Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Sesión1. La Lente Antropológica PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 132

1

S-014811

Antropología
Alianza Editorial
Ciencias sociales James L. Peacock

La lente antropológica
Luz fuerte, enfoque suave

El libro de bolsillo
PE Antropología
Alianza Editorial
Trrno oructbrAL: The Anthropological Lens: Hars Light, Soft Focus. Second
Edition Prefacio a la primera edición
TRADUCTOR: Jesús Cuéllar Menezo

¿Puedes ver la luna? ¿Puedes ver cómo se ve...?


GERTRUDE STEIN, A Circular Play

Comenzó el semestre de otoño y di la primera clase de


un curso de introducción a la antropología. El curso, que
Diseño de cubierta: Alianza Editorial era de una universidad pública, se impartía en el gimna-
Ilustración de cubierta: Ángel Uriarte sio y entre los asistentes había muchas personas que, por
su atuendo y comportamiento, parecían más interesadas
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la en el deporte que en los estudios. Al terminar la clase
Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes pregunté si había alguna duda. Me sobresalté cuando un
indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren,
distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, joven me preguntó: «¿Cuál es su hermenéutica?».
artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fija- Estrictamente, la «hermenéutica» tiene que ver con el
da en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la estudio de los textos para interpretar su significado. Este
preceptiva autorización.
alumno utilizaba el término en sentido general. Quería
conocer el significado del curso. Quizá lo que quería sa-
Cambridge University Press, 2001 ber era el significado de la antropología.
© de la traducción: Jesús Cuéllar Menezo, 2005 La pregunta de ese alumno era profunda y, a un nivel
© Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2005
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; elemental, el presente libro trata de responderla. El estu-
28027 Madrid; teléfono 91 393 88 88 dio de una disciplina como la antropología puede antojar-
www.alianzaeditorial.es se un galimatías carente de sentido: una serie de hechos
ISBN: 84-206-5887-1 emocionantes cuyo significado no se entiende suficien-
Depósito legal: M. 5951-2005 temente. Ésos son los hechos que enseñan los cursos de
Composición: Grupo Anaya
Impreso en Fernández Ciudad, S. L. introducción, en los que se habla de «huesos y piedras»,
Printed in Spain
8 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 9

como llaman algunos alumnos a los fósiles y artefactos hu- única perspectiva? Hay tantas perspectivas como antro-
manos; de tipos de economías, gobiernos y organizacio- pólogos. Fijémonos en tres testimonios autobiográficos.
nes familiares de todo el mundo, y de cómo varía la gramá- Margaret Mead, en su autobiografía, titulada Blackberry
tica en cuanto salimos de nuestra herencia indoeuropea Winter (El invierno de las moras), consideraba que la
y nos adentramos en culturas exóticas. ¿Qué quiere decir antropología es una comprensión interpersonal íntima.
toda esta información? Las interpretaciones y experiencias de su infancia y de
Hasta cierto punto, el significado lo da una síntesis sus propios parientes las hacía extensibles a toda la fa-
sustantiva. Se puede hacer que todos esos hechos com- milia humana, incluyendo las diversas culturas de Sa-
pongan una imagen de la existencia humana. Los huesos moa, Bali y Nueva Guinea en las que había vivido. El
y las piedras pueden entrelazarse para constituir una his- antropólogo Richard MacNeish presentaba una imagen
toria de los orígenes y la evolución del ser humano. Los diferente en The Science of Archaeology? (¿La ciencia de
tipos de vida social y de idiomas pueden mostrar pautas la arqueología?), su relato autobiográfico. En los paisa-
culturales. Esa clase de síntesis panorámica de la expe- jes que describe MacNeish no hay familias; en realidad,
riencia humana es un importante objetivo de la antro- no aparece ninguna persona viva. Su mundo no es el de
pología, y uno de los principales propósitos de los cursos los círculos sociales íntimos sino el que hay de puertas
introductorios es proporcionar esa imagen. afuera, el de las amplias panorámicas que narran aven-
Hace poco, el anciano tío de mi esposa acudió a una turas y viajes desde el Ártico canadiense a la América
reunión y escuchó un discurso. Al volver a casa, alguien tropical, en sitios donde él buscaba trozos de cerámica,
le preguntó: «¿Qué dijo ese hombre?». El anciano con- semillas fósiles y otros restos arqueológicos. En algún
testó: «No lo dijo». lugar situado entre las perspectivas de Mead y de Mac-
En antropología, o en cualquier otra disciplina, todas Neish se encuentra Tristes Trópicos, la autobiografía y
las exposiciones de hechos son como las que hace un encantadora crónica de viajes del antropólogo francés
conferenciante que dijo algo pero no lo que estaba di- Claude Lévi-Strauss. El autor narra sus experiencias con
ciendo. Habló pero no transmitió lo que decía. ¿Cuál era pueblos vivos que, sin embargo, apenas figuran como
su mensaje? ¿Qué insinuaba? ¿Qué presupuestos subya- miembros cercanos de un círculo familiar. Más bien
cían en sus afirmaciones? Sólo captando los presupuestos aparecen retratados, de forma bastante objetiva y analí-
latentes en las declaraciones comenzaremos a compren- tica, como cifras, como portadores de significados abs-
der su significado. Esa comprensión es lo que buscamos tractos, integrantes de algún vasto sistema de informa-
al analizar la pregunta siguiente: ¿cuál es la perspectiva ción que, para Lévi-Strauss, es la razón de ser de la
antropológica? ¿Qué clase de lentes usa el antropólogo existencia. Al descubrir perspectivas tan variadas, uno
para ver el mundo? se acuerda de la letrilla que dice: «Desde los mismos ba-
Al hacer la pregunta, aparece de inmediato un pro- rrotes dos hombres miran; uno ve el barro y el otro las
blema. ¿Acaso la antropología utiliza sólo una lente, una estrellas».
PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 11
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
10

Es imposible construir una perspectiva única que in- Tampoco es un tratado académico que repase exhausti-
vamente los escritos teóricos y metodológicos de la discipli-
corpore la diversidad de los puntos de vista antropológi-
na, sometiéndolos a toda la fuerza de su análisis crítico. En
cos, salvo que se haga en un nivel muy general. Sin em-
concreto, no pretende realizar una crítica filosófica profun-
bargo, sí hay varios temas importantes que se repiten en
da como la que podría emprender un filósofo profesional;
las interpretaciones planteadas por los antropólogos y
que llegan a componer un enfoque ampliamente acepta- en realidad, se trata de una ojeada que, con cierta orienta-
do que, si se aprovecha, puede ayudarnos a explicar, aun- ción filosófica, echa un antropólogo a la antropología.
que no de forma exhaustiva, algunos de los significados Al no ser ni un manual ni un tratado académico, este
e implicaciones del objeto de estudio. Incluso una for- libro pretende combinar el análisis y la anécdota. En lu-
gar de recurrir a hechos y referencias académicas de tipo
mulación tan vacilante y limitada puede ser de utilidad
(y ha de ser vacilante y limitada no sólo por la diversi- esotérico, utiliza con frecuencia ejemplos tomados de la
dad de la antropología, sino por su incesante transfor- experiencia común. La obra, aunque desenfadada, es se-
ria. A pesar de que se ha evitado citar profusamente a
mación). autores y textos, sí se ha tratado de reflejar los temas más
profundos de la disciplina.
Una advertencia final: el libro no concede el «mismo
Objetivos tiempo» a todas las ramas de la antropología. Insiste me-
Este libro va dirigido a varias clases de lectores. Al neó- nos en sus vertientes biológica, arqueológica y lingüísti-
fito que acaba de iniciarse en el estudio de la antropolo- ca que en sus tendencias social y cultural, aun esforzán-
gía le puede venir bien comprender algo de la filosofía dose por abarcarlas todas, como partes de una visión
subyacente en el campo en el que se está introduciendo holística. Quizá se haga honor a la verdad señalando que
(y del que pronto saldrá, no hay duda). Los estudiantes su punto de vista es el de la antropología sociocultural o
de nivel intermedio sacarán provecho del análisis de las el de un antropólogo sociocultural.
premisas de la disciplina, mientras se encaminan hacia
sus áreas más especializadas. A los estudiantes avanzados o
a los profesionales puede serles de cierta utilidad mirar Esquema y perspectiva
atrás y observar aquello de lo que forman parte.
La presente obra no es un libro de texto; no cataloga El libro se divide en tres capítulos: uno sobre la materia,
los hechos de la vida humana como lo haría un manual otro sobre el método y un tercero sobre la trascendencia
de introducción a la antropología. Más bien, puede ser- de la antropología.
vir de complemento a ese tipo de texto, aclarando la vi- Por materia se entiende tanto los principales presu-
sión del mundo o la perspectiva que subyace en su obje- puestos como las principales conclusiones de la antro-
pología: sus conceptos clave, ejemplificados a través de
to de estudio.
12 LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 13

sus hallazgos. La cultura —un conjunto de interpretacio- las ciencias naturales y otro en las humanidades. En con-
nes compartidas— es el concepto preponderante en la clusión, examina la relevancia y trascendencia de la antro-
antropología. Sin embargo, la cultura forma parte de pología en relación con su aplicación práctica y con la
una perspectiva general sobre la existencia humana que comprensión general de los problemas humanos.
los antropólogos denominan «holística». Algunos de En concordancia con el discurrir de los capítulos, que
ellos no insistirían tanto ni en la cultura ni en el holismo; van desde la materia a la trascendencia, pasando por el
no obstante, si consideramos el conjunto de la antropo- método, las citas que figuran al inicio de cada uno de
logía, a lo largo de su historia y con toda su amplitud, ellos apuntan un movimiento que transita desde el es-
esos conceptos ocupan un lugar preponderante. cepticismo a la especulación. Las citas son bíblicas, pero,
El capítulo segundo trata del método, es decir, de la for- más que su doctrina teológica específica, lo que aquí nos
ma que tienen los antropólogos de aprender lo que apren- importa son sus connotaciones generales en materia de
den. El trabajo de campo es el método característico de actitud. Sin embargo, el hecho de encuadrar el análisis
la antropología. Sólo quienes han realizado esa labor dentro de la imaginería religiosa conlleva cierto mensaje.
pueden comprender la combinación especialmente ago- El análisis se basa en la creencia; la premisa de la raciona-
tadora de penalidades físicas, desorientación psicológica lidad —según la cual hay que llegar a la verdad mediante
y desafio intelectual que lo constituye. De hecho, incluso la lógica— no es en sí misma demostrable lógicamente,
la memoria de esas personas se empaña, haciendo que la sino que, al fin y al cabo, es un artículo de fe.
experiencia sea difícil de recordar y de describir con niti- La cita de Gertrude Stein que encabeza este prefacio
dez. Para poder dar una idea lo más vívida posible de lo alude al concepto de perspectiva. Uno ve la luna (o cual-
que conlleva hacer trabajo de campo, este capítulo em- quier otra cosa); se hace preguntas sobre ella, sobre el
pezará con experiencias conocidas de todos nosotros, objeto que ve, y también se pregunta sobre el hecho de
para después ir aislando los rasgos esenciales de la expe- ver sobre cómo ve o sobre cómo uno ve. Estas últimas
riencia sobre el terreno. preguntas tienen que ver con la perspectiva. La «lente»
El trabajo de campo no sólo es experiencia. También que figura en el título del libro es análoga a la «perspec-
es método. La antropología tiene formas características tiva»; ambas determinan —una ópticamente y la otra
de contribuir a la comprensión científica y humanística. mentalmente— lo que uno ve.
Aquí se abordarán cuestiones de interpretación y com-
paración relacionándolas con esta disciplina, que busca
tanto el detalle mínimo como la interpretación general. Una imagen orientativa: luz fuerte y enfoque suave
En el último capítulo se intenta plantear perspectivas
que conjuguen la materia y el método, apuntando que no En la física fotográfica, cuanto más intensa es la luz,
existe un marco único que reúna a toda la disciplina, sino menor es la apertura de la lente; al haber más luz, basta
que en ella compiten dos grandes enfoques: uno basado en un agujero más pequeño para transmitir la imagen a la
14 LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA PRIMERA EDICIÓN 15

película. Y cuanto menor es la apertura, más amplia es Disculpas y agradecimientos


la profundidad de campo. Es decir, el fotógrafo puede
enfocar a la vez lo que hay delante y detrás del objeto, Me disculpo por seguir la convención de utilizar única-
así como este mismo. Si ese campo pudiera extenderse mente el pronombre «él» en vez de «él o ella» al referir-
indefinidamente, podría llegar a abarcar incluso la cá- me a terceras personas cuyo género no se especifica. La
mara. práctica es editorial, no ideológica.
La antropología no es prisionera de las leyes ópticas, En lo tocante a las citas, agradezco los permisos de
ni tampoco es exclusivamente visual, pero este tipo de Stanford University Press en el caso de Gregory Bateson,
analogía puede ayudarnos a pensar de forma concreta. Naven (ed. de 1958), p. 262; Curtis Brown Ltd. en el de Lin-
Imaginémonos que un fotógrafo es partidario de em- coln Bamett, The Universe and Dr. Einstein (ed. de 1948),
plear una luz intensa, potente, es decir, de utilizar condi- pp. 8 y 9; Oxford University Press en el de E. E. Evans-
ciones en las que haya un fuerte resplandor. Imaginémo- Pritchard, The Nuer (ed. de 1940), pp. 12-13; de Pan-
nos también que busca profundidad de campo, con el fin theon Books, Random House en el de Boris Pasternak,
de enfocar el segundo plano, el primero y el propio obje- Doctor Zhivago, traducido por Max Hayward y Manya
to. La antropología busca condiciones de luz fuerte; esto Harari (ed. de 1958), pp. 270-271; University of Califor-
se puede tomar literalmente, puesto que los antropólo- nia Press en el de Rodney Needham, Against the Tranqui-
gos tienden a trabajar en entornos expuestos a la intensa lity of Axioms (ed. de 1983), p. 33; y al Museo de Orsay de
luz del desierto y de los trópicos, pero también es cierto París, en el caso de la reproducción de La encantadora
metafóricamente, ya que, en general, para realizar su tra- de serpientes, de Henri Rousseau.
bajo, buscan condiciones en cierto sentido duras, con el Tengo una especial deuda de gratitud con la Funda-
fin de entrar en contacto con lo primario y lo elemental, ción John Simon Guggenheim y con la Universidad de
con los fundamentos de la naturaleza humana, despoja- Carolina del Norte en Chapel Hill, que financiaron una
dos de los oropeles de la civilización. En esos entornos, la estancia de un año en la Universidad de Oxford cuando
antropología enfoca difusamente más que con precisión: este proyecto estaba comenzando; con Rodney Need-
en lugar de ceñirse estrictamente al objeto, difumina sus ham, del All Souls College, y con el Instituto de Antropo-
perfiles y los de su medio, con el fin de enfocar no sólo logía Social, cordiales anfitriones en Oxford; con mi fa-
ese objeto sino el segundo plano, el plano lateral y el pri- milia, alumnos y amigos por su indispensable ayuda y
mer plano; a esta percepción del entorno total la deno- sugerencias: John Baggett, Keith Basso, Carolyn Bloo-
minamos holismo. Si este campo de visión holistico se ex- mer, David Brown, Richard Eckley, Louly Fowler, Mari-
tendiera lo suficiente, incluiría al perceptor tanto como lyn Grunkemeyer, Steven Klein, Christine Loken-Kim,
el objeto percibido, lo que también es una preocupación Edwin Lonergan, Karen McIntyre, Stuart Marks y Louly
de la antropología, que aprecia en el conocimiento tanto Peacock. Ami padre y ami madre les doy las gracias por
el aspecto subjetivo como el objetivo. muchas cosas.
Prefacio a la segunda edición

La antropología y el mundo, a medida que se aproxima-


ban y entraban en el nuevo milenio, han cambiado, quizá
no tan radicalmente como algunos anunciaban, pero,
en cualquier caso, sí de forma importante. Esta edición
revisada responde a esos cambios, aunque conservando
preocupaciones y conceptos que, desde el primer siglo de
existencia de la disciplina hasta ahora, han venido man-
teniendo su carácter destacado. Tres de esos enfoques
persistentes son: la cultura, el trabajo de campo y la re-
levancia. Cada uno de ellos sigue ocupando el centro de
uno de los tres capítulos del libro: la cultura en el primero,
«Materia»; el trabajo de campo en el segundo, «Método»;
y la relevancia en el tercero, «Trascendencia».
No obstante, dentro de cada capítulo se han intercalado
cuestiones, problemas y perspectivas novedosos. En el ca-
pítulo primero, el concepto de cultura conduce a enfoques
y problemas de tipo dinámico, como la globalización, el fe-
minismo y el poder. En el capítulo segundo, el trabajo de
campo nos lleva a cuestiones relacionadas con la reflexivi-
dad: la interacción entre el trabajador de campo y su labor
17
LA LENTE ANTROPOLÓGICA PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN 19
18

sobre el terreno, y el problema general de cómo influye el a la disciplina que defiendo en ambas ediciones de la
conocedor en lo conocido. En el capítulo tercero, las cues- Lente.
tiones relativas a la aplicación nos conducen a preocupacio- Reconociendo, en consecuencia, los cambios, tam-
nes como los derechos humanos y las posibilidades que tie- bién busco continuidades y elementos fundamentales.
ne la antropología de influir en los problemas públicos. Me protejo de las modas, para no subir a trenes que se
Aunque era necesario hacer revisiones, puesto que la estrellan. Intento no exagerar las tendencias habituales,
Lente fue esbozada hace dos décadas, la primera edición porque lo que hoy es nuevo, mañana ya será viejo. Sin
ya anticipaba muchas evoluciones recientes. Por ejem- embargo, trato de incorporar nuevos materiales, colo-
plo, el énfasis posmoderno en la «construcción» mantie- cándolos dentro de marcos y direcciones que parecen ir
ne la advertencia contra «la falacia de la concreción mal a durar y continuar, y que, en ocasiones, apuntan más
situada» y, a su vez, es objeto de las cautelas señaladas allá de lo actual, señalando necesidades y oportunida-
por «la falacia de la abstracción mal situada», ambas pre- des emergentes. Cualquiera que sea el éxito o el fracaso
sentes en la primera edición; es decir, la cultura es una de esta empresa, estoy deseando ver las formulaciones y
construcción, no hay duda, pero decir esto no debería acciones futuras de la antropología y de los antropólo-
conllevar la negación del poder primordial de los fenó- gos. Como concluía la primera edición: «Los nuevos
menos a los que aplicamos etiquetas como la de «cultu- usos reclaman nuevas lentes; las nuevas lentes, nuevas
ra». También se anticipaba la reflexividad, por ejemplo, fórmulas para describirlas». Aunque quizá el carácter
en las imágenes de la lente y la fotografla, en las que se dinámico de nuestros procesos lo expresaran mejor
apuntaba que en la etnografía el fotógrafo siempre for- otros términos, en lugar de la palabra «fórmulas», po-
ma parte de lo que fotografía. cos discreparían de que el futuro demandará nuevas y
Aunque términos como «holismo» y «cultura» son cri- más ricas formas de expresión para representar una
ticados por algunos antropólogos, en nuestra discipli- disciplina tan explosiva como la antropología. Otra
na y en el conjunto de la sociedad su historia es larga Lente podrá sacar la instantánea de nuestro laborioso
y su uso habitual. Cuando esos términos siguen siendo avance en ese sentido.
útiles para aludir a conceptos duraderos, continúo uti- Entre los orígenes de esta revisión, es importante desta-
lizándolos, en lugar de sustituirlos por otras alternati- car el hecho de que entre 1993 y 1995 fuera presidente de
vas más especializadas, esotéricas y posiblemente efíme- la Asociación Estadounidense de Antropología (AAA). La
ras, recientemente introducidas. También me esfuerzo experiencia de «liderar» una organización de 11.000 an-
por mostrar los vínculos y precedentes teóricos de esos tropólogos, que representa una gran diversidad de opinio-
conceptos más novedosos. Al revelar los paralelismos exis- nes, enriqueció de modo incalculable mi propia perspecti-
tentes entre los argumentos de Durkheim y Foucault, va y se refleja especialmente en el último capítulo, cuando
o entre la obra de Margaret Mead y la antropología se analiza la ética, los derechos humanos y la «antropolo-
feminista más reciente, se da una perspectiva histórica gía pública».
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
20

Agradezco la colaboración de Carla Jones, estudiante La lente antropológica


de doctorado en Antropología. Carla esbozó los nuevos Luz fuerte, enfoque suave
apartados sobre globalización, feminismo, ecología, de-
rechos humanos y posmodernidad, y trabajó conmigo
para darles forma e intercalarlos en un manuscrito revi-
sado. Estoy profundamente en deuda con su transfusión
de nueva materia, estimulante y absolutamente esencial,
que conduce hacia las «lentes» del futuro.
También doy las gracias a Carrie Matthews, estudiante
de una maestría en Literatura Comparada, quien leyó el
texto original y sugirió algunas modificaciones de índole
editorial, además de redactar la versión preliminar de un
párrafo sobre la idea de «orientalismo» en Edward Said.
Finalmente, agradezco a la editora Jessica Kuper que me
sugiriera que había llegado el momento de una nueva
Lente.
1. Materia

Voy a dedararos un misterio


I a los Corintios, 15:51-2

¿Qué es la vida? ¿Cuál es la esencia de la existencia hu-


mana? ¿En qué consiste la experiencia?
La antropología proporciona diversas respuestas a es-
tas preguntas. Esa variedad puede reducirse a ciertos te-
mas principales. Quizá el más destacado sea el siguiente:
la vida humana debe abordarse en su conjunto, como
una configuración entretejida por muchas fuerzas y as-
pectos, unas y otros organizados por la cultura. Sin em-
bargo, ese todo es dinámico y su estudio está poblado de
debates.

¡Es real!: La cultura contemplada


Surabaya —tórrida, abarrotada y empobrecida— es una
ciudad portuaria de Java, la isla más populosa de In-
donesia, cuarta nación más poblada del mundo. En
1962, mientras realizaba trabajo de campo en Suraba-
ya, se calculaba que, de su millón de habitantes, 75.000
eran mendigos. La mayoría de la gente, viviendo cr
23
24 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 25

un tercio de los alimentos que ingieren los occidenta- educada. Sin embargo, la pátina de civilización, aun sati-
les, estaba desnutrida. La inflación se había disparado rizada, se valoraba enormemente.
y los precios se multiplicaban mensualmente por tres, Las convenciones de ese lenguaje y esos modales tan
de modo que los sueldos sólo servían para cubrir unos refinados se expresaban también mediante una vida ce-
pocos días de cada mes. La familia con la que vivíamos mi remonial enormemente amplia y compleja. La boda de
esposa y yo en un barrio de chabolas cercano a las vías una pareja javanesa corriente, comparada con un enlace
del tren apenas tenía lo suficiente para sobrevivir. Con- de la realeza, no saldría mal parada en cuanto a pompa y
seguir atención médica era difícil; las comunicaciones, esplendor. Había danzas de exquisita elegancia, inspira-
inciertas, y el transporte, una aventura. La ciudad esta- das en las cortes javanesas, que no sólo se realizaban en
ba dominada por el Partido Comunista que, inclinado ámbitos cortesanos para celebrar momentos felices, sino
hacia la revolución, en aquel momento era el segundo que también las practicaban niños de barrios bajos en
más importante de Asia. La inestabilidad, las penurias destartalados escenarios de bambú. Abundaban las sectas
y la ansiedad caracterizaron ese periodo, que el presi- místicas o las dedicadas ala meditación, y gente corrien-
dente indonesio Sukarno dio en llamar «El año que vi- te, preocupada por cuál sería su siguiente comida, expli-
vimos peligrosamente». caba filosofías esotéricas y teorizaba sobre las profun-
Resulta asombroso que, a pesar de las difíciles y preca- didades de la civilización javanesa.
rias condiciones de vida, se mantuviera el exquisito refi- Todo eso formaba parte de la cultura de Java. Los mo-
namiento de los valores de la cultura javanesa. Cuando dales, las ceremonias, la lengua, el arte y las filosofías
uno visitaba una casa, le sentaban ante una pequeña mesa eran cosas tan profundamente enraizadas que no des-
y le servían una taza de té o de agua azucarada. No se po- aparecían en condiciones terriblessla cultura se encon-
día tomar la bebida inmediatamente, sino que había que traba tanto en la forma de vida como en los mendigos
esperar hasta que el anfitrión ola anfitriona diera la orden deformes, en los comerciantes acostumbrados a regatear
con una palabra suave y cantarina, «mangguuuu», des- yen los políticos corruptos; aún sigue floreciendo, inclu-
pués de la cual ambos bebían. Así se iniciaba la formali- so después de una época de violencia en la que, tras «El
zada ceremonia de una visita en Java, a cuyo fin adecuado año que vivimos peligrosamente», se calcula que fueron
se llegaba recitando con expresión igualmente depurada: masacrados medio millón de indonesios y se registraron
«ahora solicito permiso para retirarme». Este carácter turbulentas transformaciones.
ceremonioso estaba tan sólidamente enraizado y tan Al igual que en este ejemplo, gran parte del trabajo
perfectamente asumido en la vida de la isla que incluso antropológico se ha realizado en escenarios duros, re-
era objeto de representaciones teatrales populares: un motos, o ambas cosas a la vez; casi nunca en las confor-
payaso, que hacía de anfitrión, sustituía la refinada invi- tables zonas residenciales o los salones que asociamos
tación javanesa «beba» por la grosera orden «sórbalo», con la cultura y la civilización. Sin embargo, de ese con-
aludiendo al impulso animal subyacente en la fachada tacto con la «luz fuerte» ha surgido una valoración de lo
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 27
26

que hemos dado en llamar cultura: una forma duradera plo), así como otros rasgos afines a la organización social
de pensar y de ordenar nuestras vidas que sobrevive a la humana, parecen expresar pautas heredadas o instintivas,
lucha por la existencia. Sea lo que sea la cultura, «es real». no aprendidas. Otros podrían diferenciar los productos
Al menos algo existe que, para nuestra comodidad, po- mentales del psicótico de los de una cultura; el delirio del
demos denominar «cultura». primero sólo es privativo de él, mientras que las ideas de
una cultura, aunque a veces sean igualmente peculiares, no
se sostienen por sí solas, sino que se comparten.
DEFINICIÓN DE CULTURA
Esos rasgos —que la cultura se aprende y se compar-
te— enuncian las condiciones para que haya cultura.
Al revisar las definiciones antropológicas de cultura, uno ¿Pero qué es la cultura en sí misma? Tylor enumera va-
se acuerda de los versos de Elizabeth Barrett Browning: rios de sus elementos:
«¿Cómo os amo? Dejadme enumerar las maneras...». Con el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, la ley, las cos-
actitud promiscua, los antropólogos han colmado de afec- tumbres, así como otras capacidades y hábitos adquiridos
to el concepto de cultura, tan evidente en su experiencia y por el hombre como miembro de la sociedad.
tan capital para su disciplina. Sin embargo, nunca se han
puesto de acuerdo sobre una única definición. No obstan- La lista es larga y parece incluir casi cualquier cosa sus-
te, sí pueden precisarse ciertos elementos comunes. ceptible de aprenderse o compartirse. Los antropólogos
Sir Edward Tylor, fundador de la antropología social, han reducido la lista de diversas maneras. Algunos han su-
proporcionó en 1871 la definición clásica: brayado los componentes mentales o actitudinales, más
que el aspecto de comportamiento de la cultura. le.w:Li
La cultura [...] en su sentido etnográfico amplio, es ese complejo esta perspectiva, la cultura no es en sí misma un compor-
universo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la tamiento, sino que se compone de las interpretaciones
moral, la ley, las costumbres, así como otras capacidades y hábi-
tos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad.' compartidas que orientan ese comportamiento y que se
expresan a través de éACómo sabemos de la existencia de
Según la definición de Tylor, la cultura la «adquiere el esas interpretaciones? Mediante la observación de con-
hombre como miembro de la sociedad»gsto implica que ductas y de otros elementos visibles o audibles que los po-
la cultura, en vez de heredarse por línea biológica, se apren- nen de manifiesto. En este momento no tenemos por qué
de, y también que es algo social; no es propiedad del indivi- detenernos en las dificultades de esta formulación. Ahora,
duo sino que se comparte)La mayoría de los antropólogos nuestra labor consiste en captar que hay algo —una especie
estaría de acuerdo en estos dos rasgos de la cultura. Algunos de pauta o de inclinación organizada— que se expresa a
distinguirían entre la sociedad de las hormigas o las abejas través de comportamientos característicos de cada grupo
y la humana, porque las dos primeras, aunque presentan de personas. Tenemos que percibir la importancia de esas
una división del trabajo (entre reinas y obreras, por ejem- pautas y su poder para organizar nuestras vidas.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 29
28

El ejemplo de Surabaya es extremo; allí, la gente man- el futuro. Sin dudarlo, clasificamos cualquier aconteci-
tenía su cultura en condiciones enormemente tensas. miento situándolo sobre dicha línea: la época de los di-
Cabe imaginar otros ejemplos históricos. La comunidad nosaurios se remonta a muchos intervalos de distancia,
religiosa utópica de Münster, dirigida por Jan Bokels- la Segunda Guerra Mundial está cerca de nuestra posi-
zoon, fue asediada en 1535 por los ejércitos reales del Rin. ción actual; una gestación puede prolongarse durante
Privados de víveres, los fieles fueron obligados a dar glo- nueve meses siguiendo esa línea, y el nacimiento no es
ria a Dios mientras se morían de hambre. La mayoría de más que un punto sobre ella. De forma similar, el futuro
los estudios antropológicos no se han realizado en con- se imagina como un movimiento que sigue una línea: las
diciones tan rigurosas como ésta, pero, como hemos men- naciones ponen en práctica planes quinquenales e in-
cionado, gran parte de ellas se han llevado a cabo en si- tentan progresar; los individuos tienen carreras. Para
tuaciones difíciles en uno u otro sentido. Sin embargo, «avanzar», todo el mundo debe desplazarse con determi-
ésas son las experiencias que han alimentado la convic- nación sobre la línea y superar obstáculos e interrupcio-
ción antropológica en la cultura humana como fuerza y nes. Esta forma de pensar, que procede de diversas fuen-
como poder. Si la cultura pervive en esos ámbitos, sobre- tes, está enraizada en nuestra cultura. Se halla en muchos
idiomas europeos que, a diferencia de muchas lenguas
vivirá en cualquiera. no europeas, tiene tiempos verbales: categoriza las expe-
¿Qué rasgos de la cultura la hacen poderosa?
riencias dividiéndolas en pasado, presente y futuro. Está
en nuestra tradición judeocristiana, que imagina que
tenemos una historia —un pasado que, desde la creación
LA CULTURA SE DA POR HECHA del mundo, avanza a través de Abraham, Moisés y los
Según la metáfora de Edward Hall, la cultura es un «len- profetas— y un futuro. Se ha visto acentuada por la época
de la mecanización, que nos obliga a automatizar, plani-
guaje silencioso» 2 . Las tradiciones y las convenciones son ficar y secuencializar con precisión. Nos han enseñado
silenciosas en el sentido de que suelen ser inconscien-
tes. Personas que dicen actuar racionalmente, que sólo esta forma de pensar en el colegio, donde, haciéndonos
se rigen por consideraciones como la eficiencia, se guían pasar por una serie de estadios, se nos conduce hasta la
inconscientemente por tradiciones rígidas y penetrantes. graduación; en los refranes, que nos dicen que el tiempo
Poner en evidencia esas tradiciones es una de las labores es oro, que todo lo trae y todo se lo lleva, y que hay que
principales del antropólogo, por no hablar del satírico. aprovecharlo y no desperdiciarlo. Nos hemos criado
La obra de Hall es un ejemplo de este enfoque. pensando en el tiempo de esta forma lineal. Lo hacemos
Este autor señala que durante siglos Occidente ha sin recapacitar sobre ello. Damos por hecha esa forma de
concebido el tiempo como algo lineal. El tiempo es una pensar.
línea que, dividida en siglos, años, meses, semanas, días, Antropólogos como Hall nos enseñan que no todo el
horas, minutos y segundos, se prolonga entre el pasado y mundo piensa de ese modo. Parece que los habitantes de
30 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 31

las islas Trobriand del Pacífico occidental partían de canción country. Aun percibiendo las variaciones, la ma-
otros presupuestos. Se dice que, a diferencia del triunfa- yoría de nosotros da por sentada cualquiera que sea la
dor esforzado, a los trobriandeses no les preocupaban idea de tiempo que nos gobierna. En realidad, los triunfa-
especialmente las interrupciones o que ni siquiera consi- dores que dicen estar únicamente actuando de manera
deraban que un obstáculo en la realización de una tarea eficiente y racional, están llevando a cabo un gigantesco
constituyera una interrupción. Para ellos, el tiempo no ritual que expresa las tradiciones concretas de su cultura y
era tanto una línea sobre la que uno se mueve como un de su subcultura. Se puede elegir conscientemente una de-
charco en el que uno se sienta, chapotea o se revuelca. terminada carrera o forma de vida y justificar cierto credo
Los trobriandeses imaginaban el tiempo como algo ca- o conjunto de valores y objetivos, pero nadie desvelará
rente de dirección, no como una línea que indica una nunca las premisas que se dan por sobreentendidas y que
trayectoria. forman parte de la propia cultura: ese «conocimiento tá-
Evidentemente, todas las cautelas a la hora de evitar cito» que nos sirve para vivir en el mundo.
los estereotipos culturales son pocas. En una ocasión, en
Java, para presentar mi intervención en una serie de con-
ferencias, dijeron: «A continuación, el Sr. James mengisi LA CULTURA ES ALGO COMPARTIDO
waktu», que significa «llenará el tiempo». Quise inter-
pretar la expresión enmarcándola en la elaborada solem- La antropología lingüística nos proporciona uno de los
nidad antes mencionada: es decir, que a la gente le im- ejemplos más sorprendentes de este hecho: el fonema,
portaba menos lo que yo dijera o lograra que el hecho de que es un rasgo del sonido crucial para la comunicación.
que cubriera un espacio de la ceremonia. Este tipo de Si se compara la forma de hablar de diferentes personas,
pauta no lineal todavía puede observarse en la vida java- incluso de las que comparten un mismo idioma y tienen
nesa, donde lo tradicional es que el tiempo, relacionado el mismo «acento», se pueden escuchar todo tipo de va-
con tradiciones indo-budistas, se base en ciclos más que riaciones. En cada hablante varía el tono, el volumen, el
en progresiones; sin embargo, también puede apreciarse timbre, la intensidad y las pautas respiratorias. Sus ór-
la linealidad occidental de los calendarios y de los impul- ganos vocales son diferentes y a algunos incluso pueden
sos que conducen al esfuerzo y al logro. faltarles dientes o tener otras particularidades. Resulta
A cualquiera que mire y que escuche le resultará eviden- increíble que, a pesar de todas esas diferencias, se comu-
te que la concepción del tiempo es variable, porque las niquen. ¿Cómo logra esto el idioma? Cada lengua dis-
diferencias se ven incluso dentro de nuestra propia socie- tingue una pequeña cantidad de sonidos absolutamente
dad. El tiempo de las personas negras suele ser diferente cruciales (algunas sólo tienen una docena y ninguna su-
al de las blancas y también saltan a la vista otras variacio- pera los noventa; el inglés reconoce unos cuarenta); esas
nes étnicas o regionales: «Te amaría en un minuto de Nue- diferencias se denominan fonemas. La comunicación se
va York pero me tomaría el tiempo de Texas», dice una producirá siempre que esas distinciones se produzcan
32 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 33

y comprendan. Por ejemplo, en inglés es necesario que yente, estudiaba las creencias. En un sentido más profundo,
el hablante distinga entre los fonemas «b» y «p» (de no convertirse habría supuesto renunciar a una identidad cul-
ser así confundiría las palabras «pin» y «bin», «bull» y tural y aceptar un compromiso religioso.
«pull», «pan» y «ban»). No es necesario que haga todas El encuentro con el otro acentúa la conciencia de la pro-
las distinciones posibles. Algunas que son esenciales en pia identidad cultural. Este principio explica la insistencia
otros idiomas carecen de importancia en inglés. Por ejem- de los antropólogos en la realización del trabajo de campo
plo, en lenguas asiáticas como el chino y el tailandés hay en un ámbito en principio ajeno, y explica su recurso a la
diferentes tonos que cambian el significado de las pala- comparación entre lo ajeno y lo familiar. El pez es el último
bras. Si no tiene práctica, un hablante de inglés no podrá en comprender el agua, y quizá lo haga contrastándola con
siquiera percibir la diferencia entre esos tonos, por no la tierra. Para captar el poder y la realidad de la cultura, es
hablar de reproducirlos, ya que, en su idioma, la diferen- necesario establecer algún contacto con el otro.
cia tonal no afecta a los fonemas. En consecuencia, la cultura es el nombre que dan los
Las pautas lingüísticas comunes ponen de manifiesto antropólogos a interpretaciones y códigos sobreentendi-
un rasgo cultural que haya impresionado a los antropó- dos pero de enorme influencia que los miembros de un
logos y a cualquiera que ha pensado en ello. Sin inten- grupo comparten y aprenden. El énfasis que recibe la
ción o planificación individual alguna, un grupo establece cultura varía en diferentes escuelas y ramas de la antro-
reglas, códigos, valores y convenciones que sus miembros pología (por ejemplo, la antropología social británica
comparten. Al no circunscribirse a una sola persona, la hace más hincapié en su contexto social, mientras que la
cultura compartida escapa al control de cualquier indi- antropología cultural norteamericana incide más en
viduo; tiene su propio poder. la cultura misma), pero el concepto de cultura es impor-
tante en todas las vertientes de la disciplina. Desde hace
tiempo, y en la actualidad, la antropología ha asumido
EL ENCUENTRO CON EL OTRO que aumentar nuestra conciencia del poder y de la reali-
dad de la cultura en nuestra vida es una misión y una
En una ocasión, en la mezquita de una pequeña localidad contribución de carácter primordial.
javanesa, varios cientos de personas rezaron para que yo me
convirtiera al islam. ¿De dónde nacía mi resistencia? En pri-
mer lugar, yo había asumido la posición del «investigador», Definición de antropología.. una disciplina holistica
del que hace trabajo de campo para «estudiar» esa tradi-
ción, no del que cree en algo pero está abierto a otras cosas. «Tan pocas como puedas, tantas como debas», era el con-
De hecho, cuando el grupo musulmán me preguntó una sejo de John Stuart Mill en lo tocante a definiciones. Sus
vez cuál era mi religión, yo le contesté: «Mi religión es la an- compatriotas británicos destacaban en la elaboración de
tropología»; con esto quería decir que, más que ser un cre- definiciones tan escuetas como mordaces. Según Samuel
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 35
34

Johnson, la avena es aquello con lo que los ingleses ali- Podríamos comenzar pensando en actividades, pero se-
mentan a sus caballos y los escoceses a los hombres, mien- leccionando ahora las que suelen considerarse «profesio-
tras que Oscar Wilde calificaba la caza del zorro como «lo nales». Esa lista incluiría todos los tipos de investigación
incalificable en busca de lo incomible». Quizá la defini- que llevan a cabo los antropólogos, desde desenterrar fó-
ción más ingeniosa de la antropología sea la de Margaret siles hasta vivir mezclados entre la gente en lugares hoy en
Mead, para quien es «el estudio del hombre, abrazando* día apartados. La lista de cursos universitarios sobre an-
a las mujeres». En cierto modo, lo que pretende este libro tropología da una cierta idea del abanico de objetos de es-
es definir la antropología, de manera que, antes de conti- tudio de los que trata esta disciplina. La lista siguiente se
nuar, comenzaré por dar una idea de cuál es su objeto. basa en la oferta de un departamento de tamaño medio de
La antropología es lo que hacen los antropólogos. Ésta una universidad pública estadounidense:
es una forma somera de caracterizar la disciplina, y un
enfoque que algunos defienden. Pero, ¿es correcto? No, Orígenes de la civilización y del Estado
evidentemente es erróneo. Los antropólogos pasan gran Cultura: ¡qué concepto!
parte de su tiempo haciendo lo que hace todo el mundo. Antropología general
Duermen y comen, trabajan (intensamente), hablan (sin Culturas locales, fuerzas globales
parar) y viajan (frecuentemente). No todas esas activida- Evolución y adaptación humanas
des forman parte de la antropología. ¿Cuálesson las co- Dilemas humanos
sas que sólo hacen los antropólogos, y nadie más? Ahora Sistemas de curación comparados
comenzamos a precisar, pero la definición sigue siendo Introducción a las civilizaciones de la India, Pakistán y
inadecuada. Debido a las exigencias de sus investigacio- Bangla Desh
nes, los antropólogos pueden pasar más tiempo que la Problemas globales
mayoría de la gente viajando a lugares exóticos y recupe- Teoría social y diversidad cultural
rándose de enfermedades igualmente exóticas; esos ras- Prehistoria del mundo
gos son característicos, pero ¿acaso los viajes y las enfer- Paleoantropología
medades definen la antropología? Lo que necesitamos Cultura y personalidad
saber es qué es lo que hacen los antropólogos por el he- Magia, ritual y creencias
cho de serlo: qué parte de su actividad constituye la an- Emociones y sociedad
tropología. Sin embargo, ¿cómo vamos a saber cuándo Arte y cultura
actúan los antropólogos como tales sin saber antes qué Género y comportamiento
es la antropología? Hemos vuelto al punto de partida. Arqueología norteamericana
Jardines, santuarios y templos de Japón
Bioarqueología
también significa incluir o abarcar, de ahí el ingenio
* El verbo embrace [N. del T.]. Dinámicas culturales africanas
de la definición de Mead, basada en este doble sentido
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA
36 37

Antropología e interés público En lo tocante a los aspectos abordados, la antropología in-


Globalización e islam local en Asia cluye los biológicos y los culturales, los económicos y los
Evolución de los paisajes psicológicos, los estéticos y los políticos. Su metodología
Teoría sociocultural y etnografía comprende desde lo cuantitativo a lo cualitativo, desde lo
Ecología y núcleo evolutivo arqueológico a lo sociológico, y desde el trabajo de cam-
Identidad y capacidad de acción po particular a la generalización global y el razonamien-
Arte y etnografía to filosófico. Entre las materias consideradas relevantes y
Seminario sobre cazadores y recolectores actuales figuran el feminismo, el racismo, las explosiones
Política de la naturaleza demográficas, las crisis de sentido y religiosas, el evolucio-
Arqueología del ámbito doméstico nismo y el creacionismo. La antropología invade los territo-
rios de las ciencias sociales y también de las humanidades,
Para comparar, obsérvese la siguiente lista de cursos y rebasa los límites tradicionales de todas ellas, al tiempo
ofrecidos en un determinado periodo lectivo por una que plantea preguntas al pasado lejano y al imperioso pre-
universidad sueca: sente, quizá con implicaciones para el futuro.
Introducción a la antropología social Esta amplia perspectiva, a veces denominada «holísti-
El proceso investigador en antropología ca», quizá sea, en sí misma, el rasgo más sorprendente de
Diferentes sociedades y culturas la antropología. Cualquiera que sea la definición de an-
Problemas actuales de la perspectiva antropológica social tropología que se elija, habrá que subrayar que ésta es
Historia de la teoría antropológica una disciplina para comprender a la humanidad en sus
Estudios sobre las formas culturales muy diversas facetas, es decir, holísticamente.
Etnicidad, identidad y migración Si la antropología trata de verlo todo y en todas partes,
Antropología económica entonces, ¿tiene una perspectiva diferenciada? Como se se-
Poder, desigualdad y estratificación ñaló antes, esa perspectiva es la cultura. Esto no quiere decir
Textos actuales sobre antropología social que la antropología se preocupe exclusivamente de la cultu-
El nacionalismo desde una perspectiva antropológica ra; también presta enorme atención a lo que algunos deno-
Curso sobre Sócrates minarían la «cruda realidad» del mundo material. Sin em-
Complejidad cultural bargo, los estudios antropológicos se caracterizan por tratar
Problemas sociales del tercer mundo de relacionar ese mundo material con significados cultura-
les. Los estudios de fósiles humanos y de otros restos óseos
En antropología, la variedad y el alcance de las materias descubiertos por los arqueólogos y antropólogos físicos
son enormes. Cubren la totalidad de la historia y la prehis- pueden generar análisis de la anatomía craneana y dental, y
toria humanas, y abarcan millones de años. Se ocupan de de la geología del hábitat, pero, al fin y al cabo, tales estudios,
todo el mundo, sin prescindir de ningún espacio o grupo. si son antropológicos, pondrán en relación esos rasgos con
38
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 39

creaciones humanas: con herramientas, con pinturas o con ¿Quién soy yo? Es una pregunta bien conocida en nues-
el habla. Puede que los estudios lingüísticos tracen la física tra cultura. La mayoría de los que hemos crecido en Oc-
del sonido —su frecuencia, su volumen y sus matices— pero, cidente pensamos que, por lo menos, existe un «yo»
al final, en la lingüística antropológica, ese análisis es «foné- como individuo independiente, como personalidad se-
mico»; es decir, los sonidos físicos se interpretan como cate- parada del exterior por la piel. Escupa usted en su mano.
gorías experimentadas y elaboradas por los seres humanos Tráguese esa saliva. La mayoría preferiría no hacerlo.
dentro de su cultura. Quizá los antropólogos económicos Dentro de mí, esa sustancia no es más que saliva y ape-
calibren el valor de los bienes materiales intercambiados, nas pienso en ella, pero, una vez que está fuera, ya no
pero se considera que dichos intercambios se apoyan en re- forma parte de mi ser y me limpio la mano.
glas y significados compartidos por quienes participan en Este pequeño experimento pone de relieve cómo
ellos. El énfasis interior de la antropología se ve claro cuando, cada uno de nosotros se distingue de los demás. El yo se
mirando al exterior, lo comparamos con disciplinas próxi- antoja una entidad diferenciada y delimitada. Puede
mas. El antropólogo físico se parece al biólogo; el arqueó- que esta forma de pensar nos resulte familiar, pero no
logo al geólogo; el antropólogo económico al economista; tiene por qué ser la única para ocuparse del yo. Es la
pero, en términos generales, lo que diferencia a cada uno que siempre nos ha enseñado nuestra cultura. Recorde-
de los antropólogos de esos otros colegas es su énfasis en la mos algunas de las fuentes de ésta. Pensemos, por ejem-
cultura (aunque siempre dentro de un marco holístico). plo, en un libro que ha sido enormemente influyente
en la filosofía anglo-norteamericana, la obra maestra
de Thomas Hobbes, un filósofo británico del siglo xvii:
La percepción holística Leviatán'.
Hobbes parte del individuo. Para él, es la unidad fun-
Se dice que un obrero ruso, al terminar su jornada, te- damental de la experiencia humana y también el com-
nía la costumbre de salir de la fábrica empujando una ponente básico de la sociedad y de todo lo demás. Ésta
carretilla. Cada tarde los guardas de la puerta inspeccio- es la premisa del individualismo, la doctrina que pro-
naban la carretilla y, al encontrarla vacía, dejaban salir al pugna que el individuo es la realidad fundamental,
trabajador. Después de unos meses se descubrió que éste mientras que la sociedad es una construcción. «¿Cómo
estaba robando carretillas. podría ser de otro modo?», cabría pensar. Sin embargo,
El error de los guardas era inspeccionar el contenido y otras filosofías parten de otros presupuestos.
no el continente, fijarse estrictamente en las partes y no en Según Hobbes, los individuos tienen pasiones. Sien-
el todo. El hecho de identificamos con los guardas nos re- ten y razonan, pero también quieren y desean. Quieren
cuerda con cuánta frecuencia no vemos las cosas holisti- estatus, propiedades y cosas similares. Para Hobbes, así es
camente: cómo nos ciega nuestro propio punto de vista. la naturaleza humana, el carácter del hombre en su es-
Esta lección puede aplicarse a experiencias habituales. tado natural.
40 LA LENTE ANTROPOLÓGICA MATERIA 41

Por desgracia, la propiedad y el poder son escasos. El men). Hobbes ejemplifica pues el individualismo filo-
hecho de querer algo genera competencia y conflicto. Si se sófico.
abandona a los seres humanos a sus propias inclinaciones, Está claro que Hobbes no es la única fuente del indi-
pronto se degeneraría en una guerra de «todos contra to- vidualismo; simplemente es uno de sus más lúcidos y
dos». (Por cierto, esta idea de la naturaleza humana conti- enérgicos representantes. Muchas influencias se conci-
núa expresándose en la literatura británica, que aún refle- tan para enseñarnos el individualismo. Los idiomas oc-
ja la filosofía hobbesiana. En El señor de las moscas, de 1.--
c1 imtales, por ejemplo, hacen hincapié en el pronombre
cidentales,
William Golding, un grupo de muchachos abandonados «yo», algo que no siempre ocurre en otras len-
en una isla tropical no tarda en dividirse en varias hordas guas. La tradición cristiana protestante subraya que es el
guerreras, carentes de sentido de la justicia o de la compa- sujeto individual, como unidad independiente, el que se
sión. Los orcos de El señor de los anillos, de Tolkien, per- condena al sufrimiento eterno en el infierno o el que al-
sonifican esta tendencia humana, exagerada hasta con- canza la felicidad eterna en el cielo. En otras religiones se
vertirla en una desagradable tribu de monstruos. Y, por recalcan otras cosas; por ejemplo, en el judaísmo anti-
supuesto, esta concepción hobbesiana de la naturaleza guo Dios castigaba o recompensaba a la nación. En la
humana subyace en la llamada perspectiva «conservado- democracia estadounidense la regla es un hombre, un
ra» de la sociedad anglo-norteamericana.) voto, pero no era así, por ejemplo, en el Japón de co-
Hobbes advirtió que si los hombres eran abandona- mienzos del siglo xx, donde el que votaba, representan-
dos a su estado natural, se lanzarían al cuello del prójimo do al grupo familiar, era el cabeza de familia. A todos nos
y la vida se convertiría, según su famosa frase, en «des- dan un determinado nombre, que identificamos con no-
agradable, brutal y corta». sotros mismos hasta el punto de sentirnos un poco per-
Los seres humanos deben contrarrestar sus desagra- plejos cuando conocemos a alguien que se llama igual;
dables naturalezas introduciendo controles sociales. Por sin embargo, en algunas culturas, a las personas no se las
lo tanto, han hecho algo necesario para sobrevivir: ceder conoce por su nombre específico, sino por el que las vin-
libertad a cambio de orden. Para protegerse de todos, cula a otras, como ocurre con la costumbre de llamar a
aceptan que alguien los domine. Así se ha creado el go- los padres con el nombre de sus hijos: «el padre o la ma-
bierno, el Leviatán. dre de X». Todos tenemos un número de identificación
Pero ese Leviatán es un monstruo, una creación artifi- fiscal o de identidad, a cada uno nos adjudican un asien-
cial. En una ilustración impresa en la edición original de to distinto en el avión, y se dice que nuestras huellas dac-
la obra de Hobbes, Leviatán es un hombre de gran tama- tilares o ADN son únicos. Nuestra cultura recalca de mil
ño que se compone de muchos hombres pequeños y su maneras la singularidad y el carácter diferenciado de
cara no es otra que la del sarcástico filósofo Hobbes. cada individuo.
¡Una visión poderosa e impactante! (que, por supues- Para el individualismo, el todo se compone de partes.
to, lo es aún más si se lee el original entero y no un resu- Ellas, es decir, los individuos, son el principio que sirve
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 43
42

para construir el conjunto, o sea, las sociedades. Las par- do era así. Su forma de vida es mucho más fundamental
tes, los individuos, son la realidad fundamental, auténti- para la historia humana que la nuestra.
ca y natural. Como señaló Hobbes, se puede levantar En tales sociedades, el grupo —la comunidad y el clan—
una comunidad, pero ese todo es artificial y frágil. tiene un poder dificilmente imaginable para nosotros.
Émile Durkheim, el filósofo y sociólogo francés que Resulta fácil citar ejemplos extremos. En la «muerte
inspiró gran parte de los estudios de la antropología so- vudú», por ejemplo, si el grupo proclama que una perso-
cial, adoptaba el punto de vista contrario. Durkheim no na está muerta, muere'. Por el contrario, en los rituales
tomaba como realidad fundamental al individuo, sino a de curación, si el grupo declara que alguien está bien, se
la sociedad. Partía del todo, no de las partes. Durkheim recupera8. Aquí la conciencia individual está tan profun-
señaló que si la sociedad no hubiera llegado a constituir- damente imbricada con la del grupo que es impreciso
se, puede que el individuo —una criatura sensible y racio- hablar de individualismo tal como lo conocemos noso-
nal, un ser humano— nunca hubiera llegado a existir. tros (también lo es exagerar el carácter colectivista de
También afirmó que para el desarrollo de nuestra exis- esas sociedades, porque también cuentan con elementos
tencia el grupo es más fundamental que el individuo'. individualistas; sin embargo, partiendo de una compa-
En parte, el argumento de Durkheim se basa en para- ración general con nuestra existencia, el argumento sí se
lelismos establecidos entre el pensamiento humano y las mantiene).
pautas sociales. Por ejemplo, el pensamiento se desarrolla La antropología, con esa perspectiva que abarca los
mediante la clasificación, la división en clases. La socie- millones de años que median entre la prehistoria huma-
dad se construye de forma similar'. De esos paralelismos, na y el presente, reconoce el carácter enraizado del colec-
Durkheim infiere que la sociedad es la base del pensa- tivismo. Desde la aparición del ser humano hasta la épo-
miento. ca de los primeros estados de Oriente Próximo y Asia,
El punto de vista de Durkheim entronca con la expe- hace unos 10.000 arios, el hombre vivió en grupos pe-
riencia y la perspectiva antropológicas. Gran parte de las queños. Incluso después del establecimiento de esos es-
investigaciones de los antropólogos se han desarrollado tados, gran parte de la existencia se vivía colectivamente,
en sociedades mucho más colectivistas que la nuestra. Lo de modo que el gobierno, la comunidad y el parentesco
clásico era estudiar a los llamados pueblos primitivos: estaban por encima del individuo. En realidad, tal y
sociedades basadas en la caza y la recolección o en la como ahora lo conocemos, el concepto de individuo no
horticultura, organizadas en torno a vínculos de paren- comenzó a existir hasta hace unos pocos cientos de años,
tesco y que llevaban una vida colectiva enraizada en tra- a consecuencia de la Reforma protestante, el Renaci-
diciones y rituales orales 6 . En la actualidad, esas socieda- miento y la Revolución Industrial, e incluso entonces se
des sólo sobreviven en selvas, montañas e islas remotas, circunscribía a Europa occidental y sus colonias. El co-
constituyendo en torno al seis por ciento de la población lectivismo ha ocupado más espacio en la historia huma-
mundial; pero no hace más de 10.000 años todo el mun- na que el individualismo.
44 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA
45

