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Modelo de Trabajo Comunitario ( 1)

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Aprendizaje y

servicio solidario:
algunos conceptos
básicos

Andrés Acosta 231616


Daniel Erro 231450
María Fernanda González 806128
Mariana Gutiérrez 806129
Pilar Romo 231578

22 de agosto, 2009
Introducción

La metodología pedagógica “aprendizaje-servicio” ha sido definida como “el servicio solidario


desarrollado por los estudiantes, destinado a cubrir necesidades reales de una comunidad,
planificado institucionalmente en forma integrada con el curriculum, en función del
aprendizaje de los estudiantes.”

1. Proyectos educativos solidarios y aprendizaje-servicio


La metodología más general de “experiencias educativas solidarias” incluye tres tipos
diferentes de actividades, proyectos o programas:
Iniciativas solidarias asistemáticas:
Son actividades ocasionales, que tienden a atender una necesidad puntual. En general surgen
espontáneamente, no son planificadas como parte del Proyecto Educativo Institucional, y no
suelen exceder lo puramente asistencial. Por ejemplo festivales, kermesses o proyectos un
poco más complejos pero que no son planeados institucionalmente. Estas actividades son
generalmente voluntarias, y no se evalúan; Esto estimula a los estudiantes a la formación de
actitudes participativas y solidarias, les permiten una temprana sensibilización, les ofrecen un
clima institucional abierto a las problemáticas sociales, y la posibilidad de aprender
procedimientos básicos de gestión.
Las limitaciones que más frecuentemente pueden evaluarse es la falta de enfatización en la
relación entre solidaridad y justicia social ya que solo se queda con el concepto de “ayuda”.

Servicio comunitario integrado al Proyecto Educativo Institucional:


Este tipo de experiencias se caracteriza por una decisión institucional de promover el valor de
la solidaridad y desarrollar en los estudiantes actitudes de servicio, de compromiso social y
participación ciudadana.
En este tipo de servicio podemos señalar el caso de las numerosas actividades de servicio
comunitario como el padrinazgo de escuelas rurales, grupos misioneros o actividades de
“C.A.S." ("Creatividad, acción y servicio”). Estas actividades a las que denominamos de servicio
comunitario suelen tener una mayor posibilidad de continuidad en el tiempo que las iniciativas
asistemáticas.
Aprendizaje-servicio:
Implica la misma continuidad en el tiempo y el mismo compromiso institucional del servicio
comunitario estudiantil, pero le suma los contenidos del aprendizaje académico. Este está
protagonizado fundamentalmente por los estudiantes que se proponen atender
solidariamente una necesidad real y sentida por la comunidad y está planificado no sólo para
atender a esa necesidad social, sino para mejorar la calidad de los aprendizajes escolares.
Cuadrantes del Aprendizaje-servicio
La “calidad” en cuanto al servicio está asociada con calidad del servicio solidario que se presta
a la comunidad, y la integración del aprendizaje sistemático.
Es decir se toma en cuenta la efectiva satisfacción de los receptores del mismo; y el impacto en
los aprendizajes académicos formales, en el desarrollo personal de los estudiantes.

1
+
III. SERVICIO
COMUNITARIO S
IV. APRENDIZAJE-
INSTITUCIONAL
SERVICIO
E
- APRENDIZAJE
+
R INTEGRADO

II. INICIATIVAS V I. TRABAJOS DE


SOLIDARIAS I CAMPO
ASISTEMATICAS
-C
I

O
Cuadrante (I): designamos como trabajos de campo las actividades de investigación que
involucran a los estudiantes. La finalidad del trabajo de campo es el aprendizaje de contenidos
disciplinares; hay aprendizaje, pero no servicio.
Cuadrante II) se caracteriza por su intencionalidad solidaria, pero generan poca o ninguna
integración con el aprendizaje formal.
Cuadrante (III) ofrecer un servicio a la comunidad más sostenido y de mayor calidad.
Cuadrante (IV) experiencias que ofrecen simultáneamente una alta calidad de servicio y un alto
nivel de aprendizaje.

