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N.

o 8526

Viernes 17 de noviembre de 2017

Serie de disertaciones del Presidente de la SGI

ILUMINANDO EL MUNDO CON EL BUDISMO DEL SOL

23) Una religión de revolución humana - Parte 3

El juramento y los jóvenes de convicción e integridad que el mundo necesita

Disertación

Pronto celebraremos un nuevo 16 de marzo, Día del Kosen-rufu. En una jornada


como esta, en 1958, se tuvo lugar una histórica ceremonia del kosen-rufu de gran
magnitud, en la cual mi maestro Josei Toda declaró: «¡La Soka Gakkai soberana del
mundo religioso!».
Este rugido, imbuido de un potente juramento, ha sido el impulso que alimentó el
notable desarrollo de la Soka Gakkai en el mundo de hoy.
No hace falta decir que el propósito del kosen-rufu no es fortalecer la influencia de
una escuela budista determinada. El nuestro es un movimiento popular basado en la
filosofía del Sutra del loto, que proclama la dignidad de la vida y el respeto a todas las
personas; su finalidad es lograr la paz del mundo y la felicidad del género humano. Es
una lucha espiritual sustentada en el diálogo para unir a la gente, crear redes de esperanza
y de bien entre ciudadanos globales, y de esa manera hacer realidad el ideal de una
familia humana de paz en todo el orbe.

Los jóvenes son la esperanza del mundo

En esta aspiración, los jóvenes son los protagonistas. Cuando ellos —habiendo
hecho un gran juramento en aras de la paz— se conviertan en una fuerza unificadora de
cambio, la época sin falta avanzará en dirección positiva. En todo grupo o movimiento, la
juventud es la clave.
Hoy, hay jóvenes practicando la filosofía de la revolución humana en 192 países y
territorios, dedicados a promover esta red ciudadana mundial para dar paso a una nueva
era. ¡Cuán feliz estaría el señor Toda viendo sus esfuerzos!
El 16 de marzo de 1958, el presidente Toda nos transfirió el mando del kosen-rufu a
mí y a los integrantes de la División de Jóvenes.
Nuestros dos primeros presidentes fueron líderes que forjaron y amaron a la
juventud. Profundamente convencido de que los jóvenes son la luz y la esperanza del
mundo, yo también me dediqué a respaldarlos y a darles aliento.
Hoy, con el mismo espíritu que los tres presidentes, nuestros camaradas de la
División Femenina y de la División de Señores en todo el mundo están asumiendo la
responsabilidad de forjar a la juventud. En la vida de quienes son aliados de los jóvenes,
les dan su apoyo incondicional y avanzan junto a ellos, palpita un enérgico espíritu
juvenil. Podría decirse que la existencia de esta red excepcional dedicada a la formación
de los jóvenes en todo el mundo constituye un milagro de los tiempos modernos.

El camino de maestro y discípulo: una vida de suprema nobleza

Yo fui uno de los jóvenes a quienes forjó el presidente Toda. Cuando lo conocí y
decidí consagrarme al kosen-rufu a los diecinueve años, mi vida cambió drásticamente.
Gracias a mi mentor, con quien tengo una deuda de gratitud incalculable, he podido vivir
para el noble ideal del kosen-rufu, esforzarme en mi revolución humana y recorrer el
noble y supremo camino de maestro y discípulo.
A juzgar por mi propia experiencia, puedo asegurar que abrigar un noble juramento
en los años de juventud es un tesoro que dará frutos durante el resto de la existencia. El
reto de cumplir esa promesa genera un valor inimaginable. Quiero compartir esta alegría
con la mayor cantidad posible de jóvenes.
Animado por este deseo, hoy quiero centrarme en la importancia del juramento por
el kosen-rufu.

***

Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del
Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!1

El gran juramento de Nichiren Daishonin de conducir a la iluminación a todos los


seres

1
Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 297.

