04 Magaly de Castellà N PDF
04 Magaly de Castellà N PDF
04 Magaly de Castellà N PDF
Resumen
Abstract
en que «las familias de las víctimas del ron reubicados legal e ilegalmente
bando franquista recibían medallas al dentro y fuera del país, fueron solo
sufrimiento por la patria, pensiones algunas de las consecuencias más dra-
vitalicias, becas, homenajes y los res- máticas. Esa parte que no se quiere
tos de los suyos», mientras «las del recordar es lo que Colmeiro (2005,
bando republicano no pudieron reco- p. 153), para el caso, llama «crisis de
ger sus cuerpos, llevarles unas flores, memoria» ¿Cómo hablar de memoria
poner su nombre en una lápida o si- ante este dilema? Afortunadamente,
quiera recordarles en voz alta. El te- en el proceso asociativo que constitu-
rror que impuso el régimen silenció, ye la memoria y del que se ha hablado
la memoria...» (Pérez, 2010, p. 18). al principio, actúan tres factores: la si-
militud, el contraste y la continuidad.
La memoria histórica «rellena hue- En palabras de Skinner (1981, p. 58):
cos» (Colmeiro, 2005, p. 8) de dolor, «el conocimiento psicológico debería
de olvido, de frustración, de impoten- ser capaz no sólo de explicar el com-
cia, de recuperación, de esperanza, de portamiento humano, sino también
una nueva alternativa para reparar eso de predecirlo».
que no se puede devolver por ningún
motivo o circunstancias, la vida y la Predecir acontecimientos tan dolo-
esperanza interna de reconciliación rosos sólo es posible con el concierto
entre víctimas, victimarios o de la vida de la misma sociedad. La memoria
misma, si no queremos citar a un ban- histórica puede ayudar a liberar de
do o a otro. Pérez agrega: «Quizá esa esa percepción del dolor humano y
memoria recuperada sirva para tener lograr una comprensión más exacta
la historia completa. Un retrato más del origen de esas violencias (Gal-
justo y honesto del pasado trágico más tung, 2003, pp. 6 -24).
reciente» (Peréz, 2010, p. 22).
En la actualidad y desde una pers-
Lamentablemente, cuando se trata de pectiva científica, la importancia de
callar la tragedia, no importa que el la memoria en la recreación de los
silencio tenga un carácter ideológico. conflictos ha sido estudiada por el
En El Salvador, el miedo y el temor a psicoanalista indio Sudhir Kakar en
ser perseguido por pertenecer a uno torno al concepto «memoria cultu-
u otro bando obligó a una memoria ral». Para Kakar, instrumentalistas y
en silencio. La voz se enmudeció ante primordialistas reflejan precisamente
miles de muertos. «75,000 fallecidos» distintas posiciones políticas e ideo-
(CICR, 2011), miles de desaparecidos, lógicas que se ajustan a los distintos
miles de refugiados y niños que fue- momentos históricos según las nece-
derivadas de la firma de los Acuer- dar las garantías para que la verdad
dos de Paz de Chapultepec, México, se conozca y se pueda construir con
en 1992, pero poco a poco se fueron base en la verdad.
diluyendo y solo en la actualidad han
revivido más por causa de accidentes Aunque hay muchas opiniones y quejas
políticos o jurídicos que de acciones adversas y, efectivamente, queda mu-
consensuadas socialmente. cho por hacer, vale observar el aborda-
je del tema de derechos humanos en el
Estos temas jamás serán fáciles de caso español. Oficialmente, «… es uno
abordar, sobre todo por los gobier- de los Estados que están siendo contro-
nos, pero es un compromiso que las lados en este sentido. La cuestión de la
naciones tienen que adoptar para el memoria histórica se ha integrado ya
sano desarrollo de su sociedad, pues de manera clara en el conjunto de te-
en efecto, «el impacto del pasado se mas en torno a los cuales se articula el
mantiene latente en las secuelas per- diálogo en materia de derechos huma-
sonales y colectivas de las violaciones nos que Naciones Unidas mantienen
de los derechos humanos. Cuando la con España...» (Escudero, 2013, p. 19).
