Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Crecimiento Espirtual Del CRISTIANO

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 35

¿QUÉ ES REALMENTE SER UN

CRISTIANO? (PARTE 1)
22 FEBRERO, 2016 RAFAEL BELTRAN
9
Curiosamente, el término “cristiano” no fue desarrollado por los propios cristianos. Era
un término denigrante y en tono de burla, dado a los creyentes en Cristo por primera
vez en Antioquía (Hechos 11:26). Pero algo que previamente había sido utilizado
como una burla, al etiquetarlos como seguidores de Cristo, pronto se convirtió en algo
verdaderamente descriptivo de los creyentes en Cristo.
“Durante todo un año [el apóstol Pablo y Bernabé] se congregaron con
la iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue allí en Antioquía en donde
a los discípulos de Jesús se les llamó cristianos por primera vez.”
– Hechos 11:26 (RVC)
Hay muchas ideas sobre lo que significa ser un cristiano. Pero para responder mejor a
esta pregunta, quizás es mejor empezar por describir lo que no es un cristiano:

El asistir a la iglesia no significa ser un cristiano: Muchas personas que asisten


cada semana a la iglesia, quienes se saben las canciones, participan, etc., piensan
que con ello están cumpliendo y eso los hace cristianos. Incluso algunos de ellos,
pueden tener puestos de liderazgo en la iglesia, sin embargo esto no es lo que define
a alguien como un verdadero cristiano. Algunos de ellos pueden vivir bajo la falsa
impresión de ser cristianos.
El leer y estudiar la Biblia no significa ser un cristiano: Tanto la lectura, como
el estudio de la Biblia son muy útiles para cualquier cristiano. Sin embargo, si alguien
lee y estudia la Biblia no significa que éste sea un verdadero cristiano. Veamos el
ejemplo de los fariseos, quienes eran muy estudiosos de las Sagradas Escrituras, y
eran personas muy religiosas. Sin embargo, Jesús (Yeshua en Hebreo) los criticaba
fuertemente, al grado de llamarlos hijos del diablo:
“Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las
cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y
siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando
miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el
padre de la mentira. Por eso, es natural que no me crean cuando les
digo la verdad.” – Juan 8:44-45 (NTV)
El “portarse bien” no define a un cristiano: Una persona no es un cristiano por el
hecho de “portarse bien”, ya sea que esto implique no tener adicciones (fumar, beber,
etc.), no decir groserías, no ser adúltero, entre otros comportamientos, todo esto son
buenos hábitos, por supuesto. Son muchas las personas que “se portan bien”, sin
embargo, de cualquier forma van en el mismo camino (que las “malas personas”)
hacia el infierno y no se dan cuenta.
Un cristiano no es aquel que tiene un conocimiento intelectual de Dios: Un
cristiano no es alguien que mantiene una determinada declaración de fe en base a un
conocimiento intelectual de Dios. Esta persona puede estar confiando en su
conocimiento teológico, sin embargo, el conocimiento (sin importar cuán preciso sea)
no hace que alguien sea cristiano. Si en el fondo esta persona es secular, y está llena
de dudas (no tiene fe), de nada le sirve.
Reconocer el pecado no significa ser un cristiano: Hay personas que reconocen
que pecaron, e incluso se pueden disculpar y tratar de enmendar el daño provocado,
sin embargo esto no los hace cristianos. Por ejemplo, Judas quien reconoció su pecado
de traición hacia Jesucristo, y quien incluso acudió con los sacerdotes, todo esto fue
en vano.
“Cuando Judas, quien lo había traicionado, se dio cuenta de que habían
condenado a muerte a Jesús, se llenó de remordimiento. Así que
devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los
ancianos. —He pecado —declaró—, porque traicioné a un hombre
inocente. —¿Qué nos importa? —contestaron—. Ese es tu problema.
Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se
ahorcó.” – Mateo 27:3-5 (NTV)
El hacer “milagros” no significa ser un cristiano. A veces juzgamos la
espiritualidad de una persona por sus obras. Si son capaces de curar a los enfermos,
expulsar demonios, y hacer otros milagros, uno podría suponer que estas personas
deben de tener una buena relación con Dios. Pero, Yeshua expuso este malentendido:
“El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu
nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos
milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí.
Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.” – Mateo 7:22-
23 (NTV)
El hacer servicio voluntario no significa ser un cristiano: Una vez más, muchos
dan generosamente su tiempo, dinero y conocimiento para ayudar a otros. Es cierto
que los cristianos han estado al frente de la construcción de hospitales, orfanatos,
organizaciones benéficas, escuelas, etc., más que cualquier otro grupo de personas.
Sin embargo, eso no es lo que los hace cristianos. Por ejemplo, Herodes quien estuvo
a cargo de un ambicioso proyecto de construcción-expansión del segundo Templo de
Dios en Jerusalén, al mismo tiempo también era un terrible asesino (involucrado en la
matanza de los inocentes, adversarios, e incluso miembros de su propia familia).
“Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de
él, se puso furioso. Entonces, basado en lo que dijeron los sabios sobre
la primera aparición de la estrella, Herodes envió soldados para matar
a todos los niños que vivieran en Belén y en sus alrededores y que
tuvieran dos años o menos”. – Mateo 2:16 (NTV)
Gran parte del problema de los escenarios previamente descritos, es que todos por
naturaleza, pensamos como “piensa el mundo” (el sistema secular que está en contra
de Dios), porque desde que nacemos “pertenecemos al mundo”. No hemos
desarrollado una verdadera visión cristiana del mundo. Nacimos experimentando una
realidad distorsionada que es lo opuesto a la realidad que Dios nos revela. Y la única
forma de dejar de “pertenecer al mundo” es cuando dejamos de formar parte de él,
cuando nos volvemos verdaderos cristianos, veamos lo que nos dice Jesús al respecto:

“Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los


suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo. Yo los elegí para
que salieran del mundo, por eso el mundo los odia.” – Juan 15:19 (NTV)
Por otro lado, es problemático cuando la persona sigue “perteneciendo al mundo”,
observemos cómo la Biblia siempre ve esto como algo negativo, ilustrado por ejemplo
en el libro del Apocalipsis:

“Y adoraron a la bestia todos los que pertenecen a este mundo,


aquellos cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida…”
– Apocalipsis 13:8a (NTV)
Entonces sólo hay dos opciones: pertenecer a Dios o pertenecer al mundo. Veamos el
punto de vista de Pablo acerca de pertenecer a Dios:

“Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones


y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí.”
– Gálatas 5:24 (NTV)
Por tanto, quienes siguen “perteneciendo al mundo”, y no son verdaderos cristianos,
van a tener varios de los comportamientos descritos previamente.

Denominaciones dentro del Cristianismo


Hay que considerar que el cristianismo está dividido en seis grupos principales: Los
Católicos Romanos, Protestantes, Ortodoxos, Anglicanos, Independientes, y los
Marginales. El Centro para el Estudio del Cristianismo Global en el Seminario
Teológico Gordon-Conwell estima que de estos grupos existen hasta 43,000
denominaciones cristianas registradas hasta el 2012. Esto nos puede dar una idea del
engaño que ha venido ocurriendo desde la resurrección de Jesucristo y que es
mencionada en Apocalipsis 12:9. El Diablo está más activo en las iglesias de este
mundo que en un bar o en algún lugar de mala reputación, ya que la gente que
frecuenta esos lugares, lamentablemente, ya pertenecen a su reino a través de las
adicciones y su vida alejada de Dios. Pero en la iglesia, el enemigo tiene el reto de
crear dudas, generar malos entendidos, distorsionar las Sagradas Escrituras, y
engañar a las personas para que se alejen del Señor, muchas veces sin que ellos se
den cuenta. Y una forma es creando división en la iglesia.
“Jesús contestó:—Toda planta que no fue plantada por mi Padre
celestial será arrancada de raíz, así que no les hagan caso. Son guías
ciegos que conducen a los ciegos, y si un ciego guía a otro, los dos
caerán en una zanja.” – Mateo 15:13-14 (NTV)
“Así fue expulsado el gran dragón, que es la serpiente antigua que se
llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo. Él y sus
ángeles fueron arrojados a la tierra.” – Apocalipsis 12:9 (RVC)
Cuando aceptamos a Jesús como Señor y Salvador, entramos en un nuevo mundo – el
mundo de la realidad de Dios (Colosenses 1:13) – por desgracia nuestra mente
todavía sigue entrenada a los modos “del mundo”, de la naturaleza pecaminosa (el
pecado original) que heredamos de Adán y Eva, y es cuando surge nuestro conflicto
interno. Nuestra mente necesita ser re-educada. Y es ahora cuando depende de
nosotros convertirnos en verdaderos cristianos.
“Pues Él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de
su Hijo amado.” – Colosenses 1:13 (NTV)
¿Qué es lo que define a un verdadero Cristiano?
Convertirse en un Cristiano es un milagro
instantáneo y ocurre de forma repentina cuando en su vida usted es colocado por
gracia de Dios en Su familia, en el cuerpo de Cristo, al momento que su fe es puesta
en Jesús. Tal vez, puede que haya habido un largo proceso previo de haber sido
expuesto al Evangelio; pero el punto real de la salvación se produce en un instante
milagroso, es un milagro maravilloso, Yeshua (Jesús) llamó: “el nacer de nuevo”;
cuando se pasa de la muerte a la vida, desde el reino de las tinieblas al reino de
Jesucristo.