2
Este es un célebre pasaje de La apertura de los ojos,2 donde Nichiren Daishonin
formula su gran juramento. Las palabras «pilar», «ojos» y «gran navío» son expresiones
muy profundas, que surgen de su deseo inmenso y compasivo de que todas las personas
puedan lograr la iluminación. Me resulta especialmente conmovedor que él haya hecho
esta declaración tan firme estando en el destierro en la isla de Sado.
Ninguna de las adversidades que se ensañaron con el Daishonin desde que
proclamó su enseñanza por primera vez (en 1253) pudo extinguir la llama de este
juramento que ardía en su corazón. De hecho, como se aprecia en esta enérgica
declaración, cuanto mayor eran las dificultades que lo rodeaban, más apasionada era su
determinación de esforzarse para liberar al pueblo del sufrimiento.
Aunque, en este pasaje, el Daishonin menciona específicamente al Japón, su
juramento no se limitó a un país determinado. Buscó abrir el camino al kosen-rufu
mundial salvando, en primer lugar, a su país, cuya población vivía a merced de las
acciones contra la Ley y donde la oscuridad del Último Día de la Ley parecía ser más
intensa. Asimismo, en la firmeza con que asegura que jamás abandonará su compromiso
debe verse su declaración de triunfo sobre todas las funciones destructivas, en un
contexto de persecuciones que amenazaban con poner fin a su vida.
Así pues, la expresión «“pilar del Japón” puede interpretarse como un pilar de la
iluminación para todos en el Último Día de la Ley». En este pasaje también se advierte la
determinación de mantener y practicar la enseñanza budista correcta como pilar de la
sociedad y de su comunidad; como pilar del mundo y de la humanidad; como pilar del
pueblo y de los Bodhisattvas de la Tierra.

Seamos cada uno el pilar, los ojos y el gran navío

En los tiempos contemporáneos, los presidentes Makiguchi y Toda grabaron en su


pecho este juramento del Daishonin y se pusieron de pie por propia decisión y voluntad, a
hacer realidad el kosen-rufu del Último Día de la Ley. Desde su fundación, la Soka
Gakkai ha sido una organización budista basada en este juramento y directamente
relacionada con el Daishonin.
En sus primeros días, nuestra organización fue blanco de burlas de parte de la
sociedad japonesa; para la gente, éramos «un grupo de pobres y enfermos». Pero nuestros
miembros, sin dejarse amedrentar por el desprecio, se dedicaron a dialogar con los demás
para transmitirles el budismo Nichiren. En ellos existía el orgullo de consagrar la vida a
la noble misión del kosen-rufu y a «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz
en la tierra», como ideal postulado por el Daishonin.
Desde luego, no todos tenían conciencia explícita de su misión, y no todos
entendían desde el principio la enseñanza de Nichiren Daishonin. La gente se lanzaba a la
2
La apertura de los ojos: Obra escrita por Nichiren Daishonin en la isla de Sado en febrero de 1272, dirigida a
todos sus discípulos, en la cual se revela que el Daishonin reúne las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre
en el Último Día de la Ley.

3
práctica budista desesperada por transformar su karma de pobreza, enfermedad, discordia
familiar y problemas diversos. Con el tiempo, también se encontraron orando por la
felicidad de otros, no solo por sus urgencias personales, y actuando en beneficio de los
semejantes y de la sociedad. Compartiendo dichas y tristezas con sus compañeros de fe,
de a poco fueron descubriendo su misión como Bodhisattvas de la Tierra dedicados al
kosen-rufu. Tomaron conciencia de que eran integrantes de la Soka Gakkai, una
organización que funcionaba como un pilar para el país, como los ojos del mundo, y
como un gran navío para la humanidad.
Nuestro orgullo como miembros de la Soka Gakkai es haber asumido, cada uno, la
misión de ser un pilar en su propio lugar.
El budismo Nichiren es una enseñanza que empodera a la gente; la ayuda a
trascender la mera búsqueda pasiva de consuelo o de alivio ante los propios problemas y
sufrimientos, para, en cambio, ser dadores de aliento y de apoyo a los semejantes, como
pilares, ojos y grandes navíos del mundo. La Soka Gakkai está forjando, en cada país,
personas capaces que actúan como pilares del pueblo, ojos de la felicidad y grandes
navíos de esperanza.
Esta es la prueba más grande de que el budismo Nichiren es una religión de
revolución humana; es el ejemplo genuino de una religión que existe para la felicidad de
los seres humanos, tan necesaria en el siglo XXI.
En el budismo Nichiren, cada individuo es un agente de cambio. Cuando cada uno
se convierta en un pilar, en los ojos, en un gran navío para el establecimiento de la paz y
de la felicidad, surgirá una magnífica civilización global caracterizada por el brillante
florecimiento del respeto a los semejantes.

