Darel Medicina
Darel Medicina
Darel Medicina
proceso, cuya función es producir modalidades de estímulo tales como el tacto, la temperatura, la propiocepción
(posición del cuerpo) y la nocicepción (dolor). Los receptores sensoriales actúan en la piel, el epitelio, el
músculo esquelético, los huesos y articulaciones, órganos internos y el sistema cardiovascular. Mientras que el
tacto es considerado uno de los cinco sentidos tradicionales, la impresión del tacto está formada por varias
modalidades. En medicina, el término coloquial "tacto" es usualmente reemplazado por "sentidos somáticos",
con el objeto de reflejar en forma apropiada la variedad de mecanismos involucrados.
El proceso tiene lugar principalmente en el área somatosensorial primaria ubicada en el giro postcentral del
lóbulo parietal de la corteza cerebral.
En resumen, el sistema se activa cuando una neurona sensorial es impulsada por algún estímulo específico, como
el calor; esta neurona pasa a un área del cerebro especialmente atribuida al área del cuerpo que ha recibido el
estímulo.
Índice
ste planteamiento se conoce como ley de líneas marcadas, expresión con la que
se quiere hacer referencia a que las vías sensoriales siguen un trayecto
predeterminado y genéticamente programado, desde los receptores a las áreas de
proyección sensorial, donde se “interpreta” o descodifica la información recibida.
La modalidad sensorial depende de la zona del SNC a la que llegan los impulsos
nerviosos y no de cuál haya sido la energía estimular. Los receptores sensoriales
están especialmente “sintonizados” con la modalidad sensorial o tipo de energía a
la que responden normalmente.
2 son los mecanismos con los que cuentan las neuronas sensoriales:
Código de frecuencia
Una neurona no puede generar más de unos 1.000 potenciales de acción por
segundo. Cuando una determinada intensidad de estimulación le haga responder
con esa frecuencia de disparo, cualquier aumento de esa intensidad pasará
desapercibido para esa neurona.
Este planteamiento se conoce como ley de líneas marcadas, expresión con la que
se quiere hacer referencia a que las vías sensoriales siguen un trayecto
predeterminado y genéticamente programado, desde los receptores a las áreas de
proyección sensorial, donde se “interpreta” o descodifica la información recibida.
La modalidad sensorial depende de la zona del SNC a la que llegan los impulsos
nerviosos y no de cuál haya sido la energía estimular. Los receptores sensoriales
están especialmente “sintonizados” con la modalidad sensorial o tipo de energía a
la que responden normalmente.
2 son los mecanismos con los que cuentan las neuronas sensoriales:
código de frecuencia
Una neurona no puede generar más de unos 1.000 potenciales de acción por
segundo. Cuando una determinada intensidad de estimulación le haga responder
con esa frecuencia de disparo, cualquier aumento de esa intensidad pasará
desapercibido para esa neurona.
Hay unos receptores que son más fidedignos que tros, tanto en lo que se refiere a
la codificación de la intensidad de la estimulación como a su duración. El caso
más característico es el de los receptores de presión táctil asociados a
los corpúsculos de Pacini que son receptores (son neuronas) que sólo responden
con potenciales de acción al principio y al final de la estimulación y dejan de
hacerlo el resto del tiempo, lo que significa que responden a los cambios en el
estímulo. Esta reducción es la adaptación sensorial.
Para que un organismo pueda verse afectado por una estimulación ambiental, es
preciso que el cambio de potencial sobrepase el umbral de disparo de la neurona
sensorial y se transforme en un potencial de acción.
A) Quimiorreceptores y Transducción
Receptores gustativos:
Predecir para qué puede servir el gusto: para distinguir lo que es bueno
para comer (y sobrevivir) de lo que no lo es, o sea, qué sustancias exógenas es
bueno incorporarlas y qué sustancias serán nocivas para el funcionamiento del
organismo.
Receptores Olfatorios:
Predecir para qué puede servir el gusto: para distinguir lo que es bueno
para comer (y sobrevivir) de lo que no lo es, o sea, qué sustancias exógenas es
bueno incorporarlas y qué sustancias serán nocivas para el funcionamiento del
organismo.
Receptores Olfatorios:
Los receptores olfatorios son neuronas bipolares con una proyección dendrítica
hacia la superficie de la mucosa olfatoria donde se engrosa y proyecta sus cilios y
una proyección axónica en su polo opuesto que atravesando el hueso craneal a
través de la placa cribiforme conecta ipsilateralmente con el bulbo olfatorio.
Receptores nociceptivos:
Hay muchos compuestos tanto exógenos como endógenos que afectan a las
terminaciones sensoriales nociceptivas. Algunas de estas sustancias activan
directamente a las neuronas sensoriales y otras intervienen en los procesos de
nocicepción actuando como moduladores modificando el umbral de respuesta de
las terminaciones libres a otros estímulos químicos o mecánicos.
B. Mecanorreceptores y transducción
Receptores cutáneos:
Corpúsculos de Pacini:
Cuando esta reducción se explica por la fisiología de los receptores sensoriales
recib
Aferencia sensitiva
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Las vías aferentes nos permiten la percepción del medio ambiente. Están asociadas mediante los
receptores y esos receptores son los órganos de los sentidos que son altamente específicos.
ercepción[editar]
La conciencia acerca del mundo está determinada por los mecanismos fisiológicos comprometidos en
el procesamiento de la información aferente, incluyendo pasos tales como la conversión de la energía
del estímulo en la actividad nerviosa codificada que indica la calidad, intensidad, localización, y
duración del estímulo. Los potenciales de acción se codifican en diferentes patrones temporales a lo
largo de diferentes fibras nerviosas. Este código representa la información procedente del mundo
externo aunque, como sucede a menudo con los símbolos, difiere en gran manera de la información
que representa. Es posible que la información aferente codificada tenga o no un correlacionado
consciente, es decir, puede estar o no incorporada al conocimiento consciente del mundo físico. La
información aferente que tiene un correlacionado consciente se denomina información sensorial, esa
experiencia consciente de los objetos y eventos del mundo externo que adquirimos del procesamiento
nervioso de la información aferente se denomina percepción. Su cuerpo está en pequeños ganglios
que están a cada lado de la columna vertebral. Tiene dos porciones, una mayor que es la fibra
periférica, que llega hasta una terminación sensitiva, y una menor que penetra a la médula espinal
por la raíz dorsal.
Etimología[editar]
El término aferente se deriva del participio en latín afferentem (af- = ad-: a + ferre: llevar), que
significa "llevar a". Ad y ex proporcionan una sencilla regla mnemónica en inglés para recordar los
significados de "aferente" y "eferente": afferent connection arrives y efferent connection exits. En
español, la regla podría mantenerse con los verbos sinónimos "arribar" y "exir".
Función[editar]
Proceso[editar]
En el sistema nervioso hay un sistema "circular cerrado" de sensación, decisión y reacciones. Este
proceso se lleva a cabo a través de la actividad de las neuronas aferentes, las interneuronas y las
neuronas eferentes. Por ejemplo, un toque o una estimulación dolorosa crea una sensación en el
cerebro sólo después de que la información sobre el estímulo sea transportada ahí a través de los
recorridos neuronales aferentes. Las neuronas aferentes son neuronas pseudounipolares, con una
única y larga dendrita y un axón corto, y un cuerpo celular liso y redondo. La dendrita es estructural y
funcionalmente similar a un axón, y está mielinizada: son estas dendritas similares a los axones las
que constituyen los nervios aferentes. Justo en el exterior de la médula espinal, miles de cuerpos
celulares de las neuronas aferentes están agrupadas en una hinchazón en la raíz dorsal o posterior
del nervio espinal conocida como ganglio espinal.
Las aferencias sensitivas son todo lo relacionado con los estímulos sensitivos que llegan a la
médula espinal. Son las neuronas encargadas de la recepción de sensaciones para transmitirlas al
cerebro, siendo las neuronas eferentes las que se encargan de conducir la información del cerebro a
los músculos implicados. Algunas afecciones pueden encontrar ubicada su causa en patologías de
las vías aferentes, en aquellas fibras nerviosas que conducen el impulso nervioso hasta la médula.
