos se encuentran los abogados, ministros de cultos
religiosos, notarios, médicos y personal sanitario, periodistas u otros profesio
nales dispensados por Ley expresa.
Asimismo, no podrá ser nombrado perito el que haya sido perito de
parte en el mismo proceso o en proceso conexo; quien está suspendido o
inhabilitado en el ejercicio de su profesión, y quien haya sido testigo del he
cho objeto de la causa.
En los casos que el perito se encuentre incurso en alguna de la causales
de impedimento puede excusarse o apartarse voluntariamente del caso, lo que
deberá ser resuelto por el Fiscal de la investigación.
Si el perito no se excusa, cualquiera de las partes que vea afectado su
derecho, puede tacharlo, lo que no impide que éste presente su Informe Peri
cial; en caso de ampararse la tacha, el informe presentado no tiene valor.
La subrogación del perito consiste en el reemplazo o sustitución por
otra. La subrogación procede por dos motivos: cuando se encuentra en algu
na de las causales que le impiden ser perito y cuando actúa con negligencia.
6. E L P E R I T O D E PARTE
Es el designado por las partes, presta servicios a éstas. Este profesional
no puede ser tachado, no le afectan las incompatibilidades de los peritos ofi
ciales y no está obligado a concurrir a la diligencia de ratificación, en este caso,
la inasistencia sólo redundará en el mérito probatorio de su dictamen.
La ley establece que las partes pueden designar peritos después de estar
debidamente notificado hasta dentro de cinco días; dicho plazo, a criterio del
juez, se puede ampliar, siempre y cuando sea razonable y prudente.
La designación de peritos puede ser individual o colectivamente, queda a
criterio de las partes; y, su número, igualmente, queda a voluntad de éstas.
380
La prueba flpl, 181°
7. I N F O R M E PERICIAL
Es el documento por el cual los peritos informan a la autoridad fiscal o
judicial sobre el asunto sometido a pericia. Los informes periciales no debe
rán contener juicios de responsabilidad penal del imputado, puesto que dicha
función compete exclusivamente a los magistrados juzgadores.
El perito o los peritos deberá firmar la pericia; si son varios peritos y
discrepan, cada uno presentará su informe por separado.
Si el perito de parte concuerda con los argumentos y conclusiones del
perito oficial no presentará informe pericial, salvo que haga alguna aclaración
de la misma; si no comparte puede presentar su propio informe, en el plazo
de cinco días de notificado, debiendo realizar un análisis crítico que le merez
ca la pericia oficial. Esta pericia deberá contener igualmente las formalidades
arriba señaladas.
La pericia de parte con conclusiones discrepantes deberá ser puesta en
conocimiento del perito oficial con la finalidad de pronunciarse sobre su con
tenido, con lo cual concluye la actuación de este perito.
En cuanto a la ampliación de la pericia, ésta se llevará a cabo cuando la
original resultara insuficiente a los fines del descubrimiento de la verdad; esta
será efectuada por el mismo perito. Cuando interviene un nuevo perito no se
lleva a cabo una ampliación de pericia sino que se emite nueva pericia, la cual
contendrá a la primera y los nuevos puntos materia de estudio.
8. E X A M E N PERICIAL
Los peritos que se interrogarán en la audiencia son los que habiendo ac
tuado como tales en la investigación son citados para que absuelvan las pregun
tas respecto al objeto de la pericia, fundamentos y conclusión de la misma.
Cuando los dictámenes periciales han sido emitidos por entidad espe
cializada, el interrogatorio se entiende con el perito designado por la entidad,
sin perjuicio de que el Juzgador pueda citar a comparecer al perito que expi
dió el dictamen pericial. El código utiliza la expresión "podrá", ello implica
381
flPl. 182° La actividad procesal
que la entidad puede hacerse representar por otro perito o por el representan
te legal de la entidad, quien se someterá al examen.
Cuando existan informes periciales discrepantes (entre dos oficiales, dos
de parte o uno oficial y otro de parte) se promoverá un debate del cual los
magistrados sentenciadores podrán sacar sus conclusiones.
CAPÍTULO IV
EL CAREO
>S. COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
P E L A E Z PORATLES (2002: p. 45) afirma que el careo importa con
frontar las manifestaciones realizadas por dos o más personas, que son las que
mutuamente tratan de explicar sus diferencias. Por su parte DF.L VALLK RAN-
DICII (1961: 123) señala que las discrepancias existentes deben ser debidamen-
382
La prueba flp|, 183°
2. CARACTERÍSTICAS
El careo presenta las siguientes características:
a. Requiere la presencia de dos sujetos que hayan declarado como
imputado, agraviado o testigo, y que sus declaraciones sean discor
dantes.
b. Las declaraciones discordantes deben ser relevantes para el juzga
miento.
c. El careo se lleva a cabo en el juicio oral y es dirigida por el Juez
Penal, interviniendo el Fiscal y la defensa de las partes.
3. PROCEDIMIENTO
a. El careo puede ser de oficio o a solicitud del Fiscal o de la defensa.
b. En la resolución que admite el careo se debe señalar el nombre de
las personas que van a confrontar, indicándose además el día y hora
de la diligencia. La resolución denegatoria es materia de apelación.
c. El careo se iniciará haciendo referencia a las declaraciones de los
careados, a quienes se les preguntará si confirman o modifican sus
declaraciones, invitándoles, si fuere necesario, a referirse recíproca
mente a sus versiones. Para ello, el Juez pondrá frente a frente a las
partes para exponer su versión debiéndose ceder en su oportuni
dad la réplica a la otra parte; todo ello debe constar en acta.
d. El Ministerio Público y los demás sujetos procesales podrán inte
rrogar a los careados sobre los puntos materia de contradicción y
que determinaron la procedencia de la diligencia.
383
flPt. 181 La actividad procesal
CAPÍTULO V
LA PRUEBA DOCUMENTAL
^ COMENTARIO
1. DOCUMENTO
Según GARCÍA VALENCIA (1993: p. 128) se entiende por documento
toda expresión de persona conocida o conocible, recogida por escrito o por
385
API. 188" La actividad procesal
2. PRUEBA D O C U M E N T A L
D E L VALLE RANDICH (1966: p. 240) sostiene que la prueba docu
mental es el procedimiento que se sigue para incorporar un documento al
proceso y conocer su significado probatorio. La prueba documental tiene
relevancia penal en razón de la forma de su incorporación al proceso, difiere
si es documento privado o documento público. Si es privado, la forma de
incorporación está regulada por una serie de garantías que protegen derechos
fundamentales como la intimidad y el secreto de las comunicaciones privadas,
las que sólo pueden afectarse por mandato judicial debidamente motivado.
Por su contenido, el documento puede ser cuestionado en su autenticidad o
veracidad, por lo que generalmente se hace necesario para conocer su signifi
cado probatorio, una pericia documental.
3. INCORPORACIÓN D E DOCUMENTOS
386
La prueba flpt. 188°
4. RECONOCIMIENTO
SAN MARTÍN CASTRO (2003: p. 559) señala que aquel que ha redac
tado, firmado o intervenido de algún modo en su confección y registro,
debe concurrir a la Fiscalía y declarar sobre el particular. Asimismo, cuando
se trata de una voz, imagen, huella, señal u otro medio, quien resulte identi
ficado por ellas, debe reconocerlo. Es obvio que si el otorgante o autor del
documento ha fallecido o no se encuentra, es posible que la diligencia se
entienda con una persona cercana, conocida o que tenga información acer
ca del documento.
Por otro lado, ante la negativa del imputado a someterse a la diligencia de
reconocimiento o cuando los emplazados rechacen haber intervenido de al
gún modo en la confección o suscripción del documento, nieguen su autenti
cidad o sostengan su falsedad, o cuando no exista seguridad de la realidad,
formalidad o autenticidad del mismo, procede que el Fiscal lleve a cabo diligen
cias de cotejo con la copia u original que existen de él o que disponga la realiza
ción de las correspondientes pericias.
387
flp|. 1BB0 La actividad procesal
5. T R A D U C C I Ó N , T R A N S C R I P C I Ó N Y VISUALIZACIÓN D E
DOCUMENTOS
Traducción significa expresar en una lengua lo que se ha escrito o expresa
do antes en otra. Así, el código no sólo debió señalar que cualquier documen
to escrito, sino también expresado, en idioma distinto del castellano debe ser
traducido.
En el caso de documentos expresados en idioma distinto del castellano,
como puede ser el caso de una cinta de vídeo donde aparece un diálogo entre
personas privadas de la facultad de hablar (mudos), quienes se comunican
mediante símbolos, dicha conversación también puede ser materia de traduc
ción.
El código no señala quien es el encargado de designar el traductor oficial
para llevar a cabo dicha labor, pero se sobrentiende que son el Fiscal o el Juez
los encargados de ordenar su traducción como sucede en la transcripción y
visualización.
La trascripción consiste en la acción de copiar, escribir en una parte lo
escrito o dicho en otra. La transcripción en el proceso penal sólo se lleva a
cabo cuando el documento consiste en una cinta de vídeo o cintas magneto
fónicas. Aun cuando también pude transcribirse por medios técnicos manus
critos, que por sus características no puedan darse una fácil lectura. En la
diligencia de transcripción de vídeo o cinta magnetofónica deben estar pre
sentes las partes con la finalidad de hacer las observaciones necesarias y, de
esta manera, dar legalidad al acto.
La visualización consiste en el acto de ver u observar lo que pasa a nues
tro alrededor. El código prevé la visualización del contenido de una cinta de
vídeo, lo cual se puede hacer extensivo a los vídeo-CD o cámaras fotográficas
con vídeo.
La transcripción y la visualización pueden ser ordenadas por el Fiscal o
Juez de control. Ello es así, ya que si el Fiscal en la investigación preparatoria
no dispone la realización de dichas diligencias por no considerarlas necesa
rias, las partes pueden dirigirse al Juez de control, quien previa audiencia,
decidirá si se llevan a cabo.
La transcripción y la visualización se realizará en acta, en la cual deberá
constar la fecha y lugar de realización; igualmente, se deberá consignar el
nombre completo de las partes intervinientes, quienes deberán firmar en se
ñal de conformidad. Si alguna de ellas, se niega a firmar, se dejará constancia
de su negativa.
Si la transcripción de la cinta magnetofónica o cinta de vídeo dura un
tiempo considerable, el acta podrá levantarse en el plazo de tres días de reali-
388
La prueba flp|. 189"
6. R E Q U E R I M I E N T O D E INFORMES
El código faculta, tanto al Juez como al Fiscal, a requerir informes sobre
datos que consten en registros oficiales o privados. GARCÍA VALENCIA
(1993, p. 135) señala que se debe tratar de informes fácilmente verificables
que se basen en la existencia de documentos que reposan en poder de la
entidad. En consecuencia, es del caso tener presente desde ya que el Informe,
Parte o Atestado Policial tienen fuente distinta, pues se refieren a la investiga
ción de hechos y dan fe de lo que el funcionario ha podido apreciar o percibir,
por lo que su naturaleza es testimonial y sus autores pueden ser requeridos
como testigos para que los ratifiquen, aclaren, expliquen o complementen.
El incumplimiento, el retardo, la falsedad del informe o el ocultamiento
de datos, serán sancionados con multa. La falsedad del Informe o el oculta
miento de datos pueden acarrear delitos contra la Fe Pública y contra la Ad
ministración de Justicia, respectivamente. La evidente comisión de delitos puede
acarrear se lleve a cabo la realización de una diligencia de inspección o revi
sión en los registros oficiales y privados, la cual puede incluir una requeri
miento de incautación si existen documentos donde se han ocultado datos.
También puede realizarse la incautación, o mejor dicho, el secuestro del docu
mento ante el incumplimiento de requerimiento de informes.
CAPÍTULO VI
Los O T R O S M E D I O S DE PRUEBA
Subcapítulo I
El reconocimiento
389
flpt. 189° La actividad procesal
>Sv COMENTARIO
1. RECONOCIMIENTO
Es un acto formal, en virtud del cual se intenta conocer la identidad (lato
sensu) de una persona, mediante la intervención de otra, quien al verla entre
390
La prueba flpl. 191°
2. D E S C R I P C I Ó N PREVIA
Antes de que se lleve a cabo la diligencia de reconocimiento, el recono
ciente debe describir las características de la persona a ser reconocida, en
cuanto a su edad aproximada, sexo, estatura, color de piel, cabello, señales
particulares, etc. Asimismo se le preguntará sobre las circunstancias en las que
pudo identificar al sujeto del reconocimiento, ello con la finalidad de determi
nar si en verdad pudo reconocerla. Si la diligencia de reconocimiento es prac
ticada sin la descripción previa, el medio probatorio es ilegal, por tanto no es
factible de ser valorada.
3. R U E D A D E PERSONAS
Después de la descripción previa, el reconociente deberá identificar en
tre otras personas o rueda de personas, quienes presentan características o
condiciones exteriores semejantes, a la persona objeto del reconocimiento.
El reconociente procede al reconocimiento desde un lugar donde no
pueda ser visto y se le preguntará si se encuentra entre las personas que obser
va aquella a quien se hubiere referido en sus declaraciones y, en caso afirmati
vo, cuál de ellas es.
4. R E C O N O C I M I E N T O POR FOTOGRAFÍA
El reconocimiento por fotografía u otros registros es una modalidad
subsidiaria de reconocimiento realizado directamente a la persona y sólo pro
cede cuando el imputado no puede ser presentado al reconocimiento, no se
encuentra presente o no es habido.
Para el reconocimiento por fotografía se requiere descripción previa e
igualmente se deberá realizar poniendo fotografías de personas semejante a la
que se va a reconocer. El reconocimiento por fotografía no impide que poste
riormente se pueda realizar un reconocimiento personal.
391
flPt. 191" La actividad procesal
5. MULTIPLICIDAD D E R E C O N O C I M I E N T O S
Cuando varias personas deban reconocer a una sola, cada reconocimien
to se practicará por separado, sin que se comuniquen entre sí. Si una persona
debe reconocer a varias, se le faculta a la autoridad realizar el reconocimiento
de todas en un solo acto, siempre que no perjudique el fin de esclarecimiento
o el derecho de defensa o realizar tantos reconocimientos como personas se
quiera reconocer. Las personas a reconocer podrán, si las circunstancias lo
permiten, ser colocadas en una sola rueda, la cual será observada sucesiva v
separadamente por cada una de las personas que realizan el reconocimiento.
6. EL R E C O N O C I M I E N T O E N LA INVESTIGACIÓN PREPA
RATORIA
Durante la investigación preparatoria deberá presenciar el acto el defen
sor del imputado o, en su defecto, el Juez de la Investigación Preparatoria, en
cuyo caso se considerará la diligencia un acto de prueba anticipada.
Es nula la diligencia de reconocimiento que es practicada sin la presen
cia del abogado defensor o del Juez de la Investigación Preparatoria. Por ello,
el Fiscal antes de llevar a cabo dicha diligencia debe notificar a las partes. Por
tanto, no están permitidos los reconocimientos secretos. Si concurre solo el
abogado, la diligencia de reconocimiento tendrá valor para sustentar la acusa
ción, pero si también concurre el juez de la Investigación preparatoria, ésta se
valora conjuntamente con los demás medios de prueba actuados en el juicio
oral, por ser prueba anticipada.
7. R E C O N O C I M I E N T O D E COSAS
Antes de realizarse el reconocimiento de cosas, mueble o inmueble, el
reconoscente debe describirlas previamente por su tamaño, color, dimensio
nes, características especiales, etc. Igualmente, como en el caso del reconoci
miento de personas, se le preguntará sobre las circunstancias en que pudo
reconocer o ver con la finalidad de determinar si en verdad pudo conocerlas.
8. OTROS R E C O N O C I M I E N T O S
Cuando se deba reconocer voces, sonidos y cuanto pueda ser objeto de
percepción sensorial, igualmente se deberá describir previamente la caracte
rística de la voz o sonido, el cual puede ser agudo, grave, ruidoso, sereno,
sonoro, etc. Posteriormente, se debe hacer escuchar al reconoscente diversas
voces o sonidos a fin de identificar la relacionada con el hecho que se investi
ga o juzga. También se le debe preguntar sobre las circunstancias en que pudo
escuchar la voz o sonido con la finalidad de determinar si en verdad pudo
escucharlas.
392
La prueba flpt. ig/p
Subcapítulo II
La inspección judicial y la reconstrucción
>Sk COMENTARIO
1. LA I N S P E C C I Ó N JUDICIAL
La Inspección Judicial es el medio de prueba que consiste en examinar el
estado de las personas, lugares, los rastros y otros efectos materiales que fue
ran de utilidad para la averiguación del hecho o la individualización de los
participes en él.
D E L VALLE RANDICH (1966: p. 112) sostiene que esta actividad judicial
"produce convicción sobre todos los hechos que han sido objeto de dicha
diligencia. El fundamento de la fe que nos proporciona radica en la solvencia
moral e intelectual del Juez y en la evidencia personal de sus sentidos".
La inspección se llevará acabo en el lugar donde se perpetró el delito y en
todo lo que pueda constituir prueba material de delito.
1.1. OBJETO
El Código prescribe que la inspección tiene por objeto comprobar las
huellas y otros efectos materiales que el delito haya dejado en los lugares y
cosas o en las personas. SÁNCHEZ VELARDE (2004: p. 505) señala acerta
damente que el objeto de la inspección judicial son los hechos que el Juez
Penal puede examinar y reconocer, que ocurrieron con anterioridad a la dili
gencia, pero subsisten total o parcialmente, o permiten encontrar vestigios,
huellas o rastros importantes para la investigación judicial.
2. LA R E C O N S T R U C C I Ó N
Es el medio de prueba que permite reproducir el hecho delictivo o parte
de él. MONTÓN REDONDO (1997, p. 185) precisa que a través de la reconstruc
ción se puede reproducir lo sucedido en el mismo escenario en que sucedió.
Por ello su naturaleza puede estimarse como mixta, entre el puro reconoci
miento judicial y la declaración de testigos, pues el Juez ve lo que se reconstru
ye y ello se hace sobre lo que unos terceros dicen que vieron en el lugar o la
versión que el propio imputado ofrece.
39a
La prueba flpt. 195a
Subcapítulo III
Las pruebas especiales
395
APt. 195° La actividad procesal
^ COMENTARIO
El levantamiento de cadáver es una prueba especial realizada por el Fiscal
Provincial cuando se sospechosa que la muerte de una persona ha sido causada
por un delito, haciéndose constar en acta. A través de esta diligencia se pretende
establecer quién es la persona cuyo cadáver se ha encontrado; asimismo, se
busca apreciar su ropa, otras prendas, las huellas, la postura, las lesiones exter
nas, etc., cuando ello fuera necesario para el esclarecimiento de los hechos.
Las descripciones que se hagan en el acta de levantamiento de cadáver
ayudarán al médico a establecer las causas de la muerte de una persona. Dicha
acta será firmada imprescindiblemente por el Fiscal y por el médico legista, la
policía y los testigos, si estos estuvieran presentes.
Las personas que participan en el levantamiento de cadáver son: 1) El
Fiscal Provincial, quien puede delegar la diligencia al Fiscal Adjunto, la policía, o
al Juez de Paz, según las circunstancias del caso; 2) Personal policial especializa
do en criminalística; y, 3) El médico legista. La presencia del representante del
Ministerio Público es indispensable, puesto que éste es el encargado de practi
car esta prueba especial; en cambio se puede prescindir del médico legista y del
personal especializado de la policía sino es posible contar con ellos.
El levantamiento de cadáver comprende la descripción del escenario
donde se ha encontrado el cadáver; la identificación del cadáver que consiste
en conocer cuál es la identidad de la persona cuyo cadáver se ha encontrado.
396
La prueba flp|. 196°
^ COMENTARIO
La necropsia es el examen que realiza el médico legista sobre un cadáver
con la finalidad de determinar la causa de la muerte, los medios que la produ
jeron y el tiempo en que ocurrió.
En casos extremos, cuando nos encontramos frente a restos óseos, la
necropsia sirve para fines de identificación, esto es, determinar si éstos perte-
397
flPt. 197" La actividad procesal
398
La prueba flpt. 198"
>SK COMENTARIO
El embalsamamiento implica llenar de sustancias balsámicas u olorosas
las cavidades de los cadáveres, o inyectar en los vasos ciertos líquidos con la
finalidad de preservarlos de la putrefacción.
Cuando el código señala que el embalsamiento procede por homicidio
doloso o muerte sospechosa de criminalidad, ello no implica que se deje de
lado el embalsamiento por homicidio culposo, puesto que éste delito puede
estar implícito en la expresión "muerte sospechosa de criminalidad", por ejem
plo, el encontrar un cadáver en una autopista con botellas de alcohol y jerin
gas, se podría sospechar que la muerte se produjo por ingesta de alcohol o
drogas o por accidente de tránsito, para lo cual es necesario el embalsamiento
con el fin de realizar las actos de pruebas pertinentes.
El Fiscal, si considera que la conservación del cadáver es útil para reali
zar actos de pruebas que son importantes para la investigación (no proceso),
puede autorizar o disponer el embalsamamiento a cargo de profesional com
petente. Esta autorización se lleva a cabo, pese a que los familiares se nieguen
a realizarlo o quieran la inhumación lo antes posible.
Por otro lado, la incineración es el acto de reducir a cenizas el cuerpo del
occiso; si los familiares quisieran realizar dicho acto o hubiese sido la volun
tad del occiso en vida, sólo se podrá realizar por autorización del juez después
de expedida sentencia firme, que implica que no se ha interpuesto recurso
impugnatorio alguno, o que de haberse interpuesto, el tribunal de alzada se ha
pronunciado, quedando de esta manera la sentencia en calidad de cosa juzga
da. Antes de una sentencia firme no se podría llevar a cabo la incineración,
simplemente porque durante la investigación se podría realizar nuevos actos
de prueba sobre el cadáver, o en caso que se haya dictado sentencia y se
encuentre con recurso de apelación, el adquem podría declarar nula la primera
sentencia y ordenar que se lleven actos de prueba sobre el cadáver.
399
flPl. 199" La actividad procesal
^ COMENTARIO
400
La prueba flp|. 200°
^ COMENTARIO
Las lesiones corporales son aquellas perturbaciones a la integridad física
o equilibrio funcional o mental de una persona. Según el código penal, las
lesiones se pueden clasificar, de acuerdo con el daño causado, en: lesiones
leves (art. 124 CP.), graves (art. 121 CP.) y las que constituyen lesiones por
faltas a las personas (art. 441).
La pericia médico-legal tiene por objeto determinar el tipo de lesión
inferida, la intensidad, los medios utilizados, si se han dejado huellas en alguna
parte del cuerpo, etc.
Según la redacción del artículo, la pericia médico legal debe describir y
contener:
a) El arma o instrumento que ocasionó la lesión (cortante, punzante,
punzocortante, contusa, proyectil de arma de fuego, sustancia quí
mica inflamante o irritante, etc)
b) La descripción y calificación de la lesión inferida (leve o grave).
c) La posibilidad de que la lesión deje deformaciones o señales per
manente en el rostro o en alguna otra parte del cuerpo.
d) Si las lesiones han puesto en peligro la vida de la victima.
e) Si la lesión ha causado enfermedad incurable a la victima
f) Si la lesión ha causado la perdida de un miembro u órgano.
g) La incapacidad para el trabajo, invalidez o anomalía psíquica per
manente.
h) Los días de asistencia médica o de descanso que requiere el herido.
i) También se consignarán las observaciones y recomendaciones que
sean necesarias.
Por otro lado, en caso de delito de violación a la libertad sexual o actos
contra el pudor, el examen médico legal será practicado por el médico encar
gado de servicio, y sólo, si fuera necesario, urgente o indispensable, se permi
tirá la asistencia de un asistente, enfermera, etc. La presencia de otras perso
nas está prohibida, salvo que la víctima lo consienta, cuando es mayor de
edad; si la víctima fuere menor de edad, el consentimiento lo realizará su
padre o madre, el familiar más cercano o la persona que la tenga bajo su
cuidado, siempre y cuando, ésta no sea el propio procesado.
401
APt. 201° La actividad procesal
"^ COMENTARIO
^ COMENTARIO
1. LA P R E E X I S T E N C I A D E LA COSA
A través de la preexistencia de la cosa se pretende establecer la relación
jurídica entre el bien y la víctima. N o existe delito contra el patrimonio cuan
do la persona no tiene lícitamente el bien en su poder.
Por otro lado, con la preexistencia también se pretende conocer la obje
tividad real del bien y el valor del mismo. También se podrá determinar con
certeza el daño ocasionado, lo que determina el monto del embargo como
medida cautelar y la reparación civil al momento de dictar sentencia.
Si no se acredita la preexistencia de la cosa no se puede establecer con
seguridad que el procesado ha perpetrado el delito contra el patrimonio, so
bre todo en los casos de estafa y apropiación; en estas circunstancias se debe
absolver, salvo en el hurto por arrebato, donde se puede acreditar la preexis
tencia a través de testigos u otro medio; y en el delito de robo donde no es
primordial acreditar la preexistencia del bien, ya que este delito se determina
por la violencia o amenaza que ejerce el agente sobre la víctima.
402
La prueba flpf. 201°
f TÍTULO III s
LA BÚSQUEDA DE PRUEBAS Y
RESTRICCIÓN DE DERECHOS
v .
("orno se sabe se actúan medios de investigación, los cuales sirven para resolver cuestiones
propias de esta etapa procesal así como de la etapa intermedia, así como también se actúan y
acopian medios de prueba propiamente dichos, que sirven para resolver finalmente el proceso.
tal como lo dispone el articulo 325° de! Código, y lo indica la doctrina. CALDERÓN CHR1 '.'/.O
y Cl [OCLÁN MONTALVO: 2005, p. 386.
ao3
La actividad procesal
«... la ley permite injerencia en determinados derechos de los ciudadanos, no absolutos, siempre
que se respeten las condiciones v los requisitos que la ley exige, lín efecto en el curso de una
investigación criminal pueden producirse intromisiones en el ámbito propio de determinados
derechos fundamentales (...) pero esa restricción, fundamentada en la idea del interés
preponderante, se sujeta a la concurrencia de una serie de presupuestos generales que se
concretan en requisitos de legalidad, proporcionalidad y control judicial». CALDLRON CKRK'/O
y C I I O a . Á N MONTALVO: 2005, p. 254.
aoa
La prueba
405
el uso de otros medios técnicos para la observación de la residencia
del investigado. Esta regla constituye una excepción al presupuesto
de judicialidad, que en el caso de la legislación peruana se explica y
justifica sin problema alguno, atendiendo a que el Ministerio Públi
co es una entidad autónoma e independiente de los demás poderes
e instituciones, y tiene el deber y obligación de actuar las diligen
cias, no sólo incriminatorias, sino también las que sirvan para pro
bar la inocencia del investigado, a diferencia de otras latitudes en
que pertenece al Poder Ejecutivo o al Poder Judicial, y por tanto se
puede dudar de su imparcialidad, o de otros casos en que están
obligados únicamente a realizar actuaciones orientadas a la formu
lación de la respectiva acusación y a acreditar la responsabilidad del
investigado.
Idoneidad, en virtud a la cual la medida o injerencia dispuesta debe
ser cualitativa y cuantitativamente apta para lograr los fines pro
puestos (obtención o aseguramiento de determinada fuente de prue
ba, de bienes objeto del delito, de instrumentos, de efectos o ga
nancias del delito). Ello quiere decir que la medida debe ser capaz
de concretarse en función al objetivo perseguido (allanamiento para
conseguir pruebas); así como ser pertinente en cuanto a su vincula
ción o relación causal (o circunstancial) entre el objeto, bien o ele
mento afectado y el objetivo de la investigación.
Necesidad, lo cual significa que en esencia, la propia medida de
berá servir para evitar la frustración o entorpecimiento de la inves
tigación, y mediatamente, del proceso, así como también que la adop
ción de la medida sea la única forma de lograr la obtención o asegu
ramiento de los elementos o información útil par los fines de la
investigación. Ello determina a la vez, que estas medidas de inje
rencia sean subsidiarias o de última ratio; esto es, si es posible lo
grar el mismo fin a través de medidas menos gravosas, se evitará
recurrir a las medidas de injerencia.
A este fin, también debe tenerse en cuenta que sólo será necesaria
la disposición de la medida cuando existan indicios suficientes o
sospechas fundadas que permitan estimar la posible o probable
comisión del delito que amerita una rigurosa o exhaustiva investi
gación; asimismo, que la persona del investigado, intervenido o, en
general la persona sobre quien recae la medida, ha tenido interven
ción en el delito, sea a titulo de cómplice o autor, salvo los casos en
que por necesidades de la investigación se comprenda a terceros,
los mismos que también están obligados a cooperar con la investi-
La prueba
407
flpl. 202° La actividad procesal _ _
CAPÍTULO I
PRECEPTOS GENERALES
"S. COMENTARIO
Este artículo, plasma normativamente los criterios indicados líneas an
tes; en el sentido que, con fines de investigación o esclarecimiento de los
hechos, la autoridad competente puede disponer o ejecutar ciertas medidas
que constituyen injerencias o intromisiones en el ámbito de privacidad o inti
midad del sujeto investigado, intervenido o también respecto a terceros. En
este caso, en general, será el juez quien disponga, autorice o confirme dichas
medidas, pero también, cuando la ley lo determine, podrá ser el Fiscal quien
las disponga o ejecute, como también, en casos excepcionales, podrá ser la
propia Policía quien las disponga o ejecute. Estas medidas también podrán
significar afectaciones a los derechos de inviolabilidad de domicilio, secreto
de las comunicaciones, secreto documental, etc.
408
La prueba flfl. 203°
>§.. COMENTARIO
Numeral 1)
Este numeral desarrolla los requisitos o presupuestos exigidos para la
imposición de medidas restrictivas de derechos con fines de investigación;
hace referencia especialmente al principio de proporcionalidad antes desarro
llado, esto es, a la correspondencia o armonía que debe existir entre la inten
sidad de la afectación del derecho (contenido de la injerencia) y su duración,
con la necesidad de investigación y la gravedad del hecho a investigarse. Los
demás presupuestos antes desarrollados, si bien no están expresamente con
tenidos en este artículo, por tratarse de afectaciones a derechos fundamenta
les necesariamente deberán tenerse en cuenta al disponerse o ejecutarse tales
medida, pues, de estar ausentes, éstas podrían no tener efecto, por significar
una prueba prohibida. En este sentido, deberán tenerse presentes los princi
pios de legalidad, judicialidad, idoneidad, necesidad, además del de propor
cionalidad, de tal suerte que se garanticen los derechos fundamentales; pero
también deberá tenerse en consideración la eficacia y eficiencia de la investi
gación del delito, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 44° de la
Constitución Política del Estado, que impone al Estado el deber de garantizar
la plena vigencia de los derechos fundamentales así como también proteger la
409
APt. 203° La actividad procesal
Numeral 2)
Está referido a la actuación del Juez al momento de disponer o al mo
mento de autorizar la medida, apreciándose tres supuestos: a) Ante la solici
tud del Fiscal, podrá disponerla de inmediato, sin trámite alguno, con el
sólo mérito del fundamento contenido en la solicitud. Esta es la regla, es decir
en la generalidad de los casos debe disponerse de este modo, puesto que en la
mayoría de casos, la medida resulta urgente y existe el riesgo de que cualquier
demora convierta en inoportuna la medida y se pierda su utilidad, frustrándo
se de este modo la eficacia de la investigación. En estos casos, el Juez podrá
realizar alguna actuación o articulación sólo cuando exista una norma especí
fica que así lo disponga, b) El Juez, previamente a disponer la medida, deberá
correr traslado a los sujetos procesales y en especial al afectado. Ello en los
casos en que la demora no genere ningún riesgo que implique la pérdida de la
finalidad de la medida o la utilidad de ésta en la investigación. En estos casos,
se notificará a los interesados a efectos de que se pronuncien al respecto y con
dichos pronunciamientos o sin ellos, el Juez resolverá lo pertinente, c) Asi
mismo, también podrá disponer mediante resolución inimpugnable la reali
zación de una audiencia con la participación del Ministerio Público y los
demás sujetos procesales, que se realizará con los que asistan. N o interesa si
finalmente no se presenta alguno de dichos sujetos. Esto sucederá en los ca-
410
La prueba flpt. 204"
Numeral 3)
Se refiere a los casos en que para disponer la medida o ejecutar la inje
rencia no se requiere de autorización judicial y es el Fiscal quien dispone la
medida, o es la propia Policía quien la ejecuta. Estos son los supuestos de
incautación o exhibición forzosa de bienes, o el allanamiento en casos de
flagrante delito o peligro inminente de su perpetración, o en otros supuestos
en que la demora podría generar la pérdida de la evidencia o elemento proba
torio, o la pérdida de su utilidad para la investigación o el proceso. En estos
casos, la norma establece que el Fiscal solicitará inmediatamente la autoriza
ción judicial. El Juez deberá pronunciarse sin trámite alguno el mismo día, o a
más tardar al día siguiente, confirmando o desaprobando la medida. Asimis
mo, como en el numeral anterior también puede correr traslado a los interesa
dos o disponer una audiencia previa a resolver.
API. 2 0 4 . impugnación
1. Contra el auto dictado por el Juez de la Investigación Prepa
ratoria en los supuestos previstos en el artículo anterior, el
Fiscal o el afectado pueden interponer recurso de apela
ción, dentro del tercer día de ejecutada la medida. La Sala
Penal Superior absolverá el grado, previa audiencia, con
intervención de los sujetos procesales legitimados.
2. El afectado también puede solicitar el reexamen de la medi
da ante el Juez de la Investigación Preparatoria si nuevas
circunstancias establecen la necesidad de un cambio de la
411
flPt. 205" La actividad procesal
CAPÍTULO II
EL CONTROL DE IDENTIDAD Y LAVIDEOVIGILANCIA
Subcapítulo I
El control de identidad policial
^ COMENTARIO
413
flPt. 205° La actividad procesal
414
La prueba flpt. 205"
415
flPl. 205° l-a actividad procesal
ai6
La prueba flpl. 206°
^ COMENTARIO
417
APl. 206° La actividad procesal
sonas que transiten o se encuentren en los mismos, así como también podrá
realizarse el registro de vehículos y el control superficial de los efectos perso
nales. En este último control se comprende tanto la inspección y registro del
lugar así como el registro superficial de personas a fin de descartar la posesión
o porte de sustancias o instrumentos prohibidos o peligrosos.
En este caso, también podrá realizarse la conducción de la persona a la
Dependencia Policial más cercana, así como la retención establecida en al
artículo anterior, a la vez que el Fiscal también podrá actuar del modo referido
en el comentario antes indicado, pudiendo avocarse a la investigación de in
mediato e incluso llegar a solicitar la detención preliminar al Juez competente,
cuando ello resulte estrictamente necesarios a los fines de la investigación y
teniendo en cuenta la gravedad del delito y la participación del intervenido en
el mismo. Finalmente, también se exige a la Policía llevar un Libro-Registro de
estos controles y sus resultados.
Subcapítulo II
La videovigilancia
En la actualidad, en que asistimos a la llamada era de la globalización y la
información, caracterizada por al avance de la ciencia y la tecnología (sobre
todo de la informática) en la cual se cuenta con la información en 'tiempo
real', se han visto facilitadas las interrelaciones sociales en todos sus aspectos.
Pero ello también a facilitado el surgimiento de nuevas formas de delincuen
cia o contribuido a que las formas tradicionales de criminalidad se tornen más
violentas, habiendo desencadenado la aparición de las llamadas organizacio
nes delictivas. Estas organizaciones utilizando mecanismos propios de la ge
rencia empresarial moderna, ha optimizan las ganancias del delito, logrando
la eficiencia de sus actividades deKctivas; habiendo desarrollado asimismo,
formas sofisticadas de eludir la acción de los órganos de investigación y re
presión del delito, logrando con ello un alto grado de impunidad de su accio
nar delictivo. Ante esto, los órganos de investigación se han visto en la impe
riosa necesidad de implementar mecanismos o instrumentos idóneos para la
investigación, procesamiento y represión de estas actividades delictivas.
Entre estos mecanismos, se encuentran el agente encubierto, la entrega vigilada y
también la videovigilancia\ con los cuales se busca contrarrestar las sofisticadas
maneras como las organizaciones criminales cometen sus delitos, así como los
complejos mecanismos de encubrimiento que utilizan69. Estos mecanismos ya
se venían utilizando por parte de la Policía, pero sin tener una regulación
Al respecto ver MAIF.R: 2033, p. 135. Aun cuando este autor muestra sus reservas respecto
a la aplicación de estos mecanismos de acopio de información y se orienta por la búsqueda de
qi8
La prueba flPt. 207°
ai9
Arf._207° Laaciiy^j-^v:,
^ COMENTARIO
i n es re articulo se establece en c:ué consiste la medida de .".'ili'or/"//ii//r/.'i,
tarla; en que car o:- procede; :ÍM c o m o también cuál e-j la ¡mandad que M' per
sigue con Sil C'CCIÍLI'JII, cernir., uuicn puede '.call/iaise \ en que ¡ufares puede
cvcuiaVM' t.¡¡ niC'.tUM.
420
l-aurueDc APt. 207 D
I-'ti el mismo se tira!-1 -.v pt ■ -tom.c - i M' 'N< )/. ■ \ ' ! ) ! - '
a2i
flPt. 207° La actividad procesal
intensidad, y por ello mismo, la realización de la videovigilancia en este ámbito, solo podrá
disponerse excepcionalmente. Pues, tal como refiere MUÑOZ CONDIi, comentando una
sentencia del Tribunal Constitucional Federal alemán: «... el desarrollo de la personalidad
requiere de espacios reservados, en los que el individuo se pueda expresar autónomamente
sin miedo a ser vigilado y comunicar confiadamente sus opiniones y sentimientos personales.
Precisamente en un mundo en el que ha llegado a ser posible perseguir y grabar cualquier
movimiento o comunicación de una persona, la vivienda privada sirve al individuo como el
último refugio, en el que puede manifestar sin ser observado la libertad de sus pensamientos».
MUÑOZ CONDH: 2003, p. 51.
ROXIN, en cita de M U Ñ O Z CON DIZ: 2003, p. 49.
422
La prueba flp|. 207°
conexión con los investigados, cuando sea necesario por las dificultades que de
otro modo se hallaría para investigar el delito, o también cuando su realiza
ción resultara altamente provechosa o cuando la no realización de la medida
pudiera frustrar la investigación o esclarecimiento de los hechos.
Esta diligencia, será de gran utilidad y validez para orientar la actuación
de los agentes de la investigación y llegar al esclarecimiento de los hechos a
nivel de esta etapa del proceso; sin embargo, para su utilización como prueba
para la resolución final del caso, se requerirá la evaluación de los presupuestos
para ordenarla o autorizarla, tanto respecto a la forma como a la autoridad
competente, la naturaleza del delito y la urgencia y necesidad de la medida;
asimismo, deberá ser sometida al debate y contradicción en el juicio oral con
participación de los intervinientes en la materialización de la medida.
Finalmente, es necesario diferenciar entre esta medida ejecutada por la
Policía o en su caso por el Fiscal (la misma que en ciertos casos -videovigilan-
cia en lugares cerrados- es ordenada o autorizada por el Juez), de los casos en
que la grabación, filmación o en general la captura de las imágenes, es realiza
da por particulares afectando la intimidad de otros particulares; en cuyo caso
su valor en el juicio será determinado en cada caso concreto y de acuerdo a los
intereses en conflicto. En estos supuestos normalmente se acepta su valor
probatorio cuando se trata de delitos graves y se lo descarta cuando se trata de
un delito menos grave. Este criterio también es asumido por la jurisprudencia
alemana, tal como refiere ROXIN 74 .
CAPÍTULO III
LAS PESQUISAS
«Kn general, los tribunales, en relación a los delitos más graves, han dado primacía al interés en
la averiguación de la verdad, y respecto a los menos graves, por el contrario, han dado prioridad
a la protección del ámbito privado». ROXIN, en cita de M U Ñ O Z CONDK: 2003, p. 68.
423
La actividad procesal
m
La prueba
025
La actividad procesal
026
La prueba flpj. 208°
427
APt. 209" La actividad procesal
CAPÍTULO IV
LA INTERVENCIÓN CORPORAL
Más allá de la diligencia de registro de personas, que se concreta con la
búsqueda o pesquisa externa sobre las vestimentas de la persona, la interven
ción corporal significa una injerencia interna en el propio cuerpo u organis
mo, así como una afectación al pudor personal del examinado. Por ello sólo
procederá respecto a casos debidamente previstos por la ley, podrán realizar
se sólo las pruebas o injerencias establecidas y necesariamente del modo pre
visto por la ley. Asimismo, sólo en los casos en que la información o datos que
se pretende obtener con el examen corporal no puedan ser obtenidos de otro
modo. (SAN MARTÍN CASTRO: 2003, p. 588).
"Las intervenciones corporales son aquellas medidas de investigación
que se realizan sobre el cuerpo de las personas, que implica un reconocimien
to externo del mismo (registro o inspecciones) o la extracción desde su inte
rior de elementos que proporcionen información sobre la persona o de ele
mentos incorporados a él (investigaciones corporales), con el fin de descubrir
circunstancias fácticas que sean de interés para el establecimiento del cuerpo
del delito y de la participación culpable" (HORYITZ L E N N O N y L Ó P E Z
MASLE: 2002, p. 507). Similar criterio expresa ROXIN (2003: p' 290), sin
embargo, este autor sintetizando la legislación procesal penal alemana, dife
rencia entre examen corporal y registro corporal, considerando dentro de este últi
mo a la búsqueda de objetos en la superficie corporal o en las cavidades u
orificios corporales naturales como boca, ano, vagina etc.
En nuestro sistema y particularmente en el presente Código, ambos su
puestos (examen corporal y registro corporal) están comprendidos en el con
cepto general consignado en el Código como intervención o examen corporal, mate
ria del presente análisis (arts. 211° y ss), no en el llamado registro de personas
comprendido en al artículo 210°; puesto que el registro o intervención corporal
implica una injerencia o afectación de mayor intensidad a la intimidad personal
que el simple registro en vestimenta, equipaje o vehículos, y por ello se requiere
de mayores formalidades y de la garantía de la judicialidad para su realización,
no resultando suficiente la decisión policial o fiscal, salvo casos de extrema
urgencia y de peligro en la demora, en que por regla general se considera sufi
ciente la disposición del Fiscal (att. 2 1 1 .3), con cargo a dar cuenta y solicitar
confirmación del Juez. Asimismo, la búsqueda en las cavidades como vagina,
ano u otras, significa una ingerencia de implicancia en la integridad corporal y la
salud psíquica de la persona, por lo que no puede realizarse en la investigación
de todo tipo de delitos, sino sólo en casos de cierta gravedad como los previstos
en el artículo 211°.l (pena mayor 4 años). Igualmente, el realizar mediciones
como la falométríca (ROXIN: 2003, p.292) o la búsqueda de indicios o señales en
429
flPt. 211° La actividad procesal
430
La prueba flp|. 211°
^ COMENTARIO
Este artículo, tal como se ha hecho referencia en el comentario genérico
de este capítulo, establece que el examen 'corporal del imputado', será realizado
por el Juez a solicitud del Ministerio Público, en casos de delitos sancionados
con pena privativa de libertad superior a 4 años, y cuando se trate de averiguar
hechos significativos de la investigación. Esto es, no se puede realizar en las
investigaciones de delitos sancionados con penas distintas a la privativa de
libertad así como con penas privativas de libertad de 4 años o menos. Tampo
co se podrá realizar para averiguar datos de poca relevancia, sino únicamente
para hechos o información significativa para la investigación del delito. Esta
significancia o relevancia conforme a cada caso específico.
Los exámenes corporales pueden realizarse sin la autorización del Juez si es
que el examinado presta su consentimiento para tal fin, puesto que se trata de
la injerencia en un derecho privado e íntimo respecto al cual su titular puede
disponer libremente. En este caso, la prueba no podrá ser cuestionada cuando
la disponga el Fiscal o la realice la Policía, siempre y cuando conste de modo
indubitable el consentimiento informado del examinado; mayor cuidado res
pecto al consentimiento se tendrá cuando, en casos de urgencia, sea la propia
Policía quien la realiza sin la intervención del Fiscal.
En este sentido, sólo se requerirá de orden judicial cuando se tenga que
realizar los exámenes sin el consentimiento del imputado; claro que el impu
tado puede negar su asentimiento ante el Fiscal o la Policía y sólo concederlo
ante el Juez al considerar que ante dicha autoridad cuenta con mayores garan
tías; en cuyo caso, dicho asentimiento constará en la resolución judicial que
ordena o dispone el examen (aft. 2 1 1 .1).
131
flPt. 211° La actividad procesal
132
La prueba flfl. 212"
>s. COMENTARIO
Este artículo está referido a la realización del examen corporal cuando se
trata de terceras personas distintas al inculpado, esto es testigos y terceros
vinculados a la determinación de descendencia, relacionada con la investiga
ción de un delito. En el caso del testigos, se aplicará todos los criterios estable
cidos para el inculpado (art. 211°), con la diferencia, de que para realizar el
examen se deberá tener la seguridad de que en su cuerpo se encuentran deter
minadas huellas o secuela del delito' 8 . En este caso sin embargo, el testigo
puede rehusarse a la realización de la prueba si se encontrara comprendido
dentro de las causales por las cuales no se le puede obligar a prestar su testi
monio (art. 2 1 2 .3, concordante con el art. 165° del Código). En el caso de
que los que tengan que declarar como testigos fuesen menores o incapaces, la
«Según A principio referente a los rastros, los potenciales testigos sólo pueden ser examinados 'si
tienen en su cuerpo un determinado rastro o consecuencia de una acción punible' (p. ej., una
herida). Por ello no están permitidos los exámenes a testigos, contra su voluntad, sobre su
credibilidad o su estado e ánimo general». ROXIN: 2003: p. 295.
433
flPt. 213° La actividad procesal
434
La prueba flpl. 213°
>& COMENTARIO
Caso especial de intervención corporal lo constituye la prueba de alcobo-
lemia previsto en este artículo. En general la alcoholemia está referida a la
presencia de alcohol en la sangre cuando se excede de lo normal; y para deter
minar la cantidad se utilÍ2an los llamados 'métodos alcoholométricos". Por
estos métodos "... cabe entender los actos de investigación, de carácter peri
cial, que se adoptan en el curso de una detención y que a través de una medi
ción en el aliento o a través de una intervención corporal del imputado, per
mite determinar el grado de alcohol ingerido" (GIMENO SENDRA y otros:
1997, 472). En la doctrina se ha discutido si se puede obligar o no al imputado
o intervenido a soportar la realización de esta prueba, habiéndose sostenido,
que afecta el derecho a no ser torturado, a la libertad, a no declarar contra sí
mismo, a no confesarse culpable, al principio de legalidad y el derecho a la
presunción de inocencia (DE LA OLIVA y otros: 1997, p.'397; G I M E N O
SENDRA y otros: 1997, p. 473 y ss). Sin embargo, ha sido el propio Tribunal
Constitucional español el que ha desvirtuado todos estos cuestionamientos
concluyendo que no constituye una injerencia prohibida, que sólo constituye
una intervención corporal de carácter leve (GIMENO SENDRA y otros:
p.474), que no afecta el principio de legalidad, que no implica afectación al
derecho de presunción de inocencia y que la retención para realizar tal medida
no implica una detención; asimismo, que no implica una autoincriminación,
ya que no se obliga al intervenido a exteriorizar un contenido admitiendo su
culpabilidad (DE LA OLIVA y otros: 1997, p. 398). Sin embargo, dicho Tri
bunal, atendiendo a criterios de naturaleza y jerarquía de las normas que auto
rizaban al Juez para disponer esta medida, aun contra la voluntad del interve
nido, ha concluido que nadie puede ser compelido coercitivamente a soportar
este tipo de análisis.
El Código hace referencia a «aire aspirado» y no a «aire espirado». AI respecto, tal como lo
refieren G I M E N O SENDRA y D E LA OLIVA, en la citas previamente anotadas,
consideramos que el termino correcto es «espirado», ya que éste es el aire exhala el examinado,
435
flPt. 213° La actividad procesal
en el cual se medirá la cantidad de partículas de alcohol, mas no en el que inhala o aspira, por
que en este caso se estaría midiendo el contenido de alcohol en el aire.
Al respecto ver la Guía de procedimientos Criminalísticas PNP. Aprobada por R.D.
N° 406-2005-DIRGKKV KMG-PN'P. Del 28 de febrero del 2005.
b'.n legislaciones extranjeras como la española también se ha mantenido este criterio, esto es
vinculando esta prueba sobre todo a los delitos vinculados al tráfico automotor, habiéndose
evolucionado hasta considerar corno delito autónomo el conducir vehículos motorizados en
estado de ebriedad o luego de haber ingerido determinada dosis de alcohol.
436
La prueba flp|, 213°
podrá realizar esta prueba en ocasión de una intervención inmediata ante la pre
sunta comisión de un delito mediante la conducción de vehículos.
Esta prueba de alcoholemia, en ambos casos, tiene una validez indiciaría
de la ingesta de alcohol u otra sustancia tóxica, al igual que el hecho de que el
intervenido muestre signos evidentes de que se encuentra bajo la influencia
de la ingesta de bebidas alcohólicas u otro tipo de sustancias prohibidas; pol
lo que de resultar positiva alguna de estas circunstancias (medición de aire
espirado o signos evidentes de ingesta), el intervenido será retenido y conduci
do al centro de control sanitario correspondiente, para practicarle la prueba
de intoxicación o análisis de sangre, orina u otros fluidos, según el criterio del
médico o profesional de salud.
437
La actividad procesal
CAPÍTULO V
EL ALLANAMIENTO
138
La prueba flpl. 214°
439
API. 216° La actividad procesal
^ COMENTARIO
El artículo 214° hace referencia a las razones por las cuales debe realizar
se el allanamiento, indicando que puede realizarse ante la existencia de moti
vos fundados de que en el lugar se oculta el imputado, esto es, la persona sindica
da como autora o cómplice de un delito; u otra persona evadida o fugada de la
aao
La prueba flpf. 217°
aai
APt. 217° La actividad procesal
412
La prueba flpt. 217°
441
flPt. 217D La actividad procesal
ai2
La prueba flp|. 217°
tándoseles en todo momento contar con un abogado o ser asistidos por una
persona de su confianza.
Finalmente, es necesario precisar que en casos de extrema urgencia y
peligro en la demora, la diligencia puede ser autorizada por el Fiscal o realiza
da por la propia Policía, en este caso se solicitará la convalidación judicial,
explicando los motivos que determinaron la realización del allanamiento, y
los resultados obtenidos, todos los cuales deberán estar especificados en la
correspondiente acta de la diligencia y en la solicitud de convalidación.
CAPÍTULO VI
LA EXHIBICIÓN FORZOZA Y LA INCAUTACIÓN
443
La actividad procesal
Al respecto, debe precisarse que el Código, muestra sus mayores deficiencias cuando desarrolla
instituciones c¡uc trascienden el ámbito propiamente procesal penal y rccjuicrc de conocimientos
de otras disciplinas jurídicas, tales son los casos de la reparación civil, de las medidas cautelares
reales o también las instituciones del presente capítulo.
q44
La prueba
esencia son distintas y que se Íes está dando un tratamiento igual, con lo que
se dificulta su aplicación v se resta su capacidad de rendimiento práctico.
entendemos por objeto del delito, a tocio bien o interés sobre el cual recae
la acción delictiva, es decir, el bien afectado a través de una lesión o de una
puesta en peligro por la acción u omisión del imputado, pudiendo ser la pro
pia persona, cuando se trata de atentados contra la vida el cuerpo y la salud.
La acción delictiva puede ocasionar un daño directamente al objeto de pro
tección (un bien o cosa específica) o afectar el interés de su titular, como por
ejemplo cuando se priva del bien a su titular (sustracciones, hurtos, etc). Cuando
el objeto del delito (objeto material u otro tip de bien) se encuentre o recupere
por la Policía, la medida que corresponde aplicar es la entrega a su titular sin
mayores dilaciones o formalidades, salvo casos excepcionales en que sea ne
cesario disponer su secuestro para fines de la investigación. Es necesario pre
cisar que puede confundirse el objeto del delito en algunos casos, como por
ejemplo cuando la propia acción delictiva produce el elemento material del
delito a través del cual se consuma, tal como el hecho de producir o elaborar
un documento falso, en este caso, el documento falso no configura objeto del
delito, sino más bien un efecto o producto del mismo; distinto es el caso en
que se adultere o falsifique un documento verdadero, en cuyo caso el docu
mento adulterado sí será un objeto del delito; en este sentido, para precisar
cuál es el objeto del delito, debemos tener presente, que éste debe tener una
existencia lícita previa, de tal suerte que la titularidad o materialidad del bien
es protegida por el Derecho, y la acción delictiva precisamente lesiona dicha
titularidad (sustrayéndolo por ejemplo) o su materialidad (dañándolo o lesio
nándolo). Asimismo, en el caso de los delitos de lavado de activos u otros
similares, se puede confundir el objeto del delito con los bienes o activos
obtenidos, poseídos, convertidos o transferidos, a través de las acciones típi
cas del lavado; sin embargo, éstos no configuran objetos del delito sino pro
piamente efectos o ganancias del mismo, puesto que estos bienes o la relación
jurídica (interés) que se crea a partir de la acción delictiva, no es protegida por
el derecho y por tanto no configuran objetos de protección de los tipos pena
les; esto es, no son los bienes u objetos atacados por la acción delictiva, sino
más bien con dicha acción se busca proteger la aparente titularidad de los
agentes del delito sobre dichos bienes o activos.
Resulta indispensable hacer esta precisión, porque sólo así, los concep
tos jurídicos pueden aportar su rendimiento práctico; en efecto, diferencian
do los objetos del delito de los efecto y ganancias, se podrá determinar qué
medida cautelar o coercitiva se puede aplicar; así, en el caso del delito de
lavado de activos, si se tiene en claro que los bienes o activos son efectos o
ganancias, se podrá disponer su incautación con fines de decomiso, y por
tanto no podrán ser devueltos durante el proceso (salvo que prospere una
445
La actividad procesal
81
Al respecto ver SÁNCHEZ VFLARDF: 2004, p. 510. Con cita de MONTÓN
REDONDO.
84
«... en ciertas infracciones penales el documento puede ser el mismo cuerpo del delito o un
instrumento necesario». RAMOS M1ÁNDKZ, Francisco: 2000: p. 148. lín cita de San
Martín Castro: 2003: p. 583.
85
GRACIA MARTÍN, Luis; BOI.DOVA PASAMAR, Miguel Ángel y ALASTUKY DOBÓN.
M. ('armen: «Lecciones de Consecuencias Jurídicas del Delito». Tirant lo Blandí. Valencia.
1998, p. 379.
La prueba
Por ganancias del'delito se entiende a todos los bienes o derechos que cons
tituyen efectos mediatos del delito, esto es, que sin provenir directamente del
delito tienen como su fuente ai mismo, tales son los casos de intereses de
cuentas bancarias abiertas con el dinero del delito, o los frutos o rentas que
los bienes objeto de la infracción pudieran reportar al agente 88 . Las ganancias
provenientes del delito, cualesquiera que sean las transformaciones que hu
bieren podido experimentar, deben ser decomisadas, medida que incluye, des
de luego, al producto inmediato de la actividad criminal; el fundamento para
el decomiso de ganancias es igualmente, la no tolerancia del enriquecimiento
indebido por parte del agente del delito o terceros vinculados (de no existir
este fundamento, no podrá aplicarse el decomiso); debiendo bastar la prueba
de que el delito produjo determinado beneficio y que éstos representan para
su destinatario un enriquecimiento sin causa, un provecho ilícito (SAN MAR
TÍN CASTRO: 2001: p. 864).
De este modo, se aprecia que cada uno de estos conceptos tiene su pro
pia naturaleza y fundamento a la vez que se diferencian de cualquier otro bien,
cosa o elemento material que resulte vinculado al delito porque puede servir
86
MANZANARES SAMAN1EGO,José Luis: Ob. Cíf.p. 262. Agrega este autor que, «sostener
que en la conducción ilegal de automóviles éste constituye un instrumento, por que sin él no
se concibe la hgura delictiva, equivale a afirmar que en la fabricación de documentos también
el documento mismo en el que se realiza la adulteración de la verdad posee carácter
instrumental».
87
Por todos MUÑOZ C O N D E y GARCÍA ARAN: Ob. Cit. p. 631. MAURACI I, GOSSEL
y ZIPF: Ob. Cit. p. 677.
88
MEINI M Á N D E Z , Iván: 1999. p. 177.
447
La actividad procesal
1. INCAUTACIÓN Y SECUESTRO
Aún cuando no hay definiciones consensuadas respecto a estas institu
ciones, (existiendo únicamente criterios elaborados a partir de las particulari
dades propias de cada sistema procesal de los diferentes países), creemos que
a partir de la propia gestación del Código Procesal Penal y de las demás nor
mas que se refieren a la incautación 89 , se puede definir su naturaleza jurídica y
fundamento 9 ", sobre todo a partir del artículo 316°.3 del Código, el mismo
que indica que para dictar la medida de incautación se deberá tener en cuenta
las previsiones y limitaciones establecidas en los artículos 102° y 103° del
Código Penal, los cuales están referidos exclusivamente al decomiso y nada
tienen que ver con el secuestro o con alguna otra medida vinculada a los fines
de investigación del delito.
En este sentido, y tomando en cuenta en parte, lo dispuesto por el artí
culo 316°. 1 de este Código, podemos definir a la incautación como la medida
cautelar dictada sobre bienes o derechos, que se presume, constituyen instru
mentos, efectos o ganancias del delito, y por tal razón, llegado el momento, serán
objeto de decomiso. En este caso, se presume que el derecho o titularidad de
quien los posee o detenta no resulta conforme al ordenamiento jurídico91; y
por ello, dicha titularidad o aparentes derechos son cuestionables, puesto que
8
'' listas normas se consignan en el artículo correspondiente a la incautación.
'"' Como ya se ha indicado, en la doctrina nacional se ha tratado a incautación y secuestro
como una misma institución (ambos términos como sinónimos). Así SAN MARI IX
CASTRO: 2003; p. 583 con cita de Ciaría Olmedo, refiere: «La incautación o secuestro
consiste en la aprehensión y retensión de bienes relacionados con el hecho que se investiga, e
implica que se priva al poseedor de su tenencia y que quedan en custodia a disposición del
Tribunal». Como se aprecia con ello no aclara el problema sobre todo respecto a la devolución
de los bienes sujetos a esta medida, liste criterio se repite en el Código en comento, que
acusa una influencia marcada de dicho autor en la redacción del articulado referido a este
punto. A la sazón, este Código prácticamente contiene todos los criterios de San Martín
Castro contenidos en el libro citado y en su demás producción bibliográfica. I lecho que si
bien resulta altamente beneficioso para la procesalística penal nacional, consideramos que en
estos temas, no ha sido del todo acertado.
'" l/.n la doctrina mayoritaria como ya se ha indicado, se ha tratado indistintamente la incautación
y el secuestro, con los consecuentes inconvenientes que se indicarán a continuación. Asi.
448
La prueba
119
La actividad procesal
150
La prueba
Como quiera que el secuestro es una medida que afecta derechos de los
investigados o de terceros con fines de investigación del delito, cuando a con
secuencia de un registro o una requisa se encuentren elementos o efectos
materiales sobre los cuales no se reconocen derechos reales a persona alguna,
no se trata propiamente de un secuestro, en estos casos, la Policía o el Fiscal,
simplemente se limitará a recoger las evidencias o hallazgos como parte de la
realización de la diligencia de pesquisa o registro correspondiente. En este
sentido, serán objeto de secuestro, únicamente bienes o derechos sobre los
cuales se reconoce indiscutiblemente la titularidad de alguien. Realizar esta
precisión nos parece de capital importancia, toda vez que, si no se reconoce
derechos reales sobre la cosa, puede tomarla o recogerla e incluirla como
material probatorio la propia Policía o el Fiscal, sin necesidad de autorización
judicial, o la oposición de las partes, puesto que no se trata de afectación de
derechos.
La entrega del objeto del delito, está debidamente establecida en el artículo 188° del Código
de Procedimientos Penales, ahora modificado por el D. Leg. 983; y si bien en dicho artículo y
su modificación se indica que «podrá», y no «deberá», ello se debe a que en casos
excepcionales, como se ha indicado, el objeto del delito, puede afectarse con la medida de
secuestro para fines de la investigación.
451
flPl. 218° La actividad procesal
Subcapítulo I
La exhibición e incautación de bienes
152
La prueba flp|. 218°
^ COMENTARIO
153
flPt. 219° La actividad procesal
454
/ La prueba flPl. 221°
"Sv COMENTARIO
Estos artículos están referidos al contenido de la resolución autoritativa
y a la forma de realizar las diligencias de incautación o la exhibición, facultán
dose sin embargo a obtener copias, fotografías, filmaciones o grabaciones de
los bienes afectados o de otras circunstancias útiles para la investigación. En
el epígrafe del artículo 220° se habla de secuestro, sin embargo en el cuerpo del
artículo se habla de incautación, lo que refleja que confundiéndose la naturaleza
y fundamento de ambas instituciones se las trata como sinónimos, lo que
obviamente repercute en el buen uso y rendimiento práctico de estas institu
ciones.
Sin embargo, se desarrolla la llamada "cadena de custodia", es decir la for
ma o conjunto de procedimientos a seguirse a fin de asegurar y conservar los
bienes o muestras objeto de la incautación o secuestro, comprendiéndose
dentro de estos procesos los criterios de recolección, envío, manejo, análisis y
conservación de los bienes o especies incautadas o secuestradas 96 ; precisán
dose que se concretará la medida tomando bajo custodia, de tratarse de bienes
muebles y ocupándolos si se trata de inmuebles, en ambos casos, de ser posi
ble, se procederá a la inscripción de la medida en los registros correspondien-
«... la denominada 'cadena de custodia' , esto es, con los resguardos necesarios para la
preservación de la evidencia hasta su presentación al juicio». IIORV1TZ L L N N O N y
LÓPEZ MASLL: 2002: p. 536.