“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en


una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha
comenzado!” – 2 Corintios 5:17 (NTV)
[Jesús dice]”A ustedes yo les enviaré al Abogado Defensor, el Espíritu
de verdad. Él vendrá del Padre y dará testimonio acerca de mí” – Juan
15:26 (NTV)
“Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi
representante —es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les
recordará cada cosa que les he dicho.” – Juan 14:26 (NTV)
En esencia, un Cristiano es un discípulo de Jesucristo, y está en proceso de ser
conformado a Su forma de ser según Sus enseñanzas. Los cristianos utilizan Su
ejemplo perfecto como modelo para crecer siendo como Jesús. Los verdaderos
cristianos debemos ser un ejemplo para el mundo:

[Jesús dice]”Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto
de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y
luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar
alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma
manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos,
para que todos alaben a su Padre celestial.” – Mateo 5:14-16 (NTV)
El proceso de “volver a nacer”, o lo que llama Jesús “nacer del Espíritu” se inicia
cuando una persona acepta a Jesús como Señor y Salvador. A partir de ahí, Dios a
través del Espíritu Santo, empieza a trabajar en la vida de la persona que busca como
objetivo final el Reino de Dios.

“Jesús le contestó:—Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino


de Dios si no nace de agua [bautizo] y del Espíritu.” – Juan 3:5 (NTV)
La salvación es un regalo de Dios, es por Su gracia que recibimos al Espíritu Santo:
[Jesús dice]”El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera
que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde
va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del Espíritu.”
– Juan 3:8 (NTV)
¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo,
que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes
no son dueños de sí mismos? – 1 Corintios 6:19 (RVC)
Un discípulo no solamente sigue las enseñanzas de su maestro, sino que está
totalmente comprometido con el maestro. Un verdadero cristiano es aquel que se ha
comprometido por completo con el Maestro, Jesucristo (Mateo 23:8). Su deseo es
seguir Sus pasos lo más cerca posible. Estudia y aplica las palabras del Maestro en su
vida. El discípulo no pone en duda la capacidad o la sabiduría del Maestro. Si el
maestro cree que Adán y Eva eran personas reales y la tierra fue creada hace unos
6,000 años, el discípulo también lo cree y actúa en consecuencia. Si el maestro indica
que Él es el único camino verdadero a Dios, el verdadero discípulo no lo duda.
“Cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos
discípulos. Eso le da mucha gloria a mi Padre.” – Juan 15:8 (NTV)
Jesús vino a restaurar la relación de la gente con Dios, y por ello nosotros debemos de
aprender a hacer las cosas como a Dios le gusta, y haciendo lo que Él nos pide.
Cualquier otra cosa no es un auténtico cristianismo.

[Jesús dice]”Si me aman, obedezcan mis mandamientos.” – Juan 14:15


(NTV)
“Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a
Dios por medio de Él (Jesús), quien vive para siempre, a fin de
interceder con Dios a favor de ellos”. – Hebreos 7:25 (NTV)
“Nosotros también queremos realizar las obras de Dios —contestaron
ellos—. ¿Qué debemos hacer? Jesús les dijo: La única obra que Dios
quiere que hagan es que crean en quien Él ha enviado.” – Juan 6:28
Como cristiano nuestra fe en Cristo se basa en creer tres cosas:

1. Él murió por mí. “Dios, en su bondad, quiso que Jesús experimentara la


muerte para el bien de todos.” – Hebreos 2:9b (RVC)
2. Él me perdona. “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” – 1 Juan
1:9 (RVC)
3. Él me salva. “De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, tiene vida
eterna.” – Juan 6:47 (RVC). Ya que yo no puedo salvarme a mí
mismo. “Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que
permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque,
separados de mí, no pueden hacer nada.” – Juan 15:5 (NTV)
Para aprender qué es lo que agrada a Dios, tenemos que estar dispuestos a abrir
nuestras mentes a lo que Dios revela en la Escritura, y esto se logra mediante su
estudio.

“Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día


y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito.
Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.”
– Josué 1:8 (NTV)
Después de recibir las bendiciones de Dios por medio del estudio de Su palabra, el
siguiente paso es cooperar con el Espíritu Santo quien incorpora este conocimiento,
actitudes, y acciones en nuestras vidas. Significa dejar a un lado todas las ideas y
creencias preconcebidas que son contrarias e invalidadas por la Palabra de Dios. De
esta forma, entramos en una verdadera asociación con Dios, quien quiere que nuestra
mente y acciones estén orientadas al modelo de la ley de Dios, y ésta es la clave que
nos permite crecer espiritualmente.

“…para hacerte saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que
vive de todo lo que sale de la boca del Señor. – Deuteronomio
8:3b (RVC)
El estudio que hagamos tiene que estar enfocado a producir frutos reales, no un
estudio intelectual, con una memorización de versículos sin una internalización para
cambiar nuestra vida, ya que esto sólo va a crear “frutos de plástico” que no
benefician a nadie y sólo son decorativos. Esto es descrito por Jesús en Juan 15:

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Él corta de mí toda


rama que no produce fruto y poda las ramas que sí dan fruto, para que
den aún más. Ustedes ya han sido podados y purificados por el
mensaje que les di.” – Juan 15:1-3 (NTV)
Yeshua nos dice que el Padre nos ha podado para que crezcamos y produzcamos más
frutos como veremos en la siguiente sección, en la que hablaremos de ¿Qué permite a
un verdadero cristiano seguir el modelo de la ley de Dios?

LOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL


CRECIMIENTO ESPIRITUAL (PARTE 2)
9 MARZO, 2016 RAFAEL BELTRAN
26

Los niveles de crecimiento y madurez espiritual


Cristiano

2Pe 3:18 αυξανετε 837:V-PAM-2P Estén creciendo δε 1161:CONJ pero εν 1722:PREP


en χαριτι 5485:N-DSF bondad inmerecida και 2532:CONJ y γνωσει 1108:N-DSF
conocimiento του 3588:T-GSM de el κυριου 2962:N-GSM Señor ημων 1473:P-1GP de
nosotros και 2532:CONJ y σωτηρος 4990:N-GSM Libertador ιησου 2424:N-GSM Jesús
χριστου 5547:N-GSM Ungido αυτω 846:P-DSM A él η 3588:T-NSF el δοξα 1391:N-NSF
esplendor και 2532:CONJ y νυν 3568:ADV ahora και 2532:CONJ y εις 1519:PREP hacia
dentro ημεραν 2250:N-ASF día αιωνος 165:N-GSM de edad

En la epístola de Juan se muestran tres niveles de crecimiento espiritual, en 1 Juan


2:12-14:
1Jn 2:12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido
perdonados por su nombre.
1Jn 2:13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os
escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros,
hijitos, porque habéis conocido al Padre.
1Jn 2:14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el
principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

1 Juan 2:12-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)


12 
Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios,    porque sus pecados han sido
perdonados por medio de Jesús.
13 
Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe,    porque conocen a Cristo, quien
existe desde el principio.
Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe,   porque han ganado la batalla contra
el maligno.
14 
Les he escrito a ustedes, que son hijos de Dios, porque conocen al Padre.
Les he escrito a ustedes, los que son maduros en la fe,    porque conocen a Cristo, quien
existe desde el principio.
Les he escrito a ustedes, los que son jóvenes en la fe,    porque son fuertes; la palabra de
Dios vive en sus corazones,   y han ganado la batalla contra el maligno.

1Jn 2:12 γραφω 1125:V-PAI-1S Estoy escribiendo υμιν 4771:P-2DP a ustedes τεκνια
5040:N-VPN hijitos οτι 3754:CONJ que αφεωνται 863:V-RPI-3P han sido dejados ir υμιν
4771:P-2DP a ustedes αι 3588:T-NPF los αμαρτιαι 266:N-NPF pecados δια 1223:PREP a
través το 3588:T-ASN el ονομα 3686:N-ASN nombre αυτου 846:P-GSN de él
1Jn 2:13 γραφω 1125:V-PAI-1S Estoy escribiendo υμιν 4771:P-2DP a ustedes πατερες
3962:N-VPM padres οτι 3754:CONJ porque εγνωκατε 1097:V-RAI-2P han conocido τον
3588:T-ASM a el απ 575:PREP desde αρχης 746:N-GSF principio γραφω 1125:V-PAI-1S
estoy escribiendo υμιν 4771:P-2DP a ustedes νεανισκοι 3495:N-VPM jóvenes οτι
3754:CONJ que νενικηκατε 3528:V-RAI-2P han subyugado τον 3588:T-ASM a el πονηρον
4190:A-ASM Maligno εγραψα 1125:V-AAI-1S escribí υμιν 4771:P-2DP a ustedes παιδια
3813:N-VPN hijitos οτι 3754:CONJ porque εγνωκατε 1097:V-RAI-2P han conocido τον
3588:T-ASM a el πατερα 3962:N-ASM Padre

1Jn 2:14 εγραψα 1125:V-AAI-1S Escribí υμιν 4771:P-2DP a ustedes πατερες 3962:N-
VPM padres οτι 3754:CONJ porque εγνωκατε 1097:V-RAI-2P han conocido τον 3588:T-
ASM a el απ 575:PREP desde αρχης 746:N-GSF principio εγραψα 1125:V-AAI-1S escribí
υμιν 4771:P-2DP a ustedes νεανισκοι 3495:N-VPM jóvenes οτι 3754:CONJ porque
ισχυροι 2478:A-NPM fuertes εστε 1510:V-PAI-2P están και 2532:CONJ y ο 3588:T-NSM
la λογος 3056:N-NSM palabra [του 3588:T-GSM de el θεου] 2316:N-GSM Dios εν
1722:PREP en υμιν 4771:P-2DP a ustedes μενει 3306:V-PAI-3S está permaneciendo και
2532:CONJ y νενικηκατε 3528:V-RAI-2P han subyugado τον 3588:T-ASM a el πονηρον
4190:A-ASM Maligno
1. La biblia fue escrito a todo los hijos de Dios:

“Les escribo a ustedes, que son hijos de Dios, porque sus pecados


han sido perdonados por medio de Jesús.” – 1 Juan 2:12 (NTV)

1Jn 2:12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido
perdonados por su nombre.
5040. τεκνίον tekníon; dim. de 5043; infante, i.e. (plur. fig.) hijitos (conversos crist.):—hijito.

