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Patologia de Semillas

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UNIVERSIDAD FEDERAL DE PELOTAS (UFPEL)

BRASIL

PROGRAMA NACIONAL DE SEMILLAS (PNS)

BOLIVIA

CURSO DE POST-GRADO DE ESPECIALIZACION EN TECNOLOGIA

DE SEMILLAS POR TUTORIA A DISTANCIA

MODULO 9 – PATOLOGÍA DE SEMILLAS

TUTORES: Prof. Orlando Antonio Lucca Filho M.Sc.


Prof. Carlos Roberto Pierobom Ph.D.

2003 -2004
BOLIVIA
ESTÁ PROHIBIDA LA REPRODUCCION TOTAL
O PARCIAL DE ESTE MODULO

DERECHOS RESERVADOS AL AUTOR

UNIVERSIDAD FEDERAL DE PELOTAS

Pelotas - RS

Patología de Semillas, LUCCA FILHO, O.A.; PIEREBOM C.R.

UFPel - 1996

UFPel (Tecnología de Semillas - Módulo 9)

i
MODULO 9 - PATOLOGIA DE SEMILLAS
PRE-EXAMEN

Señale V (Verdadero) o F (Falso).

1. Las semillas solamente pueden transmitir hongos, no así bacterias, virus, ni


nemátodos.

2. Bajo condiciones satisfactorias de cultivo, muchos microorganismos pueden causar


grandes pérdidas en el rendimiento.

3. La semilla es el medio más efectivo para la transmisión de patógenos, si es


comparado con otros medios de diseminación.

4. La transmisión de los patógenos por semillas ocurre cuando la infección inicial en


ellas es muy alta.

5. Difícilmente ocurre transmisión de patógenos de una planta a otra en el campo de


producción.

6. La transmisión de patógenos por semillas puede ocurrir en forma de esporas


adheridas en la superficie o como micelios localizados en el interior de la semilla.

7. Cuando una semilla está muy contaminada por hongos en el almacenamiento,


generalmente tiene su germinación y vigor reducidos.

8. Un microorganismo puede causar grandes pérdidas en una región, mientras en que


en otra su presencia no causa muchos daños.

9. Manchas en el tegumento de las semillas nunca son causadas por microorganismos.

10. La presencia de microorganismos en las semillas, sean patogénicos o no, raramente


inducen la reducción de la germinación y el vigor de las semillas.

11. La transmisión del Carbón en el trigo ocurre con el hongo localizado en el embrión de
la semilla.

12. El examen visual de las semillas no permite detectar la presencia de hongos.

13. El método más empleado para la detección de hongos transmitidos por semillas es el
método del papel de filtro o blotter test.

14. La inducción de síntomas en plántulas sirve para la detección de microorganismos


transmitidos por semillas.

ii
15. El método Elisa es el más utilizado para la detección de virosis transmitidas por
semillas.

16. El tratamiento químico de semillas no siempre es totalmente efectivo en el control de


microorganismos.

17. El tratamiento de semillas, con el fin de controlar la transmisión de microorganismos,


sólo puede ser hecho con productos químicos.

18. El tratamiento de semillas, como práctica aislada, garantiza el éxito de la producción


respecto a los aspectos fitosanitários.

19. Los hongos de almacenamiento pueden reducir la calidad de las semillas, muchas
veces causando calentamiento de la masa de semillas almacenada.

20. El acondicionamiento no puede mejorar la calidad sanitaria de los lotes de semillas,


aunque mejore su calidad física.

iii
MODULO 9 - PATOLOGIA DE SEMILLAS

PROGRAMA:

I - IMPORTANCIA DE LA PATOLOGIA EN LA PRODUCCION DE SEMILLAS


1 - Introducción
2 - Transmisión de Patógenos Asociados a las Semillas
3 - Pérdidas Provocadas por Patógenos a nivel de campo
4 - Efecto de Patógenos sobre la calidad de Semillas

II - METODOS PARA A DETECCION DE MICROORGANISMOS EN SEMILLAS


1 - Examen de semilla no incubada
1.1 - Método de semilla seca
1.2 - Método de lavado de semilla
1.3 - Método de conteo de embriones
2 - Examen de semilla incubada
2.1 - Método del papel filtro
2.2 - Método de placa de AGAR
2.3 - Método del síntoma en plantas
3 - Inspección de la planta después del estado de plántula
3.1 - Método del síntoma en plantas en crecimiento
3.2 - Métodos de ensayos en campo
3.3 - Método de inspección del campo de producción
4 - Análisis a través de bioensayos o procedimientos bioquímicos
4.1 - Método de inoculación en plantas indicadoras
4.2 - Método de placa de fagos
4.3 - Aislamiento directo
4.4 - Medios selectivos
4.5 - Métodos serológicos
4.6 - Métodos para detección de nemátodos

III - TRATAMIENTO DE SEMILLAS


1 - Principios generales de control de enfermedades
1.1 - Medidas de control basadas en la exclusión
1.2 - Medidas de control basadas en la erradicación
1.3 - Medidas de control basadas en la protección
1.4 - Medidas de control basadas en la inmunización
1.5 - Medidas de control basadas en la terapia
1.6 - Medidas de control basadas en la evasión
1.7 - Medidas de control basadas en la regulación
2 - Formas de control de enfermedades
2.1 - Control cultural
2.2 - Control Biológico
2.3 - Control Genético
2.4 - Control Químico

iv
2.5 - Tratamiento químico de semillas
2.5.1 - Introducción
2.5.2 - Tipos de tratamiento de semillas
2.5.3 - Formas de tratamiento químico de semillas
2.5.4 - Características de los funguicidas par el tratamiento de semillas
2.6 - Control físico
2.6.1 - Termoterapia
2.6.2 - Eliminación de determinadas longitudes de ondas
2.6.3 - Radiación
2.7 - Control Bioquímico
3 - Control Integrado
3.1 - Medidas de control de enfermedades en el campo
3.2 - Medidas de control en las semillas

v
MODULO 9 - PATOLOGIA DE SEMILLAS

I. IMPORTANCIA DE LA PATOLOGIA EN LA PRODUCCION DE SEMILLAS DE ALTA


CALIDAD

1. INTRODUCCION

Existe un gran número de factores que afectan la calidad de Semillas. Estos factores
pueden ser agrupados en cuatro clases distintas: factores genéticos, factores
fisiológicos, factores físicos y factores sanitarios. Los factores genéticos capaces de
afectar la calidad de Semillas están relacionados con las diferencias de vigor y de
longevidad observadas dentro de una misma especie, como también con las ventajas
obtenidas por heterosis (vigor híbrido). Los factores fisiológicos tienen su acción
determinada, principalmente por el ambiente en el cual las semillas se forman y por el
manejo de las mismas durante las fases de cosecha, de acondicionamiento y de
almacenamiento. Los factores físicos, como presencia de restos de cultivo, semillas de
malezas, fragmentos de suelo y otros, también son responsables por la calidad del lote
de Semillas.

Los factores sanitarios se caracterizan por el efecto perjudicial provocado por la


ocurrencia de microorganismos e insectos asociados a las semillas, desde el campo de
producción hasta el almacenamiento. Los insectos pueden causar daños generalizados,
como son daños del embrión y del tejido de reserva necesario para su alimentación,
daños por la ovoposición, por el aumento de temperatura, de la humedad y de la
producción de bióxido de carbono. Los microorganismos, a su vez, se constituyen en
otro factor importante en términos de calidad de semillas, como también se pueden
constituir en factor limitante de la producción, como es el caso de bacteriosis, virosis y
enfermedades causadas por hongos existentes en varias regiones agrícolas. Estos
aspectos deben ser observados con mucha atención, a medida que se busca el
establecimiento de padrones de Semillas para los principales microorganismos
patogénicos ocurrentes en los diversos cultivos de importancia económica, a fin de que
las semillas distribuidas a los agricultores se constituyan en un punto de alta calidad y de
desempeño satisfactorio en los campos de producción.

2. TRANSMISION DE PATOGENOS ASOCIADOS A SEMILLAS

Los mecanismos (ciclos) utilizados por los patógenos para su transmisión son variables y
son clasificados de acuerdo con la ubicación del patógeno en la semilla: mezclado con
las semillas, adheridos a la superficie de las semillas o localizados internamente en las
semillas; y con el desarrollo del patógeno durante el crecimiento de la planta.

Mucho se utilizan las expresiones infestación e infección en patología de semillas.


Cada una de estas expresiones tiene su proprio significado. Infestación es utilizada
para caracterizar la presencia del patógeno mezclado con las semillas (esclerocios,
residuos de planta infectada, etc.) o adherido a su superficie en la forma de micelio o

1
espora. La expresión infección es utilizada para indicar que el patógeno está ubicado en
el interior de la semilla (cotiledón, embrión, etc.).

Algunos de los patógenos localizados en el interior de la semilla pueden producir


infecciones sistémicas en la planta; mientras que otros, aunque localizados en el interior
de la semilla, pueden producir infecciones localizadas en las hojas, pecíolos, etc. Lo
mismo pasa con los patógenos adheridos a la superficie de la semilla. Cuando la semilla
germina y origina una nueva planta, ésta podrá presentar la infección sistémica (vasos
conductores) o la infección localizada.

Los patógenos que infestan o contaminan las semillas pueden tener ciclos similares a los
anteriores. Como ejemplo, en la Figura 1 es mostrado el ciclo del carbón del trigo. De
una espiga infectada (1) por el hongo, se diseminan las esporas (teliosporas) para las
espigas sanas en fase inicial de formación de las semillas (2). Las teliosporas empiezan
su germinación, penetrando en las semillas (3), quedando el micelio localizado en el
embrión (4). Cuando esta semilla es sembrada y comienza su germinación, el micelio del
hongo también empieza su crecimiento, acompañando sistemicamente el desarrollo de
la planta, sin producir cualquier tipo de síntoma en la planta. El hongo se localizará en
los ovarios de la nueva espiga (5), haciendo que muchas de las semillas no se formen,
apareciendo en su lugar una masa de teliosporas (1) que irán a infectar nuevas espigas
sanas.

La mayoría de los patógenos que ocurren en los campos de producción de semillas,


causando los más variados tipos de daños, pueden ser transmitidos por la semilla.

La transmisión de patógenos a través de las semillas debe ser evaluada bajo aspectos
generales, una vez que los daños causados son variables. Algunos patógenos provocan
pérdidas al nivel de campo, restringiendo sus efectos a la reducción de rendimiento,
mientras otros afectan la viabilidad de semillas. Otros patógenos se caracterizan por que
además de provocar reducciones de rendimiento, concentrar sus efectos dañinos sobre
la semilla. Como consecuencia directa tendremos reducciones de porcentaje de
germinación y del vigor, con reflejos altamente negativos sobre la clasificación de lotes
de semillas disminuyendo la disponibilidad de este insumo para la siembra siguiente.

En la figura 2. Son sintetizadas las principales fuentes del inóculo que puede afectar una
planta. Debemos siempre recordar que la semilla se constituye en el medio más eficiente
de transmisión de patógenos, una vez que no existen barreras geográficas capaces de
impedir la diseminación de los mismos.

El comercio internacional de semillas sirve como ejemplo de este hecho, en el cual son
registrados innumerables casos de importación de lotes de semillas contaminadas con
microorganismos patogénicos venidos de otros continentes.

Si pensamos en términos de comercio interno, veremos que el problema es más grave,


una vez que la comercialización es más libre, especialmente en cuanto al estado
sanitario del material comercializado. En el comercio internacional existe la acción del

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Servicio Cuarentenário (Sanidad Vegetal) que se preocupa en impedir la entrada de
semillas con microorganismos indeseables, al tiempo que en el comercio interno solo la
germinación y la pureza física del lote son considerados como parámetros para
caracterización de la calidad de semillas, teniéndose raras excepciones en cuanto al
estado sanitario, como es el caso de Cercospora kikuchii en semilla de soya.

Los insectos, los animales, el agua de lluvia, los implementos agrícolas y el propio
hombre se constituyen en vehículos de diseminación de enfermedades, pero ninguno de
estos será tan eficiente como las semillas, por el hecho de permitir transmisibilidad
prolongada, una máxima infección, una diseminación de patógenos a grandes
distancias, la creación de focos de infección al azar en los cultivos, la perpetuación del
patógeno, el aumento del potencial de transmisión, la inducción de enfermedades por
dos o más patógenos y por la introducción de los mismos en áreas nuevas.

Los daños causados por microorganismos transmitidos por semillas son bastante
variables, dependiendo del patógeno involucrado y del inóculo inicial del mismo, de la
especie cultivada, de las condiciones climáticas vigentes en el transcurso del desarrollo
del cultivo, etc. La evaluación de los daños causados por microorganismos en los
campos de producción de semillas es una tarea ardua y de difícil ejecución toda vez que
existen varios factores actuando simultáneamente sobre la planta, haciendo con que los
resultados obtenidos tengan baja exactitud, comprometiendo la reproducibilidad de
resultados. Sin embargo, los porcentajes de pérdida pueden ser relacionados con otros,
tales como porcentaje de área foliar destruida por el patógeno, porcentaje de plántulas
y/o plantas muertas, porcentaje de semillas infectadas y evaluación de los efectos del
patógeno sobre otros componentes de producción.

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4
3. PERDIDAS PROVOCADAS POR PATOGENOS A NIVEL DE CAMPO

En el ámbito mundial encontramos gran número de informes que citan pérdidas


provocadas por enfermedades, en las más variadas especies cultivadas. Las
informaciones referentes a cultivos grandes, como maíz, arroz, trigo, soya y fríjol indican
caídas significativas en términos de rendimiento, como es el caso de Fusarium,
Drechslera y Septoria en trigo. De las diferentes especies de Fusarium que ocurren en
trigo, las más importantes son Fusarium graminearum y Fusarium nivale, las cuales
causan muerte de plántulas en pré y post emergencia, podredumbres radiculares e
infecciones en partes aéreas, causando pérdidas variables entre 10 y 20% en el
rendimiento.

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Drechslera sorokiniana puede ocurrir en alto porcentaje de infección en lotes de
semillas y las pérdidas originadas por pudrición radicular provocada por este patógeno
llegar a alcanzar la cifra de 10% del rendimiento. Cuanto la incidencia de éste patógeno
ocurre asociada con Fusarium, las pérdidas pueden ser todavía mayores, como pasó
en Canadá, donde en ciertos cultivos la muerte de plantas varió entre 30-70%,
provocando una reducción promedio de 13% en el rendimiento.

Ensayos experimentales han demostrado que bajo condiciones ideales de infección,


momentos antes del espigado los daños provocados por Septoria nodorum llega a
alcanzar niveles de hasta 65% de reducción del rendimiento, mientras que, bajo
condiciones favorables a nivel de campo, la producción puede ser reducida hasta en
50%.

Para el cultivo de arroz, los principales patógenos son Pyricularia oryzae y Drechslera
oryzae, aunque otros patógenos también son importantes, como es el caso de
Rhyncosporium oryzae y Phoma sp., los cuales han aumentado su incidencia en los
cultivos de sur del Brasil en los últimos años, causando reducción de la parte aérea de
las plantas y variedades de granos. Las mayores pérdidas en cultivos de arroz debido a
hongos son provocados especialmente por P. oryzae y D. oryzae. El hongo P. oryzae,
frecuentemente destruye plántulas y plantas. A nivel mundial son encontrados trabajos
indicando pérdidas significativas, debido a incidencia de P. oryzae, alcanzando niveles
de pérdida total de cultivo.

En el sur de Brasil incidencias epidémicas ya fueron verificadas y en estos casos los


daños originados por ataque de P. oryzae causaron reducción de 70-80% de la
producción en algunas regiones. No obstante, tales ataques intensos son raramente
generalizados, estando los daños promedios entre 5 a 10% del área total sembrada.
Todos los años ocurren ataques endémicos generalizados, alcanzando todas las
regiones del Estado de Río Grande del Sur, siendo estos ataques responsables de
reducciones de 1 a 2% del rendimiento total.

El hongo Drechslera oryzae, causador de mancha parda, ha ocasionado grandes


perjuícios en países productores de arroz, principalmente en el Extremo Sur del
Continente Asiático, mas precisamente en las regiones de clima tropical. El caso más
notorio de daños causados por D. oryzae ocurrió en la India (1942-1943), causando
pérdidas cerca de 50 a 90% del arroz cultivado. En Bengal el arroz fué destruido por este
hongo, hecho que contribuyó para que 2 millones de personas muriesen de hambre en
aquella región. Todavía persisten daños significativos por este hongo, siendo, mientras
tanto, bastante variables. En los Estados Unidos la pérdida provocada por D. oryzae es
de 0,5%, mientras que en países con pobres condiciones de cultivo, estos índices
asumen valores más elevados, como es observado en muchas regiones de Africa
(Nigeria, con 40% de perdidas) e India (Tamil Nadu, con registros de pérdidas de hasta
40% de la producción total de la región).

6
En el Estado de Río Grande del Sur, debido a que las condiciones climáticas no son muy
favorables al patógeno D. oryzae, las pérdidas son pequeñas. Generalmente el
patógeno ocurre en plantas adultas, donde causa manchas en las hojas y con menor
frecuencia causa esterilidad y manchas en las panículas.