Si se reflexiona de forma lógica, más que histórica, se ciso luchar contra la naturaleza, un peligroso enemigo
llega a una conclusión parecida. El pensamiento tiene que, según la expresión de Tennyson, tiene «dientes y ga-
lugar mediante el lenguaje, que es propiedad de los gru- rras rojas». La cultura moderna, enraizada en las teolo-
pos; de modo que el propio pensamiento —en las eleva- gías cristianas, que consideraban la naturaleza un fruto
das manifestaciones simbólicas desarrolladas por el ser perverso de la caída, idea que perpetuaron las concepciones
humano— pertenece al grupo. victorianas de progreso, nos ha alentado a conquistarla,
Para terminar, hay que decir que el concepto de indi- someterla e incluso destruirla. Gregory Bateson, un an-
vidualismo es en sí mismo producto del grupo. Después tropólogo y biólogo británico, protesta contra esta visión
de todo, la filosofía individualista surge de la sociedad de la naturaleza como algo opuesto al ser humano indi-
occidental. Lo que denominamos «individuo» es una vidual. En Pasos hacia una ecología de la mente' y Men-
construcción cultural. te y naturaleza: una unidad necesaria'°, Bateson señala
En vez del «Pienso, luego existo» de Descartes, el co- la falacia que constituye imaginar al individuo fuera del
lectivista durkheiminiano declararía que «Soy, existo, medio ambiente y opuesto a él. Además, defiende que di-
dentro y a consecuencia de mi sociedad y mi cultura, cha falacia nos está destruyendo tanto a nosotros como a
luego pienso». Dicho en pocas palabras, al adoptar una nuestro entorno, porque, lógicamente, el organismo que
perspectiva durkheiminiana, concluimos que nuestra acaba con su medio se destruye a sí mismo. La unidad de
realidad inmediata —la idea de sujeto— forma parte de supervivencia no es el organismo, sino que es éste más el
una realidad más amplia: la de la sociedad y de la cultu- medio ambiente.
ra. Para quienes hemos aprendido a pensar de forma Bateson nos instó a darnos cuenta de que el individuo
individualista, es fácil decir esto, pero darse cuenta de y la naturaleza forman parte de un mismo todo. Un
ello resulta más difícil. hombre, un hacha y un árbol integran el mismo sistema,
hasta el punto de que es arbitrario trazar la línea donde
termina el hombre y acaba el hacha, o donde acaba el
UNA VISIÓN HOLÍSTICA DE LA NATURALEZA hacha y comienza el árbol. Si el hombre derriba el árbol,
su acción no sólo afectará a ese árbol, sino al propio
El concepto de individualismo se ramifica más allá de hombre". Este punto de vista no es privativo de la antro-
la percepción que tenemos sobre nuestra relación con la pología, sino que forma parte de un enfoque conocido
sociedad. Ahora pensamos que somos algo separado de con el nombre de «ecología», que hace hincapié en las
la naturaleza. Puede que algunos la admiremos y disfru- ramificadas conexiones existentes entre todos los siste-
temos de ella —hasta que nos atrapa un tornado o un mas vivos. Dentro de los estudios ecológicos, la antropo-
huracán, o nos pica una serpiente o una araña— pero logía se distingue por reconocer el lugar de la cultura. En
la tendencia general de la cultura occidental moderna ha concreto, la antropología ha señalado las perspectivas
sido la de situar al individuo frente a ese ámbito. Es pre- culturales que recalcan la intimidad entre lo humano y
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 47
46

lo natural. Por ejemplo, se dice que los nuer de África Se puede hablar en otro nivel de la relación entre los
equiparan tanto sus relaciones sociales a las de su gana- seres humanos y la naturaleza: nuestra naturaleza hu-
do que sólo se imaginan las primeras en relación con las mana. Para Hobbes, esta relación también era una ba-
segundas; Evans-Pritchard señala que «una genealogía talla. La razón lucha con la pasión; el orden se logra contro-
nuer puede sonar al inventario de un kraal [`corral'] [...] lando nuestra más abyecta naturaleza. Esta perspectiva
Su código social es un código bovino»". El patrón clási- ha dominado la psicología occidental, aunque la forma
co de unidad entre la naturaleza y el ser humano se co- de lograr ese control varía según la escuela de pensa-
noce como «totemismo». En las sociedades totémicas, miento.
cada grupo se identifica con una categoría natural: por La psicología freudiana pretende el control de las pa-
ejemplo, clanes de osos, leones o lobos. Conservamos siones, del id, de la libido, mediante su conocimiento.
burdos restos de esta estructura en ámbitos como los A través del psicoanálisis, lo inconsciente se hace cons-
nombres de los equipos deportivos: La manada de lobos ciente. La psicología británica, más directamente afín a
(Wolfpack), las Avispas (Yellowjackets), los Tigres (Tigers) Hobbes, parece que prefiere no conocer el yo abyecto.
y los Galápagos (Terrapins). Una familia como la mía, Para los psicólogos británicos de la época victoriana, la
que lleva el nombre de un ave (Peacock significa pavo idea de explorar los motivos internos constituía una
real), puede esgrimir imágenes de esa criatura como si «mórbida introspección»". ¡Limítate a morderte el labio
fuera una especie de tótem. Además, en la obra de un superior y sigue adelante! En comparación con la peque-
escritor tan sensible como William Faulkner se aprecia la ña ciudad universitaria norteamericana en la que vivo,
pervivencia de un cierto totemismo: léanse «El oso» o en la guía telefónica de Oxford, Inglaterra, el número de psi-
Mientras agonizo, textos en los que la gente se identifica quiatras y psicólogos que aparece es ínfimo, aunque ésta
con osos, caballos e incluso peces. Sin embargo, en las cul- sea mucho más grande. Sin duda, la diferencia pone de
turas realmente totémicas, una persona se identifica pro- manifiesto la psicologización de los Estados Unidos,
funda y categóricamente con su tótem. Se dice que los bo- aunque la cultura anglo-norteamericana comparte la
roro de Brasil creen que, en ciertos aspectos y contextos insistencia en el control de las pasiones. En los Estados
especiales, se convierten en el animal que es su tótem. Unidos existen numerosas psicologías del control: desde
Muchos antropólogos, reconociendo que los grupos la de Dale Carnegie a la de la modificación conductiva.
humanos aprecian realmente cierta unidad entre su yo y Aquí estamos rastreando una perspectiva especialmen-
su naturaleza, comparten el argumento de Bateson. La te reciente sobre el sujeto y su relación con la naturaleza
ecología es holística porque nos recuerda que del mismo más abyecta, las pasiones. Es un enfoque occidental, que
modo que pensar en un «individuo» apartado de la so- sin embargo también muestra paralelismos en movimien-
ciedad constituye una abstracción de la unidad de la ex- tos religiosos orientales, más o menos contemporáneos a
periencia, también lo es imaginar un «individuo» sepa- la aparición del cristianismo; especialmente en el islam y
rado de la naturaleza. el budismo. Los estudios de Joseph Needham mencionan
48 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 49

asimismo ejemplos chinos". Para el islam, las pasiones Si el francés Émile Durkheim es nuestro filósofo social
(nafsu) están controladas por la razón (akal) y la ética fundamental, el alemán Max Weber es nuestro sociólogo
(achlak)'5. Las sectas místicas javanesas que conjugan in- del sentido más influyente. Mediante su estudio de la
fluencias musulmanas y budistas representan las pasiones «ética protestante», Weber puso de manifiesto cuál es el
en forma de colores (como el rojo), que amenazan con proceso para otorgar sentido ' 6. Según Weber, los purita-
explotar a menos que se diluyan en otras tonalidades nos calvinistas ansiaban hasta tal punto la salvación y
(como el negro y el blanco); esta forma de control se logra temían la condenación que buscaron una forma de ase-
mediante la meditación. gurarse la primera y evitar la segunda. Finalmente deci-
Si nos situamos más allá de estas tradiciones históri- dieron que si uno «trabajaba como un demonio», podía
cas, considerando toda la gama de la experiencia huma- proclamarse candidato a la salvación, porque el trabajar
na, descubriremos que la perspectiva holística es muy así concedía la apariencia de estar sirviendo a Dios. De
frecuente. Según ésta, simplemente, la naturaleza, sea la este modo, el calvinismo daba sentido al trabajo, consi-
nuestra ola externa, forma parte de la totalidad de la exis- derándolo, de hecho, sagrado. Como efecto secundario
tencia. La enfermedad, la curación, los miedos, las espe- se obtiene que los herederos de la tradición protestante
ranzas, el inconsciente y la conciencia se experimentan —es decir, muchos miembros de las actuales culturas occi-
dentro de la unidad de la vida. Esta arraigada sensación dentales y occidentalizadas, protestantes o no— se sienten
de unidad genera los poderosos rituales de curación des- culpables si no trabajan.
cubiertos en ámbitos tribales que van desde África a Ma- Weber ejemplifica el análisis holístico de una de las
lasia, pasando por los indios americanos. De forma limi- tradiciones intelectuales de la historia occidental. De-
tada, estamos redescubriendo esa unidad en la llamada muestra que una actividad que con estrechez de miras
medicina holística o «alternativa»; hasta cierto punto, el identificamos como económica —el trabajo, sobre todo
saber antropológico sustenta en gran medida la sabidu- en empresas capitalistas—, en realidad no es más que una
ría de estas tendencias que, a pesar de todo, siguen presas parte de un todo complejo que incluye una ética laboral
de nuestro entorno cultural. basada en la religión. De nuevo, una actividad que pare-
Pensar holísticamente es ver las partes como todos, ce meramente práctica resulta tener profundas raíces
tratar de captar los contextos y marcos generales dentro culturales.
de los que se desenvuelve la gente en su comportamiento Para el antropólogo, donde mejor se aprecia esa in-
y en sus experiencias. Uno de esos marcos es la cultura. terrelación de significados que hay entre la vida, la cultu-
A la antropología no sólo le preocupa analizar holística- ra y la existencia es en las vidas de quienes alcanzan más
mente el lugar que ocupan los seres humanos en la so- unidad que nosotros. Cuando el aborigen australiano se
ciedad y en la naturaleza, sino también, especialmente, sitúa dentro de su cosmos, que abarca su medio desérti-
su forma de construir marcos culturales con el fin de dar co natural, sus compañeros animales y vegetales, sus es-
sentido a sus vidas. píritus ancestrales, sus ritos y sus santuarios, está viviendo
50 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 51

el significado. No se limita a especular sobre dioses o án- una forma de trabajar en el primero. Es la manifestación
geles, sobre la creación o la otra vida. En un solo ritual más característica de la investigación antropológica. Se
entra en trance y, al soñar, se identifica con espíritus que, denomina «etnografía», que significa descripción de una
siguiendo a Joseph Conrad, podríamos llamar «con- determinada forma de vida, y se basa en el «trabajo de
fidentes secretos», ancestros, que, a pesar de todo, siguen campo»: convivir con un grupo y observar su vida. En el
vivos. De este modo, el aborigen siente que vive en el pa- trabajo de campo, lo tradicional es que el antropólogo in-
sado tanto como en el futuro: en un eterno «tiempo cual- tente abordar la vida del grupo como un todo; sin tratar
quiera»". de aislar ningún aspecto artificialmente abstraído, como

1
A este tipo de experiencia es a la que alude el antropó- la economía, la política o la nutrición, sino más bien con-
logo Rodney Needham cuando demuestra que «creencia» siderando cómo esos elementos se relacionan entre sí y
no es un término apropiado para describir gran parte de con otros aspectos: entre otros, la religión, la educación, la
la experiencia religiosa". De hecho, a lo que mejor se aco- vida familiar, las condiciones biológicas, médicas o medio-
moda la creencia es a tradiciones de Oriente Próximo es- ambientales, o el arte. De hecho, para la investigación et-
pecialmente textuales y teológicas, como el judaísmo, el nográfica es tanto una premisa como una conclusión que
islam y el cristianismo. Una creencia es una proposición: la existencia —sobre todo en un grupo pequeño— constitu-
creo que hay un Dios; creo que hay un cielo. La relación ye una red cuyos hilos no pueden desenredarse. Quizá
del ser humano con lo espiritual es algo más profundo y dividir ese todo en compartimentos como la economía y
complejo. En una ocasión, durante mi propio trabajo de la política resulte útil con fines analíticos, pero siempre
campo, le pregunté a un indonesio: «¿Cree usted [pertiaja] hay que recordar que los compartimentos son creaciones
en los espíritus?». Perplejo, me contestó: «¿Me está pre- analíticas y que para comprender cualquier parte hay que
guntando si creo lo que los espíritus me dicen cuando me captar el todo.
hablan?». Para él, los espíritus no eran una creencia sino La antropología es holística en un tercer nivel: en su
que constituían una relación incuestionable, que formaba organización como disciplina, puesto que reúne en una
parte de la unidad de su vida. sola materia de estudio muchas especialidades que se
En consecuencia, tenemos diferentes maneras de pen- ocupan de diversos aspectos de la vida humana: la biolo-
sar holísticamente. Se puede intentar captar la configura- gía, la geología y las ciencias físicas; los estudios lingüís-
ción general de la sociedad, la naturaleza y el significado ticos, humanísticos, sociales y culturales; así como la ar-
en la que tiene un lugar ese elemento que denominamos queología, la historia y los asuntos de actualidad. Si cada
«el individuo»; se intenta comprender un todo. especialidad fuera análoga a un instrumento musical, la
La antropología fomenta este tipo de holismo en varios antropología sería como una orquesta sinfónica.
niveles. El primero es interpretativo, como acabamos de De manera menos elegante, cada antropólogo podría
señalar con un ejemplo. Uno intenta percibir y compren- compararse a un hombre orquesta, lo cual constituye el
der cada experiencia holísticamente. El segundo nivel es cuarto tipo de integración holística: la que se produce
52 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 53

dentro de las actividades de un mismo antropólogo. especie de análisis, puesto que mostraría la relación exis-
Ejemplo de este tipo de holismo fue la trayectoria de uno tente entre diferentes objetos. Otra clase de análisis con-
de los fundadores de la antropología, Alfred Kroeber. sistiría en confeccionar un mapa en el que la situación
Durante su larga vida (1876-1960), Kroeber hizo aporta- espacial de cada objeto los relacionara con los demás.
ciones considerables a la arqueología, la lingüística y la Cuando tratamos de diseccionar la experiencia huma-
antropología sociocultural, así como a otras disciplinas na de ese modo tropezamos con problemas. Hemos ha-
afines de las humanidades y las ciencias naturales. Du- blado de «sociedad». ¿Dónde está? ¿Se puede fotografiar
rante cierto tiempo, también ejerció como psicoanalista; la sociedad como se fotografia una casa, una carretera o
fundó un museo, hizo excavaciones en Perú, realizó mu- una parcela? Se podría fotografiar a algunos de sus líde-
chos trabajos de campo con indios de la costa oeste estadou- res y seguidores, de sus lugares y símbolos, pero ¿se la
nidense y de California, escribió tanto artículos técnicos podría fotografiar a «ella misma»? La «cultura» es aún
como historias del mundo, y fue profesor y adminis- más dificil de captar concretamente, porque es una acti-
trador. Aunque el holismo que Kroeber ejemplificó no es tud, una forma de ver el mundo, no algo material. Pode-
habitual entre los antropólogos de hoy día, la disciplina mos describir los indicios de una determinada pauta
continúa proclamando el ideal integrador que comporta cultural —por ejemplo, cómo se apresura u holgazanea la
cualquier visión global. gente, considerando que esas acciones ofrecen pistas so-
bre sus presupuestos temporales—, pero, en sí misma, la
cultura es una abstracción basada en tales indicios. Siem-
Conjuntos divididos en partes: pre que la reconozcamos como tal, una abstracción no
las construcciones analíticas tendrá nada de malo. Sin embargo, es inevitable que cai-
gamos en la tentación de tratar esa abstracción como si
El holismo es un ideal importante pero imposible. No se fuera una cosa. Esto es lo que Alfred North Whitehead
puede ver todo ni pensar en todo. Hay que seleccionar denominó la «falacia de la concreción mal situada», es
y recalcar. Para ello es necesario categorizar y establecer decir, confundir una abstracción con algo concretog,
diferencias. Sólo así se puede analizar y comprender. imaginar, por ejemplo, que la cultura y la sociedad son
En el mundo fisico, esto es relativamente fácil de ha- como dos cajas que podemos mover a nuestro antojo y
cer. Aquí hay una casa, allí una carretera. La carretera almacenarlas una encima de la otra. Si dividimos la ex-
conduce a la casa y ésta se encuentra en una parcela. Po- periencia en categorías, debemos recordar que son pre-
demos describir el tamaño de la casa (tantos metros cua- cisamente eso: categorías elaboradas por nosotros, los
drados o cúbicos), el de la parcela (tantas hectáreas) y la analistas.
longitud de la carretera (tantos kilómetros). Si nos resul- Gregory Bateson, al reflexionar sobre sus esfuerzos
tara útil, podríamos incluso describir la proporción exis- por distinguir categorías en una determinada forma de
tente entre unas y otras medidas, y esto constituiría una vida de Nueva Guinea, hacía hincapié en este asunto:
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 55
54

Me di cuenta de que no había proporcionado un criterio claro La idea es sencilla pero escurridiza. Quizá un ejemplo
para diferenciar los elementos culturales que clasificaba como simple nos ayude a recordarla. Una canción infantil ale-
ethos de los que consideraba estructurales o de función prag- mana dice así:
mática. Comencé a dudar de la validez de mis categorías y llevé
a cabo un experimento [...] Sobre un gran pliego de papel di-
bujé una retícula de nueve cuadrados, con tres filas de cuatro Mein Hut, der hat drei Ecken.
cuadrados cada una. A las filas horizontales les di el nombre de Drei Ecken hat mein Hut.
mis elementos culturales y a las columnas las de mis categorías. [Mi sombrero tiene tres puntas.
Después me obligué a concebir que cada elemento podía per- Tres puntas tiene mi sombrero.]
tenecer a una categoría. Me di cuenta de que se podía hacer'''.
Y concluye diciendo que «Und hat er nicht drei Ecken,
Bateson llegó a la conclusión de que: dann ist es nicht mein Hut!» («¡Si mi sombrero no tuvie-
ra tres puntas, no sería mi sombrero!»). ¿Absurdo? Sí, pero
También resulta instructivo llevar a cabo el mismo experimen- la canción pone de manifiesto la identificación de una
to con conceptos como los de economía, parentesco y tenencia cosa en función de sus atributos. El dueño del sombrero
de la tierra, y ni siquiera los de religión, lengua y «vida sexual» lo identifica por sus tres puntas. Esto es falaz, porque el
se sostienen firmemente como categorías de comportamiento,
sino que tienden a descomponerse en etiquetas relativas a los sombrero también tiene otros atributos: entre otros, su
puntos de vista que pueden utilizarse para observar cualquier color o su forma. Nunca se podrá describir completamen-
comportamiento." te una cosa, porque siempre será posible extraer más
atributos. Los atributos no son el objeto.
Los investigadores no sólo establecen distinciones ana- Del mismo modo, describir la experiencia humana
líticas en las ciencias sociales. También lo hacen los como algo que tiene atributos culturales, sociales, psico-
científicos físicos. Este hecho resulta evidente en ca- lógicos, políticos, económicos, biológicos o físicos no es
tegorías como los átomos y las moléculas, pero tam- caracterizar por completo esa experiencia. Cada atributo
bién es así en las más familiares, las que utilizamos para no es más que un aspecto, extraído por el analista para
percibir el mundo material. Pensemos en la altura y el subrayar algún rasgo característico.
peso. Una caja puede caracterizarse a partir de su peso Durante siglos, las cuestiones relativas a los atributos
y su altura, pero esos elementos descriptivos no son más han obsesionado a científicos y filósofos. Hace veintitrés
inherentes a la caja que las categorías de cultura y de siglos Demócrito escribió:
sociedad respecto a nuestra experiencia. En cada caso,
los analistas, al caracterizar la realidad que deseamos Lo dulce y lo amargo, lo frío y lo caliente, así como todos los
formular, descubrir o describir, establecen distinciones colores, son cosas que no existen más que en la opinión, no en
más o menos útiles, dependiendo de qué tarea o pre- la realidad; lo que existe realmente son partículas inmutables,
los átomos y sus movimientos en el espacio vacío."
gunta se trate.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 57
56

Al hablar de cualidades sensoriales como el color, el ol- Entonces, si la «realidad física» es una categoría subje-
fato, el gusto y el sonido, Galileo dijo: «no es más correcto tiva que nosotros elaboramos, ¿hasta qué punto depende
atribuirlas a objetos externos que hacerlo con el tintineo o nuestra percepción de la experiencia humana de los con-
el dolor que causa a veces tocar esos objetos»". ceptos que utilizamos para desarrollarla? La antropo-
John Locke intentó diferenciar entre las cualidades logía, de este modo, favorece la percepción de conjun-
primarias relativas a la forma geométrica, que son inhe- to. Sin embargo, es necesario dividir el todo en categorías.
rentes a la propia cosa, y las que constituyen proyeccio- Pero también es esencial recordar que cualquiera de
nes de los órganos sensoriales" El carácter artificial de la esas categorías no es más que eso, no es la «realidad». No
distinción resultó evidente para pensadores posteriores. hacerlo es incurrir en el «esencialismo», es decir, tratar
Por ejemplo, el matemático alemán Leibniz escribió: «no nuestras ideas como si fueran «esencias».
sólo la luz, el color, el calor y demás son cualidades me-
ramente aparentes, también lo son el movimiento, la
Cultura y experiencia
forma y la extensión» 25.
Poco a poco, ciertos filósofos y científicos llegaron a la
conclusión de que todo el universo objetivo de la mate- Señalar que el concepto de «cultura» es una abstracción,
ria y la energía, los átomos y las estrellas, sólo existe una construcción teórica, no quiere decir que las actitu-
como construcción de la conciencia. Berkeley lo expresó des, las creencias y otras disposiciones que los seres hu-
del siguiente modo: manos manifiestan y que categorizamos bajo la etiqueta
de «cultura» no sean reales; lo son lo suficiente en nuestra
Todos los coros del cielo y el mobiliario de la tierra, en una pa- experiencia.
labra, todos esos cuerpos que componen el imponente marco En resumen, una vez más: antropología nos enseña
del mundo, no tienen sustancia alguna sin la mente [...] Mien- varias lecciones, que pueden resultar contradictorias,
tras yo no los perciba realmente, no existan en mi cerebro o en
el de algún otro espíritu creado, o bien no tienen existencia al- aunque, en realidad, están interrelacionadas.12 primera
guna, o bien subsisten en la mente de algún Espíritu Eterno. 26 es el holismo, que propugna la conveniencia de una vi-
sión de conjunto. La segunda indica que, por más esfuer-
Sin embargo, Einstein llevó aún más lejos este tipo de zos que hagamos, no podremos captar el todo, de ahí
razonamiento. En su pensamiento, incluso el espacio y el que haya que establecer categorías. La tercera enseña que
tiempo son formas de la intuición que no pueden sepa- debemos guardarnos de concretar dichas categorías en
rarse de la conciencia: cosas; siempre hay que recordar que la categoría es una
abstracción del todo. Sin embargo, la cuarta lección es
En el espacio no hay más realidad objetiva que la del orden o que, para evitar la falacia de la concreción mal situada,
disposición de los objetos que percibimos en él, y el tiempo,
aparte del orden de los acontecimientos que nos sirven para no debemos incurrir en la de la abstracción mal situa-
medirlo, carece de existencia independiente. 27 da; la etiqueta que adjudicamos a un fenómeno es una
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA 59
58

abstracción, pero, no obstante, dicho fenómeno puede te- entre naturaleza y cultura, pero también nos recuerda que
ner una realidad y un poder en la experiencia. ambas cosas están relacionadas, porque las culturas for-
A continuación situaremos la cultura en algunos de mulan opiniones sobre la naturaleza.
los contextos experienciales que la han convertido en un En la antropología y en la civilización occidental la dis-
elemento capital y destacado de la antropología. tinción entre cultura y naturaleza tiene una historia im-
portante pero compleja, que será útil resumir brevemente.

El concepto de cultura en relación con la naturaleza


LAS RAICES EN LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL
¿Quién huele peor, el hombre o el perro? La respuesta a
esta adivinanza depende de cómo utilicemos el térmi- Los griegos insuflaron un profundo dualismo en el pen-
no «huele». Si nos referimos al significado activo de oler samiento occidental. Durante siglos, la distinción entre
como percepción sensorial, los perros son los mejores; ol- mente y cuerpo, forma y sustancia, caló a fondo en el pen-
fatean mejor. Si se considera que el «olor» es una cualidad samiento occidental. Dentro de este marco dual, los ro-
atribuible a la criatura por parte de un observador, no po- manos desarrollaron un concepto de «naturaleza» como
dremos responder a la pregunta sin preguntarnos «¿según conjunto de las cualidades básicas inherentes a una cosa.
quién?». En nuestra cultura, al menos en ciertos círculos, Este significado se fue extendiendo hasta que la «naturale-
el estereotipo popular es que los perros huelen peor que za» se convirtió en un mundo material autosuficiente. Se
los seres humanos, pero puede que algunos amantes de habían sentado los cimientos de la concepción moderna
los perros no estén de acuerdo o que ciertos observadores de las ciencias naturales y también los de lo que no es na-
atentos digan que depende de quién se ha bañado más re- turaleza (más tarde denominado «cultura»).
cientemente. Además, quizá algunas culturas idealicen el El dualismo griego contrastaba vivamente con la con-
olor a perro igual que nosotros idealizamos el de las rosas. cepción hebrea de la creación. Los hebreos pensaban que
Aquí, la ambigüedad de «oler» nos lleva desde las obser- el mundo era un escenario para la actividad de Dios,
vaciones, aparentemente objetivas, de la naturaleza, que Yavé; de manera que les era ajena la idea de un mundo
aporta la antropología física o la sabiduría convencional material «cerrado», aparte del mundo espiritual no ma-
(los perros y otros mamíferos inferiores de hocico largo terial. No obstante, los hebreos hicieron aportaciones a
olfatean mejor que los primates superiores, entre ellos el la idea de cultura. Según su interpretación de la creación,
hombre, cuyo aparato olfativo se ha reducido con la evo- el hombre fue hecho «a imagen de Dios» y se le otorgó el
lución), hasta el mundo de la objetividad compartida, que dominio de la tierra. Lo humano se distinguía de lo no
quiere decir cultura: ¿qué grupo tiene qué opinión sobre humano. El Libro del Génesis no sólo abordaba la im-
el olor de los perros en comparación con el de los hom- portante pregunta filosófica de «¿por qué hay algo en vez
bres? La pregunta sugiere la existencia de una distinción de absolutamente nada?» (fue Yavé quien creó la mate-
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 61
60

ria, es decir, los cielos y la tierra), también trataba las si- cualidades que supuestamente emanaban de su raza.
guientes preguntas: «por qué hay vida en vez de simple- Aunque con posterioridad los antropólogos fisicos cues-
mente no vida?» (fue Yavé quien inspiró aliento de vida) tionaron esa percepción de las diferencias humanas, du-
y «por qué existe la conciencia y no una mera actividad rante este periodo los occidentales hablaban de la «raza
inconsciente?» (la distinción entre la existencia humana africana» ola «raza malaya» como grupos biológicamen-
y la animal, tanto en la creación de Yavé como en la tran- te definidos con rasgos como la pereza o una actitud de
sición desde el Edén al «mundo real»). O, por reformular despreocupación que formaban parte de su configura-
la pregunta final: «por qué hay cultura y no sólo natura- ción genética. El mundo se dividía en las siguientes ra-
leza?». zas: negra, cobriza, amarilla, roja y blanca, y dentro de
cada categoría se establecían distinciones más sutiles:
por ejemplo, dentro de la blanca existían las «razas» cel-
LA SEPARACIÓN ENTRE CULTURA Y NATURALEZA ta, teutona y eslava. Se atribuían cualidades de conducta
EN LA ANTROPOLOGÍA
a cada subtipo racial: entre los celtas, se hablaba del
adusto escocés, por contraposición al parlanchín irlan-
Aunque el concepto de cultura como algo distinto de la dés. Con frecuencia, la herencia racial explicaba incluso
naturaleza se basa en las tradiciones judía y griega, elabo- las particularidades del comportamiento individual. El
radas durante siglos de pensamiento filosófico y teológico Diccionario biográfico americano, por ejemplo, incluye el
occidental, también tiene una historia reciente dentro de siguiente texto sobre la vida de William Dean Howells,
la antropología y de otras ciencias sociales. En pocas pala- un conocido escritor estadounidense:
bras, esta historia comporta los conceptos de raza, género Su ascendencia era mixta y, por parte de padre, predominaba
e instinto. En conjunto, la antropología y otras ciencias enormemente el componente galés, mientras que en la familia
sociales han rechazado explicaciones que presuponen la de su madre lo hacía el elemento germano de Pensilvania. Una
existencia de causas biológicas o pseudobiológicas como bisabuela inglesa atemperaba el fermento galés; un abuelo ir-
la raza, el género y el instinto, haciendo hincapié, por el landés [el padre de la madre] purificaba la flema teutónica. 28
contrario, en los factores sociales y culturales. De hecho,
hasta cierto punto, la invención y el desarrollo del con- Esta combinación de la identidad cultural o religiosa
cepto de cultura constituyen un intento de explicar dife- con la biología fue la premisa subyacente en el Holo-
rencias de comportamiento allí donde fallaban las de tipo causto: en los campos de exterminio nazis se intentó
natural (raciales, sexuales o relativas al instinto). acabar con la «raza judía».
Durante el período colonial, cuando las naciones oc- Este pensamiento racial llegó a su apogeo durante el
cidentales gobernaban gran parte de África y Asia, era siglo xix y principios del xx, pero no está en absoluto
habitual referirse a los grupos colonizados como «razas» muerto. El racismo campa por sus respetos en todo el
diferentes a las del colonizador y atribuir a cada grupo mundo, ya sea entre los estadounidenses blancos al des-
62 LA uhrrEANTRoPoLóGicA 1. MATERIA 63

cribir a los negros; entre los australianos al hablar de los El problema de esas explicaciones genéticas tan bur-
aborígenes; entre los chinos respecto a los malayos, o damente simplificadoras era que no explicaban hechos
entre los brahmanes hindúes al referirse a los «intoca- evidentes. ¿Qué ocurría si un africano o un malayo iba a
bles». El modelo de explicación racial aparece constante Oxford y salía de allí con un comportamiento, una for-
e inocentemente en la cultura popular. Por ejemplo, un ma de hablar e incluso de pensar más británicos que
número de la revista TV Guide explica que la personali- africanos o malayos? ¿Qué pasaba si alguien como Nancy
dad de la cantante Crystal Gayle procede de la «sangre Astor, la virginiana mordaz que fue la primera mujer en
cherokee e irlandesa que corre por sus venas»". En un llegar al Parlamento británico, hacía añicos los estereoti-
programa televisivo, una conocida comentarista mostró pos del rol femenino? ¿Qué decir si, como demostraban
un sesgo racista habitual, precisamente cuando se queja- numerosos experimentos psicológicos, el aprendizaje po-
ba de ese vicio; declaró que las primeras películas de la día superar o modificar tendencias heredadas? (por ejem-
historia del cine presentaban a los miembros de la «raza plo, la comparación entre gemelos idénticos separados al
judía» de forma negativa. Parece que no se dio cuenta de nacer demostraba que, a pesar de la herencia comparti-
que el judaísmo es una categoría religiosa y cultural, y no da, sus diferentes experiencias podían influir notable-
racial, puesto que incorpora a representantes de diversos mente en su personalidad, inteligencia e, incluso, carac-
tipos físicos. terísticas físicas).
Al igual que la raza, los rasgos de género se considera- Los estudios antropológicos interculturales constituían
ban genéticos. Según la ideología victoriana, los hom- una especie de laboratorio natural en el que ordenar la
bres son fuertes, dominantes y firmes; las mujeres —el naturaleza y la crianza, de manera provocadora si no
«bello sexo»—, sumisas y delicadas. En consecuencia, los concluyente. Las investigaciones de Margaret Mead so-
hombres deben pisar fuerte en el mundo para conquis- bre las tribus arapesh, tjambuli y mundugumor de Nue-
tar, mientras que las mujeres tienen que limitarse al ho- va Guinea son ejemplos de ello. Demostró que los roles
gar. Como se presuponía que lis cualidades de cada sexo de género eran muy diferentes en las tres tribus, aunque
venían genéticamente dadas, se consideraba desdeñable parecía que su base genética era la misma. De hecho, los
la posibilidad de cambiarlas mediante la formación o la tjambuli, hombres que antes habían sido cazadores y
educación. que ahora, por ley, no podían tener esa ocupación, se
El concepto de «instinto» atribuía a la herencia gené- habían convertido, en su recluida indolencia, en algo pa-
tica el comportamiento de las personas, cualquiera que recido al estereotipo occidental de mujer: se pasaban el
fuera su género o grupo de pertenencia. Si alguien era tiempo acicalándose y chismorreando. Las mujeres, ro-
altruista o egoísta, agresivo o pasivo, valiente o cobarde, bustas, lacónicas y sensatas, eran la espina dorsal de la
esos comportamientos se explicaban en función del ins- tribu. La conclusión de Mead —provocadora, pero exage-
tinto: una disposición de conducta otorgada al nacer por rada— fue que la cultura podía modificar enormemente
la genética, que no se aprendía mediante la experiencia. los roles de género".
64 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 65

En la antropología física, el concepto de raza fue cues- hecho, mientras que estudios anteriores habían subraya-
tionado en varios niveles. Los antropólogos físicos seña- do la influencia de la biología sobre la cultura, ciertas
laban que todos los pueblos tenían un origen común, investigaciones antropológicas mostraban lo contrario
probablemente africano, y que las llamadas variaciones (así, Franz Boas demostró que, a causa del impacto del
raciales eran adaptaciones a medios diferentes (de modo contexto ambiental americano, entre los inmigrantes de
que las pieles más claras de los europeos y asiáticos sep- Europa oriental y sus hijos existían diferencias en cuanto
tentrionales eran consecuencia de miles de años de exis- al denominado rasgo racial de la forma craneana) 3 1 .
tencia en entornos comparativamente poco soleados). Desde que los estudios pioneros y enormemente im-
En cualquier caso, las llamadas diferencias raciales eran portantes de Boas desafiaran el racismo, los antropólo-
variaciones menores dentro de una misma especie, no gos físicos han continuado cuestionando el concepto de
comparables a las existentes entre especies distintas. De raza. La pregunta fundamental es si la diversidad de com-
hecho, el propio concepto de «raza» se vio desacredita- portamientos puede atribuirse a la pertenencia a uno u
do, porque los rasgos físicos, ya fueran visibles (fenotípi- otro grupo «biológico», es decir, a una «raza». Muchos
cos) o únicamente cuantificables mediante técnicas como antropólogos físicos concluyen que las variaciones se ex-
la distinción de grupos sanguíneos (genotípicos), se dis- plican mejor a partir de circunstancias no biológicas,
tribuían según una pauta demasiado compleja y cam- entre ellas la cultura y la clase. De hecho, la Asociación
biante como para que pudieran captarlos los viejos tipos Estadounidense de Antropólogos Físicos ha esbozado
de raza e, incluso, cualquier «tipología racial». Si los ras- una declaración pública declarando que, como apenas
gos físicos atribuidos a diversas poblaciones no se expli- hay base biológica para establecer grupos raciales, éste
caban mediante el concepto de raza, mucho menos po- concepto debe considerarse de tipo cultural y económi-
dría utilizarse éste para dilucidar rasgos de conducta y co, y con importantes consecuencias para los miembros
psicológicos. de esos grupos denominados raciales. Aluden a pruebas
En consecuencia, aquí también había una laguna ex- genéticas que indican que el noventa y cuatro por ciento
plicativa. Los factores «naturales» no podían explicar las de la mayoría de las variaciones fisicas tiene lugar dentro de
variaciones referentes al comportamiento o la forma de los llamados grupos «raciales», mientras que los grupos
vida, de modo que se necesitaba otra explicación. Las considerados distintos desde el punto de vista racial sólo
ciencias sociales recurrieron a los factores sociales, eco- se diferencian en el seis por ciento de sus genes.
nómicos o psicológicos, y la antropología se centró en la
«cultura», que, como pauta transmitida no genética- La investigación histórica ha demostrado que la idea de «raza»
siempre ha conllevado más significados que los relativos a sim-
mente sino a través de la enseñanza y el aprendizaje, po- ples diferencias físicas; de hecho, en la especie humana, las va-
día explicar cómo actuaban los malayos o los africanos, riaciones de este tipo no tienen más significado que el de ín-
los hombres o las mujeres, o cualquier otro grupo, y dole social que los seres humanos le adjudican. Hoy en día,
cómo podían cambiar si lo hacían sus circunstancias. De expertos de muchas áreas indican que la «raza», tal como se
-.111111,

1. MATERIA 67
66 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

entiende en los Estados Unidos de América, es un mecanismo La clase de pauta que los estructuralistas encontraron
social inventado durante el siglo xvin para referirse a poblacio- en la cultura se ilustra con el ejemplo del semáforo, que, en
nes reunidas en la América colonial: los ingleses y otros colo- contra de lo que ocurre en el espectro de frecuencias lu-
nos europeos, los pueblos indios conquistados y los de África, mínicas de la naturaleza —un continuo que recorre los
transportados para servir como esclavos. 32 tonos y matices de toda la gama de colores—, sólo esta-
blece tres categorías con sentido: rojo, verde y ámbar. En
Con todo, en el uso popular y oficial de la idea de algunos semáforos puede que el verde sea más oscuro o
«raza» se sigue presuponiendo la existencia de una re- el rojo más brillante que en otros, pero esas sutilezas ca-
lación entre «raza», lengua, cultura y religión. Aunque recen de importancia; lo que importa son las categorías.
la relevancia de ese hecho biológico ha sido cuestionada, Se considera que la cultura impone categorías y orden en
sigue siendo un poderoso elemento cultural, porque las los continuos naturales. La cultura es categórica, mien-
diferencias físicas atribuidas a la raza aún son la base de tras que la naturaleza es un proceso: un flujo carente de
la desigualdad en muchas culturas. Por lo tanto, es «real» distinciones. El absolutismo de la cultura es esencial; los
desde el punto de vista de su influencia en los miembros sistemas categóricos deben imponerse al caos del mundo
de las poblaciones «raciales». A algunas se les ha atribuido natural, porque ésta es la única manera de poner orden
un estatus elevado y a otras bajo. en una existencia que de otro modo carecería de él".
El enfoque estructuralista es tanto una visión del
mundo como una forma de analizarlo. Presuponiendo
EL ESTRUCTURALISMO que la cultura es un sistema de categorías, los estructura-
listas proceden a dejar al descubierto dichas categorías,
Los estudios sobre la «raza» previos a la Segunda Guerra que se expresan en diversos sistemas culturales: la len-
Mundial, antes mencionados, se esforzaban por demos- gua, el parentesco o la mitología. Por ejemplo, en sus
trar que la cultura era un factor que incidía en el com- primeros análisis del mito, Lévi-Strauss diseccionó la
portamiento; trataban por todos los medios de separar historia de Edipo. Dividió todos los episodios en dos
lo cultural de lo biológico y de demostrar el poder que grupos de categorías: relaciones de parentesco sobreesti-
tiene la cultura a la hora de influir en el comportamien- madas y subestimadas; orígenes sobreestimados y subes-
to y en otros atributos. Después de la Segunda Guerra timados. El asesinato del padre de Edipo por parte de su
Mundial, el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss y propio hijo, por ejemplo, es una relación de parentesco
otros autores desarrollaron un enfoque centrado en la subestimada, mientras que la boda de Edipo con su ma-
cultura como tal, que explicaba su patrón lógico o «es- dre pertenece a las sobreestimadas (¡una forma bastante
tructura» como expresión de ciertas propensiones uni- fría de categorizar acontecimientos tan traumáticos!).
versales de la mente humana. Este enfoque pasó a cono- Posteriormente, Lévi-Strauss mostró de qué manera el
cerse con el nombre de estructuralismo. mito resuelve las contradicciones entre las categorías'''.
68 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 69

En consecuencia, el análisis estructuralista es funda- un Hermie's Hotdogs (los Perritos Calientes de Hermie')
mentalmente una clasificación. Se toman acontecimien- o Rae's Café (`el Café de Rae'). Hay que señalar que en este
tos como los episodios de un mito para después clasifi- momento había pocas sucursales de cadenas nacionales
carlos en categorías. El dramaturgo puede subrayar como Howard Johnson's, McDonald's o Holiday Inn; la
cómo se desarrolla en escena la trama de Edipo, pero el pauta señalada se refiere principalmente a nombres de
estructuralista hace hincapié en cómo el mito clasifica establecimientos propios de esta vía; sin embargo, como
el mundo. El estructuralista afirma que de este modo puede comprobar el lector, es una tendencia que parece
revela las estructuras del pensamiento humano. La for- aplicarse a carreteras de otras zonas.
ma más fácil de apreciar la perspectiva que sobre la rela- ¿Qué puede significar esto? Me vino a la mente el es-
ción entre cultura y naturaleza tienen los estructuralistas tructuralismo de Lévi-Strauss, según lo explica en su li-
consiste en aplicarla a algunos ejemplos de nuestra pro- bro Lo crudo y lo cocido. Lo «crudo» o no cocinado se
pia cultura. relaciona con la naturaleza y el cocinar con la cultura. Si
profundizamos en dicha asociación, podremos decir que
la sociabilidad es necesaria para la cultura, de ahí que la
LA CULTURA Y LA NATURALEZA COMO CATEGORÍAS DE LAS conexión entre nombres propios y cocina implique «cul-
CULTURAS POPULAR, ACADÉMICA Y ANTROPOLÓGICA tura». Por el contrario, resultaría verosímil que la falta de
sociabilidad que implica el hecho de dormir (que, des-
Lugares para comer y lugares para dormir: la cultura popular pués de todo, nos aparta de la comunicación), encajara
en la carretera Jefferson Davis con la ausencia de nombres de personas en los moteles y,
por tanto, con su imaginería «natural». ¿Es que Lévi-
Siguiendo la Carretera 15-501 (la llamada Jefferson Da- Strauss, como un Johnny Appleseed* de la antropología,
vis) para ir hacia el sur desde Pittsboro, Carolina del Nor- ha sembrado sus categorías por la Carretera 15-501?
te, propuse a mis hijos un juego. Les pedí que apuntaran ¿Acaso los propietarios de moteles y de bares de carrete-
los nombres de todos los lugares para alojarse y para ra se han reunido para ponerse de acuerdo sobre qué ter-
dormir. Después de 160 kilómetros, analizamos las dos minología utilizar? Estas absurdas especulaciones sirven
listas, que presentaban importantes diferencias. Ningún para recalcar que dicotomías como la basada en la natu-
lugar para comer tenía un nombre que no fuera huma- raleza y la cultura están enraizadas en «nuestra» cultura
no, pero sí lo tenían muchos sitios para dormir: estaban, (al margen de que ésta se defina como occidental, esta-
por ejemplo, el Motel Shady Lawn (`Pradera Umbría') dounidense, judeo-cristiana-griega, o lo que sea) y que,
o la Posada Whispering Pines (Tinos Susurrantes'). Por
el contrario, no había ningún alojamiento cuyo nombre
* Apodo de John Chapman (EE.UU., 1774-1845), quien con su casi
fuera únicamente el de una persona, mientras que sí era apostólica difusión de las semillas de manzano encarna el mito del es-
así en numerosos lugares para comer: por ejemplo, había píritu primitivo y natural de los pioneros norteamericanos [N. del T.].
1. MATERIA 71
70 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

por lo tanto, se expresan sin pretenderlo mediante pau- está situada en el antiguo campus, la «naturaleza» en
tas regulares, pero con sorprendente constancia, como el nuevo.
ocurre con los nombres de los lugares para comer y dor- Una disposición similar caracteriza a otras institucio-
mir. nes de enseñanza superior. En la Universidad de Oxford,
por ejemplo, la mayoría de los colegios más antiguos,
que suelen orientarse hacia las humanidades, se encuen-
La cultura académica: algunos enclaves para la ciencia y tran en la zona que rodea la Biblioteca Bodleiana. A me-
el aprendizaje dida que se va dejando atrás este centro, las estructuras
de la ciencia y la medicina se hacen más evidentes: por
Los nombres que reciben las universidades y los colegios ejemplo, el edificio de ingeniería, el Wolfson College, el
universitarios responden a diversos criterios. A veces, las Hospital Raddiffe y, sobre todo, el Museo Universitario.
calles llevan nombres de disciplinas o métodos, como la Éste, construido a mediados del siglo xix para dedicarlo
Logic Lane de Oxford o la Philosophische Weg de Hei- al fomento de la ciencia de la época, fue despreciado por
delberg; sin embargo, lo más habitual es que reciban el ciertos sectores anticuados, de inclinaciones más religio-
nombre de personas (generalmente benefactores, aun- sas y humanísticas, para los que esa construcción vulne-
que en las universidades europeas se pueden encontrar raba el espíritu de la Universidad de Oxford.
algunas calles que incluso llevan el nombre de académi- Si uno deja cada uno de los campus para centrarse en
cos). Dejemos por un momento la nomenclatura para sistemas universitarios enteros, que comprenden múltiples
ocuparnos de la disposición espacial y de cómo se mani- emplazamientos, la distinción fundamental entre naturale-
fiesta en ella la distinción entre naturaleza y cultura. za y cultura sigue siendo manifiesta. Por ejemplo, en los
En mi propia universidad la diferencia es evidente y Estados Unidos muchos estados presumen de contar con el
clara. El antiguo campus (cuya construcción se inició en dúo formado por una gran universidad estatal (con fre-
1793) lo ocupan las humanidades y las ciencias sociales, cuencia denominada «the University of X State»), más una
así como las oficinas de la administración y escuelas pro- institución generalmente más reciente (que suele llamarse
fesionales como las de negocios y biblioteconomía. A me- «X State University»). Lo habitual es que la primera haya
dida que nos apartamos del viejo campus para entrar en desarrollado más las letras y la segunda más la ingeniería y
el nuevo vamos encontrando edificios y laboratorios de los estudios agrícolas. En cierto modo, esta división es pareci-
ciencias naturales, entonces dominadas por los temas da a la existente en Inglaterra entre universidades y escuelas
sanitarios: las escuelas de medicina, salud pública, odon- politécnicas, o en Alemania entre universidad y Hochschu-
tología, farmacia y el hospital. Junto a este complejo le. Por supuesto, la división es evidente, pero nos recuerda
formado por la sanidad y las ciencias naturales, se encuen- de qué manera perpetuamos una diferencia cultural y filo-
tran las instalaciones deportivas: lugares como los gim- sófica arbitraria, mediante diseños ramificados no sólo de
nasios y el estadio de fútbol. De manera que la «cultura» cada campus, sino de grandes sistemas estatales.
72 LA LENTE ANTROPOLÓGICA
1. MATERIA
73
En general, los museos no suelen considerarse declara- nal haya sido que éstas fueran más un asunto de hombres,
ciones filosóficas, sino meras colecciones de cosas. Sin em- de manera que aquí parece que la situación de las mujeres
bargo, también su disposición pone de manifiesto concep- es ambigua, y que quizá lo único que refleja es el hecho
ciones del mundo. El museo nacional de los Estados Unidos histórico de que tanto los colegios femeninos como los
de América, la Smithsonian Institution de Washington D.C., edificios científicos llegaron más tarde al campus. Distin-
dedica, al igual que el Museo de Historia Americana, un ciones estructuralistas como «cultura» y «naturaleza» sólo
apartado a la civilización occidental, mientras que los pue- sirven para ordenar observaciones hasta un cierto punto,
blos indígenas del mundo se encuentran en el Museo de más allá del cual lo mejor es prescindir de ellas.
Historia Natural, junto a los moluscos y los dinosaurios*. O quizá lo mejor sea depurarlas. Por ejemplo, ¿hasta qué
¿Acaso esto no expresa una concepción —bastante sesgada— punto la distinción entre cultura y naturaleza arroja luz so-
de lo que es naturaleza y lo que es cultura? bre la estructura institucional de las sociedades occidenta-
Todos estos casos van desde el simbolismo hortera, les? ¿Qué interpretación hay que darle al sugerente (pero
fortuito y popular de los moteles y los tugurios para co- quizá accidental) hecho de que en Surabaya, Indonesia, la
mer que bordean una carretera a los grandes edificios Oficina de la Cultura (Kantor Kebudayaan) esté situada
académicos: las universidades y los museos. Todos ellos frente al zoológico municipal? ¿Existe algún paralelismo
ilustran diversas cuestiones. entre esto y el hecho de que la ciudad de Edimburgo haya
La distinción entre naturaleza y cultura es analítica, situado su museo de arte en medio del jardín botánico?
aunque se manifieste de manera concreta. Se formula de Probablemente, con estos elementos, un seguidor de Lévi-
manera abstracta, pero ayuda a ordenar fenómenos espe- Strauss podría desarrollar un patrón que demostrara el em-
cíficos y observables. Por supuesto, su forma no es perfec- peño del siglo xix por domesticar a un tiempo los naturales
ta, y algunos hechos no encajan. Así, por ejemplo, la distin- impulsos creativos de las personas y los mundos vegetal y
ción entre mujeres y varones suele aliarse con la establecida animal, sobre todo en sus manifestaciones tropicales (en
entre naturaleza y cultura. En términos generales y pen- el invernadero de Edimburgo hay palmeras). No obstante,
sando en diversas sociedades del mundo, lo tradicional ha esos interrogantes, en cierto sentido ociosos y fortuitos, nos
sido que se haya vinculado a las mujeres con el nacimiento, llevan a percibir una pauta y demuestran que el enfoque
la crianza y la provisión de alimentos, y a los hombres estructuralista y la distinción entre naturaleza y cultura son,
con la gobernanza, el clero y las altas tecnologías. Sin em- como mínimo, sugerentes en muchos niveles.
bargo, la gente se resiste a ciertas categorías y quizá las refu-
ta. En Oxford, los colegios universitarios femeninos suelen
estar situados en la zona de «ciencias», aunque lo tradicio- LA CULTURA ANTROPOLÓGICA: LA EVOLUCIÓN Y OTRAS TEORÍAS

