Los Textos Escolares Desde Los Estudios de Memoria Social - Chiafalá
Los Textos Escolares Desde Los Estudios de Memoria Social - Chiafalá
Los Textos Escolares Desde Los Estudios de Memoria Social - Chiafalá
Título: Los textos escolares desde los estudios de memoria social: El caso de los golpes
de Estado en la historia argentina (ediciones entre 1976 y 2011)
Introducción
Este trabajo expone los resultados de una tesis de maestría que analizó textos
escolares de Historia de nivel secundario, indagando sobre el tratamiento de los golpes
de Estado en Argentina. Se seleccionó una muestra de doce ejemplares editados entre
1976 y 2011, que fueron contextualizados teniendo en cuenta las políticas públicas (de
memoria y educativas) en el período mencionado, en especial las referidas a la
definición curricular; y las narrativas sociales sobre el pasado reciente que circulan en
el espacio público.
Se desprende del análisis que el relato sobre los golpes militares presenta
diferentes matices, por lo que en un mismo momento encontramos diferentes formas de
narrar y explicar estos fenómenos. A pesar de ello, fue posible detectar algunas
características generales que tienen que ver no solo con el relato sobre los golpes
militares, sino, en definitiva, con una concepción de la Historia y su enseñanza.
1
Entre otros, Elizabeth Jelin, Los trabajos de la Memoria, (Madrid: Siglo XXI, 2002)
2
Marina Franco y Florencia Levín, “El pasado cercano en clave historiográfica”, en Historia reciente.
Perspectivas y desafíos para un campo en construcción, comp. Marina Franco y Florencia Levín (Buenos
Aires: Paidós, 2007). Mario Carretero y Marcelo Borelli, “La historia reciente en la escuela. Propuestas
para pensar históricamente” en La construcción del conocimiento histórico. Enseñanza, narración,
identidades, comp. Mario Carretero y José Castorina (Buenos Aires: Paidós, 2010)
3
Luis Alberto Romero (Coord.), La Argentina en la Escuela. La idea de Nación en los textos escolares.
(Buenos Aires, Siglo XXI, 2004) 15
Sin embargo, en la actualidad la disciplina enfrenta el desafío de construir
explicaciones científicas que superen la reproducción acrítica de los contenidos de las
narrativas sociales, en un intento por contextualizar los sucesos traumáticos en su
complejidad. Esta tarea, que Mario Carretero y Marcelo Borelli denominan “pensar
históricamente”, implica una “repolitización de la Historia”, en vistas no solo a la
comprensión del pasado en un entramado de actores y conflictos, sino
fundamentalmente a la transformación del presente4.
4
Carretero y Borelli, “La historia reciente en la escuela”, 119
5
Desde los trabajos pioneros en España y Alemania organizados por el Instituto Georg Eckart y el
Proyecto MANES (UNED), el campo ha crecido incesantemente, produciendo obras fundamentales como
G. Ossenbach y M. Somoza, Los Manuales escolares como fuente para la historia de la educación en
América Latina. (Madrid: UNED, 2001). En Argentina, contamos con los estudios de: G. Carbone, Libros
escolares. Una introducción a su análisis y evaluación (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica,
2003); L. A. Romero (Coord.) La Argentina en la Escuela. La idea de Nación en los textos escolares.
(Buenos Aires: Siglo XXI, 2004); y el importantísimo C. Kaufmann, (Dir.) Los textos escolares en la
historia argentina reciente (Buenos Aires: Miño y Dávila, 2006)
6
Diego Born, Las representaciones de la última dictadura militar. Los textos escolares de Historia en el
nivel Secundario de la Ciudad de Buenos Aires, 1976-2009. (Tesis de Maestría en Ciencias Sociales con
orientación en Educación, FLACSO-Buenos Aires, 2010)
7
Carolina Kaufmann, El fuego, el agua y la historia. La dictadura en los escenarios educativos:
memorias y desmemorias (Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2008) 59
En la Argentina, los textos han tenido un papel fundamental como una especie de
“autobiografía” de un Estado imbuido en el proceso de legitimación política e
identificación colectiva desde el siglo XIX. Esta marca de origen ha orientado la
enseñanza de la historia y la producción de textos escolares durante muchas décadas y
no sufrieron demasiados cambios desde la fundación del sistema educativo argentino8.
