El Conflicto Religioso en Oaxaca PDF
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El Conflicto Religioso en Oaxaca PDF
OAXACA, 1976-1992
ENRIQUE MARROQUÍN
© Enrique Marroquín
ISBN 970-32-4017-8
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
Introducción XIX
PRIMERA PARTE
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
SEGUNDA PARTE
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
TERCERA PARTE
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
CUARTA PARTE
RELIGIÓN Y POLÍTICA
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CONTENIDO
CONCLUSIÓN
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
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redes de comunicación entre las localidades, con lo que se facilita la difusión de las
ideas o bien la imposición de patrones culturales provenientes de los centros
hegemónicos, de tal manera que sus estilos multiseculares de vida sufren modifica-
ciones. Todo esto convierte al estado de Oaxaca, especialmente el medio indígena,
en un espacio privilegiado por su riqueza cultural, al tiempo que un lugar propicio
para que, dadas ciertas condiciones en él, se desarrollen múltiples conflictos en los
que intervienen distintos agentes religiosos. El clero mismo, surgido en su mayoría
del medio rural, participa de esta contienda, en la que la realidad ha sensibilizado a
los obispos de mayor influencia en la región pastoral Pacífico Sur. Esta afirmación
es evidente en este momento, septiembre de 2006. Oaxaca atraviesa por un serio
conflicto en el que la Iglesia ha estado presente, ya sea como intermediaria o bien
como partícipe de la gran crisis de gobernabilidad que vive el estado. Es por ello que
Marroquín acierta al decir que una teoría del conflicto religioso habría de comenzar
por el contexto sociocultural condicionante. Y ya que la religión en las culturas in-
dígenas proporciona el "universo simbólico" con el que la colectividad se integra en
el mundo, en la cosmovisión de estas culturas lo religioso anima toda la cotidianidad
y, por lo tanto, es fundamental para entender los conflictos que en ella surgen.
Empero, de nuevo con el texto de Marroquín, hay que decir también que du-
rante el periodo estudiado, la pastoral oficializada por los obispos de la región
había estado inspirada en la teología de la liberación, matizada por la antropolo-
gía culturalista. Para documentar esta afirmación, en El conflicto religioso el autor
ofrece los datos de varios documentos publicados conjuntamente con esta línea
pastoral y con la que había formado a sus seminaristas en el Seminario Regional
del Sureste, y mantenía, por tanto, una fisonomía propia, distinta de la praxis
pastoral ejercida en el resto del país. En este contexto oaxaqueño, Enrique
Marroquín documenta diversas formas de conflicto religioso ocasionadas, de
acuerdo con sus presupuestos analíticos, por la confrontación con la reciente
modernidad neoliberal. En este orden de ideas el autor considera que la descom-
posición de la comunidad tradicional y la conflictividad religiosa son dos proce-
sos ligados entre sí, mutuamente incluyentes.
Para poder abordar-el análisis del campo religioso en esta compleja realidad,
Enrique Marroquín elabora, con base en el notable desarrollo que en México ha
tenido recientemente la sociología de la religión, un sofisticado complejo concep-
tual que se convierte en una herramienta complementaria del cuerpo analítico
del que se dispone actualmente. En su propuesta insiste en que ninguna buena
teoría puede ser elaborada desde la abstracción desencarnada. Marroquín Zaleta
predica con el ejemplo y, para apuntalar su elaborada perspectiva conceptual, echa
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Marroquín hace suya la idea que considera que Europa se atribuye la patente de la
modernidad, desconociendo las aportaciones americanas.
En el texto de Marroquín las tensiones también están presentes. Él supone que
las actuales poblaciones indígenas mantienen culturas tradicionales afectadas en
mayor o menor grado por la modernidad occidental. El texto y en buena medida la
información que aporta nos indican que se trata de culturas dinámicas, de otra
forma no se explicaría la presencia de los conflictos, que de manera tan elaborada
aborda el autor. Supone Marroquín que por obvias razones este proceso no se
manifestaría sin la profundización de los conflictos, pues "hay tradicionalismos
que ciertamente se bloquean ante cualquier modernización". Ésa es una parte sin
duda polémica, pero que a él sirve para proseguir con su argumentación.
Al continuar su lectura es necesario respetar esta idea, ya que para el autor, la
conceptualización de la modernidad indígena se vincula tanto con la teoría de la
religión como con la teoría del conflicto. Es por ello que, con el auxilio de distintos
autores, se propone analizar el conflicto desde tres perspectivas: lo sincrónico, lo
diacrónico y la taxonomía. Los cambios, con sus alteraciones y rupturas, pueden ser
también factor de tensiones. Para Enrique Marroquín las crisis son los momentos
cruciales para el entendimiento del mantenimiento de la sociedad, y aunque los
considera peligrosos y decisivos, forman parte de la vida de las sociedades. Son si-
tuaciones colectivas caracterizadas por contradicciones, rupturas y tensiones, que
hacen dudar sobre la línea de conducta a seguir. Es por ello que no todo cambio
desemboca en crisis y que no toda crisis da lugar a conflictos y, todavía más, las crisis
más graves no han conducido a los conflictos más graves. Pero la situación inversa
parece tener mayor validez: todo conflicto es precedido de cierta crisis. Aunque cual-
quier crisis tiene potencialidad de convertirse en conflicto, hay algunos factores que
lo facilitan: la voluntad de los antagonistas, la sensibilidad o mentalidad de la época,
el tipo de sociedad y la frecuencia o no de las crisis (sociedades con crisis permanen-
tes desarrollan mecanismos para bloquear veleidades belicosas).
Si se toma en consideración esta postura, Marroquín considera necesario plan-
tear un modelo metodológico para el análisis del conflicto y recurre a varios auto-
res, entre ellos a Víctor Turner, para construir una propuesta que le permite
visualizar el conflicto en su totalidad, y que también le ayuda a distinguir cada una
de sus etapas. De acuerdo con Turner, señala que la realidad social sólo es conoci-
da a través de paradigmas provenientes de alguna "metáfora radical". Como en
todo rito de pasaje, en los conflictos también se observa un momento de desestruc-
turación y otro de reestructuración. Entre ambos hay otro estadio intermedio,
que Turner califica como "liminal''. En éste se recompone la communitas original,
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PRÓLOGO
en la cual todos los miembros son iguales y existen lazos por encima y por debajo
de toda normatividad estructural.
Pero todo conflicto tiene un límite, un anticlímax: el momento de su resolu-
ción, el cual puede ir de la victoria por aniquilamiento del contrario, al compro-
miso, la negociación, la conciliación, una nueva coexistencia en el rechazo a
cualquier solución o su derivación en una nueva crisis. Así, un conflicto se acaba
bien por el triunfo de una de las partes, que impone sus derechos a la otra, o por
el reconocimiento mutuo de los derechos respectivos, sea como consecuencia de
una decisión de justicia o en virtud de un acuerdo amistoso (Freund, 1976: 105).
El desacuerdo normativo respecto de los fines o los medios considerados legí-
timos puede resolverse sea mediante conflicto abierto -que en el caso límite se-
ría el estado de guerra- o mediante la resolución discursiva, cuando ambas partes
apelan a valores y normas de orden superior. Enrique Marroquín señala los mo-
mentos del análisis que, escuetamente dichos, se puede señalar como: a) la precrisis
o condicionamientos remotos; b) la antecrisis o motivaciones de los actores; c) un
momento de ruptura de lo regular normativo en las relaciones entre grupos, en el
que deliberadamente aquéllas son quebrantadas y que sirve como detonador sim-
bólico; d) una crisis, que tiende a profundizar la ruptura; en este momento se
revelan las intrigas encubiertas y queda manifiesta la estructura social. Se trata de
un momento de suspense que revela el verdadero estado de la situación, cuando
caen las máscaras, por lo que posee características "liminales"; e) el "nudo crítico":
una vez desatada la confrontación, ésta atraviesa también por fases de mayor o
menor intensidad; pero es posible detectar, dentro de todo su curso, un momento
climático, donde el conflicto se halla más intrincado; f) una acción reparadora o
mecanismo de ajuste para superar la crisis (institucionalizado o no), que puede
variar mucho o tomar la forma de procesos judiciales; g) una fase de reintegra-
ción del grupo alterado o el reconocimiento del cisma irreparable, que constitui-
ría el clímax o la solución. Esta guía permite al autor orientar su investigación de
una manera ordenada y sistemática para llegar más tarde a una tipología de pos-
conflictos religiosos.
El autor reconoce difícil analizar un conflicto simultáneamente en sus niveles
sincrónico y diacrónico, por lo que es necesario hacer varios cortes durante cual-
quiera de las etapas del conflicto, para analizar la interacción de los contendien-
tes. Sin embargo, es preferible el corte en el "nudo crítico", ya que es ahí donde el
conflicto se halla más intrincado. Entonces se descubren "dos o más voluntades
individuales o colectivas, que manifiestan una respecto de otra una intención hostil
a causa de un derecho, y que para mantener o recuperar ese derecho tratan de
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PROLOGO
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PRÓLOGO
implica que no puedan ser entendidos también desde una perspectiva del análi-
sis religioso.
Los otros casos que aborda son los conflictos que se dan en las sociedades
complejas que comparten una misma religión mayoritaria. Ahora, las contradic-
ciones religiosas estarán en el seno de la misma Iglesia, por las diversas actitudes
adoptadas ante los dos momentos que ha tenido la modernidad. En principio,
estos conflictos no pretenden traspasar el límite de ruptura con la institución
eclesial, sino que proponen simples "cambios dentro del sistema" eclesial mismo.
Las fuerzas del exterior dejan de considerar a la Iglesia como un bloque homogé-
neo y apoyarán o atacarán a uno o a otro sector de la misma .
Con el instrumental mencionado, el primero da cuenta de la oposición entre
los tradicionalistas y los modernizantes, al inicio del periodo estudiado, que ilustra
con la aparición de los lefebvristas en Oaxaca. El segundo narra el enfrentamiento
entre los religiosos partidarios de la teología de la liberación (liberacionistas) y los
de la oficialidad (neoconservadores), en uno de los más importantes conflictos de
este periodo. Se cita nombres de personas concretas, incluyendo la implicación del
mismo investigador. Ahí, sin duda muestra su cariño a la Iglesia local y las fidelida-
des institucionales, que no obstaron para que se propusiera un análisis objetivo,
aunque -como él mismo dice- para nada neutral. Al término del capítulo men-
ciona brevemente la forma de solución, la cual-aunque queda fuera de los límites
temporales de la investigación en 1993- muestra la manera en la que hábilmente la
institución eclesiástica resuelve sus problemas internos.
Si en la primera parte analiza los conflictos que se dan entre sistemas religio-
sos completos, en ésta, como en la anterior, los conflictos se darán dentro del
sistema religioso como tal. La diversidad de agentes disputará espacios al interior
del campo religioso, valiéndose de su clientela laica. Pero a diferencia del caso de
las "religiosidades", que eran expresión religiosa de la posición económica social
en la estructura de las clases fundamentales en la sociedad global, los conflictos
que analiza provienen de la posición que los laicos ocupan dentro del campo pro-
piamente religioso, lo cual no descarta que pueda tener repercusiones en otros
niveles. En la parte final Marroquín analiza los conflictos políticos con participa-
ción religiosa. Por ejemplo, en el ámbito nacional, la política eclesiástica respecto
de las elecciones también había venido variando. Fueron ellos los que, para las
elecciones presidenciales del 82, difundieron un folleto para invitar, debida argu-
mentación teológica, a votar por el partido de su preferencia.
En tales momentos, la carta pastoral de los obispos de la región Pacífico Sur
-Vivir cristianamente el compromiso político-, del 19 de marzo de 1982, tuvo
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PRÓLOGO
JORGE HERNÁNDEZ-DíAZ
Oaxaca, septiembre de 2006
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INTRODUCCIÓN
Una teoría del conflicto religioso se echa de menos en el notable desarrollo que en
México ha tenido recientemente la sociología de la religión. Ninguna buena teo-
ría se elabora sólo desde la abstracción desencarnada. El lugar desde donde la
presente fue elaborada es el medio indígena del estado de Oaxaca. El proceso de
modernización se ha acelerado en los últimos años, trayendo consigo importan-
tes transformaciones sociales visualizadas de manera diferenciada por diversos
sectores de aquel ambiente. Dada la centralidad que allí posee lo sagrado, estas
diversas actitudes se expresan en forma de intensos conflictos religiosos.
Como es sabido, lo religioso, siendo el eje conductor en esta disciplina, sólo
puede ser estudiado en relación con otros fenómenos sociales. Por lo tanto, el
presente trabajo se moverá en torno a dos coordenadas complementarias: la teo-
ría de la modernidad cultural, que nos clarifica el contexto indígena, y la teoría del
conflicto social, que nos proporcionará la metodología.
1 Habermas opone "modernización social'; que sigue ejecutando las leyes de la economía, del Estado y
de la ciencia, a "modernidad cultural'; que los críticos posmodernos suponen ya ancrónica (1985: 13).
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
mente con imponerles un tributo. Esta política no pudo llevarse a cabo por mu-
cho tiempo, dadas las presiones de los colonos. De todos modos, una vez que los
indios se convencieron de la imposibilidad de retorno a la situación anterior, re-
compusieron su ethos cultural, integrando algunos elementos de pautas ancestrales
con otros provenientes del periodo colonial.
El liberalismo decimonónico pretendió acabar con aquel segregacionismo til-
dado de "racista"; pero la voracidad de los nuevos latifundistas laicos los hizo
miopes hacia la problemática "indígena". Lo abrupto de la orografía - "zonas de
refugio" las llamó Aguirre Beltrán-y su estrategia de terco repliegue en sus tra-
diciones, permitieron a aquellos grupos étnicos sobrevivir como tales. Los ele-
mentos más significativos que lograron retener fueron sus tierras comunales, su
lengua, su sistema de cargos político-religioso y su propia cosmovisión, derivada
de un sincretismo católico autóctono.
La política indigenista posrevolucionaria, gestada por los maestros rurales
durante el cardenismo, cambió radicalmente el rumbo nacional respecto a la cues-
tión étnica. Preocupada sinceramente por incorporar esta población a los logros
revolucionarios, aprovechó a la vez su mano de obra barata. Fue por ello que alentó
su éxodo hacia las ciudades o hacia el extranjero, pretextando su acceso a la moder-
nidad y la fragua de una cultura nacional unificada. Bonfil Batalla nos legó un bello
testimonio de cómo, mediante esta política, la modernidad occidental ("México
ilusorio") desintegra las culturas indias mexicanas ("México profundo").
Cuando comenzó a constituirse un incipiente capitalismo nacional, se siguió
permitiendo aún cierta autarquía a estas comunidades, pero se procuraba transfe-
rir su excedente productivo mediante mecanismos de un mercado que ya afectaba
el hinteland tradicional (la "subsunción formal" de las economías precapitalistas,
según Marx). Hace apenas unas cuantas décadas, con el modelo neoliberal, el
gran capital prefiere la "subsunción real", e interviene directamente, invirtiendo
sus recursos en el campo: las cadenas mercantiles trasnacionales, que convierten
las misceláneas pueblerinas en sus propios agentes de ventas, hacen decaer los
mercados regionales y modifican las pautas de consumo; las paraestatales del café
(Imecafé) o de fruticultura, las grandes empresas mineras y las compañías fores-
tales son las que organizan allá la gran producción y destruyen tanto el hábitat
como las culturas mismas. Con los cambios recientes, las comunidades indias,
que hasta entonces habían tenido un desarrollo introvertido, se abrieron al exte-
rior. En la actualidad, la mayoría de ellas están comunicadas por carretera, y con la
introducción de la energía eléctrica, por los mass-media, de consecuencias insos-
pechadas.
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INTR0DUCOÓN
2G. Giménez ( 1994) distingue sólo tres, pero una de ellas corresponde a la segunda y a la tercera de
nuestro esquema.
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
imbrican, el mito recurrente de los nuevos comienzos (el mito azteca de los cua-
tro soles), los mesianismos milenaristas con preludios revolucionarios, la violen-
cia sacrificial como precursora de un orden nuevo, el devenir desde el caos a la
utopía: ¿el triunfo final del orden sobre el caos o acaso la destrucción apocalíptica?;
por otro, la sociobiología, la cual nos remite a la misma condición humana: ¿un
instinto animal adecuado para la supervivencia?, ¿una hormona masculina, que
entre los criminales existiría en mayor grado?, ¿o se trata, más bien, de una con-
ducta aprendida, que se incrementa con los éxitos (algunas culturas pacifistas,
orientadas hacia la cooperación)?, ¿o que se suscita en respuesta a la frustración
(condiciones de aglomeración o de prisión)?
b) La antecrisis. Más interesante resulta indagar las motivaciones próximas
que suscitan la crisis. Las relaciones sociales están sujetas a una "doble contingen-
cia", pues dependen tanto de lo que un actor espera con su acción, cuanto de lo
que el otro actor hace como respuesta (Rex, 1981: 5-13). La interacción social
puede frustrarse y surgir así el conflicto abierto cuando hubiese desacuerdo en
cualquiera de los cinco factores siguientes:
Los cambios, con sus alteraciones y rupturas, pueden ser también factor de
tensiones. Es verdad que hay innovaciones que son refrescantes y vitalizadoras,
pero generan conflicto cuando "la aparición de una modificación repentina y des-
atendida turba el desarrollo ordinario, frecuentemente suscitando un estado de
desequilibrio y de incertidumbre" (Freund, 1976: 102).
c) La crisis. Las crisis, momentos cruciales, peligrosos y decisivos, forman par-
te de la vida misma, tanto de los organismos biológicos como de las sociedades.
Son situaciones colectivas caracterizadas por contradicciones, rupturas y tensio-
nes, que hacen dudar sobre la línea de conducta a seguir. Como lo dice su misma
etimología ("cernir", "separar" o "juzgar"), son momentos decisivos en los que se
"disciernen", "diferencian" o "deciden" rumbos y derroteros (Delahaye, 1977: 135).
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INTRODUCCIÓN
Las alteraciones que dan lugar a crisis pueden tener dos procedencias: o bien
es un factor exógeno que altera el desarrollo normal, o bien es producto del mis-
mo desarrollo interno, por el efecto de acumulación endógena: pequeños cam-
bios se van juntando -sean restricciones y fallas, sean profusiones y logros, sean
desajustes entre la aceleración de ciertos aspectos del desarrollo y el retraso de
otros-, hasta sobrepasar cierto umbral y crear un estado proclive a la ruptura.
Por lo tanto, la crisis puede afectar sólo una actividad determinada (por ejemplo,
lo religioso) o a todo el conjunto, como las crisis históricas de transformaciones
culturales profundas.
A diferencia del lenguaje de los combates, "sometidos --dice Lasswell- a las
mismas tendencias de estandarización y de economía que los proyectiles de artille-
ría': donde el símbolo deviene eslogan y el mensaje grito de guerra, el lenguaje de las
crisis propiamente dichas es más prolijo y más variado. En éstas se da un acrecenta-
miento considerable del número de mensajes y de manifestaciones significantes
emanadas de los actores. Se observan movimientos más numerosos y desordena-
dos de actores, la entrada en escena de nuevos protagonistas (en aumento en la
medida en que la situación se agrava), una dramatización del espectáculo, un em-
brollo de los aparatos en juego, una conmoción de los cuadros institucionales exis-
tentes, la elaboración, en fin, de nuevas estructuras (Delahaye, 1977: 135).
Así como no todo cambio desemboca en crisis, no toda crisis da lugar a con-
flictos, y las crisis más graves no han conducido a los conflictos más graves (Freund,
1976: 101). Pero a la inversa, todo conflicto es precedido de cierta crisis. Aunque
cualquier crisis tiene potencialidad de convertirse en conflicto, hay algunos facto-
res que lo facilitan: la voluntad de los antagonistas, la sensibilidad o mentalidad
de la época, el tipo de sociedad, la frecuencia o no de las crisis (sociedades con
crisis permanentes desarrollan mecanismos para bloquear veleidades belicosas),
etcétera.
d) Parábola del conflicto. Pasando ya al conflicto propiamente dicho, se requiere
de un modelo metodológico que permita visualizarlo en su totalidad, a la vez que
distinga cada una de sus etapas. Curiosamente, son las mismas categorías religio-
sas las que nos ofrecen un modelo esquemático para ello (buen augurio para los
acercamientos entre la "teoría de la religión" y la "teoría del conflicto").
Victor Turner (1974) advierte que la realidad social sólo es conocida a través
de paradigmas provenientes de alguna "metáfora radical". Propone entonces su-
perar las metáforas tradicionales más estáticas ("organismo", "maquinaria", etc.)
por otras más dinámicas, tales como el "juego': el texto o el "drama" (con sus
consiguientes actores, escenarios, actos, etc.). En concreto, para estudiar los con-
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INTRODUCCIÓN
flictos se inspira en los "ritos de pasaje", tal como fueron observados en el ritual de
los "ndembu", de Zambia, para instalar al jefe mayor "kanongesha". En este rito se
parte de la situación en que se encontraba hasta entonces el candidato; luego, es
despojado de sus vestiduras y, posiblemente acompañado de una esposa ritual, es
sometido a vejaciones humillantes, para ser, finalmente, restaurado nuevamente
al orden social, ahora en un estatus superior. Como en todo rito de pasaje, en los
conflictos también se observa un momento de desestructuración y otro de rees-
tructuración. Entre ambos hay otro estadio intermedio, que Turner califica como
"liminal''. En éste se recompone la "communitas" original, en la cual todos los
miembros son iguales y existen lazos por encima y por debajo de toda normatividad
estructural.
e) La resolución del conflicto. Todo conflicto, por fin, tiene un término, un
anticlímax: el momento de su resolución. Las maneras como ésta se dé van de la
victoria por aniquilamiento del contrario, al compromiso, la negociación, la con-
ciliación, una nueva coexistencia en el rechazo a cualquier solución, su derivación
en una nueva crisis, etc. Para Freund, un conflicto se acaba o bien por el triunfo de
una de las partes, que impone sus derechos a la otra, o bien por el reconocimiento
mutuo de los derechos respectivos, sea como consecuencia de una decisión de
justicia, sea en virtud de un acuerdo amistoso (Freund, 1976: 105).
Como es obvio, para la perspectiva funcionalista el conflicto se resolverá cuan-
do se satisfagan los factores que lo generaron:
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INTRODUCCIÓN
nudo crítico
antecrisis
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INTRODUCCIÓN
A. Los actores: el estudio del conflicto no podrá realizarse sin atender a los actores.
Surgen entonces dos cuestiones: el número de los actores involucrados y su inten-
cionalidad.
a) En cuanto al número de actores, pareciera que lo propio del conflicto es la
bipolarización a que da lugar, reduciendo todas las relaciones a las de "amigos/
enemigos". ¿Sería, entonces, posible un conflicto en el que intervengan tres o más
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INTRODUCCIÓN
3En algunas situaciones de conflicto -como la estudiada por Marx en el "Dieciocho Brumario"-
en las que ninguno de los dos contendientes tiene posibilidades de vencer, pero ambos tienen
suficiente viabilidad para seguir combatiendo, es posible que un tercer actor salga beneficiado, tal
como aconteció en el caso de Luis Bonaparte.
XXX
INTRODUCCIÓN
ganizados y coherentes. Aunque a los ,actores sólo se les reconozca libertad res-
tringida y racionalidad limitada, las que conservan son suficientes para producir,
por interacción compleja con otros actores dentro de respectivas organizaciones,
"efectos contrainductivos" no buscados ni previstos (1977: 46).
El individualismo metodológico de estos autores es nivelado por el tratamiento
de la cooperación. Los individuos se involucran en acciones colectivas en las que
encuentran seguridad entre los compañeros, confianza de participar de valores comu-
nes y formas de socialización. En este tipo de acciones cada uno de los actores sociales
involucrados persigue objetivos divergentes, incluso contradictorios, pero se integra
con otros, ya sea por la restricción o por su corolario: la manipulación afectiva o ideo-
lógica (o ambas); en resumen, por la sumisión impuesta o consentida de las volunta-
des "parciales" de los que participan en la voluntad y en los objetivos del conjunto, o
por el contrario, es decir, la negociación y el regateo que puede desarrollarse tanto
explícita como implícitamente (Crozier y Friedberg, 1977: 19).
Los estudiosos de la teoría de la acción colectiva no sólo indagan los motivos
por los que los actores se involucran en conflictos, sino también aquellos que los
alejan del compromiso. Para M. Olson (1971), los actores se moverían según el
cálculo racional de costos y utilidades. En sus estudios sobre comportamiento
colectivo de los barrios obreros observa que en los movimientos sociales tendien-
tes a logros de servicios comunes, al individuo como tal le es posible abstenerse de
apoyar a los demás compañeros, previendo que de todos modos, dada la necesi-
dad de tales servicios, los otros lucharán por obtenerlos, resultando, de paso, be-
neficiado. El individuo disfrutaría así del logro colectivo de un conflicto en el que
no se comprometió (estrategia del free rider). Afortunadamente para la especie
humana, la experiencia desmiente ese aserto, pues en muchos movimientos so-
ciales la gente se compromete, aun sacrificándose, por actitudes de solidaridad
grupal. Tal vez esta tesis fuese válida en los grandes grupos, pero lo que se observa
en los pequeños es la conciencia de que si todos pensasen de la manera antedicha
-juzgando que el costo de su participación sería inferior a la cuota de beneficio
de la acción colectiva-, nadie se involucraría y el conflicto se disolvería.
B. Los objetivos: cada uno de los actores participantes en un conflicto persigue
algún o algunos objetivos o metas. Para algunos autores, éstos no son siempre
precisos: a veces son múltiples, más o menos ambiguos, más o menos explícitos y
más o menos contradictorios. El actor cambiará a mitad del camino, rechazará
algunos y descubrirá otros sobre la marcha (Crozier y Friedberg, 1977: 46). Para
Park, en cambio, los conflictos son siempre conscientes; aunque es posible que
tengan "falsa conciencia" de sus intereses reales. Por otra parte, no hay que olvidar
xxxi
INTRODUCCIÓN
que al interior de cada grupo contendiente, cada uno de sus integrantes puede
perseguir también objetivos individuales más o menos divergentes. Para los fines
heurísticos propuestos será suficiente presuponer que cada actor procura objeti-
vos conscientes, racionales y más o menos definidos.
Una vez más, la mitología clarifica la teoría del conflicto: como lo hizo Turner,
Delahaye observa también las coincidencias entre el drama y el conflicto: ambos
presentan acciones concentradas (gran intensidad en un tiempo bastante corto) y
acciones concéntricas (a partir de un punto, los actores se aproximan hasta cho-
car, o se separan hasta la ruptura), en torno a los objetivos que persiguen (1977:
164-179). Para ilustrar en lo concreto el juego de alianzas y oposiciones entre los
diversos "actantes': se vale del "modelo actancial mítico" de la semiótica de Greimas. 4
Dada la multiplicidad de competencias y la diversidad de sus intereses, cada
actor puede ser solicitado simultáneamente por varios objetivos, cada uno de los
cuales comporta una prueba, o sea, un momento de mayor tensión. Algunos de
estos objetivos son compatibles con los de otros actores, pero otros no lo son. El
conflicto aparece cuando en la misma situación espacio-temporal de la prueba
coinciden objetivos incompatibles, es decir, objetivos que no pueden ser alcanza-
dos sin entrar en conflicto con otros actores. Dicha incompatibilidad de objetivos
se da, o bien cuando dos o más actores pretenden realizar proyectos incompati-
bles (querer hacer; véase diagrama 2a), o bien cuando ambos apetecen el mismo
objeto (querer tener; véase diagrama 2b).
Una vez aislado el "nudo crítico", el autor procede a detectar todos y cada uno
de los objetivos perseguidos por cada actor, conjugando tan sólo dos parejas del
modelo (la del sujeto-actor/objetivo perseguido y la de aliados/oponentes). El pre-
sente trabajo utilizará este mismo esquema, con variaciones múltiples, por consi-
derarlo sumamente útil para la comprensión de cualquier conflicto. Tratándose
4
Los "actantes", para Greimas (1976: 263-281) son clases de actores considerados en cuanto las
funciones generales que realizan en un género narrativo. El autor analiza los actantes detectados
en algunos modelos estructurales: las teogonías de G. Dumezil, los cuentos populares rusos de V.
Propp, las situaciones dramáticas de Souriau y los de la lingüística. Estos modelos tienen en co-
mún que con unos cuantos actantes y unas pocas funciones se encuentra la estructura propia de
cada uno de estos géneros narrativos, que puede, por tanto, ser empleada en cualquier obra del
género respectivo. Con ellas elabora su "modelo actancial mítico", aplicable a diversas situaciones,
cuyos actantes se agrupan en las siguientes categorías relacionales: sujeto-objeto, destinador-des-
tinatario y ayudante-oponente.
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INTRODUCCIÓN
1
Aliados
~-----~ Oponentes
Alia do
Espacio cultural compa rtido
5uJetO 2 Objetivo 2
,,,.
Aliado
Al iado
...
