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El Penal Fueguino

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Silvana M.

Cecarelli

EL PENAL FUEGUINO
ORIGEN DEL ESTADO Y LA SOCIEDAD
EN LA FRONTERA AUSTRAL ARGENTINA
(1895-1916)
Cecarelli, Silvana Mabel
El Penal Fueguino : Origen del Estado y la Sociedad en la Frontera Austral Argenti-
na : 1895-1916. - 1a ed. - Ushuaia : Editora Cultural Tierra del Fuego; Utopías, 2009.
258 p. : il. ; 21x15 cm.

ISBN 978-987-25503-1-8

1. Investigación Histórica. 2. Historia Argentina. I. Título


CDD 982

Fecha de catalogación: 03/12/2009

EL PENAL FUEGUINO
Origen del estado y la sociedad
en la frontera austral argentina (1895-1916)
de Silvana M. Cecarelli

© Silvana M. Cecarelli

1ra Edición - 500 ejemplares.

Diseño, diagramación y Edición:


EDITORIAL UTOPIAS de Jorge Navone
Te/Fax: 54 2901 424552
Ushuaia - Tierra del Fuego
www.editorialutopias.com.ar

Fotos: Archivo Fotográfico Museo del Fin del Mundo

Todos los derechos reservados


I.S.B.N: 978-987-25503-1-8

Impreso en Argentina - Diciembre de 2009

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones estable-
cidas por las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquer medio
o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Comité Ejecutivo Editora Cultural Tierra del Fuego

Presidente
Sr. Silvio Fabián Bocchicchio
Subsecretario de Cultura de la Provincia de Tierra del Fuego

Director Editora Tierra del Fuego


Lic. Sergio Daniel Araque

Representante de los Artistas Plásticos


Sr. Héctor “Titino” Santillán

Representante de los Escritores


Sra. Rosa Pintos

Representante de los Artesanos


Sra. Ana Enrri

Representante de la Subsecretaría de Cultura


y Educación de la Municipalidad de Ushuaia
Prof. Gustavo Pérez
A Roberto, Sofía y Victoria López,
por respetar mi pasión por la historia,
y porque ningún logro se compara
con la felicidad de tenerlos.
El Penal Fueguino 9

Agradecimientos

Antes de comenzar el desarrollo del tema, considero necesario


dejar plasmado mi reconocimiento a todos aquellos que colaboraron
conmigo en la investigación que tuvo como objetivo una tesis de
maestría y que finalmente se convirtió en este libro.
En primer lugar a los que me facilitaron el acceso a las fuentes,
tanto de los archivos públicos, nacionales y provinciales, como de
los privados. Al recordado director del Museo del Fin del Mundo,
Oscar Zanola, su sucesor, el señor Santiago Reyes y al actual director,
Lic. Martín Vázquez. Al personal del Museo en general, pero muy
especialmente, a Carla Betanzo y Marcelo Sacayán.
A Susana y Juan Carlos Lovece por permitirme trabajar con el
material que han resguardado.
A Sergio Araque, porque de las charlas que mantuvimos en la
Coordinación del Profesorado en Historia, hace ya varios años, pude
tomar conocimiento de la existencia en el Museo del Fin del Mundo
de esa invalorable riqueza, que son los “Expedientes Judiciales”,
sobre los que me basé en la investigación histórica, por entonces aún
sin catalogar.
A Natalia Carrasco, por asistirme en la confección de los mapas
y planos que ilustran el texto y al señor Ruggero Preto, por su
colaboración con el traslado de los borradores.
A la licenciada Laura Horlent por sus sugerencias sobre los temas
antropológicos y a la licenciada Dalma Albarracín por su aporte desde
el campo de la sociología.
A la doctora Andrea Coronato, por brindarme su tiempo y material
para la caracterización del territorio.
Al doctor Guillermo Nieva por darme el empuje que necesitaba
para tomar la iniciativa de llevarlo a la publicación.
Al doctor Miguel Angel De Marco, quien me marcó el camino en
esta profesión y con quien me inicié en la investigación histórica, por
aceptar, aún con una gran limitación de tiempo la elaboración del
10 Silvana M. Cecarelli

prólogo.
Mi más profundo agradecimiento a la doctora Lila Caimari, por
aceptar la dirección de la tesis de maestría sin conocerme, aportarme
a la distancia todo su “saber sobre la investigación histórica y la
historia carcelaria de Tierra del Fuego” y su infinita paciencia.
Y por último, a mi familia, Roberto, Sofía y Victoria López, a quienes
les robé gran parte de nuestro tiempo y me acompañaron y soportaron
en cada una de las emociones que me provocó la elaboración de este
trabajo.
El Penal Fueguino 11

INDICE

Palabras Preliminares........................................................................ 13
Introducción....................................................................................... 17

Estado de la cuestión y consideraciones sobre las fuentes.............. 22


El Territorio........................................................................................ 28