La soya es atacada por un gran número de enfermedades, siendo la mayoría de ellas


provocadas por patógenos asociados a semillas. Dentro de estas, las enfermedades
causadas por hongos son las más importantes debido a los prejuicios causados en el
rendimiento como también en la calidad de semillas.

El hongo Colletotrichum dematium puede causar muerte de plántulas e infección


sistemática de plantas adultas. Debido a que se han observado porcentajes bajos de
incidencia en lotes de semillas de soya, poca información estadisponibles en cuanto a
las implicaciones originadas por la siembra de un lote de semillas altamente infectado
por este hongo.

En relación con las especies de Fusarium presentes en semillas de soya, la más común
es el F. semitectum, causando anormalidades en plántulas y deterioración de los
cotiledones.

La Macrophomina phaseolina, agente causal de podredumbre negra de raíces, es una


enfermedad bastante común, principalmente en regiones de clima caliente, siendo este
problema agravado con la mala preparación del suelo, donde las plantas originan un
sistema radicular más superficial.

Otro hongo importante es la Sclerotinia sclerotiorum, agente causal de la


podredumbre blanca del pedúnculo, principalmente debido al modo de transmisión del
mismo, vía semillas. El patógeno puede estar mezclado con las semillas en la forma de
esclerócio, o localizarse en el interior de las semillas, en la forma de micelio durmiente.
No existen datos de los daños causados por estos hongos, aunque la presencia de los
mismos aislado o en conjunto puede provocar reducciones significativas en los cultivos
de soya.

A semejanza de lo que ocurre en soya, muchas de las enfermedades verificadas en los


campos de producción de frejol son transmitidas por semillas. Los principales Estados
brasileños productores de frijol son Paraná, São Paulo, Minas Gerais, Santa Catarina,
Bahia, Rio Grande do Sul, Pernambuco, Ceará, Alagoas y Goias, los cuales son
responsables de aproximadamente 80% de la producción nacional. La producción
brasileña de frijol se estableció al rededor de 2 millones de toneladas, toda vez que el
rendimiento (actual es de 400 kg/ha) viene sufriendo una declinación marcada. Esto se
debe al hecho de que el frijol ha sido degradado a la condición de cultivo suplementario,
para lo cual son destinadas áreas menos productivas, menores inversiones en insumos
básicos (como semilla de calidad garantizada), y no se adapta tecnología adecuada para
el cultivo.

7
Debido a la diversificación de cultivares de frijol utilizados y al hecho de que el frijol es
cultivado en todo el territorio Brasileño, bajo las más variadas condiciones de suelo y
clima, la incidencia de determinados patógenos asume importancia económica
significativa en ciertas regiones, mientras que en otras los mismos patógenos poseen
relevancia secundaria. En el norte del Brasil, el hongo Rhizoctonia (causador de
melasa) es un factor limitante para la producción de frijol, haciendo que esta región
frecuentemente importe de los estados que se encuentran más al sur del Brasil.

Otras enfermedades como antracnosis y bacteriosis están ampliamente diseminadas en


Brasil, constituyéndose en problemas de gran importancia económica para algunas
regiones productoras, como el Sur, Sur-este y Centro-oeste.

Además, existen otros patógenos como Isariopsis griseola, causador de mancha


angular, el cual se constituye en un problema para las regiones productoras de
centro-oeste. Aunque ocurre en casi todas las regiones, no llega a causar problemas
económicos.

La podredumbre cenicienta del tallo, causada por Macrophomina phaseolina es


considerada de gran importancia para la región nor-este, siendo que en los otros
Estados la ocurrencia es esporádica.

4. EFECTO DE PATOGENOS SOBRE LA CALIDAD DE SEMILLAS

De la misma forma que se observan problemas de reducción de rendimiento a nivel de


campo debido a la incidencia de patógenos, los mismos también pueden causar
reducción de calidad de semillas para fines de comercialización y siembra.

4.1. Problemas provocados por bacterias

El principal efecto de bacterias sobre las semillas es el completo deterioro de las


mismas ocasionadas en la germinación y la muerte de plántula en los primeros
estadios de desarrollo.

Además de la muerte de semillas y plántulas, las bacteria pueden también producir


decoloración del tegumento, como las producidas por Xanthomonas y
Pseudomonas en semillas de frijol.

4.2. Problemas causados por hongos en campo

Muchos hongos son serios parásitos de primordios florales y semillas maduras,


causando reducción de rendimiento de semillas tanto cuantitativa como
cualitativamente. Otros hongos, como los saprófitos y parásitos débiles pueden
causar decoloración del tegumento, la cual tendrá influencia negativa en el valor
comercial.

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Los daños comúnmente provocados por hongos en semillas son:

a) Aborto de Semillas: ejemplo típico de este daño son los carbones de cereales
(Ustilago spp.). Otros hongos como Drechslera sorokiniana y algunas
espécies de Fusarium también en cereales, causan los mismos efectos.

b) Reducción del tamaño de la semilla: Existen varios ejemplos de este tipo de


daño. Se puede destacar los daños causados por Alternaria brassicicola y
Phoma lingam en crucíferas; Septoria nodorum en trigo; Drechslera teres en
cebada; hongos causantes de mildiú en cereales y otros.

c) Podredumbre de Semillas: Muchos hongos asociados a semillas originan


podredumbre de semilla aún en campo, o durante el período de germinación.
Fusariosis en cereales; muchas especies de Drechslera en cereales y otros
cultivos; Colletotrichum spp, Nematospora coryli y Phomopsis spp. en soya
son ejemplos típicos de hongos causadores de la muerte y podredunbre de
semillas.

d) Esclerotización o estromatización: La transformación del órgano floral o de la


semilla en esclerócio, o estroma, es una importante enfermedad en ciertas
categorías de hongos y hospederos. Ejemplos característicos de este tipo de
daños son los provocados por el hongo Claviceps en muchas especies de
cereales y gramíneas forrajeras.

e) Necrosis en Semillas: Muchos hongos causantes de pudriciones de semillas


producen necrosis en las semillas, mientras que otros se limitan a hospedarse
en el tegumento o pericarpo. En leguminosas, los hongos Colletotrichum spp.
y Ascochyta spp., generalmente penetran en los cotiledones, produciendo
lesiones necróticas en semillas de frijol, soya, arveja y otras leguminosas.

f) Decoloración de Semillas: La decoloración de semillas es un factor de


depreciación muy grande. En el material destinado a la siembra este tipo de
anormalidad caracteriza, generalmente, la presencia de parásitos; en los
productos destinados al consumo, generalmente son indicativos de una baja
calidad. Existe un número muy grande de hongos causantes de decoloración de
semillas en diferentes cultivos. Ejemplos básicos: en soya - Cercospora
kikuchii; en arroz- Drechslera oryzae, y en frijol el hongo Colletotrichum
lindemuthianum produce lesiones características en el tegumento de las
semillas. Otros géneros de hongos como Fusarium, Phoma, Cephalosporium,
y hasta los mismos saprófitos como Alternaria tenuis, Cladosporium
cladosporiodes y Curvularia spp. pueden producir decoloración del tegumento
en muchas especies de semillas, especialmente en arroz y otros cereales.

g) Reducción de viabilidad y pérdida de germinación: obviamente todos los

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hongos que provocan necrosis o podredumbres profundas en las semillas
reducirán la viabilidad, longevidad y la emergencia de las mismas a nivel de
campo. Aunque, ciertas infecciones que no causan podredumbres o necrosis
son responsables por la reducción de viabilidad de semillas, como es el caso de
Ustílago nuda y U. tritici en cebada y trigo.

4.3. Problemas causados por hongos en almacenamiento

Los principales hongos involucrados en la pérdida de productos almacenados son


varias especies de Aspergillus y algunas especies de Penicillium, los cuales
tienen sus actividades reguladas por las condiciones ambientales que ocurren
durante el período de almacenamiento y por las condiciones del lote de semillas,
especialmente de su estado físico, contenido de humedad e inóculo inicial.

Los daños causados a las semillas son bastante variados, originando pérdidas
significativas en cuanto al valor cultural y nutricional del producto almacenado. Los
principales efectos sobre las semillas son:

a) Pérdida de germinación debido a la invasión del embrión, especialmente en


semillas de gramíneas;

b) Decoloración de Semillas, causando problemas de reducción de viabilidad, del


valor nutricional y del valor comercial del producto;

c) Aumento de la tasa de ácidos grasos; causando ransificación del aceite, siendo


la tasa de ácidos grasos libres, un indicativo de deterioración de semillas;

d) Calentamiento de la masa de semilla, con el consiguiente aumento de la tasa


respiratoria, pudiendo llevar las semillas a una rápida deterioración;

e) Producción de toxinas, causadas por Aspergillus spp., como por Penicillium


spp., y otros, las cuales pueden ser letales al hombre y animales.

4.4. Daños causados a la semilla por virus y nemátodos

Los virus generalmente causan el aborto de semillas, pero cuando son transmitidos
por el embrión, pueden provocar reducción de viabilidad, especialmente en
leguminosas. Los virus también pueden provocar alteraciones morfológicas y
decoloración de semillas, reduciendo el valor cualitativo de estas.

Algunas especies de nemátodos Anguina producen agallas en los granos de trigo,


cebada y otras gramíneas. Cada agalla contiene miles de larvas durmientes que
después de sembradas infectan plántulas vecinas.

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De modo general, la acción bioquímica de microorganismos sobre el hospedero se
basa en tres actividades distintas, las cuales pueden actuar separadamente o en
conjunto en el proceso de desarrollo de una enfermedad. Estas actividades están
relacionadas con la acción enzimática en la degradación de la pared celular del
tejido vegetal, con anormalidades generadas por el hospedero como resultado de
la producción de hormonas de crecimiento toxinas, las cuales causarán
descomposición de los tejidos vivos, reducción de crecimiento radicular, aumento
de la tasa respiratoria del hospedero, actividad de enzimas del mitocondrio e
interferencia en el metabolismo normal de crecimiento.

La mayoría de los daños provocados por microorganismos a las semillas traen


como consecuencia, variaciones significativas en cuanto al peso, forma y
coloración de las semillas. El empleo de métodos apropiados de
acondicionamiento , con la utilización de máquinas adecuadas y perfectamente
calibradas posibilita que muchos de estos factores indeseables puedan ser
separados del lote de semilla. Como consecuencia inmediata se tendrá una mejora
significativa de la calidad de semillas y como factor resultante se tendrá un cultivo
de mejor calidad sanitaria y más productiva.

Cuando se planea producir semillas de alta calidad es indispensable considerar


anticipadamente la adopción de medidas preventivas y/o curativas, tratando de
minimizar las pérdidas resultantes de la incidencia de microorganismos.

Las consecuencias originadas de un mal control fitosanitario son bastante


comprometedoras, no-solo en términos de rendimiento o de calidad final del
producto, sino también por permitir que el problema persista de generación en
generación, haciendo que grandes inversiones se hagan necesarias para evitar
frustraciones de campañas agrícolas.

II. MÉTODOS USADOS PARA LA DETECCION DE MICROORGANISMOS EN


SEMILLAS

Existen varias pruebas que pueden ser aplicadas para la detección de microorganismos
asociados a semillas. Estas pruebas varían en cuanto a sensibilidad y objetivo, siendo que
algunos métodos exigen incubación de semillas, mientras que otros permiten la
identificación de patógenos a través de decoloraciones y anormalidades del tegumento de
las mismas, sin previa incubación.

11
1. EXAMEN DE SEMILLA NO INCUBADA

1.1. Métodos de semillas secas:

Este método es conducido juntamente con el análisis de pureza. La muestra es


examinada cuidadosamente, clasificando el material encontrado en tres clases:
semillas puras, otras semillas y material inerte. Las semillas clasificadas como
puras deben ser examinadas, tratándose de encontrar señales o síntomas
indicativos de presencia de microorganismos. En la fracción material inerte, son
agrupados los restos de plantas, pedazos de pedúnculos y vainas, esclerocios,
agallas, etc. Este material, después de satisfechas las exigencias de análisis de
pureza, pueden ser incubados para complementar las informaciones obtenidas a
partir del examen de semillas secas.

Para facilitar la conducción de la prueba e interpretación de los síntomas


detectados en las semillas, la muestra de trabajo debe ser examinada con el auxilio
de un microscópico estereoscopio, con poder de aumento de hasta 60x.

Semillas secas pueden mostrar síntomas de diferentes intensidades, debido a


necrosis o decoloraciones producidas por microorganismos, como también,
pueden ser detectados cuerpos fructíferos, masas de esporas o de células
bacterianas adheridas a la superficie de las semillas.

Este método puede ser usado para un gran número de patógenos y especies de
semillas, desde que el patógeno involucrado produzca sobre la semilla algún
indicativo característico de su presencia. En semillas de frijol, arveja y en otras
leguminosas, manchas marrones generalmente son indicativas de presencia de
hongos, como el caso de Colletotrichum lindemuthianum en frijol, Ascochyta
pisi y Mycosphaerella pinodes, en semillas de arveja.

Semillas de soya son frecuentemente atacadas por el hongo Cercospora kikuchii,


lo cual provoca decoloración del tegumento, produciendo manchas de coloración
púrpura. Otro hongo encontrado en el tegumento de semillas de soya,
Peronospora manshurica, produce una costra blanca, compuesta por oosporos y
micelio del referido hongo.

En maíz, decoloraciones azul-verdosos del escutelo son producidos por hongos de


almacenamiento, generalmente por el género Aspergillus. Semillas de maíz que
presentan estrias en el endosperma son portadoras de Fusarium.

Un complejo de hongos, entre ellos patógenos y saprófitos son los responsables


por el daño conocido por Punta-Negra en semillas de trigo. Entre los hongos
involucrados, se destacan Curvularia, Alternaria y Helminthosporium.

El examen de semillas secas puede ser favorecido por la utilización de luz ultra

12
violeta una vez que ciertos patógenos producen fluorescencia amarillo-azulado en
trigo y de color crema en frijol. Septoria nodorum produce fluorescencia verdosa
en trigo. La prueba de fluorescencia debe ser conducida como una prueba
complementaria, siendo útil para una rápida estimativa del nivel de infección de las
semillas con los patógenos.

Ciertos microorganismos como Septoria y otros que producen picnideos


subepidermicos tienen su identificación facilitada, embebiéndose las semillas en
agua o lactofenol. Los nemátodos Aphelenchoides besseyi y Ditylenchus
angustus son fácilmente identificados en semillas, cuando éstas son embebidas
en agua.

El método de semilla seca permite obtener una rápida información sobre el estado
sanitario de las semillas, no requiere muchos equipos, además de que puede ser
conducido junto con análisis de pureza sin mucho trabajo adicional. Es una prueba
indispensable para la detección de esclerócios de hongos y agallas de nemátodos,
complementando las informaciones obtenidas a partir de las pruebas con
incubación de semillas.

Aunque, solamente los patógenos causadores de síntomas fácilmente visibles


externamente son detectados a través de este método. De manera que los
microorganismos llevados por semillas, localizados en el interior de las mismas, no
serán detectados, salvo que produzcan síntomas típicos en el tegumento. Además
de eso, no se tiene información sobre la viabilidad del patógeno, siendo necesario
procedimientos de otro método para la obtención de estos datos.

1.2. Método de lavado de semilla

Este método se basa en la inmersión, en agua destilada, de 100 g de semillas (dos


repeticiones de 50 g de semilla), las cuales son colocadas en un erlenmeyer de
100 ml. A estas semillas, se adiciona 10 ml de agua, agitándose por 10 minutos, a
fin de remover las esporas y otras estructuras adheridas a la superficie de las
mismas. Se retira el agua de lavado, colocándola en tubos de centrífugado. Este
material será centrifugado por 15 minutos a 2500 RPM. Terminada la
centrifugación, se elimina el sobrante y el restante será examinado en microscopio
binocular, con el auxilio de un hemacitómetro, apuntando al conteo del número de
esporas encontradas en la suspensión. El resultado de la prueba es expresado en
número de esporas por gramo de semilla.

Este método es ampliamente utilizado para la detección cuantitativa de esporas de


caries en cereales, como también, en la identificación de otros hongos adheridos a
la superficie de las semillas, como, Alternaria, Stemphyllium, Drechslera,
Fusarium, Pyricularia y otros.
El método de lavado de semillas es adecuado para contaminaciones que están
presentes exclusivamente en la superficie de las semillas. Fue demostrado que los

13
hongos Ustilago avenae y U. hordei solo producen infección en el campo si
existieran esporas localizadas entre las glumas de las cariópsis, mientras que las
esporas adheridas a las superficies de las semillas no producen infección. Como
consecuencia, la cantidad de estas esporas no es una verdadera expresión del
potencial de inóculo. El mismo es valido para hongos que presentan esporas
adheridas a la superficie y micelio durmiente en el interior de las semillas.

1.3. Método de conteo de embriones

En este método, se utiliza una muestra de un mínimo de 2000 semillas, las cuales
son pre-acondicionadas a 22oC en solución de 10% de NaOH, con 0.2 g de
anilina-azúl, por litro de solución. La cantidad de esta solución a ser adicionada a
las semillas debe ser suficiente para cubrir a las mismas. Las semillas son dejadas
en contacto con esa solución durante el período de una noche, a una temperatura
de 22oC. Al día siguiente, las semillas son colocadas en un recipiente apropiado
(funil de Fenwick), donde, con el auxilio de corriente de agua tibia (50 a 70oC), los
embriones son separados de los endospermos y colocados en conjunto de
zarandas de mallas diferentes (3.5, 2.0 y 1.0 mm), aislándose los embriones de los
endospermos. Después, los embriones son transferidos a un biker de 100 ml, a los
cuales es adicionado lactofenol para la clarificación de los mismos. Esta
clarificación es realizada, colocándose la suspensión en baño-maría por 10 a 20
minutos.