Sujeto 1
•LI__ob_je_ti_vo_ _ _J
Sujeto 2
Objetivo por alcanzar
~ - - Alianza
Aliado Oposición de contrariedad
Oposición de contradictoriedad
xxxiii
INTRODUCCIÓN
5
Crozier y Friedberg definen el juego como "un mecanismo concreto gracias al cual los hombres
estructuran sus relaciones de poder y las regulan al tiempo que les conceden [dejándose] su liber-
tad" (1977: 94).
xxxiv
INTRODUCCIÓN
XXXV
INTRODUCCIÓN
Conflicto
ACCIÓN CONFI CTUAL MOVIMIENTOS SOCIALES
MODO DE MODO DE
PRODUCCIÓN
PRODUCCION Movs. antagonistas
SISTEMA POLÍTICO
R
Competencia política SISTEMA POLÍTICO u
Movs. políticos. ~ e
j o
INSTITUCIÓN INSTITUCIÓN u m
Acción reivindicativa Movs. reivindicativos r ~
a a
~ 1
e
INSTITUCIÓN INSTITUCIÓN
Pánico. Boom Desviación 1
organizativa ¡
m
SISTEMA POLÍTICO
SISTEMA POLITICO 1
Tumultos Desviación política
1
e
MODO DE PRODUCCIÓN ¡
MODO DE
Modas
PRODUCCION
llos otros en los que los actores obedecen a causas colectivas consideradas más
imparciales y más nobles (Birnbaum, 1992: 23 7). Más arriba se trató su distinción
entre la díada y la tríada, que derivará en la distinción entre "conflictos diádicos"
y "conflictos multipersonales" o "de mercado".
D. Coser distingue entre los "cambios del sistema" y los "cambios en el siste-
ma". El conflicto dentro de un sistema, aunque aparentemente le resulte disfun-
cional, puede tener consecuencias funcionales latentes. El conflicto que cQnduce a
un cambio del sistema social implica la transformación en todas las relaciones
estructurales principales, de las instituciones básicas y de los sistemas de valores
( 1967: 23-37). A esta distinción se podrían añadir conflictos que se dan fuera del
campo social que se trata, pero con influencias o repercusiones en el mismo (por
ejemplo, un conflicto del campo político con repercusiones dentro del campo
religioso). Esta clasificación es la que estructurará el presente trabajo.
xxxvi
INTRODUCCIÓN
Una vez clarificado cierto marco teórico inicial, es posible delimitarlo geográ-
ficamente. Todo fenómeno social se da en cierto territorio que lo condiciona. La
presente investigación se realiza en el estado de Oaxaca. La accidentada orografía
de la región, formada por el Nudo Mixteco, le proporciona ciertas características
sociales: en sus 95 364 km 2 se desparrama su escasa población, de apenas unos
tres millones de habitantes, dando una densidad de 31.4 hbs. por km 2 • Existen
unas 6 284 localidades repartidas en 570 municipios (la cuarta parte del total del
país), de las cuales sólo tres ciudades tienen más de 100 mil hbs. y otras nueve son
mayores de 20 mil. De esta población, a la vez pobre y religiosa, 70% pertenece a
algún grupo étnico.
La religión proporciona a los indígenas oaxaqueños el elemento central de su
cosmovisión, la cual a su vez constituye el núcleo de su cultura. A partir del siglo
XVII, los indígenas de la región decidieron reconstruir su identidad étnica con
elementos del catolicismo, de cara a sus antiguas prácticas y creencias (Carmagnani,
1998). Esta síntesis de extraordinaria coherencia comienza a ser golpeada por
movimientos secularizantes. Ya desde el siglo anterior, la Reforma había roto la
unidad religiosa, gestándose una religiosidad urbana que se deslindaba de la ru-
ral. Curiosamente, en la cuna del juarismo es donde menos se observa la separa-
ción de la religión y del gobierno, sobre todo en el nivel municipal, donde los
cargos civiles y los religiosos se traslapan y el Ayuntamiento decide sobre asuntos
rituales .
En los últimos años, el agro oaxaqueño ha sufrido transformaciones socio-
económicas derivadas de la política neo liberal: el maíz, producto básico para el con -
sumo indígena, por exigencias del mercado va siendo sustituido por el café y la
fruticultura. La migración y una mejor comunicación entre las localidades favo-
recen su absorción cultural por los centros regionales hegemónicos, de modo que
sus estilos multiseculares de vida sufren modificaciones. Todo esto convierte al
estado de Oaxaca, especialmente su medio indígena, en un privilegiado proscenio
donde se escenifican múltiples conflictos en los que interviene lo religioso. Pese a
la gran diversidad de situaciones que ofrece, Oaxaca presenta las siguientes carac-
terísticas comunes que aconsejan el estudio del estado como totalidad:
xxxvii
INTRODUCCIÓN
xxxviii
lNTRODUCCJÓN
Delimitación temporal
xxxix
INTRODUCCIÓN
xl
INTRODUCCIÓN
xli
PRIMERA PARTE
3
C ONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
4
LOS MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES
SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA
DE CANONIZACIÓN
1
Publicados en 1889 en la capital mexicana por la Imprenta del Sagrado Corazón de Jesús. Edicio-
nes Toledo publicó un facsimilar en la ciudad de México en 1990.
2
Por "revelador ideológico" entiendo un texto referido a la misma situación, pero con un enfoque
diferente del discurso cuya ideología se está analizando. Es este segundo texto el que permite cons-
tatar la vinculación del autor del discurso analizado con determinado grupo social.
5
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
proceso penal), que, además, ejemplifican la forma en que hace cinco siglos se dio
la primera evangelización. Si se estudia la historia desde y por los intereses del
presente, este sucesivo retorno hacia el pasado nos permitirá comprender mejor
las implicaciones de este proceso de canonización en el contexto conmemorativo
de 1992. Al presentar un "santo" a la veneración, la Iglesia vuelve paradigmáticas
las circunstancias de su actuación en el pasado. El muerto -más patente en los
casos de martirio- trasciende su espacio y su tiempo y recupera su eficacia polí-
tica en el presente. Además, el suceso representa un ejemplo extremo de enfrenta-
miento -entre los múltiples que cotidianamente acaecen en Oaxaca- entre la
religión del pueblo y la Iglesia oficial.
EL MARTIRIO
3
Además de San Francisco, los pueblos Cajonos abarcan los de San Pedro, San Mateo y San Mi-
guel, en la misma región de la sierra.
6
LOS MÁRTIRES DE C AJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
en tanto que los frailes sacaban inútilmente al balcón una imagen de la Virgen.
Los indios, alebrestados, ya comenzaban a destechar el convento, por lo que el
capitán don Antonio Pinelo les propuso entregarles a los delatores, a condición de
que prometiesen no hacerles daño a éstos, sino sólo encerrarlos en la cárcel. Los
fiscales, conscientes de lo que ello implicaba, pidieron la confesión y la comunión
y tiraron sus armas.
Al tenerlos en su poder, los amotinados amarraron a los delatores a la picota,
los azotaron y los encarcelaron, exhortándolos a retractarse del cristianismo. 4 El
jueves 16 llegó por fin la Justicia de Villa Alta y constató los hechos. Por la tarde,
unos 80 indios demolieron las casas de los fiscales y dejaron entrever que si apre-
hendían a alguno de ellos, todos los pueblos se irían al monte y se perdería el
tributo a Su Majestad. 5 Al día siguiente fueron algunos indios a pedir perdón al
padre, y cuando éste les preguntó acerca de los fiscales, le respondieron que los
habían soltado, con la condición de que se fuesen lejos.
Las diligencias judiciales fueron prontas, discretas y muy rigurosas, dando
parte incluso al virrey. Se hicieron investigaciones minuciosas para averiguar el
paradero de los fiscales, las cuales resultaron inútiles, por lo que se llegó al con-
vencimiento de que los habían matado (más tarde, los mismos ejecutantes lo con-
fesaron bajo tortura). El 24 de enero de 1701 se dio el real acuerdo, para cuyo
cumplimiento se aprehendió a 15 indios -las autoridades de los pueblos y a los
más responsables-, siendo sentenciados al garrote el 11 de enero de 1702; se les
cortó la cabeza y se fijaron en estacas, prohibiendo que fuesen quitados de ellas
"so la misma pena". Además, se procuró desagraviar y exaltar a los fiscales y retri-
buir a sus deudos.
Al distinguir las fases por las que atravesó el conflicto, podemos iniciar el análisis
por sus condiciones previas: la misma invasión de conquista europea y el rechazo
por parte de los invadidos, desde dos siglos atrás. Ambas actitudes fueron legiti-
4
"Qué no ven -les decían- que la idolatría fue lo que siguieron nuestros antecesores y nuestros
abuelos?" (Gillow, 1990: 21 7).
5
Recordemos que los frailes habían logrado concentrar en algunos poblados a los indios que vi-
vían dispersos en el monte, con los fines, además de pastorales, de facilitar la recaudación del
tributo y la distribución de la mano de obra.
7
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
8
LOS MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
' Cnstianizac1ón
- - -··· · · · · · · ···· · · · · · "··• forzada
Restauración de la
· · ···. . . . .......... .··• religión autóctona
Líderes
- - -- -- •·· · · · · · • Emancipación india
indios
••· •· •· · •· · •·· ··• Objetivo por alca nzar
- - - ~ Alianza
Oposición de contrariedad
Opisición de contradictoriedad
9
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
10
Los MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
pio universo simbólico. Fue con esta actitud abierta que interpretaron la nueva
religión desde su propia cosmovisión religiosa (el retorno de Quetzalcóatl) y su-
pieron resistir incluso con rebeliones armadas, rechazando a veces con heroísmo
la fe propuesta. Cuando ya no fue posible resistir abiertamente, se recurrió a la
simulación: se escondieron ídolos en las peanas de las cruces o aun en los mismos
altares de los templos, 6 o tradujeron viejas deidades bajo las imágenes de santos
católicos. Los curas de fines del XVII sólo excepcionalmente recurrieron al rigor
manifestado en Cajonos. Por lo general reconocieron su fracaso y optaron por
hacerse los desentendidos. Al aflojarse un tanto las campañas antiidolátricas, pu-
dieron los indios realizar la yuxtaposición: junto a los sacramentos católicos o en
la celebración de las fiestas patronales practicaban sus propios rituales autóctonos
en forma semiclandestina. Estos dos sistemas religiosos, uno abierto y otro cerra-
do, fueron los que se enfrentaron en aquella expedición de conquista.
6Gillow relata el testimonio del párroco de Yalalag, quien encontró uno en el altar mayor de Santa
María Mixistlán (1990: 203). Algunos párrocos actuales podrían atestiguar ejemplos.
11
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
ras, la satanización de sus dioses puso en entredicho todas sus pautas culturales y
fue ocasión de la autodenigración que hasta hoy perdura.
Villavicencio está convencido de que"¼ del tiránico dominio del príncipe de
las tinieblas y padre de las mentiras, el demonio, no participó poco este reino en el
tiempo de su gentilidad." Por lo tanto, era preciso resaltar que aquella religión
"rayaba en los excesos más abominables que registra en sus páginas la historia:
miles de víctimas humanas fueron sacrificadas corno tributo a falsas y horrendas
divinidades".
Así, la religión mesoamericana está signada por el pecado: " ... el mayor mal y
pecado de cuantos ha habido en el mundo, fue la idolatría, porque de ella han
procedido tantos horribles males y abominables pecados."
Desde la perspectiva de los conquistadores justifica la conquista, pues la mag-
nitud del pecado se mide por la dureza del castigo:
... porque la Divina Justicia es rectísima, y así proporciona y mide la cantidad del
castigo con la calidad del delito[ ... ] llegado ya el tiempo de llevar su merecido, dispu-
so Dios y permitió que se cumpliesen los agüeros y avisos que les habían dado los
demonios por sus ídolos [... ] que llegaría tiempo que por donde nace el sol vendrían
unos hombres blancos, por los cuales serían a sangre y fuego conquistados [Y así fue
cómo] el valeroso Capitán D. Fernando Cortés con sólo quinientos ocho soldados
valientes españoles [... ] -Notable valor de tan pocos contra tantos!-, [los vencie-
ron] para que se viese y experimentase que más peleaba la espada de la Divina Justi-
cia que la de Cortés y sus soldados.
12
LOS MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
13
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
EVANGELIZACIÓN Y CULTURA
Esto les lleva a aceptar las siguientes líneas pastorales destinadas a los indí-
genas:
7 " •••
yo soy la siempre Virgen, Santa María, madre de El Dios de Gran Verdad, Téotl, ("Ipalnemo-
huani, nelli Téotl"] de Aquel por Quien Vivimos, de El Creador de Personas, de El Dueño de lo que
está Cerca y Junto, del Señor del Cielo y de la Tierra" (párrafo 22).
14
LOS MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
El seguimiento de Jesucristo Pastor en su opción parcial hacia los pobres entre los
más pobres, el indígena, con una encarnación en las culturas indígenas; con una
participación del indígena como sujeto evangelizador; con una metodología pro-
pia, que vaya haciendo la Iglesia indígena con sus formas, expresiones y manifesta-
ciones culturales propias, para desarrollar plena e integralmente el proyecto de Dios
en las culturas.
Dicho "proyecto de Dios" no es sino "el Plan Salvador de Dios que se va realizan-
do en el proyecto de Vida -organización del pueblo y lucha por preservar su identi-
dad y valores comunitarios- en las comunidades indígenas". 8
Complementando, la diócesis de Tehuantepec publicó su folleto 500 Años de
Resistencia Indígena, Negra y Popular, en el que se lee textualmente:
Dios, el único dueño, se las entregó [estas tierras] para mantener la vida y ellos la
tomaron con cariño, respeto y veneración; la tierra de este Continente fue considerada
Madre porque a todos sustentaba; en todos los corazones hubo agradecimiento a Dios
Grande y Único que cuida la vida y que se le invocó (en todos los pueblos), invocaban
y bendecían su nombre en distintos idiomas[. .. ] y se entendía como Padre y Madre al
mismo tiempo.
LA RELIGIÓN POPULAR
15
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
gena. De una manera más general plantea la relación entre la versión popular de
una religión 9 y el sistema oficial de la religión de las elites. Los agentes oficiales
que administran una religión, no obstante su tendencia a controlar la produc-
ción, la distribución y el consumo de los bienes religiosos, reconocen que nunca
lo logran del todo. La religiosidad del pueblo goza de cierta autonomía, calificada
por aquellos como "desviación". Estas variaciones populares de las religiones pue-
den explicarse desde procesos de dominación en los que una potencia exterior
conquista un territorio para imponer su propia visión del mundo a los domina-
dos. La religión de los vencedores, con el prestigio obtenido por la empresa de
conquista, se presenta como la "verdadera" religión, y reduce la visión de los ven-
cidos a formas culturales inferiores. En Oaxaca, aparte de las antiguas religiones
mixteco-zapotecas, el cristianismo ibérico también nutrió la religión popular con
sus múltiples influencias (irlandesas, moriscas, judaizantes, etc.).
Sociológicamente suele ubicarse esta "religiosidad" como parte de la "cultura
popular": en sociedades disimétricas, las clases subalternas mantienen una sub-
cultura propia. Ésta contiene introyecta elementos propios de la cultura hege-
mónica, mediante mecanismos tales como la alienación, la pasividad, la imitación,
así como la incorporación de formas culturales producidas por las elites expresa-
mente para consumo popular; sin embargo, pueden también hallarse elementos
de identidad y de resistencia.
Inspirado en la teoría de las oposiciones de la lógica aristotélica, Greimas pro-
pone un esquema aplicable fácilmente a las formas posibles de relación entre la
Iglesia oficial y la religión indígena (véase diagrama 2). En él se distinguen tres
formas de oposición, de mayor a menor conflictividad, entre dos agentes semió-
ticos:
9
Por ser de uso corriente se acepta la expresión "religiosidad popular". No obstante, el primer
sintagma me parece incorrecto porque indica cierta minusvaloración ("religiosidad" popular con-
trapuesta a "religión" oficial); por el uso abusivo que del término "popular" hace el populismo
latinoamericano; por las muchas variantes que no pueden ser abarcadas en una sola forma general
y porque, como se verá más adelante, existen varias religiosidades que se disputan la categoría de
oficialidad. Por todo esto quizás debería preferirse hablar de "catolicismos culturales".
16
Los MÁRTIRES DE CAJONOS: 1MPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
RP=No-antidestinador RP=No-destinador
. . Relación de contradictoriedad
17
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Relación de confrontación
Relación de desafío
Tanto los sectores populares como los sectores elitistas se identifican con la mis-
ma religión cristiana y reconocen la misma intención a la otra parte, pero divergen
en cuanto a la forma de expresar su fe. En la pastoral eclesiástica bastó el ingenio
de cierto autor anónimo, que en una instrucción para párrocos convirtiera la "ido-
latría" de las campañas de extirpación (la gravedad de la apostasía), en simple
"superstición" (la levedad de un pecado venial), para que se modificase la actitud.
En el inicio de la modernidad, cierto cristianismo "ilustrado" de las elites se des-
linda de la fe sencilla de las masas. 10 Las estrategias de los sectores religiosos domi-
nantes respecto a las formas religiosas de los subordinados podrán ser:
18
Los MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
Los indígenas harán también una valuación de las formas religiosas de las
elites eclesiásticas, a fin de afirmar el valor de sus propios productos y actividades.
Sus principales estrategias podrán ser:
Los indígenas, por su parte, utilizan esta misma estrategia cuando simulan
aceptar las directrices eclesiásticas sin ceder a sus tradiciones:
19
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Relación de simulación
Relación de aceptación
FINALIDAD DE LA CANONIZACIÓN
11
No hay que confundir esta actitud con la de cierto clero conservador, poco ilustrado, que com-
parte con el pueblo su piedad, sentido mágico, providencialismo e imaginería maravillosista, pero
que sigue siendo intransigente con lo que considera "idolatrías''.
20
LOS MÁRTIRES DE CAJONOS: IMPLICACIONES SOCIOCULTURALES DE UNA CAUSA DE CANONIZACIÓN
12 Un ejemplo es el culto venezolano a María Lionza, reseñado en los estudios de Nelly García y de
Jacqueline Clarac, en el IV Congreso Latinoamericano sobre Religión y Etnicidad, México, ENAH,
junio de 1992. También el de Jorge Gregorio Hernández, estudiado por Loise Margolies, en "Proceso
de Canonización de un Santo Popular", m Reunión Latinoamericana Religión Popular y Etnicidad,
México, ENAH, junio de 1990.
13
Durante el juicio, un testigo afirmó que los pueblos de la comarca "estaban unidos y confedera-
dos en todo lo que tocaba a guardar y observar las leyes.
21
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNOO
mientos indígenas (los yaquis, los nómadas norteños, los mayas, los nahuas de
Papantla, los mestizados de Tomochic, etc.), que frecuentemente tenían motiva-
ciones religiosas. Al permitirle a la Iglesia cierta recuperación, el gobierno le pe-
día mayor control social. La canonización de los "venerables mártires de Cajonos"
podría ser una advertencia.
Ya en nuestros días, en el marco de la polémica con motivo a la Primera Evan-
gelización, el arzobispo coadjutor recién llegado se encuentra con la pastoral in-
dígena del titular, inspirada por la relación de aceptación de la religión indígena
que no comparte (vid. cap. "Y la liberación fue oficial"). Al promover esta causa,
que aparentemente exalta a los indígenas (en realidad son vistos como crueles
torturadores), está enfocando otra pastoral indígena diferente a la que allí predo-
mma.
22
LOS DESFANATIZADORES D E IXTLÁN
23
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
1
Manifiesto al Pueblo de Chiapas, 25 de febrero de 1934.
2
La información de este apartado fue recogida directamente del Archivo Municipal de Ixtlán de
Juárez y complementada con la tradición oral de algunos informantes del lugar.
24
Los DESFANATIZADORES DE D<TLÁN
las que se expulsó al párroco del lugar, el padre Alfonso López Arenas, no obstante
contar con un registro gubernamental exigido por Calles. El 17 de octubre de
1934, el mismo presidente municipal tuvo que encargarse de este engorroso asunto,
previo inventario del templo.
Los sacerdotes de la región procuraban satisfacer de alguna forma las necesi-
dades de la feligresía, a veces llegando al heroísmo. Los vecinos del lugar todavía
recuerdan aquellos tiempos turbulentos, cuando el padre Bernardo Martínez iba
clandestinamente a oficiar en la "Montaña de los Cuarenta Días" o en algunas
casas de particulares "intocables", como la del general Ezequiel Santillán. Las res-
tricciones no se dirigían exclusivamente al clero, sino que se extendían a "todo
culto fuera del templo", que es justamente el espacio privilegiado de la religiosi-
dad popular. Gobernación había realizado una verdadera expropiación de lastra-
diciones del pueblo: se prohibían las mayordomías, y se tenía que recurrir a la
capital hasta para realizar las inocuas "calendas". Bastaba que para la fiesta del
pueblo llegase alguna ranchería al "rendimiento de culto", con su estandarte y sus
ciriales, para que inmediatamente se armara el escándalo.
La inquina se centraba sobre todo en las imágenes de los santos. Los vecinos
de Xaltianguis, poblado de la misma parroquia de Ixtlán, recuerdan todavía cuan-
do el "partido anticlerical" pretendió quemar una imagen muy venerada de la
Virgen de Juquila, y siguen considerando un milagro el que no hayan podido
conseguirlo, atentado que sí consumaron en Yatzachi el Bajo. El pueblo, en algu-
nas circunstancias, lograba resistir el fanatismo de sus "desfanatizadores". Una
anciana me relataba, divertida, cómo se le echaron encima con las velas y le que-
maron los bigotes al general Onofre Jiménez, cuando éste pretendió interrumpir
la "ceremonia del encuentro" un Viernes Santo.
No siempre el conflicto tenía esa connotación lúdica. Los ancianos del pueblo
relatan una riña muy sonada, consignada también en las actas penales del muni-
cipio. Había en el pueblo un pequeño grupo muy activo de autonombrados
"anticlericales': encabezado por Amado Pérez. Inicialmente se habían convertido
al protestantismo y habían acudido a Gobernación para que se les autorizara la
construcción de un templo, pero luego abandonaron la motivación religiosa y
formaron el "Partido Anticlerical Felipe Ramírez". El grupo destacaba por su la-
bor antirreligiosa, convirtiéndose, dentro del pueblo, en los ojos y las orejas de
Gobernación. En Semana Santa trataron de oponerse a la procesión de la imagen
de la Soledad, pero algunos vecinos, encabezados, les respondieron a pedradas.
Esto enemistó a ambos bandos, que se enfrentaron nuevamente el 4 de abril de
1935, con motivo del Carnaval, cuando perdieron la vida dos personas.
25
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
... no sólo obligan con su ejemplo a concurrir a los niños a sus órdenes, sino que
también ejercen cierta presión indirectamente sobre los mismos, para hacer flores y
otros adornos, como si fueran labores escolares, para adornar el templo católico.
Además, probablemente por consejo y permiso de las mismas, no concurrieron una
tarde los niños a sus clases con el fin de que con banderitas fueran a recibir al tantas
veces mencionado sacerdote Lino Vargas. Son asimismo asiduas concurrentes al templo
y como es de imaginarse, esto es un ejemplo para la juventud a su cargo. 3
3
SEP, División de Educación Federal. Oficio núm. 80, exp. IV-5, del 27/1/33. Firma Fernando Ximello
H ., director de Educación Federal (Archivo Municipal de Ixtlán).
26
LOS DESFANATIZAOORES DE IXTLÁN
4
El presidente municipal Enrique Vargas, en su Informe de 1934 afirma: "El Comité de Educación
pide que se castigue a los padres que no mandan a sus hijos a la escuela, no obstante las reprimen-
das de las agrupaciones pro escuela:' El 7 de marzo de 1934, el agente de Yahuiche le envía al señor
Mauro Paz "por seguir sus caprichos de no querer mandar a su hijita a la escuela''.
27
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Este conflicto también es de tipo "diádico" (Rex, 1981), con tendencia al cambio
de un sistema por otro, según la distinción de Coser. La pretensión de imponer la
nueva ideología presuponía una transformación profunda, proveniente de un
movimiento revolucionario que se decía portador de radicales transformaciones
económicas. Se ubicaría, por tanto, en el nivel del modo de producción del diagra-
ma de Melucci, traspasando el límite de tolerancia. Dado que lo que se jugaba en
aquel enfrentamiento eran dos universos simbólicos antagónicos, exigiendo cada
uno la adhesión total del campo simbólico cultural, tampoco cabría, en principio,
ninguna estrategia de negociación.
Nuevamente se observa la confusión de objetivos socioculturales traslapados
con objetivos propiamente religiosos: el grupo revolucionario, comprometido con
la mejoría de las condiciones de vida de la región, se proponía objetivos desa-
rrollistas, fundamentados en la visión científica representada por la escuela. Como
según la ideología racionalista en boga, la visión religiosa de la vida era una rémo-
ra para conseguir dicho objetivo, oponerse a ella era una meta subordinada, que
en algunos momentos parecía la principal. Ni siquiera se trataba, como en el con-
flicto anterior, de sustituir una religión por otra, sino de la negativa a la religión,
cualquiera que ésta fuese. En el fondo estaba implícito otro objetivo más funda-
mental: el proyecto populista del cardenismo, antes que interesarse sinceramente
por el indígena, buscaba aprovechar su mano de obra barata para una naciente
industria nacional. Según la antropología evolucionista del momento, los indíge-
nas estaban atrasados respecto del progreso, por lo que habría que instrumentar
una política cultural de tipo integracionista, desarraigándolos de sus comunida-
des y desintegrando aquellas pautas "primitivas" de comportamiento. Los secto-
res tradicionales locales percibieron que el mantenimiento de sus pautas
multiseculares era un baluarte de resistencia cultural, y reconocían a la religión
como el elemento central de su identidad. De este modo quedaron enfrentados
los maestros, nuevos intelectuales progresistas, y los sacerdotes, quienes fungían
como intelectuales tradicionales. Ambos congregaron a sus respectivos aliados:
por un lado, los sectores anticlericales -que en nombre de la ciencia se opusie-
ron a la religión-, juntamente con el grupúsculo protestante; por el otro, los
cristianos practicantes y los padres de familia, quienes en nombre de la religión se
opusieron a la escuela.
La crisis se desató al pretender la aplicación de las leyes anticlericales. La estra-
tegia de los maestros fue la provocación abierta, respaldados -o mejor, presiona-
28
Los DESFANATIZADORES DE lxTLÁN
Maestros cardenistas
.... Objetivo
desarrollista
Grupo liberal
Protestantes anticlerical
Modernidad indigenista
29
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
civiles o eclesiásticos (Fuente, 1965; Caso et al., 1981 y Villoro, 1979). A ellas co-
rresponden las políticas estratégicas de resistencia de los nativos (rebelión, simu-
lación, refuncionalización), con las que llegan a modificar las políticas dominantes.
La conjunción de sendos factores será lo que marque en cada periodo las relacio-
nes interétnicas.
De forma simplista es posible reducir a dos los modelos de políticas indigenistas
aplicadas en América: el segregacionista, que aprovecha los recursos del lugar y
mantiene separados a los nativos, y el integracionista, que procura el aprovecha-
miento directo de su fuerza de trabajo. Esta alternativa se planteó en la Nueva
España desde sus inicios: los colonos preferían que la metrópoli les cobrase a ellos
las gabelas y alcabalas, a cambio de dejarles manos libres para explotar la mano de
obra india en sus encomiendas, repartimientos y haciendas. En cambio, la Corona
optó por apropiarse directamente el plusproducto indio, subsumiendo la forma
preexistente de tributo en trabajo o especie. Quedaban así segregadas la "Repúbli-
ca de Indios" y la "República de Españoles", cada cual gobernándose por sus pro-
pias leyes y autoridades. Los indios, por su parte, incorporaron elementos de la
civilización dominante en una nueva síntesis cultural, si bien en situación de
subalternidad. 5
La pastoral de los misioneros correspondió a esta política. Fueron ellos quie-
nes congregaron en "pueblos" a la mayoría de la población, hasta entonces disper-
sa, 6 y contribuyeron a que la Corona diseñase una política más humanista para
con los indios -las Leyes de Burgos-, aunque fuese inspirada más por las nece-
sidades de la explotación que por una filantropía sincera.7
Esta política segregacionista cambió radicalmente con el liberalismo decimo-
nónico, pasando al modelo integracionista. Ya Hidalgo y Morelos proclamaron la
igualdad social y política de españoles, indios y mestizos, y más tarde incluso se
suprimió de la legislación la palabra "indio", pues se suponía la igualdad de todos
5 Franco Gabriel Hernández considera lo "indio" en los siguientes factores: explotación económi-
30
LOS DESFANATIZADORES DE IXTLÁN
ante la ley. 8 En realidad, la política liberal hacia el indio tan sólo suprimía las
trabas legales para permitir una explotación más despiadada. La Reforma afectó
los "bienes de las corporaciones", entendiendo tanto las tierras del clero como las
tierras comunales indígenas, con lo que se estrecharon más los vínculos entre la
Iglesia y las comunidades.
