Transfondo de Hechos
Transfondo de Hechos
Transfondo de Hechos
Esta es la primera lección de nuestra serie "El Libro de los Hechos." En esta
serie, exploraremos el quinto libro del Nuevo Testamento, a menudo
denominado como "Los Hechos de los Apóstoles" o simplemente "Hechos."
Hemos titulado esta lección "El Trasfondo de Hechos," y veremos un número de
aspectos básicos que nos ayudarán a entender y apreciar las enseñanzas de
este libro con mayor claridad y profundidad.
AUTORÍA
El libro de los Hechos fue inspirado por el Espíritu Santo. Pero su inspiración
divina no debe llevarnos a distraer nuestra atención de su autor humano. El
Espíritu Santo preservó los escritos originales de las Escrituras libres de errores.
Pero aun así, utilizó las personalidades, trasfondos e intenciones de sus
escritores humanos.
Evangelio de Lucas
Explícita
En Hechos 1:1, el prólogo del libro de los Hechos, leemos estas palabras:
En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a
enseñar. (Hechos 1:1)
Aquí el escritor del libro habla de su "primer libro," dando a entender que Hechos
es el segundo de al menos dos volúmenes. También indica que escribió este
libro a una persona de nombre Teófilo. Escuchemos ahora el prólogo similar en
Lucas 1:1&ndash4:
Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han
sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron
ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas
las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la
verdad de las cosas en las cuales has sido instruido. (Lucas 1:14)
Una vez más, este pasaje hace referencia a alguien llamado Teófilo. Pero no
hay referencias a un libro anterior.
Implícita
Y hay también temas paralelos entre ambos libro. Un ejemplo: el clímax del
evangelio está en el viaje de Jesús hacia su arresto, juicio, sufrimiento, muerte y
victoria en Jerusalén, la capital del judaísmo y el asiento del poder monárquico
judío. Paralelamente, el libro de los Hechos concluye con el viaje del apóstol
Pablo hacia Roma, comenzando con su arresto, juicio y sufrimiento, y finalizando
con su proclamación victoriosa del evangelio de Cristo en la ciudad capital del
poderoso imperio del mundo.
Adicionalmente, hay similitudes entre los libros, porque ambos son parte de la
misma historia. Podríamos pensar que hay expectativas que se crean en el libro
de Lucas y que no se cumplen hasta el libro de los Hechos. Por ejemplo, al
comienzo de Lucas, el fiel Simeón declaró que Jesús sería la luz de los gentiles.
Escuchemos estas palabras en Lucas 2:30&ndash32:
Porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para
revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel. (Lucas 2:30&ndash32)
Iglesia Primitiva
Manuscritos
Este manuscrito como evidencia indica que desde muy temprano en adelante,
ya se creía que Lucas escribió el tercer Evangelio. Y por extensión, apunta
también a Lucas como el autor de Hechos.
El padre de la iglesia Ireneo, que vivió alrededor de los años 130 al 202 d. C.
creía que Lucas es el autor del tercer Evangelio. En su obra Contra las Herejías,
Libro 3, Capítulo 1, Sección 1, escribió:
Además Lucas, el compañero de Pablo, registró en un cuaderno el evangelio predicado por éste.
Aquí Ireneo se refirió a Hechos como el libro que registró el Evangelio predicado
por Pablo. Sus palabras son importantes porque la evidencia histórica indica que
Ireneo tuvo acceso a conocimiento de primera mano sobre la autoría de Hechos
por parte de Lucas.
Clemente de Alejandría, que vivió entre los años 150 y 215 d. C., también se
refirió a Lucas como el autor de Hechos. En el Libro 5, Capítulo 12 de
su Stromata, o asuntos misceláneos, escribió estas palabras:
Lucas en Hechos de los Apóstoles relata que Pablo dijo, "Varones atenienses, en todo observo que sois
muy religiosos."