Capítulo I
ESTADO Y SOCIEDAD EN EL EXTREMO AUSTRAL..................... 35
La Construcción del Estado nacional en Patagonia ......................... 37
La Frontera austral ............................................................................ 44
Una Sociedad en la Frontera ............................................................ 56
Los primeros contactos interétnicos ................................................ 62
Características de la población......................................................... 68
Elementos constitutivos.................................................................... 68
Los reincidentes ................................................................................ 72
Ushuaia hacia fines del siglo XIX .................................................... 75

Capítulo II
OTRAS EXPERIENCIAS DE COLONIZACION PENAL................... 79
Australia y Nueva Caledonia ............................................................ 82
La colonización penal en Latinoamérica ......................................... 85

Capítulo III
LA COLONIZACION PENAL EN TIERRA DEL FUEGO.................. 91
Los primeros planteos de colonización penal.................................. 93
La implementación del proyecto ..................................................... 96
La Cárcel de Reincidentes y el Presidio Militar .............................. 101
La administración local ................................................................... 115
Ushuaia y la “cuestión social” ......................................................... 117
Algunos intentos de evasión............................................................. 125
El Penal en los últimos años del Orden Conservador..................... 127
12 Silvana M. Cecarelli

Capítulo IV
LOS CONFLICTOS DE PODERES................................................... 133
El director del presidio y la sociedad ............................................. 135
El gobierno territorial se ajusta a las necesidades del penal........... 137
La mano de obra penal .................................................................... 147

Capítulo V
PRESIDIO Y SOCIEDAD ................................................................. 161
La ciudad entre dos presidios ......................................................... 163
Los comerciantes ........................................................................... 173
Los empleados nacionales ............................................................... 182
La presencia femenina .................................................................... 191
Pasatiempos ..................................................................................... 194
Ushuaia en los tiempos del Centenario .......................................... 197
Participación política ...................................................................... 202
La inmigración ................................................................................. 205
Problemas de la vida cotidiana ....................................................... 207

Conclusiones ................................................................................. 221

Anexos ............................................................................................. 229

Apéndice documental ..................................................................... 237

Fuentes ........................................................................................... 245


El Penal Fueguino 13

Palabras preliminares

Silvana Cecarelli es una historiadora cuya sólida formación


académica le permite abordar temas complejos sin aferrarse a
preconceptos que suelen distorsionar diferentes aspectos del pasado
argentino.
Hace más de dos décadas lo demostró al escribir su tesis de
licenciatura sobre un tema que suscitaba enconadas disputas y se
refería a los enfrentamientos entre católicos y liberales a raíz de la
adopción de medidas que dividieron a la sociedad de su provincia
natal, Santa Fe, y provocaron una gran agitación en la prensa de toda
la República. Entonces, la autora consideró tres leyes de contenido
laicista promovidas por el gobernador Nicasio Oroño (1865-1867),
que contemplaban la expropiación del Convento de San Carlos, en
San Lorenzo, la secularización de cementerios y el matrimonio civil,
mucho antes de que el Congreso Nacional procediera a sancionar la
norma que otorgó a los registros públicos una función hasta entonces
ejercida por la Iglesia Católica. Dicho trabajo recibió la calificación de
cum laude, por el ajustado empleo de fuentes y el notable equilibrio
que evidenció la joven tesista.
Luego de desarrollar una distinguida labor docente, buena parte de
la cual ha tenido lugar en Tierra del Fuego, Cecarelli encaró la tesis de
posgrado de magíster en Historia en la Universidad Nacional de Mar
del Plata, con la dirección de la doctora Lila Caimari. No era casual
que quien se disponía a estudiar los primeros años del penal fueguino
lo hiciera con la guía de una destacada especialista en la materia,
cuya seria obra es de consulta indispensable para quienes abordan
esas cuestiones de justicia, control social y castigo.
Para esa investigación, la autora se basó en documentos y otros
testimonios de índole oficial y privada, confrontados permanentemente
para cubrir los respectivos vacíos. No falta tampoco un metódico
trabajo en la prensa nacional y local, y por cierto, una revisión
minuciosa de la bibliografía vinculada con la región.
14 Silvana M. Cecarelli

