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Contrato de Renting

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CONTRATO DE RENTING

Alabau Martí, Laura

Iriarte Ibargüen, Ainoa

I. CONCEPTO
El término en cuestión es el gerundio del verbo inglés to rent, alquilar; y eso es el
contrato de renting, un contrato de alquiler. Ahora bien, la razón del empleo de un
anglicismo para su designación, procede de la necesidad de acuñar un término
específico para una modalidad de contrato de ámbito más reducido que el que
usualmente abarca el término "alquiler".
Se puede afirmar que el "renting" se asemeja bastante al "leasing", si bien, está ligado
a bienes muebles (no fungibles), tanto productivos como de consumo, que necesitan
mantenimiento y que suelen estar sometidos a una depreciación acelerada, por ello,
tiene un auge considerable en el ámbito de los vehículos de empresa y en los equipos
informáticos.

Es un contrato traslativo de uso de un bien que no transfiere su propiedad y que


contempla la posibilidad de que los bienes cedidos sean sustituidos o ampliados
durante el período contractual. También puede -y suele- incluir servicios
complementarios de mantenimiento, seguros, revisiones técnicas, etc.

Por tanto, la utilización de los bienes se realiza en régimen de alquiler a largo plazo (2
a 4 años) durante el cual el usuario dispone de esos bienes y percibe servicios
relacionados con el correcto funcionamiento de los mismos, es decir, el "renting" se
configura como un paquete de servicios integrados en una única cuota que se paga
periódicamente.

La cuota o renta puede ser fija o variable y depende del grado de utilización del bien.
Además, la sociedad de "renting" suele exigir una fianza.

El "renting" se diferencia del "leasing" principalmente por los siguientes motivos:

 - En el "renting" el grado de utilización del bien, su valor de mercado al inicio


del contrato y el valor previsto en el momento de la devolución, determinan el
importe de la cuota; mientras que en el "leasing" la cuota es el resultado de aplicar
un tipo de interés al coste del bien pendiente de recuperar en cada momento. (Por
ejemplo, es común en el "renting" de automóviles que se limite el kilometraje o que la
cuota dependa de este baremo).
 - Al final del contrato la sociedad de "renting" recupera el bien (salvo
excepciones de opción de compra); mientras que en el "leasing" el cliente puede
comprarlo, renovar el contrato (prorrogar) o devolverlo. Esta opción de compra debe
estar incluida en el contrato de "leasing".
 - Mayor especialización de la empresa de "renting", que suele ser una sociedad
de arrendamiento financiero, aunque esta actividad también puede desarrollarla
cualquier otra empresa.
 - El "renting" es a corto o medio plazo y el "leasing" es a medio y largo plazo.
 - El contrato de "renting" puede ser rescindido unilateralmente antes del fin del
plazo previsto.
 - La opción de compra puede establecerse en el contrato de "renting" aunque
no es necesario que figure en el contrato.
En ambos casos del carácter de gasto deducible se excluye el valor de la opción de
compra y, en el "leasing" de inmuebles, la parte de la cuota correspondiente al valor
del suelo.

En el caso de vehículos, es válido para todo tipo de marcas y modelos; incluye


conservación, reparaciones, seguro, asistencia jurídica, etc. (pero no cubre multas ni
sanciones). La duración oscila entre 2 y 5 años. Se contempla el número de kilómetros
a realizar (que se liquidarán por exceso o defecto al finalizar el contrato). El cliente
deposita una fianza al firmar el contrato, que se devuelve al final del mismo si no se ha
producido mal uso del vehículo. Asimismo, no suele considerarse la opción de compra
final; y en caso de cancelación anticipada se aplica una penalización.

Como se ha referido más arriba, pero en otros términos, el contrato de renting se ha


configurado como una modalidad del contrato de leasing, habiendo distinguido entre el
leasing financiero y el leasing operativo; el primero tiene por objeto la adquisición de
bienes tanto muebles como inmuebles, y se configura como un contrato en que una
parte adquiere el bien, y cede su uso, conservando el dominio, a la otra mediante
precio, pudiendo al término del contrato ejercitar una opción de compra por el precio
residual (las cantidades entregadas se han aplicado a la disminución del precio, así
como a la remuneración del uso), renovarlo o bien desistir del mismo, tratándose en
realidad de una forma de financiación.