A causa de pistas como estas, tenemos razón en creer que la iglesia primitiva no
inventó la autoría de Lucas, sino que simplemente traspasó lo que había recibido
como la verdad: que Lucas escribió estos dos libros.
Hasta aquí hemos visto que hay buenas razones para afirman la autoría común
de Hechos y el tercer Evangelio y que la iglesia primitiva dio testimonio de que
este único autor fue Lucas.
Veamos ahora qué podemos inferir de otras porciones del Nuevo Testamento
sobre Lucas mismo.
Nuevo Testamento
Y aun cuando esto no fue un problema para Teófilo, sí ha sido un problema que
ha levantado muchas preguntas para los lectores modernos.
Al mismo tiempo, hay muchas cosas que el Nuevo Testamento nos cuenta sobre
nuestro autor. Primero, él no era un apóstol. De hecho, probablemente llegó a la
fe después de que Jesús ascendió al cielo.
Cuando el autor dice nos los enseñaron acerca de los sucesos de la vida de
Jesús, está indicando que él no fue un testigo ocular de la vida de Jesús.
Pero comenzando con Hechos capítulo 16, las narraciones a menudo toman una
Ahora que tenemos algunas pistas sobre nuestro autor, estamos en condiciones
de examinar qué tan bien corresponden estos detalles a lo que sabemos sobre
Lucas.
Lucas
Veamos una vez más lo que sabemos sobre el autor de Lucas y Hechos: Él no
fue un apóstol. Parece haber sido muy educado. Y fue el compañero de viaje de
Pablo. ¿Cómo se comparan estos detalles con lo que sabemos acerca de
Lucas?
Bueno, primero que nada, Lucas no fue un apóstol. Los apóstoles jugaron un rol
fundamental para la iglesia, ejerciendo una autoridad única en nombre de Cristo
para establecer la iglesia y protegerla del error y los problemas. Y de acuerdo a
Hechos 1:21 y 22, los apóstoles fueron entrenados por Jesús mismo.
Pero Lucas nunca se encontró con Jesús en persona y nunca reclamó el tipo de
autoridad que perteneció a los apóstoles. En vez de eso, fue simplemente un
miembro de la comunidad de apoyo de los esfuerzos misioneros de Pablo.
Segundo, es posible que Lucas haya recibido una muy buena educación.
Podemos inferir esto a partir de Colosenses 4:14, donde Pablo identifica a Lucas
como un médico.
Aun cuando la medicina no era una disciplina tan formal en los días del Nuevo
Testamento como lo es hoy, aun así se requería de una persona con aptitud y
habilidades.
Tercero, Lucas fue un compañero de viaje de Pablo. El apóstol Pablo menciona
que Lucas viajó con él en Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11; y Filemón 24.
Podemos resumir el tema de la autoría de hechos de este modo. Hay una gran
cantidad de evidencia histórica que apunta a la autoría de Hechos por parte de
Lucas. Lucas y Hechos tienen un autor en común.
ESCENARIO HISTÓRICO
Aun cuando hay muchas opiniones distintas sobre cuándo se escribió el libro de
los Hechos, en términos generales, podemos dividir las opiniones de los
expertos en el Nuevo Testamento en dos tendencias básicas. Por un lado,
algunos han argumentado que Lucas escribió después de la destrucción del
Templo en Jerusalén en el año 70 d. C. Y por otra parte, otros han argumentado
que escribió antes de la destrucción del Templo en Jerusalén en el año 70 d. C.
Los trágicos sucesos del año 70 d. C. fueron críticos en la historia judía y, por
esta razón, es útil reflexionar en las opiniones sobre estos asuntos a partir de
estos sucesos. Revisaremos cada uno de estos puntos de vista, comenzando
con la posibilidad de que Lucas haya escrito después del 70 d. C.
Los eruditos que sostienen que hechos fue escrito después del año 70 d. C.
basan sus puntos de vista en numerosas consideraciones.
