Cultura Ambiental
Cultura Ambiental
Cultura Ambiental
II guerra mundial, USA potencia mundial. USA desarrolla la bomba atómica, pesticidas tóxicos como el DDT,
el cual se uso para ayudar a soldados a proteger de mosquitos en la guerra del pacifico, luego usados para
fumigar plantaciones, y tratar piojos en personas. En los 60 Rachel Carson pionera en estudios de ecología “La
primavera Silenciosa”, donde estudios de toxicología, ecología y epidemiologia, logra establecer que usar de
agroquímicos amenazan y ponen en peligro la supervivencia de la especie. Ambientalistas apoyan protestas en
contra de la guerra y la discriminación. Surge el Club Roma, G de presión radical que logra que preocupación
empiece a ser parte de agendas internacionales. Científicos e industriales realizan estudio de la relación entre:
producción industrial, población e impactos sobre el MA, consumo de alimentos y explotación de recursos
naturales. Su informe es conocido como Los limites del crecimiento 1972. En Estocolmo países participan en el
programa de las NU en la protección del MA. Buscan mecanismos para disminuir impactos generados.
Enfoques de teorías ambientales: análisis de maneras en que la sociedad se ha relacionado con el MA: El MA es
una construcción social mediada por la interpretación, percepción y acción sobre la naturaleza, producto de una
configuración que establecemos alrededor del espacio, territorio y el tiempo que enmarcan nuestras culturas. El
antropocentrismo y biocentrismo: es la corriente del pensamiento que considera que el hombre es el centro del
universo y especie más evolucionada. Se fortalece desde principios del catolicismo. Ambientalistas culpan a
esta visión de problemas, a partir de esta se ha explotado llegando a desaparecer especies. Visión machista que
considero a mujeres inferiores biológico y culturalmente a los hombres. Tipos de antropocentrismo:
El A utilitarista, defiende la naturaleza, útil para el hombre, garantiza supervivencia, proveer recursos.
Elementos que componen la naturaleza son recursos a nuestra disposición que podemos usar a nuestro antojo.
Promueve la idea que no se pueden hacer juicios morales sobre el uso de animales, no piensan, ni son libres. El
A moderado o débil: intereses de la vida deben protegerse, representan una fuente de deleite y de
conocimiento. Son protegidos algunos ecosistemas y especies ya que contribuyen a generar bienestar.
En contraposición frente a principios biocentristas: se debe valorar existencia de especies, cada una, hace parte
de una red de relaciones que conforma una entidad mayor con vida como el planeta. Manera de concebir el
mundo y la vida de culturas indígenas y milenarias como e hindúes. El catolicismo genera la escuela de
pensamiento escolástica o biocentrismo clásico: la razón esta sometida a la fe y establecía que la naturaleza
tenia un orden establecido por Dios que no debe ser alterado por el hombre, que podía comprenderse el mundo
por medio de la razón sin intervenir en procesos naturales ordenados por Dios. Uno de los representantes
Francisco de Asís. Otros tipos de biocentrismo radicales: el budismo y jainismo, se considera el universo una
totalidad viviente y todo ser que lo habita posee un alma compleja, transparente y pesada según las cosas que
haga mientras dure la vida. Cualquier ente refleja el universo y es digno de respeto y si se atenta contra ellos se
contaminando el karma, energía metafísica (invisible), condicionada por actos presentes que repercutirán en el
futuro. Creen en la reencarnación. Una de las leyes, es la NO violencia, ni en pensamiento, palabra o acción.
Visión del mundo predominante antropocentrismo: Dominio sobre la naturaleza, entorno natural como
fuente de provecho, crecimiento económico material en pro del crecimiento de la población, idea de que los
recursos son inagotables, progreso y soluciones de carácter tecnológico, consumismo.
Biocentrismo: Armonía con la naturaleza, toda forma natural tiene valor intrínseco, igualdad biocentrica,
necesidades materiales (estos se hallan supeditados a la meta superior de autorrealización), bienes terrenales
finitos, tecnología adecuada, ciencia no dominante, hacer con lo suficiente, reciclaje.
Sobrepoblación: la población crece de forma geométrica, alimentos crecen en forma aritmética. Humanos
estamos condensados a la autodestrucción. Si crecemos en forma dramática, generaciones no tendrán alimentos,
la tierra no soportara el impacto de la población. La industria para igualar consumos alimentarios lleva
alternativas científicas como el crecimiento acelerado de animales, modificación genética, hormonas de
crecimiento, pesticidas, etc. Se esclavizan personas, la felicidad en cosas materiales. La población sobrepasa los
16.000 cada media hora. En países subdesarrollados al día nacen más de 20.000 niños, en desarrollados 8000
nacidos. En la edad media la esperanza de vida era de 25 años, con el tiempo subió a los 75. La basura que
genera una persona oscila en 5,4 Kg en países desarrollados y en subdesarrollados 2,7. Se considera la
educación como un pilar para apalancar el cambio a nivel mundial. Es común alertas naranjas por
contaminación. Consumos favorecen especies dañinas como ratas, cucarachas, moscas, etc.
El 3/3/1973 países firman el convenio de Washington en él, se propone que ningún interés comercial pusiera en
peligro la supervivencia de ninguna especie en su medio natural. Se adoptó la convención Marpol en pro de
practicas para disminuir poluciones marinas. Unesco y Pnuma organizan conferencia en educación ambiental de
Tibilisi, Rusia 1977, donde nace la educación ambiental como disciplina con objetivos puntuales: generar
conciencia de la independencia económica, social, ambiental y proveer a cada humano con oportunidades para
adquirir conocimientos, valores y actitudes que permitan modificar patrones de comportamiento para proteger
y mejorar su ambiente. Conferencia de la ONU en Nairobi, Kenia 1982. En 1984 el programa de las NA para el
desarrollo (PNOD), organiza conferencia de la industria sobre gestión ambiental en Versalles, 1985 la
conferencia inter. sobre el rol del dióxido de carbono y gases con el efecto invernadero, en Villach, Austria,
surgen cuestionamientos sobre el recalentamiento climático.
En 1987 se firma Protocolo de Montreal cuyo fin es reparar daños ocasionados a la capa de ozono mediante
prohibición del clorofluo-carburos y otros gases nocivos. En Brundtland, Alemania se formaliza el concepto de
desarrollo sostenible. En la cumbre de la tierra en Brasil 1992, aprueban agenda 21, programa de acción para el
desarrollo sostenible, contempla la lucha contra cambio climático, protección de biodiversidad y eliminación de
sustancias toxicas. Se acepta definición de MA como bien común. Berlín 1995, 160 países firman voluntad de
reducir gases del efecto invernadero. En 1996 en Ginebra 150 países admiten que cambio climático radica en
actividades humanas. En Kioto el 11/12/1997 se llega a compromisos mediante un calendario de actuación entre
2008 y 2012 para reducir 5,2%, con respecto a 1990, emisiones de 6 gases. En 1999 en Bonn, se puso de
manifiesto diferencia entre países ricos y pobres, obstáculo por superar y poner en marcha acuerdo de Kioto.
En la Haya en 2001, 180 países firman acuerdo que da vida al Protocolo de Kioto, sin la firma de USA. Emerge
el concepto de responsabilidad societario de empresas, la aplicación de principios de desarrollo sostenible.
Aparecen cumbres (G8, G20) sobre hábitats y ciudades. La ONU se reúne en 2007 contra el recalentamiento
climático y la degradación ambiental. Copenhague, Dinamarca, 12/2009 trato de preparar la de Kioto y darle
impulso con compromisos en materia de emisiones de gas con efecto invernadero. 2012, 193 países participan
en conferencia de desarrollo sostenible de NU Rio+20 alcanzan acuerdo de puntos del futuro que queremos,
aprobado por más de 100 jefes de estado. O ambientales lo tildan de decepcionante. Se constata el interés de
celebrar días mundiales por la sensibilización y toma de conciencia.
Lectura 2: problemática ambiental. Encara productos naturales y crisis en la oferta natural y aumento en la
demanda social. Problemas avanzan, la capacidad, conflictos por carencias (guerras del agua, desaparición de
bosques, desertificación de la Tierra, aglomeración humana, hambre, enfermedades) se acentúan. Mientras parte
de la población padece flagelos, otra acumula riqueza, desarrollo tecnológico y conocimiento.
El ambiente es un encuentro entre la naturaleza y la cultura, constructo social, que refleja interacción entre el
ser humano y el espacio biofísico que habita. Cada cultura ha construido un ambiente que comprende los dos
elementos, resultado de la interacción entre naturaleza y cultura. Para repensar la problemática ambiental es
preciso incluir el aspecto biofísico y el social y cultural, para comprender y explicar la realidad, síntomas de
procesos sociales, históricos, políticos y simbólicos de los cuales son consecuencia.
El desarrollo es la capacidad que tienen sociedades para desenvolver potencialidades, noción de carácter
totalizante y ético político, que incorpora el patrimonio biofísico y social. El ser humano aspira a la realización
de ciertos fines y la satisfacción de necesidades, por la felicidad, y en sociedades, al progreso y bienestar. La
sociedad industrial postula el concepto de desarrollo, como forma de representación del deber ser de una
sociedad. En los 40 y 50, forman el desarrollo como el deber ser de la actividad económica, y traza derroteros
que debían seguir sociedades para alcanzar el nivel de consumo y producción para progresar. El modelo fue el
de países como USA, Francia e Inglaterra donde existen circulación de capital y alta rentabilidad, representan el
ideal de progreso al cual debía aspirar toda sociedad. Sociedades podían considerarse desarrolladas si se
aproximaban al modelo que países representaban; lo que sirvió para jerarquizar países en primer, segundo y
tercer mundo. Esa noción aplicada y recomendada por organismos inter. es responsable de la crisis ambiental.
El desarrollo debe tener carácter totalizante, universal; incorporar indicadores y variables para responder a la
problemática MA. Si es la capacidad que tienen sociedades para desarrollar potencialidades, implica, tener en
cuenta aportes de la ciencia, de carácter ético- político. Una sociedad se ha desarrollado cuando desenvuelve
potencialidades, se estructura a partir del patrimonio biofísico (la diversidad genética a escala territorial, por ej)
y cultural. Se requiere satisfacer necesidades, mediante la construcción de condiciones sociales idóneas para
este propósito. Debe incluir la dimensión MA y la idea de conservación del medio biofísico en donde la
población crece y multiplica demandas, donde se manifiestan problemas MA, debido al incremento sostenido de
la interacción entre población con otros elementos, hasta alcanzar estados en que desborda la capacidad de
ecosistemas (oferta) para satisfacer necesidades, lo que los agota.
Problemas MA ha habido siempre. La diferencia reside en que actuales adquieren dimensión global, antes se
focalizaban a una región. Desaparecía una cultura que era remplazada por otra, una vez la biota y ecosistemas se
recuperaban para volver a ser utilizada bajo otro sistema. De ahí que la solución revise aspectos biofísicos,
tecnológicos, O, simbólicos y culturales. La comprensión de la problemática deba realizarse desde diferentes
áreas de conocimiento y de saberes, a la luz de un modelo transdisciplinar.
Cultura y MA: estrategia adaptativa, que la conduce de lo biológico a lo social. El hombre, como ser biológico,
es resultado de un proceso de evolución. El cambio conductual permitió su supervivencia, formas culturales,
como el lenguaje, instituciones y O social. Esa estrategia se sustenta en: el cambio permanente de sí mismo, el
cambio del entorno, e interacción entre diversidad cultural y diversidad biológica. La cultura, como sistema, se
integra de los siguientes elementos:
Irrigar la tierra sin un drenaje suficiente; 24.000 millones de toneladas por año se pierden por salinización de
suelos. Extraer el agua de acuif́ eros y fuentes superficiales a una tasa superior a su recuperación.
Talar árboles sin efectuar procesos de reforestación. Aceptar pastos por el consumo ganadero.
Reducir poblaciones de especies silvestres.
Cubrir la tierra productiva con agua, concreto y elementos que interfieran con el normal desempeño del
ecosistema; alrededor de 8.1 millones de Km2 se han perdido.
Cultivar la tierra sin un manejo adecuado del suelo; cada año aparecen 61.000 Km2 de nuevos desiertos.
Procesos de degradación se presentan por aspectos culturales, ej: el proceso de degradación al cual fue sometida
la isla de Pascua, Chile, que pudo surgir por una combinación de aspectos sociales y tecnológicos inadecuados.
Sobreexplotación uso de tecnología que genera un severo proceso de extracción de recursos. Minas a cielo
abierto, maquinas y tecnologiá desaparecen cobertura vegetal. Se puede determinar un periodo, que naturaleza
por si misma se regenera, si el nivel de explotación es mayor, causa la desaparición del recurso. Ej. la
sobreexplotación maderera. Para que árboles crezcan a un nivel de aprovechamiento maderable necesitan en
promedio más de 70 años, al talarlos se pierde el hábitat de miles de especies ligados al nicho ecológico.
Contaminación: aparece cuando se transforman características normales del aire, agua o suelo y condiciones
afectan la salud o la supervivencia de especies, la hay visual, auditiva o electromagnética. Los efectos se
determinan por factores como la concentración, naturaleza quim ́ ica o persistencia y consecuencias evidentes son
enfermedades, deterioros en ecosistemas o en construcciones y transformación de hábitats que ponen en peligro
la supervivencia de los seres vivos.
El cambio climático La caracteriś tica del clima es que cambia. Manifestaciones causadas por el impacto
antrópico o humano por actividades y la respuesta a emisiones atmosféricas inyectadas, gases generadas por la
combustión de materiales fósiles, monóxido y dióxido de carbón han llevado a la variabilidad, veranos intensos,
periodos de lluvia con precipitación alta, fenómeno de la niña o niño.
El desarrollo es causado por la dependencia de combustibles fósiles, cambiando las reglas de sobrevivencia. La
premisa del siglo pasado fue: destruir componentes MA porque resultaba fácil y rentable para unos pocos, para
tenemos que entender que el planeta está vivo y no nos necesita, en cambio nosotros sí.
Efecto invernadero es necesario para la vida en la tierra. En la capa gaseosa, rayos solares entran, cuando
quieren salir son retenidos causando un efecto confortable para la biosfera. Este proceso existe desde que se
formó la tierra, al aumentar emisiones, en actividades diarias, alimentación, transporte, manejo de residuos, la
producción industrial, genera dióxido de carbono, metano, vapor de agua, dioxinas, foranos; la tropósfera se
satura permitiendo que rayos del sol escapen, produciendo aumento de la temperatura en el diá y en la noche lo
contrario. La naturaleza durante años almaceno carbono en la biomasa como subsuelo, suelo, petróleo, bosques,
después de la RI en pocos años se liberan gases, que la naturaleza ha tardado miles de años, y al ser liberados en
gas carbónico aumenta el efecto invernadero. Emisiones de metano causadas por producción pecuaria,
excrementos y residuos, además que la sostenibilidad del consumo de carnes genera altas descargas de gases,
destruyendo la simbiosis entre el equilibrio natural y la favorabilidad de la vida.
Pérdida de la capa de ozono Mario Molina, cientif́ ico, Nobel y su compañero Rowland. En los 40 agentes
refrigerantes, basados en cloro-fluo-carbono, CFC, se empezaron a usar en refrigeradores, aires, pinturas,
solventes y cosméticos como lacas, colorantes, producidos por multinacionales como DuPont y Monsanto. En
esta época, Molina y Rowland comprobaron que una molécula de CFC alcanza a disociar 100.000 moléculas de
ozono. La capa de ozono está en la estratósfera y es barrera para repeler efectos dañinos de rayos ultravioleta
tipo B. Estos penetran el tejido celular y causan cáncer, afectan células vegetales, pero gracias a la molécula de
oxiǵ eno estos rayos son retenidos en la estratosfera impidiendo que lleguen a la biósfera. En los 50 la NASA
descubrio con satélites un agujero sobre la Antártida, reafirmaron trabajos cientif́ icos, se empiezan a plantear la
problemática mundial, se conocen estudios epidemiológicos de cancer en la piel inexistentes en el siglo pasado.
Molina y Rowland se convierten en héroes. Su legado es resaltar que valen más intereses globales que los de
unos pocos. El ozono es tóxico y mortal, en niveles bajos de altitud en la biosfera causa el smog fotoquim ́ ico,
debido a la contaminación de dioxinas y foranos por quemas de llantas, plasticos y polim ́ eros.
Lluvia ácida Cuando se forma dentro del ciclo del agua, nubes, estratocúmulos y cumulonimbos cargados de
agua, causan la lluvia. En ese recorrido del agua se encuentran cantidad de gases que se mezclan con el agua
condensada, nocivos como óxidos nitrosos NOx y dióxidos de azufre SOx, monóxidos de carbono, dioxinas y
foranos, causados por industrias, emisiones de vehículos, quema de plásticos, llantas. No es lo mismo la acidez
de agua lluvia de la ciudad que la rural. En la primera, gases generan reacción química ácida entre 5 y 6 en su
potencia de hidronios o pH, entre más acida más impacto en suelos y vegetación o deteriora fachadas de las
ciudades, destruye el suelo volviéndolo estéril, plantas dejarían de existir, no podrían realizar fotosiń tesis,
animales, incluido el hombre presentarían enfermedades dérmicas y mucosas, en ríos la fauna cambiaría. Los
vientos pueden llevar la contaminación atmosférica a zonas pobladas y remotas donde no se produjo el daño.
Deforestación la importancia de los árboles en el calentamiento global es clave, son un mecanismo para la
absorción y reservorio de gases contaminantes. Es preocupante la conversión de tierras forestales en otros tipos
como consecuencia de la tala para tierras de cultivo entre otras. Bosques de mayor riqueza y diversidad son los
tropicales. Según la FAO,se están desvaneciendo con una rapidez anual de 171.000 Km2 Causas: La necesidad
de grandes áreas para la ganadería. La tala de bosques para ampliar frontera agrícola. Minería a cielo abierto.
Construcción de embalses y represas hidroeléctricas. Cultivos ilegales, la ganadería intensiva
Cuando bosques son destruidos especies de flora y fauna también se extinguen y se afecta el ciclo del agua,
pues árboles retienen agua regulándola a través de la contención del agua y la absorción por raíces. La
fotosíntesis también brinda alimentación a gran cantidad de especies y es parte del nicho ecológico y hábitat.
Pérdida de la biodiversidad Algunas causas son de origen natural, procesos de regulación de ecosistemas. Se
tienen registros de 5 procesos de extinción, donde se han perdido cerca del 90% de especies. Con actividades
humanas está amenazada por aceleración de procesos de extinción, desde que empezó la agricultura, aumenta.
Miles de especies amenazadas. Políticas MA en países son débiles, lo cual propicia la destrucción de
ecosistemas, licencias ambientales, mineriá legal, hidroeléctricas y el consumo desmedido.
Protocolo de Montrealsurge por la necesidad de detener el agujero de la capa de ozono en la Antártida, y por
el aumento de enfermedades dérmicas. Se reunen más de 190 paiś es, para ratificar y suspender productos
derivados de CFC y gases agotadores de la capa de ozono en un plazo menor a 10 años, y la corresponsabilidad
de productores para recolectar y tratar sustancias, incluir investigaciones con satélites especializados para la
vigilancia mundial del comportamiento de gases destructores de la capa de ozono. En Viena se trató el tema y la
problemática si no actuábamos. Y se pactó crear un protocolo donde países ratificarían el compromiso de
reducción. Tendencias del hombre y la naturaleza, planteadas por NU sobre motores de cambios mundiales para
el logro de metas a escala humana, como sobrepoblación, alimentación, transporte, obtención de recursos y la
educación cambian de paradigma.
- Análisis del ciclo de vida: metodología para el análisis existencial e impacto sobre componentes MA
durante procesos industriales (extracción de materias primas, producción, distribución, uso, fin de vida). En
cada una de las fases se cuantifican entradas de energía, recursos y posibles salidas en forma de emisiones,
vertidos y residuos asociados con el sistema que se están evaluando.
- Conciencia ambiental: percepciones, opiniones y conocimientos acerca del MA, disposiciones y acciones
relacionadas con la protección y mejora de problemas MA.
Consumismo, capitalismo y deterioro ambiental. Hay suficiente en el mundo para necesidades de todos, pero no
para la codicia de todos. La causa mayor del deterioro MA es el insostenible modelo de producción y consumo.
Si modelos resultan insostenibles es porque se evidencia la imposibilidad de seguir manteniendo estilos de
desarrollo basados en la explotación del MA. Después de este progreso científico y tecnológico, el abuso y
deterioro de la naturaleza corre con el aumento de la pobreza. A partir de la presión que ejerce la explosión
demográfica, sobre todo en países pobres, en recursos limitados. A medida que la sociedad mejora se interesa
por el consumo de bienes benevolentes MA. Países con ingresos per cápita superiores a U$S 5.000 anuales la
situación MA mejora. Lo necesario es lograr que casi 7.000 millones de personas alcancen este ingreso. La
economía de mercado genera un aumento en la contaminación, un dólar en China genera 10 veces más CO2 que
un dólar generado en EE.UU.
- Cada año mueren 14 millones de personas por hambre (40.000 niños cada diá ). De los casi 100 millones de
personas que nacen anual, el 90% aumentarán la miseria del mundo en desarrollo.
- El 20% de la población se apropia del 80% de recursos y del 85% de la riqueza económica, a través de
relaciones Norte-Sur asimétricas e injustas y relaciones inequitativas internas en paiś es subdesarrollados.
- Un tercio de la población no cuenta con obras sanitarias adecuadas y 1.000 millones de hab. no cuentan con
agua potable. Causando dos millones de muertes y millones de enfermos. En México costos del cuidado de
la salud causados por aguas contaminadas se estiman en U$S 3.000 millones.
- Niveles de contaminación en zonas urbanas son responsables de 300.000 a 700.000 muertes prematuras por
año. En Bangkok un niño de 7 años puede perder 4 puntos de coeficiente intelectual o más debido a la
exposición al plomo en el aire.
El capitalista busca donde disminuir costos de producción, donde se le permita explotar al máximo al trabajador
y al ambiente. Otro ej del capitalismo es el uso del agente naranja, usado en la guerra de Vietnam para destruir
la forestación donde se ocultaban los vietcong, dejo de ser usado por casos de cáncer provocados, tuvo uso
agropecuario en países no desarrollados. La Revolución Verde que pretendía aumentar la producción de
alimentos lo consiguió a costa de grandes inversiones. En Filipinas 1966-1979 el uso de pesticidas aumentó 90
veces por h, esto representa una carga económica para una nación pobre y provoca problemas MA, empresas
quiḿ icas aumentan ganancias.
Intentos de resolver la crisis partir de una lógica economicista. invertir para revertir la crisis no es sencillo ni lo
recomendable. 1980, la EPA (Environmental Protection Agency) de EEUU estimó que controlar contaminación
los llevariá a gastar la suma de 526.000 millones de U$S. En un estudio de la CEPAL afirma que políticas de
protección aplicadas con rigor en Europa y EEUU, aumentan el interés de empresas en poner fábricas químicas
y metalúrgicas en países en desarrollo. La idea es favorecer a paiś es de la periferia, proponiéndoque usen como
ventaja comparativa la destrucción de su ambiente. En Latinoamérica un desarrollo ambiental sostenible
requeriría inversiones de 15.000 millones de US anuales, esto es 1,4-1,5% del Producto Global Bruto.
Inversiones carecen de relevancia sin un programa educativo MA que evitara caer de nuevo en la destrucción.
Para lograr un desarrollo económico acorde con el MA es necesaria una reducción de la opulencia y el
despilfarro y una transformación de estructuras económicas que conforman el orden mundial, convencer a
productores y consumidores que cambien prácticas de producción y consumo. Debemos buscar la solución a
través de medios masivos que permitan un real acercamiento a la sociedad, la educación, permite un
intercambio importante entre quien aprende y quien enseña.
EA La crisis está en actitudes y valores que motivan decisiones humanas. Proceso de concientización para
frenar efectos negativos que tienen patrones de producción y consumo de mercancías en el agotamiento de
recursos, desestructuración de ecosistemas y desintegración cultural de pueblos. Movimiento joven, la mayoría
de entidades y ONGs ambientalistas surgen en Brasil a partir de los 80. Se puede disponer de información,
expresar actitud favorable a la protección MA y al momento de actuar, hacerlo de forma contraria, acorde con la
línea seguida por el sistema económico. La transformación debe empezar a partir de la educación, que afecte
decisiones a mediano y largo plazo. Es necesario formar una nueva ética moral para que en futuros años se
integren a la sociedad capitalista. Este tiempo parece prolongado frente a problemas MA, desde la primera
formulación de un compromiso hacia una ética MA han pasado décadas, el sistema capitalista se encargó de que
no funcionará ningún plan masivo de EA para revertir la situación o encargados de enseñar no lograron
concientizar. O que la EA no sirva para cambiar la situación por ser el sistema capitalista la exteriorización de la
naturaleza del ser humano. La conducta individualista que no tiene en cuenta al resto y menos al MA.
Repercusiones del cambio climático en la salud No todos los posibles efectos atribuidos al cambio climático
son negativos, puede tener beneficios como menor morbimortalidad en invierno por causa cardiovascular y un
aumento de la producción de alimentos en determinadas zonas, pero, repercusiones en la salud adversas. Es una
amenaza, aumenta la probabilidad de impactos graves en determinantes sociales y MA de la salud: agua, aire
limpio, alimentos suficientes y abrigo—vivienda segura, en especial en G con vulnerabilidad, asociada a otros
determinantes sociales como demográficos, socioeconómicos, polit́ icos y culturales. Impactos del cambio en
sistemas naturales y efectos sobre sistemas humanos, como salud, seguridad alimentaria y seguridad de las
condiciones sociales. Clasificación
Directos: por acción del calor o el frió , como el calor excesivo y olas de calor.
Indirectos: provocados por calor o frío en otros organismos, sistemas geoquímicos (sistemas naturales de
lluvias, cuerpos de agua) o en edificacione: cambios en calidad del agua y alimento, alteración de bosques
que estimulan la migración, distribución y proliferación de vectores transmisores de agentes patógenos.
Primarios: de efecto inmediato y evidente relación causa-efecto, asociados a peligros físicos por la acción
directa de exposición climática-MA, como: calor excesivo y olas de calor, inundaciones, tormentas, etc.
Secundarios: menos directas, rápidos y evidentes, lo que hace que su causalidad resulte problemática.
Cambios en ecosistemas y relaciones entre especies: relaciones entre rendimientos de la cosecha, agentes
biológicos productores y transmisores de enfermedades, distribución de alérgenos, concentración de
contaminantes atmosféricos, incremento en problemas en la salud mental por desastres.
Terciarios: representan riesgos más graves y devastadores, producto de decisiones políticas, trastornos
sociales y económicos por pérdida o cambios de empleos, situaciones de conflicto por migraciones masivas
forzosas y escasez de recursos por el cambio climático (agua, alimentos, tierra habitable).
Mediados por el ecosistema: surgen del desequilibrio en relacion entre otros factores, además del clima. Se
incluyen enfermedades transmitidas por vectores, infecciones por agua, alimentos y calidad del aire
Directos del clima sobre la salud: efectos del calor y del frío, inundaciones, tormentas y radiación.
Mediados por instituciones humanas: Tienden a ser más crónicas y difić iles de medir (nutrición, salud
ocupacional, salud mental violencia y conflicto).
- Elevación de tasas de morbimortalidad, para personas de mayor riesgo, adultos mayores, niños, mujeres
embarazadas y personas con patologías crónicas cardiovasculares o respiratorias.
- Aumento en humedad relativa empeora la incomodidad e incrementa el riesgo para la salud al evitar la
evaporación del sudor, impidiendo que el cuerpo se enfrié .
- Aumento de ozono atmosférico al nivel del suelo. Aceleran el inicio o prolongación de la estación del polen
(primavera), favorece ataques de asma y alergias.
- Incremento de mortalidad y morbilidad por lesiones físicas, psíquicas, económicas y sociales.
Desplazamientos de regiones y de población, generan problemas como hacinamiento y falta de refugio.
- Escasez y deterioro de calidad del agua para consumo, almacenamiento inadecuado y contaminación, lo cual
hace que aumenten brotes de enfermedades diarreicas.
- Afectación de la seguridad alimentaria debido a cambios en niveles de producción de alimentos, lo cual
ocasiona hambrunas y desnutrición.
- Problemas en el sistema respiratorio como asma, bronquitis, disminución de la función pulmonar y cáncer
en pulmones. En ecosistemas áridos y secos, pueden empeorar la contaminación del aire con material de
granulometría que provocar tormentas de polvo y disminuir la visibilidad.
- Migraciones de población y conflictos sociales por agotamiento de recursos.
- Afectación de la nutrición y seguridad alimentaria.
- Reducción de reservas de agua dulce y menor disponibilidad de agua, forza a personas a usar recursos de
menor calidad, contaminados que incrementan diarreas y trastornos gastrointestinales.
Efectos
Pueden ser:
- Antroponosis: la especie humana es hospedero primario y exclusivo; ej, sida, sarampión, malaria, dengue.
- Zoonosis: las especies animales son reservorio natural de agentes infecciosos: la rabia, peste, y Lyme.
Factores propician condiciones para que reservorios y vectores de enfermedades, puedan ampliar poblaciones,
su propagación y el rango de acción, donde encuentra personas susceptibles. Hay relación entre variaciones de
lluvias, temperatura y humedad, al crear condiciones beneficiosas para el ciclo de vida y desarrollo de agentes
patógenos que se reproducen en medios acuáticos, los convierten en infecciosos rápido, aumenta la longevidad
del mosquito anófeles, se multiplican, incrementan tasa de producción de huevos.
Es importante establecer y conocer parámetros MA y la degradación de recursos naturales para entender efectos
adversos en el ámbito económico, ecológico y social, enfocado hacia polit́ icas de sostenibilidad basadas en la
ética y la moral donde sea posible una planificación para suplir costos de la sostenibilidad como la perdida de
ecosistemas y especies. A veces entendemos como recurso algo ilimitado, como los ecosistemas (indicadores
primarios) y los que influyen en las transformaciones son indicadores secundarios. Dentro de restricciones del
diagnóstico, empresas tienen que cambiar procesos. La norma permite a un industrial pagar por contaminar una
ínfima cantidad, con ello se crea una perspectiva y una herramienta política económica ambiental.
Servicios ecosistémicos: informe del estado actual El 5to informe sobre biodiversidad es preocupante, informa
como Colombia está perdiendo cantidad de flora y fauna por actividades antropogénicas. El 1 paso dentro del
sistema nacional ambiental es reconocer ecosistemas. El informe de la contraloría indica la clasificación en las
hectáreas de conservación y delimitación de paramos y humedales no alcanza el 30% de potencial para su
protección. El Atlas de Páramos, realizado por el IGAC identificó 2.906.137 h de ecosistemas paramunos sólo
el 39,1% se encuentra bajo figuras de conservación estricta como el Sistema Nal de Áreas Protegidas- SINAP.
No hay delimitación de áreas protegidas en el ordenamiento territorial, como conservar lo que no se conoce, por
ello recursos y políticas nacionales está enfocada en la delimitación de áreas de importancia ambiental, como el
páramo de Santurbán, farallones en Santander y humedales como Chorrilos, Libelula, Draco en Bogotá. En el
sector turístico, el informe GO5 brinda una perspectiva económica sobre zonas estratégicas perdidas por cuenta
de la destrucción de ecosistemas, aunque el crecimiento es de 27% conflictos políticos y sociales han impedido
el arranque del sector. El sector pesquero es impactado por fenómenos alotrópicos del niño y la niña, la
contaminación de especies piscícolas y la alerta de mercurio en alimentos.
La biodiversidad desciende a una tasa de 5% anual según cifras de GO5 y el impacto en zonas geomorfológicas
frágiles como ciénagas, humedales y paramos. El 40% de ecosistemas estratégicos están en peligro y con ellos
la subsistencia de miles de familias. Los servicios culturales perdidos sin conocer la herencia milenaria como
los Nukak Maku en el Amazonas un población casi extinta.
Perspectiva de conflictos MA En Colombia existen más de 100 conflictos MA. En ejatlas.org visualizamos el
territorio y conflictos generados por la extracción, apropiación de territorios, manejo hídrico, contaminación,
procesos industriales, minería legal e ilegal etc. Se georreferencian zonas afectadas como paramos, humedales,
rios y ciénagas. Todos conocen problemas que generan monocultivos y la deforestación para cultivo. En la
laguna de Sonso en Valle del Cauca, de 2000 h, con zonas hidrológicas de agua dulce, alimentada por acuíferos
y humedales, con espejos de agua lénticos, donde se han estudiado más de 250 especies endémicas, anfibias,
aves, reptiles, mamíferos, especies de peces y flora arbustácea. La demanda de azúcar llevó a productores
invadir zonas de la laguna, un monocultivo nocivo para el suelo y que necesita mucha agua, deforestación y
degradación del suelo por pesticidas y otros compuestos. Pichichí, Manuelita y Providencia, se apropiaron de
zonas de amortiguación de la laguna secandola y contaminado con residuos. Se redujo el número de especies
afectando el biotopo y hábitat del nicho, reduciendo un 30% el espejo de agua y especies, hasta llegar al borde
de la extinción. U del Valle y ONGs trabajan con el G de ornitología y especies anfibias para proteger este
ecosistema en conjunto con autoridades, para proteger de azucareros el capital natural.
Otra problemática es la extracción de oro en el rió Dagua en Zaragosa (Choco), donde mercurio y cianuro en la
cuenca del Pacifico destruyen el río, pobladores tienen alta tasa de hidrargirismo, por vía dérmica como ingesta
de alimentos, el pescado. El rió se ha desviado su cauce, el agua es amarilla por la grava y sedimento mezclado
como soluto. Remanentes desembocan en el océano. Comunidades son pobres, enfermas, sin educación, en
violencia y con desigualdades sociales.
Historia del impacto del uso de recursos colombia se especializo en ser diversa en formas de violencia. Culturas
nativas establecieron una relación armónica con la naturaleza. Con conquistadores costumbres se erradicaron.
Criollos, heredan la explotación de la naturaleza. Territorios se distribuyen en haciendas, monocultivos para
consumo interno y exportarse hacia europa. En el s XIX y XX, empieza la violencia, éxodos de campesinos
hacia zonas despobladas de selvas. Inician procesos de extracción de recursos como pieles, caucho, maderas y
peces. En el s XX, inician luchas bipartidistas y la Ley de Tierras desatan violencia e impactos en el MA. En los
50, después del asesinato de Gaitán, la violencia se recrudeció. Hubo nuevos éxodos de campesinos hacia zonas
despobladas, lo que produjo una nueva presión sobre recursos naturales. Bonanzas de caucho madera, fauna y
pescados. Colonización apoyada por capitales agroindustriales A zonas baldiá s llegan desplazados que crean
pembriones de las FARC. En los 70, cultivos ilicitos, generan agotamiento de especies.
Cultivos de marihuana, coca y amapola, traen a selvas inmigrantes, que talan para construir asentamientos.
Desato violencia, desde el proceso de cultivo y hasta el mercadeo, lucha por la tierra, campesinos terminan
endeudándose, pagando con tierra deudas que contrajeron con los que manejaban el negocio de la droga.
Paramilitares, despojaron tierras productivas a campesinos.
Un campesino tiene un predio, él es dueño de una franja, el E es dueño del subsuelo. Si una compañía detecta
algún material comercial, pide al E concesión para explotarlo. Al campesino le compran multinacionales a
precios irrisorios, desplazandolos. La corrupción, zonas que durante años extraen minerales legalmente, son
pobres. En Segovia, Antioquia, y municipios mineros de Remedios, Vegachí y Yalí, donde impacta en ríos y
quebradas, para extracción de oro y plata, necesitando mercurio y cianuro, que se depositan en fuentes hídricas,
contaminando agua y regiones por donde pasan ríos. La minería erosiona el suelo produciendo deslizamiento y
contaminación de partes bajas. La ejecución de proyectos mineros trae daños colaterales y severos, el beneficio
de la extracción minera a gran escala consiste en extraer grandes cantidades de oro, un beneficio muy bajo para
el costo ecológico que hay que pagar. El paisaje y la topografiá se verán modificados en su totalidad.
El suelo y subsuelo quedan alterados por químicos necesarios para la explotación, ocasiona infertilidad. El
suelo se ve afectado por la imposibilidad de formar materia orgánica.
Fuentes de agua se ven contaminadas, la regulación hídrica se ve afectada impidiendo que sea soporte para
los ecosistemas.
Caudales de ríos se ven desviados y disminuidos, alterando así ciclos hidrológicos.
La tenencia de la tierra será afectada por el desplazamiento de pueblos indígenas y campesinos.
Concesiones mineras cerca de zonas protegidas, que pueden afectar ecosistemas estratégicos y desplazar
fauna endémica y alterar la cadena trófica.
La ineficiencia del modelo económico clásico en la gestión de residuos la Economía de la empresa encargada de
sentar bases para orientar la administración y gestión de empresas, no ha considerado la variable MA, al nutrirse
de teorías de la Ciencia Económica. El crecimiento y desequilibrio regional producido en el s XX traen excesivo
uso de recursos y degradación, y una creciente generación de residuos. Las funciones que el MA desempeña en
el sistema económico son:
Solo la primera de estas funciones ha sido considerada por la ciencia económica y la economiá de la empresa.
Ocasionando desajustes sociales en relación con problemas de deterioro MA. Empresas incrementan ingresos
usando el MA como recurso gratis de eliminar residuos, trasladando un coste de la actividad a la sociedad. El
modelo de gestión no considera el factor MA como un bien y no le otorga un derecho de propiedad ni un precio.
Autores clásicos y neoclásicos excluyeron la variable MA del ámbito de la toma de decisiones, salvo en su
función de proveedora. Impactos se consideran ajenos al sistema económico.
No incorporan el coste ecológico. Sistemas no tienen alcance a la hora de analizar costes MA. El uso ineficiente
de recursos es común en todas. La contaminación es consecuencia de ineficiencias, la gestión empresarial debe
focalizar sobre minimización y eliminación. Es vital mejorar procesos empleando tecnologías basadas en
prevención y gestión eficiente del MA. En la demanda, tasas de consumo son crecientes y alarmantes, la presión
sociodemográfica sobre recursos es insostenible a medio plazo. La huella ecológica es la medida (h) que indica
cuánta tierra y agua requiere una persona, ciudad, país para producir recursos que consume y absorber desechos
que genera, usando tecnologiá . Parámetro para establecer el consumo per cápita de una sociedad. El promedio
mundial excede la capacidad de la biosfera para regenerarse.
La regulación MA es para mitigar efectos, proporcionar mecanismos coercitivos o incentivos siendo autoridades
y empresas actores. A fin de regular el comportamiento de empresas en residuos, se aprobó en 2009 el Plan Nal
Integrado de residuos para el perió do 2008-20. Prioriza la prevención en generación de residuos, pero establece,
pautas para el correcto tratamiento de bienes al final de su vida útil. Define normas para vehić ulos al final de su
vida útil, aparatos eléctricos, neumáticos, residuos de construcción y demolición, pilas, aceites. Requiere de una
transformación de la cultura empresarial tradicional, orientada a la adopción de una gestión social y MA.
El tratamiento de residuos una fuente potencial de competitividad origina mejoras en eficiencia de procesos,
reducción en costes, mejora en imagen y reputación, mejora relaciones con stakeholders, obtención de ventajas
comptitivas, la oportunidad de diferenciarse de la competencia por caracteriś ticas sostenibles. Mejora de la
satisfacción de clientes, facilitar la obtención de ahorros en costes o disminución de inversiones. El diseño de
procesos o productos que minimicen la generación de residuos o uso de materiales, como el diseño de canales
de distribución eficaces que garanticen la recuperación del valor al final de la vida útil de productos. Incorporar
la variable MA en estrategia al adoptar decisiones que competen al diseño, fabricación y comercialización,
relaciones con agentes del mercado, para garantizar menos desechos y su puesta en valor o eliminación segura.
Una preocupación es dar respuesta a productos al final de su vida útil y se han transformado en desecho,
determinando el destino último, cuestión aún sin responder.
Sustituir el concepto del ciclo abierto por el de cerrado, que podría responder a la sustitución de prácticas de
gestión de residuos reactivas por otras avanzadas o proactivas. El primero caracteriza la industria actual donde
el producto se fabrica, distribuye, usa y desecha. Un ciclo industrial cerrado es el óptimo a perseguir ya que
desechos son reincorporados para producir los mismos. La ley de Residuos propone medidas económicas que
favorezcan la recogida, reciclado y mejora del reciclado.
Metodología analiza aspectos de la gestión de residuos en empresas con certificación MA ISO 14001. Centra el
análisis en O que dispusieran de un modelo de gestión MA certificado, por entender que se trata de empresas
proactivas y que priorizan criterios de prevención de residuos. 945 empresas, de IHOBE, sociedad pública MA
vasca. Los sectores con un mayor % de empresas certificadas son: construcción 14,6%, metalurgia y siderurgia
13,8%, distribución y comercio 13,4% y fabricación de maquinaria 13%.
Cumplimiento formal de la O en la gestión de residuos el 27,7% de O están sujetas a la norma que las obliga a
la recuperación de materiales (residuos tóxicos y peligrosos, vehículos fuera de uso, recuperación de suelos
contaminados). se estudia tipos de residuos recuperados. Entre materiales que más se recuperan están: el papel y
cartón 90%, envases y embalajes 80%, liq́ uidos y aceites 75%, otros materiales 70% y subproductos 55%. Más
del 70% de empresas disponen de un plan para la gestión de residuos. Hay relación entre motivos y número de
empleados responsables MA. Cumplir con la ley o aspectos éticos es cumplir el mínimo exigible. O al margen
de la motivación ético legal, presentan mayor motivación por obtener ventajas de imagen o competitivas y hacer
frente a exigencias de stakeholders y seguir tendencias.
Motivaciones el principal motivo es de tipo legislativo. Le siguen motivaciones éticas y la mejora de la imagen.
Se han medido 3 tipos de valor: económico, estratégico y de imagen.
1. Factor. Beneficios relacionales. Mejora relaciones con Administración, agentes del canal y de la imagen.
2. Factor. Beneficios-eficiencia Mejora en eficiencia de procesos, uso de recursos y efecto en minimización de
costes. Mejora en costes, minimización en el uso, el empleo eficiente de recursos o su reutilización.
3. Factor. Beneficios comerciales. Mejora de la calidad de productos o el acceso a oportunidades de negocio.
El hecho de tener un responsable a tiempo completo en temas de gestión MA es positivo. Se debe a la imagen
de responsabilidad MA que transmite, y a la posibilidad de informar a stakeholders de actividades realizadas
por la empresa. Es importante un cambio cultural MA proactivo, de manera que la ley pierda peso en favor de
factores generadores de ventajas competitivas a la hora de desarrollar un plan de gestión.
Las 8 muestras de pescado importado eran de Metro, Olímpica, Éxito y Alkosto, dos de cada uno. En 4 de 11
muestras de carne de pescado se detectó mercurio, en todas las del río Meta, que eran tres. Solo una muestra de
pescado importado de Vietnam, dio positiva para mercurio, aunque su concentración fue la más baja de las
reportadas positivas. En ninguna se detectó plomo. Ninguna excedió límite máximo permitido, en muestras de
Orinoquia se encontró mercurio. Por contaminación de vertimientos de agua de la minería aurífera. En peces la
bioacumulación de tóxicos cuando se alimenta de peces contaminados. Uso de agroquímicos, pesticidas y
fungicidas. En los últimos encontraron mercurio en sangre de mineros entre 6,9 y 168 mg/L y entre individuos
expuestos, entre 17,7 y 100,8 mg/L; niveles máximos permitidos en sangre humana son de 1 mg/L.
En Antioquia se producen entre 10 y 20 toneladas de oro al año, en Veiga en 2009 demostró exposición crónica
a vapores de mercurio inorgánico en el aire, con concentraciones 1.000 veces superiores a recomendadas por la
OMS. La minería artesanal de oro ha usado 1.400 toneladas métricas de mercurio en el año 2011. En el proceso
de amalgamación del oro, una tercera parte del mercurio va al aire, los otros dos tercios a aguas o se depositan
en el suelo. Deben implementarse medidas de control que vigilen causas, intensidad, factores determinantes,
distribución geográfica e impacto, que en la salud de la población ocasiona la presencia de mercurio. La
prevención de la intoxicación es obligación de los profesionales de la salud, se debe tener presentes cuáles son
las fuentes de exposición para evitarlas o minimizarlas; enumeramos las más frecuentes:
Los PI y su protección en el sistema universal y el sistema interamericano Las minoriá s étnicas, se define como
un G en numero inferior al resto de población de un E, miembros, poseen desde punto de vista étnico, religioso
o lingüístico una caracteriś tica que difiere del resto y manifiesta sentimiento de solidaridad por conservar su
cultura, tradiciones, religión o idioma; reconocen un origen común, miembros se identifican entre sí como parte
de un “nosotros” distinto de “otros” (que son miembros de G diferentes de la misma clase) e interactúan con
éstos a partir del reconocimiento reciṕ roco de la diferencia, y comparten elementos y rasgos culturales, entre
los que tiene relevancia la lengua. Los PI son G de familias amerindias, con conciencia de identidad, comparten
valores, rasgos, usos o costumbres formas de gobierno, gestión, control que la distinguen de otras comunidades,
tengan o no tit́ ulos de propiedad, o que no puedan acreditarlos legalmente, o que resguardos fueron disueltos,
divididos o declarados vacantes. Colectividad de personas unidas por una comunidad de origen, historia,
tradiciones, idioma, religión, se afirma como sujeto de derechos culturales, polit́ icos y económicos, en primer
lugar, el derecho a la libre determinación.
El Sistema Universal de DH La Carta de NU de 1945 incluye el término “pueblos” como aparente sujeto de
derecho inter. No define al concepto, el uso hace referencia a PI, obedece a procesos de descolonización y sirve
de base para que se haya expandido esa lucha de PI en busca del reconocimiento y reivindicación de su derecho
a la libre determinación, y hacer efectiva su categoría de sujetos de derecho, en el ámbito inter, para expandir la
lucha a cada E a los que pertenecen. El 2007 la Declaración sobre Derechos de PI que eleva a la categoría de
verdaderos pueblos a los indígenas, da un paso importante en materia como verdaderos sujetos de derecho,
individual y colectivo titulares de DH, a partir de la adopción de este instrumento jurid́ ico internacional, se
interpreta pueblo a pueblos descolonizados de africa y indiǵ enas de E. Por vía jurisprudencial se ha reconocido
a PI como sujetos de derecho con capacidad especial para acudir ante el sistema interamericano de DH por
violación de derechos contenidos en la Convención Americana de DH (Pacto de Costa Rica).
La labor de la OIT, respecto de condiciones laborales de trabajadores nativos, para garantizar un mínimo de
derechos, muestra el Convenio 29, de 1930, sobre trabajo forzoso, C 50 del reclutamiento de indígenas, el C 64
sobre contratos escritos de trabajo, incluidos indígenas, C 65 sobre sanciones penales a indígenas, el C 86 sobre
contratos con indígenas y el C 104 sobre abolición de sanciones penales para indiǵ enas.
