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Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización
escrita de la editorial
Presentación......................................................................................... 7
Alguien escribe. Alguien lee. Alguien escribe sobre lo que lee. Alguien lee la escritura
de otro. Alguien escribe la lectura de otro. Este ir y venir de la recepción en doble vía y
de la producción en doble vía nos abre diferentes perspectivas al momento de solicitar
al estudiante un informe, un análisis, un proyecto de investigación, un acercamiento a
un fenómeno.
La lectura y la escritura, entonces, las asumimos desde el Centro de Estudios en Lec-
tura y Escritura (CELEE), adscrito al Departamento de Humanidades, de la Universidad
EAFIT, como prácticas sociales. Esto implica que son llevadas a cabo por sujetos reales,
que dan cuenta de lo que piensan, de lo que saben y de sus experiencias pasadas con su
mundo, con otros. También implica que tienen un efecto directo en otros sujetos, tanto
desde la enunciación como desde la recepción. De ello se desprende que transforman las
relaciones, las emociones y, por supuesto, los sentidos.
Esta forma de asumir la lectura y la escritura nos obliga, como docentes, a estar en
permanente búsqueda de estrategias que apoyen nuestro trabajo de acompañar a los es-
tudiantes de la universidad a leer y a escribir académicamente. Una de esas búsquedas es
la actualización de material práctico que tenga un efecto continuo en la vida académica
del estudiante. De ahí que este volumen 2 de Texturas sea una extensión de Texturas.
Tipología de formas de lectura y escritura en la universidad. Volumen 1, al seguir con el propósito
de apoyar la formación de los estudiantes en su perfil de constructores de comunidades
científicas y académicas, y como personas responsables con las palabras del otro y con la
difusión del nuevo conocimiento.
Como el primer número de Texturas, este nuevo volumen mantiene la atención en la
propuesta formativa y textual de cada docente, con su respectiva aplicación paso a paso,
a partir de un ejemplo, con el fin de mantener una dimensión pedagógica y didáctica.
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texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
[...] está concebido inicialmente como guía para quienes cursen Estudios del Texto
Poético, asignatura correspondiente al segundo semestre del Pregrado en Literatura de
la Universidad EAFIT, pero también para quienes participen del contexto más amplio
de la oferta eafitense (y en general universitaria) en literatura, tanto a nivel de pregrado
como de posgrado.
La propuesta de Pino surge de una versión del procedimiento de los profesores del
Interdisciplinary Center for Narratology, de la Universidad de Hamburgo, quienes se
proponen emplear categorías narratológicas para analizar textos líricos.
La tercera contribución de la Escuela de Humanidades viene de la mano de la pro-
fesora Patricia Cardona Z. El título “El problema de las fuentes impresas en el oficio
de historiar: el caso de los impresos populares”, impone una atención a registros de una
escritura por rescatar, dado su valor investigativo. De hecho, en las propias palabras de
la profesora Cardona,
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p r e s e n ta c i ó n
[...] los documentos cobran vida como fuente cuando el historiador teje problemas históri-
cos capaces de dar cuenta de una porción del pasado, sobre la cual se elaboran respuestas
objetivas (hipótesis), aunque parciales, capaces de ayudar a entender los rumbos que
han tomado las sociedades en su constante devenir.
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
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El informe de lectura
y la reseña crítica:
pautas para su
elaboración
Andrés Bustamante Londoño
La secuencia didáctica que aquí se propone sigue el modelo de informe de lectura del
primer capítulo del libro La caja de herramientas del joven investigador de Jocelyn Létourneau
(2007, pp. 21-34), en el que este historiador y profesor canadiense presenta unas pautas
muy precisas sobre cómo elaborar un informe de lectura o una reseña crítica de carácter
académico. Esta propuesta se complementa con el ejercicio de reconocimiento de los
patrones retóricos de las reseñas académicas como estrategia de lectura y acercamiento
a los textos especializados, como la plantean María Cristina Castro y Martín Sánchez
(2016), a partir de la identificación de las funciones y los propósitos comunicativos1 de
este tipo de textos.
La aplicación del modelo de Létourneau parte de una rejilla guía en la que se sinte-
tizan las pautas y los criterios que deben ser tenidos en cuenta al momento de escribir un
informe de lectura o una reseña académica. Como muestra de la aplicación de esta rejilla,
se incluyen dos ejercicios de escritura: un informe de lectura elaborado por la estudiante
Amalia Wills Raimondi para la materia Análisis Textual, del Núcleo de Habilidades Co-
municativas de la Universidad EAFIT, en el primer semestre de 2018, y otro de mayor
extensión, escrito por mí como recurso didáctico para esta asignatura.
Así mismo, y de acuerdo con lo que plantea el profesor Juan Carlos Jurado (2018)
en su presentación del informe de lectura como instrumento para la alfabetización aca-
démica en el marco del aprendizaje centrado en el estudiante, con su oportuno llamado
a “direccionar los distintos géneros a propósitos claros y específicos en los procesos de
enseñanza-aprendizaje” (p. 58), se añade también una rúbrica evaluativa. Los descripto-
res de la rúbrica son los mismos de la rejilla que sirve de base a la redacción del informe
de lectura, y con ellos se busca contribuir a la clarificación de los criterios con los que se
puede evaluar el nivel de logro de los estudiantes en la adquisición de las competencias
de lectura y escritura que se pretenden fomentar con la asignación de este tipo de ejer-
cicios escritos.
1
En la perspectiva de la retórica funcional de John Swales, en la que se inscribe el trabajo de Castro y Sánchez
(2016), las funciones comunicativas hacen referencia a las estrategias –o movimientos retóricos– que están al
servicio del propósito “por el cual un género discursivo es utilizado en el seno de una comunidad discursiva”
(2016, p. 84). De este modo, las funciones comunicativas son las acciones específicas que es posible reconocer
en cada segmento del texto, en tanto que el propósito comunicativo responde a “las intenciones y expectativas
de la comunidad discursiva” (Sánchez Upegui, 2016, p. 79). En la retórica funcional, el propósito comunicativo
es el resultado de las funciones comunicativas que un autor despliega de conformidad con las intenciones y ex-
pectativas que una comunidad asocia con un género discursivo. En este sentido, la función comunicativa de cada
segmento es la unidad de partida para la identificación del propósito comunicativo global de los textos.
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Las pautas que se ponen a consideración para la elaboración del informe de lectura y
la reseña crítica son también útiles para los estudiantes, profesores e investigadores que
deseen escribir una reseña para su publicación en una revista académica.
El informe de lectura y la reseña crítica son dos tipos de textos que comparten varios
rasgos en común. En este sentido, son un ejemplo de colonia o constelación de géneros, un
concepto formulado por Vijay Bhatia (2014) para designar
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El i n f o r m e d e l e c t u r a y l a r e s e ñ a c r í t i c a : p a u ta s p a r a s u e l a b o r a c i ó n
En esta misma línea, la profesora Sonia López (2018), tomando la clasificación de Rincón
(s. f.), distingue entre el “informe enunciativo” y el “informe argumentativo”. Si en el primero
predomina la exposición y la explicación del texto del que se ocupa el informe, en el segundo,
en cambio, priman el análisis y la interpretación (López, 2018, pp. 43-44). De este modo, en su
descripción del desarrollo del cuerpo del informe, López aclara que las cuatro posibilidades para
presentar el contenido –la exposición, la descripción, el análisis y la interpretación– dependen
del objetivo propuesto por el profesor. Aspecto del cual se ocupa Juan Carlos Jurado (2018) en
su caracterización del modelo del informe de lectura en el área de la administración, cuando
resalta su “funcionalidad epistémica”, en contraste con “el mecanismo de control de lectura”
con el que había sido asumido este género en el pasado (p. 58).
Retomando la noción de colonia de géneros de Bhatia (2014), es posible afirmar que
el modelo de Jocelyn Létourneau que pongo a consideración en este escrito es un tipo
de texto cuya clasificación genérica posee la versatilidad de aquella “constelación de
géneros reconocidos individualmente que muestran grandes similitudes en los lindes
disciplinarios y profesionales” (p. 65). Sea que el profesor opte por un informe enunciativo
(explicativo-descriptivo) o por un informe argumentativo (analítico-interpretativo), los
rasgos del género del informe de lectura remiten, en todo caso, a
Una reseña es una “toma” de un texto en el sentido de una toma fotográfica: una imagen
que permite representarse cabalmente algo a partir de la obtención de una descripción
sistemática y detallada de sus aspectos más relevantes, que le dan su especificidad y
permiten su fácil reconocimiento (identificación) y captura (recuperación en una biblio-
teca, buscador de internet o base de datos, etc.) por parte de otros a los que tal texto
les ha llamado la atención.
[…]
Así que, en términos generales, la reseña puede ser equivalente, o incluso usar como
insumo y punto de partida, a veces, la ficha bibliográfica tradicional, [...] en cuanto que
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Una reseña, en sí misma, no debe ser crítica. Esta cualidad puede ser prescindida. Lo que
sí debe ser es descriptiva, y en tal ejercicio apuntar a los criterios de relevancia, pertinen-
cia y fidelidad. Esto es, destacar los rasgos más relevantes y más pertinentes, de cara a
presentar un texto determinado, con el propósito fundamental de hacer que otros lectores
se interesen por aquel, pero sin distorsionarlo; para que lo valoren como importante para sus
propósitos académicos particulares y, finalmente, lo lean si es el caso (2019, pp. 27-28).
Este punto es relevante porque, como bien lo señala el profesor Orejuela al final de
su propuesta, este último objetivo (el de convocar a una lectura) no es el que se busca
siempre en el ámbito académico, ya que, por lo general, los textos fuente del informe-
reseña son conocidos y valorados en su respectivo campo del conocimiento.
Desde otra perspectiva conceptual y disciplinar, el profesor Jurado (2018) asume el
informe de lectura como un texto expositivo y argumentativo cuyo propósito consiste en
“formar a los estudiantes en las competencias lectoescriturales propias de la educación
superior” (p. 56) y contribuir a la apropiación de las prácticas discursivas del campo de
la administración.2 Al igual que Orejuela, quien aclara que, en su propuesta, la reseña
académica se diferencia de la recensión (a la que asocia con la reseña crítica), Jurado establece
una distinción entre el informe de lectura y la reseña (sin adjetivo), porque, en ella,
2
Su definición del concepto de prácticas discursivas es, de suyo, un magnífico ejemplo de lo que es un contexto
disciplinar:
Las prácticas discursivas delimitan todo un conjunto de enunciados y formulaciones que (en un campo disciplinar
como la administración) precisan todo aquello que puede decirse, expresarse e imaginarse. Se trata de un sistema de
relaciones enunciativas, cuyas propias reglas de juego definen de qué se puede hablar (los procesos de racionalización
en la organización productiva), quién puede hablar (empresarios, directivos, consultores, académicos del campo),
desde qué puntos de vista (la propiedad y el control de la organización productiva), con qué autoridad y calificaciones
(derivadas de la experiencia administrativa o la formación académica), y la delimitación y la agrupación de problemas
y objetos de conocimiento con una unidad propia (el ámbito organizacional)” (Jurado, 2018, pp. 56-57).
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[...] el lector requiere de una amplia cultura bibliográfica que le permita valorar la in-
novación y la pertinencia de la obra en el contexto de la producción de conocimiento
de una disciplina y de la recepción de la misma en una comunidad académica específica
(Jurado, 2018, p. 60).
Y referencia como apoyo de esta afirmación los parámetros del Boletín Cultural y Bi-
bliográfico del Banco de la República.
Al respecto, bien vale citar un editorial de la revista Aled, en el que Adriana Bolívar y
Martha Shiro (2004) hacían un llamado a recibir más contribuciones en materia de reseñas:
Pensamos que escribir una reseña es una actividad compleja que requiere una destreza
especializada y experiencia en la investigación. Este género requiere de una síntesis del
contenido de un libro, preferiblemente de reciente publicación, y de una evaluación de
múltiples aspectos de la publicación con el fin de recomendarlo o no a una comunidad
científica, supuestamente interesada en la problemática tratada. Por eso, escribir una
reseña exige conocimiento del estado del arte en el campo reseñado, una gran capacidad
analítica, destrezas en la evaluación, y en el manejo de las relaciones interpersonales que
se manifiestan en el uso del tacto y de la cortesía con los colegas cuyo trabajo se está rese-
ñando. Los comentarios sobre la obra de otros deben estar suficientemente argumentados
para que no quede duda en los lectores de que la obra ha sido bien examinada (p. 3).
Las autoras subrayan también la “habilidad para manejar la competencia textual del
género mismo”, a la par con
[...] la habilidad para ubicar el texto reseñado en el contexto de otros textos producidos
por el mismo autor u otros autores sobre el mismo tema. A la vez, se necesita evaluar
de manera exhaustiva y responsable la obra reseñada con el fin de, por una parte, rendir
cuenta de la contribución del trabajo reseñado a nuestro conocimiento sobre el tema
y, por otra, expresar la evaluación de manera apropiada como para poder mantener las
relaciones interpersonales en una comunidad científica. Las evaluaciones tienen efec-
tos en las personas cuyo trabajo es evaluado y en el desarrollo de una disciplina porque,
muchas veces, una buena reseña tiene una función orientadora, mientras que una mala
reseña, o una reseña insuficiente, puede afectar una línea de investigación novedosa y
la vida académica del autor reseñado (Bolívar y Shiro, 2004, p. 5).
Estas dos citas in extenso, además de reiterar la exigencia que entraña el género de la rese-
ña a la que hace alusión Jurado (2018), nos recalcan cuáles son sus principales convenciones
genéricas: la presentación de novedades bibliográficas relevantes para un campo disciplinar, la
contextualización del lugar en el que se sitúa la obra reseñada en la producción de su autor o
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
la de otros colegas, la descripción sintética de los contenidos del libro reseñado y la evaluación
de los aspectos que lo hacen meritorio (o no), con miras a su recomendación (o no). De estos
rasgos prototípicos, el primero y el último (la novedad bibliográfica y la recomendación) son
los que marcan la diferencia más notoria entre la reseña y el informe de lectura. Al respecto,
es oportuno sintetizar las designaciones mencionadas hasta aquí, en la tabla 1.
Modo de Contexto
Designación Texto Propósito
Audiencia organización de
genérica base comunicativo
discursiva circulación
Describir y
Periódicos,
evaluar una Lectores interesados Descripción,
revistas
Reseña producción en las novedades narración,
culturales,
bibliográfica o culturales argumentación
blogs
artística reciente
Describir, evaluar
y recomendar Lectores interesados
Novedades Revistas
Recensión (o (o no) una en formarse una
bibliográficas culturales,
reseña crítica) producción opinión sobre las
o artísticas blogs
bibliográfica o novedades culturales
artística reciente
Describir, evaluar Lectores interesados
Argumentación, Revistas
y recomendar (o en formarse una
Reseña descripción y culturales
no) producciones opinión sobre
bibliográfica explicación y boletines
bibliográficas las novedades
bibliográficos
recientes bibliográficas.
Describir, evaluar Comunidad académica
Novedades
y recomendar o disciplinar,
Reseña bibliográficas Revistas
(o no) libros investigadores
académica en un campo académicas
académicos (profesores y
disciplinar
recientes estudiantes)
Textos
Describir,
basilares Comunidad académica
explicar y Descripción, Aula de clase,
Informe de (recientes o disciplinar:
argumentar explicación y repositorios
lectura o no) de profesores y
sobre textos argumentación institucionales
un campo estudiantes
disciplinares
disciplinar
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El i n f o r m e d e l e c t u r a y l a r e s e ñ a c r í t i c a : p a u ta s p a r a s u e l a b o r a c i ó n
Las convenciones genéricas de la reseña académica –que Bolívar y Shiro (2004) asumen como
“competencias textuales”– constituyen el fundamento de la propuesta didáctica de María
Cristina Castro y Martín Camargo (2016) para el reconocimiento de esas características como
estrategia de lectura de textos disciplinares. Esta propuesta es el resultado de la identificación
de los movimientos y los pasos de la retórica funcional, propuestos por John Swales (2004), en
un corpus de “50 reseñas académicas publicadas en revistas especializadas del área de las
Humanidades” (Castro y Camargo, 2016, p. 84).3 La estructura organizativa prototípica de
este género académico la presentan los autores en la tabla que reproduzco a continuación.
3
Existe otro trabajo de Lourdes Díaz (2014) en esta misma línea investigativa, en el cual la autora establece las
movidas y pasos prototípicos en un corpus de veinte reseñas de libros sobre lingüística, publicadas en cuatro
revistas especializadas.
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darle] la fisonomía propia de lo que su comunidad considera una reseña (Castro y Sán-
chez, 2016, p. 87).
Para esta actividad de taller elegí la reseña académica escrita por Gabriel Samacá
Alonso sobre el libro Trincheras de tinta, de la profesora Patricia Cardona (2016), publicada
en el número 28 de la revista Co-herencia, en el año 2018.
El taller se puede hacer con otra reseña en cualquier otro campo del conocimiento. En
este caso, se trata de una reseña escrita por un historiador a propósito de un libro de historia.
Para la actividad, se puede incluir la rejilla de la tabla 2 al final de la lectura, o entregársela a
los estudiantes, en un archivo aparte, para la identificación de las funciones comunicativas
de la reseña académica elegida. Cabe anotar que las actividades de taller están precedidas
siempre por una explicación de la profesora o del profesor. A nuestro modo de ver, este es un
ejercicio que propicia un acercamiento a las exigencias y posibilidades del género de la reseña.
Después del ejercicio de reconocimiento, presento el modelo de informe de lectura de
Jocelyn Létourneau (2007) con la rejilla, en la que sintetizo las pautas que él propone para
este género que, en su perspectiva, comparte las mismas “formas-función” (Bhatia, 2014)
–o movimientos retóricos– de la reseña académica. Es importante anotar que, en la retórica
funcional, estos movimientos son entendidos como funciones comunicativas o “patrones de
acción” (Castro y Sánchez, 2016, p. 97), esto es, “segmentos textuales que realizan acciones
específicas” (Sánchez Upegui, 2016, p. 92) y que permiten identificar, por tanto, los propó-
sitos comunicativos de un autor de acuerdo con las prácticas discursivas, las expectativas y
las convenciones que una comunidad le asigna a un género textual.
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
en cada apartado (en color o con una línea sobre el renglón), las señales lingüísticas
que permiten identificar los propósitos comunicativos del reseñista.4
Celee:
Movimiento 1: Referencia bibliográfica del texto
Trincheras de tinta. La escritura de la Historia pa- reseñado.
tria en Colombia, 1850-1908, de Patricia Cardona Zu- Pasos estratégicos: El reseñista indica todos los
luaga (2016). Medellín: Fondo Editorial EAFIT, 380 p. datos bibliográficos del libro fuente. [Por criterio
DOI: 10.17230/co-herencia.15.28.14 de la revista, se invierte el orden habitual de
la presentación de la referencia: 2) título, 1)
Gabriel Samacá Alonso nombre del autor, 3) fecha de edición, 4) lugar
El Colegio de México de edición, 5) editorial y 6) número de páginas].
gsamaca@colmex.mx Celee:
Movimiento 5: Identidad del reseñador.
[párrafo 1] Internacionalmente, la historiografía co- Pasos estratégicos: El reseñista incluye su nombre
lombiana es conocida y recordada por un sugerente y apellidos y se hace responsable del contenido
trabajo de Germán Colmenares titulado Convenciones de su reseña. Asimismo, indica su vinculación
a una universidad mexicana, con su respectiva
contra la cultura: ensayos sobre la historiografía dirección de correo institucional. Omite sus
hispanoamericana del siglo xix (1987). Quienes han in- títulos académicos (los cuales, no obstante, son
cursionado en este tipo de estudios se ven enfrentados fáciles de encontrar en la web: historiador de la
a su lectura obligatoria, así como a tomar posición Universidad Industrial de Santander; magíster
y doctor en Historia de El Colegio de México).
respecto a la tesis “discursiva” del colonialista en
el estudio de las historias patrias hispanoamerica- Celee:
Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
nas (Cfr. Mejía, 2007; Vanegas, 2015. La historiadora Paso estratégico: El reseñista indica al lector el
antioqueña Patricia Cardona no ha sido la excepción, campo del conocimiento (la historiografía colom-
aunque a lo largo de su trayectoria académica ha ve- biana) en el que se inscribe el texto reseñado,
nido mostrando otros caminos para pensar y hacer la con la referencia al trabajo de otro historiador
reconocido.
historia de la Historia en el país. Desde sus trabajos
sobre la enseñanza de la lectura en el período fede- Celee:
Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
ral, esta autora acudió a las herramientas de la his-
Paso estratégico: El reseñista ubica al lector en
toria de la cultura escrita para incorporar el estudio un enfoque disciplinar (estudios sobre historia
de la materialidad, los públicos, los espacios y las patria hispanoamericana).
prácticas de consumo de los materiales impresos (Car- Celee:
dona, 2007). Esta perspectiva de análisis se entronca Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
con una preocupación por la invención de la nación y Paso estratégico: El reseñista ofrece datos sobre la
trayectoria académica de la autora y su perspec-
la constitución del orden republicano a lo largo de la
tiva o línea investigativa.
segunda mitad del siglo xix.
Celee:
[párrafo 2] En el año 2013, Cardona culminó su Doc- Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
torado en Historia en la Universidad de los Andes con Paso estratégico: El reseñista ubica al lector en
su tesis Escribir la Historia y hacer Nación: obritas el enfoque metodológico y teórico de la autora
de historia patria en Colombia. Segunda mitad del del libro.
siglo xix, con la dirección de Renán Silva. Tres años Celee:
Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
después, el Fondo Editorial EAFIT presentó al públi- Paso estratégico: El reseñista informa sobre el ori-
co el libro aquí reseñado, una versión modificada de gen del libro reseñado y la afiliación intelectual
su trabajo doctoral que constituye un significativo de la autora al tipo de investigación histórica del
aporte a la historiografía nacional y continental. profesor Renán Silva.
Celee:
Movimiento 2: Presentación y evaluación inicial del texto.
Paso estratégico: El reseñista realiza una evaluación
4
En el ejemplo, he elegido la negrita para señalar dichas funciones.
inicial del aporte del libro a su respectivo campo
de conocimiento.