* Tengo que dar las gracias por esta observación a Thomas Hofer, del Hasta el momento, hemos observado la distinción entre
Museo Nacional de Hungría. [N. del Al
naturaleza y cultura encarnada en «categorías populares»,
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 75
74

comenzando por una modesta carretera estatal y termi- anteriores, se trata de distinguir a los seres humanos de
nando por una universidad. Si pasamos de las teorías otros primates, en función de si unos y otros utilizan o
«populares» a las «académicas» encontramos la misma no herramientas y lenguaje. Hubo un momento en el
distinción. Pensemos en los siguientes «hechos» o «teo- que la distinción se consideró absoluta: ellos no usaban
rías», es decir, en los clásicos retratos de la evolución esas cosas, nosotros sí. Recientemente, en ciertos prima-
humana que hay en los manuales de antropología. tes se han descubierto capacidades lingüísticas y un inci-
La secuencia va del hominoide al homínido, es decir, piente uso de herramientas (por ejemplo, los chimpan-
desde los antepasados de los simios y los seres humanos cés enanos pueden manipular símbolos a modo de
se llega a los ascendientes exclusivos del género huma- lenguaje y los chimpancés utilizan un palo para hacer
no, para concluir finalmente en éste. En concreto, se salir a las termitas de sus agujeros); sin embargo, en un
considera que la evolución avanza mediante fases de va- sentido relativo, la distinción se sigue considerando vá-
rios hominoides sucesivos, llegando al australopithe- lida.
cus, el horno erectus y el homo sapiens. La evolución, divi-
Una comparación similar entre los periodos de gesta-
dida en fases separadas por periodos de alrededor de un ción y de maduración de los seres humanos y de los prima-
millón de años cada uno, fue pasando de las piernas a los tes no humanos demuestra perfectamente que, a medida
utensilios y, después, al cerebro: el australopithecus tenía que uno asciende por la «escala» evolutiva, aumenta la
una postura bípeda y una forma de andar similares a las duración de la gestación y de la maduración. Esto sugie-
del hombre, pero su cerebro era muy pequeño (en torno re que los seres humanos dependen más del aprendizaje,
a 500 c.c., o un tercio del tamaño del actual); el horno mientras que los primates inferiores lo hacen más del
erectus era bípedo y poseía herramientas, es decir, la cul-
instinto.
tura material que le permitía la liberación de las manos De este modo, nos encontramos con comparaciones
inherente al bipedalismo; finalmente, el horno sapiens te- paralelas: entre fases tempranas y tardías de la evolución,
nía un cerebro grande, que le facultó el desarrollo de la lo cual quiere decir, entre tipos menos y más humanos, y
lengua y los símbolos. entre primates inferiores y superiores, es decir, entre ras-
Esta reconstrucción se basa en parte en excavaciones gos menos y más humanos. En estas comparaciones, lo me-
hechas por arqueólogos y antropólogos fisicos, al tiempo nos humano se asocia a un grado de cultura menor y
que existe un segundo análisis afín a éste y basado en la lo más humano a un grado de cultura mayor, que se ma-
observación de primates vivos no humanos: chimpan- nifiesta a través de la lengua y las herramientas; a su vez,
cés, babuinos, gorilas, orangutanes, lémures, etc. Los dos estos dos últimos elementos se relacionan con un cere-
análisis utilizan distinciones similares. De manera aná- bro grande, y éste con largos periodos de dependencia
loga a como se distingue, dentro de la evolución de los durante la gestación y la maduración, que permiten el
homínidos, entre fases definidas por la utilización de he- aprendizaje. La distinción entre naturaleza y cultura
rramientas y el uso del lenguaje, y fases «preculturales» subyace en todas estas comparaciones.
LA LENTE ANTROPOLOGICA 1. MATERIA
76 77

Después de la llegada del horno sapiens, lo habitual es gía física y la arqueología, para ocuparnos de las pautas
considerar que la evolución pasa por una fase prolonga- de la vida actual, objeto de estudio de la antropología
da de caza y recolección (la pauta humana característica cultural y social, la distinción entre naturaleza y cultura
abarca varios millones de años), hasta llegar a una fase sigue siendo esencial. En los primeros tiempos de la an-
agrícola y de pastoreo, a la que sigue la industrialización. tropología social y cultural, muchos de los descubri-
Una vez domesticados los cultivos y los animales, se de- mientos más fundamentales afectaron a la distinción
sarrolló la civilización, lo cual conllevó la aparición de entre estas dos categorías, que anteriormente estaban
ciudades, estados, alfabetos, jerarquías clasistas, buro- entremezcladas.
cracias y otros aditamentos «culturales». Aquí la huma- Los primeros antropólogos demostraron la necesi-
nidad aparece pasando de una fase «natural» a otra en la dad de distinguir entre lo cultural y lo natural, y consi-
que se domestica la naturaleza. Finalmente, con la re- guieron mostrar que rasgos supuestamente naturales
ciente industrialización, la única selva que queda es el podían ser en realidad culturales. Posteriormente, esta
asfalto, y los seres humanos se ven apartados de la natu- clase de distinción fue clave para hacer avanzar enor-
raleza. memente la disciplina. Los antropólogos sociales se die-
Los estudios que comparan a los primates actuales y a ron cuenta de que las relaciones de parentesco que se
los seres humanos son paralelos a los estudios evoluti- definían en la sociedad no eran iguales a las biológicas,
vos. De este modo, las sociedades de cazadores y recolec- fundamentadas en la reproducción. Los lingüistas des-
tores, o agrícolas, de la actualidad se analizan y compa- cubrieron que las unidades sonoras del habla definidas
ran con las antiguas. Las comparaciones no son tan por la cultura (fonemas) no eran lo mismo que las de-
burdas como las que antes se establecían entre «noso- finidas por la física y la anatomía. Cuando los antropó-
tros» y el Naturválker (`pueblos de la naturaleza'), pero la logos y los lingüistas detectaron esa diferencia entre las
presencia implícita de la distinción entre naturaleza y realidades física y cultural, estuvieron mejor capacita-
cultura sigue siendo destacada. dos para producir análisis más precisos, ya fueran del
Lo importante aquí no es criticar esas reconstruccio- parentesco o del lenguaje. De este proceso surgió el es-
nes y comparaciones evolutivas, que, en realidad, pre- tructuralismo, con su interés centrado en la estructura
sentan una claridad, una exhaustividad y una capacidad de la cultura como tal: ya se manifestara en el lenguaje,
de persuasión extraordinarias. La cuestión se reduce a el mito o en esquemas de clasificación generales, como el
señalar que en las teorías académicas y, desde luego, en relativo a la naturaleza y la cultura que ahora estamos
las antropológicas, así como en las imágenes populares, abordando.
esa distinción que opone la naturaleza a la cultura ocupa Cualquiera que sea la validez de las teorías antropoló-
un lugar primordial. gicas —evolutivas, estructuralistas o de otro tipo—, está
Si dejamos las reconstrucciones de la evolución bioló- claro que en la antropología, al igual que en la cultura
gica y cultural, que centran la atención de la antropolo- popular, la relación entre naturaleza y cultura es clave.
79
78 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

La «cultura» y la «naturaleza» —una enraizada en la otra, plo, cómo pudo un Dios crear el mal, siendo a un tiempo
pero diferente de ella— se consideran aspectos esenciales bueno y todopoderoso). Esos elementos están relaciona-
de la experiencia humana. dos de forma más o menos lógica y podrían colocarse en
un cuadro en el que las principales premisas aparecieran
en la parte superior y las menores se fueran desplegando
La sociedad hacia abajo. Pautas culturales menos formales, como las
concepciones del tiempo y las formas de clasificar la na-
¿La cultura no se sustenta en el vacío; la mantienen per- turaleza y la cultura, presentan también una estructura
sonas que integran la sociedad. Las interpretaciones que lógica similar, aunque de forma menos ordenada.
constituyen la cultura sólo existen cuando las comparten El sistema causal-funcional se concibe como un anillo
personas cuyas relaciones crean algún tipo de sistema de flechas, parecido a un tiovivo, un diagrama en circui-
organizado' En su forma de organizarse, la cultura ha to, un organigrama o un sistema circular. Cada unidad o
sido calificada de lógico-coherente, en contraste con la nodo de ese proceso en marcha es, a un tiempo, la causa
organización «causal-funcional» de la sociedad: del siguiente y el efecto del anterior. Un sistema social
como la burocracia tiene esta forma; en una burocracia
Por integración lógico-coherente, la que caracteriza la cultura, se universitaria, por ejemplo, los estudiantes pagan una
entiende la «clase de» integración que uno encuentra en una fuga matrícula con condición para poder inscribirse; se ma-
de Bach, en el dogma católico o en la teoría general de la relativi- triculan a condición de apuntarse a cursos, y toman és-
dad; es una unidad de estilo, de implicación lógica, de significado tos para licenciarse. Una cosa lleva a la otra dentro de un
y de valor. Por integración causal-funcional, la que es caracterís- proceso de causa y efecto más o menos sistemático.
tica del sistema social, se entendiente la clase de integración que Si la escuela de pensamiento antropológico más prepara-
uno encuentra en un organismo cuyas partes se encuentran uni-
das en una sola red causal; cada parte es un elemento de un anillo da para revelar las pautas lógico-coherentes de la cultura es
causal reverberante que «mantiene en marcha el sistema». 35 el estructuralismo, la que más claramente tiende a rastrear el
carácter causal-funcional de la sociedad es el funcionalismo,
Un sistema cultural puede concebirse como un conjunto que analiza la sociedad como si fuera una máquina: un
de premisas importantes —parecido a un sistema filosófi- conjunto de elementos en marcha, un sistema en funciona-
co, teológico o jurídico— del que pueden derivarse pre- miento. El estructuralismo y el funcionalismo no están del
misas menores, más específicas. De este modo, a partir todo separados. Uno y otro complementan sus utilidades.
de la idea de que «hay un Dios todopoderoso», como Cada uno observa la vida desde una perspectiva diferente,
propugnan el islam, el judaísmo o el cristianismo, se de- pero ambos son holísticos: tratan de ver el todo.
rivan cuestiones más concretas, como la desconfianza Aunque, en términos generales, la antropología se
hacia el animismo (que sitúa el poder espiritual no en un ocupa de la sociedad, tiene un especial interés por una
único ser sino en muchos), o ciertos dilemas (por ejem- de sus clases: la comunidad pequeña.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA
80 8

La comunidad pequeña La segunda podría interpretarse de la forma siguiente


el concepto tradicional de virginidad es absoluto, todo
El área de interés de la antropología es enorme. Se ocu- nada, de manera que un único encuentro sexual destrup
pa de las «cunas» de la civilización, de las grandes civi- la virginidad. «Hampton no es una gran ciudad» plantea
lizaciones históricas y de la vida actual, compartiendo, un argumento más resbaladizo: la virginidad y la pureza
evidentemente, esos objetos de estudio con otras disci- son más una cuestión de grado, de manera que acostarse
plinas. Sin embargo, la perspectiva más característica de con cien hombres no es tan malo como hacerlo con mil.
la antropología es la que se centra en una clase de grupo La historia yuxtapone la norma cuantitativa que está en la
—exótico y pequeño— que, a primera vista, parece relegar base de la sociedad contemporánea con lo absoluto y lo
esta rama del saber a la oscuridad y, finalmente, a la ex- categórico, que fundamenta el tradicionalismo.
tinción. En primer lugar trataremos de descubrir la cate- La tercera anécdota pone de manifiesto el poder que
goría, la comunidad popular, en el folclore. Pensemos en tiene el contacto personal en comparación con la rela-
unas sencillas anécdotas: ción a distancia. La carta, enviada a través del canal bu-
1. En una ocasión, una campesina francesa acudió a rocrático de la oficina de correos, no puede competir con
misa en un pueblo vecino. No se rió de las bromas del el contacto directo: otra de las cualidades que se consi-
sacerdote. Al preguntársele por qué, contestó: «No es mi deran centrales para que haya una auténtica «comuni-
pueblo». dad».
2. Un hombre de una pequeña localidad llamada En suma, estas pequeñas fábulas ejemplifican la iden-
Hampton le dijo a un amigo que estaba a punto de ca- tidad grupal, las normas categóricas y el poder de las re-
sarse con cierta mujer. «¡Pero si se ha acostado con todo laciones cara a cara. Todos estos elementos se atribuyen
el pueblo!», exclamó el amigo. «Bueno, ¡Hampton no es a la auténtica comunidad, que las ciencias sociales a ve-
una gran ciudad!», replicó el hombre. ces denominan Gemeinschaft (`sociedad popular'), por
3. Un montañero de los Apalaches se ausentó una utilizar el término alemán introducido por el sociólogo
temporada de casa y para que el afecto de su amada no Ferdinand Tánnies".
muriera la escribió todos los días. La consecuencia fue A lo largo de gran parte de la evolución, esa comuni-
que ella se casó con el cartero. dad pequeña ha sido la base de la vida humana y por esta
¿Qué se puede considerar que ejemplifican estas his- razón tiene un especial interés para el empeño antropo-
torias? lógico por distinguir lo fundamental. Aunque la antro-
La primera demuestra la fortaleza de la identidad gru- pología se ha ramificado con el fin de estudiar los siste-
pal. Tan fuerte es que la campesina se niega incluso a mas sociales más amplios y complejos, aún conserva ese
reconocer o percibir el mensaje de otro grupo; aquí el interés por las comunidades pequeñas.
conocimiento está enraizado en la comunidad; es la tesis Los antropólogos siguen realizando investigaciones
de Durkheim. entre los pocos grupos de cazadores y recolectores que
82 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 83

quedan, como los bosquimanos africanos, los aboríge- ma norma y una sola creencia. En esa «comunidad mo-
nes australianos y las tribus de la selva de Borneo. Tam- ral», las relaciones sociales son fijas y rígidas, basadas en
bién hacen trabajo de campo en aldeas campesinas de la el parentesco; no son flexibles como las relaciones con-
India, México, Afganistán o Francia; en barrios urbanos tractuales que se adaptan a las necesidades del mercado.
y étnicamente integrados de Hong Kong o Londres; en La antropología social ha analizado las pautas de las
comunas como el kibutz israelí o las comunidades de llamadas sociedades mecánicas —las pequeñas comuni-
amish o hutterianas; dentro de sectas religiosas y otros dades— en todo el mundo. Ha quedado claro que esas
movimientos culturales con rasgos comunitarios; y en comunidades no son tan mecánicas como Durkheim
instituciones como hospitales o fábricas, consideradas suponía. Los sistemas de relaciones sociales funcionan
como grupos pequeños. De este modo, aunque las bifur- de distintas formas increíblemente complejas y sutiles, y
caciones de la antropología han alcanzado diversos en- la libre elección tiene una presencia considerable. Sin
tornos sociales, la disciplina ha conservado su clásico embargo, la antropología continúa afirmando que en
interés en el grupo comunitario. tales comunidades existen fuertes lazos de solidaridad,
La rama antropológica que más intensamente se ha sobre todo en comparación con nuestra propia sociedad.
centrado en este tipo de sociedad se conoce con el nom- Bastarán tres ejemplos bastante conocidos:
bre de antropología social, y su inspiración se remonta
sobre todo al filósofo social francés antes mencionado, 1. La teoría de las relaciones sociales multiplex de Max
Émile Durkheim. Una fuente importante fue su tesis Gluckman, que define las relaciones sociales en las socie-
doctoral de 1893, La división del trabajo social, en la que dades tradicionales como «multiplex», implicando que
planteó la distinción entre solidaridad «mecánica» y or- toda relación incluye muchos niveles y aspectos". Así, el
gánica37 . La solidaridad orgánica caracteriza a las socie- primo de alguien también es el compañero de trabajo de
dades contemporáneas y urbanizadas como la nuestra. otra persona, su vecino, profesor, jefe y suegro. Una comu-
Aquí las conexiones se basan en la división del trabajo: el nidad basada en esas relaciones sociales multiplex es como
carnicero consigue dinero a cambio de su carne, el pana- una red compuesta de gruesas sogas tremendamente en-
dero a cambio de su pan, y con ese dinero el carnicero redadas. En ese tipo de comunidad, el orden social es tan
puede comprar pan y el panadero carne. Cada uno reali- pesado y lo engloba todo tan profundamente que a quie-
za su propio trabajo y lo que mantiene unida la sociedad nes nunca lo hemos experimentado nos resulta dificil
es ese intercambio útil para todos. Según Durkheim, la imaginarlo. En esa clase de grupo, la unidad y la armonía
solidaridad mecánica se encuentra en las comunidades constituyen una experiencia intensa, pero el conflicto lo
tradicionales. La unidad no procede de la división del es en igual medida; una alteración en cualquiera de las
trabajo y del intercambio económico, sino que todos tra- sogas estremecerá al conjunto de la red. Esa multiplici-
bajan con el mismo propósito, y la unidad se basa en una dad es la que hace que el conflicto se convierta en algo
moral compartida, en el firme compromiso con una mis- tan enraizado que desborda el ámbito social para alcan-
84 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 85

zar el natural y el sobrenatural; la gente cree que el con- hechicería, que proyectan una idea fuerte de límite social
flicto arruina las cosechas y la salud, y que despierta la sobre el cuerpo fisico; a los miembros de tales sociedades
protesta de los espíritus. Para restaurar el orden en me- les preocupa que haya sustancias nocivas que crucen
dio de ese ramificado desorden se precisa un poderoso esos límites y dañen el cuerpo. El tipo definido por un
ritual que represente una unidad de las relaciones socia- grupo débil y una cuadrícula fuerte es propenso a alber-
les cuya multiplicidad sea igual a la de la desunión. gar movimientos religiosos que movilizan las redes de la
2. La teoría de la cuadrícula y el grupo de Mary «cuadrícula» en torno a líderes proféticos.
Douglas, quien distingue dos dimensiones en la vida co- 3. La teoría de la comunitas de Victor Turner registra
munitaria de un grupo: la interna (la cuadrícula, que es otro cambio más en el marco durkheiminiano. Allí donde
la red que vincula a las personas y las clasifica en función Durkheim hace hincapié en las estructuras establecidas de
de las demás) y la externa (el grupo, la identidad comu- la vida grupal, Turner subraya lo que él denomina «anties-
nitaria opuesta a la de quienes están fuera de sus lími- tructura» 40 . Ésta, por ejemplo, se encuentra en el estado «li-
tes)". Después pasa a clasificar las comunidades tenien- minar» en el que los iniciados quedan suspendidos al pasar
do en cuenta cómo se combinan esas dimensiones. En la de la infancia a la edad adulta en los ritos de paso. Los ini-
Gemeinschaft clásica, tanto el grupo como la cuadrícula ciados no son ni niños ni adultos, se «quedan a medio ca-
son fuertes. En nuestro tipo de sociedad, son débiles. mino» entre esos estatus establecidos. Sin embargo, en ese
Una sociedad arcaica como la de la Grecia clásica es débil estado «liminar», los iniciados disfrutan de la unidad y el
en cuanto a la cuadrícula pero fuerte respecto al grupo, compañerismo resultantes del sufrimiento compartido;
porque los griegos, como grupo, tenían una idea muy durante las novatadas, torturas y otras penalidades, «al do-
sólida de identidad interna frente a los extranjeros. En lor le gusta la compañía». En consecuencia, Turner muestra
otras sociedades aparece un énfasis inverso, de modo una comunitas que florece en los intersticios liminares de la
que la cuadrícula es fuerte (como ocurre en las redes co- sociedad, fuera y en medio de las estructuras establecidas.
merciales y en el trabajo político en equipo), pero la Gluckman, Douglas y Turner confirman la fuerza de la vida
identidad interna del grupo frente al exterior es débil. comunitaria; cómo los enredos de prieto trenzado y tejido
Una vez establecida una tipología de pautas sociales, denso sustentan una fuerte unidad. No puede existir nin-
Douglas muestra cómo las experiencias y las culturas se guna sociedad puramente «mecánica», porque los seres hu-
correlacionan con cada uno de los tipos. La comunidad manos son demasiado moldeables, creativos y tercos; pero
que tiene un grupo y una cuadrícula fuertes celebra ri- la antropología social nos convence de cómo funciona el
tuales que robustecen la fe y solidifican la sociedad, entrelazado de las relaciones sociales, reforzando mutua-
mientras que la comunidad de grupo y cuadrícula débi- mente las formas de sostener la comunidad.
les (si es que se puede utilizar esa palabra) no puede ha- Estos antropólogos no sólo conciben las comunidades
cerlo así. Las sociedades con un grupo fuerte y una cua- como un tejido prieto y tupido. Dichas . -....,.Ltunidades
drícula débil insisten en prácticas como la brujería y la también incluyen una cultura. Gluckman, Douglas y Tur-
86 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 87

ner subrayan cómo se encarnan en rituales sustentado- o africana, esas imágenes también ocupan un lugar des-
res de creencias que, a su vez, forman parte de la cultura. tacado.
Estos modelos de comunidad ejemplifican una convic- La naturaleza que aparece en los anuncios coloristas
ción antropológica particular, según la cual una comu- de los folletos de viajes vacacionales contrasta con las
nidad pequeña constituye un enclave y una fuente de presiones y privaciones de la vida urbana. Playas solea-
cultura. das, campos cubiertos de hierba y jardines llenos de co-
lorido prometen relax, mientras que las escarpadas mon-
tañas y las sacudidas de los surfistas sugieren emociones
La exótica localización de la comunidad fuertes. Esas escenas al aire libre siempre se compensan
y de la cultura con las ostentosas imágenes de los bares, las piscinas, las
discotecas y los espléndidos comedores de los hoteles de
Tenemos visiones duales de las ciudades. Por una parte, lujo. ¿Dónde están esos centros de vacaciones? Muchos
la ciudad es el brillo del acero y el cristal, es decir, mara- se encuentran en las áreas supuestamente menos «estro-
villas tecnológicas y sofisticación. Para los pueblerinos peadas» del mundo industrial: Escocia, Gales o la costa
maravillados del musical Oklahoma, que se regocijaban de Cornualles en Inglaterra; Florida, las Montañas Roco-
con la modernísima tecnología urbana, todo estaba a la sas, las Smokies (Apalaches occidentales) o las llamadas
última en Kansas City. Todavía desde un punto de vis- «Sierras» estadounidenses; la Selva Negra y los Alpes.
ta positivo, la ciudad es un lugar de entretenimiento y Una vez más, se pueden encontrar equivalentes para
diversión apasionantes; aquí, el estribillo apropiado es: urbanitas no occidentales: por ejemplo, Malang y Bali, o
«¿Cómo vas a mantenerlos allí en la granja, después de el lago Toba para los habitantes de Yakarta; o Atama para
que han visto París?». La parte negativa está en las fá- quienes viven en las urbes japonesas. Además, es eviden-
bricas explotadoras, las casas de vecinos y los nidos de te que los privilegiados, los ciudadanos del primer mun-
delincuencia: en la «jungla de asfalto». Éstas son las imá- do, tienen sus refugios favoritos en el tercer mundo: Tahi-
genes introducidas por autores como Charles Dickens y tí, el Caribe, México y el norte de África; prácticamente
Émile Zola, en las que se complace a diario la cobertura cualquier sitio que combine paisajes y buen clima con
mediática sobre atracos y violaciones, drogas y pobreza. alojamiento cómodo.
La vida urbana, incluso para los privilegiados, puede que La cultura popular presenta como naturaleza esos es-
sólo represente el traje gris de franela y la cruel burocra- cenarios de escapadas; son el sol, la nieve y las flores, o las
cia corporativa que aplasta la creatividad, la afabilidad y rocas y el mar. Sobre ellos sólo se superpone la cultura
la pasión humanas. Esas imágenes tampoco se circunscri- moderna en un sentido tecnológico, para garantizar el
ben a las naciones occidentales; es fácil encontrar equi- confort y la accesibilidad: agua corriente, calefacción,
valentes en ciudades asiáticas o africanas como Yakarta aire acondicionado, camas y cafés lujosos, tarjetas de cré-
o Tokio, El Cairo o Nairobi. Si se lee la narrativa asiática dito, aviones y autobuses o automóviles. Lo que quizá
88 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 89

exista de cultura popular, si es que queda algo, sólo se Ahora bien, si los antropólogos hallan un significado
muestra en forma de chucherías que se compran u ob- en lo exótico, ¿de ello se infiere que dejan de encontrarlo en
servan en el intermedio entre un chapuzón en la piscina lo familiar? ¿Acaso esa búsqueda de significado fuera de
y una copa en el bar: las ruinas de Cartago o Creta vistas su cultura es un síntoma de la falta de adaptación a ella?
a través de las ventanas de autobuses con aire acondicio- En parte sí. Los antropólogos se encuentran entre los
nado, los bailes populares interpretados en el vestíbulo miembros más críticos de la sociedad urbanizada y de
del hotel, los atuendos coloristas expuestos en el museo grandes dimensiones, al tiempo que elogian las virtudes
o en la tienda de regalos. No hay duda de que el paquete de las pequeñas comunidades populares. Los antropólo-
turístico no promete (o amenaza con) incluir ningún gos, junto a otros grupos, han señalado la alienación y la
contacto sostenido con la cultura local, porque eso des- desesperanza de la sociedad contemporánea; la lóbrega
truiría toda la organización del viaje y vulneraría su pro- morada de la «mente sin hogar». Esas críticas se mani-
pósito, que no es participar sino escapar de todo. De este fiestan de muy diversas maneras, pero una de ellas es la
modo, para el turista, la cultura local, definida como ob- siguiente: a la sociedad urbana actual su propia comple-
jeto que se observa con indiferencia, asume un papel jidad tecnológica le proporciona por defecto una especie
comparable al de los objetos de la naturaleza: las rocas, de sistema natural; se organiza técnicamente, a través de
los árboles, el mar y los paisajes; la cultura no es más que medios y fines, y no culturalmente, mediante el signifi-
un pequeño fragmento de color local. cado, de ahí que carezca de sentido. A este respecto, la
En estas cuestiones, la antropología y la cultura popu- pequeña comunidad exótica, carente de tecnología pero
lar están directamente enfrentadas. La cultura popular más profundamente enraizada en la cultura, tiene más
considera que nosotros somos cultura, que ésta se sitúa sentido.
entre nosotros, los urbanitas modernos e instruidos, y En realidad, la actitud antropológica es más compleja
que la naturaleza está ahí fuera, en algún lugar, lejos de que todo eso. Al igual que los empresarios, médicos, pro-
ciudades y pueblos, en lugares exóticos y no echados a gramadores informáticos o agentes inmobiliarios, los
perder. Los turistas, incluso los aventureros más serios, antropólogos celebran sus reuniones profesionales en
huyen de la cultura escapando a esa naturaleza. grandes hoteles, vuelan en aviones y pagan con tarjetas
Los antropólogos, lejos de escapar de la cultura en sus de crédito. Como todo el mundo en sus sociedades de
incursiones en lo exótico, la buscan aviesamente en esos origen, la mayoría de los antropólogos están enredados
lugares exteriores. En vez de reducir su implicación con en la modernidad; sólo unos pocos se han establecido en
los lugareños a la contemplación de bailes populares en islas lejanas. No se trata, sin embargo, de discutir la for-
el hotel, los antropólogos se proponen entrar en la co- ma de vida que lleva realmente cada uno de ellos, sino
munidad, formar parte de ella durante meses y años, del empuje y la implicación de su perspectiva, del enfo-
penetrar en las profundidades de la cultura popular y, que utilizado por la lente antropológica. Cuando se opta
finalmente, descubrir significados. por buscar en lo exótico cultura y significado, se refuerza
90 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 91

la tendencia a pensar que nuestra propia cultura carece médicos eran observadores entusiastas. Sin embargo, sus
de este último. informes hacían hincapié en ciertos aspectos pasando
En resumen, se podría argumentar de la manera si- otros por alto. Se centraban en el comportamiento indi-
guiente: si (1) la antropología identifica en la cultura su vidual, pero desatendían las pautas culturales. Un médi-
objeto de estudio preferido, oponiéndola a la naturaleza, co, por ejemplo, escribió un informe detallado del be-
y (2) identifica del mismo modo la pequeña comunidad rrinche de un niño, otro describió la frustración de una
exótica, oponiéndola a la sociedad urbanizada occiden- persona al intentar solventar los trámites de admisión.
tal u occidentalizada, entonces, por la simple lógica de la Mi propio informe subrayó los presupuestos culturales
asociación, esa clase de comunidad se relacionaría con inherentes a todo el marco del sistema de admisiones:
la cultura —al compartir las dos el atributo de ser objetos observé, por ejemplo, que los pacientes eran enviados a
de estudio preferidos—, mientras que la sociedad urbani- un área de cardiología, a otra de neurología o a otra de
zada local se vincularía a un concepto de tierra baldía ortopedia: una pauta que refleja la concepción, sobreen-
desprovista de cultura (y, por tanto, en cierto sentido, tendida en nuestra perspectiva biomédica, de que el su-
pura y simple naturaleza: un caos sin amor y carente de jeto puede dividirse en diferentes elementos (el corazón,
orden y de significado). el cerebro, las extremidades, etc.). El contraste entre los
Una vez más, la fórmula es demasiado simple. Utiliza informes quizá reflejara la diferencia entre la antropolo-
una especie de estructuralismo para recalcar tendencias gía y la medicina: la primera se centra más en el marco
del pensamiento y de la imaginería antropológicos; las cultural colectivo y compartido, mientras que la segunda
realidades son más complejas. Sin embargo, la pauta tie- se ocupa de lo individual.
ne un punto de apoyo en la disciplina y se expresa de Podría parecer que la antropología, por centrarse en lo
diversas maneras. cultural y en lo social, prescinde de lo individual. Sin
embargo, algunos análisis antropológicos son suma-
mente reveladores de rasgos individuales; pero la disci-
La cultura y la comunidad en relación plina alienta a los antropólogos a considerar a los indi-
con el individuo y el sentido viduos como representantes de su sociedad y su cultura.
Pensemos en algunas formas de abordar esta relación.
En una ocasión, un grupo de médicos me pidió que La antropología confirma la validez de los estudios de
debatiera con ellos «el método etnográfico», dentro de psicología social que demuestran el poder que tiene un
un estudio sobre técnicas de observación que pudieran grupo para influir en la experiencia personal. Hay expe-
mejorar la sensibilidad de su profesión hacia el compor- rimentos que han demostrado, por ejemplo, que la pre-
tamiento de los pacientes. Realizamos un breve ejerci- sión del grupo puede convencer a una persona de que
cio, un pequeño «trabajo de campo» que comportaba vulnere realmente su propia percepción de la realidad
observar el área de admisiones de un gran hospital. Los física. A alguien se le pregunta qué renglón de los que ve
1. MATERIA
92 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 93

en un tablero es más largo, después escucha las opinio- largo de meses o años. El secreto consistía simplemente
nes de otras personas, que tienen la orden de coincidir en que durante un rito intenso y absorbente, el grupo
en un mismo juicio erróneo. El individuo en cuestión que había dado lugar a la enfermedad con su rechazo
suele cambiar su apreciación correcta para ajustarse a la hacia el paciente, ahora lo aceptaba, y su aceptación te-
opinión equivocada del grupo". Otros estudios mues- nía muchísimo más sentido del que podría tener en la
tran hasta qué punto un grupo puede determinar el rit- vida moderna, por el fuerte enraizamiento de la existen-
mo de trabajo de una persona. Informalmente, las en- cia del paciente en este grupo múltiple".
sambladoras de aparatos eléctricos fijan ciertos límites Hasta aquí lo referente a los estudios que demuestran
para el ritmo de trabajo, y cualquiera que los rompa será la pura y simple fuerza que tiene sobre la psique la per-
condenada al ostracismo. Al final, esa persona se some- tenencia a un grupo. ¿Qué decir de la relación entre el
terá, aunque le resultara fácil ir más deprisa y ganar más individuo y la cultura? Para la antropología, este campo
dinero'''. Un tercer estudio demuestra que la moral ex- es el de la «cultura y la personalidad», que ha producido
traordinariamente alta de las tropas alemanas durante la algunos descubrimientos que habría que señalar.
Segunda Guerra Mundial no era fruto de una lealtad fa- La inspiración teórica de este campo surgió sobre
nática al nazismo, sino de la cohesión y lealtad reinantes todo de la psicología psicoanalítica y de la psiquiatría
en la pequeña unidad militar en la que se enraizaba el freudianas. Los estudios sobre la cultura y la personali-
individuo. El ejército alemán, en vez de transferir a sus dad, partiendo del énfasis puesto por Freud en la expe-
hombres de una unidad a otra, mantuvo intactas todas riencia infantil como determinante de la personalidad
esas pequeñas unidades a lo largo de la guerra. El resul- adulta, se centraron especialmente en la crianza del
tado fue que sus miembros desarrollaron una intensa niño: en cómo ésta transmite al individuo valores cultu-
camaradería que superaba el peligro y la desazón (para rales y disposiciones psicológicas. Por ejemplo, se consi-
un retrato novelesco de esta pauta, véase Sin novedad en deraba que la costumbre rusa de envolver totalmente a
el frente, de Erich Maria Remarque)". los bebés en una especie de vendaje reflejaba y fomenta-
Estos estudios de psicología social son asombrosos ba un carácter nacional propenso a los excesos emocio-
porque muestran, incluso en un medio cultural occiden- nales". La experiencia del niño balinés, al que su madre
tal cuya premisa es el individualismo, de qué manera un estimula para después socavar el deseo suscitado, se
grupo puede influir en el individuo. Aún más sorpren- pensaba que alentaba una personalidad retraída". La
dente resulta el poder del grupo en sociedades con un preparación para una vida independiente y autosufi-
marco cultural más colectivista. La descripción hecha ciente, que tiene lugar en las familias estadounidenses, se
por Victor Turner de una curación ritual entre los ndem- interpretaba que fomentaba la tendencia a culparse a
bu africanos, por ejemplo, demuestra que en pocas ho- uno mismo, mientras que una actitud y un ámbito más
ras de ceremonia una persona fue curada de dolencias colectivistas imbuyen de la tendencia a culpar a los de-
psicosomáticas que la psicoterapia actual trataría a lo más'''.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA E MATERIA 95
94

Puede que, así resumidas, esta clase de relaciones sue- sólo forman parte de nuestra cultura laica, sino también
ne simplista y rebuscada, pero, con frecuencia, los detalla- de teorías psicológicas y psiquiátricas. Así es indepen-
dos estudios en los que se fundamenta son ingeniosos y dientemente de la escuela psicológica o psiquiátrica —freu-
sugerentes. Sin embargo, toman de la psicología y la psi- diana, jungiana, conductista, del desarrollo o cualquier
quiatría varias premisas cuestionables para los antropólo- otra— de que se trate. No sólo las teorías, también las te-
gos. Una de ellas es que el individuo, como unidad psico- rapias se basan en esas premisas: por ejemplo, el psicoa-
lógica y culturalmente definida, es fundamentalmente la nálisis, que desvela traumas del pasado con el fin de expli-
misma en todas partes y que las diferencias surgen sobre car y curar neurosis del presente; pero también enfoques
todo de las diversas formas que hay de criar a los niños, posteriores, como el análisis transaccional, que muestra
que canalizan la influencia de la cultura. Una tesis más de qué manera influyen en el adulto el «padre o madre
radical, pero también más compatible con la perspectiva interior» y el «hijo interior».
antropológica, es la que propugna que la cultura y la per- Casi siempre, estas premisas funcionan adecuada-
sonalidad no se distinguen tan fácilmente; que la propia mente en culturas como la nuestra, que subrayan el ca-
definición de quién es la persona es cultural. rácter específico del sujeto y su continuidad a través del
Pensemos de nuevo en las premisas de la psicología y tiempo. Hay otras que no tienen por qué partir de tales
la psiquiatría occidentales. Se presupone que el indivi- presupuestos. En Java, por ejemplo, es frecuente que un
duo es una unidad diferenciada, tanto sincrónica como individuo cambie de nombre cuando cambia su estatus:
diacrónicamente. Desde el primer punto de vista (en de niño a adulto, de peregrino a retornado, de un rango
cualquier momento dado), la personalidad se ve como inferior a otro superior. La facilidad con la que se produ-
un conjunto de procesos y estructuras que lleva consigo un ce el cambio de nombre apunta al hecho de que los java-
único individuo. Diacrónicamente (es decir, a través del neses hacen menos hincapié en la continuidad de la
tiempo, como cuando uno discurre por el ciclo vital), se identidad individual a lo largo de la vida de lo que es ha-
considera que la personalidad tiene continuidad. Dichos bitual en Occidente, y que no subrayan tanto la conjun-
presupuestos quedan ejemplificados cuando decimos ción entre estatus social e individual. Otro de los indi-
«llevé una vida». Presuponemos la existencia de una per- cios de esta disparidad de énfasis puede apreciarse en la
sona diferenciada, un «yo»; que llevé, que tengo cierto ausencia de escritos biográficos en la cultura javanesa
control sobre mi existencia, cierta autonomía y libre albe- clásica y en el carácter de algunos de los textos de este
drío; y que el hecho de llevar se refiere a una vida, enten- tipo que se realizan hoy en Java; en comparación con la
diendo por «vida» una existencia continua desarrollada a biografia occidental, se presta menos atención al proceso
lo largo del tiempo, en la que, por lo tanto, la experiencia que, a medida que se desarrolla la vida del sujeto, condu-
pasada influye en la personalidad presente. ce de una experiencia a otra, y se insiste más en las cate-
Estas suposiciones son habituales. Las hacemos siem- gorías culturales que rodean a ese actor. Este tipo de sello
pre que hablamos de carreras, biografías o personas. No cultural que se estampa sobre la propia concepción del
96 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 97

sujeto —y que puede hacer que nos planteemos si ese «su- proceso dinámico y cuestionado. La globalización se ve
jeto» que imaginamos existe realmente en tales situacio- en parte como un proceso económico empujado por el
nes— queda muy patente en gran parte de las últimas in- capitalismo mundial. El género, antes considerado algo
vestigaciones antropológicas sobre psicología y cultura. estático que venía dado, ahora se considera creado, «re-
De este modo, al orientarse hacia la psicología, la an- presentado», puesto que los individuos luchan dentro de
tropología mantiene su énfasis principal en el funda- los modelos culturales, y contra ellos, para vivir diversas
mento cultural de la existencia humana, incluyendo en identidades. El poder, el impulso de dominación, se in-
ella la del individuo. Esa insistencia sigue una lógica ho- terpreta como un móvil subyacente a la cultura; quienes
lística: hay que ir del todo a la parte, de la cultura a la buscan el poder y quienes lo ostentan levantan monopo-
sociedad, y después al individuo, no al revés. lios mundiales, definen las identidades de género y cons-
Entonces, ¿acaso la antropología niega la existencia truyen de otras maneras órdenes culturales que mantie-
del individuo? ¿Lo imagina como un robot que sigue de nen su poder. Todas estas perspectivas parten de otras
forma mecánica los dictados de un amo cultural? Por el anteriores para dar una idea dinámica de la cultura.
contrario, se considera que el individuo tiene libertad A finales de este siglo, muchos perciben cambios es-
para elegir y actuar. Pero la acción, como subraya Max pectaculares en el orden económico y social mundial.
Weber, siempre tiene que ver con el sentido", y éste apa- Sociólogos, financieros, políticos, consumidores y ciuda-
rece cuando se encuadran los propios actos en contextos, danos están de acuerdo en que se están produciendo
entre ellos la cultura. Para la antropología, el individuo cambios. No todos interpretan del mismo modo su sen-
no es ni un robot ni un diosecillo independiente y obsti- tido y ni siquiera coinciden en considerarlos un fenóme-
nado, sino un sujeto cultural, que existe en libertad aun- no novedoso, pero sí hay muchos que utilizan el mismo
que también encarna el molde cultural utilizado para término: «globalización», que está de moda, a pesar del
formarle en el caso concreto de su sociedad y época his- desacuerdo sobre su significado. Para las finanzas y el
tórica. comercio internacionales, parece aludir a una prolifera-
ción de economías de libre mercado que ha acelerado los
negocios e introducido nuevas formas de trasladar por el
Globalización, poder y género mundo los centros de producción y los beneficios. Tam-
bién ha traído consigo nuevos riesgos y oportunidades a
El diálogo entre la libertad individual y la definición mercados monetarios más integrados y eficientes. Para
cultural nos conduce a cuestiones de relevancia para la los políticos, la globalización tiene que ver tanto con las
antropología de finales del siglo xx y también para otras nuevas amenazas que plantea la economía al poder tra-
disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades: dicional del Estado como con las nuevas oportunidades
la globalización, el poder y el género. En todas ellas, la de consolidar el poder. Para el consumidor estadouniden-
cultura o algo parecido aparece como un aspecto de un se medio conlleva un mayor acceso a bienes más bara-
LA LENTE ANTROPOLÓGICA I MATERIA 99
98

tos producidos en lugares lejanos y en condiciones des- \ sugiere que el mundo es un lugar unificado, bajo el vio-
conocidas. Para los científicos sociales, esos cambios aluden lento ataque de un reducido pero poderoso conjunto de
a transformaciones culturales y a crecientes desigualda- elementos culturales. La «cultura global» es una entidad
des económicas. tan evidente que un defensor tan claro de la diferencia
Además de debatirse el significado de la globaliza- cultural como la revista National Geographic5 ° la declara
ción, también existe cierta discusión sobre el auténtico fuerza de cambio cultural determinante a finales del si-
grado de novedad de este fenómeno. Cuando se enume- glo xx. Sin embargo, ¿qué es la globalización? No parece
ran detalles concretos como prueba de la globalización, ser algo tan diferente a lo predicho por Marx y Engels:
esos mismos hechos pueden compararse con datos si- un mundo capitalista futuro, monolítico y homogéneo,
milares de periodos anteriores. ¿Realmente ahora hay en el que los mercados nacionales serían sustituidos por
más comercio global que antes? Oliver Boyd-Barrett mercados globales. Los antiguos anhelos serían sustitui-
afirma que no". Menciona datos que sugieren que, hoy dos por otros nuevos, que todos los seres humanos de-
día, Gran Bretaña sólo está ligeramente más abierta al searían de forma inconsciente y sin poder evitarlo. Se-
comercio internacional que en 1913 y que la inversión gún imaginaban, en ese mundo futuro los consumidores
directa exterior en los mercados bursátiles de las nacio- utilizarían bienes producidos muy lejos, en vez de en su
nes más desarrolladas era mayor en 1914 que en la ac- propia economía local, ya fuera ésta una ciudad o una
tualidad. Sin embargo, reconoce que ahora aparecen nación. Cualquiera que sea el significado de la globaliza-
tres rasgos distintivos: (1) hay más países participando ción, comporta los siguientes elementos:
en la economía global que antes de 1914; (2) la dismi- En primer lugar, las conexiones globales se están in-
nución de los costes de comunicación está impulsando tensificando. Aunque este tipo de relaciones ha existido
la creciente variedad de bienes y servicios con los que se durante siglos, lo nuevo es su incremento. Implica una
puede comerciar a escala mundial, y (3) los grandes in- mayor velocidad de las comunicaciones, los viajes y el
tercambios financieros internacionales son ahora ma- flujo general de información y financiero. Aunque el co-
yores que antes. lonialismo, por ejemplo, puso en contacto a los países
Sin embargo, para los científicos sociales, uno de los mediante relaciones globales desiguales, el movimiento
puntos de interés de esta «globalización» reside en la trans- de mano de obra y de capital fue mucho más lento du-
formación de las culturas. En gran medida, para la jerga rante y antes del siglo xix.
financiera y económica, la palabra «globalización» suele En segundo lugar, la migración de los pueblos, debida
ser equivalente a lo que anteriormente se llamaba «mo- a cambiantes condiciones politicas, laborales y económi-
dernización», antes de que ese término fuera criticado cas, ha aumentado su ritmo y variedad. Hacía tiempo
por implicar un modelo de cambio cultural evolutivo. que la gente iba a los Estados Unidos en busca de trabajo
En la actualidad, lo que se califica de fuerza cultural pre- temporal o estable, pero las razones de su traslado están
dominante es algo denominado «cultura global», que cambiando. Complejas combinaciones de fuerzas politi-
100 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 101

cas y económicas empujan a los emigrantes a abandonar que uno pueda viajar por el mundo y observar a perso-
sus países de origen y tiran de ellos hacia los Estados nas disfrutando de los mismos episodios televisivos de
Unidos u otros países «desarrollados». Puede que los series como Dinastía y Melrose Place, que son las que ven
nuevos inmigrantes, al igual que los antiguos, opten por los estadounidenses?
vivir en comunidades compuestas por personas de la Los antropólogos no se ponen de acuerdo sobre la res-
misma identidad que la de su localidad natal. Puede que puesta a estas preguntas. Ello se debe en parte al hecho
decidan ir al país que en tiempos colonizó el suyo. Puede de que estudian innumerables culturas en diversas situa-
que envíen bienes y dinero a casa. Así surgen las redes ciones. Ninguna cultura se enfrenta a esas fuerzas de la
globales. Además, las corporaciones están trasladándose misma manera. Sin embargo, algunos antropólogos te-
a lugares del tercer mundo en busca de mano de obra men que el incremento de gustos occidentales bajo el
más barata y de nuevos mercados. Para comprender es- influjo de los medios de comunicación reduzca el valor
tos movimientos de personas es crucial prestar atención que otros pueblos atribuyen a su propia cultura local.
al hecho de si son o no voluntarios. Se cuenta la historia Otros observan la presencia de reacciones destinadas a
de alguien originario de una isla caribeña antes coloni- mantener las culturas periféricas. Un ejemplo de ello es
zada por los británicos que se trasladó al Reino Unido. un fenómeno denominado «modernidades alternativas» 51,
Una vez allí, un británico le preguntó: «¿Por qué está us- o movimientos cuidadosamente desarrollados por cier-
ted aquí?», y el caribeño le respondió: «Porque ustedes tos gobiernos y élites para crear otras posibles versiones
estaban allí». de la modernidad (fuera del modelo occidental do-
Una importante preocupación que algunos científicos minante). La globalización, aparte de sus consecuencias
asocian con este cambio en la producción y en los mer- sobre las personas, también ha influido realmente en la
cados es la erosión de la singularidad cultural. Con fre- forma de trabajar de algunos antropólogos. Éstos, en vez
cuencia, esta erosión se achaca al «imperialismo cultu- de llevar a cabo trabajo de campo en una sola aldea, aho-
ral», base de un argumento que postula lo siguiente: si ra suelen verse obligados a investigar diversos lugares.
las comunicaciones internacionales y los medios de co- Si la gente que uno estudia está cruzando fronteras, es
municación de masas son un elemento nuevo y privativo preciso tratar de comprender cómo son sus vidas en to-
de finales del siglo xx, ¿cuáles son sus consecuencias? Di- dos esos enclaves. O si las fuerzas que condicionan o
cho de otro modo, si cada vez es más frecuente que per- privilegian a los informadores proceden de lugares aje-
sonas de todo el mundo deseen comida rápida de nos al ámbito originario, los antropólogos se esfuerzan
McDonald's, Coca-Cola y música pop de Los Ángeles o por comprender esas dinámicas de conjunto. Uno de los
Nueva York, ¿qué estamos perdiendo? ¿Acaso están des- problemas generales que se plantean muchos antropó-
apareciendo rasgos culturales singulares ante la arreme- logos que abordan la globalización como fenómeno
tida de unos medios de comunicación enormemente cultural y político es el hecho de que ésta, al contrario de
centralizados e incluso monopolísticos? ¿Qué significa lo expuesto por la teoría marxista del capitalismo, no
102 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 103
1. MATERIA

siempre produce homogeneización. Los viejos modelos cambio. En vez de considerar que el capital global deter-
de modernización que sugerían que cualquier singulari- mina la realidad política y cultural, señala que ese capi-
dad del mundo sucumbiría ante la uniformidad no se tal, a pesar de su presencia y poder incuestionables, está
corresponden con las realidades que muchos antropólo- desorganizado, es caótico y se ve desplazado. Afirma que
gos están descubriendo. Si tomamos el ejemplo del éxito en la globalización la tensión principal se establece entre
registrado por las series televisivas estadounidenses en homogeneización y heterogeneización. Una de las for-
todo el mundo, nos damos cuenta de que no generan mas de comprender esta tensión es a través de sus cinco
una total homogeneización cultural. El estudio realizado «paisajes»: etnopaisajes; paisajes de los medios de comu-
por Ien Ang sobre el seguimiento entusiasta de las series nicación; ideopaisajes; tecnopaisajes, y paisajes financie-
Dallas y Dinastía en Israel puso de manifiesto que las ros". Para Appadurai, todos ellos son mundos imagina-
audiencias que aportan a su interacción con los medios dos:
de comunicación globales culturas diferentes a las de la 1. Etnopaisajes: «Paisajes de personas que constitu-
cultura emisora del programa, también les extraen signi- yen el mundo cambiante en el que vivimos: turistas, in-
ficados sorprendentemente diferentes a los del público migrantes, refugiados, exiliados, trabajadores extranje-
estadounidenses'. Sin embargo, aún quedan cuestiones ros y otros grupos e individuos en movimiento son un
pendientes por resolver respecto a cómo funciona o deja rasgo esencial del mundo y parecen tener una influencia
de funcionar el «imperialismo cultural». Por ejemplo, el sin precedentes en las políticas de las naciones» (p. 33).
hecho de que las culturas no se uniformicen no significa 2.y 3. Paisajes de los medios de comunicación e ideopai-
que se mantengan inalterables. sajes: «La distribución de las capacidades electrónicas
Arjun Appadurai y Ulf Hannerz son pensadores clave destinadas a producir y diseminar información [...] y las
de la globalización desde una perspectiva antropológica. imágenes del mundo creadas por esos medios» (p. 35), así
Uno y otro tratan de explicar la clase de transformacio- como «las frecuentemente directas ideologías políticas
nes que están experimentando las culturas y los pue- de los Estados [...] y los movimientos explícitamente
blos. orientados a lograr el poder estatal» (p. 36).
Arjun Appadurai responde a uno de los primeros teó- 4. Tecnopaisajes: «La configuración global [...] y e]
ricos de la globalización, Immanuel Wallerstein, cuyo hecho de que la tecnología, la más y la menos sofisticada.
argumento sociológico postula que las realidades cultu- la mecánica y la relacionada con la información, ahora se
rales y políticas del planeta se ven impulsadas por un mueve a grandes velocidades atravesando diversos tipos
gran «sistema mundial». La reacción de Appadurai es de límites antes infranqueables» (p. 34).
señalar que los procesos hoy denominados «globaliza- 5. Paisajes financieros: «En la actualidad, la disposi-
ción» son mucho menos coherentes de lo que pretende ción del capital global se manifiesta a través de un paisa-
la imagen de Wallerstein. En vez de un sistema mundial, je más misterioso, rápido y dificil de seguir que nunca»
apunta la existencia de múltiples sistemas o «paisajes» de (p. 34).
104 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 105