El recurso genético es el material biológico con información genética de valor y utilidad potencial. Suplen
necesidades básicas y resuelven problemas de hambre y pobreza. Investigaciones, la bioprospección, conllevan
interés por el valor comercial e industrial, de ahí que firmas han expandido la investigación del mundo natural
para contribuir al desarrollo de la medicina. Exploraciones sobre recursos genéticos incluyen humanos, puesto
que su material biológico puede ser preservado, almacenado y/o cultivado in vitro, permitiendo tener el código
genético del organismo. El acceso a recursos esta relacionado con la conservación de la diversidad biológica,
material genético y ecosistemas de los cuales forman parte. La biodiversidad se manifiesta en tres aspectos:
diversidad de ecosistemas, diversidad entre especies y diversidad dentro de cada especie (genes).
Diferencias inter. en uso y manejo de biodiversidad surgen cuando se considera que el conocimiento de plantas
medicinales descansa en la sabiduriá de PI y sociedades rurales y propiedad intelectual plantea inquietudes DE
cómo compartir beneficios de su uso comercial en forma equitativa. Ningún país puede acaparar el mercado de
la biodiversidad y ninguno es autosuficiente en biomateriales. E y PI deben establecer lineamientos y proteger
recursos genéticos y el conocimiento tradicional en aras de una protección eficaz de derechos. El argumento
para investigaciones es contribuir al descubrimiento, manejo y tratamiento de enfermedades. Tras estos fines se
encuentra la industria de patentes que se benefician, buscan provecho a partir de fármacos u otros productos.
La biodiversidad es patrimonio de la humanidad. Transnacionales agroindustriales y biotecnológicas toman la
biodiversidad de paiś es en desarrollo, acelerando procesos de propiedad intelectual y de patentamiento sobre la
biodiversidad y el conocimiento tradicional. Investigadores conocen existencia de normas y debían obtener el
consentimiento de PI, aunque no seriá motivo para obtener patente sobre genes, pues no entrarían dentro de las
innovaciones pues están ahí, pertenecen a la naturaleza, podría pensarse en el uso, aunque, desde el punto de
vista ético y bioético, no resulta claro pues en el caso del ser humano y su estructura no es materia comerciable
por la esencia de la dignidad humana. Está en juego la identidad del ser humano y de PI.
Los derechos sobre recursos genéticos se encuentran en cabeza de cada uno de los E, quienes tienen la facultad
de regular lo referente a estos. El C parte de la existencia de un contrato de acceso a recursos, en el que partes
acuerdan compromisos tendentes a garantizar equidad y efectividad en condiciones del contrato. El E parte de la
búsqueda de la distribución equitativa de beneficios con el fin de proteger a países subdesarrollados, quienes
hacen el aporte por su riqueza en biodiversidad, y lo que el C busca es que así como aportan materia prima, sean
beneficiados con resultados y/o productos de investigaciones. PI en su autonomía establecen lineamientos para
llevar a cabo el contrato bajo el entendido del respeto de un mínimo de condiciones, sometidas al respeto por
DH. El Protocolo de Nagoya reconoce con más precisión derechos de G indígenas y comunidades locales sobre
conocimientos tradicionales. Aunque reconoce derechos en relación con recursos genéticos y el acceso, se
limitan territorios en los que habitan, y aunque hace mención a la Declaración de NU de los PI, no existe
compromiso ni voluntad para reconocer y reivindicar derechos de PI contenidos en esta Declaración.
B. El C 169 de la OIT labor especial en la promoción y protección de derechos de PI, su labor es la base para
reconocimientos en leyes inter. internas, ej en la Declaración de NU sobre derechos de PI. El derecho del
consentimiento previo e informado, respecto al tema del acceso a recursos, corresponde a PI la reglamentación
respecto de si se permite o no tal acceso dependiendo de la cosmovisión de estos, y son llamados a participar en
especificación de condiciones. El art 31 hace referencia al derecho que tienen para mantener, controlar, proteger
y desarrollar recursos humanos y genéticos, facultades que ejercen según costumbres, visiones y conocimientos.
La Declaración reconoce necesidad de comprender, aceptar y efectivizar la relación espiritual que existe entre
pueblos, tierras, territorios, aguas, mares y recursos que poseen u ocupan, entre ellos recursos genéticos, implica
esa conexión entre los elementos y la tierra.
D. Declaración sobre el Genoma Humano y los DH instrumento adoptado por la Asamblea General de NU en
1997. trascendental en el ámbito inter. no se ha cumplido y existe vacío en regulación de patentes sobre genes
humanos. Se promueve patentabilidad de los mismos a raiź de avances, fuente de ingresos para los que ostenten
propiedad sobre genes codificados, situación que debe regularse para evitar consecuencias negativas en países
subdesarrollados. Su pilar, la dignidad humana y el respeto por la diversidad, aunque no tenga fuerza coercitiva
por su naturaleza jurídica para indicar que derechos prevalecen sobre intereses de la empresa privada o
instituciones públicas, e incluso el E, fija como principio el no reducir a individuos a características genéticas.
Se infiere la prohibición de la patentabilidad del genoma humano en su integridad o genes que el conforman.
E. Declaración de Bioética y DH 19/102005. El art 17 importancia de tener en cuenta cosmovisiones indígenas,
relación entre el concepto de vida, usos, tradiciones y costumbres. Es necesario concertar con partes, PI no
deben considerarse simples interesados cuando se trata del acceso a recursos genéticos. No es un vinculante, y
su contenido también tiene problemas en la redacción para efectos de generar compromisos por parte de E. Es
de importancia que E que han adoptado la Declaración asuman compromisos reales para que este instrumento
logre irradiar legislaciones internas de cada unos de ellos.
F. Declaración Universal de DH junto con pactos inter. de DCiviles y Políticos y de DEconómicos Sociales y
Culturales PIDCIP, PIDESC no son instrumentos jurídicos inter. dirigidos hacia PI, se encuentran lineamientos
de partida hacia el reconocimiento de derechos de PI, y para la protección de derechos implicados cuando se
trata de investigaciones en recursos genéticos humanos. Corresponde a E establecer mecanismos y tendentes a
lograr la efectividad de este derecho de manera particular respecto del acceso a recursos genéticos. si dentro del
conjunto de creencias de G étnicos, se encuentra la prohibición al acceso, cuando se establecen disposiciones o
se realizan actos que vulneren el respeto de estas cosmovisiones es viable acudir ante Comité de DH.
Es un recurso cada vez más escaso, es vital regular su uso para asegurar a generaciones venideras un ambiente
húmedo como para que la sobrevivencia esté fuera de peligro. La edad y el peso corporal se entrelaza en el % de
agua en él organismo. En la gestación un humano tiene un 97% de agua; y en la etapa final de su vida pierde un
porcentaje de 60 a 70% . Casi todas las funciones del organismo funcionan con agua: Si pulmones no estan
húmedos, no se podría respirar. Es el componente de las lágrimas, lubrican los ojos y limpia la retina. La lengua
tiene que estar lubricada, que en su mayor contenido es agua con enzimas proteicas. La sangre se compone por
un 55% de líquido, denominado plasma que se compon de agua en un 90%, aminoácidos en un 7% y el 3%. El
área cubierta por cuerpos de agua lénticos en Colombia equivale a 8.312 Km2, 0,7% de la superficie continental
de los cuales 3.976 Km2 corresponden a ciénagas; 2.583 Km2 está ocupado por pantanos, 1.234 Km2 son
lagunas y 519 Km2 a embalses hídricos.
Nuestra huella hídrica en Colombia: datos del uso del recurso La Huella de agua es el total de volumen de
agua que se usa para el consumo de un individuo o comunidad al adquirir un servicio de dicha índole. permite
un balance entre productos que a diario consumimos, podemos conocer todo el proceso de gasto en volumen de
agua de un servicio o producto que adquirimos. El Estudio Nal de Huella Hid́ rica Colombia Sector Agrić ola es
alarmante, sobrepasa concepción de causas-efectos en sectores de ganadería y agricultura la sostenibilidad del
recurso hídrico en agua gris, esta se calcula con la tasa de retorno de agua azul y verde en productos generados
en todas las cadenas de proceso, como beneficio de café y arroz.
Según Ideam 2015, en zonas geográficas resultados de huella hídrica por producto agrícola evidencia el impacto
de monocultivos de café, arroz, palma africana y caña de azúcar. Presenta prevalencia de agua gris relacionado
con la contaminación de un 50% en relación al agua azul. El café en extracción de grano seco contamina y eleva
el valor del agua gris en Quindío y Antioquia. Hay insostenibilidad de productos desplazados por productos que
requieren para ser más productivos más agua de tipo azul, acuíferos y aguas subterráneas en algunas zonas son
expropiadas sin la debida concesión de aguas destruyendo el balance ecológico y erosionando el suelo.
Las zonas con alto valor de huella hid́ rica azul y verde como la región
andina con el 30% este resultado son justificadas, porque es donde nacen
ríos y el ciclo hidrogeológico de cuencas. La salud y vida de zonas se
ven amenazadas porque la demanda crece dos veces en conjunto con la
población y las tierras agrić olas generan una tasa de retorno en agua gris
significativa que se ve reflejada en la contaminación de cuencas como el
Magdalena, Cauca y Amazonas.
Contaminación atmosférica enfermedades respiratorias aumenta, especial en niños, la tasa crece en un 5,6%
anual según estudios de NU y la OMS. En áreas urbanas con el incremento ozono estratosférico, dióxidos de
azufre, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y material particulado. Grandes ciudades, tienen problemas
de calidad de aire, por emisiones de fuentes móviles y fijas, como tráfico vehicular, industrias, construcción,
manejo de residuos, mal manejo de sustancias químicas, quemas, etc. La OMS describe que la calidad del aire
es uno de los factores más relevantes en la morbilidad y mortalidad de las poblaciones. El monóxido de carbono
CO, generado por combustión de derivados del petróleo, afecta plantas, es tóxico para humanos, interfiere con
transporte de oxiǵ eno en sangre. Estudios epidemiológicos como el EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Respiratoria) reportan que Bogotá en Puente Aranda tiene prevalencia del 11% por industrias, metalmecánicas,
fundidoras, laboratorios. En Ciudad Boliv́ ar, en la parte alta por la mineriá a cielo abierto genera emisiones de
PM10 (partić ulas entre 10 partes por millón) por la trituración y pulverización de roca caliza para obtener el
clinker para elaborar cemento. En sequiá , vientos transportan la contaminación de la parte alta a la baja,
generando brotes masivos de ERA (enfermedades agudas respiratorias) en la población.
El iń dice de calidad del aire permite conocer la calidad del aire manejado por autoridades ambientales y de
salud cuando hay variación. En Bogotá y Medellín, se han declarado alarmas naranjas que significan que G
sensibles, deben tener restricción para transitar. Otros niveles son rojo, marrón y violeta, indican que ninguna
actividad está permitida y que la calidad del aire es tan tóxica que no se recomienda ningún tipo de trabajo, no
hemos tenido alarmas de este tipo, en Bophal, India con el accidente en la industria de quim ́ icos donde más de
5000 personas murieron, se decretó alarma marrón y en China, en horas de la tarde cuando la solubilidad de
agentes contaminantes del aire es más alta, se declararon rojas y violeta. Niveles vehiculares están por encima o
igual de normas ambientales.
Incidencia de sustancias químicas la mayor preocupación se deriva por falta de conocimiento de sustancias
químicas usadas, malas prácticas, falta de cumplir normas, almacenamiento, transporte, manipulación y manejo
de sustancias peligrosas, destruyendo y contaminado ecosistemas. La prevención, control y manejo adecuado
tiene que desarrollarse bajo el principio de corresponsabilidad entre dueños y personal para cuidar el MA y
lograr trabajo en condiciones seguras. Norma para uso y manejo de sustancias exige a fabricantes, distribuidores
y usuarios velar por la venta segura en la protección del MA y la salud. Implicados, a mayor exposición no solo
genera inconvenientes en su salud sino que sustancias se adhieren a la ropa y lo transmiten en casas, como el
asbesto, fibra natural que se divide en fibras más delgadas. Cuando la medida llega a 3 micras ingresa en vías
respiratorias llegando a alveolos causando asbestosis, cáncer o fibrosis. Medidas de protección para el manejo
del asbesto son trajes de cuerpo completo, encintando lugares por los que pueda ingresar como talones y
muñecas, mascarilla, respirador y el traje no debe estar rasgado y solo puede usarse una vez.
En medidas de protección del MA, consisten en conservar el ambiente aislado para que tenga ventilación y
conexiones de luz aisladas del producto. Para salir de estos ambientes es necesario tener 3 compartimientos, en
el primero debe haber una ducha, la persona se lava completa sin quitarse el traje, se quita el traje y bota a la
basura conservando la máscara. En el segundo se lava, con énfasis en cuerpo y máscara. En la tercera quita la
máscara y se viste con ropa. Este mineral se encuentra en vetas del subsuelo, se extraen para la industria, se
desintegran en hilos resistentes. Importantes para industrias desde textil hasta naves. Maleable, resiste altas
temperaturas, aislante de electricidad y anticorrosivo frente muchas sustancias químicas. Ha sido prohibido en
otros paiś es, sustituido por uno responsable con el MA como Skinco Colombit. En Colombia aún existe y se
comercializa, sabiendo muertes por su manipulación. 56 países han prohibido explotación y comercio. Se deben
buscar otras fuentes de economiá .
La economía circular propone un cambio al paradigma reducir, reutilizar y reciclar, por una transformación
profunda y duradera, que permita disminuir el impacto. Otorga al residuo un rol dominante y se sustenta en el
reuso inteligente del desperdicio, de naturaleza orgánica o de origen tecnológico, en un modelo cíclico que imita
a la naturaleza y se conecta con ella. El residuo se convierte en materia prima alimentaria de ciclos naturales o
se transforma para formar parte de nuevos productos con un mínimo gasto energético. Implica hacer productos
desde su origen, diseño, y permite hacer negocios atendiendo al crecimiento económico, sustentabilidad y la
disminución de riesgos por volatilidad e incertidumbre de precios de materias primas y recursos energéticos. En
Renault en Francia se practican en reingeniería de autopartes usadas, con un costo de 50% al 70% del valor
original. En la planta se emplean 325 personas más de las requeridas para la manufactura, la ecuación es
favorable, debido al menor impacto en el costo final. Renault logra una reducción del 80% en el consumo de
energía, 88% en el consumo de agua y 77% en la generación de residuos.
En materiales sólidos orgánicos se cuenta con la tecnología de compostaje. Residuos son degradados con la
intervención de microorganismos y se produce un nuevo compuesto orgánico revalorizado, con propiedades
fisicoquímicas beneficiosas para el crecimiento de plantas. Completa el ciclo biológico de residuo que retornan
transformados al suelo, para formar parte de un nuevo ciclo productivo. La combinación del compostaje con la
digestión anaeróbica admite la generación de biogás. La producción microbiana de metano se usa para procesos
productivos en reemplazo de energías convencionales. Para transformar en acciones postulados y alcanzar
eficiencia se requiere motivación, conocimiento y capacidad de innovación. El E mediante la implementación y
auditoriá de normas y leyes, tendientes a motivar a la población a sumarse a procedimientos de reciclaje,
generar incentivos para involucrar a empresas en políticas ambientales.
La caída de precios del sector extractivista está en marcha; el valor de la mineriá ha caid́ o 74%. Principales
minas de América: el Teniente en Chile (cobre), Yanacocha en Perú (oro) y Cerrejón en Colombia (carbón) van
por un camino incierto. Lo mismo sucede con países mineros cuyas exportaciones sólo representan 48.9% para
Perú y 33.3% para Bolivia. Empresas mineras, bhp Billiton, Vale, Rió Tinto, Shenhua, Anglo American, Suncor
Sxtrata, Barrick, Freeport-McMoRan y ndmc, son las que controlan la producción minera y están reordenando
planes de inversión frente a la caid́ a de precios. Vale en Brasil; Coldeco, Escondida, Antofagasta plc, Collahuasi
en Chile; G México y Minera México en México; Minera Antamina y Southern, Copper Corp., en Perú.
La agenda del desarrollo basada en commodities está en riesgo en países cuyas divisas provienen de la actividad
extractiva. En la Comunidad Andina, la industria extractiva se encuentra en parte de territorios indígenas donde
comunidades, autoridades locales y gubernamentales, mineras y ambientales ocupan un lugar importante. Pero
necesidades básicas no han sido del todo atendidas. El reto de política fiscal es canalizar divisas al gasto público
en beneficio de empleo, mejores condiciones de vida y disminución de pobreza. Recursos no renovables, gas,
petróleo y minerales son de gran abundancia y riqueza en la región, urge mayor análisis económico, polit́ ico y
social. La devaluación en un país en desarrollo no es lo mismo que en uno desarrollado donde el endeudamiento
se realiza en su propia moneda. Una devaluación tiene repercusiones negativas en empresas y bancos ya que
disminuye competitividad. Un tipo de cambio real debe ser sustentado por el E a partir de una estrategia cuyos
productos contengan alto valor agregado. Hay 3 objetivos necesarios para una ética del desarrollo. Satisfacer
necesidades materiales, culturales y espirituales; una justicia social entre la población y, el balance ecológico y
sustentabilidad ambiental.
El manejo MA debe encaminarse a propuestas sostenibles sobre zonas que tiene mayor riqueza en especies de
flora y fauna. Juega un rol el entendimiento de externalidades por procesos de degradación y destrucción de
ecosistemas. Entidades deben explorar cómo solucionar afectaciones antrópicas de actividades extractivas y de
agricultura de masa. Es vital el plan de manejo MA en áreas protegidas no solo sea un requisito legal, si no que
se planteen estudios ecológicos e hidrológicos que determinen el desplazamiento de nuevas zonas inundables
que por procesos dinámicos de la naturaleza surgen brindando oportunidades de conservación y protección
logrando en corto plazo el desarrollo sostenible.
La inversión en tecnologías que mitiguen contaminación en procesos, entre más crezcan, ciclos de vida y
componentes de O deben ser menos contaminantes. Un ej son curtiembres de San Benito en el nacimiento del
Río Bogotá, esta industria ha crecido en ventas, sales de cromo y mercurio vertidas en rió s llevan al exterminio
de ecosistemas y especies de la sabana. El crecimiento económico debe tener una barrera de protección hacia la
naturaleza y su eficiencia energética, manejo de residuos, producción sin químicos nocivos. Metas MA pueden
ser utiles para el cumplimiento de acuerdos y cooperaciones entre países desarrollados a en vías de desarrollo,
incluir en precios del producto la corresponsabilidad y tratamiento de sustancias peligrosas en costos
ambientales, logrando valorar insumos de recursos naturales renovables y no renovales.
La exclusión y la rivalidad. La exclusión se referencia a situaciones en las que se determina el acceso a un bien
o servicio a partir de fijar un precio. La rivalidad determina el acceso a bienes/servicios en la medida que el
acceso de algunas personas a estos elementos va en detrimento del acceso de otros a esos mismos recursos, está
dado por relaciones de poder; De acuerdo a caracteriś ticas, se han clasificado bienes en: privados, cumplen con
las 2 caracteriś ticas de rivalidad y exclusión; tipo club, cumplen con exclusión y no rivalidad; públicos, los
administra el E y no hay exclusión ni rivalidad; y comunes, hay rivalidad pero no exclusión. Los servicios
ecosistémicos, al ser patrimonio de la sociedad y ya que nadie se responsabiliza de su cuidado, han sido
descuidados propiciando su deterioro y afectando la productividad del país. Recursos han empezado a escasear,
es aquí en donde la economía determina consecuencias de actividades productivas entre las que encontramos
externalidades y el pago por servicios ambientales.
Esta valoración económica de servicios ecosistémicos son difíciles de reconocer con métodos tradicionales, y a
veces se valoran cuando están destruidos o deteriorados. Otra caracteriś tica de los servicios ecosistémicos es
que a veces no los reconocemos pues no percibimos las ganancias de dinero como en las economías de consumo
o su capacidad de transformación es nula, ej. cultivos vs bosques húmedos. Otro problema es la centralización
sobre productos e insumos que tienen accionado un precio comercial pero valores de ecosistemas difícilmente
puedan asignarse un valor de esta magnitud. Los servicios ecosistémicos son cotidianos y muchos son invisibles
y se asume que son gratis, se incorporan en concepto de aprovechamiento de ecosistemas y beneficios, ya sean
culturales como la educación ambiental, alimentación, regulación y soporte. Algunos mecanismos de valoración
económica ecosistémica utilizados en Colombia como fuentes de conservación son: Tasas por el uso de agua y
retributivas por contaminación, instrumentos de planificación territorial, compensación por tratamientos de
conservación ambiental, incentivos a la reforestación, inversión forzosa para proyectos que utilicen el recurso
hídrico, pago de servicios ambientales, etc.
Hay una necesidad de identificar servicios ambientales, a pesar de que muchos instrumentos no se realizan en
políticas sostenibles, pero la sociedad necesita conocer para poder protegerlos aunque pertenezcan a privados,
su delimitación como paramos y zonas de protección son clave en la sostenibilidad la cual está muy atrasada.
No es lo mismo que nos informen que el costo de unos terrenos de humedales equivalen a $100.000.000 US
para vivienda o agricultura, que los servicios ecosistémicos proveídos del mismo, no apreciables a simple vista.
Las tasas retributivas es un pago de compensación por vertimientos a afluentes lóticos o cuerpos receptores,
definido en el decreto 2667 2012, y 1076 2015. La empresa, a través de un costo de tasa, generan un pago por el
uso más eficiente del recurso y esta tasa tenga una meta orientada a la mejora y reducción. En otras palabras, es
un costo directo de la producción, si pago en un año $1.000.000 de pesos por concepto de tasa retributiva este
costo se ve reflejado en balances de mi empresa y el precio del producto, además de ser cuantitativo. Pero si me
fijo una meta de mejora continua, implemento tecnologías limpias en procesos y reduzco vertimientos, tendré
una valoración del recurso agua disminuida porque me cuesta. Entidades como CAR aportan al sostenimiento y
mantenimiento de sistemas hid́ ricos, restauración y manejo. Tomar decisiones requiere un buen diagnóstico,
etico y económico, hasta las posibilidades de esquemas operativos e institucionales.
Otro mecanismo planteado es el pago por servicios ambientales regulado por el decreto 953 2013, es fomentar
el cuidado de áreas de manejo hídrico y pagarles a dueños un % para conservación o compra. La zona de
pantano redondo en Zipaquirá, invadida por el monocultivo de papa en zonas estratégicas no delimitadas de
páramo y de reserva, la CAR ha comprado predios para restauración endémica forestal y está contratando a
campesinos, por la importancia del páramo como sistema hídrico de la cuenca de Río Frío. En el humedal la
Vaca y el sistema hidrológico Bogotano, ubicado en Kennedy, es un ecosistema estratégico incluido en el plan
de restructuración ambiental. Para comprender beneficios del humedal hay que describir servicios ecosistémicos
muchos creen que es potrero inservible que hay que rellenar con cemento, pero es falso. Servicios de soporte:
Es refugio de fauna y flora endémica como la tingua de pico rojo y azul, anfibios.
Oferta de hábitat para aves migratorias acuáticas y terrestres. Riqueza de hábitat y biotopos.
Depuración de aguas lluvias, microclima local, retención de sedimentos, controla las inundaciones en
épocas de lluvias. Servicio de regulación. Retención y formación de suelo
Son importantes para la captación y regulación dentro del ciclo hidrogeológico de la cuenca del Rio
Tunjuelito y Bogotá. Almacenamiento de carbono y mitigación del cambio climático
Interrelación con otros ecosistemas de importancia como humedal Techo y Burro
Regulación de los ciclos biogeoquímicos y mitigación de los contaminantes
Servicios culturales: Paisaje y recreación, alto valor paisajiś tico. Uso de actividades de educación ambiental.
Los servicios ecosistémicos y las fallas como las externalidades Las sinergias MA o relación causa-efecto
de actividades humanas, a veces no son tenidas en cuenta dentro de modelos resilentes MA, porque constituirían
un valor casi impagable en sociedades de consumo. Una externalidad en servicios ecosistémicos aparece cuando
decisiones de un agente económico afectan otros agentes económicos en cualquiera de las fases de producción
de un producto. Dicho efecto no se encuentra incluido en el sistema de precios. Existen externalidades positivas
y negativas. Cuando una actividad económica genera un impacto sobre un tercero y este no recibe u otorga
contraprestación por ellos, en este caso se presenta una externalidad. Los capitales sociales están integrados por
capitales privados más las externalidades. Si no se paga una externalidad negativa se evade la responsabilidad
MA. Si no se recibe pago por una externalidad positiva se pierde el incentivo para trabajar a favor del MA. Las
externalidades NO hacen parte de los costos privados de una empresa, ya que estos son los que maneja una
empresa durante la elaboración de productos o la prestación de un servicio.
Compañiá s pretenden disminuir costos para queganancias sean mayores, evidencias demuetran que lo barato
para la empresa es costoso para la sociedad. Existen modelos simples en la economía en donde se evidencia el
problema con recursos y donde se determina la importancia de calcular el costo de servicios que presta el
ambiente e impactos que generamos. Algunos de estos modelos son:
El caso del polizón. Análisis de la ley de termodinámica y su relación con la economía
Un análisis microeconómico en donde este determine el equilibrio del mercado
Un análisis desde una aproximación de costos de las externalidades Y la teoriá de juegos, en la cual se
analiza el equilibrio planteado por Nash, creador de esta teoría.
En el caso del polizón o viajero gratis, se explica cuando existen personas en una sociedad que no cumplen con
reglas sociales, lo cual al ser descubierto genera desincentivos en la sociedad y comportamientos donde se imita
el comportamiento del otro tratando de igualarlo o superarlo. Cuando una persona bota un papel, puede haber
otros que se sientan con autoridad para hacer lo mismo. La lógica de la mayoría de empresas elaboran productos
con una tasa de rendimiento baja, ya que muchos de los materiales se desechan antes de llegar al consumidor
final. Esto explica en la primera ley de la termodinámica aplicada al MA, podemos pensar que productos que
consumimos el ciclo final es la caneca de la basura, pero no, residuos si no se fabrican responsable puede
resultar más caro, todo se transforma nada se destruye. La ley 2 de la termodinámica habla de comportamientos
entrópicos, estos se presenta cuando se dan fugas en un sistema. En recursos naturales se extraen de un sistema
cerrado y no existe posibilidad de que esos se renueven, se evidencian problemáticas MA.
En la teoría económica convencional se analiza la relación de equilibrio económico con respecto a la relación
entre precios, oferta y demanda, y advierte que recursos están subvaluados, no se incluye el costo de estos en el
sistema de precios. Entender la manera en que individuos toman decisiones a partir de planteamientos de la
teoría de juegos nos permite entender cómo decisiones que competen a una persona afectan a otros, se aplica a
decisiones que tienen que ver con el MA, donde se evidencia que decisiones de agentes siempre afectan el MA.
Esas decisiones pueden modificarse para generar un mayor beneficio para proteger recursos naturales. Este tipo
de métodos contribuyen a analizar la importancia desde la economía de elementos de la naturaleza, ha permitido
desarrollar herramientas como tasas retributivas, basandose en el principio de quien contamina paga. Surgio una
herramienta que cobra sobre cantidad de vertimientos que arrojen residuos liq́ uidos a cualquier cuerpo de agua.
En las tasas retributivas el E cobra por el servicio prestado de usar el MA como depósito. Se toma una acción
correctiva y se incentiva a disminuir descargas para disminuir tarifas. La imagen corporativa es fundamental en
el mercadeo. De problemáticas económicas surgen acuerdos y polit́ icas suscritos para la preservación del MA, y
la protección de ecosistemas, del desarrollo sostenible.
Convenios y políticas internacionales en Colombia hemos firmado y ratificado aprox 80 tratados y C inter.
relacionados con el MA y 18 protocolos. Algunos se centran en ecosistemas estratégicos: humedales, paramos
estuarios, ballenas y biodiversidad. Inter. la incidencia en materia de protección MA enfatiza aprovechamiento
transversal de recursos. Como lo el C de diversidad biológica, la protección de capa de ozono (C de Viena), la C
marco sobre el cambio climático. El tema MA es un actor dinámico y de impacto en ámbitos económicos,
sociales y políticos. Cabe mencionar la lucha de entidades no gubernamentales y personas que han hecho el
ambiente su modelo de vida. Se debe poner atención en tratados y acuerdos, fuente de biodiversidad, todo está
en los valores humanos y la conciencia de querer salvar nuestra naturaleza.
Acciones en Colombia para reducir emisiones y cumplir con protocolo de Kioto su objetivo que es fomentar
acuerdos y debates inter. establecer reducción en emisión de gases efecto invernadero GEI, causados por países
industrializados, creando estrategias menos contaminantes en industrias en países desarrollados y en atrasados
como Colombia, que dependen de extracción de materias primas en sus economías. Este protocolo analiza y
pone en práctica medidas de reducción de GEI, fomenta y establece medidas destinadas a sustituir productos
derivados del petróleo por otros sustentables como energiá s alternativas, como salar, unimotriz, termosolar, etc.
Atrapamiento del carbono GEI, reforestación y declaración de parque naturales plantas, árboles, fitoplancton,
son principales organismos capaces de retener el dióxido de carbono en su proceso de fotosiń tesis. Si hay
deforestación, gases retenidos en la biomasa vegetal se expulsan a la atmosfera generando el efecto invernadero.
En el acuerdo se planteó que empresas fomenten la conservación de bosques, reforestación y rehabilitación de
áreas estériles con especies capaces de retener emisiones y asimilando la contaminación atmosférica, como 7
cueros, guayacán rosado, etc. Si empresas invierten en estos proyectos reducen en gran medida emisiones,
muchos de estos proyectos los encontramos en el Pacifico, en la rivera del Rio Magdalena y Amazonas
promovidos por IBM, Microsoft, Azúcar Manuelita, Postobón, entre otros.
Venta y compra de emisiones de carbono Esta propuesta que empresas nacionales y multinacionales están
adaptando en flujos contables y de capital, consiste en que países reduzcan significativamente con proyectos de
captura de carbono y cumplan metas propuesta puedan certificar los Bonos de Carbono por su reducción de GEI
en el mercado inter. en bolsa de valores y con un costo de oferta y demanda. El mercado puede aumentar, ya
que países que firmaron el Protocolo podrán comprar y vender créditos de carbono en otras ciudades a un costo
razonable, pero el problema es que fábricas seguirán con emisiones solo que esta vez cuentan con un respaldo
de bonos permitiéndole reducir significativamente y cumpliendo con la meta del acuerdo, en Colombia EPM
con su proyecto de energiá eólica en la Guajira, vende bonos de reducción de emisiones.
Mecanismo de desarrollo limpio (MDL) herramienta efectiva para el cumplimiento de metas en emisiones, se
basa en la exportación de tecnologías limpias que permitan cambiar sistemas, tecnologías contaminantes como
la quema de carbón y combustibles fósiles. Permite a países subdesarrollados, por medio del C, tener tecnología
de punta para reducir la emisión además de preferencias económicas en impuestos. Algunos ejemplos son:
Reducir la cantidad de residuos generados. Al traer la energía del combustible por medio de pirolisis para el
tratamiento de residuos, en Colombia está en fase de investigación.
Reducir el consumo de combustibles fósiles por energiá sustentables: ej. impulso de energiá s fotovoltaicas.
Si un proyecto de energías renovables para el tratamiento de subproductos agrícolas tratara productos como
el frijol, alverja, palma. El resultado del procesamiento será una materia prima en la producción de energía,
como la cascara del frijol para producir carbón vegetal. En dptos se está implementando pero modelos
ineficientes no ha dado resultado a escala mayor.
Agricultores del Tolima toman materiales desecho, cáscaras de arroz, hojas de caña, astillas de madera, para
ser vendidos como materia prima para implementar MDL y procesarlo como ecoleña. Proyectos estimulan
la economía a nivel comunitario logrando empleo.
Un MDL rural es la forma más acertada cuando se habla de resocialización en donde sea ganar-ganar.
Ejemplificación la biomim
́ esis, Janine Benyus. Diseños de la naturaleza copiados dentro de la solución a
problemáticas antropogénicas. Los principios de la biomímesis consisten en usar la observación e investigación
de la naturaleza para crear inventos. Ej, en el grillo de la madera su color lo protege de altas temperaturas y
permite mimetización de depredadores, con la disminución de la radiación puede cambiar de colores. Podemos
crear texturas en telas con esta propiedad que permitan la refrigeración natural y nos protejan de rayos del sol.
Biogénesis en Colombia. El proyecto de termitas como calefacción, construcción sostenible, entre otros.
Lectura S5 Los ODS y el Acuerdo de París: herramientas para coordinar el desarrollo sostenible
Resumen: La Cumbre Rio+20, 2012, resaltó progresos en áreas como reducción del hambre y pobreza extrema
desde que 12 años antes se adoptaran Objetivos del Milenio ODM. El documento final de la Conferencia, El
futuro que queremos, resaltó importancia de situar lucha contra la pobreza, el mayo problema que afrenta el
mundo, dentro del desarrollo sostenible. El cambio climático y la degradación MA socavan resultados de la
lucha contra la pobreza y ponen en peligro el bienestar de los países.
El futuro que queremos propuso que ODM fueran sucedidos por Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS que
incluyeran 3 dimensiones: prosperidad económica, igualdad social y sostenibllidad MA de forma universal para
todos los países. En septiembre de 2015, los E Miembros de las NU (NNUU) adoptaron nuevos ODS. Sólo dos
meses después, se aprobó el Acuerdo de Pariś para luchar contra el cambio climático que, por 1 vez,
comprometía a todos los paiś es a una reducción de emisiones que permita que darnos muy por debajo del lim
́ ite
de los 2-C4.
i) Avances científicos recientes demuestran el impacto humano sobre la tierra Desde la Declaración del
Milenio 2000, confirmaN la relación entre la actividad humana y cambios MA, corroboran que el impacto de
estas actividades es mayor y rápido que lo anticipado hace 20 años. En los últimos 12.000 años, sistemas
terrestres experimentan una alta estabilidad y una capacidad de autorregulación ante pequeñas variaciones,
manteniendo un sistema idóneo para el desarrollo de la humanidad. Actualmente, presiones a las que
sometemos al planeta se convierten en el primer motor de un cambio MA global. Investigadores se preguntan si
́ ites planetarios que definan “el espacio seguro de operación para la humanidad y que, en caso de ser
existen lim
superados, alterarían las condiciones de la vida en la tierra de manera definitiva y brutal.
En 2009 se identificaron 9 dimensiones MA en las que existían 3 niveles de riesgo: la zona segura, la Z de
incertidumbre o peligro y la Z de alto riesgo catastrófico e irreversible. Investigadores alertan sobre la situación
actual en 2 dimensiones MA, que, por su relación en operaciones de otras dimensiones, pueden transformar el
estado de la tierra: el cambio climático y la biodiversidad.
En 2014, el 5 Informe de Evaluación del G Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC),
recogía cambios observados en variables como temperatura media de la atmósfera y el océano, así como
alteraciones del ciclo global del agua, reducciones de la cantidad de nieve y hielo, elevación media mundial del
nivel del mar e incrementos en fenómenos climáticos extremos. Datos confirman los peores pronósticos, así
como su notable inexorabilidad, ya que muchos no serán reversibles, incluso en el caso de detenerse
completamente emisiones de GEI.
El informe de Evaluación de Ecosistemas del Milenio, 2005, alarma sobre cambios en ecosistemas producidos
por seres humanos. Alteraciones experimentadas por los ecosistemas son más vastas y veloces que registradas
en cualquier otro período de la historia y el resultado es una pérdida irreversible de biodiversidad terrestre.
ii) El impacto negativo de la degradación MA y el cambio climático en la lucha contra la pobreza: estos
cambios amenazan el bienestar en los países. Olas de calor en Europa, incendios en Canadá o Australia,
incrementos en intensidad y frecuencia de huracanes, o inestabilidad en regiones MA. La degradación MA y el
cambio climático afectan de manera más intensa a poblaciones desfavorecidas. En 2005 ya teníamos
confirmación de que el progreso en la consecución de los ODM no seriá duradero si ecosistemas continúan
siendo degradados. Sabíamos que para personas que viven condiciones de extrema pobreza, ecosistemas son
proveedores de ingresos, así como alternativa de empleo en épocas de crisis. Seguíamos considerando que
ODM se podriá n conseguir: 1. la reducción de la pobreza y, después, garantizar la sostenibilidad MA
En 2014 se presentaba evidencia sobre cómo personas en pobreza se veian afectadas por el cambio climático a
través de impactos en medios de subsistencia, reducciones en rendimientos de cultivos o destrucción de hogares
e, a través de aumentos en precios de alimentos y en inseguridad alimentaria. El cambio climático empeora la
situación de pobreza y desigualdad, contribuye a crear colectivos empobrecidos en países en desarrollo y en
desarrollados. Más carbono en la atmósfera equivale a más pobreza. Resulta inaceptable pensar en estrategias
de desarrollo que no consideren la sostenibilidad MA como una dimensión fundamental. El desarrollo global
será catastrófico si no nos mantenemos dentro de los límites planetarios.
iii) Otros cambios producidos desde la Declaración del Milenio el mundo es más complejo, multipolar y
diverso. La clasificación binomial de paiś es desarrollados o desarrollo ha quedado obsoleta. La gobernabilidad
de los países incluye distintos niveles y medidas se toman teniendo en cuenta a nuevos actores. La mayor parte
de retos a los que se enfrentan países se conectan con dinámicas globales y fronteras ya no contienen las crisis.
La tecnologiá ha avanzado favoreciendo aspectos de la globalización y la conexión a distintos niveles. Nuevas
tecnologías facilitan mayor conciencia pública sobre problemas, incrementan niveles de participación ciudadana
y promueven la transparencia y la rendición de cuentas que ciudadanos exigen a gobiernos. El escenario actual,
presenta oportunidades. La lucha contra la pobreza debe ser parte de una estrategia a corto, medio y largo plazo
de desarrollo sostenible que requerirá transformaciones profundas de modelos de crecimiento que aborden
cuestiones como la desigualdad, los límites planetarios o la responsabilidad compartida entre distintos actores.
Los ODS y el Acuerdo de Pariś sobre el clima: un marco compartido para el desarrollo sostenible
Los ODS y el Acuerdo de Paris constituyen un marco para guiar la acción global en el desarrollo sostenible con
dos partes: los ODS como extensa agenda no vinculante, desarrollada tras un proceso participativo y que define
prioridades globales para próximos 15 años; y el Acuerdo del Clima de Paris, un acuerdo legal vinculante,
centrado en el área del cambio climático y que compromete al mundo a mantenerse muy por debajo de los 2°C.
Características de estos acuerdos:
i) Los ODS: se construyen sobre éxitos de ODM. Tienen la oportunidad de explicar qué significa el desarrollo
sostenible, establecen y guian el entendimiento público sobre complejos retos que implica. Es esencial que los
17 objetivos sean conocidos, comprendidos y adoptados por la mayoriá , que sean aprendidos en las escuelas.
Para asegurar el éxito, conceptos como biodiversidad, consumo sostenible o acceso al saneamiento tienen que
resonar en la conciencia de ciudadanos. Retos que nos unen y por los que vale la pena hacer esfuerzos. Aspira a
la población globla en un esquema de responsabilidad compartida, serán también una herramienta de rendición
de cuentas para gobiernos, compañiá s y otras O.
Una agenda no vinculante puede tener un impacto tremendo como resultado de la amplia movilización y de la
focalización de recursos y estrategias que conlleva. Existen áreas que deben mejorarse con respecto a ODM.
Queda claro que objetivos deben perseguirse mediante estrategias integradas y diseñadas con la participación de
actores de diferentes sectores. Es esencial que se adopte un riguroso y efectivo marco de monitoreo para ODS,
con una lista de Indicadores aceptados por expertos, para los que existan datos armonizados. Un marco de
monitoreo adecuado sirve como herramienta de gestión para hacer una interpretación a tiempo real del éxito de
las estrategias de implementación, corrigiendo trayectorias o destinando recursos cada año en aquellas áreas en
las que el progreso es insatisfactorio y permite la rendición de cuentas por parte de gobiernos y otros actores.
Cada país tendría la capacidad de escoger áreas para las que necesita datos más especif́ icos y actualizados. Un
país tropical tendrá interés en tener información precisa sobre enfermedades tropicales. Algo no prioritario, en
un país desértico que necesitará información sobre salud y composición de sus escasos bosques. La agenda tiene
duración de 15 años, periodo en el que tecnologías y el conocimiento sobre el funcionamiento de distintos
sistemas avanzarán a velocidad. Comunidades han de apoyar la implementación de ODS desarrollando nuevos
conocimientos y apuntando a nuevas áreas que necesitan ser monitorizadas con precisión para acelerar
comprensión de estos complejos retos.
ii) El Acuerdo de París es un lo gro diplomático notable. Superando las amar divisiones entre países
desarrollados y en desarrollo del pasado, permite a todos los paiś es establecer y responsabilizarse de sus
objetivos climáticos. E firmantes acordaron un proceso transparente de revisión en el que se reunirán y
revisarán compromisos de cada paiś cada 5 años. Será jurid́ icamente vinculante cuando al menos 55 paiś es, que
representan al menos 55% de emisiones de GEI, lo ratifiquen formalmente. 175 paiś es participaron. El proceso
de ratificación dependerá en cada paiś del sistema legal vigente.
Al igual que con la Agenda 2030 de los ODS, el Acuerdo sobre el Clima de París, se desarrolló a través de un
proceso global e inclusivo facilitado por las NNUU. El carácter inclusivo se traduce en resultados
complementarios sin ser diluido al denominador común más bajo de ambición. El mundo se comprometio a
mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de 2°C por encima de los niveles
preindustriales” a largo plazo. El objetivo, es no pasar de un aumento de 1,5gC ya que científicos anuncian
condiciones catastróficas e irreversibles incluso para el escenario de los 2gC29.
Cada país ha de preparar y proponer contribuciones especif́ icas de reducción de emisiones de aquí a 2030. La
UE presentó su propuesta en 2015, se compromete, a una reducción de al menos el 40% en emisiones GEI. 189
países han hecho públicas contribuciones de reducción de emisiones, por el momento, estas no nos situarían
́ ite de los 2aC30. Los paiś es deben definir estrategias de desarrollo de bajas emisiones.
bajo el lim
iii) Mayo 2016. Y ahora ¿qué? Ninguno de estos marcos establece estrategias concretas sobre cómo lograr
objetivos, quién debe hacer qué o qué niveles de financiación requerirán para el éxito. Aunque agendas son un
marco normativo y conceptual fuerte, no garantizan su implementación. La prioridad es definir estrategias de
implementación. Uno de los elementos esencial para el éxito es la responsabilidad compartida entre actores de
cada paiś , la coordinación de esfuerzos y entre los paiś es. Esta agenda propone un giro copernicano a la manera
de actuar y pensar sobre el desarrollo y la cooperación, y el cambio de paradigma no ha calado aún en todos los
actores que habrán de participar en su implementación. Este escenario se asemeja a una gran orquesta en la que
gobiernos, empresas y O de la sociedad civil tocan diferentes instrumentos. En el terreno del desarrollo
sostenible no existe un director de orquesta global que coordine la acción de distintos Instrumentos musicales,
pero ODS y el Acuerdo de Paris pueden jugar el papel de partitura: son un conjunto de notas compartidas por
todos los músicos presentes, proporciona un enfoque común, para que nuestra orquesta sea más armónica.
El primer paso es hacer un balance previo de la situación del país. Una rigurosa toma de temperatura inicial
ayuda a identificar áreas prioritarias en las que se requieren esfuerzos financieros y estratégicos mayores,
evitando que países se entretengan en un ejercicio indulgente de escoger áreas de acción fáciles o determinadas
por afinidad política del gobierno. Países deben evaluar capacidades o áreas fuertes. Este ejercicio puede tener
implicaciones, en términos de compartir conocimiento o tecnologías. También facilita una reflexión a nivel de
prototipos que requieren esfuerzos específicos de adopción. Este proceso debe ser documentado y debe
incorporar procesos participativos que incluyan a distintos sectores.
El Informe ¿Están los países ricos preparados para los ODS? analiza la situación de países, prepara en la
actualidad un índice de ODS global, con un ranking que ayudará a a entender su situación en su reglón y un
tablero con logros de cada paiś en cada objetivo, definidos por colores: verde, amarillo y rojo. Ayudará a cada
país a entender dónde se sitúa en la actualidad con respecto a los ODS, facilitando la identificación de
prioridades para la acción.
Una vez que cada paiś haya hecho una evaluación de su situación, es esencial pensar a medio y largo plazo. En
el Acuerdo de Paris, países debe definir estrategias de desarrollo de bajas emisiones a largo plazo. Los
gobiernos nunca antes intentaron cambiar un sector básico de la economiá mundial a escala global y con una
́ ite tan agresiva. El sistema energético de combustibles fósiles fue creado paso a paso, durante 2 siglos.
fecha lim
Ahora se debe revisar en 50 años, y en todas partes.
Las trayectorias de cada país participante han sido realizadas por equipos nacionales compuestos por los más
renombrados G de investigación. Equipos han diseñado la trayectoria para transformar la economiá de su paiś a
una economía baja en carbono. Cada G analiza capacidades tecnológicas o de infraestructura del país, recursos
naturales, nivel de desarrollo socioeconómico y necesidades sociales a cubrir. Estos equipos colaboran a nivel
global, compartiendo aprendizajes y enriqueciéndose de experiencias de otros contextos.
ODS en 2030, descarbonización en 2050: una trayectoria sostenible diseñada rigurosa, transparente y
exhaustiva, permite certificar que objetivos son alcanzables e identificar cuáles serán los esfuerzos para
lograrlos. Estas trayectorias ayudan a cuantificar necesidades de inversión, tecnologiá s que requieran mejoras o
investigación, así como a anticipar conflictos socioeconómicos que puedan surgir al transformar modelos de
crecimiento. Pueden proporcionar una visión colectiva de cómo el país va a enfrentarse a retos en próximas
décadas, ayudando a combatir el cortoplaclsmo de sectores financieros y políticos. Estas trayectorias, definidas
pueden ayudar a crear confianza entre paiś es asegurando transparencia y progreso global.
Para asegurar el éxito en los ODS, y el Acuerdo de Paris, es te tipo de análisis a largo plazo se debe extender a
otros sectores. Debemos preguntarnos cómo seremos capaces de nutrir a la población proyectada para 2050 sin
acabar con ecosistemas. El segundo ODS - Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de
la nutrición y promover la agricultura sostenible - requerirá una transformación profunda con ramificaciones
socio económicas.
La comunicación de retos del desarrollo sostenible, la explicación de avances cientif́ icos, la definición de
estrategias a largo plazo, la identificación de indicadores apropiados para el con texto de un país y la búsqueda
de soluciones específicas para retos, deber implicar a todos los sectores. En cualquiera de esas áreas,
universidades podrán aportar valor si estan preparadas para promover espacios de trabajo transdisciplinares y
transsectoriales.
