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EL SIGLO DE ORO
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ÍNDICE
Bibliografía...................................................................................................................Pág. 22
ANEXO 1
ANEXO 2
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1. La Edad de Oro halla la voz del pueblo
La voz del pueblo es interpretada en contraste con la voz de la nobleza -la clase más
retratada y dibujada en las obras literarias-. Sin embargo, en la sociedad no solo está
representada por esta clase, la sociedad es un mosaico, y el Siglo de Oro quiere
mostrarlo incluyendo a los grandes olvidados hasta la fecha. La razón es posible que se
deba a que los nobles han buscado en el pueblo llano la diversión, el caos o quizá el
atropello y la pasión que carecía el orden regio. La voz del pueblo representa un sonido
diferente al escuchado en palacio, los sonidos se multiplican y se alimentan de
resignación, astucia y, en ocasiones, dignidad. Todo eso cabe en un ser humano pero
todo ello no florece en cada estrato social, y es apasionante la mezcla de estos
escalones. Asimismo, la sociedad, contemplaba en estas obras la sociedad en la que les
tocaba vivir y les ayudaba a comprenderla. Lo que se ha llamado Catarsis,
denominación aristotélica al sentimiento que produce contemplar el sufrimiento ajeno,
respuesta natural que nació del público en las tragedias griegas.
Haré un recorrido por las formas literarias del Siglo de Oro (Anexo 1), que abarca los
períodos estéticos que corresponden al Renacimiento durante el siglo XVI –durante el
reinado de Fernando el Católico, Carlos I y Felipe II-, y al Barroco durante el siglo
XVII y - los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II- y de esta manera, acceder a
esa inspiración mencionada en el párrafo anterior. Las tres formas canónicas: la novela,
la poesía y el teatro adquieren cada una de ellas la mayor de las fortunas. Descubriremos
qué hay tras esos personajes o tras esa lupa que les observa.
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Celestina, con estas palabras al principio de la obra (Acto I)“dile que cierre la boca y
comience abrir la bolsa” se apresura a decir a Sempronio con respecto a Calisto,
enamorado ciegamente de Melibea, el cual va a recibir de Celestina ayuda de alcahueta
intermediaria en amores, ya que es una gran conocedora de la naturaleza humana (Acto
I) “de los hombres es errar, y bestial es porfía. Por ende, gózome”.
La realidad de este texto sobresale cuando la sociedad es retratada a viva voz, -a través
de los personajes- “un diálogo hace resaltar los sentimientos y la personalidad de sus
protagonistas, da vida a la acción de la obra y hace de esta un ejemplo del realismo
verosímil” (Mario, 1986:30). En ella, conviven personajes de todos los estratos sociales,
y se entrecruzan las vidas de los unos, con las vidas de los otros; con sus miserias y
osadías (Acto I) “como mayor que la fortuna ayuda a los osados (Celestina)”. El retrato
de estos personajes malvados, sirve para conocer cómo se originan sus acciones, sus
gestos y por qué extraños senderos recorren capturados de todo tipo de pasiones: la
envidia, la ira, etc. Y cómo estás invaden las vidas ajenas (Acto I) “yo te traeré manso
y benigno a picar el pan en el puño y seremos ‘dos a dos’y, como dicen, ‘tres al
mohíno’” momento en que la Celestina manipula a Sempronio para que pacte con ella
y, así, engañen a Calisto, de esta manera va orquestando a los demás personajes porque
ha descubierto que puede conseguir gran riqueza. Esta obra revela al público el mal que
aloja en el ser humano y narra la historia de una mujer, Melibea, vinculada por el amor
que procesa a Calisto en una trama misteriosa y oscura. Pero que su fuerza radica en la
verosimilitud que trasmite, es decir, el realismo que hay en ella.