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El i n f o r m e d e l e c t u r a y l a r e s e ñ a c r í t i c a : p a u ta s p a r a s u e l a b o r a c i ó n
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texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Celee:
Movimiento 3: Descripción y evaluación de las secciones
(Cardona, 2013)–. El andamiaje teórico complementa
del texto.
el enfoque metodológico a partir de perspectivas Pasos estratégicos: El reseñista menciona los au-
como la sociología de los textos y la bibliografía tores que sustentan la perspectiva elegida por
de Donald MacKenzie, la historia de la lectura y la autora del libro.
la morfología de los impresos de Roger Chartier y
Celee:
algunos aspectos de la paleografía de Armando Pe- Movimiento 3: Descripción y evaluación de las secciones
trucci. De esta forma, el libro presenta una ruta del texto..
conceptual y metodológica renovadora, toda vez que Pasos estratégicos: El reseñista destaca uno de los
anuda aspectos antes olvidados como la materialidad méritos del libro.
y los usos de la Historia, subrayando su carácter Celee:
impreso. Con ello, se matiza la preocupación por Movimiento 4: Recomendación final sobre el texto
el simple análisis de los discursos, el cual, como reseñado.
la autora reitera en diferentes apartados, incurre Pasos estratégicos: El reseñista anticipa el primer
en una excesiva y anacrónica lectura ideológica de aspecto criticable de la obra reseñada, matizando
este objeto de estudio. el efecto que este puede producir en el ánimo de la
[párrafo 5] Como toda obra, Trincheras de tinta no autora y en la recepción de los lectores de la reseña.
alcanza a resolver plenamente todos los problemas que Celee:
plantea. Aunque la autora busca hacer hincapié en los Movimiento 4: Recomendación final sobre el texto
usos y las formas de lectura de las obritas, no logra reseñado.
dar cuenta de los diferentes contextos y prácticas Pasos estratégicos: El reseñista indica cuál es el
concretas del público lector decimonónico, ya sea en primer aspecto criticable de la obra, mediante
los espacios escolares o fuera de ellos. En un senti- un marcador discursivo (“aunque”) con el que
atenúa el posible impacto de la crítica.
do similar, los marcos geográficos de escritura y lec-
tura de este tipo de obras no aparecen suficientemente Celee:
a lo largo del libro. Con ello queremos decir que se Movimiento 4: Recomendación final sobre el texto
pierden los diferentes espacios en que se produjeron, reseñado.
circularon y recibieron los impresos de contenido Pasos estratégicos: El reseñista señala el segundo
histórico. Como sabemos, en el lapso abordado en el aspecto criticable de la obra; al igual que en el
libro no pueden perderse de vista las jerarquías re- caso anterior, el marcador discursivo de conti-
nuidad (“En un sentido similar”) cumple aquí
gionales que desataron enfrentamientos políticos o
una función de cortesía con la autora, al mitigar
las complejas relaciones entre los centros urbanos, la afirmación subsecuente. Lo mismo ocurre con
los pueblos y las aldeas, en un país que se debatió la explicación dada con el plural inclusivo (“Con
entre el aislamiento y la conexión en su interior y ello queremos decir” / “Como sabemos”).
con el mundo.
[párrafo 6] Por otra parte, la sana postura de evi- Celee:
tar una lectura ideologizada de los contenidos se Movimiento 4: Recomendación final sobre el texto
convirtió en un olvido de la agitada vida política reseñado.
Pasos estratégicos: El reseñista señala un tercer as-
y social del período de estudio. Si bien no se pue-
pecto criticable de la obra: a su juicio, la autora no
de supeditar el surgimiento del “análisis históri- profundizó lo suficiente en las tensiones e injeren-
co moderno” a los avatares de la dinámica política, cias políticas sobre los manuales de historia patria.
es imprescindible ahondar en las relaciones con lo En la misma línea de los comentarios anteriores,
político –en el sentido que le da Rosanvallon– más el reseñista es en extremo cortés al momento de
allá de las menciones a la creación y sostenimiento presentar su crítica y se cuida mucho de herir
del orden republicano como fin último de este tipo de susceptibidades. Este es un buen ejemplo de las
objetos impresos. Otra limitación del trabajo atañe fórmulas de cortesía a las que hacen referencia
Adriana Bolívar y Martha Shiro en su editorial
a una debilidad de la historiografía colombiana que
de la Revista ALED (2004), al igual que Castro y
remite a la casi inexistente producción en torno a Sánchez en su propuesta didáctica (2016, p. 95).
la historia de la edición en la segunda mitad del
siglo xx. Esta carencia es relevante para fijar los Celee:
alcances de las obritas que estudia Cardona al pre- Movimiento 4: Recomendación final sobre el texto
reseñado.
guntarse por las casas editoriales que imprimieron
Pasos estratégicos: El reseñista señala un cuarto
aspecto criticable de la obra. En esta ocasión,
elige la palabra “limitación” y la circunscribe no
a un defecto intrínseco del trabajo que adelanta
la autora, sino a un aspecto poco estudiado en
24 el campo historiográfico colombiano.
El i n f o r m e d e l e c t u r a y l a r e s e ñ a c r í t i c a : p a u ta s p a r a s u e l a b o r a c i ó n
La estructura de esta reseña está compuesta por ocho párrafos –o unidades de partida
(López, 2018, p. 46)–, distribuidos en tres secciones que responden a los siguientes
propósitos comunicativos: 1) presentar y hacer una evaluación inicial del libro (párrafos
1 y 2); 2) describir y evaluar las secciones del libro (párrafos 3 y 4); y 3) evaluar aspectos
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
generales del libro para recomendar su lectura (párrafos 5 a 8). Esto muestra que la mitad
de la reseña la ocupa el balance crítico, con tres párrafos de aspectos criticables, y un
párrafo de cierre, con el veredicto final sobre el libro.
En la reseña se advierte el posicionamiento de un autor experto en su respectivo
campo disciplinar y que es muy consciente de su responsabilidad frente a los lectores
que esperan un examen atento del contenido del libro, así como ante la autora, por lo
cual recurre a la estrategia de la cortesía “para conseguir el respeto ante sus colegas y
mantener su propia reputación ante los lectores” (Castro y Sánchez, 2016, p. 95).
En cuanto a sus propósitos comunicativos de informar, sintetizar y evaluar, estos
se manifiestan en 5 movimientos y 32 pasos; a saber: movimientos 1 y 5 (con sus ocho
pasos); movimiento 2 (de los seis pasos que lo componen, se omite el cuarto: la alusión
a los posibles lectores)5 y, por último, los movimientos 3 (con sus cuatro pasos) y 4 (con
un paso: recomendación del libro con algunas restricciones).
Retomando la reserva de Juan Carlos Jurado acerca del nivel de exigencia que comporta el
género de la reseña, así como las observaciones de Adriana Bolívar y Martha Shiro (2004)
sobre este mismo punto, es conveniente citar una recomendación de Carlos Alberto
Rincón Castellanos (s. f.), que es oportuna antes de introducir la propuesta del modelo
de informe de lectura de Jocelyn Létourneau:
5
Esto, en un sentido explícito, porque no es difícil deducir cuál es su perfil, ya que ante todo está dirigido a una
comunidad disciplinar experta en los estudios historiográficos. Sin embargo, la revista Co-herencia es una pu-
blicación del Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT, en el cual no existe un pregrado ni un
posgrado en Historia. De este modo, los destinatarios indirectos abarcan un perfil más heterogéneo, máxime
cuando se trata de una publicación que reúne trabajos en distintas áreas de las humanidades. Esto puede explicar
la omisión del reseñista del tipo de lector para el cual está dirigido en principio el libro de Patricia Cardona.
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Referencias (Aquí se incluye la referencia del texto del informe de lectura –normas APA, sexta edición–, así como
las fuentes complementarias citadas en el informe)
Fuente: Elaboración propia a partir de Létourneau, J. (2007). Cómo se elabora un informe de lectura. En La caja
de herramientas del joven investigador. Guía de iniciación al trabajo intelectual (pp. 21-34). Medellín: La Carreta
Editores E.U.
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El texto de lectura
*
Deresiewicz, W. (2009, enero 30). The End of Solitude. The Chronicle of Higher Education. Recuperado de
https://bit.ly/2pF3b2Z. Traducción libre con fines pedagógicos, por Andrés Bustamante. El ensayo se reproduce
en esta publicación gracias a la autorización expresa de William Deresiewicz.
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El i n f o r m e d e l e c t u r a y l a r e s e ñ a c r í t i c a : p a u ta s p a r a s u e l a b o r a c i ó n
*
Personaje central de la novela El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad (N. del T.).
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
comunicación –para estar más y más cerca; o, al menos, así lo hemos creído–.
La primera de estas tecnologías, el primer simulacro de proximidad, fue el
teléfono. [“Aló, ¿mamá?”. “Conectando a la gente”. “Conectados podemos más”].
Sin embargo, en los años setenta y ochenta nuestro aislamiento creció. Los su-
burbios se extendieron cada vez más lejos, hasta convertirse en zonas semirru-
rales. Las madres salieron de sus casas a trabajar, las familias se redujeron
y disgregaron. Del televisor de la sala se pasó a uno en cada habitación. Sin
duda en la adolescencia, y aún más en la infancia, estuvimos atrapados dentro
de nuestro propio cascarón. El incremento en los índices de criminalidad y,
de forma aún más pronunciada, el del pánico moral, alejó a los niños de las
calles. La idea de salir a jugar en el barrio se hizo impensable. El niño
que había crecido entre las dos guerras mundiales como parte de una familia
numerosa y de una comunidad urbana muy unida se convirtió ahora en el abuelo
de un niño que permanecía sentado frente a un enorme televisor, en una casa
enorme, en una manzana ídem. Estábamos perdidos en el espacio.
En esas circunstancias, la internet llegó como una bendición. No debería-
mos olvidarlo. Les ha permitido a las personas aisladas comunicarse entre
ellas y, a las marginadas, encontrar a alguien. Los padres pueden mantener
el contacto con sus amigos lejanos y el adolescente homosexual ya no tie-
ne por qué sentirse fuera de lugar. Pero a medida que crece la dimensión
de la internet, se ha convertido en algo demasiado bueno como para que sea
conveniente. Hace diez años escribíamos mensajes de correo electrónico en
computadores de escritorio y los transmitíamos a través de conexiones de ac-
ceso telefónico. Ahora enviamos mensajes de texto desde nuestros teléfonos,
publicamos fotos en Facebook y seguimos a unos completos desconocidos en
Twitter. Un flujo constante de contacto mediado, virtual, ficticio o simulado,
nos mantiene conectados a la colmena electrónica –aunque el contacto de per-
sona a persona parece ser cada vez más remoto–. El objetivo ahora, diríamos,
es darse a conocer y convertirse en una especie de celebridad en miniatura.
¿Cuántos amigos tengo en Facebook? ¿Cuántas personas leen mi blog? ¿Cuántos
resultados arroja mi nombre en Google? Al afirmar la autoestima, la visibi-
lidad se ha convertido en un sustituto de la conexión auténtica. No hace
mucho, era fácil sentirse solo; ahora, es imposible estarlo.
Como resultado, estamos perdiendo los dos aspectos de la dialéctica román-
tica. ¿Qué significa la amistad cuando se tienen 532 “amigos”? ¿Cómo mejora
mi sentido de la intimidad cuando leo en las notificaciones de Facebook que
Sally Smith (a quien no he visto desde la secundaria y en aquel entonces
tampoco era mi amiga) “se prepara un café y mira al firmamento”? Mis estu-
diantes dicen que tienen poco tiempo para la intimidad. Y, por ende, tienen
muy poco tiempo para la soledad.
Con todo, al menos la amistad sigue siendo algo importante para ellos. El
verdadero problema consiste en que esa dispensa de la intimidad, que puede
sonar discordante para las personas de treinta o cuarenta años, es completa-
mente natural para los adolescentes y los jóvenes de veinte. Los jóvenes de
hoy parecen no tener ningún deseo de soledad; nunca han oído hablar de él y
no pueden imaginar por qué valdría la pena desearla. De hecho, el uso de la
tecnología –o para ser justos, nuestro uso de ella– supone un esfuerzo rei-
terado para evitar la posibilidad de la soledad, un intento para mantener,
mientras estamos sentados frente al computador, la presencia imaginaria de
los otros. Ya en 1952, Trilling habló del “temor del yo moderno de aislarse
del grupo social aun por un instante” (2000, p. 285). Hoy nos hemos dotado
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de los medios para evitar que ese temor se vea cumplido. Lo cual no quiere
decir que lo hayamos neutralizado. Todo lo contrario. Recordemos a la estu-
diante que no podía sentarse sola a escribir su texto. Cuanto más pretende-
mos mantener a raya a la soledad, menos capaces somos de hacerle frente y
más terrible se torna.
Hay una analogía, me parece, con la experiencia del aburrimiento de la
generación anterior. Ambas emociones, la soledad y el aburrimiento, están
íntimamente ligadas. Las dos son también modernas. Las primeras entradas del
Diccionario Oxford para una u otra palabra, en su sentido contemporáneo,
datan del siglo xix. La suburbanización, con la eliminación del estímulo de
la sociabilidad en la vida tradicional de los pueblos y ciudades, exacerbó
esas dos tendencias. Pero la gran época del aburrimiento, creo, vino con la
televisión, pues fue concebida para mitigar esa sensación. El aburrimiento
no es la consecuencia necesaria de no tener nada qué hacer, es la experiencia
negativa de dicho estado. La televisión, al obviar la necesidad de aprender
cómo hacer uso de la falta de ocupación, excluye la posibilidad de descubrir
y disfrutar del ocio. De hecho, restituye su condición temible, su perspec-
tiva intolerable: ¿miedo del aburrimiento?, encienda la televisión.
Hablo por mi propia experiencia. Crecí en los años sesenta y setenta, la
era de la televisión. Me adiestraron para estar aburrido; el aburrimiento
fue cultivado dentro de mí como una cepa valiosa. (La sociedad de consumo nos
condiciona para sentirnos aburridos, ya que el aburrimiento crea un mercado
para la estimulación). Me tomó años descubrir –y mi sistema nervioso nunca
se ajustará del todo a la idea, aún debo luchar contra el aburrimiento, ten-
go un daño permanente a este respecto– que la falta de ocupación no es algo
malo. La alternativa al aburrimiento es lo que Whitman llama ociosidad: una
receptividad pasiva del mundo.
Es lo mismo que ocurre con la experiencia de la generación actual ante
la soledad. Es precisamente el reconocimiento implícito en la idea de la
soledad: que ella es al ocio lo que este es al aburrimiento. La soledad no
es la ausencia de compañía, es el dolor por esa ausencia. La oveja perdida
está sola; el pastor no. Pero la internet es una máquina tan poderosa para
producir soledad, como la televisión aburrimiento. Si seis horas diarias de
televisión crean una aptitud para el aburrimiento y una incapacidad para
estar tranquilos, cien mensajes de texto inducen a la soledad y a la inca-
pacidad de estar consigo mismo. Un cierto grado de aburrimiento y soledad
es previsible, en especial entre los jóvenes, dada la forma en que se ha
debilitado nuestro entorno humano. Sin embargo, la tecnología amplifica ambas
tendencias. En la adolescencia podía llamar a los compañeros del colegio,
pero no cien veces al día. En la universidad me reunía con mis amigos, aunque
no siempre podía hacerlo, por la sencilla razón de que no siempre estaban
disponibles. Si el aburrimiento es la emoción distintiva de la generación de
la televisión, la soledad es la emoción de la generación web. Hemos perdido
la capacidad de estar tranquilos, nuestra capacidad para el ocio; y los jó-
venes, la aptitud para estar solos, su capacidad para la soledad.
Y con la pérdida de la soledad, ¿qué han perdido? En primer lugar, la incli-
nación a la introspección, el examen de sí que los puritanos, los románticos
y los modernistas (y Sócrates, para el caso) habían puesto en el centro de la
vida espiritual, de la sabiduría y la conducta. (Thoreau invitaba a pescar “en
la laguna de Walden de nuestra propia naturaleza” luego de “cebar el anzuelo
en la oscuridad” [1997, p. 123]). En segundo lugar, también se ha perdido la
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la amiga severa del genio”. “El que quiera inspirar o guiar a su raza debe
abstenerse de viajar con las almas de otros hombres y de vivir, respirar,
leer o escribir desgastado por el yugo de las opiniones de su tiempo” (1983b,
p. 1028). Hay que protegerse del impulso del consenso intelectual y moral,
añade Emerson, especialmente durante la juventud. “Dios está solo”, escribe
Thoreau, “pero el diablo está lejos de estarlo; él ve una enorme compañía,
y es legión” (1997, p. 129). Ante todo, afirmó Emerson (1983b, p. 1028), la
universidad es digna de encomio por incluir en el costo de matrícula “una
habitación separada con chimenea”: el espacio físico de la soledad. Hoy,
por supuesto, las universidades hacen todo lo posible para mantener a sus
estudiantes apartados de la soledad, a fin de que no cometan actos autodes-
tructivos, y no le den cabida, tal vez, a pensamientos fuera de lugar. Sin
embargo, ningún tipo de excelencia personal o social, artística, filosófica,
científica o moral puede surgir fuera de la soledad. “El poeta y el santo
buscan la privacidad –escribe Emerson– para los fines más públicos y univer-
sales” (1983b, p. 1029). Estamos de vuelta al vidente que busca señales para
el porvenir en un aislamiento espléndido.
La soledad no es fácil, y no es para todos. Es, sin duda, una esfera
reservada solo para unos pocos. “Creo”, dijo Thoreau, “que los hombres en
general sienten todavía miedo de la oscuridad” (1997, pp. 123-124). Santa
Teresa y Tiresias serán siempre la excepción o, para hablar en términos más
pertinentes, los jóvenes –y todavía existen– que prefieren solazarse en la
holgura de su alma y que marchan al compás de un ritmo diferente. Pero si
la soledad desaparece como valor e idea social, ¿seguirán siendo posibles
las excepciones? Aun en este caso, uno es incapaz de revertir la tendencia
de la cultura. Uno solo puede salvarse a sí mismo; y, en cualquier cir-
cunstancia, siempre podremos hacerlo. Aunque se necesita una disposición
especial para ser impopular.
Por último, la soledad tiende a ser descortés. Thoreau sabía que la “dua-
lidad” de la soledad, la capacidad de tomar distancia y ver la vida sin apa-
sionamiento, nos hace en cierto modo antipáticos para los demás, sin hablar
de la ofensa implícita al evitar su compañía. Thoreau no se esmeró mucho en
ser cordial como para hablar con la gente tres veces al día, en las comidas;
cuesta imaginar su reacción frente a los mensajes de texto. Sin embargo, noso-
tros hemos hecho de la cordialidad –la sonrisa simulada, la falsa invitación,
el comedimiento fingido– una virtud primordial. La amistad puede resbalar de
nuestras manos, pero la amigabilidad es universal. No en vano “gregario” sig-
nifica “parte del rebaño”. Pero Thoreau entendió que en la esfera del dominio
de sí bien valía herir algunos sentimientos. Él puso a sus vecinos a raya, con
una convicción. Quienes encuentren la soledad no deben temer a estar solos.
Referencias
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do de http://www.nytimes.com/2008/09/12/opinion/12iht-edbrooks.1.16101148.html
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Robinson, M. (2005). The Death of Adam: Essays on Modern Thought. Nueva York, NY:
Picador.
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Ejercitación 1
-El valor de la so- -El autor hace un re- -El autor a través
ledad en diferentes corrido histórico y se de la narración y
momentos históricos, basa en los argumentos la argumentación da
y como fenómeno so- de otros autores, y en su punto de vista
cial. El autor in- su propia experiencia sobre la soledad en
tenta dar un reco- de vida. Deresiewicz la posmodernidad,
rrido de la mano de se centra en tres épo- basándose además
la soledad y cómo cas: romántica, moderna en otros autores
la conciben los su- y posmoderna. Sin em- (Lionel Trilling,
jetos. bargo, el autor se ve Marilynne Robinson,
ajeno a la última era Emerson, Thoreau,
cultural, pues no se Whitman y Virginia
siente identificado con Woolf) para susten-
“aquellos jóvenes”. tar sus ideas.
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¿A qué público se
dirige la obra?
-A cualquier tipo
¿De qué instrumentos se
de lector interesa-
vale el autor?
do en el tema de la
soledad. -El autor inicia con
un interrogante fren-
¿En qué contexto se
te a los intereses del
sitúa la obra?
individuo en la época
-Se sitúa en la actual y se centra en
posmodernidad, acu- la soledad y en la in-
diendo sin embargo timidad. A partir de
al pasado, cuando ambos temas el autor
movimientos como el busca darle desde una
romanticismo y el perspectiva histórica
modernismo tuvieron un significado a este
su mayor auge. concepto: la soledad.
Argumenta sus opiniones
¿Quién es el autor? con base en la obra de
distintos escritores y
-Es un autor nortea- críticos literarios.
mericano reconocido
por sus ensayos y ¿Qué intenciones y
críticas literarias. objetivos se revelan en
Además, fue profe- la obra?
sor de Inglés en la
Universidad de Yale. -El propósito del autor
Entre sus libros más es darle un significado
controvertidos se al concepto de “soledad”
encuentra Excellent en la sociedad contem-
Sheep: The Miseduca- poránea, e intentar que
tion of the American los individuos reflexio-
Elite and the Way nen acerca de este con-
to a Meaningful Life cepto cambiante que ha
(Excelentes ovejas: evolucionado paralela-
la mala educación de mente con la sociedad.
las élites estadou- Se centra en tres épocas
nidenses y el camino culturales, las cuales
hacia una vida va- marcan los límites de su
liosa). Sus trabajos exposición.
oscilan desde temas
políticos y cultura-
les, hasta amorosos.
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Referencia
Deresiewicz, W. (2009, enero 30). El fin de la soledad. The Chronicle of Higher Education.
Recuperado de https://bit.ly/2pF3b2Z
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las personas y, a su vez, han creado una cultura con unos valores propios,
pero en la que es trascendental la visibilidad. Siguiendo la misma línea de
análisis, el autor remarca una similitud entre dos emociones: el aburri-
miento y la soledad, en la que ambas han adquirido un sentido peyorativo y
las personas las asocian con sentimientos negativos. Y es allí cuando entra
la tecnología –metafóricamente, como un héroe que salva a una víctima– para
apaciguar las emociones de la soledad y el aburrimiento, pero paradójicamen-
te esta “amplifica ambas tendencias” (Deresiewicz, 2009).
Finalmente, el autor destaca, a modo de reflexión, cómo se ha perdido el
valor de la soledad y cómo, además, esta puede tornarse descortés hacia la
sociedad; pero donde los más jóvenes –y aquí toma distancia–, se han llevado
los efectos más radicales de la modernidad: han perdido la capacidad de es-
tar solos. Para culminar el texto, Deresiewicz menciona un nuevo “valor” en
la sociedad, y es la hipocresía, el arte de fingir, desde una sonrisa hasta
un saludo pues, según el texto, “la amabilidad es universal” (2009).
“El fin de la soledad” es un texto de una gran riqueza y relevancia para
la crítica cultural posmoderna. La soledad ha sido un tema escurridizo y
ambiguo, como él mismo lo señala en un fragmento del ensayo: “La soledad no
es fácil, y no es para todos. Es sin duda, una esfera reservada solo para
unos pocos” (Deresiewicz, 2009).
El autor logra captar la esencia de uno de los problemas más acucian-
tes de la actualidad como lo son las nuevas tecnologías, pero desde una
perspectiva bastante interesante: la soledad. No obstante, el autor parece
no darle la suficiente importancia a los beneficios que le han brindado los
avances tecnológicos a una sociedad fragmentada, verbigracia, al reunir
familias, permitir a miles de personas el acceso a la educación, crear
empleos y agilizar diferentes tareas de la vida cotidiana. Empero, omitir
este tipo de reflexiones le permite centrarse en la relación directa entre
la conexidad y la soledad.
Referencia
Deresiewicz, W. (2009, enero 30). El fin de la soledad. The Chronicle of Higher Edu-
cation. Recuperado de https://bit.ly/2pF3b2Z
Ejercitación 2
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Introducción
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Desarrollo de la Es por ello por lo que, para explicar ese orden del mundo
argumentación y la forma en que los japoneses aprenden a comportarse en él,
Benedict analiza la formación familiar en el marco de lo que
denomina el “lenguaje de respeto” (2006, p. 41). Al ser una
sociedad aristocrática, los artificios del decoro entrañaban
una serie de normas gramaticales en el tratamiento entre las
personas según el lugar que ocuparan en la jerarquía. Asimis-
mo, los gestos, los ademanes y la postura corporal estaban
condicionados por el grado de distancia entre los interlocu-
tores. Si en los hogares del hemisferio occidental –como un
nuevo contraste con la cultura japonesa– la familia es un es-
pacio que se caracteriza por la ausencia de protocolo, es allí
justamente donde se aprende el lenguaje de respeto en Japón.
