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Politica Cubana

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La valla política cubana, un patrimonio gráfico inexplorado

Article · January 2011

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1 author:

Alfonso González
Autonomous University of Barcelona
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Publicitat i gènere. Perspectiva històrica View project

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4 C ALLE G: CUANDO LOS CIUDADANOS HALLARON SU CIUDAD
Pedro Vázquez | ¿Por qué grupos de jóvenes habaneros escogen este y no otro
espacio de la ciudad para sus encuentros de fin de semana? Un acercamiento
desde una perspecti va urbanística a la presencia juv enil en la Avenida de los
Presidentes.

11 D INÁMICAS MUSICALES: PARTICIPACIÓN, COMUNICACIÓN Y CONSUMO


Rosilín Bayona Mojena | Desde la sociología, una mirada a la relación entre
promoción y distribución por grupos poblacionales y fundamentalmente entre
la juventud, de diferentes géneros musicales.

17 E L C ARIBE: GLOBALIZACIÓN DE LA ARQUITECTURA TROPICAL


Roberto Segre | ¿Hay una arquitectura caribeña? Su estudioso más tenaz y
productivo se ocupa en este artículo de resaltar los valores de la arquitectura de
la región, y sus vínculos con la cultura y las luchas sociales.
PORTADA: La calle G, en El Vedado No. 2 abril-mayo-junio,
CUB A, IMAGEN Y COMUNICACIÓN
capitalino. Foto: Elio Miranda No por casualidad Cuba ha protagonizado las primeras Jornadas Internacionales 2011 |Época V|
de Comunicación y Sociedad de la Universidad de Girona. Nuestra isla resulta Año 53 de la Revolución|
de gran interés también a nivel comunicativo, dadas las particularidades del La Habana, Cuba
CONTRAPORTADA: Kamyl Bullaudy. desarrollo del diseño gráfico a partir de 1959. En estas páginas, una selección
Mar tí. lápiz/car tulina, 2008. de textos leídos en dicho encuentro.

23 I Jornadas Internacionales de Comunicación y Sociedad


REVERSO DE PORTADA: Car tel del filme
Ada María Iglesias Dorta
cubano Historias de la Revolución.
24 Un sólido proyecto de investigación entre Cataluña y Cuba
REVERSO DE CONTRAPORTADA: Lluís Costa
Eduardo Hernández. De profundis .
27 La Pasionaria, mito e intelectual orgánico de la Revolución Cubana. El
afianzamiento de la imagen del mundo del revolucionario a través de la
prensa
Daniel Rodríguez Suárez

31 La valla política cubana, un patrimonio gráfico inexplorado


Alfonso González

34 Un grito en la pared. Algunas consideraciones sobre el c artel cubano de la


Revolución
Luis Augusto González Pastrana

39 Los nuevos en Martí (2000-2010)


Directora Redacción y Jorge R. Bermúdez | Continúan los asedios del autor (hará una década RyC publicó
Luisa Campuzano Oficinas un texto suyo sobre el tema) a la representación del Maestro en la cartelística
Subdirector Calle 4 # 205, e/ cubana, ahora centrados en la más reciente promoción de diseñadores gráficos.
editorial Línea y 11, Vedado,
José León Díaz Plaza de la Revolución 44 Libros de arte en Feria del Libro
Consejo asesor Telf: 830-3665 Isr ael Castellanos León | Todavía escasos, y no al alcance de todos, los libros
Graziella Pogolotti, E-mail: sobre arte cubano, comienzan a llenar un vacío de años.
Ambrosio Fornet y ryc@cubarte.cult.cu
46 Bois Caiman: designios visuales de una artista haitiana
Antón Ar rufat Web site:
Yolanda Wood | Para deslumbrarnos con Rose-Marie Desruisseau, artista haitiana
Jefa de redacción www.ryc.cult.cu que en los ochenta del pasado siglo se adueña de un discurso hasta entonces
Conchita Díaz-Páez masculino: la representación de los héroes e hitos históricos de su patria.
Administrador Precio del ejemplar:
Iván Barrera $ 5.00 50 Desnudos masculinos. Hermán Puig
Redacción atrasado: 5.50 Rafael Acosta de Arriba | Entrevista a este genial fotógrafo cubano, residente
Jaime Sar usky, desde los cincuenta en el extranjero, y uno de los mejores exponentes del
Israel Castellanos Fotomecánica e desnudo masculino, quien estuviera además involucrado en la creación de la
primera cinemateca en Cuba.
Gilberto Padilla Impresión:
Corrección Poligráfico
55 Leopoldo María Panero: El último de los Escritores Bárbaros
Surelys Álvarez ENPSES Gilberto Padilla Cár denas | A través de una mirada crítica a la obra del poeta
Diseño español, continúa la indagación del autor en torno a los «escritores bárbaros».
CJLCh y AMID Permiso
Edición digital 81279/143. 59 A TIEMPO
Luis Augusto Sobre el periodismo de Jaime Sarusky: Algunas de las hebras de la cultura
González Pastrana Publicación cubana | José León Díaz || Testimonio sobre el diseño gráfico en Cuba | Lesbia
Vent Dumois || Premio diseñado | Adelaida de Juan || La insistencia del arte |
Relaciones financiada por el
Tania Chappi
públicas FONCE
Rosario Parodi 65 ESPACIO ABIERTO Cada trabajo
Composición Del lado de las sombras expresa la opinión
Maritza Alonso de su autor.

3 Revolución y Cultura
CALLE G
De cuando los
ciudadanos
hallaron su ciudad
Pedro Vázquez.

Arquitecto y diseñador La ciudad diversa La creciente participación juvenil en ese espacio


urbano, es consultor Cumplen una convocatoria no anunciada para cada resulta un evento social de trascendencia en una
para el Hábitat y la noche y madrugada todos los fines de semana. Ale- urbe que durante décadas dejó de hacer evidentes
Gestión de proyectos gran, provocan rechazo, curiosidad o envidia; apren- los aires dinamizadores de su vida ciudadana. Sin
den, interrogan, se asocian, evaden e intercambian. embargo, el hecho no resulta nuevo ni significa el
de cooperación, y
Son las denominadas tribus urbanas –término acu- último en la existencia habanera. No es necesario
Miembro del Comité de remontarse a los años fecundos de la acera del
ñado en Europa y desafinado por la traducción– que
expertos de la Louvre para recordar que una ciudad tiene que ser
han tomado como lugar de encuentro el largo tra-
construcción y de la mo de la calle G comprendido entre las calles 25 y capaz de abrigar la libre y necesaria asociación de
Junta Directiva de la Línea, en El Vedado. sus habitantes. La aldea primitiva fue emplazada,
ONG Centro de Inter- Rockeros, repas, mikis y emos ocupan desde hace un en primer término, para articular al ser social que
cambio y Referencia de par de años el separador central del elegante pa- ya éramos por entonces; siglos después la ciudad
iniciativas comunita- seo, herencia de la mejor tradición urbana habane- griega dio asiento al ágora, mientras la urbs medie-
rias (CIERIC), adscripta ra iniciada en la Alameda de Paula. A ellos se su- val fundó plazas encantadoras y amplios atrios de
man con distanciamiento, investigadores, policías iglesias para contribuir a sustentar las redes so-
a la UNEAC.
o simples curiosos. También deambulan, sospe- ciales y cobijar los diversos intereses ciudadanos.
cho, los que no se deciden a unírseles a pesar de las Toda una generación de hippies, ramperos, frikis y
ganas, tejiendo así una multitud de jóvenes que cheos aún se mueve hoy entre los nuevos usuarios
integran o se mueven alrededor de las tribus urba- de la calle G. En términos de evolución del tejido
nas, definidas por el politólogo Rafael Hernández social urbano no hay en ello nada de qué alarmar-
como «grupos de carácter informal que se reúnen se, menos aún cuando la ciudad debe entenderse,
en torno a prácticas, creencias, gustos, modas, ac- básicamente, como un formidable hecho cultural
tividades que los sociólogos suelen llamar sub- vivo, plural y r enovador. Es el mismo hecho que
culturas para diferenciarlos de la supuesta cultu- potencia la diversidad en el reservorio sociocul-
ra dominante». tural urbano y crea ciudadanía con vocación de
El espontáneo ritual nocturno ha concitado artí- pertenencia.
culos de prensa e investigaciones académicas,
movilizaciones policiales y debates teóricos que La ciudad cosmopolita
se asoman –cada cual desde su atalaya– al evi- Desde los días en que el puerto Carenas sirvió de
dente ejercicio de socialización del espacio urba- puerta a la conquista, La Habana ha estado abierta
no mediante el cual los jóvenes han convertido a ideas y mezclas diversas que vinieron a sustituir
en arca de diversidad a la añosa avenida, negán- su cultura originaria, la que a fuerza de tuberculo-
dose a una ciudad segregada, del tipo que confina sis y trabajo rudo le exterminó el ocupante. Lo cier-
a sus ciudadanos en condominios de muros in- to es que un habanero –y por extensión, todo cuba-
franqueables y calles sin aceras. Llama la aten- no– considera como criollísimo al bacalao norue-
ción, sin embargo, que el abordaje de las nuevas go, el tasajo uruguayo o el aceite español; pura die-
tribus urbanas habaneras ha sido realizado bási- ta de marinos, por cierto.
camente desde la perspectiva sociológica, sico- Junto al art nouveau lineal, llegado desde Viena, con-
lógica, política o antropológica, esto es, a partir vive aquí la devoción por el modernismo catalán
de las tribus, pero rara vez desde una mirada urba- mientras se reinventa un tejido arquitectónico que
na que las enmarque en la ciudad que les concede incluye señales moriscas, barrocas o casi cualquier
escenario público y de alguna manera contribuye otra. Antropólogos, arquitectos y etnólogos han
a inventarlas. estudiado ese amasijo y el fenómeno social que

Revolución y Cultura 4
parece haberle nacido desde la inmigración y el accesible y globalizado es ahora simplemente impo- Fotos: Elio Miranda
multicolor ambiente portuario habanero para sible detener los procesos de interconexión cultural
reaparecer luego en las excavaciones arqueológicas que, por cierto, esta ciudad nunca desdeñó. Resulta
del centro histórico que revelan restos cerámicos sugerente que algunos turistas desciendan del cruce-
de Talavera o de Puebla, lo mismo que porcelana ro enfundados en los mismos atributos góticos que por-
china o trazas de harina «de Castilla». Es también tan los emos de la calle G. Solo cambian ciertas con-
la mezcolanza cultural y racial que don Fernando ductas específicas y las doctrinas sociales e ideológi-
sentenció sabiamente como «ajiaco», Guillén pin- cas que asumen los diferentes grupos jóvenes ante
tó de «color cubano» y Carpentier tradujo a la arqui- sus culturas dominantes, pero lo esencial desde la
tectura habanera como «la Ciudad del tercer estilo: perspectiva urbana –una ciudad que los anida y aco-
el estilo de las cosas que no tienen estilo». Así ha ge– es una invariante que también se cumple en La
sido siempre esta urbe vulnerable a influencias de Habana.
toda índole que la llevaron desde el primer ferroca- Sean pues bienvenidas y no temamos la presencia de
rril en América Latina hasta ser capital del primer las tribus en nuestra cotidianidad. En todo caso, ocu-
país marxista en el hemisferio. Por ello resulta tan pémonos en que las de acá nunca terminen en maras
natural a los habaneros ver el atraque de un crucero como las de San Salvador, mas no construyamos un
español que desembarca cientos de turistas británi- inframundo allí donde no existe. Los jóvenes haba-
cos a solo unos pasos de la iglesia ortodoxa griega. neros de hoy no parecen tener muchos puntos de con-
También por universal, y a pesar del largo diferendo tacto con la magra proyección que algunos preten-
bilateral , La Habana nunca ha quemado con saña a la den endosarles, así que, mientras las ciencias socia-
más quemada de las banderas… les ayudan a evitar la distorsión del pensamiento más
Entonces no habría por qué preocuparse con la apa- fresco, las ciencias urbanas deberían contribuir a co-
rición de nuevas tribus urbanas en una calle bijar su presencia pública. Continúen entonces ahí
habanera a la par de sus similares en Londres, tranquilos y divertidos, a tono con su tiempo, en el sitio
Buenos Aires o Madrid. En tiempos de un mundo que les regaló esta Ciudad ecuménica y cosmopolita.

5 Revolución y Cultura
–¿o era?– sólo un eje de tránsito en el que rara vez se
detuvo alguien. Trazada en el siglo XIX como una
verdadera calle-parque cuando la intrusión del au-
tomóvil no era siquiera sospechada, fue luego re-
pensada para disfrutarla al paso y no, como ocurre
en el Paseo del Prado, para cobijar viandantes a la
sombra. Aun antes de que a un gobernante criollo
se le ocurriera llamarle Avenida de los Presidentes
y a otros sumarle esculturas de dudosa presencia, a
lo largo de la calle G ya se circulaba casi exclusiva-
mente en vehículos veloces. La avenida, que nadie
llama por su nombre oficial, significa un hito y una
referencia vial en La Habana. Es una de las más
bellas estampas de El Vedado y, con ello, una ima-
gen recurrente que marca su centralidad y jerar-
quía en la capital. Es justamente, digamos, lo que
necesitan los sectores informales como marco es-
pacial para visibilizarse y forjarse vigencia en su
ciudad.
Centralidad urbana y (supuesta) periferia social se
tocan ante los ojos de todos haciéndose presentes
como lo fue siempre, incluidos los convulsos años
sesenta. Es tan alto el impacto de la actual imagen
transgresora de la calle G que el periódico Juventud
Rebelde y la Facultad de Sicología de la Universidad
de La Habana, entre otros actores relevantes, se han
involucrado en el análisis de lo que ocurre en aquel
espacio. La tesis podría resultar discutible pero, ante
la duda, vale la pena preguntarse por qué la tribu
intercambia justo allí, visiblemente expuesta, y no
tres cuadras más al sur en la gran área de nadie gene-
rada por la intersección de G, Zapata, Salvador Allen-
de y Boyeros, donde transcurrirían mas reservados
y discretos… si esa fuera su intención.

La ciudad accesible
Lo anterior aparece reforzado por el hecho de que
esa zona de El Vedado es también un importante
nudo de interconexión para el transporte público
citadino. Los repas que vienen desde Alamar o los
La ciudad central mikis trasladados desde Playa, están servidos por
Vale preguntarse por qué ese intercambio joven ocu- una red de rutas de ómnibus que tiene enlaces di-
rre precisamente allí, más que visible diríamos que rectos con La Rampa, calle 23, Línea y sus alrededo-
desbordado, en la calle G. La respuesta pasa por di- res. Las posibilidades de movilidad son mucho más
versas y complejas variables. Una de ellas, sin du- altas allí que para la media de la ciudad, si inclui-
das, se refiere a la necesidad de significación, rele- mos también a bici-taxis y almendrones. Así que acu-
vancia y protagonismo que las tribus urbanas de- dir al encuentro joven de la calle G resulta menos
mandan. Ese rasgo parece resultar una reacción de traumático que ir a otros lugares centrales que están
la subcultura ante la cultura dominante y una for- peor conectados.
ma de evidenciar, a veces desde la irreverencia, al Acceder, cuando de lo urbano se trata, es también
grupo marginado frente a los grupos hegemónicos. sinónimo de un tejido o retícula que facilite la mo-
Visibilizarse es reafirmarse y los jóvenes de la calle vilidad peatonal. Vale apuntar que el largo tramo
G lo saben. Los investigadores sociales han encon- ocupado por las nuevas tribus posee una envidia-
trado ese rasgo definitorio entre ellos. ble vialidad trazada por una cuadrícula de calles
En cualquier plano de la ciudad se comprueba que que la interconectan con el resto de la ciudad en el
G se localiza casi en el centro de gravedad del sector sentido este-oeste y también en el norte-sur. Línea
habanero más cualificado y poblado, integrando y la calle 17 hacia un extremo, además de la calle
también un larguísimo eje norte-sur cuando se pro- 23 o las avenidas Salvador Allende o Boyeros por el
longa hasta el aeropuerto a través de la Avenida otro, le permiten recibir jóvenes caminantes que se
Boyeros, adonde es posible llegar casi sin girar el pueden desplazar con fluidez, en grupos afines, des-
timón. Desde el punto de vista de la estructura ur- de bien lejos. La facilidad de acceso peatonal a par-
bana se trata de una vía conectora a escala de casi tir de algunas de las zonas más densamente pobla-
toda la capital, gracias a su alta articulación de la das en la capital es otro factor adicional que viene a
movilidad vehicular y su relevancia funcional. Es nutrir el animado intercambio vedadense.

Revolución y Cultura 6
La ciudad funcional Pero a administraciones poco amables se les opo-
La Habana aún se deja usar noblemente por sus ha- ne, por suerte, una ciudad que aún lo es. La Habana
bitantes. No siempre es posible generar lugares de acoge a sus jóvenes en lugares emblemáticos y abier-
encuentro en una ciudad. Para ello se requieren tos que han terminado cargándose de nuevos sig-
ciertas dosis de diseño y otras de pura subjetivi- nificados. Desde el muro del Malecón –socialmente
dad añadida por el lento proceso de apropiación zonificado ahora por tramos para enamorados, gays
que los ciudadanos hacen de ella. Asumir un es- o gente del ambiente – hasta una calle G receptora im-
pacio urbano y dotarle de nuevos significados in- provisada de las actuales tribus urbanas. La ciudad
cluye variables que transitan por lo puramente democrática aún posee espacios vacantes que les
pueden acoger facilitándoles los sitios de comunión
funcional, las historias individuales y la memoria
co-lectiva para descansar finalmente en su plena que mucho habría que agradecer a quienes les pla-
asunción cultural, lo que confirma que no es em- nificaron y diseñaron, sumándolos flexiblemente
al acervo espacial y funcional habanero.
peño de un día llegar a simbolizar como propio al
Vale apuntar que a esa gracia de la capital, en tanto
espacio común.
que espacio colectivo habitable, hay que sumar la ama-
Si el elegante paseo de la calle G se ha retomado
bilidad actual de las autoridades y fuerzas del or-
como plaza-parque es porque su diseño primario
den que inicialmente llegaron a hostigar a las tri-
ya dejaba lugar para ello y lo acontecido, lejos de
bus hasta convencerse de su mansedumbre, ine-
perturbarlo, no es sino la expresión espacial de un
vitabilidad o persistencia. Lo cierto es que las tri bus
viaje a la semilla que confirma la validez del mo- urbanas de Calle G declaran en las encuestas rea-
delo urbanístico r eticular del Vedado, resistente al
tiempo, la especulación del suelo y la mediocridad
civil. La anchurosa alineación de la vía posibilita
la zonificación de los distintos grupos sociales que
constituyen cada tribu mientras que las calles que
lo cortan, de este a oeste, dejan claramente esta-
blecida una frontera funcional entre los disímiles
intereses. Cada tramo de la larga avenida, perfec-
tamente definido y delimitado, tiene «dueños» que
lo ocupan en exclusiva deviniendo en un claro in-
dicador urbano de las fisuras que emergen en la
cohesión social capitalina. La extensión del paseo
no solo cede sitio a grandes sino también a disí -
miles y fracturados grupos simultáneos. Es algo
que no sucedió en la Rampa de los años sesenta
cuando una sociedad homogénea se movía com-
pacta –Rampa´rriba-Rampa´bajo– en ambas aceras, sin
límites grupales o bordes fronterizos.
Mientras, cada una de las zonas en que se divide el
muestrario juvenil tiene un probable acceso propio
e independiente mediante el uso de las calles
tr ansversales paralelas al mar, lo que incrementa
la compartimentación, evita fricciones entre grupos
o personas si las tensiones suben, y facilita, cuan-
do es deseada, una entrada y salida segregada al lizadas que la Policía significa un aliado que les
lugar de los encuentros. protege –incluso de tensiones internas pues ellas
constituyen una colección heterogénea de intere-
La ciudad amable ses e identidades– más que un actor represivo que
La pública presencia de las tribus urbanas en la limite su libre participación en el lugar. Eso denota
calle G es también el resultado de la poca disponi- crecimiento ciudadano desde ambos extremos.
bilidad de servicios de ciudad alcanzables por ellas. Al fin las administraciones y los ciudadanos todos
La penuria de instalaciones para el uso social es comienzan no solo a respetar sino a acoger civiliza-
tan marcada que afecta también a otros estratos damente la pluralidad urbana. A pesar de que solo
ciudadanos con disímiles demandas. La adminis- eran niños de teta si les comparamos con sus pares
tración capitalina ha ido perdiendo a lo largo de del concierto en Woodstock, es recordable que los
décadas tanto los sitios heredados –círculos socia- hippies cubanos fueron empujados a los carros po-
les y salones para bailables, entre otros– como los liciales de los sesenta, sólo por serlo, y los ramperos
de creación posrevolucionaria –el Castillito o el Pa- debieron soportar que cortaran las patas de sus pan-
tio de María, por ejemplo–. Un largo complot entre talones cuando estas parecieron demasiado ajus-
la desidia, la carestía y la mala gestión ha reducido tadas ante los ojos de las autoridades citadinas.
la «sana recreación juvenil» casi exclusivamente a ¡Vale el cambio!
los espacios en divisas, cancelando oportunidades
para la libre diversión, el encuentro informal y el La ciudad modelada
intercambio abierto entre los diversos intereses ciu- Uno de los atributos nacidos con la revolución in-
dadanos, particularmente los juveniles. dustrial decimonónica y luego agravado durante el

7 Revolución y Cultura
siglo XX es el proceso global de concentración de
habitantes en asentamientos humanos, lo que
también se manifiesta en Cuba. El ser social nos vie-
ne expresado, cada vez más, como un ser urbano
cuando el setenta y cinco por ciento de la población
nacional vive en áreas edificadas y la tendencia
apunta al aumento de ese indicador. Las ciudades
se han hecho protagónicas por razones que van des-
de una alta concentración de bienes y servicios has-
ta su capacidad para la generación de empleos e
infraestructuras las que, aun siendo deficitarias,
son siempre mejores que en las zonas rurales. La
ciudad es espejo del desarrollo, pero también origi-
na espejismos sobre su equidad y capacidad para la
inversión social.
Ese fenómeno no está ausente en La Habana actual,
aunque se dé atenuado si lo comparamos con otras
ciudades aún más injustas. Pareciera que todos ca-
ben en ella, pero no es así. En la capital existe insufi-
ciencia de servicios, viviendas y oportunidades; hay
diferencias sociales y de acceso igualitario, conviven
sectores copados por inmigrantes rurales o pobla-
ción en desventaja social junto a familias de pujan-
te solidez económica. Esos disímiles estándares se
hacen visibles en la calle G cuando ya se han trocado
en una inocultable verdad urbana. La lectura de sus
variados públicos permite la disección de los dife-
rentes estratos ciudadanos que hoy enturbian el tro de ciudad le otorgan un signo de libertad como
modelo capitalino soñado. Allí están tirios y tro- valor añadido. Es un espacio propio, reinventado,
yanos representados ahora en repas y mikis. con reglas de juego definidas solo por sus ocupantes,
Esa polarización no era esperable tras medio siglo y no colonizado antes por otro grupo o función ci-
de incidencia urbana socialista, lo que subraya un dis- tadina que no fuera la de transitar. No es éste un
curso inicial que estuvo más cerca de la utopía de
la Ciudad Jardín que de esta capital estratificada,
carente, carcomida, bulliciosa y seductora que es
La Habana de hoy. Lo sucedido en la calle G es-no-
es sino una nueva muestra de la insospechada
mutación del paseo burgués hacia una percepción
urbana de nuevo tipo, como la que Mariano Rodríguez
pareció intuir en varios de sus cuadros bajo el títu-
lo de Masas en el Vedado. La pregunta es si el cambio
valió la pena. La respuesta definitiva queda al futu-
ro, mientr as la capital se hace reflejo –en todas par-
tes– de la sociedad que la va modelando a su ima-
gen y semejanza, día tras día, para bien y para mal.

La ciudad joven
Pareciera una afirmación oportunista ante su
exitosa ocupación, mas es innegable que la calle G
posee atributos urbanos que resultan atractivos
para el sector juvenil que ahora la disfruta y se la
apropia. No es raro que estos valores no hubieran
sido referenciados antes pues históricamente ellos
ocuparon otras áreas citadinas alcanzables que les
fueron luego denegadas.
Es altamente probable, aunque no está del todo
confirmado en la información recogida, que el ca-
rácter no formal del espacio urbano que los jóvenes
reformularon para la calle G resulta uno de sus gran-
des atractivos. Se trata de un ámbito no restrictivo
y no impuesto en modo alguno, tal vez siquiera
sugerido por alguien como un espacio útil. Su ocu-
pación paulatina, espontánea, por los diferentes
grupos y su lenta progresión como actividad de cen-

Revolución y Cultura 8
espacio urbano marginal pero sí ubicado al margen do con algunas de las mejores torres residenciales
de sus contenidos de partida, lo que le empasta un habaneras de los años cincuenta del siglo XX y con
cierto tinte provocador o alternativo, de ahí que su variados ejemplos de la excelente arquitectura do-
carga simbólica resulte muy alta, y basta mencio- méstica inscrita a lo largo de varias décadas del
nar el nombre de la calle para saber a qué ambiente Movimiento Moderno. Casi dos siglos después de
y significado específico nos referimos. Ya no es más, que el conde de Pozos Dulces comprara los terrenos
solamente, un eje vial sino también un eje con vida. del monte vedado , en 1813, la calle G dormía tranqui-
No menos importante s en la potenciación de la la cuando se reducía el tránsito nocturno a cuyo
calle G como área para el encuentro joven serían ronroneo se habían habituado los residentes mien-
su amplísima escala espacial y la abundancia de tras en su paseo central solo unos pocos enamora-
zonas peatonales pavimentadas que acomodan dos se enredaban en silenciosos escarceos. Ya no es
muy bien la estancia. Es un lugar donde coexisten más así y los afectados por el cambio lo lamentan.
perspecti vas abiertas junto a rincones que otor- Ahora los graffiti pueblan algunas vetustas paredes
gan la privacidad demandada por cada pequeño y la guitarra suena en la madrugada del sábado.
grupo para el intercambio con sus similares, a la Las canciones acompañan la velada de los grupos
par que preservan su propia identidad, convirtién- mientras los rockeros hacen demostración noctur-
dose en fiel traducción urbana del juntos pero no na de su repertorio contemporáneo, a viva voz. Sim-
revueltos . El atractivo marco físico de una arqui- ples gritos de llamadas o improperios altisonantes

tectura «linda» y conservada, aún no magullada se lan-


por la indolencia, se ubica muy cercano a la escala zan a
de valores ambientales y de diseño que más inte- amigos
resa a los jóvenes, mientras que la vecina presen- o enemigos. Even-
cia de servicios gastronómicos diversos, cafeterías tuales orines son deposita-
y expendios de fiambres, incluyendo los de 24 ho- dos en rincones discretos y los jóve-
ras o los privados, añaden cierta amabilidad a la nes que amanecen en el lugar dejan tras sí cual-
permanencia en el lugar, sumándole rasgos que quier cantidad de desechos evitables. Aún con ello
apuntalan la apropiación que la nueva generación la conservación del sitio –vigilada atentamente por
ha hecho del sitio mientras reconvierte a La Haba- autoridades– ha corrido buena suerte aunque al
na en una ciudad que le resulta más cercana y caer la madrugada profunda ya no resulte tan pro-
divertida. tegida. Dado que G parece estar bajo control las alte-
raciones escapan hacia los ejes transversales afec-
La ciudad (in)disciplinada tando una gran área de influencia. Los residentes
Es en esta variable sociocultural donde aparecen claman por el retorno a la «normalidad» y el índi-
las mayores disfunciones urbanas tras la resig- ce de permutantes podría incrementarse entre ellos,
nificación del área. La calle G no era así, claman al- impactados por el cambio en la categoría urbana y
gunos, sino el sitio con clase que fue asiento de nota- la refuncionalización del eje vial devenido en pla-
bles y aparece tempranamente trazado en los pla- za publica.
nos ingenier os realizados para El Vedado, en 1860, Construcción de ciudadanía, gobernabilidad com-
extendiendo hacia el este los diseñados un año an- prometida y disciplina urbana son algunas de las
tes por Luís Iboleón para la paradigmática urbani- variables conductuales más deficitarias en la capi-
zación del Reparto El Carmelo, coincidiendo con tal, lo que es comprobable a cada paso y la calle G,
propuestas vanguardistas similares de Haussmann en tanto que imagen habanera actualizada, deviene
para París y de Cerdá en Barcelona. Bulevar corona- en el exacto reflejo urbano de esas carencias. No es

9 Revolución y Cultura
posible culpar de ello a los jóvenes sino al mediocre sivo del escenario urbano, lo que destaca una sin-
modelo referencial que les educó en esos hábitos, gularidad merecedora de atención y cuidado. En una
nutrido por administraciones y adultos que piso- capital de más de dos millones de habitantes las
tean más allá de lo tolerable las normas de la bue- tribus urbanas resultan no solo inevitables sino
na convivencia y urbanidad. Actuar proactiva- deseables, toda vez que devienen en expresión de su
mente en esta dirección ayudaría a dignificar toda democratización, del buen ejercicio ciudadano y el
la ciudad –que ya lo demanda con urgencia– y no pleno disfrute del derecho a la ciudad. Que conti-
solo a cualificar una calle que es centro de la crítica núe así significaría tanto como salvar el espacio
de ocasión. común, la casa de todos, preámbulo de la memoria
colectiva… y ya eso es bastante.
La ciudad segura
Las muchas noches transcurridas sin sobresaltos
confirman que si las tribus encuentran en la calle
G una acogida amigable y tranquila se debe tam-
bién a que los indicadores delictivos parecen deno-
tar allí cifras muy bajas, aparentemente menores
que en otros rincones capitalinos. Además de la
atención policial, a ello contribuyen ciertos impor-
tantes atributos del buen diseño urbano, tales como
la escasez de setos altos o vegetación excesivamen-
te encubridora a lo largo de casi todo el paseo, la
ausencia de glorietas, casetas o elementos cons-
tructivos utilizables como escondrijos, la excelen-
te iluminación pública –recién incre-mentada– o la
abierta exposición visual del
peatón ante el vehículo que le
pasa por ambos lados, lo que
ayuda a crear una zona prote-
gida que es elegible por los jó-
venes en la medida en que ella
les defiende. Eso les permite
disfrutar la madrugada avan-
zada en el sitio e incluso per-
noctar en él.
La ciudad nocturna es todavía
alcanzable. La utilización del
espacio público es manifies-
tamente segura para esos gru-
pos y si los jóvenes de G inter-
cambian en paz es asimismo
porque allí no temen a nada.

La ciudad continúa…
No son sólo las Ciencias socia-
les las que deben leer aprendi-
zajes en las tribus de calle G.
En tanto que urbanas , los im-
plicados en el planeamiento,
diseño, gestión y manejo de las
ciudades cubanas parecieran
tener una asignatura pendien-
te allí. Es verdad constituida
que no hay contenido sin con-
tinente, lo que en el ámbito ur-
bano se traduce en que no exis-
ten ciudadanos sin ciudad ni
viceversa. Ambos interactúan
activamente por lo que no pa-
rece exacto interpretar las tri-
bus sólo desde las ideas que las
articulan como grupo sin en-
marcarlas simultáneamente
en la ciudad que las acoge. Es
este un fenómeno social exclu-

Revolución y Cultura 10
Dinámicas musicales:
participación, comunicación y consumo

Rosilín Bayona Mojena

«El consumidor idolatra al dinero que el mismo ha Socióloga, profesora


entregado para recibir a cambio la entrada de un adjunto de La Uni-
concierto de un gran músico. Literalmente él ha hecho el versidad de La Ha-
éxito, al cual cosifica y acepta como criterio objetivo sin bana. Investigadora
reconocerse de nuevo en él a sí mismo. Pero no lo ha
del Centro Juan Mari-
hecho en realidad por cuanto le haya agradado el
concierto, sino por el hecho simple de haber adquirido la nello. Ha desarro-
localidad». llado la línea de in-
T. W. Adorno. vestigación del con-
texto social e iden-
«Uno de los fenómenos más negativos que afectan a la titario de la música
terminología musical en la actualidad es la proliferación cubana y anglosajona.
de términos consagrados por la falaz clasificación surgida
en la sociedad capitalista para sustituir la antigua división
de la música según sus funciones».
Leonardo Acosta.