verdad se cuela, derribando las barre-
ras que ocultaban la tragedia y el cri- Iniciativas así no existen en el caso
men, ese pasado se actualiza de modos salvadoreño, caracterizado por déca-
insospechados. Los recuerdos afloran, das en silencio, excepto por algunas
las memorias se reavivan y surgen tes- iniciativas, publicaciones de libros
timonios y reflexiones ligadas a coyun- con historias de vida, estudios insti-
turas específicas» (Lirak, 2005, p. 11). tucionales, la resolución de casos de
ciudadanos salvadoreños condenados
El derecho a la verdad es uno de los por orden internacional por la muer-
temas principales que la memoria te de personas, entre otros. Procesos
histórica y los derechos humanos que en el afán de reconocer el daño
han tenido que abordar de manera causado a miles de muertos de la gue-
directa. Los colectivos de personas, rra civil se están concretando, aunque
como el individuo mismo, tienen muchos ya los consideren tardíos. Las
derecho a la recordación, a una re- Naciones Unidas, como otros organis-
cordación en donde puedan ser ex- mos, incluyendo al propio Gobierno
puestos los testimonios con libertad salvadoreño, han retomado el tema,
de saber lo que pasó en un momento pero con muy poca fortuna.
determinado. La memoria aflora, el
miedo la detiene, los derechos hu- El acta constitutiva de la UNESCO
manos y los gobiernos tienen que redactada en 1945, a pocos días de
cultura de los pueblos al instaurar los que adquiere, conserva, estudia, expo-
espacios de convivencia común que ne y transmite el patrimonio material
son los museos, para hacer vivir una e inmaterial de la humanidad y de su
memoria que no debe de morir. Ade- medio ambiente con fines educativos y
más del interés surgido en las últimas deleite» (ICOM, 2012).
décadas por centros documentales
(archivos, bibliotecas, entre otros), el Si se desconoce de un acontecimien-
concepto de museos ha evolucionado to, ¿qué podemos decir a nuestros hi-
de una política museística centrada jos o a las nuevas generaciones sobre
en el objeto, a una política centrada sucesos que dañan un tejido social y
en el público (Pastor, 1992). cuyas consecuencias son devastado-
ras y difícilmente resarcibles? Men-
Tal como explica Maceira (2012, p. 14), doza (2005, pp. 9-11) afirma: «Cuan-
crear museos para un fin específico do se olvida el pasado el único futuro
no es fácil, sobre todo si se trata de que queda es el olvido, y el olvido es
museos donde su objetivo es social. la única muerte que mata de verdad».
En ellos, la identidad prevalece ante Todos los pueblos involucrados en
todo, la memoria es el ingredien- conflictos tienen la necesidad de rei-
te principal y sus participantes son vindicar los trágicos acontecimien-
colectivos de personas con historias tos experimentados en sus países
inéditas que ganan batallas mentales, para no esconder más los hechos que
originando espacios en donde la re- lesionaron su humanidad y que no
cordación es el único medio de sanar pueden ser explicados más que desde
heridas profundas de vida que una un punto de vista didáctico y educa-
guerra ha provocado en ellas. Lograr tivo. Parafraseando a Vargas Llosa,
una conexión con la vida, la muerte, se trata de que «las personas seamos
la recordación, generando un espacio cada vez más capaces de diferenciar
vivo donde renazca la nostalgia de lo bueno de lo malo y lo tolerable de
quienes ya no están y los eventos que lo intolerable» (Maceira, 2012, p. 10).
lo suscitaron, es el desafío de un Mu-
seo de la Memoria. Los museos de la memoria han co-
brado relevancia en las últimas déca-
En la actualidad, no se puede dudar das debido a la conciencia que se ha
del valor patrimonial, educativo y co- ido adquiriendo sobre las víctimas
municativo de los museos: «El Museo de los conflictos y las consecuencias
es una institución permanente, sin fi- sociales derivadas. El museo ha sido
nes de lucro, al servicio de la sociedad una alternativa para exponer de ma-
y de su desarrollo, abierto al público nera amplia y directa lo que todos los
involucrados han querido decir por con las realidades de un país». Para
muchos años de silencio. Los ciuda- el ex responsable de la guerrillera
danos de cada país son los primeros Radio Venceremos, los museos de la
beneficiados en la creación de los mu- memoria «son rincones de la memo-
seos y en la difusión que adquieren a ria, son repositorios de las memorias,
nivel internacional. Es el legado que de las identidades, de los sueños, de
un pueblo da al mundo para cono- los imaginarios de las comunidades».