Esta situación que hemos descripto se mantuvo incólume, incluso cuando durante
el último período dictatorial se produjeron algunos cambios en materia curricular, que
no significaron una ruptura en los enfoques, ya que “el relato presente en los textos ya
utilizados servía muy bien a sus fines”10. Las editoriales, entonces, reorganizaron los
manuales ya existentes, otorgando un lugar especial a la historia contemporánea.
Además, los controles ideológicos sobre los manuales recrudecieron significativamente
e incluso se prohibieron algunos textos11. En este contexto, las editoriales se volvieron
muy precavidas con sus autores “y consideraron una virtud que la redacción de los
libros fuera lo más anodina posible y coincidente con la perspectiva del gobierno
militar”12.
Sin embargo, estos avances tardaron algunos años en llegar a los manuales 14 .
Debemos esperar a la transformación educativa de la década de 1990 para registrar
innovaciones profundas, que modifican la enseñanza de la Historia desde la propuesta
oficial. En este contexto de trasformaciones los antiguos textos quedaron obsoletos, por
lo que se aceleró significativamente la redacción de nuevos que se adecuaran no solo a
la reestructuración del Nivel Medio, sino a la nueva organización de los contenidos.
Entre los cambios más importantes de los textos a partir de este momento,
mencionamos, siguiendo a Amézola y Coria:
13
B. Moreyra, “La historiografía”. En ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, Nueva Historia de
la Nación Argentina. (Buenos Aires: Planeta, 2001). Tomo X, p. 96. Es importante advertir entonces, que
hasta ese momento la producción historiográfica disponible sobre el Siglo XX era relativamente escasa.
14
La instalación de la editorial Santillana en el país contribuyó a acelerar algunos cambios de diseño, ya
que sus libros presentaban un nuevo formato y la apertura a nuevos temas y problemas, aunque matizada
con miradas más tradicionales.
Se incorporan también las innovaciones de la disciplina a partir de la década de
1960 a nivel mundial, entre las que se cuentan la Historia de la vida privada o vida
cotidiana, la Historia oral como enfoque y método, la microhistoria, la Historia de
la cultura popular, el resurgimiento de la Historia política y de la biografía, entre
otras15.
Coincidimos con Hilda Sábato cuando afirma que hablar de estas representaciones
es adentrarnos en el mundo simbólico, un terreno por demás resbaladizo, ya que es
15
Además se producen algunos cambios en el circuito editorial tales como la compra o reemplazo de las
editoriales tradicionales por grandes editoriales, pertenecientes a grupos económicos nacionales e
internacionales, la reducción de la vida de los manuales a un promedio de tres años, una considerable baja
en las ventas, etc.
16
Diego Born, Las representaciones de la última dictadura militar, 13
“hacer referencia a representaciones colectivas que han circulado y circulan en nuestra
sociedad, pero cuya vigencia más o menos amplia no puedo comprobar” 17 . Para
estudiarlas, es necesario recurrir a imágenes que se registran en el discurso de actores
sociales y políticos, en los medios de comunicación y en diversos espacios de la esfera
pública.
Estos relatos sobre el pasado reciente argentino han circulado desde 1976, y se
han disputado la hegemonía en el espacio público, esgrimiendo argumentos, imágenes,
slogans. Entre otras cuestiones, es necesario tener en cuenta los sentidos otorgados a las
Fuerzas Armadas, la violencia y la democracia durante el siglo XX en la Argentina, y
especialmente, los discursos circulantes sobre la última dictadura militar.
Entre otros aspectos mencionamos las narrativas militares que justificaron las
intervenciones armadas y tuvieron hegemonía durante los años de la última dictadura,
estudiadas por Federico Lorenz, y denominadas por él como la “Vulgata Procesista”, un
compendio de ideas e imágenes sobre la última dictadura militar que han justificado o
legitimado la represión estatal y la misma instalación del régimen de facto 18 . Este
mismo autor ha analizado los sentidos que se le han asignado al 24 de marzo,
aniversario del golpe de Estado que inaugura la dictadura, desde 1976 hasta 199619. Este
recorrido permite conocer el discurso de las asociaciones defensores de los Derechos
Humanos, los cambios, luchas y conflictos internos que van modificando su relato y sus
reclamos.
