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¿Qué Es Evaluar?: Anecdotario

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¿Qué es evaluar?

La acreditación es de carácter académico-


administrativo, mientras que la evaluación y la
calificación es de carácter estrictamente académico,
refieren el tipo y nivel de los aprendizajes logrados.

La evaluación comporta una valoración, se refiere a


la calidad. La calificación permite una cuantificación,
se refiere a la cantidad. Al valorar se deben tomar
en cuenta varios elementos subjetivos, por ejemplo:
opiniones, sentimientos, percepciones. La medición
refiere únicamente elementos observados y
cuantificados. Así es posible evaluar y acreditar sin
que existan calificaciones de por medio.

En la mayoría de las instituciones de educación


superior se califica sin evaluar, en otras palabras,
sin juzgar y valorar la efectividad del proceso
enseñanza-aprendizaje para mejorarlo
continuamente.

Anecdotario: Es el registro acumulativo y


permanente, que hace el docente, de los hechos
relevantes realizados o en los cuales ha participado
el estudiante. Permite valorar, en especial, la
conducta individual y colectiva del estudiante, sus
actitudes y comportamientos.

Debate: Permite una evaluación cualitativa, es


posible observar las capacidades del alumno para
argumentar así como ciertas actitudes.
Diarios o bitácoras: Es un registro escrito,
de manera permanente, que realiza el profesor
sobre el planeamiento, desarrollo y evaluación de
las actividades docentes. Es una descripción del aula
en acción que permite al docente hacer explícito el
mundo de las relaciones e interacciones que se
suceden cuando está animando los aprendizajes (se
desarrolla más adelante).

Encuestas y cuestionarios: Son listados


de preguntas, por escrito, que se entregan a
diferentes personas que pueden suministrar una
determinada información.

Entrevista: La entrevista es una técnica que


busca la formación del alumno. La evaluación se
lleva a cabo a través del diálogo. Mediante el
diálogo se puede establecer la consistencia del
razonamiento, de las adquisiciones y de las
capacidades cognitivas del alumno.

Ensayos: Evalúa calidad de argumentación,


manejo de la información, apropiación de conceptos
y teorías.

Escalas de valoración de
actitudes: Son instrumentos que aprecian y
miden la disposición (a favor o en contra) del
estudiante hacia un objeto, grupo o situación.

Exámenes de desarrollo: Es el examen


tradicional de tres a cinco preguntas que el
estudiante debe contestar de manera individual. Es
una prueba muy fácil de elaborar pero difícil de
evaluar porque se presta para sesgos por parte del
profesor, cuando conoce a sus autores.

Se puede mejorar la calidad de esta forma de


evaluación elaborando previamente los patrones de
respuesta para las preguntas y capacitando
monitores para que lean las respuestas de los
estudiantes y las comparen con los patrones, con
tres posibilidades de valoración: plena
concordancia, mediana concordancia y ninguna
concordancia.

Examen escrito: Es la técnica de evaluación


utilizada tradicionalmente. El alumno en estas
pruebas recibe una serie de peticiones que ha de
contestar o resolver, según sean de carácter teórico
o práctico, en un periodo de tiempo determinado,
en ocasiones esta técnica varía y se realizan
exámenes orales con el mismo procedimiento.

Examen con posibilidad de consultar


bibliografía: Pruebas encaminadas a resolver
aspectos o casos con la posibilidad de consultar
libros y apuntes previamente preparados por el
alumno. Se trata de evaluar la capacidad de obtener
información, analizarla y resolver problemas
prácticos, más que la memorización de unos
conocimientos teóricos.

Un caso específico de prueba escrita dentro de las


pruebas objetivas son los exámenes tipo test en los
que se plantean preguntas cerradas con las
respuestas predefinidas. Los alumnos deben
seleccionar la o las respuestas correctas entre las
opciones planteadas. Generalmente suelen ser
enunciados breves y respuestas igualmente no muy
extensas. La ventaja de este tipo de prueba es su
carácter objetivo, puesto que la puntuación no
depende del profesor que corrige, siendo posible
incluso utilizar un lector óptico. Por una parte,
presenta para el docente la ventaja de la rapidez y
facilidad de evaluación. Entre los inconvenientes, las
pruebas de tipo test son de difícil elaboración por
parte del profesor. La falta de concreción de las
preguntas y la ambigüedad que pueden presentar
las respuestas son otros problemas. Por otra parte y
por lo general, las materias son ricas en matices y
difíciles de encajar en una evaluación de preguntas
cerradas con múltiples respuestas predeterminadas.
Este sistema de evaluación fomenta en los docentes
y en los alumnos un enfoque centrado en los
aspectos que se preguntan, por ejemplo,
definiciones y clasificaciones. No desarrollan en el
alumno el proceso del pensamiento.

