1er. Simposiook PDF
1er. Simposiook PDF
1er. Simposiook PDF
Coordinador
Primera edición, 2012
D.R. © Carles Méndez Llopis, Guadalupe Gaytán Aguirre, Sandra Ileana Cadena Flores, Verónica Ariza Ampudia, Cándido Valadez Sánchez,
Eduardo González Priego, Ángel Valenzuela Palma, Hortensia Mínguez García, Sara Morales Cárdenas, Miguel Ángel Achig Sánchez,
Alejandro Cháirez Rodríguez, María de la Luz Sáenz Aguirre,
Magaly Hernández González.
Simposio de la Tipografía al Libro-Arte (1o.: 4 – 8 de abril, 2011: Ciudad Juárez, Chihuahua, México).
Memoria del Primer Simposio de la Tipografía al Libro-Arte, 2011 / Director y Coord. Carles Méndez
Llopis. Ciudad Juárez, Chihuahua: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2012.
131 páginas; cm. — (Textos Universitarios; Serie Extensión)
ISBN: 978-607-9224-46-2
Contenido: Tipografía latinoamericana/ Sandra I. Cadena Flores.-- La retícula, lo intangible de la com-
posición/ Verónica Ariza Ampudia y Cándido Valadez Sánchez.-- Rudos vs. Técnicos. La retícula en el diseño
editorial/ Eduardo González Priego.-- ¿Cómo iniciar una revista?/ Ángel Valenzuela Palma.-- Las revistas de
vanguardia. Las otras revistas/ Carles Méndez Llopis.-- El libro-arte. Legibilidad conceptual/ Hortensia Mín-
guez García.-- Las diferentes lecturas del libro-arte/ Sara Morales Cárdenas.-- Libros alterados/ Miguel Ángel
Achig Sánchez.-- El autor apropiacionista en el libro-arte reciclado/ Alejandro Chairez Rodríguez.-- El libro-arte
Instalación/ María de la Luz Sáenz Aguirre.-- Creando un libro-arte: La vida y sus candados/ Magaly Hernán-
dez González.
1. Diseño gráfico (Tipografía) – Congresos. — 2. Tipografía artística – Congresos. —3. Diseño editorial –
Congresos. —4. Libro–arte – Congresos
Todas las imágenes de los interiores son de los organizadores y participantes del simposio.
La edición, diseño y producción editorial, fue realizada por la Dirección General de Difusión Cultural y Divulgación Científica a través
de la Subdirección de Publicaciones
Cuidado de la edición: Marlon Martínez Vela
Diseño de cubierta: Karla María Rascón
Formación: Gerardo Sotelo
www.uacj.mx/publicaciones/
Primer Simposio
de la Tipografía al Libro-Arte
Especificaciones
Lugar de realización: audiovisual del edificio B del Instituto de Arquitectura, Dise-
ño y Arte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ciudad Juárez, Chihuahua
(México).
Público meta:
• Estudiantes y egresados de Diseño Gráfico, Artes Visuales, Diseño Industrial,
Ciencias de la Comunicación, Publicidad, Arquitectura, etcétera.
• Estudiantes de posgrado relacionados con el diseño y las artes visuales, la comu-
nicación visual, cultura, arte contemporáneo, teoría del arte, filosofía del arte o
las humanidades en general.
• Profesionistas, especialistas e investigadores interesados en asistir a un encuen-
tro con los diferentes procesos de producción editorial en la más amplia concep-
ción del término.
Índice
Presentación 9
Guadalupe Gaytán Aguirre
Contenido
Tipografía latinoamericana 17
Sandra I. Cadena Flores
Libros alterados 90
Miguel Ángel Achig Sánchez
El autor apropiacionista en el libro-arte reciclado 97
Alejandro Cháirez Rodríguez
Actividades
Libro-arte-instalación colectivo (4 al 8 de abril de 2011) 113
E
n México la educación superior en su estructura funcional y organizacio-
nal se ha transformado, el desarrollo de las universidades ha dado como
resultado que la parte fundamental para la generación del conocimiento
sean los profesores investigadores. La encomienda y la dinámica de trabajo
para los profesores demanda la generación de proyectos incluyentes con los cuales
se fortalezcan las líneas de investigación de las instituciones, su rumbo académico
y, por supuesto, la formación de los futuros profesionales que servirán a la sociedad.
Hoy por hoy, no es la institución educativa quien marca la pauta direccional para el
estudio y la generación del conocimiento, son los investigadores quienes apegados a
los compromisos institucionales y con una visión general y consensuada generan las
líneas de investigación que se desarrollarán al interior de las universidades, y que
deberán buscar su trascendencia y eco hacia otras instancias educativas y de procu-
ración de fondos. Es la academia quien se encarga de apuntalar el conocimiento, más
en una sociedad en donde la estructura socioeconómica, la industria y el desarrollo se
encuentra debilitada por infinidad de circunstancias en su mayoría del eje social. La
apertura a los proyectos académicos ofrece certidumbre para la transformación de la
sociedad, sobre todo en el caso actual de Ciudad Juárez.
Entre el diseño y el arte siempre hay un camino en común, la generación de imá-
genes, de productos, de obra artística, de ideas innovadoras, lleva implícita una carga
de intención sensible y de apreciación estética, que permite que ambas disciplinas
converjan en proyectos interdisciplinarios que se conjugan y fortalecen mutuamente.
La investigación en arte y en diseño tiene un futuro amplio y prometedor, hay un
sinnúmero de tópicos poco explorados que fortalecen la formación de jóvenes dedica-
dos a las disciplinas proyectuales, generando resultados teóricos y prácticos, los cua-
les deben compartirse de diversas maneras incluyendo el que los estudiantes formen
equipo con los investigadores en la organización de foros, conferencias, seminarios,
así como la ineludible actividad de la divulgación a través de las publicaciones. Está
claro, que aquellos profesores que se hacen acompañar de sus alumnos para la ejecu-
ción de proyectos están apostando por el desarrollo intelectual participativo e inclu-
yente en donde el joven estudiante se enfrenta a los desafíos que el aula no le ofrece y
que fuera de ella, interviniendo en procesos creativos mas encaminados y enfocados a
un objetivo específico, puede llegar a generar verdaderas fuentes de inspiración para
la creación artística y el diseño de productos bi y tridimensionales.
Al interior del IADA se han gestado proyectos interdisciplinares que conjugan arte
y diseño, ejemplo de ello han sido: Lazos Verdes, cuyo objetivo se centró en la reflexión
sobre el deterioro de nuestro planeta y las posibilidades de que a partir de la acade-
mia se genere en los jóvenes un interés genuino por la sustentabilidad y aportes para
Presentación
10 la sostenibilidad ambiental. Otro proyecto incluyente fue Grafimáticas en el cual se
encontró un lenguaje común para expresar desde diversas perspectivas sobre todo
desde la sensibilidad artística, la utilidad de las ciencias exactas en la vida cotidiana.
De esta manera, a través de proyectos incluyentes se ha encontrando entre discipli-
nas una complementariedad para el desarrollo de proyectos conjuntos, los cuales han
sido acompañados de la práctica tanto de estudiantes de pregrado y posgrado como
de investigadores consolidados.
Derivado de los proyectos académicos de los investigadores, la divulgación y di-
fusión de resultados, teorías, prácticas y estrategias es fundamental. Para ello, el
compartir con otros pares tanto de la misma institución como ajenos a ella es muy
enriquecedor para todos los involucrados. Situación que se puso de manifiesto en el
pasado Simposio de la Tipografía al Libro-Arte, el cual fue organizado por un cuerpo
académico (CA) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) denominado
Gráfica Contemporánea y jóvenes profesores que se han insertado en la actividad
investigativa, así como diseñadores comerciales de alto prestigio.
Durante dicho simposio se ofrecieron una serie de actividades incluyendo confe-
rencias y talleres en las cuales el arte, el diseño tipográfico, y la expresión plástica
se dieron cita en los espacios universitarios de la UACJ demostrando con ello, la
madurez interdisciplinaria del CA Gráfica Contemporánea que ha demostrado cómo
los artistas han conjugado con la actividad diseñística para generar una línea que
involucra la sensibilidad y la funcionalidad obteniendo con ello productos de calidad,
respetando el discurso de cada disciplina y permitiendo la divulgación de sus resulta-
dos teniendo como muestra la presente publicación.
Presentación
12 Primer Simposio de la Tipografía
al Libro-Arte, espacio para expresar
el conocimiento desde perspectivas variables
Sandra Ileana Cadena Flores
Las actividades efectuadas con motivo del Primer Simposio de la Tipografía al Libro-
Arte fueron un escaparate de gran importancia para los estudiantes de la carrera de
Diseño Gráfico y de la Maestría en Estudios y Procesos Creativos en Arte y Diseño de
la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, así como docentes y público en general,
gracias a la serie de conferencias que se ofrecieron en torno a las temáticas tipográ-
ficas, editoriales y artísticas, fusionadas por medio del libro-arte. Un lugar donde se
tuvo la oportunidad de considerar diversas opiniones respecto a los temas ya estable-
cidos, con ponentes y conferencistas que conformaron un programa heterogéneo, que
iba desde artistas hasta diseñadores comerciales.
La serie de conferencias tuvo lugar del 4 al 7 de abril del año 2011, iniciando con
la conferencia magistral, dictada por el diseñador Isaías Loaiza Ramírez, dedicado al
diseño de fuentes tipográficas, cuya obra ha sido destacada en eventos reconocidos a
nivel internacional. En esta ocasión, Loaiza, planteó la importancia de la selección de
las fuentes tipográficas a la hora de aplicarlas en un diseño editorial, marcando la
pauta a los espectadores para aplicarlas de manera funcional y legible desde el punto
de vista de los diseñadores y también, hasta dónde se puede transgredir ese orden en
el proceso de comunicación para trabajarlo en una obra, un libro de artista. Fue así
como se empezó el evento, con un punto medio entre lo técnico y formal, contraponién-
dolo con la expresión creativa del artista.
Así transcurrió el primer día, permitiendo una sutil mezcolanza de temáticas y
manteniendo el interés de los asistentes, a quienes se les brindó un coctel de posi-
bilidades creativas y de análisis en los que se expusieron temas que fueron desde la
retícula y lo intangible que es dentro de una composición, hasta evidenciarlo con otra
temática en la que se trataron las revistas de vanguardia, así como la legibilidad con-
ceptual y el libro-arte reciclado.
Dentro de las temáticas del segundo día podemos hacer mención del proceso básico
para pre-prensa y, retomando el tema de la revista, también se ofreció información
sobre ¿cómo se inicia una revista? Los parámetros útiles dentro del mundo editorial,
pero también, algunos elementos a tomar en consideración a la hora de gestar una
revista de vanguardia, posibilidades que entusiasmaron a los estudiantes, gracias
a este optimista panorama visual. Aunado a esto, las ofertas tipográficas también
hicieron presencia en el evento, mostrando el amplio abanico tipográfico latinoame-
ricano, abriendo el campo creativo de su aplicación en formatos reticulados y rígidos,
y también, provocando divertidas posibilidades de creación en formatos irregulares,
Presentación
14 La tipografía y el diseño editorial partirán de la invención de la imprenta y el
inicio de la difusión del conocimiento, donde la búsqueda por cánones y parámetros
válidos y efectivos en la comunicación visual ha sido un objetivo clave en la creación
de diferentes tipografías y estructuración de las páginas de cualquier publicación. En
este simposio, no sólo se revisaron estas prácticas de forma histórica y crítica, sino
que se analizaron también los modelos teóricos y sustentos conceptuales que apoyan
la visión de un panorama hacia el futuro híbrido entre disciplinas y conceptualizacio-
nes dirigidas a una apertura en la creación.
El libro-arte y su legibilidad —tomados como área de estudio, crítica comunicativa
y complejo entramado expresivo para el creador, concretado en el libro-arte en todas
sus complejas nominaciones y descripciones—, forman parte de un momento creativo
enfocado a liberar y expandir las fronteras habituales del objeto convencional y de
la lectura lineal a la que estamos acostumbrados. La emotividad y la expresión se
transfiguran en una lectura interpretativa y activa, donde infinitos puntos de vista
se sintetizan en un objeto a ser decodificado. Puntos de vista que se abordaron en el
simposio como aproximaciones conceptuales a un vasto marco de investigación den-
tro del campo creativo.
Es lógico que, teniendo estas pautas como calzada a recorrer, sea reconocible la
dificultad de amalgamar un texto de presentación con todas las eclécticas activida-
des posibilitadas, las acciones emprendidas, los recursos dispuestos y los esfuerzos
realizados en un evento tan camaleónico como el simposio aquí “memorizado”. Como
muchas otras cosas, el simposio nace de una idea, un pensamiento sin propietarios
que se adueña de aquéllas y aquéllos que lo llevan a cabo. Una idea que evolucionó
en su ejecución y nos ayudó a conformar caminos fluctuantes entre la tipografía y el
libro-arte, trayectorias de expansión que ampliaron ambos conceptos desde el diseño
y el arte.
