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Cultura Del Emprendimiento

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Cultura del emprendimiento

La cultura del emprendimiento es una manera de pensar y actuar, orientada hacia la creación de
riqueza, a través del aprovechamiento de oportunidades, del desarrollo de una visión global y de
un liderazgo equilibrado, de la gestión de un riesgo calculado, cuyo resultado es la creación de
valor que beneficia a los emprendedores, la empresa, la economía y la sociedad.

Origen del emprendimiento

El emprendimiento tiene sus orígenes en el inicio de la historia de la humanidad, puesto que ésta
en toda su historia ha luchado por superarse, por encontrar mejores formas de hacer las cosas
y mejorar su calidad de vida. El emprendimiento es algo innato en la humanidad, algo que
siempre ha estado presente en el hombre, aunque claro está, el emprendimiento no se ha
desarrollado en todos los hombres. Quizás el emprendimiento ha sido la diferencia entre el
hombre y los demás seres vivos, pues éstos últimos prácticamente no se han superado en miles
de años, contrario al sorprendente progreso de la humanidad, y todo gracias el espíritu
emprender que el caracteriza.

Acción emprendedora

Emprendedor es una persona con posibilidades de innovar, o sea con la capacidad de generar
bienes y servicios de una forma creativa, metódica, ética, responsable y efectiva. Acción
emprendedora es toda acción innovadora que, a través de un sistema organizado de relaciones
interpersonales y la combinación de recursos, se orienta al logro de un determinado fin. La acción
emprendedora tiene que ver con la capacidad de crear algo nuevo y con la creación de un nuevo
valor.

Cultura del Emprendimiento

Es el conjunto de valores, creencias, ideologías, hábitos, costumbres y normas, que comparte


un grupo de personas hacia el EMPRENDIMIENTO, que surgen en la interrelación social, los
cuáles generan patrones de comportamiento colectivos y establece una identidad entre sus
miembros y lo identifica y diferencia de otro grupo. Formación para el Emprendimiento
La formación para el emprendimiento, busca el desarrollo de la cultura del emprendimiento con
acciones basadas en la formación de competencias básicas, laborales, ciudadanas y
empresariales dentro del sistema educativo formal y no formal y su articulación con el sector
productivo.

Principios para el desarrollo de la cultura del emprendimiento

1. Formación integral en aspectos y valores como: el desarrollo integral del ser humano y su
comunidad, autoestima, autonomía, sentido de pertenencia a la comunidad, trabajo en equipo,
solidaridad, asociatividad, desarrollo del gusto por la innovación, el estímulo a la investigación y
el aprendizaje permanente.

2. Fortalecimiento de procesos de trabajo asociativo y en equipo, en torno a proyectos


productivos con responsabilidad social.

3. Reconocimiento de la conciencia, el derecho y la responsabilidad del desarrollo de las


personas como individuos y como integrantes de una comunidad.

4. Apoyo a procesos de emprendimiento sostenibles desde las perspectivas: social, económica,


cultural, ambiental, regional y local.
Fomento de la cultura el emprendimiento

Para fomentar la cultura del emprendimiento es preciso que se inicie un proceso desde los
primeros años de vida de las personas. Este proceso debe contemplar estrategias encaminadas
a llevar a la persona al convencimiento que mediante la creación de proyectos productivos se
puede a llegar a triunfar tanto personal como económicamente.
Lamentablemente nuestro sistema educativo se ha enfocado a formar empleados y asalariados
más no empresarios. Y no solo el sistema educativo, también la misma estructura familiar y social
llevan a las personas a ser empleados y no emprendedores.

El emprendimiento como complemento a la vida laboral

El emprendimiento, poco a poco se ha irá convirtiendo en un complemento a la vida laboral de


muchos trabajadores.

Hoy, cuando la coyuntura económica a nivel mundial no es la mejor, el empleo está


desapareciendo rápidamente; además los salarios de los empleos que sobreviven descienden
poco a poco.

Quienes quedan desempleados, difícilmente podrán conseguir un nuevo trabajo, por lo que
tendrán que recurrir a lo que popularmente se conoce como “rebusque” que no es otra cosa que
una representación incipiente del emprendimiento.

Pero quienes conservan el empleo, han visto o verán sus salarios disminuirse, y si desean
mantener su estilo de vida o mantener su capacidad de pago para responder por sus obligaciones
adquiridas en los tiempos de las “vacas gordas”, tendrán que recurrir al “rebusque” para nivelar
sus ingresos.