Protagonismo de los estudiantes:


El aprendizaje-servicio los protagonistas de las actividades de servicio a la comunidad deben
ser los alumnos, quienes piden la posibilidad de desplegar la creatividad, entusiasmo y entrega
que caracteriza a su edad, que solamente se les ofrezca guía y contención. La finalidad es
generar auténticos liderazgos positivos, y permiten a muchos estudiantes desarrollar
potencialidades para la participación que de otro modo hubieran permanecido ocultas.
Las actividades de servicio les permiten a los estudiantes conocer a sus docentes en un
contexto diferente al escolar, y valorar su compromiso con la comunidad.
En función del desarrollo del protagonismo de los estudiantes, es fundamental preveer
mecanismos para que éstos participen activamente en todas las etapas del proyecto: que
desarrollen actividades vinculadas al diagnóstico previo a la actividad, que estén involucrados
en al menos alguna de las instancias de planificación, en la gestión de los recursos, y en todas
las actividades previstas, incluida la evaluación.

Intencionalidad solidaria:
Una segunda nota característica del aprendizaje-servicio es que se propone atender solidaria y
eficazmente una necesidad real de la comunidad. Es una parte esencial de la educación del
ciudadano que le compete indelegablemente a la escuela.
Educar en la solidaridad implica: asumir un conjunto de valores ligados a la justicia y la
promoción integral de los derechos humanos; diferenciar adecuadamente las actitudes
efectivamente solidarias; formar en los estudiantes la exigencia de asumir compromisos en
función del bien común.
Un buen proyecto de aprendizaje-servicio requiere tomarse el tiempo necesario para efectuar
un diagnóstico participativo de la realidad, para la escucha y empatía para identificar las
demandas prioritarias y efectivamente sentidas por la comunidad. Una vez desarrollado el
diagnóstico es necesario evaluar cuáles de esas demandas puede la escuela realizar. La calidad
del servicio brindado puede ir creciendo gradualmente.
Intencionalidad pedagógica

2
El aprendizaje-servicio no es una actividad que apunta a que los alumnos aprendan más
contenidos científicos, desarrollen más competencias linguísticas y comunicacionales y en
general, aprendan más y mejor de lo que hubieran aprendido por las vías tradicionales.
Se trata de formar ciudadanos participativos y solidarios, y simultáneamente desarrollar una
metodología motivadora para la aplicación de los conocimientos adquiridos en el aula y para el
desarrollo de nuevos conocimientos y competencias; hacemos una actividad solidaria no sólo
para atender problemáticas sociales, sino para educar mejor a nuestros alumnos.
Los orígenes del aprendizaje-servicio en Argentina
En 1983 a medida que la situación económico-social fue empeorando, por lo que muchas
escuelas “inventaron” el aprendizaje-servicio.
En 1986, la Provincia de Santa Fe fue la pionera en establecer una materia obligatoria,
“Proyecto de Servicio” para el último año del secundario. En 1997, el Ministerio Nacional de
Educación estableció “Contenidos Básicos Comunes” para los diseños curriculares provinciales.
El Ministerio de Educación organizó en 1997, un primer Seminario Internacional sobre
aprendizaje-servicio, donde se presentaron bastantes proyectos solidarios desarrollados por
diversas instituciones educativas. Las Actas fueron publicadas y distribuidas gratuitamente a
todas las escuelas secundarias del país. Consecuentemente miles de escuelas percibieran por
primera vez que no estaban aisladas en sus esfuerzos por articular el aprendizaje y el servicio a
la comunidad. Los seminarios continuaron año tras año, aumentando el número de
participantes que compartían sus experiencias de aprendizaje-servicio con otras escuelas.
El “Premio Presidencial Escuelas Solidarias” en el 2000 otorgo a las diez escuelas entre 10.000
y 1.500$ para desarrollar sus proyectos de aprendizaje-servicio. La decisión política fue no
financiar simplemente buenas ideas o proyectos a futuro, sino experiencias en ejecución que
ya se hubieran demostrado sostenibles y de calidad.
En agosto de 2001, el V Seminario Internacional de aprendizaje-servicio reunió a un millar de
personas, inclusive de otros países como Chile, Venezuela, Uruguay, Paraguay y Bolivia. El
“modelo argentino” de aprendizaje-servicio comenzaba a difundirse en la región.
Durate la Presidencia provisional del Dr. Duhalde, las autoridades educativas disolvieron el
Programas de Escuela y Comunidad, y dejaron de convocar al Premio Presidencial. A pesar de
eso, varias jurisdicciones siguieron desarrollando programas de fortalecimiento del
aprendizaje-servicio. Después en el 2002 nació CLAYSS, (el Centro Latinoamericano de
Aprendizaje y Servicio Solidario), para promover el aprendizaje-servicio en la región con o sin
el apoyo de políticas oficiales. En el 2003 con la llegada del nuevo gobierno electo, se reinicio
el aprendizaje-servicio con la “Educación Solidaria” y el “Premio Presidencial Escuelas
Solidarias”.
Probablemente, la sustentabilidad del movimiento del aprendizaje-servicio en Argentina se
apoya más en la praxis de las escuelas y Universidades que en el apoyo gubernamental. Ya que
a estas les resulta significativo y motivador. Y una vez que el aprendizaje-servicio entra dentro
de la cultura y prácticas institucionales, estas salen a buscar los recursos que necesitan para
desarrollar sus proyectos, gestionan apoyos locales, y en general desarrollan proyectos
extraordinarios con escasos o nulos recursos económicos. Sin embargo, el apoyo del gobierno

