T-020-18 Concepto de Rehabilitacion Desfavorable
T-020-18 Concepto de Rehabilitacion Desfavorable
T-020-18 Concepto de Rehabilitacion Desfavorable
Magistrado Sustanciador:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS.
SENTENCIA
Dentro del proceso de revisión de los fallos de tutela emitidos por los
Juzgados Sexto Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bucaramanga1 y
el Tribunal Administrativo de Santander2, en la acción de tutela que instauró
Sixta Tulia Sierra Caicedo como agente oficiosa de su hijo Yurdy Javier
Zapata Sierra, contra la Nueva EPS.
I. ANTECEDENTES
1. Hechos
1 15 de febrero de 2017.
2 27 de marzo de 2017.
1.2. Afirmó que el 23 de enero de 2017 se dirigió a la Nueva EPS a solicitar la
cancelación de las incapacidades previamente autorizadas por la entidad, pero
que le fue negada tal petición porque no tenía una autorización de su hijo,
mayor de edad, para el efecto.
3.2. Impugnación
4. Pruebas
4.1. Las que anexa la accionante
20 Localizable en la Calle 143 No. 32-49 Torre 3 apto 102, Barrio La Castellana, de Bucaramanga, celular
3166827479.
21 En los anexos relacionados a continuación, consta que la calificación de la PCL fue de 94,70%.
22 Folio 27 del cuaderno de la Corte Constitucional.
23 Folio 30 del cuaderno de la Corte Constitucional.
24 Folio 34B del cuaderno de la Corte Constitucional.
tomó a la señora Sixta Tulia Sierra Caicedo el 27 de noviembre de 2017 25, en
la cual esta expresó que:
2.3.1. La señora Sixta Tulia Sierra allegó una declaración jurada que rindió el
señor Luis Rafael Cruz Ballesteros ante la Notaría Única del Circuito de San
Alberto el 18 de diciembre de 201729, con el objetivo de relatar que Yurdy
Javier Zapata sufrió un accidente de tránsito en el que presentó “trauma
craneoencefálico severo” y confirmar que en la actualidad aquel depende
totalmente de su madre Sixta Tulia Sierra.
1. Competencia
Esta Sala de revisión es competente para revisar los fallos materia de revisión,
de conformidad con lo previsto en los artículos 86 y 241 de la Constitución
Política y el Decreto Estatutario 2591 de 1991.
2. Problema jurídico
El artículo 10º del Decreto Estatutario 2591 de 1991 dispone que la acción de
tutela puede ser promovida: (i) directamente por la persona afectada, (ii) por
un apoderado del afectado o su representante legal, en los casos de menores
de edad, incapaces absolutos, personas jurídicas e interdictos 31 (iii) por quien
agencia derechos ajenos cuando el interesado no tiene las condiciones
precisas para ejercer su propia defensa. Igualmente puede dar inicio a la
misma (iv) el Defensor del Pueblo o los personeros municipales.
“que el agente manifieste actuar en esa calidad y, por otro lado, que el
titular de los derechos presuntamente conculcados no esté en condiciones
físicas o mentales para promover su propia defensa. Dicha manifestación,
en todo caso, puede ser explícita o inferida de la demanda de tutela, lo
que quiere decir que la exigencia se cumple bien sea porque el agente
afirme desempeñarse en cuanto tal o porque los hechos puestos de
presente o las pruebas revelen que es a través de ese mecanismo que se
quiso dirigir la acción. Y, de otra parte, la imposibilidad del titular de los
derechos supuestamente lesionados puede ser físico, mental o derivado de
circunstancias socioeconómicas, tales como el aislamiento geográfico, la
situación de especial marginación o las circunstancias de indefensión en
que se encuentre el representado, de ahí que la verificación de que el
agenciado no le era razonablemente posible reclamar la protección de
sus derechos dependa siempre de la apreciación de los elementos del
caso”38.
45 Se llama la atención en que si bien esta Corporación en las sentencias C-117 y C-l19 de 2008 estudió la
constitucionalidad de este procedimiento y determinó que se encontraba de acuerdo con el ordenamiento
jurídico superior, la Corte jamás se pronunció respecto de su idoneidad y eficacia.
Se destaca que en Sentencia C-l17 de 2008, la Corte evaluó el posible desconocimiento al principio de (i)
imparcialidad e independencia en la administración de justicia, como producto de que con ocasión a las
facultades otorgadas el ente que ejerce la vigilancia y control de las E.P.S. es el mismo que ahora entra a
juzgarlas respecto de las controversias allí contempladas, y (ii) doble instancia, pues no se dispuso
expresamente la manera en que se impugnará lo decidido.
Por su parte, en sentencia C-l19 de 2008 se estudió si la norma en comentario otorgó a la Superintendencia
Nacional de Salud competencias que constitucionalmente habían sido exclusivamente otorgadas a los jueces
de tutela.
