Informe 2
Informe 2
Informe 2
Introducción
La fama del teatro de Meiningen pronto cruzó los límites del pequeño ducado. Por
ello, en marzo de 1888, durante una gira por Alemania con la puesta "Un enemigo
del pueblo", un joven exempleado de la librería Hachette y la Compañía de Gas,
apasionado espectador y director de aficionados, se sintió alentado por lo que vio
de aquella nueva corriente de dirección escénica capaz de desarrollar ese estilo
de naturalismo detallado que hasta entonces había buscado con el apoyo de Zola.
Este hombre fue André Antoine (1858-1943), y su éxito derivado de la corriente de
Meiningen-, condujo no solo a la formación de grupos de teatro independiente en
otros países de Europa, sino también a una propia corriente de dirección escénica.
Si el binomio Meiningen Zola no existió nunca por cuestiones geográficas y de
tiempo (aunque defendieron el mismo concepto naturalista), la influencia de Zola
sobre Antoine fue intensa, y su relación especialmente grata. Se conocían y
apreciaban. No había solo respeto en su interacción personal, sino también afecto.
Apoyado en las pretensiones y el beneplácito del gran Zola, el empleado
subalterno de la compañía Gas, imberbe, de rostro tranquilo, alimentaba bajo su
aspecto comercial una profunda pasión por el arte dramático. En un principio
Antoine emprendió su campaña. Y no caminaba a ciegas, pues tenía sus
referentes. Por otra parte, su propia sensibilidad le bastaba para apartarlo de los
viejos métodos. Entrevió horizontes desconocidos; comprendió que todo estaba
por hacer. Era el momento de restar las bases de la revolución teatral. Él estaba
convencido de la decrepitud de un teatro estético y escaso de horizontes. Zola
estaba detrás. Tenía entonces 29 años, y una flor en la mano. Por ello, cuando le
ofrecieron tres piezas: "El Prefecto", de André Byl; "La Señorita manzana",
de Duranty; y "La Escarapela" de Jules Vidal, dudó en su montaje. Lo que no
podía prever es que, casi de inmediato, vino a añadirse una cuarta pieza:
"Jacques Damour", de León Hennique, inspirada en la obra de Zola. Debido
fundamentalmente a la presencia de este último en el programa, la prensa recogió
con generosidad la puesta en escena.
Los ensayos se hicieron en el teatro ubicado en el Passage de l'Elysée-des-
Beaux-Arts en Montmartre. Se trataba de un teatro pequeño, al que el propio
Antoine trasladó en una carretilla el decorado de muebles tomado de casa de su
madre. Los ensayos los tuvo que hacer en un salón de billares, en la parte de
atrás de un café cercano. La relación Círculo Galo-Antoine se hizo insostenible;
fue el momento en que la compañía cambió su titulación y empezó a llamarse
Teatro Libre, nombre que cristalizó para la posteridad. Nació exactamente, el 30
de marzo de 1887.
La crítica, en general, acogió con moderado entusiasmo la representación, en la
que Antoine actuó como actor. Todo el contexto del montaje generó en el director
un entusiasmo sin precedentes; tanto que, a los dos meses, montó "La noche
bergamesca", de Émile Poergerat, tomada de Bocaccio comedia en verso en tres
actos, y la pieza corta "En familia", de Óscar Matenier. Esta última conectó no solo
con la crítica, sino también con el público, al eliminar las luces del proscenio y
oscurecer totalmente la sala, conceptos revolucionarios en la época.
Personalmente creo que éste fue el momento clave de la vida de Antoine, pues
decidió definitivamente cortar su cordón umbilical con la compañía de Gas y
dedicarse en cuerpo y alma al teatro. Está claro que esta circunstancia demostró
la fe en sí mismo del actor director, pues renunció a aquello que le otorgaba
seguridades vitales para sumergirse en el incierto mundo teatral.