Las presentes memorias sintetizan por tanto estos caminos, formando un mapa de
la geografía comunicacional, como ruta trazada que surge de la letra para llegar a la
lectura de lo ilegible —incluso de lo invisible—, derroteros que atraviesan dicha topo-
grafía a partir de la heterogeneidad de posturas y visiones que ofrece la convivencia
entre disciplinas. Una ruta que es el resultado de una búsqueda interdisciplinaria,
si bien es cierto, que delineada desde múltiples pérdidas y desconciertos, tránsitos
fronterizos entre disciplinas, lugares no encontrados y recónditas sorpresas. Orienta-
ciones necesarias para la expansión de conceptos, ruptura de anquilosados cánones y
prejuicios, eliminación de contornos coercitivos y creación de un conocimiento que se
extiende más allá de las convenciones naturalmente impuestas a los diversos campos
tratados.
Hay que entender la importancia, a la vez que la dificultad, de tratar como temáti-
ca el propio lenguaje, la escritura y la lectura, la expresión, su representación y su in-
terpretación. Marcos que pese a que los llenamos de racionalidad, quedan, por suerte,
abstractos y se resisten a su concreción. Sistemas de signos que, como veremos en las
diferentes aportaciones, pueden mantener particulares relaciones entre lo sensible y
Presentación
16 Por todo lo anterior, en el Simposio de la Tipografía al Libro-Arte y ahora en estas
memorias, contamos con la presencia de especialistas, teóricos y estudiantes, que
consideran todo este contexto como una posibilidad expansiva y creadora, a la vez
que lo cuestionan en pro de una optimización de desarrollo en los lenguajes visuales
actuales y venideros, planteando problemáticas actuales y recursos para heterogé-
neos acercamientos a su comprensión. Un conjunto de escritos que, acogiendo estas
visiones, tratan diversas temáticas en una panorámica integradora como hibridación
de conocimientos hacia nuevos discursos.
De este modo, como sintetizador teórico-práctico de tipografía, diseño editorial, for-
mas de lectura, legibilidad y libro-arte, el volumen que se encuentra leyendo se con-
vierte en un contenedor de palabras que, por momentos, intenta expandirlas, transfor-
marlas, proyectarlas, y hasta en ocasiones, desaparecerlas, con la única voluntad de
hacerlas crecer y posibilitar imaginarlas. Todo ello desde necesidades comunicativas
y creativas que conforman un vasto campo de tránsito entre la innovación conceptual
del diseño y la alteración lingüística de las aportaciones artísticas.
Introducción
H
ablar de tipografía latinoamericana implica una gran responsabilidad y
respeto, debido a la gran labor y el esfuerzo que se está haciendo por el
desarrollo y reconocimiento de la misma. Considerando sumamente in-
teresante visualizar las condiciones actuales del diseño tipográfico lati-
noamericano, debido a que en los últimos años ha ido en ascenso, apoyándose de la
riqueza cultural de cada uno de los países que lo conforman.
Por su parte, el tipógrafo latinoamericano ha tomado su lugar y manifiesta las
capacidades creativas y el talento que se tiene en esta parte del mundo, debido a que
en años pasados esta área tan atractiva del diseño, no era muy reconocida a pesar
del excelente trabajo que se ha desarrollado. De tal forma, podemos decir que “Los
diseñadores de tipografía en Latinoamérica tienen, a nuestro juicio, tres cualidades
distintivas. Por un lado, y solo de forma comparativa con el viejo mundo, la tipogra-
fía es una disciplina nueva en Latinoamérica. Por otra parte, y a consecuencia de
aquello, no existe un abordaje metodológico claramente definido respecto al quehacer
tipográfico. Estas dos consideraciones lejos de ser una flaqueza se constituyen en las
características más alentadoras de la realidad presente. Debemos agregar como ter-
cera característica y, una vez más, probablemente a consecuencia de aquellas dos, la
Tipografía latinoamericana
18 creciente noción de comunidad alimentada desde los diferentes países de la región,
con el consiguiente tráfico de conocimientos y aportes” (Lamónaca, 2008).
Es por estos factores que el talento latinoamericano se aprecia, y se hace evidente
que la evolución tipográfica gestada en Latinoamérica está realizada con responsabi-
lidad y con el conocimiento de las formas que siempre han sido importantes en este
ámbito, generando diversidad de fuentes con estilos libres y muy atractivos, muchos
de ellos enfocados a las cuestiones históricas y culturales que conforman la vida de
cada país, dándonos la oportunidad de apreciar importantes aspectos y cualidades
latinoamericanas, motivo por el cual coincidimos con la opinión del diseñador Vicente
Lamónaca respecto al porvenir de la tipografía latinoamericana, cuando menciona
que “No importa cómo sea formalmente, se dirige hacia afianzarse, difundirse cada
vez con más fuerza, reconocerse” (Lamónaca, comunicación personal, 2008). Motivo
por el cual, podemos decir que cada uno de los tipógrafos latinoamericanos, está cons-
truyendo sus piezas en el rompecabezas tipográfico y lo están haciendo de una forma
profesional y con gusto por el diseño de letras, que se hace evidente en las creaciones
que se exponen.
Todo ello originado por el trabajo del diseñador argentino Rubén Fontana,1 conoci-
do como el padre de la tipografía latinoamericana, quién ha incursionado en el campo
de la tipografía en los últimos años, y desde hace ya cuatro décadas de manera formal
en el campo del diseño, ya que fundó su despacho llamado Fontanadiseño, dando ser-
vicio en Argentina y algunas partes de Latinoamérica, básicamente en el campo edi-
torial e imagen corporativa. En el ámbito académico introdujo en la carrera de diseño,
la enseñanza de la tipografía en la Universidad de Buenos Aires, donde fue titular de
la Cátedra de Diseño Editorial e impartió posgrados sobre Tipografía, presentándose
en otras universidades de Argentina, Brasil, México, Canadá, Paraguay, entre otras.
En 1987 edita la famosa revista tipoGráfica, que fue una publicación reconocida a
nivel nacional e internacional, misma que se editaría durante los próximos 20 años.
Asimismo, “tuvo el privilegio de ser uno de los primeros medios gráficos que escribie-
ron con letra propia en toda Latinoamérica. E irradió, por dondequiera que fuera, el
oficio y el hacer del pensamiento tipográfico. Y en ese camino contribuyó decidida-
mente a ubicar a nuestro país dentro del conjunto de naciones activas en el estudio y
la producción tipográfica a nivel profesional y académico, aun partiendo de una base
cultural carente de tradición en la materia” (Fontana, tpG, 2007b). Además de que
sirvió como un aparador importante para exhibir la producción tipográfica latinoa-
mericana. No obstante, lo anterior no quiere decir que en Latinoamérica la tipografía
se diera sorpresivamente hace poco más de 20 años, sino que las evidencias de tra-
1 Rubén Fontana nació en 1942 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Director desde hace cuatro décadas el
despacho Fontana diseño y la revista tipoGráfica (tpG) desde 1987, incorporó la instrucción de la tipografía en la
Universidad de Buenos Aires. Ha sido conferencista, responsable de posgrados, maestrías en Argentina y algunos
países de América Latina, Canadá y Holanda. Para 2001 organizó y estuvo al frente de “tipoGráfica Buenos Aires”
y en 2004 la primera exposición de Letras Latinas (“Bienal Latinoamericana de tipografía”). Diseñó los sistemas
tipográficos Fontana ND y Andralis Nd. También es el representante de AtypI en su país.
Tipografía latinoamericana
20 acontecimiento pueda desenvolverse en lo trivial y poco exigente, el uso profesional
de la tipografía sigue prácticamente intacto. Si pensamos en ello, los nuevos usua-
rios formados con estas herramientas tienen la oportunidad de desarrollar un nuevo
estilo tipográfico, algo maravillosamente diferente y simbólico para la cultura de los
tipos” (84).
En las últimas décadas se han generado producciones muy significativas, con fuen-
tes importantes y adecuadas a las necesidades de la época en la que vivimos, mante-
niendo firmemente las cuestiones estructurales y los parámetros de calidad que exige
la buena tipografía, como las fuentes Lagarto, Oblicua o Bolívar. Actualmente, fuen-
tes que están en manos de reconocidas casas tipográficas que se dedican a la distribu-
ción de nuevas fuentes desarrolladas por talentosos tipógrafos latinoamericanos.
Entre ellas podemos destacar importantes fundidoras tipográficas dentro del terri-
torio latinoamericano, entre las que destacan las argentinas como Sudtipos y Pampa-
Type, que a partir de 2001 ofrece su producción al mercado tipográfico con excelentes
propuestas en esta materia. Otras de buen nivel, son andinistas, Emtype.net, Latino-
type, Letrismo, Outrasfontes.com, Tipo supplying types to everybody, Type republic, Ty-
peTogether que es una fundidora independiente, y la mexicana Kimera type Foundry,
entre otras, aunque tampoco podemos dejar de mencionar un detalle muy importante,
algunas de estas fuentes son distribuidas por Linotype, que es una de las más impor-
tantes fundidoras digitales de Alemania, cuna de grandes tipógrafos de la historia
que están respaldando el trabajo tipográfico latinoamericano actual.
Todas ellas, haciendo evidente el compromiso y el desafío de ofrecer las mejores
fuentes del mercado, ya que gracias a los sistemas digitales y a internet se pueden
adquirir desde cualquier parte del mundo, nutriendo así, a los usuarios o consumido-
res directos de sus producciones, y favoreciendo la adquisición continua de material
tipográfico.
Breve historia
del diseño tipográfico en Latinoamérica
Tipografía latinoamericana
22 integraron Cuba y El Salvador, aumentando el porcentaje de trabajos seleccionados a
un 75 por ciento, reflejando el constante desarrollo de esta disciplina.
Para la “Tercera Bienal LL2008” no fue la excepción y superó en propuestas a la
anterior con una variedad de tipos y familias con temáticas muy interesantes, con un
fundamento sólido y sobre todo un alto grado de calidad, ratificando que lo expuesto
en la Bienal, era sin duda, lo mejor de Latinoamérica. Y cada vez es más el interés de
las personas relacionadas al campo del diseño, sobre todo el diseño tipográfico mexi-
cano, ya que fue el país con mayor participación. En esta ocasión los países partici-
pantes fueron Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú,
República Dominicana, Uruguay y Venezuela, en las siguientes categorías: Texto, Tí-
tulos, Familias, Misceláneas, Experimentales, Pantalla y Diseño, haciendo un total de
79 propuestas expuestas. Finalmente para la “Cuarta Bienal LL2010”, se expusieron
78 trabajos procedentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecua-
dor, Guatemala, México, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela, obteniendo magnífi-
cos resultados.
Considerando así, que tras la inicial influencia que Rubén Fontana ha significado
para algunas de nuestras generaciones, hoy por hoy, estos eventos se presentan, no
sólo como un medio de difusión de la producción tipográfica latinoamericana actual,
sino como los principales impulsores de la situación que vive Latinoamérica en estos
últimos años en la materia, ya que gracias a ella nuestras propuestas han obtenido
un canal expositivo a nivel internacional, que evalúa la alta calidad, y por ende, acre-
dita el trabajo de los diseñadores y tipógrafos participantes, ya sea, como expositores
o autores de fuentes tipográficas. No obstante, cabe puntualizar que Rubén Fontana
actualmente sigue vigente en el tema de la tipografía latinoamericana, aportando al
medio tanto desde el campo de la praxis como en la docencia, tal y como lo mencionó
Pablo Cosgaya en la conferencia Typography Education and Specialisation in Latin
America de AtypI, celebrada el mes de octubre de 2009 en la Ciudad de México.
Tipografía en México
Tipografía latinoamericana
24 autor quiso reflejar en su obra, con formas pesadas, pero a la vez agradables y atrac-
tivas, como los espacios que Tacubaya ofreció a lo largo de su historia. Actualmente
es coeditor de la revista Tiypo.
El diseñador Enrique Ollervides ha generado diseños que funcionan muy bien en
el ámbito comercial para empresas reconocidas a nivel nacional e internacional, entre
sus propuestas tipográficas se encuentran Tabique, Pólvora y por supuesto la popular
Luchita Payol que es una tipografía propiamente mexicana, que hace alusión a la tra-
dicional lucha libre de nuestro país. Un deporte muy popular entre niños y adultos,
y el folclore del pueblo se hace presente mediante la diversión y convivencia familiar
muy acorde con la estética formal de la fuente. Motivos que se ven reflejados en la
composición tipográfica que Ollervides ha desarrollado, ya que retoma los aspectos
característicos de los carteles típicos en los que se promocionan estos eventos.