La relación de la música cubana con los espacios


de comunicación, participación y consumo está bólicos de identidad y de representaciones que ex-
fundamentada a partir de las propias dinámicas presan los rasgos de igualdad y diferencia que carac-
sociales en que se desarrolla. Me explico, uno se terizan a individuos y grupos. Las dinámicas musi-
sienta y disfruta un espacio de música no solo como cales constituyen un campo generador de espacios
un lugar de esparcimiento, que ya es bastante, sino para las relaciones sociales que ha traído consigo el
que puede sentir y experimentar en él las relacio- fortalecimiento de viejas relaciones y la emergencia
nes personales y la música como fenómenos cul- de nuevas identidades y des-identidades.
turales per se . Si profundiza en tal percepción del Georg Simmel planteó en una de sus obras: «todos
asunto pues apreciará que este tiende a compli- somos músicos preexistenciales», 1 es decir, que in-
carse. Es una manera de ver el tema del consumo terpretamos la música de nuestras sensaciones. Con
musical como algo integr al. Tal relación posibilita ello afirma que la música por su constitución gene-
la actividad socializadora que se encuentra me- ra sonidos pero también relaciones con otros. Por
diada por una serie de procesos que transitan por tanto, se representa como una práctica que hace-
los recursos económicos, culturales y sociales como mos con la sociedad y por ende, la interacción que
indicadores de comportamientos, conductas y ma- de ella se deriva se manifiesta así en el espacio so-
nifestaciones llevadas a cabo por los sujetos en cial a través del consumo realizado por sus prota-
sus contextos de comunicación, participación y gonistas y participantes.
consumo. De igual modo, el espacio social se Entre la década del ochenta del siglo pasado y los
visualiza como escenario que conserva o transfor- primeros años de este siglo se produjo un desplie-
ma el comportamiento de los sujetos en la activi- gue representativo en el ámbito musical cubano. La
dad social asociada a la música. aparición de nuevos géneros y la conformación de
La presencia de espacios de participación y consu- grupos alrededor de ellos crecieron significativa-
mo en la sociedad proporciona a los sujetos herra- mente. La relación entre la música y el espacio so-
mientas para crear nuevas significaciones y sen ti- cial con los sujetos y grupos de sujetos se funda-
dos mediante los procesos de comunicación. Estos menta a partir de los propios cambios sociales en
se configuran como productores de referentes sim- que esta se desarrolla, incidiendo de forma signifi-

11 Revolución y Cultura
cativa en el desarrollo humano y sociocultural de
las personas. De igual manera ha contribuido con
la formación de los espacios sociales de comuni-
cación y participación en estos ámbitos, imple-
mentando una vivencialidad para los actores que
consumen sus propuestas y participan en ellos.
Igualmente tributan a la gestación de comporta-
mientos, actitudes y percepciones específicas del
mundo.
La vivencialidad experimentada por esta autora en
algunos espacios de comunicación y consumo (aun-
que concerniente solo al género jazz), fue lo que
motivó a establecer una conexión entre las diná-
micas musicales y las relaciones que se generan en
sus espacios de participación, comunicación y con-
sumo. Lo aquí expongo es el resultado pues de la
observación en algunos lugares de presentaciones
musicales en vivo.
Dentro del universo la mú-
sica se ha constituido en un
canal importante de la cul-
tura, aunque sus productos,
sus usos y lugares de con-
sumo e interacción se pre-
sentan de forma diferencia-
da. Por tanto, en este traba-
jo se pretende encontrar,
identificar y percibir una
vinculación y diferencia-
ción de unos sujetos con
otros, así como su inclu-
sión en un mundo determi-
nado, asociado a sus gus-
tos, necesidades y represen-
taciones que se creen de él.
De ahí que en el presente
artículo se realiza un acer-
camiento al entramado de los espacios sociales y las a los fenóme-
de participación desde el punto de vista musical y nos sociales–
relacional. Con este análisis se se pretende las mane- son moldeadas
ras en que las dinámicas musicales se interrelacionan por las condicio-
con los espacios y su posible incidencia cultural en nes de su con-
grupos determinados en busca de rasgos identitarios texto inmediato.
que expresan ciertos elementos distintivos al inte- Roger Bartra
rior de la sociedad cubana. plantea al res-
Los estudios sobre las prácticas y los procesos de pecto que este
participación y consumo de espacios musicales son fenómeno es :
vistos en la actualidad como un área interdiscipli- (...) una sínte-
naria constituida por diversas perspectivas, surgi- sis de las rea-
das de las ciencias sociales y humanas. La musico- lidades y fe-
logía ha jugado un papel significativo en ese campo. nómenos histórico-sociales, relacionándolos
Sin embargo, en Cuba, los estudios vinculados a la íntimamente con la ubicación de un modo de ser y
música, en su relación con los espacios y la cons- vivir cultural, en el quehacer del pensamiento y
trucción en estos de relaciones sociales, aún son es- los hechos de un individuo en su núcleo social (...)
casos. Sobre todo en lo concerniente a los procesos Podemos asociarlo como fenómeno (...) modo pe-
generados actualmente en estos lugar es, sin apar- culiar de cultura: o como un ejercicio permanente
tarnos de las construcciones simbólicas, los signifi- de hábitos y valores, que identifican al individuo
cados atribuidos por los actores sociales que partici- con sus comportamientos en la riqueza de sus
pan de estos ámbitos. La práctica musical en con- manifestaciones naturales y cotidianas de su
textos socializadores de participación está inscripta entorno.2
al proceso construcción y (de)construcción de las El contexto social en el que se desarrollan los indi-
relaciones sociales. En tanto, estas condicionantes viduos, permeado de un condicionamiento recípro-
inciden en el consumo de la propia práctica musical co entre ellos es muy importante, a la hora de for-
y en la participación de sus espacios. marse los gustos por las preferencias musicales.3
Se estima entonces, que las dinámicas musicales en Los fenómenos socioculturales que se manifiestan
los espacios de consumo y participación –asociándo- en los ámbitos musicales como espacios de parti-

Revolución y Cultura 12
ci pación y consumo son diversos. Se trata de un hop genera un amplio y múltiple espectro de comu-
medio social a través del cual se identifican y dis- nicación y de relación social, además de generar
tinguen simbólicamente los entes que participan formas participativas de carácter alternativo; mo-
de ellos a partir de elementos socializadores pues- dos de habla, mensajes en las canciones, lugares de
tos en práctica por los consumidores. Las dinámi- encuentro masificados, vestimentas, tipos de con-
cas musicales funcionan como medio simbólico sumo, concepciones estéticas y formas de visualizar
de comunicación y disfrute. Sus contextos son con- la realidad. Y qué decir del reggaetón que, a pesar de
siderados como lugares de encuentro, reencuentro haber sido recientemente incorporado al ámbito de
y constitutivos de mecanismos relacionales que la música popular bailable, ha logrado un gran im-
permiten compartir escenarios, modos de pensar pacto en el público teniendo mayor repercusión que
y actuar, comportamientos, actitudes y conduc- otros géneros más antiguos y obligando a músicos
tas sociales. y orquestas de prestigio a apelar a su ritmo para atra-
Dichos espacios son favorables para el desarrollo par a la audiencia.
de un conjunto de prácticas simbólicas, actitudes y Estos géneros predominan en el gusto fundamen-
conductas sobre la base de la inserción social dada talmente de adolescentes y jóvenes como sectores
a partir de las diversas relaciones que se generan en que despuntan en el consumo de estas manifesta-
estos, ya sea, como resultado de la herencia familiar ciones musicales. Es importante resaltar la relación
o los vínculos con grupos de amigos. Además posi- directa que se establece entre los distintos tipos de
bilitan la aprehensión de signos, códigos, normas, música y las personas que, a pesar de sus diferen-
costumbres y hábitos, del mismo modo en que con- cias y particularidades en aspectos de la vida, siem-
tribuyen con la elaboración de gustos. También pre serán atraídos por algún tipo de música, que se
constituyen una oportunidad de encuentro, y de adapte a sus gustos, a su forma de ser y que contri-
re(construcción) de vínculos sociales. Estos facto- buya con la satisfacción de sus inquietudes, es de-
res evidencian una de las coordenadas fundamen- cir, que de cierto modo se encuentran representa-
tales para la solidificación y la legitimación de es- dos en ella.
tas relaciones: la búsqueda o el encuentro de nue- Las relaciones sociogrupales o culturales en am-
vos amigos teniendo supeditados de cierto modo a bientes musicales son vistas a partir de su estable-
las dinámicas que trae consigo el consumo. cimiento en los espacios. Su incidencia en la con-
De igual modo los escenarios de participación mu- formación de actitudes favorece la construcción de
sical se han convertido en espacio-lugar de comu- estilos, distintivos o no, de reconocimiento o no, de
nicación e interacción entre las personas; cómo es- prestigio social o no con la intención de buscar in-
tas entr an en este espacio en busca de comunicar- sertarse a determinados grupos e individuos pro-
se, crear relaciones, mantener relaciones sociales y piciando modos de comportamiento en correspon-
extenderla a otros escenarios. De forma que, frente dencia con la relación social que establecen.
a las instituciones tradicionales de socialización, Los escenarios musicales posibilitan la interacción
como la familia y la escuela, los espacios de comu- entre entes y grupos expresándose y constituyén-
nicación, socialidad, participación y consumo han dose en relaciones sociales. En este texto se mues-
adquirido en nuestros días una relevancia especial; tran ciertos elementos que permiten analizar y re-
estableciendo nuevas formas de relacionarse, cons- flexionar sobre los vínculos establecidos en estos
truy endo nuevas maneras de ser, de constatar y escenarios, sin obviar que no existe una relación
percibir la realidad que nos circunda. única consumidores-música. Más bien existen di-
La música y sus espacios de presentación constitu- versas maneras de establecer conexiones sociocul-
yen un entramado complejo de sentidos, en los cua- turales en estos lugares, digamos estéticas, emoti-
les operan las prácticas culturales de los agentes vas, representativas, así como otros elementos que
como elementos socializadores. Los grupos resul- se agrupan alrededor de la música en contextos de-
tado de este tejido social, se encuentran asociados terminados.
a las preferencias musicales de la que se deriva la La aceptación o no de estos espacios se haya en la
participación en el espacio a que esta pertenece. Los seguridad que puedan o no brindar estos lugares.
conjuntos sociogrupales no solo escuchan la mú- Algunos de los escenarios musicales son percibidos
sica que les gusta sino que, en correspondencia con como vandálicos. En estos se reúnen personas con-
el grupo etáreo, nivel educacional, lugar de proce- sideradas de pésima conducta social, donde las ri-
dencia y herencia familiar en algunos casos, cons- ñas, el empleo de armas blancas, la escasa comu-
truyen y autoconstruyen procesos de apropiación, nicación adecuada –y el llamado «mal ambiente»,
mediante los cuales imitan, reproducen y copian a empleando términos de argot, callejero– son pro-
sus pares en estos contextos. Además de incorpo- cesos que gener an violencia y propician que cier-
rar como estilo de vida los comportamientos de los tas personas los consideren no disfrutables e insa -
músicos de los diversos géneros. nos desde el punto de vista social. Otros espacios
La música no solo implica escucharla, también con- adquieren un carácter masivo, me refiero a even-
tiene formas de relacionarse en dependencia del tos musicales y festivales nacionales e interna-
género y estilo que se presente. Por remitirnos a cionales donde se hace más asequible el acceso de
unos ejemplos, los más comunes y de mayor con- grandes grupos de personas aumentando su so-
notación en estos momentos; que de manera con- ciabilidad. Mientras que un grupo reducido de es-
traproducente son muy asimilados por algunos sec- cenarios se vuelven «exclusivos» por el acceso al
tores poblacionales y criticados por otros. El hip- mismo, por los volúmenes de consumo y otros ele-

13 Revolución y Cultura
mentos que se necesitan para ser parte continua o En este ámbito se establecen o legitiman vínculos
no de estos espacios. formales e informales en los que a veces la apropia-
Según el contexto socio-musical y cultural, las per- ción, la reproducción cultural y la representación
sonas escuchan o bailan, o escuchan y bailan los se produce de manera explícita, y estas a su vez se
distintos tipos de música, creando sus espacios de manifiestan de manera implícita a través del com-
participación y comunicación. De ahí, que el con- plejo entramado de relaciones sociales.
sumo cultural entorno a las manifestaciones mu- La disponibilidad económica es otro aspecto signi-
sicales se convierte en un factor alrededor del ficativo en estos espacios. El disfrute de determina-
cual estas agrupaciones se identifican y se cohe- dos espacios está en correspondencia con el costo
sionan, estableciendo como patrones relacionales de la entrada y el acceso a los productos que se brin-
y de aceptación normas de conducta y códigos, que dan. Los recursos económicos con que se cuente
se expresan como la aprehensión de modos de com- posibilitarán la elección del lugar a visitar, así como
portamientos; que puede ir desde el lenguaje, la ves- el disfrute de la oferta que este brinda. La participa-
timenta y los accesorios hasta las forma de mover- ción, la comunicación y el consumo en estos sitios
se y de hablar, en correspondencia con el espacio se da de variadas maneras, o sea, desde el como se
que se frecuenta, conformando la identidad del gru- visten, como se relacionan entre ellos como audi-
po de pertenencia; en este sentido se legitiman unos torio y como se relacionan con los músicos, en el
grupos con respecto a otros. modo de exhibir los accesorios que llevan, incluso
En el caso de la música bailable, en muchos de sus accesorios musicales que han incorporado y con
músicos priman las relaciones de mercado en los que a veces se presentan en estos sitios.
cuanto a vender estilos, modas y modos de vida Este presupuesto se adhiere a grupos o sujetos que
que automáticamente son copiados o imitados por versan su constructo social sobre una identidad
estos grupos que comienzan a identificarse con con respecto a grupos de personas afines y distin-
diversos géneros musicales y sus exponentes. Mu- tivos de su condición en correlación a otros. Estas
chos de estos estilos, modos y modas son resultado prerrogativas implican en algunos momentos gas-
directo de la industria cultural o industria del con- tos vinculados a la relación con los iguales en es-
sumo, que venden y promueven en corresponden- pacios o escenarios y con símbolos destinados a
cia con el modelo que propone la cultura dominan- dicha función, ya sea, vestuario, accesorios, modas
te; que en su mayoría proviene de la cultura norte- y modos de realización personal o grupal. Se ob-
americana dominante, como se sabe por su fuerza serva, de esta manera que las dinámicas musica-
mercantil y mediática. les y el consumo de dichos espacios están asocia-
Por ello, los vínculos que se establecen en estos das en alguna medida a los ingresos; y a los gastos
lugares también se definen alrededor del productor requeridos para disfrutar de ellos por pequeños que
–músico– y del consumidor o los consumidores. estos sean. Como se puede a preciar, la dinámica
Parafraseando a Michael de Certau existe un enfo- relacional de los espacios con la música desde cual-
que exclusivo sobre la relación social en la cual solo quiera de sus aristas implica la presencia de esta
se tiene en cuenta a unos como productores y a los última, en las relaciones personales que se esta-
otros como consumidores y se ignora, de este modo, blecen ligadas al consumo.
las conexiones efectivas que puedan legitimarse El ambiente sociocultural que propician las mani-
alrededor de las prácticas culturales. festaciones culturales en los distintos espacios de
La complejidad que se manifiesta en los escenarios presentaciones se construye a partir de procesos de
de comunicación en cuanto a la estructura que con- apropiación y recepción que realizan los sujetos que
forman alrededor de las relaciones sociales que se acceden a ellos. El consumo de las diversas mani-
gestan, además del desarrollo dinámico que impli- festaciones artísticas y la participación en sus es-
ca en grupos e individuos, favorece el vínculo que pacios se fundamenta sobre la base del gusto de la
se da entre espacios sociales de participación. Esto expresión musical que en este se presente. El gusto
nos ayuda a visualizar y percibir la existencia de por cualquiera de las variantes musicales es el agen-
distinciones o diferenciaciones sociales, que pue- te a través del cual los sujetos se sociabilizan, in-
den encontrarse manifestadas en variables socio- teraccionan, participan y consumen las represen-
demográficas como la edad, el sexo, el nivel de esco- taciones que de estos espacios se hacen. Las in-
laridad, el color de la piel y el lugar de procedencia, teracciones e intercambios que se realizan en los
además del conocimiento que se tenga sobre el gé- lugares que tributan a los diferentes ritmos musi-
nero, la formación cultural, la solvencia económi- cales adquieren un carácter simbólico y de ella
ca, entre otras cuestiones. Se puede agregar tam- emergen tipos de relaciones grupales o sociales que
bién, el acceso a la información actualizada sobre se consolidan o no, a lo largo del tiempo. Estas son
la expresión cultural que se puede tener ya sea, a resultado de la construcción de sentidos en los cua-
través los músicos, amigos, familiares, revistas es- les hacen visibles sus rasgos identitarios o diferen-
pecializadas o de otro tipo y los medios de comuni- ciadores a partir de su constitución como grupo.
cación masiva de forma general. Por ello, las relaciones que se engendran a través de la
Estas dinámicas en los espacios de consumo y par- participación en los espacios favorece el carácter cons-
ticipación expresan diversas realidades de las rela- tructivo de procesos sociales y culturales, que se ha-
ciones que gestan los sujetos. Unas están yuxta- yan enmarcados en el papel activo y participativo de
puestas y en otras convergen personas que se agru- los sujetos que, a través de los elementos cons tituti-
pan en las variables anteriormente mencionadas. vos del consumo, alimentan tipos de relaciones en un

Revolución y Cultura 14
contexto de in- trucción de relaciones y vínculos en el espacio so-
teracción, donde cial, en el que interactúan los sujetos sociales. Es-
las representa- tos espacios en su mayoría son revigorizados por
ciones sociales, quienes lo frecuentan, desarrollando en él las rela-
la motivación, ciones de los individuos y los grupos. Estos, de acuer-
los vínculos en- do con las exigencias que enfrentan en su realidad,
tre lo individual tratan de encontrar un lugar que puedan reconocer
y lo social, lo re- como propio y donde se les sea reconocido, para
flexivo y cons- desde allí estructurar y reestructurar sus conduc-
tructivo, consti- tas sociales, su visión del mundo y su relación con
tuyen sustentos él a partir de los presupuestos sociales que incorpo-
fundamentales ra o incorporan los individuos resultado del conte-
en la creación de nido social. Es por eso que las personas, desde su
estos espacios. posicionamiento individual, grupo al que pertene-
También es im- cen, relaciones que establecen, con quién o quié-
portante consi- nes, buscan ubicarse dentro del lazo social en el
derar que alre- que tienen lugar, donde interactúan.
dedor del con- Por ende, las relaciones sociogrupales resultantes
sumo de los es- de los procesos anteriormente descritos unidos a la
pacios sociales socialización en los entornos musicales se funda-
y de comunica- menta sobre la cohesión. Ello posibilita legitimar y
ción el medio relacionar de manera más íntima a los sujetos que
que se crea fun- se agrupan, en dependencia de sus intereses, lo que
damenta diver- otorga significado a sus comportamientos y con-
sos modos de ductas, no solo en los espacios, sino en su vida
subjetividades social. El contexto particular de cada forma musical
expresados a puede agrupar experiencias culturales y adoptar
través de una posturas y actitudes sobre tipos de relaciones que
compleja red de fuera, de este escenario, no se llevarían a cabo.
interacciones En estos espacios entonces, se promocionan formas
sociales. Estos de comportarse unas preestablecidas resultado de
son, en buena medio de socialización más inmediato o del con-
medida, el resul- texto en que los individuos se desenvuelven y otras
tado de prácti- a través de las conductas adquiridas o aprehendi-
cas sociales de- das que conllevan a manifestaciones sociales, re-
rivadas de los pr esentadas en las formas de ser, de actuar, de v es-
vínculos y co- tir que está contenida en los comportamientos. Es-
nexiones adqui- tas formas de ser y las actitudes, las maneras de
ridos mediante relacionarse con los otros, se mezclan con la moda,
las experiencias con las formas de presentarse en los espacios, el
concretas de las manifestar modos de actuar, todo esto identifica,
actividades que aglutina, establece diferencias entre los grupos y
marcan en los sujetos acogiéndolos de igual manera.
sujetos sociales En lo concerniente a la moda, por hablar de uno de
o grupos. De es- los elementos más cercanos, las ropas de vestir in-
ta manera se formales de marca preferiblemente, en estos esce-
forman una se- narios también vende actitudes, impone retos de
rie de satisfac- superioridad, de ostentación, de solvencia econó-
ciones, indivi- mica, es decir, saca a la luz un proceso de construc-
duales o colec- ción artificial que requiere de un alto consumo y
tivas, que in- que obliga a un modo de identificación que los hace
fluirán de forma diferentes y superiores en algunos casos de otros
decisiva en el grupos.
modo de inter- La moda, revela muchos procesos y lleva implícita
pretar el espa- determinadas formas de vida, y estos lugares de en-
cio sociomusi- cuentro y de exhibición en ocasiones se convierte en
cal, permitién- sus vehículos promocionales. Tales formas de vivir
dole a cada su- la vida contienen la promoción de ciertas utopías
jeto ubicarse en personales que provocan la creación de estímulos
el sitio corres- que quedan en el nivel de la fantasía porque no son
pondiente. alcanzables para determinados segmentos pobla -
En este sentido cionales generando inconformidades.
es importante Estos espacios musicales de construcción de iden-
observar la cons- tidad y desidentidad son resultado del tejido de

15 Revolución y Cultura
rela ciones que tienen los Bibliografía.
actores que participan de Leonardo Acosta, «Interfluencias y confluencias entre las músicas de Cuba y
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individuales o colecti- ____ «Las grandes urbes y la vida del espíritu». En Georg Simmel, El individuo
vas. Por tanto, los espa- y la libertad. Ensayos de crítica de la cultura. Barcelona: Península, 1996,
cios musicales se consti- p. 249.
tuyen como uno de los
Notas:
objetos culturales deter- 1 Estudios Psicológicos y Etnológicos sobre Música (Psychologische und

minantes en la construc- ethnologische Studien über Musik), publicada en 1882.


ción y (de)construcción 2 Citado por: Rogelio Cruzvillegas. Identidad y cultura. México: Universidad

de estas relaciones y sig- Autónoma Metropolitana, 1992, p. 29.


3
nificados. Es decir, de este Megías E, Rodríguez E: «Jóvenes entre sonidos». [s.l.]. Editorial: FAD (funda-
ción de ayuda contra la drogadicción), 2002, p. 25.
manera se socializan sig-
nificados en estos con-
textos del mismo modo
en que los sujetos invo-
lucrados en estos esce-
narios (re)elaboran y
(re)contextualizan com-
portamientos y actitu-
des desde los referentes
elaborados en los distin-
tos lugares. Se manifies-
ta de esta forma la posi-
bilidad de crear realida-
des y contextos de in-
teracción a partir de las
necesidades y repre-
sentaciones de los suje-
tos que se involucran
mediante los procesos de
percepción y recepción
generados de las espe-
cificidades de su contex-
to social, económico y cul-
tural. Disfrutar la músi-
ca, puede ser, desde esta
óptica, una experiencia cultural muy completa.

Revolución y Cultura 16
El Caribe:
globalización de la arquitectura tropical*

Roberto Segre

El reflejo de la periferia «antropofagia» cultural–; pero fue necesario esperar Arquitecto, Doctor en
Durante más de cuatro siglos, las corrientes hasta la segunda mitad del siglo XX, para que la Ciencias del Arte y
sociales, económicas y culturales entre Europa y presencia de una auténtica cultura latinoamerica- Doctor en Planeamiento
América tuvieron un solo sentido. Ya con anterio- na se hicier a visible en el concierto mundial. Y no Regional y Urbano;
ridad al descubrimiento de América por Cristóbal simplemente concebida como una representación
Doctor Honoris Causa,
Colón, los europeos imaginaban allende los mares, localista y folclórica, o de pasiva reverberación de
las vanguardias europeas; sino como parte integral La Habana; Profesor
la existencia de otros mundos felices o terríficos.
de la dinámica de la cultura occidental. Al conocer Consulto de la Facultad
Coincidían la utópica Tropobana de Campanella con
la amenazadora Antilla, isla de la Mano de Satanás; Brasilia, el filósofo alemán Max Bense, la identificó de Arquitectura de La
el ansiado Paraíso con la fuente de la eterna juven- como la expresión de la inteligencia cartesiana bra- Habana y Profesor
tud, contrapuesto a la presencia del Infierno –acce- sileña, que finalmente superó el ancestral provin- Titular PROURB,
sible por la oscura selva dantesca– 1 poblado de in- cianismo, integrada en la organización cosmopoli- FAU.UFRJ de Río de
descriptibles gigantes, pigmeos y monstruos po- ta de la Humanidad.5 Janeiro. Autor de
blando las hipotéticas tierras lejanas.2 Una vez des- Si en América Latina la primera mitad del siglo XX
múltiples libros y ensa-
cubiertos el sistema isleño de las Antillas y el ex- fue caracterizada por el aluvión inmigratorio prove-
niente de Europa –en particular en los países del
yos sobre la arquitec-
tendido territorio continental; los españoles,
Cono Sur–; el reflujo de los bordes al centro ocurrió tura de América Latina y
superado el encantamiento y la sorpresa de paisajes
inenarrables y civilizaciones desconocidas, se en la segunda mitad del siglo. La desintegración del el Caribe.
instalaron en las diferentes regiones creando el sistema colonial a partir de la finalización de la Se-
«semillero de ciudades» –parafraseando a Jorge En- gunda Guerra Mundial, y la creación de las nacio-
rique Hardoy»–, 3 y organizando la agresiva explota- nes independientes en América Latina, África y Asia,
ción económica y social en beneficio de la Madre generó profundas transformaciones sociales y eco-
Patria. nómicas en las diferentes regiones del planeta, no
La visión negativa de América como hipotético siempre positivas en los países subdesarrollados. Las
espacio de desarrollo intelectual, iniciada tempra- progresivas crisis económicas, los conflictos bélicos
namente por Isabel la Católica,4 perduró hasta el locales, las consecuencias negativas de los cambios
siglo XVIII según la visión de historiadores, natura- climáticos, originaron desplazamientos masivos de
listas y filósofos como De Pauw, Buffon y Hegel; con- población en busca de mejores condiciones de vida.
trapuesta a su identificación como un esperanzador El proceso de mestizaje que caracterizó la estructura
uni verso ético y moral por J.J. Rousseau; y al segun- social de América Latina, en particular en los países
do descubrimiento del territorio antillano y conti- que albergaron una numerosa población esclava de
nental por Alexander von Humboldt. Por una parte, origen africano –Brasil y las Antillas–, se trasladó a
fueron profundizadas sus características geográfi- los países del Primer Mundo. En Estados Unidos,
cas y descritos los inusitados paisajes; por otra, el según investigaciones recientes 6 en el año 2042, las
conocimiento de las sociedades locales, permitie- «minorías» raciales se convertirán en mayoría, con
ron comprender los fenómenos de interacción so- una previsión de constituir el 54% de la población.
cial y racial de las nacientes repúblicas, generado- Como se tratan de ha-bitantes que en su mayoría
res del mestizaje y de un incipiente sincretismo provienen de países del área tropical –en gran parte
cultural. Ya desde el período colonial, la asimila- el Caribe–, ellos llevan consigo sus usos y tradicio-
ción de los modelos peninsulares era filtrada por nes, sus formas de vida y su imagen de la arquitec-
los condicionantes locales, tanto climáticos como tura; factores que sin duda producirán cambios sig-
de la mano de obra indígena, partícipe en la cons- nificativos en las tipologías funcionales y formales
trucción de iglesias y palacios. Así comenzó un diá- de edificios y ciudades.
logo entre las influencias externas y la interpreta- Pero el reflujo de la periferia no es solamente Fotos: Cortesía
ción interna –en Brasil resumida en la imagen de la poblacional, sino también económico. La sucesiva del autor

17 Revolución y Cultura
hegemonía de Europa dicional y desbalanceado diálogo entre centro y pe-
y Estados Unidos man- riferia, que será transformado ahora en un inter-
tenida en el siglo XX, cambio equitativo entre múltiples centros. El
será sustituida por la MoMA, por iniciativa de Barry Bergdoll, organiza un
creciente presencia de evento teórico sobre la modernidad latinoame-
China e India en el sis- ricana, no en Nueva York, sino en Santiago de los
tema mundial, alcan- Caballeros; la revista dominicana AAA, dedicada a
zando ambos países la la difusión de la arquitectura antillana, bajo la di-
primera y tercera posi- rección de Gustavo L. Moré, también realiza núme-
ción en el ranking del ros monográficos sobre México, Brasil y Chile. El
año 2050, configurando Instituto de Arquitectura Tropical de Costa Rica,
el futuro «planeta Chin- dirigido por Bruno Stagno, congregó, desde hace más
dia». A ello se suma la de una década, a los profesionales más prestigiosos
concentración metro- del universo tropical. Y a su vez los premios mun-
politana en la faja de diales evidencian un giro conceptual al integrar a
clima tropical, al en- los arquitectos «periféricos» en el star system: en 2004,
contrarse en ella 108 el contestatario Samuel Mockbee, recibe póstumo,
países y diez de las ciu- el AIA Gold Medal, luego otorgada en 2009 al
dades más populosas australiano Glenn Murcutt; éste ya había recibido
del mundo.7 el Pritzker en 2002; y en 2006, es galardonado el
Considerando que el brasileño Paulo Mendes da Rocha.
72% de la población
urbana mundial se El paradigma de la cabaña primitiva
concentra en los paíes A pesar de las investigaciones de Joseph Rykwert,12
subdesarrollados8 y en se desconoce la morada de Adán y Eva en el Paraíso.
particular en los cen-tros urbanos, con un incre- Sin embargo, alguna imagen del cobijo debía tener
Ministerio de Educación
mento acelerado de los niveles de pobreza, las ciu- Adán, cuando al ser expulso desnudo en un día
y Salud de Río de
dades deberán resolver serios problemas para lo- lluvioso de tormenta, se colocó las manos sobre la
Janeiro. grar su equilibrio funcional, con un mínimo de or- cabeza como si fuese un techo a dos aguas, según la
ganización social. Ello implica asumir el desafío que representación del Filarete.13 Al instalarse en la
presenta el siglo XXI, con la realidad cambiante de Tierra, comenzó el lento proceso de configuración
la «metrópoli tropical», que según Rem Koolhaas, de la cabaña primitiva, cuyo esquema tipológico
configura la post-city, carac-terizada por sus estruc- una vez definido, se concretó en una diversidad de
turas formales híbridas, el contenido multirracial elementos constructivos de acuerdo con el clima
y multicultural.9 Se trata, entonces, asumiendo las vigente en cada sitio: desde la piedra, el ladrillo y la
experiencias caribeñas y de otras regiones con ca- madera, documentados por los tratadistas –de
racterísticas climáticas semejantes, de crear los Vitruvio a Viollet le Duc–; hasta la alternativa de
nuevos paradigmas urbanos de los asentamientos construcción ligera, de tela y bambú, documentada
poblacionales, presentes y futuros, acordes a las por Godofredo Semper.14 En estas divergencias, entre
imperiosas y complejas exi-gencias definidas por construcción sólida o permanente; y frágil o descar-
la crisis energética, los proble-mas ecológicos, la table, aparecen visibles las tensiones de nuestra
precariedad de los recursos dis-ponibles, las crecien- contemporaneidad; entre la imagen de un mundo
tes tensiones sociales.10 estable y seguro para algunos; y el desamparo –aso-
El cuestionamiento de los modelos arquitectónicos ciado metafóricamente con los cuerpos desnudos
y urbanísticos de la modernidad que dominaron el de Spencer Tunick– y lo imprevisible del nomadismo
siglo XX, no significa tirar por la borda una herencia social, para otros.15
válida creada por las vanguardias europeas –tanto Los factores climáticos fueron básicos para definir
en el sistema capitalista como en el socialista–, que el carácter de la cabaña. Ya Vitruviu, en su Tratado,
respondieron a las necesidades sociales y estéticas expresó con claridad la diferencia existente entre
de millones de habitantes de los centros urbanos. las casas en climas fríos y climas cálidos. Las
La perspectiva actual ha cambiado, ante la primacía primeras, protegidas e introvertidas; las segundas
de patrones sociales, económicos y culturales que con grandes aberturas para la ventilación, pero a la
provienen de mundos distantes, pero que en este vez orientadas para obtener la sombra protectora. 16
mundo globalizado, se entrecruzan persisten- A pesar de constituir una imagen albergada en el
temente entre sí. Ello elimina la subsistencia de las subconsciente colectivo –como lo evidencia Aldo
posiciones antagónicas que caracterizaron los acer- Rossi, en sus representaciones casi infantiles–, la
bos debates teóricos del siglo pasado –orgánico vs. alternativa de la cabaña tropical fue configurándose
racionalismo; cosmopolitismo vs. regionalismo–; en el imaginario europeo, desde Daniele Barbaro,
abriéndose las perspectivas de nuevas categorías protector de Palladio, hasta las visiones ideales de
críticas, sustentadas por un pensamiento «débil» –para- Juan Caramuel sobre las viviendas de los nativos
fraseando a Vattimo– que privilegia lo inacabado, lo dominicanos.17 La presencia estable de los europeos
parcial, la ausencia de límites, las diferencias, las en sus posesiones tropicales favoreció el estudio de
interconexiones, las dilataciones y las transparen- las formas del hábitat local, los materiales y la
cias.11 Se comprende así la intensificación del tra- adaptación al clima en cada región, y la elaboración

Revolución y Cultura 18
preconcebidos aparece en las obras de Samuel Richard Neutra.
de alternativas sobre el modelo de la cabaña primi-
Mockbee (1944-2001) para las comunidades pobres Residencia
tiva para protegerla de las lluvias torrenciales y de
de Mississipi –el Supershed and Pods (1997-2001),20 Schulthess en La
la entrada del sol implacable. La vivienda se levantó
constituido por casas mínimas para estudiantes, Habana.
sobr e pilotis, se le agregó la galería exterior, la
veranda , los sistemas de filtros exteriores e inte- con una galería de conexión–, y en la casa Rozak de
riores, los techos altos, las técnicas de ventilación Adrian Welke y Phil Harris (Troppo) en Lake Bennett,
cruzada. Por una parte aparece el bungalow; 18 por Australia (2001),21 en la que se «deconstruyen» los
otra la diversidad de configuraciones estilísticas elementos característicos de la ancestral cabaña.
permitidas por las estructuras balloon frame y platform
frame utilizadas en el Caribe. 19 Clima y modernidad
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, la ligereza, Resultan injustas las críticas a los protagonistas del
transparencia y flexibilidad del tipo definido por la Movimiento Moderno, que desde Lewis Mumford en
«cabaña» caribeña, permitió una variedad de solu- los años cuarenta hasta recientemente por Glenn
ciones formales y espaciales que van desde las pre- Murcutt, son acusados de hacer una arquitectura
dominantemente decorativas del gingerbread, hasta ajena a los problemas climáticos y carentes de una
las expresivas de las transformaciones estéticas y relación con el contexto urbano o rural.22 Resulta
conceptuales producidas en el siglo XX por el Movi- casi un ester eotipo, considerar al «Estilo Inter-
miento Moderno. Y si bien existe la expresión de nacional», como un bloque unificado y coherente,
una identidad caribeña no podemos dejar de citar cuando los códigos del racionalismo europeo fueron
la influencia en otras latitudes, en respuesta a aplicados en diferentes maneras por los arquitectos
condicionantes ambientales, culturales o sociales operantes en múltiples y contrastantes regiones del
similares. En la casa Miralejos en La Romana, Repú- mundo, como bien lo demostró Alberto Sartoris en
blica Dominicana de Hugh Newell Jacobsen (1987), los tres tomos de su documentada enciclopedia.23 En
la unidad volumétrica de la cabaña se repite en la la Primera Posguerra, la simplificación de las formas
definición de las diferentes funciones, articuladas de los edificios estuvo asociada a la búsqueda de
entre sí por pérgolas transparentes. Y la contem- soluciones económicas y eficientes para la vivienda
poraneidad se manifiesta en el obsesivo color blanco, popular.Y el tema de su funcionalidad y adaptabilidad
casi una r esonancia de Richard Meier. Por el al clima, la búsqueda de la inexistente higiene de las
contrario, la expresión vernácula contenida en el tradicionales y precarias casas proletarias, con el
uso de la madera y del variado sistema de filtros y estudio de la ventilación y el asoleamiento, fue una
transparencias aparece en las residencias de Luis constante en las propuestas de los maestros del
Flores en San Juan de Puerto Rico (1989) y en la Movimiento Moderno, en particular, de Gr opius, Le
casa campestre en La Cuaba, Santo Domingo de Corbusier, Oud, May, Guinzburg. Son conocidos los
Plácido Piña (1997) . En ambas, el tema de la sombra, estudios realizados por Le Corbusier sobre el brise-
los filtros tamizadotes de luz, y la diversificación soleil, los sistemas de ventilación y los pilotis, desde
de la especialidad interior constituyen los rasgos su vivienda en Cartago (1928); las casas populares
dominantes. Si estas obras responden a una visión proyectadas para la ciudad de Barcelona (1933) y los
canónica y ortodoxa de la arquitectura tropical, la conjuntos residenciales y de edificios de oficinas
crisis de la posmodernidad y el rechazo a esquemas diseñados para Argel (1934).24