¿Quiénes son los hijos de Dios?


Todos los han sido perdonados sus pecado o su pasado oscuro delante de
Dios su creador y ahora su Padre.

teknon niño tikto, engendrar, dar a luz. En sentido figurado, teknon se usa de los
niños de: (a) Dios (Jua_1:12); (b) luz (Efe_5:8); (c) obediencia (1Pe_1:14); (d)
una promesa (Rom_9:8; Gál_4:28).

Nota: El término teknion, diminutivo de teknon, se usa en el NT solo en sentido


figurado y siempre en plural.

La palabra en griego es τεκνίον – teknion, que significa niño o discípulo pequeño,


para describir a las personas nuevas en el cristianismo que apenas reconocen al
Padre. Como infante espiritual se da cuenta de que Jesús es el Hijo de Dios, y no
mucho más. Ellos no conocen muy bien las Escrituras. No entienden lo que es verdad
y lo que no lo es, y fácilmente pueden ser víctimas de malas enseñanzas.

2. Niños en la fe:

“Les he escrito a ustedes, que son hijos de Dios, porque conocen al


Padre.” – 1 Juan 2:14a (NTV)

1Jn 2:13c …Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
12. Escribo (graphö).
Han sido perdonados (apheöntai). Perfecto pasivo de indicativo dórico de aphiëmi (visto también en Lc. 5:20,
23) en lugar del usual apheintai. Teknia (niñitos) incluye probablemente a todos, como en el v. 1.

3813. παιδίον paidíon; neut. dim. de 3816; niño pequeño (de cualquier sexo), i.e. (prop.) infante, o (por
extens.) muchacho o niña crecida a medias; fig. crist. inmaduro:—niño, hijito, hijo, muchacho.

paidion (παιδίον, G3813), diminutivo de pais, significa niño joven o pequeño. Se usa
de un niño recién nacido (Jua_16:21); de un hijo varón recién nacido (p.ej., Mat_2:8;
Heb_11:23); de un niño más crecido (Mar_9:24); de un hijo (Jua_4:49); de una niña
(Mar_5:39-40, Mar_5:41); en plural, de niños (p.ej., Mat_14:21). Se utiliza
metafóricamente de creyentes deficientes en su entendimiento espiritual
(1Co_14:20), y en forma afectuosa y familiar de dirigirse el Señor a sus discípulos,
casi como en el castellano «chicos» (Jua_21:5); por parte del apóstol Juan a los
integrantes más jóvenes de la familia de Dios ( 1Jn_2:13, 1Jn_2:18); en este pasaje
se tiene que distinguir de teknia, término que utiliza para dirigirse a todos sus
lectores (1Jn_2:1, 1Jn_2:12, 1Jn_2:28 : véase teknion en HIJO, A, Nº 2). Véase
también NIÑA.

paidion (παιδίον, G3813), diminutivo de pais, denota a una criatura joven, niño o
niña. Se traduce «niña» en Mar_5:39-40, Mar_5:41, con lo que se distingue entre la
narración de los hechos, y la manera en que se la llama, usándose entonces el
término korasion (Mar_5:41 b). Véase NIÑO.

paidion (παιδίον, G3813), diminutivo de pais, significa niño pequeño o joven, niño o
niña. Se traduce «muchacho» en Mat_11:16 (donde aparece en los mss. más
comúnmente aceptados; en TR aparece el Nº 4); Mar_7:30; Luc_7:32. Véanse
HIJITO, HIJO, NIÑA, NIÑO.

3. Jóvenes en la fe:
3495. νεανίσκος neanískos; de lo mismo que 3494; joven (menos de cuarenta años):—hijito, joven, juventud.

El segundo nivel de madurez muestra que estos cristianos han vencido al maligno y
sus falsas religiones, porque la palabra de Dios vive en sus corazones. Considere que
un niño pequeño no tiene la Palabra de Dios fuertemente asimilada, los infantes sólo
conocen los conceptos básicos. Pero un joven espiritual conoce la Palabra y ya no es
una víctima de la falsa religión.

1Jn 2:13 …Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

1Jn 2:14 …Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
Jóvenes (neaniskoi). El elemento más joven en contraste a los padres, llenos de vigor, conflicto y victoria. Habéis
vencido al maligno (nenikëkate ton ponëron). Perfecto de indicativo en voz activa de nikaö, una victoria
permanente tras un conflicto. El artículo masculino ton muestra que el príncipe de las tinieblas es el que resulta
derrotado en esta lucha, el diablo, lo que está claro en 3:8, 10 (Jn. 8:44; 13:2).

“Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque han


ganado la batalla contra el maligno. – 1 Juan 2:13b (NTV)
“Les he escrito a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque son
fuertes; la palabra de Dios vive en sus corazones, y han ganado la
batalla contra el maligno. – 1 Juan 2:14c (NTV)

4. Maduros en la fe:
3962. πατήρ patér; apar. palabra prim.; «padre» (lit. o fig., más o menos remoto):—padre, patriarca.

La palabra en griego es πατήρ – patēr, que significa padre, que muestra la progresión
en esta analogía de la madurez de infante, joven y por ultimo padre. Este es el mayor
nivel de crecimiento espiritual. El conocimiento va de saber que usted pertenece a la
familia de Dios, después conocer la Palabra de Dios, y ahora como padre el conocer a
Dios íntimamente. Los maduros en la fe van de conocer la Biblia, a conocer al Dios
detrás de la Biblia.
1Jn 2:13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el
principio…
1Jn 2:14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el
principio…

13. Padres (pateres). Aquellos creyentes maduros con una experiencia larga y rica (egnökate, habéis venido a conocer y
seguís conociendo). Al que es desde el principio (ton ep’ archës). Véase 1:1 como explicativo de esta tersa descripción
del Verbo de vida (cf. Jn. 1:1–18).

“Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe, porque


conocen a Cristo, quien existe desde el principio. – 1 Juan 2:13a (NTV)

Como hemos visto el crecimiento espiritual progresa de saber que uno es un cristiano,
a conocer la Palabra de Dios, hasta saber de Dios en toda su plenitud. En la siguiente
parte de esta serie veremos que la manera de saber de Dios es introducir en nuestras
vidas una serie de acciones que están enfocadas a glorificar a Dios. A medida que
usted se centre en la gloria de Dios y comience a darle el honor que el Señor se
merece, usted encontrará que usted está creciendo espiritualmente y al mismo
tiempo está siendo transformado en la misma imagen de Dios de un nivel de gloria al
siguiente.

Los 12 Principios para el crecimiento espiritual de


un verdadero Cristiano.
Como vimos anteriormente, los principios básicos de lo que realmente significa crecer
en la gracia y en el conocimiento del Señor y Salvador, Jesucristo, constituyen la parte
fundamental de la vida cristiana. A medida que nos centramos en la gloria de Dios, se
asciende, por así decirlo, de un nivel de gloria al siguiente, moviéndose cada vez más
a ser como Jesucristo. Por lo tanto el crecimiento espiritual, entonces, es el proceso de
glorificar a Dios, y como nosotros, como Cristianos, vivimos cada día de nuestras vida
para la gloria de Dios, todo lo que hacemos debe de tener esta premisa. Si usted no
está viviendo para la gloria de Dios, y sus acciones o su estilo de vida son para la
gloria de su propio ser, esto no sólo detendrá su crecimiento, sino que también lo
retrasará en su madurez espiritual.

Si glorificar a Dios es la forma en que crecemos, entonces es absolutamente esencial


que sepamos lo que significa glorificar a Dios. Veamos su significado a través de 12
principios:

1.- Glorificamos a Dios al confesar a Jesús como nuestro


Señor
La primer clave de este principio la encontramos en Filipenses 2: 9-11. Después de la
gran humillación de Cristo cuando se hizo hombre y se sometió como siervo; fue
obediente al Padre hasta Su muerte en la cruz. Entonces el Padre lo exaltó sobre
todas las cosas en el universo, y toda lengua confiesa que Jesucristo es el Señor. Y
esto cierra con, “para gloria de Dios Padre.” Este es el principio básico de la
salvación. Hemos de confesar a Jesucristo como Señor para la gloria de Dios.
“Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la
tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios el Padre.” – Filipenses 2:9-11 (RVC)
Este principio es tan importante, es acerca de nuestra salvación, pero no es conocido
por todos los Cristianos al punto que si le pregunta a la persona promedio, ¿Por qué
comparte a Jesucristo? ¿Por qué comunica su fe? Probablemente contestarán: “Bueno,
porque quiero mantener a la gente fuera del infierno. O porque Dios los ama y porque
yo los amo, les hablo de Cristo. O yo les hablo del evangelio porque es parte de la
gran comisión que Jesús nos dio de ir a todo el mundo y predicar el evangelio, hacer
discípulos, y enseñar Sus mandatos. Todas estas razones son válidas y todas son
razones bíblicas para la evangelización. Pero no son las más importantes razones, no
llegan a la cúspide de las razones. La principal razón para predicar el Evangelio
es para la gloria de Dios. La principal razón para convertirse en un creyente es
también para la gloria de Dios.
Vivir sin salvación es negar a Cristo, y negar a Cristo es una gran ofensa para Dios. Si
una persona continúa en la incredulidad, esa persona está cometiendo un pecado
imperdonable.