Por otra parte, Benedict expone las principales diferencias
entre la piedad filial china y la japonesa. Mientras, en China,
la devoción y el respeto hacia los antepasados se extiende a
los fundadores de los clanes a los que pertenece cada familia
(con los apellidos como señal de esa pertenencia), en Japón
solo se remonta a los ancestros más recientes, así como a los
parientes más próximos (padre, madre y hermanos).
Desarrollo de la Un aspecto que recalca Benedict consiste en que solo hasta
argumentación el siglo xix los japoneses de a pie tuvieron el derecho a tener
un apellido. Para ese momento, era una prerrogativa reservada
a las familias nobles y los samuráis. A diferencia de China,
donde, además de la estructura de clanes y la ausencia de una
jerarquía preestablecida, los cargos públicos eran otorgados
según los resultados obtenidos por los aspirantes en los exá-
menes de Estado, en Japón dichos cargos eran hereditarios. De
tal suerte que todos aquellos que carecían de un apellido o un
título nobiliario quedaban excluidos de la función pública o
del honor de portar los sables de los samuráis. Pese al hecho
de haber importado de China la mayor parte de su legado cultu-
ral, la estratificación social japonesa se mantuvo reacia a las
variantes del país vecino y permaneció intacta a través de los
siglos. En la cúspide de la pirámide se hallaba el emperador y
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Se trata de la misma historia que recrean los realizadores de Hachiko. A Dog’s Story de Lass Hallström (2009), película
con Richard Gere en el papel protagónico, y ambientada en la ciudad de San Franciso, California.
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Referencias
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Nota
Descriptores 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0
Contextualización Presenta el tema, Presenta el tema, Presenta el tema, Presenta par- Presenta de for-
(15 %) el tipo de lector, el tipo de lector, el tipo de lector, el cialmente el ma incorrecta
el contexto en el el contexto en el contexto en el que tema, el tipo el tema. No se
que se sitúa el que se sitúa el se sitúa el texto a de lector y el indica el tipo
texto a informar texto a informar informar y los da- contexto en el de lector ni el
y los datos del y los datos del tos del autor. No que se sitúa el contexto en el
autor. Asimismo, autor. Asimismo, especifica el proce- texto a informar. que se sitúa el
especifica el pro- especifica el pro- dimiento utilizado No especifica el texto a informar.
cedimiento utili- cedimiento utili- por el autor ni los procedimiento No especifica el
zado por el autor, zado por el autor, objetivos ni las ca- utilizado por procedimiento
los objetivos y sus pero no indica los racterísticas organi- el autor ni los utilizado por
características or- objetivos ni sus zativas y retóricas. objetivos ni las el autor ni los
ganizativas y re- características or- El título propuesto características objetivos ni las
tóricas. Además, ganizativas y retó- en el informe no organizativas y características
propone un título ricas. Se propone enmarca la lectura retóricas. El tí- organizativas y
relevante que en- un título que en- realizada sobre el tulo propuesto retóricas. Falta
marca la lectura marca la lectura texto base del in- en el informe un título que
realizada sobre realizada sobre forme no enmarca la enmarque la
el texto base del el texto base del lectura realizada lectura reali-
informe informe sobre el texto zada sobre el
base del informe texto base del
informe
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Nota
Descriptores 5,0 4,0 3,0 2,0 1,0
Presentación de la S e i n d i c a c o n Se indica con cla- Se indica parcial- No se indica la No s e indic a
información (50 %) claridad la tesis ridad la tesis que mente la tesis que tesis que de- la tesis que
que defiende el defiende el autor defiende el autor fiende el au- defiende el au-
autor del texto del texto a infor- del texto a informar. tor del texto a tor del texto a
a informar. A su mar. Se sintetizan No se sintetizan informar ni se informar ni se
vez, se sintetizan las afirmaciones todas las afirma- sintetizan las identifican las
las afirmaciones principales que ciones principales afirmaciones afirmaciones
principales que constituyen el que constituyen el principales que principales que
constituyen el hilo conductor hilo conductor del constituyen el constituyen el
hilo conductor del del texto, aunque texto, ni en el mis- hilo conductor hilo conductor
texto, en el mis- no en el mismo mo orden en el que del texto base del texto base
mo orden en el orden en el que son desarrolladas del informe de del informe de
que son desarro- son desarrolladas en el texto base del lectura lectura
lladas en el texto en el texto base informe de lectura
base del informe del informe de
de lectura lectura
Balance y Se expresa con Se enuncia el Se presenta parcial- No se identi- El aporte que
evaluación crítica claridad cuál es el aporte de las ideas mente el aporte de fica el aporte se le atribuye
(10 %) aporte de las ideas del autor del texto las ideas del autor del autor del al autor del
del autor del texto base del informe, del texto base del texto base del texto base del
base del informe, y se hace una eva- informe, y hay una informe, y hay informe no
y se hace una eva- luación breve de evaluación limitada una evaluación tiene ninguna
luación crítica de los aciertos o las de los aciertos o las limitada de los relación con
los aciertos o las debilidades de sus debilidades de sus aciertos o las de- el campo dis-
debilidades de sus razonamientos razonamientos bilidades de sus ciplinar al cual
razonamientos razonamientos pertenece. No
hay un balance
de los aciertos o
las debilidades
de sus razona-
mientos
Cohesión (20 %) Se aprecia un Se advierte un uso Se evidencia un uso Se evidencia un Se evidencia un
uso óptimo de adecuado de los parcial de los mar- uso mínimo de uso inadecuado
los marcadores marcadores dis- cadores discursivo los marcadores de los marcado-
discursivos en el cursivo discursivos res discursivos
texto
Referencias (5 %) Presenta las citas Presenta la ma- Presenta algunas No presenta las No se presenta
directas y las refe- yoría de las citas de las citas direc- citas directas ni la referencia del
rencias utilizadas directas y las refe- tas y las referencias las referencias texto base del
para el informe, rencias utilizadas utilizadas para el utilizadas para informe
de acuerdo con las para el informe, informe, de acuerdo el informe, de
normas apa de acuerdo con las con las normas apa acuerdo con las
normas apa normas apa
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Létourneau, J. (2007). Cómo se elabora un informe de lectura. En La caja de herramientas del joven
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53
Comentario
narratológico
de un poema
Juan Pablo Pino Posada
Introducción
1
Cf. los siguientes textos de referencia: Hühn y Kiefer (2005); Schönert, Hühn y Stein (2007), y Hühn y Sommer
(2019). La siguiente exposición terminológica, con algunas variaciones, presente ya en Pino Posada (2017), se
basa sobre todo en Hühn y Schönert (2007).
57
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Categorías de análisis
¿Cómo se estructura la narratividad? En una narración hay, por una parte, sucesos que se
organizan en una secuencia; por otra, instancias mediadoras que transmiten dicha organi-
zación. De acuerdo con estos dos polos, la perspectiva analítica distingue dos niveles del
texto: el nivel del argumento, esto es, la suma de material narrativo ofrecido apenas en sus
coordenadas espacio-temporales y que también puede designarse como “historia”, “dié-
gesis” o “plano del contenido”; y el nivel de la expresión, es decir, el nivel de la ordenación
de dicho material en un constructo con sentido y con propósitos comunicativos, al cual
se le llama alternativamente “relato”, “discurso” o “plano de la presentación”. Dentro del
primer nivel se distingue entre lo constante y lo cambiante, a saber, entre los elementos
invariables y los sucesos; dentro del segundo, entre las instancias de mediación –autor
empírico, autor abstracto, narrador (yo lírico) y personaje– y sus modos –la voz y la foca-
lización–. Junto a ambos niveles hay que considerar, además, el acto narrativo mismo (la
“narración”, según Genette [1972, p. 73]), categoría de peculiar relevancia en el análisis
lírico, en cuanto que no es nada excepcional el hecho de que los poemas tematicen la
acción de narrar y, en general, se construyan reflexivamente en torno a ella.
En cuanto a la articulación de material narrativo contingente en secuencias dota-
das de coherencia comunicativa, el presente enfoque narratológico acude asimismo al
concepto psicológico de esquema cognitivo. Se trata de una estructura de sentido previa
al acto de recepción (en la forma de contexto, código cultural, patrón intratextual), en
conexión con la cual determinado tema o encadenamiento de sucesos presentes en el
texto adquiere una inicial familiaridad para el lector. Aspectos de la relación del joven
Werther con Charlotte, en la obra de Goethe, encajan, por ejemplo, en el esquema del
amor no correspondido; rasgos del comportamiento de Emma Bovary se ajustan, a su
turno, al esquema del adulterio.
Hay esquemas cognitivos estáticos y dinámicos. Por un lado, los marcos designan
un contexto temático o situacional estático, dentro del cual el poema es susceptible de
leerse; piénsese, a modo de ejemplo, en los tópicos de la finitud de la vida, del paraje
ameno o de la melancolía. Bajo guiones, por otro lado, se entienden procesos o desarrollos
conocidos, secuencias convencionales de acción o progresiones prototípicas, que bien
se ejemplifican en los casos de la alternancia del día y la noche, de la sucesión de las
estaciones, de la caída del paraíso o, para citar otro más, del descenso al Hades. Tales
esquemas, porciones conocidas de mundo literario o no literario, también operan en el
ámbito de la mediación, como ocurre para diversos tipos de subjetividad formalizados por
la catalogación psicológica o configurados por la convención artística: el vate profético de
58
C o m e n ta r i o n a r r at o l ó g i c o d e u n p o e m a
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C o m e n ta r i o n a r r at o l ó g i c o d e u n p o e m a
Ejercitación
El modelo de lectura que se presenta a continuación es una adaptación del análisis em-
prendido anteriormente en un estudio más amplio sobre el poeta colombiano Aurelio
Arturo (cf. Pino Posada, 2017).
Comentario narratológico del poema “Rapsodia de Saulo”, del poeta colombiano
Aurelio Arturo
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Rapsodia de Saulo
(xi) Aldea, paloma de mi hombro, yo que silbé por los caminos, (35)
yo que canté, un hombre rudo, buscaré tus helechos, (36)
acariciaré tu trenza oscura –un hombre bronco–, (37)
tus perros lamerán otra vez mis manos toscas. (38)
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Como puede verse, el anterior análisis narratológico del poema “Rapsodia de Saulo”, de
Aurelio Arturo, tiene la siguiente estructura:
65
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Tema (párrafo 1)
El análisis comienza con la determinación del tema, esto es, de aquello sobre lo que
habla el poema comentado. Cuando el poema lleva título, como es el caso de “Rapsodia
de Saulo”, es habitual que en él se anuncie ya el tema.
Para su formulación no sobra tener en cuenta la recomendación de que sea claro,
breve y exacto (Lázaro Carreter y Correa Calderón, 1994, p. 33).
Una vez fijado el tema y descritos los elementos estructurales en el plano argumental,
el análisis aborda la configuración y el comportamiento de las instancias de mediación.
Si antes la pregunta guía es qué se dice, en el plano de la mediación opera la pregunta por
quién o quiénes lo dicen, y cómo.2
También aquí el lector ha de identificar regularidades o patrones conocidos. La
atención al uso específico de los pronombres personales y al juego de relaciones con los
personajes, tengan voz o no, es de particular utilidad. Además, es el momento de rastrear
la tematización del acto narrativo mismo, recurso bastante frecuente en los textos líricos.
El acontecimiento (párrafos 7)
Sobre la base de los patrones y las regularidades identificados en los dos niveles, y aten-
diendo a las expectativas por ellos generadas, el cuarto paso consiste en identificar el
2
Cabe aclarar que el presente modelo no profundiza de manera particular en el cómo, si por ello se entiende la
organización métrica y retórica del poema que representativamente se estudia en el análisis estilístico (cf. Do-
mínguez Caparrós, 2014), pero lo supone a la hora de insistir en las regularidades de todo tipo.
66
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67
El problema de las
fuentes impresas en
el oficio de historiar:
el caso de los
impresos populares *
Patricia Cardona Z.
*
Este texto es derivado de la investigación “Lenguajes y estrategias de paz en el siglo xix”, con el apoyo de la
Vicerrectoría de Investigación y Creación, de la Universidad EAFIT.
El pasado no es una “realidad dada” de la que el historiador es un cronista fiel; es, más
bien, un problema que se construye en las condiciones del presente, es decir, con preguntas
que, en este tiempo, son ontológicamente fundamentales y cuyas respuestas son posibles
a través de un escrutinio minucioso y bien ponderado de la documentación. Así mismo,
los documentos cobran vida como fuente cuando el historiador teje problemas históricos
capaces de dar cuenta de una porción del pasado, sobre la cual se elaboran respuestas
objetivas (hipótesis), aunque parciales, capaces de ayudar a entender los rumbos que han
tomado las sociedades en su constante devenir.
Lejos estamos ya de los coleccionistas que desde el Renacimiento empezaron a ate-
sorar con celo las huellas dejadas por el tiempo. Gracias a su entusiasmo, hoy tenemos un
variado repertorio de legados del pasado que, puestos al servicio de los estudiosos de la
historia, ayudan a esclarecer aspectos de nuestras sociedades. La variedad de documentos
que la Historia ha logrado incorporar a sus territorios es muestra no solo de la riqueza de
las perspectivas e intereses de la sociedad, sino también de los desarrollos teóricos que
han permitido que vestigios de diversos tipos y de distintas épocas hagan parte del acervo
documental con el que hoy cuentan los historiadores.1
Este escrito está centrado en los documentos impresos que se han convertido en fuen-
te para estudiar los modos de transmisión, construcción y circulación del conocimiento, un
conocimiento que trascendió las aulas escolares y llegó, a través de mecanismos diversos,
a hacer parte de la vida de los hombres del común. Estos impresos se caracterizaron por
la simplicidad de las ediciones y del lenguaje, lo cual nos da información acerca de sus
destinatarios, quienes rebasan con creces a aquellos que dominan con destreza la lectura
y la escritura. Impresos como los libros llamados de “uso escolar” son objetos físicos que
dan cuenta de los discursos y saberes fundamentales para la existencia y la cohesión de
una sociedad. Estos textos, baratos y populares, ayudan a esclarecer las formas de lectu-
ra, uso y apropiación de los saberes que se construyen a partir de su lectura (pública o
privada) y los contextos de referencia de los potenciales usuarios.
1
Uno de los aspectos más importantes y menos estudiados sobre el paso de la “historia” como relato fiel de los
hechos a la Historia como un saber objetivo moderno tiene que ver con la práctica del coleccionismo. Para una
breve referencia al respecto, véase: Krysztof Pomian, Collectors and Curiosities. Paris and Venice 1500-1800
(United Kingdom: Polity Press, 1987). Sobre las colecciones y el saber histórico en Colombia en el siglo xix,
véase Patricia Cardona Z., “La colección Pineda: acopiar gacetas, conservar el pasado y divulgar sus glorias”.
Historia del Caribe, 8:22 (2013): 105-132.
71
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Este texto se divide en dos partes. En la primera, damos una idea general de la im-
portancia historiográfica de las fuentes y su correlación con el saber histórico moderno;
en la segunda, abordamos los impresos populares como fuentes que ayudan a vislumbrar
problemas sobre los saberes, los modos de divulgación y su relación con las nociones de
“verdad” en distintos momentos históricos.
En la referenciación de las fuentes –mas no en las de las referencias– mantenemos
los títulos como aparecen en los impresos, recuperando especificidades editoriales im-
portantes en su constitución, que desaparecerían en otras formas de citación.
Las fuentes no tienen una existencia a priori; se erigen como tales, en la medida en que
los historiadores encuentran las preguntas, las teorías y las técnicas que hacen de ciertos
documentos, de índole diversa, armazón teórica y empírica sobre la cual se fundan las
prácticas para estudiar el pasado. Hablamos de “estudio” en la medida en que, gracias a
la conceptualización de las fuentes, el historiador ya no es más emisario de los testigos
de los acontecimientos, y el pasado no es un objeto dado del que la historia debería ser
una narración fiel, sino un objeto cognoscible, sobre el que se realizan diversos ejercicios
teóricos y prácticos, que despejan incógnitas acerca de asuntos efectivamente aconte-
cidos. Así, la existencia de las fuentes se entrelaza con la existencia de la Historia y con
su propia historicidad.2
Las fuentes se han usado como instrumento para comprobar un hecho histórico, pero
esta idea sustrae de aquellas su entraña histórica, al presuponer que anteceden a la Historia
misma, es decir, que existen antes de que se le planteen problemas historiográficos. Este
uso poco teoriza sobre las fuentes y sus relaciones con la Historia, al suponer que: 1) la
fuente es una retazo de pasado que contiene los hechos, sin que medie ninguna opera-
ción teórica, interpretativa o crítica por parte del historiador; 2) la fuente es anterior al
trabajo del historiador, y no que precisamente la Historia y las fuentes cobran existencia
de manera recíproca; y 3) la relación es exclusivamente instrumental, lo cual minimiza
sus posibilidades, ya que las fuentes no solo sirven para comprobar o ejemplificar, sino
que además están en el núcleo de las elaboraciones historiográficas, participan de las
premisas teóricas y ellas mismas son objeto permanente de indagación y posibilidad epis-
temológica de los estudios históricos. Gracias a las fuentes, los historiadores construyen
las demostraciones empíricas que impiden que la Historia sea un saber especulativo o un
2
Paul Ricoeur, La historia, la memoria y el olvido (México: Fondo de Cultura Económica, 2004), 163-384. Veáse,
en particular, el acápite 1: “Fase documental: Historia archivada”, pp. 189-236.
72
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
medio de constatación de verdades absolutas. Dicho de otra manera, las fuentes evitan
que la Historia sea una narración “abstracta” del pasado y recuerdan a los historiadores
que ellas también participan de su devenir.
Ningún problema histórico puede plantearse sin un conocimiento previo y exhaustivo
de aquellas fuentes sobre las cuales se configura. Una pregunta histórica sin fuentes es
una constatación banal y anacrónica de teorías inútiles. Pero, por otra parte, las fuentes
sin teoría terminan por acumularse como colecciones de anécdotas sobre el pasado, ver-
daderos monumentos de la verificación empírica que se quedan, con bastante frecuencia,
en descripciones superficiales que intentan “reconstruir” cabalmente el pasado.3
Para abordar las fuentes que nos proponemos trabajar y que denominamos “impresos
populares”, lo primero que es necesario aclarar es que la noción de “popular” se estable-
ce en relación con la posibilidad que tienen estos impresos de llegar a diversos ámbitos
de la sociedad (letrados y no letrados), a través de mecanismos como la lectura oral y
la lectura colectiva, o por los intermediarios de la lectura, que han sido históricamente
identificados y que, en términos generales, poca relación guardan con la idea de lectura
del mundo actual.4
La relativa facilidad con la que circularon se debió a que la multiplicación mecánica de
la escritura favoreció los bajos costos tanto de producción como de venta. También, a que
las concepciones acerca de la “perfectibilidad” y la educabilidad incluyeron a la sociedad
en su conjunto bajo la nominación “pueblo”, con lo que de una idea de vulgo oscuro y con-
tingente, se pasó a la de un cuerpo social regulable y susceptible de ser mejorado mediante
la instrucción en distintos ámbitos y en diversos ramos del saber. Así, muchos escritores
3
Renán Silva, “La servidumbre de las fuentes”. En: A la sombra de Clío. Diez ensayos sobre historia e historio-
grafía (Medellín, La Carreta Histórica, 2007), 43-74.
4
La noción de impresos populares no puede encerrarse en el dominio de la lectura, ya que, desde las formas internas
de organizar la narración, estos textos contemplaron la posibilidad de ser leídos en voz alta y memorizados por
públicos poco familiarizados con la lectura individual. Si bien en muchos textos se define claramente su uso para
la escuela, también es cierto que esperaban rebasar el ámbito escolar. Nótese, por ejemplo, el siguiente título:
D. J. C. Catecismo político arreglado a la constitución de la monarquía española: para ilustración del pueblo,
instrucción de la juventud y uso de las primeras letras, Palma, Imprenta de Miguel Domingo, 1812. Biblioteca
Nacional de Colombia (BNC), Fondo Pineda 124, pieza 2.
73
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
presentaban sus textos como una contribución “al adelanto e ilustración del pueblo”.5 En
respuesta, los impresos debían ser comprensibles para la mayor parte de la sociedad en la
que se producían, tanto para la población que dominaba a cabalidad la lectura solitaria e
individual, como para los sectores familiarizados con la lectura oral y colectiva, y que de este
modo podían hacer uso de los textos y adaptarlos a sus propias experiencias.6
Vista así, la práctica de la lectura no se circunscribe a la habilidad de descifrar el
código, así como la relación con los impresos no se restringe a la posesión personal de los
mismos; es decir, entendemos la lectura como una práctica que, sobre todo, vincula los
utillajes sociales de una comunidad, lo que significa que se lee también en función de
las experiencias lingüísticas y narrativas, y que de los contenidos igualmente participan
repertorios culturales que hacen factible la legibilidad. En efecto, la lectura no puede
ser pensada como una práctica ahistórica, ni el lector como un agente pasivo frente a
los textos, que simplemente descifra y “aprende”, sin importar ni la época, ni el lugar,
ni los legados culturales de los que se nutre. Por otra parte, tampoco puede creerse que
el alcance de los textos se redujo a su posesión individual. Personajes como los media-
dores de la lectura, entre ellos los maestros y los sacerdotes, permitieron que, a través
de la oralización, los textos llegaran a auditorios mayores, y más tratándose de impresos
populares como los mencionados, en los cuales estaban contenidos ciertos elementos
(organizaciones textuales, recomendaciones, organización editorial, etc.) que preveían
su verbalización pública.
Con esto, procuramos hacer hincapié en que lo popular no segmenta el impreso; más
bien, permite su expansión por el campo social y, a la vez, se restituyen los modos de lectura
como partes constitutivas de los procesos de apropiación y adaptación de los textos. Pero el
interés no se centra en los textos en abstracto, producidos al margen de la historia y sin tener en
cuenta la forma en la que se dieron a conocer y los potenciales auditorios de lectores u oyentes
para los que fueron hechos. Entendemos pues que, además de los contenidos, es necesario
5
Elementos de cronología por Nepomuceno Calas Quintero, Socorro, Imprenta de Cancino, 1866, Advertencia.
En: Biblioteca Luis Angel Arango, Sala de libros raros y manuscritos, Miscelánea 13.
6
Los prólogos contienen referencias sobre las intenciones del autor, la destinación e indicaciones sobre la lectura
y el uso, “poniendo al alcance de todo el mundo cuanto pueda interesar en geografía, cifras y fechas”. Jeografía
jeneral de los Estados Unidos de Colombia, escrita por orden del Gobierno por Felipe Pérez, París, Imprenta de
Rosa y Bouret, 1865, p. 2. En: bnc, Fondo Pineda 638. El propósito de la forma de pregunta y los párrafos nu-
merados era el aprendizaje memorístico de los contenidos, por medio de la lectura oral hecha por intermediarios.
