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Dinámicas Familiares. 21022020

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Dinámicas familiares.

21/02/2020

Teniendo en cuenta el objetivo que se plantea para esta investigación, la cual es indagar

sobre las características que tienen las familias homoparentales y homomaternales con

hijo/s o/e hija/s, es pertinente definir que son y en que conceriten las diferentes dinámicas

familiares según diversos autores, para esto se retoman autores que nos van a permitir tener

un amplio conocimiento en cuanto a la conformación de las características de las dinámicas

familiares.

Para Agudelo (2005) las dinámicas familiares se definen y se explican de esta manera,

Diversas situaciones de naturaleza psicológica, biológica y social que están

presentes en las relaciones que se dan entre los miembros que conforman la familia

y que les posibilita el ejercicio de la cotidianidad en todo lo relacionado con la

comunicación, afectividad, autoridad y crianza de los miembros y subsistemas de la

familia, los cuales se requieren para alcanzar el objetivo fundamental de este grupo

básico de la sociedad: lograr el crecimiento de los hijos y permitir la continuidad de

las familias en una sociedad que está en constante transformación (p.9).

Expresado de manera distinta las dinámicas familiares son aquellas categorías que

posibilitan la crianza o la convivencia de una familia en su vida cotidiana. De manera

similar Angela María Quintero 2004 asúmeme el concepto de dinámica planteándolo como

“estructura familiar que se entiende como, la repetición de las pautas transaccionales que

operan a lo largo de su evolución. Lo que permite afirmar que la estructura familiar no es

visible, ni observable fenológicamente como tal” (p.43). Por tanto, Quintero como Agudelo
hacen énfasis en que la estructura familiar es algo dinámico que continua en transformación

y suprime el carácter estático que algunas veces se la atribuido.

Para Quintero (2007) la familia como grupo primario se caracteriza porque sus miembros

están unidos por vínculos sanguíneos, jurídicos y por alianzas que establecen sus

integrantes lo que conlleva a crear relaciones de dependencia y solidaridad. Señala

Quintero que la familia es “el espacio para la socialización del individuo, el desarrollo del

afecto y la satisfacción de necesidades sexuales, sociales, emocionales y económicas, y el

primer agente trasmisor de normas, valores, símbolos”

De igual manera la idea de organización es una característica en si misma de la familia, que

corresponde al conjunto de interacciones y expresión que se dan en el tiempo. Dicha

estructura de relaciones se da internamente en la familia es mantenida y se manifiesta a

través de los procesos del sistema familiar. Para efectos de esta investigación se tendrán en

cuenta seis subcategorías, comunicación, roles, normas/reglas, limites, autoridad y vínculos

afectivos, estos fueron rescatados por diferentes autores.

Comunicación:

Entre las dinámicas familiares se encuentra la categoría comunicación. Esta se comprende

cómo, la capacidad de los integrantes de un grupo para afectar a los otros, de esta manera lo

clasifican en comunicación funcional y comunicación disfuncional, para (Viveros & Arias,

2006) la comunicación funcional, “permite un acercamiento directo entre los miembros de

una familia, un acercamiento donde éstos pueden manifestar sentimientos, emociones y

pensamientos con la certeza de ser escuchados activamente e interpretados” (p.29).


Así mismo, Viveros & Arias (2006) define la comunicación disfuncional como,

Obstaculiza el acercamiento asertivo entre los miembros de una familia, es decir,

bloquea la posibilidad de manifestar y construir relaciones simétricas y

complementarias. Al practicarse este estilo de comunicación, los mecanismos

internos y de interacción que tiene una familia con el medio se tornan rígidos,

generando estrés en las relaciones. La capacidad de superar obstáculos de manera

exitosa se torna más lenta e insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de la

familia (p.29).

Con relación a lo anterior Agudelo (2005) la comunicación es definida como,

El intercambio de información y afectos que se hace de manera verbal y no verbal.

Puede ser directa cuando se basa en la manifestación clara de acuerdos y

desacuerdos y en la coherencia entre lo verbal y no verbal, generando unión entre

los implicados aún en situaciones de desacuerdo y tensión (p.9).

Así mismo Agudelo (2005) divide la comunicación en diferentes subcategorías en donde se

encuentran,

La comunicación bloqueada se caracteriza por el poco diálogo y, los escasos

momentos de intercambio, su contenido suele referirse a asuntos superficiales que

no comprometen afectivamente a los miembros de la familia. La comunicación

dañada se basa en reproches, sátiras, insultos, críticas destructivas y silencios

prolongados. Ante estas dos últimas modalidades comunicativas, algunas familias

acuden a un intermediario generando la denominada comunicación desplazada la

cual, si bien puede ser una opción para el manejo de conflictos al contar con la
ayuda de un tercero, puede ser contraproducente cuando se instaura de manera

permanente propiciando cada vez mayor distancia afectiva entre quienes no se

comunican directamente (p.9).