46 Ver, entre otras, las sentencias T-728 de 2014 y T-121 de 2015.
De esta manera, aunque en principio podría calificarse idóneo este mecanismo
jurisdiccional para resolver asuntos como el planteado en esta oportunidad, la
corte ha identificado dos razones por las cuales no logra erigirse como tal.
Así, el que no se establezca un término preciso para resolver el recurso de
impugnación crea un vacío que desencadenaría finalmente en el
desconocimiento de derechos fundamentales del afectado, quien se vería
sometido a un trámite que posiblemente se extienda sin límite en el tiempo.
47 “Por la cual se dictan disposiciones que regulan la operación del Sistema General de Seguridad Social
en Salud y se dictan otras disposiciones”.
48 En la que se declaró la inexequibilidad del fragmento que establecía el efecto devolutivo de la consulta,
en cuanto estimó indispensable surtir el grado jurisdiccional de consulta para que la sanción impuesta pudiera
surtir efectos, ello, dada la gravedad la sanción allí dispuesta.
49 Sentencia T-529 de 2017.
No resulta entonces idóneo ni eficaz el medio jurisdiccional que se adelanta
ante la Superintendencia Nacional de Salud para conjurar la afectación de
derechos fundamentales cuando la pretensión amerite una respuesta
inmediata, en tanto, itérese, el legislador omitió consagrar un término para el
trámite del recurso de impugnación que se promueva contra la decisión de
primer grado y, además, no regló efectivamente un mecanismo mediante el
cual se pudiera exigir el cumplimiento de la misma.
56 Al respecto, indica la sentencia T- 311 de 1996 (M.P. José Gregorio Hernández) que“el no pago de una
incapacidad médica constituye, en principio, el desconocimiento de un derecho de índole laboral, pero puede
generar, además, la violación de derechos fundamentales cuando ese ingreso es la única fuente de
subsistencia para una persona y su familia. No sólo se atenta contra el derecho al trabajo en cuanto se hacen
indignas las condiciones del mismo sino que también se puede afectar directamente la salud y en casos
extremos poner en peligro la vida, si la persona se siente obligada a interrumpir su licencia por enfermedad
y a reiniciar sus labores para suministrar el necesario sustento a los suyos”. La sentencia C-065 de 2005 se
pronunció en el mismo sentido, al explicar que el derecho al trabajo en condiciones dignas implica, además de
la posibilidad de trabajar, la de “no verse forzado a laborar cuando las condiciones físicas no le permitan al
trabajador seguir desempeñándose en su labor”. Advirtió el fallo, entonces, que permitirle al trabajador hacer
un receso en sus labores por razones de salud, sin asegurarle una remuneración equivalente a la que obtendría
de estar en pleno uso de sus facultades físicas equivale a forzarlo a trabajar en condiciones contrarias a la
dignidad humana. Sobre el mismo asunto pueden revisarse, también, las sentencias T-404 de 2010 (M.P.
María Victoria Calle) y T-154 de 2011 (Luis Ernesto Vargas).
mínimo vital, seguridad social y vida digna, caso en el cual es
imperativa la intervención del juez constitucional”.
De lo anterior resalta esta Sala que existen dos excepciones a la aplicación del
principio de subsidiariedad en materia de tutela, son: (i) la utilización del
medio constitucional de forma transitoria para evitar la ocurrencia de un
perjuicio irremediable, y (ii) la aplicación de forma definitiva cuando los
medios ordinarios existentes no resulten idóneos para conjurar la acción
vulneradora. Estos criterios se ven matizados cuando la persona implicada
precisa especial protección constitucional, y cuando la afectación a los
Ahora bien, el parágrafo 1º del Artículo 40 del Decreto 1049 de 1999 dispone:
“Serán de cargo de los respectivos empleadores las prestaciones económicas
correspondientes a los tres (3) primeros días de incapacidad laboral
originada por enfermedad general, tanto en el sector público como en el
privado. En ningún caso dichas prestaciones serán asumidas por las
Entidades Promotoras de Salud o demás entidades autorizadas para
administrar el régimen contributivo en el SGSSS a las cuales se encuentren
afiliados los incapacitados”.
Sobre el particular, es preciso evocar una anterior decisión que emitió esta
Corporación en un asunto en el que se estudiaba la posibilidad de que una
tercera persona, por la situación que se encontraba el titular de los derechos
sobre unas mesadas pensionales consignadas en su cuenta, pudiera disponer
de esos rubros. En esa providencia se consideró66:
66 Sentencia T-062 de 2014. Ver además las sentencias T-654 de 2014, T-416 de 2008 y T-449 de 2007,
entre otras.
67 Por la cual se dictan normas para la Protección de Personas con Discapacidad Mental y se establece el
Régimen de la Representación Legal de Incapaces Emancipados.