La multiplicidad de cuestiones que plantea la fundación y


desarrollo del establecimiento carcelario, la orientó a circunscribirse
a uno de los aspectos más relevantes: el de su gravitación en la
constitución del Estado en la parte más austral del territorio argentino,
cuya consecuencia simultánea fue crear una sociedad de frontera
destinada a coadyuvar a la consolidación de la integridad territorial,
tan endeble aún en esa suerte de finis terrae batida por los vientos y
las inclemencias de toda especie.
Bien señala Cecarelli que la distancia, la falta de móviles
económicos, las dificultades en las comunicaciones, el rigor del
clima y otros factores, se constituyeron en obstáculos muy difíciles
de superar para el asentamiento de habitantes en aquella región que
no ofrecía incentivo alguno. La idea de establecer una colonia penal
que nutriese a aquel lejano territorio nacional de pobladores, una vez
que cumpliesen sus condenas, a través del traslado de sus familias,
iría modificándose hasta abandonar el proyecto inicial y otorgar a la
cárcel el carácter de receptáculo, en condiciones severas, de penados
provenientes de los grandes núcleos urbanos del país. Los nombres
y escalofriantes prontuarios de algunos de ellos, reflejan hasta qué
punto quedó sin efecto aquel difícil pero sin duda mucho más
prometedor propósito.
Las consecuencias del cambio de objeto se evidenciarían muy
pronto, frente a la falta de recursos humanos para proveer a las
demandas del establecimiento.
La autora enfatiza que este libro –al que es de desear siga otro que
abarque la sin duda interesante y aleccionadora historia interna del
penal- se propone analizar cómo se produjo el asentamiento de una
población que vivía del penal pero a la que le resultaba poco menos
que indiferente la suerte de los reclusos, ya que si bien la cárcel les
permitía residir en aquella inhóspita zona, su supervivencia estaba
vinculada con la continuidad del presidio y no con la existencia
misma de los internos.
No es del caso sintetizar en estas palabras preliminares el contenido
de la obra, cosa que, por otra parte, hace la magíster Cecarelli en
la Introducción -especie de ajustado resumen del contenido-, sino
subrayar el dominio que manifiesta del tema. En efecto, aborda el
estudio comparativo de experiencias similares en otros países del
mundo, y expone la novedad de los cambios producidos en aquellos
años iniciales, que ayudaron a imprimir carácter a la sociedad
fueguina.
El Penal Fueguino 15

Conviene, sí, poner de manifiesto la pulcritud y precisión de la


prosa, que convierte en grata y aleccionadora la lectura de cuestiones
que tratadas por plumas menos certeras pudo convertirse en farragosa.
Tierra del Fuego cuenta mediante estas páginas, con un nuevo
y original aporte a su historia, que refleja lo que fue, sin duda, un
proyecto vinculado con la firme intención de los hombres de gobierno
-que se enfrentaban ante la inminente perspectiva de un triste e
infructuoso conflicto armado con la nación trasandina-, de consolidar
la presencia argentina hasta las partes más remotas de nuestra extensa
heredad territorial. En esa legítima preocupación pudieron cometer
errores, pero los animó la convicción de que sólo alzando el pabellón
nacional en medio de una población que lo sostuviese basada en la
consecución de mejores medios de vida pero también en sentimientos
de pertenencia a esa Nación que recién comenzaba a mirar al sur,
después de largos años de enfrentamientos civiles y de carencias
materiales de toda índole, se lograría plenamente la consolidación del
Estado a que aspiraba la generación inteligente y realizadora cuyos
integrantes regían entonces los destinos de la República.

Miguel Ángel De Marco


Ex Presidente de la Academia
Nacional de la Historia
El Penal Fueguino 17

Introducción

La peculiaridad del devenir histórico de la Isla Grande de Tierra


del Fuego fue el estímulo inicial que nos llevó a intentar algún
aporte académico sobre un lugar mítico por excelencia del territorio
argentino, como fue y sigue siendo, aún hoy, la ciudad de Ushuaia.
Posicionándonos en este lugar y desde la perspectiva de una
historia regional, partimos del análisis de cómo se constituyó el
Estado en Tierra del Fuego y se consolidó bajo su jurisdicción una
sociedad de frontera. Ambas acciones requerían la implantación de
un aparato administrativo que asegurase el proceso de asimilación
nacional a través de una legislación, una política de seguridad
y defensa, la integración del espacio a la economía nacional, un
sistema de comunicaciones que garantizase la unificación con el
resto del territorio y un conjunto de instituciones comunes que lo
representasen. De esta manera, ejerciendo un control coercitivo
lograría su legitimación, con el reconocimiento de los pobladores
radicados y de los otros Estados interesados en el área.

Hacia fines del siglo, el ‘estado’ argentino en Tierra


del Fuego no era más que una imponente declaración de
principios. Los rumores sobre la posible eliminación de
la remota gobernación que circulaban en Buenos Aires,
finalmente cambiaron gracias a la consolidación de la
presencia argentina.1

La distancia, falta de móviles económicos, dificultades en las


comunicaciones, rigurosidad del clima y otros factores fueron
obstáculos muy difíciles de superar para el asentamiento de habitantes
en el extremo sur del territorio nacional, por lo que se pensaron otras