El pecado más grande que un hombre puede cometer en este tiempo es el hecho de
no creer en Jesucristo. ¿Por qué? Porque esto es decir que Él no es Dios, que Él no es
el Salvador, que Él no debe ser adorado, y que Él no es nuestro Señor. Y esto
deshonra al Padre quien lo envió. Es llamar a Dios mentiroso. En Juan 5:23b – “El que
no honra al Hijo ciertamente tampoco honra al Padre que lo envió.” No se
puede dar gloria a Dios a menos que le demos gloria a su Hijo, ¿Y cómo hacer esto? Al
confesar a Jesucristo como nuestro Señor. Cuando abrimos nuestros corazones y
recibimos a su Hijo, Dios es glorificado. Cuando su Espíritu se instala en nuestras
vidas, Él es glorificado. Cuando llamamos a Jesús “Señor”, Él es glorificado.
2.- Glorificamos a Dios al alinear nuestra vida para
obedecerlo
La segunda clave la encontramos en 1 Corintios 10:31 – “Así que, sea que coman o
beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.”
Comer y beber son simplemente un símbolo de las funciones cotidianas de la vida. Lo
que el apóstol Pablo nos dice es que incluso en las actividades más ordinarias,
rutinarias, o mundanas debemos de tener como objetivo la gloria de Dios. No importa
lo que hagas, hazlo todo para la gloria de Dios.

Lamentablemente, ¿qué es lo que


busca el hombre? Trata de robar la gloria de Dios y adjudicársela a sí mismo, por
mérito propio, “yo hice esto”, o “logré aquello”. Un ejemplo de esto lo vemos en el rey
de Babilonia Nabucodonosor (para el relato completo lea Daniel 4), aquí le
presentamos un fragmento:

“Sin embargo, todas estas cosas le ocurrieron al rey Nabucodonosor.


Doce meses más tarde, el rey caminaba sobre la terraza del palacio
real en Babilonia y mientras contemplaba la ciudad, dijo: “¡Miren esta
grandiosa ciudad de Babilonia! Edifiqué esta hermosa ciudad con mi
gran poder para que fuera mi residencia real a fin de desplegar mi
esplendor majestuoso”. Mientras estas palabras aún estaban en su
boca, se oyó una voz desde el cielo que decía: “¡Rey Nabucodonosor,
este mensaje es para ti! Ya no eres gobernante de este reino. Serás
expulsado de la sociedad humana…” – Daniel 4:28-32 (NTV)
En este relato Dios emite una sentencia para Nabucodonosor, y mientras decía esto
para glorificarse a sí mismo le llegó su castigo del cielo, y perdió la razón, y se
comenzó a comportar como animal, este castigo le duró 7 años. Después de los
cuales recobró la razón, alabó a Dios y recuperó su reino.

“Ahora, yo, Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del


cielo. Todos sus actos son justos y verdaderos, y es capaz de humillar
al soberbio.” – Daniel 4:37 (NTV)
Otro personaje mencionado en la Biblia es el rey Herodes, él también obtuvo un
castigo divino al permitir que lo adoraran, en lugar de darle gloria a Dios:

“…Herodes se puso sus vestiduras reales, se sentó en su trono y les


dio un discurso. El pueblo le dio una gran ovación, gritando: «¡Es la voz
de un dios, no la de un hombre!». Al instante, un ángel del Señor hirió
a Herodes con una enfermedad, porque él aceptó la adoración de la
gente en lugar de darle la gloria a Dios. Así que murió carcomido por
gusanos.” – Hechos 12:21-23 (NTV)
Otra forma en la cual los hombres buscan su propia gloria se describe en Mateo
6:2 (RVC) – “Cuando tú des limosna, no toques trompeta delante de ti, como
hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los
alabe. De cierto les digo que con eso ya se han ganado su recompensa.”

También, a veces los hombres en su


arrogancia, desafían a Dios en lugar de darle gloria. Un ejemplo de ello sucedió con la
tragedia del Titanic. Según la información de la Administración de los Archivos y
Registros Nacionales de Estados Unidos (The U.S. National Archives and Records
Administrationen Inglés), durante la ceremonia de su viaje inaugural el día 31 de
Mayo de 1911, un empleado de la línea de cruceros White Star Line se atrevió a decir:
“Ni siquiera el mismo Dios podría hundir este barco”. Y eso fue precisamente lo que
sucedió. También los dueños y constructores de la naviera fueron arrogantes al
rechazar planes para tener 64 botes salvavidas a bordo. Partieron con barcos
salvavidas que sólo podían acomodar a la mitad de los 2,228 pasajeros a bordo. En
ese accidente murieron más de 1,500 personas.
Por el contrario, a medida que crezca espiritualmente su satisfacción por hacer la
voluntad de Dios, lo llevará a hacerlo en todo momento, su objetivo será glorificarlo
sin importar lo que ello implique y esta es la clave del segundo principio. Como lo
vemos en el último capítulo del libro de Juan, en donde Jesús le pide tres veces a
Pedro que se haga cargo de Sus ovejas; y en Juan 21:18-19, habla del crecimiento que
va a tener Pedro al punto de dar su vida por la gloria de Dios.
“Te digo la verdad, cuando eras joven, podías hacer lo que querías; te
vestías tú mismo e ibas adonde querías ir. Sin embargo, cuando seas
viejo, extenderás los brazos, y otros te vestirán y te llevarán adonde
no quieras ir. Jesús dijo eso para darle a conocer el tipo de muerte con
la que Pedro glorificaría a Dios. Entonces Jesús le dijo: «Sígueme».”
– Juan 21:18-19 (NTV)

Lo que Jesús le estaba diciendo a


Pedro es que “cuando eras joven, tú te vestías por ti mismo y podías ir a donde tú
quieras ir”. Pero cuando fuera viejo eso iba a cambiar. La frase “extenderás los
brazos” es utilizada para de hablar de una muerte por crucifixión. Con lo que Jesús
estaba dando una profecía a Pedro de que iba a glorificar a Dios al morir. Debido a
que estaría dispuesto a pagar cualquier precio antes de negar la voluntad de Dios,
incluso si eso lo llevaría a la muerte.
Este mismo compromiso es explicado por al apóstol Pablo en Filipenses 1:21 (NTV) –
” Pues, para mí, vivir significa vivir para Cristo y morir es aún mejor.” Si vivo,
vivo para el Señor; si muero, muero para el Señor; así que si vivo o muero, yo soy del
Señor.” Esto nos muestra como Pedro y Pablo alinearon sus vidas para obedecer la
voluntad del Señor, poniéndolo antes que sus propias vidas. Y si uno no está
dispuesto a pagar el precio de un poco de vergüenza, o humildad, de ser difamado o
deshonrado por el mundo, o de tener menos posesiones en esta vida, entonces tal
vez, usted nunca sabrá qué es lo que es crecer espiritualmente. Porque no está
alineando el objetivo de su vida a la gloria de Dios, llegando al punto que uno se
siente herido cuando la gloria del Señor es deshonrada. Es sorprendente la cantidad
de Cristianos que están tan consumidos en su propia voluntad, por sus planes, su
comodidad, y tan absortos en sus propios problemas que realmente no sienten el
dolor cuando se deshonra a Dios. El rey David nos muestra su madurez espiritual en
este principio, en el Salmo 69:9.
“El celo por tu casa me ha consumido, y los insultos de aquellos que te
insultan han caído sobre mí.” – Salmos 69:9 (NTV)
En la siguiente sección veremos a partir del tercer principio de los 12 principios de
como crecer espiritualmente. Esperamos que esto nos ayude a ser mejores Cristianos
y vivir para la gloria de Dios.

LOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL


CRECIMIENTO ESPIRITUAL (PARTE 3)
14 MARZO, 2016 RAFAEL BELTRAN
13
En la parte 2 de esta serie, vimos que glorificar a Dios es la clave de la madurez
espiritual. Si nosotros vivimos para la gloria de Dios eso muestra que estamos
progresando hacia la semejanza de Cristo. Pero cuando vivimos para nosotros mismos
dejamos de crecer espiritualmente. Como nuevos creyentes nos encontramos con que
en nuestra vida damos un poco a Dios y un poco al pecado. Pero a medida que
maduramos, hay un incremento en la frecuencia de la justicia, y una disminución en
la frecuencia del pecado. La evidencia de la madurez espiritual es la frecuencia
decreciente del pecado en nuestras vidas. Y el tercer principio nos ayudara a aclarar
este punto.
3.- Glorificamos a Dios confesando el pecado
La mayor expresión de humildad en una
persona es confesar el pecado cometido. Pero la mayoría de la gente no hace eso,
incluyendo a los Cristianos. Estamos demasiado ocupados para molestarnos en
reconocerlo. O buscamos excusas en nuestras circunstancias, el medio ambiente, o
las personas que nos rodean. Pero no somos propensos a confesar el pecado, y por lo
tanto no glorificamos a Dios. Cada vez que nos excusamos de nuestros pecados, en
realidad estamos culpando a Dios por nuestras acciones. El ejemplo clásico de esta
conducta lo encontramos en Génesis 3, cuando Adán busca una excusa de su pecado
al decirle a Dios: “La mujer que Tú me diste…“.
Dar gloria a Dios significa que vamos a aceptar la responsabilidad de nuestros
pecados. Usted crece espiritualmente a medida que conscientemente, se enfrenta
abiertamente a la realidad de su pecado, lo confiesa y hace algo al respecto; sin
culpar a las circunstancias, o personas que lo rodean, de lo contrario tenemos lo que
el apóstol Juan dijo en 1 Juan 1:10.
“Si afirmamos que no hemos pecado, llamamos a Dios mentiroso y
demostramos que no hay lugar para su palabra en nuestro corazón.
– 1 Juan 1:10 (NTV)
La palabra “confesar”, viene del
griego, ὁμολογέω – homologeō, que significa hablar lo mismo. Confesar su pecado no
es para pedir perdón; se trata simplemente de decir lo mismo acerca de su pecado
que Dios está diciendo. Lo que estamos haciendo es estar de acuerdo con Dios de que
estamos en falta. Cuando usted se convirtió en Cristiano todos sus pecados fueron
perdonados (Efesios 4:32). Los incrédulos, por otra parte, típicamente niegan su
pecado. La marca de un cristiano es una constante disposición y apertura para
confesar el pecado.
“Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón,
y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes
por medio de Cristo.” – Efesios 4:32 (NTV)
La clave central de la confesión de un cristiano es el arrepentimiento. El reconocer
que hicimos mal y que sinceramente no queremos volver a cometer ese pecado. La
madurez espiritual nos lleva a enfrentar la realidad de nuestro pecado y confesarlo, y
reconocemos toda culpa por nuestras acciones. También tenemos una disposición de
aceptar la disciplina que Dios nos imponga, porque así es como Él evita que lo
volvamos a hacer de nuevo.