La Soka Gakkai existe dentro de nosotros

Lejos de sentir que «pertenecen» a la Soka, los miembros que toman conciencia de
su misión sienten claramente que la Soka Gakkai es parte integral de su vida, que existe
dentro de ellos. Se enorgullecen de ser protagonistas del kosen-rufu en el lugar donde
viven.
En los años en que trabajé junto al señor Toda ayudándolo a recuperarse de la crisis
de sus empresas, yo era responsable de grupo de la División Juvenil Masculina. Para mí,
cada aspecto de la Soka Gakkai era mi misión personal. Me desvivía pensando,
analizando y haciendo daimoku para hallar la mejor manera de impulsar el kosen-rufu, y
luego me lanzaba a actuar con todas mis fuerzas.
Como discípulo inseparable del señor Toda —un líder del kosen-rufu de estatura
colosal—, me entregué a retos de toda índole en el transcurso de nuestras actividades en
Tokio, tanto en el distrito de Ota como en Bunkyo, Katsushika y Arakawa; obré de la
misma manera en las prefecturas de Osaka y de Yamaguchi, y en los demás lugares

4
adonde fui a luchar, preguntándome siempre qué haría mi maestro si estuviera en esas
situaciones.
Luego, cuando inicié mis viajes al extranjero, me dediqué a dialogar con cada
persona con una actitud franca y abierta, sintiendo que, en ese momento, yo estaba
representando a toda la Soka Gakkai. Hoy, mientras seguimos avanzando a pasos
agigantados en la nueva era del kosen-rufu mundial, los miembros de la División Juvenil
de cada país y región están actuando con esa misma postura. Los jóvenes de la Soka son,
sin ninguna duda, los pilares del futuro mundial.

***

Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran


juramento. Somos muy afortunados de estar vivos después de la tremenda
epidemia que azotó el país el año pasado e, incluso, el anterior. Pero ahora
que la invasión de los mongoles parece inminente, tal vez seamos pocos
los que logremos sobrevivir. En definitiva, nadie puede escapar de la
muerte; cuando llegue ese momento, el sufrimiento será exactamente igual
al que experimentamos ahora. Ya que en ambos casos moriremos igual,
uno debería estar dispuesto a ofrecer la vida al Sutra del loto. Piense en
esto como la ofrenda de una gota de rocío que se reintegra al océano, o de
una partícula de polvo que retorna a la tierra. Un pasaje del tercer volumen
del Sutra del loto [del 7.° capítulo «La parábola de la ciudad fantasma»]
reza así: «Suplicamos que el mérito acumulado gracias a estas ofrendas se
extienda a lo ancho y a lo largo, a todas las personas, para que nosotros y
los demás seres vivos entremos juntos en el Camino del Buda»3.4

El mensaje a un joven discípulo en momentos de grave persecución

En este pasaje, el Daishonin enseña a un joven discípulo, de manera sencilla y


comprensible cuán noble es hacer un gran juramento y dedicar la existencia a cumplirlo.
Es parte de un texto conocido como El Portal del Dragón,5 dirigido a Nanjo
Tokimitsu. Este joven seguía los pasos en la fe de su difunto padre, que también había

3
El Sutra del loto, Soka Gakkai: Tokio, 2014, cap. 7, pág. 130
4
END, pág. 1048.
5
El Portal del Dragón, escrito el 6 de noviembre de 1279, es un texto que elogia la fe de Nanjo Tokimitsu, quien
había ofrecido ayuda y protección invalorable a los compañeros de fe durante la persecución de Atsuhara. Nichiren
Daishonin cita una leyenda china según la cual las carpas que logran ascender una cascada conocida como el Portal
del Dragón se convierten en dragones. Mediante esta analogía, enseña a Tokimitsu la dificultad de perfeccionar la
práctica budista, y lo alienta a persistir en sus esfuerzos.