En primer término, uno debe convertirse en producto para tenerpor lo menos una oportunidad razonable de
ejercer los derechos y cumplirlas obligaciones de un consumidor” (Bauman: 2007: 96).Esta faceta social,
supone para Bauman la manera en la que se pre-sentan los individuos en la vida cotidiana. Aquí se
hace explícito el paso
del sujeto al objeto producto de consumo. El individuo adquiere cualidadesque el mercado demanda como
conditio sine qua non para alcanzar eléxito de la movilidad social que hace apenas medio siglo otorgaba el
mundodel trabajo keynesiano.En la sociedad de consumidores, los individuos deben convertirse enuna
inversión, para ello deben adquirir un valor para sí mismos, aumen-tando su atractivo como productos
disponibles para ser poseídos en eseturbulento mar llamado mercado. En ese tenor, el mercado va a
estableceruna regla de oro: la de incluir y excluir individuos en función de su viabili-dad y rentabilidad como
valores de cambio.Por ello, para que la soberanía del mercado continúe acompasando lavida social, es
menester propiciar que los individuos deseen hacer lo quees necesario. Con sorna, Bauman establece el
siguiente diagnóstico: “Nibien aprender a leer, o quizás incluso desde antes, se pone en marcha la“adicción a
las compras”. No hay estrategias de entrenamiento diferencia-das para niños o niñas: el rol del consumidor,
a diferencia del rol de pro-ductor, no tiene un género específico. En una sociedad de
consumidorestodos tiene que ser, deben ser y necesitan ser “consumidores de voca-ción”, vale decir,
considerar y tratar al consumo como una vocación. Enesa sociedad, el consumo como vocación es un
derecho humano universaly una obligación humana universal que no admite excepciones”
(Bauman:2007:81).De ahí que nuestra sociedad de consumo, que define buena parte delos vórtices de
la modernidad líquida, sólo asegurará su supervivencia yreproducción en tanto que se acepte la idea de
comunidad basada en elconsumo, dando al traste con la visión que la asociaba a los espacios
desolidaridad y fraternidad.El tercer tipo ideal (la cultura consumista) es desarrollado por Baumanen función de
las características que definen al individuo en la sociedad deconsumidores: la libertad de elegir y la libertad de
desecharlo indeseado.La libertad, que históricamente ha sido vista como concepto filosóficocentral en la
conformación de nuevas realidades, ha transformado su valoren la modernidad líquida, en tanto que es
concebida como libertad paraelegir y consumir. De ahí que la velocidad de las elecciones (que
implicaalcanzar la libertad en tiempo record), deviene en la ilusión de conquistarel tiempo.La libertad y
el tiempo irán de la mano en la lógica del consumismo. Lalibertad de elección será directamente proporcional a
la urgencia por deci-dir. Por tal motivo, la cultura consumista sugiere vivir con intensidad, en el máximo uso
de las potencialidades del momento, pues la fórmula es quese aprende rápido pero se olvida con la misma
velocidad.En ese entendido, el movimiento continuo de lo que consumimos su-pone maximizar las
potencialidades del individuo que lucha contra lasarcaicas ideas del tiempo, contra la parsimoniosa
realidad sólida, dondelos aprendizajes suponían invertir demasiado tiempo y sus rendimientos seesperaban
muy a largo plazo; tan sólo hay que pensar en los años de estu-dio que se requieren para alcanzar una
profesión. La cultura consumistasanciona la visión de futuro, ya que el estar fuera o dentro de la
sociedad,depende de la velocidad y de la capacidad individual para darle vuelta alpasado.Para
ejemplificar esta idea, Bauman retoma el concepto de HumanosSincrónicos de Elzbieta Taikowska que
refiere al individuo que vive única-mente en presente e invalida el pasado y el futuro, lo cual le
imposibilitaestablecer vínculos a largo plazo, ya sea en el mundo laboral (flexible porsi fuera poco), en los
espacios afectivos e incluso en la vida íntima. En lacultura presentista la libertad de elegir y desechar ipso facto
se traslada aprácticamente todos los ámbitos de la vida social (Bauman: 2005).
De esta manera, se forja una ilusión de comunidad, ya que en estepeculiar modus vivendi, únicamente
se establecen relaciones instrumen-tales para vivir el momento pero no para hacerlo sempiterno.
Resumiendo,en la propuesta baumaniana la modernidad líquida queda definida enton-ces por tres
tipologías ideales: el consumismo, la sociedad de consumi-dores y la cultura consumista.Hasta aquí los
planteamientos de Bauman plasmados en Vida de con-sumo. Conviene ahora enlazarlos con las distintas
temáticas que el propioautor ha desarrollado en paralelo a la tesis de la sociedad de consumi-dores.Una
de las preguntas que se derivan del derrotero que ha configuradola noción consumista, principalmente en el
mundo occidental, es si existealgún sentido ético en esta nueva formación social sui géneris. Lo primeroque
viene a la mente es que este proceso tendría que ser visto como partede la globalización negativa que ha
permeado a nuestras sociedades enlos últimos años. No porque el consumo sea una práctica nueva, sino porsu
exacerbación que se ha traducido en que tengamos incrustada —yveamos como naturalidad— una cultura
consumista.
Esa urgencia por satisfacer distintas necesidades hace que lo mismoseamos rehenes del último kit de salud
y belleza que de los últimos avan-ces en tecnología de punta. Pero los productos no es lo único que
quedaatado a ese halo del consumismo. También en el plano individual somos prisioneros de esa
lógica. Por eso es que nosotros mismos somos ahoraobjetos antes que sujetos. Tenemos valor en la
medida que hemos inver-tido en nosotros mismos. Es el terreno donde lo mismo vale la
aparienciafísica que el número de cursos y posgrados que realicemos para obtenerconocimientos que
muy probablemente serán obsoletos en poco tiempo.Así como los productos perecederos especifican su
fecha de caduci-dad, de la misma forma los modelos en boga de lap top o Ipad o los pro-gramas de
actualización que cursamos en prestigiosas —o no tan presti-giosas— instituciones de educación
superior, dejarán de aportarnos valorsocial cuando las tendencias dispongan lo contrario, ya que el
mercadodefinirá cuáles son los nuevos elementos de consumo que nos darán per-tenencia e identidad. Ahí
estribará la diferencia entre el estar fuera o den-tro de la sociedad.
Esta situación nos conduce a otras interrogantes: ¿qué pasa con lalibertad?, ¿se queda sólo en libertad de
elegir? Parece que como concepto filosófico, que buscaba la emancipación en distintos órdenes de la
vidapública, la libertad ha quedado reducida a los dictados del consumo (Bau-man: 2007). Somos libres en la
medida que nos acoplamos a la lógica dela elección instantánea y el olvido rápido. Cuando consumimos
realmentelo hacemos pensando en la próxima elección. Milan Kundera, en su novelaLa lentitud, acuña un
apotegma que ejemplifica de manera diáfana estaidea: el nivel de velocidades directamente proporcional a la
intensidad delolvido.La ansiedad que provoca en los individuos la necesidad de elegir ydesechar ha
provocado que la cultura consumista eche raíces y reafirmecon ello la habilidad para que aquéllos sean
flexibles en todos los aspectosde la vida. Es una habilidad propia en su tipo, pues nos pide deshacernosde
productos y accesorios old fashion, nos incita a descartar conocimientosinútiles, nos pide excluir activos
pasados que han devenido en pasivos;nos propone, en suma, hacernos de la aptitud para eludir
juramentos delealtad a nada (y de paso a nadie) per sécula seculórum.
La escasa lealtad a la vida sólida va acompañada con la idea dederrotar el tiempo. Ese es, en buena
medida, uno de los propósitos máscaros que plasman los usuarios de las redes sociales. Los
cibernautas procuran informar todo sobre su vida privada a sus múltiples amigos (vir-tuales en su
mayoría) a efecto de ser aceptados en ese espacio virtual.Cada noticia se premia, sobre todo las triviales
que son las más populares.Los usuarios difunden en el espacio público virtual todo tipo de infor-mación:
desde lo que almorzaron hasta las actividades de rutina diarias,
pasando por los comentarios a los temas en boga, que lo mismo puedenser videos de cualquier tipo, que
aspectos lúdicos locales.
Pero las redes sociales funcionan en tiempo real, por lo que la infor-mación de la mañana ya es
obsoleta al medio día y lo publicado en latarde ya no importa más en la noche. Lo que hace falta es
actualizar elperfil prácticamente minuto a minuto para seguir cosechando comentariosy reacciones e
incrementando el número de seguidores. El estrés que pro-voca en los usuarios la necesidad de vencer al tiempo
en las redes socia-les, es evidente cuando los protagonistas hacen hasta lo imposible porposicionarse
como objetos rentables y atractivos en el mercado virtual. Poreso la necesidad de subir fotografías, informar
detalles íntimos y renovar lainformación personal en todo momento.4El éxito de esos espacios virtuales de
comunicación radica en queensalzan y arraigan la cultura consumista y convierten al usuario en
unobjeto de consumo, claro está que tan prescindible como los demás. Poreso la máxima de las redes
sociales tendría que ser dime cuántos se-guidores y comentarios en tu perfil tienes y te diré cuál es tu
valor en elciberespacio.
Las redes sociales vienen a ser espacios que recrean a gran escala laCiudad de Leonia descrita por Ítalo
Calvino. Al igual que aquélla, dichasredes consumen información nueva al instante sólo para desecharla
ipsofacto. Por ello, siguiendo la alegoría, tal vez la verdadera pasión de las re-des sociales sea producir residuos
en el espacio virtual. El tema relevantees que los usuarios son de hecho los objetos que rápidamente
puedenpasar de la gloria al olvido, dependiendo de sus habilidades para satisfacerlas necesidades de los otros
pobladores virtuales.Quizás estas ideas puedan parecer un tanto ajenas a las generacionesque nacieron antes de
la última década del siglo XX, pero rápidamente sehan convertido, a querer o no, en un referente importante
para las mismas.
Esto se traduce en que si dichas generaciones no se adaptan al cambiosencillamente dejan de ser útiles
socialmente hablando. Se convierten
generaciones lastre. Eso explica la necesidad que presentan muchos indi-viduos que rondan los perfiles de
los 30 o los 40 años (o más) de actua-lizarse lo mismo en el último grito de la tecnología que en las
nuevastendencias de consumo.
Pero lo que resulta un hecho incuestionable es que los auténticos po-bladores de la modernidad líquida
son las nuevas generaciones. Losjóvenes que han crecido al abrigo del nuevo siglo son quienes representande
manera singular esta vida acelerada y sin ataduras. Las nuevas gene-raciones tienen un escaso
compromiso con los proyectos a largo plazo,pues su preocupación se concentra en la vida ahorista. Lo que
verdadera-mente les importa es la inmediatez y el superar el estrés por consumir lainformación y las
tendencias del momento.5Como no cuentan con una formación de vida sólida, a las generacio-nes
nóveles poco les incumbe el futuro, de ahí que no encuentren el atrac-tivo necesario para hacerse de una
profesión, pues ello implica muchosaños de estudio y mucho esfuerzo. Tampoco encuentran relevante
com-prometerse con un trabajo para toda la vida, porque ello supone la pérdidade otras oportunidades. Mucho
menos se arriesgan con cualquier proyectoque les implique jurar lealtad sempiterna, incluida su vida
relacional e ín-tima. Lo que los mueve es el aquí y el ahora. Nada más.
En este nuevo entretelón social ni siquiera la democracia está exenta,pues por ejemplo en México podría decirse
que los jóvenes acuden mayo-ritariamente a empadronarse no porque los impulse un alto fervor demo-
crático, sino porque la credencial que expide el Instituto Federal Electorales su pase garantizado al antro o
bien es la identificación que les permiterealizar transacciones bancarias o comerciales.Puede ser un
diagnóstico extremo y trágico pero la tendencia en elcomportamiento de la adolescencia y la juventud de
nuestros días, se de-fine en buena medida por este tipo de actitudes. Hace unos años se pen-saba que estos
roles eran propios de las sociedades europeas, emperopoco a poco abrazan nuestras propias realidades. Ello
es debido a que sien un aspecto es exitosa la globalización, es justamente en la disemina-ción de las
tendencias.
Hoy en día un joven inglés no es tan diferente a un muchacho mexi-cano en términos de gustos,
deseos y anhelos: ambos siguen la ligapremier inglesa y su equipo favorito es el Manchester United,
unos porseguir al Diablo Rooney y otros por admirar al Chicharito Hernández. Los dos tienen cuenta en
Facebook y Twitter donde dan pormenores de su vidaprivada y tienen centenares de amigos virtuales.
También desean fervien-temente una Blackberry y esperan que, con el menor esfuerzo posible,
elpresente les brinde satisfacciones al por mayor.Ante todo este panorama, ¿qué tipo de sociedad se está
conforman-do?, ¿dónde queda la noción de ciudadanía?, ¿qué pasa con la solidari-dad?, ¿cómo se mide
ahora la intensidad de las relaciones humanas? Siaceptamos con Bauman que esta Modernidad Líquida
es el lubricante dela vida social, entonces estamos en problemas. No por el hecho en sí de loque implica esta
segunda gran transformación, parafraseando a Beck, sinoporque apenas estamos contando con las
explicaciones, en muchos aspec-tos tal vez no las más adecuadas, para diseccionar y analizar esta turbu-
lenta y compleja realidad.
La pertinencia de la reflexión baumaniana está en que detalla la formaen que se ha consagrado una sociedad que
basa sus certezas (si es quetodavía le quedan6) en patrones de consumo irracional que delinean
elcomportamiento de los individuos y están definiendo la propia estructurasocial.¿Cuál es la tarea de
las instituciones públicas en este nuevo escena-rio? Desde luego que ofrecer alguna respuesta. Hay que
recordar que lasinstituciones sociales fueron creadas con el propósito de mediar el conflictoen la vida pública.
Aunque las instituciones se encuentran hoy altamentedebilitadas por todo lo que implican los diversos
poderes transnacionalesen el proceso de globalización, lo cierto es que lo menos que se espera deellas es que
ofrezcan algún tipo de respuesta. Lo contrario nos conduciríaa aceptar que no importarían los daños colaterales
que provoca la culturaconsumista en el entramado social.Como el mismo Bauman señala, el propósito de las
instituciones esta-tales consiste en “proteger a la sociedad de la proliferación de las víctimascolaterales del
consumismo: los excluidos, los parias, la clase marginada.Su tarea consiste en salvar la solidaridad humana
de la erosión y en evitarque se apaguen los sentimientos de la responsabilidad ética” (Bauman:2010: 205).
El problema en la definición de desarrollo sostenible es que parte de los seres humanos y sus ideales de
progreso son “somos seres individuales y egoiś tas” no estamos pensando en las demás especies ni en las
interrelaciones simbióticas del planeta. No vemos el futuro, estamos pensando en el ahora y en nosotros
mismos, somos seres cortoplacistas, solo nos interesa suplir necesidades que nos venden constantemente y que
para ser felices o exitosos debemos tener lujos, comodidades, objetos banales, cosas que no son vitales y
dominar hasta otros hombres “esclavizándolos”. La balanza del desarrollo de la demanda de servicios y bienes
ambientales de los ecosistemas para las poblaciones actuales y del futuro ee la conservación del sistema natural.
Nuestro mundo es limitado, se desangra día a día con nuestras acciones, lo consumimos rápidamente,
especialmente los recursos no renovables, tomamos espacios propios de la naturaleza con nuestras urbes de
asbesto, cemento, dejando como consecuencia contaminación, destrucción, escasez de recursos y una mala
calidad de vida.
Por ello es de gran valor comprender el desarrollo sostenible como un modelo pasado que no funcionó, para
entender dónde estamos y el porqué de la situación actual. Las decisiones que tomemos hoy “presente”
determinaran nuestro futuro y de las demás especies del planeta. Esta es solo una praxis que va a determinar
nuestra formación profesional interdisciplinar de cultura ambiental.
El desarrollo sostenible tiene como finalidad garantizar a las presentes y futuras generaciones una calidad de
vida acorde a las legit́ imas necesidades básicas insatisfechas como el empleo, vivienda, educación y un
ambiente adecuado para el desarrollo. Este concepto lo adopta y organizan en estructuras nuevas, más
equitativas y justa entre los distintos países desarrollados y subdesarrollados o pobres, cuyas externalidades por
la extracción de la materia prima, como los metales, ha dejado a su paso contaminación, destrucción de los
ecosistemas, hábitat de la flora y fauna endémica del planeta.
Los cambios en los conceptos y paradigmas para el entendimiento del desarrollo sostenible empiezan en la
década del setenta conocido más como “ecodesarrollo”. Recordemos que en esta década los principales
principios económicos eran la producción y el capital, sin tenerse en cuenta la parte ecológica ni la social. Por
ello el concepto de igualdad en el desarrollo entre los países atrasados o subdesarrollados y su planificación
socioambiental en la toma de decisiones para la definición de proyectos con el componente ambiental. Se le
atribuye este concepto al director Maurice Strong de una de las organizaciones más importantes de la época el
PNUMA, otro autor relevante para la época fue Ignacy Sachs francés que explicaba el ecodesarrollo como una
concepción con tintes socialistas, pues describiá el eterno problema humano de la distribución de la riqueza o
los bienes materiales, la búsqueda de las economías eficientes con el crecimiento social viable para todos los
seres humanos, debe ser transgeneracional y justo en todas las escalas.
En la década del ochenta tuvo un cambio de ideales la palabra ecodesarrollo con el concepto de desarrollo
sostenible contenido en el informe Brundtland o más conocido como nuestro futuro común.
El desarrollo sostenible: es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
Pero ello traería un problema fundamental que son la necesidades intergeneracionales en el tiempo van a ser
diferentes y el enfoque claramente debe ir encaminado a la igualdad especialmente a los más necesitados o
pobres.
En la Cumbre Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro, ONU, de 1992 el concepto no ha sufrido
una transformación memorable en su sintaxis de igualdad y equidad entre los entes sociales, ecológicos y
económicos que interfieren en los procesos de entendimiento de los problemas mundiales ambientales. Era una
realidad casi predicha desde tiempo atrás recordada por los resientes de eventos catastróficos de las actividades
humanas, el concepto de desarrollo sostenible toma gran relevancia para las políticas de los países desarrollados
con los subdesarrollados, que en últimas son los más afectados por las extracciones no sostenibles de los
recursos naturales. En la cumbre de la tierra el concepto de desarrollo sostenible de un planeta limitado y
desigual, los seres humanos en su “progreso” en su visión antropocéntrica a través de la historia, se visualizan
como los amos y señores de la naturaleza, y creen que pueden disponer de ella por completo a su placer. El
hombre es enemigo de sí mismo y sin darse cuenta, se está autodestruyendo, pues la contaminación y la
destrucción ecológica van en todas las direcciones afectando a todos los seres vivientes del planeta por igual.
En nuestros días en Colombia el PNUD, ha creado una forma dinámica en todos los ámbitos incluyentes y
sostenibles para el 2030, con proyectos cuyas metas son: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar,
educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, justicia social, energía asequible, trabajo
decente y crecimiento económico, industria innovación, infraestructura, reducción de las desigualdades,
ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina,
vida ecosistémica, paz y justicia e instituciones, solidaridad.
El principio del desarrollo sostenible en nuestros días debe estar encaminado hacia la justicia ambiental donde
todos tengamos corresponsabilidad por el hecho de estar vivos y las interrelaciones simbióticas en el planeta.
Otra teoriá de sustentabilidad la podemos encontrar en el valor ecosistémico y la producción limpia. Esta
depende en gran medida del equilibrio de la demanda de servicios ambientales proporcionados por la naturaleza
para las generaciones actuales y futuras. También podemos encontrar dos tipos de sustentabilidades desde el
ámbito económico, veamos cuales son:
Sustentabilidad débil En esta premisa basada en la escasez por el impacto del capital natural no es obstáculo
para el mantenimiento de un consumo desmedido, tal vez, por presentar un crecimiento exponencial, entre más
ingresos mayor es nuestra inversión en gastos de bienes y servicios. En pocas palabras, siempre debe haber un
débil al cual se deba explotar, como pasa actualmente. Dos principios de sostenibilidad débil. Posibilidad de
sustitución, casi perfecta, entre el capital natural y manufacturado fabricado. El progreso técnico debe ser
continuo y debe superar las limitaciones que impiden el crecimiento económico debido a la falta de recursos. En
los modelos económicos hay una gran dificultad en la asignación de los valores de uso en el futuro y la
existencia como sus externalidades, y es necesario ir a lo largo de las perspectivas multidisciplinares.
Sustentabilidad fuerte: En esta teoriá de sustentabilidad se toman en cuenta los factores socioeconómicos y
ambientales que se manifiestan en los siguientes aspectos. Presencia de "incertidumbre" en relación con la
operación y el valor del servicio total de los ecosistemas. Presencia de irreversibilidades, algunas decisiones
puede dar lugar a cambios que son físicamente imposibles de ser revocados, o prohibitivo en términos de
consumo económico. Como los recursos no renovables, principalmente las fuentes fósiles. La "aversión a la
pérdida", expresado por muchos economistas cuando el proceso de degradación está en curso o se detiene, o
simplemente se ocultan sus efectos.
Nos damos cuenta de que el desarrollo económico y social ha traid́ o desequilibrios entre los paiś es. En respuesta
a la sociedad, la crisis ambiental debe buscar la participación de todos los sectores que la componen y empezar
una nueva relación entre el hombre y el ambiente que lo rodea. Las nuevas estrategias de desarrollo deben
seguir una planificación regional y global, deben pensar en forma global a través de acciones locales.
Por último, hay que tener en cuenta que la amenaza para el ambiente no viene sólo en la tecnología y de las
formas de producción, viene de las condiciones en que se crea y cómo se utiliza. Por lo tanto, el desarrollo
sostenible depende de una nueva construcción tanto paradigmas personales y grupales, como el gobierno y su
estructura, la voluntad política y la participación ciudadana, como veremos más adelante en la siguiente unidad
de aprendizaje. En definitiva, debemos exorcizar las viejas utopías, recrear y crear nuevas formas de desarrollo
justo y equilibrado sustentable, donde no seamos el centro del universo si no un punto de inflexión para la
supervivencia de todas las especies. Invitamos a los estudiantes a consultar los conceptos teóricos de
sustentabilidad débil y fuerte, podemos utilizar nuestras bases de datos, en especial la revista de la universidad
“Punto de vista” y el artículo del profesor Pérez Rincón Mario Alejandro sobre Conceptualización sobre el
Desarrollo Sostenible: operacionalización del concepto para Colombia..
Veamos algunas de las tendencias ambientales globales que se están implementando actualmente para
contrarrestar el futuro nefasto que estamos viviendo.
Tendencias ambientales globales Las nuevas tendencias mundiales en la geopolítica ambiental están
encaminadas a la protección de los principales ecosistemas del planeta, como la cuenca del Amazonas, selvas
húmedas, Madagascar, paramos, rió s, glaciares, zonas endémicas de África y el Brasil. Los recursos naturales y
su diversidad tienen valor y este valor reside en la satisfacción que las personas obtienen de usar estos recursos
directa o indirectamente, ahora o en el futuro, la humanidad tiene la responsabilidad por la flora y fauna del
mundo.
El valor ligado a la conservación de actividades especialmente extractivas como la minería, hace que la
biodiversidad deteriore y se degrade con los nichos ecológicos y culturas humanas. Usando los valores
ambientales nos enfrentamos a estimar indicadores y criterios de selección con el propósito de escoger la opción
de conservación que genere mayor que genere mayor beneficio social y buscar el desarrollo sostenible
Las diferentes técnicas de valoración actualmente generan nuevas tendencias que permiten evidenciar parte o la
totalidad del valor económico total de los recursos naturales. La determinación de la escala en que se realiza la
valoración económica es de suma importancia ya que los actores (o beneficiarios) de la conservación de los
ecosistemas de gran importancia por su diversidad biológica son múltiples. Entre ellos se destacan las
comunidades locales, las entidades privadas o públicas, regionales. La posibilidad de capturar las preferencias
sociales de lo local a lo internacional permitiría determinar los mecanismos de transferencias y de
compensación por los beneficios generados por la conservación. De igual manera, identificar los servicios
ambientales que son susceptibles de tener una mayor preferencia social son determinantes para la elección de
las metodologías más adecuadas para su valoración, con la tendencia, si no conocemos lo que tenemos ¿cómo
vamos a valorarlo?
Los mercados verdes y las tendencias globales Los mercados verdes son aquellos productos que buscan bajar la
producción química en su industria, tienen como objetivo promover el altruismo ambiental, reducir y capturar
los gases de efecto invernadero, usar adecuadamente los recursos, producir productos con menos contaminantes
y tecnologías malignas, ayudar con el equilibrio natural del entorno generando menos deterioro en los recursos
naturales basando sus producciones en menos productos químicos utilizados en su proceso, reutilización de
materiales inservibles y otros factores que determinan la sustentabilidad ambiental del planeta.
Los mercados verdes y el desarrollo sostenible pueden llegar a ser lo mismo por sus objetivos en cuanto a los
productos generados para la sociedad. Los dos buscan que la sostenibilidad alimentaria en un área biogeográfica
específica como un paiś , y además que todos sus habitantes puedan acceder fácilmente a bajo costo y disfrutar
los bienes y servicios ecológicos con una alimentación nutritiva y sin quim
́ icos, que no sean excluyentes para
las personas con menos ingresos. En este caso, los mercados verdes a pueden generar muchos tipos de
productos diferentes a Alimentación humana.
En cuanto a bienes, dentro del mercado de productos ecológicos, un mercado que tiene muy alto crecimiento en
el mundo, tenemos los alimentos orgánicos que dentro de su ciclo de siembra no se ha utilizado ningún tipo de
químico como pesticidas o pigmentos dañinos a los seres humanos. También entran en esta categoría la madera
certificada, que son de cultivos sostenibles de silvicultura y no han afectado las selvas húmedas y especies de
árboles protegidas como la secoya. Las gomas, cauchos, aceites y algunas resinas pertenecen a la clasificación
de los mercados verdes de los productos no maderables, miles de plantas medicinales, frutos exóticos como el
chontaduro, flores como las orquid́ eas entran en esta clasificación.
Desde los servicios se puede hablar acerca de los servicios que nos permiten aprovecharnos del ambiente pero
sin tener actividades extractivas y de explotación, tenemos el turismo de la naturaleza, en zonas de reserva y de
protección como la pesca recreativa, el campismo sustentable, el avistamiento de fauna y flora exótica y la
ornitologiá solo para el estudio. En segundo lugar, un nuevo mercado verde que buscan la formación desde los
recursos naturales, en pocas palabras la educación ambiental, las consultoriá s y el manejo de residuos.
De esta clasificación surge una de las estrategias promovidas por el Ministerio de MA para los mercados verdes
enfocada en los servicios sostenibles, el ecosello llamado “sello ambiental colombiano” en la resolución 155 de
2005, expedido para los servicios que cumplan los parámetros ambientales como eficiencia energética, manejo
de residuos, protección al medio ambiente entre otros. Uno de los ejemplos es la existencia de hoteles
responsablemente ambientales, donde gracias a la implementación de la norma NCT5133 estos hoteles poseen
el Sello Colombiano Ambiental, que diferencian a los demás como servicios sostenibles y atraen grandes
capitales internacionales.
Modelos alternativos de desarrollo Una de las reflexiones más importantes dentro de este módulo consiste en
poder establecer cómo cada modelo de desarrollo implementado por una nación trae consigo la posibilidad de
construir una lógica de uso de esos elementos de la naturaleza. El desarrollo sostenible plantea algunas
premisas, en su momento fundamentales para repensar ese modelo de desarrollo, entre las cuales es necesario
incorporar el concepto de los límites de un sistema como nuestro planeta y las tasas de uso y rendimiento que
hemos adoptado. Tiempo después podemos ver que es necesario repensar incluso ese modelo de desarrollo
sostenible y proponer alternativas de desarrollo.
Adicionalmente a estas crisis, es importante entender cómo se han adoptado algunas concepciones económicas
como el monetarismo y el desarrollismo que aunque han contribuido con la activación de algunos sectores de la
economiá , también han generado grandes equilibrios financieros y monetarios desde la premisa es que el
crecimiento económico de la nación conduce a una distribución de los ingresos y por ende a aumentar la su
nivel de vida, lo cual no se ha presentado sino en algunos de los sectores de la población. Es a partir de una
crítica a estos modelos que surge la propuesta de desarrollo.
Esta propuesta reflexiona sobre ¿cuál podría ser el mejor proceso de desarrollo? a partir de un análisis de qué
son las necesidades y los satisfactores, cómo se clasifican (existenciales y axiológicas - valoración de los
factores morales) y por ende cuál podría ser la mejor propuesta para una nueva taxonomiá de las necesidades.
Esta nueva clasificación evidencia la correspondencia biunívoca entre necesidades y satisfactores y aquellas
patologías sociales que se generan en el momento en que estas necesidades están siendo insatisfechas como por
ejemplo: la pobreza, las miserias y otro tipo de patologías que produce la economía.
Este análisis lleva a una interesante propuesta en la cual se plantea que las necesidades humanas pueden ser
vistas como carencia y también como potencialidad con una infinidad de propuestas de lo que se puede crear a
partir de allí si se establece realmente una propuesta de acuerdo a las necesidades humanas y la sociedad
específica que se quiere construir. En este tipo de sociedad es importante la reivindicación de lo subjetivo y
construir sinergias para alcanzar los propósitos comunes.
¿Cuál podriá ser el mejor proceso de desarrollo? ¿Qué son las necesidades básicas?
El cambio cultural necesario para valorar de una manera diferente los elementos de la naturaleza debe ser parte
fundamental en el establecimiento de los satisfactores de nuestras necesidades.
Como vimos anteriormente, las necesidades insatisfechas producen patologías en diferentes aspectos como lo
político y lo económico. Así surge una nueva clasificación de las necesidades y los satisfactores. Se puede
apreciar un ejemplo cuando buscamos en las lecturas complementarias, el texto de necesidades y sus respectivos
satisfactores propuesto por Manfred Max Neef. Idealmente, sería necesario que de acuerdo a la sociedad y el
contexto, se elaborara una propuesta especif́ ica.
En esta propuesta encontramos que los satisfactores poseen unos atributos especiales. Algunos pueden satisfacer
una o más necesidades y algunos de estos satisfactores pueden generar la falsa creencia de que suple una
necesidad cuando en realidad no lo hacen. Aquí encontramos los diversos atributos que pueden tener estos. Esta
propuesta constituye toda una nueva manera de entender qué son nuestras necesidades y cuáles pueden ser los
satisfactores a ellas teniendo en cuenta el capital natural con que cuenta cada sociedad, de ese modo se
convierte en una propuesta que concibe de una manera diferente la satisfacción de las necesidades.
Economía Azul Una de las nuevas tendencias ambientales mundiales, es la implementación de la economía
azul, esta teoría fue planteada por primera vez por Gunter Pauli, se basa en los intangibles inutilizados por el ser
humano y sus actividades, en transformarlos en energía y buscar soluciones inspiradas en la visualización de la
naturaleza y su diseño, como la biomímesis, clave para entender la adaptación de las especies de flora y fauna a
los terrenos inhóspitos del planeta. La economiá azul, por este mismo mecanismo es económica e incluyente, en
cierto modo es gratis, el autor la nombro así por ello el color del océano y el cielo. El problema es cómo la
obtenemos si tenemos un yelmo que nos impide visualizar el futuro. No tenemos imaginación y la innovación
que hablan todos pero en la práctica solo queda en palabras, un país que no invierte en investigación está
condenado a estancarse. Desperdiciamos diariamente materia prima sin darnos cuenta, por ejemplo el residuo
del café, en promedio una familia en la elaboración de un tinto consume solo el 4% del fruto, el otro porcentaje
va a parar a la caneca, este puede utilizarse para elaborar abono orgánico o la presión atmosférica como motor
de una aeronave, la gravedad como energiá potencial, son algunos proyectos planteados por la esta teoría y
tendencia latinoamericana.
La economía azul es optimista por lo positivo de sus ideales, observa desde lo cotidiano o común, lo
aprovechable, lo adverso negativo y tiene un enfoque que es muy parecido al futurista. Si la comparamos con la
economía verde es más costosa porque no está en armonía y no maneja un ciclo circular aprovechable dejando a
muchos seres humanos por fuera del sistema, está segmentando y bajo ideales ambientales que no tienen
profundidad, como los paneles solares o energía termo solar, los paneles son demasiados costosos para una
familia campesina del interior del paiś por tanto es excluyente.
Es un gran reto convencer y entusiasmar a toda la comunidad para que haya un cambio de comportamientos que
trasciendan en los hogares e industrias de c incentivándolos a cada uno, que piensen y propongan de una manera
más amigable sustentable y azul con el planeta, proyectos donde reutilicemos nuestro entorno para ser más
amigables e incluyentes con las personas, dialogar e informar como la economia azul se basa en una vision de
un sistema no materialista.
Ejemplificación caso de biomímesis que reúnen la economía azul con conceptos de sostenibilidad. Gunter Pauli
es un hombre de avanzada, que complementa perfectamente y elocuentemente en su discurso la gran posibilidad
con la que contamos en nuestro planeta para aprovechar las múltiples opciones que nos brinda la naturaleza y
aprovechando de sus recursos, y sabiamente nos invita a mirar más allá, a no creer en lo que simplemente está a
la vista, como las externalidades causadas por el consumo de un producto como el aceite de palma, que destruye
el ecosistemas del Amazonas y la extinción de especies endémicas, la problemática es aún más profunda, la
gran oportunidad empieza con darle valor a lo intangible para valorarlo. En Colombia, un caso de aplicabilidad
de la economiá azul está el caso del cocodrilus acutus orientado por dos grandes biólogos (Giovanny Ulloa y
Clara Sierra) los cuales complementan la conservación con el uso sostenible de las especies pues plantean que si
las comunidades no ven en su entorno algo que puedan aprovechar para subsistir difícilmente se preocuparán
por cuidarlo y lo reemplazaran con algo que sí les de alimentación y una manera digna de vivir. Por último los
invitamos a ver los proyectos de economía azul y ver como en el mundo existe un gran sin número de
oportunidades sean académicas, culturales y aplicables en los mismos hogares.
Muchos le tenemos miedo a las termitas, hasta las consideramos plagas, pero lo que muchos no saben es que
pueden ser utilizadas para reducir las emisiones de gases efecto invernadero y sustituir economicamente las
calefacciones. Veamos el complejo Eastgate comparado con un hormiguero de termitas. Comprenden dos
estructuras que utilizan un sistema único de acondicionamiento natural de aire que mantiene una temperatura
agradable en el interior, durante todo el año, producto de la simbiosis de las termitas que es aprovechado por la
economiá azul.
Mediante un modelo computarizado para este proyecto de economía azul, que incluyó las variables de
corrientes de aire y enfriamiento, la empresa con sede en Londres Ove Arup diseñó el sistema de ventilación
alternativo de Eastgate. El aire fresco es atraído por hileras de ventiladores a 10 metros sobre el nivel de la
calzada y el aire exhausto se retira por 48 chimeneas de gruesos ladrillos, sin ser recirculado. En el verano, se
atrae el aire fresco de la noche, y en invierno, el aire tibio de la tarde caldea el edificio. El aire se cambia dos
veces al día durante el día y siete veces durante la noche, utilizando grandes ventiladores para acelerar el
enfriamiento. Este sistema consume únicamente cinco por ciento de la energía de un sistema convencional de
aire acondicionado, mientras garantiza a los usuarios una temperatura agradable durante el día, todo el año, y no
los uniformes 20 grados celsius que ofrece el aire acondicionado, sino de entre 18 y 25 grados Celsuis, según la
estación.
El desarrollo sostenible: tiene como finalidad garantizar a las presentes y futuras generaciones, una calidad de
vida acorde a las legítimas necesidades básicas insatisfechas como el empleo, vivienda, educación y un medio
ambiente adecuado para el desarrollo (Aguilar, 2016).
Economía azul: esta teoría fue planteada por primera vez por Gunter Pauli, se basa en los tangibles inutilizados
por el hombre, en convertirlos en recursos y buscar soluciones inspiradas en la naturaleza y su armonía, como la
biomim ́ esis. La economía azul, por este mismo mecanismo, es más económica que la economía verde ya que
esta le pide a los consumidores que inviertan más a cambio de conservar el ambiente (Aguilar, 2016).
Externalidad: aparece cuando las decisiones de un agente económico (individuo o empresa) afectan otros
agentes económicos en cualquiera de las fases de producción de un producto (Cueto, 2014).
La economía ambiental: es una confiable rama, una expectativa cuantitativa de cómo nuestra producción será
equiparable con los beneficios e incompatibilidades del uso de los recursos naturales. También esta disciplina
tiene en cuenta los usos sociales en la extracción de los recursos naturales, los bienes comunes y servicios que
presta la naturaleza (Aguilar, 2016).
Resumen: En los últimos años, a partir de los cambios en el medio ambiente del planeta propicia-dos en buena
medida por el hombre, se ha venido desarrollando una mayor concienciación y modiÀcación de actitudes y
hábitos de consumo en cierta parte de la población que busca proteger el medio ambiente y el uso de bienes y
servicios que reduzcan ciertas condiciones negativas para la vida desarrollando prácticas y consumos que
se puede llamar “sustentables”. Este artículo plantea realizar una mirada a los enfoques que se han venido
desarrollando en el estudio de dichas variables, las cuales inciden en los comportamientos
proambientales o ecológicos.
Introducción A partir de los impactos ambientales probados cientíÀ ca-mente a principios de los años
sesenta, cuando se advirtió de los efectos perjudiciales de los pesticidas y la responsa-bilidad de la industria
química en la contaminación —con-signados en el libro Primavera Silenciosa, de Rachel Carson, del que se
dice “fue el comienzo del movimiento ambientalista moderno, en el que una nueva ciudadanía mi-litante
exigió la reducción de la contaminación, la limpieza de los ambientes contaminados y la protección de las zonas
todavía limpias”, comenzó una ola que buscó cambiar los procesos productivos y las políticas tanto nacionales
como regionales y mundiales, promovien-do a su vez la reducción del impacto que el hombre genera y
buscando un mayor conocimiento y comportamientos del ser humano en el ambiente. En consonancia con ese
movimiento y posterior a este, se logró un primer gran paso en el mundo con la organización no gubernamental
conocida como “Club de Roma”, la cual estaba conformada por empresarios, cientíÀ cos y políticos. Encargó a
un grupo de investigadores del Massachusetts Ins-titute of Technology (MIT) un estudio que respondiera a
preguntas como ¿hay un límite al crecimiento? y ¿hasta qué grado podemos seguir consumiendo como hasta
ahora? Ese reporte, publicado en 1972, se conoce como “Los límites del crecimiento” y en su texto se aÀ
rma que “si la indus-trialización, la contaminación ambiental, la producción de alimentos y el agotamiento de
los recursos mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mun-dial, este planeta
alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más proba-ble sería
un súbito e incontrolable descenso tanto de la po-blación como de la capacidad industrial”. Este primer gran
llamado a la comunidad internacional logró que se sensibilizaran mucho más las diferentes naciones sobre
el tema, y dio lu-gar a la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Am-biente (“Conferencia de
Estocolmo”), realizada a mediados de 1972. En su informe À nal se “asume la responsabilidad de los riesgos
ambientales globales por parte de los gobier-nos y la sociedad, y se plantea su solución a partir de una estrategia
de educación ambiental, fundada en educar para comprender el mundo, cuya base es que la educación ha de
capacitar al hombre para comprenderse a sí mismo y com-prender a los demás y al mundo que lo rodea, con la
pers-pectiva de conducirlo hacia la realización de sus potenciali-dades”. Esta estrategia impulsó la discusión
de los riesgos ambientales globales y a la postre logró que se creara el “Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente” en 1972, cuya misión es dirigir y alentar la participación en el cuidado del
medio ambiente inspirando, informando y dando a las naciones y a los pueblos los medios para mejorar la
calidad de vida. En cuanto a la línea de educación ambiental (EA), hay que citar los logros conseguidos
en 1975 en el Primer Semi-nario Internacional de Educación Ambiental en Belgrado (“Carta de Belgrado”),
en el que se dio un marco general para la EA, así como las directrices internacionales que ge-nerar, y
participaron el PNUMA y la UNESCO. En la misma dirección, en 1997 la Conferencia Intergubernamental
sobre Educación convocada por la UNESCO en Tibilis (Georgia) proclamó la Declaración de Ti-bilis, en la
que “se precisaron las aportaciones correspon-dientes a la educación, delineando la función, los objeti-vos,
los principios rectores, los destinatarios, los contenidos y los métodos de la innovación educativa denominada
edu-cación ambiental”, cuyo À n era ins-truir a los estudiantes para la toma de decisiones frente a los problemas
ambientales. Sumado a lo anterior y en otra línea de importancia, en 1980 el PNUMA y el Word Wildlife
Fund (WWF), la mayor organización conservacionista independiente, comisionaron una estrategia orientada
hacia la conservación y el uso ra-cional de los recursos naturales, desarrollada À nalmente por la Unión
Internacional para la Conservación de la Natu-raleza (UICN). Esta es una de las primeras iniciativas que
tuvo un abordaje global de este problema. Es importante aclarar que la WWF está enfocada también en
promover la reducción de la contaminación y el consumo desmedido. En 1983, la Asamblea de las Naciones
Unidas creó la Co-misión Mundial sobre Ambiente y el Desarrollo (CMMAD), que en 1987 presentó su
informe À nal (llamado “Informe Brundtland” por el apellido de la primera ministra norue-ga), en el
que se expone el tema de desarrollo sostenible, deÀ nido como el tipo de desarrollo que “satisface las nece-
sidades de la generación actual sin comprometer la capaci-dad de las generaciones futuras para satisfacer sus
propias necesidades” (www.un.org). En este documento ya se plan-teaba una relación entre los factores
ambientales, sociales y políticos.Luego, en 1990, se desarrolló un documento, dirigido al mundo en
general, que buscaba el compromiso de todos los seres humanos de tener un modo de vivir sostenible: la “Es-
trategia mundial para la conservación: Cuidemos la Tierra”. A partir de estos procesos, en 1992, en la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (CNU-MAD) (más conocida como
“Cumbre de la Tierra”) de Río de Janeiro, se aprobaron tres acuerdos importantes: uno es el PROGRAMA 21,
un programa de acción mundial para promo-ver el desarrollo sostenible; otro es la Declaración de Río
sobre Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de princi-pios que deÀ ne los derechos y deberes de los
Estados, y À nal-mente la Declaración de principios relativos a los bosques, un conjunto de principios básicos
para apoyar el manejo soste-nible de los bosques del mundo (www.un.org).Anteriormente se habían dado otras
conferencias, como la Convención sobre Cambio Climático de 1998, en la que se planteó la necesidad de
disminuir la producción de CO2(dióxido de carbono), y después, en 2002, la “Cumbre de la Tierra” en
Johannesburgo o RIO 10, por cumplirse 10 años de la “Convención de Río”, donde se planteó la necesidad de
generar acciones para combatir las actividades genera-das por el hombre. En especial, lo que ha venido
resaltándose socialmente es la EA, factor que se ha abordado en la gran mayoría de los foros mundiales, así
como en congresos y conferencias relacionados con el ambiente, pero se ha tenido en cuenta otras variables de
estudio como factores relevantes de comportamientos ecológicos o proambientales, tales como el
conservacionismo y más adelante el uso racional de bie-
36 J. Sánchez Castañedanes y servicios que disminuyan el impacto en el mundo, pero que sean social y
económicamente viables. Es relevante anotar que algunos autores sostienen que, en general, América
latina es un contexto atractivo para realizar negocios especíÀ camente desde el punto de vista
ambiental, pero también se enfrenta a desafíos que contra-rrestan estas oportunidades, por lo que se debe
tener en cuenta aspectos de la región como el contexto institucio-nal, el entorno macroeconómico, el perÀ
l de los consumido-res y la dotación de recursos naturales (Vassolo, De Castro y Gómez Mejía, 2011).
Como respuesta al aumento de la conciencia mundial frente al deterioro del planeta, surge el green marketing o
marke-ting verde, al que se considera una de las mayores tenden-cias en los negocios modernos (Kassaye,
2001; McDaniel y Rylander, 1993; Pujari y Write, 1996; citado por Chen y Chai, 2010; Akehurst,
Alfonso y Martins, 2012), razón por la cual el estudio y el desarrollo de investigaciones que vayan en esta
dirección son importantes tanto para las empresas como para la sostenibilidad del planeta. Según Peattie (2001),
el marketing verde ha tenido tres fases. La primera se denominó marketing verde ecológico, en las décadas de
los sesenta y los setenta; esta fase rela-ciona todas las actividades que tratan de resolver los pro-blemas
ambientales y cuyo À n es reconocer el papel que tienen las empresas, los productos y los consumidores
fren-te a los problemas ambientales que se estaban presentan-do. La segunda fase, llamada marketing verde
ambiental, ocurrió en los años ochenta; el propósito era utilizar tecno-logía limpia en el diseño de productos
innovadores y siste-mas de producción. La tercera fase consistió en el marke-ting verde sostenible de los
años noventa; como plantea Peattie, es el desarrollo más profundo y signiÀ cativo del marketing verde,
vislumbra una oportunidad sostenible para el consumo y la producción basada en la protección y el aumento
de los recursos naturales. El consumidor es consciente del impacto ambiental y más aún de los produc-tos
que generan ese impacto, tanto negativo como positivo.Para poder entender de qué forma el consumidor y
sus prácticas de consumo son de relevancia capital para el mer-cado, se debe partir de entender lo que se
conoce como marketing ecológico, marketing ambiental, marketing ver-de, eco-marketing o marketing
sustentable, los cuales tie-nen como objetivo el análisis de cómo las variables ambien-tales y el impacto de
las actividades de marketing en el ambiente se pueden incorporar a varias decisiones del mar-keting
empresarial (Chamorro, Rubio y Miranda, 2007). Soonthonsami (2007) deÀ ne el marketing verde como
aquellas actividades realizadas por las empresas que tienen preocupaciones por el medio ambiente o problemas
verdes y que buscan entregar bienes y servicios para satisfacer a los consumidores y a la sociedad. Por otra
parte, Peatitie (1995) y Welford (2000) deÀ nen el marketing verde como un proceso de gestión responsable
para identiÀ car, anticipar y satisfacer las necesidades de los consumidores y de la socie-dad de una manera
rentable y sostenible (citado por Chen y Chai, 2010). Anteriormente, Harrison (1993) propuso la es-trategia de
marketing verde de las empresas a través del posicionamiento de beneÀ cios ambientales de los productos
verdes en la mente de los consumidores para inÁ uir su deci-sión de compra.Para Polonsky y Mintu-Wimsatt
(1997), el marketing ver-de se puede deÀ nir como un conjunto de actividades dise-ñadas para generar y
facilitar cualquier intercambio de bie-nes y servicios que permitan satisfacer las necesidades del ser humano a
través del cuidado y la protección del medio ambiente. Según esos autores, el marketing verde involucra tanto el
desarrollo como la promoción de productos y servi-cios que satisfagan las necesidades y deseos de los clientes
sin causar contaminación o daño en el ambiente. Chamorro (2001) deÀ ne el marketing ecológico como
aquel que aplican las empresas que adoptan un enfoque de marketing social para comercializar productos
ecológicos. Actualmente el marketing verde o ecológico se ha venido desarrollando mucho más y es
mucho más complejo que el marketing corriente, por lo que autores como Ottman (1998) plantean dos
objetivos principales de este: en pri-mera medida, desarrollar productos que tienen un equili-brio entre
las necesidades del consumidor, calidad, desem-peño y precio, y la oportuna compatibilidad ambiental; por otra
parte, proyectar una imagen de alta calidad que inclu-ya una sensibilidad ambiental relacionada con los
atributos del producto y, a su vez, con los logros ambientales de las empresas productoras. Para Grant (2007), el
marketing verde tiene tres compo-nentes: el primero es establecer nuevos estándares, el cual se basa en
objetivos comerciales, comunicando que la mar-ca y sus productos son más verdes o más ecológicos que las
demás alternativas. Busca una diferenciación con los de-más. Un segundo componente es compartir
responsabilida-des, es la unión de objetivos comerciales y ambientales al mismo tiempo; lo que se busca con
ello es cambiar el modo en que las personas usan los productos mediante la expe-riencia de eventos, marca y
educación. Y como tercer com-ponente se encuentra dar soporte a la innovación; es un objetivo de tipo
cultural que genera nuevos estilos de vida y nuevos modelos de negocios. Para la organización que plantea las
directrices del mar-keting en general, la American Marketing Association (AMA, 1995), el marketing verde
toma tres puntos de vista para su deÀ nición. La primera, un enfoque de venta al por menor, como la
comercialización de productos que se supone son ambientalmente seguros; también desde un punto de vista del
marketing social: como el desarrollo y comercialización de productos diseñados para eliminar los efectos
negativos para el ambiente físico o para mejorar su calidad; y un ter-cer punto de vista, desde el entorno:
tomándolo como el esfuerzo que hace una empresa para producir, promover, empacar y recuperar los
productos de una manera que sea sensible o responda a las preocupaciones ecológicas; esta deÀ nición
cubre la mayor cantidad de aristas y la amplitud que tiene el tema, pero al mismo tiempo las diÀ cultades
para alcanzarlo. Como plantean Gurau y Ranchhod (Chen et al., 2010), las compañías que persiguen el
marketing verde encuentran numerosas diÀ cultades, principalmente la variabilidad de la demanda, la
percepción desfavorable del consumidor y el alto costo.