Este modo de lectura también suplía la escasez de libros. Por otro lado, los exámenes orales, que se efectuaban
al fin de cada ciclo lectivo, ayudan a entender las alternancias entre oralidad y escritura, y a comprender distintos
medios de circulación del conocimiento. Estos eventos se hacían en espacios como “en la Iglesia parroquial de
esta ciudad” (Colección de programas para los certámenes que han de presentar los alumnos del Colegio Nacio-
nal San José de Marinilla, 1859. En: bnc, Fondo Pineda 508, pieza 6), y se hacía una invitación abierta a todos
para “contribuir con su asistencia al lucimiento de dichos actos” (Programas de las materias sobre que serán
examinados los alumnos del colejio de Pinillos, Mompos, Imprenta de la Independencia por José María Valest,
1857. En: BNC, Fondo Pineda 508, pieza 4).
74
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
incluir la performatividad7 de los textos como categoría que ayuda a analizar los discursos y
las condiciones de inteligibilidad de los lectores, que participan activamente del proceso de
desciframiento del código lingüístico y, específicamente, de la construcción de sentidos.
La organización de los párrafos, la inclusión o no de referencias, el número de páginas,
el tamaño, la encuadernación, la estructura editorial, son características físicas que ayudan
a desentrañar aspectos en relación con la lectura, los usos de los libros y los modos de
apropiación de los discursos, o los fenómenos asociados con la legitimación de un saber,
que se expresan a través de textos impresos, generalmente portables y manipulables, en
los que se recogen y “vulgarizan” los consensos en torno a sus principales postulados, sus
campos temáticos y los sistemas de verdad. Portables o no, en un tomo o en varios, en
ediciones lujosas o rústicas, folletos o libros,8 etc., son más que estrategias editoriales:
son verdaderas vetas para el estudio de las experiencias históricas de la lectura, de los
procesos de legitimación de las ciencias y su consecuente divulgación, y de la visibiliza-
ción de aquellas prácticas y saberes fundamentales para la pervivencia de una sociedad.
Una pregunta por las fuentes es, pues, una pregunta historiográfica; y, así mismo, una
buena pregunta historiográfica evidencia la comprensión diacrónica y sincrónica de las
fuentes, un conocimiento medianamente exhaustivo de su naturaleza y también de las
posibilidades que abren al estudio del historiador. Las fuentes no solo sirven para indagar;
son también el resultado de cavilaciones teóricas que requieren de rigurosidad para poder
esclarecer aquellas zonas del pasado que nos interesan.
En nuestro caso, los llamados “libros de uso escolar” no son meras nominaciones, son
manifestaciones físicas de los discursos y recogen continuidades históricas que, incluso,
preceden a la imprenta. Y es que si bien nos referimos a impresos populares,9 también
es cierto que de su proceso de configuración hicieron parte antiguas tradiciones que
7
D. F. McKenzie, Bibliografía y sociología de los textos (Barcelona: Akal, 2005). La noción performatividad
establece las relaciones entre la enunciación y su puesta en escena, su representatividad de acuerdo con las
convenciones sociales de cada época. Es un concepto proveniente de la filosofía del lenguaje, que postuló J. L.
Austin y que reconoce las conexiones entre el lenguaje y la acción.
8
La organización textual, la presentación de los contenidos en forma de lecciones o en párrafos numerados, la
inclusión de cuestionarios al final de cada lección, el uso de tablas, índices, glosarios y erratas han sido definidas
como estrategias editoriales, concebidas para facilitar la legibilidad y la comprensión de los libros. Véanse Ro-
ger Chartier, “Estrategias editoriales y prácticas culturales”. En: Lecturas, libros y lectores en la Edad Moderna
(Madrid: Alianza Editorial, 1993), 93-120, y Roger Chartier, “Text as a performance”. En: Publishing Drama in
Early Modern Europe (Londres: British Library, 1999), 1-27.
9
Sobre los imresos populares, véase Patricia Cardona Z., “Más que ideología: obras populares en Colombia, 1840-
1890”. En: Lectores, editores y cultura impresa en Colombia. Siglos xvi-xxi (Bogotá: Cerlac, Universidad Jorge
Tadeo Lozano, 2018), 130-158.
75
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
10
Paul Ricoeur, “El mundo y el mundo del lector”. En: Tiempo y narración III. El tiempo narrado (México: Si-
glo XXI Editores, 1996), 864-901.
11
Aquilino Riaño presbítero (a propósito del texto de retórica publicado por Enrique Álvarez Bonilla), 6 de noviem-
bre de 1891. En: Archivo General de la Nación (AGN), Anexos II, Ministerio de Instrucción Pública, Informes,
Caja 1, Carpeta 1, fol. 4.
76
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
irracional del precepto por parte de un lector pasivo, que carece de referentes diacrónicos
para leer y comprender el texto.
Vamos a explicar de qué modo pueden analizarse cada uno de los aspectos señalados.
Los libros de uso escolar, sin embargo, tienen una tradición que se remonta a los modos
de organización y presentación del pensamiento, provenientes de la retórica. Las nomi-
naciones con las que se conocieron desde la Antigüedad, y aún en el siglo xx, no fueron
nombres caprichosos ni puestos al azar, pues hacían parte de todo un acervo cultural,
preconizado bajo la rúbrica de las “obras didácticas”, composiciones destinadas “a instruir
a los lectores sobre los objetos de las ciencias o artes”.12
Con el desarrollo de la imprenta y con la paulatina aparición de las ciencias, estos
libros fueron especializando sus contenidos, aunque su lenguaje, organización y alcances
se habían establecido desde los albores de la imprenta e incluso desde los centros de
enseñanza de la Antigüedad, a través de los manuscritos y sus correspondientes glosas.
Títulos como compendios, rudimentos, catecismos, prontuarios, elementos o lecciones fueron es-
critos para aquellos “que todavía no han saludado el arte o la ciencia de que se trata”;13
dichas nominaciones no pueden pasar inadvertidas para el investigador, ya que ellas
permiten explorar asuntos como los públicos a los que iban dirigidos los textos, los usos
y las formas de lectura y los propósitos, que iban desde enseñar los rudimentos de un
saber, hasta persuadir, demostrar, argumentar, o convencer a los lectores sobre la verdad
o falacia de las ideas.
Nociones generales como “manuales”, “libros de texto” o “catecismos”, con los que a
menudo se les nombra, invisibilizan especificidades en términos de tradiciones y usos, pre-
establecen las formas de apropiación por parte de los lectores, a la vez que limitan su uso al
ámbito de las aulas y terminan por ahogarlos como fuentes historiográficas, bajo sesgos que
a veces poco tienen que ver con las condiciones generales en las que realmente se usaron.14
La noción “manual”, por ejemplo, es inexacta y a veces limitante para comprender
los alcances de los libros populares en el siglo xix. El nombre “manual” se generalizó
tardíamente en ese siglo, a expensas del auge de la enseñanza de oficios útiles para la
12
Elementos de literatura o tratado de retórica y poética para uso de los institutos y colegios de segunda enseñanza
por el Dr. D. Pedro Felipe de Monlau, catedrático que fue de literatura e Historia en la Universidad de Barcelona,
individuo de número de la Real Academia Española, etc. 9.ª edición revista, corregida y aumentada, Madrid,
Librería de Hernando, 1875, 175.
13
Ibíd., 176.
14
Reflexiones más sistemáticas sobre este problema pueden encontrarse en: Patricia Cardona Z., Trincheras de
Tinta (Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2016).
77
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
15
Extracto del catálogo de la Librería Colombiana por Camacho Roldán y Tamayo, (propietarios), Bogotá, 1889,
pp. 70-71. En: bnc, Fondo Ancízar, pieza 3.
16
Lecciones elementales de retórica y poética por José Manuel Marroquín. Director de la Academia Colombiana de
la Lengua, individuo correspondiente de la española de la lengua y de la historia. Bogotá, Librería Colombiana
Camacho Roldán y Tamayo, 1893, p. 67. En: bnc, Miscelánea 20, pieza 2.
17
Los vocablos “manual” y “cartilla” pueden verse en el siguiente título, con el que queremos resaltar no solo su
sentido práctico, sino también el hecho de ser textos derivados de observaciones y experiencias sobre fenómenos
físicos: Cartilla de cirujanos y manual para todos deducida de las observaciones de Mr. Goulard, cirujano de la
academia de Montpellier con varias prevenciones y notas que ha demostrado la experiencia para curar todo mal
exterior, con brevedad, seguridad y placer con el uso de una medicina diferente y modificada. Obra de la mayor
utilidad para curar los males exteriores del exercito y para curar en los hospitales con brevedad y menor coste por
el licenciado Vicente Ferrer Gorraiz, Beaumont y Montespa, Presbytero, (1780). En: bnc, Fondo Mutis 3302.
78
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
18
Marthin Luther, Der Kleine Cathecismus, Wittenberg, 1536; Juan Calvino, Catecismo que significa: forma de
instrucción que contiene los principios de la religión de Dios: útil y necesario para todo fiel cristiano. Impreso
en la casa de Ricardo del Campo, 1596 (se trata de una traducción del Catecismo de la Iglesia de Ginebra, escrito
por Calvino hacia 1536).
19
Un ejemplo de los catecismos manuscritos para la cristianización es el: Catecismo en el lenguaje de los indios
cunacunas traducido observando la mayor propiedad del idioma como sigue, 1722, en bnc, Fondo Cuervo 2619,
pieza. Véase https://bit.ly/2L6wIyi.
79
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
seguía casi siempre subordinada a la oralización por parte de un lector, responsable de hacer
memorizar, en los aprendices, los contenidos. La catequística era eficaz, en la medida en
que no era necesario el dominio individual de la lectura, como tampoco la posesión per-
sonal del texto para expandir una creencia entre grandes grupos. Además, se ajustaba a la
transmisión de preceptos considerados “verdaderos”, pues su objetivo, como es obvio en
sociedades dominadas por la religión, no era la formación de pensamiento crítico, ni mucho
menos dar cabida a reflexiones sesudas sobre aquello considerado “verdadero”; su finalidad
era grabar en la memoria, sin alteración alguna, las verdades sobre las que se fundaba la fe.
Esta manera de impartir preceptos fue también usada por Erasmo de Rotterdam en
los códigos de urbanidad reconocidos desde el siglo xvi y con una larga historia en Occi-
dente desde entonces, y que fueron cruciales en la configuración de las sociabilidades
modernas, a partir de la memorización de preceptos de comportamientos, la depuración
de la conducta, la coreografía de los buenos modales, los procesos de individualización y
privatización del cuerpo, y el monopolio de la violencia por parte de los Estados nacio-
nales en formación.20
La estructura del catecismo prestó gran ayuda en el proceso de formación cívica en
los nacientes Estados nacionales, sobre todo en el siglo xix, y ello se debió no solo a que
se constituía en una matriz narrativa que facilitaba la comprensión de los nuevos discursos
políticos, sino que también permitía que gran parte de la población pudiera, sin tener
que saber leer, aprender de memoria los aspectos más importantes del “credo” de los
ciudadanos. En consecuencia, sobre una estructura narrativa arraigada en la tradición re-
ligiosa, pudieron impartirse los preceptos políticos que ayudaron a crear consensos cívicos
en torno al Estado y a sus instituciones. Igualmente, fueron decisivos en el compromiso
casi religioso de los ciudadanos frente a su nueva realidad política, la de un Estado que
exigía hasta la vida en procura de su defensa y estabilidad.
Asimismo, la forma catequística pasó al campo de los saberes profanos. Se publicaron
catecismos de agricultura, de química o de contabilidad, con los cuales se enseñaban los
postulados más importantes,21 tenidos por verdades casi inmodificables y, por lo tanto,
20
Norbert Elias, pionero en el análisis de estos textos que ayudaron a popularizar los códigos sociales indispensables
para las formaciones estatales modernas en el proceso de la civilización, hizo análisis de varios libros de urbanidad
y catecismos, entre ellos el escrito por Erasmo de Rotterdam para la instrucción de los príncipes. Véase: Norbert
Elias, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas (México: Fondo de Cultura
Económica, 2004).
21
Catecismo de geografía de la República de la Nueva Granada. Van añadidas algunas nociones jenerales para la
mejor inteligencia e instrucción de los que se dediquen a este tipo de estudios, Bogotá, Imprenta de J. A. Cualla,
1842. En: bnc, Miscelánea 403, pieza 2; Catecismo de gramática castellana, por don José de Urcullu, Bogotá,
Imprenta de Francisco Torres Amaya, 1854. En: bnc, Fondo Pineda 48, pieza 4; Catecismo de agrimensura apro-
piada al uso de los granadinos, por Lorenzo María Lleras, Bogotá, Imprenta de la Universidad por G. Morales,
1834. En: bnc, Fondo Pineda 711, pieza 9.
80
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
22
Catecismo de gramática castellana, por don José de Urcullu, p. 1.
23
La memoria no es depósito inerte en el que yacen las reminiscencias del pasado, es parte vital de la vida cultural.
Existen mecanismos culturales tanto de repetición como de actualización de los elementos que, provenientes del
pasado, son indispensables para la vida social. Maurice Halbwachs, Los marcos sociales de la memoria (Madrid:
Anthropos, 2004).
81
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
A modo de conclusión
24
Lecciones sobre la retórica y las bellas letras por Hugo Blair. Las tradujo del inglés José Luis Munárriz. 4.ª edi-
ción aumentada con el Tratado de lo sublime por Casio Longino, Tomo I. México, Imprenta de Galván a cargo
de Mariano Arévalo, 1834, p. 1. En: bnc, Fondo Cuervo 1271.
82
El problema de las fuentes impresas en el oficio de historiar:
Obras consultadas
Referencias
Calvino, Juan. Catecismo que significa: forma de instrucción que contiene los principios de la religión de Dios: útil
y necesario para todo fiel cristiano. Impreso en la casa de Ricardo del Campo, 1596 (se trata de una
traducción del Catecismo de la Iglesia de Ginebra, escrito por Calvino hacia 1536).
Cardona Z., Patricia. “La colección Pineda: acopiar gacetas, conservar el pasado y divulgar sus glorias”.
Historia del Caribe, 8:22 (2013): 105-132.
Cardona Z., Patricia. “Más que ideología: obras populares en Colombia, 1840-1890”. En: Lectores, edi-
tores y cultura impresa en Colombia. Siglos xvi-xxi, 130-158. Bogotá: Cerlac, Universidad Jorge Tadeo
Lozano, 2018.
Cardona Z., Patricia. Trincheras de Tinta. Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2016.
Chartier, Roger. “Text as a performance”. En: Publishing Drama in Early Modern Europe, 1-27. British
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Elias, Norbert, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. México: Fondo de
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Halbwachs, Maurice. Los marcos sociales de la memoria. Madrid: Anthropos, 2004.
Luther, Marthin. Der Kleine Cathecismus. Wittenberg, 1536.
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México: Siglo XXI Editores, 1996.
Ricoeur, Paul. La historia, la memoria y el olvido. México: Fondo de Cultura Económica, 2004.
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Fuentes
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por Nepomuceno Calas Quintero, Socorro, Imprenta de Cancino, 1866.
Biblioteca Nacional de Colombia (BNC):
Fondo Ancízar, pieza 3, Extracto del catálogo de la Librería Colombiana por Camacho Roldán y Ta-
mayo, (propietarios), Bogotá, 1889.
Fondo Cuervo 1271, Lecciones sobre la retórica y las bellas letras por Hugo Blair. Las tradujo del inglés
José Luis Munárriz. 4.ª edición aumentada con el Tratado de lo sublime por Casio Longino,
Tomo I. México, Imprenta de Galván a cargo de Mariano Arévalo, 1834.
Fondo Cuervo 2619, pieza 4, Catecismo en el lenguaje de los indicos cunacunas traducido observando la
mayor propiedad del idioma como sigue, 1722.
83
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Fondo Mutis 3302 Cartilla de cirujanos y manual para todos deducida de las observaciones de Mr. Goulard,
cirujano de la academia de Montpellier con varias prevenciones y notas que ha demostrado la experiencia
para curar todo mal exterior, con brevedad, seguridad y placer con el uso de una medicina diferente
y modificada. Obra de la mayor utilidad para curar los males exteriores del exercito y para curar en
los hospitales con brevedad y menor coste por el licenciado Vicente Ferrer Gorraiz, Beaumont y
Montespa, Presbytero, 1780.
Fondo Pineda 124, pieza 2, D.J.C. Catecismo político arreglado a la constitución de la monarquía española:
para ilustración del pueblo, instrucción de la juventud y uso de las primeras letras, Palma, Imprenta
de Miguel Domingo, 1812.
Fondo Pineda 48, pieza 4, Catecismo de gramática castellana por don José de Urcullu, Bogotá, Im-
prenta de Francisco Torres Amaya, 1854.
Fondo Pineda 508, pieza 6. Colección de programas para los certámenes que han de presentar los alumnos
del Colegio Nacional San José de Marinilla, 1859.
Fondo Pineda 508, pieza 4, Programas de las materias sobre que serán examinados los alumnos del colejio
de Pinillos, Mompos, Imprenta de la Independencia por José María Valest, 1857.
Fondo Pineda 638. Jeografía jeneral de los Estados Unidos de Colombia, escrita por orden del Gobierno
por Felipe Pérez, París, Imprenta de Rosa y Bouret, 1865.
Fondo Pineda711, pieza 9, Catecismo de agrimensura apropiada al uso de los granadinos, por Lorenzo
María Lleras, Bogotá, Imprenta de la Universidad por G. Morales, 1834.
Miscelánea 20, pieza 2, Lecciones elementales de retórica y poética por José Manuel Marroquín. Director
de la Academia Colombiana de la Lengua, individuo correspondiente de la española de
la lengua y de la historia. Bogotá, Librería Colombiana Camacho Roldán y Tamayo, 1893.
Miscelánea 403, pieza 2, Catecismo de geografía de la República de la Nueva Granada. Van añadidas
algunas nociones jenerales para la mejor inteligencia e instrucción de los que se dediquen a este tipo de
estudios, Bogotá, Imprenta de J. A. Cualla, 1842.
Elementos de literatura o tratado de retórica y poética para uso de los institutos y colegios de segunda enseñanza por el
Dr. D. Pedro Felipe de Monlau, catedrático que fue de literatura e Historia en la Universidad de
Barcelona, individuo de número de la Real Academia Española, etc. 9.ª edición revista, corregida
y aumentada. Madrid, Librería de Hernando, 1875.
84
Investigación documental
cualitativa, investigación
teórica y método analítico
Valentina Jaramillo Appleby
Horacio Manrique Tisnés
Carlos Mario Henao Galeano
El presente texto se propone analizar qué es la investigación documental cualitativa y qué es
la investigación teórica, desde la perspectiva del grupo de investigación interinstitucional
“El método analítico y sus aplicaciones en las ciencias sociales y humanas”, de la Univer-
sidad de Antioquia y la Universidad EAFIT, clasificado A1 en Colciencias, para encontrar
puntos de contacto entre ambas modalidades de investigación, pero también diferencias.
A partir de lo planteado, la idea es mostrar una forma de investigar que se sustenta
tanto en el diálogo con diversas fuentes de información de las cuales puede valerse el
investigador y su análisis pormenorizado, así como en una propuesta de escritura que se
realiza en constante diálogo entre los integrantes de cada proyecto, en reuniones que se
llevan a cabo usualmente cada semana. Esta propuesta se vive en el grupo de investiga-
ción y se destaca de ella el carácter colectivo e interdisciplinario de la escritura, además
de que no se restringe a la psicología, sino que, como el nombre del grupo lo indica, se
puede aplicar a las ciencias sociales y humanas en general.
Investigación cualitativa
De acuerdo con Levitt et al. (2018), “el término investigación cualitativa es usado para describir
un conjunto de enfoques que analizan datos en la forma del lenguaje natural (es decir, pa-
labras) y expresiones de experiencias (por ejemplo, interacciones sociales y presentaciones
artísticas)” (p. 27).1 Según lo anterior, la investigación cualitativa se interesa por indagar
acerca de los sentidos (significados idiosincráticos) existentes en torno a un fenómeno parti-
cular. Con Morse (2006), diremos que la investigación cualitativa es producida y construida
por la representación que hacen los sujetos que participan en un proceso investigativo,
por lo que pretender una descripción totalmente neutral de la realidad es impropio de las
construcciones simbólicas humanas (Denzin y Lincoln, 2000; Moral, 2006; Sadin, 2000).
Para este tipo de investigación, la expresión que un sujeto2 comunica acerca de una
experiencia se constituye en un dato genuino y susceptible de análisis. Entonces, la fuente
1
Traducción nuestra del original: “The term qualitative research is used to describe a set of approaches that analyze
data in the form of natural language (i.e., words) and expressions of experiences (e.g., social interactions and
artistic presentations)”.
2
Entendemos, con Ramírez, Lopera, Zuluaga y Ortiz (2017), que un sujeto puede ser individual, grupal o colectivo.
“Un sujeto individual es un ser humano singular, una persona; un sujeto grupal es un grupo: de amigos, terapéutico,
de estudio, de investigación, una familia; un sujeto colectivo es una comunidad: barrio, ciudad, país” (p. 48).
87
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
de datos para analizar es el discurso, entendido como “toda expresión de una estructura
subjetiva” (Ramírez, Lopera, Zuluaga y Ortiz, 2017, p. 48), en tanto se refiere a las dife-
rentes manifestaciones (habla, escritura, gestualidad, vestido, diseño, pintura, escultura,
etc.) de los sujetos implicados (emisor e intérprete) en el intercambio.
El análisis que el investigador hace del discurso que da cuenta del fenómeno se basa
en un proceso iterativo, debido a que el proceso investigativo se realiza mediante un ir y venir
que va dando forma a una especie de espiral hermenéutica (Ramírez, 2011b; Ramírez et al.,
2017). En este proceso, los datos que se van hallando, poco a poco permiten ir ampliando
la comprensión y refinando el análisis del fenómeno investigado (Levitt et al., 2018).
De ahí que, a diferencia de los estudios cuantitativos, la investigación cualitativa se centre
en la profundidad de la comprensión del dato, más que en la extensión (número de variables):
[…] la investigación cualitativa tiende a analizar de manera intensiva los conjuntos de datos,
esto con el fin de valorar el descubrimiento abierto, en lugar de la verificación de hipótesis;
enfatizar historias específicas o escenarios en los que las experiencias ocurren, en lugar de
esperar que los hallazgos perduren en todos los contextos, y combinar recursivamente la in-
vestigación con métodos que requieren de la reflexividad del propio investigador (es decir, un
autoexamen) acerca de su influencia en el proceso investigativo (Levitt et al., 2018, pp. 27-28).3
3
Traducción nuestra del original: “[…] qualitative research tends to engage data sets in intensive analyses, to value
open-ended discovery rather than verification of hypotheses, to emphasize specific histories or settings in which
experiences occur rather than expect findings to endure across all contexts, and to recursively combine inquiry with
methods that require researchers’ reflexivity (i.e., self-examination) about their influence upon research process”.
88
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
Según Galindo:
Investigación documental
La investigación documental, desde una perspectiva cualitativa, “no sólo es una técnica de
recolección y validación de información, sino que constituye una de sus estrategias”
(Galeano, 2009, p. 114).
4
De acuerdo con Gil, Henao y Peñuela (2004), las investigaciones cualitativas pueden clasificarse en investigaciones
de primer y segundo orden. Las investigaciones de primer orden buscan recopilar datos de los informantes, fre-
cuentemente mediante entrevistas u observación, mientras que las de segundo orden posibilitan que el análisis de la
información no se limite a una mera descripción fenomenológica de los significados o sucesos, sino que permita abrir
espacios de conversación, donde es posible trascender lo fenomenológico a una participación activa de los sujetos-
objeto de la investigación, quienes son, a su vez, agentes de transformación de su propia realidad. En el caso de la
investigación documental y teórica, también hablamos de trabajo de campo, si bien este se refiere a la obtención de
información acorde con cada una de estas dos modalidades de investigación: en el primer caso, la documental, el
trabajo de campo se refiere a la recolección y el análisis de los documentos, mientras que, en el segundo, la teórica,
se refiere a la identificación y el análisis de las teorías.