cer una historia jamás contada y que
no se puede repetir. Un museo cuyo Igualmente, reconocido es el valor de
tema sea la memoria, la recordación los museos en su labor educativa. Para
de un hecho y su uso, conlleva el in- el doctor Heriberto Erquicia, enton-
volucramiento de los diferentes seg- ces director del Museo Nacional de
mentos de la sociedad, estableciendo Antropología Dr. David J. Guzmán
con ellos acciones, planes y progra- (24 de abril de 2015), un Museo de la
mas identificados como claves. Por Memoria es «un lugar pedagógico, es
ello es también una responsabilidad un museo donde convergen las di-
de los gobiernos y los involucrados ferentes miradas, diferentes aristas,
en las políticas del Estado. Diferen- [y se hacen] diferentes lecturas de la
tes actores de la sociedad salvadore- realidad salvadoreña». Agrega que
ña confirman esta circunstancia.3 «no podemos hacer un Museo de la
Memoria de la realidad de uno o dos
Para el Sr. Roberto Galicia, direc- individuos sino de un colectivo, es
tor del Museo de Arte de El Salva- importante escucharlos a todo, un
dor (MARTE) (24 de abril de 2015) y Museo de la Memoria debería ser
uno de los mayores exponentes de la aquél que nos recuerde los hechos
plástica en El Salvador, «un país sin trascendentales de la historia de El
museos no es país. Siempre he dicho Salvador, lo positivo, lo negativo; lo
que un país sin museos es como una bueno y lo malo, para mostrar lo que
casa sin espejos, que sin ellos los que somos». Para el también arqueólogo
la habitan no pueden verse refleja- y docente universitario, «Hoy en día
dos». En otro sentido, según palabras el tema de la memoria es importantí-
del Sr. Carlos Henríquez Consalvi, simo, mostrar la memoria reciente es
director del Museo de la Palabra y importante para que estos eventos no
la Imagen (27 de mayo de 2015), los nos vuelvan a pasar».
museos «son espacios indispensables
e imprescindibles para comprender- En opinión de Francisco Flores, ex
nos y seguir, espacios de reencuentro presidente de la República por el par-
con las personas y de reencuentro tido Alianza Republicana Nacionalis-
char lo que las comunidades quieren (8 de mayo de 2015), dice «el tejido
¿cómo? y ¿de qué forma? quieren con- social es el que da la estructura de
tar su historia». Wilfredo Zepeda (8 clases, por eso hay que estudiar las
de mayo de 2015), por su parte pro- diferencias de clases, algo que mu-
pone una metodología simple: «pri- chas veces es obviado... Las perspec-
meramente la voluntad es uno de los tivas de las correlaciones de poder
factores principales (hacerlo) es decir, no pueden ser obviadas en el análisis
dedicar energía, pasión, ganas de ha- del tejido social. Cómo integrarlas es
cerlo; segundo, conjuntar voluntades, otro tema». Para Galicia, definitiva-
no es un asunto de una persona, sino mente, la contribución de los museos
de colectivos de organizaciones, de de la memoria se mide con la posi-
asociaciones o de instituciones del es- bilidad de transmitir a la población
tado; tercero, aprovisionar recursos: «un mensaje claro, directo y tranqui-
un museo es un proyecto que tiene lo de qué es lo que somos, de dónde
muchas connotaciones de tamaño, venimos, cuáles son las perspectivas
depende de cómo se conciba porque que tenemos para el futuro y enfren-
hay múltiples experiencias de museos tar los diferentes momentos por lo
(desde el más chiquito hasta el más que hemos pasado con la suficiente
grande), que representan diferentes amplitud, porque lo que va a preva-
tipos de recursos, pero cada uno va lecer es la forma en que lo aborda-
vinculado al ámbito territorial o so- remos, en el museo (Museo de Arte)
cial al que está dirigida la iniciativa». se ha tocado el tema del Sumpul
El también exguerrillero afirma: «El (una legendaria masacre de la era del
Salvador tiene tantísimo que aportar conflicto), pero además, el tema de
en este tema a nivel internacional y en las maras, la familia desintegración
ese sentido tiene la potencialidad de y todo esto tiene más vigencia que
ser un referente internacional». Para muchos escritos, y a muchos no les
el expresidente Flores (12 de mayo de agrada, otros dicen que los temas son
2015): «El Salvador necesita un espa- abordados muy sutilmente, pero ahí
cio que le permita digerir este even- está, esa es la opinión de la gente».
to singularmente traumático como
lo fue la guerra que se libró por trece Para Gloria Salguero Gross (6 de
años sobre nuestro suelo. Muchos de mayo de 2015), ex presidenta de la
los graves problemas nacionales se de- Asamblea Legislativa de El Salvador,
ben a la escasa o parcial asimilación el Museo de la Memoria «debería es-
que nuestra conciencia nacional ha tar a cargo del Estado»; para Galicia
hecho sobre este doloroso evento». (24 de abril de 2015 ), «el gran com-
Siguiendo con su respuesta, Zepeda promiso en la formación de nuevas
presenta una serie de retos que van vo diverso. La vocación pública del
desde la radicación física del MU- museo será comprometerse especial-
MES hasta su financiación, pero su mente con la mejora constante de la
clave es la diligencia con que se orien- experiencia cultural y educativa de
te y la voluntad de participación de los distintos tipos de visitantes, tanto
los actores. Acabar y concretar sus presenciales como virtuales.