Enfoques en el estudio de comportamientos proambientales o ecológicos y perÀ lación del consumidor verde
37Los consumidores, las industrias, los tecnólogos y la so-ciedad en general tienen en cuenta cada vez más las
carac-terísticas de los productos, esta tendencia inicialmente fue generada por los consumidores de los países
desarrollados, pero en los últimos años también se está haciendo en los países en vía de desarrollo. Estos
consumidores no solo es-tán pendientes del producto, las etiquetas y el contenido, sino también del proceso
industrial de las materias primas que se utilizan para elaborar los productos, es decir, el an-tes, durante y
después de la fabricación. El consumidor se empieza a preocupar por los problemas sociales, políticos y
medioambientales que están detrás de la producción, y se À jan en ofertas más respetuosas con el entorno y la
digni-dad de los trabajadores que intervienen en la fabricación (De la Rosa Navarro, 1999). Es en este
contexto que en Colombia, a partir del “Plan Estratégico Nacional de Mercados Verdes” emanado del Mi-
nisterio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territo-rial en 2002, se plantea como objetivo general
“consolidar la producción de bienes ambientales sostenibles e incre-mentar la oferta de servicios ecológicos
competitivos en los mercados nacionales e internacionales contribuyendo al mejoramiento de la calidad
ambiental y bienestar social”. Asimismo, en uno de sus objetivos especíÀ cos, se plantea “impulsar la
demanda nacional por productos verdes”, aclarando que en ese momento en el país la demanda de
este tipo de productos era incipiente, pero que contribuiría como “propósito pedagógico el transmitir a los
consumido-res nuevos elementos que permitan consolidar una concien-cia ecológica” (pág. 8). Ya en 2005, se
creó un sello ambien-tal colombiano; esta etiqueta ecológica “busca brindar a los consumidores información
veriÀ cable, precisa y no engaño-sa sobre los aspectos ambientales de los productos, además de estimular el
mejoramiento ambiental de los procesos productivos y alentar la demanda y el suministro de produc-tos que
afecten en menor medida al medio ambiente”; sin embargo, no se han detectado investigaciones que midan
las respuestas del comprador, que lo enmarquen en el con-sumidor sensible hacia la temática ecológica, ni
tampoco si este consumidor comprende lo que la etiqueta verde signi-À ca. Visto lo anterior, una de las
principales preocupaciones radica en la comprensión de los consumidores verdes y sus características, que
permita a las compañías desarrollar un nuevo objetivo y estrategias de segmentación (Chen, 2010).
Dentro de las diferentes áreas del conocimiento que pue-den ayudar a comprender los comportamientos de
las per-sonas para reducir el impacto de las conductas en los pro-blemas ambientales, encontramos la
psicología, en la medida que es relevante conocer qué factores —como la familia, la escuela, los
pares, el conocimiento ambiental, las normas sociales, los valores, el contexto o las actitu-des— pueden
estar relacionados con comportamientos pro-ambientales y que en el futuro pueden incidir en los facto-res de
compra y consumo de bienes con menos impacto medioambiental. Como plantea Vlek (González, 2002),
“nu-merosos problemas medioambientales son, en esencia, pro-blemas conductuales, sociales y culturales a
nivel del hogar individual, de las compañías de negocios, industrial y de-partamentos
gubernamentales”.Algunos estudios en las últimas décadas han venido desa-rrollando una perspectiva
psicosocial como una forma de explicar factores relacionados con la conciencia ambiental y la conducta
ecológica, que es resultado de actitudes, va-lores y creencias. Otras investigaciones tratan de determi-nar los
factores sociodemográÀ cos asociados a la conciencia ambiental (Aragonéz y Amérigo, 1991). Algunas han
dado como resultado que la población en estudio tiene un alto nivel de preocupación ambiental
(Berenger y Corraliza, 2000), mientras que algunos autores apuntan una escasa relación entre la
preocupación ambiental y la conducta ecológica responsable (González y Amérigo, 1999). En cuanto a las
características demográÀ cas, diferentes investigaciones evidencian que la educación está relaciona-da con las
actitudes y comportamientos de los consumido-res verdes, correlacionando positivamente estas variables
(Bui, 2005). Una investigación realizada con jóvenes univer-sitarios que poseen conciencia ecológica, señaló
que los jóvenes son más propensos y sensibles a los temas ambien-tales, lo que muestra que la edad y el sexo
se correlacionan signiÀ cativamente con el comportamiento de los consumi-dores y que los ingresos carecen de
importancia (Straughan y Roberts, 1999); al mismo tiempo, la intención de compra verde se correlaciona
positivamente con todas las edades y todos los ingresos, pero no con la educación (Soonthonsami, 2001). Otros
estudios han mostrado diferencias signiÀ cati-vas entre varones y mujeres en las actitudes ambientales
(Brown y Harris, 1992; Tikka et al., 2000), ellos tienen acti-tudes más negativas hacia el medio ambiente que
las muje-res (Eagly, 1987; Tikka et al., 2000). Las mujeres son más propensas a comprar productos
ecológicos, ya que creen que el producto es mejor para el medio ambiente (Chen, 2010).En cuanto a los
ingresos, contra lo que planteó Roberts, While Zimmer (Bui, 2010), encontró relación signiÀ cativa entre
ingresos y actitudes y conductas medioambientales, lo que muestra que los resultados no son concluyentes.
Otras variables importantes de estudio son los valores. Algunos autores plantean que estos inÁ uyen en el
compor-tamiento (Bui, 2010), los consumidores deben valorar la protección del medio ambiente antes de
que puedan tener la intención de comprar productos respetuosos con el me-dio ambiente. Por su parte, Peatti
(2001) sostiene que los consumidores deben sentir que cuando compran un produc-to ambientalmente amigable,
hacen un tipo de diferencia material. Algunos estudios han hallado que el grado de compromiso percibido por el
propio consumidor hacia la protección del medio ambiente es relativamente bajo, de ahí que los con-sumidores
sean menos propensos a participar en comporta-mientos favorables al medio ambiente (Bui, 2010). En cuanto a
la actitudes, existen muchas diferencias. Es importante deÀ nir el término actitud; para Allport (1935), “es una
disposición mental y neurológica, que se organiza a través de la experiencia que ejerce una inÁ uencia directriz
o dinámica sobre las reacciones del individuo respecto de todos los objetos y a todas las situaciones que le
correspon-
38 J. Sánchez Castañedadan”. Según Schultz y Zelezny (Chen, 2010), “las actitudes de preocupación
ambiental están arraigadas al auto-con-cepto de la persona y al grado en el cual el individuo perci-be ser una
parte integral del medio ambiente”. En general, la actitud representa lo que a los consumidores gusta o no gusta;
tener una actitud favorable hacia un producto es prácticamente un requisito esencial para que los consumi-
dores tengan una intención favorable de compra o consu-mo. Las actitudes a veces se miden en forma de
preferen-cia, que representa actitudes hacia un objeto respecto a otro (Blackwell, Miniard y Engel, 2002).
Es importante profundizar la determinación del tipo de actitudes que puedan llegar a predecir el
comportamiento ambiental de los jóvenes no solo sobre si se inclinan o no a la protección del medio ambiente y
la compra y el consumo de bienes que puedan incrementar los problemas ambienta-les, sino además analizar si
ciertos factores sociales inÁ u-yen o no en la toma de decisiones y, hasta cierto punto, en cómo se puede modiÀ
car los patrones de consumo, tenien-do en cuenta no solo procesos psicológicos, sino la interac-ción con
factores contextuales y culturales. Además es importante determinar hasta qué punto las ac-titudes son un
determinante de los comportamientos am-bientales y cuál es el grado de relación entre unos y otros, así como
si pueden existir diferencias entre jóvenes por varia-bles como el nivel socioeconómico o el nivel de
conocimiento de los problemas y otros factores de tipo sociocultural. Se han creado diferentes modelos para
evaluar las actitu-des de los consumidores, ya sea respecto al medio ambien-te como a la compra de productos
ambientales o ecológi-cos; el que ha demostrado mayor fuerza de predicción en cuanto a intención es la “Teoría
de conducta planeada” de Ajzen y Fisben (1980), razón por la cual es relevante expli-carlo.La teoría
proporciona un marco teórico para el estudio de las actitudes en relación con la conducta. Está basada en el
supuesto de que la conducta humana es totalmente racio-nal, y se tiene en cuenta el uso de la información
disponi-ble; por consiguiente, se evalúan los resultados de que una acción determinada se lleve a cabo o no.
Esas acciones es-tarán determinadas por la intención de llevar a cabo la ac-ción o no, puesto que están bajo el
control voluntario de las personas (el individuo es racional a la hora de tomar las decisiones). Los autores
sostienen que las personas conside-ran las implicaciones de sus acciones antes que decidir si realizan o no
una conducta dada. En este modelo la meta es predecir y comprender las conductas individuales de las
personas. Por lo tanto, lo pri-mero que se debe hacer es identiÀ car y medir la conducta de interés. Luego de
que esta se ha deÀ nido, se debe pre-guntar cuáles son los determinantes de esa conducta. Este modelo asume
que muchas acciones de relevancia social están bajo control voluntario, por lo cual son acordes con la
intención de la persona de ejecutarlas. Los autores argumentan que la actitud de las personas hacia una
situación especíÀ ca u objeto estará asociada a las creencias que la persona tenga en ese determinado momen-
to. Si una persona tiene una creencia hacia un objeto o si-tuación como “bueno”, realizará una evaluación o
tendrá una actitud mucho más favorable a ella que si la evaluación es “mala”, esto es, que dicha evaluación está
determinada por las características asociadas o atribuidas ha dicho obje-to o situación. Este modelo plantea
una fórmula en la que se explica cómo las creencias son importantes en la formación de las actitudes. En
general, la fórmula muestra la actitud (Ac) hacia el hacer una conducta concreta (c) es igual a la suma (ő)
de las creencias que llevarán a cabo la conducta, tendrá unas consecuencias determinadas (CCi),
multiplicadas por la evaluación (ya sea positiva o negativa) que se hace de esas consecuencias (ECi) y
donde (n) podría ser el número total de creencias de importancia para la persona. La acti-tud no es lo que
determina directamente la conducta que realizará el sujeto, tampoco es la valoración que el indivi-duo realice
sobre una acción determinada lo que lo llevará a hacer dicha acción o no, sino que la mediadora entre la actitud
y la conducta es la intención. A partir de la medición de actitudes, se realizó una in-vestigación en España, con
una muestra de 463 personas, en la cual se buscaba determinar los factores que inÁ uyen en las actitudes hacia
la compra de alimentos orgánicos. Las actitudes hacia la compra de alimentos orgánicos es-tán directamente
relacionadas con el estilo de vida del consumidor y están inÁ uidos por la actitud de los consumi-dores
respecto al medio ambiente. En este sentido, el es-tilo de vida y las actitudes ambientales tienen una inÁ uen-cia
positiva en la compra de productos orgánicos (Díaz y Bernabéu, 2012).Algunos autores (Hines,
Hungerford y Tornera, 1987), a partir de la revisión de 128 investigaciones, identiÀ caron cuatro bloques de
variables relacionadas con conductas ambientales. Estos factores son sociodemográÀ cos, cogni-tivos
(conocimiento sobre el medio ambiente), de inter-vención ambiental (creencias de las personas respecto a si
poseen o no conocimientos sobre la acción ambiental y las habilidades para ejecutarlas) y psicosociales
(actitudes, creencias y valores) que predicen el comportamiento de los jóvenes.De esta forma, se evidencia
la importancia de hacer un recorrido por elementos relevantes para la decisión de comprar o no productos
amigables con el ambiente y de qué manera se puede desarrollar el marketing dirigido a lo eco-lógico o verde,
cuyo À n es encontrar elementos para deÀ nir al consumidor verde.
El consumidor verde
La preocupación por el ambiente y los impactos del consu-mo en este ha dado origen a la aparición de un nuevo
seg-mento de mercado (especialmente en Europa y Estados Uni-dos), que maniÀ esta dicha preocupación
por medio de su comportamiento de compra y busca bienes y servicios que percibidos como de menor
impacto en el mundo, para al-canzar en el futuro la meta planteada en el informe Brundt-land: “satisfacer
las necesidades de las generaciones pre-sentes sin comprometer los recursos de las generaciones
futuras” (“Nuestro Futuro Común: Informe Brundtland”, 1987) y, por lo tanto, generar un ambiente mejor.
Según Fraj y Martínez (2004), este “nuevo segmento de mercado está constituido por consumidores ecológicos,
es decir, por individuos que a través de aspectos tales como:
Enfoques en el estudio de comportamientos proambientales o ecológicos y perÀ lación del consumidor verde
39la compra, el uso o consumo de productos, la reutilización o eliminación de residuos, la preocupación por los
proble-mas medioambientales y/o su grado de concienciación ecológica; asimismo, a través de su actitud
positiva y acti-va hacia el reciclaje o hacia la compra de productos menos contaminantes”. En la literatura
especializada el término se asimila al de consumidor verde, que es quien “maniÀ es-ta su preocupación por el
medio ambiente en su compor-tamiento de compra, buscando productos que sean perci-bidos como de menor
impacto sobre el medio ambiente” (Chamorro, 2001). Estas son razones de peso que es impor-tante clariÀ car
para determinar la importancia que ese consumidor da a un producto o servicio que se plantea como
ambiental o ecológico y los factores que afectan a su decisión.
Conclusiones
El desarrollo del problema ambiental y los diferentes abor-dajes de estudio sobre los consumidores y los
mercados ver-des o ecológicos que existen es muy amplio, en especial los que plantean factores relevantes
como la EA, pero lo ante-rior debe estar complementado cada vez más con el análisis de otras variables, en
especial las relacionadas con el con-sumidor en sí desde el aspecto psicosocial, teniendo en cuenta
actitudes, motivaciones, estilos de vida, preocupa-ción por el medio ambiente, valores, etc. Las diferentes
investigaciones acerca del consumo ecoló-gico dan especial relevancia a la diferencia entre las moti-vaciones
individuales y las colectivas, pues las primeras dependen de la educación y los valores instruidos en educa-
ción familiar, escolar y social, mientras que los colectivos dependen de los programas de refuerzo y las
reglamenta-ciones institucionales para el consumidor y reciclador inte-ligente.La evaluación del consumidor
desde un punto de vista de actitud, emocional y motivacional, abre un campo de ac-ción a la psicología del
consumidor en concordancia con el marketing y las ciencias ambientales que logre dar explica-ciones y maneje
teorías de orden social, de las diferentes interacciones y relaciones con pares, normativa, familia, valores,
actitudes, predicción de intención, marketing, me-dio ambiente, etc. Cada vez es más relevante identiÀ car qué
variables tie-nen mayor peso en cuanto a la formación del consumidor comprometido con el medio
ambiente y responsable con sus comportamientos a la hora de decisiones de compra y con-sumo, con el À n de
desarrollar y ampliar la oferta de mer-cado sensible a las necesidades y los deseos de dichos con-sumidores. En
Colombia no es fácil encontrar estudios que evalúen las tendencias de los consumidores dirigidos a di-chos
bienes y servicios; es más, desde la parte del Ministe-rio de Medio Ambiente aún no es claro como se ha venido
estructurando programas que ayuden a mitigar los impactos ambientales no solo del lado de la oferta, sino
también de la demanda, y queda abierto un inmenso campo de investi-gación y de aplicación para las empresas
que quieran pene-trar en esta área.
Lectura Alcance y gestión de la huella de carbono como elemento dinamizador del branding por parte de
empresas que implementan estas prácticas ambientales en Colombia
resumen
Esta investigación tiene como propósito explorar el uso de la huella de carbono (HdC) como herramienta de
construcción de marca para las empresas en Colombia. Se abordó un método de disen ̃o exploratorio con la
técnica de entrevista en profundidad. Entre los resultados obtenidos, se encontró que el marketing ecológico y el
branding son una oportunidad para el posicionamiento de las empresas con prácticas de la HdC, aunque aún la
decisión de comunicarlo, como diferencial o ventaja competitiva, no está dentro de los proyectos futuros de las
organizaciones indagadas, por cuanto existen factores externos que podrían cambiar o perjudicar su imagen,
contrario a lo que evidencia la literatura previa en este ámbito. Como futura línea de investigación se propone
abordar estos aspectos desde el punto de vista del consumidor y analizar el mercado internacional
comparándolo con la dinámica nacional.
1. Introducción
La huella de carbono (HdC) es la medición de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que son
considerados contaminan- tes del medio ambiente, como lo son el dióxido de carbono (CO2 ), el metano (CH4 )
y el óxido nitroso (N2 O), entre otros, mismos que han desencadenado el fenómeno del cambio climático y el
cambio en la composición atmosférica, y a su vez son inherentes a las actividades humanas, tanto cotidianas
como industriales (Mohit y Anu, 2012). Al respecto, Bárcena, Prado, Samaniego y Pérez (2014) precisan que:
El reto del cambio climático se asocia a la presencia de patrones productivos y de consumo insostenible,
dependientes del uso de energías fósiles con altas emisiones de carbono. En consecuen- cia, el cambio climático
impone límites y restricciones y obliga a reorientar el paradigma productivo y los patrones de consumo. El reto
simultáneo de adaptarse a las nuevas condiciones climá- ticas e instrumentar los procesos de mitigación,
reconociendo al mismo tiempo las responsabilidades comunes por diferencias y las capacidades heterogéneas,
es ciertamente extraordinario y condicionará las características del desarrollo del siglo xx (p. 7).
En este sentido, la medición de la HdC surge como una de las soluciones más pertinentes para conocer
resultados de emisiones de GEI que las empresas están generando y así tener un punto de partida para
implementar medidas, internas y externas, y mitigar las consecuencias del cambio climático.
En consecuencia, la HdC, más allá de medir el balance de las emi- siones de GEI y disminuir los costos
energéticos (resultado de las acciones de mejora del nivel de emisiones), conlleva a posicionar una imagen
diferente de las marcas en un contexto con consumido- res conscientes de temas medioambientales, según lo
que reporta la literatura asociada a la tendencia del consumo responsable y el posicionamiento de estas acciones
en el consumidor.
Ante este panorama, el sector empresarial también se debe ajus- tar a las nuevas condiciones y exigencias
globales para contribuir conelmedioambiente,ytambiénparaprepararsehaciaunmodelo de desarrollo sostenible,
tal como lo afirman Pearce y Robinson (1997) y Prahalad (1999). En este mismo sentido, Pandey, Agrawal y
Pandey (2011) propone que la HdC debe ser un compromiso empresarial, del Estado y de la sociedad en
general.
En Colombia también se está trabajando en este tema, pues aunque el país no genera grandes cantidades de GEI
(1%), en comparación con los países desarrollados, su economiá , junto con otras emergentes, están en auge,
ocasionando mayor producción y demanda de productos y servicios y, por ende, grupos emergentes de nuevos
consumidores:
América Latina aparece en una situación ambigua frente a este escenario. Pese a que en algunos países de la
región se esgri- men discursos favorables al cuidado del medio ambiente y a cambios en los patrones de
consumo que impongan nuevos conceptos de bienestar humano que trasciendan al ingreso y el consumo, no se
observa un escenario favorable para la crítica al crecimiento económico y a sus consecuencias sobre el cambio
climático. Varias razones pueden esgrimirse para este escenario (p. 8).
Lo anterior también es consecuente con los grandes retos del siglo xxi: el calentamiento global, por sus causas y
consecuencias, y el séptimo objetivo del milenio de las Naciones Unidas: garantizar la sostenibilidad del medio
ambiente. Al respecto, Colombia inte- gra dentro de sus objetivos de desarrollo sostenible estos mismos
propósitos.
Con estos antecedentes, en este proyecto de investigación se indagó sobre cómo las empresas integran la gestión
de la HdC con el marketing ecológico y el branding, como herramienta estratégica para incorporar una nueva
manera de realizar mercadeo y posi- cionar la marca, con un atributo diferencial para los consumidores de
mercados verdes. El abordaje desde el branding obedece a que la literatura previa indica que los activos
intangibles se deprecian en el tiempo por su uso, desgaste u obsolescencia, mientras que los intangibles, como la
marca, dependiendo de cómo se gestione, puede llegar a apreciarse.
En este sentido, las marcas y consumidores que tienen dentro de sus convicciones y prioridades la preservación
y conservación de los recursos naturales se destacan y sobresalen con productos diferenciados en atributos y
branding, por su posición frente a pro- blemáticas que afectan a la humanidad; esto permite el crecimiento
rentable de marcas que valoran el planeta y sus recursos naturales, a lo cual Ortegón(2014) sen ̃ala que «la
identidad de marca debe concebir, proponer, mantener y administrar los beneficios funcionales, emocionales y
sociales (autoexpresión) ligados a un producto, los cuales deben ser significativos para el consumidor,
favorables y también diferenciados».
Adicionalmente, es común que la gestión de la HdC involucre cambios sustanciales para todos los paiś es,
desarrollados y en vía de desarrollo, contribuyendo a nuevas formas de crecimiento social, cultural y económico
y, por ende, nuevos espacios para el mercadeo.
Dadas las anteriores consideraciones, se trazaron los siguien- tes objetivos especif́ icos para mejorar el alcance y
la comprensión de la investigación: describir las principales prácticas y avances en marketing ecológico
utilizadas por las empresas identificadas como compan ̃iá squeimplementanlaHdC;identificarlosprincipales
atributos de construcción de marca y/o comunicación, en el con- texto de protección al medio ambiente
empleado por las empresas que implementan la HdC, y conocer las dificultades y oportunida- des que han
encontrado las empresas para implementar la HdC con enfoque de branding. Dichos objetivos estuvieron
orientados al descubrimiento de actividades y gestión empresarial que reali-
zanlascompan ̃iá s,porlocualelabordajemetodológicoempleado fue exploratorio combinando entrevistas a
profundidad realizadas a diferentes expertos y empresarios de diferentes sectores econó- micos. Finalmente,
este artículo se ha estructurado en 4 secciones; la primera sección expone la revisión bibliográfica,
posteriormente se presenta la estrategia metodológica del estudio, luego se presen- tan los resultados, para
culminar con las conclusiones derivadas de la investigación.
2. Revisiónbibliográfica
Es importante aclarar que coexisten 3 huellas: la ecológica, la hídrica y la de carbono. La primera se preocupa
por realizar mediciones de la gestión del impacto ecológico respecto a la moderación de cantidades de agua y
tierra nece- sarias para absorber los residuos tóxicos para que la población consuma y sobreviva; la segunda
mide el agua que se consume por personas y procesos industriales y la tercera, la HdC, mide el impacto que
generan en el medio ambiente todos los GEI que se producen con la actividad humana.
En este contexto, la investigación analizó la HdC, el branding y marketing ecológico como ejes principales para
conseguir el cum- plimiento de los objetivos propuestos. Desde dicho punto de vista, la gestión de la empresa
enfocada en el cuidado del medio ambiente y su posterior comunicación de acciones se convierte en una estra-
tegia diferenciada y reconocida por los consumidores.
Lo anterior reafirma el concepto que cada vez es más genera- lizado: si los modelos de desarrollo cambian
también lo hacen los consumidores, y en este caso, de acuerdo a los objetivos del milenio de la Naciones
Unidas, se busca trabajar con un modelo alterna- tivo de economía de desarrollo sostenible, donde los
consumidores también harán su transición hacia preferencias de compra donde prevalezca la preservación y
conservación del medio ambiente, tal como ha sido validado empíricamente por la literatura para el caso de
América Latina. Esta tendencia no escapa al ámbito de la gestión, dado que la competitividad implica
sustentabilidad.
En cuanto a Colombia, para el presente estudio se identificaron 36 empresas que han adelantado prácticas
voluntarias de medi- ción de la HdC, de acuerdo a información obtenida por fuentes oficiales y contactos
directos y referenciados. Se debe aclarar que, para el momento de la investigación, no se encontraron estadísti-
cas consolidadas sobre resultados en este tema a nivel de empresas, pero sí datos aislados de cada organización
y de agremiaciones que trabajan como consultoras de estos procesos.
Por otra parte, en el tema de soporte normativo está el Insti- tuto Colombiano de Normas Técnicas y
Certificación (ICONTEC), que realiza validación y certificación voluntaria para la medición de GEI y además
cuenta con certificación en normas relacionadas con el cambio climático avaladas internacionalmente, entre
ellas la ISO/TS 14067:2013, donde se establecen los principios, requisitos y directrices para la cuantificación y
comunicación de la HdC de productos, basados en las emisiones y absorciones de GEI durante su ciclo de vida.
Referente a la normatividad internacional, se han creado espa- cios para los productos etiquetados con la
medición de la HdC, especialmente en el mercado europeo y americano. Algunos ejem- plos son: etiquetado
ambiental (Ley Grenelle, Francia); proyecto de ley Waxman-Markey (Estados Unidos); iniciativas privadas de
etiquetado (Walmart, TESCO, Casino, Leclerc, Migros, Timberland, Patagonia, Coop, etc.). De acuerdo al
ICONTEC, existen más de 340 ecolabels en el mundo.
Después de las anteriores consideraciones, a continuación se revisa la literatura relevante de los 3 ejes de este
trabajo de inves- tigación: la HdC, branding y marketing ecológico.
La HdC no solo está relacionada directamente con el cambio climático que ocasiona la emisión de GEI, sino
también con el desarrollo económico de los países, en donde se observa que las organizaciones que contribu-
yen a la protección del medio ambiente también contribuyen a la competitividad del país, sin importar si dichas
organizaciones son multinacionales o pymes.
En cuanto a América Latina, según la CEPAL, 2014 se han adelantado proce- sos voluntarios de medición de la
HdC de productos; no obstante, esta Comisión indica que no solo debe interpretarse la gestión de mitigación de
los GEI como un ejercicio de marketing propio de las empresas involucradas en ello, sino como un desafío del
Estado. En este sentido, se ha generado normatividad local, nacional y mundial a partir de cumbres y foros,
donde cada nación ha asumido un com- promiso directo e indirecto frente a su responsabilidad ambiental con el
planeta. El protocolo de Kyoto de la convención del Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
es una de las polit́ icas internacionales más importantes en este tema, que afecta la competitividad de los paiś es.
De esta forma, antes de incursionar en el tema de branding y marketing ecológico es necesario hacer referencia
al concepto de «responsabilidad social empresarial» (RSE) como polit́ ica de retribución y minimización del
daño que se puede generar como producto de las actividades propias de la empresa, tema que está asociado a los
objetivos de esta investigación. Es así que, para la RSE está relacionada con el compromiso que tienen las
organizaciones con sus grupos de interés, quienes se pue- den ver afectados positivamente, o negativamente, por
el ejercicio de la misión de la organización.
Para el presente estudio, la medición de los GEI y las acciones de mitigación y compensación son parte de la
RSE de la empresa como una contribución ambiental, lo cual repercute en la competitividad y productividad de
la organización, tanto en el entorno nacional como en el internacional. La RSE no es filantropía o generosidad;
el concepto va mucho más allá: es el esfuerzo de las empresas por identificarse con el des- arrollo sostenible,
buenas prácticas laborales y cero corrupciones.
de los procesos de la HdC y el branding. Los estudios previos en la materia muestran que los desarrollos
recientes de la concepción ecológica de una ciudad o un país deben involucrar la evaluación de la marca; de esta
forma, el branding sustentable aplica incluso a ámbitos como la política. En este sentido, este concepto es
aplicable a la sostenibilidad a largo plazo de una organización, en aspectos relacionados con la innovación
organizacional o con el comportamiento organizacional. La importancia del branding implica tener en cuenta
aspectos como la interacción entre la marca y el valor.
De esta forma, se considera que existe relación entre branding y marketing ecológico, ya que ambos buscan
posicionamiento sos- tenible a través del conocimiento de sus consumidores. Valores de los individuos y sus
patrones de compra han generado preocupación en las organizaciones, especialmente en la gestión de
marketing, dados los asuntos concernientes al desarrollo sosteni- ble, entre los que se encuentra la HdC.
En los últimos años activos acumulados por empresas multinacionales han implicado cambios en los modelos y
mecanismos para realizar negocios; en este sentido, argumentan que ello se debe a la brevedad de los ciclos de
vida de los productos y a la mayor preocupación de las organizaciones por comprender los aspectos que generan
valor a sus clientes, quienes tienen una amplia oferta de satisfactores y mecanismos para compararlos.
Adicionalmente, los temas medioambientales son de interés para investigadores en el campo de las ciencias
administrativas, más en una época donde lo ambiental es cada vez más usado dentro de las grandes compañias.
La gestión de marketing involucra la administra- ción del precio, las comunicaciones, la promoción y la
distribución de productos, sin dejar de lado la compatibilidad de estos procesos con el medio ambiente.
Con la gestión de la HdC y el branding se llega al marketing eco- lógico como una integración de procesos y
acciones enfocados en el logro del mismo objetivo. En la literatura de marketing, términos
como marketing ecológico, ambiental o sostenible reflejan una filo- sofía de gestión basada en la idea de que la
empresa puede satisfacer las necesidades de diversos stakeholders con intereses medioam- bientales, mediante
acciones sostenibles que no tienen por qué perjudicar sus resultados financieros, dando cuenta de que los
criterios medioambientales pueden generar diferenciación percibida por parte de los consumidores. El cambio
en los patrones de consumo y, por ende, de producción pueden generar oportunidades de negocio o carencia de
competitividad.
La preocupación por el deterioro del MA, además de ser una compleja tendencia social, es también un
fenómeno de marketing, toda vez que hay evidencia de un nuevo segmento de consumidores denominados
consumidores verdes o ecológicos. El mercadeo verde es el presente y el futuro de la gestión de esta área
funcional de una organización.
Metodología: A partir de la literatura revisada y el propósito de este estudio orientado por un planteamiento
exploratorio empresarial, se desarrolló un abordaje cualitativo, toda vez que la revisión de la literatura confirma
que el concepto de la HdC en Colombia es novedoso y no se ha abordado este fenómeno desde la perspectiva
del mercadeo y, en especial, del ecobranding. En consecuencia, el tipo de investigación que se desarrolla es
exploratoria, conducente a obtener información y familiarizarse con las experiencias que se han tenido frente a
la gestión de la HdC asociado al branding, a partir de las realidades de los contextos construidos y creados por
sus actores sociales. Por lo anterior, y con base en los objetivos de investigación del estudio y las características
propias de los entrevistados (gerentes de empresa), quienes presentan condiciones de acceso limitado por sus
ocupaciones, no se consideraron otras perspectivas, métodos y técnicas de análisis exploratorio o concluyente,
considerando la técnica de entrevista a profundidad como un medio suficiente para indagar, profundizar y
construir las prácticas de la gestión de la HdC, en coherencia a lo sugerido por Creswell ylaposibilidad de
representar la gestión de la imagen de marca ecológica en esquemas cognitivos por parte de los entrevistados y
la perspectiva empresarial adoptada en el documento.
Para la inclusión de las empresas participantes y los entrevistados se utilizó un diseño muestral no probabiliś tico
por juicio, cuya condición era la existencia de prácticas de la gestión de la HdC en sus procesos. Es así como se
realizó una base de datos de empresas, las cuales fueron abordadas entre abril y junio de 2015; posterior- mente,
las entrevistas se realizaron entre junio y agosto del mismo año. Asi el trabajo de campo concluyó con 12
entrevistas efectivas, ante lo cual se debe tener presente que la cantidad de participantes obedece al criterio de
saturación, mismo que indica que la cantidad de entrevistas pueden suspenderse una vez se detecta que los
aportes adicionales de los participantes no variá n signifi- cativamente entre sí.
El análisis de resultados, de conformidad a los objetivos de inves- tigación, se realizó a partir de la técnica de
análisis hermenéutico del discurso, esto quiere decir que las 12 entrevistas realizadas a los gerentes de las
empresas participantes se transcribieron en formato digital para posteriormente ser anali- zadas utilizando un
software especializado de análisis cualitativo. En este orden de ideas, para abordar el fenómeno de interés la
entrevista semiestructurada que se aplicó a los participantes se diseñó con 3 ejes principales o categoriá s
orientadoras: HdC, branding y marketing ecológico. A continuación, en la tabla 2 se presenta su
fundamentación y densidad, según el procesamiento en Atlas.Ti.
Con el fin de facilitar la comprensión de mapas léxicos, se describe la estructura de cada uno a partir de la
figura correspondiente. Es importante considerar que cada uno de los nodos de las figuras representa códigos; al
interior de ellos, el númerodelaizquierdasimbolizalafundamentacióndelcódigo, esto es, su saturación, y el de la
derecha constituye su densi- dad, o sea, la cantidad de conexiones que tiene con los demás nodos.
Es así que la categoría orientadora HdC (fig. 1) cuenta con 9 ejes de indagación, en orden de fundamentación,
son: apoyo externo y alianzas estratégicas; proyectos futuros; debilidades y fortalezas en la implementación;
áreas y procesos involucrados en la implementación; barreras en la implementación; propósito para la iniciativa
en la implementación de la HdC; modificaciones en los procesos, y tiempo de implementación y frecuencia de
medi- ción. El eje restante, que es cambios en la comunicación a partir de la implementación de la HdC, según
la revisión de literatura, hace parte de la categoría orientadora branding y marketing ecológico, pero está
vinculada a la HdC toda vez que, según los discursos de los participantes, estos asuntos no son una prioridad ni
para los proyectos futuros ni lo fueron como propósito de iniciativa en la implementación de la HdC.
En este orden de ideas, en primera instancia se analiza los ejes de indagación con mayor fundamentación por
parte de los entrevistados: apoyo externo y alianzas estratégicas, debilidades y fortalezas, barreras, modificación
en procesos, proyectos futuros y propósito.
En el eje de indagación denominado tiempo de implementación y frecuencia de medición de la huella, todas las
organizaciones evidencianunrangodeimplementaciónentre4y6an ̃osyuna frecuencia de medición entre 1 y
2an ̃os; así mismo, para el eje de indagación apoyo externo y alianzas estratégicas (fig. 2) se evidencia que las
empresas han estado participando en eventos y programas relacionados con la HdC con 13 fundamentaciones
(número de repeticiones del mismo concepto/variable en el corpus total), seguido de organizaciones aliadas con
10. No obstante, de acuerdo a las respuestas dadas por los entrevistados, 8 de ellos adelantaron el proceso de
implementación sin apoyo externo gremial o gubernamental.
En las fortalezas mencionadas por los participantes, la que más se fundamenta es mejoramiento de los procesos
con buenas prácti- cas ambientales, con 19, en el cual se tienen en cuenta los procesos de residuos industriales,
producción y ciclo de vida del producto. Como segunda fortaleza está la proyección empresarial, con 11 fun-
damentaciones, en la cual las empresas se proyectan ser líderes en Colombia sobre temas ambientales y generar
planes de acción de innovación en proyectos ambientales.
Como debilidades se evidenció, en primera instancia, la unifica- ción de una unidad de medida, información y
entes externos, con 10 fundamentaciones, en donde se tiene en cuenta la falta de unifi- cación de una unidad de
medida, la dispersión de la información, la integración entre empresa y gobierno, dependencia de un externo y
los cambios gubernamentales que en ocasiones llevan a reiniciar muchas veces el proceso. En segunda instancia
está la falta de con- ciencia ambiental (9 fundamentaciones), en donde se tiene como paradigma pensar que
Colombia produce apenas el 1% de GEI a nivel global.
A su vez, se identificaron en proyectos futuros 3 unidades léxi- cas secundarias. Las unidades que más se
fundamentaron fueron: acciones de prevención y capacitación, con 16; metas de reduc- ción, con 15, y carbono
neutro, con 5. De este eje de indagación se resalta que el cambio en la comunicación con fines de mercadeo no
es prioridad para las empresas como proyecto futuro (fig. 4), lo cual coincide también con que no fue un
propósito cuando iniciaron el proceso de implementación de la HdC.
Así mismo, se encuentran 5 ejes de indagación asociados al pro- pósito de iniciar un proceso de implementación
de la HdC, donde 4 de ellos tienen una alta mención por parte de los gerentes. Al respecto, la unidad léxica que
más se menciona es compromiso ambiental, con 23 fundamentaciones, seguida de estrategia empre- sarial, con
19, tendencias mundiales, con 11, y evaluar el impacto, con 14 (fig. 5).
No obstante, los resultados evidencian que en el marco del propósito para emprender la iniciativa de la HdC no
es prioridad cambiar la comunicación con fines de posicionamiento o estrategia de marca (15
fundamentaciones). En cambio, sí se evidencia que los propósitos más relevantes son el compromiso ambiental
y eva- luar el impacto, las cuales suman 37 fundamentaciones, lo cual es coherente con las tendencias
mundiales y los objetivos del milenio.
10; tecnologiá , con 9; disposición de residuos y desechos, con 7, y procesos de empaques, con 4. En estas
mismas unidades léxicas algunos entrevistados mencionaron no haber realizado cambios a pesar de adelantar el
proceso de medición de la HdC. En la uni- dad léxica secundaria, el proceso de empaque también fue un tema
importante dentro de las modificaciones, porque tiene mayor impacto ambiental. Según los entrevistados, « [. .
.] en el empaque, yo le metía a una caja de 10 kilos, 4 bolsas de 2,5 kilos, y se bajó a una sola bolsa de 10
kilos»; « [. . .] hacemos reducciones de empaque y
an ̃otrasan ̃orealizamosejerciciosdemejoramientoparapoderdis- minuir el consumo de materiales de empaque [. .
.]» (comunicación personal, agosto de 2015).
Asi,́ la segunda categoriá orientadora, branding y marketing eco- lógico, está soportada en 3 ejes de indagación:
la comunicación, con 15 fundamentaciones, seguido de campan ̃as publicitarias de res- ponsabilidad social y
ambientales, con 28, y estrategias de marca, con 15 (fig. 8). En la presente investigación esta categoriá da el
panorama actual y futuro del mercadeo frente al contexto global y nacional, en relación con el cambio climático
y la medición de la HdC, como indicador de los procesos organizacionales.
Por consiguiente, en este eje de indagación se evidencia que la comunicación no es prioritaria ni para el
propósito ni para los pro- yectos futuros. Por lo tanto, no han establecido estrategias de marca como campan ̃as
publicitarias con el tema de la HdC y más bien se hanenfocadoenparticiparypatrocinarcampan ̃asderesponsabi-
lidad ambiental.
Conclusiones: Los hallazgos de esta investigación, contrastados con la lite- ratura, plantean diversos escenarios
con oportunidades para desarrollar estrategias de negocios y de marketing orientadas a la protección del medio
ambiente, de acuerdo a las tendencias mun- diales y las exigencias de un nuevo consumidor más informado y
consciente del cuidado del planeta y de sus hábitos de consumo. En este sentido, las empresas se están
preparando para los nuevos retos donde los consumidores y los nuevos mercados se preocupan por el ambiente,
la responsabilidad social y el merca- deo para las nuevas economías; así lo confirman Pearce y Robinson
(1997), Prahalad (1999) y, más recientemente, Pandey et al. (2011) cuando se refieren a la investigación dentro
de las empresas en cuantoacambioclimático,economíayecosistemas.
En Colombia, la medición de la HdC no ha sido reglamentada legalmente como una exigencia para mitigar y
compensar la emisión de GEI, aunque las empresas han ido tomando conciencia, a pesar de que no existen
referentes de su mismo sector que indiquen a los consumidores la magnitud de GEI que les permita tomar la
mejor elección de compra, con base en la contribución al planeta. Hasta el momento han sido procesos
voluntarios; no obstante, la CEPAL (2014) sen ̃ala que estas no deben esperar a una presión eventual y tampoco
a una imposición a través de una polit́ ica de Estado, sino que deben actuar como respuesta a desafíos
económicos internacionales.
Los resultados de esta investigación muestran que la medición de la HdC conllevó a que las empresas
participantes realizaran modificaciones en sus procesos, lo que les permitió la disminución de costos y la
reducción de GEI (fig. 10).
El objetivo principal del presente estudio se cumplió, por cuanto a través de entrevistas en profundidad se
indagó y exploró la ges- tión de la HdC, la gestión de branding y marketing ecológico. En cuanto al primer
objetivo especif́ ico, describir las principales prác- ticasyavancesenmarketingecológicoutilizadasporlasempresas
identificadascomocompan ̃iá squeimplementanlaHdC;algunas de estas informaron sobre avances especif́ icos en
medios especia- lizados, artículos e informes científicos y de desarrollo sostenible que no están orientados como
estrategia de marketing ecológico, sino como divulgación de resultados técnicos y de responsabilidad social y
ambiental.
Referente al segundo objetivo específico, identificar los princi- pales atributos de construcción de marca y/o
comunicación, las empresas estudiadas no han desarrollado acciones que les per- mitan construir y posicionar
una nueva imagen a partir de este proceso. Dentro de este mismo objetivo la comunicación tiene más
orientación de concientización ambiental que como propósito de marketing. Por último, en el tercer objetivo
específico, conocer las dificultades y oportunidades que han encontrado las empresas para implementar la HdC
con enfoque de branding, la mayoría de estas han desarrollado este proceso logrando reducción de costos y emi-
sión de GEI; además, han identificado la oportunidad de divulgarlo como estrategia de marca y factor
diferenciador; pero dentro de sus políticas organizacionales y proyectos futuros aún no lo han con- templado,
porque no hay referentes en el mercado ni legislación que obligue a las empresas a dar cuentas métricas de sus
resultados de la HdC.
Es relevante aclarar que inicialmente la investigación se plan- teó sobre 3 categorías orientadoras: HdC,
branding y marketing
ecológico; no obstante, en el desarrollo de la recolección de infor- mación se evidenció que las empresas no
desarrollan estrategias de gestión de marca ni acciones de marketing relacionadas con el tema de la HdC, por lo
que se consideró unificar estas 2 últimas en una sola categoría.
Por otra parte, las entrevistas muestran que las empresas con- sideran fundamental incluir en sus procesos
buenas prácticas ambientales y la concientización y sensibilización para todos sus grupos de interés como un
factor diferenciador. En este aspecto se coincide con De la Torre et al. (2009), toda vez que el no estar inmerso
en estos procesos puede ocasionar pérdidas de competi- tividad; así lo ratifican Bonilla-Castro y Rodriguez-
Sehk (2005) al sen ̃alarquelaactividadproductivadeberestituirelcapitalnatural
ylosresiduosdeesaactividadnodebensercontaminantes.
En cuanto a construcción de marca, se evidenció que las empre- sas entrevistadas no consideran importante
desarrollar estrategias para posicionar sus marcas a través de la divulgación de los resul- tados de medición de
la HdC; por lo tanto, no están aprovechando ese factor diferencial adelantado. Esto es contrario a lo indicado
por Moon y Millison (2001), quienes proponen que las marcas inviertan en branding, ya que pueden lograr
posicionamiento, man- tenimiento, recordación y reconocimiento.
A su vez, los participantes reconocen que será la exigencia de los nuevos consumidores y de los nuevos
mercados la que obli- gue a implementar o dar a conocer estas nuevas prácticas como diferenciador y
estrategias de posicionamiento, tal como lo expone la literatura sobre el consumo responsable.
En esta misma liń ea, Kärnä et al. (2003) reconocen la manera en que las empresas pueden satisfacer las
necesidades de diversos stakeholders con intereses medioambientales, a través de medidas que no perjudiquen
sus resultados financieros.
En la actualidad las empresas divulgan estas prácticas de la HdC, se esfuerzan por obtener certificaciones y el
sello verde, solo con fines de comercialización, es decir, para negociar en los mercados internacionales. Al
respecto, la CEPAL (2014) menciona la exigencia de los sellos verdes como compromiso de responsabilidad
con el planeta. Lo anterior implica que promover acciones de mercadeo generando estrategias de marca y
posicionamiento no es una prio- ridad para las empresas participantes, sino una exigencia comercial. Esto lo
confirma la información arrojada en el eje de propósito para la implementación de la HdC, en contravía a
quienes pronosti- can que la comercialización de productos, de acuerdo con criterios medioambientales, puede
generar para la empresa relevantes ven- tajas en la diferenciación de cara al mercado (Barnejee, 2001). Por lo
tanto, no deben ser medidas transitorias por exigencia de algu- nos mercados, sino como una política de
estrategia empresarial. Así mismo, Ottman (1998) hace referencia a que el mercadeo conven- cional ha de
evolucionar hacia el verde. En este mismo contexto, se considera importante comunicar estas prácticas
ambientales en los empaques porque genera reconocimiento y posicionamiento.
Este trabajo de investigación permite invitar a que futuras investigaciones amplíen este campo de conocimiento
abordando el punto de vista del consumidor, quien puede arrojar información relevante para las empresas y su
gestión frente al mercadeo y a las estrategias de branding. A su vez, se sugiere indagar en otros países para
revisar la visión de los gerentes frente a este tema con el fin de contrastar si este fenómeno tiene similar
comportamiento en otros contextos.
Se concluye que las empresas no están generando ventaja com- petitiva frente al mercado, ni produciendo valor
a la marca y sus accionistas, como lo evidencian sus propósitos y proyectos futu- ros, en donde no van más allá
del tema ambiental y de tendencias globales, desconociendo las oportunidades de las estrategias de branding y
marketing ecológico, las cuales podriá n brindarles reco- nocimiento y posicionamiento como empresas líderes
en Colombia.
En Colombia, la Ley 1333 de 2009 establece el actual procedimiento sancionatorio ambiental. Uno de los
aspectos más debatidos de esta Ley es la creación de la presunción de culpa o de dolo por parte del infractor,
quien será sancionado si no desvirtúa esta presunción. Al respecto, señala el parágrafo del artículo 1:
"En materia ambiental, se presume la culpa o el dolo del infractor, lo cual dará lugar a las medidas preventivas.