En lo que corresponde al trabajo de Héctor Montes de Oca, podemos mencionar
que ha participado en importantes eventos de tipografía como la Bienal Letras Lati-
nas, Tipografilia y otros espacios universitarios impartiendo talleres sobre tipografía,
entre sus fuentes están Bunker y Montesquieu, y participa desde hace unos años en la
dirección y diseño editorial y web de la revista Tiypo. Otras tipografías exitosas por el
manejo de su estructura y plasticidad aplicada, son: Cachirul, El Chamuco, Forever,
Galaxia y Vulcana, entre otras, diseñadas por José Luis Coyotl, quien además ha ex-
puesto su obra en México, Estados Unidos, Italia y Argentina; en el ámbito académico
es maestro de tipografía, también ha dado conferencias y cursos en diversas univer-
sidades mexicanas. Por último, Marina Garone Gravier, distinguida en el campo del
diseño, quien ha enfocado su trabajo al diseño editorial y tipográfico. En cuanto a la
investigación ha desarrollado importantes estudios sobre la tipografía colonial dirigi-
da a las lenguas indígenas, una de sus últimas aportaciones es la obra titulada Breve
introducción al estudio de la tipografía en el libro antiguo (2010), en la que brinda
valiosa información sobre los términos técnicos, materiales y herramientas, así como
las partes de las que se conformaban los libros de antaño, muy útil para los interesa-
dos en tipografía.
Por lo tanto, acerca de México podemos concluir diciendo que la tipografía mexica-
na actual está luchando por defender su identidad. Además, de tener la plena convic-
ción de las facilidades que otorgan las nuevas tecnologías, el enfoque no se pierde y
las raíces siguen presentes en sus trabajos por innovadores y modernos que sean, su
estilo se ve reflejado en México y en el mundo.
Tipografía en Argentina
La historia de Argentina, no hace otra cosa más que mostrar y engrandecer las ca-
pacidades, habilidades y el talento de su gente para lograr introducirse dentro de los
grupos más destacados del mundo en diferentes disciplinas, sobre todo en las artís-
Tipografía latinoamericana
26 en una variedad de publicaciones que van desde revistas internacionales (como Idea,
Novum, Page, Baseline, Creative Review, Eye) hasta libros importantes.
Si se habla de tipógrafos que generan formas sumamente creativas, tenemos que
hablar de Alejandro Paul, quien ha dedicado gran parte de su trabajo al desarrollo de
éstas, ya que las emplea como recursos de sus propios diseños, obteniendo una larga
lista de tipografías propias y sumamente atractivas. Es el responsable del sitio de
internet Sudtipos.com, considerado como el primer colectivo tipográfico de Argentina,
en el que se exhibe toda la diversidad de formas y estilos de sus fuentes tipográficas.
Ha tenido reconocimientos por su trabajo en importantes revistas del medio del dise-
ño, tales como: Step, Creative Review, Creative Arts, TpG y varias más. Actualmente,
dedica parte de su tiempo en proyectos de lettering y tipográficos principalmente,
dando servicio a las agencias de empaque más prestigiosas del país y también empre-
sas de giro internacional, en las que diseña envases de consumo para las masas como
Arcor, SC Johnson, Danone y Procter&Gamble, entre otras.
Otros tipógrafos que conforman la lista de argentinos, son: Pablo Cosgaya quien
se ha desarrollado principalmente en el campo profesional y académico, actualmente
cuenta con Cosgaya, una empresa que ofrece servicios especializados en diseño de co-
municación y, por supuesto, tipografía. También ha participado como conferencista en
el evento de la Asociación Internacional en 2009, e impartido talleres en reconocidas
universidades, entre las que destaca la Universidad de Castilla-La Mancha. Asimis-
mo, destacan otras personalidades como Carlos Carpintero, Claudio Pousada, Diego
Giacone, Dario Muhafara, Darío Castellani y Andrea Barros, quienes forman parte
del movimiento tipográfico argentino. Siendo éste, el país que fomenta el interés en
este productivo campo del diseño, donde desde las últimas décadas del pasado siglo
se empiezan a desarrollar una gran variedad de propuestas tipográficas, pero sobre
todo, se promueve este arte con la audacia y el atrevimiento del argentino donde im-
pone su creatividad ante el mundo.
2 Dingbats son las tipografías no verbales, en las que en lugar de símbolos alfabéticos y numéricos usan dibujos o
figuras monocromáticas.
Tipografía latinoamericana
28 XX, manteniéndolo presente en estos primeros años, correspondiente al presente si-
glo, con la participación año con año en la Bienal Tipos Latinos, donde se dejan ver
atractivas participaciones promoviendo la producción tipográfica de su gente.
Tipografía latinoamericana
30 un impacto ya en el mercado comercial y la implementación del conocimiento desde
la formación de los diseñadores, es imprescindible para incrementar la producción ti-
pográfica del Perú, y que así pueda lograr ser parte de las nuevas propuestas latinoa-
mericanas y poder competir en los mercados más importantes, mejorando su calidad
y principalmente creer en la capacidad y habilidades de su gente, porque el talento en
Latinoamérica existe y tiene el nivel para competir en cualquier parte del mundo.
Tipografía en Brasil
Conclusión
Referencias bibliográficas
Jury, David. (2002). Tipos de fuentes: regreso a las normas tipográficas. Index Book, S.L., Bar-
celona.
Martínez Meave, Gabriel. (2003). “Más es más: La creación de la fuente Lagarto”, en: Ensayos
sobre diseño tipográfico en México. Editorial Designio, México.
Sagahón, Leonel, (2003). Propuestas para el diseño de un nuevo siglo. Ensayos sobre diseño
tipográfico en México. Editorial Designio, México.
Satué, Enric. (2002). El Diseño Gráfico desde sus orígenes hasta nuestros días. Alianza Edito-
rial, Madrid.
Tipografía latinoamericana
32 Referencias electrónicas
Cosgaya, Pablo, (2007). “Adiós, querida tipoGráfica”, en Visual, nº125. Blur: Madrid. Disponible
en http://www.tipografica.com/cierre/7_adios-querida-tipografica.php y en http://www.cos-
gaya.com/escritos.php?a=15
Fontana, Rubén, (2007a). “El diseño tipográfico en América Latina”, charla dictada en la Confe-
rencia Design Culture de Icograda, en La Habana, Cuba, en octubre de 2007. Disponible en
http://foroalfa.org/A.php/El_diseno_tipografico_en_America_Latina/113.
——, (2007b). “Último Número”. Disponible en http://www.tipografica.com/74/?id=6.
Lamónaca, Vicente, (2008). “Tipógrafos ñeques”. Disponible en http://www.disenoiberoamerica-
no.com/node/192
Composición y retícula
U
na retícula es la división de un área en espacios que sirven de guía para
ubicar elementos en una composición. La representación visual de esta
propuesta estructural se utiliza para comunicar la distribución, el con-
tenido, la jerarquía de cierta información, así como la funcionalidad y el
comportamiento de los elementos en una composición.
Toda composición entendida como “el modo de distribución de todos los elementos,
gráficos o textuales, que intervienen en una obra con el fin de comunicar un mensaje”
(Vela, 2003: 87) requiere de una guía para la colocación de los elementos que confor-
man un todo. Para disponer las partes de determinadas maneras y obtener una orga-
nización y una orquestación de medios, en especial en el diseño y las artes plásticas,
es recomendable utilizar ciertos principios generales que sumados a los elementos
compositivos se consideran el lenguaje del creador.
Como explica D.A. Dondis en su Sintaxis de la imagen en las artes aplicadas el
fundamento para llevar a la realidad o materializar las soluciones es el lenguaje, en
este caso no el escrito u oral, sino el visual. El lenguaje es el medio y vehículo para
transmitir información, para comunicar ideas y en un sentido más amplio conceptua-
lizar. En su texto sobre alfabetidad visual, Dondis explica que el proceso de composi-
ción “es el paso más importante en la resolución del problema visual. Los resultados
de las decisiones compositivas marcan el propósito y el significado de la declaración
visual y tienen fuertes implicaciones sobre lo que recibe el espectador” (1992: 33).
Aunque desde tiempos antiguos existió la necesidad de reunir y organizar elemen-
tos para la comunicación de mensajes o la expresión visual, se dice que el desarrollo
La retícula nos da una base racional sobre la que pueden repetirse distribu-
ciones reconocibles y así permitir que el lector navegue por un documento y por
cada una de sus páginas. También facilita que un número indeterminado de
personas colabore en la realización de un proyecto de cierta envergadura o de
una serie de proyectos, como ocurre en un diario o en una revista semanal. La
retícula sirve para incrementar la eficacia… Como sistema la retícula puede
ser sencilla o compleja, restrictiva o liberadora, como su creador quiera que sea
(Jury, 2007: 130).
1 El Estilo Internacional de diseño aparece en Suiza personificado por la escuela de Basilea y la de Zúrich, la pri-
mera con representantes como Emil Ruder y Armin Hoffman, precedidos por Jan Tschichold y la segunda con
Ernst Keller, H. Finsler, J. Itten, Max Bill y el célebre Joseph Müller Brockmann cuyo trabajo en el diseño de
retículas es reconocido a nivel mundial así como sus aportaciones teóricas al diseño gráfico. Según los expertos el
Estilo Internacional se distingue por el uso de la retícula modular, la disposición asimétrica de elementos, el uso
de la fotografía en blanco y negro y el de tipografías de palo seco (la Helvética creada por el suizo Max Miedinger
es de las más reconocidas en la actualidad).
2 Desde los estudios sobre la divina proporción (la sección de oro o sección áurea) en la arquitectura griega y sus
relaciones con los ideales de belleza y geometría; el orden numérico del universo según Pitágoras; los edificios
proyectados con base en la simetría y la proporción del cuerpo humano por Vitruvio, hasta los múltiples estudios
de Leonardo Da Vinci, Fibonacci, Luca Paccioli o Matila Ghyka. Y por supuesto las puestas en práctica de la sim-
etría dinámica por reconocidos artistas (el mismo Leonardo en su “Monalisa”, Velázquez en sus “Meninas”, Dalí
y el uso del pentágono en “Leda atómica”, por mencionar algunos).
3 En el diseño tipográfico los espacios y el concepto de figura fondo es igualmente importante, como expresa el
famoso tipógrafo Adrian Frutiger: “Las letras de un alfabeto son como las estancias en línea de una casa; en
tipografía, el material es el negro, y se trata de que el tipógrafo capte el espacio con ese color, creando blancos
armoniosos dentro de las letras y alrededor de ellas. Cuando diseño una letra… tengo que modelar el volumen de
blanco en relación con los volúmenes de blanco de las demás letras. No debo olvidar nunca que una letra existe
sólo en su relación con las demás” (2002: 56).
Utilidad de la retícula
Referencias bibliográficas
4 Por mencionar algunas: la tipometría, la disposición tipográfica, la justificación, la forma tipográfica, la estética,
la maquetación, todo ello materializado con una familia tipográfica específica, una fuente, cuerpo, medida de
línea, interlineado, y otros elementos como el párrafo, títulos, subtítulos, paginación, etcétera.
5 Son elementos primordiales de la composición: ritmo, proporción, equilibrio, movimiento, unidad, estructura,
direccionalidad, profundidad, contraste, simetría, variación, acento, neutralidad, tensión, armonía, etcétera.
La retícula
U
na retícula consiste en un conjunto determinado de relaciones basadas en
la alineación, que actúan como guías para la distribución de los elemen-
tos en un formato. La retícula es un elemento del diseño aparentemente
invisible, y se puede visualizar gracias a las líneas que conforman la es-
tructura, que sirve de contenedor visual, para ubicar los elementos dispuestos en un
espacio determinado.
La retícula es de vital importancia en el diseño editorial pues sitúa los elementos
en un área espacial dotada de regularidad, ésta ayuda al lector a encontrar la infor-
mación que busca y permite al diseñador a maquetar gran cantidad de información
de una manera más sencilla, como es el caso de los libros, periódicos, revistas, catá-
logos, entre otros. Permite, así mismo, que muchas personas colaboren en el mismo
Para que exista el bien debe existir el mal, los rudos y los técnicos son la representa-
ción del bien y el mal en la lucha libre, cada uno de los bandos cumple un rol definido
dentro del cuadrilátero. Los técnicos cumplen las reglas, jugando limpio y agradando
al público. Los rudos no cumplen las reglas y se valen del ingenio y de tretas para
vencer al oponente. Podemos ver que se utilizan arquetipos del bien y el mal, que son
complementarios y equilibran las fuerzas, como en el concepto del yin y yang de la
filosofía oriental. Por el bando de los técnicos representando el bien se encuentran:
el Santo, el Místico, Máscara Sagrada; por el bando de los rudos, la representación
del mal se encuentran Blue Demon, los Perros del Mal, Damián 666, entre otros. La
lucha libre es una batalla entre el bien y el mal, que se libra dentro del cuadrilátero
o pancracio.