19 Revolución y Cultura
nas, se resolvió el condicionamiento climático por
medio de la ventilación cruzada que evitaba así el
uso del aire acondicionado. A partir de este ejemplo,
en la década de los años cincuenta proliferaron entre
los profesionales brasileños diferentes soluciones
arquitectónicas de adaptación al clima cálido, a
través de la utilización de filtros y pantallas. Un
ejemplo significativo del uso de diafragmas cerá-
micos son, el conjunto de bloques de departamentos
del Parque Guinle de Lucio Costa en Río de Janeiro
(1948-54), y la cinta sinuosa de viviendas del
Pedregulho de Affonso Reidy (1947). En ambos se
articulan los elementos que caracterizan los códigos
racionalistas internacionales con componentes de
la arquitectura tradicional vernácula.27
Richard Neutra (1892-1970) ejerció una fuerte
influencia en la arquitectura caribeña, no sola-
mente por los proyectos de escuelas y hospitales
realizados en Puerto Rico –y la residencia Schultess
en La Habana (1958)– sino por su dedicación al estu-
dio de las condiciones climáticas y la relación con
el paisaje en su arquitectura californiana. Sin lugar
a dudas, y a pesar de no haber sido valorizada sufi-
Arriba: Thomas cientemente su obra al lado de los Maestros del
Mar vel.Escuela de Movimiento Moderno –la editora Taschen lo rei vin-
Pedagogía PR. dicó con un monumental volumen sobre su obra–,28
Abajo: Ricardo fue uno de los profesionales que con mayor inten-
Porro.Escuela sidad intentó articular los códigos de la modernidad
Nacional de Artes y el uso de elementos constructivos industrializados
Plásticas de con las condiciones específicas regionales. En San Juan
Cubanacán en La tuvo un talentoso discípulo, Henry Klumb (1905-
Habana. 1984), autor de diversas obras en el campus de Río
Piedras de la Universidad de Puerto Rico, con un deta-
llado estudio de los quiebrasoles en las fachadas de
diseños diferenciados, así como de paneles móviles
para el control de la iluminación interior, entre los
que sobresalen los edificios de la Biblioteca, la Es-
cuela de Derecho y el Centro de Estudiantes (1948). 29
Las propuestas del Maestro tuvieron una signifi- Las interpretaciones locales de los códigos «racio-
cativa influencia en los jóvenes arquitectos latino- nalistas» también estuvieron presentes en la Repú-
americanos, que adaptaron la problemática de la blica Dominicana y en Cuba. En Santo Domingo,
ventilación y el asoleamiento a la realidad local. En la desafortunadamente fue demolido el hotel Jaragua
Argentina se destaca Wadimiro Acosta (1900-1967), (1945), una de las principales obras de Guillermo
quién, desde su llegada al país proveniente de González (1900-1970), y el primer ejemplo de hotel
Europa –era originario de Rusia–, inmediatamente «moderno» en las Antillas, caracterizado por el
comenzó a proyectar viviendas adecuadas a las tratamiento de volúmenes horizontales y cubiertas
condiciones climáticas de esa latitud. En su caso, protectoras de las terrazas para la vida social.30 Fi-
no desarrolló el brise-soleil lecorbusierano, sino una nalmente en La Habana es antológica la casa José
solución original de viseras protectoras confor- Noval (1949) de Mario Romañach (1917-1984), por
madas por losas de hormigón armado, para el su adaptación al clima tropical a través de la arti-
control de la entrada del sol en las diferentes épocas culación de aéreos volúmenes sobre pilotis, con un
del año, que denominó «sistema Helios».25 El modelo patio virtual que permite la transparencia y con-
de Le Corbusier fue ampliamente utilizado en Brasil, tinuidad entre los espacios exteriores e interiores.31
en diferentes versiones: el horizontal móvil –solu-
ción original de Oscar Niemeyer y Lucio Costa– apli- Tipologías tropicales
cado en la sede del Ministerio de Educación y Salud Al constituir las Antillas un destino turístico im-
de Río de Janeiro (MES,1936-1945), y el vertical, tam- portante para los residentes europeos y de América
bién móvil, en el asilo infantil Obra do Berço (1937), del Norte, la imagen de la arquitectura caribeña es
primer proyecto de Oscar. 26 El MES constituyó, a asociada en los hoteles y resorts a la configuración
nivel internacional, el primer paradigma de edificio tradicional de la arquitectura vernácula. Identifi-
de oficinas tropical, con la fachada de la lámina de cación banal y superficial, fortalecida por los coffee
quince pisos, recubierta en su totalidad por el brise- table books –por ejemplo Caribbean Style–, que sola-
soleil, constituyendo un tapiz protector del sol. Ade- mente valorizan el supuesto ancestro histórico y
más, en su interior, de planta libre sin paredes inter- arquitectónico de las culturas populares, sin refe-

Revolución y Cultura 20
Bruno Stagno.
British American
Tobacco.

rencia alguna a las existentes manifestaciones de nes de las plantaciones isleñas. En Costa Rica, Bru-
la modernidad. Sin renunciar a la existencia de ele- no Stagno desarrolló una serie de estudios sobre el
mentos constructivos, materiales locales y la ne- vínculo entre clima y arquitectura, materializados
cesaria adaptación al clima, en las diferentes lati- en las soluciones originales alcanzadas en disímiles
tudes arquitectos de talento asumieron la tradi- tipologías funcionales; desde un centro comercial –Pla-
ción, «canibalizada» e integrada en las divergentes za Mayor (1990)– en el que asume la imagen de las
versiones del vocabulario arquitectónico contem- construcciones de cubiertas ligeras de los almace-
poráneo. En Cuba podemos citar dos alternativas nes de la United Fruit; hasta propuestas formales
contrapuestas: la adopción de elementos represen- inéditas en edificios de oficinas «inteligentes» y
tativos de la herencia cultural africana, en la Es- ecológicos, en los que controla la luminosidad y la
cuela Nacional de Artes Plásticas en Cubanacán, temperatura de los locales sin utilizar el aire acon-
La Habana, de Ricardo Porro (1961); y la «decons- dicionado: la obra más reciente es la sede de la British
trucción» del sistema figurativo de la arquitectura American Tobacco. Caribbean and Central Améri-
colonial en el Aeropuerto de Vuelos Ejecuti vos en ca (2008). 33
Santiago de Cuba de José Antonio Choy y Julia León Por último, en Brasil, las soluciones arquitectóni-
(1988). En ambos, coincide la intención de contro- cas acordes al clima tropical poseen dos vertientes;
lar la luz, favorecer la ventilación y la circulación una «regionalista» –como es el caso del arquitecto
de los usuarios bajo la sombra protectora de techos Gérson Castello Branco–, y otra referida al uso de
y galerías , y vincular la obra con la naturaleza cir- un lenguaje y tecnologías contemporáneas. A la
cundante. Pero los medios materiales resultan di- primera tendencia pertenece también Severiano
ferentes: en el primer caso, la técnica del ladrillo Mario Porto (1935), quién durante varias décadas
domina la configuración plástica; en el segundo, el residió en Manaos y construyó diversas obras en el
uso del acero permite la libertad plástica del peque- contexto amazónico. La adopción de los materiales
ño edificio. 32 locales y de las técnicas constructivas utilizadas
En la República Dominicana, Gustavo Luis Moré se por los indígenas en sus cabañas fueron transcriptos
anticipó a los homenajes dedicados a los quinien- en clave moderna, transformando las tipologías
tos años del nacimiento de Andrea Palladio (2008), formales y espaciales tradicionales. Es la sinuosi-
al realizar con Jordi Masalles el Saint Michel´s Grand dad de las grandes cubiertas continuas de paja del
Café (1991) –desafortunadamente demolido–, en el Centro de Protección Ambiental de Balbina (1983)
que rememora la especialidad de las composicio- que, a lo largo de su recorrido, albergan diferentes
nes simétricas y centralizadas de las villas del Maes- funciones administrativas. 34 Por el contrario, João
tro veneciano, integradas con la especialidad y los F ilgueiras Lima (Lelé), colaborador de Oscar
materiales locales antillanos. Aquí no se trata de una Niemeyer en las primeras obras de Brasilia, integró
simple rememoración posmoderna, sino del resca- la influencia de las formas sinuosas del Maestro,
te la presencia histórica de Palladio en las mansio- con su ejecución por medio de una tecnología «apro-

21 Revolución y Cultura
priada» –parafraseando a Fernández Cox–, basada En resumen, podemos afirmar, que en un mundo
en el uso de paneles prefabricados ligeros de ferro- progresivamente tropicalizado por los cambios
cemento y estructura metálica. Los elementos cur- climáticos, de estructuras urbanas cada vez más
vilíneos y el uso de colores fuertes, caracterizan el complejas y diversificadas, en las que deben resol-
sistema de hospitales para pacientes con dificulta- verse los graves problemas ecológicos e infraestruc-
des motoras, creado por Sarah Kubitschek, esposa turales que identifican el siglo XXI, y cuyas formas
del presidente del Brasil (1955-1960).35 Localizados híbridas expresan la existencia de una población
en las principales capitales estaduales, fueron pro- mestiza; los componentes formales y los enuncia-
yectados con un detallado estudio de las condicio- dos conceptuales de la arquitectura tropical –y en
nes óptimas de ventilación e iluminación natural particular caribeña y antillana– constituyen expe-
para el clima tropical, sin caer en estilemas regio- riencias válidas que progresivamente estarán cada
nalistas o folclóricos. Sus formas y espacios resu- vez más presentes en la arquitectura universal.
men la ligereza y transparencia que caracteriza la Río de Janeiro, agosto 2009.
arquitectura brasileña, así como la libertad plásti-
ca de sus formas, integradas en la dinámica de los
códigos representativos de la contemporaneidad.

13 24
Notas: Roberto Segre, Hábitat Latino-Americano. Fogo Willy Boesiger (Edit.), Le Corbusier, Oeuvre
* The Museum of Modern Art (MoMA), Centro e sombra, opulência e precariedade. Faculdade Complete 1938-1946. Girsberger: Zurich, 1946,
León, Santiago de los Caballeros, 18 de septiem- de Arquitetura ritter dos Reis: Porto Alegre, 1999, pp. 108-113; Martin Steinmann (Edit.), CIAM.
bre, 2009. Corrientes cruzadas: Arquitectura mo- p. 24. Dokumente 1928-1939. Birkhäuser Ve rlag:
14
derna en América Latina y el Caribe. Kenneth Frampton, Studies in Tectonic Culture. Basilea, 1979, p. 84.
1 25
Dante Alighieri, La Divina Commedia. Tommaso The Poetics of Construction in Nineteenth and José Manuel Pozo, Jorge Francisco Liernur (Edits.),
Casini (Com.). C.C. Sansoni Editore: Florencia, Twentieth Century Architecture. The MIT Press: Wladimiro Acosta. 1900-1967. T6 Ediciones:
1944, pág. 5. «Ah quanto a dir qual era é cosa Cambridge, Mass., 1995, p. 85. Pamplona, 2008, p. 37.
15 26
dura; esta selva selvaggia aspra e forte; che ne Luis Fernández Galiano, «Anatomías expuestas», J osep Ma. Botey, Oscar Niemeyer. G. Gili: Barce-
pensier rinova la paura!». en AV Monografías 104, «Casa, cuerpo, crisis». lona, 1996, p. 100.
2 27
Graciela Scheines, Las metáforas del fracaso . Madrid: noviembre-diciembre 2003, p. 78. Roberto Segre, América Latina Fim de Milênio.
16
Sudamérica. ¿Geografía del desencuentro?. Casa Marco Lucio Vitruvio, Los Diez Libros de Arqui- Raízes e perspectivas da sua arquitetura. Studio
de las Américas: La Habana, 1991, p.13; Miguel tectura. Traduccion, Agustín Blánquez. Editorial Nobel: San Pablo, 1991, p. 140.
28
Rojas Mix, América Imaginaria. Editorial Lúmen: Ibéria: Barcelona, 1997. p. 140, «Conviene aten- Barbara Lamprecht (Edit.), Richard Neutra. Com-
Barcelona, 1992, p. 10. der en la construcción de los edifícios a las diver- plete Works (Architecture & Design). Taschen: Colo-
3
Jorge E. Hardo y, Car tografia urbana colonial de sidades de los países y a la diferencia de climas». nia, 2004.
17 29
América Latina y el Caribe. Grupo Editor Latino- Juan Caramuel, Arquitectura Civil, Recta y Obli- Enrique Vivoni Farage (Edit.), Klumb. Uma arqui-
americano: Buenos Aires, 1991, p. 41. cua. Tomos I/II/III. Ediciones urner, Madrid, 1984. tectura de impronta social. La Editorial, Universi-
4 18
Antonello Gerbi, La disputa del Nuevo Mundo. Anthony D. King, The Bungalow. The production dad de Puerto Rico: San Juan, 2006.
30
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Cultura Económica: México DF, 1960, p. 37. Dijo dres, 1985. construcción de la arquitectura dominicana. 1492-
19
la Reina: «En esa tierra donde los árboles no se Clara Eugenia Sánchez, The Last China Closet. 2008. Grupo Leon Jiménez: Santo Domingo,. 2008,
arraigan, poca verdad y menos constancia habrá Arquitectura, memoria y patrimonio en la isla de p. 237.
31
en los hombres...». San Andrés. Universidad Nacional de Colombia: Eduardo Luis Rodríguez, La Habana. Arquitectu-
5
Max Bense, Inteligência brasileira. Uma reflexão San Andrés, 2009, p. 34. ra del siglo XX. Art Blume: Barcelona, 1998, p. 270.
20 32
cartesiana. Cosacnaify: San Pablo, 2009, p. 27. Andrea Oppenheimer, Timothy Hursley, Rural Roberto Segre, Arquitectura antillana del siglo
6
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Nueva York, mayo 2009, p. 25. La población his- Decency. Princeton Architectural Press: Nueva York, de Arte y Literatura: Bogotá, La Habana, 2003,
pana en Estados Unidos pasará de 46.7 millones 2002, p. 70. p. 395.
21 33
en el 2008 a 132.8 millones en 2050. Philip Goad, Patrick Bingham-Hall, New Directions Lucrecia Alfaro, «Un edificio sano: British American
7
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de Arquitectura y Urbanismo Tropical. San J osé Sydney, pág. 256; Philip Goad, Troppo. Architecture 030, Archivos de Arquitectura Antillana: Santo
2004. Instituto de Arquitectura Tropical: San José, for the Top End. Pesaro Publishing: Sydney, 2005, Domingo, mayo 2008, pág. Ver también: Alexander
2009, pp. 145-179. p. 88. Tzonis, Liane Lefaivre, Ken Yeang (Edits.), Bruno
8 22
Antonio Doval Adán, «El impacto territorial de Ver: Alex Tzonis, Liane Lefaivre, «Regionalismo Stagno. An Architect in the Tropics. Asia Design
los problemas globales: un análisis geográfico», Crítico», en I Encuentro de Arquitectura Tropical, Forum Publications: Malaysia, 1999.
34
en CyTET. Ciudad y Territorio. Estudios Territoria- San José, Costa Rica, 1998. Instituto de Marina Wasiman, César Naselli, 10 Arquitectos
les No. 140, Año XXXVI. Madrid: verano 2004, Arquitectura Tropical,: San José, 2008, p. 192; Latinoamericanos. Conserjeria de Obras Públicas
pp. 299-316. Fernando Diez, «El tinglado inteligente», Entrevista y Transportes. Dirección General de Arquitectura y
9
Rem Koolhaas, Bruce Mau, Small, Médium, Large, a Glenn Murcutt, en SUMMA+ 98. Buenos Aires, Vivienda: Sevilla, 1989, pág. 186; Elisabete
Extra-large. Monacelli Press: Nueva York, 1995, diciembre 2008, pp. 18-31. Rodrigues de Campos, «A arquitetura brasileira
23
p. 1252. Alberto Sartoris, Encyclopédie de l´Architecture de Severiano Mario Porto», Arquitextos 04/209.
10
Bruno Stagno, Jimena Ugarte, Ciudades tropica- Nouvelle. Tomo I, Or dre et climat méditer ranéens; San Pablo, diciembre 2003. En: http://
les sostenibles. Pistas para su diseño. Instituto de Tomo II, Or dre et climat nor diques; Tomo III, Ordre www.vitr uvius.com.br/arquitectos/arq000/
Arquitectura Tropical: San José, 2006. et climat américaines. Ulrico Hoepli: Milán, 1948- esp209.asp
11 35
Ignasi de Solá-Morales, Diferencias. Topografias 1957. Ver: Maria Isabel Navarro (Comis.), Alberto Marcelo Carvalho Ferraz (Edit.), João Filgueiras
de la arquitectura contemporánea. G. Gili: Barce- Sartoris. La concepción poética de la arquitectura, Lima.Arquitetos Brasileiros. Editorial Blau; Institu-
lona, 1995, p. 19. 1901-1998. IVAM, Institut Valenciá d´Art Modern: to Lina Bo e P.M. Bardi; Lisboa, San Pablo, 1999.
12
Joseph Rykwert, La casa de Adán en el Paraíso. Valencia, 2000.
G. Gili, Barcelona, 1974.

Revolución y Cultura 22
CUBA
imagen
,
y comunicación
I Jornadas
Internacionales
de Comunicación
y Sociedad
Ada M. Iglesias Dorta
Licenciada en
Historia por la
Los días 25 y 26 de noviembre de 2010 tuvieron lugar Por su parte, Luis Augusto González Pastrana, re- Universidad de La
las I Jornadas Internacionales de Comunicación y presentante cubano en el evento, realizó una pre-
Sociedad de la Universidad de Girona, organizadas sentación sobre el cartel político –que forma parte Habana. Desarrolla
por el Grupo de Investigación de Comunicación So- de la investigación que realiza como trabajo de te- actualmente el
cial e Institucional conjuntamente con la Facultad sis– y otra sobre el cartel de cine cubano. En sus proyecto
de Turismo y el Departamento de Filología y Comu- exposiciones se refirió a algunos antecedentes de la investigativo sobre
nicación de la propia Universidad, que en su prime- creación gráfica cubana de las épocas, colonial cine cubano y las
ra edición fueron dedicadas a Cuba. neocolonial, hasta concluir con el impacto decisi-
No es mera casualidad que se seleccionara nuestro vo de la Revolución Cubana en la producción
teorías de género,
país como protagonista del primer evento de este cartelística de los años sesenta y setenta. Esta ex- que forma parte del
tipo que realiza esa universidad, pues Cuba resulta posición estuvo ilustrada con obras de los más im- trabajo de su tesis de
de gran interés a nivel comunicativo debido a las portantes creadores del cartel político y cinemato- maestría en Historia
particularidades del desarrollo del diseño gráfico a gráfico del período abordado. del Arte.
partir del triunfo de la Revolución. Tal como plan- Otros conocidos actores de la comunicación gráfi-
teaba el Dr. Lluis Costa –profesor y organizador ca catalana, de la talla de Robert Rodergas, Ramon
del evento–, una de las principales razones que Bigas, Flora Bacquelaine y Ricard Planas, hicieron
diferencia a nuestro país del resto del mundo, en sendas presentaciones sobre la comunicación vin-
cuanto a comunicación gráfica se refiere, es la culada con temas de publicidad, diseño industrial
ausencia de an uncios publicitarios. En su lugar, y cine. También tuvo lugar una mesa redonda en la
a partir del triunfo de la Revolución, tanto los que se abordó la actual producción gráfica y
carteles como las vallas y otros tipos de soportes audiovisual, su vigencia en la Cuba de hoy y el im-
propagandísticos se han diseminado a lo largo de pacto que las nuevas tecnologías y los modernos
la isla; acción comunicativa cuyos referentes his- medios de comunicación han tenido en este con-
tóricos se remontan a países como la ex Unión texto en nuestro país.
Soviética, España durante la época de la Guerra De igual manera se dedicó un espacio al cine, en el
Civil, Polonia, entre otros. que se presentaron materiales audiovisuales tales
En el evento hubo presentaciones que ilustraron de como la película Soy Cuba (Mikjail Kalatojov, 1964),
forma brillante el protagonismo del cartel y de la el documental Now (Santiago Alvarez, 1965), y una
valla como estrategia comunicativa en el proceso selección de documentales de cine realizados por
revolucionario. El profesor de la Universidad Autó- jóvenes egresados de la Escuela de San Antonio de
noma de Barcelona, Alfons González, presentó la los Baños, enmarcados en un proyecto de cine do-
exposición ¡Vaya Valla! Gráfica revolucionaria cubana, que cumental llamado 1.000 metros bajo tierra.
contó con una muestra de vallas cubanas reprodu- Como resultado de estas acciones, la Universidad de
cidas mecánicamente en pequeña escala, y otras re- Girona realizó una serie de filmaciones y de entrevis-
producidas manualmente por artistas españoles a tas que dieron amplia cobertura mediática al evento.
mayor escala. Además, González realizó un inter- También tienen prevista la edición de un libro que in-
cambio con el público para contextualizar política y cluirá las presentaciones y comunicaciones, con vis-
geográficamente a Cuba, de forma tal que el especta- tas a salvaguardar la memoria histórica de estas I Jor-
dor –que no necesariamente estuviera familiarizado nadas de Comunicación. A pesar de la distancia geo-
con el tema– pudiera comprender exactamente el gráfica que nos separa, este evento da fe de la añoranza
sentido de dic ho fenómeno gráfico. También realizó y el respeto que en Cataluña se siente y profesa por el
una intervención sobre la valla revolucionaria cu- pueblo cubano, y de su admiración por la defensa que
bana, tema de investigación que ha desarrollado y durante todos estos años hemos hecho de nuestro na-
que forma parte de un libro que aspira a publicar. cionalismo, identidad y soberanía.

23 Revolución y Cultura
Imagen y Comunicación
en Cuba

Un sólido proyecto de investigación


entre Cataluña y Cuba
Doctor en Historia. Dr. Lluís Costa en Cuba es un instrumento valiosísimo para co-
Profesor Titular nocer la realidad cotidiana de un país tan particu-
Estudiar el fenómeno de la comunicación implica lar y que provoca tantas pasiones, con una finali-
de la Universidad considerar la forma en que se estructuran, producen dad enmarcada en el ámbito de la educación, de la
de Girona. y reciben los diferentes tipos de mensajes, por lo que difusión cultural, de la información documental,
Director de la I hemos de centrar el análisis, también, en el ámbito de la propaganda ideológica, mucho más que des-
Jornadas de las ideas y los valores que circulan a través de los tinada a servir como herramienta de entreteni-
Internacionales de diferentes medios y soportes, y en las relaciones de miento y de expresión artística, a pesar de que la
Comunicación y poder que se vehiculan a través de ellos. En el caso de fuerte tradición del cine soviético y del neorrealismo
Cuba el análisis de la comunicación es muy intere- italiano posibilitó que, una vez iniciada la etapa
Sociedad.
sante, si se consideran las particularidades de la isla. comunista, se consolidara una personalidad cine-
De hecho, desde la perspectiva de la docencia, la en- matográfica propia y que ha quedado totalmente
señanza de la comunicación en Cuba ya se plantea asimilada por las siguientes generaciones de
como un instrumento para reforzar las estrategias cineastas, tanto los más institucionales como los
de la revolución. disidentes.
Desde el punto de vista del diseño, las aportaciones Los lazos que unen Cataluña y Cuba son muy in-
cubanas son de un notable valor. El Instituto de Di- tensos y de diversa índole: culturales, históricos y
seño de La Habana (ISDI) representa un excelente académicos, entre otros. Sin duda, pues, plantear la
modelo de trabajo y pone en evidencia que el gran celebración de unas Jornadas dedicadas a la Ima-
objetivo del diseño es la creación de un entorno más gen y Comunicación en Cuba respondía a razones
habitable. El ISDI se fundó el 1984, seis años antes de de notable peso específico.
la caída del Bloque Socialista. Con el Periodo Espe- Es cierto que en el marco de la investigación alrede-
cial los diseñadores cubanos tuvieron que buscar dor de la historia común entre Cataluña y Cuba,
soluciones y alternativas de acuerdo con la nueva y tradicionalmente se ha priorizado el tema de las
complicada realidad. El diseño industrial tenía que relaciones comerciales y migratorias entre ambos
adaptarse a un proceso de producción caracterizado países. Tanto los estudios de ámbito más general,
por el ahorro de materias primeras. En el próspero como los más estrictamente enmarcados en la his-
sector del turismo, los diseñadores gráficos e indus- toria local confluyen en este tipo de análisis, y ayu-
triales encontraron un camino para recorrer. dan a constatar una realidad que hace mucho tiem-
Es lógico, pues, que en Cuba no encontremos nin- po tenemos perfectamente asumida: Cuba y Cata-
gún anuncio publicitario. Este espacio lo ocupa otro luña participan, sobre todo a partir del siglo XIX, de
tipo de reclamo: los mensajes políticos, sociales y una historia compartida que no se puede compren-
culturales que la revolución cubana extiende por der si no se examina de manera conjunta.
toda la isla. Esta estrategia comunicativa dispone
En las Jornadas se procuró, en gran medida, anali-
de unos referentes históricos muy claros en la
zar el universo comunicativo de Cuba aplicando
Unión Soviética, pero también, por ejemplo, en los
una mirada básicamente catalana, por tanto con
carteles de la Guerra Civil española. Las vallas que
una perspectiva que contenía el peso de una indis-
pueblan el paisaje cubano pueden servir, asimis-
mo, y desde el campo de la investigación histórica, cutible tradición histórica.
para interpretar la evolución política del país. Pro- Personalmente considero que las relaciones histó-
clamas, consignas y diseños constituyen la más ricas cubano-catalanas han propiciado, asimismo,
pura y genuina gráfica revolucionaria. un importante intercambio ideológico. Incremen-
Otra forma de comunicación que se analizó en las tar la circulación de las ideas entre Cuba y Catalu-
Jornadas, aparte de las vallas, fue el cine. De hecho, ña en apariencia es un objetivo que se asume con
todo el cine latinoamericano, a partir de los años relativa facilidad. Varios intelectuales y políticos
sesenta, inició un proceso de inmersión en el fervor cubanos, en alguna etapa de su vida, habían viaja-
revolucionario y, con una notable calidad estética, do y residido en la Península, ya fuera para culmi-
se convirtió en una punta de lanza de la lucha por la nar su carrera académica o por razones estricta-
emancipación latinoamericana del control cultural, mente políticas, puesto que una pena habitual im-
económico, social y político norteamericano. El cine puesta por el gobierno colonial a los insurrectos

Revolución y Cultura 24
era la deportación a la metrópoli. Por otro lado, la cualquier otra cosa y la idea que apunta hacia la
correspondencia entre el emigrante catalán y su interrelación directa entre edición de prensa y la
familia, los viajes de ida y retorno o, sobre todo, el formulación del catalanismo en Cuba, es tan
regreso definitivo, establecían un marco propicio matizable que debilita los fundamentos en que se
por la creación de sólidos circuitos de comunica- sustenta.
ción política, social y cultural, que se añadía a la Las relaciones históricas entre Cataluña y Cuba fi-
comunicación de temática económica que, sin guran de manera muy presente en el imaginario co-
duda, debía de ser la que los preocupaba con ma- lectivo catalán. A la vista de estos precedentes his-
yor firmeza. tóricos, la producción de carteles desarrollada por la
Pero dicho esto, la realidad documental nos ha si- revolución cubana representa un punto de análisis
tuado en la evidencia de que la pretendida influen- muy interesante y enriquecedor para los investiga-
cia ideológica proyectada por los cubanos en Ca- dores de Cataluña.
taluña ha dejado una huella más bien discreta. Si El Grupo de Investigación en «Comunicación Social
analizamos la prensa catalana –especialmente e Institucional» de la Universidad de Girona, se creó
barcelonesa– de los años 1820-1860 comprobare- en 2009 como resultado de la confluencia de un gru-
mos que la presencia pública de pensadores cuba- po de profesores e investigadores de varias discipli-
nos es muy escasa, si bien la temática cubana pre- nas interesados en el análisis, interpretación e in-
ocupaba notablemente, de acuerdo con las noticias novación en el ámbito comunicativo.
y los artículos de opinión insertados por esta pren- Los profesores e investigadores que formamos este
sa que se manifestaba de forma relativamente des- grupo que me honr o en dirigir, compartimos el
tacada. Asimismo, los fondos documentales de los objetivo de favorecer el avance en el conocimiento
archivos de Cuba y del Estado español no reflejan de la comunicación en los ámbitos social e
con generosidad y por norma general aspectos cen- institucional y de propiciar que su presencia en el
trados en el tráfico de ideas. Esta constatación de mundo académico sea significativa. Una de las lí-
claros-oscuros en relación con la circulación de neas de investigación la constituye el análisis,
ideas empezó a recibir una notable luz a partir del desde un punto de vista histórico y actual, de las
último tercio del siglo XIX. Se explicitan las pro- interrelaciones y influencias comunicativas, eco-
puestas del catalanismo político, y la figura de Pi y nómicas, políticas, sociales y culturales entre Cuba
Margall ejerce como puente que facilita el tránsito y Cataluña.
ideológico entre ambas orillas del Atlántico. Cabe señalar, como objeti vo final de las Jornadas,
En su momento, consideramos oportuno orientar que la puesta en común de conocimientos entre
la investigación hacia un instrumento comunica- investigadores cubanos y catalanes, responde a una
tivo de primer orden: la prensa editada en Cuba por inequívoca línea de trabajo desarrollada desde la
los catalanes. Las conclusiones no por relativamen- Uni versidad de Girona. Recordemos que en el mar-
te previsibles pueden dejar de sorprender: los cata- co del Taller Internacional Cuba y Cataluña: encuentro
lanes priorizaban sus intereses económicos sobre de pueblos y culturas , celebrado en La Habana los

25 Revolución y Cultura
días 4, 5 y 6 de mayo del 2009, la Cátedra de Cultu-
ra Catalana de la Facultad de Artes y Letras de la
Universidad de La Habana y la Universidad de
Girona subscribieron un acuerdo de colaboración
que tiene como finalidad el desarrollo de un pro-
yecto de investigación común destinado a esta-
blecer un inventario y catalogación de los elemen-
tos patrimoniales tangibles e intangibles relati-
vos a la herencia propia de la relación histórica
entre Cuba y Cataluña, así como la descripción sis-
temática de la producción bibliográfica editada
hasta la fecha, que permita la identificación de los
vacíos más significativos en el ámbito de la inves-
tigación. En este mismo contexto se firmó un acuer-
do con el ISDI que tenía como fin estudiar y desa-
rrollar proyectos de investigación entre dicha ins-
titución y la Universidad de Girona, para lograr
una efectiva complementación de recursos huma-
nos, materiales y de información disponible. El
compromiso contempla, también, formas y accio-
nes de cooperación en otras áreas de interés mu-
tuo, tales como, eventos científicos, actividades
de cooperación técnica, transferencia de tecnolo-
gía, etc. El acuerdo fue ratificado con la firma de un
convenio el mes de mayo de 2010.
Sin duda, será necesario continuar desarrollan-
do nuevas investigaciones y manteniendo con
gran vitalidad la colaboración entre universi-
dades y centros de investigación cubanos y ca-
talanes. Una excelente hipótesis de trabajo es
la que considera factible la huella catalana en
el proceso de producción de carteles y vallas
durante la revolución cubana. Esperamos nue-
vas aportaciones.

Revolución y Cultura 26
La Pasionaria,
mito e intelectual
orgánico de la
Revolución
Cubana
El afianzamiento de
la imagen del mundo
del revolucionario a
través de la prensa
Licenciado en
Daniel Rodríguez Suárez Geografía e Historia
y Máster en Estudios
La Revolución Cubana constituye un movimiento es presentada como causa propia y como parte de Ibéricos e
de continuidad y ruptura. Ruptura con el período un proyecto común de liberación mundial. Estos
republicano postcolonial y continuidad en lo que temas ocupan portadas y titulares en las tres pu-
Iberoamericanos en
se refiere a la lucha por la independencia nacional blicaciones que van a ser objeto de análisis en este la Universidad de
secuestrada tras 1898. El triunfo de la revolución se estudio sobre la visita de Dolores Ibárruri: Noticias Lovaina. Desarrolla
presenta en la prensa como la consecución de un de Hoy, órgano del Partido Socialista Popular (PSP); estudios de
proyecto largamente perseguido: la constitución de Revolución, extensión de la revolución «fidelista» y doctorado y de
un estado nación soberano. En los primeros años España Republicana, plataforma de las corrientes sociología.
de la década del sesenta se conforman los mitos de marxistas del tronco del socialismo ibérico.
la independencia y la lucha contra la reacción: la
Guerra Civil Española, su desarrollo y sus persona-
jes forman parte de la iconografía revolucionaria.
La Pasionaria constituye uno de los referentes para
la joven generación que encabeza el proceso de cam-
bio en Cuba.
Dolores Ibárruri llega a Cuba por primera vez en
diciembre de 1963, especialmente invitada por el
recién creado Partido Unido de la Revolución Socia-
lista de Cuba (PURSC) y por su primer secretario,
Fidel Castro. La prensa cubana recoge el aconteci-
miento y proyecta una imagen de la heroína acorde
al proceso en marcha. Su bagaje vital es un ejemplo
que encaja con los objetivos de Cuba. La presidenta
del Partido Comunista de España no permanece
pasiva en su estancia y asume el papel de intelec-
tual orgánico en el proceso revolucionario. Duran-
te un mes la imagen del mundo del cubano y del
residente hispano se ve influida por este icono,
mezcla de leyenda y realidad. La agenda, en sintonía
con la dirigente comunista, es marcada por el PURSC
y por el resto de la sociedad civil, especialmente por
la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Socie-
dad de Amistad Cubano Española (SACE).
Debe tenerse en cuenta que sociedad política y civil
en Cuba son difícilmente distinguibles en los años
sesenta, al asumir la segunda muchas de las labo-
res de la primera. Este proyecto de gobierno popu-
lar, marxista y martiano, precisa de la incorpora-
ción masiva de la población, y qué mejor que con-
tar con la presencia de una de las representantes
señeras de una experiencia de gobierno análoga. La
causa del pueblo español y la de la Unión Soviética

27 Revolución y Cultura
significado: una bandera cubana, el Diario de campaña
de Antonio Maceo y el Diario de Campaña de José Martí.9
José Martí, Antonio Maceo, Fidel Castro, Raúl Cas-
tro o Camilo Cienfuegos forman parte del continuo
histórico. Esta asimilación de la historia, la revolu-
ción como consecuencia de las anteriores, consti-
tuye un factor clave de la imagen del mundo que se
proyecta desde los medios de comunicación y con-
cretamente desde la prensa.
No en vano, tras aterrizar en el aeropuerto José
Martí, Pasionaria fue saludada con un abrazo por el
Primer Secretario del PURSC, Comandante Fidel
Castro, máximo líder de la revolución y principal
promotor de la independencia. Los paralelismos
entre Martí y Fidel, de forma explícita o implícita,
ya no eran ninguna novedad a finales de 1963, sino
una constante en los medios. Este ritual representa
el abrazo entre dos pueblos y entre dos figuras he-
roicas y así lo registra la prensa.10 El momento es
tan seductor para el cubano y para el español resi-
dente en Cuba que es reflejado por las tres publica-
ciones analizadas.11 También se recoge en imáge-
nes el abrazo entre la dirigente vasca y los padres de
Camilo Cienfuegos, oriundos de la cornisa
cantábrica y muy presentes durante la visita de la
dirigente española.12 Aquí nos encontramos ante
Nuestros fines consisten en conocer los intentos de las madres que han perdido a su hijo en la batalla y
afianzamiento de la «imago mundi» del revolucio- que comparten igual sentimiento. Otro instante que
nario cubano y del residente español a través de la la prensa no pierde de vista es el encuentro entre la
refracción proyectada por estas tres publicaciones mujer cubana y la española. Haydée Santamaría,
durante la visita de la dirigente comunista. Esta miembro de la Dirección Nacional PURSC, y Vilma
labor de fijación de la visión del mundo tiene su Espín, presidenta de la FMC, hacen los honores.13
repercusión en el pensamiento mítico, en el coti- Desde el primer día, la presidenta del PCE se inser-
diano y en el teórico.1 ta en la institucionalidad cubana, en el gobierno
Además del fortalecimiento de la imagen del mun- popular, como her oína de leyenda, como represen-
do del revolucionario, pretendemos también tante legítimo del pueblo español, como ejemplo
explicitar el papel de Dolores Ibárruri como intelec- de mujer y como madre de revolucionario caído en
tual orgánico2 durante su estancia en Cuba. La diri- combate. Las referencias a Rubén Ruiz Ibárruri,
gente vasca asume la obligación de conocer al suje- muerto en la defensa de Volgogrado, aparecen en la
to real del proceso para convertirlo en actor de la prensa cubana a raíz del homenaje que rinde Fidel
actividad revolucionaria, superando de este modo a los caídos en la célebre contienda durante su vi-
la limitada visión que proporciona la reducción del sita a la Unión Soviética, y horas después del en-
participante al plano político.3 Para ello se aborda, cuentro en el que se produce la invitación de Fidel
desde un punto de vista cualitativo, un análisis de Castro a Dolores Ibárruri en Moscú.14 Estos cuatro
contenido de todas las informaciones publicadas aspectos, mujer revolucionaria, madre de caído, re-
–noticias, editoriales, reportajes, entrevistas e in- presentante legítima de España y heroína legenda-
formación gráfica– en los tres periódicos referidos ria, serán una constante durante toda su estancia
durante la visita de La Pasionaria. y los elementos básicos del componente mítico que
se proyectan desde la prensa.
LA PASIONARIA COMO MITO DE LA REVOLUCIÓN
Y SUSTENTO DEL PENSAMIENTO MÍTICO
El plano mítico de la dirigente comunista no solo se
El mito de la Pasionaria valida los mitos de la revo- hace visible a través de su apoyo al proyecto revo-
lución y rinde homenaje a los de antaño y hogaño. lucionario, sino que se plantea un discurso en el
Pasionaria, definida por la prensa como un perso- que se buscan los paralelismos entre la historia
naje de leyenda, valida con su presencia los nuevos cubana y la peninsular. La guerra civil española es
y antiguos mitos de Cuba. Dolores Ibárruri aparece presentada como una contienda de liberación na-
fotografiada en el Museo de la Re volución4 y, días cional revolucionaria15 y la lucha del pueblo espa-
después, ante el monumento a Antonio Maceo, sus ñol a principios de los años sesenta como el enfren-
palabras muestran admiración hacia el Titán de tamiento a la tiranía y al imperialismo norteame-
Bronce: «Maceo vive en nuestro pensamiento y sentimien- ricano.16 Las bases estadounidenses y la barbarie
tos», recalcó, y agregó: «Lo que él comenzó lo continua- franquista, sustentada por los EEUU, son una cons-
ron los hombres de la Sierra Maestra que hoy han triunfa- tante en la prensa del momento, giro que nos
do». 5 Palabras similares son recogidas ante la tum- retrotrae a la época de Batista o de Machado en
ba de José Martí o cuando visita Playa Girón.6 En Cuba. Esta construcción de una imagen acorde con
compañía de Melba Hernández7 conoce el antiguo la Revolución y convergente con sus fines irrumpe
cuartel Moncada,8 y en su estancia en Oriente reci- a modo de reificación de la historia de España, en-
be de los dirigentes del PURSC regalos cargados de tendiendo reificación como recogida de datos para

Revolución y Cultura 28
la abstracción teórica. Los referentes de Pasionaria la revolucionaria, dada su teórica división entre
en España serían Agustina de Aragón o María Pita, comunistas y revolucionarios. Es necesario recor-
Pelayo o el Cid. En definitiva, personajes de la his- dar que, tras la crisis de los misiles, la confianza en
panidad caracterizados como defensores de la in- la capacidad soviética quedó seriamente dañada y
de pendencia y en pugna con el invasor.17 El referen- que, a pesar del mentado viaje de Fidel Castro en
te hispánico deja de ser el de la conquista y la inva- abril de 1963, que limó asperezas, Cuba reforzó el
sión para tornarse en el de la defensa y resistencia carácter propio de su revolución. Sin embargo, la
popular a los ataques exteriores. Se parte pues de Pasionaria, al contrario de lo que podría esperarse,
un mito numantino cuidadosamente fabricado y por ser, además de represente del pueblo español,
que no es fruto de la desbocada imaginación. embajadora oficiosa de la URSS, no apareció apega-
da a las figuras más sobresalientes del antiguo PSP,
LA PASIONARIA COMO SOPORTE DEL PENSAMIENTO COTIDIANO
sino a los hombres de la Sierra y el Llano. Al grupo
Es desde la sociedad civil, soporte firme del gobier- de jóvenes que desde el Moncada habían constitui-
no revolucionario en Cuba, desde donde se proyec- do el verdadero poder y la representación del pue-
ta la imagen de cohesión. Los nuevos espacios de blo. Esta actitud constituye un fuerte apoyo a la
participación creados por el proceso revolucionario táctica y a la estrategia «fidelistas» frente a la
constituyen el campo en el que se recrean los hábi- tesis de los partidos comunistas latinoamerica-
tos. El pensamiento cotidiano para el revoluciona-
nos, sujetos a la tutela soviética. Lo que pone de
rio tiene su desarrollo natural en el día a día y en
manifiesto con esta actitud, aunque resulte ob-
estos organismos de participación ciudadana. Des-
vio, es el carácter cubano de la revolución y la
de ellos, las combativas arengas de Dolores Ibárruri
aparecen mezcladas con las particulares y genui- necesidad de apego a las condiciones objetivas
particulares de cada país a la hora de acometer la
nas cubanas en los momentos de exaltación popu-
lar y defensa de la soberanía y del socialismo. El «no toma y el ejer cicio del poder.
pasarán» o el «vale más morir de pie que vivir de rodillas», Por otro lado, entre las labores del teórico está esta-
frases nacidas de la entraña de la contienda espa- blecer ese linde entre el trabajo del grupo, cuyos
ñola, contienen un significado análogo al «Patria o intereses representa y los contrarios, los que se en-
Muerte» de Cuba.18 Estas consignas aparecen mezcla- frentan al proceso. Este deslinde, que ya se había
das en cartelones sustentados por el protagonista de producido en la sociedad cubana, y que estaba ya
la subversión y en las alocuciones de los miembros en aras de consolidarse en el seno de la SACE, es
de las organizaciones de participación cubana. La pren- expuesto sin ambages en el citado homenaje a Do-
sa se hace eco de ellas y terminan formando parte del lores Ibárruri. Sus palabras, cuando se dirige a la
discurso revolucionario, interiorizadas y desprendi- comunidad de residentes españoles, son más que
das ya del significado originario que les dio vida elocuentes: Les llama a la militancia activa y a la
devienen en costumbre. defensa, por la armas si fuera necesario, del proceso
LA P ASIONARIA COMO INTELECTUAL ORGÁNICO cubano. 19 Este llamamiento comparte tanto la par-
Y SUSTENTO DEL PENSAMIENTO TEÓRICO te teórica de la «imago mundi» como las capacida-
El papel de Pasionaria, en esta visión del mundo des del intelectual orgánico para incorporar al su-
que se proyecta desde la prensa, va más allá del jeto real al proyecto que defiende sus intereses.
pensamiento mítico y cotidiano, también tuvo su Como teórica de la revolución, la presidenta del PCE,
componente teórico, quizás el más previsible a priori rompe con un dilema clave para la filosofía y la
y el que más controversia podía generar en la cúpu- historia: «con harta frecuencia ocurre que los vo-

29 Revolución y Cultura
Notas:
1 La división de la «imago mundi» en estos tres planos de pensa-

miento se debe a los trabajos de María del Pilar Díaz Castañón, en


especial a su obra Ideología y revolución. Cuba, 1959-1962, La
Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2001, p.1-94
2 La visión de intelectual orgánico que aquí se proyecta es

la de Antonio Gramsci, es decir, la del intelectual que


aparece apegado a una clase, para darle a ésta conciencia
y homogeneidad en sus funciones en el campo político,
económico y social. Gramsci, Antonio: Cuadernos de la
cárcel. México: Ediciones Era, 1986, IV, pp.351-384
3 "Enfocar las revoluciones solamente desde el prisma político

olvida dos elementos importantes, destacados tiempo ha por


Marx; una revolución es un proceso de subversión de la
totalidad social y, en segundo lugar, el sujeto político difiere en
su apropiación del sujeto real», en Díaz Castañón, María del
Pilar, op. cit., pp.17-18
4
«Visita Pasionaria el Museo de la Revolución», en
ceros de una ideología dada no son los miembros Revolución, año VII, nº 2442, La Habana, sábado 14/12/1963, porta-
da. «Visitó Pasionaria el Museo de la Revolución», en Noticias de Ho y,
de la clase cuyos intereses expresa».20 Esta con- año XXV, nº 295, La Habana, sábado 14/12/1963, p o rtada
tradicción es solventada en el caso que nos ocu- 5 «Visitó La Pasionaria Monumento a Maceo, en Cacahual«, en Noticias de

pa, puesto que la protagonista es portadora de la Hoy, año XXV, nº 299, La Habana, jueves 19/12/1963, por tada y p.5.
6
conciencia de clase que proclama y exige al pue- «Dolores Ibárr uri, Pasionaria, en Playa Girón», en Noticias de Hoy, año XXV,
blo. La prensa cubana, en los breviarios biográfi- nº 301, La Habana, sábado 21/12/1963, portada.
7 Melba Hernández participó en los preparativos del asalto al cuartel Moncada,
cos que de ella muestra, así lo atestigua: «Nieta,
perteneció al Movimiento 26 de Julio y ocupó diversos puestos de responsa-
hija y esposa de mineros. En ese mundo duro y bilidad en el gobierno y en la sociedad civil.
bravo de la mina, se hizo mujer, esposa, madr e y 8
«Con Pasionaria», en España Republicana, año XXVI, nº 557, La Habana,
también revolucionaria».21 15/12/1964, pp. 4-5.
9 Ibídem
El día de 12 de enero de 1964 Dolores Ibárruri se
1 0 España Republicana lo expresa con estas palabras: «En el abrazo de Fidel
despidió del pueblo cubano. Horas más tarde, tras-
y Pasionaria, se unieron simbólica dos pueblos hermanos que nada ni nadie
cendía la noticia de que el mismo avión en el que logrará separar», «Dolores Ibár ruri», en España Republicana, año XXV, nº
iba tan señalada huésped llevaba también a Fidel 555, La Habana, 15/12/1963, p.4
Castro y a una delegación cubana a la URSS. 22 En 1 1 «Presidió Fidel el recibimiento a Dolores Ibár ruri Pasionaria», en Noticias de Hoy,

este segundo viaje de Fidel en menos de un año a año XXV, nº 288, La Habana, vier nes 6/12/1963, portada. «Dolores Ibárruri», en
la Unión Soviética se repetirían las imágenes España Republicana, año XXV, nº 555, La Habana, 15/12/1963, p.3.
«Recibió Fidel a la Presidenta del PCE», en Revolución, año VII, nº 2435, La
junto a la Pasionaria. Sin embargo, el objetivo
Habana, Viernes, 6/12/1963, portada
principal del viaje era otro: se firmaron acuerdos 1 2 Fotografías de las páginas centrales: «Pasionaria en La Habana», en

que garantizaron la construcción de la econo- Revolución, año VII, nº 2435, La Habana, viernes 6/12/1963. «Presidió Fidel
mía de Cuba sobre bases estables a largo plazo y el recibimiento a Dolores Ibárruri Pasionaria». En los comentarios a pie de
se efectuaba una declaración conjunta, cubano- foto aparece la siguiente reseña: «los padres del inolvidable comandante
soviética, que exponía la firme disposición de la Camilo Cienfuegos, Emilia Gorriarán y Ramón Cienfuegos, dan la bienvenida
a la querida revolucionaria española«, en Noticias de Hoy, año XXV, nº 288,
URSS a apoyar a Cuba en caso de agresión.23 La Habana, viernes 6/12/1963, portada.
Finalmente, es necesario dejar constancia de la 13
Páginas centrales: «Pasionaria en La Habana», en Revolución, año VII,
función de la Pasionaria como factor de cohe- nº 2435, La Habana, viernes 6/12/1963.
sión para la causa cubana y para la causa de la 14
«Fidel habla de Grimau», en España Republicana, año XXV, nº 541, La
liberación de los pueblos en dos aspectos. En pri- Habana, 15/12/1963, contraportada.
1 5 Pasionaria: «Nuestra lucha, nuestra guerra nacional revolucionaria contra
mer lugar se debe señalar que la revolución cu-
la sublevación militar fascista, desde 1936 a 1939", en España Republicana,
bana apostó por los pueblos, especialmente en el año XXVI, nº 557 , La Habana, 15/12/1964, p.6.
caso de los países iberoamericanos, cuyos gobier- 16
Los ejemplos de esta lectura de la situación en la España franquista
nos, en su gran mayoría, estaban distanciados se producen durante, antes y después de la visita de Dolores Ibárruri.
en el plano ideológico. Dolores Ibárruri, calum- «Primero de Mayo de Cuba Socialista. Saludamos al pueblo español,
niada por la reacción gobernante y adorada por que lucha y resiste a Franco, y algún día terminará por derrumbarle,
como aquí hicimos con Batista», en España Republicana , año XXV, nº
las masas, constituía una representante del pue- 541, La Habana, 15/05/1963, portada.
blo de fácil asunción e implantación en el ima- 1 7 «Canto de Amor a España con un envío a la Pasionaria». Por el Indio

ginario colectivo cubano. En segundo lugar, sir- Naborí, en Noticias de Hoy, 11/12/1963, reproducido en España Republica-
vió de apoyo a la tríada soberanía-revolución- na, año XXV, nº 555, La Habana, 15/12/1963, p.6.
18
socialismo. Esta concepción tripartita de identi- Estas arengas aparecen mezcladas como parte de un mismo discurso
en las semblanzas que de Dolores Ibárruri se hacen. «Dolores Ibárruri»,
dad, formada en el quehacer del portador del cam- por José María González Jerez, en España Republicana, año XXV, nº 555,
bio, es refrendada a través de la prensa por las La Habana, 15/12/1963, p.3.
actividades que la Pasionaria protagoniza. 19
«Palabras de Dolores Ibárruri en el homenaje que se le rindió en la SACE«, en
Estos dos aspectos, la comunión de los pueblos España Republicana, año XXVI, nº 556, La Habana, 01/02/1964, portada.
20
en su lucha por la liberación y la tríada que ca- Díaz Castañón, María del Pilar, op. cit., p.54
2 1 «Llega La Pasionaria». Editorial publicado en el periódico Revolución el
racteriza al pueblo cubano, representan los día 5 de diciembre, reproducido en España Republicana, año XXV, nº 555,
vectores constitutivos de la «imago mundi» pro- La Habana, 15/12/1963, p.6.
yectada a través de los tres medios estudiados: 22
Dolores y Fidel, en España Republicana, año XXVI, nº 558, La Habana, 01/02/1964, p.3.
23
España Republicana, Noticias de Hoy y Revolución. Fidel Castro en la URSS, en España Republicana , año XXVI, nº 558,
La Habana, 01/02/1964, portada.

Revolución y Cultura 30
La Valla política cubana,
un patrimonio gráfico inexplorado
Alfonso González Quesada

Vaya valla fue el título que me sugirió un amigo, para el mosaico que me había dispuesto comple-
cuando le pedí que me ayudara a poner nombre al tar años atrás. De vuelta a Barcelona llamé a la
proyecto de libro con el que explicar la Revolución puerta de diferentes editoriales sin éxito, hasta que
Doctor en Ciencias
Cubana a través de sus vallas políticas. Años des- Casa América-Catalunya se interesó por el pro-
pués de aquella sugerencia, se inauguraba en sep- yecto y el libro inicial se transformó en exposi- de la Información y
tiembre de 2009 la exposición Vaya valla: gráfica revo- ción. La inauguración coincidió con el 50 aniver- licenciado en
lucionaria cubana en el Museo Marítimo de Barcelo- sario de la Revolución y su acogida fue notable. Filología Catalana.
na. El origen del proyecto se encuentra en la curio- Del centenar de imágenes que incluyó la muestra, Profesor del Área de
sidad que despertó en mí la valla política desde la menos de la mitad formaba parte del paisaje de la Documentación de la
primera vez que visité la Isla. Las vallas coronan Isla en aquellos momentos. Ahora el número sería Universidad
edificios, cubren sus fachadas. Las hay en fábricas, toda vía menor, porque las vallas no se conciben Autónoma de
frente a hospitales, en lo alto de marquesinas, so- para ser expuestas de manera permanente. Sus
bre puentes, en cruces de carreteras. Jalonan las mensajes están sujetos al avatar del proceso histó-
Barcelona y miembro
salidas y entradas de las principales ciudades. Re- rico; por eso cambian, se actualizan, vuelven o se del GRP (Grup de
ciben al viajero nada más dejar el aeropuerto. Las desvanecen para siempre. Son reflejos del aconte- Recerca en
ha habido, incluso, ¡en las aguas del litoral! Para cer, cr onistas que conforman ese mosaico difícil Publicitat). Ha
los ojos de un extranjero, la ausencia del reclamo de recomponer, porque son piezas de naturaleza publicado diversos
comercial y la omnipresencia del mensaje político efímera, condenadas a desaparecer. Sólo la volun- trabajos sobre la
no son un espectáculo habitual. Por eso, pronto me tad del fotógrafo las puede rescatar del olvido. Es gráfica política y ha
asaltó la idea de que aquellos enormes paneles, más muy difícil saber cuántas vallas se han expuesto
allá de ser ejemplos de propaganda política, eran y desde 1959, pero muy bien podrían superar varias
estudiado el
son las piezas de un mosaico que explica, a través decenas de millar. Este dato da idea de la magni- fenómeno de las
del discurso visual, la evolución del proceso revo- tud de un fenómeno comunicativo tan singular, vallas políticas
lucionario. Para reconstruir ese mosaico viajé nue- del v olumen del patrimonio gráfico perdido y, tam- cubanas desde su
vamente a Cuba en 2005 y 2007. bién, de la enorme parcialidad de la muestra que primer viaje a la Isla
Recorrer el país desde Guanahacabibes hasta recog ió Vaya valla . en 2003.
Baracoa me permitió fotografiar infinidad de vallas La parcialidad del material expuesto no limitó la
sobre múltiples temas. Pero aquel material no era comprensión del itinerario creado en la muestra.
suficiente. Las vallas están sujetas al presente, pro- Vaya valla ofr eció una lectura transversal del dis-
yectan el futuro, pero no recuerdan todo el pasado. curso gráfico. Las imágenes se articularon en tor-
Era necesario bucear en la memoria gráfica de la no a oc ho núcleos temáticos, recurr entes a lo lar-
Revolución. De nuevo la mano de la amistad vino go de medio siglo, y que resumen los ámbitos so-
en mi ayuda. Norma Barrios y José Antonio de la bre los que la propaganda ha concentrado su aten-
Osa, mi familia cubana, me pusieron en contacto ción para construir el imaginario de la Revolución.
con los responsables de la Editora Política del Parti- Cada uno de los núcleos se encabezó con un lema
do, la encargada del diseño y la exposición de su procedente de alguna de las vallas, y con una ima-
obra gráfica. Cuando expuse el objetivo de mi pro- gen reproducida a un tamaño similar al original
yecto a Santiago Dórquez y Fidel Aguirre, responsa- para mostrar al espectador la dimensión real de la
bles de la Editora Política, accedieron a que pudiera propaganda mural.
consultar su archivo. En pocos días revisé más de Peleamos por el decoro y la felicidad de los hombres, con
2.000 diapositivas, un patrimonio documental e esta frase de Martí se iniciaba el primero de los nú-
histórico inigualable. Parte de la memoria gráfica cleos, dedicado a presentar los elementos funda-
de la Revolución se encuentra en aquellos fondos, y cionales de la iconografía revolucionaria: los hé-
a riesgo de equivocarme, quizá sea la parte más ol- roes de la guerra de independencia, los hitos pre-
vidada. De aquella primera revisión, la Editora me vios al triunfo de 1959 y sus líderes. Juntos y adelante
facilitó algo más de doscientas imágenes digita- se centró en la idea de unidad en torno al proyecto
lizadas para dar forma definitiva a mi proyecto. En revolucionario, como garantía de su continuidad.
aquel momento disponía de muchas más piezas Moldear el comportamiento y las actitudes revolu-

31 Revolución y Cultura
Recorrer la Isla desde un
extremo a otro ayuda a
descubrir la existencia
de una geografía de la
propaganda mural. Un
mismo tema, o incluso
una misma consigna,
suelen recibir un trata-
miento más original y
elaborado en una capi-
tal de provincia que en
un pequeño municipio.
cionarias a partir del ejemplo de los héroes fue el También la geografía condiciona materiales y mo-
centro de atención del tercer núcleo, titulado Con la tivos. En zonas remotas es frecuente encontrar
fuerza del ejemplo. Crece su obra reafirmaba el vínculo muros pintados y composiciones más sencillas.
de continuidad entre el pensamiento martiano y la La presencia de un elemento gráfico, como por
obra iniciada en 1959, señalando tanto sus logros ejemplo un código de barras en las vallas que en
(alfabetización, educación, salud, igualdad...) como 2007 denunciaban los efectos económicos del blo-
las asignaturas todavía pendientes (producción, queo, no tendría tanto sentido en un entorno ru-
eficiencia, vivienda). Bajo el lema Cuba es y seguirá ral como en uno urbano. El lema Lo que aquí se re-
siendo internacionalista se destacó la solidaridad cu- cauda es para el pueblo sería impensable leerlo lejos
bana con los pueblos del Tercer Mundo, y la alter- de un enclave turístico como Varadero. Por toda la
nativa que representa el ALBA. Señores imperialistas Isla se encuentran vallas contra la política esta-
no les tenemos absolutamente ningún miedo describió la dounidense, pero los diseños más contundentes
siempre difícil relación con el gobierno de los Esta- se han concentrado en torno a la Tribuna Antiim-
dos Unidos. El penúltimo núcleo, Estamos en comba- perialista, en el malecón habanero. Literalmente
te, mostró el arsenal retórico y visual con el que la rodeaban el perímetro de la Oficina de Intereses de
propaganda ha dado respuesta a los múltiples de- Estados Unidos. Hasta que fueron retiradas a fina-
safíos que ha tenido que enfrentar la Isla. La dialé- les de 2008, justo antes de la toma de posesión de
ctica impuesta por el combate permanente en el que Barack Obama, las vallas estaban frente al enemi-
vive Cuba se resolvió en el último núcleo, Indepen- go. Lo denunciaban, lo acusaban, lo denigraban. Han
dientes hasta siempre, con la proyección de la Revolu- sido las armas de una peculiar guerra propagandís-
ción hacia el futuro y la confianza en la victoria. tica en la que no ha habido réplica sobre el terreno.
Mi interés por la propaganda mural no se agotó con Observar la intensidad de ese acoso gráfico y verbal
el montaje de la exposición. Antes de su inaugura- ha proporcionado un buen indicador para conocer
ción, a finales de 2008, volví a Cuba para vivir de en todo momento en qué punto se hallaban las re-
cerca el 50 aniversario de la Revolución y conti- laciones entre ambos países.
nuar recogiendo material gráfico para profundizar Las vallas han contribuido a elaborar el imagina-
en el tema. En abril de 2010 nuevamente regresé a rio de la Revolución y a consolidar sus ideales. Más
La Habana para dar cuenta a los responsables de la allá de esa función general han desarrollado otras.
Editora Política del uso de las imágenes que me ha- Actúan como instrumentos de respuesta rápida
bían cedido y para colaborar en la preservación de su ante cualquier tipo de contingencia política (blo-
fondo. El material digitalizado y el que he ido foto- queo, caída del campo socialista, injerencias ex-
grafiando en las diversas visitas al país representan ternas...). Sirven a la liturgia de la Revolución seña-
un volumen documental de primer orden para en- lando sus fechas fundacionales y convocando a la
carar futuros proyectos de investigación que estu- población a sus celebraciones. Exhortan a trabajar y
dien en profundidad la dimensión comunicativa y a defender conquistas de todo tipo. Han mostrado la
artística de un territorio de la gráfica cubana prácti- solidaridad cubana con los países del Tercer Mundo.
camente inexplorado. A modo de esbozo apunto a Han transformado en épicas las primeras hazañas
continuación algunas consideraciones a tener en de la lucha revolucionaria. Honran a sus héroes
cuenta en futuras aproximaciones al tema. históricos y a miles de héroes anónimos. Continúan

Revolución y Cultura 32
alertando de la necesidad de prepararse para repe- niños, parejas y ancianos, siempre sonrientes. Qui-
ler cualquier agresión. Han exigido de la población zá la fotografía sea uno de los recursos que haya
redoblar sus sacrificios en tiempos de crisis. Anun- adquirido ma yor valor recientemente. Ya en los pri-
cian la acción del gobierno. Informan sobre todo meros años de la Revolución, un buen número de
tipo de eventos culturales. Indican puntos de signi- imágenes tomadas en aquellos tiempos sirvió para
ficación histórica y señalan la presencia de institu- el diseño de vallas bien conocidas. Hoy continúan
ciones de prestig io. También conmemoran los na- siendo un material indispensable para anuncios
talicios de figuras cubanas, o los aniversarios de conmemorativos. Retratan momentos y persona-
sucesos vinculados con la Revolución. Otro tanto jes de significación histórica. La fotografía también
hacen con personalidades y acontecimientos ocu- ha enriquecido la crónica de la actualidad que ha
rridos en el extranjero. Vallas situadas en la entra- ido reflejando la propaganda. Comparte con otros
da de pueblos y ciudades, saludan al viajero y des- medios de comunicación los mismos referentes vi-
tacan la tradición revolucionaria de la localidad o suales. Así, las vallas han incluido la imagen de
recuerdan a sus hijos más ilustres. Elián González en los brazos de su padre tras volver
A lo largo de cincuenta años muchas cosas han de Miami, a los cinco héroes encarcelados en Esta-
cambiado en la propaganda mural. La renovación dos Unidos, el retrato de Hugo Chávez asegurando
más notable se ha dado en el discurso, es decir, en que hará realidad el sueño de Bolívar y Martí, o las
los motivos compositivos y en el lenguaje. Viejas instantáneas de los presos torturados en Abu
consignas como Patria o muerte y Hasta la victoria siem- Gr ahib. Tampoco es casual que ningún otro presi-
pre no han desaparecido. Tampoco lo han hecho las dente norteamericano haya aparecido tanto en las
máximas de Martí, ni el laconismo de frases como vallas políticas como Bush. Y no han sido pocas en
No al bloqueo o la rima fácil de Ante la amenaza y la las que lo ha hecho acompañado, como en Full de
agresión Cuba responde: más Revolución. Todos estos asesinos, de Hitler, Posada Carriles y Orlando Bosch.
ejemplos forman parte de la tradición y son fórmu- Precisamente en esta composición cada uno de los
las acuñadas durante los primeros años de la Revo- cuatro personajes es un naipe, en una clara alu-
lución y mantienen su carga simbólica. La actuali- sión a la «baraja » que la Casa Blanca elaboró con
zación de los eslóganes ha sido el resultado de la los miembros más importantes del régimen de
incorporación de nuevos temas en la agenda pro- Sadam Hussein. La fotografía ha permitido expe-
pagandística y de la aplicación de nuevas estrate- rimentar a los nuevos diseñadores. En los premios
gias de comunicación persuasiva. Algunas de estas que concede el Salón de la Gráfica, muchos de los
estrategias se usaron en la respuesta al recru- trabajos galardonados en los últimos años han
decimiento de la política de la Administración Bush. incorporado fotografías a sus composiciones.
La agresividad o ironía habituales dejaron paso Llegados a este punto conviene recordar que el
a mensajes más próximos a la información ( 12 proyecto original: escribir un libro que explicase
horas de bloqueo equivalen a toda la insulina anual el proceso revolucionario a través de la valla po-
necesaria para los 64 mil pacientes del país ). Por pri- lítica, no sólo no se ha abandonado, sino que fi-
mera vez las vallas cuantificaban el coste eco- nalmente se materializó, aunque permanezca in-
nómico del bloqueo. En otros casos, para enfati- édito. Cuba en vallas, el imaginario de la Revolución
zar los efectos de la política norteamericana se cubana a través de sus vallas políticas recoge más de
ha recurrido a la emotividad. Así, al hablar de quinientas imágenes, agrupadas en cinquenta
sus posibles consecuencias sobre el futuro de la capítulos que repasan los momentos, temas y
infancia, una valla explicaba El Plan Bush: les qui- protagonistas de la reciente historia de la Isla.
tará el beso de la mañana, el apretón a la salida de la Creo que es la primera vez que una obra reúne tal
escuela y la mirada pícara de siempre. volumen de un material comunicativo y artísti-
En la serie «Gracias, ya vivimos en Cuba Libre» la co singular, y que constituye un patrimonio do-
emotividad se reforzó con el uso de la fotografía de cumental e histórico que merece ser conocido.

33 Revolución y Cultura
Mario Sandoval, COR, 1963.

Un grito
en la pared1
Algunas consideraciones
sobre el cartel cubano de
la Revolución.2

Luis Augusto González Pastrana


En primer lugar, fue evidente la necesidad de tras-
mitir mensajes que ideológicamente unificaran a
la población, que pudieran ser masivamente distri-
buidos y sirvieran, no solo para la formación políti-
ca, sino cognoscitivo-educativa en todas las esfe-
ras de la vida social. Esto solamente se podía lograr
con el carácter e inmediatez que se requería, si se
lograba desvincularlos de patrocinadores particu-
lares y se articulaban al conjunto de los organis-
mos del Estado –y posteriormente del Partido Co-
munista de Cuba–, quienes serían ahora los nue-
vos comitentes como representantes del diferente
orden social que se aspiraba alcanzar.
Muchos y variados fueron los portadores utiliza-
dos para dicha trasmisión, entre ellos, las caris-
máticas figuras r evolucionarias y su accionar, sus
discursos, las medidas sociales en beneficio de las
mayorías antes marginadas, la reestructuración de
las jerarquías sociales resultantes de estas medi-
das, etc. Todos eran válidos y cumplían las funcio-
Antonio Pérez (Ñiko), COR, 1968. nes antes señaladas, desde las fotografías de los di-
rigentes y de los héroes de las luchas, ilustracio-
Más que afiche, más que cartel, más que anuncio,
nes en pañuelos y textiles en general, postales, va-
es una siempre renovada muestra de artes
jillas, almanaques, etc., hasta las grandes ilustra-
sugerentes, funcionales, si se quiere, ofrecida al
ciones que cubrían todo o parte de los edificios de la
transeúnte […]. Los artistas cubanos del cartel,
Plaza de la Revolución. Tampoco se deben olvidar
del afiche, libres de la idea fija de la incitación
las portadas de revistas y periódicos que ya apare-
comercial, tratan de llevar un arte a la calle, allí
cían vinculadas a diferentes aspectos de la Revolu-
donde todos lo vean.
ción; pero uno de los más eficaces fue el cartel, en-
El cartel [...] es galería permanente, abierta a todos,
tre otras razones porque después de años de recogi-
puesta en las murallas, ostentosa en las esquinas,
miento y clandestinaje, la vida fue más pública y
usándose en él todas las técnicas de la figuración:
dinámica, el pueblo ocupó las calles y el cartel relu-
montaje, collage, reproducciones de imágenes
cía en ellas.3
paralelas, pop, op, y hasta, cuando vienen bien,
El cartel respondía a la ideologización por su relati-
remedos de viejos estilos, interpretados, trans-
vamente fácil producción, distribución, manipula-
figurados, en función de un título, de un contenido,
ción –y no solo en el sentido físico del término. Se
de un mensaje determinado.
convirtió en uno de los vehículos idóneos para al-
Alejo Carpentier «Una siempre renovada mues-
canzar también la masividad que se planteaba el
tra de artes sugerentes», Cine cubano, n° 54-55,
Estado revolucionario, por su capacidad de saturar
1969, pp. 90-91.
rápidamente el conglomerado social, a través de los
Estamos conscientes de cuán difícil resultaría ha- programas implementados para la alfabetización,
cer una explicación de los efectos que tuvo en Cuba la extensión de la enseñanza a toda la población, la
el triunfo revolucionario y su posterior derivación posibilidad de estudios universitarios, la publica-
hacia una sociedad socialista. Debe destacarse que ción intensiva y extensiva de libros, etc. Nadie
dichos efectos abarcaron y alteraron todos los as- quedaría fuera de este interés educativo, formati-
pectos del entramado social cubano. En el campo vo, al seguir el credo martiano de que solamente
que nos ocupa, la transformación produjo casi de se puede ser libre si se es culto; por ese papel pro-
inmediato consecuencias impactantes. tagónico, nos centraremos en esta tipología y fun-

Revolución y Cultura 34
Guillermo Menéndez, 1961.
tales existentes y la creación de otros, los cuales se
convirtieron en los nuevos comitentes.
La avidez fue producto, entre otras razones, del pau-
latino aumento del nivel educacional y de la mejor
situación económica de las familias, tanto en los
espacios urbanos como en los rurales, aunque du-
rante bastante tiempo y a causa de las abismales
diferencias existentes, resultó más evidente en los
primeros que en los segundos.
En cuanto al reacomodo de funciones, los organis-
mos estatales existentes estaban diseñados de tal
manera que no podían cumplir las diferentes nece-
sidades que se presentaban diariamente, y fue pre-
ciso cambiarlos o sustituirlos por otros, del mismo
modo que toda la estructura del Estado fue removi-
da desde sus cimientos. Para la propaganda gráfica
las obras podían agruparse en campañas para
movilizaciones a la agricultura, vacunación con-
tra distintas enfermedades, de alfabetización ma-
siva, de ahorro de electricidad; exhortaciones para
prepararse para la defensa, combatir el ausentismo
laboral, aumentar la disciplina vial; celebraciones
de conciertos, exposiciones, funciones de teatro o
ballet, conmemoraciones de nacimientos y defun-
ciones de héroes, batallas y sucesos importantes de
las guerras de liberación, solidaridad con pueblos
de todo el mundo, exhibiciones de filmes y docu-
mentales, festivales, concursos; en fin, todas las
acciones sociales posibles.
damentalmente en los de temática política en el Dados estos cambios, los profesionales del sec-
período comprendido entre 1959 y 1975, conocido tor, que habían recibido y ejercitado un exce-
como «edad de oro del diseño gráfico cubano». lente entrenamiento en las agencias publicitarias,
Pero tampoco se puede estrechar el significado ideo-
lógico a lo estrictamente político pues en el eferves-
Modesto Braulio Flores, 1975.
cente tráfico social, los motivos de interrelación
eran amplísimos y abarcaban los laborales, estu-
diantiles , recreativos, de preparación militar, de vi-
gilancia revolucionaria, de ganancias de derechos –
sexuales y raciales, pero también de oportunidades
iguales para el desarrollo personal– y en todos ellos
el componente ideológico era fundamental para la
consecución de las múltiples tareas que se empren-
dían en todos los fr entes. Todo esto nos lleva al pun-
to en que a pesar de la cercanía semántica entre
propaganda y publicidad, el papel que cumplían los
carteles estaba más en su vertiente de propagador
de ideas que en la comercial, ya que la segunda fue
rápidamente eliminada de todos los media, medida
que todavía hoy está parcialmente en vigor. Tam-
bién tomaron fuerza nuevos soportes estrechamen-
te emparentados como las vallas, y los laminarios,
por ejemplo, que se distribuían desde escuelas has-
ta centros de trabajo para ser usados en los «mu-
rales» que informaban de cuanto acontecía en cada
lugar específico, y también nacionalmente. De este
modo, la propaganda llegaba rápida y eficaz a to-
dos, a la vez que añadía a la masividad la fuerza de
las relaciones personales, grupales, más íntimas,
lo cual iba del espacio público a uno más reservado.
Es indiscutible que uno de los efectos más potentes
de los cambios revolucionarios fue la conversión
de masas, iletradas mayoritariamente, de consu-
midores pasivos en un pueblo cada vez más educa-
do en todas las direcciones. Esto produjo avidez,
reacomodos de funciones de los organismos esta-

35 Revolución y Cultura
Alfredo Rostgaard. Cristo Guerrillero, OSPAAAL, 1968.
to que era de vital interés que no se olvidara el de-
sarrollo de hasta las más alejadas comunidades,
tanto las ya existentes, como las nuevas que iban
surgiendo a todo lo largo del país. También el siste-
ma de enseñanza artística se fue afianzando, y para
que el pueblo no fuera solamente un receptor pasi-
vo, sino un participante activo, proliferaron las
Casas de Cultura con sus instructores de arte que
fueron extendiendo la actividad cultural a todas
las edades.
Por su parte la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba fue aglutinadora en sus diferentes secciones
de lo mejor de la intelectualidad cubana, y desde
ella también se generaron carteles y, sobre todo, los
Encuentros de Diseño Gráfico (el primero en 1979 y
el segundo en 1985, ya fuera de nuestros límites
temporales), donde se discutieron diversas proble-
máticas que afectaban al cartel.
En 1962 se fundó la Comisión de Orientación Revo-
lucionaria (COR), que agrupó y dirigió toda la pro-
ducción de carteles más directamente vinculados
con las temáticas de educación social y política, y
que consideramos una de las más importantes.
Hacia 1967 se nutre de jóvenes diseñadores que
habían pertenecido a la Agencia de Intercomu-
nicadores creada en 1960, uno de los principales
conglomerados de diseñadores que surgieron en
abandonaron el país cuando aquellas lo hicieron o estos años luego de la intervención y liquidación de
bien continuaron trabajando en las nuevas estruc- las agencias publicitarias. Esta Comisión pasó en
turas como empleados estatales, a la vez que en- 1974 a llamarse Departamento de Orientación Re-
frentaron la formación de los a veces tan jóvenes volucionaria (DOR), nombre que mantendría hasta
como ellos que se incorporaron a la creación gráfi- 1984 en que se estableció como Editora Política y
ca. No fue una tarea fácil, ya que estos procesos no
se desarrollaron linealmente, hubo enfrenta- René Mederos. COR, 1969.
mientos y prejuicios tanto ideológicos como estéti-
cos, en ocasiones arduos; pero, en general, los
diseñadores obtuvieron libertad expresiva y respe-
to. En cuanto a las limitaciones tecnológicas, és-
tas no supusieron un freno a la creación artística;
por el contrario, audaces y novedosas soluciones
resolvieron las demandas del momento. Con gran
economía y síntesis de recursos gráficos y mate-
riales se logró dinamizar el diseño; a pesar de la
escasez de tintas y del uso –casi exclusivo– de la
técnica de impresión serigráfica, se produjeron
carteles de un elevado nivel artístico.
En 1959 se fundaron el ICAIC y la Casa de las Amé-
ricas y posteriormente en 1961, la antigua Direc-
ción de Cultura del Ministerio de Educación, pasó a
independizarse como Consejo Nacional de Cultura
(CNC). Sus objetivos eran complementarios y abar-
caban las principales preocupaciones socio-cultu-
rales de la Revolución. El ICAIC tenía la doble fun-
ción de desarrollar una industria cinematográfica
nacional –utopía irrealizable anteriormente–, y cul-
tivar el conocimiento y el gusto del público con lo
mejor de la producción de cine mundial. La Casa de
las Américas nos vinculaba con lo mejor de la
intelectualidad latinoamericana y los artistas de
la región, tanto los de circulación en galerías y
museos, como aquellos vinculados con manifesta-
ciones populares, sin olvidar, por supuesto, la lite-
ratura, la música, el teatro. Por su parte, el CNC
cumplía la función social de la promoción de even-
tos e instituciones culturales a nivel nacional, pues-

Revolución y Cultura 36
José Ramón Chávez. COR, 1973.
le daba un amplio uso como elemento decorativo
doméstico. No obstante, tanto el cartel político co-
mo el cultural eran en mayor o menor medida de
comunicación inmediata, con una claridad expo-
sitiva evidente.
En cuanto a las características formales y estéti-
cas, de forma muy general se podría resumir que el
uso del color era arbitrario, natural, y a veces con
pocos o raros colores y combinaciones, del tipo vio-
leta y rosado; o verde y gris, etc. Evidentemente es-
tas características están relacionadas con la caren-
cia de recursos que atravesó el país desde 1959, y
que propició que los diseñadores fomentaran y des-
plegaran soluciones imaginativas y creativas que
dieron como resultado la nueva visualidad gráfica
de la renaciente cartelística cubana.
Esta nueva creatividad se apropió de los códigos
más utilizados en la realización de los carteles,
como son el dibujo, la fotografía, la tipografía, el
uso del blanco y negro, de los recursos que aporta la
serigr afía como método de impresión; los que mar-
caron un estilo autóctono y dieron como resultado
obras con un marcado valor artístico que han tras-
cendido y otorgado un indiscutible sentido a la iden-
tidad a la gráfica cubana.

NOTAS:
1
La frase «...el cartel es un grito en la pared» se le atribuye a Josep Renau
Berenguer, (Valencia, 1907- Berlín, 1982).
amplió sus funciones a la publicación de libros, fo- 2
Extracto del primer capítulo de la tesis de maestría del autor.
lletos, etc., disminuyendo notablemente la produc- 3
Valga a modo de ejemplo la rápida acción del experimentado diseñador
ción de carteles. Eladio Rivadulla: «A tan solo unas horas de conocerse la noticia de la
Por su parte, 1966 es el año de surgimiento de la victoria del Ejército Rebelde sobre la tiranía, el 1ro de Enero de 1959,
Organización de Solidaridad con los Pueblos de Asia, aparecen pegados en las calles habaneras cien ejemplares del primer cartel
África y América Latina (OSPAAAL), entidad que Ramón González Alonso. COR, 1968.
junto al ICAIC y la COR, puede ser considerada la
otra gran productora de carteles. Los carteles de la
OSPAAAL estaban destinados a trasmitir mensa-
jes políticos de solidaridad, fundamentalmente con
procesos de descolonización, reivindicación social
y antiimperialismo en diversos países del Tercer
Mundo. Inicialmente se hicieron circular doblados
y encartados dentro de la revista Tricontinental (cuya
tirada llegó a ser de 50000 ejemplares). Usaban un
formato pequeño y un lenguaje gráfico asimilable
por individuos de culturas e idiomas diferentes, que
privilegiaban la imagen sobre el texto.
El cartel político se podría calificar como un cartel
de mensaje muy directo y sintético, de forma tal
que su lectura sea rápida y efectiva; carente de am-
bigüedades, generalmente movilizativo y de un con-
sumo más interno –léase nacional–. En general es-
tos carteles no eran utilizados para estetizar inte-
riores domésticos, sino para hacer presente la figu-
ra de los líderes –sobre todo de Fidel–. Su ubicación
era más habitual en exteriores muy visibles y en
centros de trabajo.
En contraposición, el cartel cultural en general,
y más particularmente el del ICAIC, sí podía ser
ambiguo, sutil, sugerente y no necesariamente
directo; su movilización era de otro tipo, no obli-
gatoriamente inmediata. La ubicación en que se
emplazaban habitualmente dichos carteles –ci-
nes, teatros, entre otros– propiciaban el deteni-
miento para su lectura, y la información que brin-
daban podía ser utilizada incluso posteriormente.
Su impacto era más estético que movilizativo, y se

37 Revolución y Cultura
Ramón González Alonso. COR, 1976.
Faustino Pérez. OSPAAAL, 1968.

de la Revolución. Con gran pregnancia y economía óptima, por el empleo de


solo dos tintas, roja y negra, con gran carga simbólica, por ser los colores del
Movimiento 26 de Julio» (López, Hernández, Flor de Liz: «Cartel cubano,
¿ruptura o continuidad?» en KGB + K Boletín del Centro de Información para
el diseño. Vol I, No. 2, julio 2007, pp. 2-7, La Habana).

Guillermo Menéndez. DOR, 1961.

Alfredo Rostgaard. UNEAC, 1977.

Revolución y Cultura 38
Los nuevos en
MARTÍ
(2000-2010)

Jorge R. Bermúdez

mientes de otra germinación. Son los nuevos en Escritor y crítico de


Martí, ni más ni menos. Y lo son, porque esta última arte. Autor, entre otros
hornada de artistas ha asumido el tema martiano textos martianos, de la
sin faltarle a sus respectivas poéticas visuales, y Antología visual de José
sin obviar los aportes de la mejor plástica y gráfica
Martí, Letras Cubanas,
que les precedió. Algunos, incluso, se han encon-
trado a sí mismos desde sus propias experiencias 2004, Yo dibujé a Martí,
con el tópico. Pero todos, sin excepción, han sabido Editorial Abril, 2010, y
llegar a Martí no sólo por lo que fue, sino –y sobre Martí, comunicador
todo– por lo que es. visual, en proceso de
Entre estos rompe el estambre –permítaseme esta edición.
imagen deportiva–, Kamyl Bullaudy. En el decenio
que recién terminó, nadie como él ha abordado al
Apóstol con tal entereza y resolución, acodando los
presupuestos formales y conceptuales de su poética
personal a la consecución de una unidad espiritual
y de sentido apta para desmarcarse de cualquier
otra de igual signo expresionista. Él es el pintor ex-
presionista martiano por excelencia. Afirmación
que no solo se corresponde con el escrutinio plásti-
Dagober to Driggs. O nos salvamos los dos… Arte digital, 2008. co actual en lo relativo al tópico que nos ocupa,
sino que se hace extensivo a todo el arte preceden-
Más que un tema, Martí es ya un género. Salvo con- te, desde que esta importante tendencia de la van-
tadas excepciones, bien puede seguirse la historia guardia del pasado siglo hizo su aparición en el arte
del arte cubano a partir de su presencia en la mis- de la Isla. Si bien el expresionismo no es de las más
ma. Así lo refrenda ser el icono de más sostenida frondosas, sus raíces sí son de las más robustas,
trayectoria en nuestra cultura visual y asunto de han penetrado bien hondo en nuestra ya amplia
casi todos los más importantes artistas, grupos y cultura visual. De ahí, quizás, su impaciencia por
tendencias que la han registrado. Condición, por objetivarse en nuestro icono mayor durante toda
demás, que ha mantenido hasta el presente. la pasada centuria. Y de ahí, también, que con inde-
Dos grupos bien definidos sustentan esta certeza: pendencia de sus mejores llegadas, esta de ahora lo
el de aquellos artistas ya reconocidos desde déca- haya hecho a través de un artista cuya fecundidad Kamyl Bullaudy.
das antes –noventa, incluido–, y el constituido por Martí, tinta y tempera
y fuerza en el tratamiento del mismo impone un
los que se han dado a conocer a partir del nuevo alto, una excepcionalidad, tanto en calidad como sobre cartulina, 2008.
siglo. Nuestro interés se centra en este último gru- en cantidad. Más de cuatrocientas representaciones
po, que hemos dado en llamar –una vez más– «los de Martí en las más variadas técnicas y soportes
nuevos». Y no porque hayan nacido a la palestra desde el 2000 hasta la fecha, avalan esta singular
pública sin relación alguna con el ámbito artístico iconografía, cuya coherencia formal y conceptual
que les pr ecedió… Todo lo contrario. Más que a una la hace la de más sostenido aliento de la plástica
ruptura, ellos responden a un tránsito con respecto nacional en cuanto al tema martiano. Kamyl ha
a la continuidad del tópico, sin que hasta el mo- encontrado su expresión en Martí, y Martí se ha le-
mento pueda decirse «aquí termina una etapa y aquí gitimado expresionista en Kamyl. En un único ros-
comienza otra». No obstante, creemos ver en las tro nos devela todos los rostros posibles con que
obras y autores aquí abordados algo que empieza a pudo nuestro Hombre Mayor encarar ese caudal de
identificarse con lo que pudiéramos llamar las si- conocimientos, sentimientos y acciones, sin que

39 Revolución y Cultura
por ello ni uno solo de estos óleos, acuarelas o dibu-
jos se resientan de su originalidad, ni dejen de serle
leal a su lenguaje expresionista. Quizás de esta obra
quepa decir lo que Martí dijo de la de Goya: «Aquí
más que la forma sorprende el movimiento de
haberla desdeñado».
Lorenzo Santos (Losama), por su parte, se ciñe a su
concepto sobre la vida y obra del Apóstol, como el
cordón franciscano al hábito. Losama, al igual que
Kamyl, es de los que se han encontrado a sí mismos
desde el tema martiano, pero desde una perspecti-
va espiritual de clara dicción posmedieval. Sensi-
ble a su tiempo como a la música de cámara que en
su juventud interpretó, así como a los rescoldos de
una experiencia teológica, su obra transpira todos
los deberes y agonías del acontecer martiano en un
único y sucesivo acto de fe. De este pintor destacan
dos piezas, que, a mi modo de ver, marcan un nuevo
punto de arribo del icono: la tabla pintada Por Cuba,
De arriba hacia abajo: por América (2003) y la tela Ojos de América (2007). He
Kamyl Bullaudy. sido testigo de la génesis de ambas, del hálito y el
Mar tí, técnica mixta/ sobresalto que las prodigó; durante el tiempo que
car tulina, 2008. transcurrió la concepción de ambas creaciones, Martí
Kamyl Bullaudy. estuvo a la escucha, como si algo notable intuyera
Mar tí, técnica mixta/ discernir de aquella celebración del color y el oficio.
car tulina, 2008. Helas aquí: la primera, a la manera del Cristo de
Lorenzo Santos Cimabue, concita esa mística muy propia de los
(Losama). Ojos de martiólatras, con que gustan celebrar, en íntima
América, comunión, lo mejor de la germinación del sacrificio
óleo/lienzo, 2007. apostólico del héroe. Martí, al caer, se levanta con
los pobres, con la América toda… y la humanidad.
Su desnudez sólo admite la bandera de la Estrella
Solitaria, sudario mayor. La segunda, es un óleo que,
en primera instancia, pareciera rebasar esta técni-
ca pictórica –ya tradicional– y confrontarnos con
otra más a tono con una concepción del arte algo
ajena aún a nuestra sensibilidad: la de las culturas
prehispánicas. En su apego a uno de los cultos
primigenios de los pueblos aborígenes del continen-
te, el felino parece asumir en esta obra la dimen-
sión de una sobrevida, previo a su cópula con mu-
jer. Toda creación engendr a su propia destrucción,
y viceversa. Los sabios lo saben. Martí, también.
Desde un lugar único, donde la selva se hace confi-
dente y cómplice, asoma mutado –tigre o jaguar–
por la ventana de sus ojos verdes: primera en abrir-
se y última en cerrarse de cara al inframundo.
De Roberto González es el óleo La semilla (2001), en el
cual se apropia de la conocida obra de El Greco, El
caballero de la mano en el pecho. En ella el pintor plasma
un Martí con ropaje de caballero posmedieval, que
germina de las semillas de una papaya, fruto sím-
bolo del sexo femenino, y cuya escala, sobredimen-
sionada, parece convertirla en madre de todas las
frutas, siembra primera de todo dibujo, de todo pai-
saje. Tal apropiación concita un doble acto re-
ferencial, por una parte, con la citada obra del rena-
cimiento español, por otra, con la primera de las
apropiaciones de nuestra plástica en función del
asunto martiano, el Martí (1945) de Jorge Arche.
Otro pintor a destacar es el matancero Julio Días
Fleitas, autor de La absolución (2007). En este lienzo
de gran formato (130 x 160 cm.), también se pone de
manifiesto esa espiritualidad creciente con que las
últimas generaciones de artistas han querido car-

Revolución y Cultura 40
gar de un nuevo significado la representación plásti-
ca del Apóstol. Esa sentida dimensión humana des-
de la cual llegarse a sus límites más íntimos –lláme-
se soledad, amor, sacrificio o crisis–, y que ya intu-
yeran nuestros más notables creadores cual aside-
ro palpable de una nueva sensibilidad martiana, en
Fleitas parece resumirse en una dimensión más his-
tórica, aunque no por ello menos sujeta a ciertas
estrategias de codificación como la cita y la apropia-
ción. Con la misma devoción con que El Greco incli-
nó al caballero sobre el cuerpo sin vida del conde de
Orgaz, Fleitas representa a Martí, con su espíritu por
coraza. Aunque el referente es renacentista, el con-
cepto responde al barroco contrarreformista. El tra-
tamiento del color y las texturas, son los recursos
expresivos de acercamiento más evidentes a este úl-
timo estilo; mientras que el oficio que concibe y plas-
ma tal acto de absolución, junto a un sobredi-
mensionado y cuasi palpable cundeamor, le dan a
esta obra esa singularidad, ese aquí y ahora, que la De arriba hacia abajo:
hace merecedora de un lugar en la plástica martiana Roberto González.
del decenio. La semilla, óleo/lienzo,
Daucel Valdés es el otro artista que nos ha entrega- 2001.
do una visión muy suya del asunto martiano desde Julio Díaz Fleitas.
las particularidades de forma y contenido propias La absolución,
del paisaje pictórico. Pinareño de cuna –¿dónde si óleo/lienzo, 2007.
no?–, ha innovado en este género, tomando como Daucel Valdés.
referente otros héroes de relieve continental, como Martí, óleo/lienzo,
Julio Antonio Mella y Ernesto Che Guevara. Pero es 2008
en Martí, donde el mogote y la fronda agreste de su
región, se pueblan de un virtuosismo formal a ex-
pensas de su lealtad al parecido, que hace de cada
uno de sus paisajes-retratos, por así decirlo, un vol-
ver a lo que de humano y lúdico hubo en el empeño
de Arcimboldo. Martí se siente a gusto en tal fu-
sión, sin que por ello se desdibujen los rasgos de
una identidad ya bien sembrada en nuestro imagi-
nario, a recaudo de una intemperie que asume del
paisaje lo que de ajeno tiene del retrato, y viceversa.
Tal definición bien podría a puntar hacia una su-
puesta poética de lo disímil, de no organizarse su
estrategia de codificación sobre la base de una clara
dicción visual, que le viene, muy a su gusto, de lo
mejor de nuestra tradición en los citados géneros,
para hacer prevalecer una única e indiscutida ima-
gen, la de Martí.
En tanto, en el centro de la Isla, la otra región con
una real relevancia en el paisaje pictórico contem-
poráneo, la villaclareña Adela Suárez relaciona retra-
to y paisaje –aunque sin llegar a la fusión de Dau-
cel –, entregándonos una imagen muy personal del
Apóstol. La pose frontal, la baja intensidad cromática
y la delicadeza del dibujo, así como la de los orna-
mentos y símbolos que le incumbe, hacen de esta
propuesta un todo sereno y amable; mientras un pal-
mar nacido de la tierra del corazón, proclama su iden-
tidad, ciñe su cuello, aportándole esa comedida ele-
gancia a su vestir nada ostentoso. A no dudar, la inter-
pretación de la Suárez, parece ser un remitido a esos
daguerrotipos de hombres sencillos y trabajadores,
jóvenes emigrados o hijos de emigrantes, de los mu-
chos que poblaron nuestros campos, y que se retra-
taban una vez en la vida, días antes de desposar a la
novia… o a la Patria, como es el caso de su Martí.

41 Revolución y Cultura
También al r etrato se ha manifiesta razón de fe, para hacer de dicha ima-
acogido, últimamente, Je- gen expresión de esa aspirada integración entre
sús Lara Sotelo. Sus robus- lo martiano y lo mariano.
tas y ceñudas interpreta- José Martí, admirador incondicional de la fotogra-
ciones de Martí, correspon- fía, así como de aquellos adelantos científicos y tec-
dientes a la serie inspirada nológicos que coadyuvaron a la consecución y de-
en su muy conocido poema finición de su lenguaje visual, no podía quedar al
Yugo y estrella, «Cargadas… margen de ella en el nuevo siglo. Dos son los fotó-
cual monstruo de críme- grafos que, a nuestro entender, han mantenido du-
nes…» (2008-2009), alcan- rante el decenio esta continuidad en ascenso en
zan una personalidad propia nuestra cultura visual: nos referimos a José Figueroa
a partir de un tratamiento y Alfredo Sarabia (hijo).
cuasi expresionista del ros- Resulta del mayor interés que ambos hayan
tro, sin otro entresijo concep- concebido sus respectivos ensayos fotográficos a
tual que hacer valer una re- partir de una de las funciones de la escultura de
flexión dictada por la propia asunto martiano con mayor incidencia en nuestro
inquietud existencial con ámbito social. Hablamos, ni más ni menos, del muy
que suele mirar este artista socorrido busto del llamado Rincón Martiano. Con
las problemáticas que ago- alguna que otra variante en cuanto a concepción y
bian el mundo de hoy. ubicación, y de su no menos importante función de
Martí crece, ¡claro que sí! soporte del pensamiento martiano –no siempre bien
Crece de hacer y de decir en integrado al pedestal, ni plasmado con la mejor
una visualidad que se per- tipografía o caligrafía, según el caso–, dichos «rin-
fila cambiante y segura en cones», levantados con la mejor intención del mun-
manos de tales artistas, do y concebidos a semejanza de estéticas pasadas,
donde tampoco faltan nue- han devenido la obra mayor del facilismo y el
vas manifestaciones como voluntarismo, adueñándose de los más disímiles
el llamado arte digital y espacios arquitectónicos y públicos del país.
otras más tradicionales co- José Figueroa es el autor de la serie Martí, iniciada
mo la fotografía y la escul- en el ya distante decenio del ochenta y continuada
tura. En la primera de las en el presente. En una foto emblemática, Avenida
manifestaciones apunta- Carlos III (1987), recurre a las estrategias de acu-
das, su presencia se haría mulación y reiteración, con las que pone en eviden-
factible en el IX Salón de cia una imagen del Apóstol ya tan vacía de signifi-
Arte Digital (2008). Auspi- cado como el propio molde en yeso donde se vació.
De arriba hacia abajo: Adela ciado por el Centro Cultural Pablo de la Torriente A los bustos siguieron los «rincones», asunto con el
Suárez. Martí, Brau de La Habana Vieja, su novena edición otorgó que ha llegado hasta nuestros días con Calle Figueroa
óleo/lienzo, 2008. el tercer premio (compartido) a la obra O nos salva- (2001) y La Habana (2008), para hacer de esta serie
Jesús Lara Sotelo.
Cargados…cual monstruo de
mos los dos… de Dagoberto Driggs. Nuestro primer exponente de la actualidad del tema martiano en la
crímenes…,Tinta china, icono, por la cr onología, la Virgen de la Caridad del obra de este fotógrafo en particular y de la fotogra-
carboncillo, tiza/lienzo, Cobre, le cede su ya secular espacio al Apóstol, fía cubana en general.
2008. cuya imagen protectora se cierne sobre los tres También en esta línea se inscribe el ensayo La
Izquierda: Alfredo Sa pescadores a punto de naufragar: testigos excep- parábola del sembrador (2010), en el que Sarabia
rabia (hijo). cionales del mito iniciático de nuestra identidad revisita tales espacios a lo largo y ancho de la Isla.
La parábola del sembrador, como pueblo ante Dios. Dos posiciones supues- Su propuesta, sin desmarcarse del todo de lo
fotografía, 2010.
tamente opuestas –tal y como lo entendió lo más aportado por ensayos anteriores –como ya vimos–,
Derecha: René Negrín. Martí,
mármol negro y bronce a la radical del pensamiento independentista en el si- apunta a metaforizar los contextos urbanos donde
cera perdida, 2010.
glo XIX–, quedan así legitimadas por una única y se ubican los mismos, generadores no pocas veces–

Revolución y Cultura 42
su apropiación de la foto que se tomara el joven
Martí en la cárcel en 1870, y su resignificación a
partir de su ubicación en el mismo contexto natu-
ral, donde, con solo diecisiete años de edad, sufriera
trabajo forzado.
René Negrín, por su parte, tiene en Chac Mol (2006) y
Martí (2010), sus mejores exponentes en el decenio.
En Chac Mol, precisa de la propuesta hecha por Martí
del mítico personaje del período maya-tolteca,
cuando se autorretrató como tal en carta a su espo-
sa Carmen Zayas Bazán. Ubicado en los jardines de
la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Chac Mol es,
sin dudas, un acierto interpretativo y de realiza-
ción. Al rigor histórico en cuanto a la enigmá-tica
pose y los detalles de su particular vestimenta, suma
el pedestal de piedra de Jaimanitas, creándose una
relación simbólica entre el material básico de nues-
tra arquitectura colonial y la civilización que con-
cibió tan singular escultura sedente.
En Martí, por el contrario, Negrín reformula la muy
de lecturas opuestas a la proba intención que esti- notoria obra de Sicre, hecha en 1927, y referente
muló su creación. Tampoco falta en estas imáge- primero de cuanto busto del Apóstol se hizo con
nes la captación del instante preciso o las corres- posterioridad en el pasado siglo. De ahí la osadía y
pondencias entre busto y entorno natural, como originalidad de su propuesta. Resultado de una
puede observarse en una de las fotos de mayor inte- experiencia previa, logra con esta pieza de mármol
rés estético de la serie, al dictado de ese prodigio del negro y bronce a la cera perdida, una mejor relación
azar que caracteriza a las cosas de la realidad y no a formal entre el modelado de las partes que dejan
la realidad de las cosas. planteada la cabeza y aquellas otras sugeridas como
Pero hay más… Mientras en la pintura, el arte digital espacio, con lo cual apela tanto a la experiencia vi-
y la fotografía –en el caso de Sarabia– los nuevos en sual acumulada en relación con el icono, como a la
Martí amanecen con el decenio, otra situación muy imaginación de cada receptor, en tanto parte activa
diferente acontece en la escultura. En esta última y creativa de su propia recepción. De tal forma,
manifestación dos cr eadores de larga data, José Villa Negrín busca y logra reformular a un más alto nivel
Soberón y René Negrín, son los llamados a hacer la interpretativo la imagen otra del Apóstol, desmar-
nueva cualidad en la interpretación escultórica del cándose de todas las concebidas hasta el presente Izquierda:
tópico. A no dudar, en ambos casos –como en otro en esta función. José Villa Soberón.
cualquiera de igual índole–, es la juventud de la obra Diez años después del dos mil, la temática martiana Preso 113, bronce,
la que hace la edad del artista. Ello se pone de mani- no sólo mantiene su continuidad en nuestra cultu- 2002.
fiesto al confrontar sus esculturas con aquellas ra visual, sino que la enriquece con nuevas pro- Derecha:
otras entre académicas y modernas, que, sin llegar puestas. La ejemplaridad y vigencia de la vida y obra René Negrín. Chac Mol,
a ser ni lo uno ni lo otro, han proliferado en los de nuestro Héroe Nacional, prometen nuevas e in- piedra artificial y de
últimos tiempos. quietantes experiencias estéticas, tantas como ar- Jaimanitas, 2006.
De Villa Soberón es Preso 113 (2002), bronce a tamaño tistas procreen los años venideros.
natural, erigido en la Fragua Martiana, cuya insta-
lación ocupa los terrenos de las que fueron las can-
teras de San Lázaro. La obra acusa dos de las carac-
terísticas que mejor particularizan a este escultor:

43 Revolución y Cultura
Libros de arte
en Feria del LIBRO 2011
Israel Castellanos León

De sólito, la Feria Internacional del Libro en Cuba mentación Visual (2010), cuyo número era relativa-
es una provocación para los ojos y un aprieto para mente reducido.
el bolsillo del interesado en artes visuales. Lujosas Se trata de un libro-catálogo que abraza la obra de
impresiones de arte universal, traídas y comer- cinco jóvenes y reconocidos egresados del ISA: Abel
cializadas por editoriales extranjeras, ponen «en tres Barreto, Douglas Argüelles, Fidel Álvarez, Jorge
y dos» a quien decide hojearlas en el stand, bara- Wellesley y Ruslán Torres. Ellos integran un grupo
jando sus modestas posibilidades de adquisición diferenciado pero con una dinamia interna legataria
como la Cucarachita Martina. de proyectos pedagógicos del ISA, en los cuales
Otros compradores potenciales no tienen el debate tomaron parte como estudiantes y –en el caso de
interno de aquel personaje del cuento infantil. Pa- Ruslán– también como profesor guía.
gan el libro, regateando o sin chistar. O maniobr an Ese colectivo de artistas visuales que han compar-
para embolsillárselo, tratando de burlar la vigilan- tido talleres de ideas así como espacios de laboreo y
cia de los libreros. O se reservan para las horas ter- exhibición, muestran sus poéticas individuales
minales de la Feria, esperando los precios de liqui- apelando a statements o sumarias declaraciones de
dación de los ejemplares «quedados». sus intenciones artísticas, a opiniones de críticos y
Mi táctica, o estrategia, fue otra. Como observador al profuso repertorio de imágenes en blanco y negro
participante, pretendí más bien tomar el pulso a y en colores distribuidas por las doscientas páginas
esta vigésima edición del evento. Que en términos del libro, que diseñó y maquetó uno de los autores:
de número, variedad y hasta calidad de publica- J. Wellesley.
ciones sobre artes visuales no me pareció al nivel Dentro del grupo, él puede ser el «artista de la pala-
de otras vistas en la propia Cabaña. Desde su fondo bra» y Barreto el «artista del sonido», en tanto
habitual, mi bolsillo se alegró; pero from the bottom desconstruyen sostenidamente los significantes de
of my heart –y con franquicia de Stevie Wonder– una y otro. Es más difícil catalogar al resto.
aguardaba propuestas que me colocaran «en tres y Argüelles experimenta con muchos referentes.
dos». Como en la pelota.

oOo
Fuera del principal recinto de la Feria, pude
hacer swing a varios libros relativos –funda-
mentalmente– al arte cubano, publicados por
editoras nacionales y de afuera. Dos de las
primeras presentaron sendos títulos en la
UNEAC, simultáneamente con el homenaje a
Jaime Sarusky en La Cabaña. Confié en que
este ilustre colega de Revolución y Cultura (R y
C) me dispensara por no gozar del don de la
ubicuidad y ni me echara de menos entre tan-
tos elogios y notables concurrentes.
Tenía yo que ir al otro lado de la Bahía haba-
nera, al encuentro de material de trabajo para
esta revista nuestra. Además, la invitación
de Ediciones Cúpulas –del Instituto Superior
de Arte (ISA)– advertía que solamente los in-
vitados que asistieran a la presentación, reci-
birían sus ejemplares de 08 Espacio de Experi-

Revolución y Cultura 44
Ruslán y el colombiano Álvar ez son m uy per- Para su cubierta, se escogió una cazuela desborda-
formativos, más que objetualistas. da. Y si bien no es, acaso, la más emblemática o
Todos tienen en común que sus prácticas artísticas trascendente obra de Fabelo –cada quien podría
se apoyan en sólidos presupuestos teóricos y me- sugerir alguna otra–, aquella reproducción de un
todológicos, expuestos en el libro coral. Ellos ponen óleo original sí me pareció una excelente alegoría
a contribución al Postestructuralismo, la Se- para usar como reclamo visual en un volumen que
miótica, la Antropología, la Sociología, la Lingüís- compendia la obra realizada por ese artista entre
tica, los Estudios Cultur ales y Visuales, y también 2002 y 2010.
aplican esos instrumentales a la praxis docente. Es un libro ilustrador de una práctica artística que
La presentación de 08… fue la segunda en la jorna- ha trascendido soportes, técnicas o manifestaciones
da del ISA en la Feria del Libro. Una hora antes tuvo y se jalona por series que marcan hitos. Hace énfasis
lugar, en el mismo espacio, la del v olumen Plástica en las instalaciones: La mesa, Cafedral (sic), Mundos,
cubana de los 80: circunstancias y desacatos, del profesor Torres, Isla , Volcán y Sobrevivientes. Solo ellas –me
Eduardo Morales Nieves. El libro, publicado por explicó la editora– conforman el índice del volu-
Ediciones Adagio en 2010, expone el sostenido men. Están separadas por una legión de obras re-
interés del autor por un tema que ha explorado en presentativas de otras inquietudes artísticas de
trabajos académicos, tanto de Maestría como de Fabelo, y que se «descubren» al hojear el volumen.
Doctorado en Ciencias del Arte. Hacerlo es un placer para la retina. Con la marca de
Es un tópico tan visitado como controversial en el Escandón Impresores, la obra de Fabelo se desplie-
campo de las artes visuales cubanas; donde, para ga a toda página. La imagen tiene el lugar prota-
empezar, la crítica especializada ha dado distintas gónico. Las referencias a la obra del artista –inclu-
denominaciones a un mismo fenómeno: «Nuevo arte yendo sus propias declaraciones– son sintéticas y
cubano», «Renacimiento cubano», «Década prodigio- ancilares. Como apoyatura del periplo visual, pro-
sa», «Arte ochentiano», «Plástica ochentista»… porcionan algunas claves a tener en consideración.
Con una investigación de precedencia sobre el pen- Ahora bien: Fabelo ya estaba en la plaquette Visto en
samiento crítico-estético concerniente a la plásti- La Habana, que tres días antes se presentó en la
ca cubana de los 80, en su libr o el Dr. Morales Nie- Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La
ves procuró precisar coordenadas de un entretejido Habana. Es justamente un texto sobre Mundos (2005)
artístico con tantas aristas de análisis que parece el que inicia la breve selección de reseñas de
inagotable y sigue suscitando interés en el gremio exposiciones publicadas por la Dra. Adelaida de Juan
de las artes visuales. entre aquel año y 2008, en las revistas R y C y Casa
Así lo evidenció la avidez de los asistentes por de las Américas.
adquirir este libro destinado, expresamente, a la De hecho, cuando recibí la invitación digital para
enseñanza. Ese es uno de sus valores insoslayables: la presentación de esta plaquette publicada en 2010
la socialización de un conocimiento salido de la por Ediciones San Librario, de Colombia, enseguida
investigación, y que muchas veces solo queda evoqué el título de la columna que la mencionada
circunscrito a las bibliotecas de los centros de altos autora fundó en R y C. Un espacio que me convirtió
estudios. en colega de mi ex profesora de crítica de arte. La
Con tantos libros de arte por r eseñar, no he podido misma que en el cuarto o quinto año de la Licen-
hacer una lectura pormenorizada de ese volumen ciatura en Historia del Arte, hace varios años, cali-
que tiene casi trescientas páginas de puro texto, sin ficaba mis ejercicios de clase con un «Buen esfuer-
ilustraciones. No puedo, por tanto, detenerme ahora zo». Valoración que a mis condiscípulos les sonaba
en su análisis. Ni he podido comprobar las inexac- a gloria.
titudes históricas que me enseñó un veterano espe- No sé qué juicio suyo podrían recibir estos apuntes
cialista, libro en mano. De cualquier modo, son ga- más bien impresionistas sobre una breve com-
zapos subsanables en una edición posterior, tam- pilación numerada –me tocó el no. 34 de 70– y don-
bién necesaria porque los ejemplares disponibles de se demuestra que el análisis formal no es demodé
en la presentación se acabaron rápidamente. sino pertinente cuando la obra artística lo deman-
En una lectura oblicua, sí constaté un dilatado da. Así se observó en la presentación de la plaquette.
recorrido historiográfico por el arte de los 80 y su Y se puede agregar que ella evidencia, asimismo,
contexto múltiple, con señalizaciones puntuales. cuán oportunas pueden ser las luces de la Historia
Así como un selecto compendio de textos firmados del Arte para establecer relaciones específicas en el
por apreciables críticos; publicaciones que formaron campo visual, en una operatoria transhistórica y
parte de la nutrida referencia bibliográfica y hasta intertextual.
constituyen un valor adicional. El contenido de la plaquette trasciende el plano
artístico nacional, denotado por aproximaciones a
oOo la obra no solo de Fabelo sino también de otros
A la presentación del libro-catálogo de Roberto Fabelo, valores ya sedimentados: Arturo Montoto, Belkis
en el Museo Nacional de Bellas Artes, no acudí. No Ayón y Rocío Gar cía. (Ambas, exponentes del
porque fuera sábado, sino porque lo iban a vender en continuado interés de Adelaida de Juan por el tema
CUC. Con rebaja, incluso, me resultaba muy caro ese de la mujer en la plástica cubana.)
volumen publicado por Ediciones Vanguardia Cuba- Auque Visto en La Habana carece de imágenes –ex-
na, el año pasado. Ya lo consultaría en bibliotecas. cepto en la portada–, sí recuerda que la capital de
Pero una amistad me hizo llegar un ejemplar. Cuba sigue siendo una plaza de exhibición para

45 Revolución y Cultura
importantísimos artistas foráneos, como el chile-
no Roberto Matta –cuyo centenario se conmemora

BOIS
este año–, el mexicano José Luis Cuevas y su paisa-
no Francisco Toledo. La elección de esos artistas
tampoco ha sido fortuita: es consecuente con el
interés de Adelaida de Juan por el estudio y la ense-
ñanza del arte latinoamericano.

oOo
Dos volúmenes donde la palabra es huella impresa
con espacio absoluto y otros dos en los que el «texto
visual» apenas cede espacio a la escritura, fue el
CAIMAN:
saldo principal de mi incursión por la Feria del Libro
2011.Y cuando los reuní para redactar estas notas,
no pude menos que volver sobre sus formatos y
pesos físicos, tan dispares en los casos del cuadrado
libro de Fabelo y la plaquette rectangular de Adelaida
de Juan. (En el milieu del ballet, equivaldría a
comparar una valkiria con una sílfide.)
Recordé la opinión de Rafael Suárez Solís, ese crítico
Rose-Marie Desruisseau (1933-
español naturalizado en Cuba que en los años 40
1988) es un reconocido nom-
abogó por la recopilación de textos periodísticos en
bre en la historia del arte
libros para conjurar la vida relativamente efímera
haitiano de la segunda mi-
de ese material publicado originalmente en la
tad del siglo XX. Su vida y su
prensa. Recordé, también, el post «Los demasiados
obra transitaron por un mo-
catálogos», que días antes de la Feria me reenviaron
mento intenso y complejo de
por e-mail.
la producción artística del
Allí, Iván de la Nuez discurrió sobre las tribulaciones
país en medio de un contex-
de los libros-catálogos de artes visuales. Ese crítico
to de inseguridades y descon-
y curador cubano residente en España señaló la
ciertos. Sus inicios, a la edad
dependencia de los catálogos de la muestra y de su
de dieciséis años, se pueden encontrar en el Centro
tiempo de duración. De ahí que curadores y artistas
de Arte de Puerto Príncipe, creado por Dewitts Peters
se esforzaran por hacerlos semejantes a libros para
en 1944, una institución emblemática en la que se
trascender la exposición generatriz.
definieron entonces las tendencias más importan-
Advirtió que, en esta época de la Informática, se
tes de la plástica haitiana: la de los avanzados que
puede acudir al PDF, al CD o al DVD –en fin: al medio
se instruían o se ejercitaban en las técnicas artísti-
virtual–, para ahorrar espacio físico sin perder
cas tradicionales y los primitivos, también llama-
información, con la ventaja de poder interactuar
dos naif, según las denominaciones que se les adju-
con el cúmulo de datos recogidos. Afirmó que los
dicaron a sus obras –y a ellos mismos– provenientes
catálogos de grandes dimensiones representaban
de la pintura europea y especialmente francesa. Ellos
para el mundo del libro lo mismo que los cetáceos
no eran otros que los pintores populares de Haití.
para el mundo marino.
Con esas tendencias nació en el Centro de Arte, una
Cuando me avisaron para recoger el libro-catálogo
polémica entre esas dos poéticas al parecer contra-
de Fabelo –que no fue concebido para una muestra,
puestas, que condujeron a divergencias y oposicio-
aunque se nutrió de varias exposiciones– también
nes que no han cesado de marcar la evolución de la
pensé en mi poco espacio disponible para seguir
plástica haitiana y que durante los años cincuen-
guardando libros. Lo que hacía no por afán co-
ta-sesenta se hicieron bastante intensas. Rose-
leccionista sino con la intención de tenerlos a mano
Marie solo recibió en el Centro de Arte unas prime-
en caso necesario.
ras lecciones. Sus años de más viva formación es-
Pero, al final, simpaticé más con una opinión cita-
tuvieron asociados a instituciones como Le Foyer
da por I. de la Nuez: apreciar al libro-catálogo tam-
des arts plastiques y Calfou, integradas por artistas
bién como una escultura, un objeto para llevar al
que se habían desgajado del Centro de Arte y que se
hogar. A riesgo de parecer fetichista. Con esa pose-
abrían a nuevas posibilidades de expresión libera-
sión se puede interactuar no solo a través del senti-
das de esos encasillamientos y que en común bus-
do de la vista. De cualquier manera, no dispongo de
caban entroncar con lo que consideraban esencial
la versión dig ital del libro-catálogo. Y la «Era Vir-
de la pintura popular: el imaginario haitiano. Rose-
tual» no ha desplazado completamente a la «Era
Marie también realizó estudios en la Academia de
Gutenberg».
Beaux Arts de Haití y en Francia.
La primera exposición personal importante de Rose-
Marie fue Le vaudou Haitien I: Le Poteau-Mitan (1973).
Como su nombre lo indica, la autora penetraba al
universo vaudouista y hacía su obra artística per-
meable a esas referencias que pasaban por su pro-
pia experiencia como iniciada. Al año siguiente se

Revolución y Cultura 46
Designios visuales
de una artista haitiana

Yolanda Wood

Bois Caiman nos remite a los tiempos


memorables de la rebeldía haitiana como
acontecimiento iniciador de las gestas
libertarias que condujeron a la primera
revolución independentista y
antiesclavista del continente americano. En
la sublevación ocurrida el 14 de agosto de
1791 se entrecruzan historia y leyenda.
Las versiones de aquellas luchas y la
imagen de los héroes de la epopeya
haitiana han sido recurrentes en las obras
de artistas plásticos masculinos, hasta
que en la década de los ochenta del pasa-
do siglo, una mujer se apropió del tema y
lo convirtió en designio visual de su expre-
sión artística durante su etapa de
madurez creadora

produjo una edición II de Le vaudou Haitien en el Cen- primeras colectivas de artistas mujeres (Alianza Profesora de la
tro de Arte de Puerto Príncipe, a la que siguió en francesa, 1963; 1965, 1967 y 1978, Instituto francés Facultad de Artes y
1986 Histoire d´Haïti I (1492-1791) Le vaudou haitien III de Haití; 1973, Centro de Arte) y el crecimiento que Letras de la Univer-
y IV. A través de estas muestras, Rose-Marie Desruisseau tuvo la presencia femenina en estas muestras cre- sidad de La Habana,
se consagró en el arte haitiano como la primera mujer ció de once participantes, en 1963, a más de cua- dirige el Centro de
que sistematizó, con una nueva sensibilidad y una renta, quince años después. Fue una etapa decisiva
para la visibilización de la mujer en la pintura
Estudios del Caribe
nueva mirada a los temas de la historia de Haití
desde una perspectiva en la que el vaudou actuaba haitiana que no tenía tampoco precedente en la tra- de la Casa de las
como designio visual de su poética artística y su dición de la pintur a popular, una práctica artística Américas. Su libro
modo de penetrar e interpretar el mundo. Así se esencialmente masculina, pues con palabras de más reciente es
pudo constatar en la exposición póstuma del Musée Michel Lerebours «…en la aventura de la pintura Proyectos de artis-
du Panteón National realizada en 1991, Histoire primitiva de los años cuarenta y cincuenta, ningu- tas cubanos en los
d´Haïti II (1791-1804) De la céremonie de Bois Caiman à na mujer tomó parte».1 años 30. Letras Cu-
la Victoire de Vertières. En ese sentido, Mireille Jéròme ha precisado el banas. La Habana.
Su aparición en el escenario del arte haitiano …perfil ambivalente en la sociedad haitiana: pa- 2007
coincidió con un momento de inicial proyección de triarcal y matrifocal a la vez. El poder de decisión
las mujeres artistas. Resulta contrastante que si y las demandas de la vida social son prerrogativas
bien el rol femenino en la sociedad y la cultura hai- fuertemente masculinas mientras que la mujer
tianas son altamente significativos, sin embargo domina en la organización de la vida material y
la incorporación de la mujer a los procesos de las afectiva… lo que se traduce culturalmente, en la
arte plásticas fue lento y tardíamente reconocido. literatura y en el arte, por la preeminencia de la
Entre los años sesenta y setenta se realizaron las imagen de la mujer y la madre.2

47 Revolución y Cultura
Es decir la mujer como objeto pero no como sujeto Un antecedente a la obra Bois Caiman es importan-
de la represtación artística. Las evidencias revelan te: Danza en el Poteau-mitan (1981, también aparece
que «…el acceso a la creatividad ha sido a menudo el con el título Houinsi. Baile alrededor del Poteau-Mitan).
resultado de un largo y doloroso combate… las que En ella la artista muestra la consistencia de sus
llegaron a escapar a esas situaciones pertenecieron formas visuales, la intensidad simbólica del color
a las minorías privilegiadas donde el rol económico y la significación estructurante de los atributos
de la mujer no era preponderante». 3 Según revelan vaudouistas, especialmente el sentido de concen-
algunas entrevistas realizadas a artistas de esta pro- tración de fuerzas y eje de centralidad del poteau-
cedencia, la plástica –como la música– reforzaba la mitan. A su alrededor, en círculo, la ritualidad dan-
imagen de mujer «de su casa», la ilustraba y desta- zaria de las hounsi , figura femenina, de gran prota-
caba su imagen dentro del grupo social. Por estas gonismo en el ceremonial. En Bois Caiman se am-
concepciones dominantes, solo muy puntualmente plía el panorama como expresión del hecho colec-
la mujer fue instalándose durante el siglo XIX y prin- tivo de la escena y la nocturnidad para crear un
cipios del XX en funciones de profesora de música y espacio pictórico más enigmático. Pero ciertos ele-
pintura y en otras proyecciones profesionales, como mentos estructurantes reaparecen y adquieren un
Andrée Malebranche que expuso en Cuba en 1940 y importante significado pues para Rose-Marie, «cada
enseñó en el Centro de Arte, donde se inició Luce imagen, cada símbolo utilizado en sus obras tiene
Turnier, que continuó una exitosa carrera de estu- una justificación», ha dicho Gérald Alexis, a la vez
dios y de reconocimiento artístico. Esto re- que escapa a toda pintura documental por «la fuer-
vela una faceta importante del Centro de za emocional viva, la sensualidad y un cierto to-
Arte en la integración de hombres y muje- que de erotismo».7
res al proceso del arte sin establecer limi- Al penetrar al orden interior del cuadro nos percata-
taciones de acceso ni por género ni por raza. mos que en ese eje de centralidad se encuentran
Boukman, poteau-mitan de aquella sublevación es-
En esa historia de mujeres artistas en la
clava, líder insurrecto, «un negro gigantesco» según
plástica haitiana fue de singular impor-
C.L.R James, «el jamaicano iluminado», lo llamó Ale-
tancia el surgimiento del Atelier de la Tète
jo Carpentier con el fuego y el rayo sobre su cabeza.
de l´Eau (Andrée Naudé, Michèle Manuel,
A sus pies, el puerco con cuya sangre se cerró el pac-
Marie Josée Nadal, Tamara Baussan), in-
to de la libertad. Estos símbolos son el eje estructu-
tegrado por haitianas y por extranjeras re-
rador del significado visual, mientras que en un se-
sidentes en el país a finales de los años cin-
gundo triángulo se concentran las tensiones de fuer-
cuenta, ejemplo de primera acción conjun-
za en la que se distinguen dos personajes: Boukman
ta de mujeres artistas que tampoco proce-
y una mujer. El color rojo adquiere función simbóli-
dían de los sectores populares. Pero, dice Mireille
ca al interior del triángulo superior y el semicírculo
Jérôme, que la mujer artista que enfrentó los pre- que describen los sublevados, desplaza fuertemente
juicios y se integró activamente a los grupos de re- hacia el primer plano, hacia el espectador, el impac-
novación compartiendo con los artistas hombres, to del acto ritual.
fue Rose-Marie Desruisseau, «… la primera que pro- Esa mujer que porta el cuchillo, que por su estatura
blematizó su práctica artística para formular con contribuye a resaltar la de Boukman, quién es, la
ella una búsqueda estética».4 El vaudou fue el sus- situó allí la artista en un intento de reivindicación
tento de su poética. Fue practicante e investigado- de género? Es una figura mítica o real? En El Reino de
ra, lo que dio a su labor un fundamento «estético, este mundo, Carpentier escribió: «Junto a Boukman,
cultural e histórico».5 Entretejió lo mítico vaudouista una negra huesuda, de largos miembros, estaba ha-
con la visión de la sociedad y la historia haitianas. ciendo molinetes con un machete ritual»8 y des-
«Su pintura estuvo siempre basada en el estudio y la pués de invocar a Ogún, la sacerdotisa del Radá
investigación… su mirada a los pintores populares hundió el machete en el vientre de un cerdo negro.
haitianos le propuso paralelamente ciertas auda- Por su parte Alix Emera en su artículo «Le marrons
cias y un cierto sentido de la narración».6 Esta per- dans la littérature haitienne», citando a Dorsainvil
sonalidad independiente y con pleno dominio de su en su Historia de Haití dice «que una mujer en trance
profesión realizó en los años finales de su vida una inmoló un puerco cuya sangre fue bebida por los
obra que remite a esos sistemas de interpretación y asistentes para sellar su adhesión».9 Es interesante
conceptos del arte: Bois Caiman (1986) que integró que C.L.R James en Los jacobinos negros no hace nin-
una serie mayor sobre temas de historia de Haití. guna referencia a este personaje, ni tampoco Juan
Bois Caiman nos remite a la primera sublevación es- Bosch. Pero el gran historiador de Haití, el cubano
clava que condujo –sucesivamente, y en medio de José Luciano Franco, se detiene en los sigientes de-
complejas contradicciones y grandes batallas–,al talles:
triunfo de la Revolución Haitiana en 1804. Un céle- En medio de una ceremonia r eligiosa del Vodú,
bre acontecimiento en el que se combinan esos dos los reunidos prestaron solemne juramento de
grandes universos que Rose-Marie comunicó en su solidaridad. Una vieja esclava cantó, coreada por
pintura, el vaudou y la historia. Bois Caiman sigue los asistentes, plegarías en lengua africana
siendo un enigma, ¿ceremonia o congregación, le- invocando los dioses ancestrales. Entonces, en
yenda o realidad?, lo cierto es que esa memorable el silencio de las sombras, la sacerdotisa hizo los
revuelta contribuyó a fijar en el imaginario colecti- signos cabalísticos y enterró el cuchillo del sa-
vo haitiano el mito fundador de la nación. crificio en la garganta del jabalí…10

Revolución y Cultura 48
Este planteamiento nos conduce a reafirmar que universo histórico-mítico del
estamos ante un dato histórico envuelto en el pro- panteón v ou douista; cuando
pio misterio del también llamado Pacto de Bois Martha Jean Claude, haitiana re-
Caiman. Consultado el Dr. Michel Héctor, historia- sidente en Cuba que dio gloria a
dor y Presidente de la Asociación de Geografía e His- su país y al nuestro con su arte y
toria de Haití, confirmó que esa mujer es real, que su voz, en el excelente documen-
murió en Cabo haitiano con más de cien años, y tal que realizó con Humberto
que su nombre es Cecile Fatiman. De ella ofrece Solás llamado Simparelé, invocó
mayores referencias Etienne Charlier en su libro en los textos y canciones de
Aperçu sur la formation historique de la nation haïtienne.11 su autoría esos pasajes fun-
Un nombre de mujer de los tantos desconocidos y dador es de la historia liber-
silenciados por el tiempo y la visión patriarcal del taria de Haití, una mujer –cu-
discurso de la historia, lo que presupone también chillo en mano– realizaba el sa-
un valor reivindicativo a la obra Bois Caiman de la crificio ritual acompañando
pintora haitiana Rose-Marie Desruisseau, por el sig- a Boukman en la sublevación
nificativo lugar que ocupa esta mujer en la compo- iniciadora. Muchos otros artis-
sición, con personalidad propia al lado de Boukman tas, antes y después de ella, pin-
y es significativo que sea el único de los personajes taron aquella hazaña que es his-
centrales de la escena situado frente al espectador toria y leyenda como Diudonné
con una fuerza gestual muy intensa. Contrariamen- Cédor, Louverture Poisson14 o
te a lo indicado en los datos históricos, no se diría André Normil. Pero la primera
una vieja pero sí una esclava y sacerdotisa en tran- que en pintura inmortalizó el
ce, según las versiones de Carpentier y Dorsainvil. tema en la historia del arte
Una figura dinámica en plena acción que por sus haitiano, con esos designios vi-
senos y su vientre parecería haber conocido ya la suales trascendentes, fue Rose-
preñez y la maternidad, que contrasta significa- Marie Desruisseau.
tivamente con la única otra mujer que aparece en
la escena, que con su vestimenta refuerza los colo- Notas
1 Lerebours, Michel Philippe. Haití et ses peintres. De 1804 à 1980 Souffrances
res del espacio compositivo central (el rojo y el ne-
& Espoirs d´un peuple. T.II Pot-au-Prince, Haiti, 1989 pp.27.
gro) y con el pañuelo rojo en la cabeza y en la cintu- 2 Precisa la autora que de quinientos veinticinco artistas censadas por

ra parece extender hasta ella los atributos guerre- Michel Phillippe Lerebours en su libro Haiti et ses peintres, (Véase nota 1),
ros de Ogún. Su postura es sólida y serena. Su brazo solamente cuarenta y cuantro son mujeres y de ellas cinco eran de origen
extendido crea una línea visual hacia el cuchillo popular. En: Jérôme, Mireille «Realité Femmes/Artistes» s/f Material mecano-
que interconecta a las dos mujeres de edades, acti- grafiado pp.1 (Cortesía de la autora)
3
Idem, pp.1.
tudes y posturas diferentes. Dos cualidades, dos 4
Idem pp. 5.
personalidades podría pensarse. En el imaginario 5
Idem pp. 5.
vaudouista, explica Maximilien Laroche, se trata 6
«Haití au toit de la Grande Arche». Texto de Gérald Alexis (sin título)
de un sistema de percepción, el de los desdobla- Catálogo. Paris, France Septembre, 1998, pp. 45.
7
mientos, la dualidad propia de las dos caras que Idem, pp. 45.
8
Carpentier, Alejo. El Reino de este mundo. Letras Cubanas, La Habana,
utilizan todos los espíritus que «… se muestran re-
pp. 60.
versibles». Y refiriéndose a Ezili, figura femenina por 9
Emera, Alix. «Le marrons dans la littérature haitienne». Cultura. Magazine
excelencia en el vaudou haitiano «… aparece como culturel et artistique. Numéro hors serie. Août 98 Port-au-Prince, Haïti pp. 12.
el doble aspecto de la diosa buena y la diosa mala, 10
Franco, José L. Historia de la revolución de Haití. Academia de Ciencias de
pero también con el de la joven (Sra. Ezili) y el de la Cuba, La Habana 1966 pp. 208.
11
«Étienne D. Charlier a été le premier à parler de Cécile Fatiman d’après les
vieja (Gran Ezili)… Se puede mostrar ofensiva y de-
renseignements fournis par l’un des descendants de celle-ci. C’était le général
fensiva, por consiguiente negativa o positiva y pue- Benoît Pierrot Rameau, un patriote qui a combattu les Américains aux côtés de
de orientarse hacia el pasado o tender hacia el futu- Rosalvo Bobo, autre patriote de 1915 […]. (voir Étienne Charlier. Aperçu
ro».12 En esta imaginario de dobles, estas dos muje- sur la formation historique de la nation haïtienne, Port-a-Prince, 1954). Pour en
res constituyen la contrapartida de un equilibrio, de revenir à Cécile Fatiman, Charlier dit bien, à la suite de son informateur, qu’elle
avait assisté à la cérémonie du Bois Caïman en qualité de mambo, ce qui ne
una compensación de la diferencia. El hombre, en
contredit pas la tradition selon laquelle une vieille femme noire y avait présidé.
cuyo hombro se apoya la del pañuelo rojo en la cabe- Sans doute une mambo plus expérimentée, donc plus prestigieuse. Dans toutes
za, no solo lleva su propia vestimenta sino que es el les grandes cérémonies, vaudoues ou catholiques, l’officiant est entouré d’un
único que porta el machete, atributo de loa de la groupe d’assistantss choisis.Que Cécile Fatiman ait été la fille d’un prince corse
guerra. Este es el espacio dinámico por excelencia, el et d’une Africaine n’entre pas en ligne de compte. Personne alors n’a contesté sa
participation et plus tard, elle allait devenir la femme du président Pierrot et la
de la continuidad que debe marcar el sentido de la
mère de la femme du président Nord Alexis, la fameuse Sésé! «En: Charlier,
historia. Rose-Marie Desruisseau pintó el momento Ghislaine «Des héroïnes de l’histoire d’Haïti».
inicial de un largo combate para obtener la libertad http://echasimbi.blogspot.com/2006_10_30_archive.html
y la independencia. En ese círculo dinámico están Consultado 15 de febrero de 2011.
12
los designios visuales de «…sus temas en relación Laroche, Maximilien «La abuela seductora», 22 de diciembre de 1990
Folleto pp. 3.
con el vaudou, con la historia, con el vaudou en la 13
Alexis, Gérald, op. cit, pp. 45.
historia, y la historia en el vaudou».13 14
Agradezco a Gérald Alexis la cortesía de las referencias e imágenes de las
Cuando en 1993, Mercedes Foucard Guignard, Déita, obras de estos autores y su gentil colaboración en la lectura del manuscrito
escribió su libro La Légende des Loas. Vodou Haitien, se de este trabajo.
hizo guiar en el relato por Boukman para penetrar al

49 Revolución y Cultura
Como un Diógenes

Ensayista y crítico, La primera noticia sobre Herman Puig me


es investigador del llegó desde Valencia, España, donde un
Centro Juan crítico de arte y buen amigo me preguntó
Marinello. por correo electrónico si conocía de un
fotógrafo cubano, octogenario, que hacía
muy buenas fotos de desnudo. Al respon-
derle negativamente el valenciano co-
menzó a enviarme alguna información
que traté de complementar por mis me-
dios. De esta forma, el nombre y la obra
de Herman Puig se convirtieron en el acto
en una obsesión por lo insólito del caso y
por la notable calidad de las fotos que
pude observar. Esto aconteció hace tr es
meses, en la recta final de un libro sobre
el desnudo fotográfico que estaba escri-
biendo para una editorial extranjera; ade-
más, para mayor incredulidad, acababa
de consultar un libro de un académico
español sobre el tema que no menciona-
ba a Puig en sus páginas. También recor-
daba una tesis de maestría en Historia
del Arte1 que tutoreé hace unos años, don-
de tampoco salió a flote, a pesar de la acu-
ciosa investigación realizada por la maes-
trante, el nombre de Puig.
Así las cosas y ya empeñado en vencer la
molesta sensación de ignorancia que me
embargaba, comencé a tratar de contac-
tar a nuestro artista. Puig vive en Barce-
lona y recién un periodista cubano radi-
cado en España le acababa de entrevis-
tar. Utilicé esta vía y no dio muchos re-
sultados ya que el artista se resistía
–debido al olvido sistemático de su país
y un asunto pendiente en cuanto al re-
conocimiento que se le debía como fun-
dador de la Cinemateca de Cuba (fundó
la simiente de dicha institución en 1951,
junto a Ricardo Vigón, Néstor Almendros,
Tomás Gutiérrez Alea y otros jóvenes
cinéfilos)–2 a establecer la comunicación.

Revolución y Cultura 50
POSMODERNO

Rafael Acosta de Arriba

Herman Puig no busca una reconstrucción teatral del mundo antiguo. El busca al
Hombre. Lo despoja de sus atributos modernos, de sus harapos, para esculpirlo con su
lente. Y los esculpe con sus músculos, nervios y arterias a flor de piel. Sus fotografías
están más cerca de la escultura que de la propia fotografía.
Elena Garro

Cuando yo he fotografiado un pene, he fotografiado un lingam, una imagen adorada en


muchas culturas como el origen de la vida. Me he ido a otras dimensiones. Mi interés es
hacer hincapié en la belleza, jerarquizarla, no asociar el desnudo a vicio o corrupción.
Herman Puig.

Pero finalmente un texto que había yo escrito hace Finalmente viajé a Madrid para cumplimentar com-
unos diez años para la revista Sexología3 y que al- promisos académicos, y conversamos durante va-
guien colgó en la red solucionó el problema y Puig rios días por teléfono. Puig deseaba moverse a la
(al encontrarlo y leerlo) me envió un correo que esta- capital española para conocernos, pero las exigen-
bleció la ansiada conexión. Le había interesado el cias de su exposición (estaba en las vísperas de la
artículo y accedía a la entrevista que le pedía. inauguración) se lo impidieron. Conversar con él
Entremos en materia, nuestro artista se marchó de fue un verdadero placer pues a pesar de su edad es
Cuba en 1957 y se estableció primero en París donde un hombre de voz joven que transparenta volun-
se relacionó con destacados intelectuales y creado- tad y fuerzas de seguir creando imágenes y exhibir
res (Man Ray, Susan Sontag, Octavio Paz, Rosellini, su arte. Criollo y alegre por más señas. De haberse
Cocteau, Elena Garro, Pabst, Gil de Biedma, entre efectuado dicho encuentro estoy seguro de que esta
otros), y comenzó a hacer fotografías de desnudos y entrevista hubiese sido más extensa. Pero conside-
retratos. Primero fueron desnudos de ambos sexos, ro que no es conveniente seguir demorando más el
luego se especializó en los masculinos, vale decir que momento de poner en contacto con los lectores cu-
una década antes que Robert Mapplethorpe comen- banos a este grande de nuestra fotografía.
zara a hacer los suyos (y de las suyas). Recibió perse-
cuciones y hostigamientos del franquismo cuando ¿Cuándo y cómo comenzó usted su actividad fotográ-
se trasladó a vivir a Madrid debido a la censura de fica?
esas imágenes por el régimen, pero perseveró puesto Desde muy niño me interesó la imagen. Me apasio-
que le interesaba demostrar que era un artista y no naban el cine y también las imágenes impresas en
un pornógrafo; y es obvio que triunfó en esa prueba. papel. Así comencé a apreciar los desnudos en la
Ha exhibido en París, Madrid, Stuttgart, Hamburgo, revista española Estampa o en la página semanal de
Miami, Huelva, y en estos momentos estaba ulti- desnudos artísticos de la revista Carteles de los años
mando una muestra en un gimnasio de Barcelona. treinta. Allí conocí «La Fuente», del pintor Ingres y
En los ochenta editó varios libros de fotografía de la obra fotográfica de Manassé.
desnudos (a través de un sello editorial que creó, A los diecisiete años matriculé en San Alejandro en
Herman Puig Éditeur) primero que los editados por mi búsqueda de la vocación artística por la imagen y
Taschen, con lo que confirmó una verdadera pasión el cuerpo. A los diecinueve, tras conocer a Ricardo
por las imágenes del cuerpo a lo largo de su vida.4 Vig ón, se definió mi v ocación por el cine. Juntos fun-

51 Revolución y Cultura
del desnudo masculino. Comencé mis imágenes del
cuerpo masculino, pues a mi vocación de pionero
en el arte le pareció el único géner o fotográfico vir-
gen. Pero fue tomado como expresión artística per-
sonal y no como los otros géneros que seguí culti-
vando comercialmente.
En una entrevista usted afirmó que en cuanto al cuer-
po femenino, Ud. prefiere el de mujeres negras ¿Por
qué? ¿Sucede igual cuando se trata de cuerpos de
hombres?
Sobre el cuerpo negro no solo prefiero el de las ne-
gras, del cuerpo masculino recibo el mismo mensa-
je estético. En ambos casos encuentro más perfec-
ción de líneas del mentón a las rodillas, en sus tor-
sos. Mi canon clásico se ve alterado por una estili-
zación que me es propia. Siempre dije que yo era un
hijo de Grecia y Hollywood. De este último, en su
época dorada, heredé el glamour . Véase Hurrell.
Aunque el glamour no esté presente en mi trabajo,
bulle en mi cabeza, y aunque parezca que me aparto
del tema, siento que es necesario que deje fluir mi
pensamiento para enriquecer los conceptos.
Volviendo al cuerpo negro y resumiendo: mayor
perfección y estilización que el del blanco (los glú-
teos son un ejemplo). Único defecto: las piernas,
demasiado delgadas, con gemelos altos o inexis-
tentes visualmente. El cuerpo del negro, en la foto-
grafía en blanco y negro, se vuelve bronce y el del
blanco mármol.
Pero, lo más importante: la manera de recibir y ex-
presar la luz. En el cuerpo negro la luz se vuelve un
milagro con existencia propia (que en algunos ca-
sos he recogido).
Durante su estancia en París conoció a importantes
escritores y artistas, Octavio Paz entre ellos, ¿Pudie-
ra hablarme de su relación con el gran poeta mexica-
no? ¿Y sobre otros personajes que le impresionaron?
Durante mi estancia en París de 1950 a 1952 conocí
a muchos importantes personajes de la cultura,
entre ellos Octavio Paz. Visitaba su casa cada día,
pues escribía con su primera mujer –la gran escri-
tora Elena Garro– un guión sobre un cuento de Bioy
damos el Cine-Club, semilla de la Cinemateca que Casares. En la misma época había conocido a Henri
después yo fundaría en el 1951. A los veinte años, Langlois, de la Cinemathèque Francaise , Ernest
fui a trabajar a Nueva York con el objetivo de reunir Lindgren, del British Film Institute, el gran cineasta
dinero para comprar una cámara de cine. Pero las Pabst y otras personalidades cinematográficas. Re-
cosas, como se sabe, no son como uno las desea. A gresé a Cuba en 1952. No fue hasta mi vuelta a Pa-
instancias de Ricardo terminé comprando una cá- rís en el año cincuenta y siete, que conocí a Edouard
mara fotográfica para ganar algunos centavos ha- Tisse, director de fotografia del cine de Eisenstein; a
ciéndoles fotos a conocidos después de mi regreso a Raymond Vonquel, gran fotógrafo de plateau del cine
Cuba. francés, a Man Ray, a Susan Sontag y sobre todo a la
Y a pesar de que insistí mucho tiempo en mi deseo inconmensurable pintora Leonor Fini, que tanta in-
de hacer cine, me resigné al fin y adopté la imagen fluencia tendría sobre mí como artista y como per-
fija en lugar de la imagen en movimiento. Tras haber sona. Ella, que más que impresionarme, jugó un
cultivado muchos temas, a finales de los setenta los gran papel en mi vida.
alterné con mi búsqueda en el desnudo masculino. Es evidente la presencia del canon de la Grecia
Según conozco, usted comenzó haciendo retratos y dionisíaca en su obra corporal. ¿Considera usted que
después fotos del cuerpo, preferenciando a partir de la impronta clásica seguirá resistiendo los embates
un momento las imágenes del cuerpo masculino. ¿Ha y mutaciones del arte actual?
fotografiado otros temas? ¿Qué diferencias de con- El arte actual coquetea con eso que llamamos
cepto encuentra entre las imágenes de los cuerpos de «moda». Mientras haya artistas que miren hacia
cada sexo? delante y que sean capaces, con humildad, de si-
Comencé haciendo fotos de moda, publicitaria y tuarse en el tiempo, serán capaces a la vez de ver
editorial que alternaría más tarde con mi trabajo sus raíces y encontrar en ellas la «savia» de sus

Revolución y Cultura 52
frutos artísticos actuales y
futuros; y lo que usted lla-
ma «impronta clásica» será
la columna v ertebral. Yo
siempre he sido un precur-
sor, un pionero y para serlo
siempre he tenido puesto
un pie en el pasado y otro
en el futuro. Comenzar
nuestro diálogo ha puesto
mi pie derecho en el futuro.
En la tradición intelectual
francesa desde Sade hasta
nuestros días, pasando por
Fourrier, Baudelaire, Valéry,
Bataille y Merleau Ponty, el
cuerpo y el erotismo han sido
temas profusamente trata-
dos. ¿En qué medida ha be-
bido usted de esas fuentes?
Hay que tener presente que
yo no soy un intelec-
tual sino un artista. Fran-
cia ha sido cardinal en mi
formación humana, artís-
tica y erótica. Ya desde niño
(yo fui muy precoz y muy
cubano) iba a ver cine francés que en sus películas
mostraba el desnudo femenino sin tapujos.
En el cine Oriente, donde dejaban entrar niños, pu-
sieran lo que pusieran, pude ver a Lucrecia Borgia de
Abel Gance, donde Edwige Feuillère salía desnuda
de su baño y Gabrielle Gabrio descubría sus senos o
se los llevaba a la boca. También pude ver, con mis
padres, en el cine Majestic, La torre de Nesle ó Marga-
rita de Borgoña.
Recuerdo que por la misma época me expulsaron
de la escuela Zapata por pintar mujeres desnudas.
Los adultos que me rodeaban veían el mal donde yo
solo veía belleza.
Al llegar a Francia en 1950 encontré en Paris la ciu-
dad de mi espíritu. Tenía veintidós años y encontré
que el medio parisino era mi medio. Eran jóvenes
abiertos y amaban como yo la belleza y el arte por
encima de todo lo demás. Pero mi intenso aprendi-
zaje debía durar poco, solo el año y medio que pasé
en París. Hice muchas cosas, conocí a mucha gente
de la que hablaré cuando corresponda.
Volví a Cuba el primero de mayo de 1952 como ya
expresé. Pasé cinco años en Cuba y regresé a París
en 1957. Y desde entonces la cultura francesa, su
modo de vivir el arte en lo cotidiano, su apertura,
su falta de prejuicios, ha sido un paradigma en mi
vida y en mi expresión artística.
Francia fue el primer país en reconocer mi trabajo
y logró hacerme visible ante mí mismo, como ar-
tista y como persona.
En sus declaraciones y en su obra se advierten tér-
minos de culturas orientales hasta el punto que uno
de sus libros de fotografías se titula Yang. ¿Me pue-
de hablar de su interrelación con esas culturas?
Siempre me han interesado las culturas «alternati-
vas». La cultura occidental es imperialista y dicta-
torial. En el año cincuenta y uno, en Venecia adoré

53 Revolución y Cultura
Rashomon, la película japonesa de Akira Kurosawa Robert Mapplethorpe:
sobre un cuento de Ryonosuke Akutagawa que tra- Sobrevalorado.
ta de la búsqueda de la verdad. Esa ha sido la obse- Andrés Serrano:
sión de mi vida desfigurada por las mentiras de mis Lo conozco poco.
contemporáneos. Pero aparte de todo eso, Yang sig- Cindy Sherman:
nifica el principio masculino y no existe en español Lo que he visto no me ha entusiasmado.
palabra alguna para expresar todo lo que la palabra Nam Goldin:
Yang abarca. La conozco poco.
El cuerpo ha sido fragmentado, distorsionado, con- Duane Michals:
vertido en idea y por último en ademán, en un sim- Maneja el onirismo como buen pisciano.
ple gesto. Usted, según creo y veo, se aferra al canon George Platt Lynes:
clásico como si fuese un talismán. ¿Qué considera- De él se puede aprender todo. Lo mejor y lo peor.
ciones le merecen tales tratamientos del cuerpo por el Pero consigue hacer bello el «kitsch.»
arte? Jan Saudek:
El canon clásico nos indicó un camino: rescatar los Va más lejos que nadie. Desacraliza el cuerpo para
mortales cuerpos para la inmortalidad del arte. El convertirlo en una «pincelada», en una obra de arte.
verdadero artista puede permitírselo todo, pero el Spencer Tunick:
resultado puede no ser una obra de arte. ¿Quién es?

¿Pudiera hablarme de las dificultades, acosos y cen- Notas:


1
Me refiero a las profundas y abarcadoras investigaciones de Grethel Morell
suras que recibió por su trabajo fotográfico? Otero en Cuba y de Carlos Tejo Veloso en España. En ninguna de ellas, ni en
Durante el franquismo se me puso en «busca y cap- otras similares, aparece nuestro artista. Me refiero respectivamente a: «Pe-
tura» por unas fotos inocentes. Fue entonces que me queñas maniobras. El cuerpo humano en la fotografía artística contemporá-
fui a París para demostrar que yo solo era un artista. nea cubana» (inédito), tesis que le valió a Morell Otero el grado de Máster en
Si le pidiera que contestara con una frase o con una Historia del Arte por la Universidad de La Habana, en 2006; y El cuerpo
habitado: fotografía cubana para un fin de milenio, Universidad de Santiago de
palabra lo que le motivan los siguientes artistas que Compostela, España, 2009, libro que le otorgó a Tejo Veloso el Doctorado en
desde la fotografía han trabajado el cuerpo, ¿qué me Artes por ese centro docente.
diría? 2
Ver Carlos Velazco y Elizabeth Mirabal. «Memorias de la primera cinemateca
Von Glóeden-Pluschow: de Cuba», en Revolución y Cultura No. 5-6, 2009, pp. 66-75.
3
Dos primos que se repartieron el mercado de imá- «Arte y erotismo, vasos comunicantes», revista Sexología y Sociedad, No. 26,
diciembre, 2004.
genes pedófilas para alemanes. 4
En el ensayo «El cuarto cuerpo o el cuerpo perdido del arte cubano» de
Edward Weston: próxima edición en la revista Fotografía Cubana, me extiendo en consideracio-
El inconmensurable Weston. Fotografió el desnudo de nes sobre la obra y la vida de este artista.
su hijo con la misma limpieza que fotografió desnuda
a Tina Modotti.
Man Ray:
Un buscador de magias. Tuve el privilegio de conocerle en
París.

Revolución y Cultura 54
Leopoldo María Panero:

El último de los
Escritores
Bárbaros
Gilberto Padilla Cárdenas

Sólo es hermoso el pájaro cuando muere


destruido por la poesía.
L. M. Panero: «La poesía destruye al hombre…».

Se sabe poco del primer libro de Leopoldo María


Panero. Apenas el título: El último espejo (1968), y
que su manuscrito integra el catálogo de la Biblio-
teca Brautigan, que reúne exclusivamente libros
abortados, es decir, textos que, habiendo sido re-
chazados por las editoriales a las que fueron pre-
sentados, nunca llegaron a publicarse. La Bibliote-
ca –que lleva su nombre en homenaje a Richard
Brautigan, escritor underground norteamericano,
autor de El aborto– contiene, entre otros, el manus- Daudet, orinándose sobre las páginas de Lamarti-
crito de La afición a escribir (1968) de Raoul Delorme, ne, haciéndose cortes con hojas de afeitar y salpi-
fundador de la secta o el movimiento de los Escrito- cando de sangre las páginas de Balzac o Maupas-
res Bárbaros. Esa modesta infidencia, sin embargo, sant, sometiendo, en fin, a los libros a un proceso
alcanza para corroborar la afinidad entre dos tex- de desacralización y cercanía que rompía todas las
tos censurados de un modo sucesivo y no del todo barreras impuestas por la cultura, la academia y la
casual. La siguiente declaración, firmada por Jorge técnica.
Luis Borges, antiguo consultor de la vasta bibliote- Poco después leí El último espejo de Leopoldo María
ca contradictoria, arroja una insospechada luz so- Panero, cuya censura tal vez obedeció a un orácu-
bre el caso. Faltan –como en el manuscrito de «El lo: es probable que las editoriales españolas que
jardín de senderos que se bifurcan»– las dos pági- rechazaron el libro lo hicieran esperando encon-
nas iniciales: trar a un escritor bárbaro, algo que en cierta medida
…en ambos autores se encuentra, más bien con se justificaba si pensamos que Panero –como Jac-
agilidad y elegancia en el texto de Delorme pero ques Rigaut– a la edad de diecinueve años declaró
con un estilo entrecortado y feroz en el de Panero,1 que se daba diez años más de vida y luego, al cum-
la génesis de la escritura bárbara. El primer libro plir los v eintinueve, atiborró su estóma go de bar-
agregó a la realidad el manifiesto de una nueva bitúricos a la manera de Cesare Pavese. Pero no por
literatura. El segundo, que se produjo sólo unos última vez.
meses después, un poemario sugerido por ese Al día siguiente aparecieron en la prensa sendos
decálogo. Quien los hubiera comparado habría artículos sobre el incidente. Estaban mal redacta-
visto que eran esencialmente iguales. dos, eran torpes y pretendidamente letrados, al me-
De La afición a escribir –un artículo-manifiesto que le nos las referencias al Trattato di Scienza d´Arma, pu-
costó a Delorme el anatema y el «olvido» de la lla- blicado por primera vez en 1604 bajo la firma de
mada Escuela de Yale– he escrito ya, a manera de Camilio Agrippa, y al célebre texto de De Quincey:
catecismo, algún ensayo que no desmerece de la Of Murder considered as one of the Fine Arts , se repetían
novela Estrella distante de Roberto Bolaño: «Raoul varias veces. El asunto no revestía mayor misterio,
Delorme: la literatura imposible». 2 Según Delorme excepto, tal vez, por el catálogo de los cientos de
había que fundirse con las obras maestras. Esto se libros destrozados por Panero. Los símbolos eran
conseguía de una manera harto curiosa: defecan- escasos pero elocuentes. Una cita del escritor sin
do sobre las páginas de Stendhal, masturbándose obr a Jacques Vaché, que forma parte de la historia
y desparramando el semen sobre las páginas de de la literatura habiendo escrito tan sólo unas pocas
Gautier o Banville, vomitando sobre las páginas de cartas a André Breton y nada más. El párrafo final

55 Revolución y Cultura
de «La mort de l’auteur» tores ágrafos y por aquellos que decidieron no es-
de Roland Barthes. Una cribir más al final de sus vidas.
copia de la «Historia de la Como lo hace constar la lista de autores incluida
Escritura Bárbara», de un en este libro a manera de epílogo, muchos escritores
tal Xavier Rouberg. –apócrifos o no– han sometido su obra a la prueba
Su Diario íntimo –abun- del silencio, entre otros: Sócrates, el que no escribe
dante en notas explicati- (Nietzsche dixit), Henri Lefebvre (que, según Roberto
vas de la experiencia bár- Bolaño, sólo publica en vida un trabajo titulado
bara, de las que cabe des- Phases de la Poésie d’André du Bouchet, bajo el seudóni-
tacar las siguientes: una mo de Henri Demasnuy), el ensayista inglés William
condenación de la filolo- Hazlitt (a juzgar por su texto Basta ya de escribir ensa-
gía y una defensa de los yos, también fanático del No), Rimbaud (a los dieci-
castigos corporales y de la nueve años, con una precocidad genial, ya había
reclusión; algunos ejem- escrito toda su obra), por mencionar sólo algunos
plos de los plagios de Paul de los nombres más conocidos. Sería difícil imagi-
Celan a Georg Büchner; nar su obra si no hubieran sido conmovidos en cier-
una diatriba contra el ta medida por el silencio. Y sería todavía más difícil
poeta y ensayista cubano imaginar la poesía francesa, por ejemplo, si Arthur
Cintio Vitier; así como el Rimbaud no hubiera formado parte de ella.
informe de una inherente En una revista universitaria aparece un poema ti-
relación entre la psiquia- tulado «Electroshock», perteneciente a «Ex libris»,
tría y el policial pues el un apéndice que Panero añadió a El último espejo en
psiquiatra piensa, infali- 1988. El poema, en apariencia derivado de la terapia,
blemente, que su víctima reza:
miente; entre otros–, los -¿Le diste una paliza?
pliegos de El último espejo y -Sí.
algunos títulos de su bi- -¿Y no lo dijo?
blioteca personal, los fa- -No.
miliares los encontraron -¿Lloró?
esparcidos lejos de su -Sí.
cuerpo, como si Panero los -¿Gritó?
hubiera arrojado mientras escribía o como si los -Sí.
hubiera intentado esconder. De alguna manera a -¿Suplicó piedad?
precisar, esos dos gestos recorr en su poética, el pri- -Sí.
mero esquizo, el segundo desolado. -¿Pero no lo dijo?
A partir de ese día las noticias sobre Leopoldo Ma- -No.
ría Panero son confusas, contradictorias: su figu- -¿Entonces por qué paraste?
ra aparece en la citada antología Nueve novísimos -Se desmayó.
poetas españoles (1970), de José María Castellet; se -¿Y no lo reanimaste?
especula con su expulsión del sanatorio de Mon- -Lo intenté.
dragón –por intento de violación– en un acuerdo -¿Y bien?
nocturno al que Panero asiste desnudo. Félix de -No pude.
Azúa y Pere Gimferrer lo ven ejerciendo oficios di- La firma, una vez más, es de Frank Drummer, pero
símiles y participando en empresas artísticas ex- he descubierto que se trata de un plagio de Samuel
trañas. Usa seudónimos. Se le vincula con más de Beckett. La revelación de la fuente responde a menos
una revista literaria de existencia efímera en don- utilidad que a fervor; pertenece a uno de los in-
de publica proposiciones de prólogos que nunca terrogatorios policiales de What Where. Pero lo impor-
llevará a cabo. En una revista de teoría literaria tante era otra cosa, colateral a este descubrimien-
aparece un pequeño dossier firmado por un tal Frank to, la reafirmación de las bases de una poética, de
Drummer del que nadie sabe nada y que probable- una estética: la escritura bárbara .
mente sea el seudónimo perfecto para un epígono Lo primero que pensé, lo que comprendí de inme-
del poeta norteamericano Edgar Lee Masters.3 El diato fue que «Electroshock» era una suerte mise an
dossier es singular en grado extremo: se trata de text o de apócrifa continuación de La afición a escribir.
una copiosa antología de poemas pertenecientes a Era La afición… entendida no tanto –o no solo– por
autores cuyo denominador común es haber escri- un practicante del encierro y la lectura– también
to un solo libro en su vida y después haber renun- Delorme lo fue en los días de mayo del 68–, sino por
ciado a la literatura. Todos los autor es de ese libro un sujeto que recurre a toda la literatura a su dis-
de eclipses son inventados, del mismo modo que posición, sostiene su escritura y construye un fé-
los poemas atribuidos a esos bartlebys han sido rreo sistema estético sobre una hipótesis que es la
escritos en realidad por el propio Frank Drummer. aplicación perfecta –y lógica– del punto de partida
El libro no ahorra al lector, como es fácil suponer, de Raoul Delorme (y del austriaco Robert Musil).
ninguna variante del plagio. No menos deliberada Esto es, la hipótesis de que la literatura es el arte del
es su tesis: la certidumbre de que la muerte del autor palimpsesto y que la gloria o el mérito de ciertos
es un idea sugerida a Roland Barthes por los escri- escritores consiste en reescribir y el de otros en no

Revolución y Cultura 56
escribir, pues el plagio no es otra cosa que el signo predicamento del escritor
de la tradición literaria y no la condición necesaria bárbaro: aún cuando su
de su falta de rigor. ¿Qué relaciones había, o mejor, obra resulte en ocasiones,
qué línea de continuidad se podía establecer entre palabra por palabra, idénti-
El último espejo y La afición a escribir? Los dos eran ca al original –pensemos en
monólogos de un sujeto más o menos alucinado el poema «Electroshock»–,
que se disponía a engullir toda la literatura anterior la reescritura de un autor
y a probar, de un modo a la vez imperativo y me- español, neurótico y depre-
tódico, desde qué posición se podía, y se debía, erigir sivo, tiene un sentido radi-
un sistema literario que fuera a la vez –como el calmente distinto al del
célebre texto de Menard– verbalmente idéntico, pero texto de Samuel Beckett. El
casi infinitamente más rico que su original. valor estético de semejan-
Los dos libros, pensé, eran un solo libro, las dos te poema se mide no sólo
partes de un solo libro. ¿Podría ser ese texto biforme en base a la revisión del
considerado como una flexión anterior en la evolu- texto que sirve como fuen-
ción del darwinismo literario inaugurado por Harold te, sino también en base a
Bloom en The Anxiety of Influence? Pienso que sí. Me la relación del «viejo texto»
opongo con esto a la tesis sostenida por el propio con la nueva adopción de sen-
Bloom para quien la angustia de las influencias no tido fundada por el plagio.
es más que la formulación de una teoría que depen- Resulta difícil decir en qué
de –casi exclusivamente– de Freud y del Friedrich consiste el valor estético de
Nietzsche de la Genealogía de la moral . Para mí, en un plagio: esa dificultad pa-
cambio, La angustia de la influencias es La afición a escri- rece ser una de las causas
bir y El último espejo llevados a su límite más extre- de la premura con la que los
mo y coher ente. En esos tres libros –que, en rigor, críticos lo abandonan por
son dos– hay una ley de hierro: el proceso de forma- criterios más manejables
ción del canon auténtico, a diferencia de los cáno- (bricolage , estética del mon-
nes espurios de las academias –resentidas o no–, es taje, collage, etc). Para ave-
indistinguible del proceso de la influencia literaria. riguar en qué consiste (aun-
La idea del canon implica una agonística, una serie que ya Panero se adelanta
de libros que engendran otros libros. Ahora bien, al plagiando a Oscar Wilde:
menos en la literatura española, ¿cuáles son los «el arte no sirve para nada»), tal vez sirva pensar en
libros que ha engendrado Panero? Que yo sepa, nin- la pregunta que nos hacemos después de leerlo. Y
guno. La omisión no debe afligirnos, ya que todos esa pregunta no es: ¿qué quiere decir?, sino: ¿qué
sabemos de qué se trata. Panero es un canónico a la pasó? Es decir, la misma pregunta que nos hace-
inversa: es engendrado por los libros. Y me pregun- mos después de un crimen, un delito, una infrac-
to, aunque ya sé la respuesta, de qué otro poeta ción. Si uno lee con atención El último espejo , en-
español se podría decir lo mismo sin agravio. En la cuentra la evidencia de una relación totalmente
literatura cubana algún ejemplo hay –recordemos tr ansgresiva con la literatura: el plagio, es decir, el
el José Kozer de Jarrón de la abreviaturas (1980) y El robo de poemas, es una metáfora casi perfecta del
carillón de los muertos (1987)– que justifica y razona acceso a lo literario. El poemario no muestra otra
esta estética endógena. Ser engendrado por los li- cosa que el carácter delictivo de ese acceso y en ese
bros. Esta noción es más compleja y dilucidarla re- sentido constituye una suerte de versión perversa
quiere de una exposición de las fuentes del propio de La afición a escribir, donde escribir es –literalmen-
Panero: Sartre, en su prólogo a Jean Genet, y el en- te– un caso de impersonation, de suplantación de la
sayo Of Murder considered as one of the Fine Arts, de personalidad: escribir es experimentar los poemas
Thomas de Quincey. Tomemos el primer caso: el de otro. Si es correcta esta suposición, Panero rom-
prólogo a Jean Genet. Sabemos que Sartre concibe pe la más acuciante fantasía compensatoria del
las Bellas Letras como un asesinato. Hay siempre escritor moderno: la fantasía de originalidad, o en
un misterio en el origen de un libro canónico: para otras palabras, la de orfandad, pues la influencia es
Sartre, el que escribe esconde un crimen, y el libro para él más un don que una pesada carga. Paralela-
habla per speculum in aenigmate como evidencia de mente, la poesía paneriana tiene otras dos faculta-
esa razón secreta. De manera análoga, el escritor des: la de tratar que nos seduzcan el plagio, el cri-
utiliza las mismas técnicas que el homicida para men o la sodomía y la de crear precursores. Regis-
borrar sus huellas, los vestigios de esa literatura traré unos pocos aquí, en orden anacrónico.
anterior que tarde o temprano, y cautelosamente, El primero es el poeta norteamericano Hart Crane,
embiste. En este sentido, El último espejo de Leopoldo que a los treinta y dos años se suicidó lanzándose
María Panero modifica nuestra percepción de la al Golfo de México por la borda de un barco. Embar-
poesía que lo ha precedido: después de leer El último carse significó para él renunciar a la poesía. Su poe-
espejo es imposible leer ciertos poemas extravagan- ma de muerte («La torre rota») prefigura el tono de
tes del siglo XIII francés, conocidos bajo el califica- Panero, pero este modifica y contiene la lectura de
tivo de fatrasies y a los cuales no se liga otro nombre Crane.
que el de Philippe de Beaumanoir, sin verlos como No menos extravagante es el segundo: Edgar Allan
precursores del poeta español. Así, Panero ilustra el Poe, el maravilloso borracho de Baltimore. Pese a

57 Revolución y Cultura
bartlebys. Melville ha computado que en
materia de escribientes, la pulsión negativa
se resume en la sentencia de Bartleby, ese
oficinista que jamás ha sido visto leyendo;
que siempre está en su puesto –el primero
por la mañana, durante todo el día, y el últi-
mo por la noche–; que, cuando se le pregunta
por qué no escribe responde siempre dicien-
do: «He renunciado a copiar (…) Preferiría no
hacerlo». En este contexto, no escribir es tam-
bién inscribirse en una tradición, y se ha de
justificar el silencio literario de acuerdo con
esta única perspectiva: la renuncia a copiar.
Ni un solo cántico: mantener el paso ganado
(Rimbaud dixit). Sin embargo, a tal objeción
cabe oponer una contestación paradójica,
pero suficiente: la escritura bárbara. Una sola
cosa hay contradictoria en esta contestación:
¿cómo un autor como Leopoldo María Panero,
que pertenece a la genealogía de los barteblys,
publica –actualmente– dos o tres libros por
que su pretensión mayor, según la «Filosofía de la año? Pero la réplica es del mismo tipo que las para-
composición» fue la de hacer depender la realiza- dojas de Zenón: de la misma manera que las para-
ción del poema de una previa organización metódi- dojas por el ejercicio del movimiento, esta es supe-
ca de sus elementos con vistas al efecto a producir, rada por la existencia de esos libros. Tal v ez Panero
su gusto por lo artificial y lo «uncanny» (Freud) te- sea un «magnífico» a la manera de Maurice Blanchot
nía que triunfar en muchos casos sobre su volun- o de E. M. Cioran, sendos ideólogos del silencio y el
tad de análisis. suicidio que no dejaron nunca de escribir ni de ena-
El tercero es un precursor estilístico: Ezra Pound. morarse de mujeres extrañísimas. Y a nadie le pa-
Su ascendencia más previsible está en los Cantos. reció anormal.
El cuarto es también un precursor de tono. Se trata Lo demás lo callo; un enorme buey pesa sobre mi
de Lewis Carrol, un pastor anglicano, especialista lengua.
en lógica, que para explicar que Alicia se ve coger
una naranja con la mano izquierda, mientras sigue Notas
1 Al que una pequeña nota biobibliográfica, redactada por el poeta catalán
sintiendo que la coge con la derecha, supone tomarla
Pere Gimferrer, presentaba como un plagiarius que ve en la literatura una
con la mano derecha «al otro lado del espejo». La maldición y la convierte en el más obsesivo objeto de su esquizofrenia. (Nota
forma de este razonamiento es exactamente la de del Editor). [La anterior es en su totalidad nota de J. L. B.].
El último espejo y Así se fundó Carnaby Street (1970). 2 En: Revolución y Cultura, No. 4, 2010.