De hecho, actualmente son muchas los persona que además de trabajar para una empresa,
tienen un taxi, algún local arrendado o cualquier otra fuente de ingresos adicional, que aunque
no se le puede llamar emprendimiento, si es un gran paso hacia la cultura del emprendimiento,
hacia el convencimiento de que el emprendimiento es una gran alternativa para mejorar los
ingresos.

Entre más se acentúe la crisis, que por lo menos en Colombia apenas comienza, veremos más
personas recurriendo a formas alternativas para obtener ingresos, lo cual al final descubrirá
grandes emprendedores, y quien tenga ese perfil, esa inclinación, sin duda que seguirá por ese
camino, aun después de superada la crisis, por lo que al final de cuentas la crisis dejará mucho
de positivo.

Concepto y definición de emprendimiento

El emprendimiento es un termino últimamente muy utilizado en todo el mundo. Aunque el


emprendimiento siempre ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad, pues es
inherente a ésta, en las últimas décadas, éste concepto se ha vuelto de suma importancia, ante
la necesidad de superar los constantes y crecientes problemas económicos.

La palabra emprendimiento proviene del francés entrepreneur (pionero), y se refiere a la


capacidad de una persona para hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo,
siendo utilizada también para referirse a la persona que iniciaba una nueva empresa o proyecto,
término que después fue aplicado a empresarios que fueron innovadores o agregaban valor a un
producto o proceso ya existente

En conclusión, emprendimiento es aquella actitud y aptitud de la persona que le permite


emprender nuevos retos, nuevos proyectos; es lo que le permite avanzar un paso mas, ir mas
allá de donde ya ha llegado. Es lo que hace que una persona esté insatisfecha con lo que es y
lo que ha logrado, y como consecuencia de ello, quiera alcanzar mayores logros.

Importancia del emprendimiento.

El emprendimiento hoy en día, ha ganado una gran importancia por la necesidad de muchas
personas de lograr su independencia y estabilidad económica. Los altos niveles de desempleo,
y la baja calidad de los empleos existentes, han creado en las personas, la necesidad de generar
sus propios recursos, de iniciar sus propios negocios, y pasar de ser empleados a ser
empleadores.

Todo esto, sólo es posible, si se tiene un espíritu emprendedor. Se requiere de una gran
determinación para renunciar a la “estabilidad” económica que ofrece un empleo y aventurarse
como empresario, mas aun sí se tiene en cuenta que el empresario no siempre gana como si lo
hace el asalariado, que mensualmente tiene asegurado un ingreso mínimo que le permite
sobrevivir.

En muchos países (Casi todos los países Latinoamericanos), para muchos profesionales, la
única opción de obtener un ingreso decente, es mediante el desarrollo de un proyecto propio.
Los niveles de desempleo, en gran parte de nuestras economías, rondan por el 20%, por lo que
resulta de suma urgencia buscar alternativas de generación de empleo, que permitan mejorar la
calidad de vida de la población.

Los gobiernos han entendido muy bien la importancia del emprendimiento, tanto así, que han
iniciado programas de apoyo a emprendedores, para ayudarles en su propósito de crear su
propia unidad productiva.

Casi todos los países, tienen entidades dedicadas exclusivamente a promover la creación de
empresas entre profesionales, y entre quienes tengan conocimiento específico suficiente para
poder ofertar un producto o un servicio.

La oferta de mano de obra, por lo general crece a un ritmo más acelerado de lo que crece la
economía, por lo que resulta imposible poder ofrecer empleo a toda la población. Teniendo en
cuenta que nuestros estados, no tienen la capacidad de subsidiar el desempleo como sí lo
pueden hacer algunos países europeos, la única alternativa para garantizar a la población el
acceso a los recursos necesarios para su sustento, es tratar de convertir al asalariado en
empresario.

Ante estas circunstancias económicas, el emprendimiento es el salvador de muchas familias, en


la medida en que les permite emprender proyectos productivos, con los que puedan generar sus
propios recursos, y les permita mejorar su calidad de Vida.