1  Caimari, Lila, Estado y sociedad en la frontera nacional-carcelaria argentina (Us-


huaia, 1883-1947), mimeo.
18 Silvana M. Cecarelli

alternativas como algunos proyectos de colonización penal, que se


venían formulando desde fines del siglo XIX, a imitación de los que
Inglaterra y Francia habían llevado adelante en otros lugares como
Australia y Nueva Caledonia.
El programa de una colonia penal se planteó desde un principio,
con la idea de que los penados una vez cumplida su condena y
con el beneficio del otorgamiento de solares para su asentamiento,
trasladasen a sus familias y constituyeran la base poblacional de la
frontera austral argentina. Los cambios operados en las decisiones
del gobierno nacional para la concreción del proyecto lo convirtieron
en el establecimiento de un presidio que intentaba responder a las
necesidades penitenciarias de los grandes núcleos urbanos del país,
lo que hizo perder por completo el objetivo inicial de la colonia.
El principal inconveniente que se presentó entonces fue la falta
de recursos humanos para cubrir las demandas del penal, que se
hacían más agudas proporcionalmente al número de reclusos que
eran trasladados y a la evolución de las construcciones. El problema
se transformó en la solución para la mano de obra inmigrante, que
intentaba radicarse en el país, a pesar que las condiciones de vida
terminarían siendo similares o peores que las de sus lugares de origen.
Así, la Cárcel aparece como núcleo de poblamiento en el área
más austral, no en los términos de colonia penal en que se la había
proyectado inicialmente, sino por las posibilidades que el entorno
generaba para las familias de sus empleados y para aquellos que
decidieron invertir en algún emprendimiento.
Las costas sobre el interior del canal Beagle no eran de fácil acceso
por las dificultades que la navegación en el Atlántico ofrecía a los
marinos. Por otra parte, la latitud en que se encuentra la isla, hace
que su clima sea muy riguroso, tanto en invierno como en verano.
Las heladas y nevadas dominaban gran parte del año, lo que hacía
prácticamente inexistentes las cuatro estaciones. El panorama se
agravaba con los fuertes vientos y las largas horas de oscuridad que
hacían el invierno en la zona, cruel y deprimente, especialmente
por la precariedad de las viviendas y la insuficiencia de servicios
indispensables como la calefacción y luz eléctrica. Las limitaciones
podrían ser innumerables, pero merecen especial dedicación las
insuficientes e irregulares comunicaciones, el desabastecimiento y la
carestía de la vida, la falta de lugares de entretenimiento o diversión
y, por supuesto, la escasa seguridad y el inexistente servicio de salud.
El presente trabajo tiene por objeto estudiar la sociedad fueguina
El Penal Fueguino 19

a través de su vinculación con la institución penal establecida en


el territorio con un fin colonizador, desde fines del siglo XIX hasta
el momento del ascenso de los radicales al poder. La periodización
se inicia con el establecimiento del Presidio como alternativa de
poblamiento, y finaliza con la pérdida del poder político de los
hombres del orden conservador, quienes se habían propuesto, a
través del penal, poblar la región con fines geopolíticos, alejar de los
centros urbanos importantes y las cárceles tradicionales a cierto tipo
de delincuentes y poner en práctica los objetivos de la criminología
positivista. El corte temporal responde al interés por esclarecer lo que
denominamos “período fundacional” de la historia de la institución,
por ser el lapso en que se establece, organiza y construye, que se
diferencia de las otras etapas caracterizadas, por ejemplo, por las
denuncias sobre el tratamiento a los penados, la llegada de los
confinados políticos, las cuestiones entre las autoridades locales y
nacionales y el proceso que llevó a su cierre y reemplazo como núcleo
de poblamiento. La relación que se establece con el gobierno nacional
tiene que ver concretamente con los objetivos del momento inicial, y
no con un vínculo explícito con el orden conservador. Por eso, con el
tiempo se puede constatar cómo el proyecto pierde impulso desde el
centro del poder político.
Al centrar nuestro objetivo en el Presidio se nos plantearon dos
alternativas de análisis: por un lado, la construcción del Estado en un
área tan alejada de la esfera de poder y, por el otro, hacer una historia
del castigo, a través de la reconstrucción de la suerte de aquellos
individuos afectados por esa experiencia punitiva.
Nos proponemos afrontar el análisis de la construcción del Estado,
dejando para otra etapa de la investigación la historia interna del
penal, que aquí sólo abordaremos brevemente a propósito de fugas,
suicidios y denuncias por el tratamiento que recibían los reclusos.
Si bien éste es un aspecto importante, al haber sido el rasgo más
distintivo de la institución fuera de la isla, escapa al objeto de nuestro
estudio.
Ahora bien, la representación de Ushuaia como la Siberia criolla,
que surge y se consolida especialmente desde el momento que
empiezan a trasladarse los primeros “presos sociales”, y que ha sido
bien documentada en la historiografía anarquista, no se correspondía
con la representación que se había generado en la localidad. La
mayoría de la población radicada vivía del penal, como empleados o
como abastecedores, y poco les importaba la suerte de aquellos que
20 Silvana M. Cecarelli