Por ejemplo, muchos han sostenido que el optimismo del libro de los Hechos
indica un fecha alrededor de los años 80 a 90 d. C. De acuerdo a este punto de
vista, Hechos es demasiado positivo con respecto a la iglesia primitiva como
para haber sido escrito tan temprano. Más bien es una visión nostálgica de la
iglesia primitiva que requiere de muchos años de distancia de los eventos en sí.
Sin embargo, este punto de vista no toma en cuenta la sobriedad con que
Hechos trata todos los tipos de problemas dentro y fuera de la iglesia. La
mayoría que piensa que Hechos fue escrito después del año 70 d. C., considera
que algunos elementos de libro de los Hechos dependen de las obras del
historiador judío Josefo.
Los textos relevantes de Josefo no fueron escritos antes del año 79 d. C., y no
habrían estado ampliamente disponibles mucho antes del 85 d. C. De modo que
quienes creen que Hechos depende de las obras de Josefo concluyen que
Hechos no fue escrito antes del año 79 d. C., sino más bien un poco después del
año 85 d. C.
En tanto que muchos defensores de esta posición han mencionado muchas
conexiones entre Hechos y las obras de Josefo, nosotros sólo haremos
referencia a cuatro conexiones mencionadas por ellos.
La segunda idea más importante sobre Hechos es que fue escrito antes de la
destrucción del templo en el año 70 d. C. Hay muchas evidencias a favor de esta
fecha más temprana, sin embargo, para nuestro propósito nos concentraremos
en lo que podemos concluir a partir de la última escena del libro de los Hechos.
Escuchemos los dos últimos versículos en Hechos 28:30 y 31. Ahí Lucas
escribió estas palabras acerca de Pablo:
Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían,
predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.
(Hechos 28:30&ndash31)
El libro de los Hechos se cierra con Pablo en Roma bajo arresto domiciliario,
proclamando el evangelio cristiano con denuedo. Este final ofrece importante
evidencia para creer que Hechos fue escrito antes del año 70 d. C.
Audiencia Original
Teófilo
Tal como lo indica este pasaje, este libro de Lucas fue diseñado en parte para
que Teófilo tuviera certeza de las cosas que se le habían enseñado. En pocas
palabras, Lucas escribió para instruir a Teófilo.
Luego de ver que Lucas citó explícitamente a Teófilo como su primer lector, será
útil también meditar en la audiencia original de Lucas en términos más amplios.
Audiencia Más Amplia
A partir de lo que leemos en el resto del Nuevo Testamento, no es difícil ver que
la iglesia en general, en el primer siglo luchó con muchos problemas a los cuales
Lucas hace referencia en el libro de los Hechos. La historia de Lucas menciona
luchas entre los judíos y los gentiles creyentes, y divisiones a causa del
liderazgo de diferentes apóstoles y maestros. Su registro refiere a errores
doctrinales introducidos por falsos maestros. Hechos también da cuenta de la
lucha entre la iglesia y los gobiernos civiles. Se concentra en los problemas que
enfrentaban las mujeres y los pobres. Registra persecuciones, sufrimientos y
encarcelamientos. Hechos se refiere a este tipo de dificultades doctrinales,
morales y prácticas, porque la iglesia en general lidiaba con este tipo de
problemas en sus primeras décadas.
Dado que Lucas escribió el libro de los Hechos para referirse a una serie muy
amplia de problemas, parece razonable asumir que su intención fue que su obra
la leyesen muchos creyentes distintos. Su preocupación era ayudar, tanto a
Teófilo como a toda la iglesia primitiva, a enfrentar los muchos desafíos
presentes.
Contexto Social
Sin duda que la mayor influencia de Roma sobre los territorios conquistados fue
política y económica. Una de las principales preocupaciones del Imperio
Romano fue asegurar la paz y la lealtad dentro del imperio, tratando de ejercer
un fuerte control sobre las autoridades locales.
Judíos
La iglesia proclamaba que Jesús era el Mesías que había conquistado la muerte
y estaba restaurando toda la creación, comenzando con su propia resurrección
de los muertos. Pero los judíos no creyentes consideraban imposible que un
hombre crucificado como criminal fuera el Mesías. Esta diferencia creó una
fisura entre los judíos cristianos y no cristianos que continúa incluso hasta el día
de hoy.