Dios también, ha establecido en nosotros un sistema de culpa (nuestra conciencia),


que se activa al pecar. Este mecanismo nos lleva inmediatamente al punto de la
confesión cuando hay un pecado y se siente la culpabilidad en el alma. Nuestra
confesión debe de ser la de reconocer ante Dios que hemos pecado en contra de Él,
que admitimos nuestra culpa, que no queremos que eso se repita, y pedirle fuerza
para caminar en los senderos que Él nos indica en Su Palabra.

4.- Glorificamos a Dios al confiar en Él


Es esencial que nos demos cuenta de que glorificar a Dios es simple. No es algo
complejo. De hecho, es tan simple como confiar en Él (Romanos 4:20).
“Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su
fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios.” – Romanos 4:20
(NTV)
Lo que glorificaba a Dios en la vida de Abraham fue que Abraham creyó en Dios. Si
decimos que creemos en Dios, pero no manifestamos en lo que creemos, entonces
realmente estamos dudando de Dios. Esto deshonra a Dios, hace a Dios un mentiroso.
Abraham creía totalmente en Dios, al punto de intentar sacrificar a Isaac, quien era el
cumplimiento de la promesa de Dios en su vida. Él estaba absolutamente seguro de
que si Dios le pedía algo, él lo hacía sin titubear, y Dios proveería.

Otro ejemplo en la Biblia es relatado


en Daniel 3: 13-30, donde Sadrac, Mesac y Abednego le responden al rey
Nabucodonosor acerca de arrodillarse ante la estatua de oro del rey, en los versículos
16 y 17:
“Sadrac, Mesac y Abed-nego contestaron: — Oh Nabucodonosor, no
necesitamos defendernos delante de usted. Si nos arrojan al horno
ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos
rescatará de su poder, su Majestad.” – Daniel 3:16-17 (NTV)
Lo que es realmente maravilloso de esta enseñanza es que los amigos de Daniel
confiaban en Dios al punto de dar sus vidas antes que dudar de Su gracia. Usted y yo
podemos decir: “Oh, sí, y esa es la manera en que yo creo que Dios.” Pero al estar a
punto de ser lanzados al fuego del horno, podríamos tener una reacción diferente. La
fe en el Señor no conoce imposibles. La solución a nuestros problemas es que
empecemos a confiar en Dios desde las cosas más simples de la vida, necesitamos
creer en el Señor.

La historia de Noé en Génesis 6, demuestra la fe en Dios más allá de lo que uno se


puede imaginar. Dios dijo a Noé: “Construye un Arca”; pero Noé no estaba cerca de
agua, más bien, estaba en el medio del desierto. Y además, le llevó 120 años para
construir el Arca. Imagínese la fe de Noé haciendo algo durante 120 años. Podríamos
agregar que él ni siquiera sabía lo que era la lluvia. Y por supuesto, durante 120 años
todo el mundo se rió de él pensando que estaba loco. Pero la Biblia dice que Noé era
un hombre de gran fe, en Hebreos 11: 7. Qué manera de glorificar a Dios, él lo hizo
por 120 años.

“Fue por la fe que Noé construyó un barco grande para salvar a su


familia del diluvio en obediencia a Dios, quien le advirtió de cosas que
nunca antes habían sucedido. Por su fe, Noé condenó al resto del
mundo y recibió la justicia que viene por la fe.” – Hebreos 11:7 (NTV)
La Biblia dice que como Cristianos no caminamos por vista, sino por fe como parte de
nuestra madurez espiritual. Considere que tan pronto como se intenta analizar todo lo
que se ve, se va a meter uno en problemas. Como cuando el pueblo de Israel llego a
la tierra de Canaán, La Tierra Prometida, y ellos enviaron a los 12 espías, y cuando 10
espías regresaron dijeron: “No queremos entrar ahí, está lleno de gigantes, somos
como saltamontes allí”. Pero Josué y Caleb dijeron, “Dios está de nuestro lado,
vamos.” Dos caminaron por la fe y diez caminaron por la vista. Diez deshonraron a
Dios. El creer en todo lo que Él dice, cada promesa que Él da, y caminar por la fe, es
lo que demuestra nuestro crecimiento espiritual.

5.- Glorificamos a Dios por nuestros frutos


En Juan 15: 8, Jesucristo está hablando de cómo Él es la vid y nosotros somos las
ramas. En otras palabras, somos un organismo espiritual con Él. Y a medida que el
flujo de Su vida pasa a través de nosotros, produce fruto. Esta fecundidad glorifica a
Dios porque permite que el poder del Señor sea productivo en nuestras vidas.
“Cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos
discípulos. Eso le da mucha gloria a mi Padre.” – Juan 15:8 (NTV)
Como creyente, el crecimiento espiritual es el proceso de producción de frutos. Dios
nos permite producir más de lo que nuestra carne puede hacer, más de lo que el
mundo puede hacer. Pero ¿Qué son los frutos? En Filipenses 1:11, el apóstol Pablo nos
explica:
“llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo,
para gloria y alabanza de Dios.” – Filipenses 1:11 (RVC)
Los frutos de justicia se producen cada vez que usted está haciendo lo correcto, está
actuando de una forma honrada, justa, virtuosa. Cuando visiblemente se hace lo
correcto, Dios es glorificado. En Mateo 5:16, Jesús dijo que las buenas obras
glorificaran a nuestro Padre que está en los cielos.
“De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista
de todos, para que todos alaben a su Padre celestial. – Mateo 5:16
(NTV)
Jesús está diciendo que el producto de nuestras vidas es la manifestación de Dios,
porque si no es así, entonces Dios no es visible. Y es precisamente lo que el apóstol
Pablo nos dice en 2 Tesalonicenses 1:11, que necesitamos de la ayuda de Dios en
todo momento para producir frutos y ser dignos de pertenecer a su familia.
“Por eso siempre oramos por ustedes, para que nuestro Dios los
considere dignos de su llamamiento, y cumpla con su poder todo
propósito de bondad y toda obra de fe.” – 2 Tesalonicenses 1:11 (RVC)
En otras palabras, nuestro Señor quiere que se manifieste en usted toda Su bondad y
gracia, haciendo que su actitud y comportamiento cambie y que influencie a las
personas a su alrededor. Esta fecundidad glorifica a Dios.

Hay dos tipos de fruto en la Biblia. El primero se llama “fruto de acción”. Entre ellos


se encuentra ganar almas para Cristo, el acto de dar, expresar gracias al Señor, o
realizar buenas obras.
1. Ganar almas para Cristo: En Romanos 1: 13b Pablo dice: “…Mi deseo es
trabajar entre ustedes y ver frutos espirituales tal como he visto entre
otros gentiles.” Entre los frutos de acción están los conversos, el ganar algunas
personas para Cristo. Uno de los productos de la vida es la reproducción. “vayan y
hagan discípulos en todas las naciones,” si usted está involucrado en la
reproducción usted está creciendo espiritualmente.
2. El acto de dar: Cuando su vida se llena con el poder de Dios, y cuando está
totalmente comprometido a glorificar al Señor, usted se encontrará dando, porque
el acto de dar es un fruto de acción. Usted da porque está en su corazón para dar.
” Si ayudas al pobre, le prestas al Señor, ¡y él te lo pagará!”
– Proverbios 19:17 (NTV)
3. Expresar gracias al Señor:
Como lo vemos en Hebreos 13:15 (RVC) – “Por lo tanto, ofrezcamos siempre a
Dios, por medio de Jesús, un sacrificio de alabanza, es decir,el fruto de
labios que confiesen su nombre.” Dar gracias a Dios es un fruto.
4. Realizar buenas obras: En Colosenses 1:10 dice esto, “para que vivan como
es digno del Señor, es decir, siempre haciendo todo lo que a Él le
agrada, produciendo los frutos de toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios.” Cualquier buena obra es un fruto de acción.
El segundo tipo de fruto es “fruto de actitud,” donde no hay acción en lo absoluto, y
es explicado por el apóstol Pablo, quien enumera las actitudes en Gálatas 5:22:
“En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra
vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad.”
– Gálatas 5:22 (NTV)
Por un lado, se tiene el fruto de acción; por otro lado, tiene el fruto de actitud. Si usted
tiene el fruto de acción sin fruto de actitud, todo lo que se haga es considerado
legalismo. Hay muchas personas que sólo hacen sus frutos de acción por deber,
obligación o miedo. Es superficial, tal como lo hacían los fariseos. Decirle a la gente
acerca de Jesús con la actitud equivocada o dar su dinero a disgusto. Es estar
haciendo la acción correcta, pero sin la actitud correcta. Los frutos de actitud van a
producir frutos de acción, y esa es la verdadera espiritualidad. Aquí es donde van a
ser evidentes las palabras de Jesús en Mateo 7:22-23, cuando algunos le digan:
” Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” y Él les responda:
“Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios.” El
apóstol Pablo nos da la fórmula para tener las actitudes correctas en Gálatas 5:25:
“Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada
aspecto de nuestra vida.” – Gálatas 5:25 (NTV)
Es cuestión de dar el control de nuestra vida al Espíritu Santo y permitir el flujo de la
actitud correcta dado por Dios hasta el punto en que produzcamos frutos. Cristianos
productivos son Cristianos que están creciendo espiritualmente.