Grabaciones en audio o vídeo con


guía de análisis: Cuando las grabaciones de
audio o vídeo se utilizan en la enseñanza y el
aprendizaje, los docentes pueden valorar el grado
de apropiación de los contenidos de los mismos
mediante guías de análisis que deben desarrollar los
estudiantes.

Observación: La observación tiene un sentido


de evaluación informal. Tanto el alumno que hace
de observador como el observado, deben conocer
previamente las reglas del juego. Unos para saber a
que atenerse y otros para apreciar el valor de lo
observado.
Portafolio: Es un registro acumulativo que
sistematiza la experiencia obtenida en un tema o
asignatura y que se puede presentar en un fólder o
carpeta de argollas. En el mismo se incluyen
materiales de búsqueda bibliográfica,
representaciones gráficas del material estudiado
(mapas conceptuales, aspectos conceptuales,
cuadros sinópticos, resúmenes elaborados por el
estudiante sobre textos asignados por el profesor)
al igual que ensayos, informes, evaluaciones y las
correcciones correspondientes o cualquiera otra
producción intelectual.

Proyectos: Son aplicaciones de un tema o


asignatura con los cuales se puede evaluar el grado
de apropiación de los conocimientos, habilidades y
destrezas intelectuales. Los proyectos permiten el
ejercicio de la autonomía y la creatividad de los
estudiantes. Los aprendizajes son lentos y exigen
gran inversión de tiempo y trabajo, pero los
aprendizajes son duraderos. Exigen mucha
planeación de parte del docente para que el
estudiante reciba todas las orientaciones necesarias
antes de emprender el trabajo (más adelante se
explica con mayor detalle).

Pruebas escritas: han sido el medio


tradicional de evaluación del alumnado, sobre todo
en la universidad. Esta técnica presenta diversas
variantes.

Prueba teórica: El estudiante debe contestar


una serie de temas de carácter teórico propuestos
por el profesor. Estos temas pueden ser de carácter
extenso, donde se evalúa el conocimiento sobre un
tema o apartado que el alumno debe desarrollar o
cuestiones más concretas y breves. Este tipo de
evaluación puede plantear un aspecto determinado
derivado del programa de la asignatura impartida o
pedir que se relacionen conceptos y conocimientos a
través de la relación de los conocimientos
adquiridos.

Examen práctico: En este tipo de examen se


deben resolver, unos supuestos o problemas
planteados normalmente de carácter cuantitativo,
en el que se aplican un determinado instrumento o
modelo al fenómeno descrito.

Pruebas mixtas: Se utiliza de manera


conjunta los dos tipos anteriores, se valora tanto el
aprendizaje teórico como la capacidad de resolver
cuestiones prácticas mediante la aplicación de los
conocimientos teóricos adquiridos.

Pruebas objetivas: Se ocupan del


conocimiento factual. La estructura de estas
pruebas consiste en un enunciado que especifica en
términos precisos los logros previstos. La redacción
es tan exacta que sólo admite una interpretación
para una única respuesta. Se tiene en cuenta no
sólo el número de respuestas correctas, en una
relación de buenas sobre el total de preguntas, sino
la posición de cada estudiante en relación con el
grupo de referencia (posición en la curva de
distribución normal de puntajes). Presenta
diferentes formas tales como: verdadero-falso,
completar frases, opción múltiple (simple o
compuesta), etc.
Seminarios: El seminario, y en particular el
seminario de investigación, es una práctica didáctica
y evaluativa que fomenta la construcción social del
conocimiento. Aunque los aprendizajes son procesos
individuales, en el aula se realiza la validación social
de los mismos mediante procesos de interacción
comunicativa. Las discusiones y debates alrededor
del objeto de aprendizaje permiten al docente
valorar no sólo el grado de dominio del tema por
parte de los estudiantes, sino apreciar la capacidad
discursiva y argumentativa de los mismos.

Solución de problemas: Responde a los


enfoques de evaluación actuales. Desarrolla
capacidades y habilidades del pensamiento. Mide
tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje, como el
producto (se detalla más adelante).