La iglesia primitiva creía que las esperanzas de las Escrituras judías sobre el
Mesías venidero se habían cumplido en Jesús, pero los judíos no creyentes
negaban esta interpretación. Habían muchos partidos dentro del judaísmo que
daban lugar a una amplia gama de puntos de vista, pero la mayoría de ellos
hallaba imposible aceptar que Jesús cumplía las esperanzas mesiánicas del
Antiguo Testamento.
En tercer lugar, la iglesia primitiva y el pueblo judío del primer siglo discrepaban
en cómo veían a los gentiles.
La mayoría de los observantes judíos no compartía con los gentiles. Pero por
otra parte, muchos gentiles incircuncisos se sentían tan atraídos por las
creencias y la enseñanza ética del judaísmo, que se adherían a las sinagogas
judías locales y se les conocía como los temerosos de Dios. A los temerosos de
Dios se les respetaba por sobre otros gentiles, pero no eran miembros en pleno
de la comunidad judía. Los gentiles prosélitos se convertían al judaísmo, pero
esto involucraba el someterse a los ritos de iniciación, incluyendo un bautismo,
la circuncisión, y la observancia de las tradiciones judías. Los primeros cristianos
judíos al principio pensaban lo mismo sobre los gentiles, pero gradualmente
comprendieron que a los gentiles que seguían a Cristo se les debía reconocer
como miembros en pleno de la iglesia cristiana. A la luz de la nueva revelación
del Espíritu Santo, la iglesia primitiva determinó que la fe en Cristo, expresada
en la confesión y el bautismo, era suficiente para la membresía en la iglesia
cristiana. De modo que los apóstoles hicieron suya la práctica de proclamar el
evangelio del señorío universal de Cristo a los judíos y gentiles, aceptando los
dones y el ministerio de ambos pueblos a medida que la iglesia crecía.
Comprendieron que Dios estaba usando a los gentiles para cumplir la esperanza
del reino que había forjado para su pueblo en el Antiguo Testamento. No es de
sorprender que esto haya originado muchos conflictos entre los judíos no
creyentes y los primeros cristianos.
Antiguo Testamento
Historia
En su gran obra Penses, el filósofo cristiano del siglo XVII Blaise Pascal habló
de tres grandes verdades que los seres humanos han reconocido a través de la
historia. Primero, se refirió a la gloria y belleza de la creación, la maravilla que se
extiende por el universo porque Dios lo hizo todo bueno. Segundo, habló del
conflicto desconcertante entre la gloria original de la creación y su presente
miseria y corrupción. Y tercero, Pascal habló de la redención, la esperanza de
que habrá una solución a este conflicto.
Tal como Pascal, el Antiguo Testamento divide la historia del mundo en tres
escenarios principales: creación, caída en el pecado, y redención. Y en Hechos,
Lucas escribió sobre la iglesia primitiva, reflejando esta visión tridimensional de
la historia.
Según este pasaje, el telón de fondo del ministerio del evangelio de Pablo se
extendía por toda la creación. Dios es el Señor que hizo el mundo y todo lo que
hay en él. Él ordenó el mundo para que los hombres lo busquen, extiendan su
mano y lo hallen. El ministerio del evangelio de Pablo nace de los propósitos que
Dios estableció en la creación. Al incluir estos detalles en su libro, Lucas indica
que el tema de la creación fue importante para entender él mismo a la iglesia
primitiva.
Igualmente, la conciencia de Lucas sobre la caída de la humanidad en el pecado
también aparece en primer plano en Hechos.