El segundo, llamado leasing operativo o renting, es un contrato por el que una parte
adquiere un bien y cede su uso a la otra, a cambio de precio, que constituye una renta,
soportando el cedente los gastos de mantenimiento, y otorgando al cesionario una
opción de compra al término; si bien el precio de adquisición es de mercado, por lo
que la renta no se aplica a la disminución del precio. Puede aplicarse a todo tipo de
bienes, muebles o inmuebles, puesto que está regido por la autonomía de la voluntad,
sin embargo, lo frecuente es que se refiera a bienes muebles, en concreto a bienes de
equipo o automóviles, por una razón obvia: si viniera referido a bienes inmuebles,
estaría sujeto a la normativa de arrendamientos urbanos, de carácter imperativo, que
dejaría escaso margen a la autonomía, quedando desnaturalizado en cuanto a su
función económica.

Desde el punto de vista fiscal, las cuotas del "renting" y el IVA (1) de las mismas son
deducibles totalmente siempre que el bien arrendado en "renting" se haya destinado a
la actividad empresarial o profesional del contratante.
Las ventajas principales del "renting" de vehículos son las siguientes:
 - El coste de financiación se aplica exclusivamente sobre la depreciación o uso
del bien.
 - Precios ventajosos para el usuario, dado que la compañía de "renting"
adquiere un elevado número de vehículos a los fabricantes.
 - Se optimiza la gestión de la liquidez, convirtiéndose la cuota en un coste fijo
que incluye todas las posibles reparaciones, por tanto, facilita la planificación de los
pagos.
 - Los bienes no figuran en el activo del balance ni tampoco la deuda, luego no
afecta a los ratios de endeudamiento.
 - Reduce aspectos de control administrativo como los que genera una flota
propia: seguros, impuestos, etc.
 - La renovación mejora la imagen de la empresa.
Por contra, los inconvenientes del "renting" de vehículos habitualmente indicados son
los siguientes:
 - Se fija un límite de tiempo y una capacidad de uso (kilómetros, etc.), que si se
superan suponen coste adicional.
 - Algunas marcas y modelos no están disponibles.
 - No supone propiedad del bien, pues es un arrendamiento.
 - La cancelación anticipada supone penalización (50% de las cuotas
pendientes).
 - Sólo se puede reparar en los talleres concertados u oficiales.
 - Hay que abonar fianza por importe de 2 cuotas.
II. NATURALEZA JURÍDICA
La diferenciación terminológica de este contrato, respecto del mero "alquiler" obedece,
entre otras razones, a su naturaleza mercantil. Ante la ausencia de definición del
ámbito de lo mercantil en el Código de Comercio, se ha de acudir a la doctrina, que
establece que el contrato de renting es mercantil. Y lo es por ser empleado por
empresarios y profesionales para la adquisición de bienes destinados a ser aplicados
en su proceso productivo; siendo por regla general empresarios tanto el cedente como
el cesionario.
No hay limitación a la posibilidad de ser cesionario en el contrato de renting un
consumidor final del bien; sin embargo, en la práctica la utilización de este contrato
obedece a las ventajas fiscales, contables y económicas en general que reporta al
cesionario la adquisición de un bien por este procedimiento, en lugar del empleo de la
compraventa o del alquiler usual, ventajas que no existen en cambio para el
consumidor y por ello no es usado por él.

III. CARACTERES
El contrato de renting es consensual, al perfeccionarse por el mero consentimiento y
no formal; en la práctica se documenta mediante formularios de adhesión redactados
por el cedente, en documento privado, pero también en escritura o póliza intervenida
por Notario, que constituye título ejecutivo en caso de impago, y facilita la prueba del
dominio para la recuperación del bien, en caso de verse sujeto a procedimiento de
apremio seguido contra el cesionario.