Sólo mediante el emprendimiento se podrá salir triunfador en situaciones de crisis. No siempre


se puede contar con un gobierno protector que este presto a ofrecer ayuda durante una crisis. El
emprendimiento es el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes, y
para tener una calidad de vida acorde a nuestras expectativas lo cual implica desarrollar una
Cultura del emprendimiento encaminada a vencer la resistencia de algunas personas a dejar de
ser dependientes
Perfil de un emprendedor

Para ser un emprendedor se requiere tener cierto perfil, ciertas aptitudes y ciertas características
de personalidad. No es una tarea fácil identificar con claridad cual debe ser el perfil de un
emprendedor, pero muchos autores coinciden que los factores mas importantes a tener en
cuenta, son los siguientes:

• Personalidad idealista y astuta, preocupada por hacer dinero pero no obsesionados

• No les interesa demasiado el poder sino la autonomía, les gusta ponerse a prueba, enfrentar
riesgos pero no a lo loco, sino planificados;

• Les gusta demostrar y demostrarse lo que saben, pueden y valen;

• tienen capacidad de concentración para la resolución y búsqueda de salidas exitosas a


problemas, tienen cierto carisma o mística y esperanza respecto a su emprendimiento,

• No tienen todo absolutamente claro, tienen miedos como todo ser humano, pero a pesar de ello
se animan;

• Son capaces de sacrificarse por su obra pero sin perder la cordura, son ansiosos y buscan
ofrecer un producto o servicio de calidad superior, distinto, destacado;

• Les gusta dejar su marca en la vida a través de su emprendimiento, están convencidos de que
el éxito es 99% transpiración y 1% inspiración,

• Saben que se pueden equivocar pero también saben que el fracaso es no intentarlo de nuevo.

Otros aspectos a tener en cuenta

Autoconfianza. La autoconfianza es la capacidad del individuo en creer en sí mimo, y en la


posibilidad de conseguir sus metas personales.

La persona emprendedora tiene que tener confianza absoluta en su proyecto y en que está
preparada para sacarlo adelante. Va tomar decisiones y lo tiene que hacer de manera decidida,
sin miedo y confiando en sí misma, aunque puedan ser erróneas o el resultado no sea el
esperado.

La confianza debe extenderse también a las personas que van a formar parte de la empresa. Y
es que esta capacidad (estrechamente relacionada con la autoestima personal) se relaciona
directamente con algunas habilidades de liderazgo como la motivación.

Orientación al logro. Se entiende como la persistencia para conseguir metas y objetivos


personales, en este caso, emprender un negocio.

El emprendedor tiene que saber dónde quiere llegar y estar en disposición de realizar todo lo
necesario para lograrlo. Por eso, esta capacidad se relaciona con otras como la voluntad de
finalizar correctamente las tareas que se comienzan, y con la energía vital y con el entusiasmo,
necesarios para conseguir logros de largo recorrido.

Asunción de riesgos. Supone una predisposición a no evitar situaciones que impliquen


incertidumbre o riesgo potencial.
La persona emprendedora va a asumir riesgos, pero éstos deben ser calculados. El proceso de
creación de una empresa no se acomete (o, al menos, nunca debería hacerlo) de manera
aleatoria. El emprendedor ha analizado el entorno, ha diseñado su producto o servicio, ha
analizado la viabilidad de su negocio y ha establecido unos resultados previsibles para su
actividad.

Resultará contraproducente asumir demasiados riesgos si la realidad lo desaconseja, o trabajar


en un ambiente de total inseguridad. Por tanto, es necesario calcular los riesgos de cada decisión
que se tome y, por supuesto, evitar los que sean innecesarios.

Expectativa de control. Se relaciona con la capacidad de la persona para asumir la


responsabilidad de sus propias acciones.

En ocasiones, la persona emprendedora puede culpar de sus propias decisiones a otras


personas o circunstancias. Esto sucede porque su expectativa de control es externa, esto es,
considera que el resultado de sus acciones se debe a la suerte o a causas no relacionadas con
su conducta.

Pero realmente es necesario que su expectativa de control sea interna y asuma la independencia
de sus acciones con respecto al entorno y la relación entre su conducta y el resultado.

Tolerancia a la frustración. Puede definirse como la capacidad de persistir en la conducta


encaminada a obtener un resultado, a pesar de las dificultades o retrasos que hayan de
enfrentarse.

Esta es una cualidad fundamental en la persona emprendedora, porque va a tener que


enfrentarse a retrasos, dificultades o imprevistos que le pueden llevar al desengaño y al fracaso.
Es normal que no todo salga bien a la primera y tropezar varias veces, pero es necesario saber
afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y perseverar.

Orientación comercial. Tiene que ver con la preferencia por las relaciones interpersonales
laborales, lo que incluye la capacidad de comunicación y de obtención de la información
adecuada para lograr los objetivos que se persiguen, o para la generación de relaciones de
colaboración.