5
sido practicante de la enseñanza del Daishonin. El joven Tokimitsu consideraba al
Daishonin su maestro y se dedicaba sinceramente a la práctica budista; solía recibir
orientación y aliento de Nikko Shonin [discípulo directo de Nichiren Daishonin que luego
sería su sucesor].6
Tokimitsu tenía unos veinte años cuando recibió este escrito. El niño a quien, años
atrás, el Daishonin había alentado personalmente, se había convertido en un excelente
joven.
En la época en que fue escrita esta carta, la provincia de Suruga, donde vivían
Tokimitsu y su familia (hoy en día, centro de la prefectura de Shizuoka), era una serie de
latifundios pertenecientes a los miembros del clan gobernante Hojo. Estos eran
fervorosos devotos de las enseñanzas de la Tierra Pura (Nembutsu) y detractores de
Nichiren Daishonin y de sus seguidores. Era una zona bajo la poderosa influencia de una
mujer que era la madre del regente de ese entonces, Hojo Tokimune, 7 e hija del difunto
regente y protonotario Hojo Shigetoki,8 uno de los principales perseguidores del
Daishonin.
En 1279, veinte de los discípulos del Daishonin, campesinos de la aldea de
Atsuhara, fueron arrestados con el pretexto de una acusación falsa; días más tarde, tres de
ellos9 murieron en defensa de sus convicciones, ejecutados por orden de Hei no Saemon-
no-jo.
Durante la persecución de Atsuhara, 10 Tokimitsu hizo cuanto estuvo a su alcance
para ayudar y proteger a otros practicantes de la zona que se debatían bajo el
hostigamiento. El Daishonin quería inculcar en el corazón de su seguidor una convicción
absoluta, y para eso le dirigió las palabras: «Mi deseo es que todos mis discípulos puedan
hacer un gran juramento».11
6
Nikko Shonin (1246-1333): Discípulo directo y sucesor de Nichiren Daishonin. Fue el único de los seis sacerdotes
principales que mantuvo fielmente el espíritu de su maestro. Decidió ser discípulo del Daishonin a temprana edad y
le prestó servicio con devoción hasta el punto de acompañarlo al destierro en Sado. Cuando el Daishonin se fue a
vivir al monte Minobu, Nikko dedicó sus energías a la propagación en la provincia de Suruga (actualmente, centro
de la prefectura de Shizuoka) y en las áreas cercanas; entre ellas, la provincia de Kai (en la actual prefectura de
Yamanashi). Tras la muerte del Daishonin, los otros cinco sacerdotes principales empezaron a tomar distancia de
las enseñanzas de su mentor. A raíz de ello, Nikko decidió tomar distancia de ellos. Se estableció en Suruga, en el
distrito Fuji, donde dedicó el resto de su vida a proteger y propagar las enseñanzas del Daishonin y en forjar a sus
discípulos.
7
Hojo Tokimune (1251-84): Octavo regente del gobierno militar de Kamakura. Durante su mandato, el Japón sufrió
numerosos desastres naturales, reiteradas luchas internas entre facciones del clan Hojo, y la invasión de las fuerzas
mongolas.
8
Hojo Shigetoki (1198-1261): Segundo regente del gobierno militar de Kamakura. Durante el mandato del quinto
regente, Tokiyori se desempeñó como protonotario, la segunda posición en importancia dentro del régimen.
Ferviente seguidor del Nembutsu, persiguió al Daishonin, quien había denunciado estas enseñanzas como la causa
de que la población cayese en el estado de infierno del sufrimiento incesante.
9
Los tres mártires de Atsuhara fueron los hermanos Jinshiro, Yagoro y Yarokuro, arrestados y decapitados durante
la persecución de Atsuhara.
10
Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos de violencia perpetrados contra los seguidores del
Daishonin en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji de la provincia de Suruga, que comenzaron en 1275 y persistieron
hasta alrededor de 1283. En 1279, veinte discípulos campesinos fueron injustamente arrestados e interrogados por
Hei no Saemon, jefe interino del Departamento de Asuntos Policiales y Militares. Este los presionó para que
renunciaran a la fe, aunque ni uno solo de ellos claudicó en sus convicciones. Al poco tiempo, Hei no Saemon
mandó ejecutar a tres de ellos.
11
END, pág. 1048.

