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El Arte de Educar

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INSTITUTO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS

MAESTRIA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

ASIGNATURA:

FILOSOFÍA Y EPISTEMOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

El arte de educar

QUE PRESENTA:

ABIMELEK CERVANTES DOMÍNGUEZ

CATEDRÁTICO:

DR. NOÉ LOAEZA RAMÍREZ

OAXACA DE JUÁREZ. OCTUBRE DEL 2019.


En este mundo existen diferentes formas de amar, con diferentes amplitudes, pero todas
limitas a excepción de una, “el amor entre hijo y madre”. Fernando Savater reconoce a su
progenitora como su primer instructor, por tal cuestión le ofrece y dedica la obra “El valor
de educar” publicada en 1997.

El libro está dividido en seis capítulos: 1. El aprendizaje humano, 2. Los contenidos de la


enseñanza, 3. El eclipse de la familia, 4. La disciplina de la libertad, 5. ¿Hacia una
humanidad sin humanidades? y 6. Educares universalizar. Todos ellos están enmarcados
por una carta a la maestra y una carta a la ministra de educación, en las que con maestría
introduce y concluye, respectivamente, los temas a tratar. Al final incluye un breve, pero
variado y útil selección de textos de diversos autores sobre la educación.

La obra inicia con una carta dirigida “A la maestra”, título que es asignado por dos razones,
la primera hace virtud que desde antaño la educación de la descendencia le correspondía al
sexo femenino; la segunda, es una ofrenda de amor a su madre. Savater (1997, pág. 6),
escribe: “la sociedad asume que los maestros son algo así como fracasados” personas
establecidas en un nivel imperfecto, y su figura es usada en un dicho aterrador: pasar más
hambre que un maestro de la escuela; por ello el autor hace el llamado y además es una de
las convicciones que sustenta el libro:

En el campo educativo —ésta es una de las convicciones que sustentan este libro—
poco se habrá avanzado mientras la enseñanza básica no sea prioritaria en inversión
de recursos, en atención institucional y también como centro del interés público.
Hay que evitar el actual círculo vicioso, que lleva de la baja valoración de la tarea
de los maestros a su ascética remuneración, de ésta a su escaso prestigio social y por
tanto a que los docentes más capacitados huyan a niveles de enseñanza superior, lo
que refuerza los prejuicios que desvalorizan el magisterio, etc. (Savater, 1997, pág.
6)

Es importante reconocer la preocupación con la que escribe Savater en relación a la crisis


de la educación en aquella época (opinión personal: misma crisis actualmente), ya que
manifestaba que la mayoría de las personas encogían los hombros y no proponían medias o
alternativas de mejoramiento, y que considero como el principal factor, el esforzarse y dar
la vida por hacer “nada”. Por otra parte el autor subraya la importancia del “optimismo”,
como individuos y como ciudadanos tenemos perfecto derecho a verlo todo del color
característico de la mayor parte de las hormigas y de gran número de teléfonos antiguos, es
decir, muy negro. Pero en cuanto a educadores no nos queda más remedio que ser
optimistas. La educación es muy valioso y valida, pero también es un acto de coraje, un
paso frente de la valentía humana. Para Savater, el valor de la educación consiste en
permitir que el individuo llegue a ser plenamente humano mediante la aceptación libre de
los valores que reconoce la sociedad como los mejores, pero no definitivos ni acabados.

Primer capítulo, resulta difícil saber que nacemos siendo humanos pero eso ahora no basta,
ya que tenemos también que llegar a serlo, idea que resulta difícil de comprender y
asimilar, realmente nacemos humanos, pero realmente ¿llegamos a serlo?, muchas personas
se consideran ser humanas, pero el ideal del completo humano es ser una persona capaz de
hacer lo bueno y desechar lo malo, aquel humano que sea solidario, bondadoso, caritativo,
que tenga compasión. Por otra parte aquellas personas que son violentas, asesinas,
violadores y torturadores, ¿son humanos biológicamente? Por ejemplo: un libro es un libro
porque sus componentes lo dicen, realmente si lo piensas nacemos para la humanidad, ya
que es en el seno familiar y social donde se aprende a ser humano seamos buenos o malos,
pero después de todo el llegar a ser humano es un arte.

Fernando Savater hace una comparación entre un bebe y un chimpancé, donde nos presenta
que la cría de un chimpancé rápidamente comienza a desarrollar fuerza y llega a ser capaz
de sobrevivir al poco tiempo de vida a diferencia de un bebe que tardan muchos años antes
de poder llegar a sobrevivir solos, sin el cuidado de otro ser humano que nos proteja. Pero
el chimpancé rápidamente aprende todo lo que necesita y ahí se queda, a diferencia, el niño
humano va aprendiendo secuencialmente y su aprendizaje nunca termina, en esta parte
hago referencia a un dicho mexicano: “uno nunca termina de aprender”

En el segundo capítulo, Savater nos da a entender al tiempo como uno de nuestros inventos
más especiales y también es el que más miedo nos ofrece y algo que me pareció importante
para analizar es el hecho de que los animales no necesitan saber del tiempo, ellos viven en
un eterno presente, ni siquiera saben que algún día van a morir. Es limitante decirlo pero no
nacemos al mundo sino al tiempo, ya que los humanos tenemos eso de que a través del
tiempo ampliamos nuestro panorama, dicho en otras palabras programamos lo que algún
día llegaremos a ser sin saber si estaremos vivos. Pero se han preguntado ¿Qué es el
presente? Pues para mi es algo que no ha pasado es una etapa que estamos viviendo, pero si
el futuro es un minuto después entonces ¿qué es presente?, al fin y al cabo es mejor vivir
una vida sin la necesidad de pensar en el día de mañana, vivir al máximo tu vida.