En el verano de 1888, el Teatro Libre se mudó a un teatro en el centro de París, en
el Boulevard de Strasbourg. Y, por esta misma época, vio en Bruselas a la
compañía Meiningen, de la que hizo las siguientes consideraciones:
1. La cuidadosamente ensayada escena.
2. La capacidad de los actores para actuar sin pensar en el público y de espaldas
a él si era necesario.
3. No apreció, sino todo lo contrario, los decorados deslumbrantes y extrañamente
diseñados.
4. La absurda riqueza de los vestuarios.
5. Los efectos de luz, a menudo impresionantes, pero manejados con ingenuidad
épica.
El gran bloque errático, del que los escenarios del naturalismo hacían saltar sus
chispas más luminosas, fue Ibsen. Sus "Espectros" inflamaron toda Europa,
siendo montada, entre otros, porStanislavski en Moscú; Meyerhold en San
Petersburgo, y por supuesto, por Antoine. Y, también de Ibsen, puso en escena "El
pato salvaje", declarando que él abría su teatro tanto al drama simbolista como al
naturalista. Pero esto fueron solo palabras, pues rehusó representar "La Princesa
Malena" deMaeterlinck con el legítimo argumento de que esta obra no se hallaba
en el entorno de su teatro.
El Teatro Libre fue una liberación. Puso al desnudo todos los artificios de las
fórmulas antiguas, arrojó fuera las complicaciones, los trucos, los golpes
efectistas, la ampulosidad, las largas tiradas, la verborrea de la pieza de intriga;
mostró la vanidad de las maquinarias complicadas y las exhibiciones
sensacionalistas. Reconstructiva, la obra de Antoine creó el gusto por la acción
simple, rápida, concisa y visual, tanto en gestos como en actitudes y en palabras,
buscando sus motivaciones en los caracteres y no en los enredos de la situación,
interpretando las obras sin muletilla, con naturalidad y en medio de un marco
expresivo (Baty y Chavance).
En cuanto a la luz, considera que es la vida del teatro, el hada buena del
decorado, el alma de la escenificación. Trabaja este apartado con intensidad pero,
al carecer de los recursos técnicos propios de la época, se queda a mitad de
camino. Reconoce su valor y lo explota hasta donde puede.
Louis Jouvet
(Crozon, 1887 - París, 1951) Actor, director y escenógrafo francés. Aunque cursó
estudios superiores de química, pronto se entregó en cuerpo y alma a su
verdadera vocación, el mundo de la escena, al que se sintió vinculado desde muy
temprana edad. Viajó a París para matricularse en el Conservatorio de Arte
Dramático, donde fue rechazado por un acusado defecto en su pronunciación (era
notablemente tartamudo) y se vio obligado a aceptar la interpretación de varios
papeles secundarios en diversos melodramas infames, en los que, sin embargo,
consiguió curtirse en el oficio.
En 1911 debutó en el montaje de una adaptación teatral de Los hermanos
Karamazov, de Fiódir Dostoievsky, debida a la pluma del gran actor y director
Jacques Copeau. Copeau le contrató en 1913 para la compañía que acababa de
crear, la Vieux-Colombier, en la que fue decorador, director escénico e incluso
montador y electricista; pero destacó sobre todo por su interpretación en el papel
de Sir Andrew Aguecheek en el montaje de Noche de Reyes, de William
Shakespeare.
Junto con su antiguo compañero Charles Dullin, fundó la compañía "Cartel des
Quatre", en la que también formaron parte desde un principio los actores y
directores Pitoëff y Baty. El "Cartel des Quatre" se mantuvo en activo desde 1927
hasta 1939, fecha en la que Jouvet fue designado director del teatro del Ateneo,
que a partir de entonces fue conocido como "Ateneo Louis Jouvet". En los doce
años que quedaban atrás, había protagonizado junto a Dullin, Pitëoff y Baty los
mayores éxitos del teatro francés de la primera mitad del siglo XX (entre estos
montajes, es obligado destacar la puesta en escena del Sigfrido de Giraudoux,
dirigida por Jouvet).