El infractor será sancionado definitivamente si no desvirtúa la presunción de culpa o dolo para lo cual tendrá la
carga de la prueba y podrá utilizar todos los medios probatorios legales."1Y en este mismo sentido establece el
parágrafo 1 del artículo 5:
"En las infracciones ambientales se presume la culpa o dolo del infractor, quien tendrá a su cargo
desvirtuarla."2Surtido el trámite de la ley en el Congreso de la República, fue objetado en la Presidencia, por
vicios de inconstitucionalidad, con fundamento en el desconocimiento del derecho al debido proceso y del
principio de presunción de inocencia. La objeción fue sometida al conocimiento de la Corte Constitucional, la
cual mediante Sentencia C-196 de 2009 se declaró inhibida y se abstuvo de pronunciarse sobre el fondo del
asunto,con fundamento en que la misma fue suscrita por el Presidente y el Ministro de Minas y Energía y no por
el Ministro correspondiente al tema, que era el de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, en su momento.
Una vez expedida la Ley 1333 de 2009, estas normas fueron demandadas ante la Corte Constitucional, la cual,
mediante sentencia C-595 de 20103las declaró exequibles, por considerar que el principio de presunción de
inocencia tiene una aplicación distinta en derecho administrativo sancionador, de la que tiene en el campo del
derecho penal, pues en el primero es concebible, incluso, la aplicación de la responsabilidad objetiva, sin culpa.
Establece que la autoridad ambiental la ejerce el Estado a través del "Minis-terio de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial, las Corporaciones Autónomas Regionales, las de Desarrollo Sostenible, las Unidades
Ambientales de los grandes centros urbanos a que se refiere el artículo 66 de la Ley 99 de 1993, los
establecimientos públicos ambientales a que se refiere el artículo 13 de la Ley 768 de 2002 y la Unidad
Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales, UAESPNN, de conformidad con las
competencias establecidas por la ley y los reglamentos."4
La citada Ley consagra, a título de eximentes de responsabilidad, la fuerza mayor, el caso fortuito, el hecho de
un tercero, los actos terroristas y el sabotaje.
Señala unos términos de caducidad de la acción amplios, veinte años desde que sucedió el hecho o la omisión
generadora de la infracción.
Otro aspecto del Protocolo que vale la pena destacar, es la solicitud a los países para elaborar un mecanismo de
responsabilidad y compensación inter-nacional por eventuales daños que podrían resultar de los OVM. El
estado actual, fruto de las diversas reuniones de los grupos de trabajo, es el establecimiento de un enfoque
administrativo de la responsabilidad y la reparación, mediante el Protocolo suplementario de Nagoya - Kuala
Lumpur (2009). Así mismo en las reuniones subsiguientes se llegó a acuerdos sobre responsabilidad civil,
definiciones de "amenaza inminente de daño", "operador", "productos de OVM".
· El Decreto 4525 de 2005, que reglamentó la Ley 740 de 2002, establece tres nuevos Comités Técnicos
Nacionales de Bioseguridad:
Comité Técnico Nacional de Bioseguridad para OVM con fines agrícolas, pecuarios, pesqueros, plantaciones
forestales comerciales y agroindustria.
Comité Técnico Nacional de Bioseguridad para OVM con fines ambientales. Comité Técnico Nacional de
Bioseguridad para OVM con uso en salud o alimentación humana.
· Recientes decisiones de la Comunidad Europea y el Codex Alimentarius: El 24 de junio de 2011, la Comisión
Europea expidió una norma de cero tolerancia a la presencia en la alimentación animal de OGM no autorizados
por la Unión Europea. Técnicamente se establece el umbral 0,1% como equivalente al nivel cero, máximo
porcentaje de material genéticamente modificado. El producto será declarado no conforme, cuando supere este
nivel. De todas formas están obligados a informar a la Comisión y a los demás estados, respectos de las trazas
de material de OGM detectados, por debajo de ese umbral.8En el entorno Europeo y particularmente Español, la
doctora Teresa Rodríguez de las Heras describe el modelo de responsabilidad medioambiental con cuatro rasgos
fundamentales: Es un modelo administrativo; orientado a la restauración integral mediante la imposición de
obligaciones de reparación o prevención y evitación, orientadas a devolver los recursos naturales a su estado
original; establece una responsabilidad objetiva; se caracteriza por un claro propósito preventivo.
Con respecto al régimen de responsabilidad a los daños causados por cultivos transgénicos, señala cuatro
características básicas del mismo: "daño medioambiental o amenaza inminente de que ocurran estos daños,
actividad económica o profesional generadora del daño, criterio de imputación y relación de causalidad."9
II. EL SEGURO ECOLÓGICO: La Ley 491 de 1999 crea el seguro ecológico, el cual tiene el carácter de
obligatorio para todas las actividades que requieran licencia ambiental, aquéllas que le puedan causar daños al
ambiente, y es voluntario para las demás actividades que decidan incorporarlo. Su objeto es "crear los seguros
ecológicos como un mecanismo que permita cubrir los perjuicios económicos cuantificables a personas
determinadas como parte o como consecuencia de daños al ambiente y a los recursos naturales (...)"10.
Diversas discusiones se generaron a partir de la redacción del objeto de la norma en torno a la naturaleza del
seguro, ¿cumplimiento o responsabilidad civil extracontractual11, con predominio del segundo ramo citado. El
daño ambiental puro está excluido de estas pólizas, la norma citada prevé que dicho daño "podrá establecerse en
estas pólizas como causal de exclusión de la obligación de amparar, salvo que se logre la colocación del
reaseguro para determinados eventos de esta naturaleza"12.
Al respecto señala la doctora Hilda Zornosa: "El seguro ecológico depende del mercado internacional del
reaseguro y, como no existe en Colombia ni en el mundo, una compañía que por sí sola, mediante la afectación
de su propio patrimonio se encuentre en condiciones de soportar una cobertura ilimitada de responsabilidad
civil por contaminación (...)".13La citada ley excluye de manera general la contaminación gradual y paula-tina.
Cubre los daños generados por la contaminación accidental y repentina.
Algunos de los temas señalados por la doctrina como impedimentos al desarrollo del seguro ecológico creado
por la mencionada ley, son principalmente, la exclusión del daño ambiental de las pólizas de responsabilidad
civil general, la determinación de la prima dada la difícil cuantificación del riesgo asegurable, la reparación
integral del daño ambiental puro y del individual y de los daños particulares causados y la prescripción en
materia de daños ambientales, a la cual se aplican los términos propios del contrato de seguro.14En la práctica es
una figura de muy poca aplicación.
Destaca el doctor Artunduaga, cuatro importantes áreas en las cuales la biotecnología se ha desarrollado, la
salud humana y animal, la agricultura y la industria de alimentos, el uso industrial y la biorremediación
ambiental. Estas áreas de desarrollo han dado lugar a varias ramas de la biotecnología, entre ellas:
"La bioinformática o conceptualización de la biología en términos de moléculas y su aplicación mediante la
informática, para comprender y organizar la información asociada a éstas, a gran escala (...).
La biotecnología azul es un término que se ha utilizado para describir las aplicaciones marinas y acuáticas
de la biotecnología.
La biotecnología verde se aplica a los procesos agrícolas. Con procesos clásicos como la selección y la
domesticación de las plantas a través de la micropropagación y el cultivo de tejidos; o más recientes, como
el desarrollo de plantas transgénicas que crecen en ambientes específicos con presencia (o ausencia) de
plaguicidas químicos. Se ha pretendido que la biotecnología verde pueda producir soluciones más amigables
con el medio ambiente que la agricultura industrial tradicional. Un ejemplo de esto es la ingeniería de una
planta que expulse una toxina para el control de insectos-plaga, como sería el caso del maíz, la soya o el
algodón Bt. Si este tipo de productos son o no, en última instancia, más respetuosos con el medio ambiente
es un tema de considerable y permanente debate.
La biotecnología roja se aplica a los procesos médicos. Algunos ejemplos son el diseño de organismos para
producir antibióticos y la terapia de curaciones a través de la manipulación genética.
La biotecnología blanca, también conocida como biotecnología industrial, es la biotecnología aplicada a
procesos industriales. Un caso es el diseño de un organismo para obtener un producto químico útil (...).
En el sector de la biotecnología verde se están adelantando investigaciones para el desarrollo de productos
más amigables con el ambiente, disminuyendo la necesidad de aplicaciones de plaguicidas o de químicos en
el procesamiento, como es el caso de algodones con fi-bras de colores que no requieren el teñido de las
fibras y el desarrollo de forestales que requieren menos cloro y energía para ser convertidos en papel."17Las
posiciones con respecto a los avances biotecnológicos suelen ser extremas. Se enfrentan los argumentos en
favor de los desarrollos científicos, que en materia de biotecnología verde, se fundamentan en la protección
del medio ambiente, mediante la aplicación de productos más amigables con el mismo, frente a las teorías
que visualizan un riesgo imponderable en estos nuevos desarrollos, particularmente para la salud humana,
derivada del consumo de los mismos.
Los riesgos asociados a la biotecnología Diversos tipos de riesgos relacionados con los organismos
genéticamente modificados, son analizados por el doctor Iván Rodrigo Artunduaga Salas, en su reciente
obra18sobre Nanociencia y Biotecnología. Clasifica estos organismos vivos modificados, OVM, en:
Los microorganismos genéticamente modificados, entre los cuales están las bacterias, los virus, los hongos
y las vacunas vivas.
Los animales genéticamente modificados: "Hasta el momento no se están produciendo animales
transgénicos comercialmente. Desde mediados de la presente década se iniciaron investigaciones en
especies ganaderas y acuáticas (...) Estas investigaciones concluyen que los animales genéticamente
modificados pueden tener efectos positivos o negativos sobre el medio ambiente en función de la especie, el
rasgo y el entorno de producción en la que se introducen.
Las principales preocupaciones ambientales asociadas a los animales son:
(a) la posibilidad de que los animales transgénicos puedan escapar de sus sitios de investigación hacia
ecosistemas cercanos, con los consiguientes efectos negativos en los parientes silvestres o en los mismos
entornos, y
(b) los posibles cambios en las prácticas de producción que pueden dar lugar a diversos grados de estrés
ambiental, Estos informes recomiendan que los animales transgénicos sean evaluados en relación con sus
contrapartes convencionales."19? De los estudios adelantados se deriva que los impactos ambientales adversos,
son más críticos en los peces que en el ganado, puesto que los primeros son móviles por naturaleza y se
reproducen fácilmente con especies silvestres.
Las plantas genéticamente modificadas: Algunas de las principales preocupaciones, en relación con los
efectos adversos de estas modificaciones en los ecosistemas naturales sonde tipo religioso, ético, político, de
impacto en la salud humana (alergenicidad, resistencia a los antibióticos), socioeconómicas (posible
afectación de países en vía de desarrollo, sustituyendo sus productos de exportación), ecológicas (creación
de nuevas malezas, daño a especies no objetivo).
La liberación de organismos genéticamente modificados puede tener consecuencias adversas en el medio
ambiente. Algunos de estos efectos pueden consistir en la posibilidad de convertirse en especies invasoras
de los hábitats naturales. Resulta determinante tener en cuenta si las poblaciones domésticas o silvestres son
de polinización abierta, como en el caso del maíz, pues ello facilita el cruce con los demás cultivos.
También es fundamental tomar en consideración si las características de los genes introducidos pueden dar
lugar a una población de plantas cada vez más persistente y convertirse en malezas, pero también puede
significar mayores posibilidades de supervivencia de las especies silvestres. Así mismo, genera
preocupación la posibilidad de que las plantas transgénicas, resistentes a herbicidas, se conviertan en
supermalezas imposibles de controlar con los productos tradicionales.20No son pocos los riesgos que
enfrenta la biotecnología, del análisis científico se derivan una serie de preguntas sin respuesta aún, dada la
corta experiencia con que se cuenta. Existe una gran incertidumbre y muy poca información comprobada
sobre las bondades y en contrapartida las dificultades y peligros de la adopción de estas nuevas tecnologías.
¿Cómo analiza el sector asegurador estos riesgos para determinar un acompañamiento en estos desarrollos
científicos?
"El número de países que han sembrado cultivos transgénicos, ha aumentado consistentemente, partiendo de 6
en 1996, el primer año de comercialización, hasta 18 en 2003, 25 en el 2008 y 29 en el 2010.21El maíz
transgénico ha sido sembrado en países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá, Suráfrica, Uruguay,
Filipinas, España y Colombia.
En el caso de Colombia, los principales cultivos con esta tecnología son el algodón, el maíz, el clavel y la rosa.
El maíz genéticamente modificado fue sembrado por primera vez en Colombia en el año 2007 en
aproximadamente 6.300 hectáreas, cifra que pasó a 38.896 en el 2010 y 59.239 hectáreas, en el 2011.No
obstante, el mismo se cultiva bajo el esquema de ‘siembras controladas’ y todavía no está aprobado para
comercialización.22"En el primer semestre de 2012, el área sembrada de maíz genéticamente modificado (GM)
o transgénico en Colombia se incrementó notablemente (...)
Cabe recordar que las principales características de los maíces genéticamente modificados que se encuentran
aprobados para siembra en nuestro país son: resistencia a insectos, tolerancia a herbicidas, señala un
comunicado de Agro-Bio, la organización sin ánimo de lucro, fundada en el 2000, dedicada a promover,
divulgar, educar e informar acerca de la biotecnología agrícola moderna y los organismos genéticamente
modificados en la región andina."23El científico francés Gilles-Eric Séralini, experto en biología molecular
realizó un reciente estudio sobre ratas alimentadas con un maíz genéticamente modificado y concluye que estos
animales tienen más probabilidades de desarrollar daños severos en riñones e hígado y tumores.
Doscientas ratas de laboratorio, divididas en 9 grupos, fueron alimentadas durante más de dos años, en mayor o
menor cantidad,con NK603, un maíz transgénico de la multinacional estadounidense Monsanto. Los resultados,
publicados, entre otras, en la revista especializada Food and ChemicalToxicology, son: aparición de tumores,
necrosis de hígado, insuficiencias renales y reducción de la expectativa de vida.
Muchos científicos consideran que la investigación es verdaderamente revolucionaria por el número de ratas
utilizadas, la prolongación del experimento en el tiempo, y es una prueba que los organismos genéticamente
modificados (OGM) tienen una consecuencia en el organismo.
En su portada, la revista francesa "Le NouvelObservateur, afirmó que se "pulveriza una verdad oficial: la
inocuidad del maíz genéticamente modificado". Según señalaron, si el maíz fuera un medicamento, no pasaría
las pruebas que auto-rizan su venta y tendría que ser suspendido a la espera de nuevas investigaciones.
Las diferencias entre las ratas que consumían OGM y las que no, empezaron a verse al cabo de un año. Entre las
ratas de sexo masculino, se constató que las congestiones y las necrosis del hígado son entre 2,5 y 5,5 veces más
frecuentes. Estas sufren también de 1,3 a 2,3 veces más insuficiencias renales graves. En el grupo de las ratas de
sexo femenino se evidenciaron enormes tumores que llegaron a tener el tamaño de una bola de ping-pong y a
representar el 25 por ciento del peso del animal. La probabilidad de que desarrollaran estas deformidades fueron
de dos a tres veces superiores al resto de los roedores.
La investigación fue patrocinada por las cadenas de distribución francesa Auchan y Carrefour.Séralini comenta
que la misma fue realizada en el secreto más absoluto y que la comunicación con sus colaboradores se hizo solo
por correos electrónicos codificados, que evitó hablar por teléfono y que incluso montaron un estudio paralelo
para no levantar sospechas de las multinacionales y evitar cualquier intervención.
Hasta ahora la mayoría de estudios sobre los OGM no había demostrado diferencias significativas entre los
grupos que los consumían y los que no. Pero estas investigaciones eran hechas sobre un período más corto,
generalmente de tres meses. Además, según resalta el periódico Le Monde, "casi todos fueron financiados o
hechos por firmas agroquímicas".
El NK603 es un maíz producido por Monsanto resistente al Round- Up, herbicida de la multinacional. Los
agricultores que usan este tipo de maíz pueden tratar sus sembrados con Round-Up sin alterar sus cultivos.
En Europa, aunque su cultivo aún no esté autorizado, se pueden importar alimentos que contienen maíz NK603,
tanto para los animales como para los humanos. El cultivo del NK603 está autorizado en 12 países: Estados
Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Japón, Sudáfrica, Filipinas, Paraguay, Uruguay, El Salvador, Honduras
yColombia. En el país hay varias resoluciones del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) que autorizan la
importación y el cultivo del NK603. Un estudio del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y
Alimentos (Invima) autorizó este tipo de maíz para aceite refinado y harina de maíz y como "materia prima para
la producción de alimentos".
Diversos cuestionamientos han sido formulados a las investigaciones de Séralini, tanto por parte de la
multinacional Monsanto, como de varios científicos. Estas críticas se fundamentan principalmente en que el
experimento no se ciñe a los protocolos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), que estipula que los grupos estudiados deben ser por lo menos de 50 ratas, de no dar más detalles
sobre las dietas de los roedores y de usar ratas que desarrollan tumores más fácilmente. En un comunicado
resumieron su argumentación en una frase: "Este estudio no respeta las normas mínimas requeridas para este
tipo de investigación científica".
A finales del mes de septiembre de 2012, Séralini lanzó su libro "TousCobayes, OGM, Pesticides,
Produitschimiques", "Todos somos conejillos de indias", en el que relata los pormenores de su investigación.
En Francia, el primer ministro Jean Marc Ayrault dijo que defendería la prohibición de los OGM a nivel
europeo si se verificaba su peligro. En Rusia, el gobierno suspendió la importación de maíz transgénico. Las
autoridades alimentarias europeas, por su parte, van a emprender nuevos estudios antes de tomar decisiones
definitivas. En California, en el mes de noviembre de 2012, los ciudadanos votarían por la propuesta 37, que
obligaría a los productores de alimentos indicar si sus productos contienen OGM.
Como escribió el NouvelObservateur, para los transgéncios "la era de las dudas se acaba. El tiempo de la verdad
comienza"25.
Evidentemente la incidencia de estos estudios y la incertidumbre que existe frente al tema de los transgénicos,
donde estamos lejos de encontrar una posición uniforme por parte de los científicos, aunado a la casi ausencia
de experiencia aseguraticia en el tema, dificultan enormemente la consecución de un acompañamiento del
seguro en la asunción de estos riesgos, lo cual limita su desarrollo.
Algunas preguntas que formulan los aseguradores para analizar estetipo de riesgos:
¿El producto final tiene como fin el consumo humano? ¿Consumo animal?
¿Descripción de las alteraciones que se le están haciendo al maíz? Resistencia a insectos, mayor
crecimiento, etc.
¿Antes de sacarlo a la venta qué nivel de pruebas se le están haciendo
¿Certificaciones de calidad? ¿Inspecciones del INVIMA (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos
y Alimentos)?
¿Efectos secundarios que se hayan determinado a la fecha?
¿Nivel de trazabilidad que tendrá este producto en el mercado?
Entre ellas, la pregunta relacionada con los efectos secundarios es la más difícil de responder y en la cual las
posiciones científicas son totalmente contradictorias. Si los alarmantes resultados de la investigación del
profesor Séralini llegaren a comprobarse, es totalmente entendible la resistencia de los aseguradores al
otorgamiento de este tipo de cobertura. Entre tanto, la incertidumbre reinante no es el mejor consejero para el
acompañamiento del seguro.
Exclusión General Existe una exclusión general del contrato de reaseguro relativa a los organismos
genéticamente modificados, estipulada en los siguientes términos o similares:
Queda expresamente excluida cualquier cobertura de siniestros relacionados con, o derivados de la
manipulación de, un OGM, o un producto de OGM o una parte de un producto integrada por un OGM.
En particular, no se proporcionará cobertura para los siniestros causados por toda polinización mediante,
distribución de o combinación con, un OGM, un producto de OGM o una parte de un producto integrada por un
OGM no intencionada, no acordada o incorrecta. La exclusión que precede no es exhaustiva.
La cláusula de exclusión es considerablemente amplia y pone de presente la no cobertura de siniestros
relacionados de cualquier forma con el maíz trangénico.
La Cobertura
"Sin embargo, se podrá proporcionar cobertura a siniestros directa o indirectamente derivados de las
características biológicas nuevas, estables y controladas de los Organismos Genéticamente Modificados
(OGM), siempre y cuando se cumplan las tres condiciones siguientes:
a) Si el siniestro se produce como consecuencia involuntaria de una utilización, aplicación, distribución o
combinación prevista y acordada de un OGM, un producto de OGM o una parte de un producto integrada
por un OGM;
b) Si las propiedades del OGM, o de la parte de un producto integrada por un OGM cumplen las normas,
condiciones y aprobaciones legales y oficiales pertinentes, y
c) Si el asegurado ha hecho todo lo posible para garantizar que cualesquiera declaraciones, criterios de
etiquetado, disposiciones de delimitación y condiciones relevantes requeridas en relación con la separación
de materiales o con los límites umbrales hayan sido cumplidas.
Definición:
Para los fines de esta exclusión, el término Organismos Genéticamente Modificados (OGM) significa e incluye:
a) Los organismos o microorganismos, o las células o los orgánulos celu-lares de los que se hayan obtenido
Organismos Genéticamente Modificados, que hayan sido sometidos a un proceso de ingeniería genética que
tuvo como resultado su cambio genético.
b) Toda unidad biológica o molecular con potencial de autorreplicación, o toda unidad biológica con potencial
de autorreplicación de la que se hayan obtenido Organismos Genéticamente Modificados, que haya sido
sometida a un proceso de ingeniería genética que tuvo como resultado su cambio genético.
En caso que la definición de los OGM, en virtud de las leyes o disposiciones oficiales relativas a la ingeniería o
la modificación genética aplicables en cualquier Estado, territorio o jurisdicción en los que se presente una
reclamación sea más amplia que la anteriormente expuesta, dicha definición se añadirá a la anteriormente
expuesta."
El alcance de la exclusión es bastante amplio. En efecto, reunir las tres condiciones relativas a que el siniestro
sea una consecuencia involuntariadel uso, aplicación, distribución o combinación de un organismo
genéticamente modificado; que las propiedades del OGM cumplan las normas vigentes y que el asegurado haya
hecho lo posible para garantizar que se haya dado cumplimiento a las normas relacionadas con la separación de
materiales o con los límites establecidos, reduce considerablemente el ámbito de una posible cobertura.
Las razones de los reaseguradores para no cubrir estos riesgos se fundamentan principalmente en que algunos
estudios han revelado posibles efectos secundarios, tanto en el medio ambiente, como en los seres humanos
(reacciones alérgicas, alteración de la fertilidad, etc). Hay mucha prevención del sector por tratarse de un tema
en fase experimental, sin resultados confiables y sin información estadística.
Conclusiones: El ordenamiento jurídico ha dictado una ley sobre responsabilidad medioambiental que data del
año 2009, diez años después de la norma sobre el seguro ecológico obligatorio, el cual ha tenido muy poco
desarrollo en el mercado asegurador y reasegurador. Si bien las nuevas tecnologías, traen consigo unos riesgos,
en contrapartida, la no adopción de las mismas puede implicar la privación de importantes beneficios, como la
mejora en la calidad nutricional de los alimentos, la reducción de la presencia de compuestos tóxicos, la
disminución de alergénicos en ciertos alimentos, el acceso a precios más económicos, entre otros aspectos. Por
su parte, el aseguramiento de la responsabilidad civil derivada de la manipulación genética de los organismos
vivos, es un tema excluido de los contratos de reaseguro, tema que aún es apreciado con mucho temor por parte
de los aseguradores, probablemente derivado de la gran dificultad para medir este riesgo.
Con respecto al maíz transgénico, con fundamento en recientes estudios científicos la preocupación es creciente
respecto de los efectos adversos en la salud, basada principalmente en el uso de determinados herbicidas que
son objetos de severas críticas. La controversia está sobre la mesa.
Cartilla S7. Actividades que contribuyen a la mejora ambiental.
Valores ambientales enfocados en la educación ambiental valores morales. Los valores instrumentales mediante
los cuales manifestamos preferencia por conductas que conducen a valores terminales (como el modo de vida o
ideales). Dentro de ellos tenemos: amor a las personas y a la tierra, buen comportamiento ecológico, tolerancia,
sacrificio, generosidad, autodisciplina y autorreflexión. En valores actitudinales se refieren a la orientación de
personas hacia modos ideales de vida o a metas valiosas, entre ellos: fraternidad, fuerza moral, apoyo a
comunidad, un ecosistema en equilibrio total, un orden mundial igualitario en materia ambiental.
La equidad y la justicia ambiental puntos de vistas distintos que se relacionan, no puedo hablar del primero sin
referir la ética en intereses y beneficios de costos de un proyecto si se destruye el ecosistema y el hábitat. La
equidad debe favorecer alternativas de corto y largo plazo, en cambios sociales y preservando la vida, prioridad
en tratados inter. En la política de la erradicación de cultivos ilícitos, con glifosato, para USA es común y sin
importancia la destrucción de ecosistemas, contaminar agua, suelos y salud. Para ellos cuentan cifras de h
destruidas y Colombia ya pago una demanda a Ecuador por contaminación. Minorías étnicas y personas con
menos renta se exponen en mayor grado a la acción de contaminantes. La apropiación de componentes
ambientales es desigual y sin justicia ambiental. Se prefiere el aprovechamiento de no renovables y el capital
fácil por multinacionales, que la protección de ecosistemas. Falta mejorar la política para hacerla estricta.
Consumidor responsable consumir y luego existir, lleva a desigualdad entre personas y países, marginación y
subdesarrollo, inequidad salarial y esclavismo, sobre todo en países pobres y dependientes de otras economías.
Pauli, en su economía azul, sugiere cien iniciativas empresariales con este sistema que pueden generar cien
millones de empleos. Empleando este sistema sale más económica esta política que la verde. Sale más barato ya
que se reutilizaría la basura, serían menores los gastos y menos la contaminación. Usar la energiá del sol,
residuos del café, etc. se logra usando lo que se tiene y lograr una sostenibilidad. El consumo de aceite de palma
africana se convirtio en un peligro letal. Es el más consumido en el mundo en diferentes presentaciones como
margarinas, comidas congeladas, fritos, biocombustibles, artículos de limpieza y de higiene personal, velas. En
países donde se cosechan, talan y queman bosques y selvas, destruyendo el hábitat del orangután y otras
especies al igual que explotan indiǵ enas o desaparecen lid́ eres que han protestado.
El orangután de Sumatra y Borneo, está en peligro de extinción, se ha destruido más del 90% de su hábitat y en
el mercado negro, son asesinados, explotados sexualmente o vendidos como mascotas. Realmente un precio
muy elevado, fuera de privarnos de nuestro pulmón planetario, ya que quemas de bosques generan humo tóxico
aceleran el calentamiento. Plantaciones contaminan ya que usan pesticidas y fertilizantes, y es dañina a la salud.
La única acción real para evitar más desastres es no comercializar ni comprar dicho aceite, a ricos no le importa
a quién o qué destruyen por más ganancias. Si al comprar algo que sabemos que está dañando, somos tan
responsables y culpables como el fabricante.
Uso y aprovechamiento de la energiá se están sobreexplotando recursos no renovables (petróleo, gas y carbón).
Altos índices de consumo de petróleo como USA y la UE aceleran el cambio climático por emisión de GEI. Es
necesario un sistema de energiá limpia y sostenible. El biodiesel y biocombustibles en publicidad engañosa
dicen que contribuyen al MA, pero al final del ciclo productivo aportan a la destrucción de recursos. Son
fabricados con etanol que destruye la capa de ozono. El sector de mayor consumo de energía y mayor emisión
de dióxido de carbono es el de la construcción, sigue la industria y el consumo eléctrico residencial.
El sistema de gestión energético se estandariza en el ISO 50001 donde se especifica la eficiencia y desempeño
energético a través del control de uso y consumo de energía. Empresas, como Exxon Mobil y EP Solar USA,
han invertido millones en la implementación y uso de energías renovables y se han hecho estudios sobre que el
dióxido de carbono se puede depositar en huecos donde se han extraid́ o petróleo para descontaminar.
Nuevas energías renovables El consumo de energía eléctrica evoluciona hacia la sustitución de fuentes
convencionales por fuentes renovables, como solar, fotovoltaica, geotérmica, mareomotriz, undimotriz,
hidrogeno. Son sustitutas de energías tradicionales como petróleo o carbón, que permiten eficiente generación
de energía eléctrica. Son alternativas capaces de regenerarse más rápido de lo que son consumidas.
La energiá eólica es un resultado del calentamiento irregular de la superficie por el sol debido a la inclinación
del eje y a la rotación constante. El desarrollo de la tecnología se basa en turbinas de diversos tipos para generar
electricidad de forma centralizada y a gran escala, en la Guajira, el parque Jepirachi. La biomasa es la energía
aprovechada de residuos orgánicos como de procesos forestales y agropecuarios y de cultivos especiales
destinados con fines energéticos, así como de los desechos urbanos. Puede ser aprovechada por combustión
directa (leña) o indirecta a través de procesos convertirlos en líquido a biocombustibles o extraerles biogás.
Presenta polémica respecto a su impacto ambiental ya que genera CO2 para su aprovechamiento, más es menor
que el CO2 que la misma vegetación convierte en oxiǵ eno en su crecimiento.
La energía del subsuelo, geotérmica, imaginemos un volcán en erupción y la energía emanada. significa; el
calor de la tierra aprovechado para generar energía. Dependiendo de la magnitud del calor y profundidad a la
que se encuentre es empleado en diversos usos: entre 20 y 50°C y cercanos a la superficie es usado para calentar
agua con fines sanitarios y turísticos para hospitales, hoteles, climatización y baños termales y de 150°C en
adelante para electricidad. Para temperaturas mayores a 150°C es necesario realizar excavaciones complejas
como para la industria petrolera lo cual la vuelve costosa.
La energía del hidrógeno, elemento que está en mayor cantidad. Es el combustible del sol que brinda la
principal e inagotable por ahora energía para realizar la fotosíntesis y la vida. El problema, es que es costoso su
almacenamiento y la desunión de enlaces químicos del agua. El desarrollo de esta energiá tendrá una R como la
bombilla o el microchip. La forma más rápida de obtener el hidrógeno es usando el agua mediante electrólisis.
Divide moléculas de agua en átomos de hidrógeno y oxígeno, este proceso puede usar otra fuente electrica que
puede ser renovable. Otras formas de contribuir a energiá s limpias es el uso de bicicleta, patines, etc.
Incidencia de la energiá en Colombia menos del 1% de la energiá total es alternativa, la generan termoeléctricas
que generan emisiones, fuente de generación es el carbón demandado por economías de escalas como la asiática
y europea. Dependemos de condiciones climáticas de hidroeléctricas, fenómenos del niño y la niña presagian el
fantasma del racionamiento. i no se invierte en energías limpias y sostenibles, tendríamos que importar energía
generando menos disponibilidad entre comunidades por alto costo. Los nichos de oportunidad es variado, van
desde la generación de energía geotérmica en volcanes Machiń y Ruiz o la eólica en la Guajira y Chocó por su
alta velocidad en vientos o energiá s fotovoltaicas en desiertos con alta irradiación solar como la Tatacoa y la
candelaria. Estas energiá s tienen un alto costo en la etapa inicial, con el tiempo el punto de equilibrio se
estableceriá con el componente ambiental y social de generación de empleo y la disminución de tarifas.
Biocombustibles en Colombia son fuentes de energía renovables derivados de productos, vegetales. Principales
materias primas para la producción son caña de azúcar, sorgo, aceite de palma, semilla de girasol, maíz, yuca,
arroz, frij́ oles, madera, residuos forestales. En el procesamiento se produce un aceite que se puede mezclar fácil
con derivados de petróleo como gasolina, diésel o usarse puros. Los principales son el etanol, metanol, biodiesel
y aceite vegetal. Tienen ventaja pues reducen emisiones de GEI entre un 5 y 10%, son fuentes renovables y
reducen la dependencia de fuentes de origen fósil, y en casos donde se procesa materia secundaria de procesos
industriales como el bagazo de caña y café puede ser fuente de sostenibilidad en regiones marginales donde el
surgimiento de proyectos marcarán la diferencia en el uso de este tipo de combustibles.
No todo el biocombustible que se procesa es de subproductos, muchos usan el alimento, cosechas, destinadas a
ser procesadas en combustibles. Elevando precios de la canasta familiar, como el azúcar y el arroz, es donde
surge el problema ético empresarial, donde se prefiere fabricar biocombustibles, así como problemas MA que se
pueden generar por intensificación de cultivos, facilitan la deforestación, erosión y el uso de químicos.
INTRODUCCION
Considerando los resultados de diversas investigaciones desde el punto de vista económico, las diferencias entre
la agricultura ecológica y la convencio- nal, muestran a la primera como más rentable a pesar de disminuir su
productividad, generando además un valor social, por los servicios no ali- mentarios vinculados al desarrollo
rural. La agricultura convencional muestra un impacto negati- vo en la población y el medio ambiente a causa
del uso de insumos quim ́ icos y contaminación de suelos, y acuif́ eros superficiales y subterráneos mientras que
el sistema productivo ecológico, es visto como un movimiento social anti-industrial, observando su
centralización global del mercado orgá-jurid́ icas. Muchos países de todo el mundo, han establecido un sistema
de acreditación y certificación con el fin de proteger las justificadas expectativas de los consumidores con
respecto al tratamiento de los ali- mentos, realizando un control de la calidad de los productos orgánicos y
proteger a los productores de las prácticas comerciales fraudulentas. Las certificaciones son relevantes para el
comercio internacional, es- tas normas no sólo influyen en el movimiento de agricultura ecoló- gica a nivel
nacional, sino también a nivel internacional. La certificación
nico, en donde sus productos son destinados a la exportación, vinculando esta acción con el discurso global-
cultural de la salud y cuidado del medioambiente. La agricultura ecológica es considerada por diversos
investigadores como parte de la solución a los problemas de la agricultura convencional y como una opción
para la oferta de alimentos a nivel mundial. Paralelamente es generadora de prosperi- dad directa para los
agroproductores. La adopción de los sistemas de producción agrić olas por los agroproductores, depende de
características culturales y socioeconómicas, factores económicos y no económicos, tales como el entorno
ambiental, tipo de sistema agrícola de producción (intensivo o extensivo), edad de los agricultores y aprendizaje
social, elementos integrantes de su resiliencia. Todos estos factores conforman la actitud del agroproductor que
influye en la adopción del sistema. Actual- mente las iniciativas de producción de alimentos se ven regidas de
diferente forma, uno de los enfoques mas importantes es el uso de la certificación de los alimentos, siendo
referida a la verificación de los procesos con los cuales se producen los alimentos, haciendo cumplir las normas
de producción a productores y agroindustrias, permitiendo al sistema distinguir los productos alternativos
(orgánicos) de los convencionales dentro del mercado agroali- mentario. Los gobiernos han asumido un papel
importante en la definición de la agricultura ecológica mediante la creación de normas ecológica es aso- ciada
con los cam- bios en las practi- cas tradicionales de los sistemas de producción agríco- las, se vincula en el
mejoramiento de los recursos natu- rales de produc- ción a través de la eliminación de aguas residuales, desuso
de insumos químicos y agre- gación de abono orgánico, se considera también como herramienta que mejora el
bienes- tar rural y permite el acceso a dife- rentes mercados; considerandose a la agricul- tura ecologica como
contribuyente de posibles vias de adaptación de las practicas agricolas tradicionales y como una activi- dad
agrícola económicamente mas competitiva que la agricultura con- vencional. La decisión de cambiar el sis-
tema, va mas alla de la producción de alimentos sanos y protección del medio ambiente, y se conside-
ran los efectos economicos, el tipo de mercado y costos por la certifi- cación. La decisión de certificar la
actividad organica se ubica en las practicas para la producción organi- ca y el impacto del marketing por la
certificación. El manejo de las certificaciones, que termina en el uso de los logos organicos (swissor- ganic,
demeter, etcétera), son ele- mentos que influyen directamente en el sector de consumidores de productos
organicos, quienes estan de acuerdo en pagar un sobrepre- cio por la seguridad de que los pro- ductos son
realmente ecologicos, constatandose esto en los puntos de venta tradi- cionales, donde actualmente los
consumidores de este segmento adquieren los producto. Las normas para la certificación, van desde las técnicas
de exclusión hasta las mas estrictas detalladas en los estándares orgáni- cos. Las normas pueden reducir las
exportaciones de los países exclui- dos, especialmente en los merca- dos que han elevado las restriccio- nes de
las normas. Actualmente solo 87 de 243 paiś es cuentan con este tipo de normas; la estandarización de la
agricultura orgánica, sumada a los requisitos técnicos internacionales, se tradu- cen en distorsiones aún
mayores, causado esto, por la estrechez nor- mativa de los paiś es de altos ingre- sos, dificultando su adopción
por los paiś es en desarrollo, y la adop- ción de esta normativa y estándares afecta a la estructura del comercio
regional, perjudicando el actual sis- tema comercial. Diversas explota- ciones agrícolas en países desarro- llados
y en desarrollo implementan prácticas agrić olas orgánicas, pero no son certificadas, formando dentro del
segmento de agricultores orgáni- cos, otro llamado productores tradicionales de agricultura natural, en contra-
parte, cada diá productores recurren más a la agricultura orgánica certificada con el objetivo de dar seguimiento
a sus procesos de producción orgánica y poder incursionar en mercados de alto valor. Con base en lo anterior,
se analizó la aplicación del modelo Working With People relacionado con la experiencia de decisión de una
Sociedad Agrić ola Española en su cambio de sistema de producción, impacto en la prosperidad de sus socios y
mejoramiento del medio ambiente.
MATERIALES Y METODOS
Para el estudio se consideró a la SAT Camposeven, Sociedad integrada for- malmente en el año 2007 por
agricultores con más de 40 años de experien- cia en la producción, transformación y comercialización de
cultivos horto- frutícolas ecológicos y convencionales. La Sociedad es parte integrante del proyecto europeo
RETHINK del 7° Programa Marco de la Comisión Europea que integra en su metodologiá el modelo WWP
(Working With People). La empresa se ubica en la Región de Murcia, municipio de San Pedro del Pina- tar,
entre el Mar Menor y el Mar Mediterráneo, está compuesta por 35 socios, que conforman una estructura
empresarial que influye directamente en 345 personas. La Sociedad se dedica a la producción de productos
hortofrutíco- las de los cuales el 65% (334ha) (De los Rió s et al., 2015) son dedicadas a la producción agrícola
ecológica, la cual se encuentra totalmente certificada. Prevalece el cultivo al aire libre (con 83% del total de
hectáreas cultivadas) y el resto (17%) se cultiva en invernaderos. Actualmente la empresa cuenta con 80% de
sus explotaciones con la certificación Deméter, sello que garantiza la cumplimentación de la agricultura
biodinámica. Los resultados de la inves- tigación este caso de estudio, incorporan distintos instrumentos y
fuentes de información, también se efectuó la recopilación y revisión de numerosas fuentes secundarias
(literatura científica e información histórica de la SAT) sobre los conceptos de estandarización. Por otra parte, la
investigación in- corpora información empiŕ ica obtenida a través de entrevistas personales, las cuales hacen
referencia a las experiencias, que han permitido a la SAT ser res- iliente en su desarrollo desde el año 2007. La
metodologiá no es solo un aná- lisis con visión técnico-económica, se incide en los procesos organizaciona- les
que permiten a la sociedad tener una resiliencia para hacer frente a las diversas dinámicas socioeconómicas y
medioambientales, se consideran los comportamientos y competencias de los individuos. El marco
metodológico del modelo WWP, integra procesos de aprendizaje social para el análisis de la resiliencia dentro
del ambiente socio-ecológico desde las tres dimensiones en un entorno rural (Dimensiones É tico social, Político
Contextual y Técnico Empresarial). Dimensiones que permiten analizar la toma de decisiones de los
agricultores con respecto al cambio de sistema de producción conven- cional a ecológica y su éxito observado
por la empresa desde el 2007.
RESULTADOS Y DISCUSION
Los integrantes de la SAT Camposeven, formaron parte de una organiza- ción cuyas líneas de operación
productivas y comerciales eran totalmente diferentes a la visión de desarrollo del grupo, la cual se caracteriza,
aparte de tener como base la rentabilidad de sus operaciones (De Los Rios et al.,
2016), en favorecer la salud de las personas desarro- llando líneas de productos ecológicos mediante técni- cas
sostenibles (De los Rió s et al., 2015). Estas acciones le han permitido tener el éxito que se fundamenta en sus
ventas de exportación (Figura 2) a los paiś es de la Unión Europea (segundo mercado de productos ecológicos
después de Estados Unidos de Norteamerica) (Willer y Lernoud, 2016).
Estos resultados de producción y ventas en Campose- racción grupal como generador de conocimientos y
motivante del constante desarrollo de los integrantes de la SAT. El Cuadro 1 muestra el valor que los socios dan
a determinados elementos de la prosperidad de la So- ciedad, producto de la decisión tomada al cambiar el
sistema de producción convencional a ecológica.
Un elemento diferenciador de este grupo es el manejo estratégico de su entorno y de los mismos productos y
subproductos. Dentro del modelo WWP la dimensión técnico-empresarial muestra el nivel de importancia que
ven, no son inmediatos. dad es su alta resiliencia, como lo muestra.la Figura 2, donde aún con la crisis en
España, la sociedad coloco sus productos ecológicos en los países de Unión Europea, llegando en el 2015 a
tener ventas por casi 20 millones de euros. Considerando que aun cuando la productividad es menor que la
agricultura convencional, la rentabilidad s mayor por los precios diferenciales. La decisión de cambiar de
sistema de producción se debió principal- mente a las capacidades y competencias de las perso- nas, a la ética y
valores como elementos fundamentales para superar posibles conflictos morales y principalmen- te el trabajo en
equipo. El cambio de sistema de produc- ción convencional a ecológica requiere un cambio de mentalidad en
los agricultores, lo que permite estable- cer alianzas público-privadas y viń culos con la sociedad civil e incidir
en el canal de comercialización del sistema ecológico. Dentro de las caracteriś ticas ético-sociales, se tiene el
aprovechamiento de las capacidades de los agricultores, específicamente en la función de la inte-
La estrategia global de producción de la SAT, se basa en los requeri- mientos del cliente; su estrategia de
merca- dotecnia la define, las ofertas de productos se
adaptan al mercado y particularmente están atentos a las exigencias del consumidor. Dentro del segmento de
consumidores de productos ecológicos, un indicador relevante es la seguridad alimentaria ofertada por los
comerciantes, indicador que inicia con el origen de los productos, alimentos producidos con calidad y reforza-
dos con certificaciones internacionales de producción ecológica. Un elemento estratégi- co de mercadeo de los
productos ecológicos, es la utilización de este concepto para diferenciar el tipo de agricultura. Los alimentos
ecológi- cos influyen en gran proporción de consumidores que buscan consu- mir alimentos sanos, la agricultura
ecológica es un mercado diferente, que potencia la imagen empresarial en los mercados internacionales.
No solo es producir ecológicamen- te, también es generar productos procesados con esta misma ima- gen,
productos confeccionados, empacados con calidad y seguri- dad sanitaria, para que los consu- midores los
perciban como sanos. Para lograr esto, Camposeven, ha integrado los procesos de calidad e higiene, a través de
la certifica- ción bajo las normas internaciona- les BRC (Brithis Retail Consortium) (BRC, 2015), conocida
como norma mundial BRC de seguridad alimen- taria y la IFS Food (IFS Food, 2014) normas que integran un
sistema de gestión de seguridad alimentaria y establecen los requisitos para su implementación, siendo un requi-
sito básico la implementación de un Sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Critico ( APPCC)
(FAO, 2003). En suma lo que per- mitido a la SAT Camposeven ser resiliente y tener éxito a partir de su
formación, ha sido el cambio de ser agricultores convencionales a ser agricultores ecológicos, con la visión de
que los consumidores pagan una prima mas alta cuando los productos ofertados cuentan con certificación que
de seguridad de que son realmente ecológicos. De acuerdo con Ibaneza, (2016), la certificación ecológica es una
so- lución ventajosa al problema de la degradación ambiental causada por el desarrollo de la agricultura con-
vencional, y ayuda a mejorar la prosperidad de los agricultores. Sin embargo, estos beneficios se limitan a los
agricultores que alcanzaron los estándares ecológicos para participar en un nivel mayor de los mercados
ecológicos nacionales e internacionales, aun asi,́ en opinión de Rijsbergen et al. (2016) y Waldron et al. (2015),
la certificación se promueve para mejorar el bienestar rural, aumentando el nivel de vida de los hogares
(Chiputwa et al., 2015) me- diante un mejor acceso a los mercados y de las prácticas agrić olas (Figura 3).
CONCLUSIONES
Introducción En la crisis ambiental y económica que se pre- senta en el contexto actual, el reto es considerar
nuevos enfoques para la educación ambiental (EA) que se acerquen al desarrollo sostenible1 y a la vez sean más
pertinentes frente al entorno y la realidad de sus habitantes.
La problemática que abordaremos pretende ser una invitación a asomarse a las posibilidades de apli- cación de
diversas herramientas definidas desde el diseño de servicios y su valor como estrategias para transmitir la
mentalidad y la experiencia de las comu- nidades indiǵ enas, así como su paradigma particular sobre la
naturaleza y el territorio (que aquí denomi- naremos “enfoque sistémico”)2. El acercamiento y la reflexión con
respecto a estas herramientas se hacen necesarios, ya que estas comunidades enfrentan se- rios desafíos
ambientales originados por la pérdida de algunos saberes ancestrales (relacionados tanto con lo biológico como
con lo cultural), así como por las nuevas dinámicas de consumo y el impacto del etnoturismo en el ámbito local.
El abordaje desde el “pensamiento de diseño”3 (Design Thinking) y el hecho de proyectar una plataforma de
servicios enfocada en actuar como herramienta para la educación ambiental facilita la comunicación, la gestión,
la interacción y la parti- cipación colaborativa desde los mismos pueblos in- diǵ enas con el apoyo de expertos,
posibilitando la creación de soluciones y acertar en la toma de de- cisiones y, de paso, promueve la innovación
social al abrir diferentes posibilidades; por ejemplo, para implementar un etnoturismo responsable que bene-
ficie a las comunidades y no perjudique su entorno natural4. Esta discusión toma mayor relevancia, ya que el
2017 es el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo5.
Con el fin de visualizar la problemática que de- limitamos, así como las alternativas y las posibles implicaciones
derivadas de la implementación de las herramientas del diseño de servicios, presenta- mos –a partir de una
reflexión– diferentes formas de relación entre el enfoque sistémico, la educación ambiental, la conservación
biocultural y el etnotu- rismo6, señalando el potencial de los aportes que, en este contexto, puede hacer el
diseño de servi- cios a la sostenibilidad y la educación ambiental; en otras palabras, con la idea de plantear y
verifi- car cómo el diseño de servicios puede impactar y transformar las prácticas relacionadas con el etno-
turismo, para beneficio para los grupos indígenas y para la salvaguardia del medio ambiente y de su identidad
cultural.
En la búsqueda de sostenibilidad, desde la con- ferencia de Tbilisi en 1977 (Unesco y PNUMA, 1978) han
surgido diversas iniciativas y se han pro- piciado transformaciones radicales, tanto desde las comunidades como
desde diferentes organismos gubernamentales y no gubernamentales que co- mienzan a dar sus frutos. Una de
estas, de largo pla- zo, es la Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) (2005-2014) de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cien- cia y la Cultura (UNESCO) (Macedo, 2005),
la cual ha sido considerada –más que como un programa o proyecto–, como “un paradigma que engloba las
muchas formas de educación que ya existen y las que quedan por crear”.
