Tipos de Argumentos.19
Tipos de Argumentos.19
Tipos de Argumentos.19
Argumentos abductivos.
Argumento conductivo
Argumento de autoridad
Argumento deductivo
Argumento inductivo
Argumento probabilístico.
A continuación se mencionan las características más importantes de los tipos de
argumentos mencionados arriba.
ARGUMENTO ABDUCTIVO
Los argumentos abductivos son también llamados argumentos a la mejor
explicación. Se caracterizan por tratar de ofrecer una explicación adecuada a un
fenómeno del cual se requiere dar cuenta (en general, es un fenómeno
sorprendente, pero esto no es necesario). Los argumentos abductivos son usados
en muchos contextos y, justo por esto, es muy complicado dar una caracterización
última de ellos.
Sin embargo, se puede decir de ellos que parten de una explicación para un hecho
o creencia p. La explicación se construye a partir de la información previa, T, con
la que cuenta el sujeto que pretende generar la explicación; esto incluye
información empírica previamente conocida, información empírica recabada
posteriormente (investigación posterior) y una teoría de fondo (el conjunto de
creencias que se usa para generar la explicación). Lo que se busca inferir es una
explicación, E, que junto con T nos permita inferir p (que dé cuenta de p).
DEFINICIÓN.
ARGUMENTO CONDUCTIVO
Los argumentos conductivos fueron propuestos originalmente por Carl Wellman en
1971 en su libro Challenge and Response: Justification in Ethics. Uno de los
objetivos de Wellman era dar cuenta de los procesos de razonamiento que nos
permiten justificar nuestros juicios éticos.
DEFINICIÓN
Los argumentos conductivos son aquellos que se construyen para decidir una
línea de acción, u omisión, en un caso controversial (o bien, para decidir acerca de
principios o reglas que permitan tomar dichas decisiones u omisiones). La función
del argumento es deliberar: considerar las distintas opciones que se tienen en el
momento de tomar una decisión (o de seleccionar algún principio para hacerlo). La
deliberación consiste en reflexionar acerca de los pros y los contras que tendrían
una acción u omisión determinada. La conclusión es la acción u omisión que se
decide tomar.
Los argumentos conductivos también pueden definirse como ese tipo de
razonamiento en el que:
1) La conclusión es acerca algún caso individual
2) No es concluyente
3) Se apela a una o más premisas sobre el mismo caso
4) No se apela a otros casos.
Ejemplos de casos en los que se elabora un argumento conductivo son:
¿Qué carrera técnica elegiré estudiar?
ANÁLISIS DE CASOS
(i) El médico me ha examinado y me ha mandado a hacer análisis de laboratorio;
tengo el resultado de los análisis y su diagnóstico indica que tengo una infección,
por lo tanto tengo una infección. La conclusión es plausible pues cumple con: (1)
pues tengo acceso a los resultados del laboratorio, (2) pues se supone que el
laboratorio es una fuente cualificada, así como el doctor, (3) el doctor apenas me
conoce y no hay razones para suponer que tiene una ganancia en diagnosticar de
manera ficticia, por el contrario, si lo hiciera yo no volvería a consultarlo y le
interesa mi confianza, (4) otros doctores coinciden en que un análisis de
laboratorio que indique la presencia de bacterias en la muestra analizada es
prueba de que esas bacterias están en mi cuerpo, (5) el médico es especialista en
los órganos infectados, (6) y (7) no hay debate entre expertos acerca de los
resultados del laboratorio y (8) la medicina es una disciplina científica establecida.
(ii) El psicólogo de la escuela diagnosticó a mi hermano con Trastorno de Déficit
de Atención e Hiperactividad (TDAH) por lo tanto, lo tiene. Este argumento es poco
plausible porque viola (6) y (7) ya que el psiquiatra que inventó el trastorno
confesó antes de morir que fue un invento para estimular la venta de fármacos.
Además, el psicólogo de la escuela es especialista en psicología educativa y no en
psicología clínica, lo que viola los criterios (5) y (2).
ARGUMENTO DEDUCTIVO
Un argumento deductivo es como un refrigerador: uno pone comida en un
refrigerador con la intención de que se enfríe y cuando uno la saque, se conserve
en buen estado. Asimismo, uno pone información verdadera en las premisas de un
argumento deductivo, con la intención de que al inferir la conclusión, esta sea
verdadera también.
