Don Bosco
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Don Bosco
El nuevo Director era hombre joven, de una excelente formación, con estupenda dicción;
a tal punto que solía escalar la Catedral Sagrada en sermones de compromiso. Tenía dotes
organizativas de primer orden. La sacaría a relucir, colocando el colegio dentro de la órbita del
mayor rendimiento: procurando un creciente intercambio con los Padres y Representantes de los
alumnos; llevando a aquellos la confianza en la labor educativa del plantel, a través de los
exámenes de fin de año, y de los actos de fin de curso.
Pero no se conformó el Padre Voghera con proseguir los trabajos de adaptación que
iniciara el Padre Bergeretti, ni con satisfacer, puntualmente, los graves compromisos de la casa.
El 7 de febrero de 1904 reiniciaba los interrumpidos trabajos del Santuario, colocándolos bajo la
dirección del famoso arquitecto Antonio Malaussena. Para estos efectos, promovió una
recaudación en el comercio de la ciudad, que produjo Bs. 763, e instaló una Junta de Damas
Cooperadoras, que se encargarían de recoger un centavo por persona, entre los simpatizantes de
la Obra Salesiana en Valencia.
Estos detalles nos ponen de manifiesto como las obras de la Iglesia crecían y prosperaban
entonces gracias a la mística de los directivos, y a la colaboración decidida de la feligresía, que
antes que el dinero, aportaba la mano de obra en un esfuerzo común, que por igual se repartían
hombres y mujeres.
Antes de seguir adelante queremos recordar que el Arquitecto Malaussena había ganado
laureles en esta ciudad, con la construcción del teatro Municipal; que él dirigiera desde el Decreto
del Encargado de la Presidencia, señor general Hermógenes López, quien dispuso la realización
de la obra.
Los trabajos del Santuario habían comenzado desde el 24 de abril de 1900, fecha en que
se colocó y bendijo la primera piedra, actuando en solemne ceremonia el Obispo de Las Pampas,
Monseñor Felipe Neri Sendrea.
El nuevo Santuario sería de estilo gótico. Con una nave central de cuarenta metros de
largo por dieciséis de ancho. Después se le agregarían hasta ocho capillas laterales, cuatro a la
derecha y cuatro a la izquierda de la nave central.
El 29 de enero de 1905 procedía el Vicario de Valencia, presbítero Víctor Julio Arocha, a la
solemne bendición del nuevo santuario, dedicado a María Auxiliadora. Escalaba la Cátedra
sagrada, el Dr. Ricardo Arteaga, Deán de la Santa Iglesia Metropolitana; quien viniera de Caracas
con tal objeto. Este sacerdote se encontraba muy estrechamente vinculado a la Orden Salesiana.
Había cruzado correspondencia, en diferentes oportunidades, con Don Bosco, acerca de la posible
instalación de los Salesianos en Venezuela. Y por designación del propio Don Bosco tenía rango
de Director de los Cooperadores Salesianos en Venezuela.
El año escolar 1906-1907 clausuraba, en la segunda quincena de julio, con exámenes
brillantes rendidos entre los examinadores más calificados. Antonio Sandoval, Faustino Figueredo
Herrera, Miguel Bello Rodríguez, doctor Fco. Caballero, Manuel Napoleón Barrios, Jesús María
Briceño Picón, R.A. Torres Coronel, Marcos Sergio Godoy, y el Bachiller Aquiles Antich. Entre los
examinados acaparaban los primeros puestos, y recibían los Primeros Premios: Germán
Vizcarrondo Rojas, José Gregorio Ponce Bello, Manuel Delvalle, Juan Vicente Lecuna, J.J. París,
Roberto carvallo, Carlos Amaré, Ramón Roberto Chazzím, Agustín Fernández, Miguel Enrique
González Zárraga, Alfredo Carvallo, Francisco Ríos, Simón Rojas Galea, Pedro Antonio Maninat y
Francisco Rey. Oscar Gutiérrez Betancourt era cursante de la clase de Lectura, y su hermano
Alfonso, que tan alto espigaría en los dominios de la Poesía, recibía El Premio Único de Música
Instrumental.
¿Se podrá confeccionar una nómina más ligada a la vida valenciana? ¿Se podrán dar en
sucesión, nombres con más vinculación y arraigo al movimiento científico, cultural, profesional y
económico de la ciudad?
El domingo 4 de agosto de 1907, presidía el Padre Voghera la última distribución de
Premios a que alcanzaría con rango de Director. Gobernaba en el Estado el doctor Samuel
Eustaquio Niño, quien concurrió acompañado del Tesorero general, doctor Raúl Crespo. La
Oración de Orden corrió a cargo de Don Santiago González Guinán. Egregio tribuno; quien se
produjo en un brillantísimo discurso: “Derroche de ingenio, de erudición, de elocuencia y de
poesía, en honra de la obra de Don Bosco”.
El 24 de febrero de 1908 embarca el Padre Voghera en La Guaira, rumbo a Europa.
Dejaba encargado de la dirección de la casa, al Presbítero Jacinto Piana; cuya popularidad en
valencia adquiría dimensiones especiales. Regresaría a fines de noviembre, para hacer entrega
de la dirección que tan gallardamente desempeñara durante seis años.
El 19 de diciembre de 1907 visitaba las obras salesianas de Valencia, Su Señoría
Monseñor Dr. Juan Bautista Castro, Arzobispo de Caracas y Venezuela; quien se encontraba en
Valencia, en Santa Pastoral Visita.
Profesores y alumnos de la casa salesiana recibieron al insigne Prelado, quien después de
estar en el Santuario, fue objeto de un programa especial en el salón de actos del Colegio.
El P. Enrique La Riva
Llegado a Valencia desde el año de 1912, fue colaborador muy directo del Padre De
Ferrari, el Presbítero Luis Frassatto; para esta época miembro de la comunidad salesiana de
Valencia. Este honorable decano del Colegio “Don Bosco” es, para profesores y alumnos, una
verdadera reliquia. Suerte de lazo de unión entre este presente, a ratos contradictorio y absurdo, y
el ayer esplendoroso, cargado de días de gloria, que conoció la Congregación Salesiana entre
nosotros.
Antes de terminar el año de 1924, el Padre De Ferrari entregaba la Dirección del Colegio
de Valencia, y se trasladaba a Caracas, donde fijaría su residencia, como jefe de la Familia
Salesiana, con jurisdicción en todo el país.