Ulf Hannerz alude a una «ecumene global» al descri- de la antropología por su interés en investigar culturas no
bir la globalización de la cultura. Le preocupa el debate occidentales se ve cuestionada. Tal pretensión podría per-
sobre el imperialismo cultural y la autonomía. Aunque der importancia, o este momento convertirse en un hito
señala que las culturas conservan identidades singulares estratégico para la antropología si ésta consigue aplicar
y poderosas, cree que todas ellas son híbridas. La cultu- esa perspectiva singular pero relevante. Ahora que la idea
ra local, siempre dialogando con otras, es un pastiche, de un mundo interconectado resulta prometedora para tan-
un collage de influencias. El capitalismo y las razones de tos campos de estudio, una de las formas que tiene la an-
Estado se ven implicados en esta mezcolanza y, en con- tropología de convertirse en una fuerza potencialmente
secuencia, la propia autonomía cultural sólo es posible poderosa es mediante la articulación de las desigualdades
hasta cierto punto. Sin embargo, existen dinámicas de de la globalización, que no tiene las mismas consecuen-
poder desigual, como las relaciones entre el centro y la cias en todas las poblaciones del mundo. Hace tiempo que
periferia, que pueden conformar las condiciones mate- los antropólogos tratan de entender a los pueblos y luga-
riales a las que se adaptan las culturas. Hannerz cues- res que otras disciplinas encuentran menos accesibles, y
tiona la utilidad de antiguos modelos de organización en esta época de cambio sigue siendo así. En consecuen-
global como los de centros y las periferias. Aunque an- cia, los antropólogos se esfuerzan por revelar cómo afec-
tes se consideraba que en el mundo había lugares de po- tan a diversas poblaciones los nuevos ordenamientos fi-
der (centros) y lugares de dominación y de dependencia nancieros y del poder estatal, en su salud, en su capacidad
(periferias), esas zonas son menos fáciles de identificar para cubrir sus necesidades y las de sus familias, y en su
en la era de la globalización. Por ejemplo, si una publi- lucha por salir de la pobreza. Los antropólogos están pre-
cación literaria de Nigeria tiene su sede en París, pero se parados para sacar a la luz lo que puede significar la cara
dirige a un público nigeriano, ¿cuál es el centro y cuál la oculta de la globalización para esas poblaciones desaten-
periferia?" didas por otras disciplinas. En el último capítulo de este
¿Qué papel potencial tiene la antropología en la com- libro nos ocuparemos de cómo utilizan los antropólogos
prensión de los procesos ahora llamados «globalización»? su conocimiento para mejorar la existencia cotidiana de
A finales de siglo xix y primeros del xx no había muchas aquellos que comparten sus investigaciones y su trabajo.
más disciplinas que se preocuparan de la vida humana
fuera del primer mundo. Aunque el colonialismo fue una
agresiva fuerza politica y social durante ese período, el es- El poder
tudio académico de los pueblos de las colonias recayó
principalmente en una disciplina: la antropología. Ahora, A finales del siglo xx, el concepto de poder ganó en
cuando otras áreas académicas descubren lo prometedora madurez, en parte gracias al filósofo francés Michel
que es la idea de un mundo interconectado como campo Foucault. Mientras que algunos veían el poder como
de estudio y de beneficios, la pretensión de singularidad un control impuesto a la voluntad individual por una
106 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 107

estructura colectiva (la cultura, por ejemplo), Foucault 2. Foucault fue un teórico del poder. Para él, en
seguía los pasos de autores franceses anteriores (como una sociedad «disciplinada», el poder es algo escurri-
Durkheim) al equipararlo con una ilusión de libertad dizo y difícil de desenmascarar. Es mucho más fácil
individual. Al igual que el propio Durkheim, Foucault localizarlo en sociedades predisciplinarias, porque en
describía realmente el concepto de libertad individual, ellas no está oculto, sino que reside en el gobierno so-
sobre todo en Europa y Occidente, como un artefacto berano.
cultural, producido y controlado en gran medida por el a) Para Foucault, el poder es tan productivo como
mundo social. En consecuencia, no había un sujeto ver- represivo. No sólo opera mediante la compulsión brutal
dadero que actuara de manera autónoma, al margen del y la fuerza, también mediante la producción de nuevas
mundo social. técnicas disciplinarias, nuevas áreas y formas sociales,
En los escritos de Foucault se pueden distinguir cua- nuevos aparatos de control.
tro elementos concretos: b) El poder está enraizado y es múltiple. Para Fou-
1. Foucault fue un crítico de la modernidad. Para él, cault no hay agentes puros. No existe la dicotomía entre
esa historia que consideramos progreso, que vemos indefensos y poderosos. Señala, por el contrario, que
moviéndose hacia una racionalidad y una tecnología todo el mundo se halla inmerso en una microfisica del
avanzadas y hacia el capitalismo de mercado, en reali- poder. Todos están enredados, nadie está fuera de las es-
dad demuestra lo contrario. Foucault planteaba que lo tructuras de poder. Foucault tenía más interés en las men-
que parece liberador, de hecho ha producido normali- talidades del poder que en sus cimientos materiales e
zación y manipulación. Mediante libros como Historia institucionales. Sin embargo, si el poder está en todas
de la locura en la época clásica, Historia de la sexualidad partes, es difícil resistírsele.
y Vigilar y castigar, Foucault señaló que en la vida mo- 3. Foucault teorizó sobre el cuerpo. Acabó con la di-
derna hay más vigilancia y supervisión que en modelos visión entre el cuerpo y lo social. Para él, el cuerpo se
de control anteriores". Como ahora el control es profe- definía siempre y de modo exclusivo por lo social. No
sional y personal, también es mucho más completo que había identidad humana, ningún sujeto hobbesiano cuya
cuando esas dos esferas estaban menos definidas. Este existencia fuera previa o ajena ala de la sociedad circun-
autor reveló lo que él denominaba una microfisica de la dante. En realidad, según señala en Las palabras y las co-
dominación, que se expresa a través de varias profesio- sas: una arqueología de las ciencias humanas (1966), el
nes y representa una forma de poder mucho más total «hombre» no es más que una creación de los últimos 200
que las de modelos anteriores. Uno de los ejemplos era años, una invención más que un objeto intemporal de
el de la psicoterapia, que, según él, representaba la co- estudio antropológico. Llegó incluso a especular con la
lonización de la psique por parte de profesionales, me- idea de que si las fuerzas que habían inventado al «hom-
diante la creación de la salud mental como forma de bre» desaparecieran tan súbitamente como habían apa-
control. recido, es probable que ese mismo «hombre» también
108 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 109

desapareciera, «como un rostro de arena a la orilla del Los europeos, partiendo de sus propios miedos, de-
mar»56. seos e imaginaciones, construyeron un «otro» esenciali-
4. Foucault fue un crítico de la ciencia, para el que zado: el «Oriente». Al igual que Foucault, Said conside-
ésta era el nexo de unión entre el poder y el conocimien- raba que el poder era un generador de conocimiento y la
to, de manera que cada uno de esos elementos operaba a historia un estudio de ficciones manipuladas. Los escri-
través del otro. Pensaba que el poder reside en las reglas tores y artistas orientalistas —europeos que tomaban el
y que el conocimiento es el libro que las reúne. Hizo esta Oriente como tema principal y que con frecuencia, aun-
afirmación basándose en genealogías detalladas de cier- que no siempre, viajaban a él— crearon una determinada
tas prácticas profesionales (como las de las prisiones, las imagen de ese ámbito, superponiendo capas de sus expe-
clínicas o el psicoanálisis). Señaló, por ejemplo, que el riencias subjetivas, reales e imaginadas. El estudio de
panóptico utilizado para vigilar a los presos de las cárce- Said describe de qué manera sistemas epistemológicos
les ponía de manifiesto la utilización de la psicología como la clasificación de las ciencias naturales de Linneo,
científica. De este modo, el conocimiento científico nun- la antropología racional de Sacy y la filología de Renan
ca está por encima del juego del poder, nunca está fuera determinaron la forma de percibir el Oriente que tuvie-
de la historia. ron los europeos.
Al oponerse a las concepciones tradicionales de la
identidad como esencia que viene dada, de la historia
como algo factual, de la verdad como concepto tras- Esencialismo y género
cendental y objetivo, y del poder como elemento es-
trictamente jerárquico, las investigaciones de Foucault De forma muy similar a como Foucault ofreció en su
sobre el poder y la teoría del discurso proporcionaron obra nuevas herramientas para poner de manifiesto los
a los investigadores nuevas herramientas analíticas. cimientos sociales de «esencias» o «núcleos» aparente-
Por ejemplo, en Orientalismo, la obra decisiva publi- mente naturales, los antropólogos también han explo-
cada en 1978 por el historiador de la literatura Ed- rado las bases sociales y culturales del género. ¿El hecho
ward Said, se utilizaba el modelo de discurso de de ser hombre o mujer es algo que viene dado por la
Foucault para analizar las implicaciones culturales y biología? ¿Se nace hombre o mujer sin que la educación
políticas del orientalismo", concepto que, según lo tenga nada que ver en esas definiciones? ¿Acaso las con-
definía Edward Said, reflejaba el colonialismo deci- cepciones del género varían según las culturas, las épocas
monónico europeo. Tomando elementos de Foucault, y las circunstancias? La antropología ha abordado esas
Said señalaba que la hegemonía europea sobre tierras cuestiones a lo largo de su historia. Margaret Mead ana-
orientales (en general países ahora considerados parte lizó hasta qué punto los roles de género se crean cultu-
de Oriente Próximo) había creado una determinada ralmente y son privativos de cada cultura' 8. Sin embargo,
perspectiva. la antropología del género ha dado algunos giros sor-
110 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 111

prendentes en las dos últimas décadas. La llamada «an- que quienes estudiaban el género durante ese período
tropología de la mujer» surgió en los años setenta, no partían de la base de que la dominación por parte del
sólo con el fin de comprender a las mujeres, también las varón era algo malo, esta idea entraba en conflicto con
relaciones de género. Las primeras cuestiones que los ex- su concepción del relativismo cultural. Es decir, el relati-
pertos de esta escuela pretendían responder estaban re- vismo exigía la interpretación de cada fenómeno dentro
lacionadas con la desigualdad en razón del género y con de un determinado contexto cultural, lo cual socavaba el
el sesgo universal en ese sentido. También trataban de valor universal que se atribuía al carácter negativo de la
corregir lo que se consideraba un sesgo masculino en las dominación masculina. Irónicamente, el resultado fue
investigaciones antropológicas anteriores. Existía la pre- que algunas investigaciones demostraron que, en otras
ocupación de que, como los hombres habían realizado culturas, había bastantes mujeres en puestos de respon-
la mayoría de las primeras investigaciones, sus hallazgos sabilidad.
pudieran reflejar un «punto de vista masculino». Mu- Hacia la década de los ochenta, los antropólogos del
chas antropólogas optaron por volver a los escenarios género comenzaron a reflexionar sobre la debilidad de
investigados por hombres en proyectos anteriores, con esa área antes denominada «antropología de la mujer».
el fin de realizar estudios más centrados en las mujeres Ahora se preocupaban de abordar las premisas occiden-
de la comunidad. tales subyacentes en teorías del género anteriores. Du-
Los antropólogos abordaron con una nueva mirada rante ese período, las antropólogas feministas también
cuestiones antiguas como «¿están las mujeres oprimidas debatieron la inclusión y exclusión de diferencias en sus
en todas las culturas?» o «¿la dominación masculina es teorías. Se incorporaron ciertos tipos de diferencia,
universal?». Esas preguntas presuponían que era posible como la que comporta en ciertas culturas ser una mujer
establecer determinados paralelismos en todo el mundo o un hombre. Lo menos visible había sido qué conlleva
al tratar cierta categoría de género, la mujer, con lo que ser una mujer de color o de clase obrera. Hasta ese mo-
ésta pasaba a convertirse en un objeto de estudio dife- mento no se había contemplado que hay factores ajenos
renciado. Sin embargo, uno de los argumentos funda- al género, como la raza y la clase, que pueden tener un
mentales era que no existe una diferencia esencial entre papel igual o mayor a la hora de determinar la posición
mujeres y hombres. En realidad, la categoría de mujer la vital del sujeto. En la mayoría de las primeras investiga-
crean las culturas, no una determinada esencia del sexo ciones se había presupuesto y aceptado que el objeto de
femenino igual en todas ellas. La antropología siempre estudio era una mujer blanca de clase media, para la cual
ha planteado dos proposiciones enfrentadas: en primer el factor vital más determinante era precisamente el he-
lugar, las culturas son diferentes, sin embargo, en segun- cho de ser mujer. ¿Hasta qué punto les servía de algo a las
do lugar, todos los seres humanos son parecidos. Esta mujeres obreras negras que las feministas defendieran el
situación generó ciertas tensiones en las conclusiones de derecho a trabajar fuera de casa si ellas llevaban genera-
las investigaciones realizadas en los años setenta. Aun- ciones haciéndolo por un salario miserable? ¿De qué
112 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA
113

servía presentar a los hombres como enemigos? Resultó plo, en la actualidad, las investigadoras feministas están
que los objetivos politicos y sociales de las diferentes co- haciéndose más conscientes de hasta qué punto sus estu-
munidades investigadas eran sorprendentemente dispa- dios conforman el conocimiento sobre el tercer mundo.
res. En consecuencia, los antropólogos se dieron cuenta Chandra Mohanty señala que, frecuentemente, cuando
de que no podían hacer generalizaciones sobre poblacio- bien intencionadas antropólogas feministas tratan de
nes diversas partiendo de conclusiones relativas a la pri- mejorar las condiciones de vida de las mujeres del tercer
mera generación de proyectos de investigación sobre el mundo, su esfuerzo genera imágenes estereotipadamen-
género. te negativas de ese colectivo y de las sociedades en las que
Además, en parte por la creciente y atrevida presencia viven". Por ejemplo, las mujeres de países tercermundis-
de lesbianas y gays entre los antropólogos, los estudiosos tas se han visto constantemente retratadas como objeti-
se vieron obligados a plantear con más claridad las dife- vos del «desarrollo», o como objetos de deseo masculino
rencias y vínculos existentes entre los conceptos de sexo y sujetos de la explotación capitalista. Esas investigacio-
y de género. Mientras que el primero se había utilizado nes parten de premisas quizá no compartidas por las
convencionalmente para aludir a las diferencias fisicas mujeres estudiadas, como la idea de que la violencia mas-
entre hombres y mujeres, el segundo se refería a las dis- culina es siempre una fuerza unilateralmente negativa en
paridades culturales atribuidas a unos y otras. Esta idea su vida, o que ellas siempre están dispuestas a hacer cau-
fue cuestionada por varios expertos, especialmente por sa común frente a los hombres. Las mujeres que llevan
Judith Butler, que dudaban de la relación directa entre velo siempre aparecen retratadas como oprimidas. Se-
diferencias sexuales y de género. Partiendo de investiga- gún ese modelo, todas las mujeres tienen deseos simila-
ciones relativas a las identidades de género lesbianas y a res y aceptan soluciones parecidas para sus problemas.
las expresiones culturales de las relaciones entre inte- Para las investigaciones realizadas con este talante, las
grantes de ese grupo, esta autora señaló que el «sexo» no mujeres ya están definidas, generalmente como seres in-
tenía mucho que ver con el «género». defensos; el trabajo de campo no hace más que propor-
Este debate ha propiciado el surgimiento de una nue- cionar datos que corroboran ese hecho.
va generación de antropólogas feministas para las que el En investigaciones feministas más recientes se trata de
hecho de ser mujer no es sólo una construcción cultural, captar con mayor profundidad la construcción social
sino que presenta elementos geográficos e históricos es- de las identidades de género (opuesta a las concepciones
pecíficos. Este giro postula que las diferencias se experi- biológicas o «naturales» de lo que viene dado, es decir, al
mentan y superan al relacionarse unas con otras y que to- «esencialismo»).
das están sujetas por las estructuras de la vida social. La Haciéndose eco de perspectivas anteriores, algunos ex-
disciplina antropológica, en parte por el aumento del nú- pertos señalan que no existe una diferencia esencial o fun-
mero de antropólogos no occidentales, ha conseguido co- damental entre los hombres y las mujeres basada en dis-
menzar a dialogar sobre las premisas occidentales. Por ejem- paridades biológicas entre los sexos. Mediante una crítica
114 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1. MATERIA 115

del esencialismo, los expertos que trabajan con esta acti- Por lo tanto, Butler considera que su planteamiento
tud han confiado en poner de manifiesto los fundamentos supone una nueva definición del género, que no es un
sociales de la desigualdad en razón del género. Sin embar- nombre ni una cosa. Es una actuación; un comporta-
go, después de haber criticado la idea de que existe una miento que, sin embargo, no realiza un agente. Detrás de
relación entre la identidad sexual y los roles de género, las esa acción no hay una esencia fija, un sujeto sexual está-
feministas están retomando el concepto de esencialismo tico. Esta autora también señala que, a través de la paro-
por su utilidad política. Por ejemplo, ¿cómo se puede de- dia o de la repetición subversiva, en dicha actuación hay
fender la liberación de la mujer si no existe lo «femenino»? un margen para resistirse a los modelos predominantes.
En consecuencia, aunque está claro que la idea es muy de- Se puede operar dentro de una categoría y, al mismo
licada, para algunos estudiosos la retórica esencialista es tiempo, reírse de ella, ponerla en cuestión o, incluso, vol-
útil en el desarrollo de argumentos políticos. Como señala verla del revés. Su ejemplo es el de una relación lesbiana
Gayatri Spivak, resulta estratégicamente constructivo re- entre un «marimacho» y una mujer, en la cual una de las
conocer la «inevitable utilidad de algo que es muy peligro- integrantes de la pareja asume una identidad masculina
so» 60 . En la actualidad, algunos investigadores postulan y la otra femenina. Este ejemplo ha sido utilizado por
que ese «esencialismo estratégico» es una técnica necesa- teóricos de la sexualidad para demostrar que los roles de
ria para luchar contra el sexismo. género heterosexuales siguen determinando las relacio-
Judith Butler y Donna Haraway son dos pensadoras nes homosexuales. Butler no está de acuerdo y plantea
clave de este ámbito del esencialismo. Ejemplifican dos que, en realidad, esas relaciones son subversivas, porque
influyentes posturas en lo tocante al papel que tienen la funcionan según los criterios del orden social, pero lo
biología y la tecnología a la hora de determinar las rela- trastocan. Para esta autora, ese efecto sólo se logra me-
ciones de género. Son académicas con un enfoque inter- diante la actuación.
disciplinar cuyas investigaciones han influido en muchas Donna Haraway incorpora la tecnología a este debate
áreas de estudio, entre ellas la antropología. sobre el género como algo construido; dicho sencilla-
Judith Butler descubre la base fundamental pero ficti- mente, las máquinas pueden funcionar sin tener en
cia de la vida social, en categorías como «hombre, mujer, cuenta el género'". La tecnología libera de la biología. La
heterosexual o gay». Al igual que Foucault, no observa idea de que la ciencia define a los tipos de persona, yen-
fundamentos de origen natural o fijos en la vida social, do más allá de «hombre» y «mujer», es la base de un fu-
ni siquiera en la biología. Por el contrario, esas categorías turo emocionante y liberador. Esta autora señala que la
heredadas, que consideramos la verdad del género y del cultura de la ciencia-ficción, la visión de una sinergia
sexo, y que aparentemente proceden de diferencias bio- con las máquinas, no nos aguarda en un futuro ideal e
lógicas, se crean a lo largo de la historia. En consecuen- igualitario, sino que ya está entre nosotros en el presente.
cia, el sexo no es algo dado ni un origen, sino un «efecto Ve a los seres humanos y a las máquinas colaborando
del discurso»61. más íntimamente y, a consecuencia de ello, vislumbra
116 LA LENTE ANTROPOLÓGICA I. MATERIA 117

que éstas se harán más humanas y aquellos más maqui- sistemas sociales que, en su conjunto, privilegian ciertas
nales. También apunta a una interacción más íntima identidades y denigran otras, son construcciones cultu-
entre animales y seres humanos. Los animales se están rales. Darnos cuenta de la fuerza que tiene la cultura a la
haciendo más humanos, como ocurre con aquellos cu- hora de definir el género, la «raza», el sujeto o nuestras
yos derechos defendemos o con los chimpancés que en- vidas es como descubrir que nuestra mente tiene un in-
viamos al espacio. En el mismo sentido, alude a la mani- consciente, que la tierra es redonda o que gira alrededor
pulación genética por parte de los seres humanos y a la del sol. Es decir, el hecho de comprender nuestras raíces
utilización de órganos animales como válvulas cardiacas culturales y profundizar en ellas constituye una pode-
o material genético. Para Haraway, ambas sinergias, más rosa herramienta para sacar a la luz la base de nuestra
que terroríficas, son emocionantes. Mientras que para existencia. La principal de las aportaciones esenciales
muchos estudiosos del género estas transformaciones de la antropología es el mantenimiento de este enten-
resultan amenazadoras o degradantes, ella acepta de dimiento.
buen grado las nuevas tecnologías porque se imagina La conciencia de la globalización como fuerza econó-
que vivir en el límite entre las esferas vital y científica es mica y del poder como impulso subyacente en las for-
liberador. mulaciones culturales nos recuerda que la cultura, a pe-
sar de su carácter enraizado, es algo localizado. Los esfuerzos
que hacemos los seres humanos por definirnos a noso-
Revisión tros mismos y a nuestro mundo —con definiciones que
denominamos «cultura»— están dentro de una lucha
Nos hemos preguntado cómo ve la antropología la rea- económica y política, local y global, y esta conciencia
lidad en función de sus conceptos primordiales. Hemos también forma parte de la antropología.
señalado que la cultura es el dominante, aunque holísti-
camente se considere parte de un todo mayor y analítica-
mente una abstracción: una palabra, una categoría para
denominar y conceptualizar observaciones; la cultura,
tal como lo expresan algunos autores, es una «cons-
trucción». No obstante, la antropología demuestra que
el aspecto de la vida humana que hemos llamado cul-
tural tiene realidad y fuerza. Hemos observado de qué
manera la antropología describe las ramificaciones de la
cultura dentro de la vida social y en la de los individuos.
Los estudios de género extienden esta idea señalando
que las identidades basadas en ese factor y, de hecho, los
2. Método

Que no me engañen.
(Dicho de los baptistas primitivos)

E. E. Evans-Pritchard narra del siguiente modo su traba-


jo de campo entre los nuer africanos:

Bloqueaban las preguntas sobre sus costumbres con una técni-


ca que puedo recomendar a los nativos que se sientan impor-
tunados por la curiosidad de los etnólogos. El siguiente ejem-
plo de los métodos nuer es el comienzo de una conversación en
la zona del río Nyanding sobre un tema que se presta a algunos
malentendidos, pero que, con deseo de cooperar, se puede acla-
rar rápidamente.

Yo: ¿Quién eres tú?


Cuot: Un hombre.
Yo: ¿Cómo te llamas?
CuoL: ¿Quieres saber mi nombre?
Yo: Sí.
CuOL: ¿De verdad quieres saber mi nombre?
Yo: Si, has venido a visitarme a mi tienda y me gustaría saber
quién eres.
CuoL: De acuerdo. Soy Cuol. ¿Cómo te llamas tú?
Yo: Me llamo Pritchard.
CUOL: ¿Cómo se llama tu padre?

119
120 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 121

Yo: Mi padre se llama también Pritchard. El testimonio de Evans-Pritchard nos recuerda que la
CuoL: No, eso no puede ser cierto. No puedes llamarte igual investigación no es tan sencilla como la historia de Kutu-
que tu padre. zov sugiere. A continuación vamos a comprender la ex-
Yo: Así se llama mi linaje. ¿Cómo se llama tu linaje?
CuoL: ¿Quieres saber el nombre de mi linaje? periencia del trabajo de campo.
Yo: Sí.
CuoL: ¿Qué harás si te lo digo? ¿Te lo llevarás a tu tierra?
Yo: No quiero hacer nada con él. Simplemente quiero conocer- Viajar
lo, puesto que estoy viviendo en tu campamento.
Cuo: Bueno, somos los bu. En su novela El doctor Zhivago, Boris Pasternak presenta
Yo: No te he preguntado el nombre de tu tribu. Ya lo sé. Te pre-
gunto el nombre de tu linaje. a una culta y privilegiada familia de Moscú, los Zhiva-
CuoL: ¿Por qué quieres saber el nombre de mi linaje? go, que, a causa de la Revolución Rusa, se ve obligada a
Yo: No quiero saberlo. luchar con uñas y dientes por sobrevivir. Removiendo
CuoL: Entonces, ¿por qué me lo preguntas? Dame un poco de por entre la nieve y el hielo en busca de restos de leña,
tabaco. escarbando en busca de comida, Yuri Zhivago decide fi-
nalmente apartar a su esposa, a su hijo y a su suegro de la
Desafio al más paciente de los etnólogos a que intente avanzar vida urbana moscovita, tan querida por todos, para tras-
contra esa clase de oposición. Simplemente te vuelves loco. De
hecho, después de algunas semanas de relacionarse exclusiva- ladarse a Siberia, donde la familia de su mujer tiene una
mente con los nuer, empieza uno a mostrar, si se me permite el antigua finca. Sólo por los pelos consiguen un asiento
retruécano, los síntomas más evidentes de «nuerosis».' en un tren atestado; un éxito para el cual el Dr. Zhivago
tiene que arrancarle un último favor a un orden que se
Se cuenta una historia del general ruso Kutuzov. Antes derrumba y del que él ha formado parte con sentimien-
de una importante batalla, sus asesores estaban detallán- tos encontrados.
dole estrategias muy elaboradas. Aburrido, el viejo gene- El viaje en tren, que parece eterno y que unos pocos
ral se durmió. La víspera de la batalla dio una vuelta a detalles geográficos y temporales convierten en épico, se
caballo y se entrevistó son sus centinelas. Se dice que así ve interrumpido por maravillosas aventuras: sobre todo,
conoció mejor que sus estrategas cuál era realmente la el encuentro de Yuri con el implacable Strelnikov, el pro-
situación. fesor convertido en soldado que se mueve por el país en
Este relato debería interesar al antropólogo. Al igual un vagón blindado que se detiene periódicamente para
que el viejo general, aquél desconfia de las formulacio- asesinar contrarrevolucionarios. Capturado y más tarde
nes abstractas que están lejos de la «gente real» y de la liberado, después de una entrevista sorprendentemente
«vida real». Busca la verdad de los indígenas en su propio comprensiva (Strelnikov es el marido de Lara, la mujer
hábitat, observando y escuchando. A este proceder le lla- que posteriormente se convertirá en amante de Zhivago),
mamos «trabajo de campo». Yuri es devuelto a la calidez de su familia, ahora compar-
2. MÉTODO
122 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 123

tiendo el vagón con un hablador abogado siberiano, que sueltas las cuestiones prácticas, comienza a dedicarse a
Yuri tiene la sensación de que más tarde les será de utili- afanes más intelectuales. Tras cabalgar tres horas hasta
dad de una extraña manera. Llegan a Torfianaia, donde llegar a la biblioteca municipal, escribe poemas y estudia
suben a un carro y avanzan dando tumbos por el campo, el folclore y la etnología de la región. A la rutina pone fin
llevados por un carretero cuyo nombre es el de un legenda- su romance con Lara, que acaba llevándole a la muerte:
rio herrero del que se decía que se había forjado intesti- al destino del héroe romántico.
nos de hierro. Finalmente llegan a la finca, ahora ocupada La mejor manera de apreciar y valorar el orden es vivir
por un granjero cuya familia se sorprende y desconcierta el desorden. Múdese a otro lugar, es decir, vaya a otra
al verlos. Han llegado al final del viaje, pero aquí no hay ciudad, a otro colegio, o trasládese para estudiar en la
nada para ellos. universidad. En un sentido más radical, cambie de cultu-
ra, como hizo Zhivago al viajar a Siberia, como hacen
Alexandro Alexandrovitch descendió del vehículo junto con todos los emigrantes y como haría un antropólogo en su
los demás y, vacilante, dio las primeras explicaciones, ponién- trabajo de campo. ¿Qué ocurre? En una situación com-
dose y quitándose el sombrero. pletamente distinta, la vida se convierte en lo que William
Durante unos instantes, los dueños de la casa, pillados des- James denominó «una confusión retumbante y zumban-
prevenidos, se quedaron verdaderamente estupefactos, mien- te», aunque esa confusión, en vez de retumbar y zumbar,
tras los infelices recién llegados, no menos sinceros en su con-
fusión, enrojecían sin saber qué hacer ni qué decir. La situación puede estar vacía y silenciosa. En un sitio extraño, el pro-
era clara y no requería explicaciones, no sólo por parte de los pio reloj biológico se estropea, desbaratando tanto el
protagonistas, sino de Vakkh, Niucha y Churotchka. El males- acto de irse a la cama como el de levantarse. Hasta que
tar se transmitió también a la yegua y al potrillo, a los dorados no se inicia una actividad estructurada, el problema de
rayos del sol y a los mosquitos que zumbaban alrededor de Ele- qué hacer con el tiempo «libre» le enfrenta a uno a infi-
na Proklovna y se posaban en su rostro y su cuello. nitas opciones. ¿Qué hacer? ¿Cómo organizar el tiempo?
—No lo comprendo —dijo finalmente Averki Stepanovitch,
rompiendo el silencio—. No lo comprendo ni lo comprenderé No se conoce a nadie, el teléfono (si es que hay alguno)
nunca. Éste es el sur, aquí están los blancos y ésta es una pro- no suena, no hay reuniones a las que acudir, ni tareas, ni
vincia triguera. Pero ¿por qué nos han elegido precisamente a rangos que ocupar o círculo del que formar parte. Año-
nosotros, por qué se les ha metido en la cabeza la idea de venir ramos desesperadamente todo lo que nos parecía una
a nuestra casa?' pesada carga en el otro lugar y la mayoría de los seres
humanos se mueven para «escapar de la libertad» esta-
Sin embargo, con el tiempo, el granjero acaba aloján- bleciendo rutinas.
dolos en su casa y pronto comienzan a cultivar parte de Sin embargo, la experiencia que aquí tenemos en
la tierra. Yuri cae en la rutina del trabajo agrícola diario mente sólo se refiere a un tipo de movimiento. Se trata
y las acogedoras noches junto a la estufa. Unos pocos de una «mudanza» en la que uno no viaja por el gusto de
campesinos se convierten en sus parientes y, una vez re- viajar, sino que, como hizo Zhivago, se traslada a un
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 125
124

nuevo lugar en el que ha de permanecer durante algún Templo Maldito. Thor Heyerdahl, un aventurero de la
tiempo y reordenar su vida, quizá relacionándose con vida real, construyó una balsa con técnicas prehistóricas
otras vidas a las que debe atender. Lo que engendra emo- que llamó Kon-Tiki, y navegó con ella desde Perú a Tahi-
ciones como las que sintió Zhivago al llegar finalmente a tí. Aparentemente, su propósito era científico: demostrar
la finca de Siberia es esa combinación de responsabilidad que los peruanos de la Antigüedad podrían haber hecho
y desorientación. lo mismo y, por tanto, influir en la cultura pacífica; sin
Se puede decir que una mudanza, en la que se deja un embargo, al margen de la justificación científica, la em-
lugar para ir a otro nuevo, contrasta con un viaje, en el presa permitió a bronceados nórdicos llevar a cabo una
que siempre se está en marcha. El viajar, al menos en la varonil aventura. En el National Geographic se pueden
tradición romántica, no evoca la desolación, sino la li- leer reportajes de antropólogos que, con ese mismo espí-
bertad y el entusiasmo. Hay una canción alemana que ritu, viajan por selvas, desiertos y montañas para vivir
hace una loa del «deambular»: con tribus perdidas o descubrir ciudades olvidadas. O bas-
ta con escuchar lo que llamamos «historias del trabajo
Der Mai ist gekommen, die Báume schlagen aus de campo». Al volver de esas empresas, los retornados,
Da bleibe der Lust hat, mit Sorgen zu Haus. regocijándose en la «civilización», cuentan percances
[Mayo ha llegado, los árboles florecen; que van desde encontrar una serpiente en el propio saco
¡que cualquiera que lo desee se quede en casa con sus problemas!]. de dormir a verse envuelto en una revolución. Yo cuento
En cuanto a mí, apunta apasionado el cantor, me lan- mi trabajo de campo en Indonesia, donde en el curso de
24 horas un volcán entró en erupción y mi esposa fue
zaré a los caminos, a deambular, a contemplar la hermo-
sura de las montañas y los valles, a llevar a cabo cosas mordida por un perro rabioso; hablo de mi experiencia
extraordinarias y a correr maravillosas aventuras. Ahora en campos de entrenamiento de radicales musulmanes
también nos atrae ese vagabundeo que se manifiesta al o, en un tono más sosegado, de algún recorrido leve-
hacer dedo o viajar con mochila. Algunos prescinden de mente aventurero, como el siguiente:
los inconvenientes, los riesgos y la aventura que conlleva
viajar contratando viajes organizados. Otros buscan las Viajando en cubierta, es decir, durmiendo al raso, se podían
actividades más peligrosas posibles, cruzando el océano recorrer por diez dólares varios miles de millas en un barco
indonesio. En 1970, cuando estaba iniciando un estudio sobre
en pequeños botes de remo, sobrevolando los polos en el movimiento islámico indonesio Muhamadiya, recibí permi-
aviones diminutos y lanzándose en paracaídas desde ras- so de éste para llevarlo a cabo y me dieron una carta de presen-
cacielos. tación para todas sus sedes, que se extendían a lo largo de unas
¿Dónde encajan los viajes antropológicos en todo 3.000 millas de islas, desde el norte de Sumatra hasta Nueva
esto? Con frecuencia, los medios de comunicación po- Guinea occidental. Me enteré de cuándo partía un barco y me
pulares los presentan como una aventura; el antropólo- fui al muelle de Yakarta, llevando una maleta cargada de cáma-
go es Indiana Iones descubriendo el Arca Perdida o el ras y grabadoras pero sin ciertas cosas esenciales, como no tar-
126 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
127

daría en descubrir. Me uní a una gran multitud de indonesios Al margen del declarado cinismo de Lévi-Strauss,
que cruzaron un enorme portón en cuanto los guardias lo Tristes trópicos es una evocación encantadora, aunque
abrieron. Subimos a la cubierta del buque y descubrí que todo
el mundo se había traído una estera para dormir. Por fortuna, pesimista, de un periplo por las selvas, que, en busca del
durante el revuelo que produjo la búsqueda de un espacio en primitivo puro, va dejando atrás vías férreas abandona-
cubierta, había conocido a un grupo de estudiantes indonesios das y cables de teléfono estropeados. La obra también es
(que volvían a su casa en Sulawesi desde la facultad de agricul- autobiográfica, ya que el autor reflexiona sobre cómo se
tura de Bogor), que me permitieron compartir sus esteras. Para ha embarcado en esa extraña ocupación, inspirado por
entonces estaba cayendo la noche y, mientras el barco soltaba un profesor al que retrata como algo parecido a un vege-
amarras, se anunció la cena. ¡Los diez dólares incluían también
la comida para las dos semanas de viaje! Pero entonces resultó tal. El viaje y la autobiografia conducen a un análisis,
que aquella comida consistía en dos cubas situadas en la bode- también con frecuencia irónico, de las pautas culturales
ga, una llena de arroz y otra de agua hirviendo. Todo el mundo de los nativos que el autor encuentra en la selva. Mien-
hizo cola, llenó su cuenco de arroz y su taza de agua. Yo no te- tras viaja y escribe, Lévi-Strauss hace reflexiones filosófi-
nía ni cuenco ni taza. De nuevo, un estudiante vino a rescatar- cas y, al final, adopta una postura de estoico distancia-
me. Compartió su cuenco y su taza hasta que, después de va- miento, declarándose satisfecho simplemente con dar fe
rios días en alta mar, atracamos en Surabaya, donde me compré de su lugar en la naturaleza mediante un intercambio de
mi propio juego de cuenco y taza. guiños con un gato.
Un titular del Times Literary Supplement capta el am-
El viaje tuvo su aspecto aventurero, pero fue una for-
ma lenta de llegar a donde iba a encontrar lo que pensa- biguo papel de la aventura en el trabajo de campo:
ba que necesitaba saber. «Clerk no es Gable». «Clerk» —oficinista en inglés— se
¿Qué lugar ocupan el viaje y la aventura en la investi- pronuncia en Gran Bretaña como «Clark» en Estados
gación del antropólogo? Una ácida opinión de la aventu- Unidos, de manera que el titular juega con el contraste
ra la proporciona el antropólogo Claude Lévi-Strauss, entre un oficinista y el aparatoso aventurero personifica-
autor él mismo de uno de los principales testimonios do por Clark Gable en las antiguas películas de Hollywood.
antropológicos de índole viajera, Tristes trópicos. Co- En realidad, el artículo es una reseña de un libro que re-
mienza diciendo: «Odio los viajes y a los exploradores. lata las aventuras, no siempre aparatosas, de un antropó-
Y he aquí que me dispongo a relatar mis expediciones». logo; pero lo que pretende el juego de palabras es señalar
con qué frecuencia el componente aventurero del tra-
Continúa así:
bajo de campo se ve atenuado por rutinas similares a las
de un oficinista, que son necesarias para recoger infor-
La aventura no cabe en la profesión del antropólogo; no es más
que una carga; entorpece el trabajo eficaz con el peso de las se- mación4.
manas o de los meses perdidos en el camino; horas ociosas Quizá menos aparatoso, pero también menos aburri-
mientras el informante se escabulle; hambre, fatiga y hasta en- do que la imagen de Clark Gable y del oficinista, es el
fermedad [...]? tipo de etnografía que proporciona Mary Steedly en
128 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 129

Colgando de una cuerda: narración de una experiencia co- objetivo del relato. Lo que Geertz pretende decir es que
lonial y poscolonial en Karolands . Su historia va interca- esa aventura (o desventura) significó un paso esencial,
lando testimonios coloniales relacionados con perspec- aunque prosaico, en el trabajo de campo: la consecución
tivas históricas locales y también revela el papel de la de un rol dentro de la comunidad. Ese paso le llevó a
propia autora como confidente de Bu Garo Batak, un otro: la interpretación.
curandero indonesio. A través de ese tapiz, el lector co- Los tres pasos —experiencia, establecimiento de una
noce las «realidades» de Batak y de la vida colonial, tal identidad en el nuevo ámbito e interpretación— apuntan
como las experimentaron varios narradores, entre ellos a la peculiar combinación de subjetividad y objetividad,
la etnógrafa. aventura y trabajo, romanticismo y pragmatismo, que
El lugar que ocupa la aventura en el trabajo de campo constituye la llamada observación participante, que está
común lo ilustra un estudio ahora clásico de Clifford en la raíz del trabajo de campo antropológico. La aven-
Geertz, que habla de los problemas que conlleva intentar tura de Geertz no es en absoluto lo que dice Lévi-Strauss:
penetrar en la sociedad balinesa. Él y su mujer, Hildred, una pérdida de tiempo. Pero tampoco es una simple
eran tratados cortésmente pero era como si no existie- aventura que termina en sí misma; uno no está simple-
ran: como si no tuvieran ningún lugar o entidad en las mente «en la carretera», sino que está «sobre el terreno»,
vidas de los balineses. Entonces los Geertz asistieron a y debe moverse para encontrar su lugar en él y, después,
una pelea de gallos que, al ser ilegal, fue objeto de una para comprenderlo. Para el aventurero, al igual que para
redada policial. Como todo el mundo, los Geertz huye- el turista y para otros viajeros, los lugares y la gente que
ron. Este incidente los convirtió en la comidilla del pue- encuentra son como la naturaleza: objetos que se reba-
blo. Todo el mundo se regocijaba caricaturizando sus san, se miran y, quizá, se fotografían y se apuntan, pero
movimientos al huir, disfrutando con los detalles de la eso es todo. Puede que el viajero sufra penalidades e in-
escapada y embelleciendo el recuerdo de este percance cluso que experimente relaciones dolorosas y románti-
que los antropólogos habían compartido con los nativos. cas mientras avanza hacia su destino, pero siempre se
Así es como los Geertz consiguieron una identidad den- estará moviendo. El etnógrafo viene a quedarse durante
tro de la comunidad 6. un tiempo; para bien o para mal, tiene que encontrar un
espacio. ¿Acaso es diferente del viajero de temperamento
abierto al que se le da bien hacerse un hueco e instalarse;
El trabajo de campo del buscador de la verdad que termina meditando en un
ashram de la India o en un monasterio tibetano durante
¿Qué diferencia hay entre el testimonio de Geertz y los años, o del místico que, como el Don Juan de Carlos
periplos y relatos de viajes antes mencionados? Sin duda, Castaneda, encuentra su «rincón»? Existe una diferencia.
Geertz narra una aventura, y lo hace con cierto sabor li- El antropólogo no puede limitarse a rondar por ahí o a
terario, pero el resultado es diferente y también lo es el ser absorbido. También debe registrar, describir, analizar
130 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 131

y, finalmente, formular lo mejor que pueda las cosas que popularizada por el cristianismo fundamentalista, se «nace
ha aprendido, cualesquiera que sean. Esa formulación es de nuevo». Al igual que Saúl en el camino de Damasco,
el resultado del trabajo de campo: la etnografía. San Agustín o Lutero, el converso experimenta una trans-
formación espectacular; la venda se le cae de los ojos,
contempla un mundo renovado; en realidad, vive en uno
EL TRABAJO DE CAMPO Y LOS RENACIDOS: UN TESTIMONIO nuevo, porque ha nacido otra vez, no es la misma per-
sona.
Cuando se viaja para tener aventuras el enfoque es exter- La analogía de la conversión quizá sea demasiado exa-
no: se trata de encarar penalidades físicas, sensaciones de gerada, pero quien realiza trabajo de campo sí experimen-
peligro y lugares extraños. Los viajeros que más lejos han ta cierta transformación interior. Sufre un «choque cultu-
ido desde el punto de vista físico, los astronautas, no des- ral» cuando llega al lugar de estudio y otro de signo contrario
tacan por haber sabido expresar con elocuencia el signi- al volver a casa. Durante el trabajo tiene encuentros re-
ficado interior de su viaje, y las aventuras que, como el veladores que hacen añicos sus presupuestos de toda la
montañismo, comportan peligros físicos, giran más so- vida. Como decimos nosotros, poco a poco se va «acul-
bre la ingeniería que sobre la poesía. Sin embargo, los re- turizando», lo cual significa que desarrolla cierto grado
latos introspectivos de viajes constituyen un importante de identificación con la cultura y el grupo nuevos, que
género literario. Los alemanes tienen un término para de- con mucha frecuencia le lleva a pensar en ellos como «su
nominarlo: Bildungsroman o «novela formativa»; la obra pueblo»; en cierto modo, participa en sus vidas con más
Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, de Goethe, es intensidad que en las de los amigos con los que ha creci-
un famoso ejemplo: narra las andanzas de un adoles- do, en parte porque está poniendo todo su ser en apren-
cente mientras va madurando. Esos relatos combinan el der a conocerlos y no en dividir sus energías en diversas
movimiento de un sitio a otro con la indagación interna, empresas, como le ocurre en la vida normal en su propio
la búsqueda y la maduración a través de una conciencia país. Puede que, si persiste en la antropología, pase el
y comprensión crecientes. El viaje no sólo amplía sino resto de su vida haciendo interpretaciones basadas en
que «profundiza». este primer trabajo sobre el terreno. Ese relato es como el
El trabajo de campo también es un rito de paso. Se testimonio de una revelación religiosa: es la historia de la
dice que la experiencia sobre el terreno transforma radi- experiencia que tiene uno mismo al convertirse. El len-
calmente al sujeto; es como el psicoanálisis, como un la- guaje es diferente; el converso habla de sí mismo y de
vado de cerebro, pero también es una iniciación ritual Dios, el antropólogo y su etnografía hablan de personas,
que, mediante pruebas terribles y profundas percepcio- pero la descripción de cómo «son ellos» suele revelar
nes lleva al iniciado a un nuevo nivel de madurez. Se mucho de «quién soy yo».
puede establecer un paralelismo con la experiencia de la Dado el carácter formativo de la experiencia sobre el
conversión religiosa en la que, utilizando una expresión terreno, no es sorprendente que para la disciplina uno
132 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
132

no sea prácticamente antropólogo, al menos en la rama que recuerdo es la de la desorientación. En ese «año que
de antropología sociocultural, hasta que no ha pasado vivimos peligrosamente», las inestables circunstancias
por ella. La situación, en este sentido, es análoga a la del económicas y políticas, así como las impredecibles situa-
médico en prácticas, aunque quizá se acerque más al com- ciones vitales, fueron perturbadoras para nosotros y
bate en el ejército; la experiencia es en parte entrenamien- también para los indonesios, hasta un punto que resul-
to y certificación, pero es aún más un rito de paso que ta dificil transmitir a quienes dan por hecha la sorpren-
ceremoniosamente confirma la propia idoneidad. dente estabilidad de los órdenes occidentales.
tse es el ideal. La realidad varía según las circunstan- Esas circunstancias las compensaban la tolerancia y la
cias y los antropólogos se divierten incesantemente los amabilidad de muchas personas, empezando por la no-
unos a los otros, cuando no a los demás, compartiendo table madre de la familia javanesa con la que vivíamos.
sus propias «batallitas» sobre el trabajo de campo. Mi Esas atenciones constituyen un penetrante recuerdo,
propia experiencia inicial en este sentido pone de mani- arruinado por la sensación de culpa y de remordimiento
fiesto algunos elementos del rito de paso. que deja el hecho de que mi impulso un tanto implaca-
El objetivo (según se enunciaba en el proyecto de in- ble de recogida y análisis de datos obstaculizara en oca-
vestigación presentado para obtener fondos que cubrie- siones los vínculos humanos. El año fue intenso, aunque
ran la empresa) era aprender cómo se transmitían los aparentemente careciera de una «conversión» totalmen-
valores nacionales al pueblo llano indonesio. Para inves- te espectacular. Había tenido empleos que conllevaban
tigar este asunto me fui a Indonesia en septiembre de tareas manuales, esfuerzo intelectual y sensibilidad so-
1962, acompañado por mi esposa, que no era antropólo- cial, pero el trabajo de campo exigía todo eso, y en un
ga. Me quedé un año, durante el cual nos expusimos a entorno extraño. A veces, nuestras relaciones humanas
dos cosas: en primer lugar, a ochenta y dos representa- fueron profundas e importantes pero, siguiendo las cos-
ciones de un drama popular indonesio conocido con el tumbres javanesas, también eran estilizadas y corteses;
nombre de ludruk; en segundo lugar, a las vidas de los sin embargo, siempre estuvieron plagadas de tensiones y
indonesios en cuyo medio adquiría sentido dicha fun- sacrificios, por su parte y por la nuestra. Hay quien rela-
ción. Los contextos de la «observación participante» ta momentos dramáticos en los que la nueva cultura los
iban desde el barrio de chabolas en el que vivíamos a la par- agarra y conmociona, echando por tierra sus principios.
te trasera de la furgoneta de la troupe del ludruk en la que Mis interpretaciones se desarrollaron de forma más gra-
viajé en una ocasión. El año no careció de aventuras y dual (aún siguen haciéndolo, ya que uno de los miem-
penalidades en el más puro sentido físico: piojos, el hú- bros de esa familia javanesa vive ahora cerca de nosotros
medo hedor de una barriada tropical e incidentes como y es amigo nuestro).
una erupción volcánica o los mordiscos de un perro Los resultados tangibles del trabajo de campo estaban
rabioso (aunque tuvimos la suerte de no contraer ningu- hechos de notas (unas 600 páginas a un espacio, teclea-
na enfermedad grave). La principal sensación negativa das de mala manera en una máquina de escribir portátil),
134 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 135

cintas, fotografias, artículos y libros. Esta prosaica afir- ría de las culturas tiene su atractivo, sino en la propia
mación nos recuerda que el trabajo de campo se basa naturaleza de la labor sobre el terreno. En la sociedad
tanto en el método como en la experiencia. En su inte- moderna, la mayoría llevamos vidas limitadas: hacien-
rior puede albergar el rito de paso y la experiencia de do nuestro trabajo, cumpliendo con nuestras rutinas. Se
una conversión, la transformación del yo y el aprendiza- podría decir que participamos en la vida social de ma-
je de maneras de profundizar. Sin embargo, cualquiera nera activa y enfática sólo a tiempo parcial y a deshoras.
que sea su componente subjetivo, también es un méto- En el trabajo de campo uno se compromete a dedicarse
do, de índole incluso científica, que, mediante la descrip- exclusivamente a la vida del grupo nativo. Esto puede ser
ción, trata de caracterizar la forma de vida de otras per- enormemente agotador, pero también estimulante. La
sonas. participación en dicho grupo, pese a la insuficiente com-
prensión de la cultura, a veces alcanza una profundidad
considerable. ¡No es extraño que algunos se conviertan
PARTICIPACIÓN Y OBSERVACIÓN en nativos! Sin embargo, al fin y al cabo, el trabajo del
antropólogo no se limita a experimentar el grupo o si-
Se decía que el poeta Goethe mantenía romances con el quiera unirse a él, sino a analizarlo y comprenderlo. Para
expreso propósito de poder escribir sobre ellos, pero sin alcanzar ese objetivo, el participante debe seguir siendo
dejarse consumir por los mismos (de hecho, terminó to- observador.
mando como compañera a una mujer de una clase so- Desde un punto de vista práctico, el trabajo de campo
cial inferior, como para mantener las distancias). Parte es bastante dificil. Resulta casi inevitable contraer enfer-
de esa psicología será sin duda aplicable al antropólogo, medades causadas por bacterias e insectos, y también
pese al desbordante gregarismo que puede mostrar su sufrir incomodidades, ya sea por dormir en lugares ex-
temperamento. Su tarea exige tanto implicación como traños, por tomar comidas peculiares o simplemente por
desapego, entrada y salida. Debe organizar el compro- vivir en la pobreza, renunciando a accesorios familiares
miso de modo que su participación sea también obser- hasta un punto que pocos viajeros podrían imaginar.
vación. La tradición abunda en relatos de antropólogos Hay peligros y, de hecho, algunos antropólogos han
que se han convertido en nativos: parece ser que el joven muerto sobre el terreno, aunque generalmente por acci-
estudiante de Oxford, Noone, se casó con una mujer de dente y (en contra de la impresión que proporcionan
la tribu malaya de los ulu y que ningún occidental volvió esos dibujos animados que muestran a caníbales po-
a verle más, a pesar de la larga búsqueda emprendida por niendo en el caldero a sus visitantes) muy pocas veces a
su hermano. Kurt Onkel se integró en una tribu brasile- manos de los nativos; sin embargo, en lineas generales,
ña y se convirtió en Nimuendaju. Quizá cualquiera que los antropólogos han sido tratados con un grado de
haya hecho trabajo de campo ha sentido la tentación de amabilidad y tolerancia notable. Los obstáculos buro-
hacerse nativo. La razón no sólo radica en que la mayo- cráticos —conseguir financiación, visados y permisos, así
136 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 137

como el simple hecho de llegar al destino— son frustran- ámbitos de estudio como funcionarios o ciudadanos de
tes. Los impedimentos físicos y políticos a veces son ex- imperios coloniales. El método etnográfico aún refleja
tremos: pensemos en el trabajo realizado entre grupos la posición del etnógrafo en el mundo: como heredero
nómadas de la selva, como los siriono y los penan; o el de la dominación colonial. Aunque en la actualidad los
que tiene lugar en entornos árticos, entre esquimales y etnógrafos puedan luchar por defender a la gente que
lapones; o en lugares en guerra, como Irán, Argelia o estudian, lo hacen desde la posición de poder que les ha
Vietnam; o entre grupos como la mafia y bandas calleje- otorgado la historia.
ras de Chicago y Nueva York. Lo normal es que uno ten- Esta conciencia ha variado la clase de asuntos en los
ga que aprender uno o más idiomas, que en algunos ca- que inciden los etnógrafos durante el trabajo de campo.
sos tienen un complicado sistema fonético y gramatical, Ya no basta el análisis etnográfico de un todo cultural,
radicalmente distinto del materno y que quizá no se haya estudiado de forma aislada o en comparación con otras
estudiado o escrito hasta el momento. Esos obstáculos culturas del mundo. Del mismo modo que un fotógrafo
prácticos imponen limites que, por lo menos, son exter- puede cambiar de lentes para captar la amplitud de un
nos. Lo ingrato del trabajo de campo es la conjunción de paisaje o los detalles minúsculos de una escena, los etnó-
exigencias exteriores y psicológicas. En un enclave remo- grafos tratan de captar las fuerzas que envuelven a las
to y en una situación físicamente penosa hay que lidiar culturas en los ámbitos local, nacional e internacional.
con problemas de comunicación interpersonal y de defi- Es preciso tomar por separado las desigualdades y dife-
nición íntima que muy pocos enfrentan en su vida coti- rencias de acceso al poder existentes entre los miembros
diana. Lo más difícil, algo realmente irresoluble, es el di- de un grupo cultural, con el fin de observar cómo parti-
lema de ser a un tiempo participante y observador, de cipan en la producción de la «cultura». Y como el etnó-
estar tanto dentro como fuera, comprometido pero dis- grafo también tiene una posición sobre el terreno, para
tanciado. estudiar la panorámica completa hay que incluirle tam-
bién a él. Muchas etnografías retratan al etnógrafo como
un agente visible y político dentro del proceso del traba-
IMPLICACIÓN Y POSICIÓN jo de campo.
Uno de los efectos deseados de la inclusión del propio
La tensión existente entre la implicación y el desapego etnógrafo en el estudio etnográfico es que se evita la
se convirtió en una importante preocupación para los «trampa omnisciente» que supondría hacer observacio-
etnógrafos de finales del siglo xx. Una de las consecuen- nes que dieran la impresión de haber salido de alguna
cias de dicha tensión fue que les recordó la historia co- ciencia todopoderosa. Un ejemplo de ello es la tendencia
lonial de su disciplina. Se ha criticado a la antropolo- etnográfica, hoy anticuada, de describir a los seres hu-
gía, acusándola de hijastra del colonialismo, porque, con manos en un tiempo presente de aire eterno: «los nuer
frecuencia, los primeros antropólogos accedían a sus hacen X», como si siempre fuera así y no únicamente en
138 LA LehrrE ANTROPOUSGICA 2. MÉTODO 135

una ocasión que fue anotada por un determinado etnó- No obstante, pese a las críticas, cuando comparamos
grafo. Esto es problemático porque no presenta a las la antropología con otras áreas de estudio que acaban de
culturas estudiadas como participantes activas en un descubrir la importancia de la cultura y las interconexio-
mundo en cambio. En realidad, finalmente, el poner de nes existentes entre las culturas del mundo, está claro
manifiesto las condiciones temporales, politicas y físicas, que nuestra disciplina sigue siendo la única que sitúa en
así como las ventajas y condicionantes individuales del el centro de su metodología la técnica del trabajo de
momento en el que se realiza el trabajo de campo pro- campo. Aunque otras materias puedan estar orientándo-
porciona una mayor precisión. El llamado «giro reflexi- se hacia la dimensión global de su objeto de estudio y
vo» de la etnografia no sólo supone la inclusión de más aunque la antropología analice cada vez con más fre-
elementos locales, así como de la historia y la política cuencia el «primer mundo», sigue siendo la disciplina
generales del área estudiada, también conlleva la inclu- más versada en el trabajo de campo etnográfico. Los an-
sión del papel que tuvo el etnógrafo al asistir a determi- tropólogos saben que la clase de conocimiento que se
nados momentos. Revelar la especificidad histórica del adquiere viviendo largos períodos con la gente que pro-
momento estudiado es señalar que la cultura nunca es duce o experimenta la cultura que ellos analizan no se
estática. Además, un análisis más explícito de la singula- puede lograr con ningún otro método. Otras disciplinas
ridad de ese momento ejemplifica la producción históri- están descubriendo los beneficios metodológicos de la et-
ca de la propia cultura. Por otra parte, el antropólogo nografía, pero ninguna se la exige a sus expertos con la
puede participar también en la producción de cultura. rutinaria insistencia de la antropología. Ninguna precisa
Su investigación la lee la misma gente sobre la que escri- un trabajo de campo como el que experimentan la ma-
be. Esta interacción puede confirmar o poner en entredi- yoría de los antropólogos.
cho las ideas locales sobre una cultura e influir en las El trabajo de campo antropológico es uno de los mé-
vidas de los individuos sobre los que escriben los antro- todos más radicales que existen para aprender sobre los
pólogos. demás. Conlleva meses o años de intensa implicación en
Sin embargo, algunos critican este giro de la investiga- vidas ajenas. Comporta soledad, confusión e importan-
ción y los textos etnográficos. Ciertos expertos son acu- tes incomodidades. Es desconcertante, puede poner la
sados de pasar tanto tiempo escribiendo sobre sí mismos vida en peligro y no es en absoluto romántico. Por lo
y la historia personal que les llevó hasta la disciplina y la tanto, los antropólogos suelen mostrarse escépticos ante
experiencia sobre el terreno, que el lector aprende más compromisos más informales. Resulta útil, por supues-
sobre ellos que sobre la población o fenómeno que de- to, asistir a representaciones artísticas o unirse a formas
cían estudiar. Como dice un chiste: ¿Qué le dijo el jefe de empaquetadas de conocer «otras culturas» (normalmen-
la tribu al antropólogo después de una larga tarde con- te, sesiones interculturales o viajes organizados, protegi-
versando? «Pero dejemos de hablar de ti, hablemos aho- dos, cortos y confortables), pero son formas limitadas de
ra de mí». acceder al conocimiento cultural. Los antropólogos te-
140 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 141