155
flPt. 222° La actividad procesal
456
La prueba flp|. 223°
^ COMENTARIO
Estos dos artículos muestran especialmente la necesidad de diferenciar
entre sí, a objetos, instrumentos, efectos y ganancias del delito, así como a
cualquier otro bien útil para los ñnes de la investigación y del proceso. Pues de
ello dependerá si se devuelven o no a su poseedor, tenedor o propietario;
asimismo, con ello podremos definir cuándo se trata de un caso de secuestro
y cuándo de uno de incautación. Lamentablemente estos artículos del Código
reflejan la mayor confusión del legislador.
En efecto, el artículo 222° establece que el Fiscal o la Policía con autori
zación del primero, podrá devolver al agraviado o terceros los 'objetos incautados';
con lo que los confunde con los 'bienes secuestrados', puesto que sólo éstos
últimos serán entregados a su titular o poseedor, una vez que hayan cumplido
su finalidad, es decir, una vez que se hayan efectuado los exámenes, análisis,
pruebas o exhibiciones correspondientes, habiéndose cumplido así, la finali
dad para la cual fueron afectados; y por tanto, ya no existe razón para mante
nerlos secuestrados. Obviamente de dichos exámenes debe haberse elabora
do las actas correspondientes que en muchos casos pueden constituir prue
bas preconstituidas a ser debatidos y utilizados en el juicio. En este caso, la
devolución no queda a discreción del Fiscal o del Juez, por el contrario, cons
tituye una obligación, salvo casos super excepcionales en que todavía se tenga
que realizar algunas pruebas o exámenes sobre dichos bienes. Este criterio es
igual para los casos de bienes que constituyen objeto del delito así como para
cualquier otro bien relacionado con el delito . En cambio si se trata de incauta
ción, significará que los bienes afectados constituyen instrumentos, efectos o
ganancias del delito, los mismos que más que por su utilidad para la investiga
ción, se han afectado como medida cautelar para asegurar el decomiso llega
do que sea el momento, y por tanto, su destino final se determinará con la
sentencia al concluir el proceso, no pudiendo devolverse durante la secuela de
157
flPt. 223° La actividad procesal
458
La prueba flPl. 223°
159
flPt. 224° La actividad procesal
Subcapítulo II
La exhibición e incautación de actuaciones
y documentos no privados
^ COMENTARIO
Caso especial de exhibición e 'incautación' lo constituyen los supuestos
de exhibición de documentos'^. Como se sabe, conforme al artículo 184°.l
del Código, todo aquél que tenga en su poder un documento que pueda servir
Más allá de cualquier definición amplia o restringida de documento, el artículo 185° del Código
establece que «Son documentos los manuscritos, impresos, fotocopias, fax, disquetes, películas,
fotografías, radiografías, representaciones gráficas, dibujos, grabaciones magnetofónicas y
medios que contienen registros de sucesos, imágenes, voces; y otros similares». Por lo que
sera esta la definición de documento a emplearse en el presente trabajo..
asi
flPt. 225° La actividad procesal
162
La prueba flpt. 225°
nezcan en depósito judicial En todos los casos en que el Fiscal haya reque
rido la exhibición de un documento o lo haya secuestrado por alguna cau
sal de urgencia, el afectado podrá recurrir al Juez de la Investigación pre
paratoria a fin de que resuelva lo conveniente.
El artículo 224°.3, establece que si se tratara de documentos que contie
nen información considerada secreto de Estado, esto es, información clasificada
o reservada conforme a la Ley de la materia, y así lo hace saber al Fiscal el
funcionario responsable, el Fiscal debe pedir al Presidente del Consejo de
Ministros confirme la calidad de secreto del documento en cuestión, de con
firmar el Primer Ministro tal carácter, el Fiscal, si considera que el documento
requerido es indispensable para el esclarecimiento de los hechos, acudirá al
Juez de la investigación preparatoria para que previa audiencia con la asisten
cia de las partes, decida la clausura de la investigación. Debe precisarse, que sólo
se clausurará la investigación si es que el documento en cuestión fuese el
único elemento de prueba de los hechos, de lo contrario continuará la inves
tigación con la actuación de las demás pruebas y acopio de la información
correspondiente por otros medios.
Sin embargo, lo establecido en dicho articulo 224°.3, nos parece contra
dictorio con el artículo 165°.2 y 3, al cual remite el numeral 1) del mismo
224°.3, puesto que el artículo 165°.2 dispone que ante la información de que
se trata de un secreto de Estado, el funcionario (en este caso el Fiscal) pedirá
información al Ministro del Sector correspondiente a fin de que en el plazo de
15 días precise si la información requerida se encuentra dentro de los alcances
del secreto de Estado, conforme a la Ley de la materia. D e ser positivo el
informe del Ministro, el Fiscal recurrirá al juez, quien de oficio o a solicitud de
parte requerirá la información respectiva, inclusive podrá citar a declarar a los
funcionarios públicos que corresponda. Con lo que aparentemente se esta
blecería la potestad del Juez para resolver sobre la calidad de secreto de Esta
do y la incorporación de la información o del documento en el proceso. Al
respecto SAN MARTÍN CASTRO (2003: p. 585), expresa similar criterio al
comentar el articulo 153° del CPP de 1991, que contenía idéntica disposi
ción1"1. Debiendo precisarse que si bien el artículo 165° está referido específi-
463
APt. 225° La actividad procesal
464
La prueba flpt. 225°
CAPÍTULO VII
EL CONTROL DE COMUNICACIONES
Y DOCUMENTOS PRIWDOS
El numeral 10 del artículo 2 o de la Constitución Política del Estado esta
blece el Derecho a la Inviolabilidad de las comunicaciones y documentos
privados; reconociendo de este modo a la persona la facultad de exclusión de
la injerencia de extraños en sus relaciones privadas1"3. En este sentido, la pro
tección del individuo abarca todo tipo de intrusiones, sea cual fuere el ámbito
102
RUIZ MIGUHL en cita de SAN MARTÍN CASTRO 2003, p. 583.
m
liste criterio es el señalado por CALDERÓN CliRliZO y CIIOCLÁN MONTALVO
(2005: p, 267) al referirse al artículo similar de la Constitución Kspañola.
165
La actividad procesal
104
Debe precisarse no obstante, que en el sistema de correos existen los envíos postales sujetos
a la llamada «etiqueta verde», en cuya envoltura se hace constar su contenido, o en todo
caso que el remitente ha aceptado la posibilidad de que el paquete sea abierto para verificar su
contenido. Todo ello de conformidad con el Convenio sobre paquetes postales, de Washington
el 14 de diciembre de 1989, el mismo que ha sido suscrito por la mayoría de países.
1111
En cuanto al término 'comunicación', para efectos de este trabajo, tomaremos en cuenta la
definición proporcionada por la Lev N° 27697 del 10 de abril del 2002, modificada por la Ley
N° 28950 del 16 de enero del 2007, la que en su artículo 2° entiende por comunicación «a
cualquier forma de transmisión del contenido del pensamiento, o de una forma objetiva de éste, por cualquier
medio. (...), no interesa que elproceso de transmisión de la comunicación se haya o no iniciado». Asimismo,
otorga el mismo tratamiento al medio por el cual se transmite la comunicación; entendiendo
por 'medio' «al soporte material o energético en el cual se porta o se transmite la comunicación». Concepto
que podemos complementarlo con definiciones doctrinarias como la que proporcionan
MORUNO CATENA y CORTÉS D O M Í N G U E Z (2005: p. 246), quienes refieren que una
comunicación es la «... transmisión que un sujeto hace a otro de alguna noticia, por lo que no
tienen cabida en el concepto los envíos de objetos que por sí mismos no sirven a aquellos
fines (envío de mercancías por ejemplo)».
106
En la comunicación postal se incluye todo tipo de envíos como sobres, paquetes etc., sin
embargo, no se incluye equipaje de viajero, el que en todo caso queda sujeto a las normas de
seguridad del transporte y prevención del delito así como a las normas de migraciones, en tal
caso lo que corresponde es realizar la diligencia de registro tal como ya se ha tratado en
páginas anteriores.
466
La prueba
La Ley N° 28950, en actual vigencia en nuestro medio, considera que sólo es posible afectar
el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones y documentos privados, mediante
interceptaciones y controles por parte de la autoridad competente, en casos de investigaciones
de delitos graves, tales como: secuestro agravado, trata de personas, pornografía infantil,
robo agravado, extorsión agravada, tráfico ilícito de drogas, tráfico ilícito de migrantes,
asociación ilícita para delinquir, delitos contra la humanidad, atentados contra la seguridad
nacional y traición a la patria, peculado, corrupción de funcionarios, terrorismo y delitos
tributarios y aduaneros. Por lo que aun cuando el Código no establece nada al respecto en
cuanto se refiere a la interceptación, incautación y apertura de correspondencia postal y
telegráfica (art 226°), y habla de delitos sancionados con pena privativa de libertad mayor de
4 años, cuando se refiere a intervención o grabación de comunicaciones telefónicas radiales u
otras análogas (art. 230°), creemos que el criterio que se ha tenido para considerar la gravedad
de los delitos considerados en la referida Ley, deberán ser tenidos en cuenta al momento en
que el Juez autorice la afectación de las comunicaciones y documentos privados.
Iín el mismo sentido LÓPEZ BARJA DK QU1ROGA: 2004; p. 1197.
167
API. 226° La actividad procesal
Subcapítulo I
La interceptación e incautación postal
468
La prueba flpt. 226"
^ COMENTARIO
liste artículo concretamente se refiere a la interceptación, incautación y aper
tura de comunicaciones y envíos postales o telegráficos. En éstas se incluyen
las cartas o comunicación epistolar, los envíos de todo tipo como pliegos,
sobres, valores109, paquetes, bultos o carga en general; asimismo, se incluye
telegramas o cualquier tipo de comunicación por el sistema telegráfico, así
como también otros objetos de correspondencia o envío postal.
Se debe entender por interceptación o aprehensión a "... la toma de pose
sión de una comunicación a través de su apoderamiento físico durante el
proceso de enlace entre el emisor y el receptor" (SAN MARTÍN CASTRO:
2003, p. 578); la interceptación se podrá realizar en lugar de origen, en el lugar
de destino o en cualquier lugar de tránsito y en cualquier momento. Por incau
tación ya lo hemos explicado líneas antes, sin embargo debe entenderse que en
este caso, se trata propiamente de un secuestro y no de incautación como dice
la norma. Y por apertura, obviamente, la diligencia consistente en revisar y
tomar conocimiento del contenido de la información o comunicación conte
nido en un sobre, paquete o bulto cerrado; de tratarse de información escrita
o gravada de cualquier otro modo en algún soporte material, se le dará lectura
o descifrará la información levantándose el acta correspondiente, en el caso
de telegramas o comunicaciones afines, obviamente no será la apertura el
modo como se tome conocimiento del contenido de la comunicación, en este
caso será suficiente con recabar una copia del telegrama.
Debemos entender que al referirse la norma a 'valores', está haciendo referencia a títulos
valores como letras de cambio, chec]ucs, pagarés, Warrants, acciones, etc.
469
API. 226° La actividad procesal
Al contrario de lo dispuesto en este artículo, para las intervenciones telefónicas o radiales (art.
230) se ha limitado dichas medidas sólo a la investigación de delitos cuya pena privativa de
libertad es superior a los cuatro años.
470
La prueba flp|. 227°
171
API. 227° La actividad procesal
~Sv COMENTARIO
472
La prueba flp|. 229°
En quinto lugar, para qué llevar al despacho del Fiscal documentos irre
levantes que después se van a tener que entregar a su destinatario cumpliendo
la Fiscalía labor de mensajera, con el correspondiente gasto de tiempo y es
fuerzo, si tranquilamente se pueden seleccionar los documentos de interés en
la misma oficina postal, evitándose todo este trámite ocioso e innecesario.
473
APt. 229° La actividad procesal
"S. COMENTARIO
Este artículo, está referido a la correspondencia que no se encuentra en
las oficinas o empresas postales o telegráficas, es decir la que se encuentra en
poder de particulares; debiendo manejarse el criterio amplio de correspon
dencia en el que se comprende todos los envíos susceptibles de remitirse
utilizando la vía del servicio postal o de entidades que presten este servicio.
Como el artículo claramente lo indica, ante el requerimiento del Fiscal, aquél
que tenga en su poder la correspondencia, debe entregarla, de lo contrario se
le volverá a requerir bajo apercibimiento de denunciarlo o investigarlo por
delito de desobediencia a la autoridad, y eventualmente, si se tratara de un
paquete que contiene un bien o valor que constituye objeto, efecto o ganancia
del delito podrá ser investigado por delito de lavado de activos, conforme a la
ley 27765. En el caso que se tratara de efectos o documentos sujetos a secreto
de Estado, secreto profesional o inmunidad diplomática, se procederá con
forme se ha indicada en el subcapítulo anterior.
Subcapítulo II
La intervención de comunicaciones
y telecomunicaciones
175
flPt. 231° La actividad procesal
^ COMENTARIO
La doctrina española y la Jurisprudencia del Tribunal Supremo, aten
diendo a la intensidad de la injerencia en los derechos de las personas que
significa esta medida, han elaborado presupuestos o requisitos que de no cum
plirse no se podrá autorizar o el resultado que se obtenga no podrá ser usado
como prueba. Estos requisitos a juicio de CALDERÓN C E R E Z O y C H O -
CLÁN MONTALVO (2005: p. 272 y ss) están referidos a lo siguiente:
a) La exclusiva jurisdiccionalidad, para algunas legislaciones el Juez es
el encargado de realizarla, para la nuestra únicamente de autorizarla
o en todo caso de realizar el control posterior, cuando alguna de las
partes cuestione la diligencia. Se deja a salvo los casos de autoriza
ción del titular del derecho, es decir, cuando el interlocutor accede
476
La prueba flpj, 231°
177
flpt. 231° La actividad procesal
1,1
Como ya se ha indicado, las normas en actual vigencia limitan aún más la procedencia de este
tipo de injerencias, al autorizarlas sólo en determinados delitos, cuya pena son de mucha
mayor gravedad que las penas privativas de libertad de 4 años.
478
La prueba ftrt. 231"
Subcapítulo III
El aseguramiento e incautación de
documentos privados
112
GARCÍA TOMA en cita de San Martín Castro (2003: p. 583).
'" R U I / MIGUIÍL en cita de San Martín Castro (2003: p. 593).
079
flPt. 232° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Este artículo al igual que el 227° del Código resulta desacertado, o en
todo caso poco funcional, puesto que pone una serie de trabas para que el
Fiscal pueda realizar sus funciones de investigación y pueda recabar debida
mente la información necesaria para el esclarecimiento de los hechos, a la vez
que su contenido resulta ilógico y contradictorio. En efecto, al disponer que:
cuando la Policía o el Fiscal en el marco de un registro personal, una inspección en
un lugar o en el curso de un allanamiento encuentre un documento privado, si
no hubiera recabado autorización de incautación del Juez, debe limitarse a
asegurarlo, sin examinar su contenido, prácticamente frustra la diligencia y estropea
su utilidad para al investigación; lo cual se agrava si se tiene en cuenta que en
ningún momento prevé los supuestos de urgencia y peligro en la demora, en
los que en otros casos, autoriza al Fiscal o a la Policía para efectuar el secues
tro con fines de investigación. Peor aun, si se contrasta este artículo con el
316° se advierte que ni siquiera se permite la incautación de los instrumentos,
efectos o ganancias del delito, si éstos estuvieran constituidos por documen-
180
La prueba flpt. 232°
481
fiPt. 233° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Este criterio referido a la protección de documentos privados se hace
extensivo a la protección de libros, comprobantes y documentos contables y
administrativos de una persona natural o jurídica, tal como lo establece el
482
La prueba flp|. 234"
CAPÍTULO VIII
EL LE\ANTAMIENTO DEL SECRETO BANCARIO
Y DE LA RESERVA TRIBUTARIA
483
API. 231° La actividad procesal
lu
«Algunos juristas han considerado que el secreto bancario y la confidencialidad es producto
de la práctica y los usos de la banca que permite establecer este tipo de sigilo o reserva».
BOUTINI, Gilberto: «El Secreto Bancario en el Derecho Panameño». Fn: Memoria del
XVI Congreso Latinoamericano de Derecho Bancario. Hditorial Fundación UNA, Costa
Rica, 1997, p. 70.
«Fl secreto Bancario está enraizado en la práctica tradicional del common laiv y constituye una
dimensión importante de la vida privada de las personas y de las sociedades comerciales. «La
no divulgación de información financiera a los competidores, proveedores, acreedores y clientes
es un derecho que el mundo de los negocios da por sentado ..., la confidencialidad y la
utilización oportuna de la información suelen ser consideradas en el mundo de los negocios
como una de las reglas fundamentales de la economía de mercado». Jack A. BLUM, Michel
1.1ÍVI, R. Thomas NAYLOR y Phil WILIJAMS: «Refugios Financieros, Secreto Bancario
y Blanqueo de Dinero», p. 102.
115
Gilberto BOUTINI, también refiere que el secreto bancario, a su criterio, «en una obligación
legal prevista en la norma, cuva violación puede engendrar la acumulación, tanto la
responsabilidad penal de quien la infrinja, como la responsabilidad civil, basado en un mismo
hecho coetáneo que permita ambas acciones». Ob. Cit. p. 71.
"' Fl Tribunal Supremo de los listado Unidos ha reconocido su jerarquía de Derecho
Constitucional vinculado al derecho a la Intimidad. Jack A. BLUM, Michel J.LYI, R.
I'homas NAYLOR y Phil WILLIAMS: «Refugios Financieros, Secreto Bancario y
Blanqueo de Dinero», p. 102.
1.7
«Kn Suiza, el secreto Bancario siempre ha sido considerado como un componente importante
del derecho personal a la privacidad y a la libertad, y ha sido constantemente protegido por
los Tribunales Federales Suizos desde que fueron establecidos, en 1874». PACHLATKO,
Andreas: «El Secreto Bancario Suizo, sus alcances y limitaciones», p. 34.
1.8
Ibidem, p. 127.
"'' Ibidem, p. 127.
También Luis LAMAS PUCCIO citando a MARCUSE, refiere: «Los banqueros, como los
abogados y los médicos, consideran que las operaciones que les son confiadas por sus clientes
181
La prueba flpt. 235°
485
flPl. 235° La actividad procesal
>& COMENTARIO
El derecho (o la obligación -al decir de BAUTINI-) a mantener en secre
to, o por lo menos en reserva, las operaciones que una persona realiza ante las
Instituciones Financieras, ha impedido a las distintas autoridades tener acceso
a la información necesaria para la investigación y esclarecimiento de diversos
hechos delictivos cometidos utilizando, precisamente, al sistema financiero;
pues amparándose en el secreto bancario, los banqueros o los funcionarios
del sistema, se han mostrado reticentes a informar a las autoridades encarga
das de la persecución y procesamiento de acciones delictivas (BLANCO
CORDERO: 1999, p. 17); ello a pesar de las altas probabilidades de que di
chos funcionarios podían tener conocimiento, o por lo menos, podían sospe
char, de la ilicitud de las operaciones realizadas al interior de sus entidades, o
también de las altas probabilidades de que, podían conocer el origen ilícito de
los fondos comprendidos en las diversas operaciones o transacciones realiza
das en los bancos y demás entidades financieras.
086
La prueba flp|. 235°
487
flPt. 235° La actividad procesal
4B8
La prueba flpt. 235°
I .os delitos comprendidos en el artículo I o de la Lev N° 27379 son entre otros: Delitos
perpetrados por una pluralidad de personas o por organizaciones criminales, siempre que en
su realización se hayan utilizado recursos públicos o hayan intervenido funcionario o servidores
públicos o cualquier persona con el consentimiento o aquiescencia de éstos. Delitos de
peligro común; delitos contra la Administración Pública; delitos aduaneros; delitos tributarios.
Delitos de terrorismo; TID; lavado de dinero; delitos contra la I Iumanidad; delitos contra el
listado v la defensa nacional; etc.
flPl. 235° La actividad procesal
090
La prueba flpl. 236°
491
API. 236° La actividad procesal
^ COMENTARIO
492
La prueba flpt. 236°
L E V A N T A M I E N T O D E LA R E S E R V A D E IDENTIDAD
(BURSÁTIL)
La Reserva Bursátil está contenida en el Decreto Legislativo N° 861, Ley
del Mercado de Valores, del 22 de octubre del 96, que modificó al D. Legisla
tivo 755, en el mismo que se establece que está prohibido a los directores,
funcionarios, trabajadores de las sociedades agentes, así como a los miembros
del Consejo Directivo, funcionarios y trabajadores de las bolsas, suministrar
cualquier información sobre los compradores o vendedores de los valores
transados en bolsa, a menos que se cuente con autorización escrita; y en gene
ral, que los funcionarios y trabajadores de CONASEV (Comisión Nacional
Supervisora de Empresas y Valores), están obligados a mantener reserva res
pecto a la información a la que acceden.
493
flPt. 237° La actividad procesal
CAPÍTULO IX
LA CLAUSURA O VIGILANCIA DE
LOCALES E INMOVILIZACIÓN
191
La prueba flpl. 241°
>Sv COMENTARIO
Las medidas de clausuraj vigilancia de locales, se realizarán sobre los inmue
bles vinculados al delito, sea porque su intervención es necesaria para el escla
recimiento del delito o porque constituyen medios (instrumentos), efectos o
ganancias del delito y serán objeto de incautación con fines de su posterior
decomiso.
La clausura consiste en la suspensión temporal de las actividades que se
desarrollan en el local, negocio o establecimiento en general, impidiendo el
ingreso de personas ajenas a la investigación o procesamiento del delito, con la
finalidad de asegurar, para su posterior recojo o secuestro, las evidencias, huellas o
rastros y demás efectos vinculados al delito122. En este caso, la clausura del local
Se tratará de un secuestro, cuando se tenga que afectar determinados bienes sobre los cuales
se reconocen derechos o titularidad a las personas, y si se tratara de otro tipo de efectos o
495
APf. 241° La actividad procesal
496
La prueba flpl, 241°
salen del lugar, qué bienes o especies se ingresan, guardan o sacan del mismo,
etc.; de reunirse información útil a través de la vigilancia, de inmediato se
podrá solicitar al allanamiento y el registro correspondiente con fines de se
cuestro, incautación o recojo de evidencias. Asimismo, de advertirse activida
des configurativas de flagrante delito, podrá intervenir directamente la Policía
sin necesidad de autorización alguna.
La inmovilización a la que se hace referencia en este articulado consiste en
la afectación temporal de bienes muebles (mercaderías u otros similares), do
cumentos (libros, comprobantes, documentos contables y administrativos) o
también medios de transporte que tienen la condición de inmuebles como las
naves o aeronaves, así como también se habla de la inmovilización de dinero
depositado en cuentas bancanas. Esta afectación consiste en una retención por
un tiempo determinado (SAN MARTÍN CASTO: 2003, p. 584) de los bienes
o documentos de tal modo que se impide su traslado o disposición, con la
finalidad de evitar su ocultamiento, traslado o adulteración, cuando dichos
bienes sean útiles para el esclarecimiento de los hechos o constituyan efectos
o productos del delito. Generalmente es una medida previa al secuestro o a la
incautación, pero también puede disponerse cuando sea necesario realizar
determinadas diligencias o pericias sobre lo bienes o mercancías, las mismas
que al momento en que se disponen la medida no es posible realizarlas; en
este caso, se requiere asegurar los bienes para que no sean cambiados, adulte
rados o impedir que su aporte probatorio sea estropeado.
497
flPt. 241° La actividad procesal
, TÍTULO IV 1
LA PRUEBA ANTICIPADA
"SL COMENTARIO
Numeral 1)
Sin ingresar en el amplio debate del concepto de prueba procesal en
general, en el que se considera la posición que sostiene que prueba es tanto la
actividad de averiguación o investigación como la demostración o verifica
ción de lo averiguado y aquella otra que postula que es únicamente esta última
actividad, es preciso señalar previamente que existe consenso en considerar
que, por regla general, la prueba debe actuarse en el escenario del juicio oral.
(SAN MARTÍN: 2001, p. 588). Las actuaciones correspondientes a la etapa
prejurisdiccional no constituyen actos de prueba sino únicamente actos de
investigación. Esta diferencia tiene que ver, entre otras razones, con la inter
vención del juzgador en la práctica de la prueba que no se da, por ejemplo, en
las actuaciones de la investigación dirigida por el fiscal.
Ahora bien, la llamada prueba anticipada es, en buena cuenta, una ex
cepción justificada a la regla por la cual la prueba debe realizarse en el acto del
juzgamiento. (MIRANDA ESTRAMPES: 1997, p. 318). En efecto, la prueba
anticipada es aquella que se practica ante el Juez de la Investigación Prepara
toria en una fase anterior al juicio oral por razones de urgencia debidamente
acreditadas, de manera excepcional, y frente a la imposibilidad fundamentada
de actuarse en el escenario del juzgamiento.
En cuanto al momento en que debe practicarse la prueba anticipada, en
la doctrina procesal española existen dos posiciones marcadamente diferen
tes. (MIRANDA ESTRAMPES: 1997, p. 319). Un sector mayoritario admite
la práctica de la prueba anticipada durante la investigación (instrucción preli
minar o sumario), mientras que otro postula restringidamente que aquella
199
API. 213° La actividad procesal
deberá actuarse una vez concluido el sumario y decretada la apertura del jui
cio oral por el órgano sentenciador. Nuestro Código, como resulta claramen
te del texto del artículo comentado, ha optado por admitir la actuación de la
prueba anticipada tanto durante la investigación preparatoria como durante la
etapa intermedia. En cualquiera de los dos casos, la actuación será antes del
inicio del juicio oral. A diferencia del legislador de 2004, el Código Procesal
de 1991, bajo el nomenjnris de «la actuación de urgencia», contempló la posibi
lidad de la actuación anticipada de un medio de prueba por razones de urgen
cia durante la etapa del juzgamiento, específicamente después de formulada la
acusación fiscal y del ofrecimiento de pruebas, con arreglo a sus artículos 266
y 267.
El Código Procesal Penal colombiano, en sus artículos 274 y 284, tam
bién permite la actuación de prueba anticipada durante la investigación y has
ta antes de la instalación de la audiencia del juicio oral, siempre ante el deno
minado juez de control de garantías y frente a motivos fundados de urgencia
debidamente acreditados. (CASTRO OSPINA: 2005, p. 155).
El Código, en el artículo que se comenta, delimita con precisión los medios
de prueba que podrán practicarse en vía de prueba anticipada. En los literales
a), b) y c) se establece que los únicos medios a actuarse son: la testimonial, el
examen y debate pericial, careo, reconocimientos, inspecciones y reconstruc
ciones. En el caso de los testigos, peritos y personas pasibles de careo, deberá
mediar alguna circunstancia extraordinaria de tal entidad que justifique la ac
tuación anticipada y, a su vez, permita prever que será de imposible realiza
ción en el marco del juicio oral. La casuística judicial tendrá que ir delimitando
en qué situaciones, a la luz del examen de los casos concretos, se justifica la
prueba anticipada.
Numeral 2)
La etapa intermedia del proceso acusatorio impuesto por el Código com
prende los actos relativos al sobreseimiento, la acusación, el auto de enjuicia
miento y el auto de citación a juicio. Sin embargo, el juzgamiento principia
recién con el inicio de la audiencia ante el juzgador. En todo caso, la prueba
anticipada durante esta etapa se actuará siempre ante el juez de la investiga
ción preparatoria, con arreglo a la expresa competencia acordada por el artí
culo 29, numeral 3.
500
La prueba flp|. 243°
>S. COMENTARIO
Numeral 1)
En este numeral se fija la oportunidad de presentación de la solicitud de
prueba anticipada como un primer requisito a tener en cuenta. El marco de
presentación es la investigación preparatoria y el límite es la remisión de la
causa al Juzgado Penal. En este último caso, la disposición deberá ser concor
dada con el artículo 242, numeral 2, debiendo entenderse que la solicitud
deberá ser presentada antes que el fiscal remita la acusación al juez y, de ser
acogida, la actuación se ha de practicar en el curso de la etapa intermedia.
Numeral 2)
El segundo requisito que deberá observar la solicitud de prueba antici
pada está referido a su contenido. En resumen, el numeral comentado exige
una debida motivación fáctica y jurídica que tiene que ver con la precisión de
la prueba a actuar, los hechos que constituyen su objeto, las razones de su
importancia para la decisión en el juicio, la individualización de las personas
intervinientes en el acto que se solicita y las circunstancias que impiden la
actuación en el juicio oral.
Numeral 3)
Los requisitos que se fijan en el presente numeral, referidos siempre a
la solicitud de prueba anticipada, están referidos, en primer lugar, a ciertas
exigencias formales como el señalamiento de los sujetos procesales que se
501
APt. 2flfl° La actividad procesal
502
La prueba Arl. 2flfl°
>5v COMENTARIO
Numeral 1)
El principio de contradicción exige que la solicitud sea puesta en cono
cimiento de los demás sujetos del proceso para que aleguen lo que consideren
pertinente. La prueba ofrecida debe ser objeto de control por la parte que no
la haya ofrecido. Por lo demás, el plazo breve de dos días para que los demás
sujetos presenten sus consideraciones al respecto nos parece adecuado a la
naturaleza de la actuación anticipada.
Numeral 2)
La actuación anticipada de la prueba por el juez puede, en ciertos ca
sos, acarrear perjuicio para la investigación preparatoria que paralelamente
dirige el fiscal. Por ello es que, en el presente numeral, acertadamente se
acuerda al fiscal la facultad de solicitar el aplazamiento de la actuación pedi
da por otra de las partes. Claro está que el juez deberá evaluar el posible
perjuicio alegado y ponderarlo en relación con el eventual perjuicio que
también podría sufrir la actuación de la prueba requerida. En todo caso, la
resolución que dicte el juez estará en directa relación con la motivación del
pedido presentado por el fiscal.
Numeral 3)
Al igual que tratándose del traslado de la solicitud de prueba anticipada a
los demás sujetos, nos parece que el plazo de dos días establecido en el pre
sente numeral para que el juez decida si la acoge o no o, en todo caso, si aplaza
o no la actuación solicitada. Las circunstancias de urgencia que rodean a la
solicitud justifican la brevedad del plazo.
Numeral 4)
La fórmula prevista en el numeral comentado regula la posibilidad de
una abreviación de los términos inclusive por debajo de los dos días para el
traslado y la resolución del juez. Es indudable que esta abreviación extraordi
naria es excepcional y no deberá abusarse de ella. En algunos casos, en efecto,
la espera del cumplimiento regular de los plazos podría acarrear la irremedia
ble pérdida de la posibilidad de actuar la prueba requerida y, en tales casos, se
justifica inclusive la eliminación del traslado al que se refiere el numeral 1) de
este artículo. Sin embargo, lo que no puede obviarse en ningún caso es el
control de la actuación de la prueba por la defensa, al punto que, si no se
pudiese comunicar con la celeridad debida a la defensa constituida, necesaria
mente se deberá contar con la presencia de la defensa de oficio.
503
APt. 215° La actividad procesal
Numeral 5)
Este numeral prevé el contenido mínimo de la resolución judicial que
dispone la realización de la prueba anticipada. En la resolución no se podrá
obviar referirse al objeto de la prueba, es decir, lo que se quiere comprobar a
través de la actuación requerida. Asimismo, se deberá indicar las personas que
instan la práctica y la fecha de la audiencia, así como el mandato para citar a
todos los sujetos procesales.
La realización de la audiencia a partir del décimo día de la citación está
sujeta a la abreviación regulada en el numeral 4), si es que las circunstancias así
lo aconsejan.
Numeral 6)
N o siempre el sujeto interesado instará la práctica de una sola prueba
sino que su pretensión probatoria podrá ser múltiple. En caso que el sujeto
interesado plantee la actuación de varias pruebas y el juez haya acogido dicha
solicitud, la actuación será en audiencia única. Esto obedece al principio de
concentración y también a la necesidad de actuación urgente. En algunos
casos ello no será posible debido a varios factores, entre los cuales podríamos
mencionar la complejidad de las actuaciones y su diversa naturaleza que tor
narían imposible la práctica en una sola sesión, en cuyo caso se deberá habili
tar otra u otras fechas. Piénsese, por ejemplo, en el caso de la solicitud de
actuación simultánea de testimoniales, debates periciales, inspecciones, recons
trucciones, etc. que serían de imposible actuación en audiencia única.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Si bien es verdad la actuación de la prueba anticipada se realiza fuera de
su sede natural que es el juicio oral, también lo es que el legislador de 2004 ha
cuidado que la práctica esté rodeada de las garantías de publicidad y contra
dicción, puesto que la audiencia de actuación es pública y exige la obligatoria
presencia del fiscal y del abogado defensor del imputado. Refiriéndose a la
legislación española MIRANDA ESTRAMPES (1997, p. 326) considera que
la actuación de la prueba anticipada, además de lo precedentemente señalado,
deberá estar presidida por la vigencia de los principios de concentración e
inmediación, de tal modo que la práctica se realice ante el tribunal sentencia
dor y con la intervención de las partes acusadas y acusadoras. En el caso
peruano, al haberse dispuesto que sea el juez de la investigación preparatoria
el encargado de la actuación de la prueba anticipada, en cierto modo quedaría
mellado el principio de inmediación.
Numeral 2)
Es claro que para el texto normativo que se comenta únicamente es
obligatoria la presencia del representante del Ministerio Público y del aboga
do defensor del imputado en la audiencia de prueba anticipada. Lo único
obligatorio respecto de los demás sujetos procesales es la necesaria citación
para el acto al que podrán concurrir si es que así lo desean. En otras realida
des, como por ejemplo la española, según MIRANDA ESTRAMPES (Ibi-
dem), es obligatorio el control de la actuación probatoria anticipada por todas
las partes acusadas y acusadoras, sin excepción. Nos parece que el criterio del
legislador peruano sobre este puntual aspecto es adecuado en la medida que
no se genera indefensión para los demás sujetos del proceso puesto que son
obligatoriamente citados y pueden concurrir a la audiencia si es que así lo
consideran pertinente. Es decir, su participación queda librada únicamente a
su propia decisión y no a una imposición desde afuera.
Numeral 3)
El que las actuaciones probatorias se realicen al margen del escenario del
juicio oral no significa que estén desprovistas de las garantías inherentes a la
práctica de la prueba. En principio, la audiencia es pública y la actuación pro
batoria puede ser controlada por todos los sujetos del proceso — obligatoria-
505
flPt. 246° La actividad procesal
Numeral 4)
El aplazamiento de la práctica de la prueba cuya actuación se haya co
menzado en la audiencia es posible a la luz de la disposición contenida en el
presente numeral. En lo posible lo ideal será que la actuación concluya en una
sola sesión, pero seguramente la práctica nos pondrá ante situaciones que
justificarán la continuación de la audiencia en fecha diferente. Por lo demás,
nos parece que la regla general de disponer la continuación de la actuación
para el día siguiente hábil es coherente con la naturaleza de urgencia de la
prueba anticipada. Y, como las reglas admiten excepciones, se ha dispuesto
que, en caso la continuación no pueda realizarse al día siguiente hábil, se con
temple un tiempo mayor.
Numeral 5)
Resulta lógico que, una vez concluida la actuación de prueba anticipada,
el cuaderno y lo actuado sean remitidos al despacho del fiscal, puesto que
generalmente la investigación preparatoria estará aún en curso. La obtención
de copias por los abogados de los sujetos del proceso garantiza el derecho de
defensa.
*&. COMENTARIO
Las resoluciones que se dicten en el marco de la prueba anticipada, sea
para ordenarla o desestimarla, sea para aplazarla o adelantarla, estarán sujetas,
como no podía ser de otra manera, al control recursal de las partes. El efecto
devolutivo evidentemente alude a que el recurso será tramitado y resuelto por
el órgano jerárquico superior. Además, al no haberse establecido el efecto
suspensivo, se entiende que la resolución podrá ser ejecutada en todos los
casos, a pesar del recurso interpuesto.
506
La prueba APl. 247°
, Tin LO v ^
LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN
x J
>§, COMENTARIO
Numeral 1)
Las llamadas medidas de protección son mecanismos de apoyo o auxilio
que se hacen efectivos en favor de testigos, peritos, agraviados o colaborado
res que se encuentren en situación de grave peligro debido a circunstancias
extraordinarias vinculadas con su intervención en la investigación o proceso.
De lo que se trata es de garantizar a los protegidos que no sufran ningún tipo
de menoscabo en su vida, integridad física o psicológica, libertad o patrimo
nio por acción de personas interesadas en distorsionar o influir en la orienta
ción de su participación en la investigación o el proceso y, de este modo,
lograr, según sea el caso, un testimonio libre, un peritaje imparcial, una firme
imputación o una información veraz y oportuna.
En el derecho comparado se ha regulado el derecho de las personas,
diferentes al imputado, que intervienen en el proceso penal a ser protegidas
de cualquier ataque a su integridad física o psicológica o a su patrimonio que
pretenda silenciarlas u orientar su aporte al proceso en determinado sentido.
Así, en vía de ejemplo, puede mencionarse la LO 19/1994 que en España se
aprobó para proteger a testigos y peritos en causas criminales, «cuando la
autoridad judicial aprecie racionalmente un peligro grave para la persona, la
libertad o los bienes del testigo que solicita el amparo de esta ley, o de su
cónyuge, o de quien estuviera unido a él por análoga relación de afectividad, o
de sus ascendientes, descendientes o hermanos...» ( M O R E N O CATENA:
2001, p. 382). E n la misma orientación, el Estatuto de Roma relativo a la
507
flPl. 2fl7 D La actividad procesal
Numeral 2)
El requisito aquí estipulado para la aplicación de las medidas de protec
ción, por el fiscal o el juez según correspondiere de acuerdo con la fase en la
que se formule la solicitud, tiene que ver directamente con la existencia de una
circunstancia de peligro para la persona, libertad o bienes del solicitante y la
entidad de dicho peligro. Este debe ser de tal gravedad que realmente justifi
que la medida adoptada. N o podrá tratarse de un peligro nimio, superable por
propia acción del testigo, perito, agraviado o colaborador. Cada caso deberá
ser evaluado por el fiscal o el juez en su concreto contexto. La apreciación
racional a la que se refiere el presente numeral precisamente alude a la concre
ción del análisis de cada situación planteada. Lo que es grave para uno no
necesariamente lo será para otro sometido a la misma situación.
508
La prueba flpt. 248°
Como resulta claro del texto comentado, el grave peligro puede recaer
tanto sobre la esfera personal como patrimonial del protegido o de las perso
nas que por extensión se mencionan y con quienes tiene un estrecho vínculo
de parentesco o añnidad.
La regla que se comenta, con criterio acertado, amplía los alcances de la
medida de protección al cónyuge o conviviente, ascendientes, descendientes
o hermanos del solicitante.
509
API. 248° La actividad procesal
^Sv COMENTARIO
Numeral 1)
Las medidas de protección debidamente individualizadas están contem
pladas en este artículo. Se entiende que el fiscal o el juez, según corresponda,
dictarán la medida que, de acuerdo con la situación planteada por el protegi
do, resulte la más adecuada e idónea en orden a conjurar el peligro que se
cierne sobre éste o su familia. Pero nada impide que, si así resulta necesario, el
juez o el fiscal adopte más de una medida respecto de la misma persona.
Literal a)
La protección policial es la designación de personal policial permanente
en el domicilio del protegido, así como en sus desplazamientos cotidianos.
Literal b)
El cambio de residencia persigue que el protegido no sea ubicado por
conocerse el domicilio que habitualmente ocupa.
Literal c)
La ocultación del paradero del protegido persigue básicamente el mismo
fin que el cambio de residencia y, con frecuencia, será aconsejable adoptar
ambas medidas concurrentemente.
Literal d)
La reserva de la identidad y demás datos personales así como la utiliza
ción de claves es un procedimiento que ya fue usado en nuestro país en el
marco de la normatividad que regulaba el delito de terrorismo, específica
mente tratándose de personas que se acogían a la ley de arrepentimiento.
Naturalmente la clave únicamente será de conocimiento de la autoridad que
dicte la medida.
Literal e)
La no identificación visual del protegido durante las diligencias que se
practiquen puede ser lograda a través de diversos medios. Al respecto, es de
recordar que en las audiencias realizadas en el marco del juzgamiento de los
delitos de terrorismo y traición a la patria durante la década del noventa, los
acusados y sus abogados no podían visualizar a los jueces y fiscales «sin rostro»
debido a que la sala de audiencias estaba dividida por lunas especiales que impe
dían la normal visualización, de modo que, al margen de los cuestionamientos
510
La prueba API. 249"
Literal f)
En todo caso lo relevante es que la Fiscalía asume la responsabilidad de
hacerle Llegar las notificaciones y citaciones al protegido. Esto implica obvia
mente un deber de reserva y confidencialidad del fiscal encargado y del perso
nal a su cargo.
Literal g)
La medida prevista en el presente literal está tomada casi textualmente
del artículo 9, literal d) del Decreto Supremo Nro. 020-2001-JUS. Natural
mente el uso de procedimientos tecnológicos estará en función de la disponi
bilidad de recursos económicos. En todo caso, será necesario adoptar medi
das para que, en forma paulatina, se generalice el uso de tales procedimientos
en todas las regiones del país, cuando ello sea necesario.
511
flPl. 249° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El propósito de esta medida adicional de evitar que el protegido sea
fotografiado o que su imagen sea captada a través de cualquier otro procedi
m i e n t o - v í d e o por ejemplo -, es imposibilitar que sea identificado visualmen-
te. La facultad que se otorga a la fiscalía y a la policía para proceder a retirar el
material obtenido con transgresión de lo dispuesto por el presente numeral
podría acarrear no pocos problemas en la práctica, sobre todo cuando estas
imágenes sean captadas por los medios de comunicación. Sin embargo, debe
quedar claramente establecido, en este caso, que la libertad de prensa deberá
ser ejercida con responsabilidad y ponderación, de modo que la prescripción
comentada se constituye en un límite legítimo al ejercicio de dicha libertad, en
aras de preservar la vida, la seguridad y la integridad física y psicológica del
protegido.
De igual modo, el traslado del protegido en vehículos adecuados para las
diligencias y la reserva de un ambiente para su uso exclusivo en sede judicial,
responden al mismo propósito de evitar su identificación visual.
Numeral 2)
En algunos casos será necesaria la continuación de la medida de protec
ción decretada aun después de concluido el proceso. Ello ocurrirá cuando el
hecho condicionante de la medida subsista a pesar de la finalización del pro
ceso. Piénsese, verbigratia, en el caso del testigo cuyo testimonio fue determi
nante para la condena y ha sido amenazado de muerte, amenaza que se pro
longa en el tiempo más allá del proceso penal. En estos casos, el Código
encarga al Fiscal la tarea de decidir si mantiene o no la medida de protección
decretada.
Numeral 3)
La medida de protección contemplada en este numeral, consistente en la
emisión de documentos de una nueva identificación para el protegido y de la
asignación de medios económicos para cambiar de residencia o de trabajo, es,
a todas luces, la más radical y extrema de todas las medidas de protección
previstas en el Código. La naturaleza y connotación de la medida, que impli
cará para el protegido una nueva identidad y una nueva vida en lugar diferente
al de su residencia habitual, con todo lo que ello significa para un ser humano
y su familia, justifican la nota de excepcionalidad a la que se refiere el texto de
la norma comentada. Se debe entender que esta medida de carácter excepcio
nal estará en directa relación con la suma gravedad del peligro que se cierna
sobre la persona y los bienes del protegido y de su familia.
512
La prueba flp|. 250°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Todas las medidas de protección contempladas en el presente Título
comparten la característica de variabilidad propia de las medidas cautelares.
Naturalmente ello no quiere decir que las medidas de protección sean medi
das cautelares ya que éstas últimas están dirigidas a garantizar el cumplimiento
efectivo de la sentencia, característica que no tienen las primeras. Por ello es
que en el numeral comentado se ha establecido que el juez o el colegiado que
se encargará del juzgamiento deberán pronunciarse obligatoriamente sobre si
mantiene, modifica o suprime las medidas de protección adoptadas por el
fiscal o el juez durante la investigación preparatoria o la etapa intermedia.
Es de anotarse que, al igual que las medidas cautelares, las medidas de
protección están sometidas a la regla rebus sk stantibus en la medida que su
vigencia se justifica únicamente mientras subsistan los presupuestos que acon
sejaron su adopción. Pero además, el órgano judicial competente para el jui
cio deberá examinar si procede o no la adopción de otras medidas que no
hayan sido acordadas en las fases precedentes.
513
APt. 251° La actividad procesal
Numeral 2)
La reserva de la identidad y demás datos personales del protegido no es
absoluta. Ella puede ser enervada por razones de actuación probatoria vincu
ladas con el respeto al derecho de defensa, tanto en el marco del juicio oral o
en el contexto de la prueba anticipada. En esa medida, en este numeral se
autoriza expresamente a cualquiera de las partes a solicitar fundamentada-
mente el levantamiento de la reserva de la identidad del protegido antes del
inicio del juicio oral o para la actuación de una prueba anticipada que esté
referida al protegido. El levantamiento de la reserva de la identidad del prote
gido únicamente autoriza el conocimiento de su nombre y apellidos, quedan
do intactas las demás restricciones decretadas, por ejemplo, la utilización de
procedimientos que impidan su identificación visual. Similar tratamiento se
ha dispensado a esta materia en España en orden a preservar el derecho de
contradicción y las garantías del proceso penal que se deben observar durante
el juicio oral y la actuación probatoria. (MORENO CATENA: 2001, p. 382).
Numeral 3)
El respeto a los derechos de defensa y contradicción que justifican el
levantamiento de la identidad del protegido, precisamente se hace patente
cuando las partes pueden proponer nuevas pruebas para acreditar algún he
cho o circunstancia que pudiese influir en el valor probatorio dei testimonio
del protegido. Pareciera que el legislador al redactar el texto del numeral que
se comenta ha querido utilizar el verbo «influir» que es más apropiado que
«incluir» en el contexto de la oración.
>§. COMENTARIO
Numeral 1)
El mecanismo previsto en este numeral no es propiamente una apela
ción contra la decisión del fiscal, puesto que es característica del recurso el
que la decisión impugnada sea revisada por el superior jerárquico, lo que no
ocurre en la relación juez —fiscalque es de naturaleza distinta. Por esta razón,
514
La prueba flPt. 252°
Numeral 2)
En este numeral se establece el recurso de apelación en un solo efecto
contra las resoluciones que, en un sentido o en otro, resuelvan las solicitudes
de medidas de protección. Entendemos que el recurso de apelación está refe
rido a las medidas de protección adoptadas por el juez. Las que acuerde el
fiscal están sometidas al control judicial del examen previsto en el numeral
anterior, de tal manera que, a nuestro modo de entender, no se debe interpre
tar que aquellas resultan también apelables ante el superior jerárquico del fis
cal provincial.
>s. COMENTARIO
515
flpf, 252° La actividad procesal
516
SECCIÓN I I I
LAS MEDIDAS DE
COERCIÓN PROCESA
TÍTULO i
PRECEPTOS GENERALES
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Este inciso consagra el principio de legalidad en orden a la restricción de
los derechos fundamentales en el curso del proceso penal, de tal suerte que
517
APt. 253° La actividad procesal
queda establecido que éstos sólo podrán ser limitados siempre y cuando tales
restricciones estén expresamente previstas y autorizadas por la ley. Como bien
se ha señalado en cuanto al principio de legalidad, «... su vigencia no es exclu
siva del Derecho Penal, sino que pertenece a todo el ordenamiento jurídico en
sus diversas disciplinas» (CASTILLO ALVA: 2002, p. 21). Su vigencia y apli
cación, por tanto, también es necesaria en el ámbito del Derecho Procesal
Penal. Ahora bien, los derechos fundamentales pueden ser restringidos, en
el marco del proceso penal, a través de las medidas de coerción procesal,
sean estas de naturaleza personal o real. Como quiera que dichas medidas
coercitivas suponen, como ya se ha explicado, una suerte de injerencia, in
tromisión o «agresión» a los derechos fundamentales del imputado, tales
como la libertad individual, la propiedad, la inviolabilidad de domicilio, el
secreto de las comunicaciones, etc., es lógico y necesario que ello sólo pue
da ocurrir si es que el mecanismo procesal de restricción o limitación de
derechos está previamente establecido por la ley. Pero no sólo ello: también
es indispensable que, al dictarse cualquiera de las restricciones previstas
normativamente, se cuide que, en el caso concreto, exista una real adecua
ción a los requisitos que la norma establezca para la medida de coerción
procesal de qu se trata. A esto último se refiere el Código cuando establece
que los derechos fundamentales sólo podrán ser restringidos en el proceso
penal con las garantías previstas en la ley.
Numeral 2)
En una redundancia innecesaria este inciso vuelve a referirse al principio
de legalidad aplicado a la restricción de derechos fundamentales en el proceso
penal cuando estipula que «la restricción de un derecho fundamental requiere
expresa autorización legal». Sin embargo, a continuación introduce el concep
to del principio de proporcionalidad que también deberá ser aplicado en la
imposición de las medidas de coerción procesal. Como sabemos, en el ámbito
penal el principio de proporcionalidad implica la idea de justicia y equivalen
cia entre el daño causado por la comisión del delito o la afectación de bienes
jurídicos y la pena o sanción que se impone al autor, siendo necesario precisar
que no se trata de una equivalencia matemática o estrictamente material, a la
manera del talión, sino de una relación valorativa en la que se deben ponderar
una serie de factores de acuerdo con cada caso (CASTILLO ALVA: 2002, p.
282 y ss). Trasladado este concepto a la región de las medidas de coerción
procesal, se debe entender que en el marco del proceso penal, cuando el juez
dicte una de tales medidas, deberá considerar la existencia de una cierta equi
valencia o proporcionalidad entre los objetivos cautelares perseguidos y la
entidad de las restricciones impuestas. En tal sentido y a manera de ejemplo,
no sería proporcional que se dictase prisión preventiva contra el presunto
autor de un delito cuya pena conminada sea la de multa; o se trabe embargo
518
Las medidas de coerción procesal (Jpj. 253°
sobre todos los bienes del imputado, cuando de autos resulte que es suficiente
que la medida recaiga únicamente sobre algunos de ellos.
Finalmente, queda establecido que en la imposición de cualquier medida
de coerción procesal es obligatoria la existencia de suficientes elementos de
convicción, es decir, de la suficiente evidencia probatoria, que no es otra cosa
que la verosimilitud de la imputación.
Numeral 3)
La disposición bajo comentario resulta bastante parecida en su redac
ción al artículo 132° del Código Procesal Penal de 1991. En ella el legislador
del 2004 ha plasmado la vigencia y aplicación del sub-principio de necesidad,
derivado del principio de proporcionalidad; así como también ha considerado
pertinente mencionar en este inciso ciertas características de las medidas cau
telares como la provisionalidad y la variabilidad. Finalmente, se ha consigna
do en la disposición los presupuestos de algunas medidas de coerción proce
sal, tales como el riesgo de fuga, de ocultamiento de bienes, de obstaculiza
ción, etc.
Ha hecho bien el legislador en establecer que la restricción de derechos
fundamentales en el proceso penal sólo será posible cuando fuere indispensa
ble y en la medida y por el tiempo necesario, en orden a evitar riesgos de fuga,
ocultamiento u obstaculización. N o ha hecho otra cosa que resaltar la vigen
cia del sub-principio de necesidad por el cual toda medida cautelar debe ser
dictada por el juez sólo en el caso que, mediante otros mecanismos menos
gravosos para el afectado, no se pudiesen lograr los mismos objetivos; así
como también la importancia de las características de provisionalidad y varia
bilidad por las cuales las medidas cautelares se encuentran sometidas a la regla
rebm sic stantibiis, de tal modo que, si cambian los presupuestos bajo los cuales
fueron dictadas, también aquellas quedarán sin efecto o podrán ser reempla
zadas, todo lo cual guarda también estrecha relación con la instrumentalidad
de las medidas de coerción procesal en tanto no son fines en sí mismas sino
que dependen de los fines del proceso principal.
Sin embargo, consideramos que se ha hecho mal en establecer como
uno de los objetivos o presupuestos de las medidas de coerción procesal la
evitación del peligro de reiteración delictiva. En efecto, el evitar la reiteración
delictiva constituye una expresa alusión a la prevención especial que es uno de
los fines de la pena, de tal suerte que dicho fin de ningún modo puede ser
válidamente perseguido mediante la adopción de una medida cautelar en el
marco de un proceso penal aún no concluido en el que todavía no ha sido
destruida la presunción de inocencia. Por ello, cuando el legislador pretende
evitar el peligro de reiteración delictiva mediante una medida cautelar, no hace
519
(ÍPt. 254° La actividad procesal
sino adelantar indebidamente los efectos de una pena aún no impuesta. En tal
sentido, confiamos en que nuestros jueces, en vía de interpretación y aplican
do principios constitucionales de orden superior, en ningún caso fundarán
una medida de coerción procesal en «el peligro de reiteración delictiva».
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Dada la naturaleza restrictiva de derechos fundamentales que comportan
las medidas de coerción procesal, el Código exige que ellas sean acordadas me
diante auto debidamente fundamentado y previa solicitud del sujeto procesal
legitimado. Del análisis de esta disposición podemos extraer los siguientes ele
mentos: a) El que sea el Juez de la Investigación Preparatoria quien las dicte,
alude claramente a una de las características de las medidas cautelares cual es la
jurisdiccionalidad: nadie más que el juez las puede dictar en el marco del proce
so penal; b) La exigencia de motivación de la resolución se funda en el mandato
constitucional contenido en el artículo 139°, inciso 5 de la Carta Magna; c) El
juez no podrá más dictar medidas de coerción procesal de oficio, puesto que
será requisito sirte qua non la previa solicitud del sujeto procesal legitimado, esto
es, Ministerio Público y el actor civil, en algunos casos taxativamente estableci
dos; y d) En cuanto al trámite, al existir remisión a lo dispuesto por los numera
les 2) y 4) del artículo 203° del Código, se debe entender que, si el juez lo
considera pertinente y no existiese riesgo de pérdida de finalidad de la medida,
520
Las medidas de coerción procesal flpj, 255°
"S. COMENTARIO
Numeral 1)
Como dijéramos al comentar el artículo precedente, el Código no ha pre
visto como una facultad de los jueces la imposición de medidas cautelares de
oficio, de tal suerte que sólo podrá decretarlas ante el previo pedido presentado
por el Fiscal o el actor civil. El actor civil tan solo podrá solicitar medidas coer
citivas reales, sobre todo el embargo y la ministración provisional de posesión,
así como también la anotación preventiva de la demanda de nulidad u otra
medida inhibitoria conforme al numeral 1) del artículo 15° del Código. Sin
embargo, en ningún caso, las medidas coercitivas personales, como la prisión
preventiva, el impedimento de salida, la incomunicación, etc. Tal restricción se
funda en la posición del actor civil dentro del proceso penal, en el que persigue
la acción reparatoria y no le está permitido pedir sanción. Aun cuando nada
impide al actor civil para solicitar al fiscal que éste a su vez las solicite al fuez
competente, previa la evaluación correspondiente, haciendo suva tal petición.
Numeral 2)
La cláusula rebits sic stantibus está consagrada en este numeral, en tanto se
ha establecido que la decisión jurisdiccional que haya acordado la imposición
o rechazo de una medida de coerción procesal pueda ser reformada cuando
los supuestos que dieron lugar a su dictado hayan variado. Debemos precisar
que esta disposición sirve tanto para dejar sin efecto una medida cautelar
como para imponerla cuando ésta haya sido rechazada en principio. Esta re
gla se funda en la mutabilidad de los hechos y circunstancias que el juez tuvo
522
Las medidas de coerción procesal flPt. 256°
Numeral 3)
Como quiera que el actor civil persigue la reparación del daño causado
por el delito en el marco del proceso penal, no está legitimado para pedir la
reforma, revocatoria o sustitución de las medidas de coerción personal pre
vistas en el Código, tales como la prisión preventiva, la incomunicación, el
impedimento de salida, etc., que son medidas cautelares cuya variabilidad sólo
podrá ser solicitada por el imputado o el Fiscal, pedido que será visto en
audiencia tras la cual el juez resolverá lo pertinente en el plazo de tres días.
listo no ocurría en el Código Procesal Penal de 1991 en el que, por ejemplo,
en su artículo 139° se establecía que «si durante la investigación resultaren
pruebas de que el imputado en situación de comparecencia está incurso en los
supuestos del artículo 135°, el Juez, a petición del Fiscal o del actor civil,
ordenará detención.»
"Sk COMENTARIO
La disposición de este artículo es otra de las manifestaciones de la regla
rebits sk stantibus y de la característica de provisionalidad de las medidas caute
lares, las cuales hacen perfectamente posible la sustitución de una medida o la
acumulación con otra de mayor gravedad, cuando el sujeto de la medida cau
telar ha infringido los términos de la medida impuesta. Así, podría darse el
caso que el imputado sujeto al mandato de comparecencia restrictiva mcum-
523
API. 257° La actividad procesal
pía las restricciones impuestas, en cuyo caso podrá sustituirse esta medida pol
la de prisión preventiva, o inclusive acumularla con el impedimento de salida,
por ejemplo.
N o cabe duda que, aun cuando la norma utiliza la expresión imperativa
«determinará», se trata de una facultad conferida al juez, el que podrá, incluso,
denegar el pedido de la parte legitimada si es que considera que la infracción
es de tal entidad o que los motivos y circunstancias en que se ha cometido, no
ameritan una sustitución o acumulación de la medida con otra de mayor gra
vedad, de tal modo cpe no hay necesariamente una relación de causa a efecto
automática entre la trasgresión y la sustitución o acumulación. En todo caso,
el juez tendrá que evaluar si corresponde o no en cada caso concreto.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Las resoluciones que resuelvan en cualquier sentido, de oficio o a solici
tud de parte legitimada, todas y cada una de las medidas de coerción procesal,
sean éstas personales o patrimoniales, pueden ser cuestionadas por el Fiscal y
el imputado a través de los medios de impugnación previstos en el propio
Código.
Numeral 2)
Congruentemente con su situación dentro del proceso penal, el actor
civil y el tercero civil sólo podrán cuestionar las medidas de coerción procesal
de carácter real que afecten su derecho. Están fuera de su alcance impugnato-
rio las medidas de coerción personal.
^ COMENTARIO
Quienes no han solicitado la medida cautelar e inclusive aquellos sujetos
procesales que no están legitimados para hacerlo, llámese actor civil o tercero
civil respecto de las medidas de coerción personal, podrán participar en el
trámite ya iniciado o en el procedimiento de impugnación en curso, mediante
la presentación de informes escritos o de cualquier requerimiento. Se entien
de que tal intervención ha sido acordada en atención al principio de contra
dicción que rige en el proceso penal acusatorio. Sin embargo, esta participa
ción estará condicionada a que con ella no se ponga en nesgo el logro de la
finalidad de la medida, en cuyo caso el juez podrá rechazarla.
r TÍTULO II - .
LA DETENCIÓN
v i
Con G I M E N O SENDRA (2001, p. 268) podríamos definir la detención
como «... toda privación de libertad, distinta a la prisión provisional, que pue
da ocasionarse en función de un procedimiento penal». Se trata de una medi
da cautelar de orden personal para la cual deben concurrir tanto el fitmus boni
juris como el periculum in mora. Como certeramente puntualiza el mismo GI
M E N O (2001, p. 267), se diferencia de la prisión provisional en dos aspectos
fundamentales: a) Puede ser adoptada por persona o autoridad distinta a la
jurisdiccional, de tal suerte que podrá ser acordada por la Policía e inclusive
por los particulares, excepto la llamada detención preliminar judicial prevista
en el artículo 261°; y, b) Es provisionalísima y no sólo provisional como las
demás medidas de coerción procesal, en atención al breve plazo de duración
que el Código establece (24 horas y hasta 15 días, tratándose de los delitos de
terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas).
525
API. 259° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La potestad policial para detener en flagrancia, sin orden previa del juez,
se funda en el artículo 2, numeral 24, literal «f» de la Carta Política. Como es
obvio, es requisito sitie qua non la existencia de flagrancia, siendo este el único
supuesto en el que la autoridad policial puede proceder a Ja detención: cual
quier privación de la libertad acordada por la policía en la que no medie fla
grancia deberá reputarse ilícita.
Quizás sea deseable que en una futura reforma constitucional se incor
pore la urgencia como otra de las excepciones (al margen de la flagrancia) a la
detención por mandato judicial, aplicable a supuestos en los que ya no existe
flagrancia ni cuasi flagrancia pero en los que la policía tiene conocimiento cierto
de la comisión de un delito grave cuyo autor se encuentra en un lugar deter
minado y a punto de huir, supuestos en los que, por razones de tiempo o
lugar, no sea posible recurrir inmediatamente al juez sin poner en peligro la
efectiva aprehensión del delincuente. Como enseña SAN MARTÍN CASTRO
(2001, Volumen II, p. 808), dicha figura está regulada en la Constitución de
México, exigiéndose que, tras producirse la captura, la policía ponga inmedia
tamente al detenido a disposición del jue2. Aun cuando en nuestro caso debe-
rá ser puesto a disposición del fiscal v éste procederá a liberarlo o a solicitar la
convalidación al juez.
526
Las medidas de coerción procesal flPt. 259°
527
flPt. 259° La actividad procesal
528
Las medidas de coerción procesal flp|. 259°
N u m e r a l 2)
En este numeral se consagra la facultad policial de «citar» a un deteni
do a quien se le imputa la comisión de un delito leve o una falta, esto es, la
de ordenar su libertad después de haber procedido a las diligencias de iden
tificación y los actos de investigación urgentes. El fundamento de tal dispo
sición puede ser encontrado en el principio de proporcionalidad, ya que se
considera que en estos casos no hay peligro de fuga, por lo que resulta
innecesaria y excesiva la detención. Como enseña G I M E N O SENDRA
(2001, p. 272) en la Ley de Enjuiciamiento Criminal española se prohibe la
detención por meras faltas, salvo cuando el imputado no tenga domicilio
conocido y no pague la fianza impuesta por la autoridad.