Por ejemplo, J. W. Lance ha propuesto que una desinhibición excesiva de la aferencia sensitiva del
nervio trigémino pudiera desencadenar migrañas con mareos Las vías aferentes nos permiten la
percepción del medio ambiente. Están asociadas mediante los receptores y esos receptores son los
órganos de los sentidos que son altamente específicos.
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La representación del mapa de la superficie corporal se realiza de una forma más precisa por la
contribución del sistema lemniscal.
-Sensibilidad
Clínicamente se examinan dos vías simatosensoriales: la vía espinotalámica (parte del sistema anterolateral) y la
columna dorsal-lemnisco medial.
En el primer caso las modalidades sensoriales que se exploran son el dolor y la temperatura. En el segundo caso
hay que valorar el sentido de posición, de vibración y de discriminación.
Haz espinotalámico
La primera neurona se encuentra en el ganglio raquídeo. La prolongación central de esta neurona penetra en la
médula y sinapta con las neuronas de segundo orden situadas en el asta posterior de la médula espinal. Los
axones de estas neuronas cruzan la línea media por la comisura ventral y asciende por la sustancia blanca como
tracto espinotalámico hasta el núcleo ventral posterior lateral (VPL) del tálamo. Los axones de las neuronas
talámicas se proyectan sobre la circunvolución postcentral o corteza somatosensorial primaria.
Los axones de las neuronas de primer orden ubicada en el ganglio raquídeo, penetran en la médula y ascienden
formando parte de los cordones posteriores del mismo lado. En los núcleos bulbares (gracillis y cunneatus)
sinaptan con la neurona de segundo. Los axones de estas neuronas se cruzan al nivel del bulbo y luego ascienden
cerca de la línea media en el lemnisco medial. Cuando el lemnisco medial llega a la protuberancia rostral se
lateraliza y se sitúa en las proximidades del tracto espinotalámico. Ascienden hasta alcanzar el VPL del tálamo.
La tercera neurona proyecta a la corteza somatosensorial primaria en la circunvolución postcentral.
RECORDAR que…
Disociación sensorial
Lesiones a nivel de la médula o del tronco del encéfalo puede cursar con disociación sensorial esto es, que se
afecta un sistema sensorial y no el otro.
Signos alternantes
Por ejemplo cuando se altera un lado de la cara y el lado opuesto del tronco. Esto ocurre en las lesiones del
tronco del encéfalo.
A nivel medular puede haber una afectación de la sensibilidad dolorosa y térmica en un lado del cuerpo y signos
de lesión de los cordones porsteriores en el lado contrario.
RECORDAR que…
• La determinación de un nivel sensorial de afectación es valioso. Para ello se utiliza el estímulo doloroso. El
nivel que determina el examen neurológico está 1 ó 2 segmentos medulares por bajo de la lesión anatómica.
• Un déficit sensorial de una lesión del nervio espinal será en una distribución de dermatoma.
• Un déficit sensorial en una lesión del nervio periférico se manifestrá en el territorio cutáneo o motor de ese
nervio periférico.
• Un déficit sensorial en una polineuropatía tendrá una distribución en guante o en calcetín porque l porción
distal de los axones es la más afectada.
Con todo, este proceso forma parte de otro más amplio: la percepción, en el cual,
la información sensorial se integra con la información previamente adquirida, por
lo que se añaden elementos subjetivos que pueden matizar la sensación. Por lo
tanto al hablar de percepción hay que contemplar un proceso activo e integrador
en el que participa todo el cerebro.
2.2 Codificación sensorial
3. 3. Receptores
4. 4. Temporalidad
5. 5. vibración presión vibración presión modalidad localización Intensidad y
curso temporal tren de PA estímulo
13. 13. Tacto
Sistema trigeminal
Nervio trigémino
el nervio oftálmico o V1, que sale del cráneo por la fisura orbitaria superior y discurre por el techo de la
órbita donde da sus ramas (nasal, frontal y lagrimal);
el nervio maxilar o V2, que atraviesa el agujero redondo mayor para pasar a la fosa pterigopalatina, en
la que se divide;
el nervio mandibular o V3, que atraviesa el agujero oval para llegar a la fosa cigomática y dividirse.
La función del trigémino se conforma por fibras somáticas que transportan impulsos exteroceptivos, como
sensaciones táctiles, de propiocepción y dolor de los 2/3 anteriores de la lengua, contribuye a la sensorialidad
de los 2/3 anteriores de la lengua (fibras gustativas proporcionadas por el nervio cuerda del tímpano del VII par),
piezas dentarias, la conjuntiva del ojo, duramadre, la mucosa bucal, nariz y los senos paranasales, además de
aproximadamente la mitad de la piel anterior de la cabeza.
El nervio maxilar: conduce información sensitiva sobre el párpado inferior y la mejilla, dorso y punta de
la nariz, el labio superior, los dientes superiores, la mucosa nasal, el paladar y el techo de la faringe, los
senos maxilar etmoidal y esfenoidal.
El nervio mandibular: conduce información sensitiva del labio inferior, dientes inferiores, alas de la nariz,
barbilla, de dolor y temperatura de la boca. La sensibilidad de los 2/3 anteriores de la lengua acompaña a
una rama de este nervio, la lingual, aunque estos tipos de fibras nerviosas luego se desvían para formar
parte del par VII.
Orígenes[editar]
Su origen aferente (fibras que salen de la médula) son dos raíces colocadas en la cara antero lateral de la
protuberancia anular, en el punto en que se funde con los dos pedúnculos cerebelosos medios. El ramo
sensitivo es el de mayor calibre y lleva por dentro la rama motriz, mucho más pequeña.
Núcleos:
Núcleo motor: es una pequeña columna gris, de 4 a 5 milímetros de altura, profundamente situada en la
protuberancia, algo por encima del núcleo facial.
Núcleo mesencefálico: consiste en una delgada columna de neuronas sensitivas primarias. Sus
prolongaciones periféricas, que viajan con los nervios motores, transmiten información propioceptiva desde
los músculos de la masticación. Sus prolongaciones centrales se proyectan, principalmente a su núcleo
motor (núcleo masticatorio), para encargarse del control reflejo de la mordedura.
Desde la cara ántero-lateral de la protuberancia, las dos raíces se dirigen hacia el borde superior de la porción
petrosa del temporal (roca del temporal) y pasan a la fosa craneal media atravesando un orificio formado por
la duramadre y que se encuentra asentado en la incisura de Gruber (impresión terminal) de la porción petrosa
del temporal, para llegar así al cavum de Meckel, un desdoblamiento de la duramadre, disociándose la raíz
sensitiva (plexo del trigémino) para luego formar el ganglio trigeminal (o de Gasser), que se aloja en la fosa
trigeminal (fosita de Gasser), de la fosa craneal media; mientras que la raíz motora se sitúa por debajo del
ganglio trigeminal (o de Gasser), cuyo borde convexo externo genera tres ramos terminales: nervio oftálmico,
nervio maxilar y nervio mandibular. Cada uno de estos nervios, tiene anexo un ganglio nervioso:
El nervio oftálmico llega a la órbita por la pared externa del seno cavernoso. Después de haber dado algunos
ramos sensitivos para la duramadre (nervio recurrente de Arnold), se divide en tres ramas, que penetran en la
órbita por la fisura orbitaria superior. Estas ramas son:
Nervio nasal[editar]
Es el más interno de los tres, atraviesa la fisura orbitaria superior, hendidura esfenoidal por la parte interna del
anillo tendinoso común anillo de Zinn, se relaciona con la pared medial de la órbita y sigue por ella hasta el
agujero etmoidal anterior, en donde se bifurca en un ramo interno y uno externo.
nervios ciliares largos, que se juntan al grupo de los nervios ciliares salidos del ganglio oftálmico;
filete esfenoetmoidal de Luschka, que se introduce en el agujero etmoidal posterior (orbitario interno)
y posterior y termina en la mucosa del seno esfenoidal.
nasal externa, continua con el camino que iba siguiendo el nervio, sigue el borde inferior del oblicuo
superior/mayor hasta llegar a la polea del mismo, Troclea, , donde emite ramos ascendentes que se
distribuye por la región interciliar, y ramos descendentes para las vías lagrimales y la piel de la nariz.
nasal interna, se desvía de la ruta común yéndose por el agujero etmoidal anterior acompañado de
la arteria etmoidal anterior, llega a la lámina cribosa para así entrar en las fosas nasales y se distribuye en
ellas por dos ramos, uno para el tabique y el otro para la pared externa de las fosas nasales y la piel de la
nariz (nervio nasobulbar).