Para el gobierno de Cárdenas, como se dijo, era sumamente importante rede-
finir la política indigenista (Córdova, 1981 y Medin, 1980). Para ello pudo contar
con intelectuales lúcidos, de la talla de Manuel Gamio, con los cuales avanzó enor-
memente en su propósito (Gamio, 1982). Este autor, de gran sensibilidad hacia la
problemática indígena, se deslinda de la política liberal anterior y denuncia la pos-
tergación de que el indio ha sido objeto. Ve en la Revolución un nuevo momento
y le reconoce su misión redentora. La antropología evolucionista de su tiempo
condicionó su fe ciega en el progreso y en la ciencia occidentales, con cuyos crite-
rios constataba el "atraso" del indio debido a su ignorancia. Por esto, el indio no
sabe lo que le conviene, y toca al antropólogo paternalista conocerlo y dárselo. El
objetivo último de su política indigenista consistió en la fusión de razas y de cul-
turas ("indianizarnos un poco para comprender al indio").
En Oaxaca, esta corriente tuvo también representantes preclaros, siendo el
principal el licenciado Genaro V. Vázquez, gobernador del estado de 1925 a 1928.
No obstante ser los indios de gran importancia para el desenvolvimiento institu-
cional de nuestra patria -se quejaba-, se les ha abandonado en sus múltiples
carencias. Por ello se refugian en sus ritos y en sus ejidos, como formas mínimas
de resistencia de los despojos y atropellos. 9 Enumera varios factores de retraso: la
ignorancia del castellano era "el principal obstáculo para llevar el comercio, la
cultura y el progreso material a los indios [ ... ] y causa que vivan fuera de la evo-
lución".1º El otro factor era la religión, tildada de "fanatismo"y atribuida a la igno-
rancia ("lleva la noche en su conciencia y en su cerebro").
La toma de conciencia respecto a que se tenía que hacer algo por los indígenas
fue creciendo durante el periodo en que tuvieron lugar los conflictos reseñados
8
Fue con esta pretensión de suprimir por decreto al indio, que Guillermo Prieto propuso que
fuese sustituida por la de "indígena': aludiendo a que las disposiciones especiales de que gozaban
obedecían más a la situación de indigencia en que se encontraban, que a su raza.
9
Ponencia al VII Congreso Científico Americano, en Los Indios de México, Talleres Gráficos de la
Nación, México, 1935.
10
"Los idiomas aborígenes y su conservación." Ponencia para el Congreso Local de Oaxaca, sep-
tiembre de 1935, cit. en Vázquez (1935).
31
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Se mejoraron los caminos de herradura entre las cuadrillas y la cabecera y entre ésta
y Oaxaca; se crearon circunscripciones foráneas para dotar a cada localidad de un
médico, una enfermera y un inspector sanitario; se organizaron brigadas de vacuna-
ción; se hicieron encuestas constantes para conocer los productos de la región, se orga-
nizaron campañas en pro del maíz, se hicieron llegar nuevas técnicas de cultivo y
nuevas especies; se instaló la luz, el teléfono y el telégrafo; se organizaron campañas
antialcohólicas, etc.
32
LOS DESFANATIZADORES DE lxTLÁN
rural. El maestro -tal como describía Gramsci para el agro del mezzogiorno ita-
liano-fungía como intelectual orgánico de un sujeto emergente, "a quien el cam-
pesino admira y desprecia a la vez". De la "Casa del Pueblo" salían todos los
proyectos de desarrollo de las comunidades, pero también los embates del inte-
gracionismo desculturizador. Aparte de todos los indudables beneficios que lle-
vaba la escuela rural, con los maestros se introducía la visión liberal de la vida,
frecuentemente atea. 11
Los ritos y creencias religiosas del catolicismo indígena se habían convertido
desde el siglo pasado en signos de la propia identidad cultural. La mayoría del
clero oaxaqueño tenía un origen popular, y el seminario local no los desculturizaba
mucho. El sacerdote era el principal mantenedor de unas costumbres que le be-
neficiaban: habiendo poco clero en la Sierra Juárez, las visitas a las comunidades
-por lo general con motivo de las fiestas- constituían verdaderos eventos. Un
sacerdote anciano me narraba aquellas visitas:
Llegábamos al pueblo en bestias y con toda una comitiva de fiscales, topiles y sacris-
tanes que cargaban toda la palafernalia litúrgica, y hasta con la cocinera. Llevábamos
la escopeta para las fieras y hasta el anafre, para librarnos de los dañinos moles. Era-
mos recibidos por las autoridades y por todo el pueblo (los niños portando banderi-
tas de papel). Como el obispo entonces se conformaba con lo esencial, se celebraba la
Misa de Colocación, las vísperas y los maitines; al día siguiente, la Misa de Función y
la Misa de Consumación. Se aprovechaba también para bautizar y medio repasarle a
las catequistas alguna oración. Luego regresábamos cargados de gallinas y del maíz
que había sobrado gracias a las argucias de la cocinera, después de compartir los ali-
mentos con las autoridades locales.
Por supuesto todo esto tuvo que suspenderse en los tiempos de confrontación
religiosa, llegando a situaciones de miseria.12
Inevitablemente tenía que venir la confrontación entre el maestro, líder del
progreso, y el sacerdote, líder de la tradición. El maestro -tal como describía
Gramsci para el agro del mezzogiorno italiano- fungía como el intelectual orgá-
nico de un sujeto emergente, "a quien el campesino admira y desprecia a la vez". El
11
Significativamente, los censos de 1940 en Oaxaca registran un índice de ateísmo superior al
actual: 1 173 057 católicos, 4 804 protestantes y 14 661 ateos.
12
En el libro de visitas de la parroquia se lee la siguiente nota, sin firma, resaltando con una flecha
roja su dramatismo: "Hoy dejé la Parroquia, porque ya no tenía que comer..."
33
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
cura, que hasta entonces había tenido esa función, quedaba convertido en intelec-
tual tradicional. Los indudables beneficios que aportaba la escuela exigían como
precio renunciar a la lengua, al vestuario y a las costumbres religiosas, introyectando
en los indígenas sentimientos autovergonzantes. De ahí la animosidad entre am-
bos agentes.
La política indigenista fraguada durante el cardenismo conservó su hegemonía
prácticamente hasta fechas recientes. La antropología evolucionista fue finalmente
desplazada por las corrientes culturalistas, todas ellas con el común denominador
del "relativismo cultural". Se ha convertido en axioma afirmar que no hay culturas
superiores, que no tenemos derecho de adjetivar a las culturas autóctonas como
"inferiores" o "atrasadas" y que toda cultura tiene derecho a ser respetada. Más aún,
la crisis a la que nuestra cultura occidental nos ha conducido se torna caldo de cultivo
para los antimodernismos, y muchos promotores se vuelven hacia la vida indígena,
idealizándola como modelo de vida. Actualmente, se está dando un enfrentamiento
entre dos nuevas políticas culturales, no siempre bien definidas, como se mostró en
Chiapas, en los diálogos de San Andrés Larráinzar.
La primera la constituye el proyecto indígena neoliberal. Su discurso "neopopu-
lista" habla de "respeto a las culturas indígenas"; pero en su práctica se desentiende
de sus demandas y las aprovecha. Si durante el cardenismo se requería la mano de
obra indígena tanto para el extranjero como para la naciente industria nacional,
de lo que se trata hoy es de impedir el flujo migratorio y de arraigar a los indígenas
en sus comunidades. La introducción de carreteras a estas regiones permiten al
gran capital la explotación directa de los recursos naturales, aprovechando la mano
de obra local. El turismo que va a Oaxaca es atraído por sus fiestas y artesanías
"auténticas", es decir, producidas por mente india. Se fomenta la herbolaria, para
evitar invertir en centros de salud. En materia educacional, las orientaciones para la
"lectoescritura en lengua indígena", que parecen tan avanzadas en los documen-
tos de Educación Indígena de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se desco-
nocen todavía en las escuelas de la Sierra de Ixtlán; faltan manuales y textos escritos
en zapoteco; los maestros bilingües desconocen la variante dialectal, están some-
tidos a presiones para cumplir el programa y los padres de familia los urgen para
que los niños aprendan el español (Ruiz, 1993).
Por otro lado, se ha venido preparando una nueva generación de profesionistas
indios que no están dispuestos a desculturizarse, sino que se convierten en los inte-
lectuales orgánicos del movimiento étnico de gran envergadura. Ayudados con la
tecnología moderna han logrado hacer llegar sus demandas a los foros internacio-
nales, incluyendo la ONU. La ''Antropología Jurídica" trabaja en el reconocimiento
34
LOS DESFANATIZAOORES DE IXTLÁN
EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN
35
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
13
Este término lo reservo para aquellas realidades sociales cuya visión del mundo se deriva de las
religiones cosmológicas, en las que el proceso de secularización es aún incipiente.
36
Los DESFANATIZADORES DE lxTLÁN
14 Dicho proceso ha sido calificado también como "desencantamiento [Entzauberung] del mundo"
(Weber, 1901), "decline de la religión" (Shiner, en Guizzardi, 1988: 198), "desmagificación" y
"desclericalización" (Willaime, 1995), "laicización", "desacralización", "descristianización", etc.
15
Berger encuentra también el repliegue de las iglesias en la esfera estatal. Probablemente se refie-
ra a la "religión civil".
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LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS:
¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
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CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
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Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
tieran participar en los bailables de los actos cívicos, alegando que la vida moder-
na convirtió la danza -permitida por la Biblia- en baile, signo de frivolidad.
Igualmente, el maestro tenía problemas al explicar la teoría de la evolución bioló-
gica, pues estos alumnos sentían que al hacerlo, faltaba al respeto a su religión.
Sostuvo también fuertes controversias con los padres de familia, quienes interpre-
tan como agresión a su fe cualquier corrección a sus hijos. Ante todo esto, el pue-
blo decidió no tolerar más a los disidentes, y tomó el siguiente acuerdo:
47
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Elementos sociométricos:
En México, desde los últimos veinte años la población creció 40%; no obstante, los
católicos apenas lo hicieron 30%, a diferencia de los protestantes, que incrementaron
en 174%, pasando del 1.8% al 4.8% de la población total. En Oaxaca, la Iglesia
católica sólo aumentó 15.4%, mientras que la población había crecido el 50%, y
los evangélicos se dispararon del 1.5% al 7.3%, es decir, crecieron 531 % (véase
gráfica 1).
1 Otro conflicto importante en el estado -el de San Miguel Aloapam- fue estudiado acuciosamente
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LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
14
12
10
-11- Oaxaca
8
---+- México
6
o
1940 1950 1960 1970 1980 1990
2De los 25 municipios con mayor porcentaje protestante, sólo tres rebasaron los 5 mil hbs.
3Es significativo el caso de Santo Domingo Nuxaa, que en 1940 era el lugar donde había mayor
población de protestantes (583 ), alcanzando ya entonces 39% de la población. En 1950 descendie-
ron a 30%; en 1980 volvieron a ascender a 39% y en 1990 llegaron a 40 por ciento.
49
CONFLICTOS ENTRE V1SIONES DEL MUNDO
Un poco de historia
Este ostensible boom de sectas, que "proliferan como hongos", sorprende menos si
atendemos a su proceso de gestación. La primera presencia protestante en Oaxaca
estuvo a cargo de las iglesias denominacionales tradicionales, cuya actuación se
remonta a mediados del siglo pasado. Destacaron la Iglesia Metodista Episcopal
del Sur -a través de su célebre misionero John Wesler Butler- y la Iglesia Bau-
tista (Ruiz Guerra, 1985: 64-72). De aquel entonces data la alianza pactada entre
la masonería liberal y los protestantes, para neutralizar el poder eclesiástico e in-
troducir la libertad de cultos, lo cual explica su familiaridad con el discurso libe-
ral, así como los apoyos que reciben de la Hermandad (algunos pastores pertenecen
a ella).
El momento crucial para Oaxaca fue entre los años treinta y cincuenta. La
Revolución afectó las comunidades indias en su ritmo de vida, en sus desplaza-
mientos poblacionales y en sus redes comerciales, por lo que aquellas tuvieron
que abrirse más hacia el exterior. Sequías, plagas y carencia alimenticia obligaron
a algunos de sus miembros a emigrar, tendencia favorecida por el plan de con-
tratación de braceros. En este tiempo, como se vio en el capítulo anterior, aún no
se reestructuraba la educación pública, pero ya se había afectado el monopolio
educativo de la Iglesia católica. Los protestantes aprovecharon la coyuntura para
ofrecer su espacio educativo a la nueva clase emergente. Su participación en la
Revolución les mereció algunos puestos oficiales en este campo, uno de los cuales
fue la Dirección de Educación Pública, otorgada a Moisés Sáenz, un metodista del
Grupo de Sonora, quien organizó la escuela rural, puntal de la política cardenista
en el campo. Su actividad contribuyó no poco a fraguar la ideología de la Revolu-
ción mexicana y el peculiar estilo de nuestra enseñanza laica (Bastián, 1983: 155-
4
Como en San Juan Petlapa, que, de creer en el censo de 1980, presentaba 67% de protestantes, y
para 1990, de no haber algún error, se redujo a sólo 5.5 por ciento.
50
Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
157). Sáenz estuvo estrechamente relacionado con Manuel Gamio y otros fautores
del indigenismo oficial posrevolucionario, que por aquel tiempo se estaba dise-
ñando. Así se explican tanto la convergencia entre los maestros socialistas y los
protestantes en algunas campañas "desfanatizadoras y antialcohólicas", como los
presupuestos antropológicos subyacentes a la política evangelizadora protestante.
La necesidad de instrumentar una política lingüística para el medio indígena y
la carencia de lingüistas profesionales fueron aprovechadas en 1936 por William
Cameron Towsend, para establecer en el país el Instituto Linguístico de Verano
(ILV), con su programa para traducir la Biblia a las lenguas nativas. 5 Los presu-
puestos antropológicos de entonces impidieron que estos lingüistas misioneros se
dirigieran hacia una evangelización desde las propias lenguas autóctonas, sino.
que más bien contribuyeron a la castellanización escolar. Aunque el ILV no perte-
necía a ninguna denominación específica, la mayoría de sus misioneros que tra-
bajaron en Oaxaca fueron pentecostales.
No fue una acción dispersa, sino técnicamente bien concertada: prefirió aglu-
tinarse en unos cuantos pueblos, como lo muestra el censo de 1940. Aparte del
lugar natural que representa la ciudad de Oaxaca (214 personas), la concentración
protestante se observa en algunos pueblos de los Valles Centrales y de la Mixteca
en los que tal vez establecieran escuelas, tales como Nazareno Etla ( 178), San Fran-
cisco Telixtlahuaca (181), Santo Domingo Nuxaa (583) y Santo Domingo
Yanhuitlán (103). La labor proselitista de los lingüistas fue, empero, bastante dis-
creta, ya que lo que se proponía el ILV era la formación de dirigentes indígenas. Se
limitó a canalizar a algunos de sus simpatizantes hacia las grandes ciudades, con
pretexto de su capacitación como maestros o, mejor, hacia Estados Unidos, donde
se solicitaba mano de obra mexicana. Los protestantes fungieron entonces como
enganchadores de braceros, y ya en el exterior las congregaciones ayudaron a los
emigrados a adaptarse a la sociedad norteamericana, procurando atraérselos. Fue
así como algunos años más tarde estos indígenas conversos volvieron a su pueblo
natal a propagar la nueva fe.
Se puede fechar entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta el
periodo de fuerte expansión por todo el estado. Para 1950, 231 municipios conta-
ban con protestantes, en 91 de los cuales apenas una pareja. Los censos del sesenta
y del setenta no brindan información por municipios, pero en 1980 ya únicamen-
5
Según Cowan, en 1977, más de 3 700 lingüistas trabajaban en 24 países con 670 lenguas minori-
tarias (cit. por Schuster, 1982: 58-59).
51
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
52
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
53
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Testigos
de Jehová
240/o
Pentecosta les
380/o
cia, esperando un orden nuevo bajo la dirección de Dios. Se proclaman las profe-
cías que anuncian los signos de la venida inminente del Salvador, quien lo arre-
glará todo. Por lo tanto, son menos moralizan tes que el grupo anterior y prefieren
la pureza doctrinal a la emotividad de su plegaria. 9 En la relación de los conflic-
tos no es fácil distinguir una forma específica de comportamiento de cada uno
de estos grupos. Únicamente se distinguen los testigos de Jehová, por su resis-
tencia a saludar a la bandera y cantar el himno nacional, y los adventistas del
Séptimo Día, quienes exigen que se les cambie el "tequio" para otro día que no
sea sábado.
El fundus utilizado
9Los espiritualistas -de escasa presencia en el estado, fuera acaso de la región del Istmo- repre-
sentarían a las sectas "taumatúrgicas". El interés por las curaciones milagrosas, propio de este tipo
de sectas, es retomado también por los pentecostales.
54
Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULT URAL?
CONVIVENCIA IMPOSIBLE
10 Para abreviar, en adelante se le denominará simplemente "el Jurídico", pues además de que es así
55
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
son relativamente fáciles de frenar, pues por lo general basta la intervención del
Jurídico para ser liberados, lo cual en ningún caso tardó más de tres días.
Más grave resultan las situaciones de ostracismo. Hubo 28 denuncias de ex-
pulsión y otros 41 conflictos como el de Logolava, en los que se amenaza de hacer-
lo. En siete lances la intervención del Jurídico logró impedir la salida de la gente o
consiguió su pronto retorno. Hubo otros siete lugares donde se aplicó la pena a
una sola persona -como en Santa María del Valle (Tlacolula) o en Totontepec
Villa de Morelos (Mixe)-, frecuentemente a un extranjero o al pastor, con lo cual
podrían añadirse otros 15 casos en que se prohibe a tales personas entrar al pue-
blo. Los 16 conflictos restantes terminaron en la expulsión de todo el grupo pro-
testante, siendo los más dramáticos -junto con el de Aloapam (Ramírez, 1995 ) -
los de San Antonino Monteverde (Teposcolula), donde se les trató de expulsar de
todas las rancherías del municipio: el 31 de enero de 1988, 23 familias (unas 220
personas) fueron intimidadas con sogas o machetes, bajo la amenaza de lincha-
miento si no se iban. En una de esas agencias, Guadalupe Monteverde, se les ame-
nazó: si regresaban serían crucificados como Cristo, "y si al tercer día resucitan
-añaden sarcásticamente-, entonces creeremos que están en Dios". Es posible
que la intolerancia provenga también de la otra parte, como sucedió en San Juan
Comaltepec (Choapam), donde 89 católicos fueron expulsados por la mayoría
del pueblo, esta vez pentecostales y adventistas. En el 6% de los conflictos hubo
privación de los derechos como comuneros. En muchos de los casos de ostracis-
mo, lo más que se puede salvar es la vivienda o las pertenencias. En algunas oca-
siones (al menos 23 explícitas), se les vuelve a aceptar, pero con restricciones, tales
como pedir permiso para reunirse, realizar el culto sólo a ciertas horas, prohibi-
ción de hacer proselitismo y de que los visiten de fuera, o en todo caso, debían
avisar cada vez a la autoridad, etcétera.
Cuando existe en el pueblo alguna problemática sociopolítica, las partes pue-
den vincularse a los respectivos grupos religiosos, de manera que el conflicto se
complica con cuestiones de otra índole y entonces las cosas pueden llegar a extre-
mos increíbles, como en Alopam, nuevamente, donde cinco mujeres fueron vio-
ladas delante de sus maridos. Los casos límite alcanzaron el linchamiento, como
en Matagallina, San Ildefonso, Sola de Vega, o el acaecido 16 años atrás en Santa
Inés del Monte (Zaachila). Uno de los más sonados sucedió en Santiago Atitlán,
Mixe, donde los protestantes, armados de palos y acompañados del agente del
ministerio público, iban a apresar al presidente municipal, pero el pueblo lo de-
fendió, linchó a cuatro de ellos y les negó la sepultura. Poco después, el 27 de abril
de ese mismo año, tocó a Guadalupe La Mexicana, de Santiago Ihuatlán Plumas
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Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
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Fuente: Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos. Dirección Jurídica y de Gobierno del Estado de Oaxaca.
(Coixtlahuaca). Esta vez fueron siete católicos los masacrados a manos del de-
mente Germán García Antonio, quien pertenecía a los testigos de Jehová; se suici-
dó posteriormente al no poder ya resistir a la policía. Atendiendo a la dureza de
estas represalias, se puede hablar de un verdadero estado de persecución religiosa,
interpretada desde un impactante discurso apocalíptico, como signo del fin de los
tiempos y señal de predestinación, recuperando la epopeya martirial de los pri-
meros cristianos.
La defensa legal
57
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
que el caso salga en la prensa nacional y obtienen apoyos solidarios de sus cofra-
des, aun desde el extranjero. 12
Los protestantes reclaman, con toda razón, las garantías individuales reconoci-
das por nuestra Constitución Política. Su discurso jurídico se mueve cómodamen-
te dentro del marco legal, si bien salpicado de elementos bíblicos. Los protestantes
muestran plena asimilación de la ideología liberal oficial, exigiendo que las autori-
dades municipales sean realmente "laicas" 13 y apoyándose en los héroes patrios,
especialmente en Juárez a quien llevan anualmente una ofrenda floral a Guelatao.
A diferencia del antigobiernismo visceral de los católicos, son demasiado obse-
quiosos con las jerarquías gubernamentales superiores, y extremadamente críti-
cos con la autoridad municipal, a la que en el medio indígena se le tiene un respeto
cuasisacral (Santo Tomás Mazaltepec, San Pablo Coatlán, Sto. Domingo Tonalá,
San Pedro Yaneri y San Andrés Nixino) .14 Son asesorados y representados por un
cuerpo de especialistas competentes, de la Asociación Nacional de Defensa Evan-
gélica, o de la Confederación de Pastores Cristianos en el Estado, quienes mane-
jan ágilmente las leyes. En las acusaciones presentadas por las vejaciones sufridas,
responsabilizan directamente a las autoridades municipales, las cuales enlama-
yoría de los casos estuvieron ciertamente involucradas, de modo que son dichas
autoridades quienes representan a los católicos (los "romanos"). A diferencia de
los escritos de los protestantes, los de los munícipes suelen estar mal redactados,
con poco conocimiento del castellano y muchas veces se limitan a repetir que "en
el pueblo, la costumbre es ley".
La intervención del Jurídico, adonde indefectiblemente llegan todas las que-
jas, es inmediata y, a diferencia de lo que acontece con otras instancias burocráti-
12
Con respecto a los conflictos de San Juan Yae y Santo Domingo Cacalotepec, tres norteamerica-
nos dirigieron sendas cartas al presidente Salinas de Gortari, denunciando violaciones a los dere-
chos humanos, mismas que turnaron, vía Secretaría de Gobernación, al Departamento de Cultos y
Asuntos Religiosos.
13
En San Isidro Lagunas (de San Andrés Lagunas, Teposcolula) los evangélicos acudieron al presi-
dente municipal para manifestar sus razones para no colaborar con la construcción del templo
católico: "Las religiones son como los partidos políticos: nos reunimos personas .que pensamos
igual y no podemos ayudar los del PRJ a los del PRD. La autoridad está desligada de cualquier grupo
religioso, por lo que no debe intervenir en favor de ninguna religión, sólo cuidar el orden de cada
grupo religioso, pero sin meterse a ninguno".
14
En el expediente del conflicto habido en la agencia Linda Vista Herradura, leemos lo siguiente:
"Los Testigos de Jehová [... ] son enemigos de los gobiernos, porque no necesitan de las autorida-
des, debido a que su único apoyo es Jehová, quien gobernará al mundo."
58
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
cas, enérgica y eficaz. Por lo menos en los casos de mayor gravedad, el mismo día
en que se recibe la queja, va la conminación a las autoridades contra su abuso. Se
nota, sin embargo, su parcialidad: antes de indagar o escuchar a los dos conten-
dientes, reprende a las autoridades, y da invariablemente la razón a los "persegui-
dos". Si el conflicto se complica, el Jurídico cita a ambas partes para un careo y
sugiere un convenio. Con múltiples variantes, ambos grupos acuerdan respetarse
mutuamente; los "evangélicos" suelen obtener el reconocimiento de su derecho a
practicar su fe sin hostigamientos, a cambio de actitudes más participativas que
no se relacionen directamente con el catolicismo.
En Norteamérica, tal vez los conflictos entre sectas pudieran ser "de mercado",
según la clasificación de Rex (dos instituciones religiosas se disputarían una clien-
tela potencial, que a su vez interactúa con cada una de ellas), pues la religión allí es
cuestión de la vida privada de cada cual. No es así en el medio indígena, donde es
la comunidad como tal la que los enfrenta en forma diádica. Dado que la religión
informa toda la cultura indígena, un cambio de sistema religioso trae aparejado la
modificación de otras pautas culturales. En el contexto de desintegración social
por el que atraviesan, los indígenas perciben la nueva religión como otro atenta-
do más de la modernidad a su ya asediada cultura y despliegan una violencia
supuestamente defensiva. En el esquema de Melucci, estos conflictos rompen los
límites de tolerancia de la cultura global, lo que explicaría su intensidad. Junto
con los objetivos religiosos se entremezclan objetivos de índole económico social,
lo que permite alianzas de otros sectores no vinculados directamente con la reli-
gión (el gobierno estatal, las organizaciones de derechos humanos, la prensa, por
un lado, y por el otro, la autoridad municipal y los nuevos profesionistas indios).
Dada su débil identidad confesional, los católicos no aparecen como tales (el
cura nunca se hace presente). Su estrategia es ocultar su interés por mantener el
catolicismo como religión sociológica exclusiva, dejando que se maneje el proble-
ma como un asunto meramente político, a cargo de la autoridad civil. El pueblo
opta por la eliminación de los disidentes, obligándolos o a apostatar o a abando-
nar el pueblo. El grupo evangélico, por su parte, pone en práctica la estrategia de
la "no-violencia activa": soporta la represión, tratando de no responder con vio-
lencia. Recurre al gobierno estatal, ante el cual hace su defensa legal, alegando el
derecho que cada individuo tiene a profesar la fe que le convenza, y difunde el
59
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
Exige su
Sector derecho a
tradicional . ... . .• sus Monopolio
religioso
costumbres
Proyecto sociocultural
tradicional de
Autoridad automarginación
municipal Claro
católico
· ··· · · · · ···• Opjetivo por alcanzar
- - - - • Alianza
_______., Oposición de contrariedad
___... Oposición de contradictoriedad
problema hacia la opinión pública. La resolución del conflicto suele ser una nego-
ciación impuesta por el gobierno estatal, es decir, no bien asimilada, con lo que las
tensiones simplemente se posponen. Pero junto a esto se observa la gestación de
movimientos -religiosos o no- de dinamización de las tradiciones hacia for-
mas de reforzamiento de identidad para posibles proyectos alternos de incorpo-
ración a la modernidad desde el propio ethos.
Buscando explicaciones
60
Los DISIDENTES EVANGÉLJCOS: ¿lNTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
• 110/o
070/o
210/o
• 170/o D150/o
.
Fuente: Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos. Dirección Jurídica y de Gobierno del Estado de Oaxaca.
natismo religioso. ¿Porqué se les persigue con tanta saña? La sociología de la reli-
gión intenta profundizar su análisis desde el conocimiento de los motivos, que
según consta en los expedientes, dieron lugar a los conflictos, y los clasifica en
cuatro grandes grupos: 1) motivos cívicos; 2) motivos religiosos; 3) motivos de
. convivencia, y 4) motivos culturales (gráfica 4).
15 En el otro extremo están los espiritualistas, a quienes se les recrimina el uso de la bandera y el
canto del himno nacional (con otra letra) para fines de curanderismo (Santiago Comaltepec,
Ixtlán).
61
CONFLlCTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
sufren son los niños, porque tienen que aguantar las reprimendas de sus maes-
tros: en San Andrés Dinicuiti (Huajuapam), por ejemplo, se les castiga mandán-
dolos a lavar los excusados. En cuatro localidades, los hijos de los testigos de Jehová
dejaron de ir a la escuela, presumiblemente para evitar ser obligados a dichos
actos. En Pochutla fueron los maestros, pertenecientes a este grupo, quienes estu-
vieron a punto de ser expulsados; aunque algunos padres de familia los defendie-
ron, gracias a su conducta irreprochable y a que no hacían proselitismo, sino que
"únicamente en su fuero personal y reservado, no cantan el himno ni saludan a la
bandera".
No todos los Testigos son tan respetuosos como aquellos maestros. A veces se
les acusa de incitar a la población a la irreverencia (San Miguel Achiutla, Tlaxiaco)
y asumen actitudes abiertamente provocadoras: en San José del Progreso, Ocotlán,
refiriéndose a la bandera dijeron que "ese pedazo de trapo no significa nada, ya
que cualquier pendejo puede tener esos pinches trapos y lo único que se puede
buscar era un pedazo ae palo para que sirva de trapeador". En Asunción Acatlancito,
San Juan Juquila (Mixe), alegaron que los maestros no tienen derecho de obligar
a sus hijos a respetar la bandera, la cual no tiene ningún valor. El acta de asamblea
consigna: "los ciudadanos, después de haberlos escuchado, sintieron la ofensa como
buenos ciudadanos mexicanos, por traición a la patria", los acusaron de violar la
ley y los detuvieron.