Sin embargo, lo que no queda claro es, cuáles serían las medidas menos
restrictivas, aplicables en sede policial, a las que se refiere el Código como
alternativas en caso de faltas y delito de bagatela.
529
API. 260° La actividad procesal
^ COMENTARIO
N u m e r a l 1)
La figura del arresto ciudadano ya estuvo prevista en el artículo 106 —
inciso 8— del Código Procesal Penal de 1991, al establecer que «los particula
res están autorizados a pracúcar la aprehensión en estos casos, debiendo en
tregar inmediatamente al afectado a la autoridad policial más inmediata». Tal
disposición estaba prevista dentro del capítulo dedicado a los actos prepara
torios de la investigación, específicamente dentro de la regulación de las fa
cultades de la autoridad policial. En tal sentido, consideramos que, con un
mejor criterio de técnica legislativa, el legislador del 2004 ha introducido la
figura del arresto ciudadano dentro de la sección reservada a las medidas de
coerción procesal.
A diferencia de la detención policial, que es una obligación, el arresto
ciudadano constituye una facultad de los particulares en orden a colaborar
con la administración de justicia en la aprehensión de quien ha sido sorpren
dido en la realización de un hecho punible. Puede ser cfectivizada por la pro
pia víctima, un testigo de los hechos e inclusive por funcionarios policiales
desprovistos de su potestad de imperio, verbigralia, cuando no se encuentren
de servicio. Sin embargo, al igual que en la detención policial, se exige la exis
tencia de flagrancia delictiva y de un título de imputación. Esta norma resulta
de vital importancia para la actuación de los efectivos de serenazgo, quienes
tienen como función proteger a los ciudadanos de los actos delictivos (entre
otros), y en efecto, realizan detenciones o arrestos que en la actualidad son
cuestionados, lo que se evitaría con la vigencia de esta norma.
530
Las medidas de coerción procesal flp|, 261°
"Sv COMENTARIO
Numeral 1)
El legislador de 2004 ha mejorado sustancialmente la regulación de la
llamada detención preliminar judicial, prevista también en el artículo 107° —
tercer párrafo— del Código Procesal Penal de 1991 en los siguientes términos:
«En casos de urgencia y peligro por la demora, antes de iniciar formalmente la
investigación podrá solicitar al juez penal dicte mandato de detención hasta
por 24 horas cuando no se da el supuesto de flagrancia». Así, puede verse que
el Código del 2004 detalla con precisión los casos en los que el juez de la
investigación preparatoria podrá dictar mandato de detención preliminar:
cuando exista riesgo de fuga del autor de un hecho punible cuya sanción
conminada sea superior a cuatro años de pena privativa de libertad, en caso de
fuga de quien ha sido sorprendido en flagrancia y, finalmente, cuando el dete
nido escape de un centro de detención preliminar. Nótese que en todos los
casos mencionados ya no existe flagrancia y, es precisamente por esta razón,
que es necesario el mandato judicial. El Fiscal, que es el funcionario legitima
do para solicitar la medida ante el juez, puesto que lo que requiere es una
medida cautelar, deberá probar ante el juez úfumtts boni juris, que es la imputa
ción debidamente acreditada en términos de verosimilitud, y el peligro en la
demora que no es otra cosa que el riesgo de fuga.
La figura de la detención preliminar judicial en nuestro país reconoce el
antecedente introducido por la ley Nro. 27379 —Ley de procedimiento para
adoptar medidas excepcionales de limitación de derechos en investigaciones
preliminares-, atendiendo a que el viejo Código de Procedimientos Penales de
1940 no la tenía prevista en su articulado, habiéndose advertido un vacío que
fue necesario llenar para hacer frente a una realidad inédita en nuestro medio,
caracterizada por la gran cantidad de investigaciones y procesos penales por
corrupción instaurados contra funcionarios del régimen del decenio 1990-2000.
532
Las medidas de coerción procesal flpj. 262°
Numeral 2)
El propósito de exigir la debida individualización del imputado contra
quien se dicta orden de detención preliminar no es otro que el evitar las posi
bles detenciones arbitrarias de personas homónimas. La naturaleza de la me
dida cautelar de detención, que permite una grave restricción de la libertad
ambulatoria del imputado, exige obligatoriamente tal requisito.
Numeral 3)
El fiscal solicita la detención preliminar, el juez la decreta y la policía la
ejecuta. He aquí en acción la casi totalidad del sistema penal. Los medios a
través de los cuales la autoridad judicial pone en conocimiento de la autoridad
policial la medida de detención para su efectiva ejecución son diversos. En
principio, deberá ser por escrito y bajo cargo; sin embargo, bajo circunstan
cias extraordinarias, por ejemplo la urgencia ante la inminente fuga del impu
tado, puede resultar admisible que la orden sea librada a través de medios
electrónicos, facsímil, teléfono o cualquier otro mecanismo que la ciencia y la
tecnología pueda poner al servicio de la justicia, siempre y cuando el afectado
sea debidamente individualizado al igual que en el caso de la orden escrita y
bajo cargo. Entendemos que las circunstancias extraordinarias hacen atendi
ble el uso de tales mecanismos, pero no eximen al juez y a la policía de regu
larizar posteriormente el mandato a través de la orden escrita y bajo cargo
exigida en principio.
Numeral 4)
Siendo el mandato de detención preliminar y las requisitorias cursadas a
la policía para su ejecución verdaderas «agresiones» a la esfera de libertad
individual del imputado, no es posible pretender que ellas mantengan una
vigencia indefinida en el tiempo. De allí que la norma en comento establezca
un plazo límite de seis meses para todos los delitos, excepto los de terrorismo,
espionaje y tráfico ilícito de drogas respecto de los cuales las requisitorias no
tienen plazo de caducidad sino hasta la detención de los afectados. Una nor
ma de similar redacción estuvo prevista en el artículo 136 — in fine — del
Código Procesal Penal de 1991, con la única diferencia que dicha norma no se
refería al delito de espionaje.
533
APt. 263° La actividad procesal
^ COMENTARIO
La motivación de las resoluciones judiciales es un imperativo constitu
cional consagrado en el artículo 139°, inciso 5 de la Carta Magna, del que no
está exceptuado el auto mediante el cual el juez decreta la detención (artículo
2, numeral 24, literal f de la Constitución), de tal suerte que ha de exigirse que
el mandato judicial contenga, no sólo los datos identiheatorios del afectado,
sino también y, principalmente, la fundamentación fáctica y jurídica pertinen
tes. Se debe entender que la sola mención expresa de las normas legales apli
cables no es suficiente ya que será necesario que el juez explique razonada
mente porqué tales normas resultan aplicables al caso concreto: una adecuada
fundamentación de una decisión judicial de tal naturaleza así lo exige.
En resumen, atendiendo a las actuaciones remitidas por el fiscal, el juez
deberá motivar el auto refiriéndose a la acreditación del fu/mis bonisjuris — título
de imputación con apariencia de verosimilitud— y el periathim iii mora —nesgo
de fuga o peligro de obstaculización-, examinando objetivamente el caso puesto
en su conocimiento.
APt.263°.;...j.\.L- J e n palíela
1. La Policía que ha efectuado la detención en flagrante delito
o en los casos de arresto ciudadano, informará al detenido
el delito que se le atribuye y comunicará inmediatamente el
hecho al Ministerio Público. También informará al Juez de
la Investigación Preparatoria tratándose de los delitos de
terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas.
2. En los casos del artículo 261, sin perjuicio de informar al
detenido del delito que se le atribuye y de la autoridad que
ha ordenado su detención, comunicará la medida al Minis
terio Público y pondrá al detenido inmediatamente a dispo
sición del Juez de la Investigación Preparatoria. El Juez, tra
tándose de los literales a) y b) del numeral 1 del artículo
261, inmediatamente examinará al imputado, con la asis
tencia de su Defensor o el de oficio, a fin de verificar su
identidad y garantizar el cumplimiento de sus derechos fun
damentales. Acto seguido, lo pondrá a disposición del Fis
cal y lo ingresará en el centro de detención policial o transi
torio que corresponda. En los demás literales, constatada la
identidad, dispondrá lo conveniente.
3 En todos los casos, la Policía advertirá al detenido o arres
tado que le asiste los derechos previstos en el artículo 71°.
De esa diligencia se levantará un acta.
534
Las medidas de coerción procesal flp|. 263°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La obligación policial de informar al detenido o arrestado acerca del
delito que se le imputa se funda en el derecho de defensa que le asiste. En
efecto, el conocimiento de la imputación le permitirá al investigado ejercitar
su defensa, puesto que nadie podría defenderse sin saber exactamente en qué
consiste el delito que se le atribuye. Asimismo, la comunicación de la deten
ción y del hecho imputado al Ministerio Público se justifica en la función
directora de la investigación que le acuerda el Código al fiscal, así como tam
bién en la titularidad de la acción penal reservada para él por la Constitución
Política del Estado.
En el caso de los delitos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas,
se justifica la comunicación de la privación de la libertad al juez de la investiga
ción preparatoria en atención a su prolongación por espacio de quince días, lo
cual requiere — prima jacte — de un control más extendido que en los demás
delitos en los que la detención tan solo puede durar veinticuatro horas. En estos
casos, de conformidad con lo establecido por el artículo 2 o , numeral 24, literal f
de la Constitución, el juez podrá asumir jurisdicción de manera anticipada.
Numeral 2)
Tratándose de los tres casos en los que procede la detención preliminar
judicial, a saber, cuando el delito imputado tenga prevista pena privativa de
libertad superior a cuatro años, el imputado no ha sido capturado pese a ha
ber sido sorprendido ín fraganti y el detenido se haya fugado de un centro de
detención preliminar, una vez realizada la detención, le asiste a la policía tres
obligaciones: a) informar al detenido acerca de la imputación que pesa en su
contra y el juez que ha ordenado la medida; b) poner tal circunstancia en
conocimiento del fiscal; v, c) poner al detenido en forma inmediata a disposi
ción del juez de la investigación preparatoria.
Al juez de la investigación preparatoria le corresponderá el deber de
ejercer el control del efectivo cumplimiento de los derechos fundamentales
del detenido, así como también la verificación de su identidad y su puesta a
disposición del fiscal para que éste pueda practicar los actos de investigación
que correspondan; mientras que, en el caso del detenido que se haya fugado
de un centro de detención preliminar, le corresponderá la obligación de iden
tificarlo debidamente y de ponerlo a disposición de la autoridad que tuviere a
su cargo la investigación cuya clusión haya intentado con su fuga.
535
API. 261° La actividad procesal
N u m e r a l 3)
En principio se trata de una norma de remisión al artículo 71 ° del propio
Código referido fundamentalmente a las llamadas «reglas Miranda» que la
policía deberá advertir al detenido o arrestado en forma inmediata, al verifi
carse la detención o arresto. Como sabemos, las llamadas «reglas Miranda» o
«tarjeta Miranda» son un conjunto de derechos fundamentales del imputado
tales como el permanecer en silencio, el derecho a ser asistido por un abogado
de su elección, el conocimiento preciso de los cargos formulados en su con
tra, etc., de todo lo cual la autoridad policial deberá levantar un acta.
Como sabemos, el caso Miranda vs. Arizona en la jurisprudencia norte
americana (1963) resultó paradigmático y como bien lo puntualiza QUISPE
FARFÁN (2005, p. 338 y ss) «... marcó un hito en el desarrollo moderno de la
libertad de declarar y de la llamada cláusula de no incriminación o el derecho
a no automcriminarse».
La norma bajo comentario y su remisión al artículo 71 del Código am
plían un tanto el espectro de las «reglas Miranda», introduciendo otros dere
chos como la designación de persona o institución a la que debe comunicarse
la detención, el no empleo de medios coactivos, intimidáronos o contrarios a
su dignidad, ser examinado por médico legista o quien haga sus veces.
536
Las medidas de coerción procesal flpt. 264°
>^ COMENTARIO
Numeral 1)
En este inciso se regula un primer supuesto en el que la privación de
libertad, es por haber sido intervenido policialmente el autor en flagrante
delito o por haberse hecho efectiva una orden judicial de detención prelimi
nar, no podrá prolongarse más allá de las veinticuatro horas, plazo que se
debe entender como máximo, de tal suerte que, si antes del vencimiento de
dicho plazo se logra el cumplimiento de los objetivos iniciales de la detención,
el fiscal deberá ordenar su libertad o, de lo contrario, solicitará al juez de la
investigación preparatoria la prisión preventiva u otra medida alternativa.
537
La
flPt. 265° actividad procesal
Numeral 2)
El inciso bajo comentario se refiere a un segundo supuesto en el que la
detención policial o la detención preliminar podrán prolongarse hasta por
quince días, tratándose de los delitos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito
de drogas. Como en el caso de las veinticuatro horas, se debe entender que ios
quince días constituyen un plazo máximo ya que, si las diligencias prelimina
res logran su objetivo antes de su vencimiento, el fiscal ordenará la libertad
del detenido o, en su caso, solicitará al juez de la investigación preparatoria la
prisión preventiva u otra medida alternativa.
Las facultades concedidas al juez, tales como constituirse al lugar donde
se encuentre el detenido, disponer el reconocimiento médico legal o autorizar
su traslado a otro lugar de la República, se justifican en la extraordinaria pro
longación de la privación de libertad, diferente a la que corresponde a los
delitos comunes, situación que hace necesario un control judicial más estricto.
Numeral 3)
Como quiera que el Código estipula la realización de una audiencia en
cuyo marco el juez de la investigación preparatoria decide, a requerimiento
del Ministerio Público, la procedencia o improcedencia de la prisión preventi
va, se hace necesario mantener la detención preliminar hasta la realización de
dicha audiencia, en el plazo máximo de cuarenta y ocho horas.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La casuística revela que en determinadas circunstancias se hace necesa
rio que el detenido no se comunique con ciertas personas, ya que el contacto
con ellas podría poner en riesgo el logro de los objetivos de la investigación.
Piénsese por ejemplo en el caso hipotético que el detenido pudiese comunicar
a sus parientes o amistades el lugar exacto en el que se encuentra el cuerpo de
la víctima, información que podría ser utilizada por aquellos para ocultarlo. El
sujeto legitimado para solicitar dicha medida es el ñscal, no pudiendo prolon
garse más allá de los diez días y en ningún caso exceder la duración de la
detención.
El tratamiento de la incomunicación del imputado con mandato de de
tención en el Código Procesal Penal de 1991 es bastante similar al dispensado
a esta institución por el Novísimo Código.
Se debe entender que la incomunicación de ningún modo es automática,
tan sólo por encontrarse el juez y el fiscal frente a la comisión de los delitos de
terrorismo, espionaje, tráfico ilícito de drogas o cualquier otro sancionado
con pena superior a los seis años, siendo necesario que ambos funcionarios
examinen el caso bajo la lupa de los principios de razonabilidad y necesidad,
de tal suerte que, si resultare que la incomunicación no es indispensable para
el esclarecimiento de los hechos investigados, no podrá ser decretada.
La incomunicación implicará una suerte de aislamiento o apartamiento
del detenido respecto del mundo exterior, de tal suerte que no podrá recibir
visitas, excepto la de su abogado defensor, ni tampoco recibir o remitir co
rrespondencia, mientras dure la medida. En el derecho comparado también
se prevé dicha figura, inclusive en España resulta mucho más drástica puesto
que los abogados defensores no podrán entrevistarse en privado con sus de
fendidos sometidos al régimen de incomunicación. ( M O R E N O CATENA,
2001, p. 292).
Numeral 2)
La incomunicación decretada por el juez a solicitud del Ministerio Públi
co, en ningún caso impedirá la comunicación en privado del detenido con su
539
APt. 266° La actividad procesal
>k COMENTARIO
Numeral 1)
La detención convalidada es una novedad respecto del Código Procesal
Penal de 1991, constituyendo un notorio avance respecto de la legislación
anterior porque permite la prolongación de la detención preliminar mientras
subsistan los motivos que la determinaron primigeniamente, con la garantía
de ser decretada por el juez mediante auto debidamente motivado. El juez
convalidará, es decir, confirmará o revalidará la privación de libertad prelimi
nar sólo si el fiscal lo solicita y si existe una permanencia en el tiempo de los
argumentos, razones o motivos que la sustentaron en un principio. D e no ser
así, no le quedará otro remedio al fiscal que ordenar la inmediata libertad del
540
Las medidas de coerción procesal flpt. 267°
Numeral 2)
La audiencia en cuyo marco el juez de la investigación preparatoria deci
dirá si convalida o no la detención preliminar, le otorga al trámite en comento
las garantías de oralidad, inmediación y büateridad, además de imponer la
obligación de resolver con la más urgente de las premuras, esto es, el mismo
día que el fiscal solicita la medida y en el mismo acto de la audiencia.
Numeral 3)
El Código ha optado, a nuestro juicio acertadamente, por un sistema
escalonado en materia de detención del imputado que se concreta en una
primera privación de la libertad preliminar por veinticuatro horas o quince
días, según el delito de que se trate; luego la detención convalidada que se
prolongará por el lapso de siete días naturales o calendario, para, finalmente,
concluir con la prisión preventiva si es que correspondiere. Se trata, pues, de
un sistema que garantiza el respeto a los derechos del imputado.
Numeral 4)
En este inciso se consagra un tratamiento diferenciado para la detención
en casos de delitos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas, de tal
manera que, al vencimiento del plazo constitucional de quince días, el repre
sentante del Ministerio Público, sin necesidad de pasar por el tamiz de la
detención convalidada como en el caso de los delitos comunes, solicitará al
juez de la investigación preparatoria, si correspondiere, la prisión preventiva o
cualquier otra medida alternativa (comparecencia simple o restrictiva). Es pre
ciso recalcar que, tratándose de estos delitos, no procederá la detención con
validada y ello se justifica en la posibilidad excepcional que la Constitución
otorga a los operadores de prolongar inicialmente la detención hasta por quince
días, plazo que se entiende suficiente para lograr el debido esclarecimiento de
los hechos investigados.
541
flPt. 267° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El tratamiento dispensado por el legislador de 2004 a la apelación del
mandato de detención mejora notoriamente el tratamiento del Código Proce
sal Penal de 1991 a esta institución, en la medida que especifica inclusive el
plazo para interponer el recurso, omisión de la que adolecía la legislación
anterior que se limitaba a establecer que «contra el mandato de detención
procede el recurso de apelación que será concedido en un solo efecto y segui
rá el mismo trámite que el señalado para la queja».
El Código estatuye el recurso de apelación tanto para el auto que decreta
la detención preliminar como para las resoluciones que acuerdan la incomu
nicación y la detención convalidada. La apelación en todos estos casos será
concedida sin efecto suspensivo.
Numeral 2)
Como quiera que «inmediatamente» significa: «sin interposición de otra
cosa, ahora, al punto, al instante» tal como lo establece el Diccionario de la
Real Academia, se debe entender que esta disposición establece que lo actua
do deberá ser elevado al superior jerárquico en el día y sin demora para que
éste también absuelva el grado en el más breve plazo posible, previo señala
miento de vista de la causa dentro de las cuarenta y ocho horas. La brevedad
de los plazos se explica por la trascendencia de lo que se discute en la apela
ción que no es otra cosa que la libertad del imputado.
, TÍTULO III ,
LA PRISIÓN PREVENTIVA
v i
542
Las medidas de coerción procesal
543
APt. 268° La actividad procesal
CAPÍTULO I
Los PRESUPUESTOS DE LA PRISIÓN PREVENTIVA
5Uq
Las medidas de coerción procesal flp|. 268°
w& COMENTARIO
Numeral 1)
El artículo 268° bajo comentario, en líneas generales, es bastante similar
al artículo 135° del Código Procesal Penal de 1991 que, en su momento, esta
bleció una radical transformación del tratamiento legislativo reservado hasta
entonces a la prisión preventiva por el artículo 79° del viejo Código de Proce
dimientos Penales de 1940. Sin embargo, a diferencia de su antecesor inme
diato, el Código de 2004 establece taxativamente la exigencia que la prisión
preventiva sea solicitada por el fiscal, de modo que resulta claro que el juez no
podrá decretarla de oficio. Asimismo, enseguida se deja notar que el legislador
de 2004 se ha cuidado de precisar puntualmente la exigencia de la concurren
cia de los tres presupuestos materiales, sin dejar lugar a ningún tipo de inter
pretación sobre este aspecto, a diferencia de lo que sucedió en los primeros
momentos de vigencia del artículo 135° del Código Procesal Penal de 1991
respecto del cual existió en predios judiciales una inicial confusión que fue
salvada posteriormente por la jurisprudencia y la doctrina que ayudaron a los
operadores a entender que los requisitos de prueba suficiente, pena probable
y peligro procesal debían concurrir necesariamente.
545
API. 268° La actividad procesal
516
Las medidas de coerción procesal (jp|. 268°
517
flPt. 268° La actividad procesal
259), (ORÉ, 1996, p. 236). N o cabe duda que, no obstante presentarse los
requisitos de prueba suficiente y pena probable, de no concurrir el riesgo
procesal - peligro de fuga y peligro de obstaculización -, no se justificaría la
medida cautelar de prisión preventiva.
Sobre el peligro procesal, como ya se ha puntualizado precedentemente,
la primigenia redacción del inciso 3 o del artículo 3 o del Código Procesal Penal
de 1991 establecía que el peligro de fuga se presentaba cuando era posible
prever que el imputado, por sus antecedentes y otras circunstancias, rehuiría
el juzgamiento, con lo cual los jueces interpretaron que tenían cláusula abierta
para incluir en «otras circunstancias» cualquier situación que, a partir de una
consideración más o menos subjetiva, les hiciese presumir que el imputado
eludiría la acción de la justicia. Ciertamente, en un principio, esta laxitud inter
pretativa permitió o generó una curiosa como arbitraria jurisprudencia que
dejó mucho que desear. Esta problemática fue superada en parte con la modi
ficación introducida por la ley Nro. 27226 que estipula que el peligro de fuga
debe calificarse a partir de la existencia de «suficientes elementos probatorios
que lo determinen», eliminándose la referencia a «otras circunstancias».
Tal como enseña ROXIN (2003, p. 260) el peligro de fuga debe ser
apreciado por el juez en el caso concreto, no en abstracto. Por ello es que en
el Código de 1991, frente a las distorsiones de la jurisprudencia, fue necesa
rio que, vía modificación legislativa, se agregara un párrafo al inciso 3 del
artículo 135° en el sentido que «no constituye criterio suficiente para esta
blecer la intención de eludir la acción de la justicia, la pena prevista en la ley
para el delito que se le imputa». En el Código de 2004 ya no existe tal preci
sión, pues se estima que los desarrollos de la jurisprudencia nacional sobre
este aspecto han alcanzado un grado de madurez y corrección que la hacen
innecesaria. Igual criterio (la de apreciar el peligro de fuga de acuerdo con
las características del caso concreto), deberá ser aplicado a la apreciación del
peligro de obstaculización de la averiguación de la verdad. En esencia, el
propósito del proceso penal es la averiguación de la verdad en cuanto a la
comisión del hecho delictivo, la participación del imputado y las circunstan
cias constitutivas o modificatorias de su responsabilidad en el hecho con
creto, de tal suerte que, el peligro de obstaculización es la posibilidad cierta
que el imputado, valiéndose de la libertad de acción de la que goza, pudiese
impedir que la autoridad competente logre tal propósito. Piénsese, por ejem
plo, en el caso del imputado en libertad que, aprovechando tal condición,
transfiere los dineros mal habidos, obstaculizando de este modo la averi
guación de la verdad.
548
Las medidas de coerción procesal flpt. 268°
Numeral 2)
En líneas generales nos parece innecesaria la inclusión de la norma con
tenida en este numeral, la misma que establece como un presupuesto material
adicional para dictar mandato de prisión preventiva, la acreditada pertenencia
del imputado a una organización criminal o su reintegración a ella, con el
riesgo posible de utilización de los medios de la organización para la facilita
ción de su fuga o para la obstaculización de la averiguación de la verdad.
Sostenemos que la inclusión de esta disposición es innecesaria porque la per
tenencia a una organización criminal, de acuerdo con una correcta interpreta
ción del texto, no basta, ya que a ella debe sumarse necesaria y obligatoria
mente la utilización de los medios proporcionados por aquella en orden a
facilitar la tuga o la obstaculización de la averiguación de la verdad.
En este orden de ideas, el supuesto introducido por la norma comenta
da, no es otra cosa que un caso más de peligro de fuga o de obstaculización,
únicamente exacerbada por los medios proporcionados por la organización
criminal, de modo que, a la misma conclusión podría arribar el juez, en el caso
concreto, aplicando los supuestos de peligro procesal previstos en el literal c)
del artículo 268°.
Queda claro que, si faltase uno de los presupuestos previstos en los inci
sos a), b) y c) del artículo comentado (prueba suficiente, pena probable y
peligro procesal), por más que se haya acreditado la pertenencia o reintegra
ción del imputado a una organización delictiva de cuyos medios se podría
valer para facilitar su fuga u obstaculizar la averiguación de la verdad, el juez
no podría, válidamente, dictar mandato de prisión preventiva.
519
flPt. 269° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
E n la perspectiva de la reforma del proceso penal peruano, TALAYERA
(2004, p. 43) explica que uno de los aportes del Código Procesal Penal de
2004 es la introducción expresa de criterios de calificación del peligro de fuga
y del peligro de obstaculización, opinión que compartimos en su integridad
en la medida que el Código Procesal Penal de 1991 no estableció taxativamen
te los criterios para determinarlos, quedando librada tal situación a la califica
ción de los jueces que, a decir verdad, en la mayoría de los casos se limitaban
a señalar que en el caso concreto existía peligro de fuga pero sin fundamentar
las razones por las cuales se arribaba a tal conclusión ni mucho menos cuáles
eran los criterios de calificación.
Como puede apreciarse, uno de los criterios de calificación es el arraigo,
cuyo significado primigenio, según el Diccionario de la Real Academia Espa
ñola, es la acción y efecto de arraigar, esto es, de echar o criar raíces. Aplicado
dicho significado a la calificación del peligro de fuga, debe entenderse que el
juez deberá considerar el enraizamiento del imputado en el país a partir de la
fijación de su domicilio, residencia, la situación de su familia en el país, los
negocios o la ocupación que pudiese tener y las posibilidades para poder salir
del país o eludir la acción de la justicia. Mayor arraigo tendrá el imputado que
tenga fijado su domicilio en el país que aquel que lo tenga en el extranjero; o
el imputado que mantenga negocios, bienes raíces, propiedades en general en
el país, que aquel otro que los tenga en el extranjero.
550
Las medidas de coerción procesal flpt. 270°
Numeral 2)
La gravedad de la pena es un criterio válido para establecer el peligro de
fuga en el caso concreto. Sin embargo, convendría precisar cómo debe defi
nirse «la pena que se espera como resultado del procedimiento» de la que
habla el inciso comentado. En efecto, nos parece que no debe entenderse
como la pena conminada para el delito imputado sino como la pena que po
dría imponerse a partir de un pronóstico razonado y de la evaluación de los
primeros elementos de convicción allegados por el Ministerio Público. Evi
dentemente, como ya se ha explicado en la parte correspondiente al requisito
de pena probable, una primera aproximación a esta prognosis es la considera
ción de la pena conminada, aun cuando esta no sea suficiente.
Numeral 3)
Otro criterio para la calificación del peligro de fuga es la magnitud del
daño causado por la comisión del delito investigado, así como la conducta
que el imputado observe frente a él. Así, a mayor envergadura del daño oca
sionado y a mayor desentendimiento del imputado para repararlo voluntaria
mente, mayor será el riesgo de fuga.
Numeral 4)
Aquí se introduce como otro de los criterios para establecer el peligro de
fuga la conducta observada por el imputado en el proceso en curso o en otro
anterior. De este modo, como es lógico, si su comportamiento actual o ante
rior revela una clara posibilidad de no someterse al proceso, entonces tal cir
cunstancia deberá ser tomada en cuenta por el juez en la calificación. Tal sería
el caso, por ejemplo, del encausado que huyó de la Comisaría durante las
investigaciones preliminares o no compareció injustificadamente pese a las
reiteradas citaciones cursadas; o el de aquel otro que en un procedimiento
anterior huyó de un establecimiento de detención.
Creemos que en la calificación del peligro de fuga, el juez deberá exami
nar el caso concreto a la luz de todos y cada uno de los criterios previstos en
el artículo bajo comentario, no siendo suficiente el que se detenga únicamente
en uno de ellos.
551
ApJ. 270° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Como ya se ha explicado en párrafos anteriores, el proceso penal persi
gue en última instancia la averiguación de la verdad respecto de la comisión
del delito y la parúcipación del imputado, de tal modo que en este artículo se
enumeran los criterios que el juez deberá tener en cuenta al calificar el peligro
de obstaculización de la averiguación de la verdad en el caso concreto, en el
entendido que el procesado podría hacer un mal uso de su libertad de acción.
Resulta claro que el texto del artículo en comento reconoce su fuente en el
artículo 112°, numeral 2.3 de la Ley Procesal Penal Alemana que establece
que, entre otros supuestos, «existirá motivo de prisión cuando en base a he
chos determinados: la conducta del inculpado motivara la muy fundada sos
pecha de que: a) Destruirá medios de prueba, los modificará, suprimirá, disi
mulará o falsificará; o b) Influirá de forma ilícita en coinculpados, testigos o
peritos; o c) Motivará a otros a tales conductas...»
Numeral 1)
Uno de los criterios a tener en cuenta en orden a lo precedentemente
expresado es el riesgo que el imputado modifique, oculte, suprima o falsifique
elementos de prueba. Tal sería el caso, por ejemplo, del imputado que, apro
vechando su condición de libertad, pueda transferir fondos mal habidos, pro
ducto de la comisión del delito imputado.
Numeral 2)
El riesgo razonable que el imputado pueda influir en la actuación irregu
lar de coimputados, testigos o peritos, como en los demás criterios de califica
ción previstos por el legislador, deberá ser considerado por el juez a la luz del
caso concreto, de acuerdo con las circunstancias de cada caso sometido a su
decisión. A modo de ejemplo podríamos mencionar el caso hipotético del
jefe de una organización criminal que, por contar con una serie de medios
económicos, financieros, logísticos, o de presión lindantes con la amenaza y la
coacción, podría usar tales medios para torcer la opinión y actuación de testi
gos, peritos y coimputados. Aun cuando, tratándose de organizaciones crimi
nales, la privación de libertad de uno de sus integrantes no impediría en su
totalidad la actuación ilícita de los demás miembros, sin embargo, tal priva
ción reduciría en cierto grado el riesgo de obstaculización de la averiguación
de la verdad.
552
Las medidas de coerción procesal flPt. 271°
Numeral 3)
La disposición contenida en este numeral resulta extremadamente oscu
ra y general, debiendo entenderse que los «otros» a los que se refiere, son
personas distintas a coimputados, testigos o peritos, que podrían ser influen
ciadas por el imputado, habiéndose utilizado indebidamente, a nuestro modo
de entender, una cláusula abierta que podría ser mal utilizada por una juris
prudencia poco inteligente.
Quizás a modo de ejemplo podríamos mencionar como un posible su
puesto el de aquel imputado que, por su posición en un determinado cargo
público, podría influir en otros funcionarios bajo su dirección mediata o in
mediata en la emisión de informes relevantes solicitados por el juez para la
toma de sus decisiones.
553
flpt. 271° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
En la forma de resolver la procedencia o improcedencia de la prisión pre
ventiva existe un cambio sustancial respecto del tratamiento dispensado a esta
cuestión por el Código Procesal Penal de 1991. En la normativa anterior al
Código de 2004 el llamado «mandato de detención», equivalente a la prisión
preventiva bajo comentario, era dictado por el juez generalmente al abrir ins
trucción «atendiendo a los primeros recaudos acompañados por el Fiscal
Provincial.. .«(artículo 135° del Código de 1991), sin que mediase en el trámite
la realización de una audiencia. En cambio, el legislador de 2004, en atención a
los principios de contradicción, inmediación y oralidad, ha introducido el requi
sito de la audiencia que el juez de la investigación preparatoria debe convocar, a
solicitud del Ministerio Público y dentro de un plazo perentorio - cuarenta y
ocho horas -, con asistencia del imputado, el abogado defensor y el fiscal.
La audiencia para resolver la procedencia o improcedencia de la prisión
preventiva tiene la virtud de garantizar a los sujetos procesales involucrados -
imputado y Ministerio Público - una adecuada discusión de los elementos de
convicción existentes en autos que, bajo la égida del contradictorio, servirán
al juez de la investigación preparatoria para adoptar una decisión correcta, sea
en uno u otro sentido.
Numeral 2)
De este inciso se deben rescatar los siguientes aspectos: A) La audiencia
se debe llevar a cabo, en lo que sea pertinente, de conformidad con el trámite
establecido en el artículo 8° del Código, esto es, escuchando primero al fiscal
por ser quien solicita y fundamenta la conveniencia de dictar prisión preven
tiva; a continuación expondrá el abogado defensor del imputado - el de su
libre elección o el de oficio en defecto de aquel -, los argumentos que conside
re convenientes en favor de la libertad de su patrocinado; acto seguido el juez
deberá dictar la resolución que corresponda, declarando procedente o impro
cedente la prisión preventiva solicitada. B) La audiencia es impostergable, a
no ser que el juez o el fiscal incurriesen en responsabilidad disciplinaria frus
trándola, debiendo entenderse que el imputado no podrá frustrarla puesto
que, en cualquier caso, podrá ser representado por su abogado o el defensor
de oficio. En igual sentido, tampoco podrá frustarla el abogado defensor de
libre elección toda vez que pueda ser reemplazado por el abogado de oficio.
554
Las medidas de coerción procesal flpj, 271°
Numeral 3)
Huelgan comentarios respecto de la debida motivación del auto de pri
sión preventiva al tratarse de una exigencia constitucional, tal como ya se ha
señalado suficientemente en líneas precedentes. Sin embargo, es necesario
puntualizar que la exigencia de una adecuada motivación se refiere tanto al
auto de prisión preventiva propiamente dicho - el que se pronuncia por la
procedencia -, como al que resuelve denegar el pedido del fiscal.
Numeral 4)
Lo establecido en este inciso tiene que ver con la consideración de
última ratio dispensada por el Código a la privación de libertad del imputa
do, ya que si no corresponde dictarla en el caso concreto, el juez podrá
optar por una medida menos drástica como la comparecencia simple o con
restricciones.
CAPÍTULO II
LA DURACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIW
555
flPt. 272" La actividad procesal
556
Las medidas de coerción procesal flpt. 272°
>& COMENTARIO
Numeral 1)
Lo primero que salta a la vista es que, a diferencia de lo que ocurría en el
Código de 1991, el plazo máximo de duración de la prisión preventiva es de
nueve meses, independientemente de la clase de proceso del que se trate, con
la única excepción de los llamados procesos complejos a los que se reñere el
siguiente numeral. Es de verse que, en este sentido, se ha avanzado a un trata
miento más garantista y respetuoso de la libertad del imputado y del derecho
a ser juzgado en un plazo razonable o a ser puesto en libertad, a través de la
regla general contenida en la norma bajo comentario.
Numeral 2)
A diferencia del Código de 1991, que en su artículo 137° regulaba el
asunto de los plazos máximos de duración de la detención, el nuevo Código
no diferencia los denominados delitos exceptuados - tráfico ilícito de drogas,
terrorismo y espionaje - de los llamados procesos complejos a los que tampo
co define. Como se recordará, en el referido artículo 137° del Código de 1991
se enmarcaba dentro del concepto de «procesos complejos» a aquellos que se
seguían contra más de diez imputados, en agravio de igual número de perso
nas, o del Estado, así como también un segundo supuesto de procesos en los
que concurrían «circunstancias que importen una especial dificultad o una
especial prolongación de la investigación y que el inculpado pudiera sustraer
se a la acción de la justicia...» En tal sentido, a nuestro entender, correspon
derá al juez, sobre la base del análisis minucioso de las características de cada
caso en particular, calificar si se encuentra o no ante un proceso complejo,
previo pedido del fiscal, aun cuando como bien previene ASCENCIO ME
LLADO (2005, p. 508) «nada dice la norma, pero, no pueden existir demasia
das dudas al respecto de que esta calificación corresponde hacerla al Fiscal,
debiendo aprobarla el Juez». En efecto, el inciso comentado no define qué se
debe entender por proceso complejo ni cuál sea el procedimiento en este caso
para prolongar el plazo límite contenido en la regla general del inciso anterior
(nueve meses) a dieciocho meses; sin embargo, creemos que una acertada
calificación del fiscal y del juez estará en condiciones de establecer en cada
caso concreto la naturaleza compleja o no del proceso, así como también es
preciso puntualizar que, aun cuando no lo dice expresamente la norma, de
una interpretación sistemática, se desprende que para decretarse la califica
ción de complejidad y la prolongación del plazo de la prisión preventiva, debe
mediar necesariamente el pedido del fiscal, toda vez que el Código, como
veremos en el artículo siguiente, así lo exige tratándose de la prolongación de
la prisión preventiva en el supuesto de concurrencia de circunstancias que
importen una especial dificultad o prolongación de la investigación, que es
557
APt. 273° La actividad procesal
otra excepción a la regla general del inciso 1 del presente artículo, al igual que
el supuesto de complejidad del proceso.
>& COMENTARIO
La consecuencia del hecho que el Estado, a través de la acción del Minis
terio Público y del Poder Judicial, no haya sido capaz de emitir un pronuncia
miento de fondo acerca de la comisión del delito y la responsabilidad del
imputado, dentro del plazo límite establecido por la ley, es decir, el no haber
podido juzgar dentro de un plazo razonable a quien se halla sometido a la
medida cautelar de prisión preventiva, es el imperativo para el juez de la causa
(«decretará») de ordenar, inclusive sin necesidad de pedido de parte, la inme
diata libertad del imputado. Y, ¿cuál es ese plazo razonable? Obviamente nue
ve meses si es que no se ha decretado una prolongación y, dieciocho meses, si
es que se ha decretado. Sin embargo, no basta que haya transcurrido el plazo
límite, sino también que no se haya dictado sentencia de primera instancia.
Como no podía ser de otra manera, la norma ha establecido también la
obligación de asegurar la continuación de la presencia del imputado en el
proceso, a través de la imposición de una comparecencia restrictiva.
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
En este inciso el Código ha previsto una segunda excepción a la regla
general de los nueve meses, cual es el caso de concurrencia de circunstancias
especiales que impliquen dificultad o prolongación de la investigación. Nóte
se que son dos los elementos que deben concurrir obligatoriamente para que
el juez, a solicitud del fiscal, pueda prolongar la prisión preventiva hasta die
ciocho meses: a) circunstancias que importen una especial dificultad o pro
longación de la investigación y b) posibilidad que el imputado se sustraiga a la
acción de la justicia (riesgo de fuga).
Es de advertirse que la prolongación de la prisión preventiva es una
facultad del juez y no un imperativo, de tal modo que aquélla no debe reputar
se automática ni obligatoria aun cuando concurriesen los requisitos de espe
cial dificultad y peligro de fuga. El juez, llegado el momento, podría conside
rar suficiente una comparecencia restrictiva para garantizar la presencia del
imputado en las diversas diligencias del proceso.
¿Qué se debe entender por «circunstancias que importen una especial
dificultad o prolongación de la investigación»?. En principio, como bien ense
ña ASCENCIO MELLADO (2005, p. 509), el supuesto comentado se refiere
a un proceso inicialmente normal y «no especialmente complejo» pero que,
en su desarrollo y por diversas circunstancias, se torna particularmente difi
cultoso y problemático en lo que atañe al acopio del material probatorio, todo
lo cual hace necesaria una prolongación de la investigación. Piénsese, por
ejemplo, en aquellos casos, tan en boga actualmente, en los que es necesario
tramitar cartas rogatorias, pedidos de extradición o solicitudes de informes a
entidades financieras internacionales, lo cual, como es natural, requiere de un
tiempo mayor que el ordinario. SAN MARTÍN CASTRO (2001, Vol. II, p.
839) explica que «se trata de circunstancias objetivas vinculadas, como ya se
anotó, a la actividad probatoria, tales como la realización de pericias muy
559
flPl. 274° La actividad procesal
Numeral 2)
La realización de una audiencia para resolver el pedido de prolongación
presentado por el fiscal se justifica en la importancia de lo discutido: la liber
tad del imputado y la necesidad de elucidar, escuchando a las partes interesa
das - Ministerio Público, imputado y defensor -, si es que el juez de la inves
tigación preparatoria tiene o no entre sus manos un caso de especial dificultad
y si, en consonancia con ello, procede o no la prolongación de la prisión
preventiva por un tiempo mayor al de nueve meses o, en todo caso, si procede
o no decretar la libertad del encausado.
Numeral 3)
A diferencia de lo que estableció el tercer párrafo del artículo 137° del
Código de 1991, que tuvo prevista apelación únicamente respecto del auto que
acordaba la prolongación de la detención, con buen criterio, el legislador de
2004 ha estipulado en este numeral la procedencia del recurso impugnatorio de
apelación contra la resolución que se pronuncie - e n un sentido o en otro- sobre
la solicitud de prolongación de la prisión preventiva presentada por el fiscal.
Numeral 4)
Este inciso contiene una disposición similar al quinto párrafo del artículo
137 del Código de 1991, modificado por ley Nro. 27553 del 13 de noviembre de
2001. Una disposición como la contenida en la norma comentada se justifica en
el hecho de que la inmediata libertad del imputado, aun cuando haya transcurri
do más de dieciocho meses, ya no procedería puesto que ya existe una sentencia
condenatoria en primera instancia que impone una pena, de tal modo que ya no
nos encontraríamos ante el supuesto previsto en el artículo 273° del Código
comentado. Sin embargo, a nuestro juicio acertadamente, el legislador de 2004
ha introducido la regla según la cual, en caso que el imputado haya sido conde-
560
Las medidas de coerción procesal flpt. 275°
>& COMENTARIO
Numeral 1)
La defensa material del imputado y la defensa técnica ejercida por los abo
gados deben ser mantenidas dentro de los marcos de la buena fe y la probidad
procesales. Por tal razón, el legislador de 2004 ha decidido en este numeral
sancionar, no computando el transcurso del plazo de la prisión preventiva, a
quienes con su actuar malicioso provoquen dilaciones indebidas de la causa.
Evidentemente, el juez tendrá que calificar en cada caso concreto si es que
está o no ante una conducta o defensa maliciosa. Naturalmente, el debido ejer
cicio de los mecanismos procesales que la ley establece de ningún modo podrá
ser reputado malicioso, aun cuando retarden el proceso, puesto que el ejercicio
de la defensa es de carácter irrenunciable y tiene amparo constitucional.
561
API. 275° La actividad procesal
Numeral 2)
Ein este punto cabría plantearse la pregunta de si es correcto no conside
rar el tiempo de detención previo al nuevo auto de detención preventiva, en la
generalidad de los casos de nulidad de todo lo actuado; o si, acaso, como bien
señala sobre el particular ASCENCIO MELLADO (2005, p. 510) «hacer re
caer sobre el imputado defectos que no le son imputables, puede resultar
desproporcionado». A nuestro modo de entender y, coincidiendo con la opi
nión del profesor español citado, quizás hubiese sido deseable que la norma
comentada hiciese la distinción de aquellos supuestos en los que la nulidad
tiene su origen en una indebida actuación de la propia administración de jus
ticia, casos en los que no resulta justo que se afecte al imputado en el cómputo
del plazo de detención.
Numeral 3)
El supuesto regulado en este numeral se vincula con la siempre proble
mática relación entre justicia militar y justicia ordinaria que cobró inusitada
vigencia e importancia a raíz de la sentencia de inconstitucionalidad en mate
ria de legislación antiterrorista, dictada por el Tribunal Constitucional con
fecha 03 de enero de 2003, lo que, a su vez, generó la declaratoria de nulidad
de gran cantidad de procesos seguidos ante el fuero militar contra civiles a
quienes se les imputaba la comisión de delitos vinculados con la actividad
terrorista que sufrió el país en las décadas del ochenta y noventa del siglo
pasado.
Se trata de un supuesto similar al regulado en el numeral anterior que,
dicho sea de paso, ha recibido una misma solución, cual es, no considerar para
el cómputo el tiempo de privación de libertad anterior al nuevo auto de pri
sión preventiva, aun cuando, a diferencia del supuesto de nulidad de todo lo
actuado, en el presente caso la tensión entre seguridad y garantismo es mayor.
Por esta razón el legislador de 2004 ha optado por favorecer la eficiencia del
sistema sobre la base de criterios de seguridad, dada la naturaleza de los deli
tos que inicialmente son conocidos por la justicia militar y luego por la juris
dicción ordinaria.
562
Las medidas de coerción procesal flpt. 277°
>5. COMENTARIO
Una correcta interpretación del contenido del presente artículo nos con
duce a considerar los siguientes aspectos: a) La libertad adquirida por el im
putado, de conformidad con lo establecido por los artículos precedentes, cesa
si injustificadamente inconcurre a la primera citación que se le haga. Esto
quiere decir que no será necesario requerimiento ni apercibimiento alguno, en
cuya virtud el imputado que adquiera su libertad por los mecanismos regula
dos en este capítulo deberá ser advertido, en la resolución que la acuerde, de la
consecuencia que acarreará su inconcurrencia a la primera citación; b) La
revocatoria será decretada en audiencia por el juez, a solicitud del fiscal.
Pero ¿qué pasa si el imputado que incumple su obligación de concurrir a
la primera citación que se le formule ha sido previamente liberado precisa
mente por haber cumplido los plazos máximos de prisión preventiva? ¿En
este caso podrá válidamente ser otra vez sometido a una nueva prisión pre
ventiva? Consideramos con ASCENCIO MELLADO (2005, p. 511) que el
precepto comentado únicamente podrá ser aplicado en caso que el imputado
inconcurrente no haya agotado el plazo máximo de la prisión preventiva, mien
tras que en el caso de aquel que ya haya excedido el plazo máximo de deten
ción preventiva, tan solo se podrá imponer otra medida cautelar menos grave.
>S. COMENTARIO
563
Arl. 278° La actividad procesal
CAPÍTULO III
LA IMPUGNACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIW
>k COMENTARIO
Numeral 1)
La regulación de la impugnación de la prisión preventiva impuesta por el
Código comentado importa, respecto del Código de 1991, una mejora en la
precisión del plazo para la interposición del recurso, situación que el artículo
138 — in fine — del anterior cuerpo normativo no precisaba, limitándose tan
solo a declarar la procedencia de la apelación contra el entonces llamado man
dato de detención. En este numeral, el Código prescribe que dicho plazo es
de tres días, entendiéndose que estos deben contarse a partir del día siguiente
de la notificación del auto que, como ya se ha visto al comentar el artículo
271°, debe ser obligatoriamente dictado en el marco de la audiencia corres
pondiente.
Otra de las diferencias que puede apreciarse respecto del Código de 1991
es que éste no estatuía un trámite propio para el recurso de apelación contra el
entonces llamado mandato de detención, para lo cual se remitía al trámite
previsto para la queja por omisión de fundamentación del referido mandato,
si bien el plazo perentorio de veinticuatro horas para la elevación de los actua
dos a la Sala Superior es el mismo que el previsto por la norma comentada,
56a
Las medidas de coerción procesal API. 279°
Numeral 2)
En el numeral en comento el legislador de 2004 ha regulado el trámite de
la apelación del auto de prisión preventiva una vez elevado lo actuado a la Sala
Superior, diferenciándolo un tanto del tratamiento general dispensado al re
curso de apelación en la sección IV del Código. Se advierte que se trata de un
trámite un poco más ágil y expeditivo en el que no es necesario, como en el
caso de otro tipo de autos, correr traslado del escrito de fundamentación del
recurso de apelación al Ministerio Público y a los demás sujetos procesales
por el plazo de cinco días, ya que la vista de la causa, con citación del Fiscal
Superior y de la defensa del imputado, se deberá llevar a efecto dentro de las
setenta y dos horas de recibido el expediente para luego procederse a resolver
la impugnación interpuesta como corresponda, igualmente con la celeridad
que amerita la urgencia del tema discutido (el mismo día de la vista o a más
tardar dentro de las cuarenta y ocho horas).
Numeral 3)
El supuesto de nulidad del auto de prisión preventiva importará la reali
zación de una nueva audiencia, en la que deberá dictarse nueva resolución,
subsanando el vicio que haya dado lugar a la declaratoria de nulidad. Debe
puntualizarse que la declaratoria de nulidad no es la única posibilidad que la
Sala Superior tiene al absolver la apelación interpuesta, siendo otra de ellas la
revocatoria o modificación de la prisión preventiva inicialmentc decretada
por otra medida de coerción personal menos grave; y claro, también puede
pronunciarse confirmando la medida.
CAPÍTULO IV
LA REVOCATORIA DE LA COMPARECENCIA
POR PRISIÓN PREVENTIVA
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La posibilidad de revocar o cambiar el mandato de comparecencia por
el de prisión preventiva en el curso de la investigación, encuentra basamen
to en las características de provisionalidad y variabilidad de las medidas cau
telares en general, de tal suerte que, si las condiciones sobre las cuales el
juez dictó inicialmente una medida de comparecencia han variado en el cur
so de la investigación, hasta el punto de considerar que el imputado se en
cuentra dentro de los alcances del mandato de prisión preventiva, podrá
dictar este mandato.
Vale la pena puntualizar que, como ya quedó anotado en la parte corres
pondiente de estos comentarios, se trata de una facultad de la que el juez
puede echar mano si lo considera adecuado a los fines del proceso, pero no
está necesariamente constreñido a cambiar el mandato si es que, del análisis
del caso concreto puesto a su consideración, estima que puede lograr los
mismos objetivos procesales mediante el mandato de comparecencia simple
o restrictiva, aun cuando, prima facie, el imputado pudiese calificar para un
mandato de prisión preventiva.
Debe quedar claro que, como la misma norma lo indica, esta variación
del mandato de comparecencia por el de prisión preventiva nunca podrá ser
decretada de oficio por el juez de la investigación preparatoria, ya que es nece
sario y obligatorio que el fiscal lo solicite.
Esta posibilidad ya estuvo regulada en el artículo 139° del Código Proce
sal Penal de 1991, con las siguientes diferencias respecto de la regulación pre
vista por el presente inciso: a) El Código de 1991 exigía la existencia de «prue
bas» de que el imputado se encontrase incurso en los supuestos previstos para
el mandato de detención, mientras que el legislador de 2004, mejorando un
tanto la técnica, se ha referido a «indicios delictivos fundados», aun cuando lo
apropiado hubiese sido hablar de «actos de investigación»; b) La regulación
anterior legitimaba también al actor civil para solicitar el cambio del mandato,
mientras que el nuevo Código tan solo le acuerda esta facultad al Ministerio
Público; c) De la forma imperativa «ordenará» utilizada por el legislador de
1991, podía deducirse que el juez estaba compelido necesariamente a dictar
566
Las medidas de coerción procesal OPl. 280°
Numeral 2)
Como no podía ser de otra manera, dada la trascendencia y consecuen
cias de la medida a adoptarse, el pedido de variación debe discutirse en el
marco de una audiencia que el juez debe convocar, se entiende con citación
del fiscal, el imputado y su defensor.
Numeral 3)
En este inciso el Código comentado faculta a las partes legitimadas, léase
Ministerio Público e imputado, a cuestionar la resolución judicial que se pro
nuncie respecto del pedido de variación del mandato de comparecencia por el
de prisión preventiva.
Al no haberse precisado el plazo para interponer el recurso, entendemos
que éste no podrá ser otro que el previsto en el inciso 1 del artículo 278°, es
decir, tres días.
CAPÍTULO V
LA INCOMUNICACIÓN
>S. COMENTARIO
El artículo bajo comentario regula la incomunicación del imputado en
similares términos que el artículo 140° del Código de 1991. Lo primero que
salta a la vista es que el artículo analizado está inserto en el capítulo IV corres-
567
flpl. 281° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Si bien el imputado sometido a la medida de incomunicación no podrá
tener contacto verbal o escrito con el exterior, sin embargo, tal prohibición
tiene como única finalidad evitar que el preso preventivo se confabule con
terceros para entorpecer el éxito de la investigación, de tal suerte que sus
568
Las medidas de coerción procesal flpt. 283°
efectos no podrán ser extendidos más allá de dicho propósito. Es por ello que
la norma permite al incomunicado contacto limitado con el exterior a través
de su abogado, a la vez que permite la lectura de libros, diarios, revistas, recep
ción de alimentos enviados, la audición de noticias y, aun cuando el artículo
comentado utilice el verbo «escuchar» en relación con las noticias de libre
circulación y difusión a las que podrá tener acceso, creemos que nada impide
que también pudiese acceder a la información noticiosa propalada por los
medios televisivos. Tal interpretación se condice con la comprensión de la no
incomunicación como un derecho fundamental que no podrá ser restringido
más allá de lo razonable y necesario.
>& COMENTARIO
CAPÍTULO VI
LA CESACIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIW
^ COMENTARIO
La prisión preventiva no tiene una duración indefinida. Su vigencia está
necesariamente supeditada a la permanencia de las razones que justificaron la
decisión jurisdiccional de su imposición, razones que hemos analizado deta
lladamente al comentar los artículos 268°, 269° y 270°.
Es por ello que el legislador, en este artículo ha previsto el mecanismo
procesal mediante el cual el imputado podrá intentar poner fin a la medida
cautelar de prisión preventiva de la que es objeto, reemplazándola por una
medida de comparecencia.
El legislador de 2004 ha decidido darle a este mecanismo procesal el nomen
juris de «cesación de la prisión preventiva», por lo que de entrada ya se advierte
un cambio respecto de la regulación anterior sobre esta materia prevista en el
Código de 1991 que, fundamentalmente, se refería a la denominada «libertad
provisional». Si bien la finalidad de ambos institutos es la misma, esto es, poner
fin a los efectos de la prisión, así como también comparten la característica de
proceder a partir de la existencia de nuevos elementos de juicio o de convicción
incorporados con posterioridad al dictado de la medida de privación de liber
tad; sin embargo, se advierten ciertas diferencias tales como, por ejemplo, la
interpretación a contrario que se debe hacer, tratándose de la cesación, para
determinar la no concurrencia de los presupuestos que dieron lugar a la impo
sición de la prisión, mientras que, en el caso de la libertad provisional del Códi
go de 1991, en el artículo 182° definía directamente los requisitos de su proce
dencia. Asimismo, otra de las diferencias que podemos destacar es que el Códi
go de 1991 establecía como uno de sus requisitos obligatorios el pago de una
caución o, en su defecto, el ofrecimiento de una fianza personal.
El Código de 2004, si bien obliga al juez que ha concedido la cesación
de la prisión preventiva a dictar las reglas de conducta necesarias para ga
rantizar la presencia del imputado, no obstante ello, la fijación de una cau
ción económica o el ofrecimiento de fianza personal no resulta obligatoria,
(aun cuando el Juez puede imponer la caución basándose en los artículos
pertinentes del Código) teniendo el juez la posibilidad de fijar las demás
reglas previstas para la comparecencia restrictiva.
570
Las medidas de coerción procesal flpt. 283°
571
flPt. 284° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Este numeral contiene regla similar a la del Código de 1991 en cuanto al
efecto de la apelación interpuesta contra el auto que declara procedente la
cesación de la prisión preventiva solicitada por el imputado, impugnación que
no impide la excarcelación del beneficiado.
La diferencia se advierte en el plazo para interponer el recurso que, en el
caso de la regulación de la libertad provisional del Código anterior era de dos
días, mientras que en el nuevo es de tres; asimismo en lo que se refiere a los
sujetos legitimados para interponerlo pues, como es de verse, el artículo co
mentado solamente le acuerda esta posibilidad al imputado y a la Fiscalía,
mientras que, en el artículo 185 del Código de 1991, estaban legitimados to
dos los sujetos procesales, incluyendo al actor civil.
Numeral 2)
La disposición comentada contiene una remisión a lo prescrito en los
numerales 1) y 2) del artículo 278, referidos a la impugnación de la prisión
preventiva. Significa que, al igual que en el caso de la apelación del auto de
prisión preventiva, el Juez de la Investigación Preparatoria deberá elevar la
apelación del auto que resuelve el pedido de cesación dentro de las veinticua
tro horas. La vista de la causa en la Sala Penal se deberá llevar a cabo dentro de
las setenta y dos horas de recibido el expediente.
572
Las medidas de coerción procesal flp|. 285°
"&. COMENTARIO
Cuatro son los supuestos de revocatoria de la cesación de la prisión pre
ventiva, a saber:
a) Infracción de reglas de conducta.
b) Inconcurrencia injustificada a las diligencias del proceso.
c) Realización de preparativos de fuga.
d) Presencia de nuevas circunstancias que exijan el dictado de auto de
prisión preventiva.
En cuanto a la infracción de las reglas de conducta en la que incurra el
imputado respecto del cual se ha declarado la cesación de la prisión preventi
va, no existe mayor dificultad en la interpretación puesto que bastará consta
tar objetivamente el quebrantamiento de las reglas impuestas en el auto co
rrespondiente.
En lo que se refiere a la inconcurrencia injustificada a las diligencias del
proceso, nótese que el legislador ha utilizado la forma plural «las diligencias»,
por lo que consideramos que la inconcurrencia injustificada del imputado
deberá ser reiterada o, en todo caso, que ella haya ocurrido en más de una
oportunidad.
Los preparativos de fuga deberán ser debidamente acreditados en forma
objetiva, de modo que no será suficiente la mera sospecha o el razonamiento
subjetivo del juez o del fiscal.
La existencia de nuevas circunstancias que exijan el dictado de auto de
prisión preventiva, implicará necesariamente la concurrencia de nuevos ele
mentos de convicción, allegados al proceso con posterioridad a la cesación de
la prisión, que restablezcan los presupuestos previstos en el artículo 268° del
Código comentado y, por ende, hagan necesaria nuevamente la prisión pre
ventiva. Estas nuevas circunstancias, como deberá comprenderse, estarán re
feridas a los requisitos de prueba suficiente, pena probable y peligro procesal.
573
flPt. 286° La actividad procesal
,— TÍTULO IV —
LA COMPARECENCIA
574
Las medidas de coerción procesal API. 287°
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Como ya fue comentado en su lugar (artículo 266°), la detención conva
lidada tendrá una duración de siete días naturales, a cuyo vencimiento el fiscal
pondrá al detenido a disposición del juez solicitando la medida de prisión
preventiva, de ser el caso.
Lo que se establece en este numeral es que si el fiscal no pide prisión
preventiva para el imputado al vencimiento del séptimo día, el juez dictará
mandato de comparecencia simple, esto es, sin ningún tipo de restricción que
no sea la obligación de comparecer a las citaciones que se le hagan.
Se trata, pues, de una norma imperativa a la que el juez se encuentra
vinculado obligatoriamente de presentarse el supuesto descrito.
Tratándose de la detención por la presunta comisión de los delitos de
terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas, el juez dictará comparecencia
simple en el caso que, vencidos los quince días constitucionales de detención, el
fiscal no solicitase mandato de prisión preventiva u comparecencia restringida.
Numeral 2)
Lo estipulado en este numeral es una consecuencia lógica de la obligatorie
dad de la concurrencia de los requisitos de prueba suficiente, pena probable y
peligro procesal, requeridos para dictar prisión preventiva, de tal modo que, de
faltar uno de ellos,ya no se podrá dictar la medida más grave de restricción de la
libertad sino una más benigna como lo es la comparecencia simple.
575
API. 287° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El imputado contra quien se ha dictado mandato de comparecencia res
trictiva no sólo está sujeto al proceso por la obligatoriedad de concurrir a las
citaciones que se le hagan, sino que también debe soportar el cumplimiento
de ciertas reglas restrictivas de su libertad de acción o de locomoción tenden
tes a asegurar su sujeción al proceso, las mismas que están previstas en el
artículo 288° del Código y no en el artículo 167° como erróneamente se con
signa en este numeral.
Por su naturaleza y gravedad la comparecencia restrictiva se ubica entre
la prisión preventiva, que es la más grave restricción de la libertad personal del
imputado, y la comparecencia simple que es la más benigna. Esta condición
de medida intermedia permite que, por un lado, se eviten los efectos pernicio
sos de la prisión preventiva en el logro de los fines de sujeción y aseguramien
to que ella persigue; y, por otro lado, se consiga sujetar al imputado al proceso
mediante la imposición de ciertas restricciones que limitan su libertad de ac
ción, pero que no la anulan totalmente a través del encarcelamiento.
La comparecencia restrictiva se justificará en la medida que con las res
tricciones impuestas pueda evitarse razonablemente el peligro de fuga o de
obstaculización de la averiguación de la verdad. Esta última exigencia de la
norma comentada nos lleva a corroborar que, inclusive en el caso de concu
rrir los presupuestos materiales de la prisión preventiva, puede dictarse com
parecencia si es que el juez considera que, a través de las restricciones previs
tas en el artículo 288° del Código, puede evitarse razonablemente el peligro
de fuga o de obstaculización de la averiguación de la verdad.
El desarrollo de la ciencia y la tecnología, tan vertiginoso en nuestros
tiempos, hicieron viable que el legislador haya explorado la posibilidad de la
utilización de técnicas o sistemas electrónicos o computarizados en el control
del cumplimiento de las restricciones impuestas al imputado. Se debe enten
der que tales métodos de control son alternativos a las restricciones del artícu
lo 288° y tendrán como límite infranqueable la dignidad humana que de nin
gún modo podrá ser afectada con este propósito.
576
Las medidas de coerción procesal flpt. 288°
Numeral 2)
En este inciso el legislador de 2004 ha mantenido la misma norma pre
vista en el artículo 143° - infine - del Código de 1991, de tal modo que la
imposición de una sola de las restricciones, de todas ellas o su combinación,
exigirá del juez un análisis particular de las circunstancias de cada caso con
creto y la conveniencia de proceder según la naturaleza de ellas.
