Christian Cárdenas Manrique
Christian Cárdenas Manrique
Christian Cárdenas Manrique
Para Cárdenas (2014). En el presente artículo se hace un recuento de los temas tratados en el
Cuarto Pleno Casatorio Civil relacionado al desalojo por precario, las situaciones problemáticas y
los problemas pendientes.
INTRODUCCIÓN
Según el artículo 384. ° del Código Procesal Civil, uno de los fines de la casación es la uniformidad
de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia. La uniformidad de la jurisprudencia
se logra mediante la emisión de precedentes judiciales, que se producen como consecuencia de un
pleno de magistrados civiles de la Corte Suprema, en la que pueden darle calidad de precedente
judicial a algún fundamento jurídico usado en una de sus decisiones.
Cabe precisar que desde 1993 (año que entró en vigencia el Código Procesal Civil) hasta el 2008,
solo se había emitido una sentencia vinculante, es decir, no se estaba cumpliendo de manera
adecuada con unificar la jurisprudencia en el país. Así, la comisión encargada de modificar los
artículos de casación señaló en su dictamen que «la predictibilidad de las decisiones judiciales es
un objetivo que no fue alcanzado con la regulación del recurso de casación, prueba de ello es que
existen decisiones contradictorias entre órganos jurisdiccionales para casos idénticos, todo lo cual
contribuye a la generación de inseguridad jurídica».
Por ello, mediante la Ley No 29364 de fecha 28 de mayo de 2009, se dispuso que era necesario
modificar el régimen de casación. En el caso del precedente judicial, se dispuso que solo se
necesitara la presencia de los magistrados civiles con el fin de facilitar la creación de precedentes
judiciales.
A fin de uniformizar criterios respecto a los procesos de desalojo, mediante sentencia de casación
de fecha 13 de agosto de 2012, se emitió el cuarto precedente judicial, cuyos hechos son los
siguientes: Los hermanos Correa Panduro interponen demanda contra Mima Lisbeth Panduro
Abarca y Euclides Vara, a fin de que se ordene el desalojo por ocupación precaria del inmueble
ubicado en el jirón Tarapacá No 863 y 865 de la ciudad de Pucallpa.
El accionante manifestó que sus poderdantes son propietarios del inmueble materia de reclamo,
cuya titularidad tienen inscrita en los Registros Públicos de la ciudad del Pucallpa. Mediante
sentencia de primera instancia, se declaró fundada la demanda y se ordenó el lanzamiento de los
demandados del bien inmueble materia de reclamo. La sentencia fue apelada por ambos
demandados, alegándose que la demanda se sustentó en artículos referidos al arrendamiento.
Asimismo, que se debió hacer referencia al proceso de usucapión, que sobre el mismo inmueble
siguen ante el mismo Juzgado, el cual también debió acumularse al proceso de desalojo.
La Sala Superior de Ucayali confirmó la sentencia apelada en todos sus extremos, acotando que
los demandantes han acreditado haber obtenido la titularidad sobre el bien materia de reclamo; y
en lo que concierne a la posesión a título de propietarios por usucapión que alegan los
demandados, ello no ha sido probado. Contra la sentencia de la Sala Superior, se interpuso recurso
de casación y se señaló que existía una contravención al debido proceso, pues el proceso de
desalojo se resolvió utilizando normas referidas a la conclusión de arrendamiento; además, que se
debió acumular el proceso de desalojo con el de usucapión, que los demandados estaban
siguiendo ante el mismo juzgado.
En el texto de la sentencia del Pleno, la Corte señaló que en ninguna de las sentencias de mérito se
hace alusión a los artículos del Código Civil referidos al contrato de arrendamiento que menciona
la recurrente, con lo cual no se puede señalar que dichas normas hayan servido de sustento
jurídico a los jueces de mérito para resolver sobre el fondo de la litis.
Ello genera inseguridad en la sociedad, la cual es aprovechada por quienes vienen disfrutando de
la posesión en un gran número de predios, problema que genera un alto costo tanto a la sociedad
como al Estado. Ello se agrava más cuando hay un alto índice de procesos que se declaran
improcedentes, bajo la concepción de que en los procesos de desalojo por precario basta que se
presente cualquier aspecto que se vincule a la propiedad o se alegue que no puede ser
controvertido en un proceso sumario para que se rechace la demanda. Así, para ejercer el derecho
de posesión, primero resulta necesario que se discuta previamente, en un proceso más lato, si el
demandante tiene derecho a la restitución.