Después del clarificado se hace la remoción del endospermo restante que todavía
permanece junto a los embriones, a través de un embudo dotado de caño de jebe
y presilla. Una vez aislados adecuadamente, los embriones son examinados
individualmente con el auxilio de un microscopio estereoscópico. Para lo cual, los
embriones deben ser distribuidos en una placa de Petry conteniendo una sobre
placa con ranuras (grietas), dentro de las cuales serán distribuidos. De esta
manera, la evaluación de la prueba e identificación de los embriones infectados
son facilitadas. Será considerado infectado el embrión que presenta en su interior
micelio del hongos. Este micelio es fácilmente distinguible por el hecho de
permanecer con la coloración azul del colorante.

Este método es mayormente utilizado para la detección de carbón en cebada y


trigo, dando resultados altamente correlacionados con la infección en el campo.

2. Examen de semilla incubada

Las metodologías de las pruebas, descritas a continuación, incluyen la incubación de las


semillas bajo condiciones controladas, de manera que facilite el crecimiento,
esporulación e inducción de síntomas, permitiendo la identificación más rápida y segura
del patógeno involucrado.

14
2.1. Método del papel de filtro (blotter test)

En este método, son evaluadas, un mínimo, de 400 semillas. Estas son distribuidas
en repeticiones, de número variable, en función del tamaño de los recipientes y de
las semillas. No incubar más de diez semillas de soya por placa de Petry; cuando
se usan cajas Gerbox, no colocar más de 25 semillas por caja. Para semillas
pequeñas, como las de trigo, se puede incubar mayor número de semillas por
recipiente, teniendo el cuidado de observar cierta distancia entre las mismas,
evitándose, de esta manera, contaminación de una semilla para otra. El substrato a
ser utilizado puede ser papel de filtro o secante, colocándose tres hojas de papel
de filtro o dos de papel secante por recipiente. El papel substrato debe ser
previamente humedecido en agua destilada y esterilizada. En seguida, las semillas
son distribuidas sobre el substrato e incubadas a una temperatura de 22 a 25oC,
por un período de 7 a 8 días, bajo régimen luminoso de 12 h de luz y 12 h de
obscuro. La luz debe tener una longitud de onda entre 320 y 420 mm, de manera
que promueva la esporulación de los hongos. Esta longitud de onda es
obtenida usando luz fluorescente fría o luz negra (NUV). La evaluación es realizada
después del período de incubación, examinándose individualmente, todas las
semillas a través de un microscopio estereoscópico con un aumento de 50 a 60x.
Si no es posible la identificación del patógeno a través de este aparato, se debe
montar láminas con material del hongo deseado y examinarlo en microscopio
binocular.

Este método puede ser utilizado para todos los tipos de semillas, teniendo la
ventaja de detectar un gran número de hongos asociados a la muestra. La prueba
en papel de filtro puede ser descrita como mixto entre la cámara húmeda en
patología vegetal y la prueba de germinación, combinando las ventajas de
investigación "in vitro" con las observaciones "in vivo". A través de este método,
es posible evaluar la viabilidad del inóculo presente en las semillas, estimar
la viabilidad de las semillas y, por inferencia, el efecto de los hongos sobre la
germinación de las mismas.

A pesar de su gran aplicación, este método presenta ciertas limitaciones, entre


ellas la dificultad de identificarse bacterias patogénicas; hongos de crecimiento
vegetativo muy lentos pueden ser rápidamente encubiertos por otros más
vigorosos; no detecta hongos causadores de mildiú, en razón de las condiciones
de incubación no son favorables al surgimiento de la forma imperfecta sobre las
semillas; y por permitir el rápido crecimiento de hongos contaminantes (Rhizopus,
Mucor, Penicillium, Aspergillus y otros), siendo necesario, en este caso, la
realización de pré-tratamiento de las semillas en hipoclorito de sodio.

Este método presenta algunas variaciones, como la utilización del congelamiento


rápido y la del herbicida, tratando de evitar la germinación de las semillas, las
cuales permanecerán con sus posiciones inalteradas sobre el substrato, facilitando
la evaluación de la prueba.

15
Cuando se desea utilizar la técnica del congelamiento, las semillas, después de
sembradas sobre el substrato previamente humedecido con agua destilada y
esterilizada, son incubadas por un día bajo condiciones normales de la prueba en
papel filtro. Durante este período de incubación, las semillas absorberán humedad
suficiente para la recuperación de los procesos metabólicos e inicio de
germinación. Después de éste periodo, las semillas son transferidas a un
congelador, con temperatura de -20oC, donde permanecerán por más de 24 h.
Debido al rápido congelamiento, habrá la formación de cristales de hielo, los cuales
romperán la estructura celular, matando la semilla. Realizado el congelamiento, las
semillas retornan a la cámara de incubación, donde permanecerán por un período
de siete días, cuando entonces serán examinadas. El porcentaje de infección
obtenida con esta técnica es bastante próxima a la observada en medio de cultivo,
especialmente debido a la falta de resistencia del hospedero. Esta técnica es
bastante útil, especialmente para semillas de cereales, pues, además de facilitar la
evaluación de la prueba, favorece el surgimiento de ciertos hongos (Drechslera,
Fusarium, Septoria, Phoma y otros).

Otra técnica que puede ser utilizada para impedir la germinación y por lo tanto
mantener las semillas en sus condiciones originales es la utilización de herbicida
(2,4-D), en solución con el agua empleada para el humedecimiento del substrato.
La concentración de la solución de herbicida es de 0.2%. Las condiciones de
incubación son idénticas a las descritas para el método del papel filtro.

2.2. Método en placa de agar

Las semillas son colocadas en placas de Petry conteniendo cantidades suficientes


de agar, distanciadas unas de otras de acuerdo con el tamaño de las semillas. El
medio de cultivo más utilizado es el compuesto por papa, dextrosa y agar (PDA).
Antes de sembradas sobre el medio de cultivos, las semillas deben ser pré-
tratadas con hipoclorito de sodio a 1% por 10 minutos, de manera que evite el
surgimiento de hongos saprofitos. Las semillas después de pre-tratadas son
sembradas e incubadas bajo régimen luminoso de 12 h de luz y 12 h de obscuro y
a temperatura constante de 22oC, por un período de 5 a 7 días. Se recomienda la
incubación del material inerte en separado. El principio de evaluación de este
método es el examen macroscópico de las colonias formadas por los hongos,
llevándose con consideración las características de las mismas (forma, tamaño,
coloración), observándose ambas caras del Petry.
Este método es generalmente utilizado, cuando la prueba en papel de filtro no
ofrece condiciones adecuadas para el crecimiento vegetativo, esporulación e
inducción de síntomas en las semillas o plántulas o cuando se desea detectar
patógenos que producen colonias características en medio de cultivo.

Para la detección de hongos de almacenamiento, es aconsejable la adición de


18% NaCl al medio de cultivo.

16
Cuando la prueba es empleada ocasionalmente, el analista tendrá dificultad de
identificación del patógeno, perdiendo mucho tiempo en el examen de las colonias
y en el montaje de láminas para examen en microscopio binocular. Generalmente,
hongos de rápido crecimiento obstruyen la identificación de hongos de crecimiento
mas lento. Además de esto, pueden surgir más de una colonia a partir de la misma
semilla, lo que hace difícil la identificación de los hongos, pues una puede
enmascarar y hasta inhibir el crecimiento de otra. Esta prueba, comparada con la
prueba en papel de filtro, es una prueba más trabajosa, pues involucra la utilización
y esterilización del medio de cultivo.

2.3. Método del síntoma en plántulas

El substrato utilizado en las pruebas de papel y en medio de cultivo es


completamente artificial. Un camino para el establecimiento de condiciones
naturales es obtenido por la siembra de las semillas en suelo, arena, o material
similar, previamente esterilizado. Bajo condiciones controladas de temperatura y
humedad, semillas y plántulas pueden desarrollar síntomas comparables con
aquellas encontradas bajo condiciones de campo.

Para algunos patógenos, el uso de esta prueba permite obtener informaciones


correspondientes al desempeño del lote de semilla en el campo, con relación a
enfermedades transmitidas por semillas en el campo.

Existen varias metodologías utilizadas para detección de patógenos basados en


los síntomas en plántulas. A continuación, serán abordadas tres técnicas más
utilizadas.

2.3.1. Método del ladrillo molido (Hiltner's Method)

En este método, el substrato utilizado es ladrillo molido, donde sus partículas


deben tener un tamaño máximo de 3 a 4 mm de diámetro. Este material es
empleado debido a su capilaridad y capacidad de retención de humedad. Cien
semillas de cereales (trigo, cebada, avena, otras) son convenientemente
distribuidas en un recipiente conteniendo una capa de mas o menos 8 cm de
substrato previamente humedecido. Después de sembradas, las semillas son
cubiertas por una capa de mas o menos 3 cm e incubadas por dos semanas,
bajo condiciones de temperatura ambiente y en la ausencia de luz. La
evaluación es realizada retirando del substrato las plántulas y semillas no
germinadas, observándose los señales de enfermedades en las plántulas
enteras. Se anota también el número de aquellas que no consiguieron emerger.
Para detección de Fusarium, se recomienda incubación en temperaturas mas
bajas (10-12oC), por un tiempo de tres semanas.

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Este método es de gran aplicación para semillas de cereales, pudiendo ser
también usado para arvejas y frijol.

2.3.2. Método de arena

La metodología es la misma que la de prueba del ladrillo, variando solo el


substrato. En este método, se usa arena, la cual debe ser de granulometría fina.
La capa necesaria para cubrir las semillas después de la siembra tendrá un
grosor variable en función del tamaño de la semilla a ser probada.

Este método puede ser utilizado para un gran número de especies, incluyendo
semillas de cereales, leguminosas, olerícolas y forestales, siendo útil en la
detección de Drechslera, Fusarium y Septoria, en cereales, y Colletotrichum
gossypii, en algodón.

2.3.3. Método del suelo estandarizado

El substrato a ser utilizado involucra un suelo previamente preparado,


compuesto de 6 partes de turba, 4 partes de arcilla y fertilizante completo. Para
cada 3 partes de este compuesto, se adiciona 1 parte de arena. Después de ser
perfectamente homogenizado, se adiciona 0.6 partes de agua, uniformemente
distribuidos. El substrato es colocado en macetas plásticas, sembrándose tres a
cinco semillas por maceta. La incubación tiene un período variable entre dos a
cuatro semanas, en temperaturas de 10 a 20oC, respectivamente. Es
aconsejable envolver los vasos en sacos plásticos para evitar la evaporación de
humedad. La función del substrato es crear un micro-clima altamente favorable
para el desarrollo del patógeno. El substrato puede ser re-utilizado, después de
esterilizado a una temperatura no menor a 95oC por 20 minutos.

Este método es usado para la detección de Fusarium, Septoria y Drechslera


en semillas de cereales.

Las desventajas de estos métodos están relacionados con el periodo


prolongado de incubación y por el hecho de no detectar patógenos que ocurren
en el final del ciclo del cultivo.

3. Inspección de la planta

Ciertos patógenos asociados a semillas, para que puedan ser detectados, necesitan de
un período de incubación mayor del que usualmente es utilizado por los métodos de
síntomas en plántulas. Para estos patógenos, especialmente bacterias y virus, la
evaluación de la prueba debe ser realizada cuando la planta se encuentra en una fase
adelantada de desarrollo.

18
3.1. Método del síntoma en plantas en crecimiento

Las semillas son sembradas en suelo previamente esterilizado, colocadas en


recipientes plásticos (macetas o bandejas) e incubadas bajo condiciones de
temperatura controlada.

En este método son probadas 200 semillas previamente tratadas con hipoclorito de
sodio a 2% durante 10 minutos. Después de pre-tratadas, las semillas son
sembradas en suelo estandarizado, adecuadamente humedecidas e incubadas a
una temperatura de 25oC en ausencia de luz. La primera evaluación de los
síntomas es realizada en el estadío de tres hojas y la evaluación final 10 días
después de la primera.

Este método es de gran valía para puertos de servicios cuarentenários, para


evaluación de lotes de semillas importadas, tratando la detección de bacterias,
tales como:
Pseudomonas syringae pv. glycinea, P. syringae pv. pisi, Xanthomonas
campestris pv. campestris, X. campestris pv. Malvacearum y X. campestris pv.
vesicatoria.

A pesar de su utilidad, este método no es utilizado en análisis de rutina en la LAS


por el hecho de ocupar mucho espacio; exige una cámara especifica o invernadero
para incubación del material, habiendo la necesidad de control efectivo de
temperatura, humedad, y por el hecho de ser una prueba muy demorada. Además
de ser útil para detección de bacteriosis y virosis, también puede ser empleado
para mildiús y royas.

3.2. Método de ensayos a campo

Para la detección de ciertos patógenos asociados a las semillas, las pruebas


comúnmente utilizadas en laboratorios, por varias razones, no son aplicables. En
estos casos, una muestra representativa del lote de semillas puede ser evaluada
en ensayos a campo.

La metodología a continuación descrita, es aplicable para los cultivos de trigo y


cebada.

Cada muestra debe ser sembrada en cuatro bloques. Dos bloques son sembrados
en una chacra y los otros dos en localidades diferentes. La instalación de los
bloques de la misma área debe ser realizada en épocas diferentes. Cada bloque
es formado por seis líneas de 9 m de longitud, distanciadas 25 cm una de otra,
totalizando 54 m lineares de líneas. La distancia entre bloques debe ser de 1m. El
número de semillas a ser sembradas debe corresponder a una densidad de
3000 plantas por bloque.

19
Cuando las plántulas emergieran, y antes del macollamiento, se hace conteo del
número de plantas encontradas en 1 m linear del surco, en cuatro diferentes
locales, para cada bloque. Multiplicando el número de plantas encontradas por
13.5, se tiene el número de plantas para cada bloque (13.5 x 4 = 54 m). El control
sanitario es efectuado a través del examen de todo el bloque, siendo las plantas
infectadas arrancadas y examinadas minuciosamente. Este método es útil para
detectar Drechslera e Ustilago pudiendo ser usado por los mejoradores y
multiplicadores de semillas del sistema de producción.

Una de las limitaciones de este método reside en la muerte de plantas en el


período comprendido entre el primer y último conteo. Normalmente, es esperado,
en el conteo final, un número de plantas de 80 a 90% del número original. Mientras
tanto, debido a varios factores (daños por insectos, por ejemplo) ese número no es
alcanzado. Paralelo a esto, se tendrá un porcentaje de infección irreal, en caso de
que no sea aplicada una debida corrección. Como esta prueba es conducida en
época normal de cultivo, la evaluación de los daños causados por
microorganismos es realizada cuando la semilla ya fue sembrada por los
agricultores. No obstante, para las semillas genéticas y/o básicas, lo mismo para
número pequeño de lotes de semillas certificadas, este método puede ser
conducido en invernadero.

3.3. Método de inspección del campo de producción de semillas

El método de inspección del campo de producción de semillas es, para muchas


enfermedades, el medio más efectivo de control, permitiendo el rechazo de lotes
antes de cosechados. Sin embargo, para que este método pueda ser aplicado, se
hace necesario el establecimiento previo de los estandares de campo para
determinadas enfermedades, definiendo el nivel máximo de infección que un
cultivo puede contener para ser utilizado como semilla. Sin la inclusión de estos
niveles de infección en los estándares
de campo, este método es inviable.

En cualquier esquema de certificación o fiscalización de semillas, un mínimo de


dos inspecciones de campo de producción deben ser realizadas. La primera es
generalmente efectuada cuando la planta se encuentra en pleno crecimiento, y la
segunda, en el momento de floración, o después, de maduración. Detalles
referentes a las técnicas de evaluación de infecciones en los campos de
producción dependen de la especie cultivada y del patógeno involucrado. No
obstante, como es imposible evaluar todas las plantas individualmente, es
imprescindible la adopción de una muestra representativa del área, a través del
examen de un número suficiente de plantas y de varios puntos de muestreo.

Todo el esquema de certificación o fiscalización de semillas está primeramente


basado en la inspección de los campos de producción, técnica que contribuye para
el aumento de la producción agrícola. Una vez establecidos y observados los

20
estándares mínimos de calidad sanitaria, los niveles de incidencia de patógenos
serán mantenidos en valores bajos, y, si el esquema de producción de semillas
fuera efectivamente eficiente, las escalas de infección podrán ser reducidas a
niveles ideales, o sea, tolerancia cero.

Este método debe ser aplicado especialmente para los cultivos de mayor
importancia económica, como soya, trigo, arroz, maíz, algodón y frijol. Para cada
cultivo existe un número determinado de patógenos económicamente importantes
y que son transmitidos por semillas, en estas situaciones, este método es de
importancia incalculable.