Talleres: Son experiencias docentes que


permiten demostrar la capacidad de aplicar
conocimientos y destrezas en una determinada área
del saber. En los talleres se pone en evidencia las
capacidades de trabajo individual y colectivo de los
estudiantes.

Tareas, ejercicios y actividades


dentro o fuera del aula: Es la forma
tradicional de reforzar y valorar los aprendizajes de
los estudiantes. Requieren planeamiento e
instrucciones muy claras para que la ambigüedad no
constituya motivo de desconcierto y desesperanza
de parte de los estudiantes al tratar de resolver algo
que se les asigna con un alto grado de generalidad.
Técnica de casos: Apoya a la técnica de
solución de problemas (se detalla más adelante).

Técnica de pregunta: Apoya a la técnica de


solución de problemas, propicia el desarrollo del
pensamiento abstracto, estimula la participación y
retroalimentación de conocimientos (se desarrolla
más adelante).

La evaluación constructivista
Los enfoques constructivistas orientan diferentes
estrategias de evaluación. Privilegian el papel activo
del alumno como creador de significado, la
naturaleza autoorganizada y de evolución
progresiva de las estructuras del conocimiento, es
decir abordan la evaluación formativa.

La evaluación, por tanto, debe estar orientada a


evaluar los procesos personales de construcción
personal del conocimiento.

La evaluación formativa se entiende como un


refuerzo que ayuda al alumno a reconstruir el tema
de evaluación y como parte del proceso generador
de cambio que puede ser utilizado y dirigido a
promover la construcción del conocimiento.

Los modelos utilizados tradicionalmente centran la


evaluación en cogniciones aisladas sin considerar su
conexión con el marco de conocimientos general y
personal del alumno, esta tendencia a evaluar
conocimientos como unidades ordenadas que se
pueden aislar en forma artificial, no favorece la
construcción del conocimiento que exige una
evaluación que considere las cadenas complejas de
significado y la interacción dinámica entre los
mismos. Lo esencial en esta perspectiva es el
concepto de integración, es decir, propone que
cualquier tipo de conocimiento puede ser entendido
mejor en el contexto de un sistema de significados
más amplio que lo apoye y relacione.

La evaluación tradicional mide la cantidad de


conocimientos u objetivos logrados, representados
como la frecuencia de respuestas correctas en los
instrumentos estructurados.

Las técnicas tradicionales se dirigen principalmente


a evaluar el presente del alumno y en el mejor de
los casos el pasado reciente (evaluación
acumulativa), las técnicas constructivistas enfatizan
la evaluación del desarrollo.

La evaluación tradicional mide la cantidad de


información memorizada por los alumnos. En el
enfoque constructivista, se centra la atención en el
nivel de análisis, por lo tanto las capacidades del
alumno para clasificar comparar y sistematizar son
claves para la evaluación formativa.

Esta forma de evaluación obtiene de los alumnos un


conjunto de construcciones personales y únicas con
las que estructuran su propio conocimiento,
mientras que la evaluación tradicional sitúa a los
alumnos en un conjunto de construcciones validadas
externamente.

La evaluación en este marco tiene la intención de


dar a los estudiantes una oportunidad para seguir
aprendiendo; esto exige que el profesor reconozca
las diferencias individuales y de desarrollo de
intereses, capacidades, destrezas, habilidades y
actitudes. Así, la evaluación debe partir verificando
lo que los alumnos ya saben (evaluación
diagnóstica).

La evaluación constructivista mide:

• Los conocimientos adquiridos y la capacidad de los


alumnos para aplicarlos en situaciones variadas.

• El desarrollo de destreza, habilidades y cambio de


actitudes.

• Si los alumnos son capaces de establecer una


relación con el conocimiento que difiere de la que
demanda el profesor.

• Si los alumnos contribuyen a aportar un nuevo


significado al conocimiento, alterando incluso la
dinámica de la interacción establecida por el
docente en el aula.