Entre los retos planteados, tanto para la educa- ción ambiental (EA) como para la educación para el desarrollo
sostenible (EDS) –como áreas inte- gradoras y “proyectos pedagógicos interculturales e intergeneracionales”
que construyen un conoci- miento interdisciplinario–, señalados por el Con- venio Andrés Bello, cabe resaltar la
importancia de que en una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta, como es América Latina, se tome
con- ciencia de la riqueza biológica y cultural existente y se comprenda que esta es “parte de su patrimonio y de
su identidad” Adicional- mente es pertinente que, en una situación particular como el contexto del posconflicto
en Colombia, se exploren las experiencias turiś ticas7 las cuales toman relevancia y se presentan como áreas
contradictorias y problemáticas8 y, al tiempo, propicias para la edu- cación ambiental en tanto se desarrollen
dentro de dinámicas enfocadas en la sostenibilidad. De allí la pertinencia de reflexionar sobre la implantación y
el desarrollo de herramientas que contribuyan a medir, mitigar y constituir en benéficas las implicaciones
consecuentes, ya que es un sector con un alto po- tencial para generar impactos ambientales negativos.
Una educación ambiental, entendida desde un enfoque amplio también denominado “Educación para el
desarrollo sustentable”, que se aproxime a los temas en perspectiva holiś tica sin restringirse a los problemas
ecológicos e inserte emprendimien- tos y experiencias de etnoturismo, es la que permi- tiriá abordar un enfoque
sistémico incorporando las relaciones entre lo ambiental y lo socio-cultural, a la experiencia turiś tica y el
aprendizaje. De esta manera se lograriá generar el aprendizaje de ciertas competencias, “como el pensamiento
crit́ ico, la ela- boración de hipótesis de cara al futuro y la adopción colectiva de decisiones” así como la
construcción de una “ciudadanía ambiental”.
De hecho, como lo plantea el experto Simon Dresner (2006) en su libro Los principios de la soste- nibilidad,
“solamente porque no sabemos cómo crear una so- ciedad verdaderamente sostenible, esto no significa que no
podamos hacer cosas para ser menos insos- tenibles”. Por ello es que los enfoques aportados en este artículo
pueden complementar las ideas que este autor plantea como aquellos que “pueden mover el mundo en dirección
a la sostenibilidad”. Desde las particularidades y herramientas del di- seño de servicios es posible ver que, en un
contexto socialmente responsable, el diseño y el diseñador pueden ejercer una gran influencia enfocada tam-
bién en la innovación social, local y ambiental.
Los servicios son, en palabras de Kotler y Armstrong,“actividades o beneficios ofre- cidos para su venta [...],
básicamente intangibles, [que] no tienen como resultado la propiedad de algo”, cuyas ofertas de mercado
abarcan “personas, lugares, organizaciones, información e ideas” y no necesariamente están ligados a un
producto físico. En este sentido, como mencionan estos autores, es importante prestar más atención a “los
beneficios y experiencias generados” que a los productos espe- cíficos. En últimas, es justamente en prefigurar,
desarrollar y adminis- trar estos factores, en lo que se centra el diseño de servicios, desde una perspectiva
holística.
Como señala Cooper (2011, p. XXI), el hecho de que la aproximación del diseño de servicios esté centrada en el
ser humano y que se enfoque princi- palmente en “las interacciones, relaciones y activi- dades” en vez de
hacerlo en los objetos o productos, permite que en este campo se abra un espacio para que la innovación sea
más prometedora en materia de sostenibilidad.
En coincidencia con Cooper (2011, p. XII), creemos que ver la problemática relacionada con la educación
ambiental desde la óptica de los servi- cios, contribuye a que se le pueda dar un giro a “las ideas preconcebidas
acerca de cómo deben hacerse las cosas, y generar nuevas soluciones que tienen el potencial de cambiar la
forma de comportarse”, así como “repensar productos y lugares”, y, ¿por qué no? aportar en la transformación
de la sociedad.
Partiendo de lo anterior, nuestra invitación y pro- puesta en este artículo tiene que ver con evidenciar la red de
relaciones que se pueden tejer entre el di- seño de servicios y la educación ambiental direccio- nada desde las
comunidades indígenas, y reflexionar sobre la manera de aplicar las herramientas de esta disciplina emergente
para beneficio de todos. Estamos seguros de que en este contexto de con- sumo y producción desmedidos –en el
que priman la fragilidad del ambiente y la pérdida de bienes na- turales y culturales–, un cambio de perspectiva
que involucre la ética, la construcción participativa de soluciones, nuevas herramientas que aporten a los
enfoques pedagógicos y un pensamiento centra- do tanto en el ser humano como en los beneficios y
experiencias, podriá minimizar los efectos de las problemáticas que aquejan al planeta y a sus habi- tantes, y ser
un aporte significativo en materia de innovación social.
Para complementar esto, es necesario no olvidar lo que proponen Rozzi et al. (2010, p. 28), es decir, que “para
confrontar dicha crisis se requieren cam- bios éticos en la valoración de los ecosistemas, la vida humana y no
humana, y en las prácticas productivas y políticas de mercado que afectan a ambas”.
Todo ello, teniendo en cuenta que “la ética am- biental concierne tanto a las sociedades humanas como a la
naturaleza y procura el bienestar de am- bas”, y que al interrogarnos con respecto a la forma en que debemos
actuar frente al cambio global que se ha dado en el medio ambiente hay decisiones éti- cas involucradas.
Enfoque sistémico, educación ambiental y conservación biocultural Antes de entrar en materia con respecto a la
apli- cación de las herramientas del diseño de servicios, es importante rastrear cómo se ha logrado preservar
hasta ahora el patrimonio natural y cultural. Esto es clave si se piensa que tal vez muchas de las proble- máticas
heredadas por el modelo económico reinan- te tienen que ver con la fragmentación del manejo sobre los
recursos y la imposibilidad de ver el mundo como una totalidad.
Desde una perspectiva sistémica, el estudio de la diversidad biológica y cultural como un todo en el que las
relaciones fluyen, se presenta como un campo distinto a la linealidad planteada por el proyecto industrial
tradicional; en otras palabras, es un espacio para constituir los procesos de innova- ción que el ambiente
requiere en nuestro contexto. La sostenibilidad cultural es un aspecto cualitativo de la vida humana [ya que]
determina la esfera que une a la generación actual con el pasado propio” y, por tanto, implica que “la diversidad
cultural debe ser preservada”.
Dicha diversidad cultural es inseparable del con- texto biológico natural en el que se desarrolla; juntas
configuran el territorio, entendido como un campo multidimensional desde la teoriá de sistemas y el
pensamiento complejo. Por tanto, la búsqueda de enfoques nuevos a esta problemática y la concepción de
herramientas pertinentes es un componente fun- damental para la innovación.
Quizá, “recuperar una relación sana” con el me- dio ambiente, sea cuestión de “volver a percibir y a aprender a
vivir en el mundo [...], redescubrir los [saberes] vitales relacionados con la tierra y la proxi- midad del prójimo”,
como lo plantea Serge Latou- che.
Siguiendo a este mismo pensador, nos pregunta- mos si “la economía capitalista podriá seguir fun- cionando en
una situación de enorme escasez de recursos naturales, de cambio climático y de hun- dimiento de la
biodiversidad. Quizá la respuesta a este interrogante y las solu- ciones a esta devastación se encuentren al
escudri- ñar en la relación de los pueblos indig
́ enas con la “Madre Tierra”.
Experiencias de educación ambiental: proyectos, comunidades indiǵ enas y conservación biocultural Como ya
mencionábamos, la educación ambien- tal se considera indispensable en la preservación de las condiciones para
la vida que requiere el planeta Tierra. Algunos proyectos implementados en zonas de gran diversidad nos
servirán como ejemplo para analizar este rol, su pertinencia y las metodologiá s que se pueden aplicar.
Para visualizar el papel de la educación ambiental y su relación con los pueblos ancestrales, el modo como han
sabido hacer parte de su territorio sin perder su identidad cultural enseñando entre pa- dres a hijos los secretos
de la naturaleza que les han permitido sobrevivir, nos referiremos inicialmente a algunos casos que nos
permitirán contextualizar el manejo del enfoque sistémico que ve la naturaleza como biosfera y lugar para vivir,
pleno de relaciones y dependencias que le hacen ser. Entre ellos, dos proyectos con comunidades in- diǵ enas
enfocados en la educación ambiental y llevados a cabo en Venezuela; el caso de un grupo de mujeres indiǵ enas
en Oaxaca (México); y la relación del pueblo Kuna con su entorno.
En primer lugar, mencionaremos el proyecto de- sarrollado por Cebrián y Noguera (2010), al interior de las
comunidades indígenas de los municipios del Alto Orinoco (Maroa, Atabapo y Manapiare) en el Estado de
Amazonas (Venezuela), cuyos objetivos eran “analizar los conceptos que poseen los pue- blos indiǵ enas sobre
el medio ambiente y la soste- nibilidad”, así como “diseñar y elaborar materiales didácticos en los que se
trabajen los conceptos de educación ambiental relacionados con el papel cul- tural de las etnias en la
conservación de las especies”.
Los investigadores Cebrián y Noguera también relatan cómo a pesar de la “gran diver- sidad cultural y de
significados totalmente diferen- tes otorgados al medio ambiente según cada grupo indígena”, encontraron un
punto de encuentro en la historia del “árbol de la vida”, en la que está presente la cosmovisión indiǵ ena, y a
partir de la cual pu- dieron observar el “tratamiento diferenciado según cada lengua y grupo étnico”.
Aunque su trabajo incluyó el diseño y creación de materiales en los que se incorpora “el conocimiento de los
propios pueblos indiǵ enas”, este no alcanzó a evaluar el impacto ni la experimentación en sus propias aulas. De
todos modos, estos investigadores resaltan “la importancia de que los maestros indi-́ genas diseñen sus propios
materiales”. Para ellos, trabajar de esta manera ha significado una nueva forma de “abordar los problemas de
integración curricular, negocian- do los significados y el diseño de los materiales a producir, aceptando los
cambios para su cultura no como una imposición, sin herir la simbología cultu- ral” .
Sin embargo, la metodologiá cualitativa no logra por completo el objetivo de compendiar el conoci- miento de
los pueblos ancestrales sobre la naturaleza y la sostenibilidad, pese a que relaciona diversas con- cepciones de la
comunidad sobre algunas especies locales; y en consecuencia resulta nuevamente en una mirada y una
intervención externas. Es importante señalar que la educación ambiental en este caso, a pesar del acercamiento
metodológico cualitativo, es nuevamente un ejercicio de una sola vía. La sociedad occidental, las instituciones y
el Es- tado han dirigido sus ejercicios de educación am- biental a las comunidades sin encontrar formas de dar
viabilidad en el sentido opuesto para enrique- cerse y valorizar lo que pueden aportar como con- cepciones
invaluables de la sostenibilidad. En este sentido las observaciones hechas acerca de la histo- ria del “árbol de la
vida”, síntesis de la cosmovisión indiǵ ena recogidas por Cebrián y Noguera, se pierden y no llegan a relacionar
y transmitir el pensamiento sistémico involucrado.
El otro ejemplo que pondremos en escena es el de los indígenas Piaroas en Venezuela (comunidad de Gavilán,
Rió Cataniapo, Estado Amazonas), pu- blicado por el investigador Stanford Zent, a través del cual se buscaba
abordar “la variabilidad y adap- tabilidad del diseño curricular de la EA”, en torno a diferentes reportes sobre lo
que significa “la riqueza del conocimiento ambiental local” de muchos gru- pos indiǵ enas y campesinos.
Entre los aspectos documentados, se pueden mencionar “extensas y complejas taxonomiá s de flora y fauna,
clasificaciones detalladas de suelos y aguas, conocimientos prácticos de las interacciones ecológicas [...] y
sofisticadas estrategias del manejo de recursos naturales”. De igual modo, dicho cono- cimiento tendriá mucho
valor económico, cientif́ ico y humanístico, por ejemplo, en “investigación bási- ca de la biodiversidad,
identificación de productos naturales económicamente viables, diseño de pro- gramas de desarrollo sustentable,
conservación de los hábitats naturales y autogestión”.
No obstante, los cambios culturales hacen que esta sabiduría milenaria relacionada con la observa- ción y
experimentación en ecosistemas particulares se pierda y no sea valorada por las nuevas genera- ciones, por lo
que se hace aún más urgente generar estrategias que contribuyan a preservarla difundirla y en proyectos de
intercam- bio cultural, convertirla en ejercicios de educación ambiental.
En el caso particular de los Piaroas, se encontró que ellos mantienen un conocimiento muy exten- so y profundo
de su medio botánico y que las plantas son componentes vitales en su economiá tradicional. Asimismo, Zent
reporta que los datos existentes sobre “los sis- temas cognoscitivos ambientales de los indígenas de los bosques
tropicales sudamericanos reflejan una visión más bien integral, particularizada, empírica y concreta del
ambiente”. Según uno de los ejemplos que pone este autor, en el contexto del nativo amazónico no se encuentra
una noción explícita per se del ecosistema como ente distinto, aunque sí hay reconocimiento del gran núme- ro
de plantas, animales, suelos, elementos climatológi- cos, y de las diversas y múltiples relaciones simbióticas
entre los diferentes componentes individuales.
Pese a esto, no se puede negar que ha habido transformaciones en las relaciones entre los huma- nos y la
naturaleza. Sus implicaciones son “signifi- cativas para el conocimiento del ambiente natural local”. Entre los
factores que generan una menor frecuencia en la “interacción con la selva y sus re- cursos naturales silvestres”
se pueden contar el se- dentarismo en el estilo de vida, el aumento en las densidades poblacionales y que los
recursos se ago- tan más rápido de lo común.
La im- portancia de “reconocer, rescatar, preservar y fortale- cer el patrimonio cultural, social y de
biodiversidad de los pueblos indiǵ enas como un elemento clave para sus propias estrategias de desarrollo”; aún
más si se considera que el olvido de los sistemas tradicio- nales y saberes ancestrales de dichas comunidades
“ha generado cambios en la manera de concebir la educación y de enfocar problemas, por lo que apa- recen
nuevos paradigmas teóricos y metodológicos que han conducido a una crisis ambiental”.
En este sentido, cabe volver a mencionar el tema del pensamiento sistémico, si se piensa en la cos- movisión de
estos pueblos a partir de la cual la naturaleza es “un todo, que abarca lo material, lo espiritual y humano”, cuyos
principios se despren- den de una idea: Cuidar y respetar al conjunto de seres vivientes que coexisten en el
ecosistema, conservar y fomentar la tie- rra, proteger los productos de consumo humano, para mejorar el nivel
de vida de la familia y de la comuni- dad; proteger los recursos no renovables, incentivar a la comunidad para
que cuide su propio ambiente, sociali- zar a nivel de la O y las comunidades acerca de la conservación del
entorno como garantía de una vida digna tanto para las actuales generaciones como para las futuras.
Saberes Tradicionales, aportan ele- mentos básicos en los ámbitos de la conservación y la biodiversidad, las
sociedades indígenas tienen un amplio conocimiento ecológico y han generado sistemas cognitivos sobre sus
recursos naturales”. Entre las observaciones realizadas en el estudio de Santamaría (2008), es pertinente
mencionar que dentro de las estrategias educativas indiǵ enas más sig- nificativas, está la interacción entre la que
aprende y la que enseña; en esa convivencia educadora, se aprende principalmente “mirando hacer”, no se
enseña expli- cando; la acción no está en el verbo, sino en el acto, en la manifestación, de ahí que en el mundo
comunitario se aprende y enseña haciendo, se construye desde las experiencias.
La educación ambiental, de acuerdo con Enrique Leff, “conlleva una nueva pedagogiá , y surge de la nece- sidad
de orientar la educación dentro del contexto social y en la realidad ecológica y cultural donde se sitúan los
sujetos y actores del proceso educativo”. Lo anterior se emparenta directamente con las po- sibilidades que
puede ofrecer el diseño de servicios en este ámbito como vehículo de interacción con el visitante y tornando a la
comunidad en la fuente del conocimiento, no solo por los contenidos sino tam- bién por las estrategias
didácticas originarias.
Es clave mencionar, que “la relación que establece una sociedad con sus ecosistemas tiene que ver con la
dicotomía cultura/naturaleza”. En el caso de las 14 comunidades costeras de los indígenas kuna (Kuna Yala,
Panamá), su entorno se vincula directamen- te con los 60 islotes9 que constituyen su territorio, en el que tanto
los bosques como el mar forjan una relación material, espiritual y simbólica con este pueblo, constituyendo una
reflexión interesante so- bre las concepciones originarias de los pueblos y na- tivos, y las comunidades y su
visión sistémica de la relación cultura-naturaleza.
Se ha hecho mucho énfasis en la conservación enfocada en la “biodiversidad de los ecosistemas fo- restales” de
Kuna Yala y esto le ha dado visibilidad al movimiento indiǵ ena10, “a raiź de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992)” y de “las presio- nes de los nuevos
valores ecológicos de la sociedad occidental”. No obstante, pese a la fuerte relación de este pueblo con el
océano (que se “concretiza en la pesca”), los ecosistemas marinos se han dejado un poco de lado.
Hasta hace algunos años, este pueblo era referente en cuanto a la gestión y cuidado del MA, dado que sabiá
administrar y cuidar la particular biodiversidad de una de las principales reservas de la selva del Darién,
partiendo del enfo- que sistémico. Dicha gestión de su ambiente na-tural implicaba, por ejemplo, no producir
basuras. Sin embargo, como lo reporta Martiń ez (2004, p. 1), en la actualidad “los residuos domésticos, las
́ s y el calentamiento global del planeta parecen ser las causas de la progresiva disminución
creci- das de los rio
de la cobertura coralina de la región”, la cual –en cifras– bajó del 60% al 13% en 30 años.
Aunque según Martiń ez no es fácil determinar qué tan responsables son los kunas frente a la “degradación del
medio”, también se puede mencionar “el calentamiento global de la Tierra y las crecidas de los rió s de la
región” como factores que contribuyen a la extinción de los corales.
Por otra parte, podemos señalar como ejemplo de la complejidad de las concepciones indígenas de la
naturaleza-sociedad, la relación entre las aves y los humanos que se da en el pueblo Kuna así como en otros
grupos indígenas de América Latina; allí se evidencia que todo está conectado (como lo es en el pensamiento
sistémico). En palabras de Descola, esto se observa en que “en lugar de mantener relaciones de hostilidad y
dominio, dialogan, comparten conocimientos e intercambian puntos de vista”. De alli,́ el interés de los
etnocientif́ icos y la emergencia de la etnoorni- tología (“una aproximación que intenta ir más allá del estudio de
las aves en las culturas y analiza su relación con el arte, usos, lenguajes, formas de vida, diálogos e
interacciones en la vida cotidiana”).
Pensando en el despertar de esta disciplina, es po- sible hablar de un diseño de servicios que se enfoque –entre
otras cosas– en estos aspectos particulares, antes de que los turistas viajen al lugar y durante su estancia. Lo que,
por su gran “potencial para pro- mover la conservación de la biodiversidad”, serviriá también para
“compatibilizar el conocimiento eco- lógico indiǵ ena con el cientif́ ico en los programas de conservación y
gestión del medio ambiente”
En algunos casos, los usos que se les dan a las aves –relacionados con la ritualidad y con que algu- nas pueden
“ser ingeridas para sanar o adquirir al- guna habilidad”– pueden favorecer su conservación o provocar un uso
más intensivo. Esto hace que se consideren como factores para “tener en cuenta a la hora de planificar
programas de conservación en zo- nas indiǵ enas” Dado que el mal manejo del etnoturismo es uno de los
causantes que han impactado en la degrada- ción del ambiente en el entorno de la cultura Kuna, es importante
que la educación ambiental, apoyada en el diseño de servicios, se concentre en un traba- jo urgente para
conseguir la sostenibilidad de esta fuente de ingresos para la comunidad.
Este fenómeno del turismo en comunidades indí- genas ha sido estudiado por Maldonado. De acuerdo con él,
tanto las comunidades locales como las indígenas deben “definir su visión de desarrollo vinculada al
ecoturismo, aplicando estrategias en- caminadas a fortalecer sus propias capacidades de gestión y
aprovechamiento sostenible de los recur- sos naturales”, y las estrategias que apliquen deben encaminarse
siempre desde una perspectiva social y ética (p. 8).
Siguiendo a este autor, podemos plantear que mediante la educación ambiental y el diseño de ser- vicios se
podrían comunicar mejor los valores y el respeto, de modo que “las comunidades autóctonas anfitrionas
[puedan gestionar] los flujos turísticos”, y obtengan el mayor beneficio posible, con un miń i- mo de riesgos y de
efectos negativos para el medio ambiente, sus tradiciones y cultura” .
Aportes del diseño de servicios a la educación ambiental En la recta final de esta reflexión, se mencionarán
algunas de las herramientas metodológicas y estra- tégicas que proporciona el diseño de servicios, y a través de
las cuales es posible organizar, reforzar y potenciar la información y el conocimiento sobre el entorno natural y
el patrimonio relacionado con las comunidades indiǵ enas. Pensamos que, de este modo, la EA no se ejercerá en
una sola vía, es de- cir, desde las instituciones, la academia y la sociedad hacia las comunidades locales, sino
que encontrará otros caminos para implementarse en el sentido in- verso. Utilizando un etnoturismo a través del
cual prime el respeto por el ambiente y la cultura, y las visiones originarias de las comunidades, seriá posi- ble
dar mayor valor y difusión a otros enfoques sobre el ambiente y su gestión, de forma que estas podrían permear
la sociedad en general.
El campo de acción de los diseñadores de servi- cios involucrariá , de acuerdo con Meroni y Sangior- gi (2011,
p. 203), “trabajar en partes o segmentos de los servicios, rediseñando interacciones y expe- riencias”, o el
fomento a la reconfiguración de los servicios, sugiriendo nuevos modelos de negocios y valorando las redes”, e
incluso, usando los servicios como “medios para los cambios sociales, generando las condiciones para una
sociedad más sostenible y una economiá venidera”.
El diseño de servicios también puede ayudar a las comunidades a transformar los procesos, los cuales pueden
variar si se adoptan métodos participativos de diseño. La idea es partir de las comunidades in- diǵ enas en el
rediseño de los servicios, para que las soluciones que surjan sean co-creaciones, y esto im- plica “desarrollar
capacidades” para que las personas participen en dichos procesos de forma consciente y comprometida. Una
posibilidad para ello (pensada con base en las ideas de Meroni y Sangiorgi, 2011, p. 203), es la creación de
prototipos de servicios (por ejemplo, en el ámbito del etnoturismo), o el diseño de plataformas que permitan
colaboraciones en el servicio. Y, en el caso de las comunidades indígenas, existe la posibilidad de co-diseñar los
servicios entre expertos e indiǵ enas.
Entre las herramientas del diseño, existen aque- llas que facilitan diseñar interacciones, relaciones y
experiencias. Por ejemplo, a través de “conversa- ciones empáticas”, se facilita “el compromiso de los usuarios
en el rediseño de sus experiencias y la generación de consistentes ideas del servicio con comportamientos
existentes”. El “diseño de conversaciones empáticas acerca de experiencias futuras de los usuarios” (en este
caso, comunidades), podriá “inspirar el diseño significativo de los servicios para la regeneración de una región”.
En los proyectos que buscan imaginar “direccio- nes futuras para los sistemas de servicios”, el rol del diseñador
puede ser el de aquel que ayuda a las co- munidades “a imaginar escenarios futuros de sus regiones mientras
exploran cómo estas vi- siones podriá n transformar sus actividades y estilos de vida en su rutina diaria”, con lo
cual los servi- cios se convierten en “manifestaciones tangibles de una transformación amplia y sistemática”
En otras palabras, se trata de un modo de “ima- ginar, en forma de escenarios, nuevas direcciones para el
desarrollo de un sistema o de una región”, si se piensa en un diseño centrado en la comunidad. De esta forma, el
diseño de servicios puede contribuir con “herra- mientas y competencias especif́ icas para prolongar proyectos
de diseño estratégico que tienen como meta introducir cambios fundamentales en los pa- trones locales, los
comportamientos y los sistemas”, actuando en diversos ámbitos como se muestra en la Figura 1.
Otra herramienta que facilitariá los procesos es el uso de la narración de historias (storytelling) a par- tir de
escenarios. Producir nuevos puntos de vista sobre el entorno puede facilitar que las personas se comprometan en
nuevas actividades del servicio, adopten nuevos roles, valores y capacidades y avan- cen hacia estilos de vida
más sostenibles. “los escena- rios son el mejor lenguaje disponible para una con- versación estratégica,
permitiendo diferenciaciones en puntos de vista y reuniendo a las personas hacia una comprensión compartida
de las situaciones, to- mando decisiones...”
El pensamiento de diseño tiene una naturale- za colaborativa, lo que –como construcción de esce- nario puede–
“brindar y aplicar principios del pen- samiento dentro de los proyectos colaborativos para mejorar la creatividad
de las comunidades. Para facilitar estos procesos de innovación los dise- ñadores han desarrollado instrumentos
capaces de organizar diversos aportes, generar ideas y facilitar el cambio (Figura 1).
Dentro del ejercicio de lo que se contiene y se genera en la experiencia turística confluyen mu- chos factores
que en conjunto se convierten en la experiencia, y en consecuencia en un ejercicio de aprendizaje. Para cerrar
este apartado, hemos desa- rrollado algunas hipótesis de aplicación de las herra- mientas y competencias del
diseño de servicios para la educación ambiental, se presenta en la Tabla 1.
Si es fundamental la relación entre la creación del imaginario y la experiencia turística, como lo seña- lan Rossi
y Goetz, entonces, “el aspecto más importante de la imaginación en la experiencia turística incluye la lectura
interpretativa que acom- paña necesariamente al encuentro con un paisaje, un monumento, un grupo social o
una persona”. Es en este caso, por ejemplo, donde el desarrollo de los servicios que generan experiencias
específicas se re- convierte en un ejercicio de educación ambiental al enfocarse en los puntos 6, 11 y 14
señalados en la Tabla 1.
tabla 1. Hipótesis de aplicación de herramientas y competencias del diseño de servicios para la educación
ambiental en comunidades indiǵ enas.
6. Generar y compartir visiones más sostenibles para el futuro mediante creación de métodos de narración de
historias/ cuentos como medios de imaginar en modo colectivo el futuro de una región.
7. Introducir cambios fundamentales mediante herramientas que capturen para su análisis patrones locales,
comportamientos, valores, actitudes... hacia una transformación del enfoque ambiental.
8. Posibilitar procesos de co-diseño y colaboración creativa entre las personas para generar soluciones
significativas y discusiones alrededor de impacto ambiental.
9. Facilitar cambios hacia nuevos paradigmas creando instrumentos para comprometer a las personas en
acciones cooperativas.
11. Rediseñar condiciones para interacciones más empáticas entre los usuarios (turistas, por ejemplo) y la
comunidad; de esta forma se estimula la inteligencia social de las personas para crear una comprensión más
profunda sobre el medio ambiente.
12. orquestar proyectos con las comunidades enfocados en obtener cambios sistémicos y sostenibles.
13. Implementar plataformas que permitan que las personas participen y colaboren dentro de comunidades
para alcanzar
Es de esta forma como se formula la hipótesis de un diseño de servicios “eficaz, eficiente, agradable y
sostenible desde el punto de vista ambiental y so- cial” con el objetivo llevar a cabo un proceso de educación
ambiental y conservación de su biodiversidad en diferentes niveles educativos. Este proceso se representa en sus
fases en la Figura 2. Todo ello, mediante la combinación entre los co- nocimientos de la cultura local y diversos
conceptos modernos orientados a la comprensión y toma de conciencia sobre los problemas ambientales.
Conclusiones Se requieren ejercicios transdisciplinares para proponer una educación ambiental integral, tanto
para los turistas como para la propia comunidad. Es decir, debemos plantearnos un paradigma más ho- rizontal
de las formas de emplear herramientas de otras disciplinas en la implementación de ejercicios de educación
ambiental. Como se observa, el diseño de servicios presenta óptimas herramientas que bien se pueden enfocar
en la construcción de una educación ambiental y una promoción del etnoturismo responsable, en el que, además
de posibilitar la experiencia de vivir es- tas culturas, se obtengan beneficios ambientales y se evite el deterioro
del patrimonio o la pérdida de los valores culturales y las tradiciones. Todo ello, a partir de la participación, co-
creación y co-diseño de los diferentes actores involucrados.
Para que todo esto sea posible, es importante que, como lo plantean Rozzi et al. (2010, pp. 30-31), “los actores
locales aprendan sobre políticas globales, y a la vez que eduquen a los actores globales acerca de las
peculiaridades de la diversidad biocultural regional”. A través de esta “dinámica dialógica local-global” es
posible favorecer “la incorporación de formas de co- nocimiento y criterios locales y globales en procesos de
construcción colaborativa de alternativas de de- sarrollo sustentable y conservación biocultural”.
Introducción: Conviene tener presente que el desarrollo, cuyo rescate proponemos, en lo esencial es un
fenómeno histórico reciente, estrechamente asociado a la evolución del capitalismo y, en alguna medida,
diferente a los grandes momentos de cambio histórico largo, muchos de ellos imperceptibles para los hombres
mientras ocurría, sobre los que nos enseñó magis- tralmente Fernand Braudel. Como construcción social,
podríamos incluso proponer que sólo fue a partir del fin de la Segunda Guerra cuando el tema adquirió singular
relieve para convertirse en proyecto internacional y hasta civilizatorio.
Si entendemos al desarrollo como una combinación dinámica de crecimiento eco- nómico, progresivamente
monetizado y vinculado a la evolución de los mercados, con procesos y momentos sostenidos pero no
necesariamente permanentes de redistribu- ción social, demográfica y de actividades productivas, ingresos y
riquezas, tendremos que convenir que se trata de una combinatoria que con dificultades y contradicciones fue
forjándose a lo largo del siglo xix y logró volverse una dinámica de aparente larga duración sólo a partir de los
inicios de los años cuarenta del siglo xx. Fue hasta entonces, que el mundo avanzado empezó a redescubrirse
como parte de un todo mayor cuyos otros componentes reclamaban reconocimiento y derechos, que tendrían
que ser el fruto de correcciones importantes de las asimetriá s del sistema económico internacional, hasta esas
fechas vistas y postuladas como naturales desde las cumbres del poder económico y político mundial.
Desde entonces, mucha agua ha corrido por la faz y los intrincados sistemas econó- micos y financieros del
planeta. Los acontecimientos de los últimos años, tanto los que acompañaron a la gran globalización de fin de
siglo xx como los que han emergido con la gran crisis global que irrumpiera en 2008, han evidenciado la
reversibilidad de esos pro- yectos de corrección internacional así como de las tendencias y dinámicas
igualitaristas de las que se nutrió la idea del desarrollo.
Hoy, en medio de una recesión sometida a poderosas tendencias al estancamiento relativo pero de larga
duración, es obligado volver sobre tal idea y tomar nota de la com- plejidad del fenómeno, su carácter
multivariado y estocástico y de su impronta “no natu- ral”, ni siquiera desde la perspectiva de la matriz
estructural y las variables primordiales del capitalismo. Como acaeció en los albores del nuevo mundo que
emergiá de la terrible Segunda Guerra, la idea del desarrollo como proyecto humano y construcción social, debe
verse como un relato marcado y condicionado férreamente por los movimientos de la sociedad y sus estructuras
profundas, así como por la polit́ ica, la cultura y las acciones y las decisiones del poder en y fuera del Estado.
Proponer la reflexión sobre el desarrollo como tema central de nuestro tiempo puede parecer una excentricidad,
habida cuenta de las exigencias inmediatas de la recuperación de la actividad económica y del empleo, así como
del predominio impasible de las visiones y enfoques estabilizadores y de revisión a la baja del Estado social. Sin
embargo, esta recuperación conceptual es indispensable para darle a la política, en y frente a la crisis, otros
contornos y perfiles y, a la vez, para que la economiá polit́ ica del desarrollo sea un aporte a los debates abiertos
por la crisis.
Lo anterior adquiere particular intensidad y relevancia si además nos planteamos, como debe hacerlo América
Latina en su conjunto, el desafío de superar sostenidamente las condiciones de pobreza y desigualdad
prevalecientes en la región y, al mismo tiem- po, avanzar en la consolidación de las democracias. Rumbo a lo
que puede ser el fin del ciclo de expansión propiciado por el boom internacional de las materias primas, dicho
desafió vuelve a presentarse como un reto primordial para la continuidad del crecimiento económico y la propia
subsistencia y consolidación democrática de la región. Para evitar que la “pesadilla de Prebisch”, como algunos
la llaman, vuelva a apoderarse del escenario del desarrollo latinoamericano, después de tantos años de penuria y
desperdicio social y productivo.
La perspectiva abierta por la coyuntura actual del mundo, en especial a partir de lo que ocurre en algunos de los
países “periféricos del Centro” en Europa, permite arriesgar otra afirmación aventurada: calificar al desarrollo
con objetivos de justicia social e igualdad, como ha propuesto la cepal, no es una opción académica más.
Implica un esfuerzo mayor de revisión analit́ ica de las hipótesis con que hemos estudiado y entendido el
desarrollo capitalista, así como sus diferentes puntos de inflexión polit́ icos y estructurales a lo largo de su
complicada historia nacional, internacional y ahora global.
En realidad, esta recuperación implica un cambio de orden en los objetivos y las prio- ridades de la sociedad. Al
hacerlo, podremos replantearnos las funciones básicas que ordenan nuestro entendimiento de la economía
política y, en particular, de la macroecono- miá , para inscribir a lo social en el ojo del huracán de las
deliberaciones políticas actuales, no sólo sobre la recuperación económica y del empleo o el futuro del (des)
orden global, sino sobre el porvenir mismo de las democracias.
Adjetivos, opciones y restricciones: Esta operación, que deberíamos pretender que fuese paradigmática,
impone una reflexión cuidadosa sobre los adjetivos, las opciones y las restricciones que implica la reconquista
de la idea y la senda del desarrollo. Se tratariá de una recuperación que, como ocurrió en los inicios del
pensamiento histórico moderno, cuando se avizoraba un cambio profundo en las estructuras sociales y la
emergencia de una ciudadaniá que apenas se asomaba a la configuración del poder estatal moderno, tendrá que
llevarnos a concebir el desarrollo como un proceso complejo que involucra grandes y pequeños cambios
sociales así como diversas formas de aprendizaje democrático.
Será a partir de una recuperación como ésta, sugerida entre otros por Joseph Sti- glitz así como por José
Antonio Ocampo, que la economiá polit́ ica podrá recuperar su carácter de disciplina histórico-social, que es
parte de las humanidades, y reivindicar su origen como filosofiá moral cultivada por la Ilustración. Hasta allá
deberían llevarnos las duras lecciones impartidas por la crisis global, que han hecho de la nuestra una disciplina
“avergonzada”, como lo dijera lord Skidelsky, el gran biógrafo de Keynes.
Lo que plantea esta circunstancia impuesta por la globalidad de la crisis, no sólo son mutaciones en la
conducción económica o la protección social, significativas o epidérmi- cas según sea el caso. Lo que está en el
centro es la o las maneras en que las sociedades y sus Estados puedan sortear el laberinto actual que es posible
resumir en la propuesta de que lo que vivimos es no sólo una época de cambios sino todo un cambio de época,
en palabras de Alicia Bárcena, la secretaria ejecutiva de la cepal.
La inversión valorativa sugerida arriba, pasa por una incorporación de variables ayer desdeñadas por casi todas
las agendas de la economía política o pospuestas para “tiem- pos mejores”, cuando la acumulación de capital,
material y financiera, permitiera plantear- se las problemáticas vinculadas con la redistribución social o el
cuidado y la protección del entorno. Hoy, es posible asegurar que ni el desafío del cambio climático ni el que
en- cierran la exacerbación de la desigualdad y la ampliación de la pobreza, permiten soslayos y posposiciones;
por el contrario, exigen que la agenda del desarrollo los asuma como retos centrales. La o las formas, estrategias
y políticas, como se les encare y busque su- perar definirán la calidad y el sentido del proceso, así como los
contenidos específicos de las polit́ icas que puedan desplegarse.
Desarrollo y democracia encuentran aquí un difić il pero estimulante punto crit́ ico de encuentro. En él, se pone a
prueba la capacidad institucional y polit́ ica de las naciones y de sus estados para lidiar con los “trilemas” que la
globalización, ahora en abierta crisis, le plantea a las sociedades, a sus democracias y a los estados cuya misión
principal es, precisamente, más que administrar recursos resolver dilemas.
De aquí la importancia de las tres entregas hechas por la cepal en lo que va del siglo. Dirigidas a ampliar y
profundizar la gran ponencia sobre la “Transformación productiva con equidad”, hecha por la Comisión al
inicio de la década de los noventa del siglo pasado, “Equidad, desarrollo y ciudadaniá ”, primero, y luego “La
hora de la igualdad” y “Cambio estructural para la igualdad”, planteamientos que constituyen una plataforma
robusta y novedosa para llevar a cabo una renovación consistente de nuestras maneras de entender y “actuar” el
desarrollo. La sincroniá entre economía, política y sociedad que se busca en estos textos milia- res, puede
conformar el basamento maestro para imaginar nuevas y mejores maneras de insertarse en la globalización
poscrisis y de asegurar combinaciones productivas, hasta virtuosas, entre soberanía, democracia y desarrollo.
La reivindicación de la economía polit́ ica del desarrollo... y de la macroeconomía: El gran vuelco del mundo
que trajo la hegemoniá neoliberal a partir de los años setenta del siglo pasado, puso a la economiá polit́ ica del
desarrollo en los márgenes de la discu- sión académica y política internacional y dio lugar a una radical
reversión de los objetivos que orientaban la intervención de los estados en la vida económica y social. La
“nueva economiá polit́ ica” supuso mudanzas radicales en la manera de entender los procesos productivos y
distributivos, privilegiando excesivamente los teoremas sobre la eficiencia de los mercados y la imperiosa
necesidad de la estabilidad fiscal y financiera, de precios y cambiaria, como condiciones sine qua non para vivir
y aprovechar la globalización.
El sueño liberal del siglo xix de separar tajantemente a la economía de la política, tan- to para fines analit́ icos
como en los hechos cotidianos de la vida de las sociedades y los estados, se retomó con vigor en estos años
cuando, además, los grandes saltos tecnoló- gicos y su inscripción en los procesos económicos hacían pensar en
una economiá libre del espectro de los ciclos, las recesiones y, desde luego, las depresiones. Ahora, frente a lo
acontecido a partir de 2008 cuando irrumpió la crisis financiera y pronto se volvió rece- sión global, puede
proponerse que la economiá política centrada en la macroeconomiá y comprometida con el desarrollo debe
volver por sus fueros.
No se tratará de un relevo festivo, pero en la medida en que la academia y los propios comandos polit́ icos de la
economiá se vean impelidos a reflexionar sobre el largo plazo, como condición obligada para lidiar con las
tormentas del presente, el cambio de estafeta y mando en el pensamiento y la acción habrá de tener lugar.
Quizá, una primera tarea a cumplir para avanzar en este empeño sea el reconocimiento explić ito, para fines
concep- tuales y de polit́ ica, de que la economiá del desarrollo, como la del crecimiento, “también nació siendo
macro”, como lo ha recordado con tino y brillantez Jaime Ros.7
Además, como lo plantea también Ros, parece indispensable resaltar y recalcar que, desde la mirada de la
economiá polit́ ica del desarrollo, el crecimiento económico mismo debe ser visto como “un proceso de cambio
estructural más que como una mera acumu- lación de factores combinada con cambio técnico”. Volver a los
clásicos y a lo básico debe entonces entenderse como voltear a la histo- ria, a la mecánica y la dinámica del
cambio social así como a la centralidad del poder y de la polit́ ica que, en nuestro caso, quiere decir reivindicar
la macroeconomía como la conci- bieron y legaron Keynes y los suyos. De otra forma, se asuma o no, el
presente continuo del globalismo neoliberal devendrá ominoso estancamiento y la recesión se apoderará no sólo
de la producción o el empleo, como ocurre todavía hoy en buena parte del mundo, sino del conjunto de la vida
social y, en especial, de la democracia y la cultura.
Por qué y cómo unas naciones fallan y otras no; por qué unas naciones se enrique- cen y otras se mantienen
sometidas a los círculos viciosos de la pobreza; cómo y en qué condiciones las elites gobernantes deciden girar
sus polit́ icas y estrategias, revisar la orto- doxia que suele acompañarlas y tranquilizarlas, para arriesgarse a
acometer tareas que en su despliegue son portadoras de cambios sociales y aún polit́ icos para el desarrollo, son
cuestiones que dan voz, hasta hacerles eco, a las proclamas por otro desarrollo y el alter mundismo que ahora se
empata con los reclamos de la indignación juvenil y el rechazo activo a las cúpulas de Wall Street.
En el centro de estas cuestiones, se ubica la necesidad de cambiar los términos y criterios de evaluación de la
política económica para poner a la macroeconomía al mando. Así se abrirá la posibilidad, cancelada por el
enfoque neoliberal, de inscribir el intervencionismo estatal en estrategias comprehensivas para el desarrollo,
entendido de nuevo como un proceso de cambio social que es, a la vez, polit́ ico y cultural. Al poner bajo su foco
variables como el crecimiento económico o el empleo, esta macroeconomía tendrá que derivar en estrategias
mayores y polit́ icas explić itamente dirigidas a promover la redis- tribución social y recuperar los horizontes de
igualdad que inspiraran la construcción de los estados sociales, también a la búsqueda de transformaciones
productivas que abran la puerta para desempeños dinámicos que a la vez puedan combinarse con objetivos de
equidad, universalización de derechos y expansión de la ciudadaniá .
Ciertamente, no se trata de una empresa fácil de acometer y menos de convertir pronto en realidad promisoria.
El globalismo, entendido como la primera derivada ideo- lógica del canon neoliberal, se tornó sentido común al
calor del gran cambio del mundo que irrumpió con la globalización de fin de siglo y el fin del régimen bipolar
de la guerra fría. Este canon, pretendió volverse código universal con el Consenso de Washington. Su origen
específico y coyuntural, ubicado en las grandes dislocaciones y peligros que le planteara al mundo avanzado la
crisis internacional de la deuda externa estrenada por México en 1982, no impidió que pronto se impusiera
como conocimiento universal, como pensamiento único y válido urbi et orbi
Más allá de las conmociones y turbulencias con que cerró el siglo xx, con la serie de grandes descalabros y
crisis financieras en México, Asia, Rusia, Brasil y Argentina, y de las que acompañaron desde su inicio la
instauración de este nuevo credo sobre el mundo y la especie; a pesar también de los acontecimientos
traumáticos recientes pro- ducidos por la Gran Recesión, este sentido común fue construido y ha podido recons-
truirse en y desde la crisis. Para ello han sido altamente funcionales y eficaces las esferas mediáticas y los
centros dominantes de pensamiento y formación de opinión, general- mente vinculados con el poder constituido
o los poderes de hecho. Tan sólo por este contexto y, desde luego, por su génesis “guerrera” (el fin de la guerra
friá y la bipolaridad), el globalismo en clave neoliberal no se presta a una deliberación destinada a fomentar el
surgimiento de nuevas ideas sobre el gobierno del Estado y la economía, para desde ahí proponerse el gobierno
de la globalidad. De aquí la subordinación de la macroeconomiá a la micro economiá , y de la polit́ ica fiscal a la
política monetaria.
Es de esta urdimbre de relaciones y sometimientos de la que surge la exclusión de la polit́ ica social y su
sometimiento a los criterios de estabilización y equilibrio financiero y macroeconómico. Tal marginación se
vuelve un conflicto de alta intensidad cuando la política social, o en un sentido amplio la estrategia de
desarrollo, trae mensajes y propuestas de redistribución del ingreso riqueza y poder. Por ello es que la visión
asociada al globalismo ha conformado una poderosa serie de trincheras contra ideas renovadoras y su
conversión en paradigmas alternativos, ha servido y sirve como soporte de revisiones y renovaciones
cosméticas del pensamiento y de corrientes principales, cuya reproducción ha continuado a través de la crisis.
En realidad, esta reproducción no ha sido ni será lineal sino mediante las casamatas institucionales e ideológicas
dentro de las cuales tienen lugar el conflicto social y clasista y la confrontación política permanente que es
propia de las sociedades complejas. Este conflicto y su extensión como confrontación polit́ ica, en nuestros diá s
han adquirido es- pecial plasticidad y agudeza en la problemática de las finanzas públicas por un lado y, por
otro, en lo tocante a los usos de emergencia de la polit́ ica monetaria y las formas específicas para acometer el
rescate y restructuración de los sistemas financieros devas- tados por la crisis. Tal vez sin quererlo, la ofensiva
de la ortodoxia y la defensa del llamado pensamiento único han sacado a la superficie el carácter esencialmente
político e ideoló- gico del corazón de la economía política capitalista, despojado de esos contenidos por la
embestida globalista neoliberal.
Estamos, entonces, frente a y en medio de una suerte de gran contienda hegemónica cuyos perfiles no logran
definirse aún como nuevas configuraciones del Estado y sus ca- pacidades de intervención, regulación y rectoría
económica. Cambiar enfoques y maneras de actuar desde la sociedad sobre la economía a través de los
gobiernos se plantea, una y otra vez, como una necesidad vital para la supervivencia misma del sistema político-
eco- nómico del capitalismo moderno; necesidad que se estrella, también una y otra vez, contra el imperio de
los intereses creados y un discurso convencional que sigue reclamando su reconocimiento como pensamiento
único. Como ha escrito David Ibarra:
Los cambios paradigmáticos en la economía no siempre resultan de planteamientos que per- feccionen la
formulación anterior o que den una mejor explicación del comportamiento de cier- tos fenómenos humanos.
Invariablemente ofrecen verdades, anhelos sociales e individuales, entremezclados y sintetizados en
planteamientos ideológicos atractivos.8
Los acontecimientos en Europa y Estados Unidos hablan de un sinuoso rumbo de con- frontación ideológica y,
desde luego, de lo difić il que es dejar atrás la crisis actual. Pa- reciera que los poderes de hecho y de derecho
estuvieran preparándose para una fase larga de ajuste y relativo estancamiento, de la cual pudiesen emerger,
eventualmente, las condiciones de rentabilidad necesarias para una recuperación de la acumulación de capital lo
menos condicionada que fuese posible por las exigencias de compensación y redistribución social heredadas de
la era de los estados de bienestar.
Estas formas y realidades difić iles de la recomposición capitalista a través de la cri- sis, deben ser de particular
interés para nosotros en la búsqueda de un cambio de curso que, sin soslayar las enormes mudanzas
estructurales y mentales que ha traid́ o consigo la globalización, se proponga la construcción de estrategias de
desarrollo renovadas y renovadoras. Tanto desde el mirador del retorno del crecimiento basado en la
exportación de materias primas del que ha gozado el Cono Sur, como desde las experiencias poco exitosas de
México, Centro América y El Caribe con el libre comercio con Estados Unidos, la reconquista del futuro
supone la recuperación conceptual y semántica del desarrollo, entendido e imaginado como proceso nacional a
la vez que global.