Numeral 3)
Al igual que en el numeral anterior, el legislador mantiene la norma pre
vista en similares términos en el artículo 144° - segundo párrafo - del Código
de 1991. En tal sentido, se entiende que la revocatoria de la comparecencia
restrictiva por la prisión preventiva exigirá siempre, que el imputado que se
encuentre incumpliendo las restricciones impuestas, sea previamente adverti
do (requerido) que, en caso de persistir en dicho incumplimiento, perderá la
libertad de la que se encuentre gozando. Es obvio que tal requerimiento debe
rá constar por escrito y se exigirá, en todos los casos, la certeza que el imputa
do ha tomado pleno conocimiento de aquel.
La pérdida de la libertad personal no es cosa de juego y, como es natural,
deberá estar rodeada de todas las garantías posibles, al punto que la norma
comentada prevé la realización de una audiencia que deberá ser convocada
por el juez, a solicitud del fiscal, en la que se decidirá, inmediatamente o den
tro de las cuarenta y ocho horas siguientes, si se revoca o no la comparecencia
restringida. Así se desprende de la remisión hecha por la norma bajo comen
tario que, por error material se refiere al artículo 288°, cuando en realidad
debió referirse al artículo 279° del Código que regula el trámite de la revoca
toria de la comparecencia por prisión preventiva.
577
APt. 288" La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Como quiera que la norma contenida en este numeral no realiza distin
ción alguna, se deberá entender que la persona a cargo del cuidado y vigilancia
del imputado podrá ser un familiar o cualquier otra que asuma con responsa
bilidad dicha tarea.
Asimismo, la institución a la que se refiere el inciso podrá ser pública o
privada.
Adicionalmente a la norma del Código podría resultar recomendable la
dación de un dispositivo legal que reglamente los requisitos que deben reunir
las personas o instituciones que se hagan cargo del cuidado y vigilancia del
imputado sometido a esta restricción, así como las responsabilidades en las
que pudiere incurrir.
Numeral 2)
Esta restricción afecta directamente la libertad ambulatoria del im
putado, pues éste quedará sujeto a la obligación de permanecer en el lugar
de su residencia, de no asistir a determinados lugares (que se deben espe
cificar claramente en el auto correspondiente) y de presentarse periódica
mente ante la autoridad en los días fijados. E n cuanto a este último aspec
to, la práctica judicial ha impuesto el estándar determinado por la obliga
ción de concurrir cada fin de mes, esto es cada treinta días. Sin embargo,
nada impide que, según las circunstancias de cada caso y de acuerdo con
las características personales del imputado, el juez pueda fijar un plazo
mayor o menor.
578
Las medidas de coerción procesal flpj. 289°
Numeral 3)
Si bien puede decirse que el objetivo cautelar de la prohibición de comu
nicación impuesta por este numeral y el que corresponde a la medida de inco
municación prevista en el artículo 280° ya comentado es el mismo; sin embar
go, existen diferencias notables entre ambas figuras ya que, en principio, la
incomunicación del imputado con mandato de prisión preventiva comprende
a la generalidad de personas, excepto el abogado defensor, mientras que la
prohibición de comunicación a la que se refiere el presente inciso está referida
únicamente a personas determinadas, es decir, a aquellas que se nombren
expresamente en la resolución judicial correspondiente.
Numeral 4)
Debe quedar claramente establecido que la caución económica solamente
podrá ser impuesta al imputado que tenga posibilidades de cumplirla. De ser
impuesta y el imputado demuestre que no está en condiciones de cumplirla,
podrá sustituirla por una fianza personal.
Al respecto y como ya lo adelantáramos al empezar a comentar este
artículo, muchos de nuestros operadores - jueces - han venido efectuando un
uso inadecuado de la figura de la caución, imponiéndola muchas veces inne
cesariamente y en ocasiones de modo simbólico y, por ende, sin ningún efecto
cautelar. Es conveniente que esta práctica sea reemplazada por una aplicación
mucho más técnica e inteligente de dicha medida.
579
flPt. 289° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Tal como ya fue anotado, es de señalarse, en primer lugar, que la regula
ción elaborada por el legislador de 2004 en materia de caución es notoriamente
más completa que la contenida en el Código de 1991, aun cuando incurre en
mayores errores conceptuales. El corpus precedente enunciaba concisamente la
figura de la caución en el inciso 5 de su artículo 143° como una variedad de
comparecencia restrictiva, sin llegar a desarrollarla mayormente, al punto que,
muchas veces, se tuvo que recurrir a la aplicación supletoria del artículo 183° de
dicho cuerpo normativo - referido a la caución para la libertad provisional -
para admitir la fianza personal escrita en aquellos casos en los que el imputado
sujeto a la medida de comparecencia carecía de solvencia económica.
580
Las medidas de coerción procesal flpt. 289
Numeral 1)
Aun cuando en este numeral se establece que el objetivo perseguido por
la caución es «aseguran) el cumplimiento, por parte del imputado, de las obli
gaciones impuestas así como de las órdenes de la autoridad; empero, como
bien señala CREUS (1996, p. 337), en realidad se trata únicamente de «refor
zar» dicho cometido, ya que asegurar el cumplimiento de tales obligaciones y
de tales órdenes siempre será una tarea sumamente difícil y nosotros diríamos
hasta imposible.
El numeral comentado define la caución como «una suma de dinero»,
aun cuando ya se ha señalado que también podrá consistir en el otorgamiento
de garantías reales, entre otras posibilidades.
581
flPl. 289° La actividad procesal
Numeral 2)
Este numeral define la caución personal como el depósito en efectivo en
el Banco de la Nación de la suma fijada en la resolución judicial. Además de
ello, establece la fianza personal escrita para el caso del imputado que carezca
de la suficiente solvencia económica y al que se le haya fijado una caución que,
por tal condición, no podría asumir dicha obligación.
582
Las medidas de coerción procesal flpt. 289°
Numeral 3)
A diferencia de la mal llamada caución personal, que consiste únicamen
te en el depósito efectuado por el imputado en el Banco de la Nación, este
numeral define la caución real como aquella consistente en la constitución
por el imputado de depósito de efecto público o valores cotizables, o en el
otorgamiento de garantía real por el importe señalado por el juez.
Cuando el legislador se refiere a depósito de efecto público está conside
rando, fundamentalmente, a aquellos documentos de valor mercantil o de
crédito cuyo emisor es el Estado o sector público y que, como sabemos, tam
bién pueden ser admitidos a cotización en Bolsa.
Por valores cotizables debe entenderse, de conformidad con la defini
ción introducida por el artículo 3 del Texto Único de la Ley del Mercado de
Valores - Decreto Supremo Nro. 093-2002-P2F, aquellos valores mobiliarios
«emitidos en forma masiva y libremente negociables que confieren a sus titu
lares derechos crediticios, dominiales o patrimoniales, o los de participación
en el capital, el patrimonio o las utilidades del emisor.»
En cuanto a las garantías reales, debe entenderse que se trata de aque
llas previstas por el ordenamiento civil, tales como la prenda, la hipoteca, la
anticresis, (ver modificación reciente el Código Civil respecto a la prenda).
Lo que si resulta claro es que la caución denominada real por el Código
tiene el carácter de subsidiaria puesto que se ha establecido en forma expresa
que únicamente podrá ser decretada por el juez cuando de las circunstancias
del caso concreto se determine la ineficacia de la caución «personal» o de la
fianza personal escrita y que, por la naturaleza económica del delito imputa
do, se desprenda que esta modalidad resulta la más adecuada.
En cuanto a la mencionada subsidiariedad de la caución real, pareciera
ser que la fuente es argentina puesto que el artículo 324 - párrafo 3 - del
Código Procesal Penal de la Nación estipula textualmente que «esta caución
sólo será procedente cuando de las circunstancias del caso surgiera la inefica
cia de las modalidades de las dos cauciones precedentemente establecidas y
583
flrt. 290" La actividad procesal
N u m e r a l 4)
La devolución de la caución al imputado absuelto, sobreseído o conde
nado pero fiel cumplidor de las reglas de conducta que le fueron impuestas al
dictarse contra él mandato de comparecencia es una consecuencia lógica de la
naturaleza reforzadora de la caución respecto del cumplimiento de las restric
ciones y de los mandatos de la autoridad, de tal suerte que, si el imputado no
ha infringido tales restricciones, ha cumplido dichos mandatos y ha finalizado
el procedimiento, ya no tiene sentido ni justificación mantener la vigencia de
la caución personal, la real ni la fianza personal otorgadas.
Contrario sensu, si el imputado ha infringido las restricciones impuestas,
perderá la caución o se ejecutará la garantía real constituida o la fianza perso
nal otorgada. Debe precisarse sin embargo que, la pérdida del dinero, bienes o
efectos dados en caución sólo procederá cuando el procesado incumpla sus
obligaciones impuestas, que de haberlas cumplido, de todos modos se le ten
drá que devolver dichos bienes, aun cuando fuese condenado, puesto que
éstos únicamente fueron afectados en garantía de cumplimiento de dichas
obligaciones procesales, las mismas que han sido cumplidas.
584
Las medidas de coerción procesal APt. 2 9 0 "
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La detención o arresto domiciliario es otra de las medidas cautelares de
orden personal a la que el juez puede echar mano con la finalidad de sujetar al
imputado al proceso o investigación. Consiste en la afectación de la libertad
ambulatoria del imputado por cuyo mérito debe permanecer en su domicilio
o en otro designado expresamente por el juez, bajo la custodia de la autoridad
policial, de cualquier otra institución pública o privada o de tercera persona.
El Tribunal Constitucional, en sentencia de fecha 21 de julio de 2005,
recaída en el expediente Nro. 0019-2005-PI/TC, correspondiente a la demanda
de inconstitucionalidad incoada contra la ley Nro. 28568, que equiparó momen
táneamente el arresto domiciliario previsto en el Código de 1991 con la prisión
preventiva, para los efectos del cómputo de la pena privativa de libertad, ha
dejado sentado interesantes conceptos sobre la institución que nos ocupa, pun
tualizando claramente la diferencia de naturaleza entre el arresto domiciliario y
la prisión preventiva, diferencia que resumió en la afirmación según la cual «el
ho gar no es la cárcel». Si bien tales conceptos fueron elaborados en relación con
la detención domiciliaria de la norma de 1991, consideramos que, en líneas
generales, pueden ser aplicadas a la regulación de esta materia fijada en el nuevo
corpus procesal, con los ajustes que necesariamente se deberán hacer en el futu
ro, considerando que la valoración del Tribunal Constitucional estuvo referida,
como bien se señala en la referida sentencia, a la fórmula mixta del Código de
1991 que no ha sido conservada por el legislador de 2004.
585
flPt. 290° La actividad procesal
Numeral 2)
Este numeral contiene una norma sumamente importante puesto que
ella implica que no bastará que el imputado tenga más de sesenta y cinco años
de edad, o adolezca de una enfermedad grave o incurable, o sufra de grave
incapacidad física permanente o que se trate de una madre gestante, sino que,
en todos los supuestos mencionados, el juez deberá estar convencido que con
la detención domiciliaria quedará debidamente conjurado el peligro de fuga o
586
Las medidas de coerción procesal flpt. 290°
Numeral 3)
El numeral en comento regula el lugar de cumplimiento de la detención
o arresto domiciliario que podrá ser el propio domicilio del imputado o el que
designe el juez de la causa, siempre bajo la vigilancia de la Policía, de una
institución pública o privada o de tercera persona.
Asimismo, se refiere a la facultad del juez de imponerle al imputado,
cuando ello fuese necesario, ciertas restricciones para su comunicación con el
exterior, cuyo control de cumplimiento estará a cargo del Ministerio Público
y de la Policía, así como también la imposición de una caución.
Está claro que, en ambos casos, (restricciones a la comunicación y cau
ción) el juez deberá tomar en cuenta los límites impuestos por la regulación
dispensada a la incomunicación y la caución (artículos 280 al 282 y 289 res
pectivamente).
Numeral 4)
La equiparación del plazo de duración de la detención domiciliaria con
el que corresponde a la prisión preventiva encuentra justificación en el hecho
que ambas consisten en una restricción a la libertad personal del imputado,
más leve en el caso de la detención domiciliaria, pero restricción al fin. En
ambos casos el imputado sufre privación de su libertad locomotora, con la
diferencia que aquel que se encuentra bajo arresto domiciliario no ingresa en
un establecimiento penitenciario ni está sometido a los rigores de un régimen
semejante como ocurre tratándose de la prisión preventiva.
Aquí se establece, pues, que la detención domiciliaria no puede ser ilimi
tada en el tiempo, advirtiéndose que la norma de este numeral remite a las
disposiciones contenidas en los artículos 273° al 277° del Código referidas al
plazo de duración de la prisión preventiva. Por esta razón, de igual modo, nos
remitimos a los comentarios relativos a dichos artículos que, mutatis mutandis,
también resultan aplicables a la presente norma.
Aquí nos basta con puntualizar que la detención domiciliaria no podrá
prolongarse más allá de los nueve meses, excepto tratándose de procesos com
plejos en los que podrá durar hasta dieciocho meses.
Numeral 5)
Es lógico que si desaparecen los motivos por los cuales se decidió susti
tuir la prisión preventiva que correspondía por la detención domiciliaria, sea
587
API. 291° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Norma similar a la comentada estaba prevista en el artículo 143° — in
fine - del Código de 1991.
Como la norma anterior, la que comentamos exige precisar qué se debe
entender por «sanción leve» y cuándo nos encontramos frente a actos de in
vestigación que no justifican una comparecencia con restricciones. En tal sen
tido, coincidimos con SAN MARTÍN CASTRO (2001, p. 844) en cuanto a
considerar sanción leve a aquella que no supere los cuatro años de privación
de libertad. Asimismo se deberá entender que los actos de investigación no
justifican una comparecencia restrictiva cuando aquellos sean insuficientes
para acreditar la comisión del hecho punible o cuando los mismos no puedan
sustentar la existencia de peligro procesal (peligro de fuga o de perturbación
de la actividad probatoria).
Numeral 2)
Consecuencia lógica de las inconcurrencias del imputado a las diligen
cias para las cuales es citado, lo cual es calificado por la norma como una
infracción a la comparecencia, es su conducción coactiva para los efectos de
la verificación de tales diligencias.
588
Las medidas de coerción procesal APt. 293°
u«^ COMENTARIO
Las disposiciones contenidas en este artículo son una copia exacta de las
que estuvieron previstas en el artículo 145 del Código de 1991, excepto por la
franquicia postal otorgada al Poder Judicial y al Ministerio Público que la
norma en comento ya no ha previsto.
De algún modo la redacción de este artículo ha quedado un tanto desfa
sada en cuanto establece que el secretario entregará la citación por intermedio
de la policía cuando, como es sabido, actualmente el Poder Judicial y el Minis
terio Público cursan sus notificaciones generalmente a través de sus propias
centrales de notificaciones.
TÍTULO V
LA INTERNACIÓN PREVENTIVA
589
APt. 293° La actividad procesal
>Sv COMENTARIO
Numeral 1)
Así como la prisión preventiva es dictada en función de la sujeción del
imputado al proceso, debido a que el pronóstico jurídico procesal arroja como
resultado una alta probabilidad de imponérsele una pena privativa de libertad
superior a los cuatro años llegado el momento, del mismo modo la interna
ción preventiva es una medida que también persigue fines de aseguramiento,
pero que el juez dicta sobre la base de un pronóstico de aplicación al imputa
do de una medida de seguridad de internación.
Como sabemos, nuestro ordenamiento sustantivo prevé dos tipos de
medidas de seguridad: la internación y el tratamiento ambulatorio (Código
Penal, artículo 71). Por la internación el inimputable ingresa en un centro
hospitalario especializado con fines terapéuticos o de custodia, medida que es
adoptada con la finalidad de evitar que el agente cometa delitos considerable
mente graves y sobre la base de un pronóstico de peligrosidad
La internación, como medida de seguridad, es una de las dos vías de
reacción del ordenamiento penal frente a un hecho que es considerado delito,
pero, a diferencia de la pena cuyo presupuesto de imposición es la antijurici-
dad y la culpabilidad, la internación es impuesta, sobre la base de un juicio de
peligrosidad, al agente de la comisión de un delito que padezca de una anoma
lía mental por la que ha sido declarado inimputable.
La regulación de la internación como una medida preventiva o cautelar
independiente es una novedad dentro de nuestro ordenamiento procesal pe-
590
Las medidas de coerción procesal flpl. 293°
nal. Como bien señala SAN MARTÍN CASTRO (2001, p. 853) la internación
tan solo estaba prevista en el Código Penal como una medida penal de segu
ridad con fines terapéuticos o de custodia y en el artículo 191 del viejo Código
de Procedimientos Penales de 1940 sin los contornos de una medida cautelar
independiente, en la medida que el Juez Instructor ordenaba el ingreso del
inculpado al «asilo de insanos» y luego elevaba lo actuado al Tribunal Correc
cional para que éste resuelva definitivamente.
La sola existencia del dictamen pericial que acredita la inimputabilidad
del agente por causa de una grave alteración o insuficiencia de sus facultades
mentales no será suficiente, ya que, adicionalmente, deberán concurrir el fu-
mus boni juris (elementos de convicción suficientes respecto de la autoría o
participación de un hecho punible), prognosis de imposición de la medida de
seguridad de internación probable y existencia de peligro procesal (presun
ción de no sometimiento al procedimiento o de obstrucción de la investiga
ción), pudiendo aplicarse analógicamente lo dispuesto en los artículos 269 y
270 del Código referidos a los criterios de calificación del peligro de fuga y del
peligro de obstaculización, respectivamente.
Numeral 2)
El inciso 2 del artículo 20 del Código Penal, al que se remite este nume
ral, está referido a la minoría de edad como causal de exención de responsabi
lidad penal, por lo que advertimos que se trata de un error material. Es evi
dente que el legislador ha querido remitirse al inciso 1 del citado artículo del
Código Sustantivo, referido al supuesto de inimputabilidad por anomalía psí
quica, grave alteración de la conciencia o por sufrir alteraciones en la percep
ción.
591
API. 294° La actividad procesal
>k COMENTARIO
Numeral 1)
Al parecer el legislador de 2004 ha tomado como fuente de las disposicio
nes contenidas en este artículo al parágrafo 81* de la Ley Procesal Penal Alema
na referido al internamiento para observación del inculpado, cuyo primer apar
tado reza: «Para la preparación del informe sobre el estado psíquico del inculpa
do, podrá el Tribunal ordenar, después de oír al perito y al defensor, que el
inculpado sea llevado a un hospital psiquiátrico público, y observado allí.
A diferencia de la internación preventiva prevista en el artículo anterior,
que es acordada por el juez sobre la base de las conclusiones de un dictamen
pericial, el internamiento previo para observación y examen aquí regulado,
precisamente es ordenado para la preparación de un dictamen pericial psi
quiátrico, por cuyo motivo el agente es ingresado en un hospital público espe
cializado.
Numeral 2)
Este numeral se refiere a la necesaria concurrencia del fumus boni juris
(existencia de suficientes elementos de convicción de la comisión del hecho
punible por el agente) y a la obligatoria aplicación por el juez del principio de
proporcionalidad, cosa que se justifica si se tiene en cuenta que la internación
es una medida de coerción personal privativa de libertad, de tal modo que en
caso de delitos cuya pena sea nimia de ningún modo podrá ser decretada.
592
Las medidas de coerción procesal flp|. 295°
Numeral 3)
A diferencia de la fuente alemana que fija en seis semanas el plazo máxi
mo de duración del internamiento con fines de observación y pericia, la nor
ma nacional fija dicho plazo en un mes, debiendo interpretarse que se trata de
un plazo máximo, por lo que nada obsta para que culmine antes si es que el
objetivo es cumplido anticipadamente.
, TÍTULOVI 1
EL IMPEDIMENTO DE SALIDA
l )
"S, COMENTARIO
Numeral 1)
El impedimento de salida, que ya estuvo regulado en los artículos 146°,
147° y 148° del Código de 1991, es una medida de coerción personal que
restringe la libertad ambulatoria del imputado y de los testigos considerados
importantes, evitando que, por un plazo determinado, abandonen el país o la
localidad de sus domicilios o del lugar fijado por el juez. El fin perseguido por
esta medida cautelar es doble: por un lado persigue, como la misma norma del
presente inciso lo prescribe, facilitar la averiguación de la verdad. Por otro
lado, también persigue evitar en lo posible la fuga del imputado.
La primera finalidad puede ser apreciada sobre todo tratándose de los
testigos importantes cuya declaración se desea asegurar impidiéndoles que
abandonen el país o la localidad de sus domicilios, mientras que la segunda se
aplica indudablemente al imputado.
593
API. 296° La actividad procesal
Numeral 2)
En este numeral se obliga al fiscal, como no podía ser de otro modo tra
tándose de una medida que restringe un derecho esencial, a fundamentar el
pedido a presentar ente el juez, exigencia que resulta saludable pues en no pocas
ocasiones los requerimientos fiscales carecen de la más mínima motivación.
El fiscal deberá incidir principalmente en la necesidad de la medida en
orden a la indagación de la verdad o al peligro de fuga, según corresponda,
sea porque se tenga conocimiento que el testigo se apresta a abandonar el país
o el lugar de su domicilio, o porque exista la alta probabilidad que el imputado
haga lo propio. En cualquiera de los casos el fiscal deberá acreditar que la
medida requerida es proporcional a la entidad del delito imputado.
594
Las medidas de coerción procesal flpj. 296°
"S. COMENTARIO
Numeral 1)
Si el simple pedido presentado por el fiscal requiere ser debidamente
fundamentado, con mayor razón aún la resolución judicial que decreta el im
pedimento de salida.
Una medida que restringe un derecho fundamental como la libertad
ambulatoria debe ser acordada después de un debate contradictorio. Es por
ello que el Código prescribe que la imposición del impedimento de salida sea
dentro del marco de una audiencia convocada por el juez, con asistencia del
fiscal, el imputado y su defensor: de allí la remisión a los numerales 2 y 3 del
artículo 279.
Numeral 2)
En este numeral, a diferencia de la regulación equivalente del Código de
1991, se establece un plazo máximo de duración del impedimento de salida.
Siendo ésta una medida cautelar de orden personal, presenta la característica
de la temporalidad que implica que no puede ser de duración indefinida. En
este aspecto advertimos una notable mejoría respecto del Código anterior
que no precisaba el plazo de duración de la medida.
Cuando de las circunstancias del caso se desprenda la necesidad de pro
longar la medida, únicamente tratándose de imputados y nunca de testigos, la
norma faculta al juez para hacerlo hasta por cuatro meses más, decisión que
será tomada en el marco de una audiencia, bajo los supuestos y parámetros
del procedimiento previsto para la prolongación de la prisión preventiva.
Numeral 3)
El tratamiento diferenciado de los testigos respecto de los imputados en
cuanto al plazo de duración de la medida, que en este caso será de un máximo
de treinta días, y a su levantamiento una vez obtenida la declaración o actua
ción procesal para la cual fue dictada, se justifica en la diversa posición en el
proceso de testigos e imputados: mientras que sobre estos pende la imputa
ción de haber cometido un delito, aquellos son únicamente colaboradores de
la justicia a través de su testimonio.
Numeral 4)
En este numeral se repite innecesariamente la remisión a los numerales 2
y 3 del artículo 279 ya formulada en el primer numeral del presente articulo.
Sin embargo, en su segunda parte prescribe que el trámite de la apelación en la
595
flPt. 297° La actividad procesal
( TÍTULO VII s
LA SUSPENSIÓN PREVENTIVA DE DERECHOS
APt. 2 9 7 ° . R6QUISIIQS
^ COMENTARIO
Numeral 1)
Bajo el nomenjuris de «suspensión preventiva de derechos» el Código ha
previsto cinco clases de medidas provisionales vinculadas con la comisión de
delitos conminados con pena de inhabilitación y con la necesidad de evitar
que el agente vuelva a cometer delitos.
Debe destacarse que como medidas provisionales o preventivas dentro
del marco de un proceso en curso, las previstas en este Código constituyen
una absoluta novedad dentro de nuestro ordenamiento procesal penal pues la
normatividad anterior no las había regulado, a excepción del Proyecto de
Código de 1995, previsión que nos parece uno de los aciertos del legislador
del 2004 por tratarse de una innovación necesaria.
596
Las medidas de coerción procesal flpf. 297°
Aun cuando es una novedad en nuestro país, hace ya mucho tiempo que
en el Derecho Comparado estas medidas tienen cabida y regulación. En efec
to, la Ley de Enjuiciamiento Criminal española prevé la privación del permiso
de conducir vehículos de motor, la prohibición de residir o acudir a determi
nados lugares, la suspensión de cargos públicos y las medidas de suspensión
de actividades o cierre de de empresas o establecimientos, éstas últimas intro
ducidas por el Código Penal de 1995 (MORENO CATENA, 2001, p. 297-
302). Del mismo modo la Ley Procesal Penal Alemana (StPO) tiene previstas
la privación provisional del permiso para conducir, la inhabilitación provisio
nal para ejercer la profesión y, según indica ROXIN (2000, p. 321-324), den
tro de este grupo de medidas también está considerada la internación preven
tiva en sanatorio psiquiátrico o en establecimiento de desintoxicación.
N u m e r a l 2)
Si bien las medidas de suspensión preventiva de derechos no son estric
tamente medidas cautelares, comparten con éstas la rigurosidad en su imposi
ción, de tal modo que en esta tarea será necesario que el fiscal y el juez tengan
en cuenta elfumus boni inris (suficientes elementos probatorios de la comisión
de un delito que vincule al imputado como autor o partícipe del mismo) y el
peligro de obstaculización de la averiguación de la verdad. Adicionalmente y,
a diferencia de lo que ocurre en la imposición de las medidas de coerción, en
597
flPt. 298° La actividad procesal
^ COMENTARIO
Numeral 1)
En esta disposición se enumera todas las medidas que en bloque consti
tuyen la suspensión preventiva de derechos.
598
Las medidas de coerción procesal flpt, 299°
Numeral 2)
En este numeral se prescribe la obligatoria y necesaria literalidad del
mandato judicial de suspensión preventiva de derechos, de tal modo que es
evidente que únicamente tendrán vigencia aquellas restricciones (suspensio
nes o prohibiciones) que hayan sido taxativamente señaladas en el auto.
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El límite temporal de las medidas de suspensión preventiva se explica y
justifica por su naturaleza restrictiva de derechos. Resulta claro que el límite
en el tiempo aquí previsto está referido a la pena de inhabilitación conminada
y no probable para el delito imputado.
599
flPt. 300° La actividad procesal
Numeral 2)
El derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable implica que el
incumplimiento de este derecho fundamental importará el cese de las medi
das de suspensión preventiva de derechos, lo que será acordado por el juez
dentro del marco de una audiencia.
^ COMENTARIO
La sustitución o acumulación de las medidas de suspensión preventiva
de derechos, debido al incumplimiento por parte del imputado de las restric
ciones impuestas, deberá ser acordada por el juez después de hacer un juicio
de ponderación y proporcionalidad, disponiendo la medida sustitutiva o acu
mulada según la naturaleza v características de cada caso en concreto. Tratán
dose de la sustitución o acumulación con la prisión preventiva o detención
domiciliaria, el juez deberá ser sumamente escrupuloso en tanto se exigirá,
como no puede ser de otro modo, que concurran necesariamente los presu
puestos previstos por el Código para la prisión preventiva y la detención do
miciliaria, de tal suerte que no bastará el mero incumplimiento de las restric
ciones impuestas para decretarlas.
Antes de disponer la sustitución o acumulación el juez deberá requerir al
imputado el cumplimiento de las medidas impuestas, previniéndole expresa
mente que en caso de persistir en su incumplimiento se procederá de confor
midad con la facultad conferida en el presente artículo.
600
Las medidas de coerción procesal APt. 301°
^ COMENTARIO
Además de la posibilidad de sustituir o acumular las medidas de suspen
sión preventiva de derechos con la prisión preventiva o detención domicilia
ria, el juez también podrá acumularlas con las restricciones de la comparecen
cia en el mismo acto de dictarla. Para este trámite así como para su sustitu
ción, acumulación e impugnación, la presente norma remite a lo dispuesto
por los numerales 2 y 3 del artículo 274, lo cual significa que la decisión judi
cial sobre el particular será tomada dentro del marco de una audiencia con
asistencia del representante del Ministerio Público, el imputado y su defensor,
decisión que, por lo demás, podrá ser impugnada mediante el recurso de ape
lación.
r TÍTULO VIII ^
EL EMBARGO
601
ftPt. 301° La actividad procesal
602
Las medidas de coerción procesal flp|. 301°
1.1.1. Principios
a) Jurisdiccionalidad
Según este principio las medidas cautelares deben ser ordenadas
por la autoridad judicial, a pedido del Ministerio Público, de la
parte agraviada o el imputado. Dada la especial afectación de los
derechos de la persona a quien está dirigida la medida cautelar, se
reserva al Juez la potestad de disponerla. Es este el sentido el
Nuevo Código Procesal Penal (art. VI del Título Preliminar) y
demás normas procesales que contemplan las medidas cautelares,
como la ley 27379.
Sin embargo, se encuentran previstas algunas excepciones a la regla
de la Jurisdiccionalidad, como en los casos de detención policial
por delito flagrante (numeral 24, parágrafo f del art. 2° de la Cons
titución Política); o, en los casos de exhibición de bienes en flagran
te delito, atribución otorgada también a la policía, conforme a lo
previsto en el artículo 218° del Nuevo Código Procesal Penal; o, la
incautación de instrumentos o efectos del delito por la Policía o el
Ministerio Público, durante las primeras diligencias y en el curso de
la investigación preparatoria, cuando exista urgencia y peligro en la
demora.
b) Instrumentalidad
Las medidas cautelares son instrumentales del proceso principal,
estos es, tienen como objetivo servir de medio para asegurar la efec
tividad de la sentencia. En tal sentido, las medidas cautelares sólo
603
API. 301° La actividad procesal
c) Provisionalidad
Las medias cautelares son provisorias porque subsisten únicamente
mientras duren las circunstancias que determinaron su imposición.
Asimismo, pueden ser solicitadas en el mismo proceso, aun des
pués de ser rechazadas, siempre que se mantenga o presente el fun
damento para su imposición. Este principio es asumido por el Có
digo en su artículo 303°.6.
d) Variabilidad (Revocabilidad)
Por este principio las medidas cautelares son susceptibles de modi
ficación o variación a lo largo del proceso, en tanto subsistan o
varíen los presupuesto que ameritaron su imposición o rechazo.
Por ello conforme el discurrir del proceso, la actuación de medios
probatorios o el surgimiento de hechos nuevos, entre otros, deter
minaran que se vea intensificada o aminorada la inicial apariencia
del derecho invocado, lo que dará lugar a la variación de la medida
cautelar. La reforma o variación de las medidas cautelares puede
disponerse de oficio o a solicitud de la parte interesada.
El artículo 255°.2 del Código recoge este principio señalando: "Los
autos que se pronuncien sobre estas medidas son reformables, aun de oficio,
cuando varíen los supuestos que motivaron su imposición o rechazo ".
e) Proporcionalidad
Este principio acoge tres sub principios: de adecuación, de nece
sidad y de proporcionalidad en sentido estricto o de ponderación.
E n virtud a este principio se deberá atender los fines del proceso
y la necesidad de asegurar la eficacia de la sentencia; se impondrá
la medida más adecuada para garantizar las finalidades buscadas;
y, deben ser impuestas sólo cuando resulten absolutamente indis-
604
Las medidas de coerción procesal flpt. 301°
1.1.2. Presupuestos
a) Fumus boni iuris o apariencia del derecho
Referido a la apariencia o verosimilitud del derecho, en este caso el
derecho a la indemnización o resarcimiento, o también el derecho
del Estado a imponer las demás consecuencias patrimoniales como
la multa o las costas, o la imposición del decomiso 124 . N o se trata de
la comprobación de la existencia del derecho es suficiente con una
apariencia o verosimilitud. PIERO CALAMANDREI señala que
«La cognición cautelar se limita en todos los casos a un juicio de
probabilidades y de verosimilitud. Declarar la certeza de la existen
cia del derecho es función de la providencia principal; en sede cau
telar basta que la existencia del derecho aparezca verosímil, o sea
para decirlo con mayor claridad, basta que, según un cálculo de
probabilidades, se pueda prever que la providencia principal decla
rará el derecho en sentido favorable a aquél que solicita la medida
cautelar. El resultado de esta cognición sumaria sobre la existencia
del derecho tiene pues, en todos los casos, valor no de declaración
de certeza sino de hipótesis: solamente cuando se dicte la providen
cia principal se podrá ver si la hipótesis corresponde a la realidad»125
Debe quedar claro, sin embargo, que la apariencia del derecho está referida al derecho a la
indemnización o la aplicación de otra consecuencia patrimonial, mas no a la verosimilitud de
la comisión del delito, como erradamente sostienen algunos autores (ARANGÜENA
FANEGO: 1991, p. 30; SAN MARTÍN CASTRO: 1999, p. 830); quienes refiriéndose al
embargo, por un lado, admiten que éste se realiza para garantizar el pago de la pretcnsión u
obligación resarcitoria, la que tiene como su correlato al derecho al resarcimiento, y por otro
lado, sostienen que para disponer el embargo, no se requiere acreditar la verosimilitud del
daño y su consecuente resarcimiento, sino que el hecho por el cual se ha iniciado el proceso
penal, revista los caracteres de delito lo cual obviamente es un contrasentido. Más aún si se
tiene en cuenta, que en los delitos de peligro no nace el derecho al resarcimiento, por lo que
aún cuando la imputación delictiva resulte acreditada con prueba suficiente, o el hecho
constituya delito a todas luces, no procede dictarse el embargo, pues no habrá obligación
resarcitoria que cautelar. Salvo que esté orientado a cautelar otras obligaciones pecuniarias a
cargo del procesado, como la multa, costas, etc.
C A L A M A N D R E I , Fiero. «Introducción al Estudio Sistemático de las Providencias
Cautelares», p. 77
605
flPt. 301° La actividad procesal
b) Periculum in mora
Debe existir un inminente peligro de que con la demora en la emi
sión de la resolución definitiva se puede afectar de forma irrepara
ble la pretensión demandada o la aplicación de la consecuencia que
se persigue en el proceso. Esto es, que al no asegurarse los bienes,
instrumentos, efectos o ganancias del delito, éstos sean dispuestos
u ocultados, alejándolos o desapareciéndolos de la administración
de justicia.
c) La contracautela
La misma que será exigida en algunos casos, en los que exista la
posibilidad de causar daños con la imposición de la medida caute
lar. Este requisito era exigido sólo en los procesos civiles, mas no
así en los penales, sin embargo, con el presente código esta situa
ción ha cambiado radicalmente.
606
Las medidas de coerción procesal flrt. 302°
^ COMENTARIO
Este artículo establece una variación total respecto a cómo debe efec
tuarse el embargo, diferenciándose absolutamente de lo dispuesto por el Có
digo de Procedimientos Penales, que dispone que en su artículo 95° que con
el auto de embargo se requiere al inculpado para que señale los bienes sobre
los cuales debía recaer dicha medida, con lo cual en la práctica se ponía sobre
aviso al inculpado para que esconda sus bienes a fin de evitar el embargo.
Asimismo, con las disposiciones del Código de Procedimientos, el Juez o
Fiscal no están obligados a realizar diligencias o pesquisas tendentes a indagar
sobre los bienes libres del inculpado, o eventualmente del tercero civil. Con el
presente artículo, el Fiscal durante la investigación preparatoria, por propia
iniciativa o a solicitud de parte, está obligado a realizar las indagaciones nece
sarias para identificar y ubicar los bienes o derechos embargables del imputa
do o del tercero civil a fin de asegurarlos para el cumplimiento de las respon
sabilidad pecuniarias derivadas del delito; esto es, para efectos del pago de la
reparación civil, de la multa o de las costas procesales.
607
flPt. 303° La actividad procesal
^ COMENTARIO
«La pretcnsión del ejecutante va dirigida frente o contra el ejecutado, lo cual implica que la
satisfacción de aquélla ha de realizarse a costa del ejecutado, esto es, dado que se trata de una
ejecución patrimonial, ha de soportarla el patrimonio del ejecutado. Además, la ejecución es
singular: el apremio está configurado jurídicamente como actividad verificable sobre unos
bienes concretos, considerados individualmente». CACHÓN CADENAS,Jesús Manuel: «El
Embargo». Librería Bosch, Barcelona, 1991, p. 32.
«... el principio de responsabilidad patrimonial pone en evidencia la obligación del deudor de
cumplir sus obligaciones con todos sus bienes presentes o futuros». HURTADO REYES:
1998: p. 74.
609
flPl. 303" La actividad procesal
610
Las medidas de coerción procesal flpt. 303°
611
API. 303° La actividad procesal
ra
El artículo 318 o del Código Civil establece que fenece el régimen de la sociedad de gananciales:
1. Por invalidación del matrimonio. 2. Por separación de cuerpos. 3. Por divorcio. 4. Por
declaración de ausencia. 5. Por muerte de uno de los cónyuges. 6. Por cambio de régimen
patrimonial.
130
Estos criterios pueden apreciarse entre otras en: Resolución de la corte Superior de Lima, del
2 de mayo de 1995, Exp. N° 161-95. «Revista de Legislación y Jurisprudencia». Tomo
243-Agosto 1996. Ejecutoria Suprema del 9 de setiembre de 1997; Cas. N° 737-97-Piura; en
HURTADO REYES, Martín: «Apuntes de las medidas cautelares en el proceso civil».
Librería y Ediciones Jurídicas, Lima, 1998, p. 193. Igualmente, la Fiscalía de la Nación por
612
Las medidas de coerción procesal flpt. 303°
Resolución del 12 de agosto del presente año (publicada el 14 del mismo mes y año), resuelve
declarando FUNDADA la denuncia contra el Juez Hugo Edison Sánchez Torres, por haber
dispuesto el embargo de los bienes de la sociedad conyugal en un proceso de pago de una
obligación de uno de los cónyuges, olvidando que esto ya estaba permitido (desde luego que
previos los trámites correspondientes), en virtud a la Ley N° 27809, del 26 de julio del 2002.
613
flPt. 303° La actividad procesal
151
Esto resulta más relevante en los últimos tiempos, en que se asiste al desarrollo de criterios
por los cuales se atribuye responsabilidad civil al Estado por hechos de funcionarios públicos.
112
El artículo 642° del Código Procesal Civil establece que: «Cuando la pretensión principal es
apreciable en dinero, se puede solicitar embargo. Este consiste en la afectación jurídica de un
bien o derecho del presunto obligado, aunque se encuentre en poder de tercero,...».
614
Las medidas de coerción procesal Al*t. 3 0 3 °
615
flPt. 303" La actividad procesal
616
Las medidas de coerción procesal API. 3 0 3 °
617
API. 303° La actividad procesal
618
Las medidas de coerción procesal flpl. 303°
en particular el sistema penal, busca reparar los daños provenientes del delito
de modo preferente. Tal como puede apreciarse de la legitimación realizada
por el ordenamiento jurídico penal, al órgano persecutor del Estado (Ministe
rio Público) para insertar en el proceso penal la pretensión resarcitoria de los
daños, independientemente de si la verdadera víctima o agraviado concurre o
no al proceso penal ejercitando la acción civil resarcitoria; con lo que queda
evidenciado el interés de la sociedad en su conjunto, respecto a la reparación
de los daños provenientes del delito. Esto se justifica plenamente, pues, al
cometerse un delito, se afecta los bienes o intereses vitales de la comunidad y
por tanto también el daño ocasionado con la conducta delictiva afecta un
interés privado de mayor relevancia que los demás casos de afectación de
bienes jurídicos no protegidos por las normas penales.
Debe precisarse asimismo, que aun cuando el artículo 98° del Código
Penal no se refiere expresamente a la afectación de las remuneraciones del
tercero civil, y por tanto, se podría pensar que esta disposición no alcanza a
dicho tercero, debemos tener en cuenta que este artículo hace referencia al
'condenado', y, condenado al pago de la reparación civil (se habla de una
sentencia de condena), puede ser, sin ningún problema el tercero civil, conse
cuentemente, el tercero no queda excluido de los alcances de este artículo.
De otro lado, resulta de interés, establecer si este artículo (98° del Códi
go Penal) puede aplicarse para la afectación, con fines de pago de la repara
ción civil, de hs pensiones que percibe el condenado o tercero civil. Al respecto,
al no prever la norma la afectación de las pensiones, no resulta de aplicación
619
flpt. 30fl° La actividad procesal
620
Las medidas de coerción procesal ftp|. 307°
>& COMENTARIO
621
flPl. 307° La actividad procesal
622
Las medidas de coerción procesal flpj. 309°
623
flPt. 309° La actividad procesal
62a
Las medidas de coerción procesal Art. 310°
tercero, es por ello que se corre traslado a las partes y se resuelve previa con
testación del traslado, lo que no sucede en la desafectación en que se resuelve
sin tramite alguno. En este caso de existir título indubitable, se pedirá la des
afectación y no la suspensión.
TÍTULO IX s
OTRAS MEDIDAS REALES
J
625
flPt. 310° La actividad procesal
"S. COMENTARIO
"Se trata de una medida cautelar consistente en la interdicción de vender
o gravar los bienes registrables (muebles e inmuebles) de que el deudor pueda
ser propietario en el momento de anotarse la medida, o que adquiera con
posterioridad. Es decir que, una vez trabada, el deudor no puede enajenar los
bienes que tiene inscritos en los respectivos registros" (DÍAZ SOLIMINE:
1999, p. 16).
Tiene por objeto impedir un cambio en la situación de hecho o de dere
cho mientras dura el proceso. Se trata de evitar modificaciones que puedan
tornar üusono el cumplimiento del fallo (DÍAZ SOLIMINE: 1999; p, 141).
Es por eso que cumple todos los requisitos de la medida cautelar.
Es una medida supletoria y eventualmente complementaria del embargo
(CAFFERATA ÑORES: 1992, p.73), destinada a impedir la venta o grava
men de cualquier bien regís trable.
Está vinculada a la pretensión anulatoria de actos de disposición fraudu
lentos realizados con la finalidad de evitar el pago de la reparación civil pre
visto en el artículo 15° del Código Procesal Penal; o también a disponer de
bienes que constituyen instrumentos, efectos o ganancias del delito y por
tanto quedan sujetos a decomiso. Pero también puede dictarse para asegurar
el cumplimiento de las demás consecuencias económicas del delito y del pro
ceso (multa y costas procesales); aun cuando en este último caso, no se podrá
afectar bienes del tercero civil, el mismo que resulta vinculado solo al pago de
la reparación civil más no a otras consecuencias económicas como la multa y
las costas procesales, que son de naturaleza personal.
Será dispuesta por el Juez, a solicitud del Fiscal o del actor civil y se
concretará oficiándose a los respectivos Registros Públicos; debiendo cumplir
se los requisitos y presupuestos establecidos para el embargo.
En la solicitud deberá identificarse el bien materia de afectación por la
medida cautelar y se ofrecerá contracautela, conforme a lo previsto en el art.
303°.2, norma aplicable a la medida cautelar materia de comentario, a tenor de
lo dispuesto en el art. 310°.2.
Se asemeja a la medida de no innovar, del CPC. precisamente por que a
través de ella se dispone la conservación de la situación de hecho o de dere
cho existente al momento de la presentación de la demanda; con la diferencia
de que ésta es más general, pues la de inhibición del CPP, sólo impide dispo
ner y gravar, esto es contratar con ese objetivo.
626
Las medidas de coerción procesal flpt. 3flo
3. COMENTARIO
En el proceso civil, constituye una de las llamadas medidas temporales
sobre el fondo en los juicios de dasalojo (Ejecución anticipada de la futura
decisión final). Cuando se acredite el derecho a la restitución y el abandono
del bien.
En el proceso penal esta medida constituye una medida de coerción de
carácter tuitivo, que se dicta en protección del agraviado en los delitos de mur-
627
APt. 312" La actividad procesal
628
Las medidas de coerción procesal flpj, 3130
^ COMENTARIO
Esta medida, al igual que la anterior, tiene por finalidad evitar la perma
nencia del delito o la prolongación o incremento del daño. Constituye una
anticipación excepcional de la decisión, y no es una medida cautelar, sino una
medida de carácter tuitivo cuya finalidad se agota en sí misma. Por ejemplo
contrarrestar la coacción en un delito contra la libertad (impedimento de par
ticipar en una asamblea societaria). Asimismo, ejecutar provisionalmente de
manera anticipada las consecuencias pecuniarias del delito; pero sólo aquellas
que de no ejecutarse oportunamente mantendrían innecesariamente los efec
tos prejudiciales del hecho ilícito; como por ejemplo el pago de una remune
ración en un delito contra la libertad de trabajo. En este sentido, no creemos
que pueda ser posible para los demás casos de consecuencias pecuniarias como
la multa o las costas.
629
APt. 313° La actividad procesal
>SL COMENTARIO
Su tratará de un secuestro, cuando se tenga que afectar determinados bienes sobre los cuales
se reconocen derechos o titularidad a las personas, y si se tratara de otro tipo de efectos o
evidencias, estaremos ante un simple recojo. La diferenciación entre recojo o recolección,
secuestro e incautación, se ha desarrollado con mayor detenimiento en el capítulo
correspondiente a la exhibición forzosaj la incautación (arts. 218° y ss).
630
Las medidas de coerción procesal flpj. 313°
631
flrt. 313° La actividad procesal
1,4
Como ya lo hemos indicado en el lugar pertinente, la vigilancia consistirá en la disposición de
uno o más vigías con la finalidad de determinar qué actividades se realizan en el lugar, quiénes
las realizan, qué personas concurren, ingresan o salen del lugar, qué bienes o especies se
ingresan, guardan o sacan del mismo, etc.; de reunirse información útil a través de la vigilancia,
de inmediato se podrá solicitar al allanamiento y el registro correspondiente con fines de
secuestro, incautación o recojo de evidencias. Asimismo, de advertirse actividades
configurativas de flagrante delito, podrá intervenir directamente la Policía sin necesidad de
autorización alguna.
632
Las medidas de coerción procesal flPl. 314°
>§. COMENTARIO
Es una medida urgente cuya finalidad es evitar la situación de desamparo en
que pueden quedar los deudos o sujetos legitimados en general, a consecuen-
633
API. 314° La actividad procesal
cia de la comisión del delito. Los solicitantes deberán acreditar que han que
dado imposibilitados de obtener los medios para el sustento de sus necesida
des básicas. El Código ha establecido expresamente los delitos en los que se
puede solicitar la medida, limitándolo a los casos de homicidio, lesiones gra
ves, omisión de asistencia familiar, violación de la libertad sexual o delitos que
se relacionen con la violencia familiar.
Sólo podrán se beneficiados con la medida, las personas que estén legiti
madas para solicitar alimentos del agraviado o víctima del delito; así en caso
de homicidio, los hijos menores o mayores incapaces del agraviado que carez
can de los recursos económicos para solventar su propia subsistencia. Deberá
de estar establecida debidamente, lo que en el derecho de familia se llama el
entroncamiento o relación parental que vincula al agraviado con el alimentante;
puesto que si se tratase de un hijo no reconocido al que no se le está pasando
pensión alimenticia o ésta ha sido rechazada en la vía civil, no prosperará la
solicitud. Igual criterio se aplicará para el caso del delito de violación de la
libertad sexual, en el que se requiere que el alimentista haya nacido o en todo
caso que la agraviada haya quedado en la imposibilidad se subvenir a sus pro
pias necesidades como consecuencia de la violación o del embarazo. En el
mismo sentido en el caso de delitos de lesiones, procederá la pensión antici
pada de alimentos, si como consecuencia de las lesiones sufridas, el agraviado
ha quedado en la imposibilidad de trabajar y no tiene otra forma de solventar
sus gastos de subsistencia.
634
Las medidas de coerción procesal flpj. 314°
635
API. 315° La actividad procesal
del delito o tercero civil), o que se dejen sin efecto los actos de
gravamen. Con la anotación de la demanda anulatoria, el agraviado
o actor civil, o en su caso el Fiscal, logra la prioridad o preferencia
para la satisfacción de la reparación civil con relación a otros acree
dores que también tuvieran interés en actuar sobre el patrimonio
del agente del delito o tercero civil133; o como refiere M O R E N O
CATENA (en cita de SAN MARTÍN CASTRO: 2003; p. 1204),
"... lo que se trata es de tener un medio que permita enervar la fe
pública registral para que un tercero que adquiera el bien del impu
tado, no esté amparado por la buena fe". Esta medida, a diferencia
de la inhibitoria, que impide realizar cualquier modificación en el
patrimonio del obligado, no impide la transferencia del bien ni las
afectaciones posteriores, pero otorga prevalencia a quien ha obte
nido tal medida.
113
Al respecto la doctrina refiere: «Hs comprensible, por eso mismo, que se proteja a quien
inscribe una demanda de simulación o fraude de acreedores en menoscabo de los
subadquirentes de buena fe». MORALES HERVÍAS: Nulidad e inoponibilidad del
contrato Vs. El principio de la fe pública registral. Gaceta Jurídica, Diálogo con la
Jurisprudencia, N°. 103, Lima, abril 2007, p. 29. Agrega este autor, con cita de BIANCA; «El
tercero (subadquirente) de buena fe no puede oponer su adquisición si el título se inscribió
después de la inscripción de la demanda de simulación». Ibidem.
636
Las medidas de coerción procesal flp|. 3150
TÍTULO X ->
LA INCAUTACIÓN
Los convenios y normas que se refieren a la incautación a los que nos referimos, son:
Convención de Vicna, relativa a la proscripción del TID y Lavado de dinero.
La Convención de Estrasburgo, sobre blanqueo, detección, embargo y confiscación de los
productos de un delito.
Convención de Palermo, Convención contra la delincuencia organizada transnacional.
IÍ1 Reglamento Modelo sobre delitos de lavado relacionados con el TID y otros delitos graves.
Otros convenios internacionales.
Igualmente, en la legislación nacional se habla de incautación especialmente en el numeral 10
del artículo 2° de la Constitución Política del Estado, en el artículo 59° del Código de
Procedimientos Penales, relativo a la actuación de la Policía Judicial. Igualmente en:
1 ,a ley de lavado de activos. N° 27765
La ley de Delitos Aduaneros. N" 28008.
Ley que regula la intervención de la Policía y el Ministerio Público en la investigación
Preliminar del delito. N° 27934. Derogado por el D. Leg. N° 989.
Ley N" 27652. sobre recusación de magistrados.
637
flPt. 315° La actividad procesal
Ley N " 27938. Sobre uso de bienes incautados en casos de delitos de Secuestro y contra el
Patrimonio. Derogada por el D. Leg. N° 988.
Ley N° 27379, Ley de procedimiento para adoptar medidas excepcionales de limitación de
derechos en investigaciones preliminares
Decreto Ley N ü 22095
CP: Art. 4 0 1 ° - B . Art. 221° (Delitos contra los Derechos de autor), y artículo 231°
(Delitos contra los bienes culturales).
Kn el marco del paquete legislativo constituido por el conjunto de Decretos Legislativos
publicados con fecha 22 de julio del presente año (2007), se refieren a incautación
diferenciándola (a nuestro criterio) de secuestro, los D. Legislativos N° 982, N° 983, N°
986, N° 988, N° 989, N° 992.
638
Las medidas de coerción procesal API. 315°
para todos los casos en que realmente se trata de un secuestro. Sin embargo,
en las demás normas en las que se habla de incautación, se refieren claramen
te a ésta como una medida cautelar previa al decomiso, a realizarse sobre
instrumentos, efectos o ganancias del delito. Esta diferenciación se ha esta
blecido con mayor claridad en el paquete legislativo publicado el 22 de julio
del presente año (2007), Decretos Legislativos N° 982, N° 983, N ° 986, N°
988, N° 989, N° 992; en los que se hace referencia a secuestro e incautación
de modo diferenciado.
En este sentido, la incautación se diferencia debidamente tanto del deco
miso así como del secuestro realizado con fines de investigación, así:
La incautación se diferencia del comiso o decomiso por lo siguiente:
a) l^a incautación es de naturaleza procesal, se realiza con fines de ase
guramiento de los objetivos patrimoniales del proceso (fundamen
talmente con fines de decomiso o destrucción del bien), en cambio
el decomiso es de naturaleza sustantiva y asume propiamente la cali
dad de "consecuencia accesoria del delito".
b) La incautación es de carácter temporal, mientras que el comiso es de
carácter definitivo.
c) Por la incautación no se priva al agente de la titularidad del derecho o de
la propiedad del bien (aun cuando este derecho queda en suspen
so), mientras que por el decomiso éstos pasan definitivamente a la
titularidad del Estado.
d) La incautación puede ser dispuesta por el Fiscal e inclusive por la Poli
cía (artículo 59° del Código de Procedimientos Penales y artículos
220°.4 y 316° del Código Procesal Penal), el decomiso sólo por la
autoridad jurisdiccional; sin embargo, ambos pueden ser dispuestos
por la autoridad administrativa, cuando se impongan en calidad de
medida administrativa.
e) La incautación puede efectuarse en una investigación policial (por lo menos
por ahora), en una investigación fiscal preliminar o en un proceso
penal, el comiso sólo se efectúa en un proceso penal, sea al concluir el
proceso mediante sentencia condenatoria, o en cualquier momento
del proceso, cuando se trate de instrumentos del delito y el decomi
so se realiza teniendo como fundamento la peligrosidad objetiva de
dicho instrumento;
f) Si hay absolución, no se producirá el comiso (salvo casos de instru
mentos o medios peligrosos o efectos de ilícito comercio o intrín
secamente delictivos), en cambio la incautación, al producirse fuera
del proceso (en la investigación policial o en la investigación fiscal
639
API. 315° La actividad procesal
En algún otro trabajo hemos sostenido que era medida cautelar (GALYHX VILLEGAS:
2004, p. 194), sin embargo a la luz de una mayor reflexión al respecto, rectificamos dicha
opinión.
640
Las medidas de coerción procesal API. 316°
641
API. 317° La actividad procesal
"S, COMENTARIO
En este artículo se establece con claridad que la incautación se realiza
sobre los instrumentos y efectos del delito, aun cuando hubiera sido preferi
ble hacer referencia en forma concreta a las ganancias del delito, puesto que
hay autores que consideran que éstas no constituyen efectos del delito y por
lo tanto, no se podrían incautar138. Al respecto, por nuestra parte ya nos he
mos pronunciado en el sentido de que éstas son efectos mediatos del delito, y
se puede comprender sin problema alguno en el concepto general de efectos
(GALVEZ VILLEGAS: 2004, pp. 172 y ss), los cuales serán inmediatos (efectos
propiamente dichos) y mediatos (ganancias).
Sin embargo, nos parece que se ha incurrido en el error de establecer que
también serán objeto de incautación los objetos del delito, esto es, los bienes
sobre los cuales ha recaído la acción delictiva. Al respecto, ya hemos indicado
que éstos bienes no constituyen instrumentos, efectos ni ganancias del delito,
y por tanto, no pueden ser incautados, por el contrario, tan pronto como
éstos se descubran o recuperen, serán entregados a sus titulares o a las perso
nas en poder de quienes se encontraban. En estos casos solo se puede retener
el bien si es que fuera indispensable para realizar algunas pericias o diligencias
con fines de esclarecimiento de los hechos, pero no corresponde incautarlos.
De otro lado también se establece claramente que la incautación debe
realizarse por disposición del Juez, aun cuando tratándose de casos de urgen
cia puede disponerla y ejecutarla el Fiscal y la Policía, con cargo a buscar la
confirmación judicial.
642
Las medidas de coerción procesal flp|. 317°
>5k COMENTARIO
Este artículo refiere que en los casos en que no exista peligro en la de
mora se solicitará la medida al Juez. Con lo cual repite innecesariamente lo
establecido en diversos artículos del titulo III de esta sección, en los que ya se
ha establecido que será el Juez de la Investigación Preparatoria quien debe
disponer la incautación y en casos de urgencia el Fiscal o la propia Policía, en
cuyo caso se requiere la confirmación o revisión judicial, por lo que está de
más decirlo nuevamente.
Pero lo más grave es que ha establecido que para disponer o ejecutar la
incautación por parte del Fiscal o la Policía en casos de urgencia así como
para solicitarla al Juez en los demás casos, debe de "existirpeligro de que la libre
disponibilidad de los bienes relacionados con el delito pueda agravar o prolongar sus conse
cuencias o facilitar la comisión de otros delitos". Con ello, obviamente se desnatura
liza totalmente la institución y prácticamente se impide su concreción en la
investigación o el proceso. Lo que refleja que el legislador en ningún momen
to ha tenido una idea clara de lo que significa esta institución.
En efecto, como ya creemos haberlo dejado en claro, la incautación es
una medida cautelar que se dicta con la finalidad asegurar el decomiso final de
los efectos y ganancias del delito (dejamos de lado en este punto los instru
mentos), y la finalidad del decomiso es acabar con el estado de ilicitud que
significa la tenencia o posesión de éstos productos del delito en poder del
agente del mismo o de terceros; puesto que el ordenamiento jurídico no per
mite el enriquecimiento indebido a través de las conductas criminlaes; siendo
ésta la razón por la que se priva de los efectos o ventajas obtenidos con la
comisión del delito, tal como lo ha establecido la doctrina extranjera139. O
también como refiere SAN MARTÍN CASTRO (1999: p. 863), su fundamen
to se encuentra "... en determinados aspectos del principio de no tolerancia
del enriquecimiento injusto o de una situación pratrimonial ilícita". En conse
cuencia, la incautación se debe dictar en todos los casos en que se detecta la
existencia de efectos o ganancias del delito, y no únicamente cuando exista el
peligro anotado en el párrafo anterior. Con un criterio como éste, se confun
de a la medida cautelar de la incautación con una medida de carácter tuitivo,
Por todos MUÑOZ CONDE Y GARCÍA ARAN (1996: p. 631). MAURACII, GOSSEL
yXIPE (1995: p. 677)
643
flrt. 318° La actividad procesal
de las contenidas en los artículos 311°, 312°, 313° y 314° del Código, las
mismas que como ya se ha visto tienen distinta naturaleza y contenido, así
como exigen diferentes requisitos o presupuestos para su procedencia. Artí
culos como éste, demuestra una vez más el desconocimiento del legislador de
las instituciones patrimoniales tratadas en el Código.
Sin embargo, debemos precisar que la última parte de este artículo, refe
rido a "facilitar la comisión de otros delitos", sí resulta aplicable para la incau
tación de los instrumentos del delito, cuyo fundamento es precisamente la
peligrosidad de éstos.
Siendo así, este artículo necesariamente debe ser derogado, a fin de que
no se entorpezca la aplicación de la incautación y de una vez por todas, se
proscriba las ventajas o beneficios que obtienen los delincuentes con su acti
vidad criminal.
644
Las medidas de coerción procesal API. 319°
^ COMENTARIO
El artículo 318° se refiere a la forma como debe ejecutarse la incauta
ción, disponiendo que de ser necesario se procesa a la inscripción de la medi
da en los registros correspondientes. Indicando asimismo que la Fiscalía de la
Nación expedirá el Reglamento correspondiente, a fin de garantizar la eficacia
y corrección de la medida así como la debida custodia de los bienes incauta
dos. Debiendo resaltarse que la diligencia de incautación se concreta con la
toma de posesión de los bienes, el registro sólo es una medida adicional, a
diferencia del embargo u otras medidas en que con el simple registro puede
concretarse la medida.
En el numeral 3) de este artículo, nuevamente se incurre en un despro
pósito que revela el desconocimiento de la institución y que repercute sobre
el adecuado manejo y aplicación de la incautación. En efecto, dispone que los
bienes o derecho incautados pueden ser devueltos o entregados al afectado,
cuando no peligren los fines que aseguramiento que justificaron su adopción.
Con lo que se desconoce la naturaleza y finalidad de la incautación, puesto
que, como ya hemos dichos, si existieran indicios razonables de que los bienes
o derechos incautados constituyesen efectos o ganancias del delito, necesaria
mente tienen que permanecer incautados para asegurar su decomiso, sin que
sea razonable o conforme a derecho proceder a su devolución o entrégalos en
tanto sea posible disponer el decomiso en la sentencia; de lo contrario, si se
hubiera desvirtuado todo indicio de que los bienes pudiesen constituir efec
tos o ganancias del delito, se procederá conforme lo dispuesto por el artículo
308° del Código, esto es, a la desafectación o a la tercería, pudiendo inclusive
recurrirse a la suspensión de la medida cautelar sin tercería, tal como lo esta
blece el artículo 539° del Código Procesal Civil; dependiendo ello de la con
tundencia de la prueba con la cual se cuenta para acreditar que los bienes sub
materia no se encuentran sujetos a decomiso, y por lo tanto, no hay razón
646
Las medidas de coerción procesal flpt. 320
Creemos que para su imposición no es necesario acreditar la culpabilidad del agente del
delito, siendo suficiente con que el hecho imputado, y sobre la base del cual se impone el
decomiso, sea un injusto penal, esto es, una conducta típica y antijurídica, ello teniendo en
cuenta los propios fundamentos de su imposición y su naturaleza distinta de la pena.
647
EL CÓDIGO
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
LIBRO TERCERO
EL PROCESO COMÚN
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
1. INTRODUCCIÓN
La tendencia asumida por el nuevo Código Procesal Penal, es la de un
sistema acusatorio garantista, el cual implica hacer una clara distinción en las
funciones de investigar y juzgar. El Ministerio Público es el encargado de la
investigación oficial y carece de jurisdicción y los jueces ejercen la función
jurisdiccional en la fase de juzgamiento. Asimismo, ejercen el control de la
actividad de la investigación del Ministerio Público, protegiendo así los dere
chos fundamentales de las personas que están sujetos a investigación y al
mismo tiempo decidirá sobre las medidas cautelares.
El Fiscal viene a constituirse en el titular de la acción penal y va a dirigir
la investigación de los hechos punibles; para esto actuará bajo los principios
de legalidad y objetividad; después de la investigación recién el Estado puede
ejercer el hts-pitniendi a través de una resolución definitiva del juzgador sobre
la base de la investigación llevada a cabo por el Ministerio Público.
En el nuevo Código Procesal Penal, señala SÁNCHEZ YELARDE (1994:
p. 55), «la investigación por el fiscal, sea bajo la denominación de dirección o
conducción, significa la exclusión de la persecución penal por el juez y, por
ende, la desaparición del juez de instrucción y de la instrucción misma.