Por su parte, Vera Carnovale y Alina Larramendy analizan los discursos que han
circulado en el espacio público y han tenido profunda incidencia en el campo educativo
y la enseñanza de la Historia, entre ellos mencionan: la teoría de la guerra sucia, la
17
Hilda Sábato, “La “Teoría de los dos demonios”: interrogantes para una discusión”, en Héctor
Schmucler, (Comp.) Política, violencia, memoria, génesis y circulación de las ideas en la Argentina de
los años sesenta y setenta (La Plata: Al Margen, 2009) 78
18
Federico Lorenz, Combates por la memoria. Huellas de la dictadura en la historia. (Buenos Aires:
Capital Intelectual, 2009)
19
Federico Lorenz, “¿De quién es el 24 de marzo?”, en Elizabeth Jelin, (Comp.) Las conmemoraciones:
Las disputas en las fechas in- felices. Madrid: Siglo XXI, 2002
teoría de los dos demonios, la memoria centrada en la figura de la víctima de la
represión y las memorias militantes20.
Esta breve reseña nos permite identificar los grupos e individuos que participan en
la construcción de las memorias sociales, y sus conflictos y debates en las
interpretaciones sobre el pasado. Por otro lado, resulta necesaria a fin de comprobar la
actuación del Estado a través de sus políticas públicas de memoria, como un actor de
importancia capital en estos trabajos de elaboración del pasado y cuya posición jamás es
neutral.
Además de las políticas públicas de memoria a las que hemos hecho referencia, es
necesario tener en cuenta las políticas educativas implementadas entre 1976-2011,
prestando especial atención a la definición de los contenidos, que tienen incidencia
directa en los textos escolares. Estas las orientaciones político-pedagógicas propuestas
por el Estado en relación a la selección, organización y distribución de contenidos,
constituyen definiciones sobre “qué” y “cómo” enseñar, y son claves en el análisis de
los textos escolares, que van adaptándose a estas normativas23.
20
Vera Carnovale y Alina Larramendy, “Enseñar la historia reciente en la escuela: problemas y aportes
para su abordaje”. En Beatriz Aisenberg, (et. al.) Ciencias Sociales en la escuela: criterios y propuestas
para la enseñanza. (Buenos Aires: Aique, 2010) 239-42
21
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la Memoria, 130
22
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la Memoria, 131
23
Entendemos al curriculum como la articulación de contenidos, objetivos, métodos, técnicas y
modalidades de evaluación, que tiene como fin plasmar una determinada concepción educativa en
términos de lo individual, lo social y lo cultural. Es definido en cuatro niveles por lo menos: a nivel
nacional, jurisdiccional (provincial), institucional y áulico.
cambios que introduce la Ley Nacional de Educación, cuando las cuestiones vinculadas
a la memoria sobre la última dictadura militar ganan un lugar especial en la escuela.
Para este estudio de caso, se analizaron propuestas que introducen cambios en los
contenidos, tales como la reforma implementada durante el periodo dictatorial en 1978-
79, los Contenidos Básicos Comunes (CBC) y los Núcleos Aprendizajes Prioritarios
(NAP). Este conjunto de regulaciones curriculares constituye la “propuesta oficial”, en
palabras de Hilda Lanza, que define saberes, orientaciones valorativas y conductas. A la
vez, forma parte del proyecto de sociedad que poseen los grupos que hegemonizan el
poder. Por ello, de su análisis “puede inferirse la intencionalidad política, los objetivos
educativos, los recursos y las estrategias que proponen los sectores que dirigen el
sistema educativo”24.
