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Cuando Lo Encuentren Con Carta de Los Gavier

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Cuando Lo Encuentren...

díganle 1

CUANDO LO
ENCUENTREN...
DÍGANLE

Gustavo Vaca Narvaja

ENSAYO TESTIMONIAL
Nov 2006
Cuando Lo Encuentren... díganle 2

«El 4 de abril de 1976, el diario «Los Principios


informa que la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la
Dictadura del Proceso Militar informó que «una familia
de 26 miembros había obtenido el Asilo Político por parte
del Gobierno Mexicano. En el mismo escueto
comunicado, el periodista pone en duda la veracidad de
que mi padre Hugo Vaca Narvaja haya sido secuestrado e
informa por «fuentes fidedignas» que el Dr. Miguel Hugo
Vaca Narvaja; estaría en la Ciudad de México esperando a
toda su familia.

Días más tarde, el mismo periódico lo relaciona (8 de


Abril de 1976) en otro comentario (fuentes fidedignas)
con la subversión; datos que se habrían «aportado», por
documentación encontrada en Calle Isabel la Católica
1027. Motivo por el cual corrobora que el Dr. Vaca
Narvaja habría huido a México».
Treinta años han pasado y sigue
desaparecido

El relevamiento actualizado al mes de Julio del 2006,


confirmó 488 lugares utilizados como centros de
detención clandestinos usados para los secuestrados en
el proceso Militar de Videla. Allí, torturaron, asesinaron,
vejaron, robaron bebés nacidos en cautiverio y
desaparecieron ciudadanos Argentinos. El documento fuè
entregado a la ONU por el Subsecretario de Derechos
Humanos Rodolfo Mattarolo. En 1984 la CONADEP
había registrado solamente 156 centros clandestinos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 3
El 10 de marzo del 2006» se cumplieron 30 años del Secuestro y
Desaparición de mi padre. No basta saber que una cabeza encontrada
en una bolsa de basura reunía las características de Vaca Narvaja ni
tampoco que la Ley de Fuga aplicada a mi hermano Hugo, aún no esté
aclarado; o que la desaparición de mi primo, tenga 30 años de dudas.
No es suficiente. En 1976; en un sótano de la Colonia Roma, en
México, comencé y terminé cinco años después mi primer libro:
«Cono Sur»; en él relataba detalladamente los momentos más difíciles
de nuestro Asilo, como así también la cronología de las Dictaduras
Latinoamericanas, nacidas en la doctrina de la «Seguridad interna»
forjada en la Escuela de las Américas en EEUU, donde gestaron
militares que luego fueron protagonistas de Golpes Militares y
Dictaduras en Latinoamérica. Pero en ese libro no figuraba Fernando
(mi hermano) por no estar en el grupo de Asilados. En el 2002 escribí
el libro de Fernando: «Con Igual Animo» (Ed. Colihue); que trata de
su vida militante y familiar y también, de su pensamiento político. A
partir del 2003, me propuse incorporar su rica experiencia personal, a
la nuestra, completando así un anhelo y una promesa que me había
impuesto hace 30 años. Nace así; lo que hoy es este libro testimonial
de una familia más de aquellas 30.000 que han vivido hechos
similares en esta Argentina tan castigada.

Por eso este libro. Para mi familia y nuestras generaciones


futuras; para mis hijos y sobrinos, para los hijos de mi hermano Hugo;
para mis primos del dolor; para aquellos que conocieron a Miguel
Hugo Vaca Narvaja de quién puedo hablar desde su origen y parte de
su vida; pero me es imposible hablar de su final. Porque
sencillamente: «No existe». Es un desaparecido más entre los 30.000
Argentinos que aún reclaman justicia hace treinta años. De ahora en
más, mis hijos, sobrinos, nietos y futuras generaciones, podrán
continuar escribiendo como testimonio propio en este capítulo de vida
que indudablemente no está cerrado. Para ello dejo abierto este
testimonio. No es una novela. Es un ensayo que trata de repasar una
historia dolorosa, como muchas en Argentina; por eso, la lectura del
mismo no tiene una continuidad tradicional.
Es como describir fotos muy queridas de un álbum familiar.
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Díganle :

Que él no fue un desaparecido. Lo mataron


verdugos que aún ocultan sus nombres. Ellos sí son
desaparecidos de la historia. Cobardes acechando
en una oscuridad casi eterna. Díganle, que a mi
padre le cerraron el camino al futuro quitándole
brillo al tiempo, cuando aún caminaba erguido con
su torso expuesto, orgulloso del camino recorrido.
Díganle, que seguimos esperándolo a pesar de
otoños perdurando en años y que esta historia: es
también suya.
Díganle que a pesar de haber muchos políticos
y comunicadores sociales, insistiendo en que no
hay que mirar para atrás, nosotros miramos
también hacia abajo, buscando tumbas
clandestinas donde genocidas enterraron 30.000
desaparecidos que esperan justicia. Y finalmente;
díganle, que su familia espera exigiendo justicia y
también, una legítima devolución de sus restos
para una cristiana sepultura. Han pasado 30 años.
Seguimos esperando.
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PROLOGO

Un reflejo de Luz entra por la ventana y se precipita


en el espejo, fraccionando esa luz primera.
Creo que a todos nos hubiese gustado que la familia
Pujadas y otras tantas, hubieran podido escribir lo que
escribió Gustavo sobre nuestra familia. No se trata
simplemente de memoria. También se trata de mirar la
realidad de la que indudablemente formamos parte.
Como muchas otras familias, vivimos en carne propia, la
persecución y el exilio del que obviamente no hemos
salido. De esas cosas no se sale, simplemente se
sobrevive a ellas, dignamente . Quizás sea esto lo que
molesta a muchos.
Pero en estas extensas páginas, escritas con
paciencia, Gustavo nos entrega mucho más que memoria,
nos entrega la afirmación necesaria de la vida: único
legado insustituible, con el que nos comprometimos
desde siempre, por la influencia de nuestros padres.
Para todos, este período suponen experiencias
diferentes y perspectivas disímiles, que la mayor de las
veces, intentamos evadir en la lectura. Un poco por pudo
y otro poco, por el dolor que nos recuerda. Sin embargo,
a nuestro modo la leemos todos los días.,en el preciso
instante en que nos despertamos para asomarnos al
mundo, sabiendo que todas estas ausencias fueron
Cuando Lo Encuentren... díganle 6

forzadas por la cobardía de los hombres y no por el


desgaste de los años.
Nadie olvidará aquel 10 de marzo en que nuestras
vidas darían un giro inmenso, con el secuestro de nuestro
padre y abuelo, tampoco se olvidará el 12 de agosto de
1976, en que la muerte decidida por cobardes, se llevó a
nuestro hermano y un tío, ni todas las otras fechas que se
llevaron a nuestros primos, familiares y amigos, nunca.
Para esto y para los que vengan, este libro les hablará a
todos, incluso, a aquellos otros, que asumieron el hábito
de callar.

Gonzalo Vaca Narvaja


Cuando Lo Encuentren... díganle 7

ÍNDICE

PRIMERA PARTE

ZONA LIBERADA ..................................................................... 011

MIGUEL HUGO VACA NARVAJA ................................................ 017

EL SECUESTRO ....................................................................... 027

LAS IMÁGENES DEL HORROR .................................................. 038

EL CUERPO ............................................................................. 058

A MI ABUELO ........................................................................ 063

TRICAO MALAL – NEUQUEN .................................................... 064

CHOS MALAL – NEUQUEN ....................................................... 067

HUGO VACA NARVAJA( hijo) ................................................... 069

LEY DE FUGA .......................................................................... 080

LA CÁRCEL ............................................................................. 091

MIGRACIÓN, desaraigo en busca de un amigo ....................... 099

CASO 3364 ............................................................................ 112

HERNAN VACA NARVAJA ( sobrino) ........................................ 129

HUGO VACA NARVAJA ( ahijado) ........................................... 134

ANDREA VACA NARVAJA (hija) ................................................ 144

SE PREPARA UN ASILO ............................................................ 150

ANTES DE LA INVASIÓN .......................................................... 161

LA INVASIÓN A CANCILLERÍA .................................................. 166


Cuando Lo Encuentren... díganle 8

HACIA LA EMBAJADA .............................................................. 171

LA NUEVA CASA ..................................................................... 177

CHISPAS DE FUSIL ................................................................... 182

BUENOS AIRES – MÉXICO ........................................................ 187

EL CAMBIO: HOTEL SAN DIEGO .............................................. 198

CALLE TABASCO MÉXICO ....................................................... 206

EL REGRESO ........................................................................... 210

FALLO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: ........................... 215

CARTA DE :JORGE MARTINEZ GAVIER (h) ................................. 224

1955 INICIO DEL TERRORISMO DE ESTADO ............................ 241

LA MORDIDA ......................................................................... 253

RAWSON ................................................................................ 262

LA MASACRE .......................................................................... 270

CHILE Y CUBA ......................................................................... 282

ITALIA .................................................................................... 303

CATALINA FLEMING ................................................................ 317

LA CITA ................................................................................. 330

RADIO NOTICIAS DEL CONTINENTE ......................................... 366

SUSANA YOFRE DE VACA NARVAJA .......................................... 379

LOS PEQUEÑOS HÉROES ........................................................... 392

LA HAMACA ............................................................................ 395

ANEXOS .................................................................................. 400


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SEGUNDA PARTE

DERECHOS HUMANOS ............................................................ 405

EL FASCISMO .......................................................................... 423

REPRESION EN LA ARGENTINA ................................................ 455

TRABAJO, HUELGA Y LIBERTAD ............................................... 490

VÉRTIGO ................................................................................ 507

PREMUNDIAL 1978 ................................................................ 544

UN INTENTO .......................................................................... 571

LA CAÍDA ............................................................................... 599

LA QUIEBRA ............................................................................ 620

UNA DÉCADA INCIERTA .......................................................... 661

ANEXOS ................................................................................. 710

EL LLAMADO .......................................................................... 723

CONSTRUIR UNA ALTERNATIVA VIABLE ................................... 726


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PRIMERA PARTE

..................................................
.....................................................
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ZONA LIBERADA
Córdoba Marzo 1976

En marzo de 1976, mientras Isabel Martínez


regresaba de Chapadmalal, Raúl Lastiri con su esposa
Norma López Rega, regresaban de sus vacaciones.
Córdoba, estaba gobernada en esos momentos por el
Interventor Federal: Raúl Bercovich Rodríguez; sucedieron
episodios muy importantes. El cuatro de marzo una
reunión ampliada de las Fuerzas Armadas, deliberaban en
Bs. As tratando la «Situación Nacional» con Jorge Videla
en su cabecera, mientras que en Córdoba dos días
después comenzaron a producirse manifestaciones claras
de lo que sería la legalización del Genocidio, en esa
Ciudad, el Comodoro Pítaro Francisco Roberto director de
la Escuela de Suboficiales vaticinaba.
«.....donde la república corra extremo peligro de dejar
de ser Argentina para ser la tierra de sectores o grupos
cualquiera sean; el hombre de armas, tiene la
irrenunciable vocación y deber de salvarla, cueste lo que
cueste». Para no desentonar, el brigadier Isaac Rodolfo
Marques (director Escuela Aviación Cba) y el titular del
Area Material Córdoba, Antonio Burgos, asentían
orgullosos a esas manifestaciones. El mismo Marques,
dos días después, en su discurso de inauguración del
ciclo 1976 afirmó temerariamente que «los idiotas útiles
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que por mezquinas ambiciones, ceguera, temor o falsos


esquemas, prometen alimentar el caos, tendrán su
repuesta; hoy... la invasión imperial ( ?) se ha vestido de
subversión con banderas de otro color». Coincidía el
mismo día el Teniente Coronel Juan Carlos Moreno,
cuando declaraba en San Luis, que el «país está en
guerra, no solo por los guerrilleros de Tucumán, sino
también por los ideólogos que envenenan el alma de los
jóvenes». Sugería comenzar su tratamiento. De la misma
forma, en los claustros Universitarios Cordobeses su
rector, Víctor Mario Menso, sentenciaba: «Solo la bandera
azul y blanca tiene cabida en la Universidad...no vamos a
permitir asambleismo» Las fuerzas Armadas lejos de
respetar la Constitución, ya estaban diseñando el Golpe, y
el famoso «Estatuto para el Proceso de Reorganización
Nacional» que echaba por tierra la Constitución Argentina
que Videla fue tejiendo en la clandestinidad desde
mediados de 1975.
Después todas las reuniones con la oficialidad con
mando el hermetismo dominaba la escena con un
lacónico comunicado : solo tratamos la Situación
Nacional. Francisco Manrique (militar retirado) quizás fue
el vocero más fiel, cuando el 22 de marzo 1976 en una
entrevista para la Voz del Interior habló del Remedio
Histórico para no caer en el marxismo y anunció el Golpe
Militar pidiendo que “no sea condenado y sí apoyado”.
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Gobernaba en ese momento en Córdoba (repetimos)


el interventor Federal Raúl Bercovich Rodríguez con su
Secretario General, Oscar Terraza. El Jefe de policía de la
Provincia era el Inspector General Miguel Brochero y el
Ministro de Gobierno el Dr. Carlos Risso; Cataldo
Cuatrochi era Ministro de Bienestar Social. Si bien los
secuestros a políticos, gremialistas y estudiantes era ya
una rutina, el día 10 de marzo fue muy especial en
Córdoba ya que se produjeron nada menos que DOCE
secuestros en distintos lugares de la ciudad, lo cual habla
a las claras de una «Zona Liberada».
Entre la medianoche y el fin de la madrugada del 10
de marzo, grupos armados vestidos de civil y de
seguridad (militar y policial) secuestraron a los siguientes
ciudadanos:

Miguel Angel Donato 24 años (chofer) su cuñado


Hugo Suárez (metalúrgico); Carlos Ludueña (operario),
Pedro Ventura Flores 28 años operario, Antonio Galán,
obrero, Adolfo Luján 30 años obrero, Marcelo Tello 25
años, Mario Carranza empleado; Dr. Miguel Hugo Vaca
Narvaja abogado 60 años, Dra. María Amparo Fischer de
Frigerio 36 años, Dr. Miguel Angel Oliva Vélez (liberado
48 días después).
El 11 de marzo en horas de la noche hubo una
reunión entre Luciano Benjamín Menéndez y Raúl
Bercovich Rodríguez. El Colegio de Abogados de Córdoba
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encabezado por el Dr. Felipe Bearzotti, se presentó en


sociedad con una solicitada, repudiando el secuestro de
los mencionados profesionales; las fuerzas políticas
brillaron por su silencio. El 13 de Marzo, se hace cargo de
la fuerza el Inspector General Ernesto Cesáreo. Producido
el Golpe del 24 de Marzo. Bercovich es reemplazado por
el General de Brigada José A Vaquero, nombrado por
Videla siendo su nuevo Ministro de Gobierno el Coronel
Miguel Angel Marini; Ministro de Economía el Coronel
Raúl Cesar Corletti; Ministro de Bienestar Social
Comodoro Fernando Rodríguez y el Secretario General
Mayor Coronel Carlos A Villa (Seguridad y planificación)
asumen el 25 de marzo de 1976.
El 13 de Abril de 1976 este gobierno de transición es
reemplazado por el General de Brigada Carlos Bernardo
Chasseing, que jura por los «Estatutos de la Revolución»
como Gobernador en presencia de Menendez y Capellini y
nombra Ministro de Gobierno al Coronel Miguel Angel
Marini; Asuntos Institucionales Teniente Coronel Carlos A
Villa y de Seguridad Coronel Mocchi. Ocho días después,
Chasseing nombra el nuevo Tribunal Superior de Justicia:
Marcelo Espinosa, Osvaldo Bartolomé Tarditti; José
Manuel Alvarez y Víctor Felix Reinaldi. Nombra como
Subjefe de Policía al Inspector General Cesáreo Ernesto y
como asesor de esa fuerza al Teniente Coronel Cembellin.
Fiscal de Estado: Benigno Ildarraz.
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Tres Gobernadores, dos Jefes de policía; tres


Ministros de Gobierno. Los secuestros producidos en la
«zona liberada» de Córdoba quedaron impunes. Tres días
después del Golpe Militar, el FMI desembolsa
mágicamente 127.600.000 dólares a la Argentina y
Martínez de Hoz presentaba su proyecto Económico: ante
las Fuerzas Armadas.
Eliminadas las leyes de la impunidad en el 2006 se
reiniciaron los juicios a los genocidas lográndose por
primera vez una condena histórica sobre Echecolatz,
aquel agente de seguridad que torturó, desapareció
ciudadanos y militantes y también se dedicó al robo de
bebés nacidos en cautiverio. En Córdoba; activadas
nuevamente las causas contra el asesino Benjamín
Menéndez en octubre del 2006, la Fiscal Federal Nº 3
Graciela López Filoñuk ordenaba la detención de policías
que integraron la trágica D2 en el Cabildo de Córdoba :
comisario retirado Hugo Cayetano Britos; comisario
mayor retirado Roberto Villagra, subjefe de policía de la
Provincia en los años de plomo y Hugo Roberto Caravante
ex suboficial, màs una docena de órdenes de detención y
la reapertura de la causa al genocida Luciano Benjamín
Menéndez oxigenaba el camino a la justicia. Los
procesados por la Jueza Federal Cordobesa, Cristina
Garzón de Lascano son: Luciano Benjamín Menéndez ex
Jefe del III Cuerpo; los Tenientes coroneles Hermes
Rodríguez, Orlando Oscar Dopazo y Guillermo
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Bruno......;Capitán Luis Gustavo Von Driedrich y los


militares, policías y gendarmes: José Tofalo; Ramón
Lardone; Emilio M...Quijano; Luis Manzanelli, José
Herrera, Aldo Cecchi, Italo Pasquín, Arnoldo José López,
Héctor Raúl Romero, Carlos Villanueva y Carlos Alberto
Díaz. Hay màs de un centenar de procesados en la causa
de Menéndez, todos genocidas gozando de libertad por
haberse paralizado las causas gracias a las leyes de Punto
Final y Obediencia de Alfonsín y el indulto de Menem.
Esperamos el 2007 con mucha expectativa.
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MIGUEL HUGO VACA VARVAJA

Han pasado muchos años, más de treinta y me toca


nuevamente hablar de mi padre. Es una dura tarea. Pero
quién leyó el borrador de este libro en mayo 2006 en
Francia, me dijo acertadamente: «Sería conveniente hacer
una semblanza de tu padre, porque hay mucha gente que
puede leer el libro sin conocerlo» y es cierto. Treinta años
desaparecido, es mucho tiempo. Hay muchas
generaciones que no lo conocieron. Es un desaparecido.
Su observación es absolutamente correcta, lo que nos
pasa es que al estar desaparecido desde aquel mes de
marzo de 1976 hasta hoy; Noviembre 2006, el tiempo
quedó paralizado. Este libro habla entonces naturalmente
de él. También, de mi hermano asesinado arteramente
aplicando el macabro invento de Menéndez: la “Ley de
Fuga”. También habla de mis primos desaparecidos,
encarcelados y torturados, sumados a las diez muertes
familiares. Y escriben también mis hijos y sobrinos desde
su dolor, la experiencia y el testimonio. Por eso
comenzaré intentando resumir quién fue mi padre.

Como decía García Lorca «Los laberintos que crea el


tiempo se desvanecen... solo queda el desierto». Mi
pretensión es justamente evitar que se desvanezca. Yo
diría, que fundamentalmente fue un brillante hombre
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honrado. Inteligente, serio, católico, dedicado a su familia


y a la vida. Fue un hombre de palabra. Quienes lo
conocieron le recuerdan aún con mucho cariño y respeto.
Otros; por comentarios de terceros recuerdan de él: «¡Que
hombre bueno!», «¡Que inteligente y capaz!». Coincidían.
Luego comenzaban a preguntar más sobre su vida. ¿Un
hombre libre?. ¡Sí, un hombre libre!. Cabe en él una
definición de Carlos Fuentes «La libertad que él deseaba,
era la búsqueda de libertad; algo que nunca se alcanza
pero que nos hace libres luchando por ella». Hugo Vaca
Narvaja luchó siempre por ella.
Nosotros hablamos orgullosos de su pasado hasta
llegar a «Esa» fecha en que desaparece. Lo secuestraron
en marzo de 1976, nos quedamos mirando un espacio
infinito, sin tiempo y sin poder explicar nada
más. Tampoco poder articular otro comentario más que
confirmar: «Nunca más supimos de él». Pero si podemos
asegurar que lo mataron. Aún cuando su cuerpo nunca
apareció en estos 30 años, ni pudo ser encontrado para
ser sepultado cristianamente.
Mi padre fue un político. Un pensador de la política,
un constructor de la política. Un hombre que respetaba a
quién estuviese a su lado o al frente. Un hombre que
tenía el “defecto” de ganar amigos. Era un hombre creíble
en su faceta pública y en su vida familiar. Un hombre de
consulta. Un hombre sereno. Nuestra infancia se
desarrolló a su lado con una educación estricta si la
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comparamos con la de este nuevo siglo. Cuando éramos


pequeños, le gustaba contarnos cuentos en las noches
antes de dormirnos. Años tras año su audiencia
aumentaba por el nacimiento de un nuevo hermano,
hasta llegar a doce «Dios los manda» nos decía resignado
y feliz. En mi infancia yo me preguntaba por qué Dios
mandaba a todos los niños a esta casa y no a nuestros
vecinos. Pero en fin, a pesar de llegar de trabajar cansado
y tarde, por lo menos dos veces a la semana nos contaba
«Los Pequeños Héroes» su cuento predilecto.
Desparramaba fantasías haciendo que cada uno de
nosotros tuviese un protagonismo especial. Ninguno
quedaba excluido del cuento y ese era su secreto para
mantenernos expectantes de los acontecimientos.
No era un hombre de jugar con nosotros a la pelota; o
a las escondidas. Diría que se diplomó fundamentalmente
en fomentarnos la lectura y establecer una relación de
confianza que nos permitió hablar con mucha
transparencia entregándole nuestras dudas. Él las
asimilaba, las desmenuzaba y nos la regresaba con
alternativas para que nosotros eligiéramos lo correcto.
Con los varones tenía un trato más cercano y los
domingos partía con sus hijos a la cancha de Belgrano.
Era su vicio y su pasión. Con sus hijas mujeres, tenía un
trato preferencial de mucha delicadeza en el consejo y en
el análisis : “La mujer es un cristal” nos repetía siempre.
Fue un buen padre, no tenemos duda.
Cuando Lo Encuentren... díganle 20

Siendo más grandes nosotros comenzamos a transitar


caminos distintos y luchas distintas. Nunca nos impuso
su criterio. Podíamos pasar largas horas discutiendo pero
al final de la misma prendía su cigarrillo y pasando su
mano sobre la cabeza casi calva sonreía y afirmaba que
cualquier decisión que tomáramos : él la respetaría. En
ese momento nos recomendaba lecturas de algún autor
contemporáneo que había incursionado justamente sobre
ese tema. Nos respetaba y lo respetábamos. Ese era su
secreto.
No recuerdo haberlo visto nunca en situaciones de
violencia; salvo una sola vez, que en la calle Rivadavia, un
hombre le faltó el respeto (verbalmente) a mi madre. Él de
una sola trompada lo volteó con tal mala suerte que el
hombre en su caída se quebró en la vereda. Durante ocho
meses mi padre se hizo cargo del Sr. hasta su
rehabilitación. Forjaron una amistad. Este hecho lo traía
siempre a colación jocosamente cuando se hablaba de la
fuerza : «Tengo la trompada prohibida» decía y reía. Su
única trompada.
Conoció la vivienda propia cuando tenía sus doce
hijos, luego de comprarla por el Banco Hipotecario a 30
años de plazo. Una casa en Villa Warcalde que lentamente
acondicionó y transformó. Lo que antes fuè un baldío
abandonado rodeando la vieja casa pasó a ser «Su jardín»
al cual entregaba todo su esfuerzo físico. Regaba todos
los días el césped con una manguera mientras en silencio
Cuando Lo Encuentren... díganle 21

fumaba y pensaba. Cuando dejaba que el agua llenara un


cantero de flores, se sentaba en su hamaca y retomaba la
lectura de un libro luego de colocarse sus anteojos de
gruesos marcos y acomodar sus pocos pelos. Era feliz con
su jardín, su vida y también con su familia.
Para aquellos que no lo conocieron puedo resumirles
su trayectoria tratando de prescindir del afecto : Nació el
5 de Julio de 1915 en Córdoba, Argentina ; desapareció
por secuestro el 10 de marzo de 1976, días antes del
Golpe militar de Videla producido el 24 de marzo de
1976. Golpe condenado años después por genocidio ;
robo de bebés ; saqueo ; tortura ; campos de
concentración y crímenes de lesa humanidad. Se
cumplieron los 30 años de su desaparición el 10 de
marzo del 2006. Hasta la fecha, nada se supo de su
cuerpo. Solo supimos que fue llevado en un baúl de un
Ford Falcon a un campo de exterminio donde lo recibió el
General asesino Benjamín Menéndez : Jefe del Tercer
Cuerpo de Ejército en Córdoba.
Hugo era integrante de una familia tradicional de
Córdoba. Su Padre, Jesús Vaca Narvaja conoció la muerte
a edad temprana por un cuadro de peritonitis. Jesús fue
también un político de raza; un radical de pura cepa
amigo personal del ex Presidente Hipólito Irigoyen.
Abogado, ocupó cargos políticos de importancia
Nacional, como Presidente del Banco Hipotecario Nacional
y Diputado Nacional hasta que la muerte lo llevó
Cuando Lo Encuentren... díganle 22

tempranamente dejando una familia prolífica. Su madre


se llamaba Elcira Morra era una mujer de carácter que
tuvo que enfrentar su viudez con sus hijos con gran
esfuerzo. Irigoyen facilitó a la familia una vivienda en la
calle 27 de abril de la ciudad de Córdoba hoy esa casa
tiene su placa, pero no nos pertenece y fue asiduo
visitante y amigo de mi abuela. Miguel Hugo, mi padre,
hoy tendría nada menos que 40 nietos y 38 bisnietos.
Miguel Hugo creció en un medio eminentemente
político, se puede decir que su vida transcurrió
vivenciando desde su adolescencia los golpes militares y
la crisis política a partir del año treinta. Militó en la Unión
Cívica Radical desde muy joven ocupando cargos
partidarios. En la Cámara de Senadores de Córdoba como
Secretario a los 22 años de edad. Posteriormente fue el
primer Director de Municipalidades de Córdoba. Trabajó
en innumerables proyectos de Ley asesorando a
Diputados y Senadores y se manifestó ya en esos años
con inclinaciones docentes. La crisis de la Unión Cívica
Radical, lo encontró decidido a conformar la línea
Lebenson una rama progresista. Más tarde pasaría a
formar parte de la Unión Cívica Radical Intransigente,
liderada en ese entonces por un joven dirigente llamado
Arturo Frondizi, con quién lo unía una sólida amistad.
La UCRI, vivió a su vez una discusión ideológica
profunda que llevó a su división, conformando el
Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) liderado por
Cuando Lo Encuentren... díganle 23

Frondizi y la UCRI liderada por el Oscar Alende. Eran


momentos de cambios; políticas frentistas y
fundamentalmente con una nueva concepción política
hacia el peronismo que estuvo marginado y excluido de la
vida política Argentina después de la traumática
Revolución Libertadora del año 1955. Frondizi
incorporaba en sus seguidores la concepción de frentes
políticos con proyectos de país consensuado.
Miguel Hugo, producida la Revolución del 55 es
convocado para asumir como Subsecretario de Hacienda
de la Provincia. Estuvo unos meses. Luego renunció; más
adelante ya en la democracia nuevamente fue Ministro de
Gobierno del Dr. Zanichelli y posteriormente Presidente
del Banco de la Provincia de Córdoba en dos
oportunidades. Obtiene reconocimiento de partidarios y
extrapartidarios manteniendo una concepción de que la
política debe ser una acción integradora. Fue un hombre
importante en los momentos en que el antiperonismo
rayaba con lo absurdo. Se diferenció contactando con las
fuerzas peronistas y ayudando a que esa ola revanchista
desapareciera. La renuncia a sus cargos públicos no lo
alejaron de la Política y siguió desde el MID, conformando
las fuerzas frentistas que llevarían más tarde a la
presidencia al Dr. Arturo Frondizi. En la mitad de ese
mandato Miguel Hugo es convocado y nombrado Ministro
del Interior, en reemplazo del Dr. Vítolo. Fue ministro
hasta el derrocamiento de Frondizi por otro golpe militar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 24

Miguel Hugo acompañó a Frondizi en esos momentos de


transgresión institucional en la Casa Rosada y en la
Residencia de Olivos. Nunca renunció porque no
reconoció el golpe militar y regresó a Córdoba.
Persiste en su actividad política frentista y es
nominado por un «Frente Político» integrado por
independientes, ex radicales y Peronistas, como
candidato a Gobernador de la Provincia de Córdoba. Días
antes de ese comicio, el Gral. Perón decide el voto en
blanco en repudio a las acciones militares y ordena a sus
partidarios asumir dicha postura. Miguel Hugo, coherente
con su postulación por el frente decide renunciar a su
candidatura con un mensaje claro y categórico : «No
puedo ser candidato de un frente cuyo sector más
importante ha decidido el voto en blanco».
El Dr. Oscar Alende, entonces candidato a Presidente,
le pidió en forma personal, que reviera su postura e
informó que los sondeos de opinión le daban un triunfo
por amplio margen. Miguel Hugo había tomado la
decisión y así la mantuvo. El voto en blanco azotó
Argentina. Paralelamente a la política Miguel Hugo fue un
hombre dedicado al estudio, lectura y docencia. Profesor
en la Universidad Nacional de Córdoba en la Cátedra de
Familia lugar en donde se le brinda un reconocimiento
décadas después, en el 2004 en acto académico. Docente
también en el Colegio Nacional Montserrat, la escuela
secundaria más tradicional e importante de la historia de
Cuando Lo Encuentren... díganle 25

Córdoba donde aún lo recuerdan como profesor de


Instrucción Cívica. Ambas cátedras las desarrolló hasta la
fecha en que se produce su secuestro y desaparición.
La presión de los militares antes del golpe del 24 de
marzo, llegó a límites inimaginables. Cuando lo citaron
en el Comando Militar para que repudie a su hijo
Fernando, militante Montonero en forma pública, su
repuesta fue categórica : «Estoy orgulloso de todos y cada
uno de mis hijos; de lo que piensan y de lo que hacen y
jamás obtendrán de mi una condena ». Sabía que esta
actitud molestó a militares que ya estaban preparando el
Golpe Militar del l976. Estaba sentenciado.
Como anécdota personal, puedo decirles que en la
política de Córdoba no me fue muy bien que digamos. En
la campaña a Gobernador papá me nombró Jefe de
Prensa, cargo que tomé seriamente hasta el punto de ir
todos los días a la Casa Radical y desde un Rastrojero con
parlantes lanzaba consignas en favor del Frente y en
contra de los Radicales. En ese entonces yo trabajaba en
la Cámara de Senadores, en la biblioteca. Si bien el voto
en blanco arrasó, ganaron en Córdoba los radicales de
Páez Molina un día domingo. El lunes a las siete de la
mañana recibí un telegrama con mi cesantía. Se lo llevé a
mi padre y el me dijo “son cosas de la política”. Años
después, siendo Médico de la empresa «IME» Industrias
Mecánicas del Estado, recibí mi segundo telegrama de
despido. Esta vez de Isabel M. de Perón, con aplicación de
Cuando Lo Encuentren... díganle 26

la Ley de Prescindibilidad por 5 años. ¿El motivo? Fui


delegado obrero, elegido por asamblea y militante
durante la lucha histórica del IME en contra del
vaciamiento y entrega. Llevé mi telegrama a mi padre y a
mi hermano (ambos abogados) y me dijeron «Son cosas
de la política».Aprendí que los Radicales y los Peronistas
me habían despedido por luchar. Entonces comprendí lo
que era efectivamente : «Cosas de la política».
Nos queda de papá pocas fotos, porque en su
secuestro no solo se lo llevaron a él, sino que también
robaron los álbumes familiares, películas de sus hijos y
sus nietos; las cartas de familia y todo lo que pudo ser
parte de su vida. No solo querían su cuerpo, también su
historia. Carlos Fuentes decía que «Con el tiempo
nuestros retratos mienten...ya no somos nosotros» sin
embargo, papá sigue estando exactamente como su
última foto. Intacto en el tiempo, porque el tiempo dejó
de existir para él aquel 10 de marzo de 1976.
Cuando Lo Encuentren... díganle 27

EL SECUESTRO

En una bolsa de polietileno a fines de marzo o


comienzos de abril de l976 en las orillas del ramal
ferroviario que corre paralelo a calle Liniers entre Roque
Sáenz Peña y General Paz en la Ciudad de Córdoba;
Carlos Albrieu encontró una cabeza humana en estado de
putrefacción e incompleta; le faltaba un ojo. Su
conocimiento de anatomía y de algunos métodos de
conservación le hacían intuir que esa cabeza había estado
guardada en formol o algún conservante químico. En ese
entonces estudiaba Medicina. La cabeza correspondía a
un hombre de aproximadamente más de 50 años. Radicó
naturalmente su denuncia en la Seccional de Policía
Séptima de la Capital, que luego se constituyo e inicio los
peritajes. Carlos no tuvo mas noticia de ello hasta que su
hermano Hugo, tiempo después se presentó para realizar
un tramite administrativo en esa misma Seccional. Al dar
su dirección, como el policía que tomaba los datos no
sabia cual era en realidad la ubicación de la calle fue
ayudado por un colega. Su compañero le manifestó:
<Es la calle de la cabeza....esa cabeza que apareció
en la bolsa de polietileno> dijo el agente
<¿De quien era?> pregunto ingenuamente Hugo,
sabiendo que se trataba de la encontrada por su hermano
El policía contestó:
Cuando Lo Encuentren... díganle 28

< Era de Vaca Narvaja .> y siguió acomodando


citaciones
Esto aconteció el 23 de agosto de l976, justamente
11 días después del asesinato brutal de Hugo Vaca
Narvaja (hijo) por aplicación de la nueva figura que
encubría el asesinato del Proceso Militar : “La ley de Fuga”
engendrada por el Gral. Menéndez; en ese entonces
Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba.
Recordado como el más feroz de los asesinos militares
del Proceso instaurado el 24 de marzo de l976.
La documentación original de este hallazgo : “Se
perdió”

El 9 de marzo de l976 era un día cualquiera en el


calendario familiar. La rutina dominó toda la mañana y la
tarde. En la noche, la cena fue solo para tres : Hugo Vaca
Narvaja, su esposa Susana y el hijo menor de ambos :
Gonzalo
- “Soy el numero doce”- repetía muchas veces
alegremente, refiriéndose a sus once hermanos mayores
que él.
Fue una cena simple, nadie sabia que seria la última.
Después de los comentarios del día y de la actualización
de las novedades familiares Gonzalo fue a su habitación a
mezclarse con las tablas de logaritmo y números
matemáticos. Susana (mi madre) a realizar su cotidiano
cuidado de cutis con cremas nocturnas y Hugo (mi padre)
Cuando Lo Encuentren... díganle 29

llevo sus anteojos de gruesos marcos a su mesa de luz


donde descansaban siempre sus libros que leía hasta
quedar profundamente dormido.
Los grillos acompañaban una noche estrellada con
muy poca luna. Villa Warcalde era en ese entonces un
lugar apacible con muy pocas viviendas ubicado a l7 Km.
de la Ciudad de Córdoba. Tres Ford Falcon sin patente se
aprestaban a salir desde el mismo Comando del tercer
Cuerpo. La casería humana era ya una cosa común; como
lo reflejan los medios periodísticos. En el primer trimestre
del 76 se había agudizado en los últimos días.
desaparecían como por arte de magia dirigentes
gremiales; políticos y universitarios. Las denuncias caían
en saco roto. Las averiguaciones en la policía o cuarteles
terminaban siempre en un < No sabemos nada >
Esa noche era especial. El presunto oficial del ejército
a cargo, un militar de bigotes negros que ya había
participado en varios operativos nocturnos, escuchaba
atento. El de hoy tenia gran interés por un apellido:
deberían secuestrar al Dr. Miguel Hugo Vaca Narvaja,
entre otros.
<Me lo traen vivo > dijo Menéndez… saboreando su
venganza.
El oficial mayor parecía de Bs. As, algunos de sus
compañeros pertenecían según comentarios al Segundo y
Tercer Cuerpo del Ejercito. Era costumbre trasladar
oficiales de otras provincias para los operativos. Uno de
Cuando Lo Encuentren... díganle 30

los dos hombres cordobeses se veía nervioso y tenso. Era


el “entregador” pertenecía a la Policía. El Otro era también
de fuerzas de seguridad. Chequearon armas y repasaron
itinerario. Previamente deberían pasar por el Cerro de las
Rosas; un barrio de Córdoba ubicado entre el centro de
Córdoba y Villa Warcalde. Deberían secuestrar antes a
Raquel Altamira; esposa de Hugo Vaca Narvaja (h) preso
desde Noviembre de l975 por ser defensor de Presos
Políticos Peronistas y apoderado del Peronismo Auténtico.
Tomarían a su esposa Raquel y con ella irían a Villa
Warcalde a buscar a Vaca Narvaja padre. El “jefe” verificó
los doce hombres a su cargo. Todos de civil. Repasó una
a una las armas que portaban y preguntó por el estado de
los vehículos y su combustible. Los tres subtenientes
recién llegados se los veía nerviosos y torpes.
<Ya se acostumbrarán> pensó el jefe mientras
distribuía a cuatro por auto en forma ordenada pensando
siempre en colocar los que tenían más “experiencia”
alternando con los “alumnos”..<Baúles vacíos> ordenó..
Guillermo Rosario Pérez junto a su esposa estaban
cenando tarde esa noche Se encontraba cansado por la
pintura que había colocado prolijamente en cada pared
del living y cocina de la vivienda de Raquel Altamira
quién, ante amenazas anónimas había tenido que
abandonar su domicilio. Comenzó entonces a adecuarlo
pintándolo para alquilarlo. Guillermo estaba sirviendo
refresco cuando la puerta de calle recibió los golpes de
Cuando Lo Encuentren... díganle 31

puños nerviosos del comando y el chillido infernal del


timbre sin pausa.
Tímidamente y desde adentro Guillermo preguntó:
<¿Quién es? …>
<Policía Federal> contestó la voz de un hombre
dando instrucciones que abriera la puerta
inmediatamente. Guillermo obedeció.
En unos pocos segundos tenía la casa invadida por
más de ocho hombres de civil. Comenzaron a registrar la
casa cortaron el cable del teléfono y encerraron a su
esposa en una de las habitaciones. Hecho esto
comenzaron a preguntar donde estaba la nuera de Vaca
Narvaja. Al tener repuesta negativa el oficial ordenó:
<A este lo llevamos y aseguren que la mujer quede
bien guardada>. Dijo, mirando al entregador que estaba
con su campera sudando. Le pregunto si él sería capaz de
reconocer la casa del doctor.
<Mira que no tenemos mucho tiempo > afirmó
mirándolo fijo
<!Si !. Estoy seguro que podré > contesto el
entregador.
Guillermo fue llevado por la fuerza e introducido en el
baúl de uno de los tres Falcon .Un subteniente agregó
jocosamente:
<Tenemos lugar para dos más> Y partió nuevamente
la caravana rumbo a Villa Warcalde. Guillermo encerrado
Cuando Lo Encuentren... díganle 32

con poca ventilación no entendía nada de lo que pasaba.


El baúl estaba oscuro y frió.

Sentía mucho miedo.

<«La bolsa me llamo la atención». «Yo caminaba


despreocupadamente y entonces por curiosidad y con un
palo. La rompí. Apareció esa cabeza. Le faltaba un ojo.
La nariz era grande y recta, sus facciones no estaban
muy deformadas e hinchadas; el mentón, era medio
cuadrado y la cara angulosa. Rápidamente me fui a mi
casa y desde allí llamé por teléfono a la policía de la
Seccional Séptima quienes tardaron media hora en llegar.
Luego de inspeccionar el lugar y permanecer varias horas
rastrillando la zona metieron la bolsa en «otra» bolsa
negra y se llevaron la cabeza.> relató Carlos Albrieu
< Mis datos fueron cuidadosamente registrados. Sin
embargo nunca me llamaron a corroborar la declaración;
como así tampoco, a ningún vecino que se acercó al lugar
del hecho> aclaró
«Años después y ante familiares de Vaca Narvaja (que
nunca había visto antes por no haberlos conocido) me
mostraron varias fotos; una de ellas, (dicen que fue una
de las ultimas de Vaca Narvaja) era parecida a la cabeza
encontrada o al menos de alguien muy parecido»
(Conadep Caja l4 Legajo V 5).
Cuando Lo Encuentren... díganle 33

Llegaron al final de asfalto que justamente daba


ingreso a la Villa. Desde ese lugar hasta la casa de Vaca
Narvaja había unas siete cuadras y tendrían que atravesar
un canal con un pequeño puente de cemento armado
para llegar. El Jefe bajó de su Falcon y planifico el
procedimiento. Rápidamente ordenó:
<Un vehículo queda en este lugar; otro estará
pasando unos metros el canal y el nuestro llegará a la
tranquera de atrás; lugar señalado por el entregador en el
rudimentario plano de la casa dibujado la noche anterior.
Allí entraremos silenciosamente hasta la puerta de
servicio> concluyó orgulloso
<Quiero armas largas y un documento de la Policía
federal para mostrar> pidió
Los dos Falcon marcharon sin prisa. Pero el camino de
tierra obligaba a estar atentos para no pasarse de la
entrada a la izquierda. Una bocacalle llevaba directamente
a la casa no tenía después más continuidad. Terminaba
justamente en la esquina de esa vivienda. Mas allá era un
solo un rastro. Todo baldío.
En el baúl Guillermo tragaba tierra.
Hugo Vaca Narvaja dormía. Era la madrugada del 10
de marzo de 1976.Susana había apagado la luz de su
velador una hora antes El sueño de ambos era plácido.
Gonzalo estaba aún despierto en su batalla con las
matemáticas. Las cortinas estaban corridas Su ventana
daba justamente a la pequeña galería de servicio; lugar,
Cuando Lo Encuentren... díganle 34

en donde la puerta de recia madera recibió los primeros


golpes contundentes de visitantes armados a la vez que
ordenaban:
<¡Abran !... somos de la Policía Federal>
Gonzalo recibió la primera señal del atropello. Hugo y
Susana no fueron ajenos a esos golpes y gritos.
Acudieron justamente a la ventana donde Gonzalo había
abierto. El la galería oscura estaban las sombras de
hombres armados. Hugo Vaca Narvaja pidió a su vez una
identificación ante lo cual el jefe saco la chapa de su
bolsillo y la mostró a través de la tela metálica de la
ventana. La puerta fue entonces abierta y el malón
armado entró torpemente con armas en mano, gatillando
las Itakas .Estaban muy tensos y nerviosos Con una tira
de cortina ataron las manos de Hugo mientras que a
Susana y Gonzalo, los llevaban al dormitorio y contra la
pared los encañonaron. Revisaron todo lo que tuvieron a
su alcance. Vaciaron las estanterías de los roperos,
cajones y comenzaron a robar cuanta cosa de valor
encontraban. Susana alarmada por este procedimiento
comenzó a gritar y reclamar por el saqueo ante lo cual el
Oficial ordenó maniatarla. Taparle la boca y colocarle un
trapo en la cabeza para que no vea.
Mientras el robo se ampliaba también a las fotos,
películas y cartas familiares apareció en un rincón el
entregador. El gordo de campera que ahora sí tenia algo
puesto en su cabeza o tal vez una media de nylon de
Cuando Lo Encuentren... díganle 35

mujer colocada, nerviosamente busco la penumbra.


Indudablemente era alguien que conocía a la familia y le
conocían
A Hugo querían llevarlo como estaba. Se le permitió
vestirse luego del reclamo de Susana y pudo despedirse
en un silencio total. Las miradas de ambos esposos y su
hijo se cruzaron. Era su despedida. Hugo lo sabía. Lo
asumió dignamente.
Lo llevaron afuera y nuevamente el baúl del Falcon fue
depositario de otra víctima Lo empujaron sin
contemplaciones. Hugo solo pensaba en su familia.
El operativo terminó en unos 30 minutos; dejaron
también paquetes preparados para llevarse otros
productos del robo. Pensaban regresar.
Subieron a los vehículos y partieron. Las colillas de
los cigarrillos quedaron en el piso. Susana y Gonzalo
salieron presurosos a pedir auxilio inmediatamente
sintieron el alejamiento veloz de los coches.
Nadie acudió. Eran gritos al silencio. La noche estaba
cerrada.
Gonzalo salió corriendo, fue a buscar un hermano
suyo que estaba durmiendo en la casa de un amigo en la
misma villa Luego con vehículo prestado pudieron hacer
la exposición en la Comisaria l4 En sus móviles la policía
se apersonó en la vivienda poco después haciendo un
peritaje del cual nunca se supo resultado A su vez le
indicaron a la familia que en realidad deberían radicar la
Cuando Lo Encuentren... díganle 36

denuncia en la Comisaría 11 que era quién debía atender


este caso. Era su Jurisdicción.
-Allí corresponde – dijeron.
«Fijando en mi mente una parte del recuerdo. Vuelvo
a esa noche, a esa pesadilla que el tiempo convirtió en
realidad y que la distancia transformó en tristeza y
melancolía. Las imágenes son vagas, como en los sueños;
en cada una de ellas está la oscuridad contrastando con
esa claridad que dan aquellos instantes compartidos. Esos
momentos que prevalecen a través del tiempo. Recuerdo
que esa noche oscura era como un presagio de algo. Los
grillos que en la noche nunca callan estaban silenciosos.
Tan callados que lo único que se oía eran los ronquidos
de los viejos. Más de una oportunidad estos ronquidos
habían sido el tema jocosos de las sobremesas en los
domingos. En la cocina, entre los papeles de cuentas
estaban mis logaritmos a los que no era muy afín. La
brisa se convirtió en viento. Los árboles se movían
asustados, Los ronquidos se cortaron por los ruidos de
los motores como traídos por el viento. Los números se
transformaron en testigos mudos de lo que iba a suceder.
De pronto recordé no solo donde tenía mis pies sino
también la suerte corrida por la familia Pujadas y otras
familias de Córdoba que regaron de sangre páginas de la
historia...» (Testimonio de Gonzalo).
Mientras tanto, luego de cerrar un baúl con Hugo
Vaca Narvaja maniatado y amordazado con una cinta
Cuando Lo Encuentren... díganle 37

plástica, esa madrugada del l0 de marzo de l976, era


abierto el otro baúl, (del segundo Falcon), dejando libre a
Guillermo en un baldío. Lo tiraron y le cruzaron todo tipo
de amenazas.
Hugo Vaca Narvaja, fue llevado al campo de
concentración de La Perla en Córdoba. Allí, luego de ser
torturado física y psicológicamente recibió la muerte por
sus verdugos con la presencia del mismo General
Benjamín Menéndez a quién se lo llevaron como pidió:
<Vivo>. Quién seguramente gatillarìa con su propia
pistola la frente de Hugo. No dudo como se habrá
gratificado cuando supo que fuè decapitado.

El también triste y asesino General de la


Nación Ibérico M Saint Jean, estaba cumpliendo su
profecía cuando anuncio públicamente:

“Primero vamos a matar a los subversivos. Después a


los colaboradores. Después a los simpatizantes. Después
a los indiferentes y por último a los tímidos” Textual.

Así lo hicieron
Cuando Lo Encuentren... díganle 38

LAS IMÁGENES DEL HORROR

Agradezco a Darío Olmo y su equipo la posibilidad de


tener cuatro fotos de los hallazgos en las fosas
clandestinas del ejército

Ojalá, que otros testigos de estos hechos, nos


hagan llegar información, aún cuando sea en forma
anónima para que posibiliten encontrar otros miles de
desaparecidos. Después de ver las fotos publicadas, me
pregunté varias veces, como encaro este tema para
describir lo que siento. Traté entonces de hacerlo
teniendo en cuenta las palabras de un escritor que admiro
Carlos Fuentes cuando dice:

«El llanto ....le hace señas a la tristeza»

«El 2 de Julio del año 2003, La Voz del Interior de la


Provincia de Córdoba publicaba fotos de las fosas
clandestinas en el Cementerio de San Vicente. La crudeza
de las imágenes pueden obviar cualquier comentario. Sin
embargo la provincia entera y el País se conmovieron ante
tamaña irracionalidad Era la primera vez que los
desaparecidos tomaban la palabra y se presentaban a una
sociedad adormecida de tanto escuchar «Hay que mirar
adelante» «Hay que olvidar el pasado», «Hay que pensar
en el futuro».
Cuando Lo Encuentren... díganle 39

Sin embargo; ese dos de julio las voces de cientos de


desaparecidos nos decían «Hay que mirar para abajo» ;
«Hay que seguir cavando» para que los miles y miles de
desaparecidos puedan regresar a sus familiares que aún
mantienen los portarretratos vacíos.

La figura del desaparecido para una sociedad es la


imagen del temor a descubrir el genocidio perpetrado por
la más sangrienta y cobarde dictadura militar en
Argentina. Los cementerios clandestinos trataron de
enterrar cuerpos e historias. Estas fotos han navegado
por el mundo contando que esos desaparecidos existen.
Aún cuando estén enterrados en esas gigantes fosas
escondidas a la verdad.

La seriedad de la investigación está garantizada por el


Equipo Argentino de Antropología Forense, a quienes
debemos agradecerles la posibilidad de encontrar los
restos de esos hombres, mujeres y niños a los cuales, le
quitaron la vida. Los cementerios clandestinos de la
Dictadura Militar de Videla y Menéndez están a la vista.
Nadie puede hoy negarlos Nadie puede dudar de ellas ;
tampoco ignorarlas.
Por testimonios de informantes, testigos o gente que
participó en los entierros, pudo identificarse uno de los
peores actos de aberración humana: Los entierros
colectivos de cadáveres sin nombre llamados por el
Cuando Lo Encuentren... díganle 40

proceso militar: NN «(Cadáveres no Identificados). Allí


están; en esa gigantesca tumba que nos muestra
cadáveres encimados, mezclados con tierra, arena y
pedregullo ahora pincelados prolijamente por el equipo
de Antropólogos buscando identidades de quienes gritan
su presencia... desde esas profundidades.
Imagino que ellos dicen:
¡Aquí estamos !...¡Somos nosotros!... después de
tantos años. ¡Al fin la luz del sol!; de ese sol que nos
privaron ver y sentir por más de 27 años. No podemos
llorar de felicidad porque no tenemos lágrimas.
¿Sabes?...se secaron durante este largo tiempo de olvido.
Nos quitaron esa posibilidad; pero sabemos que ellas
brotaban de nuestros ojos.
¡Vean!. Sí, miren esta desnudez ósea que nos
confunde y que nos permite llamarnos a cada uno de
nosotros como si fuésemos todos. ¡Miren esos números
que tenemos en cada parte de nuestro esqueleto! Somos
el 24 o el 1007 o el 30.000. Vaya a saber.
¡Ah.. la ciencia!. Gracias a ella nos irán encontrando. Y
en esas ceremonias de entrega, las gargantas desatadas
luego de tantas décadas de búsqueda, dirán seguramente
< Gracias>por haberles permitido encontrarnos, a pesar
que el tiempo nos haya marcado cruelmente quitándonos
nuestras carnes y a ustedes, dejándoles surcos profundos
en la piel con ese tremendo dolor que deja la imágen del
familiar desaparecido
Cuando Lo Encuentren... díganle 41

¡Ah.. el reencuentro!. Querida familia: ¡No lloren!.


¡Estamos aquí!; juntos a compañeros que alcanzaron a
encofrar el último grito de vida bajo tierra y luego
juntando sus manos cruzaron sus cuerpos en abrazos
eternos. ¡Sí, eternos!. Nos verán a todos unidos en una
sola osamenta cubiertos de blanco silencio.
Pero estaremos siempre presentes para podernos
reunir con ustedes y encontrar la paz que nos quitaron.
!No lloren... familia! Sean felices; como lo somos nosotros
que hemos sido hoy exhumados. Hemos logrado ver
nuevamente la luz; sentir en nuestros huesos los rayos de
ese sol que quema.
Cuando uno de nosotros sea identificado, será una
fiesta en esta tumba. ¡Todos somos aquel que ha
recuperado su nombre! y que ha sido extraído de esta
habitación oscura que durante décadas, nos ocultó de la
vida. ¡Miren nuestros huesos!, descubrirán que somos
muy jóvenes. Tirados sin piedad uno encima del otro,
como verduras, como piedras de cimiento, como basura
de ciudad
Así llegamos hermanos a este foso. Débiles;
torturados y muchos de nosotros aún con vida. Pero
estaba tan apagada que preferimos acompañar los
hermanos que cayeron muertos de balas; muertos de
torturas interminables.
Cuando Lo Encuentren... díganle 42

¿Hemos llorado?. ¡Sí!. Hemos llorado hasta que los


gusanos se encargaron de convertirnos en huesos
inmortales.
Llamen nuestras familias y díganles: ¡Que nos han
encontrado! Que hemos regresado al mundo de los vivos,
aún cuando somos fémures, cúbitos, radios, húmeros, o
como estas calaveras desnudas que abren su boca para
decirles: ¡Gracias! gracias por encontrarnos. Gracias por
dejarnos ver el sol y poder respirar el aire que esta
condena nos privó por......30 años.
También podrán encontrar algún papel escrito
custodiado por mandíbulas dentadas y desnudas con una
despedida o con un mensaje para nuestros hijos o
padres. Lo hicimos apresuradamente antes que nos
enviaran a las fosas en esas noches de frío o lluvia del
invierno o los calores insoportables del verano. Son
mensajes resguardados para ustedes de esa bestialidad.
Nos condenaron con atrocidades que escondieron
durante tantos años. Por eso hermanos, padres, hijos,
amigos, deben estar contentos de habernos hallado.

Hemos quedados como testimonio del pasado, para la


memoria. Somos la realidad oculta de una sociedad que
pretendió olvidar los cientos y miles de hermanos que
como nosotros, esperamos para que nos quiten esta cruel
frazada de tierra y nos entreguen a nuestros seres
queridos. Por eso pedimos que no nos lloren y cuando
Cuando Lo Encuentren... díganle 43

uno de nosotros sea identificado y mencionen a «Todos»,


con ese solo nombre: Desaparecidos.
Pero no queremos seguir desaparecidos; queremos
reaparecer, aunque sea en esta digna desnudez ósea.

En Julio del 2003 reconocieron el cadáver óseo de


Mario Osatinsky. Lo hicieron posible los antropólogos. Se
lo entregaron a su madre Sara. Sus amigos, compañeros
de esas fosas clandestinas dirían :
«Finalmente Mario está contigo. Debes saber Sara que
Mario durmió con nosotros estos 27 años recordándote.
No podemos decir nuestros nombres Sara; a pesar de
encontrarnos hoy libres de esta capa de tierra que nos
cubría. -¿Y sabes por qué?- Porque la memoria
desapareció de nuestros cerebros. Nos secaron Sara; pero
ustedes, que están hace 27 años buscándonos, sigan.
Sigan buscando debajo de la tierra hasta encontrarnos.
Nosotros juramos que sabremos esperarlos. Lleva Sara
este mensaje a todos los familiares de los desaparecidos
para que no abandonen la búsqueda de nuestros restos.
Estamos bajo tierra en muchos lugares de Argentina,
fosas como estas se multiplicaron en todo nuestro
territorio condenándonos a la oscuridad.
Primero fuimos desaparecidos; luego, muertos
desaparecidos. Hoy tardamos 27 años en salir al mundo
de los vivos. Tu mundo. Nos da alegría saber que en
Cuando Lo Encuentren... díganle 44

estos próximos años podremos decirles a todos....


nuestros nombres.
Para nosotros el tiempo no existe. Existe nuestra
memoria que ustedes, llevan al infinito.
Gracias por encontrarnos».
El 3 de mayo del 2005 encontraron en la cabecera
norte de la fosa grande y en el piso uno, el esqueleto
perteneciente a otro NN. Esta vez, correspondía a la única
mujer mezclada con 20 esqueletos: Graciela Haydeé
Torres, secuestrada el 29 de Junio de 1976. En ese
entonces el administrador del Cementerio Alberto
Bombelli, fue quién comunicó a los empleados del
Cementerio que deberían concurrir en horas de la noche
para ayudar a descargar los cuerpos N.N, que provenían
del Hospital Provincial para ser arrojados desnudos en el
Cuadro “C” en una fosa común sin ataúd. Una
característica de este cuerpo es que le faltaban los
miembros inferiores, la mitad de ambos muslos. Había
sido mutilada. La «subversiva» Graciela, era empleada del
Ferrocarril Mitre y preparaba el trabajo final en la
Licenciatura en Letras Modernas de la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de
Córdoba.
Siete días después, el ex represor Ricardo Oliveros
confesó en España que como agente de los Servicios de
Inteligencia del Ejército Argentino asesinó luego de
torturar, a dos desaparecidos de hoy : Mercedes Longo y
Cuando Lo Encuentren... díganle 45

Patricia o Silvia Longo en Mar de Cobos para luego tirarlas


en un foso común cavado por el suboficial Nicolás
Cafarel.. Cafarelo era el chofer del General Alfredo
Arrillaga máximo represor de la zona militar Mar del Plata
y fue más allá al afirmar que el General mencionado,
«llevaba personalmente los legajos de los desaparecidos».
También se adjudicó la muerte de otro desaparecido
llamado Raúl del Monte.
Jorge Videla fue responsable en la Nación. Pero en las
once provincias regenteadas por Luciano Benjamín
Menéndez, tienen aún estos cementerios con esqueletos
encimados, hacinados, que esperan ser identificados.
Fueron «59» los centros clandestinos de detención a su
mando, 504 en el país, donde aplicaron tormentos
atroces para luego ejecutarlos con las muertes más viles.
Los enterraban con palas mecánicas llevando a las fosas
sus cuerpos pálidos, fríos, inertes Miles de cuerpos que
todavía hoy llaman :«Desaparecidos». Faltan identificar
mínimamente 58 centros del III Cuerpo de ejército. En
Córdoba, los campos de exterminio «La Perla» y «La
Rivera» adquirieron la fama de ser el “modelo Luciano
Benjamín Menéndez”, quién puede sentirse orgulloso de
legarles a sus hijos y nietos su «Genocidio». Los detalles
que dieron algunos militares, son los testimonios de los
Scilingos; de los Bruno Labordas y de muchos otros
militares que necesitaron quitarse culpas que los
agobiaba por días, por años, por décadas. Secuestraron,
Cuando Lo Encuentren... díganle 46

torturaron, encerraron jóvenes en cárceles clandestinas.


Robaron, mataron y se apropiaron de bebés nacidos en
cautiverio. Todo esto, utilizando el aparato del Estado en
todos sus niveles. Hubo ejecutores y cómplices de un
macabro plan de exterminio, convertido en un verdadero
terrorismo de Estado, comprobado y condenado.

«Recogíamos durante días enteros deshechos de


hombres y mujeres con la participación de las
maquinarias del Batallón de Ingenieros en Construcción
141. En muchos casos, los compactábamos en
recipientes. Luego, los fragmentábamos para tirarlos en
las Salinas de Córdoba y la Rioja». Documentaba el
Teniente Coronel Bruno Laborda con la crudeza similar a
la de Scilingo, cuando relataba como enviaban al vacío los
cuerpos de jóvenes moribundos desde aviones de la
Armada Nacional, hacia mares encrespados. Aviones de
esa misma Armada Argentina que bombardeó Plaza de
Mayo en junio de 1955 matando 380 civiles, entre ellos
80 niños escolares. Fueron también esas armas del
Ejército Argentino, las que fusilaron sin juicio 27 civiles y
militares por orden del Ex General Aramburu en Junio de
1956, o sea; 14 años antes del nacimiento de la esa
violencia atribuida a los años setenta.
“Las décadas del 60 y 70, eran
tiempos de cambios; luchas, enfrentamientos e injusticia.
Indudablemente algo había pasado en ese tiempo. Las
Cuando Lo Encuentren... díganle 47

armas de la república se habían levantado “nuevamente


contra un poder civil” frágil y corrupto. Los hombres de
uniforme sentados sobre calaveras festejaban el triunfo
de una fuerza formidable, ante la sumisión civil pocas
veces vista. Volaban sobre sus cabezas, cuervos negros,
negros como tumbas de miles de hombres y mujeres
encerradas en las profundidades de la tierra. Hombres
uniformados robando y pisoteando baldosas de edificios
públicos, viviendas, sedes partidarias y sindicales.
Quemaban libros, bibliotecas, destruían museos y
monumentos. Encarcelaban, torturaban; desaparecían
gente, robaban niños recién nacidos. Los vendían. Los
entregaban como venganza. La resistencia de un pueblo
vencido por la misma historia de las armas dejó
cadáveres abandonados en lugares simulando batallas
inexistentes. Hombres y mujeres fueron muertos de pura
muerte. Otros; desaparecidos sin rastros que pudiesen
identificarlos. Sus cadáveres no existían. Todo había sido
borrado. Nada quedaba. Ni los partidos políticos, ni
sindicatos, ni organizaciones sociales. Todos condenados
al silencio. Tumbas anunciadas. Las banderas de lucha,
pisoteadas por pulcros uniformes que “nada sabrían
después” de esas muertes. Como si el olvido fuese una
epidemia. Los gritos y lamentos de encierros y torturas se
evaporaban en cuartos tenebrosos habitados por
hombres sádicos. Nadie quería ver lo que estaba pasando,
era como si hubiese sido un sueño. Tampoco donde
Cuando Lo Encuentren... díganle 48

quedaron las tumbas de cadáveres encimados sin


vergüenza. Uno tras otro, sin dejar luz entre almas; sin
permitir que la verdad pudiese más adelante salir de esas
catacumbas múltiples. Los fusiles escupieron balas
mortales. Las picanas descargaron electricidad capaz de
frenar corazones jóvenes. Las playas salpicadas de
cadáveres abandonados en arena. Algunos recuperados
por la marea, recibieron luego un nombre. Hombres y
mujeres abandonados en el mar. Empujados al vacío para
que vuelen sin alas desde aviones y helicópteros en la
noche, sumergiéndolos en aguas saladas del océano. Se
hincharon tanto que se convirtieron en cientos de balsas
humanas, flotando en búsqueda de un continente
cercano. En búsqueda de algún lugar que pudiese
reconocer sus huellas. Solo estaba la muerte presente. La
muerte que llevaba en sus brazos cadáveres mustios,
impávidos y quietos a destinos inciertos, mientras alguien
lloraba su desaparición o su ausencia. Todas esas luchas
subterráneas se tapaban con pasos orgullosos de
vehículos con soldados de uniformes verde engalanados
por el triunfo. Sonrientes del momento vivido mientras en
las orillas de las calles las personas aplaudían y vivaban el
paso de los verdugos que después seguramente,
perseguirían a muchos de los presentes o a sus amigos o
sus parientes o a conocidos. Los uniformados habilitaron
lugares de encierro y tortura. Lugares anónimos. Ocultos.
Escondidos. Cubiertos de misterios. Alejados de los
Cuando Lo Encuentren... díganle 49

centros civiles que pudiesen escuchar el grito de tortura o


el final de una respiración extenuada de tanto maltrato.
Lugares sucios, invadidos por sombras y vapores de
muerte. Lugares de hombres y mujeres que desfilaban
desnudos, cubiertos por una cinta negra en sus ojos para
que no pudiesen ver el número pintado en su espalda o
su pecho. Lugares solitarios, rebalsados de excrementos
amontonados en rincones húmedos. Charcos de orina
que no encontraban salida. Lugares donde el silencio es
obligatorio. Quebrados por el castigo cruel, vil, cobarde
del verdugo abusando de cuerpos exhaustos. Los
castigaba. Los ataba. Los golpeaban y los violaban.
Lugares donde la vergüenza y la miseria humana no
podían separarse de esos anónimos rehenes en las
sombras. Reconocidos por nadie; solo por un número
marcado, tallado al cuerpo. Lugares donde el diálogo con
secuestrados se daban por el aliento, toses, respiraciones
jadeantes, temblores de frío después de una picana
cavando el alma. Lugares donde colgaban de sus manos y
sus pies los seres que gritaban su calvario. Seres
castigados con golpes de palos, metales y patadas.
Lugares donde se intuía la sangre mezclada con el polvo
de la tierra y las excretas. Lugares donde los perros
tironeaban pedazos de cuerpos abandonados en patios
abiertos al aire esperando el camión cerrado, blindado,
para llevarlos en madrugadas a entierros en cadena en
fosos de cal viva. La niebla cubría la noche haciendo
Cuando Lo Encuentren... díganle 50

sospechosa la madrugada. Cuando los camiones volcaban


como arena hombres y mujeres sin vida, sin alma, con el
honor del silencio y la vergüenza de la delación. Siempre
era madrugada. Cadáveres que años después serían
huesos blancos, limpios de carne; huesos quietos, piernas
entre brazos o cráneos riendo con dentaduras sin encías.
Cuerpos transformados en restos óseos descubiertos
suavemente con el pincel del antropólogo al quitar tierra
y arena para que el hueso aflore y nos dé un nombre”
g.v.n
El Golpe militar de 1976, cuantitativamente superó el
genocidio incorporado en Latinoamérica como rutina
desde 1962, con la aplicación metódica del plan Cóndor.
Los campos de exterminio, tortura, represión,
desaparición de personas; robos de bebés, y los saqueos
a domicilios, asesinatos encubiertos en leyes de «Fuga»
se sumaron el robo organizado y venta del mobiliario de
las víctimas.
El Terrorismo de Estado cuyos métodos no envidiaban
en nada a los aplicados en los campos de exterminio de
Auschwitz, salieron a la luz años después. Tal vez, los
militares argentinos superaron en metodología la
brutalidad represión nazi. Para ello contaron con la
asesoría de los maestros militares franceses que en
Argelia inventaron la figura del desaparecido. Alumno
ejemplar como el ex coronel Emilio Cesar Anadón, ex Jefe
de Batallón de Comunicaciones 141, mano derecha del
Cuando Lo Encuentren... díganle 51

asesino Benjamín Menéndez (procesados por desaparición


y tortura junto a homicidio con alevosía contra Humberto
Brandalisis y Osvaldo Raúl Cardozo; Carlos Enrique Lajas
e Ilda Flora Palacios (en La Perla )... Alias Gerente o
Tranco de León, se suicidó el 1 de Octubre del 2004. El
antiguo represor en La Perla y el campo La Rivera
colocaba su nueve milímetros debajo del oído derecho
remedando el suicidio del «Negro» Jorge Pereyra,
especializado en secuestros que en 1981 se volara su
cabeza (su sección funcionaba en La Perla) Ambos, muy
cercanos al operativo secuestro (destacamento de
Inteligencia 141) de mi padre.
El 21 de Octubre del 2003 se produjeron dos hechos
importantes en la vida familiar. Se lograba la
identificación de Gustavo Olmedo (cuarta identificación)
en el cementerio clandestino de la Dictadura en San
Vicente Córdoba. Su cráneo perforado por tres impactos
de bala el 27 de abril de 1976 fue reconocido; su cuerpo
desnudo fue tirado en la fosa común también el 27 de
abril. Los restos dentales comparados con la sangre de su
madre dieron la certeza de un 99.97% de ser Gustavo. Fue
secuestrado por el ejército Argentino el 26 de marzo de
1976, o sea 16 días después del secuestro de mi padre
Miguel Hugo Vaca Narvaja. Por las fechas, hasta ahora de
los cuatro cadáveres identificados: consideramos posible
que nuestro padre se encuentre en ese fosa común.
Gustavo Olmedo, el peligroso «delincuente subversivo»
Cuando Lo Encuentren... díganle 52

identificado»: tenía 19 años de edad; luchaba por un


ideal, fue su pecado y también su condena. El ejército, en
un «operativo antisubversivo» rodeó la manzana, entraron
violentamente en su casa y mataron a tres «subversivos»
menores de 19 años. El «delincuente» en realidad cursaba
el tercer año de Ingeniería en la Universidad Nacional de
Córdoba. Las fechas de las víctimas (cuatro hasta julio del
2004) que se han identificado en este cementerio
clandestino del Ejército coinciden con la fecha del
secuestro de mi padre 10 de marzo de 1976.
En un interesante reportaje de Ana Mariani y Salguero
(Diario La Voz 19 de julio 2004) a Darío Olmo: Presidente
del Equipo de Antropología Forense; detallaba las
acciones del equipo realiza en el cementerio San Vicente
de Córdoba «Las fosas clandestinas de la dictadura» El
equipo trabaja desde diciembre del 2002 por orden del
Juzgado N 3 sobre dos fosas o tumbas clandestinas
encontradas excavando abajo de la edificación del
crematorio construido para cubrir el pasado por la
dictadura militar». En abril de 1976; apilaron los
cadáveres de 72 cuerpos. En otra fosa -excavada en Julio
de 1976- encontraron 20 cuerpos más. Dos fosas: 92
cuerpos. Aún no tenemos noción de cuantas fosas
clandestinas hay en los 59 centros de detención
clandestina del asesino Menéndez. Relata Darío Olmo que
primero trabajaron desde los laterales del crematorio
(identificado por testigos que dijeron haber visto las
Cuando Lo Encuentren... díganle 53

tumbas colectivas en el lugar donde luego construyeron


el crematorio del Cementerio) para ver si en el subsuelo
había una fosa en común; luego, comenzaron a excavar
cuidadosamente en la parte de atrás y adelante por haber
encontrado evidencias de una fosa en común. Consideró
que el trabajo será lento y laborioso, pero por el apoyo
recibido, podrá brindar más datos en la identificación de
cadáveres <Tenemos la orden del Juez de excavar en
todos los lugares de Córdoba y Gran Córdoba donde haya
denuncias de inhumaciones clandestinas>. Dijo Darío
Olmo.

Los Campos de Concentración que Menéndez había


instalado en Córdoba están en la mira. Seguramente
habrá cientos de cadáveres esperando la luz de la verdad.
Y como dijo Darío Olmo, el equipo «Trabaja de día para
llorar de noche» Las imágenes así lo dicen. Hay un largo
camino por delante y muchos cadáveres que esperan ser
identificados. Pero lo más importante es que después de
haber negado estos homicidios, Menéndez tiene 92
cadáveres que han comenzado hablar en su contra. Ellos
esperaron 30 años para hacerlo.
El segundo hecho familiar: el 21 de octubre del 2003
fue liberado Fernando Vaca Narvaja (injustamente preso).
La Cámara Federal II ordenó ese día al Juez Federal
Bonadío (quién había encarcelado a Fernando el 14 de
agosto 2003) su liberación inmediata por haberlo puesto
Cuando Lo Encuentren... díganle 54

preso en forma «arbitraria y con falta de sustento


probatorio».Sostuvo la Cámara Federal II, que Bonadío
carecía de hechos probatorios mínimos. Fernando estuvo
preso 67 días acusado por el Juez Federal Bonadío. La
Cámara Federal, II a su vez, envió a Consejo de la
Magistratura el pedido de Juicio político al Juez Bonadío.
Este señor juez había fundamentado la detención de
Fernando en:
a) Documentación del Batallón 601 : donde hacían
hablar los muertos, desaparecidos y declaraciones
logradas bajo tortura.
b) Documentación de la CIA (central de inteligencia
americana) incompleta.
c) Seleccionando tres documentos confidenciales :V-
29-3 ;V29-9 y V29-14. Nulos.
d) También presentó documentación «anónima»
escrita sin firmas y finalmente una «interpretación
personal» de lo que había pasado en la contraofensiva
montonera de 1979; sumado a un análisis político, de los
años setenta alejado al Derecho.
De hecho; la Cámara II derrumbó los criterios
jurídicos-políticos hasta llevarlo a lo ridículo, y le ordenó
también que sea él ( Bonadío) quién libere a Fernando y
Perdía. Como broche de oro: descalificó todo el accionar
Judicial del Juez. En una solicitada del 21 de septiembre
2003 firmada por Abuelas Plaza de Mayo; Asociación de
detenidos Desaparecidos; Asociación Compromiso por la
Cuando Lo Encuentren... díganle 55

vigencia de los DDHH; Ceprodh; Correpi; Familiares de


detenidos y desaparecidos por razones políticas;
Hermanos; Madres de Plaza de Mayo; Servicio Paz y
Justicia, terminaban diciendo: “....es por eso, que
rechazamos esta política dirigida al encarcelamiento de
los luchadores populares y a equiparar el derecho a la
resistencia a la opresión con los métodos del Estado
Terrorista”.
Sin embargo Bonadío aún ( Nov 2006) sigue siendo
Juez Federal.
La figura del desaparecido implantada por dictadura
militar tiene connotaciones propias y muy particulares. El
desaparecido en el relato de cualquier familiar tiene
fechas precisas, como la de nacimiento; la fecha de su
cumpleaños o la fecha de casamiento, hasta su
desaparición. De allí en más no existe; la vida y la muerte
están mezcladas en una incertidumbre permanente. Al
decir «Mi padre es un desaparecido del 10 de marzo de
1976» sugiere solo una fecha, no una muerte, aún
cuando sabemos tácitamente que es así. Pasa a ser una
figura etérea; inconclusa e incierta del: «No existir». Su
tránsito por la vida se corta bruscamente sin motivo claro:
Desapareció. Como si fuese un macabro pase de magia.
No está más a partir de ese día, de esa hora, de ese año.
No tenemos una referencia concreta que nos permita
homenajearlo; no existe tampoco una tumba, o un cajón.
Solo una fecha sin duelo o si se quiere, un duelo
Cuando Lo Encuentren... díganle 56

extrañamente eterno hasta que sea encontrado y


reconocido. Será desaparecido hasta aparecer y a partir
de ese momento su vida habrá cerrado su ciclo natural y
su familia, podrá decir una fecha de su muerte.
Treinta mil familias esperan encontrar sus cuerpos.
Hay muchos que pueden ayudar a encontrarlos. Los
cadáveres eran enterrados en fosas que no cavaban
personas ajenas al proceso. Las máquinas con que
arrastraban sus cuerpos eran manejados por hombres
concretos. Los lugares de entierro eran diagramados por
personal militar y civil. El 2 de Setiembre 2005 Página 12
da a conocer el octavo NN identificado en las Fosas
clandestinas del proceso militar del cementerio en
Córdoba. Alejandro Alvarez Rodríguez, desaparecido
hasta el 2 de setiembre cuando por medio del ADN le dan
nombre a sus restos que habían sido perforados por
balas en el tórax, cráneo y fémur. Asesinado el 13 de
agosto de 1976 inhumado el 14 de agosto por personal
del Ministerio de Bienestar Social de la Provincia,
Alejandro era militante del PRT Partido Revolucionario de
los Trabajadores.
Testigos hay; solo falta que puedan enviar su carta
anónima y permitan descubrir nuevas fosas. Prueba de
ello es que en los primeros días de setiembre 2005 un ex
empleado de la morgue del Hospital Pablo Soria de Jujuy
denunció que en la confluencia de ríos Chico y Grande,
detrás del cementerio de El Salvador les habían ordenado
Cuando Lo Encuentren... díganle 57

cavar una zanja (más de cien metros de largo) para


depositar cadáveres NN asesinados por la Dictadura
Militar. Eladio Mercado, declaró como testigo en los
juicios de la verdad. Aclaró también que él junto con una
monja identificada como Madre Olivo recibían cadáveres
NN entregados por las fuerzas de seguridad del proceso
militar.
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EL CUERPO

Un cuerpo intangible
y nuestro
el corazón se consume
en el recuerdo
de una vieja herida

Mientras el viento ha torcido la rama


nadie ve
el lento hundimiento de la acera
en el rostro
de un niño que llora

Cierta vez, en una pieza contigua, mi padre confesó


que le temía al dolor
Se lo llevaron en marzo
Creo que vivió hasta Junio
No puedo superar el infierno de pensar que sufrió
la encarnación humana, de su más temido miedo

Bajo su copa
la mora derrama colores
en secretos racimos
Hay moscas y abejas
Y un pino altanero
de corteza lacerada
Cuando Lo Encuentren... díganle 59

que sacude su punta

Nadie.

Solo mis recuerdos habitan a esta hora.


Una galería con arcadas
se dibuja custodiando
una casa grande

Están cerradas sus puertas


bajadas las persianas
y hay bajo los faroles negros
negras hojas e insectos muertos

De vez en cuando el hombre


pasea su mano por la frente
organizando sus cabellos

Se lo ve cansado
sin sangre
agonizando.

Más allá de esta superficie


hay sed,
polvo
y más silencio.
Cuando Lo Encuentren... díganle 60

Duelen los aromas viejos,


los rincones vacíos,
la fragilidad de las flores
duelen.

El hombre es el cuerpo

Tras su espalda
un aljibe sevillano
permanece inmutable
como un vaso de piedra

Sobre la calle de piedra


el polvo pasea solitario.

Sin saber qué es la espera


El hombre pasea la mirada por la calle.
Apenas cerrado el cielo
las gotas se hunden en mi pecho
hasta ahogarlo.

Solo el rumor del agua,


ágil,
rápida,
sacude la modorra de la tarde
que se escapa
Cuando Lo Encuentren... díganle 61

Mi padre sigue esperando


su memoria
de carne, huesos y lágrimas.

Yo, mi desquite final


y mi alarido.

De joven pensé en la vida como: fugacidades


Fugaz fue la silueta de mi padre atravesando
el umbral de una puerta cerrada. Fugaz la dulzura
de los ojos que me invocaron y contuvieron
cuando la nada reía a carcajadas sobre mi casa
devastada
Fugaz mis silencios, la aparente cordura
el importarme nada, el desearlo todo y
el esperar sin esperanzas
Fugaz las cartas escritas en el exilo,
las inmensas arenas de palabras
que constituían el desierto más extenso de la vida
Duro el fuego interior que quemaba el cuerpo
desde adentro
Fugaz también la fragilidad de las redes
resquebrajadas; los amigos que vieron la muerte
desconocida, apenas a la edad de los pasos firmes
Fugaz la imaginación que los pensó
Cuando Lo Encuentren... díganle 62

solitarios a orillas de sus fosas


rezando las primeras estrofas de una oración
inconclusa.
Fugaz la creación solitaria de los últimos días
de mi padre.
Solo fugacidades
como destellos

Gonzalo Vaca Narvaja


Asilado políticos a los 16 años
Primavera del 2000 (EL CUERPO / Ed. Argos)
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A mi abuelo

Como Explicarte lo que siento


Si ni siquiera sé donde estás
Como decirte que te extraño
Si ni siquiera sé si me escuchas
Como intentar abrazarte
Si solo sé que hay nada
Como mirarte a los ojos
Si solo tengo tu foto
Más, no necesito que estés «aquí»
para explicarte lo que siento
Tampoco necesito que estés «aquí»
Para saber que me escuchas
Ni siquiera necesito tenerte
para estrecharte en mis brazos
Sí....para explicarte lo que siento
Sí....para que me escuches y me entiendas
Sí....para abrazarte fuertemente
Sí....para mirarte a los ojos
Tan solo necesito y me basta
que sepas.....
Que te quiero.

Tania Vaca Narvaja


ex-Asilada Política a los 3 años
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Tricao Malal - Neuquén

En el verano de 1970, cruzamos por primera vez el


vado de Chapúa. Mallín verde, fresco, encajado en medio
de las rocas y la arena. El agua cristalina lamía las piedras
lisas que desde el fondo entre la flora acuática no
cesaban de brillar. Alguna que otra mojarrita cruzaba el
espejo de agua apresurada escapando del ruidoso intruso
que osaba asentar sus ruedas en su lecho.
Dos ranchos de adobe seco custodiaban el camino
ascendente. Al lado de uno de ellos y bajo la sombra de
un gigante sauzal una mujer exuberante no escondía su
decidido gesto de curiosidad: Doña Rosa Rebolledo, típica
mujer de cordillera que trataba de fotografiar con su
mirada a estos extraños que se acercaban. Un saludo de
recepción y despedida simultánea. Un instante para ver
sus ojitos vivaces, el rostro despejado y la expresión
cálida. Más adelante; en el descanso obligado del río
Leuto Caballo, el puesto vigilante de los Álvarez y sus
diez, doce o catorce hijos se levantaba en la orilla. Estaba
también la vivienda del tractorista contratado (para hacer
tareas de siembra). Más adelante; Tricao Malal, en un
valle imponente. Un escaso grupo de ranchos de adobe
un galpón que debería convertirse en Puesto Sanitario con
enfermería, consultorio y la vivienda del médico. O sea
nosotros.
Cuando Lo Encuentren... díganle 65

Teníamos dos precarias habitaciones con ventanas


mirando a la Cordillera del Viento y un baño instalado
pero sin agua. Compartíamos la cocina con el Municipio y
con la supuesta dependencia de Salud. Los guisos se
cocinaban entre una pila de paquetes de algodones que
llegaba hasta el techo; bolsas de calcio en tabletas; cajas
con jarabe para la tos; pastillas de Iodo; cajas de aspirinas
por todos los rincones; diez tarros de cinco litros cada
uno de aceite de hígado de Bacalao; cajas de alcohol
gasas, frascos de Yodo liquido bolsas de yeso; cinco cajas
metálicas de curaciones y cirugía; la balanza pediátrica y
la de adultos guantes de látex y en una esquina haciendo
honor a este singular espacio culinario: una batería de
cocina completa. El pueblo de Tricao Malal era: ese
Municipio; mi familia y la Salud; las dos viviendas de
adobe de la familia Nieto; Antonio, Amílcar y Manolo. La
Policía y a tres kilómetros el Juzgado de Paz; a mitad de
camino las familias Retamal, González, Gutiérrez. Durante
unos meses además de carecer de mobiliario debíamos
buscar el agua para tomar y para bañarnos: en
damajuanas. La vertiente el Llococo distaba a siete
kilómetros de nuestro pintoresco hogar.
A veces a pié otras a caballo, salíamos a vacunar,
catastrar, registrar y educar. Rancho por rancho. También
debíamos luchar dignamente contra las “médicas” locales
que competían y dificultaban nuestra inserción en el área
de la salud. El derecho de piso había que pagarlo. Éramos
Cuando Lo Encuentren... díganle 66

los primeros médicos rurales en Tricao Malal y toda su


zona de influencia(1.700 habitantes). En esa época;
Neuquén registraba el mayor índice de mortalidad infantil
del país con un promedio que superaba el 120 por mil. El
Gobierno de Felipe Sapag había decidido no sólo
combatirla sino : erradicarla. María Eugenia; mi esposa,
fue nombrada maestra en la escuela rancho de Tricao
Malal. rodeada de tamariscos y construida con adobe y
techo de carrizo. No le faltaban vinchucas a la escuelita.
El mal de Chagas participaba junto con la Tuberculosis y
la Hidatidosis como endemias. Es toda una historia.
Cuando Lo Encuentren... díganle 67

Chos Malal (Neuquén)

A partir de 1973 en que Felipe Sapag me designa


como Jefe de Zona Sanitaria III en esa localidad el trabajo
médico clínico; cirujano y sanitarista se van uniendo.
Ahora tendría a mi cargo dos departamentos completos
(Chos Malal y Minas) el Hospital Cabecera; los seis
hospitales zonales y la Jefatura. En esa localidad, que
guarda mis mejores recuerdos trabajamos hasta el
secuestro de mi padre. En esa fecha: 10 de Marzo. Me
comunican que por radio habían dicho «algo» sobre el
secuestro de mi padre. Inmediatamente traté de hablar
con Córdoba. El único Teléfono disponible en Chos Malal
era el del Correo Central. Confirmé el dato e
inmediatamente por radio policial pedí con el Gobernador
Felipe Sapag, quién inmediatamente dio la orden de
enviar una avioneta de Transporte Aéreos Neuquinos
(TAN) a buscarme y sacar un pasaje Neuquén Cba. en el
vuelo de la tarde calculando mi hora de arribo al
Aeropuerto Neuquino. Llegué a la pista y estaba el avión
de Aerolíneas esperándome.
Mi familia fue evacuada por tierra horas después
gracias a mis amigos Pepe y el Gringo que fueron por ruta
40 a Chos Malal. Días después mi casa en Chos Malal fue
allanada y saqueada en mis cosas personales. No era
casual, los servicios estaban atrás mío estaba sindicado
como en Jefe de Sanidad de Montoneros, decía el informe
Cuando Lo Encuentren... díganle 68

de la Side que la Patagonia era el Hospital de los


Montoneros. Que yo dirigía el área Sanitaria y que
realizaba el ingreso de armas desde Chile mediante el
apoyo de Salvador Allende. Este informe al que tuve
acceso directo cuando se lo envían a Felipe Sapag,
entonces Gobernador de Neuquén venía con la òrden de
que fuera cesanteado y sacado de la zona de Frontera. El
entonces Ministro de Gobierno Dr. Natali (actualmente
prestigioso abogado en Neuquén) estaba al tanto del
frondoso expediente que a lo largo de su lectura me
entero que había sido «vigilado» desde 1968, fecha en
que inicio mi carrera médica en Santa Cruz. Las fotos
adjuntas de amigos y amigas de esa época así como mis
pasos por esa provincia estaban adornadas de
innumerables fantasías. En Chos Malal ya en los años
setenta, cuando realizaba una reunión de médicos en la
Zona Sanitaria a mi cargo junto a representantes de la
comunidad fue rodeada la manzana y allanada por
información que en ese lugar se estaba desarrollando una
reunión de subversivos. La acusación quedó trunca
cuando comprobaron que entre los representantes de la
comunidad estaba la Sra. del Comandante de
Gendarmería radicado en Chos Malal. Mi amigo Pedro
Hidalgo. Un hombre culto, derecho y sincero que por
desmentir acusaciones fue degradado. Pudimos verlo a
nuestro regreso, cuando ya padecía una enfermedad que
lo llevó a la muerte. Siempre lo recordaremos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 69

HUGO VACA NARVAJA( hijo)

Decreto 17 del «29 de marzo 1976» El Interventor


militar Vaquero y su Ministro Marini agradecen los
Servicios Prestados como Jefe de Policía al Teniente
Coronel Benjamín Adolfo Rivas Saravia.

El 12 de agosto de 1976, en la ciudad de Córdoba,


Hugo Vaca Narvaja (hijo) mi hermano más cercano, fue
brutalmente asesinado. Murió encadenado y había sido
torturado.
“El Dr. Hugo Vaca Narvaja hijo intentó fugarse”. Así
explicaron su muerte como parte del esquema de
exterminio de presos políticos diseñado por la dictadura.
Curioso intento de fuga con manos y pies encadenados y
un ojo arrancado, y luego a quemarropa le hicieron
estallar su cráneo. A esto sumaron algunos innecesarios
balazos más para su exterminio. De la puesta en escena
quedaron varios testigos.
Durante su etapa de estudiante de derecho Huguito,
como le decíamos se incorporó al periodismo. Integrante
de Radio Universidad de Córdoba se desempeño por años
en el servicio informativo. En varias oportunidades fue
enviado a cubrir notas en otras provincias y en otros
países. En su último trabajo en el exterior cubrió las
reuniones de la famosa “Alianza para el Progreso” en
Cuando Lo Encuentren... díganle 70

Uruguay. En dichas circunstancias la parsimoniosa rutina


de las reuniones de los presidentes Americanos se quebró
con la movilizadora presencia del Che Guevara. Tuvo
oportunidad de conocerlo y conversar con él. Fue
funcionario del gobierno Peronista de Obregón Cano
(como Procurador del Tesoro)y joven abogado que
rápidamente en la década del setenta se dedicó a
defender presos políticos. Al salir de una audiencia lo
atraparon policías de civil en las mismas escalinatas de
los Tribunales de Córdoba. Corría el año 1975. Todavía
con la presidencia de la nefasta Isabel Martínez de Perón.
Sin orden judicial fue esposado, golpeado y
arrastrado escalinatas abajo hasta un Falcon sin patente.
Mientras lo secuestraban logró gritar su nombre a viva
voz para que alguno de los presentes avisara a su familia
o a amigos. Fue escuchado y esa persona avisó a la
familia. También lo secuestraron.
Después de varias horas del secuestro público y
diurno y a pesar que las autoridades negaron su
detención. Huguito fue hallado en una delegación policial
tras las rejas y brutalmente golpeado. Desde su encierro,
llevó adelante una batalla judicial descomunal. En los
primeros días de agosto de 1976, después de más de un
año de estar preso sin causa, logró la anuencia de la
Corte Suprema de la Nación para ser liberado y
autorizado a exiliarse en Francia, país que había aceptado
recibirlo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 71

Cinco días más tarde que el Gobierno Militar recibiera


de la Corte Suprema la orden de liberarlo : decidieron que
era mejor masacrarlo. Y así fue.
Teníamos siete u ocho años. Diariamente hacíamos
los mandados caminando por las veredas de la Córdoba
colonial. Lima y Rivadavia vivíamos en un departamento
en esa esquina. En aquella época todavía quedaban los
que llevaban la basura en carros tirados por caballos al
igual que el lechero y los tranvías aún eran los señores
del tránsito, todo en un ambiente pueblerino, la ciudad
era en ese entonces pequeña. ¡Cuantos recuerdos!; les
voy a contar una anécdota que me quedó muy grabada
cuando no habíamos pasado aún esa edad y está
relacionada con un Ladrillo: Desde la terraza, el ladrillo
fue planeando cavando un túnel en el vacío hasta llegar a
la cabeza de mi hermano. El estaba sentado en el patio de
abajo arreglándose los cordones de los zapatos. El ruido
fue seco, firme y contundente. Cayó fulminado sin una
sola expresión de dolor; tampoco una queja. Perdió el
conocimiento prácticamente en la mitad del golpe como
si el final del mismo fuese solo para certificar que el
ladrillo, había cumplido un cometido deseado. Bajé por
las escaleras de cemento, lo más rápido que pude y vi
horrorizado un cuerpo inmóvil, con ojos cerrados y un
hilo de sangre que se descolgaba del centro de su cabeza
al mosaico del patio. Lo que había sido la copia fiel, de un
episodio de “los tres chiflados en el cine”, se había
Cuando Lo Encuentren... díganle 72

transformado en un hecho poco menos que trágico.


Permanecí a su lado absolutamente paralizado, sin atinar
a nada, hasta que un grito desgarrador de culpa, pudo
salir de mi pecho que parecía cerrado para emitir sonidos.
Eramos muy pequeños para saber que el celuloide, no
puede ser la copia de una rutina en nuestro juego infantil.
De esa imagen que conservo intacta, pasó a otra tan
rápidamente que en el transcurso de ambas, el tiempo
parecía haber desaparecido. Ese cuerpo estaba ahora en
la habitación del fondo del departamento, las sábanas
blancas cubriéndolo hasta la mitad de su pecho, un
apósito blanco en la cabeza y una bolsa de color ladrillo
con hielo arriba del mismo Su rostro sereno, traducía un
sueño profundo, los párpados cerrados y sus labios
pálidos así lo demostraban. Las manos semiabiertas
acompañando su cuerpo inerte acompañado en una
penumbra, por estar las persianas metálicas protegiendo
la habitación del sol intenso de un mes de enero. En ese
momento supe por primera vez lo que era «la culpa» y
sobre todo la necesidad de verlo como siempre había
estado, lúcido, activo y acompañando mis travesuras. La
familia se asomaba cada tanto para verlo y el suero
colgado en un trípode metálico dejaba que el cordón
transparente permitiera que el fluido incoloro bajara
goteando hasta su vena del brazo, que tenía una aguja
plateada incrustada y retenida por tela adhesiva. Yo no
quería salir de esa habitación mientras él no diera
Cuando Lo Encuentren... díganle 73

muestra de su regreso. El médico, hombre pequeño,


pelado y vestido rigurosamente con un traje oscuro, se
acercaba con una pequeña linterna iluminando sus
pupilas que aparecían cuando sus dos dedos abrían por la
fuerza los párpados y luego, con un martillo de goma,
golpeaba los talones buscando la repuesta refleja al
pequeño golpe. Pasaron tres horas aproximadamente
hasta que la primera reacción se hizo presente; un
quejido de dolor seguramente, acompañó el primer
movimiento involuntario; su mano derecha se elevó hacia
la cabeza y sus párpados se abrieron dejando ver sus ojos
por primera vez, parecía por el movimiento que buscaban
algún punto de referencia, que en realidad, yo no sabía
cual era. El médico acudió en minutos y respiró aliviado.
<Conmoción cerebral> dijo serio mirando a mis padres
que esperaban algo más que un diagnóstico, <Todo irá
bien> aseguró cuando dejó de revisarlo. Indicó reposo
absoluto, nada de alimentos ni agua, mantener el suero
por 24 hs y recién en la mañana siguiente, le tomarían
una Rx de cráneo para descartar fracturas. Yo solo
atinaba a mirar la escena con mucho temor Era la primera
vez que escuchaba tan pocas palabras, que permitían
aparentemente saber lo que había pasado y la gravedad
del juego inconsciente por parte mío. Yo lo había
producido. Si bien no comprendía el significado de toda
esta participación médica, supuse que al abrir los ojos él
ya estaba repuesto y en forma automática le ofrecí mis
Cuando Lo Encuentren... díganle 74

juguetes como el mejor acto de amistad para lograr su


perdón. Supe allí, en ese trance, que los pequeños
también éramos vulnerables a los golpes y juré en
silencio no tirarle nunca más un ladrillo, a lo que
agregué : y nada que pueda provocarle este dolor. Esa
noche dormí inquieto, mis sueños se mezclaban siempre
con la pesadilla de ese ladrillo que subía y bajaba de la
terraza y la actitud de mi hermano, que con su natural
bonomía, me miraba sonriente haciéndome señas que
todo estaba bien, que aún quería ser mi hermano y que
esa acción propia de mi edad no afectaría nuestra
relación futura. Despertaba sudando, no sé si por el calor
del mes de enero o por mis pesadillas con culpas que me
atormentaron varios días; lo cierto es que al día siguiente,
en la mañana temprano, aparecí en el marco de la puerta
con mucho temor y fue tan grande la alegría al verlo
despierto que lloré como buen pequeño que era. Creo
que era la culpa de algo malo que había hecho lo que me
llevó a tan ridícula reacción, pero mi hermano al verme
así me llamó por mi nombre y me hizo señas para que me
acercara. Yo le había dejado en la cama todos mis
juguetes y pensé que tal vez me llamaba para
devolvérmelos, esto significaba (a mi entender)que no me
había perdonado. Pero no fue así, al acercarme, me
preguntó que le había pasado porque le dolía la cabeza y
tenía ese suero en su brazo. Yo le expliqué que había
sido un ladrillo el culpable, pero no me animé a decirle
Cuando Lo Encuentren... díganle 75

que era yo quién se lo había tirado. El aceptó mi


explicación y me pidió la revista Misterix, que estaba
encima de la cama. Por cierto, era mi revista pero
apresuradamente se la entregué en mano, yo me alegraba
de que aceptara mi regalo pero le pedí que la cuidara
porque era de mi colección. Me arrepentí poco después,
porque un regalo no se pide. Esto me obligó a reiterarle
que se la regalaba, venciendo una resistencia a ese acto,
que nacía muy adentro mío. ¡Que difícil es regalar! pensé,
mirando mi revista que él abría con una sola mano. Me
pidió que le diera agua y yo le traje agua sin saber que no
podía darle nada. Vomitó y yo me asusté y llamé a mis
padres. Era muy temprano y tuve que despertarlos con la
noticia del vómito, pero no dije nada que yo le había dado
agua. Sin embargo no tardaron en descubrirlo, porque el
vaso estaba en la mesa de luz a la mitad. Estuve
nuevamente en penitencia por haber ignorado las órdenes
del médico. Nada sabía yo, pero creo que tenían razón,
porque lo que devolvió era justamente agua. Otra culpa
en menos de 24 hs y mi hermano nuevamente
descompuesto a causa de mis imprudencias. Lo primero
que hice antes de irme a cumplir la penitencia, fue llevarle
la revista Misterix que más quería y se la dejé en su mano
derecha antes de retirarme compungido. Que difícil es ser
bueno !, pensé cuando estuve en mi habitación
condenado a no salir y jugar. Pero la llegada del médico
en la mañana, puso las cosas en su lugar y sin saberlo, él
Cuando Lo Encuentren... díganle 76

me defendió aduciendo que por mi edad (cinco años no


más) yo no sabía que eso estaba prohibido. Me levantaron
la penitencia y pude regresar a su lado. Lo primero que
hice es regresarme mi revista preferida. Creo que fue
porque me quitaron la culpa, aparte era mía y mi
preferida. Yo me sentía bien por verlo ahora hablar y
hasta protestar. Yo solo miraba, ya había tenido bastantes
problemas en tan pocas horas. Me acordé que tenía que
desayunar y allí fui. Estuve a punto de decirle si quería
que le trajera pan con manteca, por suerte me acordé del
reto y supe que no podría llevarle nada. ¡Que bueno que
me acordé!...Ah ! me fui con mi revista preferida a la
cocina. Pensaba que tal vez en la mañana, podríamos
jugar nuevamente a los tres chiflados. En realidad, no
pudimos hacerlo por casi una semana. Yo estaba muy
aburrido.
Compartí con Huguito las picardías de esa edad.
Juntos; correteábamos abrazados y nos reíamos del
mundo. Porque el mundo éramos nosotros;
transformados en Superman, Batman, Trazan, el Llanero
Solitario o cualquier de esos fantásticos personajes, o los
libros de Julio Verne que nos llevaban a dar vueltas al
mundo. ¿Recuerdos? cientos, entre los que descubren la
ingenuidad y la inocencia, como cuando acudíamos al
«lactario» de la calle Lima para traer «leche de madre»
para mis hermanos de pocos meses necesarias para su
alimentación. Acudíamos a una casa vieja de grandes
Cuando Lo Encuentren... díganle 77

ventanales que daban a la calle; un hall central donde


entregábamos las dos botellas limpias y vacías para ser
llenadas por mujeres que desnudaban sus bustos
pletóricos de leche para «ordeñarla en la boca de la
botella «La Lácteo». Habíamos ubicado un sillón de
mimbre cercano a la puerta doble que siempre quedaba
entreabierta y disimuladamente veíamos esos enormes
senos, resplandecientes de vida. Amamantaban la botella
con igual ternura que si fuese un niño, pero nosotros
observábamos con la curiosidad de saber como eran, que
tamaño tenían como salía la leche y que rostros tenían
esas madres que vendían su leche sobrante. Era más
curiosidad que otra cosa y también aprendizaje.
La curiosidad de esa edad estaba por encima de
cualquier intención, pero nos apremiaba «el crecer», eran
experiencias para luego ser comentarlas a la «barra» de
amigos que siempre esperaban ávidos de información
referidas a la anatomía humana y la sexualidad, prohibida
en ese tiempo, de ser nombrada o comentada. Las
revistas «porno» eran las chicas de Divito, un caricaturista
que dibujaba mujeres desnudas desafiantes al lector y la
imaginación. Si llegábamos a encontrar una revista de
bolsillo (extranjera) con fotos de mujeres desnudas, era
una proeza compartida por la barra con los comentarios
más insólitos. Acudíamos con Huguito a la casa de los
Bares en Bajo de Olmos, Santa Catalina en esos veranos
calurosos que nos permitían bañarnos en el río de piedras
Cuando Lo Encuentren... díganle 78

desnudas y lisas en ollas profundas de agua fresca y sana


o andábamos todos los días a caballo por las sierras; por
los espinillos buscando aventuras de la naturaleza, o
tomando leche al pié de la vaca a las seis de la mañana en
lo de Cabersacio; ellos tenían su faena de campo diaria y
sus corrales de vacas y cabríos siempre listos para que
nosotros nos anexáramos a su tareas. O el recuerdo
intacto cuando era periodista de Radio Universidad;
entonces una de las radios más escuchadas en Córdoba.
Huguito llegaba al amanecer con comentarios de la radio
o de la noche con sus amigas. Yo lo esperaba muchas
veces para escucharlo. En cierta medida era mi referente.
Casado, a temprana edad; solo tenía 22 años se
desvivía con el trabajo en el estudio Jurídico y la radio
para mantener su familia de esposa y tres hijos. Una
familia hermosamente constituida y de la cual se sentía
orgulloso. Su generosidad era desmedida, siempre
pendiente de quienes lo rodeaban y con esa sonrisa
fresca de un hombre sano. Que puedo decir de él: que era
mi amigo y mi hermano, mi compañero y mi confidente
que siempre extrañaré aún en la edad que nos lleva más
cerca de la muerte que de la vida. Huguito fue
subteniente de la Reserva del Liceo Militar General Paz, un
excelente alumno y el día de su egreso, llegó con el
uniforme blanco de cadete con las insignias de
subteniente en la charretera. Yo había cursado hasta el
cuarto año en el mismo liceo, pero no aguanté seguir y
Cuando Lo Encuentren... díganle 79

pedí la baja al término del cuarto año, con eso evitaba la


conscripción. Pero al día siguiente del baile de egreso, me
levanté temprano y me fui con la chaquetilla al fotógrafo
que siempre nos hacía las fotos familiares; regresé con la
foto de Subteniente de la reserva. Cuando despertó y se
la mostré me persiguió varias horas. Aún conservo la
foto.
Pertenecíamos a esa infancia y juventud que creció sin
televisor Desarrollamos nuestra imaginación bajo el
influjo de historietas; la escucha de radionovelas o la
lectura de un buen libro. En esos tiempos había ciertos
modelos sociales innegablemente más propios. Durante
muchos años vivimos con la fuerte presencia de la música
folclórica y los tangos. Recién en los 60 amanecimos y
recibiendo el impacto de los Beatles. Esas décadas de oro
difícilmente se repitan; en el mundo entero y en especial
América, se respiraban aires de liberación y utopías. Así
nos fue.
Cuando Lo Encuentren... díganle 80

LEY DE FUGA

-Autoridades provinciales :Gobernador Carlos B


Chasseing ;Ministro Gobierno Coronel Miguel Angel
Marini. Ministro Bienestar Social Jorge Martínez
Thompson; Ministro Economía: General José Giner, Jefe
de Guarnición Aérea Córdoba Brigadier Jesús Capellini
Jefe Area Material Córdoba Brigadier Antonio Burgos
Ministro Justicia Brigadier Julio Gómez Comando III
Cuerpo General Luciano Benjamín Menéndez
El 25 de agosto 2005, son detenidos por la
megacausa Córdoba por violación a los derechos
humanos: Teniente Coronel Carlos Villanueva, Ex Mayor
José Tofalo y el ex mayor Aldo Chechi. Todos ellos
actualmente profesores en la escuela superior de Guerra-

El 3 de Septiembre de l975 ante el Juzgado N 2 a


cargo del Dr. Humberto Vázquez, Hugo Vaca Narvaja (h) y
Luis Adolfo Pról., presentaron un Habeas Corpus
Preventivo en su favor, luego de tener conocimiento que
las fuerzas policiales o paramilitares encubiertas estaban
solicitando datos no solamente profesionales sobre ellos,
sino también sobre su militancia y actividades políticas.
La detención del Dr. Enrique Asbert pocos días antes
confirmó las sospechas ya que mediante apremios
ilegales (comprobado por medico Forense) quisieron
extraerle datos sobre quienes solicitaron este habeas
Cuando Lo Encuentren... díganle 81

Corpus. Ambos se pusieron a disposición del Juzgado.


Cinco días después el D 2 informó que ni Vaca Narvaja
(h), ni Prol tenían orden de captura.
El Juez archivó la causa.
El 20 de Noviembre de l975 ante el mismo Juzgado
Federal y ante el mismo Juez Humberto Vázquez Los
Doctores Rafael Vaggione, Luis Pról. y Carlos Altamira (mi
primo secuestrado y desaparecido más tarde) presentaron
un Habeas Corpus. Esta vez, por la detención del Dr.
Hugo Vaca Narvaja (h).
El mismo día Hugo Vaca Narvaja (padre) presenta ante
el Juez Federal la solicitud de Abocamiento urgente ante
la detención de su hijo, por personal de Informaciones de
la Policía Provincial en las puertas mismas de su Juzgado,
a la 11 hs.
El 2l de Noviembre de l975 el Jefe de Dto.
Informaciones Policiales D 2 comunicó al Juez, que
efectivamente Hugo Vaca Narvaja (h) estaba detenido en
averiguación de «Hechos subversivos»
Hugo Vaca Narvaja (h) ejercía en ese entonces su
profesión de abogado. Defendiendo Presos Políticos y
formaba parte en la conducción del Partido Autentico;
partido de reciente formación de raíces y constitución
Peronista. Tenía 34 años edad. Solo 34 años.
Supuestamente se lo vinculaba con una causa que se
estaba tramitando en el Juzgado federal N 1 ( ?)
Cuando Lo Encuentren... díganle 82

La solicitud del Juez pidiendo informes a ese Juzgado


fue negativo. No había causa, ni orden de detención
alguna.
Pocas horas después: el 22 de noviembre del 75 se
informa al Juez que por Decreto 3502 del PEN; el Dr.
Hugo Vaca Narvaja (h) quedó detenido y a disposición del
Poder Ejecutivo a partir del 2l de Noviembre de l975. La
comunicación estaba firmada por el Gral. de Brigada
Luciano Benjamín Menéndez. Comandante del Área 311.
Nuevamente se archiva la causa.

El l2 de Agosto de l976. El Comandante del Tercer


Cuerpo Gral. Luciano Benjamín Menéndez firma el
comunicado en donde informa : “que a las l3, 45 hs en
circunstancias en que un vehículo militar transportaba
desde la Unidad carcelaria N 1 hacia el Consejo de
Guerra a tres «delincuentes subversivos» para ser
interrogados por un Juez de Instrucción Militar, el
vehículo en que eran transportados sufrió una rotura de
dirección precipitándose en una banquina y originándose
un principio de Incendio. Aprovechando esta situación -
dice el comunicado oficial- los delincuentes «intentaron
huir”. (a quienes transportaban para ser interrogados o
llevados a los Juzgados les ponían esposas y grilletes en
los pies)... ocultándose en los arbustos, siendo
perseguidos de inmediato por las tropas de custodia que
intimaron la rendición Al no ser acatada se abrió fuego.
Cuando Lo Encuentren... díganle 83

Dándose muerte a Miguel Hugo Vaca Narvaja (h), Gustavo


Adolfo Breuil e Higinio Toranzo». Textual.
Un suboficial resultó con heridas leves por
quemaduras( ?). Este procedimiento sería más tarde
aplicado en todo el país por todos los comandantes
militares: la “Ley de Fuga” estaba en marcha.
Desde l975 Noviembre, hasta Agosto de l976 las
acciones legales producidas por la detención por Decreto
del PEN de Hugo Vaca Narvaja (h) habían dado resultados
positivos. A comienzos de agosto del 76 la noticia fue
que el PEN autorizaba la libertad de Hugo Vaca Narvaja (h)
«pero», aceptando que esta sea fuera del país Se
consideró un triunfo legal ignorándose tal vez que esta;
seria su condena a muerte .
Las gestiones ya estaban encaminadas y aprobadas
por Gobiernos de México y Francia Cinco días antes de
ser detenido Hugo Vaca Narvaja (h) había sido nombrado
Apoderado del Partido Autentico (Peronista) en el
congreso nacional realizado el l6 de Noviembre de 1975
en Bs. As.
El Juez Zamboni Ledesma estaba incómodo y
preocupado. Viajó a Sierra Chica poco días antes de dictar
sentencia a Eduardo Alfredo de Breuil quién había estado
detenido en la Unidad Penitenciaria N 1 de Córdoba,
desde el 7 de agosto de l975 en que lo detienen acusado
de Asociación ilícita y tenencia de Armas de Guerra. En
realidad el procedimiento del 7 de agosto había sido
Cuando Lo Encuentren... díganle 84

ilegal; en su domicilio y se llevaron no solo a él sino


también a sus dos hermanos y a su padre. Luego fue
brutalmente torturado hasta que “blanquearon su
situación» y quedo oficialmente detenido, en la misma
celda múltiple que luego recibiría: a Hugo Vaca Narvaja
(h).
Eduardo; en la visita de Zamboni le había manifestado
al Juez todo lo que había pasado y también las torturas.
Luego relató: los fusilamientos del l2 de agosto en
donde matan a Vaca Narvaja (h) y a su Hermano: Gustavo
Adolfo Breuil. Zamboni le dijo que “por algo las cosas
habían pasado”.
Jorge; hermano de Eduardo, preso también y
posteriormente sobreviviente de los campos de
exterminio de La Perla y el Campo de Rivera quería hacer
la denuncia sobre lo ocurrido el l2 de agosto. A lo que
Zamboni dijo: “que mejor lo dejara y que lo hiciera mas
adelante ya que era riesgoso”. La insistencia de Jorge
obligó al Juez a tomarle él mismo la declaración junto a
otro funcionario Judicial que varias veces tuvo que
retirarse descompuesto por lo narrado.
El detalle era que este episodio (que relato fue en
l978) es poco antes que condenaran a Eduardo a diez
años de cárcel. Antes había hecho su denuncia ante la
Cruz Roja Internacional dando los mismos detalles de
procedimiento militar.
Nada pasó.
Cuando Lo Encuentren... díganle 85

Unos días antes del l2de agosto de 1976, sacaron a


Hugo Vaca Narvaja (h); Bazán y Funes, llevándolos a una
Unidad Militar. Luego de amenazarlos le comunicaron que
si la guerrilla seguía matando militares. Ellos seguirían
matando presos. Los tres regresaron preocupados porque
era fácil de prever lo que de ahora en más ocurriría. Por
otra parte el clima era muy tenso y la orden de represión
interna estaba presente. Días antes Moukarzel, otro preso
político y compañero Peronista se había aproximado a la
reja para recibir un alimento que un preso común le daba
generosamente. Justo en ese momento apareció un
militar que al ver esto ordena que sea llevado al Patio
estaqueado y regado con agua fría hasta su muerte.
Esta muerte se produjo por paro cardiaco, esa noche
helada del mes de agosto.
-Al día siguiente solo nos entregaron los anteojos de
Moukarzel-
<Esto es lo que queda de él> dijeron los guardias
sonriendo.
Las condiciones de hacinamiento en la cárcel era
grave y el hambre rondaba al igual que las necesidades
fisiológicas que estaban obligados a realizar en la misma
celda. El ambiente olía a excremento puro.
El l2 de agosto de 1976 fue sacado de la celda junto a
Hugo Vaca Narvaja (h), Gustavo Adolfo Breuil y un
tercero: Toranzo Higinio.
Cuando Lo Encuentren... díganle 86

Un teniente de apellido Daloia (décadas más tarde


radicado en Villa la Angostura -Neuquén) y otro oficial
del Ejército: Teniente Coronel Osvaldo Cesar Quiroga
integraban el grupo comandado con un oficial al que le
decían «Capitán»: De unos 35 años edad muy blanco,
pelo castaño y muy pulcro en su aspecto. (Pablo Daloia,
abandonó Villa La Angostura luego de un «escrache»
(identificación y acto de repudio frente al domicilio) en el
año 2003; de allí pasó a Bariloche donde se desempeña
actualmente como «guía de pesca». Acusado también por
otros 26 crímenes más, aparte del episodio relatado
como responsable de la muerte de mi hermano. Daloia se
quejó porque el Jefe de la Escuela Militar de Montaña en
Bariloche Coronel Hernández, no acudió a su llamado por
un nuevo escrache en su domicilio (ahora en Bariloche
mayo 2005) y manifestó, que hubiese preferido que
Hernández le enviara una ametralladora MAG con
municiones, para resolver el problema al igual que acusó
a sus pares de ser traidores y haberlos dejado si
protección. Daloia está desprocesado por las leyes del
Punto Final y Obediencia Debida ).
Salieron en dos vehículos. En el primero viajaba solo
Eduardo con su custodio; en el siguiente, Gustavo Breuil,
Toranzo y Vaca Narvaja (h) todos esposados Dieron varias
vueltas el itinerario seguramente fue cercano del camino
a la Calera. Posteriormente salieron de la ruta y enfilaron
a un descampado que podría ser en el parque General San
Cuando Lo Encuentren... díganle 87

Martín. Era un lugar solitario con yuyos arbustos y


moscas. Eduardo quedó vendado en el auto. Luego sintió
las ráfagas de la metralla Todo a gran velocidad. Sintió
que alguien se acercaba le descubrieron los ojos
sacándole la venda y lo llevaron a» ver a quienes habían
fusilado»
El espectáculo era tenebroso: Hugo Vaca Narvaja (h)
tirado en el suelo con un enorme hueco en la frente.
Toranzo y Gustavo tirados cerca uno del otro con orificios
en el corazón y varios en el estómago.
Sintió ganas de vomitar.
«El oficial que me llevó a ver los cadáveres me dijo
que esto «lo hacían porque tres días antes» habían
matado a un Cabo del ejército. Podes contarles a tus
amigos le dijeron para que sepan lo que les espera» le
sugirieron sin demostrar nervios
-Estaba absolutamente confundido, helado y
temeroso- relataba Eduardo.
Más tarde llegó un vehículo militar, una ambulancia,
policías y militares. Sacaron fotos desde distintos
ángulos. A él lo llevaron nuevamente a la cárcel. Su
pesadilla la contó una y otra vez a todos los presos de su
celda y la contigua También a los guardia cárceles. La
muerte rondaba ferozmente en la Penitenciaria. «La Ley
de Fuga” solo esperaba a sus nuevas víctimas.
Los Jueces dirían años después, (cuando ya se había
recuperado la democracia)que se comenzó a investigar
Cuando Lo Encuentren... díganle 88

las masacres en las cárceles en el caso que nos ocupa


debemos primero recordar cual fue el criterio y finalidad
que inspirara a los integrantes de este Tribunal ordenar:
reabrir las causas en orden a los hechos en el marco del
Derecho Positivo vigente desde su doble perspectiva:
formal y sustancial.
Todo ello según surge de la decisión Jurisdiccional de
fecha l0 de Junio de l998 en su punto N V) -–letra A) ( L
l82 F l73). En dicha oportunidad procesal sostuvimos
que el pedido de reapertura de las causas con el objeto
de averiguar la verdad real haciendo cesar la
Desaparición forzada de personas, coincidiendo con el
representante del Ministerio público - Era procedente;
por lo tanto que su investigación podía realizarse en el
plano jurisdiccional pero siempre con la limitación que
impone en la materia el principio de Cosa Juzgada ello en
relación con las “Leyes de Punto Final, Obediencia Debida
e Indulto” etc.
Si bien la Resolución en el punto I determina «No
hacer lugar al pedido de Clausura de la Instrucción y
elevación a Juicio» El Punto II: determina proseguir el
trámite de estas actuaciones conforme a su estado. (25
de Julio del 2000. Poder Judicial de la Nación Argentina
Ex N ll-I-00)
EL Juez Federal Gabriel Cavallo declaró el 6 de Marzo
de 200l la inconstitucionalidad y Nulidad de Las Leyes de
Punto Final y Obediencia Debida. Leyes que frenaron y
Cuando Lo Encuentren... díganle 89

ampararon a : l. l80 militares vinculados con la Represión


y Desaparición de 30.000 Argentinos.
Tres Ministros siguen hoy marzo 200l en la Corte
Suprema que votaron convalidando las leyes en l987:
Carlos Fayt, Augusto Belluscio, Enrique Petracci y José
Severo Caballero. Ya no están.
Los fundamentos que Petracchi expuso fueron
curiosos: “Quede en claro que la obediencia ciega y
nuestro orden Constitucional se excluyen mutuamente»
«Esta Ley no puede interpretarse con olvido de la
particular coyuntura política que la motiva ni con
indiferencia por los efectos que podía desencadenar su
invalidación».
Ambas Leyes :Obediencia Debida y Punto Final fueron
derogadas en l998, por el Congreso de la Nación
Argentina. Esto no rompe la impunidad del pasado ya que
nunca una Ley puede ser Retroactiva La declaración de
inconstitucionalidad y nulidad realizada por El Juez
Federal Gabriel Cavallo abre una nueva perspectiva
Judicial para llegar a la verdad real.