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nacional colaboro con la rápida difusión del aprendizaje-servicio y le dio acceso a los recursos
necesarios para financiar proyectos.
El aprendizaje-servicio en la educación argentina: una aproximación a partir del análisis de
las experiencias presentadas al Premio Presidencial Escuelas Solidarias.
Una metodología para todos los niveles y condiciones sociales
En primer lugar, las actividades de servicio son adoptadas más por los estudiantes entre 12 y
17 años, pero es significativa aún en edades inferiores. La mayoría de los estudiantes
participaron de forma voluntaria, aunque a un pequeño número de escuelas medias el
proyecto de servicio forma parte del curriculum obligatorio.
En segundo lugar, el aprendizaje-servicio es adoptado transversalmente por escuelas que
atienden a los más diversos sectores sociales. Para las instituciones de los sectores más
privilegiados el aprendizaje-servicio es una estrategia eficaz para concientizar sobre la
responsabilidad social a los estudiantes. En el otro extremo de la pirámide social, se nota una
destacada participación de jóvenes y niños con grandes carencias socio-económicas en
proyectos solidarios de alta calidad.
El aprendizaje servicio también tiene una correlación con el desempeño académico, incluso ha
sido utilizado como herramienta para revertir el fracaso escolar. No por casualidad, las dos
escuelas galardonadas con el Primer premio en las ediciones 2000 y 2001 del Premio
Presidencial Escuelas Solidarias, alcanzaron al mismo tiempo sus marcas más altas en los
Operativos Nacionales de Evaluación de la calidad educativa, luego de varios años de
desarrollar sus proyectos de aprendizaje-servicio.
Incluso en escuelas de educación especial hay niños y jóvenes con capacidades físicas o
mentales diferentes desarrollando proyectos de aprendizaje-servicio. Es importante señalar el
impacto de este tipo de proyectos en la autoestima de los estudiantes, y en la consideración
de la comunidad hacia ellos, ya que permite revertir el paradigma del “discapacitado”
exclusivamente como “receptor” de ayuda para pasar a valorizarlo como protagonista al
servicio del bien común.
Temáticas más frecuentes de las experiencias de aprendizaje-servicio

 mejorar las oportunidades de educación en sus comunidades.


 graves problemas vinculados a la situación socio-económica de sus comunidades.
 promoción y preservación del patrimonio histórico y cultural.
 atender problemáticas sanitarias, ya sea a través de campañas de educación para la salud
y de prevención de enfermedades
 la temática del ambiente
 proyectos tecnológicos o de producción agropecuaria o artesanal para generar mejores
alternativas productivas para su comunidad.
 viajes solidarios a comunidades necesitadas.
4. Conclusiones: aprendizaje-servicio y cultura democrática
En América Latina, como en muchas otras regiones del planeta, hay minorías autoritarias que
sobreviven en el poder gracias a la pasividad política de las mayorías. En estas culturas, las

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personas son percibidas -y se perciben a sí mismas- como receptores pasivos de ayuda,
incapaces de tomar iniciativas o imaginar proyectos diferentes de aquellos que garantizan los
favores y detentan el poder. Por lo que el aprendizaje-servicio subraya la necesidad de
promover el compromiso y liderazgo en el presente de los niños y jóvenes. Este elemento es
clave en la educación de los futuros ciudadanos con una temprana experiencia de su potencial,
y de su posibilidad de hacer una diferencia en su comunidad, no aceptarán tan fácilmente ser
considerados “receptores pasivos”.
Por lo general las clases de educación cívica enseñan más conocimientos teóricos que el
desarrollo de competencias vinculadas a la participación ciudadana activa. Aunque, el
desarrollo de proyectos de aprendizaje-servicio de calidad puede contribuir a brindar una
Educación Cívica más centrada en el ejercicio de la ciudadanía y de una participación
propositiva, que da soluciones efectivas para problemas sociales.

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