68 La citada disposición establece: “El adulto que se halle en estado habitual de demencia, será privado de la
administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos. La curaduría del demente puede ser
testamentaria, legitima o dativa”.
desarrollan dichos procedimientos no se vean afectados los derechos del
agenciado y los de su núcleo familiar…”
9. CASO CONCRETO
(i) Yurdy Javier Zapata Sierra nació el 30 de enero de 1994, actualmente tiene
24 años de edad69.
(ii) El señor Zapata Sierra sufrió un accidente de tránsito en el año 2016, con
ocasión del mismo desde el 26 de julio siguiente la Nueva EPS ha autorizado
diferentes incapacidades porque su estado de salud le impide valerse por sus
propios medios y tomar decisiones por sí mismo.
Esa potencial afectación del derecho al mínimo vital de Yurdy Javier Zapata
Sierra, hace necesario adoptar medidas urgentes para remediar esta situación,
9.5. Ahora bien, los pagos resultan ser de especial relevancia para el señor
Zapata Sierra tal como lo reafirmó la accionante en la citada declaración
rendida ante el juez que decidió la tutela en primera instancia y lo
complementó el señor Luis Rafael Cruz Ballesteros en la declaración rendida
ante notario89 cuando afirmó que el agenciado depende económicamente de la
progenitora, quien ejerce labores de vendedora informal.
Así las cosas, considerando que el afectado está impedido para trabajar y que
esa situación se deriva de una enfermedad no profesional; a la EPS, en
principio, le atañe cubrir el costo de esas incapacidades originadas en
enfermedad común por los 180 días transcurridos después del segundo día de
incapacidad.
Consta que se le emitieron incapacidades por 176 días, aclarando que pese a
que en el expediente no obra prueba de que le haya sido reconocido un
subsidio por este concepto antes del 26 de julio de 2016, como se evidenció el
siniestro tuvo lugar exactamente 30 días antes, y desde entonces no podía
laborar, porque su estado de salud crítico se lo impidió.
La Nueva EPS incumplió su deber, a tono con las normas citadas, de emitir el
concepto de rehabilitación antes del día 120 de incapacidad, y, en
consecuencia, el de remitirlo a Porvenir antes del día 150 de la misma. Ya se
habían sobrepasado los 180 días de incapacidad cuando se remitió esta
información al Fondo de Pensiones.
9.7. Resulta preciso traer a colación que: (i) por las condiciones médicas
mencionadas Yurdy Javier Zapata no está en capacidad de reclamar el pago
del nombrado subsidio por incapacidad, (ii) con ocasión de las mismas
circunstancias el afectado no tiene facultad de otorgar poder a un tercero para
que proceda al cobro, (iii) la señora Sixta Tulia Sierra Caicedo es su madre y
93 Folio 40 del cuaderno de las instancias.
se ha encargado de las gestiones precisas para el resguardo de su estado de
salud94, hace parte del núcleo familiar y ha sido reconocida como su agente
oficiosa en dos acciones de tutela a favor del señor Zapata Sierra 95 y (iv)
aunque de manera incipiente se iniciaron los trámites para que el hijo sea
declarado interdicto con designación de curador96.
Así mismo, conociendo que a diferencia de una mesada pensional los rubros
no se generan de forma perpetua, que los montos que se reclaman al menos en
contexto de lo mencionado no se emitirán de nuevo y la situación de especial
protección constitucional que precisa el agenciado, como se anunció con base
en la jurisprudencia de esta Corporación, el amparo tiene vocación de ser
concedido de manera definitiva.
94 Tal como lo afirmó en la declaración que rindió ante el Juzgado de primera instancia y como fue
confirmado por el señor Luis Rafael Cruz Ballesteros en la declaración que rindió en la Notaría Única del
Círculo de San Alberto.
95 La primera de ellas, como consta en el expediente (folio 7 del cuaderno de las instancias), se inició en
defensa del derecho a la salud y a la vida en condiciones dignas de su hijo. Entonces se pretendía que le fuera
brindada toda la atención médica que requería Yurdy Javier Zapata.
96 Como lo determina la Ley 1306 de 2009 “por la cual se dictan normas para la Protección de Personas
con Discapacidad Mental y se establece el Régimen de la Representación Legal de Incapaces Emancipados”.
cumplen los requisitos de reconocimiento de pensión de invalidez a su hijo; y
para el efecto se solicitará a la defensoría del pueblo que preste la
correspondiente asesoría y acompañamiento97.
V. DECISIÓN
RESUELVE:
Cuarto.- INSTAR a la señora Sixta Tulia Sierra Caicedo para que inicie los
trámites ante las autoridades correspondientes para el examen y decisión de la
solicitud de reconocimiento y pago de la pensión de invalidez. Por tanto, se
solicitará a la Defensoría del Pueblo que preste asistencia jurídica necesaria
para la consecución plena de la seguridad social.