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convencido por Sempronio de que puede aspirar a Melibea (Acto I) “eres hombre y de
claro ingenio. Y más a quien la naturaleza dotó de los mejores bienes que tuvo,
conviene a saber: hermosura, gracia, grandeza de miembros, fuerza, ligereza. Y allende
de esto, fortuna medianera” gestará el punto de inicio de la trama.
En este mundo de ficción, ellos crean, dominan su destino y no hay fuerzas divinas más
allá que el mal terrenal que gobierna en el ser humano. Así, describe ese mundo en el
prólogo de la obra el autor “El verano vemos que nos aqueja con calor demasiado, el
invierno con frío y aspereza: así que esto nos parece revolución temporal, esto con que
nos sostenemos, esto con que nos criamos y vivimos” (Mario, 1986:48). El autor los
deja libres, libres para mezclarse, libres para que actúen con voluntad y el resultado es
la sociedad. La sociedad que retrata el autor puede ser dichosa como los encuentros de
Melibea y Calisto, pero sobre todo, es cruel. El propio autor en el prólogo anuncia
“pues entre los animales ningún género carece de guerra: peces, fieras, aves,
serpientes; de lo cual todo, una especie a otra persigue. El león al lobo, el lobo la
cabra, el perro la liebre (…) qué diremos entre los hombres” (Mario, 1986:48).
Es una obra que no es posible situarla en la Edad Media ya que en ella sucede algo que
lo cambia todo hasta ese momento: Melibea estaba condenada al convento por haberse
entregado a Calisto, pero lo que castigaba la iglesia era el suicidio.
Y por todo ello, algunos autores ven en La Celestina las primeras formas
narrativas de la novela moderna. Según Lukács, “la novela es una forma de construir el
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mundo en donde ya no cabe la epopeya. Los protagonistas son personajes
problemáticos en busca de su identidad” (Lukács, 1975)
Otra de las obras magistrales del Siglo de Oro es El Lazarillo de Tormes. Obra,
estimada anónima para muchos estudiosos; pero que, según una investigación llevada a
cabo por Rosa Navarro hay un claro autor, en concreto se trata de Alfonso de Valdés,
creador de obras como El diálogo de las cosas acaecidas en Roma (1527) y El diálogo
de Mercurio y Caron (1532) y secretario de Carlos V. Uno de los rasgos que unen estas
obras, según Rosa, es la inclinación erasmista, en este punto coinciden varios
estudiosos. Otro lugar de encuentro, en este caso con Francisco Rico es la interpretación
de “un caso” en la obra, es decir, que la narración de Lazarillo estaba solicitada por
alguien y que detrás había un caso, una curiosidad o una investigación y de ahí que se
convierta en una confesión. Estos son algunos rasgos que sustentan la teoría de
Navarro, la cual se pude encontrar en la revista de nueva literatura Nº61, Clarín, (2006)
con el título del artículo ‘El caso del Lazarillo de Tormes’.
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Erasmo se centra en el comportamiento no en las creencias; su intención era sanear el
comportamiento de los feligreses.
Cervantes estaba componiendo algo nuevo, una obra experimental, para ello usa lo
trágico y lo cómico como no se había hecho hasta esa fecha. Asimismo, mezcla novelas
cortas, como los noviliere italianos habían hecho antes, relatos cortos, soliloquios,
refranes, cuentos, relatos folklóricos, cartas, poesía popular de autor, dichos populares,
refranes, etc., Todo a través de una técnica pluritemática (porque añade los diferentes
tipos de relato) y desintegradora. Por todo ello, se trata de un “molde” que constituye la
novela moderna. Para Ortega y Gaset, la obra de Cervantes supone el prototipo de
novela realista, frente a la novela de imaginación o prosa épica. Hallamos en el Quijote
algunas de las características que definen la novela moderna: búsqueda del destino
personal, ironía, perspectivismo psicológico, noción existencial de realismo oscilantes,
juego dialéctico entre ensueño y realidad, verosimilitud, estructura episódica,
coherencia narrativa según propósito unitario, etc. De hecho, hay quien como Huerta
Calvo afirma la esencialidad del realismo y el humor, como claves de la novela
moderna.