venían a cumplir sus condenas, ya que, para ellos, los detenidos eran
solamente la condición necesaria de su permanencia en el lugar. Esta
perspectiva, menos conocida, es la que abordamos.
Si nos detenemos en los logros económicos que se iban alcanzando
el papel de la institución penitenciaria es más motivo de análisis o
reflexión. En el norte de la isla, donde se pretendía trasladar la capital
del territorio por las posibilidades que la región presentaba para la
ganadería y las ventajas en el transporte, sólo se habían iniciado
algunas actividades latifundistas con personal y capital extranjero.
En cambio en Ushuaia, los emprendimientos relacionados con
la explotación forestal y la pesca no habían subsistido, por lo que
la actividad productiva se reducía casi exclusivamente a la que se
realizaba puertas adentro del penal y a la comercial que se construía
en su exterior.
A través de esta pesquisa, intentamos demostrar que la sociedad
que se desarrolló a la sombra del establecimiento carcelario siempre
defendió su presencia en el lugar, como único elemento capaz
de hacer perdurar el poblado. En el imaginario colectivo local, el
penal fueguino era el germen y razón de su existencia; por ello, la
aceptación de todo lo que su presencia significaba. El Presidio y Cárcel
de Reincidentes constituyó el Estado en la región, al ser motor de
cambio y modernización, fuente de todas o casi todas las respuestas
a las demandas de la sociedad, además de núcleo de poblamiento y
generador de empleo. Como la Gobernación del Territorio no podía
cumplir estas expectativas, debía procurar mantener el control de la
institución para prevalecer como organismo de poder, lo que generaba
numerosos conflictos entre las dos máximas autoridades locales.
Esta investigación propone, además, que la sociedad que se fue
delineando en torno al penal estuvo desprovista de autonomía,
limitada a lo que éste podía ofrecerle, olvidada de los centros de
poder. Aquellos habitantes que eligieron este lugar para residir (más
allá de sus razones particulares), como los empleados nacionales y sus
familias, ex penados y unos pocos individuos que se asentaron para
instalar comercios que abastecieran las necesidades, se encontraron
inmersos y sin posibilidades de liberarse del andamiaje punitivo, al
no existir otras alternativas laborales importantes en la región.
El trabajo está estructurado en cinco capítulos. El primero esboza
la construcción del Estado en Patagonia, y el estudio comparativo
con los otros territorios nacionales, particularmente los casos de La
Pampa, Neuquén, Chubut y Santa Cruz, los modos de constitución
El Penal Fueguino 21

del aparato estatal, y el rol que le cupo a distintas instituciones


públicas en la organización del espacio social, económico y cultural.
En este capítulo también se analiza el reconocimiento de la región a
través de sus exploradores y los asentamientos en Ushuaia y la isla
de los Estados del gobierno nacional. Al finalizar, se incluyen temas
relacionados con la conformación de una sociedad de frontera, y se
examinan los contactos interétnicos, sus elementos constitutivos, y la
vida cotidiana hacia fines del siglo.
En el segundo capítulo comparamos la situación particular de
Ushuaia como “frontera carcelaria”2 con respecto a otros ejemplos
donde se utilizó el sistema como método de poblamiento, en
particular, el emblemático de Australia y los de Chile y Colombia en
América Latina.
En el capítulo tres planteamos el proyecto de colonización penal,
el establecimiento de los Presidios Nacional y Militar, y la evolución
histórica de ambas instituciones a fin de poder determinar cómo
se fue construyendo el Estado nacional en estas latitudes, con la
peculiaridad que la región presenta dentro del espacio argentino.
Revisamos también la conformación de una sociedad fueguina
destinada a afirmar la soberanía del país en su frontera más lejana.
El cuarto capítulo se refiere a la conflictiva relación entre las
máximas autoridades locales, el gobernador y el director del penal,
especialmente por el control del Presidio y todo lo que esto significaba,
como por ejemplo, la mano de obra penal.
El capítulo cinco aborda las transformaciones sufridas en las
primeras décadas del siglo XX por la sociedad, compuesta en su
mayoría por los empleados que demandaba el penal, algunos otros
individuos que se acercaron con otra finalidad, los ex penados que
se radicaron una vez recuperada la libertad, y los aborígenes que aún
se encontraban en la zona, todos los cuales le dieron características
propias, evidentes en el estudio de la vida cotidiana. También
analizamos los problemas que quienes se radicaron en Ushuaia
debieron afrontar para subsistir, como el del transporte, sanidad y
comunicaciones.