CONCEPTOS PREVIOS
El artículo 896.° del Código Civil regula la posesión de la siguiente manera: «La posesión es el
ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad».
sobre la posesión hay dos teorías:
Teoría subjetiva. Quien concibe la posesión como el poder de la persona de disponer
materialmente de una cosa, con base en la intención de tener la posesión para sí o como
propietario. La posesión tiene dos elementos: el corpus, que es el contacto físico con la cosa y el
animus, que es la intención de conducirse como propietario.
Teoría objetiva. Quien señaló que la posesión es un derecho, que tiene por objeto inmediato la
cosa, no se requiere animus, pues los derechos no existen para realizar la idea de voluntad
abstracta, es decir, solo se requiere corpus.
Las clases de posesión están reguladas del artículo 905.° al 911.° del Código Civil, en el que se
clasifican de la siguiente manera:
a.- Posesión legítima e ilegítima: La posesión legítima se entiende que emana de un título, de un
negocio jurídico, el cual tiene que ser válido. Por título se entiende el documento por el cual se
otorga un derecho o se establece una obligación. La posesión ilegítima se da cuando se posee
mediante un título nulo, o por haberse adquirido de modo derivado, sin observar los requisitos de
validez del acto jurídico. A su vez, la posesión ilegítima se divide de buena fe y de mala fe. Es de
buena fe cuando el poseedor cree que su título es legítimo y es de mala fe cuando es consciente
de que su título es de mala fe.
b.- Posesión precaria: Poseedor precario es quien ejerce la posesión sin título alguno o cuando el
que se tuvo ha fenecido.
c.- Posesión mediata e inmediata: Poseedor mediato es quien confirió el título y el poseedor
inmediato es la persona que recibió el título del poseedor mediato. Por ejemplo, en el
arrendamiento, el poseedor mediato es el arrendador y el poseedor inmediato es el arrendatario.
Hay una figura similar, que se llama «servidor» o «tenedor» de la posesión, que es una persona
que actúa bajo órdenes del poseedor, por ejemplo, un guardián o un peón; sin embargo, aquel no
es poseedor ya que tiene una relación de dependencia con el poseedor y actúa bajo sus órdenes.
El artículo 911.° del Código Civil señala: «La posesión precaria es la que se ejerce sin título o
cuando el que se tenía ha fenecido». Cuando el artículo en análisis hace alusión a la carencia de
título o al fenecimiento del mismo, no se está refiriendo al documento que hace alusión exclusiva
al título de propiedad, sino a cualquier acto jurídico o circunstancia que hayan expuesto las partes
y que las mautorice a ejercer el pleno disfrute del derecho a la posesión, hechos o actos que se
pueden presentar a través de cualquiera de los medios probatorios que el ordenamiento procesal
admite.
Situación problemática: Resulta necesario interpretar el artículo 585° del Código Procesal Civil,
puesto que su primer párrafo hace alusión a la restitución del bien, que se entiende como la
entrega del bien. Sucedía que los demandados alegaban que no estaban obligados a restituir el
inmueble al demandante por la sencilla razón de que este nunca se los había entregado.
CONCEPTOS PREVIOS
El desalojo se encuentra regulado en el artículo 585.° del Código Procesal Civil y mediante esta
pretensión se exige la restitución del uso del bien.
La legitimación activa la tiene no solo el propietario, sino también el administrador y todo aquel
que considere tener derecho a la restitución del predio. Respecto a la legitimidad para obrar
pasiva, esta es poseída por todo aquel que ocupa el bien sin acreditar su derecho a permanecer en
el disfrute de la posesión inmediata o que, en todo caso, haya perdido el derecho a poseer.
923.° del Código Civil, en el que el demandante tiene que ser necesariamente propietario del bien,
en el proceso de desalojo, no solo tiene legitimación para obrar el demandante, sino también el
administrador y todo aquel que considere tener derecho a la restitución de un predio, tal como lo
señala el Pleno Casatorio Respecto a la legitimación pasiva, en el desalojo se demanda a todo
aquel que ocupe el bien sin acreditar su derecho a permanecer en el disfrute de la posesión,
porque nunca lo tuvo o el que tenía ha fenecido, mientras que en la reivindicación se demanda al
poseedor no propietario; y en el proceso de interdicto de recobrar se demanda a la persona que
despojó de la posesión al poseedor según lo señala el artículo 603.º del Código Procesal Civil.
En el Pleno se estableció como precedente lo siguiente: Interpretar el artículo 585.° del Código
Procesal Civil, en el sentido de que «restitución» del bien se debe entender como ‘entrega de la
posesión’ para garantizar que el sujeto a quien corresponde dicho derecho ejerza el pleno disfrute
del mismo, independientemente de si es propietario o no.