planes museológico y museográfico,
como herramientas de ejecución, Centroamérica ha sido una región
debe ser su punto de partida. En esta con una historia muy parecida a la
parte será clave contar con una am- salvadoreña. Museos como el que se
plia participación de profesionales plantea son un proyecto que debe
procedentes de diferentes ámbitos, ser ejemplificador para esta región,
pero siempre bajo la dirección y coor- en la que tampoco existe una ini-
dinación del equipo del museo, junto ciativa igual. Esto también confiere
con las administraciones implicadas, al proyecto una particular vigencia
responsables últimas de los objetivos internacional, puesto que El Salva-
y decisiones adoptadas. dor sigue siendo un referente histó-
rico mundial en la solución de los
Recabar, resguardar y mostrar son conflictos armados de una era con-
desafíos que deberán afrontarse, vulsa y en la consolidación de los
además de buenas voluntades, con la Acuerdos de Paz.
ayuda de especialistas, historiadores,
escritores y personal administrati-
Notas
1 MÉNDEZ de C. Georgina Magaly. Maestra en Educación y Museos, patri-
monio, identidad y mediación cultural. Miembro del Comité Internacio-
nal para Museos y Colecciones de Arte Moderno (CIMAM).
Referencias bibliográficas
Borreguero, E. (S.F.). Identidades y memoria cultural en el conflicto comunalista. Indiga.
Recuperado el 15 octubre de 2017, http://www.istor.cide.edu/archivos/num_5/notas2.pdf
Escudero, R., Campelo, P., Pérez, C. & Silva, E. (2013). Qué hacemos para reparar a las víc-
timas, hacer justicia, acabar con la impunidad y por la construcción de la memoria histórica.
Madrid, España: Akal.
Galtung, J. (2003). Violencia Cultural. Red Gernika, 14. Bizkaia, España: Gernika Go-
goratuz. Recuperado el 15 octubre de 2017, http://www.gernikagogoratuz.org/web/
uploads/documentos/202892edd66aafe5c03dacf1298fd7f8938fae76.pdf
Heller, A. (2001). Cultural Memory, Identity and Civil Society, Internationale Politik und Gesell-
schaft. Fundation Friedrich Ebert, 2, 139-143. (Traducción castellana: Reyes, I. (2003).
Memoria cultural, identidad y sociedad civil. Indaga, 1, pp. 5-17). Recuperado el 15 octubre
de 2017, http://afoiceeomartelo.com.br/posfsa/Autores/Heller,%20Agnes/Heller,%20
Agnes%20-%20Memoria%20cultural,%20identidad%20y%20sociedad%20civil.pdf
Johansson, M. T. (2006). Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una dis-
cusión. Beatriz Sarlo. (2005). Persona y Sociedad, XX (2), pp. 252-254. Recuperado de
http://www.personaysociedad.cl/articulo-pys/tiempo-pasado-cultura-de-la-memo-
ria-y-giro-subjetivo-una-discusion-beatriz-sarlo-2005-buenos-aires Jüdisches Mu-
seum Berlin. (2015). Acerca del Museo. Recuperado el 15 octubre de 2017, http://
www.jmberlin.de/ -siglo-xxi/
Lirak, E. y Morales, E. (Eds.). (2005). Derechos Humanos y Reparación: Una discusión pen-
diente. Santiago, Chile: LOM.
Maceira, L. (2012). Museo, memoria y derechos humanos: itinerario para su visita. Cuadernos
Deusto de Derechos Humanos, 68, pp. 1-127. Recuperado el 15 octubre de 2017, http://
www.academia.edu/3346249/Museo_memoria_y_derechos_humanos_itinerarios_
para_su_visita
Mayor, F. y Droit, R. (Eds). (1998). Los derechos Humanos en el siglo XXI: Cincuenta ideas
para su práctica. Barcelona, España: ICARIA.
Méndez de Castellón, G. M. (24 de abril de 2015). Entrevista a Erquicia Cruz, J.E. Direc-
tor del Museo de la Memoria. (Entrevista no publicada). Museo de la Memoria, San
Salvador, El Salvador.
Mendoza, J. (2005). Exordio a la memoria colectiva y el olvido social. Athenea Digital, 8, pp.
1-26. Recuperado el 15 octubre de 2017, http://www.raco.cat/index.php/Athenea/ar-
ticle/viewFile/39149/39011
Magendzo, A. (2006). Educación en los derechos humanos: un desafío para los docentes de hoy.
Santiago, Chile: LOM.
Pérez, J. S., y Manzano, E. (2010). Memoria Histórica, debates científicos. Madrid, España:
CSIC-Catarata. .