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3. Humanismo: la poesía en la Edad de Oro y la
divinidad del hombre.
El Renacimiento es un movimiento que promueve la elocuencia y
utiliza como base la gramática. Recupera el latín como lengua franca para
estudiar correctamente y manejar los libros escritos en latín. Nebrija explica
que en la península faltaba la lengua, el latín. Sin ella, no se puede saber la
base de la medicina, la religión, etc. En las Universidades se empezó a leer
a los clásicos y se necesitó aprender el latín. Todo ello, hasta ahora
ignorado, llevaba a grandes discusiones en el conocimiento de la ciencia y
el latín disipó todas esas cuestiones que encontraban la base de la sabiduría.
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De esta manera, Petrarca comienza la mirada interior, y ver que le pasa a él,
el análisis psicológico, también se lo inventa él, ¿qué me pasa? Por todo
ello, se le llama fundador del Humanismo, se empezó a usar este concepto
tardíamente, en el siglo XIX. Asimismo, recogió el soneto y recuperó la
tradición cristiana, griega y latina.
Uno de los aspectos que diferencia estas dos formas líricas es el caso de la
albada (que trata la separación de los amantes al amanecer, después de
pasar la noche juntos) y de la alborada (los amantes se citan al alba);
ninguna de las dos encuentra cabida en el pensamiento petrarquista que
predomina casi todo el siglo XVI, pues la consumación física del amor se
excluía por definición. Podemos observarlo en el ejemplo de poesía
cancioneril “Tristeza, pues yo soy tuyo/ Tú no dejas de ser mía” (A la
tristeza, Juan Boscán) y petrarquista “así el imaginar con su figura/
vanamente su gozo en mí concibe” (Juan Boscán).
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La diferencia más clara entre la poesía cancioneril y la petrarquista la podemos
encontrar en las formas líricas, las que se venían utilizando en Italia: el endecasílabo y
el heptasílabo (frecuentemente combinados) frente al octosílabo de la poesía cancioneril
“Un ave no conocida,/ la cual fénix es llamada” (Otras en que compara diversas cosas
a así mismo, Juan Boscán). Formas que no son del todo nuevas en España, pero la
novedad del endecasílabo italiano es su acentuación. Hasta el siglo XVI, el de la ‘gaita
gallega’, con acentos en 1º, 4º, 7º y 10º, era el más frecuente. A partir de 1526, el ‘real’,
con acentos en 6º y 10º; el ‘safiro’ 4º, 6º u 8º, 10º. El ‘enfático’ en 1º,6º, 10º y el
‘melódico’ en 3º, 6º y 10º.
Los efectos producidos por estas formas métricas –equilibrio, blandura, suavidad-
contrastan notablemente con la poesía de la épica inmediatamente anterior. El verso
castellano era, y es, generalmente, mucho más rápido.
En el fondo de ambas formas poéticas existe el origen del “amor cortés”. Esta
muy especial fórmula del amor nació en Provenza y se convirtió en el tema principal de
la lírica trovadoresca. Hace referencia al sistema de relaciones amorosas mantenidas
entre el trovador-amante y su dama-amada. La señora, ha de ser una mujer casada,
puesto que la doncella no posee personalidad jurídica alguna. El sistema se basa en las
relaciones feudales, el señor lo desempeña la amada, y el de vasallo, el trovador.
Paradójicamente, en esta época –siglos XII, XIII- la consideración de la mujer empieza
a alcanzar el más bajo nivel de todos los tiempos. La poesía basada en el amor cortés se
aprovechaba del vocabulario de la servidumbre (tiranía, vasallaje, homenaje, libertad,
servil, etc) para formar su particular campo léxico y sus imágenes. Con la invasión de
Occitania por los cruzados albigenses en 1214, los trovadores abandonan su patria
definitivamente. Se instalan en Cataluña, Castilla, Galicia, y el norte Italia, etc. En
Castilla se mantiene y aparece en los Cancioneros del siglo XV; los primeros poetas del
XVI emplean el tema inicialmente en poemas en metro castellano.