• La validez de construcción debe verificar si se está


evaluando lo que realmente se espera que los
alumnos construyan, lo que implica una clara
definición de capacidades; una declaración explícita
de las normas, que deben ser justas para los
alumnos; una clara definición de criterios de
evaluación, cuando será considerada una
construcción buena, mala o regular; e instrucciones
comprensibles para la comunicación de los
aprendizajes.
Evaluación de competencias
La evaluación de la capacidad o del cometido o
desempeño es una técnica de ejecución que
requiere que el estudiante elabore una respuesta o
un producto que demuestre su conocimiento,
capacidades y habilidades. Con las técnicas de
ejecución se pretende evaluar lo que los
estudiantes pueden hacer, en lugar de lo que saben
y que utilicen lo que saben para poder hacer.

Esta técnica también puede ser útil para el enfoque


de evaluación constructivista.

La técnica de ejecución:
Esta técnica evalúa el producto resultante: una
escultura, un ensayo escrito dentro de criterios
específicos, el resultado de un experimento, el
resultado de un problema. El producto para su
evaluación puede ser comparado con ciertas
características esperadas (evaluación interna) o
compararlo con otros productos como modelos
(evaluación externa).

Este tipo de evaluación requiere de la integración de


conocimientos sobre contenidos específicos,
destrezas, capacidades, habilidades mentales y
ciertas actitudes para lograr la meta.

Algunas de las destrezas que es necesario


desarrollar a través de las asignaturas en la
educación son las siguientes:

 Destreza para explicar ideas y procedimientos,


tanto en forma oral como escrita.
 Formular y probar hipótesis, trabajar con
iguales (pares) en forma productiva.
 Hacer preguntas pertinentes.
 Hacer comentarios útiles cuando se escucha.
 Elegir problemas interesantes.
 Diseñar buenos experimentos.
 Tener una comprensión profunda de las teorías.

Criterios para evaluar una


competencia
 Las técnicas de evaluación deben evaluar los
conocimientos, destrezas, capacidades,
habilidades, actitudes y valores.
 Seleccionar las técnicas más pertinentes
pueden ser, por ejemplo, las pruebas escritas,
la observación o la resolución de problemas o
una combinación de técnicas, dependiendo de
la habilidad que se desee evaluar y o el área
específica de conocimiento.

Acerca de la evaluación:
Algunos supuestos que se Ejemplo de supuestos
empleaban relativos a la relativos a la evaluación del
evaluación tradicional cometido o desempeño que
ahora se emplean

La evaluación de los La evaluación es una parte


cursos separada de las integral del aprendizaje.
experiencias de
aprendizaje.

El examen final servía al Se debe evaluar por medio de


profesor para obtener un criterios objetivos y la
panorama completo de lo evaluación en sí debe de
que el alumno había retroalimentar al estudiante.
aprendido en el curso.
El examen de diagnóstico La evaluación debe realizarse
y el examen final en múltiples tiempos, formas y
proporcionaban la contextos.
información necesaria
sobre los logros del
estudiante.
La evaluación cuantitativa La autoevaluación es una
era necesaria tanto para capacidad que es necesario
evaluar el conocimiento de desarrollar permanentemente,
las asignaturas como para es una medida necesaria en
clasificar a los alumnos. el proceso de evaluación.