Ya que hemos conocido los conceptos de rudos y técnicos en la lucha libre, ahora nos
adentraremos al diseño gráfico. Por medio de una analogía de estos dos conceptos,
nos referiremos a los diseñadores técnicos, quienes ven la retícula como una parte
incuestionable del proceso de trabajo que proporciona precisión, orden y claridad. En
contraposición llamaremos diseñadores rudos a los que ven la retícula como símbolo
de la opresión de la vieja guardia, una jaula sofocante que dificulta la búsqueda de
expresividad. En este punto la retícula equivaldría al cuadrilátero, por ser el espacio
a debatir entre estos opuestos. De una extensa muestra de diseñadores, arquitectos,
tipógrafos, artistas me he permitido seleccionar algunos exponentes, para situarlos
ya sea en el bando de los rudos o de los técnicos, que son los que revisaremos a con-
tinuación.
Los diseñadores técnicos presentan un tipo de diseño que se basa en la retícula y los
elementos organizativos y el orden. Por el lado de los técnicos uno de sus mayores
representantes es el diseñador gráfico y maestro suizo Josef Muller Brockman, quien
había editado varios libros, el más trascendente fue Sistema de retículas en el diseño
gráfico en 1976, el cual prácticamente es un manifiesto: “El sistema reticular implica
el deseo de sistematizar y clarificar, el deseo de penetrar hasta llegar a los elemen-
tos esenciales…el deseo de cultivar lo objetividad más que la subjetividad” (Samara,
Los rudos
Los diseñadores rudos, presentan un tipo de diseño que carece de retícula y pasa
desapercibida la noción de orden, basándose en la intuición y métodos de composición
alternativos. Como uno de sus principales exponentes ubicaríamos al poeta y editor
italiano, fundador del movimiento futurista, Filipo Marinetti: “El libro será la expre-
El contenido puede tener una propia estructura interna y una retícula no necesaria-
mente lo ayuda a ser más claro. A veces el contenido necesita ignorar la estructura
por completo para crear reacciones emocionales con el público al que desea llegar,
otras veces el diseñador espera una implicación intelectual más compleja del público,
como parte de su forma de experimentar con el diseño en cuestión. En la actualidad,
el conjunto de herramientas que se ofrecen al diseñador incluyen diversos métodos
para transmitir ideas, de donde se puede escoger lo más adecuado dependiendo del
proyecto.
Tanto rudos como técnicos prevalecen a lo largo de la historia, es posible que en al-
gunos casos decidan cambiar de bando u optar por una neutralidad dependiendo del
proyecto a realizar o por el momento creativo en el que se encuentren. Para la prime-
ra década del segundo milenio el debate se ha acabado, el diseño ya sea con retícula o
sin retícula ha dejado de causar tanta controversia, al final lo podemos visualizar en
retrospectiva y como una manera de contraponer dos distintas posturas. El resultado
de todo esto es una mayor pluralidad en el contexto del diseño actual, donde al final
de la pelea o el debate todos ganamos. Ahora los debates se empiezan a dar sobre
temas como los nuevos medios, la responsabilidad social, la funcionalidad, ahorro de
recursos; también se está dando un retorno a la simplicidad y al orden, en este punto
la retícula será de vital importancia, por ser un elemento estructurador.
Referencias bibliográficas
“
Lo difícil es comenzar”, se escucha con frecuencia. Es verdad que, en muchos
de los casos, la dificultad no estriba en la complejidad de un proyecto, sino en
ponerlo en marcha, sobre todo cuando no se cuenta con un respaldo corporati-
vo o institucional. He tenido estudiantes con grandes inquietudes. Me abordan
con ideas audaces que prometen ser innovadoras, sin embargo se detienen porque
ignoran cómo echar a andar sus proyectos editoriales. Todos el mismo entusiasmo y,
también, tienen la misma pregunta: ¡Yo tengo una idea! ¿Y ahora qué?
Mi consejo inicial es invariable: lo que sigue es dejar los titubeos y tomar acción.
¿Para qué esperar que alguien más haga las cosas si podemos hacerlas nosotros mis-
mos? Enseguida, sugiero algunos puntos que podrían contribuir a dar una idea de por
dónde comenzar.
Una revista es un trabajo arduo, pero altamente satisfactorio. Poner estos breves
puntos en práctica sólo supone el inicio de la aventura, pero confío en que será de
gran ayuda para poner fin a la inactividad con la que amenaza la duda del inicio.
E
s usual comprender las publicaciones periódicas que observamos diaria-
mente como productos estructurados, lineales, concluidos, y la mayoría de
las veces, disciplinares temáticamente. En este sentido, deseo realizar una
panorámica de aquellas revistas nacidas alrededor de los años 70, que di-
namizan y, hasta cierto punto, dinamitan, estas concesiones que de forma natural
otorgamos a este medio: las revistas ensambladas. Publicaciones que han servido
como alternativas creativas a la normatividad editorial dispuesta, a esa a la que nos
encontramos tremendamente acostumbrados.1
1 No es mi intención aquí proponer un examen valorativo en el que determinar la conveniencia de unas (van-
guardistas) u otras (convencionales), sino que mi planteamiento se acerca más a una presentación posibilitadora
de otro tipo de facultades, expresiones y posicionamientos al dar a conocer nuestro pensamiento, experiencias,
diseños, obras, etcétera, al mundo por medio de comunicaciones, en este caso, publicaciones periódicas.
2 Resulta interesante para este planteamiento comprender las publicaciones periódicas de las que hablamos te-
niendo en cuenta el libro-arte como antecedente inmediato, al menos en la subjetivación creativa inicial. Para ello
nos podemos acercar a las definiciones que podrían acotar su sentido. Pilar Bonet, respecto del libro de artista
dice: “El libro de artista no es un libro de arte ni un libro para ser leído, sino una producción artística; una forma
de expresión gestada en las combinatorias de diferentes lenguajes y sistemas de comunicación que aspira a trans-
formar el acto de leer en el acto de mirar” (Bonet, Tro y otros, 2010: 54).
3 El término vanguardista está aquí asociado directamente al de independencia, aquello “que está a la vanguardia
creativa contemporánea, en constante evolución, objeto de experimentación y transgresión; lo que se desarrolla
en total libertad creativa, sin miedo a romper reglas” (Vidal y Martín, 2010: 11). En referencia a la acotación “en-
samblada”, es utilizada en este escrito sin hacer distinciones con otras denominaciones —como revistas objeto,
por ejemplo—, que podrían ser más exactas en algunos aspectos formales o intencionales; pero a efectos de este
texto, no es tanto mi interés el de acotar terminológicamente cada uno de los formatos, como el de aproximarme a
algunos de los sentidos de sus inagotables interpretaciones, la multiplicidad de su lectura y su diversificación del
conocimiento. Siguiendo las anotaciones de José Luis Campal (2001) esta denominación de assemblig magazine
es tomada “de un proyecto de Richard Kostelanetz denominado Assembling” (s.p.) Kostelanetz comenta en su li-
bro A dictionary of the avant-gardes (2001) que: “The name is taken for Assembling (1970-83), which was founded
by James Korn (1945), later a museum director, and Richard Kostelanetz, who also prepared a retrospective cata-
log for an exhibition in an alternative space. Scarcely the first, Assembling had a long life, second only to Art/Life
(1981), published monthly by Joe Cardella, and was consistently the thickest, serving the largest constituency of
writer/artist self-printers” (37). También puede revisarse el texto de Kostelanetz “Recalling Assembling” de 1997,
en la dirección de su página web: http://www.richardkostelanetz.com/examples/recallassem.php
4 Aunque habría que esperar hasta 1914 a que fuera publicado por la NRF (Nouvelle Revue Française) bajo la
forma que hoy lo conocemos.
5 Entendiendo que esta práctica, la de la comparación, es poco deseable, pues se constata que ambos términos
pueden equipararse, siendo objetos totalmente diferentes, pretendo simplemente hacer hincapié en esas peque-
ñas distancias que en realidad comprenden dos maneras totalmente diferentes de entender una revista y sus
posibles lecturas.
6 Antonio Gómez (2010) respecto a las funciones del editor comenta: “El coordinador de estas revistas ejerce de in-
termediario, su misión es recibir de todos los participantes un número de obras ya fijado de antemano, la petición
suele hacerse sobre un tema concreto y con la única limitación del tamaño que es impuesto y marcado por las
medidas de la carpeta, caja, contenedor o continente que se utilizará para su presentación” (16).
7 Algo similar a la relación de la imagen con el mismo texto. Ahora la imagen no ilumina la palabra sino que es la
palabra la que racionaliza la imagen, el texto atrapado por el mensaje iconográfico (Barthes, 1986).
8 Para más información pueden revisarse estas “herramientas” que generan tanto un nuevo consumo como posi-
bilidades expresivas desde el estudio de Gilles Lipovetsky en El imperio de lo efímero: la moda y su destino en las
sociedades modernas de 1996, Barcelona, Anagrama.
9 Llegamos al punto de la edición. Dentro de la edición, es lógico que las revistas convencionales, dentro del mer-
cado (y apoyadas por éste) pasen de un tiraje de 3000 ejemplares —llegando a los 30 000 o 50 000, dependiendo
de su distribución—, mientras que las revistas ensambladas, realizadas por decirlo así, “artesanalmente”, suelen
tener un corto tiraje de 20 a 100 ejemplares. Aunque como más abajo podrá observarse, algunas llegan a los 1000
ejemplares e incluso, de forma excepcional, han logrado comercializarse dentro de los círculos mercantiles.
10 Un conocimiento emotivo que transforma las convencionales vías de adquisición y experiencia, donde “La sensi-
bilidad choca frontalmente contra la sociedad de consumo, la gran cantidad de información y conocimientos que
los medios actuales proporcionan, explotan y potencian valores cuyos espectaculares resultados podrían juzgarse
como positivos para el capitalismo, pues cumplen a la perfección con los fines encomendados. Pero estos productos
perfectos, diseñados por el frío marketing, carecen en su mayoría de las vibraciones y del sentimiento que trans-
mite la espontaneidad de querer únicamente expresarse y comunicar” (Gómez, 2010: 15).
Algunos ejemplos
11 Nos recuerda Antonio Gómez (2010) que en la actualidad estas publicaciones ya “dan cabida a obras tridimen-
sionales como poemas y libros objeto o pequeñas esculturas, también empiezan a acoger trabajos realizados con
nuevas tecnologías y presentados en casetes, videos, cd-rom, compact disc, y DVD con obras musicales y de multi-
media como arte sonoro, performances o video acciones” (16), por lo que las fronteras se diluyen y se multiplican
las posibilidades materiales y expresivas de la obra a incluir.
12 Más información acerca de esta publicación en www.revistalabolsa.com
13 Más información acerca de esta publicación en www.lalata.es
20 Respecto de este proyecto, podemos leer en la página web de la revista: “En el año 2001 La Más Bella comenzó
un proyecto de experimentación con máquinas expendedoras automáticas adaptadas para vender ediciones de
La Más Bella y cualquier otro tipo de ediciones y productos artísticos creados por colectivos, editores o artistas de
espíritu similar a La Más Bella (…) adquirió una máquina expendedora a la que le fueron realizadas modifica-
ciones técnicas para facilitar su uso y transporte (…) BELLAMÁTIC ha evolucionado como un proyecto artístico
en sí mismo, además de un eficaz altavoz de ediciones y proyectos de difícil difusión” (lamasbella.org, 2009).
Este proyecto se amplía en 2008 con Bola-Bellamátic, expendedora de aquellas que ofrecen pequeñas figuras a
los niños…. “una clásica máquina de bolas que habitualmente expende fruslerías y juguetes para niños conteni-
dos en bolas de plástico a precios muy populares (…) vende bolas que contienen obras artísticas específicamente
diseñadas y creadas para ser distribuidas a través de una máquina de bolas.” (lamasbella.org, 2008) Para con-
sultar éstos y otros proyectos similares de la revista, dirigirse a la dirección en línea: http://www.lamasbella.org/
BELLAMATIC/bellamatic.html
Para concluir con este breve acercamiento a una mirada posible de estas ediciones
artísticas, anotaré que la existencia de este texto se debe principalmente a un interés
que me estimuló tiempo atrás y que observó en estas publicaciones una riqueza re-
presentacional que nutre sobremanera las relaciones que se establecen entre lo inter-
pretado, la multiplicación y reproducción artística, y una metamorfosis epistemológi-
ca sobre el mundo sensible. Todo ello contenido en un lugar común, de comunión, en
el que la tradición de conocimiento lineal se desvirtúa para dar paso a un despertar
integrador. Formatos sin moda identificable que establecen nódulos para “construir
una red relacional de sentido” (Vidal y Martín, 2010: 6), y que necesitan reescribir y
tergiversar las estructuras de la experiencia y de los límites del lenguaje para insistir
en sus inmensas capacidades y sus bondades como lugar de encuentro.