A pedido de la Dra. María Elba Martínez y Adolfo


Pérez Esquivel la causa se reabrió y pudo declarar
Eduardo De Breuil en la primera audiencia de Noviembre
de 1999, donde relató lo que hemos detallado con una
salvedad: la orden del Gral. Juan Bautista Sasiaín de llevar
cuatro presos políticos de la Penitenciaría, a la Brigada
Cuando Lo Encuentren... díganle 90

Aerotransportada de Córdoba, fue cumplida por el


«Capitán» quién con una moneda, sorteó a cual de los
Hermanos De Breuil fusilaban. Cara o seca, así quedó el.
Cuando le sacaron la venda de sus ojos y le retiraron las
ligaduras de sus manos lo llevaron a ver el fusilamiento:
“Vaca Narvaja estaba tendido en el suelo con un orificio
en la ceja derecha. Tres pasos a la derecha y en la misma
posición estaba Toranzo con un orificio en las clavículas,
tres pasos más a la derecha, mi hermano con un tiro a la
altura del corazón”.
Preparen las armas...Tiren. Fue la última orden del
Capital Daloia

En la era «Kirchner» el Congreso Nacional anuló


ambas leyes; y la Corte Suprema las declaró
Inconstitucionales, se abre finalmente un camino para la
Justicia. Estas dos medidas permitirán castigar a los
responsables del asesinato de Hugo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 91

LA CÁRCEL

Quedamos unos minutos solos en el hall semioscuro


con ventilación de un ventisquero. Los pasos sonaban en
un extraño y solitario eco. Llegamos a un tercer control.
Delante de nosotros, un preso, indudablemente político,
esperaba esposado de manos y pies a dos carceleros que
presurosos hacían señas a un camión celular que
retrocedió hacia la primera puerta para cargar a su presa.
Seguramente un viaje a la muerte. Pese a ello este
muchacho parecía resignado e impotente ante su
situación, pero destilaba serenidad y fortaleza.
Dejamos los efectos personales y documentación para
ingresar a un recinto de control. Nos sacamos la ropa
mientras ojerosos detectives de la miseria, nos dieron una
aprobación casi mecánica con un movimiento de cabeza.
Seguramente se había convertido en un tic habitual.
Tocaban la ropa con displicencia y en diez minutos
comenzábamos a vestirnos nuevamente. El tiempo de
visita corría desde el primer paso desde el exterior y la
entrega de documentos. Mentalmente trataba de imaginar
los pasos que dio mi padre para hacer esto dos veces por
semana y una sensación de vacío invadió mi cuerpo.
Seguimos por un pasillo que desembocaba en una
mesa donde nos tomaron las impresiones digitales.
Mecánicamente pintaron prolijamente un cartón con los
diez dedos. Otra reja y entramos a un recinto similar al
Cuando Lo Encuentren... díganle 92

atrio de una iglesia, con bancos de madera rústica


destruidos. Los guardias vigilaban con disimulo infantil.
Pocos minutos después apareció Hugo, nuestro hermano.
Más delgado, inquieto, preocupado, con la mirada
brillante, madura, contagiosa. Un abrazo silencioso, de
complicidad de sangre; de alegría, de dolor. Había mucha
fuerza en cada palmada y mucha entereza en cada gesto.
Nos sentamos; un cigarrillo y la primera pregunta: “¿Y
papá?. ¿Qué saben de él?” Costaba pronunciarlo, no
podíamos convencernos de que no era un sueño. Nuestra
respuesta negativa fue al comienzo con gestos, luego
intentamos explicarle lo más detalladamente posible.
Asimilaba vertiginosamente cada palabra; cada silencio y
mentalmente computaba lo que él había podido escuchar
entre los presos. La soledad, la impotencia, la injusticia le
hacían temblar el mentón Nos uníamos todos en un mar
de angustia. Por un momento descuidamos
involuntariamente todo lo que nos rodeaba y parecía un
domingo más de aquellos en los que calurosamente
discutíamos de política. La voz del guardia nos llamó a la
realidad, nos comunicaba el final del tiempo establecido.
Lo dijo fríamente como si nuestro dolor se midiera con
segundero que inexorablemente avanzaba; no hubo
palabras, la despedida fue silenciosa. En tres días
volveríamos con sus hijos para visita familiar. Lo llevaron.
Desapareció por la misma puerta de dos metros y medio
de rejas Emprendimos el regreso siguiendo igual
Cuando Lo Encuentren... díganle 93

mecanismo, pero con un nudo en la garganta. Las rejas se


iban cerrando una tras otra hasta que el sendero de
cemento nos dejó en la calle. Nadie habló.
Quedaba allí nuestro hermano, tras la reja de la
injusticia. Allí donde el tiempo se mide por las sombras.
Tres días más tarde estábamos nuevamente ante ese
odioso edificio. Había una cola de sesenta personas
aproximadamente ya presentes desde la madrugada.
Jóvenes, mujeres, niños y madres. Sería para ellos la
última visita; nadie lo sabía. Todos teníamos gestos
adustos, todos pensábamos en lo mismo. Maldecíamos a
los militares y a los policías y escupíamos la injusticia. La
fila era rigurosa, el orden de llegada se respetaba. Los
bolsos con ropa, alimentos, cigarrillos y medicinas se
recostaban en igual orden sobre una verja de ladrillo
visto. De sentirme extraño a todos ellos sentí de pronto
una identificación plena. Comenzó un diálogo
impersonal; pero trascendente. El dolor nos unía
Cada uno comentaba la forma en que habían tomado
preso a su pariente. Los lazos de arbitrariedad nos
envolvían. Los niños jugaban distraídamente en la vereda,
hacían planes de lo que harían al ver a sus padres y se
sometían a un riguroso interrogante entre los nuevos y
los veteranos.
Nos hacían entrar en grupos de a diez.
Apresuradamente avanzábamos ya que el tiempo
transcurría, como de costumbre, al trasponer la primera
Cuando Lo Encuentren... díganle 94

puerta de rejas. Seguimos los mismos procedimientos,


pero esta vez pudimos entrar a los dormitorios. Para ello,
caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una casilla
de control similar a una pajarera de donde salió un
guardia para abrirnos otra puerta de rejas. Una inmensa
reja negra daba a los dormitorios. Otro pasillo de diez
metros y cada cinco puertas de reja: el dormitorio. Una
sala fría, desnuda, con dos pequeñas ventanas a más de
dos metros de altura y protegidas con barrotes. La sala
albergaba diez camas semidestruidas que los muchachos
habían ordenado cuidadosamente para recibir a sus hijos.
Una pequeña mesa prefabricada en la entrada era
depositaria de todo lo que traíamos ya que pertenecía a
todos los de ese sector. Se habían socializado los
presentes y todo; sería distribuido en forma equitativa.
Los niños corrieron al abrirse la puerta al encuentro
de su padre. Había mucha felicidad. Los besos y abrazos
se repartían como queriendo recuperar el tiempo de
ausencia. Rápidamente, se informaban unos a otros del
estado general. Su padre les informaba a su vez que
faltaba menos para terminarles a cada uno una artesanía,
que diariamente hacía para obsequiarles como regalo de
cumpleaños. Sus hijos, los hijos de la libertad, los hijos
de la justicia, se sentían orgullosos de su padre. La
misma escena se repetía con el resto de los compañeros.
Los viejos muros de la prisión cobraban vida con los
Cuando Lo Encuentren... díganle 95

cánticos, risas y abrazos. Los muros testigos de un


tormentoso tiempo de represión y tortura.
Ya, más satisfechos y calmos al encontrarse con el
calor paternal, los niños comenzaron a corretear por la
celda y el pasillo mientras nosotros tuvimos la posibilidad
de sentarnos en el borde de la cama. Prendimos unos
cigarrillos y actualizamos la semana política. El gobierno
de Isabel se derrumbaba vertiginosamente y el golpe
fascista comenzaba a sonar en las calles. Faltaba fijar
únicamente la fecha. De papá seguíamos sin noticia
alguna. El mismo día habían secuestrado a diez personas,
entre ellas a Ragone ex gobernador salteño que
apareciera a las 49 horas muerto. Le comenté a Huguito
que realizamos la denuncia de secuestro en la Seccional
11 y que habíamos tratado por todos los medios a
nuestro alcance en forma extraoficial de tener alguna
pista: Angeloz en la casa Radical decía no conocer nada.
Primatesta en el Obispado negaba información. Todo fue
negativo. A su vez; Huguito nos comentó que
efectivamente el golpe era un hecho y que había sido
confeccionada una larga lista de personas para ser
eliminadas rápidamente, inclusive en las prisiones que en
ese momento eran sus depositarias de numerosas
personalidades y líderes de importancia política. El plan
consistía en destruir a la mayor cantidad de militantes
políticos, seleccionados por su probable capacidad de
oposición al golpe. Para ello se utilizarían no sólo la
Cuando Lo Encuentren... díganle 96

Triple A creada por el siniestro López Rega, sino también


la formación de grupos paramilitares y parapoliciales, los
que intensificarían su accionar impunemente. Nos
comentó de las torturas a muchos de sus compañeros a
quienes retiraban en las madrugadas para no regresar
más.
Revisamos la situación de la familia. Muchos
estábamos en las listas de los fascistas y nuestra familia
era lógicamente codiciada ante una guerrilla que
aumentaba diariamente su accionar.
El largo trámite de pedido de opción que había
presentado Hugo para poder salir del país estaba en
marcha, pero por supuesto que un golpe de Estado
incrustaba una incógnita o quizás haría que quedara
inconcluso. La familia había recibido por distintas vías
sugestivas amenazas de diversa índole desde hacía ya
tiempo, pero no les habíamos dado la importancia
necesaria. El primer golpe fue el “arresto” de Hugo al salir
de Tribunales en donde había demostrado el crimen
cometido contra un joven por la Policía de una Seccional.
Había muerto en la brutal tortura que ya se había
instaurado como rutina. Otro cargo sería su actuación
descollante durante el Navarrazo (golpe producido por el
Jefe de Policía contra el Gobierno peronista) a quien atacó
públicamente. Y el último el cumplir en forma valiente y
eficiente el rol de apoderado del Partido Auténtico.
Cuando Lo Encuentren... díganle 97

La derecha veía en él a un importante y peligroso


enemigo. Por ello los cañones estaban apuntando.
Cuidadosamente repasamos las posibilidades que
teníamos a mano, deberíamos tomar una actitud
definitiva en caso que las cosas tomaran el rumbo que
temíamos. Fijamos tres posturas posibles: desaparecer de
los lugares habituales y cambiar domicilios; la segunda,
entrar en la clandestinidad (difícil por lo numeroso grupo
familiar y falta de entrenamiento) y la tercera: salir del
país con los niños.
Cada una de estas se debería aplicar de acuerdo a las
circunstancias políticas que se fueran presentando. La
hora llegó a su término. Me repitió lentamente las
alternativas y agregó: “No te preocupes por mí. Mi suerte
está echada. Mi opción va contra reloj y mi vida
paralelamente al golpe. Debemos evitar más entierros y
salvar lo que se pueda de la familia, porque la reacción la
ha señalado con sangre”. Así, entre la confusión de la
despedida de sus hijos en un largo y tierno abrazo, nos
dijimos el último adiós. No sabíamos que era la última
vez. Caminamos hacia la maldita reja. Quedaba allí un
hermano, un padre, un político honesto, valiente,
coherente, compañero de muchos años; un hombre digno
que asumió la lucha con la frente en alto, con orgullo y se
consagró a una causa justa, a su pueblo por sus hijos.
Quedaba en la historia una lucha. Luego asesinado
cobardemente y en forma vil el 12 de agosto de 1976 por
Cuando Lo Encuentren... díganle 98

orden del III Cuerpo de Ejército; asesino fascista


largamente conocido. En el operativo intervinieron
también fuerzas aerotransportadas de Córdoba.
Cuando Lo Encuentren... díganle 99

«MIGRACIÓN, desaraigo en busca de un amigo»

Patricia Orortegui

Patricia es esposa de Agustín Vaca Narvaja. Ambos,


Asilados Políticos en México; ella, se asiló con embarazo
de dos meses. Autora de este trabajo presentado en
Córdoba en las IV Jornadas Nacionales de la Federación
Argentina de Psicoanálisis de configuraciones vinculares,
en Mayo del año 2004.

«No debiera arrancarse a la gente de su tierra o País,


no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda
dolorida»
Juan Gelman

En los tiempos actuales es cada vez más frecuente el


fenómeno de la migración. Esto puede darse en forma
temporaria por situaciones laborales o implicar una
verdadera emigración, trasladándose de un país a otro
para establecerse. Emigrar conlleva una potencialidad
traumática, ya que afecta al sujeto en su identidad y
pertenencia, dos pilares que sostienen su subjetividad.
Migración y desarraigo: experiencia movilizadoras y
desestructurantes que nos enfrentan con lo incierto y lo
desconocido; con el desamparo y el dolor de las pérdidas;
pero también con lo novedoso y la posibilidad de generar
Cuando Lo Encuentren... díganle 100

nuevos encuentros a partir de los cuales ya no seremos


los mismos.

Emigrar

¿Cuales son las motivaciones que empujan a


abandonar la propia tierra, el propio País?. A veces el
motivo para emigrares el deseo de progresar mejorando
las experiencias profesionales o la búsqueda de ahorros
para proteger de importantes dificultades materiales al
grupo familiar, en cuyo caso suele ir primero un
«adelantado» que se instala y luego lleva su familia.
Se intenta así salir de una marginalidad social sin
perspectivas, en comparación con posibilidades más
apetecibles en otros lugares, generalmente idealizados.
“La Migración de retorno” es la realizada por jóvenes que
regresan al país de origen de sus antepasados, volviendo
a sus raíces, en búsqueda de un espacio de amparo.
Distinta es la situación del exiliado-refugiado.
Muchos desplazamientos humanos se dan actualmente
por condiciones de violencia social, guerras,
persecuciones ideológicas o religiosas. En este caso la
emigración tiene origen en la necesidad y no en el deseo;
necesidad de salvar la vida ante el peligro de muerte. En
este caso la decisión encierra un menor grado de libertad,
no hay opción.
Cuando Lo Encuentren... díganle 101

Cuando alguien elige libremente emigrar puede


proponerse ser inmigrante en la nueva tierra Su proyecto
está en el nuevo país: instalarse, anidar, arraigarse.
En cambio, para el exiliado, cuya decisión es forzada,
el proyecto está en el regreso. Irse hasta que se pueda
volver. El exiliado es un extraño en todas partes «dice el
personaje de la película» “La Eternidad y un día” de Theo
Angelopoulos. Estas palabras ilustran la sensación de no
pertenecer que siente el desterrado, a la espera de
regresar a su tierra.

Desarraigo :

Desarraigar significa arrancar o sacar de raíz. En


Inglés desarraigar es “üproot”: arrancar de raíz,
transplantar, remover, destruir. Mario Benedetti
refiriéndose a la vivencia de desarraigo dice: «Una
soledad tan concurrida, llena de nostalgias y de
rostros...de adioses hace tiempo» Cuanta sabiduría en
estas palabras del poeta, cuanta experiencia sentida.
Queda plasmada la resonancia de la ausencia. Tanto en
las migraciones voluntarias como forzosas el desarraigo
siempre duele. Abandonar el propio lugar y las personas
conocidas significa renunciar a la presencia de esos otros;
en consecuencia el vínculo deja de ser lo que era.
Situación que afecta también a los que se quedan. Un
paciente cuyo hermano vive en otro país dice: «Con mi
Cuando Lo Encuentren... díganle 102

hermano nos queremos mucho, pero hay demasiada


distancia. Es otra cultura y al estar tan lejos uno pierde lo
cotidiano y empieza a tener visiones diferentes del
mundo» Dejar el país de origen implica pérdidas masivas.
El que deja su entorno pierde su marco cultural y su
grupo de referencia, generándose vivencias de desamparo
y angustias ligadas al desconocimiento en el nuevo
contexto. Los desplazados de la ex Yugoslavia, países
africanos, asiáticos y tantos otros, son los protagonistas
de catástrofes traumáticas colectivas, que arrastran los
vínculos de generación y las relaciones de filiación. En las
guerras étnicas de la ex Yugoslavia, los serbios
quemaban las casas de los Kosovares y también sus
documentos. No tener adonde volver; no tener un
nombre. ¿Quién soy frente al conjunto?. ¿La lacerante
vivencia de desarraigo, será mayor al no tener adonde
volver?. No es lo mismo pensar que se puede volver, que
saber que saber que el regreso está prohibido o que es
imposible ante el país devastado. No es igual emigrar
buscando mejores horizontes que hacerlo ante el propio
lugar arrasado por la guerra y la persecución. Carmen
Sampedro, en su libro «Historias de mujeres inmigrantes»
nos acerca diversos testimonios.
Taba, polaca, cuyo pueblo quedó devastado por la
guerra; o Angela, siciliana, con la misma situación,
manifiestan haber sufrido tremendamente el desarraigo.
«No había adonde volver, la tierra estaba arruinada, el
Cuando Lo Encuentren... díganle 103

pueblo había desaparecido» recuerda Angela» (Sampedro


2000). En cambio Lola, española que emigra después de
la guerra civil y cuyo pueblo ha quedado intacto, se
sostiene en Argentina aferrándose a esa imagen de su
pueblo y su casa» iguales para siempre»
Expresa claramente que experimentó por primera vez
el desarraigo mucho tiempo después de haber emigrado,
cuando vio una filmación de su casa destruida, vacía y
abandonada. Vacía, no habitada por su gente, sus
afectos. Dice “Ya no sé quién soy, ni donde nací”
(Sampedro 2000) Pareciera que para sostenerse sin dolor,
sin registro del desarraigo hubo que negar el paso del
tiempo, reteniendo a su pueblo en su memoria como una
imagen congelada. Nadie está preparado para ser
arrancado de raíz de su lugar y de sus vínculos; mucho
menos forzadamente. Esta experiencia de exceso rompe
la trama social e instala vivencias de inermidad ante o
extraño y radicalmente ajeno. Pueden producirse duelos
patológicos con confusión de identidad y vacío vincular.
Luisa, emigrante italiana, no logra integrarse al nuevo
país y queda detenida en una identidad congelada, en
«ser italiana» como en la época en que emigró, durante la
segunda guerra mundial (Sampedro 2000) Ella mantiene
aquel estilo de vida, sin incorporar aspectos nuevos, sin
intercambiar con otros en el nuevo país, ni siquiera otros
italianos. Al volver a Italia luego de varios años descubre
que sus familiares allá han cambiado. La «Italia» que ella
Cuando Lo Encuentren... díganle 104

ha estado sosteniendo corresponde a una imagen


coagulada en su memoria, no es la Italia actual. Pareciera
que el sostén, el apuntalamiento que brindan las
tradiciones, se han convertido en sutura, no se ha dado
una apertura para ir incorporando lo nuevo. Tal como
plantea Janine Puget (2000), se han estereotipado ciertos
modos de relación que se apoyan en la memoria social
traumática. Es diferente el caso de la comunidad vasca de
Necochea, cuyos integrantes sostienen la memoria, la
raíz, realizando anualmente una ofrenda al retoño del
famoso árbol de Guernica símbolo de los fueros vascos
(Galvez,2003) Sin embargo, este sustento en el origen no
impidió un importante crecimiento de esa comunidad que
logró articularse con el nuevo entorno generando otras
historias, construyendo futuro. Pasaje de memoria
traumática a memoria activa, generadora de
transformaciones.

Buscando Arraigo

¿Qué se busca en emigrar por un mejor ingreso, por


una mejor ubicación profesional? ¿Quedar incluidos ante
vivencias de exclusión en el propio país? ¿Pertenecer a un
nuevo espacio amparador? En este tipo de emigración la
decisión puede pensarse y llevarse a cabo realizando
diversos rituales de despedida que permiten ir
elaborando el desarraigo. Gestionar pasaportes y otros
Cuando Lo Encuentren... díganle 105

papeles implica quedar incluido en una legalidad que


ampara.
Parece producirse un voluntario proceso de
desprendimiento. A veces se reniega del origen tal vez en
un intento defensivo de evitar el sufrimiento del desgarro.
Desarraigarse para echar raíces en otro espacio. El
exiliado, en cambio, cuya partida suele ser precipitada y
abrupta, difícilmente se desprende de sus orígenes, más
bien siente nostalgia del entorno que perdió Se siente
arrancado de su lugar, desgarrado del conjunto. Defiende
sus valores nacionales, a veces se resiste a aprender el
idioma, las costumbres, con el miedo de «perderse» en el
nuevo y desconocido entorno. Con el temor de perder su
identidad en ese marco tan ajeno, no logra enraizarse
porque espera retornar. En la película «La Mirada de
Ulises» de Theo Angelopoulos, el protagonista, griego
exiliado en estados unidos dice: «Yo me iba pero pensaba
regresar pronto....y ahora me pierdo navegando por
caminos extraños». Esto ilustra la vivencia de ser un
hombre» de ninguna parte», sin pertenencia. El emigrado
queda desvinculado de sus redes, en estado de
vulnerabilidad. Por otra parte, no es lo mismo irse solo,
que vinculado con otros que lo reconocen. Emigrar en
pareja, en familia o con un grupo de pertenencia brinda el
soporte de ser alguien para la mirada de ese otro
conocido, lo cual favorece el pasaje a otros vínculos. Sin
embargo, si dichos vínculos familiares son muy
Cuando Lo Encuentren... díganle 106

conflictivos la experiencia migratoria puede generar


rupturas y patologías severas. Es posible soportar un
eterno desarraigo?. Los diversos relatos de refugiados
que dicen sentirse «gente de tránsito», dan cuenta de que
el ser humano necesita pertenecer, echar raíces. Este es el
trabajo del emigrado: armar vínculos que le permitan
construir arraigo. Janine Puget plantea dos vertientes para
la constitución del pertenecer: una es formar parte de un
conjunto ; otra, apropiarse de ese lugar.
Instalarse puede pensarse como un nuevo
nacimiento, doloroso, pero que conlleva la oportunidad
de lo inédito. Algunos nunca se terminan de ambientar,
sintiéndose de paso y a la espera del retorno, no logran
echar raíces. Una paciente emigrada a Italia decía: «Viví
varios años con la cama, la mesa, dos sillas, solo compré
dos platos, dos vasos, sentía que estaba de paso, que ya
me volvía...Temía que si me instalaba no podría volver...y
me fui quedando...
«Otros incorporan rápidamente las distintas
costumbres, idealizando el nuevo contexto, ciegos a la
propia añoranza. Se niega el duelo en una reacción de
sobreadaptación, lo cual suele derivar en posteriores
estados depresivos o diversas manifestaciones somáticas.
Muchas veces en el afán de integrarse al nuevo lugar no
se transmiten las tradiciones ni el propio idioma. Sin
embargo, son los hijos o los nietos los que rescatan
ciertas tradiciones del país de origen de la familia. Las
Cuando Lo Encuentren... díganle 107

raíces se mantienen a través de la transmisión


transgeneracional. Esto queda evidenciado cuando
alguien, que por primera vez regresa al país del cual salió
siendo un bebé, se reconoce por los olores, los sabores,
los modos de reír, de vincularse, de emocionarse con
otros. ¿Qué se transmite de padres a hijos? Como aparece
en generaciones posteriores esa necesidad de realizar la
migración que fue necesaria en otra generación ?. En la
película «Nueces para el amor» la hija de una ex-exiliada
dice: «En este país no hay esperanza. Tengo que irme».
Repetición de otra historia ? Berenstein sostiene: “Uno
tiene adentro los exilios de sus padres...que se
transmiten de generación en generación, de inconsciente
a inconsciente” (Berenstein 2001). Cuando la migración es
consecutiva de la devastación de una guerra se produce
un daño en la malla social y su marca es
transgeneracional.
En algunas familias la saludable remembranza es
reemplazada por el silencio y la culpa. «La culpa del
sobreviviente», memoria social traumática que se
presentifica en la dificultad de transmitir. Así la violencia
silenciada puede aparecer a través de diversa
sintomatología individual y vincular en las siguientes
generaciones. Elina Aguiar (1994) plantea que uno de los
trabajos del emigrante será elaborar sus antecedentes
migratorios, para que su propia migración no sea una
representación de aquella realizada por sus padres o
Cuando Lo Encuentren... díganle 108

abuelos. La posibilidad de elaborar la experiencia


traumática de la migración se jugará entre las marcas
previas de cada sujeto y los nuevos encuentros
significativos que puedan hacer marca, produciendo
subjetividad y escribiendo una historia inédita. La gran
tarea del emigrado será buscar arraigo, construyendo una
nueva experiencia. En esa búsqueda, el vincularse con
otros emigrados del mismo origen o de orígenes
distintos, permite compartir la vivencia del desarraigo y,
desde ese código compartido, realizar ese arduo trabajo
de desanudar lazos y volver a echar raíces en otro lugar y
con otra gente. Construcción de nuevas tramas sociales
productoras de subjetividad.

¿Retornar?

Retornar a la propia tierra suele ser el sueño de


muchos emigrados, sin embargo, nunca se vuelve al
mismo lugar que se dejó. En realidad siempre se va hacia
adelante. Cuando se regresa, con la ilusión del
reencuentro, las personas y los lugares ya no son los
mismos. El emigrante que vuelve a su tierra tampoco es
quién era. Después de un primer momento de euforia, se
experimenta tristeza y desconcierto al tomar conciencia
de que muchas cosas han cambiado y no se ha
participado de los cambios; se genera entonces una
fuerte sensación de desencuentro. Si se vuelve al país de
Cuando Lo Encuentren... díganle 109

origen con la idea de instalarse, el anhelado regreso


aparece como un nuevo desarraigo, que implicará
desanudar lazos construidos en el país al cual emigró y
construir vínculos nuevos, aún con las personas
anteriormente conocidas. Una emigrada española
residente en México decía: “Cuando por fin pude cumplir
el sueño de volver a España por primera vez, después de
tantos años, comprendí que ya había echado raíces en
otro lugar. Extraño mucho España, pero ya no puedo
volver, mi vida está en otra parte. Ya no sé si soy de aquí
o de allá...Tal vez tenga que pensarme como un ser de
dos mundos” La migración supone soledad y desarraigo,
pero también esperanza. Podemos pensarla como una
marca nueva a partir de la cual algo novedoso puede
comenzar a generarse. Esa Tarea nos convoca como
analistas vinculares ante personas atravesadas por la
migración; favoreciendo el pasaje de la soledad a la
esperanza de que, con otros, un futuro puede
construirse.-

Nota y comentario:

La impecable descripción de Patricia nos deja una


serie de interrogantes y deseos a su vez de aportar más a
sus reflexiones. Hace poco termino de leer una entrevista
(de Carlos Altamirano en revista Ñ) de Edward Said, donde
hace referencia al artículo de su autoría traducido por
Cuando Lo Encuentren... díganle 110

Beatriz Sarlo con el título «Recuerdo del Invierno» con el


tema justamente del Exilio. ¿Qué decía Said en ese
entonces? «El exilio es la grieta insalvable producida por
la fuerza entre un ser humano y su lugar de nacimiento,
entre el yo y el hogar. La desdicha de esta ruptura no
puede superarse. Ciertamente existen historias que
presentan al exilio como una condición que abre la vida a
episodios heroicos, románticos, gloriosos y hasta
triunfantes. Pero son solo historias, esfuerzos para vencer
la inválida desdicha del extrañamiento. Los logros de
cualquier exiliado están permanentemente carcomidos
por su sentido de pérdida» Altamirano razona en voz alta
diciendo «en 1984 la Argentina estaba comenzando el
proceso de reintegración de los miles de exiliados que
había provocado la última dictadura militar y estaban
vivos los recelos y las reprobaciones entre los que se
habían ido y los que se habían quedado» y termina su
reflexión «nos pareció entonces que el ensayo de Said
podía iluminarnos, que su escrito enseñaba a ver en
particular a quienes habíamos quedado en el país en esos
años terribles que no había exilio «dorado». Que las
historias que podíamos contarnos los de adentro y los de
afuera no debían ocultar no solo la ausencia de quienes
habían perdido la vida, sino también la fractura que para
todos había significado el hecho mismo del exilio»
La ponencia de Patricia y las consideraciones de Said,
son coincidentes y yo debo agregar que durante la
Cuando Lo Encuentren... díganle 111

estadía en México como asilado, conocí innumerables


españoles que se exiliaron después de la guerra civil
Española; ellos seguían descarnando almanaques durante
años de exilio con la esperanza de un regreso y otras
tantas veces me reflejé en ellos invadido de un frío en mi
columna porque ellos habían pasado décadas soñando y
nosotros recién comenzábamos ese camino que luego
duraría siete años.
Cuando Lo Encuentren... díganle 112

CASO 3364

Vaca Narvaja Miguel Hugo


Vaca Narvaja Miguel Hugo (h)
Altamira Yofre Carlos Felipe
Yofre Gabriela

Las denuncias realizadas en el exterior por Susana


Yofre de Vaca Narvaja Al Presidente de los EEUU Jimmy
Carter; al Embajador Argentino en México ; al Sr.
Secretario General de la ONU Sr. Kurt Waldheim; Mr.
Robert W Zimmermann Director Departamento Estado
USA; Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Washington OEA; Su Santidad Pablo VI; Senador Kennedy
USA etc. tuvo contestación por parte del Gobierno
Argentino involucrando los cinco casos reclamados con
apreciaciones que resumimos:

«En relación con la nota del 24 de Enero de 1979 de


la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la
que adjuntan la comunicación del 14 de Noviembre de
1978 referidas a hechos vinculados a las personas del
acápite en más, el Gobierno Argentino hace saber:
Con respecto a Miguel Hugo Vaca Narvaja puesto en
conocimiento de las autoridades argentinas para requerir
información de los órganos competentes de lo que resulta
que Miguel Hugo Vaca Narvaja no fue detenido por òrden
Cuando Lo Encuentren... díganle 113

legítima, ni se efectuó procedimiento o allanamiento


alguno el día que se indica. .Consecuentemente se
imparten las órdenes para determinar su paradero...( ?)
Con respecto a las amenazas a la familia Vaca Narvaja. Si
las autoridades argentinas fuesen las anteriores al 24
marzo del 76 o las actuales, hubiesen estado interesadas
en la detención de alguno de los miembros de la familia
del causante, habría procedido a su detención, pero en
este caso es absurdo pretender que efectuaran amenazas,
alertando a las personas. Se Ve entonces que las
amenazas carecen de sentido en modo absoluto, si se
pretende atribuirlas a las fuerzas legales. Estas proceden
o no, pero no amenazan. Tampoco puede descartarse,
que el supuesto secuestro no sea un hecho cierto y que
maliciosamente se haya denunciado como tal, lo que
puede constituir un acto voluntario del causante y que el
mismo se encuentre en el exterior.
Sobre Hugo Vaca Narvaja (h) fue detenido el 20 de
noviembre de 1975. habiéndose puesto a disposición del
Poder Ejecutivo Nacional por decreto 3502/75, es
enteramente falso que el causante hubiese sido fusilado,
como maliciosamente expresa la requeriente (mi madre)
Esta información se incluye con el solo objeto de
desprestigiar a las autoridades Argentina, donde ya hubo
un comunicado oficial emitida por el Tercer Cuerpo de
Ejército, la que fuera difundida por los medios
periodísticos al siguiente día de los sucesos. Al respecto
Cuando Lo Encuentren... díganle 114

se reitera que los hechos acontecieron como


oportunamente se informa en forma oficial: En
oportunidad de ser trasladado de la unidad carcelaria del
Consejo de Guerra para ser interrogado, el vehículo en el
cual era transportado sufrió la rotura de la dirección
precipitándose a la banquina. Esta situación, fue
aprovechada por los detenidos transportados para
intentar huir, siendo perseguidos por la tropa o intimados
a rendirse; no acataron la orden por lo que se debió abrir
fuego, dándose muerte a Miguel Hugo Vaca Narvaja,
Gustavo Adolfo De Breuil e Higinio Arnoldo Toranzo.

«Sobre Carlos Felipe Altamira Yofre: expresa la


denunciante que el 27 de Mayo de 1976 a las cinco de la
tarde mientras el causante se dirigía a la casa de un
cliente fue interceptado por hombres armados e
introducido en el baúl de un auto. Consultados los
órganos competentes, e los mismos resulta que el
requerido no fue detenido por orden legítima, por lo que
va de suyo que ninguno de los hechos anunciados por la
requeriente pueden ser atribuidos a las autoridades
argentinas. Sin embargo mantienen en vigencia las
órdenes impartidas para determinar su paradero,
señalándose además que desde el 26 de noviembre de
1977, se registra un pedido de captura por presunta
Asociación Ilícita. Por lo expuesto no puede descartarse
que la desaparición del nombrado se deba a un acto
Cuando Lo Encuentren... díganle 115

voluntario del mismo anticipándose a la investigación de


los hechos que motivaron su pedido de detención»
Carlos Felipe Altamira, (mi primo), sigue
desaparecido al 28 de Febrero del 2005.

«Sobre Gabriela Yofre ( mi prima) expresa la


requirente en las dos adicionales adjuntadas de fecha 14
nov. 1978 y 1 de abril de 1979, que la causante caminaba
por las calles de la Capital Federal entre los días 28 y 29
de Octubre de 1976, desapareciendo «según se cree» en
un operativo de control militar. Que desde entonces no se
supo más de ella y como consecuencia de esto los padres
tuvieron que salir del país. Que consultados los órganos
competentes, de los mismos resulta que la requerida no
ha sido detenida por orden legítima de autoridad alguna.
La falta de elementos y la vaguedad de los extremos
denunciados no permiten excluir que el hecho se deba a
un acto voluntario del causante. Además la salida de los
padres de este país no parece tener relación con lo
denunciado, a no ser que la requerida hubiese
voluntariamente salido de la República Argentina y desde
el exterior se haya comunicado con estos a fin de
reunirse con ellos......( ?)
Gabriela, mi prima, sigue desaparecida al 3l de
Diciembre 2004.
Cuando Lo Encuentren... díganle 116

«En la información adicional comunicada el 24 de


Enero de 1979, se pide que la causante (María José Yofre;
mi prima) le sea permitido salir del país y en similar del 4
de Mayo de 1979 expresa que la causante tiene una
prisión preventiva decretada y apelada sin que a la fecha
de la comunicación se haya sentenciado. La prisión
Preventiva, ha sido confirmada por la Excelentísima
Cámara de Apelaciones de la Ciudad de Resistencia»
La repuesta referida anteriormente se produjo luego
que mamá, junto a dos representantes de madres y el
Reverendo Joseph T Eldridge (ministro metodista); en los
EEUU, se presentaron ante la Comisión interamericana de
Derechos Humanos para denunciar las violaciones de los
D.H en Argentina. el caso 3364 fue entregado luego de
hacer la exposición en mano de las autoridades de ese
Organismo y la repuesta entregada también en mano.
El descargo sobre la repuesta Argentina fue realizado
por Susana Yofre de Vaca Narvaja en forma puntual
siempre citando el caso 3364, que trataremos de
sintetizar de la forma más clara posible dado la extensión
de la misma.

Carlos Felipe Altamira Yofre


En nota del 24 de marzo de 1980, el Gobierno de la
Junta Militar informa respecto del caso Carlos Felipe
Altamira Yofre; que «consultados» los organismos
competentes resulta que el requerido no fue detenido
Cuando Lo Encuentren... díganle 117

por orden legítima y que se encuentra requerido por


Asociación Ilícita. Esa Comisión ya ha tenido oportunidad
de producir un informe general sobre la situación de los
derechos humanos en Argentina, destacando que el
gobierno Argentino ha atentado, entre otros, contra el
derecho a la vida en razón de que personas
pertenecientes o vinculadas a organismos de seguridad
del gobierno han dado muerte a numerosos hombres y
mujeres después de su detención y contra el derecho a la
seguridad y la integridad personal por el modelo
sistemático de torturas y otros tratos crueles inhumanos y
degradantes. Las conclusiones de la Comisión en el
sentido de que el gobierno que se expresa en los
términos indicados en 1) es responsable de numerosas
violaciones de los derechos fundamentales, sugieren
claramente que el grado de credibilidad de sus pueriles
afirmaciones es prácticamente nulo: Un gobierno así
señalado por una investigación imparcial, carece de
autoridad ética en el concierto internacional como para
que sus excusas sean verosímiles . Además en este caso
en particular, las alegaciones del gobierno solo pueden
considerarse como un intento de desviar la investigación
mediante un formalismo que no se compadece con la
verdad, ya que el Dr. Carlos Altamira fue detenido por
efectivos militares. Carlos Altamira Yofre era un abogado
del foro cordobés, y entre sus actividades profesionales
se contaba como defensor de las libertades públicas en la
Cuando Lo Encuentren... díganle 118

defensa de presos políticos y gremiales. Al momento de


su desaparición se desempeñaba como Vocal del
Honorable Colegio de Abogados de la Provincia de
Córdoba Es en este carácter que se entrevistó juntamente
con el presidente y secretario de ese organismo con el
General Benjamín Menéndez, Comandante del Tercer
Cuerpo de Ejército con el objeto de solicitar la libertad de
colegas detenidos. Compartía el estudio jurídico con los
Doctores Gustavo Roca y Lucio Garzón Maceda, local que
a un mes de su secuestro fue incendiado y saqueado por
«desconocidos» que operaron con total impunidad a tan
solo tres cuadras del Departamento de Policía de la
Ciudad de Córdoba . Con posterioridad a su desaparición
sus familiares presentaron un habeas corpus frente a la
Justicia Federal, así como la participación al propio
Arzobispo de Cba y Presidente de la Comisión Episcopal
Argentina Monseñor Primatesta. Cabe recordar que en el
momento de su detención ilegal el Dr. Altamira conducía
un automóvil marca Renault4S placas X 329708 de
propiedad de su hermano que luego fue encontrado en la
vía pública en el lugar de detención. Cuatro días después
se supo que estaba alojado en la División de
Informaciones de la Policía de Cba. Diez días después de
la detención ilegal del Dr. Carlos Altamira se presentó en
las oficinas de Mackentor SACI y F un oficial del Ejército
Argentino con uniforme de fajina acompañado de otros
militares y se entrevistó con el contador Miguel Angel
Cuando Lo Encuentren... díganle 119

Roqué a quién le requirieron la entrega de


documentación y archivos del estudio jurídico al que
pertenecía el Dr. Altamira aduciendo que era el tercer
cuerpo de Ejército el que lo requería .y que el mismo Dr.
Altamira les había informado que allí estaban esos
archivos.(lo que desvirtúa su desconocimiento sobre la
detención) El Dr. Altamira Yofre llevaba los asuntos de esa
firma, la que luego fue intervenida por fuerzas militares y
el contador preso, al igual que algunos de los integrantes
de la firma.
Es importante que se tomen en cuenta el testimonio
del Dr. Gustavo Roca Dehesa ante el subcomité de
relaciones Internacionales de la Cámara de
Representantes de los Estados Unidos en setiembre de
1976 sobre la detención ilegal del Dr. Altamira Yofre,
como así también el volumen 1 N| 1 Boletín del Centro
para la Independencia de jueces y abogados y Comisión
Internacional de Juristas (Ginebra feb. 1978). También en
la publicación The Disappeared of Argentina de Amnisty
International, marzo 1980 y la publicación Desaparecidos
en la Argentina 1979 publicada en Madrid por la CADHU.
Así mismo es importante citar que en declaraciones de
otros detenidos ilegales por largos meses que pudieron
salir del país y declarar ante la comisión de Derechos
Humanos de la ONU, están las declaraciones de
compañeros que en el campo de detención Clandestino
de las fuerzas armadas en «La Perla» dependiente del
Cuando Lo Encuentren... díganle 120

destacamento de Inteligencia 141 Gral. Iribarren,


dependiente del Tercer Cuerpo de Menéndez a 150
metros de la ruta 20 camino a Carlos Paz en las
inmediaciones de la fábrica de Cemento Corcemar en
tierras del Ejército Argentino hay testimonios directos
como por ejemplo de la señorita Geuna que certifica la
presencia de Caros Felipe en ese lugar.. Otro testimonio
en España de Piero del Monte ante la CADHU que estuvo
presente en el interrogatorio del Dr. Carlos Felipe
Altamira Yofre por el Suboficial Manzanelli y el entonces
Teniente Primero hoy (1978)Capitán Barreiro domiciliado
hasta 1977 en Av. Ricchieri, frente al destacamento de
inteligencia 141. Susana Yofre finaliza pidiendo Justicia y
acusando al Gobierno Militar.
Por su parte Josefina Yofre Pizarro de Altamira en
Abril de 1976 le envió desde México en Abril de 1976 una
carta a Su Santidad Pablo VI que dice así:
De mi mayor consideración: La que suscribe Josefina
Yofre Pizarro de Altamira, con domicilio en Cerrada de
Mercaderes 16. Colonia San José de Insurgentes DF
México, tiene el agrado de dirigirse a Ud. con la finalidad
de rogar interceda ante las autoridades del Gobierno
Militar Argentino, para conocer el paradero de mi hijo
Carlos Felipe Altamira secuestrado el 27 de mayo de 1976
en Córdoba Argentina por agentes de Seguridad.
Fue presentado un Habeas Corpus al día siguiente del
hecho al confirmarse el secuestro y escribí personalmente
Cuando Lo Encuentren... díganle 121

al Presidente de la Junta Militar Gral. Videla, como así


también a su Ministro del Interior, sin que hasta la fecha
haya tenido repuesta alguna. También presenté ante las
autoridades del III Cuerpo de Ejército con asiento en
Córdoba Argentina, quienes me respondieron que no
conocían el problema. No obstante al día siguiente del
secuestro fue allanado mi domicilio por autoridades
militares con el fin de requisar las pertenencias de mi hijo
cuyo único cargo posible sería el de haber sido defensor
de presos políticos. Me permito molestar a su Santidad
como profunda Cristiana sabiendo de su autoridad moral
y responsabilidad ante el mundo, como último recurso
para conocer la suerte de mi hijo. Firma Josefina Yofre
Pizarro de Altamira. Josefina (mi Tía materna); «Pipina»
como le decíamos cariñosamente dejó este mundo sin
haber podido conseguir los restos de su hijo.

María José Yofre


La presentación del descargo de Susana Yofre de Vaca
Narvaja ante la contestación del gobierno de Facto dice
así: «De la respuesta formulada por el gobierno argentino
resulta que se mantiene en prisión a María José Yofre
desde el 1 de diciembre de 1975 y recién se acaba de
decretar su prisión preventiva en un proceso que se
mantiene en estado de sumario y en el que no ha
prestado declaración indagatoria, por lo que no se
Cuando Lo Encuentren... díganle 122

reunirían los extremos exigidos por el Art. 366 del


Código para dictar tal resolución.
El auto de prisión que se menciona llevaría entonces
fecha 28 de diciembre de 1977, vale decir que se habría
dictado más de dos años después de la detención. Según
el artículo 2 del Código de Procedimientos en lo Criminal
para la Justicia Federal concluida la declaración
indagatoria el Juez decretará la libertad por falta de
mérito o bien la prisión preventiva. A su vez, el artículo
699 del mismo Código establece que el sumario no puede
durar más de dos años. La confirmación de la prisión
preventiva que se aduce se habría producido en
diciembre de 1979. Es de toda evidencia pues, que existe
una efectiva denegación de justicia y que se viola el
derecho a un juicio justo e imparcial. En tal modo y por la
vía de un proceso fabricado para tal fin, se retarda; la
concesión de la opción para salir del país de la detenida
mediante el recurso de «diferir» el tratamiento de la
misma hasta la terminación de un proceso como lo dice la
repuesta del propio gobierno de Facto Argentino. En el
contexto de la persecución desatada contra nuestra
familia, esta es la interpretación y la observación que me
merece la repuesta Argentina»

El testimonio de Virginia Yofre, sobre María José


completa y detalla lo denunciado: «María José, argentina
de 27 años, nacida en la ciudad de Córdoba, casada, con
Cuando Lo Encuentren... díganle 123

dos hijos, fue detenida en la República Argentina en la


Provincia de Misiones el 19 de Diciembre de 1975. Fue
trasladada a una Unidad Militar en San Ignacio de las
Ruinas en la misma Provincia de Misiones, donde
permaneció incomunicada por espacio de 10 días. En
estas circunstancias fueron a reclamar sus padres por ella
y su hijo (dió a luz a los 30 días de ser detenida) quién les
fue entregado ya que las condiciones de vida eran
imposibles para el niño.
Al ser detenida María José tenía,8 meses de embarazo
encerrada en condiciones lamentable. Encerrada 24 hs.
con pésimo alimento, sin ropa para cambiarlo, por lo que
fue retirado a los tres días de nacido y María José siguió
incomunicada en las mismas condiciones. María José,
queda a disposición del Poder Ejecutivo por no habérsele
podido adjudicar cargos que justifiquen una causa por
mínima que sea . En sus primeros dos años y medio de
detención, su abogado de oficio nunca la ha visto ni se ha
ocupado de ella. Al mes de detención dió luz y que por
razones elementales de higiene ambientales y sanitarias
debe separarse de su hija a las 24 hs. de nacer
entregándolas a sus abuelos. Una vez trasladada al Penal
de Villa Devoto es objeto de agresiones, y castigos,
agresiones que consisten en golpes y apremios ilegales,
especialmente en los traslados de pabellones. Celdas de
aislamientos sin alimentación ni luz, corte de
correspondencia, encomiendas, visitas, disminución de
Cuando Lo Encuentren... díganle 124

alimentos, suspención de lecturas y radio, suspención de


recreos; exposición al frío rompiéndole vidrios de las
celdas, falta de atención médica. Después de dos años de
detención, María José pidió acogerse al art. 23 de la
Constitución por la cual se permite en el estado de sitio
optar por salir del país. La Junta Militar le inventa una
causa por portación de armas y falsificación de
documento e infracción a la ley de Seguridad motivo por
el cual se rechazó.»

Gabriela Yofre

Siguiendo la contestación de Susana Yofre al Gobierno


de Facto ante la Comisión de Derechos Humanos dice así:
«La Comisión Argentina de Derechos Humanos (
CADHU) ha publicado en el mes de Octubre de 1979, un
folleto titulado «Testimonios de los sobrevivientes del
Genocidio en Argentina» en un subtítulo dice: «Hablan
Ana María Martí, Alicia Milia de Pirles y Sara Solarz de
Osatinsky» En dicha publicación se hace referencia a que
Gabriela Yofre llegó detenida a la Escuela Mecánica de la
Armada ESMA ubicada en la ciudad de Bes As,
dependiente del Comando en Jefe de la Armada y que allí
fue vista con vida y mantenida prisionera en forma
clandestina por las autoridades militares. En esa
publicación están todos los datos de las denunciantes
para certificar lo dicho, en razón de lo manifestado surge
Cuando Lo Encuentren... díganle 125

la falsedad del descargo presentado por el gobierno


militar, en sentido que Gabriela haya salido del país por
su propia voluntad.
Dado que los hechos consignados en dichos
testimonios fueron cometidos bajo el mando directo del
Capitán de Corbeta Jorge Perrén y de su igual Jorge
Eduardo Acosta, quienes aparentemente tenían
responsabilidad decisoria dentro del grupo de tareas
3x/2 dependiente del comando en Jefe de la Armada
Es igualmente inexacto que no se hayan efectuado
gestiones que objetivamente han significado denunciar en
todo momento la detención ilegal de Gabriela Yofre;
acompaño fotocopias de las siguientes notas: a) a Pablo
VI 24 /10/1977; Amnisty International igual fecha; Cruz
Roja Internacional 23 XII 1977; A la Comisión de D.H 4 VI
1979; despacho telegráfico 14235 al presidente de la
Comisión Justicia y Paz de Madrid Dr. Ruiz Giménez.
“Creo que más claro es imposible, la Junta Militar
Argentina miente”.
El Testimonio de Virginia Yofre es contundente:
«Gabriela Yofre argentina de 25 años, nacida en la ciudad
de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre,
fue secuestrada en la Capital Federal entre los días 28 y
29 de Octubre de 1976 cuando caminaba por la calle.
Desde esa fecha, no tenemos noticia de Gabriela. Su
familia ha decidido salir del país producto de la
persecución y amenazas recibidas. Una hermana está
Cuando Lo Encuentren... díganle 126

presa en la Unidad 2 de Villa Devoto desde el 19 de


Diciembre de 1975; un primo y un tío desaparecidos, un
primo asesinado fraguándose un intento de fuga
La presentación a cargo del Reverendo fue categórica:

«Mi nombre e Joe Eldridge. Soy un ministro metodista


y, como muchos de ustedes saben, el Director de la
Washington Office on Latín América (WOLA) un programa
de estudio y acción sobre América Latina y sus relaciones
con Washington (organismos internacionales) gobierno
americano, agencia multilaterales etc. Est programa es
patrocinado por una amplia coalición de Iglesias, que
incluye el Consejo Nacional de Iglesias, la Conferencia
Episcopal Católica, Consejo Mundial de Iglesias, varias
denominaciones protestantes y grupos judíos y no
cristianos.» luego de presentar a las tres representantes
de la Comisión de Desaparecidos (incluida mi madre)
presentó a Juan Raúl Ferreira, uruguayo exiliado en Arg. y
a el Padre Patric Rice sacerdote católico, ciudadano
irlandés ex misionero en Argentina donde fue detenido y
torturado.

Los reclamos ante la Naciones Unidas, Vaticano,


Comisiones de Derechos Humanos de la ONU; OEA; y
Departamento de Estado de los EEUU, siempre terminan
con una contestación clásica «Como usted sabrá el
Gobierno de los Estados Unidos, ONU, OEA, Vaticano etc /
Cuando Lo Encuentren... díganle 127

ha tomado enérgicas medidas en resguardo de los


Derechos Humanos Le puedo asegurar que estamos
haciendo lo más que podemos para promover tan básicos
derechos tanto en Argentina como en cualquier lugar»
este ejemplo es el final de la carta que envió Robert W
Zimmerman Director de Asuntos de la Costa Este de los
EEUU del Departamento de Estado a mi madre. Pocos días
antes el periodista Jack Anderson había publicado una
nota en el periódico de Washington, donde se hacía eco
de la denuncia que realizaran familiares de los
desaparecidos en el Senado de los EEUU y en la Comisión
Interamericana.
El Vaticano, y los organismos internacionales tienen
respuestas similares, todos hacen lo «humanamente
posible», pero los hechos concretos siguen sumando
cientos de desaparecidos, muertos y torturados.
Anderson en su columna prestigiada y muy escuchada
afirmaba «que la muerte por el terrorismo de Estado en
dos años superaba las muertes en cinco años en Irlanda
del Norte; la Dictadura Militar más que unirse
abiertamente en el asesinato, permite escuadrones
parapoliciales y paramilitares de derecha andar por las
ciudades y el país entero haciendo «justicia» donde crean
....»
La visita de mamá a los EEUU como integrante de un
grupo de mujeres y familiares de desaparecidos y
muertos en Argentina COSOFAN, manifestaban en sus
Cuando Lo Encuentren... díganle 128

declaraciones la veracidad de los grupos de tareas en el


genocidio Argentino. Cuando le preguntaron a mi madre
por qué viene a los EEUU, contestó «He sido designada
como vocera de Cosofan de México, entre un grupo
numeroso de exiliados por razones políticas que son
ampliamente conocidos en todo el mundo, ante la
reiteración de la violación de los derechos humanos en
nuestra patria. Este grupo de Argentinos tiene en común
haber sufrido directamente en sus familiares la acción
represiva y brutal de la Junta Militar Argentina. En lo que
se refiere a mi persona, incluyo en la denuncia el
secuestro de mi marido Miguel Hugo Vaca Narvaja
secuestrado por las fuerzas paramilitares el 10 de marzo
de 1976, sin que hasta la fecha tenga noticia alguna de
su muerte o paradero, y el de mi hijo Hugo Vaca Narvaja
(h) preso sin causa alguna y posteriormente asesinado en
la cárcel en Córdoba por orden del tercer cuerpo del
ejército a cargo del General Benjamín Menéndez, uno de
los generales más feroces en cuanto a violación de los
Derechos Humanos. Aparte traigo documentación
probatoria sobre lo dicho, de las miles de tragedias que
viven millares de familias a las que el peso de la represión
también les cayó en igual peso.
Cuando Lo Encuentren... díganle 129

HERNAN VACA NARVAJA ( sobrino)

«OTRO PUNTO». (Periódico semanal Año 1 Número 34


Octubre 2004) ; escribe Hernán Vaca Narvaja. (asilado
político a los 7 años) Hijo de Hugo Vaca Narvaja (h). Hoy
es periodista y director de un medio escrito.( se
transcribe parte de una nota sobre Susana Yofre de Vaca
Narvaja. Hernán es periodista y escritor. Que importante
es recoger las semblanzas de esos niños asilados, porque
da la impresión que al decir asilo a una familia de 26
integrantes, se olvidan de los 13 niños : de 5 meses a
nueve años, cuyas fórmulas migratorias y sus fotos
dicen : «FM10 Asilados Políticos». Veamos lo que escribió
Hernán
«Al Consulado» ...
Yo tenía siete años cuando se desencadenó todo. Los
recuerdos son fugaces, pero de una dolorosa intensidad.
Comienzan con las visitas a la Penitenciaría de Barrio San
Martín, donde mi padre nos recibía siempre con una
conmovedora sonrisa y una dignidad propia de los que
luchan por ideales de justicia. Siguen con un interminable
viaje en tren (el primero de mi vida) que nos llevó a
buenos aires, donde el 23 de marzo nos metimos de
prepo en el Consulado de México junto a mis tíos y
primos. Era tragicómico : teníamos que hacer de cuenta
que no nos conocíamos para no generar sospecha en el
consulado. Era un juego divertidísimo para quienes
Cuando Lo Encuentren... díganle 130

desconocíamos que un error podía costarnos la vida.


Cuando estuvimos todos adentro del Consulado, uno de
mis tíos dijo que no nos moveríamos de allí hasta que nos
dieran asilo político porque la familia corría peligro. Y así
fue: la madrugada del 24 de marzo de 1976 se concretó
el cruento golpe militar.
Nosotros convivíamos en el altillo de la residencia del
embajador. Eramos muy pequeños y nuestros padres nos
advirtieron que no nos asomáramos a las ventanillas
redondas por donde se colaban los haces de luz que
apenas alumbraban el lugar. Hasta el 2 de abril de ese
a ñor, pudimos contemplar - desobedientes como buenos
niños - como un enjambre de soldaditos armados hasta
los dientes rodeaban la manzana de la Residencia del
Embajador.. Hasta que el 2 de abril partimos, custodiados
por varios autos de la policía, rumbo a Ezeiza, donde
comenzaría un largo exilio de más de siete años. No
olvidaré nunca como desde la ventanilla de uno de los
autos que nos custodiaban, un fornido uniformado dejaba
que el caño de su FAL rozara el asfalto para irradiar unas
chispas amenazantes que nosotros veíamos desde el auto
de atrás.
México no era como el que habíamos visto en las
películas de Bonanza o en la serie de El Chavo. Era una
ciudad enorme que atemorizaba al más pintado. Vivimos
un tiempo en un hotel, donde nos colgábamos una toalla
en la espalda para jugar a los superhéroes, mientras nos
Cuando Lo Encuentren... díganle 131

preguntábamos por qué nuestros padres estaban tan


preocupados y a veces lloraban. Recuerdo mi cumpleaños
el 7 de julio del 76: la torta era una factura con una vela y
los invitados eran mis primos. Pese a la austeridad del
festejo, fui el niño más feliz de la tierra : mi madre me
regaló ese día una guitarra, que mi padre había hecho
con mis manos en la cárcel para Navidad de 1975. Detrás
de la boca, entre las cuerdas de tanza, podía leerse: «Para
Hernán quién como esta guitarra siempre es armonía». El
tiempo ha ido destiñendo la letra irregular de mi padre
,pero la frase quedó grabada para siempre en mi
memoria. Como la frase que mucho tiempo después, me
entregó mi abuelo materno confesándome la había
escrito mi padre antes de su detención: Hay un momento
en nuestras vidas en que es preciso tomar una decisión,
sea para olvidar de una vez nuestros sueños
resignándonos a la mediocridad, sea para arriesgar todo
en el sentido de realizarlos» El papelito está guardado
junto a la guitarra en el particular museo de la memoria
que fui construyendo para rehacer ese pedazo de la
historia que me habían robado, cuando partí al exilio con
mi familia. Y me permitió entender muchas cosas que
para mí eran incomprensibles. Recuerdo también una
tarde en que yo era Batman, Robin, Superman o el Zorro -
no recuerdo a quién le había pedido la capa(una toalla del
hotel) ese día - y mis tíos nos impidieron entrar en la
habitación de la abuela . Niño curioso al fin, me asomé y
Cuando Lo Encuentren... díganle 132

la vi postrada en una cama llorando. Después supe que


ese día le avisaron que habían fusilado a su hijo Miguel
Hugo (mi padre) .Le aplicaron la Ley de Fuga el 12 de
agosto de 1976 junto a Higinio Toranzo y los hermanos
Gustavo y Jorge De Breuil. A Jorge lo dejaron vivir , le
mostraron los cuerpos inertes todavía calientes y le
exigieron que contara el episodio al resto de los presos
«Por cada uno que caiga de nosotros, caerán tres de
ustedes» le advirtieron De Breuil sobrevivió a la dictadura
y su testimonio permitió reconstruir hasta los últimos
detalles del cobarde asesinato de mi padre. En México
vivimos un tiempo con mi tío y otro con mi abuela, hasta
que mi madre logró la ansiada independencia económica
y nos mudamos solos. No fué fácil: mi madre trabajaba
todas las noches en un Hospital, dormía a la mañana y
estudiaba a la tarde. Aprendimos a cocinarnos
«quesadillas», a cuidarnos entre los hermanos y a valorar
el poco tiempo que nos quedaba para compartir con
nuestra madre ,cuyo sacrificio y conducta valoramos
también mucho tiempo después, cuando vimos como los
sucesivos gobiernos democráticos de Córdoba - de
Angeloz, Ramón Mestre y José de La Sota- se negaron a
reconocerle los años trabajados para que pudiese
jubilarse.
De mi abuela recuerdo su afán por no inculcarnos
odio y su insistencia para que no perdiéramos la memoria
de lo que nos había ocurrido. «Videla, Massera y Agosti»
Cuando Lo Encuentren... díganle 133

nos repetía como si quisiera que preserváramos para


siempre en nuestra memoria infantil los nombres de los
responsables de la mayor matanza en la Historia
Argentina, la que se llevó para siempre a su esposo (mi
abuelo) y a su hijo ( mi padre) Hoy, a los 88 años, mi
abuela Susana conserva una entereza y una vitalidad
envidiable. Su dignidad y perseverancia la hizo entrar esta
semana (octubre 2004) en la historia a través de un fallo
inédito de la Corte Suprema de Justicia de Argentina que
establece en forma categórica que el forzoso exilio que
vivió la familia Vaca Narvaja (mi familia) fue la única
alternativa que tuvimos para preservar nuestras vidas en
un país que había sido asaltado por el terrorismo de
Estado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 134

HUGO VACA NARVAJA ( ahijado)

De : Hugo Vaca Narvaja (asilado político de 9 años;


hijo de Huguito asesinado el 12 de agosto de 1976)
Cuando se Asiló, tenía solamente 9 años de edad. Hoy es
Abogado como su padre y su abuelo.
La Noticia.
- «En Diciembre vuelven a Córdoba»-
Mi madre, Raquel Altamira, «La Má» para nosotros,
sus hijos, había dicho las palabras que esperábamos
escuchar desde aquel diez de marzo de 1976 en que todo
se oscureció de repente, pocos días antes de que toda la
familia abandonaría un país que entraría en el mas
oscuro y sangriento período de su historia.
Era una noche apacible de verano, como cualquier
templada noche Mexicana de las que transcurrían en el
residencial Insurgentes Sur, o RIS, como estábamos
acostumbrados a llamar aquel lugar donde transcurrieron
los últimos años del Exilio. Un conglomerado de cuarenta
y siete edificios, de cuatro pisos cada uno, sin elevador (o
ascensor), de un color gris bastante monótono, de calles
anchas y empedradas y una pequeña plaza en el medio,
con un terreno descampado de tierra donde
despuntábamos todas las tardes el vicio de jugar al
fútbol, así, con acento en la ó, como pronuncian los
Mexicanos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 135

Fue tan grande la emoción que me embargó por la


noticia, que sentí unas desesperadas ganas de salir a
festejar por la sola idea del regreso. Salí presuroso a
caminar y tomar aire. Todos los amigos y compañeros de
andanzas estaban ya en sus departamentos cenando y no
encontré nadie con quién compartir la noticia y la alegría
del regreso. Ni la tristeza y la melancolía de la despedida.
No podía creer que había una fecha determinada para
volver a Córdoba.

Exiliados:
De todos nuestros amigos «internacionales», del
nutrido grupo de exiliados latinoamericanos que
habitábamos en el Colegio de Ciencias y Humanidades de
la UNAM (Universidad Autónoma de México), yo era uno
de los primeros que planeaban el regreso.
Los Chilenos en aquel año mil novecientos ochenta y
tres, ni soñaban con sacarse de encima a Pinochet; en
Paraguay continuaba Strossner, Uruguay también contaba
con su dictador de turno.
En Argentina en cambio, el estrepitoso fracaso de
Malvinas había marcado y sellado definitivamente la
debacle del mal llamado Proceso de Reorganización
Nacional; el Gobierno de Facto en Argentina tenía
sentencia de muerte: el 10 de diciembre de 1983, día de
las elecciones Nacionales.
Cuando Lo Encuentren... díganle 136

No resultaba fácil hacerse la idea de que había que


dejar todo otra vez. Como no fue fácil la partida de
Argentina, pero aquella fue obligada y esta era voluntaria.
Uno no sabe, y tal vez jamás sabrá, une fue lo que nos
hizo volver.
Como ejercicio teórico, podría decir, antes que nada,
los afectos, la familia, los recuerdos, la niñez
interrumpida, los sueños postergados, y el hecho de pisar
la tierra que en definitiva, es de uno. Retomar la senda
que involuntariamente habíamos dejado atrás.
No todos los exiliados veían en la apertura
democrática una posibilidad de volver al país De hecho,
algunos optaron por quedarse en el destierro, tal vez no
tan doloroso a partir del correr de los años. Ninguno de
ellos podrá jamás decir que no extraña el dulce de leche,
los asados y los amigos. Sin embargo, ninguno de
nosotros puede decir que no extraña los tacos, las
enchiladas, los molletes, Coyoacán, San Angel y las
Pirámides. Hubo en México distintas clases de exiliados.
Los que jamás pudieron adaptarse al medio, y cada día de
exilio resultó una tortura; constituyen el primer grupo. No
se vinculaban con los mexicanos, sino con otros
Argentino en su misma situación. Eran un núcleo cerrado,
y, viéndolo ahora en la distancia, realmente la pasaron
muy mal. Algunos de ellos volvieron antes de las
elecciones, cuando comprobaron ciertas condiciones
mínimas de seguridad para sus familias.
Cuando Lo Encuentren... díganle 137

Los exiliados que se adaptaron y luego volvieron a su


lugar de origen, como nosotros, puedo decir que, de lo
que comenzó como un desarraigo compulsivo, un exilio
forzoso, involuntario y doloroso, se transformó en una
apacible y aleccionadora estadía en un país que
aprendimos a sentir y amar como propio. Emiliano y
Guadalupe (mis hijos) han adquirido sus nombres como
tributo a la hospitalidad brindada por el pueblo hermano,
con los sentimientos hacia esta segunda patria, como
forma de recordar las enseñanzas de esa tierra.
Obviamente que sus nombres fueron acordados
transnacionalmente con María Laura, mi mujer.
Por último están los exiliados que se adaptaron y se
quedaron que mencioné al principio y dentro de estos,
están los que volvieron a la Argentina y no pudieron
adaptarse, o se les cerraron las puertas y tuvieron que
regresar a México. Es decir, los que entendieron, desde
allá, que a pesar de los afectos, la familia y la tierra, no
querían volver más, o no debieron haber vuelto, por las
razones que sean, seguramente válidas todas.

Los Recuerdos
Las largas colas que hacíamos frente a la cárcel de
Barrio San Martín para poder ver a mi padre no se han
borrado de los intrincados laberintos de la memoria.
El último encuentro con él, ocupa un lugar de
privilegio en la memoria y difícilmente pueda ser borrado
Cuando Lo Encuentren... díganle 138

con el paso del tiempo. Estábamos sentados sobre su


cama en la prisión, charlando. La luz del día entraba a
través de los barrotes de las ventanas situadas en lo alto
de la pared, casi convergentes con el techo; solo se veía
el cielo. La habitación era amplia, con camas en hilera, la
cabecera apuntando a la pared; era una habitación para
varias personas, pero no había nadie más en aquel
momento.
- Te tengo una sorpresa, dijo componiendo con sus
gestos y su voz una situación intrigante para un niño de
nueve años.
- Que sorpresa – contesté.
- ¿Van a viajar en tren...van a ir a Buenos Aires, pero
es un secreto, no tenés que decirle nada a nadie,
entiendes? -
- Sí, me encanta el tren, dije. Las alegrías que
reflejaban mis palabras por la aventura de un viaje
dibujaron una sonrisa en su boca, mientras disfrutaba de
es gesto de sorpresa e ilusión de un hijo que sabía, no
volvería a ver nunca mas.
Yo no supe, ni podía imaginar en ese momento que
no volvería a verlo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 139

Viaje a Bs. As el Tren y la Embajada.


Aquel viaje en tren fue una caja de sorpresas. Era
como ser uno de los protagonistas de una extraña
película que variaba de género entre policial y ciencia
ficción Los adultos nos decían como debíamos
comportarnos, con tranquilidad, no llamar la atención. Yo
estaba inquieto, pero la noche fue abrigando las ansias.
De repente, uno de mis tíos se asomó tras la puerta que
comunicaba dos camarotes..
- ¡También viene Enrique! - dije sorprendido.
En el tres estaba casi toda la familia, pero ninguno de
los niños lo sabía. No habíamos dicho nada en nuestros
colegios, ni en el barrio y ningún compañero supo que
pasó con nosotros. Literalmente nos había tragado la
tierra.
Años después, algunos de mis ex compañeros de
cuarto grado me contaron que para ellos fue muy raro, no
ver nunca más a un compañero, sin saber nada de él. Con
el tiempo, se enteraron que estábamos Asilados en
México.
En marzo de 1976,después del secuestro de mi
abuelo Hugo, habíamos pasado a la clandestinidad;
estuvimos así en Bes As, un par de días hasta ingresar al
Consulado Mexicano. Recuerdo que estuvimos en un
departamento muy chico, y éramos muchos. Me impactó
ver a uno de mis tíos durmiendo en un sillón. Parecía un
poco incómodo y para un niño era todo una rareza ver
Cuando Lo Encuentren... díganle 140

que alguien pudiera conciliar el sueño en esa extraña


postura .
Luego nos trasladamos al Consulado donde nos
pusieron debajo de una mesa grande; todo parecía un
juego, y ninguno entendía nada. Pero los primos (trece)
jugábamos igual, y no era aburrido estar ahí. Luego...nos
trasladamos a la casa del Embajador donde estuvimos
durante una semana, que a la distancia siempre me
pareció mucho mas tiempo.
Vivíamos en un altillo de aquella enorme casa, donde
los mayores improvisaron paredes de papel de diario para
tener alguna intimidad. Solíamos pasear por el jardín,
jugando con una pelota pesada, grande, como de
básquet, de esas que sirven para hacer gimnasia, y
veíamos con todos los primos la tele de Bs. As, que tenía
más canales y programas que la de Córdoba.
Y nos fuimos.
Para mí, un niño de nueve años, México era una
llanura de muchos cactus, con Mexicanos de sombrero
jarocho apoyándose entre ellos, durmiendo la siesta, con
un burro atado a sus pies. Imaginaba una especie de
pueblo californiano, como en las películas del Zorro.
Nunca imaginé la inmensidad del Distrito Federal, las
distancias a recorrer entre barrio y barrio, las ciudades
ocultas dentro de una gran ciudad, los edificios enormes,
la Torre Latinoamericana, el metro, el zócalo, los peseros.
Recalamos en el hotel Versalles, luego de algunos
Cuando Lo Encuentren... díganle 141

altercados, pasamos al San Diego y después dejamos los


hoteles para alquilar la casa de Tabasco. Y después
vendría Cerrada de Mercaderes, donde vivíamos con la
Tuntu (mi abuela) y al último al RIS.

Años Después:
El negro Asberg había sido compañero de militancia
del Pá. Era junto con él, encargado de no se que grupo en
Córdoba, y juntos llevaban adelante la defensa de los
presos políticos del régimen de Isabel Perón, cuyo
régimen se descomponía cada vez mas, por la inutilidad
de aquella débil mujer y el avance de lo peor de la
derecha peronista.
El negro cae preso en agosto de 1976. En ese
momento se enteran que el objetivo de aquel operativo
no era el Negro; sino Huguito, (mi padre) Hasta hoy me
pregunto que fue lo que hizo que no rajáramos todos
juntos en agosto del 75 a otro lado, a otro lugar. Que fue
lo que hizo que se quedara ; como si nada hubiese
pasado, como si Asberg no estuviese preso, como si no
estuviesen masacrando compañeros día a día. Que lo
detuvo hasta Noviembre, que lo capturan y lo encierra en
la Cárcel de San Martín.
En ese momento teníamos que habernos ido todos;
toda la familia, completa aún, mi abuelo, mi padre, todos
los tíos y primos. Y no nos fuimos. Esperamos la
Cuando Lo Encuentren... díganle 142

catástrofe y nos encontró el infierno. Eran ingenuos,


audaces o arrojados; no lo sé.
- ¿Vos crees que todo fue en vano? - preguntó hace
poco una amiga, hija de una mujer fusilada también en la
UP 1 en el 76.
- Sí, fue en vano – contesté.
Aquella repuesta no le gustó, pude sentirlo, pero es la
verdad, por lo menos la verdad de uno; lo que uno siente.
A casi treinta años de aquellos hechos, mi balance,
explicado en la forma escueta y resumida, es que tosa
aquella generación murió por nada. Fueron masacrados, y
su accionar constituyó el pretexto a la barbarie, y tras el
genocidio se consolidó un proyecto de exclusión de les
mayorías en beneficio de unos pocos. El proceso militar
inició el desmadre del país que encontró su continuidad
en el Menemismo y en el Gobierno De La Rúa.
La crisis terminal que expulsó al último presidente del
período cívico-militar inaugurado en 1976 ha cerrado una
etapa. Duhalde piloteó la tormenta que casi termina con
la democracia, y ahora Kirchner parece abrirse un
paréntesis, parece verse algo de luz al final del túnel, tal
vez una nueva senda por donde se pueda transitar este
país para llegar algún día a ser un país que merezca
todos aquellos sacrificios de quienes no volverán nunca
estar con nosotros.
El «negro» Asberg había guardado un mensaje de mi
viejo: Aquella tarde en casa nos relató como fue cuando
Cuando Lo Encuentren... díganle 143

lo llevaron: Los guardias lo sujetaban y lo conducían hacia


la puerta de salida. Paró, dio media vuelta, miró a sus
compañeros de celda e hizo la «V» de la victoria. Fue su
último adiós y él lo sabía.
- Yo hubiese querido subir a ese tren con ellos.
Quiero que le digas eso -
Era el mensaje del Pá para nosotros. El negro no
podía contener el llanto. Carolina, Hernán y yo, tampoco ;
habían pasado 25 años...todos hubiésemos querido que
él subiera al tren....
Cuando Lo Encuentren... díganle 144

ANDREA VACA NARVAJA (hija)

Asilada política a los 5 años de edad. Textual Andrea


es la primera vez en sus 30 años que escribe y relata lo
que vivió a esa edad. Hoy es Odontóloga.

«Recuerdo en Chos Malal a los 5 años casi, las caras


de preocupación y de angustia que tenían ustedes y la
gente que nos rodeaba en ese pueblo tan solidario.
Recuerdo que nos vinieron a dar alguna noticia
«desagradable mi papá partió rápidamente a Córdoba. En
esos días, todos querían que nosotros estuviéramos bien,
creo que jugábamos en el patio de la tía Chicha y el tío
Pedro, en un jardín muy lindo ;pero recuerdo no poder de
dejar de ver la cara de mi madre con una preocupación
disimulada y prendiendo un cigarrillo tras otro. Tania con
sus ojos enormes, gordita y divina, solamente miraba. No
sé que pensaba. Ramiro era bebé y dormía y comía, tal
vez también sentía algo raro.
No comprendía porqué algunos policías entraban a
nuestra casa a buscar «algo»que nunca encontraban «son
órdenes»decían. Por eso dejamos esa casa y nos fuimos a
lo de la tía Chicha. Un día llegó el Gringo y Pepe, amigos
con todas las letras de mi papá, incondicionales y siempre
a nuestro lado para todo. Venían a buscarnos para ir a
Córdoba. No fueron muchas las cosas que mi mamá
Cuando Lo Encuentren... díganle 145

preparó. Era lo suficiente para un viaje. Yo me acuerdo


mirando por la ventana del auto el paisaje árido y el cielo
azul y mi desesperación por llegar a Córdoba a ver al
«Abubo», mi abuelo. Quería que me llevara a ver el
duraznero que tenía en el jardín; muchas veces me
llevaba en sus brazos para mostrarme la fruta. Quería
verlo. Mi mamá y el Gringo hablaban en clave para que
nosotros no nos preocupáramos, claves que trataba de
descifrar y no podía porque «algo» estaba mal. Llegamos
a Córdoba; no pude ver a mi abuelo; fuimos a lo de la
Mamina, mi otra abuela, estaban preocupados y
disimulando lo que no se podía. Ramiro lloraba y me
imagino que los gritos que daba eran porque él también
sentía angustia. Tania miraba atenta y callada, yo, miraba
y trataba de colaborar en algo que no sabía. Estaba alerta
de lo que podía hacer falta o lo que alguien pudiese
necesitar y estaba a mi alcance. Hablaban ; se reunían; yo
no entendía bien lo que estaba pasando. Creo que nadie
de nosotros lo entendía. Mi papá visitaba a Huguito en la
cárcel con los chicos y Raquel, o solo; poco lo veía en
esos momentos, porque estaba en muchas cosas, pero sí
veía y sentía ese dolor que él disimulaba pero se podía
sentir. Volvía de las visitas contando cosas y a su vez,
callando otras y el dolor que tenían.
Viajamos a Buenos Aires, no recuerdo si era tren o en
ómnibus, me parece que en tren, porque al frente mío
podía ver las caras de mis primos; algunos; y teníamos
Cuando Lo Encuentren... díganle 146

que disimular que no nos conocíamos; así nos dijeron los


mayores. Creo que todos fuimos muy callados y
tranquilos en el viaje. No nos conocíamos. De repente
estábamos en Bs As en muchos lugares. Nosotros en un
departamento chico pero cómodo y seguros. Ramiro
lloraba. Tania miraba, la consolaban. Todos preocupados,
las caras hablaban sin palabras. Había mucha angustia,
dolor, incertidumbre. Mi papá quería aparentar y o
aparentó. Serenidad, seguridad, haciéndose cargo de
todo, por dentro sé el dolor y la angustia que creo todavía
tiene y no la puede sacar. La Tuntu (mi abuela), tratando
de ser fuerte y aparentar tranquilizar a todos igual que mi
papá. Ellos, fuertes y duros, llevando todo adelante y por
dentro, no tenían tiempo para ellos. Mi madre, pendiente
de papá, de nosotros y en lo que podía colaboraba.
Estaba asustada.
Un día nos reencontramos todos “los primos y los
tíos” en un lugar con muebles de madera, viejos, grandes;
un escritorio, algunas sillas; era el Consulado de México.
Cerraron las puertas y quedamos adentro de ese lugar.
Todos los «grandes» se veían afligidos y disimulando con
nosotros tranquilidad, fumaban, se miraban, nos
miraban, y esperaban. Mi papá y la Tuntu hablaban con
un señor. Mi papá fuerte y duro explicando seriamente
«cosas» Nos llevaron a la Embajada, un altillo grande,
solo recuerdo colchones en el medio, como un cuadrado
y unas ventanas redondas que daban a la calle. A veces
Cuando Lo Encuentren... díganle 147

nos llevaban a jugar abajo un rato, solo me acuerdo de un


árbol o arbusto no muy grande con unas pelotitas rojas,
más grande que el crataeus. Los grandes querían estar
tranquilos, a veces discutían por algo, pero todo volvía a
su normalidad. Los chicos, Hugo, mi primo más grande
miraba y pensaba mucho; Hernán miraba y estaba muy
atento. Alberto también, Mariana, Dolores, Carolina, Tania
y yo no decíamos nada o jugábamos. El Gordo José y
Matías miraban. Ramiro, Rodrigo y María eran bebés.
Gonzalo (mi tío) estaba desorientado, se enojaba, estaba
triste; era impotencia.
Después de un tiempo nos llevaron en varios autos al
Aeropuerto, un lugar muy grande, la pregunta o el
sentimiento era si llegaríamos a ese lugar o nos matarían
antes. Yo pensé que nos mataban. Había muchos
militares en el camino, policías y muchas armas, ruidos y
luces. Todo raro y llamativo. ¿A donde nos llevaban? En
ese auto mi papá miraba al frente, fuerte, seguro, pero en
el fondo preocupado y pensativo; calculo que no solo
pensaba a donde íbamos sino también que se quedaba su
hermano encerrado en la cárcel y sin saber en donde
estaba su padre. Tanta injusticia junta. Mi mamá
preocupada y asustada tratando de disimular. Tania con
los ojos grandes miraba callada; el hombre que manejaba
estaba muy serio. Ramiro estaba medio dormido, medio
despierto, pero callado. La Tuntu, mostrando fortaleza
mirando por una ventana del auto, creo que también
Cuando Lo Encuentren... díganle 148

pensaba todo lo que estaba pasando y lo que estaba


dejando.
En el Aeropuerto, solo me acuerdo de un salón
grande; miedo; espera; todos callados, todos miraban y
después caminando hasta el avión con muchas armas
cerca nuestro, parecía que nunca llegaríamos al avión;
nos sentamos y las turbinas empezaron a sonar. Un
sonido que hasta ahora me da una sensación
inexplicable. Llegamos a México. Ciudad grande, gente
tan amable, buena, cordial. Todos tan buenos y atentos.
México pasó a ser nuestro País, la bandera, su Himno, su
gente, su solidaridad; pasaron a ser parte de nosotros y
todavía lo son y todavía lo agradecemos profundamente.
Volvimos de México; un infierno. Fines de 1982. Todos
agrios, agrandados ,mirándonos de arriba abajo, nos
obligaban a mostrar los documentos uno a uno, y nos
seguían mirando. Era desagradable. Empezamos a hacer
recorridos visitando los «amigos» del Sur de mis padres;
muchos nos cerraron las puertas en la cara. Que
desilusión para mi papá y mi mamá; nosotros en realidad
éramos chicos y no nos importaba mucho esa gente, pero
sí el dolor que se veía en la cara de mis padres.
Teníamos un Taunus usado, que por medio de un giro
los hermanos de mi mamá habían comprado. Ibamos a
recorrer el Cerro y nos decían: esta es la casa de Ana y el
Goly; esta es de Isabel y José; esta es la de Raquel; esta
de Agustín y Patricia y esta...en esta esquina ERA la casa
Cuando Lo Encuentren... díganle 149

de nosotros. La pregunta era por qué todos tenían sus


casas y de hecho vivían y viven y nosotros no. Obvio, mis
padres la vendieron cuando estuvimos en el Asilo,
necesitaban dinero para salir del Hotel.
Cuando Lo Encuentren... díganle 150

SE PREPARA UN ASILO

“Los necios se consuelan confiando en la providencia,


es más seguro y más digno confiar en las fuerzas propias.
Es mejor ayudarse que esperar ilusorias ayudas. Para
hacer lo que ha decidido, la ocasión puede sobrar al
hombre, lo que falta generalmente es la voluntad en el
momento propicio” (Ingenieros).

Se reunió toda la familia en una de las casas para


tratar la situación y los últimos acontecimientos. Había
más tranquilidad pero la angustia y la falta de noticias de
nuestro padre seguían siendo tema de permanente
diálogo y análisis. En general se había cumplido la
consigna de evitar los domicilios habituales hasta tanto
pasaran algunos días. Se debería evitar permanecer en
ellos si el resto del grupo lo conocía. Además cada paso
se registraría previamente en un domicilio destinado a
ello. Este lugar cumplía la misión de informar a todos
nuestros movimientos y estar alertas al teléfono para
evacuar consultas y estar al tanto de los últimos
acontecimientos.
Pensábamos ingenuamente que también por este
medio podría contactarse los secuestradores de papá.
Cada telefonazo cortaba instantáneamente cualquier
diálogo que en ese momento se desarrollaba y una
sensación de frustración nos invadía al saber que era otro
Cuando Lo Encuentren... díganle 151

el motivo y no el esperado; o un equivocado que desde el


primer día comenzaron a hacerse común cada tres
llamadas. Se analizó la situación en general y en
particular. Señalábamos también quiénes podían ser las
futuras víctimas y de qué forma las explotarían desde el
punto de vista político. El asilo político del cual no
teníamos experiencia ni conocimiento; estaba siendo
contemplado como respuesta política de importancia ante
los golpes familiares sufridos. Pensábamos si esto tendría
la presión suficiente para modificar la situación de Hugo y
de papá y también; en la posibilidad de hacer salir a un
grupo familiar que a nuestro parecer corría el mayor de
los peligros. Las amenazas persistían y las presiones se
manifestaban
En Córdoba había empezado a trabajar al igual que en
resto del país el equipo de Inteligencia del III Cuerpo y
fueron ellos quienes hicieron enviar a la prensa oral y
escrita un comunicado en el que se hacía aparecer a papá
como un ajusticiamiento de Montoneros por haber
comprobado una malversación de fondos en la
organización cuya tesorería era supuestamente
administrada por él. Posteriormente al ver que la
campaña psicológica no prendía en el pueblo cordobés y
que era rechazada por lo absurda; lanzaron una segunda
ofensiva diciendo que era producto de un auto secuestro
ya programado para salvar la vida de una importante
personalidad política ante la inminencia de un golpe de
Cuando Lo Encuentren... díganle 152

Estado. A esta campaña se une un hermano militar de


papá y un tío por parte materna un antiguo político
conservador. Lo trágico fue cuando una hermana nuestra:
Susanita se convierte junto a su marido en defensora de
esta tesis y se encargan de desparramarla aseverando su
validez. En Córdoba; muchos ya lo hacían a papá en París,
algunos en México y otros en Italia. La falta de interés
oficial y militar por aclarar la verdadera situación del
secuestro y el temor de comprometerse con esta familia
cuyo nombre ya comenzaba a quemar se sumó a esta
consulta familiar. Se decidió finalmente enviar a dos
adelantados a Buenos Aires para iniciar las tratativas y
reconocer el terreno en el que deberíamos movernos.
Todo esto debería realizarse con la más absoluta
reserva. Se convino en que incluso no debería
comunicarse a nadie, ni a los padres hasta tanto se
resolviera definitivamente. En dos días se organizó la
salida a Buenos Aires. Viajamos con José. Nuestro viaje
fue dialogado, tratando de establecer los pasos a seguir
una vez llegados a Buenos Aires. En Capital nuestra
primera medida fue localizar en la guía la Embajada de
México o Cuba. Grande fue nuestra sorpresa al encontrar
dos direcciones; una propiamente de la embajada y otra
del Consulado. Nosotros la considerábamos una sola
cosa. La duda comenzó. José conocía bastante Buenos
Aires de manera que no nos costó casi nada localizar
primero la ubicación del Consulado (Cuba había sido
Cuando Lo Encuentren... díganle 153

descartada por sus barrotes). Estaba en una esquina; un


edificio de diez pisos de fachada blanca sin vigilancia
alguna lo cual nos pareció un poco extraño. Recorrimos la
zona sin dar muestras de mucho interés pero pensando
en cada metro de terreno y midiendo naturalmente las
distancias calculando los tiempos que nos llevaba
cubrirlos.
Pasamos frente al edificio y miramos distraídamente
sin pararnos para proseguir unos doscientos metros
dando vuelta a la manzana. Paramos en un bar previa
verificación de que nadie nos seguía y pedimos un café.
Mientras fumábamos un cigarrillo satisfechos de nuestro
descubrimiento tan eficaz. Y fundamentalmente
confirmamos la falta de vigilancia lo cual nos facilitaría el
acceso.
Repasamos la ubicación. Las distancias,
características de la zona y planteamos nuestras dudas.
Decidimos que José debería ser quien explorara el
edificio. Vestía elegantemente y con su paraguas parecía
un súbdito inglés de turismo por Buenos Aires. Yo pasaría
por el exterior para vigilar los alrededores y nos
encontraríamos en un punto ya fijado con anticipación,
teniendo en cuenta que nadie nos siguiera. Nos
despedimos y partimos cada uno a su misión específica.
Nada anormal en el exterior. Calculé la hora de encuentro
y partí al lugar indicado. José tenía un atraso de siete
minutos por lo que empecé a temer una irregularidad.
Cuando Lo Encuentren... díganle 154

Cientos de dudas se me cruzaron por la cabeza. Decidí


esperar cinco minutos más y si no aparecía, volver hacia
la embajada. Pasaron tres minutos más, llegó José
caminando tranquilo y al parecer contento. Lo cual disipó
mi preocupación para contagiarme su alegría. Realizamos
el encuentro como si fuera casual tal como lo planeamos
y seguimos caminando a paso cada vez más acelerado
hasta llegar a la esquina. Cambiamos de rumbo varias
veces. José riéndose me contaba que la embajada no
estaba más en ese lugar y que no sabían a qué dirección
se había trasladado. Esto nos dejó desconcertados y
modificó por supuesto nuestra situación volviendo a foja
cero sobre lo actuado. Deberíamos agotar todas las
instancias y pensamos que el teléfono podía haber sido
trasladado, pero el número seguía siendo el mismo. Una
llamada bastó para localizar la actual dirección. Salimos
rumbo a la calle Paraguay. Allí estaba.
Bien ubicada, céntrica, en la vereda de enfrente había
una cafetería grande y familiar que podría servir para
observar el movimiento. Entramos, pedimos café y nos
sentamos en una mesa desde la cual dominábamos los
primeros cinco pisos del edificio y su entrada. No había al
menos policías ni vigilancia privada visibles en el exterior.
Terminamos el café más entusiasmados. Decidimos
entrar para reconocer el terreno. Llegamos a la puerta del
ascensor. Sobre mano derecha estaban las escaleras. En
el primer piso había una empresa con bastante
Cuando Lo Encuentren... díganle 155

movimiento y a nuestras espaldas un pequeño mostrador


con un policía y dos personas de civil.
Los miramos distraídamente mientras tocábamos el
botón del ascensor. Sin interferencia al abrirse la puerta
entramos y subimos hasta el piso de la embajada o
consulado. Al llegar nos separaban unos cinco pasos de la
puerta de madera y sobre mano derecha había una placa
de bronce lustrada que decía: Cancillería.
Entramos a un recinto grande. A la derecha
nuevamente, unos tabiques con mostrador abierto en el
medio. A la izquierda una mesa de tamaño regular con
cuatro sillas. A la izquierda de ésta una puerta con un
cartel indicando: biblioteca. Al frente otro mostrador
donde había tres personas haciendo consultas de rutina.
Averiguamos el lugar para trámites y caminamos
decididamente hacia adelante. En ese mostrador (de unos
tres metros) atendían dos señoras Preguntamos al llegar
nuestro turno qué debíamos hacer para legalizar nuestros
títulos -como excusa- y una vez evacuada la consulta
salimos hablando animosamente de cualquier cosa no sin
antes volver a medir y calcular mentalmente las distancias
los lugares y los tramos para ubicar a 26 familiares
directos. Era quizás demasiado pequeño. Salimos del
edificio. Nos preocupaba que no dijese nada más que
Cancillería; de manera que no nos aseguraba inmunidad
diplomática según nuestras informaciones (pésimas).
Deberíamos averiguar rápidamente. Por intermedio de
Cuando Lo Encuentren... díganle 156

Clemente; un amigo de Buenos Aires localizó a Arturo


Frondizi, hombre de vasta experiencia en la política y
amigo de mi padre. Conseguimos una cita para las 10hs
del día siguiente. Esa noche comentamos nuevamente
nuestra situación, lo que habíamos visto, las
posibilidades de entrar, la forma de hacerlo y detalles que
se nos ocurrían durante la charla. Al departamento de
Arturo nos acompañó Clemente.
Nos anunciamos por el portero eléctrico. Pasamos la
puerta principal. Apareció un hombre armado, quien
cortésmente nos indicó que entremos. A unos tres metros
en un sillón individual mirando hacia la puerta de
entrada, había otro hombre con una metralleta. Eran los
custodios. La situación era difícil para este tipo de
personas públicas. La ola de secuestros invadía todo el
territorio nacional y las precauciones debían tomarse.
Caminamos por un pequeño pasillo. Otra puerta;
entramos a una habitación chica utilizada como
escritorio. Don Arturo nos saludó cariñosamente;
recordamos nuestra última entrevista junto a mi padre en
Córdoba en la estancia de Noble. Nos preguntó qué
noticias teníamos de papá y cómo estaba la familia. Le
explicamos detalladamente la situación; el secuestro, la
falta de noticias, la poca colaboración oficial y nuestra
intención de lograr un asilo político.
- ¿Que dice Angeloz?- preguntó.
Cuando Lo Encuentren... díganle 157

- Dijo que nada podía hacer - contesté recordando


que fui a la casa Radical a verlo.
- ¿Y la Iglesia?- inquirió.
- Primatesta se lavó las manos - contesté. Lo vi en el
Obispado.
También planteamos el desconcierto respecto a la
Cancillería de México y la embajada. Luego de escuchar
atentamente nos dijo que la situación era delicada para
todos nosotros y que toda la familia debía salir de
Córdoba por lo menos; hasta que se definiera un poco el
cuadro político nacional. La derecha tomaría el poder y
eso sería a corto plazo con hechos sangrientos
importantes. Agregó que nosotros probablemente no
conseguiríamos pasaportes y coincidía en la idea del
asilo. No el la forma.
Sobre el problema de la Cancillería y la inmunidad
diplomática nos aclaró que la Cancillería era el lugar en el
que el embajador trabajaba de modo que él estimaba que
debería tener extraterritoriedad. De cualquier manera
tomó el teléfono y nos comunicó con Blejer, quien nos dio
cita para el día siguiente a los fines de evacuar nuestras
dudas. Luego de conversar cosas generales nos
despedimos.
Salimos del departamento con la convicción de que
no teníamos otro camino que el asilo. Comentamos en
detalle la entrevista. Para el día siguiente tendríamos una
Cuando Lo Encuentren... díganle 158

reunión con Blejer, quien seguramente nos aclararía el


panorama y también las dudas.
Llegamos al barrio indicado, famoso lugar e
importante desde todo punto de vista. Barrio paquete y
sobrio. Ubicamos la calle Estábamos adelantados en el
horario de manera que disfrutamos de una caminata
serena y pausada. Llegando al edificio nos encontramos
con el portero. Le explicamos que teníamos una cita con
Blejer y nos informó que no estaba, pero que no tardaría
en llegar. Esperamos unos veinte minutos. Un coche
negro se paró ante la puerta del garaje se abrió el portón
y el auto entró aceleradamente. Imaginamos que sería él.
Más tarde nos confirmó el portero y nos indicó el pasillo.
Subimos al ascensor. Al llegar al piso nos topamos
con una puerta de madera lustrada. Tocamos el timbre y
apareció Blejer quien nos recibió cortésmente. Tuvo
conceptos elogiosos para con papá mientras entrábamos
al living. Nos sentamos en unos cómodos sillones y
comenzamos a hablar del problema. Volvimos a presentar
nuestra situación detalladamente. Escuchaba fumando un
cigarro tras otro; cuando terminamos tomó la palabra y
nos trazó un panorama bastante crudo; la situación
institucional del país se agravaba cada día. Por su
información -que era indudablemente de buena fuente-
nos confirmó la acción de grupos paramilitares y
policiales; los planes de exterminio de personas de
importancia política y coincidió en el asilo, ya fuese en
Cuando Lo Encuentren... díganle 159

México o Venezuela. Se comprometió además a


conseguirnos una cita con el embajador de México y nos
aclaró perfectamente la situación de lo que se
consideraba extraterritoriedad. No coincidió en la forma
en que planeábamos el asilo, ya que pensaba que aún
había tiempo para hacerlo siguiendo mecanismos
administrativos normales y darle tiempo al embajador
para lograr una autorización de su gobierno. Su
pensamiento era bastante claro y consideró prudente
seguir todas las medidas de seguridad familiar. Nos
despedimos muy contentos porque la idea tomaba forma,
pese a que no sabíamos todavía muy bien cómo se haría.
La cita con el embajador fue al otro día. Hombre de
cultura fino, delicado, sereno, elegante, hablaba muy
despacio y pausadamente. Escuchó atentamente la
situación que le planteamos y sólo interrumpía cuando no
comprendía lo dicho o para recabar más informes.
Cuando terminamos tomó la palabra y suavemente nos
manifestó su solidaridad ante los problemas planteados,
el reconocimiento a nuestra pena y nos pidió discreción y
tranquilidad para iniciar ante su gobierno la consulta
sobre lo más adecuado. Asimismo nos pidió por favor que
le confeccionáramos una lista con los nombres,
documentos y edades de los veintiséis familiares y que
acudiéramos la semana próxima para ver cómo iban las
gestiones. Consideró que el caso podría tener una
definición antes de los quince días y acordamos que a
Cuando Lo Encuentren... díganle 160

partir de ese momento nos haríamos anunciar como


ingeniero Gutiérrez para evitar problemas. Esa misma
tarde le entregamos la lista que solicitó y agregamos
resumidamente los datos del fundamento de la solicitud
de asilo. Terminado esto nos sentíamos bastante
optimistas y comenzaba sin querer la cuenta regresiva de
una nueva experiencia. Sin más que hacer retornamos
algo cansados a Córdoba. El viaje lo aprovechamos para
dormir.
Los sueños estaban relacionados con nuestras dudas.
Pero la posibilidad de certificar el grado de vulnerabilidad
de nuestra familia nos había convencido definitivamente
que estábamos haciendo lo que correspondía. No era
poca cosa que dos personalidades de la política Frondizi y
Blejer coincidieran en la necesidad de preservar
rápidamente «toda la familia.
«La idea de los exterminios familiares estaba
danzando en las calles».
Cuando Lo Encuentren... díganle 161

ANTES DE LA INVASIÓN

La semana política en Córdoba transcurría


vertiginosamente. Las noticias oficiales trataban de dar
una imagen de estabilidad poco común y los rumores de
Golpe de Estado invadían todos los rincones de la vida
cordobesa. Durante nuestra estadía en Buenos Aires no
hubo noticias sobre papá. Silencio absoluto. Nada, ni un
solo indicio. Los amigos aconsejaban nerviosamente salir
de Córdoba o del país. Las llamadas telefónicas y las
rondas de vehículos sin patentes por nuestros domicilios
seguían produciéndose. El clima era tenso y nervioso.
Los temores no disminuían a medida que pasaban los
días, seguían latentes las nuevas represalias contra la
familia. Decidimos entonces anticiparnos a la entrevista
fijada con el embajador para dentro de siete días. Salimos
nuevamente a Buenos Aires y establecimos contacto con
Blejer. Esa misma tarde nos trazó el panorama definitivo y
nos anticipó la fecha del Golpe: la revolución será el “24
de marzo”, posiblemente a la madrugada. No se sabía
quiénes serían las cabezas, pero lógicamente podría
haber un triunvirato conformado por los comandantes en
jefe de cada arma.
Videla, Agosti y Massera serían quienes asumirían el
gobierno de facto, según el rumor. Faltaban exactamente
cinco días para esas fecha. Decidimos entrevistarnos
nuevamente con el embajador quién estaba informado de
Cuando Lo Encuentren... díganle 162

esta posibilidad, pero no podía darle una importancia


definitiva ya que en los últimos seis meses había
registrado similares rumores. Nos manifestó su confianza
en las gestiones que realizaba pese a que le explicamos
que si se confirmaba el golpe nosotros deberíamos
abandonar Córdoba, con toda la familia y entrar en una
clandestinidad imposible por el número del núcleo
familiar. Al margen de esto, también significaba el
abandono de los lugares de trabajo y de los domicilios de
cada uno.
El embajador era optimista. Nos pidió tranquilidad y
confianza. Salimos bastante desmoralizados puesto que
el tiempo pasaba y las posibilidades se nos iban cerrando
paulatinamente. Resolvimos retornar a Córdoba para
tratar juntos esta nueva alternativa a corto plazo.
Al llegar a nuestra provincia encontramos el aire
enrarecido, el golpe de Estado estaba en las calles.
Alguien dijo que faltaba la fecha y la hora. La familia se
reunió otra vez y comenzaron las deliberaciones. Duraron
varias horas, participaron activamente todos y al término
de ellas se decidió que deberíamos jugarnos el todo por
el todo y realizar un asilo casi por la fuerza. No teníamos
otra alternativa. Se optó por esa determinación. Los
preparativos fueron rápidos. Había que comunicar a la
familia en forma separada y con la mayor discreción la
resolución. Cada uno debía hacerlo con la suya, tratando
de inculcar la importancia del «secreto» para evitar que
Cuando Lo Encuentren... díganle 163

éste se filtrara por otros canales. Era lógicamente, un


trago amargo sobre todo para el resto de la familia
política.
Se vendieron cinco automóviles para recaudar fondos.
Era la única posibilidad de tener un ingreso. Deberían
hacer las valijas con lo indispensable, evitando lo
superfluo. No sabíamos tampoco si podríamos entrar con
esas maletas, pero deberíamos intentarlo. La moral del
grupo era excelente. Sabíamos lo que jugábamos y los
riesgos que implicaba. Si fracasábamos, quedábamos sin
casa, sin trabajo, a la deriva y condenados a muerte. Aún
así había una sólida convicción de éxito sumado a una
entereza monolítica.
Los lugares donde estaríamos en Buenos Aires
estaban ya prefijados y también la hora de salida de cada
grupo familiar, que lo harían por tren, ómnibus, y en
avión, debíamos evitar la salida de todos juntos, por el
mismo medio.
Cada uno recordará su propia despedida. Sé
perfectamente del dolor que ello acarreaba para los que
salían y los que quedaban. Fue bastante duro: era salir
para volver o quedarnos para enterrar.
Buenos Aires nos recibió con ese clima tan particular
entre nublado, sol y llovizna; patrulleros transitaban con
sirenas a todo volumen el ambiente estaba igualmente
tenso. Operativos pinzas en los que se juntaban en forma
sospechosa. La ignorancia y el temor a la Policía con
Cuando Lo Encuentren... díganle 164

gente sorprendida que hacían bajar de sus vehículos


particulares para requisar el auto, palpar de armas a sus
ocupantes y vejarlos. En el ambiente, no se podía ocultar
la inquietud. Los comunicados de las Fuerzas Armadas y
el gobierno jugaban un duelo interminable. Los cuarteles
eran focos de reunión de los mandos militares y la Casa
de Gobierno de funcionarios.
Mientras tanto; la Triple A, seguía con su ritmo
asesino, masacrando a líderes sociales y políticos y
familias enteras so pretexto de que eran comunistas. La
cacería de brujas había comenzado y se agudizaba en los
últimos meses del verano. Secuestros, desapariciones y
matanzas de familias enteras eran la noticia diaria. Cada
grupo familiar tenía destinado el lugar donde debía
establecerse: el departamento prestado; la casa de un
amigo, etc. Ya estaba planificado el horario de encuentro
y el sitio al que deberíamos acudir al día siguiente. Se
había determinado también, no perder contacto con los
grupos para movernos lo más discretamente posible; no
debíamos despertar sospecha alguna. Quizá en algunas
cosas fuimos exagerados, pero más valía que tomáramos
todas las precauciones. Estábamos jugados. Retroceder
era un imposible.
El mediodía del 22 de marzo nos juntamos en el
Richmond de la calle Florida, lugar elegante y refugio de
antiguos porteños de la sociedad de 1900. La madera los
espejos y las mesas con gente elegante parecían añorar
Cuando Lo Encuentren... díganle 165

un París de antaño. Todos los varones del grupo


estábamos sentados a una mesa circular. Se plantearon
los problemas generales y particulares. Se comentó el
viaje, la llegada, la ubicación que tenía cada uno. Se
fijaron las formas de enlace entre cada grupo y se
nombraron responsables por área. También se estableció
que intentaríamos hablar con el embajador, pero en su
domicilio para plantear la urgencia del asilo. Esa tarde
salimos hacia el Barrio Belgrano aproximadamente a las
siete de la tarde. A esa hora, al igual que en todas las
capitales comienzan a cerrar los negocios aparecen las
publicaciones con las noticias de la tarde; el tráfico se
hace incesante y todo esto sumado al clima en que se
vivía más las detonaciones esporádicas de alguna bomba
y el aullar de sirenas policiales daban un marco no muy
feliz para nosotros que corríamos contra el tiempo. El
plan de Asilo Político estaba en marcha. Era hora del
descuento.
Cuando Lo Encuentren... díganle 166

LA INVASIÓN A CANCILLERÍA

La residencia del embajador se encontraba a tres


cuadras de la avenida en la que estábamos parados.
Caminamos hacia ella; una casa estilo francés bien
cuidada con puertas de hierro y cerrada en forma
permanente. Al frente había dos policías distraídos que
conversaban probablemente del partido del domingo. Nos
aproximamos lo más posible al portón de hierro; tocamos
el timbre y de la puerta de un garaje apareció una figura
de blanco, canosa y obesa. Se acercó lentamente a
nosotros sin abrir por supuesto la puerta y solicitó
nuestra identificación. Preguntó el motivo por el cual
queríamos ver al embajador. A su vez; luego de obtener
las respuestas deseadas nos informó que el señor
embajador no estaba pero creía que volvería en una hora.
En ese momento los policías habían detectado nuestra
presencia y nos observaban detenidamente. Dimos por
terminada la entrevista y regresamos al punto de partida:
un bar en la avenida.
Era noche; pedimos un café y analizamos la situación
nuevamente. Pensamos también que dada la hora y el
estado actual de las cosas no valía la pena volver ya que
los custodios habían advertido nuestra presencia aun
cuando no nos conocieran.. Pero el hecho de haber
llegado a esa casa fue considerado por nosotros de
imprudente. No había entonces posibilidad de entablar
Cuando Lo Encuentren... díganle 167

contacto con el embajador y como el tiempo corría se


decidió que a la mañana siguiente se debería invadir la
Cancillería. Previo a eso se explicó al grupo las
características del lugar e incluso se determinó qué
actitud deberían asumir a medida que fueran llegando. Se
estableció también que los chicos llevarían doble juego
de ropa puesta y en las carteras de las madres lo
indispensable. Había que evitar toda clase de bultos que
pudiera despertar sospechas. El operativo comenzaría
entonces a las 11 de la mañana del 23 de marzo. La
pareja o grupo que perdiera su hora de entrada o se le
impidiera ingresar por cualquier motivo no sería causa
para que se abandonara el operativo.
Así se aceptó.
Esa mañana se movilizó toda la familia; cada uno por
sus propios medios fue llegando a una hora prudente a la
calle Paraguay. El sol acariciaba y era un día magnífico.
Las calles a esas horas estaban muy concurridas. Sin
embargo nos podíamos ver unos a otros a escasos metros
y con disimulo, evitábamos que los niños se
reconocieran. De esta forma hacíamos tiempo y no nos
alejábamos del lugar indicado ya que no podía haber
equivocaciones. Los relojes fueron sincronizados. Cada
tres minutos ingresaba un grupo familiar que habíamos
establecido. La guardia que seguía frente al ascensor, no
impidió el ingreso y consideramos que tampoco entró en
sospecha ya que eran grupos de niños que podían tener
Cuando Lo Encuentren... díganle 168

por destino distintos pisos del edificio. El recinto central


de la Cancillería confieso; era cómico. En cada esquina un
grupo diciendo cualquier cosa, tratando de pasar
inadvertido. Los chicos; aleccionados por sus madres
aparentaban no conocerse y esto era realmente increíble
por la edad de ellos. La entrada del último grupo; el de
Agustín por error llegó tres minutos más tarde tranquilizó
a todos.
El personal del lugar recién empezó a sospechar algo
a los minutos de la entrada del último grupo. Estaba en
los cálculos que a los quince minutos lógicamente
cualquiera viera extraño 26 personas de similar edad y
que la mitad de ellas fueran niños muy parecidos entre sí.
Pero ya era tarde. Habíamos ingresado los 26; el 23 de
marzo de 1976 a partir de las 11 de la mañana en las
oficinas de la calle Paraguay... Una empleada solicitó
explicaciones grupo por grupo de qué estábamos
esperando y la contestación fue por igual descolorida
hasta que al entrar el último se pidió hablar con el
embajador.
Por estar ocupado con personal parlamentario de
México en ese momento nos recibió el primer secretario:
una señora que amablemente escuchó sorprendida y
manifestó que debería comunicárselo al embajador no
bien terminara con los parlamentarios. Quedamos
entonces en que nos llamaría. Regresamos a la biblioteca;
sitio al que nos destinaron y en el cual nos instalamos de
Cuando Lo Encuentren... díganle 169

la mejor forma posible aún cuando la encargada de la


sección no manifestó en ningún momento solidaridad
para con nosotros. Elcirita (Tía paterna ya fallecida) había
participado casi directamente desde el comienzo y con la
generosidad que la caracteriza trató de llegar a nosotros
incluso cuando la puerta de la Cancillería estaba cerrada. En un
comienzo no la dejaron hablar con nosotros; pero luego de insistir
los encargados de la puerta accedieron y pudimos pedirle que nos
hiciera alcanzar leche en polvo y algunos sándwichs, que más
tarde trajo y nos entregaron. Tratamos de colocarnos en reposo
fisiológico para evitar gasto inútil de energía y racionamos los
pocos alimentos que teníamos puesto que no sabíamos cuánto
tiempo estaríamos en ese lugar.
Había transcurrido hora y cuarto cuando nos mandó a
llamar el embajador quién nos pedía nerviosamente una
explicación sobre este hecho. Estaba algo más pálido que
de costumbre; serio, preocupado, hablaba muy despacio
tal como era su costumbre. Expresó su disconformidad
con el procedimiento ya que no era lo establecido. Se le
contestó por medio de mamá la necesidad imperiosa de
lograr el asilo por la seguridad absoluta de que se
produciría el golpe de estado y la imposibilidad de seguir
movilizando a 26 personas con un conato de golpe militar
programado para el día siguiente. A su vez se le explicó
que no daríamos un paso atrás y que seguiríamos en la
Cancillería. También le adelantamos que habíamos
enviado una comunicación a los diarios y televisión y que
Cuando Lo Encuentren... díganle 170

de sacarnos debía ser por la fuerza pública. Esta situación


que reiteramos una y otra vez llevaba una carga
emocional muy grande ya que nos jugábamos
definitivamente: todo.
El embajador evaluó esta situación y la presión que
mamá había desatado tuvo lógicamente efecto. Nos pidió
que volviésemos a la biblioteca y que esperáramos un
nuevo llamado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 171

HACIA LA EMBAJADA

El segundo llamado del embajador no se hizo esperar.


En el ínterin se habían sucedido episodios lamentables
con la señora Aliaga, encargada de la biblioteca. Nos
trataba despectivamente y nos negaba el baño. Hasta que
ordenamos a los chicos utilizar un inmenso florero como
escupidera A partir de eso la puerta de baño quedó
habilitada. El embajador nos recibió más tranquilo, y
cordial, como era su costumbre. Luego de examinar
minuciosamente la situación nos comunicó que por el
momento deberíamos quedarnos en ese lugar y que él
debería realizar otras gestiones de suma importancia para
el futuro. Nos pidió encarecidamente que lo
disculpáramos por las incomodidades de la Cancillería,
pero que todo tendería a solucionarse. Reafirmamos
nuestra postura de quedarnos y proseguir con nuestra
solicitud de asilo, ante lo cual el embajador nos dio
seguridades y pidió calma. La espera se prolongó varias
horas. Los chicos estaban impacientes, pero guardaban
una conducta ejemplar. Cuando la comida ya escaseaba, a
pesar de haber racionado las tabletas de chocolate y las
galletas, recibimos de parte del embajador unos pollos
que fueron consumidos rápidamente. Al final de la tarde,
el cónsul, hombre de gran caballerosidad y hombría, nos
comunicó que el embajador nos recibiría a todos en su
domicilio y que debíamos abandonar la Cancillería. Nos
Cuando Lo Encuentren... díganle 172

presentó, también, la forma de traslado, dándonos


garantías de nuestra llegada. Viajaríamos en vehículos del
personal de la Cancillería acompañados por funcionarios.
La tarde llegaba a su fin. El clima en la calle se notaba
enrarecido. A través de la pequeña ventana podíamos
observar cierto nerviosismo en la gente. Nuestro temor a
abandonar un terreno con inmunidad diplomática y
quedar nuevamente sin protección nos planteaba una
crisis de confianza. El estado de ánimo tan especial
sumadas a las tensiones que ese día tuvimos desde que
salimos hacia la embajada. Discutimos unos minutos
entre todos para analizar la propuesta y decidimos no
acceder por falta de garantías, ya que considerábamos
que temíamos un engaño. El cónsul, con la mejor buena
voluntad, trató de explicarnos la situación de mil
maneras, haciendo hincapié en la imposibilidad de
alojarnos en la Cancillería. Eramos veintiséis personas de
las cuales trece eran niños. Su razonamiento era más
lógico y coherente que el de nuestro y su paciencia
envidiable. Aun así, no confiábamos y todo lo
mirábamos con recelo. Le expresamos una vez más
nuestra negativa. Ante esa determinación, el cónsul se
comunicó por teléfono con el embajador, quien nos
transmitió la necesidad de que nosotros cooperásemos y
que hiciéramos más fácil la situación. Manifestó que él
garantizaba la seguridad del traslado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 173

Dialogando otra vez con el cónsul, mientras el tiempo


pasaba aceleradamente, se nos ocurrió que Blejer podría
darnos un consejo más claro. Al cabo de una hora
llegaba, con su gesto generoso de siempre, hablamos el
problema y él coincidió en que efectivamente tenía razón
el embajador y que deberíamos realizar lo propuesto. Nos
manifestó que el tiempo de permanencia allí hasta la
salida del país no tenía límite y que lógicamente, así fuera
de dos días o un año, había que buscar un lugar lo
suficientemente amplio como para aguantar la espera. Se
ofreció, además, a acompañarnos. No había más que
hablar. Los argumentos de ellos eran tremendamente
lógicos, los nuestros, manejados por una tensión brutal.
De manera que se resolvió aceptar la propuesta y poner
en práctica el operativo.
Cinco coches para toda la familia. Personal de la
embajada conduciendo cada vehículo y la hora de salida
establecida. Al anochecer comenzamos a bajar por grupo
familiar, en el ascensor que nos llevaba al subsuelo que
hacía las veces de garaje. Con diferencia de tres minutos
salieron todos los autos. Mi grupo familiar fue el último.
Cruzar la ciudad con el fresco de la noche daba placer,
pero estábamos alertas. Hasta se nos ocurrió que en
determinado momento el coche pararía, el conductor se
bajaría y nosotros quedaríamos, lógicamente, en una
circunstancia grave. Cada semáforo, cada vehículo militar
que pasaba al lado nos hacía presagiar una tragedia. En
Cuando Lo Encuentren... díganle 174

fin, así llegamos a la embajada, donde ya estaban los


cuatro automóviles estacionados. Fue una alegría intensa
reencontrarnos todos y ya definitivamente en territorio
mexicano. Pasamos por el garaje a un patio verde, en el
fondo una vivienda. Una pileta de natación, árboles y
flores daban un marco fresco, aunque ya estaba oscuro.
Nos concentramos en unas escaleras, libres de tensión y
con alegría desbordante. Los niños expresaban su estado
de ánimo. Casi simultáneamente a todo esto apareció una
pareja que se nos acercó casi con timidez para preguntar
quiénes éramos y en calidad de qué estábamos allí. Ellos,
a su vez, se dieron a conocer como Celia y Eduardo:
asilados. Al enterarse de nuestra situación, idéntica a la
de ellos, se estableció una identificación y comenzó una
amistad que creció poco a poco.
En una terraza de mármol, a cuatro pasos de
nosotros, aparecieron el embajador y tres personas,
quienes más tarde se presentaron como la esposa del
embajador y agregados militares. Nos saludó con un
discurso de bienvenida, solicitando comprendiéramos que
dado el número poco común de asilados de una sola
familia y en su misma casa no podía brindarnos toda la
comodidad que él deseaba y que tratáramos de colaborar
con él para establecer una vida ordenada hasta tanto se
resolviese nuestra situación. Dicho esto quedamos a
cargo de los agregados, quienes reunieron los hombres
para darles instrucciones y elementos de limpieza ( ?)
Cuando Lo Encuentren... díganle 175

Subimos por una escalera caracol de mármol a la cocina y


allí por un pasadizo terminamos en el altillo de la
casa(construcción francesa), de grandes dimensiones y
con ventanas ovales de regular tamaño a todo su
alrededor. En el medio: un tanque de agua inmenso y las
cañerías de agua. Un pequeño baño con ducha. A trabajar
dijimos. Nos costó bastante la primera limpieza Entre
todos barrimos y tiramos agua. El hollín era abundante y
estaba pegoteado, pero de cualquier forma dimos- entre
chistes y trabajo- la primera limpieza a lo que sería desde
ahora nuestra nueva casa.
Posteriormente, seco todo, comenzamos a subir
colchones, frazadas y sábanas que fueron distribuidas lo
más rápidamente posible para poder acostar a los niños.
Separamos por unidades los colchones y como estaban
encima de una alfombra quedaron separados por unos
pocos centímetros. La limpieza con agua, la falta de
ventilación y la cantidad de gente hacían pesado el
ambiente, que se habitaba por primera vez. De cualquier
forma estábamos ya en nuestro objetivo el resto
importaba poco. Esa noche nos acostamos temprano
quedamos profundamente dormidos. Era la noche del 23
de marzo/76. En la mañana temprano (lo descubren los
chicos mirando por las ventanas ovales)tuvimos la
sorpresa de encontrar al frente del edificio diplomático a
militares, que miraban curiosamente hacia el interior y a
Cuando Lo Encuentren... díganle 176

nuestras ventanas, por donde nosotros los


contemplábamos.
El golpe estaba consumado. Fue a partir de las cuatro
de la mañana. La revolución Argentina(Golpe de Estado)
de Videla, Agosti y Massera iniciaba su ciclo en la historia.
Sería indudablemente la más sangrienta de cuantas
revoluciones hubo en lo que se refiere a la represión.
Luciano Benjamin Menéndez asumía en Córdoba el
Comando del III Cuerpo. La muerte rondaba en las calles.
La impunidad y un vasto operativo de represión
cuidadosamente montado se iniciaba. Cárceles
clandestinas; secuestros masivos; ley de fuga; Regiones
liberadas y la distribución política del territorio nacional a
los comandantes de cuerpos estaba ya listo desde el
mismo momento del Golpe.
El aviso de la presencia militar había sido repito,
inocentemente comentada por los chicos mirando las
ventanas que daban al frente de la casa. Todos acudimos
a los ojos ovales. Una tanqueta, un Jeep y un vehículo de
transporte verde estaban cerrando la entrada junto con
una veintena de soldados y oficiales apostados con
armas largas.
Cuando Lo Encuentren... díganle 177

LA NUEVA CASA

El altillo parecía una gran escafandra. Ese inmenso


espacio pasaría a ser nuestra morada. No sabíamos por
cuánto tiempo, que era la única posibilidad de seguir con
vida y así lo asumimos mientras pasábamos trapos de
piso, evitando que el polvillo levantado que enrarecía el
aire, se multiplicase. Los chistes hacían amena nuestra
tarea y la imaginación de lo que sería nuestra ubicación
volaba por esa cápsula cuyos ojos de buey dejaban entrar
la noche estrellada. Disimulábamos una extraña
tranquilidad envuelta en excitación, porque sabíamos que
en pocas horas más el golpe se adueñaría de Argentina.
Las alfombras viejas y desgastadas, nos sirvieron para
aislarnos de una humedad del piso que tardaba más de lo
que habíamos esperado en secarse. Distribuimos seis
tapetes como islotes en la superficie húmeda del piso.
Cada alfombra sería el dominio, el lote de cada grupo
familiar, o sea su casa futura Al centro del salón una gran
mesa rectangular, algunas sillas y escasos bancos nos
posibilitaron sentarnos una vez terminada la labor para
diagramar las tareas, distribución de las familias y asentar
algunos colchones que nos facilitaron.
El café y el humo de cigarrillo comenzaron a dar el
toque parisién al ambiente, envuelto en una cálida y
tenue luz. Mamá se preocupaba, como es natural, de
darnos ánimo y de centrar las colillas de los cigarrillos
Cuando Lo Encuentren... díganle 178

con sus respectivas cenizas en el inmenso recipiente


adaptado que esperaba las manos nerviosas de quienes lo
rodeaban para asentar sus restos. Mamá tendría una
cama al igual que Patricia embarazada de seis meses. Las
anécdotas de cada grupo familiar para el ingreso a la
cancillería fueron nuevamente contadas y repetidas sin
cansancio. Necesitábamos remarcar los últimos datos del
suelo argentino que habíamos abandonado, a pesar de
estar en Palermo. Recuerdos de los que quedaban,
fundamentalmente de la familia política, provocaban en
los ojos de los escuchas un involuntario brillo, para luego
dejar caer una lágrima de nostalgia. Los corazones, si
bien estaban seguros de seguir latiendo, sufrían el inicio
de un largo desarraigo. Son esos momentos en que los
caparazones de cada uno trataban de impresionar con la
imagen de serenidad en medio de tempestades internas.
La noche nos fue atrapando. El cansancio
envolviendo. Antes de las doce estábamos
acomodándonos en nuestras «residencias» cada uno en
“su vivienda” familiar. Los niños, vencidos por el sueño,
dormían profundamente; los adultos, mirando la
inmensidad de los recuerdos lloraban en silencio evitando
demostrar al otro su gran tristeza. Escondíamos el dolor y
temíamos a su vez el futuro del cual no podíamos
desprendernos. Ese espacio; con el correr de los días, fue
transformándose en nuestro hábitat. Hasta la oscuridad
fue incorporada como algo natural. Los chicos tenían dos
Cuando Lo Encuentren... díganle 179

veces al día la posibilidad de bajar una hora al jardín,


para retozar al aire y al sol. Los adultos sólo teníamos
permitido asomarnos en los bordes del espacio verde, ya
que el embajador temía a francotiradores que desde los
edificios que nos rodeaban podían visualizarnos.
“Debemos hacer que la salida de los niños sea algo
natural, como si fuesen compañeros de escuela de mis
hijos” nos decía, y así se cumplió.
La necesidad de dar algo de privacidad a nuestra
socializada vivienda determinó que el arquitecto del
grupo, el Goly, planificase con cordeles, papel de diario y
engrudo el levantamiento de los nuevos muros desde el
límite establecido por cada alfombra, lo que
laboriosamente entre todos iniciamos. Las mujeres,
haciendo uso de su sólida formación culinaria,
fabricaban el engrudo con el que bañaban el papel y nos
lo pasaban a cada albañil familiar para que, bajo
indicaciones del profesional arquitecto Goly, comenzara a
tomar forma lo que luego se denominaría jocosamente “la
villa Tachito”, pero que dio a todos una solución a la
intimidad necesaria y reclamada. Los escasos dos metros
de paredes de papel nos permitían ser dueños de un
espacio interior. El superior nos pertenecía a todos y por
allí flotaban las voces, las risas y el condimento
humorístico que necesitábamos permanentemente
favorecer. Entre la escalera, que nos permitía pasar al
baño del entrepiso y las “habitaciones” de villa tachito
Cuando Lo Encuentren... díganle 180

quedaba un hueco, o mejor dicho, un “baldío”. Debido a


que naturalmente no podíamos generar un espacio verde
ni cobrar tributo, decidimos hacer bajo la indicación del
arquitecto la “sala de TV”. Allí un aparato vetusto, RSA
Víctor, que nos facilitaron se alegró de que le permitieran
mostrar a todos sus bondades sonoras y visuales.
Cordeles reforzados sostenían los tapetes, lo que daba
mejor acústica y generaba el ambiente de un micro cine.
Nuestras primeras imágenes en ese televisor fueron,
lamentablemente, los actos oficiales de la Junta militar, el
discurso y comunicado de Videla que, bajo la promesa de
“recuperar” la patria oficializaba la danza de la muerte.
Los matrimonios lógicamente debían tener un espacio
para su intimidad. La búsqueda de ella nos permitió
habilitar una habitación de recreo diurno, con un
calendario estricto para cada matrimonio que por sorteo,
no por necesidad, debería respetarse. En la noche esa
habitación sanitaria se transformaba en el dormitorio de
la “Tuntu”, como le decían a mamá sus nietos. Esa
habitación; la de servicio, tenía también un baño al frente,
lo que a su vez permitía ejercer la picardía sensual de un
anexo del amor y por qué no de una esperada inmersión
en su bañera sostenida por cuatro patas que se
engrosaban a medida que bajaban al piso de mosaico.
Quienes descubrieron este anexo tuvieron postres extra.
Amílcar; el mayordomo de la residencia de la embajada,
con quien hicimos el contacto directo entre nuestra
Cuando Lo Encuentren... díganle 181

vivienda y “el mundo de abajo», era el intermediario en


los mensajes fuera de hora que podíamos usar entre
nosotros y «nuestro» ahora embajador. Él nos anticipaba
que tuviéramos paciencia y que la mejor señal de que las
cosas iban bien estaba directamente relacionada con la
instalación de calefactores en el altillo. “Si traigo
calefacción -decía- significa una larga permanencia en el
altillo; si no, la estancia será breve”.
La cercanía del otoño comenzaba a sentirse en la
noche. El cambio de temperatura y la humedad crecía
pero todos los días cuando Amílcar aparecía rezábamos
para que lo hiciera sin los calefactores. Preferíamos
ponernos abrigo.
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Chispas de Fusil
(Buenos Aires, 2 abril de 1976. Avión de Pan- AM).