89
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
El documento
Un documento es un “diploma, carta, relación u otro escrito que ilustra acerca de algún
hecho, principalmente de los históricos” (Real Academia Española –RAE–, 2018).
De acuerdo con Galeano (2009), los documentos no hacen referencia solo a textos
que, haciendo uso del lenguaje natural, se expresan de forma oral o escrita, sino que tam-
bién pueden ser entendidos como todo tipo de material que documenta, registra, informa
diferentes aspectos de la realidad y que son susceptibles de ser analizados e interpretados
(Galeano, 2009).
Para la RAE (2018), el término “material” proviene de materia y esta, a su vez,
guarda relación con la palabra “madera”, que en general designa cualquier material para
construir algo (Ferrater-Mora, 1971). En este sentido, la investigación documental se vale
de elementos materiales, como los documentos, para construir sentidos y significaciones
sobre lo que estos guardan en sí mismos.
Los documentos se clasifican según dos criterios, que se resumen en la tabla 1.
Intencionalidad implícita: aunque no fueron realizados Documentos mediáticos: son los documentos visuales, audibles
con la finalidad explícita de registrar hechos o de y audiovisuales. Por ejemplo: fotografías, pinturas, esculturas,
apoyar procesos investigativos, pueden ser utilizados obras de arquitectura, cerámica, orfebrería, trazos o restos
por los investigadores para analizar ciertos fenómenos. físicos de la cultura material, cine, video, sonovisos, discos,
Por ejemplo: pinturas rupestres, piezas musicales, cintas magnetofónicas, discos compactos, etc.
esculturas.
90
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
Los documentos contienen discursos,5 en tanto que es un sujeto quien se expresa y que
dicha expresión permite identificar una estructura subjetiva que engloba diferentes signi-
ficaciones y sentidos. De esa manera, el investigador es un sujeto que, al interpretar los
documentos, está generando sus propias expresiones subjetivas (sentidos, significados).
En otros términos, un nuevo discurso emerge en el encuentro, esto es, la dialéctica (in-
termodificación) entre el documento y el investigador-intérprete.
En el caso de lo escrito, el discurso dis-curre efectivamente cuando alguien lo in-
terpreta; de lo contrario, lo escrito es discurso “momificado” (Ramírez, 2012c). De ahí
la importancia de dialogar a medida que vamos escribiendo, en tanto la conversación
revitaliza el discurso, permitiendo que emerjan nuevos sentidos.
Estos sentidos surgen –y en parte se construyen– en una espiral hermenéutica,
que va de la precomprensión, a una nueva comprensión que, a su vez, se transforma en
precomprensión y es el pretexto para una nueva comprensión, y así indefinidamente, en
orden circular, ascendente, como una espiral (Ramírez, 2011b).
Vemos, pues, que todos los tipos de documentos existentes son fuente de informa-
ción para que el investigador responda a sus preguntas, como lo hace cuando entrevista a
un sujeto e interpreta sus palabras. Para Galeano (2009), “todos estos textos pueden ser
‘entrevistados’ mediante las preguntas que guían la investigación, y se los puede ‘obser-
var’ con la misma intensidad con que se observa un evento o un hecho social” (p. 114).
En esta medida, el investigador “conversa” con los documentos: les hace preguntas
sobre su contenido, para entender lo que intentan plasmar; los interroga por su autor, su
contexto histórico, social, cultural y político, por el momento circunstancial en el que
fue elaborado; indaga por sus contradicciones, vacíos y faltas, para comprender lo dicho,
así como lo que quieren decir (intencionalidad), pero también lo no dicho (omisiones),
que permite percibir otros aspectos no intencionales, pero presentes.
Investigación teórica
5
En el sentido ya definido antes como “toda expresión de una estructura subjetiva” (Ramírez et al., 2017, p. 48).
91
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
sobre la creación del mundo y del hombre.6 De esta dimensión, la propiamente teórica, se
encarga un tipo de investigación que se interesa por analizar, revisar críticamente y crear
conocimientos teóricos que impulsen las diferentes áreas del saber.
De acuerdo con Barahona (2013), la investigación teórica puede definirse como “la
actividad sistemática de elaborar, construir, reconstruir, explorar y analizar críticamente
los cuerpos conceptuales (esto es, teóricos) en que se enmarcan las distintas áreas del
saber” (p. 8).
Partamos de la pregunta más básica: ¿qué es una teoría? De acuerdo con Ramírez
(2011a), una teoría es “un conjunto articulado de conocimientos” (p. 9) mediante el cual
se busca describir, explicar y, por lo general, transformar un sector de la realidad, y un
conocimiento es “un saber expresado en palabras” (p. 3), es decir, un conocimiento es la
expresión, en palabras, de un conjunto articulado de huellas mnémicas que quedan como
registro psíquico después de la vivencia de una experiencia (saber). No toda teoría ha
de escribirse (hay teorías en la tradición oral, por ejemplo); sin embargo, en el mundo
académico, es una condición necesaria, especialmente porque escribir permite que el
discurso deje de discurrir y se fije, lo cual posibilita que se precise, y luego se analice y,
en consecuencia, vuelva a discurrir en una espiral hermenéutica (Ramírez, 2011b).
Desde esta concepción, las teorías no se limitan a ser únicamente científicas, pues
todos los seres humanos, en tanto poseedores del lenguaje, podemos producir conjuntos
articulados de conocimientos (teorías) referidos a diferentes niveles7 de la realidad.
Para Ramírez (2012a; cfr. Manrique y De Castro, 2016), hay un primer nivel de la
realidad conformado por leyes físicas, el cual es estudiado por la física como disciplina; el
segundo nivel está formado por leyes químicas que, a su vez, se basa en las leyes físicas, y
la disciplina encargada de su estudio es la química; el tercer nivel, conformado por las leyes
biológicas, surge con base en los dos anteriores y es estudiado por la biología; el cuarto
nivel, el de las leyes del psiquismo humano, es estudiado por la psicología y se basa en
los niveles anteriores de la realidad; por último, el nivel de las leyes socioculturales, que
es estudiado por la sociología, presupone las leyes de los niveles anteriores. Entre estos
diferentes niveles de la realidad se encuentran otros campos de conocimiento, como la
matemática, el arte, la religión, la economía, la medicina, la filosofía, entre otros. En este
sentido, hay teorías religiosas, filosóficas, literarias y hasta personales, pues todos tenemos
una teoría sobre nuestra propia existencia, que podemos contrastar con las experiencias
que tenemos a diario (método científico).8
6
Más adelante veremos que no solo existen teorías científicas, sino también religiosas, literarias, personales, entre otras.
7
A los niveles de la realidad le preceden tipos y registros de la realidad. En el presente texto no abordamos esta
temática a profundidad, por lo que se recomienda remitirse a Manrique y De Castro (2016).
8
Para mayor profundidad sobre este tema, véase el apartado “El método científico”, en Ramírez et al. (2017,
pp. 39-60).
92
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
9
Esta definición general de método científico incluye la definición positivista y la definición cualitativa, puesto
que lo que se busca, desde ambas perspectivas, es la contrastación dialéctica entre la teoría y la práctica, si bien
mediante métodos particulares diferentes: usualmente experimentación en la primera, e interpretación en la
segunda. Y con diferentes concepciones sobre la relación entre el investigador y el método: como una serie de
pasos (algoritmo) que realiza el investigador, en la primera, y como una actitud (forma de ser o estilo de vida),
en la segunda.
93
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
experiencias o las prácticas que una determinada disciplina realiza, o que vivimos
a diario, con frecuencia necesitan ser verbalizadas, formalizadas y sistematiza-
das en forma de teorías. Y viceversa: las teorizaciones que se realizan sobre un
asunto concreto de la realidad, es importante contrastarlas frecuentemente con
la realidad misma.
• Dimensión crítica: la investigación teórica también puede proponerse indagar a
fondo sobre conceptos, hipótesis y cuerpos teóricos, con el fin de analizar su
validez.10
Muchas veces, dentro de las diferentes áreas del saber, nos “acostumbra-
mos” a utilizar y repetir un concepto determinado de manera desacertada, tal
vez porque no nos detenemos a examinarlo de forma rigurosa. La investigación
teórica busca disminuir la ambigüedad y la falta de rigor en la definición de dis-
tintos conceptos, ya que analiza detenidamente la tradición de un concepto,11
para establecer una definición actual, consistente y eficaz para la construcción
del conocimiento.
10
Entendemos la validez como la congruencia entre el discurso (teoría) y la experiencia (práctica). Para garantizar
dicha congruencia, hay dos criterios básicos que se deben cumplir para que podamos afirmar la validez de algo:
criterio de consistencia y criterio de eficacia. El primero es un criterio de orden teórico, donde se revisa la soli-
dez lógica de los argumentos, la no contradicción y la coherencia del saber construido. El segundo es un criterio
de orden práctico, en el que el saber formulado se expone a la experiencia (imaginada o real) para analizar sus
efectos (Ramírez et al., 2017).
11
Por tradición de un concepto nos referimos al abordaje de un concepto desde su etimología, la historia de sus
usos, de sus significados principales, así como de sus configuraciones actuales.
94
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
evaluación del grado de validez de los resultados; hasta las más cualitativas, en las que el
estado del arte no se reporta de forma exhaustiva, pues no es necesario para los propósitos
de la investigación (como es el caso de una investigación monográfica) o, si se hace, no
se presenta de manera esquemática, sino más narrativa.
12
Ambas modalidades de investigación (documental y teórica) se pueden poner en práctica en diferentes niveles
académicos: pregrado, maestría y doctorado. La exigencia en cada uno de estos niveles es distinta, como lo es
el grado de profundidad y compresión al que llega el investigador; así, en los trabajos de pregrado (trabajos de
grado para optar a un título profesional, por ejemplo, en Psicología, Filosofía, Derecho, entre otros), se busca
que el estudiante ponga en práctica conocimientos teóricos y metodológicos adquiridos en dicho nivel educati-
vo (por ejemplo, en los seminarios de investigación), para plantear un problema de investigación y resolverlo.
Estos trabajos de pregrado permiten la revisión analítica de textos en torno a un tema o concepto determinado,
buscando, entonces, que el estudiante elabore un anteproyecto de investigación razonable (planteamiento del
problema, justificación, pregunta, objetivos, referentes teóricos, metodología, consideraciones éticas, bibliografía)
y que, como resultado de una investigación, presente su trabajo en alguna modalidad, como: una investigación
95
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Hay múltiples métodos para abordar un documento desde una perspectiva cualitativa.
Entre otros, podemos mencionar –mas no desarrollar– los siguientes: fenomenológico,
hermenéutico, teoría fundada, etnográfico (Levitt et al., 2018). Por su parte, el grupo de
investigación “El método analítico y sus aplicaciones en las ciencias sociales y humanas”
se fundamenta en una actitud analítica, donde se busca abordar el discurso, desglosándolo
en sus elementos constitutivos, para acceder a su comprensión y posterior reconstrucción.
La actitud analítica es producto de la incorporación del método analítico, definido como
la aplicación del método científico al análisis de un discurso, mediante su descomposición
en los elementos constitutivos (Ramírez et al., 2017). Este método está conformado por
los siguientes procesos generales: entender, criticar, contrastar, los cuales poco a poco, a
medida que se aplican, se van incorporando hasta convertirse en una actitud (un estilo
de vida, una forma de ser). En particular:
• Entender es captar la forma en que está articulado un discurso; también la in-
tencionalidad del emisor, en lo dicho y en lo omitido, en lo explícito y lo tácito.
• Criticar es comparar las diferentes partes de un discurso entre sí, o comparar las
partes de ese discurso con las de otros discursos, del mismo autor o de diferentes
autores. En esa comparación se buscan similitudes y diferencias entre los dis-
cursos y sus partes, así como líneas de continuidad, o discontinuidades, vacíos,
contradicciones.
• Contrastar es llevar el discurso a la práctica, esto es, poner a prueba, en la práctica
existencial o teórica, las conjeturas que surjan a partir de un discurso.
La aplicación del método analítico puede conducir a su incorporación analítica, como
actitud, y a una comprensión analítica, esto es, un comprender que incluye el entender,
que es intelectual, más la sensación corporal y la implicación emocional de los discursos.
La comprensión analítica implica un comprender con el cuerpo, tal y como ocu-
rre muchas veces de forma espontánea durante la vida, al ir incorporando discursos
empírica (puede ser documental) o teórica (en este último caso, usualmente se trata de una revisión de literatura
o un trabajo monográfico). Por su parte, en el nivel de maestría se busca, por parte del estudiante, la apropiación,
la profundización y la crítica de conceptos teóricos, y también la incorporación de la actitud investigativa propia
del método científico. Finalmente, en el nivel de doctorado se espera del estudiante no solo la revisión de textos
académicos y el comentario crítico de las posturas de los autores consultados, sino también que se hable a nombre
propio, proponiendo contribuciones teóricas novedosas, que hagan avanzar las teorías ya existentes o, incluso,
que lleguen a cuestionarlas o rebatirlas. Los doctorados buscan el mayor nivel de profundización y comprensión
de los fenómenos estudiados, y la formación de investigadores autónomos capaces de producir conocimiento y
compartirlo con la sociedad, así como de crear alternativas de solución a los problemas investigados.
96
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
[…] la mutua interacción entre dos espacios diferentes que se transforman el uno al
otro, en un auténtico “diálogo” que no necesariamente tiene que ser entre dos discursos
sino que puede referirse a dos dimensiones, como es el caso de la teoría y la práctica en
la dialéctica del método científico (p. 124).
97
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
que determinaron la manera particular en que habían sido plasmadas las ideas. Lo que
se generaba entonces era una discusión, una dialéctica a partir de la cual emergía una
decisión muy depurada sobre lo que era más conveniente de acuerdo con los objetivos
de la investigación (Ramírez et al., 2017, p. 16).
Otro aspecto importante del proceder del grupo es la escritura continua. En cada
reunión se realizan relatorías de lo discutido y dialogado, como una forma de plasmar, en
un escrito, la experiencia discursiva de cada encuentro de manera ordenada y coherente.
Relatar lo sucedido por escrito permite un nivel de formalización mayor que el relato
oral, que se concretiza en la escritura y, además, aquello que se relata permite ir dando
forma a la investigación misma.
El proceso de escritura también se manifiesta en el hecho de que cada integrante
plasma en un escrito sus ideas y argumentos frente a su tema de investigación, con el fin
de ir avanzando en el proyecto y de compartir con los demás integrantes las propias ideas
de una manera más formalizada.
Mucho de lo que se escribe es abordado mediante el diálogo, y gran parte de lo que
se dialoga es plasmado en la escritura, con el propósito de ir construyendo el conocimiento
que nos inquieta y nos convoca a investigar.
La aplicación del método analítico es, en sí misma, una mediación, en tanto sirve como
medio, puente entre los discursos. Las intervenciones del investigador analítico buscan
elucidar un concepto, tema, problema, y hacen posible, en ocasiones, llegar a un acuerdo
(aunque a veces no se alcance) que sea fruto del asentimiento general de los implicados,
tras un examen analítico de las diferentes posturas respecto a un tema investigado. El
objetivo de esta mediación es el reconocimiento del otro en tanto sujeto singular, cuyo
discurso es susceptible de modificarse a partir del discurso grupal, y viceversa.
En este sentido, los dispositivos analíticos (reuniones de proyectos, talleres, salidas
de campo, grupos de discusión, semilleros de investigación), aplicados en contextos de
investigación, permiten una acción colectiva y transformadora, sin descuidar la singula-
ridad de los investigadores.
[…] la comprensión que efectúan los investigadores de la realidad social [también do-
cumental o teórica] que estudian, basados en la hermenéutica, es un proceso en el que
no solo se obtienen datos e información acerca del tema de investigación, o se logran
modificaciones de una realidad o problemática en particular; es también un proceso
transformador de los sujetos participantes: la posibilidad de que el investigador com-
prenda el discurso que se propone interpretar, precisa de su propia transformación o,
cuando menos, de su actitud abierta, desprejuiciada; es decir, que esté dispuesto a dejarse
modificar (afectar) en la interacción que vive con los demás (Lopera et al., 2010, p. 71).
98
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
La interacción entre diferentes discursos que dialogan entre sí puede ser posibilitada por
la asunción de una mirada interdisciplinaria y transdisciplinaria del ejercicio investigativo.
Entendemos una actitud interdisciplinaria como la posibilidad de coordinar diversos
saberes para la construcción de conocimiento; se trata de un trascender la propia disciplina,
para trabajar de forma coordinada y cooperativa con otras áreas del conocimiento. Por su
parte, la actitud transdisciplinaria posibilita la captación de un fenómeno desde diferentes
perspectivas disciplinarias, lo que permite una comprensión más holística de aquel.
La interdisciplinariedad la entendemos como una actitud para la cooperación simultánea
de diversos saberes sobre un mismo problema. Puede ser asumida como una exigencia para
el desarrollo y la ejecución de procesos de investigación. La actitud interdisciplinaria ha
estado “presente en la práctica y el ejercicio académico de los científicos sociales desde
la historia misma de las ciencias sociales” (Nieto, 2004, p. 64). Las barreras comunicati-
vas de algunos profesionales de las ciencias sociales se crean por una extraterritorialidad
de su propio conocimiento e impiden un tratamiento comprensivo e integrador de una
problemática estudiada por múltiples disciplinas.
La interdisciplinariedad, desde una perspectiva clásica, ha reunido a expertos de diver-
sas disciplinas para analizar un asunto de investigación. Cada uno de ellos realiza inicialmente
un diagnóstico de este y presenta un informe de acuerdo con su formación disciplinaria y
teórica, pero pocas veces se reúnen para conformar unos criterios de trabajo y mucho menos
para construir o generar conocimiento conjunto. Algunas veces, profesionales en psicología
evitan pensar en las otras disciplinas –y, en ocasiones, hasta en la propia disciplina, ya que
se encierran en una escuela psicológica particular– que puedan contribuir a sus construc-
ciones teóricas, dado que asumen que este discurso es autosuficiente para dar explicación
a los fenómenos del comportamiento humano. Contrario a esta idea, la actitud analítica,
que venimos desarrollando, considera de suma importancia el conversar, leer, debatir con
otros profesionales de las ciencias sociales, para analizar problemas en común.
La interdisciplinariedad se logra con la actividad investigativa, ya que es la posibilidad
de llevar a cabo de manera efectiva dicha actitud. Para Piaget:
99
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
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Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
Las instituciones las concebimos como discursos fundantes (ej. familia, trabajo, economía, amistad, lenguaje,
13
sexualidad, etc.). Por su parte, las organizaciones son la concreción de las instituciones (Manrique, Lopera, Pérez,
Ramírez y Henao, 2016, capítulo 2).
Ahora bien: aunque podemos considerar que el conocimiento es una construcción del ser humano, esto es, que cada
sujeto percibe, organiza e interpreta la realidad de una forma singular a partir de sus capacidades psíquicas y físicas,
sus condiciones sociales y culturales, su estado de ánimo, entre otros aspectos, lo anterior no excluye la posibilidad de
crear consensos en torno a la interpretación de la realidad, debido a que existen los referentes más allá de lo subjetivo.
Cuando se asocia el constructivismo con la educación y, más propiamente con la investigación, nos encontramos
con una serie de dificultades como, por ejemplo, lograr que los investigadores (estudiantes, docentes) aprendan a
su propio ritmo y, a la vez, generen conocimiento en grupo (Ortiz, 2015), cumpliendo los plazos destinados para
la investigación. Esta dificultad surge debido a los diferentes niveles formativos, momentos existenciales de cada
participante, intereses diversos, posiciones al respecto de los temas investigados, por una parte, y los tiempos ins-
titucionalmente establecidos, por otra. Además de esto, estamos en un sistema de ciencia y tecnología basado en la
producción masiva de conocimiento, en el pedido constante a los docentes y grupos de investigación de publicar en
formatos muy específicos y limitados, lo cual se convierte prácticamente en un imperativo que hace difícil articular
la intencionalidad formativa, la construcción colectiva y la coacción que impulsa a la producción.
Por otro lado, entendemos el constructivismo como una propuesta epistemológica que plantea que la realidad
(constructivismo ontológico), la verdad (constructivismo gnoseológico) o el aprendizaje (constructivismo peda-
gógico) son construcciones que emergen en la interacción entre los sujetos y el mundo externo, enfatizando así
la importancia de la influencia del sujeto para la interpretación de lo dado. Se opone a la perspectiva positivista
que plantea la mente como el reflejo del mundo (la realidad), el cual se podría conocer tal cual es sin la influencia
(psicológica y axiológica) del sujeto cognoscente.
101
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
14
Este proyecto de pregrado de Valentina Jaramillo se enmarca en el proyecto de investigación “La formación del
psicólogo”, dirigido por el profesor Carlos Mario Henao Galeano. Los coinvestigadores, auxiliares de investi-
gación y colaboradores son los docentes: Horacio Manrique y Natalia María Areiza; los psicólogos: Monserrat
Ordóñez, Alejandra Betancur y Sergio David Gómez; los estudiantes de psicología: Valentina Jaramillo, Carolina
Vásquez y Juan Pablo Valencia. También han participado en diferentes momentos del proceso los estudiantes de
psicología Mateo Jaramillo y Ernesto Correa. Semanalmente, el equipo de investigación se reúne con la finalidad
de analizar temas referidos al objeto de estudio de la investigación, revisar avances en la escritura, abordar temas
metodológicos que contribuyan a la elaboración de los diferentes trabajos de grado (pregrado y maestría) que se
vienen realizando, entre otras tareas.
102
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
para conjugarlos en una propuesta que apoya la tesis de que la lógica y la argumentación
tienen un lugar importante en la formación analítica del psicólogo, especialmente en la
formación de una capacidad de abstracción y argumentación, basadas en la rigurosidad,
que se expresa en la consistencia del discurso (coherencia y no contradicción).
Un ejemplo concreto de la escritura que surge de esta forma de investigación teórica
puede apreciarse en las relatorías que se realizan durante la reunión semanal del equipo
de investigación. El encargado de elaborar la relatoría (relator) varía de sesión en sesión,
de manera que no sea una tarea que favorezca solo a una persona, sino que permita que
cada uno vaya formando su capacidad de escucha y escritura.
De lo que se trata es de que en la relatoría, como su nombre lo indica, se realice un
relato15 de lo que ocurrió en la reunión, indicando aspectos teóricos (por ejemplo, con-
ceptos que se deben ampliar en uno de los trabajos de grado, según lo conversado en la
reunión), metodológicos (diálogo sobre las diferentes técnicas de investigación), relacio-
nales (aspectos que se tienen en cuenta referidos al desempeño del grupo, que pasa por
la relación entre los integrantes, como, por ejemplo, el destacar aspectos de avance en la
escritura de cada uno, así como asuntos a mejorar en cuanto a la puntualidad o asistencia
a las reuniones, por ejemplo). Además, la relatoría posibilita que el relator consulte y
profundice diferentes aspectos vinculados con los temas abordados, contribuyendo con
citas textuales o con referencias que él encuentre. Luego, en la sesión de la semana si-
guiente, previa lectura de la relatoría (la cual se ha enviado antes de dicha sesión a todos
los integrantes del equipo), se realizan comentarios sobre ella y se retoman aspectos
conceptuales, cuando es el caso.