Aunque mi principal pretensión ha sido la de anotar aquello que de ellas he apren-
dido, dando a conocer someramente estas actividades “aún” alternativas a lo hege-
mónico, por simbolizar el conocimiento en peregrinación, por presentarse como “un
bricolaje entre el dictado del verbo y el imperio del ojo” (Bonet, Tro, et al., 2010: 54).
Referencias bibliográficas
E
l presente texto desarrolla una breve introducción entre el concepto de libro
que se baraja usualmente y el de libro-arte. Abordando posteriormente dos
temas. Por una parte, se introduce al lector a una breve antesala para expo-
nerle algunas de las taxonomías más comunes de este género artístico del
libro-arte. Y por otra, el documento plantea una serie de cuestionamientos relativos a
los diversos paradigmas estéticos e intelectuales propios del género del libro-arte, así
como el de algunas editoriales de libros fundamentadas en el Writing Visual.
Introducción
Cuando por primera vez tuve la posibilidad de acercarme al mundo del libro-arte
como género artístico, sentí, de pronto, una extraña sensación. ¿Era eso posible?
¿Realmente esto que estoy viendo es un libro? Todos mis esquemas, mis ideas acerca
de qué era un libro, empezaron a desmoronarse cayendo en pedazos como si de un
juego de dominó se tratase.
Yo no sé a ustedes, pero para mí, un libro era aquello que siempre había visto en
las librerías y bibliotecas, es decir, un objeto físico constituido como un conjunto de
hojas encuadernadas en su lomo al servicio de una lectura y una secuencialidad ma-
yoritariamente lineal y estática. Un libro construido como registro de una historia in-
ventada o documentada —habitualmente estructura con un principio, un desarrollo
y conclusión— y, que podemos leer gracias a una serie de códigos lingüísticos perfec-
tamente diseñados para la lógica humana.
Básicamente cuando analizamos un libro, edite quien lo edite, éste suele tener
unos elementos comunes básicos. Por una parte, encontramos sus propiedades físicas
(portada, contraportada, hojas, texturas agradables, tamaño y peso ceñido a pará-
metros antropométricos, etcétera). Por otra parte, tenemos el diseño reticular en el
que perfectamente se ensamblan la disposición armónica del texto y las imágenes;
después, los elementos lingüísticos en sí, es decir, el texto (legible, con un tracking
y un kerning perfectamente estudiados). Las imágenes, fotografías e ilustraciones
—también conocidas como elementos paralingüísticos—, es decir, para lo lingüístico,
para el texto, y que por norma general son tratadas como elementos dependientes al
texto. Y por último, el paratexto, es decir, aquellos elementos como el título, el índice,
el protocolo, los créditos de la editorial, entre otros, que, básicamente tienen como ob-
jetivo formalizar una estructura básica del contenido, así como agilizar la indización
y clasificación bibliográfica del libro.
En realidad, toda esta configuración de elementos viene a ser solo un pequeño
análisis del libro como objeto. Sin embargo, si lo analizásemos desde el punto de vista
1 Schraenen, G. (1996) decía: “El libro de artista no es un libro de arte. El libro de artista no es un libro sobre el
arte. El libro de artista es una obra de arte”, (Citado en Piguet, 1996, p.50, nº 479).
Libros reciclados
En este caso, les presento dos libros. Por una parte, tenemos la obra “Dispositivos neu-
máticos” del español Jonay Cogollos, en el que a través de la amalgamada conjugación
de una serie de elementos visuales sobreimpresos en las hojas de un libro de mecánica,
el autor enaltece la belleza mística de la perfección del arte de construir una máquina.
Una idea que, a la par, se convierte en un juego metafórico: lo que antes era un libro
que formaba parte de una edición mayor reproducida mecánicamente, ahora pasa a
ser único e irreproducible.
Libros parasitados
Los libros parasitados son “aquellos que también parten del re-uso de un libro ya edi-
tado pero que (los artistas) lo intervienen quemándolo, recortándolo, maltratándolo,
pegándolo y complejizando su lectura hasta transformarlo en otro libro con una total
desvirtualización de su función mensajística primaria” (Mínguez, 2010: 193).
En el primero de los casos que les expongo, esta artista italiana, Hilde Margan
Escher realiza este trabajo que se titula “Libro bruciato”. En este libro quemado, Mar-
gan establece una analogía entre cómo al quemar un libro cerramos toda posibilidad
de leer la historia que contenía, y cómo con los actos inhumanos que emergen de la
guerra, el ser humano es capaz de generar pérdidas irreparables para la naturaleza y
para la humanidad en general.
En este segundo caso, podemos observar la obra de “Hiedra II” de Pablo Lehmann.
Artista argentino que trabaja mucho con la idea de utilizar como materia prima las
hojas de viejos libros con textos impresos para reelaborarlos y así, generar obras de
arte en las que predomina más una lectura visual, cromática y táctil que puramente
lingüística. En este caso, son libros que dejan de serlo para dar vida a otro tipo de
formas de comunicación basadas en la resonancia que genera la luz y la sombra entre
los juegos tipográficos impresos, los recortados y el color del papel.
Libros tipográficos
Por su parte, los libros tipográficos son aquellos que, como su nombre indica, utilizan
la tipografía como prácticamente el único elemento comunicativo. Obviamente, la
particularidad de estos libros reside en el carismático estilo que los artistas tienen a
la hora de manipular, conjugar y aglutinar diferentes familias tipográficas, y cómo a
través de su combinación y ubicación espacial, consiguen construir libros que en sí,
son pura poesía visual y hasta diría que sonora.
2 Obra expuesta en la muestra “Let’s Talk About Love, Baby”, en The Love Library Project por Chido Johnson cel-
ebrada entre el 17 marzo y el 24 abril de 2011. Una muestra expositiva que tomó como tema central el estilo de
las novelas románticas americanas editadas entre la década de 1960 y 1980 aproximadamente.
Libros de artista
Por su parte, los libros de artista, también conocidos como Book Art o Bookwork, son
aquellos que, en cierto modo, siguen aludiendo “a la anatomía y estructura formal del
libro convencional” (Mínguez, 2010: 194) y que, habitualmente tienen como una de
sus mayores pretensiones: ofrecer el discurso personal y reflexivo sobre una vivencia,
una idea o un tema en concreto.
Magali Lara, una de las artistas consagradas en México en relación con el tema
del libro de artista y actualmente investigadora de tiempo completo de la Facultad de
Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), realizó este libro
de artista con base en la temática de titubeo con el título de “Como si”, en 2010. Para
ello utilizó, página tras página, las mismas figuras, las cuales va interrelacionándolas
entre sí utilizando diferentes composiciones formales y tonales, ya sea con unos ele-
mentos más opacos y más traslúcidos, así como estableciendo diferentes conexiones
dialógicas según las relaciones de cercanía o lejanía de unas figuras con otras.
Libros pop-up
Por otra parte, el libro pop-up “es aquel que por su característica y particular mane-
ra de trabajar, entrelazar y montar el papel doblado o materiales rígidos similares,
permite un despliegue o movilidad de formas de carácter tridimensional, accionadas
por el “lector” con la apertura de cada una de sus hojas” (Mínguez, 2010: 193). Funda-
mentos en el arte del origami o el kirigami, este tipo de libros posee la característica
de desplegarse tridimensionalmente página a página.
Como referentes, he seleccionado la obra de dos artistas actuales. La primera de
ellas es el libro “Mis vecinos cerraron las puertas” realizado en 2009 por la artista
española Marta Pina. En esta obra, como pueden observar, el libro está montado de
Libros objeto
Libros instalación
Por último, les presento algunas obras del libro instalación, es decir, aquellos libros o
montaje de libros que por su forma de articularse o constituirse en el espacio, obligan
al lector a convertirse en un transeúnte de la obra, a circundarla y, por lo tanto, a
hacer una lectura a través del concepto de recorrido.
En este caso, he seleccionado la obra “Trofeo” (2000) de Lisa Kokin y “Yo también
me fui al cielo” (2006) de Andrea Mocio.
La idea que baraja Lisa kokin es la de hacernos ver que la historia es un construc-
to colectivo. Es el registro de aquello que vivimos como sociedad y que, como indivi-
duos, no podemos desenmarañarnos de aquello que nos rodea. Ni siquiera de nuestra
memoria o pasado ya que forma parte de lo que hoy somos.
Por otra parte, la argentina Andrea Mocio utiliza una gran cantidad de papeles re-
cortados y plegados para rellenar todo el suelo de este espacio, un despacho de correos
abandonado. Obviamente, la belleza de esta obra reside en el concepto de nostalgia y
paz que al espectador le invade cuando entra en el espacio y descubre que la obra se
titula: “Yo también me fui al cielo”.
Una vez concluida esta primera parte en la que, por un lado hemos visto brevemente
qué diferencia existe entre el libro convencional y el libro-arte y, por otra, hemos revi-
sado obras representativas de algunas tipologías de libro-arte, ha llegado el momento
de mostrarles hasta qué punto este género artístico es capaz de replantear y cons-
truir sus propios límites a través de verdaderos retos intelectuales.
Para ello, creo que lo más interesante sería proseguir planteándole al auditorio
una serie de interrogantes básicas que, en muchas ocasiones podemos ver planteadas
implícita o explícitamente dentro del género del libro-arte.
Primero, ¿realmente creen que porque el texto, es decir, los elementos lingüísticos
de un libro, no sea legible, el libro no puede leerse o no tiene potencial para transmitir
un mensaje? Es más, veámoslo de otro modo, porque solo sea un libro con un listado de
números o palabras ¿sólo enlista números? O, porque no tenga nada, absolutamente
nada de texto impreso en sus hojas ¿no posee otros elementos a considerar? E incluso,
porque un libro no pueda abrirse, éste ¿deja de ser un libro o de tener significado?
Veamos algunos casos en concreto.
Vayamos ahora al punto opuesto. ¿Qué podemos leer en un libro si en él no hay una
historia escrita? Como aventuramos anteriormente, los códigos lingüísticos no son los
únicos que el hombre conoce. Como bien sabemos, las analogías que podemos estable-
cer a través de otra serie de elementos perceptibles como el color o la textura, u otros,
como los audibles, sonoros, espaciales o táctiles, también pueden hacer confluir en
nosotros toda una serie de sensaciones, recuerdos y asociaciones. Y ustedes se pregun-
tarán, sí bueno, pero no es lo mismo el acto de leer un libro del cual podemos descifrar
su código lingüístico que un libro, por ejemplo de texturas. ¿Y por qué no? Al fin y al
cabo, la idea es la misma, la transmisión de un mensaje, de una serie de sensaciones o
alusiones narrativas también pueden leerse. El proceso, al fin y al cabo, también es el
mismo: como a la conjunción de unas letras (el significante) le acompaña su significa-
do, a la combinación de una composición cromática, sonora o textural, le asociamos sus
significados. De ahí que también exista la lectura, la interpretación simbólica, icono-
gráfica, etcétera, de un cuadro o de una bandera por ponerles casos más concretos.
En dicho sentido, que un libro no tenga texto no implica que no sea un libro. Lo
que ocurre es que simplemente recurre a una serie de códigos a los que no estamos
acostumbrados a ver como los elementos constituyentes de un libro.
Por ejemplo, en este punto he seleccionado estas imágenes de la obra de “Remarks
on Colour” (Observaciones sobre el color) de Christian Faur en el que, el autor juega
Otra de las preguntas que me gustaría plantear es, si un libro tiene que estar o no
encuadernado, y si determinado tipo de encuadernación le dará un sentido interpre-
tativo diferente o de mayor potencial semántico que otro. Como bien sabrán, el arte
de la encuadernación nació de la necesidad de proteger al papel que compone a los
libros. En su forma más ancestral, la encuadernación era sencillamente un envoltorio
de piel que, ligado con unas tiras, cubría a los pergaminos o papiros enrollados en
la época egipcia. Más tarde, en la época romana aparecieron los libros en forma de
códice tal y como los conocemos actualmente que, básicamente servían de protección
a una serie de pliegos de papeles unidos entre sí mediante varios sistemas de cosido
y/o encolado.
La encuadernación moderna nace más bien en el siglo XIX en Inglaterra a cola-
ción de la equidad de estatus social que cobran los diseñadores y los artesanos, ha-
blamos de la época de William Morris y Arts and Crafts (1888). Y, poco a poco, con la
llegada de las vanguardias pasa a convertirse en un arte experimental para muchos
artistas y diseñadores. Sin embargo, formas y métodos de encuadernación existen
más de los que podemos imaginar más allá de la forma estandarizada y común a la
cual estamos acostumbrados.