Las sirenas de cuatro patrulleros gemían entre el


orgullo y la obediencia obligada, marcando el rumbo de
una caravana de cinco automóviles que partieron,
exactamente a las 19.30 del día 2 de abril desde la
Embajada de México. Trasladaban a Ezeiza 26
personas;13 adultos y 13 niños. El mayor de 9 años, el
menor cinco meses a quienes se les dio autorización para
salir del país... »sin documentación». Comenzaron todos
ellos un camino hacia lo desconocido, en una experiencia
involuntaria, pero necesaria. El paso raudo de esa
serpiente mecánica desplazándose a más de cien
kilómetros por hora sin respetar semáforos, impresionaba
como una necesidad del gobierno militar instalado el 24
de marzo de liberarse de su primera mancha política:
asilados políticos a pocas horas del golpe militar y
saliendo del país a nueve días de instalados por la
violencia. Cada cien metros las patrullas policiales
laterales, bloqueaban las calles con ametralladoras en
mano, deteniendo a los automovilistas, quienes no se
explicaban la razón de tal despliegue. Durante el trayecto;
los protagonistas de la represión más sanguinaria,
arrastraban sus armas, tocando el asfalto con la punta de
sus fusiles, sacando chispas que se desprendían no
queriendo ser cómplices de esta marcha oculta.
Cuando Lo Encuentren... díganle 183

Luego de diez días de vivir encerrados en el altillo de


la embajada, nos reencontrábamos con la vida nocturna
apagada de un Buenos Aires ocupado militarmente. Sería
también nuestra despedida por largo tiempo. Los niños
no se daban cuenta de si nos llevaba hacia la libertad o la
prisión. Estaban confundidos, incluso preguntaban si nos
llevaban para matarnos. Quedaba el recuerdo permanente
de nuestro padre desaparecido-secuestrado el 10 de
marzo. Atrás también nuestro hermano; preso en una
lúgubre cárcel de Córdoba-saquen la familia- fueron sus
últimas palabras; las bombas que destruyeron dos veces
el estudio jurídico de ellos en Córdoba; estaban frescas.
Las amenazas a toda la familia y las intimidaciones con
los Torinos policiales sin patente merodeando nuestras
viviendas en las madrugadas. Estaban muy cercanas.
Todo era para nosotros confuso, increíble, lastimoso.
Dejábamos nuestra patria; donde la derecha había
sentenciado toda la familia, poco tiempo después se
sumiría el país en un baño de sangre; torturas y
vejaciones que no conoció límites. Dejábamos muchos
años de vida para iniciar el triste camino del exilio. Hasta
ahora algo desconocido para nosotros.
Ezeiza, surgía imponente con sus bosques que
tiempo antes, habían sido testigos de glorias y
asesinatos. A partir del golpe, toda esa zona comenzaría
a ser testigo de masacres de las fuerzas paramilitares y
parapoliciales que dejaban abandonados los cuerpos de
Cuando Lo Encuentren... díganle 184

civiles asesinados luego de ser torturados. Aquellos que


no se quebraban ante sus verdugos: terminaban con un
balazo en la cabeza. Muchas veces también adoptaron
como norma, colocar en los cadáveres bombas, para que
las víctimas no fuesen identificadas. Los cuerpos
mutilados se esparcían como esquirlas de granada.
Majestuosamente los edificios de luz centelleante se
levantaban hacia el cielo, mientras colosos del aire subían
y bajaban a ritmo preciso, metódico. Ezeiza
El patrullero que abría paso nos llevó hasta un edificio
cercano a la torre de control. Allí frenó bruscamente y con
él toda la caravana. Formaron un cordón de seguridad
para nuestro paso. No sabíamos si teníamos que bajar o
quedarnos en los automóviles a la espera de la orden
siguiente, como si todo estuviese programado en actos
acordes a un libreto previo. La orden de bajar fue casi
inmediata, de manera que tomamos los bultos y maletas
que llevábamos y descendimos con todos los niños para
introducirnos por un pasillo en un impersonal edificio,
sintiendo más cerca las metralletas de nuestros
custodios. Un agente de Aeronáutica nos recibió
amablemente y nos llevó a una sala pequeña, con butacas
de cuero; semejante a un lugar de cine experimental. Al
quedarnos solos comenzaron a aflojarse las tensiones del
viaje, no dejamos exteriorizar nuestros sentimientos, de
inseguridad y temores.
Cuando Lo Encuentren... díganle 185

El representante de Relaciones Exteriores Argentina,


un muchacho joven, responsable de nuestra partida, nos
planteaba la imposibilidad de comprender las razones de
nuestro Asilo; ya que aseguraba: “Este régimen, terminará
con la guerrilla, tanto de izquierda como de derecha” y
nos sugería, que aún podíamos rever nuestra posición.
Luego de una perorata de la cual sólo escuchábamos su
tono militar, nos examinaron el equipaje, deseando
encontrar armas o material subversivo. El desencanto se
tradujo en la autorización para embarcar el equipaje. Era
el último paso. Las autoridades de la embajada nos
desearon feliz viaje. Dijeron que en Miami nos esperaría
el cónsul Mexicano y que nos alojaríamos en un hotel sin
cargo alguno hasta tanto solucionáramos nuestra
situación. El avión de Pan Am; esperaba con sus
escalerillas empotradas. Entregamos los cartones de
embarque y comenzamos a caminar lentamente,
esperando sentir en cualquier momento una ráfaga de
ametralladora o algún brazo de gorila al acecho, tratando
de crear un conflicto a último momento. El cuerpo
diplomático esperó el embarque.
Las escalinatas nos introdujeron al avión; un corredor
largo estaba separado en compartimentos. Las amables
azafatas nos indicaron los lugares. Los niños, tranquilos,
deslumbrados por lo desconocido. El rugido de los
reactores anunciaban el despegue. Las portezuelas fueron
aseguradas y comenzó el carreteo por la pista mientras el
Cuando Lo Encuentren... díganle 186

capitán daba la bienvenida a los pasajeros a bordo. Vuelo


autorizado, carreteo acelerado, despegue, media vuelta y
en un abrir y cerrar de ojos despedíamos miles de luces
que cada vez centelleaban más a lo lejos. Estallamos en
dolor y alegría. Hubo lágrimas y nudos en las gargantas.
Los recuerdos pasaban vertiginosamente en cada mente
hacia quienes dejábamos, mientras las nubes blancas nos
envolvían misteriosamente, tratando de que nuestro
sufrimiento no trascendiera más allá del metal del avión.
Cuando Lo Encuentren... díganle 187

BUENOS AIRES - MEXICO

Vuelo 446 de Pan AM; día 2 de abril de 1976; 23.00


hs. directo hasta Miami. El viaje largo suficiente como
para reflejar la tensión de los 10 días pasados en la
embajada y la del mes anterior. Llegamos a Miami en la
mañana; el avión se aproximó lentamente hasta la
entrada del túnel flexible. Entramos a una sala silenciosa
luego que desembarcara la tripulación. Acompañados por
el cónsul Mexicano; un hombre joven y amable nos
condujo por largos pasillos hasta la mesa de Visas donde
arregló nuestros papeles. Las autoridades del aeropuerto
ya estaban en conocimiento de nuestra llegada en calidad
de asilados. Uno y otro corredor hasta dar a una sala en la
que esperamos aproximadamente media hora. El cónsul
nos informó que ya estaba todo listo para cruzar a México
y que deberíamos abordar otro vuelo de la línea Eastern.
El avión era más pequeño pero igualmente cómodo.
Durante nuestra transitoria estadía fuimos custodiados
por guardias de seguridad algunos de los cuales eran
cubanos exiliados llamados comúnmente «gusanos» que
no perdían oportunidad de hablar mal de Fidel Castro; el
comunismo y aconsejarnos alejarnos de la guerrilla ( ?).El
vuelo salió con una hora de retraso.
México aparecía debajo nuestro como una inmensa
capital. Nos sorprendió su tamaño. La llegada fue rápida y
sin problemas. En cada escala que hacía el avión era
Cuando Lo Encuentren... díganle 188

indefectible la llegada de otro cónsul que nos preguntaba


cómo estábamos y nos daba aliento para nuestra llegada.
Uno de ellos nos informó algo sobre el recibimiento y que
no bajáramos hasta que una persona nos lo indicara.
Pidió serenidad.
Llegamos a México. Tal como lo anticiparon apareció
un señor que nos indicó que continuáramos sentados
hasta que nos ordenaran bajar. Realizado esto subimos
unas escaleras caminamos en pasillos solitarios hasta
llegar a un salón donde nos sentamos a la espera de
nuevas órdenes. Al frente había una oficina de Sanidad
por la que pasamos ordenadamente para la vacunación
correspondiente. Posteriormente salimos por una puerta
lateral y dimos a un lugar donde había cinco automóviles
que nos esperaban. Ubicamos las valijas y por grupo
familiar nos distribuimos. Velozmente salimos en
caravana y creo que atravesamos la ciudad por Fray
Servando hasta llegar al hotel Versalles. Calculo que
serían aproximadamente las cuatro de la tarde cuando
arribamos. Teníamos hambre, sed y cansancio.
Nuestra llegada al Hotel Versalles; el Hotel estaba
sobre el Paseo de la Reforma; una impresionante avenida
que sostiene una historia fascinante de México y su
monumento del Ángel: un símbolo, un sello de esa
Capital, inmensamente grande. En realidad ese Hotel
tenía convenio con el Gobierno Mexicano; «estaba
administrado por un Español exiliado en México desde la
Cuando Lo Encuentren... díganle 189

Guerra Civil Española». y el Capitán Vera; era un militar


Mexicano de quién dependíamos en forma directa. El
Hotel funcionaba con exiliados Latinoamericanos
repartidos por habitación y familia. Una habitación para
cada familia (grandes y chicos), dos pisos estaban
explotados como hotel alojamiento. Un comedor para
alimentos y salón de té, café o tragos y anexo un salón
nocturno, al cual nunca entramos. No bien llegamos y nos
distribuyeron. Vino el fotógrafo de
Gobernación(presidencia) para tomar fotos uno por uno -
en la habitación- de los asilados. Ramiro de cinco meses
volaba de fiebre, aún así tuvo su foto que posteriormente
se incorporó a su FM 10 (fórmula migratoria de asilado).
Esa noche comimos como sería luego la costumbre,
después de los horarios de almuerzo y cena de los
«hospedados» no exiliados. La primera comida, una
mezcla de verduras y carne con picantes(chile) fue
imposible de ingerir. No estábamos acostumbrados a esa
alimentación. Comimos mucho pan y tortillas(de maíz) La
sobremesa nos encontró en la madrugada en la
habitación de mamá, desde ahora nuestro lugar de
reunión» secreta» para tratar problemas de interés para
adultos. Cada grupo familiar se adaptó a la cama
matrimonial y una sola cama simple .Cinco personas en
dos camas. Nos acostumbramos. El cansancio nos había
invadido. Y la adaptación a la nueva altura(sobre el nivel
Cuando Lo Encuentren... díganle 190

del mar) tardaría en equilibrarse en algo más de una


semana.
Al día siguiente amanecimos asustados. Estábamos
bajo los efectos de la tensión, el viaje y
fundamentalmente ante la ignorancia de como
funcionaríamos de ahora en más. ¿Cómo buscar trabajo?
¿cómo alquilar vivienda si no teníamos dinero?, ¿cómo
afrontar el alimento de los niños ante tamaño cambio de
sabores. ¿Con qué documento saldríamos a la calle?. El
desayuno Mexicano fue nuestra salvación. Huevos fritos,
carne, tortillas de maíz y Jugos de frutas. La convertimos
en nuestro almuerzo. Deberíamos de ahora en más prever
la leche para los chicos. Cada grupo familiar (no cada
asilado)recibía por día el equivalente a un dólar
americano. Con este dólar, el jefe de familia debía
utilizarlo para transporte; diario(para buscar trabajo); y
eventualmente para extras. O sea un dólar cada cinco
personas(promedio de familia). El futuro se ponía
sombrío. Las primeras salidas para buscar las «ofertas»
laborales chocaban cuando nos pedían documentos.
- Tenemos el FM 10 le decíamos.
- ¿Asilados ? – respondían.
- Sí, asilados políticos - contestábamos
El trabajo quedaba entonces en un cuaderno.
- Los llamaremos al hotel si hace falta - nos decían.
Allí comenzaba nuevamente la búsqueda de otra
posibilidad. Otro gasto, otro transporte. Los fondos
Cuando Lo Encuentren... díganle 191

escaseaban. Se decidió realizar un fondo de prioridad


laboral y alimenticia. Se repartía por necesidades
concretas y si era posible evitar el gasto en transporte
para reemplazarlo por caminata. Era un ahorro. Pasamos
por todas las posibilidades de una ciudad del tamaño de
México en ese entonces superior a 12 millones de
habitantes (en el DF: capital) La avenida Insurgentes cruza
todo el DF -Distrito Federal- en ese entonces con más de
22 Km. de largo. Buscamos trabajo en negocios de
distintos rubros; venta de artículos para la calle y cada
tanto dejábamos un curriculum en Clínicas,
Universidades, Empresas y cuanta oportunidad salía en el
diario para «Profesionistas» Nos ofrecimos como
decoradores de vidrieras, venta de perfumes(le dieron
posibilidad en los hiper a las mujeres), venta de lencería
etc. Pero chocábamos con la fórmula migratoria. Asilado
Político. FM 10. Había temor en quién podía contratar los
servicios de un «asilado» que no es lo mismo que un
«exiliado» considerados mejores en la oferta laboral.
Todos los días esperábamos ilusionados la llegada de
algunos de los adultos con trabajo. Todos los días nos
alentábamos. La vida en el hotel resentía el desarrollo de
una familia. Las limitaciones para los chicos en su
«libertad» para deambular en los pasillos sufría horarios.
La visita de Jesús Ortiz inicia un camino nuevo para el
grupo familiar. Era amigo de Daniel (nuestro hermano)
con quién estudió en España Sociología años antes. Jesús
Cuando Lo Encuentren... díganle 192

y Cristina (su esposa) comenzaron a frecuentar el hotel y


a llevarnos a recorrer lugares cercanos alternando grupos
familiares. A su vez; trajeron amigos y poco a poco
lograron romper la resistencia a relacionarnos en un país
extraño para nosotros. Quién encontró su primer trabajo
fue María Eugenia, mi esposa en el Colegio Privado
Wualden Dos. Esta escuela no solo permitió el ingreso
como maestra a ella sino que también «becó» a todos los
chicos en edad escolar. Esto permitió en forma inmediata
una actividad para ellos más que importante porque era
la forma de que no perdiesen su escolaridad y a su vez
salir de los pasillos del hotel.
Los grupos solidarios están en todas partes; quizás
ocultos porque son anónimos; el gesto de esa escuela
permitió un alivio sumamente importante para los niños y
una apertura de optimismo para nosotros vencidos
diariamente por las negativas laborales. Los nuevos
amigos mexicanos que se acercaron por parte de Jesús y
luego de la escuela Walden Dos permitieron ampliar el
abanico de posibilidades de nuevas amistades.
Espontáneamente comenzaron ellos a formar los
bolsones de ropa usada que nos llevaban para una
distribución equitativa. Aprendimos allí el valor que tiene
recibir una prenda usada. La recibimos como si fuese
nueva y de alta costura. Los primeros cien días
transcurrieron en estas búsquedas laborales. Los sábados
y domingos llevábamos a los chicos a las plazas públicas
Cuando Lo Encuentren... díganle 193

donde los espectáculos gratuitos ocupaban las horas de


luz. Caminatas a lugares históricos, museos y todas las
actividades gratuitas con que cuenta esas grandes
metrópolis.
Los problemas con la administración del Hotel
Versalles (el Español nacionalizado) crecieron con el
tiempo. El broche de oro fue cuando mi hijo Ramiro se
intoxicó con una leche contaminada del hotel que le
produjo una gastroenteritis severa con deshidratación.
Sin dinero y sin cobertura social hablé con el gerente del
hotel. Este señor, ex asilado político español con quién
las relaciones no eran de lo mejor; me hizo pasar a su
oficina y me escuchó sentado fumando un habano y
mirando con desprecio mi ansiedad que crecía ante su
indiferencia. Cuando terminé de plantear la exigencia de
que llamara un médico o en su defecto me comprara la
medicación para iniciar el tratamiento, optó por apagar la
braza del habano en el dorso de mi mano izquierda que
estaba apoyada en su escritorio a la vez que se dirigía
despectivamente hacia nuestro grupo familiar
acusándonos de comunistas. Fue en ese momento que
perdiendo el control, lo tomé de la solapa de su saco y
levantándolo de su silla golpeo duramente su rostro lo
que ocasiona su salida por la puerta y un viaje de algunos
metros trastabillando entre mesas que caían tirando
ceniceros y azúcar. Juró venganza mientras nos
Cuando Lo Encuentren... díganle 194

separaban los meseros. Pero el médico fue llamado y el


tratamiento se realizó.
Un día después dos hombres golpearon la puerta de
la habitación preguntando por mí. <Somos de la
Gobernación> dijeron mostrando documentación que
realmente no leí por la sorpresa.<Tiene que
acompañarnos> yo, pensando que sería un trámite
común dejé encargado a Ramiro y salí con ellos
ingenuamente. Subimos a un auto que estaba esperando
en marcha en la puerta del Hotel. Ambos agentes se
colocaron uno en cada lado en el asiento de atrás y
partimos por la Avenida sin decir palabra. Poco
conocíamos de los lugares. Estuvimos unos veinte
minutos en silencio viajando por una ciudad ajena hasta
llegar a las puertas de un subsuelo donde entramos con
un giro rápido.<¿Donde vamos ?> pregunté sin obtener
repuesta. Calculo que descendimos unos tres niveles más
hasta llegar a un subsuelo oscuro. Una cabina con luz en
el medio del salón donde había tres personas adentro
hablando. Atrás de esa cabina había a unos veinte metros
toda una pared con rejas. Una celda sobre mano
izquierda con dos jóvenes sentados en un banco de
cemento. El ambiente era húmedo y frío. Me bajaron con
violencia llevándome a esa cabina. Mientras lo hacían
comenzaron a insultarme y a catalogarme como
comunista. No hubo golpes, pero mi brazo izquierdo
estaba atrapado con dos tenazas. El señor que estaba
Cuando Lo Encuentren... díganle 195

atrás del escritorio miró cuando entrábamos, prendió un


cigarrillo y me miró con desprecio diciendo: <así que te
das el lujo de golpear a Mexicanos hijo de puta,
guerrillero comunista>Acercaron una silla y me sentaron
torciendo mi brazo. Durante unos veinte minutos me
interrogaron sobre el incidente advirtiéndome que yo
carecía de derechos y que el solo haber tocado un
mexicano con violencia me colocaba en una situación
delicada para mi integridad física. Sostuve mi versión
sobre los hechos y les advertí <que no era un mexicano>,
sino un español a quién había pegado y las razones. Solo
recibí insultos, pedido de dinero y mi brazo que se
retorcía cada vez con más fuerza. Las amenazas se
multiplicaron. Los insultos también. Hasta que ordenó
llevarme a la celda. <Métanlo con los Sandinistas > dijo
mientras me retorcían el brazo para levantarme de la silla
y llevarme a la celda habitada por dos muchachos de
unos veinticinco años.
Entré en ella, cerraron la puerta con un candado que
unía una cadena gruesa y me acerqué a los muchachos.
Efectivamente eran Nicaragüenses. Sandinistas que
habían llegado a México para buscar armas. Me
explicaron que ese lugar era de la Policía Blanca ( ?), una
formación especial para lucha contra el terrorismo. Ellos
estaban hacía tres días y señalando una pequeña
abertura(leonera) contra la pared ciega me dijeron que si
por ese lugar te sacaban era para desaparecer de esta
Cuando Lo Encuentren... díganle 196

vida. Traen un camión de culata, abren la puerta del


camión, y la leonera ; te meten adentro. A partir de allí no
sabemos lo que pasa Comprendí que a partir de ese
momento ya no manejaba la situación. Nadie sabía
adonde ni con quién me había ido. En el hotel solo
informé que iba a la Gobernación por trámites. A las ocho
horas el ruido de un camión retumbaba en la leonera. Dos
hombres con la cabeza cubierta abrieron la leonera y
entraron. Los tres quedamos parados sin saber a quién le
tocaba. Ellos estaban armados. El más alto señaló a los
dos muchachos y sin decir una palabra los encañonaron y
le colocaron las esposas. Desde el cubículo de vidrio con
luz al centro del salón dos hombres saludaron a los
encapuchados moviendo sus brazos. Uno de los
muchachos me dijo que hiciera «lo convenido».
Habíamos cruzado información sobre quienes éramos
donde estábamos y el número de documento del país
original. Estos datos lo entregaríamos cualquiera que
sobreviviera al director del Diario Excélsior de México y
en Naciones Unidas.
Las horas pasaban y yo estaba solo en la celda, me
acercaron un café frío y un pedazo de pan duro. Yo
vigilaba la leonera y la casilla iluminada. Eran mis dos
puntos de referencia. Como a las doce horas vi que en la
cabina uno de los hombres (siempre de civil) gesticulaba
hablando por teléfono. No estaba muy conforme con
quién estaba al otro lado de la línea telefónica. Discutía
Cuando Lo Encuentren... díganle 197

con vehemencia y de vez en cuando miraba hacia la celda.


Cortó, llamó al otro guardia que había salido a tirar una
bolsa de basura a un cesto y se encerraron a discutir.
Estaban realmente disgustados. Terminada la plática, uno
de ellos tomó el teléfono u se comunicó por escasos
minutos con otra persona Colgó y prendió un cigarrillo.
Habrán pasado cuarenta minutos aparecieron unas luces
de auto por el mismo túnel oscuro por el cual habíamos
entrado. Bajaron dos personas, entraron al cubículo,
discutieron un rato. Uno de ellos salió hacia la celda con
el llavero en la mano, sin decir palabra abrió el candado,
sacó la cadena y me ordenó caminar con las manos en la
cabeza hasta el auto. Los dos recién llegados me
introdujeron en el asiento de atrás y se sentaron a mi
lado. Sin decir palabra alguna salimos por los mismos
laberintos, en un túnel absolutamente oscuro. Esta vez
subíamos. No tardó en aparecer el portón que se abrió
automáticamente dejando que las luces de la calle
invadieran nuevamente mi retina. El aire era ahora fresco
y puro. Este hecho cambió fundamentalmente nuestras
vidas veremos por qué.
Cuando Lo Encuentren... díganle 198

EL CAMBIO: HOTEL SAN DIEGO

En los primeros treinta días fue muy poco lo que


pudimos hacer por las dificultades que encontrábamos en
la documentación todavía no entregada ya que los
trámites llevaban un tiempo lógico y prudente. De
cualquier forma sondeábamos las posibilidades en la
bolsa de trabajo e intentábamos ponernos prácticos en el
“estilo” de la presentación. Diariamente se repetía la
historia. Llegaba alguno con el diario bajo el brazo tal
como lo anticipara muchas veces el Goly (cuñado) y todos
nos concentrábamos en el resultado. Muchas veces por
no decir todas con resultados negativos; pero
condimentado con anécdotas risueñas. Los niños también
intervenían directamente con una pregunta que cada vez
se hacía más comprometedora: “.y papi.. ¿conseguiste
trabajo?”. La negativa desilusionaba un poco a las
criaturas.
Había una plazoleta cerca del hotel a la que
diariamente llevábamos a todos los chicos a tomar sol y a
desahogar energías. Y algo más alejado la famosa
Alameda; justo al frente del imponente Palacio de Bellas
Artes. Estas salidas implicaban un gasto extra en helados
y golosinas, pero los números gratuitos que los chicos
podían ver compensaban todo. Las posibilidades de
trabajo quedaban muchas veces en largas y repetidas
entrevistas sin resultado alguno. De manera que mamá;
Cuando Lo Encuentren... díganle 199

decidió intervenir directamente y fuimos un día a la


Gobernación. La suerte estaba de nuestro lado y fuimos
recibidos por Moya Palencia; algo no muy frecuente para
el cargo que tenía: secretario de Gobernación (equivalente
en Argentina a ministro de Interior). Previo a esto mamá
envió su curriculum para solicitar una audiencia. Tras una
espera corta pasamos y conocimos a Moya Palencia quién
al margen de ser una excelente persona escuchó con
atención nuestros problemas con un gesto humanitario
increíble del cual estaremos eternamente agradecidos.
Mamá en esa oportunidad estuvo impecable, el diálogo
era tan natural que hasta se permitió -como es su
costumbre- indicarle algunas acciones para que él le
comunicara al Ministro nuestra situación. Moya Palencia
pacientemente le dijo <Yo soy el Ministro Sra. Susana>
ambos se unieron en una risa compartida. Nos envió con
su secretario; licenciado Arenas con una tarjeta. Fuimos
recibidos en forma inmediata y nos impresionó la lucidez
mental y efectividad que demostró. Después tuvimos la
suerte de conocerlo más íntimamente y comenzar una
amistad que nos honra. Arenas indicó en una segunda
entrevista los pasos que debíamos seguir en las distintas
reparticiones para iniciar los trámites de trabajo de
acuerdo con la especialidad de cada uno. Y así lo hicimos.
Agustín consiguió trabajo en Tepic Profesor de Economía;
José, en la UNAM, como maestro de Ingeniería
Electrónica.
Cuando Lo Encuentren... díganle 200

El lamentable episodio con el «español Gerente del


Hotel Versalles» que ya comentamos, el Gobierno
Mexicano le otorgó esa categoría, hasta su
nacionalización; si bien tuvo el aspecto desagradable ya
relatado, nos sirvió para el «pase» a nuestro nuevo
domicilio fuese concretado en forma apresurada por el
Capitán Mexicano Vera. Lógicamente que no podíamos
permanecer más en el Versalles y más aún cuando este
Español había colocado al Gobierno Mexicano en una
situación más que incómoda. Este señor había llamado
ese personal, sin el consentimiento del Capitán Vera Fue
casualmente el Capitán quién organizó rápidamente
nuestra evacuación. Nuevamente partimos los 26
asilados al nuevo Hotel. San Diego. A pocas cuadras de la
Alameda.
El San Diego pasó a ser algo así como un segundo
hogar. Con dueños por suerte para nosotros resultaron
ser Mexicanos. Fuimos recibidos amablemente y
aflojamos la tensión. El cambio nos favoreció en todos los
aspectos y quedamos agradecidos a todo el personal
Mexicano que allí trabajaba por su tolerancia y
caballerosidad. Allí pasamos otros meses y fue donde
recibimos la noticia de la muerte de Hugo (h). Ese día fue
tremendo para nosotros. Todo nuestro entusiasmo se
desmoronaba. La pérdida fue grande. El 14 de agosto del
’76 se realizó una conferencia de prensa para denunciar
el asesinato de Huguito 12 de agosto de 1976. Desde
Cuando Lo Encuentren... díganle 201

abril de ese año; habíamos escrito a las Naciones Unidas;


Organización de Juristas; Cruz Roja y demás
organizaciones denunciando la posibilidad de que Hugo
fuera asesinado y del secuestro de papá. Las cartas de
mamá y Raquel eran contundentes y claras;
lamentablemente no se pudo hacer nada puesto que estas
organizaciones tomaron «apunte» de la situación
denunciada y contestaron que «harían» todo lo posible
dentro de sus limitaciones. Mamá había viajado a EEUU
para hacer las denuncias ante los Organismos de
Derechos Humanos y el Senado Americano
entrevistándose con el Senador Kennedy.
En la medida en que nos íbamos ubicando aumentaba
la perspectiva de salir del hotel. Algo codiciado por todos
ya que se necesitaba un poco de tranquilidad e
independencia. Agustín ya no estaba junto a nosotros.
Partió con su familia a Tepic; José e Isabel rentaron un
departamento y salieron; Patricia y Enrique también;
luego mamá y Gonzalo, y posteriormente nosotros con
Raquel. El Goly que ya estaba trabajando en Indeco y en la
Universidad fue de los últimos que consiguió
departamento. Y la familia dejó la vida de hotel para
iniciar otra etapa de la cual cada uno será protagonista,
relator y juez. Debo reconocer sí; la entereza de todos en
los momentos más difíciles - que fueron muchos -. La
corrección y camaradería demostrada de una u otra
forma. Todos fueron importantes en la peregrinación;
Cuando Lo Encuentren... díganle 202

todos, se acompañaron en el dolor y en la felicidad de los


momentos más duros. Diría que se habían hecho
colectivo los sentimientos. No se debe entender esto
como una estabilidad emocional colectiva ya que todos
éramos parte de una situación inédita. Hubo momentos
tal vez de discusión o enfrentamientos pero siempre se
olvidaron ante las dificultades en común o individuales.
Tal vez algunos no supimos dar y otros recibir; tal vez el
orgullo afloró en algunos, lo que hacía más difícil todo.
Pero en el tiempo lo que parecía importante se fue
diluyendo hasta ser convertido en algo intranscendente.
El exilio es duro. A veces cruel. Poco es lo que se
puede decir sobre el particular; sobre sus vicisitudes; sus
alternativas; sus conflictos; los cambios en la persona. Es
una experiencia larga, sin límites, sin proyección. Es estar
desarraigados de su propia tierra alejado de las
costumbres, cultura y familia. Tal vez la lectura de todo
este esquema del recuerdo, como lo llamo yo pueda
servir de algo a todos nuestros hijos. Ellos han sido
protagonistas y querrán saber el día de mañana qué pasó
y el porqué de todas estas cosas que vivieron y que les
falta aún de vivir. (México, julio de 1977).
Los capítulos referidos a nuestra experiencia en este
largo, y a veces interminable, exilio no se escribe para
ejemplo de nadie. Tan sólo son testimonio de una
situación, una circunstancia especial, un momento en la
pequeña historia de cada uno. Pocas veces he leído
Cuando Lo Encuentren... díganle 203

material sobre el significado del exilio. Muchas, lo hemos


escuchado como una pequeña historia; una importante
aventura, más nunca lo había experimentado. De allí la
necesidad de transmitir lo que hasta ahora he sentido.
Recuerdo en los momentos difíciles de nuestra patria,
cercano ya el golpe de Estado, el exilio se nos presentaba
como una cosa fácil, sin complicaciones sin implicancias
posteriores. Lo veíamos como una respuesta política ante
el secuestro de nuestro padre. La única respuesta que en
forma contundente podíamos ofrecer y preservar las otras
vidas que estaban condenadas. No teníamos experiencia
en la clandestinidad ni tampoco, estábamos en
condiciones de transformarnos en militantes activos de
grupos o sectores. Trece niños lo impedían Las opciones
eran entonces esperar a que nos mataran uno a uno si
continuábamos en nuestros domicilios y trabajos; entrar
en la clandestinidad; o elegir el exilio. Nuestra obligación
era dar una respuesta política y consideramos luego de
evaluar nuestra capacidad operativa y humana, elegir el
Asilo político. Difícil era en esos momentos, determinar
nuestro acierto o error. Sabíamos, sí, que nuestra actitud
tendría importancia política, sobre todo porque nos
anticipamos en unas horas al golpe de Estado. Vale decir
que producido éste, ya tendrían sus primeros asilados y
lo que era peor aún, toda una familia codiciada.
Los momentos vividos previos al asilo fueron tensos,
impactantes, vertiginosos. La incertidumbre sobre el
Cuando Lo Encuentren... díganle 204

destino de nuestro padre, la impotencia respecto a


nuestro hermano preso, las amenazas recibidas, el apoyo
de muchos amigos, la traición de otros; la indiferencia de
la prensa, la complicidad de las fuerzas de seguridad,
entre tantas cosas, hacían de los minutos horas y de los
días años. Iniciar el asilo significaba un riesgo importante
y definitivo, el fracaso, en alguno de sus peldaños, se
convertiría en nuestra propia sentencia. Como nuestra
opción era única, no nos cabía otra alternativa y la
iniciamos con la convicción absoluta de que nada nos
podía fallar. Esa fue nuestra única ventaja. El
convencimiento total de nuestro acierto. Logrado el asilo
se comenzaron a plantear las futuras situaciones.
Fundamentalmente de los niños. Nadie sabía qué
haríamos al llegar a México. Tampoco estábamos
enterados de que México nos daría alojamiento y comida,
ni cuáles eran los pasos a seguir. Aun así, éramos
totalmente optimistas.
Los relatos creo, ilustrarán lo que se fue dando en
forma progresiva. El exilio significa muchas cosas:
alejamiento de nuestra tierra, costumbres, amistades,
familia, incertidumbre, temor, maduración, experiencia.
Implica el desarraigo y por ello ansiedad por el regreso,
necesidad de poner siempre límite, fecha, tiempo. ¡Oh!, el
tiempo, es añoranza, recuerdo, sueños interminables;
significa caminar por tierra ajena, trabajar para seguir
viviendo, pensar, vivir pensando en nuestra patria.
Cuando Lo Encuentren... díganle 205

Qué largos se hacen los días, los meses, los años.


Noches de pesadillas, de amarguras, sensaciones
interminables. Escuchar nuestra música, mirar nuestra
bandera, descubrir detalles en las fotos, contar a los
niños cosas de nuestro país, de nuestras vivencias, de su
infancia, de los lugares que a ellos aún no se les
borraron. Explicarles una y otra vez nuestra situación.
Proponerles el regreso. México ha sido para nosotros algo
más que un país hermano. Ha sido depositario de
nuestras vidas. Nos ha brindado su cariño, su
comprensión, su calor de pueblo noble, desinteresado,
consecuente. Nos dio alimentos, abrigo, amigos, techo,
trabajo, aliento. Nos ha enseñado ha ser humildes, y eso
es importante para los argentinos. Es mi deseo expresar
gratitud a todos aquellos que de una u otra forma nos
ayudaron, ya sea material o espiritualmente, y a quienes
quiero nombrar para que mis hijos los recuerden: Jesús y
Cristina; Silvia y Enrique; Margarita y Carlos; María Luz y
Carlos; Moya Palencia y Arenas; Alicia y José María; María
del Carmen; Seguro Social; Escuela Wualden Dos;
Domínguez Loyo y Mary, y compañeros de la Clínica 69
de Texcoco.
Cuando Lo Encuentren... díganle 206

CALLE TABASCO MEXICO

Reconozco que luego del episodio del Versalles, me


sentí furioso. Al día siguiente fui al Diario Excélsior, no a
denunciar el hecho sino a dar los números de
documentos de los Sandinistas según lo convenido. Quién
me atendió me aseguró que se conectaría con periodistas
que están en comunicación con los corresponsales en
Nicaragua. Pero desde ese lugar nos fuimos al edificio de
las Naciones Unidas en México. Luego de pasar las
medidas de seguridad y explicar una y otra vez la razón
de la visita, nos hicieron subir al sexto piso en donde nos
atendió Silvia Margain en ese entonces Comisionada de
Naciones Unidas en México para refugiados. Una mujer
extraordinaria, mexicana hija del Dr. Cesar Margain y
sobrina del Ex Embajador Mexicano Margain. Nos escuchó
atentamente y se solidarizó Silvia comenzó luego a
frecuentar junto a su marido el Hotel San Diego a
visitarnos, llevarnos ayuda y también a «ventilarnos» con
salidas en su vehículo por zonas de la Capital. Es más.
Cuando estuvimos en condiciones de alquilar nuestra
primera vivienda, fué ella la que nos ofreció Tabasco 209
una casa de su propiedad de la era del Porfiriato que
justamente se había desalquilado. Tenía tres habitaciones
un living un comedor dos baños y una terraza. Desde la
planta baja se accedía por una escalera caracol al
subsuelo con dos ambientes muy grandes. Un malón de
Cuando Lo Encuentren... díganle 207

Argentinos (nosotros) partimos rumbo a esa casa y nos


distribuimos por todos los rincones. Por primera vez en
meses estábamos iniciando nuestro camino. Demás está
decir que la generosidad de Silvia estuvo presente
durante los años de Asilo. Justo al frente de la casa vivía
«Soochu» María Luisa Margain de Sandoval; viuda de el ex
físico y matemático Mexicano Manuel Sandoval Vallarta;
autor junto con el Abate Laimatre de la teoría de la
refracción de los rayos cósmicos y de la curvatura de la
luz por efecto de la gravedad; colaboró con Openhaimer
en el proyecto Manhattan que se llevó a cabo en Los
Alamos, Nuevo México y salió del proyecto porque la USA
exigía que renunciara a su nacionalidad. Fue también
presidente de la Comisión Internacional de Energía
Atómica.
Al frente de esa casa: la Familia González Casillas
originario de Tepatitlan, Jalisco ; quién emigró a los EEUU
en 1920 regresando al México en l930 y Margarita
Wiechers originaria de Laredo Tamaulipas, su familia vivió
en Europa, Alemania, trasladándose luego a París por 14
años; familia que pasó a lo largo de nuestro asilo a ser
nuestros hermanos y en cierta medida los padres
adoptivos de mi hijo Ramiro a quién conocieron el día en
que nos mudamos porque su hija Laly, tomó a Ramiro en
sus brazos y se lo llevó a María Luz. Carlos envió sus
hijos Alfonso y Carlitos con mis sobrinos a comprar
facturas y los invitó a merendar. Mónica y Laly buscaban a
Cuando Lo Encuentren... díganle 208

Ramiro diariamente porque María Eugenia trabajaba en


doble turno y yo viajaba diariamente a Texcoco; localidad
que estaba a 60 Km. del DF, para trabajar en la Clínica del
IMSS N 69. Teníamos problemas muchas veces para dejar
a Ramiro y esa vez que María Luz, esposa del Lic. y Dr.
Carlos González Wiechers ( al que considero un hermano),
se dio cuenta de la situación y se ofreció quedarse con el
niño mientras trabajábamos. Ramiro pasó a ser un hijo
para ellos a quién rodearon de cariño y atención durante
los ocho años de estadía y luego en su preocupación
permanente a nuestro regreso. Lo cierto es que la
amistad con la familia González Wiechers y Uribe se
convirtió en un inseparable vínculo que mantenemos aún
vigente y muy cercano a los cuales añoramos muchas
veces. Tuvimos la oportunidad de verlos cuando visitaron
Argentina años después. Carlos y María Luz eran
coincidentemente amigos de Silvia Margain y fieles
amigos de Soochu; la hermosa mujer mayor que tanto
afecto nos dió y que siempre nos recibía para conversar y
visitar la Biblioteca de su marido que constaba de ocho
cuerpos de piso a pared en libros de tres idiomas y que
posteriormente sería donada al Gobierno Mexicano. Que
más puede pedir una persona que encontrar estos amigos
Mexicanos cuya separación nos desgarró nuevamente por
habernos separado de ellos que más que amigos eran
hermanos eternos. Horas enteras, días completos
hablando, platicando como ellos decían,
Cuando Lo Encuentren... díganle 209

interiorizándonos de la Historia Mexicana, de su riqueza


cultural, de sus costumbres, de sus familias, de sus
afectos. ¡Cuanto le debemos a estos amigos!.
Tal vez, nunca sabrán la verdadera dimensión que
tuvieron en nuestras vidas; hoy nos separan miles de
kilómetros y curiosamente, nuestra amistad no ha
variado. México nos posibilitó seguir viviendo. Los
amigos.... de seguir creyendo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 210

EL REGRESO

En marzo de 1982,la dictadura militar languidecía.


Las luchas internas a lo largo del «Proceso» habían hecho
grietas en la conducción militar. Necesitaban dar un paso
que nucleara fuerza para lograr un apoyo civil cada vez
más difícil de controlar por sus reclamos de libertad. La
excusa perfecta fue: Abril del 82 Guerra por Islas
Malvinas. Las fuerzas armadas lanzaron la invasión a las
Islas jugando su última carta. La improvisación militar fue
desde su inicio una aventura destinada a naufragar. El 2
de abril de 1982, cuando nos enteramos del hecho Al ver
y escuchar la verdadera dimensión de esa guerra
contrario a la información del gobierno Argentino,
pensamos: «es el momento del regreso»
Éramos testigos de la falsa información que los
militares Argentinos daban a la población sufrida y
solidaria que postergó sus reclamos uniéndose en un
hecho histórico como lo era la recuperación de la
soberanía de las Islas. Las noticias de todo el mundo
vaticinaban la derrota. Los EEUU, Chile y los países
aliados estaban dando el apoyo logístico a los ingleses.
En Argentina se «vendía» el «triunfo total». Ese mismo
día, a casi doce horas del comienzo de las acciones, las
familias se reunieron para analizar los acontecimientos.
Estábamos en período de descuento; por primera vez
vimos ahora sí cercano nuestro regreso. La derrota militar
Cuando Lo Encuentren... díganle 211

era un hecho. El día 3 de abril comenzamos a prepararnos


para el retorno. Había que iniciar los trámites ente
Naciones Unidas y Comité de refugiados para hacer
conocer nuestra determinación de abandonar el Asilo. Los
trámites ante el Gobierno Mexicano eran más sencillos ya
que solo había que renunciar a la fórmula migratoria FM
10 de Asilados Políticos. Los trámites ante la embajada
Argentina eran necesarios para obtener un pasaporte
transitorio para nuestro reingreso. Los tres aspectos
fueron cubiertos en forma ordenada mientras asistíamos
al derrumbe la estructura militar Argentina. No era el
pueblo Argentino el derrotado; era el Proceso Militar el
que caía definitivamente. Pusimos una fecha tentativa:
Octubre o Noviembre de 1982. Había que organizar los
detalles luego de ocho años de Asilo Político. Nuevamente
esto significaba comenzar desde cero. Las posibilidades
laborales estaban cerradas naturalmente y los grupos
familiares tuvieron entonces la independencia para
programar su regreso de acuerdo a una estrategia
individual. Eso sí. La fecha de Octubre o Noviembre
significaba el límite para el regreso de todos.
Comenzamos a planificarlo vendiendo en lo que se llama
«garaje» en México, que es una venta directa del
mobiliario de una casa(muebles, camas, art. del hogar
ect).Teníamos que juntar el dinero para los pasajes. El fin
del asilo había llegado finalmente.
Cuando Lo Encuentren... díganle 212

Todo era alegría mezclado con el dolor por la acción


de los Ingleses que nuevamente triunfaban sobre los
países que reclamaban soberanía. El desprestigio militar
Argentino era total y se desmoronaba la credibilidad ante
una población que descubrió tardíamente, que había sido
engañada. La desesperación hizo que el final del proceso
militar se adelantara rápidamente. Habían perdido el
control interno. Esta vez acudieron presurosos a los
partidos políticos y a lo que quedaba de gremios para
concertar «la retirada» Estaban dispuestos a todo,
siempre y cuando la clase política asegurara la impunidad
de las fuerzas armadas durante los casi ocho años
sangrientos del Proceso. Finalmente se lograron los
acuerdos. Elecciones en 1983 para presidente,
gobernadores, poder legislativo e intendentes. Argentina
inició el camino a la democracia; nosotros el retorno.
Nuestro regreso fue tomado de distintas maneras. El arco
político susurraba en los pasillos de la intriga. Los
conocidos; parecían tener siempre algo que hacer,
inventaban alguna excusa para no recibirnos. La familia
fue receptora solidaria y los amigos reales no modificaron
su actitud nunca. Es más; nos brindaron afecto y ayuda
material. Curiosamente ahora éramos «extraños» en
nuestra patria y nuestros hijos «los asilados» teniendo en
cuenta que su infancia la pasaron en México. Si no nos
fue fácil insertarnos en el ámbito laboral Mexicano;
tampoco lo fue en nuestra patria. La sola mención del
Cuando Lo Encuentren... díganle 213

apellido generaba temor y si bien la democracia estaba a


casi un año exacto de nacer, nuevamente nosotros
éramos palabra prohibida. En Córdoba la fantasía
malintencionada del auto secuestro de mi padre se
desmoronaba como el muro de Berlín. Llegamos hasta
pensar si valió la pena haber sobrevivido. Las desilusiones
que tuvimos con algunas» conocidos» fueron dolorosas.
Pero la vida es así.
Hay sociedades solidarias y sociedades caníbales.
«Pareciera que el pecado más grande fue haber
sobrevivido». Veinte y siete años después, nos dimos
cuenta que no; era necesario vivir. Los sobrevivientes no
solo nosotros sino los miles y miles que regresaron a la
Argentina democrática se reincorporaron de alguna
manera a sus actividades abandonadas por ocho años
regresando con el estigma del exilio, a veces difícil de
superar.
Muchos de ellos se dedicaron a reactivar la memoria.
Una memoria que estaba anestesiada y muy marcada con
la ideología implantada por el proceso militar en la teoría
de los «dos demonios». Pareciera ser que toda la historia
Argentina tuviese en la década del setenta el origen de
todos los males. Pasarían muchos años para que luego de
los Juicios a la Junta Militar y las declaraciones de
arrepentidos del proceso, mostraran a los Argentinos la
gravedad de lo que fue el «Terrorismo de Estado»
implantado en Argentina y todo el Cono Sur. Pasaron
Cuando Lo Encuentren... díganle 214

Gobiernos democráticos que no pudieron torcer el


proyecto neoliberal implacable impuesto a sangre y fuego
en 1976.
La desnacionalización del país y la marginación social
afloraron a partir del 76; luego, en la década infame
Menemista de los 90; curiosamente de la mano de la
democracia se consolida el proyecto neoliberal del
Proceso. Fue el gobierno peronista de Menem, quién hizo
lo que los militares no pudieron a pesar de tener el poder
total: las privatizaciones de las Empresas del Estado.
Ayudado por «formadores de opinión» en los medios de
comunicación, instalaron la idea del contraestado. El daño
que hizo Menem al País tardará muchas décadas para
recuperarse.
Personalidades, intelectuales de importancia;
sobrevivientes también a la dictadura comenzaron a
escribir «la otra historia» de la Argentina; algo que
indudablemente molestó y molestará a muchos, hasta
que la verdad y la justicia sean definitivamente
incorporadas a nuestra historia. Allí nacerá una nueva
Argentina, cuando se pueda contar la historia y la verdad
del Genocidio en Argentina.
Cuando Lo Encuentren... díganle 215

Fallo de la Corte Suprema de Justicia:


Reconocimiento al Asilado Político/ 2004

El fallo de la Corte despertó como era natural, una


polémica descarnada. Los sectores relacionados de
alguna forma con la derecha, levantaron sus voces en una
actitud contraria a la posibilidad de una indemnización a
los Exiliados. Los medios de comunicación encabezados
por Mario Grondona desarrollaron una campaña agresiva
descalificando no solo la medida de la Justicia sino
también a la familia Vaca Narvaja.
Curiosamente «esos mismos medios nunca «se
preocuparon de plantear la suerte de Hugo Vaca Narvaja y
otros desaparecidos. Sí; de esa posible indemnización
económica. En realidad, el fallo es definitivamente un
reconocimiento de responsabilidad del Estado Argentino,
en ese momento representado por la Junta Militar de
Videla en la «desaparición» de personas como así también
de los fusilamientos aplicando la Ley de Fuga a los presos
políticos como es el caso de Hugo Vaca Narvaja hijo y el
«Terrorismo de Estado». El Diario Página 12, del 15 de
Octubre del 2004, se ocupa del tema, recalcando que
siete miembros de la Corte firmaron el fallo, basado en la
opinión del entonces Procurador de la Nación Luis
González Warcalde.
Cuando Lo Encuentren... díganle 216

La reparación económica de aquellos familiares que


tuvieron que salir del país por peligrar su vida, tiene otro
antecedente en el Senado Argentino, presentado por
Marcelo López Arias que establece justamente una
indemnización. Mabel Gutiérrez, integrantes de Familiares
de Desaparecidos y Detenidos políticos, agregaba que
debería contemplarse también otros aspectos
reparatorios, reivindicando a los exiliados como víctimas
de la dictadura, pero hacía la salvedad que hubo mucha
gente perseguida que se quedó en el país. El tema es
interesante, porque por primera vez en América Latina al
menos se toma los casos de los Asilados y Exiliados como
destinatarios de alguna reparación histórica.
La voz de Grondona en el Diario La Nación, agresiva y
descalificadora, sumada a una imputación que denota su
alteración emocional vaticina el rigor de la polémica
futura y a su vez, la necesidad de legislar sobre un tema
antes considerado secundario. Los países
Latinoamericanos y la Corte Internacional de La Haya, han
tomado debida nota, porque indudablemente el fallo
sienta jurisprudencia. No es la primera vez que se
comienza hablar sobre el «daño del exilio» sobre la
persona. Es la primera vez que se habla como repararlo,
aún cuando sabemos, que es irreversible. Desde el Diario
La Nación, también meses más tarde Santiago Kovadloff
hacía una crítica al Senado de la Nación cuando aprobó el
anteproyecto de Ley por unanimidad, pero trató de
Cuando Lo Encuentren... díganle 217

diferenciar entre los que se «fueron»y los que se


«quedaron» Sobre estos últimos dice: «para escapar al
encarcelamiento y la tortura, muchos quemamos nuestros
libros. Callamos para durar no para vivir, y sí es cierto
que pese haber sido expulsados de las escuelas y de las
Universidades insistimos en mantener vivo el espíritu
crítico y analítico mediante una cultura de catacumbas, no
menos lo es que durante años anduvimos como espectros
deambulando por una casa que no era nuestra»; Más
adelante pone un manto de duda en quienes se fueron:
«Habría que detenerse a considerar con sumo cuidado e
infinita paciencia, si todos los que de aquí debieron irse
lo hicieron envueltos en el manto de inocencia» La
orientación ideológica de esas dudas termina cuando
descubre que hay un exilio interno con iguales derechos.
El planteo para los que se fueron podrían «no tener un
manto de inocencia», una frase muchas veces utilizada
por las Fuerzas Armadas en su campaña en el exterior Las
«víctimas» de la «subversión» como algún periodista
también incorpora como de similares derechos a reclamar
ya estaban contemplados porque el cien por ciento de los
militares y fuerzas de seguridad integrantes de las
fuerzas represivas, ostentan pensiones de por vida,
sumado a indemnizaciones especiales que recibieron
oportunamente. El valor económico surge luego de 30
años de transcurrido el genocidio.. Pero en todo su
artículo «no pregunta» ni se interesa sobre los 30.000
Cuando Lo Encuentren... díganle 218

desaparecidos. Curiosa forma de minimizar las secuelas


del Terrorismo de Estado.
En Argentina ya estaban vigentes las leyes 24.043
(indemnización a presos políticos desde el 76 al 83); la
24.411 (indemniza a familiares de desaparecidos); la
25.914 (indemniza a los nacidos en cautiverio) Todos con
pagos en Bonos. En esos mismos días (que tanto se
publicitó el fallo de la Corte) la Justicia ordenaba el pago
de una indemnización a un paciente en la Plata por la
pérdida de «un riñón»; valuaron ese órgano en 700.000
pesos. El paciente estaba vivo. Una Editorial de la Voz del
Interior de Córdoba del 4 de abril del 2005 la encabeza
con un título agresivo» Subsidio a los Exiliados» que
mereció una reflexión antes de contestarla. y que anexo,
enviada personalmente a la Voz del Interior..
Cuando Lo Encuentren... díganle 219

Sr. Consejero Editorial Luis Eduardo Remonda


Sr. Gerente General Osvaldo Salas
Sr. Director Periodístico Carlos Jornet
LA VOZ DEL INTERIOR DE CORDOBA

De mi mayor consideración:

El día 4 de Abril del 2005, en la Página A12 Opinión


de su diario, aparece un artículo de la «Editorial» donde
menciona a mi madre y su condición de Exiliada Política
(El término correcto es Asilada Política); que me parece
sumamente importante analizarlo objetivamente, para
que al menos, pueda leerse «otro» análisis sobre este
delicado tema. Lo hago respetuoso del largo recorrido
periodístico de la Voz del Interior; en todas sus épocas;
tanto en Gobiernos civiles, como militares.
Coincido con el autor de la nota en que este tema
debe ser tratado con «Objetividad»; «Mesura» y
«Responsabilidad». Pero ya con su título; «Subsidio a
Exiliados» se orienta al lector en concepto, a mi entender:
Erróneo.
El «Subsidio» en una definición simple: «es un socorro
o auxilio extraordinario». Mientras que la
«Indemnización»: «es la reparación legal de un daño o
perjuicio». El concepto creo, no merece más comentario.
La palabra Indemnización fue fundamental, para
comprender cual eran los reclamos y cuales sus
Cuando Lo Encuentren... díganle 220

fundamentos de otras leyes (24.043-24.411-25.914) que


han «indemnizado» y no subsidiados: Desaparecidos;
Presos Políticos y Nacidos en Cautiverio.
Ninguno de ellos: Tenga la seguridad aceptaría haber
sido beneficiados por un «Subsidio» y tampoco, se acepta
que la indemnización: haya sido suficiente «para pagar el
daño».
«Nacer en Cautiverio; Desaparecer; o Estar Preso» por
luchar y pensar distinto, sometidos a torturas y
vejaciones en campos de exterminio; no alcanzarán nunca
a «reparar el daño»
Tenga Ud. también la seguridad que antes que
cualquier resarcimiento económico: «Preferimos la
aparición con vida de los desaparecidos»; «la
recuperación de los bebés nacidos en cautiverio en su
totalidad» y la «condena a los responsables de torturas y
vejaciones» considerados en el mundo : como una de las
aberraciones más deleznables de un «Terrorismo de
Estado» instaurado y ejecutado con órdenes precisas y
objetivos claros: aún impunes.
Las fosas colectivas en los campos de concentración;
los lechos de los mares donde tiraban a ciudadanos en
los vuelos de la muerte; los cuerpos perforados de balas
en la aplicación de la Ley de Fuga; el robo sistemático; el
secuestro de militantes de los campos Sociales, políticos y
Gremiales; el uso de palas mecánicas y topadoras para
Cuando Lo Encuentren... díganle 221

enterrar como NN a ciudadanos: no alcanzan para reparar


el daño.
Sobre los derechos de los ciudadanos que no se
pudieron ir; o que no pudieron hacerlo; tienen el mismo
derecho a reclamar la reparación del daño que esa
Dictadura ocasionó y también demostrarlo. También es
justicia el caso de los Combatientes de Malvinas; la
«Responsabilidad del Estado» fue clara y contundente.
Para los familiares de víctimas de la guerrilla; como usted
incorpora en su nota, están los canales de la Justicia.
En el caso concreto donde usted cita el fallo de la
Corte al reclamo de mi madre, debo recordarle que el
secuestro y desaparición de su esposo Miguel Hugo Vaca
Narvaja aún permanece sin resolver. El Asesinato de mi
Hermano Miguel Hugo con la Ley de Fuga, permanece sin
resolver. La desaparición de mis dos primos permanece
sin resolver; el asesinato de una cuñada aún permanece
sin resolver. Los saqueos en nuestras viviendas y el
estudio Jurídico de mi padre y Hermano y en nuestros
domicilios, aún permanecen sin resolver.
Nuestros casos están también: dentro de los 30.000
desaparecidos que se buscan en las profundidades de la
tierra, lagos, mares y tumbas y ahora, en fosas colectivas
sus restos para darles cristiana sepultura.
Nuestra familia estaba señalada, y condenada por el
Proceso Militar, tal como nos lo adelantó Arturo Frondizi y
como dice el fallo de la corte «La única y desesperada
Cuando Lo Encuentren... díganle 222

alternativa para salvar sus vidas ante la amenaza del


propio Estado» Fue asumida por toda la familia:
“INVADIR”, la Cancillería Mexicana con trece adultos y
Trece niños: con edades de 5 meses de edad a nueve
años para solicitar Asilo Político; no fuimos con invitación
diplomática. Tuvimos que acudir a esa medida extrema
No salimos; estábamos en territorio Mexicano; en
nuestro País. Fue el Gobierno Mexicano el que nos
concedió semanas después el «ASILO político» y las
Naciones Unidas garantizaron la salida del país luego de
evaluar la situación familiar.
En la madrugada del 24 de marzo de 1976, las
tanques y los soldados del Ejército Argentino del Proceso
Militar, rodearon la embajada y desde el «altillo de la
casa» que teníamos los 26 familiares, como domicilio ;
vimos como le pedían al Embajador Mexicano: “entregara
la Familia Vaca Narvaja”. Querían la familia completa
como había sentenciado el ex represor Saint Jean.
No fue fácil abandonar los trabajos las escuelas, los
domicilios y los pocos bienes para esta toma de posición.
Tampoco le creímos en esa oportunidad, a un delgado del
Gobierno militar que se acercó para asegurarnos que la
familia no estaba en peligro : a los cuatro meses; luego
de torturas, acribillaron a mi hermano Hugo en la Cárcel
de Córdoba, con la Ley de Fuga.
Con tristeza vemos como algunos sectores reaccionan
más : por las indemnizaciones; que por la necesidad de
Cuando Lo Encuentren... díganle 223

encontrar 30.000 cadáveres bajo tierra ; rescatar los


bebés entregados como trofeos de guerra; y por miles de
familias diezmadas por la persecución; el desarraigo y el
castigo a vivir fuera de sus fronteras. Quienes consideran
al «Asilo Político» como un premio; se equivocan. El daño
sufrido en adultos y niños es irreparable.
Ese daño, se mitigará en parte, cuando nos entreguen
los cadáveres de nuestros familiares; los bebés en
cautiverio; los bienes robados; el castigo de los
responsables del genocidio y la reparación del daño a los
niños del exilio.
El fallo de la Corte sienta un precedente a nivel
Latinoamericano para que: futuras aventuras mesiánicas
construyendo y practicando «Terrorismo de Estado»;
tengan una responsabilidad definitiva ante la Historia.
Por todo esto Sr. Director, solicito que como Usted
dice en su nota este tema se trate con: Objetividad,
Mesura y Responsabilidad. Saludo a Usted Atentamente.

Gustavo A Vaca Narvaja


Ex Asilado Político
LE 7.968.477
5 ABRIL 2005
Cuando Lo Encuentren... díganle 224

CARTA DE :JORGE MARTINEZ GAVIER (h).

Parte de mi familia, me pidió que este capítulo no lo


pusiera. Creo que es necesario, porque si bien nosotros
conocemos la historia porque la vivimos, la familia de
Susanita, debe también saber la verdad y los
descendientes de todos podrán tener la oportunidad de
entender este triste capítulo familiar.
Después de casi 28 años de silencio; Martínez Gavier,
mi sobrino «publica» una carta que considero una afrenta
a la familia, independientemente si es consciente y
responsable de lo que dice. Pero nobleza obliga, si
callamos estaríamos avalando las barbaridades que
afirma. De manera que decidí incorporarla a esta «historia
familiar» como un documento más, con las aclaraciones
que corresponden.
Jorge Santiago, es hijo de Jorge Martínez Gavier
casado con mi hermana Susanita a quién extrañamos; no
porque esté viviendo en otro país, sino por que vive en
Córdoba y curiosamente desde aquel 10 de marzo de
1976, en que tuvimos la suerte de verla por unos días
hasta que viajamos clandestinamente a Bes As, nunca
más tomó contacto con nosotros Desde esa fecha hasta
hoy, diciembre del 2004 no pudimos cruzar una sola
palabra menos aún verla o ver a su núcleo familiar.
A pesar de vivir en la misma ciudad de Córdoba,
nunca habló por teléfono a mi madre; tampoco la ha
Cuando Lo Encuentren... díganle 225

visitado. Susanita es católica y militante de esa religión;


es más, da catequesis, pero parece haberse olvidado del
tercer mandamiento que dice «honrarás a tu padre y tu
madre». Que lástima.
Ojalá que antes de dejar este mundo su madre,
Susana pueda estrecharle un abrazo, al igual que a sus
cinco nietos, (hijos de Susanita). En el día de la madre del
2004, Susana (su madre) le llamó nuevamente (como
todos los años) por teléfono pero Susanita mandó a
contestar que no podía atenderla «porque estaba
ocupada»; aparentemente en los últimos veintinueve años
así lo ha estado.
Jorge Martínez Gavier (h), tenía en 1976, ¿cuatro o
cinco años?, llama la atención su carta que publicó en una
página de Internet donde habitualmente escriben
familiares del Proceso Militar del 76, llamada «P.D»;
Política y Desarrollo en Noviembre del 2004 en donde
dice textualmente que la «familia Vaca Narvaja miente»;
«afirma que la familia huyó sin ser perseguida y que
estaban pagando (indemnización) más tiempo que el que
les correspondía»; luego, entra en detalles de la venta de
la casa paterna, en realidad vendida a precio inferior al
real por la situación en que vivíamos, pero curiosamente
al concretarse la operación la «única hija de los doce» que
solicitó su parte: fue Susanita. Cobró la doceava parte que
le correspondía, a pesar de que ella sostenía siempre que
Cuando Lo Encuentren... díganle 226

papá estaba auto secuestrado, o sea vivo. El documento


dice así:

«Recibí de las Sras. Carmen Cardeilhac de Achával y


Josefina Yofre de Altamira, como apoderadas generales
de administración y disposición de la señora Susana Yofre
de Vaca Narvaja la suma de ciento cincuenta y ocho mil
pesos Ley 18188 fruto de la venta de la propiedad
inmobiliaria familiar sita en Barrio Villa Warcalde de esta
Ciudad de Córdoba, para ser imputada a lo que en
cualquier concepto me pudiera corresponder sobre este
bien, monto que equivale a las doce avas partes de la
mitad del precio de venta total del citado inmueble,
descontada que fue la suma de doscientos mil pesos Ley
18188 depositada en Escribano Señor Luis Techera, para
ser afectada al pago de impuestos pendientes. Córdoba
16 de marzo de 1977» Firma y estampillado por ciento
cincuenta y ocho pesos Ley 18188.
Esto contradice una carta del 24 de Junio de 1976,
donde dice textualmente:

«.....Reitero una vez más que lo he hecho (cuando


estaba como apoderada de mamá ) como hija y hermana
y cristiana sin compromisos ni pactos y que por haber
sido este mi deber, que lo he cumplido a conciencia y lo
mejor que pude, no he de recibir ni un peso
(subrayado)...»
Cuando Lo Encuentren... díganle 227

Cabe destacar que aún no hay pago alguno por el


exilio (julio 2005); y que el fallo de la Corte establecerá
como y cuantos bonos ; y las Naciones Unidas y el
Gobierno Mexicano tienen los datos de nuestro Asilo que
se debe aclarar : nunca no se otorga «a los que huyen»,
sino que luego de evaluar la situación política de quienes
«piden Asilo» bajo normas internacionales, la otorga o la
rechaza. En la misma página de Internet de Política y
Desarrollo, un Sr. llamado Dr. Carlos del Señor Hidalgo
Garzón, ex Mayor del Ejército comprometido con el
Proceso Militar y con òrden de captura. Pero ahora
transcribo textualmente lo que dice el artículo y luego
analizaremos algunos aspectos.
Página 1- del 3 de Diciembre de 2004: «Fallo de la
Corte- Indemnización por Exilio».
«Recibimos y compartimos impactantes revelaciones
de miembros de la familia Vaca Narvaja.
Una vez más quedan al descubierto mentiras de los
revanchistas ligados al terrorismo derrotado en los 70.»
«Texto de la carta que fuera enviada por el Sr. Jorge
Martínez Gavier (h), quién es nieto de Susana Yofre de
Vaca Narvaja»
Un envío del Sr. Dr. Carlos del Señor Hidalgo Garzón».
(en realidad “Dr.”. en la Democracia; pero “Ex Mayor”
durante la Dictadura Militar y citado en el Juicio por la
verdad : por genocidio)
Cuando Lo Encuentren... díganle 228

(Enviada por mail a Silvana Boschi (Clarín) con motivo


del artículo que ella publicara)
* Dice Jorgito mi sobrino: “Quisiera realizar una sola
aclaración al artículo publicado hoy”( ?).
“Susana Yofre de Vaca Narvaja no emigró a México
con todo su grupo familiar. Una de sus hijas, la mayor, se
quedó en Córdoba con su familia ; en esa época estaba
casada y tenía 6 hijos.
Aclaro esto puesto que en el artículo se plantea el
exilio total del grupo familiar como única «alternativa
viable para permanecer con vida «lo cual, por lo antes
expuesto, no fue real.
Quizás habría que preguntarse por qué la única
integrante de la familia que permaneció en Córdoba no
tuvo inconvenientes para vivir, no fue secuestrada ni
perseguida por las fuerzas gubernamentales ni
paramilitares (esto echaría por tierra varias teorías de
izquierda que señalan persecuciones masivas por parte
de los militares)
Al momento de realizar este ejercicio mental, hay que
descartar algo: la hija mayor nunca tomó partido ni por
los montoneros ni por los militares. Esto no significa
adoptar una posición frívola o neutral ya que, en el
momento en que toda su familia partía al exilio, ella tuvo
que encargarse de cerrar y concluir todos los asuntos
familiares que el resto de su familia dejó pendientes al
momento de huir.
Cuando Lo Encuentren... díganle 229

Como integrante directo de ese grupo que se quedó


en Córdoba -soy hijo de Susana, la hija mayor antes
mencionada - podría sentarme y hablar del tema,
contando la otra cara de la verdad, pero es algo que
prefiero no hacer, puesto que trato de vivir para adelante,
recordando el pasado para no cometer los mismos
errores, pero abandonando todo tipo de rencor y odios,
algo que algunos de nuestra familia - los que huyeron -
se niegan a hacer”.
Atte.
Jorge Martinez Gavier (h)

A continuación de este artículo P.D. sigue con una


carta(mail) de Jorge Martínez Gavier a un amigo,
complementando la carta anterior (textual) ...que así:

«A continuación encontrarás el texto del mail que le


enviara hoy a Silvana Boschi (Clarín) con motivo del
artículo que ella publicara»

........ “Por otro lado, y tal como te comentara


telefónicamente, creo que de una buena vez todos los
temas vinculados con la subversión deben ser tratados
integralmente y no de manera parcial. Es por ello que te
paso algunos datos adicionales vinculados con el
supuesto exilio, etc:
Cuando Lo Encuentren... díganle 230

a) Susana Yofre de Vaca Narvaja y casi todos sus hijos


(mi madre quedó en Córdoba), huyeron, no se exiliaron a
México durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón y
no durante el Gobierno militar. (textual).
b) Regresaron a la Argentina en 1981 y no en 1983
como indican por ahí. Si cotejamos fechas y demás verás
que volvieron en plena época del Gobierno Militar
(presidencia de Viola si mal no recuerdo).
Este tema de fechas es importante por partida doble:
l)Por el cálculo de indemnización (estarían pagando
de más).
2) Si huyeron de los militares, ¿Cómo es que volvieron
sanos y salvos en medio de uno de estos gobiernos?
c) En algunos artículos se publica que al momento de
huir a México, les quitaron la propiedad que mantenían
en Villa Warcalde. Esto es mentira. La casa fue vendida en
1976 por una señora muy conocida de Córdoba.
Bueno espero haber aportado algo.
Jorge Martínez Gavier
*

Decreto N 19 del «25 de Marzo 1976» firmado por el


Interventor en Córdoba (nombrado por Videla) Brigadier
Vaquero y el Coronel (Ministro Gobierno) Marini. DESIGNA
al Dr. Luis Felipe Martínez Gavier para hacerse cargo de
todas las actuaciones en Tribunal Superior de Justicia
(defenestrado por la Revolución)
Cuando Lo Encuentren... díganle 231

Eduardo G Ordinas
Director de Capacitación
Kla-Be S. A.
15-5162-259l
www.kla-be.com
Ahora bien. Estas cartas, merecen algunas
consideraciones. Porque Jorge Santiaguito, en el
momento en que nos Asilamos en México tenía
aproximadamente cuatro años. Su versión de la historia
puede estar dado por : mala información o tal vez por
desinformación. Cualquiera de las dos merece unas líneas
porque él no es culpable de su ignorancia y menos aún de
sus apreciaciones. Pueden serlo quienes lo instruyeron.
La Familia Vaca Narvaja se Asiló en México como lo
demuestran los documentos internacionales presentados.
Decir que no sería desconocer a la Cancillería Mexicana y
a las Naciones Unidas (Comité de Refugiados).
La Familia Vaca Narvaja se asiló y mantuvo durante
estos veintiocho años su denuncia pública desde el
primer día (10 de marzo de 1976) que a Hugo Vaca
Narvaja lo habían SECUESTRADO. Susanita y su esposo
mantuvieron en esos años y desde el día 11 de marzo de
1976 (la teoría del AUTOSECUESTRO). Dos puntos claves
para las acciones que se desarrollan posteriormente.
También, en una carta dirigida a mamá a solo dos meses
del Golpe de Estado, más precisamente el 6 de mayo de
1976 dice textualmente:
Cuando Lo Encuentren... díganle 232

«...Por acá (Argentina) todo está muy bien; es


Gobierno, (militar) está estupendo y solo echan ladrones y
subversivos, Mosquera, Valdez y Pedrini, estaban presos
en Salta. ¡Como estarán de contentos los Salteños! pues
cuando estuvimos allí en Semana Santa ( de 1976) nos
dijeron que se habían robado de todo. No se llevaron las
piedras porque estaban pegadas al suelo. En la
Municipalidad (de Cba) están investigando los concejales,
y tanto Peronistas como radicales van a caer en la barrida;
(su hermano Agustín fue cesanteado el 24 de marzo 76).
D Coronel está preso. Todos los nombrados de seis
meses para atrás fueron declarados prescindibles (nota:
prohibición de trabajar por cinco años en cualquier
administración provincial) En la Universidad hay gran
limpieza. En el Banco de la Provincia han volado más de
80,pero nadie abre la boca pues saben de memoria que
están vinculados al extremismo; ni ellos mismos dicen
nada. En la Justicia otro tanto. En fin, todo va marchando
de acuerdo a un plan muy bien estudiado y al cual
aprueba la mayoría de la gente. Da gusto pagar los
impuestos y trabajar a pesar que las cosas siguen
subiendo cada vez más. Hay que poner el hombro, es lo
que todo el mundo repite....etc».
Mientras la Familia Vaca Narvaja escribía las
denuncias dentro y fuera de Argentina ante los medios y
las comisiones de los derechos Humanos Internacionales
(consta en la documentación que mantenemos foliadas),
Cuando Lo Encuentren... díganle 233

Susanita hacía mantenía su postura en Córdoba de la


«teoría del Auto secuestro».
Con el criterio de Santiaguito, también coincide con la
versión militar de que Hugo hijo; «huyó», porque le
aplicaron casualmente la «Ley de Fuga» o Ley Menéndez.
Lo mataron esposado con testigos presentes que
declararon en la Conadep.
La denuncia del secuestro la realizamos primero en la
Seccional 14, comisaría muy cercana al domicilio de
Susanita. Allí luego de escuchar el desgarrador relato,
sonriendo nos comunicaron que esas denuncias
deberíamos hacerla en la Seccional Once y allí fuimos.
Susanita posterior al golpe militar fue integrante activa de
la Cooperadora de la Seccional Catorce de Policía.
El Poder General otorgado por mi madre a Susanita
fue revocado por razones que están en documentación
(cartas) familiares en 1977. Y fue curiosamente ella «la
única hija de los doce; que exigió su parte» cuando se
vendió en bajísimo precio 8.000 dólares (por la situación
especial de la desaparición de papá ) la casa en Villa
Warcalde.
La situación de la familia era insostenible, tales
fueron los consejos de Huguito (mi hermano asesinado)
Frondizi, Blejer y las amenazas sufridas de muerte. Datos
que Santiaguito probablemente desconoce. El estudio
Jurídico sufrió atentados, la casa de mi madre arrasada
Cuando Lo Encuentren... díganle 234

seis veces; mi casa en Chos Malal allanada y robada por


fuerzas militares, etc.
La Familia volvió «Sana y Salva» -a pesar de algunos-
y sería una lástima que parte de mi familia se
apesadumbrara. Vivos gracias al Asilo Político. La mayor
parte del núcleo familiar registra su entrada por Ezeiza
(ver planillas) en Octubre de 1982. Efectivamente bajo el
régimen agonizante de Viola luego de perder la Guerra en
Malvinas Pero regresamos bajo la protección de Naciones
Unidas, según consta en la documentación de ese
Organismo Internacional.
Sobre su interés al cálculo de la indemnización
(parece ser este el disparador de sus aclaraciones
malintencionadas) Que no se aflija Santiaguito porque lo
fija la Justicia en base a documentos Nacionales e
Internacionales.
Sería importante que Santiaguito, en lugar de enviar
cartas después de veintiocho años a los medios no
hubiese tratado de «ver a su familia»; su abuela, sus tías y
sus innumerables primos que habitan esta bendita tierra.
Pero yo me hago la misma pregunta de Santiaguito...¿Por
qué Susanita sostuvo el mismo concepto de la Dictadura
sobre el destino de mi padre?. “su padre” también el mío.
¿Y por qué ? producido el Golpe entró a colaborar con la
Seccional de policía más cercana a su domicilio? o adhirió
a Famus, etc. Entonces queda la pregunta mayor: ¿Por
Cuando Lo Encuentren... díganle 235

qué a ella no le pasó nada?. Su adhesión pública a FAMUS


¿coincide?
Con esos datos es una buena pregunta; pero en las
dos cartas también hay una coincidencia con el mensaje
militar: “habla de subversivos; izquierdas; y las mentiras
de persecuciones de los militares”: Rara coincidencia.
Pero bueno, la familia es así. De cualquier manera nada
justifica que Santiaguito, o su madre Susanita no haya
visto a su abuela o ella a su madre. «Esto sí es huir» de
una realidad que ya no pueden sostener.
El 6 de Junio de 1076, Susanita escribe de puño y
letra que el Gobierno «militar es estupendo»; solo echan a
ladrones y subversivos luego se alegra de que estén
presos, políticos de Salta y sobre el municipio de Córdoba
dice que están investigando a concejales y que la
«barrida» será tanto a Peronistas como a radicales
(echaron a su hermano Agustín, ni peronista ni radical) y
que solo el 10% quedarán si son capaces!. Sobre el Banco
de Córdoba anuncia despidos porque están conectados
con el extremismo (textual) y anuncia una limpieza en la
Universidad. Sostiene que la mayoría de la gente apoya y
ahora.. «da gusto pagar los impuestos y trabajar» Dos
meses más tarde asesinan a su hermano Hugo.
Curiosamente en la misma carta y al final dice.
«Con respecto a Papá, mantengo mi absoluta fe en
que está vivo, pese a TODOS (textual) los que quieren
convencernos que está muerto. Como hija, solo aceptaré
Cuando Lo Encuentren... díganle 236

la certeza probada (subrayada) de su muerte...Saludos


para todos desde este País libre por fin» ( ? ? ?)
El 24 de Junio de 1976 en otra carta «anuncia» su
voluntad de renunciar al poder otorgado y la
administración por «orden de su esposo» ya que se
encuentra deteriorada, no puede atender su casa y su
esposo ha tenido que interrumpir operaciones y
consultorio para poderla ayudar... “Finaliza con una
reflexión «Reitero una vez más que lo hecho como hija,
hermana y cristiana sin compromisos ni pactos y que por
haber sido este su deber que lo ha cumplido a conciencia
y lo mejor que pude y no he de recibir ni un peso
(subrayado)”
En una carta del 23 de Junio de 1976 (tres días antes
de esta última) cuando trata el tema de la venta de la casa
dice textualmente.
«Desgraciadamente como sus hermanas sostienen la
muerte de papá (¿qué fundamento tienen?) a este Sr. no
se lo puede convencer..» Todavía no conocemos sus
fundamentos de que papá está vivo». Han pasado 30
años, ¿dudas aún Susanita?
No dudo, que los problemas que se presentaron
posterior a nuestra partida al Asilo Político sobre los
bienes de mamá, fueron una carga importante para quién
recibió el poder general, como Susanita. Ella se encargaba
de hacerlo conocer en cada carta; pero su renuncia,
obligó a otras personas a asumir esa responsabilidad a
Cuando Lo Encuentren... díganle 237

pesar de no ser familiares directos, sin embargo pudieron


terminar con tamaño legado. pero bueno, por suerte los
hijos restantes fueron más solidarios con su madre.
Nunca le reclamamos nada y estuvieron y estarán con
ella... hasta su final.
El 13 de Mayo de 1983, mi madre, le envió una carta
firmada a Susanita diciendo:

Querida Hija:
Han pasado 9 meses desde que regresamos a México
y no he tenido noticias tuyas ni de mis nietos que hubiese
querido abrazar con toda el alma. Sabes cuantos os
queríamos con tu padre. El ya no está, pero yo sigo viva
por un milagro. Estuve muerta por tres minutos y me
resucitaron gracias a la actuación rápida de Gustavo. Los
problemas fueron por angustia según los médicos en
México. No es fácil vivir fuera del país y volver para
recordar tantas cosas dolorosas. Ya estoy instalada en mi
departamento (alquiler). Pude recuperar algunas cosas
que no se vendieron, quiero pedirte si tu no quieres
verme, me hagas llegar los libros que tú guardas, los
diplomas y nombramientos que estaban en el estudio de
tu padre y que tu retiraste junto con los libros de arte que
tenía en Villa Warcalde, y la carpeta que tenía Hugo en su
escritorio. Son cosas que deseo guardar y necesarias para
el libro de Gustavo sobre tu padre. Mi dirección es
Chacabuco 322 10 piso Dpto. E. Si quieres que los mande
Cuando Lo Encuentren... díganle 238

a retirar me lo haces saber por este mismo medio.


Esperando una respuesta, desde ya agradecida te abraza.
Tu madre.
La repuesta de Susanita no tardó en llegar. En una
carta a máquina contestó el 26 de mayo de 1983:

Sra. Susana Y de Vaca Narvaja


Presente.
Según lo solicitado le envío 5 (cinco) cajas
conteniendo los libros que reclama y que tuvimos en
depósito por más de siete años. Las obras de Alberdi no
se incluyen, pues fueron señalados como propias por el
Dr. Felipe A Yofre, cuyo nombre aparece en dichos libros.
Las Obras de Ortega y Gasset, obviamente no incluidas en
el inventario, fueron regaladas y entregadas
personalmente a mi esposo por mi padre, y por ende
permanecen en nuestro poder. Los escasos títulos
faltantes fueron entregados como «libros varios
antiguos» según recibo del 2/8/1977. Respecto de los
mencionados «diplomas, nombramientos y carpetas» de
mi padre, los mismos no están ni estuvieron nunca en mi
poder. En cuanto a las fotos familiares que solicita, las
mismas fueron entregadas a la Sra. Elcira Vaca Narvaja de
Bares en ocasión de un viaje de la misma a México.
Ninguna de dichas fotos obra en mi poder. Por último,
quede expreso que ha sido siempre voluntad de mi padre
que cada uno de sus hijos tenga una de sus medallas, lo
Cuando Lo Encuentren... díganle 239

que en mi caso no se ha cumplido por lo que hago


expresa reserva del derecho que me corresponde.
Dos días antes, el 24 de Mayo de 1983, Susanita firma
una carta de lectores junto a Dora Páez de Nores que dice
textualmente (La Voz del Interior) Titulado «Los
Homenajes que se deben»:

Sr. Director:
Queremos rendir homenaje a todos los que perdieron
la vida en las dos guerras que a nuestra Argentina le tocó
vivir. Concretamente contra la subversión (o delincuencia
Subversiva) y la recuperación de algo tan caro para los
Argentinos como son las Islas Malvinas, cercana nuestra
fecha patria, no podemos ni debemos dejar de orar por
ellos. Hacemos extensiva nuestra solidaridad hacia los
que habiendo participado en las mismas acciones viven
con la frente alta, lo hicieron en cumplimiento del deber y
son dignos de nuestro agradecimiento más profundo.
Ellos viven con la frente alta y con la fe en el futuro
democrático de nuestro país.
Agradecemos atentamente.
Susana V.N. de M.G. y Dora Páez de Nores

Los Diez Mandamientos (Susanita da catecismo)


Ordena: «Honrarás al padre y a la Madre». y a
quienes falten a ellas, en el capítulo de las «maldiciones»
del cual solo extraigo una dice:
Cuando Lo Encuentren... díganle 240

«Pero ni no me escuchan, si no cumplen mis


mandamientos si desprecian mis normas y rechazan mis
leyes, si no hacen caso de todos mis mandamientos y
rompen mi alianza, entonces miren lo que haré yo con
ustedes....»
(Prefiero no transcribir los castigos enumerados)
Esa es..... historia escrita.
Cuando Lo Encuentren... díganle 241

1955 Inicio del TERRORISMO DE ESTADO


2005 FIN DE LA IMPUNIDAD.

En Junio del 2005 se produjeron dos hechos


trascendentes, la conmemoración de los Bombardeos de
Plaza de Mayo por las fuerzas Armadas el 16 de Junio de
1955 y el aniversario del Fusilamiento de civiles y
militares por las Fuerzas Armadas en Junio de 1956; por
primera vez, con presencia del Sr. Presidente y de los
parientes de las víctimas. El segundo hecho fue la
declaración de Inconstitucionalidad de las Leyes de
Obediencia debida y Punto Final por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Veamos:

El periodista Horacio Verbitsky en su artículo del 15


de Junio del 2005, titulado como «Derechos» escribía
resumidamente en el diario Página 12: «Las Leyes de
punto final y obediencia debida son inconstitucionales y
ningún acto fundado en ellas puede oponerse a la
investigación y la instrucción de los procesos al
Juzgamiento y condena de los responsables de crímenes
de Lesa Humanidad. Este es el territorio común entre los
jueces de la Corte Suprema designados por cuatro
distintos Gobiernos (Raúl Alfonsín en 1983; Carlos
Cuando Lo Encuentren... díganle 242

Menem en 1991; Eduardo Duhalde 2002 y Néstor


Kirchner en 2003 y 2004».
Efectivamente la Corte Suprema de Justicia de la
Nación declaró el 14 de Junio del 2005, la
Inconstitucionalidad de la Ley 23.492 llamada del Punto
Final sancionada el 24 Diciembre 1986 y entregada a la
civilidad como regalo de Navidad por Alfonsín y la Ley
23.521 de Obediencia Debida sancionada el 4 de Junio de
1987. Ya en 1993, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos había denostado las dos leyes como
contrarias a la Convención Americana de Derechos
Humanos; en 1998 la Cámara de Diputados de la Nación
las había derogado; en el 2001 una Cámara Federal
resolvió su inconstitucionalidad y así, hasta la fecha, en
varios Juzgados y Cámaras avanzaron sobre el tema hasta
que finalmente una Corte Suprema de Justicia constituida
esta vez por Juristas probos, sepultaba las dos
herramientas claves que impedían la continuidad de los
juicios y dando impunidad para los represores de la
dictadura militar de 1976 / 1982 fuesen Juzgados por
actos y crímenes de Lesa Humanidad.
Los Jueces de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni;
Carmen Argibay; Elena Highton de Nolasco; Ricardo
Lorenzetti; Juan Carlos Maqueda Enrique Petracchi
Antonio Boggiano votaron la inconstitucionalidad, de las
leyes colocando la historia Argentina en un «Antes y en
un Después» a pocos meses de cumplirse 30 años de
Cuando Lo Encuentren... díganle 243

aquella madrugada tenebrosa del 24 de Marzo de 1976


en que instauran la Dictadura más sangrienta de la
Historia. Ricardo Lorenzetti, argumenta en una entrevista
que el fallo de la Corte tuvo basamento en la Corte
Internacional de Derechos Humanos que sostiene: que
los delitos de Lesa Humanidad no pueden ser
amnistiados. Define Lorenzetti estos delitos así:
«Los delitos de Lesa Humanidad» son aquellos que
afectan a la humanidad y a las personas como integrantes
de la especie humana por eso es que si una persona
puede ser asesinada desde el Estado o de un grupo
paraestatal y afecta a grandes grupos de personas,
estamos ante un delito de Lesa Humanidad y eso no se
puede amnistiar, porque afectan los derechos
fundamentales». «Acá no se está juzgando una Ideología,
lo que decimos es que estas leyes conforme a lo que se
ha establecido en tribunales internacionales han dicho
que son insostenibles».
Carmen Argibay, otro ministro de la Corte dijo «El
Congreso de la Nación, no tiene facultades para anular
Leyes; solo puede derogarlas» y siempre, «desde que
fueron sancionadas las leyes de la impunidad creí que
eran anticonstitucionales». «Es un privilegio pertenecer a
esta Corte que ha declarado su Inconstitucionalidad, es
una decisión que coloca a la Argentina en un plano de
Constitucionalidad y de derecho Internacional sumamente
importante»
Cuando Lo Encuentren... díganle 244

Pero Junio del 2005 nos depararía otras nuevas


sorpresas: fue sobre la insurrección del «16 de Junio de
1955» fecha clave catalogada como el primer acto de
Terrorismo de Estado cometido en Argentina por Las
Fuerzas Armadas contra la población Civil y contra su
propio Estado» definió correctamente Miguel Bonasso en
Página 12. Curiosamente ese día por primera vez
emocionado, compré la Nación, (el diario centenario
antiperonista más emblemático) quién en un suplemento
del 12 Junio (Enfoques) en seis páginas, desarrolló la
crónica de esa matanza vergonzosa en las jornadas de
Junio del 1955: Más de 380 muertos; asesinados,
masacrados arteramente desde aviones de la Armada
Argentina. Los articulistas de ese suplemento significaban
indudablemente algo más que simples periodistas desde
el punto de vista ideológico, sin renunciar a ella no
tuvieron otra alternativa que explayarse sobre el hecho,
aunque «con su versión» antes de que lo hicieran otros
medios de comunicación.
Durante 50 años se había evitado hablar sobre estos
temas: «Junio 55 y Junio de 1956». Dos fechas marcadas
con sangre producidas cobardemente por las fuerzas
armadas matando civiles y militares en actos de
vandalismo, que indudablemente, anticipaban la violencia
popular de los setenta.
Cuando Lo Encuentren... díganle 245

El Título en La Nación en su Sección 7; impresa con


letras blancas sobre una foto compuesta de casi 45 cm
decía así : «El Día Más Violento»...»Este Jueves se
cumplirán 50 años de una jornada que con los
Bombardeos en Plaza de Mayo y la Quema de Iglesias,
representó como pocas otras la división política del País
que provocó el Peronismo y que marcaría a fuego las
siguientes décadas» La foto no mostraba curiosamente
ningún avión; ningún muerto; ninguna destrucción de
calles, edificios o vehículos; tampoco el ómnibus escolar
destruido e incendiado con 80 niños calcinados. La mitad
superior de esa foto de tapa mostraba cúpulas de Iglesias
ladeadas y restos de iglesias aparentemente incendiadas
entre sombras grises y negras ; la mitad inferior de la
foto, aún más entre las sombras : a 14 oficiales del
Ejército observando en fila, a seis soldados parados en un
aparente poso, vivos y mirando no sabemos que. Una foto
que es toda una definición en su contenido. Pero tuvieron
que sacarlo a la superficie. Eso es lo más valioso. Días
después, otros medios de comunicación se explayarían
sobre el tema con suplementos especiales mucho más
cercanos a una realidad y a esa tragedia.
El 80% de los jóvenes ciudadanos enrolados en
movimientos armados sindicados como «guerrilleros
autores de la violencia» en Argentina en los años setenta:
Cuando Lo Encuentren... díganle 246

no habían nacido en el año 1950. El 70% de los militantes


encarcelados muertos torturados y desaparecidos en
Argentina a partir del golpe del 24 de marzo de 1976:
eran menores de 30 años. El 81% de los jóvenes
militantes en las distintas organizaciones armadas, nunca
habían estado con el Gral. Perón en forma directa. El 76%
de jóvenes militantes en Organizaciones Armadas: no
habían nacido o tenían menos de ocho años en
septiembre de 1955; fecha de la «Revolución Libertadora»
de Lonardi y Aramburu. Estos datos desvirtúan el artículo
principal (Pablo Mondelevich) de La Nación, cuando
concluye que los actos de Junio del 55 y el discurso de
Perón «por cada uno de los nuestros caerán cinco de
ellos» ;.<resucitaríandos décadas después los
Montoneros sedientos de venganza>. En realidad, estos
soldados de Perón; no habían nacido en su mayoría.
En 1930, año que inicia la violencia Institucional de
las Fuerzas Armadas con «Golpes de Estado» y durante
los siguientes 46 años se dedicaron a derrocar gobiernos
constitucionales Sus acciones siempre fueron registradas
en la historia con títulos elegantes: «Revoluciones
libertadoras»( ?) avaladas en forma directa o indirecta por
sectores del arco político Argentino. Cuando derrocaban
gobiernos Constitucionales con las armas de la nación lo
hacían en nombre de la patria. Cuando fue el Pueblo
quién tomó las armas para defender a la Nación incluso
Cuando Lo Encuentren... díganle 247

por un derecho Constitucional, las llamaron «hordas


comunistas sanguinarias violentas y abominables».
El 16 Junio de 1955, fecha del intento de golpe contra
el Gral. Perón. Los militantes de organizaciones Armadas
de los años setenta, se estaban gestando en los vientres
de sus madres; eran recién nacidos; o contaban apenas
con menos de ocho años de edad, sin embargo fueron los
«enemigos» del Proceso Militar del año 1976.
El primer acto de Terrorismo en Argentina (de los
años cincuenta) fue el 16 de Junio de 1955 realizado por
las Fuerzas Armadas cuando a las 12,40hs; una escuadra
de Beechcraft AT11 bombardeó Plaza de Mayo. El Capitán
Noriega (comandante de la expedición) descargó bombas
sobre la Casa Rosada; Hotel Mayo y un trolebús completo
de pasajeros civiles y escolares. A las 14,50 hs una
escuadra de aviones Gloster Meteor bombardearon Plaza
de mayo y ametrallaron la zona; 156 civiles muertos; 44
integrantes de las fuerzas de seguridad y 800 heridos
graves. A las 17,40 hs el último avión descargó sus
bombas en la misma zona y todos huyeron al Uruguay al
ser derrotado el movimiento subversivo. Los líderes de
este acto terrorista : Capitán Francisco
de Fragata
Manrique; Capitán de navío Jorge Perrén y Samuel
Toranzo Calderón se entregaron; Benjamín Gargiulo se
suicidó. El General Valle fue quién aceptó la rendición de
los subversivos y les ofreció el trato correcto El Gobierno
Cuando Lo Encuentren... díganle 248

del Gral. Perón no fusiló los rebeldes y llamó a la


conciliación Nacional.
El siguiente «acto subversivo» producido tres meses
después: llamada «Revolución Libertadora» de septiembre
de 1955 de Lonardi, Rojas y posteriormente del Gral.
Pedro Eugenio Aramburu; logra que Perón sea destituido.
Esta «Revolución» contra un gobierno civil legítimamente
constituido tuvo un año después (junio de 1956) un
intento de recuperar la constitución y restauración de su
gobierno, por integrantes de fuerzas armadas leales al
Presidente derrocado por las armas Gral. Perón.
Comandada por los Generales Valle y Tanco y los
coroneles Cogorno e Yrigoyen.
Aplastado el levantamiento; al Presidente de Facto
general Aramburu, no le tembló la mano y ordenó el
fusilamiento de: Irigoyen y seis hombres más en
Avellaneda el 10 de Junio; al Coronel Cogorno en la Plata
el 11 de Junio; a los Coroneles Corintez e Ibazeta junto a
cinco oficiales en Campo de Mayo; a 4 suboficiales en
Escuela Mecánica y tres suboficiales en la Penitenciaría
Nacional. El 12 de Junio se entrega el Gral. Valle para
evitar continúen con la matanza. El mismo día lo fusilan
por orden de Aramburu.; 27 fusilamientos en menos de 3
días a los que se deben sumar 17 civiles masacrados en
León Suárez, orden firmada por el Gral. Aramburu.
Fue la repuesta armada de la «Revolución» de
Aramburu y el inicio de una triste etapa sangrienta,
Cuando Lo Encuentren... díganle 249

represiva y en donde los derechos civiles, políticos,


gremiales, fueron cercenados y humillados. Así se llegaría
21 años después en 1976, al Genocidio inédito con la
instauración del «Proceso militar» (24 de marzo de 1976).
Represión sangrienta. Muertos. 30.000 desaparecidos.
Tortura. Campos de concentración. Robos. Apropiaciones
ilegales de recién nacidos en cautiverio. Persecución
política en Escuelas, Universidades, partidos políticos,
organizaciones gremiales y ONG y se suma la eliminación
de todos los derechos políticos y civiles en Argentina.
La violencia instaurada en aquellos meses de año
1955, se multiplicaría sobre una resistencia civil cada vez
más radicalizada. La violencia de los años setenta no es
como se pretende centralizarla en los jóvenes de los años
sesenta o setenta. Su origen y responsabilidades
comienzan veinte años antes, allí donde las bombas
asesinaban niños y jóvenes en una Plaza de Mayo,
desarmada, pacífica y programada ese día para un acto
cívico.

Siguiendo la línea argumental de Verbitsky. (página


12, Pág. 6) sobre el levantamiento peronista de los
Generales Juan José Valle y Raúl Tanco: ellos tenían el
propósito de «Restablecer la Soberanía Popular y el
Estado de Derecho» y convocar a elecciones Generales
Cuando Lo Encuentren... díganle 250

antes de seis meses. En la Proclama denunciaban: «la


entronización en el poder de minorías antinacionales, el
enajenamiento del patrimonio Nacional, sustitución de la
Constitución y las Leyes por el «Derecho de la
Revolución» para lo cual crearon Tribunales especiales;
denunciaron los campos de concentración, la
discriminación entre réprobos y elegidos, la privación de
empleo a miles de Argentinos, el decreto prohibiendo el
uso de Frases, Palabras, Fechas, símbolos y Fotografías;
quebrantamiento de la Industria Nacional ; utilización de
militares para romper huelgas; fomento de la
desocupación y destrucción de las organizaciones
gremiales» La repuesta fue Fusilamiento a civiles y
militares algo que repetirían en León Suárez y que el
periodista Rodolfo Walsh relatara crudamente en
«Operación Masacre» que hace referencia Verbitsky.
En el año 2003, la Sala I de la Cámara Federal, declaró
a los indultos como nulos y anticonstitucionales cuando
falló en la mega causa del Primer Cuerpo de Ejército
cuyos imputados se ampararon en el indulto. Con igual
razonamiento en el caso de los torturadores
vicealmirantes Antonio Vañek y Julio Torti procesados por
causas en la ESMA, la Cámara II Federal resolvió en Julio
del 2005 , la inconstitucionalidad del indulto que dictó
Menem en l989. Vañek está acusado de 51 secuestros,46
tormentos y Torti de 25 secuestros y 23 torturas. Estos
fallos pasarán a la Corte Suprema, sumados a otros que
Cuando Lo Encuentren... díganle 251

por iguales razones se están tramitando para su


reapertura en base a que los imputados y culpables
estaban amparados por las Leyes del Punto Final y
Obediencia Debida sumado al Indulto.

Fragmentos de cartas que se agregan.


Libro «Con Igual Animo» anexaba las cartas de Valle
al Gral. Aramburu que vale la pena reproducir:

Al Sr. Presidente de Facto


General Pedro Eugenio Aramburu
Dentro de pocas horas, tendrá usted la satisfacción
de haberme asesinado. Entre mi suerte y la de ustedes,
me quedo con la mía, mi esposa y mi hija, a través de sus
lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa
de un pueblo. Las mujeres de ustedes verán asomárseles
por los ojos sus almas asesinas.....

Sobre el General Aramburu., decía Walsh en


«Operación Masacre»
«El dramatismo de esa muerte (la de Pedro Eugenio
Aramburu) aceleró un proceso que suele llevar años de
creación de un prócer, en cuestión de meses, los doctores
liberales, la prensa y los herederos políticos canonizaron
a Aramburu mediante el uso irrestricto del ditirambo y la
elegía. Paladín de la democracia, soldado de la libertad,
hijo dilecto de la patria, militar forjado en el molde
Cuando Lo Encuentren... díganle 252

clásico de la tradición sanmartiniana , gobernante sencillo


y probo...son algunos de los conjuros que escamotean a
la historia el perfil verdadero de Aramburu..»

En una carta de Perón (sobre Aramburu) a Tomás Eloy


Martínez el 29 de Junio de 1966, (publicada en su libro
«La Novela de Perón») dice el general:

«Lo reemplazó(a Lonardi) un General que había sido


alumno mío en la Escuela Superior de Guerra ; de nombre
Pedro Eugenio Aramburu. Era un hombre inepto para
todo, menos para la perversidad. Si a Lonardi lo liquidó la
cirrosis, de Aramburu se encargará el pueblo alguna vez.
El pueblo no dejará sin venganza los estropicios con nos
hizo este canalla. Aramburu entregó el país a los
intereses extranjeros, fusiló sin misericordia a los
patriotas que se rebelaron y mandó a destruir o esconder
(solo Dios sabe de eso) el cadáver de Evita para que el
pueblo no pudiera venerarlo. Esos crímenes nunca
quedan impunes....»
Cuando Lo Encuentren... díganle 253

LA MORDIDA

- Saquen ese animal de ahí, carajo, ordenó el


sargento de policía en medio del griterío infernal de la
dueña de casa, que estaba con un ataque de histeria, y
los llantos de las mujeres pensionistas.
- No podemos, jefe, contestaron los tres agentes
mientras tironeaban de las piernas del policía de civil, que
mordía con furia de perro rabioso el muslo de Fernando,
con los dientes hincados y la mandíbula tensa. La sangre
le corría por las comisuras de sus labios y sus dos manos
golpeaban una y otra vez sobre el cuerpo de Fernando,
que aún estaba inconsciente.
Recobrar el conocimiento en esas circunstancias no
fue algo placentero. Sentía un dolor y un ardor intenso en
su cabeza y en su pierna derecha. Recordaba un golpe
seco, casi en la nuca, con el que prácticamente lo habían
dormido antes de quitarle el arma. Pero la pierna -pensó-
¿por qué le dolía? Inclinó su cabeza hacia el lado derecho
y vio al policía prendido en la mitad de su muslo,
mordiéndolo y zamarreando su pierna como un animal de
caza. Los tres policías que lo tironeaban lograron
desprenderlo y escupió el pedazo de carne atrapado por
el trismos de sus mandíbulas. También escupió el pedazo
de tela y empezó a insultar a los gritos a Fernando y toda
su parentela. Estaba fuera de sí, descontrolado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 254

Fernando cayó preso en esa pensión, donde vivía una


compañera montonera a quien Adriana Lesgart le había
dejado una valija que llevaba a Tucumán para entregarle a
él y a Susana. Los comisarios Tamañini y Albornoz, a
cargo del operativo, custodiaban los alrededores de la
casa desde hacía tres días, y con la complicidad de la
dueña, habían apostado a dos policías en una habitación.
Sabían que un tal Ramírez pasaría tarde o temprano por
allí para retirar la valija, en la que habían encontrado
documentación importante de Montoneros. Ramírez era el
nombre del documento falso que Fernando portó hasta
septiembre de 1971, fecha en que se produjo la
detención en la capital Tucumana. Habían sucedido
episodios importantes como La Calera, el secuestro y
ejecución del General Pedro Eugenio Aramburu, y muchos
de los combatientes de las organizaciones armadas
habían apostado a Tucumán como cabecera de playa. Ya
había antecedentes de guerrilla rural: Masseti en Salta;
Uturuncos en Tucumán.
Jorge Ricardo Masseti había fundado el Ejército
Revolucionario de los Pobres, con el objetivo de
consolidar un segundo frente para complementar la
guerrilla que el Che Guevara había iniciado en Bolivia. Era
la época en que Arturo Illia ocupaba la presidencia en
Argentina. Fernando conoció a dos de sus lugartenientes
cuando estuvo preso en el Chaco, en la Cárcel de Máxima
Seguridad de Resistencia Provincia del Chaco Allí entabló
Cuando Lo Encuentren... díganle 255

amistad con Méndez y Jouvé, sobrevivientes del EGP. La


primera experiencia conjunta de Organizaciones para
lograr unidad de acción, estaba en marcha
A fines de 1971 fue trasladado a Devoto. Las fuerzas
de seguridad trataban de no mantener a los guerrilleros
mucho tiempo en el mismo lugar.
Hacia septiembre-octubre de 1968, la FAP (Fuerzas
Armadas Peronistas) había desarrollado, siguiendo el
ejemplo de los Uturuncos, en Taco Ralo, su primer
intento de guerrilla rural, abortado luego por las fuerzas
de seguridad. Con poco equipamiento y escaso
conocimiento, fueron perseguidos por el comisario
Tagmanini. Varios fueron enviados también a la Cárcel de
Resistencia, donde Fernando tomó contacto con ellos.
Montoneros ya estaba operando en Tucumán, cuando la
FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), destinó cuadros
de combate a la provincia. Su jefe regional, Julio Roqué,
estableció una relación de amistad con Fernando y Susana
Lesgart, sumando acuerdos políticos y ejecutando
después la primera operación conjunta pública: la toma
de la comisaría de Mariano Moreno, que si bien fue una
operación frustrada, porque perdieron armamentos y
hombres, tuvo una repercusión nacional que ni
Montoneros ni FAR esperaban. El enfrentamiento fue
magnificado por los comunicados de las fuerzas de
seguridad para aparentar una batalla de dimensiones.
Cuando Lo Encuentren... díganle 256

Para ambas organizaciones tuvo consecuencias


directas. Los cambios de domicilio, costumbres,
contactos y lugares habituales, se impusieron por razones
de seguridad interna. Montoneros había comprado en La
Cocha, en el interior de Tucumán, un terreno con una
pequeña edificación que acondicionaron incorporándole
un sótano construido a prueba de humedad, para guardar
armamento. Arriba, la vivienda tenía dos habitaciones y
un baño con un anexo pequeño de cocina. En esa época,
la FAR había secuestrado abundante armamento al
Ejército, y con camiones camuflados depositaban en
diferentes provincias parte de lo acopiado. Julio Roqué les
dejó armas suficientes para una resistencia de un año. El
sótano guardaba un tesoro bélico de grandes
proporciones. Una muestra más de las acciones
unificadas de las Organizaciones por la liberación Desde
allí, dejando una pareja de cuidadores -compañeros
Peronistas vinculados a las tareas agrícolas- se fueron a
pleno centro tucumano, y cerca del Mercado de Abasto,
alquilaron una vivienda con un depósito con tinglado
cubierto que aprovechaban para guardar autos
“recuperados”. Entre ellos, dos patrulleros que camuflaron
para realizar rondas nocturnas y seguir el rastro a la
policía por medio de su propia radio. Durante un año
realizaron operaciones de poca envergadura y muchos
militantes regresaron a sus provincias y a sus lugares de
lucha.
Cuando Lo Encuentren... díganle 257

Fue casualmente entonces, en septiembre de 1971,


que Adriana Lesgart, enviada desde Córdoba para llevar
ropa y documentación, se contactó con una compañera
que vivía en la pensión. Una típica casona colonial de
puerta central maciza y gigante, y dos ventanales en arco
con postigones de madera astillada. La vieja casona había
sido “señalada” por la policía como una casa sospechosa
por los movimientos de sus habitantes. La valija de
Adriana fue revisada cuando ella salió y detectaron el
correo. La celada se preparó minuciosamente y la dueña
de casa prestó su colaboración incondicional.
La sospecha de que la casa estuviera “señalada”,
motivó que llamaran por teléfono a la dueña para
asegurarse que todo estaba normal. Le dijeron que a la
tarde pasarían a buscar la valija que había dejado la
viajera. Pensaban retirarla y marcharse buscando otro
alojamiento.
- Pueden venir cuando quieran – les dijo, mientras
miraba a su lado a los cuatro policías que la controlaban
de cerca-. Los estaré esperando. A las cinco de la tarde
tocaron el timbre. Apareció ella con total naturalidad y
nadie notó nada anormal afuera o adentro de la casa. El
largo pasillo terminaba en un patio de invierno, con
plantas y flores. A sus lados, cuatro puertas de
habitaciones para alquilar permanecían cerradas. Entraron
con naturalidad. Debían llegar a la última puerta de la
derecha. Ni bien estuvieron en la mitad del pasillo,
Cuando Lo Encuentren... díganle 258

aparecieron policías desde atrás, al frente y a los lados.


Fernando encontró, a quince centímetros de su frente, el
cañón de una pistola 45 martillada, empuñada por un
inmenso gordo pelado con un corte de pelo militar, que
sudaba y temblaba a la vez. En una maniobra calculada
logró quitarle el revolver, empuñarlo y apuntar al policía
ordenando que todos dejaran las armas. Pero dudó en
martillar la pistola - de hacerlo era a sangre fría y ante
un hombre desarmado - desde atrás un culatazo lo
desvaneció y lo tiró en medio del pasillo. Allí fue cuando
el inmenso policía enfurecido se arrojó sobre su muslo
derecho y comenzó a morderlo sin parar.
- Mi nombre es Juan Carlos Ramírez -dijo Fernando
ya recuperado- Soy originario de Coronda, Santa Fe -
siguió mientras se señalaba el bolsillo para que le sacaran
el documento.
Esposado junto a la chica y otro compañero fue
llevado a la comisaría. Los metieron en calabozos
distintos. La rutina empezó con el “piano” de
identificación, luego los interrogaron por separado, los
carearon, y después vinieron los golpes y la tortura.
Fernando tenía en su poder cuatro juegos de llaves de
diferentes autos que iba a tener que justificar. Pensó
cuánto tiempo demorarían en conocer su verdadera
identidad. Calculó no menos de cuarenta y ocho horas.
Cuando supiesen quién era, tenía que encomendarse a
Cuando Lo Encuentren... díganle 259

Dios. Rompiendo los cálculos más optimistas, casi al


mediodía siguiente, el teléfono sonó en la comisaría.
- Hablamos del Comando de Ejército. Queremos que
Juan Carlos Ramírez sea sometido a una fuerte custodia y
alojado en una celda de máxima seguridad. Dos oficiales
del Ejército llegarán en un avión militar para hacerse
cargo. Su detenido es en realidad el dirigente montonero
Fernando Vaca Narvaja -dijeron. Pertenecían al Segundo
Cuerpo de Ejército del mismo cuerpo de inteligencia que
había secuestrado a Verd y Maestre dirigentes de la FAR
en Bs. As. Lo fortuito fue que justamente en la villa de
emergencia en donde vivía Fernando con Susana Lesgard
en las afueras de Tucumán, vivía también un policía del la
comisaría que reconoció en silencio a Fernando y aviso a
Susana, quién inmediatamente se comunica con Hugo
Vaca Narvaja en Córdoba, padre de Fernando quién
interpone ante el Juez Federal Tomás barrera un Habeas
Corpus impidiendo de esta manera que los militares del
segundo cuerpo lo desaparecieran y deben reconocerlo
“legalmente” preso.
Fernando fue trasladado a Devoto, luego al Buque
cárcel Granaderos, Chaco como Cárcel de máxima
Seguridad y finalmente la Cárcel de Rawson.
Las cárceles, ya de máxima o mínima seguridad, son
iguales. El hacinamiento provoca humillación y la miseria
humana se concentra. Resistencia no era ajena a esta
realidad. Los militares, luego de los interrogatorios de
Cuando Lo Encuentren... díganle 260

rutina y la picana, los depositaron casi inválidos en medio


de los presos comunes. Los códigos en las cárceles son
claros y se respetan. Los presos políticos, aún cuando son
enviados a pabellones comunes, tienen un trato y
consideración diferentes. La relación con ellos empieza
con desconfianza y recelo, pero al poco tiempo, el
intercambio de información y las anécdotas en las rondas
de mate producen una comunión de compañeros. Los
presos comunes se sentían intrigados porque no se
quedaban con el dinero de los operativos en los bancos.
Les resultaba difícil de entender.
Los presos políticos comenzaron a trabajar en las
mismas entrañas de las cárceles, con adoctrinamiento y
organización para mejorar las condiciones de vida. La
toma de conciencia de los derechos conculcados llegó a
hacer imposible el manejo carcelario. Las autoridades
penitenciarias comenzaron a establecer estrategias de
aislamiento y castigos, sin resultado. Cada vez contaban
con más adherentes. Finalmente las fuerzas de seguridad
tomaron una decisión política: Presos políticos separados
y tratados con máximo rigor. Resistencia era el depósito
natural de cuadros de guerrilla. Montoneros, FAP, FAR,
Uturuncos, EGP, tenían miembros allí. Los militares
decidieron separar a las conducciones. El primer paso de
Fernando fue entonces Villa Devoto, en los pabellones
aislados y custodiados por fuerzas especiales.
Cuando Lo Encuentren... díganle 261

Devoto no escapaba de la generalidad. Las


circunstancias restablecieron la posibilidad de contactos
con el exterior. Los mensajes iban y venían por diferentes
canales y métodos. Se restablecieron los cuadros de
conducción, aún cuando estaban presos; las
organizaciones multiplicaron su apoyo externo y la
información llegaba sin inconvenientes. Nuevamente los
militares decidieron subdividir los grupos. Rawson fue el
destino de algunos, Devoto el de otros y Resistencia el de
los más antiguos.
Fernando y otros cien militantes de diferentes
organizaciones terminaron viajando al sur.
A Rawson, Cárcel de Máxima Seguridad.
Cuando Lo Encuentren... díganle 262

RAWSON

Los guardia cárceles ingresaban con furia, machetes y


gomones en mano, para separar a los dos grupos
enfrentados en el pabellón de presos políticos de Rawson.
Seleccionaban cinco o seis, los esposaban, y casi a
patadas los llevaban al chancho, celda de castigo, en la
que el tiempo se perdía en su misma sombra. Siete, diez
y hasta quince días había que esperar para ver otra vez la
luz.
Era el precio que pagaban los presos por bloquear el
ingreso de la requisa militar no programada, para que el
grupo destinado a guardar los rastros del trabajo en el
túnel no fuese descubierto. Los grupos de choque
estaban siempre expectantes en las rejas de entrada; los
de apoyo, a pocos metros del lugar de trabajo. El túnel
representaba una nueva posibilidad para todos.
Cada gramo de tierra extraída era eliminado por las
rejillas de los baños, aprovechando el vapor del agua
caliente. Cada piedra era repartida entre los ciento veinte
compañeros para que en sacos se las llevaran a la hora
del paseo solar o en el momento del juego y las tiraran
sobre los bordes del patio. Si bien los guardia cárceles no
se daban cuenta, ellos veían crecer de piedras las orillas
de la cancha de fútbol en el centro del patio.
Los grupos de excavación se complementaban con los
de artesanos, que fabricaban pistolas de jabón, que luego
Cuando Lo Encuentren... díganle 263

pintaban con betún negro; el grupo de los metalúrgicos,


que fabricaba con los calentadores Braum Metal las
cucharas para cavar; el grupo de ingenieros que fabricaba
tirantes hechos de papel y engrudo para sostener el techo
y estructura del túnel; el grupo encargado de tapar los
sonidos, que se encargaba de entrar almohadas, frazadas
y otros elementos que evitaban que el golpe del palo
explorador de la requisa descubriera el sonido hueco de
una excavación subterránea.
Los planes de fuga se habían desarrollado desde el
ingreso al Penal de Máxima Seguridad. El túnel era uno de
ellos y a largo plazo, por las dificultades técnicas y
operativas. La toma del Penal desde adentro era otra de
las alternativas que se desarrollaba meticulosamente. Se
registraban los horarios del cambio de guardias, se
medían los pasos entre los retenes, se analizaban los
pasillos enjaulados, se estudiaban los dos sectores de
guardias. Había uno arriba y otro abajo. Los de arriba
pertenecían a un grupo numeroso que con independencia
de la guardia interna, vigilaban desde sus leoneras
(corredores protegidos arriba de celdas y pasillos) los
movimientos de presos y guardia cárceles. Estaban
fuertemente armados y solo obedecían las órdenes de su
inmediato superior.
Los más interesados en la fuga eran indudablemente
el ERP, FAR y FAP. Montoneros tenía parte de la
conducción encarcelada, pero las otras agrupaciones, más
Cuando Lo Encuentren... díganle 264

del 80 %. Los presos de origen gremial estaban en


pabellones separados. Agustín Tosco, Ongaro, las
conducciones del Sitrac-Sitram de los mecánicos de
Córdoba completaban un elenco de características poco
comunes.
Los grupos de apoyo, impulsados desde el exterior
del Penal por Capuano Martínez por Montoneros,
Fernandez Palmeiro por ERP, Carlos Goldenberg por FAR
entre muchos otros mas comenzaron a programar
vehículos para mover ciento veinte presos, y a estudiar el
Aeropuerto local para verificar vuelos, el tiempo que
demoraban en subir los pasajeros, combustible y
distancia para aprovisionarse en caso de salir al exterior.
Chile era una posibilidad. A su vez, los grupos comando
empezaron a proveer en los acantilados de la costa
atlántica, equipos de supervivencia con ropa, alimentos
envasados, abrigos y armas, perfectamente camuflados.
Todo esto por la posibilidad de un fracaso en
el operativo.
Capuano Martínez fue asesinado poco antes de la
fuga debilitando un contacto fundamental para
Montoneros Un mes antes habían logrado introducir al
Penal un uniforme completo de Teniente del Ejército y
una pistola 45, que fueron luego guardados en el túnel. El
día convenido se acercaba. Se especulaba con el frío y el
viento de agosto en la Patagonia, para evitar el tránsito
Cuando Lo Encuentren... díganle 265

externo de guardia cárceles o al menos reducir sus


frecuencias de control.
Quieto y Santucho pidieron hablar con el Jefe de
Guardia. Días antes habían realizado igual procedimiento,
de manera que esto fue tomado como un acto normal. El
Jefe de Guardia y otros carceleros fueron rápidamente
reducidos y les quitaron el uniforme. El operativo estaba
en marcha. Fernando llevaba el uniforme de Teniente, dos
iban como guardia cárceles y cuatro vestidos de civil, con
el pelo cortado al mejor estilo militar. El grupo fue
tomando posiciones en forma rápida y efectiva. Un
segundo grupo consolidaba la toma, y un tercero abría
celdas y pabellones arrastrándose por el piso de los
pasillos cubiertos por las frazadas gris tierra.
Había que sortear dos peligros. Las leoneras, donde
los guardias tenían una completa visión de los pasillos y
puestos de retenes, y el Vivac de la entrada al Penal,
donde había siempre personal de refuerzo altamente
entrenado en motines.
Avanzaron con decisión por el último retén.
Sometidos sus controles, quedaba el Vivac sobre el ala
derecha Dos guardias custodiaban la entrada armados
con ametralladoras FAL. Se acercaron con paso firme y al
llegar ante los guardias, que se mostraban sorprendidos y
confusos, el Teniente les envió la voz de mando:
- Entrégueme su arma, soldado - ordenó Fernando a
uno de ellos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 266

El soldado titubeó, pero luego accedió al pedido.


- Así no se entrega un arma - manifestó con seriedad
Fernando a la vez que le devolvía la metralleta -.
Entréguela como corresponde.
El soldado taconeó y mediante un “si, mi teniente”,
entregó su arma con las dos manos firmes y un gesto
seguro.
Ambos fueron reducidos inmediatamente y el ingreso
al Vivac se produjo con la misma firmeza, solo que esta
vez, las armas estaban multiplicadas.
Ocupada luego el área administrativa, solo restaba la
toma de la guardia externa de los portones de ingreso, y
la entrada de los vehículos, que supuestamente ya
estaban listos para evacuar el Penal.
La señal de inicio del operativo “toma del Penal”,
debía ser realizada con un aviso desde las celdas de
mujeres, en lo alto del tercer pabellón y con vista directa
a la calle principal. Pero el aviso fue tomado en forma
errónea y se mal interpretó.
- Creímos que el operativo estaba suspendido -
dirían algunos más tarde para explicar sus ausencias.
Solo un Falcon hizo su ingreso luego de la toma de la
guardia del portón. Carlos Holdenberg, que lo conducía,
estacionó ignorando que el resto de los vehículos había
regresado a sus lugares de origen. Se decidió, entonces,
usar los autos del personal administrativo del Penal que
estaban estacionados. El objetivo era lograr la fuga de los
Cuando Lo Encuentren... díganle 267

tres grupos que se habían determinado por unanimidad


Seis personas en el primer vehículo, dieciséis en el
segundo y el resto en camiones.
La llegada al Aeropuerto no fue muy agradable,
porque el enorme Boeing de Austral se estaba alejando,
dirigiéndose a la cabecera de la pista. En ese avión iban
tres guerrilleros: El Gallego Fernández Palmeiro, Ferreira,
y una compañera de la FAR, quienes suspendieron la
toma del avión al verificar que en el Aeropuerto no había
señales de la fuga.
Estacionaron y casi corriendo, entraron tratando de
disimular la desesperación. Fernando casi choca con el
Coronel Pellinger, que ni bien lo vio lo llamó.
- Teniente l - dijo con voz de mando.
- Si, mi Coronel - retrucó Fernando.
- Tiene las charreteras dadas vuelta - aseguró
mirándolo con curiosidad.
- Si, mi Coronel - contestó, luego de verificar que era
cierto -. Usted sabe, las mujeres, y se fue retirando,
asegurándole que las arreglaría.
Osatinsky y Santucho ya habían llegado a la puerta de
acceso de la torre de control. Estaba cerrada. Un guardia
del Aeropuerto se acercó y por medio de la radio portátil
con enlace en la torre, trató infructuosamente de
comunicarse, hasta que Osatinsky le dijo en voz grave:
- En el avión hay una bomba, deben pararlo -.
Cuando Lo Encuentren... díganle 268

Esta vez la comunicación se facilitó y la voz de alarma


fue transmitida en forma directa al comandante de
Austral.
Allí comenzó un trabajo improvisado y contra reloj. El
avión estaba llegando a la cabecera de la pista. Osatinsky,
Santucho, Fernando y el grupo de apoyo corrían hacia él.
La puerta del avión se abrió. La azafata estaba pálida
y asustada. Al colocar la escalera, Fernando subió con
rapidez hasta la plataforma superior. En ese momento, el
Gallego Fernández Palmeiro lo encañonó, ya que no logró
reconocerlo con el uniforme. Pensó que venían a buscarlo
a él. El Gallego y Ferreira tenían la misión de tomar el
avión, lo que en ese momento realizaron, pero pensando
que serían apresados.
- Es el Vasco, Gallego -gritó desde abajo Santucho,
tratando de que el arma, ya a menos de un metro de la
cabeza de Fernando, no martillara.
Fernández Palmeiro no supo que hacer hasta que
reconoció a Santucho y logró serenarse.
Después de subir todos, tomaron la cabina del piloto
y cortaron la comunicación con la torre de control. Solo
debían transmitir las órdenes que ellos indicaran.
El plan de fuga contemplaba un margen de espera de
quince a veinte minutos, que era el cálculo previsto para
la posible llegada de cazas desde Bahía Blanca. De no
partir en ese tiempo el plan corría el riesgo de fracasar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 269

A los veinte minutos exactos le dieron la orden al


comandante.
- Partimos, el destino es Santiago de Chile. Pero
vamos a sobrevolar el aeropuerto, siempre pensando en
la llegada de la segundo escalón.
- Imposible, contestó el comandante con evidente
disgusto, en un estado de nervios. No nos alcanza el
combustible... a mitad de camino nos caemos.
- No es cierto, le contestaron. Puede abastecerse en
Puerto Montt y desde ahí salimos a Santiago.
El avión despegó. Bajo secuestro y rumbo a Chile.
Cuando Lo Encuentren... díganle 270

LA MASACRE

- Yo comparto la evaluación que se hizo en aquel


momento - dijo María Antonia Berger, sobreviviente de la
masacre de Trelew.
- ¿En qué consistía esa evaluación?, preguntó el
periodista.
- No avisar a los compañeros que estaban
sobrevolando el aeropuerto que habíamos llegado; no
podíamos garantizar que pudiesen despegar nuevamente,
las Fuerzas Armadas estaban cerca.
- ¿Las Fuerzas Armadas?
- A esta altura de los acontecimientos ya estaba la
Marina al mando del Capitán Sosa rodeándonos. Nosotros
éramos diecinueve combatientes con pistolas y algunos
FAL. Ellos estaban totalmente pertrechados. Decidimos
entregarnos y pedir garantías, por eso exigimos un juez -
dijo María Antonia.
- ¿Hubo un juez? - preguntó el periodista incrédulo.
- Si, lo habíamos conocido en el Penal. Él y la prensa
eran nuestro reaseguro. El juez aceptó nuestras
condiciones, fuimos haciendo una fila y entregamos las
armas pacíficamente gritando “Viva Perón”.

Mariano Pujadas miraba desconfiado al Capitán Sosa ;


había un rictus que le preocupaba, su casco militar estaba
echado atrás y con mirada fría controlaba la fila que
Cuando Lo Encuentren... díganle 271

lentamente se desprendía de su armamento. Él quería


desde el comienzo llevarlos a la Base Almirante Zar, sin
embargo el juez se lo impedía.
- Entonces apareció la “trampa legal” - dijo Mariano
cuando se enteró.
- ¿Qué trampa?
- Se decretó el estado de emergencia, quedando así
todas las fuerzas de seguridad bajo el mando militar, en
este caso el V Cuerpo. Sosa ya nos tenía atrapados y
encerrados en el ómnibus ; todo fue perfectamente
calculado, el juez estaba subordinado.
Por una radio cercana al ómnibus se escuchó la
noticia esperada : “Hacemos una interrupción del
programa para informar que un cable de Chile anunció el
aterrizaje del avión secuestrado por los guerrilleros
argentinos en Puerto Montt...”
- Estallamos de alegría - dijo María Antonia.
- Y lo festejamos a nuestra manera, por supuesto,
con la marcha peronista -agregó Haidar-. Pensamos
luego que habíamos logrado objetivos importantes:
ocupar el Penal de Máxima Seguridad de Rawson; copar el
aeropuerto más de cuatro horas y lograr que el primer
escalón de compañeros estuviera en Chile.
- Sosa estaba fuera de si, dijo María Antonia.
Los conscriptos que los custodiaban enseguida
entablaron conversación. La diferencia de edad no era
mucha entre ellos, no más de tres años en algunos casos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 272

Eran todos jóvenes y tenían los mismos códigos.


Intercambiaron cigarrillos y hasta algunas bromas.
Sosa se fue acercando lentamente sin que los
conscriptos le prestaran atención. La voz de mando no se
hizo esperar.
- ¡Soldado! - gritó -, ¡con estos delincuentes ni una
sola palabra, carajo!
- Si, mi capitán, contestó el soldado rápidamente, con
los ojos desorbitados y tirando el cigarrillo con disimulo.
- ¡Nos vamos! - dijo Sosa, dando media vuelta para
subir a su jeep.
- Muchachos - dijo el chofer entre dientes -, los lleva
a la Base Almirante Zar.
Un frío los invadió y se instaló el silencio. Sosa
sonreía.
El ómnibus salió lentamente, la Base quedaba
exactamente a seis kilómetros de ese lugar.
La Base no era muy distinta a otras guarniciones
militares. El jeep abrió paso a la columna de vehículos,
ómnibus y camiones de techo verde oliva. Los Máuser
alemanes eran las armas de guerra clásicas.
- Mi capitán, las celdas están listas, dijo un soldado
cuadrándose en un saludo enérgico, taconeando su
propia subordinación.
Sosa lo miró con desprecio.
- Vamos, dijo haciendo una mueca.
Cuando Lo Encuentren... díganle 273

Ya estaba pensando en la guardia que debería


instrumentar.
- Estos pendejos de mierda -pensaba-, si los dejo
tomar contacto me los hacen guerrilleros, tengo que
preparar una guardia profesional.
Las celdas no se diferenciaban de otras celdas. Hasta
el olor a encierro y la humedad típica de los lugares sin
ventilación presagiaban un destino incierto.
Les fueron entregando unas frazadas después de
hacerlos desnudar y realizar ejercicios físicos ante la
mirada de los colimbas.
- Ya van a ver lo que es meterse con la Marina,
repetía una y otra vez Sosa mientras daba órdenes a los
gritos.
Esa noche los conscriptos les contaron algunos
detalles de lo que habían escuchado cerca del Casino de
Oficiales.
- Creo que los van a liquidar, muchacho, dijo uno
asustado.
- Este Sosa es el más hijo de puta de la Base, afirmó
otro.
- Le gatilló la 45 en la cabeza a cualquiera, nunca
sabemos si al cargador le quedó una bala.
- El clic es suficiente.
- Nadie pregunta.
- Todos le temen.
Cuando Lo Encuentren... díganle 274

A la noche siguiente entró la guardia profesional.


Cuatro suboficiales de rostro poco expresivo los
obligaron a cambiar la rutina nocturna. El silencio se
instauró inmediatamente luego de la orden: “Nadie habla,
carajo”.
- No falta mucho para que les de una lección, dijo
Sosa mientras se retiraba por la puerta delantera.
Los interrogatorios al comienzo fueron sin violencia,
quienes los hacían demostraban dudas y hasta impericia,
sin embargo, no demoraron en llegar las “fuerzas
especiales” dedicadas a extraer información en base a la
tortura.
- Vio capitán, sin tortura no habrá declaración alguna,
dijo el suboficial afirmado en el marco de la puerta. Su
mano derecha siempre tenía dos monedas en permanente
rotación.
Bravo gozaba con las acciones de presión psicológica.
Las amenazas, los fusilamientos frustrados y las
provocaciones eran su conducta constante. En varias
oportunidades dejaba su pistola cerca de los muchachos
para que estos la tomen y tener la justificación que
buscaba en forma permanente. Claro, no tenían balas en
su cargador.
El 22 de agosto comenzó en plena madrugada.
- Nos despertaron a las tres y media de la mañana a
gritos y golpes. El juez Quiroga había estado la mañana
anterior verificando nuestro estado, dijo María Antonia.
Cuando Lo Encuentren... díganle 275

Las ráfagas no tardaron en aparecer. El tableteo de las


ametralladoras fue infernal. Cada uno trató de
comprender lo que pasaba, ya que no había una visión
clara del lugar de inicio. Todos atinaron a tirarse cuerpo a
tierra.
El sweater blanco de Mariano Pujadas se llenó de
puntos rojos; Polti cayó herido quejándose; Clarisa La
Place, Delfino y Khon fueron fusilados. Las paredes
salpicaron el revoque. Hubo quejidos y lamentos
mezclados con los gritos histéricos de los guardias que
usaban su metralla.
Alberto Camps, en medio del tiroteo, humo de
pólvora, gritos y paredes perforadas, alcanzó a visualizar
en el marco de la puerta a Bravo, con dos pistolas a la
altura de su cintura. Con una sonrisa y un rictus de
desprecio comenzó a disparar. Alberto no tenía como
eludir las balas. La bala que perforó su abdomen le
provocó a los pocos segundos arcadas y vómitos de
sangre. Se tiró instintivamente hacia la derecha y cayó
lleno de sangre. Lo dieron por muerto.
Bravo ya estaba cebado y buscó otra celda, la de
Haidar. Desde el marco de la puerta repitió la operación.
La última bala perforó el tórax que comenzó a sangrar y a
dificultar la respiración de Haidar.
En la celda del frente se escuchó un grito
desgarrador : ¡Hijo de puta!, fue el último estertor de otro
masacrado al que no pudo identificar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 276

Un estruendo de bala fue la única respuesta..