En la escuela no sólo se realizan estos actos cívicos repudiados, sino que allí se
les enseñan teorías que como la de la "evolución", se oponen a la fe, y se tienen
actividades sociales con frívolos "bailables". Son, pues, los maestros -portadores
de la cultura hegemónica nacional y propagadores de la ideología del Estado mexi-
cano-, más que las autoridades municipales mismas, quienes más violentamen-
te reaccionan contra este boicot.
La falta de sensibilidad cívica del grupo protestante no se reduce a su negativa
de prestar honores a los símbolos patrios. Se les acusa también de no votar en las
elecciones (Santiago Laxopa, San Miguel Yogovana), de no aceptar cargos políti-
cos, de no celebrar las fiestas patrias, de falta de patriotismo o desconocimiento
de la nacionalidad (Santiago Yolomécatl). Es frecuente que no asistan a las asam-
bleas, sea porque éstas se realizan en su horario de culto (Santiago Tenengo), sea
por otras razones (Lachizola Jocotepec, Concepción Papalos, Santa Cruz Nexila,
Tlahuitoltepec, San André Lagunas, etcétera). No sólo los testigos de Jehová, sino
en general todos los "evangélicos", muestran poco interés por la política; en todo
caso, asumen acríticamente posiciones gobiernistas. Un ejemplo lo tenemos en
62
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
Profesamos la fe cristiana, normamos nuestra vida según nos enseña la Biblia[ ... ] la
que nos dicta respetar, obedecer e interceder por nuestros gobernantes, para que sean
mejores cada día. Por consiguiente [... ] para las próximas elecciones depositaremos
nuestros votos por el partido tricolor.. .
63
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
los requisitos (Ejutla de Crespo), por no contar con el permiso adecuado (Santa
Cruz Acatepec, Santa Cruz Nundaco) o como represalia por no contribuir en la
construcción del templo católico (Santa María Yucunecozo, Juxtlahuaca, y Santa
Cruz Itundujia, Putla). En estos casos se llega a despojarlos del inmueble para
dedicarlo a otros usos de beneficio social, tales como una tienda Conasupo (San-
tiago Jocotepec, Choapam), una biblioteca (Santa Cruz Itundujia, Putla), una es-
cuela (Santo Tomás Ocotepec, Tlaxiaco), abrir una calle (San Juan Teposcolula,
Teposcolula), etc. En los casos extremos se llegó a demoler el inmueble y a expul-
sar del pueblo a los creyentes (Santos Reyes Nopala, Juquila; San Pedro Nopala,
Teposcolula). Como los evangélicos saben el valor que tiene la aprobación de la
asamblea, no tienen empacho en aceptar las condiciones que se les imponen, in-
cluso colaborar con la fiesta religiosa (La Compañía, Ejutla) o dar cooperación
para el templo católico (San Andrés Lagunas, Teposcolula). Otras veces se valen
de argucias para recabar aprobación de fuera, revistiéndo de cobertura laica sus
obras -una "asociación cultural" (Xagacia), un "salón de usos múltiples" (San
Pedro Ixtlahuaca) o un "Centro Cultural" (Villa de Etla)-, o acuden directamen-
te a las autoridades superiores, de modo que son SEDUE o el Jurídico los que pre-
sionan a los munícipes para que den el permiso, o como en Santa María Lachixío,
Sola de Vega, donde el gobierno estatal había dado material para la construcción
del templo sin el consentimiento de la autoridad local.
Por importante que sea contar con un local para el culto público, los derechos
religiosos no se reducen a éste. Una actividad restringida -imprescindible para
los grupos salvacionistas en expansión- es la de hacer proselitismo. Al menos 18
conflictos tuvieron esta queja como fundamento (5%). Se les acusa de "obligar a
la población" y "querer imponer por la fuerza su religión". Hubo al menos cuatro
casos en que se les prohibió reclutar a los niños (Guadalupe Monteverde): se les
atrae con golosinas; los maestros, en lugar de dar clases, procuran ganar adeptos
(Eloxochitlán de Flores Magón, Santa María Mixistlán en Mixistlán de la Refor-
ma), y los niños, en vez de estudiar, se la pasan cantando (San Antonio Huitepec)
o van a acarrear agua para la granja del maestro protestante (Santa Cruz Nundaco ).
También se les trata de impedir que visiten casa por casa. Como legalmente esto
no se puede prohibir, se llega al ridículo -como en San Miguel Peras- de deci-
dir que "la persona que desee que la visiten, notifique a la autoridad para evitar
confusiones". Otra restricción es la de impedir que los visiten foráneos. Dado que
la ley reconoce el derecho al libre tránsito, se pone como pretexto el dar pie a
confundirlos con narcotraficantes, pues los pastores llegan de zonas donde se siem-
bra droga (Monteverde) .
64
Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
... nos hiere que se agudice el problema de nuestra catolicidad y venga a menos la uni-
dad tan deseada [... ] Comprendemos que todos debemos ser respetuosos de nuestra
Carta Magna de la Constitución, en el respeto a la libertad de cultos; pero Ud. decida si
conviene atender a las necesidades y la voz del pueblo, o cumplir por cumplir la ley que
venga en contra de nuestra unidad y armonía de nuestra comunidad concreta de Etla.
Otra queja es que los protestantes no les dejan ni siquiera oír su música, ni les
permiten un "concierto". En realidad, éstas son formas insistentes de propaganda
que en ocasiones resultan molestas, incluso para el sistema auditivo. Para el pue-
blo, un reclamo reiterado (al menos en 12 casos) es el ruido. Se habla de potentes
aparatos electrónicos, que constantemente transmiten sus cantos, perturbando
así las actividades de la escuela, o de "demasiada efusividad" en sus cultos, realiza -
dos hasta altas horas de la noche y que no dejaban dormir.
65
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
cooperar con el pueblo para la fiesta patronal (17%), para el "tequio" (21%) o
para los cargos de servicio colectivo (11 %) (gráfica 4), actividades que, además,
suelen venir juntas:
66
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
67
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
como un seguro colectivo en casos de infortunio. Es por eso que los vecinos de
San Juan Juquila Mixes, Yautepec, replicaron a los testigos de Jehová que rehusa-
ban trabajar en las reparaciones del templo: "Los católicos, cuando se trata de
organizaciones de inauguración o cooperación, han vendido sus ganados de la
Iglesia católica, y beneficia a todos, sin distinción de secta."
16
Recordemos al respecto el caso de Juan Pérez Jolote, relatado por Ricardo Pozas.
68
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿lNTOLERANCTA O RESISTENCIA CULTURA L?
y los "topiles" a veces tienen que participar en procesiones o prestar algunos servi-
cios para el sacerdote, y hasta la banda musical tiene funciones culturales (Logolava.
En Guadalupe Victoria, San Juan Juquila, Mixes, San Pedro Yaneri, San Baltazar
Guelavía).17
Se puede decir que de una manera u otra todos los conflictos se refirieron al sen-
timiento de la comunidad de que la simple presencia de un grupo evangélico aten-
taba contra su cultura. Los cuatro elementos culturales rechazados (fiesta, tequio,
cargos y templo) forman un verdadero "complejo cultural" de suma importancia
en estas comunidades. Para comprenderlo hay que partir de la comunitariedad,
característica indígena fundamental. Oaxaca retiene actualmente la mayor parte
de las tierras comunales del país, a las que los ejidatarios tienen acceso mediante
el cumplimiento de tareas de reciprocidad. Algunas de estas prácticas consisten
en ayudas de bienes y servicios, con expectativa de devolución en otro momento.
Esta reciprocidad está sobre la base de la ''gozoma" (préstamos ante necesidades
familiares), aunque también de los servicios prestados en los cargos públicos y en
el tequio o trabajo comunitario, muchas veces en el templo. Es en el desempeño de
estas tareas como cada individuo es valorado, y son también éstas las condiciones
para poder gozar de la comunidad y, consiguientemente, de los derechos sobre las
tierras. El sentido de comunidad, indispensable para la reproducción social, tiene
que ser periódicamente ritualizado para mantener su fortaleza, de ahí la necesi-
dad de la fiesta. Estos tres elementos son relacionados mediante el "sistema de
santos", centro de la síntesis sincrética producida a lo largo de 500 años de evange-
lización (Marroquín, 1989: 63-79).
El "uránico" Jehová, dios de los cielos fue la deidad de esos pastores seminó-
madas, los hebreos, a quienes acompañaba dondequiera, incluso al destierro. Por
17
Aquí, un grupo de jóvenes deseaba fo rmar una banda musical. La asamblea accedió, pero los
protestantes se opusieron a dar su cooperación, alegando: "la banda es de carácter religioso y para
fiestas de carácter particular". Se les respondió: "la banda es de beneficio social: es decir, se emplea
para celebrar algunas fiestas nacionales, alguna campaña de algún candidato gubernamental, para
recibir a algún funcionario que viene a inaugurar una obra, etc".
69
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
eso les fue más fácil concebir un dios universal. A los europeos, que habían experi-
mentado ya la condición imperial, no les fue difícil reconocerlo. En cambio, los
antiguos mixteco-zapotecas se asentaban en pequeñas ciudades-Estado, que goza-
ban de plena autonomía. 18 Sus dioses, por tanto, fueron númenes territoriales
"ctónicos": cada "Señor del lugar", ligado a la tierra, era dueño de un territorio y
exigía un tributo ritual por el derecho de asentamiento, con lo que se garantizaba
su protección, especialmente en lo concerniente a la caza o a la agricultura
(Carmagnani, 1988: 25-51). 19 Con la evangelización de los misioneros, aquellas
deidades antiguas se convirtieron en los nuevos "santos". La necesidad de concen-
trar a los indios en pueblos hizo que los misioneros asignaran a cada uno de éstos
un santo patrono, cuya imagen resultó así "la representación emblemática de la
comunidad" (Giménez, 1978: 233-238). Los santos no sólo "significan" la identi-
dad del grupo y cumplen la función "nomizadora" (dar nombre al pueblo), sino
que son también su protección frente a amenazas comunes. Ante la falta de perso-
nal, delegaron en los "mayordomos" la responsabilidad de organizar su culto. Ce-
lebrarle su fiesta al santo constituía una inversión de nivel simbólico, pues a
cambio, el santo garantizaría el posterior control climático. 20 Los mayordomos, a
cuyo cargo corría la celebración, fungían ante todo como administradores: el "san-
to" poseía sus propios bienes (terrenos, ganado, joyas), que generaban recursos
para la fiesta, pero se consideraba una buena gestión si al término de su año de
servicio el "tesoro" del santo resultaba aumentado.
Con el transcurrir del tiempo, tales bienes fueron desapareciendo, de modo
que las mayordomías constituían un fuerte gravamen y patrimonio de los más
favorecidos, por lo que a veces su asignación era impuesta por motivos de nivela-
ción social. A cambio, el mayordomo podía ascender en el escalafón del sistema de
cargos. El templo, además de ser signo de estatus para la población, 21 es considera-
18
A la llegada de los españoles comenzaban a relacionarse, sin llegar a una federación. Así, recono-
cían cierta primacía política a Zaachila y cierta primacía religiosa a Mitla.
19 En el tiempo de la conquista ya habían llegado a ciertas deidades comunes, como Pitao o Cosijo,
1988).
21
Los pueblos que tuvieron mejores construcciones en sus templos fueron los que se convirtieron
en cabecera parroquial, y de allí pasaron a las de los actuales distritos.
70
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
do ante todo la casa de los santos. Al guardar en su interior los patrones de cada
uno de los barrios que integran al poblado, se significa y se realiza la unidad del
mismo. Los bienes del santo dieron lugar posteriormente a hermandades y cofra-
días, que luego pasaron a ser "cajas de comunidad", y hasta la fecha cumplen fun-
ciones similares de seguridad social. De ahí que el mantenimiento del templo haya
sido considerado como una de las prioridades del tequio. Los evangélicos no sólo
se oponen a instituciones relacionadas con este complejo cultural, sino que califi-
can de idolatría el culto a las imágenes; se oponen al derroche que se da en la fiesta
patronal, las mayordomías, las danzas autóctonas, la banda, el consumo ritual del
mezcal,etcétera.
Ahora nos explicamos lo duro de la reacción:
71
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
72
Los DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA o RESISTENCIA CULTURAL?
Desde los años cuarenta hubo algunas comunidades florecientes en estas regiones: en los Valles
22
Centrales: Nazareno Etla, Santiago Tenango, San Francisco Telixtlahuaca; en la Mixteca: Santo Do-
mingo Nuxaa, Yanhuitlán; y en la Sierra Juárez: Yatzachi el Bajo y otras.
73
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
90
80
Históricos 70
• Pentecostales
50
60
O Paracristianos 40
O sin especificar 30
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10
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Fuente: Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos. Dirección Jurídica y de Gobierno del Estado de Oaxaca.
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74
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
Otro factor aún más relevante es que tanto la Sierra Juárez como la Mixteca
tienen una economía calificada "de infrasubsistencia" (Sarrosa, inédito), es decir,
aquella que ha dejado de posibilitar la reproducción social de la comunidad campe-
sina, por lo que las familias deben complementar sus ingresos con el trabajo asala-
riado emigrando a otras localidades. Según los especialistas, son justamente estas
dos regiones, que desde los setenta soportan esta clase de economía, las que repor-
tan los mayores conflictos (gráfica 6). También en los Valles Centrales se encuentran
bastantes poblados pequeños, de alta concentración indígena y relativamente aisla-
dos, que tienen "economía de infrasubsistencia" (como sería la de San Juan Logolava,
allí ubicado). Pero en esta región está la capital del estado y los pueblos comarcanos,
verdaderas ciudades dormitorio; tienen un desarrollo industrial considerable, ma-
yor experiencia de vida urbana, gran concentración de población, mayor grado de
escolaridad y fuerte actividad comercial y artesanal. Estos elementos obligan a su-
perar el determinismo economicista y la generalización, que atribuiría las conver-
siones puramente a factores de precariedad de vida, como si la necesidad fuese madre
de las innovaciones.
Cantidad • Intensidad
Fuente: Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos. Dirección Jurídica y de Gobierno del Estado de Oaxaca.
75
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
• Las fechas en que los conflictos tuvieron lugar revelan una intensificación a
mediados de los setenta y se disparan a partir de la segunda mitad de la década
siguiente (gráfica 7). Coinciden con la puesta en práctica el modelo neoliberal
y la aguda crisis por la que atravesaba el país, especialmente el agro oaxaqueño:
la producción tradicional del maíz se vino abajo y fue desplazada por otros
productos más comerciales. Mientras que en los cuarenta el cultivo del maíz
ocupaba el 86.1 % de la superficie total dedicada a la siembra y esta propor-
ción más o menos se sostenía en los cincuenta y sesenta con el 82.3% y 74%
respectivamente, en la década de 1970 a 1979 el cultivo de maíz no creció y, en
cambio, las frutas tropicales y la caña de azúcar resultaron favorecidas. En la
primera mitad de los ochenta la superficie destinada a los granos básicos de-
creció hasta ocupar tan sólo 53.4% de la superficie, mientras crecía la destina-
da al café, a los frutales o a los productos semindustrializables. De 1985 a 1990
la situación alcanza su máxima gravedad, pues el maíz desciende 30 puntos
porcentuales, mientras el café se incrementa 40 y los frutales, 24.
23
Un ejemplo de este proceso fue estudiado entre los chatinos de Penixtlahuaca por J. Hernández
Díaz (1987: 43-52) .
24 Las fiestas patronales en la mayoría de los pueblos oaxaqueños se tienen durante el verano y el
otoño. En caso desusual de algún santo cuya fiesta correspondiera a tiempos en que la comunidad
no tiene excedente, su celebración se traslada una novena de meses (Betaza, San Vicente Piñas,
Lachiroag). Al introducirse el cultivo del café, un santo secundario puede desplazar al patrono, si
en su día el nuevo producto proporciona la mayor ganancia.
76
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
60 ~ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ---,
30 -+-----------------+----------;
20 - + - - - - - - - - - - - -- - - - + - - - - - - - - - - - ;
o
75 78 79 80 82 83 84 85 86 87 88 90 90 92
Conflictos 9 11 13 13 13 3 6 8 44 46 37 35 37
cosecha del maíz. El café y los otros nuevos productos tienen otros tiempos. Los
trabajos agrícolas necesarios no coinciden con las fechas del calendario festivo
tradicional, y cuando llega la fiesta, la gente no tiene dinero para gastar y así su
ofrenda se vuelve más gravosa. Además, los nuevos cultivos -y con mayor razón,
la actividad industrial- no están tan ligados a los avatares climáticos. Los santos
no parecen tan necesarios y, para colmo, su protección deja ya de sentirse en estos
tiempos de crisis. No es casual, entonces, que el declive del maíz coincida con el
debilitamiento del sistema de santos y con el aumento de las conversiones. Este
impacto del cambio de producción se produjo de manera desigual en las diversas
regiones. Nuevamente, las zonas más afectadas fueron la Sierra Juárez, la Mixteca
y parte de los Valles Centrales. 25 Traslapando las gráficas, puede apreciarse que el
mayor número de conflictos religiosos coincide puntualmente con las fechas de
decadencia del maíz (gráfica 7).
25Me remito de nuevo al trabajo inédito de Sorrosa, citado por Oiga Montes (1995) . Me favorezco
con las intuiciones de esta autora en un trabajo que realizamos conjuntamente.
77
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
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LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
79
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
término, de utilidad heurística para lo que se está tratando, ha sido clarificado por
Devereux. 26 Supone que cualquier individuo posee múltiples identidades, según
sus diversos círculos de pertenencia, pero a veces sucede que una de estas dimen -
siones de la identidad individual absorbe o inhibe a las demás. De esta forma, por
ejemplo, los nuevos prosélitos dejan .de sentirse zapotecos o indígenas, para con-
siderarse a sí mismos exclusivamente testigos de Jehová.
Lo gravoso de las consecuencias que afronta su nueva identidad queda com-
pensado no tanto por beneficios de índole económica, cuanto de seguridad ante
la crisis de la comunidad (nuevas relaciones con profesionistas de fuera, nuevas
redes de solidaridad entre cofrades, exención de ciertos trabajos no remunerados
y de gastos rituales, etc.). Sin embargo, el mero cálculo del interés nunca es deter-
minante en conversiones religiosas auténticas, en las que van en juego actitudes
muy profundas ante la vida. La tendencia de los indígenas a la refuncionalización
de las innovaciones desde el propio ethos, les permite a los conversos recuperar
algunas pautas tradicionales no tan valoradas por la Iglesia católica y que mantie-
nen continuidad con la antigua tradición: la emotividad espontánea, la sanación
por la fe, el trance chamánico, el liderazgo carismático, la fascinación por lo mara-
villoso (la glosolalia) e interpretaciones bíblicas apocalípticas y milenaristas cer-
canas al discurso mítico. 27
La oferta religiosa se diversifica: junto al sincretismo tradicional y la gran va-
riedad de grupos de inspiración protestante están el catolicismo oficial, las va-
riantes católicas urbanizadas, la teología de la liberación, el espiritualismo, el
secularismo, etc. Todas estas visiones del mundo compiten por lograr la adhesión
de cada uno de los miembros de la comunidad. La fe se convierte en asunto de
vida privada, a la que cada cual individualmente da su asentimiento. El ritual,
hasta ahora ejercido de manera pública en el espacio abierto y central del pobla-
do, se reduce al que el grupo realice "al interior del templo", y es normado por la
autoridad. La religión ya no proporciona aquel "universo simbólico" unificante,
compartido por todos, y la identidad colectiva debe construirse recurriendo a
nuevas formas ajenas a lo religioso. Los nuevos grupos contribuyen a la integra-
ción en la cultura moderna, con el debilitamiento de los fanatismos y de la intole-
26 Citado por Giménez ( 1990). Se ejemplifica cuando en tiempos del nacismo se despojó a los judíos
de cualquier identidad de clase o profesión para ser considerados únicamente en su identidad étnica.
27
En Delicias, en San Juan Juquila Vijangos, donde toda la población es protestante, han recupera-
do incluso el "fandango" de los matrimonios zapotecos.
80
LOS DISIDENTES EVANGÉLICOS: ¿INTOLERANCIA O RESISTENCIA CULTURAL?
28
En el caso de Logolava, por ejemplo, se argumenta aludiendo a la separación entre Iglesia y
Estado decretada por Benito Juárez.
81
CONFLICTOS ENTRE VISIONES DEL MUNDO
82
SEGUNDA PARTE
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
En los conflictos de la primera parte, la religión indígena tradicional trató de ser
sustituida por otras visiones del mundo -el catolicismo oficial, el secularismo o
el protestantismo-, que reflejaban, en un nivel ideológico, transformaciones so-
ciales del modo productivo mismo. Se trataba, pues, de conflictos de tipo antagó-
nicos que pugnaban por un "cambios de sistema" religioso. En esta segunda parte
abordaremos los conflictos que se dan en aquellas sociedades complejas que com-
parten una misma religión mayoritaria. Ahora, las contradicciones religiosas se
darán en el seno de la misma Iglesia, por las diversas actitudes adoptadas ante los
dos momentos que ha tenido la modernidad. En principio, estos conflictos no
pretenden traspasar el límite de ruptura con la institución eclesial, 1 sino que pro-
ponen simples "cambios dentro del sistema" eclesial mismo. Las fuerzas del exte-
rior dejan de considerar a la Iglesia un bloque homogéneo, y apoyarán o atacarán
a uno o a otro sector de la misma.
Su estrategia, por tanto, no será la de "juego suma cero" -cuando se estaría
dispuesto a llevar su impugnación hasta la desafiliación heterodoxa-, sino más
bien el de la "coordinación tácita", según la distinción de Schelling, en la que am-
bos contendientes procuran mantener la unidad eclesial y evitar escándalos o da-
ños graves a la feligresía. Como requisito de éxito, el polo contestatario utilizará
hábilmente los mecanismos de negociación, que no descartan cierto tipo de ame-
naza velada (de cisma); mientras que el polo oficial recurrirá a la descalificación o
la cooptación. Las minorías teológicas enfrentadas lo hacen en forma binaria (tra-
dicionalistas vs. modernizantes; liberacionistas vs. neoconservadores), y como se
verá en la reflexión conclusiva, se proponen al mismo tiempo un doble objetivo:
obtener el reconocimiento de la cúpula jerárquica oficial y allegarse una respectiva
clientela, dentro del pueblo católico mayoritario.
Esta parte está integrada por dos capítulos: el primero da cuenta de la oposi-
ción entre los tradicionalistas y los modernizantes al inicio del periodo estudiado,
por lo que estaba ya prácticamente resuelto. El segundo narra el enfrentamiento
entre los religiosos partidarios de la Teología de la Liberación (liberacionistas) y
1
Ésta puede venir posteriormente empujada por los acontecimientos, como sucedió en el caso de
Lefebvre.
85
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
86
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA
CONTESTATARIA
LEFEBVRIANOS EN OAXACA
87
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
por ordenar algunos sacerdotes sin permiso del Vaticano. El papa Juan Pablo II
también buscó su reconciliación con una condescendencia tal vez excesiva. Final-
mente, el 30 de junio de 1988, cuando a pesar de las exhortaciones vaticanas con-
sagró a cuatro obispos -Bernard Fellay y Bernard Tissier de Mallerais (europeos),
Richard Williamson (norteamericano) y Alfonso de Garreta (argentino)-, de-
claró su excomunión latae sententiae reservada a la Santa Sede. Lefebvre falleció
impenitente el 25 de marzo de 1991. Un poco en todas partes, los tradicionalistas
opuestos al Concilio operaban a la luz pública. En México existen algunas casas
lefebvristas -tanto en el Norte como en el centro (Guadalajara, Zapotiltic y el
Distrito Federal)- desde donde se desplazan a diferentes partes del país para
difundir su movimiento ... y fue así que llegaron a Oaxaca.
88
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
el templo para la fiesta, pero en esa ocasión el sacerdote exigió las limosnas de la
alcancía. Alba se hizo acompañar por el encargado de Hacienda (que era quien
controlaba la limosna) y se dio el altercado que originó el rompimiento. 2 Estos
grupos se respaldaron en la organización de los siete barrios de que consta la
ciudad, para hacer un frente común contra el sacerdote y continuar celebrando
sus prácticas religiosas de acuerdo con sus costumbres.
La situación fue aprovechada por un sacerdote tradicionalista de la arquidióce-
sis, el padre Manuel Esteban Camacho, quien apoyó a los inconformes. El pueblo
tomó varios templos en donde no se permitía celebrar a ningún sacerdote fuera
de los que enviara el padre Camacho. Por lo regular, éstos eran extranjeros, lo
hacían en latín y lucían sendas sotanas por la calle. El grupo rebelde acusa al pá-
rroco de tener ideas "no católicas, sino más bien liberales o marxistas", y alegaba: "es
falso que la Iglesia deba modernizarse, pues si Jesucristo la hubiese querido de otra
forma, así lo habría instituido". El 16 de diciembre de 1979, el padre Manuel Este-
ban Camacho fue "suspenso a divinis" por el arzobispo Carrasco.
Pasaron los años y poco a poco fue decayendo la resistencia. Los sacerdotes tra-
dicionalistas no satisfacían las demandas religiosas de la zona y mostraron excesivo
interés económico. Los nuevos párrocos, en cambio, procuraron comprensión y
tacto. A principios de 1989, el arzobispo coadjutor de la arquidiócesis, don Héctor
González Martínez, decidió recuperar las capillas. Para ello, se organizaría una pro-
cesión que, partiendo de la cabecera, iría tomando posesión una por una. Había, sin
embargo, ciertas dudas respecto a lo prudente de tal evento. El arzobispo solicitó un
informe al Departamento de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado: la pobla-
ción seguía dividida y un grupo de descontentos, entre los cuales estaba el profesor
Juan Galindo, exdiputado por mayoría en el Congreso del Estado, quien juntamen-
te con el sacerdote Manuel Esteban Camacho, hacía propaganda contra el arzobis-
po, pero no parecían reunir más de cien inconformes. Los barrios de San Pedro, de
San Bartolo y de San Miguel estaban dispuestos a obedecer las disposiciones
"modernistas" del Vaticano, no obstante los encargados no querían entregar las lla-
ves. Las congregaciones restantes no se pronunciaban ni en favor ni en contra. El
ambiente estaba tenso. Desde la víspera la policía hizo sus rondas, y el acto se realizó
sin mayor contratiempo; fue así como terminó la rebeldía. 3
89
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
4
En el expediente del Jurídico se menciona a Marcelo Trota, Flaviano Amatulli, Santiago Piccinelli,
Claudio Becorelli.
5
Se rumora que uno de los misioneros pateó una veladora colocada en el presbiterio.
90
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
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RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
8
Acta del Cabildo, julio 25 de 1987, testificada por la profesora y licenciada Soledad Ruiz Sarmien-
to, diputada por Tuxtepec y Choapam (Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos del Estado) .
9
Demanda Judicial presentada ante el agente del ministerio público de Tuxtepec por Pedro Ronqui-
llo, octubre 24 de 1988 (Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos del Estado de Oaxaca).
92
C UAN DO LA TRA DICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
co, estaban a disgusto con Ronquillo, quien sin estar facultado realizó algunos bau-
tizos y firmó como párroco. Las intervenciones gubernamentales fueron haciendo
mella en Ronquillo, quien se mostró más dispuesto a negociar. 10
La confrontación entre los sacerdotes puede llegar a dividir al pueblo, como acon-
teció en San Antonino Castillo Velazco, municipio perteneciente al distrito de
Ocotlán. Los hechos se iniciaron cuando se nombró como capellán a un joven, el
padre Marcelino Sánchez Hernández, de religiosidad modernizan te. Al llegar, notó
que sus feligreses estaban demasiado apegados a sus tradiciones, degradadas en
supersticiones y borracheras e intentó purificarlas, valiéndose de los "cruzados"
(la Escuela de la Cruz), que en Oaxaca tenían una orientación menos conservado-
ra que su dirigencia nacional. Realizó algunos actos provocativos -tales como
hachar el púlpito o retirar algunas imágenes de santos-que le valieron la antipa-
tía de la gente. Por aquel entonces llegó al pueblo un religioso josefino exclaustra-
do, de avanzada edad-el padre Elpidio Martínez Aguilar-y pidió permiso para
celebrar. Una vez que se le concedió, se fue quedando periodos cada vez más lar-
gos, con ánimo de desplazar al capellán, al que acusaba de atentar contra la verda-
dera fe. Por ser oriundo del lugar, el padre Elpidio comprendía las costumbres de
sus paisanos, alentaba las mayordomías y se fue haciendo de ahijados de entre las
familias pudientes.
No tardó en darse la confrontación entre ambos grupos, hasta alcanzar niveles
de gran intensidad: el 11 de abril de 1970, un grupo de mujeres estuvo a punto de
linchar a pedradas y con aceite hirviendo al capellán, emprendiéndola también con-
tra el párroco de Ocotlán, padre Eugenio Cuevas, bajo la acusación de que querían
robarse al Santísimo (la custodia) y la imagen de San Lázaro. El arzobispo intentó
calmar los ánimos, removiendo al capellán, prohibiendo al padre Elpidio celebrar
y encargando la parroquia al cura de Tilcajete, pero se topó con la oposición del
grupo tradicionalista, compuesto de personas "honorables" y por las mismas au-
toridades, quienes presionaban para que se nombrase párroco al padre Elpidio. El
10La información fue recabada de la prensa local (diario Noticias), del archivo del Departamento
de Asuntos Religiosos y de entrevistas personales de campo, realizadas por el maestro Alfredo
Ramírez en octubre de 1988.