Básicamente, la idea de la encuadernación, remitiéndonos a la base conceptual por
la cual surgió, es la de contener, proteger y embellecer a los documentos.
Algunos artistas, en relación con esta idea, han ideado formas alternativas de en-
cuadernación, es decir, del continente, generando con ello una intensificación y expli-
citación del mensaje que en sí pretende transmitir la obra (es decir, el contenido).
Por ejemplo, Robbin Ami Silverberg, de nuevo, utiliza bobinas de hilo. La temática
con la que habitualmente trabaja esta artista residente en Brooklyn, es la de conju-
gar frases populares o temas proverbiales relacionados con la visión de qué tipo de
trabajo le corresponde a una mujer según algunas viejas tradiciones y visiones ma-
chistas, como el hilo que ha venido tejiendo gran parte de nuestra cultura, a la cual,
obviamente critica.
Por último, está el “Antibook” de Francisca Prieto, diseñadora natural de Chile que
actualmente labora en Londres. Este libro fundamentado en la idea del antilibro para
ser libro, puede compararse conforme a un formato convencional, el de códice. No
obstante, si lo que pretendemos es poder leer su contenido, unos poemas de Nicanor
Parra a quien Prieto homenajea, necesitaremos romperlo para formar esta figura
geométrica, un icosaedro, a partir del cual sí podremos leer los poemas que atesora.
La lectura, finalmente será doble. Por una parte, podremos saciar nuestro deseo de
leer los poemas y por otra, hacer una lectura conceptual: el libro, aunque libro, no
tiene que ser un libro para que lo puedas leer, te reta a que lo redefinas tú mismo, con
tus propias manos.
Veamos otros ejemplos. Las imágenes tomadas del libro The Life and Opinions of
Tristram Shandy, Gentleman del novelista inglés Laurence Sterne. Obra publicada
en Londres en 1759 y 1767. La obra de Tristam Shandy versa sobre la vida que an-
tecede, vive y precede a este personaje homónimo, Tristam Shandy. La estructura
narrativa de Tristram Shandy tenía unas cotas de experimentación, aunque de moda,
increíblemente radicales para la época. La historia de Tristram Shandy es una paro-
dia de estilo cervantino, en la que a lo largo de los nueve volúmenes que la conforman,
Sterne salta de una anécdota a otra sin un sentido diacrónico ni lógica clara, para ex-
trañeza del lector. Para ello, Sterne ubica a Tristram como el narrador de la obra, un
narrador que, página tras página, va describiendo sucesos ocurridos aleatoriamente
antes de su nacimiento, en vida y muerte, tomando como protagonistas a un sinfín
de personalidades —cada cual más estrambótico— pero relacionados de una manera
u otra con él. Un estilo narrativo increíblemente anárquico e incluso antinovelístico
• Lección 1: Un libro está hecho para abrirse en la página 1 y ser leído de forma
lineal hasta llegar a su fin.
• Lección 2: El diseño importa, pero no mucho. Prima la palabra ante todo.
• Manual de estilo de Visual Editions, editorial de libros:
• Lección 1: Los elementos físicos de un libro son una oportunidad para crear y
profundizar en la creación de la representación de la literatura. Las páginas se
pueden difuminar, romper, doblar al servicio de este propósito.
• Lección 2: El diseño es tan importante como la historia. Pero tiene que añadir
algo más. Es un medio para contar historias, no un mero envoltorio. Utilízalo
de forma coherente. (44)
Esta idea de trabajar en torno a lo que ellos denominan Visual Writing o “escritura
visual”, cobra mayor fuerza con su segundo lanzamiento como editorial.
En la obra “Tree of Codes”, el joven escritor americano Jonathan Safran Foer rea-
liza una interpretación y relectura de su obra literaria favorita: The Street of Croco-
diles de Bruno Schulz.
Esta obra aparenta ser un libro normal por su tipo de encuadernación. Sin embar-
go, cuando lo abrimos descubrimos con asombro que todas sus páginas están troque-
ladas minuciosamente y que cada una de ellas posee un diseño de troquel diferente.
El proyecto de Jonathan Safran fue un proyecto realmente complejo. Diseñado por De
Bondt Sara, actualmente profesora en el Royal College of Art, y con diseño de portada
del también belga, Jon Gray, Tree Codes no constituye una novedad pues, ya artistas
vanguardistas de la época del dadaísmo y el futurismo habían trabajado con muchos
de los conceptos que encontramos en la obra de Safran4. Sin embargo, Tree of Codes, al
igual que la edición de The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman, son ver-
daderos retos editoriales. Y no sólo por la complejidad de su producción. Por ejemplo,
las páginas de la obra de Tree of Codes se cortaron en Holanda, se montaron en Bélgica
y después, la distribución y almacenaje se llevó a cabo en Inglaterra. Sino también por-
que vivimos un momento del diseño del libro, en el que los ebooks parecen estar toman-
do espacio por parte de los consumidores. Los múltiples impedimentos que pudiera
3 La susodicha academia no existe. En sí, se refiere al concepto reinante en la mayoría de las editoriales.
4 Por ejemplo, Tristan Tzara explicaba de la siguiente manera, cómo hacer un poema dadaísta: “Tome un periódico.
Luego unas tijeras. Elija en ese periódico un artículo que tenga la extensión que usted quiera dar a su poema.
Corte el artículo. Corte en seguida con cuidado cada una de las palabras que constituyen ese artículo y póngalas
en una bolsa. Agite suavemente. Extraiga luego cada trozo uno tras otro en el orden en que salen de la bolsa.
Copie concienzudamente. El poema será la viva imagen de usted. Y usted será un escritor infinitamente original
y de una exquisita sensibilidad, aunque el vulgo no lo comprenda” (Tristan Tzara, Siete manifiestos Dadá, 1924,
en Setton, Y., 1990).
A modo de cierre
Para concluir, me gustaría resumir recordando que para poder leer un libro-arte, uno
tiene que aprender a leer entre líneas. No sirve de nada mirar, contemplar, explorar
y captar su mensaje construido a partir de uno de sus múltiples elementos que lo
componen, como el texto escrito. Para comprender un libro-arte requerimos realizar
un esfuerzo intelectual más allá de lo puramente textual. Pero, sobre todo, necesita-
mos comprender que este particular género artístico busca redescubrir los límites del
libro como medio de comunicación.
La legibilidad del libro-arte nada tiene que ver con asegurar la visibilidad y facili-
dad de lectura de un texto (ya sea por cómo está dispuesto en la página como fondo y
figura o por cómo esté tratado lingüísticamente). Según las definiciones de legibilidad
de Daniel Cassany (2010): “El concepto de legibilidad designa el grado de facilidad
con que se puede leer, comprender y memorizar un texto escrito. Hay que distinguir
la legibilidad tipográfica (legibility en inglés), que estudia la percepción visual del
texto (dimensión de la letra, contraste de fondo y forma), de la legibilidad lingüística
(readibility), que trata de aspectos estrictamente verbales, como la selección léxica o
la longitud de la frase” (20-21).
Sin embargo, el grado de legibilidad de un libro-arte o de un diseño editorial ex-
perimental, dependerá de cómo el autor reúna, jerarquice o relativice los elementos
que lo componen. Finalmente, la naturaleza y originalidad de la conjugación de los
elementos que haya seleccionado, serán las que finalmente posibiliten que el lector/
espectador decida tomar una postura inusual frente a dicha creación y, por ende, que
desee ejercer una lectura no textual, sino conceptual del libro como medio de comuni-
cación y expresión artística.
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C
on el objeto de identificar las posibilidades de lectura en el libro-arte, el
siguiente trabajo hilvana de manera paralela la reflexión de la estructura
específica de la lectura que realiza Hans-Georg Gadamer, en su texto Oír,
ver, leer (1984), a diferentes expresiones del libro-arte que permita como
resultado proponer formas de aproximación al género. Se utilizan diferentes expre-
siones artísticas para ejemplificar los procesos de su método.
En la estructura a la que Gadamer remite se identifican cuatro momentos centra-
les: primero la acción comunicativa; segundo, el ejercicio multi-sensorial; tercero, la
reconversión del texto en lenguaje, que se apoya en dos elementos: la memoria y la
intuición, para alcanzar la comprensión; y por último, la presencia del texto.
Más que páginas, cubiertas, títulos, encuadernación, ilustraciones o tipografía, lo
que exalta la clasificación de Libro-arte, como tal, es la capacidad de evocar una sen-
sación de lectura. Esta aseveración hecha por Bibiana Crespo (1999: 92) sobre el
libro-arte en su tesis doctoral permite, en concordancia a la definición del libro-arte
como objeto de exploración, lectura y percepción múltiple, justificar la pertinencia de
un discurso sobre posibles lecturas divergentes a las convenciones lógicas del lengua-
je que cedan un acercamiento a este género artístico.
Un libro, como objeto de comunicación, contiene un mensaje a articular, en el que
se ostenta una coherencia entre el continente y el contenido, así como una secuencia
1 Véase al respecto el libro Teoría de la acción comunicativa (1981) de Jürgen Habermas, hermenéutico de la cor-
riente crítica, quien desarrolla un trabajo exhaustivo sobre el concepto de acción comunicativa. Antonio Franco
(2004) en su artículo sobre el modelo habermasiano de la acción comunicativa en cita a Bertuccelli describe: “El
acto comunicativo está destinado a establecer el diálogo en el acto lingüístico (hablante-oyente del acto de habla).
Expresa el sentido pragmático del discurso, explicitando el sentido de las expresiones” (36).
2 El libro-performance trata de descubrir la capacidad del libro para actuar en tres formas distintas, primero como
el espacio del performance, segundo como un performance y tercero como espacio conceptual. Del libro-perfor-
mance se desprenden dos acepciones el libro-documento, y el libro-partitura (Crespo, 1999, véase pp. 74-75).
3 Resulta restrictivo para la experiencia de lectura del libro-arte, el hecho de sólo relacionar los sentidos de la vista
y la audición, ya que para lograr una buena lectura habrá que referirse a una actividad multisensorial, donde
la vista, el oído, pero también el tacto, el olfato y el gusto, tienen la capacidad de leer un texto, a tal grado que
excluyendo de la experiencia alguno de los sentidos no se lograría la comprensión.
4 En este sentido, Luz del Carmen Vilchis, citando a Barthes, habla de esta acción multi-sensorial cuando la experi-
encia estética de la lectura de un objeto desborda lo literal (Vilchis, 2009, p. 94). Pudiera interpretarse lo anterior
con la cualidad del objeto a trasmitir el mensaje sin oportunidad de confusión. Todos los sentidos unánimes se
apropian del significado.
5 El uso de los términos connotar y denotar es una apropiación de los conceptos que Umberto Eco utiliza en su libro
La Estructura Ausente (1986) al hablar de la función y el símbolo en la arquitectura.
6 Anton (1994) como una de cuatro tipologías (el libro reciclado, libro parasitado, libro montaje y el libro-objeto)
describe los libros-reciclados como aquel en que el autor retoma un libro ya editado para re-diseñarlo en busca de
un campo de significación mayor (Mínguez 2010: 194).
7 David Freedberg define aura como “aquello que libera a la respuesta de las exigencias de la convención”. Tam-
bién hace mención a una posible independencia del objeto “El aura de un cuadro o de una escultura en un museo
puede alcanzar una fuerza similar a la de su aura original, pese al efecto mitigador de la reproducción y de su
alejamiento del contexto original (Freedber, 2010: 479).
8 Tanto Barthes como Gadamer utilizan la figura del cuerpo como analogía para hablar del lenguaje, del texto o de
la obra de arte. Mientras Barthes (1973) en su obra El placer del texto, habla de la figuración como un modo de
aparición inmediato que lo aproxima a una cosa, Gadamer (1984) en Oír, ver, leer, utiliza el sentido de la presen-
cia como permitir que algo perdure en el instante. Ambos conceptos se utilizan para exponer la cualidad de inde-
pendencia que un texto tiene del autor, lo que permite a cualquier lector aproximarse al objeto, en consecuencia
todo libro-arte se puede leer.
9 En un contexto de reflexión sobre el arte conceptual, Greenberg citado por Guasch (2000) menciona que “los mini-
malistas confundían lo innovador con lo extravagante y por ello buscaban cosas ‘estéticamente extrañas’ como la
«presencia» en lugar de preocuparse de las cualidades esenciales del arte” (28). Al respecto se considera que la
presencia no tiene que conducir a la complejidad y extrañeza del objeto, sino a personalizarla.
