El Banco de Arequipa (1871-1882)
El Banco de Arequipa (1871-1882)
El Banco de Arequipa (1871-1882)
Moneda que funcionó en el siglo XIX en la Casa Quiroz hoy convertida en hotel, y el Banco de Arequipa
que con todo orgullo puede decirse que fue el de mayor garantía en todo el país ya que cuando en
1874 todos los bancos peruanos tenían sus acciones castigadas desde el 10% los Bancos Nacional y
Perú hasta 50% el Garantizador, Solo los bancos La Providencia y de Arequipa tenían premios de 4% el
primero y 10% el de Arequipa.
En 1871 según lo que dice el billete de 500 Soles o 1872 según el Dr. Carlos Camprubí, se creó el
Banco de Arequipa por iniciativa de don Ladislao de la Jara y Eduardo Poncignon. Emitió billetes
desde 20 centavos hasta 500 soles.
El Banco de Arequipa surgió de la necesidad de la economía regional de finales del siglo XIX de contar
con una entidad financiera. Fue el primer banco de emisión, ahorro y préstamo, creado en la región en
1871, en plena bonanza económica previa a la guerra con Chile.Transcurría el gobierno de José Balta y
Barreda (1868-1872) y Arequipa atravesaba por un auge económico generado por el intercambio
comercial nacional e internacional. El ferrocarril Mollendo - Arequipa (enero de 1871), fue pieza
fundamental en ese avance.
Esta entidad financiera se fundó gracias a la idea de Eduardo Poncignon y Ladislao de la Jara, como
se dijo antes . Convocaron para presidir el directorio a Juan Manuel López de Romaña y como
vicepresidente a Juan Mariano Goyeneche y Gamio. La sede del banco se fijó provicionalmente en la
casa de don Eduardo Poncignon, posteriormente se ubicaría en una casona ubicada en el n°10 de la
primera cuadra de la calle La Merced, local de propiedad de don Enrique Marco del Pont. En las
investigaciones del doctor Juan Guillermo Carpio Muñoz menciona que el número donde se ubicó el
banco de Arequipa fue el n° 16 de la Calle la Merced, ya que en este local en el año de 1889 se instaló
una sucursal del Banco del Callao. A este lió de números hay que agregar que la propiedad de los
herederos de don Enrique Marco del Pont, tenían por número de casa el ( "6" , calidad primera, casa
con patio, con altos y de tres ventanas ) en el año de 1910 ,esto según el padroncillo de retribuciones
de alumbrado y barrido, según la descripción de este inmueble, bien podría tratarse del número 106
de la actual calle La Merced.
El nuevo local del Banco de Arequipa, abrió sus puertas oficialmente un 1ro de de julio de 1872,
teniendo muy buena aceptación.
Su capital inicial fue de un millón de soles, de esos años. Este banco llegó a tener gran éxito, ello se
refleja en que era uno de los pocos que daban entre 3 y hasta 12% de premio o interés a sus
ahorristas.
Como aún no existía el Banco Central de Reserva (BCR), cada banco podía emitir sus propios billetes.
Es así que el Banco de Arequipa contrató los servicios de la Compañía Nacional de Billetes del Banco
de Nueva York, CNBB (National Bank Note Company) para que le imprima billetes de 40 centavos, 1
sol, 2 soles, 5 soles, 10 soles, 20 soles, 50 soles, 100 soles y 500 soles.
Aviso de "The National Note Company", en la revista "La América Ilustrada"
“Estos billetes tuvieron una particularidad, fueron los primeros a nivel nacional en incluir en sus viñetas
imágenes de la ciudad”.
Cabe recordar que Arequipa vivía un gran auge económico y cultural, por lo que muchos hechos
importantes fueron registrados en la viñeta principal que se utilizo para los billetes de este banco,
como la llegada del tren, su pujante agricultura, la ciudad creciente, el nuevo banco, la riqueza de sus
frutos y el volcán imponente, para el anverso de todos los billetes se diseñó una imagen donde
destaca la figura de Ceres, diosa de la agricultura , las cosechas y la fecundidad, graficado por una
dama sentada, con la mirada lánguida, lleva un peinado en forma de una corona de espigas de
trigo, tiene unos pechos grandes y porta un haz de espigas en la mano derecha su túnica le
llega hasta los pies, lleva un velo hacia atrás. A sus pies un cuerno de la abundancia con frutas,
lleva una hoz en la mano derecha y una espiga de trigo en la izquierda, al pie mazorcas de
maíz; apoyada a una caja fuerte la cual que lleva el escudo de la ciudad de Arequipa, al lado
izquierdo hombres trabajando en un campo de maíz; al lado derecho tren a vapor cruzando el
puente de piedra de Uchumayo, postes de telégrafo y una zabila junto a la caja fuerte. Al centro
el fondo la ciudad, el puente de piedra, el Río Chili y el Volcán Misti.
Este banco creció tanto que tuvo sucursales en Cuzco y Puno, extendiendo sus actividades a
ciudades como Lima, Tacna, Arica, Valparaíso, Londres y New York, lamentablemente la
llegada de la guerra con Chile en 1879 vino a frenar ese auge y crecimiento económico, cabe
destacar que la 2.ª División del Ejército de Reserva de Arequipa estuvo conformada por los
propietarios y empleados del Banco de Arequipa y contribuyo con un pago mensual durante
un año de S/.1,000.00 Soles para apoyar las tropas.
La emisión de billetes del Banco de Arequipa afianzó el regionalismo, pero también generó un negocio
alterno: lo que hoy se conoce como cambistas.
A la ciudad también llegaban billetes de otros bancos regionales como el de Trujillo y Lima, los
comerciantes arequipeños decidieron no recibirlos.
“En una noticia del diario La Bolsa de mayo de 1872, se da cuenta que se podían cambiar billetes de
otros bancos en la tienda de Don José Amésquita, en la calle del Puente, con pérdida de 8% y en la
tienda de Mr. Gares, frente a La Compañía, con pérdida de 5%. Así se generó un negocio alterno de
cambio de billetes”.
La guerra con Chile marcó el inicio del fin del Banco de Arequipa y del resto de bancos regionales.
El de Arequipa, por su solvencia que trascendió el país (hizo intercambios con Valparaíso y hasta con
Londres), sobrevivió los años más duros de la guerra, pero en 1882 tuvo que cerrar definitivamente por
la crisis tras el conflicto.
Es así como termina la historia del Banco de Arequipa, que marco un hito en la numismática peruana,
dejando una huella imborrable en las mentes del pueblo de Arequipa, acentuando aun más su espíritu
regionalista y pujante.
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