men que esos métodos, al carecer del esfuerzo del traba- Los antropólogos, al tiempo que se hacen más «visi-
jo de campo, que conlleva rigor metodológico y sufri- bles», tanto en la experiencia etnográfica como en sus
miento personal, conduzcan a una experiencia romántica escritos, también pueden verse más comprometidos, ac-
o ideológica de las culturas, que las muestre pintorescas, tuando en defensa de aquellos a los que estudian. Con
heroicas u oprimidas. Esos enfoques conjugan romanti- frecuencia, los etnógrafos se implican en la defensa de
cismo y comodidad. La antropología, casi de manera los derechos humanos, de salud y políticos de sus infor-
perversa, trata de combinar realismo y máxima incomo- mantes. Esto también conlleva reflexividad o elimina-
didad. Trastornar la propia vida forma parte del rito de ción de las pretensiones de neutralidad y objetividad.
paso que proporciona entendimiento. Ninguna otra dis- Las cualidades que hacen única la investigación antro-
ciplina rinde homenaje, o siquiera tolera, esta forma de pológica atraen a expertos de otras disciplinas, en par-
recogida de conocimiento. Donde algunos desean res- ticular a los que estudian el género y a la mujer. Muchos
puestas inmediatas, los antropólogos dudan de la validez han pensado que la antropología es una ciencia menos
de cualquier conocimiento adquirido con facilidad. Pese fría y distante que la basada en encuestas u otros tipos de
a las muchas críticas que ha recibido y podría recibir la investigación. Los hay que creen, además, que la etnogra-
antropología, y pese a las virtudes que se atribuyen inci- fía, sobre todo cuando la practican las mujeres, de las que
pientes disciplinas que compiten con ella, los antropólo- se da una visión estereotipada en la que aparecen como
gos están, con razón, orgullosos de la herencia del traba- más apasionadas, comprensivas y afectuosas, puede ser
jo de campo y de lo que les ha enseñado. más reveladora porque se centra en conocimientos y sen-
El método comparado complementa el trabajo de cam- timientos basados en la experiencia. Se creía que el hecho
po, del mismo modo que el universalismo complementa de que las mujeres estudiaran a las mujeres alteraba su po-
el particularismo. En el método etnográfico comparado, el sición como objetos de investigación explotados. En con-
etnógrafo analiza muchas culturas relacionándolas con las creto, Judith Stacey adoptó esta filosofía para su estudio
demás, en lugar de centrarse en una determinada cultura o sobre las transformaciones familiares en Silicon Valley. Sin
situación. Al igual que el trabajo de campo, el método embargo, cuando terminó su investigación, esas premisas
comparado es difícil. No es sólo una celebración de la va- la inquietaban aún más. Al final, acabó teniendo la sensa-
riedad mundial, como la que se disfruta en las ferias gastro- ción de que los estudios que se basan en profundas rela-
nómicas o en los festivales internacionales. Esos escenarios ciones personales y en la confianza enmascaran una for-
pretenden unir las diversidades, pero también presentan ma de explotación aún más acusada y peligrosa que las
una mezcla a menudo confusa. El método comparado es formas de investigación social convencionales. Se dio
más analítico. Pretende reducir esa mezcla a pautas y prin- cuenta de que los sujetos estudiados corrían un riesgo al
cipios. Intenta cribar las similitudes y diferencias que hay revelar partes íntimas de su vida, de una forma que podía
entre las culturas comparadas, y comprender lo que signi- afectarles directamente. Stacey señala que ese tipo de estu-
fican para quienes participan de ellas. dio genera realmente un conocimiento más profundo y
142 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 143

más matizado de las personas y los contextos, que no se El trabajo social


puede lograr a través de ningún otro método, pero que Las misiones
se paga un precio por ello. La administración
La preocupación de Stacey se hace eco de las de mu- La niñez, la amistad y el hecho de ser padre o madre
chas generaciones de etnógrafos y se refleja en varias re-
peticiones de códigos éticos realizadas por la Asociación Todas estas actividades se parecen al trabajo de campo,
Estadounidense de Antropología y por otras organiza- pero ninguna presenta su característica combinación de
ciones, y también está presente en reflexiones íntimas in- participación y observación. Al comparar el trabajo sobre
dividuales. ¿Cómo se logra un mejor equilibrio entre el el terreno con esas actividades —en muchos casos familia-
conocimiento y las relaciones humanas? ¿Acaso el apren- res para nosotros— comprendemos mejor su carácter sin-
dizaje obtenido justifica la intrusión en una vida? ¿Es im- gular. La exploración, a primera vista afín al trabajo de
portante que ese aprendizaje tenga un fin primordial- campo, no precisa de tanta implicación en la cultura local.
mente académico o que vaya destinado al gran público? Para el explorador, llegar al destino supone más de la mi-
¿Qué ocurre si conduce a un cambio creativo o destruc- tad de la empresa y quedarse allí está realmente fuera de
tivo? Todo esto demuestra que el trabajo de campo no es lugar. Las grandes exploraciones de Occidente, ya sea la
neutral, ni en su relación con el etnógrafo ni en la que búsqueda de la India por Colón, las expediciones británi-
mantiene con las personas estudiadas. cas al Nilo, la travesía del Beagle, el viaje de Perry al Ártico
o los proyectos espaciales estadounidenses y rusos, tienen
como objetivo el descubrimiento y la exploración de luga-
El trabajo de campo y otras tareas afines res en los que pocos occidentales o seres humanos, quizá
ninguno, han estado antes.
Pensemos en la siguiente lista de actividades; ¿hasta qué Se precisa un gran despliegue tecnológico y, en conse-
punto puede compararse cada una de ellas con el trabajo cuencia, también equipos humanos numerosos, que van
de campo? desde porteadores nativos a técnicos, pasando por inge-
nieros y científicos. El propio viaje es una actividad to-
Exploraciones talmente absorbente, de hecho más prioritaria que la
Excavaciones recogida de observaciones, aunque el cuaderno de bitá-
La historia cora y el diario de navegación (o los comentarios ocasio-
El folclore nales que va haciendo el astronauta y que se retransmi-
La literatura ten a los espectadores televisivos) sí tienen su lugar. Una
El periodismo vez alcanzado el destino, el equipo suele permanecer en
El espionaje él muy poco tiempo y se mantiene unido, quizá convir-
El psicoanálisis tiendo el navío o la aeronave en su casa. La información
144 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 145

se recoge con bastante desapego, y la anotación de cos- radio reducido, con el fin de hacer otras catas, lo cual
tumbres —si se hace— tiene lugar al tiempo que se recaban diferencia esta actividad de la expedición; sin embargo,
datos geológicos, florales y animales. (De hecho, gran la psicología de la búsqueda es similar, porque el que
parte de las primeras informaciones etnológicas las re- busca no puede sino mantenerse distanciado de los ob-
cogieron naturalistas. Alfred Wallace, por ejemplo, no jetos que quiere conocer. Es imposible conversar con
sólo compartió con Charles Darwin la formulación de la ellos; las cosas que se extraen tampoco pueden hablar, a
teoría de la evolución, sino que también reunió muchos no ser que se utilicen instrumentos como la espátula, la
datos etnográficos y naturales de Indonesia y Malasia.) criba, el laboratorio y otros utensilios del oficio de ar-
En paralelo a la recogida de muestras geológicas, zooló- queólogo. Aunque la tecnología actual puede colaborar
gicas y botánicas va la de las muestras etnológicas, que poderosamente en la comprensión de la cultura del pa-
serán expuestas en museos. A su regreso a Oxford, sir sado que reflejan los artefactos, el arqueólogo, a menos
Edward Tylor trajo consigo artefactos y conocimiento, que tenga una máquina del tiempo, no podrá participar
de lo que da fe un tótem de varios pisos de alto con su directamente en dicha cultura.
nombre, que se exhibe en el Museo Pitt-Rivers de la lo- La historia, que comparte rasgos de la etnografia y de
calidad. Avanzado el siglo xx, la expedición siguió siendo la arqueología, se parece a la segunda porque busca su
el modelo adecuado para la investigación etnológica. Y información sobre los muertos no en cosas sino en do-
la tradición no ha muerto, porque la mantienen viva la cumentos. En consecuencia, el compromiso del analista
Sociedad Geográfica Nacional de los Estados Unidos y con su objeto de estudio se ve necesariamente restringi-
los clubes de exploradores de este país, así como los de do. Una excepción es la disciplina denominada «historia
Gran Bretaña y otras naciones. oral», en la que se entrevista a personas vivas con el fin
Las excavaciones arqueológicas comparten muchas de conocer su pasado. Incluso en este caso, lo típico no es
características con la expedición exploradora. La excava- esa implicación prolongada en la vida de una comuni-
ción también precisa de un equipo que organice elabo- dad que caracteriza el trabajo de campo etnográfico; por
radas tecnologías y del mismo distanciamiento respecto el contrario, el individuo es entrevistado fuera del con-
a los nativos una vez que se llega al enclave fijado, porque texto de su comunidad en ese pasado y su testimonio
el interés primordial no reside en la vida de los habitan- oral, mediante tecnologías como la grabadora y el orde-
tes sino en la de sus ancestros muertos. (Ese distancia- nador, se transforma en un documento escrito.
miento no tiene por qué ser absoluto, porque en las El folclore se parece a la historia oral —de hecho, fue
actuales investigaciones arqueológicas de la llamada et- uno de sus modelos—, pero tradicionalmente ha conlle-
nohistoria se busca la ayuda y la comprensión de los na- vado una mayor implicación del folclorista en la cultura
tivos vivos, aunque el objetivo siga siendo más compren- cuya sabiduría desea registrar y comprender; pensemos
der las vidas pasadas que las actuales.) Una vez iniciada en grandes acopiadores de información como Cecil
la excavación, se realizan otros viajes exploratorios en un Sharp, de Oxford, que vivió y trabajó en los Apalaches en
146 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
147

una época en la que las condiciones de trabajo eran muy criptiva del periodismo literario que está pegado a la
primitivas. En cualquier caso, «recoger» sigue siendo la realidad pueden ser notables, como es el caso de A sangre
idea clave. Tradicionalmente, los folcloristas se han es- fría, de Truman Capote, que reconstruye el entorno y el
forzado por recoger, registrar y reproducir diversas ma- mundo de los asesinos de un famoso caso ocurrido en
nifestaciones: baladas, cuentos fantásticos, artesanía o —por Kansas. Mucho puede aprenderse de los lugareños a tra-
citar ejemplos contemporáneos— blues, brindis y diseños vés de los novelistas, como se aprecia al leer lo que escri-
de casas'. Para esta labor esencial de registro de manifes- bió Lawrence Durrell sobre Oriente Próximo, Anthony
taciones individuales —hechas por un cantante, un narra- Burgess acerca de Malasia, Pramoedya Ananta Toer so-
dor de cuentos, un tañedor de salterio o de banjo u otros bre Indonesia o García Márquez sobre la América tropi-
creadores populares—, la participación en la vida de la cal. Pero el literato suele trabajar de forma un tanto dife-
comunidad es secundaria. rente a la del etnógrafo. Al igual que éste, su implicación
La redacción de textos periodísticos y la literatura son puede ser profunda, pero normalmente sin el condicio-
actividades difíciles de caracterizar, porque están menos nante de tener que recoger información de forma siste-
relacionadas con las disciplinas académicas que con for- mática; de este modo, puede establecer una relación con
mas de percibir y describir cualquier cosa que se considere cierta persona o familia de la que desea extraer determi-
que merece la pena ver y escuchar. Pese a todo, pueden nada experiencia, que se convierte en el germen de su
señalarse ciertas coincidencias. El objetivo del periodismo trama. Lo normal es que el etnógrafo se vea impelido a
habitual de grandes titulares es «dar noticias». Como participar de una forma bastante equilibrada en diversas
mostró con humor Evelyn Waugh en ¡Noticia bomba!, esa situaciones, con el fin de proporcionar una visión holís-
labor puede situar al periodista en lugares exóticos, aun- tica de la comunidad y de su cultura, o de alguna faceta
que él no suela considerar necesario, o siquiera posible, de ésta. No se suele adoptar la perspectiva de un solo
entrar a formar parte de la comunidad local; lo normal personaje, grupo o experiencia, porque de lo que se trata
es que se desplace allí, consiga su reportaje y se marche. es de dar una visión de conjunto. Las obras literarias oc-
Su narración se limitará a reconstruir una cadena con- cidentales tienden a presentar las culturas exóticas como
creta de acontecimientos, como un golpe palaciego con- telón de fondo de las actividades de algún personaje o
tado a partir de la observación y de entrevistas, o a algu- pequeño grupo de personajes occidental; pensemos en
na opinión destacada, conseguida en un único encuentro los textos de Somerset Maugham o Joseph Conrad, o,
con algún famoso. incluso, en los de Lawrence Durrell o Anthony Burgess.
La literatura y el periodismo literario profundizan Pese al parecido entre sus tareas, la diferencia está clara.
mucho en el carácter de una cultura y de una comuni- Casi nadie ha conseguido escribir una obra que fuera, a
dad, así como en la experiencia de los individuos, pero un tiempo, literaria y etnográficamente superlativa.
no hay duda de que no se limitan a la pauta externa de ¿Qué decir de los espías? Con frecuencia se sospecha
un acontecimiento. El compromiso y la capacidad des- que el etnógrafo es uno de ellos, sobre todo en esta época
148 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
149

tan dada al espionaje; de hecho, hay casos en los que los del espionaje, en el psicoanálisis esa manipulación se
agentes de inteligencia se han hecho pasar por etnógrafos orienta a un fin aparentemente positivo, es decir, a la cu-
y otros en los que éstos han sido contratados por las ración. De hecho, algunos etnógrafos se han dedicado
agencias de inteligencia. Los etnógrafos que se encuen- profesionalmente al psicoanálisis y otros han incorpora-
tran viviendo en casas repletas de armas del IRA, siendo do las técnicas de la entrevista psicoanalítica al trabajo
vecinos de miembros del Vietcong o teniendo informan- de campo. Un ejemplo de ello es Geza Roheim, un discí-
tes que pertenecen a la mafia, prácticamente no pueden pulo de Freud que hizo esto con aborígenes australianos.
evitar enterarse de actividades consideradas ilegales por Las dos disciplinas se han combinado, como en el psi-
ciertas autoridades o de interés para uno u otro país. coanálisis que llevó a cabo George Devereux a un indio
Además, en algunas situaciones los etnógrafos tienen ne- de las praderas norteamericanas'. Aunque el psicoanalis-
cesariamente que moverse en círculos sospechosos para ta se parezca al etnógrafo en su intento de ahondar en la
hacer su trabajo o, simplemente, para sobrevivir. Al igual psique con el fin de desvelar pautas de comportamiento
que los nativos, pueden verse obligados, como mínimo, a implícitas, su técnica es diferente. En primer lugar, por-
recurrir al mercado negro o a entrar en algún tipo de co- que, según la práctica clásica y habitual, el médico no se
mercio ilícito. Sin embargo, si quieren mantener los prin- desplaza, sino que es el paciente el que acude a él, a su
cipios de su disciplina, los etnógrafos no pueden ser más oficina o a su clínica. Aunque el analista, mediante la
diferentes de los espías. Lo esencial para los agentes de «transferencia» y otras relaciones, puede implicarse pro-
inteligencia es hacerse pasar por lo que no son, para así funda e incluso apasionadamente en los problemas de
conocer secretos. Los antropólogos deben declarar abier- determinados pacientes, como tal analista no se relacio-
tamente sus objetivos a los implicados en su experimento na con una comunidad; mantiene su papel de médico y
de observación participante, deben explicar lo mejor que existen muchas barreras para protegerle del peligro que
pueden quiénes son y qué pretenden, y no deben engañar supondría para su identidad el hecho de que fuera ab-
a los informantes ni obligarles a divulgar lo que no quie- sorbido por un grupo extraño. Además, lo que induce al
ren divulgar. Todo el mundo conoce casos de etnógrafos paciente a hablar con el analista es su deseo de curarse,
que no se han ajustado del todo a esa fórmula, y hay si- mientras que el informante nativo puede no tener esa
tuaciones en las que resulta difícil cumplir todos sus re- motivación concreta cuando habla con el antropólogo,
quisitos, pero los principios están claros. Espiar es una aunque la oportunidad de hablar de la propia cultura
actividad manipuladora, mientras que la etnografía se puede proporcionar cierta capacidad de interpretación y
basa en compartir, al menos en principio. cierta objetividad. Como el psicoanalista es un curador,
El espionaje, cuyo objetivo es explícitamente manipu- su relación con el paciente no es la del que busca el cono-
lador y negativo, tiene un parecido con el psicoanálisis: cimiento de éste, sino la de alguien que pretende cam-
en ambos casos se extrae de los individuos información biarlo; el etnógrafo ocupa la posición del . 1ue aprende,
que éstos conscientemente desean retener. A diferencia del que estudia lo que la cultura enseña.
150 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 151

El trabajador social y el misionero se parecen al médi- men alimentos enviados desde sus países de origen y
co en el sentido de que su propósito es hacer el bien, dar tienen empleados y asistentes que les protegen de todo
ayuda y, quizá finalmente, salvación religiosa. Lo normal contacto local.) Sin embargo, cualesquiera que sean sus
es que los trabajadores sociales estén más recluidos en situaciones concretas, las relaciones de los administra-
sus oficinas. Los misioneros se mueven sobre el terreno dores tienen que regirse necesariamente por las tareas
durante períodos más prolongados y con un compromi- que deben cumplir y, en consecuencia, ellos deben res-
so íntimo mucho mayor que el de ninguno de los otros tringir su implicación en la vida local.
personajes que hemos abordado; de hecho, gran parte de En el extremo opuesto del desapego están los papeles
la mejor etnografía la han realizado misioneros. En todo de niño, amigo y padre o madre. El etnógrafo represen-
caso, los trabajadores sociales, los misioneros y otros tará los tres a la vez, o algo parecido. Inicia el trabajo de
profesionales se atienen a un propósito que no se limita campo como un niño, que desconoce la nueva cultura o
a aprender de los nativos, sino que pretende cambiarlos situación, y debe aprender trabajosamente el idioma y la
y transformarlos. Siempre que se mantenga ese objetivo, forma de vida de los nativos. Al mismo tiempo, a veces se
habrá que restringir la disposición a aprender del nativo; le trata como a un padre, porque suele proceder de una
pero un objetivo científico también estrecha la percep- sociedad más rica que la de aquellos a los que investiga
ción y, probablemente, el desapego del misionero sea (lo que se ha denominado en inglés studying up —trabajo
menor que el del científico «objetivo». de campo entre las élites— es algo infrecuente en antro-
Los administradores, al igual que los médicos, los tra- pología). Quizá a causa de los sesgos igualitarios de la
bajadores sociales y otros profesionales, tienen un fin cultura occidental y, sobre todo, de la estadounidense, el
práctico hacia el que orientan sus relaciones con la cul- objetivo de muchos trabajadores dé campo es convertir-
tura local. De hecho, como les ocurrió a los misioneros, se en algo parecido a un amigo. Al que investiga sobre el
los administradores coloniales a veces se hicieron gran- terreno le gustaría ser tratado como un igual, un compa-
des expertos en su ámbito local y proporcionaron valio- ñero, y que aceptaran su conocimiento del idioma y de la
sas informaciones; en términos generales, esto suele ser cultura, sin considerarle un extranjero poderoso o una
menos frecuente en los trabajadores actuales de los de- carga absurda. Desde el punto de vista meramente fisico,
partamentos de Asuntos Exteriores, que generalmente esa pretensión puede poner a prueba sus recursos; uno
son destinados a un lugar por períodos más cortos y con piensa, por ejemplo, en un fornido etnógrafo que esquió
barreras burocráticas más complejas entre ellos y los lu- 80 kilómetros al día a temperaturas bajo cero durante su
gareños. (Uno piensa, por ejemplo, en los funcionarios trabajo de cuatro años como pastor lapón, aprendiendo
de las embajadas de muchas de las capitales del mundo al mismo tiempo la cultura; o en aquellos que tratan de
que, en su mayoría, no hablan el idioma local, viajan en mantener el ritmo de vida de los indígenas andinos, que
vehículos con chófer, viven en barrios con sus compa- habitan a grandes altitudes. Las dificultades sociales son
triotas, mandan a sus hijos a escuelas especiales, consu- aún más complejas; quizá éstas puedan ilustrarse en par-
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
152 153

te mediante un sueño que, a mi parecer, refleja algunas Todas las técnicas de encuentro con otras culturas y
de las fuerzas e implicaciones contradictorias del trabajo de las situaciones catalogadas anteriormente poseen ins-
campo. trucciones para proteger a la persona del compromiso;
En ese sueño me topaba en una calle con un mendigo así es en las expediciones, excavaciones y actividades
del tercer mundo; su etnia era indeterminada, podría ha- prácticas, así como, de forma diferente, en el periodismo
ber sido mexicano o indonesio. Decidía poner algo de di- y la literatura, la historia y el folclore. Los etnógrafos lle-
nero en su caja de latón, pero no tenía nada. Así que de- van su propia armadura, aunque quizá sea más endeble.
positaba un billete y después trataba de coger algo de Cualquiera que sea el equilibrio entre implicación y
calderilla de la taza. Al hacerlo, mezclaba mi dinero con distancia en el que se basa la experiencia etnográfica, las
el del mendigo y no podíamos determinar qué era de pruebas están encima de la mesa. Al final, los etnógrafos
quién. Al final, renunciábamos a resolver el problema y, deben registrar las interpretaciones conseguidas y des-
para entonces, habíamos entablado conversación. ¡Me pués comunicarlas de algún modo. Nada es menos útil
revelaba que tenía mucho miedo de perder su dinero y (a menos que sean datos y cifras sin sentido) que regis-
que quería cambiarlo por cheques de viaje de American trar de cualquier manera recuerdos vagos sin llegar a dar
Express! Yo le indicaba que estaba sentado delante de un cuenta de ellos. No basta con volver a casa.
banco y le sugería que entrara en él y comprara los che-
ques. Él se resistía, diciendo que no aceptarían a un men-
digo en un sitio así, y me preguntaba si yo podía com- La interpretación
prárselos. Yo aceptaba y lo hacía, pero ahora todo su
dinero estaba en mi poder, porque él sólo podría utilizar DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN
los cheques si yo los firmaba. Discutíamos el problema y
él manifestaba que siempre había querido viajar, así que Al azar podemos distinguir dos aspectos de la investiga-
me sugería que nos fuéramos juntos de viaje. Inextrica- ción etnográfica: los datos y su significado. Los datos son
blemente enredado, me desperté. los hechos u objetos que el etnógrafo percibe y describe.
Cualesquiera que fueran los significados personales de Entre los ejemplos se encuentran una vasija o una casa,
ese sueño, expresan la clase de dilemas con que tropiezan un rito o alguna expresión hablada, un intercambio de
en sus relaciones sociales los que llevan a cabo trabajo de bienes o de cumplidos. Esos objetos y actos los perciben
campo. Aunque deseen fervientemente limitarse a ser los sentidos; se ven, escuchan, huelen o tocan.
buscadores objetivos de conocimiento, que comparten Son elementos que forman parte de conjuntos más
su búsqueda con los nativos en un plano igualitario, se amplios, entre los que se incluyen el entorno y la con-
verán envueltos en relaciones de poder y de participa- ciencia, tanto del actor como del observador. ¿Cómo
ción; en el sueño, comencé tratando de ayudar y terminé decide el etnógrafo que un trozo de arcilla es una «va-
enredándome en algo cuyo fin no se revelaba. sija» o que el hecho de que alguien entregue un objeto
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 155
154

a otra persona y reciba algo a cambio es un «intercam- Un pianista tocaba una pieza. «¿Qué significa?», le pre-
bio»? El etnógrafo categoriza y etiqueta esos actos y guntó un crítico. El pianista respondió simplemente vol-
objetos, y ambas actividades reflejan su propia situa- viendo a tocar la pieza. El artista y el músico expresan lo
ción y su conciencia, así como las de los actores. La mismo: una manifestación estética es ya una interpreta-
descripción también es interpretación, porque uno ca- ción. Lo mismo se puede decir de la ciencia, en la medida
tegoriza y etiqueta —de hecho, construye— sus datos in- en que una descripción científica es una manifestación
cluso cuando está «registrándolos». Además, es eviden- estética.
te que en esa construcción influye quién es el que la La imposibilidad de hacer una réplica exacta de la
realiza, es decir, su género, su clase y su contexto fami- realidad y, en consecuencia, la necesidad de interpretar
liar. incluso mientras se está describiendo, son cosas ciertas
La investigación etnográfica a veces se califica, con de- en todas las ciencias. De hecho, una de las definiciones
masiada ligereza, de «recogida de datos». ¿Por qué esta ayuda a captar esta realidad: un hecho es una percep-
denominación es demasiado simple? Porque el etnógra- ción que se tiene dentro de un marco de referencia. El
fo no se limita a recopilar hechos, como haría un botáni- observador-descriptor aporta al objeto observado sus
co con plantas o un arqueólogo con trozos de cerámica. propias teorías y preguntas, así como sus sesgos y actitu-
La mente del antropólogo no es ni un cubo ni una cesta, des implícitas, y todo ello forma un marco para sus per-
sino un reflector. Busca y recalca, percibe esto pero no cepciones.
aquello. Resume y construye «hechos» a partir del flujo Dentro de las ciencias, el etnógrafo tiene una situa-
de la experiencia. ción especial. Estudia a los seres humanos y, por tanto, lo
El antropólogo Rodney Needham narra la siguiente hace entre ellos. Debido a la imagen de laboratorio que
historia: tenemos del científico físico, nos lo imaginamos como
alguien frío y distanciado que no se implica en lo que
Se ha dicho (no recuerdo la fuente) que en una ocasión a Picas- manipula en sus experimentos. Este estereotipo es falso
so le reprocharon que distorsionara los rasgos humanos hasta incluso en las ciencias físicas, pero sí es cierto que la di-
hacerlos irreconocibles. Según sostenía su crítico, un retrato
debe ser igual a la persona retratada. Picasso ponía reparos, ferencia que hay entre el científico físico y sus objetos de
sugiriendo que la cosa no era tan simple; la idea de ser exacta- estudio no es la misma que existe entre el científico so-
mente igual a algo era un poco más difícil de lo que suponía su cial y los suyos. El dicho «para conocerlos tienes que ser
interlocutor. Entonces el crítico sacó una fotografía de su car- como ellos» tiene sentido cuando se trata de describir el
tera, se la mostró a Picasso y le dijo: «Ve usted, ésta es mi espo- estudio de los seres humanos, pero no cuando se habla
sa y así es». Picasso observó detenidamente la pequeña repro- de rocas o ácidos. En la etnografía, el desapego es impo-
ducción y preguntó, con aire de sorpresa: «¿Sólo así?». Con
firmeza, el crítico le confirmó que ella era exactamente igual a sible de mantener. El etnógrafo no puede dejar de impli-
la foto. «Vaya —dijo Picasso—, ¿no es un poco pequeria?». 9 carse —en diversos grados— en el encuentro humano que
constituye el trabajo de campo. En lugar de mantener las
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
2. MÉTODO 157
156

distancias, observando y registrando como si la cosa no nógrafo, del mismo modo que ocurre a la inversa: éste es
fuera con él, el etnógrafo destila su investigación de su un diálogo del que los etnógrafos sólo suelen tener el
propia experiencia en el flujo de la vida nativa. Incluso privilegio de escuchar una parte.
podría decirse que el etnógrafo y los nativos trabajan Evidentemente, el trabajo de campo no sólo se basa en
juntos para elaborar los datos y la interpretación que de- encuentros. También conlleva procedimientos sistemá-
nominamos etnografía. ticos. Con frecuencia, hay que aprender uno o más idio-
De hecho, en el trabajo de campo el encuentro y la mas, hacerse un plano de la comunidad, completar un
interpretación tienen lugar a ambos lados. A continua- censo de sus habitantes y determinar qué interrelaciones
ción parafraseamos algunos de los comentarios hechos genealógicas y facciones políticas existen. Según sea el
por un «informante» a unos trabajadores de campo so- enfoque de su proyecto, los etnógrafos pueden calibrar
bre otros colegas. Las observaciones, dirigidas a un com- las superficies, el rendimiento de las cosechas o el consu-
pañero y a mí mismo, y relativas a otros dos antropólo- mo de calorías por persona. Pueden hacer tests psicoló-
gos (que llamaremos Dick y Jane), las hizo un anciano gicos o llevar a cabo mediciones fisiológicas. Escucharán
baptista primitivo (llamémosle Jones) de la región de los infinidad de pistas sobre cosas intangibles: identidades
Apalaches, donde todos nosotros estábamos investigan- —politicas o sexuales—, creencias o ideologías. Sin duda
do. El anciano comienza diciendo: «Perdí a Jane en tomarán gran cantidad de notas sobre cualquiera que
Union [el nombre de la iglesia en la que ella estaba escu- sea su objeto observado, e incluso puede que lleguen a
chando un sermón de él], por el tema de si las mujeres informatizar o sistematizar de algún otro modo esos da-
son un tipo [símbolo] en la iglesia [ése era el contenido tos. Y, por supuesto, como nos recuerda la cita que abre
de su prédica]. Bueno, un día me llamó, tenía su taquito este capítulo, también tendrán que hacer preguntas. Pero
[para tomar notas]. ¡La pillé!». El viejo Jones pasa a rela- el encuentro humano, unido al sentido que uno puede
tar su discusión con Jane, en la que él le demostró por darle, sigue ocupando el centro de la experiencia etno-
medio de las Escrituras que el principal símbolo o «tipo» gráfica, y el etnógrafo puede llegar a implicarse enorme-
de la iglesia es el hecho de ser mujer. Después cambia de mente en las vidas humanas.
tema para hablar de Dick. Nos cuenta que no tardó en
tener la sensación de que Dick se casaría con Jane (algo
POSITIVISMO E INTERPRETACIÓN
que finalmente ocurrió). Después dice que le escribió a
Dick una carta para felicitarle, se deleita narrando cómo
le recordó su temprana intuición y que Dick le comentó «Positivismo lógico» es el nombre de una escuela filo-
en una ocasión: «Eres muy buen observador, Anciano Jo- sófica que surgió en Viena a comienzos del pasado siglo,
nes». No hay duda de que, sacada de contexto, esta con- pero, en términos más generales, es una forma de pen-
versación apenas tiene sentido para el lector, pero pone sar que aún sigue extendiéndose en la cultura occidental,
de manifiesto con qué atención observa el «nativo» al et- sobre todo en las ciencias. Explicado de forma sencilla,
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 159
158

el positivismo postilla que «ahí fuera», en el «mundo el interpretativo. Para recalcar la lógica característica de
real», existe un conjunto de hechos, independiente de cada uno de ellos nos servirá el contraste, un tanto exa-
nuestra percepción e interpretación. Cualquier conoci- gerado, entre el científico social positivista y el etnógrafo
miento científico debe basarse en esos hechos, y cuanto interpretativo.
más nos apartemos de ellos, menos fiable será nuestro El primero parte de una hipótesis. Para comprobarla
conocimiento; la teoría y la especulación son sospecho- lleva a cabo una investigación sistemática, a través de una
sas. Sin embargo, podemos formular hipótesis que hay encuesta, un experimento o un procedimiento similar.
que contrastar con los hechos mediante procedimientos Esa investigación genera datos que sirven para invalidar
rigurosos y sistemáticos que, si se siguen correctamente, la hipótesis o para, provisionalmente, confirmarla.
nos llevarán a rechazar las hipótesis falsas. El etnógrafo también puede seguir ese procedimiento
El propio positivismo ha evolucionado durante el úl- hasta cierto punto, pero, con frecuencia, las inesperadas
timo siglo, pero también han surgido puntos de vista realidades que hay sobre el terreno chirriarán. Se puede
opuestos. Para uno de ellos, que puede denominarse «in- iniciar el trabajo de campo con una pregunta o hipótesis
terpretativo», no existen hechos al margen de los percep- específica en mente, pero in situ uno encontrará algo que
tores; la definición que antes hemos dado —un hecho es ponga en cuestión el propio enunciado de esa pregunta;
una percepción que se tiene dentro de un marco de refe- uno se da cuenta de que es engañosa o irrelevante, des-
rencia— podría encajar en esta posición, porque el «he- pués, desvía la atención hacia el propio encuentro e in-
cho» se ve como una elaboración que refleja tanto la tenta darle sentido. En pocas palabras, en el trabajo de
perspectiva del perceptor como la del mundo que perci- campo la investigación suele comenzar con el encuentro,
be. Si esto es así, los procedimientos sistemáticos de los para luego pasar a la interpretación.
que son partidarios los positivistas no son tan objetivos Podría parecer que el modelo positivista sólo se dife-
como ellos presuponen, porque, cuando uno pasa de la rencia del etnográfico porque va de la idea a los datos en
teoría a la hipótesis y de ésta al hecho, no escapa de la teo- vez de partir de éstos para llegar a la idea. De manera
ría, porque esta última se halla implícita en nuestra for- más enfática, también podría parecer que ese modelo
ma de elaborar los propios hechos. El hecho y la teoría positivista es más racional, que se basa en la planifica-
son interpretación. ción, mientras que el otro es caótico. Se trataría de dar el
Ahora bien, dentro de la antropología y las ciencias salto. Ahogarse o nadar. Ser abandonado a la propia suer-
sociales se encuentran tanto la perspectiva positivista te o de dejarse llevar por el instinto. Pero las diferencias
como la interpretativa, cada una de ellas con múltiples son más profundas.
sombras y tonalidades. Sin embargo, simplificando, po- El modelo positivista es racional, pero su racionalidad
demos decir que el punto de vista dominante en las cien- está más definida por el observador que por el actor. Una
cias sociales —psicología, sociología y economía— es el vez aclarada la hipótesis, la racionalidad y la eficiencia
positivista y que en etnografía tiene mucha influencia dictan que la prueba se limite únicamente a los datos
2_ MÉTODO 161
160 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

un gran poder coactivo que anula las influencias exter-


relevantes. Por lo tanto, uno crea esos datos, los fabrica nas, entre ellas la del etnógrafo. ¿Acaso los actores, por
mediante un procedimiento que, en psicología, suele ser
no hablar de una enorme congregación de votantes, mo-
el experimento; en sociología, un cuestionario; y, en eco-
dificarían un rito para adaptarse a un solo etnógrafo,
nomía, diversas medidas estadísticas. cuando deben también complacer a los dioses? Por lo
El verbo «fabricar» resulta apropiado porque los ele-
tanto, el experimento o el cuestionario estandariza los
mentos recogidos suelen estar estandarizados, como en
datos para adaptarse a los criterios del observador, mien-
la producción en serie. En un experimento las pruebas se
tras que las formas expresivas lo hacen para ajustarse a
realizan repetidamente y en una encuesta se hace la mis-
los del actor. El etnógrafo puede aprovecharse de la es-
ma pregunta una y otra vez con el fin de reunir una gran
tandarización de los nativos atendiendo a los resúmenes
cantidad de datos. En cada caso se controla el estímulo
que ellos mismos han hecho de sus significados y ano-
para tipificar la respuesta del sujeto. Una vez registradas
tando los rasgos comunes que muestran sus formas. No
muchas respuestas para cada clase de estímulo, se puede
es una casualidad que los etnógrafos recojan palabra por
comenzar a analizar estadísticamente la relación entre
palabra rituales y ceremonias, relatos y canciones, así
estímulo y respuesta, así como otras pautas. como argumentos filosóficos o ideológicos. No se trata
En comparación con el experimentador o el analista
de una ociosa recogida de antiguas tradiciones sino de
de encuestas, el etnógrafo tiene un encuentro más próxi-
un análisis etnográfico bastante estructurado y preciso,
mo con los datos, tal como los produce el nativo en su
que se produce después de escuchar con atención la for-
comportamiento y conversación cotidianos, en sus ri-
ma que tiene el nativo de ser también estructurado y
tuales y en su trabajo, en sus conflictos y sus luchas. Sin
embargo, hay que hacer dos matizaciones a esta descrip- preciso.
Los datos fabricados por el nativo suelen ser más den-
ción, a menos que queramos aceptar la imagen del etnó-
sos y ricos que los elaborados por el observador. Es lógi-
grafo como esponja pasiva y amorfa que se empapa de co, no sólo porque el nativo sabe más de su vida que el
las particularidades de la experiencia exótica, y compa-
observador, sino porque su propósito es diferente. Lo
rarla con otro estereotipo: el del psicólogo o sociólogo
autoritario que impone sus categorías a su objeto de es- que pretende la encuesta o el experimento es simplificar,
tudio. La primera matización es que el etnógrafo real- excluir influencias o «variables» superfluas, yen un expe-
rimento ideal se controlarían todas las variables excepto
mente influye en su encuentro con el otro; está activamen-
la investigada. Cuando una pregunta es ambigua, no se
te implicado en la elaboración de sus datos. A su manera,
también es un experimentador. La segunda matización, sabe qué significa su respuesta. Cuando un experimento
es confuso, no se sabe qué variables causan el efecto. De
que a su vez atenúa la primera, es que los propios nativos
manera que, para ciertos objetivos, los datos deben ser
suelen estandarizar sus actos, expresiones y cosas. Sus
«escuetos», es decir, sólo deben referirse a la variable in-
rituales y ceremonias, relatos y canciones, así como otras vestigada. Pero la expresión de los nativos no es escueta.
formas de expresión y manifestaciones sagradas tienen
162 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 163

No se fabrica para responder a ninguna pregunta o para como las que pronostican los resultados electorales. Aho-
comprobar alguna hipótesis estrecha, sino para expresar ra bien, si se quiere hacer ese tipo de generalización, la
el ser del nativo. Las ceremonias y los rituales, los mitos muestra tendrá que ser representativa de la población.
y las leyendas, así 031110. la política étnica tienen un signi- No preguntaríamos a 300 miembros de una sola familia
ficado «denso»; se destilan para formar una plétora de o de una única iglesia para después extrapolar los resul-
valores, ideas y experiencias. El encuentro con esas for- tados a una población diversa. Temeríamos que las res-
mas es inevitablemente confuso, pero la confusa riqueza puestas de un miembro de un grupo pudieran influir en
del significado conduce a una comprensión más profun- las de otros o que todos compartieran algún rasgo no
da, siempre que ordenemos sus pautas y principios sub- característico del conjunto de la población, como el he-
yacentes. A este esfuerzo le llamamos interpretación. cho de pertenecer a la familia Smith, o ser musulmán o
Los datos etnográficos también son «densos» en otro católico. En lugar de eso, trataríamos de hacer una mues-
sentido. Deben extraerse de las complejas relaciones hu- tra aleatoria, lo cual no quiere decir azarosa, sino que
manas que antes hemos denominado «multiplex», las significa que se selecciona sistemáticamente, de una for-
cuales, entretejidas de forma densa y compleja, contras- ma no determinada por la pregunta que se desea plan-
tan con las relaciones «escuetas» o «uniplex», cuyas rami- tear (por ejemplo, no se seleccionaría una muestra sólo
ficaciones sólo alcanzan una restringida parte de nuestra de ricos o de pobres para pronosticar si la nación va a
vida. Pensemos en el contraste, antes mencionado, que votar por los republicanos o por los demócratas). En re-
existe entre la relación de uno mismo con un oficinista o sumen, el analista de encuestas evitaría precisamente las
técnico al que hasta entonces no se conocía en ninguna relaciones más apreciadas por el etnógrafo.
otra instancia, y la relación con un padre, una madre o La razón de esta diferencia radica en que el analista de
un cónyuge, o la que se establece con un amigo íntimo encuestas quiere soslayar factores confusos como las re-
o con un compañero de credo en una secta comunitaria. laciones «multiplex», mientras que el etnógrafo las bus-
Los etnógrafos suelen verse envueltos en esas relaciones ca porque las resonancias, los refuerzos y las pistas
densas y este énfasis tiene implicaciones para su mé- transversales que surgen del trabajo intenso en un grupo
todo. estrechamente interrelacionado enriquecen su com-
Para el experimentador o para el analista de encuestas, prensión de un determinado significado. Puede que al
la técnica de muestreo es clave. Hacer una muestra es final el etnógrafo no esté seguro de en qué medida su
seleccionar un gran número de unidades iguales pero grupo de estudio intensivo representa al conjunto de la
independientes. Pongamos que un encuestador pregun- población, pero tendrá un conocimiento más profundo
ta a una muestra de 300 personas si van a votar a los de- de los significados de dicho grupo. ¿Acaso aquí se trata
mócratas o a los republicanos. A partir de ella, hace una simplemente de saber «mucho de unos pocos» en lugar
extrapolación a todos los habitantes de la ciudad, país, de «un poco de muchos»? No es sólo eso. Lo característi-
estado o nación. Así se realizan encuestas de opinión co de la investigación etnográfica no es sólo su alcance
164 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 165

sino su calidad; la implicación activa en un grupo pe- —Hola, Bessie. Bessie, ¿te acuerdas del Sr. Hargrove?
queño supone que éste enseña al investigador, y ese tipo Bessie contesta:
de enseñanza difiere del análisis que se produce cuando —Sí me acuerdo —y luego se dirige al Sr. Hargrove y le
las respuestas se abordan de manera distanciada. pregunta—: ¿Cómo le va?
Debido a la riqueza del aprendizaje que se obtiene me- Hargrove contesta:
diante el método etnográfico, a veces éste se vende como —Soy lo bastante viejo como para decir «muy bien,
una forma excelente de descubrir significados y de pro- gracias».
fundizar en las cosas. Pero también se duda de su capaci- ¿Cómo se podría interpretar la respuesta del Sr. Har-
dad para verificar (o refutar) teorías, porque sus mues- grove? ¿Por qué no respondió simplemente «muy bien,
tras se limitan a un pequeño segmento de la población. ¿cómo está usted?» o «a mí muy bien, ¿y a usted cómo le
Una golondrina no hace verano y el análisis detallado de va?», o algo parecido? Me quedé desconcertado, pero no
un pequeño grupo no demuestra ningún principio uni-
versal. Sin embargo, un estudio pormenorizado puede
poner en cuestión de manera convincente las pretensio-
nes universales de una teoría y sugerir creativamente
1 me pareció muy correcto intervenir y preguntarle qué
quería decir; en cualquier caso, inmediatamente después
de emitir su críptico comentario se le llevaron a la con-
sulta en su silla de ruedas. El entorno es familiar y el
interpretaciones que la enriquezcan. Ésta es una de las idioma utilizado el inglés, pero el desafio se parece al que
aportaciones que puede hacer la interpretación etnográ- afronta el etnógrafo miles de veces cada día en lugares
fica al estudio de los asuntos humanos. exóticos al escuchar de pasada idiomas extraños: ¿cómo
debe interpretar lo que escucha y observa? Nunca podre-
mos saber exactamente lo que Hargrove quería decir,
UN EJEMPLO DE INTERPRETACIÓN: LA CONSTRUCCIÓN pero un ejercicio de interpretación puede servirnos para
DE LA MATERIA concretar parte de lo que se explica en términos abstrac-
tos acerca del propio proceso interpretativo.
A continuación se reproduce una conversación escu- En una situación así, resulta útil basarse en pautas re-
chada por casualidad. Entorno: la sala de espera de un lativamente claras que forman un contexto para la ac-
médico. Reparto: X, un hombre blanco viejo, ciudadano ción o la expresión que va a interpretarse. La situación se .
eminente de su localidad; Y, una mujer negra de media- enmarca en diferencias de edad y posiblemente de géne-
na edad, empleada de hogar de un conocido de X, más ro, etnia y clase social. Bessie y Jane son mujeres, Hargro-
joven que él; y Z, una mujer blanca más bien juvenil, que ve es un hombre. Jane y Hargrove son blancos, Bessie
conoce a X y a Y. A X le llamaremos el «Sr. Hargrove», a negra. Hargrove es un hombre conocido de la ciudad,
Y «Bessie» y a Z «Jane». Jane parece de su clase social, mientras que Bessie traba-
Jane y el Sr. Hargrove están sentados cuando entra ja como criada para alguien de la clase social de Hargro-
Bessie. Jane la saluda: ve. Éste es viejo, de casi noventa años, mientras que
166 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 167

Bessie tiene unos sesenta y Jane está cerca de los cuaren- negocian. La cultura se construye aquí mismo, sobre el
ta. Las diferencias de edad, etnia y clase se reflejan en la terreno, ante nuestros ojos. Simultáneamente, el etnó-
utilización por parte de Jane del nombre propio (posi- grafo, al registrar la conversación y el contexto (omitien-
blemente el apodo) de la mujer de mediana edad negra y do mil veces más cosas de las que registra), hace su pro-
del apellido del hombre mayor blanco. ¿Pero cómo se pia construcción, al tiempo que se esfuerza por darle
puede interpretar la respuesta de Hargrove a Bessie? sentido. Está interpretando.
Cualquiera que fuera su intención, la formalidad de sus El ejemplo, que en algunos sentidos se parece al traba-
palabras contrasta con la informalidad de las de su inter- jo de campo, difiere de él en otro. Aquí el etnógrafo es un
locutora. Además, él asocia su estilo formal con su avan- observador silencioso. No entra en la conversación. Ese
zada edad: «Soy lo bastante viejo como para decir "muy distanciamiento es posible en una sala de espera, uno de
bien, gracias"». ¿Acaso insinúa con malhumor que si es los peculiares escenarios actuales que permiten esa bu-
lo suficientemente viejo como para contestar formal- rocratizada alienación, pero eso no es lo habitual en el
mente, también lo es para que se dirijan a él de igual trabajo de campo antropológico. Imaginémonos que los
manera («¿cómo está usted?»), en lugar de utilizar el acontecimientos se desarrollaran como en una obra tea-
despreocupado «¿cómo le va?»? Si esta interpretación es tral. Supongamos que una ventisca les obligara a todos a
correcta, Hargrove manifiesta cierto tradicionalismo, rati- hacer noche en la sala de espera. En esa intimidad forzo-
ficando el valor que tiene el respeto hacia los mayores sa (y todo aquel que haya realizado trabajo de campo
frente a los valores opuestos de la cordialidad informal. Y podrá recordar con angustia muchos ejemplos pareci-
si es así, está confirmando valores o ideologías profunda- dos), probablemente el antropólogo entablaría conver-
mente arraigados. Recurre a tradiciones de honor y respe- sación con Hargrove, Jane y Bessie. La situación comen-
to, y quizá a un racismo y un machismo refinados, pro- zaría a parecerse al trabajo de campo, porque el antropólogo
pios de la cultura regional sureña de la que tanto Hargrove se implicaría: sería un observador participante en lugar
como su localidad forman parte. Aparte de eso, manifiesta de un mero observador y el contacto se tornaría en en-
valores humanos generales en lo tocante a las relaciones cuentro. Entonces, los significados no sólo serían mane-
entre jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, y respecto a jados por los actores sino por el antropólogo, que se
la importancia que tienen las formas, el lenguaje y el ritual convertiría, en ese sentido dual típico de su profesión, en
en la conducta civilizada. ¡A los javaneses esta actitud les actor-espectador.
parecería perfectamente comprensible! Fijémonos en cómo influye esa formulación en nues-
No hay que concederle demasiada importancia a esta tra comprensión de la naturaleza de la cultura. Hargro-
pequeña anécdota, pero sí se puede aprender de ella. ve, Jane y Bessie están construyendo cultura. Al mismo
Aquí, en la sala de espera de un médico, durante una bre- tiempo, el etnógrafo, a través de la interpretación, formu-
ve y críptica conversación, las premisas de la cultura son la una pauta cultural para encontrar un sentido a la
ratificadas, ofendidas y reafirmadas: en dos palabras, se conversación. La cultura no es algo fijo, sino una formu-
168 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 169

lación manejada, una definición activa que sirve para un cluso en el ámbito antiséptico y cómodo de la sala de
momento y una circunstancia, tanto para el actor como espera de un médico.
para el etnógrafo. La materia ya no está separada del mé-
todo, porque la construcción de la cultura forma parte
del propio trabajo de campo. La generalización
Por lo menos, así es como como la etnografía contem-
poránea suele verlo. Hubo un tiempo, en la época de sir La particularización en un extremo y en el otro la gene-
Edward Tylor, en el que la antropología sí tendía a consi- ralización: en comparación con otras ciencias sociales,
derar la cultura como una cosa, un objeto estático. La humanas y naturales, ésas son las dos caras de la antro-
cultura era una serie de costumbres que se plasmaba en pología. En uno de los extremos, el trabajo de campo
artefactos materiales que se recogían para exhibirlos conduce a la implicación con un grupo determinado y
en nuestros museos. También se componía de artefactos al aprendizaje del mismo. El etnógrafo se identifica con
mentales —creencias, valores, normas— que se mantenían ese grupo, que se convierte en «mi aldea», «mi tribu» o
relativamente constantes y que, a menos que alguna «mi pueblo», pero después se convierte en alguien que
fuerza exterior los perturbara, se transmitían intactos de constantemente dice no. Ante cualquier generalización
generación en generación. relativa a la conducta humana, estará tentado de seña-
Para muchos antropólogos, ésa es la perspectiva anti- lar: «mi pueblo no lo hace así». (Como dice el prover-
gua, que ahora se ha visto modificada por una mayor bio indonesio: «Lain desa, lain adat» ['otra aldea, otras
sensación de dinamismo. Según la nueva concepción, la costumbres']; el particularismo bloquea la generaliza-
cultura se parece más a nuestro ejemplo, a una cons- ción.) Posteriormente, después de haber sufrido una
trucción incesantemente manejada por los actores e especie de conversión a cierto modo de vida durante el
interpretada por el antropólogo. En cualquier situación trabajo de campo, el etnógrafo se puede parecer al evan-
—ya sea una conversación de cinco minutos o una so- gelizador que pasa su carrera predicando las verdades
ciedad que se mantenga durante siglos—, los actores de esa primera experiencia; todo lo que tiene que decir
luchan por imponer significados culturales y sociales al sobre la humanidad se basa en ella. Por otra parte, el
caos de la existencia. Lo que motiva esa lucha no es sólo etnógrafo puede llegar a fusionarse tanto con el idio-
la búsqueda de significado, sino una serie de fuerzas ma y la vida de su aldea, su tribu o sus amigos que sus
políticas, económicas y naturales; además, la cultura se descripciones al respecto sólo resulten inteligibles para
busca, no es sólo algo que nos viene dado. Por supues- él y para ellos.
to, esto es así especialmente en las inestables condicio- En el otro extremo, la antropología aspira a formular
nes del tercer mundo en las que los antropólogos cada generalizaciones globales. Los filósofos pueden enunciar
vez se han ido viendo más inmersos desde finales de la principios universales mediante una búsqueda íntima;
Segunda Guerra Mundial, pero la pauta es visible in- los psicólogos, haciendo pruebas y experimentos a estu-
170 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
171