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Los modos y tópicos provenzales que llegaron al norte de Italia en el siglo XIII
fueron recogidos e impulsados por los poetas toscanos que formaron el Dolce Stil
Nuovo, los cuales forjaron una lírica todavía más espiritual que la provenzal al hacer de
la mujer mediadora entre el hombre y Dios. La donna angelicata más conocida es
Beatriz, la musa y amante de Dante, la que guía al poeta en su viaje por el Paraíso, en la
tercera parte de la Divina Comedia. Petrarca sigue la tradición del Dolce Stil Nuovo
para cantar a Laura.
Otro tema fundamental es ‘el moral’, consideraciones del paso del tiempo da lugar a
especulaciones (cuasi) filosóficas. Se trata del tópico carpe diem o collige, virgo, rosas
en el siglo XVI. Tema que delata la influencia de la realidad, en concreto, el
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epicureísmo (elemento platónico y neoplatónico); su evolución la podemos apreciar en
la poesía de varios autores que comenzaremos a analizar, en un primer lugar, el soneto
de Garcilaso “En tanto que de rosa y de azucena...” (Anexo 2, poema 1) el autor incita
a la destinataria del poema a que aproveche su juventud y no malgaste su tiempo ya que
este pasará irremediablemente; es un poema que canta a la vida y sigue, de igual manera
a Petrarca en el empleo de los tópicos externos, ‘tópicos de la belleza externa’ que
responden a la belleza de la dama ideal, que había codificado antes de finalizar el siglo
XV, los cuales están presentes en este poema mediante las metáforas “En tanto que de
rosa y de azucena/ se muestra la color en vuestro gesto” la azucena representa el cutis
blanco y la rosa, la armoniosa juventud “que enciende el corazón y lo refrena”. Y el
cabello “que en la vena del oro se escogió” el cabello dorado como el sol que,
asimismo, refleja la juventud con el “vuelo presto”. El uso del epíteto, por otro lado, es
hondamente desarrollado en Garcilaso gracias a la influencia italiana. La estrofa elegida
es el soneto, estructura rigurosa y armónica, composición que introduce un problema en
los dos primeros cuartetos, el nudo aparece en el primer terceto y en el último terceto el
desenlace. El autor dirigiéndose a la dama introduce en el primer terceto el imperativo
“coged” y plantea el dilema manifestado bajo varias metáforas que representan la edad
que conforman una alegoría donde la primavera representa la juventud y el invierno la
vejez y la finalidad exhortada es: coger (infinitivo, significado aspectual acción
potencial) el fruto, propicio en la primavera (de su vida) antes de que la nieve haga acto
de presencia; la “alegre primavera” en antítesis con el “tiempo helado” que representa
el desenlace de la rosa. El juego de palabras es una técnica experimentada en la poesía
cancioneril e igualmente en la petrarquista. En Garcilaso, en su poesía primitiva aparece
como imitación de la cancioneril, sin embargo no se contagia de ella en su etapa
propiamente renacentista (bajo la influencia italiana) solo tomó los contrastes
representativos de lucha interior, o la contraposición entre el punto de vista objetivo y
subjetivo como podemos apreciar.
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hace una referencia al color púrpura “tornado vano” dicho color representa el primer
amor. Sin embargo, en estos poemas podemos identificar grandes cambios, en el primer
terceto que representa el nudo del poema difiere de los otros poemas de este tema y el
autor dignifica la edad adulta; su intención ya no es provocar en la destinataria el
aprovechamiento, sino que alaba los valores que adquiere el ser humano con la edad “el
ingenio” se asentará y el alma será más noble, según el poeta. En el segundo y último
terceto, el autor interpreta la vejez de la dama como fruto de esa vida “es mi cadena”
convertida la dama en “honestidad y virtud generosa”. Amor constante que es para el
autor “lumbre mía” y “eterna”, pero igualmente para el poeta “angélica belleza” rasgo
petrarquista, que no fue usado por Garcilaso. Este poema no alcanza la sonoridad y
armonía a la que llaga Garcilaso, el efecto de esto se consigue con la selección de los
términos simples pero adecuados que alcanzan la forma y las palabras flotan en el
poema; en Herrera usa y combina mayor número de términos perdiendo en armonía y
por tanto en sonoridad, el efecto conceptista es mayor en este último.