Había comenzado el operativo “remate”.
María Antonia Berger tenía la mandíbula destruida,
brotaba sangre que la ahogaba y sus manos retenían el
abdomen perforado. Cayó casi pegada a la pared y con
sus dedos ensangrentados trató de escribir los nombres
de los asesinos: Bravo y Sosa. Sin embargo, alguien los
borraba.
Ya dada por muerta, sola en su celda, escribió :
LOMJE.
Esto tenía un solo significado, “libres o muertos,
jamás esclavos”.
Entre gritos y remates, Sosa gritaba a sus compañeros
de armas.
- Recuerden cabrones, Pujadas trató de tomar la
ametralladora de la puerta y se amotinaron para una fuga
masiva, al que cambie la versión lo hago boleta.
Los balazos de las metrallas, el griterío infernal y el
humo no tardaron en alertar a otros integrantes de la
Base Almirante Zar, que acudieron en pijamas con armas
en sus manos pensando cualquier cosa menos en una
masacre.
- ¿Qué carajo pasa ? - gritó el primer oficial que
apareció.
Sosa quedó inmovilizado. Necesitaba unos minutos
más para terminar su obra macabra. Ya no podía rematar
a nadie. Sin embargo, pensó que no quedaba nadie vivo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 277

El aspecto de las celdas y los pasillos era


estremecedor; algunos quejidos demostraban que había
sobrevivientes. Los revoques levantados, las paredes con
sangre, los cuerpos inmóviles daban un aspecto de
horror.
Un enfermero iba dando vuelta cada uno de los
diecinueve presuntos cadáveres.
- Muerto -decía- ; agoniza, pero no se salva ; vivo,
traigan una ambulancia ; muerto -proseguía en un conteo
interminable- ; este está reventado ; ¡ vivo ! - gritaba - ; a
esta súbanla a una camilla... está viva con la mandíbula
destrozada - dijo refiriéndose a María Antonia.
Cuatro cuerpos fueron llevados a un recinto solitario ;
no les realizaron maniobras de limpieza, canalización de
tráquea o arterias y venas. Quedaron abandonados.
- Al carajo, dijo uno que los había llevado.
- Que se caguen, dijo otro mientras dejaban el
recinto.
Quedaron solos. Camps, medio de costado, alcanzó a
ver al Turco Haidar lleno de sangre y hecho un ovillo.
“Debe estar muerto”, pensó.
- Turco, ¿estás vivo?, preguntó temeroso.
La respuesta tardó, pero llegó acompañada de un
pequeño movimiento de su cuerpo maltrecho.
- Si, estoy vivo, pero no se por cuanto tiempo.
- ¿Cuántos quedamos?, preguntó Alberto.
- Tres - respondió el Turco.
Cuando Lo Encuentren... díganle 278

- ¿Quién es el otro?
- María Antonia, pero creo que está fregada.
Los invadió el silencio, y los recuerdos de los hechos
recientes les arrancaron algunas lágrimas. María Antonia
estaba inconsciente.
Los ruidos secos de los remates aún retumbaban en
sus cabezas.
La llegada de los médicos fue tardía. Los exámenes
fueron superficiales.
“Tienen miedo de nuestra sangre”, pensó Haidar.
- Hay que derivarlos a Bahía Blanca - fue lo último
que escucharon.
Sosa y Bravo declaraban al lado del recinto. Una
puerta entreabierta dejaba llegar sus comentarios.
Bravo se aferraba a la teoría de la fuga.
- Este hijo de puta de Pujadas trató de escapar y
matarnos. Tomó la ametralladora de guardia en un
descuido nuestro.
- Y comenzó a tirarnos,- completó Sosa-, no tuvimos
más remedio que responder con fuego cruzado. Además,
el resto de los prisioneros había comenzado a copar los
pasillos. Nos arrebataron las armas.
- El tiroteo fue terrible, aseguró Bravo.
El oficial sumariante acotó con inocencia:
- Nos llama la atención que en la pared de ingreso a
las celdas no hay un solo tiro..., es como si los disparos
hubiesen sido realizados para un solo lado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 279

- ¿Cómo para un solo lado?, respondió Bravo enojado.


- Usted debe comprender y anotar, hubo un intento
de fuga con los prisioneros armados -dijo Sosa alzando la
voz.
- Si, mi capitán, intento de fuga con prisioneros
armados. ¿Cuántas bajas tuvo, capitán?, preguntó el
sumariante.
- Ninguna, tuvimos una respuesta inmediata y
logramos cubrirnos.
- Lograron cubrirse, repitió el escribiente.
Terminado el primer procedimiento administrativo del
sumario interno, Sosa y Bravo leyeron cuidadosamente la
declaración. Hicieron algunas observaciones sin
importancia.
- Para que quede prolijo -dijo Sosa-. Ha sido un
milagro continuar vivos -agregó mirando a Bravo que
asentía con seriedad.
- Un verdadero milagro.
- Milagro, repitió el sumariante sin levantar la vista.
Los tres sobrevivientes alcanzaron a escuchar algunas
de las frases más importantes y su indignación fue más
intensa que el dolor de los balazos.
“Esa va a ser la versión oficial”, pensó el Turco.
El Almirante Hermes Quijada se acomodó los anteojos
antes de leer por radio y televisión el comunicado oficial
del gobierno de facto.
Cuando Lo Encuentren... díganle 280

“Armados con ametralladoras y pistolas, los


diecinueve prisioneros intentaron la toma del pabellón
donde se alojaban con el propósito de emprender una
nueva fuga. El combate fue intenso y dramático y
resultaron muertos dieciséis subversivos, quedando en
grave estado e internados en hospitales militares los
ciudadanos María Antonia Berger, René Ricardo Haidar y
Alberto Camps. Los tres se encuentran en gravísimo
estado, temiéndose por sus vidas”.
La revista Descamisados recopiló detalladamente cada
una de las declaraciones de los profesionales de la
provincia de Chubut que fueron luego voceros de la
masacre.
Alejandro Lanusse, presidente de facto al momento
de los asesinatos, se aferró a la versión de Sosa y Bravo
tratando de reafirmar el acto salvaje de un nuevo intento
de fuga, parangonándolo con la fuga del Penal de Rawson
y la muerte del guardiacárcel Valenzuela.
- Por suerte, en esta acción las Fuerzas Armadas no
tuvieron bajas, afirmó con orgullo.
“Personalmente, ordené al General Betti que de
inmediato y con toda la fuerza retomara el Penal de
Rawson sin importar las consecuencias. Había que
quebrar la actitud de los rebeldes”, había dicho cuando la
fuga de Rawson.
Cuando Lo Encuentren... díganle 281

- Esta vez, la Armada en una acción rápida controló la


fuga de los subversivos, falleciendo en el tiroteo la
mayoría de ellos.
En la Base Almirante Zar la suerte estaba echada. La
versión oficial se trasladó a la población. Solo la lectura
de Descamisados pudo llevar información y testimonio a
los argentinos.
La masacre fue un hecho.
Las Fuerzas Armadas han perdido el honor, aclaró
preocupado Poutien en Chile.
Cuando Lo Encuentren... díganle 282

CHILE Y CUBA

Arsenio Poutien el Jefe de Seguridad de


Salvador Allende, presidente de Chile, (acribillado a
balazos en la Casa de la Moneda junto a su Presidente
en el Golpe Militar de Septiembre de l973) se acercó
lentamente a la base de la escalerilla instalada en la
puerta del avión secuestrado. Una de las azafatas
maniobraba con las poleas de seguridad y con rostro
tenso y asustado miraba a Poupen sin decir palabra.
Detrás de ella, un joven no mayor de 28 años registraba
con cuidado todos los movimientos y observaba la pista.
Una pistola 45 estaba sujeta en su cinturón, dejando ver
solo la culata.
Poutien era delgado, de unos 45 años, pelo entrecano
y rostro de rasgos definidos. Mantenía una seriedad
acorde a su función. Había sido designado por el
gobierno chileno para recibir y custodiar a los guerrilleros
fugados del Penal de Rawson. La seguridad de los mismos
estaba en sus manos, de manera que había montado un
operativo discreto, con personal de civil rodeando el
avión, mientras él y un militar custodiaban el pie de la
escalera.
- El gobierno chileno les da la bienvenida, repetía una
y otra vez mientras estrechaba la mano de cada uno de
los guerrilleros. El militar se limitaba a mirar con atención
a quienes bajaban. Solo se cuadró cuando Fernando bajó
Cuando Lo Encuentren... díganle 283

con el uniforme militar y le hizo señas para separarlo del


grupo disimuladamente.
- Por favor, acompáñenos - le dijo a Fernando -.
Nosotros llevamos al teniente, le dijo a Poutien.
Fernando se dejó llevar, con curiosidad, sin alcanzar a
comprender. A pocos metros un vehículo mediano los
esperaba con dos oficiales carabineros, que también lo
saludaron militarmente mientras le abrían la puerta
trasera.
El vehículo arrancó hacia el edificio del aeropuerto,
distante unos quinientos metros.
- Supongo que la situación vivida no es nada
envidiable, dijo ya sin tanto protocolo, el militar sentado
al lado del chofer.
- Efectivamente - contestó Fernando sin entender a
dónde querían llegar.
- Como militar chileno, debo manifestarle nuestra
total y absoluta solidaridad con las Fuerzas Armadas
Argentinas ante este lamentable hecho que los
subversivos han provocado -sentenció-. Como usted
comprenderá, es nuestra obligación seguir las órdenes de
nuestros superiores; el hecho de estar en la recepción de
ellos no significa que las Fuerzas Armadas Chilenas les
den legitimidad a los guerrilleros arribados, continuó
mientras fumaba tranquilamente un cigarrillo.
- Nosotros tenemos problemas similares con la
subversión y el gobierno comunista de Allende - dijo el
Cuando Lo Encuentren... díganle 284

chofer, que lucía uniforme y charretera que marcaba su


grado.
- No pasará mucho tiempo que tendremos que tomar
el gobierno y terminar con esta basura comunista,
remató el acompañante.
Fernando, lejos de intimidarse, se dio cuenta que
estaban convencidos que él era un militar argentino
víctima del secuestro. Cuando se acercaban al edificio
central del aeropuerto se apresuró en aclarar su origen.
- En realidad quiero aclararles mi situación... dijo
tratando de mantener la calma. Soy un combatiente de la
Organización Montonera de Argentina; uno de los
fugados del Penal de Rawson, que ha solicitado, junto al
resto de los compañeros recién llegados, asilo y
protección al presidente de Chile para continuar hacia
Cuba, que en realidad es nuestro destino.
El militar de más alto rango no salía del asombro.
Apagó el cigarrillo en el cenicero, miró asombrado a
Fernando y sin agregar una sola palabra le indicó al
chofer que estacionara a pocos metros del Salón VIP,
donde ya estaba el resto de los argentinos. Con rapidez
abrió su puerta y la de Fernando, llamó a tres carabineros
y en una apresurada y asombrosa ceremonia, se irguió
ante Fernando y comenzó a arrancarle las charreteras,
botones e insignias de su uniforme. Consumado su
objetivo agregó con voz seca:
Cuando Lo Encuentren... díganle 285

- Esto es para honrar al militar argentino y a las


Fuerzas Armadas de su país. Usted no merece tener
puesta esa chaquetilla ni portar su grado.
Fernando lo miraba en silencio, sin atinar a
reaccionar.
- Llévenlo con el grupo subversivo, ordenó a los dos
carabineros que habían presenciado el acto de
degradación militar.
Fernando fue reintegrado al grupo, ante la curiosidad
de todos, que no comprendían bien el estado en que
estaba la chaquetilla. Luego se dieron cuenta que los
militares chilenos ya tenían en mente la destitución del
presidente Salvador Allende. El salón VIP no se
diferenciaba de otros similares. Poupen les indicó que se
sentaran, les trajo un café a cada uno y mientras lo
tomaban, les fue dando la información política.
- Como ustedes sabrán, el presidente ha permitido no
solo el aterrizaje del avión secuestrado, sino también su
regreso. Ustedes serán huéspedes del gobierno chileno
hasta tanto definamos en que situación quedarán. Estarán
alojados en Coordinación Federal, lugar donde tendrán
todo lo necesario para el confort de su estadía... y por su
seguridad estarán custodiados por Carabineros. Podrán
recibir visitas sin restricción, pero no podrán salir del
ámbito destinado a su alojamiento - esto último lo dijo
sin mucha convicción, pero cayó como un relámpago.
- ¿Cómo que no podremos salir?, preguntó uno.
Cuando Lo Encuentren... díganle 286

- Entiéndase que esto lo realizamos como una


medida de seguridad absoluta, somos responsables de
ustedes y velaremos por su integridad.
- Pero esto se parece más a una cárcel que a un
alojamiento... retrucó otro.
- Depende desde que punto de vista se vea -dijo
Poupen-. De cualquier manera, ya tendremos tiempo para
conversar políticamente estas cuestiones y otras que
pueden interesar a todos. ¿Fuman? - preguntó tratando
de desviar el eje de la charla.
- Muchos de nosotros pensamos que la estadía en
Chile sería muy breve y solo en tránsito hacia Cuba –dijo
Roberto Santucho-, y debo aclararle que las condiciones
para entregar el avión se establecieron de común acuerdo
bajo estas cláusulas.
Poutien fumaba nervioso y solo atinó a contestarles
que si bien era razonable el pedido, deberían comprender
que el gobierno de Chile estaba en conversaciones con
Lanusse para concretar la propuesta de Argentina
consistente en borrar las fronteras ideológicas.
Esto puso una cuota de incertidumbre en el grupo.
- Los vehículos están en la puerta, señor - dijo un
carabinero a Poutien.
- Bien, allá vamos, contestó invitando a todos a salir.
Salieron del salón VIP muy intranquilos;
aparentemente les estaban cambiando Rawson por
Santiago. La llegada al viejo edificio de Coordinación
Cuando Lo Encuentren... díganle 287

Federal fue sin inconvenientes. Santiago tenía ese día una


tranquilidad rutinaria. La caravana atravesó la ciudad,
custodiada por dos motocicletas de la policía. El ascensor
los llevó hasta el tercer piso. Unas oficinas habían sido
acondicionadas para albergar al grupo. Tres carabineros
armados en la puerta le daban al lugar un aspecto de
prisión.
- Los busco en unos minutos -dijo Poutien-, pueden
lavarse y cambiarse. El Sr. Altamirano los espera en
quince minutos.
Lo vieron alejarse y la puerta se cerró.
- Huelo algo raro... - dijo Santucho.
- Parece que vamos a tener problemas, acotó otro,
mientras todos se recostaban en las camas tipo tijeras de
campaña. Poutien llegó exactamente quince minutos
después. Los invitó con formalidad a seguirlo y así el
grupo se encaminó por un largo pasillo hasta la oficina
del segundo piso donde estaba esperando Altamirano.
Carlos Altamirano era un dirigente encumbrado del
Partido Socialista Chileno. Delgado y de nariz prominente,
se le notaba tenso y algo nervioso. Estaba parado,
mirando la ventana que daba a la calle. Luego de las
presentaciones protocolares se sentaron alrededor de una
mesa de trabajo. Les convidó cigarrillos y café, les
transmitió unas palabras de aliento que enviaba el
presidente y pronto entró en el tema específico.
Cuando Lo Encuentren... díganle 288

- La fuga del Penal ha tenido una repercusión


inesperada. Argentina, aún cuando su presidente sea de
facto, ha planteado concretamente la posibilidad de
borrar las fronteras ideológicas. Lanusse, si bien no los
reconoce como combatientes de ningún sector legal, ha
pedido al gobierno de Allende que los mantenga
“retenidos” hasta la reapertura política que se garantiza
en pocos meses más, de acuerdo a un proyecto político
denominado Gran Acuerdo Nacional.
- ¿Nos está ofreciendo una cárcel de lujo?, protestó
Santucho.
- Bueno, en realidad nosotros garantizamos su vida y
la posibilidad de un regreso pactado. También se puede
contemplar libertad absoluta para visitas y el compromiso
de un tratamiento humanitario a los presos políticos. Esta
apertura puede darles una vía de entrada a un sistema
democrático y pluralista.
- El Gran Acuerdo Nacional es un invento para
perpetuar el poder militar -dijo Osatinsky-. Este tema ha
sido debatido por nuestras organizaciones y solo es un
artificio para seguir proscribiendo a Perón y al
Justicialismo. No se equivoque, Lanusse ni bien se enteró
de nuestra fuga ordenó al General Betti que utilizara toda
la fuerza para recuperar el Penal, sin interesarle las
víctimas. Necesitaba dar una muestra de poder; sin
embargo, Betti prefirió el diálogo, contradiciendo las
órdenes de represión a toda costa. Fueron analizando con
Cuando Lo Encuentren... díganle 289

Altamirano las consecuencias que tendría para el


gobierno chileno su traslado a Cuba. Las puertas no
quedaron cerradas para una nueva negociación.
Terminada la primera entrevista, regresaron a su
“área restringida”. Allí tuvieron una discusión hasta altas
horas de la madrugada.
- Deberíamos iniciar una huelga de hambre en caso
de que no dejen que lleguemos a Cuba, dijo el pelado.
- No hay que descartar nada, retrucó otro.
Podían enterarse de las noticias de Argentina por
radio, televisión y los diarios locales. Algunas visitas del
MIR chileno les daban fuerzas para seguir, porque la
presión sobre Salvador Allende crecía por parte de los
militantes socialistas.
El día 22 de agosto, antes del amanecer, llegó Poutien
con dos civiles y les retiró las radios y la televisión.
- Es cuestión de rutina - dijo -, probablemente los
traslademos a un lugar más confortable.
- ¿Ésta radio también?, preguntó el hombrecito más
bajo señalando una portátil.
- Si, también, respondió Poutien.
A las siete de la mañana tampoco aparecieron los
diarios, que rutinariamente les entregaban con un
“buenos días muchachos”. Esto había comenzado a
intrigarlos, sobretodo por el ambiente de los pasillos.
Gente caminando desde muy temprano, refuerzo de
guardia y caras de mucha seriedad. Fue a las 7, 30 hs.
Cuando Lo Encuentren... díganle 290

cuando Poutien reapareció, acompañada esta vez por dos


militares. No aceptó una silla y tratando de mantenerse
calmo comenzó a explicar la situación de Trelew.
- Verán -dijo-, en la madrugada de hoy, según
información oficial del gobierno argentino, en la Base
Almirante Zar, murieron en combate todos sus
compañeros luego de un intento de fuga y un tiroteo
feroz en el área de seguridad. El gobierno ha comunicado
oficialmente los hechos y a las ocho de la mañana el
Almirante Quijada explicará la situación. Ninguno se
movió, paralizados por una noticia que ellos venían
denunciando como posible. Las imágenes de los últimos
momentos de los compañeros tomando el Penal, con la
alegría por cada metro controlado y la posibilidad de
recuperar la libertad, fueron acompañando una creciente
furia de venganza. Sabían que habían sido fusilados. Por
otra parte, entre las víctimas estaban las compañeras de
Santucho y Fernando, y cuadros políticos claves para las
organizaciones. Con los puños cerrados y tal vez un
llanto contenido, desearon que lo que escuchaban no
fuese realidad.
Poutien, acompañando el dolor y la congoja,
prosiguió:
- El gobierno chileno y sus Fuerzas Armadas
consideran que con este hecho las Fuerzas Armadas
argentinas han perdido el honor. Ustedes saldrán en
Cuando Lo Encuentren... díganle 291

cinco horas a Cuba; el presidente autorizó el aterrizaje de


un avión especial que Fidel Castro les envía.
Un poderoso cuatrimotor de Cubana de Aviación ya
estaba en vuelo. Santucho, Osatinsky, Goldenberg, Mena,
Wiesen, Fernandez Palmeiro, Fernando, Ferreira,
Gorrearán y dos compañeros del MIR chileno se miraron
sin decir una palabra.
Poutien continuó :
- De más está decirles que los acompañamos en este
dolor, y que según trascendió, habría tres de sus
compañeros en grave estado, internados en hospitales
militares. No sabemos sus nombres.
Una pequeña luz asomó en el rostro de todos; sin
embargo, conociendo su lugar de atención, no esperaban
buenos resultados.
- Los van a matar, se escuchó a alguien del grupo.
Horas después pudieron ver el mensaje del Almirante
Hermes Quijada, en el que defendía la teoría de la “fuga”
y arrebato de armas para justificar la matanza.
Santucho preguntó :
- ¿Cuántas bajas del ejército?
- Ninguna -dijo Poutien.
- No hubo fuga -dijo el pelado-, fue una masacre.
Horas después viajaban en automóvil al Aeropuerto.
Nadie tenía ganas de hablar, el dolor interno no lo
permitía. Poutien trataba de darles ánimo y hablaba de
una nueva lucha. Nadie le contestaba.
Cuando Lo Encuentren... díganle 292

La salida estaba perfectamente planificada. En el


Aeropuerto, la enorme aeronave estaba lista; los
automóviles se acercaron a pocos metros y la despedida
fue sin la euforia de la llegada.
Poutien les entregó la dirección y los teléfonos de
Coordinación Federal.
- Cuando lleguen comuníquense. Allí estaremos -
dijo, dando la mano a uno y otro mientras subían la
escalerilla.
Poutien no sospechaba que pocos meses más tarde
serían ellos las víctimas de los militares. Pinochet ya
estaba peregrinado el golpe de Estado, y el edificio de
Coordinación Federal se transformaría en la sede de la
poderosa y temible DINA, un calco de la GESTAPO
alemana.
La llegada a Cuba tuvo dos contrastes. El cambio de
clima, absolutamente contrario al de salida, y la calidez
de quienes los recibieron.
- Oye chico ..., decía uno de ellos.
- Bajen a la república liberada de Cuba - acotaba
otro.
Alberto Quintana, Director del Instituto Cubano de la
Amistad les dio la bienvenida en nombre de Fidel.
Los subieron a dos automóviles vetustos y partieron
hacia las zonas residenciales de La Habana.
- Ustedes vivirán en una “casa de protocolo” -les dijo
Alberto-. En realidad son viviendas de los capitalistas que
Cuando Lo Encuentren... díganle 293

fueron confiscadas por la Revolución, y las utilizamos


para nuestros huéspedes y amigos que nos visitan.
- ¿Cuándo podremos iniciar el regreso?, preguntó uno
del grupo.
- Oye chico... si recién llegas... relájate. Hay que
hacer algunos trámites y tendrán que reponerse.
El gobierno de Cuba estaba dispuesto a dejarlos
regresar. No había duda alguna. Pero sus tiempos no eran
los mismos. Quintana y su ayudante, funcionarios
cubanos, eran quienes más frecuentaban el grupo, tenían
siempre alguna reflexión para transmitir. Se interesaban
en el proceso de resistencia argentino y trataban de
comprender cómo había tantas fracciones con el mismo
objetivo, pero independientes entre sí. Una de las tantas
mañanas, llegó Quintana eufórico.
- Fidel los recibe mañana a las nueve de la mañana -
dijo.
- ¿A todos? - preguntó alguien.
- A todos los Jefes de las Organizaciones – confirmó.
Fernando, luego de escuchar algunos detalles, creyó
conveniente aclarar su situación.
- Yo pertenezco a la Organización Montoneros...
puedo ir en forma personal, pero no tengo mandato para
hacerlo por Montoneros. Si esto es inconveniente les
ruego que me disculpen...-
Cuando Lo Encuentren... díganle 294

La reunión con Fidel se concretó con FAR y ERP.


Fernando decidió no concurrir hasta tener contacto con
sus compañeros.
Al día siguiente, Quintana llegó en una camioneta
vieja con toldo blanquecino muy gastado.
- Saldremos al interior de la isla; nos espera Benigno
(Daniel Alarcón Ramírez) para iniciar el entrenamiento
rural, dijo uno de ellos.
Benigno era un guajiro, ex lugarteniente del Che, que
vivía en medio de la maleza de la selva tropical. Tenía
como misión entrenar a los grupos extranjeros en la
guerrilla rural y en supervivencia en condiciones límites.
Llegaron a una pequeña aldea; la vivienda de Benigno
estaba en la punta norte, en medio de un charco de agua
de lluvia rodeado por una exuberante vegetación.
Tocaron bocina esperando respuesta.
Benigno apareció en el marco de madera fabricado
por algún carpintero novato. Era un hombre del monte,
de la selva tropical y de la revolución. Era delgado,
fibroso y con un cigarro apagado en su mano derecha,
con el que jugaba a fumar, sin prenderlo. Miró
atentamente a sus visitantes, que comenzaron a bajar sin
decir una palabra.
Quintana se acercó amistosamente, le entregó una
botella de ron y una caja de cigarros de regalo.
- Son todos che -dijo jocosamente-, ahora podrás
hablar como lo hacías con Ernesto.
Cuando Lo Encuentren... díganle 295

- ¿Estos son los fugados? - preguntó con voz ronca.


- Si, son ellos. Mira Benigno, te los dejo a tu cargo
por treinta días. Ya sabes lo que hay que hacer. Tienen
un entrenamiento casero bastante básico por lo que
cuentan, y hace falta una mano tuya - dijo Quintana
dándole la importancia del maestro.
Benigno sacó una petaca del bolsillo del pantalón,
gastada y de metal, la destapó y comenzó a ofrecer a
cada uno mientras les daba la mano. Luego de escupir a
un lado, los invitó a pasar a su vivienda. Benigno había
sido analfabeto; luego de la revolución había concurrido a
la escuela de adultos logrando cursar el ciclo básico.
Había aprendido a leer y escribir. Parte de su familia había
sido exterminada por el ex dictador Fulgencio Batista.
Curiosamente, el mismo Benigno, años después se
convertiría en detractor de la revolución cubana, exiliado
en París, devenido en anticastrista.
El entrenamiento rural tiene sus secretos, no es solo
el machete y cuidarse de los animales, víboras y arañas.
Había otras cosas que aprender, como curar las heridas,
primeros auxilios para traumatismos, fabricación de
alimentos y armamento, cuidar el sendero y los rastros,
atender su propia sobrevida en condiciones inhóspitas.
- Nunca dejen el cuchillo -dijo Benigno como una
sentencia-, es lo más importante de un guerrillero rural.
Cuando Lo Encuentren... díganle 296

Aprendieron a comer vegetales, raíces, hormigas y


otras alimañas. Aprendieron a ocultarse y preparar
trampas, a deslizarse sin ruido y con sigilo.
Buscaron siempre sacarle una palabra a Benigno.
- El guerrillero no habla... - decía -... actúa rápido.
Quintana regresó a los treinta días, en la misma
camioneta y con la misma alegría. Todos salieron a
recibirlo.
Benigno los fue despidiendo uno a uno, casi sin
palabras. Al último le tocó llevarse una artesanía que
durante esos días había tallado con su machete.
- Para que se acuerden de mí - dijo sin demostrar
mucha emoción.
Benigno había participado por las noches de los
debates políticos del grupo, siempre distante pero atento.
De vez en cuando hacía una pregunta simple pero justa.
En el fondo se inquietaba por lo que pasaba en Argentina.
Entre los entrenamientos, cursos de tintura, camuflaje
y conocimiento de armas, transcurrieron los meses. En
noviembre llegó el límite.
- Mira -le dijo Santucho-, nosotros no podemos
continuar aquí. Estamos más que agradecidos, pero
debemos regresar. Nuestros compañeros están en plena
lucha. Es hora de volver. Nos gustaría que transmitas esto
a tus superiores; esto no tiene posibilidad de postergarse.
Nos vamos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 297

- Bueno... chico, trataré de convencerlos para que


esto pueda realizarse. Pero hay que hacer los documentos
y las vías de ingreso. Necesitamos quince días, por lo
menos.
- Queremos estar antes del quince de diciembre en
Buenos Aires.
- Bien - dijo, aceptando la decisión de todos-,
mañana les digo la fecha.
Salió como siempre haciendo chistes y muecas, sabía
que ya no había más alternativa que dejarlos ir.
Los técnicos de camuflaje, especialistas en teñidos,
cambio de color de ojos, piel y cabello, les habían dejado
importantes enseñanzas. Fernando se podía transformar
con velocidad en un joven ario o en un danés. Los lentes
de contacto de colores facilitaban rápidas medidas
tácticas y las tinturas lograban cambiar, junto a los
peinados o pelucas, las características de la persona. Un
detalle siempre fue reiterado. El teñido del pelo debía
acompañarse del teñido de los brazos y pelos de las
manos. La barba tenía otro tratamiento y una permanente
observación. El día llegó. Estaban en la última quincena
de diciembre y era una buena fecha por el movimiento
natural de los aeropuertos. Cada uno de los integrantes
del grupo recibió un documento con un resumen del
historial familiar para aprendérselo de memoria.
Regresarían por distintas vías. A Fernando le tocó por
Uruguay, previa escala en Alemania.
Cuando Lo Encuentren... díganle 298

Llegando al aeropuerto de la República Federal de


Alemania, la azafata dio la bienvenida, los datos
meteorológicos y el consejo de no levantarse hasta que el
avión no quedara estacionado. Fernando recordó los
datos que debía recitar de acuerdo a su nueva identidad,
se tocó el bolsillo del traje para corroborar que estaba su
pasaporte y se colocó los lentes de marco grueso. El
antebrazo estaba teñido de castaño claro, al igual que su
pelo. Los lentes de contacto no le molestaban. Era
pasajero en tránsito, de manera que pasaron a una sala
de espera interna. Compró una revista en inglés y se
sentó cerca de un grupo familiar turco que tenía dos
niños de corta edad. Su equipaje era solo un maletín de
mano. Pensando que debía chequear su aspecto, se
levantó al baño.
- Siempre debes tener en cuenta tu barba -le decía el
peluquero cubano-. Curiosamente crece más rápido
cuando uno viaja en avión -aseguraba con seriedad
profesional.
En efecto, tuvo que afeitarse rápidamente y en seco
con una descartable. No hubo dolor, pero en el cuello le
tiraron algunos pelos. El resto estaba en orden. Regresó a
la sala de espera, a su mismo lugar.
- Su atención por favor... pasajeros con destino a
Punta del Este, Uruguay... favor de pasar a sala de
embarque número tres. Tomó su maletín, la revista y
caminó lentamente detrás de la familia turca hacia la
Cuando Lo Encuentren... díganle 299

puerta número tres. Embarcó y se sentó del lado de la


ventanilla. Un niño sentado en el asiento delantero lo
miraba con curiosidad. Al principio Fernando no le dio
importancia. Luego se convirtió en algo molesto y
comenzó a hacerle caras de terror. El niño se dio vuelta.
Desde Uruguay pasó sin inconvenientes, tanto en el
visado como por los pasillos. En Ezeiza lo esperaban unos
compañeros que ya habían sido contactados y alertados
de su nueva caracterización. Quique Juárez y su
compañera estaban del otro lado de la puerta de salida.
No debían demostrar ninguna emoción fuera de la natural
de recibir un familiar. A la entrada de Migraciones
estaban los afiches con sus fotos y una frase que luego
sería rutinaria: “Buscados”.
El encuentro fue natural. Se encaminaron hacia la
salida y luego a la parada de ómnibus. Un colectivo los
llevó al centro de Buenos Aires. Solo al llegar al
departamento dieron vía libre a la efusividad y con vino
tinto de por medio comenzaron a ponerse al día con la
situación del país y de los compañeros. Le informaron
que a fines de diciembre estaba programada una reunión
de la conducción de Montoneros a nivel nacional en
Unquillo, provincia de Córdoba. Unquillo era un pueblito
largo y angosto de las sierras de Córdoba, con un
pequeño pero refrescante río que lo cruzaba a lo largo.
Era un lugar relativamente cerca de la ciudad, concurrido
los fines de semana por estudiantes y familias de picnic.
Cuando Lo Encuentren... díganle 300

La madrugada los encontró cansados. Decidieron dormir


y al día siguiente contactarse con tres compañeros para
viajar a Córdoba.
La reunión había sido preparada pensando en hacer
un balance del año. La coincidencia del regreso de
Fernando también permitía verificar las relaciones con
Cuba y la predisposición de apoyo. Se tomaron todos los
recaudos posibles para la seguridad de los concurrentes.
Mil metros a la redonda del sitio de reunión, se
distribuyeron jóvenes con distintas actividades y
relacionados entre sí : pescadores, parejas de
enamorados, muchachos comiendo asado. La conducción
eligió una pequeña casa de campo abandonada, cercana
al río. Decidieron luego de más de siete horas de
deliberaciones e informes, que Fernando regresara a
Rosario. Ayudaría al Chacho Molina a reagrupar las
fuerzas de Montoneros. Chacho era el jefe regional,
santafecino y proveniente de una familia de gran tradición
y arraigo. El Flaco o el Cabezón, como le decían a veces,
era de una militancia probada y efectiva. Montoneros
había sufrido hacía pocos meses un desprendimiento ,
que compañeros de Córdoba y Rosario se habían
conformado en la Columna Sabino Navarro en honor al
Jefe Montonero caído en combate en el año l971 ,
aseguraban que estaban equivocando los ejes del
proceso revolucionario, ya que había que desarrollar una
ideología en la clase obrera, que le fuera propia y se
Cuando Lo Encuentren... díganle 301

debían cambiar las tácticas de resistencia con una


presencia más ridiculizada.
Montoneros estaba muy cercano a un trabajo político
para el año ‘73, con la posibilidad de llevar al “Tío”
Càmpora como candidato en las próximas elecciones.
- Es una trampa -, hay que seguir la lucha.
- La lucha no se abandona -retrucaban sus
compañeros-. Hay posibilidades de llegar al poder
político con Càmpora y por primera vez en elecciones
generales...
“Càmpora al gobierno, Perón al poder”, fue el lema
que Montoneros lanzó a la calle. La campaña fue
financiada por Montoneros, la organización de la misma
fue realizada con prolijidad por un comando de campaña
y movilización que generó una amplia adhesión en la
juventud. Llamaba la atención que jóvenes que nunca
habían conocido a Perón, estuviesen militando
activamente. El fenómeno Perón no había podido borrarse
de la historia política. Al contrario, los militares estaban
sorprendidos de la adhesión de una franja más que
importante de jóvenes entusiastas que invadían las calles.
El General Perón junto a Montoneros habían impulsado
algunos dirigentes a la actividad política en
reconocimiento a sus méritos políticos . Abel Medina
como Secretario General del Movimiento ; Obregón Cano
en Córdoba ; Ragone en Salta ; Cepernik en Santa Cruz ;
ocho diputados nacionales y otros tantos diputados
Cuando Lo Encuentren... díganle 302

provinciales. Comenzaba a estructurarse la primera


conducción política ampliada. Sin embargo, algunas
organizaciones armadas como el ERP no coincidían en el
diagnóstico político. El ERP comenzaba a estructurarse en
Tucumán para una guerrilla rural total. Estaban
convencidos que las elecciones eran una trampa del
Ejército. Se vaticinaban ya tiempos tormentosos. Las
Fuerzas Armadas vigilaban la apertura política con un
celo especial, la oligarquía temblaba y las fuerzas
tradicionales miraban el resurgimiento del peronismo con
cautela y algún resquemor.
Ya con Càmpora electo, el Operativo Dorrego,
realizado con motivo de las inundaciones en Provincia de
Buenos Aires entre Montoneros (Juventud Peronista) y el
Ejército, mostró la punta del ovillo. El gobierno de
Càmpora había nombrado jefe de este operativo al
Coronel Harguindeguy, quien en más de una oportunidad
les había dicho a muchos de la Juventud Peronista, en
forma individual :
- A ustedes ...habría que matarlos a todos. Pocos
años después se cumpliría el vaticinio.
Cuando Lo Encuentren... díganle 303

ITALIA

Mery se despidió de Juan Gelman, Miguel Bonasso y


la esposa de Carlos Suárez Analìa Payrò (fallecida de
cáncer en l985) Pertenecía a la Secretaría de Prensa del
Movimiento Peronista Montonero. Habían tratado temas
fundamentalmente para abrir la campaña por violación
de los Derechos Humanos y los procedimientos mas
efectivos que se debían utilizar para que todos los
Gobiernos y organismos de prensa internacionales
tuviesen posibilidades de conocer la realidad Argentina.
Desde la Secretaría Internacional se había desarrollado un
intenso despliegue de información y denuncias a muchos
gobernantes y personalidades del mundo occidental.
Felipe González, Mitterand, Giscard d’Estaing, Arafat,
Omar Torrijos, Carlos Andrés Pérez, Boumedien ect ,
tenían no solo conocimiento de la represión en Argentina,
sino también de los testimonios de compañeros que
habían logrado hacer pública su denuncia. La Junta Militar
Argentina había iniciado su contraofensiva en el exterior.
Massera y Galtieri eran sus estrategas.
Mery caminó como de costumbre por las calles
alegres de Roma, la ciudad de los contrastes. Vivían en un
pequeño departamento en las afueras. Debía caminar solo
dos cuadras desde para llegar al tercer piso de un
edificio de diez años en el que estaban sus pertenencias.
Gelman había hecho un análisis tan exacto y estricto de la
Cuando Lo Encuentren... díganle 304

estrategia a seguir que ella había coincidido en su


totalidad. Había que moverse rápido porque la campaña
del Gobierno Militar Argentino estaba incorporando el
eslogan de “Somos Derechos y Humanos”.
El edificio estaba a solo veinte metros, cuando se dio
cuenta que había más gente de lo habitual en esa cuadra
cotidiana. Sin embargo pensó: “algún problema de
vecinos”. Llamó el ascensor, que estaba detenido en el
quinto piso. Cuando iba a subir, un hombre de mediana
edad y enorme tamaño se colocó silenciosamente a su
lado sin dirigirle la palabra ni mirarla. Ambos entraron.
Mery apretó el botón del tercer piso. El hombre no se
inmutó, “acompañaba”, y esto intrigó a Mery que
comenzó a inquietarse. Al abrirse la puerta del ascensor
el hombre dejó que ella saliera primero. Si bien dudó,
decidió enfrentar sus temores, pero algo no andaba bien.
Notó que la puerta de su departamento estaba entornada.
En su mano derecha tenía la llave. Instintivamente trató
de girar sobre sus talones, pero en ese momento el
hombre le cerró el paso mostrándole una placa,
identificándose como policía e indicándole que entrara
con calma a su departamento. Poco podía hacer Mery
ante el tamaño imponente de ese italiano que
prácticamente la llevó al comedor. Allí había seis
hombres, cuatro con overoles y pelo largo suelto, y los
dos restantes uniformados pulcramente. Sobre la mesa de
vidrio estaban los documentos, los pasaportes y las
armas que habían obtenido en la primera requisa.
Cuando Lo Encuentren... díganle 305

Ninguno hablaba castellano, pero daban a entender que


el procedimiento había comprometido a todos los que
habitaban ese lugar. Mery solo atinaba a repetir: “Soy
ciudadana Argentina perseguida por la dictadura y
solicito asilo político al gobierno italiano”.
Mery calculó el tiempo en que sus hijos regresarían
de la guardería. Faltaban solo veinte minutos. A las 18,30
hs. eran traídos por una pareja de jubilados italianos que
habían asumido el papel de “cuidadores”. La prensa
demoró pocos minutos en llegar a los pasillos del edificio
y al comedor del departamento, tratando de registrar lo
requisado, a la vista sobre la mesa, y el rostro de Mery,
que repetía el pedido de asilo. Al menos el registro de la
prensa le permitía blanquear su situación, mientras
ganaba tiempo hasta que llegaran sus hijos. El policía a
cargo del operativo, tratando de hablar en español, le
comunicó que estaba arrestada y que debía
acompañarlos. Mery miraba nerviosamente su reloj, hasta
que los jubilados italianos llegaron con sus dos hijos, el
más pequeño en brazos de la mujer. Estos se miraron
algo desconcertados, sin comprender la situación. Al ver
uniformados y la mesa con armas entendieron algunas
cosas de esta pareja con niños que había contratado sus
servicios y con los cuales habían iniciado una amistad. En
un italiano solidario y lleno de afecto, la pareja se dirigió
a Mery preguntándole si se llevaban los niños otra vez.
- No gracias – decía Mery y volvía a repetir su pedido
de asilo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 306

Desde el marco de la puerta una mujer policía la


miraba con seriedad. Mery se dio cuenta que estaba
esperando la orden para llevarla a ella o a sus hijos, por
lo que se aferró a ambos. El policía a cargo estaba
desconcertado; la prensa estaba registrando los detalles,
y para colmo no tenían una orden de allanamiento para
justificar la irrupción en el departamento.
-Queda arrestada en su domicilio hasta que el juez
resuelva su destino –aseguró seriamente, mientras
llamaba a la mujer policía para indicarle que se quedara
dentro del departamento custodiando al grupo familiar.
-Nadie adentro -dijo Mery.
- Signora -dijo el viejito-, nosotros somos militantes
del Partido Comunista Italiano... sabemos algo de estas
cosas. Ellos no tienen la documentación en regla, deben
exigirles la orden de allanamiento y de arresto.
Además insistía en llevarse a los niños.
- Gracias -repetía Mery- los chicos no.
Finalmente, entre cámaras, policías y curiosos, Mery
aceptó su arresto, pero con el policía fuera del
departamento. Ya sola, comenzó a tranquilizar a los niños
que no salían del asombro. Les preparó una cena liviana,
los bañó y los acostó. Luego se preparó un café negro y
buscó su libreta de teléfonos. No estaba. En el baño
comenzó a romper y quemar documentos que consideró
secretos, mientras trataba de ordenar sus ideas. Tenía
tiempo hasta la mañana siguiente para desprenderse de
Cuando Lo Encuentren... díganle 307

documentación e iniciar contactos para su protección


legal.
Sonó el teléfono. Mery dejó un papel a medio quemar
y levantó el tubo.
- Si –dijo.
- Soy yo –contestó Fernando.
Mery tomó la iniciativa pensando que su teléfono ya
estaba intervenido.
- Estoy detenida en mi domicilio por la policía italiana
– repitió una y otra vez tratando de que Fernando
comprendiera.
- Acabo de escapar de una redada en San Pablo –dijo
Fernando-, alguien delató la cita.
Ambos trataban de entenderse y enviar sus mensajes.
- Llámalo a Juan –atinó a decir Fernando-. Estaré allí
lo más pronto posible.
Fernando había viajado dos días antes a Brasil junto a
Raúl Yaguer para un encuentro de la conducción
montonera en San Pablo. Sin embargo alguien había
delatado el encuentro. Horas antes de ser invadido su
departamento, Fernando y Raúl habían previsto este
movimiento, y tratando de simular ser turistas porteños,
se calzaron sus mallas, una remera y las ojotas,
destruyeron la documentación quedándose solo con sus
pasaportes falsos y el dinero que llevaban. Tomaron las
toallas y salieron lentamente rumbo a la playa
asegurándose que no los seguían. Al llegar a esta, fueron
a la orilla y revisaron minuciosamente la situación. Se
Cuando Lo Encuentren... díganle 308

quitaron las ojotas y comenzaron a caminar entre una


multitud de bañistas. Primero dejaron los toallones, a las
tres o cuatro cuadras las remeras, y con las ojotas en la
mano siguieron caminando mezclados entre turistas y
locales hasta que decidieron que era suficiente. Pararon
junto a un pequeño vendedor ambulante de bebidas
frescas, el sol pegaba fuerte, miraron lentamente
alrededor, y cuando estuvieron seguros, se dirigieron al
centro de la ciudad, compraron ropa informal, se vistieron
con lo justo y tomaron un taxi hacia el Aeropuerto. Desde
allí Fernando llamó a Mery y descubrió que ambos se
encontraban en situación parecida: perseguidos, aunque
uno ya estaba preso.
Raúl Yaguer sacó pasaje a México y Fernando a
Ginebra. Al arribar lo esperaban Bidegain y Juan Gelman,
que inmediatamente supo del arresto se hizo presente
con un abogado y sugirió contactarse con el Senador Lelio
Basso. Bidegain a su vez hizo contacto con el Ministro del
Interior Cossiga con el que tenían ya una vía directa. El
Ministro planteó que si bien el procedimiento no fue
realizado con una orden de allanamiento, el hallazgo de
armas y documentos falsos había colocado a Mery en una
situación irreversible, y entonces ofreció tres abogados
para que ayudaran en el procedimiento judicial. También
garantizó la integridad de ella y sus hijos.
El arresto domiciliario le permitió estar en contacto, y
mientras la vía judicial marchaba, los mensajes llegaban
por intermediarios. La verdadera identidad de Fernando
Cuando Lo Encuentren... díganle 309

aún no estaba bajo sospecha. Mery se había cuidado de


mencionar a su esposo, como a los que habitaban
circunstancialmente el departamento. Firmenich había
estado cuatro horas antes del allanamiento y de allí había
partido a México.
La jueza de la causa tomó acciones inmediatas y un
día antes de la audiencia la prensa ya anticipaba la
condena y no el asilo. En ese momento decidió huir.
Quedarse era permanecer en la cárcel y los niños en
hogares de menores. Salieron como todos los días a la
plazoleta, vigilados por una mujer policía y el patrullero
que permanentemente estaba al frente del departamento;
solo que esta vez, en un segundo de descuido, Mery y los
niños desaparecieron en un taxi que Fernando estacionó
en un lugar ya indicado, dirigiéndose de inmediato a la
terminal de trenes. El operativo había sido perfectamente
elaborado entre los amigos incluido Juan Gelman Mery es
llevada a un departamento con amigos Italianos y los
chicos en casas de compañeros en forma disimulada.
Son reunidos luego en un departamento en Roma Allí, con
los pasajes ya listos, partieron hacia Florencia. Su destino
final era París, donde estaba lista la estructura de apoyo.
La fuga originó el pedido de captura a la Interpol, y la
jueza realizó juicio en ausencia y dictó condena por
cuatro años. Tiempo después fueron amnistiados junto a
miembros de las Brigadas Rojas.
En París se instalaron en los suburbios. Se tiñeron el
pelo y cambiaron el color de sus ojos con lentes de
Cuando Lo Encuentren... díganle 310

contacto. Fernando debía viajar a México en una semana


para la reunión de la conducción frustrada en Brasil. En
diciembre de 1978 se instaló formalmente el Centro
Piloto en París por orden de Massera. Otra vez Astiz y
Pernías estaban integrados al grupo de tareas. El Centro
Piloto funcionaba en plena Embajada Argentina con total
conocimiento de los gobiernos argentino y francés. Aún
así, el secreto militar se mantenía. En Venezuela, Elena
Holmberg se enteró de la existencia de este Centro y de
sus objetivos: persecución y muerte de cada uno de los
montoneros embarcados en el operativo “antiargentino”
que desde el exterior había golpeado con contundencia a
la Junta Militar. Elena, al regresar a Argentina en un viaje
de rutina, fue secuestrada y desaparecida.
“Entre agosto de 1977 y enero de 1978, usted obtuvo
la más importante victoria táctica, al capturar vivos y
lograr la colaboración y traición a la causa popular de
varios de mis oficiales”. “Yo lo había subestimado y eso
me convirtió en su prisionero, junto a mi familia en enero
de 1978”.
La carta de Tulio Valenzuela, como Oficial Mayor
Montonero, era más que clara. El Ejército Argentino,
mediante colaboradores, estaba realizando en el país las
redadas más importantes, pero el frente externo lanzado
por la Secretaría Internacional Montonera estaba haciendo
trizas la imagen de gobierno “del orden y de la
democracia”. “Somos derechos y humanos”, repetían en
todos lados los miembros de la Junta Militar y la
Cuando Lo Encuentren... díganle 311

propaganda oficial. Tulio había escrito esta carta a


Leopoldo Fortunato Galtieri, entonces Comandante del II
Cuerpo de Ejército. Tulio o Tucho, como se le decía,
estaba en la Secretaría Política de la conducción
montonera. Era un referente político y militar de la
organización, delgado, narigón, con rulos desordenados,
sumamente tranquilo y con formación terciaria. Su esposa
y su hijo estaban también presos de los militares en sus
campos de concentración. . fue elegido para realizar el
plan México justamente en la cita que la organización
preparaba para el primer trimestre del ’78.
Manolo Pedreira, de la Juventud Peronista, estaba
junto a Galimberti en el exterior. Manolo debía
encontrarse en México con Tucho, porque días después
se reuniría la conducción de Montoneros en la capital de
ese país. Firmenich ya estaba allí con domicilio
desconocido. El regreso de Manolo puso en alerta a todos
los compañeros que ya estaban en México y a los que
estaban viajando. Tucho reveló que una delegación
argentina de la Junta Militar había sido enviada para
eliminar a la conducción, y casualmente él era quien
debía señalarlos y dar los datos para que el operativo se
cumpliera. Su esposa y su hijo permanecían como
rehenes y este movimiento al exterior estaba relacionado
con la necesidad de bloquear la campaña “antiargentina”
realizada por Montoneros. La conducción montonera
tenía relación directa con el gobierno mexicano y acudió a
él denunciando este grave hecho. Los mexicanos, celosos
Cuando Lo Encuentren... díganle 312

de su funcionamiento interno, actuaron de inmediato y


detuvieron a toda la delegación militar en sus hoteles,
secuestrando el armamento camuflado para los
operativos. Incluso les obligaron a hablar con el mismo
General Galtieri desde México, en presencia de la fuerza
militar y judicial mexicana. Galtieri reconoció en ese
momento su responsabilidad y aceptó la repatriación de
sus subordinados, no sin antes marcar a fuego la traición
de Tucho. Su familia fue eliminada.
El fracaso de México, el escape de Brasil, las acciones
en Italia y el funcionamiento del Centro Piloto en París,
marcaban el segundo frente de batalla entre la dictadura
argentina y Montoneros. El “aniquilamiento” ordenado a
las Fuerzas Armadas ya no reconocía fronteras y
organizaciones de Estado. Las acciones debían realizarse
adentro o afuera, con los costos que fueran precisos.
Incluso fue el mismo Massera quien entregó al Presidente
de Francia un listado de ex montoneros que bajo otro
nombre residían en Francia y en Europa, porque “refería”
que era la misma organización la que los perseguía por el
exterior.
Pocos días después, Jaime Dri se encargó de brindar
una conferencia de prensa junto a cuatro hijos de
franceses, relatando las vivencias en el campo de
concentración del II Cuerpo en la llamada “Quinta de
Funes”, y luego un pormenorizado detalle del
funcionamiento del campo de secuestro, tortura y muerte
de la misma ESMA. Esto, más el relato de los hijos de
Cuando Lo Encuentren... díganle 313

franceses confirmando los dichos de Dri, pincharon el


proyecto Massera y alertaron a los gobiernos europeos
sobre acciones de militares argentinos en territorios
extranjeros.
El Centro Piloto de París con Astiz y Pernías tuvo que
disfrazarse, y los servicios secretos europeos comenzaron
a seguir a los “delegados militares argentinos”. No
obstante, la Junta Militar, lejos de limitar sus acciones, las
amplió. Envió a Chamorro, general en actividad para
África del Sur, a perseguir a montoneros que ya habían
establecido fuertes lazos de comunicación con los
gobiernos de Mozambique, Tanzania y los guerrilleros
sudafricanos de Mandela. El Apartheid, por otra parte, ya
había establecido actas-acuerdo con el gobierno militar
argentino para la seguridad del Atlántico Sur. Además la
Junta Militar y Ejército Argentino comenzó un trabajo de
inteligencia para exportar otros Eslogan que ellos ya
imponían en los medios de información dentro del País
como “ El Exilio Dorado de los Jefes Montoneros,” , “ El
envío a una muerte segura de los Compañeros que
estaban en el país “ , “la teoría de que se quedaron con
la plata “ ect . El miedo implantado en Argentina y la
fantasía del acuerdo Massera-Firmenich, comenzó a
recorrer cada metro de las rutas y ciudades europeas. Sin
embargo, los relatos y testimonios de los argentinos o
europeos liberados o escapados de los campos de
concentración militar en Argentina fueron cada vez más
fuertes y dramáticos. Los principales países europeos y
Cuando Lo Encuentren... díganle 314

africanos empezaron a condenar las acciones represivas y


genocidas en la Argentina.
Mientras Fernando escapaba de la redada mexicana
por vía terrestre hacia Panamá, donde Torrijos protegía a
los Montoneros, la conducción debió tomar medidas de
máxima seguridad para reunirse. Antes debían
desmantelar las estructuras visibles en Europa y África.
Sin embargo, el contacto con los principales líderes
europeos se mantuvo mediante la acción itinerante de
Obregón Cano y Bidegain. Los combatientes comenzaron
a concentrarse en Cuba y luego en Nicaragua, donde ya
se avizoraban los últimos combates contra el dictador
Anastasio Somoza. Sandino estaba reviviendo en
Nicaragua. En el campo internacional, pese a estos
operativos militares, Montoneros había logrado las
condenas de los máximos referentes de los derechos
humanos en el mundo, también de los partidos políticos
mayoritarios en España, Francia, Italia, Oriente, África y
Latinoamérica. Los militares estaban desnudos. También
habían condenado a la dictadura Argentina, por primera
vez, y mediante su Presidente Leo Basso, el llamado ex
Tribunal Russell. Era el Tribunal que había condenado a
los norteamericanos en la guerra de Vietnam por
crímenes de lesa humanidad. Igual condena recibieron los
militares argentinos. Mery estuvo casi dos meses
mudándose de vivienda en vivienda, sin noticias de
Fernando. Las redes solidarias con la lucha Argentina
funcionaban para los exiliados en forma celular e
Cuando Lo Encuentren... díganle 315

independiente. Nadie conocía el paso siguiente, que se


establecía por un sistema de “casualidad planificada”. De
esta forma se resguardaba todo el sistema que también
era utilizado por otros combatientes de distintos países.
En algún momento la red solidaria salía a la
superficie. De ello dependía volver a conectarse con
familiares y amigos. Adriana Lesgart , por casualidad,
descubrió a Mery y los chicos en una vivienda
circunstancial. La familia nuevamente reunida viajó a
Cuba, donde dejaron los niños para integrarse a los
combates junto a los Sandinistas en Nicaragua. La Junta
Militar Argentina creyó que podría extender sus acciones
en Europa y África con su plan de exterminio a
“montoneros exiliados”, pero chocó con una fuerte
presencia de apoyos solidarios en todos y cada uno de los
países en que trató de realizar un operativo contra la
conducción. Abortó en Italia, Brasil, y finalmente hizo un
papelón en México, donde el mismo Galtieri fue llamado
por los Servicios de Inteligencia mexicanos, a un número
de teléfono que Tucho les dio, para que se comunicaran
sin intermediarios con la “Quinta de Funes”, el campo de
concentración del II Cuerpo. Allí se reconoció que las
misiones especiales de Manuel Vila y Carlos Laluf
perseguían a los líderes del MPM, Movimiento Peronista
Montonero.
- Yo no tengo control sobre mis agentes en el
exterior – repetía una y otra vez Leopoldo Fortunato
Galtieri con voz entrecortada y con poca convicción.
Cuando Lo Encuentren... díganle 316

Tucho murió en Buenos Aires en un tiroteo, en una cita


“cantada”. Era integrante de la Secretaría Política del MPM.
En diciembre de l980 Fernando asumió la Secretaría. La
violación reiterada de los derechos humanos, los campos
de concentración, las desapariciones de políticos,
gremialistas y estudiantes, los vuelos de la muerte y
demás atrocidades de la Junta Militar, ya estaban
instaladas en todo el mundo.
Derrocado Somoza, los militares argentinos enviaron
barcos con alimentos en un gesto solidario, aunque con
una condición. Bloquear la instalación de una Radio,
que Fernando en representación de Montoneros quería
asentar en Nicaragua para transmitir a toda
Latinoamérica..... Radio Noticias del Continente, era el
objetivo de la Organización.
Cuando Lo Encuentren... díganle 317

CATALINA FLEMING

No pasa desapercibida. Donde ella esta, las


miradas de todos los hombres convergen como una
rutina. Ella es delgada, alta, de piernas cinceladas y
perfectas, su cabello casi rozando la cintura. Su mirada
llena de vida y hasta de picardía Tiene algo muy
particular: su carácter; siempre alegre, contagiosa,
dispuesta a reír y a gesticular al mismo tiempo festejando
comentarios o chistes ajenos y propios
Siempre tenia una palabra de aliento para todos.
Vestía al mejor estilo de los años sesenta, con pañuelos
anudados caprichosamente. Fue modelo de los canales
de Televisión 3 y 5 de Rosario, prolija lectora y aplicada.
Mery -en realidad su verdadero nombre María Josefa-
con solo l5 años la admiraba y la adoraba, era su
hermana y a veces, su eterna confidente Los últimos dos
años los había dedicado al Teatro, el grupo era de chicos
de su edad, maravillosamente creativos y espontáneo. Las
últimas representaciones las realizaban en barrios
humildes. Las vinchas y los ponchos le daban a su figura
una majestuosa seriedad
Mery recuerda el día en que caminando en Rosario
por la calle Córdoba, se habían cruzado con el entonces
actor que arrasaba a los corazones femeninos: Rodolfo
Beban acompañado del recio, Federico Luppi, quedaron
petrificados al ver a Catalina avanzar distraídamente
Cuando Lo Encuentren... díganle 318

hacia ellos, que recién terminaban de presentar una obra


de Teatro. Rodolfo Bebàn, buscó cualquier excusa para
establecer una amigable relación. Catalina reía y sus
carcajadas salían volando misteriosamente al cielo
mientras apretaba la mano de su hermana para desviar su
itinerario y evitar a sus casuales admiradores. Mery
también reía y se sentía plena de ver, como Catalina
sorteaba situaciones que tal vez a ella la confundían.
Mery siempre rescataba del carácter de Catalina dos
aspectos: la nobleza de sus actos y actitudes y la firmeza
de sus convicciones, cuando encaraba algo en la vida.
Ambas habían concurrido a la escuela de la Misericordia
en Rosario, las monjas querían a Catalina en una forma
especial. La dulzura y la fuerza la sintetizaba la entonces
directora del establecimiento diciendo: «era un Sol». Así
la recuerda después de tantos años.
Catalina tenia un novio; como todas las chicas de l8 y
l9 años, sin embargo el destino le cambio las reglas. El
mejor amigo de su novio sufrió un accidente de
automóvil, prácticamente tuvieron que colocarle clavos,
tornillos y chapas de acero en el cuerpo y placas en la
cabeza. Soy biónico solía decir Carlos María y durante los
seis meses. Tuvo que estar en cama bajo el cuidado de
familiares y amigos. Catalina estaba en el listado de
amistades dispuestas a cuidar el postoperatorio del
paciente politraumatizado. A ella le entusiasmaba ir a
verlo y mimarlo hasta que se dio cuenta que esa amistad
y esta situación la estaba llevando a «enamorarse».
Cuando Lo Encuentren... díganle 319

Carlos María, a pesar de estar en reposo y limitado para


sus tareas habituales, no solo la esperaba diariamente,
sino que la extrañaba cuando se retiraba con su sonrisa y
sus alegrías. Carlos María era Ingeniero, de esos
intelectuales que se tragan los libros sin registrar horas o
minutos; era un hombre joven y brillante. En la noche
pensaba como tejer una fina red, para atrapar a Catalina.
Pergeño cuanto plan pudo desde su lecho convaleciente
para generar en Catalina una atención especial. Ambos,
hicieron el mismo juego. Seis meses después se casaron.
A Carlos María le quedó el apodo “El Araña”. Había tejido
una poderosa red y en ella, quedaron él y Catalina
Siempre repetía a sus amigos, que un tractor le había
cambiado su vida. Efectivamente por ese tractor, había
tenido el accidente en plena ruta y por esas razones que
la vida nunca explica; se enamora furiosamente de
Catalina.
Carlos María militaba en Montoneros. Su hermano
Jorge era uno de los fundadores en Rosario. Si alguien
quería tener una imagen perfecta de lo que debería ser un
montonero, Jorge cubría todas esas expectativas. Había
logrado estructurar una organización disciplinada y
efectiva Todos le tenían un afecto y respeto muy especial
Hablaba siempre de la Justicia Social y de la militancia, del
Peronismo y de la necesidad de que Montoneros,
motorice el cambio tan esperado en la Argentina. Era un
soñador y un guerrero. Fue el primer secuestrado por las
tres A, en Rosario en l975. Lo asesinan atándolo de los
Cuando Lo Encuentren... díganle 320

pies y con un salvavidas de cemento puro: lo tiran al Río


Carcarañá. Sus hermanos se encargan de rastrear el lecho
del río por infidencias de algunos contactos y finalmente
su cuerpo es encontrado. Jorge al menos tuvo la alegría
de haber podido vivir el triunfo del Peronismo al llevar a
Cámpora a la Presidencia y al regreso de Perón con las
enormes concentraciones que se daban en forma
espontánea en todo el país levantando las banderas
Montoneras. «Valió la pena el esfuerzo” comentaba
siempre con sus dirigidos. Era un cuadro de enorme valía.
que murió torturado primero y luego sepultado las aguas
del Río con zapatos de plomo. Sus compañeros lo
despidieron con el clásico “hasta la Victoria»
Catalina no tardó en incorporarse a la Organización
Montoneros. Participan en el Rosariazo y en varias
acciones políticas Barriales. Fueron destinados a la
localidad de Venado Tuerto y allí desarrollaron
actividades que la Organización les fue delegando.
Catalina, funda en un barrio humilde, su primera
Guardería integral, que cubría las necesidades de los
pequeños humildes, cada vez mas carenciados. En una
visita que Mery hace a Venado Tuerto, se presenta en la
Guardería y cuál fue su sorpresa al ver a su hermana,
rapada, total y absolutamente pelada
- Sarna y piojos – fue la repuesta de Catalina, antes
que Mery pudiese hacer su pregunta. Mery ingresa a la
Organización y a la militancia. Sus primeras acciones,
fueron atender el teléfono, concertar citas, dar datos
Cuando Lo Encuentren... díganle 321

sobre los compañeros o mensajes. Manejaba siempre su


Citroen, lleno de pequeños golpes en toda su
carrocería.» cada vez que salgo choco” se justificaba. Un
día: Catalina lleva a Mery a una Reunión de barrio.
- Mirá, te voy a marcar un tipo …que si yo no fuese
casada, seguro que lo engancho.
Mery estaba invadida por la curiosidad, las
ocurrencias de Catalina la fascinaban. Las dos estaban a
la expectativa esperando la salida de una reunión
importante de compañeros en la habitación contigua.
- Ese – dijo rápidamente señalando con su dedo …el
de campera negra.
Mery lo miro. Su hermana sabia de sus gustos y
preferencias En realidad trató de encontrar antes que
nada, todo lo que Catalina hubiese querido ver. Luego vio
con su corazón.
- Puede ser… dijo Mery, en voz alta y estallo en una
carcajada.
Catalina festejó la ocurrencia; estaba segura que ese
tipo seria para su hermana. Es mas, ella lo había decidido.
- ¿Cómo se llama? …dijo Mery más calma.
- Fernando - dijo Catalina.
- Fernando Vaca Narvaja – completó.
Fernando pasó delante de ellas sin prestarles mucha
atención. Seguramente estaba en otra cosa. Pero a lo
lejos, recuerda los ojos azules de Mery. Eran la Guerra y
la Paz. Tan transparentes como su belleza misma,
confesará Fernando años después. Tal como Catalina lo
Cuando Lo Encuentren... díganle 322

había supuesto Mery y Fernando se casan y parten a


militar en la Organización; esta vez, al Chaco. Mery venia
de una experiencia de militancia en los Barrios Ferroviario
y con los indios Tobas. Allí comienza una larga tarea de
trabajo en terreno, organización y adoctrinamiento.
Llegados al la Provincia del Chaco, les llama mucho la
atención la cantidad de compañeros Peronistas que
habían participado en la Resistencia después del golpe
gorila de l955 en que derrocaran a Perón. Los Militares en
ese entonces ya manifestaban su alergia al peronismo,
estaba prohibido decir «Viva Perón», estaba prohibido
militar en locales Peronistas y mencionar la Palabra
«Perón o Evita» en cualquier lugar. Esos militantes
Peronistas que llevaban años enteros resistiendo, les
enseñaron muchas cosas a los jóvenes que diariamente se
alistaban en la Organización, desde la doctrina, hasta
como se realiza un sabotaje o una bomba casera. Había
experiencia histórica en estas acciones y a pesar de casi
20 años de proscripciones, persecuciones y tortura, el
Peronismo no se rendía y ahora renacía en estos chicos
de l8 a 25 años que sin conocer a Perón, ya daban su vida
por él y su regreso. Perón seguía siendo el “hecho
maldito” de la Oligarquía Argentina.
La llegada de Catalina fue de alerta para Mery, ella
venia esta vez sola y su rostro no era el habitual. Había
un sesgo de intranquilidad y preocupación. No hacia
falta preguntar nada. Catalina les comunico: Carlos
María esta preso en la Policía Federal en Rosario Lo
Cuando Lo Encuentren... díganle 323

había capturado luego de una acción. Él era quien


conducía el vehículo sus compañeros los había ido
dejando uno por uno en cualquier lugar y él seguía
manejando hasta que él ultima quedo en lugar seguro.
Finalmente paro y fue atrapado.
Pero la visita de catalina no era solo por el motivo de
informar, también le comunicaba que ella iba a liberarlo.
Eddi, otro hermano de Catalina y Mery, aterriza en Bs. As,
trae a su distinguida esposa Leyni, Americana por cierto
y dispuesta a conocer la tranquilidad de Argentina y la
familia de su flamante esposo. Eddi es un hombre joven
lleno de energía, simpatía y dinamismo. Se había ido a
EEUU hace ya algunos años a buscar un horizonte laboral
que en Argentina no tenía. Logro su trabajo, logra un
bienestar y se dispuso y luego lo consuma a formar su
propio hogar, para ello nada mejor que el viaje de bodas
hacerlo a su tierra natal. Ya en ese entonces Eddi,
diagramaba crear en las paredes su departamento los
cuadros familiares con nombres de cada uno y también
en las calles imaginarias colocar sus afectos como para
que desde su asiento de descanso o lectura él pudiese ver
de un vistazo, a toda su familia y sus amigos en los
momentos más importantes para el de su vida Dentro de
su personalidad fuerte como todo descendiente de
Irlandés, Eddi, acumulaba bondades. Un buen vaso de
whisky y un asado, ponían a su buen humor a prueba….
con un mejor buen humor. Así era él.
Cuando Lo Encuentren... díganle 324

Cuando llegan a Rosario, hacia calor. La humedad


típica de esa Ciudad se hacia sentir, al llegar al
departamento de Catalina y Carlos, Eddi sé quejo.
- Mi esposa esta acostumbrada al Aire
Acondicionado…dijo seriamente.
Carlos María y Catalina se miraron. No tenían. Pero
Carlos no tuvo mejor idea que ofrecerles la casa de sus
padres que estaba casualmente vacía por unos días. El
aire Acondicionado es espectacular…sugirió Eddi y su
esposa Leyni se instalaron cómodamente y con el fresco
del aire acondicionado Solo que les duró poco el
bienestar porque a los dos días cuando cae preso Carlos
María, la primera casa allanada fue la de sus padres y los
primeros presos: Eddi y su amada esposa, junto a todo el
equipaje que ellos habían traído. Leyni, en medio del
desconcierto de verse envuelta en tamaño operativo, no
arrimaba más que dos palabras entre ingles y
castellano…»paguen Fianza”. Leyni indudablemente
estaba en otro mundo
Catalina luego de verificar el lugar de detención y al
comprobar que solo estaba a dos puertas de la libertad y
con un solo custodio, comenzó a pergeñar una vía de
escape. Su estrategia la haría llegar en medio del pañuelo
de Leyni mediante un pequeño plano y alguna nota
explicando cómo y cuando Si bien Leyni no estaba muy
convencida de lo que hacia, finalmente accedió y Carlos
María se entera del proyecto de su esposa. Ahora solo
cabía esperar; Catalina comunicó a Fernando y Mery su
Cuando Lo Encuentren... díganle 325

determinación. Ellos, si bien estaban acompañando a


Catalina, pensaron que esto debería comunicarse a la
Conducción. El operativo tendría sus riesgos y había que
movilizar al menos cuatro compañeros y algún vehículo
siempre y cuando las condiciones de acceso al lugar de
detención no se cambiaran al igual que él número de
guardias. La Conducción Montonera negó el permiso.
Catalina sin embargo decidió seguir adelante
El operativo se lleva a cabo dos días después. Ella se
arregla llamativamente, afuera había un vehículo listo y
dos compañeros armados, el lugar había sido vigilado un
día completo. Todo estaba en orden No bien entró,
Catalina, haciendo gala de su belleza tuvo algunos gestos
que interpreta el guardia como de seducción. Ella trataba
de acercarse preguntando por su esposo. También hizo
notar que como guardia, tenía algunas cosas interesantes
de destacar. El policía, estimulado en su ego respondía
algo confundido, pero la belleza de esa mujer era
superior. Finalmente Catalina contuvo a su admirador
colocándole la pistola en la cabeza y ordenando que
abriera las puertas que la separaban de Carlos María. Él
obedeció sin decir una sola palabra. Perdió su arma y las
esposas. Dejaron al guardia sentado y maniatado. Le
explicaron que no hiciera movimiento alguno por quince
minutos y luego de despedirse, salieron tranquilamente
como si su egreso fuese después de haber realizado un
tramite de Pasaporte o cédula de identidad. Sus
compañeros subieron sin disparar un tiro y tomaron la
Cuando Lo Encuentren... díganle 326

calle lateral, sin acelerar, tratando de buscar todos los


caminos más zigzagueantes posibles. A solo diez cuadras
cambiaron por una Combi que finalmente, los llevó al
domicilio de un compañero. Esa noche festejaron el
triunfo. Ambos recién tomaron conciencia de lo que
habían hecho horas después. Tuvieron mucha suerte.
Catalina era así. Tomaba determinaciones y punto. Su
recuerdo siempre estaba en las palabras de su padre :»lo
importante es luchar, aún cuando no siempre ganes; si
ganas….mejor”. Su padre era de aquellos inmigrantes que
de la hambruna Europea, escapaban en barcos y carretas
Todo valía, uno de la familia tenía que intentar llegar a
América para iniciar un nuevo camino y llevar luego a su
familia. El había nacido en Irlanda Luego de la Guerra Civil
en el año l920, Inglaterra obliga a firmar el tratado de Paz
por lo que Londres, le daba a Irlanda el Status de Dominio
bajo el nombre de Estado Libre de Irlanda con Gobierno y
Parlamento propio; pero a su vez, partía la Isla entre el
Estado Libre y la Provincia británica de Ulster, por lo
tanto, formaba parte del Reino Unido. Fleming no estaba
de acuerdo y decidió llevar su familia, fuera del país
Luego de trasladarse a Francia en un pequeño Barco, sale
para América terminando en plena Patagonia. Lugar en
donde se radica como esquilador, en una Estancia
paradójicamente Inglesa. Tenía que vivir y a su vez,
ahorrar para traer al resto de sus parientes El clima y el
trabajo no fueron impedimento para seguir sus
proyectos, le pagaban en bonos y parte de estos, se
Cuando Lo Encuentren... díganle 327

transformaba en pago a su patrón, por el consumo de


Whisky, algo muy codiciado por los Irlandeses. El
Administrador de la Estancia, luego de seguirlo de cerca y
estudiarlo, decide hablar con él y le propone llevarlo a
Rosario, consideraba que era un desperdicio que un
hombre de su formación estuviese cortando lana en los
tinglados de Santa Cruz .Incluso, una vez que lo lleva, le
consigue un trabajo de profesor de Inglés Fue en ese
lugar que uno de sus alumnos era el hijo del gerente de
Frigoríficos Swiff. (entonces, uno de los frigoríficos más
importantes de Latinoamérica). Encantado con Fleming lo
lleva a su Establecimiento e inicia una carrera tan
importante que termina siendo el Gerente de Swiff. En
medio de estas relaciones y trabajo y en una fiesta casual,
conoce a su futura esposa, quién era hija de estancieros
de Pergamino mas precisamente de Guerrico.
Carlos María y Catalina deciden irse a Corrientes, la
policía los buscaba en todo el País La Policía Federal
había sido humillada por una mujer y el guerrillero
“altamente peligroso”. Había escapado .Ambos se
radicaron en un barrio muy humilde, ya tenían su primera
hija: Dolores, de quién se sentían orgullosos y a quién
se dedicaban al regreso de sus tareas militantes .Por
razones de seguridad, reciben el traslado a Zárate, por el
término de un año; queda nuevamente embarazada y esta
vez cierran el ciclo natural con el nacimiento de un hijo
varón: Jorge; en honor a Jorge Araya, aquel montonero
admirable que quedó en el camino. Nuevamente por
Cuando Lo Encuentren... díganle 328

razones de seguridad, son trasladados a Campana. Su


militancia no claudicaba, continuaban con las mismas
ganas y las mismas convicciones. Fue en el último
encuentro -que se dio en forma casual- que Catalina le
manifiesta a Mery su preocupación por el estado en que
estaban las cosas. Ella sabía que no tardarían en
encontrarlos y cada vez se hacía más difícil vivir en esa
clandestinidad, estaban llegando en esa fecha a fines de
l976. La represión era feroz, los campos de concentración
imitaban ampliamente al del Holocausto, las torturas y las
desapariciones masa; la Ley de fuga, era la regla del día
.Nadie sabía si ese no era su último día. Los compañeros
eran tirados desde los aviones al mar La tortura aplicada
sin cuartel, morían presos “legales” en grupos insólitos y
desaparecían hombres y mujeres en medio de las calles
o de sus viviendas muchas de ellas bombardeadas por
tanques y obuses. El 9 de Junio de l9977, Catalina y
Carlos María, acuden a una cita de rutina .No sabían que
esa, cita estaba marcada .
Un inmenso operativo del Ejército logra capturarlos y
son llevados a Campo de Mayo Nadie supo después cuál
fueron los destinos de sus cuerpos Lograron determinar
que Catalina, entró muerta, luego de traspasar el portal
custodiada por Suboficiales armados hasta los dientes.
Ella pudo tomar la pastilla de Cianuro. Carlos María,
recorrió todos los caminos llenos de tormentos que los
militares habían construido para quebrarlos y luego
asesinarlos sin una sola palabra Los hijos, que habían
Cuando Lo Encuentren... díganle 329

sido dejados en el domicilio de una compañera para


cubrir esa cita llevaban en sus ropas una carta, dirigida a
…Un Sr. Cura. La compañera, debía llevar los niños a esa
Iglesia, entregarlos al Cura y él se encargaría por canales
que solo conocía de hacerlos llegar a la familia Fleming.
Dolores y Jorge viven.
Cuando Lo Encuentren... díganle 330

LA CITA

Lenta, rutinariamente, acomodaron con prolijidad la


colchoneta sobre los mosaicos que orillaban la pared
oeste de la vieja cocina. Era una tarea asumida como la
“ceremonia nocturna”, repetida noche tras noche. Con
cuidado, dejaban un espacio suficiente que permitiera el
paso del resto de los ocupantes; tres familias completas,
cuyos miembros, chicos o grandes, solían levantarse en
mitad de la noche en busca de agua fresca, de las dos
canillas de bronce sobre la pileta de lavar que regalaban
generosamente en ese mes de calor y humedad. Enero de
1977, en un Buenos Aires que cubría la piel con un sudor
pegajoso. Las ventanas abiertas de par en par permitían
que una brisa tenue les diera un respiro en las
madrugadas. En los bordes de los tapiales del patio
trasero, los gatos buscaban un corredor de aire fresco,
inexistente, secreto. Fernando y la Gringa; su esposa, se
acomodaban tratando de conciliar un sueño que tardaba
en llegar. Pretendían demostrar que dormían, sin
embargo, sus ojos continuaban abiertos, mirando hacia el
techo, con preocupación. Analizaban una y otra vez los
detalles de la cita con Tonio, al mediodía siguiente. Las
reglas establecían que debían realizarse dos contactos
semanales como mínimo y en forma impersonal
diariamente .La fecha fijada, el 14 de enero, a la una de la
tarde, no había sido cuestionada ni modificada. Por
Cuando Lo Encuentren... díganle 331

razones de seguridad, ambos ignoraban sus domicilios.


Cada cita era fijada antes de despedirse, con las
contraseñas que variaban cada vez por seguridad.
El día había llegado, la confirmación no. El temor y la
sospecha que algo pasaba estaban en presentes. Tonio
atravesaba una situación personal muy especial con su
familia en los últimos meses. Estaba deprimido y tenía
discusiones con su pareja. Fernando y Gringa pensaron
que tal vez ese sería el motivo de su silencio. Tonio;
Antonio Langarica, era un militante probado y fogueado.
Miembro de la FAR (Fuerzas Armadas Peronistas),
revistaba como un cuadro operativo de suma importancia
en Buenos Aires. Había caído preso en Trelew en 1972
siendo integrante del grupo de apoyo de la fuga del Penal
de Rawson. Lo habían sometido a torturas en la Base
Naval Almirante Zar, donde participaba el tenebroso
Capitán Bravo. Una de las especialidades de la Base era
colgar a los prisioneros de sus piernas a un helicóptero y
pasearlos sobre los fríos lagos del sur, sumergiéndolos
de cabeza hasta el límite de la asfixia. Tonio a pesar de
todo lo pasado no había soltado un solo dato de la
Organización. Su entereza física, mental y revolucionaria
permaneció intacta. Había participado también del acto
de unidad de FAR y Montoneros realizado en Córdoba el
l7 de octubre de l973. Descamisados y la FAP de Carlos
Caride también convinieron en formar una fuerza
conjunta.
Cuando Lo Encuentren... díganle 332

Mario Firmenich, Comandante Montonero, había


salido del país en diciembre de 1976. La última reunión
con Fernando se había realizado pocas horas antes de su
partida a Italia, en la casa de otro militante: Martín Grass.
La cita del 14 de enero, era justamente para llevar
material a Europa y entregarlo a Firmenich. Solo dos
hombres sabían el domicilio de Pepe en Italia: Fernando y
González, en ese momento responsable de Europa y a
partir de l976 Jefe del departamento África y Medio
Oriente. A su vez, Tonio, Antonio González Langarica
manejaba una cuenta en Suiza de un millón y medio de
dólares para la compra de armamentos. Fernando había
sido nombrado en abril de 1976 responsable directo de
Relaciones Exteriores de Montoneros, cargo que había
aceptado con la condición de permanecer en el país y que
el Operativo Horizonte estuviera bajo su mando. El
Operativo consistía en la provisión de armas e
infraestructura bélica.
- Es probable que no llame por sus problemas
familiares; si pasara algo serio ya nos hubiera avisado -
sostenía la Gringa tratando de justificar el silencio.
- A lo mejor - repetía Fernando poco convencido.
“La cita sigue vigente”, concluyeron ambos luego de
analizar otras instancias. Fueron las últimas palabras de
esa noche.
La mañana despuntó con un rayo de sol que iluminó
los ojos de Fernando, que despertó tratando de
protegerse. Instintivamente tocó a su lado, buscando a su
Cuando Lo Encuentren... díganle 333

compañera. Estaba vacío. Sin embargo, no le fue difícil


encontrarla, a pocos metros, junto a la hornalla de la vieja
cocina, calentando agua para el mate. Como siempre,
sonreía, con esa expresión que contagiaba. Disfrutaba el
silencio, el fresco de la mañana y el mate humeante. Dos
mechones de rulos desordenados se desparramaban
sobre su frente sin llegar a cubrir sus ojos celestes.
Extendió callada y con una sonrisa un mate a
Fernando, quien se levantó apurado y atropelló las
almohadas de la colchoneta. El cielo despejado y la
intensidad del sol anunciaban calor a plomo. Por la
ventana sobre las canillas de agua se divisaba un
pequeño y prolijo jardín, donde las manos austeras de los
habitantes de la casa habían hecho una fructífera huerta.
Siempre les había llamado la atención las hojas inmensas
del zapallo.
La vivienda era una vieja casona de los años cuarenta,
enclavada en pleno Avellaneda.
- Humilde, pero sobria - había sentenciado su dueño
antes de venderla.
El frente de revoque clásico estaba separado de la
vereda por una pequeña verja de material, lo que había
permitido el nacimiento de cuatro rosales, que regaban
con esmero todos los días. La puerta de entrada de
madera firme, con herrajes de bronce opacados por el
tiempo, le daba a la casa un aspecto señorial. A sus lados,
los ventanales con postigones denunciaban la seriedad de
quién diseñó la fachada. Allí convivían tres grupos
Cuando Lo Encuentren... díganle 334

familiares: Fernando, la Gringa y sus hijos; Julio Roqué y


su hijo Martín; y Raúl Yaguer y su familia. A Julio le decían
Lino.
Los preparativos para el mediodía se realizaron
metódicamente. La mochila fue acondicionada con
documentos, cartas, el infaltable revolver Magnum 357
con el cargador lleno, dos granadas de exógeno
(explosivo plástico desarrollado por los equipos técnicos
montoneros) y el diario de contraseña. Bajo su remera,
Fernando colocó una pistola 9 mm. atrapada en su
cintura. La despedida fue natural. Los mismos consejos
de unos y otros, los mismos abrazos y los mismos
chistes. Un diálogo rápido y silencioso entre Fernando y la
Gringa con la mirada, que expresó todo lo que tenían que
decirse. Por último, la despedida de los hijos y sobrinos.
Tomó la mochila y abrió la vieja puerta, enfilando hacia la
Renoleta modelo ‘72 estacionada al frente de la casona.
Subió despacio, pensando que nunca supieron con
exactitud de qué color era el vehículo. La opinión
mayoritaria se inclinaba por un verde tiza. Nunca habían
logrado unanimidad.
Arrancó lentamente, girando por calles laterales,
fijando siempre su mirada en el espejo retrovisor. Las
precauciones por algún seguimiento eran rutinarias. Las
calles estaban casi vacías. Solo había algunos coches
estacionados a la sombra de los escasos árboles. Sobre
las veredas, los niños jugaban con las mangueras y se
mojaban con alegría. La radio había anticipado una
Cuando Lo Encuentren... díganle 335

máxima de 34 grados y no se había equivocado. Las


chapas de la Renoleta - calculó - estarían unos cuatro o
cinco grados arriba de los 34, y esto se reflejaba en el
sudor que le brotaba en la cara y se secaba
mecánicamente con un pañuelo blanco. Sentía la ropa
pegajosa y molesta. Pasó a velocidad normal por la calle
de la cita; solo que la tomó cinco cuadras antes y
continuó hasta cinco cuadras después. Todo se veía
normal; dos jóvenes en un Falcon, fumando y
conversando al lado de un grupo de niños, eran los
únicos que se animaban al calor. Simulando
despreocupación estacionó en el lugar indicado; sin
embargo, algo lo inquietaba y sus mecanismos de alerta
estaban encendidos. En vez de bajar y caminar, esperó
sentado, desabrochó la tapa de la mochila dejando la
culata de la Magnum a mano, solo tapada por el pañuelo
blanco empapado de sudor.
De acuerdo a lo establecido, Tonio debía caminar por
la vereda izquierda y Fernando por la derecha. En el
primer cruce de calles tenían que realizar la contraseña
que indicaba que todo estaba normal. Solo llevando la
mano a la nariz y apretándola, se daba vía libre para el
segundo paso : regresar al lugar establecido.
Toda la cuadra estaba vacía.
Faltando ocho minutos para la cita decidió abandonar
el lugar. Algo le decía que las cosas no iban bien. Su
instinto le aconsejaba una salida rápida. Arrancó la
Renoleta, salió lentamente de su estacionamiento y luego
Cuando Lo Encuentren... díganle 336

de recorrer unos diez metros, una camioneta se le cruzó


en la bocacalle. El conductor, un hombre de contextura
mediana, calvo y robusto, se descolgó de ella casi al
llegar a la otra vereda y huyó despavorido, al mismo
tiempo que se desataba un ruido ensordecedor, al estilo
de las mejores pirotecnias navideñas. De todos lados
llovían los balazos y el asfalto escupía alquitrán con el
rebote de los plomos. La Renoleta empezó a ser
perforada desde todos los ángulos, mientras las balas
silbaban cortando el aire. La camioneta Ford, sin
conductor y con su puerta abierta, retrocedió unos cuatro
metros por el declive de la calle. Había sido abandonada
sin freno de mano. En ese instante, una bala de Itaka
perforó el omóplato derecho de Fernando. El impacto lo
levantó hasta el techo, chocando su frente contra él y la
barbilla contra el espejo retrovisor. Un ardor intenso, y
luego el dolor, se apoderaron de su hombro y su brazo
derecho, mientras caía sobre el asiento del acompañante,
sobre la mochila. Tomó la Magnum con la mano derecha,
inútil y sin fuerzas, pero logró retenerla.
Sin levantar la cabeza, y con sus pies aún sobre los
pedales, manoteó el volante y acelerando dirigió la
Renoleta al espacio que le pareció ver libre después del
movimiento de la camioneta que bloqueaba la calle.
Recién se levantó cuando sintió el impacto del
guardabarros contra un borde de la camioneta. El faro
izquierdo estalló y después pudo controlar y dirigir el
vehículo hacia la bocacalle libre de obstáculos. Pero en
Cuando Lo Encuentren... díganle 337

ese momento una nueva bala, de menor calibre, le


atravesó el hombro izquierdo, aunque sin limitarle la
movilidad del brazo que apretaba el volante. Ya no podía
distinguir de donde venían sus dolores, solo pensaba en
escapar, concentrado en avanzar por la calle, ahora en
contramano. Un enorme ómnibus urbano avanzaba
tocándole bocina y por la ventanilla lateral el conductor le
hacía señas desesperadas. Ya de frente, ambos lograron
desviar las máquinas, rozándose apenas. El ómnibus se
descontroló y quedó cruzado. La Renoleta logró orientar
su trompa hacia el medio de la calle, esta vez totalmente
vacía. El dolor se hacía inaguantable y notó que su ropa
estaba empapada de sangre. El brazo derecho estaba casi
insensible, sin embargo, el poco movimiento le alcanzó
para con ambas manos inutilizar las dos granadas que
había activado al inicio de la balacera. Las granadas de
exógeno eran temidas por policías y militares. Habían
sido confeccionadas con un nuevo explosivo plástico
generado por los grupos de ingenieros montoneros. Eran
de alto poder, pero con algunos inconvenientes para su
uso. Sin embargo, su importancia residía en que una vez
heridos, o en circunstancias extremas, su activación
obligaba a las fuerzas represivas a limitar su
acercamiento, porque el estallido se llevaba a todos en un
solo acto.
A cien metros divisó un gran galpón con un cartel de
“Metalurgia”. Llevó el vehículo hacia la esquina, a unos
cuarenta metros del taller. Bajó con dificultad, tomando la
Cuando Lo Encuentren... díganle 338

mochila con la mano útil. La derecha seguía rígida, con la


Magnum colgando. Inexplicablemente, la mano
permanecía firme sobre la culata del arma. Caminó
lentamente . Sentía debilidad, por momentos mareos y la
vista se le nublaba. Llegó al portón de entrada y se metió
sin explicaciones. Parado debajo del marco, ante diez
obreros que almorzaban sus viandas, se presentó como
integrante de Montoneros y después avisó : “Me
persiguen la policía y el ejército”. El contraste con la
intensa luz exterior no permitía que los obreros vieran su
cara, solo se distinguía el inmenso revolver colgando de
su mano derecha y la mochila en la izquierda. Fernando
se adelantó unos pasos y pudo ver algunos rostros
absortos de trabajadores que se habían quedado con la
comida a medio camino, sin reaccionar. Uno de ellos
tomó una rápida iniciativa, se levantó y presuroso se
acercó a Fernando.
- Flaco, estás sangrando hasta por las orejas -dijo
asustado, tratando de identificar las zonas más
maltratadas.
Lentamente le sacó la camisa y vio en su espalda el
hueco producido por la Itaka, chorreando sangre.
Comprimió la herida con un pañuelo, se sacó su camisa
de grafa, se la puso a Fernando y salió a la calle. Pasaba
una Citroneta cargada con materiales de construcción. La
paró. Habló con el conductor gesticulando, con voz
alarmada. El conductor bajó de la Citroneta, que
permanecía encendida, y acercándose a Fernando le dijo:
Cuando Lo Encuentren... díganle 339

- Rajate en mi coche, flaco, yo también soy Peronista.


Le pidió que se lo dejara en un radio no mayor de treinta
cuadras.
Fernando subió y sin más palabras apretó el
acelerador. El auto tenía un buen motor. Dio la vuelta en
la misma esquina en que había estacionado la Renoleta.
Debía regresar por el mismo camino y salir en contra de
la dirección natural del escape. Había una explicación. Si
Tonio estaba en la celada, les diría exactamente cómo
salían de esas trampas. Convencido de que hacer lo
contrario iba a salvarlo, enfiló hacia la misma cuadra de la
entrega. Descubrió a los dos jóvenes del falcon
estacionado, discutiendo a voz en cuello los hechos y el
escape. Ambos serían luego reconocidos como Astiz y
Pernías, este último, ex compañero del Liceo Militar
ahora, transformado en su implacable perseguidor.
Por momentos, las figuras de las veredas, los árboles
y los coches se duplicaban. Una sensación de frío lo
invadía. El dolor del hombro derecho era inaguantable.
Llevó el vehículo, muy despacio, hacia su propia casa.
Estacionó en la vereda del frente, bajó con escalofríos, su
vecino alcanzó a saludarlo. Golpeó la puerta, y ni bien se
abrió, comenzó a caer lentamente mientras daba sus
últimas indicaciones. “Lleven la Citroneta lejos de la casa,
hacia Quilmes, por Sarandí derecho» repetía una y otra
vez. Raúl Yaguer tomó la posta y llevó el auto al lugar
indicado.
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Al primer llamado de la puerta había acudido su hijo


Gustativo. Había aparecido la figura de Fernando, pálido,
sudando, lleno de sangre. El niño había llamado a su
mamá con un grito. La Gringa; Mery, había corrido junto a
Mercedes. Roqué, apodo de su verdadero nombre Raúl
Yaguer, que estaba en la huerta, llegó segundos después.
A medida que Fernando caía, todos de una u otra forma,
amortiguaban su derrumbe. Roqué se había puesto un
pantalón vaquero sobre la malla, una remera, y había
salido apurado a cumplir el mandato de alejar la Citroneta
del lugar.
Mercedes y la Gringa arrastraron a Fernando hacia la
única cama de la habitación principal. Buscaron algodón,
alcohol y ropa limpia. Con unos pañales descartables
trataron de comprimir las heridas que seguían sangrando.
El hombro izquierdo tenía dos heridas circulares
perfectamente simétricas. La herida del hombro y
omóplato derecho, drenaba sangre y pedacitos de restos
óseos.
El regreso de Roqué sirvió para completar la
organización de la emergencia. Mercedes fue enviada a la
farmacia más cercana a comprar vendas, gasa y
antibióticos. Ella estaba circunstancialmente en la
vivienda; ex Secretaria General del Sindicato de
Telefónicos de Mendoza, exiliada por amenazas de
muerte después de la última movilización y huelga. Había
sido apresada en plena manifestación, llevada a una
comisaría, vejada, golpeada, y luego abandonada en un
Cuando Lo Encuentren... díganle 341

baldío con sentencia de muerte si en cuarenta y ocho


horas no dejaba la ciudad de Mendoza.
Mercedes continuó su militancia y lucha. Cayó en
combate en 1977. Murió en silencio, sin un solo quejido.
Mecha, como todos la llamaban, siempre tenía un buen
consejo o una palabra de aliento. Doblaba en edad a
cualquiera de los muchachos, pero tenía el mismo
espíritu y energía. Fue ella la que contactó con Sara de
Osatinsky pocos días después. Sara había sido testigo
directo de la emboscada escuchando la radio policial. Allí
supieron que Astiz y Pernías habían estado a cargo del
operativo, Tonio de la entrega, y que habían subestimado
la posibilidad de un escape. El Comando de Ejército
estaba sumamente disgustado con ellos por la falta de
previsión e ineptitud para colocar un segundo cinturón de
seguridad en el lugar. Fernando fue entrando de a poco
en un sueño lerdo y profundo. Seguía sintiendo un frío
intenso a pesar de las frazadas colocadas encima de él.
Afuera, el termómetro marcaba casi 35 grados. La tarde
era agobiante. Lentamente, una nube blanca, rodeada de
una luz poderosa, llena de esplendor, lo fue envolviendo
en una silenciosa y serena soledad. El dolor se fue
diluyendo despacio y una sensación de paz lo embargó
junto a una sucesión de imágenes familiares que surgían
de todos lados. Cuando uno está cerca de la muerte,
siempre aparecen recuerdos que el subconsciente guarda
como sus tesoros más preciados. La familia aparece con
toda su fuerza. Los seres queridos ausentes, felices de
Cuando Lo Encuentren... díganle 342

verle, ofreciéndole sus brazos extendidos para ayudarlo a


saltar el poco espacio que queda entre la vida y la muerte.
Todo es paz, y hay una comunión de serenidad entre los
recuerdos, las imágenes y la vida misma.
Fernando fijó su recuerdo cuando apenas tenía cuatro
años de edad. Estaba en la cama, igual que ahora. En la
última habitación de Rivadavia 315, en Córdoba, en el
departamento que habitaba junto a sus padres y sus once
hermanos. Sus piernas estaban inmóviles e insensibles.
Ninguna respondía, ni al estímulo, ni a la orden cerebral.
Estaban adormecidas, como si pertenecieran a otra
persona. También veía a su lado, pasillo de por medio, a
su hermana Isabel, menor que él, acostada en otra cama
con ambas piernas enyesadas y separadas por un enorme
arco de acero. Luxación congénita de cadera, le habían
dicho a sus padres. Fernando recibió su diagnóstico más
tarde: Parálisis infantil.
Córdoba y el país entero eran asolados por una
epidemia brutal de parálisis infantil. Los niños menores
de diez años morían día a día. Los hospitales solo
atinaban a acumular pulmotores, en los que colocaban a
los chicos más graves que ya no podían respirar. Los
pulmotores eran unos cilindros que trabajaban a presión
negativa para expandir el tórax. Mantenían su función
como respiradores auxiliares ante niños que con
seguridad no durarían mucho tiempo. No era época de
vacuna, era época de muerte segura y sin horario. Los
que se salvaban, quedaban con grados de invalidez
Cuando Lo Encuentren... díganle 343

importantes. La parálisis infantil, paralizaba los corazones


de los argentinos.
Fernando estaba como ausente de su propia
gravedad. Intercambiaba figuritas y recortes de revistas o
libros de cuentos con su hermana. Pasaban las horas
haciendo collage, pinturas y dibujos; escuchaban las
radionovelas más importantes: Trazan, Mamá Luz, Los
Pérez García y el infaltable Tatín. Aprendió a ver las
miradas de compasión, las de asombro, y las naturales de
sus hermanos y parientes. Sabía que con cada regalo que
recibía le entregaban también su compasión. El médico lo
visitaba dos veces a la semana. Siempre se preocupaba
por revisar sus pulmones y ver la fortaleza de sus
movimientos respiratorios. Con una aguja buscaba los
límites de su sensibilidad, que a medida que llegaba a sus
muslos, se perdía y desaparecía. Un día al ver sus
tobillos, recetó “férulas” -para que no se deformen sus
pies, dijo-, y también indicó el nombre y la dirección de
una kinesióloga.
- Les recomiendo ésta, es una experta en
rehabilitación - sentenció.
Nunca supo si era sueca o alemana. Si que era
inmensa, de piel pálida, pero rubicunda en pómulos y
mejillas. Ojos claros, y una gran masa muscular que le
permitía levantar a Fernando y transportarlo como una
pluma hasta la mesa del living, donde desplegaba unas
frazadas sobre una colchoneta delgada para amortiguar el
peso del cuerpo. Las sesiones duraban dos horas. Los
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movimientos y las cachetadas en sus miembros inferiores


no se sentían, de manera que Fernando reposaba
tranquilamente mientras la mujer trabajaba. Su cara
tomaba un color rozado al comienzo, y rojo después, por
el esfuerzo y esmero. Actuaba con una norma
preestablecida y una dedicación especial. Nunca quiso
prender una radio. Decía que el trabajo era mejor en
silencio y que los movimientos de los músculos, aún
cuando eran forzados, tenían un ruido especial que ella
detectaba y traducía. Su enorme humanidad iba
acompañada de un carácter pésimo y un permanente
malhumor. Fernando pensaba cómo sería ella con sus
hijos. Sin embargo, paciente y kinesióloga, se entendían
sin inconvenientes y se respetaban sin decir una sola
palabra.
Fernando tomó conciencia de su problema el día que
Isabel llegó a su cama sin el yeso. Ella podía mover sus
piernas, a pesar de que estaban delgadas y débiles. Allí
supo que sus férulas, un medio yeso para ambas piernas,
no eran la causa de su inmovilidad, y entonces comenzó a
preguntar el “cuándo” y el “por qué”. A los diez días de
este episodio fue llevado al Hospital de Niños para un
control neurológico. Le llamó la atención la cantidad de
chicos en brazos de madres afligidas y lloriqueando. El
paso por dos pabellones de internación lo impactó. Veía
unos cilindros inmensos y la pequeña cabeza de algunos
niños sobresaliendo en sus extremos. Pensó que estaban
bajo algún tratamiento especial y no se animó a
Cuando Lo Encuentren... díganle 345

preguntar. La consulta duró menos de lo esperado, lo


subieron a una silla de ruedas y una amable enfermera lo
fue regresando por el mismo camino, explicándole que
“todos los que ves en los cilindros están peor que vos” y
sugiriéndole rezar a Dios para agradecerle que su
enfermedad no hubiera evolucionado.
Esa noche, lo invadió un frío extraño. Pensó que si
bien no estaba en un cilindro de acero, iba a quedar como
muchos niños, recluido a una silla de ruedas toda su vida.
En su infantil razonamiento se imaginaba sin piernas, y
perdiendo también brazos y manos. El frío se convirtió en
terror y luego en un silencioso y prolongado llanto.
Extenuado, se durmió sin pesadillas ni sueños
fantásticos.
La habitación había quedado para él solo. Isabel
comenzaba su rehabilitación, pero pasaba más tiempo en
las alfombras del comedor que en su cama. Aprendió a
jugar solo. Recortaba figuritas, las hacía hablar y discutir.
Los collage eran más sofisticados, más elaborados, y las
pinturas, con menos colores. Sabía también, porque lo
había escuchado, que el día en que apareciese una silla
de ruedas en esa habitación, sería porque la
rehabilitación había llegado al límite. Esto le infundía
temor. Despertaba siempre mirando el rincón libre de la
pieza y se alegraba de no verla.
Su vida en los siguientes seis meses se redujo a viajar
de la cama a la mesa y de la mesa a la cama. La
kinesióloga hacía su trabajo; por indicación médica se
Cuando Lo Encuentren... díganle 346

había incorporado una sesión más por día. Ella no solo


demostraba prudencia en sus comentarios, sino también
distancia con su paciente, pero ambos ya estaban
acostumbrados. Pocos meses después, Fernando
despertó como lo hacía siempre, abriendo sus ojos muy
despacio, mirando el rincón libre y luego ayudándose con
las manos a desperezarse. Siempre amanecía rodeado de
papeles cortados y figuras inmóviles sobre sus piernas.
Hasta las tijeras de mango de madera estaban siempre en
el mismo lugar, casi sobre sus rodillas. Acostumbrado a
esta rutina, tardó en darse cuenta que sobre su frazada
había pocos recortes, que la tijera estaba en el suelo y la
cama bastante distendida. También notó que su pie
derecho asomaba a un lado del colchón, destapado.
Quedó inmóvil. Pensó lo peor, que tal vez la parálisis
estaba destruyendo los huesos y las piernas se
desarmaban. Trató de no mover ni siquiera la cabeza.
Estaba asustado, pero solo, y no quería llamar a nadie.
Mirando su pie desnudo pensó cómo sería el
movimiento de su dedo mayor, y de repente lo movió.
Luego pensó cómo sería el movimiento de todo el pie, y
también lo movió, a uno y otro lado, aunque de manera
lenta y pesada. Entonces se dijo “es un sueño”, mientras
sus manos refregaban sus ojos. Los mantuvo cerrados y
movió ambas piernas con dificultad; entonces pegó el
alarido más feliz de su vida. Sus piernas otra vez se
movían. Sentado y descubriéndolas, vio como respondían
a cada orden que su mente les daba. Su alegría era tan
Cuando Lo Encuentren... díganle 347

grande como su llanto, que fue contagiando a cada uno


de sus padres y hermanos que acudieron asustados ante
el primer grito, y ahora presenciaban el milagro esperado.
Fernando nuevamente movía sus piernas. El clima de
festejo, chistes y risas se interrumpió por la llegada de la
kinesióloga. La inmensa mujer esculpida en piedra estaba
petrificada bajo el marco de la puerta, contemplando la
escena tantas veces soñada. Se fue desmoronando
progresivamente, y llegando al lecho de Fernando, solo
atinó a tocar sus piernas y romper en un llanto contenido.
Por primera vez, luego de abrazarlo, le dio un beso en la
frente mientras lo levantaba en brazos y lo llevaba a la
mesa de masajes. Ese día se esmeró tanto, que fue la
madre de Fernando quien le dijo que había pasado casi
tres horas trabajando. Ella solo tomó sus cosas, recuperó
su frialdad y se despidió con un “hasta luego” una vez
que dejó a Fernando en la cama. Por primera vez, sus
piernas habían sentido el rigor de la kinesióloga. Su piel
había recuperado parte de su sensibilidad y sus piernas,
si bien flacas y débiles, tenían un movimiento lento pero
propio.
La kinesióloga redobló esfuerzo y métodos. El medio
yeso dispuesto durante todos esos meses se cambió por
dos varillas de acero, con una media bota fija, lo que
ayudaba la rehabilitación para caminar. Esta se hacía
sobre dos varillas de madera encerada paralelas y a su
altura, donde se afirmaba para aprender a caminar de
nuevo. La sensación de triunfo cuando se pudo mantener
Cuando Lo Encuentren... díganle 348

parado le dio más impulso al esfuerzo de su gimnasia


diaria. Semana a semana notaba que sus piernas tomaban
más volumen; y las dos varillas se le quitaban cada cuatro
horas, soltando las correas que cada quince centímetros
lo abrazaban evitando pisadas en falso.
Su recuperación despertó asombro en la familia y en
los pediatras. La tenacidad de Fernando y su kinesióloga
superaba lo previsto.
- Vas a ir a la escuela este año -le había prometido la
mujer con la seriedad que la caracterizaba, y él soñaba
todas las noches con ese acontecimiento.
Desde hacía mucho tiempo tenía una fantasía, patear
una pelota de fútbol y usar una camiseta de Belgrano, su
equipo preferido. No pretendía hacer un gol, se
conformaba con enviarla hacia el infinito.
En la primera semana de febrero, llegó el momento
soñado. Pateó una pelota de plástico contra la pared de la
pieza, con tanta fuerza que imaginaba haber llegado
hasta la misma luna. Esa noche supo que le escuela sería
una realidad. Sin embargo, los temores lo seguían
invadiendo por las mañanas, y su primera reacción al
despertar era mover sus piernas. Pero había vencido a su
primer enemigo : La parálisis infantil. Fernando ya
caminaba. Sus casi dos años de invalidez lo habían hecho
un lector ávido y una persona introvertida. La buena
conducta en su cama se rompió en la escuela. Era rebelde
y caprichoso, pero nunca injusto. Le gustaba asumir el rol
de conductor, organizaba grupos, programaba picardías y
Cuando Lo Encuentren... díganle 349

era respetado y querido por sus pares, no así por las


Direcciones de las escuelas, de las que tuvo que
cambiarse en varias oportunidades. En su casa obtuvo un
doble título : El notable y el terrible. Siempre tenía una
amonestación por mala conducta en su boletín,
acompañada de muy buenas notas en estudios y
aplicación. Cuatro colegios lo vieron transitar por sus
aulas hasta que el Gabriel Taboren lo contuvo hasta
finalizar la primaria. Estando en sexto grado, un día se
paró frente a la mesa donde estaban sus hermanos y sus
padres. Mirándolos fijamente, aseguró con voz firme :
“Voy a ser sacerdote”.
Padres y hermanos quedaron inmóviles. Su madre fue
quien primero reaccionó, emocionada por el anuncio, y le
dio su aprobación.
- Con doce hijos... como uno no va a salir Papa -dijo,
y fue a abrazar a Fernando y a besarlo con el cariño de
una madre agradecida.
Sus hermanos no tardaron en caerle con munición
pesada con chistes y burlas. Su padre mantuvo silencio.
A partir del cuarto grado, el Padre Juan del Colegio
Taboren, había seleccionado un grupo de niños rebeldes
y de conducta irregular, pero con condiciones para el
estudio. Los agrupó y se los ganó con juegos y
responsabilidades. Los incorporó como monaguillos y los
catequizó. Después de cada misa les obsequiaba un
suculento y sabroso desayuno. Los hacía rezar
diariamente y en los recreos los juntaba para contarles
Cuando Lo Encuentren... díganle 350

anécdotas y los misterios de la vida, como también para


hablarles sobre las injusticias del mundo y sus
sociedades, siempre a un nivel de escuela primaria. Este
cura les aseguraba que ellos, cuatro revoltosos, eran los
elegidos para servir a Dios. Allí estuvieron los orígenes de
su vocación, luego truncada. Su inclinación hacia el
sacerdocio se fue diluyendo con el tiempo y por la acción
permanente de sus hermanos.
En aquellos años, los cincuenta, la Iglesia comenzó a
cuestionar el reparto de las riquezas en el mundo y la
falta de justicia social. Movimientos sacerdotales en
Latinoamérica, como en África y Europa, comenzaban a
gestar un sacerdote crítico. En Latinoamérica y África se
los llamó tercermundistas, por el escaso desarrollo de
esas tierras sumidas en la pobreza y la Inequidad. Eran
épocas de “retiros espirituales” para adultos y jóvenes
católicos, eran épocas de consejeros espirituales para
grupos de familias de la Acción Católica, eran épocas de
catequesis y oración. También era la época de los golpes
militares y los quiebres de los gobiernos constitucionales,
de los cuales no escapaba Argentina. Cuba, Francia y
Alemania, junto con los movimientos en África, marcarían
las décadas de las luchas armadas por la liberación y la
independencia. Los cincuenta y los sesenta fueron el
precalentamiento de las luchas sociales en el mundo. Era
la época de la cruz y la espada en Argentina.
Desplazada su vocación sacerdotal, Fernando se
incorporó como cadete al Liceo Militar General Paz, en
Cuando Lo Encuentren... díganle 351

Córdoba, donde luego de cinco largos años se graduaría


como Subteniente de la Reserva del Ejército Argentino,
con conducta ejemplar, notas destacadas y fama de
discutidor tenaz.
- Este era el paso natural en mi carrera de estudios -
decía con ironía, ya que todos sus hermanos habían
pasado por la misma institución. Allí Fernando tuvo una
gran influencia en su formación, con disciplina militar y la
continuidad de la presencia de la Iglesia, a través del cura
Rojas, un jesuita que logró agrupar un destacado y
seleccionado conjunto de cadetes de distintos cursos,
pero con algo en común : vocación de servicio y defensa
de la justicia social. Les entregó parte de su sabiduría en
filosofía, historia y ciencias sociales. El grupo se
levantaba media hora antes del toque de diana (trompeta
de madrugada) para escuchar una misa diaria con el cura
Rojas. Fernando buscaba siempre algún momento del día
-generalmente en los descansos de actividades- para
reunirse con el cura y discutir hechos y cosas concretas
de la vida y la sociedad. Hablaban sobre libros y películas
que les recomendaba, para luego hacer debates grupales.
Tres veces a la semana, escuchaban el sermón que les
dedicaba.
¿Imaginó alguna vez, este sacerdote, que de sus
grupos surgirían los futuros cuadros de conducción de
Montoneros y FAR?
El Liceo Militar General Paz no se diferenciaba del
resto de los Liceos esparcidos en el territorio argentino.
Cuando Lo Encuentren... díganle 352

Disciplina estricta, dedicación al deporte, estudios


reglamentados, nociones de guerra y manejo de
armamentos en combate terrestre, prácticas de tiro,
desfiles en fechas patrias, concursos ínter liceos anuales
en competencias múltiples. Los trofeos y copas obtenidos
eran entregados al Liceo, que los exhibía con orgullo. El
Patio de Armas, un inmenso espacio en cuyo centro
estaba el mástil y la bandera, servían para entrenamiento
de desfiles y homenajes. También para carreras de
castigo, al igual que los campos sembrados de rosetas
(espinas silvestres) por los que paseaban a los cadetes
para fortalecer su carácter, haciéndolos reptar con brazos
y piernas descubiertos.
- ¡Subordinación y valor! -decía con voz de mando el
superior.
- ¡Para defender a la patria! -contestaban a coro los
cadetes.
Así terminaban todos los discursos y actos en la Plaza
de Armas para luego desconcentrar la tropa para sus
actividades rutinarias.
El cura Rojas sabía que el desgranamiento de su
grupo, por estar constituido por diferentes camadas, era
inexorable. Sin embargo, con habilidad encontró una
forma de agruparlos aún afuera de la institución.
-Trabajaremos en los barrios marginales los fines de
semana -sostuvo en una de las últimas charlas- debate.
El trabajo sería de ayuda solidaria, catequesis y apoyo
espiritual. El trabajo comunitario entusiasmó a muchos de
Cuando Lo Encuentren... díganle 353

ellos, que encontraron una forma de canalizar sus


inquietudes en acciones concretas. Las diferencias
sociales, la falta de oportunidad y trabajo para esos
sectores y las limitaciones económicas para el desarrollo
de sus hijos impactó al grupo y sus nuevos adherentes. Al
crecer el trabajo social, crecían a su vez los militantes. Ya
no eran solo del Liceo Militar. Jóvenes de otras escuelas y
orígenes sociales se comenzaban a integrar al trabajo
solidario, siempre acompañado de misas y oraciones.
Fernando, al terminar su vida militar, decidió ingresar
a la Universidad. Su elección recayó en la carrera de
Ingeniería Química. Por ese entonces solo se dictaba en
tres universidades. La más cercana era la Facultad de
Ingeniería Química de la Universidad del Litoral, en la
ciudad de Santa Fe. El cura Ortiz, sacerdote de confianza
de grupos familiares de la Acción Católica, y asesor
espiritual de varias familias cordobesas, le comunicó a
Fernando la posibilidad de un contacto en Santa Fe.
- El Colegio Mayor de nuestra congregación puede ser
tu próximo hogar -le dijo seriamente, dándole razones
técnicas y geográficas de la buena educación y seguridad
que recibiría-. La dirige el cura Leyendeker, un hombre
tremendamente lúcido y de una capacidad intelectual
increíble. Un sacerdote ligado más al desarrollismo que al
peronismo. Pienso que harán buenas migas, acotó Ortiz,
mientras le escribía una carta de recomendación.
Fernando fue admitido. En el Colegio Mayor se
desarrollaban otras actividades, además de las que uno
Cuando Lo Encuentren... díganle 354

elegía por vocación. Había ciclos de conferencias,


capacitación social, cursos de economía y políticas
sociales. Los estudiantes de Ingeniería Química se
reunieron al poco tiempo en el Ateneo Santa Fe. Esta
agrupación fue acercándose lentamente a las ideas
Peronistas. Eran muy estrictos en cuanto a la obligación
de cursar regularmente todas las materias, rendir los
exámenes y mantener un promedio superior a ocho para
poder hablar en las asambleas o integrar grupos de
discusión en los debates. Como eran la cara visible de la
agrupación, querían separar los estudiantes crónicos de
los regulares. Presidía el Ateneo el ingeniero Freddy Ernst,
un joven brillante, lógico y disciplinado. Otros notables
del grupo eran el Turco Haidar, Cambiazo, Raúl Yaguer,
Pirles, Braco etc. El Ateneo Santa Fe comenzó a crecer.
La incorporación de nuevos jóvenes hizo que se tuvieran
que abrir otras casas de estudiantes paralelas;
comenzaron a generar fondos solidarios socializados para
el grupo y a desarrollar actividades militantes en los
barrios. El Ateneo ya estaba en la calle. Marcelo Stubrin
de Franja Morada se perfilaba como dirigente en la
militancia radical y también participaba en las discusiones
en las Asambleas Universitarias públicas abiertas y
participativas
En la segunda casa del grupo, Fernando conoció a
Oscar Aguirre, boliviano originario de Tarija, otro
estudiante brillante que no tardó en tomar las banderas
del Ateneo y la militancia peronista, quien luego murió en
Cuando Lo Encuentren... díganle 355

un combate en Santa Fe. Fue compañero de Fernando en


su huida del país luego del enfrentamiento en Laguna
Paiva. Gran compañero y amigo, Aguirre tenía su abuela
en Villazón, en donde ambos estuvieron una temporada
porque tenían pedido de captura.
Laguna Paiva estaba en conflicto; era una de las
terminales ferroviarias más importantes del país por la
capacidad de sus talleres. Su historia de lucha y militancia
en el sindicalismo ferroviario no era secreto para nadie.
Fernando y Aguirre intervinieron en el conflicto junto a
otros compañeros de la militancia peronista,
descarrilando un tren que mandó las Fuerzas Armadas
para someter la resistencia de los obreros. El hallazgo de
documentación de Fernando, reveló su presencia y debió
iniciar un exilio transitorio en Bolivia en l969.
Los trabajadores ferroviarios eran en esa época
ejemplo de organización y lucha. Ferrocarriles Argentinos
levantaba la bandera Argentina en todas las rutas de
rieles y en todas las estaciones a lo largo del país. Los
contactos con el resto de las agrupaciones universitarias
de todo el país se daban fundamentalmente a través de la
iglesia tercermundista. El peronismo, muy golpeado
desde 1955 con la revolución militar que derrocó a
Perón, había sufrido a partir de septiembre de ese año
una persecución implacable. Había pasado a ser una mala
palabra en todo el país. Su dirigencia, tanto política como
gremial, había sido proscrita, segregada y entregada al
canibalismo gorila, que estaba de fiesta en la Argentina.
Cuando Lo Encuentren... díganle 356

Basta recordar los Bombardeos a Plaza de Mayo


ordenados por los gorilas militares antiperonistas del
l952 con cientos de víctimas civiles En l953, ya habían
tenido un aperitivo con los atentados en Plaza de Mayo, el
l4 de abril de l955 estallaban nuevamente bombas en
Plaza de Mayo, Julio Carranza, dirigente de la UCR y
muchos años después funcionario de Alfonsín fue
enjuiciado al relacionarlo con estos atentados . En junio
del 56 con los bombardeos y fusilamientos cobardes de
los generales que defendían a Perón. Sin embargo, su
liderazgo era un patrimonio difícil de robar al pueblo
Justicialista. El grito “Perón vuelve” fue una declaración de
guerra a partir de los setenta y una bandera que los
“muchachos” levantaron en su lucha contra las dictaduras
militares.
Los intelectuales, de diversos signos políticos e
ideológicos, estaban influidos por acontecimientos
internacionales de suma importancia. Procesos
revolucionarios en Cuba, Angola, revueltas en Alemania y
Francia. La Iglesia con su nueva bandera de liberación, se
sumaba a avances científicos importantes como la
conquista de la luna. En Argentina, ya aparecían muestras
de rebelión popular. Tucumán, era un ejemplo de ello; el
Cordobazo en el ‘69, marcó a fuego una de las dictaduras
más corporativas y cursillistas de la historia. El gobierno
de facto del General Juan Carlos Onganía trastabillaba. La
noche de los Bastones Largos quedó también registrada
como el ingreso de la barbarie militar a las universidades.
Cuando Lo Encuentren... díganle 357

Represión y persecución a profesionales y estudiantes y


una fuga masiva de cerebros, fueron sus resultados. La
violencia ya estaba en las calles. Los militares entraron en
su festín de golpes de Estado. La Constitución era pisada
y postergada. El hartazgo de un pueblo comenzaba a
tomar forma, y la resistencia, organización.
La Iglesia estaba en su máximo nivel de compromiso
social. Todas las organizaciones nacidas a la sombra de la
cruz, en los barrios más humildes, se multiplicaban y
comenzaban a contactarse. Las conducciones de bases en
los barrios, Comisiones internas en sindicatos,
organizaciones juveniles en partidos políticos,
organizaciones católicas universitarias, confluían en un
objetivo común: la lucha contra la Organización del
Partido Militar, de omnipotencia y designio casi místico,
que vulneraba las libertades de los ciudadanos. Dentro de
los grupos católicos, en distintas provincias se
vislumbraban los futuros conductores de FAP y
Montoneros. Por la Juventud Católica de Buenos Aires, el
grupo de Fernando Abal Medina, de fuerte contenido
nacionalista y peronista. Cristianismo y Revolución, con
García Elorrio y Carlos Mujica, y Firmenich. Comando
Camilo Torres, en honor al cura guerrillero. Juventud
Obrera Católica, encabezada por Sabino Navarro, de
oficio mecánico. Descamisados, de Holberg. La
Democracia Cristiana, representada por Mendizabal y
Roberto Perdía. Fuerzas Armadas Peronistas, organización
primigenia, en la que exigían para ingresar, mérito y
Cuando Lo Encuentren... díganle 358

militancia peronista demostrada y reconocida .Susana


Lesgard y Emilio Mazza en Córdoba eran ejemplo de
tenacidad y patriotismo.
Paralelamente a la confluencia de los grupos
católicos, los curas del Tercer Mundo comenzaron a
insertarse en los barrios marginales, asumiendo un
compromiso social y solidario. El espíritu de liberación
dentro de la Iglesia latinoamericana ganó adeptos.
Muchos quedaron en el camino, otros se separaron de
ella y se incorporaron a la vida militante como curas o ex
curas obreros. Pero la estructura formal, visible y
jerárquica fue tomando cada vez más distancia de las
actividades de la iglesia de la liberación. La cruz,
comenzó a alejarse de la espada.
Las cachetadas, una tras otra, se hacían sentir. La cara
de Fernando, sumido en un letargo de varios días(siete) y
profundizado en los últimos tres, comenzó a tomar color.
Sus ojos se entreabrieron, mientras escuchaba a lo lejos
palabras y preguntas confusas. Las imágenes también
mezclaban color, sombras y movimientos. Todo se
presentaba sin formas ni definiciones.
- ¿sos alérgico?, ¿tenés alguna enfermedad cardiaca?,
¿te operaron alguna vez? -preguntaba el médico con voz
pausada pero firme, al compás de las cachetadas, ahora
sentidas.
- Todavía no vuelve - afirmaba Roque.
- Traigan paños de agua - pedía Mercedes.
Cuando Lo Encuentren... díganle 359

Fernando fue regresando lentamente de los gratos


recuerdos, de las imágenes de colores claros, de su
infancia y sus dolores. Volvió en los últimos segundos a
mayor velocidad, en algo similar a un embudo, hasta que
al final pudo ver y escuchar con nitidez y precisión.
- Tienen que operarte, Vasco - afirmó Roque
mirándolo fijamente.
- Hay que operar inmediatamente -afirmó el médico,
esta vez sin darle una cachetada, seguro de que su
paciente ya estaba lúcido- Pero necesito comer algo
antes, remató.
Sin palabras, todos se miraron con asombro e
incredulidad. No comprendían la relación entre comida y
operación.
- Soy diabético - dijo el médico -. Es probable que
estemos más de tres horas trabajando. El riesgo de
hipoglucemia es alto y en medio de la operación esto
puede convertirse en un problema -fue su última
explicación.
El Grupo de Apoyo Médico pertenecía al Comando Sur
“Carlitos Caride”, en honor al combatiente caído. El
Comando Norte, al que en realidad correspondía la
atención de estas emergencias, había caído en una
redada, pocas horas antes de la emboscada a Fernando.
Todos sus integrantes fueron “muertos en combate”,
rezaba la información periodística.
El médico comió en un silencio contagioso. Miraba
hacia la ventana sin ver, masticaba como ausente y
Cuando Lo Encuentren... díganle 360

repasaba las vías de abordaje para solucionar la


emergencia quirúrgica. Rodeándolo, todos los habitantes
de la casa acompañaban sus bocados, esperando que
decidiera finalizar su almuerzo tardío. La hermana del
Turco Haidar era su enfermera, y ya estaba preparando el
equipo. Un acompañante silencioso, de origen tucumano,
completaba el grupo de emergencia y se encargaría de la
iluminación del área afectada, para que el cirujano
pudiese trabajar sin inconvenientes. Sacó de su mochila el
material y armó una bomba de luz del tamaño de una
calabaza. Era un combatiente en estado de convalecencia,
herido en un enfrentamiento con fuerzas policiales y
militares en Tucumán, en el ingenio azucarero de Lules
El médico terminó de comer y bebió un vaso de vino
tinto; agradeció e inmediatamente comenzó a dar
órdenes.
- Este será el quirófano -dijo señalando la cocina-.
Allá, la mesa de operaciones; traigan sábanas limpias y
toallas; la lámpara tiene que estar de este lado ;acomoden
a Fernando sobre la mesa, boca abajo - finalizó mientras
buscaba su ropa de cirugía y se colocaba los guantes.
Segundos más tarde las sábanas cubrieron las
heridas. La luz resaltaba la gravedad de los impactos ;
había un olor nauseabundo, fundamentalmente en el
impacto de la Itaka, del que con asombro, todos vieron
como el médico sacaba pedazos de género incrustados
en la herida. Los bordes de la lesión tenían un color
verdoso y aparecían deshilachados.
Cuando Lo Encuentren... díganle 361

La enfermera Haidar colocó el suero en el brazo


izquierdo de Fernando, y siguiendo las indicaciones del
cirujano comenzó a inyectarle pentotal, hasta que cayó en
un sueño profundo. Otra vez percibió las imágenes
familiares, que pasaban sin permitir que viera los
detalles. Se fue relajando y alejando de la realidad. Todo
era color y una paz envidiable y placentera.
- ¿Cómo está? - preguntó el cirujano a su enfermera.
- Puede empezar - respondió.
La mano hábil, rápida y eficaz del médico comenzó
un trabajo programado y metódico. El iluminador, que
sostenía decorosamente su lámpara, fue cayendo de
espaldas, sin dejar de aferrar el mango. Pálido y cada vez
más frío, se fue desmoronando con elegancia y hasta con
pudor. El médico tomó el mango antes que la lámpara
golpeara el piso. Los espectadores veían como el bisturí
limpiaba los restos de carne y piel negra por la pólvora.
Cada vaso sangrante era cauterizado con cuidado por el
bisturí eléctrico que sacaba hasta humo. El balde
colocado al lado del cirujano fue colmándose de gasas y
restos de tejido humano. Finalmente, al cabo de dos
horas quince, la operación estuvo casi terminada.
Faltaban los puntos de sutura.
- Se está despertando - advirtió la enfermera.
- Está bien, no hace falta profundizar más, lo que nos
queda son unos cuantos puntos. Ya termino –sentenció el
médico.
Cuando Lo Encuentren... díganle 362

Fernando empezó a recuperar la conciencia.