93
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
11 Informes recabados en entrevista al párroco actual Alberto Ortiz; por trabajo de campo e infor-
envió sendos telegramas a López Portillo y al secretario de Despacho, protestando contra la visita
de Lefebvre y pidiendo su cancelación, por el temor de que ocasionara enfrentamientos entre la
población católica del lugar.
13
La información de este apartado fue tomada del artículo de Ellen Messer: "The archbishop and
San Pablo: the creation of priestly folklore in Mitla, Oaxaca", Journal of Latin American Lore, UCLA,
1984, vol. 10, núm. 2, University of California, Los Angeles, pp. 139-149.
94
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
14
En San Miguel Achiutla se relata algo semejante.
95
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
Hasta medidados del siglo pasado, Oaxaca presentaba una religiosidad homogé-
nea. Es verdad que durante la Colonia estaban separadas las comunidades india y
española, pero en la práctica había múltiples contactos: Cortés había traído algu-
nos tlaxcaltecas para servicio de Antequera, y otros indios del Estado también aban-
donaron sus comunidades para instalarse allí. Desde los barrios periféricos, la
presencia india expandía su propio espacio cultural: la numerosa servidumbre de
las casonas solariegas, la nana india que educa a los hijos del patrón, las curande-
ras a las que recurren los mismos hispanos, etc. Dado que la religiosidad hispana,
en su gran complejidad, 15 poseía rasgos similares a los de las religiones autóctonas
mesoamericanas, se pudo integrar en la capital del estado un sistema ritual en el
que no había demasiadas diferencias entre las prácticas de la oligarquía y las de su
servidumbre.
A partir del siglo XVIII se dio la secularización de las parroquias. El clero
diocesano se hacía cargo de las parroquias rurales y en la ciudad quedaban sólo los
encargados de la curia y del seminario. Los religiosos tuvieron que replegarse a sus
conventos urbanos, de grandes huertas, que gozaban de la prosperidad obtenida
por el cultivo de la cochinilla: Santo Domingo concentraba más de cien frailes. En
su gran biblioteca seguramente se encontraban libros de la Ilustración, llegados de
contrabando en recuas de mulas, dentro de vasijas que supuestamente contenían
óleo para ser consagrado. Estaban también veinte franciscanos, que vivían de li-
mosna -la Tercera Orden monopolizaba la venta de las mortajas-, y varias ór-
denes religiosas más. Cada convento rivalizaba con los demás por el esplendor de
sus fiestas. La ciudad entera hacía vida conventual, guiándose por el tañer de las
campanas: a las 4 de la mañana, el rosario de la aurora; al mediodía, el refrigerio
del Angelus; a las 7 de la tarde, el rosario antes de la merienda; a las 8, el toque de
ánimas, y luego el toque de queda para ir a acostarse (los señores de la casa lo
hacían más tarde, pues gozaban del privilegio de la siesta). 16
15
De ninguna manera la espiritualidad hispana era homogénea. Junto al utopismo de Joaquín de
Fiore (expresado, por ejemplo, en Vasco de Quiroga), la teología renacentista de Erasmo de Rotterdam,
el jusnaturalismo de Vitoria, la Contrarreforma, el jesuitismo, la mística carmelitana ... , estaban los
rasgos populares, como la brujería, las contaminaciones moriscas y judaizantes, el espíritu peniten-
cial irlandés, los martirologios barrocos de Bizancio, etcétera.
16
A principios de este siglo, un grupo de ancianos -entre los cuales se encontraba el licenciado don
Francisco Vasconcelos- se reunió para recordar cómo eran las costumbres religiosas oaxaqueñas
96
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
Oaxaca continúa hoy con aquellas tradiciones: el agua fresca del Viernes de la
Samaritana, la entrega de rosas en los Viernes del Llano, la subida al Cerro del
Fortín durante las fiestas del Carmen, las empanaditas del Corpus, la visita a los
venerados "Señores" en los viernes de Cuaresma, las "posadas" y las "paraditas" del
Niño Dios, las fiestas patronales de los principales templos ... Entre las procesiones
de los religiosos sobresalía la del Jueves de Corpus. La ciudad entera se engalanaba,
se construían baldaquinos, todo el mundo estrenaba ropa y era obsequiado por la
generosidad de los mayordomos. Se acudía al templo a escuchar el florido sermón
del predicador de moda, interrumpido por los acordes de algún célebre organista
o por los coros polifónicos del seminario. Toda la población asistía: junto al clero,
el Ayuntamiento presidía, la Guardia Militar acompañaba, los patrones tenían su
lugar reservado, y los indios, aparte de cargar las andas, desfilaban en sus respec-
tivos barrios. Éstos, orientados hacia una producción diferenciada, 17 estaban cons-
tituidos como gremios, a manera de cofradías, y portaban para la ocasión sus
respectivos estandartes ("guiones"), bordados con monedas de oro, figuras de
plata y la imagen de su advocación tutelar. 18
Esta homogeneidad religiosa fue rota con la llegada de las ideas liberales, que
en Oaxaca, cuna del Benemérito, tuvieron buena acogida. Sin embargo, la Ilustra-
ción no tuvo el tinte antirreligioso de otras partes. Las elites más bien se deslinda-
ron del costumbrismo indígena. Esta religiosidad, moderadamente ilustrada, puede
apreciarse en los célebres sermones que predicó el canónigo doctor don José
Mariano Galíndez, rector del seminario, magistral de la Santa Iglesia y predicador
de moda. El del 18 de diciembre de 1844, pronunciado en el templo de La Sole-
dad, comienza describiendo la vida religiosa de entonces, a la que hacía referen-
cia: "Pongo por muestras tantos conventos donde habitaba la virtud y la sabiduría
de un gran número de individuos [... ] el entusiasmo que reinaba en todas las
clases para las prácticas espirituales; las obras piadosas y funciones caritativas; la
lectura de libros inocentes ... "
en sus tiempos de infancia. Redactaron sus recuerdos en forma dialogal, "Las veladas de doña
Bibiana": una anciana que después del rosario y antes de la cena, platicaba a su vecína sus recuer-
dos de mediados del siglo XIX. El documento mecanografiado me fue proporcionado por el licen-
ciado don Luis Castañeda Guzmán, a quien debo también gran parte de la información aquí
reseñada.
17
Los curtidores de Xalatlaco, los textileros de Xochimilco, los panaderos de La Merced, los tablajeros
de Consolación, los horticultores de La Trinidad, los ferrocarrileros del Marquesado, etcétera.
18
En la actualidad, esos estandartes fueron heredados por los barrios integrantes de la Hermandad
del Rosario y se congregan en algunas fiestas patronales.
97
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
Mas volvamos los ojos a nuestro presente: ¡Qué cuadro tan distinto! Tuvimos la des-
gracia que aventaron hasta aquí los libros más impíos y licenciosos. Comenzaron a
leerse con reserva, pasaron con la misma nota de un amigo a otro, y se extendieron
con tan funesta velocidad, que se vendían sin rubor en nuestras bibliotecas públicas
[La respuesta fue] lo que naturalmente debía suceder: que se resfrió el corazón, se
obscureció el entendimiento, se estragaron las costumbres y entró en moda y en gran
tono una moderna filosofía: Así aparecieron hombres ilustrados, que por no obser-
var lo accesorio, que llaman fanatismo, se les ve faltar a lo esencial: así vemos que las
fiestas no se santifican; que el cumplimiento de la Iglesia se ha dejado para los mu-
chachos y para las beatas; que el ayuno se ha dado pasaporte para los monasterios; así
vemos hombres, que despreciando los ritos más edificantes de la Iglesia de Dios, adop-
19
taron las ridículas ceremonias de una sociedad secreta y se honran con un mandil.
Pero a la vez que critica los efectos de las nuevas ideas, se deslinda de la reli-
giosidad popular indígena, como en el Sermón del Encuentro predicado aquel
mismo año:
Son muy irregulares los extremos de algunos oradores eil semejante lance: abrazan al
Señor, le quitan la corona y se la ponen ellos. Todos estos mitotes no pasan de falseda-
des que en nada contribuyen a la edificación. Esto pienso yo, cada uno haga lo que le
parezca. Me acuerdo haber concurrido una noche al paso del "prendimiento": unos
hombres que se decían judíos, metieron arrastrando una estatua de Jesucristo, y el
que salió de Maleo le dio una bofetada. El orador en ello del discurso fue sacando un
papel, que decía ser la sentencia de muerte: en uno de sus desplantes lo botó sobre la
concurrencia. ¡No puedo explicar la conmoción y el alboroto! Toda la gente se barrió
y se formó un círculo cuyo centro ocupaba el funesto papel. Solían también en varias
iglesias, poner un aposentillo ridículo con los judíos y el Pilato "de gente", como dicen
los muchachos. ¡No corresponden esos títeres a unos misterios tan venerables!
19 Alude al simbólico mandil masónico. Don José Mariano Galíndez Cataneo: "Sermones panegíri-
98
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
Las fases de estos conflictos son claramente distinguibles con el modelo parabólico
de Turner:
20
El Primer Concilio Mexicano hablaba de 42 festividades religiosas, muchas de ellas, además de
los domingos, eran "de guardar". Tomando en cuenta que en el medio rural las fiestas comienzan
desde la víspera, con "calendas", "convite", novenario y octava, representaban una merma del tiem-
po productivo.
21
Gran sierpe, probablemente a usanza de los dragones chinos, que solía salir, junto con la "mar-
mota" (gran rehilete con iluminación) y los "gigantes" bailarines, que todavía se pueden ver en las
"calendas" (Marroquín, 1995: 147).
99
RELIGIOSfDADES EN CONFLICTO
100
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
La estrategia lefebvrista para recabar base social fue la simulación: tuvieron cui-
dado de no presentar nunca su discurso ideologizado antiliberal, sino que aprove-
charon la insatisfacción religiosa, para presentar las innovaciones simplemente como
contrarias al tradicional "sistema de santos" y contra el sentido sagrado del espacio.
El templo, en efecto, se convertía en un salón social en cuyo interior, en Tlaxiaco, se
representaban obras y había aplausos; en Mitla se exhibían películas, y en Ojitlán
tocaban con estruendo guitarras y trompetas. Además, disimularon su oposición
secular contra las prácticas "idolátricas" de los chamanes -misma que había oca-
sionado en otro tiempo el conflicto de Cajonos-, a las cuales veían ahora como
simples "supersticiones" toleradas. Curiosamente, ambos contendientes adoptaron
estrategias contrarias a sus propias convicciones: los tradicionalistas, que siempre se
habían respaldado en la autoridad y la mitificaban con la obediencia institucional
"ciega': impugnaron esa misma autoridad y utilizaron las mismas técnicas que antes
condenaban, como fue la toma de los templos por la fuerza. En cambio, la moderni-
Caciques
tradicionales
Proyecto cultura 1 Religión
tradicional r---------- -
1
(mayordomos)
Lefebvrianos
Base Oficialidad
social eclesiástica
Modernizan tes
~---,----~ ------•
Proyecto cultural
Jerarquía
moderno
Indigenismo
oficial
101
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
EL EMBATE DE LA MODERNIDAD
Es indudable que fue la conjunción de múltiples factores lo que dio origen a los
"tiempos modernos", y nadie cuestiona la importancia que tuvo el factor religio-
so. A su vez, estos cambios culturales influirán decisivamente en la vivencia de la
fe. Basten unas cuantas insinuaciones para ver su relación:
Hacia los siglos XIII y XIV, las ciudades -los "burgos"-vuelven a crecer, y con
ellas un estilo de vida menos ligado a la naturaleza, por tanto, a una divinidad
propiciatoria del buen tiempo. Los "burgueses': laboriosos y austeros en sus talleres,
tenían que agradar a los poderosos comerciantes, cuya voracidad ya no era frenada
por el miedo a la condenación ultraterrena. Ahora importaba el saeculum, el "más
acá". La teología misma toma un rumbo nominalista y se orienta hacia la tierra; la
sabiduría se desplaza de la reclusión monástica a la enseñanza universitaria. 22 La
22 Recordemos una descripción de la época en la bella novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa.
102
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
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RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
104
CUANDO LA TRADICIÓN RESULTA CONTESTATARIA
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Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
107
R ELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
juntos, como magisterio episcopal para la zona. 1 Animándose los unos a los otros
fueron conformando líneas de acción que dieron identidad a la región:
a) En primer lugar decidieron expresar la colegialidad episcopal, superando
personalismos protagónicos, tan frecuentes entre los obispos:
Los obispos de la Región Pacífico-Sur tratamos de ser un equipo colegiado que inten-
ta responder a las realidades históricas de nuestra zona, con planteamientos comu-
nes que buscan integrar y respetar la pluralidad de corrientes ideológicas pastorales
existentes, sin fraccionar la unidad colegial que, desde 1977, hemos venido tratando
de acrecentar cada día más [... ] Ninguno de los obispos de la región ha pretendido
dejar marfada su huella personal. Hemos pretendido concretizar la Colegialidad
Episcopal en un grupo colegial que actua como equipo ... 2
1
Se citan, entre otros: "Nuestro compromiso cristiano con los indígenas y campesinos de la región
Pacífico Sur" (1 977); "Carta pastoral: 450 años delas apariciones de la Virgen de Guadalupe" (1981);
"Vivir cristianamente el compromiso político" (1982); "Los pobres, signo de resurrección" (Pas-
cua, 1984); "Narcotráfico, p reocupación pastoral" (1984); "Evangelio y bienes temporales" (1985);
"Alcoholismo, preocupació n pastoral" (1990).
2
"Homilía jubilar", predicada por monseñor Bartolomé Carrasco, arzobispo de Oaxaca, en oca-
sión de las bodas de plata episcopales de monseñor Samuel Ruiz, obispo de San Cristóbal de las
Casas, en 1984.
3
El Centro Episcopal de Pastoral Indígena fue un organismo oficial de la Conferencia Episcopal
Mexicana, el cual integraba a obispos con preocupaciones similares a los de esta región, tales como
el fallecido monseñor José Llaguno, de la Tarahumara. Por problemas posteriores con la jerarquía,
este organismo fue desconocido, pero continúa prestando sus servicios de manera independiente
como Centro Nacional de Misiones Indígenas (CENAMI).
108
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
4 Cfr. el folleto "Seminario Regional del Sureste. XX Aniversa rio''. Tehuacán, 1989.
109
RELIGIOSlDADES EN CONFLICTO
que secularmente habían gozado por parte del clero y que ahora se concentraban
en los "yo pes". 5 De las críticas pasaron a la denuncia, encontrando oídos propicios
en el entonces delegado apostólico, monseñor Girolamo Priggione.
En el Vaticano había recelo hacia la teología latinoamericana, a la que se veía
demasiado audaz o manipulable por el comunismo internacional. Entre los pocos
núcleos progresistas existentes en México, preocupaba la región pastoral del Pací-
fico Sur, por aglutinar obispos independientes y críticos. Por ese entonces había
interés en cuidar las relaciones con el gobierno mexicano, con miras a la modifica-
ción del estatuto jurídico de las iglesias y a la eventual reanudación de relaciones
diplomáticas, de modo que se pretendió controlar dicha región. Con este fin se
ejercieron ciertas presiones, se realizaron visitas apostólicas a algunas diócesis, se
enviaron discretos avisos, pero adonde se apuntó principalmente fue hacia la
arquidiócesis de Oaxaca.
La coyuntura se presentó cuando el metropolitano don Bartolomé Carrasco
Briseño solicitó un "obispo auxiliar" para atender mejor a las comunidades indí-
genas, debido a su avanzada edad. Se nombró al obispo de Campeche, don Héctor
González Martínez, arzobispo coadjutor, con derecho a que le sucediese, cuando
conforme al consejo conciliar tuviera que renunciar pocos años después, a sus 75
años de edad. En la bula del nombramiento se le otorgaban al coadjutor las si-
guientes facultades especiales: velar por el cuidado y la disciplina de los sacerdo-
tes, diocesanos o religiosos; velar por el cuidado y la disciplina de religiosas y
religiosos no sacerdotes, incluida su formación; velar por la marcha del seminario
menor y regional; procurar que se cumpliese la disciplina en la Iglesia; el nombra-
miento o cambio de los sacerdotes, y la aplicación de sanciones canónicas. Era
evidente que se trataba de enmendar la orientación pastoral, como se vio desde la
llegada misma del coadjutor, el 6 de abril de 1988. En su ceremonia de recepción,
preparada con esmero, don Bartolomé Carrasco hizo una bella reseña del recorri-
do de la diócesis y le entregó al nuevo arzobispo la cruz de Huatulco, símbolo del
relevo. En la misa, el delegado apostólico, aplaudido por los movimientos apostó-
licos presentes con pancartas de apoyo, fustigó a la llamada "Iglesia popular", ad-
virtiendo contra la democratización de las estructuras eclesiales.
Desde las primeras medidas del nuevo arzobispo se mostró una línea diferen-
te, pero el conflicto estalló en el plenario sacerdotal de noviembre de 1989, al
5
Yope es el término despectivo con el que la burguesía oaxaqueña se refiere a los indios, sin atender
a la etnia a la que pertenecen.
110
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
111
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
tida, con argumentos que reflejan el recelo ante una supuesta formación mar-
xista "que intenta transformar el contexto social; pero utilizando el método revolu-
cionario de la lucha de clases y de cambio radical de estructuras opresoras". Basado
en estos informes prejuiciosos, nombra al obispo de Tehuacán responsable único
del seminario, encargándole la corrección de las supuestas desviaciones.
Entre las varias reacciones que hubo destacó la de los propios seminaristas,
quienes organizaron una procesión a la catedral, y al encontrarse con las puertas
cerradas tuvieron en el atrio una jornada de oración y ayuno de mucho impacto
entre la población. La respuesta fue fulminante: algunos obispos, entre ellos el
local, sacaron a sus seminaristas, lo que ocasionó la desintegración del seminario.
Entre las represalias de lo que se consideró desacato, se expulsó a los alumnos de
Tehuacán, mientras que a los de Oaxaca se les envió durante un año a sus casas,
antes de recomenzar el seminario propio en la arquidiócesis. En cambio, los obis-
pos de Tehuantepec y de San Cristóbal decidieron continuar con la formación
conjunta de sus seminaristas con mayor cercanía del pueblo.
Liberacionistas y neoconservadores
112
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
6 Para el tema religioso en el marxismo se pueden citar, entre otros, Post, Werner. 1972. La crítica de
la religión en Carlos Marx. Barcelona: Herder; Tovar, Cecilia. 1977. Marx y la crítica de la religión.
Lima: CEP; Acton, H.B.: "The marxist-leninist theory of religion': Ratio 1: 136-149; Dussel, Enrique.
1983. "¡Marx ateo? La religión en el joven Marx (1835-1849)". En E. Marroquín (comp.), Marxistas
y cristianos. Puebla: UAP, pp. 179-212; Miranda, Porfirio. 1980, El cristianismo de Marx. México;
Assman, Hugo y Reyes Matte (comps.). 1974. Marx y Engels: textos sobre la religión. Barcelona:
Herder; Oberazbacher, Franz Peter. 1985. "Religión ideológica y religión metalógica". En Religión y
política en México. México: Siglo XXI.
7 Como ejemplo de tal persecución, si bien haya que tomarse con cautela, dado el anticomunismo
que profesaba, véase las siguientes cifras publicadas en la revista Nuevo Mundo, órgano del Secre-
tariado Social Mexicano. A mediados de la década de los cuarenta se hablaba de ocho obispos
encarcelados y tres "destituidos" en Rumania, 700 sacerdotes y religiosos presos en Polonia, 400
sacerdotes asesinados en Yugoslavia, 1 200 sacerdotes muertos en la guerra española, el cardenal
Midzenty preso en Hungría ...
113
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
Albert de Mun, Von Ketteler, etc., que fue recogida por el papa León XIII en su
célebre encíclica "Rerum Novarum".
Cuando terminó la segunda guerra mundial y el peligro fascista parecía con-
jurado, a Estados Unidos -el más beneficiado por la nueva situación- le pre-
ocupaba frenar el expansionismo soviético. Truman anunció, el 12 de marzo de
1947, la "guerra fría", e intentó atraerse a la Iglesia. En Latinoamérica, se asignó
justamente a los "católicos sociales" la conducción de la campaña anticomunista
en su versión católica, de modo que la "tercera vía" terminó alineándose a la órbi-
ta del "mundo libre". Por otra parte, la guerra permitió en Latinoamérica un rela-
tivo crecimiento de capitales criollos y un creciente mercado interno. Se preveían
condiciones favorables para el desarrollo, y la "Alianza para el Progreso", anuncia-
da por Kennedy el 13 de mayo de 1961, marcó el inicio de una nueva política de
créditos e inversiones. Todo mundo participaba de la euforia "desarrollista", y los
católicos con inquietudes sociales impulsaban ahora el desarrollo comunitario,
por medio de proyectos financiados por el episcopado alemán. Sin embargo, hubo
una corriente de sociólogos latinoamericanos recelosos de que el mentado desa-
rrollo fuese tan sólo una estrategia de la inversión extranjera para apoderarse del
naciente mercado interno. Los "teóricos de la dependencia" probaban que mien-
tras se mantuvieran las mismas estructuras, no era posible a las naciones periféricas
alcanzar el desarrollo de las industrializadas. Cuba demostraba, además, la posi-
bilidad de que esta realidad podía ser modificada, y por todo el subcontinente
surgían movimientos de liberación nacionales.
Fue cabalmente en este contexto donde se gestó una reflexión teológica que
tuvo como experiencia fundacional la explotación estructural ejercida sobre las
grandes mayorías empobrecidas, así como la esperanza de cambio. Esta reflexión
teológica fue un segundo momento, pues siguió a la previa práxis de compromiso
radical de muchos cristianos, y a su vez gestó la "religiosidad liberacionista", es
decir, toda una manera de reinterpretar la vivencia de la fe. Este movimiento de-
mostró gran coherencia, y en varios países, muchos cristianos derramaron su san-
gre. Tuvo gran profundidad y éxito difusivo y cristalizó en múltiples movimientos
apostólicos y experiencias pastorales, sobresaliendo las comunidades eclesiales de
base. Una generación más reciente de los teólogos de la liberación hizo su re-
flexión desde la emergencia de los nuevos protagonistas que reclaman sus dere-
chos diferenciados: los ecologistas y sobre todo las mujeres y los grupos indígenas,
quienes como en Chiapas y Oaxaca exigen su derecho a vivir dignamente la pro-
pia cultura.
114
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
El neoconservadurismo vaticano
8 Según Berman, la modernidad tiene tres fases: la primera abarcaría desde principios del siglo XVI,
hasta finales del siglo XVIII; la tercera fase comenzaría a principios del siglo XX (1982: 2) .
9 Miedo al extranjero, a causa de la bomba atómica; miedo a respirar, a causa de la contaminación;
miedo al sexo, a causa del sida; miedo a comer, a causa de la comida chatarra; miedo al paseo
vespertino, a causa de tanta delincuencia ...
115
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
116
Y LA LIBERAOÓN FUE OFICIAL
13
Department of State Bulletin, diciembre 8 de 1969, p. 504.
14
"Pese a que no es ampliamente conocido, los establecimientos militares y la Iglesia Católica se
encuentran también hoy entre las fuerzas dedicadas al cambio social y político [... ] Éste es un
papel nuevo para ellos."
15 En la carta que dirigió a la Conferencia Episcopal Brasileña, el 9 de abril de 1986, dice textual-
mente: "Estamos convencidos, Nosotros y Ustedes, de que la teología de la liberación [en el senti-
do en que se viene exponiendo] es no sólo oportuna, sino útil y necesaria..."
117
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
16El "modelo de Iglesia" como categoría sociológico-teológica, que constata la estructura que pre-
senta la institución en relación con determinado proyecto sociopolítico, fue difundida por G.
Gutiérrez (Líneas pastorales de la Iglesia en América Latina, CEP, 2a ed., Lima, 1977). Es probable
que el autor esté en deuda con Segundo Galilea; posteriormente Leonardo Boff hizo interesantes
aportaciones.
118
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
Las estrategias empleadas por los sacerdotes jóvenes fueron del tipo "juegos
suma O", mostrando gran creatividad imaginativa, pero traslapando tácticas pro-
pias de la lucha política al plano del conflicto eclesial (se propusieron marchas a la
ciudad de México, plantones, desobediencia, etc.). La estrategia del arzobispo co-
adjutor fue el apelo a la autoridad, a la legitimidad jurídica, a la unidad eclesial,
etc., al tiempo en que se apoyaba en el Delegado Apostólico.
La tercera fase, de acción reparadora, pudo darse gracias a la prudencia y el
prestigio del arzobispo saliente que siempre llamó a la cordura. Se tuvieron que
realizar negociaciones y compromisos tácitos para que pudiese continuar la mar-
cha habitual de la diócesis. Cuando el nuevo arzobispo se consolidó, retiró de la
diócesis a los agentes venidos de fuera y logró posiciones clave (como el semina-
rio), mientras toleraba experiencias progresistas en el medio indígena, con tal de
que no ocasionaran problemas extralocales. Por la otra parte, había conciencia
de que el proceso era irreversible y que había que aprender a trabajar en la nueva
situación, evitando inútiles confrontaciones. Las circunstancias se habían modifi-
cado: el conflicto chiapaneco, con las sospechas suscitadas sobre la pastoral de
aquella diócesis, reavivó el recelo de sectores dominantes; el reflujo del movi-
miento popular en el nivel nacional y de la misma teología de la liberación, dismi-
nuían los apoyos del grupo disidente.
La cuarta fase o de reintegración es la más reciente, y está fuera del tiempo es-
tudiado: la solución no era satisfactoria. Los tensionamientos dificultaban la go-
bernabilidad de la arquidiócesis y había peligro de dispersión pastoral y de que la
frustración empujase a cada cual a hacer lo que quisiese. Esta fase comenzó con la
llegada de un obispo auxiliar, que fungiese como "tercer actor", recayendo el nom-
bramiento sobre monseñor Miguel Ángel Alba Díaz, exrector de Monterrey. Su
prudencia, simpatía y preparación despertaron la confianza de ambas partes, de
modo que se pudo superar la crisis. La comunidad eclesial se replegó nuevamente
en el estado de communitas (los principios evangélicos, la conciencia de unidad, la
pastoral ante los feligreses), a la vez que elementos propios de "estructura" (los
controles económicos y jurídicos) y cierta tolerancia manifestada, mueven a un
reacomodo.
Algunos antropólogos han resaltado la necesaria unicidad que poseen todas
las religiones(Evans-Pirchard, 1965). En especial, se reconoce la unidad y la fuerte
cohesión disciplinaria como características de la Iglesia católica. Sin embargo, la
misma complejidad de dicha institución le permite aceptar en su seno diversidad
de vivencias de la misma fe compartida. Desde los tiempos de Constantino-cuan-
do el cristianismo devino religión de Estado-, surgieron los "eremitas': cristia-
119
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
Política neoliberal
Proyecto indigenista
subordinado
Neoconservadores
Base Oficialidad
social eclesial
Líberacionistas
120
Y LA LIBERACIÓN FUE OFJCIAL
17"Usamos el concepto visión en lugar de tendencia o posición [cita a L. Olivé], porque no preten-
demos calificar a los autores detrás de sus textos. Al poner la atención en el texto mismo, descubri-
mos que un mismo autor puede producir discursos de diversas visiones tanto al interior de un
mismo documento como diversos documentos en iguales o diferentes momentos." (Ramos, 1992:
41, nota a pie).
121
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
La objeción que puede hacerse a estos meritorios análisis, 19 es que sus tipos
propuestos no se hallan en el mismo eje semántico. El cristianismo cultual, al
18 De paso señala a los "lefebvristas", cuya experiencia religiosa fundante estaría en el Concilio de
Trento.
19 Otro análisis, si bien en contexto cultural diferente al oaxaqueño, es el de Carlos Rodríguez Brandao
(1983 ), acerca del campo religioso en la Diócesis de Goiás, Brasil, en el que incluye los protestantismos
122
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
CONCEPTO DE RELIGIOSIDAD
123
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
20
La iconografía colonial ejemplifica esta circulación ideológica: de origen oligárquico, sus símbo-
los fueron introyectados en la religiosidad popular (San Miguel o Santiago, con el traje militar del
conquistador y con un demonio indiano a sus pies). Otro ejemplo lo da el pentecostalismo, origi-
nario de la marginalidad negra norteamericana y que recientemente fue asumido por el movi-
miento carismático en boga entre la burguesía oaxaqueña.
124
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
125
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
LAS ESPIRITUALIDADES
21
En la tradición, el Espíritu Santo es considerado la fuerza religiosa libre y salvaje, que tiende a ser
domesticada por las disciplinas institucionales, pero que constantemente emerge de nuevo. La
antropología religiosa podría compararlo con la tensión entre lo dionisiaco y lo apolíneo en Occi-
dente.