Vamos casi a la mitad de los 12 principios para glorificar a Dios, esperamos que les
sirva este artículo en su madurez espiritual.

LOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL


CRECIMIENTO ESPIRITUAL (PARTE 4)
1 ABRIL, 2016 RAFAEL BELTRAN
12
Pablo nos dice en Efesios 4:14 – “Entonces ya no seremos inmaduros como los
niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier
corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que
intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad”. Que
debemos madurar y crecer espiritualmente. Es nuestro deber el progresar en nuestras
vidas cristianas. De hecho, yo personalmente siento que, si en un día no crezco en mi
vida espiritual para parecerme más a Cristo, ese día sin progreso es una gran pérdida
en esta corta vida. Por lo que continuaremos con los principios para el crecimiento
espiritual cristiano.
6.- Glorificamos a Dios alabándole

No creo que haya un cristiano que


pueda crecer a menos que se caracterice por una vida de alabanza. Vea este
versículo que expresa este principio de forma bellísima. El que alaba al Señor, lo
glorifica:
“El que me ofrece alabanzas, me honra; al que enmiende su camino,
yo lo salvaré.” – Salmos 50:23 (RVC)
Lamentablemente las personas orgullosas no alaban a Dios. Están demasiado
ocupadas alabándose a sí mismas y a otros seres humanos. Y por otro lado, la gente
que es humilde de corazón, que reverencian y se enfocan en Dios, son las que de sus
corazones emergen elogios a nuestro Creador. Por ello, Jesucristo mencionó en el
sermón de la montaña.

“Dios bendice a los que son humildes, porque heredarán toda la


tierra.”- Mateo 5:5 (NTV)
Los Salmos son poemas que eran cantados como himnos por el pueblo de Israel, y
cuyo objetivo era una constante alabanza a Dios. La palabra aleluya viene del Hebreo,
halal — alabar, y Yah— contracción de Yahveh ; así que cuando decimos aleluya
estamos diciendo “Alabado sea Yahveh”, los últimos 5 Salmos (Salmos 146-150)
empiezan y terminan con ¡Aleluya!. Un ejemplo de alabanza es el Salmo 86:12:
“Señor y Dios mío, yo te alabaré con todo el corazón, y por siempre
glorificaré tu nombre.” – Salmos 86:12 (RVC)
En el Salmo 92: 1-2 muestra que con una simple declaración para alabar al Señor por
la mañana y por la noche establece el ritmo durante todo el día.
“Es bueno dar gracias al Señor, cantar alabanzas al Altísimo. Es bueno
proclamar por la mañana tu amor inagotable y por la noche tu
fidelidad.” – Salmo 92: 1-2 (NTV)
¿Cómo podemos alabar al Señor? La verdadera alabanza implica tres cosas:

1. La alabanza debe incluir los atributos de Dios : La alabanza es la expresión


del carácter de Dios, de quien es Él en realidad. Hay muchas razones para estudiar
el Antiguo Testamento, y una es el aprender acerca del carácter de Dios y de Su
naturaleza. Y de esta forma podemos apreciarlo y alabarlo por ser omnipotente,
eterno, porque Él no rompe sus promesas y pactos, por ser todopoderoso y justo,
es Creador y dueño de todo en el universo, por su misericordia y amor hacia
nosotros. Después de saber todo esto, tiene sentido querer alabar y glorificar a
Dios.
2. La alabanza debe incluir
las obras que ha hecho Dios: También glorificamos y alabamos a Dios cuando
enunciamos Sus obras. Las obras van de la mano con Sus atributos. En los Salmos
esta forma de alabanza es evidente, son poemas de las obras que Dios ha hecho.
“Oh Dios, eres el Dios que abrió el Mar Rojo”. “Oh Dios, eres el Dios que sacó al
pueblo de Egipto”. “Eres el Dios que alimentó a Israel con maná en el desierto”. Eso
es de lo que la alabanza se trata. Así que las alabanzas y elogios no sólo están
glorificando a Dios por su propio valor, ya que se esta diciendo la verdad acerca de
Él, sino que están glorificando a Dios porque afirman nuestra confianza en Él.
3. La alabanza debe incluir agradecimiento a Dios:  El corazón de la alabanza
es una expresión de agradecimiento por las obras y atributos de Dios hacia
nosotros. Dios recibe toda la gloria cuando damos gracias por Sus acciones y Su
poder en nuestro beneficio. Como se muestra en el pasaje de cómo diez leprosos
son sanados en Lucas 17:11-19.
“Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre
Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez leprosos se quedaron a
la distancia, gritando: —¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!
Jesús los miró y dijo: —Vayan y preséntense a los sacerdotes. Y,
mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, cuando
vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!».
– Lucas 17:11-15 (NTV)
“Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había
hecho. Ese hombre era samaritano. Jesús preguntó: «¿No sané a diez
hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle
gloria a Dios excepto este extranjero?». Y Jesús le dijo al hombre:
«Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado». – Lucas 17:16-19
(NTV)
7.- Glorificamos a Dios amándolo lo suficiente para
obedecerlo
De hecho, si pudiéramos simplificar la vida cristiana a una sola palabra, esta sería
“obediencia”, pero de corazón. No como la obediencia del legalismo. Cada vez que
obedecemos al Señor, crecemos. Pero cada vez que lo desobedecemos estamos
retrasando nuestro crecimiento cristiano. Así, glorificamos a Dios amándolo lo
suficiente para obedecerle, como en Juan 21, en donde Jesús se enfrenta a Pedro para
re-afirmarlo en el ministerio.

“Después del desayuno, Jesús le preguntó a Simón Pedro: —Simón, hijo


de Juan, ¿me amas más que estos? —Sí, Señor —contestó Pedro—, tú
sabes que te quiero. —Entonces, alimenta a mis corderos —le dijo
Jesús.” – Juan 21:15 (NTV)
Lamentablemente la traducción del Griego al Español de este pasaje hace que
perdamos la profundidad de lo que Jesús le dice a Pedro, pero trataré de explicarlo a
continuación:  Jesús usa la palabra en Griego, ἀγαπάω – agapaō, para expresar el
amor a un máximo nivel; es como si le preguntara:”¿Pedro, me súper-amas más que
estos?”. A lo que Pedro le contesta utilizando otra palabra en Griego, φιλέω – fileō,
que significa tener cariño, me gustas, o quiero; pero no le contesta con el mismo nivel
de compromiso que Jesús requiere de él, el máximo nivel de amor al que se refirió
Jesús en Su pregunta. Tal vez, porque Pedro no había dado ninguna evidencia del
nivel de amor que se le estaban exigiendo, ya que había negado a Jesús tres veces, y
después de Su muerte se fue a pescar regresando a su vida anterior. Jesús le dice
“alimenta mis corderos”, Él quería el máximo amor hacia nuestro Señor para que
fuera el líder que predicara la Palabra, para ayudar a construir Su iglesia
(congregación de creyentes en Jesucristo).
“Jesús repitió la pregunta: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? —Sí,
Señor —dijo Pedro—, tú sabes que te quiero. —Entonces, cuida de mis
ovejas —dijo Jesús.” – Juan 21:16 (NTV)
Jesús vuelve a preguntarle “¿Pedro, me súper-amas?”. Él quiere saber el nivel de
compromiso de Pedro hacia la tarea que le espera. Pero Pedro vuelve a utilizar fileō,
mostrando que no se siente al nivel que le solicita Jesús.

“Le preguntó por tercera vez: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A
Pedro le dolió que Jesús le dijera la tercera vez: «¿Me quieres?». Le
contestó: —Señor, tú sabes todo. Tú sabes que yo te quiero. Jesús dijo:
—Entonces, alimenta a mis ovejas.” – Juan 21:17 (NTV)
La tercera vez, Jesús cambio la
pregunta y utilizó la misma palabra con la que Pedro respondió anteriormente. Jesús
utilizando fileō se puso al nivel de Pedro, Dios puede empezar con el nivel más bajo
de compromiso y hacerlo crecer al máximo requerido. Por otro lado, este cambio le
dolió a Pedro porque ahora Jesús estaba cuestionando el amor de Pedro no al máximo
nivel como en las dos preguntas anteriores, sino en el nivel más bajo al que Pedro ya
se había comprometido. Ahora nuestro Señor estaba cuestionando a Pedro –
“¿Realmente me quieres?”. Jesús se aseguró de esta forma de la sinceridad de Pedro,
ya que, Jesús no puede utilizar a cualquiera que no lo ame. Y vivir para Su gloria
significa amarlo, y tal vez su amor no era agapaō, pero si un sólido fileō, con el cual
Cristo lo podía usar. Jesús sabía que el amor de Pedro era un pre-requisito para que él
estuviera dispuesto a obedecerlo. Y ahora viene la máxima prueba de hasta dónde
llegará el compromiso de Pedro.