Balbuceaba cosas incoherentes y comenzaba a moverse.
Le ataron brazos y manos con cintas y le sostuvieron el
cuerpo para evitar que la labor del cirujano se viera
entorpecida.
- No le contesten, está bajo la influencia de la
anestesia - dijo el médico mientras cocía con una aguja
de punta piramidal.
Fernando, si bien no podía coordinar sus palabras,
entendía a la perfección todo lo que hablaban, hasta la
descalificación de su estado de conciencia. Entre quince y
veinte minutos después logró modular.
- ¿Me sacaron las balas?, ¿voy a perder el brazo? -
preguntó ante el silencio del auditorio.
- No le den bola -repetía el cirujano mientras
terminaba su trabajo y pedía algo de comer- Lo que
tengan, decía.
En realidad, el segundo almuerzo lo disfrutaron
todos, aunque el único que comió fue el cirujano, que no
perdía su malhumor y su carácter agrio. Mientras
masticaba, iba repitiendo indicaciones, como la de cuidar
las infecciones, darle cada seis horas el antibiótico,
cambiar las gasas cada doce horas, mantener la venda
compresiva y fundamentalmente hacer reposo.
-En siete días lo quiero ver para sacarle los puntos -
dijo.
- ¿Te buscamos? - atinó a decir la Gringa.
Cuando Lo Encuentren... díganle 363

- No, nos veremos a las 15 hs. en la Estación Retiro,


en los baños. Que lleve una hoja de afeitar sin usar -fue
su última indicación.
- ¿En el baño? -preguntó Yaguer.
- Así trabajamos nosotros, contestó la enfermera
Haidar, mientras lavaba y guardaba el instrumental.
- Y vos tucumano -dijo el médico-. Para
iluminador...cero. Para combatiente, tal vez llegues a
diez.
Se fueron con la misma celeridad con la que habían
entrado. Cada uno sabía su rol a la perfección. Casi ni
aceptaron los agradecimientos. Mientras tanto, Fernando
recuperaba fuerzas y movimientos, y pedía que lo
desataran.
Los cuatro primeros días el reposo fue absoluto. Los
tres siguientes, relativo.
En la primera salida a la vereda se encontró con el
vecino, quien al verlo, le dijo:
- ¡Eh, muchacho!, ¿cómo andas ?
- Bien, mejorando, respondió Fernando sin saber que
explicación dar.
- Hay que cuidarse de las vigas, pibe, sostuvo el
hombre seriamente, aunque con gesto cómplice.
- Si, de las vigas, dijo Fernando, y entró otra vez a la
casa sin saber de que vigas hablaba su vecino.
- ¿Sabes lo que me dijo el vecino?, le comentó a la
Gringa.
- ¿Qué?- contestó ella intrigada.
Cuando Lo Encuentren... díganle 364

- Que me cuidara de las vigas, te imaginas, de las


vigas, que tendrá que ver.
- Es que cuando salí de la operación me lo encontré
en su puerta y me preguntó qué había pasado, que
llegaste con la ropa llena de sangre. Fue lo primero que
se me cruzó por la cabeza. Una viga en la espalda. La
verdad que no sé por qué puse ese ejemplo, pero parece
que prendió -dijo la Gringa.
Estallaron en una carcajada y comenzaron a hacerse
chistes. Después de todo, estaban contentos y con vida, y
lo más importante, junto con su familia.
Tonio viajó con Pernías y Astiz a Europa. Retiró un
millón y medio de dólares y se los entregó, según el trato.
Luego montaron un operativo de prensa, en el que
hicieron figurar a la dirigencia montonera en un exilio
dorado y a los militantes muriendo en el propio país.
Organizaron la conferencia de prensa en Madrid. Llevaron
a los periodistas uno por uno en automóvil, con los ojos
vendados, dando vueltas por las mismas manzanas para
confundir las distancias. Cambio 16, revista política de
gran prestigio, no faltó a la cita, que luego publicitó.
Encapuchados, con el escudo y la bandera montonera a
sus espaldas, dieron una conferencia de prensa con
detalles y acusaciones hacia los jefes que los habían
abandonado. Tonio era la voz cantante. La pregunta de
un periodista de Cambio 16 a otro de los integrantes,
sobre las acciones de la guerrilla, fue el punto
Cuando Lo Encuentren... díganle 365

culminante. Astiz contestó como militar y no como


montonero.
- Lo que pasa es que la SUBVERSIÓN en Argentina
está por ser derrotada -dijo.
Esta respuesta fue suficiente para que se descubriera
la patraña y la conferencia fuese denunciada
públicamente como una farsa.
Astiz, Pernías y Tonio abandonaron Madrid con un
fracaso sobre sus hombros y con el millón y medio de
dólares en sus bolsillos.
Tonio, actualmente reside en Barcelona.
Cuando Lo Encuentren... díganle 366

RADIO NOTICIAS DEL CONTINENTE

Duque …trataba de manifestar su total desacuerdo


e indignación con los dos atentados perfectamente
orquestado, dirigido e integrado por hombres que
respondían a la Junta Militar Genocida de Argentina. Él
estaba como todos los días, en esa montaña en Costa
Rica, a solo 20 Km. de la ciudad en plena Capital.
Duque vigilaba día y noche; no solo el Galpón enorme
de la Radio, sino también su antena curiosamente de
forma romboidal y todo el jardín que la rodeaba cercado
por alambre tejido. El periodista que le hacia la entrevista
trataba de exaltar la valentía de Duque así como
también su entereza de llevar una puñalada artera en
medio del abdomen del primer atentado y los plomos
que le sacaron en su tórax cuando se produjo el
segundo atentado. Duque explica a su modo y con la
sencillez que lo caracterizaba que el primer atentado
había sido justamente esa madrugada en que todos
dormían menos el que escucho ruidos extraños a los
grillos de las sombras. Él salió y no solo se encontró a
los invasores pertrechados y camuflados de verde, sino
que también fue a un cuerpo a cuerpo directo y
sangriento frustrado luego por un poderoso filo de
cuchillo de combate que se clavo en medio de su
abdomen salpicando sangre y dolor para todos lados.
Los ruidos, los gritos y la pelea fueron suficiente para
Cuando Lo Encuentren... díganle 367

que otros dos habitantes de esa base Radial, se


levantaran presurosos y arma en mano desataran las
metrallas que hicieron retroceder primero y huir después
a los visitantes de la noche. Duque fue llevado en forma
inmediata a un nivel sanitario primitivo, pero que con
suturas y parches de gasa y algodón pudieron contener
la sangría y, con medicación, el dolor. Días después, y
repuesto a medias, pero aun valiéndose por si mismo,
Duque patrullaba nuevamente su sitio alambrado hasta
que el segundo intento, ahora sé acompaño de alta
tecnología y fuerzas combinadas que indudablemente lo
superaron. Esa madrugada, los mismos hombres
camuflados armados hasta los dientes trataban de llegar
a las instalaciones de la radio para justificar su anterior
fracaso pero luego seria frustrado nuevamente por
Duque. Esta vez, nuestro amigo se lleva dos plomos en
su cuerpo y con toda abnegación y coraje pudo
nuevamente frustrar el asalto al menos a los que venían
por tierra, ya que por Aire la operación se
complementaba con una avioneta cargada de una bomba
que dirigida al tinglado, perforó las chapas de Zinc, y
prestamente recorrió el pasillo central rompiendo solo
paredes y puertas, pero patinando insólitamente hasta el
final del pasillo en donde choca contra la pared ciega
dejando una abertura lo suficientemente grande que la
bomba “ se escapa” del objetivo original no explota y
queda incrustada en medio del jardín que daba hacia el
oeste. Duque nuevamente fue llevado a su sesión de
Cuando Lo Encuentren... díganle 368

cirugía y a duras penas se le pudo salvar su valiosa vida.


Era un héroe y por ello merecía estar en los micrófonos
de radio Noticias para que le cuente al mundo como la
Junta Militar Argentina de Videla había enviado al grupo
Comando encabezado por Guglianminetti quien desde la
avioneta vio como sus compañeros trataban de llegar al
Galpón y como su bomba preparada y con su cabezal
dibujado con insultos y figuras lesivas a Montoneros y
Sandinistas, pasaba sin ocasionar daño alguno por todo el
edificio y terminaba en un impacto silencioso en medio
de un jardín. Maldijo la mala suerte, el fracaso y se
imaginaba lo que esto significaría para su futuro. Duque
contó la historia con su propia voz, interpretado por el
periodista que hacia de ...cada ladrido su interpretación
detallada de lo que había pasado. Duque era el mejor
perro de Montoneros en Costa Rica.
Radio Noticias del Continente fue un logro luego de
casi dos años y medio de trabajo silencioso y esmerado El
proyecto nace justamente para contraatacar el cerco
informativo que había impuesto la Junta Militar Argentina.
En l975, presos políticos a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional (PEN) podían salir de su encierro carcelario pero
“fuera” del país Ex presos políticos hacen su primera
experiencia en Perú, México y Panamá y desde allí
comienzan a denunciar lo que ya se visualizaba como el
clima de Terrorismo de Estado en Argentina Las tres A
estaban en plena acción. Panamá, México, Costa Rica
daban apoyo logístico a Montoneros gracias a
Cuando Lo Encuentren... díganle 369

relaciones directas con la Organización en forma


Subterránea en Perú y México y Públicamente en Panamá
con el Presidente Torrijos con quien mantenían una
excelente amistad e identificación. Montoneros había
propuesto una publicación quincenal o mensual –que
luego seria la Revista “Vencer”, escrita en tres idiomas y
una Estación de Radio de Onda Corta que permitiera
acompañar la resistencia en Argentina y posteriormente a
la denuncia de la violación de los derechos humanos en
ese país A su vez, acompañaba a cuanto proceso de
Liberación se presentase en Latinoamérica, África y los
movimientos de liberación en gestación en el mundo. En
l977 el entonces segundo comandante y Miembro de la
Conducción Comandante Carlòn (Cuyo apellido
verdadero era Pereira Rossi), junto a Pepe 22 un técnico
Costarricense y Raúl, periodista de prestigio en Costa Rica
Ellos arman el proyecto definitivo y lentamente vencen los
obstáculos que se van generando.
No es fácil montar una Radio de esa envergadura por
el costo y por las trabas burocráticas. Ellos tenían en claro
los objetivos que llevan y explican detalladamente al Ex
Presidente Figueras y Torrijos. Ambos apoyan el proyecto.
Carlòn y sus amigos, conforman entonces dos comités.
Uno en Costarrica, con partidos políticos progresistas y a
cuya presidencia colocan a la Presidenta del Partido
Socialista y otro Comité Latinoamericano con hombres
representantes de los movimientos revolucionarios y
representantes de la Iglesia como el Obispo de
Cuando Lo Encuentren... díganle 370

Cuernavaca. Y otros personalidades Latinoamericanas y


Europeas. Puigròs, asilado en México es también
convocado a integrar este Comité. Pepe 22, había
conocido a un técnico Costarricense, en un Congreso de
Comunicaciones en Chile. Era un hombre muy entusiasta
con el proceso Argentino y cada vez mas interesado en
Montoneros y sus banderas Peronistas El sostenía la
necesidad de “ copiar” la tecnología “ para hacer estos
emprendimientos porque era la única forma de montar
una Radio de esa magnitud. En definitiva sobre este
trípode se monta Radio Noticias del Continente. Carlòn es
secuestrado en l982 junto a otro compañero de
conducción, Osvaldo Cambiazo en Rosario, lo
secuestran, los llevan a Bs. As y en los pagos de Patti son
asesinados
Radio Noticias del Continente llegaba en sus pruebas
de funcionamiento desde la Antártida hasta Canadá, y
tomaba Asia, Europa y puntos distantes y a veces
increíbles. La potencia de esta Radio luego fue interferida
y tapada por la BBC de Londres que tenia una frecuencia
similar y desde los EEUU, por misteriosas interferencias
que bloqueaban la entrada en su territorio. Sin embargo
no podían silenciarla. Los Vietnamitas en la primera
oportunidad, enviaron su saludo y solidaridad. Radio
Noticias, que representaba e integraba el sentir y la
información de los revolucionarios en el Mundo. Para
Argentina tenia una particularidad: Los mensajes
enviados y las noticias perfectamente preparadas para los
Cuando Lo Encuentren... díganle 371

compañeros en el país, tenían un ingreso al aire con una


singular cortina musical. La marcha Peronista, con los
acordes de una especial Guitarra.
En “algún lugar en Nicaragua» la proclama Sandinista
llamaba el 3l de Mayo de l979 a una Huelga General y a
la ofensiva FINAL: el 4 de Junio, el Pueblo Nicaragüense
debería unirse a los últimos esfuerzo de la gran ofensiva
Sandinista que estaba ya en sus últimos preparativos.
Firmaban el documento la Dirección Nacional conjunta
del Frente integrada por: Daniel y Humberto Ortega,
Jaime Wheelock. Víctor Tirado, Bayardo Arce, Tomas
Borges, entre otros y se establecían los frentes de
combates Frente Norte a cargo de Fonseca, Frente
Occidental a cargo de López Pérez Frente Sur a cargo de
Zeledòn Frente Oriental Roberto Huembes Frente
Central Camilo Ortega. Eden Pastora avanzaba con gran
fuerza en el Frente Sur, el sector mas temido por Somoza
y muy cercano a la Estancia de Figueres en Costa Rica,
lugar en donde los Sandinistas tenían acceso directo y
rápido para operar. Esta estancia fue también testigo de
una reunión entre Sandinistas y Montoneros cuando
Humberto y Daniel Ortega le recriminan a Fernando Vaca
Narvaja que no les había dicho sobre la Radio que estaba
ya operando y montada en Costa Rica a fines del 78.
-“Fernando, Creo que es necesario que esta Radio
pueda prestarnos el apoyo en la operación que pensamos
realizar en menos de un año, es la mejor forma de tener
Cuando Lo Encuentren... díganle 372

la comunicación directa con la Conducción, tienes que


hacernos esa gauchada” manifestaba Humberto Ortega.
- Si bien entiendo la posibilidad de que esto pueda
realizarse, creo que hay que distinguir dos aspectos
básicos. dijo Fernando
- El primero que yo no puedo decidir, porque esto es
motivo exclusivo de la Conducción y como tal debe ser
planteado en ese ámbito y la segunda que de hacerse
este “convenio” debemos cuidar perfectamente que no
sea luego identificada como una Radio exclusivamente
Sandinista. Nosotros hemos realizado una tarea muy
laboriosa para que esto funcione y podemos y logramos
neutralizar el vallado informativo que impuso la Junta
Militar
- De acuerdo…-dijo Daniel Ortega
- Solo te pedimos que lo lleves a la mesa de
Conducción y nos permitan utilizarla
- Así se hará, dijo Fernando prometiendo traer
noticias frescas en corto plazo, justamente en esos días
estaba prevista la reunión de la conducción de
Montoneros.
- Una sola pregunta ……dijo Fernando..
- ¿Cómo se enteran que esta Radio es nuestra?
- Por Figueras … contesta Humberto.
- y también por Torrijos, remata Daniel.
Fernando se sonrió, efectivamente este Proyecto había
sido muy conversado con ambos Mandatarios. Tal vez,
Cuando Lo Encuentren... díganle 373

ellos consideraron útil darles esta información al Frente


Sandinista.
Por supuesto que la Conducción Montonera, trato el
pedido y luego de varias horas de análisis decidieron por
unanimidad aceptar el aporte pero con algunas cláusulas
que ellos consideraban importantes sellarlas en un
acuerdo. Fernando fue delegado para concretarla en
Enero del 79, se firma el Acta Acuerdo entre Daniel y
Humberto Ortega, Tomas Borges, Wheelock Tirado y
Gallardo Arce y Fernando por Montoneros con una
salvedad: se mantenía la identidad y manejo de la Radio
de acuerdo a lo que estaba en vigencia en la actualidad,
sé comprometían los Sandinistas a contemplar la
posibilidad de asentar la Radio en Nicaragua una vez
triunfante la Revolución y no se cambiaría el nombre de
la Radio. Todos aceptaron y firmaron La radio dio tanta
fuerza a la ofensiva Sandinista que en poco tiempo se la
conoció como Radio Sandino, cuya información era
tomada en forma directa por todos los corresponsales
del Mundo, como fuente cierta y Oficial de los
Sandinistas Somoza, envió a 25.000 soldados al Frente
Sur como respuesta. A partir de esa fecha ya no hay mas
viajes para reunirse con la conducción de FSLN.
Fernando y Mery, se integran a la conducción Sandinista
hasta el triunfo de la Revolución.
.- Si es necesario cruzarán la frontera y aplastaran a
la Cúpula Sandinista y sus amigos Costarricenses
Cuando Lo Encuentren... díganle 374

incluidos a los Montoneros” Gritaba Somoza a sus


generales.
- ¡Revienten Radio Sandino!, gritaba mientras se le
escapaba nuevamente su orina mojando el pantalón y
que trataba de disimular sentándose rápidamente en su
sillón. Con la toalla pegada al fondo del cajón secaba lo
que podía y hacia señas a su asistente para que trajera
un pantalón seco
- Siempre lo mismo - pensó furioso, me traiciona la
maldita próstata.
- Y quiero la cabeza del Comandante Cero –por Edén
Pastora,…eso fue por piadosos. Debimos matar a toda la
familia.
- Pero eso hicimos General le dijo uno de sus
oficiales.
- ¡No dijo Somoza! Quemaron sus tierras y su casa,
mataron sus padres, pero quedo este pajarraco vivo.
Maldición…cuando harán las cosas bien.
Edén Pastora, mientras comía un pedazo de Asado
con Fernando y Mery, mantenía un humor contagioso. él
soñaba con cabalgar por la pradera de la Pampa Húmeda
montado en un caballo criollo con apero y arneses
hechos de Cuero Argentino
- ¿Se imaginan?, decía y ensayaba movimientos de
cómo lo haría si estuviera ya, montado y mirando la
Pampa Argentina
El 4 de Junio estallo la Huelga General con adhesión
del l00%, casi el mismo día el esclarecido Fondo
Cuando Lo Encuentren... díganle 375

Monetario Internacional aprobaba un Crédito de


urgencia a Somoza de 54 millones de dólares para
armamento y el 7 de Junio se liberaron Diriamba,
Matagalpa y Ocatal. El Coronel Bravo enviado especial de
Somoza al Frente Sur caía derrotado en Piedras
Blancas.Somoza estaba en tiempo de Descuento. Radio
Noticias, ahora definitivamente Radio Sandino había
contribuido a que esto tuviese la trascendencia que
merecía. Mientras tanto, los atentados en Costa Rica
contra la Radio, la presión de EEUU y Inglaterra y la Junta
Militar sumado esto a un programa de intimación a cada
uno de los integrantes de la conducción local de la Radio
hacia efectos. El Gobierno, formalmente pide la clausura
de la Radio hecho que naturalmente y no es casualidad
no fue defendido por los Organismos de prensa
Internacionales, salvo la FELAP, que demostró una actitud
solidaria y coherente. Si levantaron y reiteraron las
imágenes de la TV por todo el mundo el asesinato de un
corresponsal de Guerra por fuerzas Somocistas William
Stewart en ese famoso remate en la cabeza por la
Guardia nacional. Somoza estaba alcoholizado,
insultando y golpeando la mesa de su escritorio en medio
de ese Búnker que construyo a su medida
- No!!!!,
- Yo quería morir como Salvador Allende, repetía
desconsolado y nuevamente orinado hasta las
botamangas de su pantalón ante la mirada atónita de sus
Cuando Lo Encuentren... díganle 376

colaboradores cada vez mas asustados por el final que ya


venían llegar.
La conducción Nicaragüense estaba asentada en Palo
Alto, cerca de la Frontera y también de la estancia del Ex
Presidente Figueras El l9 de Julio, la Conducción
Montonera es invitada a festejar junto al pueblo de
Nicaragua el triunfo de la Revolución Sandinista. Los
equipos de la Radio, guardados celosamente en
gigantescas cajas herméticas y sólidas y bañadas de un
aceite especial, eran trasladadas a Nicaragua. Montoneros
le hecha el vistazo y luego el pedido a los Sandinistas de
una vivienda de dos pisos y parque en la Capital de
Nicaragua. Es el lugar exacto para la Radio aseguró
Fernando. Con algo no contaron los Montoneros. La
actitud de la Junta Militar Argentina. Ellos, habían
enviado oficiales Argentinos para adiestrar a la Guardia
nacional en la tortura y represión, algo en la cual estaban
superespecial izados Triunfante la Revolución
Sandinista, los reconoce y también les envía
gratuitamente dos barcos llenos de alimentos y
medicinas Los Sandinistas, ante posibilidad de que esta
ayuda se extienda, postergan la instalación de la Radio….
Que aun duerme en sus baños de aceite. De cualquier
manera Radio Noticias y luego la Revistas Venceremos
marcan un hito importante en el proceso de la lucha
revolucionaria y es allí en donde surgen nuevas
metodología del periodismo con el concepto de Rodolfo
Cuando Lo Encuentren... díganle 377

WALSH…”El Corresponsal de guerra …debe estar en la


guerra”
Montoneros siempre dio gran importancia a los
medios de comunicación, las publicaciones como
Descamisados; Causa Peronista; Evita Montonera; Estrella
Federal; El Montonero; las simpatías con Diarios
Nacionales como Noticias, y La Voz o también la revista
Frentista Informaciones; así lo sustentan. Pero entre lo
más novedoso fueron sin duda los pequeños y efectivos
equipos de RLTV, verdadera novedad tecnológica que
permitía en radios de varias manzanas interceptar los
aparatos de TV domésticos y aparecer en directo los
audios con las Proclamas Montoneras. Su manejo era
accesible, requería de pocos compañeros y lo más
importante burlaba los más sofisticados aparatos
militares para interceptarlas. Radio Noticias del
continente consagró este precepto del hombre más
importante en la pluma Montonera, junto a Gelman y
Puigròs. Fue tan así, que cuando matan al Obispo Romero
en el Salvador, la única radio que transmitía “en vivo” su
última misa y palabras Fue casualmente este
corresponsal –único- de radio Noticias quién graba el
disparo y relata la muerte del Obispo. Walsh fue el
fundador de ANCLA en l976 (Agencia de Noticias
Clandestinas. El 24 de marzo de l977, Rodolfo Walsh, les
enviaba a la Junta Genocida Militar Argentina una
lapidaria carta que en sus comienzos manifestaba
Cuando Lo Encuentren... díganle 378

«…l5.000 desaparecidos, l0.000 presos políticos


…4.000 muertos, decenas de miles desterrados son las
cifras desnudas de ese terror que ustedes implantaron.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes él
las principales guarniciones del País virtuales Campos de
Concentración, donde no entra ningún Juez, abogado,
periodista, observador Internacional. El Secreto Militar de
los procedimientos invocado como necesidad de la
investigación, convierte a la mayoría de las detenciones
en secuestros que permiten la tortura sin limite y el
fusilamiento sin juicio………La carta de Rodolfo, fue tal
vez, el documento más importante que circuló por todo el
mundo como denuncia contra la Junta Militar Argentina.
Cuando Lo Encuentren... díganle 379

Susana Yofre de Vaca Narvaja

La última vez que nos vimos fue en Ámsterdam. Usted


estaba regando las flores de la casa de su hijo Enrique.
Hablemos de los Hijos.
(Vicente Zito Lema (VZL)Periodista de Caras y Caretas
Año: 85 N 2209 Abril 1998)

Susana: Yo tengo doce hijos. Mejor dicho tenía,


porque a uno de ellos lo mataron el 12 de agosto de
1976.Había sido detenido el 20 de noviembre de
1975.Era defensor de presos políticos y lo detuvieron en
el propio Juzgado Federal. Trasladado a la penitenciaría
de Córdoba y a disposición del Poder Ejecutivo Nacional
(PEN).No se realizó ningún proceso legal. Lo vi por última
vez el 23 de marzo de 1976 cuando nos vamos de
Córdoba. El ya sabía del secuestro de su padre. Estaba
muy tensionado por ese hecho y me pidió que tratara de
sacar del país a toda la familia porque me dijo que la
persecución iba a ser implacable contra nosotros. A partir
del 24 de marzo, fecha del golpe militar, mi hijo fue
torturado en forma permanente hasta el día que lo
fusilaron. La Dictadura afirmó que había sido en «un
intento de fuga» junto a otros dos muchachos, de Breuil y
Toranzo. Sin embargo hay pruebas demostrando que los
tres fueron sacados de la cárcel y luego fusilados.
Inclusive, llevaron al hermano de Breuil para que
Cuando Lo Encuentren... díganle 380

presenciara el asesinato. Por eso digo que solo tengo


ahora once hijos.

(VZL) ¿Qué hizo usted cuando lo secuestraron a su


esposo?
Susana: Rápidamente voy a ver a mi hijo preso. Pido
permiso al Jefe de la Penitenciaría para entrevistar a
Huguito. Fue él quién me dijo “Mamá lleve a todos los
chicos, mis hijos fuera del país porque aquí nos van a
liquidar a todos como a la familia Pujadas (familia de Cba.
relacionada por Mariano Pujadas masacrado en Trelew el
22 de agosto, su familia completa fue acribillada y luego
en un foso le colocaron granadas reventando sus
cuerpos) y váyase lo más rápido posible. Yo me aguanto
aquí cualquier cosa, pero usted salga”.
Yo, en la desesperación del momento no sabía que ya
mis hijos estaban tratando de planear como salir del país,
porque circulaban los Falcon (autos de la represión)
delante de sus casas y amenazas telefónicas de muerte;
por las noches pasaban coches y enfocaban con sus luces
las casas como provocación. Todos entonces salieron de
sus domicilios. Fueron a casas de personas amigas y
combinaron la partida del país asilándonos en México.
Unos nos fuimos en tren; otros en ómnibus, avión y
finalmente nos juntamos en Buenos Aires Éramos 26
personas. trece adultos y trece niños....
Cuando Lo Encuentren... díganle 381

(VZL) ¿Cuando salieron del País?


Susana : Estuvimos en la embajada desde el 23 de
Marzo de 1976 a la noche hasta el 2 de abril del mismo
año, fecha en que nos sacan en cinco vehículos cercados
por la policía Federal: en Ezeiza nos rodeo el Ejército. En
cada coche iba un representante del Gobierno Mexicano.
Un alto funcionario de la cancillería del gobierno de facto
Argentino viene hablar conmigo para decirme que el
Señor Videla estaba muy preocupado y que con el grupo
familiar no había problema. Que al contrario estaban
«afligidos» por la desaparición de mi marido y que no
tenía por qué irme del país. Yo le contesté que ni con
Videla ni con el anterior Gobierno (Estela Martínez de
Perón) teníamos ninguna clase de garantías y que al
contrario el gobierno Mexicano me las brindaba razón por
la cual me iba del país con mi familia

(VZL) ¿De sus hijos quienes son los que no viajan


con usted?
Susana : Mi Hija mayor que se quedó con su esposo y
sus hijos. La realidad es muy triste porque ella creyó que
su padre se había auto secuestrado. Y según un cuñado
mío que era militar, en el SIDE le había dicho que lo
habían secuestrado los Montoneros. Lo que era ridículo.
Por otro lado corrieron distintas versiones: que había
salido por el Norte Argentino luego por el Sur; que no
hubo secuestro...cuando lo que pasó fue dolorosamente
distinto. Ella es la única que queda y hasta hoy no tengo
Cuando Lo Encuentren... díganle 382

ninguna relación con ella. Tiene seis hijos, es decir mis


seis nietos que me hubiere gustado ver, pero por este
motivo estoy aislada de ellos.

(VZL) ¿Y usted cuando regresó al País?


Susana: Yo volví el 19 de septiembre de 1982.
Todavía estaba la dictadura. Pero vinimos con la
protección de Naciones Unidas. A mi pedido el consulado
argentino en México fue informado que no tenía
requerimiento judiciales. No obstante yo pedí protección
a Naciones Unidas.

(VZL) ¿Qué impresión tuvo al volver?


Susana: Cuando volví me sentí muy mal. Muy
tensionada y terriblemente angustiada por volver al lugar
en donde había sido secuestrado mi marido y asesinado
mi hijo.

(VZL) ¿Por qué no vive en su antigua casa?


Susana : Esa casa fue allanada cinco veces. La
saquearon por completo con una impunidad terrible. Ya
no saqueaban de noche, lo hacían de día. Voltearon la
puerta, arrancaron los muebles, hasta el motor de agua.
Me vi obligada a vender. Mejor dicho a regalarla; era una
buena propiedad. La entregué a cualquier precio. No tenía
otra opción, para poder seguir viviendo en México.
Cuando Lo Encuentren... díganle 383

(VZL) ¿Qué significa para usted la violencia?


Susana: La violencia es una parte terrible y negativa
de nuestra realidad. Y veo que hay violencia en todo.
Violencia directa armada es a la que primero me refiero.
Pero también veo violencia en la falta de alimentación en
los niños, en la desocupación, en la carencia de
medicamentos, todas estas son formas de violencia. Y en
verdad la violencia aparece en Argentina en 1930. Porque
violentos son los subversivos, pero también los militares.
O no es violencia romper el orden Constitucional que
ellos juraron defender. ¿Quiénes son los primeros
violentos en este País? Yo fui a la OEA (Organización de
Estados Americanos) por una invitación para testimoniar
sobre los casos de mi marido y mi hijo. También lo
denuncié en el Departamento de Estado de los EEUU. En
una reunión, un funcionario de apellido Lister, me
preguntó a que atribuía la violencia de la guerrilla. Y
contesté: Entre el mayor y el menor de mis doce hijos, se
llevan 18 años de diferencia. Mi hija mayor nacida en
1940 había votado solo tres veces y después ninguno de
mis hijos hasta el año 1973.Siempre hubo gobiernos
militares de facto. Esa falta de expresión política de la
juventud, esa falta de poder manifestar su ideología, de
poder dar una repuesta, de poder participar en decidir
que clase de Gobierno querían es a mi juicio una de las
causas.
Cuando Lo Encuentren... díganle 384

(VZL) ¿Cuál es su opinión sobre la desaparición de su


marido?.Ve relación con la actividad de su hijo Fernando?
Susana: Yo no creo que tenga relación con la actividad
de Fernando. Mi marido era una persona que tenía una
posición muy clara con respecto a los militares. Estaba
convencido que nada positivo podían hacer por el País y
los militares sabían muy bien lo que él pensaba. Creo que
esa ha sido una de las causas. Evidentemente un hombre
del prestigio de mi marido les molestaba.

(VZL) ¿A quién hace responsable de la suerte de su


esposo?
Susana : Es evidente que han actuado directamente
ente los militares. Y la Triple A. Porque no nos
confundamos. En un artículo el general Riveros decía que
no se equivocaran, que en Argentina no había
parapoliciales o paramilitares sino las tres armas del
Ejército eran las que realizaban los operativos
(VZL) ¿En su trato cotidiano con la gente, excluyendo
su familia y sus amigos. Le pesa que la vean como la
madre de un notorio dirigente Montonero?
Susana: Mire, para ser sincera, debo decirle que hay
personas con las cuales es así. Me saludan en forma
distante, sin el afecto que antes había. Inclusive gente
que le debía mucho a mi marido se han apartado. En
cambio he encontrado en otra gente no tan amiga apoyo
porque saben lo que hemos sufrido y porque siempre me
Cuando Lo Encuentren... díganle 385

opuse a la violencia. El apellido pesa y muchas veces


cuesta llegar algún funcionario...

(VZL) ¿Es decir..usted quisiera que su Hijo Fernando


vuelva a la Argentina y afronte los cargos reales o no se
le formulen ante la Justicia?
Susana: Yo deseo que pueda volver al país, pero vivir
con la frente en alto, porque la determinación que él
tomó en su momento no fue buscando beneficio propio,
sino para comprometerse, según sus ideas en la lucha por
mejorar la situación del pueblo Argentino. Fernando
siempre fue un muchacho sensible ante los problemas de
los humildes. Lo he comprobado desde la niñez, en los
pequeños detalles de una criatura que siempre se
sensibilizó ante las necesidades de sus compañeros más
pobres. Fernando es un ser limpio y si él tomó ese
camino es porque no tenía otro para poder hacer algo por
los demás.

(VZL) ¿Distingue usted entonces, la violencia militar


de la que pudo ejercer su hijo?
Susana: Insisto en que es distinta. Porque mientras
esa juventud luchó por la liberación del País, los militares
lucharon por la supervivencia de sus privilegios, porque
tomaron todo al País como si fueran una hacienda, una
estancia porque se apoderaron de las riquezas para
vaciarlo; mientras aquellos querían justamente lo
contrario. Tratar de revertir esa tendencia y que la
Cuando Lo Encuentren... díganle 386

Argentina fuera por el pueblo y para el pueblo y por eso


lucharon. Es una generación muy capaz, difícil de
reemplazar y que han entregado sus vidas por sus sueños
(VZL) ¿Tiene algo que reprocharle a alguien? ¿Odia a
alguien ?
Susana: No. El odio es un sentimiento mezquino y con
odios no vamos a llegar a ninguna parte. Hay que saber
ubicar a la gente, tomarla en su verdadera dimensión y
que la Justicia se encargue de castigar a los culpables si
lo son.(se puede consultar el reportaje completo en la
revista Caras y Caretas)
Cuando llegué a Córdoba desde Chos Malal; el mismo
día del secuestro de mi padre ella estaba serena, firme,
con su angustia disimulada y acompañada por sus hijos
que le aportaban fuerzas pero que a su vez le generaban
nuevos temores(las amenazas a la familia había
comenzado meses antes). En esos momentos siempre
trató de tranquilizarnos y evitar actitudes violentas o de
revancha. Las cartas de papá estaban con nosotros Con
calidez trataba de hacernos comprender la necesidad de
mantener la calma y soportar la injusta espera. Duro
trance. Digna actitud. En otra oportunidad cuando
invadimos la Embajada de México donde vivimos un
especie de asilo intermedio apretujados en el altillo de la
embajada con los 26 integrantes de la familia, demostró
una enorme determinación y dignidad.
Con la misma fuerza transitó el largo exilio
soportando en México toda clase de presiones. No solo
Cuando Lo Encuentren... díganle 387

lloró por su esposo desaparecido y por su hijo meses


después asesinado. También por la pérdida de su hija
mayor Susanita quién resolvió aparentemente dejar su
familia y olvidarla. Hasta el día de hoy (diciembre 2004)
no visitó a su madre; tampoco lo hicieron sus hijos; y han
pasado 28 años.
Susana demostró hasta dónde una mujer puede estar
preparada para los cambios. Católica a ultranza fue
aceptando las nuevas modalidades de la vida
contemporánea con capacidad de adaptación y la misma
serenidad y madurez de siempre. Nunca abandonó su
persona. Aún en los momentos más dolorosos; siempre
tenía un detalle, una acotación distendida, una chispa
alegre o una ironía. Entre sus hijos, nueras y yernos,
sumados a sus más de 40 nietos y 28 bisnietos, nunca
tuvo tiempo de aburrirse. Acompaño a cada uno y a
todos. Siempre presente con una palabra de aliento, una
caricia, un consejo.
Esa es Susana, condenada hace 28 años con la
desaparición de su esposo.

Carta Manuscrita de Arturo Illia (dirigida a mamá)

Sra. Susana Y de Vaca Narvaja


Mi estimada señora Susana he recibido una carta de
Gustavo recordándome que el 10 de marzo se cumplen
cinco años de la desaparición y secuestro de Hugo. Su
excelente esposo y mi invariable amigo También me
Cuando Lo Encuentren... díganle 388

solicita por la posibilidad de que La Voz del Interior


publique una solicitada recordando el injusto innoble y
doloroso atentado.
La correspondencia fue dirigida a Cruz del Eje, y
recién me encuentro con la misma en víspera de viajar a
Francia por dos o tres semanas. Le escribo al Dr. Juan
Palmero para que se ocupe con otras personas útiles y
para tratar de enviarles a usted o Gustavo una repuesta
concreta.
Tenga la seguridad Susana que quienes conocieron a
Hugo no pueden cambiar la amistad profunda que
siempre despertó por su conducta irreprochable en todo
sentido y por el respeto afectuoso a él y toda la familia
son acreedores Reciban usted y los suyos un cordial
abrazo.
Saludos a Ricardo Yofre y flia.

El 7 de enero del 2005, mamá, nos sorprendió con


una descompensación de su salud. Estaba en Totoral con
Ana María y el Goly. Una repentina baja de presión y un
dolor en la boca del estómago, obligó a que la internaran
en la clínica local sin diagnóstico claro; la gravedad de su
cuadro requirió la derivación al Hospital Privado en
Córdoba. En pocas horas fue intervenida quirúrgicamente
por una hemorragia en aparato digestivo a consecuencia
de una sobredosis de medicación anticoagulante,
mantenida por largos meses por su fibrilación auricular.
Luego inició una insuficiencia cardíaca con edema agudo
Cuando Lo Encuentren... díganle 389

de pulmón. Pasó a Terapia Intensiva. Horas de profunda


incertidumbre que conmocionó a todos sus hijos yernos y
nueras. Ni que decir de sus nietos. Faltaron a la cita dos
de sus hijos, Huguito asesinado en 1976 y Susanita
ausente de ausencia permanente. Verla en esa situación
nos dejó en un estado de conmoción. Ella representa
quizás nuestra historia, y la continuidad de ella. En
verdad, no nos planteamos nunca la posibilidad de
perderla, aunque sabemos que esto no depende de la
voluntad de sus familiares. Cuando llegó a la sala general,
ingresó en muy mal estado, edematizada, con gran
dificultad respiratoria y en la noche comenzó una
pesadilla. A las diez de la noche la incoherencia y la
incoordinación atraparon ese frágil cuerpo.
Esa primera noche en el piso, mamá tuvo delirando y
alucinando; agitada, confusa y llena de temores, ella vio y
habló con su padre, que estaba en el fondo de un pasillo
sentado en un sillón de madera muy antiguo. Cuando yo
intervenía, ella me decía mirando al infinito, <no lo ves?>
< allí, en ese sillón de madera, tan antiguo y tan
hermoso...me sonríe y está en paz > Solo podía asentir
sus afirmaciones fantasiosas, de manera que aseguré que
efectivamente lo veía. Poco después, temblorosa y
temerosa, me miraba con los ojos asombrados, <Van a
entrar a robarnos....mira... míralo Gustavo. cerrá la
puerta con llave...hay dos que se están descolgando.> me
tomaba el brazo y trataba de que reaccionara, <
míralos...entran> repetía temblando. También esa noche
Cuando Lo Encuentren... díganle 390

ella sostenía que estaba lloviendo con intensidad, y tuvo


diálogos con personas que invadían su mente, hablaba y
gesticulaba, a veces repetía que deberíamos ir a la fábrica
de carbón. Hubo un momento dramático; a las tres de la
mañana, cuando estaba somnolienta de costado, mirando
hacia la puerta de entrada ella lanzó un grito y en
segundos levantó su camisón, dejando al descubierto la
herida de su intervención y recostándose hacia la derecha
en voz alta decía <Ves....te digo que esta fue la
operación...mírala> Yo estaba a sus espaldas y cuando
me levanté a cubrirla, ella siguió hablando sin ofrecer la
identidad del fantasma pero indudablemente, era
conocido. Al día siguiente me comentó recordar la visión
de los ladrones, no así el de la herida y agregó dos
episodios más: una cena con el presidente Kirchner con
platos de comida sin cubiertos y que comía con los dedos
y una visión de Susanita (su hija ausente) que la veía
hermosa, elegante que desde lejos la saludaba sin
palabras. Se emocionó al contarlo. A pesar de todo, creo
que hubiese sido importante ese encuentro después de
28 años. Pero no. No apareció. A pesar que sabía de su
gravedad. El alta días después, fue imprudente, en 48 hs
tuvimos que reinternarla por agravarse su sintomatología
fue el 15 de enero a las 20 hs, ahora se sospechaba de un
accidente vascular cerebral. Estaba afectada el habla,
había una disartria manifiesta y su estado general más
comprometido Por qué tanto castigo a esta mujer su
esposo; su hijo; sus sobrinos, su casa, su exilio, su
Cuando Lo Encuentren... díganle 391

repentina enfermedad; la carta de su nieto y la agresión


por su juicio al estado por el exilio. Es demasiado para
una persona de 88 años. Una carga muy pesada de llevar.
Nadie preguntaba por su esposo; solo les interesaba
la presunta indemnización.
Cuando Lo Encuentren... díganle 392

Los Pequeños Héroes

Los pequeños héroes siempre estaban dispuestos a


responder al llamado de cualquier animal o vecino
súbitamente amenazado por monstruos o enemigos.
Todo era solidario en la solitaria comarca. No existía el
dinero y entre ellos reinaba la paz, a la cual consideraban
uno de los más preciados privilegios.
Nuestros pequeños héroes no tenían rivales
invencibles. Aún con armamento casero y ciertamente
primitivo, en el fragor de la lucha eran capaces de superar
cuanto obstáculo se interpusiera. Desde siempre;
profesaban una máxima: «cuando la lucha comienza, se
mantiene hasta el triunfo». Nunca se vio caer sobre los
héroes derrota alguna. Y, cuando subsistía cierta duda,
nuestros pequeños héroes recurrían a acciones insólitas
creadas con frondosa imaginación; sacaban de la galera
nuevos inventos que provocaban el triunfo definitivo.
Regularmente volvían agotados por las horas de
esfuerzo; luchas y peligros asumidos. Con frecuencia eran
hazañas que rozaban lo fantástico. Pero a pesar de la
severidad del riesgo vivido, ellos regresaban cantando
odas al triunfo y canciones de exaltación a la vida y al
hogar. A medida que se acercaban a la cabaña, cada vez
les parecía más hermosa. Y allí estaban ellas; sus
hermanas, prestas a brindar un ambiente acogedor para
un merecido descanso. Contenidos por ese clima familiar,
Cuando Lo Encuentren... díganle 393

nuestros pequeños héroes recuperaban las fuerzas


gastadas en sus fragorosas batallas contra el mal. Nunca
nadie se animó a preguntarle a Papá; pero nuestros
pequeños héroes aparentemente eran huérfanos.
Pequeños-grandes solidarios y solitarios a la vez,
liberados a un azar lleno de oscuros y bellos misterios,
así como dramáticas amenazas. Para ellos no había
misiones imposibles ni excusas para evitar la más
absoluta de las entrega. Permanentes ejecutores de la
Justicia; cada uno cumplía con un rol y se respetaba la
rotación de responsabilidades. No reconocían premios ni
gustaban de esos reconocimientos efusivos. Preferían en
cambio; el triunfo silencioso. Cuando dormían, estaban
seguros del deber cumplido. Así eran los doce famosos
pequeños héroes; hermanos de sangre y de aventuras,
huérfanos o abandonados, sobrevivientes por su propio
esfuerzo e inteligencia.
En las noches de verano, casi diariamente
escuchábamos cuentos semejantes relatados por nuestro
padre. Sin embargo; pocos nos marcaron tanto como
éste. Mientras nos transportábamos a los mundos de la
fantasía, íbamos sin saberlo, amalgamándonos alrededor
del mensaje. Los sueños de imponer la justicia, mezclar
las luchas y enfrentamientos con toques humanitarios y
piadosos; superar el odio y los rencores y avanzar
siempre en favor de paz y verdad. Fueron inevitablemente
incorporándose en nuestras personalidades; en nuestros
comportamientos y proyectos. Cuarenta años más tarde,
Cuando Lo Encuentren... díganle 394

siguió aflorando el pequeño héroe grabado en el


inconsciente. Seguimos con la costumbre de exponernos
frontalmente ante los peligros; jerarquizamos las
actitudes solidarias e intentamos, de una u otra forma
atender las necesidades de los más débiles. Ningún
pequeño héroe vuelto persona grande, buscó la
figuración pública por si misma, ni fue poseedor de
riqueza económica.
Viviendo en México recién nos dimos cuenta que
habíamos sido adoctrinados, en el buen sentido de la
palabra, para acercarnos a esos roles de heroicidad y
grandeza. Es así como muchas de las acciones de mis
hermanos y hermanas, están dibujadas con el pincel y los
particulares tonos de aquel relato incorporado a
temprana edad. Ese bosque y esas hazañas legendarias
siempre fueron y serán absolutamente reales. Tan real
como fue mi padre y el legado que por sobre todas las
cosas; nos quería dejar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 395

LA HAMACA

Para nosotros es inevitable recordarle de manera muy


especial. La hamaca de pié, loneta y hierro, tiene en la
memoria pulso propio. Instalada en medio del jardín, es
el símbolo de ciertas rutinas de mi padre, tan
determinantes como sus relatos fantásticos. Al amanecer
o al atardecer, siempre recibía a su exclusivo ocupante.
Papá se daba un leve empujón con los pies y la hacía
mecer; él decía que para evitar los ardientes rayos del sol.
Los fines de semana, siempre antes de las diez de la
mañana, mi padre se dirigía a la hamaca con un libro, se
colocaba sus anteojos de marco grueso, prendía un
cigarrillo y se entregaba a uno de sus rituales más
preciados. Lector incansable y reflexivo, pasaba las hojas
lentamente como escrutando secretos retenidos detrás de
la escritura. De vez en cuando, cerraba
momentáneamente el libro y dejaba que su mirada se
diluyese en el infinito. Desde la casa o algún otro rincón
del jardín, muchas veces me quedaba observando esa
escena matinal. Alrededor de la hamaca, varios rociadores
disparaban miles de gotitas humedecían el trébol y la
gramilla mientras que el ruido particular del agua se
mezclaba con el canto de los pájaros. A esa hora, todo
era frescura, paz.
Esa hamaca de tres volúmenes era además el lugar
del diálogo entre padre e hijo; más tarde, entre abuelo y
Cuando Lo Encuentren... díganle 396

nieto. Confesionario de culpas, problemas, intima alegrías


y noticias, también la usaba para juntarnos y darnos
sugerencias, sin afán de imposición. Siempre me intrigó
como pudieron alzarla y llevársela con el peso de la carga
de tantos recuerdos. Este cofre de secretos vivía y se
mecía en armonía con los ciclos de las estaciones. Sólo el
invierno la condenaba a la soledad en medio del jardín.
Recuerdo en mi infancia a la familia en permanente
crecimiento. Casi todos los años, por no decir todos, un
nuevo hermano aparecía sumando su llanto. Al poco
tiempo, multiplicaba el zapateo sobre el piso de madera
del resonante pasillo. Doce hermanos llegaron en total.
Inundaron todos los espacios del departamento de cuatro
habitaciones y una terraza de la ciudad de Córdoba. Los
primeros nacieron en alguna clínica del centro. El resto,
en la misma habitación de mi madre, bajo la atención de
un obstetra y una partera. Pero no hubo diferencia entre
unos y otros. Todos lloraron y berrearon igual.
Papá nos llevaba a la habitación del fondo para que
no escucháramos el trabajo de parto. A su vez, abría una
ventana para que el ruido de los tranvías y el tráfico de la
calle taparan algún posible quejido de mi madre. Solo
cuando el nuevo hermano lanzaba su escandaloso llanto
de nacimiento, no decía: “la cigüeña llegó”. Otro más,
otra cama, otro más. Los mayores a veces le
preguntábamos a papá si no era mejor que la cigüeña
llegara con una casa más grande... Él respondía: “Dios
proveerá”. Mi madre vivía un embarazo permanente, al
Cuando Lo Encuentren... díganle 397

menos esa es la imagen que nos quedó. Sin embargo,


terminado el parto -aquella época no había tanta cuestión
posparto-, a los pocos días volvía a ser la Susana de
antes, vital, inquieta y coqueta. En el departamento había
un “sillón de los desmayos”. Mi madre siempre acudía a él
cuando ya no podía controlar el desastre que hacía el
siempre creciente batallón de hijos. El desmayo siempre
era igual: meticulosa y delicadamente progresivo. Bien
ubicada, caía sobre el sillón lentamente hasta que se
terminaba de asentar. Luego, cada uno de nosotros
cumplía con una misión. Unos traían el alcohol para
empapar un algodón. Otros le sacaban los zapatos. Otro
más le desprendía los botones del cuello y no faltaba
quién la abanicaba. Finalmente, la paz reinaba por un par
de horas hasta que se reponía, pidiendo tranquilidad para
evitar otro desmayo.
Papá era un hombre directo, derecho y
profundamente católico. Durante toda su vida dejó
siempre ejemplos de conducta responsable, actitud
comprometida e inquebrantable ética. Muchos lo
recuerdan por su respecto casi monacal, (ascético). Por la
palabra dada; por la honorabilidad de sus actos y esa
amalgamada relación entre misión y función. Siempre
rescataba los aspectos positivos de los hechos, y aun de
las desgracias. Con su fina delicadeza, buscaba lo mejor
en la simplicidad de las cosas. Extremadamente
bondadoso, a veces pecaba de ingenuo. Participativo,
publico y tímido a la vez. Era un creador de vida. Valga la
Cuando Lo Encuentren... díganle 398

incuestionable fecundidad con sus doce hijos y su


dilatada trayectoria en el ámbito político y social. No le
gustaban los reconocimientos. Prefería el trabajo fuerte y
la producción permanente de ideas y proyectos.
Asumió la política con la intensidad de una convicción
casi religiosa. Tal era su nivel de responsabilidad en el
trabajo y su disposición, casi absoluta, a la entrega.
Respetuoso de sus adversarios políticos e inflexible ante
la corrupción, era reconocido por muchos pero fue
defendido por muy pocos durante los momentos de lucha
y frente a su desaparición. Honesto hasta de su propia
sombra, vivió en la modestia económica. Veinte años
antes de su secuestro, casi a los cuarenta años, logró
comprar su primera casa con un Crédito hipotecario a 30
años. A la vieja casona abandonada de Villa Warcalde la
fue mejorando lentamente, ampliando a medida que
llegaban los hijos y los hijos de los hijos. Más que la casa
cuidaba el jardín, con el mismo cela que a la familia. Año
tras año agregaba un rincón verde, o plantaba un rosal o
un árbol al cual se encargaba rigurosamente de regar. Su
jardín creció y se embelleció con su trabajo. Disfrutaba de
los resultados. En su silencio de jardinero regador, le
brotaban las ideas más brillantes. Era también en el jardín
donde nos aglutinaba a hijos y nietos alrededor de sus
consejos. Siempre nos brindaba palabras de apoyo, y en
los momentos más difíciles sabía transmitir una
inteligente paz y serenidad. Político por excelencia, era
un radical del viejo tronco. Fundador de la UCRI y luego
Cuando Lo Encuentren... díganle 399

del MID, llegó a ser candidato a Gobernador de la


provincia de Córdoba por el Frente Nacional y Popular.
Ocupó el cargo de Ministro del Interior durante el
gobierno de Frondizi. Fue Presidente del Banco Provincia
de Córdoba y Ministro de Hacienda de la provincia.
También se desempeño como Profesor en la Universidad
Nacional de Córdoba y en el Colegio Montserrat. Férreo
defensor de las instituciones sociales y celoso defensor
de la intimidad familiar. A Don Hugo se lo llevaron una
madrugada hacia no se sabe dónde. Dudo que su verdugo
haya podido mirarlo a los ojos antes de terminar con su
vida. Desapareció. Parece que no existe. Si no hubiese
hecho tanto en su vida, tal vez hasta dirían que nunca
estuvo en la tierra. Se fue envuelto en la siniestra
estructura de la desaparición, metodología tan común en
la Argentina de la dictadura y la represión.
Hace 28 años que no podemos visitar su tumba para
dejarle una flor o rezar una plegaria en su recuerdo. Hace
28 años que nadie nos dice qué hicieron con él. ¿Dónde
está?
Cuando Lo Encuentren... díganle 400

ANEXOS

PRESAGIO

Diciembre de l975- Carta dejada por Hugo Vaca


Narvaja en sobre cerrado a Susana Yofre ; su esposa.

“A MI GORDA
Treinta y seis años de una vida compartida en sus
momentos de alegría y de dolor, son una familia que nos
puede enorgullecer por su solidez de su formación moral,
me han deparado una felicidad sin limites en cuyo logro
has sido tu, sin la más mínima duda el factor
fundamental. Solo Dios, sabe también cual ha sido
también mi agradecimiento cotidiano por la felicidad
que me has dado
Por ello, frente a un hecho que pudiese provocar mi
desaparición definitiva, por causas ajenas a mi deseo y
voluntad recurro a ti como en tantas circunstancias de la
vida para requerirte Una Prueba Mas de tu entereza
moral.
Yo sé bien cuan estrechamente ligados se siento
nuestros hijos –consanguíneos y políticos -a nosotros. Y
descuento la indignada reacción que tal hecho habrá
desde luego producirles.
Por esos momentos, precisamente, es que acudo a ti y
a tu formación cristiana en la seguridad de que jamás me
Cuando Lo Encuentren... díganle 401

defraudaras. Deberás poner freno a tu propia reacción,


entregar tu dolor como un tributo a la pacificación
general, templar los sentimientos. Que mi muerte sirva
para algo en el tiempo, pero que jamás se convierta en
factor de represalia para otros ni en causa de mayores
desgracias para los núcleos familiares que han sabido
formar.
Mi Gorda, sabes bien que nuestra ausencia es
meramente física y que algún día, nos reencontraremos
para reanudar una felicidad que en este doloroso hecho
marca simplemente una pausa”.

Tu esposo y compañero
Miguel Hugo Vaca Narvaja(firma)
Diciembre de 1975 – Carta dejada en sobre cerrado a
sus hijos.
“A MIS HIJOS»

En las actuales circunstancias dolorosas,


consecuencia de hechos mediatos e inmediatos,
derivados del fanatismo, la intolerancia y la
incomprensión y agravados por un sectarismo cada vez
mas agudizado, no resulta improbable que pueda ser yo
una víctima que sume su nombre a una lista no cerrada
todavía
Para ese supuesto- que no lo deseo ni quiero –
quieren dejarles escritas estas pocas líneas destinadas a
poner templanza, entereza y resignación a fin de evitar
Cuando Lo Encuentren... díganle 402

Reacciones Inmediatas e Incontroladas por parte de


todos ustedes, hijos de sangre y del afecto, pero
integrantes de una familia sólidamente nucleada en
torno a sus padres, sobre la base de principios morales
arraigados con hondura en todos ustedes desde que
empezaron a formarse en su niñez.
Quiero también señalarles mi orgullo por ser padre de
tales hijos, tan limpios en su conducta y firmes en sus
dispares convicciones. Por eso, precisamente, cualquier
reacción descontrolada empañaría ese orgullo y me haría
pensar, aunque desde lejos, que estuve equivocado. No
tienen derecho ustedes a que ello ocurra. De allí, que al
correr de la maquina y rápidamente aprovechando este
momento de soledad y confidencia, les pido que en caso
de que ello suceda –y sucediera si Dios lo quiere-
refrenen sus sentimientos, mantengan la serenidad, no
imputen responsabilidades ni menos se entreguen a
pensamientos de represalia, ni siquiera se lancen a
estimular o a participar en actos de venganza, aunque la
justicia del episodio que pueda sufrir y el cariño filial los
impulsen emocionalmente en ese camino.
Piensen, fundamentalmente, en la doble
responsabilidad que tienen y que les exijo en estas
líneas que hagan efectiva:
Primero; con respecto a su propio grupo familiar, mis
hijas y mis nietos, a quienes se deben y por quienes
tienen que vivir. Segundo : con este País y su Pueblo, en
franco tren de desintegración por la lamentable ausencia
Cuando Lo Encuentren... díganle 403

del equilibrio moral de quienes tienen los medios y la


responsabilidad de ahondar en los problemas que
generan actos de violencia, quitándose las anteojeras
que les dificulta a muchos ver la realidad a través de la
indigencia moral y material en que transcurre esa vida
sin horizontes de nuestro pueblo. Asumir esta doble
tarea, con la mente fría y el corazón aquietado”.

MIGUEL HUGO VACA NARVAJA (firma)


Cuando Lo Encuentren... díganle 404

SEGUNDA PARTE

El Texto siguiente fuè escrito


en México entre 1976 a 1982
Cuando Lo Encuentren... díganle 405

DERECHOS HUMANOS

«Un tarro de basura» :


“El gobierno argentino ha analizado detenidamente el
informe producido por Amnisty International acerca de la
visita que autoridades de ese organismo realizaron a
Argentina en 1976. Pese a la falta de veracidad y
objetividad que se advierte a lo largo del documento y a
los términos agresivos en que está redactado, el gobierno
argentino, en consideración a los términos y fines
humanitarios que afirma defender Amnisty, ha resuelto
hacer conocer las observaciones que el mismo merece. La
Argentina es una nación con larga tradición de paz y
orden, de sustantivo respeto por los derechos del
hombre”.
«Yo estaba detenido junto a otros dos compañeros.
Fuimos llevados donde se encontraban otros acusados.
Pedro... estaba entre ellos», Juan Eliseo Ledesma,
dirigente montonero.
«Lo vimos en el galerón atado de pies y manos al
catre de hierro. Por un agujero que se abría en su
estómago se le veían las tripas. A gritos pedía agua. Los
guardias le prometen una inyección que lo mataría a
cambio de información». Textual extraído de una carta
denuncia enviada a la Comisión Episcopal Argentina por
el obrero detenido Javier Alguerra.
“5 de septiembre de ’76.
Cuando Lo Encuentren... díganle 406

Queridos compañeros, en el día de la fecha fuimos


sacados a las 9.30 para una requisa. En el operativo
participaban Gendarmería y Ejército, unos cuarenta
hombres armados con FAL.
“Nos formaron en fila, manos contra la pared,
piernas abiertas. Nos golpearon con puños, pies, gomas y
nos insultaron. Luego nos obligaron a gritar “Viva el
Ejército Argentino”, mientras lo festejaban con risotadas.
En esas circunstancias, el compañero Raúl Bandaccio
recibió varios golpes, uno de ellos en la cabeza, que lo
dejó inconsciente a los pies de un militar... quien
continuaba golpeándole y ordenándole que se levante.”
“Otro se acerca y le grita, histérico, que rece. Raúl
semiconsciente pide ayuda para levantarse. El militar
lentamente le aparta la mano con la goma, saca su pistola
y le dispara “a boca de jarro” a la cabeza luego de
ordenarle que mire el cañón de su pistola”.
Carta denuncia enviada a la Comisión Episcopal
Argentina denunciando la muerte de Raúl Bandaccio en
un campo de concentración de la provincia de Córdoba.
«El 17 de septiembre son llamados para ir a la
enfermería Mosse, Svagussa, Fidel, Manternon, Young y
Hernández. Dos días después nos enteramos por un
guardia que el Comando del III Cuerpo informó la muerte
de ellos por un intento de fuga. Lo mismo ocurrió el 29
de septiembre con José Angel Pucheta y Carlos Sgandurra.
Este último, con las piernas fracturadas, muere en un
“intento de fuga”». Carta a la Comisión Episcopal.
Cuando Lo Encuentren... díganle 407

«... Son nuestros antecedentes, prosigue el


gobierno militar argentino, que otorgan a su gobierno
autoridad moral para expedirse frente a un informe, vacío
de fundamentos como el de Amnesty International...»
Patricia Erb, de 19 años de edad, es secuestrada
por la Policía de Buenos Aires, detenida, torturada y
posteriormente deportada a Estados Unidos por la
intermediación directa del consulado de ese país en
Buenos Aires. Al llegar a Norteamérica denunció haber
sido testigo de las torturas de Domingo Mena, Ana María
Lancilotto, Eduardo Raúl Merbirna y Elena Barbieri, en
Campo de Mayo, fortaleza militar de importancia en
Argentina. Ana María estaba embarazada de ocho meses.
Enrique Rodríguez Larreta, uruguayo, relata: “El 13
de julio del ’76 estaba con mi nuera y mi nietecito (se
hallaba en Buenos Aires por el secuestro de su hijo)...
cuando varias personas penetraron en mi departamento y
nos arrestaron. Nos llevaron a una casa donde nos
torturaron varios días. El 21 de julio nos trasladaron a
una base militar donde nos siguieron torturando”.
ANCLA, la agencia noticiosa clandestina, órgano de
difusión de la Central de Trabajadores de la Resistencia,
denunciaba: 17.000 presos políticos y 650 asesinados. El
informe de Amnisty International completaba diciendo:
“Los métodos más comunes de tortura en Argentina son:
descargas eléctricas, semiasfixia de la víctimas bajo el
agua o excretas, golpes, puntapiés, quemaduras,
privación de alimentos, bebidas, sueño, desorientación
Cuando Lo Encuentren... díganle 408

por cubrirlos con capuchas y abusos sexuales”.


Manifestaba que luego del golpe de estado se registraron
de 2.000 a 5.000 secuestros, calculando para esa fecha
unos 6.000 presos políticos sin juicio alguno. El informe
se condensaba en 92 páginas elaboradas prolijamente y
con datos recogidos personalmente por Robert Drinann,
Lord Averbury y Patricia Feeney. Indicaba como resumen y
consejo al gobierno argentino el levantamiento del estado
de sitio; que se solicite a la ONU el envío de una comisión
para investigar la situación de los Derechos Humanos;
que se publique inmediatamente la lista con los nombres
de las personas presas por razones políticas; que las
autoridades investiguen sobre las personas desaparecidas
-elevaron 489 nombres-; que el gobierno dé garantías a
refugiados latinoamericanos. Recomendaba, asimismo, al
gobierno que cumpla con el Artículo 18 de la
Constitución Nacional, que impide castigar a los
prisioneros políticos y la aplicación de la Resolución
2.433 de las Naciones Unidas que dice: «Cualquier tortura
o acto cruel e inhumano o degradante es una ofensa a la
dignidad de las personas y tendrá que ser considerado
como un repudio a los propósitos de la Carta de las
Naciones Unidas y a una violación de las libertades
fundamentales proclamadas en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos». También alertaba que uno de
los aspectos más serios era la muerte a balazos en la
penitenciaría de Córdoba de presos políticos,
Cuando Lo Encuentren... díganle 409

registrándose 17 casos, los que luego aparecerían como


muertos en un intento de fuga o combate.
«Siento vergüenza y humillación por saber que en
mi país suceden cosas tan tremendas y terribles como las
que detallaré. No lo hago para desacreditar al gobierno
de las Fuerzas Armadas, sino para que los pueblos
solidarios del mundo tengan conocimiento de lo que en
Argentina sucede». Señalaba como culpable de la brutal
represión en Córdoba al tristemente conocido general
Luciano Benjamín Menéndez. El autor de esa carta, cuyo
párrafo rescato, era Rodolfo Walsh, secuestrado,
desaparecido y posteriormente muerto. Gran escritor,
gran argentino.
Luis Mario Bello, corresponsal de “La Nación” en
París, manifestaba que la imagen argentina se estaba
desdibujando en el exterior, acelerada por impulso de
algunos grupos comprometidos. A raíz de ello comentaba
la contraofensiva que la Cancillería argentina realizaría
para “mostrar” a través de sus embajadores en Europa la
realidad política y presentar al país entregado al trabajo,
la creación artística y la investigación científica.
“Se está produciendo una carnicería en Argentina...”
aseguraba Drinann, representante legislativo de Estados
Unidos. En forma conjunta Edward Kennedy y Donald
Fraser solicitaban al presidente de la Comisión de
Derechos Humanos de la OEA, Andrés Aguilar, que
intervenga dicho organismo por la extensión y severidad
Cuando Lo Encuentren... díganle 410

de las violaciones de los Derechos Humanos en


Argentina.
«La nación argentina entera sufrió los efectos de la
inseguridad en todos los terrenos de la vida cotidiana y a
ello se sumaron detenciones de periodistas, el cierre de
distintos medios, la instauración de ambiguas normas
legales como la Ley de Seguridad del Estado, el dictado
de medidas económicas tendientes a ahogar
financieramente a los diarios» manifestaba la Asociación
de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) en una
carta al general Videla, insistiendo en la necesidad de
informar libremente.
Al mismo tiempo el Parlamento inglés enviaba a
Videla una solicitada por la vida de Rodolfo Walsh.
Laurence R. Birns, presidente de la COHA, organismo
privado dedicado a las relaciones entre los Estados
Unidos y América Latina, iniciaba gestiones para forzar al
Departamento de Estado norteamericano a que publique
un informe reservado preparado por la embajada de
dicho país en Buenos Aires, manifestando que en el
mismo se dejaba entrever una relación directa entre los
gobernantes y la Triple A (Alianza Anticomunista
Argentina), de los cuales hasta la fecha no había sido
detenido ninguno de sus miembros, como así tampoco se
había dado nombres ni antecedentes oficiales de ellos.
El 29 de noviembre de 1976 empiezan a funcionar
los consejos de guerra especiales, los que serían puestos
Cuando Lo Encuentren... díganle 411

en actividad por los comandantes de Zona y Subzona de


Defensa del Ejército, Fuerza Aérea y Armada Argentina.
En un homenaje a Guillermo Brown, Massera
afirmaba: «...y así, silenciosamente, sin hechos
espectaculares, sin urgencias sospechosas, sin promesas
falaces, ayudados por Dios y con la virtud del patriotismo,
de la honestidad, del sentido común, el gobierno de las
Fuerzas Armadas comenzó a reorganizar los aparatos
administrativos, corregir la desarticulación de la
economía, restablecer el orden en la producción,
reconstruir los tejidos morales de la república, mientras
se desarrolla un combate metódico y riguroso contra los
delirantes de la destrucción, contra los apóstoles de la
muerte, contra los verdaderos enemigos de todos, contra
los verdaderos violadores de los derechos humanos.
Vamos argentinos... vamos de una vez a tomar por asalto
el futuro. Dios nos acompaña».
¿Cómo podían mostrar al mundo un país entregado
a la investigación científica desapareciendo diariamente
valores intelectuales y científicos de importancia? como el
físico Luden, secuestrado en diciembre del ’76, el
meteorólogo Ricardo D. Chidichimo o el físico nuclear
Manuel Trachyssky, arrestado en el Centro Atómico
Bariloche en septiembre del ’76 y muerto tres días
después por torturas. ¿Qué pasó con el físico Antonio
Misetich, que dirigía el programa atómico argentino,
formado en Massachusetts Institute of Tecnology de
EE.UU.? ¿Dónde está el ingeniero Ardito que trabajaba en
Cuando Lo Encuentren... díganle 412

el Ciclotrón de la Comisión Nacional? Muchos de la


Escuela de Matemáticas Argentina, reconocida
mundialmente, sufrieron igual suerte.
Bruno Kreisky, Joop Den Uyl y Anker Jorgensen,
primeros ministros de Austria, Holanda y Dinamarca,
respectivamente, como así también Francois Mitterrand,
Olof Palme y otros líderes social- demócratas, solicitaban
a la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU que
consideren la violación de los derechos humanos en
Argentina, dedicándole especial atención. Figuraban
también Giussepe Saragat y Benito Craxi, de Italia; Willy
Claes, de Bélgica; Reiulf Stean, de Noruega; Felipe
González, de España; John Chalmers y Ron Haywart, de
Gran Bretaña; y Broadbent J., de Canadá. Willy Brandt.
premio Nobel de la Paz y ex canciller de Alemania,
adhería posteriormente.
El gobierno argentino protestaba ilógicamente y
manifestaba su desagrado por la actitud de los jefes de
los gobiernos amigos que se sumaban diariamente al
reclamo por la dignidad del hombre en Argentina. “Sobre
todo, porque ellos saben de los esfuerzos de la
reorganización nacional, así como de la firme observancia
de los Derechos Humanos por parte de las fuerzas del
orden”.
Laurence Birns, del Consejo de Asuntos Hemisféricos,
expresaba: “... Tienen que darse cuenta que las
atrocidades que están ocurriendo allí (por Argentina) le
Cuando Lo Encuentren... díganle 413

dan la fama de ser la nación de América Latina en la cual


la vida humana corre mayores peligros”.
James Carter recomendaba personalmente la
reducción de la ayuda militar a nuestro país y a Uruguay,
por las violaciones a los Derechos Humanos.
Tal como había ocurrido con Chile, si bien la
reducción era más del tipo formal, ya que las armas eran
vendidas por otras vías, al menos representaba algo así
como una amonestación pública que obligó a los
gobiernos de las márgenes del Río de la Plata a rechazar
públicamente tal medida y sus fundamentos por
considerar que era una “intromisión en los asuntos
internos”.
Jorge Aja Espil, embajador argentino, argumentaba
que el gobierno tenía como objetivo consagrar la plena
vigencia de los Derechos Humanos violados bárbara y
sistemáticamente por un terrorismo internacional y
anárquico. Birns contestaba que el pueblo norteamericano
tiene pleno derecho a decidir que sus dineros no sean
dados al gobierno argentino para alentar a un sector en
una acción fratricida. La política Carter, que al menos
parecía contraria a la de sus predecesores Ford y Nixon,
quienes habían apoyado de demócratas, solicitaban a la
Comisión de los Derechos Humanos de la ONU que
consideren la violación de los derechos humanos en
Argentina, dedicándole especial atención. Figuraban
también Giussepe Saragat y Benito Craxi, de Italia; Willy
Claes, de Bélgica; Reiulf Stean, de Noruega; Felipe
Cuando Lo Encuentren... díganle 414

González, de España; John Chalmers y Ron Haywart, de


Gran Bretaña; y Broadbent J., de Canadá. Willy Brandt.
premio Nobel de la Paz y ex canciller de Alemania,
adhería posteriormente.
El gobierno argentino protestaba ilógicamente y
manifestaba su desagrado por la actitud de los jefes de
los gobiernos amigos que se sumaban diariamente al
reclamo por la dignidad del hombre en Argentina. “Sobre
todo, porque ellos saben de los esfuerzos de la
reorganización nacional, así como de la firme observancia
de los Derechos Humanos por parte de las fuerzas del
orden”.
Laurence Birns, del Consejo de Asuntos Hemisféricos,
expresaba: “... Tienen que darse cuenta que las
atrocidades que están ocurriendo allí (por Argentina) le
dan la fama de ser la nación de América Latina en la cual
la vida humana corre mayores peligros”.
James Carter recomendaba personalmente la
reducción de la ayuda militar a nuestro país y a Uruguay,
por las violaciones a los Derechos Humanos.
Tal como había ocurrido con Chile, si bien la
reducción era más del tipo formal, ya que las armas eran
vendidas por otras vías, al menos representaba algo así
como una amonestación pública que obligó a los
gobiernos de las márgenes del Río de la Plata a rechazar
públicamente tal medida y sus fundamentos por
considerar que era una “intromisión en los asuntos
internos”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 415

Jorge Aja Espil, embajador argentino, argumentaba


que el gobierno tenía como objetivo consagrar la plena
vigencia de los Derechos Humanos violados bárbara y
sistemáticamente por un terrorismo internacional y
anárquico. Birns contestaba que el pueblo norteamericano
tiene pleno derecho a decidir que sus dineros no sean
dados al gobierno argentino para alentar a un sector en
una acción fratricida. La política Carter, que al menos
parecía contraria a la de sus predecesores Ford y Nixon,
quienes habían apoyado de diversas formas el
surgimiento de regímenes totalitarios y militares en
Latinoamérica, so pretexto de inundación comunista,
negaba ayuda militar e incluso denostaba en su campaña
contra las violaciones a los Derechos Humanos a muchos
militares que habían sido formados para la
contrainsurgencia en el mismo territorio americano o en
Panamá.
Carter entra reciamente al campo internacional con
una bandera nueva, la de los Derechos Humanos. Sin
embargo aún no estaban en el olvido Vietnam, Camboya,
Corea, etc. Era un arma peligrosa de esgrimir, más aún
cuando los intereses transnacionales, afectados
momentáneamente, buscarían la forma de presionar para
que toda la campaña carteriana quede sólo en una
declamación.
La Unión Cívica Radical abría por primera vez la boca
en defensa de los Derechos Humanos en una carta al
gobierno argentino manifestando su preocupación
Cuando Lo Encuentren... díganle 416

porque la represión a las actividades subversivas debe


estar en manos exclusivas de las fuerzas regulares.
Asimismo hacía un llamado al gobierno para que asuma
la responsabilidad de las detenciones y se respete las
garantías del juicio.
Más de un año y ningún miembro de la Triple A o de
las bandas armadas de la derecha había sido apresado o
al menos individualizado. La complicidad era evidente y
no ocultable. Según el presidente Carter, las relaciones
internacionales de los EE.UU. se basarán en el respeto
mundial por los Derechos Humanos. Su discurso de
asunción dejó entrever también que se pondrá especial
cuidado con esta situación, y sería congruente con su
postura pre-electoral en la que en reiteradas
oportunidades criticó las dictaduras que florecían en
Latinoamérica. Chile fue la más duramente atacado; se
denunció la existencia de complicidad americana para
derrocar a Salvador Allende. Estas manifestaciones eran
incluso “interpretadas” por sus seguidores de múltiples
maneras, tratando de conciliar posiciones con los órganos
de poder multinacional.Robert White la patentiza cuando
en el Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (CIECC) manifestaba en nombre del gobierno
de EE.UU.: «La educación no puede florecer, la ciencia no
puede prosperar y la cultura no puede enriquecer la vida
de nuestro ciudadano a menos que el Estado resuelva
proteger ciertos derechos que han sido declarados, como
el fundamento de la sociedad civilizada en todas las
Cuando Lo Encuentren... díganle 417

Constituciones de los países representados en la


declaración universal de los Derechos Humanos. Entre
estos se encuentran el derecho a reunión, la libertad de
expresión, la protección contra la detención y castigo
arbitrarios. Sin estas garantías los derechos básicos están
a merced de la resolución de los Estados, libres de
otorgarlos o negarlos según el capricho de sus agentes».
Vance y Young y la mayoría de las delegaciones que
partían de los Estados Unidos llevaban similares mensajes
como una nueva estrategia política internacional
americana. Hasta Rusia entra en el debate público y se
siente molesta porque el presidente Carter recibe a sus
disidentes en el marco de una espectacular propaganda.
Europa también siente el impacto y comienzan a
aparecer numerosos presos políticos con sus
declaraciones, denunciando que tal o cual país respeta o
no los Derechos Humanos. En América las naciones
militarizadas hacían su mea culpa manifestando estar en
una situación crítica y especial de guerra contra la
subversión de características internacionales “que desean
sepultar la democracia que ellos tan heroicamente
derrocaron en su salvaguarda”. La política iniciada parecía
algo nuevo, peligrosa y, a su vez, contradictorio. Hubo
quienes se llevaron aplausos y algunos menos que los
criticaron, presagiando su derrumbe.
La Comisión sobre la Relación de Estados Unidos con
América Latina, presidida por Sol Linowitz, abogado de
Couder Brothers, accionista principal de Xerox, entregó a
Cuando Lo Encuentren... díganle 418

Carter un informe en el que hace recomendaciones sobre


la política exterior americana y la necesidad de pulir el
respeto a los Derechos Humanos, pero no ser
excesivamente dogmáticos con ellos. En dicha comisión
figuraban como integrantes principales G. Costanzo,
vicepresidente de First National City Bank; George Harrar,
presidente y consultor de Fundación Rockefeller; Andrew
Heiskell, presidente de Time Inc.; Nicholas de
Katzenbach, vicepresidente y asesor de IBM. Sin embargo
había en América Latina una expectativa positiva,
inclusive cuando las transnacionales copaban los puestos
de mayor importancia dentro del nuevo gobierno.
Aparentemente IBM sería la más favorecida.
En el discurso pronunciado en Notre Dame, en una
ceremonia de graduación, Carter abogaba por una nueva
política exterior, indicando que la pasada administración
se había basado en la política de expansión. “La situación
ha cambiado -proseguía- y las tendencias de la historia
han debilitado los fundamentos mismos de esa política.
Con confianza en el futuro estaremos libres de ese miedo
especial al comunismo, que alguna vez nos empujó a
aprobar a cualquier dictador que se nos unía en ese
miedo”.
A comienzos de ese año ya había salido en misión
especial a los países conflictivos la coordinadora de los
Derechos Humanos del Departamento de Estado, Patricia
Derian; Terence Todman y otros enviados. El resultado no
fue muy halagüeño para los dictadores militares. Por otro
Cuando Lo Encuentren... díganle 419

lado, la ofensiva desatada por los exiliados argentinos,


uruguayos, chilenos, bolivianos, paraguayos y
nicaragüenses aceleraba compromisos y procesos por los
Derechos Humanos. De alguna manera todos justificaban
sus actitudes de acusadores y acusados entablándose una
tormenta de diálogos, declaraciones, firmas de
manifiestos, acuerdos o denuncias. Mientras, Amin
amenazaba con caer en Londres. Así era de contradictorio
todo esto.
Los gobiernos de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil,
fundamentalmente, comenzaron una política de
enfriamiento en las relaciones con Estados Unidos.
Rechazaron las pequeñas cuotas que aún recibían para
ayuda militar y elevaron sus conceptos libertarios en
contra de la ofensa y agresión de los yanquis. Todo esto
motivó que varios diplomáticos manifestaran su
desacuerdo con el trato hacia América Latina previniendo
imprevisibles consecuencias de persistir en esa nueva
política.
Torrijos llevaba más de tres meses tratando de
negociar el Canal de Panamá y aparentemente se estaba
llegando a una coincidencia. Se preparaba también una
nueva revisión de la política latinoamericana y partían
nuevamente Derian, Todman y legisladores americanos
como Gus Yatron, Robert Giaino y Robert Lagomarsino a
sondear qué grado de enojo tenían los dictadores y tratar
de borrar con el codo lo escrito con la mano. Había de
por medio un proyecto de llamar a todos los presidentes
Cuando Lo Encuentren... díganle 420

para una posible firma del Tratado de Panamá. Las


entrevistas efectuadas en esa oportunidad tuvieron la
característica de “cordiales y francas”, e indicaban que “la
situación general había mejorado” en comparación con la
visita anterior, añadían que se llegaba a una comprensión
mutua por lo que dudaban de un restablecimiento de las
relaciones de antaño. Patricia Derian, luego de
entrevistarse con Videla, Massera y otras personalidades,
manifestaba primero su “placer” por haber sido recibida y
segundo que esa visita era para entablar consultas y no
discusiones.Todman transmitía, al aterrizar en Kennedy,
que “desgraciadamente la información que recibimos en
el exterior no siempre corresponde a la realidad
nacional”.
Harguindeguy, ministro del Interior, manifestaba “que
los trabajadores constituyen uno de los pilares básicos de
la sociedad”, señalando que “no se podrá construir el país
que todos soñamos sin la participación de este sector de
la sociedad, en la misma forma que no se podrá construir
el país solamente con ese sector. Sabemos que muchos
trabajadores han sido engañados y sometidos, sabemos
del sentido nacional que les inspira. A ellos les ofrecemos
nuestro respeto, nuestra confianza, nuestra vocación de
justicia social, sin demagogia, sin engaños, con seriedad”,
palabras pronunciadas en San Juan con motivo de una
reunión con los gobernadores.
La contraoferta a la filosofía expuesta la anunciaba
Luciano Benjamín Menéndez, informando del envío de
Cuando Lo Encuentren... díganle 421

delegados militares a las empresas de su jurisdicción para


detectar actividades subversivas entre los obreros. En su
delirio castrense afirmaba también que Argentina es uno
de los campos de acción de la tercera guerra mundial.
La Confederación Mundial del Trabajo (CTM) y la
Central Latinoamericana contestaban al gobierno
argentino reiterando la falta de respeto a los Derechos
Laborales y Sindicales. Las contradicciones del gobierno
afloraban permanentemente. Sin embargo, el periplo de
Todman y demás enviados llevaba una implicancia
política clara: aliviar las tensiones de su primer viaje para
comprometer la asistencia de los jefes de Estado a la Casa
Blanca para rubricar el Tratado de Panamá con la finalidad
de presionar al Congreso, renuente a su aprobación.
Los Derechos Humanos dejaron de ser impedimento
para el ingreso de personajes reconocidos mundialmente
como cabeza de asesinatos en masa.
No hacía mucho tiempo en EE.UU. se había negado la
visita a dos agregados militares, que aparentemente
estaban comprometidos con la tortura y la represión en el
gobierno uruguayo; pero eso ahora no impedía estrechar
la mano a Méndez, representante de un país sin Derechos
Humanos, a un Pinochet que levantaba sus brazos al cielo
al pisar tierra norteamericana, retribuyendo un
recibimiento fantasma. A Videla, que llegaba con su
carpeta de “justificaciones”. Mientras tanto, Orfila
desplegaba una sonrisa de satisfacción como anfitrión del
evento. Carter elogiaba al presidente López Michelsen, de
Cuando Lo Encuentren... díganle 422

Colombia, manifestaba que Pinochet había hablado


francamente y que se comprometía a modificar la
situación política de Chile; alababa a Videla por su
personalidad e inteligencia, aplaudía a Stroessner por la
mejora de los Derechos Humanos en Paraguay y
terminaba conversando con Andrés Pérez, de Venezuela,
quien tuvo la visión política de decir que “algo como esto
no se había producido nunca”.
Efectivamente, jamás en la historia latinoamericana
habían brindado juntos tantos dictadores militares. Todos
ellos llevaron su mea culpa y prometieron al presidente
Carter convertirse en celosos defensores de los Derechos
Humanos y el pronto retorno a la vida democrática. El
Tratado de Panamá registra para la historia las firmas de
los más crueles represores de América del Sur. Acusados
y acusadores mezclaron sus firmas al estilo de Kissinger,
Nixon o Ford.Alberto Camps, penúltimo sobreviviente de
la masacre de Trelew realizada por la Armada Argentina,
caía bajo las balas del Comando del Primer Cuerpo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 423

EL FASCISMO

BRASIL. En marzo de 1964 cae Joao Goulart. Ese mes


había sido arduo en su tarea de transformaciones que se
realizaban en un clima de tensión a partir de la asunción
a la Presidencia, luego de la renuncia de Janios Quadros
en el ’61. Ambos habían sido elegidos en 1960 como
presidente y vicepresidente, respectivamente. En marzo
del ’64 Goulart había firmado la ley de expropiación de
latifundios y otra de expropiación de refinerías
extranjeras, las que motivaron la culminación, el
pretexto final, para que las Fuerzas Armadas “temerosas”
de las influencias izquierdistas de ese gobierno tomaran
el poder en “defensa de la causa nacional”, la soberanía y
quién sabe cuántas otras excusas. Los 8.513.844
kilómetros cuadrados del país que estratégicamente es
uno de los más codiciados del mundo, por sus
inagotables reservas minerales y petrolíferas incalculadas,
las tierras cultivables más vastas del mundo, con casi
180.000 fábricas, la hacen una de las más importantes
regiones del mundo capitalista, sujeta a penetración
imperialista. De acuerdo con el Instituto Brasileño para la
Reforma Agraria, el 81% está constituido por latifundios
de 1.000 a 100.000 hectáreas que pertenecen al 12,5%
de los propietarios rurales. La tierra restante se divide
entre el 87,4% de los propietarios de 10 a 100 hectáreas.
El 3,5% de las tierras de Brasil son las explotadas. A
Cuando Lo Encuentren... díganle 424

partir de 1961, cuando el grupo Texas Ranger se adueña


del Parque Xingú, comienza paulatinamente la ocupación
de tierras por parte de empresas extranjeras. La
posesión, de diferentes modos, de casi 5.000.000 de
kilómetros cuadrados en las áreas de mayor riqueza
potencial, estaba comprendida por la parte septentrional
del Matto Grosso, parte noroeste de Minas Gerais y del
oeste de Bahía, parte de Piaui, Parná, Maranaho y
Amazonas.
Hay más de 60.000.000 de personas
menores de 25 años y el 55% de la población es
analfabeta. Sólo el 0,2% puede ingresar a las aulas
universitarias. Brasil representaba en Latinoamérica un
peligro potencial de suma importancia, y esto en los
gobiernos de Quadros y Goulart podría haber significado
el comienzo de una tragedia para el imperialismo.
Los militares toman el poder, anulan la Carta Magna,
disuelven partidos políticos, inhabilitan a políticos,
gremialistas, encarcelan, destruyen, torturan. Controlan la
prensa, radio, televisión, modifican los planes de
gobierno que lesionan intereses extranjeros y elaboran un
modelo político hasta hoy vigente con el control del poder
por un partido militar, con herencia de presidentes
uniformados elegidos cuidadosamente. Forman dos
partidos aparentemente políticos, ARENA, y el MBD
opositor, con un Congreso bajo estricto control y cuya
insubordinación significa la inhabilitación y muerte en
vida ya sea de sus senadores o diputados. Se reserva el
Cuando Lo Encuentren... díganle 425

derecho a disolver el Congreso, como


circunstancialmente ocurrió en 1976 en caso de que el
proyecto del Ejecutivo no sea aprobado, y al hacerlo
puede ejercer por decreto la vigencia que luego será
inapelable por un Congreso convocado nuevamente a
funcionar con la nueva ley vigente. El Acta Institucional
Nº5 (AI-5) promulgada en 1968 otorgaba amplios
poderes al presidente de la República.
El mecanismo encontrado para Brasil como modelo
probable para aplicar posteriormente en Latinoamérica
significaba el control absoluto de la superestructura,
como una seudo democratización al nivel de estratos
inferiores, con opinión, pero sin decisión o poder de
resolución. Significaba, también, un poder político fuerte
y militar, una “democracia de entendimiento” y la
protección de la penetración creciente y liberada del
temor a gobiernos populares izquierdistas.
Adustos generales de semblante autoritario y paternal
se suceden desde el ’64 con Castello Branco, Costa de
Silva, Geissel, al compás de Stanley Amos, Wancashire,
Bold Carrier, Pacific, etc. Sin embargo, en 1977 comienza
a resquebrajarse la estructura de poder. Los jóvenes, base
de la pirámide poblacional brasileña, empiezan a
conmocionar las aulas universitarias, en las que, pese a
las prohibiciones oficiales de movilizaciones por el
retorno a las libertades del pueblo, se producían
concentraciones casi por primera vez en trece años. A lo
que se sumaba un intento de romper el Status quo del
Cuando Lo Encuentren... díganle 426

movimiento de Oposición Brasileño, en demanda de


liberación y de ser partícipes en la modificación o
reformas políticas que el gobierno planea para adecuar
su estrategia de poder.
El apoyo brindado por los Estados Unidos en el
último gobierno de Nixon a Brasil por intermedio
de su secretario de Estado, Henry Kissinger,
comenzaba también a derrumbarse ante la caída
del milagro económico brasileño y la posibilidad de
que el próximo candidato a la Presidencia del país
del Norte, Carter, ganara las elecciones; él había
sido durante su campaña un crítico permanente
para con el Departamento de Estado de su país por
las relaciones “especiales” que mantenía con Brasil.
Posición que aparentemente mantendría desde su
Presidencia, cuando a los pocos días de asumir
vetó el acuerdo nuclear de Brasil con Alemania y
comienza a hablar de una relación pareja con todos
los países latinoamericanos, sin hacer distinciones
como hasta ahora con uno de sus miembros. Esta
política carteriana sería modificada casi siete
meses después por las presiones ejercidas por las
transnacionales.
El 15 de noviembre de 1976, no por rara casualidad
en la revista “Visión”, el periodista Mariano Grondona,
argentino e intérprete de la ideología del régimen militar,
se ocupaba del modelo brasileño manifestando que éste
debería ser un modelo político para el Cono Sur
Cuando Lo Encuentren... díganle 427

americano, y debería tomar su experiencia como punto


de referencia. Destacaba los rasgos centrales del modelo
brasileño: el poder era militar, el gobierno civil, la
autoeliminación de los militares los salva del desgaste
político, pudiendo cambiar en el sistema las piezas
necesarias pero no las fundamentales, no existe una
autocracia, ni una democracia sino una subdemocracia, la
promesa fundamental del régimen es la democracia
“normal y occidental”, el régimen tiene permanentemente
una descompresión pero retiene siempre el poder
político.
El esquema señalado es indudablemente incongruente
con la caracterización de los países latinoamericanos, que
viven bajo la tutela militar y que pregonan su
democratización para el ’78/80, por supuesto esta
democratización genera proyectos políticos que no
renuncian a la hegemonía militar en el poder político de
cada país. De allí la necesidad del Departamento de
Estado, su preocupación por los derechos humanos y las
libertades en Latinoamérica y sus llamados permanentes
a la institucionalización de los poderes militares.
La creación de los gobiernos “fascistoides” ha gestado
en el ámbito mundial de repudio general semillas
insurreccionales en toda Latinoamérica, por lo que su
mantenimiento hace peligroso su misma estructura y
poder. La descompresión (mecanismo que está regulado y
tabulado en las estrategias de poder) significa modificar
la metodología de la dominación, pero nunca su entrega
Cuando Lo Encuentren... díganle 428

o pérdida. Estados Unidos ha aprendido a lo largo de sus


luchas por la dominación que, pese a su tecnología
militar, ha sido derrotado lenta y progresivamente en
guerra prolongada, siempre triunfa la ideología de los
pueblos. Las experiencias de Vietnam, Corea, Angola,
Cuba son señales de atención para la mecánica
imperialista. Nunca el imperialismo había perdido terreno
en tan pocos años. América estaba despertando, había
que enterrarla feroz y rápidamente. Luego vendría la
planificación y su descomposición.
URUGUAY. El autogolpe del 27 de junio de 1973, en
Uruguay, al ceder Bordaberry ante una prisión militar
fortaleciéndose desde febrero del ’73, cuando se lanzan
los militares en sus primeros planteamientos con puntos
específicos, no es tampoco algo casual. En Uruguay
operaban los tupamaros, guerrilleros urbanos del
Movimiento de Liberación Nacional, organización de
izquierda que jaquea la estructura dependiente del
Uruguay y se solidariza con la lucha de su pueblo. Los
tupamaros instauraron la primera guerrilla urbana en
América del Sur. Sus acciones espectaculares como así
también la impotencia de las fuerzas represivas para
destruirla crecían a diario despertando en otros pueblos
del sur americano posibilidades de imitación, como una
alternativa de lucha por el poder y liberación de los
pueblos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 429

Bordaberry decretó la disolución del Parlamento y


de la Convención Nacional de los Trabajadores, clausuró
la prensa
El esquema señalado es indudablemente
incongruente con la caracterización de los países
latinoamericanos, que viven bajo la opositora, intervino
la universidad, disolvió los partidos políticos, hizo apresar
a Lìber Seregni, líder del Frente Amplio, y persiguió a
Gutiérrez Ruiz, presidente de la Cámara de Diputados y
dirigente del Partido Nacional, la educación fue avasallada
colocando militares en el Ministerio de Cultura y en las
tres ramas de la enseñanza, subdirectores militares.
La escalada represiva aumenta considerablemente
continuando la de Pacheco Areco, un ex presidente
mediocre que luego de su desempeño como tal obtiene la
representación en una embajada.
Del ’73 al ’76 Uruguay sufre la ola represiva más
monstruosa de la historia, más de 500.000 uruguayos
salen del país. La prensa internacional se ocupa de la
violación brutal de los Derechos Humanos y recoge
testimonios que conmocionan al mundo. Las
organizaciones internacionales por la defensa de
los Derechos Humanos comienzan a moverse
rápidamente tratando de bloquear la dura
represión militar en Uruguay. Los enfrentamientos
internos producidos en 1976 entre el presidente y los
militares provocan el quiebre del sistema, al triunfar la
Cuando Lo Encuentren... díganle 430

línea militar, los contrarios a Bordaberry, quien es


reemplazado por Alberto Demichelli.
El 14 de junio de 1976 son suspendidas las
elecciones que teóricamente correspondían a noviembre
de ese año y fue creado el Consejo de la Nación,
integrado por 25 civiles y la junta de generales, quienes
tendrían como función designar al futuro presidente,
nombrar a los magistrados del Poder Judicial y
desempeñar funciones legislativas. El mismo día se
difundieron extractos del último memorándum de
Bordaberry a los militares, en el que sostenía que “la
democracia con su división de poderes no debía existir,
porque si bien es eficaz para la felicidad de los hombres,
no lo era para la lucha contra el comunismo”. Afirmaba en
él también la necesidad de suspender definitivamente los
partidos políticos, ya que las ideas marxistas se
infiltrarían en ellos. Agregaba textualmente: «El punto de
partida nuestra diferencia (con las fuerzas) es el
cuestionamiento de nuestro sistema político por la
presencia del marxismo. Para mí, el comunismo no es ni
siquiera una filosofía sino una agresión y como tal
tenemos que organizarnos para defendernos de ella en
todas sus formas. El comunismo se presenta como una
posibilidad de sociedad utópica, no enfrenta a las
sociedades democráticas, no choca con ellas sino que se
introduce dentro de ellas y las utiliza».
Incluso así, con este proyecto, absolutista y
fascista, Bordaberry pierde su batalla por el poder y es
Cuando Lo Encuentren... díganle 431

enviado al exilio, a una propiedad suya campestre, para


que profundice mas sus contradicciones.
Demichelli manifiesta a los pocos días que es el
único país donde los militares han hecho la revolución y
no han tomado el poder. El poderoso Consejo de Estado
estaba regenteado por un anciano recalcitrante de 72
años que posteriormente sería elegido para ocupar la
presidencia en reemplazo de Demichelli. Su nombre:
Aparicio Méndez.
El octogenario Méndez expresó al despedirse del
Consejo de Estado: “Mi designación no es un hecho
popular, y dudo que el pueblo me hubiese elegido de
haber tenido oportunidad. Carezco de todos los tributos
que deben investir a un candidato a la Presidencia de la
República. Quienes me eligieron, pudieron buscar a un
hombre más capaz que yo, y con mayor energía en razón
de mi edad”. Con lágrimas en los ojos y la voz
temblorosa, Méndez estaba pronunciando las verdades
más increíbles, dignas de ser incrustadas en el mármol de
su tumba. Incluso así, reconociendo su incapacidad para
todo, también su propia edad, este hombre que alguna
vez perteneció al Partido Nacional, el mismo del
combativo Ferreira Aldunate, aceptaba la Presidencia,
elegido por la acción casi personal del comandante en
jefe Julio Cesar Vadora y el voto del Honorable Consejo de
Estado. Horas después firmaba su primer documento
público, el Acta Constitucional Nº 3, por el cual se
disponía la “cesación de los derechos civiles a más de 150
Cuando Lo Encuentren... díganle 432

dirigentes políticos”, recurso que utilizó la dictadura


uruguaya, calcada del modelo brasileño. De esta forma, el
gobierno se reserva el derecho de matar civilmente a los
probables dirigentes activos y potenciales en un futuro de
reorganización partidaria y reforma política. La probable
formación de un Arena al estilo uruguayo va tomando
forma en esta necesaria y exigida etapa de
“institucionalización” de la dictadura.
Wilson Ferreira Aldunate, desde Estados Unidos,
llegando luego de escapar a la suerte que corrieron sus
compatriotas Michelini y Ruiz, muertos por la dictadura
fascista argentina, decía respecto a Bordaberry lo
siguiente: “Fue una suerte su caída porque al final
de cuentas, él, que fue el gran responsable inicial del
horror por el que la patria atraviesa, terminó conociendo
su propia medicina. Hoy estará sufriendo por la pequeña
cosa que le sucedió, al lado de las monstruosidades que
permitió infligir a otros, pero estará sintiendo
esa pequeña cosa que le sucedió con la intensidad
con que sienten los que como él hicieron de su vida una
entera mezquindad”.
Seregni, el llamado “general del pueblo”, preso
desde julio del ’73 al ’74, cumplía un año más de prisión
sin causa alguna. Retirado en 1969 cuando Pacheco Areco
ordenó reprimir a obreros en huelga, degradado
posteriormente por sus pares, seguía siendo la figura
política de mayor importancia. Líder del Frente Amplio,
surgido como una coalición de fuerzas de izquierda, se
Cuando Lo Encuentren... díganle 433

manifestó como el líder natural del pueblo y opositor a la


dictadura militar uruguaya. Fue detenido bajo los cargos
de “encubrimiento de atentado a la Constitución en el
grado de conspiración e instigación pública a delinquir”.
Aparicio Méndez representaba, quizá, el triunfo del
Departamento de Estado ante la intransigencia de
Bordaberry en su necesidad de eliminar definitivamente
las fuerzas políticas del país, algo que ni Brasil había
intentado aplicar. A la alternativa de Bordaberry se
enfrentaba la opinión (avalada por Estados Unidos) de
Alejandro Vegh Villegas, vocero natural de los grandes
centros financieros americanos y ministro de Economía
del Uruguay. Los conceptos de Vegh Villegas respecto al
documento de Bordaberry, si bien coincidían con él en
cuanto a lo doctrinario sobre el papel de las Fuerzas
Armadas y la conveniencia de anular las elecciones que se
avecinaban, no sucedía lo mismo con los partidos
políticos, manifestando que el receso obligado de estos
era un peligro para el futuro de la nación, porque al crear
un vacío de poder dejaba el campo libre para la acción
clandestina. Indicaba Vegh Villegas: “Al impedirse la
acción de los partidos tradicionales y la expresión de
legítimas discrepancias con la labor del gobierno, se
está empujando a los adversos de buena fe (los que
cuestionan lo esencial del sistema bajo el cual viven) a los
brazos de los adversarios y enemigos que buscan la
destrucción de las instituciones fundamentales. La
desaparición de los partidos políticos (a quienes debe
Cuando Lo Encuentren... díganle 434

mucho la república) promueve a corto plazo la formación


de un frente popular controlado por el marxismo que
tarde o temprano alcanzará el poder a medida que se
produce el inevitable desgaste del gobierno tecnócrata
militar que se propone el memorándum de Bordaberry”.
La acción internacional en contra del gobierno
militar uruguayo se hizo sentir en Estados Unidos, ya que
a través de su Congreso suspendió la ayuda militar en la
noche del 15 de septiembre de 1976. Esta ayuda consistía
en más de tres millones de dólares para 1977. La
comisión bicameral que aprobó esta suspensión se
fundamentaba en la violación de los Derechos Humanos
en forma reiterada. El congresista demócrata Kocg era el
portavoz y promotor de la suspensión aprobada. Por otra
parte, el Departamento de Estado mostraba su
desacuerdo en la enmienda ya que esto anularía -según
ellos- la acción que pueden tener sobre las Fuerzas
Armadas uruguayas. En octubre Aparicio Méndez
reaccionaba diciendo que “la suspensión de la ayuda
militar (que él atribuía al Partido Demócrata
norteamericano) perjudicaba la acción antisubversiva y
que el mejor socio que tenía la sedición era el Partido
Demócrata de Estados Unidos, con Kennedy a la cabeza”.
Más diplomáticos y respetuosos, los militares por medio
de su órgano oficial de prensa que expresa el
pensamiento de las Fuerzas Armadas, “El soldado”,
publicado por el Centro Militar, señalaron que su edición
con críticas contra Estados Unidos no iba dirigida al
Cuando Lo Encuentren... díganle 435

gobierno ni alcanzaba al Pentágono, sino que se


encontraba en algunos congresales demócratas.
Por otra parte, el brigadier José Cardoza reunía a
los medios de prensa para “solicitarles” que criticaran la
suspensión de la ayuda militar, que acentuaran que al
gobierno no se le dieron posibilidades de defensa para
aclarar la verdadera situación que impera en Uruguay
respecto a los Derechos Humanos y recalcar que la crítica
que hacían no debía afectar al gobierno de Estados
Unidos o al Pentágono.
El Centro Militar estaba bajo la dirección del general
retirado Mario Aguerrondo, considerado junto a Esteban
Cristi, jefe de Región Militar Uno, como los
pronorteamericanos de las Fuerzas Armadas. Por rara
casualidad se mantenía en Uruguay, prácticamente desde
el comienzo del proceso, a un embajador norteamericano
llamado Ernest Víctor Siracusa, colaborador directo de la
CIA y comprometido con los golpes de Guatemala en
1954, Perú en 1968 (de donde es expulsado por Velazco
Alvarado) y en Bolivia en 1971 durante el complot contra
el general Torres. Por otro lado, según la versión de Philip
Agee, quien se dedicó a divulgar los nombres de los
agentes de la CIA desde Londres, indicó que Luis Vargas
Garmendia, flamante secretario de la Presidencia
uruguaya, figuraba en el Company CIA Diary como agente
de ese organismo desde que era director de Migración.
Pese a esto, en una situación de entrega y
represión, poco después de asumir Carter, en quien los
Cuando Lo Encuentren... díganle 436

ojos de Latinoamérica se fijaron como un probable


enemigo del fascismo, se reunían en Montevideo los
líderes sobrevivientes de los partidos Blanco y Colorado
para “elaborar” una fórmula que permita al país salir de
esa coyuntura militar en la que se encuentra. De cualquier
forma, tomando las edades de los últimos presidentes
uruguayos a partir del digitado Bordaberry, esto deja
entrever la limitación de la permanencia de la dictadura,
ya que el reemplazante natural de Méndez debería ser
algo más que un octogenario, casi un fósil.
CHILE. «Dije y debo repetirlo si la victoria no era fácil,
difícil será consolidar nuestro triunfo y construir la nueva
sociedad, la nueva convivencia, la nueva moral, la nueva
patria. Pero yo sé que ustedes, que hicieron posible que
el pueblo sea mañana gobierno, tendrán la
responsabilidad histórica de realizar lo que Chile anhela
para convertir a nuestra patria en un país señero en el
progreso, en la justicia social, en los derechos de cada
hombre, de cada mujer, de cada joven de nuestra tierra.
Hemos triunfado para derrotar definitivamente la
explotación imperialista, para terminar los monopolios,
para hacer la seria y profunda reforma agraria, para
controlar el comercio de la importación y exportación
para nacionalizar, en fin, el crédito, pilares todos que
harán factible el progreso de Chile, creando capital social
que impulsará nuestro desarrollo». 4 de septiembre de
1970, en su discurso de triunfo Salvador Allende, elegido
Cuando Lo Encuentren... díganle 437

por el voto mayoritario para ocupar la Presidencia de


Chile.
Tres candidatos habían participado en esta elección
histórica: Salvador Allende, de la Unión Popular; Radomiro
Tomic, Democracia Cristiana, y Jorge Alessandri, opción
de derecha.
Era presidente en ese entonces Eduardo Frei, de la
Democracia Cristiana. Entraba en vigencia el Operativo
Track I, manejado por el Comité 40, dirigido por Henry
Kissinger, destinado a lograr que el Congreso Nacional
vetara el triunfo de Allende. Nixon, mientras tanto,
ordenaba de forma más personal que se iniciara una
campaña de desestabilización en las Fuerzas Armadas y la
posibilidad de golpe de estado; este operativo recibió el
nombre de Track II. El informe del Senado
norteamericano, de cuyo texto extraje lo fundamental,
corrobora la acción de la CIA antes de que asumiera
Allende. En julio de 1969 la CIA en Chile solicitó
autorización para elaborar las fichas de Inteligencia en las
Fuerzas Armadas chilenas con la finalidad de tomar
conocimiento de sus integrantes y posibilidades de
elaborar el golpe militar. En octubre del ’69 antes de las
elecciones se levanta una revuelta militar en Tanca y
fracasa. La muerte del general Schneider deja a los
golpistas momentáneamente sin cabeza visible y deben
reorganizarse. Entrarían posteriormente en contacto con
Viaux y Camilo Valenzuela y, luego, con Canales. Entre el
’70 y el ’73 La Estación recolectó la inteligencia
Cuando Lo Encuentren... díganle 438

operacional necesaria para un golpe de estado. Lista de


detenciones, instalaciones claves y del gobierno que
deberían apoderarse y planes de contingencia del mismo
para aplicar en caso de levantamiento militar, “en el ’72
La Estación continuó vigilando de cerca el grupo que
podría dar el golpe exitoso, y le dedicó más empeño y
tiempo a la penetración en él. En enero del ’72 ya habían
logrado infiltrarse y tomar contacto con su jefe, a través
de un intermediario. Este informe en general no da
nombres, pero sí indudablemente desnuda a la CIA, que
tuvo la información directa y aparentemente, incluso,
elaboró estrategias y listas de ciudadanos que se debiera
detener o hacer desaparecer.
Cárter, en su campaña política presidencial, había
criticado públicamente al gobierno de Estados Unidos en
su representante Richard Nixon y a la CIA por haber
intervenido en el golpe de estado chileno en forma activa.
Previo al golpe, el general Prats, prestigioso
Constitucionalista militar, se aleja del cargo creyendo así
dejar una posible solución, y esto agrava el proceso.
Entonces los golpistas aprovechan para realizar un
cambio de fuerzas que les favorece. Más tarde, el 30 de
septiembre del ’74 fue asesinado en Argentina. El golpe
avanza rápidamente por intermedio de Gustavo Leigh,
jefe de aviación, y el jefe de la Zona Naval de Valparaíso,
Toribio Merino. El cargo de Leigh había sido ofrecido por
Allende al general Van Schowen, quien declinó el
ofrecimiento. El general Pinochet y Mendoza se unen
Cuando Lo Encuentren... díganle 439

posteriormente a Leigh y Merino, horas antes del golpe,


esta acción es apoyada por la derecha y la Democracia
Cristiana.
El 11 de septiembre de 1973 Chile entró en su más
trágica y siniestra matanza, el operativo golpe de estado,
diagramados prolijamente desde el año 1969 con la
estrecha cooperación de la Agencia de Inteligencia, se
cumple con exactitud; las Fuerzas Armadas entran en
acción violentamente, sin timidez, a jugarse el todo por el
todo, sabían perfectamente que cualquier error a cometer
podría ser el último. Pinochet, quien pocos días antes
había expresado personalmente su fidelidad a Allende, se
coloca rápidamente en el golpe para erigirse
posteriormente en jefe máximo del triunvirato militar
fascista. Allende moría combatiendo en La Moneda. La
acción represiva se lleva a cabo meticulosamente. Se
habilitan estadios de fútbol como campos de
concentración y seleccionan a la gente necesaria para
sacrificar rápida y brutalmente. Las cárceles se llenan de
simpatizantes políticos, gremialistas e intelectuales de la
Unidad Popular y caen universitarios en una persecución
implacable. Más de 30.000 personas son ejecutadas, se
crean campos de concentración como Los Tres Alamos y
comienza el drama de la tortura, el asesinato y el
secuestro. Disuelven el Parlamento, los partidos políticos,
gremios, las universidades; se intervienen todas las
reparticiones gubernamentales y comienza a funcionar la
temible DINA, Dirección de Inteligencia Nacional de Chile.
Cuando Lo Encuentren... díganle 440

Las fuerzas de seguridad trabajaron independientemente


y con impunidad total; se nuclearon en la DINA, SIM
(Servicio de Inteligencia Militar), Carabineros, Policía
Militar; SIFA (Servicio de Inteligencia Fuerza Aérea) y el
SIN (Servicio Inteligencia Naval). El mundo se estremece
ante tanta brutalidad y comienza la acción solidaria de los
organismos internacionales para denunciar el régimen
fascista de Chile. Los órganos de difusión comienzan a
trabajar en una campaña contra la Unidad Popular a
niveles increíbles, denunciando que el socialismo estaba
hecho para robarles sus casas, autos, hijos y violar a sus
mujeres. Los diarios son censurados, clausurados y
amenazados. La libertad de prensa es avasallada. La
Democracia Cristiana, cómplice del golpe, observa
asustada el cariz de los acontecimientos y se siente
desplazada del proceso y perjudicada por su disolución,
muchos de sus miembros caen en la represión, otros son
posteriormente expatriados, encarcelados y torturados. El
ex ministro Palma, de la Unión Popular, declaraba en
1976: «Yo siento que la Unidad Popular también cometió
errores, nadie está libre de culpas y errores, pero nadie
tiene la autoridad moral para atribuir todas las
responsabilidades a la Unidad Popular. A nosotros nos
derrocó el imperialismo, los manejos de la oligarquía
nacional, la pequeña y mediana burguesía, que en forma
equivocada creyó que el golpe era sólo para derrocar a la
Unidad Popular y que ellos podrían tomar el poder. Creo
que si la Unidad Popular y el gobierno del presidente
Cuando Lo Encuentren... díganle 441

Allende fueron derribados a un costo tan alto y


sangriento, fue porque habíamos avanzado
efectivamente en un camino de transformaciones
estructurales que abría paso a una sociedad socialista
dentro de un marco democrático y con pleno respeto por
los derechos individuales». Casi simultáneamente Patricio
Aylwin, líder de la Democracia Cristiana, manifestaba que
“si Chile no tiene salida democrática a corto plazo, se
marchará al comunismo, pues la Junta es un régimen que
produce polarización.” También insistió en que “de lograr
una solución democrática para su país, se debería excluir
a los comunistas”... “ la democracia no se puede llevar a
cabo con no demócratas”. Es interesante aclarar que este
señor había apoyado el golpe de estado, el que
lamentablemente para él y sus seguidores les había dado
la espalda por lo que ahora se sentía nuevamente
defensor de la democracia.
La acción solidaria internacional, contra la tremenda
represión y la violación de los derechos humanos en
Chile, comienza a hacer sus efectos. El régimen
pinochetista se siente agredido en todos los organismos
internacionales y es condenado por tres años
consecutivos por las Naciones Unidas. Estados Unidos,
por intermedio de Kissinger, debe tratar de negociar para
evitar ser involucrado y la lucha por la Presidencia
comienza a destapar la injerencia norteamericana en
Chile, declarada algunas veces por sus directores
protagonistas. Cárter se encumbra para la victoria;
Cuando Lo Encuentren... díganle 442

Pinochet avalado por Ford, quien creía en una victoria, se


atreve a manifestar públicamente su estado de ánimo con
respecto a Cárter. Tal es su servilismo que pocos días
después de asumir Cárter libera a 300 detenidos políticos
como señal de mea culpa y gesto de buena voluntad para
con su próximo colega.
La OEA, el máximo organismo de la declaración
inoperante dirigida por un digno representante y director,
Orfila, un asalariado de las transnacionales, decide
efectuar en Santiago de Chile la reunión cumbre en el año
1976, en la que se debería tratar el tema de los Derechos
Humanos. A pesar de la represión, de la censura, de las
amenazas, la reunión de la OEA sólo sirvió para deteriorar más
aún la imagen de Chile, obligando a su más leal aliado, Henry
Kissinger, a manifestar su preocupación por la violación de los
Derechos Humanos y recomendar a Pinochet ser más aplicado
con el difícil y borrascoso tema, que comprometía el honor
americano y sus servicios de seguridad. La DINA comienza a
operar fuera del país, con intimidaciones y acciones directas, tales
como el asesinato de Letelier, ocurrido el 21 de septiembre del
’76, en el mismo Washington, ante las narices del gobierno
americano y sus servicios de seguridad. “The Washington
Post” indicaba que agentes federales habían reunido
evidencias, persuadidos de que el asesinato de Letelier
fue realizado por cubanos anticastristas, dirigidos desde
Chile. Hasta la fecha el crimen sigue sin castigo, terrible
paradoja para un país que tiene suficiente poder para
Cuando Lo Encuentren... díganle 443

voltear gobiernos, infiltrarse en los más íntimos secretos


de opositores y decidir la suerte de muchas personas.
Mientras Chile era blanco de todas las críticas
internacionales, junto a Uruguay, y algo más moderado
sucedía en Bolivia y Perú, se gestaba en Argentina el
próximo golpe fascista que completaría una estructura de
poder de apreciable fuerza, con fronteras comunes y
posibilidades de ajusticiamiento impune.
ARGENTINA. Pinochet seguía con sumo interés el
desbarranque de la señora presidenta Isabel Perón, con
su corrupto régimen.
El Cono Sur era devorado por el fascismo y las etapas
se cumplirían inexorablemente. La subida del triunvirato
argentino, a cuya cabeza se coloca Videla, produce alegría
en los militares chilenos, quienes ven la alta precisión
empleada por las Fuerzas Armadas argentinas para
eliminar a ciudadanos considerados peligrosos durante la
primera etapa represiva. Meses después se unen en
Santiago, en un fraternal abrazo, ambos dictadores,
solicitando Videla “la protección de Dios y la iluminadora
tutela de nuestros libertadores para que chilenos y
argentinos vuelvan a encontrarse en la búsqueda del
progreso y felicidad”. Pinochet agradecía las tiernas
palabras de Videla y contestaba diciendo que “la misión
de los hombres de armas era la de las defensas esenciales
de nuestros respectivos seres nacionales y poder
construir así, sobre sólidos cimientos, la grandeza
espiritual y material de nuestros pueblos que con justicia
Cuando Lo Encuentren... díganle 444

reclaman”. Ambos se envolvieron reclamando la


“comprensión internacional” para los problemas del
desarrollo y la seguridad de Chile y Argentina. Pinochet
agregaba posteriormente que el establecimiento de
regímenes militares en América del Sur debe ser
respetado, como una apuesta nacionalista de cada
acuerdo a sus problemas de seguridad y desarrollo.
Ambos sostenían también que el terrorismo y la
subversión eran los únicos violadores de los derechos
humanos.

PERÚ. La firma de los convenios con la International


Petroleum Company y el entonces presidente de Perú,
Fernando Belaundy Terry, produce, luego de un clima de
tensión de varios meses, el golpe de estado con el que
asumen los militares, a cuya cabeza se impone el general
Juan Velazco Alvarado, y surge de este modo el primer
proyecto nacionalista y antiimperialista elaborado por las
Fuerzas Armadas que estaba condensado en el plan INCA.
Esto pasó el 3 de octubre de 1968.
Acostumbrados ya a los golpes de estado, no sólo en
Perú, sino en el resto de América del Sur, el nacimiento
de esta nueva revolución, con lenguaje distinto y que
prometía la aplicación de un plan si bien no
revolucionario, daba una perspectiva nueva en el contexto
americano. Sería una experiencia en la que estaban
interesadas muchas fuerzas progresistas, aun cuando no
había una ideología clara, pero sí intenciones reformistas
Cuando Lo Encuentren... díganle 445

de base, se quería llegar a una democracia social con


participación plena, y nacieron con ella la reforma agraria
con TUPAC AMARU como símbolo, la ley de comunidades
industriales y se estableció la propiedad social. En base a
estos tres pilares, se fue desarrollando una perspectiva
política con aciertos y errores, sin una ideología básica y
con el temor permanente a identificarse con corrientes
socialistas definidas. La situación económica del país,
grave desde la fecha de iniciación del proceso, se
deteriora progresivamente. Perú inicia, prácticamente, la
independencia de las armas, en el sentido de que sujeta
la compra de armamento de acuerdo a la mejor cotización
y no a las directivas del Pentágono, Francia ocupa un
lugar preponderante en el suministro. Los Mirage y los
tanques franceses despiertan recelo y envidia en las
Fuerzas Armadas latinoamericanas. Las declaraciones de
Velazco Alvarado siguen argumentando su proceso de
reformas y las lesiones de las transnacionales y el
Pentágono no cicatrizan. Comienzan las presiones
internacionales de fuerte poder económico y político;
muchos periódicos influyentes pasan a cooperativas de
propiedad y dirección de los mismos trabajadores. La
oligarquía está herida pero no de muerte y su actividad es
lenta pero efectiva en la recuperación de un proceso que
no pudieron parar desde su inicio. Los altibajos de la
política nacionalista de Velazco va sumando éxitos
fundamentalmente en el campo social, pero se lesiona en
lo económico. En su último período, a comienzos del
Cuando Lo Encuentren... díganle 446

1976, Velazco es acusado en varias oportunidades de


desviacionismo por el general Morales Bermúdez. Por otro
lado, la enfermedad que desgasta a Velazco y que, con
posterioridad, lo inhabilita temporariamente, va creando
el clima de reemplazo que se dará en el primer trimestre
del ’76 con Bermúdez, quien asume la conducción del
proceso y manifiesta que la Revolución continúa sin
modificar la filosofía de su comienzo. El 28 de agosto
Bermúdez definió aproximadamente su acción de
gobierno al manifestar que se rectificarían todos los
procedimientos ya que “toda revolución tiene derecho a
experimentar y evolucionar en función de los errores que
revela la experiencia”. En este sentido, comenzaban a
variar muchas posturas revolucionarias que, según la
experiencia, no habían dado resultado positivo. Habían
transcurrido siete años con un proyecto de reformas
fundamentales, con leyes sociales de importancia
trascendental, pero la estructura del país seguía
perteneciendo al capitalismo independiente. De allí la
reestructuración de las fuerzas, buscando un equilibrio
dentro del sistema. Morales definía su proceso con las
siguientes palabras: «...un estado de participación, con
una representación popular efectiva a nivel local y a nivel
nacional, pero un Estado que conservara una parte de
poder con el objeto de evitar desviaciones y la anarquía».
Se comenzaba a vislumbrar un modelo político, como
el que ya conocemos, para el resto de Latinoamérica. El
ministro del Interior general Luis Cisneros señaló el 27 de
Cuando Lo Encuentren... díganle 447

enero de 1977 que el gobierno convocaría a elecciones


municipales en 1978 con un plan político elaborado por una
comisión del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Los
medios políticos manifestaron saber a conciencia que el poder en
manos de militares permanecería hasta 1980, año aparentemente
clave para América Latina por los proyectos de dictaduras
militares que se fijaron como límite el año ’80.
En 1976/77 varios son los contactos entre Perú,
Chile y Argentina. Sus gobiernos militares a fines del ’76
comenzaban a agruparse pero diferenciándose, aunque
las experiencias eran comunes.
Grupos de las Fuerzas Armadas que habían apoyado
el proceso con Velazco a la cabeza no quedan aislados y
manifiestan su disconformidad con el retroceso dado,
esto les vale la expulsión del país, acusados por el
gobierno de realizar acciones antigubernamentales y
contra la necesaria cohesión de los generales retirados
Leónidas Rodríguez Figueroa y Arturo Valdez Palacios, el
contraalmirante Jorge Dellepiani Ocampo y el capitán de
navío Manuel Benza Chacón.
Manifestaba el gobierno peruano que estos militares
tenían el propósito de presentar ante la opinión pública, y
muy especialmente dentro de las Fuerzas Armadas, una
situación de truncamiento del proceso revolucionario.
Dellepiani se desempeñó en la cartera de Industria;
Leónidas Rodríguez, jefe de Sinamos, posteriormente del
Sistema Nacional de Informaciones; Arturo Valdez había
sido jefe de la Coap, organismo que preparaba las
Cuando Lo Encuentren... díganle 448

reformas y leyes revolucionarias y asesoraba al


presidente.
Todos ellos habían sido colaboradores de Velazco
Alvarado. El problema se había planteado bajo otro
aspecto: estos militares expulsados de su propio país
habían fundado el Partido Socialista Revolucionario y, al
cabo de dos meses de hacerlo, ya había siete de sus
miembros - todos de las Fuerzas Armadas- expulsados
que se sumaban a los tres ya nombrados, el mayor
Fernández y los capitanes Eloy Villa Crez, Calep González
y Héctor Portella. Importante es el documento producido
por la Confederación Nacional Agraria, firmado por el
presidente de la CNA, Eustaquio Maylle, y por el
secretario Evaristo Vizcarra, quienes manifestaban su
desacuerdo con el gobierno de Morales en los siguientes
puntos: 1) La disconformidad por la devolución a la
empresa privada de extracción de la anchoveta, materia
prima de fundamental importancia en la elaboración de la
harina de pescado, para la exportación, manifestando que
era un incumplimiento al plan INCA; y 2) desacuerdo por
la convocatoria a licitación internacional para las
operaciones de recuperación de yacimientos petrolíferos
que fueron expropiados a la Petroleum Company;
agregaba su alarma ante la posibilidad de que esta
licitación permitiese a la Petroleum volver a Perú.
Manifestaban su desagrado por haber sido alejados del
gobierno los ministros más identificados con el proceso
revolucionario, agregando que esto conformaba
Cuando Lo Encuentren... díganle 449

evidentemente un retroceso grave de la revolución. El


ministro de Industria y Turismo Gastón Ibáñez O‘Brien
indicaba, a fines de enero del ’77, que se modificaría la
Ley de Comunidades Industriales, “por haberse
transformado en un fantasma que desalienta las
inversiones privadas y frena el crecimiento”.
Mientras tanto, a fines de enero, en la CNA
(Confederación Nacional Agraria) se elegía a Evelino Arias
como presidente, lo que preocupaba a los intereses que
se habían adueñado nuevamente del país y más aún
porque se solicitaba que el general Leónidas Rodríguez
fuera repatriado. En general, comenzaba en Perú una
contraofensiva indudable contra los progresos de la
revolución, proceso que, reconocido por el mismo
Velazco, se realizó sin una ideología definida, pero con
un sentido nacionalista y antiimperialista cuya meta sería
hacer de Perú un país independiente, con soberanía, y
cambiar las estructuras para que se desarrollara un país
no vendido y de rodillas como sucedía en Argentina.