126
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
Por ejemplo, cuando la baja Edad Media fue sacudida por el clima de reacción
contra el utilitarismo mercantilista, surgieron múltiples movimientos sociorre-
ligiosos contra la mundanización del alto clero. Algunos de estos movimientos,
tales como el de los waldenses o el de los cátaros, cristalizaron en herejías, mien-
tras que otros fueron reconocidos oficialmente como órdenes mendicantes.
Tanto las religiosidades como las espiritualidades son condicionadas por deter-
minado contexto social, más amplio en las primeras y más conyuntural en las se-
gundas. Las religiosidades son relecturas totalizantes del corpus revelado, inscritas
en la "gran tradición" y al menos tendencialmente difundidas entre las grandes masas
de católicos. Las espiritualidades, en cambio, surgen en momentos puntuales como
respuesta a los desafíos ambientales, y son patrimonio -necesariamente- de una
pequeña minoría de selectos que la viven con intenso fervor. Es común que una
misma religiosidad genere diversos movimientos de espiritualidad, sobredetermi-
nando su orientación general. 22 Sin embargo, la transformación de una religiosi-
dad sólo se da cuando algunos movimientos de espiritualidad logran impactar a
las cúpulas jerárquicas (lo sucedido en el Concilio Vaticano II) o sacudir fuerte-
mente el cristianismo ambiental. Las espiritualidades, a su vez, tienen que inscri-
birse dentro de determinada religiosidad: o bien dentro de la religiosidad
imperante, o bien se convierten en antelación de otra nueva en desarrollo, o bien
se vinculan, nostálgicas, a religiosidades ya superadas (movimientos respectiva-
mente de reforma o de retorno a la tradición).
Hemos expuesto hasta ahora siete orientaciones religiosas que comparten el campo
religioso de Oaxaca y que de alguna forma engloban otras posibles. Tres de ellas
corresponden a sistemas religiosos completos (el catolicismo sincrético cultural, el
cristianismo evangélico, el secularismo) y las cuatro restantes son "religiosidades"
dentro del catolicismo. La siguiente tarea será averiguar el peso que posee cada una
de éstas en la población oaxaqueña. Para este fin se pensó en aplicar una encuesta.
22
En el contexto general del nacimiento de los tiempos modernos comienza a gestarse una nueva
religiosidad, la cual cristaliza de diversas formas: la espiritualidad ignaciana, como adaptación
militante; las mendicantes franciscana y dominicana, como reacción; la carmelitana, como res-
puesta de la Contrarreforma ...
127
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
128
Y LA LIBERACIÓN FUE OFICIAL
129
RELIGIOSIDADES EN CONFLICTO
gran número de personas prefiere guiarse por su conciencia antes que por los
dictámenes eclesiásticos, y rechazan que el clero les imponga preferencias políti-
cas). El pluralismo va abriéndose camino en las relaciones con personas de otra
religión, salvo unos pocos fanatizados a quienes les gustaría excluir a aquellos que
no acepten su forma de llegar a Dios. Los estudiantes y otros ambientes urbanos
ya no siguen tanto las normas de la Iglesia, por ejemplo, respecto al matrimonio o
los anticonceptivos, y prefieren una fe desvinculada de lo ético, arraigada en el
espiritualismo intimista, con poca identidad confesional.
130
TERCERA PARTE
EL "CAMPO RELIGIOSO"
Y SUS AGENTES
Las articulaciones simbólicas -los tres sistemas religiosos completos de la prime-
ra parte y las cuatro religiosidades, de la segunda- no actúan en abstracto, ni se
dan hipostasiadas. Requieren, para operar, de agentes religiosos que funjan como
"portadores" suyos.* Estos protagonistas, aparte de enfrentarse por razón de sus
respectivas religiosidades -y consiguientemente, por las posiciones sociales de
los sujetos que representan-, disputan entre sí cuotas de poder dentro de la divi-
sión del trabajo religioso, respecto a la clientela potencial de la congregación laica!.
De este modo, entre el determinismo economicista, que haría derivar todas las
transformaciones socioculturales de los cambios simples en la infraestructura, y
la ilusión de plena autonomía religiosa que sienten muchos eclesiásticos, habría
que considerar la dinámica propia del trabajo religioso de los agentes.
Si en la primera parte los conflictos se daban entre sistemas religiosos com-
pletos, en esta parte, como en la anterior, los conflictos se darán dentro del siste-
ma religioso como tal. La diversidad de agentes disputarán espacios al interior del
campo religioso, valiéndose de su clientela laica!. Pero a diferencia del caso de las
"religiosidades", que eran expresión religiosa de la posición económica social en
la estructura de las clases fundamentales en la sociedad global, los conflictos que
ahora se analizan provienen de la posición que ocupan dentro del campo propia-
mente religioso, lo cual no descarta que pueda tener repercusiones a otros niveles.
Cualquiera que se haya asomado al medio indígena oaxaqueño se habrá sor-
prendido de la gran variedad de agentes religiosos interactuantes: los mayordo-
mos, encargados del culto a los santos, preparan con esmero sus fiestas, mientras
el grupo protestante impugna dicho culto como idolatría. Los chamanes siguen
yendo en semiclandestinidad a las cuevas, pero los emigrados van dejando de
identificarse con los ritos tradicionales y promueven la Legión de María, una aso-
ciación religiosa más acorde con formas urbanas de religiosidad. Un maestro, tras-
nochado heredero de la "educación socialista" del cardenismo, hace gala de su
ateísmo ante niños sorprendidos y disputa con el médico del Centro de Salud,
que pertenece a los Cursillos de Cristiandad. El rezandero, quien conduce los ri-
* Prefiero el término weberiano "portador ideológico" (Weber, 1983: 408) de los modelos religio-
sos, al althusseriano de "soporte", que denota cierta reificación de los "aparatos ideológicos".
133
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
tos funerarios, se opone a que antes del levantamiento de la cruz vayan los curan-
deros a "limpiar" la casa contra posibles maleficios de los brujos. El grupo de
catequistas, feministas y muy ligadas a una religiosa que practica la herbolaria,
tiene problemas con el sacristán, quien en acuerdo con el presidente municipal,
no les abre el templo para sus clases de Biblia; el párroco tiene que tolerar a un
grupo de fanáticos "cruzados", fundados por el cura anterior, y a la vez tiene pro-
blemas con los radicales seminaristas, de religiosidad liberacionista, que van allá a
hacer su práctica pastoral ...
Poner un poco de orden a esta abigarrada realidad es la tarea propuesta para
esta parte. Para ello, será de utilidad el instrumental proporcionado por Max Weber
(1922), reelaborado por Bourdieu (1971a y 1971b). Su punto de partida fue de-
tectar las funciones que cumplen cada uno de estos actores, lo que le permitió
reagrupar la multiplicidad de agentes que presentan las diversas religiones en tan
sólo tres tipos ideales: el sacerdote, el profeta y el mago: la necesidad de sistematiza-
ción y de moralización de la religión exigidas por la complejidad de la vida urba-
na, lleva a la división del trabajo religioso. Se integra así un cuerpo de sacerdotes
que producirán complicados sistemas teológicos y sofisticados rituales, inaccesi-
bles para la gran masa de laicos. Al sobreponerse este nuevo sistema religioso a las
prácticas rurales anteriores, los gestores de éstas quedan reducidos a brujos, con
lo cual se abre a la oposición entre magia y religión. Por otra parte, el sacerdote
enfrenta la oposición del profeta, quien cuestiona la inevitable rutinización del
carisma y las componendas mundanas del clero con el poder temporal. El brujo y
el profeta, a su vez, se oponen entre sí primeramente por sus respectivas actitudes
religiosas -la eficacia del ritual mágico en el primero, y la conducta ética perso-
nal en el segundo-, pero también, por el interés (del brujo) o desinterés (del
profeta) con que prestan sus servicios.
Las actividades de los tres tipos de protagonistas del campo religioso sólo se
comprenden metodológicamente desde la interacción que realizan entre sí y respec-
to a los diversos sectores del laicado con sus respectivos intereses de índole político
cultural. Con todos estos elementos se estructura así el "campo religioso': En Oaxaca
esta triada reviste una pluralidad de formas con sus respectivas oposiciones se-
cundarias. Se expondrán, por tanto, otros conflictos surgidos entre agentes reli-
giosos del mismo grupo o respecto de los agentes laicos: las relaciones de los
sacerdotes con las autoridades civiles; las religiosas -que comparten el papel sa-
cerdotal siendo mujeres- en su relación con el poder masculino; las relaciones
entre el clero y el laicado, la ubicación de videntes y curanderos, etc., son una
realidad que espera ser analizada con mayor profundidad.
134
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
1
Para el conocimiento del conflicto me he valido de dos visitas a ambos pueblos: la primera en 1985
y la segunda en 1991. Utilicé, además, un informe que sobre estos acontecimientos el equipo parroquial
dirigió al arzobispo, así como notas periodísticas.
135
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
2
El lienzo de Teojomulco fue retocado en 1954. Texmelucan exhibe sólo una copia certificada del
original, que está extraviado.
136
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
niencia que por verdadero convencimiento, la mayor parte de los vecinos de las
rancherías de Teojomulco se convirtió a la nueva religión, y en una de ellas, El
Limón, prácticamente todos los vecinos son evangélicos.
Cuando don Justino fue presidente municipal, como primera obra, astutamen-
te, construyó el curato católico, con lo que se ganó a la población. Dado que el gana-
do andaba suelto y los campesinos tenían que cercar sus campos para protegerlos, él
ordenó que fuesen los ganaderos y no los pobres quienes debían alambrar su terre-
no, medida que le favoreció para concentrar tierra. También impuso la ley seca en el
pueblo; logró que las dos facciones violentas enfrentadas depusieran sus rencillas y
que durante su periodo cesaran las provocaciones con Texrnelucan.
Otro factor importante fue que a fines de 1982 llegó a la parroquia el Equipo
de Pastoral Misionero, con tendencia liberacionista, que alentaba la concientización
y la participación del pueblo. Se formaron cooperativas, cajas populares y grupos
de trabajo en común, y por su medio, los católicos alemanes donaron al pueblo
un camión, para neutralizar el monopolio comercial del cacique, y propugnaban
por buscar una solución negociada y estable al conflicto entre ambos pueblos,
bajo su misma jurisdicción parroquial.
Sin embargo, en febrero de 1984, Teojomulco decidió sembrar en el paraje El
Piojo, en disputa. En respuesta, Texrnelucan hizo una quema y roza en el paraje
Río Flor, también en disputa. Al año siguiente, el 27 de febrero, los presidentes
municipales de ambos pueblos lograron entrevistarse en Sola de Vega, cabecera de
distrito, y acordaron suspender los trabajos en la zona en conflicto y reunirse nue-
vamente en mayo en el paraje La Loma, ubicado entre ambos pueblos. Aunque la
reunión fue difícil acordaron consultar a sus respectivas asambleas con respecto a
la tierra que estaría cada pueblo dispuesto a ceder para finiquitar el asunto. Pero
el 21 de mayo algunos vecinos de Teojomulco asesinaron a cuatro personas de
Texmelucan en Las Salinas. En venganza, el 24 de mayo, en La Arena, los de Texrne-
lucan hirieron a otra persona. De ahí en adelante se recrudeció el conflicto; en
agresiones constantes -de emboscamiento a particulares más que de enfrenta-
miento entre pueblos-, en un espacio de cuatro meses murieron 23 personas--entre
ellas, el hijo de don Justino y un sobrino suyo-, además de varios heridos de
gravedad, 3 hasta que, por las presiones de la prensa, el ejército fue a pacificar la
región.
3
La Jornada, septiembre 11 de 1985, p. 32; septiembre 13, p. 32.
137
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
138
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
Nosotros, como católicos, estamos convencidos que la Palabra de Dios nos manda no
derramar sangre, no matar a nuestros prójimos [... ] Hasta ahora solamente hemos
corrido cuando nos atacan, porque aunque somos "indios", tenemos uso de razón y
tenemos memoria, para acordarnos que no se ha podido arreglar nada con balas.
Tenemos sobre todo una gran Fe en Dios que todo lo ve y sabemos que no nos aban-
donará nunca[ ... ] Al pueblo católico creyente de Teojomulco le pedimos que recuer-
de el "Padre Nuestro": somos hijos de un solo Dios, aunque nosotros hablamos idioma
[sic]; hermanos de un mismo Cristo y alimentados por un solo Espíritu y tenemos un
mismo destino. Como dijimos en la última entrevista, "nadie se lleva la tierra al mo-
rir, Dios no la hizo como causa de muerte, sino para mantener la vida." 6
6
Carta leída en asamblea de comuneros, proporcionada por el equipo parroquial de Teojomulco.
139
EL "CAMPO RELJG!OSO" Y SUS AGENTES
140
Los GESTORES DE LO SAGRADO
141
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
intercambiable con cualquier otro funcionario dentro del mismo cuerpo de bu-
rócratas, son los principales encargados de la conservación y el acrecentamiento
del capital religioso. En la Arquidiócesis de Oaxaca, el sacerdocio ministerial es
ejercido por unos 150 ministros, tanto diocesano como religioso; en la diócesis de
Tehuantepec hay 42; Huajuapam es la más favorecida, con 108 sacerdotes; Tuxtepec
tiene 18 sacerdotes, algunos de ellos de los padres combonianos; la prelatura
mazateca apenas tiene 11 sacerdotes, la mayoría josefinos, y la prelatura mixe, unos
28 sacerdotes, 25 de los cuales son salesianos ... La falta de vocaciones y la amplitud
territorial hacen que muchas parroquias tengan que atender a 15 o 20 localidades
(las hay con 30 o 40 e incluso -como la de Tlaxiaco- hasta 80 comunidades).
Éstas suelen estar distantes y mal comunicadas, por lo que para visitarlas tienen
que caminar varias horas a pie o en mula, o arriesgar sus vehículos por pésimos
caminos. La variedad de las lenguas autóctonas, la pobreza, la soledad y las injus-
ticias en que viven sus feligreses, no dejan de representar fuertes desafíos, y hacen
del trabajo cotidiano del sacerdote un verdadero heroísmo. La función sociológi-
ca del "sacerdote", por representar la estabilidad institucional, lo acerca a las auto-
ridades políticas. La especificidad del campo religioso indígena y la problemática
personal de los clérigos se presta a situaciones de competencia con ellas, sobre
todo si éstas tienen cuño caciquil.
142
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
7
Se calcula que en diciembre, mes en que se celebra la fiesta de la patrona, llegan al pueblo más de
un millón de peregrinos. A cambio de la derrama económica que esto significa, se presentan fuer-
tes problemas de estacionamiento, basura, enfermedades, contaminación, etcétera.
143
E L "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
el poder político y militar; ese fue el origen del nefasto cacicazgo. En 1945, un
grupo cansado de tal situación, mató al cacique, pero los victimarios se volvieron
caciques a su vez, y el hábil escribano Eucario Vargas regresó al gobierno, pues no
había otro que supiera llevar los asuntos municipales. En ese entonces el pueblo
enfrentó a su párroco, el padre Librado Vargas Hernández -pariente tanto del
escribano como del nuevo cacique-, el cual fue corrido, llevándose el dinero
recabado para arreglar el campanario. 8
A mediados de los cincuenta Ismael Vargas, de la misma base social del caci-
cazgo, presidió el Ayuntamiento. Sin embargo, fue sensible al pueblo: promovió el
sentido comunitario, desarmó a los pistoleros y fomentó la enseñanza escolar.
El resto del grupo caciquil obstaculizó cuanto pudo su labor educativa y supo
astutamente manipular al nuevo párroco, Genaro Ortiz, quien previno al arzobis-
po, don Faustino Gómez, contra el supuesto anticlericalismo de las autoridades, y
éste, a su vez, movió sus influencias ante el gobernador para remover al presiden-
te municipal. Se envió a un sustituto, pero cuando éste conoció la realidad del
pueblo, reconoció al presidente.
En 1963, un miembro del grupo de caciques fue nombrado para un puesto
público importante en Oaxaca y gracias a su influencia recuperaron el poder. El
pueblo se organizó y logró triunfar en las elecciones de 1972, aunque el triunfo no
les fue reconocido. Mientras tanto, la parroquia tuvo varios sacerdotes que convi-
vieron más con el pueblo. A fines de 1980, el pueblo tomó el palacio municipal
para presionar al gobernador, con lo que se formó un gobierno de coalición. Los
caciques, tratando de recuperar el poder, se acercaron nuevamente al párroco y
acusarnn de anticlerical a la otra facción. El sacerdote criticó desde el púlpito a las
autoridades, pero las mujeres ya estaban despertando, apoyadas por unas religio-
sas que poco antes habían llegado. Así, los habitantes fueron a hablar con el arzo-
bispo, quien se presentó en el pueblo para remover al sacerdote y encomendar la
parroquia a las religiosas. El 19 de noviembre de 1983, finalmente, se realizó un
plebiscito y los caciques fueron desplazados.
LA CRUZ MESIÁNICA
Frente a estos casos de curas-caciques, en los que la autoridad religiosa del sacer-
dote se vincula a los poderes temporales, se encuentran otros en los que la asocia-
8 En 1980, según parece, el arzobispado devolvió de sus propios fondos parte de esa cantidad.
144
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
La campana de la liberación
9
El imparcial, abril 19 de 1986, p. l.
10
Hora cero, octubre 23 de 1985.
11
Durante el tiempo reseñado, el magisterio estaba fuertemente dividido entre el Movimiento
Vanguardista Magisterial, grupo oficial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) y el Movimiento Democratizador del Magisterio, más independiente, vinculado a la
Coodinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Este último grupo, de la sección
22 del sindicato, era hegemónico en el estado.
145
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
adolecía. Hacia 1991, el presidente del templo había organizado una colecta entre
los vecinos para la reconstrucción de las torres, que guardarían el tesoro más pre-
ciado del templo: las campanas donadas por los Flores Magón. La cuota era de
veinte pesos por familia, pero el presidente en turno, Wildebaldo García, presio-
naba para que se cobrara cincuenta, y así poder quedarse con el resto. Como el
encargado del templo se rehusó al fraude, el edil lo golpeó y lo encarceló. Al cono-
cer el hecho, Melquiades Rosas Blanco, un diácono mazateco que estaba en el pue-
blo, junto con el padre Castellanos, sacerdote josefino, organizaron a la gente, y
ésta logró sacar al presidente municipal, a quien pasearon atado por la calle. Los
caciques acusaron entonces a Melquiades y a su grupo de haber golpeado al pre-
sidente; encarcelaron a una mujer seguidora y mataron a otro. Recurrieron al
Jurídico, ante el cual argumentaron que un sacerdote estaba haciendo política.
Este departamento les dio la razón y les aconsejó que lo impugnaran, pero la
gente no los siguió. En cambio, la organización acudió a un grupo de derechos
humanos y a través de él tramitó un procedimiento ante la Cámara de Diputados,
que declaró la desaparición de poderes y estableció un consejo municipal que
ejercería la autoridad.
Posteriormente se integraron las Organizaciones Indias pro Derechos Huma-
nos de Oaxaca (OIDHO), impulsadas por Melquiades, quien actuaba junto con el
señor Pescador, líder nato de la tradición. Había premoniciones y sueños (un vi-
dente "vio" cómo se cayeron las campanas) . Se convocó a una asamblea y eligie-
ron a Melquiades como presidente municipal, el cual tuvo, en consecuencia, que
suspender su formación eclesiástica. Realizaron entonces las obras que el pueblo
necesitaba: una clínica, la pavimentación, el mercado, una secundaria técnica y,
desde luego, las torres de la iglesia. 12
DE CLERICALISMOS Y "CESAROPAPISMOS"
Esta seducción del poder político es correspondida por la tentación de las autori-
dades civiles de inmiscuirse en asuntos religiosos. Si en Oaxaca pareciera haber
12 Melquiades Rosas Blanco fue posteriormente elegido presidente municipal. En su gestión logró
la formación del Frente Único de Presidentes Municipales de la Sierra Mazateca, para ganar mayor
autonomía de los pueblos indígenas. Su protagonismo destacó en las elecciones de noviembre de
1995, cuando acusado -sin confirmar- de acopio de armas para ayudar al EZLN chiapaneco, fue
encarcelado.
146
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
aún espacio para teocracias, lo hay también para "cesaropapismos". 13 Entre los
huaves, en la víspera del relevo de autoridades, los bastones de mando se exponen
ante el altar de la Virgen, y después de la ceremonia se asiste a la misa. El presidente
municipal es quien nombra a los encargados del templo y en algunas partes (como
en Zoquitlán) se encarga directamente de conseguir sacerdote para la celebración
de la Semana Santa, y hasta le asigna el horario de confesiones. Como vestigios de
los tiempos revolucionarios, hasta antes de la nueva Ley de Cultos persistían algu-
nos intentos de aplicar la letra muerta de la Constitución. La autoridad prohibía
actividades usualmente toleradas, tales como procesiones o misas fuera del tem-
plo (San Mateo Piñas). En reacción, celosos de su autonomía, muchos sacerdotes
se oponen a la autoridad: por ejemplo, el cura de San Miguel Tlacotepec
(Huajuapam), con intermediación de su grupo de Acción Católica, realizó una
asamblea el 27 de mayo de 1990 para desconocer a la autoridad; el evento terminó
con un homicidio. Hay varias quejas de que el sacerdote utiliza el púlpito para
fustigar a la autoridad, como en San Juan Teposcolula (27/1/92), San Mateo Piñas
(21/IX/87) y Magdalena Ocotlán (20/V/91). 14
Podemos denominar "clericalismo" ciertas actitudes prepotentes de algunos
sacerdotes que tratan a las autoridades como si fueran sus subordinadas. Es lo que
acusaban en 1975 los de Santa María Colotepec (Pochutla), con respecto al cura
de Puerto Escondido, quien públicamente los increpaba: "Los quiero ver a todos
ustedes de la autoridad para platicar cosas serias, no de burradas de bautistas [... ]
Señor Presidente, no se van a remediar las cosas con lo que Ud. piense: Necesitamos
platicar, porque se están dando saltos muy altos, estando el suelo tan parejo". Igual-
mente, los "tatamandones" de San Pedro Tututepec (Juquila) acusaban al cura de
prepotencia y grosería. Otras veces, sintiéndose amo del pueblo, el sacerdote pre-
tende dictar la moralidad pública y se opone a bailes de beneficencia, deportes u
otros eventos (los de Apazco, San Mateo Piñas, Santa María Yucuhiti) .
Son relativamente frecuentes los casos en los que el sacerdote, en lugar de ser
signo de unidad, es acusado de fomentar divisiones, como en San Juan del Estado.
En Magdalena Apazco, los feligreses se quejaron de que el párroco, aliado a un
grupo, niega sus servicios al otro grupo opositor (28/I/88). En otras ocasiones, el
147
EL "CAMPO RELJGIOSO" Y SUS AGENTES
cura se inmiscuye en asuntos que no son de su competencia: así, los de San Juan
Mixtepec (Juxtlahuaca) lo acusan de haberle quitado a la escuela la mitad de la
parcela y oponerse a la construcción de la escuela técnica agropecuaria (13/:xn/
76). Los de Trinidad Yaveo se quejan porque como acudía poca gente a solicitar el
tractor y el molino de nixtamal, que les fue donados por medio del párroco, éste
se los reserva sólo para los de su grupo dedicado a la siembra de marihuana, al
abigeato y a los asaltos (31/VIII/89). Un sacerdote sin parroquia integra el Consejo
Comunitario del almacén comunal de Santa María Ecatepec (Yautepec), y junto
con el maestro impone como autoridad a una familia (31/Vn/89), ejemplo similar
al de Santo Domingo Tonalá. En el Departamento de Cultos y Asuntos Religiosos
hay acusaciones todavía más graves, pues versan sobre ilícitos: su complicidad en
robo de joyas (Tlacolula) o de objetos de arte religiosos pertenecientes al templo
encomendado (Yanhuitlán y Tlacochahuaya).
poral, de artes marciales orientales, consultores de vida, trabajadores sociales ... y otros profesionistas
dedicados también a la manipulación simbólica de la conducta privada o de orientar las visiones
del mundo.
148
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
149
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
150
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
tos utensilios del templo ... Como la extensión de las parroquias suele ser muy
grande, hay ocasiones en las que se tiene que quedar sola una religiosa. El pueblo
responde entonces con formas imaginativas, como por ejemplo en Zaniza, donde
las viudas organizaron turnos para hacerle compañía por la noche a la religiosa.
Su principal logro fue, a mi entender, la promoción de la mujer indígena. El
trabajo de las catequistas, quienes participan en las tareas religiosas de la locali-
dad, es, ciertamente, menos llamativo que el de las religiosas, pero puede tener
incluso mayor significado, por el profundo cambio cultural que representa. Un
indicador de esto es el nivel de resistencia que encontraron: a una de ellas -que
se quejó ante el vicario episcopal que visitaba el pueblo, de que el sacristán no
quería abrir el templo para que ella diese su clase de Biblia-, le envenenaron sus
cerdos. A otra cantora la amedrentaron con un garrote, "para que la mujer no
quiera mandar en la iglesia" 16 •••• Dada la capacidad que tiene lo religioso de ani-
mar las demás áreas culturales, la respetabilidad que la mujer va ganaba tiende a
trasladarse al campo político, como sucedió en Sola de Vega, donde la influencia
de las catequistas fue decisiva para que el grupo político independiente postulara
a una mujer como su candidata.
La mujer, por sus mismas actividades fisiológicas, está más predispuesta a la re-
flexión sobre el misterio de la vida: el cuerpo, la cotidianidad, el amor... Las cultu-
ras animistas más inclinadas a las actividades agrícolas tuvieron un culto
predominante hacia lo telúrico: la fecundidad, la salud, el éxtasis ... , es decir, los
cultos "dionisiacos", a cargo de las mujeres "bacantes" (que en sus vestigios
medioevales quedaron convertidas en "brujas"). En cambio, las culturas patriarcales,
androcéntricas, como la judaica, dedicadas al pastoreo seminómada, se inclinaron
por los dioses uránicos y por el culto regular apolíneo. 17 Dado que para los pasto-
res su fuente de riquezas estribaba en la fecundidad, fue desde esta única perspec-
tiva como se valoraba a la mujer, quedando ésta excluida del sacerdocio. 18
16
Testimonios del padre Ignacio Cervantes, entonces vicario episcopal.
17
Tomo como tipo la dialéctica griega entre Dionisio y Apolo: lo extático y lo ritual.
18
La posición inalterada de la Iglesia oficial acerca de un posible sacerdocio femenino, es cuestio-
nada por algunos teólogos y teólogas, que consideran que hay más motivos culturales que teológicos
para su exclusión.
151
EL " CAMPO RELlGlOSO" Y SUS AGE NTES
SACERDOCIO LAICAL
152
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
pueden distinguir respectivamente tres grupos de agentes laicos, que han tenido
importancia diversificada en cada momento histórico:
153
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
tamento de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado, como a SEDESOL, que indudablemente
son sólo la mínima parte de los que acontecieron.
154
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
por la legislación anterior a las nuevas reformas constitucionales, las cuales dispo-
nía la formación de juntas vecinales controladas por el municipio. Los encargados
también son nombrados por la autoridad civil y es a ella a quien hay que rendir
cuentas. No extrañan, pues, los conflictos de competencia de un clero celoso por
recuperar el control religioso de su parroquia. En estos conflictos son las mismas
autoridades quienes en representación de los feligreses acuden en primer lugar al
arzobispo, para presentar sus quejas o para pedir la remoción del cura. La jerar-
quía suele apoyar al sacerdote y procura calmar a la población, pero si no lo logra,
la autoridad recurre entonces al gobierno.
San Felipe del Agua es una agencia del municipio de Oaxaca, que conserva su
organización rural a pesar de haber sido alcanzada por la ciudad y tener avecindados
de posición social más acomodada. La Junta Vecinal se encarga de la administra-
ción del templo y parece ser que utilizaba su gestión para desviar para sí algunas
limosnas. Al llegar un nuevo párroco trató de recuperar el control del inmueble,
especialmente la alcancía; entró en conflicto con dicha Junta y, a raíz de esto, con el
pueblo. Procuró apoyarse en los vecinos nuevos -concretamente, en un grupo
del Movimiento de Renovación en el Espíritu- y nombró una comisión alterna.
Los encargados del templo contaron con el apoyo de la Agencia Municipal y de los
antiguos pobladores. Las fricciones fueron aumentando y después de terminar la
Semana Santa, en abril de 1993, tomaron el templo y no dejaron entrar al párroco.
El arzobispado apoyó al párroco y prohibió a cualquier otro sacerdote celebrar
allí. Se esperaba que tal medida presionara a los feligreses y que el mismo pueblo
diera la espalda a una junta que llevaba sus atribuciones más allá de lo que le
competía, pero ellos acudieron entonces a la Secretaría de Desarrollo Social, para
que el gobierno sirviese de intermediario ante el obispo. Los funcionarios guber-
namentales, halagados por el requerimiento de arbitraje religioso, fueron expedi-
tos: según la nueva Ley de Cultos y Asociaciones Religiosas, los templos antiguos
siguen perteneciendo a la comunidad, aunque administrados por las respectivas
iglesias, de modo que reclaman que permanezcan abiertos. La Iglesia católica suele
ser celosa de su autonomía y tiende a no admitir presiones, pero dada la situa-
ción, trasladó al sacerdote a otra parroquia y envió un nuevo párroco, a cambio
de poner en claro las competencias y los límites de la Junta Vecinal.
