Contrato de Renting
Contrato de Renting
Contrato de Renting
I. CONCEPTO
El término en cuestión es el gerundio del verbo inglés to rent, alquilar; y eso es el
contrato de renting, un contrato de alquiler. Ahora bien, la razón del empleo de un
anglicismo para su designación, procede de la necesidad de acuñar un término
específico para una modalidad de contrato de ámbito más reducido que el que
usualmente abarca el término "alquiler".
Se puede afirmar que el "renting" se asemeja bastante al "leasing", si bien, está ligado
a bienes muebles (no fungibles), tanto productivos como de consumo, que necesitan
mantenimiento y que suelen estar sometidos a una depreciación acelerada, por ello,
tiene un auge considerable en el ámbito de los vehículos de empresa y en los equipos
informáticos.
Por tanto, la utilización de los bienes se realiza en régimen de alquiler a largo plazo (2
a 4 años) durante el cual el usuario dispone de esos bienes y percibe servicios
relacionados con el correcto funcionamiento de los mismos, es decir, el "renting" se
configura como un paquete de servicios integrados en una única cuota que se paga
periódicamente.
La cuota o renta puede ser fija o variable y depende del grado de utilización del bien.
Además, la sociedad de "renting" suele exigir una fianza.
El segundo, llamado leasing operativo o renting, es un contrato por el que una parte
adquiere un bien y cede su uso a la otra, a cambio de precio, que constituye una renta,
soportando el cedente los gastos de mantenimiento, y otorgando al cesionario una
opción de compra al término; si bien el precio de adquisición es de mercado, por lo
que la renta no se aplica a la disminución del precio. Puede aplicarse a todo tipo de
bienes, muebles o inmuebles, puesto que está regido por la autonomía de la voluntad,
sin embargo, lo frecuente es que se refiera a bienes muebles, en concreto a bienes de
equipo o automóviles, por una razón obvia: si viniera referido a bienes inmuebles,
estaría sujeto a la normativa de arrendamientos urbanos, de carácter imperativo, que
dejaría escaso margen a la autonomía, quedando desnaturalizado en cuanto a su
función económica.
Desde el punto de vista fiscal, las cuotas del "renting" y el IVA (1) de las mismas son
deducibles totalmente siempre que el bien arrendado en "renting" se haya destinado a
la actividad empresarial o profesional del contratante.
Las ventajas principales del "renting" de vehículos son las siguientes:
- El coste de financiación se aplica exclusivamente sobre la depreciación o uso
del bien.
- Precios ventajosos para el usuario, dado que la compañía de "renting"
adquiere un elevado número de vehículos a los fabricantes.
- Se optimiza la gestión de la liquidez, convirtiéndose la cuota en un coste fijo
que incluye todas las posibles reparaciones, por tanto, facilita la planificación de los
pagos.
- Los bienes no figuran en el activo del balance ni tampoco la deuda, luego no
afecta a los ratios de endeudamiento.
- Reduce aspectos de control administrativo como los que genera una flota
propia: seguros, impuestos, etc.
- La renovación mejora la imagen de la empresa.
Por contra, los inconvenientes del "renting" de vehículos habitualmente indicados son
los siguientes:
- Se fija un límite de tiempo y una capacidad de uso (kilómetros, etc.), que si se
superan suponen coste adicional.
- Algunas marcas y modelos no están disponibles.
- No supone propiedad del bien, pues es un arrendamiento.
- La cancelación anticipada supone penalización (50% de las cuotas
pendientes).
- Sólo se puede reparar en los talleres concertados u oficiales.
- Hay que abonar fianza por importe de 2 cuotas.
II. NATURALEZA JURÍDICA
La diferenciación terminológica de este contrato, respecto del mero "alquiler" obedece,
entre otras razones, a su naturaleza mercantil. Ante la ausencia de definición del
ámbito de lo mercantil en el Código de Comercio, se ha de acudir a la doctrina, que
establece que el contrato de renting es mercantil. Y lo es por ser empleado por
empresarios y profesionales para la adquisición de bienes destinados a ser aplicados
en su proceso productivo; siendo por regla general empresarios tanto el cedente como
el cesionario.
No hay limitación a la posibilidad de ser cesionario en el contrato de renting un
consumidor final del bien; sin embargo, en la práctica la utilización de este contrato
obedece a las ventajas fiscales, contables y económicas en general que reporta al
cesionario la adquisición de un bien por este procedimiento, en lugar del empleo de la
compraventa o del alquiler usual, ventajas que no existen en cambio para el
consumidor y por ello no es usado por él.
III. CARACTERES
El contrato de renting es consensual, al perfeccionarse por el mero consentimiento y
no formal; en la práctica se documenta mediante formularios de adhesión redactados
por el cedente, en documento privado, pero también en escritura o póliza intervenida
por Notario, que constituye título ejecutivo en caso de impago, y facilita la prueba del
dominio para la recuperación del bien, en caso de verse sujeto a procedimiento de
apremio seguido contra el cesionario.
IV. RÉGIMEN JURÍDICO
La regulación prevista para el arrendamiento financiero o leasing, en la Disposición
Adicional 7ª de la Ley 26/1988 de 29 julio, sobre Disciplina e Intervención de las
Entidades de Crédito, así como la Disposición Adicional 1ª de la Ley 28/98 de 13 de
julio sobre venta a plazos de bienes muebles, no son de aplicación al contrato de
renting, el cual aparece huérfano de regulación específica.