24
Hilda Lanza y Silvia Finocchio, Curriculum presente, ciencia ausente. La enseñanza de la historia en
la Argentina hoy. (Buenos Aires: Miño y Dávila, 1993) 33
editoriales, ediciones y autores representativos. Además, se realizó un relevamiento
acotado en tres bibliotecas de escuelas sanjuaninas de Nivel Medio y en la Biblioteca
Pública más importante de la provincia, a fin de comprobar la disponibilidad de los
textos en espacios públicos para su consulta.
EJEMPLO:
25
Miretzky, María, Rojo, Susana y Saluzzi, Elvira. 1982. Historia 3. Organización y Desarrollo de la
Nación Argentina y el Mundo Contemporáneo. Buenos Aires: Kapelusz
Los primeros mantienen las operaciones de legitimación de las Fuerzas Armadas y
de los golpes militares, junto con una concepción tradicional de la Historia como ciencia
y como disciplina escolar. Entre ellos mencionamos el texto de Ibáñez, que hemos
analizado, pero también se encuentran los de Drago, Miretzky y otros, Astolfi, entre
otros. En las reediciones sucesivas, los autores fueron avanzando en la crónica,
mencionando por ejemplo el retiro de los militares y el gobierno de Alfonsín, incluso el
de Menem. Sin embargo, no se modifica la interpretación que hacen de los golpes
militares y del proceso en general. En suma, se conserva la concepción tradicional de la
Historia y los argumentos que legitiman a las Fuerzas Armadas y los golpes militares.
El período que comienza en 1930 gana espacio e importancia dentro del manual,
abandonando el cariz de crónica que tuvo hasta ese momento. El relato se hace más
complejo, y presenta un entramado de actores, intereses y luchas por el poder que
estaban silenciados.
Estas afirmaciones deben ser matizadas según el texto al que se haga referencia.
Algunos son más condenatorios de los golpes militares, como el de Santillana, con un
relato más cercano al de las Organizaciones de Derechos Humanos, y a los avances
historiográficos sobre la Argentina de las décadas de 1960 y 1970. Mientras tanto, el
texto de Bustinza y Grieco y Bavío sigue sosteniendo aspectos de la teoría de la “Guerra
sucia” y de la “Vulgata procesista”, combinados con los elementos más importantes de
la “Teoría de los dos demonios”. Aunque toma alguna distancia del discurso militar,
mantiene términos y categorías de raigambre militar y se legitiman implícitamente las
intervenciones armadas, presentándolas como naturales y necesarias, en especial el
golpe de 1976.
En los diez años que transcurren entre 1983 y 1993, conviven en los textos
discursos y concepciones de distintas raigambres y tradiciones ideológicas, lo que se
acentúa al no existir una regulación oficial de manuales escolares.
EJEMPLO:
26
Bustinza, José Antonio y Bavio Grieco, Alicia. 1991. Historia 3. Los tiempos contemporáneos. La
Argentina y el mundo. Buenos Aires: AZ
presenta a la disciplina como un saber abierto y siempre inacabado, reconociendo que se
encuentra cruzada por disputas y produce distintas interpretaciones sobre el pasado.
Como novedad, se incluyen las herramientas metodológicas para la construcción del
conocimiento histórico, que se ponen al alcance de los alumnos en un intento por
acercarlos a la investigación científica y al oficio del historiador.
La historia argentina reciente ocupa un lugar cada vez más importante en los
textos, que hasta ese momento habían estado enfocados en el período anterior a 1930.
Superando la simplificación de otros períodos, se presenta un complejo entramado de
nuevos actores colectivos e individuales. Así, se apunta a examinar las pugnas sociales,
económicas y políticas, sosteniendo la concepción de una sociedad en permanente
cambio, cruzada por tensiones e inmersa en luchas por el poder, y no como un colectivo
homogéneo, neutral e inmutable. En un intento por comprender a estos actores, se
analizan sus intereses, discursos, representaciones y sentidos que otorgan a la propia
acción y a la de otros.
En cuanto a los golpes militares, en todos los textos se afirma expresamente que
los golpes militares son ilegales e ilegítimos, condición que no es justificada de ninguna
manera. Especialmente en los textos de Santillana y AZ, los autores se distancian
explícitamente de las argumentaciones esgrimidas por las Fuerzas Armadas y sectores
afines, tomando posiciones claras y contundentes.