Nervio frontal[editar]
Penetra en la órbita por la hendidura esfenoidal por fuera del anillo de Zinn y se divide en dos ramos terminales
llegando al reborde orbitario:
nervio supratroclear, sale por la escotadura supratroclear y se distribuye por la pared interna de la
región frontal, del párpado superior y raíz de la nariz.
Nervio lagrimal[editar]
Penetra en la órbita por la parte más externa de la hendidura esfenoidal, sigue la pared externa de la órbita,
donde se bifurca y termina en un ramo interno que se distribuye sobre el párpado superior y por la piel
adyacente, acabando en un arco que se anastomosa con el patético y con un filete del nervio maxilar superior
(ramo orbitario). El ramo externo inerva la glándula lagrimal.
Es un pequeño engrosamiento situado en la parte externa del nervio óptico. Tiene forma cuadrilátera. Recibe
ramos nerviosos (ramas aferentes) y emite otros (ramas eferentes).
Sus ramos eferentes forman los nervios ciliares (en número de ocho a diez). Estos nervios, se dirigen hacia el
globo del ojo. Después de dar algunos filetes muy finos a la vaina externa del nervio óptico y a la arteria
oftálmica, perforan la esclerótica alrededor del nervio óptico. Corren entonces por entre la esclerótica y
la coroides y dan algunos filetes a estas dos membranas y llegan hasta la cara externa del músculo ciliar,
formando un complicado plexo, del que salen numerosos filetes terminales para el músculo ciliar, el iris y la
córnea.
Nervio maxilar o V2
Es un nervio sensitivo. Nace en la parte media del borde convexo anteroexterno del ganglio de Gasser, en
plena fosa craneal media. Sale del cráneo por el agujero redondo mayor, atraviesa sucesivamente la fosa
pterigomaxilar, donde adquiere la forma de “bayoneta” y ocupando la posición más alta y más profunda,
atraviesa la hendidura esfenomaxilar e ingresa a la órbita, recorriendo su piso (canal infrorbitario y conducto
infrorbitario) y, al llegar al agujero infraorbitario, ingresa a la región geniana, donde cambia de forma y de
nombre, adquiriendo la forma de un ramillete y pasando a llamarse nervio infraorbitario. En su trayecto da seis
ramas colaterales y una terminal.
1. Ramo meníngeo medio. Nace en el trayecto intracraneal del nervio antes de salir por el redondo mayor y
sigue luego a la arteria meníngea media por las meninges de las fosas esfenoidales, para inervar a
la duramadre craneal.
2. Ramo orbitario. Nace en la fosa pterigopalatina, penetra en la órbita por la fisura orbitaria inferior hendidura
esfenomaxilar, y se divide en dos ramos, uno, llamado ramo lacrimopalpebral, que se dirige adelante destinado
a inervar a la glándula lacrimal poseyente de un filete que inerva al párpado superior; y el otro, llamado ramo
cigomático, este último se divide en dos ramos: cigomático facial, sale por el agujero del mismo nombre y da
inervación sensitiva a los pómulos de la cara y cigomático temporal, sale por el agujero del mismo nombre y da
inervación sensitiva a las fibras verticales del músculo temporal.
3. Ramas Alveolares Posterosuperiores. Nacen en la fosa pterigomaxilar, son dos o tres, y van a perforar la
tuberosidad del maxilar por sus agujeros dentarios posteriores para entregar inervación a molares superiores,
ingresando a ellos por los respectivos ápices radiculares (con excepción de la raíz mesio-vestibular del primer
molar superior).
4. Rama Alveolar Anterosuperior. Nace al interior del canal infraorbitario y, tras recorrer la mucosa sinusal, va
a entregar inervación a caninos e incisivos superiores; puede confundirse en la línea media con las ramas
alveolares anterosuperiores del lado contralateral y eventualmente generar inervación cruzada en incisivos
centrales.
5. Rama Alveolar Superior y Media Es Inconstante; aporta inervación para las premolares superiores y la raíz
mesio-vestibular del primer molar superior.
- Nervio faríngeo de Bock. Atraviesa el conducto pterigopalatino para inervar el techo de la faringe, la trompa
de Eustaquio y el seno esfenoidal.
- Nervio palatino anterior. Se dirige a través del vértice de la fosa pterigomaxilar y se introduce en el conducto
palatino posterior y se distribuye la mucosa palatina de molares y premolares por el velo del paladar; durante su
trayecto por el conducto, da el nervio nasal posterior, para el cornete y meato inferior.
- Nervio palatino medio. que se introduce en los conductos palatinos accesorios para inervar la mucosa
palatina del tercer molar superior y la mucosa de la mitad anterior del velo del paladar, paladar blando, úvula o
campanilla.
- Nervio palatino posterior. Que se introduce en los conducto palatino accesorio para inervar la mucosa de la
mitad posterior del velo del paladar, paladar blando, úvula o campanilla..
- Nervio esfenopalatino externo. se distribuye por la mucosa de los cornetes medio y superior.
- Nervio esfenopalatino interno. recorre diagonalmente el tabique nasal o hueso vomer, desciende por este y
se dirige por el piso de las fosas nasales para ingresar por el agujero nasopalatino donde se anastomosara con
el nervio esfenopalatino interno del lado opuesto para formar el nervio nasopalatino, donde inervara a la mucosa
palatina de incisivos y caninos superiores.
Rama terminal[editar]
Nervio infraorbitario, atraviesa el agujero infraorbitario para convertirse en un nervio cruciforme (en forma de
penacho) e inerva a la piel del ala de la nariz, labio superior y mucosa, encía vestibular del canino superior
hasta la línea mesial, región cigomática (pómulo) y párpado inferior.
Ganglio esfenopalatino o de Meckel: Es un pequeño engrosamiento de color gris rojizo, situado por debajo
del nervio maxilar superior, en la fosa pterigomaxilar, algo por fuera del agujero esfenopalatino. Además de dos
o tres pequeños filetes procedentes del nervio maxilar superior, el ganglio de Meckel recibe otras tres ramas,
unidas entre sí formando un solo tronco, que es el nervio vidiano. Estas tres ramas son:
1. ramo carotídeo, procedente del plexo simpático, que rodea la carótida interna;
2. el nervio petroso superficial mayor (que nace del ganglio geniculado del facial y atraviesa el hiato de Falopio),
y
3. el nervio petroso profundo mayor (procedente del ramo de Jacobson, ramo del glosofaríngeo). Estas tres
ramas, que contienen las tres raíces del ganglio (simpática, motriz y sensitiva), se unen para formar el nervio
vidiano, el cual sale del cráneo por el agujero rasgado anterior, se introduce en el conducto vidiano y llega así
hasta el ganglio de Meckel.
Nervio de tipo mixto. Nace del ganglio de Gasser en la fosa craneal media como un nervio sensitivo; se dirige
verticalmente hacia abajo hacia el agujero oval, por el que ingresa hacia la fosa cigomática. Durante su paso
por este agujero, la raíz motora del trigémino se funde a él, convirtiéndolo así en nervio mixto. Durante su
recorrido, da 8 ramas: 1 colateral y 7 terminales.