El poema que sigue corresponde a Luis Góngora (Anexo 2, poema 3), a primera
vista -y esa es la intención del autor- se identifica el parecido que el poema guarda con
el poema de Garcilaso, e igualmente usa palabras que usó Herrera en el poema
analizado. Pero su estilo ha cambiado, ofrece una nueva dimensión. Si bien en Herrera
ya apreciábamos ese cambio, la perfección la alcanza Góngora, ya que bajo una sutil
selección de términos y la sonoridad –como en el poema de Garcilaso- se incluyen
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mayor número de conceptos. La pérdida se encuentra en la armonía que proyectaba
Garcilaso, y gana en juego, provocación, ironía, etc. Nos encontramos en medio del
Barroco.
En el poema los dos primeros cuartetos describen a la dama bajo los mismo atributos, y
el adverbio no es tanto, sino “mientras”, pasa de ser cuantitativo a cualitativo, su efecto
es más desenfadado, ya que sin olvidar que va dirigido a una dama para incitarle a que
aproveche su juventud se interpreta como el derroche de la juventud, por igual “oro
bruñido al sol relumbra en vano”. Como podemos apreciar la perfección de la forma sin
perder con ello el concepto, adquiriendo grandes dimensiones: el cabello es oro y es
bruñido, no deja de tener una connotación que causa efectos junto a relumbra ya no es
como en Herrera resplandeciente, sino que su carga de intención es la suma de la
altisonancia que producen unos términos junto a otros. Los términos que guardan una
analogía o evocación a los de los poemas anteriores son modificados para lograr los
efectos que antes hemos mencionado: Garcilaso usa ‘enhiesto’ y es sustituido por “en el
llano”; vuelo presto es sustituido por “menosprecio” y ‘Herrera usa cercan en ricas
vueltas sustituido por “bruñido” refiriéndose al cabello, etc.
A diferencia de Herrera, que sigue un camino independiente en el trato del carpe diem,
Góngora si sigue los mismo pasos que Garcilaso. Y a lo añadido antes, el imperativo
que usa Góngora “coged” este lo usa modificado ya que la dama triunfa en su desdén de
aquellos que quieren “cogello” (refiriéndose a besos) y le advierte, “goza”; las
metáforas que usa Góngora aunque delatan reminiscencias de Garcilaso se desvían de
aquellas y como un juego irónico “cada labio” representa los besos, los “ojos”
representan los admiradores y el “clavel temprano” la belleza de la juventud de la dama.
Este movimiento que hay en el poema lo ha copiado con exactitud de Garcilaso.
acumulacio llevan consigo el contraste vida: “cuello, cabello, labio y frente” -en vez de
nada”.
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fue un tiempo muy corto, pero introdujo que la mirada es muy variada.
Representa un momento de búsqueda de respuestas de los hombres, sobre la
inconexión entre interior y exterior. Barroco no era un sustantivo, sino un
adjetivo: extravagante, desmedido, pero no armónico. Lo opuesto de
Barroco es clásico -Renacimiento-, quiere decir armónico, proporcionado.