El reto estriba en hacer un riguroso inventario de lo existente, heredado o creado en los ciclos recientes de auge
y cambio estructural y ser capaces de dilucidar su utilidad para sostener o impulsar una nueva forma de
crecimiento y desarrollo, un nuevo curso. Esta operación “conservadora”, en el mejor sentido del término,
permitiría no incurrir en uno de los excesos más nocivos en que cayó la estrategia neoliberal del cambio
globaliza- dor: echar al niño junto con el agua sucia de la bañera.
Así ocurrió en México a partir del ajuste externo destinado al pago de la deuda y, sobre todo, cuando se impuso
la visión del agotamiento de la estrategia de desarrollo basada en la industrialización dirigida por el Estado. Una
vez acuñada y formulada esta visión como estrategia de relevo, los dirigentes del Estado y los principales
grupos de poder económico se aprestaron a realizar una cirugiá mayor en las instituciones que da- ban sentido a
la evolución económica y la coordinación y cohesión sociales. Pero, al no darse una sintoniá adecuada entre el
abandono de unas instituciones y el surgimiento de nuevas, capaces de modular el cambio y proteger a los más
débiles tanto en la economía como en el resto de la reproducción social, se crearon vació s que la política,
también en transición a la democracia, no pudo ocupar. La consecuencia está a la vista: casi tres dé- cadas de
ínfimo crecimiento; altas cuotas de pobreza y desigualdad; subempleo masivo, en especial de los jóvenes;
desarticulación regional y ética del Estado nacional, como resultado de la criminalidad organizada y las
reacciones también violentas de poblacio- nes y organizaciones civ́ icas.
“Limpiar la mesa” del desarrollo cuanto antes, demoler las adiposidades e inclinaciones corporativas en que se
había sustentado el autoritarismo desarrollista e incluyente del pasado, devino en nuevas formas de dualismo
productivo, “trialismo” lo llamó hace años el estudioso Enrique Hernández Laos,9 sin que fuera redefinido
positivamente por la apertura externa y el indudable éxito exportador logrado en buena medida gracias al
Tratado de Libre Comercio con América del Norte. La globalización mexicana, concebida e instrumentada de
modo unidi- mensional como fruto de la relación especial con la economía y el Estado americanos, auspi- ció
una creciente integración regional pero también una desintegración del tejido productivo nacional que conspiró
contra el aprovechamiento interno de las ganancias externas.
En presencia de una despolitización intencionada y sistemática de la cuestión social, promovida por la llamada
revolución neoliberal, una conversación renovada entre econo- miá y polit́ ica, entendidas como mercado,
Estado y democracia, no podrá enfilarse por la senda de una modernidad robusta y consistente; por ello, donde
se pueden encontrar las claves para darle al crecimiento económico un rostro humano y a la globalización un
aprovechamiento efectivamente planetario es precisamente en una radical inversión de visiones, conceptos y
valores.
Si bien la sistemática separación de lo social y lo económico ha sido un proyecto intelectual y polit́ ico de larga
data, buscado por el liberismo actual o el liberalismo man- chesteriano del siglo xix, ha sido sólo en la historia
reciente cuando este proyecto alcanzó una materialidad política, institucional e ideológica formidable. Por ello,
la insistencia en reposicionar al desarrollo, adjetivándolo con objetivos de equidad para la igualdad y, tam- bién,
como un legítimo derecho humano fundamental, como también lo es su necesaria traducción en polit́ icas y
responsabilidades estatales.
Cuando hablamos de desarrollo y bienestar social así como de polit́ icas de Estado, en el sentido anotado,
apuntamos a la posibilidad de empezar a reconstituir el presente con una visión rigurosa del o los futuros
posibles. Esto reclama esfuerzos intelectuales y voluntades polit́ icas destinados a reconfigurar el entramado de
las relaciones humanas, para que pueda servir de cauce racional y progresista, democrático y de equidad, para
un desarrollo no sólo desde adentro, como lo ha planteado Osvaldo Súnkel,11 sino desde una globalización
cuya crisis material e institucional exige medidas de emergencia, a la vez que transformadoras, para asegurar la
reproducción de nuestras sociedades.
La búsqueda de un régimen económico y social planetario al servicio del “factor” humano, como lo dijera la
gran pensadora italiana Rossana Rossanda para su paiś , com- prometido con la participación activa de sus
miembros en nuevos experimentos democrá- ticos, ha dejado de ser una utopiá .12 Se tratariá de recuperar lo
verdaderamente básico, como es el entorno natural y desde luego el trabajo, como condición para ofrecer una
salida viable a las mudanzas globales frenéticas. Sería una propuesta destinada a ofrecer a la especie no sólo
visos de supervivencia, sino horizontes de evolución colectiva soste- nibles y sustentables: defensa y promoción
de la cohesión social y del medio ambiente.
Nada más lejano del individualismo a ultranza, “posesivo”, que la reaparición del darwi- nismo social quiso
imponer como credo y principio para el mundo que se adentraba en la gran y riesgosa aventura de la
globalización. Lo que hemos podido aprender es que, en todo caso, una globalización sostenida en la ambición
aislada y una supuesta elección ra- cional basada en el cálculo individual no puede ser sustentable ni
socialmente productiva.
En palabras de Adela Cortina:13 “La afirmación liberal según la cual hay individuos ais- lados que un buen día
deciden sellar un contrato no deja de ser una hipótesis ficticia. No existen esos individuos aislados, sino
personas vinculadas a los demás seres humanos, es decir, en relación política”.
El desarrollo ayer y hoy: aventuras y desventuras Un marco de referencia para imaginar, diseñar y evaluar
sendas polit́ icas como las suge- ridas, debe partir de la economiá polit́ ica del desarrollo. También, de asumir que
en toda discusión sobre el desarrollo y sus perspectivas, hay una economiá polit́ ica y una historia nacional
peculiares que no se pueden desdeñar ni subsumirse indiferenciadamente en una historia mundial homogénea o
sobre determinante.
El desarrollo, visto como un proceso de cambio social, político y económico, requiere de un correcto
funcionamiento de las instituciones: “las instituciones importan”, como di- jera el Banco Mundial a fines del
siglo pasado.14 Sin embargo, suele soslayarse el papel del factor humano en la construcción, conducción y
aplicación de dichas instituciones. Al observar el cambio institucional que se considera indispensable para
lanzar o relanzar el proceso, salta a la vista la disonancia que se da entre paiś es que han realizado tales cam-
bios conforme al mismo código. De aquí la necesidad de inscribir el vector institucional en un contexto
histórico específico donde se resume la historia peculiar, idiosincrática, de los estados nacionales y, también, de
asumir el esquivo tema de los valores, la ética y las actitu- des no sólo de la sociedad en su conjunto sino
especialmente de los actores directamente involucrados en el cambio y el manejo institucionales.
La idea del desarrollo como progreso, como “estar al día”, a la par de lo que se con- sidera lo más avanzado, es
tan vieja como la modernidad. Forma parte del pensamiento clásico de las ciencias sociales, así como de la
experiencia política internacional de los dos últimos siglos. No por casualidad, Adam Smith, el padre fundador
de la economiá política, intituló su obra más célebre Una investigación sobre la naturaleza y causa de la
riqueza de las naciones (1776).
Sin embargo, la preocupación por este proceso central en la vida de los estados se volvió universal y estratégica
hasta la segunda mitad del siglo xx. Antes, más bien perte- necía al arsenal de los estadistas del “círculo iń timo”
de las naciones poderosas, entre cuyos retos siempre estaba alcanzar al que llevaba la delantera e impedir que
los que les seguían subieran la escalera por la que ellos ascendían. El resto del planeta era visto, en todo caso,
como la “carga del hombre blanco”.15
La Segunda Guerra fue devastadora, pero también constituyó una formidable licuado- ra para las culturas y las
experiencias humanas. En más de un sentido, fue la primera gran vivencia masiva de la globalización; puso en
contacto a hombres de todas las latitudes, los desplazó por territorios hasta entonces desconocidos para el
habitante promedio e introdujo a poblaciones enteras de las regiones atrasadas en lo que hoy llamaríamos la
modernidad. Ciertamente lo hizo a través de la destrucción más violenta imaginable, pero sus lecciones fueron
asimiladas por las elites emergentes o en formación y traducidas pronto en un reclamo de descolonización,
mejoramiento material, independencia nacional y avance social.
En América Latina, en condiciones y perspectivas diferentes tras más de un siglo de vida independiente como
estados nacionales, pero a la vez familiares en sus aspec- tos estructurales respecto de lo que luego se dio en
llamar el “tercer mundo”, también se empezó a vivir el sueño del desarrollo. Urbanización, industrialización,
sustitución de importaciones, nuevas maneras, más sólidas y controladas nacionalmente, de vincularse con la
economiá mundial que se reconformaba, formaron parte del arsenal de polit́ icas y visiones transformadoras a
que convocaran Raúl Prebisch y sus compañeros de la cepal apenas terminada la guerra.
Una “fantasía organizada”, como la llamara Celos Furtado, trataba de recoger en y para la región las lecciones
teóricas y políticas de la gran depresión para buscar una re- formulación de la economía polit́ ica que hasta
entonces habiá inspirado los esfuerzos de conducción, incluso de transformación de estados, economías y
sociedades. En el centro, se instaló pronto el desarrollo económico basado en una industrialización dirigida por
el Estado, como la bautizaran mucho después José Antonio Ocampo, Enrique Cárdenas y Catherine Thorp.16
Por su parte, los combatientes del mundo avanzado y sus familias, enriquecida su memoria con las crisis de los
años treinta por la experiencia dolorosa del conflicto bélico, empezaron a asumir la protección social y la
presencia activa del Estado como un dere- cho adquirido y hasta exigible; lo que derivaba, racional y
políticamente, en la centralidad universal del desarrollo. Asi,́ el mundo se dio a la búsqueda explić ita del
crecimiento eco- nómico, considerado como indispensable para el bienestar social y la consolidación de las
democracias.
Con el triunfo de la revolución china y la independencia de India, una parte significativa de la población del
globo pareció capaz de concretar las expectativas de progreso mate- rial para todos, así como la posibilidad de
trazar trayectorias históricas novedosas, incluso radicalmente distintas a las conocidas como exitosas.
Asimismo, la capacidad de la urss para saltar hacia delante en medio de la gran depresión de los años treinta y
de resistir victoriosamente la invasión nazi en los cuarenta, contribuiá a convertir al desarrollo en la idea fuerza
del mundo que emergiá en la posguerra.
Al imponerse la ideología como factor determinante de la polit́ ica mundial, el desarro- llo se convirtió en una
variable estratégica en el enfrentamiento bipolar; paradójicamente, fue al calor de este nuevo conflicto que
muchos países intentaron rutas propias de progre- so económico y social, buscando recoger lo mejor de las dos
experiencias que entonces se presentaban como las únicas alternativas. Si bien las “terceras vías” de aquellos
años fueron poco exitosas, quedó en reserva la idea de explorar y potenciar tradiciones e idio- sincrasias como
condición inicial para el desarrollo económico y, ahora, en medio de las tormentas de la globalización, reclama
un lugar estelar en el inventario de las polit́ icas y las instituciones para el desarrollo.
Por décadas, en medio de un equilibrio delirante de destrucción mutua, el mundo se las arregló para concretar el
desarrollo; como paradigma central, estaban el pleno empleo y la protección social y, en el “lado oscuro” del
planeta se veía a la expansión económica sostenida como la ruta por excelencia para arribar a plataformas de
progreso que se resu- mían en los estados de bienestar.
Intervenciones sistemáticas del Estado en las decisiones y en los procesos econó- micos; aprovechamiento
intenso de los fondos externos de ayuda, préstamo o inversión; protección y hasta invención del precario
empresariado doméstico, eso y más se puso en juego en aquellos años bajo las divisas del crecimiento y el
arribo pronto a actividades del más alto valor agregado posible. La acumulación de capital y la inversión
productiva, junto con la industrialización ampliada de las economiá s, eran los vectores de la gran transfor-
mación de la segunda mitad del siglo xx.
Tanto la eficacia polit́ ica como la creación material sostenida, fueron puestas por en- cima de las “mejores
prácticas” o de las polit́ icas correctas, las instituciones adecuadas y la eficiencia. El resultado fueron años de
expansión productiva y cambio social, plasmado en la urbanización, la ampliación de los sectores medios, la
diversificación y expansión de las esferas del Estado y de lo público.
Más tarde, en los años ochenta del siglo xx, una nueva mutación se impuso como exigencia para el logro de
equilibrios y balances globales exigidos por los paiś es desarro- llados como condición para realizar
transformaciones productivas que los sacara de su crisis de estancamiento con inflación. Sobrevino entonces el
inicio de la revisión a la baja de los estados sociales así como de los regim
́ enes salariales y de protección del
empleo, complementos indispensables de los estados de bienestar y del paradigma dominante del pleno empleo.
La extensión de este cambio de visión y de enfoque impuso ajustes draconianos de las cuentas externas y
fiscales, bajo el pretexto de corregir lo que se consideraban errores y excesos. El endeudamiento dejó de verse
como un instrumento útil para promover la actividad económica y auspiciar balances financieros y monetarios
globales favorables, y empezó a entenderse como el gran resumen de los desequilibrios que bloqueaban el
avance de la economiá internacional hacia una formación propiamente mundial, globaliza- dora como se le
llamaría poco tiempo después.
A partir de las crisis petroleras que arrancan en los años setenta se le plantea al orden de la posguerra un
“conflicto estructural” de grandes proporciones que agudiza las tendencias al estancamiento y que se acompaña
de altas tasas de inflación. A su vez, dichas crisis trastocan el sistema financiero y bancario internacional,
impulsan una explosión del crédito mediante los llamados petrodólares, y el endeudamiento externo de los
países en desarrollo se expande vertiginosamente. Al final, con la gran erupción de la crisis de la deuda externa,
inaugurada por México en 1982, se trazan nuevos y radi- cales linderos al desarrollo; se fue tan lejos en esta
segunda ronda del vuelco mundial, que llevaría a una radical reversión de los criterios maestros del régimen
forjado en la segunda posguerra que, incluso, se pretendió desaparecer del mapa de las prioridades
internacionales la idea misma del desarrollo.
Sin embargo, el equilibrio macroeconómico y el control de la inflación, difić ilmente podriá n dar lugar a un
paradigma eficaz para un sistema polit́ ico-económico y unas socie- dades para las que el crecimiento
económico, la transformación social y el balance polit́ ico son vitales para dinamizar sus contradicciones
primordiales. Ahora se vive con particular intensidad y evidencia esta improductividad sistémica e histórica del
llamado paradigma monetarista-neoliberal.
Los vericuetos de la globalización: Con las convulsiones que propulsaron la globalización de fin de siglo,
sobrevino un radical cambio paradigmático; el derrumbe del comunismo soviético constituyó un acicate para
proceder a revisar de modo radical los criterios de los vastos acuerdos sociales y polit́ icos que, como se ha
dicho, daban sentido a la reconstrucción y a la recuperación económica y social que marcaron la posguerra.
También fueron rigurosamente enjuiciados los valores que se habían podido acuñar para propiciar un desarrollo
internacional menos asimétrico.
En vez de pleno empleo y protección social se impuso la lucha contra la inflación, la estabilidad financiera y su
posterior desregulación y la reducción de los compromisos del Estado de bienestar, en pos de una dinámica
orientada a la eficiente asignación de los recursos a cargo del libre juego de los mercados.
En los paiś es en desarrollo, se volvió consigna la noción del ajuste externo, la revisión a la baja de los Estados
intervencionistas y la mutación radical de políticas de fomento en consonancia con lo que se llamó el Consenso
de Washington, orientado a redefinir el perfil global del mundo y a asegurar la implantación de un nuevo orden
mundial.
Sin renunciar del todo a la idea del crecimiento económico, la historia en que se sustentaban las visiones y
estrategias que dieron cuerpo a la economía del desarrollo fue revisada y vuelta a escribir. El éxito económico y
social se vio como el resultado de una combinación virtuosa de libre mercado global, libre iniciativa local e
instituciones correc- tas, reduciendo al miń imo la intervención política en la economía a través del Estado. La
democracia misma teniá que ser repensada, como condición sine qua non de una gober- nanza que fuera capaz
de superar los supuestos excesos propiciados por una pluralidad política renuente a asumir sus crecientes costos
sobre las finanzas del Estado y las ga- nancias de la empresa.
Al proponerse a la globalización como sendero único hacia una sociedad interna- cional, el entendimiento del
desarrollo y de su historia cambió hasta llegar a los excesos ideológicos neoliberales para los que no sólo el
futuro sino el presente y el pasado tienen una sola racionalidad, derivada del pensamiento deductivo y los
modelos abstractos. Las identidades locales y nacionales habriá n de quedar subsumidas en esta idea
unidimensio- nal de la evolución económica y de la historia polit́ ica y social.
Esta ronda no ha terminado con las primeras disrupciones de la globalización real- mente existente; lo que ahora
priva es más bien una incertidumbre espesa que domina el ánimo de las comunidades e impone al miedo y a la
inseguridad como parámetros de una nueva perspectiva del futuro. La dificultad para asumir la profundidad de
la crisis actual y su desigual forma de desplegarse y reproducirse, ahonda dicha situación y, al agravar la
cuestión social que vuelve a presentarse como una combinación intensa de desigualdad y pobreza, plantea
nuevos retos a los sistemas polit́ icos democráticos cuyos cimientos precisamente fueron el gran acuerdo social
para el bienestar y el pleno empleo.
Frente a la globalización como trayecto y pensamiento único, se ha postulado que “otro mundo es posible”, y
frente a la dictadura del ajuste financiero y el equilibrio fiscal se plantean nuevas maneras de vincular el
comercio exterior y los fondos de financiamiento a las tareas fundamentales de la acumulación y el desarrollo
social. Consecuentemente, se exploran enfoques alternativos al “déficit cero”; sin embargo, tanto en Europa
como en Estados Unidos, el criterio de estabilización a ultranza se mantiene como primera casamata contra
cambios progresivos y progresistas y se le impone como condición sine qua non para recuperar el dinamismo
económico. Lo anterior implica, como se vive hoy, asumir al estancamiento relativo como presente continuo y,
a la vez, concebir al desarrollo como un horizonte lejano, cuando no de plano inviable.
Sin embargo, la problemática asumida por las Naciones Unidas en sus “Metas del Milenio” junto con la
cotidiana constatación de que frente a las asimetrías mundiales acen- tuadas por la globalización las sociedades
atrasadas se “ajustan” subversivamente al mun- do, mediante la migración en masa, obligan a recuperar la idea
del desarrollo para hoy y para mañana.
Es en este cruce de visiones que puede empezar a gestarse una visión sobre el pre- sente que alimente la
ambición de “reconquistar” el porvenir, mediante una nueva fase de transformación productiva que asuma a la
igualdad y a la protección del entorno como centrales para la evaluación y la búsqueda de alternativas
productivas y tecnológicas. De esta revisión, pero también de la gravedad de la crisis, es que puede emanar otra
ronda de pensamiento y acción colectiva que recupere para el desarrollo su lugar central en la historia moderna
no sólo de Occidente sino del planeta en su conjunto.
Con las mudanzas culturales e ideológicas con que se cerró ese siglo, las nociones de ciudadaniá y de los
derechos humanos registraron ampliaciones y mutaciones; así, la ciu- dadaniá se presenta como indivisible en
sus varias dimensiones �civil, polit́ ica y social� y los derechos se expanden y son concebidos como derechos
económicos, sociales, cultu- rales y ambientales, lo que abre una perspectiva generacional ilimitada. En este
contexto, el derecho al desarrollo que reclamaron las naciones atrasadas al término de la Segunda Guerra se
acuña como derecho fundamental e impulsa el desarrollo de los derechos como sostén primordial de la equidad,
la ciudadaniá y la democracia misma.
Así, se tejió la “leyenda negra” del desarrollo latinoamericano donde se magnificaron los excesos y defectos, y
los logros se minimizaron; esta tabula rasa, intentada con furia en varios de nuestros paiś es, si bien impulso
cambios, fue incapaz de propiciar la consolida- ción de nuevas formas de crecer y de distribuir compatibles con
una convivencia polit́ ica y social que es inherente a la democracia representativa. La “vieja” manera de entender
y de vivir el desarrollo, resumida en la industrialización dirigida y protegida por el Estado y en los distintos
autoritarismos que la acompañaron permanente o intermitentemente durante medio siglo, no ha tenido una
solución de continuidad virtuosa.
Los mecanismos productivos e institucionales necesarios para acometer una naciona- lización de la
globalización no se han podido concretar, por lo que para América Latina y para México todaviá tiene que
hablarse de una encrucijada que reclama audaces apuestas polit́ icas e institucionales que, como ocurrió en la
fase anterior de desarrollo, se propon- gan “hacer época”. Este empeño, como decimos, le plantea a los estados
complicados “trilemas” a partir de los cuales la centralidad de la polit́ ica vuelve por sus fueros en la medida en
la que la sintonía entre democracia, soberanía y globalización dista mucho de tener una operación normal si se
le evalúa con criterios clásicos como lo son el de la equidad y la inclusión so- cial. En realidad, se está frente a
equilibrios provisionales e inestables, en tanto el mundo pueda alcanzar un efectivo nuevo orden.
La política necesaria para este trance debe hacerse cargo de la subjetividad transfor- mada por la “revolución de
los ricos”, pero también incluir los matices de la realidad trans- formada y su entorno especif́ ico, interno y
externo, para poder imaginar y poner en acto mecanismos de adaptación al proceso global desde coordenadas
históricas nacionales. Más que adoptar procesos y “modelos”, como ha querido hacerse en las últimas décadas,
lo que urge son fórmulas variadas de adaptación de tecnologiá s y, sobre todo, de estrate- gias de inserción en la
globalidad hoy en crisis pero también en tránsito a nuevas formas de producción, intercambio y gobierno del
Estado.
Tanto la mundialización de la polit́ ica y de la economiá , como el choque cultural que impulsa a gran escala el
avance tecnológico, se vinculan en un proceso desarticulador, de individualización y despolitización social, que
hace peligrar la estabilidad y la legitimi- dad de las instituciones. La resultante, hasta el momento, es una
polarización aguda de visiones e intereses, que desgasta los mecanismos creativos de hacer política con visión
de largo plazo.
Señalar que el estallido de la crisis internacional de la deuda, iniciada en México en 1982, determinó el arranque
de esta revisión formidable de la economiá polit́ ica de la región no es menor. El significado de esta coyuntura
trascendió con mucho los proble- mas de liquidez internacional que aparecieron en la superficie y pronto se
puso sobre la mesa, en toda su complejidad polit́ ica y social, el tema de la estructura productiva y de los
mecanismos y formas de producción y uso del excedente económico, uno de cuyos componentes era, y lo sigue
siendo, la forma como estas economiá s se relacionaban con el resto del mundo.
Si bien es cierto que, en este sentido, la región ha hecho avances, en la medida en que varios países
latinoamericanos han redefinido a fondo la estructura de sus exporta- ciones y que la deuda externa parece
haber dejado de tener el peso fatal y letal que teniá , sin demérito además de la participación en las fases simples
de las complejas cadenas de valor de la producción internacional, no deja de ser cierto que en prácticamente
toda la región se vive o se teme la resurrección de la vulnerabilidad financiera externa. La exacer- bada
dependencia de las exportaciones primarias, renacida con la portentosa reaparición de China en el mercado
mundial, acentuada ahora por el gran peso que han adquirido los movimientos de capital internacional de corto
plazo, conforman indudables vectores de inestabilidad si no en lo inmediato sí en el mediano y largo plazos.
Por otro lado, la producción y el uso del excedente social, que tiene que ver directa- mente con la distribución
del ingreso y su destino, apenas ha recibido atención por parte de los Estados y de los partidos que protagonizan
la vuelta o el estreno democráticos. En la actualidad, buena parte del éxito exportador logrado depende de
pautas salariales y del empleo que redundan en una mayor concentración de los frutos del crecimiento econó-
mico alcanzado.
Más allá de la transferencia tecnológica inherente a las firmas transnacionales, los avances en la productividad
de ciertos núcleos exportadores en buena medida son re- sultado de acciones defensivas de las empresas, que
más que modernizar sus plantas se empeñan en reducir sus costos, con cargo al desempleo directo y a bajos
salarios medios; a su vez, como ocurre en México y Centro América, la opción por la maquila no ha llevado a la
búsqueda de una progresiva integración nacional de esas actividades y en consecuencia su capacidad de
irradiación de sus frutos es muy limitada. Así, los efectos esperados de la apertura comercial y del cambio
estructural para la globalización, en términos de empleo, salarios y distribución de la productividad, lejos están
de haberse concretado.
En el caso de México, por ejemplo, las expectativas iniciales de la apertura comercial y del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (tlcan), de que se atraería inversión hacia los sectores con mano de obra
abundante, poco o nada calificada, no se han cum- plido del todo y el formidable dinamismo exportador
alcanzado no ha trasminado al resto de la economía. El crecimiento del empleo total ha sido del todo
insuficiente para absorber la demanda de trabajo y el mercado interno ha caminado con lentitud; en
consecuencia, la brecha social tan sólo por el peso de una demografiá en transición, se ha ampliado.
Hasta la crisis de la deuda, se otorgaba al Estado un papel central en la industrializa- ción de la región, a la que
se confió el papel de dinamizar e integrar las economiá s y las so- ciedades latinoamericanas. La apuesta de
largo plazo estaba fincada en que el crecimiento industrial permitiría mantener altas tasas de crecimiento, cerrar
progresivamente la brecha externa y mejorar el nivel de vida de la población, sobre todo con la ampliación y el
mejora- miento del empleo urbano. Entonces, se prestaba poca atención a lo que Prebisch ya habiá advertido y
resumía en su noción de “insuficiencia dinámica” del crecimiento.
Esta insuficiencia se expresaba tanto en un desempeño externo crónicamente defici- tario, que asociaba el
crecimiento con déficit crecientes en la cuenta corriente de la balan- za de pagos, como con una precaria
articulación doméstica de la estructura productiva, donde encontraba su raiź lo que se llamó la “heterogeneidad
estructural” latinoamericana, que cruza mercados de bienes y trabajo y desemboca en cuotas de desigualdad y,
ahora de pobreza, muy por encima de lo que podría esperarse de estructuras productivas como las que América
Latina pudo construir en el siglo xx.
Esta forma de crecimiento, llevó a las economiá s latinoamericanas a una fuerte depen- dencia de su capacidad
para absorber capital externo, en especial mediante el endeuda- miento. La fórmula que se consideraba como
central para elevar el bienestar general de la población puede verse hoy como simplista, literalmente aritmética:
bastaba con que cre- ciera la producción por encima de la población para garantizar un aumento en el ingreso
per cápita que se reflejaría en el incremento de los ingresos y las oportunidades para los distintos sectores de la
población.
Se postulaba así un ciŕ culo virtuoso, articulado por la modernización económica y so- cial fruto del desarrollo
industrial, cuyos encadenamientos productivos serían el impulso para el resto de los sectores. En los hechos, en
prácticamente toda la región se descuidó la construcción de redes sociales de alcance universal, lo que se
agravaba por la progre- siva segmentación de los mercados laborales que apuntaba a dosis de marginalidad cre-
cientes. Con la hecatombe de la deuda, el modelo se declaró agotado sin haber superado los rasgos más
negativos de la desigualdad económica que ha caracterizado a la región a lo largo de su historia. Tampoco se
pudo superar la vulnerabilidad externa, que imponiá una aguda dependencia financiera del crecimiento global.
Como resultado de la crisis de la deuda y del ajuste externo a que fueron sometidas las economías de la región,
se impuso la idea de ir “más allá del ajuste” y realizar un cambio estructural que permitiera superar la crónica
debilidad externa del desarrollo y abriera paso a una fase distinta de la evolución económica. Esta es, a la fecha,
la franja de transición en la que se mueven la polit́ ica y la democracia, pero también los resortes más profundos
que organizan la subsistencia y la coexistencia de los latinoamericanos. Más que transición, para muchos se
trata de una interminable tierra baldiá .
Los ajustes que tuvieron lugar en los primeros años ochenta fueron recesivos, afecta- ron negativamente el
ritmo de crecimiento de la economía y del empleo y desembocaron en un empeoramiento de la distribución del
ingreso. En esa década adquiere carta de naturalización la pobreza extensa y extrema, como resultado del
estancamiento productivo y la caid́ a de la ocupación, así como de las devaluaciones y el agravamiento de la
inflación que acompañaron al periodo de ajuste.
La combinación de todos estos factores permite hablar de una fase de crisis pro- funda y más o menos general,
dentro de la cual tiene lugar, sin embargo, una búsqueda afanosa y muy costosa del cambio hacia una nueva
forma de crecimiento. La crisis, como se ha sugerido, amplió y volvió más severas las desigualdades sociales,
sectoriales y regionales; puso al descubierto profundas fallas fiscales y financieras, e hizo evidentes los grandes
nudos que sofocaban y deterioraban la organización estatal.
Así, a los rezagos históricos de tipo social y productivo que caracterizaron el desarro- llo anterior, se añaden los
costos sociales acumulación de faltantes que debe inscribirse, además, en el marco de las limitaciones que la
globalización impone a las decisiones y visiones estatales. Con esta combinatoria, se puede tener una idea
inicial y aproximada de la magnitud de los retos que se plantean a la región. Todos son desafió s para el
desarrollo, el de hoy y el de mañana.
Si hubiera que fechar el origen de intentos reciente de recuperación del Estado, po- dría proponerse que fue en
1997, cuando el Banco Mundial liderado por Joseph Stiglitz desató este empeño:17 “(...) las enseñanzas de los
grandes éxitos conseguidos... desde la industrialización de algunos paiś es en el siglo xix hasta el ́crecimiento
milagroso’ alcanza- do en la posguerra por Asia Oriental (...) lejos de respaldar la teoría del Estado minimalista,
demuestran que el desarrollo exige la existencia de un Estado eficaz”.
A este respecto, no está por demás recordar la categórica advertencia de Polanyi en su análisis del colapso de la
primera fase de globalización que terminara con la primera guerra y las crisis que le siguieron: si el mercado
pretende subordinar a la sociedad, ter- minará por destruir sus propios cimientos. “La civilización del siglo xix,
escribió Polanyi,18 se asentaba sobre cuatro instituciones. La primera era el sistema de equilibrio entre las
grandes potencias (...) La segunda fue el patrón-oro internacional (...) La tercera, el merca- do autorregulado (...)
La cuarta, en fin, fue el Estado liberal.
“(...) La clave del sistema institucional del siglo xix se encuentra, pues, en las leyes que gobiernan la economía
de mercado. La tesis defendida aquí es que la idea de un mercado que se regula a sí mismo era una idea
puramente utópica. Una institución como ésta no podiá existir de forma duradera sin aniquilar la sustancia
humana y la naturaleza de la sociedad”. El papel del Estado social y generador de externalidades tecnológicas e
instituciona- les, así como su función de “empresario colectivo”, responsable de la visión de conjunto y de largo
plazo, donde se inscriben el cambio estructural y el progreso técnico, es fun- damental para una etapa de
recuperación del crecimiento y de reapropiación de la idea del desarrollo. En un contexto de riesgos globales, la
consigna de sustituir la polit́ ica y el Estado por la economiá es cada vez menos convincente y eficaz.
Por ello es que la nueva agenda para reformar el Estado no tiene nada que ver ni con un discurso de tabula rasa,
ni con un imposible regreso al pasado “glorioso”; por el con- trario, la agenda tiene que ser fruto de una
recapitulación conceptual y de experiencias, de una puesta al diá que, sin renunciar a la historia, ayude a
emprender un nuevo curso de desarrollo que abra cauces para un proyecto de inclusión social cooperación
productiva entre agentes, sectores y regiones y de consolidación democrática.19
La reforma del Estado que la época reclama para encaminarse a un cambio fundamen- tal debe tener como eje
maestro una reforma social del propio Estado, no puede reducirse a cambios en el uso de los recursos o la
conformación institucional; para ser un compo- nente y un catalizador de una efectiva y radical “reforma de las
reformas” del Estado, debe centrarse en la reconstrucción de los tejidos y procesos sociales básicos, lo cual
implica una redistribución del poder, un reacomodo radical de las relaciones y pesos entre las esferas de la
economiá y su comando en la asignación de los recursos y la distribución de los ingresos y la riqueza. También,
sin duda, en la esfera del poder polit́ ico y administrativo y en la propia división del trabajo dentro del Estado.
Cambio de rumbo El liberalismo, nos enseñó Bobbio, no es sinónimo del liberismo manchesteriano que pre-
tendiá reducir toda la vida social, económica y polit́ ica a los criterios y mandatos de la competencia y del
mercado. La historia ha dado la razón a pensadores como Stuart Mill, quienes siempre pensaron que el
catecismo de Adam Smith era inseparable de sus sen- timientos morales y de un papel relevante del Estado,
tanto en la economía como en la política y el conjunto de la vida social de las naciones.
Hipótesis que, por cierto, fueron reelaboradas a lo largo del siglo xx por pensadores y promotores del
socialismo liberal, de la revolución keynesiana y, luego, del Estado de bienestar, que fundió en un pacto
civilizatorio las inspiraciones de cristianos, católicos, liberales y socialistas democráticos, para forjar el sendero
de progreso económico con equidad. A lo largo de los “treinta gloriosos”, como llamaron los franceses o la
“edad de oro” del capitalismo, como la bautizara Erick Hobsbawn, tuvo lugar una gran emulsión de ideas e
instituciones que habría de desembocar en la constitución de la Unión Europea y su mensaje de democracia,
innovación e inclusión social.
Al fin de la guerra friá y del régimen bipolar, el gran pacto europeo pareciá destinado a ser el soporte de una
nueva era donde la certeza colectiva sobre una “paz eterna” kantiana se combinara con la confianza compartida
en un futuro de equidad y seguridad sociales para todos. Luego sobrevino la primera crisis global de la
globalización y el mundo de- sarrollado entró en un tobogán de revisiones y reversiones en cuanto al
mantenimiento y durabilidad de tales certezas y confianzas esperanzadas.
Para el mundo en desarrollo, por el contrario, se han abierto caminos posibles inspira- dos en la experiencia
asiática, el impetuoso crecimiento chino, la modernización acelerada de Corea y el propio avance de India. En
América Latina, en especial en el Cono Sur, se vive una era de auge en el comercio internacional de sus
materias primas y para muchos observadores de lo que se trata es de poner a prueba la fortaleza y el vigor de los
estados para propiciar una efectiva redistribución de esas rentas extraordinarias y, a la vez, sem- brarlas para
crear los cimientos de un crecimiento futuro más diversificado y denso. Para evitar, se dice, que la “pesadilla”
de Prebisch vuelva a presentarse.
Los países centroamericanos y México, por el contrario, han tenido que sufrir una acentuada interiorización de
la crisis y la recesión americana sin las suficientes capacida- des instaladas para responder de manera contra
cíclica o para explorar caminos alterna- tivos de expansión. Con todo, en esta subregión septentrional de
América Latina también se vive un momento de aliento y esperanza en cambios de rumbo, en la dirección de
pro- cesos de maduración e integración de estructuras productivas, internacionalizadas abrup- tamente pero tal
vez todavía en condiciones de plantearse un mejor aprovechamiento.
La crisis, en efecto, ha (re)abierto la posibilidad de plantear que frente a la globali- zación, entendida hasta hoy
como trayecto y pensamiento únicos, es factible proponer la diversidad de formaciones sociales y rutas para el
desarrollo. Frente a la dictadura del ajuste financiero y el equilibrio fiscal, entendido unívocamente como
“déficit cero”, se pueden imaginar nuevas maneras de estructurar los estados nacionales, reestructuración que
puede auspiciar nuevas combinaciones entre la apertura externa y la promoción interna que, sin renunciar al
comercio exterior y a la interdependencia, ponga por delante la noción operativa pero trascendente del
desarrollo humano.
Colocar lo social como punto de partida para reordenar objetivos y visiones de la ma- croeconomiá y del
desarrollo, puede probarse no sólo útil para la estabilidad social sino convertirse en una fuente de renovación de
la legitimidad de la polit́ ica y del Estado. Pen- sar la polit́ ica social como componente indispensable del
desarrollo democrático, como fuente adicional y renovadora de inversiones productivas desde la salud y su
cuidado, desde la educación y su despliegue a la investigación innovadora, es empresa civilizatoria. Reasumir
las dimensiones nacionales para abordar lo global, y no para exorcizarlo, es tarea central.
El camino del mundo a una eventual globalización de la polit́ ica económica parte de, se imagina y prepara en
los estados nacionales y pasa por una modulación cuidadosa de las políticas en las que se condensan las diversas
y encontradas voluntades sociales. La mundialización de la polit́ ica económica en consonancia con los
requerimientos de una globalización reconstruida, no podrá seguir eludiendo el gran divorcio entre la economía
y la demografía que se despliega en la escisión, convertida en parámetro de la visión neoli- beral, entre la
política económica y la social.
Se trata de disonancias que están en el fondo de la gran división social que amena- za la cohesión fundamental
de las naciones, a través de una anomia impasible y de una migración internacional convertida en la viá por
excelencia para el gran ajuste subversivo del mundo desigual de nuestros días. “Volver a la normalidad va más
allá de hacer que las tasas de crecimiento se recuperen y que el aparato productivo salga de su recesión. Implica
que se volverá una ‘normalidad’ distinta (...)”.20
Vale la pena insistir: la equidad y la justicia social son objetivos legit́ imos y centrales del desarrollo; además, la
experiencia reciente ofrece argumentos robustos de que son también condiciones esenciales de una estabilidad
macroeconómica comprometida con el crecimiento económico, así como de una gobernabilidad democrática
comprometida con la inclusión social. La justicia social es inseparable del derecho al desarrollo. La no- ción de
justicia social, decía Jorge Carpizo,21 no se encuentra en desuso: (...). La fuerza especial del concepto de
justicia social se encuentra en que además de su significado jurid́ ico y constitucional, se impregna de carácter
sociológico y, en particular, de un sen- tido de equidad”.
Democracia y mercado, dice Rapoport,22 no son términos intercambiables (...) si los ciudada- nos no pueden
intervenir en el dominio de una economiá cada vez más desconectada de lo social y a la que se le niega la
posibilidad de utilizar los instrumentos de polit́ ica necesarios para corregir los desequilibrios que el mercado
por sí mismo no puede solucionar, la sociedad civil deja de tener sentido (...).
La pertinencia de incorporar la dimensión de los derechos para buscar modular los aco- modos de la
globalización, adquiere particular fuerza desde la perspectiva de la economiá polit́ ica de la crisis. Sólo es desde
esta atalaya que puede empezar a (re)conocerse el de- recho al desarrollo como un derecho central y
fundamental de la modernidad globalizada. Aprender a leer productivamente las señales de un entorno mundial
marcado por la incer- tidumbre, la desigualdad multidimensional y la pobreza masiva y planetaria, y traducirlas
en el desarrollo de los derechos.
Estado democrático, economiá ética y ciudadanía activa forman el trípode en el que se susten- ta una sociedad
desarrollada. En articular los esfuerzos de estos tres poderes —el polit́ ico, el económico y el civ́ ico— reside la
piedra filosofal de los nuevos tiempos, y en hacerlo atendien- do inteligentemente a las bases, desde el
empoderamiento de quienes, por ser los afectados, deberiá n ser los auténticos protagonistas.23
La oportunidad de inscribir a la democracia en los objetivos del desarrollo, tan integrales e integradores como
sea posible parece ser la senda más segura, aunque tal vez la más ardua, para hacer factible la ambición,
revigorizada por el cambio del mundo, de avance económico con profundización democrática y equidad social.
Modelos de EA mundial La crisis ambiental se ve refleja en nuestras acciones y ética personal; se debe revisar
de la educación moral recibida, desde la formación en casa, escuela y universidad. Vivimos en una sociedad
necesita normas para regular el control y permitir la interacción entre individuos mediante acciones de respeto
mutuo. Factores culturales y la edad juegan un rol importante en el aprendizaje ambiental; proteger recursos
naturales es una responsabilidad compartida, donde actitudes de pasividad, conformidad e indolencia restringen
el crecimiento ético y moral. El pensamiento ecológico y la EA deben son prioridad; para influenciar a la
comunidad para concientizarla sobre la realidad. Crear una R educativa verde de pensamiento. Gobiernos deben
elaborar acciones a través de políticas, para obtención de metas. Procesos de investigación posibilitan de
manera sensata, con la ayuda de la naturaleza podamos enfrentar soluciones a carencias humanas, se generan
ideas innovadoras basadas en la economía azul, biomímesis. Ej. de biocenosis natural
Manejo de residuos Es vital conocerlos para lograr objetivos de la sostenibilidad: la cultura de la no basura,
EA, minimización de la basura, el mejoramiento de condiciones de residuos y el desarrollo de actividades de
aprovechamiento y valorización de residuos sólidos. Palabras reciclar, reducir, reutilizar y rechazar debería ser
parte de nuestro léxico. Greenpeace nos aconseja preguntarnos antes de comprar: ¿Dónde fue fabricado y bajo
qué circunstancias? Si sabes que contamina lo rechazo. Pilas de baterías y portátiles son tóxicas, se deben
disponer en un lugar adecuado, el mejor residuo no se genera.
La problemática es social porque puede provocar problemas de salud y económica al no aprovecharse residuos,
a través de reutilizar y el reciclar. El despilfarro ocasiona mayor costo ambiental, ya que obliga a extraer nuevas
materias primas. Residuos peligrosos pueden ser explosivos, tóxicos, canceriǵ enos, nocivos, inflamables. En el
ámbito municipal, residuos domésticos se podrían aprovechar pues se producen en cierta forma limpiamente.
Los que se generan en espacios urbanizados, así como procedentes de la poda, cuidado y barrido de calles.
Modelo de EA finlandés: Producía Nokia. Reconocido por modelo de educación basado en la igualdad, donde
ofrece el mismo sistema para todos los estudiantes sin importar profesión de padres, clase social o raza. Sistema
democrático, en el cual materiales se entregan gratuitos. Los padres saben que ellos educan, consideran a niños
el mejor tesoro, crean sus propios juguetes y no los llevan al consumismo. Les enseñan a cultivar sus propios
alimentos sostenibles, tienen granjas en escuelas, reciclan y es obligatorio el trabajo comunitario con personas
mayores y discapacitados, creando compromiso social inigualable con el MA. Tiene su punto de partida en la
EA, estimando la interdisciplinaridad en todos los actores sociales; sus caracteriś ticas son:
Modelo Suizo con influencia no solo por su confidencialidad bancaria y el chocolate, sino por el modelo de
EA. Su tasa aprox de reciclaje supera a muchos del continente con un 50%. P çroceso de conciencia ambiental
libre y genera ingresos a la comunidad. El reciclaje es una costumbre, desde niños son educados; se enseña el
cuidado del MA, huertas caseras para la alimentación; paisajes es impecables, recarga el servicio de transporte
se realiza en máquinas donde se carga con reciclado de PET o vidrio. Otros residuos terminan en 29 centros de
incineración limpia donde se genera electricidad con pirolisis interna, estos centros han tenido que importar
basura de países limit́ rofes pues muchas veces la basura no alcanza.
Modelo de Oslo Noruega es uno de los paiś es con mejores estadiś ticas de calidad de vida; la corrupción, es
casi nula; segregación en la fuente es importante, cada bolsa por colores tiene un fin. Camiones tienen lectores
ópticos que leen etiquetas de bolsas, para facilitar trabajo de operarios. Escuelas reciclan, acciones se reflejan en
el costo de electricidad, la cual es casi gratis; la basura genera energiá , es usada en calefacción durante invierno.
Crisis de habitantes es quedarse sin basura pues es el motor energético. Llegan a importarla de paiś es aledaños
como Inglaterra. La capital noruega llegó a un punto superior al sacar provecho de residuos que desbordan a
otros países. Es casi como una simbiosis de la basura y el ser humano donde todos ganan.
Aprendiendo a reciclar El primer paso es reconocer de donde vienen productos, y como identificar empaques
y logotipos. Si tenemos un envase plástico podemos ver en parte inferior un triángulo formado por 3 flechas con
una identificación que indica el tipo de plástico. El de gaseosa es de tipo 1 PET (polietileno terestarato), el tipo
2 PEAD (polietileno de alta densidad) y así hasta llegar al 7 otros que se incluyen uno muy contaminante es el
icopor y de difícil reciclado. El plástico, papel, cartón son total reciclables y fáciles de manejar. Cada uno de
está diseñado para que mantenga larga durabilidad. Son materiales que se adecuan al tipo de diseño. Otra
alternativa es la aplicación de la fórmula de R5’s o cinco erres. Reciclaje es devolver el material usado para el
ciclo de producción, ahorrando toda la ruta de materias primas viŕ genes con ventajas económicas y ambientales.
Los puntos ecológicos son áreas ubicadas para llevar a cabo la segregación en la fuente:
Recipiente verde: material ordinario, residuos no reciclables y orgánicos, pueden ser usados en compostaje.
R gris: papel, cartón
R azul: plásticos
R blanco: vidrios, material valioso se puede procesar casi infinitamente
R rojo: material contaminado con residuos de tipo biológico no se reciclan y se debe disponer con un
personal certificado para el tratamiento.
Huellas ambientales el concepto Huella Ecológica se acuñó en 1996 por William Rees y Mathis Wackernagel,
economiś tas, medida de capacidad de uso de recursos. El área de tierra/agua requerida para producir recursos
consumidos y asimilar desperdicios generados de una población, a un especifico estándar de vida en cualquier
lugar del mundo que esa población se encuentre. Indicador para evaluar y realizar medición del impacto del
comportamiento de consumo sobre recursos naturales y sobre planetas que necesitaríamos para continuar con
esos hábitos. Consiste en identificar el modo de vida que llevan personas, como tipo de alimentación, transporte
y consumo de agua, etc. Establece, si todos consumen de esta forma cuántos planetas precisaríamos para
satisfacer necesidades. Los cálculos son sencillos, A partir de un cuestionario, y su puntaje, se determina, según
recursos naturales del planeta, la cantidad de planetas necesarios para solventar el estilo de vida.
Es un indicador estadiś tico que mide el impacto ambiental ocasionado por el nivel de consumo; de cada uno
depende, reducir niveles para sostener recursos. Hoy en diá , humanos usan en promedio anual 1,4 planetas; lo
que usamos en 1 año, a la tierra le tarda regenerarlo entre 1 a 5 meses. Se realiza con base en el gasto energético
directo, cuánto combustible usamos para transportarnos, electricidad que necesitamos y el agua; en relación con
el gasto energético indirecto, se tiene en cuenta el consumo de carne diaria y semanal, ropa, etc. Ahora, se hará
un balance de niveles de consumo de acuerdo con consumidores por paiś es: Un norteamericano, tiene huella
ecológica que requiere de 5,38 planetas para satisfacer necesidades. Un colombiano requeriría de 1,2; un
mexicano, de 1,36 y un afgano de 0,17. La lección es aprender a vivir con los lim ́ ites de la tierra o buscar un
planeta que albergue tanta ineptitud humana.
Huella de carbono valor de emisión por unidad de producto en gases GEI, desde la adquisición de materias
primas y el transporte hasta elaboración y gestión de productos después de su uso. Cada producto tendrá una
etiqueta de carbono. Lo que busca es que GEI estén registrados en la etiqueta del producto en forma directa e
indirecta. Productos que más impactan son usados en el ritmo de vida cotidiano: transporte, producción de
energía y gaseosas, ya que una botella que llega a la tienda, fue transportada, dejando una huella ecológica, que
es la energiá que se consume detrás de cada acción y que libera GEI como el monóxido y el dióxido de carbono.