“Te digo la verdad, cuando eras joven, podías hacer lo que querías; te
vestías tú mismo e ibas adonde querías ir. Sin embargo, cuando seas
viejo, extenderás los brazos, y otros te vestirán y te llevarán adonde
no quieras ir.”- Juan 21:18 (NTV)
En este versículo, Jesús estaba prediciendo la muerte de Pedro. En aquellos días, el
decir la frase, “extenderás los brazos” era una alusión a una muerte por crucifixión. Él
le está diciendo: “Pedro, si realmente me amas, ¿verdad? bueno, tengo algo que
decirte: Vas a morir por Mí. Si continúas a Mi servicio (obedeciéndome), cuidando y
alimentando a Mis ovejas, te va a costar la vida. Jesús le estaba dando a entender que
al amarlo lo suficiente para obedecerlo, él iba a glorificar a Dios con su propia muerte.
Y en el versículo 19, está la prueba de fuego: “Sígueme”.
“Jesús dijo eso para darle a conocer el tipo de muerte con la que Pedro
glorificaría a Dios. Entonces Jesús le dijo: «Sígueme»” – Juan 21:19
(NTV)
Y con esto acaba el libro de Juan. Y en el siguiente libro, en Hechos vemos a Pedro
predicando en Jerusalén y 3,000 personas son salvadas. Pedro nos muestra el máximo
ejemplo de este principio de obediencia hasta su muerte.

Este es un principio de la madurez espiritual en el que glorificas a Dios cuando lo


amas lo suficiente para obedecerle, incluso si es una cosa difícil. Dios es glorificado
cada vez que por nuestra propia voluntad hacemos un sacrificio por Su causa.

8.- Glorificamos a Dios con nuestras oraciones


La oración es un elemento vital en el crecimiento espiritual. Usted no va a crecer a
menos que interactúe con Dios y vea Su poder en acción. Su fe crecerá conforme
usted lo hace, y la fe es un elemento clave en el crecimiento espiritual. ¿Sabe por qué
Dios responde a la oración?

[Jesús dice] “Pueden pedir cualquier cosa en Mi nombre, y yo la


haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. Es cierto, pídanme
cualquier cosa en Mi nombre, ¡y yo la haré!” – Juan 14:13-14 (NTV)
La razón por la que Dios responde a la oración no es por nuestra causa. Es por Su
glorificación, en cumplimiento de Su palabra y de Sus propósitos. Por eso, si yo rezara
porque quiero un Ferrari rojo estacionado afuera de mi casa, eso solo podría
beneficiarme a mí, pero no glorificaría a Dios y no es de utilidad para Sus propósitos.
Cuando rezamos solicitando algo de
Dios, le estamos dando la oportunidad de trabajar en nuestra solicitud, por lo que Él
se manifiesta y recibe la gloria. ¿Pero que es lo que debemos pedir? Jesús nos dice
“pídanme cualquier cosa en Mi nombre”. Esto no sólo significa que al final de
cada oración digamos, “en nombre de Jesús, Amén”, sino que tiene un significado más
profundo. Pues bien, si usted estudia la Biblia, verá que cada vez que se utiliza “el
nombre de Dios” o “el nombre de Cristo”, lo que está diciendo es un concepto que
engloba todo lo que Dios es. Por lo que, lo que pidamos en nuestras oraciones tiene
que ser consistente con Dios, con Su palabra, y con Sus propósitos. Y Él nos promete
que si nosotros cumplimos esto Él lo hará. Si nosotros usamos esta terminación como
una fórmula mecanizada para comprometer a Dios a cumplir nuestra oración, o que,
si no lo terminamos de esta forma nuestra oración, esta no va a contar y no será
atendida, estamos quedándonos con esta enseñanza de forma superficial. La oración
no es una cuestión de pequeñas fórmulas. Orar en “Mi nombre” realmente limita
nuestra naturaleza carnal en las oraciones y nos ayuda a crecer espiritualmente al
buscar entender cuáles son los propósitos de Dios y alinear nuestras oraciones para
que Dios nos de lo que pedimos y Él sea glorificado. Pero Dios no nos deja solos en
esto tampoco, nos ayuda con el Espíritu Santo, para rezar en el espíritu de una forma
consistente con la voluntad de Dios.
“Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por
ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en
oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no
pueden expresarse con palabras.” – Romanos 8:26 (NTV)
En otras palabras, el Espíritu Santo siempre ora por nosotros y Su oración es siempre
respondida porque Él conoce la mente del Padre. Por ello, la mejor forma para
empezar a averiguar cuál es Su voluntad es empezar mejorando nuestra
comunicación bi-direccional con Dios a través de la oración en un sentido y leyendo la
Palabra de Dios en el otro. Porque Dios va a hacer las cosas de acuerdo a Su voluntad,
incluso si usted no reza. Pero usted perdería la oportunidad de ver a Dios hacer las
cosas que pidió en su oración y de darle gloria al Señor por este principio. No deje en
manos del Espíritu Santo, algo que usted puede hacer para madurar espiritualmente.

Como hemos visto el principal objetivo de la oración no es conseguir lo que usted


quiere, sino dar gloria a Dios por las cosas que Él hace. Y en el proceso usted crece
espiritualmente al ver el poder divino en acción y además usted obtiene lo que
necesita, que no siempre es lo que usted quiere. Entre más rece su oración mejorará
apegándose a la voluntad de Dios, tendrá un más rápido crecimiento espiritual porque
Dios va a hacer cosas grandes y maravillosas por usted, lo que expandirá su confianza
y fe en Su poder. Así es como glorificamos a Dios por medio de la oración.

9.- Glorificamos a Dios al proclamar Su Palabra


Cada vez que usted proclama la Palabra de Dios, le está dando gloria a Dios. Porque
usted está reconociendo que es la verdad, que la Palabra está viva, da vida y que
transforma vidas, que la Sagrada Palabra es poderosa, eficaz, y es un soporte vital. Al
anunciar la Palabra de Dios como la fuente absoluta de la verdad, usted está
honrando y glorificando a Dios porque se está manteniendo Su estándar.

No hay crecimiento espiritual si


usted no se alimenta con la Palabra. Usted no puede crecer sin comida, ¿verdad?
Entonces proclamar la Palabra a otros es ayudarlos a crecer también.
“Pues el Señor nos dio este mandato cuando dijo: “Yo te he hecho luz
para los gentiles, a fin de llevar salvación a los rincones más lejanos de
la tierra”. Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y le dieron las
gracias al Señor por su mensaje, y todos los que fueron elegidos para
la vida eterna se convirtieron en creyentes.” – Hechos 13:47-48 (NTV)
Cuando necesite enseñar la Palabra, usted tiene que leerla, estudiarla, y saturarse de
Ella. Tiene que internalizarla, convertirla en una parte importante de usted que
controle su vida. Y cuando usted la proclame, evidentemente, su vida está
glorificando a Dios en el discurso de su Palabra. Tiene que darle una alta prioridad en
nuestras vidas a este principio de madurez espiritual, este es un elemento muy
esencial.

“Por lo demás, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del
Señor corra y sea glorificada, tal como sucedió entre ustedes.” – 2
Tesalonicenses 3:1 (RVC)
Este principio de crecimiento funciona gracias al proceso de aprendizaje y preparación
en la Palabra de Dios que hacemos llenando nuestros corazones y nuestras vidas con
esta tremenda verdad para cuando enseñamos a alguien más, discutimos y
corregimos a un creyente, o simplemente la compartimos con los demás.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo


que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida.
Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo
correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que
haga toda buena obra.” – 2 Timoteo 3:16-17 (NTV)
¿Cómo podemos glorificar a Dios? Con el anuncio de su Palabra a los creyentes, a los
incrédulos o no-creyentes, a los que nos escuchen, y los que no lo hará. Mucha gente
abandona este principio porque se sienten que no es su fuerte, o porque
anteriormente han dado un mensaje inadecuado. Pero lo que realmente importa es
que usted anuncie la Palabra de Dios, esto glorifica al Señor siempre. El llamado más
grande que una persona puede tener en todo el universo es el de proclamar a la
gente la Palabra de Dios. Fue la gran comisión que Jesucristo nos dio:

“Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y


bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré
con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.” – Mateo
28:19-20 (RVC)
LOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EL
CRECIMIENTO ESPIRITUAL (PARTE 5)
20 ABRIL, 2016 RAFAEL BELTRAN
11
Como hemos visto en este artículo, el crecimiento espiritual no es más que un
compromiso de vivir para la gloria de Dios. Y al hacerlo, recibimos ayuda del Espíritu
de Dios, quien activa el proceso de madurez espiritual. Se pasa de una infancia
espiritual a una madurez espiritual, creciendo en gracia, y volviéndonos más como
Jesucristo, nuestro modelo de perfección. Y también vimos nuestro deber de
crecimiento en 2 Pedro 3:18:
“En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre!
Amén”. – 2 Pedro 3:18 (NTV)
Dios nos permite tomar la decisión, ya que podemos decir que no. Pero si decimos: Si
Señor, yo quiero crecer, evitar estar estancado. Quiero madurar hasta lo más alto que
mi limitada mente me pueda permitir y conocer la plenitud de Tu bendición. Quiero
ser tan útil para Ti y ver todo Tu poder en acción. ¿Pero cómo llego allí?