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4. Formación y desarrollo del teatro
El teatro experimenta un profundo cambio, una de las hipótesis al respecto es
que en aquella época todos los autores españoles viajaban a Italia y luego regresaban
con ideas nuevas y, de ahí nació el teatro improvisado en la calle y la conciencia de
profesionales, como el Jazz, pero en Arte. Los personajes siempre eran los mismos: la
dama, el caballero, el gracioso...y de ahí cada autor cambiaba su presentación del
personaje, dependiendo de su talento. El teatro español comenzó a representarse en un
recinto cerrado, el corral de comedias, con su consiguiente venta de entradas, y lo que
derivó en la consumación de la profesionalización actoral. El teatro clásico da paso al
Arte Nuevo de hacer comedias, introducido por Lope de Vega en 1609, se trata de un
compendio de las reglas que se proponen para componer las obras teatrales. Esta nueva
forma de hacer comedias se distingue por la mezcla de lo trágico y lo cómico, el origen
de esa mezcla hay que buscarlo en la voluntad de reproducir la realidad: la naturaleza
como modelo del arte en la ejecución de la mímesis dramática. Esta nueva tipología
textual se denomina tragicomedia; asimismo promueve la introducción de condes y
duques en las comedias domésticas. Otro rasgo fundamental, es la ruptura de las
unidades de tiempo y espacio, sin perder con ello la verosimilitud, y esto puede ser
explicado por Kowzan:
Así una silla puede representar tanto una casa -imaginamos una escena
vacía con una silla en el centro y entonces esta puede convertirse
simbólicamente en casa- como un trono real o un vagón de tren, una nave
espacial, un pupitre, etc. Todo en el espectáculo es mutable y sólo el
contexto, es decir el conjunto de los otros signos, lo define y revela la carga
simbólica del momento. Y el espectador es capaz de captar los diferentes
significados, porque es partícipe del juego representativo. Sabe que asiste a
una representación de la realidad y no a la misma realidad. (Kowzan,
De igual manera, en el teatro apenas hay acotaciones, toda la acción nos llega de forma
indirecta a través de un diálogo, que, aparentemente no tiene esa específica misión. El
verso dominaba por completo la Comedia Nueva. También hay que destacar la
pluralidad temática.
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El teatro, en esos años, se convirtió en un lugar de encuentro, en el cual se admitían a
todas las clases sociales: se concentraban gente que sabía mucho y hasta los más pobres;
en los fragmentos de la obra aparecían, todos tenían su espacio. Era una medida para
acercarse a ellos. Estudiosos del teatro de Lope consideran que este consiguió educar al
público, creando con ellos una nueva sensibilidad. Por primera vez y para siempre ha
captado la atención de todos los estratos de la sociedad.
A parte de las características del Arte Nuevo mencionadas, mientras el análisis de una de
sus mayores obras El perro del hortelano (1618) destacaré otras de igual manera
relevantes para entender el teatro de Lope:
La condesa Diana de Belflor (Nápoles) es el perro del hortelano que ni come ni deja
comer, es decir, ni quiere enamorarse de su secretario Teodoro, ni deja que este prosiga
sus amores con Marcela; el proceso “psicológico” que afecta a Diana está muy
sutilmente trazado, entre la obsesión por no caer enamorada de un hombre de estrato
inferior, que le está vedado por las convenciones sociales, y la atracción que siente por
Teodoro. Todo el nudo de la comedia consiste en el vaivén a que Diana somete al
secretario, desorientado entre los acercamientos y los rechazos, sin saber interpretar con
claridad los mensajes ambiguos de su señora; las rivalidades con otros caballeros, como
el Marqués Ricardo, que quiere eliminar a Teodoro, alejan todavía más a los
enamorados. Tristan (al servicio de Teodoro) toma las riendas, aprovechando que el
viejo conde Ludovico perdió a un hijo pequeño en un naufragio, y que siempre ha
añorado al hijo perdido, Tristan lo convence de que es Teodoro. Ludovido convencido
lo acepta. Y ya en un nivel análogo al de Diana, podrá casarse con ella. Antes del
desenlace Teodoro se lo revela a Diana, la cual lo admite y se casa.