Las inversiones necesarias para la conducción de este método son relativamente


elevadas, especialmente respecto al trabajo y transporte. Aunque, es posible
subsanar estos inconvenientes, a través de la combinación de inspecciones
sanitarias con inspecciones de otros propósitos (mezcla varietal, malezas)
comúnmente realizados en campos de producción de semillas. Otro factor negativo
de este método es la posibilidad de no detección de determinado patógeno en el
momento de la realización de inspecciones. Paralelo a esto, pruebas de laboratorio
deben ser realizadas tratando de complementar las informaciones obtenidas del
campo de producción inspeccionado. La dificultad para caracterización de un
microorganismo responsable por determinada enfermedad es otro factor de
importancia negativa, una vez que dos o más patógenos pueden provocar
síntomas similares, o actuar simultáneamente sobre la planta, dificultando la
identificación del agente causal. Además de eso hay el efecto del medio ambiente
sobre el establecimiento del patógeno y desarrollo de la enfermedad, haciendo
variable el grado de incidencia y la importancia económica de los mismos, entre
años de cultivo y entre regiones geográficas.

4. Análisis a través de bioensayos o procedimientos bioquímicos

4.1. Método de inoculación en planta indicadora

El inóculo en semillas infestadas o infectadas puede ser usado en varias formas


para producir síntomas en plántulas o plantas sanas, en ese caso son estas
usadas como plantas indicadoras.

Inyección hipodérmica, infiltración al vacío, atomizado de material originario de las


semillas infectadas con Xanthomonas phaseoli o X. phaseoli var. fuscans en
plantas indicadoras son métodos bastante sensibles y eficientes para la detección
de microorganismos. Una muestra de 500 g de semillas no tratadas de cada lote
de frijol son desinfectadas con solución de hipoclorito de sodio a 2.6% por 15
minutos, siendo en seguida lavadas con agua esterilizada. La muestra pre-tratada
con hipoclorito de sodio es incubada por 18 a 24 h en 1,200 ml de agua
esterilizada. Posterior al período de incubación, el cual es realizado bajo
condiciones ambientales, se hace la inoculación del líquido sobrante a través de

21
inyección en el medio de las primeras hojas de las plántulas de frijol (10 días
aproximadamente). La reacción positiva es observada a través de grandes
lesiones, seguidas de necrosis sistémicas.

Existe un gran número de plántulas indicadoras con eficiencia comprobada para la


detección de virosis transmitidas por semillas. Entre las especies mas usadas, se
destacan Chenopodium album, C. quinoa, C. amaranticolor, Cucumis sativus,
Glycine max, Nicotiana glutinosa, N. tabacum, Phaseolus mungo, Phaseolus
vulgaris (algunas variedades específicas), Pisum sativum y Vigna unguiculata.

Esta prueba, aunque posee metodología estandarizada para la detección de


virosis, es poco usada en análisis de rutina, debido, principalmente, a la dificultad
de obtención de plantas indicadoras.

La metodología comentada para la detección del virus del mosaico de lechuga, a


través del método de inoculación en planta indicadora, provee el análisis de 400
semillas por muestra, la cual es dividida en cuatro repeticiones de 100 semillas.
Cada repetición es colocada en una placa de Petry, al cual se adiciona 1 ml de
buffer. Usando las manos debidamente limpias, las semillas son rigurosamente
aplastadas con el auxilio de una cuchara de plástico, presionándose la cuchara
contra las semillas. Se adiciona una porción de carbón activado en cada placa de
Petry y se mezcla bien. Las hojas de las plantas indicadoras (Chenopodium
quinoa) son preparadas para recibir el inóculo, a través de leves heridas
producidas por la raspadura de carborundum (carburo de silicio) sobre la superficie
de tres hojas por planta, se inocula dos plantas por repetición. Luego de dos a
cuatro minutos, se lava el exceso del material depositado sobre las hojas
inoculadas, con una rápida rociada de agua. La incubación de las plantas se hace
a 25oC, bajo régimen de 16 h de luz y 8 h de obscuro, por un periodo de diez a
doce días, envolviendo las mismas en sacos plásticos en el primer día de
incubación. Se aconseja el uso de testigos, utilizándose dos plantas no inoculadas
y otras dos inoculadas sólo con buffer + carbón activado + carborundum.

Para otras virosis, se puede inocular el extracto de hojas con síntomas de la


enfermedad, siguiendo la misma metodología descrita anteriormente.

4.2. Método de placa de bacteriófagos

Este método es utilizado para la detección de bacterias patogénicas, habiendo sido


inicialmente establecido para detectar Xanthomonas campestris pv. Phaseoli,
Pseudomonas syringae pv. phaseolicola (Taylor, 1970) en semillas de frijol y
posteriormente para P. pisi, en semillas de arvejas (Taylor, 1972).

Una muestra de 250 g de semillas es superficialmente esterilizada en solución de


Hipoclorito de Sodio a 2% durante 10 min. A continuación las semillas son
maceradas en un litro de caldo nutritivo (NB) en una licuadora. Esta masa es

22
incubada por 24 h, provocando la multiplicación de la bacteria. Porciones de 10 ml
son removidas asépticamente hacia frascos esterilizados y se adiciona una
suspensión conteniendo 4000 a 5000 partículas de fago. Muestras de 0,1 ml de
esta mezcla, después de 6 a 12 h son inmediatamente distribuidas en placas
previamente inoculadas con la bacteria indicadora. Cada partícula de fago forma
una zona característica (placa) y estas son contadas. La presencia de bacterias
homólogas es indicada por el aumento significativo del número de placas en el
segundo aislamiento.

Esta prueba viene siendo frecuentemente utilizada por investigadores. A pesar de


su gran sensibilidad y eficiencia, no ha sido utilizada en análisis de rutina.

La sensibilidad de la prueba puede disminuir en semillas de frijol substancialmente


contaminadas con bacterias saprofitas, esta situación es frecuentemente detectada
cuando las condiciones climáticas son adversas durante la maduración o cuando
las vainas permanecen en contacto con el suelo húmedo por un período más largo
que lo normal.

Este método es perfectamente aplicable en análisis de rutina, especialmente


cuando gran número de muestras necesitan ser tratadas. No necesita de
equipamientos sofisticados y caros, además de ser de fácil evaluación siempre que
se disponga de bacteriófagos activos y específicos para las bacterias que
necesitan ser detectadas.

4.3. Aislamiento directo

En esta técnica las bacterias son extraídas de las semillas por medio de molienda y
adición de agua destilada esterilizada, siendo la suspensión colocada en una placa
en medio de cultivo "B de King", Nutriente Agar u otros. Las colonias obtenidas
serán entonces probadas en cuanto a su identidad y patogenicidad por otros
métodos aquí citados.

4.4. Medios de cultivos selectivos

La utilización de medios selectivos permite la identificación de varias especies de


Pseudomonas syringae y de Xanthomonas campestris (SAETTLER SCHAAD
& ROTH 1989). Los medios selectivos diferencian los patógenos a nivel de
especie, mientras los semiselectivos deben permitir la identificación por lo menos al
nivel de género. La utilización de medios selectivos y semiselectivos prevé el uso
de agentes inhibidores de crecimiento de microorganismos saprófitos (bacterias y
hongos) así como el atender de las necesidades nutricionales del organismo
probado.

A continuación son indicados algunos medios de cultivo para la detección de


bacterias en semillas:

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a) KBC para Pseudomonas syringae pv. syringae (MOHAN y SCHADD 1991).
b) MSP para P. syringae pv. phaseolicola (MOHAN y SCHAAD 1991).
c) SX agar para Xanthomonas campestris pv. campestris (SCHAAD y WHITE
1974).
d) NSCA para X. campestris pv. campestris (SCHAAD y KENDRICK 1975).
e) MXP para X. campestris pv. phaseoli (CLAFLIN et al. 1987).

4.5. Métodos serológicos

Los métodos serológicos son ampliamente usados en patología animal y humana,


habiendo sido adaptados para un considerable número de patógenos de plantas,
especialmente para virus y bacterias.

El principio de la prueba consiste en la introducción de un organismo (virus,


bacteria, ...) en un animal, provocando la formación de anticuerpos en su sangre.
Las substancias que inducen la formación de anticuerpos son llamadas antígenos.
La sangre del animal inoculado con el antígeno contiene anticuerpos en la
glubulina del suero (Antisuero). Las pruebas serológicas están basadas en la
reacción "in vivo" entre el antígeno y el anticuerpo. Estas reacciones pueden ocurrir
en la forma de aglutinación o precipitación.

La descripción de las principales pruebas serológicas se encuentra en el Plant's


Pathologist's Pocketbook del Common Wealth Mycological Institute.

Entre los métodos para las pruebas serológicas existentes, serán abordados
suscintamente los principales:

Para el método de microprecipitación, se pueden probar tanto semillas como


plántulas originarias de semillas infectadas. Se obtiene el extracto de las semillas o
de las hojas, siendo este material probado con el anti-suero específico para el virus
o bacteria responsable por la enfermedad. En un tubo capilar de 1.3 mm de
diámetro y de 10 cm de longitud, se llena inicialmente con el anti-suero, hasta
aproximadamente 1.3 cm del tubo. El resto se llena con el material supuestamente
infectado (antigeno). A través de movimientos oscilatorios, se mezcla el antígeno
con el anti-suero. La formación de microprecipitaciones (coagulaciones) puede ser
observada cuando ocurren reacciones entre el antígeno y el anti-suero, indicando
que el patógeno responsable por la enfermedad es el correspondiente al anti-suero
empleado.

En el método de la difusión doble ("Ouchterlony test"), también se pueden probar


semillas u hojas de plántulas. Para tal, en una placa de Petry conteniendo agua de
Agar previamente solidificado (1% Agar, 0.85% de clorito de sodio y 0.2% de azoto
de sodio), son realizados seis orificios en el substrato, circundando un orificio
central. En el orificio del centro, es colocado el anti-suero y en los alrededores son
colocados alternadamente el extracto del material infectado, con tres diluciones, y

24
el material sano. Los orificios pueden ser llenados con tubos capilares. Realizada
la distribución del material, la placa es tapada e incubada a la temperatura
ambiente por uno o dos días. La reacción positiva es caracterizada por la
formación de una zona de precipitación entre el orificio del anti-suero y del
antígeno, asumiendo la forma de un arco de coloración blanco-opaca.

Entre las técnicas serológicas, la "imunofluorescencia" es considerada la de mayor


sensibilidad y utilidad, una vez que la visualización es facilitada por las reacciones
de aglutinación. Los anticuerpos son marcados con una substancia fluorescente
(ex: isotiocianato de fluorescencia) que y cuando combinado con la bacteria hace
fácil la visualización de ésta en el microscopio con iluminación ultravioleta, debido a
formación de un halo fluorescente envolviendo a la célula bacteriana.

En otro método serológico o método del látex, minúsculas esferas de látex son
sensibilizadas con fracciones de globulina del anti-suero, lo que permite facilitar la
visualización del precipitado (floculado) originario de la reacción entre el antígeno y
el anti-suero. Esta técnica ha sido utilizada para la detección del virus del mosaico
de la soya, para lo cual se utilizan plúmulas y cotiledones de plántulas. Este
material es separado del resto de las plántulas y macerado en 5 ml de solución
salina normal (0.85% de NaCl en agua destilada). Una gota del material originario
de esta maceración es mezclada con 0.025 ml de la suspensión de látex
sensibilizado, de preferencia en la cavidad de láminas de vidrio.

Estas láminas, conteniendo el antígeno y el anti-suero con látex, son incubadas


durante 1 h a la temperatura de 20oC en cámara húmeda para evitar evaporación.
La observación es realizada con el auxilio de un microscopio estereoscópico, con
fondo obscuro y con la luz reflejada. Esta técnica puede ser realizada en tubos
capilares. Para este método, 200 semillas son incubadas por una semana en
placas de Petry (25 semillas por placa) con papel de filtro previamente humedecido
en agua destilada y esterilizada. Con una tijera, se separan, en otras placas, las
plúmulas y cotiledones del resto de las plántulas, formándose cuatro repeticiones
de 50 semillas. En cada repetición son adicionados 2 ml de buffer. Con el auxilio de
una cuchara plástica, el material es presionado. La savia originada de este
macerado es dejada en reposo por 2 h, con la placa de Petry cerrada. Después de
la incubación, las placas son levemente agitadas. En un tubo capilar perfectamente
limpio se introduce 1 cm de suspensión de látex sensibilizado con virus y 2 cm de
savia originada del material macerado. Se prepara un tubo capilar con buffer y
látex para servir como testigo. Para cada repetición debe haber un tubo capilar,
totalizando cinco tubos por muestra (1 control + 4 repeticiones). La
homogenización tanto del antígeno como del anti-suero es realizada a través de un
homogenizador automático, o manualmente, fijándose los tubos capilares en
lámina de vidrio por medio de cintas adhesivas. Después de 15 minutos de
homogenización (movimientos oscilatorios), los tubos capilares son examinados en
microscopio esterioscópico. Dependiendo de la intensidad de coagulación, esta
puede ser visualizada al ojo vivo.

25
El método Elisa (Enzime Linked Immunosorbent Assay") es de gran sensibilidad
para la identificación de virus, una vez que el anti-suero reaccionará con el
antígeno favorecido por la hidrólisis enzimática. En este método, se utiliza una
placa especial compuesta por pequeños alvéolos yuxtapuestos. En el alvéolo, es
colocado inicialmente una porción del anticuerpo específico, siendo, en seguida,
incubado a 37oC por 4 horas, con posterior lavado del alvéolo. Se adiciona el
extracto retirado de las semillas por medio de molienda, buffer y producto
sulfactante y luego las placas son lavadas, quedando las partículas del virus
adheridas a las del anti-suero en las paredes del alvéolo. La fase siguiente consiste
de la adición del anticuerpo unido a la enzima, para propiciar la coloración de la
suspensión. La placa es nuevamente incubada a una temperatura de 37oC por 6
horas y luego nuevamente lavada, quedando las partículas del anticuerpo unido a
la enzima adherido a las partículas del extracto anteriormente retenido en el
alvéolo. A continuación se agrega el substrato enzimático mezclado con buffer.
Este sustrato será hidrolizado por la enzima, produciendo una coloración amarilla,
indicadora de la reacción positiva entre el antígeno y el anti-suero. Por medio de
este método, una semilla infectada puede ser detectada entre miles de semillas
sanas.(Fig.3)

4.6. Métodos para la detección de nemátodos

a) En este método, dos repeticiones de 100 semillas, retiradas al azar de la


muestra, son inmersas separadamente en agua por un periodo de dos horas.
Posteriormente son trituradas en licuadora por 1 a 2 minutos, siendo el material
molido y zarandeado. Las zarandas deben poseer mallas de 0.149 y 0.037 mm,
para permitir la colecta de los nemátodos, los cuales quedan retenidos en la
última zaranda. La identificación de los nemátodos es hecha a través del
examen de 20 ml de la suspensión retirada de la zaranda 0.037 mm, con auxilio
de láminas y microscopio.

b) En este método, son descascaradas manualmente 5 repeticiones de 100


semillas en una pequeña cantidad de agua en un vidrio de reloj e incubadas por
24 horas a 24 ± 3oC. Lavar el material en zaranda de 0.045 mm. El material
resultante sobre la zaranda tendrá nemátodos, pedazos de cáscara y de
cariópside. Transferir ese material para el embudo de Baermann, dejando en
reposo por una noche. Colecte los nemátodos y observe el filtrado con el auxilio
de un microscopio estereoscópico.

c) En este método son colocadas 500 semillas en una pequeña zaranda dentro de
una placa de Petry. Adicionar agua hasta cubrir totalmente las semillas. Dejar en
reposo por 72 horas. Remover las semillas retirando la zaranda y transferir el
agua para un Biker. Lavar bien la placa Petry, colectando el agua de lavado en
el mismo Biker. Dejar el agua en reposo por una hora, lo que permitirá la
decantación de los nemátodos. Retirar con cuidado el exceso de agua con el
auxilio de una pipeta, dejando en el Biker apenas 15-20 ml. Transferir esa agua

26
para otra placa a fin de determinar la presencia de nemátodos. Este examen
debe ser realizado bajo microscopio estereoscópico con luz diascóptica,
contando el número de nemátodos encontrados.

Estas tres metodologías pueden ser utilizadas para detección de


Aphelenchoides besseyi, aunque, la primera metodología es más indicada
para la extracción de nemátodos sedentarios.

27
III. TRATAMIENTO DE SEMILLAS

1. PRINCIPIOS GENERALES DE CONTROL DE ENFERMEDADES

Las acciones catastróficas de los microorganismos en plantas cultivadas son


relatadas en la bibliografía desde hace muchos siglos. Todavía hasta hoy
frecuentemente ocurren epidemias en los cultivos, con reflejos altamente negativos
en el rendimiento y por supuesto en la calidad de vida del productor. Dentro del
contexto de la productividad agrícola, el control de enfermedades tiene una
importancia muy grande. Entiéndase por control de enfermedades, la adopción de
medidas que tienen por objetivo reducir la incidencia y la severidad del patógeno. Sin
embargo, para que el control sea eficiente y económicamente viable es necesario un
conocimiento previo de: la etiología de la enfermedad, las condiciones climáticas y
culturales que favorecen la ocurrencia del patógeno, las características del ciclo, la
relación patógeno-hospedero, la eficiencia de los métodos de control y de la relación
costo-beneficio.