Para mencionar algunos, hallamos estos temas sobre la redención en: el sermón
de Pedro en el capítulo 2:21 y 40; en la defensa de los apóstoles ante el
Sanedrín en el capítulo 5:29&ndash32, las palabras del ángel a Cornelio en el
capítulo 11:14; el discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia en el
capítulo 13:23; la defensa de Pedro ante el concilio de Jerusalén en el capítulo
15:7&ndash10, y en las palabras de Pablo y Silas al carcelero de Filipo en el
capítulo 16:30 y 31.
Cada vez que nos aproximamos a Hechos, tenemos que recordar que Lucas
escribió fuertemente influenciado por la visión de la historia del Antiguo
Testamento. Por esa razón, muy a menudo registró momentos del primer siglo
que reflejan el amplio espectro de la historia, desde la creación, pasando por la
caída en el pecado, hasta la redención de Cristo.
Israel
Según estos versículos, Dios llamó a Abraham para ir a la Tierra Prometida con
dos propósitos principales.
Por una parte, llegaría a ser el padre de una gran nación, haciéndose famoso y
recibiendo muchas bendiciones materiales y espirituales. Las bendiciones de
Dios para Abraham y sus descendientes después de él habían de ser
demostraciones simbólicas de que en la salvación de Dios hay esperanza,
incluso en este mundo caído.
Pero, por otra parte, el llamado de Dios fue mucho más allá de lo que Abraham y
sus descendientes recibirían. A través de Abraham, serían bendecidos todos los
pueblos de la tierra. Abraham y sus descendientes habían de transformarse en
un conducto de las bendiciones divinas para todas las familias de la tierra.
Este doble enfoque del llamado de Dios a Abraham subyace en gran parte del
pensamiento de Lucas en Hechos. Por una parte, Lucas reporta con frecuencia
cómo la bendición de la salvación en Cristo llegó a los judíos, los descendientes
de Abraham, cumpliendo las promesas de Dios al gran patriarca.
Sin embargo, Lucas también se concentra en cómo los judíos cristianos llevaron
el evangelio de Cristo a los gentiles. Una y otra vez, Lucas reporta cómo judíos,
tales como Felipe, Pedro, Pablo y Bernabé llevaron el evangelio de salvación al
mundo gentil. Esto también dio cumplimiento a las promesas de Abraham.
Desde el punto de vista de Esteban, Jesús fue el profeta que Moisés había
profetizado. De modo que rechazar a Jesús equivalía a rechazar a Moisés y la
Ley, como los antiguos israelitas. Para estar verdaderamente comprometidos
con Moisés y la Ley, uno tiene que recibir a Cristo.
Consideremos entonces cómo Lucas resumió las palabras de Pablo a los líderes
judíos en Hechos 28:23:
Y habiéndole señalado un día, vinieron a Pablo muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les
testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por
la ley de Moisés como por los profetas. (Hechos 28:23)
Tal como lo revelan estos versos, fue a través de su descendiente David que
Abraham se transformaría en una bendición para el mundo. Sin embargo, no lo
lograría David mismo, sino que uno de sus descendientes sería el rey que
extendería su gobierno pacífico y benevolente sobre todo el mundo.
En Hechos, Lucas se basó profundamente en esta esperanza de la casa de
David. Comprendió que Jesús era el hijo de David, el gobernante real del reino
de Dios que había de expandir su reino desde Jerusalén hasta los confines de la
tierra a través de la iglesia. Escuchemos, por ejemplo, las palabras de Jacobo en
el concilio de Jerusalén, que se hallan en Hechos 15:14&ndash18:
Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré el
tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de
los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el
Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. (Hechos 15:14&ndash18)
Aquí Jacobo se refería a Amós 9:11 y 12, donde Amós predijo que Dios
restauraría la dinastía de David y extendería su reino sobre las naciones
gentiles. Como se indica aquí, Jacobo creía que el éxito del evangelio entre los
gentiles era el cumplimiento de estas esperanzas del Antiguo Testamento.
Lucas quería que sus lectores entendieran que Jesús era el heredero de las
promesas de Abraham, el profeta al igual que Moisés, y el rey davídico final.
