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RESEÑA HISTÓRICA
E l Casino de Murcia es del estilo de los conocidos como “isabelinos”, ya que se fundó como socie-
dad en 1847 y en ese año se adquirieron los primeros inmuebles para crear en ellos su sede. Desde enton-
ces y hasta 1920 en que se dan por terminadas las obras decorativas (de hecho se prorrogan considerable-
mente en remates, cambios de uso o reformas casi hasta nuestros días) pasan más de setenta años.
No entraremos en pormenores, que pueden consultarse en excelentes publicaciones de las que damos
cuenta en el apartado bibliográfico, pero sí señalaremos una clara intención que preside las sucesivas obras
y adquisiciones de inmuebles hasta el principio de siglo.
En sus comienzos, los primeros edificios en los que se instala el Casino tienen su acceso por la actual ca-
lle Arquitecto Pedro Cerdán, perpendicular a la calle Trapería. Era ya esta última calle la arteria principal y
más representativa de Murcia, próxima a convertirse en calle peatonal como lo es en la actualidad. La im-
posibilidad de contar entonces con edificios recayentes a ella limitó la aspiración lógica de tener la sede
social en dicha calle. De esta forma, las aspiraciones de la sociedad del Casino se encaminan a conseguir
un acceso por la calle Trapería mediante la compra de solares colindantes.
Por fin, en los últimos años noventa, este anhelo se ve satisfecho con la compra de un edificio cuya facha-
da principal daba a la Trapería y se puede plantear el proyecto de un acceso principal. Esas obras aparecen
mencionadas en los Archivos del Casino como las obras de Ensanche. Es con el presidente D. Angel Gui-
rao Girada cuando se encargan estas obras al arquitecto D. Pedro Cerdán Martínez, según Acta de Junta
General Ordinaria del 31-XII-1899 (notas sacadas del libro “El Casino de Murcia 1847-1994" de José Guirao
López de Navas, ésta y otras que citan Juntas Generales).
Casi con toda seguridad, Cerdán ya trabajaba en el proyecto de la fachada. El ensanche no sólo afectó a la
nueva fachada y dependencias recayentes a la Trapería, sino que se abordaba la integración y remodela-
ción general de los distintos inmuebles y piezas de que se componía todo el patrimonio hasta entonces. De
esta forma surgirá la calle-corredor acristalada que articula desde el nuevo acceso todas las dependencias,
la nueva decoración de cada una de las piezas (completando, incluso, el Salón de Baile) que, como fincas
independientes, asoman a la calle-corredor. En la primavera de 1899 existe ya licencia de obras para ejecu-
tar la fachada principal.
El 30 de Diciembre de 1900 el Sr. Guirao Girada deja de ser Presidente, y da paso a la nueva directiva
presidida por D.Jesualdo Cañada Baños. Ya entonces estaba la Fachada Principal a falta del cornisamento
superior y algunos motivos decorativos. Con esta directiva se va a inaugurar el nuevo acceso el día 1 de
Junio de 1901, aunque aún faltaban algunos detalles de fachada, por lo que su finalización total se esta-
blece en 1902.
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Según la descripción realizada por el arquitecto D. Alfredo Vera Botí: “Formalmente la fachada tiene un
gran énfasis áulico apoyado en un repertorio de formas predominantemente neobarrocas, en las que no fal-
tan alusiones a otros códigos (el neoegipcio en los capiteles que soportan las cariátides; el neorenacimiento
en las bichas de los dinteles de las peceras; el modernismo en las formas carnosas de algunas cartelas, co-
mo la del remate axial de coronación; etc.), e intenciones, como la cabeza de La Libertad (si fuera un ate-
neo tendríamos que pensar mejor en una Minerva; pero aquí las conexiones con la escultura de Bartoldi
son demasiado claras que emerge dentro del arco arriñonado (de ascendentes borrominescos) sobre el ac-
ceso principal.”
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A ambos lados del acceso se instalan salas de tertulia acristaladas hacia la calle, conocidas popularmente
como "Peceras". Las grandes vidrieras ocupan unos huecos que recorren casi la totalidad de lo que queda
de fachada. Cada vano se encuentra partido por una columna de fundición central a modo de parteluz, con
dinteles de vigas de hierro revestidas en madera con relieves de inspiración renacentista.