BOLIVIA. El golpe militar del 21 de agosto de 1971 en


Bolivia se unía a la cadena de aniquilamiento de
regímenes democráticos y sobre todo progresistas.
Caía el general Juan José Torres, quien había
programado a partir del 7 de octubre de 1970 una serie
de medidas que apuntaban a recuperar la soberanía de
este país, que ya había sufrido a lo largo de su historia la
Cuando Lo Encuentren... díganle 450

mutilación de casi un millón doscientos mil kilómetros


cuadrados de su territorio, repartidos entre sus vecinos.
Torres sería posteriormente asesinado en Argentina,
país donde se había refugiado al producirse el golpe de
estado. Su entierro se realizó en México, ante la negativa
de Banzer a dejar que el cuerpo del general fuese
enterrado en su propia tierra. Había temor a la huelga
desatada por parte de los mineros bolivianos en repudio
al asesinato y a la ola de protesta desatada por tan
macabro y cobarde hecho.
Bolivia es estratégicamente un país con gran poderío
minero, segundo productor de estaño en el mundo, posee
el también segundo lugar en potencial de hierro, con su
famoso yacimiento de Mutún, exportador a su vez de gas
y petróleo junto a minerales como zinc, cobre, antimonio
y tungsteno. Torres pretendía nacionalizar la explotación
de minerales, retó a las transnacionales y al Pentágono, lo
que trajo como consecuencia la desestabilización y el
golpe de estado. Durante el primer período, se ajustaron
los esquemas de toma del poder clásico, ocupando
militarmente todos los centros mineros, fabriles, la
universidad y órganos de prensa.
La represión en los dos primeros años fue sangrienta
y se aplastó más de un conato de huelga en forma
drástica. Banzer visitó las poderosas minas del siglo XX,
Catavi y Huanuni, recién a los cinco años de gobierno,
prometiendo aumento de salarios para calmar la agitación
y la huelga que habían estallado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 451

Ya no eran sólo exigencias de reivindicaciones


salariales, sino que los obreros mineros agregaban la
imposición de retirar las Fuerzas Armadas de las minas,
libertad a sus presos, devolución a sus emisoras y
repatriación de los restos del general Torres. A cinco años
de represión se planteaban conquistas revolucionarias. La
agitación social, a la que se suma el descontento y
repudio del pueblo por el asesinato de Torres, lleva a
Banzer a condenar al destierro a cincuenta dirigentes y
elige voluntariamente a Chile como su depositario. Víctor
López, dirigente en destierro obligado, relata su periplo
de la siguiente forma: “Aprovechando el asesinato de
Torres en Argentina y la ola de protestas y denuncias, el
gobierno inició una campaña de allanamientos y
represión. Fui sacado de mi domicilio y llevado junto a
otros compañeros a Santiago de Chile en avión militar.
En el aeropuerto militar de Cerrillos nos obligaron a
firmar las formas de Petición de Asilo, amenazados con
aplicarnos la ley de entrada ilegal al país, y de allí nos
trasladaron a zonas de pequeñas comunas en donde
había mucho desempleo. La pobreza, la desnutrición y las
condiciones insalubres en que vivíamos nos produjeron
enfermedades. No podíamos abandonar ese lugar y nos
hacían firmar tres veces al día un libro de control”.
Amnesty International pediría posteriormente por los
mineros para que ambos gobiernos asuman la
responsabilidad. Mientras tanto, Banzer había anunciado
por intermedio de su ministro del Interior Juan Peredes
Cuando Lo Encuentren... díganle 452

que se fusilaría sin proceso a los terroristas que fuesen


encontrados en plena acción. La respuesta fue la
aplicación de la huelga solidaria con los mineros por
parte de los universitarios y obreros privados. Se iniciaba
un peligroso período para la seguridad de Banzer y la
represión se agudizó.
El 19 de diciembre de 1976 la Iglesia había también
tomado injerencia en la actualidad boliviana, expresando
en un documento “que había una equivocada distribución
del ingreso, siendo éste un germen de tensiones
sociales”, finalizaba: “... la característica casi
exclusivamente militar del gobierno podría derivar en una
tendencia de exaltación del poder político del Estado, con
olvido de qué es la dignidad humana y el bienestar de la
persona humana, la finalidad fundamental de toda acción
del Estado”.
Las manifestaciones de descontento sumadas al
fracaso militar en la conducción del gobierno toman
cuerpo cuando el 23 de enero del ’77 Banzer anunció la
tercera etapa de la revolución, que se llamó
“Institucionalización de las Actividades Políticas y
Sindicales”.
Adelantaba que las nuevas instituciones políticas y
sindicales que funcionarían estarían asentadas sobre
nuevas bases, acordes con el nacionalismo revolucionario
de su gobierno. Otra vez la acción paternalista de las
Fuerzas Armadas harían del proceso de “democratización”
un juego con sus propias reglas. En septiembre del año
Cuando Lo Encuentren... díganle 453

’76 las Fuerzas Armadas se habían declarado -con la


anuencia de Banzer- como las únicas con organización
capaz de conducir al pueblo.
Banzer venía de sufrir un duro revés político, cuando
luego de restablecer las relaciones con Chile en 1975
había tomado casi en forma personal las gestiones para
con ese país con el que debería solucionar la salida al
mar. Pinochet le cerró las puertas y Banzer, quien poco
tiempo antes había manifestado su seguridad de que
lograría éxito en estas gestiones, se quedó con sus
argumentos en el aire. La idea de la renuncia si le
fracasaba esto, que él había hecho pública, la disimuló
con nuevas perspectivas de institucionalizar el país.
En realidad, Bolivia es un país que ha vivido
frustraciones permanentes, fue uno de los primeros en
iniciar la independencia contra el dominio colonial, pero
uno de los últimos en conquistarla. Todas sus guerras
llevaron a la mutilación de su territorio y por supuesto a
su derrota. En el año 1879, en que libra la Guerra del
Pacífico con Chile, pierde su litoral marítimo y ciento
veinte mil kilómetros cuadrados. Veinte años más tarde,
en guerra con Brasil, le amputan 490 mil kilómetros
cuadrados. A partir de 1932, la guerra con Paraguay le
cuesta 243 mil kilómetros cuadrados. Perú y Argentina le
habían sacado 250 y 170 mil kilómetros cuadrados,
respectivamente.
Las perspectivas de Colombia y Ecuador, que no son
claras en cuanto a su definición, tienen amenazas de
Cuando Lo Encuentren... díganle 454

acción fascista. Ecuador, con su junta militar, nacionaliza


la empresa norteamericana Gulf con una indemnización
de 10 años en la que se calcula que será de 82 millones
de dólares. La empresa se había negado a pagar 33
millones de dólares que adeudaba de impuestos
atrasados, y esto motivó la negociación para la
nacionalización. Los 200 mil barriles diarios son tal vez
importantes desde el punto de vista económico, pero en
el desarrollo de estas acciones nacionalizadoras se
lesionan los intereses que dichas empresas manejan al
margen de su producción y que a la larga recuperan.
Nicaragua y Haití, con dictaduras férreas y
sangrientas, Ve-nezuela, con su política petrolera de
bonanza, Paraguay, con su
Cuando Lo Encuentren... díganle 455

REPRESION EN LA ARGENTINA

México, 3 de agosto de 1977

Escribir este capítulo me ha dejado una sensación de


angustia y ansiedad totalmente justificada. Listas de
muertos, torturados, asesinados, masacrados es más que
suficiente motivo para ello.
Debe tenerse en cuenta que estas acciones están
registradas hasta fines del ’76 y primer semestre
del ’77. Faltan, a su vez, los antecedentes del ’75 y
anteriores. De cualquier manera, esos meses son
los de mayor violencia y en los que la represión
asume su mayor expresión y descaro. Los métodos
utilizados por la junta militar superan a los más
crueles de la época hitleriana. La violencia
desatada hace más de tres años, por tomar un
punto de referencia, llevó a cubrir de sangre y vergüenza
una página de la historia.
Argentina, encadenada a un proceso latinoamericano,
ha seguido paso a paso una estrategia de poder, de
dominio, en la cual las fuerzas populares y patrióticas
dejaron una huella imborrable ante la desesperación de
un imperialismo que utilizó el poder militar para desatar
una ola sangrienta como hacía mucho tiempo no se veía.
La violencia y la represión oficial, solapadas en su
comienzo, disfrazadas bajo el accionar de grupos
Cuando Lo Encuentren... díganle 456

anónimos, pero presente en la destrucción de los líderes


naturales del país, encontraron una respuesta que fue su
hijo natural, el pueblo. Este pueblo había experimentado
desde 1930 las permanentes violaciones de militares a
nuestra Carta Magna. Expectantes en su comienzo, las
fuerzas populares buscaron las más diversas formas de
rechazo y oposición.
A partir de 1955, el Peronismo, como expresión de la
clase trabajadora, comienza una resistencia ante
cualquier propuesta de la oligarquía. Va acumulando
triunfos pequeños, pero sin retroceder en sus conquistas
logradas. El sabotaje, un arma que los trabajadores saben
utilizar y dosificar, era imposible de parar.
La acción de grupos armados en zonas urbanas y
rurales va cobrando fuerza. Se realizan las primeras
experiencias armadas con grupos irregulares en las
provincias de Tucumán y Salta. Casi todo el grupo es
posteriormente reducido y fusilado.
El 9 de junio de 1956 se produce el primer alzamiento
armado contra el régimen militar que había derrocado a
Perón, este fue encabezado por los generales Valle y
Franco, los coroneles Cortines e Ibazeta, el teniente
coronel Cogorno y los suboficiales Díaz Chávez y Costa.
Militares Peronistas se levantaban en Avellaneda y son
vencidos posteriormente en la Operación Masacre, de
Aramburu y Rojas. Fusilaron a todos los insurrectos.
En enero del ’59, los tanques Sherman penetran el
frigorífico Lisandro de la Torre, ocupado por obreros que
Cuando Lo Encuentren... díganle 457

se negaban a la privatización, y fue invadido por una


fuerza del Ejército realizando los más violentos
desmanes. Los años ’60 a ’62 obligan a modificar la
estrategia, creando nuevas formas de lucha para
enfrentar al aparato represor.
Las elecciones del 18 de marzo de 1962 son ganadas
por el Peronismo, que se presentaba como Partido
Justicialista por primera vez desde 1955 ya que
anteriormente había sido proscritos. Ganó las elecciones,
fueron anuladas y Frondizi fue derrocado.
Las Fuerzas Armadas se escudaron detrás de Guido y
comenzó nuevamente la represión. Muere el obrero
Héctor Mendoza por acción de las brutales torturas. Diez
meses después Felipe Vallese, delegado metalúrgico,
moría tras las torturas recibidas.
En 1963, el 12 de octubre, con el Peronismo
proscrito, asumió Illia con el 22% de los votos como
presidente de la República. Entretanto, en Salta, se
reorganizó la guerrilla rural con Masetti. En el ’64 la
represión se mantiene, las cárceles continúan recibiendo
presos políticos y el gobierno radical comienza a
tambalear. En octubre del ’65 caían acribillados a balazos
los obreros Mussy Rojas, Retamal, Torres, Rito, Gladys, y
otros.
El 22 de agosto estalla la huelga general.
El 28 de junio de 1966 cae Illia, asume el general
Onganía, se inicia la era de los cursillistas, llamados así
porque los integrantes del gobierno, incluido Onganía,
Cuando Lo Encuentren... díganle 458

eran asiduos concurrentes a estos encuentros de la


Iglesia Católica. Onganía se autoproclama el De Gaulle del
país y se prepara para instalarse no menos de 10 años en
el poder. Al mes de asumir manda a la guardia de
Infantería a la universidad de Buenos Aires, la interviene,
y so pretexto del comunismo y de infiltración marxista
encarcela, persigue y destruye todo lo que tenga “color
rojo”. En Córdoba matan al estudiante Cerda, y comienza
la resistencia universitaria. Dos meses más tarde asesinan
a Santiago Pampillón, estudiante de Córdoba, lo que
provoca nuevas movilizaciones.
En 1967, las fuerzas de seguridad se enfrentan con
obreros cañeros de Tucumán. Nacen las Fuerzas Armadas
Peronistas y ensayan la guerrilla en Taco Ralo,
complementándose esta iniciativa en zona urbana con
acciones de recuperación de armas, aprovisionamiento y
estrategia logística.
Siguen matando a estudiantes. Y el 29 de mayo de
1969 estalla el Cordobazo, un acontecimiento en el cual
todo el pueblo se levanta y toma una capital, Córdoba,
esto hace temblar el régimen de Onganía y a las mismas
estructuras de la Nación. El Ejército interviene con todas
sus unidades; había que aplastar el conato de
insurrección. Córdoba amanece entre cenizas, humo y
barricadas. Cae Onganía, asume Levingston, surgen
grupos armados: Fuerzas Armadas Peronistas, Ejército
Revolucionario del Pueblo, para finalmente aparecer en
1970 Montoneros, que al cumplirse el año del Cordobazo
Cuando Lo Encuentren... díganle 459

secuestra al general Aramburu, responsable de los


fusilamientos a Peronistas en el ’56. Cae Levingston y
asume Lanusse, otro general. La represión sigue, las
manifestaciones de lucha permanecen inalterables y se
modifica la relación de fuerzas. El Ejército y la Policía ya
no podían actuar libremente, debían reforzar las patrullas
por los atentados sufridos; cuidar las armas, ya que
muchas de ellas pasaron a las fuerzas populares; reforzar
las guardias en edificios y guarniciones, encubrir sus
acciones, disfrazarlas, negarlas.
En 1970 recrudece la acción represiva, las cárceles se
vuelven a llenar, la tortura está instalada “en primera fila”,
y las muertes de obreros, estudiantes, campesinos y
líderes engrosan la larga nómina de mártires.
En abril de 1972, los presos de Rawson se amotinan,
y se fuga un grupo de presos políticos en las narices de
los militares, pero quedan a medio camino algunos
compañeros, quienes posteriormente se entregan a
condición de que se les respete la vida.
El 22 de agosto del ’72 son masacrados en la Base
Almirante Zar de la Armada Argentina. Quedaron con vida
luego de ser dados por muertos María Antonia Berger,
Alberto Miguel Camps y René Haidar, quienes
posteriormente testificaron el hecho.
El gobierno militar no tiene salida, intenta el GAN
(Gran Acuerdo Nacional), da una apertura política de
desahogo, invita a Perón a regresar al país, el Peronismo
vuelve a un proceso electoral con el Frente Justicialista de
Cuando Lo Encuentren... díganle 460

Liberación (FREJULI). El 25 de mayo de 1973 asume


Héctor Cámpora como presidente de la Nación.
Aparentemente parecía comenzar la hora del pueblo.
Las cárceles se abren, se derogan las leyes represivas. La
amnistía es amplia y total. Comenzaba, entonces, una
nueva ofensiva del imperialismo. Regresa Perón, las
fuerzas de la derecha provocan la matanza de Ezeiza.
Càmpora da nuevas elecciones, Perón es candidato junto
a su esposa Isabel. Detrás de ellos surgía la figura nefasta
de López Rega. La represión comenzaba nuevamente a
tomar cuerpo. Perón renuncia y rechaza a la Juventud
Peronista, nace la Triple A; comienza el aniquilamiento.
Las Fuerzas Armadas se preparan para el año ’76, se
inicia la historia más sangrienta del país.
El problema argentino escapa de un análisis
meramente individual y pierde su verdadera proyección si
se lo aisla del marco latinoamericano. Los gobiernos
militares que hoy detentan el poder en los países vecinos
y fronterizos a nuestra patria han realizado y aplicado
casi una misma estrategia de dominación, de poder
represivo y esto lo vimos a través del capítulo del
fascismo.
En el caso de Argentina, la soledad de poder, la
orfandad de apoyo popular, la resistencia en todos los
ámbitos, las contradicciones de la junta, la falta de un
proyecto político y la falta de respuesta ante cada
situación que se plantea diariamente han obligado al
gobierno a adelantar sus proyectos de apertura política e
Cuando Lo Encuentren... díganle 461

incluso así, con la premura que lo van presentando, con


el cambio de lenguaje que se advierte no saben cómo
hacerlo.
La fortaleza que le daban las armas se diluyó en la
debilidad de su ideología. El poder que no se nutre del
apoyo popular no resiste en el tiempo. Los pueblos
sangran, pero no mueren y las armas que detentan los
militares no podrían apuntalar su poder ficticio y
transitorio. La pequeña historia de la represión a partir
del ’55 sólo es una muestra de importancia, en la
estrategia de los monopolios de terminar con el
peronismo. Las proscripciones, la persecución, los
crímenes cometidos a sus militantes no hacen sino
aumentar y acrecentar cambios más radicalizados en sus
fuerzas y crear las condiciones más propicias de la
liberación nacional.
Las Fuerzas Armadas tienen características propias
como ser representantes de una elite social y política y
portavoz de los monopolios imperialistas.
Mientras no sea modificada su composición y
objetivos, el poder político en Argentina estará siempre
comprometido.
Las circunstancias políticas de este continente hacían
necesaria una reubicación de las fuerzas y una
atomización ideológica pro-imperialista. Ya no se podía
trabajar basándose en la compra de dirigentes o partidos,
o la corrupción de los estratos sociales más importantes.
Tendría que haber una respuesta de características
Cuando Lo Encuentren... díganle 462

evidentemente duras como demostración de poder. Se


debería desarmar los cuadros revolucionarios o
progresistas que se estaban gestando en Argentina,
Chile, Bolivia, Perú y Uruguay. Había que modificar la
técnica de penetración y dominio. La experiencia de
Allende en Chile había sido un mal ejemplo: la acción
populista y transformadora del peronismo era peligrosa;
la posibilidad de la organización obrera minera en Bolivia
sería un mal antecedente, las reformas progresistas de
Velasco debían ser bloqueadas.
Los gobiernos instaurados tras los golpes de estado
ya no tienen la posibilidad de durar lo suficiente como
para dar tranquilidad a las transnacionales ni satisfactorio
aval a los intereses monopólicos, lo que obliga a cambiar
la estrategia, los métodos y las actitudes.
Este cambio de estrategia significa la aplicación de
esta nueva forma de represión, la total, la imposible de
creer, la más brutal de toda la historia de América.
Identificar, programar, encubrir, ejecutar, no importa
la cantidad y el costo; sí interesa el tiempo que debe ser
lo suficientemente largo para poder aplicar todo el peso
del poder, y lo suficientemente corto como para ceder
ante la presión internacional que traería esta estrategia
ante la opinión mundial.
Una acción rápida y eficaz debe ser evaluada por la
importancia de sus víctimas. Descabezar sindicatos,
comisiones internas, personalidades políticas
aglutinantes, líderes universitarios, Iglesia. Sembrar el
Cuando Lo Encuentren... díganle 463

terror y delación. Luego vendrá la etapa de humanización


de los gobiernos, las aperturas políticas, las seudo
democratizaciones, el lavado de cara a las dictaduras.
Esta estrategia está en marcha.
REPRESION
El siguiente es un extracto de una publicación del
Comité de Solidaridad Argentino, impreso por el diario
“Excélsior”, México, que resume los crímenes cometidos
por el Ejército Argentino en el poder y los grupos
paramilitares y parapoliciales desde el 1 de marzo al 30
de junio de 1976: «...Máximo Leonardo Agolia, acribillado
en su casa, luego dinamitado. Néstor del Río, acribillado
en su cama en el Hospital Militar, Pedro Silva, secuestrado
(secretario adjunto del Sindicato Obrero de Quilmes).
Norberto Fernandino, agrónomo, secuestrado. Marcelo
Sellenado, contador; ejecutado. Rosario Laureano Aredes,
delegado de la fábrica CIDEX, secuestrado. Eduardo
Cueicho, ejecutado (Comisión Directiva Hipódromo). Nelly
Rezeck, esposa del delegado de Astilleros Mestrina. Luis
Anselmo Bonamín, estudiante, ejecutado. César Martínez,
ejecutado. Nabor Gómez, secuestrado. Claudio
Collazo y Héctor Núñez, secuestrados. Pedro Gotzo
y José Lucero, ejecutados. Reynaldo Belsito, obrero
secuestrado. Jorge Susso, ejecutado. Susana
Bermejillo de Carrizo, profesora; ejecutada. Juan
Salinas, secuestrado. El 17 de abril secuestran a 18
obreros en la matanza por actividades barriales.
Luis Celestino Domínguez, lbañil; secuestrado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 464

Daniel Barrionuevo, de la Federación de


Practicantes; secuestrado. N. Andreini, secretario
del Sindicato de la Madera; ejecutado. Nara
Orlando, ejecutado; docente. María del Carmen
Maggi, ex decana de Humanidades; ejecutada.
Santiago Burnichon, ejecutado junto a su hijo
David. Alberto Capuano Blanco, ejecutado. Hugo
Vaca Narvaja, ex ministro; secuestrado. Abogada
Fixcher de Frigerio, ejecutada. Francisco Rosales,
obrero; ejecutado. Carlos Alberto Rodríguez,
sindicalista; ejecutado con sus dos hijos Miguel y
Carlos. Mayor (R) Bernardo Alberte, ejecutado.
Andrés Osattinsky, Jorge Martini, Rosa Ocampo,
Norma Asís; ejecutados. José Nicola, Vilma Ortiz,
ejecutados. Máximo Sánchez, secuestrado.
Wenceslao Vera, activista muerto en tortura.
Ignacio Vanella, detenido. Mario Mora, obrero
ejecutado. Francisco Rosales, secuestrado, Siete
cadáveres acribillados en Buenos Aires. Néstor
Dinoto, Graciela Martini, Santiago Viale,
secuestrados. Mario Escalona, Mirta Falabella y
Carlos Escobar, secuestrados. Ricardo Ruffa,
secuestrado. Mónica Chercoff, ejecutada. Horacio Alvarez
y Nora Méndez, secuestrados. Favio Guillermo Leme,
secuestrado. Elsa Landaburu, Hugo López, Luis Finger,
José Gutiérrez; ejecutados. Ernesto Ludueña, ex delegado
de ASTARSA junto a Lescano y Pandolino, detenidos.
Emilia Susana Pujals, secuestrada. Daniel Orosco,
Cuando Lo Encuentren... díganle 465

secuestrado con su esposa Silvina Parodi. Tomás Prat,


Eusebio Estary y Liliana Barrios, muertos. Raymundo
Danto Bodo, ejecutado. Eduardo Molina y Vedia,
secuestrado, periodista de “La Opinión”. Emilio de Ipola,
chileno, detenido. Nélida Isaurralde, muerta en prisión.
Mario Hernández, defensor de presos, secuestrado.
Roberto Sinigaglia, abogado defensor de presos
políticos. Juan Carlos Pradamos, secuestrado. Catorce
(14) cadáveres en Moreno. Veinticuatro (24) cadávares en
Arroyo Santo Domingo. Delma Franchelli, uruguaya;
ejecutada. Dora Urruti, secuestrada. Roberto Grilla,
secuestrado. Héctor Natalio Sober, abogado. Liliana
Planchard, secuestrada. Sira Peralta de Solana,
secuestrada y ejecutada junto a su hija. Claudio Gard,
secuestrado. Hugo Bellagamba, psicoanalista,
secuestrado. Diez cadáveres (10) en Arroyo Santo
Domingo. Jorge Raúl León, secuestrado. Félix Nairreli,
obrero ejecutado. María Lesgard y Rogelio Lesgard,
secuestrados. Teresa Capuano Martínez, asesinada. Diego
Ferreyra y esposa, asesinados. Angel Vázquez, asesinado.
María Eugenia Irazusta, ley de fuga; ejecutada. Héctor
Chavaroni, ley de fuga; ejecutado. Daniel Bertoli, ley de
fuga; ejecutado. Haroldo Conti, escritor, secuestrado.
Teodoro Uruguango, Ricardo Gamarra, ambos
paraguayos; asesinados. Luis Leiva, sindicalista;
secuestrado. Manuel Camino, secuestrado. Rodolfo
Gallardo y señora, Oscar Liwacky y Néstor Báez,
secuestrados. Carlos Martínez, muerto por tortura. Miguel
Cuando Lo Encuentren... díganle 466

Mosé, José Sbaguza. Luis Verón, Eduardo Hernández,


Diana Figelman, Ricardo Young, ley de fuga; ejecutados.
Zelmar Michelini, uruguayo ejecutado; asilado. Héctor
Gutiérrez Ruiz, ejecutado. Marta Garsón Maceda, Jorge
Casay, Bernardo Levenson; muertos. Enrique Madariaga,
secuestrado. Rosario Barredo Schroeder y su esposo,
ejecutados. Víctor Mandarino, muerto. Eduardo González
Paz, Nora Spagni, Fernando Saavedra Lamas, Albertina
Paz, María de Iribarren, Gerardo Romero, Miguel González
Cano, Atilio Brandsen. Elida Messina, secuestrada. José
Puchetta, Carlos Sgandurra, ley de fuga; ejecutados. José
Morales, Juan Morales, muertos. Juan Carlos Gallo,
muerto. Mario López, muerto. Subcomisario Washington
Ovide, ejecutado. Carlos Altamira, abogado defensor de
presos políticos, secuestrado. Guillermo Alonso, Irene
Alonso, José Luis Alonso; secuestrados. Gral. Juan José
Torre, secuestrado; luego asesinado. Miguel Angel
Bustos, secuestrado. José Gómez, Ana Ahumada,
Hermenegildo Cuenca, Rodolfo Ponce, Alicia Heredia, Juan
Luna, Isabel de Luna, Santiago Pereyra, Adriana Gelbspan;
muertos. Víctor Vázquez, secuestrado. Salvador Akerman,
extranjero, ejecutado. Carlos Tamés, muerto. Liliana
Knotzman, secuestrada. Vicente Maidana Casco, ley de
fuga; ejecutado. Veintitrés (23) chilenos, un (1) uruguayo,
dos (2) paraguayos; secuestrados. Gerardo Gatti, María
Montedónico, Etore Pierri, secuestrados. Rebeca
Grichenner, secuestrada. Héctor Etcheverre, ejecutado.
Catalina Prelis, Juan Domingo Ureña, Catalina Salomón,
Cuando Lo Encuentren... díganle 467

Néstor Uvedal, muertos. Francisco Urondo, muerto.


Eduardo Pasquini y Sra. secuestrados. Blanca Patricia
Muñoz, secuestrada. Luciano Sander, Juan Carlos Arriola,
José Cardenalli, Diego Arias, Héctor García; ejecutados.
Luis María Frun, carbonizado. Sergio Buigrós, muerto.
Mónica Morán, muerta. Daniel Arroyo y Enrique Mercado,
muertos. Angel Pisarello, secuestrado. Mauricio Lechesi,
secuestrado.
Entre los dados por “desaparecidos”: José Carusso,
Emilio Torrallardona, Esteban Ojeda Quintana, Horacio
Pereyra, Miguel Molesino, Mónica Morralli, Carlos
Cosentino, Jorge Lisazo, María de Lisazo, Irma Lisazo de
Delgado, Roque Núñez, María de Núñez, Gustavo
Cabezas, Hugo Mena, Francisco Tiseira, hermanos
Vivanco, Elena Vaca de Fortunato Vázquez, padre e hijo.
Se agregan a los muertos los siguientes: María Villagra,
ejecutada. Carlos Muller, muerto. Miguel Sánchez,
muerto. Jorge Casas, Ricardo Young, Diana Fidelman, ley
de rescate; ejecutados. José Suagusa, Juan Carlos
Meneses, muertos. Juan Jakielewuiz, secuestrado.
Cononier, desaparecido. Matendolfo, Cejas y Apasa,
secuestrados.
No se han dado otros nombres por ser cadáveres
que no se reconocieron públicamente (sí a nivel familiar),
pero no publicaron sus nombres. Tampoco se agregaron
los cientos de cadáveres registrados por crónicas
periodísticas por no tener nombres. Se publican las
fotocopias para más objetividad».
Cuando Lo Encuentren... díganle 468

México, 4 de agosto de 1977.


Mientras se declaraba subversiva la obra “Cándido” de
Voltaire en junio de 1976, el día primero desaparecía de
su domicilio, secuestrado, el ex presidente boliviano Juan
José Torres, depuesto en 1971 por el actual presidente de
facto Hugo Banzer. El secuestro fue tal cual se hizo desde
los meses de enero en adelante por fuerzas parapoliciales
y militares. Antes de aparecer su cadáver con un balazo
en la cabeza, el ministro del Interior manifestaba que la
desaparición no podía considerarse un secuestro como lo
afirmaban “tendenciosamente” versiones familiares y
periodísticas. Más tarde, Harguindeguy atribuía este
crimen a la guerrilla. Quince presuntos guerrilleros, con
las manos atadas, con alambre, a las espaldas, y
acribillados a balazos aparecían en un estacionamiento de
automóviles; mientras secuestraban de un hotel
destinado a refugiados políticos a veintitrés chilenos. En
esta condición, Kissinger elogiaba a la Argentina y “veía
con profunda satisfacción los esfuerzos de recuperación y
progreso” que realizaba el país a través de sus
gobernantes militares.
La revista española “Cambio 16”, a mediados de junio,
informaba que la aviación naval argentina utilizaba los
vehículos aéreos para remontarlos a 2.000 metros y
arrojar a presuntos guerrilleros maniatados al vacío. Sus
cuerpos eran posteriormente irreconocibles.
Cuando Lo Encuentren... díganle 469

Muere el jefe de la Policía Federal Cesáreo Cardozo


por una poderosa bomba colocada bajo su cama por la
mejor amiga de su hija. Al día siguiente aparecieron siete
personas acribilladas y carbonizadas con un letrero que
decía: “Yo soy Ana María González”. El comando
parapolicial y militar general “Cardozo” se atribuía el
hecho. En 48 horas asesinaron a veintiún personas por el
asesinato de Cardozo. En un edificio de la seguridad
argentina considerado inexpugnable explotaba otra
bomba en el comedor de oficiales matando a 18 agentes
especiales. A la madrugada siguiente aparecían 17
“guerrilleros” por “atacar un convoy del Ejército”. El 23 de
junio el gobierno decretaba la pérdida de los derechos
políticos y gremiales a treinta y cinco personas entre las
que estaban el ex presidente Cámpora, el ex ministro del
Interior Esteban Righi, Jorge Vázquez, Jesús Porto, Héctor
Sándler, Ricardo Obregón Cano, Elías Adre, Oscar
Bidegain, Jorge Cepernic, Martínez Vaca, Rodolfo
Puiggrós, Luis Duhalde, Jorge Taiana, etc.
Los ministros de Suecia, Olof Palmer; de Dinamarca,
Angel Joergensen; y el de Austria, Kreisky, en forma
conjunta con Soares, Mitterrand, Francisco Martino, de
Italia, y Roy Hayward, todos dirigentes socialistas, hacían
un llamado de atención respecto de los Derechos
Humanos al gobierno argentino. Días antes, hombres
armados habían invadido los locales de la Comisión
Católica Argentina, robando las listas de refugiados
atendidas por esa dirección; aproximadamente 10.000
Cuando Lo Encuentren... díganle 470

refugiados anotados con nombre y dirección. Diez civiles


fuertemente armados en automóviles sin placas. La
historia diaria en Argentina. Setenta refugiados chilenos
comenzaban en Buenos Aires una huelga de hambre
exigiendo a la ONU su traslado a un país que les diera
garantías. La Confederación de Sindicatos Libres anunció
en Bruselas su condena por la represión sistemática en
Chile, Argentina, Uruguay, Perú, Brasil y Paraguay. El 6 de
julio renunciaba como jefe de la Policía Federal el general
Arturo Corbetta, reemplazándolo el general Edmundo
Ojeda. El 4 de julio aparecieron en un pozo los cadáveres
de cinco religiosos católicos, tres seminaristas y dos
sacerdotes, con las manos entrelazadas, boca abajo y sus
cabezas destrozadas. Un cartel decía: “Eran montoneros”.
El 18 de julio, 200 exiliados chilenos terminaban la
huelga de hambre con aparente solución por parte de la
ONU de sacarlos del país. Ciento ochenta y seis muertos
en el mes de julio. A mediados de este mes
desaparecieron treinta asilados uruguayos; entre ellos, la
hija de ex senador uruguayo asesinado en Buenos Aires
Zelmar Michelini. Veintidós cadáveres aparecieron en el
margen uruguayo del Río de la Plata. Cinco de ellos eran
exiliados uruguayos en Argentina.
Las curiosas declaraciones del ministro
Harguindeguy sobre su teoría del secuestro se resumían
en casi palabras textuales, tomadas por la prensa
nacional e internacional: “Faltar 30 horas al hogar no se
puede tomar como un secuestro”. El 9 de julio caía
Cuando Lo Encuentren... díganle 471

combatiendo Mario Roberto Santucho, jefe del Ejército


Revolucionario del Pueblo, en Villa Martelli.
Posteriormente su familia sería perseguida a lo
largo y ancho del país. En agosto era secuestrado en
Trelew Hipólito Solari Yrigoyen, representante del
Partido Radical en el Senado argentino en su
último período. Había sido activo defensor de
presos políticos entre los que se contaba Agustín
Tosco, figura legendaria en el sindicalismo
argentino y combatiente permanente de las
dictaduras militares, y de Raymundo Ongaro. Era
miembro también de la Comisión Permanente de
los Derechos Humanos. La Unión de Periodistas
Argentinos para la Liberación denunciaba también
a principios de agosto que en los últimos dos
meses habían desaparecido once periodistas en un
país donde se ejecuta la más bárbara y criminal
política dictatorial de exterminio físico, detallando
los nombres de ellos: Mario Herrera, periodista de
“Análisis”; secuestrado, torturado y asesinado.
Mario Hernández, abogado; director de
“Descamisados”; secuestrado, torturado y
asesinado. Miguel Angel Busto, periodista, poeta,
redactor de la revista “Panorama”, secuestrado.
Diana Guerrero, de “La Opinión” y “Discusión”,
secuestrada. Héctor de Marchi, periodista de “El
Cronista Comercial”, secuestrado. Enrique Walker,
secretario de la revista “El Descamisado”, secuestrado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 472

Eduardo Suárez, periodista de “La Opinión”, “La Calle”,


“Noticias”, “El Cronista Comercial”, secuestrado junto a
Patricia Villa, trabajadora de prensa.

A mediados de agosto, el periodista de “Cambio 16”


Francisco Cerecedo concurría a una conferencia de prensa
de Montoneros presidida por Horacio Mendizábal en
Buenos Aires. Ana María González, militante de 18 años,
narra el atentado contra Cardozo y también durante esa
conferencia se establecen las pautas políticas de
Montoneros e inclusive se muestra armamento propio.
Dos empleados de la misión diplomática cubana son
secuestrados. Días más tarde, el 20 de agosto, aparece la
noticia de 30 personas muertas y luego dinamitadas en
Pilar, Buenos Aires. Cerca del trágico lugar, aparecieron
letreros que decían “Cementerio montonero”. Muchos
combatientes habían sido extraídos de dos unidades
carcelarias casi en igual número a los cadáveres
encontrados. Comenzaba a consolidarse la técnica de
exterminio doble de presos políticos ante las acciones de
la guerrilla.
El 25 de agosto secuestran a dos hijos y a la nuera del
poeta Juan Gelman, activo crítico del régimen de Videla.
Diputados Laboristas de Gran Bretaña, Amnesty
International y el Consejo de Asuntos Hemisféricos
solicitan al presidente Videla por la suerte de ellos y
remarcan la no militancia política de los secuestrados. A
fines de agosto, el gobierno, acuciado por la presión
Cuando Lo Encuentren... díganle 473

internacional, acepta la detención de dos “desaparecidos”


y ex legisladores: Mario Abel Amaya e Hipólito Solari
Yrigoyen. Posteriormente, moría Abel Amaya en la cárcel
al no resistir las torturas, era cardíaco.
La ironía hermana a fines de agosto a Argentina y
Uganda, cuando la subcomisión de las Naciones Unidas
para la lucha contra las medidas discriminatorias y
protección de minorías raciales declaraba: “En Argentina,
la vida, la libertad y la seguridad de las personas llegadas
allí en busca de refugio político están peligrando”. Un
bombazo destruye en forma parcial la sede de la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en
Argentina que funcionaba en la casa de Zazareth,
institución de carácter religioso que servía de lugar de
retiro espiritual y oración. Días antes se habían reunido
feligreses para programar una marcha a la Virgen de
Luján para orar por la paz en Argentina. Los
representantes de los judíos en el país, la DAIA
(Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas),
lanzaban un grito de alerta con lo que ellos decían: “Se
acerca una matanza de judíos en la Argentina”; a la par
que el gobierno argentino consentía y promovía la
publicación por editorial Milicia de libros sobre la vida,
discursos, cartas y demás de Adolfo Hitler.
El 23 de agosto, el Ejército rodea con soldados y
armamento blindado el Canal 7 de televisión a las 22 hs.
por el llamado de un oficial del Ejército, quien denunció
propaganda subversiva comunista en la película que
Cuando Lo Encuentren... díganle 474

daban a las 21.30 hs. El programa era el “Mundo de la


Guerra”, documentales de la II Guerra. Mientras la ficción
rodeaba de comentarios esta anécdota a la que se
sumaba la prohibición de espectáculos públicos y
películas así como de libros cercanos tan sólo al
marxismo o a la subversión, enterraban a monseñor
Enrique Angelelli, muerto en La Rioja misteriosamente a
causa de “un accidente”. La Ley de Presupuesto para 1976
mostraba, evidentemente, la intención represiva; mientras
que Salud Pública recibía 89.716.539 millones de pesos
(nuevos), Defensa recibía 180.378.636 más un agregado
a seguridad de 56.407.087; fondos utilizados para el
“estado de guerra” en que viven los miembros de las
Fuerzas Armadas, motivo por el cual los haberes se
duplicaban o triplicaban.
El 2 de septiembre recojo una información en un
pequeño recuadro, perdido en los anuncios publicitarios
que decía textualmente: “236 alumnos de 13 países
latinoamericanos toman parte del presente curso en la
Academia de las Fuerzas Aéreas Latinoamericanas (ISAFA)
que funciona en la zona norteamericana del Canal de
Panamá”.
La represión debería modificar sus relaciones de
fuerzas y comienzan a utilizar elementos sofisticados de
guerra. Tal es el caso de San Isidro, cuando el Ejército
llega el 3 de septiembre a un domicilio en donde había
guerrilleros. Tras ubicar los jeep, camiones y fuerzas
militares con armas pesadas y helicópteros de rastreo,
Cuando Lo Encuentren... díganle 475

lanzan cohetes de tipo Italasa en un tiroteo de cinco


horas y en el que mueren dos mujeres y tres niños
“guerrilleros” de 6, 8 años y uno de seis meses.
Ese mismo día la Comisión de Asesoramiento
Legislativo, creado por el gobierno militar en reemplazo
del Poder Legislativo de la Democracia, eleva al gobierno
el proyecto que reglamentaba la pena de muerte. Cuatro
días más tarde estallaba un local donde funcionaban tres
transformadores de electricidad mientras que en Puerta
Chiquita, de Santiago del Estero, aparecían tres cadáveres
mutilados de presuntos guerrilleros. Nueve psiquiatras
eran secuestrados el 10 de septiembre: Nicolás Espiro,
Francisco Bellagamba, Juan Rissau, Raúl Fuentes, Claudio
Bergman, Antonio Calabrese, Alberto Sastelli, Eduardo
Llores y Alejandro Pastorini. Dos días más tarde se
ejecutaba al comisario Carlos M. Baldovinos, acusado de
tortura. Videla declaraba a fines de septiembre que la
“esperanza ha renacido en la Argentina”... “su corolario
será la seguridad, es decir, la fundación de un orden justo
para todos, sin excepciones”. Días después, 352 personas
eran detenidas en procedimientos antisubversivos en
Comodoro Rivadavia. Nueve cadáveres flotaban
putrefactos en el río Luján. Había ya 961 muertos. En la
poderosa e inexpugnable base militar de Campo de Mayo
estalló minutos después que salieran de un palco 50
autoridades del gobierno represor, una poderosa bomba
que pulverizó dicho palco montado por gente de
confianza de los militares. En ese mismo Campo de Mayo,
Cuando Lo Encuentren... díganle 476

un soldado de confianza del general Vilas le entregaba en


su mesa un plato de sopa con un poderoso veneno que
también por circunstancias especiales no logró ingerir.
Montoneros demostraba su infiltración aún en los lugares
más protegidos del Ejército. El temor crecía en las Fuerzas
Armadas.
El primero de octubre, luego de un procedimiento
de tres horas, en el que se emplearon bazookas, armas
pesadas, tanques y helicópteros, mueren en combate
Alberto Molina Belluzi, Juan Carlos Coronel, Ismael
Salame, Victoria Walsh e Ignacio José Beltrán. El mismo
día secuestran a los dirigentes sindicales Roberto Digón y
Dolores Domínguez. Se alcanzó a llamar a la patrulla
policial, pero al llegar ésta, los mismos secuestradores la
hicieron volver.
El contraalmirante César Augusto Guzzetti, ministro
de Relaciones Exteriores, manifestaba con respecto a su
teoría sobre los microbios lo siguiente: “Los
norteamericanos no nos entienden en nuestra lucha
contra el terrorismo y la subversión, la subversión o el
terrorismo de derecha no es tal, pues el cuerpo social del
país está contaminado con una enfermedad que corroe
sus entrañas y que forma anticuerpos, lo que no pueden
ser considerados de la misma manera que se considera el
microbio”. Era, dentro del simplismo filosófico del jefe
militar, el reconocimiento oficial a la represión por
bandas de la derecha que aún, a más de un año de vida
sangrienta, no registraba un solo preso ni un solo
Cuando Lo Encuentren... díganle 477

fanático derechista señalado por parte del gobierno,


cómplice indudable de estas fuerzas paramilitares y
policiales. Manifestaba también en su última parte que “la
realidad actual en Argentina no es agradable para nadie,
pero se nos hace aparecer, por ejemplo, como una
dictadura militar”. Guzzetti fue posteriormente atacado
por un microbio a pesar de estar rodeado por armados
anticuerpos. Los médicos norteamericanos atendieron su
problema.
Chris Ana Olson de Oliva, mujer norteamericana,
hija del vicepresidente de Industrias Kaiser en Estados
Unidos, caía abatida, por guerrillera, en la ciudad de
Córdoba. Caía en Tucumán también Leonel Mc Donald,
jefe de la compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez del
Ejército Revolucionario del Pueblo. En Córdoba, un
curioso catedrático de la universidad de esa provincia,
Alberto M. Etkin, en una sesión del congreso internacional
de sociología declaraba: “La única forma de superar un
estado caótico en un país es por medio del golpe de
estado militar, ya que no hay otra fuerza capaz de salvar
esta situación”. Este sociólogo argentino se olvidaba del
pueblo. El 20 de octubre aparecía muerto en Villa Devoto
el ex diputado de la UCR Mario Abel Amaya. Se
denunciaron las torturas sufridas. Dos días más tarde
aparecen tres cadáveres mutilados, semicarbonizados en
Bartolomé Bavío. Buenos Aires. Los sacerdotes Orlandi Di
Yorio y Francisco Jalics aparecen luego de cinco meses de
secuestro; no refieren en qué estado. El mismo día se
Cuando Lo Encuentren... díganle 478

aplica la Ley de Seguridad de Interior a los electricistas y


despiden a 510 obreros, mientras que el comando del V
Cuerpo de Ejército informaba la detención de dieciocho
maestros argentinos universitarios responsables de
corrupción y adoctrinamiento de la juventud universitaria.
En París, el Centro Argentino de Información y
Solidaridad (CAIS) de Francia, los comités argentinos de
Italia, México y Nueva York denuncian la matanza de
presos políticos en los traslados o intentos de fuga.
El comandante en jefe de la Armada, almirante
Emilio Eduardo Massera, en un homenaje a los marinos
caídos por la “odiosa” subversión, resaltó en un discurso
no muy pacifista lo siguiente: “No vamos a tolerar ningún
pacto, ninguna conversación y para aquellos ambiciosos
melancólicos, si los hay, que sueñan con una persuasión
imposible, no sólo serán considerados reos de alta
traición a la patria, sino reos de alta traición a la vida”.
La Iglesia sufre entonces una ofensiva por críticas y
tendencia dialoguista. Así desaparecen los presbíteros
Yorio y Jalics al terminar de oficiar una misa; balean al
presbítero Francisco Soares de la capilla Carupá; Gabriel
Longueville y Carlos de Dios Murias al salir del convento,
en Chamical, tapados con mantas militares. Monseñor
Angelelli, obispo de La Rioja, murió misteriosamente
luego de que se le atravesara en la ruta un coche sin
patente en la provincia de La Rioja. Angelelli llevaba
documentación probatoria de la desaparición de
religiosos en esa provincia, por fuerzas paramilitares.
Cuando Lo Encuentren... díganle 479

Sacerdotes presos o desaparecidos: Musse, en mayo


de 1976, Testa, Rafael Iacuzzi, Raúl Troncoso, José
Czarpack, Servín, Omar Dinelli, Luis Molina; todos en
marzo de 1976; Carlos Di Pietro y Raúl Rodríguez en
junio de 1976. Los sacerdotes presos, torturados y
liberados: Juan Dievzide, Víctor Pugnata, Juan Filipuzzi,
Diego Orlandini, Jorge Torres, Jorge Galli, Raúl Costa,
Eduardo Ruiz, “Cacho” Meca, Roberto Daminco, Pablo
Becker, Esteban Inestal. Los sacerdotes deportados:
Santiago Renevet, Néstor García, Santiago Weke y Julio
Suan.
El 8 de noviembre Videla manifestaba en San Luis
que ya estaban próximos a la victoria. Horas después,
estalló en el despacho del subjefe de Policía de Buenos
Aires, segunda en importancia en el país, dos poderosas
bombas, hubo heridos de gravedad, entre ellos el coronel
Trotz, subjefe de la misma. Al día siguiente aparecen
acribillados 18 guerrilleros, mientras Videla preparaba su
viaje a Chile para hablar amistosamente con el general
Pinochet.
El padre Robert Drinan, representante de
Massachusetts, llegado a Buenos Aires en comisión
internacional por los Derechos Humanos, manifestaba al
cabo de 24 horas que lo recogido era increíble y lógico
que el gobierno negara veracidad a los testimonios.
Dieciséis guerrilleros aparecían muertos luego de una
prolongada resistencia en la localidad de Arana. En siete
días mataron a 73 presuntos guerrilleros.
Cuando Lo Encuentren... díganle 480

El general Roberto Viola, jefe de Estado Mayor del


Ejército, expresaba, justificando el accionar del Ejército
que “las Fuerzas Armadas matan por imperio de la
necesidad”.
El cadáver de Horacio Gándara, un ex funcionario
de la empresa marítima, quien había denunciado
“vaciamiento” en la Marina y en el que estaba involucrado
incluso el mismo comandante en jefe, en ese entonces,
almirante Pedro Gnavi, aparece flotando en el Río de la
Plata. Mientras desaparecían los actores Polo Cortés,
Gregorio Nachman, Silvia Schelbt y Rubén Bravo.
En la villa miseria de Zabaleta 600 soldados
iniciaban un “operativo rastrillo” en búsqueda de material
subversivo. Arrastraron a un apostador de quiniela y un
encubridor y luego repartieron entre los niños caramelos
y algunos víveres para compensar “molestias”.
El CAIS denunciaba en Francia la existencia de
campos de concentración en Argentina y pedía que el
gobierno reconociera como detenidos a Domingo Mena,
Eduardo Merbisha, Cortellezi y Lanzilloto, denunciando el
temor por sus vidas.
El 3 de diciembre era acribillada a balazos en
Lomas de Zamora Norma Arrosito, dirigente de
Montoneros, militante de gran actuación en la
organización.
Patrick Rice denunciaba en Londres las torturas a
que fue sometido cuando fue detenido en Argentina. El
Comando Norma Arrosito colocaba, días después de su
Cuando Lo Encuentren... díganle 481

muerte, una poderosa bomba en el Ministerio de Defensa


argentino, en la oficina de planeamiento del ministerio
donde se debería desarrollar una conferencia referida a
los éxitos obtenidos sobre la guerrilla y los planes
futuros. El gobierno no dio a conocer sus víctimas: altos
jefes militares. Se calcularon 6 kg. de TNT con bolillas de
acero y bulones. Estaba reunido el Consejo Nacional de
Seguridad. Videla declaraba que la subversión era un
problema global y que se extendía a todo el universo. Sus
raíces ideológicas y filosóficas tienen una dimensión
política, social, económica, cultural y militar.
La Secretaría de Comunicaciones decretaba la
prohibición de venta de libros publicados por Rusia y
México. La medida comprendía los libros “La carretera de
Volokolamsk”, de Bek; “Más fuerte que el Atomo”, de
Beriozoko; “Por la Unión Soviética”, de Mijailov; “El
socialismo única salida”, de Paul Barán; “Partido y
revolución”, “Pasado y presente del Partido Revolucionario
de Izquierda”, de Maximilien Ruben, “Economía política”,
de editorial Amorrortu.
El 31 de diciembre de 1976, para culminar el año,
matan a 29 guerrilleros en Buenos Aires y Santa Fe. Dos
días antes un comando da muerte al coronel Castellanos,
jefe del Arsenal Esteban de Luca.
Ascendían en el Ejército a generales de división:
Carlos Suárez Masson, Ramón Díaz Bessone, Santiago
Rivero, Luciano Menéndez, Osvaldo Aspitarte, Carlos
Daidlaw y Leopoldo Galtieri.
Cuando Lo Encuentren... díganle 482

El 30 de diciembre Montoneros propone la creación


del Partido Montonero y da su primer comunicado como
estrategia para el año 1977. Ese mismo día, civiles con
fuerte armamento secuestran al dirigente sindical Jorge Di
Pascuale, de la Asociación de Empleados de Farmacia.
El primero de enero de 1977, un informe del
Departamento de Estado norteamericano elevado al
Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de la Unión
conteniendo un estudio sobre la violación de los
Derechos Humanos en Argentina, sindicando a los grupos
de derecha una total impunidad para torturar, secuestrar
y asesinar, manejando cifras de 2.000 crímenes políticos.
Kissinger se había negado a obrar de acuerdo con un
informe previo de cada país adonde se debería enviar
ayuda económica. Esto valió posteriormente el corte de la
ayuda militar a los países que, como Argentina, Uruguay y
Chile, violaron los derechos humanos.
El 3 de enero el Ejército anunció la muerte de
Leonardo Bettanín en Rosario. Bettanín, de 26 años, ex
diputado por el Frente de Liberación que ganara en los
comicios del 11 de marzo de 1973, pertenecía a la
Juventud Peronista. Dos días más tarde junto a un
paredón de la localidad de Ramos Mejía, Ejército y Policía
matan a diez adeptos a Montoneros que “pintaban”
leyendas a favor de estos. Fue una ejecución cobarde.
El diario “Le Monde” el 6 de enero publicaba
algunas apreciaciones sobre la política argentina y
declaraciones de Mario Firmenich. Recordaba el diario
Cuando Lo Encuentren... díganle 483

algunas manifestaciones del tristemente célebre militar


comandante Benjamín Menéndez cuando dijo: “Nuestro
Ejército sigue invicto. Con los métodos que hemos
aplicado, en Indochina se hubiese aniquilado al Vietcong”.
En Rosario caía José Pablo Ventura. El burdo
asesinato de preocupación no de elecciones sino de
sucesión presidencial, como la que se prepara con el hijo
de Stroesnner.
América del Sur se debatió en un largo camino de
represión, aniquilamiento de las fuerzas progresistas,
destrucción de esquemas libertarios, sangría de riquezas,
pero el pueblo americano, que supo luchar en
condicionesdesiguales por su independencia, repetirá sus
días de gloria, sin tener en cuenta el tiempo que cueste
sino su triunfo final.
Dardo Cabo y Ruiz, quienes se hallaban presos antes
de su muerte, provocaron una denuncia en Francia por
parte de la Organización Ecuménica de Asistencia Mutua,
en la que se hacía hincapié en la posibilidad de que
corrieran igual suerte cuarenta detenidos, entre quienes
estaba Francisco Villanueva y Jorge Taiana, presos
políticos, junto a otros treinta y ocho; H. Crea, R.
Rodríguez, E. Gesalmin, R. Romano, Rapaport, Canrara,
Baidesit, Gutiérrez, Gómez, Aranovich, Villanueva, Vega,
González, Elizalde, G. Benedetti, Martínez, Suárez,
Jáuregui, etc.
A fines de enero 5.000 obreros de la electricidad se
reunían a escasos 400 metros de la Casa de Gobierno
Cuando Lo Encuentren... díganle 484

reclamando la derogación de la nueva ley. Mientras, en


Ciudadela, Montoneros dejaba reducido a escombro una
estación suburbana de Policía. Casi paralelamente la
oficina de prensa de Montoneros largaba comunicados en
“papel de excelente calidad”, como se extrañaban las
fuerzas militares, exigiendo elecciones y respeto de los
Derechos Humanos, llamando a la integración de un
frente de liberación nacional.
En nuestra familiar casa de Arcos 1.600, sede de la
Embajada de México, seguía sin obtener su salvoconducto
Héctor Cámpora, su hijo y Juan Abal Medina. Llevaban ya
300 días encerrados.
A los prisioneros recién llegados los obligaban a
presenciar las torturas de “ablandamiento”. Uno estaba en
el suelo quejándose; había sido colgado la noche anterior.
El ablandamiento consistía también en recibir la picana en
los testículos, en la cara o en cualquier parte; puñetazos,
trompadas y muchas veces el “submarino” en el cual la
cabeza del preso era sumergida en un latón repleto de
agua, orina y excremento. Cuando la sesión terminaba, lo
tiraban sobre ponchos sucios, y cada tanto les tiraban
agua y los levantaban de los cabellos dándoles puntapiés
o de lo contrario caminaban sobre los cuerpos
extenuados.
«De pronto todo se detiene. El silencio total cae
sobre ellos. La radio se apaga; cesan las torturas y los
insultos. El preso ha muerto. Ha desaparecido un número;
el 39, el 47 ó el 117, cualquiera puede ser. Suele asistir
Cuando Lo Encuentren... díganle 485

generalmente un médico que indica los lugares en los


que debe realizarse la tortura o para atender a los
torturadores por sus ataques de histeria. A veces traen
perros amaestrados. Si alguien se mueve, esas bestias
atacan en forma asesina». Relato de un prisionero
uruguayo describiendo el infierno, con técnica de tortura.
Nuestro país hermano sufre igual represión, así como en
Chile.
Ocho guerrilleros mueren en enfrentamientos a
comienzos de febrero, y a mediados del mismo mes,
Videla abordó el avión presidencial a las 8.40 hs. junto
con Martínez de Hoz y prominentes jefes militares,
levantando vuelo una decena de metros antes de lo
previsto. Una enorme explosión hizo temblar las
estructuras del avión y el aeropuerto. La bomba fue
colocada en la bóveda del desagüe del arroyo Maldonado
que corre paralelo a la pista. La carga de gelamón estalló
en el momento preciso, pero adelantar el despegue fue lo
que salvó providencialmente a Videla. Atribuyeron el
hecho a Montoneros.
En Londres, en una reunión especial,
parlamentarios ingleses escucharon testimonios de
Patricia Feeney y Lord Avebury sobre las groseras
violaciones a los Derechos Humanos en Argentina y
solicitaron por telegrama a Videla la libertad del escritor
argentino Rodolfo Walsh, secuestrado por fuerzas
paramilitares.
Cuando Lo Encuentren... díganle 486

En Roma se celebraba la primera conferencia de


prensa de periodistas de diferentes países, el Movimiento
Peronista Montonero hacía su primera aparición, a escala
internacional, con un llamado a la pacificación mediante
ocho puntos:
1. Destitución del ministro de Economía Martínez de
Hoz y cambio de la política económica a favor de los
intereses nacionales y populares.
2. Restitución de los derechos y garantías
constitucionales.
3. Rehabilitación de todos los partidos políticos.
4. Liberación de los presos políticos, eliminación de
campos de concentración y publicación de la nómina de
secuestrados indicando paradero y estado.
5. Inmediata liberación de Héctor Cámpora, Alberto
Martínez Baca y otras personas.
6. Eliminación inmediata de los procesos represivos
que implican la violación de los Derechos Humanos.
7. Restitución de la Confederación General del
Trabajo, de los sindicatos intervenidos y de toda
legislación laboral suprimida.
8. Convocatoria a elecciones generales sin
exclusiones ni inhabilitación de ningún tipo.
El Consejo Superior se constituye de la siguiente
forma: secretario General Mario Firmenich; por el sector
sindical, JTP y CGT de la resistencia, Gonzalo Chávez;
sector político Peronismo Auténtico, Oscar Bidegain y
Ricardo Obregón Cano. Por el sector Femenino, Lidia
Cuando Lo Encuentren... díganle 487

Masaferro y Adriana Lesgard. Por el Sector Juvenil,


Rodolfo Galimberti y Manuel Enrique Pedreira. Por el
sector intelectual, Rodolfo Puiggrós. Por el sector
Pequeños Productores Agrícolas, Osvaldo Lovey,
secretario de Ligas Agrarias. Secretario de Relaciones
Exteriores, Fernando Vaca Narvaja y Secretaría de Prensa y
Difusión: Juan Gelman y Miguel Bonasso.
El 7 de mayo el canciller argentino Augusto César
Guzzetti caía con tres esquirlas de bala en la cabeza en
un sanatorio privado de Buenos Aires por el comando
Dardo Cabo.
A la par de esto, el comandante de Ejército
manifestaba con fecha 19 de abril el siguiente
comunicado sobre:
1. Las vinculaciones de las bandas subversivas con el
exterior.
2. La utilización por la subversión internacional
marxista de organizaciones que en sus orígenes fueron
decretadas y creadas para la defensa de los derechos
humanos, pero que paradójicamente fueron copadas por
grupos de esta ideología.
3. El repliegue de la acción armada subversiva y su
reemplazo por la acción política como consecuencia de
las derrotas sufridas.
4. La fuga al extranjero de los cabecillas de las
bandas con el apoyo financiero del dinero que aún tienen
disponible depositado en bancos del exterior, etc. etc.
Cuando Lo Encuentren... díganle 488

La táctica montonera desorientaba a las fuerzas


militares que sí habían disminuido su capacidad
operativa, pero que a lo largo de un año, con todas sus
fuerzas legales e ilegales, no habían podido en ningún
momento destruirla. Por otra parte, al quitar el objetivo a
las fuerzas represivas, éstas, llenas de contradicciones y
ambiciones de poder, entrarían en una lucha interna
resquebrajando una disciplina hasta ahora vendida como
invulnerable.
El Ejército con una política dialoguista; la aeronáutica,
nacionalista liberal, y la Marina, como expresión de la
más recalcitrante reacción e instrumento del
imperialismo. Era lógico que estando los cabecillas en el
exterior y lanzar una ofensiva internacional, el poder
militar se mostrase tan lapidario con esta actitud que
desnudaba un sistema de represión pocas veces conocido
en Argentina y Latinoamérica. El 19 de julio aparecía el
dirigente gremial secuestrado por 14 meses Abelardo
Arce. Era encontrado muerto, también, el abogado
Néstor Centeno y era secuestrado Héctor Hidalgo Solá, en
cuyo operativo intervino personal civil fuertemente
armado y en vehículos ya conocidos de las fuerzas
parapoliciales y militares que continuaban su actuación
impunemente.
El escritor Julio Cortázar, desde París, protestaba por
el secuestro del periodista y escritor Rodolfo Walsh,
manifestando que una vez más se demostraba que los
derechos humanos más elementales son ignorados por la
Cuando Lo Encuentren... díganle 489

Junta Militar argentina. Había sido secuestrado el 25 de


marzo.
En Castelar moría en combate Santiago Murzi;
mientras que en Wilde aparecían tres cadáveres mutilados
por una explosión luego de haber sido acribillados.
Cuando Lo Encuentren... díganle 490

TRABAJO, HUELGA Y LIBERTAD


“Habrá paz cuando impere la Justicia”.

El 25 de junio de 1977, el ministro de Trabajo,


general Horacio Liendo, expresaba textualmente en la
revista oficialista “Somos” «...esta acotación sobre la
situación laboral actual viene al caso, ya que demuestra
que un sector de la industria se ha enquistado en la
política del no compromiso, subordinando su accionar a
la espera de solución de sus problemas por la vía de la
voluntad omnipotente del Estado. En contraposición, se
halla otro sector industrial más agresivo, que intenta
soluciones propias a todos sus problemas, racionaliza sus
fábricas y lucha por la disciplina laboral. Ellos han llevado
la revolución a sus empresas...»
Cuatro meses antes se habían producido despidos de
2.000 operarios por razones de recesión.
Por ley, se había instaurado penas de 6 a 10 años de
prisión para aquellos trabajadores que participasen
directa o indirectamente en actos de huelga. A pesar de
ello, en la primera semana de septiembre, se solidarizan
con el estallido del conflicto de Chrysler los obreros de
General Motors, Citroën y Peugeot, reclamando a su vez
mejoras salariales superiores al 12 % fijado por el
gobierno.
Fueron totales los paros en la planta de General
Motors, en el barrio Barracas, y parcial en Ford, en
Cuando Lo Encuentren... díganle 491

General Pacheco. Se sumaron los trabajadores de Fiat, de


El Palomar; en Mercedes Benz se cortó “casualmente” la
energía eléctrica. En la planta de SEGBA, de Puerto Nuevo,
se realizaron paros y son detenidos 20 obreros. Chrysler
despedía a 23 activistas y Ford a 98.
El 7 de septiembre el ministro de Gobierno de
Buenos Aires informaba a la prensa que había 2.500
guerrilleros detenidos en las cárceles de ese Estado.
El 9 del mismo mes se creaba la Confederación
General del Trabajo de la Resistencia por estar intervenida
la CGT por representantes militares.
Es elegido primer representante secretario Arturo
Garín, ex delegado de Propulsora Siderúrgica y ex
miembro de una coordinadora de lucha que enfrentó a
Isabel Perón. Ese mismo día Eduardo Koch, legislador
norteamericano, denunció el surgimiento del espectro
obsesionante del nazismo en Argentina, poniendo esto en
peligro la vida de 500.000 judíos argentinos.
Tropas de Infantería de Marina ocupaban, solitarias
y pertrechadas, la planta de General Motors por tercer día
consecutivo, por negativa de los obreros a trabajar.
En Córdoba, 400 hombres de prensa presentaban
una nota pidiendo la libertad de siete periodistas del
diario “Los Principios”: Ricardo Jurado, Edgar Valezano,
Felipe Nicola, Ramón Verdú, Juan Carlos Pérez, Castellano
y Carlos Ortiz.
La represión a la libertad de trabajo, huelga y
dignidad del obrero estaba en marcha. Se había
Cuando Lo Encuentren... díganle 492

institucionalizado la pena de prisión por el derecho de


huelga. Pese a esto, con amenazas ya claras y elocuentes,
comenzaba el enfrentamiento. Treinta y seis mil operarios
electricistas de las empresas ITALO y Agua y Energía y en
la mitad de los establecimientos de SEGBA se cumplía el
cuarto día de huelga materializado en un paro en los
lugares de trabajo custodiados “celosamente” por tropas
del Ejército y Marina.
Solicitaban la reincorporación de 262 compañeros
despedidos arbitrariamente.
Ochenta y cinco agricultores del Chaco, nucleados en
las ligas agrarias, eran detenidos por tener “actividades
guerrilleras”.
El ERP copaba en esos momentos Berazategui,
localidad a treinta kilómetros de Buenos Aires, tomando
su estación ferroviaria. Víctor Seijo, Amado Mere y Oscar
Polizzo, de SEGBA, eran secuestrados el 13 de octubre.
Esto agrava el conflicto de los electricistas, quienes
reiteran su protesta y trabajo a “tristeza”, una forma ya
conocida por la clase trabajadora para las luchas contra
las dictaduras. Dos de los secuestrados integraban las
listas de los cesanteados por SEGBA por ser considerados
activistas o delegados potencialmente conflictivos para la
“nueva” etapa de reorganización sindical y laboral.
Treinta ómnibus urbanos de transporte eran
incendiados vacíos en solidaridad con los huelguistas.
Tras 11 días de paro el gobierno llama a la reflexión
diciendo que: “Elementos antisociales obstaculizan el
Cuando Lo Encuentren... díganle 493

esfuerzo de reordenamiento de los servicios eléctricos.


Siendo el deber de todo argentino rechazar a los
enemigos de la convivencia del progreso y la paz”. Ya
sumaban 300 despidos. Días antes había estallado una
gran explosión en el Círculo Militar, dejando a más de
cincuenta adherentes militares heridos.
El general Domingo Antonio Bussi, jefe de la V
Brigada de Infantería y gobernador de Tucumán,
manifestaba ya en los albores del 18 de octubre que: “La
miseria, la injusticia y el olvido hicieron que la subversión
encontrara condiciones favorables para su desarrollo”;
continuando más adelante “que a nadie se le escapa que
el bracero tucumano es el nervio motor de la riqueza,
pero que no lo puede gozar”. Descubrimiento importante
para un hombre que a su edad se topa con una realidad
de más de 40 años.
Para el 27 de octubre el gobierno no controlaba aún
la situación de los electricistas, que ya paralizaban
sectores del Gran Buenos Aires, con apagones aislados y
decide la “detención de todo trabajador que actúe en
función de activista, saboteador o intimidador y sea
sometido a la Justicia Militar. Pastillas de insecticidas,
lanzadas en los lugares de trabajo por los obreros,
provocaban la salida presurosa de sus “custodios” que no
resistían esta furiosa contaminación. En la confusión
reinante por la premura de abandonar los locales
cerrados, aparecían misteriosamente documentos y
panfletos explicativos del estado de la lucha y las
Cuando Lo Encuentren... díganle 494

denuncias de secuestros y represión. El 28 de octubre el


gobierno ya amenazaba con la movilización militar de los
trabajadores.
“The review of the River Plate” publicaba por esos días
un comentario destacando que las grandes empresas que
operaban en Argentina habían registrado beneficios en el
primer trimestre del año multiplicando en tres o cuatro
veces los capitales accionarios.
El país llevaba con su plan económico en los primeros
diez meses un 35% de aumento del costo de vida.
Los portuarios se suman en los primeros días de
noviembre con su trabajo a desgano a la protesta general
y por la modificación de sus reglamentos de trabajo y
contrato. Barcos a media bodega se retiraban por la
imposibilidad de seguir esperando la carga total.
El 24 de noviembre 4.200 trabajadores de Fiat elevan
una nota al ministro Liendo, solicitando autorización para
realizar un plenario nacional, pedían, a su vez, la libertad
de sindicalistas presos y aumento de salarios.
Manifestaban, también, que “la permanente rentabilidad
empresarial, reflejada en el incremento de ganancias que
demuestran las empresas líderes, permite afirmar que
sólo los trabajadores estamos aportando el esfuerzo que
según las autoridades el país necesita”.
Dos días después, el 26 de noviembre, estallaba en
Córdoba una huelga de similares características en las
fábricas Fiat y Renault. Ambas con un historial combativo
de envergadura revolucionaria junto a Salamanca y el
Cuando Lo Encuentren... díganle 495

Sitrac Sitram. Ese mismo día se confirmaba la detención


en Panambí (limítrofe con Brasil) de Oreste Pedro Peczak,
ex secretario del movimiento agrario misionero y ex
candidato a gobernador por el Partido Auténtico en
Misiones.
El 15 de noviembre había llegado a Buenos Aires una
Comisión de Amnesty International integrada por su
secretario, el sacerdote Robert Drinan, representante
demócrata por el estado de Massachusetts, Lord Averbury
y Patricia Feeney, quienes manifestaban su asombro ante
los relatos sobre las torturas y violaciones de los
Derechos Humanos.
Posteriormente, el informe producido por ellos sería
rechazado abiertamente por el gobierno militar que se
declarará en esa nota como un celoso custodio de los
Derechos Humanos.
En los primeros días de diciembre reemplazaban a
ocho generales de la llamada línea dura, como
autodepuración del gobierno, donde, aparentemente,
triunfa la línea de Videla como los “moderados”. Los
“duros” eran Otto Paladino, Edgardo Vilas, Juan Antonio
Buasso, Rodolfo Mujica, José Teófilo Goyret, Lucio
Mazzola, Jorge Roldán y Julio Alberto Cordero. Quedan
retirados de sus puestos de mando y adscriptos al Estado
Mayor General del Ejército. El general Carlos Laidaw pasa
al SIDE (Secretaría de Informaciones del Estado), el
general Carlos Dalla Tea, de Gendarmería, y Jorge Olivera,
a secretario del Comando en Jefe.
Cuando Lo Encuentren... díganle 496

A partir del 13 de diciembre el gobierno deroga por


decreto las conquistas laborales consagradas en la Ley de
Contrato de Trabajo. Elimina todo organismo integrado
total o parcialmente con los trabajadores y queda nulo
cualquier régimen de autogestión o cogestión. Ya estaba
la respuesta gubernamental ante la intrepidez de los
trabajadores.
Martínez de Hoz había firmado hacía muy poco un
acuerdo de stand by con el Fondo Monetario Internacional
por el cual se vislumbraba un despido de casi 30.000
agentes de la administración pública.
Morían en combate al tratar de copar una comisaría
en Santa Fe los militantes Norma Larrosa, Rodolfo
Segarra, Horacio Melelli, Alberto Azán, Segundo Severino
Núñez y Oscar Aguirre.
Mediante una carta abierta al ministro de Trabajo, los
dirigentes obreros manifestaban que esa solicitada era y
está “fundada en el más sagrado de los derechos de los
seres humanos: el derecho a la vida, y de no interpretarse
nuestros reclamos, que los fundamentamos en aras de la
tranquilidad y paz social, las consecuencias de este
desfasaje no pueden ni deberán caer sobre las espaldas
del pueblo laborioso”. Solicitaban una audiencia, para
argumentar su demanda salarial, la modificación de la
política hacia los derechos de los trabajadores y la
libertad de los presos políticos. El ministro de Trabajo
tuvo que acceder a la petición.
Cuando Lo Encuentren... díganle 497

La presión se reflejó momentos más tarde cuando


el propio Videla anuncia un aumento del 20% en forma
general y el ajuste inmediato antes de marzo.
Posteriormente, el 22 de diciembre, es liberado el
dirigente Adalberto Wimer. La contraofensiva no se hace
esperar, realizada por los grupos de ultraderecha
protegidos por el Estado, y el 4 de enero la Confederación
General del Trabajo de la Resistencia denuncia el
secuestro de Arturo Garín y también de Chávez, cuyos
paraderos se desconoce. Días antes había desaparecido el
dirigente Jorge Di Pascuale, también secuestrado por
fuerzas de derecha, hecho negado por el gobierno
nacional.
Mientras el diario “La Nación” exhortaba al gobierno
a conciliar puntos mínimos para solucionar el problema
laboral, pero manteniendo la autoridad del Estado; la
Policía Federal argentina exigía que todo aquel que deba
realizar un trámite para un documento público, debe
afeitarse la barba y el bigote para ser aceptado, y que
debería tener ciertas dimensiones especificadas en el
documento dado.
El almirante Luis Mendía, al dejar su cargo de
comandante de Operaciones Navales, exhorta a las
Fuerzas Armadas a continuar la lucha hasta el último
oponente subversivo que dejará de ser enemigo al estar
aniquilado. Instaba, a su vez, a que los ideólogos,
dirigentes corruptos y delincuentes económicos y a los
falsos pastores, que ahondaron y exacerbaron esas
Cuando Lo Encuentren... díganle 498

causas, sean erradicados total y definitivamente de la vida


política social, espiritual, económica, cultural y
educacional de la república. Este discurso, propio de una
personalidad paranoica, fue transmitido totalmente en
“Prensa Libre”, órgano de la derecha dirigido por Ricardo
Bach Cano, quien por una equivocación de una patrulla de
secuestro policial estuvo “a la sombra” 8 días. Fue
liberado posteriormente luego de una explicación
personal del ministro del Interior.
Por una maniobra intencional, según el comunicado
oficial, quedó fuera de servicio una usina de Puerto
Nuevo, Buenos Aires, obligando al gobierSánchez Moreno,
Pedro Santamarí A mediados de diciembre, caían 16
torres de transmisión eléctrica que venían desde El
Chocón, por acción de fuertes “tormentas”. El sabotaje
hacía las suyas.
Mientras el “Buenos Aires Herald” advertía alarmado
que en las canchas de fútbol argentinas se vuelven a
escuchar cánticos peronistas, “sugería” al gobierno limitar
aún más el poder sindical de alguna manera y hacer caer
su peso político para ello.
El gobierno no podía controlar cerebralmente el
proceso sindical porque había incoherencia entre ellos
mismos. El Ejército actuaba como colchón ante dos
criterios divergentes y extremos, como la Marina y la
Aeronáutica.
La “obrerofobia” de la Marina ya es congénita en
esta casta de privilegiados uniformados. Tampoco se
Cuando Lo Encuentren... díganle 499

podía obrar bruscamente, ya que las amenazas


difundidas en forma reiterada, por los distintos medios
de difusión, no habían dado los resultados esperados. Ni
la amenaza ni el secuestro de los dirigentes
fundamentales debilitaron los frentes de lucha; el
gobierno no tenía más salida que dialogar, muy a pesar
de ellos.
La Marina, que luego del golpe de estado había
recibido lo tabulado en cargos, el 25 % (60% Ejército y
15% Aeronáutica), mantenía la postura de reconocer
únicamente organizaciones gremiales de primer grado, o
sea aquellas que nuclean a obreros de una sola rama y de
una zona geográfica para evitar así la fortaleza sindical.
Por supuesto que si bien en el campo teórico eso era
aceptable como estrategia, en la práctica sería imposible
de realizar tal como se demostró posteriormente. La
Confederación de Trabajadores de la Educación reiteraba
la necesidad de conocer el paradero de Leticia Marina
Vitale, quien se desempeñaba como secretaria adjunta de
dicho organismo. Ese mismo día aparecían flotando en el
río Reconquista Aparicio García Peralta, electricista, y el
jornalero Andrés Martín Heredia.
Los sindicatos ingleses por intermedio de su
presidente, David Waburton, del gremio municipal,
solicitaban a Videla se aclarara la situación del
secuestrado Di Pacuale, mientras el conflicto portuario
seguía adelante paralizando el cargamento de granos;
Rosario estaba semi paralizado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 500

Durante 1976, Gas del Estado aumentó sus tarifas


en un 985%, no se quedaba atrás Agua y Energía con un
749%, Ferrocarriles 463% y Obras Sanitarias 236%. Hubo
récord inflacionario del 347,7%. La situación económica
era crítica y las tensiones sociales se ahondaban.
En París, Francisco Santucho, de 80 años de edad, y
su esposa, de 65, denunciaban la persecución y represión
a doce de sus familiares, manifestando que sus hijos
Oscar Asdrubal y Mario Roberto, su nuera Ana María
Villarreal fueron muertos por las fuerzas represivas;
sobre otros hijos, Francisco René, Carlos, Manuela María
del Valle y sus nueras Cristina Navajas y Liliana Delfino,
habían sido secuestradas, sin conocer hasta mediados de
enero del ’77 sus paraderos. Su otra hija Isolina del
Carmen había sido torturada, mientras que Amílcar
Santucho estaba preso en Paraguay y María Graciela, en
Argentina.
El 19 de junio de 1976, al ser muerto en combate
Mario Roberto, cae también Benito Urteaga, cuya madre
fue posteriormente secuestrada junto a su nieto de tres
años.
El 10 de enero eran secuestrados los hijos del
dramaturgo argentino Alberto Adellach, llamado en
realidad Carlos Alberto Creste, ese día son secuestrados
Alicia Beatriz Creste y Enrique Raúl.
Marcelo Caiola, jefe de la Misión del Fondo
Monetario Internacional, declaraba su satisfacción por la
política económica argentina y se demostraba complacido
Cuando Lo Encuentren... díganle 501

por las medidas tomadas para aplicar lo convenido


bilateralmente. Ese mismo día el secretario de Energía de
la Nación manifestaba que cualquier medida de fuerza en
las empresas de electricidad estaría vinculada con la
subversión. Veinticuatro horas antes, Montoneros dejaba
una bomba en el despacho de una comisaría en Ciudadela
reduciendo a escombros el edificio. El despacho era del
comisario. Veinticinco guerrilleros habían sido
masacrados días antes. Robert F. Drinnan, representante
de EE.UU. en Amnesty International, que estuvo en
Argentina, declaraba que era evidente la complicidad del
gobierno con las bandas y escuadrones derechistas a los
que atribuyó el clima de terror en Argentina.
El 2 de febrero 100.000 obreros de la electricidad
abandonaron sus lugares de trabajo por no estar de
acuerdo su gremio con las medidas adoptadas por el
gobierno. Había posibilidad de que esto desbordara las
fuerzas mismas del gobierno e incluso se dudaba de
aplicar arrestos con mano dura por temor a una nueva y
poderosa escalada.
El 5 de febrero la Secretaría de Agricultura y
Ganadería deja cesantes a 425 agentes mediante la Ley
de Prescindibilidad y amenaza a los electricistas con
aplicar la Ley de Seguridad Interior si persistía la
oposición al nuevo régimen laboral. “La Nación” (diario de
la rancia oligarquía) endurece su posición y aconseja al
gobierno no ceder, ya que, de hacerlo, debería ceder
posteriormente, poniendo en juego el Proceso de
Cuando Lo Encuentren... díganle 502

Reorganización Nacional. Cuarenta y ocho horas después,


como siguiendo el consejo, eran detenidos 500
trabajadores de la electricidad a título de escarmiento.
Juan Aleman, secretario de Hacienda, manifestaba
que la reforma administrativa debería llevarse a cabo
inexorablemente a pesar de los problemas que dieron
causa en SEGBA, que por otra parte “sabemos a qué
responden y por qué son”.
El 10 de febrero la Asamblea Permanente por los
Derechos Humanos (APDH), organización fundada en
1975 para la defensa de los Derechos Humanos en
Argentina, encabezados por el obispo Jaime De Nevares y
Alicia Moreau de Justo, solicitaba al gobierno la
investigación sobre trescientos desaparecidos,
secuestrados o torturados por ella comprobada. El
Consejo Ecuménico de Iglesia presentaba una lista de 342
personas que daban por desaparecidas. Estas listas
revelaban la creciente represión y privación de los
derechos humanos.
El 11 de febrero por intervención de dos
ministerios, y luego de un diálogo con los paristas, se
llega a un acuerdo entre el gobierno y los obreros. Pero
ese mismo día otra vez las fuerzas de derecha actúan
como réplica ante esta debilidad y secuestran a Oscar
Smith, líder del sindicato en conflicto, Luz y Fuerza.
Estalla nuevamente la huelga. Alberto Defico manifiesta
que no es la guerrilla la responsable del secuestro como
Cuando Lo Encuentren... díganle 503

se había difundido intencionalmente por medios de


difusión oficial.
Treinta días más tarde policías con cascos y armas
largas disuelven una manifestación de los electricistas
que se reunieron para exigir la investigación del
secuestro.
El abogado Rodolfo Mattarollo, argentino,
denunciaba en Ginebra ante Naciones Unidas el
terrorismo de Estado en Argentina y la violación de los
Derechos Humanos. Es el senador Enrique Erro, que
estuvo preso en Argentina, quien también realiza una
contundente y documentada denuncia sobre la violación
de los Derechos Humanos en Argentina y el régimen
carcelario, métodos de tortura y represión en Uruguay y
Argentina.
Entre el 18 de diciembre y el 3 de febrero fueron
fusilados 140 prisioneros políticos (manifestaba un
documento de Montoneros), denunciando que eran
masacrados en las cárceles y luego abandonados en
diferentes lugares, apareciendo como cadáveres no
identificados o como muertos en una acción
antiguerrillera.
Relataba también que en la base aérea de El
Palomar, a cargo del comodoro Mariani, salían aviones
hacia Campo de Mayo para trasladar presos que luego
eran tirados desde gran altura al mar; apareciendo
muchos de ellos en las costas del Uruguay, como
efectivamente los informes periodísticos confirmaban.
Cuando Lo Encuentren... díganle 504

Vale hacer una acotación recordando las palabras


del teniente coronel Hugo Pascarelli, quien el 12 de junio
de 1976 manifestaba: “La lucha que libramos no conoce
límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y
del mal”, según palabras textuales divulgadas por el
diario “La Razón”.
Se aproxima la asamblea de la OIT en Ginebra, el 2
de junio del ’77, el gobierno asumía el conflicto de SEGBA
con temor que, por motivos laborales, los obreros se
negaran a concurrir a este foro internacional en el cual
Argentina no había faltado desde hacía más de treinta
años.
La revista “Somos” del 27/5/77 aseguraba la
concurrencia pese a las deliberaciones entre los dos
sectores con resultados muy claros. La revista
aventuraba, incluso, proporciones en la delegación; serían
ocho miembros que irían presididos por Juan Martín
Oneto Gaona, con cuatro representantes de las cámaras
metalúrgica, alimentaria, textil de la zona metropolitana y
los restantes de Córdoba, Tucumán, Cuyo y Rosario.
Serían presididos por el ministro Liendo, el capitán de
navío Roberto Dallasta y el doctor Eduardo Amaro
Pourciel, como asesor.
Lamentablemente, para el gobierno, en una
asamblea a puertas cerradas de las fábricas -que no
pudieron impedir-, se decidía unánimemente la no-
concurrencia a la OIT, como señal de protesta a la política
económica y laboral del gobierno.
Cuando Lo Encuentren... díganle 505

El general Liendo expresaba el 27 de junio: “El viaje


a Ginebra de la delegación argentina es una necesidad y
conveniencia para el país. La inconcurrencia es un
objetivo de la subversión, porque busca el enfrentamiento
del gobierno con la clase trabajadora. Creo que así
también lo han entendido los dirigentes sindicales”.
Por supuesto que el resultado fue funesto para el
general Liendo y el gobierno militar, ya que la clase
trabajadora dijo no a la concurrencia, y partió entonces
sólo la delegación oficial de la Junta Militar.
Posteriormente, la OIT, ante la no-concurrencia de
la clase trabajadora argentina, reconoce como
representante de ella a Raimundo Ongaro, líder obrero en
el exilio, conductor de la CGT de los argentinos. Las
críticas arreciaron contra Ongaro. Los órganos de prensa
nacionales trataron de ridiculizarlo y hasta la revista
“Somos” centraba su crítica en la vestimenta. El golpe
había sido fuerte para el gobierno militar.
Las luchas obreras comenzaban en Argentina
haciendo temblar la estructura aparentemente monolítica
de la dictadura sangrienta. La resistencia armada trabaja
en forma sostenida pero a un gran costo, perdiendo a
muchos de sus militantes.
Los asesinatos, los secuestros y la tortura seguían
siendo la herramienta preferida de la reacción. Las
fuerzas paramilitares y parapoliciales seguían su ritmo
vertiginoso sin conocerse, hasta la fecha, que ninguno de
Cuando Lo Encuentren... díganle 506

sus miembros o adherentes hubiesen caído en manos de


las “fuerzas del orden”.
La represión es debilidad de poder, es falta de
convicción en sus actos, es temor a la historia; la
resistencia es triunfo para un pueblo que vive para ser
libre, no esclavo.
En la medida en que las Fuerzas Armadas queden
sin objetivos fijos, como la subversión que polariza a
todos ellos, florecerán sus apetencias y ambiciones de
poder que los llevarán al enfrentamiento inexorable e
irremediable. La dictadura militar fracasará como lo ha
demostrado la historia. Podrán cambiar las caras, podrán
disfrazar la bestialidad de sus actos, pero no podrán
engañar a un pueblo que no mide en tiempo sus triunfos,
no llora sus mártires, los honra, que no mendiga su
libertad, la gana.
Cuando Lo Encuentren... díganle 507

VERTIGO
“La juventud que no enviste es peso
muerto para el progreso de su pueblo”

El último semestre del año 1977 es rico en


acontecimientos y doloroso por la cantidad de víctimas.
Las dictaduras militares sudamericanas han comenzado a
sentir el peso de las contradicciones. Los pueblos, aún en
la más cruel y sangrienta represión, siguen dando
muestra de una fortaleza y entereza envidiables.
Los acontecimientos superan los cálculos más
optimistas. El derrumbe de una estructura de poder
basada en el asesinato de los pueblos está llegando a un
final no muy lejano. A fines de mayo de 1977, Videla, con
motivo de la celebración del Día del Ejército Argentino,
dejaba entrever la soledad de la junta militar al
manifestar: “Tan pronto como instrumentemos los
canales necesarios, se profundizará el diálogo amplio y
generoso, con la sola excepción de los corruptos y
subversivos. Estamos seguros que el diálogo será el
mejor vínculo y vehículo para lograr el objetivo de la
unión nacional, concentrando esfuerzo, inteligencia y
voluntades, en una búsqueda explícita de soluciones”.
Cuatro días más tarde eran arrestadas y puestas a
disposición del Poder Ejecutivo 31 personas y se daba a
conocer la nómina de 122 liberadas el 27 de mayo por no
poder comprobar su vinculación con la subversión. Estas
Cuando Lo Encuentren... díganle 508

tuvieron oportunidad de conocer el otro diálogo de la


junta, en las cárceles y refugios militares.
El 24 de mayo, por rara casualidad, caen “abatidos”
por las fuerzas de seguridad 16 combatientes
“sorprendidos” en una casa en la localidad de Monte
Grande. Informaban que, según la identificación
realizada, se había individualizado a: Luis Fabri, Mario
Sargci, Claudio Gombini, Daniel Ciuffo, Rodolfo Goldín,
Catalina de Sciuffo, Cristófaro Luis, Manuel Arasymin,
Luis María Gementero, Esteban Adrián, Nelo Gasparini,
Isabel Kaserman, faltando cuatro cadáveres por
identificar.
La importancia de la campaña psicológica montada
por la junta se manifestaría días más tarde con la
publicación en los medios escritos de una “carta”
encontrada en los operativos del Ejército, y firmada por
tres subversivos en la que realizaban un mea culpa y
aconsejaban a sus compañeros abandonar una lucha que
ellos consideran perdida. Esto hacía recordar lo que hasta
hace no mucho tiempo habían querido hacer los órganos
de información del Estado en España, cuando presentaron
a los guerrilleros montoneros argentinos denunciando a
sus cuadros superiores. Fue tan burda y torpe la
maniobra que la prensa internacional se encargó de
desvirtuarla.
El primero de agosto, en el Panorama Informativo
del Ejército transmitido por radio todos los domingos, se
encaraba el tema “del periodismo”, de donde vale la pena
Cuando Lo Encuentren... díganle 509

rescatar algunos de sus párrafos. Después de reconocer


que los medios de comunicación son lo más apto para
satisfacer la necesidad del hombre para saber qué ocurre
a su alrededor, aconsejaba a los profesionales de estos
hacer sacrificios y esfuerzos, dando información que
elimine la incertidumbre y no crear ansiedades, generar
claridad, no confusión, evitar la deformación de los
hechos, actitudes o la atribución prejuiciosa de
intencionalidades. Recordaba que “se haya abierto en
Argentina el camino del diálogo fecundo, intenso,
profundo, altruista, propio de los momentos
trascendentes...” etc., etc. Paradójicamente, el mismo día
la Asociación de Directores de Diarios Argentinos
manifestaba que los profesionales de la prensa argentina
se encontraban en una posición de inseguridad jurídica.
En otra declaración y en forma paralela, ADEPA
(Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y
ADIRA (Asociación de Diarios de la República Argentina)
reclamaban por otro periodista que engrosaría la lista de
secuestrados: Juan Ramón Nazar, director del diario “La
Opinión” de Trenque Lauquen. El mismo día “reaparecía”
Eduardo Farías, reportero de Editorial Atlántida, quien no
realizó declaraciones pues fue liberado, luego de un
interrogatorio, bajo amenaza de muerte en caso de que
comentara la experiencia vivida.
En la mañana del 10 de agosto, el contradictorio y
octogenario presidente del Uruguay, Aparicio Méndez, de
quien ya hemos extractado sus principales inquietudes,
Cuando Lo Encuentren... díganle 510

interrumpía en un frío amanecer con la noticia de


comicios para 1981, haciendo suya una “proposición de la
Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas, aclarando
en uno de sus puntos que ello no deberá servir para
excitar desmedidas e inoportunas motivaciones políticas,
ya que el gobierno está dispuesto a preservar la Nación
de la subversión y de las prácticas políticas ya
definitivamente superadas. Meses antes este mismo
caballero de la nueva democracia había manifestado “que
no era tiempo de partidos y que no hay plazos par una
consulta electoral”.
Aparentemente, el vuelo de Patricia Derian desde
Buenos Aires a su país, luego de entrevistar a las
autoridades argentinas, habría sido considerado oportuno
por el gobierno oriental como mensaje de buena voluntad
para con el presidente Carter.
Según Derian, su viaje tenía por objetivo no sólo
entrevistar a las más altas autoridades de la junta, sino
también entrevistarse “con cuanta gente me era posible”.
Manifestó que la entrevista con Videla había sido “muy
cordial” y que vino a la Argentina para efectuar consultas
y no para mantener discusiones. Tuvo su tiempo para
almorzar con el capitán de navío Walter Allara y para una
entrevista con Massera. Los Derechos Humanos habían
sido su tema principal. Un día después, el brigadier
Orlando Agosti se despachaba con un largo y dificultoso
discurso, conmemorando el Día de la Fuerza Aérea. Luego
de trazar la historia de los próceres y mártires y su propia
Cuando Lo Encuentren... díganle 511

filosofía del hombre y el país, manifestaba: «La doctrina


del proceso no prescinde de la participación de la
ciudadanía. Sí -por ahora- la limita, la prepara, la
normaliza y la selecciona. El diálogo evitará el aislamiento
y la soledad del poder. Poner las formas de participación
popular en las decisiones políticas sólo será posible
cuando se corrijan las causas del descrédito argentino. El
gobierno nacional recogerá opiniones de distintos
sectores de la sociedad y después decidirá, por sí y ante
la historia. Porque su legitimidad no reside en el voto,
sino en la decisión y la capacidad con que se cumpla el
propósito de recrear la convivencia argentina». En Chile,
donde la junta tampoco tiene legitimidad con el voto, el
secretario de Estado para Asuntos Interamericanos,
Terence Todman, era interceptado por un grupo de
manifestantes que solicitaban “noticias” de familiares
desaparecidos al grito de “libertad, libertad”, trataron de
acercarse con pequeños cartelones en donde incrustaban
fotos de quienes habían desaparecido. Todman entraba
en esos momentos en la Corte Suprema de Justicia, un día
antes viaja a Buenos Aires. El 13 de agosto, día de arribo
del secretario Todman, el gobernador comandante del V
Cuerpo, Antonio Bussi, manifestaba en Tucumán ante
productores de caña que “es deber de todo gobernante
velar por la subsistencia mínima de los gobernados y que
se debería tender a la eliminación de las causas que
generan la delincuencia subversiva, no quedándose
solamente en la supresión de los efectos”. Todman, en
Cuando Lo Encuentren... díganle 512

cambio, declaraba que su viaje era positivo y que por


ejemplo en Chile había notado “cambios favorables” y que
la “impresión que existe sobre Chile en el exterior, por
falta de información, no corresponde con la realidad que
se encuentra al visitar el país”. Sobre las relaciones con
Argentina y las diferencias sobre los Derechos Humanos,
manifestaba que “los ideales y valores que compartimos
nos permitirán superar nuestras diferencias”. Todman se
entrevistaría con los más altos jefes militares y con
algunos políticos y sindicalistas seleccionados por la
embajada norteamericana en Buenos Aires. Ya se
anunciaba la designación de un nuevo embajador, Raúl
Castro, un mexicano de 62 años nacionalizado
norteamericano. Según comentarios periodísticos, este
nombramiento significaba un cambio de actitud del
Departamento de Estado para con la Argentina, cuya
embajada hacía largos meses estaba en manos de un
encargado de negocios.
Todman recibió a Osella Muñoz, Luis Rubeo, Oscar
Baldoviños, Antonio Tróccoli y Federico Robledo, entre
otros. Arturo Frondizi, Rogelio Frigerio, Marcos
Marchensky, Héctor Gómez Machado y Melchor Posse
publicaban un documento con motivo de la visita de
Todman, alarmados por la actividad de una embajada
extranjera que ventilaba un doloroso problema como el
de los Derechos Humanos “con participación orgánica de
lo que fue en su momento el llamado Gran Acuerdo
Nacional”; calificaron como un hecho
Cuando Lo Encuentren... díganle 513

“contrarrevolucionario” y lesivo a la autodeterminación


nacional el doble cuadro de interferencia en problemas
internos y la negociación de “Derechos Humanos” por
política económica. Destacaban, a su vez, que la victoria
sobre la subversión no podrá considerarse
definitivamente, mientras no se cambie en favor del
desarrollo económico y una más justa distribución de la
riqueza.
El obeso legislador demócrata Gus Yatron, vocero
del grupo de legisladores norteamericanos que se
reunieron con Videla el 19 de agosto, declaró: “Pienso
que la Argentina ha encarado constructivamente muchas
de las críticas sobre los Derechos Humanos que fueron
lanzadas contra el gobierno”, y se comprometía a hacer
todo lo posible para que el Congreso de su país variara en
lo referente a ayuda militar y venta con respecto a la
Argentina, restringidas hacía muchos meses con el
consentimiento de Carter. Yatron aventuraba una
convicción personal diciendo que consideraba la medida
tomada contra Argentina (armas y crédito militar) como
improcedente.
Una de las medidas “constructivas”, por ejemplo,
fue el Acta de Responsabilidad Institucional dictada el 18
de junio de 1976 y calificada por la CAL (Comisión de
Asesoramiento Legislativo) como de significativa
trascendencia, aconsejando su reglamentación el 23 de
agosto del ’77.
Cuando Lo Encuentren... díganle 514

Su aplicación involucraba la pérdida de los derechos


políticos o gremiales, pérdida de ciudadanía a los
argentinos naturalizados, expulsión del país a extranjeros
y argentinos naturalizados, internación en el lugar que
determine el Poder Ejecutivo Nacional y prohibición de
administrar sus bienes o ejercer la profesión para quienes
estuvieran facultados. Recaían penalidades sobre Juan
Manuel Abal Medina, Elías Adre, Juan Carlos Basile,
Antonio Juan Benítez, Oscar Bidegain, Julio Broner, Héctor
José Cámpora, José Cepernic, Aníbal Vicente Demarco,
Eduardo Luis Duhalde, Julio Carlos González, Julio Guillán,
Casildo Herrera, Diego Ibáñez, Mario Kestelboim, Raúl
Lastiri, José López Rega, Antonio Martínez Baca, Lorenzo
Miguel, Ricardo Obregón Cano, Rogelio Papagno, Antonio
Ponce, Jesús Porto, José Puiggrós, Esteban Reghi, Carlos
Ruckauf, Héctor Sandler, Adolfo Sabino, Jorge Taiana,
Jorge Vázquez y Carlos Villone; a José Ber Gelberd se le
quitaba la ciudadanía.
Ernest Hollings y Williams Scott se despedían el 24
de agosto declarando en Ezeiza que partían con un mejor
conocimiento de Argentina y agradecían al presidente
Videla, a Martínez de Hoz y al ministro Klix por la cordial
acogida.
En Perú, el gobierno autorizaba la constitución y
establecimiento de bancos multinacionales, modificando
el decreto de 1969 que lo impedía y que fue promulgado
por Velazco Alvarado siete años antes. Kuwait y Libia
entraban también como principales accionistas.
Cuando Lo Encuentren... díganle 515

Todman, ya en Estados Unidos, fustigó a la prensa


por tratar en forma sensacionalista las informaciones de
América Latina. Los acusó de dramatización de las
noticias sudamericanas y, si bien reconocía que aún
“faltaba mucho” para el total respeto de los Derechos
Humanos, en general su impresión era que se había
mejorado y progresado con respecto a este tema. La
disolución de la DINA en Chile la consideraba un paso
positivo.
Marcel Pepin, titular de la Confederación Mundial
del Trabajo (CMT), se entrevista con el ministro de
Trabajo Horacio Liendo y “cordialmente” trataron el
respeto de los Derechos Humanos, la libertad y derechos
de los trabajadores y la existencia de sindicalistas presos
sin juicio previo. Liendo manifestaba que la situación
debería comprenderse, solicitando paciencia ya que todo
era de carácter transitorio hasta tanto se regularice la
situación general del país.
Paralelamente, el 2 de septiembre, el representante
de la línea sanguinaria del gobierno, Luciano Benjamín
Menéndez, comandante del III Cuerpo del Ejército con
asiento en Córdoba, anunciaba que delegados militares
serán enviados a las empresas de su jurisdicción con el
objeto de detectar a los activistas y agitadores y agregaba
otra frase que sería famosa, “la Argentina era un campo
de acción de la Tercera Guerra Mundial (?)”.
Harguindeguy, el mismo día, anunciaba que la célula
municipal será el elemento básico de la reorganización y
Cuando Lo Encuentren... díganle 516

donde dé sus primeros pasos la participación con la


civilidad. Con respecto a los trabajadores le dedica el
respeto de la junta militar, la confianza de ellos y su
vocación de justicia. Comprendiendo que “ellos”, los
trabajadores, han sido objeto permanente de engaño por
los subversivos.
“Considero un deber de conciencia advertir sobre
las gravísimas implicaciones de este hecho, para
contribuir a evitar que el futuro exija a nuestra patria la
lamentable cuota de sangre y tiempo que le ha
demandado en los últimos años”; manifestaba muy
enojado el ex dictador militar Juan Carlos Onganía
respondiendo a Lanusse, en su libro “Mi testimonio”, en el
que acusaba a Onganía de que en su gobierno no hubo
política y que la ausencia de ella provocó el surgimiento
de subversión, que nunca realizó condenas a los partidos
políticos y menos aún a la Constitución la cual
aparentemente ahora la recuerda, ya que él fue el primer
militar de la llamada revolución argentina que derrocara a
Illia, el entonces presidente constitucional.
La lucha por quién tiene la razón, en general, no
sorprendió tanto como la declaración del controvertido
general Ibérico Saint Jean, que desde Chacabuco (Bs. As.)
afirmaba categóricamente: “Lo que tenemos que hacer es
recuperar el raciocinio para que rija nuestros actos y sea
iluminando por la fe”. Extraña afirmación de quien hacía
meses aseguraba que había que matar a los subversivos,
Cuando Lo Encuentren... díganle 517

a los tímidos (?) y a toda aquella cosa que viva o sea


tocada por la subversión.
Emilio Massera no se quedaba atrás con respecto a
la fe. Frente a la confederación general de profesionales,
declaraba que reconstruir la fe no sería sencillo,
declamaba que las Fuerzas Armadas estaban
desempeñando una actividad transitoria que no buscaron
y llamaba a vencer la diferencia a toda la ciudadanía para
que acompañara al gobierno en este difícil momento.
El acuerdo Torrijos-Carter, sobre el canal de
Panamá, recibía la firma de la mayoría de los presidentes
americanos. Carter les dio cita en Washington para el seis
de septiembre, comenzaron a arribar en un marco de
publicidad y seguridad inusitadas. Sería también la
primera vez que un acto de gobierno congregaba a la
mayoría de los presidentes de Sudamérica. No importaba
tampoco quiénes eran y qué representaban. Concurrieron
un Banzer, un Videla, un Pinochet, un Aparicio Méndez
como presidentes y firmarían como tales, vaya tamaña
ironía. También llegaban Stroessner, Andrés Pérez,
Alfredo Poveda, Alberto Dos Santos, etc. Posteriormente
lo hicieron Balaguer, López Michelsen, Daniel Oduber, y
los generales Romero y Laugerud.
Pinochet conversaría más de una hora con Carter,
llevaba en su carpeta la disolución de la DINA, como
gesto de buena voluntad. Videla “vomitaría” por dos horas
las causas y consecuencias de la “guerra sucia” o la
Tercera Guerra Mundial de Menéndez; Méndez se ufanaba
Cuando Lo Encuentren... díganle 518

de su llamado a elecciones en el ’81; Stroessner explicaba


los planes para las elecciones de febrero del ’78; Dos
Santos como representante del Brasil (Geisel no concurrió)
negociaría el programa nuclear vetado por Carter en su
comienzo. Bermúdez Morales conversaría también sobre
el llamado a futuras elecciones. Banzer llevaba el plan de
elecciones anticipadas aún no anunciadas. En fin, daba la
impresión de ser un fin de curso de la secundaria en el
cual se trataba de ver quién de todos hacía más méritos
para la medalla. Los gorilas se habían transformado en
dulces gatitos arrepentidos.
Orfila, el titular de la OEA, aquél que escuchó los
lastimosos relatos de las mujeres encarceladas y a la cual
no les dedicó ni una mirada, se paseaba, como anfitrión
que era, en una mezcla de orgullo y vanidad, que produjo
la caída de dos botones de su ajustado chaleco.
Carter elogió a cada uno de sus invitados en
distinto tono, pero con la convicción de que su nueva
política había producido algo positivo. Tan es así, que
encontró al presidente Videla como un hombre de poder
inquieto y muy inteligente. Este no podía esconder su
orgullo por su tal distinción y poco después de su
entrevista se estrechó cariñosamente en los brazos de su
amigo Henry Kissinger, con quien compartió quince
minutos de felicidad.
Pinochet al llegar al aeropuerto vio mucha gente
para recibirlo, salió apresurado con las manos en alto
Cuando Lo Encuentren... díganle 519

para agradecer un recibimiento que luego se convirtió en


repudio.
El 13 de septiembre la prensa informaba que había
caído José Luis Dios, montonero, a quien hacían
responsable del atentado a la Secretaría de Planeamiento
en diciembre del ’76. El operativo y su información
estuvieron a cargo del comando de Zona IV, cuyo
comunicado termina lacónicamente con la siguiente frase:
«... asimismo pone en evidencia que las Fuerzas Armadas
cuentan con el personal y los medios eficientes para
hacer justicia, aun con aquellos que como José Luis Dios
creían haber escapado al condigno castigo».
El 15 de septiembre Videla reconocía la acción
represiva en el país manifestando: «Las causas por las
que no pueden tomarse con exactitud las cifras que dan
sobre las personas desaparecidas. En este aspecto,
acepto que puede haber desaparecidos por excesos
cometidos en la represión, esta es nuestra
responsabilidad, las otras alternativas, no las gobernamos
nosotros». Con esto último se refería indudablemente a
los secuestros y desaparecidos. Para no perder el ritmo
místico, Massera, desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia,
pronosticaba que “sólo Dios sabe exactamente en qué
momento se llamará a elecciones en Argentina”.
La cacería de brujas en Argentina se hacía presente
en Santa Fe en el Regimiento de Ingenieros Anfibios 601
de Santo Tomé, donde el jefe de este cuartel, coronel José
Lagomarsino de León, desarrollaba su teoría sobre la
Cuando Lo Encuentren... díganle 520

infiltración marxista en Argentina, manifestando:


“Tenemos que detener y pasar a la ofensiva contra el
policentrismo ideológico y la inficción de ideología, que
se realiza principalmente sobre la mente del hombre y se
mueve en el espacio y el campo de la cultura y la
educación buscando conquistar al maestro, al profesor, al
niño desde la escuela primaria y al jovencito desde la
secundaria y la universidad”.
En Ciudadela se descubría material electrónico
suficiente como para interferir la transmisión del
campeonato Mundial a desarrollarse en Argentina en
1978, algo que preocupó seriamente a las autoridades
militares por lo que representaba para su prestigio la
posibilidad de que Montoneros capitalice ese evento
internacional.
En Rosario, en el II Cuerpo de ejército, ante un
grupo de empresarios se dictaba una conferencia con
material ilustrado sobre la infiltración de Montoneros en
las fábricas, recalcando que los subversivos procuran
infiltrarse en los sectores laborales o aprovechando a
veces causas reales tratan de generar conflictos entre
obreros y empresas con el fin de provocar disturbios
sociales. El mismo día, en el barrio de Villa Devoto, caía
baleado el comisario mayor Eduardo Saleme, de la Policía
Federal. Indudablemente, todo este temor a la infiltración
en todos los sectores de la vida nacional traducía la poca
seguridad de las Fuerzas Armadas cuando sostenían que
la guerrilla estaba prácticamente aplastada; o quizás sea
Cuando Lo Encuentren... díganle 521

un mecanismo de defensa de ellos para no ver la realidad.


El pueblo todo será subversivo a corto plazo, incluso,
habrá sectores de las mismas Fuerzas Armadas que
revertirán el proceso cuando llegue la hora de los
pueblos.
A los empresarios, reunidos en el Instituto
Argentino de Ejecutivos de Finanzas, trataba de
aleccionarlos Díaz Bessone (de la Secretaría de
Planeamiento) advirtiéndoles: “Lo que hoy está en juego
no es la mayor o menor rentabilidad de las empresas,
sino el mismo sistema de propiedad privada de los
medios de producción. Es imperativo romper el falso
dilema propuesto por la utopía marxista, entre utilidad
empresaria y bienestar de los asalariados”.
El mes de septiembre terminaba, luego de tantos
discursos, aclaraciones y amenazas. Y un cable publicado
en “Clarín” llamó poderosamente la atención el jueves 29.
Titulaba la nota: “Incorporación a oficiales de reserva”. El
Ejército se aprestaba a incorporar a oficiales de reserva
para integrar los cuadros superiores en todo el país. Esto
ya había sucedido en los años ’46/67 y se calculaba un
ingreso de un centenar de nuevos oficiales
preferentemente en cuerpos de comando y profesional.
La selección había comenzado con anterioridad a la
información y, cosa curiosa, nunca más apareció otro
comentario sobre el tema y menos aún, por supuesto,
quiénes habían sido los agraciados por tal medida.
Cuando Lo Encuentren... díganle 522

Aun cuando había amenazas ciertas, locuciones


radiales y en plantas fabriles sobre lo que era la
subversión y la necesidad de enfrentarla, a mediados de
octubre de 1977 unos 10.000 obreros entraban
nuevamente en huelga en Córdoba, debiendo el Ejército
ocupar las instalaciones; 800 obreros ceramistas eran
despedidos de la fábrica Lozadur; 2.000 empleados de
Correos se negaban a trabajar horas extra; el dólar se
cotizaba a más de $500 de los nuevos y el costo de la
vida ascendía 97% según cifras oficiales; 100 refugiados
chilenos ocupaban en Buenos Aires un centro de
refugiados de Naciones Unidas y solicitaban que se los
saque del país, no importaba hacia dónde, sólo que los
saquen. En el Ministerio de Economía se filtraba la versión
que en 1978 debería cesar a 500.000 burócratas por falta
de presupuesto.
La situación laboral y económica comenzaba a crear
disputas en la misma junta militar y el Ejército, la Armada,
con apoyo moderado de Fuerza Aérea, deseaban rectificar
la línea económica y el nombramiento del ya famoso
cuarto hombre en el poder.
El Ejército persistía en su posición de mantener la
actual estructura económica y de poder hasta tanto la
situación justifique el cambio. Un coronel del Estado
Mayor del Ejército señalaba: “Estamos en peligro de caer
en una situación de inmovilidad, porque la junta no
funciona como debería”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 523

El 25 de octubre era baleado el sociólogo Raúl


Castro Olivera, asesor de la Secretaría General de
Presidencia, mientras que una bomba derrumbaba
totalmente el despacho del ministro de Trabajo Liendo, a
pesar de todas las medidas de seguridad. Ese mismo día,
el Papa Pablo VI recibía a Massera y por su intermedio
bendecía a la junta militar, expresando que comprendía la
situación argentina.
El 23 de octubre Banzer indica que aún no había
plazos para el llamado a elecciones y declara que
mientras haya Fuerzas Armadas habrá Patria, para ello las
Fuerzas Armadas seguirán siendo las instituciones
tutelares de la patria.
En Brasil, Geisel destituía al general Frota luego de
que fuese acusado por éste de abandonar los objetivos de
la revolución del 31 de marzo de 1964. Geisel había sido
uno de los precursores del golpe de estado y uno de los
más respetados en los cuadros militares. Era, a su vez,
acérrimo partidario de la línea dura y antimarxista.
Amnesty International denunciaba arrestos y
detención con tortura y vejación en Chile, mientras su
ministro de Economía Pablo Baraona comparaba las
quiebras de empresas nacionales chilenas con las
cárceles: “No son buenas pero siguen siendo necesarias”.
En Managua, Nicaragua, se reunían el 24 de octubre
para tratar “temas confidenciales” los jefes de Inteligencia
del Estado Mayor de 17 países: Estados Unidos,
Nicaragua, Uruguay, Chile, Argentina, Brasil, El Salvador,
Cuando Lo Encuentren... díganle 524

Honduras, Ecuador, Colombia, Panamá, Venezuela,


Paraguay, Guatemala, Bolivia, República Dominicana y
Perú.
El general Reynaldo Antonio Bignone asumía el 28
de octubre la Secretaría del Comando en Jefe. El teniente
coronel Federico Minicucci disertaba en el comando del
Regimiento de Infantería 3 en La Tablada, ante un grupo
de docentes sobre la subversión, sus tácticas y los
peligros de la infiltración en todo los niveles de la vida
nacional, alertándolos a que desde su función de
maestros enseñen a los educandos las acciones
criminales de los grupos marxistas. Terminaba octubre
con el broche de oro de Menéndez, quien afirmaba: “Se
está en camino de lograr la victoria”, enumerando las
responsabilidades de los empleadores, empleados,
educadores y educandos. ”Los primeros -decía- deben
ubicar y solucionar los problemas de sus empleados,
dialogar, sólo con los delegados oficiales, y no con los
agitadores, ni siquiera con oficiosos; aplicar las medidas
administrativas y legales que corresponda tanto premios
como sanciones, aportar información exacta sobre
activistas y agitadores, enfrentar valientemente presiones,
amenazas y sabotajes”.
A los empleados, les recomendaba dialogar con sus
empleadores, no afectar la producción con huelgas, paros
o trabajos a desgano, rechazar y denunciar agitadores,
terminando su discurso con la sentencia de amar a Dios y
vivir sus mandamientos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 525

El primero de noviembre se conocía los nuevos


destinos en el Ejército con las siguientes modificaciones
de los anteriores: coronel Teófilo Saa (Regimiento 1),
Jorge Arguindeguy (Granaderos a Caballo), teniente
coronel Faustino Svencionis (Regimiento 3), coronel
Héctor Medina (Regimiento 17 Aerotransportado), coronel
Alfredo Gómez Otero (Regimiento 24), coronel Mario
Ménendez (Escuela Sargento Cabral), coronel Aldo
Barufaldi (Regimiento 7), teniente coronel Roberto
Anchón (Infantería 2 Tupungato), teniente coronel Hugo
Ferrari (Infantería 12 de Corrientes), teniente coronel
Néstor Romero (14 de Infantería Aerotransportada
Córdoba), teniente coronel Antonio Comba (Regimiento
16 Mendoza), teniente coronel Fausto González
(Regimiento 19 Tucumán), coronel Hernán Sagrista
(Regimiento 22 de San Juan), teniente coronel Jorge
Ohiggins (Regimiento 26 de Junín de los Andes), coronel
Luis Sullivan (Regimiento 29 de Formosa), Teniente
coronel Roberto Domínguez (Regimiento 28 Tartagal),
teniente coronel Antonio Deimundo (Regimiento 30
Misiones), teniente coronel Juan M. Tito (Regimiento
Campo de Mayo), teniente coronel Fraberle Schnoll
(Regimiento 1 Caballería Blindada), teniente coronel
Héctor González Cremer (Regimiento 2 Caballería
Blindada), teniente coronel Jorge Amaya (Reg. 6 Caballería
Blindada), teniente coronel Enrique Michelini (Reg. 10
Caballería Blindada), coronel Modesto Roseeler (101 La
Pampa), coronel Mario Aguado Benítez (141 Salta),
Cuando Lo Encuentren... díganle 526

coronel Américo Herrera (Campo de Mayo), coronel Aldo


Máspero (101 Mar del Plata), teniente coronel Juan
Jáuregui (Blindada 2 de Entre Ríos), coronel José Mazzeo
(Campo de Mayo), coronel Héctor Iglesias (Campo de
Mayo), coronel Julio Pelegatti (Bariloche), teniente coronel
Waldo Roldán (Artillería 121 Entre Ríos).
Los ascensos y destinos de la Armada se publican el
15 de noviembre, fueron promovidos al grado de
viceaalmirantes los contraalmirante: Horacio González
Llanos (director General de Personal Naval), Eduardo R.
Fracassi (Infantería de Marina), Gabriel N. Olive (escalafón
Ejecutivo). Ascenderían a contraalmirantes, los capitanes
de navío: Rodolfo Luchetta (comandante del portaaviones
25 de Mayo), Rubén Franco (jefe de Estado Mayor del
Comando de Operaciones Navales), Rubén Chamorro
(Director de la Escuela de Mecánica), Carlos Pablo
Carpintero (Secretario de Información Pública de la
Presidencia), Rafael Eduardo Chalier (comandante del
lanzamisiles Hércules), Juan José Lombardo (comandante
de la fuerza de submarinos), Leopoldo Suárez del Cerro
(comisión de Asesoramiento Legislativo), Carlos Noé
Guevara (secretario de Intereses Marítimos), Carlos
Alberto Lacoste (vicepresidente de EAM 78), Julio D. Arias
(escalafón ejecutivo), Hugo Depredi (escalafón ejecutivo),
Alberto Muguerza (cuerpo profesional), Oscar Francisco
Abriata (Infantería de Marina), Fernando A. Biondi
(escalafón médico), Ramón F. Morelli (escalafón auditor).
Cuando Lo Encuentren... díganle 527

Menéndez manifestaba que había que “impedir que


crezcan nuevos subversivos, llamaba a los civiles a unirse
a los militares y ratificaba su teoría de la Tercera Guerra
Mundial.
Se avecinaba otra etapa de huelgas y reclamo
popular ante la inoperancia de una política económica de
entrega. Siguiendo la línea trazada por el gobierno, se
debería actuar definitiva y drásticamente con todos
aquellos “subversivos” que incitaran a la huelga o
reclamo. Las tropas tomaban ya en operativos conocidos
casi de memoria sus puestos estratégicos para
“garantizar” la libertad de trabajo. Tal como lo hicieron
antes, a punta de bayoneta. En muchas oportunidades los
episodios de lucha laboral terminarían con un lacónico: ...
“las fuerzas legales cumplen con la misión impuesta
tendiente a asegurar la libertad de trabajo, por ello
informa que un subversivo fue abatido cerca de su lugar
de trabajo por incitar al cese de actividades. Se procura
su identificación”.
La huelga en los subterráneos a comienzos de
noviembre desató la ira oficial. El secretario de Transporte
Federico Camba amenazaba con la aplicación de la Ley
21.400, de seguridad, por la cual se deja cesante sin
indemnización alguna, amén de las sanciones que
correspondan. Incluso así persistieron las huelgas a la
que se agregaron: personal de Agua y Energía de Rosario,
personal de Luz y Fuerza de San Lorenzo y Villa
Constitución, Personal de Almacenes y Servicios de YPF.
Cuando Lo Encuentren... díganle 528

Personal de Shell afiliados al sindicato Obrero Marítimo


Unido. Se amenazó también al personal de Ferrocarriles
que se encontraba en huelga total con la aplicación de la
ley; al personal de las líneas Roca, Sarmiento. Mitre y San
Martín; los talleres en Pérez y los señaleros.
Por radiograma el comandante en Jefe del Ejército
comunicaba los ascensos a generales de división a Albano
Eduardo Harguindeguy y José Antonio Vaquero. Se
entregarían las palmas del generalato a los siguientes
coroneles: Santiago Martella, que pasaría a Tucumán para
reemplazar al general Domingo Bussi, de la V Brigada;
Juan M. Canedi, Edgardo Néstor Galvi, Juan Pablo Saa,
Ramón Camps, Héctor Humberto Gamen, Alberto Valín,
Santiago Martella, Horacio José Varela Ortiz, Angel
Barbieri, Mario Ramón Lepori y Eugenio Guanabens.
Ascendieron a general de brigada los coroneles Simón
Scaglisi y Dionisio Ferreyra. El 5 de noviembre sorprende
a la opinión pública el anuncio de Banzer; elecciones
generales en julio de 1978 y se daba por concluido el
receso a los partidos. “Aspiramos -decía Banzer- a que
las elecciones sean un instrumento con el que la sociedad
boliviana pase a otra etapa de su evolución. Las Fuerzas
Armadas, a tiempo de retornar al ámbito de sus
específicas funciones, de ningún modo renunciarán a su
condición de institución tutelar de la Patria”. Se levanta a
su vez el receso de la actividad política y de las directivas
sindicales impuestas por los militares al usurpar el
gobierno de Juan José Torres en 1971.
Cuando Lo Encuentren... díganle 529

Geisel, por otro lado, se negaba a una prórroga de


su “mandato” y ratificaba su término el 15 de marzo de
1979. Eligiría a su sucesor el 15 de octubre por medio de
su voluntad y la asamblea del partido oficial ARENA.
Geisel se debatía también en una crisis interna. El
11 de noviembre moviliza al Batallón 43 de Infantería
Montada con sede en Cristalin, cerca de Brasilia, con
orden de avanzar en caso de que él lo solicite. El 12 a la
mañana se comunica con todos los generales en mando y
destituye al ministro de Ejército Sylvio Frota, el más duro
de los generales de la revolución del ’64. Frota había
manifestado públicamente su disconformidad con Geisel
por abandonar los postulados del ’64.
Geisel había decidido llevar a cabo una reforma al
“sistema” en la que se encontraba la derogación de la ya
poderosa Acta Institucional Nº 5 base de la Dictadura
Militar y sería sustituida por “salvaguardas enérgicas de
defensa del Estado”. Brasil estaba en una etapa de
descompresión de la vida política, lo que no significaba,
por supuesto, ceder terreno político ni revitalizar las
fuerzas políticas anteriores a 1968.
Mientras, en Colombia se llega a una tensión social
peligrosa para el sistema de López Michelsen. En Perú,
Morales Bermúdez anunciaba la devolución de los diarios
confiscados en 1974 por Velazco Alvarado, manifestando
que este paso debería ser paciente ya que no es fácil
“pasar de una etapa en la que ha habido muchas
restricciones en los medios de comunicación a otra con
Cuando Lo Encuentren... díganle 530

un proceso inverso”. Anunciaba a su vez la promulgación


de la Ley Electoral para los Comicios de Asamblea
Constituyente a realizarse el 4 de junio de 1978. El
teniente coronel retirado Jorge Obón lanza el 12 de
noviembre una propuesta de plebiscito para dar vida
orgánica e institucionalizar el Movimiento de Unidad
Nacional, ya que la solución democrática se concretará
sólo si previamente se asegura el éxito militar en la
acción de gobierno, una política económica equilibrada y
superación de antinomias.
El presidente del Uruguay, Méndez, condecoraba en
la embajada de su país en Argentina a los miembros de la
junta militar, menos a Videla quien ya había sido
condecorado, en su viaje a Montevideo, con la Orden del
General Artigas, “protector” de los pueblos libres.
Entre tanto, el general Viola, jefe de Estado Mayor,
declaraba en su paso por Lima, vía Managua-Nicaragua,
que la subversión fue eliminada en el país. Viola estaba
citado en Nicaragua (país manejado dictatorialmente por
la familia Somoza) para la “Confederación de los
Representantes de Ejército de América” convocada por el
Pentágono. Díaz Bessone, ministro de Planeamiento
Argentino, anunciaba desde Neuquén el núcleo de la
propuesta política de la junta militar. “Los partidos
tendrán cabida en la nueva república, siempre que sean
renovados y adaptados a la nueva legislación; la apertura
será a nivel comunal, para luego realizarla
progresivamente hasta los niveles más altos; se rechaza
Cuando Lo Encuentren... díganle 531

el sistema cooperativista, y finalmente no hay plazos


fijados ya que estos no interesan al proceso de
reconstrucción nacional. Se deberá esperar el tiempo
necesario.”
No se quedaba atrás Viola al resumir su
pensamiento del proceso político en tres condiciones
fundamentales para su logro: 1) conclusión de la lucha
antisubversiva; 2) consolidación del orden económico y 3)
reorganización y renovación de los partidos. Massera
declaraba cinco días antes que “el Proceso” tiene
enemigos -¿y cómo no había de tenerlos?- pero no son
sólo los subversivos habituales. Son tan enemigos del
Proceso los que anidan en sus corazones un anhelo de
una dictadura, como los que, confiados en el desgaste del
mando, pretenden acuerdos innobles que postrarían de
nuevo a la República.
Agosti aprovechaba la partida de los nuevos
cadetes de la Escuela de Aviación, advirtiéndoles que el
mundo está acosado por ideologías que presentan
soluciones utópicas a los problemas del hombre y de la
sociedad, soluciones que están orientadas
exclusivamente a prometer bienes materiales con un total
olvido de Dios y del sentido trascendente que debe guiar
nuestras vidas y los imbuía de un espíritu diplomático
para que sean ellos los que en cada país que visiten digan
la verdad sobre Argentina y el espíritu con que los
hombres de la reorganización nacional habían entregado
a sus hermanos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 532

Todos los jueves un grupo de mujeres se reunía en


la explanada de la Casa de Gobierno para reclamar ante la
junta militar el paradero de sus familiares desaparecidos.
Posteriormente serían secuestradas varias de ellas. Esto
no condice mucho con la filosofía de Dios, del sentido
trascendente de la vida de Agosti y de la junta. Estas
señoras serían llamadas por los militares “las locas de
Plaza de Mayo”.
Llegaba Cyrus Vance a Buenos Aires en la noche del
20 de noviembre con tres asuntos a tratar: proliferación
nuclear; Derechos Humanos e intercambio económico.
Todas las declaraciones coincidían en que se había
mejorado con respecto a los Derechos Humanos.
Ochenta y tres jóvenes militantes de la Unión Cívica
Radical eran detenidos y sometidos a proceso por
infringir la ley y las disposiciones que prohiben
actividades políticas. De cualquier forma, el
Departamento de Estado norteamericano seguía
“preocupado” y elevó al gobierno una lista de 7.500
personas afectadas por la violación de los Derechos
Humanos. El gobierno llegaría incluso a negar tal entrega,
ratificada posteriormente desde los EE.UU.

