La Contraarmada inglesa de 1589 fue un desastre para Inglaterra, con más de 20,000 bajas, en contraste con la derrota de la Armada Española el año anterior. Aunque Inglaterra ocultó esta gran derrota, los barcos españoles repelieron con éxito el ataque a La Coruña, liderado por una mujer llamada María Pita, lo que llevó a la retirada inglesa. A diferencia de la visión popular, la derrota de la Armada Española no marcó el comienzo de
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La Contraarmada inglesa de 1589 fue un desastre para Inglaterra, con más de 20,000 bajas, en contraste con la derrota de la Armada Española el año anterior. Aunque Inglaterra ocultó esta gran derrota, los barcos españoles repelieron con éxito el ataque a La Coruña, liderado por una mujer llamada María Pita, lo que llevó a la retirada inglesa. A diferencia de la visión popular, la derrota de la Armada Española no marcó el comienzo de
La Contraarmada inglesa de 1589 fue un desastre para Inglaterra, con más de 20,000 bajas, en contraste con la derrota de la Armada Española el año anterior. Aunque Inglaterra ocultó esta gran derrota, los barcos españoles repelieron con éxito el ataque a La Coruña, liderado por una mujer llamada María Pita, lo que llevó a la retirada inglesa. A diferencia de la visión popular, la derrota de la Armada Española no marcó el comienzo de
La Contraarmada inglesa de 1589 fue un desastre para Inglaterra, con más de 20,000 bajas, en contraste con la derrota de la Armada Española el año anterior. Aunque Inglaterra ocultó esta gran derrota, los barcos españoles repelieron con éxito el ataque a La Coruña, liderado por una mujer llamada María Pita, lo que llevó a la retirada inglesa. A diferencia de la visión popular, la derrota de la Armada Española no marcó el comienzo de
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La Contraarmada inglesa, la revancha española que Inglaterra
ocultó de la Historia. El mayor desastre de la Armada inglesa,
más grande que el de la denominada por los ingleses, Armada Invencible, es un episodio bastante desconocido para la mayoría. Pues bien, para empezar me gustaría aclarar que la armada española nunca se llamó Armada Invencible, este fue el nombre con el que los ingleses la bautizaron tras sufrir cuantiosas pérdidas y con el que muchos aún hoy día la conocen, el nombre que recibió cuando salió de los puertos españoles fue el de Grande y Felicísima Armada y con este nombre yo la llamaré. Hay pocos españoles que no sepan del amargo episodio de la Grande y Felicísima Armada, que costó la vida a unos 11.000 hombres, pero menos aún saben que hace ahora 430 años, en 1589, un año después del desastre de la Gran Armada de Felipe II, Inglaterra reunió una flota aún mayor que la española y que fue derrotada de una manera estrepitosa en los puertos españoles y portugueses. Se la conoce como la Contra Armada y fue desastrosa para los intereses ingleses. Muy en la tónica de Inglaterra, consiguieron ocultar la vergonzosa retirada inglesa, en la que murieron 20.000 hombres, durante siglos. Sin embargo, el relato que ha permanecido y permeado en el acervo cultural popular es que tras la derrota de la Grande y Felicísima Armada se iniciaba la caída del Imperio Español. Nada más lejos de la realidad. En 1589, hace ahora 430 años, los barcos españoles supervivientes a la fallida Armada, que no fueron pocos, se encuentran replegados en los puertos del norte de España. Inglaterra realiza un movimiento militar para aprovechar el momento de debilidad de la Armada. Frente a los 137 barcos que Felipe II envío a Inglaterra el año anterior, Isabel I reúne una flota de entre 190 y 200 navíos para dar un golpe definitivo al Imperio Español. La enorme flota inglesa parte desde Plymouth el 28 de abril. Pese a que la intención primera de la Armada inglesa, comandada por Francis Drake y John Norris, es atacar Santander y acabar con la Armada Española, optan por atacar Galicia. Ahora os voy a explicar el modus operandi de ambas potencias en sus empresas militares: La Gran Armada que Felipe II envió contra Inglaterra el año anterior, fue una empresa nacional, pagada por la Corona y sus súbditos. Por otro lado los ingleses, que siempre han tenido un criterio mucho más economicista, organizaron esta armada como una empresa particular. La reina de Inglaterra puso sus dineros, el corsario Drake puso los suyos, junto con muchos banqueros ingleses con el firme objetivo de obtener grandes beneficios económicos. Con esto me gustaría remarcar que la empresa española era nacional, no orientada a beneficios sino a la seguridad y consolidación del poder en los mares. Los armadores ingleses priorizaron el ataque a la entonces pequeña ciudad de La Coruña, que contaba por aquel entonces