Las habilidades o competencias más directamente relacionadas con este rasgo son las que
tienen que ver con las habilidades de comunicación interpersonal, negociación y venta.
El emprendedor no actúa aislado: el desarrollo de su proyecto, su puesta en marcha y su
crecimiento y éxito van a depender de las relaciones que establezca en diferentes ámbitos, por
lo que conviene que tenga facilidad para las relaciones personales, para la comunicación y para
la negociación. Por supuesto, debe tener habilidades para la venta y una fuerte orientación al
servicio a su cliente.

¿El empresario nace o se hace?

Siempre me ha inquietado saber si el empresario nace, o se hace o se forma. Es un interrogante


que aun no tengo claro aunque me inclino por creer que el empresario nace y no se forma.

Antes de estudiar contaduría pública, estudié un semestre de Administración de empresas. En


principio elegí esa carrera por el convencimiento de que eso me ayudaría en el proceso de ser
empresario y no asalariado, una inquietud que siempre he tenido. Pero una vez en la universidad,
tuve algunas experiencias negativas que me hicieron creer que el hecho de estudiar una carrera
administrativa no me haría empresario, razón por la cual decidí cambiar de carrera.

Desde ese momento he creído que el empresario no se forma, no se hace en un aula de clases.
Considero que una persona por naturaleza nace con ciertas cualidades que le permiten ser
creativos, emprendedores, visionarios, etc., cualidades que difícilmente se desarrollan en un
establecimiento educativo, que son propias de la personalidad de cada ser humano.
Si observamos a los grandes empresarios del mundo, la gran mayoría de ellos no tuvieron
formación universitaria, lo único que tuvieron fue una gran idea y el valor y la verraquera para
sacarla adelante.

Los profesionales de la administración egresados de las más prestigiosas universidades del


mundo, por lo general no son grandes empresarios, sólo son grandes administradores de las
grandes empresas ajenas, lo que lleva a concluir que en las universidades no se enseña a crear
empresa sino a administrarlas. La razón quizás sea porque que no se puede enseñar a una
persona a que tenga ideas brillantes y mucho menos que tenga las agallas para hacerla realidad.

Grandes administradores existen muchos. Grandes empresarios no tantos. Parece que no todo
el mundo tenemos la capacidad de idear negocios y empresas exitosas, novedosas.

Paso a creer que al empresario le pasa lo que al cantante; se nace con la voz. Una buena voz
no se crea en una escuela de música, lo mas que se consigue es dominar o educar la voz
(formación), pero no se puede crear de la nada una voz exitosa.

Las universidades colombianas sacan a la calle cada año a miles de administradores de


empresas, y sin embargo, si por ejemplo, se observan las estadísticas del Sena, los
emprendedores que esta entidad patrocina, no son administradores sino personas sin formación
profesional pero con una muy buena idea de negocio. La gran mayoría de las grandes, medianas
y pequeñas empresas del país no han sido creadas por profesionales de la administración, lo
cual lleva a considerar que definitivamente es muy difícil formar a un empresario si la persona no
tiene vocación emprendedora, empresarial.

Las cualidades del emprendedor

• Disponer de gran energía: al comenzar un proyecto nos encontraremos con dificultades. Para
poder enfrentarlas y superarlas debemos contar con suficiente energía física y mental, para no
dejarnos abatir ante el primer tropiezo. La pasión con la que realicemos nuestro emprendimiento
será el motor que nos impulsará para llegar a la meta. Pero la energía que empleemos debe ser
racionalizada, y tenemos que tener la capacidad para saber dónde, cuándo y con qué intensidad
utilizarla. Por ello es muy importante asumir el mando haciendo cumplir tres acciones
importantes: pedir, delegar y supervisar.

• Pensar como Emprendedor: es necesario tomar riesgos, lanzarse a la aventura de recorrer


caminos inexplorados y encontrar ideas innovadoras. La creatividad y originalidad se convierten
en dos componentes básicos en la mente de un emprendedor, sin perder nuestro sentido crítico
que nos permita evaluar la marcha de nuestro proyecto y realizar las correcciones que sean
necesarias.

• Creer en el propio proyecto: en muchos casos encontraremos barreras para llevar adelante
nuestro proyecto. La primera barrera con la que se encuentra un emprendedor es la cultural, que
esta presente en las sociedades que no reconocen o celebran la figura del emprendedor.
Tendremos que estar convencidos de nuestro proyecto y de que es la forma de vida que
queremos seguir pues probablemente las críticas de nuestro propio circulo social – familia,
amigos, colegas- sea el primer obstáculo a sortear.

• Dedicar el 100% del tiempo, recursos y esfuerzos: En tu emprendimiento, tú serás tu propio


jefe y también el líder de tu equipo. Nadie estará más interesado que tú en que tu negocio
funcione y logre los objetivos. Por lo tanto tendrás que dedicar todo tu tiempo, recursos, ingenio
y esfuerzos en tu emprendimiento.