Algo semejante sucedió en Mitla, donde la Junta Vecinal no sólo controla las
alcancías, sino también las llaves del templo y del curato, y el sacerdote sólo tiene
las de sus habitaciones, de modo que si el párroco quiere utilizar el templo en
horarios no previstos, tiene que recurrir a la presidencia municipal. Cuando el
sacerdote, con pretexto del espíritu de la nueva Ley de Cultos y Asociaciones Re-
155
EL "CAMPO RELIG IOSO" Y SUS AGENTES
ligiosas, pretendió recuperar las llaves, fue expulsado, sacándole sus cosas a la
calle. Otro conflicto similar aconteció en San Pedro Teutila (Cuicatlán) cuando el
cura pretendió cambiar por otra más dócil a la Junta Católica, que llevaba 30 años
en el cargo, arrastrando todos los vicios que son imaginables en tal caso. También en
San Pedro Tututepec, el pueblo inconforme con el párroco, lo sacó por la fuerza
después de tomar el curato, sin que importasen las amenazas de trasladar la sede
parroquial a otro pueblo.
En la discusión acerca de la aplicación en Oaxaca del nuevo reglamento comple-
mentario al artículo 130 constitucional, la Iglesia alegaba su derecho a administrar
los templos, apoyada en que, a veces, las juntas vecinales no tienen preocupaciones
religiosas y hacen mal uso de las instalaciones. Un ejemplo de eso se dio en Yalalag,
donde el grupo de antiguos caciques convirtió el atrio de un templo en una can-
cha de básketbol. Sin embargo, hay ocasiones en las que sucede justamente lo
contrario: en Santo Domingo Tonalá (Huahuapam), allá por 1980, el pueblo rea-
lizaba "tequio" para reparar el templo y construir unos anexos. Mientras, don
Zeferino prestó un local de su terreno contiguo, para que se guardaran allí algu-
nos objetos de culto (el púlpito, un altar, un frontal, un confesionario, etc.). Cam-
biaron al cura y el nuevo, con inquietudes sociales, utilizó los anexos, sin consultar
al pueblo, para instalar en ellos una academia de corte y confección, una caja po-
pular y una escuela con el programa de Pronasol. Don Zeferino, en una asamblea
del municipio, exigió entonces que desocuparan su local, pues lo iba a necesitar,
pero el párroco se negó a ello. Las autoridades ofrecieron un lugar del municipio
para aquellas obras sociales y el 21 de enero de 1989 recurrieron a la mitra; enton-
ces el vicario general les conminó a "no intervenir en asuntos que corresponden
absolutamente a la Iglesia, en responsabilidad del Señor Cura". Citaron al párroco
a una asamblea de vecinos a la que no asistió; envió tan sólo un escrito en el que
respondía a la autoridad:
...está fuera de sus atribuciones el meterse a disponer de los bienes de la Iglesia, pues
están a cargo de la Federación y el responsable es el párroco [... ] Sólo un ciego no ve
que lo que estoy realizando es en beneficio de la comunidad, que ninguno hizo antes
[... ] en el momento en que ustedes invadan los anexos del templo, suspendo el culto
y que el pueblo católico sabrá lo que tiene que hacer.
156
Los GESTORES DE LO SAGRADO
los anexos para casa parroquial, local para la Junta Católica y para la mayordomía.
El pueblo estaba inconforme con el sacerdote; no se oponían a sus obras sociales,
sino al lugar donde se encontraban. Nombraron una comisión para que los acom-
pañara a hablar con el párroco respecto a su inapropiada respuesta y a exigirle las
llaves. Lo encontraron bebiendo y les hizo esperar largo tiempo; luego los acusó
de ser enemigos de la Iglesia. Entre tanto, Pronascil suspendió su escuela; se le dio
un tiempo a la Academia de Corte para terminar el curso; se decidió cambiar las
chapas, para que don Zeferino recuperara su local, y se notificó a la mitra tales
medidas ya tomadas.
3) Los catequistas. Con el monopolio "sacerdotal" de lo religioso se privilegia-
ron los sacramentos. Se enfatiza su necesidad para la salvación y se reserva a los
sacerdotes consagrados el poder de administrarlos. No es extraño que en tiempos
de decadencia teológica, la pastoral se degrada en el sacramentalismo de cierta con-
notación mágica (efecto automático, sin importar la devoción del sujeto) y que el
pueblo los haya reinterpretado como simples rituales de pasaje en las diversas
etapas del ciclo de vida del individuo. La renovación pastoral iniciada con el mo-
vimiento bíblico y el Concilio Vaticano II, reacciona contra esto. Consciente del
poco conocimiento que tiene el pueblo sobre los fundamentos de la fe, pone más
énfasis en la evangelización. Los sectores más renovados se preocupan, entonces,
por la promoción laical en apoyo de una labor evangelizadora.
En Oaxaca, se trata de dar a estos agentes la mejor formación posible. Para
ello existe una escuela para catequistas en Viguera, Pueblo Nuevo, donde tienen
un curso de tres meses, aparte de asistir a otros más, organizados por diversas
comisiones diocesanas. A diferencia de los agentes anteriores, que están integra-
dos al sistema de cargos y prestan sus servicios sólo por un año, estos agentes,
dado lo difícil de su capacitación, son permanentes y aunque a veces su trabajo es
reconocido como servicio comunitario, en la mayoría de las ocasiones representa
una carga adicional a sus trabajos familiares. A veces logran alcanzar una forma-
ción religiosa más actualizada que la de ciertos párrocos de mayor edad, con lo
cual son inevitables las fricciones, como sucedió en Cuilapan. El cura se puso
celoso, pues dado que dichos laicos eran oriundos del mismo pueblo y estaban
más comprometidos con su problemática, eran más requeridos. El conflicto ter-
minó con la remoción del párroco. En San Juan Tabáa, distrito de Villa Alta, los
catequistas derivaron hacia formas racionalistas de religión, yendo en contra de
varias prácticas populares, con las cuales el párroco se mostraba más identificado.
El 12 de mayo de 1978, la Congregación Catequista cerró el templo, argumentan-
157
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
21
Sejourné notaba cómo entre los huaves de San Mateo del Mar, donde todo el pueblo había
asumido el control de su religión, subiendo tranquilamente al altar mayor, se fue diluyendo la
diferencia entre lo sagrado y lo profano, derivando aquel hacia formas mágicas (1953: 87-116).
158
Los GESTORES DE LO SAGRADO
LA CONCURRENCIA PROSCRITA
La vidente de Tututepec
159
EL " CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
160
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
nas en el municipio, supuesta vía para otros cargos mayores (aunque no hay nin-
guna disposición, los cargos superiores los controlan los mestizos) . Además, los
indígenas conservan el cuidado de los "santitos': que en el pueblo son imágenes
"de paja" y figuras simbólicas llamadas "las ánimas". Éstas se guardan en la casa
del mayordomo en turno, responsable de llevarlas a oír la misa que encarga al
sacerdote y de dar de comer a la población. Ha habido algunos mestizos que tam-
bién se han ofrecido para la mayordomía, pero no son aceptados. Éstos quedan,
pues, exentos de esas erogaciones que empobrecen a cualquiera; y en cambio,
resultan privados de la legitimidad que brinda lo sagrado.
Además de la división étnica, el pueblo atraviesa por otra división de índole
política. Uno de los defensores de la aparición es el encargado del Comisariado de
Bienes Comunales y ejerce el cacicazgo en la región. Efectivamente, aunque los
indígenas perdieron sus tierras al ser privatizadas, esta persona se las ingenia para
organizar invasiones y quitarles algunas hectáreas a unos y darlas a otros, con lo
que ejerce su poder. Fue dicho comisario de Bienes Comunales, quien propuso
como candidata para la presidencia municipal a una mujer, Rodolfina, de escasa
popularidad en las rancherías, pues ni siquiera vivía en la localidad. Con esto se
rompía, además, la tradición de que fuesen los ancianos quienes eligieran a las
autoridades y se abrió el juego a los partidos políticos. La división comenzó al
interior del mismo partido oficial, pues sectores priistas inconformes con la no-
minación de Rodolfina pretendían sacar al comisario de Bienes Comunales y lan-
zaron a su propio candidato, Elón Sánchez, peleando dentro del partido oficial el
reconocimiento de su planilla. Al no obtenerlo se inclinaron hacia el Partido So-
cialista Unificado de México (PSUM), que tenía presencia significativa en la re-
gión, al oponerse al cacicazgo del comisario de Bienes Comunales. Como solución
al conflicto se formó un Consejo para gobernar con representantes de ambas fac-
ciones. La gente cayó así en una gran apatía y desencanto por cualquier partido.
Los enfrentamientos políticos dividieron a la población indígena, ya que al-
gunos de ellos estuvieron con Rodolfina y otros en su contra. Por consiguiente,
hubo también dos representantes indígenas de la Iglesia, con pugnas de compe-
tencia. Por causa de esa división, la mayordomía de los "santitos" recayó por tres
años consecutivos en una misma señora, doña Juana, a quien ya le resultaba gra-
vosa: aparte de los gastos de la fiesta, los enseres le ocupan toda una habitación.
Como quiera, el grupo que ella representaba, -los opositores a Rodolfina y al
comisario de Bienes Comunales- se apropió de los "santitos", con lo cual des-
pojaron al otro grupo de la legitimación religiosa. Estos últimos fueron acusados
de no querer devolver ni el sello del municipio ni los enseres (sillas, candeleros,
161
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
etc.) destinados a los "santitos", y de no permitir a los del otro grupo acercarse a
venerar a las imágenes.
En ese contexto, el carisma indiscutido de Alma Rosa para atraer gente pudo
ser aprovechado por el cacique en los momentos en los que su poder comenzaba
a menguar. No es extraño que hayan sido los comerciantes mestizos los primeros
en apoyar a la vidente, para de esta forma poder hacerse de una imagen -a la que
procurarán prestigiar con milagros-, que fuese de alguna forma emblema de su
grupo. En cambio, curiosamente son los grupos de indígenas simpatizantes del
PSUM los más encarnizados opositores de la supuesta aparición mariana.
El pozo milagroso 22
22
En alusión al texto de Santibáñez, publicado en México indígena, "El pozo milagroso" (1988:
34-36).
162
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
en el manicomio Granjas Cruz del Sur, de donde fue rescatado por la multitud.
Desde entonces, el vidente fue custodiado por un grupo de 200 personas.
Estos acontecimientos tuvieron lugar en situaciones de conflictividad social
en la región. Efectivamente, desde principios de febrero se habían desatado algu-
nos conflictos agrarios y se temía que la autoridad de Timoteo fuese usada para
azuzar a la gente. El asunto se complicó, pues el 23 de febrero se rumoraba de una
nueva aparición de la Guadalupana en la cabecera parroquial, San Pablo Huixtepec.
Ahora se trataba de un cántaro o de un bule con agua, dentro del cual se veía a la
Virgen. La versión del sacerdote, que esta vez sí fue a averiguar, era que alguien, por
ciertos intereses, había metido en el bule, perteneciente a la hija de Timoteo, la figu-
ra recortada y encerada de la Virgen, que naturalmente flotaba en el agua. Supuso,
acerca de la primera "aparición", que la veladora quemó el papel de la imagen, lo
cual produjo una mancha ovalada que la fe del pueblo identificaba con la Virgen.
Esta interpretación del párroco no satisfizo a los devotos, quienes se enojaron
aun más porque se llevó el hule. La gente se amotinó y trató de linchar al sacerdo-
te. Un grupo de unas quinientas personas, encabezadas por don Timoteo y por el
agente municipal, se trasladaron a Oaxaca para entrevistarse con el arzobispo
Corripio Ahumada. Se hablaba de algunos milagros y de curaciones sobrenatura-
les. La Iglesia, en cambio, nunca dio ninguna opinión oficial, sino que simple-
mente ignoró el asunto y recomendó no dar crédito al "demente". Esta actitud
pareció oportunista y ocasionó muchas críticas, pero poco a poco decreció la de-
voción y se olvidó el asunto.
163
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
2
Son frecuentes estos lugares sagrados con cueva, laguna interna y cerro. Se trata de la antigua
•
morada de Cosijo (Tlaloc), deidad de la lluvia, que vivía en una cueva (cfr. Marroquín, 1989: 90) .
164
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
En la década de los setenta, Santa María Zacatepec, del distrito de Putla, enfrentó
una serie de homicidios con una significativa coincidencia: todos los occisos se
dedicaban al curanderismo. Algunos de los asesinos alegaron que su acción era
"Curiosamente, las apariciones marianas recientes se dan en estos objetos "pop": el vidrio de la
ventana de una escuela en Tlaxcala, una formación rocosa, la mancha de humedad en la pared de
un templo del D.F., el mosaico del Metro también en el D.F., etc. Ordinariamente se trata del óvalo
evocador de la Virgen de Guadalupe o, como en Tututepec, de la forma triangular de la Virgen de
la Soledad, que sólo algunos agraciados pueden ver con claridad.
165
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AG ENTES
166
Los GESTORES DE LO SAGRADO
Los mestizos poco a poco les fueron disputando ese poder, yya establecidos se
mofaban de sus rasgos culturales (su peculiar traje de calzón corto y bordados de
animales totémicos, sus casas redondas con techo de zacate, su lengua, etc.) . Es
por ello que en los momentos de decadencia, aquellos rasgos que antaño les ha-
bían brindado identidad y signos de prestigio ahora se vuelven estigma y causa de
su decadencia. Es por ello que ahora ya no se construyen casas así, ya no se quiere
usar el traje tradicional ni hablar la lengua ... Es por ello, también, que después de
la frustrada insurrección, asesinaron a sus propios naguales, expresando con ello
sus sentimientos de autopunición y vergüenza.
La apropiación sacral
167
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
168
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
sas circunstancias históricas, sin que, por otra parte, haya resultado desestabilizada
más allá de lo que podría soportar. Esto, por supuesto, no implica ausencia de
intensos conflictos. Es por ello que junto al presbiterio, encargado por el obispo
local de las diversas porciones territoriales en las parroquias, se reconoce la di-
versidad de órdenes o congregaciones religiosas herederas del carisma espiritual
de su fundador y de la espiritualidad propia de cada época (al menos como eran
vividas en el centro de Europa). El clero diocesano representaría oficialmente al
"sacerdote", mientras que los religiosos corresponderían al "profeta". De modo se-
mejante, el profetismo de los laicos es recogido institucionalmente por los movi-
mientos apostólicos portadores de sus respectivas "espiritualidades", originadas
también por un carisma fundacional. Sin embargo, dada la rutinización del caris-
ma, en la práctica, tanto los institutos religiosos como los movimientos apostólicos
laicales suelen estar ya demasiado institucionalizados y regulados jurídicamente, de
modó que el clero regular no diverge demasiado del clero diocesano.
Por otro lado, gran parte del clero local es de origen indígena. El Seminario
Regional del Sureste se preocupaba por no desculturizar a los formandos, y los
alentaba a convertirse en portavoces de su propia cultura, por lo que los plantea-
mientos de los chamanes no le resultan muy ajenos. No es tan extraño que el cura
anciano recurra al curandero para que le devuelva su "espíritu" perdido en el es-
panto que sufrió cuando su camioneta estuvo a punto de ser arrastrada por el río;
o aquel clérigo joven convencido de que su "tona" 27 era un alacrán; o aquel otro
que le pedía a su padre chamán que le preguntase al Hongo si habría de llegar al
sacerdocio. Otro tanto sucede con el ritual sacramentario desempeñado por cier-
tos laicos-como los "rezanderos"- que también se reinterpreta en forma mági-
ca y los acerca a la función chamánica: supone un cierto carisma, depende de un
"saber hacer" que requirió un tiempo de capacitación (conocimiento de la lengua
sagrada), son vitalicios y cobran por sus servicios, por lo cual suelen defender su
saber contra los no iniciados. De modo que el papel del sacerdote jugado por el
clero y por los laicos oaxaqueños tampoco resulta demasiado diferenciado del
mago.
Otro tanto sucede con los nuevos grupos pentecostales. Se podría esperar que
en el medio indígena representasen al profeta, ejerciendo las funciones que Weber
27
El vocablo "tono" o "tona" remite al Tonallámatl o Libro del Destino y parece haber sufrido
posteriores influencias africanas. Se trata de un alter ego animal, con el que desde el nacimiento se
comparte una suerte común, de modo que al enfermar el animal, enferma también la persona.
169
EL "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
OBSERVACIONES METODOLÓGICAS
170
LOS GESTORES DE LO SAGRADO
laicos. Los actores religiosos se entrecruzan así con actores de otros campos, que
persiguen objetivos diversos, los cuales resultarían de algún modo afectados al
traslaparse la conflictividad religiosa a su plano: es posible que lo que esté en juego
sean intereses económicos (las tierras disputadas entre Texmelucan y Teojomulco,
las de Quialana, las expropiadas por la presa Cerro de Oro, etc.), políticos (cacicazgos
clericales, conflictos entre caciques y opositores, como en Yalalag), sexuales (afec-
tada al ocupar las religiosas ministerios sacerdotales), étnicos (la vidente de Teotitlán
favorece a los mestizos contra el monopolio simbólico de los indígenas), etc. Esto
hace todavía más complejos e intensos los conflictos y permite a cada actor alian-
zas con actores extrarreligiosos, quienes, a su vez, pondrán sus condiciones y apro-
vecharán el conflicto para sus intereses. Nos encontramos, pues, ante una típica
situación de mercado, tal como la describe Simmel, en la que los proveedores
compiten entre sí por ganarse la clientela, o los compradores compiten también
buscando ser favorecidos por el proveedor.
Las estrategias dependerán de cada tipo de actor. El mago, degradado a la cate-
goría de brujo, quedó en situación de suma vulnerabilidad. Perseguidos, desauto-
rizados o ridiculizados por la religión oficial, estos agentes evitarán todo tipo de
confrontación abierta con los sacerdotes o con los profetas. Sin embargo, no de-
jan de mantener su oposición práctica, mediante estrategias propias: la simula-
ción para penetrar el espacio sacral dominante, escondiendo en el templo sus
amuletos o refugiándose, camuflados, en la curandería; la reinterpretación, obte-
niendo furtivamente objetos sacramentales para sus usos, o la yuxtaposición, yen-
do clandestinamente a sacrificar en los lugares ocultos. También es posible que
aprovechen su vinculación con la base indígena para obtener concesiones a las
costumbres ancestrales. El profeta, por su parte, denunciará la corrupción o con-
temporización del cuerpo sacerdotal y el "paganismo idolátrico" del chamán.
El sacerdote aprovechará su condición de oficialidad para deslegitimar al pro-
feta o al chamán, o entrar en algunas componendas con ellos. Los misioneros, a
fin de recabar la aceptación indígena, toleraron que sus antiguas deidades locales
fueran sustituidas por las imágenes de santos católicos (no es desusual que en
momentos de crisis se le vea luchando con los suyos en contra del pueblo adversa-
rio), y permitieron que sus mayordomos fuesen elegidos por la comunidad. En
cambio, aquellas deidades supralocales que no lograron ser anexadas, quedaron
convertidas en demonios, y sus adoradores, reducidos a brujos, fueron proscritos.
Esto no quita que en los momentos extraordinarios de catástrofes sigan acudien-
do a sacrificarles en las cuevas en la clandestinidad de la noche, ni que retengan
aún cierta cuota de legitimación, en tanto custodios de las raíces ancestrales.
171
E L "CAMPO RELIGIOSO" Y SUS AGENTES
Profeta
Sacerdote
Brujo
• . .... .
Objetivo por alcanzar
•- ---- -Alianza
<111f--- Oposición de contrariedad
..,___ Oposición de contradictoriedad
172
CUARTA PARTE
RELIGIÓN Y POLÍTICA
Habiendo reseñado los conflictos que se dan entre sistemas religiosos o al interior
del mismo sistema eclesiástico -tanto entre religiosidades como entre agentes
diversos-, toca ahora desarrollar aquellos que se dan fuera de la institución reli-
giosa. En concreto, se trata de conflictos de índole propiamente sociopolítica, pero
en los cuales se da una intervención de lo sagrado. Entre los conflictos reseñados
anteriormente hubo algunos en los que la dinámica religiosa se desenvolvía en
situaciones de agitación sociopolítica (por ejemplo, la oposición a la política fo-
restal de grupos caciquiles fue recubierta en Actopan con conversiones evangéli-
cas y en Itundujia con la movilización provocada por el cura. La violencia entre
Teojomulco y Temelucan ocasionó el surgimiento de una corriente profética en-
tre los catequistas, etc.). En esta parte, en cambio, se trata de conflictos de índole
estrictamente política (se afronta un "enemigo público"), por lo que lo religioso
resulta determinado. Karl Schmitt observa al respecto que en los conflictos políti-
cos la naturaleza de la confrontación «amigo/enemigo» es tan potente y determi-
nante, que una vez que se provoca este agrupamiento, el antagonismo no-político
-sea de índole religiosa, económica o cultural- pasa necesariamente a segundo
plano (Birnbaum, 1992: 257).
175
DIOS EN LAS URNAS
El 6 de agosto de 1989 Oaxaca eligió las autoridades municipales de sus 570 ayun-
tamientos (el mayor porcentaje del país). Estas elecciones habían despertado apa-
sionadas expectativas. Un año antes se habían tenido las elecciones presidenciales,
en las que se manifestó una importante exigencia de democracia y una notable
participación ciudadana que fortaleció la oposición, unificada en torno al Frente
Democrático Nacional (FDN). En Oaxaca, los partidos agrupados en este frente
habían triunfado en 156 municipios, aunque algunos observadores elevaban la
cifra a los 200. Las secuelas de inconformidad que dichas elecciones dejaron y la
convicción de haberse consumado un gigantesco fraude, cristalizaron en avances
sustanciales respecto a la democratización del país, y por fin se reconocían los
triunfos de la oposición, como en Baja California el Partido Acción Nacional (PAN) .
Es verdad que en Michoacán se escamoteba el triunfo al Partido de la Revolución
Democrática (PRD ), lo mismo que se hacía con la oposición en Chihuahua,
Durango, Zacatecas y Campeche, pero había indicios esperanzadores para Oaxaca.
(Yescas, 1981).
Etapa preelectoral.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encontra-
ba dividido; eligió como delegados a gente alejada de la realidad política de sus
localidades, provocando inconformidad entre sus bases. Para elegir a sus candi-
datos a presidentes municipales empleó tres procedimientos distintos:
1
El PRI es visto todavía en algunas comunidades como una instancia gubernamental, al punto que
su dirigencia es nombrada por el mismo ayuntamiento, como cualquier otro de los "cargos" del
sistema.
178
DIOS EN LAS URNAS
EL DISCURSO ECLESIÁSTICO
179
RELIGIÓN Y POLÍTICA
2
"Los sacerdotes, también ministros de la unidad y los diáconos deberán someterse a idéntica
renuncia personal [de toda ideología político-partidista] Si militaran en ella, correrían el riesgo de
absolutizarla y radicalizarla, dada su vocación de ser 'los hombres de lo absoluto'" (Documentos de
Puebla, II parte, caps. n-v, núm. 527, CELAM, 1979).
180
DIOS EN LAS URNAS
MUNICIPIOS EN CONFLICTO
181
RELIGIÓN Y POL1TICA
3
En 1975, las fuerzas gubernamentales dispararon contra una manifestación, ocasionando varias
muertes. En 1977, la COCEI contribuyó al derrocamiento del gobernador Zárate Aquino.
182
DIOS EN LAS URNAS
183
RELIGIÓN Y POLÍTICA
Priggione realizó a la diócesis una visita apostólica, de aquellas que suelen hacerse
sólo en casos en que haya sospecha de graves irregularidades.
Por la otra parte, las hostilidades contra la COCEI arreciaban: el anuncio de
una auditoría como condicionante del envío del presupuesto y una provocación
en la que murió un priista, fueron los pretextos para el desconocimiento del ayun-
tamiento coceísta en diciembre de 1983, sin que se diese al presidente el tiempo
necesario para defenderse (Zermeño, mimeo ). La experiencia coceísta fue de apren-
dizaje para el partido oficial. Apenas se nombró el gobierno interino llegó el espe-
rado presupuesto, y desde entonces el PRI intensificó su labor propagandística,
dispuesto a no volver a perder las elecciones.
En 1988, los ataques contra el obispo Lona Reyes se intensificaron y hasta se
difundieron difamaciones en una radiodifusora de Los Angeles. En protesta, el
clero suspendió los oficios de Semana Santa ... Pero extrañamente, de pronto, ce-
saron los ataques. La causa fue que sorprendentemente, "El Rojo" Altamirano fue
expulsado del PRI -que trataba desde hace algún tiempo de desligarse de un per-
sonaje tan conflictivo-y el cacique se pasó al PARM. De modo que para las elec-
ciones presidenciales de 1988, cuando este partido decidió apoyar la candidatura
de Cuauhtémoc Cárdenas en el Frente Democrático Nacional, tuvieron que votar
aliados la COCEI y su más encarnizado enemigo. En 1989, nuevamente el PRD se
alió a la COCEI para proponer a Héctor Sánchez, líder fundador de la Coalición.
Los priistas, por su parte, se encontraban divididos, con luchas internas por el
poder. En una supuesta "consulta a la base", la mayoría se había pronunciado por
Alfredo Jiménez, regidor de Hacienda, que por cierto estaba impedido legalmen-
te. Sus otros tres contendientes lo objetaron, pero el CDE del PRI impuso a José
Ramón Caraveo, dirigente de la Cámara de Comercio, de nula participación priista
y originario de Chihuahua, lo que ocasionó que un grupo disidente lanzara a Félix
Aquino como candidato independiente.
El día de las elecciones hubo . algunos zafarranchos en Juchitán y en Xadani,
donde los soldados se apoderaron de dos urnas y de la documentación electoral. Al
término de la jornada, de forma espontánea, los coceístas se concentraron en el
atrio parroquial, echando porras a San Vicente Ferrer por haberles ayudado en la
victoria. Según la información que tenía la COCEI, ésta triunfó por 1 653 votos; sin
embargo, el Comité Municipal Electoral acordó la anulación de las elecciones "por
haber detectado irregularidades en 11 de las 22 casillas instaladas". La indignación
sobrepasaba los límites, por lo que la Comisión Estatal Electoral y la misma dirigencia
del PRI reconocieron la victoria a la Coalición. Ahora fueron los priistas inconformes
quienes ganaron la calle y recurrieron al bloqueo de carreteras como protesta.
184
DIOS EN LAS URNAS
185
RELIGIÓN Y POLÍTICA
persona"; que "hay que participar y no ser apáticos"; que "no hay que dejarse
sobornar"; que "el mando está en ustedes: tienen el derecho de quitar a los go-
bernantes si no lo están haciendo bien ...", etc. El obispado organizó una confe-
rencia en un salón de las asociaciones religiosas, para la cual invitó a los cuatro
candidatos a exponer allí sus planteamientos, si bien sólo acudieron el del PRD y
el del PAN.
En la jornada electoral, cuando las tendencias confirmaban las previsiones del
triunfo panista, llegaron los rumores del fraude. Se supo que horas antes se ha-
bían enviado 40 mil boletas adicionales a Huajuapam y a Silacayoapam. 4 Un gru-
po de priistas y funcionarios de Banrural se robaron las urnas en la casilla de
Magdalena, Tetlaltepec, lo que inclinó la balanza en favor del PRI (Yescas, 1989). El
Comité Municipal Electoral se apresuró a dar el triunfo al PRI, lo cual enfureció a
los electores. Al día siguiente, el candidato panista, doctor Luis Guevara Camacho,
comenzó un ayuno de inconformidad, que habría de durar 19 días. Uno de los
primeros que visitaron al candidato en su ayuno fue el obispo, don José de Jesús
Aguilera Rodríguez, quien sirvió como catalizador del descontento. Se abrió una
solicitud de firmas de apoyo, con domicilio incluido, que pronto alcanzó los 2 mil
simpatizantes. Se gestó entonces un movimiento solidario incontenible, de modo
que a los pocos días llegaban a 6 mil los simpatizantes. El apoyo fue de todos los
sectores, incluyendo militantes del PRD y del PPS, y, por supuesto, siempre hubo
curas que lo acompañaron en su ayuno.
Huajuapam fue visitada por la plana mayor panista, concretamente, por Luis
H. Álvarez y por Manuel Clouthier. Ante tales presiones, la Comisión Estatal Elec-
toral reconoció finalmente el triunfo del PAN. Se rumora que las campanas de los
templos se echaron al vuelo. Lo cierto es que fue un verdadero triunfo popular. La
gente lloraba de contento. Habían pasado toda la noche en vela, y a las 6 de la
mañana supieron la noticia. A las 9, el doctor Guevara levantó su huelga de ham-
bre y todo Huajuapam acudió a misa, celebrada por tres ministros. Por cierto que
en ella la gente pudo ver comulgar a Clouthier y a la dirigencia panista. A las 10
fue la marcha del triunfo, con gran revuelo. En cambio, los priistas quedaron muy
disgustados por aquella "concerta-cesión" y protestaron con energía, de modo
que también en aquella localidad fueron ellos quienes terminaron tomando las
carreteras.