Jesús había ascendido a su trono y estaba conquistando al mundo a través de la
proclamación del evangelio y el crecimiento de la iglesia, extendiendo su reino
de salvación desde Jerusalén a los confines de la tierra, tal como lo había
predicho el Antiguo Testamento.
Reino de Dios
Después de ver cómo Lucas depende del Antiguo Testamento, estamos listos
para ver cómo el reino mesiánico de Dios contribuyó al trasfondo teológico de
Hechos.
Aun cuando los judíos tenían muchas y diferentes esperanzas sobre el Mesías,
Lucas vio que se estaba desarrollando una significativa transición a través del
ministerio de Juan el Bautista.
Juan el Bautista
Tanto el evangelio de Lucas como el libro de los Hechos indican que Juan el
Bautista hizo un llamado al verdadero arrepentimiento, y proclamó las buenas
nuevas de que el Mesías estaba por traer el reino de Dios a la tierra. Y más aún,
Juan acertadamente identificó a Jesús con ese Mesías. Escuchemos las
palabras de Juan el Bautista en Lucas 3:16 y 17:
Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que
yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en
fuego que nunca se apagará. (Lucas 3:16&ndash17)
Más tarde, Juan quedó perplejo ante el hecho de que Jesús aún no había hecho
lo que los teólogos judíos habían esperado que hiciera el Mesías. Juan estaba
tan turbado que envío mensajeros a preguntarle a Jesús, si él era realmente el
Mesías.
Teología Cristiana
En los escritos de Lucas, así como en el resto del Nuevo Testamento, la teología
cristiana mesiánica está estrechamente conectada con el evangelio o las buenas
nuevas cristianas. Podemos resumir el mensaje del evangelio del Nuevo
Testamento así:
El evangelio es el anuncio de que el reino de Dios vino a través de la persona y la obra de Jesús, el
Mesías, y que progresa hacia su gran consumación, a medida que Dios concede la salvación a quienes
reciben y confían en Jesús como el Mesías.
Vemos que el mensaje del evangelio toca dos ideas esenciales. Por un lado,
hallamos lo que podríamos llamar el aspecto más objetivo del evangelio
cristiano. El reino de Dios viene a la tierra a través de la persona y la obra de
Jesús. Lucas creía que como el Mesías, Jesús había comenzado la fase final del
reino de Dios en la tierra, y que un día regresaría para acabar lo que había
comenzado.
Y por otro lado, el mensaje del evangelio del Nuevo Testamento tiene también
un lado más subjetivo. Anuncia que la fase final del reino de Dios progresa hacia
su gran consumación a medida que Dios concede la salvación a quienes reciben
y confían en Jesús como el Mesías. El gobierno de Dios sobre el mundo avanza
a medida que el evangelio toca los corazones de aquellos que creen, y los trae a
la salvación que Jesús consumó. En el libro de los Hechos, Lucas presta
atención a estas dos dimensiones del evangelio. En el lado objetivo, enfatiza las
realidades de la gran obra de salvación de Dios en Cristo. Registra la
proclamación de la iglesia de que Jesús murió por los pecados de su pueblo,
que fue resucitado de entre los muertos, que reina a la diestra de Dios Padre, y
que volverá en gloria.
Escuchemos, por ejemplo, el registro de Lucas del sermón de Pedro en
Pentecostés en Hechos 2:22&ndash24:
Jesús Nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales …
[vosotros] matasteis … crucificándole; al cual Dios levantó. (Hechos 2:22&ndash24)
Vemos que la proclamación del evangelio de Pedro incluye los hechos efectivos
de la vida, muerte y resurrección del Mesías.
Pero Lucas también presta atención al lado más subjetivo del evangelio. En
muchas ocasiones enfatiza la importancia de que la gente reciba personalmente
la verdad de Cristo para que ésta transforme sus vidas.
Tal como lo dijimos, la teología del primer siglo creía que el Mesías establecería
un reino político de una sola vez. Pero Jesús y sus apóstoles enseñaron que el
reino del Mesías está creciendo gradualmente a través de la expansión de la
iglesia y la transformación personal de la gente.