Es bilateral o sinalagmático, estableciendo obligaciones recíprocas entre los


contratantes, lo cual queda plasmado en el artículo 1556 del Código Civil, precepto
específico que trae la condición resolutoria tácita general de las obligaciones,
establecida en el artículo 1124 del Código Civil, al ámbito del arrendamiento en
general, y del contrato de renting en particular. Señalar que por imprecisión
terminológica el precepto llama "rescisión" al modo de extinción que describe que
evidentemente constituye resolución. No obstante, su aplicación será subsidiaria para
el caso de inaplicabilidad de la cláusula contractual que regule los supuestos de
incumplimiento.

Es oneroso, al establecer la cesión de uso a cambio de contraprestación pecuniaria de


tracto sucesivo.

Está regido por la autonomía de la voluntad, pues su regulación, es supletoria respecto


de lo pactado, no contando con más regulación imperativa que la de aquellos aspectos
fiscales o relativos a las arrendadoras de determinados bienes; tratándose en lo
demás de una regulación dispersa respecto de la normativa general de los contratos y
del arrendamiento.

IV. RÉGIMEN JURÍDICO
La regulación prevista para el arrendamiento financiero o leasing, en la Disposición
Adicional 7ª de la Ley 26/1988 de 29 julio, sobre Disciplina e Intervención de las
Entidades de Crédito, así como la Disposición Adicional 1ª de la Ley 28/98 de 13 de
julio sobre venta a plazos de bienes muebles, no son de aplicación al contrato de
renting, el cual aparece huérfano de regulación específica.

Como apuntábamos más arriba, está regido por la autonomía de la voluntad y en su


defecto, por las disposiciones generales para las obligaciones y contratos mercantiles
y supletoriamente por el Derecho Común, de conformidad con el artículo 50 del Código
de Comercio. Careciendo de disposiciones para el arrendamiento el mismo, hemos de
acudir al arriendo de cosas previsto en el Código Civil, el cual complementará en la
práctica lo no pactado por las partes, estando admitida por la doctrina su aplicación al
arriendo de cosas que carezca de regulación específica, como en el caso de
automóviles o bienes de equipo, aun cuando el Código se refiere al de fincas.

Así, las disposiciones sobre subarriendo de los artículos 1550 a 1552 generalmente no
tendrán aplicación por prohibir las cláusulas pactadas la cesión a terceros del bien; en
cuanto a la obligación de saneamiento que el artículo 1553 impone al cedente,
tratándose de un contrato de adhesión frecuentemente preverá la obligación de
conservación por parte del cesionario, salvo que se haya pactado el mantenimiento a
cargo del cedente; sin embargo, aun cuando no se haya pactado dicho mantenimiento,
si el defecto aparecido no es imputable a la falta de conservación o mantenimiento por
el cesionario, en todo caso será a cargo de cedente, por lo que sí puede tener
aplicación en la práctica en caso de presentar vicios el bien.

Las obligaciones del arrendador y arrendatario previstas en los artículos 1554 a 1564
serán normalmente sustituidas por las pactadas, siendo inherente a esta figura que el
cedente asuma los gastos de mantenimiento, seguros y reparaciones que en otro tipo
de arriendo corresponderían al cesionario.

Asimismo, tendrá aplicación lo previsto para la tácita reconducción, en caso de


ausencia de previsión al término, sobre opción de compra o modalidad de
continuación, por el artículo 1566.

El contrato de renting viene usualmente referido a vehículos de motor; en este sentido


destacar que el arrendador viene sujeto a una normativa específica para este objeto,
en concreto, la Ley 16/87 de 30 de julio sobre Ordenación de Transportes Terrestres,
dedica el Capítulo VI del Título IV, artículos 133 a 137, al arrendamiento de vehículos
(modificados por Ley 25/2009, de 22 de diciembre). Las disposiciones de la Ley
relativas a las condiciones exigibles al arrendador vienen desarrolladas
reglamentariamente por el Real Decreto 858/94, que simplifica el anterior 1211/90 en
cuanto a la exigencia de éste último de obtener autorización administrativa para el
arriendo sobre cada uno de los vehículos; estableciendo un única autorización.