Considerando la relación patógeno-hospedero, Wetzel clasificó las medidas de


control en 4 principios biológicos distintos: exclusión, erradicación, protección e
inmunización. Con el pasar de los tiempos, fue agregado un nuevo principio, la
terapia. Todavía estos principios solamente abarcaban enfermedades de origen
biótico, no considerando las enfermedades de origen biótico. Por esta razón fueron
agregados dos nuevos principios, la evasión y la regulación.

1.1. Medidas de control basadas en la exclusión

El objetivo de la exclusión es evitar la entrada y el establecimiento del patógeno


en una área todavía no infestada. Eso puede ser obtenido con la adopción de
medidas cuarentenarias definidas a través de estándares fitosanitarios, en el
ámbito internacional y/o nacional. Todavía, las medidas de exclusión, pueden
tener una amplitud mas estrecha de adopción local por el productor como es el
caso del uso de semillas sanas, asepcia de los equipos de trabajo, control de
calidad del agua de irrigación, y otras.

La eficiencia de las medidas de exclusión esta relacionada con la capacidad de


diseminación del patógeno en relación con el área geográfica que se desea
mantener libre de la enfermedad. Las medidas de exclusión, aunque no
totalmente eficiente a nivel del agricultor, deben ser implementadas, pues de
manera general estas medidas tienen un efecto directo en la reducción del
potencial del inoculo inicial con el consecuente atraso en el desarrollo de la
epidemia.

1.2. Medidas de control basadas en la erradicación

Las medidas de erradicación tienen como fin la eliminación del patógeno que

28
fue introducido en el área del cultivo. La erradicación, con miras a la eliminación
de un patógeno de una región, técnicamente solo es posible cuando el patógeno
tiene un numero restringido de hospederos y baja capacidad de diseminación.
Se debe evaluar la viabilidad económica cuando el patógeno esta limitado en un
área relativamente pequeña. Con eso se observa que la erradicación es un
complemento de la exclusión, pues cuando se erradica un patógeno de una
determinada área se evita su diseminación a otra. Hay que considerar también
que la eficiencia de la erradicación depende de la adopción de las mimas
prácticas por los agricultores vecinos.

Son ejemplos de medidas de erradicación: la eliminación de plantas enfermas,


eliminación de hospederos silvestres, labranza profunda del suelo, eliminación
de restos de cultivo, desinfestación del suelo, tratamiento de semillas y rotación
de cultivos. La eficiencia de estas técnicas no es absoluta, pues difícilmente
eliminan completamente el patógeno. Tienen efecto en la reducción del
potencial de inoculo y efecto mayor cuando otras medidas de control son
simultáneamente utilizadas. Para hongos como Fusarium, Verticillium y
Sclerotinia, que tienen eficientes mecanismos de sobrevivéncia, estas medidas
de control son de poca utilidad.

1.3. Medidas de control basadas en la protección

La protección tiene por objetivo la interposición de una barrera protectora entre


las partes susceptibles de la planta y el inoculo del patógeno, antes que ocurra
la deposición del inoculo sobre el tejido vegetal. La protección es comúnmente
obtenida con la aplicación de fungicidas, bactericidas e insecticidas, controlando
directamente el patógeno o el vector. Esa forma de control es la que más se
desarrolló en los últimos años, hasta llegar a los productos sistémicos. Hasta la
fecha, la eficiencia de la protección depende de las características del producto,
del método, la forma, la dosis y del número de aplicaciones, entre otras
características.

1.4. Medidas de control basadas en la inmunización

Compréndase por medidas de inmunización aquellas involucradas en el


desarrollo de plantas resistentes o inmunes, o además, del desarrollo, por
medios naturales o artificiales, de una población de plantas inmunes o altamente
resistentes, en una área infestada con patógenos.

En caso de que el patógeno llegue hasta la planta hospedera, él mismo podrá


encontrar distintos grados de resistencia a su adherencia, penetración y
colonización de los tejidos vegetales. Aunque esa resistencia sea baja, la misma
podrá ser suficiente para que los daños no sean tan severos. Ese método de
control es el ideal, pues, se trata de un método eficiente, no incrementa
directamente el costo de producción y puede, en ciertos casos, hacer que otros

29
métodos de control no sean necesarios. Actualmente se está buscando la
inmunización química (productos sistémicos) y la inmunización biológica
(protección cruzada o pré-inmunización). Un ejemplo de protección cruzada
exitosa, de uso generalizado en el estado de São Paulo/Brasil, es la pré-
inoculación de estirpe flaca del virus de la tristeza de los cítricos, virus
transmitido por el pulgón negro, Toxoptera citricidus. La inoculación de la estirpe
flaca hace que la planta sea resistente a la estirpe patogénica del virus.

1.5. Medidas de control basadas en la terapia

El objetivo de la terapia es restablecer la sanidad de la planta con la cual el


patógeno mantiene una relación parasitaria. Ejemplos de aplicación de este
método son la utilización de fungicidas sistémicos, o de contacto (como el caso
de oidios y otros patógenos que cuando son removidos de la planta, se recupera
su sanidad), remoción de lesiones o de ramas enfermas de árboles, tratamiento
térmico de semillas, etc.

1.6. Medidas de control basadas en la evasión

El principio de la evasión comprende las técnicas relativas a la elección del área


geográfica, local, fecha y profundidad de siembra, distancia entre plantas,
control de insectos y malezas, precocidad de los cultivares, y otras. Así se
puede decir que a través de la evasión se puede escapar del patógeno o de las
condiciones que favorezcan su desarrollo.

1.7. Medidas de control basadas en la regulación

La regulación comprende la aplicación de las técnicas de control basadas en las


modificaciones del ambiente, permitiendo el control de enfermedades de origen
bióticos y abióticas. Prácticas como la corrección de deficiencias nutricionales
(importante hacer la corrección del potasio para lograr el control de Phomopsis
sojae, de la deficiencia de calcio y exceso de fósforo para el control de
Fusarium), corrección del pH (pH elevado favorece el desarrollo de Strptomyces
scabiens en papa), control del agua de irrigación (evitar el exceso de humedad
del suelo, lo que favorece enfermedades causantes de damping-off, como
también evitar la falta de humedad, lo cual favorece otros patógenos, como
Macrophomina phaseolina en frijol), la frigorificación de productos post-cosecha,
especialmente de frutas y hortalizas, entre otras.

2. FORMAS DE CONTROL DE ENFERMEDADES

2.1. Control Cultural

La práctica cultural mas utilizada es la rotación de cultivos, pero otras pueden


ser empleadas con éxito, como es el caso del uso de material de propagación
sano, eliminación de plantas enfermas y restos de cultivo, incorporación de

30
material orgánico, fertilización, irrigación, densidad de siembra, época de
siembra y cosecha, por citar algunas de las mas importantes.

La rotación de cultivos consiste en el cultivo alternado de especies vegetales


distintas en el misma área y en la misma estación anual (trigo en el invierno de
un año y avena en el invierno del próximo año; soya en el verano de un año y
maíz en el verano del año siguiente).

El principio del control involucrado en la rotación de cultivos es la supresión o


eliminación del substrato apropiado para el patógeno. La ausencia de las
plantas cultivadas anuales lleva a la erradicación total o parcial de los patógenos
necrotróficos que son dependientes nutricionalmente de las mismas. La
eliminación de los residuos de cosecha, durante la rotación de cultivos, es
debida a su descomposición por los microorganismos del suelo.

Muchos patógenos pueden ser controlados con la rotación de cultivos, en tanto


que otros no. Las características principales de los patógenos controlados con la
rotación de cultivos son: capacidad de sobrevivir saprofíticamente en restos de
cosecha específicos; no presentan estructuras de resistencia, presentan
esporas grandes, pesadas, que pueden ser llevadas por el viento a cortas
distancias (Bipolaris sorokiniana, Drechslera teres, etc.); presentan esporas
pequeñas, pero llevadas por el viento o lluvia a cortas distancias (Colletotrichum
spp, Phomopsis spp.); presentan ninguno o muy pocos hospederos
secundarios.

Los patógenos no pueden ser controlados a través de la rotación de culturas


cuando presentan habilidades de sobrevivir saprofíticamente en distintos
hospederos (Rhizontonia solani); tienen estructuras de resistencia
(oosporas=Pythium y Phytophthora, clamidosporas=Fusarium,
esclerocios=Sclerotium, Sclerotinia, Macrophomina, Claviceps, Verticillium);
cuando tienen varios hospederos secundarios; presentan esporas pequeñas
que pueden ser llevadas por el viento a grandes distancias (Giberella zeae,
Pyricularia oryzae).

2.2. Control Biológico

De acuerdo con los principios del control biológico, la enfermedad es el


resultado de una interacción entre hospedero, patógenos y no patógenos
habitantes del suelo, los cuales presentan la capacidad de limitar la actividad del
patógeno o de aumentar la resistencia del hospedero. El control biológico puede
ser definido como la reducción del inoculo o de las actividades determinantes de
la enfermedad causada por un patógeno, realizada por uno o mas organismos
que no sea el hombre. Estos organismos incluyen a los individuos o
poblaciones avirulentas o hipovirulentas dentro de las especies patogénicas. Así
se puede afirmar que en el control biológico se busca controlar un
microorganismo a través de la acción de otro, durante la cual un

31
microorganismo ejerce efecto antagónico con relación al otro, a través de una o
mas de las siguientes formas: antibiosis, competencia, parasitismo, predación,
hipovirulencia e inducción de defensa del hospedero. Se dice que un buen
antagonista debe actuar a través de dos o mas de estas formas.

Entiéndese por antibiosis la interacción entre organismos, durante la cual uno


ejerce uno o mas efectos dañinos sobre el otro, a través de la producción de
metabólitos. La competencia es la interacción entre dos o mas organismos
simultáneamente y con el mismo objetivo sobre el substrato. La competencia
ocurre principalmente por alimentos, espacio y oxígeno. Parasitismo es la
interacción entre organismos durante la cual uno vive del otro y se alimenta de
éste. Los predadores obtienen su alimento de patógenos u otras fuentes. La
hipovirulencia se refiere a la transmisión de las características de una línea
menos agresiva o no patogénica, para las líneas patogénicas. Varios
microorganismos o sus metabólitos, tienen capacidad de inducir al hospedero a
cambiar sus mecanismos bioquímicos de resistencia, alterando su forma de
expresión.

A través del control biológico se puede proteger las semillas, tanto de los
patógenos que están en ella, como aquellos que están en el suelo. Los
principales microorganismos utilizados en el tratamiento de semillas son hongos
(Aspergillus spp., Chaetomium spp. Gliocladium spp., Trichoderma spp.) y
bacterias (Agrobacterium radiobacter, Bacillus spp., e Pseudomonas spp.).
Agrobacterium radiobacter es utilizada para el control de Agrobacterium
tumefaciens; Pseudomonas fluorescens, se utiliza para el control de Rhizoctonia
y Pythium en algodón, mientras que Bacillus subtilis se aprovecha para el
control de Rhizoctonia solani en maní.

Microorganismos antagónicos también pueden ser utilizados para el control de


patógenos que afectan la parte aérea de la planta. Sin embargo, para que sea
una operación exitosa, el microorganismo antagónico debe, preferencialmente,
multiplicarse y colonizar la superficie de la planta. La oportunidad de así se
obtener microorganismos efectivamente antagónicos son aumentadas,
haciéndose aislamientos en el propio ambiente donde los antagónicos serán
utilizados. La utilización de microorganismos con reconocida capacidad
antagónica y no residentes en la superficie de la planta, también es común en el
control biológico. Bacillus subtilis, aislado del suelo, reduce hasta 75% las
pústulas de roya en el frijol, cuando son aplicados en la forma de compuesto
líquido en la superficie de las hojas, con tres aplicaciones semanales.

La eficiencia del control biológico de los patógenos en la parte aérea de la


planta, depende de la estrategia utilizada. Así, para cultivos perennes, mejores
resultados son obtenidos con la utilización de antagónicos que actúan a través
del hiperparasitismo, en tanto que para cultivos anuales, mejores resultados son
obtenidos con la utilización de antagónicos que actúan por antibiosis.

32
En el tratamiento biológico de semillas son incorporados determinados agentes
biológicos, los cuales actúan por medio de competencia, antagonismo o
hiperparasitismo, reduciendo o impidiendo el desarrollo de patógenos. Varios
avances fueron hechos en esta área, determinándose ya algunos agentes
promisorios de control biológico: Chaetomium spp., Gliocladium spp., Penicillium
spp., Trichoderma spp., Bacillus spp., Streptomyces spp., Pseudomonas spp. y
otros. Existen ya en el mercado algunos productos comerciales indicados para
el tratamiento de semillas, sin embargo hay mucho mas que investigar. La forma
de aplicación de los agentes de control biológico puede ser a través de
inmersión de las semillas en suspensión de propágulos durante 10 minutos, con
posterior secado. A través de esta técnica constantemente se están
introduciendo microorganismos deseables en el ambiente (campo),
contribuyendo para un control más dinámico, sin causar daños a la naturaleza ni
al hombre.

2.3. Control Genético

El uso de cultivares resistentes es el método mas empleado para el control de


patógenos, por ser barato y de fácil aplicación. Existen cultivos donde el control
de importantes enfermedades es hecho casi que exclusivamente con el uso de
la resistencia, como es el caso de carbones de los cereales, el marchitamiento
de hortalizas y de las virosis en la mayoría de los cultivos.

Existen cultivares con resistencia solo a algunas razas del patógeno, mientras
que otros presentan resistencia contra todas las razas. En el primero caso se
tiene la resistencia vertical y en el segundo la resistencia horizontal.

Generalmente la resistencia vertical es monogénica, o sea, es controlada por


uno o pocos pares de genes, mientras la resistencia horizontal es oligogénica o
poligénica. Sin embargo existe resistencia monogénica horizontal, como es el
caso de la resistencia en sorgo a Periconia circinata y resistencia poligénica
vertical, en el caso de Puccinia hordei en cebada.

La durabilidad de las distintas resistencias es variable. La resistencia vertical


monogénica puede ser vencida por la capacidad evolutiva del patógeno, o sea,
este tipo de resistencia tiende a ser superada en un corto período de tiempo.
Como ejemplo se tiene la superación de los genes R de resistencia a
Phytophthora en papas, de los monogenes de resistencia a Pyricularia oryzae
en arroz, de los monogenes de resistencia a antracnosis en frijol, entre otros. La
idea de que la resistencia oligo/poligénica es de difícil superación por la
evolución de los patógenos, es verdadera. Como ejemplo se puede citar la
resistencia de cebada, variedad Protor, la cual es resistente a Ustilago nuda.

Este hongo infecta al embrión de las semillas, llegando al ovario por medio de la
fertilización. En el caso de la variedad Protor, la fecundación ocurre cuando la

33
inflorescencia todavía se encuentra envuelta por las glumas, lo que imposibilita
la infección. Este tipo de resistencia horizontal es gobernada por 3 genes.

La resistencia vertical, por ser efectiva contra algunas razas del patógeno, actúa
en el sentido de reducir la cantidad del inoculo inicial, haciendo que el inicio de
la epidemia ocurra mas tardíamente, en tanto que la resistencia horizontal,
aunque efectiva contra todas las razas, solamente disminuye el tamaño de las
lesiones producidas por el patógeno, aumenta su período latente, disminuye el
número de esporas producidos por lesiones, etc.,. y todos sus efectos son
parciales y cuantitativos. Así, cultivares con resistencia horizontal presentan
menor infección que las plantas susceptibles, las lesiones crecen mas
lentamente, las esporas son producidas mas tardíamente. Se puede decir que la
resistencia vertical afecta el inoculo inicial, mientras la resistencia horizontal
afecta la velocidad de desarrollo de la enfermedad.

Una estrategia que viene siendo estudiada para control de patógenos, es la


formación y utilización de multilineas, la cual consiste en la mezcla de líneas
agronómicamente semejantes (o casi idénticas), pero que difieren entre si, por
tener cada una, distintos genes de resistencia vertical. Otra estrategia es la
rotación de genes, que tiene el mismo principio de la rotación de cultivos. El
objetivo de la rotación de genes es reducir la presión de selección, evitando el
surgimiento de nuevas razas. Una variedad teniendo un gene de resistencia
vertical R1 es utilizada hasta que surja una raza (1) capaz de superar su
resistencia. Esta variedad entonces es substituida por otra que tenga un gene
de resistencia R2, la cual será substituida por otra cuando su resistencia haya
sido superada. Después de algunos años se retorna a la variedad R1, cerrando
el ciclo de rotación.

2.4. Control Químico

La explotación comercial de ciertos vegetales, como fresa, manzana, tomate,


papa, uva, entre otros, no seria económicamente viable sin el uso de fungicidas
en localidades y épocas sujetas a la incidencia de enfermedades. La
convivencia con patógenos presentes en las áreas de cultivo es un compromiso
obligatorio dentro de la agricultura moderna. En esa convivencia, los productos
químicos tienen una función predominante, garantizando la cosecha y tornando
mas estable la producción. El control químico es mas practicado en los países
económicamente mas desarrollados, donde la agricultura es tecnológicamente
mas avanzada, con aplicaciones de mas insumos y previsión de mejores
cosechas.