Por otra parte, la cantidad de comida que uno saca del refrigerador no puede ser
mayor de la que uno puso ahí en un principio (el refrigerador no aparece comida
por arte de magia). Asimismo, la conclusión inferida en un argumento deductivo,
está contenida por completo en la información de las premisas.
Así como hay refrigeradores buenos y refrigeradores malos, hay argumentos
deductivos buenos y argumentos deductivos malos.
En los buenos refrigeradores, siempre que uno mete la comida en buen estado,
ésta se encontrará en buen estado al sacarla. Del mismo, modo, en un buen
argumento deductivo, cuando uno pone en sus premisas información verdadera, la
conclusión que se infiere será necesariamente verdadera.
A pesar de esto, hay una diferencia entre los buenos refrigeradores y los buenos
argumentos deductivos. Si en un refrigerador uno pone comida podrida, esta se
mantendrá podrida. Si uno pone comida podrida revuelta con comida en buen
estado, cada tipo de comida se conservará en el estado en el que se metió.
Sin embargo, hay argumentos deductivos buenos que hacen lo siguiente cuando
las premisas incluyen información falsa, dependiendo del caso:
Caso 1: Si uno pone información falsa en las premisas, la conclusión que se infiere
también es falsa.
Caso 2: Si uno pone información falsa mezclada con verdadera en las premisas, la
conclusión inferida es verdadera.
Caso 3: Si uno pone información falsa mezclada con verdadera en las premisas, la
conclusión inferida es falsa.
Caso 4: Si uno pone información falsa en las premisas, la conclusión inferida es
verdadera.
El caso 4 es el más raro, es como un refrigerador que pudiera convertir la comida
podrida en comida en buen estado, algo que no existe en la realidad.
No todos los buenos argumentos deductivos pueden hacer que ocurran los 4
casos anteriores. Esto depende de su estructura. Sin embargo, lo que todo en
todo buen argumento deductivo debe ocurrir es que si las premisas son
verdaderas, la conclusión inferida también tiene que serlo. Que es lo que se
espera de todo buen refrigerador, que si le pongo comida en buen estado,
entonces debe conservarse así. Dicho de otra manera, si se tiene un buen
refrigerador, la comida no puede ponerse en buen estado y salir podrida. O bien,
en un buen argumento deductivo, las premisas no pueden ser verdaderas y la
conclusión falsa.
Cuando esto ocurre, tenemos un pésimo refrigerador y lo mejor es cambiarlo.
(Esta comparación entre Argumentos Deductivos y refrigeradores, puede
encontrarse en Cornman, 1990, Introducción a los problemas y argumentos
filosóficos, capítulo 1).
Los argumentos deductivos han tenido una función de lo más relevante en la
historia del razonamiento humano; especialmente, en la historia del razonamiento
científico. Esto se debe en buena medida a que son argumentos que, en caso de
estar bien construidos, nos garantizan que si partimos de premisas verdaderas
obtendremos conclusiones verdaderas. Esta característica de los argumentos
deductivos los colocó como la base de los razonamientos científicos y
matemáticos durante buena parte de la historia de la humanidad
(véase, Cassini, El juego de los principios: Una historia del método axiomático,
capítulo 1, para profundizar en la relevancia de esta clase de argumentos en el
desarrollo de la ciencia; especialmente, en las ciencias axiomáticas).
Uno de los principales problemas en la enseñanza de esta clase de argumento es
que sobre ellos se han generado una serie de mal entendidos, mismos que han
permeado fuertemente en el imaginario colectivo. Probablemente el más grave de
ellos es que se cree, erróneamente, que los argumentos deductivos son aquellos
que van de lo general a lo particular; pero, como se muestra en los ejemplos más
abajo, existen argumentos deductivos que van de lo particular a lo particular, de lo
general a lo general e incluso algunos argumentos deductivos van de lo particular
a lo general. Es muy probable que esta confusión se deba al siguiente hecho: en
los argumentos deductivos toda información expresada en la conclusión ya está
contenida en las premisas; pero esto no quiere decir que la información contenida
en las premisas deba ser general y la de la conclusión deba ser particular. En este
sentido, los razonamientos deductivos pueden verse como razonamientos que
pretenden hacer explicita en la conclusión cierta información que ya está
contenida (implícitamente) en las premisas; es decir, la conclusión no amplía la
información dada por las premisas. Para más información al respecto, consultar
el Foro: ¿Por qué los argumentos deductivos y los inductivos son distintos?