6
La exhortación a «hacer un gran juramento»

Tengamos muy presente el significado de las palabras del Daishonin «mi deseo»,
en las cuales expresa una ferviente esperanza; otro aspecto crucial es que dirige ese
clamor a todos sus discípulos.
El «gran juramento» es el profundo deseo del Buda: hacer que todas las personas
puedan lograr la iluminación; en otras palabras, la gran aspiración del kosen-rufu. Lo que
motiva al Buda es liberar al pueblo del sufrimiento.
En el capítulo «Medios hábiles» (2.°) del Sutra del loto, este anhelo fundamental de
Shakyamuni se expresa de este modo: «[C]on la esperanza de hacer que todas las
personas fuesen iguales a mí, sin que hubiese distinción alguna entre nosotros». 12
Los que en ese entonces habían adoptado a Shakyamuni como maestro, al
comprender que en existencias pasadas también habían compartido la lucha con él, toman
conciencia de su gran misión.
Además, el juramento de Shakyamuni de lograr el kosen-rufu —la propagación
universal de la Ley—, también había sido compartido desde el remoto pasado por sus
discípulos originales, los Bodhisattvas de la Tierra.
La esencia de ese «gran juramento» consiste en ponernos de pie con el mismo
compromiso del mentor y trabajar para propagar la Ley y alentar a la gente, con el fin de
lograr la felicidad propia y ajena. Ese juramento, corazón del amor compasivo que palpita
en el budismo, no es algo reservado solo para un grupo selecto de practicantes. Todos los
discípulos —de hecho, todas las personas— abrigan este deseo o juramento en lo
profundo de su ser.
La exhortación a «hacer un gran juramento» también apela a cada uno de nosotros,
instándonos a despertar ese deseo o compromiso fundamental que yace dormido en
nuestra vida.

Ser una «grandiosa persona común»

El Daishonin reflexiona: «En definitiva, nadie puede escapar de la muerte». 13 Con


estas palabras, indica que todos los japoneses, en aquel momento, se exponían a morir en
forma inminente, o bien por las epidemias que diezmaban el país, o bien por la amenaza
de un ataque mongol que se cernía sobre el horizonte.
Ante ese panorama, reconociendo que la vida es limitada, dice que «uno debería
estar dispuesto a ofrecer la vida al Sutra del loto».14 No hace falta aclarar que el
Daishonin de ninguna manera está alentando a la gente a sacrificar su vida o a tratarla con
ligereza.
12
El Sutra del loto, cap. 2, pág. 36.
13
END, pág. 1048.
14
Ib.

7
Cuando tenemos claro cómo habremos de vivir la existencia y a qué propósito nos
dedicaremos, podemos mostrar nuestra verdadera valía como seres humanos. Y ninguna
forma de vida es más valiosa que consagrarnos al magno propósito de trabajar por la
felicidad de todos los seres.
Si comparamos nuestra existencia con las dimensiones astronómicas del universo,
puede parecer pequeña e insignificante como una gota de rocío o como una mota de
polvo. Pero, así como las gotas se suman para formar un océano, dedicándonos al gran
juramento del kosen-rufu podemos ser inseparables de la Ley Mística, el principio
fundamental que subyace a toda vida. De esa manera, cada una de nuestras vidas, aun
siendo ínfima como una mota de polvo o como una gota de rocío, adquiere un brillo
eterno. El señor Toda decía a menudo que nos convertíamos en «personas comunes
iluminadas desde el tiempo sin comienzo». La esencia del budismo Nichiren yace en
desarrollar un estado de vida elevado e inmenso como el cosmos.

El espíritu de los bodhisattvas del Mahayana se resume en la palabra «juntos»

En este pasaje de El Portal del Dragón, el Daishonin menciona también versos del
capítulo «La parábola de la ciudad fantasma» (7. °) del Sutra del loto.15 Lo hace para
recalcar que el gran beneficio que adquirimos dedicando nuestra vida a la Ley Mística se
extiende y abarca a todos, permitiéndonos lograr la Budeidad no solo a nosotros mismos,
sino también a otros seres vivos.16
Específicamente, ese fragmento declara: «Para que nosotros y los demás seres
vivos alcancemos juntos el Camino del Buda».17
Esa palabra, «juntos», condensa el espíritu de los bodhisattvas del Mahayana,
quienes practican por la felicidad de sí mismos y de los demás, instados por el deseo de
ayudar a todos a lograr la iluminación.
El señor Toda decía: «¿Qué es lo más importante en la vida y en la fe? La
convicción. Más que ninguna otra cosa, apreciemos y valoremos la convicción absoluta
del Daishonin».
Avancemos con la firme convicción de que dedicarnos al kosen-rufu es la forma de
vivir más noble, de valor incomparable.

Adoptar nosotros mismos la convicción absoluta del Daishonin

El señor Toda también declaró: «Los miembros de la Soka Gakkai son emisarios
del Buda. Hemos venido aquí enviados por él. Somos manifestaciones corpóreas del

15
En este capítulo, los reyes de Brahmā ofrendan sus palacios al Buda y formulan el deseo de que los beneficios
adquiridos mediante tales dádivas sean también otorgados a todos los seres vivos para permitirles lograr la
Budeidad. Véase El Sutra del loto, cap. 7, pág. 130.
16
Véase El Sutra del loto, cap. 7, pág. 130.
17
Ib.