El control químico de enfermedades es hecho a través de varios tipos de


productos, entre ellos los insecticidas, acaricidas, fungicidas, bactericidas,
nematicidas y herbicidas, siendo, inevitablemente los fungicidas, los mas
importantes.

34
Los fungicidas pueden ser clasificados como: erradicantes (sistémicos o de
contacto), protectores y curativos.

Fungicidas erradicantes son aquellos que actúan directamente sobre el


patógeno, en la fuente del inoculo, siendo eficientes en el tratamiento del suelo,
de las semillas y en tratamientos durante el invierno, de los árboles frutales que
entran en reposo vegetativo. Productos erradicantes típicos son los fumigantes
del suelo, ejerciendo control de insectos, hongos, nemátodos y malezas, siendo
por eso llamados biocidas. Ejemplos de ese grupo son el formol, el bromuro de
metilo, el cloropicrina, dazomet y metano de sodio son productos altamente
tóxicos y de alto costo. Productos no fumigantes, erradicantes del suelo, son el
quintozene y etridiazol. Fungicidas protectores, como mancozeb, captán y los
sistémicos pertenecientes a las dicarboximidas, pueden ser indicados en el
tratamiento del suelo para el control de Rhizoctonia solani en hortalizas. El
fungicida sistémico metalaxyl es eficiente en la erradicación de Pythium y
Phytophthora, causantes de damping-off y pudriciones radiculares en varias
especies vegetales.

En el tratamiento de semillas, generalmente son utilizados productos no


sistémicos y sistémicos, siendo los mas comunes el Thiram y Captan (no
sistémicos), Benomyl y Thiabendazol (sistémicos). Raramente son utilizados
productos erradicantes en el tratamiento de semillas, como el ácido sulfúrico en
el desbrozamiento de semillas de algodón, el cual elimina varios hongos
presentes.

A continuación será presentada una clasificación general de los fungicidas, con


algunos ejemplos.

Fungicidas erradicantes:
Bromuro de metilo, Dazomet, Formol, Metano de sodio, Quintozene, Etridianol.

Fungicidas protectores:
Enxofre- caldo sulfo-cálcico
Cúpricos- caldo bordalésa
Ditiocarbamatos- Thiram, Ferbam, Ziram.
Etilenobisditiocarbamatos- zineb, Maneb, Mancozeb
Compuestos aromáticos- Chlorotalonil, Dicloran
Compuestos heterocíclicos nitrogenados- Captan, Dichlofluanid

Fungicidas sistémicos:
Carboxamidas- Carboxin, Oxicarboxin, Pyracarbolid
Benzimidazoles- Benomyl, Carbendazin, tiofanato metílico, Thiabendazol
Dicarboximidas- Iprodione, Vinclozolin, Procymidone
Inhibidores de la biosíntesis de esteroles- Propiconazole, Tebuconazole,
Triadimefon, Triadimenol, Tridemorph, Triforine.

35
Inhibnidores de oomicetos- Propamocarb, Cymoxanil, Metalaxil, Efosite.
Inhibidores de la sintesis de melanina- Bim, Pyroquinol
Fosforados orgánicos- IBP, Pyrazophos

Antibióticos:
Aureomicina (clorotetraciclina), Blasticidina, Cicloheximida, Estreptomicina,
Kasugamicina.

En este documento no serán abordados los temas relativos al control químico


de enfermedades de las plantas en el campo, restringiéndose al control de
patógenos a través del tratamiento de semillas.

2.5. Tratamiento Químico de Semillas

2.5.1. Introducción

El tratamiento de semillas probablemente es la medida más antigua, barata y


la más segura en el control de enfermedades transmitidas por semillas,
especialmente hongos. Sin embargo no debe ser utilizada como medida de
control aislada, sino como parte de un conjunto de medidas que incluyen
prácticas culturales para el control de patógenos, como aislamiento, control
de malezas, rotación de cultivos, uso de cultivares resistentes, entre otras.

Independiente del método, forma y tipo de producto utilizado en el tratamiento


de semillas, esta práctica debe tener los siguientes objetivos:

a. Erradicar los microorganismos patógenos asociados a las semillas, estén


estos localizados externamente o en el interior de las mismas,
protegiendo tanto las semillas como a las plántulas contra los hongos del
suelo.
b. Impedir la transmisión del patógeno de la semilla a la plántula, dando a
esta cierta protección en los estados iniciales de su desarrollo.
c. Reducir la fuente del inoculo, impidiendo de esta manera el surgimiento de
una epidemia en el campo.
d. Reducir los costos por el uso de productos químicos al minimizar su uso
en la parte aérea de la planta.

Existe una serie de factores que pueden causar la reducción de la calidad de


las semillas, entre ellos se destacan el daño mecánico, condiciones adversas
de clima, daños por insectos y también de microorganismos, condiciones
inadecuadas durante el almacenaje y hongos del almacén. Dentro de esta
regla, el tratamiento de semillas debe ser considerado como última alternativa
para obtener semillas sanas y de alta calidad. Para la producción de semillas
de calidad garantizada, primero se deben considerar el manejo adecuado de
los campos de producción; la utilización de máquinas y equipamientos

36
adecuados durante los procesos de cosecha, secado y beneficio;
almacenamiento en locales donde la temperatura y la humedad relativa del
aire sean adecuadas para minimizar la actividad metabólica de las semillas, y
consecuentemente reducir la actividad de microorganismos e insectos. Al
adquirir lotes de semillas para la siembra, se deben seleccionar aquellos que
tuvieron un mejor desempeño en los análisis de laboratorio.

2.5.2. Tipos de tratamiento de semillas

La eficiencia del tratamiento de semillas está directamente relacionada con la


erradicación del patógeno causante del daño. Para que esta eficiencia sea
alcanzada, es necesaria la utilización adecuada del producto (principio activo
y dosis) así como de la forma del tratamiento a ser empleada.

El tratamiento químico de semilla es el más difundido y consiste el la


aplicación de un fungicida, insecticida, antibiótico y/o nematicida a las
semillas. Para que el tratamiento químico sea eficiente, se debe seleccionar
un producto capaz de erradicar los patógenos presentes en las semillas, el
cual no debe ser tóxico a las plantas, al hombre ni al ambiente, debe
presentar alta estabilidad, adherencia y cobertura, no ser corrosivo ni de alto
costo, además de ser compatible con otros productos.

El tratamiento de semillas con fungicidas es una práctica que está siendo


cada vez más utilizada por muchos productores. Un ejemplo de eso es el
aumento significativo en el tratamiento de semillas de soya, en Brasil. El
volumen de semillas de soya tratadas en la campaña 1991/92 correspondió
a menos de 5% de la área sembrada. En los años 1992/93 fue de 12%. En
1993/94 fue de 28%. Ya en la campaña 1994/95 el volumen de semillas de
soya tratadas fue de 48%, cantidad inferior a verificada en 1995/96, que fue
de 54%. Para la siembra de la campaña 1996/97 la cantidad de semillas
tratadas llegó a 65%. Eso se justifica por el hecho de que la siembra
normalmente es realizada bajo condiciones inadecuadas de humedad del
suelo, lo que retrasa la germinación, permitiendo un mayor ataque de hongos
del suelo, reduciendo la germinación y la emergencia de las plántulas. El
tratamiento químico, además de erradicar importantes hongos transmitidos
por las semillas, las protege contra la acción de hongos que habitan en el
suelo, como Rhizoctonia solani, Pythium sp., Fusarium spp. y Aspergillus
spp., que son capaces de causar el deterioro de las semillas en el suelo o la
muerte de plántulas.

Existen un gran número de productos en el mercado aptos para ser usados


en el tratamiento de semillas, presentando características diferentes. Los
productos llamados protectores son aquellos que actúan superficialmente, y
tienen poca capacidad de penetrar en la semilla, restringiendo su acción a los
patógenos localizados en el tegumento o debajo de éste, aún sin penetrar en
los tejidos embrionarios. Como ejemplo clásico de este grupo se tiene a los

37
fungicidas Thiram y Captan. Los productos sistémicos son aquellos que son
absorbidos por la semilla junto con el agua de imbibición y traslocados a la
plántula, confiriendo cierta protección a ésta en los estados iniciales de
desarrollo (benomyl, tiofanato metílico, etc.).

Los fungicidas utilizados para el tratamiento de las semillas pueden


pertenecer a distintos grupos químicos, los cuales son caracterizados por
propiedades específicas para el control de los hongos. Los grupos principales
son: aromáticos (PCNB, IMCTB), benzimidazoles (benomyl, thiabendazol),
ditiocarbamato (thiram, mancozeb), heterocíclicos (captan), triazoles
(triadimenol, tebuconazole), antibióticos (streptomiocina, aureomicina, etc.)
los cuales generalmente tienen espectro de acción diferente. Los fungicidas
pueden también ser clasificados de acuerdo con su modo de acción. Son
llamados "protectores o de contacto" (Thiran, Captan, etc.) aquellos
productos eficaces en el control de hongos que se encuentran en la superficie
de las semillas. Los productos eficientes en el control de hongos ubicados en
el interior de las semillas (benomyl, carboxin, thiabendazol) son llamados
fungicidas sistémicos. Teniendo en consideración el espectro de acción de
los fungicidas, estos pueden ser clasificados como de amplio espectro o no
específicos (Captan, Thiram, benomyl, etc.) los cuales son efectivos contra
un gran número de hongos patogénicos. Cuando un producto es eficiente
para el control de uno o de muy pocos hongos, el mismo es llamado fungicida
específico (carboxil, iprodione, metaloxil).

2.5.3. Formas de tratamiento químico de las semillas

a) Vía seca

Productos en la forma de polvo seco, son mezclados con las semillas, hasta
que éstas están uniformemente cubiertas por el producto. Aunque sea
bastante simple, presenta algunas desventajas, cuando se compara con otras
formas de aplicación del producto: como ejemplo se tiene la formación de
polvareda, fácilmente inhalada por el operador; no permite la utilización de
sembradora al boleo por medio de fuerza del aire; no es recomendada para
semillas lisas, pues no habrá adherencia adecuada del producto; o en las
semilla rugosas, puede haber gran retención y de manera irregular pudiendo
causar problemas de fitotoxicidad.

b) Via húmeda

En este caso son utilizados productos formulados de diferentes maneras:


concentrado emulsionable, solución, polvo mojable, polvo soluble. Estos
productos pueden ser aplicados de la siguiente manera:

- Inmersión
En esta forma de tratamiento, un secado de las semillas previo al

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almacenamiento es necesario, sí no son sembradas inmediatamente después
del tratamiento. Esto se debe a que las semillas serán inmersas en una
solución con concentración definida, por un determinado período de tiempo.
Ejemplo: inmersión de corta duración: 5 a 30 minutos en solución con 0.5%
de ingrediente activo ( i.a.).

- Slurry
Es una técnica que permite la aplicación del producto en forma de pasta,
habiendo un humedecimiento superficial de la semilla fácilmente evaporable,
no necesitando secado de la semillas después de la aplicación del producto.
La cantidad de agua utilizada en esa técnica es de 5-40ml/Kg de semilla.

Las ventajas relacionadas con el tratamiento vía húmeda están relacionadas


con la buena adherencia del producto y con la no formación de polvareda en
el momento del tratamiento. Sin embargo, esta práctica no es recomendada
para semillas mucilaginosas o leguminosas en las que se dañe al tegumento
con la absorción de agua.

- Otras formas
Existen otras formas de tratamiento de semillas, como la peletización y la
fumigación. La peletización, cuando es realizada para tratamiento de
semillas, prevee la utilización de un producto adhesivo (goma arábica o
acetato de celulosa), del fungicida y de material inerte (talco). La fumigación
es realizada en locales completamente sellados, donde se aplican productos
altamente volátiles. Esta práctica es más usada en el control de nemátodos.

Varios experimentos ya fueron realizados en el sentido de comprobar la


eficiencia del tratamiento de semillas antes del almacenamiento. Aunque éste
sea benéfico para el mantenimiento de la calidad de las semillas, por la
inhibición de la actividad de los hongos de almacenamiento e insectos, no se
puede olvidar que las semillas, ya tratadas, si no son aprovechadas para la
siembra, no podrán ser destinadas para el consumo humano o animal.

La aplicación de fungicidas en las semillas, por estas razones, normalmente


es hecha antes de la siembra. Se puede hacer con máquinas apropiadas o
con mezcladora de concreto (hormigonera), o con tambor giratorio con eje
excéntrico. Existen para la comercialización máquinas capaces de realizar el
tratamiento con fungicidas, la aplicación de micro nutrientes ( Mo y Co) para
soya, son importantes en la fijación de nitrógeno y la inoculación de
Rhizobium, cuando es necesario. En caso de que el tratamiento sea realizado
en hormigonera, en la forma de polvo seco, añadir 250 a 300 ml de agua para
50 kg de semillas, mezclar bien y después adicionar el fungicida.

Los fungicidas de acción sistémica, que poseen espectro de acción


específico, pueden fácilmente originar el surgimiento de patógenos
resistentes o insensibles; para evitar este problema, es recomendada la

39
utilización de productos con diferentes espectros de acción.

Independientemente de la forma de aplicación del producto, es recomendable


hacer siempre un revestimiento completo y uniforme de las semillas,
asegurando así la eficiencia del tratamiento.

Los fungicidas más utilizados para el tratamiento de semillas de soya son :


Captan (150 g i.a./100 kg de semilla), Thiabendazol (20 g i.a./100 kg de
semilla), eficientes para el control de hongos como Phomopsis sp;
Cercospora sojina y Colletotrichum truncatum. Otros fungicidas de acción por
contacto (Thiram y tolyfloanid) y sistémicos (benomyl y carbendazin) también
son recomendados para el tratamiento de semillas de soya.

El tratamiento de semillas de maíz debe permitir la protección contra


microorganismos del suelo, causantes de la pudrición de semillas, como
Pythium, Rhizoctonia, Diplodia, Fusarium, Penicillium, Trichoderma y Phoma.
El fungicida más utilizado para el tratamiento de semillas de maíz es el
Captán. Sin embargo, para lograr una mayor eficiencia del tratamiento, las
recomendaciones técnicas indican la utilización de mezcla de productos de
contacto con sistémicos. Los principios activos registrados en el Ministerio de
Agricultura de Brasil, para el tratamiento de semillas de maíz son: Captan,
Thiram, Thiabendazole, Quintozene, Tolyfluanid y la mezcla Quintozene +
Etridiazole. Los insecticidas para el tratamiento de semilla de maíz más
utilizados son el Carbofuran y el Thiodicarb; sin embargo, semillas de bajo
vigor pueden disminuir su grado de germinación, especialmente en
condiciones de baja temperatura.

Las semillas de trigo son frecuentemente tratadas con Thiram, para el control
de Bipolaris sorokiniana y Fusarium spp., mientras que para el control de
Ustilago tritici y Stagonospora nodorum y Bipolaris sorokiniana se recomienda
la utilización de la mezcla Carboxin + Thiram (93,7 + 93,7 g de i.a./100kg de
semillas); B. sorokiniana, S. nodorum y F. graminearum pueden ser
controlados con la mezcla de Iprodione + Thiram (50 + 150 g i.a./100 kg de
semillas). Otros productos recomendados son: Difenoconazole, para control
de Bipolaris sorokiniana y Ustilago tritici, y el Triadimenol, para el control de
B. sorokiniana, S. nodorum y U. tritici.

2.5.4. Características de los fungicidas para el tratamiento de semillas

Un lote de semillas no puede ser tratado indiscriminadamente. El tratamiento sólo


puede ser recomendado después que se conozca el resultado del análisis
sanitario, cuando se sabe cuales son los patógenos que están asociados al
lote y en qué porcentaje. Teniendo esas informaciones, será posible elegir el
fungicida más adecuado para el control de los patógenos.

Las siguientes características de los fungicidas son importantes para el

40
tratamiento de las semillas:

a) Fungitoxicidad

El fungicida, sea de contacto o de acción específica debe ser eficiente en


eliminar los patógenos de las semillas y protegerlas de los patógenos del
suelo.

b) Fitotoxicidad

El fungicida no debe ser fitotóxico en las dósis recomendadas para el cultivo


recomendado.

c) Distribución y cobertura

El éxito del tratamiento depende en gran parte de la uniformidad de


distribución y de la completa cobertura de las semillas con el producto.

d) Estabilidad

El producto debe ser estable en las condiciones ambientales prevalecientes y


no se debe descomponer por la acción de la temperatura y de la humedad.

e) Adherencia

El fungicida debe quedar bién adherido a la superficie de la semilla y no se


debe separar fácilmente ni siquiera bajo la acción de la lluvia.

f) Toxicidad para el hombre y fauna silvestre

No debe ser tóxico al hombre en la medida de lo posible y no debe dañar a la


fauna.

g) Compatibilidad

El fungicida debe ser compatible no solo con otros fungicidas, sino que
también con otros productos, sean nematicidas, bactericidas e insecticidas.

h) Economía

El aspecto económico debe ser también considerado, buscando siempre


producir al menor costo posible. La dificultad de encontrar un fungicida
perfecto es muy grande. Mientras tanto, estas características deben ser
consideradas tratando de obtener la máxima eficiencia y causando el menor
daño posible al ecosistema.

