Criminología Crítica
Criminología Crítica
Criminología Crítica
CONTEXTO: Se da en Europa Occidental y Latinoamérica, tomando sus ideas del Marxismo, conviviendo los
abolicionistas y reformistas (pero ambos basados en teorías marxistas). Tanto en la versión original como en la europea,
estos teóricos se concentraron en gran medida en realidades locales, para interpretar desde allí los fenómenos ligados al
delito y al control. No tuvo homogeneidad teórica ni respondió a un patrón unitario, aunque todas tuvieron influencia
del marxismo de forma directa o indirecta. Se configuró en la década del 60 en países capitalistas desarrollados. Su
punto de partida se sitúa en los EEUU pero alcanzó proyección internacional cuando fue receptado en Europa y
reelaborado. Reacción estudiantil al sistema político-militar de los Estados Unidos. Rebelión de los ’60 con un contenido
generacional
Hace criticas radicales al sistema general y al Derecho Penal, pues dice que su único objetivo es mantener el Status
Quo, mantener el propio sistema. Según los críticos, la criminalida no podría ser explicada aisladamente, sino con su
contexto social: como ese contexto era desigual en el marco de la lucha de clases, todo lo que tendía a apuntalarlo era,
consecuentemente, burgués y reaccionario. La igualdad ante la ley es una ficción capitalista. En particular el derecho
penal está solo para disciplinar a la sociedad, una herramienta para mantener y reproducir el sistema. Rompe con el
paradigma etiológico (el origen del delito). No centra su atención ni en el delito, ni sus causas, ni en el delincuente, sino
en RELACIONES DE PODER. Incorrección del paradigma etiológico: la búsqueda de causas no es posible con respecto a
objetos que son definidos a través de normas, convenciones o valoraciones sociales o institucionales. Critican a Becker
porque no se quita del paradigma etiológico. Las anteriores teorías en eran más conservadores, pues describían pero no
proponían cambios.
Evidencia el fracaso de las teorías de resocialización y los endurecimientos de las condenas; pues las cárceles sólo
estigmatizan y encierran a la persona, reproduciendo las desigualdades de la sociedad en el sistema penal. Las penas no
solucionan, sino que regeneran la desigualdad y la empeoran. También dice que las medidas de seguridad tampoco
sirven. Crítica a la prisión y el uso masivo del encarcelamiento. El mayor uso de la prisión es el reflejo de que algo anda
mal en nuestra sociedad. El Estado pide ética, pero cuando la sociedad no puede cumplir, el Estado reacciona repitiendo
la violencia. El sistema penal crece cada vez más.
El delito no está en la norma porque es una descripción en abstracto. El delito es un CONFLICTO SOCIAL y debe ser
tratado como tal, alternativamente a la prisión y los sistemas correccionales.
Sostiene que el sistema penal debe ser ABOLIDO o TRANSFORMADO (abolicionistas como Christie o reformistas). El
objeto de estudio incluye las instancias de aplicación del sistema para su reforma o eliminación, siempre con una carga
crítica evidente y poniéndose en la situación del más débil, con el ánimo de eliminar esa debilidad o desigualdad.
Crítica a determinadas formas de castigo como la pena de muerte o la prisión; a la vez que destaca la importancia de
reconocer a las víctimas (de la violencia institucional y del resto de violencia estructural) y si es posible lograr una
reparación. Busca la abolición de la cárcel para luego abolir todo tipo de castigos. Plantean la DESISITUCIONALIZACIÓN
y las salidas alternativas, reductoras y protectoras como la mediación, instancias de diálogo, la reparación, el
tratamiento comunitario, etc. Los que admitían algunas penas era para reparación de la víctima o neutralización del
conflicto, no el castigo del delincuente. Las alternativas funcionaban como un soporte y aliado de la prisión, a la vez que
podían tener otras funciones para el Estado. Por su parte, los radicales (abolicionistas) privilegiaron aquellas
formulaciones que pretendían la supresión del sistema penal en el marco de un cambio de estructuras sociales,
renegando de toda alternativa o programa intermedio y declarando su oposición formal al sistema capitalista.
Estas ideas fueron duramente reprimidas. Sin embargo, algunas de estas propuestas fueron aceptadas, así como en
su momento los positivistas propusieron la pena condicional.
Pese a que la posterior evolución política adversa por la disolución del bloque socialista soviético y sus aliados restó
peso a las argumentaciones marxistas y a las propuestas de cambios revolucionarios, no cabe duda que muchos aportes
críticos de este enfoque mantienen vigencia.
ALGUNOS NOMBRES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA: Austin Turk, William Chambliss y Richard Quinney, Alessandro
Baratta, Berkeley, Lola Aniyar de Castro, Fritz Sack