8
Daishonin. Aunque, por fuera, parezcamos ser personas comunes, en realidad somos
individuos incomparablemente nobles y dignos de supremo respeto”.18
La Soka Gakkai ha alentado y hecho posible incontables historias de revitalización.
Podría decirse que nuestra organización es un espacio de educación humanística sin
precedentes, donde se estimula el desarrollo y el crecimiento de las personas. Eso se debe
a que cada uno de nosotros está esforzándose por el noble propósito del kosen-rufu.
Cuando consagramos la vida al gran juramento del kosen-rufu, podemos lograr una
gran revolución humana. Cuando nos basamos en la Ley Mística y avanzamos junto a la
Soka Gakkai y a nuestros camaradas, podemos transformar positivamente todos los
problemas y adversidades —convertir el veneno en remedio— y concretar éxitos
gloriosos sin falta.

***

Ahora que ha comenzado el Último Día de la Ley, yo, Nichiren, soy el


primero en iniciar en todo Jambudvipa [el mundo entero] la propagación de
los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo, que son el corazón del Sutra del
loto y el ojo de todos los budas. [...]
Discípulos míos, ¡formen filas y síganme: superarán incluso a
Mahakashyapa o a Ananda, [y a grandes maestros budistas como] T’ien-t’ai o
a Dengyo!19

«Formen filas y síganme»

El último pasaje que analizaremos es de El comportamiento del devoto del «Sutra


del loto».20 Aquí, el Daishonin se dirige enfáticamente a sus discípulos y sucesores, y los
exhorta a sumarse con valentía a la gran contienda de lograr el kosen-rufu en todo el
mundo, en el Último Día de la Ley.
El kosen-rufu mundial es el deseo de Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día
de la Ley. El Daishonin confió esta noble misión a los discípulos que seguirían sus pasos.
El kosen-rufu es una grandiosa empresa que se extenderá durante los más de diez
mil años del Último Día de la Ley, con el fin de permitir a las personas de todo el mundo
alcanzar la Budeidad. Para que eso ocurra, debe haber una corriente firme e
ininterrumpida de seguidores que den continuidad al espíritu y a la lucha del Daishonin.
El deseo del Buda es que el flujo del kosen-rufu, la propagación universal de la Ley
Mística, jamás se detenga.
18
TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1981, vol. 1, pág.
304.
19
END, pág. 803.
20
En este texto, que data de 1276, se describen los acontecimientos que vivió el Daishonin en los ocho años
precedentes, entre 1268 y el momento en que fue escrita la carta.

9
Aquí, el Daishonin escribe: «Discípulos míos, ¡formen filas y síganme!». 21 Además,
exhorta a sus seguidores a superar incluso a los fieles más conocidos de Shakyamuni,
como Mahakashyapa y Ananda,22 y a reconocidos maestros budistas de épocas
posteriores, como T’ien-t’ai de la China o Dengyo del Japón.
En su escrito El verdadero aspecto de todos los fenómenos, el Daishonin señala:
«Nichiren fue el único que tomó la iniciativa y emprendió la labor de los Bodhisattvas de
la Tierra».23 El espíritu del budismo Nichiren es armarse de valor de «tomar la delantera».
Debemos estar preparados para ponernos de pie, primero nosotros mismos, si queremos
ser realmente sucesores del Daishonin.
Por tal motivo, tenemos que levantarnos con firme determinación y actuar de
manera decisiva. Los pioneros afrontan muchas dificultades, pero esos obstáculos son las
mejores oportunidades para hacer nuestra revolución humana. Cuando un practicante
sincero del Sutra del loto se pone a actuar en bien del kosen-rufu, moviliza a otros a su
alrededor; inspira primero a uno, luego a otro, hasta que muchos lo siguen. La lucha seria
y sincera de una persona escribe, infaliblemente, una nueva página de la historia.