2. JUSTIFICACIÓN
El carácter oficial de la investigación se justifica por razón del deber que
incumbe al Estado de salvaguardarla estabilidad social y, en definitiva, ampa-
651
El proceso común
rar a los ciudadanos frente a las acciones delictivas, procurando su justa puni
ción, concepto que incluye la reeducción y la reinserción social. Este deber es
manifestación del llamado tradicionalmente «IUS PUNIENDI» o potestad
que se reserva monopólicamente el Estado para penar los delitos en compen
sación a la prohibición de tomarse la justicia por propia mano (salvo en casos
de legítima defensa) que impera en las sociedades civilizadas. El Estado ejerce
esta potestad, previo un necesario proceso (ALMAGRO N O S E T E : 1990, p.
245).
3. VALOR
La investigación no tiene un valor definitivo. N o se puede fundamentar
con ella una sentencia condenatoria, ya que la sentencia debe basarse en los
actos del debate, respetándose los principios de publicidad, inmediación, con
centración, etc. Ciertos actos de investigación podrán ser considerados como
pruebas si han sido incorporados legalmente al debate a través de la oraliza-
ción, sólo de esta forma aquel medio de prueba obtenido en la investigación
podrá ser base para dictar una sentencia penal.
4. CARACTERÍSTICAS
a) La investigación no tiene un carácter jurisdiccional.- Como
ya se señaló los elementos que se recaban en la investigación prepa
ratoria no sirven para fundamentar una sentencia, puesto que los
elementos de prueba se recaban en el juicio oral.
b) La investigación protege los derechos fundamentales del pro
cesado y de la víctima (art. 71. y art. 71.4).
c) La investigación tiene una finalidad preparatoria.- Como se
ñala el artículo 321°, la Investigación Preparatoria persigue reunir
los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan
al Fiscal decidir si formula o no acusación. Tiene por finalidad de
terminar si la conducta incriminada es delictuosa, las circunstancias
o móviles de la perpetración, la identidad del autor o partícipe y de
la víctima, así como la existencia del daño causado.
d) La investigación es flexible.- Las diligencias preliminares for
man parte de la Investigación Preparatoria. N o podrán repetirse
una vez formalizada la investigación, (art. 337°.2). Asimismo, el Fis
cal, si considera que las diligencias actuadas preliminarmente esta
blecen suficientemente la realidad del delito y la intervención del
imputado en su comisión, podrá formular directamente acusación
(art. 335°. 4).
652
La investigación preparatoria Apt. 321 2
flpt. 3 2 í . Finalidad
1. La Investigación Preparatoria persigue reunir los elemen
tos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan al
Fiscal decidir si formula o no acusación y, en su caso, al
imputado preparar su defensa. Tiene por finalidad determi
nar si la conducta incriminada es delictuosa, las circunstan
cias o móviles de la perpetración, la identidad del autor o
partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño
causado.
2. La Policía Nacional del Perú y sus órganos especializados
en criminalística, la Dirección de Policía Contra la Corrup
ción, el Instituto de Medicina Legal y los demás organismos
técnicos del Estado, están obligados a prestar apoyo al Fis
cal. Las universidades, institutos superiores y entidades pri
vadas, de ser el caso y sin perjuicio de la celebración de los
convenios correspondientes, están facultados para propor
cionar los informes y los estudios que requiere el Ministe
rio Público. La Contraloría General de la República, confor
me a sus atribuciones y competencia, a solicitud del Titular
del Ministerio Público, podrá prestar el apoyo correspon
diente, en el marco de la normativa de control(,).
n
Inciso modificado por el Artículo Único de la Ley N° 28697, publicada el 22 marzo
2006
653
flPt. 321 Q El proceso común
>á COMENTARIO
Los actos de investigación o averiguación pueden también denominarse,
en sentido amplio, actos instructorios, porque constituyen, considerados en
conjunto, la instrucción o primera fase del proceso penal, encaminada a pre
parar la fase de juicio o pknario, cuyo fin es dilucidar, previas las pruebas
oportunas y tras la determinación definitiva del objeto del proceso, la inocen
cia o culpabilidad de los acusados (ALMAGRO N O S E T E , 1990, p. 245).
Investigación es sinónimo de averiguación, es decir de la búsqueda de la
verdad hasta descubrirla, para que este conocimiento sirva de base al estable
cimiento de las obligaciones en el Proceso Penal. En esta tarea las autoridades
y funcionarios intervinientes no sólo han de apreciar y consignar las circuns
tancias adversas a los investigados, sino también las favorables; por ello, el
código señala que se deben reunir los elementos de cargo y de descargo. De
esta manera el fiscal podrá formular acusación ante el juzgado o archivar el
caso que se investiga.
^ COMENTARIO
655
API. 3 2 2 e El proceso común
^ COMENTARIO
657
API. 3 2 4 s El proceso común
^ COMENTARIO
El período de investigación es reservado con respecto a las personas
ajenas al proceso. Es decir, aquellas que no pueden intervenir como sujetos
procesales, y no tiene ningún vínculo tanto para la cuestión penal como civil.
Esto debido a que se busca una recta administración de justicia y se trata de
salvaguardar el interés del sindicado, ya que con la publicitación de la investi
gación se lo podría perjudicar antes de ser sometido a juicio oral.
Sin embargo, pueden enterarse del contenido del proceso los sujetos
procesales de manera directa o a través de sus abogados debidamente acredi
tados en autos. Con ello se ha dejado de lado aquella doctrina que sostenía
que la investigación era secreto tanto para el imputado como para la defen-
658
La investigación preparatoria flpj. 325 9
sa, por considerarse que la reserva de las actuaciones como de las diligencias,
aseguraban la represión de la delincuencia, así como que qualquier interven
ción de la defensa dañaba la buena marcha del proceso.
La partes pueden solicitar copias simples de las actuaciones con la fina
lidad de preparar mejor su defensa, lo cual obliga a mantener la reserva perti
nente. El incumplimiento acarrea responsabilidad disciplinaria para la defen
sa hasta su destitución en casos de reincidencia, para lo cual se notificará al
patrocinado para que lo sustituya en el término de dos días de notificado. Si
no lo hiciera, se nombrará uno de oficio.
De otro lado, el fiscal puede ordenar que algún documento o actuación
se mantenga en secreto para todas o alguna de las partes, cuando su conoci
miento puede dificultar el éxito de la investigación. Esta reserva es legítima
cuando no exceda los límites temporales expuestos por la necesidad. Lo dis
puesto por el Fiscal declarando el secreto se notificará a las partes con el fin
de que pueda alegar lo pertinente.
^ COMENTARIO
El Código es contundente en señalar que las actuaciones de la investiga
ción preparatoria sólo sirven para emitir las resoluciones propias de la inves
tigación y de la etapa intermedia; esto quiere decir que el resultado de estas
actuaciones no pueden fundamentar una sentencia, para ello se requiere que
los elementos de prueba recabados en la investigación sean sometidos a deba
te en la etapa del juicio oral.
Por otro lado, se da el carácter de acto de prueba, a las pruebas anticipa
das por que ellas se realizan bajo la dirección del juez de la investigación
preparatoria y con observancia de las garantías procesales; asimismo se obser
van las normas regulares de procedimiento sobre la prueba actuada en el
juicio oral, así como las específicas que se prevean para esta diligencia.
También se le da el carácter de acto de prueba a la prueba preconstitui-
da, la cual tiene las características de ser objetiva e irreproducible y que son
leídas en el juicio oral. ASENCIO MELLADO (1989: p. 160) señala que la
659
API. 326 Q El proceso común
prueba preconstituida aparece -al igual que la prueba anticipada- como otra
institución procesal por la cual se exceptúa la práctica de la prueba en el juicio
oral porque ésta es irreproducible, dada la existencia de circunstancias espe
ciales de su obtención y atendiendo a la necesidad propia de la investigación
preliminar o prejurisdiccional, pero con observancia de los principios de in
mediación y contradicción.
TÍTU10II
LA DENUNCIA Y LOS ACTOS INICIALES
DE LA INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO I
LA DENUNCIA
660
La investigación preparatoria flpt. 328 e
>ii COMENTARIO
1. CONCEPTO
La denuncia es la declaración prestada por determinada persona, ya sea
verbal o escrita, comunicando a otra, la posible comisión de un delito o falta,
y que ésta tiene la obligación de investigar. El conocimiento del hecho puede
haberse realizado de manera directa o por referencia.
MONTKRO AROCA (1994: i>. 280) señala que la denuncia procesal penal es
aquella declaración de conocimiento acerca de la noticia de hechos que po
drían ser constitutivos de delito o falta que se hace ante el órgano jurisdiccio
nal, órgano del Ministerio Público o ante la autoridad policial.
La denuncia se puede concebir como facultad, derecho y obligación.
Como facultad, es un deber cívico que tiene toda persona de comunicar la
comisión de un delito ante la autoridad competente, siempre y cuando el ejer
cicio de la acción penal para perseguirlos sea público. La denuncia como dere
cho corresponde al ofendido en los casos de delitos de acción privada, como
en los casos de injuria, difamación, etc. También puede concebirse como una
obligación, cuando así lo prevé la ley, en especial respecto a los profesionales
de la salud y los educadores por los delitos que conozcan en el desempeño de
su labor y en el centro de estudios. Asimismo, la ley es taxativa en señalar que
también están obligados a denunciar los funcionarios (no servidores públi
cos) que conozcan de un delito en el ejercicio de sus funciones o por razón
del cargo, por ejemplo el policía, el alcalde, etc.
2. P E R S O N A S N O OBLIGADAS A D E N U N C I A R
En principio, todo delito de persecución pública es pasible de ser denun
ciado, por cualquier persona; sin embargo, la ley establece dos excepciones a
la obligación de denunciar:
661
flPt. 3 2 8 a El proceso común
3. C O N T E N I D O D E LA D E N U N C I A
La denuncia de un hecho debe reunir como mínimo tres presupuestos:
1.- Identidad del denunciante; es decir que la persona que pone en conoci
miento la posible comisión de un delito debe identificarse con sus nombres y
apellidos, no se debe denunciar con seudónimo o clave secreta; salvo en casos
especiales, cuando se ponga en peligro la vida o integridad del denunciante.
2.- Narración de los hechos; la denuncia debe contener una narración detalla
da de los hechos, los cuales deben presentarse de manera ordenada, señalan
do la intervención del denunciado, los medios que utilizó, daños ocasionados,
etc. La norma prescribe que los hechos denunciados sean verídicos, ya que de
lo contrario podría constituir la comisión del delito de denuncia calumniosa
(art. 402 del C.P). 3.- De ser posible, la individualización del presunto autor. Si
se ha individualizado al autor del delito se puede dar inicio a la investigación
fiscal, caso contrario debe llevarse a cabo diligencias preliminares, las que
serán practicadas por el Fiscal o por la Policía, bajo la dirección de éste.
4. FORMA
La denuncia puede interponerse a través de cualquier medio: escrito,
verbal o a través de un medio electrónico. Si es escrita, el denunciante firmará
662
La investigación preparatoria flpj, 330-
66a
La investigación preparatoria flpt. 3332
>5i COMENTARIO
1. I N I C I O D E LA INVESTIGACIÓN
El Ministerio Público inicia los actos de investigación cuando tenga co
nocimiento de la presunta comisión de un hecho que reviste los caracteres de
delito. La rapidez con la que se inicie la investigación constituye un factor de
suma trascendencia para el descubrimiento de los primeros elementos proba
torios, de su cuidado y aseguramiento, la práctica de las necesarias pericias e
incluso, de la detención de las personas sindicadas como autores y / o partíci
pes. Además, se debe cuidar de la escena del crimen así como custodiar y
proteger a los testigos y víctimas del delito.
La investigación se puede iniciar a petición de parte, es decir, cuando el
propio agraviado pone en conocimiento de la autoridad la comisión de un
delito; o de oficio, cuando la autoridad encargada de investigar el delito, por
iniciativa propia, inicia los actos de investigación de la comisión de un hecho
que reviste los caracteres de delito de persecución publica.
2. DILIGENCIAS PRELIMINARES
Las diligencias Preliminares de investigación son las indagaciones reali
zadas por el propio Fiscal o por la policía, bajo la dirección de éste, con el
objeto de obtener los elementos suficientes para el ejercicio de la acción penal
a través de la formalización de la investigación preparatoria. Estas indagacio
nes constituyen el primer momento de la investigación y precede a la investi
gación fiscal propiamente dicha.
Las diligencias preliminares tienen triple finalidad: 1.- Realizar actos ur
gente para determinar la veracidad de los hechos denunciados y su posible
delictuosidad; 2.- Asegurar los elementos materiales que se utilizaron para su
comisión; e, 3.- Individualizar a las personas involucradas y a los agraviados.
El plazo de las Diligencias Preliminares es de veinte días naturales, que
se cuentan desde el día que el Fiscal, a través de resolución motivada, dispone
se lleven a cabo estas diligencias. En casos de detención, se podrá fijar un
plazo distinto. Asimismo, también puede establecerse otro plazo mayor de los
veinte días, en casos de especial complejidad u otras circunstancias de los
hechos objeto de investigación, (art. 334.2°).
665
API. 3 3 3 9 El proceso común
3. ACTUACIÓN D E LA POLICÍA
Cuando se produce la comisión de un delito la policía está facultada para
llevar a cabo investigaciones sin la presencia del representante del Ministerio
Público, siempre dentro de los límites que le señala la Constitución. Dicha
investigación estará orientada a recabar los elementos de prueba tendentes de
la comisión del delito y a individualizar al agente y agraviado. Para ello, se
debe realizar las diligencias, pericias y todo lo necesario para el debido escla
recimiento de los hechos imputados.
Sin embargo, desde el primer momento que la Policía tenga la noticia de
la comisión de un delito, pondrá en conocimiento del Ministerio Público, por
la vía más rápida e idónea, a fin que éste intervenga y tome la dirección de la
investigación. La comunicación al Ministerio Público no impide que la policía
continúe con la investigación, salvo que el propio Fiscal así se lo ordene por
presumir alguna irregularidad o violación a los Derechos Flumanos. E n estos
casos, cualquier irregularidad es de responsabilidad del Fiscal. En cambio, si la
investigación era de suma urgencia, y el Fiscal ordenó no continuar, pese a
que la actuación de la policía era imprescindible, la responsabilidad es de am
bos; el primero por impedir o obstruir la actuación y el segundo por no inter
venir pese a que su actuación era necesaria.
Después que la Fiscalía interviene en la conducción de la investigación,
la Policía sólo practicará las diligencias que les sean delegadas.
4. I N F O R M E POLICIAL
Es el documento público que emite la Policía respecto a las investigacio
nes en que interviene, ya sea por delegación del Fiscal o por intervención en
casos de urgencia. El Informe Policial debe contener:
1. Las razones que motivaron su intervención, donde se explicará si
su intervención fue por disposición de la Fiscalía o por interven
ción de urgencia o en supuestos de flagrancia.
2. La relación de las diligencias efectuadas.- Se debe detallar y ordenar
cronológicamente todas las diligencias practicadas, las mismas que
se deberán adjuntar al informe.
3. El análisis de los hechos investigados.- En este acápite se puede
señalar, las circunstancias de la detención, el estado de flagrancia, el
tiempo de detención, etc.
El informe policial no debe concluir con la calificación jurídica de los
hechos investigados ni imputar responsabilidades a los agentes, tal como ocu
rre actualmente con los atestados y partes policiales. De este modo se destie
rra toda una mala tradición en la investigación del delito por parte de la policía
y las cuestionadas calificaciones realizadas en el atestado policial.
666
La investigación preparatoria flPl. 33fl g
, TÍTULO III ]
LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
\ : )
667
flPt. 335 Q El proceso común
668
La investigación preparatoria flpt. 338Q
^ COMENTARIO
1. O P C I O N E S D E L FISCAL
Luego de recibida la denuncia de parte, el Informe Policial o las Diligen
cias Preliminares ordenadas, el Fiscal calificará el resultado de la misma y
adoptará cualquiera de las siguientes alternativas: 1.- Declarar el archivo defi
nitivo; 2.- Disponer la reserva provisional; y, 3.- Formalizar y continuar la
Investigación Preparatoria
1. No procede formalizar y continuar con la investigación pre-
paratoria en los siguientes supuestos: a) Cuando el hecho denun
ciado no constituye delito; esto es, cuando no existe aún la ley
penal que criminaliza el hecho o la conducta imputada no se adecúa
a la hipótesis de una ley preexistente (hecho atípico); asimismo, se
presenta alguna causal de justificación o exculpación. Asimismo,
también se deben tener en cuenta los supuestos en que está presen
te una excusa absolutoria o el tipo penal requiere de una condición
objetiva de punibilidad y ésta no se encuentra presente, h) Nos
encontramos ante un supuesto de extinción de la acción penal.
Esto es, los casos previstos en el artículo 78° del Código Penal (muer
te del imputado, prescripción y amnistía, cosa juzgada, derecho de
670
La investigación preparatoria flpj. 338 Q
671
flPl. 3 3 8 2 El proceso común
2. F O R M A L I Z A C I Ó N D I R E C T A D E LA A C U S A C I Ó N
Procede cuando el representante del Ministerio Público, considera que
la denuncia de parte, el Informe Policial o las diligencias actuadas preliminar-
mente arrojan suficientes evidencias de la comisión del delito y de la interven
ción del imputado en el mismo, ya sea como autor, instigador o cómplice.
Con la formalización directa de la acusación se evita la Investigación Pre
paratoria, lo cual redunda en beneficio de la resolución de causas penales, ga
rantizándose de esta manera el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas.
3. O B L I G A C I Ó N D E FORMALIZAR I N V E S T I G A C I Ó N
El Fiscal está obligado a formalizar investigación cuando durante las
diligencias preliminares solicita la intervención del Juez de la investigación
672
La investigación preparatoria API. 3 3 9 s
>5v COMENTARIO
Numeral 1)
Este numeral se refiere específicamente a la suspensión del curso de la
prescripción de la acción penal. Al respecto creemos que el legislador ha con
fundido los conceptos de suspensión con interrupción, y lo que realmente ha
querido es referirse a interrupción y no a suspensión. Con el fin de clarificar la
interpretación de este numeral y sustentar la hipótesis sostenida, resulta necesa
rio previamente diferenciar entre suspensión e interrupción de la acción penal.
a) Interrupción de la acción penal
Si el plazo de prescripción de la acción penal se interrumpe, éste
empezará a contarse nuevamente, sin considerar el tiempo transcu
rrido hasta la interrupción; es decir que empezará un nuevo cóm
puto a partir de la cesación del acto de interrupción. Los supuestos
con los que puede interrumpirse el plazo de prescripción de la ac
ción penal lo constituyen las actuaciones del Ministerio Público 141 ,
673
flPt. 3 3 9 e El proceso común
Público, por ejemplo únicamente ante la policía o cualquier otra autoridad, en cuyo caso no se
configura la interrupción, por no encuadrarse dentro de lo dispuesto por el artículo 83 del
Código Penal.
ROY FREYRE (1997: p. 86) y BRAMONT ARIAS y BRAMONT-ARIAS TORRES (2001:
p.303) son del mismo criterio.
Los casos de antejuicio constitucional están referidos al procedimiento que se sigue ante el
Congreso de la República, para determinar si Ha lugar a la Formalización de Causa o No,
contra altos funcionarios del listado comprendidos en el artículo 99" de la Constitución
Política del Estado, por delitos que cometan en el ejercicio de sus funciones y hasta 5 años
después de que hayan cesado en éstas. También procede el antejuicio constitucional contra
dichos funcionarios por casos de infracción constitucional.
En cambio el Desafuero Parlamentario, esta referido al procedimiento seguido ante el
Congreso de la República, para autorizar el procesamiento o detención de un Parlamentario
674
La investigación preparatoria flpj. 3392
(Congresista), por delito cometido fuera del ejercido de susfu liciones, y en general cuando se trate de un
delito flagrante. Este instituto procesal está previsto en el art. 93" de la Constitución Política del
listado.
«Contemporáneamente puede distinguirse con precisión las características básicas del listado
de Derecho, aquéllas se sintetizan en cuatro conceptos que el profesor Elias DÍAZ las expone
así:
a) Imperio de la ley: ley como expresión de la voluntad general.
b) División de Poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.
c) Legalidad de la Administración: actuación según ley y suficiente control judicial.
d) Derechos y libertades fundamentales: garantía jurídico-formal y efectiva realización material».
CARO JOIIN José Antonio: «La problemática constitucional de la combincación de
leyes penales. Discutida posición en la jurisprudencia». En Revista de Ciencias Penales,
N° 4, Grijley, Lima, 1994, p. 739.
143
Al respecto resultan ilustrativas las afirmaciones de 1 .uigi FERRAJOLI, cuando analizando el
Estado de Derecho refiere que debe entenderse por tal «no simplemente un «estado Legal» o
regulado por la ley, sino un modelo de estado nacido con las modernas Constituciones y
caracterizado: a) en el plano formal, por el principio de legalidad, en virtud del cual todo
675
flPt. 3 3 9 s El proceso común
676
La investigación preparatoria flp|. 3flOs
Siendo así, y estando ante una antinomia jurídica, se tendrá que determi
nar cuál es la norma aplicable al caso; y estando a que la prescripción es una
institución de carácter sustantivo, la norma pertinente para su regulación es el
Código Penal, y por tanto, será éste la norma especial y por tanto aplicable al
presente caso; consecuentemente, la antinomia se resolverá dando preemi
nencia a la norma sustantiva. En este orden de ideas, la prescripción se inte
rrumpirá no sólo con el inicio de la investigación preparatoria, sino también
con las actuaciones preliminares del Fiscal. En este sentido debe interpretarse
este numeral del presente artículo.
Numeral 2)
Este numeral está referido al otro efecto de la formalización de la inves
tigación preparatoria, referido al archivo de la investigación; indicándose
que el Fiscal no podrá archivar o sobreseer la investigación sin intervención
judicial. Cuando el Fiscal considera que determinada investigación no consti
tuye delito o no existen los medios de prueba suficientes, no podrá unilateral-
mente archivar el caso. Para ello, se requiere que el Fiscal envíe al Juez de la
Investigación Preparatoria el requerimiento de sobreseimiento, acompañan
do el expediente.
| TÍTULO IV ,
LOS ACTOS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
677
flPt. 3fl0 9 El proceso común
679
flPt. 311Q El proceso común
"Sk COMENTARIO
680
La investigación preparatoria APt. 3Q1 9
2. EL A G E N T E ENCUBIERTO 1 4 6
Los delitos perpetrados por las grandes organizaciones criminales sólo
son pasibles de ser descubiertos y probados si integrantes de los órganos del
lista institución procesal entró en vigencia al día siguiente de publicada Ley N° 28950, es
decir el 17 de enero del 2007.
681
flPl. 3Q1 9 El proceso común
2.1. A G E N T E ESPECIAL
El agente especial es diferente al agente encubierto, pues no es miembro
especializado de la Policía Nacional del Perú, es un ciudadano civil que dentro
de la función que desempeña no requiere actuar bajo identidad supuesta, es
decir, no requiere crear, cambiar y utilizar documentos diferente a su verdade
ra identidad.
682
La investigación preparatoria flpj, 3412
2.2. A U T O R I Z A C I Ó N
La autoridad encargada de autorizar el acto especial de investigación de
agente encubierto es el Fiscal Penal siempre y cuando existan indicios de la
existencia de una organización criminal dedicada a la perpetración de ilícitos
penales. En países como Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay la
autorización la emite el juez Penal.
Para la procedencia de la autorización se requiere que existan diligencias
de investigación dirigidas por la Fiscalía para el descubrimiento y sanción de
algún delito cometido por una organización criminal.
Por otro lado, la identidad supuesta será otorgada por la Dirección Ge
neral de la Policía Nacional del Perú hasta por el plazo de seis meses; pueden
darse plazos más breves de uno, dos o tres meses. La prórroga de dicho plazo
sólo puede ser dispuesta por el Fiscal por períodos de igual duración mientras
perduren las condiciones para su empleo.
2.3. LA I D E N T I D A D D E L A G E N T E
El agente encubierto está facultado para participar en el tráfico jurídico
y social bajo identidad supuesta mientras dure la investigación, no constitu
yendo delito su actuación en el tráfico jurídico con su nueva identidad por
encontrarse bajo estado de justificación o causal de justificación, lo que niega
la antijuricidad de la conducta.
Por peligro a la vida, seguridad personal o libertad, la identidad del agen
te encubierto se puede ocultar al culminar la investigación en la que intervino.
Por la mismas razones se puede ocultar su identidad en el proceso, siempre
que se acuerde mediante resolución judicial motivada.
La regla es el mantenimiento del estricto secreto de la actuación del agente
encubierto, y la excepción queda sustentada en el carácter absolutamente im
prescindible del aporte testifical. En caso de revelación de la identidad real del
agente encubierto, se le debe proporcionar la seguridad correspondiente, en
salvaguarda de su vida e integridad física, tomándose las medidas adecuadas
antes de concretarse la declaración testimonial.
683
API. 3 1 1 9 El proceso común
2.4. LA I N F O R M A C I Ó N
La información que vaya obteniendo el agente encubierto deberá ser
puesta a la mayor brevedad posible en conocimiento del Fiscal y de sus supe
riores. Dicha información deberá aportarse al proceso en su integridad y se
valorará como corresponde por el órgano jurisdiccional competente. De igual
manera, esta información sólo puede ser utilizada en otros procesos, en la
medida en que se desprendan de su utilización conocimientos necesarios para
el esclarecimiento de un delito.
2.5. A F E C T A C I Ó N D E D E R E C H O S F U N D A M E N T A L E S
Cuando dentro de la labor que realiza el agente encubierto se prevé la
posibilidad de la afectación de derechos fundamentales de las personas cuya
observación se desea recabar, se deberá solicitar al Juez de la Investigación
Preparatoria las autorizaciones correspondientes; así como cumplir las demás
previsiones legales aplicables, de lo contrario la información obtenida carece
ría de valor probatoriopor constituir pruebas ilícitas. En el mismo sentido el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la sentencia de 9 de junio de
1998 (caso Teixeira de Castro) señala que: "La intervención de agentes infil
trados debe estar circunscrita y rodeada de garantías incluso en el tráfico de
estupefacientes".
2.6. E L A G E N T E P R O V O C A D O R
El agente encubierto estará exento de responsabilidad penal por aquellas
actuaciones que sean consecuencia necesaria del desarrollo de la investiga
ción, siempre que guarden la debida proporcionalidad con la finalidad de la
misma; salvo que su conducta constituya una provocación al delito. Es decir,
la conducta del agente provocador no está permitida por el nuevo código.
M O R E N O CATENA (2005: p. 260) acertadamente apunta que el agente
provocador 147 es el miembro de la Policía que con la finalidad de descubrir un
hecho delictivo llega a instigar o a propiciar la comisión del delito con las
peticiones que le formulan a los imputados. Por esta razón la participación del
agente provocador en las actividades de una banda criminal va más allá de las
propias de un agente infiltrado.
68a
La investigación preparatoria flpt. 343 s
, TÍTULOV ^
CONCLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA
685
flPl. 3 4 3 9 El proceso común
>Sv COMENTARIO
686
SECCIÓN II
LA ETAPA
INTERMEDIA
1. INTRODUCCIÓN
B I N D E R (2002: p. 247) apunta que la etapa intermedia constituye el
conjunto de actos procesales cuyo objetivo consiste en la correlación o sanea
miento formal de los requerimientos o actos conclusivos de la investigación.
Por su parte JULIO MAIKR (1982: i>. 165) señala que el fin esencial que
persigue el procedimiento intermedio es el control de los requerimientos acu
satorios o conclusivos del Ministerio Público, que hacen mérito de la etapa
preliminar. Por lo que, la justificación política de ésta etapa es de prevenir la
realización de juicios mal provocados por acusaciones con defectos formales
(control formal) o insuficientemente fundada (control material). En esta mis
ma línea CLAUS ROXIN' 4 8 , señala que el significado esencial de ésta fase reside
en su "función negativa" puesto que "se trata de analizar si existe una sospe
cha suficiente para imputar a una persona el hecho punible investigado, en
base precisamente a los actos practicados en el procedimiento preparatorio
(...); por otra parte, el imputado tiene derecho a pedir la práctica de pruebas
que considere conveniente con el fin de impedir que el Tribunal dicte auto de
apertura del Juicio Oral o procedimiento principal (...)".
2. FUNCIONES
O R E GUARDIA (ob. cit. p. 319) señala que la fase intermedia en los
Códigos procesales cumple tres funciones principales:
a) D e decisión. Se decide , o bien la continuación del proceso, o bien
el archivamiento, o bien la ampliación de la instrucción.
citado por GÓ.MKZ OOI.OMIIR, J. ],. III Proceso Penal Alemán, Bosch, Barcelona , nota 2, p. 158.
687
El proceso común
3. CARACTERÍSTICAS
a) Fase jurisdiccional.- El juez de la Investigación Preparatoria es el
encargado de llevar a cabo los actos procesales que en ella se reali
zan.
b) Fase independiente.- Los actos jurisdiccionales o administrativos
que se llevan a cabo no pertenecen ni a la investigación ni al juzga
miento.
c) Evalúa la investigación preparatoria.- El Juez de la investigación
preparatoria después de examinar la investigación decide si hay fun
damentos para pasar al juicio oral.
d) Fase de ofrecimiento de pruebas .- Se pueden ofrecer pruebas que
sean pertinentes, conducentes y útiles. En este caso se dispondrá
todo lo necesario para que el medio de prueba se actúe oportuna
mente en el Juicio. El pedido de actuación de una testimonial o la
práctica de un peritaje especificará el punto que será materia de
interrogatorio o el problema que requiere explicación especializa
da, así como el domicilio de los mismos. La resolución que se dicte
no es recurrible.
e) Control de la acusación.- Se autoriza al Juez a un control de la acu
sación sobre el fondo; es decir, determinar si hay base para el juicio,
si no la hay, dicta un auto de sobreseimiento.
f) Plazo establecido.- Los actos procesales se deben desarrollar en un
plazo breve.
Esta etapa comprende: a) la posibilidad de sobreseimiento del proceso;
b) la posibilidad de formulación de la acusación fiscal; c) la elevación del
proceso en consulta si existe discrepancia entre el Ministerio Público y el Juez
Penal; e) la interposición de cuestiones procesales: recusaciones, excepciones,
ofrecimiento de pruebas, reconducción del procedimiento; f) auto de enjui
ciamiento.
La etapa intermedia flpj. 345 e
— TÍTULO I —,
EL SOBRESEIMIENTO
>S< COMENTARIO
El Ministerio Público dentro del proceso penal cumple con la función
encomendada por la Constitución, la de defensor de la legalidad y persecutor
del delito y del delincuente cuando existen medios de prueba que lo sustente;
caso contrario, finiquitará la persecución. Para adoptar esta decisión debe es
tudiar y analizar toda la actividad probatoria acumulada durante la investiga
ción preparatoria, incluso la diligencias preliminares. Si decide continuar con
su acción persecutoria debe emitir acusación en el plazo impostergable de 15
días, a partir de la conclusión de la investigación, caso contrario, requerirá el
sobreseimiento de la causa.
691
APl. 3fl8 e El proceso común
692
La etapa intermedia flpj. 3fl8 2
2. AUTO D E SOBRESEIMIENTO
Es la resolución expedida por el Juez de la Investigación Preparatoria en
la que, al no darse los presupuestos necesarios para la apertura del juicio oral,
se archivan las actuaciones procesales. G Ó M E Z C O L O M E R (1997: p. 223)
refiere que el auto de sobreseimiento "es la resolución judicial que pone fin al
proceso una vez concluido el procedimiento preliminar, y antes de abrirse el
juicio oral, con efectos de cosa juzgada, por no ser posible, una acusación
fundada, bien por inexistencia del hecho, bien por no ser el hecho punible,
bien, finalmente, por no ser el responsable quien hasta esos momentos apare
cía como presunto autor.
Los elementos que debe contener el auto de sobreseimiento son: a) Los
datos del imputado; b) La exposición del hecho; c) Los fundamentos de he
cho y de derecho; y, d) La parte resolutiva, con la indicación expresa de los
efectos del sobreseimiento que correspondan.
El sobreseimiento se caracteriza por ser un auto judicial definitivo, que
constituye cosa juzgada; es decir, el mismo hecho no puede ser materia de una
nueva investigación, juzgamiento o sentencia. El carácter definitivo y de auto
ridad de cosa juzgada del sobreseimiento tiene su fundamento en el artículo
139°.13 de la Constitución de 1993.
El auto de sobreseimiento puede ser impugnado, sólo cuando el Juez
considere fundado el requerimiento fiscal; cuando el auto de sobreseimiento
se dicta por decisión del Fiscal Superior, quien ha conocido la causa vía con
sulta, y ratifica el requerimiento de sobreseimiento del Fiscal, no cabe admitir
recurso de apelación, puesto que el órgano encargado de la persecución del
delito, se ha pronunciado en dos oportunidad por abstenerse de seguir ejer
ciendo la acción penal. Por ello, el art. 346°. 2 del Código prescribe que con la
decisión del Fiscal Superior termina el trámite.
2.1. E F E C T O S D E L A U T O D E S O B R E S E I M I E N T O
El sobreseimiento origina el archivo definitivo del proceso penal, lo que
conlleva al levantamiento de las medidas coercitivas, personales y reales, que
se hubieren expedido contra la persona o bienes del imputado; es decir: a) La
puesta en libertad de cualquier persona que estuviera detenida o presa por
razones del proceso penal terminado; b) La cancelación de la fianza que el
procesado en libertad hubiere constituido para el aseguramiento de su pre
sencia en el proceso; y, c) El levantamiento de embargos decretados a ejecuta
dos contra el procesado o cualquier tercero responsable civil.
693
API. 349° El proceso común
, TÍTULO I I —s
LA ACUSACIÓN
694
La etapa intermedia flpl, 3fl9 9
^ COMENTARIO
1. LA A C U S A C I Ó N
Es el acto procesal, mediante el cual se interpone la pretensión procesal
penal, consistente en una petición fundada dirigida al órgano jurisdiccional,
para que imponga una pena y una indemnización a una persona por un hecho
punible que se afirma ha cometido (GÓMEZ COLOMER: 1991, p. 284). A
través de la acusación, el acusado, plenamente identificado, podrá conocer el
hecho que se le imputa, las pruebas de cargo en su contra, la pena y la repara
ción civil solicitadas. .
Son notas características de la acusación:
a) Delimita el objeto del juzgamiento.- Precisa el delito materia de
acusación y la persona que presuntamente lo cometió. Sin embar
go, en el caso que en el curso del debate surgieran elementos proba
torios de la comisión de otro delito o de circunstancias que pudie
ran variar la calificación del delito materia de acusación, se puede
presentar una acusación complementaria, tal como lo establece el
695
flPt. 3fl9 g El proceso común
696
La etapa intermedia flpj. 349 s
2. C O N T E N I D O D E LA ACUSACIÓN
a) Los datos que sirvan para identificar al imputado.- Las genera
les de ley del imputado, nombre, apellidos, edad, estado civil, profe
sión u oñcio, lugar de nacimiento, nacionalidad, domicilio, sus an
tecedentes penales y judiciales.
b) La relación clara y precisa del hecho que se atribuye al impu
tado.- Esto es, las acciones u omisiones punibles y las circunstan
cias que determinen la responsabilidad del acusado. Se debe desta
car aspectos penales de su conducta: antes, durante y después de la
comisión del delito.
c) Los elementos de convicción que fundamenten el requeri
miento acusatorio.- Se reñere a los elementos de prueba que fun
damentan la acusación, respecto a la comisión del delito así como a
la responsabilidad penal del acusado.
d) La participación que se atribuya al imputado.- Se debe desta
car con claridad la participación del imputado en el delito materia
de acusación, es decir, se debe precisar si su actuación ha sido en
calidad de autor, cómplice (primario o secundario), instigador, etc.
e) La relación de las circunstancias modificatorias de la respon
sabilidad penal que concurran.- Es decir las causas atenuantes
(tentativa, confesión sincera, responsabilidad restringida, error de
tipo vencible, etc.) o agravantes, tanto las referidos a la calificación
del tipo penal así como las que inciden en la graduación de la pena.
f) El artículo de la Ley penal que tipifique el hecho, así como la
cuantía de la pena que se solicite.- Cuando se hace la califica
ción jurídica del delito no sólo se debe consignar el artículo del
Código Penal en el que se subsume o adecúa la conducta, sino tam
bién los artículos que hacen referencia al grado de ejecución del
delito (tentativa), el grado de participación delictiva (autor o cóm
plice), o circunstancias de atenuación o agravación específicos. Igual
mente, se hará referencia al tipo básico, a la circunstancia agravante
prevista en el tipo penal agravado.
g) El monto de la reparación civil, los bienes embargados o in
cautados al acusado, o tercero civil, que garantizan su pago
y la persona a quien corresponda percibirlo.- Esto es, se indi
cará si sólo el acusado es el responsable de la reparación civil o
también se comprende a un tercero, y de ser el caso, en qué propor
ción harán frente a la obligación resarcitoria el acusado o el tercero
civil. Asimismo, se indicará los bienes que han sido objeto de una
697
APt. 3 4 9 s El proceso común
698
La etapa intermedia flp|, 35() 9
cuyo caso el hecho sólo configuraría delito de robo simple o básico, cuya pena
obviamente es mucho menor. En este supuesto se formulará la hipótesis acu
satoria principal por el delito de robo agravado, comprendiendo las circuns
tancias agravantes; y ante el temor de no poder acreditar las circunstancias
agravantes, se formulará una hipótesis acusatoria subsidiaria por delito de
robo simple (tipo básico). En estos casos, ambas hipótesis contendrán sus
respectivas hipótesis punitivas y resarcitorias (pena y reparación civil) dentro
del marco punitivo en el cual se encuadra la conducta. D e igual modo se
procederá en los casos de delitos de tráfico ilícito de drogas, tipo básico (art.
296° del CP) y el tipo agravado (artículo 296° con las circunstancias agravan
tes del art. 297°). La determinación del supuesto principal se determina sobre
la base del criterio de especialidad de la norma; en este caso es preeminente el
tipo que comprende la circunstancia agravante. Sin embargo, ante la no pro
banza de dicha circunstancia, resulta necesaria la hipótesis subsidiaria. La hi
pótesis principal siempre comprenderá una calificación más grave de los he
chos, la subsidiaria será siempre menos grave.
699
flPt. 350 9 El proceso común
d) Pedir el sobreseimiento;
e) Instar la aplicación, si fuere el caso, de un criterio de
oportunidad;
f) Ofrecer pruebas para el juicio, adjuntando la lista de
testigos y peritos que deben ser convocados al debate,
con indicación de nombre, profesión y domicilio, preci
sando los hechos acerca de los cuales serán examinados
en el curso del debate. Presentar los documentos que no
fueron incorporados antes, o señalar el lugar donde se
hallan los que deban ser requeridos;
g) Objetar la reparación civil o reclamar su incremento o
extensión, para lo cual se ofrecerán los medios de prue
ba pertinentes para su actuación en el juicio oral; o,
h) Plantear cualquier otra cuestión que tienda a preparar
mejor el juicio.
2. Los demás sujetos procesales podrán proponer los hechos
que aceptan y que el Juez dará por acreditados, obviando su
actuación probatoria en el Juicio. Asimismo, podrán propo
ner acuerdos acerca de los medios de prueba que serán ne
cesarios para que determinados hechos se estimen proba
dos. El Juez, sin embargo, exponiendo los motivos que lo
justifiquen, podrá desvincularse de esos acuerdos; en caso
contrario, si no fundamenta especialmente las razones de su
rechazo, carecerá de efecto la decisión que los desestime.
"&. COMENTARIO
Este artículo con toda claridad establece las opciones que tienen las par
tes luego de formulada la acusación fiscal, en las que naturalmente, podrán
cuestionar las imputaciones, deducir excepciones y otros medios de defensa,
solicitar medidas coercitivas o pruebas anticipadas, pedir el sobreseimiento o
la aplicación de criterios de oportunidad y ofrecer las pruebas que favorezcan
a sus respectivas pretensiones, tanto referidas a la pretensión punitiva, resarci-
toria o a la imposición de consecuencias accesorias.
Una novedad introducida por la última parte de esta artículo son las
llamadas convenciones probatorias, es decir la posibilidad de proponer los
hechos que las partes contendientes consideran aceptados, con lo cual sus
traen la controversia respecto a dichos hechos y el Juez ya no realizará acti
vidad probatoria el respecto, limitándose a considerarlos acreditados. Asi
mismo, las partes podrán ponerse de acuerdo respecto a determinados me-
700
La etapa intermedia flpl. 3515
701
flPt. 3 5 2 e El proceso común
702
La etapa intermedia flPt. 352 Q
>k COMENTARIO
A través de estos artículos también se introduce una gran novedad res
pecto al modelo aún vigente, esto es la audiencia preliminar. Pues como se
sabe actualmente, formulada la acusación el Juez o Sala Penal no tiene otra
alternativa que proceder a dictar el auto de enjuiciamiento o de apertura del
Juicio oral; en cambio con el nuevo modelo será el propio Juez de la Investi
gación Preparatoria quien realice la Audiencia Preliminar al Juicio Oral, me
diante la cual se sanea el proceso o se prepara el Juicio Oral.
En esta audiencia se debatirá sobre la procedencia o admisibilidad de las
pretensiones planteadas. Es decir si existe legitimidad para plantear las pre
tensiones punitivas (si no ha prescrito la acción, si el hecho efectivamente es
delictivo y punible), las pretensiones resarcitorias (si el actor civil es el legiti
mado para ejercitarla, si no se ha transado o reparado el daño), y las pretensio
nes vinculadas con las consecuencias accesorias (si existe un patrimonio cri
minal que deba ser objeto de decomiso o si es procedente la imposición de
medidas a las personas jurídicas). Asimismo, si la prueba ofrecida es pertinen
te, esto es, si está referida a los hechos objeto del proceso; si es conducente, es
decir, si está orientada a acreditar directamente los hechos o aspectos que
indirectamente inciden en la probanza de los mismos; y, útil, en el sentido de
que debe ser necesaria para la probanza del hecho o sus circunstancias, por lo
que no puede tratarse de una prueba referida a puntos sobre los cuales existe
acuerdo entre las partes o ya existen suficientes elementos probatorios que
acreditan determinado hecho o sus circunstancias.
703
APt. 3 5 3 ° El proceso común
, TÍTULO III 1
EL AUTO DE ENJUICIAMIENTO
701
La etapa intermedia flp|. 35fl s
^ COMENTARIO
1. AUTO D E ENJUICIAMIENTO
Es la resolución judicial que da inicio a la etapa más importante del pro
ceso, el juicio oral, a través de esta resolución se contrasta los supuestos for
males que aparecen de la acusación ñscal; convirtiéndose de esta manera en
una especie de filtro respecto a la acusación fiscal, puesto que se verifica lo
relacionado al delito, acusados, testigos, peritos y otros que deben concurrir a
la audiencia. El auto de enjuiciamiento es dictado por el Juez de la investiga
ción preparatoria y con éste concluye la Etapa Intermedia, debiendo el Juez
referido (de la Investigación Preparatoria) remitir los actuados al Juez que
realizará el Juicio Oral (unipersonal o colegiado), el que citará el Acto de Cita
ción ajuicio.
La Corte Suprema, aun cuando se refiere al actual modelo (conforme al
Código de Procedimientos Penales) ha considerado que el auto de enjuicia
miento es el acto procesal fundamental para la etapa del enjuiciamiento y
705
APt. 3 5 4 ° El proceso común
2. EFECTOS
Los efectos del auto de enjuiciamiento según G I M E N O SENDRA (1992,
p. 402) son los siguientes: a) Cierra la posibilidad de que ingresen nuevas
partes al proceso, en especial que se produzca la constitución de la víctima en
parte o actor civil; b) clausura la posibilidad de ingreso nuevo material fáctico,
al cerrar definitivamente la fase de investigación, por lo que las partes deberán
fundamentar su pretensión en lo actuado hasta ese momento, sin perjuicio de
la actividad probatoria que desarrollarán en el juicio oral; y, c) produce publi
cidad del procedimiento, pues su proyección al juicio oral exige la posibilidad
de asistencia del público a las audiencias.
Un aspecto importante del nuevo Código Procesal Penal es que el Juez
se pronunciará sobre la procedencia o la subsistencia de las medidas coerciti
vas o su sustitución, disponiendo en su caso la libertad del imputado.
706
La etapa intermedia ftpj. 355°
TÍTULO I V
EL AUTO DE CITACIÓN AJUICIO
^ COMENTARIO
707
r
SECCIÓN III
1. E L J U Z G A M I E N T O E N EL N U E V O M O D E L O
Con la acusación del modelo acusatorio-garantista, el nuevo Código
Procesal penal, poniendo de relieve el principio procesal de que «quien instru
ye no juzga» trata de delimitar las funciones inherentes a la investigación y
juzgamiento de los delitos, concediendo a órganos diferentes e independien
tes la facultad de llevar a cabo dichas funciones.
En atención a lo señalado, el Ministerio Público, ejercerá de manera ple
na y autónoma su potestad como titular del ejercicio público de la acción
penal, teniendo a cargo la dirección y exclusividad de la investigación, mien
tras que el órgano jurisdiccional, «se concretará únicamente a ejercitar su po
testad jurisdiccional penal, que incluye jurisdicción preventiva durante la in
vestigación y realizar el juzgamiento oral y público, previa acusación fiscal»
(MIXAN MASS: 1993, p. 28). El Poder Judicial dejará de monopolizar para sí
tanto la investigación como el juzgamiento de los delitos perseguibles por
ejercicio público de la acción penal.
1.1. D E F I N I C I Ó N D E L E N J U I C I A M I E N T O
El juzgamiento, consiste en la actividad procesal específica, compleja, di
námica y decisoria, de índole rigurosamente discursiva y de discernimiento so
bre el valor de la prueba en el caso concreto y que, a su vez, permite al juzgador
descubrir si óntica y jurídicamente es real la imputación, así como formarse
convicción sobre el thema probandum y concluir declarando la responsabili
dad o irresponsabilidad penal del acusado (MIXAN MASS: 1993, p. 9). Impli
ca la fase culminante de la necesaria y rigurosa actividad probatoria. Es la
etapa del máximo y trascedental esfuerzo de actividad cognoscitiva, que ha de
desplegar el titular de la potestad jurisdiccional penal -en cada caso singular-
para conocer si el contenido de la acusación tiene correspondencia o no, en
todo o en parte, con la realidad del caso que constituye el thema probandum.
709
El proceso común
En esta etapa, las sesiones son el escenario donde se practican las prue
bas de cargo y de defensa; allí tienen lugar, tanto los planteamientos definiti
vos de acusación y de defensa, basados en las pruebas practicadas, cuanto los
debates jurídicos sobre los hechos penales (SAN MARTÍN, 2004, p. 638) .
En la audiencia se discute la prueba reunida en el proceso. Se lleva a cabo
en forma acusatoria y según los criterios del contradictorio, de la publicidad,
de la oralidad, de la inmediación y de la continuidad, en lo que atañe a la
pretensión punitiva hecha valer por el Ministerio Público con la acusación,
ante el Juez competente investido de plena jurisdicción para decidir si dicta
una sentencia condenatoria o absolutoria.
1.2. C A R A C T E R Í S T I C A S
El juzgamiento dentro del modelo acusatorio contemporáneo del Có
digo presenta una serie de características; entre ellas tenemos:
1. Ejercicio independiente de la potestad persecutoria del delito y de
la pena, así como la potestad jurisdiccional penal del Estado. El
Ministerio Público se encargará de ejercer la acción penal, investi
gar y acusar, mientras que el Poder Judicial ejercerá la potestad ju
risdiccional penal, que incluye jurisdicción preventiva durante la
investigación y realizar el juzgamiento oral y público.
2. N o hay juzgamiento sin previa acusación fiscal.
3. Aplicación real del principio de la continuidad de audiencia.
4. Se mantiene el criterio de conciencia como método de valoración
de la prueba.
5. Admisión de ofrecimiento de nuevas pruebas para actuarse en el
juicio oral.
6. Posibilita la evitación del debate contradictorio, instituyéndose la
conformidad con la acusación, cuando los autores y participes ad
mitan los cargos formulados en la acusación y asuman el pago de la
reparación civil.
7. Oralización de los medios probatorios.
8. La audiencia es pública.
1.3. C A R A C T E R Í S T I C A S
El juicio oral se puede dividir en tres períodos.
1. Período inicial.- La instalación o trámite de apertura y la posible
conformidad a través de una sentencia anticipada.
710
El juzgamiento flpl. 357 o
, TÍTULO I
PRECEPTOS GENERALES
711
APt. 3 5 7 9 El proceso corrún
713
API. 3 6 0 9 El proceso común
715
API. 36fl 9 El proceso común
716
El juzgamiento flpt. 3B6 9
^ COMENTARIO
1.1. LA P U B L I C I D A D
«La publicidad, como garantía del ejercicio de la función jurisdiccional,
es una de las invocaciones trascendentales logradas en la evolución del dere
cho y de la conciencia jurídica universal, por lo que constituye uno de los
postulados de los Derechos Humanos en lo concerniente a garantizar el debi
do proceso: únicamente situaciones razonables pueden legitimar las excep
ciones de este principio». (MIXAN MASS: 1993, p. 60). Constituye la nega
ción del juzgamiento en secreto, propio del modelo inquisitivo antiguo. Su
eficacia se advierte en su máxima extensión en el debate oral y su practicidad
ha adquirido vivencia y realidad con la implantación en forma obligatoria y
amplia del debate oral.
A decir de GIOVANNI L E O N E (1975: p. 337), la publicidad consiste
en garantizar al público la libertad de presenciar el desarrollo del debate y,
en consecuencia, de controlar la marcha de él y la justicia de la decisión
misma».
Este principio se encuentra contemplado en el art. 357° del Código que
consagra que el juicio oral será público, pudiéndose realizar total o parcial
mente en privado, en los siguientes casos: a) Cuando se afecte directamente el
pudor, la vida privada o la integridad física de alguno de los participantes en el
juicio; caso típico son los delitos de violación a la libertad sexual, en agravio
de menores de edad; b) Cuando se afecte gravemente el orden público o la
seguridad nacional; como puede suceder en los delitos de terrorismo; c) Cuando
718
El juzgamiento flpl. 366 9
719
API. 366 2 El proceso común
1.2. LA O R A L I D A D
Caracteriza el sistema procesal penal que la admite en forma obligatoria
y amplia. A través de ella se hace realmente efectiva la inmediatez o inmedia
ción en su más amplio significado. Por este principio quienes intervienen en
la audiencia deben expresar a «viva voz» sus pensamientos. Su empleo deter
mina una directa interrelación humana, que permite un mayor conocimiento
recíproco y personal entre quienes interviene en el juicio oral. Por la oralidad
del procedimiento -sostiene Q U E V E D O M E N D O Z A - «se entiende al prin
cipio según el cual la decisión judicial mediante la que se resuelve afirmativa o
negativamente acerca de la pretensión punitiva, debe estar basada fundamen
talmente en el material probatorio proferido oralmente en el debate»102.
152
QU1-VEDO MI < NDOXA; 1 enciclopedia Jurídica Omcba; Tomo XVII; Buenos Aires, 1963, p.382.
720
El juzgamiento flpt. 366 a
del vídeo sirve a los fines del juzgamiento y / o al interés de cada parte del
proceso.
El acta que registra lo actuado en el debate no necesariamente contendrá
todo lo actuado sino una síntesis de él. Dicha acta deberá ser firmada por el
Juez en caso de tratarse de un Tribunal Unipersonal o Juez Presidente en caso
de tratarse de un Tribunal Colegiado.
En caso que las partes, el Fiscal o los Jueces no estén conforme con el
contenido del acta, pueden hacer las observaciones que consideren pertinen
tes. Las partes harán sus observaciones a través de sus abogados defensores.
A través de la oralidad se argumentará las peticiones, cuestiones, la re
cepción de las pruebas y todas la intervenciones que se hagan en la audiencia.
N o se permite dar lectura a documentos presentados con tal finalidad, salvo
quienes no puedan hablar o no lo supieren hacer en el idioma castellano, en
cuyo caso intervendrán por escrito, salvo que lo hagan por medio de intérprete.
Las resoluciones serán dictadas y fundamentadas verbalmente. Ya no se
permite que sólo se de lectura a la parte resolutiva de la resolución, como se
hacía en el modelo anterior. Resulta importante destacar que las resoluciones
se entenderán notificadas desde el momento de su pronunciamiento en la
audiencia, lo cual deberá quedar registrado en acta.
1.3. I N M E D I A C I Ó N
El principio de inmediación, exige que los actos procesales se practiquen
en presencia directa del tribunal que ha de dictar la sentencia, por la elemental
consideración de que sólo así podrá obtenerse un adecuado conocimiento».
(GÓMEZ D E LIAÑO: 1996, p. 37). La presencia física del juzgador en un
proceso de prevalencia de pruebas de carácter personal precisa conocerlas
directamente, porque muchos datos no pueden ser recogidos en las actas es
critas, los gestos actitudes y su propio contexto revelan realidades que no son
susceptibles de ser de otra manera captadas. (GÓMEZ D E LIAÑO: 1996, p.
37). La inmediación, pues permite al juzgador -al igual que al fiscal y a los
defensores- percibir, analizar y sintetizar los elementos de juicio obtenidos en
esa fuente originaria del proceso cognositivo.
Este principio trata de asegurar al proceso una estructura tal, que ponga
al juez en condiciones de percibir, lo más directamente posible y con sus
propios sentidos, tanto las pruebas de la acusación como las presentadas por
las otras partes, y en general, las resultancias procesales. MIXAN MASS (1993:
p. 70) señala que «este principio, que en la etapa del juzgamiento oral es de
aplicación ineludible -por que quienes deben o pueden intervenir en audien
cia tendrán que acudir en persona- también se aplica en la investigación en
721
API. 3 6 6 9 El proceso común
todas las diligencias que, por su naturaleza, exigen la presencia física de los
sujetos procesales y terceros citados a ellas.
1.4. CONTRADICCIÓN
De los más importantes en el proceso acusatorio, señala el jurista brasi
lero FABRINI MIRABETE (1995: p. 44), es el principio de contradicción,
garantía constitucional que asegura la amplia defensa del acusado. El acusado
goza del derecho de defensa sin restricciones en el proceso en que debe estar
asegurada la igualdad de las partes. El principio de contradicción se materiali
za cuando tanto la parte acusadora como la parte acusada tienen la posibili
dad de acceder a la jurisdicción con el fin de hacer valer sus respectivas pre
tensiones, mediante la introducción de hechos y práctica de pruebas.
El contradictorio en audiencia se concreta -entre otras modalidades-
poniendo de conocimiento de los demás sujetos procesales el pedido o medio
de prueba presentado por alguno de ellos. G Ó M E Z D E LIAÑO (1987: p.
35) señala que: «Es en el juicio oral donde las partes deben hacer valer su
igualdad de condiciones los elementos de cargo y de descargo, porque la igual
dad absoluta en el comienzo del procedimiento es difícil de establecer, por
desigualdad real que ya existe».
1.5. U N I D A D Y C O N T I N U I D A D
La unidad de audiencia, es considerada como una totalidad desde la aper
tura hasta el acto de su conclusión. La audiencia es una totalidad compleja y
contradictoria, oral y pública que se inicia, desarrolla y culmina mediante se
sión de audiencia (MIXAN MASS: 1993, p. 76).
El principio de continuidad implica que abierta la audiencia ésta debe
continuar hasta concluir. En el transcurrir del debate suele ocurrir, en deter
minado momento, situaciones que tiendan a paralizar el desarrollo de la au
diencia, paralizaciones que pueden producirse en distinto momento y con
distinto alcance, dando lugar a que pueda distinguirse entre la mera suspen
sión y la interrupción; frente a ello el principio de continuidad propende a
evitar estas suspensiones o interrupciones.
La suspensión "se caracteriza por ser esencialmente provisional, condi
cionada a la desaparición de las causas que la determinan y no exige un dilata
do período de tiempo. La interrupción, sin embargo, responde a la concu
rrencia de determinadas causas de paralización cuya duración incierta o exce
siva lleva como consecuencia la anulación de todo lo actuado y que la reinicia
ción del proceso, en su momento, no se produzca a partir del estado en que
aquélla se produjo, sino al principio del período procesal en que tuvo lugar"
( M O N T Ó N R E D O N D O : 1999, p. 369).
722
El juzgamiento flpl. 386 a
1.6. C O N C E N T R A C I Ó N
Por este principio se procura evitar la dispersión de los actos procesa
les, de manera que de ser posible puedan realizarse todas las actuaciones ante
el tribunal en el tiempo estrictamente necesario según el caso concreto. La
sesión o sesiones «no deben ser arbitrariamente diminutas ni indebidamente
prolongadas». «Una adecuada racionalización del tiempo -señala MIXAN
MASS (1993: p. 77)- permitirá el normal despliegue de la función persecuto
ria, la cabal contraargumentación de la defensa y el debido conocimiento del
caso por el juzgador». Dentro del juicio oral, este principio opera con toda su
fuerza.
723
flPl. 3 6 6 s El proceso común
2.1. P O D E R D E D I R E C C I Ó N
La función directiva, señala CLARIA (1967: p. 269) «se desenvuelve en
lo que podría denominarse encausamiento del desarrollo hacia su finalidad
específica». Por ello el Código consagra la potestad del juzgador o de la Sala
Penal (en este caso del Presidente) de la dirección del debate, el que se concre-
724
El juzgamiento flpt. 3B6 2
2.2. P O D E R D I S C I P L I N A R I O
A través del cual el Órgano Jurisdiccional prevé el mantenimiento del
orden durante el debate en aras a lograr su mayor eficacia. «Con su regulación,
señala CIARÍA (1967, p. 269), se previene y con la aplicación se obtiene la
adecuación de la conducta de todos los intervinientes a las finalidades del
trámite, para quitar o corregir su afectación con el abuso de la tolerancia,
intervención o asistencia».
Con los propósitos indicados, el juzgador debe disponer la expulsión de
aquel que perturbe el desarrollo de la audiencia, ordenar la detención hasta
por 24 horas (sin perjuicio de la responsabilidad penal o administrativa a que
hubiera lugar) de aquel que perturbe o amenace perturbar el orden o la regu
laridad del debate, amenace o agreda a los sujetos procesales; asimismo, debe
disponer todo aquello que coadyuve al desarrollo normal del proceso, dentro
de un ambiente de tranquilidad y serenidad.
También gracias al poder disciplinario (aun utilizando la fuerza pública)
se puede traer a un acusado, testigo o perito que se retire o aleje del lugar
donde se realiza la audiencia sin permiso del Juez o del Juez presidente. Igual
mente, se puede expulsar al defensor de las partes, previo apercibimiento, el
cual será reemplazado por el que designe la parte dentro de veinticuatro horas
o, en su defecto, por el de oficio.
2.3. P O D E R D I S C R E C I O N A L
Mediante este poder se faculta al juzgador a que pueda resolver cuestio
nes no regladas por la ley y que surjan durante el juzgamiento, y cuya resolu
ción se hace necesaria para la continuidad de la audiencia. Con este poder se
otorga al magistrado un espacio de libertad para resolver problemas cotidia
nos que se presentan en el curso del juicio.
El otorgamiento de esta facultad permitirá, pues que ante los vacíos de la
ley el órgano jurisdiccional tenga un cierto ámbito de libertad, de tal forma
que el debate no se interrumpa ante ciertas circunstancias. Es preciso señalar
725
API. 3 6 6 - El proceso común
2.4. P O D E R A D M I N I S T R A T I V O
El Poder Administrativo consiste «en ordenar al personal administrativo
y / o el personal auxiliar cumpla con las labores que les corresponde para la
iniciación y prosecución de la audiencia pública. De lo que se trata es de
«adecuar las condiciones que permitan el normal desarrollo del juicio oral»
(MIXAN: 1993, p. 90).
TÍTULO II
LA PREPARACIÓN DEL DEBATE
726
El juzgamiento flpt.
>B. COMENTARIO
La instalación de la audiencia, requiere de la presencia obligatoria del
Juez Penal o, en su caso, de los Jueces que integran el Juzgado Penal Colegia
do, del Fiscal, del acusado y su defensor. La inasistencia de las demás partes y
de los órganos de prueba citados no impide la instalación de la audiencia.
Esto marca una diferencia sustancial con el modelo todavía en vigencia al
instituirse el juicio oral llevado a cabo por un solo Juez o por una Sala com
puesta por un Colegiado (tres o más jueces).
Al igual que DARRITCHON (1993: p. 40), creemos que la declaración
de apertura de la audiencia es un exigencia formal sustancial y que su omisión
conlleva a la declaración de nulidad. En dicho acto han de quedar oralizados
los actos de identidad del acusado.
La apertura de la audiencia implica también la correcta ubicación de
todos las partes del proceso en la Sala de Audiencia: teniendo como referen
cia al juez o tribunal, al frente se ubica el acusado; a su derecha, el represen
tante del Ministerio Público, la parte civil y el tercero civil si lo hubiera; y a su
izquierda la defensa del acusado. Los testigos y peritos ocuparán un ambiente
contiguo a la Sala de Audiencias.
La audiencia, como se señaló, no podrá realizarse sin la presencia del acu
sado y de su defensor. Los acusados que tengan domicilio conocido serán noti
ficados para su concurrencia al juicio bajo apercibimiento de ser declarados
contumaces. La contumacia implica una rebeldía al llamamiento judicial; exige
un proceso iniciado a mérito de una imputación delictuosa y que el procesado
tenga conocimiento de su situación jurídica en la cual se encuentra y no obs
tante ello «con posterioridad a su apersonamiento o después de haber sido
debidamente notificado, o habiéndose fugado del establecimiento penitencia
rio o de la dependencia policial, decide rehuir a las citaciones del Juez o Sala
Penal ocultándose así para eludir el juzgamiento». (MIXAN: 1993, p.366).