Se ha de tener en cuenta lo dispuesto en la regulación del Impuesto sobre la Renta, en


cuanto a la tributación de rendimientos procedentes de actividades empresariales o
profesionales, siendo deducibles la cuotas como gasto, así como en el ámbito del
Impuesto de Sociedades, en el Impuesto sobre el Valor Añadido, en cuanto a la
compensación del satisfecho como parte de la cuota; todo ello teniendo en cuenta, que
la razón del creciente éxito de este contrato entre empresarios y profesionales, para
incorporar a su actividad vehículos de motor, maquinaria y bienes de equipo, responde
al distinto tratamiento tributario dado a la compraventa de dichos bienes, sobre su
arriendo. En el primer caso, se establece para los bienes un periodo contable de
amortización, de modo que el desembolso hecho en su compra no se deduce como
gasto, sino que se ha de distribuir a lo largo de todo el periodo de amortización,
cuando, realmente, ya se ha desembolsado el precio; en el caso del alquiler o renting,
todo el desembolso hecho, esto es, el importe pagado en concepto de cuotas, se
deduce como gasto.

V. CONTENIDO
1. Obligaciones del cedente
a) La puesta a disposición del cesionario del bien objeto del contrato
Esta puesta a disposición puede tener lugar mediante la entrega material, si se trata
de un vehículo o bien de equipo que posea en su haber el cedente, o bien mediante la
cesión del acceso al mismo, cuando ha sido adquirido expresamente para el
cesionario. El cedente no ha de ostentar un título dominical sobre el bien cedido,
bastando con que cuente con un derecho real sobre el mismo que le habilite para su
cesión en arriendo. A este particular se refiere el Real Decreto 858/94 para el renting
de automóviles, cuando dispone: "Para el otorgamiento de las autorizaciones de
arrendamiento de vehículos sin conductor, será necesario que la persona, física o
jurídica, solicitante cumpla los siguientes requisitos:
... b) Disposición del número mínimo de vehículos en propiedad o en régimen de
arrendamiento financiero dedicados a la actividad de arrendamiento sin conductor que
determine el Ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, en función de
las circunstancias concurrentes en el mercado".
b) El mantenimiento del bien en condiciones óptimas de uso
Esta obligación del arrendador es por lo general más amplia que la dispuesta en
el artículo 1554 del Código Civil, si se ha pactado el mantenimiento a cargo del
arrendador. En este caso, el arrendador asume el coste de las reparaciones teniendo
incluidas piezas y mano de obra, tanto de las ordinarias por revisión periódica como
por avería, si bien el arrendatario debe procurar dicho mantenimiento de conformidad
con lo pactado. Dicho pacto excluye los supuestos de daños por accidente, que serán
a cargo del arrendatario. En última instancia, si el supuesto de hecho no hubiera
estado previsto por el clausulado pactado, o éste no fuera de aplicación por no
haberse considerado incorporadas al contrato de adhesión, en virtud de lo dispuesto
en la Ley 7/98 de 13 de abril sobre Condiciones Generales de la Contratación (no
serán de aplicación las previsiones sobre nulidad de cláusulas, por tratarse de
contratantes que no tienen la condición de consumidores); en este caso, se habrá de
estar a lo dispuesto en el artículo 1554 en cuanto a la obligación de reparar, y al
artículo 1553 que declara aplicables al contrato las disposiciones sobre saneamiento;
por tanto, el arrendatario puede exigir al arrendador la reparación, y en caso de
incumplimiento, optar por la resolución con indemnización de daños, a que se refiere el
artículo 1556, o bien por el ejercicio de las acciones redhibitoria o estimatoria a que se
refiere el artículo 1486 del mismo cuerpo legal; resultado que de la primera será la
devolución de lo pagado, sin indemnización, y de la segunda, la rebaja si opta por la
continuación de la vigencia del contrato.