Rama colateral[editar]
Nervio recurrente meníngeo, que regresa a la cavidad craneal por el agujero espinoso, junto con la
arteria meníngea media para inervar la duramadre craneal.
Ramas terminales[editar]
Tronco témporo-bucal de donde salen el nervio temporal, profundo anterior, que atraviesa el agujero
cigomático para inervar al fascículo anterior del músculo temporal; y el nervio bucal, que pasa entre los dos
fascículos del pterigoideo externo para dirigirse al músculo buccinador, atravesarlo, e inervar la mucosa del
carrillo y la encía y surco vestibular de molares y segunda premolar inferior.
Nervio temporal profundo medio que atraviesa el agujero cigomático para inervar al fascículo medio
del músculo temporal.
Tronco témporo-maseterino de donde salen el nervio temporal profundo posterior, que atraviesa el
agujero cigomático para inervar al fascículo posterior del músculo temporal y el nervio maseterino que
atraviesa la escotadura sigmoidea de la mandíbula para inervar al músculo masetero.
Nervio Alveolar Inferior se dirige a la cara interna de la rama mandibular (espacio pterigomandibular)
para atravesar el foramen mandibular e ingresar al canal mandibular y dar inervación a molares y
premolares inferiores; a la altura del primer premolar inferior se divide en dos ramas: una interna, la incisiva,
destinada a incisivos y canino inferior, y otra externa, la mentoniana, que sale del canal mandibular a través
del foramen mentoniano, destinada a las partes blandas del mentón, el labio inferior, la encía y surco
vestibular de incisivos, canino y primera premolar inferior.
Nervio lingual ingresa con el nervio dentario inferior al espacio pterigomandibular, para luego hacerse
bastante superficial a la altura de la tercera molar inferior, y después ingresar a la celdilla sublingual
inervando a la mucosa sublingual, las glándulas sublingual y submandibular y toda la encía lingual de las
piezas dentarias inferiores; finalmente, ingresa a la lengua e inerva la mucosa de sus dos tercios anteriores,
se une con la rama cuerda del tímpano rama del nervio facial que da sensibilidad gustativa a los dos tercios
anteriores de la lengua.
Nervio aurículo-temporal que nace por dos raíces (una superior y otra inferior), que forman el ojal
nervioso de Juvara (atravesado por la arteria meningea media) y que luego se unen para formar un solo
nervio, para inervar a la ATM (articulación temporomandibular) y la glándula parótida entre otros, y luego
hacerse superficial, para inervar a la piel que recubre el conducto auditivo externo y el cuero cabelludo de la
región temporal (de allí su nombre).
Tronco común de donde sale la inervación para los músculos pterigoideo interno, periestafilino externo
y el músculo del martillo.
Ganglio ótico o de Arnold: pequeña masa nerviosa ovoidea situada inmediatamente por debajo del agujero
oval y por dentro del nervio mandibular. Recibe ramos nerviosos (ramas aferentes) y emite otros (ramas
eferentes).
-ramas aferentes: aparte de los ramos que le brinda el nervio mandibular, recibe tres raíces:
1. nervio petroso superficial menor (raíz motriz) procedente del nervio facial; 2. nervio petroso profundo mayor
(raíz sensitiva) proveniente del nervio glosofaríngeo y 3. la raíz simpática proveniente del plexo que rodea a la
arteria meníngea media.
écnicas de anestesia[editar]
Véase también[editar]
Nervio
Nervio facial
Tejido nervioso
Quemestesis
Herpes zóster
Queratitis neurotrófica
F. Puebla Díaz
1. Introducción
El dolor es la causa más frecuente de consulta médica. La Asociación Internacional para el Estudio
del Dolor definió el dolor como "una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada a
una lesión tisular real o potencial". La percepción del dolor consta de un sistema neuronal
sensitivo (nocioceptores) y unas vias nerviosas aferentes que responden a estímulos nocioceptivos
tisulares; la nociocepción puede estar influida por otros factores (p.ej.psicológicos). En el
momento del diagnóstico de una neoplasia, entre el 30-50% de los pacientes presentan dolor, que
en las fases avanzadas de la enfermedad puede llegar al 70-90%. En los pacientes con cáncer
avanzado, el 70% de los dolores tienen su origen en la progresión de la propia neoplasia,
mientras que el 30% restante se relaciona con los tratamientos y patologías asociadas. En la
mayoría de las ocasiones el dolor oncológico es crónico. Para una correcta valoración del dolor es
conveniente conocer varias cuestiones como su variación temporal (agudo, crónico), patogenia,
intensidad.... El dolor oncológico sigue unas normas de tratamiento especificadas según las
pautas recomendadas por la O.M.S.
Los pacientes que reciben tratamiento radioterápico con intención radical o paliativa, presentan
con frecuencia toxicidad en diferentes grados, dentro del área del tratamiento, que se manifiesta
con dolor. El empleo creciente de esquemas de tratamiento agresivos basados en combinaciones
de radio y quimioterapia concomitantes, alteraciones del fraccionamiento así como escalada de
dosis, hacen que el dolor constituya un problema en la práctica clínica diaria. Esta complicación
puede obligar a la suspensión temporal o definitiva del tratamiento radioterápico y nos puede
dificultar mantener el esquema terapéutico propuesto.
A. Según su duración
A-1) Agudo: Limitado en el tiempo, con escaso componente psicológico. Ejemplos lo constituyen
la perforación de víscera hueca, el dolor neuropático y el dolor musculoesquelético en relación a
fracturas patológicas.
A-2) Crónico: Ilimitado en su duración, se acompaña de componente psicológico. Es el dolor típico
del paciente con cáncer.
B. Según su patogenia
B-1) Neuropático: Está producido por estímulo directo del sistema nervioso central o por lesión de
vías nerviosas periféricas. Se describe como punzante, quemante, acompañado de parestesias y
disestesias, hiperalgesia, hiperestesia y alodinia. Son ejemplos de dolor neuropático la plexopatía
braquial o lumbo-sacra post-irradiación, la neuropatía periférica post-quimioterapia y/o post-
radioterapia y la compresión medular.
B-2) Nocioceptivo: Este tipo de dolor es el más frecuente y se divide en somático y visceral que
detallaremos a continuación.
B-3) Psicógeno: Interviene el ambiente psico-social que rodea al individuo. Es típico la necesidad
de un aumento constante de las dosis de analgésicos con escasa eficacia.
C. Según la localización
C-2) Visceral: Se produce por la excitación anormal de nocioceptores viscerales. Este dolor se
localiza mal, es continuo y profundo. Asimismo puede irradiarse a zonas alejadas al lugar donde
se originó. Frecuentemente se acompaña de síntomas neurovegetativos. Son ejemplos de dolor
visceral los dolores de tipo cólico, metástasis hepáticas y cáncer pancreático. Este dolor responde
bien al tratamiento con opioides.
D. Según el curso
D-2) Irruptivo: Exacerbación transitoria del dolor en pacientes bien controlados con dolor de fondo
estable. El dolor incidental es un subtipo del dolor irruptivo inducido por el movimiento o alguna
acción voluntaria del paciente.
E. Según la intensidad
E-2) Moderado: Interfiere con las actividades habituales. Precisa tratamiento con opioides
menores.
G. Según la farmacología:
G-1) Responde bien a los opiáceos: dolores viscerales y somáticos.
G-2) Parcialmente sensible a los opiáceos: dolor óseo (además son útiles los AINE) y el dolor por
compresión de nervios periféricos (es conveniente asociar un esteroide).
G-3) Escasamente sensible a opiáceos: dolor por espasmo de la musculatura estriada y el dolor
por infiltración-destrucción de nervios periféricos (responde a antidepresivos o
anticonvulsionantes).