La primera planta, de huecos menores simétricos, posee un balcón importante en su centro, acompañado
por cariátides y sostenido por ménsulas con cabeza de león que aparecen en otra de las obras de Pedro
Cerdán, la Casa del Piñón de La Unión.
El cornisamento, con frontón curvo en el eje, remata eclécticamente el conjunto.
Quedan vestigios del entoldado que existía bajo el cornisamento. Este se desarrollaba entre las fachadas
enfrentadas de la calle.
Materiales
Según la descripción dada por Vera Boti: “Los materiales básicos de la construcción fueron dos: el mármol
rojo de Cehegín, cuyo empleo se reduce al zócalo, y la piedra de Novelda, que ocupa el resto de la fachada,
en la que aparece también algún elemento estructural metálico, como las columnas de hierro colado de la
fundición Peña (que sirven de parteluz a las dos 'peceras'), la madera de pino de las carpinterías y alguna
otra forma secundaria de piedra artificial”.
Hemos de añadir que existen persianas metálicas de chapa ondulada, enrollables en tambores superiores,
que sirven de protección en horas en que el Casino permanece cerrado. Afectan a los huecos de planta ba-
ja: peceras y acceso principal.
Constructores y artesanos
Las diferentes partidas que constan identificada por su autor quedan relacionadas como sigue:
Cimentación. La inicia J. Juliá Alba. Se emplea pilotaje de madera “en algunos puntos”, profundizando has-
ta terreno firme, ante las malas condiciones del terreno tras el cajeado para la nueva cimentación (Acta de
31-XII-1899).
Piedra. Mármol rojo de Cehegín (zócalo) y piedra de Novelda.
Cantería y escultura en general. A cargo de Salvador Monzó, a excepción de las dos cariátides, que fueron
ejecutadas por Manuel Castaño. Anastasio Martínez moldeó las letras del escudo donde se lee “Casino”.
LAS CUBIERTAS
Como más adelante se expresa en el apartado de Patologías, la propia génesis del Casino como edificio da
lugar a un conjunto arquitectónico que, aunque unificado visualmente por Pedro Cerdán en el interior, no
deja de presentar una yuxtaposición de unidades de origen independiente y, por tanto, de soluciones que,
en el caso de las cubiertas, quedan reflejadas en su morfología global.
Predominan las cubiertas a dos aguas en teja plana correspondiéndose con cada pieza importante. Entre
sus volúmenes, de diferente disposición y altura, discurren los espacios acristalados que permiten la ilumi-
nación natural en el corazón del edificio.
Cada unidad se vincula lógicamente con la fecha de remodelación o nueva construcción de las adquisicio-
nes sucesivas.
Dado que cubiertas y azoteas no presentan un interés arquitectónico más allá de la mera resolución de un
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problema de cubrición (y aún éste queda precariamente resuelto) pasaremos a ocuparnos de aquellos datos
referentes a los lucernarios, cúpulas y bóvedas acristaladas como principales elementos a destacar.
PATIO ÁRABE:
Ocupa el vestíbulo de la entrada principal en estilo neonazarí. Se inició en cimentación en 1899, trabajando
diversos maestros y artesanos en su ejecución y decoración, destacando Manuel Castaño en las labores de
ataurique entre 1901 y 1904.
Continuando con la descripción de Alfredo Vera Botí, "La cubierta del Salón Árabe la ejecutó entre el 1901
y el 1902, J. Mejía, posiblemente siguiendo un diseño de Manuel Castaño o de Pedro Cerdán. Se trata de
una cúpula de hierro y cristal bulbiforme que entronca con la teoría de pabellones y Kioscos que había im-
puesto el pintoresquismo inglés, especialmente, a partir del 1809, con la pajarera de Humpry Repton en
Brighton luego incluida en el celebérrimo Royal Pavillón de John Nash (1815) de aquella misma ciudad,
también con cúpula de hierro en forma de bulbo. Se inició así una nueva moda que asimilando las formas
de los 'T'ing' y 'ko' chinos y los 'kösk' de tradición otomana, interpretadas ahora a través de los nuevos ma-
teriales llevó a un exuberante desarrollo de pabellones con cúpulas ligeras, cuyos mejores representantes,
además de los citados, fueron Alphand y G.B.Basile.
La cúpula del Casino de Murcia es sin duda el elemento arquitectónico más sobresaliente de todo el edifi-
cio, y sobre el que casi nunca se ha hecho mención específica".