Como conclusión, anotar que se marcan algunas diferencias entre las posibilida-
des de la lectura del libro común y las posibilidades de lectura del libro-arte: ambas
manifiestan una acción comunicativa, pero la lectura en el libro común se desarrolla
tradicionalmente de manera lineal, con una concordancia entre el contenido y el con-
tinente. Lo que en el libro-arte varía, al presentarse lecturas cíclicas, fragmentadas
y aparentes incoherencias de contenido. Respecto a la dinámica sensorial, el libro co-
mún usualmente sólo requiere del sentido de la vista para la lectura, en contraparte
la lectura del libro-arte exige la selección de los sentidos para la comprensión adecua-
da del texto. Así, en la reconversión del texto en lenguaje el esfuerzo de la memoria e
intuición se potencializa en la lectura del libro-arte para la comprensión del concepto,
lo que de manera menos abstracta ocurre en la lectura del texto común. Y por último,
al hablar de la presencia del texto, la distinción entre ambos casos radica en cómo y
cuál es el origen de construcción del texto que permita contener el tiempo para que
algo perdure. Bien afirma Gadamer (1984) que al leer una obra de arte literaria —y
se agregaría cualquier obra que exponga un texto—, no se atiende solo a la informa-
ción que ofrece, se obliga a retroceder constantemente a la unidad de construcción,
que siempre se articula de modo diferente
Si bien toda experiencia es lectura en la que se selecciona y discrimina según los
intereses particulares. El objetivo de la metodología presentada ha sido definir un
camino10 para alcanzar en la lectura del libro-arte nuevas formas de representación
10 La idea de camino se retoma del pensamiento de Derrida quien en entrevista con Eva Meyer en febrero de 1986,
Referencias bibliográficas
afirma “El camino no es un método; esto debe quedar claro. El método es una técnica, un procedimiento para
obtener el control del camino y lograr que sea viable. Remite a Heidegger, quien señala que ódos, el camino, no
es el méthodos; que existe una senda que no se puede reducir a la definición de método. La definición del camino
como método fue interpretada por Heidegger como una época en la historia de la filosofía que tuvo su inicio en
Descartes, Leibniz y Hegel, y que oculta el «ser camino» del camino, sumiéndolo en el olvido, mientras que de
hecho, tal «ser camino» indica la infinitud del pensamiento: el pensamiento es siempre un camino. Por tanto, si el
pensamiento no se eleva sobre el camino o si el lenguaje del pensamiento o el sistema lingüístico pensante no se
entienden como un metalenguaje sobre el camino, ello significa que el lenguaje es un camino y que, por lo tanto,
siempre ha tenido una cierta conexión con la habitabilidad”.
A
ctualmente podemos encontrar una infinidad de escritos sobre libro-arte,
de igual manera un número de distintas variantes acerca de su realización.
Así encontramos libros ilustrados, libros de artistas, libros instalación, li-
bros performance, libros electrónicos. Permitiendo un manejo de conceptos
adaptados al libro-arte. Además su flexibilidad permite la utilización de herramien-
tas de comunicación como el signo, los símbolos lingüísticos y las múltiples relaciones
entre sí, para resaltar ideas, emociones, percepciones, entre el hacedor y el lector.
Durante tres décadas hemos observado mercados artísticos alrededor del libro-
arte, demostrando ser un campo creativo, experimental y vasto. Con esta inquietud
comenzamos a buscar el origen de alterar los libros de cualquier género, esto da pie
al artículo Libros Alterados, como ejemplo: aquellos libros rayados que pertenecen a
un periodo de nuestra vida estudiantil, profesional. Aquí nace el punto de interés del
individuo y del artista en manifestar por medio de caracteres su sentir del momento
con rayones, dibujos, marcaciones, escritos, ideas, reflexiones que, directa y consciente
o inconscientemente, se plasmó en los espacios blancos de los libros.
Bajo esta premisa nos enfocamos a la capacidad de cada individuo al momento
de ser creativo junto con varias alternativas, al generar conocimiento por medio de
búsqueda, necesidad, investigación, curiosidad, en nuestras funciones cotidianas. En
esta ocasión hablaremos de los espacios blancos existentes en los libros, mismos que
han experimentado desde tiempos inmemorables la intervención del ser humano,
dejando una riqueza y una amplitud de conocimiento espontáneo, regado por todo
el mundo, forjando así verdaderas obras de arte, beneficiando inconscientemente al
nacimiento del libro-arte. Comprobemos estas líneas echando un vistazo a nuestro
Estos dibujos son más que nada para soportar las tediosas y aburridas clases de
la escuela, mientras el profesor no se daba cuenta, y nosotros nos resistíamos a
explotar en carcajadas.
Libros alterados
92 Recuerdo toda la escuela y el instituto, aguantándome la risa. Echar lágrimas
de tanto reír y sofocar carcajadas ante el temor de que el profesor se diera cuenta
que éramos los únicos que realmente se lo estaban pasando bien en la clase, pero
no precisamente porque disfrutáramos con ésta, sino porque estábamos todo el
tiempo bromeando.
Bellos recuerdos, y al ver de nuevo los olvidados dibujos, me han traído tantos
recuerdos, y he vuelto a reír.
El que tenga estos dibujos, y podamos disfrutar de ellos se lo debemos a mi
amigo Juan Ramón, que fue coleccionando cada uno de los dibujos que caían en
sus manos. Conservándolos en perfecto estado, archivados.
Espero que disfrutes con ellos, porque me sorprende que ya con mis 12 años, fu-
era ya tan imaginativo y si cabe, aún más creativo de lo que soy ahora, porque
no estaba sujeto a ninguna directriz impuesta por la facultad de Bellas Artes
(Comunicación personal, 2011).
Libros alterados
94 obstante, esta dualidad será una constante que motiva un discurso doble de la misma
situación, muchas veces puede ser opuesta o / y en conflicto.
Así podemos ver que el libro alterado deja un testimonio escrito de dicho momento,
incluso la construcción de buena parte de la creatividad del ser humano, convirtién-
dose en promotor del actual libro-arte. En pocas palabras: vemos una presencia pro-
pia en cada uno de los libros alterados que podemos tener o ver en cualquier stand.
En su defensa diremos que el doble discurso que encontramos al intentar descubrir
la forma de entender lo escrito nos permite la utilización de nuestra iniciativa innata,
mediante conceptos, rayones, signos, símbolos, marca textos, etcétera, para la difu-
sión de la sensatez del individuo, estableciendo sucesos naturales como la creatividad
y la inocencia.
Por ejemplo, con una sola palabra expresamos conceptos complicadísimos, además
con ella se pueden generar historias, comedias, verdades, falsedades. En ella se deja
un plano textual para incorporarse al conocimiento como un trato cotidiano de una
estrategia descriptiva funcional y referente que nos sirve como un texto fundamental
dentro de la aplicación del conocimiento.
De esta forma los libros alterados tienen una defensa plenamente fiel, sin salirse
del campo de la grafía, en cualquiera de éstos se expone una serie de planteamientos
con una argumentación elocuente con unas estrategias, bajo un modo discursivo pro-
pio, cuya enunciación responde a una situación particular de un mundo en formación
(conocimiento). Es aquí cuando el arte empieza a florecer, donde la idea y el concepto
de formación promueve un cambio. La diferencia entre libro-arte y libro alterado au-
menta con la discriminación artística que sufre el libro alterado por encontrarse al
alcance de todos, siendo denigrado hasta el fondo de los recuerdos.
Por ello es interesante tomar en cuenta estos libros alterados, mismos que nos
dejan denominaciones artísticas muy creativas, unipersonales de materiales tan sim-
ples y de gran valor para cada uno de nosotros, así comenzamos una defensa, además
dar a conocer acerca de los libros alterados debido al potencial y a su conciencia de
intelectualidad personal, cien por ciento llegando a un estado mayor si lo vemos como
parte cultural del ser humano.
Con todo esto el libro alterado se coloca en una situación especial, al abrir un
espacio que en principio era destinado a las variantes del libro-arte: Esto significa la
ampliación de la visión interpretativa, creativa y de sabiduría popular que da pie a
un debate intelectual. Además que propicia un elevado reconocimiento a estos traba-
jos que juegan un papel importante y constructivo dentro del nivel textual, pues con-
firma la fuerza, el peso y la necesidad de sacar nuestro espíritu creativo, propiciando
una visión ingenua sobre un territorio sumamente intelectual como es el campo ar-
tístico. Pero no cabe duda que de la unión de ingenuidad y creatividad resulta una
manifestación artística sumamente interesante, intensa y divertida, estos encuentros
dan forma a un arte creativo, fresco y dinámico para cualquier amante del arte.
Cabría situar al libro alterado como un proceso comunicativo de la sociedad, como
resultado de una razón ordenadora, de condición socio-cultural, afirmándose como
• El uso del espacio dentro del texto, generando un segundo espacio con doble
texto de la misma aportación en momentos distintos y ajenos.
• Un planteamiento eficaz y en un momento específico, la representación de la
imposición literaria.
• Una lucha contra la adversidad, la inteligencia contra el poder, aquí el protago-
nista hace gala de su intelectualidad.
• Representaciones de grafismos y simbolismos únicos.
• La ocupación de un nuevo estado por medio de la transformación.
• Además una evolución intelectual, la pertenencia a un estado por crearse, un
proceso de desarrollo de una unidad dinámica del interventor obligando al pro-
tagonista a descubrir el trasfondo de una idea planteada anteriormente.
Libros alterados
96 • Trazar un camino desde lo idealista hasta la madurez de una concepción, un
nuevo resultado.
• Generar un cúmulo de proposiciones y defensas sobre el tema tratado o estu-
diado.
Referencias bibliográficas
E
s posible una nueva lectura del libro-arte desde una visión apropiacionista.
Desde la segunda mitad del siglo XX, definir el concepto de libro-arte ha
sido un problema. Para este texto, en lugar de profundizar en este concepto,
partiremos del enfoque que el artista José Emilio Antón ha desarrollado
sobre el libro-arte y sus tipologías. Antón realiza una clasificación, que puede esta-
blecer gracias a las múltiples posibilidades que distintos lenguajes y sistemas de co-
municación dentro del libro-arte permiten. Las posibilidades de clasificación son muy
variadas, Antón propone la clasificación partiendo del número de ejemplares (véase
figura 1).
1 Como se mencionó no existe una categorización única, dentro del libro-arte, podríamos mencionar el libro parasi-
tado que es considerado un libro reciclado, pero en esta ocasión no lo abordaremos.
2 Para observar los resultados de este proceso puede revisarse su obra What I Didn’t Learn in Hebrew School
(2005).
3 En este sentido, puede revisarse su obra Ancient Fable In The Body This Bone Bears (2005).
4 Tradición japonesa, en la que se realizan poemas cortos de pocas sílabas.
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versidad de Castilla La Mancha.
E
l libro-arte es un soporte más para el artista, donde crea de una manera
muy personal, da un enfoque visual, táctil y ejerce una función en específi-
co de forma y contenido. Esta expresión artística es trabajada en distintas
formas: puede ser intervenido, recortar sus páginas, dibujar en ellas, pintar,
cortar, esculpir, tallar, utilizar la textura de sus páginas, el empastado, el tamaño,
etcétera. Asimismo el libro-arte está supeditado a la manipulación y elaboración de
ilustraciones, la xilografía, el grabado, la tipografía, la serigrafía y conforme a su
proceso, lo que el artista revela es la variedad de sus características que lo hacen
único. Una propiedad en el libro-arte es la comunicación e interpretación amplia
de lenguajes, en las que crea un proceso reflexivo al concebir la idea para trasgredir,
como lo explica Ulises Carrión (1980): “El lenguaje del nuevo arte es radicalmente di-
ferente del lenguaje cotidiano. Olvida intenciones y utilidad, y retorna a él mismo, se
auto-investiga, buscando formas, series de formas que hagan nacer, asocien, revelen,
las secuencias espacio-tiempo”.
Lo que menciona B. Crespo (2010) al citar una aclaración de C. Phillipot en el que
muestra en un diagrama de dos círculos, entre ambos un hexágono: “el primer círculo
representa el mundo de los libros y el segundo círculo el de arte, y en intersección el
hexágono que representa el mundo de los libros de artista. Dentro del hexágono hay
tres áreas más pequeñas que representan tres categorías: libros-objeto, obras-libro y
libros, con la modalidad de ser múltiples o únicos” (11). Esta aclaración le sirvió a C.
Pillipot para excluir del panorama de libro-arte a todos aquellos libros relacionados
con las artes del libro tradicional y la encuadernación. Con esta aportación existe una
clara diferencia de un libro común a un libro-arte. Otra diferencia es que el libro-arte
se encuentra en las galerías, los museos y las exposiciones artísticas, igualmente es
El libro-arte instalación
106 en una obra de arte (Lorena, 2009), concepción a la que se puede añadir la definición
de Jaime Mairata (2011): “El libro de artista es una nueva forma de expresión ar-
tística que utiliza como soporte el libro, constituyendo un lugar privilegiado para la
observación y el estudio de las vanguardias, por el contraste o paradoja que supone el
romper con la tradición, innovando hasta llegar incluso a la subversión y acudiendo
a las últimas tecnologías”.