2  Caimari, Lila, Estado y sociedad en la frontera nacional-carcelaria argentina (Us-


huaia, 1883-1947), mimeo.
22 Silvana M. Cecarelli

Estado de la cuestión y consideraciones sobre las fuentes

Resulta difícil realizar un estado de la cuestión sobre nuestro


tema de estudio, porque sobre él hay muy pocas producciones. Las
obras sobre la historia de Ushuaia que corresponden al período que
estudiamos apuntan a alguna temática particular, especialmente
lo relacionado con la Misión Anglicana, la presencia de la Armada
en Tierra del Fuego, o los singulares individuos que alojó el penal
y son en su mayoría preferentemente descriptivas. Todavía no
existen investigaciones académicas de relevancia. Debido a ello,
incorporaremos los escritos sobre la historia de Tierra del Fuego que
rozan nuestra temática, junto con los de otras regiones de la Patagonia.
Entre estos podemos citar los trabajos de Mateo Martinic Beros,
con su abordaje de la región austral chileno-argentina, en el que la
ciudad chilena de Punta Arenas aparece como centro regional ante la
distancia e incomunicación de los otros núcleos urbanos importantes;
las ya tradicionales historias de Tierra de Fuego de Armando Braun
Menéndez publicada por la Academia Nacional de la Historia y de
Juan Belza, En la Isla del Fuego; el interesante análisis que María T.
Luiz y Mónica Schillat hicieron desde las primeras exploraciones en
el área en el siglo XVI hasta principios del XX, en Tierra del Fuego,
Materiales para el estudio de la Historia Regional y el libro que
para el centenario de la ciudad hizo publicar la Municipalidad de
Ushuaia bajo la dirección de Arnoldo Canclini, por mencionar los
más conocidos.
Encontramos algunas líneas de investigación, como las de Susana
Bandieri para la zona norpatagónica y Daniel Cabral Marques sobre
el Golfo de San Jorge, que aportan evidencias sobre los procesos de
institucionalización del Estado en otras áreas de la región patagónica
y los dispositivos empleados para la construcción de la soberanía
en estos alejados territorios del centro político del país. Así, sobre la
construcción del Estado nacional en la parte continental, siguiendo
a Cabral Marques, podemos hacer referencia en particular al papel
que le cupo entre las décadas del 20 y el 30, y aún posteriormente,
a las empresas extractivas del Estado y a las Fuerzas Armadas. “...
la intencionalidad por la integración de la Patagonia a la órbita de
la nación aparecía ligada a la necesidad imperiosa por promover
El Penal Fueguino 23

la colonización y el poblamiento del territorio con actores sociales


identificados con los valores nacionales”. 3
La instalación de empresas estatales para la explotación de
hidrocarburos y minerales, más allá de sus objetivos económicos,
pretendía la incorporación de los territorios, es decir, la “producción
de soberanía”, en áreas donde la población era muy heterogénea, y
que, en algunos casos, eran zonas de frontera en disputa.
Por otra parte, entendemos que es fundamental mencionar los
textos sobre las distintas dimensiones que hemos trabajado, como la
construcción del Estado y los estudios sobre historia y sociología del
castigo. Dentro de la primera temática son centrales las publicaciones
de Oscar Oslack y Fernando López Alves4 y sobre la segunda, es
importante hacer referencia al ensayo realizado sobre el nacimiento

3  Cabral Márquez, Daniel; “La intervención del Estado en los procesos de construc-
ción de las identidades socioculturales en la Patagonia Austral: Aportes para un de-
bate”, trabajo presentado en VIII Jornadas Interescuelas y Departamento de Historia
(Salta, septiembre de 2001).
4  Lopez Alves, Fernando, State Formation and Democracy in Latin Amer-
ica, 1810-1900, Durham, NC. Duke University Press, 2000; El libro hace un
estudio minucioso de la realidad latinoamericana, según el cual las socie-
dades tomaron diferentes caminos de construcción de instituciones y for-
mación del régimen en el siglo XIX. Difirieron en sus niveles de desarrollo,
en el uso de mano de obra, pero fundamentalmente en lo político. Apunta
a resolver enigmas esenciales para explicar estas diferencias, como el de la
complejidad de la formación del Estado y el de constitución de coaliciones
y su impacto en la formación de los regímenes. Trata de demostrar que la
guerra y la acción colectiva de la población más pobre de las áreas rurales
fueron engranajes centrales en la construcción del Estado al contribuir en
la formación del ejército, y en el surgimiento de nuevas clases sociales y de
organizaciones civiles, además de favorecer el crecimiento de una noción
compartida de nacionalidad entre poblaciones diferentes geográfica y cul-
turalmente.
Oszlak, Oscar, La formación del Estado argentino, Orden, Progreso y Orga-
nización nacional, Buenos Aires, Planeta, 1997; El autor, enfatiza la impor-
tancia de los factores económicos y las fuerzas de mercado internacionales,
sin dejar de reconocer el lugar que las acciones militares tuvieron, especial-
mente en los años 60, cuando la consolidación de las elites de Buenos Aires
tras episodios de este carácter le permitieron organizar el estado y naciona-
lizar la revolución liberal. Por medio de este proceso de centralización del
poder y descentralización del control, el Estado fue afianzando su aparato
institucional y ensanchando sus bases sociales de apoyo, desprendiéndose
poco a poco de la tutela de Buenos Aires.
24 Silvana M. Cecarelli

