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Encuentro n2 Reconoce Tu Dignidad

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Concepto de dignidad humana

La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado
como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo
hecho de ser persona. 

Como seres dignos (sinónimo de valiosos) somos merecedores del derecho a la vida, a la


libertad (salvo como pena si se ha cometido un delito) a la educación y a la cultura, al trabajo,
a poseer una vivienda, a constituir una familia, tener alimentación saludable y recreación.
Debemos poder elegir nuestro destino, nuestra vocación, nuestras ideas, con el único límite
del respeto a la dignidad de los demás. Se oponen a la dignidad humana, los tratos
humillantes, indecorosos, discriminatorios, la violencia, la desigualdad legal y jurídica

Dignidad de la persona

La dignidad de la persona humana está arraigada en su creación a imagen y semejanza de Dios.


Dotada de alma espiritual e inmortal, de inteligencia y de voluntad libre, la persona humana
está ordenada a Dios y llamada, con alma y cuerpo, a la bienaventuranza eterna.

La dignidad del hombre nace del hecho de haber sido creado por Dios a su imagen y
semejanza, haber sido reconciliado por Cristo y estar llamado a la Bienaventuranza del Cielo.

¿De dónde nace la dignidad del hombre?

La dignidad del hombre nace de ser creado por Dios a su imagen y semejanza, de haber sido
reconciliado por Cristo y de estar llamado, mediante la gracia, a alcanzar su plenitud en la
bienaventuranza del cielo.

¿Cómo puede el hombre llegar a la felicidad del cielo?

Mediante el ejercicio de su libertad, practicando el bien, cumpliendo en su vida el amoroso


plan que Dios tiene para él.

CAPÍTULO PRIMERO
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA

1700 La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza


de Dios (artículo primero); se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina (artículo
segundo). Corresponde al ser humano llegar libremente a esta realización (artículo tercero).
Por sus actos deliberados (artículo cuarto), la persona humana se conforma, o no se conforma,
al bien prometido por Dios y atestiguado por la conciencia moral (artículo quinto). Los seres
humanos se edifican a sí mismos y crecen desde el interior: hacen de toda su vida sensible y
espiritual un material de su crecimiento (artículo sexto). Con la ayuda de la gracia crecen en la
virtud (artículo séptimo), evitan el pecado y, si lo han cometido recurren como el hijo pródigo
(cf Lc 15, 11-31) a la misericordia de nuestro Padre del cielo (artículo octavo). Así acceden a la
perfección de la caridad.

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