A continuación presentamos cuatro relatorías que dan cuenta del momento mismo
en que se señala la necesidad de diferenciar la investigación teórica de la investigación
documental, toda vez que en la formulación del anteproyecto del trabajo de grado de
Valentina se encuentra que no es ni una investigación cualitativa con componente empí-
rico (por ejemplo, entrevistas o grupos de discusión), pero tampoco es una investigación
documental, en la que sea pertinente aplicar técnicas de trabajo de campo, entendidas
como recolectar textos que hablen del objeto de estudio (básicamente porque al inten-
tar hacerlo, se encontraron muy pocos escritos al respecto), por lo cual su investigación
tiene otro matiz, que es justamente, como ya se indicó, el de una investigación teórica
en la que se busca construir teoría, con base en indicios teóricos, en torno a un asunto
que poco se ha estudiado: “La lógica y la argumentación para la formación analítica del
psicólogo”. Asimismo, las relatorías permiten captar los otros elementos mencionados a
lo largo de este escrito, en torno al modo de trabajo de nuestro grupo de investigación, así
15
Según la definición que adoptamos de la RAE, un “relato” es: “Conocimiento que se da, generalmente detallado,
de un hecho”.
103
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Hora: 6:00 a. m.
Lugar: Universidad EAFIT, Bloque 26.
Fecha: martes 30 de enero
Asistentes: Carlos Mario Henao Galeano, Horacio Manrique Tisnés, Monserrat
Ordoñez Echeverri, Mateo Jaramillo Amaya, Alejandra Betancur Gaviria, Valen-
tina Jaramillo Appleby, Carolina Vásquez Villegas y Ernesto Correa Restrepo
Desarrollo de la sesión
Se da inicio a la segunda reunión del semestre, comentando que sería mejor,
para la optimización del tiempo, discutir solamente los comentarios que se
tengan de las relatorías y no leer la relatoría completa, como se venía ha-
ciendo. Se hace un plan de la sesión sobre lo que se discutirá. Los temas son
el posible ingreso de nuevos estudiantes y la revisión de anteproyectos de
trabajos de grado ligados a la investigación, pues se acordó, con la Univer-
sidad, entregar tres trabajos de maestría y tres trabajos de pregrado, ade-
más de un libro, que puede incluir algunos de los trabajos como capítulos.
Paso siguiente, se informa que la vinculación al proyecto de Horacio Man-
rique ya se ha procesado y él participará en calidad de coinvestigador; fal-
tan las vinculaciones de Valentina Jaramillo y Carolina Vásquez. Respecto a
las vinculaciones y la salida a la práctica de algunos de los miembros del
grupo, Carlos Mario Henao preguntará por las condiciones y las políticas de
la Universidad en relación con el contrato como auxiliares de investigación.
[…]
Se pasa ahora a la lectura y la revisión de trabajos de grado, y se co-
mienza con el trabajo de grado de Valentina Jaramillo: “La importancia de la
lógica y la argumentación para la formación del psicólogo”. En este trabajo
se sugiere redactar de nuevo los objetivos, pues están redactados de forma
muy descriptiva, para así incluir aspectos comprensivos y propositivos. De
este modo, se podrán ver los límites y alcances de la investigación, con
lo que Valentina está de acuerdo y no se modifica su deseo en el trabajo.
Una vez revisados y reformulados los objetivos, esto tendrá el efecto de un
mejor encuadre dentro de la investigación, en consonancia con el proyecto.
También se acordó que el trabajo es de tipo exploratorio de corte teórico,
destacando la importancia de la investigación teórica para la formación de
sólidas bases en un futuro profesional.
Se cierra la sesión deseando una buena semana, y se concluye que se reto-
mará la lectura de trabajos la próxima reunión.
Relator,
Ernesto Correa R.
104
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
[Segunda relatoría]
Hora: 6:00 a. m.
Lugar: Universidad EAFIT, Bloque 26.
Fecha: martes 13 de febrero
Asistentes: Carlos Mario Henao Galeano, Horacio Manrique Tisnés, Monserrat
Ordoñez Echeverri, Mateo Jaramillo Amaya, Ernesto Correa Restrepo, Valentina
Jaramillo Appleby, Carolina Vásquez Villegas y Alejandra Betancur Gaviria.
Desarrollo de la sesión
Se inicia la sesión con unos comentarios acerca de la relatoría realiza-
da por Ernesto Correa, haciendo unas correcciones de puntuación. Por otro
lado, se comenta la importancia de una breve contextualización a la hora de
escribir para orientar al lector. Posteriormente se hace una actualización
del estado actual de la investigación, con unos anuncios breves: en primer
lugar, se aclara que los productos de la investigación serán dos libros (uno
realizado por el grupo de la Universidad de Antioquia, y el otro realizado
por el grupo de la Universidad EAFIT), fruto de que la Universidad exige un
producto propio de parte del grupo de EAFIT, a pesar de ser una investigación
conjunta con la Universidad de Antioquia. En segundo lugar, se agregarán dos
índices al libro, en el cual estarán trabajando el profesor Carlos Mario
Henao y Horacio Manrique Tisnés. Además, dado el estado de incertidumbre
acerca de los entregables que la investigación había planeado en un inicio,
se propone reducir el número de entregables (específicamente de los trabajos
de maestría), de manera que se pueda dar el inicio formal a la investigación
y haya claridad en los productos a entregar. Finalmente, se anuncia que res-
pecto a los posibles integrantes nuevos a los cuales se les haría invitación
para participar en el proyecto, el estudiante Juan Pablo Valencia parece ser
el más interesado en asistir. Por tanto, se propone que sea partícipe de la
investigación en calidad de colaborador, para que este se familiarice con la
propuesta, el estilo de trabajo, y demás, y tome la decisión de participar
como coinvestigador posteriormente.
Luego de estos anuncios, se continúa la lectura del trabajo de grado de
Valentina Jaramillo: “La importancia de la lógica y la argumentación para la
formación de psicólogos”. El trabajo se ha modificado en algunos puntos tras
una reunión entre Valentina y Horacio para asesorar el proyecto. Al analizar
los nuevos objetivos, tanto el general como los específicos, y el plantea-
miento del problema, surge una interrogante acerca de la diferencia entre
un problema de investigación y el planteamiento de la pregunta. Al surgir
esta duda, resulta importante resaltar que la investigación se encuentra en
un intersticio entre la formación investigativa de los participantes y la
investigación como tal. Por lo tanto, se propone programar una sesión adi-
cional para solucionar dudas y hablar acerca de las minucias y complejidades
del acto investigativo.
Con esto en mente se aclara: entendemos por planteamiento del problema
aquel escrito que da cuenta de las falencias que uno observa en la realidad,
los vacíos en el conocimiento, y demás que lo llevarían a uno a investigar
105
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
[Tercera relatoría]
Desarrollo de la sesión
Inicia la sesión, como es usual, comentando la relatoría de la sesión pre-
via. Sobre esta, se dice que es sintética y expresa claramente aquello que
ocurrió de forma íntegra, sin entrar en detalles o en infidencias sobre el
106
Investigación d o c u m e n ta l c u a l i tat i v a ,
tema abordado. Luego de esto se menciona, brevemente, que es el Día del Psi-
cólogo y nos congratulamos por esta celebración. Luego pasamos a abordar la
primera versión del capítulo de Valentina Jaramillo, titulado: “La lógica y
argumentación en la formación analítica de psicólogos”.
En un principio, y a la luz del epígrafe escogido, se pregunta respecto
al uso del concepto de logos, en tanto este implica aspectos más allá de los
relacionados con el lenguaje, pero ciertas partes del texto parecen limitar
el concepto solo a esa parte. En este sentido, se sugiere clarificar que,
para efectos del escrito, se enfocará en el aspecto simbólico del concepto
de logos. Y en relación con este concepto, tomando en cuenta la segunda nota
al pie, resulta curioso que expresa que no se abordará detenidamente el men-
cionado concepto, pues no es el tema central de la investigación, pese a lo
cual hay un desarrollo significativo del mismo.
En la página 2 se afirma que: “La lógica se encarga de estudiar la estruc-
tura presente entre dicha afirmación […]”. En este punto se sugiere moderar
la afirmación, en tanto parece expresar que la lógica se encarga de la verdad
de las proposiciones, y no de su validez, como se afirma más adelante. Valen-
tina sugiere, además, diferenciar entre verdad material y formal. Y en esta
misma parte del texto se sugiere un ejemplo relativo al clima, que soporta
esta impresión según la cual la lógica formal, como disciplina, estudiaría
la verdad, contrastando las afirmaciones con la experiencia del mundo real.
Además del cuestionamiento previamente hecho para aclarar el objeto de es-
tudio de la lógica formal, se propone, en tanto el texto se refiere a la
formación analítica de psicólogos, que los ejemplos sean relacionados con
contextos psicológicos, como lo puedan ser desde la clínica u otros campos
ocupacionales.
En párrafo siguiente menciona que logos y ananké son complementarios,
sin describirse cómo o por qué. Luego añade otros dos conceptos relaciona-
dos, a saber, caos y orden. Cada una de estas nociones es muy compleja, por
lo que el conjunto resulta en un párrafo muy denso, con mínimo desarrollo,
y que quizá pueda ampliarse, o evitar considerar conceptos tan amplios, que
no es necesario desarrollar si se toma en cuenta que el foco de la inves-
tigación está en la lógica y la argumentación en la formación analítica de
psicólogos. De igual forma, se pregunta por qué se expone en el texto que
ananké es de carácter “receptivo”, pues esta apreciación no resulta evi-
dente a simple vista.
Adicional a esto se pregunta, de forma general, por qué la lógica formal
“rehúye” de los contenidos y se enfoca únicamente en la forma. De conside-
rarse pertinente por la autora, podría, en alguna parte del texto, aclarar-
se esto; probablemente en el apartado que, someramente, trata la discusión
respecto al objeto de la lógica formal como disciplina.
Con esto y algunos comentarios sencillos de forma, la sesión se da por
culminada. La próxima sesión (que se llevará a cabo el lunes 26 en lugar del
martes, debido a compromisos de algunos de los participantes) se reservará
una parte de ella para terminar de abordar el texto de Valentina y luego
comentar el primer boceto del anteproyecto de investigación de Sergio Gó-
mez. Así mismo, se hará el cierre, en tanto es la última sesión del presente
semestre.
Relator: Sergio David Gómez Vidales.
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[Cuarta relatoría]
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A manera de conclusión
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111
... y ¿qué cosa
es una reseña?
Juan Manuel Cuartas R.
El título de este escrito, enfático en el reclamo de una respuesta, no surge así porque así.
Recientemente leí una exposición del filósofo francés Jacques Derrida titulada: “Che cos’è
la poesía?”. En aquel escrito, como acaso ocurra en este, el autor no pudo dejar de expresar
la conmoción suscitada por la pregunta. Esto escribió en las primeras líneas:
Para responder a semejante cuestión –en dos palabras. ¿no es cierto?– se te pide saber
renunciar al saber. Y saber hacerlo bien, sin olvidarlo jamás: desmoviliza la cultura, pero
no olvides nunca en tu docta ignorancia eso que sacrificas en la ruta, al atravesar la ruta
(Derrida,1998).1
1
“Pour répondre à une telle question –un deux mots, n’est-ce pas?– on te demande de savoir renoncer au savoir.
Et de bien savoir, sans jamais l’oublier: démobilise la culture mais ce que tu sacrifies en route, en traversant la
route, ne l’oublie jamais dans ta docte ignorance”.
115
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Lo que es bien conocido es que una reseña debe ser breve, esa es su vocación; la
figura que traza ante un panorama de ideas y razones expuestas por un autor es la elipsis,
el sobrevuelo. Esto resulta claro, pero no es, ciertamente, suficiente.
Puestos a considerar, empiezan las exigencias: que la reseña valga tanto como el
documento reseñado, es decir, que no lleve a extravíos, que diga lo que este dice. En
esta indicación reside la mayor complejidad, porque la reseña debe poder ser la puerta de
acceso al conocimiento, las ventanas de su trascendencia; y si seguimos con la analogía
de la casa, debe conseguir identificar las bases que la apuntalan, el techo que la cubre y
el terreno en el que se ubica.
Pero, al hablar de esta manera, ¿se llega realmente al punto?; ¿se sabe así qué es y
qué se busca efectivamente con una reseña? Ciertamente no, con lo que se vuelve al prin-
cipio: ¿quién enseña a hacer reseñas? La respuesta resultaría obvia: pues los reseñadores.
Probablemente no tan obvia, porque ellos como personas se aplican a su labor y dejan que
sean sus reseñas las que corran con la responsabilidad de enseñar e ilustrar qué es y cómo
se cuece una reseña. Igual estrategia didáctica suena sin razón si se tiene el caso de un
poeta que diga: “sólo leyendo mis poemas aprenderá a hacer poesía…”.
Hacen falta precisiones entonces, orientaciones claras; visualizar la forma “ideal”
de la reseña, para poder discernir, entre el cada vez más grande inventario de reseñas,
cuáles se desbordan y cuáles resultan insuficientes.
Se puede inferir de momento que la reseña reclama un término medio, no siendo
opinión, sino descripción. En ella, los recursos del enjuiciamiento o las alabanzas no re-
sultan en absoluto necesarios. La extensión, igualmente: término medio, porque si son
tan breves como un resumen, entonces eso son; y si son tan extensas como un estudio,
pues antes que reseñas, son estudios.
He derivado en las universidades durante largos años, donde es tanta la fatiga por
alcanzar las competencias de la lectura y la escritura, pero a nadie he visto que se tome el
trabajo de ilustrar didácticamente, de dar unas pautas, de proponer estrategias para distin-
guir entre distintos tipos de reseñas y para enseñar a escribirlas. Pese a ser un instrumento
de análisis con el que se califica la apropiación de los conocimientos de los estudiantes, se
tiende a considerar que a reseñar se aprende reseñando, es decir, a nadar nadando.
De acuerdo, al igual que las demás expresiones escritas, la reseña es una práctica que
se debe practicar (¡ese es el mensaje!); pero mientras que la literatura se entiende como
una práctica cultural, y el artículo académico como una práctica científica, la reseña no
puede ser otra cosa que una práctica académica, que debe ser tenida en cuenta por los
académicos: estudiarla, conocerla, clasificarla, evaluarla, reconstruir su historia, valorar
su presencia en los medios de difusión, indagar su recepción, etc. Sucede, sin embargo,
que aun sabiendo todas estas cosas, seguimos desconociendo el cómo hacer que distingue
a la reseña. La situación no es extraña; se da como muchas otras, siendo su resultado la
116
... y ¿qué cosa
es una reseña?
diferencia que media entre el ver y lo visto, o para el caso de la reseña, entre la lectura y
lo leído. Lo visto y lo leído son lo que objetivamente se revela del ver y del leer.
Ello definido y decidido, se va al asunto mismo de escribir la reseña, y lo primero
que se impone es que, efectivamente, al reseñar se describe, en líneas generales, lo que
es y lo que va en un libro, en una revista, en un impreso, o ampliando el objeto de con-
sideración, en una representación teatral, en un filme, etc. Para describir, en cada caso,
hay que ponerse de frente al objeto: observarlo, auscultarlo, darle vuelta. La descripción
debe ser objetiva, no subjetiva; no reclama interpretación ni enjuiciamiento. Cuando se
reseña, se hace exposición de lo que se ha visto, para que quienes de momento no tengan
la oportunidad de verlo se hagan una idea de qué es y cómo es.
Para comenzar, la reseña anuncia los datos (de edición), que aportan información
sobre la llegada de aquel objeto al mundo de los objetos (un libro entre los libros, una
revista entre las revistas, un filme entre los filmes, etc.), porque su primer merecimiento
es haber aparecido, contar con esa referencia, poderla citar para, a partir de ahí, pasar a
comentarla e interpretarla. Reseñar su aparecer entonces, no perderlo de vista, porque
en cada objeto hay unos contenidos, unos propósitos y unos mensajes cifrados que con-
viene revelar.
En un segundo momento, la reseña describe aquello a lo que apunta, lo que retoma,
lo que aborda, lo que desarrolla y expone el objeto observado. Este será su gran cometi-
do, en el que el reseñador debe invertir la máxima atención, porque la reseña no es un
espacio para la invención o para la escritura creativa; allí se expone lo que es y lo que hay
en el objeto observado, nada más. Las posibles asociaciones e inferencias pueden venir
después, cuando se escriban artículos que eleven la voz y emitan juicios críticos positivos
o negativos.
De vuelta a la reseña, esta presenta su objeto delineándolo; no se trata solamente
de anunciar que el objeto existe, que está ahí, que es una novedad editorial que se pue-
de encontrar en las librerías o en un link de internet, sino de ingresar en él y revelar, de
manera sucinta, lo que es y lo que alcanza. Esta exigencia reclama lectores de oficio, no
simples rotuladores de cosas, como quien pone sellos a los productos de un supermercado
para que los compradores conozcan su precio. Un reseñador es un lector que se regala a
sí mismo el ejercicio de describir aquello que lee y guarda una memoria de sus reseñas.
Ahora bien, para que la reseña de un libro, de una revista, de una representación
teatral o de un filme sea buena, correcta, suficiente, ha de ser puntual, de tal manera
que su lector pueda, por ella, hacerse su propio concepto. Lo puntual adolece de sesgos
y prejuicios, los cuales confunden las ideas y desdibujan el objeto que se propone deli-
near, al punto de hacerlo indeseado sin siquiera conocerlo. Se dice siempre que la reseña
reduce deliberadamente el objeto, o que lo revela de manera parcial, en tanto que no es
el objeto mismo. Esto es cierto, sin duda, ya que la reseña pretende ser una invitación y
117
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
una puesta en común para que la dinámica de la lectura esté siempre activa; en ella se
tiene una primera aprehensión que se muestra confiable, una versión de la que se puede
tomar partido para, de ahí, pasar a conocer y estudiar el objeto en cuestión.
Se puede recapitular diciendo que la reseña describe el objeto dando una idea general
de sus partes y propiedades, no solo porque así lo reclama la difusión de la producción
bibliográfica, académica, artística y cultural de un país, sino también porque es este un
instrumento didáctico por excelencia.
En la cultura intelectual colombiana se ha contado con el concurso de magníficos
reseñadores y con espacios de publicación de reseñas que le han dado realce e impor-
tancia a esta forma de escritura. Entre los reseñadores me referiré a uno, en cuyo legado
queda contenido el significado de este oficio; a su vez, entre las publicaciones, aludiré
igualmente a una, que a lo largo de más de medio siglo ha conservado un espacio entre
sus páginas para la difusión de obras por medio de reseñas. El reseñador es Agustín Rodrí-
guez Garavito; la publicación, el Boletín Cultural y Bibliográfico, del Banco de la República.
De 1958 a 1984, Rodríguez Garavito regentó en este boletín una sección titulada:
“El mundo del libro”. El propósito no era otro que difundir, por medio de reseñas, las
novedades bibliográficas y darle resonancia a la cultura del libro. En el vol. 1, núm. 1, de
febrero de 1958, los libros que reseñó fueron: Leoncio Lasso de la Vega y la ronda del diablo,
del escritor uruguayo Adolfo Agorio; El hombre y la gente, obra póstuma del filósofo español
José Ortega y Gasset; Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, de Erich Fromm; Tendencias
económicas en América Latina, de Carlos Echeverri Herrera; Americanos y europeos, de Eduardo
Caballero Calderón; Hay piedras como lágrimas, del poeta Germán Pardo García; La nación
ante la universidad, conferencias pronunciadas en la Universidad Nacional de Colombia,
compiladas por Guillermo Amaya Ramírez.
Ejercicios como el anterior continuaron de manera ininterrumpida hasta el vol. 13,
núm. 1, de enero de 1970; en esta oportunidad, las reseñas se concentraron en: Susata, no-
vela de Hernando Torres Neira; Cuentos de la montaña, de Blanca Isaza de Jaramillo Mesa, y
Transculturación e interferencia lingüística en Puerto Rico, del lingüista español Germán de Granda.
La sección “El mundo del libro” regresó al Boletín Cultural y Bibliográfico en el vol.
16, núm. 2, de febrero de 1979. Allí, los libros reseñados fueron: Casa paterna y La voz
entre lágrimas, del poeta Antonio Llanos; América una equivocación, de Enrique Caballero; la
obra poética del escritor ecuatoriano Jorge Carrera Andrade; Recurso del método, novela del
escritor cubano Alejo Carpentier; Obras escogidas, de Gilbert Keith Chesterton; La negritud,
de Luis María Anson, y Poesía francesa, traducciones de Andrés Holguín.
La sección de Rodríguez Garavito fue constante hasta el vol. 20, núm. 2, de febrero
de 1983. Se trataba del último número de la primera serie del Boletín, porque a partir del
vol. 21, núm. 1, de enero de 1984, cambiaría radicalmente el formato, transformándose
en una publicación ilustrada, concentrada en la difusión de investigaciones en sociología,
118
... y ¿qué cosa
es una reseña?
2
Aufhebung; concepto propuesto por G. W. F. Hegel en los primeros parágrafos de Ciencia de la lógica (2011).
119
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
The New Iconoclasts es una genealogía sui géneris del conceptualismo en Colombia. En
ella, la historiadora del arte Gina McDaniel Tarver desglosa las trayectorias de algunos
de los artistas más significativos del período, para observar a través de ellas el paulatino
resquebrajamiento del sistema de valores que encarnaba el arte moderno, la multiplicación
y la desjerarquización de su medios de producción, la recodificación de sus relaciones
con la institucionalidad cultural de la época y, sobre todo, la afanosa y tal vez infructuosa
búsqueda de vinculación de sus obras con sectores de la sociedad ajenos al mundo del
arte (Suárez, 2018, p. 121).
En adelante, todo está en manos del reseñador, de quien se espera que describa
brevemente la estructura del libro, señale sus principales tesis y, en un breve ejercicio
de modulación, las contraste con las ya existentes. Ganado esto, podrá disponerse con
serenidad a dar fin a su reseña, contando ahora sí con un margen de apertura para que
evalúe, en unas cuantas frases, los méritos o desméritos de la obra leída. De este modo,
se lee en el ejemplo propuesto:
The New Iconoclasts: From Art of a New Reality to Conceptual Art in Colombia, 1961-1975 se
propone como un libro de obligada lectura para los interesados en los “orígenes del arte
conceptual en Colombia”, por la agudeza de las operaciones historiográficas que realiza
120
... y ¿qué cosa
es una reseña?
para interpretar uno de los procesos más divertidos, diversos y elusivos de la historia
contemporánea del arte en Colombia (Suárez, 2018, p. 122).
Expuesto lo anterior, vaya la invitación para que los lectores de esta pieza de escritura
titulada: “…y ¿qué cosa es una reseña?”, se dispongan a hacerle su respectiva reseña.
¡Gracias!
Referencias
121
Veinte pasos para
construir un proyecto
de investigación
en derecho
María Virginia Gaviria Gil
Los estudiantes universitarios del pregrado en Derecho deben elaborar y desarrollar un
proyecto de investigación como requisito para su grado. Lo mismo sucede con los estudian-
tes de maestría y doctorado, programas que tienen como finalidad formar investigadores
en el campo del derecho.
Este texto pretende ser una guía sencilla y didáctica para los estudiantes de pregrado
y posgrado en Derecho que se enfrentan por primera vez a la elaboración de un proyecto
de investigación. Para los estudiantes de maestría y doctorado, algunos de los pasos aquí
mencionados requerirán un mayor trabajo y dedicación, por ejemplo, en la elaboración
del marco teórico y el estado del arte.