Roles:

El rol en las dinámicas familiares es entendió en como los integrantes de la familia se

dividen diferentes tareas y funciones, proveedor/a y cuidador/a. Este tema ha tomado

diferentes aspectos en los diversos niveles de la sociedad ya que este rol depende de

aspectos sociales exteriores como lo son las expectativas y exigencias culturales en donde

se desarrolla la familia. Parsons (1966) “de que los hombres ejercen roles instrumentales de

manutención y proveeduría económica y la mujer roles expresivos de sostenimiento del

afecto y de “calor humano”” (p.44).

Mas allá del medio ambiente en donde se desarrolla la familia, las funciones familiares

también depende cada vez más de los integrantes de las familias, como individuos que no

están atados a una expectativa cultural y social que identifican sus funciones y tarea en la

familia. Este cambio a surgido por la transformación de la sociedad a una en donde el

sujeto femenino puede ser y es parte activa en la creación de recursos económicos y por lo

tano asume un rol de proveedora en la familia. Para Michel (1974) citado en Viveros (1974)

“estos roles no son excluyentes entre sí. Es decir, una mujer o un hombre pueden ejercer

roles instrumentales o expresivos, además, lo pueden hacer de forma simultánea” (p.396).

Esta ultima mirada nos alejada de la vista tradicionalista de Parsons en donde el “hombre”

era el que fungía como proveedor.


Normas/Reglas:

Las normas se pueden entender como las leyes que rigen el comportamiento de cada uno de

los sujetos que conforma la familia, estas pueden varias de familia en familia. Desde la

perspectiva de Quintero 2004, son entendidas como,

parte de los procesos sociales que son impuestas, presentan y generan los esquemas

de comportamiento. Expresan los valores, y estos a su vez a la sociedad; no son

buenas, ni malas sino adecuadas o no al contexto y evolución personal y social de

quienes los aportan. Al igual que las reglas, son la expresión observable de los

valores de un sistema social (p.63).

Eso muestra que las normas no solo afectan el ámbito privado, sino que transcienden a lo

publico en donde se encuentran con otras normas, similares o no.

De manera semejante Viveros & Arias (2006) afirman que las normas son reglas

establecidas para la buena relación entre los integrantes de la familia y las clasifica en,

Las normas explícitas son claras para los miembros de la familia porque han sido

verbalizadas, mediadas por la palabra y la escucha. En las normas implícitas los

miembros de la familia no recurren a la palabra como elemento básico de su estilo

de comunicación, en cambio el lenguaje no verbal cobra importancia, se trabaja con

supuestos, las emociones y el afecto se sobreentienden por lo que es poco usual

hacerlo explícito (p. 31).

Las reglas son trasmitidas de generación en generación, en donde se asignan roles; son

pautas de que guían el comportamiento de manera inconsciente, exigen explicación y se


entiende debido al manejo de la autoridad del subsistema marital, pues es el quien establece

y, por lo tanto, no deben contradecirse. Su formulación es acorde con la evolución vital de

la familia, son flexibles y cambiantes, para que permitan el desarrollo individual y familiar.

Existen varias clases: Explicita y verbalmente, por parte de cambios de los padres para

proteger a los hijos, se relacionan con la autoridad.

Limites:

Ligado a la anterior categoría, normas, de las dinámicas familiares, los limites sirven para

diferenciar entre los sujetos además de eso sirve para marcar el comportamiento de los

integrantes. Gallego (2011) establece que las relaciones familiares, “están permeados por

los límites, marcados por los padres y las expectativas de comportamiento de los infantes

en los diferentes ambientes, así como por las reglas de convivencia, las costumbres, los

valores y los intercambios afectivos constantes” (p.10).

Retomando lo anterior se puede entender los limites rigen una jerarquía de mando en donde

según Gallego los padres y madres son aquellos que están en la punta de esa pirámide.

Tenido en cuenta lo anterior Viveros & Arias (2006) escrutan el concepto limites, en donde

lo dividen en cuatro categorías, las cuales son claros, difusos, aglutinados o desligados.