2. La subida de escalón depende del fallo al escalón anterior. En primer lugar se prescriben los
analgésicos del primer escalón. Si no mejora, se pasará a los analgésicos del segundo escalón,
combinados con los del primer escalón más algún coadyuvante si es necesario. Si no mejora el
paciente, se iniciarán los opioides potentes, combinados con los del primer escalón, con el
coadyuvante si es necesario.
3. Si hay fallo en un escalón el intercambio entre fármacos del mismo escalón puede no mejorar
la analgesia (excepto en el escalón 3).
Los enfermos con dolor leve son indicación de tratamiento con fármacos como el Paracetamol,
Aspirina u otros analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (primer escalón). Estos agentes
presentan techo terapéutico: una vez alcanzada la dosis máxima recomendada, el incremento de
la dosis no produce mayor analgesia. La Sociedad Americana del Dolor recomienda que todos los
regímenes analgésicos deben incluir un fármaco no opioide aunque el dolor sea suficientemente
intenso como para añadir un analgésico opioide.
El dolor moderado se puede beneficiar de un tratamiento con opioides menores como la codeína.
Se utilizan conjuntamente con analgésicos no opioides, ya que pueden ser aditivos o sinergistas.
Los opiaceos actúan a través de receptores en el sistema nervioso central, mientras que los
analgésicos no opioides ejercen su acción en la periferia (segundo escalón).
Los enfermos con dolor severo necesitan tratamiento con opioides mayores como la morfina,
fentanilo y la oxicodona de liberación retardada (tercer escalón). Los agonistas puros (morfina,
metadona y fentanilo) no tienen techo analgésico a diferencia de los agonistas parciales
(buprenorfina).
Cuando no se obtiene una analgesia adecuada con opioides sistémicos, debe considerarse el
cuarto escalón que incluye procedimientos como la analgesia continua espinal o epidural, bloqueo
de nervios periféricos, bloqueo simpático, etc.
4. Dolor iatrogénico
El dolor oncológico causado por los tratamientos puede estar originado por la cirugía, la
radioterapia y la quimioterapia. Es difícil determinar la incidencia real del dolor debido a los
tratamientos de irradiación. Se estima que aproximadamente el 90% de los pacientes sometidos a
radioterapia experimentan eritema cutáneo, pero sólo el 10-20% sufren radiodermitis III-IV. Más
del 90% de los pacientes diagnosticados de tumores de cabeza y cuello que reciben tratamientos
combinados de radio y quimioterapia desarrollarán mucositis III-IV. Las repercusiones de la
mucositis incluyen el dolor, la pérdida de peso que obligue a gastrostosmía o colocación de SNG y
la posible interrupción temporal o definitiva del tratamiento con el consiguiente perjuicio para el
control tumoral.
El dolor debido a la radiación es un efecto adverso recogido en los CTC (Common Toxicity Criteria)
2.0 (Tabla III).
– Volumen irradiado.
– Dosis total.
– Fraccionamiento.
Existen una serie de síndromes clínicos dolorosos en pacientes en cuyo programa de tratamiento
se incluye un tiempo de irradiación. Entre estos síndromes se encuentran dolores neuropáticos
como la fibrosis de los plexos braquial y lumbar, así como la mielopatía rádica; otros cursan con
dolor nocioceptivo somático como el linfedema. Existen síndromes dolorosos tipo nocioceptivo
visceral-somático como la mucositis y la enterocolitis. Asimismo existen toxicidades tardías como
la osteoradionecrosis, proctitis crónica y segundos tumores radioinducidos que pueden causar
dolor.
Estudios clínicos con dosis única (radioterapia intraoperatoria, radiocirugía estereotáxica) y con
braquiterapia intersticial (alta tasa/baja tasa de dosis) ha demostrado que el riesgo de secuela del
tipo neuropatía rádica está relacionada con la dosis administrada y el volumen irradiado.
Existen escasas publicaciones sobre guías de práctica clínica específicas del manejo dolor
iatrogénico postirradiación. Recientemente The Mucositis Study Section of the Multinational
Association of Supportive Care in Cancer (MASCC)/Internacional Society for Oral Oncology (ISOO)
han desarrollado la Guia de Práctica Clínica para la prevención y tratamiento de la mucositis
gastrointestinal producida por los tratamientos oncológicos.
Conclusiones
Para un correcto tratamiento del dolor, se deben identificar y evaluar los síndromes dolorosos más
comunes en pacientes oncológicos. La formación adecuada capacita para realizar un tratamiento
satisfactorio del dolor. El dolor iatrogénico por irradiación es un dolor multifactorial que precisa un
tratamiento adecuado para evitar en lo posible las alteraciones en los esquemas terapéuticos
propuestos. Son necesarios estudios fase III con fármacos que disminuyan la toxicidad de los
esquemas de tratamiento que incluyan un tiempo de irradiación.
Existen diferentes clasificaciones del dolor. Aquí intentamos clasificar el dolor desde un punto de vista
académico según su fisiopatología subyacente (Nociceptivo y Neuropático), según su duración de presentación
(agudo, crónico) y otros tipos de dolor (oncológico, psicógeno).
TEXTO COMPLETO
Dada la elevada prevalencia del dolor entre la población, es importante que el farmacéutico
adquiera los conocimientos necesarios para saber atender a los pacientes que acuden a su
establecimiento y proporcionarles asesoramiento que les ayude a aliviar su enfermedad en
función de las características
La International Association for the Study of Pain (IASP) define el dolor como “una experiencia
sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real o potencial o descrita en
términos de tal daño”.
Es importante tener en cuenta que el dolor es, en principio, un mecanismo de defensa, cuya
función es detectar y localizar los procesos que dañan las estructuras corporales, pero es también
un fenómeno subjetivo que puede estar o no vinculado a una lesión o patología orgánica. Además,
cuando esta vinculación existe, la intensidad del dolor no está necesariamente relacionada con la
gravedad de la alteración que lo produce.
Tampoco se debe olvidar que tiene una parte de sensación, que se describe a menudo como un
proceso que penetra o destruye los tejidos (lancinante, opresivo), y otra emocional (ansiedad,
excitación, miedo) en la que influyen aspectos físicos, psicológicos y sociales, lo que con
frecuencia complica su abordaje terapéutico.
Sobre todo cuando es crónico, es habitual que se presenten trastornos concomitantes como
depresión, alteraciones del sueño y disminución de las capacidades físicas.
Epidemiología
El dolor es la causa más frecuente de consulta médica y el motivo más habitual de solicitud de
medicamentos sin receta. Diversas encuestas realizadas en nuestro país muestran que alrededor
del 30% de la población refiere haberlo padecido en las últimas 48 horas, más del 40% en la
última semana y casi un 80% en los últimos seis meses. Tanto su prevalencia como su intensidad
son mayores en las mujeres y también aumentan con la edad.
Tipos de dolor
Según su duración
• Dolor agudo. Es un fenómeno de corta duración que generalmente se asocia a un daño tisular
y desaparece con la curación de este último. Suele estar claramente localizado y su intensidad se
relaciona con el estímulo que lo produce. Se acompaña de reflejos protectores, como la retirada
de la extremidad dañada o espasmos musculares y produce un estado de excitación y estrés que
conlleva un incremento de la presión arterial.
• Dolor crónico. Tiene una duración de más de 3 o 6 meses, se prolonga más allá de la curación
de la lesión que lo originó o se asocia a una afección crónica. Tanto la intensidad como la etiología
y el patrón de evolución son muy variables. No tiene una acción protectora y está especialmente
influenciado por los factores psicológicos, ambientales y afectivos.
Según su origen
• El dolor nociceptivo es el causado por la activación de los receptores del dolor (nociceptores)
en respuesta a un estímulo (lesión, inflamación, infección, enfermedad). Como ocurre con el dolor
agudo, suele haber una relación directa entre su intensidad y la gravedad de la agresión.