La tradición de dar protagonismo a los jóvenes

En 1993 estuve en la Argentina. Desde entonces, en estos más de veinte años, la


SGI de la Argentina ha establecido la sublime tradición de dar protagonismo siempre a
los jóvenes. Hoy, nuestros sucesores de la División Juvenil en ese país están creando en
la sociedad inmensos lazos de confianza y de amistad.
El activista argentino de los derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, reconocido
con el Premio Nobel de la Paz, suele expresar satisfacción por las actividades de los
jóvenes de la SGIAR, y elogia su trabajo incansable, su energía arrolladora y su constante
desarrollo positivo.
Los jóvenes de la SGI de la Argentina también han participado activamente en la
promoción del diálogo interreligioso, creando firmes relaciones de confianza con líderes
de otras colectividades y congregaciones religiosas de su país. En setiembre de 2016, en
el Centro Cultural de la SGIAR, se llevó a cabo un seminario interreligioso organizado
junto con la Secretaría de Culto de la Nación, con la presencia de varias agrupaciones
confesionales.

21
END, pág. 803.
22
Mahakashyapa y Ananda era dos de los diez discípulos principales de Shakyamuni. Mahakashyapa era conocido
por su capacidad descollante en las prácticas ascéticas o dhutas, mientras que Ānanda se destacaba por su
capacidad de escuchar las enseñanzas del Buda. T’ien-t’ai (también conocido como Chih-I; 538-597): Sacerdote
budista chino que vivió durante las dinastías Ch’en y Sui. Una de sus obras, Gran concentración e introspección,
recoge sus disertaciones sobre el budismo; es el autor de la meditación sobre los tres mil aspectos contenidos en
cada instante vital. Dengyo (también conocido como Saicho; 767-822): Fundador de la escuela Tendai (T’ien-t’ai)
japonesa; vivió en el período Heian. Entre sus escritos se destacan Principios sobresalientes del “Sutra del loto” y
Clarificación de los preceptos.
23
END, pág. 406.

10
La pasión de estos jóvenes está extendiendo y facilitando una profunda
comprensión del budismo Nichiren en toda la sociedad. Este ejemplo permite apreciar
que la juventud está abriendo nuevas fronteras en el desarrollo de nuestro movimiento.

Una enseñanza que promueve la motivación interna

El fallecido doctor David Norton (1930-1995), profesor de Filosofía de la


Universidad de Delaware, también elogiaba mucho a los miembros de la División
Juvenil. Observaba que el propósito fundamental de las religiones y de la educación era
cultivar la motivación interna de los seguidores, y agregaba que había visto prueba de
ello en los ojos luminosos de los jóvenes de la SGI, en quienes encontraba pasión y
esperanza en el futuro.24
Muchas personas espiritualmente esclarecidas del mundo depositan su entera
confianza en la juventud Soka, jóvenes comprometidos con sus ideales que actúan con
integridad y corazón sincero.
En sus «Preceptos para la juventud», el presidente Toda dejaba en manos de la
División de Jóvenes la tarea de crear una nueva época: «En la contienda por propagar el
budismo en la época oscura del Último Día de la Ley, propónganse merecer la alabanza
del Daishonin como jóvenes valientes y luchadores. Para la persona sabia, ser elogiada
por los necios es una deshonra, mientras que el mayor honor en la vida es merecer la
aprobación de Nichiren Daishonin.25
Quiero dedicar estas palabras de mi mentor a los queridos jóvenes amigos que
tengo en todo el mundo.

En la pasión y la energía de los jóvenes existe un potencial sin límite

Hoy, los enérgicos muchachos y jovencitas de la Soka están trabajando


heroicamente por el kosen-rufu en todo el mundo. Son «jóvenes valientes y luchadores»,
capaces de inspirar confianza y de obrar con dinamismo.
Ustedes, son los protagonistas de este «Año del desarrollo de los jóvenes en la
nueva era del kosen-rufu mundial» (2017).
En la juventud hay un potencial ilimitado. En la juventud existe el valor de
acometer cualquier obstáculo o desafío. En la juventud late la apasionada energía de
ampliar esta red de personas que comparten el gran juramento de lograr la paz y la
felicidad humana.
Ustedes, los miembros de la División Juvenil son los protagonistas de una nueva
era de respeto a la dignidad de la vida.

24
De un artículo publicado en el Seikyo Shimbun el 3 de mayo de 1994.
25
TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1981, vol. 1, pág.
61.

11
En relación directa con el Daishonin, hagamos que esta asamblea crezca sin pausa,
invitando a la gente a dialogar y dando a conocer al mundo esta gran filosofía de paz y de
humanismo que los pueblos ansían imperiosamente.

(Traducción del artículo publicado en la edición de marzo de 2017 del


Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

12

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