728
El juzgamiento flpt. 371 g
Timo III
EL DESARROLLO DEL JUICIO
729
API. 372° El proceso común
^ COMENTARIO
1. O R D E N D E LA APERTURA D E L JUICIO
La apertura del juicio se iniciará en el siguiente orden: a) La enunciación
por parte del Juez de los datos del proceso y el acusado; b) El Fiscal expondrá
resumidamente los hechos objeto de la acusación, la calificación jurídica y
pruebas; c) Los abogados del actor civil y del tercero civil expondrán concisa
mente sus pretensiones y las pruebas ofrecidas y admitidas; d) El defensor del
acusado expondrá brevemente sus argumentos de defensa y las pruebas de
descargo; e) El Juez le informará al acusado su libertad de declarar o no sobre
los hechos; f) Se preguntará al acusado si se declara confeso (si admite ser
autor o partícipe del delito materia de acusación y responsable de la repara
ción civil); g) Ofrecimiento de nuevas pruebas, pudiendo reiterarse el ofreci
miento de medios de pruebas no admitidos en la audiencia de control.
2. C O N C L U S I Ó N A N T I C I P A D A D E L JUICIO
El juez, después de haber instruido al acusado de los derechos que tiene en
juicio, como no declarar sobre los hechos imputados, comunicarse con su abo
gado defensor, etc., procederá a preguntarle si se confiesa autor o partícipe del
delito materia de acusación y responsable de la reparación civil; de ser afirmati
va su respuesta, previa consulta con su abogado defensor, se declarará la con
clusión del juicio y se expedirá sentencia. En caso de ser varios los acusados y
solamente admiten los cargos una parte de ellos, respecto a estos últimos se
concluye el proceso y se expide sentencia, continuando el proceso respecto a
los no confesos. Debe precisarse que la confesión o admisión de responsabili
dad no implica necesariamente la reducción de pena por debajo del mínimo
legal; pues ésta se determinará conforme a la naturaleza del hecho y a las condi
ciones personales del acusado, tal como lo establecen los artículos 45° y 46° del
Código Penal.
732
El juzgamiento flpt. 37fl 2
3. P O S I B I L I D A D D E U N A N U E V A CALIFICACIÓN JURÍDI
CA D E LOS H E C H O S
Si no ha concluido el juicio en los términos del artículo 373°, éste conti
núa, y si en el curso del mismo, el Juez advierte elementos que indican que la
calificación del hecho no es correcta, o se ha omitido aspectos o circunstan
cias que inciden en la calificación de los hechos, deberá comunicar al Fiscal y
al imputado. Con el pronunciamiento de éstas, el Juez podrá realizar una nue
va calificación jurídica de los hechos, considerando los aspectos o circunstan
cias no consideradas por el Fiscal, pero que han sido introducidas en el debate
oral, desvinculándose de este modo de los términos de la acusación fiscal.
Cabe señala que el titulo de imputación o calificación jurídica de la acu
sación tiene relevancia especial, puesto que éste será el que va a debatirse en el
juzgamiento. Debe existir correlación entre delito acusado y delito condena
do, de esta manera se garantiza de forma eficaz el derecho de defensa, puesto
que el acusado no sólo va a defenderse de un hecho imputado sino también
de la calificación jurídica que al mismo se le está dando, lo que obviamente
determina el quantum de pena. Sin embargo, de producirse la desvinculación,
los hechos materia de acusación son nuevamente recalificados jurídicamente.
Ello es posible debido a que existe inmutabilidad en los hechos introducidos en
el proceso, más no en la calificación jurídica que se da a los mismos.
733
flPt. 374° El proceso común
734
El juzgamiento flp|. 375 o
4.1. IMPLICANCIAS
La incorporación de hechos nuevos o circunstancias atribuidas en la acu
sación complementaria, trae como consecuencia la necesidad de recibir la
declaración ampliatoria del imputado con el fin de que éste presente sus argu
mentos al respecto. De otro lado, le asiste a las partes el derecho de pedir la
suspensión del juicio para ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa. La
suspensión no superará el plazo de cinco días, lo que permite que la audiencia
no se quiebre y se continúe hasta el final.
TÍTULO IV
LA ACTUACIÓN PROBATORIA
735
ftPt. 376 s El proceso común
737
ÍÍPt. 378 e El proceso común
738
El juzgamiento flp|. 3B3 9
710
El juzgamiento API. 385 9
>Sk COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
El debate probatorio se debe someter a un orden que está predetermina
do por la ley procesal en el orden siguiente: a) Examen del acusado; b) Actua
ción de los medios de prueba admitidos; y, c) Oralización de los medios pro
batorios.
En caso que exista pluralidad de acusados, el Juez Penal decide el orden
en que deben actuarse las declaraciones de éstos, para lo cual previamente
741
API. 3 8 5 9 El proceso común
2. E X A M E N D E L ACUSADO
El examen del acusado es el «acto formal y complejo por el que se cía
oportunidad al imputado para ejercitar su defensa material, integra la fase de
introducción de las cuestiones, sea por el dicho oral, o por la lectura de la
declaración instructoria, (CLARIA O L M E D O : 1967, p. 290).
SÁNCHEZ VELARDE (2004, pp. 584/585) señala que el interrogato
rio del acusado persigue dos finalidades: primero, conocer la personalidad del
acusado, su carácter, su modo habitual de proceder y la forma determinante
de la acción delictiva; lo que va a ser de utilidad al juzgador si se decidiera por
una sentencia condenatoria; segundo, conocer de su propia voz su relación
con el delito, las circunstancias de su participación y realización; así también
como los argumentos de exculpación o inocencia que pudiera alegar.
La declaración del acusado constituye un medio de defensa y no de prueba.
Por ello es facultativa. Antes de interrogar, el juzgador informará al acusado
que puede abstenerse de declarar, sin que pueda interpretarse su abstención o
silencio como una presunción de culpabilidad; por el contrario, constituye el
ejercicio de un derecho. En consecuencia, nadie puede ser obligado, coaccio
nado o inducido a declarar contra su voluntad.
De aceptar el interrogatorio el acusado, conforme a las reglas del art.
376°.2, las preguntas se harán en forma directa, y éstas deben ser claras, perti
nentes y útiles. N o están permitidas preguntas capciosas, impertinentes y las
que contengan respuestas sugeridas. Para ello, el juez penal en ejercicio de sus
poderes de dirección declarará inadmisible las preguntas prohibidas.
742
El juzgamiento flpl. 385 Q
3. E X A M E N D E TESTIGOS Y PERITOS
Los testigos y peritos declararán bajo juramento si profesan alguna reli
gión; los demás declaran bajo promesa de decir la verdad. En caso de incurrir en
falsedad debidamente comprobada serán investigados por el delito de perjurio.
En el interrogatorio a testigos y peritos resulta de vital importancia que
el juez modere el interrogatorio y evite que el declarante conteste preguntas
capciosas, sugestivas o impertinentes, para lo cual procurará que éste se con
duzca sin presiones indebidas y sin ofender la dignidad de las personas.
El primero en interrogar al testigo será la parte que lo ofreció, luego pro
cederán las partes restantes. Los testigos no podrán comunicarse entre sí, ni
deberán ver, oír o ser informados de lo que ocurriere en la sala de audiencia.
El interrogatorio y contra interrogatorio del testigo menor de 16 años
será conducido por el juez o Tribunal; no se puede llevar a cabo interrogato
rio directo por ias partes (Fiscal v abogados del causado, parte civil), con la
finalidad de evitar que el menor sea perjudicado en su serenidad, permitién
dose el auxilio de un familiar y / o de un experto en psicología, de tal suerte
que le dé seguridad al testigo menor de edad; sin embargo, si, oídas las partes,
se considerase que el interrogatorio directo al menor de edad no perjudica su
serenidad, se dispondrá que éste prosiga con las formalidades previstas para
los demás testigos. Esta decisión puede ser revocada en el transcurso del inte
rrogatorio.
El artículo 378°.2, establece el derecho del testigo a negar el testimonio
dado con anterioridad al juicio, en cuyo caso no se podrá dar lectura a su decla
ración previa. E n realidad no alcanzamos a entender bien este derecho recono
cido al testigo, puesto que todos estamos obligados a declarar respecto a cues
tiones relativas al esclarecimiento de los hechos que nos consta y así contribuir
a la correcta administración de justicia, y si el testigo ha prestado declaración, se
asume que lo ha hecho bajo juramento de decir la verdad y, por tanto, no puede
a la vez tener derecho a negar su testimonio. Ello nos parece una incongruencia.
Ahora bien, si es que la declaración hubiese sido prestada en circunstancias en
que no podía expresar libremente su voluntad, ello constituye un vicio de la
propia declaración y puede ser advertida por el Juez y por el propio testigo y
corregir la declaración o dejarla sin efecto, pero no se puede hablar de un dere
cho del testigo a negar su propia declaración sin más ni menos.
713
ftPt. 3 8 5 - El proceso común
3.1. I N C O N C U R R E N C I A D E L TESTIGO O P E R I T O
El juez ordenará la conducción compulsiva del testigo o perito que no
haya comparecido y que se encuentre debidamente notificado, pudiéndose
incluso ordenar a quien lo propuso para que colabore para su oportuna con
currencia; en caso que no se logre la ubicación del testigo o perito, el juicio
continuará con prescindencia de esa prueba, lo que finalmente perjudicará a
la parte que lo propuso.
744
El juzgamiento flpt. 3B5 g
4. LECTURA D E LA PRUEBA D O C U M E N T A L Y T R Á M I T E
La oralización es el momento procesal mediante el cual se da lectura a
los documentos incorporados antes del juicio oral, los que serán sometidos al
contradictorio. Incluye, además del pedido, la lectura a través de la cual se
escucha o ve la parte pertinente del documento o acta. La oralización no sólo
se reduce a la lectura de documentos sino que también se podrá solicitar la
audición de grabaciones magnetofónicas, la visualización de vídeos, fotogra
fías o disquetes, asimismo, se podrá visualizar las actas recabadas en el diligen
cias preliminares o investigación fiscal.
La oralización tiene particular importancia ya que por el principio de
oraüdad debe ponderarse únicamente aquello que fue objeto de discusión en
el debate. De esto se deduce que todo lo que ha de utilizarse para la sentencia
debe ser leído y debatido en el juicio. Incluso los documentos extensos deben
ser leídos con el fin de que todos los que participan en el juicio conozcan su
contenido (BAUMANN: 1986, p. 82).
La lectura de la prueba documental garantiza que haya contradictorio
sobre el mismo. RIVES SEVA (1996: p. 203) señala que un acta labrada en
sede judicial o extrajudicial, será prueba, libremente valorada, siempre que se
haya desarrollado con arreglo a las exigencias legales correspondientes y en la
medida en que su propia actuación o en el juicio oral hayan sido actuadas en
condiciones que permitan a la defensa someterla a contradicción.
715
flPt. 3 8 5 e El proceso común
716
El juzgamiento flp|. 3B5 9
5. REALIZACIÓN D E DILIGENCIAS Y N U E V O S M E D I O S D E
PRUEBA
5.1. R E A L I Z A C I Ó N D E I N S P E C C I Ó N Y R E C O N S T R U C C I Ó N
Si llegado el momento del debate se aprecia que durante la investigación
preparatoria, no se ha realizado o llevado a cabo las diligencias de inspección
o reconstrucción, o estas han sido deficientemente practicadas, el juez penal
ordenará su actuación.
Con la Inspección se pretende examinar el estado de las personas, luga
res, los rastros y otros efectos materiales que fueran de utilidad para la averi
guación del hecho o la individualización de los partícipes en él; y con la re
construcción se pretende reproducir el hecho delictivo o parte de él, para la
debida apreciación de la forma y circunstancias como éste se cometió.
Como se puede apreciar estas dos diligencias son de carácter obligatorio
para el juez penal siempre y cuando se cumplan con determinados requisitos:
a) Que no se haya practicado durante la investigación preparatoria.
b) Sean determinantes para conocer la verdad de los hechos que se
juzgan;
c) Han de ser posibles de practicarse, puesto que con el transcurrir del
tiempo, desde el momento en que se perpetró el delito y su realiza
ción, pueden resultar inoportunas.
d) Se determinará previo debate de los intervinientes, donde cada uno
expondrá su postura sobre la conveniencia de su realización.
La práctica de la inspección o reconstrucción se ordenará a iniciativa del
propio juez penal o por solicitud de una de las partes (fiscal, parte civil, terce
ro civil, etc.). En la práctica de las citadas diligencias, el juez penal dispondrá
las medidas necesarias para su realización.
747
Art. 3 8 6 9 El proceso común
5.2. A C T U A C I Ó N D E O T R O S M E D I O S D E P R U E B A Y P R U E B A
DE OFICIO
El nuevo proceso penal implica que cada una de las partes intervinientes
en el juicio deberán presentar sus elementos de prueba que sustenten los
argumentos de acusación y de defensa, siendo el juez penal o el tribunal el que
finalmente decide de acuerdo con las pruebas presentadas; sin embargo, el
código, faculta al juez penal a disponer la actuación de nuevos medios proba
torios si en el curso del debate resultasen indispensables o manifiestamente
útiles para esclarecer la verdad.
La actuación de nuevos medios de prueba son de carácter facultativo
para el juez penal, a diferencia de las diligencias de inspección y reconstruc
ción, no está obligado a actuarla. Además deben ser excepcionalísimos para el
juez, de tal manera que no se pierda la esencia del nuevo proceso penal, es
decir, que la aportación de pruebas deba ser de exclusividad de las partes. Por
ello, el mismo código procesal señala que "El Juez Penal cuidará de no reem
plazar por este medio la actuación propia de las partes".
Se debe entender por nuevos medios probatorios aquellos que no han
sido incorporados dentro de la investigación preparatoria y no han sido decla
rados inadmisibles en la audiencia preliminar, conforme a lo previsto en el
inciso 5) del art. 352°. La actuación de los nuevos medios de prueba se podrá
disponer a iniciativa del propio juez penal o por solicitud de una de las partes
(fiscal, parte civil, tercero civil, etc.).
,— Timo Y —,
LOS ALEGATOS FINALES
748
El juzgamiento flpj, 3B7 9
749
flPt. 387 Q El proceso común
^ COMENTARIO
1. ALEGATOS F I N A L E S
Una vez que el debate ha tenido su pleno desarrollo, se han asumido
todas las pruebas genéricas y específicas y se han hecho las lecturas consenti
das, se pasa a la última fase, de la discusión. Se entra al momento dialéctico de
la contradicción sobre el fondo de la cuestión debatida.
La discusión final, señala L E O N E (1975, p. 407), «es una fase indefecti
ble en la integración de todo el proceso que pretende responder a la más
elemental exigencia de justicia..» ). «Se le llama discusión final, no sólo en
atención a la oportunidad en que se produce, sino también para diferenciarla
de la regulada respecto a las cuestiones preliminares u otros incidentes que se
suscitan durante el desarrollo del debate (...). La discusión final es plena con
relación al p r o c e s o , a b a r c a n d o la c o n t i n e n c i a del d e b a t e en su
plenitud...».(CLARIA O L M E D O : 1962, p. 300)
751
APt. 3 9 1 s El proceso común
2. E L D E R E C H O A LA ÚLTIMA PALABRA
La Ley procesal reconoce un derecho o facultad del acusado de decir ante
el Magistrado o Tribunal la última palabra, sin más límites que la obligación de
752
El juzgamiento flPl. 392 s
TÍTULO VI
LA DELIBERACIÓN Y LA SENTENCIA
Código de Procedimientos Penales, líditorial Grijley, Sexta edición, septiembre del 2004, p.
197.
753
APt. 3 9 3 ° El proceso común
^ COMENTARIO
Cerrado el debate, se inicia el momento final: la deliberación y expedi
ción de la sentencia. CLARIA O L M E D O (1967: T. VI, p. 310) señala que este
momento está integrado por: 1.- La deliberación y votación de las cuestiones
sometidas a decisiones del debate; y, 2.- El pronunciamiento y documenta
ción de la sentencia.
1. DELIBERACIÓN
Es el acto mediante el cual los magistrados que han intervenido en el
juicio oral debaten y deciden el caso o situación jurídica de la persona juzgada;
su decisión la plasman en la sentencia. Los juzgadores que resuelven sólo
deben tener en cuenta lo sucedido en el juicio oral y evitar las opiniones pres
tadas por terceros. A decir de BINDER (1993: pp. 243 y 244) la deliberación
debe ser «exhaustiva y profunda, orientada en dos sentidos: por una parte a la
754
El juzgamiento flpj. 393 2
2. LA D E C I S I Ó N
Las decisiones para emitir la sentencia condenatoria, absolutoria u otra
resolución se adoptan por mayoría en caso de tratarse de Tribunal Colegiado.
Si no se produce la mayoría para la pena y reparación civil, en el sentido que
cada uno de los magistrados asume un monto diferente de pena y reparación,
la norma adjetiva establece que se impondrá el término medio. Ello no quiere
decir que de las tres cantidades propuestas se va a escoger la cantidad que se
encuentra al centro de las otras dos, sino que se realizara una operación arit
mética, la que consistirá en sumar las tres cantidades para luego dividirlas
entre tres, el resultado es el término medio que señala el Código.
755
flPt. 394 Q El proceso común
Para los casos de cadena perpetua se requiere que la decisión sea unánime,
pues se trata de la máxima pena prevista por el ordenamiento jurídico penal. En
caso de no existir unanimidad en la decisión, se aplicará la pena inmediata
mente inferior a la cadena perpetua y prevista por el Código Penal, es decir, la
máxima pena privativa de libertad de duración determinada, esto es, 35 años.
~Sk COMENTARIO
1. LA S E N T E N C I A
Con la sentencia se concreta el Derecho penal por el órgano jurisdic
cional después del debido proceso. La sentencia configura la máxima expre
sión de la potestad jurisdiccional. La sentencia es «el acto del juzgador por el
que decide sobre el ejercicio de la potestad punitiva del Estado en cuanto al
objeto y respecto a las personas a las que se ha referido la acusación, y en
consecuencia, impone o no una pena, poniendo fin al proceso» (ORTELLS:
1999, p. 391); asimismo, también se resuelva las demás cuestiones o preten
siones introducidas en el proceso, como la reparación civil, la nulidad de actos
jurídicos o la privación de efectos de actos fraudulentos, la imposición de una
757
flPt. 3 9 5 9 El proceso común
758
El juzgamiento flPt. 395 9
1.1. R E D A C C I Ó N D E LA S E N T E N C I A
La sentencia, ya sea condenatoria o absolutoria, deberá ser redactada por
el Juez Penal o el Director de Debates. En la redacción de la misma se faculta
utilizar numeración y pie de página. La numeración se debe emplear en la
mención de normas legales y jurisprudencia y la cita de pie de página para la
doctrina, bibliografía, datos jurisprudenciales y otros temas; con esto se pre
tende que la sentencia tenga una mejor presentación y un orden en la motiva
ción, así como coherencia lógica y las argumentaciones se validen con el crite
rio del consenso doctrinario, la aceptación mayoritaria de determinados crite
rios o instituciones, así como también se pueda recurrir al criterio de la ancto-
ritas como criterios de validación.
La norma también establece una forma de redactar la sentencia en cuan
to al uso de notas explicativas de pie de pagina, con lo que se determina una
forma de redactar todavía ajena al quehacer judicial y que asemeja a la redac
ción de las piezas judiciales a la redacción de la doctrina. Con ello también
deberá dejarse de lado la redacción actual en la que no se observan a cabalidad
las reglas gramaticales en cuanto al uso del punto aparte, numeración y otros,
abundando todavía las redacciones tipo "sábana" que dificultan su lectura y la
transmisión y recepción adecuada del mensaje contenido en su texto.
1.2. REQUISITOS D E LA S E N T E N C I A
La sentencia debe contener:
a) El nombre del Juzgado Penal, el lugar y fecha en la que se ha
dictado, el nombre de los jueces y las partes, y los datos per
sonales del acusado.- Debe contener el nombre del Juzgado Pe
nal para saber si es el juez predeterminado por ley, es decir, si es el
competente para resolver el caso al momento que se cometió el
ilícito. E n cuanto a la fecha resulta importante para determinar la
vigencia de la acción penal en caso de tratarse de una sentencia
condenatoria firme o ejecutoriada. En cuanto al nombre de los jue
ces y de las partes se consignan porque se debe respetar el principio
de identificación de los magistrados y partes, ya que está prohibida
la intervención de jueces o fiscales "sin rostro" en un estado de
derecho. Respecto a los datos personales del acusado o también
denominada generales de ley, se consignan para evitar confusión
con personas del mismo nombre y apellido, es decir, impedir la
homonimia.
759
API. 3 9 5 9 El proceso común
760
El juzgamiento flpj. 396 g
1.3. LA M O T I V A C I Ó N D E LA S E N T E N C I A
Los artículos 398° y 399° del Código prevén que la sentencia, absoluto
ria o condenatoria, contendrá los fundamentos de hecho y derecho que la
sustentan. En este sentido la motivación viene a marcar una exigencia consti
tucional y debe estar contenida expresamente en la sentencia ya que de otro
modo no habría manera de determinar si el proceso deductivo es arbitrario o
racional; asimismo, no sería posible ni siquiera la subsanación. La motivación
constitucional también es garantía para el Estado, pues interesa a éste que su
voluntad sea exactamente aplicada y se administre correctamente la justicia.
La motivación permite constatar que las sentencias se han dictado con
sujeción al Derecho vigente, excluyendo la arbitrariedad. Cumple también
una función persuasiva de las partes procesales. Es necesaria para hacer posi
ble o facilitar el control del enjuiciamiento contenido en la sentencia por ór
ganos jurisdiccionales de grado superior mediante los recursos (ORTELLS:
1993, p. 396 y 397)
La Constitución requiere que el juez motive sus sentencias para permitir
el control de la actividad jurisdiccional. Los fundamentos de la sentencia se
deben dirigir también, a lograr el convencimiento, no sólo del acusado, sino
también de las otras personas del proceso, respecto de la corrección y justicia
de la decisión judicial sobre los derechos de un ciudadano. Por otro lado, la
motivación de la sentencia es una exigencia sin la cual -como es generalmente
reconocido- se privaría, en la practica, a la parte afectada por aquélla, del
ejercicio efectivo de los recursos que le pueda otorgar el ordenamiento jurídi
co (ORTELLS: 1999, p. 396).
7B1
flPt. 397 Q El proceso común
763
flPt. 100° El proceso común
^ COMENTARIO
1. LECTURA D E LA S E N T E N C I A
Conforme al art. 396°, para dar lectura a la sentencia, el Juez unipersonal
o Colegiado se constituirá nuevamente. Cuando por la complejidad del asun
to o lo avanzado de la hora se diñera la redacción de la sentencia, se leerá
solamente la parte dispositiva, esto es, no se leerá toda la sentencia y uno de
los jueces explicará al público los fundamentos de la decisión e indicará el día
de la lectura integral dentro de los 8 días posteriores. En este caso, se darán
por notificadas las partes a partir del momento de la lectura integral; pues a
partir de este momento recién se conocen los fundamentos de la sentencia, y
a partir de éste se podrá cuestionar, impugnar o prestar la conformidad al
respecto.
Este tipo de lectura es una novedad dentro del sistema, ya que en estos
casos ordinariamente se difería la lectura integral de la sentencia, sin adelantar
la parte dispositiva como establece el artículo en comento. Asimismo, en este
momento se hará entrega a las partes de una copia de toda la sentencia.
2. C O R R E L A C I Ó N E N T R E ACUSACIÓN Y S E N T E N C I A
El Principio de Correlación impone «un debate de adecuación, de corre
lación entre, por un lado, los actos fundamentales de petición y alegación de
las partes, y, por otro, la sentencia».( ORTELLS: 1999, p. 401); agrega que «la
correlación radica en los principios acusatorio y de contradicción. En virtud
del principio acusatorio el juzgador no puede resolver más que sobre el obje
to del proceso propuesto por el acusador y respecto a la persona que ha sido
acusada por éste; por el principio contradictorio, se debe permitir que la cues
tión deba ser debatida previamente a la resolución" (ORTELLS: 1999, p. 420).
Así pues, la correlación impone por un lado, un deber de pronuncia
miento exhaustivo, y, por otro, un límite a la potestad de resolver; el principio
conlleva un pronunciamiento sobre todo lo que debe ser resuelto en concreto
por el juzgador y el deber de que la sentencia no sobrepase los límites que le
fija la acusación; ello implica tres supuestos: a.- N o se podrá dar por acredi
tados hechos o circunstancias más que los descritos en la acusación,
salvo cuando ello favorezca al imputado.- Solo podrá darse por acredita
dos en la sentencia los hechos ilícitos objeto de la acusación primigenia o
complementaria; lo contrario significaría condenar por un hecho no debatido
ni sometido a juicio. Sólo se podrá tener en cuenta otro hecho o circunstancia
765
flPt. 4 0 3 s El proceso común
que beneficie al acusado, como por ejemplo, que el delito probado no es robo
agravado sino hurto simple; que no es cómplice primario sino secundario.
Estos casos serán posibles, sin embargo, sólo cuando no se genere indefen
sión, puesto que aun cuando la calificación sea una menos grave, puede darse
el caso en que el imputado no hubiese realizado o solicitado la actuación
probatoria respecto a ciertos elementos configurativos del delito menos gra
ve, perdiendo la oportunidad de probar su inocencia, b.- N o se podrá modi
ficar la calificación jurídica objeto de acusación (primigenia o comple
mentaria) salvo que sea puesta en conocimiento de las partes por el
Juez.- Existe modificación del hecho cuando se cambia el bien jurídico pro
tegido por uno u otro delito o cuando se produzca una mutación sustancial
del hecho enjuiciado considerando elementos del delito o circunstancias no
comprendidas en la acusación. En cambio existe modificación en la califica
ción jurídica cuando el hecho imputado se subsume en un tipo penal distinto
al materia de acusación. Si el órgano judicial procediese a condenar con una
calificación distinta, se estaría privando al acusado de la posibilidad de ejerci
tar debidamente su defensa, c - N o se aplicará pena más grave que la
requerida por el Fiscal, salvo que se haya solicitado una por debajo del
mínimo legal sin causa justificada de atenuación.- Ello quiere decir que
el Juez no queda en libertad para determinar la pena dentro de los márgenes
conminados por la norma penal, sino que sólo podrá hacerlo dentro de un
margen inferior a la pena solicitada por el Fiscal. Ello tiene sentido, en la
medida en que el titular de la acción penal y por ende de la pretensión punitiva
del Estado es el Ministerio Público, y si éste ha determinado la magnitud de su
pretensión, el Juzgador no puede ampliarla en desmedro de los derechos del
acusado. Salvo, claro está, que el Ministerio Público hubiese determinado la
pretensión punitiva en términos inferiores al mínimo legal sin que hubiera
razón para ello (confesión sincera, tentativa, responsabilidad restringida, etc.),
en cuyo caso, el Juez en ejercicio de su facultad de control puede corregir esta
irregularidad del Fiscal y establecer la pena que corresponda conforme a ley.
3. LA S E N T E N C I A ABSOLUTORIA
E n estas sentencias no se concreta la pretensión punitiva del Estado, por
falta de fundamentos de hecho y / o jurídicos. La absolución se pronuncia
siempre respecto al fondo de la cuestión controvertida; no produciéndose en
los casos en que prospera un medio de defensa como una excepción (pres
cripción, cosa juzgada o de naturaleza de acción).
El art. 398° establece como supuestos en los que se puede dictar una
sentencia absolutoria:
a) La existencia o inexistencia, si el hecho imputado ocurrió realmen
te o no.
766
El juzgamiento flpt. 403 5
767
API. 4 0 3 2 El proceso común
4. LA S E N T E N C I A C O N D E N A T O R I A
La sentencia condenatoria es la consecuencia jurídico penal inevitable al
haberse determinado que el "hecho" materia de la acusación constituye delito
y que el acusado resulta responsable del mismo, al haberse establecido que ha
realizado o ha participado en la comisión del hecho.
A través de la sentencia de condena "...se ejercita, por el órgano jurisdic
cional, la potestad punitiva del Estado por el objeto del proceso y respecto a
la persona del acusado, imponiendo a éste la pena correspondiente" (ORTE-
LLS: 1999, p. 393); o también la medida de seguridad. Ello implica, según
768
El juzgamiento flPt. Q03 s
769
flPl. 4 0 3 9 El proceso común
770
El juzgamiento _p|. fHffi
771
r
EL CÓDIGO
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
LIBRO CUARTO
LA IMPUGNACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
En el Código se ha sistematizado, o por lo menos, se ha tratado de siste
matizar un título referido a los medios impugnatorios, capítulo que no conte
nía el Código de Procedimientos Penales.
Con los medios impugnatorios, lo que se pretende es la búsqueda de una
revisión sobre el pronunciamiento que el impugnante considera contrario a
su interés, y por lo tanto injusto.
«Es lógico pensar que el juez, falible como todo ser humano, puede errar
en sus apreciaciones de hecho o de derecho y fallar contra la pretensión legí
tima de una de las partes, hipótesis para la cual el orden jurídico ha instaurado
un sistema de revisión del fallo por una instancia superior y definitiva» (DE
ELIA: 1993, p. 139).
Los medios impugnatorios tienen su origen en la Ley Procesal y son
utilizados por la persona a quien la ley faculta. El art. 4 0 4 .2 del Código
establece que el derecho de impugnación corresponde sólo a quien la Ley se
lo confiere expresamente, y si la Ley no distingue entre los diversos sujetos
procesales, el derecho corresponde a cualquiera de ellos..
La impugnación cuestiona supuestos errores de fondo así como de for
ma (de trámite). Presentado el medio y cumpliendo todos los requisitos, pro
voca la apertura de la vía impugnatoria, en la que se estudiará los fundamen
tos de la primera decisión, esto es, se realizará un nuevo examen de la causa, el
que concluirá con un nuevo pronunciamiento en el que puede o no, darse la
rezón al impugnante. En el primer caso se puede acoger el fundamento de la
impugnación y revocar total o parcialmente la resolución impugnada, con lo
que concluirá la vía, salvo supuestos en que exista la posibilidad de nuev:->
impugnación. Pero también se pueden descartar los argumentos de la ;;,..-.
nación y confirmar la resolución recurrida.
775
La impugnación
Debe entenderse por Adhesión la facultad que concede la ley a los suje
tos procesales que no impugnaron para adherirse a la interpuesto por otro suje
to procesal, inclusive al interpuesto por la parte contraria.
Para la procedencia de la adhesión es necesario: a) que los sujetos proce
sales tengan derecho a impugnar; y, b) que se cumplan con las formalidades
de la interposición previstas en el art. 405° del código.
El momento para adherirse es hasta antes que el expediente se eleve al
Tribunal de alzada. Este momento no es el mismo que el plazo para impug
nar. La adhesión se puede interponer fuera del plazo de los recursos de im
pugnación previsto en el art. 414°. Lo importante es que el expediente se
encuentre en el despacho del juez que emitió la resolución que agravia a los
sujetos procesales impugnantes.
2. MEDIOS IMPUGNATORIOS
Los medios impugnatorios son instrumentos procesales, que la ley otorga
a los sujetos del proceso con el fin de que aquel que se considere agraviado
con una decisión judicial, pida su revocación o un nuevo estudio y obtener un
pronunciamiento favorable a su interés jurídico. ORTELLS RAMOS (1994:
p. 421), refiere: «Los medios impugnatorios se definen como los instrumen
tos legales puestos a disposición de las partes y destinados a atacar una reso
lución judicial, para provocar su reforma o su anulación o declaración de
nulidad».
776
Preceptos generales
4. FUNDAMENTO
Las impugnaciones tienen su fundamento jurídico en las discrepancias
que existen entre lo resuelto o contenido de la resolución impugnada y lo
dispuesto por la ley. El fundamento de la impugnación es público cuando se
busca una mejor justicia y la obligación de un debido proceso; o también un
fundamento genérico que es la búsqueda de la legalidad cuando la resolución
que emite el juez la contraviene o deniega.
La discordia existente entre la resolución impugnada y la voluntad de la
ley debe ser deducida y fundamentada por el titular de la impugnación o por
su defensor, y planteada por razones de: vitium in procedendo, vitium in
indicando o error en facto y error en Jure; o también por razones de vitium
in cogitando.
4 . 1 . VITIUM IN PROCEDENDO
Se ataca la resolución del juez cuando se ha incurrido en un procedi
miento o trámite irregular. Es decir, el juez no ha observado o tomando en
cuenta las normas procesales establecidas por la ley.
Obsérvese que no ataca el contenido de la resolución del juez, sino la
forma cómo se ha llevado a cabo el procedimiento. "En esta hipótesis no se
ataca la providencia como materialmente injusta, sino como resultado o ma
nifestación de un procedimiento irregular que vicia el origen o la forma del
procedimiento" MANZINI (1954: p. 6).
777
La impugnación
4.2. VITIUMINIUDICANDO
Cuando la resolución judicial es materialmente injusta. Hlvitium iti Indi
cando consiste en un error de derecho y un error de hecho.
a) Error de Derecho {Error In Iure).- Se presenta cuando hay una
aplicación errónea de la Ley. Hay discrepancia entre la realidad y el
encuadramiento, subsunción o tipificación jurídica. La aplicación
errónea puede ser de derecho sustantivo como de derecho adjetivo
u otra norma jurídica, sobre todo de una norma constitucional. Así
por ejemplo, la aplicación de una norma diversa de la que corres
ponde al caso, como el encuadramiento de un hecho de la figura del
robo cuando corresponde a un hurto.
b) Error en Facto.- Cuando la resolución está fundada en una falsa
base de hecho. Se estará ante un error de hecho, cuando el vicio
recae sobre el mérito de los elementos fácticos; esto es, cuando a
partir de los elementos probatorios se determina que el hecho así
como las circunstancias que lo rodean es de determinada naturale
za o entidad y el Juez ha considerado que es de otra naturaleza (que
se trata de un hecho distinto).
5. E F E C T O S D E LOS MEDIOS I M P U G N A T O R I O S
5.1. E F E C T O D E V O L U T I V O
El efecto devolutivo de la impugnación está referido fundamentalmente
a la competencia del Juez A Quo (que expide la sentencia materia de la impug
nación) y del Juez Superior Ad Quem. Por este efecto, el A Quo devuelve la
competencia al Ad Quem y determina la competencia de éste para conocer el
objeto de la impugnación. Aun cuando al A quo no pierde la competencia
para seguir conociendo los extremos no comprendidos en la impugnación.
En este caso, ordinariamente se elevan copias de los actuados y el principal o
778
Preceptos generales
los demás cuadernillos quedan en poder del A Quo. Este efecto no determina
la suspensión o ejecución de la resolución impugnada.
5.2. E F E C T O SUSPENSIVO
Está referido a la ejecución de la resolución y a la competencia del Juez
A. Quo. Por este efecto la interposición del recurso trae como consecuencia la
suspensión de los efectos de la resolución impugnada (sean estos decretos,
autos o sentencias), mientras no se resuelva la impugnación. Determina la
imposibilidad de la cosa juzgada hasta que la resolución quede firme. Asimis
mo, suspende la competencia del Juez A Quo, la misma que queda en poder
único del AdQuem, aun cuando en determinados casos expresamente deter
minados por la Ley, el Juez puede retener la competencia para ciertas actua
ciones o extremos de la materia de juicio.
Sin embargo, cuando se concede la impugnación en ambos efectos, tal
como se hace referencia en el Proceso Civil, elAquo ya no retiene competen
cia alguna para seguir conociendo de los actuados.
El efecto suspensivo de la impugnación tiene como referente los dere
chos fundamentales, especialmente la libertad, y por ello, si se dispone la li
bertad de un procesado, de todos modos la resolución se ejecuta, sin que la
impugnación pueda tener efecto suspensivo, tal como lo establece el artículo
412°.2, del Código.
5.3. E F E C T O E X T E N S I V O
Cuando un imputado resulta favorecido por el recurso interpuesto por
un coinculpado o por un tercero civil. El Código prescribe (art. 408°) las
siguientes reglas: 1.- Cuando en un procedimiento hay coimputados, la im
pugnación de uno de ellos favorecerá a los demás, siempre que los motivos en
que se funde no sean exclusivamente personales; 2.- la impugnación presenta
da por el imputado favorece al tercero civil; y, 3.- La impugnación presentada
por el tercero civil favorece al imputado, en cuanto no se haya fundamentado
en motivos exclusivamente personales.
6. CLASES D E RECURSOS
Siguiendo a F E N E C H (1952: p. 62)., los medios impugnatorios se clasi
fican en:
a) Recursos ordinarios.- Aquellos recursos que concede el Código
Procesal como medios comunes de impugnación y que los motivos
de admisión están expresamente determinados por la Ley. Se otor
gan para examinar de nuevo todo lo actuado, y poder subsanar cual-
779
APt. 4 0 4 2 La impugnación
780
Preceptos generales flp|. flQ6s
^ COMENTARIO
A través de este artículo se faculta al imputado y Ministerio Público im
pugnar el objeto penal u objeto civil, para aumentarlo o reducirlo. En el caso
del objeto civil, el Ministerio Público sólo estará facultado cuando el agravia
do no se hubiera constituido en parte o actor civil, en cuyo caso lo desplaza de
la pretensión civil y puede transigir, desistirse o prestar su conformidad con la
determinación de la entidad y magnitud de la reparación, sin que el Ministerio
Público pueda contradecir el objeto civil materia del proceso. Por su parte, el
actor civil o parte civil, no está facultado para cuestionar o impugnar la deter
minación de la pena o la magnitud de ésta. Sin embargo, en caso de absolu
ción, o denegatoria de la pretensión punitiva, el actor civil sí está facultado
para impugnar la resolución absolutoria en virtud al derecho a la tutela judi
cial efectiva por la cual su pretensión debe ventilarse en doble instancia, con
forme a la Constitución Política del Estado.
782
Preceptos generales flp|. fl09°
^ COMENTARIO
Este artículo está referido al efecto extensivo del recurso impugnatorio.
Es decir, cuando un procesado resulta favorecido por el recurso interpuesto
por un coimputado o por un tercero civil, también favorecerá a los demás. El
efecto extensivo beneficia a quien se encuentra en una posición pasiva respec
to a la impugnación pero se encuentra en una situación similar o su condición
no es incompatible con la del impugnante.
Con este efecto extensivo se busca que no se resuelva de modo distinto
o contrario la situación jurídica de dos sujetos que participan de la misma o de
similar posición o situación jurídica, como condenar a un procesado y absol
ver a otro, pese a su participación igual o equivalente. Funciona sólo respecto
a coimputados o de éstos y los terceros civiles y viceversa. E n el caso de los
coimputados, siempre que los motivos de impugnación no sean estrictamente
personales.
Cuando la norma establece que la impugnación favorece a los demás
coimputados siempre que no se base en motivos personales, se refiere a
situaciones que no se pueden comunicar al coimputado no impugnante ni
siquiera indirectamente como la inimputabilidad, la inexigibilidad, el error de
tipo o de prohibición, la falta de calidades especiales del sujeto, etc. Sin em
bargo, consideramos que no hay inconveniente para que el favorecido con el
efecto extensivo pueda posteriormente presentar motivos o argumentos com
plementarios sin extralimitarse del área de la impugnación opuesta.
^ COMENTARIO
Este artículo acertadamente establece que el Tribunal de apelación es
competente sólo para conocer la materia impugnada, esto es, sólo debe pro
nunciarse respecto a los extremos cues donados (tantum apellatum cuanto
devolutum), con lo que niega la facultad del Tribunal para resolver aspectos
no cuestionados por el impugnante. Sin embargo, si se tratase de aspectos
sustanciales o de nulidad absoluta no previstas por el impugnante, el Tribunal
puede declarar la nulidad o ineficacia de los mismos.
Como se sabe, los supuestos de nulidad absoluta están previstos en el
artículo 150° del Código y están referidos a defectos en la intervención, asis
tencia y representación del imputado o a la ausencia de su defensor en casos
de presencia obligatoria; al nombramiento, capacidad y constitución de jueces
y salas; a la promoción de la acción penal y participación del Ministerio Públi
co en casos de intervención obligatoria; y en general a la inobservancia de los
derechos y garantías previstos por la Constitución.
Obviamente, en estos casos debe tenerse en cuenta los vicios que pue
den ser convalidados, saneados o de nulidad relativa no instados por la parte
procesal afectada, en cuyos casos, aun frente a los supuestos de defectos ad
vertidos por el Tribunal, éste no podrá declarar la nulidad. Asimismo, aun en
casos de nulidad absoluta la declaración de nulidad no podrá retrotraer el
proceso a etapas ya precluidas (salvo los supuestos autorizados por la norma
procesal).
Igualmente, el Tribunal no podrá anular la decisión recurrida cuando los
errores en su fundamentación no hubiesen influido en la parte resolutiva de la
resolución; sin embargo, deberá corregir dichos errores.
De otro lado, este artículo hace referencia a la prohibición de la reforma-
tio inpeius, es decir a los supuestos en que el único impugnante es el imputa
do, en cuyo caso el Tribunal de ninguna manera podrá resolver empeorando
la situación jurídica del recurrente, tanto respecto a la pena, reparación civil,
consecuencias accesorias (decomiso o medidas aplicadas a las personas jurídi
cas), nulidades en su agravio, inscripciones que lo perjudiquen, etc. Sin em
bargo, si el recurrente fuera el Ministerio Público, aun cuando también lo
fuese el propio imputado, el Tribunal tiene las más amplias facultades para
resolver todos los extremos impugnados, aun cuando favorezcan o perjudi
quen a las partes o al imputado. Inclusive el Ministerio Público puede recurrir
a favor del propio imputado. Con lo que queda claro que la actuación Fiscal
no está orientada únicamente a acusar o actuar en contra del agente del delito,
sino y sobre todo en defensa de la legalidad.
784
Preceptos generales flp|. fl10g
"S. COMENTARIO
La impugnación diferida, que ya se está dando con la legislación anterior
al Código, creemos que constituye una importante medida en aras de la cele
ridad procesal y a favor de las partes procesales. Pues ordinariamente sucedía,
y todavía sucede, que al resolverse un pequeño extremo de la materia proce
sal, se producía la apelación o el recurso de nulidad y se remitía al Tribunal de
Apelación todos los actuados, con la consecuente demora respecto a los de
más extremos, ya se trate de otros procesados, otros delitos, u otros aspectos
discutidos en el proceso.
En el presente caso, de producirse el sobreseimiento de alguno de los
extremos materia de autos, de ser impugnada esta decisión, no se producirá la
remisión de los actuados al Superior, sino que se reservará los actuados en
poder del Juez que resuelve, hasta que se dicte la sentencia que ponga fin a la
instancia resolviendo los demás puntos controvertidos; recién en este mo
mento se elevarán los actuados al Superior para que conozca de la impugna
ción del sobreseimiento conjuntamente con las demás impugnaciones que se
hubieran planteado; y de no haberse impugnado los otros extremos para que
el Superior conozca únicamente el extremo del Sobreseimiento.
Sin embargo, si la no remisión inmediata de los actuados al superior
causara perjuicio a alguna de las partes, de todos modos, se deberá remitir
copias de los actuados al Superior conjuntamente con la impugnación del
sobreseimiento, para evitar que el paso del tiempo siga perjudicando a la parte
interesada y el Superior pueda resolver oportunamente. Pero, claro, sólo se
enviarán copias para no perjudicar con la dilación a las otras partes compren
didas en los extremos sobre los cuales no versa el sobreseimiento. En caso de
que el Juez se negara a la remisión de los actuados, el interesado podrá recu
rrir en queja.
785
API. 4 1 1 S La impugnación
>Sv COMENTARIO
^ COMENTARIO
Este artículo, en concordancia con el articulo 402°, dispone que el man
dato contenido en la resolución impugnada se cumple provisionalmente a
pesar de la imposición del recurso impugnatorio, dictándose las medidas per
tinentes que el caso requiera. Sin embargo, al contrario de lo dispuesto en el
artículo 402°, que se refiere fundamentalmente a los supuestos en que se im
pone una pena privativa de libertad al procesado que se encuentra libre, este
786
Preceptos generales flpt. fl12e
artículo (412°), está referido a los casos en que se dispone la libertad del pro
cesado que se encuentra en prisión (sufriendo detención preventiva). En este
último supuesto, la resolución que dispone la libertad de todas maneras se
ejecutará. Se establece que en estos supuestos las sentencias y demás resolu
ciones no podrán tener efectos suspensivo.
Como ya se señaló, el efecto suspensivo de los recursos trae como con
secuencia la suspensión de los efectos de la resolución impugnada (sea estos
decretos, autos o sentencias). Sin embargo, esto no podrá suceder en los casos
en que esté de por medio la libertad de la persona. Así por ejemplo:
En caso de la cesación de la prisión preventiva. Si el juez ordena la
libertad fijará las reglas de conducta. La apelación no impide la ex
carcelación.
En los casos de los imputados que hayan sobrepasado el tiempo de
la pena impuesta por una sentencia pendiente de recurso, sin per
juicio que éste sea resuelto, serán puestos en inmediata libertad.
787
r
SECCIÓN II
LOS RECURSOS
789
r
SECCIÓN III
EL RECURSO
DE REPOSICIÓN
^ COMENTARIO
El Recurso de Reposición, también conocido como recurso de súplica, se
concede para pedir al mismo juez que revoque una resolución que ha dictado
en el proceso, ya que produce agravios a uno de los sujetos procesales. N o
implica que la resolución va a ser elevada ante el superior para ser observada,
sino que va a ser el mismo juez el que revise su propia resolución. Es decir, se
trata de una impugnación no devolutiva, donde el juez no se desprende de la
791
ÍHL-fll5^ La_impugnac¡ón
n U e
S S Í r " ^ — - P-P- «solución que ha sido
792
SECCIÓN IV
EL RECURSO DE
APELACIÓN
TÍTULO I
PRECEPTOS GENERALES
793
APt. 116 2 La impugnación
API. m r . Efectos
1. El recurso de apelación tendrá efecto suspensivo contra las
sentencias y los autos de sobreseimiento, así como los de
más autos que pongan fin a la instancia.
2. Si se trata de una sentencia condenatoria que imponga pena
privativa de libertad efectiva, este extremo se ejecutará pro
visionalmente. En todo caso, el Tribunal Superior en cual
quier estado del procedimiento recursal decidirá mediante
auto inimpugnable, atendiendo a las circunstancias del caso,
si la ejecución provisional de la sentencia debe suspenderse.
, TÍTULO II ]
LA APELACIÓN DE AUTOS
r Tí IX LO III
LA APELACIÓN DE SENTENCIAS
796
____ El recurso de apelación flp|. 424s
797
API. 4 2 5 e La impugnación
uS. COMENTARIO
1. EL RECURSO DE APELACIÓN
La apelación, es considerada el más importante de los recursos impug-
natorios, y a la vez, el más antiguo. Consiste en la petición al Juez que emite la
resolución con el ñn de que eleve los actuados al Superior (Ad Quem) para
799
flPt. g26 s La impugnación
2. P R O C E D E N C I A D E L RECURSO D E A P E L A C I Ó N
El art. 416° señala en qué casos procede este recurso, resaltándose en su
literal b) del numeral 1) que procede en los autos de sobreseimiento y los que
resuelvan cuestiones previas, cuestiones prejudiciales y excepciones, así como
en los demás que declaren extinguida la acción penal o pongan fin al procedi
miento o a la instancia. Asimismo, los demás previstos en el artículo 416°. De
éstos merece destacar la procedencia de la apelación de autos que causen
perjuicios irreparable a las partes, en cuyo caso, aun cuando no estén previs
tos expresamente se cancederá la apelación, tal como lo indica el literal e) del
mismo numeral, el mismo que hace referencia a gravamen, término que no
resulta comprensible, quedando como única interpretación su equivalencia
con perjuicio o daño.
3. E F E C T O S JURÍDICOS
A través del efecto suspensivo lo que se busca es dejar en suspenso las
consecuencias y los actos a cumplir que contiene la resolución impugnada. El
efecto suspensivo se produce mientras transcurra el plazo para impugnar y
mientras el recurso se tramita en sede superior hasta la decisión. En nuestro
Código Procesal el recurso de apelación tiene efecto suspensivo contra las
sentencias y los autos de sobreseimiento, así como los demás autos que pon
gan fin a la instancia. En caso de sentencia condenatoria que imponga pena
privativa de libertad efectiva, este extremo se ejecutará provisionalmente; siendo
el Tribunal Superior el único que en cualquier estado del procedimiento re-
cursal mediante auto inimpugnable y atendiendo a las circunstancias del caso,
800
El recurso de apelación flp|. fl26s
5. APELACIÓN D E SENTENCIAS
El recurso deberá imponerse ante el órgano judicial que dictó la resolu
ción apelada. Concedido el recurso de apelación, se elevará inmediatamente
los autos al Superior en Grado. Cumplida la absolución de agravios o vencido
el plazo para nacerlo, si la Sala Penal Superior estima inadmisible el recurso
podrá rechazarlo de plano. En caso contrario, comunicará a las partes que
pueden ofrecer medios probatorios en el plazo de cinco días.
6. LA A P E R T U R A A P R U E B A E N S E G U N D A I N S T A N C I A
La apreciación que se haga de la sentencia apelada ante la segunda ins
tancia ha de tener sus fundamentos en la misma actividad probatoria desarro
llada en la primera instancia, puesto que no se trata de un nuevo proceso.
Como señala ORTELLS RAMOS (1994: p. 448) esto significa de entrada, que
la segunda instancia del proceso penal produce una excepción al principio de
601
API. fl269 La impugnación
inmediación: el tribunal no juzga por las pruebas practicadas ante él, sino por
las que se practicaron ante el juzgado.
Sin embargo, el Código señala que, en el escrito de apelación, el recu
rrente podrá ofrecer la práctica de pruebas en segunda instancia, debiendo
indicarse lo que se busca con ellas. Esta actuación procede siempre que se
trate de: a) Prueba o medios de prueba que no pudieron proponerse en pri
mera instancia por desconocimiento de su existencia; b) medios que fueron
indebidamente denegados, siempre que la parte hubiera formulado en su
momento la oportuna reserva u oposición; y, c) medios admitidos en primera
instancia que no fueron practicados por causas no imputables al apelante.
Sólo se admitirán medios de prueba cuando se impugne el juicio de cul
pabilidad o de inocencia. Si sólo se cuestiona la determinación judicial de la
sanción, las pruebas estarán referidas a ese único extremo.
La apertura de prueba en segunda instancia se ha de orientar siempre a
hechos nuevos y a la probanza de aquellos que no pudieron probarse en la
primera instancia. N o se admitirá el diligenciamiento de pruebas superfluas,
sino las que contengan hechos relevantes. Tiene derecho a la prueba en la
segunda instancia, tanto el apelante así como las demás partes no apelantes. Si
se admite la actuación de nuevas pruebas ésta se rige por las normas generales
de la etapa de Investigación. (No se admitirán pruebas prohibidas por la Ley
o manifiestamente irrelevantes).
802
SECCIÓN V
EL RECURSO
DE CASACIÓN
flpt. 4 2 7 . prosesfenoia
El recurso de casación procede contra las sentencias defini
tivas, los autos de sobreseimiento, y los autos que pongan
fin al procedimiento, extingan la acción penal o la pena o
denieguen la extinción, conmutación, reserva o suspensión
de la pena, expedidos en apelación por las Salas Penales
Superiores.
La procedencia del recurso de casación, en los supuestos
indicados en el numeral 1), está sujeta a las siguientes limi
taciones:
a) Si se trata de autos que pongan fin al procedimiento,
cuando el delito imputado más grave tenga señalado en
la Ley, en su extremo mínimo, una pena privativa de li
bertad mayor de seis años.
b) Si se trata de sentencias, cuando el delito más grave a
que se refiere la acusación escrita del Fiscal tenga seña
lado en la Ley, en su extremo mínimo, una pena privativa
de libertad mayor a seis años.
c) Si se trata de sentencias que impongan una medida de
seguridad, cuando ésta sea la de internación.
Si la impugnación se refiere a la responsabilidad civil, cuando
el monto fijado en la sentencia de primera o de segunda
instancia sea superior a cincuenta Unidades de Referencia
Procesal o cuando el objeto de la restitución no pueda ser
valorado económicamente.
í''^^#Éíy!íisí^te|-?:,-.'-'ftS;=;:-
flPt. 128 2 La impugnación
804
El recurso de casación flPl. 43O 9
807
API. 433- La impugnación
>Sk COMENTARIO
1. CONCEPTO
El recurso extraordinario de casación en materia penal es un medio de
impugnación que se lleva a cabo en la Sala Penal de la Corte Suprema para
obtener la nulidad de una sentencia o auto emitido por el juez inferior, la que
contiene un error en lo sustancial o en el procedimiento.
BENJAMÍN IRRAGORI D I E Z (1974: p. 273) precisa que: «la casación
debe extenderse como un juicio de impugnación, valorativo, preciso, en or
den de examinar una sentencia dictada por el tribunal superior de distrito
judicial, con vicios relativos al juzgamiento o al procedimiento, vale decir,
violación de la Ley penal sustantiva; violación de la Ley procesal...».
2. FINALIDAD
En sus inicios la finalidad del recurso de casación era la defensa del dere
cho objetivo y la unidad de la jurisprudencia, posteriormente se produce la
transformación en sus fines y lo que se busca es hacer justicia en el caso
específico. Es aquí cuando aparece como un medio de impugnación (recurso)
impulsado por el particular que sufre agravio en la sentencia.
Agrega VESCOVI (1988: p. 240) que «tampoco se puede negar en fun
ción de sus fines actuales, que la casación, persigue el interés público de la
correcta aplicación de la ley y la unificación de la jurisprudencia que pueden
ser finalidades de política procesal perfectamente aceptables.
809
flPt. 436 9 La impugnación
5. P L E N O S CASATORIOS
Con la unificación de los criterios respecto a la interpretación y aplica
ción de la ley al caso concreto, contenidos en las sentencias casatorias se for
ma la doctrina jurisprudencial que deben observar todos los operadores judi
ciales, los que si bien excepcionalmente pueden apartarse de su contenido,
expresando motivos razonables y convincentes, en general resultan vincula
dos por esta doctrina, resultando su contenido de aplicación obligatoria. Esta
doctrina jurisprudencial, si bien surge de las diversas sentencias casatorias, se
consolida en los llamados Plenos Casatorios llevados a cabo por los Vocales
de las Salas Penales de la Corte Suprema cuando existan pronunciamientos
casatorios disímiles de las diversas Salas Penales.
811
flPt. 4 3 6 - La impugnación
6. AUTORIDAD COMPETENTE
El recurso de casación es de competencia de la Sala Penal de la Corte
Suprema. La competencia se ejerce sobre los errores jurídicos que contenga la
resolución recurrida. Está sujeta de manera absoluta a los hechos legalmente
comprobados y establecidos en la sentencia o auto recurridos. Los errores
jurídicos de la sentencia recurrida que no influyeren en su parte dispositiva no
causan nulidad. La Sala deberá corregirlos en la sentencia casatoria.
7. C O N T E N I D O D E LA R E S O L U C I Ó N
Si la resolución de la Sala Penal de la Corte Suprema declara fundado el
recurso, tiene dos opciones: Declarar la nulidad de la sentencia o auto, y deci
dir por sí el caso; u Ordenar el reenvío del Proceso.
a) Declara la nulidad de la sentencia o auto sin reenvío.- Se
presenta en el caso de casación por violación de una ley sustantiva;
es decir, cuando hay una indebida o errónea aplicación de la ley
penal. En este caso, la Sala Penal aplicará la norma correspondiente
al hecho y quedará decidido, evitándose el reenvío, puesto que no
existe la necesidad de un nuevo diligenciamiento de actuaciones de
investigación o de un nuevo debate, siendo suficiente para el escla
recimiento del caso los elementos probatorios obrantes en autos.
La sentencia casatoria no será susceptible de recurso alguno. Y si
por efecto de la casación deba cesar la detención del procesado, la
propia Sala Penal de la Corte Suprema ordenará directamente la
libertad; lo mismo sucederá respecto a las demás medidas de coer
ción.
b) Ordenar el Reenvío.- Se produce el reenvío cuando hay un error
en el proceso (error in procedendo) por que no se han realizado
actuaciones de investigación necesarias para el esclarecimiento de
los hechos y se requiere un nuevo debate al respecto. GIOVANNI
L E O N E (1963: p. 232), dice: «En el mismo modo se provee cuan
do es necesario aplicar disposiciones de la ley más favorable al im
putado, aún cuando hayan sobrevenido después de la declaración
del recurso, cuando no sean necesarias nuevas comprobaciones de
812
El recurso de casación API. <!36 g
8. SUBSANACIÓN DE ERRORES
Se trata de los errores materiales o denominaciones jurídicas inexactas
que se han producido en la sentencia, pero que no tienen influencia en la
decisión, de modo que no causan la nulidad del pronunciamiento sino que
sólo deben ser corregidos para mantener la correcta aplicación del derecho
por parte de los tribunales inferiores. Los simples errores de derecho en la
motivación del auto o sentencia recurridos y las erróneas indicaciones de los
textos de la ley, no producen nulidad si no han tenido influencia decisiva en su
parte resolutiva. Tampoco producen nulidad de las sentencias, los errores en
la designación o en el cómputo de las penas. La rectificación la hace la Sala
Penal de la Corte Suprema.
813
SECCIÓN VI
EL RECURSO
DE QUEJA
^ COMENTARIO
1. CONCEPTO
La queja de derecho es un recurso ordinario, y a la vez, es un recurso de
garantía de la defensa en el proceso; puesto que a través de éste el recurrente,
a quien no se le concede la apelación o casación, puede acudir ante una ins
tancia superior para que ésta revise la resolución emitida por el inferior.
VESCOVI (1988: p. 184) indica que «así como la apelación se otorga
para reparar el error en el fundamento de una sentencia, la queja tiene por
finalidad reparar el error respecto de la admisibilidad de una apelación» y
casación.
En caso que la queja de derecho sea por apelación será vista por la Sala
Penal de la Corte Superior; si es por negación del recurso de casación la verá
la Sala Penal de la Corte Suprema.
El recurrente o quejoso debe fundamentar legalmente la negación de la
apelación o casación; y a la vez, cuáles son las razones para que su recurso
tenga efecto en la Instancia Inferior.
Asimismo, el Superior (Corte Suprema y Corte Superior) debe revisar si
la resolución emitida por el órgano Inferior Quez Penal, o Sala Penal - Corte
Superior) están encuadradas dentro de los causales de inadmisibilidad estable
cidas por el Código, de lo contrario, el recurso ha sido mal denegado, y de
declararse fundado, se mandará conceder el recurso de apelación o el de casa
ción según corresponda.
«El tribunal debe decidir sobre si el recurso ha sido bien o mal denega
do, sin entrar a considerar la apelación propiamente dicha, por que la queja
es sólo una vía de hecho para abrir la apelación en el caso en que el aquo la
hubiera rechazado sin fundamento atendible» (DE ELIA: 1993, T. IV. p.
211).
816
SECCIÓNVII
LA ACCIÓN
DE REVISIÓN
Art. 4 4 2 . Efectos
La interposición de la demanda de revisión no suspende la eje
cución de la sentencia. Sin embargo, en cualquier momento del
procedimiento, la Sala podrá suspender la ejecución de la sen
tencia impugnada y disponer, de ser el caso, la libertad del im
putado, incluso aplicando, si correspondiere, una medida de
coerción alternativa.
818
La acción de revisión ftpt. 44ftQ
819
API. flfl5s La impugnación
^ COMENTARIO
1. CONCEPTO
El Proceso de revisión es una acción independiente, a través del cual se trata
de atacar la cosa juzgada material de una sentencia penal condenatoria y que es
injusta. D O M I N G O GARCÍA RADA sostiene que: «La revisión ataca la santi
dad de la cosa juzgada y conmueve los cimientos del orden jurídico al autorizar
que una sentencia firme y ejecutoriada, sea nuevamente revisada en sus propios
fundamentos y a la vez de nuevos hechos o instancias» (1984: p. 323).
La acción de la revisión, sirve para atacar las sentencias condenatorias
dictadas injustamente. Dichas sentencias condenatorias son por delitos, no
procede en el caso de faltas.
Con la acción de revisión, lo que el legislador ha querido, es hacer preva
lecer la justicia por encima de la seguridad jurídica que constituye la cosa
juzgada, evitándose de esta forma penas graves e injustas. Si bien es cierto, la
cosa juzgada ofrece seguridad y certeza, no es menos cierto que existen casos
que se sentencian cometiendo graves errores judiciales, quitando por tanto, la
libertad de las personas; frente a esto, no es posible seguir manteniendo la
santidad de la cosa juzgada o, como dice la doctrina el "Mito de la Cosa Juzga
da". Ninguna legislación ni doctrina debe perennizar o santificar las injusti
cias, por el contrario, deben estar orientadas por la verdad y la libertad.
La acción de revisión podrá ser promovida por el Fiscal Supremo en lo
Penal y por el condenado, o los representantes de este último en los casos en
820
La acción de revisión fll*t. M5S
2. PROCEDENCIA
La acción de revisión procede para sentencia condenatoria injusta, y no
así para sentencia absolutoria154. CORTEZ D O M Í N G U E Z (1990,: p. 694)
refiriéndose a la no revisión de sentencias absolutorias injustas, dice: «ello se
debe a que frente a la injusticia que supone la absolución de aquel que sabe
mos delincuente prima el valor de la seguridad y certeza que ofrece el meca
nismo de la cosa juzgada; si existiese la posibilidad de que los jueces, en base
a nuevos datos, pudiesen revisar las sentencias absolutorias, serían multitud
los casos en los que abriría de nuevo el procedimiento para intentar imponer
la condena de aquellos que presumiblemente la merecen, por ello sumiría a la
administración de justicia en un enorme descrédito propiciando una inseguri
dad en sí misma injusta. N o es comparable el daño que sufre la sociedad al
condenar a alguien inocente, máxime si es una situación irreversible, que el
que puede sufrir observando como personas culpables han obtenido senten
cias absolutorias.
El Código Procesal Penal de 1991, promulgado por el D.L. 638, establecía que la revisión
regía tanto para las sentencias condenatorias, como para las absolutorias.