Conforme al artículo 586.º del Código Procesal Civil, el sujeto que goza de legitimación para obrar
activa no solo puede ser el propietario, sino también el administrador y todo aquel que considere
tener derecho a la restitución de un predio.
Por otra parte, en lo que atañe a la legitimación para obrar pasiva, se debe comprender dentro de
esa situación a todo aquel que ocupa el bien sin acreditar su derecho a permanecer en el disfrute
de la posesión, porque nunca lo tuvo o porque el que tenía ha fenecido.
Situación problemática: En este caso, los demandados alegaban que se llevaba un proceso de
prescripción adquisitiva ante el mismo juzgado que inició el proceso de desalojo, y que, al no
haberse acumulado con el proceso de desalojo existía una contravención al debido proceso, ya
que el juez no se pronunció sobre dicha acumulación en el proceso.
CONCEPTOS PREVIOS.
La acumulación: La acumulación está regulada en el artículo 83.° del Código Procesal Civil. Puede
ser objetiva o subjetiva. Cuando hay más de dos pretensiones, es una acumulación objetiva y
cuando intervienen dos o más sujetos como parte demandante o demandada, es una acumulación
subjetiva. Ambos tipos de acumulación pueden ser originarias o sucesivas según se planteen en la
demanda o después de iniciado el proceso, respectivamente
Porque los demandados nunca reconvinieron ni solicitaron tal acumulación, solo señalaron que
estaban siguiendo un proceso de prescripción ante el mismo juzgado, y que la demanda de
desalojo era improcedente porque ya habían adquirido el bien por prescripción.
Porque ambas instancias sí habían hecho alusión a la prescripción alegada, señalando que, en el
proceso de desalojo, no se estaba discutiendo la titularidad de la propiedad, sino cuál de las partes
tenía un título que legitimara su ejercicio del derecho a poseer el bien y que cualquier discusión
sobre la propiedad se tenía que ventilar en un proceso más lato.
Sin embargo, el Tribunal considera que nada impide que, ante situaciones especiales, puedan
acumularse determinados casos tramitables en vías de cognición diferentes, siempre y cuando el
Juzgado justifique los motivos por los que resulta atendible dicha acumulación y no se afecte el
derecho de defensa de las partes. Así, se afectaría el derecho de defensa si se dispone la
acumulación de la prescripción adquisitiva, con el ya iniciado proceso de desalojo por ocupación
precaria (vía sumarísima) con una reconvención cuya pretensión sea la prescripción adquisitiva,
que por ser en vía abreviada, los plazos de su trámite son mucho más latos y la posibilidad de
defensa es mucha más lata.
TEMAS PENDIENTES
En el desarrollo del proceso, los demandados señalaron que habían adquirido el bien por
prescripción, en ese sentido, en el Pleno no se discutió si basta la sola afirmación de los
demandados de que ya han adquirido el bien por prescripción o si es necesario que presenten una
sentencia que acredite su adquisición mediante prescripción.
Asimismo, qué sucedería si los demandados alegan que el título de propiedad en el que se basan
los demandantes para interponer la demanda es nulo. El juez podría aplicar de oficio el artículo
220.° del Código Civil y declarar la nulidad del título; en ese caso, ¿no se vulneraría el derecho de
defensa de la otra parte?
Consideramos que dichos temas han quedado pendientes y que pueden ser materia de
investigaciones o de próximas sentencias vinculantes, a fin de ayudar a la predictibilidad de las
decisiones judiciales en el país.
CONCLUSIONES
Una persona tendrá la condición de poseedor precario cuando ocupe un inmueble ajeno sin pago
de renta y sin título para ello o cuando dicho título no genere ningún efecto de protección frente
al reclamante para quien lo ostente, por haberse extinguido. Cuando se hace alusión a la carencia
de título o al fenecimiento de este, no se está haciendo referencia al documento que alude
exclusivamente al título de propiedad, sino a cualquier acto jurídico que autorice a la parte
demandada a ejercer la posesión del bien, puesto que el derecho en disputa no será la propiedad,
sino el derecho a poseer.
Interpretar el artículo 585° del Código Procesal Civil, en el sentido de que «restitución» del bien se
debe entender como ‘entrega de la posesión’, para garantizar que el sujeto a quien corresponde
dicho derecho ejerza el pleno disfrute del mismo, independientemente de si es propietario o no.
Conforme al artículo 586° del Código Procesal Civil, el sujeto que goza de legitimación para obrar
activa puede ser no solo el propietario, sino también el administrador y todo aquel que considere
tener derecho a la restitución de un predio.