de la penitenciaría en Latinoamérica por Ricardo Salvatore y Carlos


Aguirre,5 que proporciona hipótesis acerca de estos lugares de
confinamiento, los intentos por reformarlos y sus conexiones con
las sociedades liberales, útiles para interpretar diferentes problemas
y proyectos relacionados con la construcción de la nación-estado,
la integración de las economías nacionales al mercado mundial y
la cuestión social. Para ello, se confrontan las distintas realidades
latinoamericanas con los modelos europeos y norteamericano, y
se le dedica un espacio a la situación argentina, especialmente al
período influenciado por la criminología positivista. La conclusión a
la que se arriba es que las nuevas técnicas de castigo en la región se
relacionaron directamente con múltiples propósitos que iban desde
la construcción del estado, el establecimiento de nuevas formas de
autoridad, la consolidación del modelo económico y su relación con
los riesgos sociales que esto significaba.
También merecen un apartado especial los estudios de casos sobre
otras experiencias de colonización penal, como los trabajos de Marco
León, John Hirst y Jean Raush, que serán abordados en el capítulo
dos.6
Pocos son los trabajos que se dedicaron a estudiar estos años
“carcelarios” de la historia fueguina. Si bien existen algunos que nos
han permitido introducirnos y guiarnos en el curso de la investigación,

5  Salvatore R. and Aguirre C., (eds.), The Birth of the Penitentiary in La-
tin América, 1830-1940,Essays on Criminology, Prison Reform and Social
Control, Austin: University of Texas Press, 1996;Salvatore, Ricardo; “Crimi-
nolgía positivista, reforma de prisiones y la cuestión social/obrera en Argen-
tina”, en La cuestión Social en la Argentina, 1879-1943, compilado por Juan
Suriano, Buenos Aires, La Colmena, 2000; Salvatore R. , Aguirre C. and Gil-
bert Joseph, eds., Crime and Punishment in Latin America. Law and society
Since Late Colonial Times, Durham: Duke University Press, 2001.
6  Hirst, John, The Australian Experience. The Convict Colony, in Norval Morris
and David J. Rothman (eds), The Oxford History of the Prison, New York: Oxford
University Press, 1995; Leon, Marco Antonio, “Civilizando lo indomable: Criminali-
dad y prisión en la Araucanía Chilena, 1852-1911”, en Revista de Historia Indígena,
N° 5, Universidad de Chile, Santiago, 2001; León, M.A., “Acercamientos a la realidad
penal de Magallanes. Punta Arenas y la progresiva configuración de una estructu-
ra carcelaria (1847-1900)”, en Actas IV Congreso de Historia de Magallanes. Punta
Arenas, Ediciones de la Universidad de Magallanes, 1999; Raush, Jean, Using Con-
victs to Settle the Frontier: A Comparison of Agricultural Penal Colonies as Frontier
Institutions in Twentieth-Century Colombia, Department of History University of
Massachusetts-Amherst.
El Penal Fueguino 25

no contamos con ninguno que se confronte directamente con éste.


Destacamos especialmente la obra de Lila Caimari, quien centra
su investigación en la relación prisión-sociedad, destacando los
singulares vínculos que se generaron. En ella se enfatizan las
características de una comunidad en un total aislamiento, en la
cual la relación “adentro/afuera” de la historia de la prisión, adopta
significados diferentes. Por ello es importante transcribir este párrafo,
por demás elocuente sobre el tema de estudio:

A días de viaje del próximo centro urbano, cercada de


obstáculos físicos que hacían de la fuga una posibilidad
remota, la prisión y la sociedad estaban igualmente aisladas.
Como el “muro” entre Ushuaia y el “norte” era tan espeso, el
muro entre la prisión y Ushuaia se volvió excepcionalmente
poroso.7

La autora hace un interesante estudio del caso fueguino, partiendo


del establecimiento del penal en Tierra del Fuego como consecuencia
de la necesidad de afianzar la soberanía argentina en la región, ya
que diez años después de la radicación de las autoridades argentinas
“Ushuaia agonizaba: las misiones religiosas desaparecían, los
indígenas morían o abandonaban la zona y los residentes argentinos
eran casi inexistentes.”8 Analiza aspectos paradigmáticos de la
historia regional en cuanto a su vinculación con la institución penal,
como la llegada de los confinados políticos y la repercusión que su
presencia significó, especialmente por las publicaciones que ellos
realizaron o sobre ellos se hicieron en la prensa capitalina. El papel
del presidio instituyó y consolidó el Estado en la región, con todos los
signos que esto demandaba, limitando (a juicio de la autora) durante
su existencia, su desarrollo político y económico.
La obra de Juan Carlos García Basalo, La colonización penal de
la Tierra del Fuego es ineludible, al ser el único autor que analiza el
establecimiento del presidio en la localidad, partiendo de los distintos
proyectos presentados hasta la construcción del penal definitivo.
Tiene en cuenta los principales actores locales y nacionales que se
involucraron en el tema y hace una descripción muy documentada
de los sucesos.

