El Arte de Educar
El Arte de Educar
El Arte de Educar
ASIGNATURA:
El arte de educar
QUE PRESENTA:
CATEDRÁTICO:
La obra inicia con una carta dirigida “A la maestra”, título que es asignado por dos razones,
la primera hace virtud que desde antaño la educación de la descendencia le correspondía al
sexo femenino; la segunda, es una ofrenda de amor a su madre. Savater (1997, pág. 6),
escribe: “la sociedad asume que los maestros son algo así como fracasados” personas
establecidas en un nivel imperfecto, y su figura es usada en un dicho aterrador: pasar más
hambre que un maestro de la escuela; por ello el autor hace el llamado y además es una de
las convicciones que sustenta el libro:
En el campo educativo —ésta es una de las convicciones que sustentan este libro—
poco se habrá avanzado mientras la enseñanza básica no sea prioritaria en inversión
de recursos, en atención institucional y también como centro del interés público.
Hay que evitar el actual círculo vicioso, que lleva de la baja valoración de la tarea
de los maestros a su ascética remuneración, de ésta a su escaso prestigio social y por
tanto a que los docentes más capacitados huyan a niveles de enseñanza superior, lo
que refuerza los prejuicios que desvalorizan el magisterio, etc. (Savater, 1997, pág.
6)
Primer capítulo, resulta difícil saber que nacemos siendo humanos pero eso ahora no basta,
ya que tenemos también que llegar a serlo, idea que resulta difícil de comprender y
asimilar, realmente nacemos humanos, pero realmente ¿llegamos a serlo?, muchas personas
se consideran ser humanas, pero el ideal del completo humano es ser una persona capaz de
hacer lo bueno y desechar lo malo, aquel humano que sea solidario, bondadoso, caritativo,
que tenga compasión. Por otra parte aquellas personas que son violentas, asesinas,
violadores y torturadores, ¿son humanos biológicamente? Por ejemplo: un libro es un libro
porque sus componentes lo dicen, realmente si lo piensas nacemos para la humanidad, ya
que es en el seno familiar y social donde se aprende a ser humano seamos buenos o malos,
pero después de todo el llegar a ser humano es un arte.
Fernando Savater hace una comparación entre un bebe y un chimpancé, donde nos presenta
que la cría de un chimpancé rápidamente comienza a desarrollar fuerza y llega a ser capaz
de sobrevivir al poco tiempo de vida a diferencia de un bebe que tardan muchos años antes
de poder llegar a sobrevivir solos, sin el cuidado de otro ser humano que nos proteja. Pero
el chimpancé rápidamente aprende todo lo que necesita y ahí se queda, a diferencia, el niño
humano va aprendiendo secuencialmente y su aprendizaje nunca termina, en esta parte
hago referencia a un dicho mexicano: “uno nunca termina de aprender”
En el segundo capítulo, Savater nos da a entender al tiempo como uno de nuestros inventos
más especiales y también es el que más miedo nos ofrece y algo que me pareció importante
para analizar es el hecho de que los animales no necesitan saber del tiempo, ellos viven en
un eterno presente, ni siquiera saben que algún día van a morir. Es limitante decirlo pero no
nacemos al mundo sino al tiempo, ya que los humanos tenemos eso de que a través del
tiempo ampliamos nuestro panorama, dicho en otras palabras programamos lo que algún
día llegaremos a ser sin saber si estaremos vivos. Pero se han preguntado ¿Qué es el
presente? Pues para mi es algo que no ha pasado es una etapa que estamos viviendo, pero si
el futuro es un minuto después entonces ¿qué es presente?, al fin y al cabo es mejor vivir
una vida sin la necesidad de pensar en el día de mañana, vivir al máximo tu vida.
Como dice mi madre, cada día aprendemos algo nuevo, y eso lo convertimos en un
conocimiento que podemos compartir en las circunstancias que lo requieran la sabiduría
tiene su propia forma de temporalidad y la experiencia crea un pasado de descubrimientos
que siempre podemos transmitir a quien no lo comparte. Sabemos que es inevitable que
alguno haya sido maestro alguna vez ya que hasta enseñar a como tomar una cuchara es
compartir información. Nadie puede librar se instruir o de ser instruido, sea cuales fueran
las circunstancias.
Tercer capítulo, Savater (1997, pág. 26) menciona “los niños siempre han pasado mucho
más tiempo fuera de la escuela que dentro, sobre todo en sus primeros años” entendiendo
que el alumno ya a iniciado su proceso educativo dependiente a casa sistema familiar. Pero
los padres están delegando estas responsabilidades a la escuela, la cual no solo tiene que
educar sobre una exigencia curricular, sino llenar los vacíos sobre moral, ética y valores
Para él, la televisión es un medio de comunicación que educa demasiado y con fuerza
irresistible desmitifica y disipa las nieblas de la ignorancia infantil. En eso consiste su
peligro a la vez que su utilidad. La TV no sólo modifica a la familia, sino que complica la
tarea de la escuela. Respecto a cuestiones como la ética, la religión, el sexo, las drogas y la
violencia que hacen evidente el eclipse educativo de la familia, propone el estudio y
análisis de estas cuestiones en la escuela. Conviene enfrentar tales tópicos de manera
racional y critica, favoreciendo el crecimiento de la condición humana en cada individuo,
su anhelo básico de vivir más y mejor, mediante el ejercicio de la libertad.
Este libro aparte de dejarme una gama de conocimientos nuevos, me inclina a analizar mi
propia labor como futuro docente, insistiendo en realizar cuestionamientos sobre cada paso,
me queda claro que no tengo que impresionar a mis alumnos sino motivarlos a superarse, a
infiltrarse en lo desconocido, a aprender con el error, a trasmitir continuamente cada
conocimiento adquirido, y a superarse a través de las dificultades. Entiendo ahora que
trasmitir conocimientos reclama una gran responsabilidad, pero también el tener una buena
actitud versus a la situación que se presente, por que la actitud multiplica. Lo importante no
son los contenidos o asignaturas sino la manera en cómo se enseñan.
Bibliografía
Savater, F. (1997). El arte de educar. Barcelona: ARIEL, S. A.