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2.6. Control físico

El uso de la termoterapia en el control de enfermedades es tan antiguo como el


uso de productos químicos, pero los avances tecnológicos ocurridos en los
productos químicos fueron mucho mas significativos. Hoy, todavía, hay una
preocupación en reducir el impacto negativo de la actividad agrícola sobre el
medio ambiente, haciendo que otros métodos de control sean desarrollados en
substitución a los químicos. Por eso nuevos métodos de control están siendo
desarrollados, teniendo como principio de control la temperatura, la radiación, la
ventilación y la luz.

2.6.1. Termoterapia

La termoterapia es un tratamiento físico donde el calor es el principal agente


de erradicación de los patógenos. Este método, aunque eficiente y promisorio
en el control de determinados microorganismos, es objeto de mayores
estudios, una vez que su eficiencia está directamente relacionada con la
capacidad que tienen los organismos vegetales de soportar altas
temperaturas por un determinado período de tiempo. En ese caso, cuanto
mayor la diferencia entre la sensibilidad térmica del hospedero y del
patógeno, mayores serán las posibilidades de éxito.

La sensibilidad térmica es afectada por varios factores, entre ellos el grado de


humedad, el nivel de dormancia, la edad y el vigor, las condiciones del
tegumento (pericarpio), condiciones de temperatura durante el desarrollo de
la planta, el tamaño del material a ser tratado y de la propia susceptibilidad
varietal. La relación temperatura-tiempo no puede ser aplicada de forma
generalizada para todas las situaciones. Debe ser determinada
experimentalmente, escogiéndose la temperatura letal mas baja para el
patógeno y en el menor tiempo de exposición.

La temperatura tiene efecto en la erradicación de patógenos, como también


en la viabilidad del hospedero, por causar la desnaturalización de las
proteínas, liberación de lípidos, destrucción de hormonas, restricción en la
absorción de oxígeno, destrucción de productos de reserva y daños en el
metabolismo, lo que puede causar acumulación de productos intermedios
tóxicos.

El tratamiento con calor puede ser hecho de dos maneras distintas. Una es a
través de la intensa y corta exposición, generalmente utilizada para la
erradicación de los microorganismos y la otra a través de una mínima
intensidad y larga exposición al calor, la cual es utilizada para reducir la
concentración del patógeno en la planta, generalmente asociada al cultivo de
meristemas.

42
El suelo puede ser tratado térmicamente, ya sea a través de vapor o de la
solarización. El vapor puede ser utilizado para el tratamiento de suelo en
invernaderos o de semilleros. el suelo es cubierto con plástico y el vapor
producido en una caldera es inyectado al mismo. La ventaja de la utilización
del calor es la ausencia de residuos tóxicos. La solarización es una técnica
desarrollada en Israel, la cual tiene por objetivo desinfectar el suelo,
eliminando patógenos, plagas y malezas. El suelo es cubierto por un plástico
transparente antes de la siembra, preferentemente durante el período de
mayor incidencia de radiación solar. El suelo permanece cubierto por un
período superior a un mes, visando el control de patógenos que están
localizados mas profundamente. El efecto erradicante de la solarización es
aumentado si el suelo estuviera húmedo. Muchos estudios demostraron la
eficiencia de la solarización en el control de enfermedades, incluyendo los
hongos Bipolaris sorokiniana, Dydimella lycopersi, Fusarium spp.,
Phytophthora spp., Pyrenochaeta spp. Pythium spp. Rhyzoctonia solani,
Sclerotina spp., Sclerotium spp, Verticillium spp. y otros. Estudios realizados
en Brasil, demostraron que la solarización del suelo, por 30 y 50 días, fue tan
eficiente como el Bromuro de metilo en la erradicación de Verticillium daliliae.
En la Tabla 2 se encuentra la indicación del tiempo de solarización
necesarios para inactivar los esclerócios de V. dahliae, de acuerdo con la
profundidad del suelo. Los nemátodos Meloidogyne, Heterodera, Globodera,
Pratylenchus, Ditylenchus, Paratrichodorus, Criconemella, Xiphinema,
Helicotylenchus yParatylenchus, pueden ser erradicados del suelo con la
solarización. La aplicación de esta técnica también disminuye la presencia
de malezas, evitando así el uso excesivo de productos químicos.

Tabla 2. Período de solarización necesario para el control de 90-100% de los


esclerocios de Verticillium dahliae, de acuerdo con la profundidad.

Profundidad del suelo(cm) Tiempo para el control de 90-100% de


los esclerocios (días)
10 3 - 6
30 14 - 20
40 20 - 30
50 30 - 42
60 35 - 60
70 35 - 60

La utilización de la energía solar (solarización) es también utilizada en el


tratamiento de semillas. Esta técnica es muy utilizada en lugares donde la
temperatura ambiente es elevada, resultante de la alta intensidad solar,
dando condiciones adecuadas para el tratamiento de semillas de cebada y
trigo, teniendo como meta el control del carbón volador.

Las semillas son inmersas en agua a temperatura ambiente durante 4 horas;

43
al medio día las semillas son distribuidas sobre una superficie plana, para
que quede una capa fina bajo la acción de luz solar, permaneciendo en estas
condiciones por mas de 4 horas, alcanzando temperaturas entre 48 a 54° C.
Por el hecho de ser considerada una técnica de alto riesgo; sin valor
comercial como los métodos químicos; y por el hecho de no proporcionar a
las semillas protección contra hongos del suelo, el tratamiento físico no ha
sido muy difundido y consecuentemente es poco utilizado.

La utilización de bajas temperaturas (refrigeración) es otra técnica muy


utilizada en el control de enfermedades, especialmente de productos frescos.
Las bajas temperaturas no matan el patógeno que esta dentro o en la
superficie de los tejidos vegetales, solamente impiden su crecimiento y su
actividad.

Atmósfera controlada o modificada es otra técnica utilizada en la


conservación de alimentos pos-cosecha, con miras a reducción de la
actividad metabólica del producto y del microorganismo, a través de la
alteración en la composición de los gases durante el período de
almacenamiento o transporte. Cambios en la concentración de CO2 y O2. en
las condiciones de almacenamiento puede inhibir el desarrollo de patógenos
a través de la reducción de su actividad o a través del aumento de la
resistencia del hospedero. Los efectos benéficos de la baja concentración de
oxígeno solamente son efectivos en atmósferas con menos de 5% de O2. En
cuanto al CO2 , hay la necesidad elevar su concentración arriba de 5%, para
que tenga efecto sobre los microorganismos pos-cosecha.

La utilización de la termoterapia en semillas tiene por objetivo la inactivación


del patógeno, sin que haya reducción de calidad de las mismas. Se hace
necesario destacar algunos parámetros que deben ser observados en
termoterapia, a fin de obtener el máximo control de los patógenos sin reducir
la germinación ni el vigor de las semillas. Uno de los principales factores a
ser observado es el contenido de agua de las mismas, pués a medida que
éste aumenta, se incrementa la sensibilidad de estas al calor. Otro factor que
está relacionado con la calidad es que semillas nuevas, de alto vigor, sin
daños mecánicos, resisten mejor a altas temperaturas, similar a lo que ocurre
con aquellas que presentan latentencia. Efectos negativos del calor sobre las
semillas pueden ser reducidos por medio de una inmersión previa de las
mismas en una solución de Polietilenoglicol al 30%.

Existen diferentes maneras de efectuar la termoterapia, las mas difundidas


son:

2.6.1.1. Calor seco:

Es una técnica que causa pocos daños a las semillas ya que no hay
derramamiento de substancias ni daños en el tegumento ni en las

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membranas, en función de una rápida imbibición de agua por la misma.

En esta técnica las semillas son colocadas en estufas o secadores y


calentadas a altas temperaturas (75 a 95°C) por un período de 5 a 8 días. Se
recomienda un secado previo de las mismas a una temperatura de 45°C por
24 horas, bajando el contenido de humedad para 13%, y así minimizar el
efecto de la temperatura sobre la calidad fisiológica de las semillas. Varios
trabajos han sido realizados utilizando calor seco para el tratamiento de
semillas, indicando la utilización de temperaturas de 95-100°C durante 12
horas, para el tratamiento de semillas de algodonero, con el objetivo de
controlar el hongo Colletotrichum gossypii (realizar secado rápido).

En la Tabla 3 se observa el control de hongos con tratamiento químico y


térmico de semillas de cebolla.

Tabla 3. Incidencia total (%) de hongos en semillas de cebolla, sometidas a tratamiento


químico y térmico.
Hongos Testigo Tratamiento
Químico Térmico TOTAL
Alternaria porri 33,5 6,5 6,5 46,5
Alternaria tenuis 23,5 0,0 0,0 23,5
Aspergyllus sp. 68,5 14,5 4,5 87,5
Stemphillium sp. 18,0 0,0 0,0 18,0
Botrytis sp. 1,5 0,0 0,0 1,5
Fusarium sp. 1,0 1,5 0,0 2,5
TOTAL 146,0 22,5 11,0 179,5
STRADIOTTO, J. 1991 UFPel

El tratamiento térmico (75°C/ 6 días) fue tanto o más eficiente que el


tratamiento químico (Iprodione 500 g/ 100 Kg de semilla) en el control de los
hongos, reduciendo la incidencia inicial de 146% a 11%.

2.6.1.2 - Calor húmedo:

En este método las semillas son expuestas a la acción del vapor de agua o
son directamente inmersas en agua caliente.

a) Vapor caliente: Esta técnica prevée una pre-hidratación de las semillas con
posterior exposición de las mismas a la acción del vapor con temperaturas de
50 - 60°C por 30 minutos, seguida de rápido enfriamiento.

Esta técnica es más simple y más eficiente que el tratamiento en agua


caliente, siempre que haya un control riguroso de la temperatura y del tiempo
de exposición de las semillas a la acción del vapor. Se debe cuidar la
humedad para que la masa de semillas alcancen la temperatura deseada en

45
un máximo de 2 minutos y la diferencia de temperatura entre el vapor de
entrada y de salida no sea superior a 1.4°C.

En semillas de repollo se obtuvo éxito hidratándolas previamente durante 3


días, con posterior exposición a la temperatura de 56°C por 30 minutos,
controlando satisfactoriamente los hongos Phoma lingam y Alternaria
brassicae. Para remolacha azucarera se recomienda la utilización de 52°C
por 10 minutos con la finalidad de controlar Botrytis cinerea.

b) Agua caliente: Las semillas son pre-calentadas a través de inmersión por 10


minutos en agua 5°C abajo de la temperatura de tratamiento, después son
transferidas para la temperatura deseada por un período pre-determinado
(50°C/20 minutos). Se hace necesario observar la relación entre el agua y
semilla (5:1), además de que el agua debe estar siempre en movimiento para
propiciar un contacto máximo de agua con la semilla. Inmediatamente
después del tratamiento, las semillas deben ser enfriadas en agua y secadas
a 32°C bajo ventilación forzada.

La termoterapia es una técnica promisoria para el tratamiento de semillas,


especialmente de olericolas y ornamentales, donde el volumen de semillas a
ser tratadas no es muy grande, facilitando la aplicación de forma
automatizada. La energía solar, como también microondas y ultrasondas, son
otros ejemplos de procesos físicos promisorios en el tratamiento de semillas.

2.6.2. Eliminación de determinadas longitudes de ondas

Láminas de plástico con capacidad de absorber luz ultravioleta están siendo


utilizadas para reducir la incidencia de enfermedades causadas por hongos
en plantas cultivadas en invernaderos. Filtros que impiden el paso de las
longitudes de onda por debajo de 390nm tienen eficiencia en el control de
Pyricularia oryzae en arroz, de Botrytis cinerea en tomate, de Alternaria dauci
en sanahoria, de Alternaria porri en cebolla y de Stemphylium botryosum en
espárrago.

La utilización de plástico que absorbe luz infrarroja también esta siendo


evaluada, pues la no transmisión de estas longitudes de onda impide la
pérdida de temperatura por el suelo en la noche, manteniéndola constante,
evitando un aumento en la humedad relativa, no favoreciendo el desarrollo de
enfermedades. Efectos positivos de esta técnica fueron observados en el
cultivo de tomate, siendo eficiente en el control de Alternaria solani,
Cladosporium fulvum y Botrytis cinerea.

2.6.3. Radiación

En la industria de alimentos, la energía ionizante es utilizada especialmente


para eliminar o reducir la población de microorganismos e insectos, para

46
inhibir la germinación de bulbos y tubérculos y para retrazar la maduración y
envejecimiento de las frutas. El cobalto 60 y el cesio 137, generadores de
electrones y de rayos X, son generadores de energía ionizante, aprobadas
para el uso en el procesamiento de alimentos. El Co60 y el Ce137, emiten
rayos gama, que en dosis elevadas matan todos los microorganismos, desde
las formas mas simples hasta las mas complejas, siendo la destrucción del
DNA la principal causa de la muerte de las células. El potencial de uso de la
energía ionizante en el control de microorganismos post-cosecha depende de
la sensibilidad del organismo y de la capacidad del producto de soportar la
dosis de energía.

Aunque eficiente en el control de microorganismos post-cosecha, la energía


ionizante hasta hoy no ha sido muy difundida, especialmente por el concepto
generalizado que hay en cuando a la utilización de energía nuclear. Sin
embargo, alimentos sometidos a esas radiaciones no presentan riesgos de
contaminación, siendo mas seguros que muchos plaguicidas frecuentemente
utilizados en la conservación de productos post-cocecha.

2.7. Control Bioquímico

Reacciones bioquímicas, como las fermentaciones anaeróbicas forman


substancias químicas capaces de inactivar ciertos patógenos. Este es el
principio del tratamiento bioquímico, a semejanza del que ocurre en el proceso
de obtención de semillas de tomate libres de Clavibacter michiganense, agente
causal del chanero del tomate, adonde las semillas son fermentadas junto con la
pulpa durante 96 horas a 21°C.

Esta técnica también ha sido aplicada con éxito en semillas de trigo y cebada,
para el control de carbón. En este caso, las semillas son inmersas en agua a
21°C durante 4 horas. Inmediatamente el agua es drenada colocando las
semillas en recipientes bien tapados, permaneciendo por 70 horas a 21°C o 50
horas a 27°C o inclusive por 30 horas a 32°C.

Las ventajas del tratamiento de semillas pueden ser observadas especialmente


en las primeras fases de desarrollo del cultivo a nivel de campo. Numerosos
trabajos de investigación indican que semillas tratadas presentan una mejor
germinación y emergencia, mejor desarrollo inicial, plantas sanas y vigorosas,
mayor número de semillas por planta y mayor número de semillas sanas.

Considerando que el costo del tratamiento de semillas corresponde a 0.5% del


costo total de la producción, no seria interesante la adopción de esta práctica?

3. CONTROL INTEGRADO

No basta el establecimiento y cumplimiento de los estándares de producción de


semillas en campo y planta de acondicionamiento, para tener un buen control

47
fitosanitario. La adopción de prácticas aisladas no garantiza el control del patógeno.
Para tener una mayor eficiencia en el control de las enfermedades deben ser
utilizadas prácticas conjugadas de control integrado, a fin de asegurar no solamente
un buen rendimiento, sino también la calidad sanitaria de las semillas. Las principales
prácticas involucradas en el control integrado son:

3.1. Medidas de control de enfermedades en campo

A) Uso de variedades resistentes:

El uso de variedades resistentes o tolerantes debe ser considerado como


prioritario para el control de enfermedades. No se puede olvidar que la
resistencia está condicionada a la variabilidad de los patógenos. La resistencia
vertical es indicada para patógenos que presentan variabilidad, mientras que la
resistencia horizontal esta siendo utilizada por los fitomejoradores, como una
forma de evitar epidemias.

Es interesante también recordar que el mejoramiento genético puede ser


conducido para obtener variedades con semillas resistentes, aunque estos
estudios sean poco explorados; por ejemplo, la variedad de soya IAS-5,
presenta mayor resistencia en la vaina a la mancha causada por Cercospora
sojina, que la variedad Bragg.

B) Selección del área para instalar el cultivo

Regiones semi áridas, con posibilidad de irrigación, son recomendadas para la


producción de semillas. La regionalización agroclimática contribuye para la
localización de las áreas preferenciales para la producción de semillas,
indicando regiones donde el patógeno es incapaz de establecerse o donde su
desarrollo es tolerable por el cultivo.

Varios países del mundo se valen de esta técnica para el establecimiento de


campos de producción de semillas (ej.: California, U.S.A., para la producción de
semillas de olerícolas y ornamentales), cuyas áreas deben estar aisladas de las
zonas productoras de granos y de otros materiales destinados al consumo.
C) Prácticas culturales

El conocimiento del patógeno y de la enfermedad permite que, a través del


manejo de ciertas prácticas culturales, sea posible evitar o minimizar el
surgimiento de varias enfermedades.

C.1) Uso de semillas sanas

La sanidad debe ser considerada principalmente en el sentido de prevenir la


aparición de patógenos. Es preferible optar siempre por aquellas semillas
originarias de programas de producción, con calidad garantizada, aunque

48
muchas veces no se tenga conocimiento de la calidad sanitaria. En el caso de
importación de semillas, es recomendable exigir siempre el certificado sanitario
y de ser posible, visitar previamente el área donde se producen las semillas a
ser importadas.