1. ¿Quiénes evalúan? Como ya se señalara en el capítulo V de este texto, los


agentes que participan de la evaluación se han diversificado y ello ha significado
mayor participación en el proceso de evaluación y también el desarrollo de una
mayor autonomía y conciencia de lo que los sujetos saben y lo que les falta por
saber, en una disposición dialógica. En consecuencia, la planificación de la
evaluación educacional debe considerar la acción de agentes como el docente, el
estudiante y los compañeros en las situaciones que a continuación se describen.
Ello favorecerá el desarrollo de aprendizajes relevantes; con esta práctica, que aún
no se ha instalado cabalmente en los establecimientos educacionales, se plantea
un desafío para incorporarla en la planificación. Autoevaluación. La autoevaluación
se produce cuando el sujeto evalúa sus propias actuaciones. Por tanto, el agente
de la evaluación y su objeto se identifican. Es un tipo de evaluación que toda
persona realiza de forma permanente a lo largo de su vida, ya que continuamente
toman decisiones en función de la valoración positiva o negativa de una acción
específica, una relación tenida, un trabajo llevado a cabo, etc. Al tratar la
autoevaluación en el terreno profesional, primeramente hay que considerar la
conveniencia de introducir su práctica de modo habitual entre los estudiantes. Con
diferentes grados de complejidad, según las edades, los estudiantes son
perfectamente capaces de valorar su propia labor y el grado de satisfacción que le
produce. Simplemente hay que darles pautas para que lo hagan con seriedad y
corrección –no arbitrariamente ni por juego- y que sepan la influencia que su juicio
va a tener en la valoración global que se realice posteriormente sobre su actuación
y progresos. Al comenzar el desarrollo de una unidad didáctica, se facilitará a los
estudiantes la información detallada acerca de los aspectos que deben
autoevaluar, para que puedan auto observarse y examinar su trabajo de modo
continuo para llegar a conclusiones rigurosas al final del proceso. Esta orientación
del docente es importante –imprescindible– también para evitar la excesiva
influencia de la subjetividad en la propia evaluación, mucho más frecuente cuanto
más inmadura es la persona que la realiza. La época de estudiante se caracteriza
por ser esencialmente evolutiva y cambiante, con gran predominio de la
subjetividad, dada las características de inmadurez a que aludimos. Así, los
estudiantes con una autoestima baja, un temperamento depresivo, de tendencia
pesimista o un medio familiar poco estimable, infravalorarán sus trabajos, mientras
que los optimistas, con alta autoestima o un medio familiar y social que los ayuda,
valorarán en exceso todo lo que realicen. Estas tendencias hay que encauzarlas y,
precisamente, en este proceso de ajuste y equilibrio consiste ese “aprender a
valorar” que se pretende en la educación. En segundo lugar, muchos de los
objetivos educativos de la educación obligatoria implican que el estudiante sea
capaz de “valorar” en términos genéricos, que luego se 1
2. 2. aplica a diferentes cuestiones, según las áreas curriculares donde se orienten: el
patrimonio artístico y cultural, la riqueza lingüística, las solidarias o no
discriminatorias, etc. Para aprender a valorar, el único camino existente es
practicar valoraciones en distintas circunstancias y en relación con diferentes
ámbitos. Una forma de evaluación es la autoevaluación del propio trabajo y la
propia actividad. Por eso, en este caso la autoevaluación se convierte en un
procedimiento metodológico para alcanzar uno de los objetivos educativos
previstos: el de que el estudiante sea capaz de valorar. Coevaluación. La
coevaluación consiste en la evaluación mutua, conjunta, de una actividad o un
trabajo determinado realizado entre varios. En este caso, tras la práctica de una
serie de actividades o al finalizar una unidad didáctica, estudiantes y profesor o
profesores pueden evaluar ciertos aspectos que resulte interesante destacar. Tras
un trabajo en equipo, cada uno valora lo que le ha parecido más interesante de los
otros, por ejemplo. En un coloquio, se valora conjuntamente el interés de las
actividades, el contenido de los trabajos, los objetivos alcanzados, la suficiencia de
los recursos, actuaciones especialmente destacadas de algunos estudiantes, etc.
Es posible, igualmente, pasar un cuestionario –anónimo– a los estudiantes, para
que opinen con absoluta independencia sobre lo realizado, y contrastar así con lo
percibido por el maestro. Son diferentes los caminos para llevar a cabo la
coevaluación, pero es importante tener en cuenta que, si no hay costumbre en el
grupo de realizar prácticas de este tipo, debe comenzar por valorar exclusivamente
lo positivo. Las deficiencias o dificultades surgidas las valorará el profesor. No se
debe olvidar que los estudiantes tiene la misma visión o percepción de “para qué
se evalúa” que muchos profesores y que la sociedad en general, y que
habitualmente esta valoración se realiza para resaltar lo negativo, lo mal hecho,
para sancionar, para “suspender”. Y eso es lo que hacen ellos en cuanto tiene
oportunidad: decir lo que han hecho mal otros, con lo cual los efectos de la
coevaluación pueden convertirse en la disgregación del grupo y el rechazo de
todos contra todos. Hay experiencias muy negativas de esta práctica y, por ello,
hay que tomar todas las precauciones necesarias. ¿Es interesante? Sin duda
alguna. Pero se dan dos situaciones claras, con fases intermedias entre una y otra:
a) Si el grupo de estudiantes viene realizándola habitualmente, deberá poseer una
visión positiva de la evaluación: evaluar constituirá una fase del proceso educativo
para mejorar poco a poco el propio aprendizaje y todo cuanto ocurre en el aula, por
lo cual es favorable y beneficioso para el grupo. b) Si el grupo de estudiantes
nunca la ha realizado, habrá que comenzar por explicar cuál es la finalidad de la
evaluación y, más en concreto, de la coevaluación. Y no sólo hay que explicarlo:
hay que demostrarlo con la práctica habitual del profesor en el aula. Ahí es donde
el grupo se convencerá de las virtudes de la evaluación: de nada sirve que el
profesor “diga” que los fines de la evaluación se centra en la mejora de todos, si
luego examina y la evaluación sólo sirve para aprobar o suspender. El conjunto de
prácticas evaluadoras debe responder a un mismo planteamiento, coherente con la
teoría que se intercambie con los estudiantes. En caso contrario, es mejor no
introducir 2
3. 3. nuevas prácticas que pueden redundar negativamente en el proceso educativo.
En esta segunda situación es donde resulta preferible comenzar evaluando
aspectos positivos del trabajo, de manera que no se dé pie a que surja alguna
actitud negativa que deteriore la práctica comenzada. Ésta consiste en una
evaluación mutua, conjunta de una actividad o un trabajo determinado realizado
entre varios. En este caso, tras la práctica de una serie de actividades o al finalizar
una tarea estudiantes y profesores pueden evaluar ciertos aspectos que resulte
interesante destacar. Heteroevaluación. La heteroevaluación consiste en la
evaluación que realiza una persona de algún aspecto de otra persona: su trabajo,
su actitud, su rendimiento, etc. Es la evaluación que habitualmente lleva a cabo el
profesor de los estudiantes y a cuyo proceso se dirigen principalmente las páginas
de este apunte. Es un proceso importante dentro de la enseñanza, rico por los
datos y posibilidades que ofrece y complejo por las dificultades que supone el
enjuiciar las actuaciones de otras personas, más aún cuando éstas se encuentren
en momentos evolutivos delicados en los que un juicio equívocado, “injusto”, poco
sopesado, puede crear actitudes de rechazo (hacia el estudio, hacia la sociedad)
en ese niño, adolescente o joven que se educa. Aparte de evaluación que el
profesor realice, es muy conveniente que los estudiantes aprendan a valorar sus
conocimientos y actitudes, aunque el profesor les diga los resultados que van
obteniendo de modo continuo, es más provechoso que sean ellos por si mismos
conscientes de sus éxitos y fracasos. Por otra parte, han de aprender a
autoevaluarse porque nadie sino ellos realizarán esta operación cuando salgan de
la escuela. En la medida en que los estudiantes no conozcan los resultados por sí
mismo, ocurrirá que: • Se repetirán los errores con más frecuencia o posibilidad,
hasta llegar a consolidarse. • Les costará trabajo mejorar. Pruebas objetivas por
unidad con respuestas para que, una vez realizadas, las corrija el propio
estudiante. Igualmente es muy útil que las actividades las corrija el propio
estudiante, y no sólo el profesor, debiéndosele proporcionar en consecuencia las
pautas de corrección: también esto debe preverse en la programación