• El dolor neuropático se origina por un estimulo directo del sistema nervioso central (SNC) o
una lesión de los nervios periféricos. No se relaciona, por tanto, con la estimulación de las
terminales sensitivas y suele acompañarse de disestesias y parestesias. Es habitual que sea
desproporcionado para el estímulo que lo produce (hiperalgesia) y que aparezca sin que haya una
causa identificable. Se considera un dolor patológico, ya que no tiene ninguna utilidad como
mecanismo de alerta o defensa. Aunque se debe a causas muy diferentes, presenta características
comunes a la mayoría de los pacientes, como hormigueo, picazón, quemazón, opresión, punzadas
o descargas eléctricas.
Según su localización
El dolor nociceptivo de divide en:
• Dolor visceral, que se debe a lesiones o disfunciones de los órganos internos, aunque hay
vísceras que no duelen, como el hígado o el pulmón. Es profundo
TEXTO COMPLETO
Dada la elevada prevalencia del dolor entre la población, es importante que el farmacéutico
adquiera los conocimientos necesarios para saber atender a los pacientes que acuden a su
establecimiento y proporcionarles asesoramiento que les ayude a aliviar su enfermedad en
función de las características
La International Association for the Study of Pain (IASP) define el dolor como “una experiencia
sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real o potencial o descrita en
términos de tal daño”.
Es importante tener en cuenta que el dolor es, en principio, un mecanismo de defensa, cuya
función es detectar y localizar los procesos que dañan las estructuras corporales, pero es también
un fenómeno subjetivo que puede estar o no vinculado a una lesión o patología orgánica. Además,
cuando esta vinculación existe, la intensidad del dolor no está necesariamente relacionada con la
gravedad de la alteración que lo produce.
Tampoco se debe olvidar que tiene una parte de sensación, que se describe a menudo como un
proceso que penetra o destruye los tejidos (lancinante, opresivo), y otra emocional (ansiedad,
excitación, miedo) en la que influyen aspectos físicos, psicológicos y sociales, lo que con
frecuencia complica su abordaje terapéutico.
Sobre todo cuando es crónico, es habitual que se presenten trastornos concomitantes como
depresión, alteraciones del sueño y disminución de las capacidades físicas.
Epidemiología
El dolor es la causa más frecuente de consulta médica y el motivo más habitual de solicitud de
medicamentos sin receta. Diversas encuestas realizadas en nuestro país muestran que alrededor
del 30% de la población refiere haberlo padecido en las últimas 48 horas, más del 40% en la
última semana y casi un 80% en los últimos seis meses. Tanto su prevalencia como su intensidad
son mayores en las mujeres y también aumentan con la edad.
Tipos de dolor
Según su duración
• Dolor agudo. Es un fenómeno de corta duración que generalmente se asocia a un daño tisular
y desaparece con la curación de este último. Suele estar claramente localizado y su intensidad se
relaciona con el estímulo que lo produce. Se acompaña de reflejos protectores, como la retirada
de la extremidad dañada o espasmos musculares y produce un estado de excitación y estrés que
conlleva un incremento de la presión arterial.
• Dolor crónico. Tiene una duración de más de 3 o 6 meses, se prolonga más allá de la curación
de la lesión que lo originó o se asocia a una afección crónica. Tanto la intensidad como la etiología
y el patrón de evolución son muy variables. No tiene una acción protectora y está especialmente
influenciado por los factores psicológicos, ambientales y afectivos.
Según su origen
• El dolor nociceptivo es el causado por la activación de los receptores del dolor (nociceptores)
en respuesta a un estímulo (lesión, inflamación, infección, enfermedad). Como ocurre con el dolor
agudo, suele haber una relación directa entre su intensidad y la gravedad de la agresión.
• El dolor neuropático se origina por un estimulo directo del sistema nervioso central (SNC) o
una lesión de los nervios periféricos. No se relaciona, por tanto, con la estimulación de las
terminales sensitivas y suele acompañarse de disestesias y parestesias. Es habitual que sea
desproporcionado para el estímulo que lo produce (hiperalgesia) y que aparezca sin que haya una
causa identificable. Se considera un dolor patológico, ya que no tiene ninguna utilidad como
mecanismo de alerta o defensa. Aunque se debe a causas muy diferentes, presenta características
comunes a la mayoría de los pacientes, como hormigueo, picazón, quemazón, opresión, punzadas
o descargas eléctricas.
Según su localización
• Dolor visceral, que se debe a lesiones o disfunciones de los órganos internos, aunque hay
vísceras que no duelen, como el hígado o el pulmón. Es profundo
gún su curso
El dolor que persiste a lo largo del día sin aliviarse se denomina continuo y sus exacerbaciones
repentinas y transitorias, dolor irruptivo. Este último se puede clasificar a su vez en incidental
(cuando existe un factor desencadenante como el movimiento, la ingesta o la defecación) e
idiopático o espontáneo.
Según su intensidad
Se considera leve si no interfiere en la capacidad para realizar las actividades diarias, moderado
cuando dificulta estas actividades, e intenso cuando interfiere incluso en el descanso.
Existen dos tipos de receptores del dolor o nociceptores: los que responden a estímulos térmicos y
mecánicos y transmiten con rapidez la señal a través de fibras mielinizadas (Aδ) y los que están
conectados a las fibras amielínicas (C), de conducción más lenta, que responden a la presión,
temperatura y otro tipo de estímulos.
Los nociceptores, además de desencadenar la señal, liberan mediadores, como la sustancia P, que
produce vasodilatación, desgranulación de mastocitos e induce la producción y liberación de
mediadores inflamatorios.
Las fibras aferentes penetran en la médula espinal a través de las raíces dorsales y terminan en
las astas posteriores de la sustancia gris. Ahí contactan con neuronas medulares que llevan la
señal a las regiones cerebrales encargadas de la percepción del dolor. El hecho de que con una
neurona medular contacten numerosas aferentes, provoca que el cerebro pueda localizar
erróneamente la fuente del dolor, dando lugar así al fenómeno del dolor referido.
Las neuronas medulares transportan la señal al tálamo contralateral, desde donde es conducida a
la corteza frontal y a la somatosensitiva. Además de estos, existen otros circuitos neuronales que
intervienen en la modulación del dolor y que están implicados en sus factores afectivos y
emocionales. Las estructuras de estos circuitos moduladores poseen receptores sensibles a los
opioides endógenos (encefalinas, endorfinas) y exógenos.
Las lesiones y los trastornos funcionales de los nervios periféricos producen dolores intensos
(como la neuropatía diabética o el dolor postherpético). Ese tipo de dolores aparecen también
cuando se afectan el tálamo y el haz espinotalámico y son bastante difíciles de tratar. Estos
fenómenos se deben a que las neuronas lesionadas se vuelven muy sensibles a los estímulos e
incluso se activan espontáneamente, generando impulsos dolorosos.
Tratamiento no farmacológico
Muchos dolores pueden aliviarse, al menos en parte, mediante medidas como reposo, aplicación
de frío o calor, masajes y/o técnicas como la electroestimulación o la acupuntura.
atamiento farmacológico
Aunque la solución ideal para el dolor sería eliminar la causa que lo produce, con frecuencia esto
no es posible o no puede hacerse con la suficiente rapidez y se precisa un tratamiento
sintomático. Para ello se utilizan fundamentalmente los analgésicos, aunque también pueden
emplearse coadyuvantes. En este artículo nos centraremos en los primeros, ya que los últimos son
característicos de determinados dolores que se mencionarán en el resto de los artículos de esta
serie. En algunos dolores en concreto se emplean también otros medicamentos específicos (como
los triptanes en las migrañas) que se describirán, asimismo en los artículos que corresponda.
Una norma básica es que estos medicamentos deben utilizarse a la menor dosis a la que sean
suficientes para eliminar el dolor. Aumentar las dosis no implica necesariamente que se
incremente la eficacia analgésica y en caso de que eso suceda, no hay una relación lineal
dosisrespuesta, ya que estos fármacos presentan techo analgésico. Por el contrario, si que
aumenta el riesgo de padecer reacciones adversas que, especialmente a altas dosis y durante
tiempos prolongados, pueden ser muy graves. De hecho, los AINE son la primera causa
iatrogénica de ingreso hospitalario.