diantes universitarios; pero el antropólogo proclama obstante, la comparación puede resultar instructiva. Al
que su generalización tiene una base más amplia: la po- hacerla se aprenden cosas de cada cultura o experiencia
blación mundial, no sólo la occidental, la civilizada, sino que no se captarían examinándolas por separado, y se
la que abarca todos los lugares y formas de vida. profundiza en diversos tipos de relaciones. A mayor es-
Se dice que, en relación con este ambicioso proyecto, cala, la comparación puede incluso permitir generaliza-
E. E. Evans-Pritchard señaló con perspicacia: «En la an- ciones tentativas sobre la humanidad. ¿Cómo se podría
tropología social sólo hay un método, el comparado, y es descubrir lo que todos tenemos en común sino median-
imposible...» 10. Evans-Pritchard da a entender que exis- te preguntas relativas a todo el mundo?
ten dos verdades. Ninguna descripción etnográfica es del El objetivo fundamental del método comparado es
todo particularista, todas son comparadas al menos en doble: mostrar en qué se parecen los seres humanos yen
un sentido: el etnógrafo debe comunicar las verdades del qué se diferencian, y por qué.
pueblo que estudia a otras personas, sus lectores; de ma-
nera que esa comunicación lleva implicita una compara-
ción. La segunda verdad es que la comparación es impo- Los UNIVERSALES
sible porque nada es comparable. Cada forma de vida, al
igual que cada copo de nieve o huella dactilar, es algo Partiendo de sus estudios de los pueblos del mundo, los
único: incomparable. En consecuencia, el experimento antropólogos han defendido en ocasiones la existencia
clásico e ideal para las ciencias naturales no es factible en de ciertas pautas universales. Se ha dicho, por ejemplo,
antropología. En ese experimento se controlan todos los que todos los grupos humanos tienen algún tipo de reli-
factores salvo uno. Si se quiere determinar si el tabaco gión, de arte y de vida familiar (mientras que institucio-
produce cáncer, el método ideal es comparar dos grupos nes como el gobierno y las escuelas no son universales).
iguales en todos los aspectos, salvo en que uno es de fu- Otros han señalado que todos los seres humanos libran
madores y el otro no, para después observar en cuál se da guerras o que, por lo menos, presentan tendencias agre-
más cáncer. Por desgracia, nunca se pueden encontrar sivas (afirmación rebatida por aquellos que consideran la
grupos iguales salvo en un rasgo; pueden ser equipara- guerra una respuesta a determinadas condiciones). Otra
bles en cuanto a la edad, el sexo, la renta, etc., pero siem- de las aseveraciones preferidas es que en todos los gru-
pre habrá diferencias. Esta dificultad se acentúa cuando pos humanos existe el tabú del incesto (la prohibición
se comparan sociedades o culturas, por la gran comple- de casarse con ciertas categorías de parientes). Esta afir-
jidad de ambas. Se podrían comparar, digamos, China y mación es instructiva porque señala la clase de matiza-
Japón, y concluir que la forma de gobierno japonesa ex- ciones que hay que introducir cuando uno se arriesga a
plica que su industrialización haya sido más rápida. Pero generalizar sobre la humanidad. El tabú del incesto, por
China y Japón también difieren en muchos otros aspec- ejemplo, varía en función de qué categorías de parien-
tos, de manera que no es fácil aislar una sola causa. No tes se consideran prohibidas como pareja. En general, el
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 173
172 I
l
emparejamiento y el matrimonio entre padres e hijos y ejemplo, que todos tienen un pensamiento dual. En to-
entre hermanos es algo prohibido, pero cuando se trata das partes, las culturas humanas clasifican el mundo a
de primos carnales no sólo es algo permitido sino favore- partir de categorías opuestas como las de masculino y
cido en ciertas sociedades, aunque prohibido en otras. femenino, espiritual y temporal, y derecha e izquierda. Si
Por ejemplo, entre la realeza y las élites, el matrimonio esas pautas de pensamiento fueran realmente universa-
entre primos es común, pero la costumbre más interesan- les, ¿a qué se debería? Algunos dirían que la estructura
te para los antropólogos es la conocida con el nombre de cerebral humana, con sus hemisferios izquierdo y dere-
«matrimonio matrilateral entre primos cruzados». Mu- cho, es la responsable de este dualismo y de otras pautas
chas sociedades tribales de todo el mundo prescriben o de pensamiento panhumanas. Cualquiera que sea la ex-
prefieren que el varón se case con la hija del hermano de plicación, una consecuencia está clara. En contra de lo
su madre. Sin embargo, esas mismas sociedades prohí- que plantea la explicación del comportamiento humano
ben el matrimonio entre primos igual de cercanos bioló- de la que son partidarios la mayoría de los científicos
gicamente, es decir, primos hermanos vinculados por un sociales de la moderna tradición anglo-estadounidense,
pariente del mismo sexo que el padre o la madre, como los universalistas estarían a favor de otro punto de vista.
ocurre en el caso del hijo del hermano del padre y de Una tradición anglo-estadounidense, conocida como
la hija de la hermana de la madre. Las razones de esta empirismo, ha señalado que los seres humanos son tan
costumbre son demasiado complejas para mencionar- flexibles que sus formas de pensar y actuar se explican
las aquí; lo importante es que, aunque el tabú del inces- principalmente como respuestas a su medio. Los univer-
to puede ser universal, varían los detalles concretos de la salistas siguen una filosofía conocida con el nombre de
prohibición. En algunas sociedades, ese tabú se rompe en racionalismo, que postula que la mente humana tiene
determinadas circunstancias. Los egipcios y hawaianos categorías innatas, que aparecen en cualquier entorno.
de la Antigüedad, por ejemplo, permitían el matrimo- De este modo, la antropología, junto a las ciencias cogni-
nio entre hermanos y hermanas a los miembros de la rea- tivas de otras áreas, pretende descubrir las cualidades
leza, aparentemente porque consideraban que sólo ellos universales del pensamiento humano".
eran lo suficientemente buenos para casarse entre sí. Con
frecuencia, también a los dioses mitológicos se les permite
el incesto, parece que a causa de un principio similar. Di- LA COVARIACIÓN
cho en pocas palabras, los antropólogos pueden señalar
el tabú del incesto como un principio humano universal, Los estudios comparados no sólo buscan rasgos comu-
pero sólo si lo definen con cuidado. nes sino diferencias, para después preguntarse cómo se
Tanto el pensamiento como la conducta humanos relaciona una diferencia con otra. Al igual que ocurre en
presentan tendencias universales. Algunos postulan que la búsqueda de universales, se pueden dividir esos estu-
todos los seres humanos piensan de forma similar; por dios entre los que se centran en la conducta y los que se
IA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 175
174

ocupan del pensamiento. También se puede distinguir complejo (en concreto, respecto a la organización social,
entre tipologías, leyes y formulaciones matemáticas. Las las sociedades de cazadores y recolectores suelen ser igua-
tipologías se limitan a reconocer y definir conglomera- litarias, mientras que las agrarias e industriales se dife-
dos de rasgos; es decir, cuando se estudian las sociedades rencian en clases). Se puede decir que esa tendencia es
del mundo, se observa que allí donde se encuentra el ras- una especie de ley, en la medida en que, por ejemplo, un
go X también aparece el Y, y que donde figura el A, tam- aumento del uso de energía incrementa la complejidad
bién está el B. Un conglomerado de rasgos covariantes social. Los antropólogos se han cuidado mucho de for-
es un «tipo». Una tipología, tosca pero arraigada, y bas- mular esas leyes, porque siempre parecen surgir excep-
tante útil, es la que se basa en la forma de subsistencia, ciones (como Montesquieu, Kant y otros autores han
por ejemplo: caza y recolección, pastoreo, agricultura o señalado, desde el punto de vista físico los seres huma-
industria. Una vez establecido este factor, se anotan los nos siguen leyes naturales, pero parecen ir más allá de
rasgos sociales y culturales que suelen aparecer en cada ellas en el aspecto cultural). Sin embargo, algunos se han
una de esas formas de subsistencia. Por ejemplo, la bu- aventurado a plantearlas. Uno de los ejemplos es la lla-
rocracia estatal centralizada se suele dar sobre todo en mada ley del potencial evolutivo de Service, que sostiene
sociedades agrícolas o industriales, no en las que única- que los avances en la evolución cultural son más proba-
mente se basan en la caza y la recolección. Por su parte, bles en la periferia que en el centro de una civilización.
éstas suelen organizarse en pequeños grupos familiares. La historia es una carrera de relevos: un grupo central
En las sociedades agrarias aparecen grandes grupos de lleva el testigo de la civilización hasta cierto punto, des-
ascendencia unilineal —clanes o linajes—, pero no en las pués se lo pasa a un grupo periférico que, durante un
formas de subsistencia que ocupan los extremos: la de tiempo, se convierte en central. Los últimos se convier-
cazadores y recolectores, y la industrial. Esta clase de ti- ten en los primeros y después los primeros en últimos,
pología suele organizarse como una secuencia evolutiva, mientras la historia avanza describiendo un movimiento
en la que las tecnologías menos explotadoras y sus arre- de zigzag geográficou.
glos socioculturales coadyuvantes evolucionan hacia so- Las relaciones que defienden estas tipologías y leyes
ciedades más explotadoras. En el siglo xix, los fundado- evolutivas se basan en análisis de tipo funcionalista y
res de la antropología hicieron hincapié en ese esquema causal, como los que propugnan que A covaría con B
evolutivo que, un tanto revisado, sigue utilizándose en la porque está funcionalmente o causalmente relacionado
teoría antropológica actual. con B: la agricultura se encuentra en los estados porque
Mientras que las tipologías sugieren la existencia de proporciona condiciones necesarias sin las que éstos
covariaciones y regularidades, las leyes enuncian explíci- no podrían funcionar. La condición de encontrarse en la
tamente esas covariaciones. Por ejemplo, en un esquema periferia sienta las bases para los avances culturales que
evolutivo como el anterior, se pueden apreciar tenden- posteriormente habrán de catapultar a la periferia al
cias generales como el movimiento desde lo sencillo a lo centro. La inspiración de este tipo de generalización
176 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO 177

causal-funcional es el modelo positivista de las ciencias El punto medio: la generalización etnográfica


naturales.
Hay otro tipo de generalización menos relacionada Gran parte de la investigación antropológica no se sitúa
con la conducta del ser humano que con su pensamien- ni en el extremo particularista ni en el de la generaliza-
to, que se inspira más en las matemáticas y la lógica que ción global. No está muy preocupada ni por las comple-
en las ciencias naturales. Es la clase de generalización jidades de cada uno de los encuentros que surgen en el
que, frente a la preferida por los evolucionistas, defien- trabajo de campo ni por los principios universales. Por
den los estructuralistas. Éstos, sin establecer relaciones el contrario, su labor tiene que ver con la interpretación
causales o interrelaciones funcionales, pueden resumir (darle sentido a los datos etnográficos) y con la traduc-
la amplia gama de hechos etnográficos en un reducido ción (hacer inteligibles esos datos para quienes no for-
número de normas o fórmulas matemáticas. Needham, maban parte del trabajo de campo). Algunos de los en-
por ejemplo, definió siete principios destinados a com- foques más destacados son los siguientes:
pendiar todas las variedades de los sistemas de parentes-
co". Leach desarrolló fórmulas que apuntaban las con-
secuencias lógicas (y empíricas) de ciertos tipos de pauta EL FUNCIONALISMO
cultural en determinadas clases de patrones ideológi-
cos". En la propuesta más ambiciosa de todas, que en Al ser un tipo de análisis etnográfico, el objetivo del fun-
realidad no se llevó a cabo, Lévi-Strauss propuso la ela- cionalismo es simplemente demostrar cómo funciona
boración de un cuadro, similar al del sistema periódico un grupo: presentarlo como un sistema en marcha. To-
químico, que definiera todos los elementos fundamenta- memos un ejemplo del padre del funcionalismo etno-
les que componen la cultura humana, de manera que gráfico, Bronislaw Malinowski, que muestra una pauta
cada cultura específica (existiera realmente o no) pudie- de trueque de las islas Trobriand, conocida como el anillo
ra caracterizarse lógicamente a partir de una combina- de Kula. Los participantes en este flujo intercambian
ción de esos elementos". brazaletes por collares en una serie de islas que se extien-
Finalmente están los teóricos de la globalización. Al- den a lo largo de cientos de millas, de modo que un con-
gunos de ellos, de forma similar a como lo hacían algu- junto de artículos se desplaza por el círculo en el sentido -
nos de los primeros difusionistas, parten de la existencia delasgujroyten
de un sistema mundial, con el que uno se limita a ras- el análisis funcionalista de Malinowski, muchos aspectos
trear interacciones transfronterizas, es decir, los movi- de la vida de las Trobriand —sus mitos, su creencia en
mientos monetarios, de información, culturales y de canoas mágicas, su forma de organización familiar— se
personas que fluyen por el mundo. relacionan con Kula. Las partes trabajan al unísono para
constituir un todo social y cultura116.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
178 179

EL CONFIGURACIONALISMO nal», en los que toda la cultura de Japón, Tailandia, Ru-


sia, Alemania o Estados Unidos, por ejemplo, se resume
El configuracionalismo se parece al funcionalismo en como expresión de varios elementos preponderantes".
cuanto muestra de qué manera las partes constituyen un Tanto el funcionalismo como el configuracionalismo
todo, pero, utilizando una distinción antes señalada, el son ejemplos de la aplicación del holismo a la etnografía.
tipo de integración que prevé es más «lógico-coherente» Una sociedad o una cultura entera es retratada como
que «causal-funcional». No se trata tanto de mostrar el una unidad, como un sistema en marcha o una pauta
funcionamiento de un sistema, como ocurría en el caso coherente. Como medio para describir una forma de
de la economía de Kula, como de exponer las premisas vida, este tipo de representación tiene ventajas pero tam-
subyacentes en la cultura y señalar de qué modo la ur- bién inconvenientes. Subrayar la unidad de una sociedad
dimbre y la trama de la vida fluyen coherentemente de o de una cultura es hacer caso omiso de la diversidad;
esas premisas. En El hombre y la cultura, Ruth Benedict recalcar lo constante es ignorar el cambio. Esos énfasis
describía las premisas culturales de los Indios de las Pra- típicos son necesarios para simplificar y resumir rasgos
deras norteamericanas calificándolas de «dionisíacas» y importantes, pero a los antropólogos les ha parecido ne-
las de los Indios Pueblo como «apolíneas». Los guerreros cesario añadir otros enfoques más capaces de lidiar con
de las Praderas se regían por un espíritu basado en el di- la diversidad y el cambio. Uno de ellos es el método del
namismo y la arrogancia, el exceso y los extremos, mien- estudio de caso, que procede del funcionalismo, y otro
tras que los agricultores de los Pueblo se habían labrado el análisis simbólico, que nace del configuracionalismo.
una vida estable, hecha de moderación y armonía. Be-
nedict, que era poeta además de antropóloga, logró tejer
los múltiples aspectos de cada cultura para crear convin- EL ESTUDIO DE CASO: UN DRAMA SOCIAL
centes retratos organizados en torno a esas premisas".
El funcionalismo y el configuracionalismo no son tan- Mientras que las representaciones funcionalista y con-
to escuelas de pensamiento separadas como énfasis dis- figuracionalista recalcan las constantes unificadas del
tintos que orientan la descripción etnográfica. Tradicio- todo, el estudio de caso expone la diversidad, el con-
nalmente, la antropología social británica, en magistrales flicto y la elección individual. Un ejemplo de ello es la
monografías que muestran el funcionamiento de los sis- saga escrita por Victor Turner sobre un circuncisor de
temas de parentesco, de la brujería y la hechicería, del mano temblorosa. Entre los ndembu, la tribu africana
ritual y el mito, de la realeza y el caciquismo, ha hecho con la que Turner hizo su trabajo de campo, el circun-
hincapié en una descripción de tipo funcionalista. La cisor es anciano, de manera que su mano no es firme.
antropología cultural estadounidense ha subrayado un Los padres temen confiar a sus hijos a ese cuchillo y se
enfoque un poco más configuracionalista. Así se mani- reúnen las fuerzas necesarias para expulsarle. Otras de
fiesta, por ejemplo, en los estudios del «carácter nacio- signo contrario presionan para mantenerle en el puesto.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
180 181

La situación llega a un punto crítico cuando el anciano cultura en el estatus y la jerarquía, así como en las distin-
toma la iniciativa gritando para que comiencen las cere- ciones entre clases altas y bajas; el ritual de las peleas de
monias de circuncisión. Suenan los tambores, se cantan gallos proporciona a los balineses una forma de simboli-
canciones y el pueblo se va enfrascando en sus tradicio- zar y de comunicar valores culturales'".
nes. Percibiendo una actitud de reverencia hacia su ex- El análisis simbólico es para el configuracionalismo lo
periencia, el circuncisor pide a gritos que le presenten a que el estudio de caso para el funcionalismo. Al igual que
los muchachos. Sin objeciones, son circuncidados por él. configuracionalismo, el análisis simbólico se propone re-
La tradición y la edad se imponen a lo nuevo, al menos velar las pautas lógico-coherentes de una cultura. El obje-
por el momento 19. tivo de Geertz respecto a los balineses es como el de Be-
Aquí las pautas culturales y el funcionamiento social nedict en relación con los Indios de las Praderas y los
de los ndembu no se presentan como un modelo fijo que Pueblo. Sin embargo, Geertz gana en precisión al centrar-
todos los miembros del grupo comparten sin rechistar, se detalladamente en una manifestación específica —la
sino como lo que Turner denomina un «drama social». pelea de gallos— y representar el todo mediante la parte.
La tradición no viene dada y el anciano tiene que ganár- Aunque se pueden encontrar más enfoques, la mayo-
sela a través de una inteligente estrategia. En un proceso ría son variaciones de las perspectivas funcionalista y
social, la tradición cultural es una fuerza, pero sólo una configuracionalista. Las teorías marxista y feminista, por
de ellas. Ese estudio de caso traslada la atención desde el ejemplo, siguen estudiando las relaciones funcionales
todo cultural y social hasta las experiencias de actores entre los aspectos de la vida social, haciendo hincapié, en
concretos, pero no vulnera el holismo, porque los de- cada caso, en la clase y el género. Las «deconstrucciones»
talles siempre se aprecian en el contexto. posmodernas son una forma de configuracionalismo
que revela la lógica mental subyacente en los textos o en
otras manifestaciones simbólicas. Los análisis se han he-
EL ANÁLISIS SIMBÓLICO cho más matizados, pero manteniendo los principios
básicos.
El análisis simbólico consiste en interpretar los signifi-
cados de una cultura a través del análisis detallado de
una manifestación concreta. Un ejemplo lo proporciona LA GENERALIZACIÓN ETNOGRÁFICA
la interpretación hecha por Clifford Geertz de las peleas
de gallos balinesas. Los gallos de pelea son muy aprecia- Al margen del enfoque utilizado, la etnografia siempre
dos en Bali y los hombres se identifican enormemente será algo más que descripción. También es un tipo de
con ellos. Geertz analiza esas peleas considerándolas un generalización que, sin embargo, se diferencia del típico
símbolo de la forma de ver la realidad social que se tiene modelo científico y que, en algunos sentidos, está más
en Bali. Las peleas de gallos expresan el énfasis de esta cerca de las artes. El modelo científico se basa en princi-
2. MÉTODO 183
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
182

pios que algunos remontan a Aristóteles. La ciencia posi- pautas implícitamente resumidas con el fin de iluminar
tivista, al inspeccionar de modo inductivo muchos casos, su propia experiencia, así como la que ellos imaginan vi-
establece un principio o tendencia común a todos ellos, vieron los nativos.
o localiza una covariación. De este modo, los rasgos co- A la luz de esta visión de la etnografía habrá que con-
munes y la covariación pueden plantearse como tipolo- templar con precaución cualquier método que se atribu-
gías, leyes o correlaciones estadísticas. ya precisión y objetividad estrictamente científicas. Me-
La etnografía también generaliza, pero de una forma todologías formales como las medidas matemáticas
diferente, en ciertos sentidos más cercana a la literatura tienen su lugar en la descripción etnográfica: si se em-
que a la ciencia. La etnografía revela lo general a través plean adecuadamente pueden hacerla más precisa. Sin
de lo particular, lo abstracto mediante lo concreto. Del embargo, desde nuestro punto de vista, por lo menos
mismo modo que Macbeth nos ilustra sobre la culpa, uno de los objetivos de la antropología es literario: lo que
Hamlet sobre la ansiedad y la parábola del hijo pródigo Evans-Pritchard llama «traducción»" y Clifford Geertz ex-
sobre el amor y la justicia, las etnografías nos enseñan presa como una «descripción densa», que conlleva «el po-
lecciones generales. A través del anillo de Kula aprende- der de la imaginación científica para ponernos en contac-
mos cosas sobre el orden y la integración; con el circun- to con las vidas de los desconocidos» 22. De este modo,
cisor de mano temblorosa accedemos a la interacción comentaristas como Clifford y Marcus subrayan que la et-
entre tradición y conflicto, y a través de la pelea de gallos nografía es una escritura que utiliza ciertos estilos y gé-
sabemos de la jerarquía. La pelea de gallos balinesa y la neros para narrar".
circuncisión de los ndembu nos enseñan verdades de La etnografía nunca podrá describir con absoluta
la conducta humana, no como las moscas de la fruta nos objetividad ni producir un conjunto de hechos comple-
tamente verdaderos, pero a través de sus representaciones
enseñan genética (aquí los experimentos han confirma-
do o refutado leyes generales), sino como lo hace una e interpretaciones sí puede comunicar verdades hu-
manas.
obra teatral, un poema o una parábola.
La etnografía se diferencia de la literatura y de la cien-
cia en que pretende describir a personas reales de manera
Deducción, experimentación e introspección
sistemática y precisa, pero se asemeja a la literatura por-
que entreteje hechos de un modo que recalca las pautas y
los principios. Al igual que en la literatura de calidad, Pensemos en dos comentarios escuchados en contextos
también en la buena etnografía el mensaje se transmite bastante diferentes.
En las vodevilescas representaciones del ludruk, que se
no a través de una declaración explícita de generalidades
llevan a cabo en los barrios bajos y de chabolas de Sura-
sino a través de un retrato concreto. Los lectores deben
baya, Indonesia, una de las bromas que lleva al público a
descodificar la descripción con el fin de captar por sí tirarse por el suelo de risa es la siguiente: un payaso pre-
mismos los valores subyacentes, y luego yuxtaponer esas
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
184 185

gunta: «¿Cuántas curvas hay entre las ciudades de Sura- empíricas o inductivas: se basan en la recogida de he-
baya y Banyuwangi?». Cuando su compañero no puede chos. No se limita a pensar, también observa y escucha,
responder, el payaso contesta a su propia pregunta: «Dos: fotografía y registra, para después cribar trabajosamente
¡izquierda y derecha!». sus datos y formular sus hallazgos. Por lo menos en par-
Durante una clase impartida en una bocacalle de la te, éste es su trabajo. ¿Pero eso es todo? No, la investiga-
Logic Lane de Oxford, un filósofo informó a sus estu- ción antropológica también es deductiva y sus estudios
diantes: «Estoy pensando; si dudo de que estoy pensan- dependen del pensamiento, de la manipulación de cate-
do, mi duda es por sí misma pensamiento; de ahí que mi gorías lógicas, más de lo que suele pensarse. ¿Cómo si no
duda confirme mi proposición». podrían los antropólogos formular las preguntas que
¿En qué se parecen el payaso de Surabaya y el filósofo hay que investigar, decidir de qué manera plantean y
de Oxford? Ambos, aunque de diferente forma, llegan a analizan los datos, y componer sus etnografías? No obs-
su objetivo mediante un argumento inteligente y tram- tante, el énfasis y el estilo de la investigación antropoló-
poso, más deductivo que inductivo. gica son concretos, inductivos y empíricos. El antropó-
La pregunta del payaso parece empírica: podría con- logo se parece menos al payaso avispado que al zoquete
testarse mediante una investigación factual, es decir, que laboriosamente cuenta las curvas que hay entre Su-
contando las curvas existentes entre las dos ciudades. Su rabaya y Banyuwangi, aunque tampoco sea del todo
truco consiste en responder de una forma más abstracta como este último; al avanzar con paso lento e ir contan-
de la que indica la pregunta. No señala cuántas curvas do, probablemente el antropólogo se dará cuenta de que
hay sino cuántos tipos de curvas. Para dar esa respuesta las curvas no sólo van hacia la izquierda y la derecha,
no tiene que llevar a cabo ninguna investigación; sólo sino que también giran bruscamente o que suben y ba-
necesita pensar con lógica. Subdivide la categoría «cur- jan suaves pendientes, en consecuencia, formulará una
va» en las partes que la componen: izquierda y derecha. teoría topográfica más sutil que la que se limita a dividir
Da una respuesta deductiva a una pregunta aparente- entre curvas a izquierda y derecha. La antropología se
mente inductiva. basa en la interacción entre deducción e inducción.
El filósofo de Oxford define «pensamiento» para in- La declaración del filósofo no sólo se asienta en la de-
cluir en él la duda. Teniendo en cuenta esta premisa (y ducción sino en la introspección. No se reduce a un razona- •
sólo si la aceptamos), la conclusión está garantizada. miento lógico, también se pregunta sobre los pensamien-
Una vez más, el argumento se obtiene razonando las im- tos y sentimientos propios. En este ejemplo, el filósofo no
plicaciones lógicas de una categoría, es decir, mediante indaga profundamente en su vida íntima, pero sí crea el
una especie de deducción. marco para la introspección, apuntando la conclusión
De este modo, tanto el payaso como el filósofo razo- que extraería si percibiera una cierta emoción (una duda)
nan de forma deductiva. ¿Y el antropólogo? Se diferencia en sí mismo. En general, se trata de que una de las formas
de ambos en que gran parte de sus investigaciones son que caracterizan el razonamiento filosófico es la intros-
2. MÉTODO
186
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 187

pección; el filósofo mira hacia dentro y razona sobre lo bre la humanidad partiendo de un solo ser humano: uno
que ve. El ejemplo más famoso es el lema acuñado por mismo. También lo es generalizar sobre otras culturas
Descartes: «Pienso, luego existo». El filósofo alemán Lich- • basándose en el conocimiento de una sola: la propia.
tenberg aplicó con ingenio el lema cartesiano a otros suje- Esta respuesta, válida hasta cierto punto, es demasiado
tos, concluyendo: «No piensan, luego no existen» 24. Este simple. La línea que traza entre el yo y el otro, entre sub-
lema también ejemplifica una forma típica de hacer filo- jetividad y objetividad, introspección y extroversión,
sofia. El filósofo observa el interior y luego el exterior, ha- está excesivamente marcada. Presupone que la antropo-
ciendo generalizaciones sobre los demás partiendo de sí logía no es más que un robot o un empleado que tabula
mismo. Por ejemplo, en la corriente filosófica denomina- datos en vez de interpretarlos: «hemos tenido noticias de
da «fenomenología», el filósofo indaga profundamente en otra cultura», proclama mientras toma nota de un rasgo
su propia experiencia —en cosas como sus percepciones del caso quincuagésimo o centésimo. Prescinde del as-
temporales o sus ideas morales— y después utiliza ese ejer- pecto interpretativo de la investigación. El antropólogo,
cicio para razonar sobre el conjunto de las categorías de la como es un ser pensante, un horno sapiens, interpreta, y
experiencia humana. Si esto parece absurdo —todo el mun- la interpretación comporta introspección, aunque sea
do es diferente, así que ¿cómo se puede conocer la natura- implícitamente. Cuando el antropólogo realiza trabajo de
leza humana examinándose a uno mismo?— habrá que campo, cuando clasifica y analiza las culturas del mun-
recordar que la introspección recurre a una justificación do, no sólo trabaja con datos, también trabaja consigo
muy sólida: lo único que se puede aprender en la vida es la mismo. Al margen de lo objetivo que trate de ser al regis-
propia experiencia. trar y analizar, hará ambas cosas partiendo de sus pro-
Esto en cuanto al filósofo. ¿Y respecto al antropólogo? pias categorías, actitudes y orientaciones. Y lo que trans-
A juzgar por las apariencias, la antropología estaría tan mita lo hará con su propio estilo.
centrada en el otro como la filosofia en uno mismo. La Los antropólogos han intentado controlar el sesgo
esencia del trabajo de campo es el careo con el otro, el personal en sus investigaciones de dos maneras. La pri-
desplazarse a un lugar tan diferente del originario como mera consiste en sistematizar el proceso investigador de
sea posible, con el fin de aprender cosas sobre la natura- forma que predominen las categorías del sistema y no las
leza humana en un entorno completamente ajeno. del sujeto; esto se hace mediante cuestionarios, tests, -
Cuando la antropología generaliza, lo hace partiendo del cuadros de clasificación de observaciones y métodos si-
conocimiento de muchas sociedades y culturas, no sólo milares. La desventaja de este enfoque es que entumece
de la del antropólogo. De todas las ciencias humanas y la percepción, haciendo que uno esté menos abierto a las
sociales, la antropología podría parecer la menos intros- sutilezas de la otra cultura. La segunda forma de control
pectiva y la más extrovertida. consiste en explicitar el sesgo personal, realizando un
¿Por qué esta insistencia en la extroversión? La res- abierto ejercicio de introspección con el fin de que el
puesta más sencilla es que es arriesgado generalizar so- propio investigador entre a formar parte del objeto de
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. METODO
188 189

estudio; esto se hace mediante las denominadas etnogra- tra cultura tiene de único y de común. El truco reside en
fías en primera persona, en las que las observaciones captar al otro a la vez que uno se ve a sí mismo (o su pro-
autobiográficas se conjugan con la información etnográ- pia cultura), sometiéndose penetrantemente a los presu-
fica. La desventaja de este sistema radica en que la aten- puestos de ese otro. Se corre el riesgo de ver demasiado o
ción se aparta del otro para centrarse en el sujeto, a veces demasiado poco de uno mismo en el otro (incurriendo
de forma excesiva. así en un exceso de subjetividad o de objetividad)
La objetividad es imposible y la subjetividad indesea- Imagínese que ve una película. Usted simpatiza con el
ble si lo que se pretende es comprender al conjunto de héroe o la heroína, identificándose con el personaje
la humanidad y no solamente a uno mismo. Entonces, ¿la como prolongación de usted mismo. Sin embargo, aun-
antropología es absurda? Quizá, pero no por su incapa- que se identifique, también accede a un mayor conoci-
cidad de ser del todo objetiva o subjetiva. De hecho, esa miento; ante usted se despliega toda la trama, mientras
mezcla característica de objetividad y subjetividad, de que cada uno de los personajes se limita a actuar en su
conocimiento del otro y del propio yo, que se da en la situación concreta. Usted ve, por ejemplo, que los malos
antropología, puede ser esclarecedora. El conocimiento conspiran para asesinar al héroe, y sabe que éste no lo ve:
del otro y del yo son empresas que, más que limitarse a que cuando tuerza la esquina ellos estarán allí, esperán-
competir la una con la otra, se impulsan mutuamente. dole. Puede que usted quiera interceder y que le apene
Pensemos en el siguiente gradiente: la mejor manera de que sufra ese personaje, porque, en parte, él es usted. Al
profundizar en el yo es a través de la relación con otra mismo tiempo, usted es el observador omnisciente que
persona (como ocurre en el psicoanálisis, donde el otro, observa el conjunto a la vez que lo concreto y que con-
el analista, ayuda al sujeto, al analizado, a «verse como le templa la acción objetivamente. Más aún, imagínese
ven los demás», es decir, con más claridad y objetividad que, en lugar de un personaje que cruza la pantalla, está
de la que es posible cuando se trabaja solo); la mejor ma- usted ante toda una cultura, la suya. Presuponga que,
nera de profundizar en la propia cultura es relacionarse aunque se identifica con ella, también ve su lugar en el
con otra (como hace la antropología, en la que los nati- orden general de las cosas —su relación con alguna otra
vos, representantes de esa otra cultura, ayudan a los re- cultura de la que usted también participa—, y que no es
presentantes de la nuestra, los antropólogos, a contem- más que un ejemplo de principios generales. De este
plar su propia cultura con más claridad y objetividad de modo recordamos la clase de combinaciones entre sub-
las que tendrían si se hubieran quedado en casa). En el jetividad y objetividad que conlleva la investigación an-
trabajo de campo e incluso en el análisis comparado la tropológica, ya sea en el trabajo sobre el terreno o en la
introspección y la extroversión interactúan. Esas dos téc- comparación.
nicas no sólo son procedimientos mecánicos de recogida Si el encuentro con el otro es el método antropológico
de datos sino que forman parte de una reflexión sobre el típico para lograr una especie de objetivación del sujeto
sujeto y la cultura que puede alertamos de lo que nues- o de la propia cultura, habrá que darse cuenta de que la
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
190 191

antropología se queda a pocos pasos de ciertos procedi- ocasión, ir a contar los gatos de Zanzíbar. De hecho, la an-
mientos presentes en otras disciplinas. tropología es tan deductiva como inductiva (porque se
Los psicólogos, por ejemplo, ganan en objetividad rige por teorías y por otras construcciones mentales del
realizando experimentos. En ellos, el experimentador investigador tanto como se basa en los hechos investiga-
manipula deliberadamente a ciertos sujetos —que pue- dos); es tan introspectiva como extrovertida (porque para
den ser ratas, palomas o seres humanos— dentro de si- comprender al otro hay que comprenderse a uno mismo);
tuaciones creadas por él mismo. El trabajo de campo y es experimental (porque, en lugar de registrar datos de
podría considerarse un experimento: se pone a un ex- forma pasiva, el antropólogo participa activamente de la
tranjero en medio de un grupo y se observa qué pasa. vida social). El trabajo de campo es «reflexivo». La antro-
Pero el trabajo de campo no es tan deliberadamente ma- pología, a pesar de contener todos esos elementos —de-
nipulador como el experimento, y el entorno es «natu- ducción, introspección y experimentación—, se diferencia
ral», es decir, lo han ideado los nativos y no el etnógrafo. de disciplinas como la filosofia y la psicología, que hacen
Esta comparación nos ayuda a situar la antropología en hincapié en ellos. El énfasis característico de la antropolo-
una escala de objetividad. La antropología no es sola- gía sigue residiendo en la comprensión de la experiencia
mente vida; no es una experiencia que no ha sufrido humana a partir del trabajo de campo.
examen alguno, es decir, no es pura y simple subjetivi-
dad. En el otro extremo, tampoco es un experimento de
laboratorio en el que uno manipula a ciertos sujetos Trabajo de campo, etnografía y teoría
para investigar determinadas leyes o relaciones: un mé-
todo que recalca el distanciamiento entre el experimen- Hemos abordado tres de los pasos de la investigación
tador y el sujeto. La desventaja de la pura y simple vida antropológica: el trabajo de campo, las interpretaciones
es que no genera necesariamente comprensión, mientras etnográficas y la generalización teórica. El antropólogo
que la de un método tan objetivador como el experimen- se desplaza para encontrarse con el otro, describe e inter-
to es que pierde la inmediatez de la experiencia humana. preta lo que aprende de ese encuentro y, a partir de él y
La propia antropología no siempre presenta la misma de otros datos etnográficos, hace generalizaciones sobre
combinación de subjetividad y de objetividad, pero la la experiencia humana. Los pasos se superponen unos a
mayoría de sus métodos se sitúan en el término medio otros y vuelven sobre sí mismos, de manera que la teoría
de la escala. guía el trabajo de campo del mismo modo que éste con-
Los aspectos deductivos, introspectivos e incluso expe- duce a la teoría.
rimentales de la antropología se reconocen más hoy día Como siempre, un resumen conciso simplifica excesi-
que en épocas anteriores. Puede que algunos antropólo- vamente. Cada paso de la investigación antropológica
gos anticuados consideraran que su labor se limitaba a ir comporta dilemas comunes a cualquier indagación hu-
en busca de datos; es decir, como dijo Thoreau en una mana —implicación frente a distanciamiento, subjetivi-
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 2. MÉTODO
192 193

dad frente a objetividad, particularización frente a gene- indica la expresión «observación participante», el traba-
ralización, inducción frente a deducción— y otros relativos jo de campo combina objetividad y subjetividad, rutina
a la forma de transmitir lo que se aprende. Debido a los y aventura, rigor y franqueza.
problemas filosóficos que implica cada paso, resultaría El trabajo de campo conduce a la etnografia, que, aun-
engañoso presentar un manual que ofreciera una receta que se basa en la labor sobre el terreno, también es una
fija para llevar a cabo el trabajo de campo. Igualmente forma de hacer generalizaciones sobre la humanidad. Al
engañoso sería plantear un debate excesivamente filosó- igual que la novela, el poema y la parábola, pero también
fico, que diera la impresión de que el etnógrafo está como el experimento científico, la etnografia debe decir
siempre en la posición del pensador de Rodin, cuando, más de lo que cuenta; mediante la presentación de expe-
en realidad, gran parte de lo que hace sobre el terreno es riencias y pautas particulares, debe dar a entender y ense-
rutinario: poner la ropa a secar después de una tormenta ñar significados generales. Entre las verdades que comu-
tropical, registrar censos de hogares y asistir a intermi- nica están las del etnógrafo y también las del nativo,
nables compromisos sociales. Al ir de un extremo a otro aunque pocos se molestan en leer las memorias y confe-
recorriendo las actividades implicadas, incluyendo tanto siones de un etnógrafo. Lo crucial son las verdades de sus
las que la antropología no lleva a cabo como las que sí interpretaciones, pasadas por el tamiz de la experiencia y
realiza, hemos intentado dar una idea de la complejidad la visión del mundo del intérprete, pero centradas con
de su empresa y de su dirección. agudeza y precisión en el mundo del nativo. Una gran
En el centro está el trabajo de campo, que, al ser «ob- obra etnográfica será tanto científica como literaria y al-
servación participante», es tanto experiencia como mé- canzará un alto nivel de precisión objetiva, aunque tradu-
todo, aunque sobre todo sea método y no sólo experien- ciendo las pautas detectadas en el encuentro con lo ajeno
cia. El principal instrumento de ese método es el propio a una manifestación comprensible para el lector externo.
trabajador de campo, que, sin embargo, debe luchar por Dada la complejidad de la etnografia, es evidente que
domeñar su subjetividad por el bien del objetivo de la resulta difícil hacer generalizaciones globales a partir del
investigación, que es comprender la experiencia humana trabajo etnográfico. Es un error sintetizar únicamente los
de una forma bastante sistemática y objetiva que, por lo descubrimientos sustanciales o «factuales» de las investi-
menos, la impresión accidental o el sentido común. gaciones etnográficas, porque cada etnografia es más que
Nada es menos útil que una aventura sin significado, un un informe, es más que un simple atajo para estar allí.
encuentro sin notas o una impresión y un estereotipo Cada una constituye una interpretación, una síntesis de
egocéntricos, y gran parte de los datos del trabajo de preguntas, teorías y actitudes que guían al intérprete y
campo proceden de un proceso de observación y regis- también los hechos narrados. Al mismo tiempo, el enfo-
tro bastante tedioso. Sin embargo, las interpretaciones que empírico o inductivo que caracteriza la generaliza-
más profundas pueden derivarse de una comprensión ción antropológica es un antídoto necesario con respecto
súbita resultante del compromiso y el encuentro. Como a los intentos puramente deductivos o introspectivos de
LA LENTE ANTROPOLÓGICA
194

reflejar la naturaleza humana. En la filosofía pura, el peli-


gro estriba en que las verdades que distingue el examen 3. Trascendencia
de uno mismo pueden estar excesivamente relacionadas
con la experiencia del filósofo y con las categorías de su
...y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas,
cultura. Lejos de ofrecer un camino fácil para acceder a y vuestros ancianos tendrán sueños,
las verdades generales, la antropología proporciona un y vuestros jóvenes verán visiones.
viaje apropiadamente incómodo. JOEL 2:28
Ahora podemos captar en toda su extensión el signifi-
cado de la metáfora del «enfoque suave». Al margen de
lo deslumbrante que sea la luz proyectada sobre el objeto
de estudio etnográfico, la manera de enfocarlo no podrá
tener la precisión de una lente que reduce su campo de
visión para fijarse únicamente en dicho objeto. En la ex-
periencia etnográfica, el fotógrafo forma parte de la cá- El deleite en la cultura y el reconocimiento del compo-
mara, y uno y otra integran tanto el primer plano que se nente subjetivo de la interpretación vinculan la antro-
fotografía como el segundo, que inspira lo que ocurre al pología con las humanidades, aunque su esfuerzo de sis-
frente. En consecuencia, para poder captar tanto los ele- tematización, generalización y observación precisa pone
mentos que rodean el objeto del enfoque como ese mis- de manifiesto una inspiración científica. La antropolo-
mo objeto, dicho enfoque tendrá que ser necesariamente gía es una disciplina académica, pero insiste en aprender
suave o, en un sentido más profundo, holístico. El cua- partiendo del polvo y la confusión de la vida tanto como
dro resultante será multidimensional, una especie de de la biblioteca y del laboratorio, y a veces se aplica a
holograma que puede atisbarse con seductora claridad problemas mundiales. En lineas generales, la antropolo-
desde ciertos ángulos, pero que, desde otros, se disuelve gía fue un producto de la civilización occidental, pero
en brumosas profundidades, debido a la compleja con- busca un conocimiento global y hay antropólogos (alre-
vergencia de fuerzas que crea la imagen. dedor de 35.000) que la practican en todo el mundo.
Entre esas fuerzas se encuentran los vectores de poder En pocas palabras, no podemos contemplar la antro-
y estatus que implican al antropólogo en situaciones in- pología desde una única perspectiva sencilla, clara y uni-
mediatas sobre el terreno, así como en el conjunto del ficada. Con frecuencia, en esta disciplina los temas pre-
contexto global. Esa intersección constituye una pieza ponderantes están enfrentados: lo científico frente a lo
crucial de la trascendencia que tiene la antropología para humanístico, la subjetividad frente a la objetividad, el
el mundo contemporáneo. particularismo frente a la generalización, lo relevante
frente a lo exóticamente irrelevante. Además, la antropo-
logía se divide en subdisciplinas y especialidades que,
195
196 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 1 TRASCENDENCIA 197

orientadas en sus propias direcciones, socavan cualquier La tierra es una creación. Las fuerzas inorgánicas coli-
posible unidad. No sólo hay arqueólogos, antropólogos sionan y después se combinan para producir vida. Los
fisicos o socioculturales y lingüistas; también existe una animales evolucionan a partir de formas de vida elemen-
plétora de investigadores especializados: uno estudia la tal, de ellos surgen los mamíferos y de éstos los primates.
economía de una tribu remota o las políticas del Con- El hábitat natural de los primates originarios —los árbo-
greso de EE.UU.; otro, la forma de caminar con los nudi- les— selecciona en función de las manos prensiles y la
llos que tienen los gorilas; otro distinto, la informati- vista estereoscópica, que posibilita a los antepasados de
zación del pensamiento humano o los debates sobre los seres humanos la manipulación del medio y la crea-
género y poder. Muchos antropólogos dirían que no ción de cultura. Al bajar de los árboles, esos antepasados
existe una perspectiva preponderante. Sin embargo, en desarrollan una postura bípeda, quedándoles libres las
la antropología hay fuerzas que presionan hacia la inte- manos para el uso de herramientas. A su vez, la utiliza-
gración. Muchos antropólogos buscan una visión unifi- ción de éstas permite que la boca no se limite a funciones
cadora. ¿Qué consecuencias ha tenido dicha búsqueda? como las de sujetar y arrancar. Una de esas funciones es
Se han propuesto diversos planes y teorías. La perspecti- el habla, que, junto con el uso de herramientas, necesita
va más duradera y exhaustiva —aunque sólo la promue- y fomenta la selección de cerebros grandes. Éste, a su vez,
van algunos— es la que se basa en la teoría de la evolu- precisa de la existencia de una pelvis amplia en la hem-
ción. bra que ha de dar a luz; la pelvis amplia también se nece-
sita para mantener la postura erecta, que requiere firmeza
en la posición. Así se desarrolla el argumento evolucio-
La historia más grande jamás contada nista, explicando convincentemente (y, desde luego, de
manera menos informal que la mostrada aquí) interrela-
La teoría de la evolución describe la relación entre lo na- ciones funcionales desarrolladas durante millones de
tural y lo cultural, lo exótico y lo familiar, las perspecti- años con el fin de establecer condiciones naturales para
vas conceptuales y las materialistas. Todas esas relaciones la aparición de la cultura humana.
se conciben como una historia panorámica. Los seres La historia se extiende desde los hominoides, antepa-
humanos evolucionan desde los comienzos «naturales» sados tanto de los simios como de los humanos, hasta los-
a los fines culturales: de la célula al animal, del homi- homínidos, sólo ancestros de los seres humanos. Los ho-
noide al homínido y, finalmente, del hombre salvaje al mínidos evolucionan desde el australopithecus hasta el
civilizado. La variación, ya sea biológica o cultural, se horno sapiens, pasando por el horno erectus. En lo funda-
explica por medio del principio de selección natural (o mental, el cuerpo y el cerebro del hombre actual se con-
cultural) que opera en diversas circunstancias, de mane- forman con la aparición del horno sapiens hace unos
ra que cada rasgo procede de la adaptación a un deter- 300.000 años, y el ser humano comienza a evolucionar
minado medio. culturalmente. Hace unos 10.000 años, algunos seres hu-
198 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 199

manos habrían pasado de la caza y la recolección a la de un cráneo aún más antiguo-- porque son algo tangible,
agricultura, la cual permitió la concentración demográ- constituyen un acontecimiento. Como ilustran las pelí-
fica y los asentamientos permanentes. Esta forma de po- culas comerciales que presentan las expediciones ar-
blamiento estimuló el desarrollo de las ciudades, que, a queológicas como grandes aventuras, un descubrimiento
su vez, fomentaron el de la alfabetización y la tecnolo- puede ser algo espectacular: el héroe curtido, acompaña-
gía, acicates aún más activos de la evolución cultural. Al do de una hermosa heroína, hace frente a peligros increí-
final llegó la Revolución Industrial, la modernidad y la bles para descubrir ese algo, la joya que guarda el monstruo,
era de la información posindustrial. clave de algún secreto vital. Aquí la ciencia arqueológica
Este paradigma, que narra la historia humana desde el se incorpora al mito de la búsqueda, que, a pesar de la
punto de vista de la evolución biológica y cultural, tiene antigüedad de sus raíces en la civilización humana,
muchas ventajas. La principal es su alcance, que propor- continúa apareciendo en las fantasías modernas. Sin
ciona un marco en el que encajan los más diversos datos embargo, el acontecimiento que supone un descubri-
y métodos de investigación. Las cabezas reducidas, los miento puede generar imágenes espectaculares incluso
trozos de cerámica y los idiomas exóticos dejan de con- en el ámbito académico. En un documental emitido
siderarse simples curiosidades para convertirse en prue- por televisión, un arqueólogo se pregunta si los caver-
bas de la historia humana y de las pautas culturales. Ac- nícolas europeos pudieron ser jinetes. La cámara se
tividades que algunos podrían juzgar inapropiadas para aproxima rápidamente a una escultura antigua que re-
hombres y mujeres adultos demuestran su utilidad: tan- presenta la cabeza de un caballo; ¿acaso ciertas de sus
to las expediciones a la selva, como las excavaciones en el marcas son bridas? La atención se traslada a un museo
desierto y la convivencia con los pueblos primitivos son parisino, en el que aparece un arqueólogo británico que
actividades que contribuyen a la comprensión de la his- ha buscado por doquier una respuesta a esa pregunta, y
toria evolutiva. Los huesos viejos se convierten en esla- ahora está a punto de encontrarla. La cámara se le acer-
bones perdidos y las piedras antiguas se transforman en ca para descubrir que está rebuscando en un cajón.
ciudades perdidas; la trascendencia de esos descubri- Saca algo y lo examina sobre su mesa. Encuentra un
mientos reside en su capacidad para rellenar la historia objeto y lo enseña. Se trata de la mandíbula de un ca-
de la humanidad. ballo de la Antigüedad, cuyos dientes, según muestra el -
Las historias crean suspense, y éste se convierte en des- arqueólogo, están gastados de una forma que indica
cubrimiento. Si hay algo en la antropología que ha cap- que el equino vivió en cautividad. Quizá esto demues-
tado la imaginación popular es el acto de descubrir. Los tre que los antiguos europeos domesticaban caballos.
avances teóricos o metodológicos de la antropología no En esta escena, el interés se centra en el propio acto de
suelen ser noticia, pero sí que se descubra algo. A los me- descubrir, y nuestro interés lo azuza el suspense; el des-
dios de comunicación de masas les encanta informar de cubrimiento de algo añade un elemento más a la histo-
descubrimientos —como el de una ciudad perdida o el ria de la humanidad.
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 201
200

La historia humana abunda en relatos sobre los oríge- lizaciones se basan en un cuidadoso proceso de rastreo
nes y la evolución del ser humano. Cada cultura tiene su de secuencias históricas —qué va detrás de qué— y, en al-
mito sobre la creación del hombre, y la historia de la evo- gunos casos, se complementan con el método compara-
lución pertenece a ese género (al igual que doctrinas do, que busca la covariación entre elementos distribui-
opuestas, como la del creacionismo). Sin embargo, el dos globalmente.
evolucionismo no es sólo un relato, es una teoría formu- El enfoque evolucionista, ya sea en su nivel descriptivo
lada científicamente con el fin de estimular la investiga- o general, en la actividad investigadora o en sus resulta-
ción. Los botánicos y los geólogos cooperan con los an- dos, alcanza un grado impresionante de holismo. Las
tropólogos físicos y los arqueólogos, arremolinándose diversas áreas que componen la antropología y las que
junto a ellos en torno a la excavación y participando en están fuera de esta disciplina se despliegan para propor-
lo que se llama trabajo interdisciplinar en equipo, para cionar una perspectiva de la humanidad integrada en dos
elaborar síntesis holisticas de un pasado que ha quedado aspectos dominantes: el biológico y el cultural, el con-
al descubierto. Los etnógrafos también son útiles, margi- temporáneo y el histórico. El paradigma es tan narrativo
nalmente al menos, porque, mediante la llamada analo- como sistemático; se relata una historia y se esclarecen
gía etnográfica, su descripción puede proporcionar pis- unas relaciones.
tas sobre los vivos que ayuden a reconstruir la existencia Éste es, en consecuencia, un paradigma con muchas
de los muertos. ventajas. Atrapa la imaginación de los legos y de los me-
Más allá de la descripción, esos expertos tienen for- dios de comunicación, organizando al mismo tiempo las
mas de generalizar sugeridas por las ciencias naturales actividades de los profesionales. Cuenta con unidad y al-
positivistas. Viajan constantemente de los datos a las hi- cance suficientes para dar coherencia a diversos proyec-
pótesis con el fin de formular leyes que establezcan rela- tos antropológicos, proporcionándoles un marco que les
ciones generales y funcionales entre variables geológicas, otorga significado y legitimidad. Integra las subáreas
ecológicas, biológicas y culturales. Esas generalizaciones de la antropología, al tiempo que supera el dualismo y
pueden ser globales, como la ley del potencial evolutivo la paradoja. No es extraño que el paradigma evolucio-
de Service, mencionada en el capítulo segundo, pero tam- nista fuera el predominante en los años de formación de
bién pueden ser más restringidas y precisas. El arqueó- la disciplina y que siga teniendo partidarios.
logo R. MacNeish establece un conjunto de condiciones A pesar de sus ventajas, el paradigma evolucionista,
necesarias y suficientes para la aparición en el valle mexi- al igual que todos los demás, es limitado. Fomenta cier-
cano de Tehuacán de comunidades semipermanentes, tos tipos de conocimiento pero restringe otros y, como
compuestas por pequeñas aldeas y dedicadas a la agri- se verá en breve, ha recibido críticas. Antes de abordar
cultura de subsistencia; entre dichas condiciones se in- este problema directamente, será útil plantear algunas
cluyen el aumento de la población, el sedentarismo y el analogías.
desarrollo de mercados locales de trueque. Estas genera-
202 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 203

LIBROS, MUSEOS Y VISIONES DEL MUNDO gran tamaño, tienen ilustraciones vistosas y son caros, es
decir, son ideales para exhibirlos encima de una mesa.
En algunos de sus relatos, H. G. Wells, el escritor británico Generalmente, se ocupan de algún gran proceso que
pionero de la ciencia ficción, proporcionó su visión de puede mostrarse mediante fotografías. Algunos cuentan
la evolución humana. En uno de ellos, un hombre uti- la historia de los monumentos, templos y santuarios del
liza una máquina del tiempo para viajar a la Inglaterra mundo, otros describen el arte o el paisaje de una civili-
de muchos siglos después'. Allí descubre una sociedad zación. Esos libros recogen las vistas de un viaje largo o
dividida en dos razas. Una vive bajo tierra, trabajando los objetos expuestos en un gran museo. Las novelas poli-
en las minas, y es de corta estatura, fuerte y brutal. La cíacas no son voluminosas y es más posible encontrarlas
otra habita en la superficie y no tiene otro trabajo que el en las mesillas de noche que en la mesa del salón. Al igual
de pasarse la vida cultivando artes refinadas. Esta raza se que las obras humorísticas antes mencionadas, las nove-
ha hecho físicamente débil y psicológicamente frágil. El las policíacas son microsociológicas. Abordan las com-
relato de Wells combina el evolucionismo con una espe- plejidades de las relaciones sociales a medida que van
cie de ideología social. Representa la exagerada división derivando hacia el delito.
que, a la larga, podría generar el proceso evolutivo entre Hay una tercera comparación, más relacionada con
la élite y el proletariado. las instituciones que con los libros, que nos vuelve a lle-
El estilo literario de Wells consiste en retratar el de- var a la antropología. El ejemplo procede de la Univer-
sarrollo durante largos períodos de tendencias de gran sidad de Oxford, pero se pueden encontrar contrastes si-
envergadura, es decir, de procesos macroevolutivos. Con- milares en muchos entornos académicos. Pensemos en
trasta con otro importante género novelesco, que aborda el Museo Universitario de Oxford, que tiene un impor-
los pormenores de las relaciones sociales. En la novela tante vínculo histórico con la teoría evolutiva. Aquí es
británica, esta clase de obras va desde Jane Austen a los donde Thomas Huxley defendió a Charles Darwin en
escritos cómicos de Evelyn Waugh, P. G. Wodehouse y un debate con el obispo Samuel Wilberforce: un momento
Kingsley Amis. Esas novelas, más que macrosociológicas decisivo para la aceptación de la teoría darwiniana en los
son microsociológicas, porque no se ocupan de largas círculos académicos. En el Museo Universitario, los ob-
tendencias que se desarrollan durante períodos prolon- jetos que se exponen están dispuestos con un criterio -
gados, sino de pormenorizar las costumbres y relaciones evolutivo. A lo largo de una pared aparece la secuencia
sociales de algún entorno concreto (pensemos en Emma que va desde la célula al ser humano, pasando por el pri-
la organizadora, en Jeeves el mayordomo o en Lucky Jim mate. En los distintos materiales expuestos se desarrolla
y sus peculiares colegas académicos). En parte, el con- ese esquema, aunque no siempre de modo explícito;
traste es de escala. como es típico en los museos, se exhiben los esqueletos
Consideremos un contraste similar: los libros de mesa de varios animales e incluso el de un delincuente local
de salón y las novelas policíacas. Los primeros son de que fue ejecutado. En el mismo complejo se encuentra el
204 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 205