Por lo anterior, el argumento deductivo se caracteriza por una inferencia
explicativa (véase la entrada del glosario correspondiente). Es decir, la conclusión
de los argumentos deductivos sólo proporciona información nueva desde un punto
de vista formal, implícita en las premisas. Sin embargo, la conclusión no
proporciona información nueva desde un punto de vista material, no ofrece
información nueva sobre el mundo (véase Díez, Fundamentos de filosofía de la
ciencia, capítulo 2).
Definición. Los argumentos deductivos son argumentos tales que el individuo que
los formula pretende garantizar la preservación de verdad de las premisas a la
conclusión; es decir, un argumento es deductivo cuando el individuo que lo formula
tiene la pretensión de que el argumento sea válido (que la verdad de las premisas
garantice la verdad de la conclusión).
Los seres humanos son animales racionales. Todo animal racional tiene derechos
humanos. Por lo tanto, todo ser humano tiene derechos humanos.
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Por lo tanto, todos los objetos del tipo x son P.
(Por lo tanto, z es un objeto del tipo x y es P.)
Ejemplos.
Por lo tanto, todos los estudiantes que trabajan tienen malas notas.
ARGUMENTO INDUCTIVO
Definición.
Los argumentos por analogía se basan en comparar casos problemáticos con
casos claros para explotar sus similitudes y diferencias. Cuando hablo de ejemplos
claros, me refiero a casos no controversiales, que no dependan de ninguna
concepción o definición debatible. El objetivo de esta comparación es buscar
alguna diferencia o similitud relevante que decida la cuestión. Es necesario que las
diferencias o similitudes que se encuentren sean relevantes para clarificar el caso
problemático.
Ejemplos.
Primer ejemplo:
PREMISA 1) Los hemisferios de un paciente son similares a dos personas que van
acompañados a un bar: uno es “inteligente, apuesto y encantador”. Sin embargo,
su acompañante es “inútil”, está “dañada y vieja”. La persona apuesta podría
conquistar a alguna mujer del bar que le parezca atractiva, pero no puede utilizar
su talento, porque tiene que cuidar a su acompañante, “limpiando la baba de su
quijada, para ver que no se coma el mantel”.
PREMISA 2) La persona apuesta podría aprovechar sus habilidades si no tuviera
que cuidar a su acompañante.
CONCLUSIÓN. El hemisferio izquierdo podría funcionar mejor si no tuviera que
complementar las funciones del hemisferio derecho.
Segundo ejemplo:
Ejemplos.
Premisa: Carl Sagan dice que podría haber vida en Marte.
Conclusión: Por tanto, podría haber vida en Marte.
ARGUMENTO PROBABILÍSTICO
Los argumentos probabilísticos son probablemente los más usuales en las
ciencias empíricas. Son similares a los argumentos por inducción enumerativa,
con la diferencia de que en lugar de dar una lista de objetos de un tipo
determinado y atribuir una propiedad particular, ofrecen una evaluación
cuantitativa o cualitativa de dicha información; es decir, ofrecen una oración en la
que se establece la probabilidad de que un objeto del tipo x tenga (o no tenga) la
propiedad P. Esto lo hacen mediante oraciones de la forma “Existe una
probabilidad de n% de que un objeto del tipo x tenga la propiedad P” (versión
cuantitativa) o “La mayoría (o la minoría) de los objetos del tipo x tiene la
propiedad P” (versión cualitativa). Además, los argumentos probabilísticos
establecen que un objeto particular es del tipo x. Y concluyen que ese objeto tiene
(o no tiene) la propiedad P.
DEFINICIÓN.
Un argumento es un argumento probabilístico si una de sus premisas establece la
probabilidad (ya sea de forma cuantitativa o cualitativa) de que un objeto del
tipo x tenga la propiedad P, una de sus premisas establece que el objeto a es el
tipo x y concluye que el objeto a tiene (o no) la propiedad P.
La forma más común de los argumentos probabilísticos es: