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La Presunción "Iuris Et de Iure" y La Presunción "Iuris Tantum"

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LA PRESUNCIÓN “IURIS ET DE IURE” Y LA

PRESUNCIÓN “IURIS TANTUM”

La presunción “iuris et de iure” puede definirse como aquella


operación lógica por la que se tiene por acreditado un hecho
desconocido a partir de otro sobre cuya existencia no existe duda,
por su reconocimiento o prueba, que no admite prueba en contrario.

La presunción no constituye en sí medio de prueba, sino medio de


valoración de la prueba practicada que se funda en el enlace lógico
entre el hecho demostrado e incontestable y aquel que se trata de
probar, y que permite considerar probado un hecho relevante para
la resolución del litigio (hecho presumido) carente de prueba directa
a través de otro plenamente acreditado (hecho base) y respecto del
cual aquél se presenta como lógica consecuencia. Esto supone que, a
efectos procesales, el objeto de la prueba se desplaza del hecho
presumido al hecho cierto que constituye la base de la presunción,
caracterizándose la presunción “iuris et de iure” por no permitir al
interesado en desvirtuar el hecho presunto efectuar prueba en
contrario, la auténtica consagración de una situación jurídica
incontestable por lo que se ha llegado a afirmar que la
presunción “iuris et de iure” constituye verdadera ficción o creación
jurídica. Frente a éstas, las presunciones “iuris tantum” permiten al
interesado, para desvirtuar el hecho presunto, efectuar prueba en
su contra, pudiendo dirigirse tanto a probar la propia inexistencia
del hecho presunto como a demostrar que no existe, en el caso de
que se trate, el enlace lógico que ha de haber entre el hecho que se
presume y el hecho probado o admitido que fundamenta la
presunción.

Ahora bien, en las presunciones “iuris tantum” el enlace o nexo


lógico que le sirve de base puede venir establecido por la propia Ley,
dando lugar a las conocidas como “presunciones legales”, o bien ser
fruto de una actividad intelectual ordenada a la resolución de la
cuestión litigiosa por parte del Juzgador quien, a la luz del conjunto
de la prueba practicada y de la sana crítica, alcanza plena
convicción en cuanto a la existencia del hecho carente de prueba
pero que se presenta como lógica consecuencia de otro u otros
plenamente acreditados, en las denominadas “presunciones
judiciales”.

Las únicas presunciones que pueden ser "iuris et de iure", es decir,


no admitir prueba en contrario, son las legales, por cuanto tiene que
ser la propia Ley la que limite tal posibilidad dado que la regla
general en nuestro Derecho es que las presunciones siempre
admiten prueba en contrario, salvo que la Ley lo prohíba. Esto es
así porque en las presunciones legales la certeza del hecho se
desprende de la constatación de cierta situación de hecho a la que la
Ley atribuye directa virtualidad para producir el efecto jurídico
pretendido por la parte a la que favorece dicha situación. En
puridad las presunciones legales no son medios de prueba sino que
su finalidad prioritaria es la de alterar el sistema ordinario de carga
de la prueba, liberando de ella al favorecido, al que bastará con
acreditar el hecho base, desplazando sobre la contraparte la carga
de destruir el enlace lógico existente entre éste y el hecho
presumido.

Al estudiar los medios de pruebas y el conocimiento de ellas


observaremos que no existe un criterio unificado sobre lo que debe
hacer prueba plena o no.
Ante ello recurrimos a la doctrina que vinculada a la experiencia
profesional del juez, quien deberá conocer los medios de prueba
para la confrontación de los elementos otorgados por las partes,
generará un criterio para la valoración de las pruebas en la
sentencia.

Los hechos, siguiendo la postura de Hugo Alsina, pueden grabarse


en la conciencia sin el auxilio de ningún intermediario a ellos, en
ellos el conocimiento es directo o inmediato. Mientras que los
indirectos o mediatos son los que se investigan a través de otro
hecho.

A falta de testimonio de las personas, se utiliza la inducción


fundada en rastros (transitorios o permanentes) llamados indicios y
que sirven de punto de partida para la investigación. Las
consecuencias de los indicios son llamadas presunciones,
encontraremos presunciones de dos tipos: las legales cuando son
establecidas por la ley; y las judiciales cuando son fruto del
raciocinio del juez.

Dentro de las presunciones dos que suelen confundirse con mayor


frecuencia son la presunción Iuris et de iure con la presunción Iuris
tantum a continuación les explicamos en qué consisten cada una de
ellas.

Iuris et de iure (de pleno y absoluto derecho)

La constitución de la presunción Iuris et de iure significa que no se


admitirá prueba en contrario, ejemplo de ello es el conocimiento de
la ley, la duración del embarazo de la mujer, domicilio legal,
presunción de reconciliación conyugal cuando el marido cohabita
con la mujer después de haber dejado la habitación común, entre
otros.

Hugo Alsina refiriéndose a la forma en que serán apreciadas y


valoradas las pruebas expuso que la presunción Iuris et de iure es
utilizada cuando se impone al juzgador un criterio determinado
para la valoración de la prueba, que comprende además la solución
impuesta por la ley. Sin embargo, la existencia de la prohibición de
la prueba en contrario no impide que se aporte prueba para destruir
el fundamento de la presunción. Ello para atacar el razonamiento o
demostrar la existencia del hecho presumido, sea que no existe o no
es el que específicamente se requiere por la ley.

Iuris tantum (tan sólo de derecho)

Hugo Alsina sostiene que la presunción iuris tantum consiste en dar


por existente o inexistente un hecho si concurre con otro
antecedente. Se funda en las leyes de la naturaleza o en el modo
normal de producirse los hechos, y su objeto es dar estabilidad a
situaciones jurídicas que, de acuerdo con ellas, pueden considerarse
normalmente existentes. El efecto de la presunción es librar de la
carga de la prueba a quien ella beneficia, dando por existente el
hecho presumido, pero siempre que se halle acreditado el hecho que
le sirve de antecedente.

Un ejemplo de ello es la presunción iuris tantum de los hijos nacidos


dentro del matrimonio, se presume que son hijos producto del
matrimonio aquellos que nazcan después de la celebración del
matrimonio. De tal manera que si no se desconoce la paternidad en
el plazo que concede la ley para hacerlo, se presume que es hijo o
hija suyo.

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