Los veinte pasos explicados en este texto deben seguirse en el orden planteado,
aunque es posible que en ocasiones sea necesario retroceder a etapas que se consideraban
agotadas, lo cual no debe entenderse como el fracaso en la construcción del proyecto de
investigación: los investigadores pasan por períodos de avance y retroceso, momentos
en los que la investigación se desarrolla considerablemente, y otros en que se estanca, y
esto mismo puede presentarse en la elaboración del proyecto, en especial cuando se está
trabajando en la definición de la pregunta de investigación.
125
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Los criterios de búsqueda de la información son las palabras claves que ayudarán a localizar
las fuentes y la bibliografía necesarias para la investigación.
Las palabras claves no pueden ser demasiado generales, pero tampoco muy específi-
cas: en el primer caso, los resultados de las búsquedas serán abrumadores por la cantidad,
y en el segundo, quizás no se encuentre nada relevante.
Es posible que estos criterios de búsqueda deban ajustarse, cuando las inspecciones
iniciales no dan los resultados esperados.
Tanto el proyecto como la investigación final deben incluir una relación de la bibliografía
y las fuentes consultadas durante el trabajo investigativo.
Adicionalmente, al redactar los textos del proyecto y de la investigación, se utilizan
con frecuencia citas bibliográficas o remisiones al lector a un pie de página. Todas ellas
deben elaborarse con base en un sistema de citación elegido previamente, en lo posible,
antes de comenzar las búsquedas bibliográficas.
Los sistemas de citación más conocidos en nuestro medio son las Normas APA, de-
sarrolladas por la Asociación Americana de Psicología, y las normas para trabajos escritos
elaboradas por el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación, conocidas
como “Normas ICONTEC”, y sobre ambos se ofrecen capacitaciones frecuentes en la
Biblioteca Luis Echavarría Villegas, de la Universidad EAFIT.
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Veinte p a s o s p a r a c o n s t r u i r u n p r o y e c t o
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Ya pasaron aquellos tiempos en que era necesario desplazarse hasta cada biblioteca para
buscar, en un fichero, los textos que podrían ayudar a construir y desarrollar un proyecto
de investigación. Hoy podemos hacer la mayor parte de esta labor por internet, con unos
resultados mucho más amplios.
Son varias las estrategias de búsqueda que deben utilizarse para llegar a un fin óptimo:
1. Buscar en la colección general de la biblioteca de la Universidad EAFIT.
2. Identificar las bases de datos existentes en dicha biblioteca, relacionadas con el
tema seleccionado, y realizar las búsquedas en cada una de ellas.
3. Revisar el repositorio institucional,1 para verificar si hay textos no publicados
por los investigadores de la universidad, monografías o tesis de grado de estu-
diantes, o trabajos de los grupos y semilleros de investigación de la universidad.
4. Solicitar el servicio de elaboración de bibliografías y de diseminación selectiva
de la información en la biblioteca, indicándole al asesor cuáles son los criterios
de búsqueda.
5. Realizar búsquedas avanzadas por medio de los buscadores de internet, y crear
alertas en los mismos, para el envío de información sobre los temas de interés.
6. Identificar los principales autores en la materia y construir su hoja de vida, para
determinar cuáles son sus publicaciones al respecto, así como la evolución que
ha tenido su pensamiento. Lo anterior implica determinar cuántas ediciones ha
tenido un texto, si los resultados de una investigación se han publicado bajo la
1
“El repositorio institucional tiene como finalidad almacenar, maximizar la visibilidad y asegurar la preservación
digital de la producción académica y cultural de la Universidad EAFIT” (Universidad EAFIT, s. f.).
127
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
De manera simultánea con las búsquedas, o al terminar con estas, es necesario ordenar,
sistematizar y clasificar la información encontrada. Concluido este proceso, el investigador
debe comenzar con el análisis crítico de la bibliografía, de manera que pueda determinar
cuál es el estado del arte o la situación en la que, para la fecha en que se consulta, se halla
la investigación en el tema elegido (Létourneau, 2009, p. 194).
Si el proyecto que pretende desarrollar ya fue realizado por otro investigador con
buenos resultados, no es viable pensar en repetirlo. Pero si existiendo dichos resultados,
ellos se obtuvieron mediante una metodología diferente a la que se pretende utilizar, o
si no se comparten los resultados obtenidos y el investigador considera que puede llegar
a una conclusión diferente, es posible continuar con el tema elegido.
128
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e n d e r e c h o
Elaborado el estado del arte, el investigador podrá formular su pregunta dentro del tema
elegido, o incluso lanzar una hipótesis o respuesta tentativa a la pregunta, que deberá ser
probada o refutada con el desarrollo de la investigación.
Es recomendable limitar espacial y temporalmente la pregunta de investigación. Lo
más frecuente en la investigación jurídica es el desarrollo de trabajos que tienen como
marco espacial el Estado colombiano, pues las normas jurídicas son, en su mayoría, pro-
ducto del mismo, pero también pueden proponerse otros espacios de estudio ligados a
un departamento, municipio, barrio, o localidad.
Por ejemplo, la investigación sobre normas urbanísticas se desarrolla de manera más
apropiada en los municipios, y la investigación sobre la formulación y la ejecución de
una política pública educativa puede tener mayores facilidades para su ejecución en un
departamento. También pueden proponerse otros ámbitos espaciales más amplios, por
ejemplo, dos o más Estados (aunque esto posiblemente lleve a plantear la necesidad de
contar con una metodología de derecho comparado), un continente, los territorios que
hacen parte de una organización supranacional, entre otras.
Desde el punto de vista temporal, es importante determinar cuál es el período que abar-
ca la investigación, para lo cual puede tenerse en cuenta la vigencia de las normas jurídicas
objeto de estudio, o los hechos más importantes que se han producido como consecuencia
de la expedición de ciertas normas, o que llevaron a la producción de las mismas.
La mayoría de las investigaciones actuales parten de la expedición de la Constitu-
ción Política en 1991, y tienen en cuenta adicionalmente la aprobación de las leyes más
importantes para su pregunta de investigación, o las fechas en que fueron aprobados los
precedentes jurisprudenciales relacionados con su tarea investigadora.
Este es el momento de determinar las demás limitaciones de la investigación
propuesta, pues todas ellas deben ser manifestadas expresamente en el proyecto, y
posteriormente en la presentación o introducción de la investigación final. Sería el
caso de la imposibilidad de acceder a algunas fuentes, o las exclusiones que hace el
investigador de ciertos asuntos relacionados con su pregunta de investigación, pero que
no son esenciales a la misma.
129
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Esto implica definir las fuentes formales del derecho que regulan o tienen incidencia
directa en el tema que se trabajará. Por lo tanto, es necesario que el estudiante revise si
alguna de las fuentes formales que se citan a continuación, tiene alguna relación con su
tema y pregunta de investigación, seleccionando la fuente oficial de cada norma jurídica
y el texto completo de la misma:
1. Constitución Política.
2. Leyes.
3. Reglamentos administrativos del orden nacional, departamental, municipal.
4. Precedentes jurisprudenciales.
5. Jurisprudencia de otros tribunales y jueces, que no crean precedente jurisprudencial.
6. Costumbre.
7. Doctrina.
8. Normas de derecho internacional.
Adicionalmente, en caso de utilizar metodologías como el derecho comparado o la
historia del derecho, es necesario elaborar el mismo marco normativo para el otro territo-
rio con el cual se realizará la comparación (sea Estado, departamento, municipio, u otro
cualquiera), o para el período histórico al que se dedicará la investigación.
La doctrina existente sobre un tema y pregunta de investigación es parte de la
bibliografía recopilada en el paso cinco de la presente guía. Sin embargo, al construir el
marco normativo para la investigación, recomiendo hacer una revisión adicional de las
publicaciones existentes en las principales revistas colombianas o internacionales, que
en su mayoría se encuentran digitalizadas y son de fácil consulta. Ello implica elaborar
una relación de cuáles son esas revistas y, posteriormente, comenzar a estudiar las más
relevantes, utilizando los criterios de búsqueda o revisando sus índices.
Las fuentes formales del derecho colombiano han tenido una transformación importante
desde el año 1991, pasando de un derecho exclusivamente legislado, en el que las decisio-
nes de los jueces solo eran consideradas como criterio auxiliar, a un ordenamiento jurídico
que acepta la creación judicial del derecho por vía general, cuando los pronunciamientos
judiciales son emitidos por ciertos jueces y en determinadas circunstancias.
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e n d e r e c h o
Cuando un investigador quiere trabajar con decisiones judiciales, o tiene que hacerlo
porque su pregunta o hipótesis de investigación así se lo exige, debe comenzar por iden-
tificar si dichas decisiones son emitidas por aquellas cortes judiciales que pueden generar
precedente jurisprudencial en Colombia, en las circunstancias en las que los efectos de
tales sentencias son erga omnes, es decir, generales y obligatorios.
En el caso de la Corte Constitucional, son varias las situaciones en las que sus de-
cisiones judiciales tienen efecto obligatorio, de acuerdo con lo planteado por Manuel
Quinche, en su texto El precedente judicial y sus reglas:
Las sentencias de control concreto (sentencias “T”), emitidas por la Corte Consti-
tucional, no están en el grupo anterior, pues las autoridades judiciales pueden apartarse
de ellas con una determinada justificación.
De acuerdo con lo anterior, no puede el investigador tratar de la misma forma las
diferentes sentencias de la Corte Constitucional, por ejemplo, las sentencias “C”, “T” o
“SU”. Por el contrario, deberá determinar cuáles son los pronunciamientos aplicables a
su investigación, indicando en qué casos existe precedente constitucional obligatorio y
cuándo es posible apartarse del mismo.
Las decisiones del Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia, como máximas
cortes de la jurisdicción contencioso-administrativa y la jurisdicción ordinaria, también
tienen un valor normativo importante. En el primer caso, el nuevo Código Contencioso
Administrativo, aprobado mediante la Ley 1437 de 2011, defendió la obligatoriedad de
las sentencias de unificación del Consejo de Estado (López Medina, 2016, pp. 154-182).
Y en cuanto a la Corte Suprema de Justicia, con la Sentencia C 836 de 2001 de la Corte
Constitucional, que declaró la exequibilidad condicionada del artículo 4 de la Ley 169
de 1896, se determinó que tres decisiones uniformes emanadas de dicha Corte como
tribunal de casación, sobre un mismo punto de derecho, generan “doctrina probable” y,
por ende, tanto la Corte como los demás tribunales y jueces están obligados a seguirla,
excepto si construyen una argumentación determinada que les permita apartarse de esa
decisión (López Medina, 2006, pp. 3-95).
131
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Si el investigador opta por desarrollar una investigación jurídica, deberá analizar cuál es
la finalidad de la misma, sin olvidar el tema, la pregunta de investigación o la hipótesis
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Para construir la justificación del proyecto de investigación, el estudiante debe verificar si:
1. La pregunta de investigación que se plantea es innovadora, no ha sido desarrollada
en otra investigación que ya cuente con resultados; o de haber sido realizada,
el investigador propone una metodología diferente o la crítica a los resultados
obtenidos por la primera de ellas.
2. La investigación propuesta es pertinente y permitirá obtener resultados impor-
tantes para el avance del conocimiento jurídico.
3. La investigación hace parte de un proyecto marco liderado por un investigador
de la Universidad, o permite desarrollar los objetivos y las líneas de investigación
planteadas para los grupos de investigación institucionales.
Las respuestas a los aspectos anteriores deben quedar incorporadas en el proyecto.
Cumplidos los pasos anteriores, la redacción del objetivo general no presenta ningún
problema para el investigador, pues el mismo consiste en responder a la pregunta de
135
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
investigación planteada o verificar la hipótesis propuesta. Por tal razón, debe existir co-
herencia entre la pregunta de investigación o la hipótesis, y el objetivo general.
Los objetivos específicos buscan el desarrollo de aquellas actividades necesarias
para el cumplimiento del objetivo general, y es aconsejable que los mismos coincidan
posteriormente con los capítulos que se construirán para exponer los resultados de la
investigación.
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e n d e r e c h o
Con base en los pasos anteriores, el investigador está listo para elaborar su proyecto de
investigación, incluyendo en el mismo las siguientes partes:
1. Título y subtítulo del proyecto de investigación.
2. Planteamiento de la pregunta de investigación o de la hipótesis que se pretende
probar con la investigación.
3. Justificación.
4. Objetivos generales y específicos.
5. Marco teórico.
6. Estado del arte.
7. Metodología a utilizar en la investigación.
8. Cronograma de trabajo.
9. Bibliografía, la cual debe incluir el marco normativo.
137
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Referencias
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Lectura, resumen y análisis
de jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia
Daniel Vásquez Vega
En el artículo 4 de la Ley 169 de 1896 se dispuso que:
Tres decisiones uniformes dadas por la Corte Suprema, como tribunal de casación, sobre
un mismo punto de derecho, constituyen doctrina probable, y los jueces podrán aplicarla
en casos análogos, lo cual no obsta para que la Corte varíe la doctrina en caso de que
juzgue erróneas las decisiones anteriores.1
De esta manera, por más de un siglo se consideró que las decisiones precedentes de
la máxima autoridad judicial en casos civiles era un criterio útil para guiar a los jueces al
momento de decidir casos posteriores, pero no un criterio que restringía la labor judicial.
En 2001, la Corte Constitucional profirió la trascendental Sentencia C-836, en la
que indicó que el precedente judicial en Colombia sí debía ser vinculante, de ahí que
los jueces no solo lo debían tener presente como criterio auxiliar, sino que además no se
podían apartar de las posturas de las Altas Cortes sin haber desplegado argumentos serios
y contundentes para ello. El impacto de esta decisión ha sido tan significativo, que ya
incluso se ha condenado penalmente a jueces que se han apartado sin justificación alguna
del precedente judicial (así ocurrió, por ejemplo, en el caso resuelto por la Sala Penal de
la Corte Suprema de Justicia mediante la Sentencia de 10 de abril de 2013, con ponencia
de José Luis Barceló Camacho).
1
A lo largo de este documento refiero fuentes jurídicas o de derecho para soportar o ilustrar lo que afirmo. Las
normas de referenciación de la American Psychological Association (APA) resultan adecuadas cuando la fuente
referida es un libro o artículo académico escrito por un estudioso del derecho. Sin embargo, cuando es una ley
o una decisión judicial, dichas normas se quedan cortas, porque si bien apa remite a The Bluebook para este tipo
de fuentes, en la medida en que la forma en que son identificadas las leyes y las sentencias en cada país varía
de manera significativa, el esquema propuesto no facilita la adecuada identificación del material citado. Por lo
anterior, al momento de citar leyes y decisiones judiciales, he optado por apartarme de las normas apa. En cuanto
a leyes, la referencia se hace indicando el número de la ley, su año de publicación y el artículo que contiene la
disposición citada o que soporta la afirmación; si la ley es un código, no se refiere su número, ni su año de publi-
cación, sino que se indica el nombre del código, junto con el artículo pertinente. Estos datos son suficientes para
encontrar el material referido en cualquier buscador de leyes colombianas. De esta manera, la referencia de las
decisiones judiciales depende de la corte que las haya proferido. Si se trata de una decisión de la Corte Suprema
de Justicia, se indica la fecha en la que fue proferida, el magistrado ponente de la misma y el número de la Ga-
ceta Judicial en que fue publicada (indicando su página y el tomo en el que se encuentra en la Gaceta); como
la Gaceta solamente fue publicada hasta 1999, las sentencias posteriores a esta fecha son identificadas con su
número de expediente. Si se trata de una decisión de la Corte Constitucional, se indica el número de la sentencia
y su año de publicación. Los datos que presento para cada sentencia según la corporación que la profiere, son los
necesarios para poder encontrar la misma en las herramientas de búsqueda de jurisprudencia de las cortes o en
otros buscadores de jurisprudencia. Sea este un inicio de una posible reflexión sobre una propuesta de esquema
de citación que complemente a apa en lo que tiene que ver con fuentes jurídicas.
141
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Las sentencias son recursos pedagógicos magníficos porque con ellas podemos aprender
cómo los hechos y el derecho tienen que tejerse en una sola narrativa. Uno aprende de
ellas que el derecho es una práctica de la persuasión. Las sentencias se escriben para
persuadir a una comunidad que tiene que ver las razones que fundamentan el derecho
y, más importante aún, que tiene que aceptar el derecho como propio. Las sentencias no
pueden enseñar nada de esto si se leen solo por las posiciones doctrinales que presentan.
En consecuencia, una de las destrezas que un abogado debe desarrollar es la de saber
leer las sentencias, aun las que son largas. El abogado no las lee para encontrar la pro-
posición de derecho particular que el caso presenta. Si esto fuera todo, los jueces no se
molestarían en escribir sentencias que fueran algo más que declaraciones formales del
derecho relevante […].
Todo el derecho está inmerso en hechos; todo el derecho es contextual. Para cada
principio hay excepciones; para cada enunciación del derecho hay otras enunciaciones
que apuntan hacia direcciones diferentes. Ustedes leen sentencias no simplemente
porque son la fuente de la que derivan normas abstractas, sino porque nos muestran lo
que el derecho es: una práctica de persuasión en la que las normas y los hechos trabajan
juntos. Si quieren aprender a pensar creativamente dentro del derecho o si creen que
el derecho tiene algo que ver con la práctica de la persuasión en una comunidad demo-
crática, deben entonces acercarse a las sentencias (2017, pp. 49-51).
Es por esto por lo que, durante distintos cursos de pregrado y posgrado en Derecho, una
de las actividades evaluativas que he comenzado a utilizar consiste en que los estudiantes
lean, resuman y analicen sentencias de la Corte Suprema de Justicia, en las que esta cor-
poración resuelve casos sobre disputas que desarrollan los asuntos objeto de estudio en los
cursos. Con esto, los estudiantes tienen la posibilidad de ver cómo los jueces están resol-
viendo casos difíciles, en los que aquellos deben aplicar las normas que están estudiando,
142
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
y la labor de resumir los obliga a que dicha lectura sea reflexiva y analítica. Además, ante
el océano de decisiones judiciales, el resumen permite, en momentos posteriores, revisitar
decisiones extensas, sin que sea necesario, en todos los casos, volver a leer el fallo completo
de la Corte (lo cual resulta particularmente útil en momentos en que el tiempo escasea).
A partir de tales ejercicios, he ido elaborando un modelo que puede servir de guía
para la lectura, resumen y análisis de las sentencias. En este documento expongo cómo
sugiero que se deben hacer dichos resúmenes y análisis, así como la forma en que evalúo
los mismos. Este modelo es el resultado de un proceso de depuración de varios semestres,
en los que he propuesto la actividad, así como del trabajo con el Semillero en Derecho
Contractual, de la Universidad EAFIT, con el cual, por más de un año, he estado dedicado
al análisis de sentencias de la Corte.
El modelo está concebido específicamente para las sentencias de casación de la Sala Civil
de la Corte Suprema de Justicia, no para las sentencias de las otras salas, ni de la Corte
Constitucional, ni para las sentencias del Consejo de Estado, por lo cual, primero, hago
una breve presentación del proceso judicial que da origen a aquel tipo de sentencias y de
la estructura de estas, pues he descubierto que ello es necesario para comprender mejor
cómo leer, resumir y analizar este tipo de decisiones judiciales.
El proceso judicial
Uno de los derechos con los que cuentan los ciudadanos en Colombia es el de acudir a
donde los jueces para que estos resuelvan los conflictos que tienen con otros ciudadanos.
Para hacer uso de este derecho, deben presentar un documento denominado “demanda”,
en el que le indican al juez qué es lo que pretenden, narran los hechos que justifican su
petición, aportan o piden las pruebas que demuestran dichos hechos y señalan el soporte
legal de lo que piden.2 Luego, la persona en contra de quien está dirigida la demanda,
denominado “demandado”, tiene la oportunidad de responder al demandante en un
escrito que se llama “contestación de la demanda”; en este, el demandado se pronuncia
sobre las peticiones y los hechos de la demanda, introduce los argumentos por los cuales
considera que el juez no debe acceder a lo que solicita el demandante, y aporta las prue-
bas adicionales que estima necesarias para resolver el asunto.3 Una vez se practican las
pruebas y se escucha a las partes, el juez resuelve el caso y consigna su decisión en un
documento nombrado “sentencia”.
2
El contenido de una demanda se encuentra determinado en el artículo 82 del Código General del Proceso (Ley
1564 de 2012).
3
El contenido de la contestación de la demanda se halla determinado en el artículo 96 del Código General del
Proceso (Ley 1564 de 2012).
143
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Dirimido el conflicto por el juez, si una de las partes no está de acuerdo con su de-
cisión, podrá apelar la misma, para que el superior jerárquico de este la revise. Así, si el
juez inicial era un juez municipal, el recurso de apelación lo resolverá un juez del circuito;
y si el juez inicial era un juez del circuito, lo resolverá un tribunal superior.4
La mayoría de los procesos terminan con la sentencia mediante la cual el juez superior
resuelve el recurso de apelación. Sin embargo, en casos muy excepcionales, si una de las
partes no se encuentra conforme con esta segunda sentencia, podrá presentar un recurso
extraordinario de casación, para que la Corte Suprema de Justicia analice esta y la confirme,
si está de acuerdo con ella, o la rectifique, si no lo está.
El propósito del recurso extraordinario de casación es
[...] defender la unidad e integridad del ordenamiento jurídico, lograr la eficacia de los
instrumentos internacionales suscritos por Colombia en el derecho interno, proteger los
derechos constitucionales, controlar la legalidad de los fallos, unificar la jurisprudencia
nacional y reparar los agravios irrogados a las partes con ocasión de la providencia recu-
rrida (Código General del Proceso, artículo 333).
4
El trámite del recurso de apelación es regulado por el artículo 327 del Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012).
5
La jurisdicción ordinaria se ocupa de los asuntos civiles, penales y laborales. Las normas aquí descritas hacen
referencia al Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012), que regula los procesos que resuelven asuntos
civiles. Estos incluyen las disputas contractuales, de responsabilidad civil, familiares, de sucesiones, comerciales,
entre otras. Los asuntos penales y laborales se encuentran regulados en códigos procesales específicos. En adición
a la jurisdicción ordinaria, en Colombia hay una jurisdicción constitucional y una jurisdicción de lo contencioso
administrativo, encargadas de cuestiones relativas a la Constitución y a disputas con el Estado, respectivamente.
144
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
La sentencia de casación
Una vez la Corte Suprema de Justicia recibe un recurso de casación en contra de una
sentencia proferida por un tribunal, debe estudiar y debatir el caso, para luego emitir su
decisión al respecto. La sentencia de casación, mediante la cual la Corte da respuesta al
recurso extraordinario, normalmente está compuesta por las siguientes partes:
1. Un capítulo de antecedentes, en el que la Corte describe el proceso judicial,
esto es, indica qué pretendió el demandante y los hechos que este narró, la
respuesta del demandado a dicha demanda, y la decisión tomada por el juez de
primera instancia.
2. Un segundo capítulo, en el que resume la sentencia que fue demandada en
casación, esto es, la sentencia mediante la cual el tribunal superior competente
resolvió el recurso de apelación. En esta sección, la Corte procura explicar con
detalle cuáles fueron las razones que justificaron la decisión tomada por el tri-
bunal, toda vez que estas son las que son objeto de ataque o reproche por parte
del “casacionista” (este es uno de los nombres que se le da al demandante en
casación; otra denominación común es “censor”).
3. Una tercera sección, en la que presenta los cargos formulados por el que presentó
la demanda de casación. En esta, la Corte reseña cuáles son los argumentos por los
que el casacionista considera que el tribunal superior erró en la decisión del caso.