Ya al frente del teatro del ateneo, trabajó también como escenógrafo a las órdenes
del prestigioso director artístico Christián Bérard. A raíz de la ocupación alemana,
Jouvet abandonó Francia para realizar una extensa gira con su compañía por
varios países de Hispanoamérica, periplo en parte voluntario y en parte forzoso (la
difusión de la obra de algunos grandes autores franceses -como Giraudoux y
Romains, amigos íntimos de Jouvet- había sido prohibida por la censura nazi).
Antoine Vitez
(20 de diciembre de 1930, París, Francia - 30 de abril de1990, París, Francia) fue
un director de escena y una figura central del teatro francés de la segunda mitad
del siglo XX, en parte debido a su importante labor pedagógica. Fue también
traductor de Chéjov, Vladímir Mayakovski y Mijaíl Shólojov.
Retoma su carrera actoral y trabaja, entre otros, con Jean-Marie Serreau, Sacha
Pitoëf y Jean Vilar, actividad que alterna con trabajos puntuales como actor de
doblaje para la televisión francesa y traducciones de obras en ruso. En 1958, La
Agencia Literaria y Artística de París (ALAP) le encarga la traducción de los ocho
volúmenes de El Don apacible de Mijaíl Shólojov, un trabajo que terminará
en 1964.
A finales de 1964, Vitez propone a Jo Tréhard, director del Teatro de Caen, realizar
un taller para profundizar en la lectura de Electra de Sófocles. A partir de este
trabajo de investigación, Jo Tréhard encarga a Vitez lo que va a ser su primer
trabajo de dirección escénica. Electra se estrena en Caen en 1966, y sale de gira
por toda Francia y Argelia. Al año siguiente, su montaje de El Baño, de Maiakovski,
se estrena en Caen para iniciar una gira por Francia, Argelia, Bélgica ySuiza. Vitez
prosigue su labor didáctica con la creación de las lecturas Poetas a libro abierto.
En los años que siguen, sus montajes se suceden, ganándose el favor del gran
público y alcanzando un reconocimiento internacional. De su lectura y análisis
novedosos de los clásicos nacen montajes memorables. En el Festival de
Aviñón de1978, presenta cuatro obras de Molière (La escuela de las Mujeres, Don
Juan, El tartufo y El misántropo) montadas como si fueran cuatro etapas de la vida
de un mismo personaje. En aquella época, monta también varias óperas clásicas.
En 1976, la municipalidad de Ivry decide restaurar un antiguo almacén de sal para
dotar al proyecto "Teatro de los Barrios de Ivry" de un verdadero teatro, con más
aforo que el Estudio. El Teatro Antoine Vitez abre sus puertas en 1980.
Cuando Antoine Vitez lanzó el proyecto "Barrios de Ivry", declaró que "se puede
hacer teatro con todo". Desarrolla un teatro basado en el actor, en su trabajo
corporal y su voz, despreciando la "naturalidad" del cuerpo. Defiende, al contrario
queBrecht, que los textos clásicos son obras arcaicas, mitológicas, y que han de
ser tratados como "galeones hundidos". Poner un clásico en escena equivale a
representar las fisuras del tiempo, huyendo de toda tentativa de actualización.1 En
ese sentido, considera los textos como elementos moldeables. Al mismo tiempo,
reivindica la belleza sonora del alejandrino y su valor como código.
Monta a menudo sus espectáculos en lugares no teatrales, con elementos
escenográficos sin ninguna función descriptiva. Según Georges Banu, desarrolla
una estética basada en la "libertad lúdica" y en las asociaciones de ideas. Pone en
escena los conceptos de las obras y la idea que el director tiene de ella, más que
la realidad de la obra en sí.
En todos los teatros que dirigió, Vitez creó una escuela. Declaró que una escuela
"es el teatro más bello del mundo", y explicó su labor diciendo que "lo que mejor
enseña uno es lo que busca".
Referencias Bibliográficas.
https://vestuarioescenico.wordpress.com/2012/07/04/actrices-para-la-historia-
eleonora-duse/
https://www.researchgate.net/publication/28261800_Principios_de_la_composicion
_escenica_los_Meininger
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bernhard.htm