¿Quiénes evalúan el aprendizaje?


En la presente lección estaremos respondiendo a la pregunta ¿quiénes evalúan
el aprendizaje? haciendo referencia a la evaluación según sus agentes, a saber:
Autoevaluación, heteroevaluación y coevaluación. Seguidamente, te
presentamos el resumen en un video. Luego, te invitamos a realizar una
actividad de autoevaluación. Finalmente, te presentamos los referentes que
hemos consultado para la elaboración del presente tema.

Autoevaluación

En la autoevaluación “los evaluadores evalúan su propio trabajo, por lo que las


responsabilidades del evaluado y del evaluador coinciden en las mismas
personas” (Arredondo y Diago, 2010; p. 39).

Es importante promover este tipo de evaluación en los


estudiantes,estableciendo criterios transparentes, de manera que el estudiante
mediante un proceso de reflexión valore su actuación. De ahí que, la
autoevaluación es necesaria para que el estudiante tome conciencia de lo que
hace, en función de que tome decisiones que contribuyan a mejorar su proceso
de aprendizaje. Es importante resaltar, que también el docente debe realizar una
autoevaluación de su práctica profesional para mejorar su proceso de
enseñanza.

Heteroevaluación

La Heteroevaluación es la evaluación que generalmente hace el docente a sus


estudiantes, aunque se pueden incluir otros actores relacionados, como por
ejemplo: otros docentes, los coordinadores y los directivos. Para Casanova
(1998; p. 99) “La Heteroevaluación consiste en la evaluación que realiza una
persona sobre otra: su trabajo, su actuación, su rendimiento, etc. Es la
evaluación que habitualmente lleva a cabo el profesor con los alumnos”.