Estos ataques, sobre todo si se enmarcan en la primera causal de casación, son
los que luego definirán los problemas jurídicos que la Corte tendrá que resolver.
4. Por último, las consideraciones de la Corte respecto de dichos cargos. Es en esta
última sección que expone si está de acuerdo o no con el demandante en casación,
así como los porqués de su postura. Esta es la sección que contiene la opinión
de la Corte, toda vez que las demás son solo recuentos de lo que consideraron
las partes y los jueces de las instancias anteriores.
En aquellos casos en los que la Corte no está de acuerdo con el casacionista, confirma
la decisión del tribunal; esto puede ocurrir incluso en los casos en que las razones por
145
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
las que está de acuerdo con la decisión son diferentes a las razones dadas por el tribunal.
En los casos en los cuales está de acuerdo con el casacionista, decide casar la sentencia
del tribunal y, por lo tanto, se incluye un capítulo adicional, denominado “decisión de
instancia” o “sentencia sustitutiva”, en el que la Corte resuelve la disputa de las partes,
concediendo las pretensiones del demandante o declarando que no hay lugar a ellas. En
la sentencia sustitutiva se pueden encontrar problemas jurídicos adicionales a los trata-
dos por la Corte en sus consideraciones sobre los cargos formulados por el casacionista.
Si bien las consideraciones de la Corte, al contener las reflexiones propias de la
corporación, son el aparte más importante de la sentencia y el que puede generar el pre-
cedente judicial, una correcta comprensión del mismo requiere leer detalladamente los
demás apartes, pues brindan el contexto necesario para saber en qué consistía el problema
que abordó la Corte.
6
Con frecuencia, la Corte Suprema de Justicia, para resolver un caso, hace referencia a cuestiones jurídicas dife-
rentes a aquellas de las que se debe ocupar. Estas consideraciones de paso, también conocidas como obiter dicta,
si bien no constituyen un precedente vinculante para casos futuros, sí constituyen argumentos persuasivos.
146
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
En esta sección se debe indicar la información que permite identificar la sentencia, como
la corporación (corte y sala), la fecha de expedición de la decisión, el magistrado ponente,
el radicado (si aplica) y el número de la Gaceta Judicial en la que fue publicada (si aplica).
La Gaceta Judicial fue publicada hasta 1999; después de dicho momento, se comenzó a
identificar las sentencias con el número de radicado.
El propósito de esta sección es que el lector cuente con suficiente información para
poder recuperar la sentencia completa en el buscador de jurisprudencia de la Corte Su-
prema de Justicia7 o en los tomos en los cuales fueron publicadas las gacetas judiciales.8
Ejemplo 1:
Sentencia de 23 de abril de 1998
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil
M. P. Jorge Antonio Castillo Rugeles
G. J. [Gaceta Judicial] 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1
Exp. 4544.
En esta sección se deben indicar aquellas circunstancias fácticas que dieron origen a la
disputa entre las partes, que fueron probadas dentro del proceso y que resultaron deter-
minantes para la toma de la decisión judicial. Así, no son relevantes aquellos hechos que
no afectan la decisión tomada por la Corte.
Como la Corte suele comenzar con la reseña de los hechos afirmados por el deman-
dante, es importante aclarar que no se deben incluir los hechos narrados por las partes,
sino los que resultaron probados en el proceso. La identificación de estos, en muchas
circunstancias, requiere la lectura de la reseña de la sentencia del tribunal o, en los casos
en los que la causal de casación invocada es la de violación indirecta de la ley sustancial,
7
El buscador de la Corte Suprema de Justicia se puede encontrar en http://consultajurisprudencial.ramajudicial.
gov.co:8080/WebRelatoria/csj/index.xhtml.
8
Las gacetas de la Corte Suprema de Justicia se pueden encontrar en http://www.cortesuprema.gov.co/corte/index.
php/gacetas-judiciales1/.
147
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
148
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
[De este caso es de destacar que Margy María afirmaba, en su demanda, que haber to-
mado la leche le había causado la ceguera, pero en la medida en que esto no fue probado
en el proceso, no se debe incluir en la narración de los hechos].
Proceso judicial
En esta sección se debe describir cómo se surtió la disputa judicial hasta el momento
en que llegó a la Corte Suprema de Justicia; por lo tanto, se debe indicar qué fue lo pre-
tendido por el demandante; las defensas y excepciones alegadas por el demandado; la
decisión de primera instancia; la decisión de segunda instancia, con su justificación; lo
demandado en casación, acompañado de las razones del casacionista, y la resolución de
la demanda por parte de la Corte.
Ejemplo 1 (basado en la Sentencia del 23 de abril de 1998, M. P. Jorge Antonio
Castillo Rugeles, G. J. 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1):
149
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
En esta sección se deben presentar los problemas jurídicos que la Corte debió resolver a
raíz de la demanda de casación. Estos deben formularse como una pregunta que se pue-
da responder con un sí o con un no, de tal modo que la respuesta constituya una regla
que se pueda aplicar a futuros casos semejantes. Esto último implica que el problema
debe contener los elementos jurídicos necesarios para la construcción de la regla y debe
omitir los elementos particulares del caso que impedirían la aplicación futura. La regla
resultante es el precedente vinculante para casos futuros, así que su identificación es lo
más importante del ejercicio de lectura y análisis.
Después de plantear el problema, se debe señalar cómo fue respondido por la Corte y
las razones que dio para soportar dicha respuesta. Sobre esto último, se debe indicar cada una
de las razones que fueron necesarias o que coadyuvaron en la toma de la decisión, pudiendo
el autor del resumen presentar las razones con sus propias palabras, o haciendo transcrip-
ciones de lo dicho por la Corte (estas razones es lo que se conoce como la ratio decidendi).
Ejemplo 1 (basado en la Sentencia del 23 de abril de 1998, M. P. Jorge Antonio
Castillo Rugeles, G. J. 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1):
¿Limita el principio nemo auditur la posibilidad de solicitar la res-
titución de lo pagado en consideración a un negocio simulado? No.
“[L]a prohibición de repetir lo que se haya dado o pagado por un
objeto o causa ilícita a sabiendas, establecida en el aludido precepto,
no tiene cabida en materia de simulación, de un lado, porque dado su
carácter sancionatorio, no puede aplicarse analógicamente y, de otro,
porque, como lo ha sostenido la Corte, produciría consecuencias eno-
josas y conduciría a situaciones injurídicas, como la de afianzar los
negocios simulados, en lugar de destruirlos, amén de que aparejaría un
enriquecimiento injusto del simulante demandado quien, de todas formas,
es coautor, o por lo menos cómplice, del acto ilícito.
9
Nemo auditur es la forma resumida de la locución Nemo auditur propriam turpitudinem allegans, que significa
que “no se debe escuchar a quien alega su propia torpeza”.
150
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
[…].
Se dijo entonces, y hoy se ratifica, que “Si se llegara a admitir la
aplicación de la regla nemo auditur en el campo de la simulación, sobre-
vendría el caso de que el simulante actor, advertido por ello del posible
insuceso de su pretensión, procuraría omitir u ocultar en su demanda toda
referencia al móvil ilícito y alegaría una causa simulandi lícita y también
ficticia. En este supuesto corresponderá al simulante demandado descubrir
y probar el verdadero móvil ilícito, a fin de evadir la restitución de los
bienes recibidos en apariencia. Esto sería escandaloso, y resultaría do-
blemente inmoral que al demandante se le rechazara su acción por alegar
un móvil ilícito y que, en cambio, al demandado se le permitiese acudir
a ese mismo móvil para exonerarse de la restitución y consolidar el enri-
quecimiento injusto, obteniendo así un premio a su deslealtad y a su mala
fe. Sería contrario a la justicia y a la más simple lógica que entre las
partes simulantes no pudiera alegarse la simulación ilícita como acción,
pero que sí se la pudiese invocar y hacer valer como excepción”.
Y más adelante se agregó: “Denegar la repetición o la restitución de
bienes en materia de simulación ilícita, equivaldría a hacer ilusoria
la acción correspondiente, y ello cuando la propia ley da margen al
negocio simulado, reconociéndole efectos jurídicos entre las partes que
lo conciertan. Esa denegación quebrantaría aquel principio que ordena
preferir la realidad a la apariencia (plus valere quod agítur quam quod
simulator) [...]” (G. J. CIX, 199).
Desde luego que la negación de la acción de simulación a quienes
acuden a ella por motivos ilícitos apareja una solución, ella sí en
verdad inmoral, en cuanto desemboca en la tolerancia del abuso de la
confianza que los simulantes se han depositado, permitiéndosele, además,
a quien no tiene ningún derecho a ello, aprovecharse del fraude para
enriquecerse maliciosamente, todo contrariando, por supuesto, la regla
“nemini sua fraus patrocinari deber”[sic].
¿Se puede solicitar la resolución del contrato cuando ambas partes han
incumplido? Sí.
151
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Obiter dicta
En esta sección se deben incluir las reglas formuladas de paso por la Corte en la senten-
cia de casación, pero que no eran necesarias para resolver el asunto de derecho que dio
lugar a la controversia. Estos apartes son conocidos como obiter dicta, y si bien no todas las
sentencias contienen este tipo de consideraciones complementarias, es bastante común
encontrarlas.
Para este aparte no se debe formular un problema jurídico, sino simplemente listar las
reglas formuladas por la Corte y, si resulta ilustrativo, las razones con las que las justifica.
Ejemplo 1 (basado en la Sentencia del 23 de abril de 1998, M. P. Jorge Antonio
Castillo Rugeles, G. J. 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1):
1. “[E]l mutuo disenso puede ser expreso o tácito, siguiendo los mismos
principios que sobre el particular rigen en punto a la formación del
contrato, vale decir, respetando las normas o solemnidades consagradas
por el legislador como requisito para la validez del negocio jurídico”.
2. “¿Cuáles son los efectos de la mora? tres, a saber:
a. Permite cobrar perjuicios (artículos 1610 y 1615 del Código Civil).
152
Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
En esta sección se deben listar aquellas sentencias proferidas en el pasado que fueron
citadas por la Corte. Es importante indicar qué cuestión de la sentencia está siendo citada
por la Corte y si se reitera o rectifica lo que se dijo en el pasado. También es importante
que se limite la referencia a las sentencias que cita la Corte y no incluir las que fueron
referidas por el tribunal o por el casacionista.
La referencia a la jurisprudencia citada, indicando si la misma es rectificada o reitera-
da, se hace con la finalidad de poder construir, en análisis futuros, líneas jurisprudenciales.
Ejemplo 1 (basado en la Sentencia del 23 de abril de 1998, M. P. Jorge Antonio
Castillo Rugeles, G. J. 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1):
153
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Por último, en esta sección se deben listar aquellas leyes (entendida la expresión en su sen-
tido amplio, esto es, incluyendo decretos, ordenanzas, resoluciones, etc.) citadas por la Corte
para la resolución del caso concreto. Es importante indicar sobre qué versa la disposición.
Aquí también se debe evitar referir las disposiciones normativas invocadas por el
tribunal o por el casacionista.
Ejemplo 1 (basado en la Sentencia del 23 de abril de 1998, M. P. Jorge Antonio
Castillo Rugeles, G. J. 2491, p. 820, tomo cclii, vol. 1):
1. Código Civil, artículo 1525: consagración legal del principio nemo auditur.
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Lectura, resumen y análisis de jurisprudencia de la C o rt e S u p r e m a de J u s t i c i a
Evaluación
155
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
la respuesta dada por la Corte, 0,3, y la identificación de las razones dadas por
esta, 1,2. Estos puntos se dividen entre los problemas jurídicos cuando haya
más de uno.
5. El aparte de las consideraciones dichas de paso tiene un valor de 0,5, y si hay
más de una consideración de paso relevante para el curso, el puntaje se divide
entre las que haya.
6. El aparte de la jurisprudencia citada vale 0,5, donde la identificación de todas
las sentencias tiene un valor de 0,1; indicar sobre qué versaba cada una de ellas,
0,2; e indicar frente a cada una si fue reiterada o rectificada, 0,2.
7. El aparte de disposiciones normativas invocadas vale 0,5, donde la identificación
de todas las disposiciones tiene un valor de 0,2, y la indicación del tema tratado
por cada una, 0,3.
En aquellas ocasiones en que no haya consideraciones de paso, su valor se suma al del
problema jurídico. En los casos en que no haya jurisprudencia o disposiciones normativas
citadas, se debe indicar tal circunstancia en el resumen. La inclusión de información
inadecuada en cada sección da lugar a la reducción de la nota, a pesar de que también se
incluya la información correcta.
Referencias
Kahn, P. W. (2017). Construir el caso: el arte de la jurisprudencia. Bogotá: Siglo del Hombre, Universidad
de los Andes, Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, Universidad de Palermo.
López Medina, D. E. (2006). El derecho de los jueces. Bogotá: Universidad de los Andes, Legis.
López Medina, D. E. (2016). Eslabones del derecho: el deber de coherencia con el precedente judicial. Bogotá:
Universidad de los Andes, Legis.
Quinche Ramírez, M. F. (2014). El precedente judicial y sus reglas. Bogotá: Universidad del Rosario, Legis.
156
Cartas que viajan
en el tiempo
Alejandro Álvarez-Vanegas
Introducción
La materia Desarrollo Sostenible es ofrecida como curso electivo del área de Cultura
Ambiental, del Núcleo de Formación Institucional de la Universidad EAFIT, y tiene como
objetivo general lograr que los estudiantes evalúen de manera crítica el modelo tradi-
cional de desarrollo de la humanidad y que, analizando las características del desarrollo
sostenible, sienten las bases para comprometerse con su promoción.
La definición más popular de desarrollo sostenible es la consignada en el llamado
“Informe Brundtland”, publicado en 1987 y realizado por la Comisión Mundial sobre
Medio Ambiente y Desarrollo, en cabeza de Gro Harlem Brundtland (primera ministra
de Noruega en ese entonces). Según esta definición, el desarrollo es sostenible cuando
“satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de
las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (World Commission on
Environment and Development, 1987, p. 59).
Basados en esta definición, y en otros elementos de este informe, Jürgen Kopfmüller et
al., en su libro Nachhaltige Entwicklung integrativ betrachtet: Konstitutive Elemente, Regeln, Indika-
toren (Desarrollo sostenible considerado integralmente: elementos constitutivos, normas, indicadores)
(2001), proponen tres principios fundantes para el desarrollo sostenible: la perspectiva
global, el enlazamiento inseparable entre el medio ambiente y el desarrollo, y la justicia.
Este último principio se analiza tanto desde el punto de vista intrageneracional –que
hace referencia a las relaciones entre miembros de la generación presente– como desde el
intergeneracional –relativo a las relaciones entre las generaciones presentes y las futuras–.
La preocupación por la justicia intergeneracional es una parte esencial del desarrollo
sostenible, toda vez que advierte que el uso de los recursos, en un momento dado, debe
respetar ciertos límites ecológicos, de manera que los beneficios de la naturaleza1 puedan
perdurar en el tiempo.
Se reconoce que al sobrepasar la capacidad de carga de los ecosistemas globales se
genera una injusticia, pues a los futuros habitantes del planeta, arbitrariamente, se les
1
Beneficios de aprovisionamiento (alimentos, materias primas, medicinas, agua dulce), de regulación (de la calidad
del aire, el clima y el agua, entre otros), de apoyo o soporte (fotosíntesis, formación de suelos y ciclos de nutrientes)
y culturales (valores espirituales y estéticos, recreación, salud mental y física) (World Wildlife Fund, 2018).
159
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
imposibilita el acceso a los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades. En palabras
de Joan Manuel del Pozo (en la conferencia dictada en la Universidad EAFIT el 11 de
febrero de 2019), esto es un fenómeno de “colonización del futuro” que debe evitarse
(Universidad EAFIT, s. f.).
Bajo esta luz, la experiencia aquí descrita busca acentuar el desarrollo de la competen-
cia de anticipación (una de las ocho competencias clave para la sostenibilidad2 declaradas
por la Unesco), que pretende que los educandos tengan
[…] las habilidades para comprender y evaluar múltiples escenarios futuros, el posible,
el probable y el deseable; para crear visiones propias de futuro; para aplicar el principio
de precaución; para evaluar las consecuencias de las acciones; y para lidiar con los riesgos
y los cambios (Unesco, 2017, p. 10).
Modelo
Habiendo dejado claro que para la comprensión de los retos que implica la búsqueda de
la sostenibilidad es necesario apoyarse en el concepto de justicia intergeneracional, se dise-
ñaron dos actividades cuyo objetivo es fomentar, en los estudiantes, la reflexión sobre el
impacto que las acciones de los miembros de las generaciones presentes tienen sobre las
oportunidades de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades y, así, posibilitar
el disfrute de una vida satisfactoria y digna.
Estas dos actividades se enmarcan en el género epistolar y tienen la particularidad
de poder viajar en el tiempo: la primera es una “Carta desde el futuro”, que se realiza
2
Las otras siete competencias son: de pensamiento sistémico, normativa, estratégica, de colaboración, de pensa-
miento crítico, de autoconciencia, y competencia integrada de resolución de problemas (Unesco, 2017).
160
C a r ta s q u e v i a j a n
e n e l t i e m p o
en la segunda o tercera semana de clase, momento en el que los estudiantes han sido
expuestos a contenidos relacionados con escenarios futuros, por ejemplo, mediante el
documental Tierra 2100 (ABC News Production Company y Bednar, 2009). La segunda
es una carta titulada “Querido mañana”, y en ella los estudiantes se dirigen a las genera-
ciones futuras. Esta segunda carta está inspirada en DearTomorrow (s. f.), una iniciativa
que se encarga de recoger testimonios de personas que desean compartir su compromiso
con la mitigación del cambio climático.
En la plataforma EAFIT Interactiva, en la sección destinada para entrega de trabajos,
se abre una nueva entrada para que los estudiantes, una vez terminadas, adjunten sus cartas.
Instrucciones
Para la realización de las cartas se les comunican a los estudiantes unas instrucciones
básicas, que incluyen el objetivo de la actividad, unas indicaciones sobre a quién debe ir
dirigida la carta, algunos conceptos clave que deben considerarse y una aclaración sobre
la extensión del texto a escribir.
Las instrucciones para cada actividad se presentan a continuación.
Objetivo
Reflexionar sobre los posibles escenarios futuros en los que la humanidad deberá desen-
volverse y considerar cómo las decisiones que se tomen en el presente podrán determinar
ese futuro escenario al que llegue la humanidad.
Indicaciones
Imaginen que el año en que viven es el 2100: piensen qué está pasando en el mundo en
ese momento y cuál es la situación desde lo medioambiental, lo político, lo social y lo
económico. Imaginen ahora que, estando en ese año (el 2100), tienen la posibilidad de
enviar una carta a las generaciones del pasado (es decir, a nosotros mismos, a quienes
vivimos hoy). ¿Qué les (nos) dirían?, ¿qué agradecerían o qué recomendaciones, exigen-
cias o reclamos harían?
Tengan en cuenta los antecedentes y los principios del desarrollo sostenible vistos
en clase; investiguen sobre las posibles problemáticas del futuro, y escriban una carta de
mínimo 3500 y máximo 4000 caracteres con espacios.
161
texturas
tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Querido mañana
Objetivo
Reflexionar sobre los compromisos que cada individuo debe hacer consigo mismo y con
la sociedad, con el fin de facilitar el alcance de un desarrollo sostenible.
Indicaciones
¿Recuerdan cuando viajaron a ver el futuro y escribieron una carta para las generaciones
presentes? Ahora deberán escribir una carta desde nuestro tiempo, dedicada a los habi-
tantes del futuro (por eso la actividad se llama “Querido mañana”). En esta carta deben
declarar con qué se comprometen como personas (como ciudadanos, como profesionales),
considerando las áreas de acción de la Agenda 2030, vistas en clase, así como los “Objetivos
de Desarrollo Sostenible” (ODS). Deben mencionar qué piensan hacer o cambiar para
ayudar a que nos acerquemos tanto como sea posible a un modelo de desarrollo sosteni-
ble en el que seamos socialmente justos y ambientalmente respetuosos y responsables.
La carta debe tener una extensión de mínimo 3500 y máximo 4000 caracteres con espacios.
Criterios de evaluación
Ejemplos
Kevin Arley Parra Henao y Juliana Botero Echeverri fueron estudiantes del curso Desarrollo
Sostenible durante el semestre 2019-1. Sus trabajos fueron considerados muy buenos.
Para su presentación en esta publicación, fueron intervenidos en unos pocos aspectos
semánticos, ortográficos y de puntuación.
162
C a r ta s q u e v i a j a n
e n e l t i e m p o
163
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Querido mañana
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C a r ta s q u e v i a j a n
e n e l t i e m p o
Reflexión de cierre
La reacción de los estudiantes ante esta actividad ha sido muy positiva. Las reflexiones
que, al sincerarse en una carta, logran hacer, y la evolución que se manifiesta entre la
primera carta, comenzando el curso, y la segunda, ya cerrándolo, parecen con frecuencia
dar fe de la preocupación que los habita sobre el futuro (el suyo y el de la humanidad y
el planeta), así como de la presencia de intenciones genuinas de asumir compromisos
para darle forma a una sociedad sostenible, más armónica en las relaciones humanas y de
los humanos con la naturaleza.
Hay potencial de mejora, pero puede decirse que es una actividad exitosa.
Referencias
ABC News Production Company (productora) y Bednar, R. (director) (2009). Earth 2100 [documental].
Estados Unidos: ABC News Production Company.
DearTomorrow. (s. f.). DearTomorrow – People promising to take action on climate change. Recuperado
de https://www.deartomorrow.org/
Kopfmüller, J., Brandl, V., Jörissen, J., Pateau, M., Banse, G., Coenen, R., y Grunwald, A. (2001).
Nachhaltige Entwicklung integrativ betrachtet: Konstitutive Elemente, Regeln, Indikatoren. Berlín: Sigma.
165
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Unesco. (2017). Education for Sustainable Development Goals: Learning Objectives. París: Unesco.
Universidad EAFIT. (s. f.). Emisión en directo de la Cátedra Medellín Barcelona: Joan Manuel del Pozo: Edu-
cación, ciudad educadora y cultura ciudadana. Recuperado de https://bit.ly/2Dzb7Kv.
World Commission on Environment and Development. (1987). Report of the World Commission on Envi-
ronment and Development: Our Common Future. Recuperado de https://bit.ly/2Lek2VV.
World Wildlife Fund (WWF). (2018). Informe Planeta Vivo 2018: Apuntando más alto. Suiza: wwf.
166
Los autores
Patricia Cardona Z.
Doctora en Historia de la Universidad de los Andes; magíster en Historia e historiadora,
ambos de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. Profesora del Departa-
mento de Humanidades de la Universidad EAFIT. Integrante del grupo de investigación
en Filosofía, Hermenéutica y Narrativas. Correo: azuluaga@eafit.edu.co
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tipología de formas de lectura y escritura en la universidad / vol. 2
Alejandro Álvarez-Vanegas
Candidato a doctor en Gobernanza y Políticas Públicas (Educación para el Desarrollo
Sostenible) de la UNU-MERIT, magíster en Ciencias de la Sostenibilidad de la Univer-
sidad Leuphana de Luneburgo. Profesor del Departamento de Ingeniería de Procesos de
la Universidad EAFIT. Correo: aalvar17@eafit.edu.co.
168
Este libro se terminó de imprimir en [POR DEFINIR],
para la Editorial EAFIT
Medellín, diciembre de 2019