Tal como leemos en el libro de los Hechos, siempre tenemos que recordar que
este es el segundo de dos volúmenes que Lucas escribió a Teófilo. La intención
de Lucas siempre fue que estos libros se leyeran juntos. Su evangelio es la
primera parte de la historia y el libro de los Hechos es la segunda parte de la
historia. De modo que leer el libro de los Hechos correctamente implica entender
cómo éste continúa con la historia que comenzó en el evangelio.
Hay muchas formas en que el evangelio de Lucas nos prepara para entender el
mensaje de Hechos. Sin embargo, y para nuestros propósitos, nos
concentraremos en el tema del reino de Dios que abarca ambos volúmenes.
Jesús
Por otra parte, al final de su ministerio público, justo antes de su entrada triunfal
en Jerusalén donde fue vitoreado como rey, Jesús contó la parábola de las diez
minas en Lucas 19:12 al 27. En esta parábola, explica que el reino llegaría
lentamente. La mayoría de los judíos de su tiempo esperaba un reino que
llegaría inmediatamente en toda su plenitud. Pero Jesús enseñó que él estaba
trayendo el reino lentamente y en etapas. Jesús había dado inicio al reino, pero
se estaba yendo por un largo tiempo para ser coronado rey, y no consumaría su
reino hasta su regreso. Escuchemos la forma en que la parábola de las diez
minas comienza en Lucas 19:11 y 12:
Jesús … dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios
se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un
reino y volver. (Lucas 19:11&ndash12)
Veamos lo que sucedió aquí. Jesús estaba por entrar en Jerusalén y ser
proclamado rey, pero él no quería que la gente asumiera que él se instalaría
como un gobernante terrenal de una sola vez, sino que se iría por un largo
tiempo, para recibir su reinado, y había de volver a gobernar su reino terrenal en
el futuro.
La noche antes de que Jesús fuese crucificado, instruyó a sus apóstoles para
llevar a cabo su obra de traer el reino. Escuchemos sus palabras para ellos en
Lucas 22:29 y 30:
Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en
mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. (Lucas 22:29 30)
Jesús nombró a sus discípulos como líderes y jueces de su reino. Su trabajo fue,
bajo la dependencia del Espíritu Santo, continuar desde dónde Jesús se detuvo,
proclamando el evangelio del reino y extendiendo el reino hasta llenar el mundo.
Vemos entonces cómo el Evangelio de Lucas establece que el reino fue la tarea
principal de Jesús, y que comisionó a los apóstoles para que llevaran a cabo
esta obra después de su ascensión al cielo.
Una vez más, Jesús anima a sus seguidores a no esperar una consumación
inmediata del reino. En vez de eso, confirma que los apóstoles serían
responsables de llevar a cabo su obra, proclamando el evangelio por todo el
mundo.
Vemos que más que decir que simplemente predicaba el "evangelio," Lucas dice
que Pablo predicaba el reino de Dios. El libro de los Hechos termina tal como
empieza, enfatizando el rol de los apóstoles como quienes extendieron el reino
de Dios en la tierra a través de su proclamación.
Cuando nos aproximamos al libro de los Hechos, tenemos que tener siempre en
mente que Lucas escribió a partir de su trasfondo en el Antiguo Testamento y las
convicciones del primer siglo acerca del reino de Dios en Cristo. Y siempre
tenemos que recordar que Hechos sigue al Evangelio de Lucas, reportando
cómo los apóstoles y la iglesia primitiva continuaron la obra del reino que
comenzó con el ministerio de Cristo, dependiendo del Espíritu Santo.
CONCLUSIÓN
En esta lección, hemos examinado la autoría del libro de los Hechos; hemos
descrito su escenario histórico; y hemos explorado su trasfondo teológico.
Teniendo en mente estos detalles al estudiar el libro de los Hechos, nos será
más fácil descubrir su sentido original, y aplicarlo a nuestras propias vidas.
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