• Disfrutar de los desafíos: es propio del ser humano sentir estrés ante situaciones de cambio
o riesgo, que ni nuestro entusiasmo y energía por lo nuevo, podrían combatir. Debemos estar
preparados para no dejarnos vencer en momentos de crisis, ser capaces de organizarnos y tener
a su vez la flexibilidad para garantizar un resultado final exitoso.

• Ver al fracaso como el camino hacia el éxito: un emprendedor es comparable a esos


muñecos que se caen y se vuelven a levantar. Muchos emprendedores han vivido varios fracasos
empresariales antes de lograr un éxito.

• Estabilidad en las relaciones personales: un emprendedor trabaja en equipo y debe


establecer un clima de armonía en sus relaciones personales, con sus compañeros de trabajo,
sus proveedores, sus clientes. Por lo que deberá mostrar buena disposición para trabajar en
conjunto y no dejar que el ´´aire se contamine´´ con las experiencias fallidas e insatisfactorias.
Debe velar por el espíritu alentador y motivador de los integrantes del proyecto.

• Ser un hábil Comunicador: la comunicación eficaz es la base de las buenas relaciones y los
negocios. Esto implica no solamente expresar nuestras ideas con claridad y ser concretos, sino
también saber escuchar y no romper la cadena de la retroalimentación. La comunicación debe
ser bilateral para que no se creen confusiones y los integrantes del equipo se sientan
comprendidos y tomados en cuenta. Esto nos permitirá tener diferentes puntos de vista y
opiniones, que nos despejen el camino a seguir.

• Tener conocimientos técnicos: el camino que vamos a tomar y desarrollar nuestro


emprendimiento tiene que ser conocido. Debemos manejar la materia con detenimiento, de
manera tal de poseer el conocimiento y experiencia necesarios sobre el proceso productivo y los
canales de comercialización. No debemos descartar el apoyo de un equipo de expertos en caso
de que así se requiera.

Finalmente debemos analizar cuáles son los recursos con los que contamos y reconocer cuáles
son nuestras fortalezas y debilidades, para saber en qué rubros necesitamos capacitación o la
ayuda de expertos; considerando que el primer capital con el que contamos es nosotros mismos.
Solo así estaremos listos para tomar la decisión de ser 100% emprendedores.

El Emprendedor y su importancia para la Sociedad:

Por los mismos rasgos y características que hemos definido, el Emprendedor se llega a convertir
en un elemento referente de gran importancia para la Sociedad.
A través de su capacidad de crear negocios y empresas, su aporte a la sociedad se convierte en
un elemento vital para el desarrollo de la misma.

Entre los principales aportes que podemos mencionar tenemos:

A- Generación de empleo.
B- Pago de impuestos.
C- Desarrollo de proyectos.
D- Formación de mejores individuos.
E- Aportes a la solución de los problemas de la sociedad.
F- Contribución económica y personal para diferentes proyectos de bien social.

Podríamos mencionar otra serie de aportes que genera el Emprendedor; sin embargo, estos
pasan a un segundo plano cuando consideramos la importancia que significa para la Sociedad
el contar con personas que hacen la diferencia entre que una sociedad crezca, ó se estanque.

El Emprendedor puede visualizar posibles cambios antes de que estos se puedan dar y busca
participar en estos cambios con el fin de que generen un beneficio a sus empresas y a la
sociedad como un todo.

En tiempos como los que vivimos, en los cuales los cambios en los negocios son permanentes,
podemos decir que la presencia de un Emprendedor nos permite enfrentar mejores los problemas
y cambios constantes que sufren las empresas y como tal, también la sociedad.

Ante la mi respuesta es quepregunta, son necesarios los Emprendedores constituyen una parte
fundamental del desarrollo de las empresas y como tal, su aporte es clave para el crecimiento
de la sociedad como un todo. En aquellas situaciones en las cuales la mayoría de las personas
las identifica como un problema, el Emprendedor identifica oportunidades y como tal las
aprovecha hasta alcanzar el beneficio personal y de la sociedad como un todo.

Como docentes, nos vemos en la posición de tener que dar un enfoque diferente al proceso de
formación de nuestros estudiantes, con el fin de que no solo se conviertan en ejecutivos, sino
que busquen identificar y desarrollar sus habilidades como Emprendedores y llegar a generar un
mayor aporte al mundo de los negocios y a la sociedad como un todo.

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