7  Caimari, Lila, Apenas un delincuente, crimen, castigo y cultura en la Argentina,


1880-1955, Bs. As., Siglo veintiuno editores Argentina, 2004. Pág.68.
8  Ibidem.
26 Silvana M. Cecarelli

Otra referencia obligada es el libro de Carlos Vairo, El Presidio de


Ushuaia, donde hay un relato de la historia del penal y sus presidiarios
más famosos, con un apéndice documental y el acompañamiento
de un importante número de fotografías que ilustran muy bien las
distintas épocas del presidio.
Ante la falta de bibliografía específica para confrontar o
complementar la información, el presente trabajo se encuentra
realizado fundamentalmente sobre una base documental, que
consultamos en Ushuaia, Río Gallegos y Buenos Aires.
En un archivo privado encontramos 70 expedientes judiciales,
sobre casos que se relacionan directamente con el presidio y cubren
toda su historia; una veintena de ellos corresponden al período que nos
interesa en esta investigación. Algunos sobre todo, que se refieren a
cuestiones sociales, de aspectos muy específicos que hicieron aportes
sumamente interesantes al presente trabajo. La mayor dificultad que
presentan es que no se encuentran catalogados, y son de difícil acceso
porque no están destinados al público para consulta.
El archivo del Museo del Fin del Mundo también cuenta con
numerosos expedientes judiciales. Su patrimonio asciende a 1.458
expedientes, correspondientes al período 1900-1970, y para la época
que nos ocupa, localizamos 87 sobre aspectos de la ciudadanía
en general. Además, se encuentran clasificados en otro sector, 65
vinculados directamente con cuestiones internas del penal.
La consulta de estas fuentes nos ha permitido acercarnos a aspectos
sociales, culturales, económicos y político-administrativos del lugar,
que enriquecen ampliamente las cuestiones que abordamos. Por
otra parte, este conjunto documental nos ofrecen referencias muy
significativas de los distintos sectores que se asentaron en la isla
hacia fines del siglo XIX y primeras décadas del XX.
La existencia de documentación de relevancia incompleta sobre
nuestra temática, fue otro inconveniente, pero, cuando accedimos a
confrontarla con la de los archivos privados, arrojó luz sobre muchos
de los problemas que aparecían sin resolución. La diversidad de
cuestiones encontradas en estas fuentes es notable, ya que entre
los aspectos surgen temas internos del presidio, conflictos entre
los miembros de la sociedad, solicitudes de cartas de ciudadanía,
pedidos de autorización para la apertura de comercios, muertes por
incendios, conflictos entre la tripulación de los buques de estación
con residentes de la localidad, fugas, denuncias contra las autoridades
locales, entre otros.
El Penal Fueguino 27

Muchas de estas fuente no habían sido utilizadas al inicio de la


investigación, debido a que están recientemente catalogadas, lo que
nos permitió contar con esta información original de primera mano.
Sin embargo, como costado negativo debemos destacar la desaparición
de mucho material por descuido y desinterés de los responsables de
su custodia.
Sobre la producción periodística local, la realidad es aún más
compleja, porque no hay ninguna colección completa, sino que de
cada periódico hay sólo algunos números sueltos. A pesar de ello,
fue una contribución importante para los aspectos vinculados a la
sociedad. Por otro lado, en los periódicos nacionales la información
complementaria hallada fue escasa, especialmente en lo referido a la
construcción del Estado.
Las carpetas de los viejos pobladores también aportan valiosos
datos sobre la situación familiar, número de hijos, actividades que
realizaron, apertura de comercios, solicitud de tierras en concesión
a las autoridades nacionales, etc., razón por la cual fueron de
gran significación. De igual forma las de los Salesianos, entre las
que se destacan las crónicas y libros de bautismos, matrimonios
y defunciones, aunque también presentan la dificultad de no
encontrarse todos los correspondientes al período.
Con respecto a la documentación del AGN, la correspondencia
entre las autoridades locales y las nacionales, como así también los
informes anuales de los gobernadores territoriales y directores del
presidio a sus superiores de los Ministerios de Interior y Justicia
respectivamente completaron la información hallada en los archivos
fueguinos. La trascendencia de la cuestión y la repercusión que tuvo
en los centros de poder capitalinos es reflejada en algunos periódicos
nacionales que también consultamos oportunamente en otra etapa de
esta investigación.

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