Por otro lado, se analizan los golpes militares en su continuidad con otros
procesos y concepciones, pero a la vez, se los considera como rupturas de la estabilidad
democrática, con poderosos efectos en el presente, tanto políticos, como económicos y
sociales.
EJEMPLO:
Título: “La pesadilla de los extremismos”. “Extremista es todo grupo que intenta
lograr sus objetivos a través de la fuerza y la violencia (…) el período se caracterizó por
el predominio de grupos extremistas de ultra izquierda y ultra derecha (…) los
extremismos tienen la particularidad de no coincidir en las ideas pero sí en los métodos:
ambos usan las armas y no reparan en medios para obtener sus fines (…) la guerrilla y
el terrorismo de Estado sumergieron al país en un oscuro período” (p. 471-472)27.
“Otros, sin embargo, sin desconocer estas circunstancias, han subrayado que
ninguno de estos problemas exigía, necesariamente, el golpe de Estado y el ejercicio
directo del poder por parte de las Fuerzas Armadas, lo que es sin duda acertado” (p.
231)28.
27
Rins, Cristina y Winter, Felisa. 1996. La Argentina, una historia para pensar 1776-1996. Buenos
Aires: Kapelusz
28
De Privitellio, Luciano, Luchilo, Lucas J., Cataruzza, Alejandro, Paz, Gustavo, Rodríguez, Claudia.
1998. Historia de la Argentina Contemporánea. Buenos Aires: Santillana
preocupación es explicar históricamente los fenómenos y acontecimientos del pasado
reciente.
En esta línea, consideramos que en los últimos dos períodos se busca poner en
contexto a los golpes militares, señalando para ello a los actores, sus intereses, discursos
y luchas por el poder. Observamos las siguientes características generales en su
tratamiento:
EJEMPLO:
“No te metas fue una expresión acuñada durante el Proceso que hacía referencia,
en una sociedad dominada por el temor a la represión, a mantenerse al margen para
evitar caer preso y se completaba, a veces, con el ‘por algo será’, que justificaba el
accionar de los militares” (resaltado en el original, p. 151)29
A modo de cierre
Esta apuesta por la explicación histórica que encontramos en los textos, sugiere
que no debe dejarse de lado la incidencia de la producción de conocimientos en el
campo académico y profesional, en la comprensión de estos procesos. La incorporación
de historiadores profesionales en la redacción de textos escolares, que ocurre a partir de
mediados de la década de 1990, podría ser uno de los factores a tener en cuenta en estas
transformaciones.
BIBLIOGRAFIA
Born, Diego. 2010. Las representaciones de la última dictadura militar. Los textos
escolares de Historia en el nivel Secundario de la Ciudad de Buenos Aires, 1976-2009.
Tesis de Maestría en Ciencias Sociales con orientación en Educación, FLACSO-Buenos
Aires.
MANUALES ESCOLARES
Período 1976-1982
Etchart, Martha, Douzon, Martha, Rabini María E. 1981. Historia 3. Argentina desde
1832 y el mundo contemporáneo. Buenos Aires: Cesarini Hnos.
Período 1983-1994
Jáuregui, Aníbal, González, Alba Susana, Fradkin Raúl y Bertene Jorge. 1990. Historia
3. Buenos Aires: Santillana
Bustinza, José Antonio y Bavio Grieco, Alicia. 1991. Historia 3. Los tiempos
contemporáneos. La Argentina y el mundo. Buenos Aires: AZ.
Período 1995-2004
Rins, Cristina y Winter, Felisa. 1996. La Argentina, una historia para pensar 1776-
1996. Buenos Aires: Kapelusz
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Argentina Contemporánea. Buenos Aires: AZ
Período 2005-2011
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país a la deriva? Desafíos y alternativas (1930 hasta la actualidad). Buenos Aires:
Longseller.
Carrozza, Wuifredo G., Ferrari, Ana, Persello, Ana Virginia, Sagol, Cecilia. 2008.
Historia contemporánea de la Argentina y el mundo. Buenos Aires: Santillana.