Museo Pitt-Rivers, que contiene artefactos culturales: que finaliza siempre temprano, a las seis, para que los
instrumentos musicales, armas, herramientas y algunos participantes puedan encaminarse a un pub cercano a
objetos de gran tamaño, como barcos nativos a escala continuar la charla.
natural y un enorme tótem, reunidos por sir Edward Las similitudes entre los libros de mesa de salón, la
Tylor y dispuestos con criterios funcionales, de modo ciencia ficción de H. G. Wells y los museos son evidentes.
que todo aquello que tiene la misma función tecnológi- También saltan a la vista las existentes entre las novelas
ca aparece junto, cualquiera que sea su lugar de proce- costumbristas, las policíacas y el Instituto de Antropolo-
dencia o su significado en cada cultura. Los museos gía Social. El primer grupo tiene una visión materialista
Universitario y Pitt-Rivers reflejan una perspectiva ma- de la vida, centrada en monumentos y templos fotogra-
cro. Los objetos expuestos no pretenden mostrar las fiados, o en artefactos o especímenes expuestos. Dicha
particularidades concretas de cada comunidad o cultu- perspectiva parte de un esquema evolutivo o similar que
ra humana, ni los significados que tiene ésta para sus adopta un enfoque panorámico o macro. Al segundo
miembros. Más bien, han sido concebidos para subra- grupo le preocupan más los microcosmos: el significado
yar la existencia de tendencias o categorías tecnológicas de la vida para cada actor en su contexto cultural y las
de gran envergadura. sutilezas de las relaciones sociales. El Instituto de Antro-
En Oxford se enseña antropología en varios ámbitos. pología Social apenas muestra artefactos. Es un mundo
En uno de ellos, el Departamento de Prehistoria y Etno- para la interpretación, encarnada en las etnografias de
logía de los museos Universitario y Pitt-Rivers, se impar- sus anaqueles y en las conversaciones y coloquios que
te una rama antropológica que se refleja en dichas insti- interpretan las observaciones etnológicas. El resultado es
tuciones: una macrovisión que hace hincapié en los una serie de análisis sociales de microcosmos, que en
factores materiales. En otro, el Instituto de Antropología ciertos sentidos se asemejan a las novelas costumbristas
Social, se enseña precisamente esta rama antropológica. y a los relatos detectivescos, aunque respetando las dife-
El instituto carece de museo; su estructura es diferente. rencias habituales entre literatura e investigación acadé-
En la planta baja tiene una especie de sala de reuniones, mica.
bastante destartalada, pero agradable para tomar un café
o conversar, y vigilada por las fotografías de los famosos
antropólogos sociales que cuelgan de la pared. En el pri- La perspectiva evolutiva y la interpretativa
mer piso hay una biblioteca con diversas obras de antro-
pología social, es decir, análisis etnográficos de determi- Los contrastes que acaban de ejemplificarse son análo-
nados grupos y teorías relacionados con esos análisis. gos a los existentes entre la perspectiva evolutiva y la
Además, existe un anexo con una sala de conferencias. interpretativa.
Éstas se celebran todos los días y la semana llega a su La primera tiende hacia una postura positivista «objeti-
punto culminante con el coloquio de la tarde del viernes, va». En parte, esto se debe a su gran escala, que contempla
206 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 207

la vida desde lejos con el fin de obtener una panorámica dente desde el punto de vista evolutivo. Para quien pre-
completa. En consecuencia, la vida se observa, sin impli- tende elaborar una síntesis evolutiva de la vida humana,
carse en ella. Todas las cosas y criaturas, ya sean peces u las interpretaciones y datos de la etnografía, tan difíciles
hombres, lanzas o barcas, monumentos o santuarios, se de conseguir, suelen ser triviales. Los bártulos etnográfi-
consideran muestras que se colocan en vitrinas siguiendo cos que los evolucionistas consideran relevantes no tie-
criterios de clasificación generales, como los de los mu- nen por qué serlo para el etnógrafo y, pocos de sus textos
seos Universitario y Pitt-Rivers de Oxford. Si los seres hu- clásicos han llegado a influir en los planteamientos evo-
manos se ven como aspectos de un proceso, se pensará lucionistas.
que han sido modelados por mecanismos tan formidables ¿Por qué? Como objeto, el hecho etnográfico carece
como la selección natural, ese proceso en el que la pervi- relativamente de sentido y es un tanto trivial. Cobra im-
vencia de determinadas características la determina el portancia como testimonio de la interacción entre el suje-
medio. Los puntos de vista subjetivos de las propias cria- to y el objeto, entre el etnógrafo y ese «otro» al que el
turas apenas interesan y, de hecho, despiertan el espectro primero pretende comprender. La etnografía es una em-
de lo que los evolucionistas califican de «falacia teleológi- presa interpretativa y las interpretaciones etnográficas
ca» (la que propugna que los propósitos subjetivos influ- más valiosas no sólo proporcionan información relevan-
yen en el proceso evolutivo, que, por el contrario, debe te sino perspectivas igualmente preciadas sobre dicha
considerarse regido por la ley de la selección natural, al información. Lo importante no son los «hallazgos» fac-
margen de cuáles sean los motivos y propósitos nimios de tuales concretos de un etnógrafo de talento, que se ex-
las criaturas afectadas, entre ellas los seres humanos). traen de sus formas de presentación y se resumen en un
Como la perspectiva del actor es irrelevante, al ser huma- conjunto de hechos o de hipótesis y generalizaciones re-
no se le considera parte de la naturaleza y se le analiza en levantes. Esa labor de abstracción sería análoga a la de
función de las leyes naturales. Las metáforas y los modelos elaboración de un censo o de una lista de datos históri-
que guían esta perspectiva proceden de los laboratorios de cos, o a la descripción de lugares y personajes que hace
las ciencias naturales y de expediciones impulsadas por la un novelista. Sin duda, en Faulkner se puede aprender
historia natural, no de la participación en la vida social. mucho sobre el Misisipi, en Austen sobre la Inglaterra de
La cultura es el concepto clave de la perspectiva inter- comienzos del siglo xix, y en Tolstoi sobre Rusia, pero la •
pretativa. La cultura es un significado compartido y para principal aportación de la literatura no son los hechos,
captar un significado hay que ver el mundo como lo ven ni tampoco la única de la etnografía. Lo importante es la
los demás, comprender la experiencia en función de un interpretación que, por medio de su sensibilidad, hace
marco de referencia ajeno. Esto es lo que pretende la et- alguien (el etnógrafo) de la visión que de su propia exis-
nografía interpretativa. tencia tiene otra persona (el nativo), con el fin de funda-
Este tipo de etnografía no tiene una historia fabulosa mentar y enriquecer el entendimiento de un tercero (el
que contar, no al menos una historia especialmente sorpren- lector o el oyente). En este sentido, la etnografía, cuando
208 LA LENTE ArrrRopou5GicA
3. TRASCENDENCIA 209

se enfoca como la lucha que entabla un autor para acla- como a los nativos, al etnógrafo y el medio de ambos.
rar una perspectiva vital, retratando una forma de vida a Este argumento no conduce a la pérdida de la esperanza
partir de su propia experiencia y de su análisis, es como de llegar a una síntesis ni a la desesperación de retomar
la literatura: una fuente de penetración psicológica y fi- las particularidades de cada análisis etnográfico visto se-
losófica (y posiblemente de placer estético). gún sus propios términos; tampoco apunta hacia una
Aquí reside el problema. Si la comprensión etnográfi- conversión de la etnografía en autobiografía y, ni siquie-
ca es producto de las vidas de los nativos y de las inter- ra, en literatura de ficción, menos valorada por sus he-
pretaciones del etnógrafo (más las respuestas del lector), chos que por su evocación de una experiencia indirecta.
esa comprensión no puede resumirse simplemente como Lo que el argumento sí sugiere es que en cada paso de la
«la tribu X hace Y y Z». Las vidas humanas no son mues- síntesis sustantiva es preciso tener conciencia de la rela-
tras que se recogen, preservan y ordenan en las vitrinas ción entre esa sustancia y el método del que forma par-
de los museos o en cuadros esquemáticos. La interpreta- te. Incluso la visión evolutiva debe verse dentro de su
ción es poderosa porque capta la interacción entre el contexto; no sólo como una síntesis provisional de he-
sujeto y el objeto, el etnógrafo y el otro; sin embargo, la chos relativos a la existencia humana, sino como una
necesidad de captar esa interacción sin limitarse a des- visión del mundo, producto ella misma de una época y
cribir el objeto dificulta la incorporación de la experien- una perspectiva determinadas. En pocas palabras, se
cia etnográfica a una síntesis objetiva. puede uno proponer no sólo incluir la interpretación
En resumen, la distinción entre el enfoque evolutivo y etnográfica dentro de una síntesis evolutiva sino in-
el interpretativo es menos sustantiva que metodológica. corporar el evolucionismo a la etnografia (tanto aquí
No sólo se trata de que la teoría evolutiva se concentra en como en el capítulo primero se ha iniciado una cierta et-
la biología yen el medio ambiente, mientras que la etno- nografía del evolucionismo). De esta forma se «cuestio-
grafía se centra en la sociedad y la cultura, puesto que, na» la teoría evolutiva.
como vemos, la primera también puede ocuparse de es- En resumen: la perspectiva antropológica es holística
tos dos últimos temas. Lo importante es que la relación y tiende hacia un paradigma integrador. Sin embargo,
entre sujeto y objeto que postulan una y otra es diferen- dentro de ella pueden distinguirse dos grandes tenden-
te. En consecuencia, los manuales y otras obras de sínte- cias divergentes. La primera refleja la influencia de las
sis que pretenden simplemente «cubrir todas las áreas de ciencias positivistas; trata de lograr un conocimiento
la antropología» o «mostrar datos tanto biológicos como factual sistemático y objetivo, y de hacer generalizacio-
culturales» no llegan a constituir una verdadera síntesis. nes sobre la humanidad. Ejemplo de este enfoque es la
En realidad, no es posible elaborar una definitiva, por- síntesis evolucionista. La segunda perspectiva acusa la in-
que la interpretación que transmite cada análisis etno- fluencia de las humanidades y pretende distinguir ver-
gráfico cambia en función del contexto en el que se ex- dades sobre la raza humana mediante descripciones y
prese, y ese contexto incluye al lector y su entorno, tanto análisis que equilibran el peso de la subjetividad y la
210 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 211

objetividad. Este enfoque lo ejemplifica la etnografía in- subjetivos, pero el primero ha recalcado con más deci-
terpretativa. sión el ideal de objetividad, mientras que el segundo ha
Una vez expuesto el contraste tan acusado que existe reconocido la interacción entre objetividad y subjeti-
entre las tendencias científicas y humanistas de la antro- vidad.
pología, es preciso hacer una advertencia. Al igual que Dejemos por un momento la teoría para centrarnos
ocurre en la mayoría de esos contrastes, éste es demasia- en la práctica, considerando la trascendencia que puede
do radical; los científicos son menos científicos y los hu- tener la antropología en el llamado mundo real, donde la
manistas menos humanistas de lo que propone este re- diferencia entre los paradigmas interpretativo y positi-
sumen simplificado. Puede que el evolucionismo, por vista sigue siendo pertinente.
ejemplo, aspire a enunciar las leyes que las ciencias natu-
rales idealizan, pero, en la práctica, a esa teoría le faltan
ideales positivistas. En primer lugar, porque en los estu- Implicaciones prácticas: el dominio de nuestro futuro
dios evolutivos no suele ser posible llevar a cabo experi- y el futuro de nuestro dominio
mentos; en segundo lugar, porque el análisis interpreta-
tivo entra en juego en los estudios evolutivos, sobre todo El astrónomo Fred Hoyle pronosticó en una ocasión que
en lo tocante a la evolución cultural, donde las intencio- la Edad de Hielo volvería, reduciendo la civilización del
nes humanas tienen una gran presencia. Por otro lado, la Norte de Europa a una serie de enclaves desperdigados
antropología interpretativa no carece por completo de formados por iglúes'. Si no es así, la explosión demo-
objetividad. A los actores no se les atribuyen significados gráfica, la destrucción del medio ambiente y la violencia
e intenciones caprichosamente. Ambas cosas se infieren, pueden destruirnos, si no lo hacen antes la bomba ató-
con cuidado, de formas y acciones en sí mismas bastante mica o las epidemias. Quizá no tengamos futuro, pero si
susceptibles de observación y registro. Los actos y mani- tenemos alguno el desafio consistirá en dominarlo, con-
festaciones del habla, las narraciones y las actuaciones, trolando la ciencia y la tecnología para que se enfrenten a
los objetos y textos artísticos son visibles, audibles, regis- las fuerzas destructivas que ellas mismas desencadenan.
trables. Esas actividades de observación y registro pro- Incluso una solución tecnológica deberá considerar el
porcionan una base bastante objetiva para las interpre- factor humano. Después de todo, los seres humanos han
taciones, que, en sí mismas, se ven condicionadas por el creado la mayoría de las fuerzas amenazadoras. Un ser
escrutinio público de dos grupos: los nativos, con los humano podría apretar el botón que hiciera estallar la
que se comunica el etnógrafo, y los colegas académicos y guerra nuclear y la política humana pone obstáculos al
científicos de éste, que constituyen una comunidad que desarme nuclear. En un sentido menos dramático, los
participa de ciertos cánones intelectuales y científicos. seres humanos se resisten a la tecnología para el control
Dicho en pocas palabras, tanto el enfoque evolutivo de natalidad, devastan el medio ambiente con el fin de
como el interpretativo presentan elementos objetivos y lograr beneficios a corto plazo y se destruyen los unos a
212 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 213

los otros. Cualesquiera que sean las soluciones que pro- ALGUNOS USOS DE LA ANTROPOLOGÍA:
bemos, éstas tendrán que afrontar las necesidades y aspi- LA ANTROPOLOGÍA APLICADA
raciones humanas, tanto culturales como biológicas.
Si la humanidad es un factor, las ciencias humanas son Entre finales del siglo xlx y el comienzo de la Segunda
relevantes para los esfuerzos que realizamos con el fin de Guerra Mundial, los antropólogos fueron empleados por
resolver problemas. Sin embargo, podría parecer que la los gobiernos coloniales —entre otros, el francés, el britá-
antropología es la menos importante de las ciencias hu- nico y el holandés— para ayudarles a administrar sus po-
manas, porque se ocupa de lo exótico y lo lejano, no de sesiones africanas, asiáticas y americanas. Algunos admi-
lo familiar y lo cercano, donde aparentemente radican nistradores tenían preparación antropológica y ciertos
nuestras dificultades. Éste es un punto de vista miope. antropólogos se convirtieron en funcionarios coloniales,
En realidad, gran parte de las preocupaciones del mun- pero al llegar el siglo xx lo más habitual era que un antro-
do se centra en conflictos étnicos distribuidos por todo pólogo que hubiera realizado trabajo de campo en una
el planeta. Además, está el problema del cuarto mundo, determinada zona fuera convocado para asesorar cuando
esa población de casi mil millones de seres humanos que se planteaba una dificultad o política concreta en ese lu-
muere de hambre, sin asistencia médica y sin las míni- gar. El observar una política desde un contexto holístico
mas condiciones para sobrevivir; ¿acaso no son asunto puede servir para mostrar consecuencias no previstas por
nuestro? Las naciones industrializadas occidentales cada los políticos; por ejemplo, que suprimir la fabricación de
vez asimilan a más inmigrantes del tercer mundo e, in- cerveza en África para evitar la ebriedad también elimina-
cluso, del cuarto: una gran cantidad de hispanos entra en ba una importante fuente de proteínas, o que acabar con
Norteamérica; a Inglaterra llegan antillanos y ciudada- la costumbre de comprar una novia para terminar con esa
nos del sudeste asiático, mientras que en Alemania se clase de explotación también alteraba los sistemas de true-
establecen los turcos. Todas estas migraciones compor- que que mantenían el orden social'. En ocasiones, los an-
tan nuevos problemas de relaciones humanas y econó- tropólogos realizaron funciones delicadas. En 1896, Gran
micos. La antropología es prácticamente la única disci- Bretaña se había visto envuelta en una costosa guerra con
plina humanística que, a través del trabajo de campo, los ashanti de la costa occidental africana y en 1921 las
tiene una experiencia amplia y directa de las culturas del hostilidades amenazaban con explotar de nuevo. Se cuen- -
mundo que constituyen la mayoría de su población y ta que un antropólogo consiguió resolver el malentendi-
que cada vez tienen más impacto en nuestras vidas. do. El rey de los ashanti poseía un taburete dorado que se
¿Qué contribución práctica ha hecho la antropología creía representaba el alma colectiva de su pueblo. Los fun-
y cuál podría hacer? Introduciremos este asunto me- cionarios coloniales insistían en que el rey les entregara
diante un breve esbozo de la historia de la antropología el taburete para simbolizar con ello que cedía su trono al
aplicada. dominio británico. Para esos funcionarios el taburete no
era más que un símbolo político, pero para los ashanti era
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 215
214

algo más. Cuando se les permitió quedarse con el tabure- Perú, y la dirigió durante cinco años con el fin de realizar
te, el conflicto amainó 4. un experimento de antropología aplicada. La experien-
El período colonial terminó con la Segunda Guerra cia tuvo tanto éxito que, aparte de los beneficios sociales
Mundial. Algunos antropólogos comenzaron a trabajar que reportó, multiplicó por seis las cosechas. Se dice que
en el esfuerzo bélico aliado. Hubo antropólogos británi- el gobierno peruano adoptó el mismo sistema en otras
cos que ocuparon puestos en el Foreign Office y en el plantaciones'.
Almirantazgo, y algunos tuvieron responsabilidades en En la actualidad, la antropología se está aplicando a
antiguas zonas coloniales que también habían sido esce- fines prácticos, como las actividades gubernamentales, el
nario de trabajos de campo, como era el caso de Oriente derecho, la industria, la agricultura, la educación, la pre-
Próximo y Birmania. Los antropólogos estadounidenses servación cultural y los derechos humanos. Un ejemplo
trabajaron en la inteligencia militar yen el Departamen- de ello se encuentra en la medicina, donde existe una
to de Estado. Los profesionales de esta disciplina propor- subdisciplina conocida con el nombre de «antropología
cionaron sus conocimientos culturales a la guerra psico- médica», una de cuyas premisas es que entre los proble-
lógica, redactaron manuales sobre zonas antes remotas y mas principales de la atención sanitaria está el de conse-
ahora de importancia estratégica para las campañas mi- guir que las técnicas y tecnologías propuestas por la
litares, y también tuvieron una participación activa en ciencia médica funcionen para las personas. Por ejem-
los combates (como cuando los británicos utilizaron a plo, una sociedad superpoblada se beneficiaría material-
algunos antropólogos para reclutar y organizar guerri- mente del control de natalidad. Se dispone de técnicas
llas en lugares como las montañas birmanas, que cono- anticonceptivas como la píldora y otras, pero, debido al
cían por sus trabajos de campo). fuerte arraigo de las ideas de fertilidad y de familia nu-
Después de la guerra ha habido antropólogos que han merosa, las culturas se resisten a ellas. Un programa de
trabajado para el Peace Corps y el Departamento de Asun- planificación familiar tendrá que considerar tanto el
tos Indios, dos organismos estadounidenses, así como contexto cultural como la tecnología, y los antropólogos
para el Banco Mundial, la Unesco (Organización de la han trabajado para elaborar programas con estos presu-
ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura), la FAO puestos.
(Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimen- El problema general que aquí se pone de relieve es el •
tación) y otras entidades que, a diferencia de las colonia- que a veces se denomina «prestación de atención sanita-
les, no están dedicadas a la administración a largo plazo ria». Se dispone de técnicas médicas que chocan con re-
de sociedades nativas, sino que proporcionan asistencia sistencias culturales. Por ejemplo, un estudio sobre asis-
técnica por un tiempo limitado. Los antropólogos ayudan tencia sanitaria realizado en Miami entre diversos grupos
a llevar esa asistencia al contexto nativo. étnicos demostró que había barreras tanto culturales
Algunos antropólogos han asumido funciones de ges- como físicas para la utilización de clínicas y hospitales 6.
tión activas. Hubo uno que compró una plantación en Un estudio antropológico sobre una clínica feminista de
216 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 217

Massachussets demostró hasta qué punto las pautas cul- próxima entre las empresas y los consumidores; la etno-
turales del movimiento feminista influían en la provi- grafía se convierte en instrumento de la interacción entre
sión de atención sanitaria'. Otro, centrado en mujeres la empresa y el consumidor. En materias como la preven-
egipcias de clase trabajadora, demostró cómo influyen ción de incendios y la información alimentaria, la apli-
en el uso de los anticonceptivos las particulares imáge- cación de técnicas de trabajo de campo etnográficas a la
nes que su cultura tiene del cuerpo. publicidad también ha hecho más eficaces las campañas
Los estudios sobre clínicas de curación paranormal de educación pública que utilizan ese medio.
de California, ginecología en Yugoslavia, planificación Ciertas organizaciones profesionales de antropólogos,
familiar en Venezuela, perspectivas indígenas sobre la reconociendo que aumentan los esfuerzos de algunos de
curación en Ecuador, cultura del cáncer o relaciones en- sus miembros por dar a la disciplina una dimensión
tre doctor y paciente en entornos multiculturales son práctica, han apoyado esta labor. La Asociación Estado-
algunos ejemplos de investigación antropológica rela- unidense de Antropología, por ejemplo, junto a sus ya
cionada con la práctica médica. Un doctor que también tradicionales unidades de antropología física, arqueolo-
es antropólogo médico defiende que la antropología gía, lingüística y antropología sociocultural, ha institui-
médica debería revolucionar la práctica de la medicina, do una quinta sección dedicada a la antropología apli-
obligándola a participar de una visión holística que se cada9. Esta asociación también ha establecido un servicio
preocupara del contexto sociocultural de la enfermedad de atención laboral para colocar a antropólogos en pues-
y la salud, y sacándola de un enfoque biológico y psico- tos de contenido práctico'''. Al mismo tiempo, ha redac-
lógico estrecho, tan notable por sus limitaciones como tado un código ético (titulado Principios de Responsabi-
por sus avances científicos 8 . Esa orientación coincide lidad Profesional) que proporciona ciertas directrices
con la del holismo antropológico, cuya utilidad ha que- para la función social de la antropología".
dado demostrada en áreas que van desde la publicidad a Aparte de supervisar y facilitar las actividades de los
la educación. profesionales dedicados a la antropología aplicada, gru-
El ámbito publicitario también ha tomado nota del pos como la Asociación Estadounidense de Antropolo-
enfoque holístico que ofrece la antropología para com- gía se ocupan de problemas sociales de interés para el
prender las bases sociales de las motivaciones humanas. conjunto de la profesión. Los arqueólogos, por ejemplo,
Algunos investigadores de mercado y ciertas empresas han participado en la elaboración de leyes destinadas a
publicitarias han recurrido a versiones de la antropolo- impedir un lucrativo negocio en todo el mundo: el robo
gía y del trabajo de campo para entender cómo se for- de tesoros culturales con el fin de venderlos a coleccio-
man y expresan los deseos de los consumidores. En algu- nistas acaudalados (en Estados Unidos se trata de la Ley
nos casos, esto ha generado no sólo campañas publicitarias para la aplicación de la Convención sobre las medidas
más sofisticadas, destinadas a incrementar el consumo que deben adoptarse para prohibir e impedir la impor-
de artículos en Estados Unidos, sino a una relación más tación, la exportación y la transferencia de propiedad
218 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 219

ilícitas de bienes culturales) 2. Mediante resoluciones y comprometan con el mundo: con problemas de interés
otras declaraciones dirigidas a los organismos pertinen- para el gran público. A continuación abordamos breve-
tes, dicha asociación también ha trabajado para obstacu- mente la defensa de ese compromiso, para pasar después
lizar la eliminación de tesoros humanos tales como las a algunos de los problemas en los que se ha implicado.
culturas tribales que están siendo destruidos por la inva- La antropología comenzó con artefactos, es decir, con
sión de la modernidad. objetos de museo. Su fuerte eran expediciones que ge-
Todas esas resoluciones y declaraciones de principios neraban exposiciones y presentaciones destinadas a ser
son abstractas, es decir, proceden de una asociación pro- contempladas. Con las investigaciones realizadas por
fesional organizada burocráticamente. Sin embargo, for- Bronislaw Malinowski en las islas Trobriand surgió el tra-
mulan y expresan principios éticos que los antropólogos bajo de campo, que conllevaba una nueva forma de
han llegado a plantearse a causa de sus compromisos et- aprendizaje a través de oír y participar. Se podría decir
nográficos personales. Evidentemente, sigue habiendo que con esta transformación se pasó del ojo al oído y del
paternalismo y rastros de ideologías explotadoras (después desapego a la participación. Se dejó de insistir en la con-
de todo, ésta es una asociación estadounidense que pre- templación de las cosas en un entorno estéril para pasar
tende legislar sobre cuestiones morales y prácticas a tra- a escuchar a la gente en sus propios ámbitos. Otras disci-
vés de torpes mecanismos burocráticos), pero la actitud plinas han sufrido transformaciones similares. Podría
sí parece haber cambiado desde la época en que arqueó- decirse que la psiquiatría experimentó un cambio cuan-
logos aficionados expoliaban alegremente Grecia o Egip- do dejó de observar a los pacientes y comenzó a escu-
to para llevarse sus tesoros a museos europeos, y desde charles, fue la «curación mediante el habla» de Breuer y
los tiempos de James George Frazer, autor de trece volú- Freud". Ahora que la antropología entra en un nuevo
menes sobre las costumbres de los «salvajes», que, cuan- siglo, ¿asistiremos a una nueva transformación que nos
do le preguntaron si alguna vez había visto a alguno, lleve a una tercera manifestación, la del compromiso?
contestó «¡Dios no lo quiera!». Una de las imágenes es la que representa la expresión
«manos a la obra», que supone pasar del distanciamien-
to de la observación a través de la vista y el oído a una par-
LA ANTROPOLOGÍA PÚBLICA ticipación directamente manual. ¿Adoptamos una especie -
de antropología musculosa y muy comprometida que
Solapándose con la antropología aplicada pero también trata de influir en los asuntos del mundo?
superándola se encuentra lo que algunos denominan La antropología pública es una forma de comprome-
«antropología pública». En un sentido general, la expre- terse activamente, de aportar algo, de convertirse sin ser-
sión indica la preocupación porque todos los amplios vilismo en un elemento integral y relevante de nuestra
conocimientos y experiencias antropológicos cosecha- cultura y de nuestra sociedad. Uno espera que la antropo-
dos durante un siglo de trabajo de campo y de síntesis se logía mantenga su fascinante y creativa diversidad, la am-
220 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 221

plitud iconoclasta e imponente de sus intereses y percep- LOS DERECHOS HUMANOS Y OTROS PROBLEMAS
ciones, y la profundidad de su erudición, pero tomándose
una disciplina esencial e incluso puntera cuando se trate ¿Cuál podría ser el papel de la antropología en relación
de enfrentarse a los complejos desafios de una humanidad con los problemas de derechos humanos? Su papel pue-
transnacional pero con los pies en la tierra. ¿Qué debe ha- de ser determinante, dado el contacto de esta disciplina
cer la antropología? Manteniendo nuestros principios con miles de situaciones que afectan a la gente común.
fundamentales y ahondando en los profundos misterios Los antropólogos son los únicos científicos que mantie-
de la especie humana y de su alma, debe presionar hacia nen un estrecho contacto con la vida de sus informantes
afuera y movilizarse para que su trabajo y ella misma ten- en muy diversos escenarios. Su conocimiento porme-
gan una influencia determinante más allá de la propia norizado de la vida de las personas y su acceso al empu-
disciplina y el ámbito académico, o según cabría defender, je popular destinado a organizar movimientos políti-
en defensa de la antropología pública. cos les otorgan una posición desde la que pueden tener
¿Qué problemas públicos debería encarar la antropo- una influencia crucial en la vida de aquellos a quienes
logía? La pobreza, la indigencia, la violencia, el medio estudian.
ambiente, el impacto de la globalización; en suma, cual- Con frecuencia, las naciones del tercer mundo en «pro-
quier problema importante para la sociedad al que la ceso de globalización», al competir entre sí para consti-
antropología pueda aportar algo relevante. Practicar la an- tuirse en economías de exportación, tratan de imponer el
tropología pública tiene ventajas e inconvenientes. Algu- orden con métodos agresivos. Sus acciones en ese sentido
nos temen que al centrarnos en cuestiones tan tangibles resultan en muchas ocasiones detestables para los politi-
como ésas desenfoquemos los avances teóricos que po- cos y académicos del primer mundo, al tiempo que los
drían ser necesarios para llevar a cabo cambios globales. gobiernos tercermundistas defienden su necesidad. La an-
Sin embargo, esos problemas sociales determinan la su- tropología no es un actor neutral en ese debate. Su enérgica
pervivencia y el destino de la raza humana. Es importan- defensa del concepto de relativismo cultural ha proporcio-
te mantener la disciplina con el fin de que pueda generar nado a muchos gobiernos tercermundistas una base cien-
ideas importantes para la humanidad. También es cierto tífica —la de las disciplinas sociales— con la que justificar
que preocuparse en exceso de los paradigmas de la disci- sus acciones, considerando que son las únicas que se
plina, sobre todo de sus modas y cismas, puede parali- adaptan a los valores culturales y circunstancias locales.
zarnos y apartarnos de problemas públicos clave. Se po- Esos gobiernos señalan que los derechos humanos, tal
dría señalar que si nuestra aportación a esos asuntos es como los definen organismos como las Naciones Unidas,
convincente, también lo será nuestra disciplina. En cual- no constituyen un valor universal, sino que son el produc-
quier caso, pensemos en los ejemplos que proporcionan to indulgente de la obsesión con los derechos legales de los
varios problemas. Dos de ellos son los derechos huma- individuos que tiene un primer mundo acaujaiado y do-
nos y la conservación del medio ambiente. minante. Defienden también que para que el grupo o la
222 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 223

nación se beneficie del desarrollo, puede que los indi- quier diferencia humana se convierte en fundamento para ne-
viduos tengan que sufrir en el proceso. Además, muchos gar los derechos humanos básicos, entendiendo lo «humano»
gobernantes amplían el argumento para sugerir que en en todos sus sentidos culturales, sociolingüísticos, psicológicos
esos contextos la democracia sólo puede lograrse median- y biológicos' 4 .
te un intenso control estatal del orden y la disciplina. La
propia historia de la antropología como materia de estu- Un ejemplo del papel de los derechos humanos en la poli-
dio revela que ella también ha cuestionado con frecuencia tica mundial es el caso de Timor Oriental. Aunque los go-
la universalidad de los derechos humanos. Hace medio biernos occidentales ya venían protestando desde 1974
siglo, cuando las Naciones Unidas redactaron el primer contra la anexión de Timor Oriental por parte del gobier-
borrador de la Declaración de Derechos Humanos, la Aso- no indonesio y contra los abusos perpetrados por su ejér-
ciación Estadounidense de Antropología declinó partici- cito con los timoreses orientales, los acontecimientos de
par, alegando que ese documento iba en contra del con- septiembre de 1999 dirigieron la atención del mundo ha-
cepto de relativismo cultural. cia el conflicto. A pesar de que, para Estados Unidos y
La antropología, quizá con retraso y quizá respon- otras importantes naciones del primer mundo, defender a
diendo al valor cada vez mayor que atribuye la política los timoreses orientales apenas presenta ventajas econó-
del primer mundo a los derechos humanos, está mos- micas o geopolíticas, las flagrantes violaciones de los dere-
trando en la actualidad más interés por este asunto. La chos humanos bastaron para organizar una fuerza militar
Asociación Estadounidense de Antropología ha creado multinacional que entrara en la región.
un Comité de Derechos Humanos y ha aprobado una Tradicionalmente, las violaciones de derechos huma-
declaración, que figura a continuación, proclamando los nos se interpretan, como en el caso de Timor Oriental,
derechos de todos los grupos e individuos, y que com- como un acto de violencia política perpetrado por un
plementa el enfoque excesivamente individualista de la Estado contra sus propios ciudadanos. Está claro que
Declaración Universal: ésas son las más perturbadoras y emblemáticas imágenes
de ese tipo de delito. Más infrecuente resulta la inclusión
Los pueblos y grupos tienen un derecho genérico a desarrollar en la definición de derechos humanos de derechos como
su capacidad para la cultura y a producir, reproducir y cambiar los laborales y los de la mujer. La vulneración de estos
las condiciones y manifestaciones de su existencia física, perso- derechos no sólo afecta a los prisioneros políticos, sino
nal y social, siempre que esas actividades no menoscaben las que es algo mucho más común y cotidiano. El ataque a
mismas capacidades de los demás. Como disciplina académica, los derechos individuales mediante la explotación labo-
la antropología estudia las bases y manifestaciones de la diver- ral, la presencia militar en el lugar de trabajo, la ilegaliza-
sidad y la unidad humanas; como práctica, pretende aplicar sus
conocimientos a la solución de los problemas humanos. ción de las actividades sindicales y la inseguridad econó-
La AAA, como asociación profesional de antropólogos, hace mica general son ejemplos del tipo de violaciones que se
tiempo que se preocupa, y debe seguir haciéndolo, cuando cual- registra diariamente en la nueva economía global. Cuan-
224 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 225

do empresas locales o multinacionales desafían o inclu- para describir los costes y beneficios humanos de la glo-
so suplantan la autoridad del Estado, apenas existen balización.
recursos que no pasen por la defensa de los derechos Los antropólogos físicos también hacen su aportación.
humanos. Los crímenes de Estado pueden ser analizados por antro-
¿Qué papel tiene la antropología en la defensa de los pólogos forenses. Hace tiempo que estos profesionales
derechos humanos? Los antropólogos estudian acadé- especializados en medicina legal ayudan a solucionar ca-
micamente el impacto de los cambios económicos y cul- sos delictivos individuales. Los crímenes de Estado plan-
turales, entre ellos los que vulneran los derechos hu- tean responsabilidades morales excepcionales y especiales
manos. La investigación realizada por Aihwa Ong con desafíos. Los antropólogos forenses que investigan críme-
obreras industriales de Malasia pone de manifiesto el nes de Estado, con frecuencia masivos, suelen arriesgarse
interés que tienen, tanto el Estado como las fuerzas eco- a ser maltratados y a sufrir las evasivas de organismos lo-
nómicas, en explotar las diferencias de género en las fá- cales que proclaman que nada ilegal ocurrió. Sin embar-
bricas y en el conjunto de la sociedad°. Sin embargo, el go, las evidencias reunidas por esos antropólogos pro-
estudio sobre obreras javanesas de Diane Wolf indicó fesionales suelen ser cruciales para las denuncias por
que, aunque las trabajadoras sufren condiciones labora- crímenes de guerra y violaciones de los derechos huma-
les abusivas, su importancia económica es capital para nos presentadas en tribunales internacionales. Por ejem-
sus familias extensas y para la economía nacional°. Un plo, Clyde Snow y el Equipo Argentino de Antropología
curso ofrecido en la Universidad de Carolina del Norte Forense (EAAF) desenterraron los restos de unas 9.000
examinó las consecuencias de la globalización en el sec- personas, «los desaparecidos», que se habían esfumado
tor industrial, analizando las condiciones laborales (so- entre 1976 y 1977 y cuya situación anómala no reconocía
bre todo de las mujeres) en las plantas de Nike en el su- el Estado argentino. Trabajando con tribunales locales,
deste asiático. Estos proyectos surgieron del tipo de historiales odontológicos y registros de localización de los
investigaciones en las que destacan los antropólogos: en centros de detención, consiguieron demostrar que el nú-
la interacción con vidas ajenas sobre el terreno. Antro- mero de enterramientos cerca de dichos centros había
pólogos que trabajan en determinados lugares pueden aumentado de forma espectacular durante los años en
señalar el impacto que ha tenido la globalización en las que se echó en falta a los desaparecidos".
vidas de sus informantes. Su forma de llevar a cabo el En los últimos arios, antropólogos forenses vinculados
trabajo de campo puede verse afectada por los cambios a las Naciones Unidas han estado trabajando en Bosnia-
que genera la globalización. Por ejemplo, quizá sea cada Herzegovina, Kosovo y Timor Oriental. En cuanto lo-
vez más necesario que los antropólogos realicen trabajo gran desplazarse a una zona que ha sido escenario de
de campo en diversos lugares, siguiendo a sus objetos de violencia, sacan a la luz fosas para determinar cuántos
estudio cuando emigran en busca de empleo. Mediante individuos murieron y cómo perdieron la vida. Estas
el trabajo de campo, los antropólogos tienen medios evidencias, junto a fotografías aéreas y otras técnicas,
226 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 227

pueden utilizarse para corroborar testimonios de refu- tras de ADN de diversas poblaciones del mundo. Dado
giados en relación con casos de crímenes de Estado; rela- que el genoma humano, en todas sus manifestaciones
tos que, por sí solos, los tribunales internacionales no globales, no es algo homogéneo, esa empresa constituye
siempre consideran prueba suficiente para llevar a los una labor de gran importancia. En la actualidad, el Pro-
responsables ante la justicia. Los antropólogos forenses yecto Genoma Humano se esfuerza por reunir material
pueden proporcionar evidencias muy sólidas cuando se genético humano de todo el mundo, con el fin de llegar
trata de iniciar causas por crímenes de guerra interna- a una secuencia «consensuada» de dicho genoma, a un
cionales y violaciones de los derechos humanos. Por for- ejemplo único de los veintitrés cromosomas humanos y
tuna, la pericia de estos profesionales hace que a los Es- de las variaciones de ADN que hay en ellos. Otro plan, el
tados brutales les resulte más dificil salir indemnes, pero, Proyecto de Diversidad del Genoma Humano, trata de
desgraciadamente, la necesidad de esos antropólogos fo- hacer un inventario detallado de las variaciones genéticas
renses no se está reduciendo. existentes dentro de las poblaciones humanas y entre
Además de llevar a cabo trabajos de campo relevantes ellas. Estos proyectos aún están en marcha, pero su in-
en materia de derechos humanos, los antropólogos to- tención es ofrecer información crucial destinada a anali-
man parte activa en el seguimiento y castigo de las viola- zar la historia evolutiva humana. Por ejemplo, los datos
ciones de tales derechos. El Comité de Derechos Huma- disponibles en esos proyectos permitirán a los antropó-
nos de la Asociación Estadounidense de Antropología, logos físicos comprender mejor cuál es el ADN que con-
por ejemplo, investiga casos que van desde el etnocidio a trola cada rasgo fisico y cómo se adaptaron nuestros
la tortura y encarcelamiento de individuos. En ocasio- primeros antepasados a sus entornos. También nos per-
nes, los resultados de dichas investigaciones se canalizan mitirá tener un conocimiento más exhaustivo de la his-
hacia organizaciones como Amnistía Internacional y toria evolutiva que compartimos con nuestros parientes
producen a veces la intercesión directa de dirigentes po- primates no humanos más próximos. Finalmente, pro-
líticos u otras personalidades. porcionará a los estudiosos indicadores de diversidad
Como las malinterpretaciones de la diversidad bioló- fisica diferentes a los utilizados en el pasado, como eran
gica humana han producido abusos basados en ideas el grupo sanguíneo o el color de la piel.
«raciales», comprender a fondo las variaciones biológi- Sin embargo, aunque estos grandes proyectos interna-
cas que existen realmente en el mundo no sólo es impor- cionales de investigación proporcionen enormes canti-
tante desde el punto de vista académico, sino que tam- dades de datos que los antropólogos físicos podrán ana-
bién puede resultar útil para combatir tales errores. Una lizar y que quizá sirvan para refutar los estereotipos
de las formas que están utilizando los antropólogos fisi- raciales, también plantearán nuevos desafios morales. La
cos para estudiar las variaciones humanas es la que con- expansión gradual de la capacidad que tiene la tecnolo-
siste en realizar una descripción lo más completa posible gía biomédica para estudiar y solucionar los problemas
del genoma humano. Para ello se requiere tener mues- físicos del ser humano también suscita dilemas éticos y
228 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASC:ENDENQA 229

morales. Por el momento, apenas existe legislación para me presión demográfica que sufre Java, la isla más popu-
controlar la comercialización del ADN humano. Algu- losa del país, comunidades enteras han sido trasladadas
nos antropólogos físicos están especialmente preocupa- a otras islas. Algunas de esas comunidades transplanta-
dos por el poder político y económico que conlleva el das han permanecido en sus nuevos entornos y han lo-
proceso de recogida y análisis del material genético hu- grado rehacer su vida. Pero muchas, si no la mayoría, se
mano. La preocupación de quienes estudian ética bio- han visto acuciadas por enormes problemas. Uno de ellos
médica se ha centrado en los nuevos y revolucionarios es que la tradición agrícola javanesa de cultivo de arroz
métodos de alterar el ADN y, con él, la esencia del ser húmedo no siempre prospera en nuevos entornos medio-
humano. A los antropólogos les inquieta menos este ambientales. Durante años, esto puede producir malas
asunto, porque defienden que el cuerpo humano siem- cosechas, hambre y enfermedades que, con frecuencia,
pre ha sido una consecuencia de los procesos sociales. proceden de una alteración del ecosistema que genera
Sin embargo, la posible mercantilización de miembros, un aumento de la malaria y de otras dolencias transmiti-
genética u órganos humanos, así como su comercializa- das por mosquitos. Los antropólogos ecológicos ayudan
ción en el mercado libre, sí preocupa a los antropólogos, a conocer cómo pueden fracasar esos proyectos bienin-
porque podría acentuar las desigualdades materiales que tencionados y cómo podrían mejorarse. Otro dilema
ya sufren personas de todo el mundo. frecuente es el que plantea el hecho de que la creciente
Otra de las áreas antropológicas que combina el análi- demanda de electricidad en los países del tercer mundo
sis académico con las inquietudes prácticas es la antro- suele llevar a la construcción de embalses hidroeléctri-
pología ecológica. Los antropólogos de esta rama que cos. Esos proyectos de construcción de presas, general-
estudian la relación entre los entornos humanos y los mente diseñados «desde arriba» por los gobiernos cen-
medioambientales se suelen ver obligados a considerar trales, sin la participación de la población local, suelen
los efectos que tiene el «desarrollo» en todo el mundo. exigir el traslado de gran cantidad de personas. En uno
A medida que la globalización acelera la incorporación de esos casos, la construcción de la Presa de las Tres Gargan-
de las economías al sistema capitalista, los entornos y las tas del río Yangtsé, ha sido necesario reubicar a 1,2 mi-
personas cambian rápidamente. Con frecuencia, los an- llones de personas. El proyecto está muy retrasado a
tropólogos ecológicos revelan que lo que para el públi- causa de la generalizada resistencia al reasentamiento.
co en general pueden ser simplemente desastres natu- Hay críticos del plan, tanto chinos como occidentales,
rales, también son desastres sociales. Los proyectos de que señalan que la presa, además de alterar la vida de
desarrollo del tercer mundo fracasan a menudo porque millones de personas, destruirá el ecosistema circundan-
apenas se consulta a la población local, que es la más te y enterrará yacimientos arqueológicos.
afectada. Por ejemplo, durante casi veinte años el Banco Resulta interesante destacar que, con frecuencia, los
Mundial ha financiado proyectos de emigración masiva medios de comunicación occidentales presentan esos
dentro de Indonesia. Con la intención de aliviar la enor- dilemas centrándose más en los componentes natural y
230 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 231

arqueológico de la historia que en las personas más di- tropólogos hayan sido más observadores que activistas,
rectamente afectadas. Por ejemplo, los actuales conflic- pero la base participativa de su investigación planta una
tos armados de Ruanda y Uganda, en los que se enfrentan semilla que a veces da su fruto en forma de acción.
grupos étnicos locales que exigen una mayor autono-
mía política y económica, apenas tienen cobertura en los
medios estadounidenses, salvo cuando la guerra afecta a POR QUÉ LA ANTROPOLOGÍA TIENE QUE SER
las condiciones de vida del gran gorila de las montañas, NECESARIAMENTE APLICADA
cuyo territorio se solapa con el de esos grupos étnicos.
En este caso, parece que los gorilas despiertan más sim- Si la antropología es una disciplina académica, su labor
patías y que merecen más preocupación que los seres primordial es el aprendizaje académico. Dicho esto, las
humanos, aunque unos y otros se ven afectados por las funciones de la antropología aplicada se presentan en
mismas condiciones politicas. Otro ejemplo puede en- oposición a esta labor primordial. Dichas funciones se
contrarse en la cobertura informativa que recibió en Es- podrían resumir en tres: solución de problemas, gestión
tados Unidos la Primera Guerra del Golfo (1991). Aun- y difusión exterior. La solución de problemas conlleva
que la insistencia del gobierno estadounidense en una la elaboración de planes y políticas; la gestión se refiere
«guerra quirúrgica» permitió a la población norteameri- a la puesta en práctica de esas políticas, y la difusión ex-
cana creer que en el conflicto estaban muriendo pocos terior consiste en hacer correr la voz y publicitar lo que
civiles iraquíes, los medios de comunicación de EE.UU. se hace y por qué se hace. Todo esto ya se sabe y es apli-
detallaron cuidadosa y repetidamente la devastación que cable a cualquier esfuerzo destinado a «hacer el bien».
producían los bombardeos en enclaves históricos y reli- Cualquier disciplina académica realiza esas actividades;
quias culturales insustituibles. Una investigación dirigi- se aplica, gestiona y enseña; aparte de eso, los académi-
da por Catherine Lutz constató que el número de artícu- cos viven realmente en la mítica torre de marfil. Sin em-
los consagrados a estudiar el impacto de la guerra en bargo, la antropología es singular, debido a su método
esos lugares fue muchísimo mayor que el de los dedica- de aprendizaje primordial: el trabajo de campo. En su
dos a la muerte de civiles iraquíes' 8. investigación académica, la antropología es ya una la-
En pocas palabras, los antropólogos se implican en pro- bor aplicada, porque se implica en las actividades de los
blemas públicos mediante la investigación —ya sea forense, grupos humanos mediante la observación participante.
genética o etnográfica— y, a veces, movilizando esos estu- Durante el trabajo de campo, el antropólogo se enfrenta
dios con el fin de conseguir transformaciones. El activis- a problemas éticos, tiene que solventar otros de índole
mo, entre otros, de los defensores de los derechos huma- práctica y, le guste o no, todo eso le afecta tanto a él como
nos, fluye inevitablemente del conocimiento, sobre todo al grupo. Mi primer trabajo de campo en Indonesia me
cuando está claro que los abusos no cesan y que los pro- obligó a establecer ciertos tratos destinados a conseguir
blemas no se solucionan. Quizá tradicionalmente los an- dinero para una familia pobre con la que vivíamos. Más
LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 233
232

de treinta años después, sigo participando en la subsis- cómodos: el de quien documenta la vida del grupo para
tencia de otra familia indonesia, cuyo principal soporte conmemorarla y aclarársela, tanto a los que la están vi-
económico, un íntimo amigo, ha desaparecido a causa viendo como a sus descendientes.
de persecuciones políticas. Recientemente, por una sor- Ninguna de esas actividades se planeó como «antro-
prendente coincidencia, uno de los hijos de la primera pología aplicada». Surgieron, al igual que el trillado
familia ha comenzado a vivir cerca de nosotros y ha en- trabajo de campo de la mayoría de los etnógrafos, de las
trado a formar parte de nuestra vida de modo bastante relaciones que formaban parte del proceso investiga-
similar a como nosotros entramos a formar parte de la dor. ¿Acaso ese método compromete la pureza del apren-
suya hace tiempo. El trabajo de campo puede tener un dizaje académico? En un sentido estricto, sí puede ha-
noble propósito académico, pero se lleva a cabo en el cerlo. Por ejemplo, se puede ocultar información para
contexto de las necesidades y las relaciones humanas, de proteger a un informante o la reputación de un grupo; en
las que uno no puede escapar. ese caso, se otorga más prioridad a la relación que al
En un nivel más abstracto, el trabajo de campo con un puro y simple conocimiento. En un sentido más gene-
grupo, al estar éste compuesto de seres vivos, debe cons- ral, para contestar a esa pregunta hace falta reconside-
truirlo dicho grupo. Así lo hizo, de forma bastante direc- rar lo que se entiende por conocimiento etnográfico.
ta, el movimiento islámico Muhamadiya, dentro del cual Lo que el etnógrafo aprende no son sólo los «hechos»
trabajé en mi segundo trabajo sobre el terreno, también objetivos que el informante pueda enumerar, sino la
en Indonesia. Cuando participé en su campo de entrena- relación con esa persona. Uno de los componentes de
miento, me describían con humor como su «rama inves- dicha relación es la confianza entre el etnógrafo y el in-
tigadora». Me pidieron que interviniera en sus reunio- formante, que, en ciertas circunstancias, puede deter-
nes para compartir con ellos mi percepción del grupo. minar que el primero no lo revele todo. Esta posición
Cuando finalmente publiqué un libro sobre el tema, que ética nace de la perspectiva interpretativa mencionada
en parte ha sido traducido al indonesio, uno de los diri- en el capítulo segundo, la cual nos recuerda que la et-
gentes de Muhamadiya escribió un prefacio en el que nografía comunica la experiencia que tiene el etnógra-
astutamente describía su forma de interpretar mi fun- fo de una forma de vida; la confianza es uno de los
ción (recalcaba que yo siempre estaba tomando notas, componentes de esa experiencia.
situándome tanto en el papel de observador como en el Un ejemplo tomado del trabajo de campo: participo
de participante) 19 . En mi trabajo de campo actual, que en un campo de entrenamiento del grupo Muhamadiya.
discurre entre ciertos grupos fundamentalistas de los Allí escucho una conferencia pronunciada por uno de
Apalaches, los ancianos reconocen que nuestras cintas y los líderes del movimiento. Varios años después escribo
vídeos preservan su historia. Estos dos últimos ejemplos un libro sobre este grupo que incluye una sinopsis de la
ponen de manifiesto la existencia de una forma habitual conferencia. Menciono el nombre auténtico del orador y
de ver al antropólogo; se trata de uno de sus papeles más de otros dirigentes del grupo. Envío el manuscrito a la
234 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 235

Muhamadiya para que lo revisen (lo hago voluntaria- En este sentido, la antropología no puede dejar de ser
mente, no me lo piden). El conferenciante acaba de ser «aplicada».
elegido para ocupar un alto cargo del gobierno indone- Con el fin de sobrevivir y prosperar en el siglo xxi,
sio y, supongo que para evitar riesgos políticos, me pide nuestra disciplina trata de buscar y debe encontrar una
que elimine su nombre. Lo hago. En este caso, la aplica- sinergia entre la teoría y la práctica. A medida que la se-
ción de unos valores éticos (el etnógrafo no debe poner gunda se ha ido sustrayendo a cualquier aplicación prác-
innecesariamente en peligro a un informante) genera la tica y el ejercicio antropológico o antropología aplicada
pérdida de un dato. Al mismo tiempo, esa omisión es un se ha visto rechazado, considerándose no teórico, desfa-
dato en sí misma. El primero nos dice algo del objeto de sado desde el punto de vista conceptual o carente de in-
estudio, el segundo nos habla de la relación entre éste y terés intelectual, una y otra se han ido apartando. Sin
el etnógrafo. embargo, en otras disciplinas, la práctica ha sido el cata-
Posteriormente, uno de mis compañeros en el campo lizador de la teoría; el psicoanálisis constituye un ejem-
de entrenamiento se convierte en jefe de la organización, plo de teoría surgida de la práctica. Esta práctica clínica
que dice tener 28 millones de miembros, y, por tanto, suele ser un buen modelo de sinergia. En un hospital
ahora es uno de los líderes más poderosos de la cuarta universitario todo está en manos del médico clínico: tra-
nación más poblada del mundo. Mi trabajo de campo tar a los pacientes, enseñar a los médicos en prácticas,
estableció una relación y, de alguna forma, me veo en- investigar y dirigir investigaciones, realizando a un mis-
vuelto en debates que constituyen una pequeña parte del mo tiempo todas las funciones académicas (docencia,
proceso de formación de este nuevo país. servicio e investigación). Como parte de la práctica, el
La antropología aplicada nos devuelve a algo que com- trabajo de campo es similar, pero la disciplina necesita
prendimos anteriormente: hay que interpretar que el es- desarrollar ese potencial. El trabajo sobre el terreno
tudio de la cultura es tanto un método como una materia; puede proporcionar un núcleo de formas de aprendi-
el retrato de una «cultura» debe incorporar en su seno no zaje y de aplicación práctica que podría situar a la
sólo «qué» es esa cultura sino la «forma» de concebirla antropología, o a alguna transformación emanada de
que tiene el etnógrafo. La interrelación entre contenido y ella, entre las áreas principales que definieran la acade-
método está presente en cualquier estudio, pero la rela- mia y la sociedad del futuro. Quizá las dos esferas —la
ción entre los dos es especialmente cercana para el etnó- teoría y la práctica— hayan agotado su aislamiento. Ha
grafo, que forma parte de las vidas que constituyen el llegado el momento de que exista una sinergia efectiva
objeto de su aprendizaje. Cualquiera que sea el nivel aca- entre una práctica reflexiva y una investigación relacio-
démico del asunto investigado, si el estudio se realiza en nada con ella.
compañía de unos «nativos» que se unen al etnógrafo
para interpretar su propia forma de vida, la empresa del
primero formará parte de la existencia de los segundos.
236 LA LErrrE AhrrRopoLóGicA 3. TRASCENDENCIA 237