Coevaluación

La Coevaluación es aquella que hacen los estudiantes entre ellos mismos. En


palabras de Casanova (1998; p. 97) “La coevaluación consiste en la evaluación
mutua, conjunta, de una actividad o un trabajo determinado realizado entre
varios”. Este tipo de evaluación, permite al docente recoger información sobre:
actitudes, valores, trabajo en equipo, destrezas, etc., y cualquier otra
información que no es posible obtener en la relación docente-estudiante. De
manera que, la información que aporten los estudiantes puede ser contrastada
con la información que tiene el docente (heteroevaluación), esto, permite
minimizar subjetividades.

¿QUIÉNES EVALÚAN?
Profesores y alumnos deben realizar la evaluación, percibiendo los
procesos de verificación, no como meros requisitos formales,
generadores de angustia y ansiedad, sino como medios
indispensables que se desean y no se temen. La evaluación misma
debe ser una experiencia de aprendizaje, valiosa y significativa.

La evaluación necesariamente han de hacerla todas las personas


involucradas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El profesor, porque…

tiene como función orientar y guiar a los alumnos hacia metas definidas.
establece medios de verificación que permitan determinar a lo largo del
curso, los progresos reales de los alumnos.
no es juez de los alumnos.
no reprueba ni aprueba a nadie.
En caso necesario, reestructura la programación del proceso de
enseñanza-aprendizaje ajustándola a la realidad del grupo escolar.
Proporciona a los alumnos medios y oportunidades para subsanar sus
deficiencias de aprendizaje, en forma oportuna.

…en la docencia actual se trata no tanto de cumplir formalmente con el


programa del curso, sino de lograr objetivos de aprendizajes
significativos.

El alumno porque…

es sujeto de su propia educación.


tiene sus propios objetivos de aprendizajes.
es responsable de sus propias acciones.
está comprometido con el grupo.
es capaz de autoevaluar sus logros y deficiencias.
puede superar sus fallas y proponer nuevas metas.

…si participa activamente en la definición de los objetivos y en la


verificación de sus aprendizajes, será consciente de sus deficiencias,
podrá trabajar con entusiasmo en la consecución de los objetivos,
cuando le resulten accesibles, interesantes y significativos.

NO HAY QUE OLVIDAR QUE:

los objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje determinan los


criterios para seleccionar los contenidos programáticos, los
procedimientos y recursos didácticos así como las modalidades de
evaluación.
la definición de los objetivos del curso facilita la comunicación entre
todos los participantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre
los resultados que se buscan.
¿A quién se evalúa?
El siguiente cuadro especifica qué aspectos se
evalúan de cada elemento constitutivo del proceso
enseñanza aprendizaje.

¿A quién se evalúa? ¿Qué se evalúa?

Conocimientos.

Habilidades.

Al alumno: Capacidades o destrezas.

Actitudes.

Aptitudes.

Intereses y expectativas.

Dominio del tema.

Trabajo grupal.

Al profesor - facilitador: Aplicación de técnicas didácticas.

Uso de recursos didácticos.

Manejo de instrumentos de evaluación.

Al proceso enseñanza - Organización y secuencia para el logro de


aprendizaje: los objetivos.
El proceso de evaluación permite verificar el
cumplimiento de los objetivos educativos y
comprobar que se ha producido el aprendizaje
previsto. Tradicionalmente se pensaba que evaluar
era calificar lo que el alumno había aprendido
después de la fase de enseñanza.

Es importante diferenciar los


términos verificación y evaluación del
aprendizaje. Verificación es el proceso por el que se
comprueba lo aprendido por el alumno, mientras
que evaluación es el proceso que valora los
resultados y el cómo del proceso educativo, que
puede traducirse o no en una calificación o nota.

Evaluación es el proceso de obtención de


información y de su uso para formular juicios que se
utilizan para tomar decisiones.

La evaluación del aprendizaje de los alumnos, por lo


general, permite valorar el grado de cumplimiento
de los objetivos educativos; diagnosticar errores
conceptuales; destrezas, habilidades y actitudes; el
proceso y manera en que los alumnos las
desarrollan. Se evalúan también para analizar las
causas de un aprendizaje deficiente y tomar las
medidas oportunas.