821
flPt. Q45 g La impugnación
822
La acción de revisión flp(. 445S
823
flPt. M 5 9 La impugnación
como tal, pero existe una grave infracción a los deberes del juez;
supongamos el caso de un juez que dictó sentencia antes de que
fuera nombrado formalmente o después de haber sido destituido.
También son factible de revisión las sentencias emitida por magis
trados que han sido amenazados de manera cierta y posible contra
su persona o familiares.
Finalmente, consideramos que dentro de esta causal se puede plan
tear la acción de revisión en el caso de extorsión a los peritos o los
testigos siempre y cuando, sus aportes periciales o testimoniales
hubiesen sido determinantes para poder dictar sentencia conde
natoria.
f) Si en la sentencia condenatoria se aplicó una norma, ya sea sustan
tiva o adjetiva, que posteriormente es declarada inconstitucional
por el Tribunal Constitucional, es factible la revisión. En el supues
to de la norma procesal puede ser el caso que se vulnere un dere
cho, una garantía del debido proceso, como por ejemplo el derecho
de defensa. En caso de la norma sustantiva, en el supuesto de una
ley que tipifica ciertos delitos, la misma que ha sido aprobada sin
respetar el procedimiento establecido por la Constitución, o que ha
rebasado todo límite de racionalidad o razonabilidad, afectando in
necesariamente derechos fundamentales.
También se puede presentar el caso de aplicación retroactiva de
una norma penal o de la no aplicación de la norma más favorable,
que descriminaliza el hecho por el que se ha impuesto la sentencia
condenatoria. La aplicación retroactiva de la norma más favorable
está prevista en el artículo 6o (segunda parte) y 7 o del Código Penal.
Asimismo, consideramos que también procederá la revisión cuan
do se ha condenado pese a haber operado la prescripción de la
acción penal o se ha producido alguna otra causal de extinción de la
acción penal.
3. LA S E N T E N C I A
Si la Sala revisora encuentra fundada la acción de revisión, declarará sin
valor la sentencia motivo de la impugnación y la remitirá a nuevo juicio cuan
do el caso lo requiere, o pronunciará directamente la sentencia absolutoria.
En el caso que se disponga un nuevo juicio, éste se llevará a cabo con
las pruebas aportadas en la acción de revisión que deban ser contrastadas o
corroboradas con otros elementos de prueba que se pueden recabar de insti
tuciones señaladas en la misma demanda, mas no podrá realizarse una nueva
apreciación de las pruebas ya actuadas y valoradas en la sentencia cuestiona-
82a
La acción de revisión APt. M 5 9
4. D E S E S T I M A C I Ó N D E LA REVISIÓN
Si la Revisión fuera desestimada, se devolverá el proceso al órgano juris
diccional que corresponda, archivándose definitivamente lo actuado. La de
negatoria de la revisión no impide su renovación, siempre que se funde en
otros hechos o pruebas. La acción de Revisión no caduca; podrá ejercitarse
cuando aparezcan nuevos motivos o elementos de prueba que acrediten la
inocencia del condenado.
825
EL CÓDIGO
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
LIBRO QUINTO
Los PROCESOS ESPECIALES
MUS
INSTITUTO DERECHO V JUSTICIA
M
JURISTA
r
SECCIÓN I
EL PROCESO
INMEDIATO
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El proceso inmediato regulado en esta sección se erige como una de las
alternativas de celeridad procesal propuestas por el Código. Es uno de los
procesos especiales que, bajo ciertas condiciones específicamente previstas
en este numeral, se aparta de la amplitud de trámite del proceso común que es
la regla dentro del nuevo modelo acusatorio, permitiendo que el fiscal formu
le acusación por el mérito de los iniciales elementos de convicción que son
considerados suficientes.
829
APt. 4 4 6 g Los procesos especiales
Numeral 2)
La pluralidad de imputados en la causa dificulta la aplicación del proceso
inmediato pero no la impedirá en todos los casos. N o obstante la pluralidad
de imputados el numeral en comento ha previsto una única posibilidad de
poner en marcha el proceso inmediato y esto sucederá cuando todos los im
putados estén incursos en alguno de los supuestos previstos en el numeral
anterior y, adicionalmente, hayan intervenido en el mismo delito. La razón de
esta disposición debe ser encontrada en la naturaleza del proceso inmediato
que, en realidad, está reservado para ser aplicado a hechos delictivos de índole
sencilla y de fácil solución, sea porque el autor fue sorprendido en flagrante
delito, porque ha confesado o porque existe suficiencia de elementos de con-
830
El proceso inmediato flpj. 448 Q
vicción. Siendo esto así, no sería funcional aplicarlo a causas con varios impu
tados y de cierta complejidad. Por esta misma razón, la regla comentada pro
hibe la acumulación de delitos conexos en los que hayan intervenido otros
imputados, a menos que dicha acumulación resulte imperativa y necesaria a la
luz del debido esclarecimiento de los hechos.
>S. COMENTARIO
Numeral 1)
Tratándose de un proceso diseñado para servir fundamentalmente a la
celeridad procesal, es natural que el requerimiento de proceso inmediato for
mulado por el fiscal deba ser presentado antes del cumplimiento de los plazos
previstos para el desarrollo de la investigación preparatoria. Esto es así senci
llamente porque es de suponerse que el fiscal ya tiene entre manos los sufi
cientes elementos de convicción para llevar el caso a juicio de manera inme
diata, sin necesidad de prolongar por más tiempo la investigación.
Numeral 2)
El expediente o carpeta fiscal contiene los elementos de convicción que
permiten sustentar el inicio del proceso inmediato. Es por ello que debe acom
pañarse al requerimiento formulado por el fiscal ante el juez de la investiga
ción preparatoria.
"S. COMENTARIO
Numeral 1)
Dos aspectos fundamentales fluyen del texto de este numeral: en primer
lugar, que el trámite para la aplicación del proceso inmediato, como es la
tónica de todos los procedimientos previstos por el Código, garantiza el prin
cipio de contradicción en la medida que previamente se corre traslado del
requerimiento del fiscal a los demás sujetos procesales. En segundo lugar, la
resolución judicial, sea que declare la procedencia o rechace el pedido del fiscal,
está sometida al control recursal mediante la apelación en un solo efecto.
Numeral 2)
Al igual que en el proceso acelerado teutón (ROXIN: 2000, p. 517), al
decidirse la aplicación del proceso inmediato, la etapa intermedia es obviada,
de tal suerte que con la acusación fiscal el juez penal competente procede a
dictar acumulativamente el auto de enjuiciamiento y de citación a juicio. De
este modo el procedimiento se abrevia radicalmente. Es éste, precisamente, el
propósito del proceso inmediato.
Numeral 3)
El proceso de terminación anticipada, como podrá apreciarse más ade
lante, es otro de los procesos especiales que se erige como un mecanismo de
abreviación en orden a la búsqueda de celeridad procesal. Sin embargo, a
diferencia de lo que sucede en el proceso inmediato, en el proceso de termina
ción anticipada se produce una negociación entre el fiscal y el imputado sobre
la pena, la reparación civil y demás consecuencias accesorias que el juez apro-
832
El proceso inmediato flpt. M8S
Numeral 4)
Se ha previsto aquí la consecuencia del rechazo del requerimiento de
iniciación de proceso inmediato que no puede ser otra que la continuación de
la investigación por el fiscal. Esto es así debido a que, conforme se ha previsto
en el primer numeral de este artículo, la apelación que pudiese ser interpuesta
contra dicho auto de rechazo es únicamente con efecto devolutivo.
833
SECCIÓN II
EL PROCESO POR
RAZÓN DE LA
FUNCIÓN PÚBLICA
1. A D M I N I S T R A C I Ó N Y F U N C I Ó N PUBLICAS
Como se sabe la Administración Pública, presenta dos aspectos, uno
objetivo y otro subjetivo, el primero que concibe a la administración como
una actividad y el segundo que la concibe como institución. Objetivamente
es el conjunto de actividades llevadas a cabo por ios agentes públicos y que
constituyen el desarrollo o dinámica de la función misma. Subjetivamente,
administración pública, es el orden de órganos estatales, que implica niveles,
jerarquías, entidades, cargos y oficios delimitados en sus competencias. Esto
es, objetivamente la Administración Pública estará constituida por los actos o
actividades de los Poderes u organismos que ejercen función pública, en cam
bio subjetivamente, esta constituida por la propia entidad, poder u organis
mo. En este sentido, diferenciamos la función pública como tal (versión obje
tiva) y las entidades públicas, pero sobre todo, los agentes que ejercen la fun
ción al interior de dichas entidades y configuran la expresión de la Función y
Administración Públicas.
1.1. LA F U N C I Ó N PÚBLICA
Desde la perspectiva subjetiva, concebimos a la Administración Pública
como el conjunto de Poderes, órganos o entidades dotadas de una esfera de
atribuciones o competencias; estos entes u organismos, en ejercicio de sus
atribuciones o potestades conferidas, realizan una serie de actividades o ac
ciones orientadas a cumplir sus fines y objetivos que justifiquen su existencia
dentro del quehacer público o estatal, fines y objetivos que en concreto bus
can la prestación de un servicio público eficaz y eficiente y que en abstracto o
en general buscan el bien común de los miembros de la sociedad. Estas acti
vidades o acciones de las entidades u organismos estatales, a la vez, constitu
yen la perspectiva objetiva de la Administración Pública, y al realizarse con
forme a los fines concretos y abstractos de la Administración conforman la
835
Los procesos especiales
2. LOS F U N C I O N A R I O S PÚBLICOS
La Administración Pública en su aspecto subjetivo está conformada
por los distintos órganos estatales, los que a su vez están integrados por las
personas o sujetos encargados de realizar la función pública o de prestar su
concurso para que ésta sea realizada por los sujetos o agentes con capacidad
de ejercerla 1 ". En este sentido, los encargados de ejercer la función pública
son los llamados precisamente funcionarios públicos, pero concurren a la rea-
'" No todas las personas que participan en el desempeño de la función pública tienen atribuciones
o potestades para ejercer la función pública, así por ejemplo, un empleado no ejerce función
pública y se halla en situación de subordinación en relación a los funcionarios, que sí tienen
atribuciones o facultades para tal efecto.
836
El proceso por razón de la función pública
Al respecto ver amplio desarrollo en nuestro libro Delito de Enriquecimiento Ilícito. 2001.
837
Los procesos especiales
838
El proceso por razón de la función pública
839
Los procesos especiales
810
El proceso por razón de la función pública
841
Los procesos especiales
812
El proceso por razón de la función pública
813
Los procesos especiales
844
El proceso por razón de la función pública
845
Los procesos especiales
sión del elemento normativo no será la norma social o ética sino la norma
jurídica. Es más, la norma de remisión debería ser, no cualquier tipo de norma
jurídica, sino preferentemente una ley o una norma del mismo rango, esto es,
puede ser un Decreto Legislativo, un Tratado o su norma aprobatoria que es
la Resolución Legislativa, e inclusive, en casos excepcionales, podrá tratarse
de un Decreto Ley. Asimismo, aun cuando las Ordenanzas Municipales, el
Reglamento del Congreso y el Decreto de Urgencia tienen la jerarquía de la
ley, a través de estas normas no se pueden tipificar conductas delictivas, sin
embargo sí se podrían establecer a través de éstas, determinados elementos
normativos del tipo penal, sin contrariar el principio de legalidad, por ser
normas con rango de ley (art. 200° inciso 4 de la Constitución Política del
Estado).
Así las cosas, los conceptos "funcionario público"y "servidor público",
en la estructura o niveles de análisis del delito, se ubican a nivel del tipo, como
un elemento objetivo del mismo, v específicamente como un elemento nor
mativo; siendo el artículo 425° del Código Penal la norma que define a dicho
elemento para efectos de nuestro orden jurídico penal. Debiendo precisarse
que además de las personas considerados como funcionarios y servidores
públicos conforme a este artículo, también les resulta aplicable las consecuen
cias previstas para los delitos contra la Administración Pública, a otros parti
culares, conforme al artículo 386° del Código Penal, o en los casos en que el
tipo está previsto precisamente para agentes no funcionarios o servidores
públicos, es decir particulares (Capítulo I del Título XVIII, Libro II del Códi
go Penal). Asimismo, debe precisarse que la calidad especial de funcionario o
servidor público, se requiere para atribuir la autoría del delito, no siendo nece
sario para atribuir la calidad de cómplice o partícipe, en cuyo caso, es suficien
te con que se acredita su participación en el delito, aun cuando no ostente la
calidad de funcionario o servidor público.
El artículo 425° del Código penal de 1991, establece, que se consideran
funcionarios o servidores públicos a los siguientes:
1) Los que están comprendidos en la Carrera Administrativa.
Esto es, los incorporados a la Administración Pública o Carrera
Administrativa, conforme se ha referido detalladamente al tratar el
concepto de funcionario o servidor público para el Derecho admi
nistrativo o el Derecho Público. Es decir para este caso tendremos
en cuenta fundamentalmente el criterio de la incorporación y las
normas administrativas de los distintos sectores del gobierno Cen
tral, Regional o Local y sobretodo el Decreto Legislativo N° 276, y
las normas correspondientes de la Constitución Política del Esta
do. En todo caso, nos remitimos a todo lo dicho al hablar de fun
cionario servidor para el Derecho Administrativo.
816
El proceso por razón de la función pública
847
Los procesos especiales
Asimismo, hay que tener en cuenta que en este caso se está hablan
do de entidades u organismos del Estado y no de empresas como
ordinariamente se suele confundir; del personal de éstas, hablare
mos más adelante.
4) Los Administradores y depositarios de caudales embargados o de
positados por autoridad competente.
Se trata de la aplicación de las consecuencias previstas para los de
litos contra la Administración Pública y contra la Administración
de Justicia a particulares, pues estos administradores o depositarios
no tienen ninguna vinculación con la Administración Pública, y
quedan sujetos a las consecuencias previstas por los delitos en refe
rencia, únicamente por que han sido designados por autoridad com
petente; esta autoridad competente, es la que ha dispuesto la admi
nistración, el depósito o secuestro de los bienes; así por ejemplo,
podrá tratarse de un Juez, sea penal o civil, de la autoridad adminis
trativa, cuando ésta interviene en la designación del Administrador
o Depositario, como en los casos de comisos realizados por la Au
toridad de Aduanas o la Autoridad de I N D E C O P I ; así como tam-
848
El proceso por razón de la función pública
819
Los procesos especiales
851
Los procesos especiales
852
El proceso por razón de la función pública flpj, flljg^
, ~j Tmiroi;^ ^
EL PROCESO POR DELITOS DE FUNCIÓN
^
ATRIBUIDOS A ALTOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS
■ — — -
853
9
API. M 9 Los procesos especiales
"S. COMENTARIO
Este artículo establece que el proceso penal contra los altos dignatarios
del Estado comprendidos en el artículo 99° de la Constitución, por delitos
cometidos en ejercicio de la función, se regirán por las reglas del proceso
común, además de las reglas correspondientes a la aplicación de la prerroga
tiva del Antejuicio Constitucional o antejuicio Político. Esto es, que los de
delitos cometidos por el presidente de la República, los Congresistas, los Mi
nistros de Estado, los miembros del Tribunal Constitucional, los miembros
del Consejo Nacional de la Magistratura, los Vocales de la Corte Suprema, los
Fiscales Supremos, el Defensor del Pueblo y el Contralor General, no pueden
ventilarse directamente ante el Poder Judicial o el Ministerio Publico, sino que
se tendrá que seguir el procedimiento de acusación constitucional en el seno
del Congreso, y sólo después de que este órgano se pronuncie en el sentido de
que hay lugar a formación de cusa penal, recién se podrá interponer la denun
cia correspondiente ante la Corte Suprema por parte de la Fiscalía de la Na
ción, iniciándose recién el proceso Judicial. Precisándose que la prerrogativa
del antejuicio constitucional, beneficia a dichos funcionarios durante todo el
período de ejercicio del cargo y hasta 5 años después de haber cesado en él.
Debe tenerse en cuenta que en al artículo 99° de la Constitución se con
templa tanto el antejuicio constitucional o político como prerrogativa previa
al procesamiento penal de altos dignatarios, por delitos cometidos en el ejer
cicio de la función, así como también el juicio político por infracción consti
tucional, la misma que sin constituir delito significa una "falta política" en
agravio del Estado cometida por el funcionario investido de poder haciendo
mal uso del mismo, por lo que amerita retirarlo del poder y evitar que en el
futuro sea investido del mismo. En este caso, no se le puede imputar respon
sabilidad penal al funcionario infractor (cuya determinación es exclusiva del
Poder Judicial), pero sí una responsabilidad política que puede significar la
imposición de la correspondiente sanción política como la inhabilitación, la
suspensión o la destitución, impuesta por el propio Congreso de la República
sin la participación del Ministerio Publico y del Poder Judicial. E n cambio en
el caso de delitos, una vez concluido el procedimiento de la acusación consti
tucional, se viabüizará el proceso penal con miras a concretar la pretensión
punitiva del Estado. En este caso, el Congreso no podrá imponer sanción
política o administrativa alguna, hasta que no se determine la responsabilidad
penal en el correspondiente proceso penal; lo contrario implicaría descono
cer los principios de la separación de poderes y atribución de competencias
de todo estado democrático de derecho y la presunción de inocencia que le
asiste al funcionario imputado 137 . El artículo bajo comentario, se refiere úni-
157
Al respecto, ver la Sentencia del Tribunal Constitucional en el Exp. N° 0006-2003-AI/TC.
854
El proceso por razón de la función pública flp|. 1J505
855
APt. fl5D9 Los
procesos especiales
856
El proceso por razón de la función pública flpl. Q509
^ COMENTARIO
Este artículo determina las pautas para iniciar y desarrollar el proceso
penal contra funcionarios con prerrogativa de antejuicio constitucional por
delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, sin embargo incurre en
múltiples contradicciones e incoherencias en sus diversos numerales.
Así en su numeral 1) establece que la incoación (inicio) de un proceso
penal en los casos de los delitos de función cometidos por funcionarios con
prerrogativa de antejuicio requiere de la interposición de una denuncia cons
titucional por el Fiscal de la Nación, el agraviado por el delito o por los Con
gresistas. Con lo que confunde el inicio del procedimiento de acusación consti
tucional con el inicio del proceso. Como se ha indicado, en estos casos, por la
prerrogativa de antejuicio que gozan estos dignatarios, antes de procesarlos
penalmente o iniciar el proceso penal en su contra se debe seguir el procedi
miento de acusación constitucional, siendo éste el que se inicia con una de
nuncia constitucional y concluye con la respectiva resolución del Congreso en
la que se pronuncia si hay no lugar a la formación de causa penal. Este proce-
857
flPt. 4 5 0 9 Los procesos especiales
dimiento no es parte del proceso penal, puesto que éste, conforme al propio
Código, se inicia con la formalización de la investigación preparatoria y no
antes; más aun, se inicia con la actuación del Fiscal y el Juez de la Investiga
ción Preparatoria, mas no con las actuaciones de las comisiones del Congre
so. Consecuentemente, el proceso penal en estos casos, recién se iniciará con
la formalización de la denuncia penal por parte de la Fiscalía de la Nación.
D e otro lado, este numeral establece que se inicia el proceso penal, espe-'
cialmente como consecuencia del procedimiento parlamentario, sin estable
cer qué tipo de procedimiento, con lo que no deja en claro a qué se esta
refiriendo propiamente. Claro que hace referencia a la resolución acusatoria
de contenido penal aprobada por el Congreso pero al no indicar detalle algu
no esta parte del artículo resulta ininteligible.
E n su numeral 2) establece que dentro de los 5 días de recibida la reso
lución acusatoria de contenido penal de parte del Congreso, a través de la
correspondiente disposición fiscal formalizará la Investigación Preparatoria
ante la Sala Penal de la corte Suprema a fin de que ésta nombre al Vocal
Supremo que actuará como Juez de la Investigación Preparatoria y a los Voca
les integrantes de la Sala Penal Especial encargada del juzgamiento. Asimis
mo, que es dicha disposición designará a los fiscales que actuarán en la inves
tigación y al juzgamiento. Con ello, creemos que no se toma en cuenta el
principio del juez natural, toda vez que se nombrará jueces y fiscales ad-hoc
para conocer el caso y se prestaría a la conjetura y el cuestionamiento; peor
aun se desconoce que la Ley Orgánica del Poder Judicial y el propio Regla
mento del Congreso en el literal 1) del artículo 89° establece que el Vocal
competente para avocarse al conocimiento de los hechos es el Vocal Titular
menos antiguóte la Sala Penal de la Corte Suprema, inclusive durante el pro
cedimiento de Acusación Constitucional se puede pedir ante dicho Vocal, la
imposición, cese o modificación de las medidas limitativas de derechos que
pudieran dictarse a fin de garantizar la eficacia del procedimiento. Asimismo,
es conocido que, tanto la Corte Suprema así como la Fiscalía de la Nación
periódicamente designan qué Vocales y Fiscales Supremos integrarán la Sala
Especial y participarán en la Investigación Preparatoria y el Juicio respectiva
mente. En este sentido, constituye un despropósito que en el Código Procesal
se establezcan competencia y disposiciones propias de las respectivas leyes
orgánicas del Poder Judicial y del Ministerio Público, y peor aún que generan
distorsiones y cuestionamientos, al afectar principios propios del debido pro
ceso, como es el Juez Natural. Siendo así, deberá corregirse estas irregularida
des a través de la correspondiente modificación de este articulado.
En el numeral 3) establece que recibidos los actuados por parte del Vo
cal de la Investigación Preparatoria, dictará auto motivado aprobando la for
malización de la investigación preparatoria. Asimismo, que la disposición del
858
El proceso por razón de la función pública flpt. fl509
859
flPl. 4 5 0 s Los procesos especiales
860
El proceso por razón de la función pública ftp|. fl5Q2
861
APt. fl50s Los
procesos especiales
Sin embargo, de la simple lectura del texto del artículo 84° del Código
Penal, se advierte que éste establece exactamente lo contrario a lo que el nu
meral del Código Procesal dispone; y por lo tanto, no se trata de una confor
midad sino más bien de una contradicción configurativa de una antinomia.
En efecto, el artículo 84° establece que si el comienzo o continuación del
proceso penal depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro
procedimiento, se considera en suspenso el plazo de prescripción hasta que
aquél quede concluido. En el presente caso, para que se inicie el proceso penal
se requiere que se inicie y concluya el procedimiento de acusación constitu
ción en el seno del Congreso, y por tanto, estando a lo que dispone el artículo
84° del Código Penal, hasta que este proceso se inicie y concluya, el plazo de
prescripción del delito debe quedar en suspenso. Y si bien no se puede consi
derar como un supuesto de interrupción del plazo de prescripción, el inicio
del procedimiento de acusación constitucional, por cuanto no se trata propia
mente de actuaciones del Ministerio Público o del Poder Judicial, el supuesto
de la suspensión queda claramente establecido conforme al artículo 84° del
Código Penal. Ahora bien en el caso en que el Ministerio Público a través de
la Fiscalía de la Nación hubiese realizado investigaciones preliminares a fin de
formular la correspondiente denuncia constitucional, tampoco se puede con
siderar como supuesto de interrupción de la acción penal, conforme al artícu
lo 83° del Código Penal, toda vez que en este caso la Fiscalía de la Nación no
está actuando para viabilizar el ejercicio de la acción penal, sino precisamente
para promover la acusación constitucional, lo cual no cumple con los requisi
tos del referido artículo 83° del Código Penal.
862
El proceso por razón de la función pública flpt. 4512
^ COMENTARIO
883
API. 4 5 1 g Los procesos especiales
864
El proceso por razón de la función pública flpj. 452Q
\3ft^'jl: ;•;—:
EL PROCESO POR DELITOS COMUNES ATRIBUIDOS
A CONGRESISTAS Y OTROS ALTOS FUNCIONARIOS
"Sk COMENTARIO
La Constitución Política del Estado ha establecido prerrogativas a favor
de los altos dignatarios o funcionarios que desempeñan determinadas funcio
nes al interior de la Administración Pública. Entre estas prerrogativas, como
se sabe, está el antejuicio constitucional y el la inmunidad; sin embargo, no
todos los funcionarios que tienen la prerrogativa del antejuicio gozan de la
inmunidad.
La prerrogativa de la inmunidad, determina que los funcionarios a quie
nes se les ha concedido, no puedan ser detenidos o procesados (compren
diéndose a la investigación preparatorio o el juzgamiento) sin previa autoriza
ción del Congreso de la República (el Pleno o la Comisión Permanente) o del
Pleno del Tribunal Constitucional según sea el caso, seguido conforme al pro
cedimiento establecido en el artículo 16° del Reglamento del Congreso y la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional. Esto es, no se podrá investigar,
procesar o detener a los que gozan de este prerrogativa sin antes levantarles
dicha prerrogativa; salvo los casos de flagrante delito, en los que una vez
detenido el funcionario, se solicitará el levantamiento de le inmunidad.
865
flPl. 4 5 3 e Los procesos especiales
866
El proceso por razón de la función pública ftpt, fl53Q
^ COMENTARIO
Este artículo está referido al procedimiento a seguir al constatarse que el
imputado, investigado o intervenido goza de la prerrogativa del antejuicio. E n
principio, el proceso se seguirá bajo las reglas del proceso común; con el
único agregado de que el juzgado encargado de juzgar será siempre uno Co
legiado, descartándose la posibilidad del Juzgado unipersonal.
Asimismo, la norma establece que el Juez de oficio o a petición de parte,
elevará los actuados al Presidente de la Corte Superior correspondiente para
que por su intermedio se eleven los actuados al Congreso o al Tribunal Cons
titucional a fin de que expidan la autorización correspondiente, reservándose
el proceso o la investigación; debiendo continuar según su estado en el caso
que hubieran otros procesados o investigados.
Debe precisarse sin embargo, que este artículo debe interpretarse en
concordancia con el artículo 16° del Reglamento del Congreso, en el cual se
establece que el pedido de levantamiento de inmunidad se realizará por inter
medio de la Corte Suprema y no de la Presidencia de la Corte Superior como
aparentemente se establece en este artículo; estableciendo dicho artículo que
al interior de la Sala Plena de la Corte Suprema, integrada por vocales titula
res, se conforme una comisión evaluadora de las solicitudes de levantamiento
de fuero y sólo después de la evaluación favorable por parte de esta comisión
se solicitará el Congreso el levantamiento de la inmunidad. Esta forma de
solicitar el desafuero se viene realizando actualmente sin problema alguno,
con lo que además se protege la unidad de criterio y la formalidad correspon
diente a solicitudes de alta implicancia para la Administración Pública y admi
nistración de justicia en general; por lo que no encontramos explicación a la
divergencia del Código al respecto (que la solicitud se canalice a través de la
Presidencia de las Cortes Superiores).
867
APt. 4 5 f l 9 Los procesos especiales
, fítí^íÉ$
EL PROCESO POR DELITOS DE FUNCIÓN
ATRIBUIDOS A OTROS FUNCIONARIOS PÚBLICOS
^ COMENTARIO
Este artículo establece las reglas aplicables a las investigaciones o proce
sos seguidos contra Jueces y Fiscales de todos los niveles, excepto los Supre
mos, así como para los miembros del Consejo Supremo de Justicia Militar y
para los Procuradores Públicos, cuando se les impute un delito cometido en
ejercicio de la función, en este caso la propia administración de justicia, sea
ordinaria o militar - policial. En estos supuestos, en aplicación de las normas
correspondientes a los órganos de control de la Magistratura y de la Fiscalía,
se sigue la investigación preliminar de los delitos atribuidos a estos funciona
rios, ante la Fiscalía Suprema de Control Interno o ante las Fiscalías Superio
res de Control Descentralizadas, según la jerarquía del Juez o Fiscal. Esto es,
si se trata de Vocales o Fiscales superiores, el competente será la Fiscalía Su
prema de Control Interno, en los demás casos la Fiscalía Superior. Concluidas
estas investigaciones previas, conforme al Reglamento de Organización y
Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno, Resolución N° 001-
2004-MP-FN-JFS, y sus modificatorias (Resolución N ° 005-2004-MP-FN-
JFS; Resolución N ° 015-2004-MP-FN-JFS; etc.), y remitidos los actuados ante
la Fiscalía de la Nación, luego de la evaluación correspondiente, esta última
emitirá disposición a través de la cual decide el ejercicio de la acción penal
contra los funcionarios en cuestión y ordena al Fiscal respectivo (Fiscal Su
premo Penal o Fiscal Superior Penal), la formalización de la investigación
preparatoria correspondiente; con lo que a la vez se determinará la competen
cia de la respectiva Sala Superior o Suprema. En este sentido, la investigación
preparatoria propia del proceso penal, sólo se iniciará luego de la decisión de
la Fiscalía de la Nación, lo que obviamente constituye una prerrogativa proce-
869
flPt. 4 5 5 s Los procesos especiales
sal a favor de estos funcionarios públicos, cuya labor está referida a la Admi
nistración de Justicia.
E n los casos en que el funcionario público fuese sorprendido en flagran
te delito, no se requerirá disposición autoritativa de la Fiscalía de la Nación, en
cuyo caso el inicio de la investigación preparatoria lo dispondrá directamente
el Fiscal Supremo o Superior Penal competente, siguiendo el proceso confor
me a las reglas del proceso común.
En estos procedimientos o investigaciones, la designación del Vocal de
la Investigación Preparatoria (hoy Vocal Instructor), será designado confor
me ya se ha indicado para el caso de los procesos contra funcionarios con
prerrogativa de antejuicio constitucional, con el agregado que también en la
Sala Superior se seguirá el mismo procedimiento cuando se trata de Jueces de
Primera Instancia, de Paz Letrados o de Paz N o Letrados, así como de Fisca
les Provinciales o Adjunto Provinciales.
870
SECCIÓN III
EL PROCESO
DE SEGURIDAD
^ COMENTARIO
Numeral 1)
El Código Penal, específicamente el Título IV del Libro Primero (artícu
los del 71° al 77°), se ocupa de las medidas de seguridad que el órgano juris
diccional puede imponer al imputado respecto del cual se haya formulado
una prognosis de peligrosidad en orden a la probabilidad de futura comisión
de nuevos delitos. Las medidas de seguridad previstas por la norma sustantiva
son la internación y el tratamiento ambulatorio. La medida de seguridad cons-
871
API. 1 5 6 a Los procesos especiales
tituye, al lado de la pena, una de las dos formas de reacción del ordenamiento
jurídico — penal ante la comisión del delito. Como sabemos, las medidas de
seguridad persiguen ñnes de prevención especial y encontraron fundamento
en el pensamiento positivista del siglo XIX, siendo introducidas en el derecho
penal contemporáneo por Cari Stoss a través del Anteproyecto de Código
Penal Suizo de 1893. (VILLAVICENCIO: 2006, p. 75; SAN MARTÍN: 1997,
p. 22).
El ordenamiento sustantivo nacional admite únicamente las medidas de
seguridad post - delictuales. N o tienen cabida las de naturaleza pre - delictual
por una sencilla razón: uno de los presupuestos de aplicación de la medida de
seguridad es la necesaria realización por el agente de un hecho previsto como
delito, además de la peligrosidad demostrada de acuerdo con la naturaleza del
hecho y su personalidad.
SAN MARTÍN (1997, p. 15) en su ponencia intitulada «Proceso penal,
anomalía síquica grave y delito», presentada en el marco del II Congreso In
ternacional de Derecho Penal: Consecuencias jurídicas del delito, llevado a
cabo en Lima, del 1 al 5 de septiembre de 1997, advirtió que ni el viejo Código
de Procedimientos Penales de 1940 ni el Código Procesal Penal de 1991 apor
taban soluciones adecuadas, desde el punto de vista procesal, a la cuestión
planteada por la condición especial del imputado que padece de anomalía
síquica. N o obstante que la crítica fundamental estaba dirigida a la carencia de
regulación procesal de la anomalía síquica sobrevenida, consideramos que
detrás de dicha apreciación puntual podía también encontrarse una crítica al
modelo general de tratamiento procesal de imposición de las medidas de se
guridad previsto por ambos Códigos.
Si bien es verdad las medidas de seguridad persiguen fines preventivos
especiales, en tanto se busca fundamentalmente la curación deí imputado,
también lo es que no puede negarse su clara naturaleza aflictiva, en muchos
casos con similares connotaciones que la propia pena. Por tanto, es también
innegable la necesidad de ser obligatoriamente impuestas en el marco de un
procedimiento en el que se respeten el derecho a la defensa así como el prin
cipio de contradicción. En esta línea de pensamiento nuestro legislador ha
introducido el llamado proceso de seguridad, diseñado precisamente para la
imposición de las medidas de seguridad previstas en el Código Penal o para
absolver al imputado, según corresponda, de acuerdo con lo que se establezca
en este proceso especial.
La fuente de las disposiciones contenidas en la presente sección es la
Ordenanza Procesal Penal Alemana (StPO) de donde se ha tomado inclusive
el nomenjuris. ROXIN (2000, p. 545), refiriéndose a la indicada legislación
teutona, señala que «la apertura del procedimiento de seguridad presupone
872
El proceso de seguridad flpl. 4572
Numeral 2)
Una regla como la contenida en este numeral tiene una lógica indudable
puesto que las condiciones especiales de quien podría ser declarado inimputa
ble exigen el sometimiento del agente a un proceso especial, no para la impo
sición de una pena sino a efectos de dictarse una medida de seguridad. Es
natural que, quienes no tengan esta condición, continúen siendo sometidos al
proceso común. D e allí que se haya establecido la desacumulación del extre
mo de los cargos imputados para seguirse el proceso de seguridad en forma
independiente y por separado.
^ COMENTARIO
N u m e r a l 1)
La especial condición del sujeto inimputable no implica la imposibilidad
de ser sometido a las reglas del juzgamiento. Lo que ocurre es que el proceso
de seguridad contiene reglas que se ajustan a la especial condición de esta
clase de sujetos, pero, tal y conforme resulta de lo dispuesto por el artículo
456, el fiscal requerirá el inicio del juicio oral al pedir la imposición de medi-
87a
El proceso de seguridad flpj. 4572
Numeral 2)
E n el texto de este numeral se advierte un error material que deberá ser
corregido pues la remisión al artículo 20.2 del Código Penal es incorrecta en
tanto dicho numeral se refiere expresamente al menor de dieciocho años.
.Debe entenderse que la remisión correcta es al artículo 20.1 del Código Sus
tantivo que está referido a la exención de responsabilidad penal para los pro
cesados que padecen de anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia o
alteraciones en la percepción que afecten gravemente su concepto de la reali
dad. Se trata de personas inimputables que, debido a esa condición especial,
no tienen la capacidad procesal de comparecer por su cuenta y responder a
los cargos formulados, de tal modo que deberán ser representados por su
curador, nombrado de acuerdo con las reglas del Código Civil, o finalmente
por quien sea designado por el juez de la investigación preparatoria. Esta
representación es general, pero no servirá para los actos personales, perbi
¿rafia, las declaraciones.
Numeral 3)
El estado patológico del inimputable generalmente lo convierte en un
sujeto incapaz de poder responder válidamente a los cargos. Por tal razón es
apropiada la disposición por la cual no será objeto de interrogatorio, si es que
fuere imposible hacerlo.
Numeral 4)
El requerimiento de imposición de medidas de seguridad presentado
por el fiscal evidentemente no es vinculante para el órgano jurisdiccional que
es el que, finalmente, decidirá si procede o no su aplicación; o, en todo caso, si
es que en realidad se considera que no se trata de sujetos inimputables, podrá
someter al imputado al proceso común y, de corresponder, imponerle una
pena.
Numeral 5)
La prohibición de acumulación entre un proceso de seguridad y otro de
corte común se fundamenta en la distinta condición de los procesados y las
finalidades distintas en juego. En efecto, como ya se ha señalado, el proceso
875
flPt. A57 9 Los procesos especiales
Numeral 6)
El numeral comentado contiene una excepción a la regla general de la
' publicidad del juicio oral, sustentada en razones de respeto a la dignidad hu
mana del inimputable. La fórmula ha sido tomada del procedimiento de segu
ridad alemán que, al igual que en nuestro caso, también prevé la realización
del juicio en ausencia del imputado por razones de seguridad u orden público.
(ROXIN: 2000, p. 547).
Por otro lado, a diferencia del procedimiento de seguridad alemán, en el
que el imputado debe ser representado por un defensor necesario, en el pro
ceso de seguridad peruano se exige la representación de curador. Se entiende
que el curador, para los efectos del proceso de seguridad, puede ser tanto el
que ha sido nombrado de acuerdo con las normas del Código Civil, como el
representante que ha sido designado por el juez de la investigación preparato
ria, con arreglo a lo dispuesto por el numeral 2) de este artículo.
Numeral 7)
El interrogatorio del imputado sometido al proceso de seguridad única
mente será posible si es que, de acuerdo con la opinión del perito, el imputado
está en condiciones psico - físicas de declarar. Quien interrogue deberá tomar
en consideración no solamente el estado del imputado sino también las orien
taciones profesionales del perito. Como es de verse, este interrogatorio es
realizado fuera del escenario del juicio oral, atendiendo a las especiales condi
ciones del imputado.
Numeral 8)
La lectura de las declaraciones realizadas por el imputado con anteriori
dad al juicio oral suple su ausencia y serán tomadas en cuenta para resolver la
imposición o no de la medida de seguridad correspondiente.
Numeral 9)
Se consagra la obligatoriedad del interrogatorio en el juicio oral del peri
to que dictaminó sobre el estado de salud mental del imputado, así como la
876
El proceso de seguridad flpl. 4589
Numeral 10)
Dos son las posibles conclusiones a las que el órgano jurisdiccional pue
de, arribar en el marco del proceso de seguridad, a saber: la aplicación de una
medida de seguridad o la absolución del imputado. Si uno de los presupuestos
de la medida de seguridad es que el agente haya realizado un hecho previsto
como delito, se entiende que frente a la comprobación de la no realización del
hecho punible o la no intervención del imputado en su perpetración, amén de
otras posibilidades previstas en el artículo 398 del Código, no sería posible
imponerle una medida de seguridad. En este caso, el órgano jurisdiccional
deberá absolver al imputado.
877
flPt. 1 5 8 9 Los procesos especiales
^ COMENTARIO
Numeral 1)
La fuente de esta figura de la transformación del proceso de seguridad al
común es la legislación procesal alemana. Está sustentada en el hecho de que
la capacidad de culpabilidad del imputado en el momento de cometer el he
cho punible ha sido acreditada como consecuencia de lo actuado en el juicio
oral, desvaneciéndose la inicial convicción acerca de la inimputabilidad del
procesado. E n tal situación, el juicio oral debe ser suspendido para ser reanu
dado antes de los ocho días hábiles para evitar la interrupción del debate y el
corte del juicio oral.
Numeral 2)
Al aplicarse al supuesto de transformación regulado en el artículo co
mentado las reglas sobre acusación ampliatoria, es de entenderse que el fiscal
deberá introducir un escrito de acusación complementaria, si es que conside
ra que se ha presentado una nueva circunstancia vinculada con el real estado
de salud mental del imputado que le posibilitará responder sobre los cargos
imputados. Esto es así porque inicialmente el fiscal solicitó la aplicación de
una medida de seguridad y, frente a las nuevas circunstancias, deberá solicitar
una pena.
Numeral 3)
La repetición de aquellas partes del juicio oral en las que el imputado no
estuvo presente, tiene que ver con la observancia del derecho de defensa que
podría verse afectado si es que se emite sentencia sin que el procesado haya
tenido la oportunidad de participar activamente en los debate
878
SECCIÓN IV
PROCESO POR DELITO
DE EJERCICIO PRIVADO
DE LA ACCIÓN PENAL
^ COMENTARIO
Otro de los procesos especiales regulados por el Código es el que se
aplica al conocimiento de los delitos de ejercicio privado de la acción penal.
La acción penal, en líneas generales, se rige por el principio de oficialidad
que consiste en el obligatorio ejercicio de la acción por un órgano del Estado
que, en nuestro sistema procesal, es el Ministerio Público, bajo los criterios de
legalidad, imparcialidad, unidad y dependencia jerárquica mencionados por
G I M E N O SENDRA (2001, p. 45). Sin embargo, esta «apropiación del con
flicto» por el Estado, que buscará resolverlo por los cauces procesales, como
bien dice MAIER (2003, p. 617), tiene en el ejercicio privado de la acción
penal a su más importante excepción.
Los delitos sujetos al ejercicio privado de la acción penal son los delitos de
injuria, calumnia y difamación previstos en los artículos 130°, 131° y 132° del
Código Penal, así como también los de lesiones culposas leves del artículo 124°
- primer párrafo - y los de violación a la intimidad de los artículos 154°, 155°,
156° y 157° del citado cuerpo normativo. La nota característica de estos delitos
es el predominio del interés privado sobre el público, debido a la naturale2a
eminentemente particular de los bienes jurídicos protegidos. El honor, la inti
midad, son bienes jurídicos cuya protección interesa particularmente a quienes
sufren en forma directa su menoscabo como consecuencia del delito. E n estos
casos el agraviado, además de ser el titular de la pretensión civil resarcitoria,
también lo es de la pretensión punitiva (acción penal), es por ello que el proceso
sólo podrá iniciarse a su solicitud pudiendo desistirse o transigir sobre ella.
E n este orden de ideas, el acusador y los órganos de la persecución penal
estatales son desplazados en este proceso especial. En primer orden, es de
observarse que, conforme lo dispone el artículo 459° del Código, mediante la
querella, el directamente agraviado por el delito, por su propio derecho o a
879
Los procesos especiales
880
Proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
881
flPt. 4 5 9 Q Los procesos especiales
^ COMENTARIO
La gran novedad del Código Procesal Penal de 2004 en lo que se refiere
al llamado proceso de terminación anticipada es haber introducido la posibi
lidad de aplicarlo a toda clase de delitos. La experiencia peruana anterior en
esta materia restringió la aplicación de la terminación anticipada del proceso
al ámbito de ciertos delitos como los de tráfico ilícito de drogas, previstos en
los artículos 296°, 298°, 300°, 301° y 302° del Código Penal, y los delitos
aduaneros regulados por la ley 26421. N o es, pues, una experiencia inédita
para nosotros este procedimiento introducido por el legislador de 2004 den
tro del Libro reservado a los denominados procesos especiales.
La introducción del proceso de terminación anticipada responde a una
decisión político criminal que parte de la constatación del desbordamiento de
los sistemas de impartición de justicia y el fracaso del uso exclusivo de los
modelos de procesamiento tradicionales. La deslegitimación de nuestros sis-"
temas de administración de justicia en el ámbito penal tiene que ver con la
ineficacia demostrada a lo largo de los años por los mecanismos procesales
utilizados por el Estado en el procesamiento y juzgamiento de los delitos,
ineficacia que se traduce dramáticamente en la enorme carga procesal no sa
tisfecha por los órganos jurisdiccionales y de alguna manera también en el
inhumano hacinamiento de nuestras cárceles que en su mayoría están pobla
das por reos sin condena. Esta situación alarmante, como bien apuntan P E N A
y FRISANCHO (2003, p. 101), «ha dado paso a que asomen instituciones
modernas como la figura que tratamos, la cual viene siendo acogida amplia
mente en el Derecho Comparado».
885
Los procesos especiales
886
El proceso de terminación anticipada
vista del imputado, también resulta legítimo y funcional que, previa asistencia
de su abogado defensor, acepte los cargos con miras a obtener una pena que
podría ser superior si es que se somete al debate del juicio oral, toda vez que la
terminación anticipada le brinda un escenario de negociación con el fiscal y,
además, la posibilidad de ver reducida la pena, con arreglo a lo dispuesto por
el artículo 471°.
El Códice di Vrocedura Pénale regula en Italia la institución denominada
patteggiamento, que según SAN MARTÍN (2001, p. 1022) fue introducida en
dicho país por ley Nro. 689 del 24 de noviembre de 1981. El patteggiamento
implica la aplicación de una pena por acuerdo que, sin embargo, como en el
caso de la terminación anticipada de nuestro Código Procesal Penal, no vin
cula necesariamente al juez. Colombia fue el primer país latinoamericano que
introdujo la terminación anticipada en su legislación procesal penal que pare
ce haber servido de fuente de inspiración al legislador peruano.
Cierto sector de la doctrina procesal ha advertido que la figura de la
terminación anticipada podría vulnerar los derechos constitucionales de de
fensa y de presunción de inocencia. En Italia, como refiere SAN MARTÍN
(2001, p. 1024), este debate ha sido zanjado por la Corte Constitucional que en
1990 estableció que la figura del patteggiamento no vulnera tales principios.
El derecho de defensa del imputado queda debidamente protegido en el
proceso de terminación anticipada porque nada ni nadie lo compele a aceptar
la acusación fiscal. Si así lo decide, el imputado puede aceptarla o, de lo con
trario, rechazarla, siempre con el asesoramiento de su abogado defensor. Siendo
esto así, no parece ser cierta la posibilidad de afectación de este derecho fun
damental.
E n cuanto a la presunta vulneración del derecho a la presunción de ino
cencia, no compartimos la afirmación de P E Ñ A y FRISANCHO (2003, p.
121) en el sentido que uno de los pilares de todo proceso simplificado como
la terminación anticipada del proceso sería la renuncia del imputado a su de
recho constitucional a la presunción de inocencia. El argumento de estos au
tores puede revatirse, siguiendo a G I M E N O SENDRA, precisando que no
hay vulneración al derecho fundamental porque precisamente el imputado
renuncia a él. Pues, al aceptar los términos de la acusación fiscal, el imputado
únicamente renuncia al juicio oral o, como bien dice SAN MARTÍN (2001, p.
1025), «a la facultad de contestar la acusación contra él planteada». En princi
pio, el imputado se somete a la terminación anticipada y acepta los términos
de la acusación, porque se sabe responsable y admite los cargos, total o par
cialmente. En segundo lugar, si bien no se produce el debate probatorio en el
escenario del juicio oral, sin embargo, el juez dicta la sentencia condenatoria
sobre la base de los elementos de convicción suficientes que se hayan incor
porado legítimamente, conforme reza el numeral 6) del artículo 468°. Por lo
887
flPt. fl68g Los procesos especiales
890
SECCIÓN VI
PROCESO POR
COLABORACIÓN
EFICAZ
^ COMENTARIO
Los instrumentos procesales de colaboración eficaz surgieron como una
manifestación del denominado derecho penal premial. El sentido de estos
mecanismos es vincular la concesión por el Estado de ciertos beneficios que
van desde la simple reducción de pena, pasando por la suspensión de su eje
cución, hasta la exención y la remisión, con el aporte de información veraz,
oportuna y relevante, proporcionada por quien se encuentre o no procesado
e inclusive sentenciado, que permita la consecución de objetivos trascenden
tes tales como la interrupción de acciones delictivas o la morigeración de sus
efectos,-el conocimiento de las circunstancias que rodearon a la comisión del
hecho punible, la identificación de los autores y partícipes y la desarticulación
de organizaciones delictivas, así como el descubrimiento y entrega de instru
mentos, efectos y ganancias delictivas.
Los mecanismos de colaboración eficaz tienen visos transaccionales
puesto que lo que en realidad sucede es que el colaborador obtiene benefi
cios premíales a cambio de la información que proporciona y de su renun
cia a la actividad delictiva. Dicho de otro modo, el Estado obtiene informa
ción relevante que le permite el logro de objetivos político criminales tras
cendentes, previamente regulados, a cambio del otorgamiento al colabora
dor de beneficios que normalmente no concede. E n buena cuenta, la dela
ción, que constituye el núcleo de los mecanismos de colaboración eficaz, es
premiada por el Estado en proporción a la importancia de la información
vertida por el colaborador. Esta característica de la colaboración eficaz pue
de estar sujeta a críticas de naturaleza ética, no porque resulte censurable la
delación del colaborador respecto de la organización delictiva a la que per
tenece, sino porque en realidad lo que hace el Estado es negociar con suje
tos sobre los cuales generalmente recaen imputaciones de suma gravedad.
E n esta línea de pensamiento, SINTURA (1995, p. 20) ha llegado a decir
891
Los procesos especiales
892
Proceso por colaboración eficaz
893
API. 4 7 2 9 Los procesos especiales
095
APt. 4 7 5 9 Los procesos especiales
896
Proceso por colaboración eficaz flpj. 4752
897
Art. 1 7 7 9 Los procesos especiales
a) El beneficio acordado;
b) Los hechos a los cuales se refiere el beneficio y la confe
sión en los casos que ésta se produjere; y,
c) Las obligaciones a las que queda suj eta la persona bene
ficiada.
2. El Fiscal, si estima que la información proporcionada no
permite la obtención de beneficio alguno, por no haberse
corroborado suficientemente sus aspectos fundamentales,
denegará la realización del acuerdo y dispondrá se proceda
respecto del solicitante conforme a lo que resulte de las
actuaciones de investigación que ordenó realizar. Esta Dis
posición no es impugnable.
3. Si la información arroja indicios suficientes de participa
ción delictiva en las personas sindicadas por el colaborador
o de otras personas, será materia -de ser el caso- de la co
rrespondiente investigación y decisión por el Ministerio
Público, a los efectos de determinar la persecución y ulte
rior sanción de los responsables.
4. En los casos en que se demuestra la inocencia de quien fue
involucrado por el colaborador, el Fiscal deberá informarle
de su identidad, siempre que se advierta indicios de que a
sabiendas hizo la imputación falsa, para los fines legales
correspondientes.
902
Proceso por colaboración eficaz flpt. 481s
903
SECCIÓN VII
EL PROCESO
PORFAITAS
^ COMENTARIO
El último de los procesos especiales regulado por el Código es el proce
so por faltas. E n el marco de este proceso, de conocimiento de los Jueces de
Paz Letrados y, excepcionalmente, de los Jueces de Paz, se produce el enjui
ciamiento de personas a las que se imputa la comisión de las faltas previstas
por los artículos 441° al 452° del Código Penal.
N o es el lugar para discutirlo con profusión de argumentos pero actual
mente se considera que entre los delitos y las faltas no existen diferencias de
orden cualitativo, siendo éstas únicamente cuantitativas. Además de lo señala
do, es de constatarse que la justicia de paz, por definición, es la que más
contacto tiene con la población por las materias que dirime.
Partiendo de la premisa expuesta en el párrafo anterior, pensamos que
no existe razón valedera alguna para mediatizar, a través de la regulación del
proceso por faltas, la aplicación de ciertas garantías propias del modelo acus
atorio adversativo impuesto por el Código.
Nos explicamos. Como bien se sostiene en la doctrina procesal, la con
dena requiere la necesaria y expresa formulación de la acusación, no siendo
posible admitir una acusación implícita. (GIMENO SENDRA: 2001. p. 529).
En el proceso especial por ejercicio privado de la acción, como ya lo hemos
apuntado, la asunción del papel de acusador privado por parte del directa
mente ofendido por el delito se justifica en el predominio del interés privado
sobre el público debido a la naturaleza eminentemente particular de los bie
nes jurídicos protegidos en los delitos que allí se ventilan, de tal manera que
ellos constituyen un ámbito que el ordenamiento jurídico penal reserva a la
autonomía de la voluntad, en cuya virtud el acusador privado desplaza al acu
sador y órganos de persecución estatales. Esto no ocurre en el caso de las
faltas en las que no existe ese predominio del interés privado, al punto que en
905
Los procesos especiales
La abreviación de los plazos puede muy bien ser lograda sin afectar el
principio acusatorio. En el derecho comparado existen ejemplos de los que
cabe mencionar el caso español en el que, según documenta G I M E N O SEN-
DRA (2001, p. 529 -530), el representante del Ministerio Fiscal debe realizar
en el juicio oral una sucinta exposición oral de la acusación y participar activa
mente en el proceso. Asimismo, el Código Procesal Penal chileno, en el Título
I del Libro IV, reservado al procedimiento simplificado, prevé la intervención
del fiscal en el juzgamiento de las faltas que se tramitan por la vía del procedi
miento monitorio. En nuestro país esto significaría romper con paradigmas y
esquemas mentales provenientes del sistema inquisitivo en el que el fiscal ha
estado históricamente ausente del proceso por faltas.
Por otro lado, es de advertirse que, cuando no sea posible la celebración
inmediata de la audiencia (que sospechamos ocurrirá en la mayoría de los
casos), entre la recepción del informe policial o de la querella y la realización
de la audiencia, el legislador no ha fijado un plazo determinado, limitándose a
señalar que se fijará la fecha más próxima de instalación del juicio. Igualmente
no se ha establecido el plazo máximo de duración de la investigación efectua
da por la policía en cumplimiento a lo ordenado por el juez antes de proceder
al enjuiciamiento. Estos vacíos que seguramente generarán dificultades a los
operadores, deberán ser suplidos discrecionalmente por el juez, sin perder
nunca de vista que la naturaleza del proceso por faltas exige celeridad, inme
diatez y eficiencia, de tal modo que resultaría absurdo que termine durando
tanto como un proceso común.
906
El proceso por faltas flpt. 4839
907
flPt. 48fl Q Los procesos especiales
LiBB»SE?rro
IJAEJEGÜCIÓNy LAS COSTAS
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INSTITUTO DERECHO Y JUSTICIA JURISTA
r
#
SECCIÓN I
LA EJECUCIÓN
DE LA SENTENCIA
913
flPl. H88 Q La ejecución y las costas
"^ COMENTARIO
Estos artículos establecen que la ejecución de la sentencia queda a cargo
del Juez de la Investigación preparatoria, tanto respecto a la pena impuesta así
como a las demás consecuencias jurídicas aplicables; asimismo para resolver
los diversos incidentes que pudieran suscitarse durante la ejecución de las
sanciones impuestas, excepto el conocimiento de los beneficios penitencia
rios, los mismos que tienen procedimiento distinto al de ejecución. Igualmen
te, consagra los derechos de los obligados con la sentencia (condenado, terce-
915
flpt. fl91° La ejecución y las costas
ro civil y personas jurídicas a las que les alcance las consecuencias jurídicas
previstas en el artículo 105° del Código Penal) para plantear requerimientos y
observaciones respecto a ésta. De otro lado, establece la facultad del Ministe
rio Público el control de las sentencias penales en general. Para efectos del
cómputo de la pena privativa de libertad, el Código equipara a los períodos de
pena con los de detención, prisión preventiva, detención domiciliaria y la pri
vación de la libertad sufrida en el extranjero en los casos en que se hubiera
seguido un procedimiento de extradición, lo cual guarda concordancia con el
artículo 47° del Código Penal; precisando además, que de existir cualquier
error en el cómputo se reformará de ofició o a solicitud del interesado.
"&. COMENTARIO
917
API. Q 9 2 S La ejecución y las costas
nido literal de los artículos 58° y 59° del Código Penal, el primero de los
cuales establece que es imperativo del Juez imponer entre las reglas de con
ducta la reparación del daño, y el segundo, en su inciso 3) establece que el
Juez, en caso de incumplimiento, puede revocar la suspensión de la pena. En
este sentido se pronunció el Pleno Jurisdiccional de 1997, llevado a cabo en la
ciudad de Arequipa, en el que se acordó: a) Que el pago de la reparación civil
es susceptible de ser impuesta como regla de conducta en un régimen de
suspensión de ejecución de la pena, b) El incumplimiento del pago de la repa
ración civil impuesta como regla de conducta, puede provocar la revocatoria
de la suspensión. Esta posición se fundamenta, conforme a los argumentos
esgrimidos en el Pleno Jurisdiccional, en que la pena impuesta condicional-
' mente y que se hace efectiva con la revocatoria de la suspensión, corresponde
al delito por el cual se le ha encontrado culpable al condenado, y no en la falta
de ejecución o cumplimiento del pago de la obligación reparatoria, y por tan
to, constituye una facultad del Juez ejecutar o no la pena impuesta. Asimismo,
agregan los señores Vocales que, "el régimen de la suspensión permite que el
condenado no sufra los rigores del internamiento suspendiendo la ejecución
de la pena impuesta en atención a una serie de condiciones entre las que se
cuenta la reparación del delito. Si el condenado incumple las condiciones im
puestas podrá revocarse la suspensión, pero en este caso no se está creando
una nueva sanción, sino ejecutando la que inicialmente fue suspendida"; a la
vez que se arguye que la revocatoria no implica ninguna afectación al manda
to constitucional que prohibe la prisión por deudas. Esta posición se sustenta
en uña interpretación literal de las normas penales antedichas y no esgrime
mayores fundamentos dogmáticos o de una hermenéutica sistemática y de
principios. E n la doctrina nacional, a favor de esta posición se ha pronuncia
do P R A D O SALDARRIGA (1996: p. 129), quien hace la salvedad, como es
obvio, que si no se ha establecido la reparación como regla de conducta, su
ejecución queda fuera del ámbito de suspensión de la ejecución de la pena. En
la primera edición del presente trabajo, realizando al igual que en el Plenario
Jurisdiccional, una interpretación literal de las normas anotadas, indirecta
mente nos hemos pronunciado a favor de esta posición (GALVEZ VILLE
GAS: 1999; p. 225).
La segunda posición, interpretando sistemáticamente las normas pena
les anotadas, se pronuncia que no es posible revocar la suspensión de la pena
por incumplimiento del pago de la reparación civil, aun cuando el artículo 59°
del Código Penal lo permita, pues ello implicaría incurrir en flagrante infrac
ción del inciso c) del numeral 24 del artículo 2° de la Constitución Política del
Estado que consagra la libertad como derecho fundamental. Esta posición se
fundamenta en la naturaleza privada de la pretensión resarcitoria y es la asu
mida por los vocales que no alcanzaron mayoría en el Pleno Jurisdiccional
anotado (24 votos contra 28) y se sustenta en que: a) La obligación resarcito-
918
La ejecución de la sentencia flpt. fl929
ria "... constituye una obligación de carácter patrimonial civil y solidaria entre
los responsables del hecho punible y los terceros civilmente obligados según
el art. 101° en concordancia con el art. 95° del Código Penal, además la obli
gación de su pago es transmisible a los herederos del responsable hasta donde
alcancen los bienes de la herencia, según el artículo 96° del Código acotado,
en tanto que las reglas de conducta no tienen esta condición por ser de carác
ter personalísimo". b) La efectivización de la pena por incumplimiento de la
reparación importa una prisión por deudas, que infringe la norma constitu
cional antedicha, c) Su aplicación atenta contra el principio de igualdad, ya
que el tratamiento de los solventes sería distinto al de los insolventes, pues los
primeros jamás sufrirían prisión, y todo lo contrario les sucedería a los insol
ventes. d) Finalmente, se infringe el principio de última ratio del Derecho
penal y de la pena139.
919
API. 4 9 2 9 La ejecución y las costas
cional referida y por tanto, al establecer el artículo 59° del Código Penal, la
posibilidad de concretar una pena privativa de libertad, precisamente por falta
de pago de una deuda, resulta abiertamente contradictoria de la Constitución
Política del Estado, generándose una antinomia que se resuelve aplicando la
norma de mayor jerarquía, esto es, la norma constitucional, dejándose de lado al
Código. Adicionalmente, es de tenerse en cuenta que la Constitución, es de
fecha posterior al Código y por tanto al haberse tratado el punto por la norma
posterior (y de superior jerarquía), la norma anterior queda derogada tácitamen
te. Consecuentemente, el artículo 59° del Código Penal en cuanto establece la
posibilidad de la revocatoria de la suspensión de la ejecución de la pena (ejecu
tarse la pena privativa de libertad) por falta de pago de la obligación reparatoria,
río resulta aplicable en ningún caso. Con lo cual no se quiere decir que el pago
de la reparación no pueda imponerse como regla de conducta, sino únicamente
que no se puede revocar la suspensión por falta de pago, pudiendo aplicarse los
demás efectos previstos por la norma penal (amonestación y prórroga del pla
zo)160.
En cuanto a la segunda posición, se observa que presenta argumentos
sólidos respecto a la imposibilidad de la revocatoria de la suspensión de la
pena, pues realiza una correcta interpretación de las normas penales involu
cradas, a la luz de los principios esenciales del Derecho penal y de respeto de
los derechos fundamentales plasmados en la Constitución Política del Estado,
y sobre todo, partiendo de la determinación de la naturaleza privada de la
obligación reparatoria. Pues aún cuando en la doctrina extranjera se discute
como propuesta de lege jerenda la naturaleza de la pretensión u obligación
reparatoria proveniente del delito, y algunos la consideran una sanción jurídi
co penal, normativamente es absolutamente mayoritaria la determinación de
la naturaleza privada de dicha pretensión 161 . Especialmente nuestro Código
"'" Debe tenerse en cuenta que esta razonamiento sólo resulta válido para el caso de la suspensión
de ejecución de la pena suspendida (condena condicional), no resusltando aplicable para el
caso de la Reserva del Fallo Condenatorio, en cuyo caso, no está prevista en la norma
penal (artículo 65° del Código) la revocación de la suspensión de la pena, sino únicamente la
revocación del régimen de prueba. En tal sentido, de tratarse de la reserva del fallo, en
caso de incumplimiento de las reglas de conducta (en este caso de la reparación del daño), se
procederá a imponer la pena que corresponde al delito. La misma que podrá tratarse de una
pena privativa de libertad no mayor de tres años (la que será condicional), la pena de multa,
limitación de días libres o prestación de servicios a la comunidad e inhabilitación.
161
Nuestro criterio respecto a la naturaleza privada de la reparación civil, ya lo hemos expuesto
con abundantes argumentos c información bibliográfica en el punto correspondiente a la
Acción Civil Resarcitoria en el Proceso Penal del presente trabajo. En nuestro país, sólo
R O D R Í G U E Z D E L G A D O sostiene como propuesta teórica su naturaleza jurídico-penal,
claro que ello no tiene ninguna incidencia en la determinación de su naturaleza privada
establecida por la legislación vigente.