con apenas 4.000 habitantes, en busca de un botín fácil. El 4 de mayo de 1589 los ingleses logran desembarcar frente a la pequeña ciudad pero son repelidos por la población civil. “La reacción de los coruñeses fue como hubiera sido por parte de los ingleses si la Armada española hubiese desembarcado en tierras inglesas. A pesar de la enorme diferencia de fuerzas entre los atacantes y los defensores, la resistencia de los coruñeses fue tenaz, destacando la figura de María Pita. Los ingleses, habiendo cercado la ciudad de La Coruña, abrieron una brecha en la muralla y comenzaron el asalto de la ciudad vieja. Durante el mismo, mataron a Gregorio de Rocamunde, marido de María Pita; ella, llena de rabia, arrebató la lanza de la bandera inglesa y, con la misma, mató al alférez que dirigía el asalto. Este no era ni más ni menos que el propio hermano del almirante Francis Drake. Esto causó gran conmoción y desmoralizó a la tropa inglesa, compuesta por doce mil efectivos, provocando su retirada. La tradición dice que este hecho se llevó a cabo al grito (en gallego) de "Quen teña honra, que me siga" (que en castellano significa: "quien tenga honor/honra que me siga"). La trágica noche del 5 de mayo cubrió de sangre las calles de la parte baja de la ciudad, los ingleses llenos de ira por sus numerosas bajas se vengaron con los civiles, especialmente con las mujeres, unos 500 coruñeses murieron esa noche, entre ellos muchas mujeres. Una vez acabada la batalla, María Pita ayudó a recoger los cadáveres y a cuidar de los heridos. Junto con ella, otras mujeres de La Coruña ayudaron a defender la ciudad; estando documentado el caso de Inés de Ben, que fue asimismo herida en la batalla. De 18.000 hombres que formaron aquella flota de invasión descontados los numerosos desertores, sólo 5.000 regresaron vivos a Inglaterra. Es decir, más del 70 por 100 de los expedicionarios fallecieron en la operación. Entre la oficialidad, las bajas mortales también fueron muy altas: el contraalmirante William Fenner, ocho coroneles, decenas de capitanes y centenares de nobles voluntarios murieron debido a los combates, los naufragios, y las epidemias de aquella empresa. A las pérdidas humanas hay que añadir la destrucción o captura por los españoles de al menos 12 navíos, y otros tantos hundidos por temporales. Además de esto, los ingleses perdieron también al menos 18 barcazas y varias lanchas. En la retirada definitiva de los ingleses fue clave la poderosa
artillería con que contaba la ciudad, una artillería proveniente
de barcos retornados de la Gran y Felicísima Armada. Por lo
tanto, Felipe II e Isabel I fracasaron con sus respectivas
Armadas. La guerra continuaba, pero lo que si se demostró es
que la invasión era imposible. Siendo España como era
inconquistable e Inglaterra también. Isabel I de Inglaterra
decretó secreto sobre esta gran derrota. Para el poder naval de
Inglaterra y sus maltrechas arcas si fue un fracaso terrible. Lo
que más sorprende a día de hoy es que la versión inglesa,
ocultando a todas luces una enorme derrota, se haya impuesto
durante siglos y casi nadie hablara de la Contra Armada”. Fue
la empresa inglesa un fracaso estrepitoso con un coste muy
alto en vidas. Muchos historiadores no han sabido subrayar
este episodio de la maltrecha Contra Armada, que para
Inglaterra fue un varapalo muchísimo mayor que para España
la derrota y no pérdida de la Gran y Felicísima Armada. El
desastre de la Contraarmada no se considera un hecho
glorioso, obviándose este importante episodio en la mayoría de
los casos. Existe un mito que no es más que un error histórico
monumental, el cual afirma que el fracaso de la Gran y
Felicísima Armada supuso el comienzo del hundimiento del
Imperio español, pues bien permítanme aclarar que en verdad
ocurrió justamente lo contrario. Tras estos dos episodios,
“Felipe II se dio cuenta de la importancia de tener una Armada
más poderosa para el vital tráfico con las Américas, y eso
supuso un gran rearme y la construcción de barcos aún
mejores. La derrota de la denominada por los ingleses Armada
Invencible, no supuso ninguna quiebra de ningún tipo ni en el
comercio con América ni en la defensa de los puertos
españoles. Tras la derrota de la Contraarmada inglesa, España
rehízo su flota, que rápidamente incrementó su supremacía
marítima hasta extremos superiores a los de antes de
la Grande y Felicísima Armada. Dicha supremacía duró
casi 50 años más hasta la Batalla naval de las Dunas en el año
1639. A pesar de sus numerosos enemigos, El Imperio español
todavía viviría sus mejores años, demostrando ser la potencia
militar más grande de Europa tanto en tierra como en mar.
“TU REGERE IMPERIO
FLUCTUS HISPANE MEMENTO” << Recuerda España, que tú registe el Imperio de los Mares >>.