En 1906, García pintó los cristales de la cúpula.
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INTERVENCIÓN
La restauración que se ha acometido ha intentado no sólo consolidar, asegurar y limpiar cada elemento
que compone la fachada, sino también restituir en la medida de lo posible algunas aportaciones e ideas de
Pedro Cerdán, su arquitecto, que habían sido desvirtuadas o borradas en sucesivas intervenciones.
Porque carece de sentido hablar de la fachada con independencia del resto del edificio es por lo que el
rescate de alguna de las ideas de Pedro Cerdán ha de ser considerado en relación con posteriores actuacio-
nes que se han de acometer en un futuro, esperamos, próximo.
En especial nos hemos de referir a la ventilación de la calle-corredor acristalada, que afecta a todo el eje
del Casino y su relación con los huecos de fachada correspondientes a las "Peceras".
En su origen los huecos se plantean tan absolutamente acristalados que, mediante un sistema de guillotina
son capaces de suprimir barreras entre la calle Trapería y el interior, estando éste en posición ventajosa de
contemplación por su situación elevada. Si advertimos que las "Peceras" tienen otra ventilación por hoja
abatible hacia el zaguán y la posibilidad de comunicación entre éste y la calle-corredor ya tendremos esta-
blecida una serie de corrientes de aire que se pueden utilizar como elemento refrigerador en verano. Todo
ello resulta eficaz si la calle queda protegida por entoldados en esas estaciones, como ocurría entonces, por
disponer con ello de un aire menos cálido.
Aunque en ningún documento aparece esta intención inicial, una observación detenida de la posición de
ventanas exteriores e interiores evidencia la posibilidad.
La intervención, pues, en las carpinterías de "peceras" intenta recuperar la ventilación natural descrita, cu-
yo mejor complemento sería la también recuperación del entoldado callejero.
INTERVENCIONES ANTERIORES
Aunque todo el Casino es motivo permanente de seguimientos relativos al estado de su estructura y deco-
ración, los datos conseguidos acerca de intervenciones que pueden afectar a la fachada son los siguientes:
1926 -1929. Limpieza general de fachada durante el mandato del presidente D. Rogelio Manresa Illán.
1931. Obras en el Salón que ocupa la primera planta sobre Trapería. En este año se instala en primera cru-
jía de cubierta unas placas de fibrocemento ondulado (Uralita), que aparecen superpuestas a la cubierta ori-
ginal y que apoyan en el remate de fachada por su cara posterior.
El examen de la carpintería de los huecos ocupados por las grandes cristaleras evidencia que cada uno de
ellos se solucionó como enormes ventanas en guillotina, que se manipulaban a mano mediante poleas y
cuerdas, lo que llevó a su pronta inutilización. En algún momento, pues, se reforma la carpintería, y se re-
duce a dos hojas fijas en el mismo plano con una banda ciega superior. Ignoro en qué momento se aborda
el cambio de carpintería en las "Peceras", aunque sí consta que en 1974 se instala un Bar en la del lado de-
recho (se desmonta en 1976) y en 1980 se coloca el nuevo parquet. Es posible que la reforma (toldos ex-
tensibles superpuestos incluidos) fuese de la primera fecha.
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PATOLOGÍAS
Piedra
La descomposición de la piedra de Novelda, arenisca porosa, que dio la alarma respecto a la urgencia de la
intervención, se manifestaba concentrada en aquellos puntos donde la resistencia al agua de lluvia se fue
debilitando: la cornisa superior y la intermedia, con el balcón central como apéndice destacado de ésta.
El cornisamento superior, inicialmente protegido en el remate por plancha de plomo, se vio afectado en el
momento que la lámina de metal se despegó o se desprendió. Las filtraciones descompusieron la piedra de
este elemento más o menos intensamente.
Piezas escultóricas sobresalientes (remate central del frontón u otras no protegidas nunca por el plomo), si
bien por su forma no retuvieron agua, sí se vieron afectadas por hongos y líquenes.
En el balcón se concentraba la patología de la desprotección tanto en el cornisamento de su base como el
antepecho escultórico (sobre todo en su remate).
El resto del paramento y ornamentaciones presentaban suciedad pero no descomposición aparente.
Referente al mármol de Cehegín en el zócalo, aunque despiezado y tratado de forma potente, no pudo sus-
traerse a la erosión propia de su función. No obstante, sólo se advirtieron carencias de volumen puntuales
y siempre afectando a descomposición y no a golpes, así como grietas provenientes de vetas descompues-
tas y pérdida generalizada de la viveza del color, consecuencia de la inevitable exposición a la luz.