Los ejes que hilan la acción son el deseo y el decoro. El decoro social es el gran
protagonista de la acción, realza este el aspecto político y social de esta comedia. La
ideología que conforma la conducta de Diana expresa los sentimientos de la vieja
nobleza y también el conservadurismo de Lope. Es una comedia palaciega,
caracterizada por varios estamentos bien diferenciados; presenta de un elenco jerárquico
de personajes metódicamente estructurados, estático inamovibles. Los personajes se
ordenan en parejas:
Teodoro (secretario de Diana) y Marcela (dama de Diana); Ricardo (marqués) y el
Conde Federico; Tristán (al sercillo de Teodoro) frente a Leonido y Celio (mayordomos
al servicio del Conde y del Marques.
16
Todos ellos funcionan a modo de las figuras estereotipadas de la comedia del arte, pero
existiendo trasgresiones; y estas representan el tema principal que hace evolucionar a
los personajes: el linaje de Teodoro no representa al caballero ideal descrito en el El
Cortesano de Baltasar Castiglione por ser un simple criado. Por su parte, Diana rompe
la figura del personaje arquetipo femenino de la comedia: sumisa, obediente, víctima.
Aunque sí es víctima del sistema que preside (patriarcal), posee la habilidad de
subvertirlo a través del engaño (al casarse con Teodoro y ayudar a Tristan). Es en la
mitología luz y sombra, maternidad y rechazo estéril, fruto de la vida y fuerza
devastadora. En el extremo opuesto se encuentra Tristán, es la figura del gran farsante,
las mañas de Tristán son incansables. Es el gran manipulador del engaño (mercader,
latinista, viajero turco, criado). Juega a doble carta con los nobles; engaña a la corte de
Nápoles; aprovecha y explota la intención del conde y del marqués en eliminar a
Teodoro. Representa la conciencia de la obra, ya que el gracioso no tiene nada que
perder. Es decir, no tiene que guardar su honor y su honra como el resto de los
personajes. El honor, es decir, la dignidad del individuo, y la honra, el respeto que le
debe la sociedad, son temas frecuentes en el teatro español. En defensa del honor si es
preciso se muere. Es decir, la pérdida de la honra representaba una lacra similar al
destino de la tragedia griega, la sociedad propiciaba la mayor de las condenas.
Las conversaciones entre los enamorados son a través de cartas, y también hay muchos
monólogos.
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por cualquiera interés o nuevo gusto,
mueran también como los hombres mueren.
Estructura y tema
La estructura se divide en tres partes, la primera compuesta por el primer y el segundo
cuarteto, representan un momento de reflexión, Teodoro está repasando algo del
encuentro que tuvo con Diana, aquello que percibió en sus reacciones. Las preguntas
que plantea en el primer verso las resuelve a través de los sentidos, mientras él miraba
reconoce lo bella que es Diana, pero en concreto, al solicitar su mano, el rubor en sus
mejillas revelan un sentimiento que palpita en su interior. De igual manera, en el último
verso se detiene y recuerda que el miedo desapareció de su rostro al darle la mano. En
el segundo cuarteto, afirma sus intrigas y enérgicamente concreta para sí: “tembló” –él
lo sintió- y por eso todavía duda, pero una confianza en ellos le hacen decidirse a seguir
la “suerte venturosa”, aun sabiendo que corre un gran desafío.
En la segunda parte de la estructura, el primer terceto plantea el nudo, otros asuntos
interfieren: el abandonar a Marcela, ya que le parece deshonroso por su parte. La última
parte de la estructura, en el último terceto llega la solución o desenlace a través de su
reafirmación, por lo tanto ha triunfado sobre todos los obstáculos y decide luchar para
conseguir el amor de Diana.
El tema es el reconocimiento por parte de Teodoro de las sutiles declaraciones de amor
de Diana, lo cual le da el suficiente aliento para alzarse e intentar corresponderla.
