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Buenos días profesor compañeros es grato honor estar
presente con ustedes personas maravillosas con principios y
valores que lo des muestran cada día en la sociedad. Con mucho pesar me dirijo a ustedes para reflexionar sobre un tema muy delicado como es el acoso escolar. Estamos en una edad en que el juego y la alegría debe ser partícipe de nuestra vida; sin embargo, con frecuencia nos encontramos que algunos alumnos, confundiendo esta integración, molestan, acosan e incluso maltratan a sus compañeros tímidos, que no pueden defenderse por sí mismos. Esto no es broma, se ha llegado a extremos de amenazarlos para que no digan nada. Honor precisamente se busca infundir valores. Por eso hago un llamado a los profesores y compañeros a estar alerta a estas situaciones. A los profesores, que tomen medidas a tiempo, su labor no solamente es instructiva sino formativa; que pongan a disposición de la Dirección a los alumnos abusivos, para que sus padres o tutores sean llamados a responder por la situación de manera que se dé una solución integral al problema. A los alumnos afectados, no se queden callados, hablen con sus padres o sus maestros, digan lo que les preocupa, permitan que sus padres vayan al colegio para ver lo que sucede. A ustedes compañeros, no podemos ser indiferentes con los demás, ayúdense mutuamente. Establezcan relaciones de amistad, respeto, solidaridad, trabajo en equipo, eso reafirmará su personalidad y los hará hombres y mujeres de bien. No son pocos los casos de violencia escolar, ¿cómo será el hogar de estos niños que buscan pelea?, ¿estará el padre o la madre cerca de él?, ¿estarán de su cuenta? Sabemos que la primera escuela de la vida es el hogar. Son los padres los primeros maestros, ¿estamos enseñando valores a nuestros hijos?, ¿nos preocupamos en ver si han hecho sus tareas?. Algunos padres creen que porque están un tiempo con sus hijos ya es suficiente, dicen yo les doy calidad de vida antes que cantidad. Pues bien, el niño necesita saber que su padre está cerca de él ante cualquier eventualidad, no sólo hay que darle calidad, también cantidad de tiempo. Padres de familia, dialoguen con sus hijos; hijos, confíen en sus padres. El acosador abusa, amenaza porque sabe que el acosado no hablará. Cuando sucede lo contrario, se termina el juego. Me refiero al acoso escolar mejor conocido como bullying. Este acoso, generalmente, consiste en un maltrato psicológico y en varios casos incluso llega a ser físico, normalmente, la víctima del acoso es insultada hasta el punto de creer que dichos insultos son ciertos, generando una serie de complejos que lo conducen a la depresión. Normalmente los adolescentes o jóvenes que practican el bullying tienen como objetivo hacen sentir inferior a aquel que consideren inofensivo, diferente o incluso con algún defecto; siendo la mofa, la burla hiriente y el insulto los medios más utilizados por esta clase de victimarios. Sin embargo, esta clase de desprecios y maltratos no terminan ahí, sino que esto conlleva a la creencia de que el individuo no tiene lugar en el mundo, y en casos extremos pueden conducir al suicidio. Comúnmente el acosado no revela el problema a otro sujeto, esto debido a la soledad y al aislamiento social de este mismo, por razón de la manipulación social que recíbela víctima del acosador. Esto consiste en una distorsión social por parte del adolescente, llevando al autodesprecio, empujándolo hacia una soledad que le hará incapaz de relacionarse con otras personas, causando un problema de desconfianza y creando un daño difícil de reparar en la autoestima de este mismo.