Es fundamental que la evaluación sea capaz de


valorar de forma efectiva el aprendizaje integral y
no busque estimar la mera memorización. Más
importante que la memorización es desarrollar las
habilidades de reflexión, observación, análisis, el
pensamiento crítico y la capacidad para resolver
problemas.
¿Cómo evaluar?
Ni la evaluación ni la calificación pueden depender
de un solo instrumento o técnica de evaluación
porque de esta manera únicamente se mide un tipo
de aprendizaje. Si en el plan de trabajo el profesor
diseña diferentes objetivos se deben medir los
aprendizajes logrados en cada uno de ellos por
medio de la técnica que le corresponda. Todo
esfuerzo realizado por el alumno durante el curso
como resultado de las actividades de aprendizaje
debe ser parte de la evaluación.

Los criterios para calificar deben decidirse por el


profesor con base en su estilo personal de
enseñanza y en su plan de trabajo. Los que se
designen a la calificación serán los porcentajes de
valor que se establezca a cada resultado de la
actividad realizada y a su resultado final, por
ejemplo: el portafolio 30%, la observación 20%, la
entrevista 10%, actividad en clase 20%, etc. Se
tomara en cuenta tanto la exactitud del resultado
final como el proceso que siguió el alumno para
obtenerlo.

La evaluación tiene dos objetivos principales:


analizar en que medida se han cumplido los
objetivos para detectar posibles fallas en el proceso
y superarlas y, el segundo, propiciar la reflexión de
los alumnos en torno a su propio proceso de
aprendizaje (metacognición). Para lograr estos
objetivos la evaluación debe ser participativa –que
los alumnos participen en ella. Completa –debe
abarcar todos los pasos importantes del proceso
enseñanza–aprendizaje. Continua –a lo largo del
curso– no debe dejarse para el final del mismo.
Es fundamental considerar que la evaluación es un
proceso de aprendizaje tanto para los alumnos
como para los profesores y la institución.

En la actualidad existen múltiples alternativas de


evaluación. Cualquier decisión debe sustentarse en
el enfoque educativo, el tema, la finalidad, el
alumno y el estilo de enseñanza del profesor.

¿Cómo elegir un instrumento


de evaluación?
Al elaborar el plan de trabajo (la planeación
didáctica) el profesor diseña las unidades temáticas,
tomando en cuenta las técnicas de aprendizaje y de
evaluación del aprendizaje que durante todo el
curso instrumentará, las cuales es posible que
modifique al inicio o a lo largo del curso para
mejorar su enseñanza.

Las técnicas de aprendizaje y de evaluación del


aprendizaje deben ir acorde con el enfoque
educativo que el profesor elija y con su estilo de
docencia.

Si, por ejemplo, elige la técnica expositiva es


importante que tenga pleno conocimiento de que
solamente desarrolla en sus alumnos las
capacidades de atender y hacer apuntes y que con
el examen tradicional que le corresponde
únicamente podrá medir las capacidades de
retención, memorización y repetición, pero no podrá
medir los objetivos relacionados con la comprensión
y el manejo de información y menos aún los
formativos.

Si se utilizan otras técnicas e instrumentos de


evaluación se propicia que los alumnos desarrollen
varias destrezas y diferentes aprendizajes, por
ejemplo, si el profesor solicita a sus alumnos que
realicen una investigación y la presentación de los
resultados en un trabajo escrito, podrá medir entre
las capacidades que el alumno desarrolla las de
diseño de un proyecto, búsqueda y localización de
fuentes, formulación de hipótesis, argumentación
para refutarlas o aceptarlas, diseño de instrumentos
de captura, análisis de datos, estructura de las
conclusiones, fundamentación y redacción del
reporte.

Sin importar el instrumento que se elija se deberá:

• Precisar qué se quiere conocer por medio de las


técnicas de evaluación, es decir el profesor–
facilitador deberá responderse ¿cuáles son las
capacidades, habilidades y conocimientos que
quiero y puedo enseñar?

• Seleccionar una técnica de evaluación que sea


consistente con el estilo de enseñar del profesor y
pueda ser fácilmente realizada en el aula.

• Antes de efectuarla explicar el propósito de la


actividad a los estudiantes.

• En las actividades de evaluación no solicitar más


información de la necesaria.
• Después de clase, repasar los resultados y decidir
qué cambios deben de realizarse para mejorar el
proceso de enseñanza-aprendizaje.

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