Rasgos estilísticos
A imitación de Dante, Petrarca, a través del Barroco escoge a dos mitos griegos para
verbalizar. Teodoro representa a estos personajes de la mitología. El monólogo en el
teatro es un momento de inflexión en la acción, queda detenida y salen las inquietudes
de los enamorados. En esta obra hay dos dioses paganos que rigen los destinos, son
invocados: Cúpido (dios del amor) y la Forturna - la libertad de los personajes es muy
reducida, por ello están en manos de los dioses-.
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El amor más la fortuna provocan tal intensidad que hace que haya dieciséis monólogos
en la obra:
- Tres monólogos en el acto primero {1. Diana; 2. Teodoro}
- Siete monólogos en el acto segundo {1. Diana; 4. Teodoro; 2. Marcela)
- Seis monólogos en el acto tercero {3. Diana; 1. Teodoro; 1. Marcela; 1. Tristán}
El teatro de Lope de Vega representó la primera fase del teatro del Siglo de Oro,
más libre y abierto, pero este fue evolucionando hacia piezas con una gran perfección
estructural, simetrías y jerarquías entre las escenas y las relaciones de los personajes en
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torno a la tragedia que envolvía la obra. Los principales autores de la segunda fase son
Tirso de Molina y Calderón de la Barca. El primero, defensor a ultranza del teatro de la
comedia del arte, en su obra El burlador de Sevilla va introduciendo contrastes entre
escenas que inspiraban importantes asuntos morales, de igual manera, la organización
binaria de las burlas: cuatro mujeres agrupados de dos en dos: dos nobles y dos
plebeyas; y en cada engaño: burla y fuga entre otras. En cuanto a Calderón, la estructura
llega a su mayor concreción, junto a la jerarquía de todos los elementos de la obra –no
solo del lenguaje verbal- disponiendo de una gran arquitectura con las tramoyas. Otro de
sus recursos, era el uso de silogismos racionales de la escolástica y estructuras
lingüísticas. Estas características aparecen en las comedias cómicas, pero de forma
especial en los géneros de las fiestas cortesanas y los autos sacramentales.
Los alumnos deben responder a las siguientes preguntas después de haber leído el trabajo.
¿Qué tiempos verbales se usa en el texto y por qué? ¿Cómo se describe a los
personajes?; ¿Qué estructura tiene la obra, obedece a introducción, judo y
desenlace? ¿Suceden cosas que suelen pasar en la realidad? ¿Se conocen a los
personajes en su forma de expresarse, por qué?
a) ¿Cuál es la diferencia más notable entre leer un poema amoroso en metro castellano y
otro en metro italianizante?
b) Analice la evolución del tópico del carpe diem o collige, virgo, rosas en la lírica a lo
largo del siglo XVI. Compárela con el soneto de Góngora “Mientras por competir con
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tu cabello...” y con “Ayer naciste, y morirás mañana.”, atribuido al mismo autor.
Posteriormente, compárense todos con el soneto de Herrera “Las hebras de oro puro que
la frente...”.
c) El simbolismo de la noche en Francisco de la Torre y en San Juan de la Cruz.
d) Enumera las corrientes líricas que hay en el Siglo de Oro.
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Bibliografía
Álvarez, JL., Balbín de Prado, R., Alvarez, J., Amate, JJ., Armiño, M., Azáceta,
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Editores.
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Mario Damián, B., (1986), Introducción de La Celestina, Cátedra, Madrid.
Ortega y Gasset, J., (1990), Meditaciones del Quijote, Cátedra, Madrid.
Salinas, Pedro, (1958), Ensayos de literatura hispánica, Madrid.
22
ANEXO 1
ANEXO 2
23
Coged de vuestra alegre primavera
24
No solo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sobro, en nada.
A oscuras, y segura,
A oscuas y en celada,
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En la noche dichosa,
ni yo miraba cosa,
Aquesta me guiaba
Adonde me esperaba
En mi pecho florido,
Y yo le regalaba,
El aire de la almena,
En mi cuello hería,
Quédeme y olvídeme,
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El rostro recliné sobre el Amado;
Dejando mi cuidado
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