Normas internacionales para gestión de GEI ISO 14064 y 14067: Es vital la estandarizar mediciones de la
gestión de GEI basada en la norma ISO 14064. Proporciona una visión general de la estructura del estándar
mínimo que debe cumplir una O en todo su proceso productivo y del ciclo de vida del producto y emisión. Es
una técnica de especificación y polit́ ica de la neutralidad climática. Guiá para O, como referente que orienta en
la gestión, así como para responsables polit́ icos y estructuradores de programas limpios, cero emisiones e
iniciativas para abordar el MA y el cambio climático planteados en el protocolo de Kioto. Proporciona
procedimientos para desarrollar un inventario de GEI, verificada y certificada por el Inst. de Normas Técnicas
Colombianas (ICONTEC) y tener declaraciones en etiquetas de la huella de carbón.
Con la norma O reducen costos y verificar inventarios. Representa un consenso técnico en el proceso para el
inventario de GEI y mejores prácticas, tiene credibilidad en inventarios que producen, pues tienen una entidad
certificadora avalada en el mundo; si cumplen con requerimientos, pueden obtener la huella de carbono y la
ecoetiqueta ISO 14067, que identifica a O que se preocupan por el mejoramiento ambiental. Esta estructura es
de voluntaria. Este enfoque permite un requisito adicional del programa para alcanzar objetivos de política en el
sistema ambiental basado en ISO 14001 2015 sistema de manejo ambiental. La norma está dividida en 3 partes:
Huella hídrica: Cada comunidad que se provee de productos/servicios, se relaciona con gasto de agua, ya que
para fabricar un producto se requiere de agua, que tendrá procesos, ya por terminar en desecho, evotranspirado
o directo. La idea es cuantificar alcances de consumos de agua según su producción. Puede vincularse con el
concepto de agua virtual, la gran ascendencia en la demanda de productos de agua a paiś es que la carecen,
siendo un problema. El volumen de agua no ha variado en los últimos 30000 años, sí lo han hecho fenómenos
como el crecimiento de poblaciones humanas, contaminación e impacto del cambio climático. Para el año 2030,
habran crisis de agua. La huella hídrica es la cantidad total de agua dulce empleada para producir bienes y
servicios de una O; este cálculo se realiza clasificando fuentes de agua en 3.
Huella de agua basada en norma estandarizada ISO 14046 y ISO 14047 La estandarización surge como
necesidad local, regional y mundial sobre la disminución del abastecimiento del agua. Guía que ofrece una
respuesta técnica y de evaluación consistente. ISO 14046 es el estándar de la huella de agua que proporciona
resultados confiables y creib́ les de la declaración en productos/servicios sobre la gestión del agua. Norma inter.
que especifica principios, requisitos y directrices de la evaluación e información de la huella hid́ rica. Se aplica
voluntariamente. Se basa en la evaluación del ciclo de vida en todas las cadenas del proceso.
Evaluar impactos ambientales. Evaluación independiente (donde solo se evalúan impactos relacionados con el
agua) o como parte de una evaluación del ciclo de vida (donde se da cuenta potenciales impactos ambientales
pertinentes, y no solo relacionadas con el agua). Los principios de la estandarización son:
Evaluar y prepararse para riesgos de escasez del recurso e identificar formas de reducir el impacto MA.
Mejorar la eficiencia en productos, procesos y niveles de la O.
Compartir conocimientos y mejores prácticas con la industria y el gobierno.
Conoce las expectativas del cliente con mayor responsabilidad ambiental.
Emprendimiento ambiental y social El fin de estos proyectos es el impacto sobre comunidades vulnerables
por medio de la estructura ambiental la solución en pro de una mejor sociedad, ventajas de zonas heterogéneas
que impulsan sistemas sociales, ej los baños secos, zapatos recargables de energía, plástico de residuos de maiź ,
carro de viento, fitoenergiá , son algunos proyectos novedosos por empresarios en el paiś .
Greenpeace G importantes mundial, dirige propósitos hacia la protección ambiental, propende por la defensa
organizada civil para la protección de derechos de seres y ecosistemas del planeta. Presenta una siń tesis de
experiencias como G en su página: En 1971, motivados por su visión de un mundo verde, justo y equitativo, un
pequeño equipo de activistas zarpó de Vancouver, Canadá, en un viejo barco de pesca. Activistas, fundadores,
su visión es creer que individuos podriá n hacer la diferencia. Su misión, informar a la sociedad sobre pruebas
nucleares que USA realizaban a nivel subterráneo en Amchitka, una pequeña isla frente a la costa de Alaska,
considerada una de las regiones del mundo más propensas a terremotos.
El barco, bautizado Greenpeace, se convirtió en símbolo a favor del MA. En Amchitka, viven cerca de 3000
especies endémicas necesarios para mantener el equilibrio biológico. Denuncias de Greenpeace, en su lucha
ambiental contra planes y acciones por USA lograron detener el ignominia sobre el hábitat, por lo que la región
fue declarada un santuario de aves.Movimientos impulsan causas en regiones, abogan por protección de
animales, intentan proteger diversidad de ecosistemas, desestiman proyectos nucleares y uso de armas químicas
en guerra. La sede principal esta en Ámsterdam. Tienen más 3,8 millones de seguidores y oficinas en 41 paiś es.
Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF, World Wildlife Fund) O cuyo logo es usado por traficantes
de mercancías para realizar un lavado verde en consumidores, reconocida por la lucha a las especies y a hacia
humanos, su sello un panda, es su mayor distinción dentro de sus proyectos de restauración y mitigación de
zonas vulnerables. Algunas generalidades sobre WWF: Es la ONG más grande ambiental independiente.
Ciencia y solución basada en participación. 500 dólares millones de ingresos anuales en USA. Fundada en la
década del 60. Reconocimiento en más de 180 países. Su sede principal esta en Suiza. Genera más de 3000
empleos directos con población vulnerable.
Su misión: conservar la biodiversidad en zonas remotas, amenazadas por la expansión y factores antrópicos.
Busca encontrar maneras de proveer necesidades de la gente mientras que mantiene recursos para los demás
seres vivos, sin destruir el hábitat buscando el desarrollo sustentable. Opta por trabajar y apoyar el desarrollo e
implementación de iniciativas de sostenibilidad voluntarias para mejorar la producción, abastecimiento y
procesamiento de materias primas y productos (que van desde la silvicultura y la base de pescado productos a
los productos agrícolas como el aceite de palma, soja y algodón); en definitiva, para transformar los mercados.
Youth for change red global de lid́ eres que trabajan con O y gobiernos para hacer frente a la violencia de
género y crear un cambio positivo en actitudes sociales en paiś es en vías de desarrollo, en especial África y
Latinoamérica. Uno de los proyectos en Etiopia es luchar contra polit́ icas de ablación, en jóvenes en edad fértil
para brindarles tratamiento psicológico y alternativas de desarrollo endógeno, empleo y educación por
voluntariado en uso de valores de tolerancia e igualdad de género. En su página podemos contribuir no solo
económicamente sino como voluntario en proyectos en comunidades.
Cien en un día alternativa para promover la participación comunitaria de ciudades para el cambiar paradigmas
en donde personas son apartadas por las diferencias en su ingreso. Son acciones simbólicas educacionales que
permiten la reflexión dentro del territorio para desde el ciudadano. El maltrato animal ciudades para obtención
de alimentos y estudios de prueba en laboratorios. Generan responsabilidades y deberes a la sociedad como
parte del cambio con iniciativas nuevas e incluyentes. Ciudadanos pueden manifestar inconformismo ante
políticas y cultura ciudadana. Son eventos sin ánimo de lucro pero generan conciencia en todos los ámbitos en
materia de sostenibilidad, convocan a la ciudadanía a realizar un cien en un diá .
Colectivos sociales como defensores de ambiente y animales en Bogota existen más de 100 G ambientales
para el cuidado de humedales y cerros orientales como de animalistas y manejo ambiental de zonas protegidas.
“Igualdad Animal” es una lucha por derechos de animales a un espacio digno y al no maltrato, la explotación
discriminada. Con refugios en ciudades se recuperan animales, “Red de humedales” es un colectivo nacional
que proporciona EA y social a comunidades para proteger ecosistemas lóticos y lénticos como humedales, ríos,
quebradas, estuarios con campañas de limpieza, reforestación y recuperación de zonas.
Ejemplificación: estudiantes del Politécnico en Ciudad Bolívar, en una fundación “Madres Empoderadoras”
creada por Alexandra Rayo abrió las puertas al G de Cultura Ambiental del Politécnico, niños con discapacidad,
personas adultas que luchan por aprender y buscar el conocimiento, perdido por muchos por tecnologías.
Estudiantes preparan una obra de títeres, juegos con colores para enseñar.
Lectura S8.
Se discutirán los resultados de un estudio piloto, que forma parte de un proyecto mayor, orientado al análisis transcultural de la preocupación ambiental y su relación con la conducta ecológica.
El propósito de este artić ulo es mostrar los resultados obtenidos de la aplicación del instrumento creado en Espan ̃a para probarlo en la realidad chilena, donde no se contaba con un instrumento
pertinente que evaluara estos factores a nivel local. El método contempla la comparación de los resultados entre estudiantes
chilenos(n=88)yespan ̃oles(n=149),aquienesselesaplicauncuestionariodeconductaypreocupación ambiental. Los resultados indican diferencias entre ambos grupos, los cuales se analizan en
función del modelo de conceptualización multidimensional de la preocupación por el medio ambiente manifestada en cuatro tipologiá s actitudinales: apático, antropocéntrico, conectado y
afinidad emocional (Amérigo et al., 2012). Se considera, de igual forma, el papel importante de las variables culturales y psicosociales involucradas en los resultados. En las conclusiones se
describe la importancia de contar con instrumentos que permitan iniciar estudios en el contexto chileno en el área, considerando los factores contextuales, como la agudización de la crisis
ambiental en el paiś , la preocupación ciudadana sobre la situación y la necesidad de realizar estudios transculturales para seguir profundizando en el conocimiento de la temática a nivel
mundial.
Es un hecho poco cuestionable que, en los últimos an ̃os de nuestra historia, el ser humano ha hecho un uso indiscriminado de los recursos naturales, lo que ha
provocado una modificación excesiva del equilibrio de la naturaleza. A este escenario nega- tivo se suma el aumento de fenómenos de inequidad, extrema pobreza,
resentimiento social e intolerancia (Klein, 2015; León, 2005; Sánchez, 2006). A la par de este deterioro y aumento de las problemáticas asociadas a la destrucción del
ambiente, los cien- tíficos manifiestan la importancia de una aproximación desde las ciencias sociales al problema del medio ambiente, argumentando que la
comprensión desde las ciencias humanas permitiría hacer el nexo entre la solución y el problema, destacando la importancia que los procesos sociales tienen en la
generación y mantenimiento de las problemáticas ambientales (CICS/UNESCO, 2013; ONU, 1972).
Con el objetivo de hacer un aporte y aproximarse a la proble- mática antes expuesta, este trabajo explora las relaciones entre actitudes y conductas hacia el medio
ambiente, a través de la propuesta teórica y metodológica de Amérigo y sus colaborado- res (Amérigo, Aragonés, Frutos, Sevillano y Cortés, 2007; Amérigo, Aragonés
y García, 2012; Amérigo, Aragonés, Sevillano y Cortés, 2005; Amérigo y Bernardo, 2007; Amérigo y Cortés, 2006; Amérigo, Garcés y Sánchez, 2013), quienes, a
través de distintos proyectos de investigación, permiten proponer el instrumento y modelo de análisis que se utilizan en la presente investigación. Se ha elabo- rado una
nueva propuesta de conceptualización multidimensional de la preocupación por el medio ambiente manifestada por 4 tipologías actitudinales: apático, antropocéntrico,
conectado y afi- nidad emocional (Amérigo et al., 2012). Esta estructura responde a un análisis psicosocial de la preocupación por el medio, que
integrayan ã deunnuevoniveldeanálisis,distintoalosdescri- tos en trabajos precursores sobre esta temática por otros autores (Dunlap, van Liere, Merting y Jones, 2000;
Milfont y Duckitt, 2004; Thompson y Barton, 1994) y que vendría representado por la inclu- sión de la naturaleza en el concepto de uno mismo (self) (Schultz, 2000,
2001). Este es el eje sobre el que se distribuyen las ante- riores tipologías actitudinales (de menor a mayor inclusión) y lo que se pretende evaluar con el instrumento
utilizado en este estudio.
Realizar investigaciones de este tipo con estudiantes univer- sitarios tiene fundamentación en argumentos como los de Atcon (1971), quien plantea que la universidad
tendría las características de un microcosmos, que actuariá como un reflejo del macrocos- mos de la sociedad en general, transformándose así en el mejor y más
económico punto de partida para la generación de cualquier cambio social. En este mismo sentido, otros autores han comple- mentado estas visiones planteando la
importancia de convertir a la universidad en uno de los factores principales de desarrollo de las naciones (Frondizi, 1971). La universidad debería aportar con formación
desde el punto de vista éticomoral, orientándose a promover el desarrollo de una ciudadanía socialmente respon- sable por parte de sus egresados (Martínez, Buxarrais y
Baras, 2002).
Cordera (2009) menciona que, para el largo plazo, una de las inversiones que deberían realizar las sociedades corresponde a la conservación del medio ambiente a
través de la educación. Para la generación de cambios, en cuanto a las problemáticas ambientales
actuales, la educación debe servir para la creación de conciencia en las personas, al mismo tiempo que facilita la conformación de espa- cios de formación para personas
intriń secamente conscientes de los dan ̃os ambientales y de las posibilidades de solucionar problemas al respecto (Leal, 2010).
Tal y como sen ̃alaran Stern y Dietz (1994), las creencias acerca de las consecuencias del deterioro del medio ambiente están moti- vadas o dinamizadas por los valores,
entendidos como estructuras estables que se generan en el proceso de socialización y que guían la acción, de modo que estos valores constituyen un marco de inter-
pretación selectivo de la información sobre el medio ambiente. Así, las personas que hacen hincapié en las consecuencias del deterioro ambiental para sí mismas (propia
salud, estilo de vida, etc.) parece- rían basar sus creencias en los valores egoístas; quienes consideran las consecuencias para la sociedad o comunidad, estarían basando
sus creencias en los valores socioaltruistas, y, por último, los que subrayan las consecuencias del deterioro ambiental para los ani- males, plantas y ecosistemas, lo
hariá n basándose en los valores de la biosfera.
Otros autores que estudian la relación ambiente-persona con- sideran que las creencias generales acerca de las preocupaciones del medio ambiente tienen solo 2
dimensiones que se enfrentan, una antropocéntrica y otra ecocéntrica. Desde la perspectiva ante- rior, los mencionados «egoístas» y «socioaltruistas» se funden en una
única dimensión en la que el ser humano sería el centro de la relación y, en forma contrastante, en la dimensión ecocéntrica el individuo y el medio ambiente estarían en
igualdad de condiciones. Coherentemente,autorescomoThompsonyBarton(1994)identi- fican un perfil de personas antropocéntricas que valoran el medio ambiente
natural debido a su contribución a la calidad de la vida humana, y un perfil para las personas con valoración ecocéntrica por la propia naturaleza.
En este contexto, si se revisan algunas de las investigaciones realizadas desde las ciencias sociales en las últimas 4 décadas en torno a la preocupación por el medio
ambiente, se evidencia que existen al menos 2 niveles de análisis: uno de ellos está represen- tado por la estructura bidimensional que considera la problemática
medioambiental en función del enfrentamiento entre paradigmas opuestos (Dunlap y Van Liere, 1984; Dunlap et al., 2000; Dunlap y van Liere, 1978; Milbrath, 1986,
1990). El otro nivel de análi- sis manifiesta que la preocupación ambiental está relacionada con el grado en que las personas incluyen a los otros —sean humanos o
no— en la definición o representación cognitiva que tienen de sí mismos, de forma que la preocupación por a quién afectan las consecuencias adversas del deterioro
medioambiental podría cla- sificarse según un continuo que iría desde la propia persona hasta el otro (la naturaleza), en función de una mayor inclusión de esta última
en el concepto que uno tiene de sí mismo (Schultz, 2000, 2001).
La integración de ambos niveles de análisis de la preocupación por el medio ambiente se ha concretado a través de una propuesta de modelo teórico desarrollado como
resultado de una línea de investigación que se viene trabajando desde principios del an õ 2000, ya mencionada anteriormente. Recientemente esta
propuesta teórica se ha operativizado a través de la elaboración de una escala de preocupación ambiental formada por 20ítems que incluye 4 subescalas para medir las 4
tipologías actitudinales de la preocupación medioambiental: apático, antropocéntrico, conectado y afinidad emocional (Amérigo et al., 2012). En este sentido, el
propósito de esta investigación es verificar si el instru- mentocreadoporestosautores,yprobadoenlarealidadespan ̃ola, permite estudiar con más detalle la estructura de las
creencias generales sobre el medio ambiente en otra cultura, como es en este caso la chilena, en un intento de arrojar algo de luz para contribuir a alcanzar una mejor
comprensión de las relaciones entre las actitudes y el comportamiento medioambiental ecológico, como forma de dar inicio a un trabajo en Chile, en una de las posibles
líneas de indagación emergentes, a través de los conceptos de comportamiento y preocupación ambiental.
Analizar las tipologías actitudinales de preocupación ambiental ycomportamientoecológicoen2países,ChileyEspan ã ,compa- rando transculturalmente estas
variables.
Explorar las posibles relaciones y diferencias sobre la preocupa- ción ambiental y el comportamiento considerando las variables sociodemográficas.
Método
Participantes
La muestra de este estudio es una muestra de conveniencia compuesta por un total de 237estudiantes universitarios, 88 de la Universidad de La Frontera de
Temuco, de una región de Chile, y 149 de la Universidad de Castilla-La Mancha, región de Espan ̃a. Todos los participantes dieron su consentimiento para
participar enlainvestigación.Laedadtuvounrangode18a26an ̃os,conuna mediade21.13an ̃os(DE=2.016)paralamuestrachilena,yconun
rangode18a53an õ s,conunamediade20.77an ̃os(DE=4.358) paralamuestraespan õ la;ladistribuciónfuedeun47.7%demuje-
resyun52.3%devaronesenlamuestrachilenayun57%demujeres yun43%devaronesenlamuestraespan õ la.
Instrumento
Paraaccederalosdatosseutilizóuncuestionarioatravésde la modalidad de autorreporte, con 4 apartados: escala de preo- cupación ambiental, escala de intención
de conducta, escala de inclusión de la naturaleza en el self y datos sociodemográficos. La escala de preocupación ambiental es idéntica en ambos países; la
escala de intención de conducta mantiene 12 ítems iguales para ambos países, mientras que en Chile se agregaron 7it́ ems más, según el contexto cultural.
La escala de preocupación ambiental consta de 20 ítems, con un formato de respuesta tipo Likert de 5 puntos. Esta escala recoge las 4 tipologías
actitudinales propuestas: apatía (APA), antropo- centrismo (ANTRO), conectividad (CONECT) y afinidad emocional
(EMO),basadasenelmodelodepreocupaciónambientalcitadoen el apartado anterior.
La escala de intención de comportamiento busca evaluar con- ductas como el reciclaje de residuos, el consumo responsable, el ahorro energético, la
contaminación, la participación ambien- tal y otras conductas según el contexto cultural. Para Chile esta escala consta de 19 it́ ems con un formato de
respuesta de 3 puntos de escala gradual (nunca, a veces, habitualmente), y para Espan ̃a
la escala está formada por 12ítems, con el mismo formato de respuesta. A la escala de comportamiento se agrega un ítem de intención de conducta como forma de
control externo, que se mide a través de la opción de dejar un e-mail o número telefónico para un contacto posterior con la persona, indicando explícita- mente la
intención de participar en un futuro proyecto de educación ambientalfomentadoporlauniversidad.
Otro apartado del cuestionario se orienta a medir la inclusión de la naturaleza en el self, para lo cual se utiliza un ítem de tipo gráfico propuesto por Schultz (2000,
2001), que a través de círculos con diversos grados de superposición en el que uno de ellos repre- senta al self y el otro a la naturaleza, se puntúa de 1 a 5 el nivel
autorreportado de inclusión del yo con la naturaleza, apartado que tampoco ha tenido diferencias de presentación entre las submues- tras. En cuanto a la información
sociodemográfica recogida por el cuestionario, se cuentan datos como el género, edad y carrera de origen, entre otros.
Procedimiento
Los datos fueron recogidos en los respectivos campus universi- tarios por equipos de encuestadores entrenados en la aplicación del cuestionario. Se solicitó a cada
participante su participación voluntaria en el estudio, facilitando un consentimiento informado con el fin de comprometer el resguardo de la confidencialidad y
anonimato de sus datos, además de la explicitación que la par- ticipación en el estudio no implicaba dan ̃os o perjuicios. Ambas investigaciones son parte de proyectos
financiados por las insti- tucionesinvolucradasyhancumplidoconlasexigenciasdelos respectivos comités de ética institucionales.
Una vez recogidos los datos, se traspasaron a una planilla de cálculo y se sometieron a diversos análisis estadísticos mediante el software SPSS versión 20.0.
Resultados
Secomprobóunaaceptablefiabilidaddelastipologíasactitu- dinalesenambospaísesatravésdelestadísticodeCronbach.La
fiabilidadmásaltalaobtuvoCONECT,conunalfade0.73paraChile y0.81paraEspan ã ;acontinuación,APAconunalfade0.71para
Chiley0.76paraEspan ã ;EMOconunalfade0.70paraChiley0.79 paraEspan ̃ay,finalmente,elANTROconunalfade0.65paraChile y 0.68 para Espan ̃a.
A su vez, la escala de conducta tuvo una fiabilidad buena con un alfade0.75paraEspan ã y0.77paraChile.
Contraste transcultural
Preocupación ambiental
Al analizar las correlaciones entre las tipologías en los países, se encontró que, como se muestra en la tabla 1, en Chile la CONECT correlaciona de manera significativa
y de forma positiva con la EMO, y ambas de manera negativa con la APA (tabla 1). Por otro lado, la correlación entre ANTRO y las tipologías de CONECT y EMO no
es estadísticamente significativa. Por su parte, la APA correlaciona de forma positiva y significativa con el ANTRO.
PorloquerespectaaEspan ã ,laCONECTylaEMOcorrelacionan positivamente entre sí y, a su vez, ambas correlacionan de manera negativa con la APA y el ANTRO,
resultado este último que no se obtuvo en la muestra chilena. Además, y al igual que en la mues- tra chilena, la APA y el ANTRO correlacionan de manera positiva y
significativa entre ellas.
En la comparación de países a través del estadístico t de Student (tabla 2), se encontraron diferencias significativas en algunas de las tipologías en cada país, se puede
apreciar que en ambos países correlaciona de manera significativa con todas ellas: de forma positivaconCONECT(Chile:r=0.643,p<0.01yEspan ̃a:r=0.628, p<0.01) y
con EMO (Chile: r=0.277, p<0.05 y Espan ã : r = 0.211, p < 0.01), y de forma negativa con APA (Chile: r = –0.427, p<0.01 y Espan ã : r=–0.450, p<0.01) y con ANTRO
(Chile: r=–0.260, p<0.05 y Espan ̃a: r=–0.193, p<0.05).
Con relación a la conducta, en los 2 países también existe una correlación significativa y positiva con la medida de inclusión de
lanaturalezaenelself(Chile:r=0.298,p<0.01yEspan ã :r=0.304, p < 0.01).
En la tabla 5 se puede observar que los estudiantes que pre- sentan intención de conducta al dejar su e-mail perciben en mayor medida a la naturaleza incluida en el
concepto de sí mismos, y lo mismo ocurre en la comparación entre los estudiantes por país, las tipologías de preocupación ambiental, siendo los estudiantes
chilenosmásconectadosquelosespan ̃olesy,asuvez,losespan ̃oles más apáticos que los estudiantes chilenos.
Al aplicar posteriormente una prueba t de muestras indepen- dientes, se observó que la conducta proambiental no muestra diferencias significativas por países.
En lo que respecta a la confirmación de la intención de con- ducta y contemplando la muestra de estudiantes en su globalidad (tabla 3), los resultados estadísticamente
significativos reportan que los estudiantes que sí dejan e-mail serían más conectados y afines emocionalmente; en cambio, los que no dejan e-mail, seriá n más apáticos.
No hay diferencias significativas con conducta ni con antropocentrismo.
En una descripción más detallada de la intención de conducta por cada país, se obtuvo que en Chile no hay diferencias signifi- cativas en la intención de conducta con
ninguna de las tipologías evaluadas. Considerando el ítem de contrastación, en el caso de Espan ã ,losestudiantesquenodejaronsue-mailpresentaronpun- tajes más altos
en apatía, mientras que los que sí lo dejaron, serían más afines emocionalmente y conectados (tabla 4).
Al evaluar en la muestra total, se aprecia que las mujeres son las que afirman realizar más conductas proambientales en com- paración con los varones (t=3.242;
p<0.01), y con relación a las tipologías actitudinales, son más afines emocionalmente que los hombres (t = 2.281; p < 0.05). No se obtienen diferencias significa- tivas
en la inclusión de la naturaleza, tampoco en el resto de las tipologías de preocupación ambiental.
Cuando este mismo análisis se realiza por países, Espan ̃a solo presenta diferencias significativas por género en la conducta, en donde las mujeres son las que
presentariá n más conductas proam- bientales en comparación con los varones (t = 2.256; p < 0.05). En Chile, las mujeres, nuevamente, son las que apreciarían a la
natura- leza como parte de sí mismas (t = 2.053; p < 0.05), tendrían actitudes de conectividad (t = 2.945; p < 0.01) y presentarían más conductas ambientales (t = 2.208;
p < 0.05) que los varones.
Discusión
En términos generales, los resultados derivados de esta inves- tigación nos permiten concluir que el cuestionario sobre actitudes y preocupación ambiental logra medir
la conducta proambiental y las tipologías actitudinales de preocupación ambiental en la mues- tra en que ha sido aplicada; por tanto, se puede contar con este
instrumento para ser utilizado en la realidad chilena. Si bien con este estudio se confirma la pertinencia de las tipologías actitudina- les —expuestas por el modelo
planteado por Amérigo et al. (2012)— en ambos países, el nivel de la fiabilidad obtenida invita a reflexio- nar sobre la necesidad de revisar la organización al interior de
estas categorías o de sus factores.
Llama la atención que el comportamiento proambiental de los estudiantes no presente diferencias significativas por países, ya que los contextos en ambos países sí
muestran diferencias con- siderables, especialmente en relación con la disponibilidad de información y posibilidad de ejecución de conductas responsa- bles con el
ambiente. Esto puede verse, por ejemplo, en que en Chile, a diferencia de Espan ã , no se ha implementado un sistema de reciclaje masivo de residuos, la identificación
certificada de pro- ducción ecológica es poco conocida, así como la facilidad de acceso a productos certificados como de consumo responsable, o comer-
ciojusto,paralapoblación.EncambioEspan ̃aesunodelospaíses europeos en donde estas prácticas son difundidas ampliamente en la población y se han registrado alto
nivel de preocupación y de concienciación ambiental (Corraliza, Berenguer, Mun õ z y Martiń , 1995). A pesar de estas diferencias, las y los estudiantes chilenos son
quienes presentan mayor conectividad y menor nivel de apa- tiá conrelaciónalmedioambienteencomparaciónconlasylos
estudiantesespan ̃oles.Posiblementeunanálisisdeconductaseco- lógicas específicas podriá revelar resultados diferentes, por lo que futuros trabajos deberían contemplar
tipologías concretas de con- ductas ecológicas, más que una medida global de la misma, tal y como ya lo han afirmado algunos autores (Corral, 2001; Ebreo y Vining,
2001; Hernández y Suárez, 2006; Stern, 2000).
El análisis de correlación entre las diversas medidas puso de manifiesto que la estructura de las actitudes y preocupación ambiental entre estudiantes de Chile y Espan ã
son similares, con las mismas dimensiones y tipos de conducta. En ambos países las visiones antropocéntricas y ecocéntricas correlacionan de forma
negativa(Espan ã conAPAyANTRO),aunqueenlosestudiantesde la muestra chilena, solo con APA. Esto podría generar una visión de sociedad polar, sin embargo, el que
las y los estudiantes de la muestra chilenos integren en mayor medida a la naturaleza como
parte del sí mismo, disminuye esta polaridad y genera una visión más holística de la preservación de la naturaleza. Estos estudiantes, si bien tienen una visión de
igualdad con esta, no ven de manera negativa su utilización para el desarrollo humano. Este resultado viene a confirmar lo expuesto por Hernández, Corral, Hess y
Suárez (2001)conotrasmuestraslatinasversusespan ̃olas.
Sin embargo, cuando nos referimos a la intención de conducta, losestudiantesespan ̃olesencuestadospresentandiferenciassigni- ficativas a favor de la preocupación
ambiental, cosa que no ocurre con las y los encuestados chilenos, lo que se podriá relacionar con losen ã ladoporLópez(1990),citadoporLeón(2005),quienplantea que a
mayor grado de desarrollo económico de un país, más presen- tes parecen estar entre los ciudadanos las tesis medioambientales, aunque esto no implica que exista una
mayor acción proambiental (León, 2005).
Algunos trabajos han mostrado la dificultad para establecer una relación consistente entre el nivel de preocupación ambiental y fac- tores de la estructura social como
son el nivel educativo, la edad y el género, entre otros (Dunlap et al., 2000). En la presente inves- tigación, la variable género presenta diferencias, pues de manera
significativa las mujeres presentaron mayores conductas proam- bientales que los hombres en la muestra general y en la chilena. En el caso chileno, además, se observa
en el género femenino una mayor capacidad de ver a la naturaleza como parte del self y una mayor orientación y conexión con la naturaleza conectada, resultados
coincidentes con la línea de investigaciones realizadas por Zelezny, Chua y Aldrich (2000). No obstante, esta variable ha generado resultados contradictorios a la hora
de asociarla con acti- tudes y conductas proambientales. Tal y como recoge la revisión efectuada por González (2008), existe una gran cantidad de traba- jos que
adjudican a la mujer una mayor preocupación por el medio ambiente y un comportamiento más proambiental en la esfera privada, pero, sin embargo, también existe un
cuerpo amplio de trabajos que manifiestan que las mujeres participan menos que los hombres en actividades públicas en defensa del medio ambiente.
El resto de las variables sociodemográficas, como la edad y el nivel educativo, no se analizaron en este estudio por no ser compa- rables entre las 2 muestras.
Parece un buen desafío enriquecer los resultados de esta inves- tigación a partir de investigaciones complementarias que aborden muestras mayores y más heterogéneas
(por ej. población general, comparación con otros países latinoamericanos). Otros elementos interesantes a tener en cuenta, y que podriá n ser parte de futuras
investigaciones, tienen que ver con el rol de los mitos y creen- ciassobrelanaturaleza.PartiendodeltrabajodeStegySievers (2000), podría resultar interesante analizar
transculturalmente los mitos que atribuyen a la naturaleza un carácter benigno, efímero, perverso o tolerante y caprichoso, y su relación con las distintas tipologías de
preocupación por el medio ambiente La relación con la naturaleza y sus imponderables puede ser muy distinta entre
espan ̃olesychilenos,especialmentesiconsideramoslascaracterís- ticasgeográficasylasposibilidadesdeexposiciónalanaturaleza entre ambas culturas.
Los resultados podrían ser orientados, así mismo, para realizar propuestas que mejoren las prácticas, basados en datos empíri- cos sobre las características de sus
distintos actores respecto de la preocupación ambiental en pos de poder conseguir intervenciones pertinentes y específicas.
La educación ambiental contribuiría a la consolidación del para- digma ambientalista para la consecución del desarrollo sustentable, siendo la universidad uno de los
principales actores implicados en este proceso (Leal, 2010). La efectividad de los programas en educaciónambientalrequierenosolodelacoordinaciónentreins- tituciones
gubernamentales y no gubernamentales o privadas, o de la realización de eventos nacionales o internacionales, o de las fir- mas de diversos convenios, sino que es
imperativa la vinculación de los proyectos ambientales existentes con actividades de formación e intervención social.
Frente a la crisis ambiental provocada, indudablemente, existe una necesidad de cambio para crear conciencia y moldear estilos de vida; desde esta perspectiva, la
educación como un instrumento de transformación social es un camino viable para generar cam- bios favorables frente a los conflictos ambientales, no solo creando
conciencia, sino facilitando el espacio de formación para personas, conscientesdelosdan ̃osambientalesydelasposibilidadesdesolu- cionar problemas al respecto. Ello
requiere de una nueva visión en cuanto a políticas de Estado, que propendan a generar proce- sos de análisis y reflexión para valorar la importancia que tienen las
distintas relaciones de la humanidad con la naturaleza para su preservación actual y futura.
Considerar estos elementos en un país como Chile, que sustenta su economía en la extracción de materias primas es fundamental, ya que no es posible vincular
desarrollo cultural y económico sin una conciencia miń ima de conservación y protección del entorno. De esta forma la educación se concibe como un instrumento para
formar personas capaces de generar cambios (Leal, 2010); el cono- cimiento acerca de la preocupación ambiental se constituye en un insumo imprescindible para
entender y guiar dichos cambios. Por las características de su economía, en gran parte aún centrada en la extracción de recursos naturales, América Latina y Chile cons-
tituyen una zona de desarrollo ambiental prioritaria, de ahí que la necesidad de seguir investigando y generando conocimiento actua- lizado y local en esta área es
prioritaria.
D del MA son D colectivos de interés difuso de incidencia en el proceso de desarrollo social, surgen con el
objetivo de promover acciones para proteger la vida y bienes de daños por contaminación. La regulación
constitucional ocurre a partir de los 70, en países que estaban en transición a la democracia, como: Grecia,
Portugal y España; otra promoción aparece en los 90 en el Este de Europa y en normas iberoamericanas y en
USA y la última es la que considera a la naturaleza como ente titular de derechos. Sin duda, son puntos de
arranque de lo que será una tendencia mundial a reconocer ese derecho. Políticas son distintas unas de otras por
carácter expansivo y caracteriś ticas de cada paiś .
En paiś es desarrollados obligaron a O a producir de manera menos contaminante en lugares de origen, terminan
exportando contaminación a otras regiones. Problema que obligó contar con ordenamientos jurídicos que estén
en relación a procesos de cambio, intereses y necesidades de la población. La protección MA presiona aspectos
relevantes en definición de políticas, haciéndole perder importancia en circunstancias en que se debe considere
a la naturaleza como un valor, parte auténtica y autónoma provista de sentido y de razón de ser. A través del D
inter. puede ser eficiente si se obliga a actores a reparar daño, pues el ejercicio de D entraña obligaciones. La
preocupación por el deterioro MA promueve la incorporación de D de la naturaleza y su tutela jurid́ ica en
constituciones, donde el D MA es un sistema de normas que regulen relaciones del D público y privado.
Con el constitucionalismo contemporáneo, la tendencia normativa en las legislaciones es proteger los derechos
fundamentales y considerar a la naturaleza como ente titular de derechos. Una concepción doctrinaria que lo
valora en una categoriá más extensa y solidaria, muy comprensible si vivimos una época, desde el 2000, de
rápidos reajustes y revisiones radicales en la ciencia y la tecnología. Un tiempo de gran demanda de
adaptabilidad a un nuevo campo de posibilidades y transformaciones, cuyo imperativo es derechos, se suple con
la facultad otorgada a las personas para ejercer acciones legales ante los órganos judiciales. La nueva teoría
constitucional supera las limitaciones jurid́ icas de la incapacidad de las personas para ejercer sus derechos
mediante la representación; en el caso de la naturaleza, como un ente titular de derechos, la ley faculta a las
personas a demandar judicialmente la reparación del daño ambiental y la aplicación de sanciones, por lo que se
debe conocer cuando comienza la prescripción de la acción civil resarcitoria.
Precisa resaltar que la capacidad en el orden jurídico viene adquiriendo una nueva dimensión dentro del
espectro de circunstancias y particularidades que rodean a cada caso, al punto que el pluralismo jurid́ ico
reconoce a la capacidad como un atributo universal que se expresa de modos diferentes y en distintos lenguajes,
lo cual abre la posibilidad de realizar acciones, conforme se ejerce la titularidad mediante la representación, y
así proteger los derechos de la naturaleza ante su incapacidad de demandar la aplicación de sanciones legales
pertinentes.
Se vive un tiempo de cambio de época e irrupción de nuevas concepciones ideológicas, políticas y culturales y
de procesos de cambio y transformación social que necesitan de nuevos enfoques teóricos y
percepciones, entre las cuales se encuentra la preservación integral e inmediata de los bienes ambientales y la
mejora de las condiciones de vida. Se está ante la presencia de un paradigma emergente de interrelaciones
solidarias entre personas y medio ambiente, un tipo de cultura que implica compromisos y acciones
consecuentes de interés general. No hay duda, se vive un tiempo de transformaciones profundas que exige la
construcción de un derecho que supere la visión utilitarista de considerar a la naturaleza como un objeto y la
concepción antropocéntrica que excluye a todo ser que no sea considerado humano.
La relación hombre -medio ambiente, a través de la norma jurid́ ica, es un paradigma a seguir (Carranza 2001),
donde la dialéctica del proceso de construcción del conocimiento supera la función sincrónica del significado y
las metodologías descontextualizadas. Es una relación que necesita de una cultura ecologista de conservación y
una normativa coherente por tratarse de dos elementos de un mismo conjunto, donde el exceso de uso de uno,
puede alterar el equilibrio que sustenta el desarrollo del otro. La definición de polit́ icas de protección ambiental
es fundamental, si se quiere evitar el riesgo de seguir el mismo «camino de la sostenibilidad como concepto»
La Tierra como todo ser vivo tiende a la protección de la supervivencia y la reproducción, por lo que no hay
lugar para tanta irracionalidad en los niveles de contaminación ambiental si la relación no es causal, sino
ontológica, que exige de una fundamentación paradigmática que priorice el respeto a los derechos de la
naturaleza. A propósito, precisa resaltaren este enfoque el aporte que hace la Psicología Ambiental al estudio
del «comportamiento humano y su relación con los diversos problemas y eventos ambientales» (López, 2005).
Sin embargo, seguimos inmersos en un sistema económico que no es compatible con la protección del medio
ambiente, a pesar de los foros internacionales que insisten en la necesidad de un cambio en la formulación de
políticas públicas, por cuanto el bienestar de la población no consiste sólo en disfrutar de un consumo
suficiente, sino también proteger los bienes ambientales (Londoño, 2006).
Pese a cuanto se diga sobre este problema, las sociedades de consumo van a seguir en su alocada carrera de
contaminar el medio ambiente, sin reparar en la urgencia de producir en forma más limpia, reciclarlos residuos
que se producen y promover un consumo racional de los recursos naturales que ayuden a su preservación y
renovación permanente. Así como están las
cosas, nada exagerado es sostener que los derechos constitucionales del medio ambiente presentan un interés
jurídico carente de fuerza legal coercitiva para condicionar la definición de políticas y todo el acontecer humano
en esa dirección conservacionista, debido a que las medidas de protección siempre han resultado incompatibles
con las actividades productivas; una situación que ha devenido en la construcción de un derecho positivo
ambiental disperso e incongruente, que no hace sino subordinar la acción transformadora del derecho sobre la
realidad ambiental, a los intereses de un sistema económico fundado en la explotación sin lim ́ ites de este
recurso. Las sociedades de consumo solo se encargan de poner todo recurso natural existente bajo la lógica del
beneficio económico, una vía equivocada para lograr el desarrollo sustentable que beneficie a todos.
En una mirada panorámica a la legislación constitucional de algunos paiś es América y Europa sobre el tema,
advertimos lo siguiente:
La CP de los Estados Unidos Mexicanos, establece en el artículo 4: «....Toda persona tiene derecho a un medio
ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro
ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley...».
Se prescribe el derecho de las personas a vivir en un ambiente sano y la obligación de cuidarlo, así como la
prevención de sanciones legales según el daño.
Constitución Polit́ ica de Chile, 2016, Artić ulo 19, núm. 8.- «El derecho a vivir en un medio ambiente libre de
contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la
naturaleza. La ley podrá establecer restricciones especif́ icas al ejercicio de determinados derechos o libertades
para proteger el medio ambiente»
La legislación precautela el derecho de las personas a vivir en un ambiente sano y tutela los derechos de la
naturaleza estableciendo algunas restricciones a los derechos. Constitución de la Nación Argentina, Art. 41.-
«Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para
que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de
recomponer, lo que establezca la ley...»
Se prescribe el derecho de las personas a vivir en un ambiente sano y el deber de preservarlo. Establece la tutela
para obligar a su reparación en casos de afectaciones.
Constitución Política de Colombia, 1991, Artículo 79.- »Todas las personas tienen derecho a gozar de un
ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo.
Artículo 80. »El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su
desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.
Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir
la reparación de los daños causados...» Se prevé el derecho de las personas a vivir en un ambiente sano y el
deber del Estado de protegerlo. Garantiza el desarrollo sostenible y la tutela judicial. Constitución Política de
Perú, Artić ulo 67.- «El Estado determina la polit́ ica nacional del ambiente. Promueve el uso sostenible de sus
recursos naturales»
Es deber del Estado impulsar las polit́ icas públicas en materia ambiental y establecer el uso de los recursos
naturales, pero no determina sanciones legal esa que dieren lugar los daños.
CP de Panamá, Artić ulo118.- «Es deber fundamental del Estado garantizar que la población viva en un
ambiente sano y libre de contaminación, en donde el aire, el agua y los alimentos satisfagan los requerimientos
del desarrollo adecuado de la vida humana» Artić ulo119.-»El Estado y todos los habitantes del territorio
nacional tienen el deber de propiciar un desarrollo social y económico que prevenga la contaminación del
ambiente, mantenga el equilibrio ecológico y evite la destrucción de los ecosistemas»
Se prescribe un beneficio utilitarista en cuanto sirve para satisfacer las necesidades de la población, pero no
establece la tutela de los derechos del medio ambiente.
CP de España, Artículo 45.- Calidad de vida 1.- «Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente
adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo. 2. Los poderes públicos velarán por
la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y
defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva. 3. Para quienes
violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones penales o, en
su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado» Se reconoce el derecho de las
personas a disfrutar de un medio ambiente sano, el deber que tienen de cuidarlo y al Estado la obligación de
restaurarlo. Prioriza el uso racional de los recursos naturales y previene con sanciones en caso de daño.
Se relaciona con el de economiá ecológica. Fue presentada por PNUMA como mecanismo integral y práctico de
trabajo, que busca mediante el análisis y apoyo a polit́ icas de inversión incentivar sectores verdes y cambiar los
económicos hostiles. Economía que busca mejorar el bienestar y alcanzar la equidad social, mediante reducción
significativa de riesgos ambientales y el uso sostenible de servicios ecológicos. Busca un desarrollo con bajas
emisiones de carbono, eficiente uso de recursos y socialmente inclusiva.
A nivel empresarial no tiene una definición clara. En España, se asume como el conjunto de empresas y
económicas dedicadas a la prevención, mitigación, corrección de problemas generados. El concepto deriva
discursos por parte de O a nivel mundial.
Una economiá verde es la que se apoya en 3 estrategias principales: la reducción de emisiones de carbono, una
mayor eficiencia energética y el uso de recursos naturales, y la prevención de la pérdida de la biodiversidad y de
sus servicios ecosistémicos. Para lograr implementación de estrategias es necesario el apoyo con inversiones, y
reformas polit́ icas y cambios regulatorios. Es indispensable preservar, fortalecer y reconstruir el capital natural
como activo económico y de beneficio público, del cual dependen sectores de la sociedad para su desarrollo.
Para lograr la transición hacia la economiá verde se consideraron 8 sectores principales con capacidad para:
disminuir la pobreza, invertir en el capital natural y de su recuperación, generar empleos y mejorar la equidad
social, incentivar las energiá s renovables y eficiencia energética, la movilidad y sustentabilidad urbana.
Además de inversiones propuestas es necesario consolidar aspectos como: marcos regulatorios sólidos, limitar
el gasto en áreas que agotan el recurso, aplicar impuestos e instrumentos basados en el mercado que permitan
modificar preferencias de consumidores y estimulen la inversión verde y la innovación, inversión en formación
y desarrollo de capacidades, al igual que el fortalecimiento de procesos de gobernanza. Se propone la
normalización en materia de derecho ambiental dirigido a sectores como:
La construcción con eficiencia energética. Aumento en los estándares de emisiones para vehić ulos.
El aumento de porcentaje de la matriz energética de paiś es con energías renovables.
El manejo económico de residuos y del reciclaje.
El desarrollo urbano planificado y del transporte, donde se tengan en cuenta medios alternativos.
El ecoetiquetado de productos de consumo masivo.
En Acuerdos multilaterales ambientales, se establecen marcos legales e institucionales para abordar desafió s. Se
destacan el de la C Marco de las NU sobre el Cambio Climático y la renovación de un acuerdo pos-Kyoto para
el carbono. Se propone dividir paiś es en 3 G con ciertas caracteriś ticas, con algún grado de responsabilidad:
Paiś es desarrollados: con rol de pioneros, con la obligación de modificar patrones de producción y consumo.
Países en desarrollo: con posibilidad de alcanzar objetivos dentro de esquemas de la sostenibilidad.
Paiś es industrializados: que deben garantizar ayuda financiera y tecnológica a los paiś es en desarrollo.
Crit́ icas Desde G de la sociedad y gobiernos surgen crit́ icas, teniendo en cuenta que no aborda de manera clara
aspectos sociales, económicos y ecológicos, pilares del desarrollo sostenible, por el contrario, puede convertirse
en un nuevo marco para el desarrollo sostenible, substituyendo los 3 pilares mencionados. Desde el PNUMA se
afirma que el logro de la sostenibilidad depende de la adecuación en la economiá , hace necesario examinar el
concepto de la economiá verde y la manera en cómo se promoveriá la sostenibilidad económica, ecológica y
social dentro de esta.
Otra crit́ ica es el carácter economicista, aunque tiene como base la producción de sectores sostenibles que
permiten reducir problemas, sigue teniendo como patrón económico la acumulación y el crecimiento infinito,
superar el orden económico actual, supondría la necesidad de convertir la producción económica a términos
físicos, de manera que se haga evidente la capacidad finita de recursos y de asimilación de deshechos de la
actividad antrópica. Afirman que economiá verde es un término inapropiado, equiv́ oco científico y filosófico,
con el que no se logrará el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Añaden que se construyó a
partir de ambigüedades, sin sustento científico o filosófico, y que permitirá legitimar la apertura de mercados,
crear más tensión con la diversidad ecológica y cultural del planeta y la humanidad.
En el debate ético, se señala que está enmarcada en un fundamentalismo neoliberal, visión antropocéntrica, para
se plantea la necesidad de abordar otras formas de relación de los humanos con su entorno, de explorar el
significado de otras cosmovisiones y/o patrones culturales basados en el reconocimiento de derechos de la
naturaleza, expuestos por algunas sociedades latinoamericanas. Desde sectores sociales radicales, no es más que
el modelo imperante con el nombre de verde, distante del paradigma actual, que tiene dominación de la
naturaleza para extraer de ella los mayores beneficios posibles para negocios y para el mercado, y no busca
realmente otro paradigma de economiá de preservación, conservación y sostenimiento de toda la vida.