En una entrevista exclusiva concedida por el viajero


almirante Massera en Venezuela al diario “El Nacional”,
declaraba conscientemente que los militares no saben
gobernar, que dejaría su cargo al año próximo y
desmentía que él fuese el hombre duro de la junta.
Cuando Lo Encuentren... díganle 533

Agregó que había sido partidario de la liberación de los


presos políticos y que se consideraba un demócrata. Por
supuesto que las autoridades argentinas negaron tal
entrevista y hasta el mismo Massera la calificaba de
absurda. Posteriormente, la dirección del diario “El
Nacional” enviaba a la junta la nota en la cual Massera
aceptaba la entrevista con el periodista Leopoldo Linares.
Tanto la invitación como su respuesta se entregaron a
través de la embajada venezolana en Buenos Aires.
Se arrestaba también durante siete horas al
periodista de la Voz de América junto a Derek Wilson de
la BBC por cubrir la nota periodística de las “Locas de
Plaza de Mayo”, las mujeres que solicitaban conocer la
suerte de sus familiares.
El Consejo de Asuntos Hemisféricos (CAH),
organización formada por parlamentarios, académicos y
gremialistas americanos en EE.UU., declaraba que “bajo el
mando de Massera, la Armada Argentina se está
convirtiendo en la rama militar más receptiva ante la
política de Derechos Humanos del presidente Carter”. Por
otro lado, la Marina se convertía en impulsora del cambio
en la estructura de poder, introduciendo la creación de un
“cuarto hombre” que ocupe exclusivamente la Presidencia
de la Nación.
Díaz Bessone dejaba entrever la filosofía del
proyecto nacional algo que también se relacionaba con el
cuarto hombre y la permanencia de los comandantes en
Jefe que teóricamente deberían pasar a retiro en 1979. El
Cuando Lo Encuentren... díganle 534

Ejército mantenía su postura de no innovar hasta esa


fecha sobre los trabajadores. Díaz Bessone resumía su
función a las metas de reivindicaciones salariales y
mejoramiento de su trabajo, sostenía que no podían
intervenir en política y menos aún ser sostén de partidos
o movimientos.
Asumía pocos días después como segundo
comandante y jefe de Estado Mayor el general de brigada
Andrés Aníbal Ferrero en el Comando del I Cuerpo, y el
mismo día, en Córdoba, el segundo comandante general
de brigada Jorge Alberto Maradona. Ambos eran
presentados por Carlos Suárez Masson en el I Cuerpo de
Ejército y por Luciano Benjamín Menéndez en el Tercer
Cuerpo.
En el marco latinoamericano, Ecuador anunciaba
elecciones presidenciales para el 16 de julio de 1978,
fecha dada a conocer por el presidente del Triunvirato
Militar de Gobierno, vicealmirante Alfredo Poveda.
Hablaba de fortalecer los partidos políticos, que fuesen
bien organizados, permanentes, alrededor de los cuales
se aglutinen las grandes mayorías nacionales.
En Bolivia, Banzer renunciaba a la candidatura
presidencial mientras crecía la oposición a las reglas por
él impuestas para las elecciones próximas y,
fundamentalmente, se comenzaba a entablar un frente
político para forzar al gobierno a dar una amnistía total e
igualdad para la lucha electoral. El Movimiento de
Izquierda Revolucionario (MIR) se presentaba como el
Cuando Lo Encuentren... díganle 535

forjador de un frente político-social capaz de aglutinar


todo lo que sea popular y nacional, incluso a las Fuerzas
Armadas.
En Brasil, la sustitución de Frota obligaba al Ejército
a proclamar su adhesión a Geisel y manifestar su
cohesión interna. Además apoyaba al presidente Geisel en
su proyecto de retorno gradual a una democracia
definitiva.
El matutino porteño “Clarín” (Bs.As.), refiriéndose a
las quiebras del mes de noviembre que fueron récord,
manifestaba que “pareciera que se buscase,
deliberadamente, el redimensionamiento del mercado
para que quedaran en él sólo algunas firmas que puedan
campear el temporal, señalando que sólo las firmas
vinculadas directamente a las transnacionales podrían
superar y aprovechar esta crisis económica para dominar
el mercado, monopolizarlo y producir la
desnacionalización progresiva de la actividad productiva”.
Se anunciaba también que no habría amnistía para los
subversivos, ya que esto significaba retroceder en el
“esfuerzo” de las Fuerzas Armadas desarrollado desde el
24 de marzo.
Sobre la Navidad en Paz anunciada por Videla en los
Estados Unidos, daba la impresión que sería únicamente
la finalización de algunos operativos de tropas en
determinados sectores del país.
En Chile Pinochet contestaba, por tv, a la condena
de la ONU anunciando la convocatoria a un plebiscito
Cuando Lo Encuentren... díganle 536

manifestando que “ha llegado la hora en que se ha tejido


en contra nuestro. La conjura internacional ha llegado a
una virulencia tal, que la sola decisión del gobierno no
basta. Se requiere hoy definición personal, altiva y
solidaria de todos los chilenos”. Se establecía el 4 de
enero de 1978 como fecha del plebiscito.
Banzer asumía la comandancia de las Fuerzas
Armadas. Se declaraba el apoyo de ésta a la candidatura
del general Pereda, quien amenazante afirmaba que las
Fuerzas Armadas se comprometen a evitar la presencia de
factores que alteren o perturben el orden necesario. En
declaraciones posteriores, sostenía que “el pueblo nos ha
pedido que desterremos el caos y la anarquía, quiere vivir
tranquilo”.
En Perú fallecía luego de Navidad el presidente
Velazco Alvarado, a los 67 años de edad, luego de una
prolongada dolencia. Era un duro golpe para las fuerzas
progresistas y su entierro será recordado como uno de
los más populares en la historia de Perú. Millares de
peruanos despidieron los restos de un hombre que marcó
pautas históricas revolucionarias.
El Cono Sur comenzaba a entrar a fines de 1977 en
un clima de crisis de dictaduras militares. Rechazadas en
el campo internacional, repudiadas por las múltiples
organizaciones internacionales, quebradas en su frente
interno por las contradicciones que día a día
resquebrajaban la unidad de la que antes hacían gala y
exhibían orgullosamente. Superadas en el tiempo por los
Cuando Lo Encuentren... díganle 537

pueblos que persistían en su lucha a pesar de la


represión; debilitadas por su falta de ideología y
coherencia política. Comenzaba el tiempo de quiebra, el
tiempo de una lenta pero progresiva autodestrucción en
donde el poder de la fuerza no podría doblegar la
realidad de los pueblos, sus instintos de liberación, de
lucha prolongada, permanente, sacrificada, pero
triunfante.
El 12 de diciembre ascendían los nuevos jefes de la
Policía Federal, tres nuevos ascendidos ocuparían altos
cargos: Carlos Horacio Barreiro como superintendente de
Asuntos Judiciales; Agustín Francisco Castellanos,
superintendente de Administración, y Carmelo Rosario
Ferrari, superintendente de Instrucción. Pasaban a retiro
los comisarios Juan José Giacchino y David Manuel
Battilana, de Asuntos Jurídicos e Instrucción,
respectivamente. La plana mayor no sufrió variantes por
lo que siguió constituida de la siguiente forma: jefe de la
Policía Federal, Edmundo René Ojeda; superintendente de
Seguridad Metropolitana, comisario mayor Darío Félix
Notti; de Investigaciones Criminales Raúl Fernández; de
Tráfico Ferroviario, Néstor Andrés Sosa; de Personal,
Néstor Hernán Saa; de Técnica ,Carlos Vicente Marcote;
de Bienestar, Oscar Alberto Vignale; de Comunicaciones,
Enrique José Alasraki; y jefe de Estado, comisario general
Martín Emilio Blottner.
En el campo económico Martínez de Hoz
pronosticaba que la inflación sería eliminada, que el
Cuando Lo Encuentren... díganle 538

pueblo argentino pasaría una Navidad feliz porque el


presupuesto sería financiado por la emisión neta del
Banco Central. Vaticinaba casi el final de una lucha
económica nunca registrada antes en el país, demostraba
con cifras y estadísticas la bonanza lograda y las grandes
posibilidades futuras de Argentina. Al mismo tiempo,
Videla, al referirse a la situación nacional, apuntalaba su
política económica y su ministro.
Las Naciones Unidas volvían a condenar
drásticamente la dictadura de Pinochet por tercera vez,
indignados por la constante violación de los Derechos
Humanos a que se encuentra sometida el pueblo chileno.
La decisión de Pinochet de contestar a este “insulto
internacional” con su “consulta” al pueblo chileno trajo
como consecuencia la disputa pública de los integrantes
de la junta Leigh y Merino, quienes se encontraban
disgustados por haber sido marginados de esta
determinación ya que la consideraban como una actitud
personal y arbitraria del dictador chileno.
Protestas a nivel popular; Iglesia y partidos políticos
concentraban sus esfuerzos en demostrar las falsedad del
referéndum. Toda la prensa internacional se anticipaba a
la farsa. Las denuncias desnudaron una vez más la
soledad criminal de Pinochet. La “jubilación voluntaria” de
Héctor Humeres Magnan, contralor General de la
República de Chile, tenía un solo motivo: el rechazo al
decreto para la consulta nacional. Fue nombrado
inmediatamente el ministro de Trabajo en su reemplazo
Cuando Lo Encuentren... díganle 539

Sergio Fernández, quien rubricó instantáneamente su


firma aprobando el decreto presidencial.
Las cifras ya no importaban. Todo era fraude,
mentira, adulteración. Los corresponsales extranjeros
fueron testigos de cómo se escondían las urnas “selladas
y controladas”. La euforia de un grupo de partidarios
pinochetistas dejó lugar para que en una improvisada
manifestación se juntaran en la explanada de la Casa de
Gobierno para que su líder, el general, abriera los
balcones que alguna vez fueron testigos de glorias de la
historia y la democracia y manifestara histéricamente que
desde ese momento no se hablaría más de partidos
políticos, democracia, que este hecho “magnífico de
apoyo” consagraba su aureola de emperador elegido y
que contestaría a las Naciones Unidas con serenidad pero
con el convencimiento que desde hoy contaba con todo
un pueblo que lo apoyaba y veneraba.
Este triste capítulo de una dictadura en decadencia
terminaría con la carta enviada a Kurt Wuldheim por
Augusto Pinochet en la que manifestaría: “Esto es lo que
el pueblo de Chile rechaza y repudia con su expresión
ciudadana manifestada en una consulta nacional, cuyos
resultados reflejan que la inmensa mayoría de los
ciudadanos de nuestra Patria no están dispuestos a
aceptar ya más las vejaciones sufridas, la arbitrariedad ni
la mentira internacional tan abiertamente
discriminatoria”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 540

En Bolivia Banzer soportaba el octavo día de huelga


de hambre que se había extendido por todo el país. Las
Fuerzas Armadas desataban amenazas para frenar algo
que se les hacía imposible de parar: cada día se sumaba
mas gente, quebraba también el frente militar entre los
dialoguistas y los duros. La dictadura tuvo que ceder días
después dictando una amnistía más amplia que la
programada. Un nuevo triunfo popular que se había
iniciado con un pequeño grupo de ciudadanos bolivianos,
muchos de ellos niños.
En Brasil José Magalhaes Pinto, antiguo mentor
intelectual de la creación de la dictadura militar, se
declaraba firme partidario de una redemocratización
brasileña y manifestaba su deseo de que los militares
retornen a los cuarteles. Terminaba 1977, año sombrío
inmediatamente el ministro de Trabajo en su reemplazo
Sergio Fernández, quien rubricó instantáneamente su
firma aprobando el decreto presidencial.
Las cifras ya no importaban. Todo era fraude,
mentira, adulteración. Los corresponsales extranjeros
fueron testigos de cómo se escondían las urnas “selladas
y controladas”. La euforia de un grupo de partidarios
pinochetistas dejó lugar para que en una improvisada
manifestación se juntaran en la explanada de la Casa de
Gobierno para que su líder, el general, abriera los
balcones que alguna vez fueron testigos de glorias de la
historia y la democracia y manifestara histéricamente que
desde ese momento no se hablaría más de partidos
Cuando Lo Encuentren... díganle 541

políticos, democracia, que este hecho “magnífico de


apoyo” consagraba su aureola de emperador elegido y
que contestaría a las Naciones Unidas con serenidad pero
con el convencimiento que desde hoy contaba con todo
un pueblo que lo apoyaba y veneraba.
Este triste capítulo de una dictadura en decadencia
terminaría con la carta enviada a Kurt Wuldheim por
Augusto Pinochet en la que manifestaría: “Esto es lo que
el pueblo de Chile rechaza y repudia con su expresión
ciudadana manifestada en una consulta nacional, cuyos
resultados reflejan que la inmensa mayoría de los
ciudadanos de nuestra Patria no están dispuestos a
aceptar ya más las vejaciones sufridas, la arbitrariedad ni
la mentira internacional tan abiertamente
discriminatoria”.
En Bolivia Banzer soportaba el octavo día de huelga
de hambre que se había extendido por todo el país. Las
Fuerzas Armadas desataban amenazas para frenar algo
que se les hacía imposible de parar: cada día se sumaba
mas gente, quebraba también el frente militar entre los
dialoguistas y los duros. La dictadura tuvo que ceder días
después dictando una amnistía más amplia que la
programada. Un nuevo triunfo popular que se había
iniciado con un pequeño grupo de ciudadanos bolivianos,
muchos de ellos niños.
En Brasil José Magalhaes Pinto, antiguo mentor
intelectual de la creación de la dictadura militar, se
declaraba firme partidario de una redemocratización
Cuando Lo Encuentren... díganle 542

brasileña y manifestaba su deseo de que los militares


retornen a los cuarteles. Terminaba 1977, año sombrío
para Latinoamérica, pero en el que se vislumbraba el
resquebrajamiento de las dictaduras, una creciente
debilidad y su tremenda soledad política e internacional.
Adolfo Gass, asilado en Venezuela y perteneciente a
la Unión Cívica Radical, ofrecía una alternativa para evitar
el genocidio en Argentina y su guerra civil. Proponía que
la Fuerzas Armadas tuvieran un retiro gradual y
progresivo del poder, convocar a una elección general,
modificar la Constitución nacional y definir con precisión
las atribuciones del Ejército como herramienta de defensa
nacional y no de represión.
Videla, ante periodistas extranjeros, analizaba la
situación nacional comprometiendo su golpe de gracia a
la inflación y colocarla bajo control definitivo; aclaraba
que, si bien este era un gobierno militar, aceptaba
orgulloso la participación civil y que no podría dar plazos
para el proceso político que las Fuerzas Armadas estaban
comprometidas a dar al pueblo argentino para lograr una
democracia estable, fuerte y moderna. Agradeció a los
periodistas su presencia y se manifestó complacido por
haber demostrado que en Argentina existe libertad de
prensa y respeto al periodismo. Días antes había sido
secuestrado de su domicilio el periodista Luis Guagnini
por fuerzas militares.
“Usted señora, usted señor, que con su esfuerzo
cotidiano han dado muestras más que acabadas de
Cuando Lo Encuentren... díganle 543

madurez y de comprensión a este proceso. A vos joven y


a vos niña que forman parte de esta espléndida juventud
argentina que es físicamente vital, emotivamente
inestable, pero moralmente, pero moralmente idealista, a
todos los convoco bajo el signo de la Unión
Nacional...etc.”, Final del texto de Navidad del ’77 del
general Videla. El gobierno reconocería diez días más
tarde la existencia de 3.400 presos políticos de los 6.000.
Sin contar a los desaparecidos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 544

PREMUNDIAL 1978

México, 30 de mayo de 1978. Tal como se


acostumbra en la Argentina, los meses de enero y febrero
son de calma política en general. Es un compás de espera
que la historia ha sellado aparentemente para el resto del
tiempo. Marzo, en cambio, siempre registra un clima y
una temperatura política que poco a poco van creciendo y
perfilando las posibilidades para el resto del año.
Para los primeros días de marzo, hay una ofensiva
sobre los Derechos Humanos, haciendo hincapié en las
palabras de Kurt Waldhein, quien a fines del ’77 ante una
Asociación de Corresponsales había manifestado temores
por el terrorismo internacional. El gobierno militar
asegurando su victoria -y aclarando- sobre el plano
militar lo ubica a Waldhein como un discípulo de las
“prédicas del gobierno nacional que realizó en los foros
internacionales...”
Documentaba su informe sobre la declaración
contra el terrorismo de la Internacional Socialista reunida
en Hamburgo y la declaración de algunos sindicatos
italianos en contra por el secuestro de Ricardo Palma. Por
supuesto que no relataba también que la Internacional
Socialista había condenado al gobierno militar argentino
por la continua y sistemática violación de los Derechos
Humanos. Tampoco retrocedía en el tiempo para
demostrar que las Fuerzas Armadas no sólo tienen un
Cuando Lo Encuentren... díganle 545

historial violatorio de los Derechos Humanos como los


fusilamientos del ’55, Trelew, etc., etc., sino también
como los más altos exponentes de la violación de la
Constitución argentina a través de los innumerables
golpes de estado que habían cometido siempre en
“salvaguarda de las instituciones democráticas”.
El general Galtieri, jefe del II Cuerpo de Ejército en
Rosario, contradecía las anteriores afirmaciones y
justificaba en su totalidad las acusaciones que se venían
haciendo desde la creación de las fuerzas paramilitares al
afirmar: “En mayo de 1976 se liberan nuestras manos
atadas para luchar contra la subversión”, y entregaba una
medalla al mérito por esta lucha al ex comandante mayor
(R) Agustín Feced, ex jefe de la Policía en la época del
general Juan Carlos Sánchez, acusado en reiteradas
oportunidades como uno de los torturadores de Rosario.
Galtieri era uno de los directores de Sánchez en la lucha
contra subversión.
La Ley 21.256 del 24 de marzo de 1976 dictada por
la junta militar especificaba en su Artículo 2 que el Poder
Ejecutivo Nacional será ocupado por un oficial superior de
las Fuerzas Armadas sin aclarar su situación, en actividad
o retiro. Esta ley entraba entonces en discusión, luego de
la ofensiva de la Marina, seguida tímidamente por
Aeronáutica, sobre la necesidad del cuarto hombre, vale
decir, el nombramiento por elección indirecta de los tres
comandantes en jefe -lo que reemplaza la voluntad
popular- de un presidente lógicamente militar,
Cuando Lo Encuentren... díganle 546

naturalmente Videla. Pero quitándole el mando como


comandante en Jefe, lo que deductivamente debilitaría su
conducción y movilidad política.
De hecho, las carteras de Interior y Trabajo también
permanecerían bajo control militar por considerarlas
estructuras políticas de la seguridad nacional. El proyecto
también contemplaba la posibilidad de modificar la
“partidocracia” generando “movimientos de opinión”
capaces de reemplazar los partidos políticos en un
proceso gradual, conjuntamente, en “diálogo” con las
figuras políticas tradicionales y no sospechosas de
contaminación subversiva, pero separando perfectamente
la “figura” del “partido”, algo que aún los líderes políticos
más vetustos se resisten a aceptar.
Con sorpresa de todos, incluso creo que del mismo
Martínez de Hoz, Silvio Neuman, cónsul general argentino
en Nueva York, manifestaba en una reunión, la número
59 de la Cámara de Comercio argentino-americana, que
“Argentina está recuperando el nivel de vida, el prestigio y
la posición internacional que le corresponden en el
mundo”. Aseguraba que nuestro país se hallaba “en el
momento de la verdad decidida a terminar con todos los
mitos y obstáculos que han perjudicado sus finanzas”.
Aplaudieron a rabiar los asistentes del almuerzo que
representaban entre las más importantes multinacionales
a la ITT, The Chase Manhattan, Coca Cola, General
Motors, Chemical Bank, Bankers Trust, MooreMc Comark
Lines y otras.
Cuando Lo Encuentren... díganle 547

El último cuatrimestre de 1977 había tenido un


saldo favorable en cuanto al intercambio comercial
gracias a una producción agropecuaria importante que
permitió masivas exportaciones que mejoraron la balanza
de pagos. Pero en el primer trimestre del ’78 la tendencia
fue negativa, con bajo rendimiento del sector
agropecuario y paralización de la industria y consumo
interno.
El 4 de marzo del ’78 el Ministerio del Interior daba
a conocer el quinto grupo de detenidos en Rawson. La
nómina era de 237 entre los que figuraba el ex dirigente
de los telefónicos Julio Isabelino Guillán. El 11 de marzo
se publicaban también los nombres de 325 detenidos en
Chaco, con los cuales sumaban ya 2.671 los
“reconocidos” por el gobierno como presos políticos.
Los documentos reservados de las Fuerzas Armadas
pronosticaban la formación del MON (Movimiento de
Opinión Nacional) como estructura suprapartidaria y
suprasectorial, algo que se debería impulsar en el
momento indicado. Con algunos matices propios, tendría
poca diferencia con el GAN (Gran Acuerdo Nacional) que
instrumentó anteriormente Lanusse sin éxito.
Massera, en su discurso en homenaje a Brown el 3
de marzo, aseguraba su retiro de la comandancia en jefe
de la Armada, retiro que “dependerá de la velocidad con
que se concreten algunos pasos institucionales que
tienen gran importancia para la vida política del país”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 548

Si bien en marzo no hay conflictos laborales de


importancia, Liendo encara una ofensiva directa contra la
gestión de un paro en ferrocarriles, descabezando al
movimiento y colocando sus cabecillas a disposición de la
Justicia. Por otro lado, también se daba el último toque
para “normalizar” la Unión Industrial Argentina (UIA), a
quien la Comisión Transitoria del Empresariado Industrial
(COTEI) había establecido sus nuevos reglamentos para
depurarlo de la anterior acción política. Estaba como
interventor de la UIA el coronel Jaime López Campo. Aun
así el gobierno trataba de entrar en contacto con los
representantes obreros para que éstos determinaran su
concurrencia a la OIT como muestra de “normalización
sindical”. Algo difícil de lograr y que se vaticinaba para
junio y julio, suspensiones y despidos fundamentalmente
en las empresas automotrices, textiles y metalúrgicas. El
Consejo Coordinador de Autopartes declaraba angustiado
que se ingresaba en un momento crítico y delicado, se
habían agotado las reservas que hasta ahora permitían
mantener íntegras las dotaciones obreras, anunciando,
entonces, la posibilidad de despidos masivos.
Martínez de Hoz comenzaba a coquetear con
Fábregas de la Asociación de Industriales Metalúrgicos
para proponerle una alianza en base a presidir el Banco
Nacional de Desarrollo (BANADE).
En Brasil, a consecuencia del último año de gestión
de Geisel -quien deberá entregar el gobierno en 1979 a
su sucesor, el general Joao Figueiredo- comenzaba con
Cuando Lo Encuentren... díganle 549

una serie de contradicciones de la parte oficial como de la


oposición: Geisel por un lado establecía la necesidad de
una nueva valoración de la utilización de las atribuciones
dictatoriales que se heredan desde la revolución de 1964;
Figueiredo como sucesor de hecho aceptaba esa política
de distensión y progresiva vuelta a los canales
democráticos. El único partido opositor -aceptado por la
dictadura- gestaba a su vez la candidatura probable de
un militar de amplio prestigio para contrarrestar el
candidato oficialista.
José Magalhes Pinto, antiguo colaborador directo de
la revolución del ’64, se autoproclamaba candidato a las
futuras elecciones con una plataforma resumida en los
siguientes puntos: 1) consulta popular para determinar y
decidir sobre la permanencia de un presidente, senadores
y gobernadores; 2) elecciones directas en todos los
grados; 3) revocación del acta que confiere poderes
excepcionales al presidente; 4) amnistía; 5) libertad de
organización a los partidos democráticos, estudiantiles y
sindicatos; 6) defensa de la industria nacional y 7)
reformulación y consolidación de las alianzas externas y
combate al uso del comercio internacional como
instrumento de explotación de las naciones en desarrollo.
La simple lectura de su programa genera interrogantes y
hasta desespera la dualidad de una personalidad política:
Pinto, quien fue uno de los “civiles” incondicionales a la
dictadura del ’64, apoyó y aconsejó lo que ahora pretende
se debería derogar o modificar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 550

En Perú el programa de recuperación de la


democracia lanzado desde fines del año pasado
aparentaba consolidarse luego de la amnistía que
permitió a muchos de los exiliados regresar a su patria.
Entre ellos el grupo de militares que acompañó a Velazco
Alvarado y que posteriormente formaron el Partido
Socialista Revolucionario.
El gobierno de Bermúdez parecía temblar en
marzo-abril y anticipaba en un comunicado hecho por las
Fuerzas Armadas que había un intento de desestabilizar
al gobierno militar por algunos sectores políticos. Se
preparaba por entonces una huelga general. La consulta
electoral para la Asamblea Constituyente tenía fecha, la
primera semana de junio. Se acercaba una situación
delicada en Perú.
En Chile, a consecuencia de la necesidad de
renovación del estado de sitio, hecho que se repetía
desde 1973 (fecha del derrocamiento de Allende), en los
meses de marzo y septiembre; vale decir cada seis meses,
el 9 de marzo Pinochet declaraba finalizado el estado de
sitio. Esto en razón de que la consulta nacional del 4 de
enero, con la que “obtuvo amplio apoyo”, lo motivó a
analizar las futuras medidas a tomar. Una de ellas, el
estado de sitio que actualmente no se justifica porque el
país vive en tranquilidad y hay respaldo a su gobierno.
Anunciaba también que el estado de emergencia aún
continuaría ya que aún existían “virulentos” que pueden
aprovechar situaciones para provocar el caos y el
Cuando Lo Encuentren... díganle 551

desorden. El estado de emergencia faculta al presidente a


ordenar arresto hasta cinco días, controla la libertad de
reunión y opinión, etc., etc.
A su vez el general Leigh, quien antes de la
consulta también estuvo en divergencia con Pinochet,
salía públicamente afirmando: “Creemos que la Justicia
sólo debe alcanzarse dentro de un estado donde impere
el derecho como única norma reguladora de la vida
colectiva”. En los enunciados señalaba la independencia
del Poder Judicial, el derecho de los chilenos a participar
en las decisiones que determinen su futuro político, la
separación de los clásicos poderes del Estado. El general
Leigh fue uno de los protagonistas principales del golpe
de estado contra el régimen de derecho como lo era el del
Dr. Allende.
Es importante seguir la evolución de estos países
que, junto con el Uruguay, llevan una mecánica similar en
cuanto a su estrategia política-militar. Países que
motivaron la repulsión internacional por la violación a los
Derechos Humanos, su represión sistemática y criminal y
que luego de esas experiencias creen poder volver a
hablar de democracia o de instituciones, olvidando tal vez
su labor protagónica en los cruentos golpes dados a la
democracia.
Las Fuerzas Armadas del Cono Sur deberán
justificar en la historia, en plazo no muy lejano, sus
acciones antidemocráticas, antinacionales y la brutal
represión que presidieron y protagonizaron.
Cuando Lo Encuentren... díganle 552

Llegaba el 24 de marzo, día en que se


conmemoraban los dos años de poder militar en
Argentina. Curiosamente esta vez no aparecieron las
adhesiones que el año anterior publicaron los diarios
como solicitadas apoyando al gobierno. “La Nación”
publica una sola, firmada esta vez por la Sociedad de
Estudios y Acción Ciudadana (SEA), en la que se justifica
el golpe militar y hace un llamado a todos los ciudadanos
a integrarse a la acción del gobierno en la nueva etapa
histórica, agregando que “esto es urgente”.
La junta militar difundía un mensaje por intermedio
del secretario general del Comando de la Fuerza Aérea,
brigadier Basilio Lami Dozo, uno de sus fragmentos decía:
“Es nuestro propósito último establecer una democracia
republicana, representativa y federal adecuada a los
tiempos y a los reclamos de progreso del pueblo
argentino. Para ello las Fuerzas Armadas se encuentran
elaborando las bases políticas que lo permitirían...”
Monseñor Tórtolo en una homilía expresaba “su
agradecimiento al Señor por todos los beneficios
otorgados a nuestra patria...”
Días más tarde el ministro Harguindeguy al
inaugurar la reunión de gobernadores confirmaba algunas
apreciaciones políticas sobre el futuro manifestando:
“...será una característica fundamental de este año el
cambio de la estructura de poder con el nombramiento de
un presidente de la Nación independiente de la junta
militar y la forma en que se integrará la ciudadanía al
Cuando Lo Encuentren... díganle 553

proceso”. Reubicar al sector laboral con el fin de que


todos sus componentes asuman la responsabilidad que
les compete, conforme con los objetivos del Proceso de
Reorganización Nacional. Afirmaba, a su vez, que la
cohesión de las Fuerzas Armadas era absoluta y pilar
fundamental del proceso, desmintiendo los rumores de
enfrentamiento, especialmente de la Marina con el
Ejército.
La necesidad de salir al paso de rumores, incluso
cuando la prensa estaba amordazada, implicaba una
realidad, debía desmentir. La Armada había lanzado su
ofensiva para determinar cuanto antes el cuarto hombre.
El desgaste de las tres armas por la responsabilidad
administrativa y represión estaban deteriorando la
imagen de cada una de ellas.
Massera se había encargado también de realizar
reuniones con las fuerzas vivas para diferenciarse de las
atrocidades de la junta, algo que mantuvo en su viaje a
Europa posteriormente. La debilidad de la junta ya estaba
planteada y también su división.
En Bolivia la situación estaba lejos de estabilizarse.
El ex jefe del Estado Mayor Samuel Gallardo (exiliado en
Buenos Aires desde que asumió Banzer en 1971)
reclamaba su renuncia y sugería un tribunal militar por la
negociación con Chile en base a un canje territorial por la
salida al mar. Bolivia estaba en la antesala de los comicios
convocados para el 9 de julio de 1978.
Cuando Lo Encuentren... díganle 554

Para el 31 de marzo el gobierno militar denunciaba,


al igual que en Perú, una campaña de intrigas para
debilitar el proceso de institucionalización y fomentar la
división de las Fuerzas Armadas. El candidato oficial
seguía siendo el general Juan Pereda Asbún, ex ministro
del Interior de Banzer. Asbún debió desmentir a su vez
que las relaciones con Banzer se habían deteriorado.
Hernán Siles Zuazo seguía flotando como oponente al
candidato militar.
Videla aprovechaba la reunión de los gobernadores
para publicitar la propuesta militar sobre la estructura de
poder, ya adelantada débilmente como globo sonda por
el Ministro del Interior. Hacía a su vez una valoración de
sus dos años de dictadura y represión, asegurando que
“hoy tenemos un país distinto al de marzo del ’76. El
diálogo -repetía- “es un instrumento esencial en el plan
político y, en consecuencia, serán convocadas las figuras
más representativas del quehacer nacional. Anunciaba la
elección del cuarto hombre a pocos meses de ese día y
una renovación en las Fuerzas Armadas. Declaraba un
triunfo sobre la subversión. Defendía la política oficial de
fortalecer el municipio por ser la más antigua de nuestras
instituciones. Auguraba un desarrollo armónico, una
economía estable, la consolidación del ahorro, favorecer
la expansión económica, tecnificar la empresa
agropecuaria y estimular la industria nacional. Decretaba
la convergencia cívico-militar en función de la propuesta
de la junta, lo que probablemente generaría una corriente
Cuando Lo Encuentren... díganle 555

de opinión que se situará por encima de sectores o


partidos. Anunciaba, quizás, la posibilidad de la creación
de MON, aunque muy tibiamente, y terminaba diciendo
que ahora eran las Fuerzas Armadas las que convocaban
a la ciudadanía porque se consideraban, justamente, una
expresión auténtica de la unidad nacional, y sellaba su
discurso asegurando que “el país hoy está en pie,
echémoslo a andar. Esa es la consigna de la hora”.
Afirmando el valor del diálogo, al día siguiente de
su discurso, ADEPA exigía al gobierno que pusiera
término a las detenciones arbitrarias y esclareciera los
asesinatos y desapariciones de periodistas y el cese de las
intervenciones irregulares en los diarios. La Iglesia, por
otro lado, manifestaba su severa crítica sobre las dudas y
contradicciones que surgían luego del discurso
presidencial en los programas políticos, económicos y
sociales explicitados.
El primero de abril se publica una nómina de 158
detenidos a disposición del PEN, 138 eran de Córdoba.
Cámpora permanecía sin autorización para salir del país
en la embajada mexicana desde el golpe militar. Amnesty
International solicitaba a Videla su liberación.
La junta anunciaba, a su vez, los procesamientos
contra líderes radicales que habrían violado la ley que
prohibe las actividades políticas, esto coincidía con las
declaraciones de Balbín, quien había manifestado que el
radicalismo tomaría una posición definitiva para marzo
del ’78. Tres días antes, Videla ordenaba la clausura de la
Cuando Lo Encuentren... díganle 556

“La Opinión” y “Clarín” por informar sobre pugnas


militares. Se sumaría en la tarde el diario “Crónica”. El
fundamento de la medida se condensaba en: “los hechos
distorsionadores, que si bien no tiene posibilidad de
lesionar la cohesión de las instituciones responsables de
la conducción, evidencian la difusión infundada que
introducen elementos nocivos para la tranquilidad y
confianza pública”.
Massera recorría París en misión especial de
entrevistarse con líderes peronistas y sindicales con la
finalidad de lograr un acuerdo que posibilite mayor
margen de maniobrabilidad a la junta, jaqueada en el
orden internacional y presionada en lo interno por los
diferentes grupos de poder. La contestación fue diálogo
previa amnistía general y sin excepción de todos los
detenidos en Argentina. El 22 de abril trabajadores de la
construcción, textiles, ferroviarios, teléfonos, gráficos, del
comercio y sector público daban una declaración en
contra de la política promonopólica de Martínez de Hoz.
Denunciaban la suspensión del derecho de huelga,
renovación de contratos, supresión de conquistas
sociales, piden el cese de la represión, la aparición de la
vigencia de los Derechos Humanos, la destrucción de los
órganos represivos, como “principio” para iniciar algún
tipo de diálogo para conducir a la Nación por la senda de
la democracia. Federico Vogelius, ex propietario de
“Crisis” (revista), era detenido.
Cuando Lo Encuentren... díganle 557

Terminaba así la posibilidad de creer en el diálogo


como instrumento para comprobar con hechos sus
contradicciones. Videla debería pasar a retiro antes de fin
de agosto, para ser nombrado presidente cuyo “mandato”
terminaría en 1981.
Se debería nombrar a un nuevo comandante en Jefe
para esa fecha que, en caso de no ser Viola, recaería en
los tres generales más antiguos: Suárez Masson,
Menéndez o Laidlaw. Se renovarían los dos comandantes
de Marina y Aeronáutica antes de marzo del ’79 y se
tendría que delimitar las “funciones” específicas que
ejercería el presidente en este nuevo esquema de poder.
Se vaticinaba un cambio ministerial para el mes de julio,
luego del Mundial de fútbol, donde se echaba la suerte
que correría Martínez de Hoz.
El resto de las tiranías militares preparaban sus
discursos de despedida a sus futbolistas exaltando el
patriotismo de cada uno y cargando el sentimiento
patriótico a sus respectivas delegaciones.
Chile decretaba una amnistía para sus exiliados
previa nota a las embajadas respectivas y aprobación de
la junta militar. Sepúlveda, ex jefe de la DINA escapaba de
Santiago; Tonwley era trasladado a los Estados Unidos
por su participación en la muerte de Letelier; y se gestaba
un nuevo gobierno a consecuencia de la renuncia de todo
el gabinete chileno a cuyo cargo quedaba el abogado
Sergio Fernández, ahora convertido en el brazo derecho
de Pinochet. Una huelga de hambre comenzaba a
Cuando Lo Encuentren... díganle 558

desatarse a mediados de mayo en todo el mundo para


que Pinochet diera a conocer los destinos de “sus”
desaparecidos; la Iglesia serviría de intermediario.
Perú decretaba el estado de emergencia el 19 de
mayo desatando una oleada de detenciones y órdenes de
captura mientras se preparaba una huelga general. Eran
detenidos Hugo Blanco y Antonio Zúñiga y eran buscados
los integrantes del Partido Socialista Revolucionario, a
muchos de los cuales los deportaban a la Argentina luego
de la huelga, por subversivos.
El Eximbank vetaría posteriormente un crédito a
este país por la reiterada violación de los Derechos
Humanos. Al parecer no había sido muy convincente el
embajador Castro en su intento de modificar la imagen
que hasta el mismo Carter se encargó de forjar.
Parte de esa juventud, que la junta se había
encargado de exterminar física e intelectualmente,
desfilaba por el césped de River al mejor estilo de las
épocas hitlerianas. No había alegría en sus rostros y sus
movimientos perfectamente programados coincidían con
la fría tribuna que observaba nerviosa y calladamente.
El periodismo mundial tecleaba sus descripciones a
sabiendas de que estaban pisando las sepulturas de sus
colegas muertos y desaparecidos desde 1976 y que desde
sus tumbas, disfrazadas y desconocidas, gritaban sus
nombres con un presente sin voz. Así desfilaban
Francisco Uriondo, Carlos Pérez, Canzani, Hugo
Goldsman, Miguel Zavala Rodríguez, María Victoria Walsh,
Cuando Lo Encuentren... díganle 559

Enrique Raab, Eduardo Marín, Cristina Bettanin, Marta


Mastrogiacomo, entre otros.
En Mataderos, un barrio netamente obrero, se
celebra una conferencia de prensa cuatro días después de
la inauguración del Mundial, con los representantes de la
rama de acción política del Consejo Superior Peronista,
encabezado por Norberto Habegger y Juan Gelman, otro
miembro del Consejo Superior del Movimiento. A la
entrevista asistirían los periodistas de “Proceso”, de
México, y del “Der Spiegel”, de Alemania.
El contradictorio Ibérico Saint Jean había afirmado
días antes del Mundial: “Quienes deseen gozar y disfrutar
de la libertad tienen que estar dispuestos a luchar para
conquistarla y a luchar para mantenerla. Quien no se
atreva o no quiera luchar por ella tiene merecida la
esclavitud”.
Por eso las cárceles y campos de concentración en
Argentina estaban abarrotados de patriotas que luchan
por la libertad que este triste general confunde y trata de
ignorar. Lo que no supo definir, o mejor dicho no quiso,
fue explicar qué tipo de libertad defendía él, ya que el
pueblo todo repudia lo que ellos representan y las
banderas que tratan de enarbolar. Este general también
tachó a Amnesty International “de tendenciosa”, olvidando
que fue llevada hasta el Premio Nobel de la Paz por su
acción permanente en favor de los Derechos Humanos,
algo que él olvidó siempre de reconocer y respetar. En un
pequeño hotel de Buenos Aires el secretario general de la
Cuando Lo Encuentren... díganle 560

rama Sindical del Consejo Superior Montoneros daba otra


conferencia de prensa y destacaba en ella la tremenda faz
represiva del gobierno militar.
El Mundial, un gol, una esperanza. La lucha del
pueblo estaba presente, como antes, como siempre,
como ahora.
Días antes del Mundial, Perú se preparaba para sus
elecciones de Asamblea Constituyente programada para
el 4 de junio del ’78.
El 25 de mayo el gobierno militar peruano anunciaba
la deportación de once civiles y dos vicealmirantes
retirados hacia Argentina. Nueve de ellos eran candidatos
a la Asamblea Constituyente. Tres de ellos del Partido
Socialista Revolucionario, línea Velazco Alvarado. Tres de
la Unidad Democrática Popular (extrema izquierda) y tres
del Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular. La
lista de los desterrados era la siguiente: José Arce,
Guillermo Faura y José Luis Alvarado, Díaz Chávez, Javier
Diez Canseco, Ricardo Lietts, Hugo Blanco, Genaro
Ledesma y Humberto Damonte; los sindicalistas
Justiniano Apaza y Valentín Pacho. Tenían orden de
captura contra los generales Leónidas Rodríguez,
presidente del PSP, y Arturo Valdez; el mayor Salvatecci y
el capitán Villacrez.
Los deportados llegaron a la Argentina por
aeropuerto El Cadillal, Jujuy. La imagen represiva de
Argentina era tan evidente que en todo el mundo se temía
por la suerte de estos deportados; no tardando la
Cuando Lo Encuentren... díganle 561

Federación Internacional de los Derechos Humanos en


considerar públicamente al gobierno argentino como
“responsable” de la suerte de los políticos desterrados.
Dada la situación poco clara y los movimientos internos
de las diferentes agrupaciones; se postergaron las
elecciones para el 18 de junio, tiempo suficiente para
realizar las deportaciones y persecuciones de opositores
de importancia para el gobierno militar. Una nueva
modalidad para el juego de la “nueva” democracia. Días
antes había estallado una huelga general y
manifestaciones contra la carestía de la vida y aumento
de tarifas en los servicios públicos.
Las elecciones del 18 favorecieron al APRA con más
de un millón doscientos mil votos. La izquierda se
presentó dividida y quedó en el tercer lugar.
Otra vez Víctor Raúl Haya de la Torre, viejo líder
octogenario peruano asumía ya como presidente de la
Asamblea el manejo de la futura Constitución. Diría el
viejo líder de la derecha peruana: “La designación
totalitaria no es democracia. Nosotros esperamos que
venga después de esta terrible experiencia que el pueblo
está pagando una voluntad general de no incurrir de
nuevo en estas farsas”.
El APRA plantea, a su vez, en su programa una
nacionalización progresiva de la riqueza. La consolidación
de esta fuerza nacionalista de centro derecha haría que el
gobierno peruano decretara posteriormente, antes del
Cuando Lo Encuentren... díganle 562

mes, una amplia amnistía política como base para lograr


una armonía entre todos los peruanos.
Perú iniciaba otra experiencia en la
institucionalización. Un método que va a ser evaluado por
el Departamento de Estado de EE.UU. para ver la
posibilidad de aplicarlo a otro régimen militar
latinoamericano.
Mientras Bolivia se preparaba también para sus
elecciones, en Chile no se las veía tan fácil. El 22 de mayo
se desata en Chile y en ciertas partes del mundo una
huelga de hambre por la falta de respuesta del gobierno
militar para con los familiares de los “desaparecidos”.
El 4 de junio cinco mujeres se deben internar en la
sede de la Cruz Roja Internacional por estar su salud
“delicada y comprometida”. “Nuestra vida por la verdad”
había sido el lema de todos los huelguistas.
El arzobispo y la ONU ejercían presiones a la junta
militar para que se llegara a un común acuerdo. Pinochet,
molesto por una “nueva y premeditada campaña de
desprestigio” montada desde el exterior, amenazaba a los
huelguistas con que los “responsables” de esta infamia
contra su gobierno deberían afrontar las consecuencias. Y
decretaba que desde ese momento en adelante cualquier
persona que por motivos políticos adhiera a la huelga de
hambre “sufrirá el peso de la ley”.
El 5 de junio 21 personas de las 182 que estaban
en huelga de hambre entraban en una fase crítica luego
de quince días sin probar alimentos. ¿Cuál sería la
Cuando Lo Encuentren... díganle 563

sorpresa?, que el mismo día Carter declaraba que ha


“mejorado, la situación de los Derechos Humanos en
Chile, al recibir las cartas credenciales del nuevo
embajador chileno en Washington.
El diario estadounidense “The Washington Star”
afirmaba en una edición que el régimen de Pinochet se
desmoronaba rápidamente. La Secretaría de Prensa de
Chile lanzaría desmentidos y calificaba dichas
informaciones como especulaciones absurdas. Pinochet
en una reunión de gabinete se declaraba y definía “como
muy fuerte”. Mientras su ministro del Interior Sergio
Fernández atribuía las expresiones del periódico a una
campaña organizada de la Democracia Cristiana. Leigh
Guzmán, uno de los tres comandantes del golpe militar
contra Allende, era destituido por Pinochet por sus
discrepancias y desmentía a su vez que él estuviese
relacionado con Frei.
La junta militar comenzaba a resquebrajarse, más
aun cuando hubo una renuncia de un grupo de militares
en actividad en solidaridad con Leigh, entre ellos Nicanor
Díaz, jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional.
El caso Letelier asomaba a la vía del escándalo al
involucrar directamente al general Manuel Contreras, ex
jefe de la DINA, como primer implicado en el asesinato
por “instrucciones de Pinochet”. Estados Unidos pediría
posteriormente su extradición y Pinochet encarcelaba a su
antiguo colaborador hasta tanto se presentaran las
pruebas necesarias para ser extraditado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 564

Chile comenzaba a transitar progresivamente en un


campo al que no tardaría en llegar. Por primera vez desde
el derrocamiento de Allende, se admitió una comisión ad
hoc para investigar la violación de los Derechos Humanos.
Estaba integrada por un cubano, un senegalés y un
paquistaní. Las condiciones de la junta para con esta
comisión era que sólo investigue todo lo concerniente a
lo ocurrido a partir de septiembre de 1977 y con un plazo
de 15 días a partir de su ingreso a Chile.
“Nadie duda del regreso de Chile a la democracia -
manifestaba Eduardo Frei- esto será inevitable a pesar de
los plazos que pudieran ponerse”.
Otro dirigente de la disuelta Democracia Cristiana,
Patricio Aylwin, declaraba que Pinochet se expresaba en
forma contradictoria al manifestar que, por un lado, él
hablaba de la unidad nacional y, por otro, insultaba a sus
opositores.
En Bolivia se experimentaba una nueva estrategia,
planificada meticulosamente de acuerdo con la nueva
política de transformación de las dictaduras militares.
Casi 2.000.000 de bolivianos, sumidos en una represión
de más de 12 años, ejercía el voto contra una alternativa
aparente de “cambio democrático”.
La creación de la Unión Nacionalista del Pueblo
(UNP) como partido oficial a cuya cabeza se elevaba al
general Pereda Asbún, amigo personal y colaborador de
Banzer, se presentaba como un ganador absoluto que
aseguraba la continuidad de una política proimperialista.
Cuando Lo Encuentren... díganle 565

El 9 de julio se convocó el pueblo para presenciar y


participar en el fraude más grande de la historia
boliviana.
Lord Averbury, observador británico, definía el
proceso diciendo: “Aquí nadie sabe el significado de la
democracia. Esta elección es completamente fraudulenta,
desde el comienzo hasta el final”.
Las cifras extraoficiales demostraban una derrota
del oficialismo. Doce horas después Siles Zuazo y Pereda
se declaraban victoriosos. Los camiones de las Fuerzas
Armadas secuestraban las urnas con votos opositores, los
cómputos comenzaron a modificarse misteriosamente
hasta dar a Pereda casi el 60% del caudal electoral. Hasta
Estados Unidos, ante la evidencia de lo burdo del fraude,
protestó ante Banzer para que esto se modificara, los
observadores acreditados para “ver” el proceso enviaron
reportes lapidarios para con Banzer.
Pereda decide continuar entonces el “libreto”.
Mientras que Siles Zuazo se declara en huelga de hambre
por el fraude realizado, Pereda decide solicitar a Banzer
que anule las elecciones como medida inicial para una
nueva confrontación. Banzer, que ya no sabía como
manejar esta situación, aceptó la proposición y tachó esto
como patriótico y desinteresado, aprovechando para
enaltecer la figura de Pereda. Sin embargo, el 21 de julio
de 1978 Pereda, aquel humilde candidato generoso y
patriótico, derroca a su maestro mediante un golpe
Cuando Lo Encuentren... díganle 566

militar totalmente incruento. Tal como si hubiese estado


todo “preparado”.
Entre tanto, en Argentina Videla quedaría como
presidente hasta marzo de 1981, según los planes
establecidos por la junta militar. A su vez dejaría ya su
cargo como comandante en Jefe del Ejército a partir del
primero de agosto. Termina el Mundial y también su
mandato militar, comienza su “presidencia”.
¿Cómo podría terminar su mandato? El 29 de julio
ordenaba a todas las unidades del Ejército en el país que
no dieran la lista de las personas muertas por acciones
represivas a partir del 1 de marzo del ’76. “Es innecesario
dar a publicidad esa lista”, respondería un militar, vocero
del Comando en Jefe, al ser entrevistado por un
corresponsal de UPI.
En Londres los parlamentarios Martín Flannery y
Joan Evans entregaban a la Cancillería un documento
avalado por más de 15.000 firmas pidiendo por los
presos políticos en Argentina. En Bonn, Amnesty
International presentaba otro petitorio avalado por
51.000 firmas.
El cambio de la fachada dentro de la estructura de
poder no modificaría en absoluto su filosofía represiva.
Viola asumía la Comandancia en Jefe del Ejército
prometiendo apoyar “al gobierno” y extremar los
esfuerzos hasta lograr el aniquilamiento total de la
subversión. Aparentemente se retrocedía en las
definiciones sobre la efectividad de la guerrilla, luego de
Cuando Lo Encuentren... díganle 567

los hechos militares realizados durante el Mundial con


armas como Bazooka R PG-7. Veinte operaciones
contundentes y en centros neurálgicos sin ninguna
pérdida de militares hacían reflexionar a los que cantaban
la definitiva defunción de Montoneros.
Mendizábal, cuarto secretario del Partido
Montonero, hacía declaraciones en París evaluando el
mundial. “El Mundial aparece como una de esas
oportunidades históricas que se dan en el teatro de
operaciones de las guerras y que ayudan a uno y a otro
bando en su estrategia. Nosotros valorizamos la
importancia del Mundial, analizamos diversas alternativas
y decidimos emprender una campaña especial de
operaciones. No nos equivocamos, el resultado ha sido
que el Mundial significó para nosotros un triunfo político,
militar y organizativo ”.
El recuento de las operaciones se resumía en los
siguientes: cargas explosivas contra IKA Renault y Banco
Nacional de Desarrollo, disparo de Bazooka contra la Casa
Rosada, sede del gobierno; carga explosiva contra el
domicilio del secretario de Informaciones del Ejército;
disparo de Bazooka contra la Escuela de Policía, cargas
explosivas contra el domicilio del secretario de Hacienda
Juan Aleman; disparo de cohete Bazooka contra la sede
del Comando en Jefe del Ejército; disparo de cohete
contra la Escuela de Oficiales de la Policía Federal
Argentina, etc., etc. Todos ellos fueron indudablemente
en centros estratégicos de suma importancia para la
Cuando Lo Encuentren... díganle 568

seguridad nacional y más si se tiene en cuenta el


gigantesco aparato de seguridad que el gobierno militar
desplazó durante el Mundial.
Refiriéndose a la filosofía de la lucha armada:
“Nosotros sostenemos que la lucha armada debe
realizarse cuando a un pueblo se le coartan las formas
pacíficas o democráticas de expresión”. Terminaba el
concepto diciendo: “Nuestro ejército, que
estratégicamente está conducido por el Partido
Montonero, es una fuerza militar que subordina siempre
las ramas militares a las armas políticas. Siempre la
política de masas prevalece sobre la política armada.
Jamás lo contrario. Soy el padre Jorge Adur. Soy sacerdote
y religioso de la congregación francesa de la Asunción.
Actualmente soy capellán montonero”.
La simple declaración de este sacerdote revelaba un
hecho de trascendencia mundial que recorría todas las
fronteras, sería en la historia de los movimientos
populares la primera vez que un religioso asume la
función de capellán en un ejército revolucionario
comprometido en la lucha contra una dictadura militar.
“No asumo esto con desconocimiento de lo que
implica y de lo que sucede en mi país. Entiendo que en
estos últimos años la represión feroz de la junta militar
argentina ha radicalizado a mucha gente y que todo el
pueblo argentino se declara subversivo. Yo estoy con el
pueblo. Creo que no puede desligarse la acción armada
de toda acción integral. La violencia, la lucha armada, no
Cuando Lo Encuentren... díganle 569

es más que una respuesta justa a la agresión que sufre


nuestro pueblo. Entonces, no podemos decir moralmente
se justifica o no la violencia”.
“Proceso”, revista semanal mexicana, daba la
primicia. El periodista preguntó luego al padre Adur
cuáles serían sus tareas concretas como capellán del
Ejército Montonero, a lo que respondió: “Precisamente...
la de animar esta lucha del pueblo argentino. Animar en
el sentido de alentar las esperanzas de estos hombres y
mujeres que luchan en mi patria”.
Así acaba lo que empieza, un gol, una esperanza,
un pedazo de tiempo de escasos sesenta días, en donde
el futuro de la América Latina era mordido mil veces por
el juego imperialista del dominio.
Las conquistas logradas tras años de lucha,
resistencia y sacrificios populares pagaban caro su
impertinencia. La burla en Perú, la farsa en Bolivia, el
despojo en Chile, el disfraz argentino, la perpetuidad de
Paraguay y Nicaragua, el falso peldaño de oro del Brasil,
el desequilibrio colombiano, el arreglo panameño, la
componenda de República Dominicana no hacían más que
demostrar la debilidad de una política norteamericana
que aún no encuentra en sus esquemas de penetración
las “formas” de mantener occidentalizada la pobreza, la
ignorancia, la miseria humana y material de un continente
que poco a poco ha dado y da muestras de sus
necesidades de liberación e independencia, aún a costa
de las muertes, torturas, cárceles y persecuciones.
Cuando Lo Encuentren... díganle 570

América, tierra elevada por los océanos, que cimbras


vigorosa sacudiendo tu columna de los Andes, levanta tus
brazos mutilados, cerrando tu puño con la fuerza de las
luchas libertarias. No importan los años o decenios que te
lleven al triunfo. Allí está, en el horizonte interminable de
la vida y de la muerte, el final que sueñas y anhelas. Tu
libertad, la libertad que se riega de lágrimas para crecer
al infinito.
Cuando Lo Encuentren... díganle 571

UN INTENTO

“Todo instante perdido lo está para siempre,


el tiempo es lo único irreparable”. José Ingenieros
México, marzo y casi abril de 1979.

Ante una lista de casi 3.000 desaparecidos en


Argentina, la Policía publicó una nómina de 201 personas
“encontradas” que, por supuesto, no figuraban en
ninguno de los reclamos efectuados por las
organizaciones familiares nucleadas cada jueves frente a
Casa de Gobierno. En abril, el gobierno había dado a
publicidad otra lista de 232 personas en la que tampoco
se registraban las que diariamente eran reclamadas.
Transcurría el último cuatrimestre de 1978, hechos de
suma importancia se suman progresivamente al espectro
político americano.
La Comisión Económica de las Naciones Unidas
para América Latina (CEPAL) emitía desde Santiago de
Chile un documento en el cual remarcaba una fuerte
expansión de la producción agrícola, un incremento de
las inversiones y de las exportaciones argentinas con una
reducción de su déficit fiscal y aumento de sus reservas.
Lo extraño o tal vez paradójico, y que echa por
tierra el anuncio de la CEPAL, es que cuatro días más
tarde, el 19 de agosto, dirigentes del agro y de la
industria atacaron severamente la política económica del
Cuando Lo Encuentren... díganle 572

gobierno militar, acusándolo de haber favorecido


únicamente al sector financiero.
Hugo Zuza, presidente de las Confederaciones
Rurales Argentinas, dijo: “...los productores advertimos
que las posibilidades de inversión son nulas, porque son
nulos los resultados económicos de las exportaciones”.
Aldo Ramjak, presidente de la Asociación de
Industrias de la provincia de Buenos Aires, manifestaba:
“La política económica del gobierno había fracasado
porque todo el aparato productivo había sido deteriorado
en favor del sector financiero”.
Por otro lado, el cierre de la General Motors tiene
sus primeras repercusiones en el sector industrial.
Goodyear cerraba tres secciones de su fábrica; Cristalería
California y Fábricas Argentinas de Engranajes
anunciaban medidas similares.
Se suspendía personal en las fábricas Ellinsttan,
Martín Amato, Mercedes Benz, Borgward (liquidó su
tercera parte del personal); Citroën reducía su producción
a treinta automóviles diarios; Perkins licenciaba a su
personal por exceso de stock. Igual actitud asumían John
Deere y Massei-Ferguson. La Deutz cesanteaba a ciento
cincuenta obreros.
Al parecer, el informe de la CEPAL se había
realizado con una lente muy particular.
En Perú, el FMI sugería al ministro de Economía
Silva Ruete un paquete de medidas para reducir el déficit
fiscal; mientras los mineros entraban en su tercera
Cuando Lo Encuentren... díganle 573

semana de huelgas paralizando las minas de zinc, cobre,


hierro y plomo.
Más de 45.000 trabajadores reclamaban el
reintegro a sus labores de 300 mineros despedidos y una
mejora salarial.
El gobierno declaraba el estado de emergencia en
las zonas de Pasco y Yauli, Marcona y Moquegua.
El contraalmirante Cafferata declaraba que “el
puente hacia la democracia puede romperse si hay
excesiva tensión”, palabras de las que acusaron recibo en
la Asamblea Constituyente, donde los partidos más
poderosos como el derechista Aprista aconsejaba
movilizar sus influencias para conciliar posiciones.
La huelga de las “viandas” en Chuquicamata -Chile-
seguía mantenida por 10.000 obreros mineros en
reclamo de mejoras salariales y reintegro a los lugares de
trabajo de los compañeros despedidos. Los desocupados
lanzaban un comunicado diciendo: “Somos una población
de tres millones de chilenos que no tenemos derecho al
trabajo, salud, educación ni vivienda”. Mientras tanto,
Pinochet se paseaba por la avenida Libertador Bernardo
O’Higgins escoltado por 8.000 hombres armados para
conmemorar el bicentenario del nacimiento de este
prócer chileno.
Los ex parlamentarios, catedráticos y
personalidades políticas, como el social demócrata
Sanhueza, el conservador Correa, Patricio Aylwin,
demócrata-cristiano, y el socialista Long Alessandri, entre
Cuando Lo Encuentren... díganle 574

otros, demandaban a Pinochet una Asamblea


Constituyente como único medio para crear las bases de
la nueva constitución, a la vez que rechazaban el
anteproyecto redactado por un grupo selecto de
pinochetistas.
Alfredo Stroessner juraba ante el Congreso nacional
paraguayo su sexto mandato de cinco años, acompañado
por el representante argentino Emilio Massera. Desde
1954 gobierna Paraguay y se calcula en diez mil
opositores el número de los desaparecidos desde
su inicio. Stroessner superó como presidente de facto
a todo gobierno americano desde la muerte de Duvalier
en Haití.
Pero se presentaba un hecho poco común en el
contexto americano, al iniciarse una huelga general e
insurrección popular acompañada de una ofensiva
guerrillera liderada por el Frente Sandinista de Nicaragua.
Masaya, Chinadega, Rivas, Estelí y León eran las ciudades
de mayor enfrentamiento entre la Guardia Nacional y el
Frente Sandinista.
El Frente Amplio Opositor (FAO) lanzaba la huelga
general el 25 de agosto de 1978; barricadas, acciones de
resistencia patriótica de sus poblaciones, la brutalidad de
la Guardia Nacional, los bombardeos abiertos, la caída de
Masaya en poder de los sandinistas hizo que Somoza
manifestara en conferencia de prensa, a diecinueve días
de la insurrección, que en 24 horas controlaría el país y
Cuando Lo Encuentren... díganle 575

posteriormente hablaría con el frente opositor, tratando


de debilitar la insurgencia ya generalizada.
Caía León, mantenida en poder de los sandinistas
durante ocho días a pesar del fuego de los morteros,
bombardeos con helicópteros y aviones de la Guardia.
León sucumbía en ruinas y era recuperada por la Guardia
el 16 de septiembre con sus calles sembradas de
cadáveres.
El comandante Cero anunciaba una gran ofensiva,
el fortalecimiento en los frentes de lucha en Rivas y las
montañas de Ocotal y la creación de un gobierno
provisional.
Warren Christopher, subsecretario de Estado
norteamericano, “deploraba” la matanza realizada por
Somoza y exhortaba a detener el genocidio. Viron Vaky,
subsecretario para Asuntos Interamericanos, declaraba
que EE.UU. no busca el derrocamiento de Somoza sino un
“arreglo” interno entre el gobierno y la oposición.
La OEA, convocada con carácter de urgente a nivel
de ministros de Relaciones Exteriores, funcionó con la
sola asistencia de ocho cancilleres. Finalizando con una
exhortación humanitaria para evitar el derramamiento de
sangre en Nicaragua.
Quintana, representante de Somoza, arengaba a la
concurrencia con un discurso de 21 minutos protestando
por la actitud de Venezuela con toda la fuerza de “su
espíritu” inspirado en los líderes independentistas del
siglo XVIII, en el genio tutelar de América, Simón Bolivar,
Cuando Lo Encuentren... díganle 576

agregando que “se comete la injusticia cuando se acusa a


Nicaragua de dictadura, de violar los Derechos Humanos,
de genocidio. Todos los gobiernos cometemos errores”.
Aceptó a su vez que el gobierno somocista ha cometido
fallas, pero “involuntarias” y violaciones al espacio aéreo
de Costa Rica, resaltando que “Somoza está abierto al
diálogo y a la conversación”.
Las dictaduras militares de Argentina, Chile,
Uruguay y Paraguay fueron decisivas al convertir el
proyecto de resolución en contra de Somoza en un
documento híbrido y tibio.
Un grupo de 77 legisladores norteamericanos
“amigos” de Somoza denunciaba ante el presidente Carter
que grupos armados entrenados en Cuba y Moscú
pretendían convertir a Nicaragua en otra Cuba,
argumentando pruebas irrefutables. Terminaban su carta
afirmando que Somoza era un “firme aliado de los
Estados Unidos”.
El 28 de septiembre, Enrique Paguagua, embajador
adjunto de Nicaragua ante la ONU, renunciaba en protesta
por las “atrocidades” cometidas por las fuerzas represivas
de Somoza. Denunció la represión criminal y sistemática
del régimen, la desaparición de centenares de
campesinos y las torturas y asesinatos de que han sido
víctimas. Denunció la matanza en el barrio Monimbó de la
ciudad de Masaya, la hipocresía puritana de quienes
hablan de Derechos Humanos y callan ante el genocidio al
pueblo de Nicaragua.
Cuando Lo Encuentren... díganle 577

Minutos después, Alejandro Montiel Argüello, jefe


de la misión nicaragüense en la ONU; anunciaba la
destitución de Paraguay.
La brutal represión desatada por la Guardia
Nacional producía una doble reacción. Por un lado la
derrota aparente del Frente Sandinista (dividido en tres
frentes internos) y por el otro un aumento del odio hacia
Somoza, de parte de los nicaragüenses que habían visto
morir a sus familiares en los tremendos y demoledores
bombardeos de la aviación somocista.
La mayoría de los jóvenes huyó a las montañas para
engrosar las filas sandinistas que ya preparaban una
nueva ofensiva.
La superación de las diferencias ideológicas de las
tres facciones del Frente Sandinista; “la tercerista”: quizás
la más numerosa y limitada ideológicamente; la GPP
(Guerra Popular Prolongada) de raíz marxista-leninista y
la Tendencia Proletaria obtuvieron una cohesión en la
lucha y en la práctica que más tarde les daría la
posibilidad de una segunda ofensiva con un frente
fortalecido.
El triunfo aparente obtenido por Somoza y la
negociación abierta con el Frente Amplio enfrenta
nuevamente a las fuerzas Sandinistas y el Grupo de los
Doce, a que solicite al frente el romper las negociaciones,
para lograr el derrocamiento definitivo de Somoza.
Actuaba a su vez un frente internacional como
mediador, integrado por Estados Unidos, República
Cuando Lo Encuentren... díganle 578

Dominicana y Guatemala; cuyo ofrecimiento de solución


al conflicto se centraba en un referéndum o plebiscito
para decidir qué organizaciones opositoras integrarían un
gobierno de transición, pero con Somoza en la
Presidencia hasta su plazo presidencial de 1981.
El FAO, disconforme con esto, emplazaba a Somoza
a renunciar antes del 21 de noviembre, ya que caso
contrario se iniciaría un nuevo paro general. Somoza, a su
vez, enviaba a Orlando Montenegro en viaje de “buena
voluntad” a los países americanos para explicar que su
gobierno ya tenía controlada la situación, y que él no
abandonaría el poder.
El Grupo de los Doce, por otro lado, también
recorría América denunciando las matanzas de Somoza y
solicitando solidaridad con el pueblo nicaragüense para
derrocar al tirano.
Los Sandinistas, en tanto, habían logrado reagrupar
sus fuerzas e iniciar una tarea de entrenamiento militar
más efectiva, mientras anunciaban que en poco tiempo
más la ofensiva contra Somoza sería total y definitiva.
El proceso nicaragüense había intranquilizado a los
militares de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.
Pinochet anunciaba la celebración de elecciones directas y
secretas para la renovación de dirigentes sindicales; una
semana después declaraba ilícitas siete importantes
entidades sindicales por tener una clara inspiración
marxista. Estas sindicalizaban a más de medio millón de
trabajadores.
Cuando Lo Encuentren... díganle 579

Una de las cláusulas del decreto dictado por


Pinochet respecto a la realización de elecciones establecía
que no podían ser postuladas o votadas aquellas
personas que hayan tenido participación política o
gremial en los últimos diez años y aquellos que fuesen
electos, deberían jurar que no participarían en actividad
política alguna mientras que se desempeñen en sus
cargos.
El obispo auxiliar de Santiago de Chile anunciaba su
apoyo a los sindicatos disueltos por el régimen. El partido
Demócrata Cristiano acusó al gobierno de aplastar y
destruir la organización de los trabajadores.
¡Vaya ironía!, en la nueva Constitución peruana, en
el borrador elaborado por la Asamblea Constituyente, se
avala el derecho a la “insurgencia” ante los golpes de
estado a los gobiernos legalmente constituidos. Se
incluye también la libertad de información, el derecho al
honor, la inviolabilidad de domicilio, la propiedad privada
y la libertad personal.
En Argentina asumía un nuevo gabinete formado
por el brigadier retirado Carlos W. Pastor, como ministro
de Relaciones Exteriores; Alberto Rodríguez Varela, en
Justicia; David de la Riva (contraalmirante) en Defensa;
Juan Llerena Amadeo, en Educación, y José Fraga
(contraalmirante) en Bienestar Social.
Se preparaba también la gran farsa de la guerra con
Chile, como válvula de escape de ambos países ante la
grave crisis interna reinante.
Cuando Lo Encuentren... díganle 580

En Córdoba se prohibe la enseñanza de la


matemática moderna, ya que ésta reniega de los
postulados de la lógica formal y abre por lo tanto un
peligroso camino para la “penetración subversiva” (?). Se
decía que la matemática moderna puede servir como un
arma sutil al servicio de la ideología revolucionaria, por la
utilización de vocablos típicamente marxistas.
Un documento de 18 puntos era publicado por
diversos dirigentes políticos entre los que figuraban
Peronistas, socialistas, comunistas y demócrata-
cristianos; en él se solicitaba la derogación del estado de
sitio, el establecimiento del estado de derecho y la
revisión de la política económica.
A comienzos de diciembre en el puerto de Havre,
Francia, los estibadores se negaron a embarcar armas
para el gobierno argentino. Figuraban en la lista de
embarque 87 carros blindados livianos llamados Panhar
Aml 245 equipados con cañones de 90 mm y 770 cajas
de municiones. Pese a que el presidente Valery Giscard
D’Estaing había criticado a Videla por la desaparición de
ciudadanos franceses en Argentina, se autorizaba la venta
de este material a lo que se sumaban dos corbetas de la
clase escolta; cohetes antiaéreos Crotal; aviones Miragge
y motores Turbomeca.
En Bolivia el espectro de un nuevo golpe de estado,
ahora contra el presidente de turno Juan Pereda, gestaba
una ola de detenciones y cacería de brujas, implicando en
esta conjura a gremialistas, políticos y un grupo de
Cuando Lo Encuentren... díganle 581

tenientes coroneles y mayores. Detenían a doce militares


y al líder del MIR, José Reyes.
El ministro del Interior Faustino Rico Toro aseveraba
que Hernán Siles Suazo había entrado clandestinamente
al país y estaría promoviendo la insurrección.
El 24 de noviembre del ’78 se producía el golpe
militar, esta vez liderado por un grupo de oficiales
integrantes de un movimiento llamado generacional de
corte nacionalista, y que prometía elecciones para el
primer semestre de 1979.
Asumía un nuevo general, David Padilla; y su
flamante ministro de Defensa, general Hugo Céspedes,
declaraba: “Los militares ya no debemos estar en función
política”.
Triunfaba en Venezuela Luis Herrera Campins,
demócrata-cristiano que se haría cargo en marzo de
1979. Campins prometió el repudio a las dictaduras
militares, condenó la situación en Nicaragua y aseguró el
acercamiento con Brasil, de quien confiaba sería
democratizado.
Mientras el presidente de Colombia Turbay Ayala
llamaba a la reflexión a la guerrilla colombiana en su
mensaje de Navidad e instaba a deponer las armas, el
grupo guerrillero M 19 (Movimiento 19 de Abril) asaltaba
las instalaciones de Rincón Quiñones, obteniendo más de
6.000 armas y municiones de todos los calibres. Llevaron
también el fusil del legendario cura guerrillero Camilo
Torres. Un túnel de 75 metros comunicaba una casa que
Cuando Lo Encuentren... díganle 582

el grupo había rentado con la Escuela de Infantería de


Usaquén. El comunicado que dejó el grupo guerrillero
transcribía las palabras del ministro de Defensa general
Carlos Camacho, quien había manifestado: “Todo
ciudadano debe armarse como pueda”, y así lo hicieron.
A mediados de enero del ’79, Townley confesaba su
participación en el asesinato de Letelier en complicidad
con la DINA y estrechos colaboradores de Pinochet, los
generales Contreras, Espinosa y Fernández. Estaban
implicados también los agentes anticastristas cubanos
Alvin Rosas Díaz y los hermanos Novo Sampol, quienes
insultaron a Townley al ingresar al tribunal para
testimoniar.
Contreras Sepúlveda había entregado a éste 25.000
dólares para el asesinato. Relataba también que su misión
en México para matar a Carlos Altamirano, dirigente del
Partido Socialista, había fracasado por salir aquél un día
antes de lo programado.
Puebla y el Pueblo Argentino se llamaba el
documento que el movimiento justicialista entregó a Pío
Laghi, nuncio Apostólico; para que fuese la Iglesia la
intermediaria con el gobierno para gestar una
convergencia cívico-militar. Lo entregaron Manuel de
Anchorena, Osvaldo Pérez Pardo, Manuel Arauz Castex,
como un grupo cívico
consustanciado con la misión de paz del Papa. Al
igual que ellos, Miguel Unamuno, dirigente peronista,
Cuando Lo Encuentren... díganle 583

formulaba votos por un proyecto común entre civiles y


militares.
El radicalismo sugería un franco diálogo para el
retorno a la normalidad institucional y solicitaba al
gobierno dar a conocer su proyecto político.
Comenzaba marzo con el anhelo de las fuerzas
políticas tradicionales de una “normalidad” institucional,
como ellos decían, que se pudiese canalizar en la “etapa
política” que aparentemente debería ser iniciada en el año
1979.
En una ceremonia en el departamento central de
Policía, Harguindeguy ponía en su cargo como jefe de la
Policía Federal al general de brigada Juan Bautista Sasiaiñ.
Estuvo presente el general de brigada Ramón
Alberto Camps en representación del comandante en Jefe
Pedro Santa María; el director General de Gendarmería
Antonio Bussi; el jefe de la Policía de Buenos Aires general
Ovidio Pablo Richeri.
El jefe policial saliente Edmundo René Ojeda;
también general de brigada, manifestaba: “Hace 32 meses
el país y sus instituciones, acosados por los enemigos del
orden, de la libertad y el derecho, luchaban en todos sus
frentes y la Policía Federal ocupaba un lugar de avanzada
en esa lucha junto a las Fuerzas Armadas...”
A partir del primero de marzo de 1979 regía una
nueva norma sobre transporte de armas; la medida
determinaba que quedaba prohibida la transportación de
más de dos armas por persona y no más de cinco por
Cuando Lo Encuentren... díganle 584

vehículo, pero haciendo la salvedad y la excepción de las


Fuerzas Armadas, seguridad, Policía y penitenciaría, tanto
en actividad como en retiro.
Aparentemente, los grupos paramilitares podrían
seguir portando armas y produciendo hechos que luego
de tres años no han sido aclarados por parte de esta
Policía Federal, a la que tan generosamente trataron de
elevar como ejemplo en el mundo, según palabras del
general Ojeda.
El análisis del proceso político seguía como era
natural antes del 24 de marzo, fecha del tercer año del
gobierno represivo.
La juventud sindical sustentaba la normalización de
las organizaciones intervenidas.
Balbín manifestaba desde Córdoba: “Bajo el punto
de vista del problema que agudizó la crisis de la Nación,
es decir, la subversión; es evidente que existió una
actitud positiva. Pero en el ámbito económico, en lo que
se refiere a la conducción, nosotros no la compartimos.
Estamos a tres años y no tenemos ley de Asociaciones
Profesionales, de organización de los partidos políticos y
de las empresas del Estado. Tampoco una ley de Salud
Pública y la universidad está plagada de contradicciones”.
El comandante en Jefe Eduardo Viola señalaba que
estamos en la etapa más difícil; “hemos ganado la guerra,
vamos a ganar la paz”. “Se corregirán las imperfecciones,
se suspenderán los obstáculos, sean deliberados o
circunstanciales. No es época de desesperanza. Es época
Cuando Lo Encuentren... díganle 585

de lucha”. Palabras sumamente elocuentes ya que


marcaban una etapa al manifestar: “Hemos avanzado, la
negra noche que se cernió sobre los argentinos a partir
de aquel 29 de marzo de 1970 ha pasado”. Esa negra
noche a la que se refería estaba sembrada de cadáveres,
de presos y desaparecidos y marcaba la destrucción de un
ejército que alguna vez fue glorioso.
El pronunciamiento del Ateneo Joaquín V. González,
firmado por su presidente, Pablo González Bergez y su
secretario Nelson Calvo, del sector Conservador; afirmaba
que la “situación de extremo desorden a la que el país
había llegado en marzo de 1976 legitimó sin lugar a
dudas la toma del poder por los militares”; en el texto
atacaba la política económica y manifestaba inquietud por
la falta de soluciones, de perspectivas, como así también
la incertidumbre sobre el proceso político.
Raúl Alfonsín buscaba un compromiso político
entre sectores representativos, empresariado nacional y
trabajadores; sosteniendo que las Fuerzas Armadas se
planteen seriamente la puesta en marcha de un proceso
de democratización. Carlos González Pastor, radical del
sector alfonsinista, demandaba el inmediato regreso a la
Constitución.
Graffigna, hablando por la Fuerza Aérea, se
mostraba preocupado por la falta de definiciones ante los
problemas más urgentes en el plano económico. Sobre
los partidos políticos decía que la junta militar está
“estudiando el proyecto para la normalización futura y
Cuando Lo Encuentren... díganle 586

salida política, recalcando la falta de tiempo límite


como así también que no se cometerían errores de
administraciones anteriores, cuando amnistiaron a
“criminales o asesinos que estaban en la cárcel”.
Anunciaba también la culminación del estudio
sobre la ley de Asociaciones Profesionales,
información que posteriormente se confirmó en un
comunicado del 8 de marzo de 1979 que expresaba
textualmente: “En el día de la fecha, se efectuó una
reunión de la junta militar en el edificio Cóndor;
durante su desarrollo, los tres comandantes en Jefe
consolidaron el documento referente a la Ley de
Asociaciones Profesionales, el que ha sido girado al Poder
Ejecutivo Nacional para su instrumentación”.
Con relación a este tema, tuvo que salir
Harguindeguy desde Córdoba a declarar que “no hay
fisuras en las Fuerzas Armadas, tal como intensos
rumores lo señalaban por diferencias sobre este tema y el
económico”. Sobre el año 1979 anunciaba que sería el de
mayor importancia, se daría a conocer la propuesta
política elaborada por las Fuerzas Armadas; sosteniendo
desde luego que aún el pueblo no estaba capacitado o
preparado para ir a elecciones. Por lo que la propuesta
electoral que solicitaban los partidos políticos no sería
tenida en cuenta.
Se anunciaba para mayo la llegada de la Comisión
de Derechos Humanos de la OEA, integrada por el
brasileño Carlos Dunshee de Abranchs; Gerardo Monroy
Cuando Lo Encuentren... díganle 587

Cabra, de Colombia; Carlos García Bauer, de Guatemala;


Andrés Aguilar, de Venezuela; Gabino Fraga, de México;
Fernando Volio Giménez, de Costa Rica y Tom Farer, de
Estados Unidos.
En diciembre del ’78 la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos había elevado al gobierno militar
un pedido de informe de 4.800 personas desaparecidas.
Al pie de la petición firmaban todos los partidos políticos.
La respuesta había sido efímera.
En Rosario se despedía el general Galtieri de II
Cuerpo de Ejército y pasa a desempeñarse como
comandante del I Cuerpo. El agasajo fue obsequiado por
las fuerzas vivas de Santa Fe y realizado en los salones de
la Bolsa de Comercio.
El Consejo de Almirantes, comandado por el
almirante Armando Lambruschini, deliberaba sobre la
situación política y económica del país y analizaba el
discurso que pronunciaría Videla en tres días más, con
motivo del aniversario (tercero) de la revolución militar.
En la Fuerza Aérea, Graffigna reunía a sus
comandos, entre los que figuraban el comandante de
Operaciones Aéreas, Jesús Orlando Capellini; el jefe de
Estado Mayor, Roberto Temporini; el comandante de
Instrucción, Hugo N. Di Risio; el comandante de Material,
Antonio Burgos; el jefe de Estado Mayor, José María
Romero, y el comandante Aéreo, Antonio Diego López.
Se preparaba también un asado de camaradería
junto a Videla, Viola, Lambruschini y Graffigna con los
Cuando Lo Encuentren... díganle 588

siguientes invitados: Diego Urriecaried; Carlos Suárez


Masson, Luciano Benjamín Menéndez, Leopoldo Fortunato
Galtieri, Albano Harguindeguy, José Vaqueo, José Montes,
Oscar Gallino, Luciano Jáuregui y Antonio Bussi. También
asistirían los vicealmirantes Antonio Vañek, Gabriel Oliva,
Julio Torti, Jorge Anaya, Eduardo Fracassi y Humberto
Barbuzzi; los contraalmirantes: Haroldo Dahn, Luis
Sánchez Moreno, Pedro Santamaría y Rafael Chechi. En
representación de la Fuerza Aérea concurrieron los
brigadieres mayores: Jesús Capellini, Roberto Temporini,
Aldo Barbuy, Hugo Dirisio y Antonio Burgos: los
brigadieres: José Ma. Romero, Antonio López, Hipólito
Mariani, Basilio Lami Dozo y Francisco Salinas.
En este marco de declaraciones y autocríticas,
Balbín había tenido palabras duras hacia los sindicalistas.
La Comisión Nacional del Trabajo las rechazaba por
agraviantes, refiriendo que no es casual que aproveche la
oportunidad para golpear al sindicalismo ahora que se
encuentra desguarnecido. Calificaba de lamentable la
actitud de este jefe político que ni siquiera reconoce la
sensibilidad de muchos de sus correligionarios que,
continuamente, acompañan los requerimientos de los
trabajadores.
Los sindicatos de Catamarca, entre los que
figuraban Luz y Fuerza, SMATA, FOECYT, Gastronómicos,
ATP, ATE, UTA, AATRA, Bancarios y Gráficos, expresaban
en una declaración: “Los efectos de la actual política que
no aceptamos, ni es aceptada por la mayoría de los
Cuando Lo Encuentren... díganle 589

argentinos, comprometen a los trabajadores a funestas


derivaciones de no cambiar el rumbo. Los trabajadores
catamarqueños aspiramos a ver reconstruida la unidad de
los trabajadores argentinos, unidad que nuestras
organizaciones nacionales deben poner como único
objetivo”.
Refiriéndose a la Ley de Asociaciones Profesionales
les atribuía el fin de “desmantelar definitivamente las
estructuras sindicales”. Terminaba diciendo que urge la
unidad de todas las organizaciones para actuar con la
eficacia que el momento exige.
Figuereido prestaba juramento como nuevo
presidente de Brasil ante ambas cámaras del Congreso
nacional, asegurando que “es mi propósito
inquebrantable hacer de este país una democracia”.
Acompañaban al nuevo mandatario Alfredo Stroessner,
presidente vitalicio de Paraguay, y David Padilla, de
Bolivia, Alejandro Orfila, Joan Mondale, y Vasily
Kutsnetzov, entre los distinguidos invitados. Era el 15 de
marzo del ’79. Siete días después de asumir se
enfrentaba con una huelga de más de 180.000 maestros
en Río de Janeiro. Las Fuerzas Armadas pedían al nuevo
presidente que reprima enérgicamente para evitar que
estas huelgas, de por sí ilegales, conduzcan al caos
social.
David Padilla Arancibia, presidente de Bolivia de
acuerdo con el último golpe de estado, prometía las
Cuando Lo Encuentren... díganle 590

elecciones más limpias y democráticas de la historia para


el primero de julio del ’79.
Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Suazo ya
preparaban sus cañones para entrar nuevamente en el
proceso electoral, mientras que Banzer retornaba a Bolivia
por Santa Cruz de la Sierra, con la intención de competir
en la arena política. “Los nacionalistas entran en la lucha
para participar del proceso electoral”, anunciaba la
formación de un nuevo partido político y calificaba la
situación actual de Bolivia como “un circo”; algo que
puede desconcertar al más temible y terrible intérprete de
la política nacional boliviana.
Padilla decretaba el pase a retiro obligatorio de
Banzer y enfrentaba un plan subversivo en contra del
proceso democratizador. Uno de los regimientos rebeldes
o “desobedientes” era el de Rangers Challapata,
considerado uno de los más fuertes. Acompañando a
Banzer, pasaban a retiro otros militares cómplices del
golpe frustrado, René Bernal, ex ministro de Defensa;
Víctor González, ex ministro de Industria; Alfonso
Villalpando, ex comandante de las Fuerzas Armadas;
Guillermo Jiménez Gallo y Raúl Tejerina Barrientos. Todos
pertenecían a la reserva activa.
Pero el 24 de marzo se acercaba en Argentina y los
medios po-líticos y periodísticos daban rienda suelta a
sus propias interpretaciones, centradas
fundamentalmente en el proyecto político que se debería
anunciar; en el proceso económico al que apuntaban
Cuando Lo Encuentren... díganle 591

tanto los sectores gremiales como empresariales y en el


problema social. En lo que se refiere al proyecto político,
las Fuerzas Armadas seguían con sus borradores en
estudio según su orden jerárquico. En este mes estaban
en sus organizaciones intermedias y se suponía que sus
propuestas debían ser elevadas a cada Comando en Jefe
antes del 15 del mismo, para seguir su trámite hasta
llegar a la Presidencia.
Las contradicciones en cuanto a la forma de la
apertura política y fundamentalmente con quiénes y cómo
debían producirse estaban centradas en un lógico atraso.
Los modelos manejados por las Fuerzas Armadas tenían
base fundamentalmente en el brasileño que hasta la fecha
era el que había logrado mantener un equilibrio al menos
aparente, aun cuando ahora ellos debían hablar de
democratización. Los preocupaba a su vez la seguridad y
cobertura después de entregar el gobierno, ya que la
situación de facto y su política represiva habían dejado
heridas aún no cicatrizadas y sus responsables estaban
claramente individualizados.
La experiencia de Bolivia con el llamado a
elecciones, que tuvieron que anular por el triunfo de Siles
Suazo, les daba temor por su propia incoherencia y falta
de manejo político. De ahí que pensaran en aplicar las
proscripciones por tiempo determinado o indefinido a
ciertas figuras políticas que podrían revertir el proceso
que ellos habían iniciado, para depurar el campo político.
Cuando Lo Encuentren... díganle 592

Los intentos, por otro lado, de implantar la Ley de


Asociaciones Profesionales por parte del gobierno, casi
durante los tres años, habían fracasado nuevamente. La
timidez para ello respondía a la resistencia obrera que de
una forma u otra se organizaba para lograr una unión de
las dos centrales que hasta la fecha manejaban el
espectro político gremial.
La preocupación por el problema económico y
social era algo que también indudablemente inquietaba y
dividía a las fuerzas represivas. El descontento obrero y
empresarial por la política de Martínez de Hoz seguía en
vigencia tanto en la Fuerza Aérea como en la Marina. El
Ejército, o más precisamente Videla, se mantenía en una
férrea posición de defensa, pero toleraría la remoción del
equipo de colaboradores del ministro como señal de
buena voluntad para flexibilizar las futuras acciones.
La editorial de “La Nación” sobre el 24 de marzo
argumentaba que era necesario mantener el
principio que Videla había sustentado en su primer
aniversario, al manifestar que en las últimas
décadas los gobiernos de las Fuerzas Armadas que
no efectuaron en tiempo y forma una clara
propuesta al país terminaron condicionados por
una alternativa surgida desde grupos opositores y
debieron entregar el poder a sus adversarios.
Según “La Nación”, “la fecha del 24 de marzo divide
la historia política del país de manera tajante. En la
víspera, un vacío de poder que era cubierto por el
Cuando Lo Encuentren... díganle 593

desorden, la anarquía y la guerrilla. Al día


siguiente un lento y seguro proceso de
reordenamiento para el cual prestó su aquiescencia
la ciudadanía. Por ello alcanzó su victoria”.
El artículo, muy sutil para quienes no conocen
historia argentina y sobre todo el porqué de las rupturas
de los gobiernos establecidos legalmente al amparo de la
Constitución. Las Fuerzas Armadas son responsables del
derrumbe de los gobiernos constitucionales, de las
polarizaciones, las revanchas y resentimientos,
responsables y forjadoras de las guerrillas, en suma
responsable de su propia destrucción.
“La Nación” no podía dar otra editorial mejor que la
publicada porque era también la expresión de la más
recalcitrante política de entrega.
El secretario general de turno, el general Bignone,
había sido designado para conmemorar con su discurso
los tres años de gobierno de la junta militar manifestando
que: “Se llega al tercer aniversario, renovado en todos sus
miembros, pero manteniendo absoluta identidad con
aquellos postulados. Este proceso ha sido calificado de
“inédito”, porque a pesar de una guerra, la lucha contra la
subversión, las Fuerzas Armadas actuando
institucionalmente asumieron el gobierno desprovistas de
otra motivación que no haya sido salvaguardar los
intereses fundamentales de la Nación”.
“Con la prudencia y responsabilidad que caracterizó
a los conductores del proceso hemos de Continuar dentro
Cuando Lo Encuentren... díganle 594

de los mismos lineamientos, saneando todas las


estructuras de la República para sentar las bases que
posibiliten llegar a conformar un país con madurez
política”.
Agregaba: “Las Fuerzas Armadas no pueden por sí
solas resolver todos los problemas que aquejan al país.
Todos, despojándonos de intereses sectoriales y
pensando en el bien común, tenemos la obligación de
aportar ideas nuevas, sanas y constructivas que orienten
y ayuden a encauzar las soluciones que la Nación
necesita”.
La sola lectura del comunicado deja entrever la
soledad de poder del gobierno militar, la necesidad de
pedir auxilio y compromiso al pueblo en general,
excluyendo a los “sectarios o a aquellos que obedecen a
intereses espurios”.
Revelaban la impotencia para manejar al país.
Retaba al ciudadano con “coraje cívico” a comprometerse
en la búsqueda de la solución para el país que ellos, los
militares, no podían resolver. Era el S.O.S. de un gobierno
que había comenzado a resquebrajarse.
Videla hablaría el 29 de marzo al país reafirmando
la misma ideología del comunicado del 24 de marzo.
Remarcaba que las Fuerzas Armadas no habían
buscado este momento, que lo habían asumido por una
necesidad histórica, justificaba ante su audiencia lo hecho
y por hacer, reconocía el mea culpa por sus errores,
hablaba de mártires que cayeron en la lucha -sólo
Cuando Lo Encuentren... díganle 595

militares- calificaba a los muertos de la subversión de


delincuentes, encargados de sembrar terror y reemplazar
nuestro estilo de vida.
Tal como decía al comienzo de su “reflexión”...
“Aspiro a que mis palabras se interpreten como un
examen de conciencia” y se proclamaba el intérprete “de
un clamor popular y nacional que se levantaba frente a la
gran crisis moral y material”.
Proclamaba el “diálogo fecundo”, rectificar lo
equivocado y se olvidaba nuevamente de dar respuesta a
los presos políticos y desaparecidos, para los cuales “la
reflexión” aparentemente no había alcanzado.
Un día antes de este discurso se publicaba un
documento multipartidario con las firmas de Bittel,
Vicente Solano Lima, Oscar Alende, Fernando Nadra,
Víctor García Acosta y Simón Alberto Lázara;
representantes de los partidos Justicialista, Conservador,
Popular Intransigente, Comunista, Socialista Popular y
Socialista Unificado. Establecían su protesta enérgica por
la llegada de un representante del poder económico
foráneo atribuyéndose el carácter de inspector de nuestra
economía.
“Ha sido traído al país para otorgar el visto bueno
de un plan económico recesivo, inflacionario y
desnacionalizante contra el cual se ha pronunciado la
mayoría de los sectores”, afirmaron. En otro punto se
denunciaba que desde una alta función de gobierno se ha
insistido en la tutoría política que relega a la ciudadanía a
Cuando Lo Encuentren... díganle 596

un estamento inferior e inadmisible toda vez que se ha


afirmado que habrá proceso político democrático cuando
cambie la mentalidad del pueblo argentino. Expresión de
neto corte totalitario. En la Multipartidaria no firmaban -
vaya a saber sus razones - el radicalismo y la Democracia
Cristiana.
El primer punto se refería a la promocionada y
publicitada visita de David Rockefeller que declaró
públicamente su visto bueno con referencia al plan de
Martínez de Hoz y otras consideraciones que molestaron
a muchos sectores por “imprudentes”.
Sin embargo si bien David Rockefeller había sido
invitado por el mismo Martínez de Hoz, no se quedó atrás
el Consejo Empresario Argentino, que trajo a fines de
marzo a Williams Simón, ex secretario del Tesoro
norteamericano durante los gobiernos de Nixon y Ford.
Williams habló de su “viejo amigo Martínez de Hoz”
y avaló al igual que su otro amigo David a este
controvertido ministro de Hacienda de la Nación.
Los trabajadores liderados por la Comisión de los
25 y la CNT (Comisión Nacional de Trabajadores)
encontraban puntos en común, irónicamente, el mismo
día de las declaraciones de Williams. El proceso de
coincidencias permitiría encontrar las formas y
procedimientos que se implementó para la defensa de las
partes acordadas en el programa que constaba de ocho
puntos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 597

El primero: restitución del poder adquisitivo del


salario y plena vigencia de la Ley 14.250; segundo: Ley de
Asociaciones Profesionales; tercero: Ley de Obras
Sociales; cuarto: libertad de activistas sindicales y
derogación de disposiciones limitativas, anulación de la
Ley de Prescindibilidad; quinto: normalización sindical y
de obras sociales; sexto: oposición a la modificación de
aportes provisionales; séptimo: de detenidos; octavo:
defensa de la economía e industria nacional. Firmaban el
documento los siguientes gremialistas: por la CNT Jorge
Triacca, Manuel Díaz Rey, Ramón Baldassini, Francisco Di
Bernardo y Abdala Baluch. Por los “25”: Roberto García,
Fernando Donaires, Carlos Cabrera, Enrique Mico y
Ramón José Valle.
Es indudable que un documento tan contundente
arrasa definitivamente las tibiezas de los partidos
políticos y voceros gubernamentales; es la respuesta clara
de los trabajadores ante una situación crítica y en la cual
se debía adoptar una posición definitiva.
Probablemente ni Videla ni Martínez de Hoz ni
David Rockefeller o Williams hubiesen sospechado que la
clase trabajadora les daría una respuesta tan clara para el
programa que ellos sostenían.
Aun así, los comandantes en Jefe tenían el descaro
de continuar el proceso con referencia al plan político y
el esquema de poder. Lambruschini declaraba que “la
propuesta política no es un evento nacido por imperio de
las circunstancias ni esgrimido ahora para conformar
Cuando Lo Encuentren... díganle 598

soluciones o apresurar resoluciones”. Se trata de un


instrumento previsto desde el comienzo, para lograr los
objetivos fijados también desde un principio. El proceso
no es sectorial, es abierto y convoca; a veces no lo
comprenden los vacilantes por una parte, ni los
impacientes por otra. Los únicos enemigos del proceso
pueden ser los que están en otro planteo. El “terrorismo
subversivo” para Graffigna, comandante de la
Aeronáutica, resumía en pocas palabras el proceso y la
obligación de cada uno: “Servir a la patria es a veces
discutir y otras atacar”. Sostenía que las Fuerzas Armadas
deberían tener acceso de tipo parlamentario. Viola,
comandante del Ejército, solamente manifestaba que el
actual proceso fue encarado por las Fuerzas Armadas con
un estricto sentido institucional.
No podía terminar marzo sin que el general Saint
Jean saliera con una declaración tan difícil de creer como
esta: “No he estado ni estoy enemistado con los partidos
políticos. Estos deben existir ya que tienen un rol
asignado. Su mayor o menor actividad está determinada
por el ritmo acelerado o no que fijan las normas
impuestas por la Nación”. Terminaba un mes de calor
político lleno de contradicciones, pero a la vez se
establecían las relaciones de fuerza en un año 1979 que
sería clave para Argentina.
Cuando Lo Encuentren... díganle 599

LA CAIDA

“Los pueblos sin juventud no tienen porvenir”.

México, 19 de julio de 1979.El 23 de abril del ’79 se


informaba que en la noche anterior casi todos los
dirigentes de la Comisión de los 25 habían sido
detenidos. Era la respuesta de Videla ante la convocatoria
a un paro nacional decretada en repudio a la política
económica.
Curiosamente el gobierno militar había adoptado
una nueva modalidad para el arresto político. Los
gremialistas fueron citados por el Ministerio de Trabajo
para que ratificaran o rectificasen la medida adoptada. Al
hacerlo, afirmando que el paro era una expresión legítima
de la clase trabajadora contra una política de entrega y
los bajos salarios, fueron llevados uno por uno en
vehículos oficiales con rumbo desconocido.
El inmediato conocimiento del hecho por parte de
las agrupaciones gremiales nucleadas en los “25” provocó
la creación de una conducción provisional que ratificó el
paro para el día 27 de abril por 24 horas.
Si bien el paro se realizó sin el apoyo de la CNT
(quienes consideraron la medida como apresurada) y bajo
una represión y coacción inigualada, los porcentajes se
consideraban exitosos, era la primera vez desde marzo
de 1976 que se organizaba un paro general, con el
Cuando Lo Encuentren... díganle 600

agravante de tener su conducción a disposición del Poder


Ejecutivo por violar la Ley 21.400, que prohibía la
incitación a la huelga. La reacción internacional sobre
este hecho no esperó mucho tiempo y muchas
organizaciones de trabajadores, como la
Central General de Trabajadores de Perú, la
Federación Metalúrgica Mundial y la Central
Latinoamericana de Trabajadores expresaron su enérgico
repudio y solicitaban la liberación de los sindicalistas.
Hasta el Departamento de Estado norteamericano
condenó la detención de los gremialistas, refiriendo que
esto era una violación de los derechos laborales
internacionales reconocidos. No obstante, dos días
después eran arrestados nueve dirigentes de la rama
automotriz, entre quienes estaban los secretarios de la
SMATA de
Córdoba y de Bahía Blanca.
La Iglesia, por intermedio del cardenal Primatesta,
pedía a Videla en una reunión privada la libertad de los
detenidos a la vez que presentaba una frondosa lista de
personas desaparecidas desde el golpe del ’76.
Como para no dejar dudas sobre la actitud
gubernamental; al día siguiente eran arrestados
dirigentes políticos en Chaco y del Frente de Izquierda en
Buenos Aires.
El gobierno no quería dejar lugar a dudas sobre sus
intenciones represivas. El 8 de mayo el general Reston,
Cuando Lo Encuentren... díganle 601

ministro de Trabajo, anunciaba la disolución de la otra


Confederación General del Trabajo.
Videla declaraba molesto que “el proceso debe
durar todo el tiempo que sea necesario para cumplir sus
objetivos, sin que esté marcado por calendario ni reloj”.
Completaba el concepto su ministro de Interior,
expresando que el presidente que suceda a Videla sería
también un militar.
Era la primera vez que se lanzaba públicamente
semejante afirmación que trajo lógicamente reacciones
inmediatas en los partidos políticos, que cada vez veían
más lejos sus objetivos de una democracia formal.
La Comisión de Familiares de Desaparecidos
informaba de la desaparición de una de las integrantes de
las conocidas “Locas de Plaza de Mayo”; refiriéndose a la
desaparición de la señora Jara de Cabezas, quien había
sido incluida en la delegación de esa Comisión
para viajar a México con motivo de la tercera reunión
de la CELAM en Puebla.
No eran tan estrictas las represalias cuando se
trataba de grupos políticos de centro derecha como el
Movimiento Popular Provisional, que en número de 29
fueron detenidos también por violar la ley castrense que
prohibe la actividad política. Veintinueve de sus
miembros fueron liberados casi inmediatamente.
La Policía desalojaba de sus centros de trabajo a
2.400 obreros textiles en San Justo, por llevar ya una
semana de paros parciales; reclamaban un aumento de
Cuando Lo Encuentren... díganle 602

salarios y el reintegro de 59 compañeros cesanteados sin


motivos por la empresa.
“The New York Times” en una editorial titulada “Los
médicos locos de Argentina” criticaba al gobierno militar
por la represión que raya muchas veces la barbarie con el
justificativo de extirpar la guerrilla y la subversión en
Argentina.
Comentaba que las intenciones de los militares se
centraban, fundamentalmente, en terminar
definitivamente con el peronismo, pero que no sabían a
ciencia cierta cómo hacerlo y para ello habían decidido
que para que este cáncer no se repita había que
extirparlo como médicos locos, así como también
eliminar a quienes duden de que la operación sea
necesaria.
Pero más duras eran aún las conclusiones del
Colegio de Abogados de Estados Unidos, luego de que
una comisión visitara Argentina y elevara un informe de
48 páginas en las que afirmaban que había más de
10.000 “desaparecidos” y asesinados, y más de 2.500
presos por razones políticas.
Consideraron decepcionantes sus conversaciones
con los funcionarios argentinos, reiteraban la inseguridad
del ciudadano y de los abogados que tenían temor de
defender presos políticos por posibles represalias.
Afirmaba que no había dudas respecto a que desde el 24
de marzo del ’76 grupos pertenecientes a las Fuerzas
Armadas, policías y órganos de seguridad habían
Cuando Lo Encuentren... díganle 603

secuestrado a miles de personas, sometiéndolas a


torturas, matándolas en campos de concentración.
Señalaban en forma de estadística que 99 abogados
estaban presos sin juicio y que otros 92 habían
“desaparecido”.
El gobierno recibía duras críticas a niveles
internacional y local por seguir los dirigentes gremiales
presos. La cercanía de la reunión de la OIT hacía temer al
ministro de Trabajo que se repitiera nuevamente la falta
de concurrencia de la parte obrera a Ginebra.
Los dirigentes sindicales llamados por el interventor
de la CGT, coronel Rolando Rojas, manifestaron que
condicionarían su asistencia a la OIT si los dirigentes
presos no eran liberados, poniendo así un elemento
irritante para el gobierno militar, que debería negociar
bajo presión. Algo que a los militares les molesta sobre
manera.
En Bolivia la Unión Democrática Popular lanzaba la
postulación de Hernán Siles Suazo como candidato a la
presidencia en las nuevas elecciones. En Santa Cruz se
realizaría el acto multipartidario, a pesar de las amenazas
de muerte recibidas contra Siles por parte de grupos de
derecha, que incluso habrían ofrecido hasta 50.000
dólares para su ejecución.
Cincuenta y siete partidos estaban inscriptos,
perfilándose los candidatos: Víctor Paz Estensoro, Siles
Suazo y aparecía Banzer patrocinado por la Acción
Democrática Nacionalista.
Cuando Lo Encuentren... díganle 604

Un muerto y varios heridos fue el saldo en el


aeropuerto de Santa Cruz cuando arribaba Siles. La
Falange Socialista boliviana ocupaba el aeropuerto para
impedir el desembarco de Suazo. Comandos derechistas
encabezados por Carlos Valverde colocaban barriles en la
pista de aterrizaje y disparaban ráfagas de metralletas.
Una manifestación izquierdista marchó para ocupar el
aeropuerto y desalojar los comandos derechistas,
entablándose una reacción armada que provocó la muerte
de uno de los manifestantes. La Policía y el Ejército
“lógicamente no intervinieron”.
La Central Obrera Boliviana (COB) se declaraba en
estado de emergencia, se temía un golpe de estado luego
de que fuerzas paramilitares adictas a Banzer produjeran
graves incidentes en el Centro Minero de Huanumi, donde
se registró once heridos de bala. La COB acusaba a
Banzer de estar implicado en una escalada
antidemocrática. Por su parte, la junta militar reiteraba
que las elecciones se llevarían a cabo, a pesar de la ola de
rumores y anunciaba la aplicación de todo el peso de la
ley para aquellos que pretendan entorpecer el proceso.
En Chile el presidente de la Suprema Corte Israel
Borquez declaraba que “le importaba un rábano las
consecuencias de su fallo al haber rechazado la petición
estadounidense de extradición de los tres militares
implicados en el asesinato de Letelier”. Agregaba que “los
estadounidenses son muy buenos actores y notables en
creer en la ingenuidad de los demás”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 605

Sergio Fernández, ministro del Interior, anunciaba


el procesamiento contra 64 personas detenidas por
realizar manifestaciones reclamando por desaparecidos y
presos políticos.
Pero aún en uno de los sistemas más represivos
hegemónicos, como Nicaragua, se reanudaba la
contraofensiva sandinista con una proclama que
indudablemente sería histórica. Fechada el 31 de mayo de
1979 en “algún lugar de Nicaragua” la proclama llamaba
“a la huelga general”, reclamaba al pueblo sumarse a la
lucha contra el dictador, anunciaba que a partir del 4 de
junio la huelga general de todo el pueblo nicaragüense se
uniría a la ofensiva sandinista. Firmaban el documento la
Dirección Nacional Conjunta del Frente Sandinista: Daniel
Ortega, Jaime Wheelock Román, Humberto Ortega
Saavedra, Luis Carrión Cruz, Víctor Tirado López, Carlos
Núñez, Tomás Borga Martínez, Henry Ruiz Hernández y
Arce Castaño.
Se establecían los frentes de combate: Frente Norte,
Carlos Fonseca Amador; Frente Occidental, Rigoberto
López Pérez; Frente Sur, Benjamín Zeledon; Frente
Oriental, Roberto Huembes; Frente Central, Camilo
Ortega.
Como respuesta a esta proclama, la Guardia
Nacional somocista aumentaba sus efectivos a 25.000
hombres, entre los cuales ya había asesores
norteamericanos, argentinos, chilenos y grupos
Cuando Lo Encuentren... díganle 606

especiales de mercenarios norteamericanos y


sudamericanos.
Ernesto Jacoby, comandante somocista en el Frente
Sur, aceptaba que la reanudación de esta lucha lanzada
en ese frente no tenía las características de guerrilla sino
de una guerra convencional.
Edén Pastora avanzaba por el Frente Sur. En Occidente se
realizaba el operativo Chinadega. En el frente Norte llevaba diez
días la ofensiva en Jinoteca. Veinticuatro horas antes de la
señalada para el paro general, el Frente Patriótico Nacional (FPN) y
la FAO (Frente Amplio Opositor) adherían a la huelga “dando el
respaldo total”.
Estallaba el 4 de junio la huelga general. Todas las
agencias internacionales coincidían en que era del 100%.
La Guardia Nacional alistaba el estadio Nacional de
Managua para probables detenidos al estilo argentino y
chileno. Se iniciaban los bombardeos en León y en el
Frente Sur.
El Fondo Monetario Internacional aprobaba el apoyo
solicitado por Somoza consignando 51,6 millones de
derechos especiales de giro de dólares disponibles hasta
el 31 de diciembre.
En la OEA, Estados Unidos, por intermedio de Gale
Mc Gee, había ratificado el plan basado en tres puntos
clave: desarrollar el legítimo proceso de transición
política para una democracia, fortalecer a la Guardia
Nacional, derrotar militarmente al sandinismo y,
posteriormente, negociar con la oposición moderada.
Cuando Lo Encuentren... díganle 607

Sacasa, representante somocista, advertía el peligro


de esta conjura de la Internacional Socialista Comunista
contra Nicaragua y su “regímenes democráticos” como el
de Somoza. Recrudecían las luchas en León, Chinandega,
Chichigalpa, donde también se iniciaban los bombardeos
indiscriminadamente. En Managua se realizaban las
primeras tomas de barrios como los de San Judas,
Altagracia y Monseñor Lescano. Los empleados públicos
huían de sus puestos (tenían obligación de concurrir) y
las tanquetas y patrullas militares recorrían el centro de
Managua. La guerra civil estaba en marcha.
Para el 7 de junio se establecían fuertes combates
en Diriamba, Matagalpa, Ocotal, quedaban bajo control
Sandinista Granada, Masaya y Carazo.
Se iniciaban los bombardeos en los barrios de
Managua a la población civil. Los Estados Unidos
disponían la salida de todo el personal de su embajada en
Managua.
En el aeropuerto de Las Mercedes la gente era presa
de la histeria colectiva por conseguir boletos de avión
para escapar de la guerra civil.
El Pacto Andino enviaba sus cancilleres para
entablar diálogo con Somoza y buscar un arreglo político.
Doscientas personas morían en Managua tras el
bombardeo al barrio obrero Las Américas; las posiciones
se endurecían por la brutalidad de la Guardia Nacional.
El coronel Aquiles Aranda, de la Guardia Nacional,
declaraba que la situación estaba en calma y que todo lo
Cuando Lo Encuentren... díganle 608

demás (información internacional) es “propaganda


comunista”.
Somoza anunciaba que no se iría, “yo no tengo por
qué abandonar mi mandato constitucional sólo porque
gobiernos enemigos se les ha antojado dar armas a los
insurrectos”. Aceptaba 300 bajas en la Guardia Nacional y
prometía controlar la situación en dos semanas más.
Los cohetes largados por los aviones somocistas
Push-Pull provocaron incendios y destrozos inigualables.
Entre los escombros quedaron enterrados cementerios
humanos de la población civil indefensa.
La realidad era otra, las acciones de insurgencia
popular desgastaban a la Guardia Nacional; rumores que
se propalaban rápidamente insistían en que muchos
funcionarios ya estaban con las maletas listas.
Dos aviadores de la Guardia Nacional atacaban el
aeropuerto de Las Mercedes antes de desertar a Costa
Rica, la descomposición de la oficialidad y la tropa eran
evidentes.
El 15 de junio, el canciller Julio Quintana
manifestaba que estaría dispuesto a conversar “con quien
sea menester” y al preguntarle si esto involucraba al
Frente Sandinista respondió: “No digo ni sí ni no”.
El coronel Bravo caía derrotado en el puesto
fronterizo de Peñas Blancas, con su comando temido.
Bravo escaparía posteriormente a Managua. En esta
capital, el hambre se comenzaba a apoderar de su
Cuando Lo Encuentren... díganle 609

población, los grandes almacenes y tiendas caerían en


manos del pueblo en pocas horas más.
La Guardia Nacional tampoco se quedaba atrás. En
vehículos pertrechados con M-50, llevaban televisores,
aparatos electrónicos, ropas y alimentos que obtenían del
saqueo. El pueblo fundamentalmente buscaba alimentos.
La formación de un gobierno provisional estaba en
marcha. Dos de sus miembros estaban en Nicaragua
combatiendo; Daniel Ortega y Moisés Hassán.
Ramírez, desde Costa Rica, anunciaba que
posiblemente se instalara en Rivas el gobierno
provisional, una vez que ésta caiga en manos de los
Sandinistas; expresaba a su vez que la Guardia Nacional
sería disuelta y juzgados sus miembros al comprobarse
su participación en el genocidio.
Los ministros somocistas ya asustados se
declaraban partidarios de una solución política. Jaime
Fernández, ministro de Economía de Somoza, declaraba
que el Pacto Andino (que intervenía para buscar una
solución política) es un bloque económico con cierta
influencia política y que con su postura afectaba al
gobierno de Somoza. Insinuaba que detrás de todo esto
estaba la mano del Departamento de Estado. Afirmaba
categóricamente que “en este país no habrá nunca una
victoria militar, habrá, eso sí, un control militar de la
crisis, pero nunca habrá vencedores ni vencidos”.
El 16 de junio, el Pacto Andino reconocía al Frente
Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como ejército
Cuando Lo Encuentren... díganle 610

regular en guerra, algo sin precedentes en América


Latina, y fundamentaba tal actitud debido a que la lucha
armada había adquirido características de profundidad y
acción bélica abierta que pone de manifiesto un
verdadero estado de beligerancia.
En contraste con esto, 125 diputados
norteamericanos solicitaban a Carter la restauración
inmediata de la ayuda militar a Somoza con el argumento
de que si no hacían algo para impedir la injerencia de la
Unión Soviética, muy pronto el comunismo se extendería
por toda Centroamérica.
Radio Nacional advertía a los habitantes de los
barrios de El Dorado, Luis Somoza, Don Bosco y zonas
circundantes que deberían abandonar sus casas por la
“necesidad” de la Guardia de bombardear lo que se
consideraba refugios de comunistas Sandinistas.
El mismo día se establecía formalmente el gobierno
provisional cuyos integrantes serían: Sergio Ramírez,
Violeta Chamorro, Alfonso Robelo, Moisés Hassán y
Daniel Ortega Saavedra.
Caía definitivamente León y su guarnición, el
pueblo había quedado en ruinas, comenzaba el avance a
Rivas. En Estelí, la guarnición estaba sitiada, Somoza
temblaba. La Guardia Nacional se resquebrajaba y
aumentaba el número de desertores. El Batallón Luis
Somoza reforzaba la protección del bunker. La sombra de
la intervención aún estaba en los cálculos del Pentágono.
Cuando Lo Encuentren... díganle 611

El 20 de junio cuatro columnas de insurgentes


liberaban Rivas tras tensos y cruentos combates. Horas
antes la aviación Somocistas había bombardeado Sapoa,
asegurando que posterior a eso serían barridos los
Sandinistas en Rivas.
Si algo faltaba para la desgracia de Somoza fue la
filmación que hizo la cadena ABC del asesinato bárbaro
de William Stewart, quien se encontraba cubriendo la
información para esa poderosa cadena, por soldados de
la Guardia Nacional.
La filmación reiterada cada hora en todo el mundo
levantaba a una opinión pública indignada en una
reacción insólita. Los medios de comunicación masiva de
Estados Unidos lanzaron la noticia y ocuparon la atención
de cien millones de habitantes que hasta ahora no habían
tomado muy en cuenta el proceso de Nicaragua.
Carter exigía la inmediata investigación y calificaba
de “bárbaro” el asesinato del periodista. A su vez los
corresponsales de todo el mundo instalados en Managua
solicitaban una inmediata conferencia de prensa con
Somoza, quien en un principio e infantilmente aseguró
que esta muerte que le “preocupaba” había sido en un
frente de combate. La filmación terminó por descubrir la
patraña argumentada, retirándose Somoza de la
conferencia sumamente nervioso y alterado, se había
orinado encima.
Para el 20 de junio Estados Unidos aún sostenía su
tesis y admitía esta vez, según las declaraciones de Jill
Cuando Lo Encuentren... díganle 612

Schucker, vocero del Departamento de Estado, la


posibilidad de crear una fuerza interamericana de paz
para poner fin a la guerra civil, destituir a Somoza e
instaurar un gobierno transitorio en donde también
(primera vez lo admiten) estarían representados los
Sandinistas. A su vez imputaba como nulo el envío de
Miguel Escotto como representante Sandinista a la OEA.
Somoza, luego de haber viajado a Guatemala en
secreto para pedir ayuda al CONDECA, admitía que la OEA
presionaba a los países centroamericanos para impedir
que le ayudasen en su guerra contra el comunismo.
Afirmaba -y esto despertaba desconcierto en los
periodistas - que en lo militar, él y su Guardia
controlaban el 90% del país. En esta conferencia de
prensa, en la que participaron por primera vez enviados
de Europa, admitía públicamente la ayuda recibida de
Argentina a través de su gobierno militar.
La OEA en su decimoséptima reunión y con la
presencia del delegado de los Sandinistas aplastaba la
propuesta de los Estados Unidos de la creación de una fuerza
interamericana de paz, y se aprobaba la postura sostenida por
México en la que se pedía el reemplazo inmediato y definitivo del
régimen Somocistas, recalcando que el único que puede
decidir su destino es el pueblo de Nicaragua.
Somoza, ebrio, alcoholizado y derrotado, golpeaba
la mesa ante cientos de corresponsales manifestando a
gritos que él “deseaba morir como Salvador Allende”. Al
día siguiente, rechazaba la resolución de la OEA acusando
Cuando Lo Encuentren... díganle 613

de comunistas a los gobiernos de México, Costa Rica,


Panamá, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Jamaica,
Granada y Bolivia.
Las campanas de Masaya anunciaban, junto al
festejo popular, el nacimiento de una ciudad liberada y la
captura de importante armamento. En Managua las
milicias Sandinistas se retiraban de los barrios
bombardeados dando aparentemente un triunfo y respiro
a las fuerzas Somocistas.
Lawrence Pezzullo, embajador de Estados Unidos
en Nicaragua, trataba por tercera vez de sacarle a Somoza
la renuncia para poder negociar antes de que fuera tarde.
La Guardia Nacional se preparaba para la gran
batalla de Peñas Blancas en donde trataban de encerrar a
los Sandinistas. El repliegue de Managua se dirigía a
Masaya con la finalidad de iniciar (ya tomado el frente) la
gran ofensiva contra la capital.
Ahora era Somoza quien ofrecía a EE.UU. a fines de
junio su salida bajo la condición de que su partido liberal
y la Guardia Nacional integren el próximo gobierno. El
plan fue entregado a título de prueba para sondear la
reacción del Departamento de Estado, que a su vez, luego
de rechazarlo, reiteró los cuatro puntos para la salida del
tirano.
El “Jerusalén Spot”, de Tel Aviv, informaba que los
servicios de Inteligencia de Estados Unidos habían
detectado, a consecuencia de las denuncias públicas, que
Israel abastecía con armas y municiones a Somoza.
Cuando Lo Encuentren... díganle 614

Argentina y Estados Unidos están ayudando a Somoza


militarmente, según un informe de la inteligencia
panameña dado a publicidad el 6 de junio y publicado en
la prensa “Estrella de Panamá”. El informe dice
textualmente:
«Entre el 16 de junio y el 30 del mismo mes, se han
producido 18 tránsitos de aviones de la Fuerza Aérea
Argentina hacia Nicaragua. Igualmente en ese mismo
lapso se han producido 105 salidas de aviones C-130
rumbo a Managua. Los aviones han sido dotados de
material de guerra, medicamentos y ambulancias. Para los
últimos días de julio salieron 8 helicópteros Va 1 y doce
tanquetas. Cada avión va acompañado de soldados de la
campaña “Bravo” y “Diablo Rojo” equipados con armas de
combate».
El 10 de julio Sevilla Sacasa solicitaba en
Washington una sesión del Organo de Consulta de la OEA
para tratar temas de interés a todas las naciones del
“continente” y una reunión ministerial con los miembros
del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)
en el cual, según adelantó, habrá una exposición
“histórica”.
Mientras tanto, habían establecido una base militar
estadounidense en Costa Rica, sin autorización previa,
con 35 infantes de marina y equipo de
telecomunicaciones para espiar las columnas sandinistas
del sur. El Parlamento costarricense ordenó la evacuación
de esas fuerzas militares.
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Ocho países habían reconocido ya al gobierno


provisional sandinista; Panamá, Granada, Guayana,
Yemén Democrático, Libia, Irak, Siria y Vietnam. El
somocismo agonizaba. A pesar de ello celebraron el 86
aniversario del ascenso de las fuerzas liberales al poder.
Somoza aprovechó para manifestar que jamás olvidará la
traición de los costarricenses a sus hermanos
nicaragüenses, “que en diabólica conspiración han
pretendido arrancarnos nuestras libertades públicas”.
A mediados de julio la situación era ya insostenible
para el dictador y genocida Somoza. La Guardia Nacional,
ya quebrada y en muchos de los lugares del interior
rendida y agotada, marcaba las últimas horas de la
sangrienta dictadura. El final que tanto anhelaba el
pueblo se acercaba vertiginosamente.
Somoza se presentaba ante los periodistas
nuevamente, sin controlar sus esfínteres... - orinado -,
con un misil de fabricación china en la mano, tratando de
demostrar que los insurgentes tenían apoyo comunista.
Evitaba entrar en el tema de su inminente renuncia.
En el Partido Liberal asomaba su futuro presidente,
Francisco Urcuyo Maleaño. Este debería nombrar al nuevo
jefe de la Guardia Nacional y posterior traspaso a un
gobierno de coalición.
Los rumores producían desconcierto en todo el
aparato gubernamental. Los carros Mercedes Benz
pertenecientes a los funcionarios estaban cargados de
Cuando Lo Encuentren... díganle 616

documentos y una limosina negra esperaba en las puertas


del despacho de Somoza.
El comandante Bravo aseguraba que aún con la
renuncia de Somoza la Guardia Nacional, que permanecía
íntegra y leal a la Constitución, seguiría combatiendo a
los comunistas Sandinistas hasta lograr la
democratización de Nicaragua. En la noche del 16 de julio
los bombardeos fueron casi desesperados como
anunciando la caída del régimen. En forma indiscriminada
y sin importar la población civil, Mantagalpa y León
recibían cohetes a mansalva. La lucha en el periferia de
Managua se agudizaba.
El 17 de julio Somoza renunciaba y abandonaba de
inmediato el país. Previo a esto, había dado de baja a
todos los oficiales, incluido su hermano, de la Guardia
Nacional; para permitirles salir del territorio. El
desconcierto cundía en toda la oficialidad nueva y se
temía un descontrol con la posibilidad de matanzas en
forma de masacre de la colonia Open III.
El nuevo jefe de la Guardia Nacional, general
Federico Mejía, llamaba “comunistas” a los miembros de
la Junta de Reconstrucción. Urcuyo se preparaba a
instalarse en el poder para continuar hasta que expire el
mandato de Somoza ya en Miami.
Tomás Borge, desde León en un mensaje de “Radio
Venceremos”; manifestaba que “la burguesía tendrá que
resignarse a la derrota, y si no se resigna, el pueblo se
Cuando Lo Encuentren... díganle 617

encargará de hacer justicia. El pueblo nicaragüense ha


decidido su destino que es Patria Libre o Morir...”
Urcuyo había violado el acuerdo logrado con los
Estados Unidos, al no reunirse con la oposición y
representantes de la OEA 24 horas después de la caída de
Somoza.
Ante esta actitud, Carter declaraba que la posición
de Urcuyo, de negar la oportunidad histórica de conseguir
la paz y reconciliación, sería negativa para el proceso y le
hacían un llamado para cumplir con los compromisos
contraídos.
Urcuyo rechazaba la propuesta de Pezzulo y
manifestaba que si el propósito de EE.UU. era la caída de
Somoza ésta se había cumplido y que, por lo tanto, se
podría realizar la unificación nacional; abandonar la
presidencia sería anticonstitucional, agregaba.
Los Sandinistas daban su ultimátum a Urcuyo, de lo
contrario entrarían a Managua, virtualmente rodeada por
el ejército Sandinista triunfante ya en todo el país.
El 18 de julio, asumía en León en forma definitiva la
Junta de Reconstrucción. Urcuyo escapaba con una
cincuentena de funcionarios a Guatemala, y la Guardia
Nacional, desquiciada y descontrolada realizaba matanzas
a civiles en un baño de sangre y acohol. Fue la noche más
confusa de toda la historia de Nicaragua.
La población recibía noticias dispares, la Junta asumía, la
Guardia se desintegraba, los combates seguían. En el hotel
Internacional los somocistas salían corriendo con sus maletas
Cuando Lo Encuentren... díganle 618

entreabiertas, 14 aviones de la Fuerza Aérea despegaban y


escapaban a Tegucigalpa, en Honduras, la Guardia Nacional se
rendía a las fuerzas sandinistas que ya entraban triunfantes en
Managua.
La Junta de Reconstrucción derogaba las Cámaras y
la Constitución, enviaba a la OEA un mensaje de
intenciones manifestando su deseo de que la Comisión
Interamericana de los Derechos Humanos visitara el país;
como medida fundamental para demostrar la integridad y
respeto hacia los derechos humanos que tendrían en el
futuro las fuerzas Sandinistas para con sus enemigos.
Implacable en la lucha, generosa en la victoria, sería
el lema posterior al triunfo. Cuarenta y cinco años de
lucha y sufrimiento de todo un pueblo caían en este
glorioso julio del ’79.
Esta pequeña y gran historia de la lucha y el triunfo
de un pueblo sobre toda una estructura de más de
cuarenta años de poder, y como “modelo” de seguridad
nacional y baluarte del anticomunismo en Centroamérica,
dejaba un saldo más que elocuente para el resto de
América y Centroamérica.
Dejaba también un saldo favorable para todas las
luchas por la liberación de pueblos sojuzgados por
dictaduras militares, demostraba que la unidad de un
pueblo, por encima de diferencias estériles, podía
derrotar al más fuerte y poderosos de los dictadores.
Demostraba la capacidad de un pueblo para iniciar
y sostener una lucha que se gesta en una desigualdad
Cuando Lo Encuentren... díganle 619

increíble de armas, tecnología, estructura, comunicación y


apoyo financiero. Esta guerra librada y ganada, guerra de
los “adolescentes” como podría llamarse; de los
“muchachos”, como cariñosamente denominaban a los
Sandinistas; daba una lección tremenda y realista a todos
los movimientos de liberación americana.
Quebraba a su vez la articulación represiva de la
política norteamericana, sustentada en más de cincuenta
años en el dominio del poder.
Dejaba la duda de una explosión revolucionaria en
Centroamérica, de una lucha más frontal en el Cono Sur y
de una pérdida de fuerzas del imperialismo en el dominio
provechoso del mundo occidental.
Una guerra que probablemente dejará huellas
profundas no sólo en esa gloriosa Nicaragua que hoy
tiene la posibilidad de un camino sembrado de futuro,
sino también para toda la América que ha visto en dos
meses lo que un pueblo decidido puede hacer.
Demás está en su hora del triunfo cantar loas a la
victoria. El camino a recorrer por Nicaragua será arduo y
probablemente con más escollos y peligros que otras
naciones, pero es un reto que asume un pueblo maduro
en sus sufrimientos y claro en sus objetivos.
La contrarrevolución será un peligro permanente,
pero no habrá que olvidar que hoy en Nicaragua el pueblo
es poder y esto será difícil de derrotar.
Cuando Lo Encuentren... díganle 620