La dosis habitual es de 650 mg cada 6 u 8 horas. Aunque puede administrarse también al cabo de
4 horas y actualmente se está promocionando el uso de medicamentos que contienen 1g (que
pueden ser necesarios en algunos tipos de dolor), debe tenerse en cuenta que siempre es
preferible usar la menor dosis que resulte efectiva. En niños se recomienda administrar 60
mg/kg/día repartidos en 4 o 6 tomas.
Únicamente está contraindicado en casos de intolerancia, pero debe emplearse con especial
precaución en pacientes con hepatopatías, nefropatías y afecciones cardiacas y pulmonares.
Puede utilizarse durante el embarazo (categoría B de la FDA) y la lactancia a las mismas dosis que
se recomiendan en adultos.
• AINE. Los AINE son de primera elección en el dolor nociceptivo, especialmente cuando existe un
componente inflamatorio. La mayoría de ellos son inhibidores no selectivos de la ciclooxigenasa
COX, por lo que sus principales reacciones adversas se presentan a nivel de la mucosa gástrica
(por inhibición de la COX-1 que está relacionada con la síntesis de prostanoides que protegen la
mucosa), pero los denominados “coxibs” son selectivos para la COX2 (de distribución muy
generalizada en el organismo y relacionada con la síntesis de los mediadores del dolor).
Además de los efectos gastroduodenales, debe tenerse en cuenta su toxicidad renal y hepática.
Por otra parte, los salicilatos son una causa importante de asma alérgico (también otros AINE
pueden dar reacción cruzada, aunque es menos frecuente). En los últimos años se ha
incrementado la preocupación por su toxicidad cardiovascular, que ha llevado a la retirada de
algunos coxibs (rofecoxib,valdecoxib) y a establecer restricciones de uso del resto de los coxibs y
de aceclofenaco y diclofenaco, que parecen ser los que dan lugar a un incremento de riesgo más
acusado.
No deben asociarse a metotrexato y pueden aumentar también la toxicidad de las sales de litio y
de los aminoglicósidos. El riesgo de hemorragia se eleva significativamente si se asocian a
anticoagulantes, pero también es mayor al tomarlos junto a inhibidores de la recaptación de
serotonina, además la incidencia de este y otros efectos adversos se incrementa al asociarlos a
probenecid y antifúngicos azólicos, porque aumentan sus niveles plasmáticos. También debe
tenerse en cuenta que disminuyen la eficacia de betabloqueantes.
Los principales criterios para la selección de uno u otro AINE son los relacionados con su
seguridad, su farmacocinética y su pauta de administración. En general, los de acción más rápida
son preferibles para los dolores musculoesqueléticos de tipo agudo y los de vida media larga para
dolores crónicos.
Por vía tópica diclofenaco, ibuprofeno, ketoprofeno y piroxicam son los más efectivos para el alivio
de los dolores musculoesqueléticos y no parece haber diferencias significativas entre unos y otros
(tabla 1).
– Agonistas puros: Son agonistas selectivos o al menos muy preferentes de los receptores μ. A
este grupo pertenecen codeína, fentanilo, metadona, morfina, oxicodona, petidina o tramadol.
– Agonistas-antagonistas mixtos: Son agonistas de los κ y agonistas con poca actividad o incluso
antagonistas de los μ, por lo que, si bien son analgésicos, en presencia de un agonista puro se
comportan tanto más como antagonistas cuanto menor es su actividad sobre los μ. Los más
conocidos son butorfanol, nalorfina y pentazocina.
– Agonistas parciales: Son agonistas de los μ, pero con menor actividad que los puros, por lo que
en presencia de estos se comportan como antagonistas. El ejemplo típico es la buprenorfina.
– Antagonistas puros: Son agonistas de los μ, pero carecen de actividad analgésica, por lo que su
uso es como antídotos: naloxona, naltrexona.
Los opioides pueden ser muy eficaces en los dolores nociceptivos tanto agudos como en crónicos
y también pueden resultar útiles en el tratamiento del dolor neuropático.
Las principales reacciones adversas son: náuseas y vómitos (sobre todo tras la primera dosis),
estreñimiento (es la RAM que más suele afectar a los pacientes que los utilizan de forma crónica,
ya que a él no se desarrolla tolerancia) y la sedación y somnolencia. La dependencia física y el
riesgo de producir depresión respiratoria fueron, durante muchos años, el principal hándicap para
la extensión del uso de estos fármacos, pero si su administración se realiza de forma bien pautada
pueden controlarse adecuadamente.
La tolerancia es una característica común a todos los opioides y es cruzada entre los que activan
el mismo tipo de receptor. Obliga a ir incrementando paulatinamente las dosis y la velocidad a la
que se desarrolla es diferente para cada paciente. Afortunadamente, debido a su mecanismo de
acción y a diferencia de los AINE, los opioides no tienen techo analgésico, por lo que al
incrementar las dosis puede seguir controlándose el dolor.
Los agonistas puros son altamente adictivos y los agonistas-antagonistas producen con más
facilidad alucinaciones y efectos psicológicos. Por su parte, buprenorfina (agonista parcial) tiene
menor capacidad adictiva y mantiene su poder analgésico sin llegar a producir euforia y con muy
bajo riesgo de depresión respiratoria, pero produce más vómitos y la intoxicación no puede
tratarse con naloxona.
Opioides mayores. Se utilizan en el tratamiento de dolores intensos como por ejemplo los
oncológicos. El más conocido y utilizado como patrón es la morfina. La dosis inicial recomendada
por vía oral es de 5 a 10 mg cada 4 horas. Si no resulta suficiente para controlar el dolor, se
aumenta la dosis en un 50% cada día hasta conseguir la analgesia. Una vez controlado el dolor se
puede pasar a las formas de liberación prolongada, cuya pauta posológica resulta más cómoda
(una toma cada12 o cada 24 horas). En la tabla 3 se reflejan las dosis equianalgésicas de los
principales opioides mayores.
demás de la vía oral, existen en la actualidad otras alternativas que facilitan la adherencia a los
tratamientos, como los parches transdérmicos o que resultan de especial utilidad en el dolor
irruptivo (nebulizadores nasales o comprimidos sublinguales).
Los opioides pueden ser muy eficaces en los dolores nociceptivos tanto agudos como en
crónicos y también pueden resultar útiles en el tratamiento del dolor neuropático.
2. Recomendar el uso de frío para aliviar dolores asociados a inflamación y en las primeras horas
de los ocasionados por una lesión muscular.
4. Remitir al médico a los pacientes que precisen utilizar analgésicos sin receta durante más de 5
días seguidos.
7. En personas mayores reducir en un 25% o un 50% las dosis recomendadas para adultos.
10. Advertir a los pacientes que en ningún caso deben sobrepasar las dosis máximas
recomendadas porque pueden producirse graves efectos adversos.
Incluso dosis menores de 4g/día pueden resultar tóxicas en personas que consuman alcohol y
concretamente en los alcohólicos se establece una dosis máxima de 2g/día.
Sistema sensorial: Los sistemas sensoriales son conjuntos de órganos altamente especializados que permiten
a los organismos captar una amplia gama de señales provenientes del medio ambiente. Ello es fundamental
para que dichos organismos puedan adaptarse a ese medio.
Pero, para los organismos es igualmente fundamental recoger información desde su medio interno con lo cual
logran regular eficazmente su homeostasis. Para estos fines existen igualmente sistemas de detectores que
representan formas distintas de receptores, con una organización morfofuncional diferente y que podemos
llamar receptores sensitivos.
Ambos grupos grupos de receptores están ligados a sistemas sensoriales/sensitivos que presentan un plan
similar de organización funcional y ambos son capaces de transformar la energía de los estímulos en lenguaje
de información que manejan los organismos (señales químicas, potenciales locales y propagados). Es decir,
ambos grupos de receptores son capaces de transducir información.