C.2) Rotación de cultivos

La rotación de cultivos es el manejo alternado de especies distintas en la misma


localidad en la misma estación del año. El principio de la rotación es la
supresión o eliminación del substrato apropiado para el patógeno. La
inexistencia de la planta cultivada o de las voluntarias, lleva a la erradicación
total o parcial de los patógenos necrotrófecos que de ella dependen
nutricionalmente.

C.3) Inspección de los campos de producción

Además de exigir del inspector un buen conocimiento de los microorganismos


capaces de comprometer la calidad de las semillas, es necesario la exigencia de
estándares de tolerancia, correctamente establecidos para cada tipo de
enfermedad. Esta operación debe ser realizada especialmente en las fases de
floración y de pre-cosecha, momento en que las plantas son más vulnerables al
ataque de microorganismos.

C.4) Otras practicas culturales importantes

Prácticas como la incorporación de los restos culturales y de otra materia


orgánica, fertilización equilibrada (especialmente de nitrógeno, fósforo, potasio y
calcio), irrigación, época de siembra y cosecha, barreras físicas y aislamiento,
son algunas otras prácticas culturales que pueden ser utilizadas en el control de
fitopatógenos.

Otros tipos de prácticas, como labranza, profundidad y densidad de siembra,


tipo y población de vectores, época de siembra y cosecha, eliminación de
plantas hospederas y rotación de cultivos, pueden restringir la incidencia y el
desarrollo de enfermedades económicamente importantes.

La labranza profunda, la rotación de cultivos con maíz o sucesión con


gramíneas de invierno, siembra anticipada y manejo adecuado del cultivo,
especialmente con relación a la fertilización con potasio y densidad de siembra
moderada, son prácticas culturales necesarias para el control del cancro del
tallo en soya.

La obtención de variedades resistentes es difícil y muchas veces lleva años


hasta que se tenga material adaptado para cultivo. Cuando no se tiene
variedades resistentes, medidas alternativas, basadas en prácticas culturales
deben ser utilizadas. Así es hecho para el control del nematodo del quiste de la

49
soya, donde se utiliza la rotación de cultivos (con maíz, arroz de secano,
algodón, caña de azúcar, sorgo, girasol, maní e yuca, son viables), la sucesión
con cultivos de invierno, con finalidades económicas o de cobertura, abono
verde o complementación del forrage y el control de malezas (Bidens pilosa,
Aeschynomene virginica, Cassica tora y otras).

C.5) Uso de fungicidas en la parte aérea de las plantas

Cuando no existen otras medidas para el control de las enfermedades, el uso de


productos químicos es una forma eficiente para reducir los daños causados por
patógenos. El éxito de esa práctica depende de la elección correcta del
producto, como también de la época y modo de aplicación. Su uso debe
basarse en las informaciones obtenidas de las instituciones de investigación y
asistencia técnica de la región.

3.2. Medidas de control en las semillas

A pesar de la adopción de prácticas adecuadas de control integrado, aún es


posible que se presenten patógenos en las semillas. Con el fin de reducir o
erradicar los microorganismos presentes en las mismas, algunos cuidados
deben ser seguidos:

A) Uso de máquinas y equipos de procesamiento de semillas

El procesamiento de semillas, con máquinas y equipos bien ajustados,


contribuyen para mejorar la calidad sanitaria del lote de semillas, a través de la
remoción de semillas defectuosas, mal formadas, arrugadas y con menor peso,
remoción de estructuras de resistencia (agallas, cistos y esclerócios) y a través
de la remoción de restos de cultivos, partículas de suelo y de semillas invasoras.

En el caso del nemátodo Heterodora glycines, que es transmitido por partículas


de suelo agregadas con las semillas, el procesamiento tiene una participación
muy grande en la reducción del porcentaje de incidencia de este patógeno. Lo
mismo ocurre con Diaporthe phaseolorum f. sp. meridionalis. Este hongo
persiste, de un año para otro, no solo en las semillas, sino también en los
residuos de plantas, muchas veces mezclados con las semillas durante la
cosecha.

B) Tratamiento de semillas

Esta es una práctica que permite obtener alto nivel de semillas sanas. Existen
varias formas y principios de tratamiento de semillas, las cuales se ajustan a las
facilidades disponibles para el productor.

Una de las formas mas recientes para el tratamiento de semillas es el control


biológico, el cual esta siendo muy investigado, presentando resultados

50
promisorios, especialmente a través de la utilización de hongos, como el
Chaethomium, Penicillium, Trichoderma, Gliocladium y de bacterias de los
géneros Bacillus, Streptomyces y Pseudomonas, para el control de especies
como Fusarium, Rhizoctonia, Pythium, Sclerotium, Helminthosporium y
Macrophomina, entre otros.

Tratamiento físico a través de alta temperatura, en la forma de calor seco o


calor húmedo (agua o vapor caliente) han dado excelentes resultados para el
control, no solo de hongos, sino también de bacterias, virus y nemátodos (Tabla
4).

Tabla 4 - Recomendaciones para el tratamiento térmico de algunas semillas, para el


control de algunos fitopatógenos.

Especie Patógeno Control Temp./tiempo


Alfalfa Dithylenchus dipsaci Agua caliente 48-49°C/15 min.
Tomate Alternaria solani Agua caliente 50°C/20 min
Algodón Glomerela gossypii Calor seco 95-100°C/12h(1)
Coletotrichum
Xanthomonas campestris
Pv. Vesicatoria
Trigo Ustilago tritici Agua caliente 52°C/11min (2)
(1)Pré-calenatmiento a 60-65°C/20-24 h.
(2)Pré-imbibición a 21°C/5 h.

El tratamiento químico de las semillas es una práctica que permite el control, no


solo de microorganismos asociados con las semillas, como también de aquellos
presentes en el suelo, pudiendo inclusive, conferir protección de la parte aérea
de las plantas. Es utilizado principalmente para el control de hongos y puede ser
empleado también para el control de bacterias y nemátodos.

Los productos para el tratamiento de semillas deben tener ciertas


características, como causar toxicidad a los microorganismos sin afectar a la
planta, no ser tóxico al hombre ni animales, no acumularse en el suelo, tener
bajo costo, no ser corrosivo, soportar el almacenamiento sin degradarse y no
ser afectado por temperaturas extremas. Deben también ser compatibles con
otros productos y micro nutrientes.

La adición de colorantes, o de otros productos que alerten al consumidor cuanto


lça presencia de productos químicos, debe ser obligatoria, evitando asi el
consumo inadvertido de semillas tratadas.

Los fungicidas son clasificados en dos grupos: sistémicos y protectores. Los


fungicidas protectores son en mayor número, incluiendo generalmente
productos con amplio espectro, mientras los sistémicos son más específicos.

51
Los protectores (Thiram, Captan, Quintosene) son más utilizados con el
objectivo de proteger las semillas en el suelo. Thiram (ditiocarbamato) es más
eficiente que Captan (dicarboximida) contra Pythyum, Phytophthora, Phoma,
Rhizoctonia y Fusarium, mientras Quintozene (nitrobenzeno) tiene acción
destacada contra hongos productores de esclerócios, como Rhizoctonia y
Sclerotium. Los productos protectores últimamente desarrollados, como
Iprodione, Fenaminosulf, Guazatine, Procymidone, TCMTB, Terrazole y
Mancozeb, son también eficientes para el tratamiento de las semillas.

Los fungicidas sistémicos Carboxin (Oxatiins) son selectivos para el control de


hongos de la clase Basidiomycotina, como Thanatephorus (Rhizoctonia) y
carbones. Los fungicidas benzimidazoles (Benomyl, Carbendozin,
Thiabendazole, Tiofanato metílico y fuberidazole) son de espectro más amplio,
siendo indicados para el control de hongos pertenecientes a las clases
Ascomycotina y Deuteromycotina, con excepción de los deutoromicetos que
producen esporas negras (Alternaria, Bipolaris, Helminthosporium, Curvularia,
Drechslera). Triadimenol (Triazol) es un fungicida sistémico muy eficiente para
el tratamiento de semillas de cereales, para el control de carbones y de Bipolaris
sorokiniana.

El tratamiento químico de semillas es indicado para el control de Diaporthe


phaseolorum f. sp. meridionalis, especialmente para evitar la introducción del
patógeno en el área de cultivo. La investigación recomienda la utilización de los
fungicidas Captán, Carboxin + Thiram, Thiram y Thiabendazol para el
tratamiento de semillas.

El uso de bactericidas y de nematicidas tiene aplicaciones limitadas a un


pequeño número de especies patogénicas. Estreptomicina (en la forma de pasta
líquida) ha sido utilizada para el tratamiento de semillas de fríjol, con miras al
control de Pseudomonas phaseolicola. Todavía los resultados obtenidos hasta
hoy con los antibióticos en el tratamiento de las semillas, apenas comprueban
el control de las bacterias localizadas en el exterior del tejido tratado, sin
erradicar aquellas localizadas en su interior. Además de eso, hay la necesidad
de considerar el precio del tratamiento, el cual es aplicable para pequeña
cantidad de semillas.

Con el objetivo de evitar el desarrollo de resistencia, se recomienda el uso de


mezclas de productos con distintos espectros de acción y la alternancia de
productos de la misma eficiencia.

En la Tabla 5 se encuentra indicada la sensibilidad de algunos


microorganismos, a distintos productos químicos utilizados para el tratamiento
de semillas.

52
Tabla 5 - Sensibilidad de algunos patógenos a distintos productos químicos aplicados en
las semillas de algunas especies vegetales.

Productos
Cultivo Patógeno
Be Ct Cd Gu Ip Mz Tb Tr Tm Td
Arroz Pyrucularia oryzae X X X X X
Aphelencoydes besseyi X
Drechslera aryzae X X X
Frejol C. lindemuthianum X X X X
Girasol Alternaria zinniae X X X
Soya Phomopsis spp. X X X X
Cercospora sojyna X X X X
C. truncatun X X X X
Trigo Bipolaris sorokiniana X X X X X
Ustilago tritici X
Stagonospora nodorum X X X X X X
Biberella X X X X X

Be = Benomyl; Ct = Captan; Cd = Carbendazin; Gu = Guazatine;


Ip = Iprodione; Mz = Mancozeb; Tb = Thiabendazol; Tr = Thiram;
Tm = Tiofanato metílico; Td = Triadimenol

En la Tabla 6 se encuentran relacionados los principales microorganismos


transmitidos por semillas, como sus respectivas fases sexual y asexual.

53
Tabla 6. Principales hongos y respectivas fases sexual y asexual y otros patógenos
transmitidos por semillas en algunas especies.

Sexual Asexual Hospedero


Claviceps purpurea Cereales
Cercospora kikuchii Soja
Cochliobolus heterosporum Bipolaris maydis Maíz
Cochliobolus miyabeanus Bipolaris oryzae Arroz
Cochliobolus sativus Bipolaris sorokiniana Trigo
Erysiphe graminis f. Sp. Tritici Trigo
Gaeumannomyces graminis Phialophora radicicola Cereales
Magnaporthe grisea Pyricularia grisea Trigo
Gibberella avenacea Fusarium avenaceum Cereales
Gibberella fujikuroi Fusarium moniliforme Cereales
Gibberella intricans Fusarium equiseti Arroz
Nonographella nivalis Fusarium nivale Cereales
Nectria haematococca Fusarium solani f. sp. Phaseoli Frijol
Fusarium oxisporum Varios hosp.
Phytophtora infestans Papa
Peronospora manchurica Soya
Peronosclerospora maydis Maíz
Glomerella cingulata f.sp. phaseoli Colletotrichum lindemuthianum Frijol
Colletotrichum dematium Soya
Glomerella graminicola Colletotrichum graminicola Cereales
Diaporthe spp. Phomopsis spp. Soya
Tilletia controversa Trigo
Tilletia indica Trigo
Tilletia foetida Trigo
Tilletia caries Trigo
Urocystis tritici Trigo
Ustilago tritici Trigo
Ustilago zeae Maíz
Uromyces sojae Soya

Patógenos Hospedero
Curtobacterium flaccumfaciens pv. Flaccumphaciens Frijol
Erwinia stewartii Maíz
Pseudomonas fuscovaginae Arroz
Pseudomonas glumae Arroz
Pseudomonas syringae pv. Atrofaciens Trigo
Pseudomonas syringae pv. Glycinea Soya

54
BIBLIOGRAFIA

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Xanthomonas campestris pv. phaseoli. Phytopathology, 77: 730-4, 1987.
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sementes - Tecnologia da Produçåo. Såo Paulo, Ed. Agronômica Ceres. 1977. p.
194-218.

55
MODULO 9 - PATOLOGIA DE SEMILLAS
RESPUESTAS DEL PRE-TEST

Pregunta Respuesta

1 F
2 V
3 V
4 F
5 F
6 V
7 V
8 V
9 F
10 F
11 V
12 F
13 V
14 V
15 V
16 V
17 F
18 F
19 V
20 F

56
MODULO 9 - PATOLOGIA DE SEMILLAS
POST-EXAMEN
Selección múltiple.
Para cada pregunta, únicamente una opción es correcta.

1. El medio más eficiente de transmisión de patógenos es:


a) Los insectos
b) Los animales
c) El agua de lluvia
d) La semilla
e) Los implementos agrícolas
f) El hombre

2. Los siguientes son problemas provocados por bacterias:


a) Muerte de semillas y plántulas
b) Reducción del tamaño de la semilla y podredumbre
c) Esclerotización y necrosis de semillas
d) Decoloración y reducción de la germinación

3. Los hongos en el almacenamiento provocan los siguientes problemas:


a) Muerte de semillas y reducción del tamaño de la semilla
b) Reducción del tamaño de la semilla y podredumbre
c) Esclerotización y necrosis de semillas
d) Decoloración y reducción de la germinación

4. El método . . . . . . . . . . . . . . es un examen de semilla no incubada que se


realiza sobre la fracción “semillas puras” obtenida del análisis de pureza.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

5. El método . . . . . . . . . . . . . . es ampliamente utilizado para la detección


cuantitativa de esporas de caries en cereales y otros hongos adheridos a la
superficie de las semillas.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro

57
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

6. El método . . . . . . . . . puede ser utilizado para todos los tipos de semillas, evalúa
la viabilidad del inóculo presente en las semillas, estima la viabilidad de las
semillas y, por inferencia, el efecto de los hongos sobre la germinación de los
mismos.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

7. El principio de evaluación del método . . . . . . . . . es el examen macroscópico de


las colonias formadas por los hongos. Es empleado cuando se desea detectar
patógenos que producen colonias características.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

8. El método . . . . . . . es de grán valía para puertos de servicio cuarentenarios,


para la evaluación de lotes de semilla importada. Pero no es usado en análisis
de rutina en los LAS por que ocupa mucho espacio y toma mucho tiempo.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro

58
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

9. Todo el esquema de certificación o fiscalización de semillas esta basado en este


método que permite la detección de organismos patógenos antes de la cosecha.
a) de lavado de semillas
b) de semillas secas
c) de conteo de embriones
d) del papel filtro
e) en placa de agar
f) de ladrillo molido
g) de arena
h) del suelo estandarizado
i) del síntoma en plantas en crecimiento
j) de ensayos a campo
k) de inspecciones del campo de producción de semillas.

10. El método . . . . . . . . . . para el análisis de bioensayos emplea el caborundium o


carburo de silicio para producir leves heridas sobre la superficie de las hojas.
a) de aislamiento directo
b) de placa de bacteriofagos
c) de inoculación en planta indicadora
d) de medios de cultivos selectivos
e) Serológico
f) para la detección de nematodos

11. El método . . . . . . . . . .permite la identificación de patógenos a nivel de genero e


incluso especie.
a) de aislamiento directo
b) de placa de bacteriofagos
c) de inoculación en planta indicadora
d) de medios de cultivos selectivos
e) Serológico
f) para la detección de nematodos

12. Las pruebas en el método . . . . . . . . . .están basadas en la reacción “in vivo”


entre el antígeno y el anticuerpo.
a) de aislamiento directo
b) de placa de bacteriofagos
c) de inoculación en planta indicadora
d) de medios de cultivos selectivos

59
e) Serológico
f) para la detección de nematodos

Verdadero o Falso.

13. Todas las esporas de hongos adheridas a la superficie de las semillas producen
infecciones en el desarrollo vegetativo de la planta.

14. En el método de conteo de embriones se utiliza el lacto fenol en solución de


10% para la coloración de los micelios de hongos presentes en las semillas.

15. La solución de hipoclorito de sodio a 1% es usada en el método en placa de agar


para evitar el surgimiento de hongos saprofitos.

16. La formación de microprecipitaciones se observa cuando ocurren reacciones


entre el antígeno y el anticuerpo, indicando que el patógeno responsable por la
enfermedad no corresponde al antisuero empleado.

17. La técnica de Inmunofluorescencia es considerada la de mayor sensibilidad y


utilidad entre las técnicas serológicas.

18. Los productos sistémicos para el tratamiento químico de semillas son aquellos
que actúan superficialmente y tiene poca capacidad de penetrar en la semilla,
restringiendo su acción a los patógenos localizados en el tegumento o debajo de
este.

19. La Solución de Polietilenoglicol al 30% puede emplearse para reducir los efectos
negativos del calor en el tratamiento de semillas.

20. La fermentación anaeróbica forma substancias químicas capaces de inactivar


ciertos patógenos y por tanto es empleada como un tratamiento biológico de
semillas.

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