Un elemento decorativo menor en tamaño (roseta) en el lateral izquierdo del acceso apareció fracturado
con elementos perdidos (piedra arenisca).
Elementos Metálicos
Fundamentalmente nos afectan las columnas de fundición y la rejería de los huecos de semisótano. Su es-
tado era bueno aunque necesitado de limpieza, decapado y nuevo tratamiento.
Los elementos de protección ante las peceras son tubos latonados que únicamente presentaban ligeros de-
sajustes en sus entregas.
Las persianas metálicas enrollables de los huecos de planta baja ("Peceras" y acceso) estaban en uso diario
y por lo tanto cumplían bien su misión, aunque necesitaron limpieza tras decapado y nuevo tratamiento.
Carpinterías
Nos referimos aquí a las de los huecos de fachada, en madera. Todas ellas necesitaban tratamiento de repa-
so, limpieza, decapado, etc. Se consideró que se debía restaurar lo existente, mejorando la calidad y espesor
de las lunas a emplear en tanto que la carpintería lo soportase.
Mención aparte presentaban las hojas de los huecos en las "Peceras". En el apartado de intervenciones an-
teriores se ha razonado el estado actual de su no practicabilidad, aportando la supuesta solución original.
La banda ciega superior es claramente una solución zafia para alojar ventilación forzada ante la estanquei-
dad adoptada. Asimismo, los toldos exteriores parten la diafanidad de los huecos, consecuencia de no con-
tar con el desaparecido entoldado a nivel de cornisas.
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Otros elementos
Hacemos referencia a todos aquellos objetos que, anclados a la fachada, resultan extraños a ésta.
Flanqueando la misma existían dos apliques de iluminación pública que se implantaban de forma visual
violenta; y, por supuesto, el correspondiente cableado que los alimentaba quedaba a la vista.
En la piedra quedaban anclados elementos metálicos de diferente procedencia. Unos se correspondían al
entoldado superior hoy inexistente. Otros correspondían a anclajes de iluminación festera, y otros más a
restos de tendidos eléctricos, telefónicos o similares.
ACTUACIONES
En consecuencia con todo lo anteriormente dicho, las actuaciones que se abordaron se resumen de la si-
guiente forma:
Colocación de andamiaje, con especial incidencia en la seguridad de obreros y viandantes, así como acce-
so protegido al inmueble.
Eliminación de objetos extraños (garras, cables,...) adheridos a fachada.
Desmontaje de carpinterías exteriores de salones (“peceras”).
Limpieza de paramentos, con previa consolidación de aquellos puntos que presentaban mínima consisten-
cia incapaz de sufrir la limpieza sin pérdida de volumen.
Reposición de piezas dañadas de piedra, con material de la misma naturaleza y tratamiento posterior iguala-
torio.
Protección de elementos pétreos con hidrofugantes y microrepelentes, con misión de pátina mate. Acaba-
do final especial para mármoles.
Restitución y revisión de protecciones de plomo incluyendo las que no existían.
Limpieza, decapado y restauración de carpinterías existentes, con revisión de herrajes, junquillos, etc.
Nueva ejecución de carpinterías en ventanales de salones “peceras”, con refuerzos metálicos y motoriza-
ción controlada de las mismas.
Revisión y mejora de las persianas metálicas enrollables.
Ejecución de zuncho en remate posterior de fachada, con esperas para conexión con el resto de zun-
chos de cubierta desarrollados en posteriores proyectos.
Juan Antonio Molina Serrano, arquitecto.
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sobre el estado que presentaba el edificio. Este informe abundaba en las observaciones ya señaladas en el
Estudio de Viabilidad, si bien profundizaba más en aspectos restauratorios y en las condiciones del subsue-
lo, deduciendo la innecesariedad de algún tipo de recalce a no ser actuaciones puntuales.
Con ello se suprimía del Plan de Etapas de 1990 la primera de sus Fases (recalces o mejora del terreno).
