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LUMBALGIA

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LUMBALGIA

Qué es

La lumbalgia es el dolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda, cuyo origen


tiene que ver con la estructura músculo-esuelética de la columna vertebral.
Según la Fundación Kovacs, se trata de un dolor local acompañado de dolor referido o
irradiado que no se produce como consecuencia de fracturas, espondilitis, traumatismos ni
causas

neoplásicas, neurológicas, infecciosas, vasculares, endocrinas, metabólicas, ginecológicas


ni psicosomáticas.
Esta patología afecta tanto a personas jóvenes, como adultas y mayores y aparece tanto
en trabajos sedentarios, como en aquellos que implican un gran esfuerzo físico.
Aproximadamente el 80 por ciento de la población ha tenido o tendrá alguna lumbalgia
durante su vida y hasta el 70 por ciento de los jóvenes antes de cumplir los 16 años han
experimentado este dolor de espalda.
Causas

Antiguamente se creía que el dolor aparecía porque existía alguna alteración de la


estructura de la columna vertebral, como la escoliosis o la hernia discal. Sin embargo,
desde la Fundación Kovacs indican que eso es un error.
El dolor de la lumbalgia aparece por un mecanismo neurológico que implica la
activación de los nervios que transmiten el dolor y el desencadenamiento de la
contractura muscular y la inflamación. A veces, también puede conllevar la compresión
de la raíz nerviosa.
Ese mecanismo puede desencadenarse por una alteración de la estructura de la columna
vertebral, como la hernia discal o la degeneración importante de la articulación
intervertebral, pero, en la mayoría de los casos no se puede llegar a averiguar la causa
inicial que lo desencadena, y se atribuye a dolor por contractura o sobrecarga muscular.

Síntomas

Las manifestaciones más comunes de la lumbalgia son el dolor local o irradiado, la


inflamación y la presencia de contracturas musculares.
Por otra parte, según el grado de afectación y compresión radicular se pueden producir
alteraciones de la sensibilidad (anestesia, hipoanestesia, hiperestesia, hormigueo, etc.) y
alteraciones del movimiento (paresia, parálisis, entre otras).

Prevención

“Para evitar el dolor de espalda es recomendable hacer ejercicio o, en todo caso,


mantenerse físicamente activo, evitar el sedentarismo, adoptar una actitud mental valiente
ante el dolor y cumplir las normas de higiene postural destinadas a realizar las actividades
cotidianas de forma que la espalda soporte la menor carga posible”, explica a CuidatePlus
Mario Gestoso, director médico de la Fundación Kovacs.
Gestoso señala que, en general, pueden incrementar algo el riesgo de padecer dolores de
espalda aquellos que someten al cuerpo a vibraciones, los que requieren movimientos de
flexoextensión o torsión y los que obligan a mantener posturas de flexión o hiperextensión.
Sin embargo, la realización de ejercicios físicos que desarrollen una musculatura
compensada puede paliar los efectos adversos.
Tipos

En la actualidad no existe una clasificación específica de la lumbalgia. No obstante,


muchos especialistas distinguen dos categorías:

 Lumbalgia específica: En este tipo se incluyen los diagnósticos de lumbalgia con


causa conocida, aproximadamente el 20 por ciento de los casos.

 Lumbalgia inespecífica: Supone el 80 por ciento restante e incluye todos los casos
en los que no se conoce la causa específica que provoca el dolor.

Diagnóstico

Las fuentes de información más importantes para conocer las causas del dolor de espalda
son la historia clínica y la exploración física del paciente.
El resto de pruebas (radiológicas, analíticas o funcionales) sólo tienen valor si los
resultados se corresponden con los de la exploración física. Dado que algunas son dolorosas
y otras entrañan ciertos riesgos, desde Gestoso recomienda recurrir a ellas sólo cuando los
resultados del interrogatorio o la exploración física determinan su conveniencia.
El 85 por ciento de las lumbalgias tienen buen pronóstico.

Tratamientos
Desde la Fundación Kovacs recomiendan:

Medidas generales
Evitar el reposo en la cama, si es posible
El paciente debe evitar el reposo en la cama como tratamiento del dolor de espalda. Si el
dolor obliga a guardarlo, debe ser lo más corto posible. Los estudios realizados demuestran
que esta medida retrasa la recuperación.
Mantenerse tan activo como sea posible
Los expertos señalan que el paciente debe mantener el mayor grado de actividad que le sea
posible e intentar normalizarlo tan pronto como pueda.
Higiene postural: Evitar la sobrecarga de la espalda
Durante el episodio doloroso, el paciente debe intentar mantener el ritmo de actividad
dentro de la normalidad pero, siempre evitando la sobrecarga de la espalda.
Para conseguirlo conviene conocer y aplicar normas de higiene postural, que describen
cómo adoptar posturas y realizar movimientos o esfuerzos de manera que la espalda soporte
la menor carga posible y la musculatura reduzca su trabajo. Eso permite que, si en un
momento dado el paciente tiene que hacer un esfuerzo, sepa cómo hacerlo reduciendo el
riesgo de sobrepasar sus posibilidades.
Sin embargo, el director médico de la Fundación Kovacs apunta que los estudios realizados
han demostrado que enseñar la higiene postural tiene un efecto inexistente, ya sea porque
reducir la carga resulta de escasa relevancia clínica o porque resulta imposible cumplir las
normas de higiene postural 24 horas al día, 7 días a la semana.
“Sea cual fuere el motivo, los estudios coinciden en señalar que la educación centrada en
el manejo activo (evitar el reposo y mantener el mayor grado de actividad que el dolor
permite) y el ejercicio (interrumpiéndolo sólo en la fase más aguda de dolor y reiniciándolo
progresivamente en cuanto sea posible) tienen un efecto de una magnitud clínicamente
relevante y mucho mayor que la higiene postural. De hecho, resulta imposible cumplir
constantemente las normas de higiene postural, pero cuando la musculatura está entrenada
y bien desarrollada, sí ejerce su función protectora automática y constantemente”, apostilla.
Al transmitir conocimientos de higiene postural es importante insistir en que esas normas
son sólo coadyuvantes teóricos en el contexto del manejo activo y el ejercicio y nunca la
esencia de un programa de tratamiento o prevención. Además, las normas de higiene
postural tienen que ser claras, comprensibles y aplicables, por lo que el método de
transmisión de los conocimientos es tan importante como su contenido. Los métodos más
habituales son la Escuela de la Espalda y la Reeducación Postural Global.
Aplicar calor o frío
Si le alivia, el paciente puede aplicar calor o frío en la zona dolorosa, aunque no se han
hecho estudios científicos para evaluar su efecto. En general, el frío se aplica
inmediatamente después de la lesión y el calor en la reagudización de las dolencias
crónicas.

Tratamiento farmacológico
Se aplica en tres fases:
 Fase 1: Al principio, y especialmente si el dolor no es muy intenso y sólo afecta a la
espalda -y no hay dolor irradiado a brazo o pierna-, se recomienda usar analgésicos.

 Fase 2: Si los analgésicos no son eficaces se debe valorar su sustitución por


antiinflamatorios no esteroideos. En general, no se recomienda su uso más de 14 días
seguidos.
 Fase 3: Si no es suficiente para controlar el dolor, el especialista deberá valorar añadir una
tanda corta de relajante muscular, durante menos de 1 semana.

Intervención neurorreflejoterápica (NRT)


Si el dolor de espalda, con o sin dolor irradiado, persiste tras 14 días de tratamiento
farmacológico, está indicado realizar una intervención NRT.
También se aconseja como opción en aquellos casos en los que el tratamiento
farmacológico está contraindicado, como las mujeres embarazadas.
Si la primera intervención NRT consigue la desaparición total de la sintomatología y la
normalización de la exploración física, no es necesario repetirla salvo que en el futuro
reaparezcan nuevos episodios dolorosos. En el caso de que se consiga una mejoría parcial o
transitoria se puede volver a realizar hasta conseguir una completa y definitiva. Si no
consigue ningún efecto, no tiene sentido volver a intervenir.

Ejercicios
En los pacientes que no han vuelto a sus actividades habituales tras 6 semanas debe
intentarse comenzar una pauta de ejercicio.
Inicialmente pueden intentar actividades suaves y genéricas, como andar o nadar, para
evitar que se debilite la musculatura. Más tarde pueden iniciarse ejercicios específicos para
la espalda.
Una vez ha pasado el episodio doloroso, el ejercicio y la higiene postural disminuyen el
riesgo de que aparezca o se reproduzca una crisis.

Cirugía
En los pacientes en los que existen criterios específicos de selección, en casos concretos de
hernia discal, estenosis espinal o espondilolistesis o escoliosis progresiva en niños o
adolescentes, los especialistas pueden valorar la realización de una cirugía.
La rizolisis puede plantearse en un pequeño subgrupo de pacientes crónicos si se
seleccionan muy rigurosamente con unos criterios específicos.

Terapia comportamental
Está indicada en los pacientes crónicos y en aquellos en que puedan existir factores
psicosociales que aumenten el riesgo de cronificación.
Otros datos

Pronóstico
En general, el 85 por ciento de las lumbalgias tiene buen pronóstico y aproximadamente
el 15 por ciento de ellas se cronifican y tienen una difícil solución.

CUADRO CLINICO

NOMBRE: Alvites

GENERO: Femenino.

EDAD: 55 años

ACTIVIDAD: Ama de casa.

MOTIVO DE CONSULTA: Dolor en la Espalda

DIAGNOSTICO MEDICO: Lumbalgia Aguada.

TIEMPO DE EVOLUCION: 5 años

ANTECEDENTES: Cáncer, toma de esteroides, abuso de drogas, infección


por VIH, instrumentación reciente vías urinarias, traumatismos

SINTOMAS:

Dolor que no mejora con el reposo nocturno, déficit neurológico, pérdida de


peso, fiebre, como dolor provocado por la tos, estornudo y presión directa. Se
produce por compresión directa de la raíz, habitualmente por una hernia cuyo
dolor se exacerba con las maniobras de distensión del nervio ciático (signo de
laségue) y compresión del nervio.

SIGNO:

Bloqueo grave y persistente de la flexión lumbar, déficits neurológicos,


deformidad estructural de Novo, anestesia silla de montar, esfinteriano, déficit
neurológico. ya sea sensitivo, motor o de los reflejos.

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