c) Mantener al arrendatario en el goce pacífico del bien por todo el tiempo que dure el
contrato
Esta disposición prevista en el artículo 1554 cobra vigencia en su relación con el
artículo 1553 en referencia al saneamiento por evicción, en particular si consideramos
que el arrendador puede ostentar la posesión en virtud de un contrato de leasing, con
reserva de dominio a favor de su cedente; si bien al transferirse sólo el uso del bien al
arrendatario, la cuestión quedaría solucionada mediante el reemplazo del mismo con
otro de su misma especie y calidad, o bien mediante la resolución del contrato con
abono de daños y perjuicios, si lo otro no fuera posible.
En virtud de pacto, la parte arrendadora puede asumir a su cargo impuestos y
aseguramiento del bien, ya se trate de vehículos o de bienes de equipo o maquinaria,
suministro de carburante, asistencia, etc.

d) Obligaciones administrativas en el ámbito del contrato de renting de vehículos


Conforme al Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre modificado por Real
Decreto 919/2010, de 16 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley de
Ordenación de los Transportes Terrestres, para el ejercicio de la actividad de
arrendamiento sin conductor de vehículos automóviles de más de tres ruedas será
necesaria la obtención de autorización administrativa, la cual se otorgará referida a la
empresa arrendadora sin condicionar el volumen de actividad permitida ni los
vehículos concretos con que la misma haya de llevarse a cabo debiendo otorgarse en
favor de todas las empresas que lo soliciten y que cumplan los requisitos exigibles.
Dichos requisitos comprenden la disposición de, al menos, un local u oficina dedicado
a la actividad de arrendamiento, con nombre o título registrado, abierto al público sólo
compatible con la actividad de cambio de moneda; disposición, a título de propiedad o
arrendamiento financiero, del número mínimo de vehículos dedicados a la actividad de
arrendamiento que determine el Ministro de Fomento; no superación de los límites de
antigüedad de los vehículos que, en su caso, determine el Ministro de Fomento;
suscripción de los seguros de responsabilidad civil por daños que resulten obligatorios
conforme a la legislación vigente; disposición de garajes o lugares de aparcamiento
cuando así lo exija la Administración competente; los contratos deberán celebrarse en
los locales u oficinas de la empresa arrendadora, si bien su formalización y la entrega
efectiva de los vehículos a los usuarios podrán llevarse a cabo en un lugar diferente,
dichos contratos podrán asimismo ser celebrados en las delegaciones que la empresa
arrendadora tenga en hoteles, agencias de viajes, complejos turísticos o centros
similares siempre que cumplan sus mismos requisitos; tener expuestos al público los
precios del arrendamiento en las condiciones que se determinen administrativamente.

2. Obligaciones del cesionario


a) Pagar el precio del arriendo
El mismo puede pactarse por precio, o por uso del bien, ya sea kilometraje en el caso
de vehículos, ya otras modalidades de uso en el caso de bienes de equipo o
maquinaria. En caso de impago, dará lugar a la resolución con restitución del bien y
abono de daños y perjuicios; esto es, las rentas que se devenguen hasta la expiración
del plazo pactado; si bien será frecuente el establecimiento de una cláusula penal que
regule los efectos del incumplimiento.

b) Usar diligentemente de la cosa cedida destinándola al uso pactado


Asumiendo por regla general a su cargo: la custodia del bien, la pérdida y los daños,
ya sean fortuitos o imputables a tercero; sin perjuicio de su facultad de repetir contra el
responsable del aseguramiento del turismo o maquinaria correspondiente. Asimismo
es frecuente la prohibición de ceder a tercero el uso del bien, salvo autorización del
cedente.

c) En el caso de vehículos, contar con autorización administrativa para su utilización


A este requisito se refiere el artículo 178 del Reglamento antes referido, y suele
imponerse en forma de cláusula al arrendatario.

VI. CASUÍSTICA
Sobre el cumplimiento de obligaciones administrativas, la Sentencia del Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco 610/06 de 30 de octubre revoca una sanción
impuesta a la compañía arrendadora, por considerar que si bien está establecida a su
cargo la obligación de comprobar que el arrendatario cuenta con autorización para el
transporte, falta el rango legal al tipificar la infracción, que sólo lo está mediante Orden
Ministerial.