Así, las disposiciones sobre subarriendo de los artículos 1550 a 1552 generalmente no
tendrán aplicación por prohibir las cláusulas pactadas la cesión a terceros del bien; en
cuanto a la obligación de saneamiento que el artículo 1553 impone al cedente,
tratándose de un contrato de adhesión frecuentemente preverá la obligación de
conservación por parte del cesionario, salvo que se haya pactado el mantenimiento a
cargo del cedente; sin embargo, aun cuando no se haya pactado dicho mantenimiento,
si el defecto aparecido no es imputable a la falta de conservación o mantenimiento por
el cesionario, en todo caso será a cargo de cedente, por lo que sí puede tener
aplicación en la práctica en caso de presentar vicios el bien.
Las obligaciones del arrendador y arrendatario previstas en los artículos 1554 a 1564
serán normalmente sustituidas por las pactadas, siendo inherente a esta figura que el
cedente asuma los gastos de mantenimiento, seguros y reparaciones que en otro tipo
de arriendo corresponderían al cesionario.
V. CONTENIDO
1. Obligaciones del cedente
a) La puesta a disposición del cesionario del bien objeto del contrato
Esta puesta a disposición puede tener lugar mediante la entrega material, si se trata
de un vehículo o bien de equipo que posea en su haber el cedente, o bien mediante la
cesión del acceso al mismo, cuando ha sido adquirido expresamente para el
cesionario. El cedente no ha de ostentar un título dominical sobre el bien cedido,
bastando con que cuente con un derecho real sobre el mismo que le habilite para su
cesión en arriendo. A este particular se refiere el Real Decreto 858/94 para el renting
de automóviles, cuando dispone: "Para el otorgamiento de las autorizaciones de
arrendamiento de vehículos sin conductor, será necesario que la persona, física o
jurídica, solicitante cumpla los siguientes requisitos:
... b) Disposición del número mínimo de vehículos en propiedad o en régimen de
arrendamiento financiero dedicados a la actividad de arrendamiento sin conductor que
determine el Ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, en función de
las circunstancias concurrentes en el mercado".
b) El mantenimiento del bien en condiciones óptimas de uso
Esta obligación del arrendador es por lo general más amplia que la dispuesta en
el artículo 1554 del Código Civil, si se ha pactado el mantenimiento a cargo del
arrendador. En este caso, el arrendador asume el coste de las reparaciones teniendo
incluidas piezas y mano de obra, tanto de las ordinarias por revisión periódica como
por avería, si bien el arrendatario debe procurar dicho mantenimiento de conformidad
con lo pactado. Dicho pacto excluye los supuestos de daños por accidente, que serán
a cargo del arrendatario. En última instancia, si el supuesto de hecho no hubiera
estado previsto por el clausulado pactado, o éste no fuera de aplicación por no
haberse considerado incorporadas al contrato de adhesión, en virtud de lo dispuesto
en la Ley 7/98 de 13 de abril sobre Condiciones Generales de la Contratación (no
serán de aplicación las previsiones sobre nulidad de cláusulas, por tratarse de
contratantes que no tienen la condición de consumidores); en este caso, se habrá de
estar a lo dispuesto en el artículo 1554 en cuanto a la obligación de reparar, y al
artículo 1553 que declara aplicables al contrato las disposiciones sobre saneamiento;
por tanto, el arrendatario puede exigir al arrendador la reparación, y en caso de
incumplimiento, optar por la resolución con indemnización de daños, a que se refiere el
artículo 1556, o bien por el ejercicio de las acciones redhibitoria o estimatoria a que se
refiere el artículo 1486 del mismo cuerpo legal; resultado que de la primera será la
devolución de lo pagado, sin indemnización, y de la segunda, la rebaja si opta por la
continuación de la vigencia del contrato.
c) Mantener al arrendatario en el goce pacífico del bien por todo el tiempo que dure el
contrato
Esta disposición prevista en el artículo 1554 cobra vigencia en su relación con el
artículo 1553 en referencia al saneamiento por evicción, en particular si consideramos
que el arrendador puede ostentar la posesión en virtud de un contrato de leasing, con
reserva de dominio a favor de su cedente; si bien al transferirse sólo el uso del bien al
arrendatario, la cuestión quedaría solucionada mediante el reemplazo del mismo con
otro de su misma especie y calidad, o bien mediante la resolución del contrato con
abono de daños y perjuicios, si lo otro no fuera posible.
En virtud de pacto, la parte arrendadora puede asumir a su cargo impuestos y
aseguramiento del bien, ya se trate de vehículos o de bienes de equipo o maquinaria,
suministro de carburante, asistencia, etc.
VI. CASUÍSTICA
Sobre el cumplimiento de obligaciones administrativas, la Sentencia del Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco 610/06 de 30 de octubre revoca una sanción
impuesta a la compañía arrendadora, por considerar que si bien está establecida a su
cargo la obligación de comprobar que el arrendatario cuenta con autorización para el
transporte, falta el rango legal al tipificar la infracción, que sólo lo está mediante Orden
Ministerial.