EL MODELO POSITIVISTA Y EL INTERPRETATIVO: Emulando este modelo positivista de la ciencia y la in-


IMPLICACIONES PRACTICAS geniería, la antropología aplicada sería una ingeniería so-
cial. Al igual que el ingeniero basa sus proyectos en la físi-
A pesar de sus diferencias, el modelo positivista y el in- ca, el antropólogo seguiría los principios de la antropología
terpretativo tienen mucho en común. En vez de limitarse social y cultural para diseñar sus planes de cambio social y
a la introspección, ambos trabajan empíricamente: ob- cultural.
servando acontecimientos del mundo. Los dos sistema- Incluso este modelo científico alberga incertidumbre
tizan y generalizan, en lugar de recluirse en la evocación cuando entra en juego el conocimiento. La incertidum-
literaria o poética. Uno y otro comportan subjetividad y bre radica en dos áreas. La primera tiene que ver con el
objetividad porque, después de todo, quien hace el aná- conocimiento. Las correlaciones no son absolutas ni si-
lisis es el analista; no existe ningún corpus de datos al quiera en la ciencia; sólo son probables. Sólo hasta cierto
margen de él. Finalmente, ambos pueden ser meticulo- punto (que se puede calibrar matemáticamente) se puede
sos y precisos. Sería enormemente erróneo dar la impre- estar seguro de que si tiene lugar X también se producirá Y.
sión de que la ciencia positivista es analítica y lógica, y Una de las razones es que en el mundo siempre existen
que el enfoque interpretativo es impresionista o intuiti- factores que complican las cosas, es decir, ocurre X pero
vo. Para realizar trabajos excelentes con uno u otro mé- también Z. Esa incertidumbre, desconcertante en las cien-
todo se necesitan análisis meticulosos. cias naturales, lo es aún más en las sociales, a causa de las
Hay una importante diferencia de procedimiento. En complejidades de la conducta y el pensamiento humanos.
el modelo positivista, la observación o el experimento de La segunda zona de incertidumbre concierne a los valo-
tipo sistemático conduce a la comprobación de las hipó- res. Aunque se tenga un conocimiento perfecto, habrá que
tesis y a la formulación de leyes generales. Éstas, a su vez, decidir lo que se hace. Presupongamos que disponemos
se subsumen en determinados fenómenos, como los re- de una teoría científica que nos enseña perfectamente
sultados de las observaciones y los experimentos, y así cómo industrializar todo el mundo. ¿Lo haríamos? La res-
los explican. Este tipo de modelo se conoce con el nom- puesta dependerá de nuestros valores. Quizá valoremos
bre de «hipotético-deductivo»: un experimento pone a las formas de vida agrarias y tradicionales más que las indus-
prueba una hipótesis que se deduce de una ley o teoría. triales y modernas; de manera que dudaríamos (esos dile-
Así concebida, la ciencia conduce a la ingeniería. Los mas condujeron al presidente estadounidense Harry Tru-
experimentos llevan a las leyes y éstas a las aplicaciones. man a solicitar un «economista con una sola mano»;
El ingeniero electricista parte de las leyes eléctricas Truman se quejaba de que sus asesores económicos siem-
desarrolladas por la fisica para realizar proyectos que in- pre estaban diciendo «pero, por otro lado...»*).
dican el emplazamiento de unos conductos y cables que * En inglés, «por otro lado» se dice «on the other hand», utilizando
conforman los circuitos eléctricos que iluminan los edi- otro sentido de la palabra «hand» (`mane); de ahí la humorística soli-
ficios y ponen en marcha las máquinas. citud de Truman. [N. del T.]
238 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 239

El modelo interpretativo incluye todas las considera- No obstante, pese al carácter provisional de su análisis
ciones anteriores pero también va más allá de ellas. No de una determinada situación, el analista puede contri-
admitiría la posibilidad de tener un conocimiento per- buir a la acción. Puede ahondar en la interpretación.
fectamente objetivo de una situación, puesto que el co- Puede aguzar la percepción de cómo una determinada
nocimiento siempre guarda relación con el conocedor. acción es susceptible de producir cierta consecuencia y
El modelo positivista puede incluirse en la perspectiva qué puede suponer ésta para el conjunto de la situación.
interpretativa si siempre se considera no sólo el conoci- Puede incluso sugerir comparaciones entre el coste y el
miento propuesto, sino el contexto de esa proposición: beneficio de diferentes acciones. Pero su análisis será ne-
cuáles son las premisas subyacentes y qué clase de sesgos cesariamente imperfecto, de ahí que sus recomendacio-
reflejan. Esas consideraciones obligan a una formulación nes, decisiones y acciones —si es que llega a actuar— sean
provisional tanto de la teoría como de sus implicaciones una especie de salto de fe kierkegaardiano. Como señala
prácticas, al tiempo que impiden la presentación de Weber, la diferencia entre la ciencia y la fe es mínima, y la
un plan de acción inferido objetiva y automáticamente acción le exige al científico que cruce esa frontera.
de la ley científica y de los hechos. Como el mismo Weber ejemplificó, y también otros
En esta situación, ¿dónde queda el activista? Podemos antropólogos, la acción puede comportar liderazgo. Joh-
aprovecharnos aquí del análisis y del ejemplo de Max netta Cole, por ejemplo, como presidenta del Spelman
Weber, a cuyo pensamiento tanto debe todo lo anterior- College de Atlanta, ha inspirado a las mujeres negras es-
mente expuesto. Weber defendió con energía que el ana- tadounidenses y a muchas otras con su perspicacia y su
lista debe dejar sus limitaciones completamente claras. obra. La antropología y el antropólogo —el ser humano—
No hacerlo así y formular análisis con el aura de certeza están unidos en un liderazgo que supera el marco de los
que los legos atribuyen a la ciencia es engañoso, y enga- debates e investigaciones de la disciplina, yendo directa-
ñar, cuando de lo que se trata es de una elección que mente a los problemas e impulsando a otras personas
conduce a una acción con graves consecuencias para la hacia un creativo cambio cultural.
humanidad, puede ser más trascendente que engañar en
un caso que sólo afecta al conocimiento 20.
Entonces, ¿debe el analista abandonar la acción? No LA RELEVANCIA DE LO IRRELEVANTE: LA ANTROPOLOGÍA
fue ésta la conclusión de Weber. Él mismo participó COMO ANTÍDOTO
activamente en política; fue un gestor, uno de los arqui-
tectos de la reconstrucción alemana tras la Primera Nos preocupan problemas acuciantes, que van desde el
Guerra Mundial. Ni aconsejó ni vivió una vida de pura hambre y la superpoblación a la omnipresente amenaza
y simple contemplación, pero insistió en la necesi- de holocausto nuclear. Aún más cerca de nosotros, so-
dad de definir con claridad el papel del analista en la mos conscientes de que existen sufrimientos y penalida-
acción. des, pero tratamos de negar esa realidad. Leemos noti-
240 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 241

cias sobre la superpoblación y la muerte por inanición, po en el que trabajan. También es cierto que un determi-
aparentemente insuperables, de las poblaciones de la In- nado tipo de antropología se aplica sistemáticamente.
dia o Africa, pero basta con mirar a nuestro alrededor Pero los hallazgos de la antropología son con frecuencia
para ver a gente que pasa frío y hambre. esotéricos y dificiles de relacionar con problemas prácti-
Si las tragedias humanas cercanas no nos conmueven, cos. En las ciencias naturales está clara la relación exis-
¿quién puede ignorar otras de tipo sistemático como la tente entre la teoría y la aplicación; todo el mundo se da
destrucción aparentemente imparable del medio am- cuenta de que los antibióticos no se podrían haber desa-
biente por parte de todos, desde los promotores inmo- rrollado sin la bioquímica y que los ordenadores no ha-
biliarios al gobierno; la limpieza étnica, la tortura, las brían surgido sin las matemáticas. Sin embargo, en las
cárceles y los flagrantes excesos de una economía obse- letras, entre ellas la antropología, la relación entre teoría
sionada con el consumidor? Los antropólogos se lamen- y aplicación no es tan evidente. Las consideraciones in-
tan y actúan para impedir que los pueblos tribales sean terpretativas hacen aún más problemática esa relación.
diezmados cuando la llamada civilización destruye sus La antropología afronta el desafio de la relevancia de
hábitats. dos maneras. En primer lugar, lo hace mediante la antro-
A la vista de estas situaciones, uno puede verse impul- pología aplicada. A pesar de las complejidades que con-
sado, por la culpa u otro sentimiento, a «hacer algo». Los lleva uncir el conocimiento antropológico a la práctica,
valores occidentales alientan la acción, y éste es un énfa- existe un impresionante cuerpo de profesionales de la
sis que la antropología no ha perdido de vista, de ahí su antropología aplicada escalando posiciones en áreas prác-
empuje hacia la aplicación y el compromiso. Ya sea en la ticas. Puede que en ocasiones la antropología aplicada se
medicina, el trabajo social u otras áreas afines, servir es, parezca al sentido común, pero, con frecuencia, un exa-
incluso en una sociedad individualista y egoísta como la men cuidadoso nos desvela la existencia de un sentido
nuestra, la labor más inequívocamente justificable. Cual- poco común. El holismo, la sensibilidad hacia la cultura,
quier empeño que no contribuya directa y evidente- el método de la observación participante —en suma, la
mente a la supervivencia y a aliviar el sufrimiento será perspectiva antropológica— han demostrado su utilidad
siempre cuestionado, quizá sobre todo por quienes lo con sorprendente contundencia en diversos proyectos
realizan. prácticos.
La antropología, como muchas otras disciplinas aca- Sin embargo, la justificación definitiva para estudiar
démicas, se pone a la defensiva frente a las considera- antropología no radica en la solución de este o aquel
ciones pragmáticas. Evidentemente, es cierto que la an- problema práctico, ni en la elaboración de una determi-
tropología tiene que ser algo necesariamente aplicado nada política. Tampoco una disciplina tiene por qué jus-
porque realiza sus investigaciones entre la gente y, para tificarse en términos prácticos tan estrictos. No es viable
bien o para mal, todos los trabajadores de campo se ven un énfasis del todo pragmático, ni siquiera si el criterio
envueltos en actividades que afectan a las vidas del gru- de utilidad propio es que una actividad contribuya a la
242 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 243

pervivencia de la especie. Estableciendo una analogía tar la rueda. Además, la sociedad sería como un caballo
biológica, podríamos decir que está claro que el organis- sin jinete, carecería de dirección (estado éste al que algu-
mo no sólo debe adaptarse a las presiones medioam- nos creen que nos aproximamos). Dicho en pocas pala-
bientales inmediatas sino que también tiene que resolver bras, mediante una prolija defensa de algo que puede
otros problemas; por ejemplo, debe reproducirse. Si no parecer obvio, aunque pocas veces se detengan en ello
lo hace, al margen de la habilidad que muestre cada so- quienes participan de un pragmatismo tan simplón
lución práctica, la especie se extinguirá. La reproducción como dominante en nuestra cultura, no sólo se puede
conlleva complicados procesos genéticos que presentan justificar la acción pragmática, sino el mantenimiento de
pautas de adaptación que se transmiten a la siguiente ge- unos cimientos culturales que constituyen la base de la
neración. El sociólogo Talcott Parsons explicó este asunto acción.
de manera más exhaustiva al señalar que cualquier siste- En consecuencia, la antropología no sólo es relevante
ma, ya sea biológico, social o personal, debe realizar un cuando distribuye anticonceptivos o gestiona plantacio-
mínimo de dos tipos de funciones: por una parte, la nes. Ocupa un lugar entre los esfuerzos por reflexionar
«adaptativa» —que comporta la producción y moviliza- sobre las cuestiones más profundas y acuciantes de la
ción de recursos destinados a solucionar problemas humanidad. Esas cuestiones pueden ser tan generales
«prácticos»— y, por otra, la de «mantenimiento de pau- como: ¿hacia dónde va la historia humana? o ¿qué carác-
tas»21 . Esta segunda función es análoga a la de la repro- ter tiene la naturaleza humana? Su relevancia puede ser
ducción biológica; conlleva la presentación y transmi- tan amplia como la de: ¿cómo podemos encontrar co-
sión de las pautas que guían todos los procesos dentro munidad y significado? Pueden ser apremiantes, como:
del sistema, entre ellos el adaptativo. En una sociedad, las ¿de qué manera podemos evitar la guerra nuclear, la lim-
instituciones económicas, políticas y de servicios son pieza étnica, las adicciones o la violación de los derechos
las que más evidentemente ejemplifican esa función de humanos? La contribución de la antropología consiste
adaptación, mientras que las instituciones familiares, en ampliar el marco de debate. Puede preguntarse por
educativas y religiosas que formulan y transmiten el co- los presupuestos subyacentes en cada perspectiva, entre
nocimiento, los valores, las creencias y los símbolos —en ellos los culturales, y, reforzada por el conocimiento in-
una palabra, la cultura— encarnan la función de mante- tercultural, considerar las consecuencias en su sentido
nimiento de las pautas. Si un sistema sólo solucionara más amplio. Por ejemplo, la antropología puede refle-
los problemas prácticos inmediatos (es decir, si sólo se xionar sobre si las propuestas actuales en materia de me-
«adaptara»), estaría lisiado en su capacidad de adapta- dio ambiente o nuestra búsqueda de comunidad incor-
ción a largo plazo, porque no «mantendría pautas» con poran suficientemente todo el espectro de posibilidades
las que preservar y transmitir lo aprendido mediante la humanas, o si el debate está excesivamente limitado por
experiencia; cada nuevo problema se afrontaría desde las premisas de la cultura contemporánea u occidental.
una total ignorancia y cada generación volvería a inven- Cualquiera que sea el problema, la antropología, junto a
244 LA LENTE ANTROPOLÓGICA 3. TRASCENDENCIA 245

la filosofia y otras disciplinas, nos incita a examinar nues- sos, no diluidos en la domesticación civilizada. Y, cual-
tra conducta, nuestros valores y nuestras vidas, con el fin quiera que sea su materia de estudio, siempre participará
de evaluar los presupuestos que nos guían y las conse- en el meollo de la cuestión: en costumbres cotidianas,
cuencias de nuestros actos, sondeando esos asuntos con que van desde la excreción a la copulación, del naci-
tanta profundidad, capacidad crítica y amplitud como miento a la muerte, y que se revelan en el contacto direc-
podamos. Sin embargo, los antropólogos no son profe- to en vez de ocultarse tras los mitos y refinamientos de la
tas, ni su disciplina una profecía. La antropología tiene alta cultura. Al buscar antiguos y humildes orígenes en-
sus visiones y sueños, pero no puede atribuirse un ori- tre los primates, el antropólogo revela de nuevo su gusto
gen divino: sólo un imperfecto conocimiento humano. por lo elemental. En todas esas tendencias comparte una
Como ya debería estar meridianamente claro, la antro- visión del mundo a veces denominada «realista»: una for-
pología está plagada de sus propios sesgos y presupues- ma de observar que favorecen las ciencias naturales y
tos. Su perspectiva, al igual que otras, incluye como requi- ciertos tipos de literatura, arte y filosofía, así como lo que
sito la reflexión crítica sobre sí misma, incluso mientras llamamos sentido común.
se utiliza como guía. En cierto modo, la antropología también es partidaria
de un enfoque suave. Para no percibir con demasiada
nitidez cada uno de los objetos, y perder de vista su po-
Luz fuerte y enfoque suave sición dentro del contexto, los antropólogos observan
fijamente pero con visión panorámica, tratando de en-
La luz fuerte graba las formas marcadamente. En el aire trever el primer plano y el fondo, y llegando a incluirse
despejado del desierto o la montaña, el sol relumbra, ellos mismos en la imagen. Conscientes de que cualquier
perfilando las escarpadas cimas montañosas, las líneas objeto, cualquier acto, es una convergencia de múltiples
rectas de los edificios, los músculos y las arrugas de los fuerzas, tratan de captar todo el paisaje, sacrificando ne-
seres humanos. cesariamente la precisión focal en beneficio de la ampli-
A veces, en los retratos fotográficos, los rostros huma- tud de perspectiva.
nos se muestran utilizando un «enfoque suave». Es decir, De esta imagen dual —una luz fuerte y un enfoque sua-
la cara se difumina, en vez de manifestarse con cristalina ve— surgen algunas de las cuestiones complementarias
nitidez. El objeto no se diferencia profundamente ni del de la perspectiva antropológica. La luz fuerte alude tanto
fondo ni del primer plano, sino que se funde con su en- a un sólido realismo, cimentado en la observación deta-
torno, como si se viera entre brumas. llada de la vida en circunstancias rigurosas, como a la
Esas dos formas de percepción, aparentemente opues- búsqueda de lo básico y lo elemental. El enfoque suave
tas, sustentan la perspectiva antropológica. El antropó- señala la existencia de una perspectiva abierta y crítica,
logo busca sus objetos de estudio con una luz fuerte. de una amplia visión holística que incluye el mundo y
Tradicionalmente, los ha estudiado en entornos riguro- también al perceptor, incorporando al mismo tiempo las
246 LA LENTE ANTROPOLÓGICA

interpretaciones compartidas que se conocen con el nom-


bre de cultura. Notas bibliográficas
No obstante, esta imagen, al igual que la propia idea de
«perspectiva», sólo capta parcialmente el significado de la
antropología. Cualquier declaración relativa a dicha pers-
pectiva no será más que una conceptualización de las ac-
tividades de los antropólogos. La antropología es lo que
hacen los antropólogos: lo que descubren, escriben, ense-
ñan y practican, así como lo que ven y piensan. El marco
que determina esas actividades y la imagen que se forma a
partir de ellas cambiará como lo hacen esas mismas acti-
vidades, exigiendo siempre nuevas formulaciones de la
perspectiva antropológica. Los nuevos usos reclaman nue-
vas lentes; las nuevas lentes, nuevas fórmulas para descri- 1. Materia
birlas.
1.Edward Tylor, Primitive Culture, Nueva York: Harper & Row, 1958
(ed. original, 1871), vol. 1, p. 1. [Ed. cast.: Cultura primitiva, Ma-
drid: Ayuso, 1977].
2.Edward Hall, The Silent Language, Nueva York: Doubleday, 1959
[Ed. cast.: El lenguaje silencioso, Madrid: Alianza Editorial, 1990].
3.Thomas Hobbes, Leviathan, Baltimore: Penguin, 1968 (ed. original,
1651) [Ed. cast.: Leviatán: la materia, forma y poder de un estado
eclesiástico y civil, Madrid: Alianza Editorial, 2004].
4.Émile Durkheim, The Rules of Sociological Method, Nueva York:
Free Press, 1938 (ed. original, 1895), pp. XLVII-LVIII, pp. 1-13 [Ed.
cast.: Las reglas del método sociológico y otros escritos, Madrid: Alian-
za Editorial, 2004].
5.Émile Durkheim, The Elementary Forms of the Religious Life, Nueva
York: Crowell Collier & Macmillan, 1961 (ed. original, 1912) [Ed.
cast.: Las formas elementales de la vida religiosa: el sistema totémico
en Australia, Torrejón de Ardoz: Akal, 1992].
6.Entre los estudios clásicos de tales sociedades se encuentran los de
Bronislaw Malinowski, Argonauts of the Western Pacific, Londres:
Routledge, 1922 [Ed. cast.: Los argonautas del Pacífico Occiden-
tal: un estudio sobre comercio y aventura entre los indígenas de los
archipiélagos de la Nueva Guinea melanésica, Barcelona: Penínsu-
la, 1975]; E. E. Evans-Pritchard, The Nuer, Nueva York: Oxford
University Press, 1940 [Ed. cast.: Los nuer, Barcelona: Anagra-

247
248 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 249

ma, 1997]; y Raymond Firth, We, The Tikopia, Londres: Allen & 28.Alfred M. Tozzer, «Biography and Biology», en Clyde Kluckhohn y
Unwin, 1936. Henry A. Murray, eds., Personality in Nature, Society, and Culture
7.Walter B. Connon, «"Voodoo" Death», American Anthropologist, (2s ed.), Nueva York Knopf, 1959, p. 233.
vol. 44, 1942, pp. 169-181. 29.Neil Hickey, «Crystal Gayle: The Coal Miner's Daughter Is Tough»,
8.Victor W. Turner, Drums ofAffliction, Nueva York: Oxford Univer- TV Guide, 12-18 de mayo de 1984, p. 35.
sity Press, 1968. 30.Margaret Mead, Sex and Temperament in Three Primitive Societies,
9. Gregory Bateson, Steps to an Ecology of Mind, Nueva York Bailan- Nueva York New American Library, 1962 (ed. original, 1950) [Ed.
tine, 1972. cast.: Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas, México
10.Gregory Bateson, Mind and Nature: A Necessary Unity, Nueva York: D.F.: Paidós, 1990].
Dutton, 1979. 31.Franz Boas, «Changes in the Bodily Forms of Descendants of Im-
11.Gregory Bateson, Steps to an Ecology of Mind, pp. 458-459. migrants», en Race, Language, and Culture, Nueva York Penguin,
12.Evans-Pritchard, The Nuer, p. 18. 1970, pp. 16-20.
13.G. Clark, «Morbid Instrospection: Views of Psychopathology in 32.American Journal of Physical Anthropology, vol. 101, 1996, pp. 569-
Victorian Britain», ponencia presentada en el Seminario sobre His- 770.
toria de la Medicina, Trinity College, Universidad de Oxford, pri- 33.Edmund Leach, Claude Lévi-Strauss, Nueva York: Penguin, 1970,
mavera de 1981. pp. 16-20. [Ed. cast.: Lévi-Strauss, antropólogo y filósofo, Barcelona:
14.Joseph Needham, «Chinese Alchemy», ponencia presentada en la Anagrama, 1970].
Universidad de Oxford, primavera de 1981. 34.Claude Lévi-Strauss, Structural anthropology (trad. Claire Jacob-
15.James L. Peacock, Muslim puritans, Berkeley: University of Califor- son y Brooke Grundfest Schoppf), Nueva York: Basic Books, 1963,
nia Press, 1978. pp. 206-231 [Ed. cast.: Antropología estructural, Barcelona: Paidós
16.Max Weber, The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, Ibérica, 2000].
Londres: Allen and Unwin (la ed. 1904-1905) [Ed. cast.: La éti- 35.Clifford Geertz, «Ritual and Social Change: A Javanese Example»,
ca protestante y el espíritu del capitalismo, Barcelona: Península, American Anthropologist, vol. 59, 1957, p. 35.
1989]. 36.Ferdinand Tónnies, Community and Society (traducción e intro-
17.W. E. H. Stanner, «The Dreaming», en W. A. Lessa y E. Z. Vogt, eds., ducción de Charles P. Loomis), East Lansing: Michigan State Uni-
Reader in Comparative An Anthropological Approach, Nue- versity Press, 1957 (ed. original 1887) [Ed. cast.: Comunidad y So-
va York Harper & Row, 1958. ciedad, Buenos Aires: Losada, 1947].
18.Rodney Needham, Belief, Language, and Experknce, Oxford, Ingla- 37.Émile Durkheim, The Division of Labor in Society, Nueva York Mac-
terra: Blackwell, 1972. millan, 1933 (ed. original, 1893) [Ed. cast.: La división del trabajo
19.Alfred North Whitehead, Science and the Modern World, Nueva social, Madrid: Akal, 1987].
York: Macmillan, 1954 (ed. original, 1925), pp. 51-58. 38.Max Gluckman. ed., Essays on the Ritual of Social Relations, Man-
20.Gregory Bateson, Naven, Stanford: Stanford University Press, 1958 chester: Manchester University Press, 1963.
(ed. original, 1936), p. 262. 39.Mary Douglas, Natural Symbols: Explorations in Cosmology, Nueva
21.Ibídem. York Random House, 1973 [Ed. cast.: Símbolos naturales: explo-
22.Lincoln Barnett, The Universe and Dr. Einstein, Nueva York Harper raciones en cosmología, Madrid: Alianza Editorial, 1988]; Cultural
Bros., 1948, p. 8. Agradezco a John Baggett su ayuda en la prepara- Bias, Londres: Royal Anthropological Institute, 1978.
ción de este apartado y del siguiente. 40.Victor Turner, The Ritual Process, Hawthorne, NY: Aldine Press,
23.Ibídem. 1969 [Ed. cast.: El proceso ritual: estructura y antiestructura,Ma-
24.Ibídem. drid: Taurus, 1988].
25.Ibídem, p. 9. 41.Solomon Asch, Social Psychology, Englewood Cliffs, NJ: Prentice
26.Ibídem. Hall, 1952, pp. 451-459 [Ed. cast.: Psicología social, Buenos Aires:
27.Ibídem. Eudeba, 1968].
250 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 251

42.F. J. Roethlisberger y William J. Dickerson, «The Organization of 54.Véase, por ejemplo, Ulf Hannerz, «Scenarios for Peripheral
the Primary Working Group», en Management and the Worker, Cultures», en Anthony King, ed., Culture, Globalization and the
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1939, pp. 493-510. World-System: Contemporary Conditions for the Representation
43. Edward A. Shils y Morris Janowitz, «Primary Group Loyalty in Mi- of Identity, Binghamton, NY: SUNY Press, 1999; y Transnational
litad Action», en Walter Goldschmidt, Exploring the Ways of Man- connections: Culture, People, Places, Londres y Nueva York: Rout-
kind, Nueva York: Holt, Rinehart & Winston, 1996 (ed. original, c. ledge, 1996.
1960), pp. 296-301. 55.Michel Foucault, Madness and Civilization: A History of Insanity in
44.Turner, Drums of Affliction. the Age of Reason; The History of Sexuality: An Introduction, Nue-
45.Geoffrey Gorere y John Rickman, The People of Great Russia: A Psy- va York: Random House, 1978, véanse también los vols. 2 y 3 [Ed.
chologial Study, Londres: Cressett, 1949. cast.: Historia de la locura en la época clásica, México: Fondo de
46.Gregory Bateson y Margaret Mead, Balinese Character: A Photogra- Cultura Económica, 1985; e Historia de la sexualidad, Madrid: Si-
phic Analysis, Special Publications 2, Nueva York: New York Acade- glo XXI, 1980-1995]; Discipline and Punish: The Birth of the Prison,
my of Sciences, 1942. Nueva York: Vintage Books, 1979 [Ed. cast.: Vigilar y castigar: naci-
47.John Whiting e Irving L Child, Child Training and Personality: A miento de la prisión, Madrid: Siglo XXI, 1986]; The Order of Things: An
Cross-cultural Study, New Haven, CT: Yak University Press, 1953. Archaeology of the Human Sciences, Londres: Tavistock Publicatio-
48.Max Weber, Economy and Society, ed. Guenther Roth y Claus Wit- ns, 1970, p. 370 [Ed. cast.: Las palabras y las cosas: una arqueología
tich, Nueva York: Bedminster, 1968 (ed. original, 1921-1922), pp. de las ciencias humanas, Madrid: Siglo XXI, 1997].
8-9; 20-21, 57 [Ed. cast.: Economía y sociedad, México, D.F.; Fondo 56.Michael Foucault, The Order of Things, p. 370.
de Cultura Económica, 1944]. Un estudio profundo de la cultura 57.Edward Said, Orientalism, Nueva York: Pantheon Books, 1978 [Ed.
consideraría las formas simbólicas que constituyen el significado cast.: Orientalismo, Madrid: Ediciones Libertarias, 1990].
-la lengua, el ritual, las artes- y las sutiles acciones e interacciones 58.Margaret Mead, Male and Female: A Study of the Sexes in a Changing
con las que se crean y comparten tales significados. Los estudios so- World, Nueva York: W. Morrow, 1949 [Ed. cast.: Masculino y feme-
bre la semántica y la estructura del lenguaje han tenido una especial nino, Madrid: Minerva, 1994].
influencia en la configuración de la idea antropológica de cultura. 59.Chandra Mohanty, «Under Western Eyers: Feminist Scholarship
Aun a riesgo de objetualizar la cultura, como si fuera una entidad and Colonial Discourses», en Chandra, Ann Russo y Lourdes Torres,
cuya existencia es independiente de las formas, acciones e interac- eds., Third World Women and the Politics of Feminism, Blooming-
ciones que la encarnan, este capítulo se centra en el primer paso del ton, IN: University of Indiana Press, 1991.
estudio cultural: lograr una comprensión de las pautas generales de 60.Gayatri Spivak, «In a Word» (entrevista con Ellen Rooney), Differen-
la cultura y de su penetrante poder. ces, vol. 1, n° 2, 1989, pp. 124-156.
49.Oliver Boyd-Barrett, Global Dialogue, 1999, vol. 1, no 1, pp. 56-69. 61.JudithButler, Gender Trouble: Feminism and the Subversionofidentity,
50.National Geographic, vol. 195, n° 8, 1999. Nueva York: Routledge, 1990 [Ed. cast.: El género en disputa: el femi-
51.Aihwa Ong y Donald Nonini, eds. Ungrounded Empires: The Cul- nismo y la subversión de la identidad, México: Paidós y UNAM, 2001 ] .
tural Politics of Modern Chinese Transnationalism, Nueva York: Rout- 62.Donna Haraway, Simians, Cyborgs, and Women: The Reinvention
ledge, 1997. of Nature, Nueva York: Routledge, 1990 [Ed. cast.: Ciencia, cyborgs
52.Ien Ang, Desperately Seeking the Audience, Nueva York: Routledge, y mujeres: la reinvención de la naturaleza, Madrid: Cátedra, 1995].
1991.
53.Arjun Appadurai, «Global Ethnoscapes: Notes and Queries for a
Transnational Anthropology», en Arjun Appadurai, Modernity at
Large: Cultural Dimensions of Globalization, Minneapolis: Univer- 2. Método
sity of Minnesota Press, 1996 [Ed. cast.: La modernidad desbordada:
dimensiones culturales de la globalización, Buenos Aires: Fondo de 1. E. E. Evans-Pritchard, The Nuer, pp. 12-13 [Ed. cast.: Los nuer (trad.
Cultura Económica, 2001]. Carlos Manzano), Barcelona: Anagrama, 1997, p. 25].
252 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 253

2.Boris Pasternak, Dr. Zhivago, Nueva York Pantheon, 1958, pp. 270-271 Editorial, 2004]; Ruth Benedict, Thai Culture and Behavior (trabajo
[Ed. cast.: Doctor Jivago (trad. Fernando Gutiérrez), Barcelona: Pla- inédito escrito durante la Segunda Guerra Mundial y que data de
neta, 1984, pp. 222-223]. septiembre de 1943), Ithaca, NY: Southeast Asia Program, Depart-
3.Claude Ikvi-Strauss, Tristes Tropiques (trad. John Russell), Nueva ment of Far Eastern Studies, Cornell University, 1952. Data Paper
York: Criterion, 1961, p. 17 [Ed. cast.: Tristes trópicos (trad. Noelia No 4.
Bastard), Barcelona: Paidós, 1992, 2• ed., p. 19]. 19.Victor Turner, Schism and Continuity in an African Society: A Study
4. Reseña de David Maybury-Lewis, The Savage and the Innocent, en of Ndembu Village Life, Manchester: Manchester University Press,
The Times Literary Supplement, 27 de mayo de 1965, p. 420. 1957; Victor Turner, «Mukandu: The Rite of Circumcision», en
5.Mary Margaret Steedly, Hanging by a Rope: Narrative Experience in The Forest of Symbols, Ithaca, NY: Cornell University Press, 1967,
Colonial and Postcolonial Karoland, Princeton, NJ: Princeton Uni- pp. 151-277 [Ed. cast.: La selva de los símbolos: aspectos del ritual
versity Press, 1993. tutembu, Madrid: Siglo XXI, 1980].
6.Clifford Geertz, The Interpretation of Cultures, Nueva York: Basic, 20.Clifford Geertz, «Deep Play: Notes on the Balinese Cockfight», en
1973, pp. 412-417 [Ed. cast.: La interpretación de las culturas, Bar- The Interpretation of Cultures, Nueva York: Basic, 1973, pp. 412-453
celona: Gedisa, 1988]. [La interpretación de las culturas, Barcelona: Gedisa, 1981].
7.Alan Lomax, Folk Song Style and Culture, Washington, D.C.: Ame- 21.E. E. Evans-Pritchard, Social Anthropology and Other Essays, Nueva
rican Association for the Advancement of Science, 1968; Roger York: Free Press, 1962, p. 61.
D. Abrahams, Deep Down in the Jungle (l • ed. rev.), Hawthorne, 22.Geertz, Interpretation of Cultures, pp. 16 y 26.
NY: Aldine, 1970; Henry Glassie, Folk Housing in Middle Virginia, 23.James Clifford y George E. Marcus, eds., Writing Culture: The Poe-
Knoxville: University of Tennessee Press, 1975. tics and Politics of Ethnography: A School of American Research Ad-
8.George Devereux, Reality and Dream: Psychotherapy of a Plains In- vanced Seminar, Berkeley, CA: University of California Press, 1986.
dian, Nueva York: International Universities Press, 1951. 24.Needham, Against the Tranquility of Axioms, p. 33.
9.Rodney Needham,Against the Tranquility of Axioms, Berkeley: Uni-
versity of California Press, 1983, p. 33.
10.Ibídem, p. 62.
11.Rodney Needham, Primordial Characters, Charlottesville: Univer- 3. Trascendencia
sity of Virginia Press, 1978; Reconnaissances, Toronto: University of
Toronto Press, 1980. 1.H. G. Wells, «The Time Machine», en The Complete Short Stories of
12.Marshall Sahlins y Elman R. Service, eds., Evolution and Culture, H.G. Wells, Nueva York: St. Martin's, 1974 [Ed. cast.: La máquina
Ann Arbor: University of Michigan Press, 1960, pp. 93-112. del tiempo, Madrid: Alianza Editorial, 2004].
13.Rodney Needham, Remarks and Inventions: Skeptical Essays About 2.Fred Hoyle, Ice, the Ultimate Human Catastrophe, Nueva York:
Kinship, Nueva York: Harper & Row, 1974, p. 47. Continuum, 1981.
14.Edmund Leach, «Rethinking Anthropology», en Rethinking Anthropo- 3.Clyde Kluckhohn, Mirror for Man: The Relations of Anthropology to
logy, Atlantic Highlands, NJ: Humanities, 1971 [Ed. cast.: Replan- Modem Life, Nueva York: Whittlesey House, 1949, pp. 168-172.
teamiento de la antropología, Barcelona: Seix Barral, 1971]. 4.Ibídem, p. 171.
15.Lévi-Strauss, Tristes Tropiques, p. 160. 5.Alan Holmberg, «The Research and Development Approach to the
16.Bronislaw Malinowski, Argonauts of the Western Pacific, Londres: Study of Change», Human Organization, vol. 17, n° 1, primavera de
Routledge, 1922 [Ed. cast.: Los argonautas del Pacífico occidental, 1958, pp. 12-16.
Barcelona: Península, 1973]. 6.Hazel H. Weidman, ponencia presentada en la Mesa Redonda sobre
17.Ruth Benedict, Patterns of Culture, Boston: Houghton Mifflin, 1934 Antropología Médica de la Asociación Estadounidense de Antropo-
[Ed. cast.: El hombre y la cultura, Barcelona: Edhasa, 1989]. logía, Toronto, 1972. También debatido en el Newsletter de la misma
18.Ruth Benedict, The Chrysanthemum and the Sword, Boston: Houghton asociación, vol. 20, n° 10, diciembre de 1979, pp. 6-7, «Profile of an
Mifflin, 1946 [Ed. cast.: El crisantemo y la espada, Madrid: Alianza Anthropologist».
254 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

7.Sandra L. Morgen, «Ideology and Change in a Feminist Health Cen-


ter: The Experience and Dynamics of Routinization», tesis doctoral Indice analítico
inédita, Departamento de Antropología, Universidad de Carolina
del Norte en Chapel Hill, 1982.
8.Arthur Kleinman, Patients and Healers in the Context of Culture,
Berkeley: University of California Press, 1980, pp. 384-387.
9.Asociación Estadounidense de Antropología, Newsletter, vol. 26,
n° 6, septiembre de 1980, p. 1.
10.Ibídem, vol. 17, n° 9, noviembre de 1976, pp. 1 y 16; vol. 19, n° 7,
septiembre de 1978, pp. 1 y 11.
11.Tomado del Consejo de la AAA, mayo de 1971, en Professional
Ethics: Statements and Procedures of the AAA, Washington, D.C.:
AAA, septiembre de 1973, pp. 1-2.
12.Es la ley 5643, aprobada por la Cámara de Representantes el 17 de oc-
tubre de 1977 y presentada al Senado el 19 de octubre de 1977. Véase
AAA Newsletter, vol. 19, no 3, marzo de 1978, pp. 1 y 22, «AAA Testifies
at Senate Finance Cotrunittee Hearings on Legislation to Implement
A sangre fría (Capote), 147 años de aprendizaje de Wilhelm
UNESCO Convention on Protection of Cultural Property».
aborígenes, 49-50, 62, 82 Meister, Los (Goethe), 130
13.S. Freud y J. Breuer, Studies on Hysteria, Londres: Hogarth Press,
1955 [1895]. administradores,150-51,213-214 Apalaches, 80, 87,145, 156, 232
África, 46, 48, 82, 86-87,92, 119, Appadurai, Arjun, 102-103
14.Declaración sobre antropología y derechos humanos del Comité de
Derechos Humanos de la Asociación Estadounidense de Antropo- 179, 213, 240 Aristóteles, 182
logía, aprobado por sus miembros en junio de 1999. Amis, Kingsley, 202 arqueología, 35-37, 144-145, 199,
15.Aihwa Ong, Spirits of Resistance and Capitalist Discipline: Factory Wo- análisis simbólico, 180-181 217, 218
antiestructura, 85 Asociación Estadounidense de
men in Malaysia, Albany: State University of New York Press, 1987.
antropología Antropología (AAA), 217-218
16.DianeWolf,FactoryDaughters: Gender, Household Dynamics, and Rural
Industrialization in lava, Berkeley: University of California Press, 1992. aplicada, 212-218, 231-235 Astor, Nancy, 63
y los códigos éticos, 217 Austen, Jane, 202, 207
17.C. Joyce y E. Stover, Witnesses from the Grave: The Stories _Rones Tell, Australopithecus, 74, 197
Nueva York: Ballantine Books, 1991. definición, 7-10, 33-38
18.Véase, por ejemplo, Susan Pollock y Catherine Lutz, «Archaeology económica, 36
física, 64 Bali, 87, 128, 180-181, 182
Deployed for the Gulf War», Critique of Anthropology, vol. 14, no 3,
lingüística, 31, 38 baptista primitivo, 119, 156
1994, p. 263. Bateson, Gregory, 45-46, 53-54
19.Djarnawi Hadi Kusuma, prefacio para James L. Peacock, Purifying médica, 91, 215-216
the Faith: The Muhammadijah Movement in Indonesian Islam, pública, 218-231 Benedict, Ruth, 178, 181
Menlo Park, CA: Benjamin/Cummings, 1978 (trad. de Muhadjir social, 26, 36, 77, 82 Berkeley, George, 56
su objeto de estudio, 36-37 Bildungsroman, 130
Darwin, Pembaharu dan Pembaharuan Agama, Yogyakarta, Indo-
sus métodos, 37 Birmania, 214
nesia: P. T. Hanindita, 1983).
y viajes, 121-128 Blackberry Winter ['El invierno
20.Max Weber, «Science as Vocation» y «Politics as a Vocation», en de las moras'] (Mead), 9
From Max Weber, Hans Gerth y C. Wright Milis, eds., Nueva York: antropología social británica, 33,
178,204-205 Bokelzon, Jan, 28
Oxford University Press, 1946.
año que vivimos peligrosamente, bororo, los, 46
21.Talcott Parsons, The Social System, Glencoe, IL: The Free Press, Browning, Elizabeth Barren, 26
1951. [Ed. cast.: El sistema social, Madrid: Alianza Editorial, 1999]. El, 24

255
256 tNDICE ANALITICO INDICE ANALITICO 257

budismo, 47-48 Darwin, Charles, 144, 203 estudio de caso, método del, Galileo, 56
Burgess, Anthony, 147 datos, 153-154, 159-161 179-180 García Márquez, Gabriel, 147
Butler, Judith, 114-115 y controles, 160, 187 ética protestante, 49 Gayle, Crystal, 62
su fabricación, 160-162 etnografía, 129-130, 147-151, Geertz, Clifford, 128-129, 180-181
campus universitarios, 70-73 su estandarización, 160-161 191-194 Gemeinschaft, 81, 84
Capote, Truman, 147 «escuetos», 161-162 e interpretación, 206-210 generalización, 169-183, 186,
«carácter nacional», 178-179 véase también «descripción y analogía etnográfica, 200 189, 200
Carnegie, Dale, 47 densa» y datos, véase datos género, 62-63, 96-97, 109-117
Castaneda, Carlos, 129 deducción, 184-185 y encuentro, 151-153, 157- Génesis, 59
causal-funcional, organización Demócrito, 55 158, 189-190 genotipo, 64
social, 78-79, 175-176, 178 Departamento de Asuntos Indios y generalización, 169-183 globalización, 96-105,117, 220, 221
ciudades, 86, 198 (EE.UU.), 214 y método, 90 Gluckman, Max, 83-84, 85-86
clasificación, 42, 68 derechos humanos, 220, 221-231 Evans-Pritchard, E. E., 46, 119- Goethe, Johann Wolfgang von,
colectivismo, 42-43 Descartes, René, 44, 186 121, 170, 183 130-134
comunidad popular, 80-83 «descripción densa», 162 evolución, Golding, William, 40
comunidades pequeñas, 79, 80- Devereux, George, 149 humana, 43, 73-78, 81, 196- griegos, 59
83, 86 Diccionario biográfico americano, 202, 204
comunitas, 85 61 macroevolución, 202, 205 hacerse «nativo»,134-135
configuracionalismo, 178-179, 181 Dickens, Charles, 86 y perspectiva, 73-78, 196-201, Hall, Edward, 28-29
Conrad, Joseph, 50, 147 Dios, 49-50, 59-60, 78, 131 205-211 Hannerz, Ulf, 102, 104
covariación, 173-176, 182, 201 División del trabajo social, La experimentación, 190-191, 236 Haraway, Donna, 114-116
creación, idea hebrea de la, 59 (Durkheim), 82 exploración, 142 hebreos, véase judaísmo
creacionismo, 200 Doctor Zhivago (Pasternak), extroversión, insistencia en la, «hecho», definición de, 156, 158
«creencia», definición de, 50 121-124 186-188, 191 «hermenéutica», definición de, 7
crímenes de Estado, 107 Douglas, Mary, 84-85 Heyerdahl, Thor, 125
cristianismo, 47, 50, 78, 131 «drama social», 179 falacia de la concreción mal historia, 145
y ética protestante, 49 dualismo, 59, 173, 201 situada, 53, 57 Hobbes, Thomas, 39-42, 47
y teología, 45 dualismo mente-cuerpo, 59, falacia teleológica, 206 holismo, 11-12, 14,37-52, 57,179-
y tradición protestante, 41, 49 173, 201 Faulkner, William, 46, 207 180, 200, 209, 216, 241, 245
Crudo y lo cocido, Lo (Lévi- Durkheim, Émile, 42, 44, 49, fenomenología, 186 Hombre y la cultura, El
Strauss), 69 82-83 fenotipo, 64 (Benedict), 178
cuadrícula y grupo, 84-85 Durrell, Lawrence, 147 filosofía, 184-186, 244 horno erectus, 74, 197
cuarto mundo, 212 folclore, 80, 142, 145-146 horno sapiens, 74, 76,197
cultura, 106, 206 ecología, 45-46 fonema, 31-32, 77 Howells, William Dean, 61
académica, 70-73 economía, 158 fotografía, 13-14, 244 Hoyle, Fred, 211
antropológica, 73-78 Edipo, historia de, 67 Foucault, Michel, 105-109 Huxley, Thomas, 203
popular, 87-88 Egipto, 172, 216 Frazer, James George, 218
su definición, 24-38 Einstein, Albert, 56 Freud, Sigmund, 93, 149 India, La, 240
su manejo, 167-168 empirismo, 173, 184, 236 psicología freudiana, 47, 93, individualismo, 39-44, 92
y naturaleza, 58-78 espionaje, 147-148 95 individuo, 39-46, 91-96, 97
y personalidad, 93 estructuralismo, 66-69, 71, 73, funcionalismo, 79, 177-179, 204 Indonesia, 125-126, 132, 144,
curación, 43, 48, 92 77, 90, 173, 176 futuro, 211 169, 183, 232, 234
258 INDICE ANALTTICO INDICE ANALITICO 259

drama (ludruk) en, 132, 183 Locice, John, 56 Needham, Rodney, 50, 154, 176 reflexividad, 17-18, 136-142,
movimiento islámico en, 125, ludruk, 132, 183 ¡Noticia bomba! (Waugh), 146 154, 191
232,-234 Lutero, 131 nuer, los, 46, 119-120 Reforma protestante, 43
véase también Java; Surabaya, Nueva Guinea, 53, 63, 125 Remarque, Erich Maria, 92
inducción, 184-185, 191, 192, 193 MacNeish, Richard, 9, 200 Renacimiento, 43
instinto, 62 macrovisión, 204-205 objetividad, 129, 183, 186-191, Revolución Industrial, 43, 198
integración cultural lógico- Malinowski, Bronislaw, 177 209-211, 234 ritos de paso, 85
coherente, 78, 178 manifestación estética, 155 observación participante, 129, trabajo de campo como,
interpretación, 129-169, 205- Maugham, Somerset, 147 192-193, 231 130-134
211, 236-239 Mead, Margaret, 9, 34, 63 «Oso, El» (Faulkner), 46 Roheim, Geza, 149
introspección, 185-191, 236 medida estadística, 162-163, 182 «otro», el, 32-33, 187-189, 191, romanos, 59
islam, 47-48, 50, 78,125, 232 método comparado, 170-171, 207-208
187-189, 201 San Agustín, 131
James, William, 123 microvisión, 202-205 parentesco, 77 Science of Archaeology?, The [`¿La
Java, 95 Mientras agonizo (Faulkner), 46 Parsons, Talcott, 242 ciencia de la arqueología?']
carácter ceremonioso de, 24- Mill, John Stuart, 33 particularización, 169-171 (MacNeish), 9, 200
25, 30 Mind and Nature: A Necessary Pastemak, Boris, 121-124 selección natural, 196, 206
drama (ludruk) en, 132, 183 Unity ['Mente y naturaleza: Peace Corps (EE.UU.), 214 Señor de las moscas, El (Golding),
e islam, 32, 48, 125, 232 una unidad necesaria'] periodismo, 146 40
el tiempo en, 30 (Bateson), 45 personalidad, 93-94 Señor de los anillos, El (Tolkien),
los nombres en, 95 misionero, 150 perspectiva interpretativa, 158, 40
Partido Comunista en, 24 modelo hipotético-deductivo, 205-211, 238 Service, Elman, 175
sectas en, 25, 48 236 Perú, 215 Sin novedad en el frente
su cultura, 24-25 modificación del Picasso, Pablo, 154 (Remarque), 92
véase también Surabaya, comportamiento, 47 poder, 105-109 Smithsonian Institution, 72
Johnson, Samuel, 33-34 Montesquieu, 175 positivismo, 157-160 Sociedad Geográfica Nacional
judaísmo, 41, 50, 60-62, 78 «muerte vudú», 43 potencial evolutivo, ley del, 175, (EE.UU.), 144
muestreo, 162-163 200 sociología, 158-163, 203
Kant, Immanuel, 175 Muhamadiya, 125, 233-234 primates, 75-76, 197 solidaridad mecánica, 82
Kon-Tiki, 125 multiplex, relaciones sociales, «primitivos», 42 solidaridad orgánica, 82
Kroeber, Alfred, 52 83-84, 162 provisión de servicios sanitarios, Steps to an Ecology of Mind
Kula, anillo de, 177, 178 museos, 71-73, 144, 203-205, 206 215-216 ['Pasos hacia una ecología de
Kutuzov, Mijall, 120-121 musulmanes, véase islam, Java, psicoanálisis, 47, 148-149 la mente'] (Bateson), 45
Muhamadiya psicología, 47, 95-96, 190 subjetividad, 187-190, 209
Leach, Edmund, 176 freudiana, 47, 95 subsistencia, 174
Leibniz, Gottfried, 56 Naciones Unidas, 214 social, 91 Surabaya, 23, 73, 184-185
Leviatán (Hobbes), 39-40 National Geographic, 125 puritanos calvinistas, 49
Lévi-Strauss, Claude, 66-67, 69, naturaleza, 87-88 tabú del incesto, 171-172
73, 126-127, 176 y cultura, 58-78 racionalidad, 13, 159 Tennyson, Alfred, lord, 45
leyes, 174-175, 182, 200, 236 Naturvólker, 76 racionalismo, 173 tercer mundo, 212
Lichtenberg, Georg, 186 ndembu, los, 92, 179-180, 182 raza, 59-66 Thoreau, Henry David, 190
literatura, 146 Needham, Joseph, 47 realismo, 245 tiempo, 28-31
ir
260 INDICE ANALITico

tipologías. 174-175 Instituto de Antropología


Tolkien, J. R., 40 Social, 204-205 Índice
Tolstoi, León, 207 Museo Pitt-Rivers en, 144,
Tonnies, Ferdinand, 81 204
totemismo, 46 Museo Universitario en,
trabajador social, 150 203-204
trabajo de campo, 12, 32, 51, 90, su campus, 70-71
125-153, 187-194, 231
y Java, 32 valores, 237
1
tradición religiosa occidentales, 43, 47, 58
judeocristiana, 29
Tristes trópicos (Lévi-Strauss), 9, Wallace, Alfred, 144
126-127 Waugh, Evelyn, 146
Trobriand, habitantes de las islas, Weber, Max, 49, 96, 238-239
30, 177 Wells, H. G., 202
Truman, Harry, 237 Whitehead, Alfred North, 53
Turner, Victor, 85-86, 179-180 Wilberforce, Samuel, 203
Tylor, Edward, 26-27 Wilde, Oscar, 34
Wodehouse, P. G., 202 Prefacio a la primera edición 7
uniplex, relaciones sociales, 84 Prefacio a la segunda edición 17
universales, 171-173 yo o sujeto, 39, 44-47, 187-189
Universidad de Oxford, 144-145, LA LENTE ANTROPOLÓGICA: LUZ FUERTE, ENFOQUE SUAVE
184, 203 Zola, Émile, 86
1. Materia 23
¡Es real!: La cultura contemplada 23
Definición de antropología: una disciplina holística 33
La percepción holística 38
Conjuntos divididos en partes: las construcciones ana-
líticas 52
Cultura y experiencia 57
El concepto de cultura en relación con la naturaleza 58
La sociedad 78
La exótica localización de la comunidad y de la cultura 86
La cultura y la comunidad en relación con el individuo
y el sentido 90
Globalización, poder y género 96
El poder 105
Esencialismo y género 109
Revisión 116

261
262 INDICE

2. Método 119
Viajar 121
El trabajo de campo 128
El trabajo de campo y otras tareas afines 142
La interpretación 153
La generalización 169
El punto medio: la generalización etnográfica 177
Deducción, experimentación e introspección 183
Trabajo de campo, etnografía y teoría 191

3.Trascendencia 195
La historia más grande jamás contada 196
La perspectiva evolutiva y la interpretativa 205
Implicaciones prácticas: el dominio de nuestro futuro
y el futuro de nuestro dominio 211
Luz fuerte y enfoque suave 244

Notas bibliográficas 247


Indice analítico 255
3463015 ***

bra dirigida a todo aquel lector inte-


resado por la antropología, sin importar su nivel o
competencia, LA LENTE ANTROPOLÓGICA cons-
tituye una magnífica síntesis no sólo del significado
de la antropología, sino de los nervios esenciales que
la subyacen. Si bien existen tantas lentes, o perspecti-
vas, como antropólogos, y aunque algunas de ellas sean
difícilmente conciliables, todas comparten una serie
de temas esenciales que componen un enfoque amplia-
mente aceptado: la cultura en su vertiente global y
holística (como materia de la investigación), el traba-
jo de campo (como método y experiencia del investi-
gador) y la trascendencia práctica de una disciplina que
ayuda a comprender problemas humanos complejos.
Combinando el análisis riguroso con la anécdota,
JAMES L. PEACOCK invita al lector a sumergirse en
un texto que entrelaza de forma amena la exposición
del saber antropológico con las experiencias vividas
tanto por el autor como por distintas generaciones de
antropólogos.

ISBN 84-206-5887-1 El libro de bolsillo


nciaW
Antro'poidgía
9 6588 7 2

También podría gustarte