4
"Escaparate político", El Imparcial, agosto 8 de 1989.
186
DIOS EN LAS URNAS
187
RELIGIÓN Y POÜTICA
el templo para tocar las campanas llamando a sus mítines. Por su parte, los del
FUDT acusaban a señoras distinguidas priistas, quienes amparadas por las asocia-
ciones de la Iglesia, tenían libre acceso a la capilla donde estaba el Señor de Tlacolula,
pues no había indicios de que se hubiese forzado la cerradura, o bien, sospecha-
ban de algunos funcionarios del gobierno que por aquellos días habían estado en
el pueblo.
Se acercaba la fiesta del santo patrono -el segundo domingo de octubre-y
el mayordomo advirtió que no podía solventar los gastos de la tradicional calenda
y los juegos pirotécnicos. El pueblo acordó formar comisiones para recabar fon-
dos y continuar con aquella costumbre, y fueron apoyados por el Ayuntamiento
Popular. El novenario preparatorio se organizó con las tradicionales "calendas",
que resultaron muy animadas, con unas doscientas canastas de flores -a usanza
de los Valles Centrales-, la banda y las tradicionales "marmotas", 5 en una de las
cuales se leía, a manera de desagravio: "¡Viva el Señor de Tlacolula!", y en otra:
"¡Viva la Unión del Pueblo Tlacolulense!". El Ayuntamíento recibió las "calendas"
en el palacio municipal en su poder y entonces se organizó un baile muy anima-
do, al son de jarabes del Valle. En las calendas se escuchaban vivas al Señor de
Tlacolula, consignias contra los priistas y se quemaron los juegos pirotécnicos.
Una familia donó una corona de oro al Señor de Tlacolula, y el día de la fiesta los
del FUDT organizaron su coronación. Durante la misma, el Ayuntamiento Popu-
lar presidió el acto de desagravio, con asistencia del vicario general del Arzobispa-
do, quien exhortó a dirimir el conflicto por la vía pacífica.
Estos acontecimientos quitaron validez al discurso priista, el cual tachaba a la
oposición de "comunistas, ateos y enemigos de la religión". Recurrieron entonces
al discurso del liberalismo jacobino de antaño: las Leyes de Reforma, promulga-
das por Juárez, prohiben esas manifestaciones públicas de la fe. La religión no
tiene por qué mezclarse con la política, como hizo el párroco al permitir que se
tocara la campana del templo para el mitin del FUDT. "¡Muera el clero político!", se
leía en las paredes.
La dirigencia del FUDT logró que los bandos en pugna firmaran un acuerdo
para realizar un plebiscito y dar por terminado el conflicto, pero una asamblea
popular lo rechazó. Entonces el gobierno estatal ordenó el desalojo del palacio
municipal por medio de la fuerza pública. Hubo un enfrentamiento entre el pue-
5
Emblema confeccionado de carrizo y tela o papel, en forma de esfera o de estrella, que se gira
durante la marcha.
188
DIOS EN LAS URNAS
189
RELIGIÓN Y POLITICA
su planilla. Para el último informe de gobierno, el cura bendijo las obras realiza-
das y ofició una misa, como es costumbre para el relevo de los bastones de mando,
no obstante que aún no se había dirimido claramente la situación.
San Miguel Sola de Vega es cabeza distrital y sirve de entrada a la Sierra Sur del
estado. Desde hacía más de veinte años, aprovechando las formas tradicionales de
elección en el medio indígena, dos o tres familias influyentes se habían apodera-
do del comité municipal del PRl. De este modo, simplemente daban a conocer al
candidato -uno de ellos-, rotándose los cargos de gobierno, hasta el punto en
que el día de los comicios, ellos mismos llenaban las boletas. Sin embargo, la
conciencia política se fue despertando, de modo que en mayo de 1989 se comenzó
a gestar una oposición, en ambiente de semiclandestinidad, pensando que las co-
sas podrían ser de otra manera. Inicialmente quisieron integrar una planilla pro-
pia y registrarla dentro del PRl, pero se toparon con una muralla de obstáculos
burocráticos. El PRI anunció que elegiría a su candidato por la vía de consulta
directa a las bases; no faltó quien denunciase a los "intrigantes" ante los caciques,
los cuales movieron sus influencias para que aquellos fueran expulsados del par-
tido. Fue así como se formó el Frente Popular Solteco (FPS), que poco a poco fue
creciendo. Dado que había impedimento para que se presentaran a contender
como planilla independiente, aprovecharon el ofrecimiento de registro que les
hizo el PARM en forma desinteresada, brindándoles también asesoría política.
Desde los inicios, el párroco simpatizó con esta oposición, pues algunos de ellos
habían participado en grupos eclesiales. Estaba totalmente consciente de las limita-
ciones jurídicas que pesaban sobre él, de modo que tuvo la habilidad de apoyarlos y
permanecer totalmente dentro de la normatividad. Se limitó a comentar la exhorta-
ción pastoral del arzobispo, enfatizando dos ideas: que cualquier situación injusta
era posible de ser cambiada, y que había que evitar el abstencionismo ("cuando se
confiesen --decía- acúsense de no haber votado"). La predicación del sacerdote tuvo
eco en el grupo de catequistas, que se fue radicalizando; adversamente su significa-
do también fue captado por los caciques. Éstos les recriminaban a las catequistas el
estar metiéndose en política, pero ellas daban razón de su compromiso:
Somos bautizados. Debemos trabajar por el Reino de Dios, y por tanto, entrar a la polí-
tica. Un cristiano ve la situación: el PRI nos tiene con un pie encima y debemos ver la
190
DIOS EN LAS URNAS
forma de liberarnos. Los del PRI se dicen católicos y comulgan, pero hacen fraude. Mejor
sería que el padre les diese una galleta María ... 6
6
Entrevista a una catequista, en enero de 1990.
191
RELIGIÓN Y POLITICA
7 "Sabemos también que tú, valiente y evangélicamente has acompañado al pueblo solteco en esta
lucha legítima, y que incluso te han amenazado aquellos que se resisten a dejar el poder en manos
del pueblo [... ] Estamos seguros que las calumnias son una consecuencia de tu opción y del traba-
jo pastoral que realizas, y nos duele que de esta manera se quiera desprestigiar, por igual, el camino
democrático del pueblo de Sola de Vega[ ... ] Así pues, padre Elpidio y Pueblo de Sola, sigan anun-
ciando a todos, con hechos, las verdades y Buenas Noticias del Reino. Noticias que no aparecen en
la prensa y la radio, que ganan vendiendo falsedad y engaño. Sin embargo, nosotros creemos que
las noticias que ustedes nos dan sí fermentan la historia hacia el Reino."
192
DIOS EN LAS URNAS
pueblo no presta demasiada atención a los idearios partidistas, sino más bien uti-
liza su membrete.
El párroco era oriundo del pueblo, hijo de un connotado expresidente del PRI,
y no ocultaba sus preferencias por este partido. Como en los curas de los casos
anteriores, cuidaba su discurso sin salirse de la normatividad oficial, es decir, se
limitaba a comentar la exhortación pastoral del arzobispo, que queda en el nivel
de "política general no partidista". Sin embargo, los temas que enfatizaba eran
distintos a los del caso anterior. Insistía en que la Iglesia no debía tener ni apoyar
ningún partido, y que no era cierto que el PAN fuera tan cristiano como se prego-
naba. Alegaba que la Iglesia estaba abierta a todos y que, por lo tanto, los priistas
también tenían derecho a participar en la comunidad eclesial. Pasando a los he-
chos, con no poco escándalo de sus antiguos colaboradores, en su organización
eclesial abrió espacios para nuevos cuadros de filiación priista y nombró como
coordinadora de pastoral a una mujer que había sido nominada como regidora
de educación en la planilla del partido oficial. El PRJ, por tanto, se presentó como
católico: el candidato pertenecía a los Cursillos de Cristiandad, en los mítines de
campaña se solían citar frases bíblicas y se podía ver al cura en cualquiera de sus
actos. El presidente local del PRI era, curiosamente, pastor protestante. Aunque en
su prédica hablaba de la contradicción entre la fe y la política, decidió aceptar el
cargo, por las posibilidades que le abría para su labor proselitista. El PRI obtuvo el
triunfo, pero el cura se ganó el resentimiento de sus colaboradores, quienes se
sintieron desplazados y no le perdonaron su conducta. Una expresión de su des-
contento fueron los volantes anónimos, que sacaban a relucir la mala administra-
ción económica del párroco y aspectos de su vida privada. Finalmente, ante las
presiones, tuvo que ser removido.
193
RELIGIÓN Y POLÍTICA
8
No se encontraron en la Oaxaca de este periodo, situaciones de confrontación revolucionaria en
las que la religión interviniese y que plantearan la transformación radical de toda la vida social
hasta sus mismos fundamentos económicos. Los acontecimientos recientes de Centroamérica po-
drían ser ejemplos de esta situación.
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Políticos de
oposición Sectores del clero
CONTEXTO SOCIOCULTURAL
LA "MODERNIZACIÓN" DE LA POLÍTICA
Una de las pautas culturales con las que los indígenas mantienen su identidad es
su forma peculiar de elegir sus autoridades: el "sistema de cargos'; síntesis de remi-
niscencias coloniales y antiguas formas autóctonas. Centrados en su localismo y
sin demasiada conciencia nacional, habían estado al margen de la democracia
parlamentaria partidista que rige en el resto del país. En este sistema, todos los
varones deben prestar a la comunidad una serie de servicios anuales en forma
gratuita, para hacerse acreedores a los beneficios comunitarios. Cargo por cargo
van ascendiendo el escalafón, hasta que el "Consejo de Ancianos" puede designar-
los para los puestos superiores. Al no ser remunerados estos cargos, resultaban
poco atractivos -sobre todo cuando se elevó de uno a tres años el tiempo de
195
RELIGIÓN Y POLÍTICA
servicio- y muchas veces eran aceptados sólo bajo coacción. Al gobierno central
no le había preocupado demasiado esta forma de autonomía, ya que el pueblo
registraba a quienes había nombrado como planilla del Partido Oficial, de modo
que las elecciones eran un trámite meramente formal. El PRI nombraba a este
procedimiento "respeto a los usos y costumbres" y medraba con él. A los indíge-
nas tampoco les molestaba esta manipulación, pues han visto al PRI como una
instancia gubernamental más (incluso se designa rotativamente al responsable
del partido). No confían en los partidos de oposición, de quienes piensan que
sólo dividen al pueblo y que si vencieran tan sólo tendrían dificultades para obte-
ner el presupuesto (Díaz, 1987).
En los años recientes, esta forma tradicional de elección se fue degradando.
Algunos que por estudios u otro motivo han estado en la capital del Estado logran
las influencias de algunas personas con poder en el partido, quienes los apadrinan
a cambio de apoyos, por cuyo medio obtienen la designación directamente del PRI
estatal, saltándose el cabildo de los "Principales". Esto reforzó el poder de los nue-
vos caciques, con influencia en el exterior, que rotan entre ellos el poder, y que es
visto como una expropiación del poder del pueblo.
Pero también en este tiempo la cultura política del medio indígena se ha ido
transformando y ha aumentado su nivel de conciencia. Poco a poco en algunos
lugares se van forjando organizaciones opositoras locales como alternativa al po-
der heredado de los caciques. Al principio, la planilla opositora pugna por ser
reconocida por el partido oficial. Si lo logra, será una auténtica victoria popular,
por más que en los resultados electorales aparezca como victoria del PRI, por lo
que pasa inadvertida por muchos analistas. Si por intereses o compromisos con el
poder local este partido no les da reconocimiento, acudirán a los partidos de opo-
sición sin atender a su orientación ideológica, sino simplemente aceptando el prés-
tamo incondicional de su registro.
Estas transformaciones han obligado al partido en el poder a utilizar nuevas
formas de elección. En estas elecciones, el PRI ensayó dos. La primera fue las "con-
venciones sectoriales': en aquellas ciudades grandes donde había escasa conflictividad.
Sin embargo, estas supuestas "convenciones" no son sino aquellas designaciones
directas de 1<;1 presidencia del comité distrital electoral del PRI a las que hacíamos
referencia. La otra forma presentaba cierta novedad: la consulta directa a las ba-
ses, empleada en aquellos municipios que resultaban más conflictivos, entre los
cuales estuvieron todos los estudiados en esta investigación. Esta forma de selec-
ción llegó a evidenciarse como una farsa, lo que provocó gran descontento entre
las filas priistas y fue una causa de su fracaso.
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DIOS EN LAS URNAS
otro tanto los condicionamientos en los que dicha forma es recibida y entendida.
Dichos contextos variarán sea por el marco espacio temporal específico del desti-
nador y de los destinatarios, sea por la posición estructural (sincrónica) o la tra-
yectoria (diacrónica) al interior del campo de interacción de los individuos (en el
sentido de Bourdieu), sea por la modalidad propia de la institución social de refe-
rencia (en este caso la Iglesia católica) . El arzobispo, por ejemplo, conoce la situa-
ción general del estado y se halla condicionado por su posición jerárquica, pero
en determinada parroquia, las fuerzas opositoras se estructuran de forma diferente
de lo contemplado y presionan al sacerdote de diversas maneras. Al recibir e inter-
pretar las formas simbólicas, los individuos se involucran en procesos de constitu-
ción y reconstitución de significados, que reproducen el campo de luchas sociales.
6. Contra las teorías funcionalistas, para las cuales la religión cumple siempre
funciones integrativas y de cohesión social, y contra el marxismo, para el que la
religión se reduce a ser mero reflejo de las contradicciones infraestructurales y
funge como "opio del pueblo': los ejemplos narrados muestran cómo la religión
puede cumplir funciones diversas. Si bien en muchos casos refuerza el sistema
imperante, ocultando la dominación, en otros ha sido el medio de toma de con-
ciencia en movimientos subversivos del orden vigente. Hay que advertir, empero,
que mientras que el mantenimiento del orden simbólico contribuye directamen-
te al mantenimiento del orden político, la subversión del orden simbólico no pue-
de darse si no está acompañado de una subversión política de dicho orden.
A veces, cuando la conflictividad social aflora, los grupos dominantes procuran
apropiarse -al menos indirectamente- del aparato religioso, y entonces tratan de
que las iglesias produzcan discursos explícitos que deslegitimen a los oponentes.
Una forma es presentar a los opositores como herejes y su transgresión como una
rebeldía al orden querido por los dioses (los "comunistas y ateos" de Tlacolula).
En todo caso, tratarán de evitar que los opositores produzcan discursos religiosos
que los legitimen, arguyendo que los agentes religiosos vinculados a ellos se han
salido de sus funciones y del terreno que les corresponde -la religión de apoyo al
sistema-, para invadir el campo de lo político. De ahí las acusaciones de "guerri-
llero" que "El Rojo" Altamirano lanzó contra el obispo Lona Reyes, o las de los
priistas de Tlacolula que piden al clero permanecer "fuera de la política", o la pré-
dica del cura priista que niega que el PAN sea partido de la Iglesia. Siendo lo reli-
gioso el espacio privilegiado de lo simbólico, se nota gran interés por el discurso
no-verbal de los signos, como en Tlacolula lo empleó tanto el candidato priista (el
cáliz, la flor), como el cura (la campana, las bendiciones a las obras públicas).
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204
CONCLUSIÓN
Para cierta visión ingenua, la religión, portadora de los valores más sublimes y
desinteresados, y la búsqueda del poder -el demoniaco Leviatán-, se hallarían
en los polos opuestos. Para aquellos creyentes que confunden la realidad con su
ideal teológico, la Iglesia sería esa comunidad fraterna, signo de unidad y conduci-
da por el Espíritu, bajo el imperativo de la caridad. Éste ha sido también un su-
puesto para ciertos estudiosos de las religiones, aquellos que desde de la perspectiva
funcionalista se preocupan por resaltar los indudables elementos integradores que
cumple este sistema. Sin embargo, los investigadores empíricos, en sus trabajos de
campo, se topan frecuentemente con conflictos religiosos y constatan que las creen-
cias mitológicas o los símbolos rituales mismos suelen expresar contradicciones y
movilizar fuerzas sociales en choque. No podía ser de otra forma: la religión es un
espacio en donde la sociedad se expresa a sí misma. Si dicha sociedad está surcada
por intereses opuestos, la conflictividad no puede menos que formar parte de la
dinámica religiosa.
Este aspecto conflictivo no significa necesariamente una "disfunción" ni debe
juzgarse siempre como una "falla" producto de la inobservancia de los principios
de la fe. En los conflictos estudiados se pudieron conocer las funciones positivas
que de hecho éstos cumplieron. El conflicto dinamiza el sistema religioso, que
justamente por estar centrado en la inmovilidad de lo sobrenatural eterno, tiende
a osificarse. La evolución del dogma, de la liturgia y de la pastoral no se han dado
sin conflictos, y la superación de éstos siempre trajo el despertar de la creatividad
religiosa (por ejemplo, Trento como producto de la Contrarreforma) . Es preciso,
por tanto, avanzar hacia una teoría del conflicto sociorreligioso, que defina una
tipología, que precise un campo de acción y de incidencia, que describa los con-
tendientes y la forma como éstos abordaron el conflicto, así como la solución que
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EL CONFLICTO RELIGIOSO. ÜAXACA, 1976-1992
Una teoría del conflicto religioso habría de comenzar por el contexto sociocultural
condicionante. En concreto, averiguar cómo se está dando, en un determinado lugar
de estudio, la relación entre lo tradicional y lo moderno. La religión en las culturas
indígenas tradicionales proporciona el "universo simbólico" con el que la colectivi-
dad se integra en el mundo. Así se explica que todavía hoy siga siendo el núcleo de
toda su vida cultural: la estructura familiar, el sistema político de cargos, el ciclo
agrícola, el tiempo festivo, las catástrofes, la estructura del poblado, el ciclo vital de
cada individuo, etc. Ello no implica que el indígena viva exclusivamente apegado a
la esfera religiosa: es propio de las culturas ágrafas la dicotomía entre lo sacro y lo
profano, con normas operativas específicas de cada nivel. Sin embargo, al integrar la
cosmovisión de estas culturas lo religioso anima toda la cotidianidad. En ella se
encuentran los principales signos de la identidad cultural (el santo patrono); los
mitos serán la fuente más profunda de la memoria colectiva, y el ritual (especial-
mente la fiesta patronal) expresará y reforzará los lazos colectivos cohesionantes.
Por otra parte, los grupos étnicos autóctonos son portadores de nacionalis-
mos regionales. El localismo va concomitante con la comunitariedad de toda la
vida cotidiana y, así, los individuos se involucrarán totalmente en cada una de sus
relaciones. Este contexto explica por qué los conflictos religiosos son tan frecuen-
tes en ese medio y revisten tal carga emotiva.
En el polo opuesto, las características que según los estudiosos atribuyen a lo
religioso en la modernidad, se derivan de la secularización: lo sagrado se retira de
muchos ámbitos de la vida social y se va reduciendo a una esfera propia, con lo
que deja de encubrir conflictos de otros sistemas. Si, según se dijo, la seculariza-
ción no era sino efecto de la desinstitucionalización de la vida privada, controlada
en otros tiempos por las iglesias, los individuos m.9dernos serán confesionalmente
desafiliados. La necesidad de encontrar amarres ante la incertidumbre de los cam-
bios actuales, les hace recurrir a "retazos de memoria" de sistemas religiosos que
en otras épocas constituyeron visiones colectivas del mundo y que, combinados
con elementos de otras configuraciones simbólicas (como la paraciencia), cada
cual puede combinar ahora a su modo. En la sociedad contemporánea, cada per-
sona se encuentra inmersa en múltiples complejos de relaciones sociales, lo cual
206
CONCLUSIÓN
II
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EL CONFLICTO RELJGIOSO. ÜAXACA, 1976-1992
208
CONCLUSIÓN
agentes religiosos pugnan por imponer sus propios objetivos sagrados, coexisten
agentes de otros campos que persiguen objetivos de otra índole -económicos,
políticos o culturales-, que se entrecruzan con los anteriores, constituyéndose
así la red de alianzas y de oposiciones.
El modelo de la religión indígena tradicional fue fruto de un proceso sincrético
en el que convergieron elementos de las antiguas cosmovisiones con los elementos
cristianos impuestos a partir de la "conquista espiritual" de los evangelizadores. Desde
este sincretismo se recompuso la identidad religiosa de los antiguos indios, una vez
que tomaron conciencia de la irreversibilidad de la conquista; pero eso mismo oca-
siona una permanente tensión interna entre los agentes autóctonos y los represen-
tantes de la Iglesia oficial. Tanto los mayordomos, los fiscales y sacristanes,
responsables del "sistema de santos", como los chamanes y curanderos, portadores
de la antigua cosmovisión, serán los principales sustentadores del repliegue defen-
sivo ante la modernidad. Estos agentes, religiosamente subordinados, pueden con-
tar con cierto apoyo -no carente de tensiones- por parte del clero integrista, que
en determinadas circunstancias -olvidando su ancestral rechazo a la "idolatría" y
al "paganismo"- condesciende con tradiciones que conoce y manipula, con el fin
de recabar base social para su lucha intraeclesial contra los modernizantes (vid. caps.
"Los mártires de Cajonos" y "Cuando la tradición resulta contestataria").
Las fuerzas modernizadoras del indigenismo hasta hace poco oficial, represen -
taran la visión secular de la vida, impugnando de forma antagónica el modelo
religioso indígena anterior. En realidad no tuvieron muchos seguidores convenci-
dos en las comunidades, pero lograron recabar apoyos entre los grupúsculos evan-
gélicos, sobre todo los pertenecientes a las iglesias denominacionales. El clero fue
considerado el representante de la tradición y, por tanto, el principal opositor; sin
embargo, después del Concilio, algunos religiosos más críticos pudieron simpati-
zar con esta perspectiva, a fin de instrumentar un modelo de pastoral más sobrio
y racionalista. Es obvio que entre los agentes secularizadores y los evangélicos o
los religiosos modernizantes -y entre estos dos últimos- haya también tensio-
nes y conflictos secundarios (vid. caps. "Los desfanatizadores de Ixtlán", "Los disi-
dentes evangélicos" y "Cuando la tradición resulta contestataria").
El proyecto neoliberal, que pretende aprovechar los recursos del medio rural,
parece apoyar también las pautas culturales tradicionales (el culto posmoderno a
la "diferencia"), pero con fines de beneficiarse también de esta producción cultu-
ral. De modo semejante -aunque con tensiones profundas hacia el "capitalismo
salvaje"-, la religiosidad neoconservadora oficial, eón la finalidad de no perder
su clientela indígena, habla de "respeto" a su religiosidad y a su cultura en general,
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EL CONFLICTO RELIGIOSO. ÜAXACA, 1976-1992
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CONCLUSIÓN
Los sectores del medio indígena podrán asumir las estrategias siguientes:
IV
Con los conflictos estudiados se puede elaborar una tipología acerca de las di-
versas formas de conflicto religioso que la modernidad provoca en las culturas
tradicionales. Se han clasificado según la confrontación se haya dado, o bien entre
diversas religiones, o bien por tensiones al interior de una misma iglesia. Este tipo
de confrontación, a su vez, puede deberse, sea a las diversas actitudes religiosas, sea
a los espacios disputados por los agentes. Por último, se analizaron algunos con-
flictos fuera del campo religioso (concretamente, pertenecientes al campo políti-
co), pero que tuvieron una influencia religiosa significativa.
l. Los conflictos entre religiones analizados suelen ser de tipo antagónico.
Cuando en un campo social más o menos cerrado se presentan dos universos sim-
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EL CONFLICTO RELIGIOSO. ÜAXACA, 1976-1992
bólicos, cada uno de los cuales pretende organizar la integración del grupo en el
cosmos, resultan cosmovisiones mutuamente excluyentes. No era éste el caso de
la mesoamérica prehispánica, donde toda la región participaba de un mismo
modelo religioso -si bien con múltiples variantes- etructuralmente abierto,
que permitía conservarlo después de una derrota militar, incorporando simple-
mente los dioses vencidos al panteón de los vencedores.
Algunos piensan que los tiempos modernos comenzaron con la conquista
americana, cuando Europa reafirmó su voluntad de poder sobre el "otro" venci-
do. En esta situación de "conquista espiritual", cuando la segunda religión llega en
una expedición militar, es la fuerza de las armas la que decide acerca de la "veraci-
dad" religiosa (conversión impuesta o rebeliones nati vistas o milenaristas de re-
sistencia). El éxito de esta estrategia de conquista es siempre relativo: la religión
autóctona preexistente puede recurrir a la yuxtaposición o al disfraz, para seguir
subsistiendo y eludir la confrontación (en el caso de Cajonos manifestó vitalidad
suficiente para resistir todavía a finales del siglo XVII). Sin embargo, tarde o tem-
prano el encuentro entre religiones tiende a resolverse mediante un proceso
sincrético, en aras de una nueva síntesis.
Este mismo tipo de conflicto entre sistemas se da aun cuando lo que se con-
fronte no sean propiamente dos religiones diversas: las sectas protestantes, no
obstante ser versiones heterodoxas de la misma fe, son consideradas por los in-
dígenas una alternativa antagónica para organizar su cosmovisión de forma más
acorde con la modernidad. En ellas pueden renunciar al "sistema de santos': expre-
sión de su corporativismo tradicional, para sustituirlo con el "sistema del Espíri-
tu': más acorde con el individualismo moderno. De manera similar, la misma
secularización, considerada en sí misma como superación de cualquier visión re-
ligiosa y, por tanto, relacionada con el pluralismo y la tolerancia, puede asumir la
misma función que la religión más fanática y provocar confrontaciones antagóni-
cas, al tratar de imponerse -como aconteció en el Ixtlán cardenista- en forma
de secularismos doctrinarios.
Estos dos últimos casos -el de los evangélicos y el de Ixtlán- hubieran sido
impensables en un ambiente verdaderamente "moderno". En él, la secularización
obedece al desarrollo de factores endógenos, y más que impugnación a la fe esta-
blecida, se da la simple desafiliación por pérdida de interés. Cuando, eventual-
mente, los nuevos movimientos son en aquel ambiente factores de conflictos, se
trataría de conflictos "multipersonales': tal como acontece en situaciones de mer-
cado: diversas denominaciones religiosas compiten entre sí, disputándose una
clientela, que puede imponer también sus condiciones, justamente por encon-
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CONCLUSIÓN
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CONCLUSIÓN
do mutuas relaciones. Son formas de modernización política las que hacen a los
indígenas superar los cacicazgos o las llamadas "formas tradicionales de elección".
Son también aquéllas, las que reconociéndole al clero sus derechos electorales,
lo obligan a mantenerse al margen de la contienda partidista, limitando su papel
a la formación de "la conciencia política general". Los únicos conflictos posibles en
la modernidad se deberán, por lo tanto, a intromisiones o confusiones de campos.
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CONCLUSIÓN
VI
1 Verónica Flanet (1977) relata que cuando una misionera evangélica cuestionaba el culto de las
imágenes de los santos y proponía su quema, se suscitó el pánico precursor de la crisis, debido al
retiro de la protección sobrenatural que aquella acción provocaría: "¡Nos quieren matar!. .. ¿Cómo
va a llover si no hay santos?"
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dor. En estos casos es preciso salvar la autoridad moral oficial, mediante reinterpre-
taciones de textos bíblicos o magisteriales, de modo que la novedad parezca con-
tinuidad de la tradición.
En la mayoría de los conflictos reseñados, la resolución se dio sin rupturas
clamorosas, sino con base en la componenda y la negociación. Esto pudo ser favo-
recido por el código simbólico del cristianismo, con su insistencia en la unidad y la
paz. Sin embargo, en los esfuerzos por mantener la unidad me parecieron más
importantes los lazos comunitarios indígenas, todavía vigorosos. Cuando la co-
munidad entra en crisis, se repliega sobre sí misma, con un sentimiento culpígeno
y angustioso; vuelve sobre sus valores fundamentales -su historia, su identidad,
su" ethos cultural"-, para situarse en aquel estadio liminal denominado por Turner
"communitas". Desde ésta, trata de recomponer la unidad religiosa con una nueva
reestructuración, sea encontrando formas de coexistencia que coloquen la identi-
dad étnica en otros aspectos diversos de lo religioso (como en los casos de resolu-
ción de los conflictos con los "evangélicos"), sea que se procure restaurar la situación
anterior (como en los casos de los lefebvrianos o los liberacionistas).
Otras veces la negociación de objetivos inmediatos no es suficiente, pues dejó
insatisfecha a una de las partes. Suele acontecer que cuando detrás de un conflicto
pastoral subyace implícito un conflicto económico-político, la resolución nego-
ciada del aspecto religioso, si no va acompañada por una modificación de la co-
rrelación de fuerzas sociales, vuelve reversible la confrontación y acaso simplemente
se posterga.
Como sea que el conflicto se haya resuelto, queda pendiente la tarea de expli-
carlo a la feligresía. El conflicto mismo es un texto susceptible de ser "leído" por los
actores bajo la clave de la fe. Las inevitables negociaciones y componendas -in-
cluso en casos en que se hubiere llegado a la exclusión- tienen que ser explicadas
desde la tradición dogmática o disciplinar.
222
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