Como dice mi madre, cada día aprendemos algo nuevo, y eso lo convertimos en un
conocimiento que podemos compartir en las circunstancias que lo requieran la sabiduría
tiene su propia forma de temporalidad y la experiencia crea un pasado de descubrimientos
que siempre podemos transmitir a quien no lo comparte. Sabemos que es inevitable que
alguno haya sido maestro alguna vez ya que hasta enseñar a como tomar una cuchara es
compartir información. Nadie puede librar se instruir o de ser instruido, sea cuales fueran
las circunstancias.

Tercer capítulo, Savater (1997, pág. 26) menciona “los niños siempre han pasado mucho
más tiempo fuera de la escuela que dentro, sobre todo en sus primeros años” entendiendo
que el alumno ya a iniciado su proceso educativo dependiente a casa sistema familiar. Pero
los padres están delegando estas responsabilidades a la escuela, la cual no solo tiene que
educar sobre una exigencia curricular, sino llenar los vacíos sobre moral, ética y valores

Para él, la televisión es un medio de comunicación que educa demasiado y con fuerza
irresistible desmitifica y disipa las nieblas de la ignorancia infantil. En eso consiste su
peligro a la vez que su utilidad. La TV no sólo modifica a la familia, sino que complica la
tarea de la escuela. Respecto a cuestiones como la ética, la religión, el sexo, las drogas y la
violencia que hacen evidente el eclipse educativo de la familia, propone el estudio y
análisis de estas cuestiones en la escuela. Conviene enfrentar tales tópicos de manera
racional y critica, favoreciendo el crecimiento de la condición humana en cada individuo,
su anhelo básico de vivir más y mejor, mediante el ejercicio de la libertad.

El autor, en el cuarto capítulo comienza hablando sobre la experiencia de George Steiner


donde cuenta que antes se le miraba aun maestro con una autoridad suprema y tirana y
donde podemos observar que la escuela se caracterizaba por tener a los niños uniformados
sentados en silencio obligándolos a estudiar. De cierta forma es cierto, se les obliga a los
infantes a estudiar, ellos lo toman como sacrificar su tiempo de juego para hacer algo sin
importancia. Resulta relevante aclarar que la obligación de los profesores es sacar de la
ignorancia a sus alumnos y no quejarse de este tan importante compromiso

En el capítulo 5 autor comienza hablando de un historiador quien hace poco predijo lo de


las armas que arrasarían con miles de personas y profecías que algún día se descubriría y
todos temerían, ahora este personaje plantea que en un día no muy lejano día la educación
pasará a ser una carrera técnica, quitándole todo plan de estudio que esto acabara con la
visión histórica, literaria y filosófica que es imprescindible en el desarrollo de la
humanidad. Declama también que la principal causa de la ineficacia docente es la
pedantería pedagógica, que no es un trastorno de unos cuantos, sino de la enfermedad
laboral de la mayoría. Dice que la pedantería nace con la vocación de enseñar, puesto que la
palabra “pedante” es voz italiana que quiere decir maestro

En el último capítulo, se analiza sobre los primeros grupos humanos de cazadores y la


enseñanza de su descendencia, un proyecto de sociedad. Fue Durkheim (Citado en Savater,
1997, pág. 63) en Pedagogía y sociología, quien insistió de manera más nítida en este
punto: “El hombre que la educación debe plasmar dentro de nosotros no es el hombre tal
como la naturaleza lo ha creado, sino tal como la sociedad quiere que sea; y lo quiere tal
como lo requiere su economía interna…” es por eso que la sociedad prepara a sus nuevos
miembros de modo que le parece más conveniente para su conservación, no para su
destrucción, es decir enseñarle a prevenirse de los males y juntamente ellos quieren
protegerse de él. También nos comparte que el ideal básico que la educación actual debe
conservar es la universalidad democrática, donde universalizar la consiste en acabar con
manejos discriminatorios.

Este libro aparte de dejarme una gama de conocimientos nuevos, me inclina a analizar mi
propia labor como futuro docente, insistiendo en realizar cuestionamientos sobre cada paso,
me queda claro que no tengo que impresionar a mis alumnos sino motivarlos a superarse, a
infiltrarse en lo desconocido, a aprender con el error, a trasmitir continuamente cada
conocimiento adquirido, y a superarse a través de las dificultades. Entiendo ahora que
trasmitir conocimientos reclama una gran responsabilidad, pero también el tener una buena
actitud versus a la situación que se presente, por que la actitud multiplica. Lo importante no
son los contenidos o asignaturas sino la manera en cómo se enseñan.

Bibliografía
Savater, F. (1997). El arte de educar. Barcelona: ARIEL, S. A.

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