Entendiendo, paralelamente, que la instalación ubica a la obra de arte en diálogo
directo con el espacio, podremos aproximarnos a las características del libro-arte-
intalación a través de Bibiana Crespo (2010) cuando comenta que: “Debido a que los
libro arte-instalación suelen adoptar notables dimensiones, la secuencia prolonga su
significado, aproximándolo a la idea de circuito. El espectador queda envuelto por
el espacio que lo circunda y la percepción de la obra se completa con el recorrido del
espacio que ocupa”. Teniendo esto en cuenta, los objetos tangibles y escultóricos pre-
sentan semejanzas fundamentales para la realización de la instalación, cuyo medio
de desarrollo es en el espacio. Es así como notamos que la definición de J.E. Antón
(1995) sobre libro-arte se relaciona con la bidimensionalidad y tridimensionalidad
que representa el libro-arte en el espacio de la instalación.
Sus especiales características hacen de él un medio con posibilidades mucho más
amplias: el juego con el tiempo, al poder pasar sus páginas, retroceder, desplegarlas
y leer un discurso plástico en secuencias espacio-temporales, la posibilidad de unión
entre la pintura, y la escultura, entre otros. J.E. Antón (1995) define libro-arte-ins-
talación como: “Las obras que son situadas en un espacio, actúan sobre ese espacio
o que sus dimensiones tridimensionales sobrepasan el formato tradicional del libro,
condicionando al espectador en su relación con el entorno”. De este modo, es lógico
que “en los libros-instalación las consideraciones ambientales toman gran relevancia;
factores como la iluminación, la música y otros elementos escenográficos son determi-
nantes para construirse como tales. Nuevamente nos encontramos con que la secuen-
cia o el ritmo de lectura son indispensables para conferir a una obra la categoría del
libro-instalación. Debido a que los libros-instalación suelen adoptar notables dimen-
siones, la secuencia prolonga su significado, aproximándolo a la idea de circuito. El
espectador queda envuelto por el espacio que lo circunda y la percepción de la obra se
completa con el recorrido del espacio que ocupa” (Crespo, 2010: 21-22).
En segundo lugar explicaré la relación fenomenológica que hay entre la percepción
de un objeto, en este caso el libro-arte en el espacio, y para ello abordaremos la defini-
ción epistemológica espacial de M.C. Cardona (2002) que menciona: “la epistemología
estudia las relaciones del objeto de estudio espacial, partiendo de la entomología (del
griego, on ontos, ser y logos, logia tratado), el cual estudia el ser y el objeto dentro de
la noción de la realidad”. Y profundiza en dos tipos de cumplimientos siendo estas dos
definiciones importantes para precisar las aportaciones del libro-arte en la instala-
ción, una de ellas es el Cumplimiento Significativo: “Eminentemente trascendental,
se da en la mente como objeto o situación mental, correlacionada con recuerdos y
experiencias de la percepción en la epojé o epoylkhe fenomenológica, […]”, donde las
Ambe, trabaja sus piezas, pensando más allá de lo que el espectador pudiera obser-
var, va un paso más adelante, conduce al espectador, le da opciones, crea un lenguaje
1 Papel Yupo: papel sintético con propiedades de durabilidad, no tiene problemas de conservación, resiste bien las
manchas, la humedad y los productos químicos, libre de ácido.
2 Esta y otras obras pueden ser revisadas en su página web: http://www.norikoambe.com/
El libro-arte instalación
108 de observación recorrido, espacio y tiempo. En su obra llamada Vista de Viaje (2003)
no sólo es el espacio su estudio, es la atmósfera que crea entre cada distancia de libro-
arte, cada libro parece surgir del suelo, donde se detiene para poder ser observado.
Otro artista, Anselm Kifer, pintor y escultor representante del neo expresionismo
—identificado en la forma de expresarse con el pincel de una manera gestual y vio-
lenta—, crea paletas monocromáticas a través de sus pinturas (inmensos paisajes),
entremezclando la cultura actual y el modo en el que contribuyó la política alemana de
Segunda Guerra Mundial. Sus técnicas más utilizadas son el collage y el assemblage,
trabajando con materiales poco ortodoxos como el plomo, alquitrán, vidrio, alambre,
yeso, barro, ceniza, polvo, flores y plantas reales. En este sentido, su obra se considera
a partir de cuatro principios formales:
Referencias bibliográficas
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news%5D=566&tx_ttnews%5BbackPid%5D=75&cHash=ca0f9d6bc0dcdb9b5de1
ffb880052d23&tx_ttnews%5Bissue%5D=84
E
l libro arte La vida y sus candados (2011), se presentará en forma de es-
piral.1 Consta de seis octaedros compuestos de ocho trapecios cada uno, de
ochenta centímetros de diámetro, trabajados en láminas de aluminio del-
gadas, utilizando transfer en la mayoría de las placas —intervenidas con
acrílico en colores negro, blanco y rojo—, con temas alusivos a los poemas del poeta
colombiano José Luis Garcés González.
Los dos primeros octaedros, son imágenes transferidas de algunas de mis obras,
haciendo referencia a los candados impuestos por la sociedad. Los candados a los que
nos enfrentamos en la vida cotidiana, que empiezan con los primeros trabajos: pode-
LO QUE PERMANECE
Después de la muerte del pintor
el cuadro vuelve a exponerse
Después de la muerte del poeta
el poema vuelve a leerse
Después de la muerte del novelista
su historia sigue editándose
Después de la muerte del músico
su canción sigue escuchándose
Pero los cuerpos muertos no vuelven hacer arte
Porque el arte que es lo que permanece
no lo hacen ni la mano ni la voz
ni juntas las dos
Lo hace el silencio creativo del Espíritu (Garcés, 2008: 70).
Referencias bibliográficas
Garcés, J.L. (2008). Sombra en los aljibes. El Túnel: Medellín.
D
entro de las actividades realizadas a lo largo de la semana del simposio, se
incorporó la elaboración de un libro-arte colectivo a modo de instalación,
por medio de la colaboración de todas y todos los asistentes a las diversas
conferencias de la semana.
Realización de las “páginas” del libro-arte colectivo por parte de los asistentes.
Actividades
114
Finalmente, al concluir el simposio, todas las hojas adheridas por todo el interior
del Audiovisual, fueron compiladas en una caja transparente, para ser incluida como
obra colectiva en las diferentes exposiciones del proyecto de investigación-creación
libro-arte/abierto. Proyecto que dirige y coordina Mínguez, y cuyas obras se expusie-
ron en la Biblioteca CRAI (Universidad de Barcelona, España), Facultad de Bellas
Artes de Valencia (Universidad Politécnica de Valencia, España), Facultad de Artes
Visuales (Chihuahua, México) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (Ciudad Juárez,
México) a lo largo de 2011.
Actividades
116
Taller de tipografía: De la mano
al bézier: creación digital de fuentes
(4 al 8 de abril de 2011)
D
e la mano al bézier: creación digital de fuentes fue el título del taller de pro-
ducción tipográfica impartido por el Mtro. Isaías Loaiza,� del 4 al 8 de abril
de 2011 en las instalaciones del Instituto de Arquitectura Diseño y Arte.
Esta actividad fue una de las muchas incorporadas al Primer simposio de
la tipografía al libro-arte, fungiendo por la tarde como acción práctica complementa-
ria a las conferencias de las mañanas.
Para la realización de dicho taller, los participantes indagaron en los distintos tipos
de lectura y sus requerimientos formales, abordando problemas estilísticos dentro de
la familia tipográfica y las partes que la componen. De este modo, los integrantes ex-
perimentaron y comprendieron el proceso del diseño tipográfico de manera detallada,
para profundizar en los criterios que hacen de una fuente un diseño consistente.
Bajo las características de un taller de diseño abierto a cada proyecto con pre-
sentaciones por parte del formador —que reconducían y desarrollaban los aspectos
teóricos, conceptuales, práctico y técnicos—, este breve laboratorio abordó temáticas
esenciales como la anatomía y clasificación tipográfica, las familias y su uso, la legi-
bilidad y los tipos de lectura, los signos tipográficos y el dibujo vectorial (curvas de
Bézier), la interpolación y el espaciamiento, así como también Adobe Illustrator vs.
FontLab y OpenType para usuarios.
Actividades
118
Alejandra Martínez.
Benito Mendoza.
Actividades
120
Carlos González.
Christian Hernández.
David Montañez.
Actividades
122
Érika Soto.
Marco Velasco.
Óscar Frausto.
Paola Gallegos.
Actividades
124
Sandra Cadena.
Claudia Rodríguez.
Sara Cárdenas.
D
entro del marco del Simposio de la Tipografía al Libro-Arte, el jueves 7
de abril de 2011, tuvo lugar la mesa debate De la tipografía al libro-arte,
puntos de encuentro. Espacio en el que diferentes participantes del evento
mostraron sus perspectivas y opiniones respecto a muchas de las temáti-
cas que este simposio propició. La Mtra. Sandra I. Cadena, moderadora de la sesión
y coordinadora general del evento, contó con la participación del Mtro. Isaías Loaiza,
invitado especial de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, así como
con las contribuciones de compañeras y compañeros del Instituto de Arquitectura Di-
seño y Arte: Silvia Rodríguez, Sara Cárdenas, Cándido Valadez, Ángel Valenzuela y
Miguel Ángel Achig.
Actividades
126
Una mesa debate es un contexto de reflexión producido a través del poder del diá-
logo y la sana discusión, un tejido que se trama en la práctica discursiva posibilitando
la apertura conceptual de lo allí planteado y que indiscutiblemente sirve al posicio-
namiento de ideas, a alzar barreras mentales y a la generación de nuevos estatutos
válidos en nuestra experiencia. Con nuestra creatividad como filtro, todo aquello hace
que nuestro quehacer diario sea algo con lo que comprometerse y por lo que seguir
investigando. Así, dentro de esta panorámica, los invitados fueron estableciendo sus
analogías y divergencias a través de una serie de cuestionamientos dispuestos por la
moderadora.
Partiendo de algo tan simple —y complejo a la vez— como preguntar ¿qué comu-
nican las letras? O cómo cada quien consideraba el enunciado “leer entre líneas”, fue
emergiendo de cada especialista una serie de experiencias facilitadoras de escenarios
contrastantes y disímiles que, en la distancia, estaban en contacto. Pues, en este
sentido, no sólo les unía el gusto por lo que cada quien elaboraba, sino también la
tremenda pasión por el aprendizaje mutuo que les ayudara a la concreción de nuevas
creaciones.
Es así como, en prácticamente dos horas, el público asistente —y los mismos invi-
tados—, pudieron encontrarse con sus procesos de trabajo y alimentarlos, transfor-
marlos, innovarlos o fundamentarlos, alejándose de la inmovilidad y la indiferencia.
Finalmente, la mesa debate De la tipografía al libro-arte, puntos de encuentro fungió
como la conversación pendiente externada, que se ofreció como colofón al simposio, y
que sirvió para ir asentando todas las ideas amanecidas a lo largo del mismo.
Actividades
128 Exposición: Pasión por el diseño
(Inaugurada en miércoles 6 de abril
en las instalaciones del edificio B del IADA,
maestros y estudiantes de la Licenciatura
en Diseño Gráfico)
Angélica C. Castellanos Cuevas
Exposición: Pasión por el diseño (Inaugurada en miércoles 6 de abril en las instalaciones del edificio
B del IADA, maestros y estudiantes de la Licenciatura en Diseño Gráfico)
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La obra expuesta cuenta con las siguientes características: tema libre, técnica,
soportes y formato libre, con la sugerencia de incluir el tema tipográfico, al formar
parte de los eventos celebrados durante la Semana del Diseño. En esta primera eta-
pa, se contó con la participación de 15 docentes, seleccionándose cuatro de ellos que
se integran en las memorias del Simposio de la tipografía al libro-arte, como parte de
las actividades surgidas en la Semana del Diseño 2011.
Cada una de las obras siguen el principio de reflejar y transmitir la pasión que
tenemos al momento de ejercer nuestra profesión y lo que se puede obtener, cuando
en nuestro diario vivir hacemos las cosas con PASIÓN.
Exposición: Pasión por el diseño (Inaugurada en miércoles 6 de abril en las instalaciones del edificio
B del IADA, maestros y estudiantes de la Licenciatura en Diseño Gráfico)
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Exposición: Pasión por el diseño (Inaugurada en miércoles 6 de abril en las instalaciones del edificio
B del IADA, maestros y estudiantes de la Licenciatura en Diseño Gráfico)