Como consecuencia de todo ello, la Fundación Amigos del Casino de Murcia ve conveniente admitir la su-
gerencia de confeccionar un Proyecto de Instalaciones (Acondicionamiento de Aire, Electricidad, Fontane-
ría y Protección contra Incendios) con el fin de tenerlo presente en cada una de las actuaciones parciales
previstas, así como afrontar con prioridad el arreglo y restauración de las cubiertas del Casino por ser un
foco importante de patologías. Ambos proyectos se ponen en marcha a un mismo tiempo, recepcionándose
el Proyecto de Instalaciones en la primera mitad de 1999.
Mención aparte merecen las actuaciones de emergencia, entre las que destaca la consolidación de cimien-
tos, saneado y zunchado del Salón de Baile (1998), y actuaciones de refuerzo bajo el Salón de Café (1998).
Actuaciones
Se aprovechó la ocasión para realizar una de las intervenciones fundamentales para el edificio: trabar sus
contornos superiores mediante la operación de zunchado. Se adoptó el criterio de tratamiento unificado de
toda la propiedad, fuera ésta de carácter específicamente monumental o se correspondiese con áreas de
servicio.
Proteciones temporales
Se entiende que para desmontar cualquier sector de la cubierta hay que protegerlo previamente mediante
una estructura auxiliar que cubra ese área, con garantías ante los agentes atmosféricos y con posibilidad de
trabajar bajo ella.
Destacan las protecciones que han envuelto la cúpula del Salón Arabe, la del Patio Pompeyano y la de los
Pasajes Cubiertos.
En lo tocante a azoteas y cubiertas de teja, se dispusieron estructuras desmontables en acción coordinada
con los trabajos a efectuar.
Cubiertas
Todas las cubiertas inclinadas se desmontaron, con recuperación del máximo de material original en con-
diciones, pues la intención de recuperar las estructuras existentes obligó a actuar sobre ellas, para lo que la
teja suponía un obstáculo.
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Se hace la excepción de la primera crujía en calle Trapería, donde el fibrocemento existente se eliminó pa-
ra ser sustituído por chapa de zinc, con aireadores, tras la inclusión de aislante de fibra de vidrio sobre fal-
so techo de planta inferior.
Tras esta operación, se abordó la labor de saneado de las estructuras de madera que componen el soporte
de cubierta (cerchas o vigas inclinadas -pares-) mediante refuerzo, tratamiento antixilófagos resistente al
fuego y protección superficial.
Una vez efectuado el saneado se introdujeron placas onduladas de fibrocemento con aislante incorporado
por su cara inferior, recibidas a la estructura con correas adecuadas. Estas placas, que garantizan la estan-
queidad y el aislamiento, reciben por su cara superior un mortero armado aligerado con rastreles de made-
ra embutidos, dispuestos para servir de base al listonaje cruzado que sirvió para colocar la teja plana.
Azoteas
Las azoteas compuestas de capas heterogéneas, se desmontaron hasta llegar a la cara superior de forjado. A
continuación se procedió a confeccionar cubiertas invertidas, con impermeabilización nueva, aislamiento y
pendientes adecuadas.
Zunchado.
Previamente a la colocación de las nuevas cubiertas y azoteas se procedió al cajeado de la parte superior
de los muros de coronación para la introducción en ellos de un zuncho de hormigón cosido con varillaje
de acero inoxidable a los muros. Este zuncho va resolviendo los desniveles con tramos escalonados o do-
bles zunchos.
En los casos de estructuras de madera en cerchas, donde el apoyo de éstas no ha de ser afectado, se proce-
dió a utilizar zunchos metálicos en la superficie interna del muro bajo los apoyos, cosidos al muro por el
mismo procedimiento de varillaje. Este sistema fue utilizado anteriormente con buenos resultados en el ca-
so del zunchado superior del Salón de Baile, cuando hubo que intervenir por el procedimiento de emer-
gencia.
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Desde un principio pensamos recuperar los vidrios curvados (laminares translúcidos) sobre la estructura
restaurada, y conscientes de la necesidad de una protección solar, instalar un conjunto de lamas de alumi-
nio lacado de gran formato que, sobre otra estructura porticada sobrepuesta a la del pasaje, se orientara y
graduara inclinándose por medio de acción motorizada, según época del año o soleamiento cotidiano.
Finalmente reconsideramos el empleo en las galerías acristaladas del vidrio translúcido previsto, sustituyén-
dolo por vidrio transparente.