En materia de inaplicabilidad de la legislación de consumo, acerca de la aplicación al


contrato de las disposiciones de la Ley sobre Condiciones Generales de la
Contratación, y no de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, se
ha referido la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona 553/02 de 16 de
enero, por carecer el arrendatario de la condición de consumidor, siendo empresario o
profesional; sin que proceda por tanto aplicar las disposiciones sobre nulidad de
cláusulas contractuales, y sí en cambio las relativas a falta de incorporación al
contrato. En el mismo ámbito, sobre la falta de aplicación al arrendatario de las
disposiciones para la defensa de consumidores y usuarios, la Sentencia de la
Audiencia de Tarragona 608/02 de 16 de mayo. Igualmente, la Sentencia de Asturias
527/04 de 11 de julio declara que si bien no es de aplicación al arrendatario, por
carecer de la condición de consumidor, la Ley General para la defensa de éstos,
tampoco lo es la Ley sobre Productos Defectuosos 22/94, por no estar destinado el
bien al uso o consumo privados, sino que el arrendatario lo integra en su proceso
productivo.

En materia de aseguramiento, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia 68/07


de 26 de febrero, se pronuncia a favor de la legitimación activa del arrendatario de
renting para reclamar contra el tercero causante del daño y su aseguradora, como
perjudicado, sin ostentar título dominical sobre el vehículo (en el mismo sentido la de
Barcelona de 22 de noviembre de 2005). La Sentencia de la Audiencia Provincial de
Murcia de 22 de julio de 2003 declara la inaplicabilidad de las cláusulas limitativas de
responsabilidad del contrato de seguro colectivo celebrado entre la arrendadora de
maquinaria industrial y la aseguradora (que pertenece a su mismo grupo empresarial),
a la arrendataria, por no haber tenido conocimiento de las mismas, conforme a la
doctrina que interpreta el artículo 3 de la Ley de Contrato de seguro, sin que sea de
aplicación la doctrina sobre seguros colectivos celebrados a beneficio de tercero, sino
que han de constar en el certificado de la póliza que se entrega al asegurado (el
arrendatario, en este caso), las limitaciones a la cobertura.

En materia de mantenimiento la Sentencia de la Audiencia de Barcelona 642/05 de 15


de noviembre, condena a la arrendadora del vehículo al abonar la reparación por
avería en el mismo, por considerar que no ha acreditado que el siniestro deba ser
atribuido a actuación negligente del arrendatario, lo cual resuelve por aplicación de las
propias cláusulas contractuales que exoneran del mantenimiento al propietario cuando
la causa de la avería sea imputable al arrendatario o a accidente. En sentido contrario,
en cuanto a la carga de la prueba de la imputabilidad de los daños, la Sentencia de la
Audiencia de Asturias 237/04 de 10 de junio considera que la presunción de
responsabilidad de los daños que se derivaría de la obligación de usar conforme al
destino pactado, artículo 1555 del Código Civil y 1562 sobre el estado en que se
recibió, cede en el caso de autos en virtud de las condiciones pactadas, al constar en
el contrato el uso industrial abusivo a que iban a ser destinados los vehículos objeto de
renting, que determinó su deterioro, estando fijado el precio en atención al mismo.

En materia de opción de compra la Sentencia de la Audiencia de Barcelona 443/06 de


11 de julio, exonera al arrendatario del pago de las rentas cuando, expirado el contrato
y continuando en el uso del bien, había comunicado el ejercicio de la opción sin que el
contrato de compra se hubiera formalizado por causa imputable a la arrendadora.
Sobre resolución del contrato, se pronuncia la Sentencia de Barcelona 939/04 de 29
de diciembre al excluir la necesidad de preaviso escrito, pese a estar pactado, al
prever el propio contrato la resolución en caso de impago de las rentas; si bien
condena a pagar las rentas hasta la finalización del plazo pactado.

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