920
La ejecución de la sentencia flpt. ^92^
162
Adicionalmente a lo anotado, debemos tener en cuenta que con la consolidación de los derechos
fundamentales, su real vigencia, es el postulado preeminente del Ordenamiento Jurídico y
todas las instituciones jurídicas deben propender al respecto de estos derechos, tanto así, que
inclusive, se ha consolidado como un principio en la interpretación de las normas jurídicas, la
favorabilidad en pro de la vigencia de los derechos humanos, y por tanto, cualquier duda o
antinomia jurídica se debe resolver en estricto respeto de este criterio. Este mismo criterio se
tiene que seguir en las decisiones político criminales del Estado, tanto al determinar las
conductas merecedoras de sanción penal (penalizar o criminalizar la conducta) así como al
aplicar las normas criminalizadoras por parte de los operadores jurídicos. Habiéndose
establecido, tanto normativamente así como desde la doctrina, como límites de la política
criminal, precisamente, el respeto de los derechos fundamentales; admitiéndose su privación,
limitación o restricción a través de la pena, sólo cuando resulta estrictamente necesario para
lograr las finalidades supremas del derecho, las que en definitiva están influidas por la vigencia
de los derechos fundamentales. En el caso que nos ocupa, si lo que se busca es el cumplimiento
de una obligación patrimonial por parte del condenado conjuntamente con el tercero civil,
resulta absolutamente innecesario y contraproducente privar de la libertad al obligado, con lo
que, a la vez, se anula la posibilidad de todo esfuerzo reparatorio a cargo del obligado.
163
HIRSCH: 1992, p. 67.
164
CALVEZ VILLEGAS: 2005, pp. 285 y ss. CASTRO TRICOSO, Hamilton: 2003, p. 74
yss,
921
flPt. Q93 g La ejecución y las costas
Sin embargo, esta situación será diferente cuando se trate del incumpli
miento de una obligación reparatoria vinculada al incumplimiento de una obli
gación alimentaria, pues, en este caso, no se trata propiamente del incumpli
miento de una obligación civil propiamente patrimonial sino de una obliga
ción de un contenido mayor, en la que se comprenden aspectos fundamenta
les vinculados al derecho de familia y a la propia subsistencia de los alimentis
tas, los mismos que siempre se encuentran en una situación de sujeción res
pecto al obligado, lo que obviamente no sucede en los casos de la obligación
resarcitoria en general. Consecuentemente, en estos casos, de producirse el
incumplimiento de la obligación reparatoria, no habrá inconveniente para re
vocarle la suspensión de la pena, ya que en este supuesto, no se infringe la
' prohibición constitucional contenida en inciso c) del numeral 24 del artículo
2 o de la Constitución Política del Estado, el mismo que expresamente permite
la posibilidad de la "prisión por deuda alimentaria".
Numeral 1)
Este artículo en su primer numeral (en concordancia con el artículo 101°
del Código Penal, que en lo sustantivo, remite a la legislación civil lo relativo a
la responsabilidad civil), correctamente remite a la legislación procesal civil la
ejecución de la sentencia en el extremo de la reparación del daño ocasionado
por el delito; y claro, ello resulta congruente con la naturaleza de la reparación
civil, la que una vez determinada su entidad y magnitud en la sentencia, cons
tituye una obligación patrimonial sujeta a las reglas de la responsabilidad civil
extracontractual y por ende a las normas de ejecución contenidas en el Códi
go Procesal Civil.
922
La ejecución de la sentencia flpt. 493 o -
923
APt. 4 9 3 9 La ejecución y las costas
Adicionalmente, debe quedar claro que una vez que se tiene la sentencia
firme, es ésta el único título de ejecución, y sólo están legitimados para pro
mover su ejecución, de conformidad con los artículos 690° y 713° de la nor
ma procesal civil, los que aparezcan en la sentencia con derecho reconocido a
165
Existen opiniones que sostienen que inclusive puede afectarse con fines del pago de la
reparación civil, los bienes decomisados, y que sólo pasará a la titularidad del Pistado, el
excedente luego de liquidar la reparación (SAN MARTÍN CASTRO: 2003; p. 1533). Al
respecto, nosotros creemos que el decomiso, en nuestro ordenamiento jurídico, no tiene fines
resarcitorios, y por lo tanto no puede afectarse los bienes decomisados para el pago de la
reparación civil; distinto es el caso en otras legislaciones como la española, en la que se ha
dispuesto que se atiende el resarcimiento con los bienes decomisados. Igualmente, será distinto
el caso en que se trate de supuestos en que el Estado debe hacer frente a la reparación civil,
sea porque aparece vinculado como tercero civil, o porque se ha establecido un programa de
reparaciones a cargo del Estado, como sucede en Alemania y medianamente en España,
donde se ha establecido fondos reparatorios de los daños ocasionados por delitos violentos,
entre otros.
924
La ejecución de la sentencia flp|. fl93^
Numeral 2)
En este numeral se incurre en el error de establecer el mismo tratamien
to para dos instituciones distintas, que por ello mismo requiere de distinto
procedimiento para la ejecución de la sentencia. En efecto, mezcla la ejecu
ción del pago de la pena de multa con la venta y adjudicación de los bienes
objeto de decomiso.
El pago de la pena de multa, como toda obligación pecuniaria a cargo
del condenado (en ésta sin embargo, no se comprende al tercero civil, por
cuando al tratarse de una pena, ésta es personalísima y no comprende a terce
ros como en el caso de la reparación civil que precisamente comprende como
obligado al tercero civil), se ejecutará afectando el patrimonio de éste, pues se
trata de una pena que implica una privación patrimonial. Por tanto, no existe
problema alguno para aplicar los criterios desarrollados para la ejecución de la
reparación civil; en este caso, se requerirá el pago, no de cumplirse se proce
derá al embargo 166 , seguidamente a la ejecución forzosa que concluirá con al
remate o la adjudicación en pago, resultando aplicables todo lo referido para
el pago de la reparación civil.
El propio artículo 302° del Código, establece que el embargo asegura el pago de las
responsabilidades pecuniarias del obligado, lo que incluye reparación civil, costas procesales y
eventualmente el pado de la pena de multa; obviamente en ellas no se incluye al comiso, que
como ya se ha dicho titcn otra naturaleza.
925
flPt. 4 9 f l 9 La ejecución y las costas
^' COMENTARIO
Este artículo en su numeral 1), se refiere a la ejecución del decomiso
dispuesto en la sentencia cuando durante la investigación preparatoria no se
ha dispuesto la incautación, esto es no se ha afectado el bien, el mismo que se
encuentra en poder del condenado o de terceros. En estos casos, la norma
dispone que se procederá directamente a la "aprehensión", esto es, a tomar el
bien y ponerlo a disposición del Estado a través de la entidad correspondien
te. Se trata propiamente de una situación fáctica por la cual se hace valer la
titularidad del Estado sobre el bien. Esta disposición obviamente nos parece
correcta, al contrario del error en que se incurre en el artículo anterior, en
cuanto establece la aplicación indebida de un procedimiento previsto para la
ejecución forzada de obligaciones patrimoniales a favor del Estado (pena de
multa) de del agraviado (reparación civil).
Igualmente, este numeral establece que el destino de los bienes decomi
sados se determinará de acuerdo a su naturaleza y a la ley sobre la materia.
Actualmente, esta ley es la que crea la O F E C O D y el F E D A D O I , así como
también debe considerarse al Fondo de Pérdida de Dominio (FONPED),
creado para la administración de bienes sujetos al procedimiento de Pérdida
de Dominio, por el D. Leg. N ° 992, del 22 de julio del 2007.
En los numerales 2)y 3), se establece que los bienes incautados que no
se hubiese dispuesto su decomiso en la sentencia final, serán devueltos a po
der de quien se le incautaron, y una vez devueltos pueden ser afectados para el
pago de las obligaciones pecuniarias del condenado (reparación civil, multa,
costas procesales).
^ COMENTARIO
El primero de estos artículos, se refiere a los supuestos en que a partir de
la elaboración de un documento falso o de la falsificación de uno verdadero
se establece una relación jurídica que viene surtiendo efectos frente a terceros,
como el caso de inscripciones o asientos regístrales sustentados en los docu
mentos que, precisamente se ha determinado en la sentencia, que son falsos.
Con la sentencia declarativa de la falsedad del documento, se busca poner fin
a esta situación antijurídica, y así se dispone en la sentencia, por lo que en vía
de ejecución corresponde al Juez ordenar que el acto sustentado en dicho
documento, sea reconstruido, suprimido o reformado según corresponda;
asimismo, resulta necesario ordenar las rectificaciones regístrales correspon
dientes. Igualmente, si el documento hubiese sido sustraído de un archivo o
registro, corresponderá restituirlo, siempre que se trate de un documento au
téntico; en el caso de que el documento falso se hubiera incorporado al archi
vo, se agregará copia de la sentencia que establezca su falsedad. Esto será
particularmente importante cuando se trate de documentos protocolizados.
Finalmente, en al artículo 496°, se establece que las tercerías respecto a
los bienes decomisados o embargados definitivamente, serán materia de co
nocimiento del Juez Especializado en lo Civil, con participación del Fiscal
Provincial en lo Civil, y para ello el Juez de la investigación preparatoria remi
tirá la sentencia u otro tipo de decisión a dicho Juez Civil.
928
SECCIÓN II
929
La ejecución y las costas
Sentencia del Tribunal Constitucional emitida e! 27 de enero del 2003 en el Exp. 2497-2002-
AA-TC, sobre acción de amparo interpuesta por Jorge Luis Soyer López contra el Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial. RUBIO CORREA: 2005, p. 151.
930
Las costas
931
flPt. 4 9 7 9 La ejecución y las costas
^ COMENTARIO
Este artículo establece, tal como lo hace el Código Procesal Civil, que
queda sujeto al pago de las costas procesales el sujeto procesal que resulte
vencido en el proceso, incidencia o recurso (art. 5 0 4 .2); por lo que el órga
no jurisdiccional establecerá quien debe soportar el pago de las costas en la
respectiva decisión que ponga fin al proceso o al incidente de ejecución. Sin
embargo, debe precisarse que dichas costas únicamente estarán referidas al
proceso, en el cual se incluyen la investigación preparatoria, el juicio oral y la
ejecución del mandato contenido en la sentencia; de este modo, se descarta
todo costo o actuación realizada a nivel de investigación preliminar o investi
gación fiscal previa. Asimismo, sólo se considerarán los gastos debidamente
comprobados y correspondientes a actuaciones previstas en el artículo 498°. 1,
legalmente autorizadas.
El titular del derecho a reclamar las costas ordinariamente será el sujeto
procesal vencedor en el proceso o en determinada actuación procesal, siempre
que haya asumido en forma concreta el costo (pago) del procedo o de la indica-
932
Las costas flpt. q98s
933
Art. 4 9 8 Q La ejecución y las costas
^ COMENTARIO
Este artículo dispone expresamente cuáles son los conceptos configura-
tivos de las costas procesales, considerando especialmente a los honorarios de
la parte vencedora, de los peritos oficiales, traductores e intérpretes (si éstos
no estuvieran cubiertos por la propia administración de justicia u otras enti
dades públicas), así como de los peritos de parte, más el 5 por ciento de estos
montos para el Fondo Mutual del Colegio de Abogados respectivos 169 . Igual
mente integrará las costas los gastos judiciales realizados durante la tramita
ción de la cusa. E n este rubro aparentemente se comprende a todos los gastos
realizados al interior del proceso, sin embargo, creemos que debe limitarse a
todos aquellos gastos comprobados y realizados con la finalidad de viabilizar
las actuaciones legalmente autorizadas. Asimismo, también se considerarán
como costas procesales, las tasas judiciales en los casos de procesos por deli
tos de ejercicio privado de la acción penal, salvo los casos en qué está conclu
ye por transacción.
Para evitar excesos en la determinación de las costas, el Poder Judicial
expedirá el Reglamento de Costas en el proceso penal el mismo que se actua-
169
Al respecto, más adecuada nos parece la disposición similar del Código Procesal Civil, en la
cual se establece que dicho 5 por ciento de las costas sirva para cubrir los honorarios de los
abogados en los casos de auxilio judicial.
934
Las costas flp|. g99s
^ COMENTARIO
Este artículo desarrolla con mayor amplitud y precisión el contenido del
artículo 413° del Código Procesal Civü referido a la exención y exoneración
de las costas y costos del proceso. En efecto, dispone que, están exentos del
pago de las costas, los representantes del Ministerio Público, con lo cual ade
más de eximir al Ministerio Público como institución, exime también a los
Fiscales que hubieran tenido participación en el proceso. Contra éstos, si hu
biesen actuado dolosamente o mediando culpa inexcusable, se podrá ejercitar
la correspondiente acción por responsabilidad civil prevista en los artículos
509° y siguiente del Código Procesal Civil, mas no se podrá imponer costas
procesales. Asimismo, exime del pago de costas a los abogados y apoderados
o mandatarios de las partes, quienes podrán quedar sujetos a la imposición de
935
API. 4 9 9 g La ejecución y las costas
936
Las costas flpt, 501)9
^ COMENTARIO
Este es un artículo especialmente importante, sin embargo, a nuestro
criterio se ha incurrido en ciertos errores que deberían corregirse en algún
momento. E n efecto, la imposición y pago de las costas procesales, constituye
una obligación patrimonial a cargo del imputado (o en su caso de otro sujeto
procesal) y no configura propiamente un reproche penal por la comisión del
delito ni por el daño ocasionado por el mismo, los mismos que están cubier
tos por la imposición de la pena y de la condena al pago de la reparación civil,
por tanto, no puede quedar sujeta a la culpabilidad de obligado, tal como el
propio Código lo reconoce a renglón seguido y en otros artículos; como pue
de apreciarse en este mismo artículo en que se hace responsable del pago de
las costas al procesado a quien se le impone medida de seguridad, y el artículo
503°.2 en que establece que el tercero civil será responsable de las mismas.
Pues, como es sabido, a estos sujetos procesales no se les ha probado culpabi
lidad, en el primer caso porque se trata de un sujeto inimputable y en el segun
do porque la culpabilidad penal no constituye el sustento de su comprensión
como sujeto procesal (su vinculación es meramente patrimonial). Si ello es
así, para imponer al imputado una obligación patrimonial, no se requiere de
su culpabilidad, siendo suficiente que se acredite que realizó el injusto penal,
esto es, que su conducta resulta típica y antijurídica, sin interesar la culpabili
dad o el concurso de otros aspectos configurativos de la responsabilidad pe
nal como las excusas absolutorias o las condiciones objetivas de punibilidad.
937
API. 5 0 0 Q La ejecución y las costas
938
Las costas flfl. 5Q2g
939
API. 5 0 3 9 La ejecución y las costas
^ COMENTARIO
Este artículo ratifica el contenido del artículo anterior, en cuanto dispo
ne que al imputado absuelto o al que no se le impone medida de seguridad, no
940
Las costas flpl. 5QQ9
941
API. 5 0 5 9 La ejecución y las costas
^ COMENTARIO
Este artículo establece que las costas se determinan por cada instancia y
para fijarlas se atenderá especialmente a los gastos que cada uno de los obliga
dos hubiera provocado, a su conducta procesal y al resultado del proceso o
incidente y a las razones que hubiera tenido para litigar. Al respecto creemos
que resulta adecuado y coherente con tales presupuestos para la determina
ción de las costas y deben observarse debidamente al determinarse éstas. Sin
embargo, no entendemos cómo se pueden concordar o armonizar estos crite
rios, cuando se dispone que en los casos de los recursos impugnatorios, si la
resolución de segunda instancia revoca la de primera instancia, la parte venci
da pagará las costas de ambas; pues, si en la primera se determinó las costas
atendiendo a la conducta del perdedor de esa instancia, qué razones exise para
trasladarle este costo a la persona que pudo haber tenido una conducta ade
cuada en primera instancia y no le correspondía asumir costa alguna, o en
942
Las costas flpt. 5Q6 9
todo caso, le correspondía una mínima cuantía; en este caso sólo le corres
pondería asumir el costo de la segunda instancia; por lo que no es correcta la
disposición del código en sentido contrario. Es por ello que hemos sostenido
que la imposición de las costas en sentido indiscriminado, puede entorpecer
el proceso o el debido esclarecimiento de los hechos al haberse hecho pender
sobre los sujetos procesales una espada de Damocles patrimonial; peor aun
ello puede redundar en contra la parte más débil del proceso, que ordinaria
mente es el agraviado; con lo que se reincidiría en la doble victimización a la
que siempre se ha hecho referencia.
943
flrl. 507 9 La ejecución y las costas
^ COMENTARIO
Estos artículos referidos a la liquidación y ejecución de las costas y el
anticipo de gastos, resultan lo suficientemente claros, tanto que cualquier co
mentario resultaría redundante, únicamente cabría resaltar que se ha estable
cido que las costas deben ejecutarse inmediatamente, caso contrario devenga
rá los respectivos intereses legales. Asimismo, se ha establecido que cuando
resulta necesario sufragar un gasto o el costo de una actuación procesal, la
parte que lo ofreció deberá afrontarlo y de no ser posible, y siempre que la
medida sea imprescindible, dicho costo será asumido por el Estado, con car
go a su reembolso por la parte obligada a pagar las costas de dicha actuación,
llegado que sea el momento, y cuando así corresponda.
914
EL CÓDIGO
PROCESAL
PENAL
Comentarios descriptivos,
explicativos y críticos
IlBRO SÉPTIMO
UGOQPEípiQN pmm
"íí iNTERNACIOMSg :;
,1. INTRODUCCIÓN
Los Estados y órganos internacionales, con el propósito de combatir el
crimen nacional e internacional, han creado una serie de instituciones y meca
nismos que permitan una cooperación judicial recíproca y, de esta manera,
lograr el objetivo final: contribuir con la persecución del delito y evitar la
impunidad.
A través de la cooperación judicial internacional un Estado, parte o no
de un tratado, frente a una requisición de otro Estado u órgano internacional,
articula un procedimiento jurisdiccional con el fin de decidir si debe acceder a
la solicitud del órgano requirente, en su caso, prestar una específica asistencia
jurídica vinculada del poder punitivo de ese Estado u órgano internacional
(SAN MARTÍN: 2003, p. 1446).
Así, la cooperación internacional, ahora, ya no se agota en la entrega de
procesados o traslado de condenados; su área de acción comprende otros
aspectos como el intercambio de información e investigación conjunta entre
Estados, dándole mayor funcionalidad a la cooperación judicial. En este sen
tido, el artículo 511° del Código prevé entre los Actos de Cooperación Judi
cial Internacional: a) Extradición, b) Notificación de resoluciones y senten
cias, así como de testigos y peritos con el fin de que presenten testimonio; c)
Recepción de testimonios y declaraciones de personas; d) Exhibición y remi
sión de documentos judiciales o copia de ellos; e) Remisión de documentos e
informes; f) Realización de indagaciones o de inspecciones; g) Examen de
objetos y lugares; h) Práctica de bloqueos de cuentas, embargos, incautacio
nes o secuestro de bienes delictivos, etc; i) Facilitar información y elementos
de prueba; j) Traslado temporal de detenidos sujetos a un proceso penal o de
condenados; k) Traslado de condenados; I) Diligencias en el exterior; y, m)
Entrega vigilada de bienes delictivos. También comprende los actos de asis
tencia establecidos en el Estatuto de la Corte Penal Internacional.
9H7
La cooperación judicial internacional
948
SECCIÓN I
PRECEPTOS
GENERALES
"^ COMENTARIO
En materia de cooperación internacional el tratado se convierte en la
fuente principal, no sólo en el ámbito de las relaciones de las autoridades
peruanas con las extranjeras y con la Corte Penal Internacional, sino también
en el mismo trámite de cooperación judicial internacional. Lo dispuesto en el
tratado es lo que guía a los Estados parte, ninguno de ellos puede establecer
unilaterlamente su voluntad ni contravenir el tratado.
En lo que se refiere a las relaciones de las autoridades peruanas con las
extranjeras, de no existir tratado internacional, se rige por el principio de reci
procidad, teniendo como límite el respeto de los derechos humanos. El prin
cipio de reciprocidad es un principio de Derecho Internacional y constituye
una norma de convivencia entre estados civilizados. E n nuestro ordenamien-
949
flPl. 5 0 9 s La cooperación judicial internacional
950
Preceptos generales API. 511 9
951
API. 512° La cooperación judicial internacional
k) Traslado de condenados;
I) Diligencias en el exterior; y,
m) Entrega vigilada de bienes delictivos.
La Cooperación Judicial Internacional también comprende
rá los actos de asistencia establecidos en el Estatuto de la
Corte Penal Internacional y desarrollados en este Código.
"JS< COMENTARIO
El Código Procesal Penal consagra como autoridad central en materia
de cooperación judicial internacional a la Fiscalía de la Nación, que es la máxi
ma autoridad del Ministerio Público. Por tanto, los países y órganos interna
cionales se dirigirán a ésta en todos los requerimientos de Cooperación Judi
cial. Al respecto, es necesario precisar que la legislación vigente anterior al
Código, en general no se ha establecido una autoridad central, siendo los
tratados en forma individual los que determinan a qué autoridad debe dirigir
se los requerimientos o solicitudes, dirigiéndose en algunos casos a la Fiscalía
de la Nación y en otros a la autoridad correspondiente del Poder Judicial,
952
Preceptos generales flpl. 512 9
953
SECCIÓN II
LA EXTRADICIÓN
CONDICIONES GENERALES
1. INTRODUCION
ARAUJO JÚNIOR 1 7 1 refiere que ya Bodin (1576) y Grotius (1646) reco
nocían la existencia de equivalentes a la extradición en la antigüedad, en los
pueblos egipcios, caldeos, chinos y griegos. Se señala el Tratado de Paz cele
brado entre Ramses II y Hatussilli —rey de los Hititas- en 1280 A.C. Jiménez
de Asúa precisa que mediante este tratado, ambos soberanos se comprome
tieron a entregarse recíprocamente los delincuentes subditos del Estado peti
cionario, razón por la cual se le considera el documento diplomático más
antiguo de la humanidad.
N o fue sino con el advenimiento y desarrollo de la civilización romana,
particularmente en la etapa del Imperio, que aparecen formas jurídicas más
cercanas a lo que se conoce hoy día como extradición. E n Roma se conoció la
exigencia que se hacía a otros estados respecto a la entrega de un individuo
(romano o extranjero) que había cometido infracción o delito en territorio
romano. Tal exigencia corría a cargo de la suprema autoridad del Estado,
existiendo normas de derecho internas, llegando a suscribirse convenios o
tratados entre Roma y naciones extranjeras para definir los términos y condi
ciones en que tal entrega (deditio, remisio o intercum) debía hacerse. Claro
está que la preponderancia o fuerza que la Roma Imperial ejerció en el mundo
955
La cooperación judicial internacional
2. CONCEPTO
La extradición es una institución jurídica por medio de la cual un Estado
obtiene de otro la entrega de una persona que se encuentra en su territorio y
que es solicitada para someterla a un proceso penal, o a la ejecución de una
sentencia penal (PEÑA CABRERA: 1999, p. 223).
La extradición es un procedimiento destinado a garantizar la ubicuidad
de la represión en las relaciones internacionales. La justicia penal internacio
nal encuentra en la extradición su más elevada realización, pues a través de ese
instituto los Estados manifiestan su espíritu solidario y de colaboración inter
nacional.
CHÁÑAME ORBE (2006: p. 201) señala que la extradición es el proce
dimiento legal por el cual un Estado solicita y obtiene de otro, si así lo con
sienten sus tratados, la entrega de un individuo fugado, investigado, requeri-
172
GALLINO YANZI, C.V. Extradiáón, En Enciclopedia Jurídica Omeba, T. XI Esta-Fami.
Diskril SA., Buenos Aires. 1977, p. 684.
956
La extradición
3. NATURALEZA
J I M É N E Z D E ASÚA(1984, p. 176), basado en Franz von Liszt, la ve
como «un acto de asistencia jurídica internacional». Otros puntos de vista,
quizá mucho más técnicos, señalan la naturaleza eminentemente normativa
de la extradición. Esa percepción lleva a tener como fuentes de extradición
los tratados, las leyes y, aún ahí donde se reconoce fuerza de derecho positivo,
las costumbres y la reciprocidad. Lo importante es tener claro que el instituto
de la extradición es, en efecto, normativo. Es decir su existencia es posible
gracias al derecho positivo vigente y su regulación se encuentra en los conve
nios y tratados internacionales, tanto como en las constituciones y leyes inter
nas de cada nación moderna.
957
La cooperación judicial internacional
4. FUNDAMENTO
Han quedado atrás los criterios moralistas que creyeron ver en la extradi
ción un deber ético de un Estado para con otro en la entrega de los fugitivos
por delitos importantes 173 , hoy la mayoría de los autores se inclinan por seña
lar el carácter eminentemente práctico de este instituto, así, Jiménez de Asúa
apunta: «En puridad, deben aunarse en los fundamentos de la extradición la
base jurídica del auxilio internacional -que es su esencia- y los motivos de
índole práctica».
Esos motivos prácticos se concretan en la necesidad de no dejar impu
nes crímenes de cierta importancia y en llevar obligadamente a los responsa-
' bles a rendir cuentas a un proceso en marcha o a enfrentar las decisiones
tomadas en uno ya concluido.
F E N E C H (1960: p. 345) sintetiza estos conceptos de la siguiente mane
ra: «El fundamento de esta institución radica en la comunidad de intereses de
todos los Estados para asegurar la persecución de los delitos poniendo a los
imputados que se hallaren en sus respectivos territorios a disposición de los
titulares penales de los órganos de la jurisdicción de otros Estados, siempre
que concurran los presupuestos que lo hacen admisible y eficaz, y que se
consignan en los tratados o en el derecho consuetudinario».
5. FUENTES
• E n primer lugar se tiene a los convenios y tratados internacionales; en
segundo lugar, a las leyes internas y, finalmente, a las costumbres y declaracio
nes de reciprocidad ahí donde tienen fuerza de derecho positivo.
a) El tratado de extradición.- Es un acuerdo entre dos o más Esta
dos soberanos mediante el cual se comprometen a la entrega recí
proca de los fugitivos por delitos comunes. Contiene el tratado ge
neralmente una serie de condiciones y formalidades que definen en
qué casos procede la extradición. El tratado es, sin duda, el instru
mento más utilizado modernamente para regir esta materia.
b) Las leyes internas de cada país.- Éstas regulan los órganos esta
tales internos de cada nación. La legislación interna en materia ex-
tradicional suele encontrarse en los códigos penales, procesal pena
les y las leyes especiales.
Entre tratados y leyes internas hay, por lo general, remisiones ex
presas o tácitas de unos a otros. Entendemos que prevalece el trata-
173
ídem, p.686.
958
La extradición
6. CLASES D E E X T R A D I C I Ó N
6.1. E X T R A D I C I Ó N ACTIVA
La extradición activa se define desde la perspectiva del Estado que de
manda o requiere al delincuente. Se presenta cuando un Estado requiere la
entrega de un delincuente a otro Estado donde reside175. La derogada Ley de
Extradición N° 24710 definía la extradición activa en su artículo 4 o cuando
174
MINISTERIO DE JUSTICIA; El Procedimiento de Extradición, DIRECCIÓN
NACIONAL DE JUSTICIA, Lima - Perú, P. 17
175
GALLINO YANZI, C. V. ob. Cit. p.686.
959
La cooperación judicial internacional
6.2. E X T R A D I C I Ó N PASIVA
La extradición pasiva, por el contrario, se define desde la perspectiva del
Estado al que se demanda o al que se requiere la entrega del delincuente.
P E Ñ A CABRERA (1999: p. 224) señala que la extradición pasiva es la entre
ga de un delincuente real o presunto refugiado en el Estado solicitado a otro
Estado reclamante. Asimismo, según el artículo 516° del CCP es indiferente
que el individuo sea residente, turista o de paso.
El carácter de la extradición pasiva, también en contraste con la anterior,
es eminentemente jurídico y jurisdiccional. Se trata de establecer, para el caso
concreto, si de conformidad con las normas vigentes procede acceder a la
demanda recibida. Los problemas que suscita la extradición, por ser de carác
ter jurídico y jurisdiccional, se refieren a esta forma pasiva.
6.3. E X T R A D I C I Ó N V O L U N T A R I A
Esta modalidad de extradición se presenta en el caso en que el requerido,
por voluntad propia, renunciando a todas las formalidades legalmente previs
tas y consiente voluntariamente su entrega al país requirente. Este tipo de
extradición se presenta en cualquier estado del procedimiento, siempre que el
extraditado preste su consentimiento libre y expreso para ser extraditado, dán
dose por concluido el procedimiento (art. 521°.6 del Código). VILLAVICEN-
CIO TERREROS (2006: p. 210) señala que es necesaria la presencia de su
abogado defensor al momento de prestar el consentimiento.
6.4. E X T R A D I C I Ó N E N T R Á N S I T O
Se presenta cuando es necesario transitar con el extraditado por territorio
de un tercer Estado, distinto al que demandó su entrega y del que lo entregó.
Ésta no presenta mayores formalidades, bastando para que se concrete, la exhi
bición del original o copia auténtica del acuerdo que otorgó la extradición.
960
La extradición
7. P R I N C I P I O S D E LA E X T R A D I C I Ó N
961
API. 513 Q La cooperación judicial internacional
^ COMENTARIO
Sólo son pasibles de extradición las personas procesadas, acusadas o
condenadas en un procedimiento penal. La persona procesada es aquella que
se le ha iniciado una investigación preliminar; en el código de 1940, se le
llamaba procesada a aquella contra la que pesaba un auto de apertura de ins
trucción, pues con dicho auto se daba inició al proceso. La persona acusada es
aquella sobre la cual recae una acusación emitida por el Fiscal Penal, en la cual
delimita el objeto del juzgamiento, la ley aplicable y la pena y reparación civil
solicitada en su contra. La persona condenada es aquella contra la cual se ha
dictado una sentencia emitida por juez o Sala competente que le encuentra
responsabilidad penal por el delito que se le imputa, sancionándola con deter
minada pena privativa de libertad. Según se puede apreciar de los tratados
internacionales, sólo son pasibles de extradición los delitos que son sanciona
dos con penas privativas de libertad, es decir, no procede la extradición por
delitos sancionados con cualquier otra pena (limitativas de derechos, restricti
vas de las libertad, etc).
963
flpjÉ 5152 La cooperación judicial internacional
>sL COMENTARIO
En los artículos 514° 515° se puede notar el carácter político de la extradi
ción, ya que una institución jurídica como la extradición finalmente va a ser
decidida por el Gobierno Central mediante Resolución Suprema, siendo más
patente el hecho cuando, el Poder Judicial, a través de la Corte Suprema emite
una resolución consultiva favorable a la entrega o considera procedente solicitar
la extradición a un país extranjero, el gobierno finalmente, considerando lo con
veniente, puede desvincularse de la decisión tomada por la Corte Suprema.
La Resolución Suprema emitida por el Gobierno y que decide sobre una
extradición activa o pasiva debe expedirse necesariamente con acuerdo del
consejo de Ministros, caso contrario dicha resolución será nula. Asimismo,
debe existir un informe previo de la Comisión Oficial presidida por el Minis
terio de Justicia e integrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
, — TfruLoií — s
LA EXTRADICIÓN PASIVA
1 J
^ COMENTARIO
El ámbito de aplicación de la extradición pasiva se reconduce a que el
procesado, acusado o condenado, en su condición jurídica de autor (mediato
o ejecutivo) o partícipe (complicidad primaria o secundaria) haya cometido
un delito fuera de la frontera de nuestro país, puede ser extraditado con el fin
de ser juzgado o cumpla su condena. En este último supuesto, nuestra norma
procesal, requiere que el condenado no haya sido sentenciado en ausencia, ya
que de permitirse la extradición de persona condenada en ausencia se estaría
violando el artículo 139° inciso 12) de nuestra Constitución.
La persona solicitada debe encontrase en nuestro país en condición de
residente, turista o de paso. Es residente el extranjero que ha decidido quedar
se a vivir en territorio peruano. Es turista el extranjero que está en nuestro
territorio por distracción o recreo. El término "de paso" se refiere al hecho
que el extranjero se encuentre en nuestro país en forma circunstancial, puede
ser el caso que esté de simple visita por comisión o por escala a otro país. En
tal situacióri el Estado Peruano está facultado para efectuar la detención inter
nacional.
965
flPl. 5T76 La cooperación judicial internacional
966
La extradición flpj. 518Q
"&< COMENTARIO
Como se anotó líneas arriba, este principio es conocido como el de do
ble incriminación, es decir, se requiere que el hecho constituya delito tanto en
el'Estado solicitante como en el requerido; sin en uno de ellos, no se encuen
tra consagrado, no procede la extradición. Por otro lado, se consagra que no
procede la extradición si el delito por el que se reclama al extraditable conmi
na con una pena privativa de libertad menor de un año. Asimismo, si el delito
conmina con otros tipos de pena.
E n caso que se solicite al procesado o condenado por pluralidad de de
litos (más de dos), basta que uno de ellos consagre una pena mayor a un año,
aunque el otro u otros delitos contengan una menor a la misma, para poder
conceder la extradición. De igual manera, basta que uno de los hechos solici
tados se consagre como delito en el código penal para que los otros puedan
concederse.
967
flPl. 51B 9 La cooperación judicial internacional
^ COMENTARIO
La demanda de extradición, antes llamada solicitud, debe contener:
a) Descripción del hecho punible que se imputa, esto es, cuál es el
delito materia de extradición en caso que el solicitado esté procesa
do por pluralidad de ilícitos. En caso de no precisarse este hecho, el
cuadernillo debe ser devuelto al juez o sala solicitante, con la finali
dad de precisar lo solicitado. Igualmente, es requisito que se esta
blezca la fecha de comisión para descartar la posible prescripción
de la acción penal. Asimismo, se debe precisar la tipificación legal
que corresponde al hecho, con la finalidad de que al momento de
concederse la extradición al Estado solicitante, no se cambie el tipo
penal por otro más agravado, por ejemplo, solicitar extradición por
el artículo 296° -Tipo base de trafico de drogas- y cambiar poste
riormente por el artículo 297° -figura agravada del mismo delito-.
Si el Estado solicitante considera, después de concedida la deman
da de extradición, que el hecho configura otro delito más agravado
o se ha vulnerado otro bien jurídico, debe solicitar permiso al Esta
do solicitante.
968
La extradición flpt. 518 Q
969
flPl. 519s La cooperación judicial internacional
971
flPl. 521 Q La cooperación judicial internacional
^ COMENTARIO
1. P R O C E D I M I E N T O A N T E E L J U E Z D E LA I N V E S T I G A
CIÓN PREPARATORIA
El Juez de Investigación Preparatoria recibirá el pedido de extradición
efectuada por la Fiscalía de la Nación, por ser al autoridad central. Ante ello,
el Juez debe dictar mandato de detención si es que no se encontrara detenido
el solicitado, en mérito a una solicitud de arresto provisorio. La finalidad de la
detención es asegurar que el requerido esté presente durante todo el procedi
miento de extradición y de esta manera asegurar su presencia en caso que se
( dicte resolución consultiva favorable.
97a
La extradición flpt. 522 2
977
ftpt. 52fl 9 La cooperación judicial internacional
"&. COMENTARIO
LA EXTRADICIÓN ACTIVA
979
APt. 52B 9 La cooperación judicial internacional
980
La extradición flpt. 52^
^ COMENTARIO
1. CONCEPTO
La extradición activa consiste en la mera petición formal que el Estado
requeriente dirige al Estado requerido, solicitándole la entrega de un delin
cuente refugiado en el territorio de éste, con el objeto de aplicar el ordena
miento penal vigente en aquél a la conducta delictiva del sujeto evadido, espe
cíficamente consignada en la solicitud de extradición.
2. INICIO D E L PROCEDIMIENTO
El procedimiento de extradición activa se puede iniciar a solicitud de
cualquiera de las partes de la investigación preparatoria o Juicio oral (Ministe
rio Público, Parte Civil, abogado defensor). Si la solicitud es desestimatoria es
apelable ante la Sala Penal Superior, que la resolverá previa audiencia con
citación e intervención de las partes que concurran al acto en el plazo de
cinco días. El procedimiento de extradición también se puede iniciar de oficio
por el Juez de la investigación preparatoria o el Juez Penal.
3. RESOLUCIÓN D E REQUERIMIENTO
La resolución de requerimiento de extradición debe contener lo siguiente:
a) Los hechos objeto de imputación.
b) Calificación legal.
c) La conminación penal.
d) Fundamentos que acreditan la realidad de los hechos delictivos y la
vinculación del imputado con los mismos, como autor o partícipe.
e) la declaración de ausencia o contumacia.
f) La orden de detención con fines de extradición.
Consideramos que en esta resolución también se debe dar una explica
ción del fundamento de la competencia del Estado peruano y los motivos por
los cuales no se ha extinguido la acción penal o la pena.
La resolución de requerimiento de extradición será acompañada
de:
1. Copias autenticadas de las resoluciones judiciales que dispusieron
el procesamiento y, en su caso, el enjuiciamiento del extraditado o
la sentencia condenatoria firme dictada cuando el extraditado se
encontraba presente.
982
La extradición API. 5ZP
4. P R O C E D I M I E N T O A N T E LA CORTE SUPREMA
Elevado el cuaderno a la Sala Penal de la Corte Suprema, se procederá
conforme al trámite establecido en el art. 526° del Código, es decir, se correrá
traslado de las actuaciones elevadas por el Juez de la Investigación Preparato
ria al Fiscal Supremo y a los demás intervinientes apersonados, señalándose
fecha para la audiencia de extradición. La audiencia se llevará a cabo con los
que asistan, quienes por su orden informarán oralmente: el Fiscal Supremo, el
Abogado de la Parte civil, y el abogado del extraditado. Si el extraditado con
curre a la audiencia, lo hará en último lugar. La Corte Suprema emitirá resolu
ción consultiva en el plazo de cinco días.
Si la resolución consultiva es desfavorable a la extradición activa, se de
volverá lo actuado al órgano jurisdiccional inferior. Si es favorable, se remitirá
el cuaderno íntegro al Ministerio de Justicia, previa legalización de lo actuado.
El Gobierno se pronunciará mediante Resolución Suprema aprobada en
Consejo de Ministros. Para este efecto, una Comisión presidida por el Minis
terio de Justicia e integrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se
pronunciará mediante informe motivado. El Consejo de Ministros podrá acor
dar si accede o deniega la extradición activa.
La presentación formal de la extradición corresponderá a la Fiscalía de
la Nación, por ser la autoridad central en materia de Cooperación Judicial
Internacional, la cual lo hace con el concurso del Ministerio de Relaciones
Exteriores.
983
SECCIÓN III
INASISTENCIA
JUDICIAL
INTERNACIONAL
985
API. 5 3 0 9 La cooperación judicial internacional
987
flPt. 53fl 9 La cooperación judicial internacional
989
flpt. 5372 La cooperación judicial internacional
^ COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
En materia de asistencia judicial internacional, el tratado celebrado por
los Estados partes es la base jurídica que rige el trámite de cooperación por
ser su fuente principal; en caso de no existir tratado, prevalece el principio de
reciprocidad, siendo la legislación interna de cada Estado, el límite por donde
discurrirá la asistencia judicial. Cabe precisar que no siempre las normas de
los tratados o convenios contienen de manera precisa y clara la asistencia
mutua, por ello, resulta aplicable de manera supletoria la legislación interna.
Por tanto, lo establecido en esta sección rige para los casos en que un
Estado solicitante requiere al Perú la asistencia judicial pero las normas del
tratado no disponen de manera clara o especifica lo pertinente.
Dentro de los actos de cooperación judicial materia de solicitud se en
cuentra fundamentalmente la llamada carta rogatoria referida a notificacio
nes, diligencias (declaraciones, testimoniales, indagaciones, inspecciones), ex
hibición de documentos, remisión de documentos e informes, traslado tem
poral de detenido o condenado y medidas limitativas de derechos (embargos,
incautaciones, secuestro, registro domiciliario, allanamientos, etc).
2. LA CARTA R O G A T O R I A A A U T O R I D A D P E R U A N A
a) La solicitud.- La solicitud de asistencia judicial o carta rogatoria
(también llamada «comisión rogatoria» o «exhorto internacional»),
es un medio de comunicación procesal entre autoridades que se
encuentran en distintos países, y que sirve para practicar diversas
diligencias en otro lugar en el que el juez del conocimiento no tiene
jurisdicción. Dichas diligencias van encaminadas a la solicitud que
formula un juez a otro de igual jerarquía, recurriéndose a ello por
razones de carencia de jurisdicción y competencia por parte del Juez
recurrente. Se sustenta en las diversas Convenciones o Tratados In
ternacionales en los que se contempla la tramitación de cartas roga
torias, y a falta de ello, sobre la base de la reciprocidad internacional.
E n el Perú, el Ministerio de Relaciones Exteriores tramita Cartas
Rogatorias Civiles y Penales, ya sea a través de la vía diplomática
(De Juez a Juez) o consular (De Juez a Cónsul). Conforme a la
990
La asistencia judicial internacional APt. 5 3 7 a
991
La cooperación judicial internacional
3. TRASLADO AL EXTRANJERO
Las autoridades peruanas pueden autorizar el traslado de persona dete
nida o condenada por la justicia peruana para que concurra en calidad de
testigo, colabore en las investigaciones o intervenga en las actuaciones corres
pondientes, en proceso penal llevado a cabo en el extranjero, siempre que «e
cumplan con los siguientes requisitos:
993
APt. 537° La cooperación judicial internacional
994
La asistencia judicial internacional flpt. 537°
5. TRASLADO D E L D E T E N I D O O C O N D E N A D O AL P E R Ú
Las autoridades peruanas pueden solicitar el traslado de persona deteni
da o condenada por la justicia extrajera que esté sufriendo privación de la
libertad o medida restrictiva de la libertad para que concurra en calidad de
testigo en la investigación o juzgamiento realizado en nuestro país.
5.1. AUTORIDAD C O M P E T E N T E
La autoridad nacional competente para solicitar el traslado de persona
detenida o condenada en el extranjero para que concurra a nuestro país, es el
Juez de la Investigación Preparatoria o el Juez Penal. La solicitud se hace a
requerimiento del Fiscal o de las otras partes del proceso; los jueces no están
facultados para iniciar el tramite de oficio por la naturaleza del nuevo proceso
penal peruano, donde las partes son las encargadas de acumular el acervo
probatorio que conduce a la responsabilidad o irresponsabilidad.
5.2. P R O C E D I M I E N T O
Una vez presentada la solicitud al Juez de la Investigación Preparatoria o
al Juez Penal, éste evaluará los actuados y los argumentos que fundamentan la
presencia del requerido ante las autoridades peruanas. Luego emitirá resolu
ción declarando procedente o improcedente lo solicitado, la misma que es
susceptible de recurso de apelación dentro de tres días de notificado (art.
414.1."c"). En este caso la impugnación suspende el procedimiento hasta el
pronunciamiento final del órgano Superior.
995
SECCIÓN IV
LAS DILIGENCIAS
EN EL EXTERIOR
997
539° La cooperación judicial internacional
>Sv COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
La lucha contra la impunidad no se agota con los actos de investigación
o de prueba que se llevan a cabo en nuestro país, sino que estos requieren
también que las autoridades peruanas, Jueces y Fiscales, crucen las fronteras
nacionales, y practiquen diligencias en el exterior, para lo cual se requiere que
se cumplan con ciertas formalidades, internas y externas, para poder llevarlas
a cabo. La práctica de las diligencias llevadas a cabo en el exterior presentan
los siguientes presupuestos:
a) Las diligencias no requieran la presencia de las autoridades perua
nas (Juez y Fiscal) en el exterior. En este supuesto, las diligencias
pueden llevarse a cabo por la autoridad extranjera a solicitud de las
autoridades peruanas y de conformidad con su legislación interna.
En este caso no se requiere de la autorización del superior para la
realización de la diligencia.
998
Las didligencias en el exterior flp|. 539 o
2.2. P R O C E D E N C I A D E DILIGENCIAS E N E L E X T E R I O R
Las diligencias en el exterior procederán siempre y cuando se cumplan
con ciertos requisitos:
a) Ser autorizado por Fiscal Superior o Sala Penal Superior.- Dado
que la diligencia en el exterior, según el Código, sólo pueden ser
llevadas a cabo por el Fiscal o Juez, la debe autorizar al Fiscal Supe
rior o la Sala Penal Superior por ser los inmediatamente superiores
en grado. En caso de los delitos cometidos por los funcionarios
indicados en el artículo 100° de la Constitución en ejercicio de sus
funciones (Congresistas, Presidente de la República, Vocales Supre
mos, Fiscales Supremos, miembros del Tribunal Constitucional, etc.)
y que son investigados por Fiscales y Vocales Supremos, correspon
de a los Fiscales y Vocales Supremos que hacen de segunda instancia,
autorizar las diligencias en el exterior.
Para la autorización debe tenerse en cuenta: la naturaleza de la ac
tuación, es decir, que la misma sea necesaria y posible de ser llevada
999
La
APt. 539° cooperación judicial internacional
3.2. PROCEDIMIENTO
El Juez de la Investigación Preparatoria es la autoridad peruana que de
cide sobre la procedencia o improcedencia de la realización de diligencias por
autoridad extranjera en nuestro país. A diferencia de la solicitud de autoriza
ción de diligencia en el exterior por parte de autoridad peruana donde decide
la FiscaKa Superior o Sala Penal, en este caso sólo puede ser decidida por
autoridad judicial más no así por autoridad fiscal. La decisión se toma luego
de la audiencia en el plazo de cinco días en la que intervendrán el Fiscal y los
interesados debidamente apersonados.
La resolución emitida por el magistrado es recurrible con efecto suspen
sivo ante la Sala Penal Superior. La Sala Penal Superior correrá traslado de lo
actuado al Fiscal Superior y a los interesados debidamente apersonados por el
plazo común de tres días, y resolverá, previa vista de la causa, en el plazo de
cinco días (art. 532°.2).
1000
Las didligencias en el exterior ftpj. 539°
3.3. C O N D I C I Ó N
En caso de aceptarse lo peticionado por la autoridad extranjera, su eje
cución está condicionada a que no se afecten derechos y garantías consagra
das por el ordenamiento jurídico peruano, ya sea de orden penal, procesal o
constitucional e incluso normas de ius cogens.
Las autoridades judiciales peruanas prestarán auxilio a la autoridad ex
tranjera para el cumplimiento cabal de las diligencias solicitadas. Para ello, se
contará con la participación del Ministerio Público, quien velará por el cum
plimiento de la legalidad en la ejecución de las diligencias. De cometerse algu
na acción que acarree responsabilidad penal, el Ministerio Público deberá ini
ciar las acciones judiciales correspondientes.
1001
r
SECCIÓN V
EL CUMPLIMIENTO
DE CONDENAS
TfnjLoi
LAS PENAS Y LAS MEDIDAS
PRIVATIVAS DE LIBERTAD EFECTIVAS
1003
API. 541° La cooperación judicial internacional
1006
El cumplimiento de condenas flpj. 544°
^ COMENTARIO
El Traslado de condenados es un acto de cooperación judicial internacio
nal mediante el cual una persona condenada por la administración de justicia de
Perú o por la justicia de Estado extranjero puede ser trasferida al territorio del
cual es nacional o donde reside habitualmente para cumplir la pena privativa de
libertad o medidas de seguridad privativas de libertad que se le han impuesto.
El fundamento del traslado de condenados es que estos cumplan sus
penas en sus países de origen o donde son residentes habituales; con ello no
sólo se pretende descongestionar las cárceles de los Estados, como es en el
caso del Perú, sino que los condenados cumplan sus condenas de manera
digna, en el sentido que éstos puedan interrelacionarse con la visita de sus
familiares y amistades en los países del cual son nacionales o desarrollan la
mayor parte de su vida, hecho que no podría realizarse en caso de cumplir su
condena en los países que emitieron la sentencia condenatoria. El traslado
resulta más razonable sobre todo en los casos en que los condenados no
hablan el idioma del país o por los menos el idioma que habla la mayoría del
lugar donde está recluido, lo que no sólo evita interrelacionarse con los demás
presos sino que muchas veces llega hasta la exclusión.
Por otro lado, el problema de los condenados extranjeros no sólo se
reduce a los inconvenientes en el interior de las cárceles, sino también a los
inconvenientes en el exterior del penal, cuando al interno se le otorga algún
beneficio penitenciario (semi-libertad, liberación condicional), sin embargo,
no pueden retornar a su lugar de origen o residencia, ya que se le impide salir
del país y tiene que fijar su lugar de residencia dentro del ámbito jurisdiccional
donde se emitió sentencia e incluso tiene que reportarse cada cierto tiempo al
juzgado que concedió el beneficio. Por ello, con la finalidad de aliviar esta
situación, actualmente, el Gobierno del Perú ha celebrado convenios bilatera
les con diversos Gobiernos, para que los reos que cumplen pena privativa de
1007
AN. 544° La cooperación judicial internacional
1008
TÍTULO II
LAS OTRAS PENAS Y
MEDIDAS DE SEGURIDAD
"&. COMENTARIO
Al igual que en el caso de ejecución de las penas privativas de libertad,
en los supuestos alternativos a la ejecución de esta pena (pena de ejecución
suspendida o la reserva del fallo condenatorio), así como en el caso de penas
de prestación de servicios a la comunidad, limitación de días libres, o una
medida de seguridad no privativa de libertad, es factible que se pueda cumplir
en el país de origen de la persona condenada.
Los peruanos 1 que han sido condenados por órganos judiciales extranje
ros a una pena no privativa de libertad, se encuentran facultados para cumplir
su pena en el Perú. El cumplimiento de la pena se ejecuta bajo la vigilancia de
la autoridad competente.
En el caso de las condenas de multa o la consecuencia accesoria como
el decomiso, dictadas por autoridad judicial extranjera, podrán ser ejecutadas
en el Perú, a solicitud de su autoridad central, debiéndose cumplir los requisi
tos previstos en el artículo 547.
Asimismo, el código prevé que las penas de inhabilitación impuestas
por un órgano jurisdiccional extranjero puedan ser ejecutadas en el Perú, a
solicitud de su autoridad central, siempre que se cumplan los requisitos esta
blecidos por la ley. (artículo 548 del Código).
Al respecto, es necesario tener en cuenta que en relación a la suspen
sión de la pena privativa de libertad, la reserva de fallo condenatorio y la pena
de multa no hay problema respecto a su ejecución en el país o en el extranjero,
conforme a las disposiciones contenidas en este articulado. Sin embargo, en
cuanto a los supuestos de decomiso e inhabilitación se presentan problemas que al
parecer el legislador no los ha tenido en cuenta. Más aun en el caso de las
1012
El cumplimiento de condenas flpj, 549 o
1013
flPt. 549° La cooperación judicial internacional
1014
SECCIÓN VI
LA ENTREGA
VIGILADA
1015
flPt. 550° La cooperación judicial internacional
1016
La entrega vigilada flpj. 553°
*&. COMENTARIO
En este articulado, en concordancia con el artículo 340° del Código, se
establece que la entrega vigilada se hará caso por caso y en el plano interna
cional se adecuará a lo dispuesto por los tratados internacionales. Asimismo,
se refieren a la realización de la entrega vigilada a solicitud de la autoridad
extranjera, en cuyo caso se dispone que será el Fiscal Provincial del lugar
donde ocurra el hecho, previa coordinación con la Fiscalía de la Nación, el
que deba autorizar y dirigir todo el proceso de entrega vigilado, contando para
ello con la activa participación de la Policía Nacional. Igualmente, se señala
que los gastos correspondientes para la concreción de esta técnica será de
cargo del Ministerio Público, dejando a salvo la posibilidad de que la Fiscalía
de la Nación llegue a acuerdos económicos con el respectivo país requirente.
De otro lado, se establece que la Fiscalía de la Nación velará porque la juris
dicción nacional no se limite indebidamente, a la vez que se respete la plena
vigencia de la ley nacional y de las atribuciones del Ministerio Publico, el mis
mo que no quedará impedido para interponer la correspondiente acción pe
nal de ser el caso.
De otro lado también se establece que la Fiscalía que se encontrara in
vestigando los delitos contenidos en el artículo 340° del Código Penal, a los
cuales ya hemos hecho referencia en líneas anteriores, en coordinación con la
Fiscalía de la Nación, podrá solicitar o autorizar se pida a la autoridad extran
jera correspondiente la utilización de la entrega vigilada en el territorio del
correspondiente país requerido.
1018
SECCIÓN VII
COOPERACIÓN CON
LA CORTE PENAL
INTERNACIONAL
TÍTULOI
ASPECTOS GENERALES
1. INTRODUCCIÓN
A pesar de la implementación de un sinnúmero de tratados y convencio
nes internacionales sobre Derechos Humanos y sus respectivos órganos y
mecanismos de protección, no se puede afirmar que los valores vitales del ser
humanos se encuentran protegidos y garantizados. Pues, la teoría de la vigen
cia de los derechos humanos se condice con la prácúca de los Estados v de
organismos paraestatales, los que han perpetrado los más horrendos y per
versos crímenes en contra de la humanidad.
Durante todo el siglo XX se crearon organismos universales y regionales
de protección de los Derechos Humanos, como la Corte Internacional de
Justicia, la Corte Europea de Derechos Humanos y la Corte Interamerica de
Derechos Humanos, las cuales sólo se pronuncian por la resposabilidad de
los Estados en caso de violación de los. tratados o declaración de la que son
parte. Estos organismos no declaran la responsabilidad individual.
Ello varía con la creación de la Corte Penal Internacional (CPI), que
como bien señala BAZAN CHACÓN, es un hito en la historia de la humani
dad y, en particular, en el Derecho Penal Internacional, para la protección de
los derechos humanos. A partir de la creación de esta Corte y de su vigencia
en julio de 2002 se sanciona la responsabilidad individual por crímenes inter
nacionales.
El establecimiento de esta Corte se aceleró con los atroces crímenes
cometidos durante la segunda guerra mundial y aún después, en Ruanda y
1019
La cooperación judicial internacional
2. CONCEPTO
La Corte Penal Internacional 1 " 6 es una corte permanente que investiga y
lleva ante la justicia a los individuos (no a los Estados) responsables de come
ter las violaciones más graves al derecho internacional humanitario: genoci
dio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, una vez que sea defini
da, la agresión. Actuará en forma complementaria a las jurisdicciones nacio
nales de los estados partes del Estatuto de Roma. Su sede estará en la Haya y
estará vinculada con el sistema de Naciones Unidas. Con ella será posible, por
primera vez, que la comunidad internacional pueda imponer directamente a
los individuos la obligación de respetar los derechos fundamentales de las
personas 177 . La CPI establecerá la responsabilidad penal individual; y, a dife
rencia de los Tribunales Penales Internacionales para Ruanda y la Antigua
Yugoslavia, creados por resolución del Consejo de Seguridad, su jurisdicción
no estará cronológica o geográficamente limitada1 8.
3. CARACTERÍSTICAS
a) La actuación y competencia de la CPI no será retroactiva, aplicán
dose sólo a aquellos crímenes cometidos después de la entrada en
vigor del Estatuto (arts. I I o y 22°), es decir, a partir del I o de julio
del 2002: Ello es coherente con la Convención de Viena sobre De
rechos de los Tratados.
b) La CPI es permanente porque su vigencia no está limitada en el
tiempo o a determinados países, como en el caso de los Tribunales
ad hoc de Ruanda y la ex Yugoslavia.
c) La CPI es complementaria por que sólo podrá actuar cuando la
jurisdicción nacional no esté dispuesta o sea incapaz de perseguir
un delito que caiga en la esfera de su competencia. Así, se considera
1-6
BAZAN CHACÓN, Iván: Importancia de la Corte Penal Internacional. Dirección electrónica:
http://wmv.iccnow.0rg/espanol/articulos/Ivan_Ba2an.pdf.
r
~ EL MONITOR D E LA CPI: La Corte Penal Internacional; Dirección electrónica: h t t p : / /
www.icconw.org/html/spanish.htm.
r8
Coalición de O N G por la Corte Penal Internacional: ¿Qué es la Corte Penal Internacional?,
dirección electrónica http://w-ww.iccnow.org/espanol/cpi2.htm.
1020
Cooperación con la Corte Penal Internacional
4. MARCO NORMATIVO
Se encuentra descrito y regulado en el llamado Estatuto de Roma, pues
el Tratado ha sido adoptado en la Conferencia Diplomática realizada en dicha
ciudad, donde se aprobó el 17 de julio de 1998. El Estatuto es una especie de
Código Penal, Código Procesal Penal y Código de Ejecución Penal Interna
cional en un solo cuerpo legal. Igualmente, contará con una suerte de regla
mentos que serán los llamados Elementos del crimen y las Reglas de Procedi
miento y Prueba.
1021
La cooperación judicial internacional
1022
Cooperación con la Corte Penal Internacional
vo para reducir la pena. Un jefe militar será penalmente responsable por los
crímenes cometidos por fuerzas bajo su control y mando (art. 28°). Además
el hecho de que un crimen se haya cometido por una persona bajo las órdenes
de un superior, normalmente no releva a esa persona de responsabilidad de
lictiva.
Resulta de interés anotar que durante la elaboración del estatuto se plan
teó la posibilidad de que no sólo las personas naturales fueran responsables
por la comisión de crímenes internacionales, sino también se pretendió impu
tar responsabilidad a las personas jurídicas. Sin embargo, esta posición fue
desestimada en el sentido que son las personas naturales las que actúan direc
tamente en la comisión de los crímenes y si para ello se han valido de alguna
personería jurídica correspondería a ésta una sanción cml o administrativa
nías no penal1 '.
1023
La cooperación judicial internacional
6. COOPERACIÓN I N T E R N A C I O N A L
Como ya se señaló, los Estados Partes tienen la obligación de cooperar
plenamente con la Corte, cuando ésta se los solicite, en relación con la kwes-
tigación v el enjuiciamiento de los crímenes de su competencia, debiendo
asegurarse que en sus derechos internos se implementen los procedimientos
aplicables a todas las formas de cooperación requeridas (art. 88°)
La Corte podrá invitar a cualquier Estado que no sea parte en el Estatuto
a prestar asistencia sobre la base de un acuerdo especial o de cualquier otra
manera adecuada. En caso de incumplimiento con lo pactado con ese Estado
no part, se informará a la Asamblea de los Estados Partes o al Consejo de
Seguridad, si éste le hubiese remitido el asunto. Este mismo procedimiento se
prevé cuando un Estado Parte se niegue a dar curso a una solicitud de coope
ración formulada por la Corte, impidiéndole así el ejercicio de sus funciones y
atribuciones (art. 87°). Las Organizaciones intergubernamentales pueden ser
requeridas por la Corte para que le proporcionen información o documenta
ción o que le brinden colaboración y asistencia sobre la base de acuerdos
especiales que hayan celebrado.
La Corte también podrá solicitar la detención y entrega de una persona
a todo Estado en cuyo territorio pueda hallarse y solicitar su cooperación de
ese Estado. Cuando la persona impugne el pedido ante un tribunal interno
181
WECKEL, Philipe: «La Corte Penal Internacional», En: Revista General de Derecho
Internacional Público, T. 102, 1998, p. 988.
182
Artículo 12°.- 3. Si la aceptación de un Estado que no sea Parte en el presente Estatuto fuere
necesaria de conformidad con el párrafo 2, dicho Estado podrá, mediante declaración
depositada en poder del Secretario, consentir en que la Corte ejerza su competencia respecto
del crimen de que se trate. El Estado aceptante cooperará con la Corte sin demora ni excepción
de conformidad con la Parte IX.
1024
Cooperación con la Corte Penal Internacional flpt, 554°
b) La detención provisional;
c) Los actos de cooperación previstos en el artículo 93 del
Estatuto de la Corte Penal Internacional.
2. Asimismo, en cuanto no estén incluidos específicamente en
dicha norma internacional, procede otorgar asistencia en
los supuestos previstos en los literales b) al m) del numeral
1) del artículo 511, así como en lo relativo a la ejecución de
penas impuestas a nacionales por la Corte Penal Internacio
nal.
1027
OPt. 557° La cooperación judicial internacional
TÍTULO II
LA DETENCIÓN Y ENTREGA DE
PERSONAS Y LA DETENCIÓN PROVISIONAL
^ COMENTARIO
Para la aplicación del presente se debe tener en consideración el artículo
91° del Estatuto de Roma, en el que se señala que:
1. La solicitud de detención y entrega deberá formularse por escrito.
En caso de urgencia, se podrá hacer por cualquier otro medio que
permita dejar constancia escrita, a condición de que la solicitud sea
confirmada.
2. La solicitud de detención y entrega de una persona deberá contener
los elementos siguientes o ir acompañada de:
a) Información suficiente para la identificación de la persona
buscada y datos sobre su probable paradero;
b) Una copia de la orden de detención; y
c) Los documentos, las declaraciones o la información que sean
necesarios para cumplir los requisitos de procedimiento del
Estado requerido relativos a la entrega; sin embargo, esos re
quisitos no podrán ser más onerosos que los aplicables a las
solicitudes de extradición conforme a tratados o acuerdos ce
lebrados por el Estado requerido y otros Estados y, de ser
1030
Cooperación con la Corte Penal Internacional APt. 558°
TÍTULO III
LOS DEMÁS ACTOS DE COOPERACIÓN
103a
Cooperación con la Corte Penal Internacional ftp|. 563°
TÍTULO I V
LA EJECUCIÓN DE LA PENA
"S. COMENTARIO
Este artículo del Código Procesal Penal se relacionan con las penas
establecidas y ejecutadas por el estatuto de la Corte Penal Internacional.
1037
flPt. 566° La cooperación judicial internacional
2. EJECUCIÓN D E LAS P E N A S
La pena privativa de libertad se ejecutará en un Estado designado por la
Corte sobre la base de una lista de Estados que hayan manifestado a la Corte
que están dispuestos a recibir condenados, los mismos que podrán imponer
determinadas condiciones. Si no puede ser designado un Estado de ejecución,
la ejecución se llevará a cabo en el Estado anfitrión de la CPI y a cargo de está
(art. 103 párr. 4 Estatuto).
1038
Cooperación con la Corte Penal Internacional
r— DISPOSICIONES
COMPLEMENTARIAS ¡
1039
La cooperación judicial internacional
DISPOSICIONES —
FINALES
1040
Cooperación con la Corte Penal Internacional
DISPOSICIONES
| MODIFICATORIAS Y DEROGATORIAS I
loaa
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