Los límites son claros cuando permiten una diferenciación de los componentes y

funciones de cada miembro de la familia. Son difusos cuando la familia carece de la

práctica de la palabra y la escucha para no aglutinarse o desligarse, es decir, cuando

las fronteras no se han practicado mediante la reflexión y la interpelación. Son

desligados cuando se ponen en evidencia cierta indiferencia y poco deseo de

protección entre los miembros de la familia; se propone cierta independencia que


promueve una carencia de dependencia hacia el grupo familiar, un mínimo deseo de

apoyo mutuo. Son aglutinados cuando los miembros han establecido pocos

parámetros de diferenciación entre sí (p.32).

Gallego como Viveros & Arias definen limites como una categoría que se ocupa de

construir marcar pautas de convivencia entre los sujetos de una familia.

Autoridad:

La palabra ya indica que en las dinámicas familiares esta categoría está dirigida a establecer

la jerarquía entre los integrantes de la familia, en donde uno o más de ellos tiene una

asignación temporal de respeto, la cual debe ser el juez y verdugo de las normas y límites

que se hayan establecidas. Agudelo (2005) plantea, que la autoridad que se endiente como,

“La autoridad entendida como el poder legítimo en la familia, se considera autocrítica al

basarse en la imposición rígida de normas y la aplicación de castigos que acuden a medios

físicos, psicológicos o verbales violentos” (p.9).

Así mismo Agudelo (2005) divide o define algunos tipos de autoridad,

La permisividad y la inconsistencia, como formas inapropiadas de ejercer autoridad

se caracterizan, respectivamente, por la falta de normas claras y explícitas y por la

coexistencia de figuras de autoridad que se contradicen y descalifican entre sí. A

diferencia de estos tipos de autoridad, todos con implicaciones desfavorables para el

desarrollo psicosocial de niños y niñas, estaría la del tipo democrático en la que se

estimula y propicia la reflexión sobre el sistema normativo, los estímulos y

soluciones generando sentido de responsabilidad (p.9).


Tradicionalmente este rol era ejecutado por la figura masculina de la familia, pero al pasar

el tiempo han surgido cambios en la formación de la familia y actualmente se han

modificado este rol. Esto lo observa y describe Quintero (2007), “en la actualidad, ha

sufrido modificaciones dado que la mujer ha aumentado el predominio de jefatura femenina

y con este el rol de proveedora económica” (p.30).

Vínculos Afectivos:

Otra de las categorías de las dinámicas familiares son los vínculos afectivos que Agudelo

(2005) determina como el vínculo que une los sujetos de la familia y puede tener diferentes

expresiones.

Para Olson, Russell, Sprenkle (1983) citados en Zegers, Larraín, Polaino, Trapp & Diez

(2003) afirman que los vínculos afectivos, aunque cambien de nombre a cohesión familiar

esta no cambia el significado, ya que para ellos cohesión familiar es definida como,

la ligazón emocional que los miembros de una familia tienen entre sí. Existen varios

conceptos o variables específicas para diagnosticar y medir las dimensiones de

cohesión familiar: ligazón emocional, fronteras, coaliciones, tiempo, espacio,

amistades, toma de decisiones, intereses y formas de recreación (p.42).

Retomando a Agudelo, (2005), esta divide los vínculos afectivos en diferentes categorías

que son,

El rechazo que es una forma de afecto que se traduce en exclusión, abandono y en el uso de

castigo severo. La sobreprotección que, por el contrario, se refiere a un contacto excesivo

que se traduce en hacer cosas que el niño o la niña pudieran hacer por sí mismos, limitando
sus posibilidades de autonomía acordes con la edad. La ambivalencia afectiva lleva a que

los progenitores fluctúen entre expresiones de rechazo y actitudes de sobreprotección que

confunden a los niños y a las niñas toda vez que son expuestos a patrones afectivos

inconsistentes. Finalmente, la aceptación que como vivencia de la afectividad permite a

niños y niñas sentirse amados, valorados y cuidados al saber que cuentan con un lugar

importante en la vida de sus padres, hermanos y otros parientes cercanos (p.9).

En ambos casos los vínculos afectivos son un eje importante en las dinámicas familiares ya

que es esta la que se encarga de conllevar una convivencia saludable entre los integrantes

de las familias.

Sin embargo, Bowlby (el creador de la teoría del apego) creía que tenía que haber alguna

razón evolutiva para la aparición de los vínculos emocionales. Según su hipótesis, los niños

nacerían con una tendencia predeterminada a formar estos lazos con sus cuidadores

primarios.

Esto se debería a que, a lo largo de la historia, los niños que se mantuvieran próximos a su

figura de apego tenderían a recibir más protección y confort; y, por lo tanto, tendrían más

posibilidades de llegar con vida a la edad adulta.

Por lo tanto, la selección natural provocó que esta tendencia a formar vínculos fuera

pasando de generación en generación.

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