La Biblia nos dice,” Vive tu vida para Mi gloria “, y en este artículo tratamos de darles
el camino a seguir. Ahora los últimos 3 principios:

10.- Glorificamos a Dios al traer a otros a Él

Este es el resultado natural de


proclamar la Palabra de Dios. Como lo explica el apóstol Pablo:

“Todo esto es para beneficio de ustedes, y a medida que la gracia de


Dios alcance a más y más personas, habrá abundante acción de
gracias, y Dios recibirá más y más gloria.” – 2 Corintios 4:15 (NTV)
Con la frase “Todo esto…” se refiere a lo que le paso durante su ministerio para
nosotros. “atribulados en todo“, en versículo 8; siendo “perseguidos“, versículo 9;
“llevamos en el cuerpo… la muerte de Jesús“, versículo 10. Pablo estaba
totalmente comprometido con las necesidades de los demás. ¿Por qué? Porque el
apóstol Pablo estaba buscando añadir otras personas que pudieran glorificar a Dios.
Este principio es probablemente el más grande para glorificar a Dios. Cuando se gana
otra persona a Cristo, se incrementa directamente la gloria de Dios, ya que se suma
otra voz para alabar y dar gracias al Señor. Adicionalmente, también esto es parte de
nuestro crecimiento espiritual.
11.- Glorificamos a Dios por la pureza moral
No se puede crecer espiritualmente con un estilo de vida impura. Como nos explica el
apóstol Pablo

“¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo,


que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes
no son dueños de sí mismos?” – 1 Corintios 6:19 (RVC)
El apóstol está diciendo que usted debe reconocer que el Espíritu de Dios habita en
nosotros. Somos el templo del Espíritu Santo. En el versículo 20

“Porque ustedes han sido comprados; el precio de ustedes ya ha sido


pagado. Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu,
los cuales son de Dios.” – 1 Corintios 6:20 (RVC)
Por lo que hemos de vivir para la gloria de Dios en cuerpo y espíritu. Tanto interna
como externamente. Hoy en día este principio es esencial, ya que vivimos en una
sociedad inmoral y permisiva. Incluso en la iglesia hay una tolerancia del pecado –
sobre todo el pecado sexual.

“Ustedes dicen: «La comida se hizo para el estómago, y el estómago,


para la comida». (Eso es cierto, aunque un día Dios acabará con ambas
cosas). Pero ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado
para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le
importa nuestro cuerpo.” – 1 Corintios 6:13 (NTV)
La inmoralidad sexual o fornicación viene del Griego porneia – πορνεία; que significa
pecado sexual e incluye todos los posibles pecado sexuales, de este término viene la
palabra “pornografía”. Y Pablo nos da tres razones en el versículo 12. Primero,
perjudica. Segundo, controla. Y tercero, pervierte.

“Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo


les conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo
volverme esclavo de nada.” – 1 Corintios 6:12 (NTV)
Aunque la gente dice: “Soy Cristiano y estoy bajo la gracia, y Dios lo perdona todo.
Estoy libre porque Cristo recibió mis pecados y Él pagó el precio. Estoy libre de juicio
eterno”. Pero la inmoralidad nunca ayuda, sólo perjudica.

En otras palabras, Pablo está


diciendo: Que como Cristianos somos libres de hacer ciertas cosas. Pero primero, el
hacerlas nos hacen daño y perjudican. Segundo, cuanto más se llevan a cabo, mayor
control adquieren, esclavizándonos. Y tercero, los Corintios usaban la analogía de una
función natural del alimento para el cuerpo, con la de “el cuerpo para el sexo, y el
sexo para el cuerpo” y con ello trataban de llevar el sexo a una función natural de
todos los días, esto era lo que trataba de explicar Pablo que sería una perversión que
dañaría. El plan que Dios tiene para su cuerpo no es el sexo, sino es la resurrección,
que es la glorificación. ¿Por qué adulterar el cuerpo que tiene este propósito
maravilloso y especial? En el versículo 15 y 16, el apóstol Pablo explica gráficamente
el punto:

“¿No se dan cuenta de que sus cuerpos en realidad son miembros de


Cristo? ¿Acaso un hombre debería tomar su cuerpo, que es parte de
Cristo, y unirlo a una prostituta? ¡Jamás!”. – 1 Corintios 6:15 (NTV)
Esto se refiere a que el acto sexual conlleva una unión física y espiritual, lo que se
está llevando a cabo es el casamiento con una prostituta, como lo explica el versículo
16:

“¿Y no se dan cuenta de que, si un hombre se une a una prostituta, se


hace un solo cuerpo con ella? Pues las Escrituras dicen: «Los dos se
convierten en uno solo»”. – 1 Corintios 6:16 (NTV)
No se puede hacer este pecado porque ya somos de Cristo y porque Dios tiene otro
propósito para nuestro cuerpo. Y por eso, en el versículo 18, Pablo recomienda:

“¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo
como este, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio
cuerpo”. – 1 Corintios 6:18 (NTV)
Crecemos en la pureza, no impureza. Entre más espacio sea ocupado por el Espíritu
de Dios en nuestras almas, más nos alejamos del pecado. Así es como glorificamos a
Dios en nuestros cuerpos, crecemos en Su gracia.

12.- Glorificamos a Dios en el uso de nuestros dones


espirituales
En 1 Pedro 4:10 se especifica que cada cristiano ha recibido un regalo. Las categorías
se enumeran en Romanos 12 y 1 Corintios 12, y el Señor provee una combinación de
dones y regalos única para cada creyente. Estos dones son para dar gloria a Dios.
“Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y
sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes
manifestaciones.” – 1 Pedro 4:10 (RVC)
No debemos promover la sabiduría
humana si tenemos el don de hablar en público. ¿Por qué? Porque debemos hablar las
palabras de Dios para que Dios en todas las cosas sea glorificado por Jesucristo, a
quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

“¿Has recibido el don de hablar en público? Entonces, habla como si


Dios mismo estuviera hablando por medio de ti. ¿Has recibido el don
de ayudar a otros? Ayúdalos con toda la fuerza y la energía que Dios te
da. Así, cada cosa que hagan traerá gloria a Dios por medio de
Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria y todo el poder por siempre y para
siempre! Amén.” – 1 Pedro 4:11 (NTV)
En otras palabras, utilice sus dones no para su propia gloria, sino para la de Dios. Por
lo que nuestros dones espirituales tienen el propósito de servirnos unos a otros y
conseguir la unidad en el cuerpo de Cristo. Por lo que no podemos crecer aislados.
Necesitamos un ambiente de ayuda mutua para lograr el tipo de crecimiento que el
Espíritu de Dios trae a su vida.

Glorificamos a Dios por la unidad


Hasta ahora hemos estado tratando con 12 elementos individuales. Hemos estado
diciendo, por ejemplo, que uno crece espiritualmente al confesar a Jesús como Señor.
Uno crece por confiar en Él, por nuestros frutos, por la alabanza, la oración. Uno crece
al ser testigo, proclamando la Palabra. Uno crece por la pureza moral. Uno crece por
todas estas cosas que a continuación enumero en el orden que las vimos:

1. Glorificamos a Dios al confesar a Jesús como nuestro Señor.


2. Glorificamos a Dios al alinear nuestra vida para obedecerlo.
3. Glorificamos a Dios confesando el pecado.
4. Glorificamos a Dios al confiar en Él.
5. Glorificamos a Dios por nuestros frutos.
6. Glorificamos a Dios alabándole.
7. Glorificamos a Dios amándolo lo suficiente para obedecerlo.
8. Glorificamos a Dios con nuestras oraciones.
9. Glorificamos a Dios al proclamar Su Palabra.
10. Glorificamos a Dios al traer a otros a Él.
11. Glorificamos a Dios por la pureza moral.
12. Glorificamos a Dios en el uso de nuestros dones espirituales.
Pero todo se reduce a esta última reflexión, que no crecemos solos. Además,
crecemos más rápido cuando no tenemos que hacerlo solos, cuando somos
estimulados y utilizamos nuestros dones espirituales con los demás. El apóstol Pablo
nos explica al respecto:

“Que Dios, quien da esa paciencia y ese ánimo, los ayude a vivir en
plena armonía unos con otros, como corresponde a los seguidores de
Cristo Jesús.” – Romanos 15:5 (NTV)
En otras palabras, es llevarse bien unos con otros en el Cuerpo de Cristo. Dios es
glorificado en la unidad de la iglesia, en la unidad de los creyentes.

“Para que todos juntos y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recíbanse unos a otros, como
también Cristo nos recibió, para la gloria de Dios.” – Romanos 15:6-
7 (RVC)

Un círculo de amigos piadosos nos


hace responsables y nos facilita el caminar en un camino recto.

“Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de


amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo
hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el
día de su regreso se acerca.” – Hebreos 10:24-25 (NTV)
Y así, Dios es glorificado cuando hay una verdadera unidad en amor, que nos motiva a
servir a los demás, y a aferrarnos a los demás, cuando tenemos una sola mentalidad.
Eso es lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas.
¿Cuál es el fin principal del hombre? En este punto es fácil responderlo: El fin principal
del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre. Dios quiere proveer en
nuestras vidas una gran alegría, y conforme vayamos creciendo espiritualmente la
alegría también se incrementa. Y junto con Él viene una profunda sensación de
satisfacción. Por ello espero que todos crezcamos cada día un poco más y más.

Para concluir esta serie me gustaría compartir este versículo de Efesios 3:21 como la
suma de todo lo que hemos dicho:
“¡Gloria a Él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones
desde hoy y para siempre! Amén.” – Efesios 3:21 (NTV)

También podría gustarte