3 En el listado necrológico de la Antología de Spoon River (La Habana: Arte y


Hay una omisión culpable: falta el formalista ruso
Víctor Shklovski. Los momentos iniciales de «El arte Literatura, 2007) se lee:
Frank Drummer
como artificio» tienen un acento que casi prefigura De una celda a este oscuro sitio:
la ideología estética de Panero: ¡el fin de los veinticinco años!
Cuanto más se conoce una época, más uno se Mi lengua no podía explicar lo que se agitaba en mi interior,
persuade de que las imágenes que consideraba y el pueblo me creyó un tonto.
como la creación de tal o cual poeta fueron to- Sin embargo al comienzo había una visión clara,
un propósito alto y urgente en mi alma
madas por él de otro poeta casi sin modificación. que me llevó a tratar de memorizar
Todo el trabajo de las escuelas poéticas no es la Enciclopedia Británica. (p.65)
otra cosa que la acumulación y revelación de 4 Víctor Shklovski: «El arte como artificio», en Textos de teorías y crítica litera-

nuevos procedimientos para disponer y elaborar rias (Del formalismo a los estudios postcoloniales), Selección y apuntes
el material verbal, y consiste mucho más en la introductorios de Nara Araújo y Teresa Delgado, México: UAM Unidad Iztapalapa,
2003, pp. 28-29.
disposición de imágenes que en su creación. Las
imágenes están dadas; en poesía las imágenes
son más recordadas que utilizadas para pensar. 4
Pero tenemos otros ejemplos. Tenemos el ejemplo
de Una temporada en el infierno de Arthur Rimbaud
donde, en efecto, parece que el poeta se despide de la
literatura. También podemos pensar en La educación
del estoico, único manuscrito que dejó el barón de
Teive, el heterónimo menos conocido de Fernando
Pessoa, el heterónomo suicida.
Quiero señalar una coherencia de los últimos dos
autores (agrego el caso de Hart Crane): son escrito-
res del No. Tengo al alcance una definición de
Herman Melville, sin duda razonable en dilemas de

Revolución y Cultura 58
EL PERIODISMO EN JAIME SARUSKY:
Para comprender las hebras
de la cultura cubana
José León Díaz

Creo que Gabriel García Márquez calificó alguna vez al


periodismo como el mejor oficio del mundo. No estoy
muy seguro de que lo sea, pero el ejemplo de Jaime Sarusky,
con más de sesenta años en este bregar, y de ellos
veintisiete en las páginas de Revolución y Cultura, indica
que, al menos, es una ocupación gratificante.
Hubiera querido para esta tarde haber realizado un
recorrido exhaustivo por esos veintisiete años de Jaime
en nuestra revista, tiempo en que nos ha regalado
medulares crónicas, entrevistas, testimonios y ar tículos,
muchos de ellos recogidos más tarde –y ahora– en libros
como Las dos caras del paraíso, El unicornio y otras
invenciones, El color de los sueños... Pero, a causa de la
premura, intentaré otro: ese que comenzó en 1995 cuando
por azares del destino me vi convertido en «jefe» de
Sarusky. Un absurdo, sin duda; mas un absurdo afortunado
para mí. Tenía como subordinado a un hombre que se
había iniciado en las lides periodísticas allá por los años
cincuenta, con pininos previos en sus años de bachillerato
en Santa Clara. Jaime, que en tan dilatada carrera había
fungido como jefe de redacción de publicaciones como
La Gaceta, o cruzado con for tuna por las páginas de Re-
volución y su Lunes , o las de Granma o Bohemia, que,
además, había estado vinculado al ICAIC; en fin, que para
un jefe como yo, bien bisoño, constituía una verdadera
suer te contar con un «subordinado» como él. Fue así que
entre consejos e intercambios de opiniones desaparecieron
esas tonterías de los cargos y nació una amistad. cubanos de origen campesino, él descubrió ese pequeño
¿Y qué enseñanzas de Jaime puedo mencionar aquí? Como detalle, el origen, que marcaba y diferenciaba a toda una
no me propongo un ensayo, solo citaré su persistencia en hor nada de artistas for mados durante las primeras
un tema cuando éste realmente era de su interés. O en décadas de la Revolución.
otras palabras: el periodismo para alcanzar su excelencia Por eso, cuando lo felicité en 2004 al serle otorgado el
necesita apropiarse de par te de la vida de quien lo ejerce. Premio Nacional de Literatura, le hice saber que una de
Y me permito otra traducción: a este oficio, hay que las razones de mi alegría por este merecido galardón
ponerle el alma, corazón y riñones. Y lo mismo vale, por estaba en que, amén de reconocer su valiosa obra literaria,
supuesto, para la literatura. Esa es la principal lección implicaba un reconocimiento al Jaime periodista, y por
que he aprendido de Jaime, más allá de sugerencias sobre extensión al periodismo cubano. Para mi sorpresa, enton-
cómo entrevistar a determinada persona, o cómo abordar ces Jaime se molestó conmigo. Aclaro que no es aconse-
un tema específico, o respetuosas indicaciones sobre el jable estar a su lado cuando se molesta, algo que afor tu-
lenguaje, que nunca debe ser barato pero sí flexible. La nadamente ocurre con escasa frecuencia. Discutimos y a
otra lección que pudiera citar no es muy transmisible: poco nos fuimos dando cuenta de que el periodismo cu-
depende del olfato per sonal, de cierta perspicacia para bano –sí, el mejor oficio del mundo, o al menos uno de
intuir qué tema puede ser de interés para los lectores, los gratificantes– había padecido durante tantos años una
incluso cuando ese interés no sea inmediato, como es el subvaloración tal, un reduccionismo que lo había conver-
caso de su serie de entrevistas, devenidas luego en tido en simple reser vorio de cláusulas previsibles, un
excelente libro y testimonio, a los integrantes del Grupo ninguneo, para decirlo con palabras de Jaime, que ni él
de Experimentación Sonora del ICAIC, realizada a principios mismo valoraba suficientemente esa par te de su obra.
de los setenta y que entonces no vieron la luz. Supongo Preguntas que nos hicimos esa tarde giraban en torno a si
que en aquel momento nuestro homenajeado no podía el periodismo podía ser considerado en algunos de sus
adivinar la trascendencia para la música y la cultura géneros como literatura, o si el periodismo para ser de
cubanas de aquel ensamble de músicos, pero me atrevo calidad tenía necesariamente que ser considerado literatu-
a pensar que sospechaba que tenía algo grande entre las ra. Preguntas estas, y otras, que muchos se han hecho y
manos. Otro ejemplo sería su serie sobre los pintores pueden tener varias respuestas sobre las que no hay acuer-

59 Revolución y Cultura
Muchas han sido las
ocasiones en que
nos hemos reunido
para indagar en
aquellos aspectos
que contribuyeron al
auge del diseño grá-
fico cubano de los años sesenta, pero nunca con la
sistematicidad y el rigor que debemos agradecer hoy al
amigo Héctor Villaverde, que desde hace años nos viene
dando muestra de su persistencia para que ocupe esa ex-
presión el lugar que le corresponde. Y es por esa razón que
hoy nos regala un acopio de información que con inteligen-
cia y amenidad nos va documentando en sus trescientas
cuatro páginas, a partir cuarenta y seis testimonios de los
que guardan la memoria viva de tan rica y variada expre-
sión por sus vínculos con los diferentes sectores que han
par ticipado en su historia.
Héctor Villaverde Afú es un diseñador gráfico que desde su
graduación en 1967, en la Academia Superior de Bellas
do alguno. Ni falta hace. Lo cierto es que Jaime debió Artes de Varsovia, Polonia, ha compar tido su tiempo de
haber abordado el asunto con otros amigos suyos, y se creación realizando numerosos proyectos y eventos para la
reconcilió, por así decirlo, con su obra periodística. Esa, en promoción del diseño gráfico cubano, participando en jura-
mi modesta opinión, fue una de las mejores consecuen- dos, organizando y curando exposiciones, fundando institu-
cias de aquel premio. Y me atrevo un poco más, con dicho ciones, enseñando y asistiendo a eventos internacionales
premio se estaba salvando al menos una parte de lo mejor representando al país, razones por lo que ha sido reconoci-
del periodismo cubano de las últimas décadas. do con numerosos premios y distinciones.
Deseo volver, sin embargo, a aquellas preguntas que nos Villaverde, como buen chino, no se cansa; él siempre algo
hicimos esa tarde porque quiero citar al propio Jaime, trama para beneficio de muchos, el asunto de hoy, es
unas palabras suyas recogidas de una reciente entrevista escudriñar en la historia del período fundacional del diseño
que concediera con motivo de la Feria del Libro, palabras en la Revolución de la que él mismo forma parte.
que vienen a cuento: «¿Por qué no humanizamos la Testimonios del dise-
literatura? Ella es hija de la vida y es para contarla. La ño gráfico cubano
vida es lo importante.» Y me pregunto yo, ¿no hay algo de 1959-1974, texto
lo anterior, o mucho, en rastrear la historia de un pequeño que nos llega con el
asentamiento, ya desaparecido, de suecos en nuestro país? aval del Premio Me-
¿Cuánto de su propia vida no tuvo que dejar Jaime para moria 2009, es sin
insuflar de vida ese reportaje-testimonio? Y algo similar lugar a dudas un li-
ocurrió en otras pesquisas suyas sobre pequeñas comu- bro de cabecera para
nidades establecidas en Cuba en tiempos pretéritos. ¿Cuán- los interesados en
tas vidas ya desaparecidas no debió reconstruir con un conocer los valores
poco de la suya? Reconstruir, rescatar para comprender de todos aquellos
cuáles han sido los aportes que conforman nuestra na- que han contribuido al
cionalidad. Periodismo o literatura, qué impor ta de dónde reconocimiento y
provengan las herramientas con que Jaime ha rastreado y prestigio de esta ex-
dotado de vida a esas historias, lo que no podemos obviar presión, pero no solo
es que el resultado de tales indagaciones ya es impres- incluye a los diseña-
cindible si se quieren comprender los hilos, las hebras de dores y sus realizado-
la cultura cubana. res, sino que recono-
Muchas gracias. ce también los apor-
16 de febrero de 2011. tes en la promoción
cultural que genera-
ron cambios institu-

Revolución y Cultura 60
TESTIMONIOS
del diseño gráfico cubano 1959-1974
Presentación en la XX Feria Internacional del Libro

Lesbia Vent Dumois

cionales en aquellos renova-


dores días, en instituciones
como el Teatro Nacional, el
Consejo Nacional de Cultura,
el Instituto de Cubano del
Ar te y la Industria Cinemato-
gráfica (ICAIC) y la labor de
sus fundadores, el diseño cu-
bano para lo latinoamerica-
no aplicado ejemplarmente
en varias áreas de activida-
des y secciones de Casa de
las Américas y las edicio-
nes de la Unión de Escrito-
res y Ar tistas de Cuba
(UNEAC).
Once capítulos que nos van
llevando de la mano para co-
nocer cómo el diseño gráfico
en estrecha relación con su
hermana carnal la fotografía,
aplicaron con espíritu reno-
vador nuevas ideas, manifes-
taciones estas a las que les correspondió por su calidad y ten el suelo patrio, pero que contribuyeron con sus memo-
valores estéticos, la responsabilidad de mostrar al mundo rias por haber par ticipado en el periodo fundacional y que
el arte de la naciente Revolución, período que marca el sienten a la vez el orgullo de ser par te de esta historia.
acceso a la comprensión del arte moderno. Como buen investigador, se preocupó el autor para que
No hay dudas de que todas las aplicaciones derivadas del quedara expresado el entorno social, la formación con la
diseño se pusieron en función por aquellos nuevos creado- que emprendieron los diseñadores las nuevas tareas, las
res, pero hay que reconocer que fue el car tel quien ocupó influencias, los mitos y las leyendas, los debates sobre la
un lugar preponderante en el gusto popular, lo demostró el labor que Raúl Martínez calificó de «titánica pero a la vez
cambio de función que de esta obra hizo el público, apre- prodigiosa». Completa el texto un índice onomástico.
ciándolo no solo por su valor decorativo sino también por lo Para terminar quisiera agradecer a Villaverde el privilegio
que expresivamente representaba y por la aplicación de la que me otorgó al presentar su libro que también tuve el
serigrafía manual como técnica de impresión; también deja honor de prologar, ocasión esa donde celebraba la belleza
sentado el texto, el valor que se le otorgó a la ilustración, al del emplane, la selección representativa de las ilustracio-
logotipo, al buen uso de la tipografía, y al emplane entre nes –que al paso del tiempo logró enriquecer con color–,
tantas áreas que complejizan esta actividad. así como la facilidad de establecer relaciones en los tex-
Las publicaciones periódicas, el significado de Cuba y Lu- tos de las inter venciones centrales y colaterales en un
nes de Revolución, la gráfica política, las campañas, el libro que siempre será de consulta obligada. Y después
libro y la relación de los creadores con los talleres tipográ- como naturalmente corresponde, quiero agradecer al equi-
ficos y de impresión que garantiza el buen hacer, hasta el po técnico que trabajó en el proceso editorial, al Centro
trabajo con los promotores, su inserción en salones, pre- Pablo de la Torriente Brau, cariñosamente a los amigos
mios y becas de esos primeros quince años, encontraron Víctor y María, por la preocupación de convertir testimo-
eco en diferentes capítulos del libro. nios de la cultura en memoria viva, así como a los partici-
Lectura amena que nos regala un rico inventario de los que pantes de los Jueves del diseño que con sus evocaciones y
fueron construyendo esta historia y que además rinde ho- recuerdos reafirmaron la opinión del autor de que «el dise-
nores desde su inicio a los hombres que ya no están y que ño se afinca en sus emociones».
adoptaron el diseño como su lenguaje expresivo; ahí está
reconocida la ver satilidad de Raúl Martínez, el juguetón
sentido del humor de Muñoz Bachs, así como la ironía y el
espíritu renovador de Rostgaard y de Frémez. Se siente,
por sincera, la inevitable nostalgia de los que no compar-

61 Revolución y Cultura
PREMIO DISEÑADO

Adelaida de Juan

Al cumplir medio siglo de instituido Peña crea tantas variantes como li-
el Premio Literario de la Casa de las bros premiados. Éstas se dan en los
Américas, se ha presentado un reco- tipos de sellos, timbres de correo,
rrido por los diseños gráficos que han idioma de la dirección de la Casa, a
caracterizado a cada edición. La Ga- más del género y categoría en que se
lería Latinoamericana de la Casa así concursa. Por tanto, todos obedecen
recordó las imágenes visuales que dis- al país de residencia del autor pre-
tinguieron los encuentros anuales inin- miado; el cordel que amarra el
terrumpidos a partir de 1960. Los car- paquetico se mueve a voluntad, así
teles expuestos se ven en orden crono- como el color y la ubicación de un
lógico, en ocasiones acompañados sello común a todos, el cual especifi-
por algunos ejemplares de las obras ca que se trata del «Premio Casa de
premiadas, cuyas carátulas emplean las Américas 1981» Significativa-
el diseño del car tel correspon- mente, el diseño del año anterior em-
diente al año en cuestión. plea el recurso de recrear una pared
El diseñador de más larga tra - cubier ta de grafiti, sobre la cual
yectoria en la Casa fue Umberto emerge, como haría en los diseños
Peña. A partir de mediados de posteriores, el texto identificador.
la década de 1960 y durante Otro envoltorio, en este caso una bo-
algo más de dos décadas, Peña tella irradiante, resalta sobre el fon-
asumió la labor de diseñar el do escrito. Resultan estos ejemplos
rostro gráfico de la Casa, dan- de renovada frescura en el empleo
do muestras de una incesan- de la fotografía, el color, la tipografía
te imaginación creadora. El y las imágenes gráficas, usados to-
diseño de las colecciones del dos como integrantes ágiles de un
Premio fue concebido por lenguaje expresivo.
Peña de modo sistémico: una Con el nuevo siglo, varios artistas se
serie se basó en la maquina- han ocupado de idear el diseño de
ria de impresión, acudiendo a las obras del Premio. Creadores jó-
sus modelos primitivos, a las venes se han encargado de idear la
cajas de imprenta, archiva- imagen anual de la convocatoria de
letes, máquinas de escribir y la Casa. Con asiduidad ha trabajado
modelos tipográficos (1967- Nelson Ponce, quien en 2005 recu-
1970). Otra serie, que abar- rre a la máquina de escribir emplea-
ca la edición de 1973 hasta da en diseños de la década de 1960,
la de 1979, hace referencia pero esta vez actualizándola al inser-
al mundo del juego: las cani- tarla en un ordenador contemporáneo,
cas, los rompecabezas, los cuya pantalla se yergue sobre el te-
palitos chinos, los ceritos, así clado de la Underwood o quizás recursos referenciales al instrumen-
como el laberinto, expresión Olivetti. Es significativa la recontex- tal del ejercicio de la escritura. Evi-
de una actividad lúdica a otro tualización que se hace del instrumen- tando la alusión directa, sus creacio-
nivel. Una muestra posterior, tal básico de la escritura. En otro car- nes pueden mostrar un pomo de tin-
correspondiente a 1981, par- tel, de 2009, Ponce emplea un recur- ta que se ha derramado, provocando
te, como en gran medida ocu- so letrista que acompaña al signo de una mancha negra sobre el fondo blan-
rre con las anteriormente la coma que produce el ordenador. co, mientras el texto breve destaca
mencionadas, de un concep- Otro de los creadores destacados es en amarillo: este fue el diseño distin-
to traducido a los términos Pepe Menéndez, quien hace algunos tivo para el 2004. Cuatro años más
del diseño gráfico. Los libros años es el responsable de la produc- tarde acude a los muchos lápices ne-
entonces aparecen como si ción de los diseños de la Casa de las cesarios en la elaboración y correc-
aun fueran los paquetes en Américas. En la presente exposición, ción de un texto. Las variantes deri-
que llegan por correo al con- se muestran algunos de sus más sig- vadas de la imagen de un libro pasan
curso anual de la Casa. A par- nificativas producciones con referen- de presentar el lomo de un libro abier-
tir de este formato básico, cia al Premio. Quisiera destacar sus to en 2001, a una elaboración de ma-

Revolución y Cultura 62
Nota de la redacción

Muchos lectores nos han preguntado nar que René Francisco resultó me-
por diversas vías sobre la sección recedor del Premio Nacional de Ar-
«Vistazos», de habitual presencia en tes Plásticas, como reconocimiento
nuestras páginas. En verdad sus in- a una trayectoria creativa caracteri-
quietudes eran más abarcadoras, alar- zada por propuestas innovadoras vin-
mados por las irregularidades en la culadas a la experimentación, la pe-
frecuencia de nuestra publicación. La dagogía y la inter vención comunitaria.
respuesta en ambos casos gira en Por su parte, el bailarín y coreógrafo
torno a una misma causa: los incum- Carlos Acosta se alzó con el corres-
plimientos a causa de déficit en los pondiente a Danza. Y en el campo li-
insumos por la casi totalidad de las terario, recayó en el novelista urugua-
imprentas cubanas, entre ellas la que yo residente en Cuba, Daniel Chavarría,
se encarga de llevar al papel a Revo- gracias a «la deslumbrante riqueza
lución y Cultura. Ello motivó que se imaginativa y de lenguaje de su vasta
atrasaran sobremanera los primeros obra». Otro nar rador, Emerio Medina,
números del pasado año, con la con- resultó el único cubano ganador de un
siguiente pérdida de la periodicidad. premio Casa durante la última edición
En tales circunstancias, como puede de este prestigioso concurso.
colegirse, es muy difícil mantener una Otras impor tantes personalidades de
sección que busca ser una memoria la cultura cubana recibieron la répli-
de lo acontecido; es decir, una sec- ca del machete de Máximo Gómez.
ción donde lo temporal desempeña Ellas fueron: la ar tista de la plástica
un rol significativo. Lesbia Vent Dumois; Martha Valdés,
En vista de la mejoría experimentada compositora musical; Eva Rodríguez,
por la industria poligráfica, aprovecha- locutora; María Elena Pena, cantan-
mos la ocasión para anunciar que te; Marcos Sánchez, músico; el co-
hemos decidido retomar para el próxi- ronel René González e Ibrahim Hidal-
mo número los «Vistazos». Antes, sin go, estudiosos de la obra martiana;
embargo, no queríamos dejar pasar el periodista Lino Luben Pérez; el
por alto algunos de los sucesos más cineasta Fernando Pérez, y Daisy
yor complejidad en 2008 en la cual relevantes que han marcado la cultu- Granados, actriz de cine, teatro y te-
la imagen estilizada de un ser huma- ra cubana durante los últimos meses. levisión. Fue entregado dicho estímulo,
no deviene en sí mismo un libro. Se Lo que sigue, es una lista somera, además, a la Cruzada Teatral Guantá-
ve cómo la alusión visual de la ac- rogamos que nos excusen las inevi- namo-Baracoa y al Parque Histórico
ción de la escritura pasa por los múl- tables omisiones: Militar Morro-Cabaña, instituciones
tiples instrumentos necesarios para En un año cargado de merecidos ho- culturales de quehacer sobresaliente.
tal acto de creación. menajes a José Lezama Lima por el Otros reconocimientos a la cultura
Todos estos diseños resultan ejem- centenario de su natalicio, hacia no- cubana llegaron por medio de la pues-
plo de renovada frescura en el em- viembre fue noticia destacada la en- ta de Confesiones en el Barrio Chino,
pleo de la fotografía, el color, la tipo- trega de sendos premios Grammys del dramaturgo Nelson Dorr, a cargo
grafía y las imágenes gráficas, usa- Latinos a dos de las figuras más no- del Teatro Rodante Puertorriqueño,
dos todos como integrantes ágiles de tables de la música cubana: el guita- merecedora del premio Hola de la
un lenguaje expresivo. La concepción rrista y compositor Leo Brouwer, y el Hispanic Organization of Latin Actor
de los diseños, sobre todo los que he pianista y también compositor Chu- de Nue va York; y más recientemente
destacado en estas líneas, es totali- cho Valdés, el cubano galardonado un el otorgamiento de un premio Ariel
zadora y unitiva: por tada, contrapor- mayor número de veces con estos de la Academia Mexicana de Ar tes e
tada, lomo, guardas y solapas suelen lauros, ya suma siete. En el caso de Industrias Cinematográficas a la cin-
estar vistos como una continuidad Leo, poco después mereció el Pre- ta José Martí: el ojo del canario, del
ininterrumpida. La Casa ha contado mio Tomás Luís de V ictoria 2010, realizador Fernando Pérez.
con notables ar tistas para su ima- conferido por la Real Academia de Por último, quisiéramos recordar a la gran
gen visual, desde los iniciadores Raúl Bellas Ar tes de San Fernando, crea- actriz María de los Ángeles Santana, al
Mar tínez, Morante et al, quienes tra- da en 1752 y con sede en Madrid. destacado dramaturgo y director de tea-
bajaron al inicio de sus labores, has- Otros músicos cubanos fueron dis- tro Héctor Quintero, al periodista y es-
ta el equipo actual bajo la dirección tinguidos a fines de 2010: el trova- critor Jorge Timossi, y al crítico y ensa-
de Menéndez, en el cual la renovada dor Silvio Rodríguez, con el premio yista Rufo Caballero, compañero duran-
imaginación y creatividad garantizan ALBA en el apar tado de las Ar tes; y te varios años en nuestra revista, to-
un continuidad de la incitadora pre- Pancho Amat, ganador del Premio dos ellos desaparecidos en el trans-
sencia visual de sus labores, de las Nacional de la Música. En otras ma- curso de estos meses.
cuales el Premio es paradigmático. nifestaciones artísticas, vale mencio-
La muestra que he comentado some-
ramente es prueba fehaciente.

63 Revolución y Cultura
LA INSISTENCIA
DEL ARTE
Tania Chappi

Si dos personas se sientan juntas y se produce un diálogo, «Para nosotros este


decía poco más o menos Joseph Beuys, entonces hay una es un asunto mucho
pieza de arte nuevo. Y al parecer, un tema recurrente en tales más agresivo. En Ale-
conversaciones ha sido la guerra, algo de lo que puede conven- mania actualmente
cernos un somero recorrido por la historia del arte. No es de se orienta más bien hacia el racismo. Todavía persisten ideas
extrañar que, dados los tiempos que corren, fuera éste el neonazis y fascistas de gente poco educada, y asimismo
asunto abordado, cuando Ulises Morales Lamadrid, promotor una fuerte discriminación contra los inmigrantes, hasta les
cultural del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, y achacan las causas del desempleo, lo cual es una falta de
Siegfried Kaden, residente alemán en Cuba que se ocupa de respeto. Para los cubanos, el tema pasa más por lo económi-
intercambios culturales entre ambas naciones, se sentaron co; me refiero al embargo, que se traduce como una agresión
a conversar. Y el resultado fue la exposición Los desastres contra todo el pueblo. Se trata de dos formas de violencia
de la guerra (Die Schrecken des Krieges), exhibida a inicios similares, aunque en una haya menos sangre. Por eso para
de año en el mencionado espacio cultural habanero. nosotros es muy importante una exposición que procure un
La muestra, más allá de estilos,sopor tes y técnicas pictóri- diálogo sobre la violencia cotidiana en ambos países. Por
cas (dibujos, pinturas, instalaciones, fotografías y perfor- otro lado, también queríamos referirnos al terrorismo, pues
mance, en pequeños y grandes formatos), marcó el muchos artistas no desean abordar este asunto y eso signi-
contrapunteo entre dos visiones, dos experiencias, de cuba- fica algo: miedo».
nos y de alemanes. Algo que también se hizo evidente en los Morales Lamadrid inter-
ciclos de conferencias que incluyó la propuesta, a cargo de vino: «A partir de las di-
destacados artistas y especialistas de ambos países, con ferencias buscamos lo
sede en el Museo Oscar María de Rojas, de la ciudad de que nos une, para conser-
Cárdenas, en Matanzas, y en la Biblioteca Pública Rubén var la idea de la paz. To-
Martínez Villena, de la Oficina del Historiador de la Ciudad dos hablan de la guerra,
de La Habana. Ya en las palabras al catálogo, Morales pero más bien la presen-
Lamadrid y Kaden anunciaban: te exposición es sobre
Desde el surgimiento de la actual crisis global se ha sus secuelas. Queremos
demostrado que la creencia de los fundamentalistas llamar la atención desde
capitalistas en la fuerza liberadora del mercado […] el dolor, para servir a las
entraña el peligro de nuevas «guerras» (terroristas). personas, concientizarlos.
La exposición está llamada a ser un intento de mostrar y En el caso de Cuba, la gue-
crear conceptos. La misma debe mostrar en qué medida rra es cotidiana, es la lu-
los artistas están en condiciones de reflexionar, en qué cha por el sustento y se
medida ellos son aún prisioneros de viejos patrones, o en enlaza con el futuro de la Isla. Lo curioso es que los sucesos
qué medida ellos han aprendido a pensar de manera más de la actualidad nos fueron alcanzando mientras íbamos
amplia y abierta. preparando la exposición. Fenómenos como el invierno nu-
El objetivo y la intención [es] provocar un diálogo y mostrar clear o la situación de los prisioneros en Guantánamo, entre
diversas posiciones de reflexión. […] Así, trece artistas otros, originalmente no estaban en nuestros planes, pero
alemanes son colocados junto a once artistas cubanos. según nos acercábamos a la inauguración fueron creciendo
Al estar unos junto a otros –o también en importancia. Aquí no se tratan esquemáticamente, no
unos contra otros– deben provocarse y como un teque, sino como obras de arte».
mostrarse comparaciones y reflexiones. Nosotros nos atreveríamos a añadir que la muestra es, ade-
Al respecto, durante los días en que más, un documento que desenmascara a quienes alimentan
se exhibía la exposición, ambos cura- las llamas de la guerra, porque en ocasiones olvidamos que
dores accedieron a abundar para los hay gente viviendo (y parece que muy bien) de los conflictos.
lectores de Revolución y Cultura. Sieg- Un conjuro (otro más, y ojalá algún día sean suficientes)
fried Kaden nos remite al cuadro exhi- contra el peligro, las causas y consecuencias de las confla-
bido por Luis Lamothe –«en la parte graciones bélicas.
inferior bombas y arriba rostros, repre- Y como el arte es insistente, Siegfried Kaden nos prometió:
sentados de una manera naif»– para «Cuando se encuentren obras de arte con suficiente fuerza,
ejemplificar la diferente apreciación haremos otra exposición sobre este tema». Mientras tanto,
que, según su criterio, sostienen acer- «ahora mismo en Alemania están en planes cuatro exposi-
ca de la guerra las personas de am- ciones, sobre otras temáticas, de artistas cubanos en va-
bas naciones. rios espacios de Münich».

Revolución y Cultura 64
DEL LADO DE LA
SOMBRA*
Rufino del Valle y Ramón Cabrales

El estudio de la historia de la fotografía mundial avala que trae consigo la polisemia de la pieza de arte que a veces se
desde sus inicios ha habido un interés por documentar cuestiona (por ignorancia o por falsa moral) calificándolas
algunos temas considerados transgresores y que tienen de pornográficas, impúdicas u obscenas, sin reflexionar so-
que ver con el cuerpo y la sexualidad del hombre. El interés bre el discurso ar tístico y los valores ideoestéticos que su
por ese cuerpo y su gestualidad fue tomando diferentes poética persigue. Debido a esto, suele añadirse también, la
for mas artísticas, desde la poética clásica con solo cier- polémica sobre la corriente actual del homoerotismo, que
tas sugerencias y escondidas situaciones, que partían de apor ta en gran medida la ambigüedad de género.
lo irreal hasta convertirse en estos tiempos en una mani- Hay ejemplos de ar tistas cuya
festación transgresora, tolerante, fuerte y sobre todo más obra no ha sido comprendida,
real, usando los códigos postmodernos que caracterizan el como es el caso de Robert
momento actual. Mapplethorpe en los EE.UU.
Desde hace ya varios siglos, sobre todo a par tir de la Edad e incluso en Cuba, se recuer-
Media y con el predominio de la Iglesia, el hombre ha tenido da todavía lo ocurrido en 1994
que renunciar a placeres, que todos cometen a escondidas, cuando durante una exposición
impulsados por los excesos y tabúes que le impone la «mo- colectiva, se ordenó desmon-
ral social» en oposición al desarrollo como individuo. Esa tar la serie Ecbatana, de Eduar-
represión sistémica ha cercenado la creación de importan- do Hernández Santos, después
tes intelectuales a lo largo de sus vidas y los ha marcado de haber sido aprobado su pro-
incluso de forma psicológica, en todas las épocas. Es cierto yecto expositivo, por «reorga-
que desde hace ya tiempo el ar te contemporáneo recoge un nización del programa de exhi-
mayor número de artistas que trabajan temas escabrosos y bición de la sala» increíblemen-
tabúes como pueden ser el desnudo en general y el erotismo te por orden del depar tamento
en lo específico, muy en especial el masculino. Sin embargo de Historia del Ar te de la Fa-
en investigaciones sobre estos temas se han encontrado cultad de Ar tes y Letras de la
artistas interesados en representar el desnudo masculino y Universidad de La Habana.
la sexualidad con la sinceridad propia que emana del cuerpo Otro ejemplo que levantó con-
humano, despojándose de postulados esquemáticos, postu- tradicciones fue durante la ex-
ras idílicas y excesivo maniqueo, entrando de lleno en un posición Cuando los cuerpos
arte naturalista y transgresor, todo esto aplicado al ser hu- se confiesan, en 1998, tam-
mano (que no sólo es el femenino). Desde luego lo anterior bién de Eduardo Hernández
Santos, en la galería L de Ex-
tensión Universitaria en el edi-
ficio Mella de L y 23, ya que la muestra fue cancelada al
tercer día de su inauguración, por «ser un culto a la homose-
xualidad y que no estaba a bien con el modelo de hetero-
sexualidad promovido por la Universidad de La Habana». Sin
embargo algunas exposiciones de desnudos femeninos han
sido aplaudidas como un problema de género, considerándo-
se por tanto una contradicción y generando erróneamente el
calificativo de género solamente a la mujer, como si lo gené-
rico fuera exclusivo de lo femenino.
Hoy en día en el campo de la crítica cubana ya se observan
algunos estudios que se ocupan de la masculinidad, el
travestismo, la homosexualidad y la androgi-nia, dentro de
la categoría de género. Firmas tan reconocidas como la de
Julio César González Pagés, Andrés Isaac Santana, Abel *Palabras leídas
Sierra, Rufo Caballero, Omar Pascual-Castillo y Norge Es- en la inauguración
pinosa han determinado el tipo de relaciones entre las figu- de la muestra
ras al desnudo y su medio. El caso que nos ocupa, la obra homónima. Galería
antológica de Eduardo Hernández Santos, utiliza, general- Espacio Abierto,
mente, el cuerpo masculino en una rebelión contra los ro- revista Revolución
les impuestos por la sociedad. Sus fotografías son y Cultura. 23 de
netamente homoeróticas, a par tir de una manipulación irre- febrero de 2011.

65 Revolución y Cultura
verente, según los cánones materializa una reflexión o un
aceptados socialmente. sueño. En los últimos tiempos
Desde sus inicios, en Eduar- ha trabajado a par tir de foto-
do se ha observado un de- collages con la utilización de ele-
seo de indagación por la mentos de desechos sobre lá-
existencia humana y su minas de metal muy pulidas.
cuerpo. Se podía percibir el En la serie Homo-Ludens, hay
debate entre los valores éti- una profunda inclinación hacia
cos y morales, demarcados la perfección del cuerpo que co-
entre lo sexual y lo social. nocemos de la Grecia Clásica.
En su trabajo se percibe ca- Es la belleza del efebo joven e
si siempre el cuerpo masculino, en ocasiones en posturas inocente, en contraposición con los encuadres contrasta-
muy viriles y en otras, un poco frágil, pasando por los jóve- dos a través de violentos manejos de la luz con el fondo.
nes efebos, al recordar a los maestros de la cultura greco- Con Ecbatana, nos hace recordar los bacanales griegos,
latina. Sin embargo, son piezas llenas de plasticidad, des- con mitos, evasiones y miedos, a partir de las estructuras
plegando una iconografía jovial ambigua. Siendo en todo de poder. En la serie Corpus fragile hay un emplazamiento
momento el cuerpo lo primordial y centro de interés. Aun- que rompe con el esquema corporal e introduce cortes,
que este cuerpo se inserte con otros elementos estéticos mutilaciones y yuxtaposición de imágenes con objetos
como apoyatura simbólica. En ocasiones se incorpora el matéricos. Utiliza contorsiones y posturas que emergen
dibujo y el empleo de recursos matéricos como metal, visiblemente al espacio natural. Con Strong, Eduardo cons-
cristal y cordel, entre otros. Todo ello potencian una carga truyó mitos y ritos anti-héroes, creando el nuevo ser para la
simbólica y alegórica, a par tir de sus experiencias como mitología de la Era Tecnológica. Son imágenes que juegan
dibujante, grabador y fotógrafo. con lo mórbido de la carne, ornadas con tornillos, cuchillos
En los primeros años, Eduardo no se consideraba fotó-grafo, y maquinarias dentadas, entre otros, para satisfacer la per-
recuerdo cuando lo conocimos en enero de 1993, visitamos sonalidad erótica del individuo. En la serie A propósito de
su casa para invitarlo a asistir a la entrega de los premios las flores, Eduardo sugiere una relación sutil y al mismo
del I Salón Internacional de Fotografía «Abelardo Rodríguez tiempo compleja entre la existencia de sexo y género y
Antes» que se desarrollaba en la Casa de Cultura de La entre lo masculino y lo femenino. Así como transgrede los
Habana Vieja, y en el cual participó. En aquella opor tunidad límites simbólicos que el artista trata de ar monizar con la
obtuvo dos premios: el Gran Premio del Salón y el premio anatomía masculina. Con la serie Palabras utiliza por pri-
colateral que entregaba la Fototeca de Cuba. En esa visita mera vez nombres, en rojo y negro, como símbolo de la Isla
nos enseñó su rudimentaria cámara fotográfica Lubitel de y de la contemporaneidad. Con palabras y frases recorta-
120 mm con la que tomaba sus imágenes. Aparato das de las páginas de los diarios nacionales que convoca y
netamente de aficionado que le había costado solo veinti- compromete la cotidianidad y existencia del cubano. Con
cinco pesos cubanos en una tienda de la capital. En ese El Muro, hace un cierto giro en su trabajo, donde por prime-
primer contacto, nos manifestó que él «era un artista plás- ra vez expone imágenes que ha captado fuera de su set
tico que utilizaba la fotografía como soporte y que inclusive escenográfico. Invade, de alguna manera la tarde-noche del
no revelaba ni imprimía sus fotos, que tenía que depender muro en el Malecón habanero, e hilvana una línea narrativa
de un laboratorista para terminar el trabajo». Hoy, Eduardo fuera de su discurso tradicional.
se ha dado cuenta de que el fotógrafo-artista es el que crea A Eduardo le interesan los volúmenes y las texturas. En su
la idea, busca el ángulo de toma, trabaja con las luces y trabajo se percibe que no trabaja de manera fría con los
captura la imagen (como hacía entonces), aunque, además, modelos, sino que los estudia y le busca su psicología. Por
ya hoy también revela e imprime sus propias fotografías. lo que cuando los retrata va con una idea preconcebida,
Haciendo una panorámica mirada hacia los trabajos foto- aunque puede haber, como en todo momento creativo, un
gráficos de Eduardo Hernández Santos, se obser va que no margen para la emotividad y la intuición.
sólo retoma lo masculino como ideal de belleza, sino que Eduardo Hernández Santos es uno de los creadores más
entra también en lo antropológico y social. Son conocidas interesantes de la plástica actual cubana y su obra se ha
sus series Homo-Ludens, Corpus Fragile, Ecbatana, Frag- ido enriqueciendo y sobrevalorando a lo largo de su vida
mentos Clásicos, Strong, Objetos de Deseo, A propósito de artística y es de los que ha llevado la imagen fotográfica a
las flores, Palabras y El Muro, algunas de ellas representa- sus valores paralelos con las demás manifestaciones plás-
das en esta muestra. ticas, es de los que ha puesto y está poniendo muy en alto
Sus piezas forman par te de escenarios construidos, en la fotografía cubana en las grandes galerías y salones in-
sus inicios con telón negro de fondo, donde cada modelo ternacionales. Eduardo es simplemente un artista.

Revolución y Cultura 66

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