El vestíbulo posee dos orificios (ventanas oval y redonda) tapados por sendas membranas. La ventana oval está
unida al estribo y recibe de él sus vibraciones. La cóclea se divide longitudinalmente por la membrana basilar,
sobre la que se asientan los filamentos terminales del nervio auditivo. Cuando el estribo empuja la ventana oval,
se produce una sobrepresión en la parte superior de la cóclea que obliga a circular el fluido linfático hacia la
cavidad inferior a través del helicotrema, mientras que la membrana basilar se deforma hacia abajo. Finalmente,
la membrana elástica que cierra la ventana redonda cede hacia afuera.
Cuando el estribo se mueve hacia la izquierda y la derecha, aumentando y disminuyendo la presión del líquido
contenido encima de la membrana basilar, aparece una onda que se desplaza de izquierda a derecha a lo largo de
la membrana. Esta onda puede visualizarse como un movimiento de traslación hacia arriba y hacia abajo de la
membrana. Su velocidad de avance depende de la frecuencia y de las características de la membrana basilar. En
algún punto de la cóclea la velocidad es cero. Cerca de ese punto, la membrana oscila hacia arriba y hacia abajo
con mayor fuerza y absorbe la energía de la onda. Cada punto de la membrana basilar responde así a una
determinada frecuencia.
Cuando el oído recibe un sonido con varias frecuencias, cada una de ellas excita un punto en la membrana
basilar, de modo que el cerebro puede interpretar además de la altura del sonido su timbre, sin más que discernir
qué terminaciones nerviosas fueron excitadas y con cuánta intensidad. Es decir, el oído interno funciona como
un analizador de sonidos.
Sistemas sensoriales
Todo organismo viviente requiere de un intercambio constante de energía y materia con
el ambiente que le rodea para conservar su integridad. En otras palabras, la integración
organismo-ambiente, es lo que determina la manifestación de sus potencialidades y por
consiguiente el desarrollo y cambio en este. Para el hombre, el contacto con algún objeto,
las variaciones en las longitudes de onda de la luz, las ondas sonoras que provocan
desplazamientos de las capas de aire, las diferentes concentraciones de sustancias
disueltas en el aire o el agua, entre otros muchos cambios energéticos de la materia que
le rodea, implican estímulos; es decir, acciones, cambios que se producen en el ambiente
que permiten al organismo recibir información de lo que sucede a su alrededor. En
resumen, somos capaces de detectar los estímulos, lo que nos permite responder y
reaccionar de forma tal que nos adaptamos a ellos, a la vez que nos permiten transformar
el ambiente que nos rodea. Por tanto la forma de establecer el vinculo interno-externo del
organismo con su ambiente, es solo posible a través de los diferentes sistemas
sensoriales que están presentes en el organismo humano; de ahí que: los sistemas
sensoriales son sistemas neurodinámicos complejos, cuya función principal es detectar,
translucir, transmitir e integrar la información de las variaciones energéticas de los
medios externo e interno del organismo. Existen tendencias a llamar analizadores, al
conjunto de estructuras que en nuestro hemos denominado sistemas sensoriales. Los
sistemas sensoriales, desde el punto de vista anatomofuncional pueden ser divididos en
tres partes que son: Parte periférica receptora: Comprende una amplia gama de
receptores que se excitan ante los estímulos adecuados y translucen las variaciones
energéticas, en impulsos nerviosos. Parte conductora: Integrada por las distintas fibras
nerviosas sensitivas o aferentes, por las cuales los impulsos nerviosos originados en los
recptores se trasmiten a las áreas corticales correspondientes de acuerdo al tipo de
estimulo y receptor excitado. En esta parte conductora, la información recibida
experimenta cambios debido a recesos de divergencia y convergencia fundamentalmente
en los circuitos neuronales, por lo que la información que partió del receptor (impulsos
nerviosos) experimenta edificaciones que contribuyen a la actividad del sistema
sensorial. Parte central cortical: Es donde la información continúa su análisis y
procesamiento hasta alcanzar la categoría de sensopercepción. Integran esta porción las
áreas corticales primarias y secundarias de la corteza cerebral, a donde llega la
información recibida según el sistema sensorial estimulado. Los sistemas sensoriales
son: 1. Sistema sensorial somático. 2. Sistema sensorial visual. 3. Sistema sensorial
auditivo. 4. Sistema sensorial gustativo. 5. Sistema sensorial olfativo.
Epitelio pigmentado.
Células fotoceptoras.
Células bipolares.
Células ganglionares.
Los conos permiten la visión diurna y el color. Se han identificado tres tipos de conos
debido a que tienen fotopigmentos específicos, para los colores rojo, azul y verde. Es
posible identificar los colores por la intensidad de la estimulación que se produce de la
combinación de los tres tipos de conos. Cuando llega la luz roja a la retina, no solo se
estimulan los conos rojos, sino que también se excitan los verdes y los azules, pero con
una intensidad menor, por lo que solo se refleja el rojo. En este caso los conos rojos se
estimulan con una intensidad de 0,4; los verdes, con 0,1 y los azules, con 0ñ esta
proporción 4:1:0 es interpretada por la corteza visual como sensación del rojo. Así para
cada color existe una proporción determinada. Los bastones son muy sensibles y permiten
la visión nocturna. En ellos se observa mayor cantidad de fotopigmentos, una alta
convergencia de los circuitos neuronales que integran la vía visual, por lo que son
capaces de captar fotones independientes, e integrar sus estimulaciones debido a la
sumación espacial y temporal; lo que nos permite captar pequeñas variaciones de energía
luminosa durante la noche. La capa de células bipolares y ganglionares hace sinapsis y
forman circuitos neuronales. Los axones de las células ganglionares constituyen la capa
más interna y forman el nervio óptico que sale de la retina por el punto ciego. La retina
como se ha podido apreciar, presenta los fotoceptores en las capas más profundas; por lo
que la luz tiene que atravesar todas las capas antes de actuar sobre los pigmentos, debido
a esto se plantea que presentamos una retina invertida. Sin embargo, en la región llamada
fóvea central, este fenómeno no ocurre y constituye la región de mayor agudeza visual del
ojo humano. La luz procedente del ambiente penetra al ojo a través de la córnea, continúa
por el humor acuoso, atraviesa el cristalino, pasa por el humor vítreo e incide sobre la
retina. Luego de cruzar las capas de la retina, llega a estimular el segmento externo de los
fotoceptores, donde se encuentran los fotopigmentos, la rodopsina en los bastones y otros
pigmentos de composición similar en los conos. Al influir la luz sobre el fotopigmento, se
producen variaciones instantáneas en su estructura química, lo que provoca una
hiperpolarización que constituye el potencial generador que durará mientras persista la
luz, y de esta forma, se produce la transducción de la energía luminosa. Posteriormente se
transmite se trasmite el impulso nervioso de una célula a otra hasta ser conducidas por
el nervio óptico. Como se puede apreciar, en la retina no solo tiene lugar la transducción
de la energía luminosa, sino que se inicia el proceso de análisis de la información recibida,
específicamente del color. Los nervios ópticos de ambos ojos pasan por la base de los
hemisferios cerebrales hasta el quiasma óptico, donde las fibras de la hemirretina nasal
de cada nervio decusan, mientras que las procedentes de las células ganglionares de la
hemirretina temporal se mantienen del mismo lado. La parte central o cortical del sistema
visual, la integra el área visual prima, ubicada en el lóbulo occipital y en los lóbulos
parietal y temporal inferiores, y área visual secundaria, la cual envía impulsos a otras
donde concluye el análisis de la información relacionada con el movimiento y la
localización espacial de los objetos. De la misma manera, otros impulsos viajan a áreas
visuales superiores donde concluye el análisis y procesamiento relacionado con la
percepción de la forma y los colores de los objetos observados. Estas interpretaciones se
hacen cada vez más complejas, permitiendo el análisis sensoperceptual de la información
que llega del ambiente.