Supone ésta una importante decisión. La nueva apreciación es consecuencia de un más profundo análisis
de los lucernarios-galería construidos en Europa en los comienzos del siglo XX, todos ellos resueltos en vi-
drio transparente. La primera decisión, que aparece en Proyecto, fue dictada en aras de un cómodo mante-
nimiento (los depósitos de polvo no se apreciarían tanto). Por ello, para el control solar aparecía superpues-
ta la potente y necesaria estructura de lamas orientables accionadas a distancia, cuya discreta sombra no
entorpecería la visión global de toda la galería…
Se optó, tras el anterior análisis, por el vidrio transparente, ya que la solución era mucho más fiel al estado
inicial que tuvo el edificio. Esta decisión, sin embargo, cuestionaba mantener la estructura de lamas supe-
rior, pues ahora esa transparencia evidenciaba escandalosamente el artificio protector, entrando en compe-
tencia con la liviana retícula de acero que sostiene el lucernario de la galería. Así, pues, se decide eliminar
esa protección prevista y cambiarla por la más tradicional de los toldos (también motorizados con control a
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distancia), aprovechando parte del sostén que se había pensado para las lamas.
Pero la transparencia también trajo otras exigencias: las fachadas interiores de los pisos superiores del Ca-
sino, recayentes al espacio libre sobre la galería, se iban a ver, en su totalidad con sus huecos desvencija-
dos y su mal estado general. Había que afrontar, pues, también su restauración.
Tras las oportunas consultas, se decidió acometer la labor de puesta a punto de esas fachadas, que en prin-
cipio no iba incluída en el Proyecto de Restauración de Cubiertas.
Las cúpulas y bóvedas referidas contienen elementos practicables que facilitan la aireación cruzada entre
ellos, dotando al inmueble de un acondicionamiento por corrientes de aire muy a tener en cuenta si se
controla la incidencia directa del sol. En esta operación se recupera el sistema bioclimático que existía por
apertura de hojas en la mayor parte de casos. Propusimos activar de nuevo ese sistema, motorizando a dis-
tancia las aperturas o cierres, según conviniese.
Los lucernarios aislados sobre piezas concretas (escaleras, Biblioteca, Sala de ajedrez,...) se resolvieron de la
siguiente forma: cubierta de vidrio apoyada en cuerpo de carpinterías de madera con hojas fijas. Se trataba
de restaurar la estructura de madera, sustituir vidrios y armadura secundaria para adaptar los junquillos, y
proporcionar nuevas hojas fijas de madera que admitan la nueva vidriería.
Evacuación de agua
Conjuntamente a la renovación y restauración de azoteas y cubiertas se atendió a la sustitución de canalo-
nes y bajantes. Se observó que parte de estas últimas se encontran duplicadas. En los casos en que fue po-
sible se recuperó la original; en caso contrario se utilizaron las que había, en espera de actuaciones poste-
riores que afecten a los cuerpos inferiores donde se pueda intervenir cada bajante.
Los canales ocultos (caso de recogida de aguas en Pasajes) se forraron interiormente de plomo y se adapta-
ron a las pendientes existentes.
Varios
La necesidad de ubicar los aparatos de acondicionamiento de aire que ocupaban el callejón del Taller en
otro lugar próximo, obligaron a recurrir a las cubiertas. Para no alterar la disposición de éstas, y puesto que
era necesario colocarlos al exterior, se idearon plataformas y accesos en pasarela a base de rejilla galvaniza-
da. A su vez, estos pasos permiten aproximarse a zonas de la cubierta antes inaccesibles.
El cuantioso número de pararrayos que se situaban en las cumbreras de las cubiertas se sustituyeron por
uno sólo sobre la cúpula del Salón Arabe, dado que, con arreglo a la normativa vigente, es suficiente con
las características que se especifican.
Se instaló un nuevo forjado en sustitución de un falso techo, en la planta primera, en las salas que existen
sobre los salones denominados "Congresillo". Este forjado quedó instalado formando una cámara en el es-
pacio bajo cubierta. Para sustentarlo, se colgó una jácena metálica central de los pendolones que las res-
pectivas cerchas de madera poseen, y se reforzaron las cerchas con elementos metálicos por ambas caras.
Hubo que reforzar la zona de la azotea existente sobre la Biblioteca-Tocador de Señoras. Se hizo intercalan-
do viguetas metálicas en el forjado, solidarizando ambos por una losa de reparto de hormigón armado. Su
finalidad es servir de bancada al aparataje que llevará en el futuro el acondicionamiento global de aire.
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