LA QUIEBRA

“Tenemos un gobierno, un país y un Estado lo


suficientemente fuertes para hacer cumplir las normas del
país”, manifestaba Martínez de Hoz en el club Houston de
EE.UU. ante 300 miembros de The Mens Forum en su gira
de “buena voluntad” para explicar la situación económica
argentina ante las grandes multinacionales.
Expresaba, quizás, la real política y filosofía de las
Fuerzas Armadas. El poder militar a cualquier costo para
implantar el plan económico más sacrificado que hayan
soportado las clases populares.
Sin embargo, Argentina conservaba orgullosa aún el
liderazgo de inflación en el mundo, lo que motiva
inquietud en algunos sectores de las Fuerzas Armadas
que ya no comulgaban con el plan de Martínez de Hoz a
tres años de gobierno “revolucionario”.
Viola, por otro lado, hacía declaraciones sobre los
desaparecidos manifestando que “aquí hubo guerra, y en
ella siempre hay muertos, presos y ausentes para
siempre”; terminando con una frase que sería célebre:
“Por ello no se busquen más explicaciones donde no las
hay”.
Sobre la guerra y su victoria militar agregaba: “Lo
peor no es perder la vida, lo peor es perder la guerra. Por
eso el Ejército recupera hoy ese valor de la vida y puede
decir al país: hemos cumplido esa misión”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 621

“Esta guerra, como todas, deja una secuela,


tremendas heridas que el tiempo y solamente el tiempo
pueden restablecer. Ellas están dadas por las bajas
producidas, los muertos, los heridos, los detenidos, los
ausentes para siempre. El Ejército lo sabe, porque no es
inhumano ni insensible”.
Hasta el “Washington Post”, diario representante de
la derecha liberal en EE.UU., sentenciaba en una editorial
denominada “Argentina sangrienta” que el gobierno de
Videla y Viola podría muy bien ser calificado como el más
sangriento y sanguinario del mundo, después de que
abandonara ese campeonato internacional el tristemente
célebre Idi Amin.
El 29 de junio, oficialmente, se reconocía que el
número de extremistas subversivos detenidos había
disminuido de cinco mil a mil setecientos veintitrés,
habiéndose realizado un total de arrestos de ocho mil
setecientos.
Sobre los campos de concentración denunciados a
nivel internacional el gobierno se amparaba diciendo que
“no hay prisioneros en ninguna otra institución que no
sean los establecimientos penitenciarios formales”.
Videla, por otra parte, afirmaba que cumplida esta
primera etapa con el saldo anteriormente dado de presos
y desaparecidos las Fuerzas Armadas se proponían iniciar
una nueva “estrategia” para combatir ahora la “subversión
ideológica” que sus cuerpos de inteligencia habían
Cuando Lo Encuentren... díganle 622

detectado claramente infiltrados en los medios sindicales,


culturales, políticos y universitarios.
Para el logro de su “victoria absoluta” sobre el
terrorismo, que tantas molestias había causado en el
seno de las Fuerzas Armadas, había que prolongar su
estancia con dominio absoluto del poder, tanto político
como militar, de otra forma se caería en situaciones
similares a gobiernos de militares que, en poco plazo,
entregaban el poder a quienes se lo habían arrebatado.
A modo de sondeo, el jefe de Estado Mayor, Suárez
Masson, declaraba: “Después de finalizado el tiempo
previsto (es decir 1981) de Videla; habrá dos presidentes
más, militares; por períodos de tres años cada uno”. Vale
decir que se argumentaba la permanencia de los militares
hasta 1987, tiempo que ellos consideraban prudente para
que la ciudadanía tuviese “mayoría de edad” para elegir a
sus propios gobernantes.
Clifford P. Case, desde Nueva York, como
presidente de Freeddom House, enviaba a Videla un
telegrama en donde reclamaba por la información de
quince mil desaparecidos en Argentina desde 1976;
manifestándole que sería “una señal de infinita cordura y
sensatez de su gobierno, que Ud. hiciera todo lo posible y
esfuerzos necesarios para que los desaparecidos
reaparezcan”.
Se estaba preparando el gobierno para la visita de
la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos,
que arribaría el 6 de septiembre, a su vez las diversas
Cuando Lo Encuentren... díganle 623

comisiones civiles y sindicales también preparaban su


documentación para presentarla ante la delegación
norteamericana (OEA).
La Policía allanaba el 13 de agosto por orden de un
juez la sede del Movimiento Ecuménico por los Derechos
Humanos y también la de la Asamblea Permanente de los
Derechos Humanos.
Contingentes de policías vestidos de civil, bien
conocidos por los argentinos en los interminables actos
de secuestro que se habían producido en tres años;
volvían a un “operativo”, esta vez avalados por un juez
cuyo nombre no se registra en las crónicas periodísticas.
Las fuerzas represivas incautaron algunos ejemplares
editados por esas organizaciones, realizados para
presentar ante la Comisión de la OEA.
El comandante de la Fuerza Aérea, Omar Graffigna,
señalaba un día antes de este allanamiento: “La inquietud
que reina aquí por la suerte de naciones hermanas
(aludiendo a Nicaragua) por influencias desaprensivas y
desestabilizadoras pueden caer bajo las garras del
totalitarismo marxista”. Terminaba afirmando que
“nuestro espíritu debe estar templado y pronto para
utilizar todos los recursos lícitos e idóneos de nuestra
influencia y nuestra acción”.
La acción de Nicaragua había estremecido a los más
duros grupos represivos de los militares, quienes
replanteaban su metodología. En Chile, los generales
Contreras y Espinosa recibían la confianza de Pinochet, a
Cuando Lo Encuentren... díganle 624

la vez que calificaban de lacayos a algunos colaboradores


del régimen, que habían avalado en algún momento las
acusaciones que pesaban sobre ellos. Contreras declaraba
que está nuevamente dispuesto a cumplir órdenes de “mi
general” (Pinochet).
El presidente de la Suprema Corte, quien se había
pronunciado contra la extradición por falta de pruebas,
era acusado por el abogado Echeberry por el fallo
equivocado, argumentando que las pruebas eran
absolutamente contundentes.
Se promulgaba el plan laboral elaborado por el
gobierno, en el que se limitaba los mecanismos de huelga
hasta un máximo de 60 días e impedían la paralización
de determinadas actividades, permitiendo a los
empleadores cerrar sus empresas y contratar nuevo
personal. Este plan debilitaba absolutamente a las fuerzas
laborales, restándoles fuerzas de negociación y quedaban
a merced de una ley amputante.
Gustavo Leigh, antiguo cómplice de Pinochet en el
derrocamiento de Allende, volvía a criticar el régimen con
estas palabras: “La historia juzgará severamente las
graves infracciones a los principios y a los derechos de
los actos de este gobierno”. Paradójico hecho por ser su
declarante quien debería rendir cuentas a la historia que
entonces temía.
Pinochet tuvo que salir al paso porque esto creaba
cierto desconcierto a nivel político tanto nacional como
internacional, más aún cuando se tenía el antecedente de
Cuando Lo Encuentren... díganle 625

que Leigh había sido destituido por discrepar con los


postulados de la “revolución”.
El general Fernando Matthei, jefe de la Fuerza
Aérea, en declaraciones al diario “El Mercurio” decía que
sería conveniente que en un plazo de tres a cuatro meses
se volviera a permitir la creación y funcionamiento de los
partidos políticos.
En general, declaraba que no se regresaría a una
democracia formal y menos aún dejaría abandonado todo
a la suerte de unos seudodemócratas, que sólo deseaban
satisfacer sus ambiciones personales.
Recordaba que las Fuerzas armadas, se habían
hecho cargo del gobierno como un verdadero acto de
servicio, y que el gobierno no renunciaría a preservar el
orden y la paz. Las discrepancias estaban así a la luz
pública.
Otra vez la revolución nicaragüense hacía mella en
las aparentes estructuras monolíticas de las dictaduras.
En Uruguay también incidía la caída de Somoza, al
declarar el jefe de la Fuerza Aérea que el actual proceso
político desembocará en una democracia genuina. El
general Bendaham terminaba declarando que “con los
matices propios de cada país, nuestra institución ha
intervenido conjuntamente con los demás componentes
de las Fuerzas Armadas para defender los elementos
esenciales de nuestra nacionalidad, pero sin apartarnos,
por ello, de los principios básicos del respeto al hombre,
Cuando Lo Encuentren... díganle 626

de su dignidad y su libertad. Teniendo como objetivo


permanente la felicidad de nuestro pueblo”.
Mientras Figuereido, en Brasil, proponía una
amnistía a más de 4.500 exiliados, incluidos todos
aquellos que desde el 2 de septiembre de 1961 al 31 de
diciembre de 1978 vieron suspendidos sus derechos
políticos. En Bolivia, las Fuerzas Armadas lanzaban un
comunicado en el que calificaban a la Unión Democrática
de provocadora y subversiva, por la amenaza de movilizar
las masas del país para que la victoria sea respetada por
el Parlamento. Prometían también llevar el proceso
electoral sin presiones ni amenazas de ninguna clase.
Estaba estipulado que desde agosto de 1979 las
Fuerzas Armadas volverían a sus tareas específicas, algo
difícil de creer.
Diez mil casillas para un millón novecientos mil
votantes. Siles Suazo aparecía como el favorito
nuevamente, ubicándose en segundo lugar Paz Estensoro.
Efectivamente, el 12 de junio del ’79 la Unidad
Democrática Popular amenazaba con su triunfo, incluso
cuando faltaba terminar el escrutinio.
Aparentemente, ninguno de los partidos alcanzaba
la mayoría absoluta del triunfo que, aseguraba, era
absoluto por todos los medios legales y democráticos a
su alcance.
A fines de julio, la UDP argumentaba que había
irregularidades en los cómputos, para evitar el triunfo
que consideraban definitivo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 627

Por su parte, el gobierno señalaba que en las


“actuales circunstancias no se avizoraba un gobierno
fuerte que tenga respaldo de las mayorías capaz de
solucionar los grandes problemas nacionales”.
Siles Suazo obtuvo 528.696 votos; Paz Estensoro
527.184 votos, Banzer 218.000 y Quiroga del Partido
Socialista, 70.765. Aun así, el 50% no estaba al alcance de
ninguno de ellos y, por lo tanto, se especulaba con las
componendas que se debería realizar con los miembros
parlamentarios.
Banzer aparecía como el árbitro entre dos colosos
argumentando que, al no haber entendimiento, se podría
dar la posibilidad de que las Fuerzas Armadas
continuaran en el poder.
Corroborando esa hipótesis, el general Castillo
Suárez advertía que las Fuerzas Armadas estaban
dispuestas a continuar en el gobierno si el Congreso no
elegía pronto al nuevo presidente.
La Central Obrera Boliviana se declaraba en “estado
de emergencia” a los fines de impedir una intervención
militar que flotaba en todos los medios políticos.
El 5 de agosto las dos fuerzas más importantes, la
UDP y el MNR, llegaban a un acuerdo en el Parlamento
para elegir al nuevo presidente Walter Guevara Arce:
fundador junto a Paz Estensoro y Siles Suazo del
Movimiento Nacionalista Revolucionario Auténtico.
Cuando Lo Encuentren... díganle 628

Asumía Guevara Arce para que en 1980 se


realizaran nuevas elecciones, esta vez con doble vuelta
para presidente.
Los partidos políticos argentinos seguían
presionando a la junta militar por la apertura
democrática.
Balbín solicitaba que se levante la veda a los
partidos aduciendo que en Argentina gobernaba la
minoría del pueblo. “Si el gobierno no cede en su rigidez
política quedará como está, aislado y sin ninguna otra
posibilidad más que ofrecer palabras”.
Los políticos Angel Robledo, Antonio Trócoli, Pablo
González Berges, Francisco Aguirre, Rubén Iscaro, Oscar
Allende, Enrique De Vedia y Víctor García resaltaban en
una encuesta para la revista “Siete Días” los planes de
“retorno institucional” de Viola, censurando la política
económica, demandando el diálogo amplio, así como un
efectivo clima de respeto.
El clima de respeto era puramente declamatorio.
Pocos días después, la Policía allanaba un diario alemán
editado en el país, “Argentinisches Tageblatt”,
sustrayendo documentos sobre los desaparecidos y
detenidos, así como también material de denuncia sobre
torturas y violación de los Derechos Humanos. Este
material debía ser publicado al día siguiente. Detenían
también al director de la “Opinión de Rafaela” Reynaldo
Actis; al director del “Litoral” de Santa Fe, Riobo Caputto,
Cuando Lo Encuentren... díganle 629

ambos por haber violado la Ley de Seguridad al informar


que Firmenich estaba en Nicaragua.
Como acotación importante, en esos días, en Perú,
Bermúdez Morales anunciaba que las Fuerzas Armadas
volverían a sus cuarteles con “banderas en alto”, casi algo
similar a las declaraciones de los militares bolivianos y
probablemente el mismo slogan del resto de los
gobiernos militares sudamericanos para los que para la
década del ’80 se vaticinaba su derrumbe.
Quizás el golpe más importante de fines de julio,
para el gobierno militar argentino, fue el anuncio de la
unificación de la Comisión Nacional del Trabajo (CNT) y la
Comisión de los 25, quienes se comprometían a elaborar
un plan reivindicatoria de derechos laborales “violados”
desde que asumieron los militares en 1976.
“Cabildo”, semanario ultraderechista argentino,
anunciaba que el régimen militar cercado por sus propios
fantasmas iba en camino a un callejón sin salida.
Comenzaban a aflorar las diferencias ideológicas y
conceptuales dentro de la cúpula militar, hasta ahora
“vendida” como monolítica.Terminaba el mes de agosto
con una modificación en el espectro americano. En
Nicaragua, los sandinistas impulsaban la formación de
una nueva estructura de poder y defensa, por intermedio
de los Comités Sandinistas (CS) y la creación de la Central
Sandinista de Trabajadores y la Juventud Sandinista 19 de
Julio. Tirado anticipaba aproximadamente las
características de estos núcleos refiriendo: “Los comités
Cuando Lo Encuentren... díganle 630

de defensa van a llegar hasta la médula de la base


popular y se van a estructurar por calles, cuadras, barrios,
municipios y departamentos. La dirección de estos
comités será realizada por elección directa en asambleas
populares, y estarán coordinadas con el ejército popular
Sandinista y las Fuerzas Armadas”.
Nicaragua también pedía a Estados Unidos preparar
la posible contrarrevolución. Solicitaba armamentos y la
concreción de la ayuda prometida en alimentos,
medicinas y créditos.
Tom Reston, vocero de Vance, manifestaba que
Estados Unidos estaba dispuesto a ayudar
humanitariamente a Nicaragua luego de su destrucción
por la guerra, sin condición alguna, porque se trata -
decía- de salvar vidas. Por supuesto que el Departamento
de Estado seguía atentamente el curso de los
acontecimientos nicaragüenses, hasta ahora satisfecho,
porque no se habían tomado represalias contra antiguos
adictos del somocismo o una definición política marxista.
La nacionalización de la banca y el comercio,
reforma agraria, que más que todo es un reparto de la
tierra en antiguo poder de Somoza, la organización del
ejército, nuevos planes en materia de cultura y una
política exterior independiente aún no inquietaban a los
temerosos funcionarios que esperaban en cualquier
momento una declaración tipo “Fidel” cuando se proclamó
marxista-leninista.
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“Hoy pasa el poder al pueblo. Somos protagonistas


del cambio de una dictadura a un gobierno elegido por el
pueblo. No espere el país un milagro. Espere, sí, un
cambio justo y democrático en el que la participación
popular no puede limitarse a depositar el voto el día de
las elecciones, sino a movilizar conciencias y voluntades
para generar el viraje cualitativo propuesto” manifestaba
Jaime Roldós al asumir como presidente del Ecuador,
mientras se estrechaban la mano Rosalyn Carter y Edén
Pastora, que junto a delegaciones de 60 países estaban
presentes ante un nuevo paso de “democratización”
americana, presagio de una década de “suavizar”
regímenes totalitarios.Se abría en Ecuador tiempo político
luego de tres dictaduras militares instaladas desde 1970
tras derrocar al cinco veces presidente José María Velazco
Ibarra. Corría mediados de agosto de 1979.
Dos días después, y también en Quito, se firmaba
un documento entre los presidentes de Venezuela, Luis
Herrera Campins; Colombia, Julio César Turbay Ayala;
Costa Rica, Rodrigo Carazo y Jaime Roldós, haciendo un
llamado a todos los países latinoamericanos para que
consoliden la democracia. Varios dirigentes demócrata-
cristianos de Europa y Latinoamérica (Pacto Andino) se
reunían en una “cumbre” en Ecuador para trazar la
estrategia de recuperación del poder político en América
Latina, la presidencia de esta cumbre democristiana
estaba dirigida por Mariano Rumor y contaba con la
Cuando Lo Encuentren... díganle 632

presencia de Adolfo Suárez, como representante de la


Unión de Centro Democrático española.
Algo para tener en cuenta en el futuro, el juego de
la nueva social democracia en Europa y con intenciones
de consolidarse en América Latina seguramente marcaría
en un futuro no muy lejano, alguna influencia en Chile,
Perú y Bolivia. Por lo que había que seguir de cerca sus
movimientos.
En Perú se proclamaba la candidatura de Fernando
Balaunde Terry (quien fuera derrocado en 1968 por las
Fuerzas Armadas) en el IX Congreso Nacional Ordinario
de Acción Popular. Su programa de gobierno se le
encarga a Manuel Ulloa, representante de los grupos
transnacionales del grupo Rockefeller.
En contraposición a éste se aliaban en la campaña
electoral a modo de frente, las organizaciones de
izquierda integradas por el Frente Obrero Campesino y
Estudiantil, el Partido Comunista Peruano y el Partido
Socialista Revolucionario.
Las agitaciones sociales en Perú no decaían, por lo
que el gobierno por intermedio del Comando
Conjunto de las Fuerzas Armadas alertaba a las
reservas militares para realizar tareas específicas,
en caso de que así fuera requerido por el gobierno,
ante eventuales movilizaciones nacionales. Se
involucraban en ésta a todas las personas de entre
19 y 50 años que no se encontraran prestando servicio
activo en cualquier instituto armado.
Cuando Lo Encuentren... díganle 633

El “New York Times” en una editorial, “Alimentando


a la democracia en los Andes”, solicitaba al Departamento
de Estado un vigoroso apoyo a Bolivia y Ecuador en sus
nobles intenciones de democratización.
Guevara Arce, el presidente “tapado” surgido desde
el Parlamento boliviano, de extracción marxista y uno de
los fundadores del MNR junto a Paz Estensoro y Siles
Suazo, fue el otro autor del manifiesto de Ayopaya e
ideólogo del nacionalismo revolucionario boliviano.
La débil estructura política que lo sustenta hace
posible predecir un año de gobierno con difícil término,
de continuar presionando en el Parlamento las diferentes
fuerzas políticas para procesar por alta traición a diversos
ex- presidentes militares; entre los que figura en primera
línea el propio Banzer, hoy convertido en la tercera fuerza
política en este país, caracterizado por ser el de mayor
inestabilidad política en América Latina.
Colombia no escapaba del marco de la estabilidad
política, a pesar de ser integrante del Pacto Andino, que
cobraba vida durante el proceso nicaragüense. La
intensificación de la represión y el descontento popular
eran dos elementos importantes para que lograra impulso
el M-19 (Movimiento 19 de Abril), autor del operativo de
“secuestro” de armamento más importante a las Fuerzas
Armadas realizados hasta la fecha, sin contar por
supuesto la revolución nicaragüense.
En Colombia había cinco organizaciones armadas,
aparte del M-19 y el FARC, ellas son el ELN (Ejército de
Cuando Lo Encuentren... díganle 634

Liberación Nacional), el MAO (Movimiento de Autodefensa


Obrera) y EPLN (Ejército Popular de Liberación Nacional).
El objetivo del M-19 era conquistar el poder por las
armas como única alternativa. “La clase trabajadora no
tiene otra alternativa que conquistar a tiros su derecho a
vivir democráticamente. Nuestro proyecto es armar al
pueblo porque antes de definir qué camino vamos a
seguir, a este régimen lo debemos sacar a tiros”,
manifestaba Pablo García, primer oficial del M-19.
El 20 de agosto del ’79 Viola, comandante en jefe
del Ejército Argentino, ante delegaciones de Bolivia, Chile,
Paraguay, El Salvador, Honduras, EE.UU., Haití y demás
países latinoamericanos, hacía un llamado a los expertos
castrenses para “acortar distancias, allanar caminos y
salvar obstáculos para asegurar la eficiencia y capacidad
de vuestros sistemas, de forma tal que sea realmente
fluido el “intercambio de información entre nuestros
ejércitos”.
Algo que indudablemente ya estaba en los
mecanismos represivos, fundamentalmente en el Cono
Sur, y que le había dado buenos resultados a las
dictaduras, asustadas con el triunfo nicaragüense.
También hacía un llamado a su ejército, a estrechar filas
al amparo de la cruz de Cristo, para superar todas las
presiones ajenas a nuestra vida occidental y cristiana.
Tales llamados coincidían también con el
levantamiento de la clausura del local en donde funcionan
las ligas argentinas de los Derechos Humanos, y la
Cuando Lo Encuentren... díganle 635

Comisión de Familiares de detenidos y desaparecidos por


razones políticas, cuyas autoridades presentaban un
recurso ante el juez Anzoategui; para que se restituyan
ocho biblioratos con denuncias acerca de 3.000 personas,
secuestradas en un operativo policial y militar ante la
inminencia de la llegada de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos.
El clima político seguía en alza. Un grupo de
dirigentes políticos, entre los que figuraban peronistas,
intransigentes, demócrata-cristianos, conservadores
populares y socialistas, reclamaba a las Fuerzas Armadas
la realización de elecciones, haciendo hincapié en las
propias palabras y documentos de los integrantes de la
junta militar, cuando aseguraron que la finalidad de este
golpe de estado era, casualmente, arribar a una
democracia representativa, republicana y federal. Hacían
un llamado también para que las Fuerzas Armadas
comprendan que “la misión de ellas no era prolongarse
en un paternalismo lesivo, de lo contrario estaríamos en
una peligrosa aventura totalitaria”.
La declaración de Videla no demoró y a fines de
agosto lanzó una de las declaraciones más virulentas
sobre los derechos humanos y personas desaparecidas.
Manifestaba: “La Argentina tiene una cuota de muerte,
prisioneros y desaparecidos que solamente los argentinos
vamos a juzgar y decir cómo se va a manejar”. Agregaba
que “habrá también una cuota de detenidos que no
podrán ser sometidos a la justicia ni puestos en libertad”
Cuando Lo Encuentren... díganle 636

y se aseguraba para sí mismo y para el proceso la


seguridad que ejercerá sin mengua alguna las funciones
que le fueron asignadas desde marzo de 1981.
Entre la documentación secuestrada por las fuerzas
represivas en la sede de la Comisión de la Liga Argentina
por los Derechos Humanos, estaban casualmente los
muertos, secuestrados y desaparecidos de Videla que
sumaban aproximadamente 5.800 casos confirmados.
La respuestas de Videla fue la promulgación de la
ley de “fallecimiento presuntivo” que tanta polémica dio,
la cual es necesario transcribir literalmente.
«El presidente de la Nación Argentina, sanciona y
promulga con fuerza de ley:
Artículo 1º: Podrá declararse fallecimiento presunto
de la persona, cuya desaparición del lugar de su domicilio
o residencia, sin que de ella se tenga noticia, hubiese sido
fehacientemente denunciada entre el 6 de noviembre de
1974, fecha de la declaración del estado de sitio y la
fecha de la promulgación de la presente.
Artículo 2º: La declaración de fallecimiento presunto
de la persona previsto en esta ley será decretada por el
juez federal del último domicilio o residencia del
desaparecido, en la Capital Federal será competente el
juez nacional en lo Federal, en lo Civil y en lo Comercial.
Podrá ser promovida por su cónyuge, por cualquiera de
los parientes por consanguinidad o afinidad hasta el
cuarto grado o por el Estado Nacional, a través del
Ministro Público de la Jurisdicción respectiva. La acción es
Cuando Lo Encuentren... díganle 637

privativa de cada legitimado y podrá ejercerse a pesar de


la oposición de otros titulares.
Artículo 3º: El procedimiento no tendrá en caso
alguno carácter contencioso, ajustándose a lo establecido
en la presente Ley.
Artículo 4º: En todos los casos la solicitud de
declaración de fallecimiento deberá señalar el organismo
oficial ante el cual se presentó la denuncia de la
declaración por desaparición y la fecha de tal acto.
Artículo 5º: Al recibir el pedido de declaración el juez
requerirá del organismo ante el cual se hubiera formulado
la denuncia información sobre la veracidad formal de tal
acto y la fecha de presentación y ordenará en su caso la
publicación de edictos por cinco días sucesivos en dos
periódicos de mayor difusión de la localidad respectiva y
en el Boletín Oficial; citando al desaparecido.
Artículo 6º: Transcurridos noventa días contados
desde la última publicación de los edictos, lapso durante
el cual el juez requerirá de oficio información del
Ministerio del Interior sobre las noticias o diligencias
vinculadas con la desaparición denunciada, y si resultaran
ambos negativos, fijándose como fecha de deceso el día
de la denuncia y se dispondrá la inscripción de la
sentencia en el organismo oficial que en cada jurisdicción
registre el estado civil y capacidad de las personas.
Artículo 7º: Los efectos civiles de la declaración de
fallecimiento presunto basado en la presente Ley, serán
Cuando Lo Encuentren... díganle 638

los establecidos en los artículos 23 al 28 de la Ley Nº


14.394.
Artículo 8º: A pedido del interesado se expedirá
testimonio de la sentencia para su presentación ante
quien corresponda».
En el segundo proyecto de Ley también dictada
como fuerza de Ley, establecía los siguientes artículos:
«Artículo 1º: La ausencia de una persona del lugar de
su residencia o domicilio en la República sin que de ella
se tenga noticia por el término de un (1) año, faculta a
quienes tuvieren un derecho reconocido por las leyes
nacionales de jubilaciones y pensiones o de prestaciones
no contributivas subordinado a la muerte de esa persona,
a ejercerlo en la forma prescrita en la presente Ley.
Artículo 2º: Los interesados deberán acreditar
mediante certificación judicial la denuncia de
desaparición y justificar los extremos legales y la
realización de las diligencias tendientes a la averiguación
de la existencia del ausente, ante la Caja Nacional de
Previsión respectiva, u otro organismo que tenga a su
cargo, la liquidación de la presentación no contributiva.
Sin perjuicio de la prueba que ofrezca el peticionario o de
la que estimare procedente disponer de oficio, el ausente
será citado por edictos que se publicarán sin cargo en el
Boletín Oficial durante cinco (5) días.
Artículo 3º: En los supuestos previstos en la presente
Ley, la pensión o la prestación no contributiva en su caso
se abonará a partir del día siguiente al del útlimo día de
Cuando Lo Encuentren... díganle 639

los primeros seis (6) meses de ausencia. Transcurrido el


plazo de tres (3) años, desde el momento en que se
comenzó a percibir la pensión o la prestación no
contributiva, será requisito para continuar en el goce del
beneficio acreditar la promoción del trámite judicial para
declarar la presunción del fallecimiento del ausente con
arreglo a la Ley Nº 14.394.
Artículo 4º: Si posteriormente se acreditare la muerte
del ausente o se declara judicialmente su fallecimiento
presunto, la pensión o prestación no contributiva se
reliquidará en función de la fecha de la muerte o del día
presuntivo del fallecimiento fijado judicialmente, sin
perjuicio de la aplicación si correspondiere de las normas
pertinentes o la prescripción.
Se acordará la pensión o prestación no contributiva en
los términos de esta Ley. Si se presentare el ausente o se
tuviera noticia cierta de su existencia, aquella se
extinguirá».
Esta ley dada a conocer a comienzos de septiembre
del ’79 tuvo diversas interpretaciones. Por una parte,
implicaba el reconocimiento tácito de los muertos y
desaparecidos de los que hablaban tan ligeramente los
militares argentinos, implicaba el reconocimiento a una
barbarie nunca vista y la legalización de sus crímenes.
Por otro lado, era el reconocimiento a un problema
de tipo jurídico ya que los tribunales estaban atestados
de juicios por desaparición, secuestros y muertes. La
mecánica administrativa no tenía argumento legal para su
Cuando Lo Encuentren... díganle 640

tramitación y menos aún para que la familia denunciante


percibiera los ingresos que por su propio derecho y por
ley le correspondía como legado natural.
La ley ofrecía dos facetas opuestas, una
deliberadamente encubridora criminal, la otra de una
presunta benevolencia de la dictadura para que las
familias implicadas recibieran una pensión hasta tanto se
resolviera la situación planteada. La ley fue divulgada por
todo el mundo y repudiada por su características e
implicaciones. Estaba de por medio la facilidad que se
daba para hacer desaparecer definitivamente a cientos de
personas cuyo paradero era aún desconocido o que
estaban en los campos de concentración sin ningún tipo
de protección legal.
También representaba la debilidad creciente de un
gobierno militar que asomaba desde 1978 con fuertes
fisuras internas con referencia a la metodología a aplicar
y las características de la represión.
El 7 de septiembre unas 2.500 personas se
presentaban en su primer día para atestiguar ante la
Comisión de Derechos Humanos arribada el 6 de
septiembre. De igual modo condenaron la Ley de
Presunto Fallecimiento dictada por el gobierno militar.
Por su parte, la dictadura informaba públicamente
que había 1.438 personas detenidas a disposición del
Poder Ejecutivo, de las cuales 180 estaban bajo libertad
vigilada y 12 cumplían arresto domiciliario. Agregaba que
había 779 personas que solicitaban salir
Cuando Lo Encuentren... díganle 641

del país como derecho a opción, ya que estaban en


las cárceles y que 199 extranjeros habían sido
expulsados del país, consignando que a partir del 22 de
agosto no hubo ningún arresto. Las cifras lógicamente no
coincidían en absoluto con los abultados documentos que
el organismo internacional traía de miles de denuncias
que la Comisión de Derechos Humanos en la Argentina
tenía documentado, cuyos biblioratos fueron
“secuestrados” por el operativo militar en la sede
“clausurada”.
Para el 8 de septiembre el matutino “Clarín” de
Buenos Aires anunciaba que tres mil personas se habían
presentado ante la Comisión Interamericana y ya estaban
estructuradas las visitas que se realizarían, tanto a
funcionarios de la dictadura como así también a las
cárceles, a dirigentes políticos, gremiales y periodistas. El
clero también participaba interiorizando de las denuncias
ante ellos realizadas y reiterando sus listas comprobadas.
Thomas Farer declaraba dos días después que
ignoraba lo que podía hacer esta Comisión en los casos
de violación de los Derechos Humanos, ya que las mismas
eran claras y contundentes.
Ese mismo día era secuestrado en las narices
mismas de la Comisión el médico Elio Valderramos, por
cinco personas vestidas de civil que dijeron ser
pertenecientes a fuerzas de seguridad. También era
detenido Eduardo Urretavizcaya, ex titular de Federación
Universitaria en 1958.
Cuando Lo Encuentren... díganle 642

Isabel Perón al ser entrevistada por la Comisión


declaraba: “Como cristiana y justicialista repudio la
violencia y el crimen, y nunca justificaré el avasallamiento
de los derechos del hombre y del pueblo, sin importarme
el signo ideológico que adopte”.
Bittel indicaba, a su vez, que “el comportamiento de
la autoridad militar que ejercita el poder en la República
Argentina es francamente violatorio de los derechos
humanos, bregando para que terminen las acciones de
los organismos parapoliciales y paramilitares”.
El Parlamento europeo recibía una ponencia de tres
de sus miembros para condenar al régimen militar de
Videla, por su terrorismo de estado y exterminio de sus
opositores políticos y alertaba a sus miembros para que
asuman la defensa; de los derechos humanos violados
por un régimen militar sangriento.

La Conducción Unica de Trabajadores Argentinos


(CUTA) no se quedaba atrás. Como representante de los
gremios organizados y siendo su máxima expresión
dirigente, concurrió a la Comisión exponiendo la afligente
situación económica de los trabajadores y
se solidarizaba con las expresiones vertidas por los
Justicialistas cuando denunciaron la violación de los
Derechos Humanos por parte de las actuales autoridades
militares; agregando que esta violación también lo era
para la clase trabajadora al intentar destruir las
Cuando Lo Encuentren... díganle 643

conquistas laborales y someter a los gremios con las


intervenciones y detenciones de sus dirigentes.
El gobierno no podía controlar la denuncia que
todos los sectores de la vida nacional realizaban con
tonos inusitados. El 12 de septiembre se calificaba de
“agravio intolerable, producto de mentes ofuscadas e
irresponsables” las declaraciones del Partido
Justicialista cuyo vocero había sido Bittel. También
organizó una mesa de apoyo tan irrisoria y absurda en la
cual Videla les mandaba una salutación y su
agradecimiento por el apoyo a sus integrantes, entre
quienes estaban: Arturo Frondizi, Roberto Levingston y
Alejandro Lanusse, Emilio Massera, Alvaro Alsogaray y
Alfredo Fe-rrer.
Felipe Bittel se había convertido de la noche a la
mañana en el centro polémico desatando una ola de
rechazos a sus conceptos y solidarizadas, entre las cuales
estaban la Agrupación de Mujeres Justicialistas, Centro de
Abogados de Buenos Aires y dirigentes demócrata-
cristianos.
Rechazaban esta declaración, por supuesto, las
asociaciones tales como la Cámara Argentina de la
Construcción, que en un documento legitimaba la
represión manifestando: “...el derecho a la defensa
ejercido legítimamente contra los elementos subversivos
por parte de las Fuerzas Armadas”, por supuesto que sin
destacar o criticar a las fuerzas paramilitares y
Cuando Lo Encuentren... díganle 644

parapoliciales que para ellos conforman legítimamente las


fuerzas de la represión.
Un ex decano de Ciencias Exactas de Buenos Aires,
Raúl Zardini, también salía en defensa de los militares
declarando que las “luchas y métodos empleados por las
Fuerzas Armadas fueron justas y adecuadas”. De
cualquier forma, el gobierno inició un juicio contra Bittel
por las manifestaciones antigubernamentales.
Para el 16 de septiembre, fecha de clausura de las
recepciones de denuncias y entrevistas, se calculaban en
casi 10.000 las denuncias de violación de Derechos
Humanos en Argentina, una cifra sin precedentes
teniendo en cuenta que habían sido registradas hasta
comienzos de ese mes aproximadamente 6.000. Vale
decir que la visita de esta Comisión provocó una notable
reacción de otra gente que no había realizado aún su
denuncia. Ese mismo día desaparecía misteriosamente y
en igual procedimiento Regino González, María Blanco
(esposa) y sus hijas Delia, Eva y Mariana. Al día siguiente
se conocían dos nuevos secuestros; Armando Croatto
(secretario sindical de Montoneros) y el estudiante Daniel
Crosta, amigo de Regino González.
El 21 de septiembre el Comando en Jefe del Ejército
confirmaba la muerte de Horacio Mendizábal y Orlando
Croatto, ambos dirigentes montoneros de primera línea,
en un tiroteo. También aclaraba sobre el secuestro de la
familia González manifestando que había sido un
Cuando Lo Encuentren... díganle 645

operativo antiguerrillero y que estaban actualmente en un


“establecimiento especial”.
“La Nación”, periódico bien informado y afín con el
gobierno militar, informaba la probabilidad de la
liberación de Jacobo Timerman (ex director del diario “La
Opinión”), algo que irritaba a algunos sectores
considerados como “duros” y que establecían que el
gobierno no podía dejar influenciarse por todas las
presiones internacionales que atacaban
injustificadamente el régimen militar. Menéndez
comenzaba a inquietarse desde Córdoba.
La liberación de Timerman fue resuelta luego de
intensos enfrentamientos entre la cúpula militar. Videla
llegó a ofrecer su renuncia ya como última posibilidad
para lograrlo y sus oponentes tuvieron que ceder, aunque
sin olvidar que éste sería uno de los últimos elementos
que colmarían la larga división de las Fuerzas Armadas
iniciada en 1978.
Timerman, desde el aeropuerto de Barajas,
declaraba escuetamente: “No tengo palabras para relatar
mis experiencias en la cárcel, sólo se puede saber lo que
es un mes de tortura cuando uno lo ha vivido”.
Adriana Lesgard “desaparecía” por secuestro en
Buenos Aires el 26 de septiembre. Adriana había sido la
fundadora de “Evita, el Movimiento” y en 1977 había
sido integrante del Consejo Superior.
No sólo los conflictos internos entre militares
comenzaban en este mes, el fracaso del plan
Cuando Lo Encuentren... díganle 646

económico era evidente, y las reivindicaciones


salariales de los trabajadores comenzaron a agitar
el panorama gremial. Once mil trabajadores de la
Peugeot se mantenían en una huelga general desde
hacía 10 días habiendo cesado 250 dirigentes. Tres
mil trabajadores de Standart Electric solicitaban el
100% de aumento. En Mendoza, Santa Cruz y Rosario
comenzaban las huelgas pese a las advertencias del
gobierno.
Pero el 27 de septiembre se producía un hecho no
calculado por los militares. Volaba la residencia de
Guillermo Walter Klein, secretario de Programación y
Coordinación Económica de Argentina, brazo derecho de
Martínez de Hoz. Se adjudicaba el hecho la organización
Montoneros. Esto traería, junto con la revelación del
pedido del salvoconducto para Cámpora por tener cáncer,
una reacción dentro de las filas del Ejército de una
importancia capital para el proceso.
“Yo soy el comandante del III Cuerpo” manifestaba
Menéndez desde su cuartel en Jesús María y afirmaba su
propósito de entrar en Córdoba como general rebelde, contra
el gobierno militar. Vaquero había sido ya nombrado su
reemplazante, pero Menéndez lo desconocía. A su vez, criticaba al
comandante diciendo “que estamos en un camino de
condescendencia, que el Ejército es conducido con falta de
firmeza y energía y que, al violentarse los principios básicos del
proceso, se permite la liberación de ideólogos
subversivos marxistas, en momentos en que sus alumnos
Cuando Lo Encuentren... díganle 647

como una broma sangrienta produce el monstruoso


atentado contra el Dr. Klein”.
El comandante del I Cuerpo, general Galtieri,
fracasaba en su gestión de disuadir al general rebelde.
Columnas de 60 camiones, siete helicópteros y
blindados, se concentraban en los alrededores de Jesús
María, mientras se esperaban declaraciones de la Marina y
Aeronáutica sobre el proceso.
Tucumán, Catamarca y San Juan enviaban sus
unidades de combate a Córdoba. Menéndez difundía una
proclama exigiendo el alejamiento inmediato de Viola por
no haber cumplido el compromiso de erradicar la
subversión y lo acusaba como único responsable.
Hasta ese momento nadie sabía con que fuerzas
contaba realmente Menéndez.
El asunto Timerman, Cámpora y la Comisión de
Derechos Humanos que operaba en ese momento en el
país explotaban junto al operativo montonero del cual
Menéndez trató de capitalizar para su levantamiento.
El 29 de septiembre del ’79, por rara coincidencia,
merecía un jalón más en la tradición de la familia
Menéndez, que se ha caracterizado por sus
levantamientos primaverales en la historia argentina de
las últimas décadas.
Viola destituía de plano a Menéndez como
comandante y a Jorge Mardona como subjefe del III
Cuerpo. Vaquero aseguraba el apoyo de la IV Brigada de
Infantería de Tucumán y de la IV Brigada
Cuando Lo Encuentren... díganle 648

Aerotransportada de Córdoba, junto con la adhesión de la


VIII Brigada de Montaña de Mendoza.
El general Catalatayud declaraba que “estamos
esperando que Menéndez deponga su actitud no
queremos violencia”. No habló de plazo alguno, pero
manifestó su confianza de que sería resuelto el
enfrentamiento por la vía pacífica. La rebelión de “36
horas” de Menéndez llegaba a su fin el 30 de septiembre,
al deponer las armas y “entregarse” con un sitio de 4.000
soldados.
Arresto de 30 días para Menéndez y 15 días para
Mardona y una negociación entre los jefes militares
legales y rebeldes cuyos términos exactos no se sabrían
hasta más adelante.
Balbín, con sus tristes declaraciones, opinaba sobre
el levantamiento diciendo que él, tanto como político o
como ciudadano, lamentaba este incidente ya que
alteraba una actitud de trabajo entre la civilidad y las
Fuerzas Armadas, a su vez aprovechaba para criticar el
documento del Justicialismo dado a conocer por Bittel por
“reverdecer antinomias”.
Peugeot y Standard Electric removían el 1 de
octubre el ámbito sindical, mientras que la Junta de
Calificaciones del Ejército, que comenzaba sus estudios
para relevos ascenso, agitaba la estructura de los mandos
superiores. Viola debía teóricamente cesar en sus
funciones como Comandante en Jefe y a su vez pasar a
retiro. Galtieri se ubica como uno de los candidatos más
Cuando Lo Encuentren... díganle 649

firmes. Con esto, pasarían automáticamente a retiro los


generales Urricarriet, Suárez Masson, Riveros y
Menéndez. Pero también estaban en la mira más de una
docena de militares que habían apoyado a Menéndez en
su abortado golpe.
El caso Cámpora era ahora el que alborotaba el
espectro político. La confirmación del cáncer de laringe
sería determinante para su salvoconducto. La junta militar
exigía una biopsia previa a cualquier negociación. La
diplomacia mexicana sostenía sus dudas en cuanto a la
seguridad que se le brindaría, en caso de ser trasladado a
un hospital, al cual se le concedería extraterritoriedad.
La Unión Cívica Radical daba a conocer sus “pautas
programáticas” en las que se enfrentaban dos tendencias;
la de Balbín que aún aspira a su sexta candidatura para
presidente y, por otro lado, las corrientes más radicales
que sostenían posiciones más claras y definidas en
cuanto a la postura del partido. Estas solicitaban que se
iniciara el proceso de democratización prometido, aunque
sin exigir las elecciones y pronunciándose contra el
continuismo. Se hacía una crítica, fundamentalmente, a la
conducción económica y se argumentaba sobre la defensa
de los Derechos Humanos, rechazando la violencia
cualquiera fuera su signo o sello.
María Alicia Milia, Sara Solar de Osatinsky y
Ana María Martí, militantes peronistas, liberadas
entre diciembre de 1978 y enero de 1979 de la
Escuela de Mecánica de la Armada (uno de los más
Cuando Lo Encuentren... díganle 650

famosos campos de tortura de Buenos Aires)


declaraban en Europa, en un salón de la Asamblea
Nacional de París, las experiencias pasadas en ese
campo de concentración, cuyo responsable directo
era el ex integrante de la junta de comandantes de
la revolución, almirante Emilio Massera. Relataban
que ellas eran parte de un proyecto de Massera de
“recuperación ideológica” y proselitismo posterior
para ser presidenciales. Relataban detalladamente
en un documento publicado la ubicación de las
cámaras de tortura, la clasificación de los presos,
las vejaciones sufridas por ellas e innumerables
compañeros, y la denuncia concreta de los militares
implicados a cuya publicación se remiten.
Tal como ocurre todos los años, las declaraciones
de los políticos comienzan después de la primera
quincena de octubre. Oscar Allende como presidente del
Partido Intransigente manifestaba su preocupación
porque se pretendía confundir la lucha eterna por la
justicia y los Derechos Humanos, con los sucesos
internacionales creándose una falsa antinomia, la de
terrorismo y antiterrorismo.
A Francisco Manrique, presidente del Partido
Federal, le inquietaba la decisión del gobierno, por los
enfrentamientos que tenía en su seno y le criticaba su
proyecto político por considerarlo como la expresión de
una indefinida permanencia en el poder.
Cuando Lo Encuentren... díganle 651

Alfonsín, como principal dirigente radical, atacaba


el proyecto político del gobierno manifestando que éste
desea el bloqueo definitivo a la democracia y que sería
incompatible con el programa económico de entrega del
patrimonio nacional. Divagaba posteriormente declarando
que es necesario encontrarnos con el Ejército de la patria,
con el auténtico empresariado nacional, con el
movimiento laboral, con la Iglesia y formular un gran
compromiso para encauzar al país hacia el sendero de la
democracia.
Por primera vez, en mucho tiempo, la indiscreción
de un funcionario como el secretario de Hacienda, Juan
Aleman, comprometía a la actual conducción económica
en el proyecto político de las Fuerzas Armadas aduciendo
que, en efecto, “esta política económica está justificada o
basada en un principio para debilitar el enorme poder
sindical que es uno de los grandes problemas que
enfrenta el gobierno militar. Si tenemos una central de
trabajadores única y fuerte, ninguna propuesta
democrática será posible”.
Por otra parte, ya estaba preparada en forma
definitiva la nueva ley de Asociaciones Profesionales
donde se corroboraba la destrucción de la otrora
poderosa CGT, dejando sólo el funcionamiento de
asociaciones de segundo grado.
La Conducción Unica de Trabajadores Argentinos
seguía manteniendo reuniones clandestinas para fijar su
política en caso de la reglamentación.
Cuando Lo Encuentren... díganle 652

Viola, desde Uruguay, país con el cual se identificó


plenamente como “identidad ideológica total”, declaraba
sobre los desaparecidos diciendo que era imposible
informar con la amplitud necesaria a la opinión
pública sobre las investigaciones en curso.
El 9 de noviembre de 1979 se celebraba en
Colombia la Conferencia de Ejércitos Americanos en
donde, por supuesto, Viola llevaba la voz del Ejército
Argentino sobre una lucha conjunta contra la subversión
comunista en el continente, que por otra parte fue
aprobada por unanimidad. Cinco días antes se habían
determinado pautas para una alianza anticomunista de
los ejércitos y recalcaron la necesidad de una mejor
preparación militar e ideológica de sus cuadros, para su
enfrentamiento ante la amenaza del comunismo
internacional.
Juzgo importante hacer algunas reflexiones sobre
estas reuniones, que no hacen más que corroborar lo que
se ha venido planteando, con relación a un plan integral
perfectamente programado para la represión. Las fuerzas
militares del continente han aprendido que la
supervivencia y salvaguarda sólo se dan en la medida
que, al superar diferencias, coincidan no sólo
ideológicamente, sino también en la aplicación práctica
de las experiencias de sus mismos integrantes. Algo que
las fuerzas de izquierda aún no logran aprender. Las
acciones reivindicativas, las luchas sociales y de clases y
la necesidad de los cambios sociales y políticos que
Cuando Lo Encuentren... díganle 653

necesita la América Latina han unido a las fuerzas que se


oponen a ello y han distanciado a las que desean llevarla
a cabo. Una muestra de ello es el Perú, pues para las
elecciones de 1980 ya hay 16 candidatos a
presidente por distintos partidos; de los cuales el
80% corresponde a la izquierda de distintos
matices.
Pero retomemos algunas de las intervenciones de
Viola cuando decía por ejemplo: “De la experiencia
adquirida en América, a través de periódicas agresiones
del comunismo internacional, ha quedado claro que el
profesionalismo militar no puede permanecer ajeno al
contexto socio-político en que desenvuelve su acción.
Este contexto se caracteriza por una creciente
complejidad, por la intensificación de las relaciones ínter
personales, por una acentuada participación de todos los
componentes de la comunidad en las decisiones políticas,
y en especial por la agresión del comunismo internacional
que adquiere distintas formas procurando ampliar su
geografía ideológica. Se han producido sensibles cambios
en la naturaleza de la guerra y la paz que no podemos
desconocer, so pena de incurrir en la misma falta que ha
llevado a otros países a las garras del comunismo”.
Agregando que las leyes no sirven para combatir el
marxismo y ejemplificaba sus conceptos con la
experiencia argentina. Era una posición totalmente
congruente, pero a un nivel de superestructura en donde
el deseo muchas veces no coincide con la realidad.
Cuando Lo Encuentren... díganle 654

No hay que olvidar que la última reunión de estos


ejércitos americanos fue realizada en 1977,
casualmente en Nicaragua, durante el gobierno del
genocida Somoza, y en donde la práctica represiva
era la más organizada, sin embargo; hoy
Nicaragua, es tierra liberada y con su Guardia
Nacional desmantelada. Pero hay una pequeña
acotación. Para lograr esto, los nicaragüenses
comprendieron que la única forma de derrotar
estos proyectos era la unión de todas sus fuerzas
para lo toma absoluta del poder.
El comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina,
Graffigna, durante una cena en la Bolsa de Comercio de
Córdoba; afirmaba la tesis de Viola propugnando la
necesidad de unir esfuerzos para combatir a la
subversión comunista, adelantando que las Fuerzas
Armadas ya habían previsto un mecanismo de
Autodefensa de la democracia para garantizar su
continuidad. La guerra aún no había terminado porque el
marxismo continuaba matando gente a mansalva con
hombres entrenados en el exterior. Claro, se cuidó muy
bien de aclarar la suerte de los 30.000 desaparecidos
argentinos, eliminados por esta junta militar que tan
celosamente cuida la democracia.
Videla no podía quedarse atrás en este concurso de
disparates, ahora admitía que hubo guerra civil entre las
organizaciones guerrilleras y las Fuerzas Armadas
(discurso del 20 de noviembre de 1979). Era la primera
Cuando Lo Encuentren... díganle 655

vez que se cambiaban los términos, ya que antes había


sido “guerra sucia”. Videla manifestaba que ellos habían
pagado un precio muy alto, no deseado. “Lamentamos las
consecuencias de lo que pasó, pero no nos arrepentimos
de haberlo pagado”.
Curiosamente, ese mismo día, se resolvía aplicar,
en todas las escuelas una materia llamada Formación
Moral, en cuyo desarrollo se incluyen temas como: la
conducta personal, hacer el bien y evitar el mal, deberes
para con Dios, las pasiones y las virtudes humanas, las
virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y
templanza). También recomendaban a los alumnos y
maestros las lecturas de Santo Tomás de Aquino, San
Agustín, Alexis Carrel, Jacques Ellul y las encíclicas
pontificias.
Después de haber matado, torturado y secuestrado
a mansalva, las Fuerzas Armadas, siguiendo sus
sentimientos cristianos y devotos -sin olvidar las muertes
de los sacerdotes y hasta la de monseñor Angelelli-,
querían anestesiar en las escuelas a millones de cerebros
que, probablemente, estarían presentes el día en que se
les pida cuentas ante tribunales ordinarios.
“Las tradiciones y la concepción cristiana de la vida
de la cultura argentina son los dos pilares inconmovibles
de nuestra nacionalidad”, según el texto de la propuesta
política de las Fuerzas Armadas. Esto no los eximió en
nada de golpear ancianas y encarcelar a familiares de
presos políticos que el jueves siguientes (las Locas de
Cuando Lo Encuentren... díganle 656

Plaza de Mayo) se reunieron para saber de la suerte de


sus hijos desaparecidos.
Con esa impunidad que solamente da la fuerza, se
filtraban oficialmente las pautas programáticas o
propuestas políticas de la revolución que argumentaban
la necesidad de que las Fuerzas Armadas intervengan en
forma institucionalizada en el gobierno nacional; según
excluían las ideologías totalitarias (?); se consideraba
inaceptable el fomentar la “lucha de clase, la producción,
la exaltación desmedida de la personalidad de los
dirigentes, la politización de las instituciones del Estado,
la atomización de las corrientes políticas, etc., etc.”. Un
verdadero pozo de excremento político, que no tardaría
en darse a conocer.
De cualquier forma, la Ley de Asociaciones
Profesionales, que entra en vigencia, no se diferenciaba
en nada del proyecto político anterior. Las reacciones no
se hicieron esperar. Los justicialistas expresaban su más
enérgica condena a la nueva ley por ser un instrumento
punitivo en lugar de defensor de la clase trabajadora. Los
radicales opinaban que debilitaría al movimiento obrero a
niveles peligrosos; los desarrollista se sumaban a las
demandas de los trabajadores.
El documento de los peronistas reflejaba quizás el
impacto mayor. Afirmaban que la nueva ley abría un
peligroso camino, un abismo entre los trabajadores y las
empresas, una amenaza de despojar a un vasto sector de
la comunidad de su patrimonio legítimo, introducía la
Cuando Lo Encuentren... díganle 657

arbitrariedad y la discrecionalidad en materia salarial,


establecía el más riguroso estatismo en el manejo de las
organizaciones cuya creación se auspicia, y negaba el
derecho de los trabajadores a participar desde las
organizaciones por ellos constituidas; la atomización de
las estructuras sindicales, eliminando el derecho de las
convenciones colectivas de trabajo. Se crea el ámbito más
adecuado para transformar las legítimas reivindicaciones
de los trabajadores en bandera de quienes propugnan la
lucha de clases.
La CUTA demandaba la derogación de la nueva ley,
la libertad de todos los presos políticos sin proceso y un
salario digno para los trabajadores. Expresaba su deseo
de que en 1980 se impusiera, como era justo y necesario,
la fuerza y el derecho de aquellos que
producen, a la vez que se promoviera el reencuentro
de los argentinos en la plena vigencia de la Constitución
Nacional.
Unos días después de esta declaración asumía el
general Leopoldo Galtieri como comandante en Jefe del
Ejército, quien “convocó a toda la civilidad de la patria
para que unidos, con la ayuda de Dios, podamos
cristalizar la voluntad política argentina, de obtener en
paz una gran Nación. Añadía: “Las bayonetas de mi
Ejército derramaron la sangre de nuestros enemigos en
pos de la victoria, y nuestros uniformes, mi uniforme,
están honrados por la sangre de nuestros muertos”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 658

Galtieri no tenía aún los documentos de la comisión


de la OEA de los Derechos Humanos, en donde los
uniformes de los militares argentinos dejaron manchas
históricas por la terrible y sistemática violación de los
derechos humanos. La llegada de 1980 no parecía tan
prometedora.
En Bolivia, la finalización del año 1979 traía a un
nuevo aventurero, el coronel Alberto Natusch, quien
derrocaba a Walter Guevara Arce de la presidencia.
Lamentablemente, para él, sería una de las pocas veces
de la historia boliviana en que las fuerzas políticas y
sindicales se opondrían activamente. Por otro lado, el
general David Padilla, ex presidente y ex comandante en
Jefe, también se levantaba contra el golpe de estado con
una parte del Ejército que le era leal. Los choques
armados en La Paz dejaban un saldo de 300 a 350
muertos. La Presidencia de Natusch no se podía
consolidar, su situación límite llega hasta que se ve
obligado a renunciar.
Lidia Guelier Tejada sería la primera presidente de
la historia de Bolivia.
En Argentina asumían los nuevos generales y oficiales
superiores; en diciembre de 1979 Viola entregaba
personalmente las insignias a los nuevos generales de
División, Eduardo Alberto Crespi, José Rogelio Villarreal,
Reynaldo Bignone, Horacio Liendo, Cristino Nicolaides,
Carlos Alberto Martínez y Juan Bautista Sasiaiñ.
Cuando Lo Encuentren... díganle 659

El almirante Lambruschini hacía lo mismo con los


nuevos almirantes: Haroldo Dahn, Pedro Antonio
Santamaría, Carlos Castro Madero, Alberto Gabriel Vigo,
Juan Carlos Martínez y José Demetrio Casas.
En Aeronáutica, el brigadier Grafigna hacía lo
propio con los nuevos brigadieres mayores Antonio Diega
López, Hipólito Rafael Mariani y Basilio Arturo Lami Doso.
Los coroneles ascendidos a generales de
Brigada eran: Julio César Ruiz, Alfredo Sotera,
Gerardo Núñez, Jorge Márquez, Mario Benjamín
Menéndez, Miguel Alfredo Malle Gil, Nelson Chillo,
Carlos María Filips, Américo Herrera, Eduardo
Garay, Alberto Lucena, Ernesto Tachi, Héctor
Iglesias, Federico Di Benedetto, Adolfo Stel, Edgardo
Donadio, Eros Juan Cazos y Eduardo Rafael Collazo.
Los nuevos contraalmirantes: Víctor José Nasini,
Eugenio Luis Vezzola, Héctor Terranova, Walter Allara,
Enrique Pedro Montemayor, Roberto Alfredo Day, Joaquín
Gómez, Juan Carlos Busser, Jorge Goulu, Carlos Alberto
Bonino, Alfredo García Bol y Enrique Valenti-ni.
Los nuevos brigadieres, Carlos Antonio Soria,
Horacio Alberto Ratti, Horacio Hunicken, Gustavo
Revol, Guillermo Marotta, José María Insúa, Alberto
Berastegui, Teodoro Waldner, Héctor René Roy,
Ricardo Augusto Peña, David Giosa y Nicanor
Alfredo Cáceres.
El año ’79 se despedía con la incertidumbre
política. Conjeturas, relevos, planes que flotaban en la
Cuando Lo Encuentren... díganle 660

nebulosa. Las Fuerzas Armadas, con diferencias internas,


que no trascendían por la rigidez de su control en lo que
se refiere a la información. Una Ley de Asociaciones
Profesionales que predecía una tormenta sindical, una
propuesta política no clara, sin límites y con
interlocutores seleccionados, presos políticos,
desaparecidos y la tortura en las cárceles, un informe de
la Comisión de los Derechos Humanos en la OEA que aún
no se publicaba y finalmente la serie de conjeturas sobre
una sucesión presidencial a un año de la finalización del
mandato de Videla.
La década del ’80 iniciaría una nueva alternativa, tal
vez la definitiva. México, diciembre de 1979.
Cuando Lo Encuentren... díganle 661

UNA DECADA INCIERTA.

México, diciembre de 1980.


En diciembre del ’79 Videla daba las pautas de
la duración que tendría el proceso manifestando
que “sólo estamos a 45 meses del actual gobierno,
por lo que es prematuro pensar en elecciones. No
habrá que caer en tentaciones electoralistas”,
terminaba, como comentario al documento político
difundido días antes.
Las críticas a este documento sobresalían por sus
matices. Por un lado, la corriente desarrollista
encabezada por Frondizi declaraba que este proyecto
suponía un cambio fundamental, de la orientación
económico social. Antonio Trócolli calificaba como
“insuficientes” las bases políticas anunciadas por persistir
el bloqueo político, que de hecho era perjudicial. Lanusse
repetía que “sin mandato de la ciudadanía nadie tiene
derecho a hacer cambios irreversibles”. Nadra, del Partido
Comunista, desconfiaba del diálogo por no saber si sería
“franco o condicionado” y señalaba como factor irritativo
la posibilidad de que se excluya nuevamente a fuerzas
políticas como el peronismo o a las izquierdas.
Viola se ocupaba de aclarar y defender las “bases
políticas”. Argumentaba que éstas no eran elecciones
escalonadas, pero sí el primer peldaño para iniciar la
tarea política. Sobre el tránsito del gobierno posterior al
Cuando Lo Encuentren... díganle 662

’81, sostenía que no sería fácil. Los sistemas políticos no


se crean o perfeccionan de un día para el otro, por el
contrario, exigen una elaboración perseverante porque
dependen más del consenso que logren en el corazón de
los ciudadanos, que de las leyes y normas dispuestas
para regirlas. Terminaba su comentario arguyendo que la
solución del problema político es la llave maestra para
resolver los problemas que nos preocupan y estas bases
son el primer peldaño para iniciar la acción política (lo
repetía convencido de ello).
El 30 de septiembre del ’77 Viola luego de aceptar
que los subversivos habían tenido entre siete y ocho mil
bajas - aquí no estaban incluidos los desaparecidos o
presos- llamaba a la unión nacional, como la gran
empresa común en la que todos debemos aportar algo en
“beneficio del bien general”. Algo similar esgrimía a fines
del ’79 al defender las “bases políticas” presentadas por
el Ejército, en donde se iniciaba un diálogo selectivo y
progresivo, al cual serían invitadas las personalidades
políticas que el gobierno decidiera, pero no en
representación de partidos sino como ciudadanos.
Al cumplirse el cuarto aniversario del golpe, la
junta militar, por intermedio del vicealmirante
Jorge Casas, reafirmaba en plena capilla Stella
Maris, en una zona portuaria, que el proceso de
reorganización nacional no tenía plazos y sus
formales compromisos se cumplirían dentro de las
previsiones que se establecieron en los
Cuando Lo Encuentren... díganle 663

documentos básicos. Imploraba la protección de


Dios y con el “espíritu retemplado, acometemos el
quinto año que se concretará con una Argentina segura,
respetada y trascendente”.
Ese mismo día, la Asamblea Permanente de los
Derechos Humanos denunciaba condiciones imperantes
en las cárceles y los malos tratos a los que eran
sometidos los prisioneros. Preveía sobre situaciones
futuras, porque las condiciones denunciadas se
agravaban día por día, pudiendo provocar en algunos
padecimientos mentales al borde de la esquizofrenia o
del intento de suicidio. Denunciaba la persistencia de los
interrogatorios interdisciplinarios y la disminución de los
racionamientos alimenticios.
Las condenas internacionales en este aniversario no
dejaban de producirse en Francia, Alemania y Washington
con movimientos solidarios que solicitaban el cese de la
persecución política. Siete días después un obrero de
Berisso descubría en un terreno abandonado restos
humanos calcinados de por lo menos cuatro personas.
La Comisión de Familiares de Desaparecidos en
Argentina anunciaba la campaña para obtener la
información y mejoramiento de las condiciones de presos
y desaparecidos. Manifestaba que entre los presos
políticos ya se producían intentos de suicidio por
prolongados encierros, inhumanas condiciones
carcelarias, falta de atención médica, alimentación y
Cuando Lo Encuentren... díganle 664

presiones psicológicas en los interrogatorios. Algo similar


a las denuncias de la Comisión de los Derechos Humanos.
Hipólito Solari Irigoyen, desde París, declaraba que
“las condiciones para el diálogo político propuesto al
gobierno son el levantamiento del estado de sitio, el
ejercicio de la libertad y el imperio del derecho”. Sostenía
que “la Argentina no puede pagar el precio de vivir en el
absolutismo bajo la sombra de los desaparecidos, de
miles de presos políticos y de una diáspora de cientos de
miles de exiliados, para que el gobierno no asuma la
responsabilidad de sus actos como lo pretenden las bases
políticas sancionadas”.
Otro radical, pero no exiliado, que se encontraba en
España de visita, el Dr. Ricardo Balbín, en una audiencia
televisiva efectuada a mediados del ’80 declaraba
rotundamente: “Yo no tengo certificados de defunción,
pero estoy seguro que esas personas no están
desaparecidas, están muertas...”
También fustigaba a los “que se fueron del país” y
exaltaba su figura después de manifestar que llevaba ya
50 años de lucha política y que nunca tuvo la posibilidad
de “gozar” de la seguridad que extrañamos todos los
hombres en Latinoamérica, eso sí, no me fui del país”.
Viola, ex comandante, declaraba que “las Fuerzas
Armadas no admitirán la revisión de lo actuado en la
lucha contra el terrorismo, porque, para nuestro concepto
ético, permitir que se enjuicie a quienes con honor y
sacrificio han combatido para devolver la paz a los
Cuando Lo Encuentren... díganle 665

argentinos constituiría una traición y un agravio a la


memoria de cuantas víctimas cayeron por acción del
terrorismo”. (“La Opinión” del 14 de abril de 1980).
Galtieri, comandante en Jefe, despedía ese mismo
día a generales retirados y agasajaba a Viola. Pero esta
necesidad de no rever lo actuado por el Ejército, como lo
sostenía Viola, no implicaba frenar un informe que la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
había elevado al gobierno argentino en donde se
enjuiciaba severamente al régimen de Videla por la
violación de los derechos humanos comprobada, por las
miles de denuncias receptadas por este organismo en su
última visita al país. Este documento, de más de 400
páginas que alguna vez podrán leer los argentinos, no
sólo sería de registro de los casos denunciados, sino
también solicitaba una contestación y se recomendaban
pautas para su corrección. Este informe, una vez
realizado el descargo, pasaba a la Asamblea General que
se reuniría a fin de año para tratarlo.
Pero veamos por un momento el análisis del
mencionado informe. La Comisión responsabilizaba al
gobierno militar como autor de numerosas y graves
violaciones a los principios fundamentales del hombre. El
Informe dice:«A la luz de los antecedentes y
consideraciones expuestas en el presente informe, la
Comisión ha llegado a la conclusión de que por acción u
omisión de las autoridades públicas y sus agentes en la
República Argentina se cometieron durante el período
Cuando Lo Encuentren... díganle 666

1975-1979 numerosas y graves violaciones de


fundamentales derechos humanos reconocidos en la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del
Hombre. En particular, la Comisión considera que esas
violaciones han afectado:
a) El derecho a la vida, en razón de que personas
pertenecientes o vinculadas a organismos de seguridad
del gobierno han dado muerte a numerosos hombres y
mujeres después de su detención. Preocupa
especialmente a la Comisión la situación de los miles de
detenidos desaparecidos, que por las razones expuestas
en el informe se puede presumir fundamentalmente que
han muerto.
b) El derecho a la libertad personal, al haberse
detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo
Nacional, a numerosas personas en forma indiscriminada
y sin criterio de responsabilidad y al haberse prolongado
sine die el arresto de estas personas constituyendo una
verdadera pena. Esta situación se ha visto agravada al
restringirse y limitarse severamente el derecho de opción
previsto en el Artículo 23 de la Constitución.
c) Al derecho de la seguridad e integridad personal,
mediante el empleo sistemático de torturas y otros tratos
crueles, cuya práctica ha revestido características
alarmantes.
d) El derecho a la justicia y proceso regular en razón
de las limitaciones que encuentra el Poder Judicial para el
ejercicio de sus funciones, de la falta de debidas
Cuando Lo Encuentren... díganle 667

garantías en los procesos ante tribunales militares y la


ineficiencia que en la práctica y en general ha demostrado
tener en Argentina el recurso de habeas corpus, todo lo
cual se ve agravado por las series dificultades que
encuentran para ejercer su ministerio los abogados
defensores de los detenidos, algunos de los cuales han
muerto, han sido desaparecidos o encarcelados por
haberse encargado de tales defensas. (...)»
Estos párrafos, entroncados en un largo y trágico
informe son pequeños resúmenes que demuestran la
gravedad e importancia capital de este documento.
Hay más de 30.000 personas desaparecidas que
son parte de este proceso que no quieren los militares
argentinos investigar porque, como dice el general Viola,
implicaría una “traición” a quienes lucharon por la paz.
Cuesta creer la respuesta del gobierno argentino
que dio como descargo ante cada uno de los casos
presentados.
También se hacía eco en las condenas el “Tribunal
de los Pueblos”, organización sucesora del Tribunal
Russel luego de sesionar dos días en Ginebra. El
presidente del tribunal, François Rigaux, jurista belga,
declaraba que hay pruebas más que suficientes para
probar que en Argentina se habían aplicado torturas,
desaparición de personas y complicidad del Ejército y la
Policía que actuaban como bandas colaborando activa y
pasivamente en estos operativos.
Cuando Lo Encuentren... díganle 668

Las denuncias de los organismos defensores de los


derechos humanos con relación al régimen carcelario no
tardaron en manifestarse cuando a comienzos de mayo
del ’80 Raúl Di Bianco se inmoló en la cárcel de La Plata
tras cuatro años y medio de estar a disposición del Poder
Ejecutivo, vale decir sin causa o proceso pendiente. Algo
ya frecuente en las cárceles argentinas. Los sistemas de
castigo, las privaciones de todo tipo, las limitaciones de
lecturas y visitas hacían en los presos impacto definitivo,
por lo que en 1980 se iniciaba la era de los suicidios
como única forma de terminar con esa barbarie. Las
condenas internacionales al régimen militar
desprestigiaban a sus conductores y a las Fuerzas
Armadas. Las autoridades repetían una y otra vez, que
todas estas declaraciones emanadas de “organismos”
influenciados por la subversión y su campaña desde el
exterior obedecían, más que a una realidad, a una
premeditada acción del marxismo internacional contra un
país que había logrado su derrota.
También Amnesty fue tildada de ser herramienta del
marxismo.
El manejo de los términos perfectamente utilizados
hacia el consumo masivo de la información hacía aparecer
las condenas como actos de agresión del exterior hacia la
república, definiendo a sus inquisidores como
instrumentos de las campañas antinacionales, que
trabajaban diariamente en distintas partes del mundo. Sin
embargo, muchos de los sindicatos de esta forma no
Cuando Lo Encuentren... díganle 669

despertaban ni ante sus detractores alguna sospecha de


contaminación marxista y esto hacía que los servicios de
información envolvieran las noticias con datos
tendenciosos.
Onganía, desde Río Cuarto, se pronunciaba por un
sistema nacional de planeamiento para institucionalizar
debidamente la presencia militar en el poder político de la
Nación. Argumentaba que el “poder militar es el más
diferenciado de los poderes y que su naturaleza viene del
dominio de una técnica que tiene por característica la
fuerza. Por ello el poder militar debe insertarse en una
estructura de poder que reconozca su condición
irrenunciable de reserva y último valuarte de la
ciudadanía nacional”.
Galtieri, en su discurso en el Día del Ejército,
manifestaba en este tema tan de moda de los Derechos
Humanos que “la persistencia de vulnerar la imagen la
sociedad nacional, tras la pantalla de los derechos
humanos, sólo puede reconocer como fundamento la
complicidad, enajenación, ignorancia e irresponsabilidad
moral. Es una página de la historia que para alcanzar el
premio de la gloria, debió franquear zonas de lodo y
oscuridad”. Tal como lo vemos, este tipo de declaraciones
tratando de justificar lo realizado demostraba la
necesidad imperiosa del famoso borrón y cuenta nueva.
La simple posibilidad de un enjuiciamiento hace temblar
todas las estructuras de este poder militar, como lo llama
Cuando Lo Encuentren... díganle 670

Onganía, con su característica de la fuerza como arma


fundamental de sustentación.
Esta fuerza también se manifestaría en el exterior,
cuando “desaparecen” de Perú: Julia Inés Santos de
Acabal, Noemí Gianotti y Julio César Ramírez sindicados
como montoneros.
Las autoridades militares peruanas establecían la
“peligrosidad” de estos elementos que habían logrado
entrar en territorio peruano con documentación falsa y
que habían establecido contacto con elementos
terroristas nacionales. Según el parte militar, fueron
arrestados y se los expulsó el 18 de junio a Bolivia.
Extraño proceder de las fuerzas de seguridad peruanas.
Sin embargo, las autoridades de Bolivia rechazaban
categóricamente haber recibido de parte de las
autoridades peruanas a detenidos de nacionalidad
argentina, por lo que el rastro de los tres desaparecidos
terminaba en la entrega por los peruanos y la no
recepción referida por los bolivianos.
Las primeras reacciones con el “diálogo político”
iniciado no se hicieron esperar. Documentos de crítica de
los desarrollistas. Documento crítico del ahora
democrático Massera y un documento que finalizó con
largas polémicas; el de los justicialistas, quienes
aseguraban el inicio de una pérdida de miedo a la
mordaza de la dictadura. Los justicialistas referían que no
podían consentir ser ellos los que permanentemente eran
señalados como los causantes de la violencia en
Cuando Lo Encuentren... díganle 671

Argentina. Acusaban a la Revolución Libertadora de los


primeros derrames de sangre cuando en el año ’55
bombardearon en Plaza de Mayo a una multitud allí
reunida. Acusaban a las Fuerzas Armadas de los
fusilamientos de junio del ’55 y por último las hacía
responsables de toda la crisis política por la acción
sistemática y permanente en la interrupción de los
gobiernos libremente elegidos.
El gobierno militar no esperaba este tipo de críticas
por lo que tuvieron que salir al paso tanto militares como
civiles comprometidos.
Galtieri fue uno de los primeros que trató de refutar
los documentos publicados y llamó a la unión de las
Fuerzas Armadas. Los partidos, por su parte, también
apuntalaban los documentos con declaraciones de sus
dirigentes. Los peronistas manifestaban que tenían el
imperativo de consolidar la unión interna desmintiendo a
los agoreros de la división.
Comenzaban la adhesiones de González,
Timpanaro, Grillo, Picardi, Campolongo, Grosso, Rey,
Hollubica, sectores gremiales y nucleamientos de
distintos puntos del país. Tróccoli atacaba la conducción
económica al igual que al Colegio de Abogados.
Martiarena definía al proceso como absolutamente
fracasado y exigía la plena democracia, Gabrielli
solicitaba la apertura de las actividades políticas; en fin,
una ola de declaraciones críticas y acusaciones se
levantaban incontrolables ante la sorpresa de los
Cuando Lo Encuentren... díganle 672

militares, que seguían insistiendo en sus luchas


sacrificadas para alcanzar el estado de derecho.
Posteriormente el gobierno acusaría a su vez a los
partidos políticos manifestándole su responsabilidad en
los hechos del ’76 por complicidad directa e indirecta con
la subversión. Las polémicas que no estaban previstas
comenzaron a florecer y esto no convencía a los militares.
Videla les recordaba, que el proceso goza de muy
buena memoria y salud, por ello, no lo van a torcer
presiones externas e internas, agregaba advirtiendo a los
desbocados.
El primer semestre del ’80 también traía novedades
en el espectro americano. Bolivia entraba en etapas de
inestabilidad franca, con peligro de una quiebra antes del
llamado (ya rutinario) a elecciones generales anunciadas
por Lidia Gueiler como presidente de la República. El 2 de
abril, se enfrentaba con el Congreso al impugnar dos
artículos de la ley electoral, en donde se sumaba a la
elección presidencial la convocatoria a una Convención
Constituyente. Cuatro días después reorganizaba su
gabinete y posteriormente censuraría en forma conjunta
con el Comandante en Jefe García Meza la violencia verbal
de algunos grupos políticos contra las Fuerzas Armadas.
Sobre todo si se tiene en cuenta que ya existía un pacto
de no agresión entre la Central Obrera Boliviana y las
Fuerzas Armadas. La presidente defendía la postura de
García Meza. Este militar que posteriormente ocuparía la
presidencia publicaba en el diario ultra conservador “El
Cuando Lo Encuentren... díganle 673

Diario” una proclama en la que hacía una férrea defensa


de los militares y de su predestinación para salvar a la
patria.
Curiosamente Banzer coincidía con García Meza en
el mismo diario y anunciaba la posibilidad de que las
Fuerzas Armadas tomaran nuevamente el poder ante la
falta de garantías para sus habitantes. Terminaba
lacónicamente diciendo: “Una entidad nacional debe
hacerse cargo del manejo del Estado”. La posibilidad de
un golpe ya había superado la retórica y se estaban
programando los pasos a dar y la forma en que se haría la
represión. Banzer apuntalaba el conato insurreccional,
mediante declaraciones a la cadena informativa
colombiana Caracol. Señalaba que si el caos y la anarquía
seguían, las Fuerzas Armadas derrocarían a la presidente.
Esta, a su vez, reconocía su incapacidad para lograr el
desarme de las fuerzas paramilitares y derechistas.
El asunto de los secuestrados argentinos en Perú
comprometía también a Lidia Gueiler que negaba tal
hecho, pero la verdad de las cosas es que el coronel Arcer
Gómez, futuro ministro del Interior del golpe, sería quien
recibiera a los secuestrados en plena frontera al ser
entregados por fuerzas de seguridad del Perú.
La respuesta democrática para determinar el triunfo
definitivo de Siles Suazo la dieron todos los partidos
políticos al apoyar, menos el grupo banzerista, la
nominación como presidente del Congreso, que debería
postularlo en caso de no tener amplia mayoría según la
Cuando Lo Encuentren... díganle 674

ley electoral. Siles aventajaba a Paz Estensoro en más de


200.000 votos, de tal manera que el MNR de Paz
Estensoro declaraba en forma conjunta con Marcelo
Quiroga Santa Cruz que apoyarían en el Congreso
definitivamente la elección de Siles a la presidencia; o
esto aceleraría el golpe; ya que no habría recurso ni
excusa para derribar al gobierno, si las fuerzas
democráticas postulaban a Siles como único candidato.
El 17 de julio de 1980 las Fuerzas Armadas
bolivianas, siguiendo al parecer el “mandato divino” de
sus antecesores en Chile, Argentina, Brasil, Uruguay; se
lanzaban ferozmente hacia el poder realizando una
estrategia debidamente estructurada y para cuya
aplicación práctica contaba con “asesores” militares de
sus países vecinos. La Central de los Trabajadores ya no
sería solamente eliminada desde el punto de vista
administrativo, sino que también sobre ella pesaría la
orden de su demolición, como ejemplo definitivo de cómo
se puede aplastar a la clase obrera.
Las autoridades militares se encargarían de asistir a
esta función, cuando la pala mecánica comenzó a
demoler las históricas paredes de los trabajadores.
La represión despertó intensas críticas en todo el
mundo, al igual que el golpe de estado que fue repudiado
en forma unánime, salvo por Argentina, que no sólo
reconoce a la junta militar sino que también le presta
ayuda técnica, financiera y material de guerra. Videla, en
un comentario al respecto, reconocía su alegría por el
Cuando Lo Encuentren... díganle 675

golpe y manifestaba que prefería eso antes que tener un


vecino que pudiese ser factor de perturbación para el
nuevo esquema de poder en el Cono Sur. Esta actitud de
los militares argentinos le costaría el fracaso de una
misión de acercamiento con los EE.UU., cuyo delegado
regresa antes de tocar suelo argentino.
Se estructuraba una poderosa alianza militar en el
sur del continente, teniendo en cuenta que desde Brasil
con Figuereido, Uruguay con Méndez, Paraguay con
Strossner, Bolivia con el flamante delirante García Meza,
Chile con Pinochet y Argentina con Videla, hacían y
conformaban un bloque de hierro con la posibilidad de
lograr una combinación en la acción de sus fuerzas de
seguridad nunca alcanzada hasta la fecha. Se hablaba de
“alianzas”, pero esto no sería aceptado desde el punto de
vista formal.
La situación de Perú y Bolivia repercutía de distintas
formas en Argentina. Con respecto a Bolivia, los militares
argentinos con sus voceros oficiales trataban de
desmentir el supuesto compromiso de “grupos
especiales” enviados como asesores, mientras que gente
que había sido detenida y torturada en La Paz declaraba
que sus verdugos tenían el típico acento argentino. Por
otra parte, la invitación efectuada a Videla para el día de
asunción de Belaunde Terry por Bermudes Morales se veía
empañada por una intensa campaña de rechazo de los
congresales opositores que amenazaron con retirarse de
los actos oficiales si concurría Videla. También se habían
Cuando Lo Encuentren... díganle 676

organizado manifestaciones de repudio a nivel popular


por todas las fuerzas de izquierda y agrupaciones de
defensa de los Derechos Humanos. Videla tenía
programado su viaje para el 28 de julio. Los grupos
diplomáticos enviados para sondear la verdadera
dimensión de los actos programados en contra de los
militares argentinos, aceptaron elevar un informe
aclarando la necesidad de rever el viaje programado. Las
movilizaciones proyectadas y los desaires de
parlamentarios podrían llevar a deteriorar aún más la
imagen del presidente de la junta militar argentina,
motivo por el cual aconsejaban su anulación.
La Cancillería también se adhería a este consejo.
Los militares eran renuentes. Se crearía un serio
antecedente en donde la movilización de las fuerzas
progresistas, impulsadas por los “subversivos” radicados
en el exterior, impedirían en el futuro por iguales causas,
viajes de diplomacia o de su mismo presidente.
A pesar de su fuerte determinación de viajar, Videla
tuvo que ceder ante la presión de distintos sectores de las
Fuerzas Armadas. Esto que aparentemente se podía
considerar como una ausencia por razones de fuerza
mayor en otra circunstancia, adquiría indudablemente
una actitud de reconocimiento de una derrota diplomática
que en el contexto de las noticias internacionales pasaba
algo inadvertido. Ejemplo de ello era la expectativa de la
futura fórmula republicana de los EE.UU. donde se
nominaba Ronald Reagan y Bush; o las acciones de la
Cuando Lo Encuentren... díganle 677

guerrilla en El Salvador que comenzaban a inquietar


seriamente al Departamento de Estado.
El coronel Antonio Dotti, director del Servicio
Penitenciario Federal Argentino, ante la denuncia de
familiares de presos políticos, por los suicidios (cuatro)
producidos en las cárceles, manifestaba que “no hay que
asustarse por ello, ya que en las organizaciones donde
ellos militan los instruyen para eso”. Otra muerte por
suicidio de un preso político, José Schiavone.
Sin embargo, la Comisión de Familiares de
Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas hacía
pública una nueva denuncia: “Los hechos hoy
denunciados hablan de los más oscuros estados a que
son obligados a llegar seres humanos como lo es la
autodestrucción, el total descreimiento por la propia vida,
la muerte como fin de la angustia”. Hacía también un
llamado a los periodistas del país y a los corresponsales
para romper la censura y mantener informados
objetivamente a los argentinos.
Uno de los secuestrados en el Perú, Esther Gianotti,
quien era integrante de las Madres de Plaza de Mayo, con
sus 54 años de edad, aparecía en un desconocido hotel
de España muerta.
El embajador argentino, Jorge Washington Ferreyra,
haciendo gala de un conocimiento forense que no
sabemos dónde lo adquirió, aseguraba antes de la
autopsia que era muerte natural. Aún la policía de España
no había declarado el resultado de las investigaciones.
Cuando Lo Encuentren... díganle 678

Más de doscientas personas eran liberadas el 9 de julio,


las mismas se encontraban a disposición del Poder
Ejecutivo quedando en libertad vigilada, y a 16 le daban la
opción para salir del país.
Juan Baustista Sasiaiñ, jefe de la Policía Federal y
general de profesión, advertía sobre la posibilidad de un
“brote” subversivo y salía en defensa del gobierno por las
críticas que recibía desde los distintos partidos políticos.
Esta defensa también se extendía a la comandancia del
Ejército; refería que “las críticas nos sirven para
perfeccionar la tarea y corregir errores, pero no
constituyen una guía para nuestros actos.” “Tenemos
nuestros propios parámetros para medir lo realizado,
para esto lo único que necesitamos es una
buena memoria. Respecto a la filosofía económica -
tan duramente atacada- es y será la de las Fuerzas
Armadas”. Martínez de Hoz lograba el apoyo, no sólo de
Videla; sino también de las tres armas, que, si recordamos un
poco, en uno de los largos y polémicos discursos, él había
manifestado que su programa era el que habían adoptado las
Fuerzas Armadas y, con el apoyo de éstas, se había batido un
récord en el país, como lo era el de tener un ministro de Economía
casi cinco años y la aplicación de un programa económico en igual
período con los beneficios que él trataba de demostrar de una
u otra forma.
Si analizamos las críticas de todos los sectores que
en ese momento lo hicieron, nos daremos cuenta que
salvo el Peronismo, el asunto de los presos políticos no
Cuando Lo Encuentren... díganle 679

preocupaba absolutamente a nadie. La crítica se centraba


fundamentalmente en la conducción económica, a la cual
hacían responsables de todos los fracasos del gobierno.
Nadie cuestionaba el poder militar.
La paciencia tenía lógicamente sus límites, Videla ya
algo “molesto” por sus detractores, declaraba desde
Córdoba: “¿Quiénes son los que me critican...? Son los
enemigos del proceso, los que no quieren que el proceso
se cumpla sus objetivos, pues critican con un sentido
intencionado para desestabilizar el proceso y promover el
fracaso. Son unos timoratos y temerosos... Critican los
aprovechados, porque esta es la buena, en el momento
duro, guardan silencio”. Con respecto a Bolivia, después
de decir que los golpes de estado no se recetan,
terminaba definiendo su postura como “entre dos
opciones, la correcta con desemboque eleccionario y la
incorrecta con pronunciamiento militar, visto el grado de
riesgo que insumía una u otra, yo digo que para el
gobierno argentino hemos visto con más simpatía este
segundo”.
Los diferentes tonos de las críticas hacían que el
gobierno militar cambiase su actitud y hasta su lenguaje.
Les molestaba y hasta encasillaban como timoratos a
todos aquellos que de una forma u otra cuestionaban la
acción del gobierno en las distintas esferas, pero
preferentemente en la económica. También estaba
molesto por el regreso de Williams Bowdler, que
aparentemente era un adelantado de Carter para iniciar
Cuando Lo Encuentren... díganle 680

una nueva era en las relaciones entre EE.UU. y Argentina.


El diálogo formal e institucional programado para el año
1980 había sido arrasado por un diálogo no previsto y
realizado en nombre de partidos y en lugares públicos
hasta que el asombrado gobierno tuvo que comenzar a
prohibirlo.
Dentro de su estrategia no estaba prevista esta falta
de control, los mecanismos del Estado volvieron a
funcionar para amordazar e intimidar, también hacían
una malintencionada ubicación del tono crítico con los
subversivos o con la relación del ya famoso plan de
agresión del comunismo internacional.
El general Andrew Jackson, quien había estado en
Argentina a comienzos de año, había aconsejado al
Departamento de Estado la necesidad de rever la política
con Argentina; se advertía un acercamiento peligroso de
Moscú hacia ese país, consolidado por lazos comerciales,
fundamentalmente por la venta millonaria de cereales,
inmediatamente después de que los EE.UU. retiraran sus
stock en represalia a la acción soviética por la invasión a
Afganistán.
Las versiones de que Rusia aportaría no sólo un
preferente trato comercial sino también aporte de
tecnología y armas produjo el resultado mencionado.
Los estudios correspondientes brindados por
Jackson fueron elaborados por el Pentágono y
presentados por Carter, quien decidió el envío del
subsecretario Bowdler a Buenos Aires luego de
Cuando Lo Encuentren... díganle 681

representar a Carter en la asunción de Belaunde Terry en


el Perú. La sección de los Derechos Humanos en el
Departamento de Estado contraatacaba esta postura,
aduciendo que el gobierno militar mantenía aún la
reiterada violación de estos derechos, que estaba
confirmada y documentada por la Comisión de la OEA,
cuyo informe
era más que elocuente.
Raúl Castro, embajador norteamericano por la junta
militar, si bien confirmaba toda esta teoría, cuya
materialización se derrumba al reconocer Argentina a la
junta boliviana, no dejaba de reiterar que luego de las
explicaciones dadas a las autoridades militares tenía una
profunda convicción de que esto sería resuelto a corto
plazo y que “todo saldría bien”. El brigadier Pastor
resaltaba y defendía la postura argentina acusando a
Carter de “imponer una conducta política determinada”.
Yuri Fokin, secretaria General de la Cancillería
Soviética, visita Buenos Aires a comienzos de agosto del
’80 y, ante esta situación, trata de cubrir y bloquear los
rumores que ya ocupaban las primeras páginas de los
periódicos.
Declaraba en Ezeiza que el mejoramiento de las
relaciones entre Argentina y Rusia, en diferentes esferas,
se logró sin lastimar las relaciones de nuestro país con
terceros y aseguraba su confianza en la Cancillería
argentina para limar las asperezas surgidas últimamente
con EE.UU.
Cuando Lo Encuentren... díganle 682

Los reclamos por desaparecidos iniciaban una


nueva ofensiva. Un grupo de familiares de abogados
secuestrados en sus domicilios, estudios jurídicos o en la
calle por parte de las fuerzas de seguridad (ochenta y dos
en total) entregaba a la junta militar una nota solicitando
se realizaran las investigaciones para esclarecer los
hechos. El ministro de Justicia, Alberto Rodríguez Varela;
quien era receptor de muchas peticiones similares con
respecto a detenidos a disposición del PEN aducía que
“día por día” disminuían -sin dar por supuesto cifras-
pero que no podían liberar a todos ya que muchos de
ellos constituían potencialmente un peligro. Todos
tenemos muy fresco en la memoria el recuerdo de esos
años terribles.
El 5 de agosto otro grupo de familiares de
desaparecidos eleva a la Junta una nota similar pidiendo
la investigación de los hechos denunciados. Once mil
quinientas firmas en “solicitada” del diario “Clarín” se
dirigían a Su Santidad Juan Pablo II en su visita a Brasil,
para que interceda ante la junta militar.
Una delegación de las Madres de Plaza de Mayo
también viajó a Brasil con la finalidad de entrevistarse
directamente con el Papa. Los desaparecidos eran el
problema que más dolores de cabeza le ocasionaba a la
junta militar. Inmediatamente que se trató de llamar al
diálogo y al patriotismo de todos los argentinos para
reconstruir el país, surgió una solicitada, una nota, un
comunicado en referencia a los desaparecidos. Lo más
Cuando Lo Encuentren... díganle 683

gráfico para una definición al respecto fue la declaración


de una de las integrantes de las Madres de Plaza de Mayo
cuando dijo: “Los militares no tendrán otra historia hasta
que resuelvan ésta”.
Oscar Allende apuntaba quizás más fino en sus
críticas y hacía una advertencia a los demás partidos,
cuando señalaba que no había que centrar la crítica
únicamente en la conducción económica, sino en el resto
de las áreas. La imposición de cualquiera de ellas
necesitaba el aplastamiento de la opinión pública y
articular el aparato del sometimiento. Referente al
diálogo, duda de su eficacia y resaltaba la rigurosa
“selección de los interlocutores”.
Los representantes de la Academia de Ciencias
Morales y Políticas, organismo convocado al diálogo por
el Ministerio del Interior y cuyos representantes pisaban
la Casa Rosada el 7 de agosto, tenían manifestaciones
realmente curiosas como la que sostenía Osvaldo Loudet
al afirmar que “...hay que fijar idoneidad y darle al voto
un valor social diferente, el hombre casado debe tener
dos votos, y multiplicar el voto de acuerdo al número de
hijos”. Alejandro Lastra, también integrante de este
curioso engendro, solicitaba que se proscribieran a
partidos no democráticos entre los que incluía por
supuesto el peronismo.
El ministro del Interior seguía con sus invitaciones a
diferentes “personalidades” y no dejó de hacerlo dentro
del peronismo (el cual se había manifestado públicamente
Cuando Lo Encuentren... díganle 684

por la no concurrencia) hacia figuras que podrían


representar algo públicamente, como en el caso de
Matera, y que produciría alguna brecha o fractura en los
cuadros directivos, fundamentalmente, verticalistas.
Las críticas al diálogo, política económica y
funcionarios producían reacciones y Graffigna,
comandante en Jefe, largaba su andanada contra los
políticos; “estos señores procuran que todo cuanto
sucedió en Argentina, previo a 1976, y cuya
responsabilidad no pueden ocultar quede en la
impunidad y aún pretenden absurdas reivindicaciones”.
Fustigaba también a quienes pretenden continuar
vendiendo ideología marxista. Terminaba diciendo: “Los
críticos pierden sus tiempo, el proceso es irreversible,
reverdezcan o se marchiten sus detractores y opositores”.
Pero no todos eran opositores, la Fuerza Federalista
Popular (FUFEPO) compuesta por personajes ya conocidos
como Horacio Guzmán, Guillermo Belgrano Rawson,
Ignacio Avalos, Clodomiro Carranza, Isamel Amit, Ricardo
Balestra, Celestino Gelsi, etc. etc., elaboraban un proyecto
político para formar un movimiento político nacional
solidario con el proceso. Balbín consentía, antes de la
elección del presidente, el triunvirato militar, puesto que
el “radicalismo sólo va a admitir un último turno militar”.
Ya sabemos de la posición histórica del radicalismo
respecto de los golpes de estado. Osiris Villegas criticaba,
a su vez, al gobierno y a los partidos haciendo una
salvedad con respecto a los militares. Harguindeguy sigue
Cuando Lo Encuentren... díganle 685

hablando con los mismos políticos que están en actividad


desde hace treinta años, en cambio los generales vamos
dejando lugar a otras generaciones”.
Matera, acompañado por Alberto Iturbe, Delia
Deigluomini de Parodi, Rodolfo Tecera, Frando y Enrique
Osella Muñoz, concurrían a pesar de las crìticas de la
conducción peronisa y de distintas “personalidades” que
los señalaban como traidores al movimiento. Matera, en
conferencia de prensa al salir de la reunión con
Harguindeguy, declara que era optimista, que era
necesario una democracia interna en el movimiento,
señalaba las discrepancias y coincidencias del diálogo; se
declaraba “asistente de tipo personal” a esta reunión y
que este acto debe ser interpretado como la expresión de
una cultura política, sin que esto signifique convalidar las
medidas y programas de este gobierno.
Solicitaron al ministro del Interior someter a la
jurisdicción de la Constitución nacional a los detenidos a
disposición del Poder Ejecutivo, decretar la libertad de
quienes se encuentran bajo detención domiciliaria o de
vigilancia, acelerar los procesos judiciales y asegurar el
derecho de defensa. Días después, el peronismo
ratificaba la no concurrencia y descolocaba a este grupo
asegurando que ningún afiliado o simpatizante del
movimiento nacional peronista puede arrogarse, ni aún a
título personal, la representación del movimiento.
En medio de este diálogo, Videla llegaba al Brasil el
19 de agosto en visita oficial. Tras recorrer 15 kilómetros
Cuando Lo Encuentren... díganle 686

del aeropuerto a Brasilia, saludado fríamente por


soldados apostados en la orilla del camino; el Parlamento
lo recibía al día siguiente, con la ausencia de la oposición,
en rechazo a la clausura del Parlamento argentino y la
falta de aclaración de los desaparecidos y muertos a
partir de 1976.
Veinte países de América Latina acreditaban sus
respresentantes para la Asamblea Constitutiva de la
Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos.
Por Argentina concurría a Ecuador (sede de la reunión)
Cámpora; por Brasil, Brizzola; por Bolivia, Jaime Paz; por
Colombia, Alfredo Vázquez; por Costa Rica, Daniel
Obduber; por Cuba, Santiago Díaz; por Chile; Clodomiro
Tomic; etc. Las finalidades de la entidad señalaban el
apoyo a la lucha por la independencia y la soberanía
nacional, el respaldo a las transformaciones sociales y
políticas encaminadas a establecer y afianzar los sistemas
democráticos de tipo popular y la lucha para garantizar la
plena vigencia de la declaración de los derechos humanos
consagrada por las Naciones Unidas.
La Unión Conservadora de Buenos Aires,
representada por Rodolfo Aguirre, Eduardo Lavanda
Lavarello, Enrique Pinedo, Mario Robbio y Raúl Zapata,
elevaba un documento al ministerio del Interior, en el que
sostenían la conveniencia de que la junta militar “designe”
legisladores tanto para la Cámara de Senadores como
para la de Diputados a “personalidades” que la junta crea
Cuando Lo Encuentren... díganle 687

conveniente e indicada, incluyendo a gremialistas, aunque


éstos deberían optar por la actividad gremial o la política.
La CAL no habría de suprimirla, ya que seguiría en
funciones de asesoramiento del presidente. También se
adherían a las bases políticas y a la filosofía del proceso
con la cual coincidían. Camus abogaba por una Argentina
fuerte y potente, señalando que una unidad cívica y de las
Fuerzas Armadas consolidarían esta idea. Los sindicatos
también serían convocados de acuerdo con la “rigurosa”
selección. A fines de agosto se vislumbraba la posibilidad
de unificación de las tres corrientes predominantes en
una sola CGT.
Participaban en esta consulta organizativa los
representantes de los “20”, Jorge Luján, Luis Etchezar,
Juan Rachini, José Acosta, Fernando Donaires y Hugo
Barrionuevo.Por la Comisión de los “25”, José Rodríguez,
Roberto Digón, Roberto García, Horacio Alonso, Osvaldo
Borda, Saúl Ubaldini y por la CNT, Jorge Triaca, Juan
Horvath y José Dávalo.
Seis horas de diálogo tuvieron los dirigentes
“concurrentes” Mario Diego Cala Gómez, Ramón Valle y
Luis Etchezar, quienes entregaron documentos
individuales por no haber logrado unanimidad de
conceptos.

Manrique afirmaba que “aquí el que manda” es el


ministro de Economía, refiriéndose a la acción del
gobierno militar, por eso se ha deteriorado la imagen
Cuando Lo Encuentren... díganle 688

presidencial. Advertía la posibilidad de una reacción de


los “mansos”, ante la grave situación económica.
Un tenebroso congreso anticomunista se celebraba
el 2 de septiembre en Buenos Aires. Apoyado por el
gobierno militar e identificado ideológicamente con sus
integrantes y filosofía. Una de las condenas de este
congreso sería, entre varias, la referida a los jesuitas, a
quienes sindicaban como marxistas y aconsejaban su
expulsión. ¡Tamaño disparate de estos paranoicos! Bien,
su presidente elegido para esta oportunidad (el ya
conocido general (R) Carlos Suárez Masson) recibía la
nota de adhesión de Videla que entre otros conceptos
diría: “No obstante tal circunstancia, no he querido
soslayar esta propicia para destacar la importancia de
eventos que como el presente coadyuvan al propósito de
afianzar la libertad y dignidad humanas”.
En Campo de Mayo fueron recibidos por el general
Nicolaides, quien refirió la visita como una distinción y un
elevado honor, llevándolos a visitar la guarnición militar.
Posteriormente celebraron y asistieron a la
proyección de una película sobre la lucha antisubversiva
llamada “Ganar la paz”. Veinte representantes de América
Latina eran sus integrantes y huéspedes de honor del
gobierno argentino. Por supuesto que la declaración final
de esta “organización” produjo no sólo una polémica con
los políticos, sino también con la Iglesia.
El vicerrector de la Universidad Católica, Jean Sonet,
desde Córdoba, señalaba que no creía que ningún jesuita
Cuando Lo Encuentren... díganle 689

pueda ser acusado de iniciar la guerrilla bajo el pretexto


de evangelizar. Preguntaba si el Papa y los obispos
estaban también en la lista negra de los anticomunistas, y
terminaba diciendo que si querían expulsarlos, ofrecerían
sus servicios en Asia y Africa. También tildó de ridículas
las afirmaciones de que Jimmy Carter era comunista como
lo afirmaba esta organización. El gobierno argentino
quedó bastante descolocado por haberse adherido a estas
jornadas de trabajo.
“Se acaba de elegir al nuevo presidente, a través del
sistema constitucional que ellas han adoptado”; afirmaba
Balbín el 15 de septiembre de 1980. Estaba en el
cronograma de la junta militar que en los últimos quince
días de septiembre debería nombrar al nuevo presidente
para el período 1981-1984. Sin embargo, el comunicado
que esperaban los políticos aún no era oficial. Balbín
probablemente declaraba ésto a través de una
información extraoficial. También aseguraba sus
conceptos sobre los desaparecidos diciendo que ya están
muertos; e instaba a todos los familiares para que
“olviden” estos episodios porque de lo contrario no se
construye el país (...).
Sobre este hecho que era del mes de noviembre
saldría a flote, porque se debería tratar en la OEA, el
embajador argentino ante esta organización; Raúl
Quijano, siguiendo instrucciones del gobierno militar,
proponía en Washington la modificación de los informes
especiales de la Comisión de Derechos Humanos para que
Cuando Lo Encuentren... díganle 690

realice un solo informe anual sobre la situación de todos


los países del área en conjunto.
Esto ayudaría al gobierno militar a que su condena
por violación de los derechos humanos pasara más
inadvertida. De cualquier forma la propuesta no encontró
eco, por lo que la junta tendría que realizar un esfuerzo
diplomático ante los países americanos con regímenes
castrenses para que traten de apoyar a la Argentina en el
debate y la condena que naturalmente, recaería por las
innumerables pruebas y testimonios que esta Comisión,
recibió en su última visita a la Argentina.
A su vez, el grupo de trabajo de la ONU, en
Ginebra, analizaba las denuncias elevadas para aclarar
sobre los desaparecidos. Cabe destacar que este grupo,
de acuerdo con los reglamentos de su acción, tiene
“poderes” para solicitar a los gobiernos cuestionados
dentro las 24 horas de recibida la denuncia, las
aclaraciones que ellos consideren pertinentes.
En Paraguay, un comando armado, el 17 de
septiembre de 1980 daba muerte a Anastasio Somoza.
El operativo, según el cable, fue realizado
prolijamente a las 09.50 horas, al interceptar una
camioneta Chevrolet los vehículos que circulaban por la
avenida Américas. Desde el interior de una casa ubicada
en la esquina, se disparó con una bazooka destruyendo el
coche blindado del ex dictador. Las reacciones sobre este
hecho fueron dispares. El gobierno paraguayo “casi”
inmediatamente daba los nombres de los integrantes del
Cuando Lo Encuentren... díganle 691

comando, la dirección y una serie de informaciones en


base a cierta documentación sumamente sospechosa.
Posteriormente, uno de los sindicados como jefe del
comando, el ex militante del ERP argentino, Hugo Alfredo
Irurzún, caía despedazado por el “operativo” de las
Fuerzas Armadas paraguayas y argentinas en un dudoso
procedimiento, donde el cuerpo de Irurzún era retenido y
escondido a la prensa. Stroessner quedaba públicamente
comprometido, a pesar de las rigurosas medidas de
seguridad que tomó posteriormente al hecho, con la
excusa de que los guerrilleros estaban aún en Paraguay.
Llegaba fin de 1980. Nicaragua vivió un día de
fiesta mientras era calificado el homicidio como heroico.
Terminaba así Somoza que lejos de Nicaragua se había
convertido en el soporte económico de la
contrarrevolución. Un Mercedes Benz amarillo fue
su tumba. Días antes, en una entrevista que le
realizaba la revista alemana “Quick”; Somoza había
manifestado: “Estaba pleno de vida y de espíritu de
lucha. Reconquistaré Nicaragua sin la ayuda del
traidor Carter... ese bastardo me vendió
entregando mi país a los rojos”. Finalizaba la
entrevista agradeciendo la “cordialidad de
Stroessner”, pero sintiendo algunas cosas como la
“libertad de Nicaragua”.
Saint Jean, conocido por sus amenazas de
liquidación a los subversivos, timoratos y comprometidos
efectuadas en 1976, declaraba otra máxima a fines de
Cuando Lo Encuentren... díganle 692

septiembre del ’80: “No es cierto aquello de que el pueblo


jamás se equivoca o que siempre tiene razón. Las
mayorías no pueden tener en su conjunto lo que no
tienen las individualidades, de manera que no son
omnisapientes, se equivocan como cualquiera”. También
aseguraba que a la democracia “no se la puede endiosar”
ya que si no adecentamos la vida política no podremos
elegir a través de ella a los mejores gobernantes”.
Con respecto a la Universidad sostenía que el gran
problema de los egresados es que sus profesionales se
proletarizan y por ello para evitarles esta frustración, es
necesario la limitación al ingreso.
A Saint Jean los desarrollistas le hacían dos días
después algunas reflexiones sobre su gestión ante la
Gobernación de la provincia de Buenos Aires
denunciando: 1) la mentalidad elitista que ha orientado su
accionar, 2) su adhesión a las propuestas originadas en
defensa de los intereses de corporaciones
multinacionales, 3) el pésimo manejo del sector público
de la provincia, los favoritismos personales. Algo que el
pueblo tendrá que juzgar en su oportunidad para ver
hasta qué punto jamás se equivoca.
Dirigentes de un desconocido y nuevo partido
llamado “renovador” ingresaban a la sala de espera del
ministro del Interior, lo integraban Federico Carman,
Alfredo Mendiguren, Miguel M. Padilla, Raúl González
Varela, Roberto Mogliorini y Mario Monacelli Erquiaga.
Estos “dirigentes”, con posterioridad a su entrevista,
Cuando Lo Encuentren... díganle 693

entregaban un memorial con sus puntos de vista. Decían


que eran “un partido abierto, dispuesto a entregarse a un
movimiento de opinión que se constituya en una de las
alternativas reales de la política nacional, proponen
creación de seminarios con asistencia obligatoria de sus
afiliados y que la junta de gobierno de cada partido
“reciba” importantes remuneraciones para permitirles
dedicar el mayor tiempo posible a la actividad partidaria
cuyos fondos provendrán de “un fondo de partidos
políticos” que dependerá del Ministerio del Interior.
Finalmente, adherían “sin reservas” a las bases
doctrinarias y, en general, al desarrollo que de las mismas
se realiza en las bases programáticas del gobierno
militar.
El 27 de septiembre de 1980 se anunciaba la
unificación del movimiento obrero, mediante la recreación
de la CGT. Ese anuncio realizado al conmemorar los 50
años de su fundación, lo hicieron en forma conjunta la
Comisión Nacional de Trabajo, los “25” y los “20”. Se ha
confirmado la unidad del movimiento obrero y se nominó
una comisión redactora a los efectos de implementar la
dinámica de actuación y futuro plan de tareas a
desarrollar por la CGT, expresión auténtica y real del
pueblo trabajador argentino. Asistían los dirigentes
Carlos Godoy (petroleros), Saúl Ubaldini (cerveceros),
Osvaldo Borda (caucho), Roberto Digón (tabaco), Antonio
Baldanssini (FOECyT), Jorge Triacca (plástico), Rubén
Marcos (metalúrgicos) y Luis Etchezar (fraternidad). El
Cuando Lo Encuentren... díganle 694

nuevo cuerpo funcionaría colegiado, dividido en


secretarías de tres miembros cada una y su número
podría ser ampliado a siete. Prevé órganos de toma de
decisiones para el Plenario de Secretarios Generales y una
estructura similar al Comité Central Confederal en que
cada gremio posee un número de votos proporcional a
sus afiliados.
Reston, ministro de Trabajo, sostenía que no había
problema alguno en cuanto a la formación de la CGT
(disuelta por decreto mediante una nueva ley sindical)
empero “aclaraba” que podría funcionar con personería
jurídica, pero no con personería gremial.
El 4 de septiembre de 1980 la prensa nacional e
internacional publicaba el siguiente comunicado: “El día
de la fecha siendo las diez horas, se reunió la junta
militar en el Edificio Libertador, sede del Comando en Jefe
del Ejército. En dicha reunión, sus excelencias, los
señores Comandantes en Jefe del Ejército; teniente
general Leopoldo Fortunato Galtieri, de la Armada,
almirante Armando Lambruschini, y de la Fuerza Aérea,
brigadier Omar Grafigna, dieron por finalizado el análisis
del tema referido a la designación del presidente de la
Nación, para el período comprendido entre el 29 de
marzo de 1981 y el 29 de marzo de 1984, a la vez que
concluyeron los trámites previos de esta designación”.
El análisis mencionado precedentemente y el
intercambio de opiniones a que dio lugar estuvo
centrado, fundamentalmente, en la interpretación de las
Cuando Lo Encuentren... díganle 695

normas contenidas en los documentos básicos del


proceso de reorganización nacional, referentes al proceso
a seguir para la “designación” del Presidente de la Nación.
Los señores Comandantes en Jefe han acordado que
por sobre los distintos enfoques interpretativos
existentes, debían tener primacía los supremos intereses
vinculados al futuro institucional del país y al
mantenimiento de la imprescindible unidad de las
Fuerzas Armadas para el logro efectivo de los objetivos y
propósitos del proceso de reorganización nacional.
Atento a ello, la Honorable Junta Militar, en su
carácter de órgano supremo del Estado y en ejercicio de
sus facultades que le son propias, ha resuelto designar al
señor teniente general (RE) Eduardo Viola para ejercer el
cargo de presidente de la Nación Argentina.
Establecido el nombre del “nuevo presidente” luego
del proceso “electoral” de la junta militar, surgía el
nombre de Viola posterior a una serie de conjeturas sobre
la falta de unanimidad en la “junta electoral” ya que
habría objeciones de la Marina, fundamentalmente, y de
la Fuerza Aérea. Reflejo de esto fue la postergación de un
anuncio que por “cronograma” deberían haberse realizado
el 29 de septiembre.
El nombre de Viola despertó diversas reacciones
ante los partidos políticos, gremios y agrupaciones de
empresarios y sindicales. En general, había un consenso y
se le daba posibilidades de que sabría interpretar la
Cuando Lo Encuentren... díganle 696

problemática nacional y que sería un eslabón de suma


importancia para la institucionalización posterior del país.
Hijo de italianos, llegado al país en 1910, el general
Viola, ex Comandante en Jefe ya conocido en Argentina,
uno de los hombres iniciadores del proceso, quien sería
el Comandante en Jefe en reemplazar a Videla cuando es
ungido presidente. Viola tiene registradas declaraciones
claras y terminantes sobre el curso de la política a seguir.
En noviembre del ’77, en el Comando en Jefe del
Ejército, hubo una reunión cuyos participantes fueron
Viola como expositor y los asistentes Diego Urricarriet
(Fabricaciones Militares), Carlos Suárez Masson (jefe I
Cuerpo), Ramón Genaro Díaz Bessone (Planeamiento),
Santiago Omar Riveros (Institutos Militares), Luciano
Benjamín Menéndez (III Cuerpo), Carlos Enrique Laidlaw
(Side), Leopoldo Galtieri (II Cuerpo), Albano Harguindeguy
y José Antonio Vaquero. En esa reunión Viola señalaba
que es necesario convertir la unión de los argentin1os en
un hecho trascendente, aclarando que debería quedar
esta unidad a la que nos referimos y postulamos como
deseo para nuestra sociedad, libre de una
instrumentación totalitaria. Afirmaba que la unidad
nacional: “sólo se logrará sobre las bases esenciales
mínimas de convivencia que cuenten con el consenso de
la ciudadanía y que plasme y concrete por vía de una
propuesta política. Esta propuesta debe contener la
institucionalización del proceso; las bases para la
sucesión del mismo y los recaudos indispensables para
Cuando Lo Encuentren... díganle 697

que el país no sea nuevamente defraudado y no se le


haga vivir un nuevo vía crucis de la disgregación”.
El 8 de diciembre afirmaba rotundamente que el
“camino iniciado por las Fuerzas Armadas en este proceso
no tiene ni tendrá retorno”. Con respecto a la subversión,
luego de aclarar que ya estaba derrotada, argumentó que
aún así podrían haber hechos aislados de algún
inadaptado. Son coletazos, no hay posibilidad alguna de
evitarlos. Respecto a que si las Fuerzas Armadas se
estarían ablandando, como lo preguntara un periodista,
Viola contesta: “Si alguno manifestó que existe lenidad o
blandura de las Fuerzas Armadas, que se lo quite de la
cabeza”.
Al despedirse de la Comandancia en diciembre de
1979, Viola hacía una serie de reflexiones sobre el
proceso. Justificaba el asalto al poder del Ejército en
1976, vaticinaba el remozamiento de las estructuras para
que tengan firmes fundamentos, aseguraba que los
partidos políticos eran las células fundamentales e
irreemplazables del sistema republicano y que ellos
deben asumir la responsabilidad de constituir organismos
que sean representativos. Sobre los lineamientos
económicos aseguraba su adhesión a la filosofía del
proyecto económico en vigencia, pero asegurando las
posibilidades de dar algunas modificaciones de acuerdo
con las nuevas realidades del país.
Días después de dejar la Comandancia del Ejército,
Viola declaraba, prudentemente, estar en condiciones de
Cuando Lo Encuentren... díganle 698

aceptar la presidencia en caso de ser convocado en


septiembre del ’80. Decía: “No tendría otra alternativa
más que aceptar tal designación”.
Refiriéndose a la parte política, fundamentalmente a
los políticos; aseguraba que entre los dirigentes “van a
volver los de antes”, que tengan una verdadera
representatividad y estén dispuestos a amoldarse al
desarrollo de esta nueva etapa cuyo inicio está marcado
por las bases prácticas dadas”.
Se declaraba “hombre del proceso” y agregaba: “En
este proceso participé desde antes de 1976, en todas las
tareas que realizamos los jefes del Estado Mayor del
Ejército”.
Referente al gremialismo definía: “El gremialismo
no está para determinar quién es el presidente y cuáles
deben ser los diputados, tampoco está exclusivamente a
efectos de discutir si corresponde un salario de tal
naturaleza. Ningún sector está por encima de otro, de
ninguna manera (...)”.
Veamos un poco las repercusiones de este
nombramiento. Carter enviaba una nota personal de
felicitación y deseaba que las relaciones entre ambos
países se consolidaran. En la órbita socialista, lo
felicitaban por haber sobresalido entre los “candidatos” y
haber superado a los candidatos pinochetistas.
El partido radical por intermedio de Balbín
declaraba que “Viola debe ser el camino de la solución
política. La institucionalización tiene que lograrse sobre la
Cuando Lo Encuentren... díganle 699

base del éxito del proceso y no sobre la crisis”. Bittel,


vicepresidente del justicialismo, manifestaba que “si bien
los sectores populares no han participado en la elección
de este nuevo presidente, ponemos las esperanzas en él,
para que busque la forma y modo de gobernar para el
pueblo”; que el justicialismo “espera que en este nuevo
gobierno se hable de plazos electorales para el retorno a
la Constitución y al derecho”.
Onganía expresaba su conformidad y se declaraba
satisfecho con la expectativa creada. Manrique lo
sindicaba a Viola como el portador a la democracia. Jorge
Aguado, presidente de las Confederaciones Rurales,
aseguraba que Viola es la mejor designación que podría
haber hecho la junta.
El “New York Times” declaraba que: “Viola es
considerado un moderador para la mayoría de los
militares argentinos y es visto como hombre que llevará
al país de vuelta hacia la democracia. La Iglesia, por
intermedio de monseñor Plaza, aseguraba que Viola sería
el símbolo de la unidad y de la paz. Entiendo -
argumentaba- que lo más importante de este
acontecimiento es que se han satisfecho las expectativas
de la ciudadanía argentina, en lo que respecta a la unidad
y cohesión de las Fuerzas Armadas es un hombre que
conoce profundamente las necesidades, problemas e
inquietudes del país, a la vez tiene más que suficientes
condiciones para ejercer la primera magistratura con
eficiencia e inteligencia”.
Cuando Lo Encuentren... díganle 700

El 3 de octubre de 1980 se publicaba la lista de


nombramientos de directores de institutos y jefes de
unidades del ejército: subdirector del Colegio Militar de la
Nación: coronel Raúl Federico Schirmer, director de la
Escuela de Suboficiales Sargento Cabral: Ildebrando
Pascarelli, Liceo San Martín: Carlos María Martínez, Liceo
General Roca: Juan Félix Porcel Peralta, Liceo General
Aráoz: Dante F. Fernández, Escuela de Infantería: Pedro
Eugenio Aramburu, Federico Antonio Minicucci, Escuela
de Ingenieros: Vicente Rogelio Belli, Jefe del regimiento IV
de Infantería: Teniente Coronel Diego Alejandro Soria,
Regimiento V de Infantería Juan Ramón Mabragaña,
Infantería Mecanizada VI Teniente Coronel Jorge Halperín,
8 de Infantería Ernesto A. Reposi, 9 de Infantería de
Montaña 20: Coronel André Plechot, Infantería de
Montaña 21: Teniente Coronel Alberto
Jorge Maffei, 25 de Infantería Mohamed Ali Seineldín,
37 de Infantería Mayor Angel Luis León, Batallón Logístico
I: Teniente Coronel Angel Orlando Castellini, Batallón
Logístico 3: Daniel Angel Banus, Batallón Logístico de
Montaña: Arturo Ricardo Palmieri, Batallón Logístico 9
Jorge Jerónimo Capitán, Caballería Blindada 121
Humberto Raúl Magistrelli, Caballería de Montaña 4:
Teniente Coronel Guillermo José Gómez, caballería de
Tanques 7: Máximo Rosendo Groba, Caballería de
Tanques 8: Juan Vargas, Caballería de Tanques 11
Eduardo Fiorda, Comando de Artillería 141: Coronel
Guillermo Daract, Grupo de Artillería: Gerardo Quevedo,
Cuando Lo Encuentren... díganle 701

Artillería 7: Bernardino Pucheta, Artillería 9 Jorge


Tocalino, Artillería de Defensa 121: Jorge Krieger,
Ingenieros de Construcciones 121: Miguel A. Armúa,
Depósitos Arsenales 601: Jorge Marincola, Electrónicas
601: Carlos Stricker, Comunicaciones 121: Guillermo
Petrina, Batallón de Comunicaciones 181: Eduardo
Andújar, Comando 601: Miguel Chichizola, Fábrica Militar
Fray Luis Beltrán: Gustavo Méndez, Estado Mayor de
Ejército Agrupación Comando y Servicios Walter L. Rom.
Aún faltaban las definiciones de la junta de
calificaciones del ejército que elaboraban las listas de
ascensos y pases a retiros. En esta oportunidad la
selección sería de importancia en cuanto tendría,
necesariamente, que depurar al ejército de oficiales que
pudieran oponerse, a la nueva estrategia política que se
iniciaría con el ge-neral Viola.
Pero quizás, el golpe más duro para la dictadura
argentina, fue durante 1980, la designación de Adolfo
Pérez Esquivel como Premio Nobel de la Paz, realizada el
14 de octubre de 1980.
La situación por demás comprometida de la junta
militar respecto a la violación sistemática de los derechos
humanos, encontraba definitivamente con este
nombramiento de repercusión mundial, la más tremenda
condena hacia los asesinatos cometidos en nombre de
una guerra como ellos la denominaban “sucia”.
Pérez Esquivel, hasta ese momento poco conocido
en forma pública, pero de larga trayectoria y militancia en
Cuando Lo Encuentren... díganle 702

Paz y Justicia, grupo de acción pro defensa de los


Derechos Humanos en Latinoamérica, preferentemente,
asumía su designación con humildad; pero despertando
una ola de declaraciones en pro o en contra de sus
propios compatriotas, o mejor dicho de distintos sectores
que representaban distintos intereses políticos o
económicos.
Lo que naturalmente debería ser para el gobierno
argentino un orgullo, se convertía en una polémica
insospechada.
Ejemplo de ello fue una solicitada en La Nación, en
donde figuraban como firmantes las Sras. Lucrecia PC de
Cornejo, Bettina Piñeiro Sorondo, Sofía Benegas del
Campo, Isabel T. de Bensusan, Sofía Laferrere de Pinedo,
Martha F. de Rosso, Angélica D. Linch, Mónica G.A. de
Braum, Adela F. de Vázquez Gori, Silvia P.L. de Helguera,
Mercedes A. de Cullen, Marta V. de Rovol, Susana Lastra
de Arce y las Srtas. Susana Cano Frers, Cora Pinedo, cuyo
texto decía: “Cuando se esperaba que el Premio Nobel de
la Paz, para 1980 se otorgara a una personalidad de la
talla de un Juan Pablo II, no se puede negar, que la
decisión de Oslo, ha provocado cuanto menos;
desconcierto y extrañeza. Pero ha mantenido asimismo la
virtud de concitar a una reflexión profunda sobre la
actualidad y las circunstancias decisivas e históricas que
vieron quienes se quedaron en esta tierra, para defender
los valores, que hacen digna la existencia de los pueblos.
Creemos que esa reflexión es propicia para que se
Cuando Lo Encuentren... díganle 703

renueven las horas, en memoria de quienes cayeron


cumpliendo, el deber como víctimas inocentes de la
violencia y la sinrazón. Son momentos, para memorar a
los protagonistas de las cruentas luchas en el monte
tucumano, en los cuarteles atacados, en las poblaciones
tomadas, por los profesionales de la subversión y para
recordar a los ciudadanos y soldados que sufrieron
cautiverio y mutilaciones. Son momentos para que
vuelvan a la memoria el miedo en las calles, las bombas
traidoras que hacían explosión en plazas, lugares de
diversión, viviendas, dependencias y hasta en
inmediaciones de las escuelas. Son momentos para no
olvidar a los policías que caían diariamente abatidos por
balas cobardes y para recordar el caos en los colegios,
universidades, inseguridad y venalidad, y la mentira que
corrompían cuerpos y almas. Sí, son momentos propicios
para traer el recuerdo de los años de esa guerra que ha
sufrido el pueblo argentino, y que fue desatada por
grupos armados que organizó un poder extraño a nuestro
país y a nuestras tradiciones, con el solo fin de destruir
el orden existente para reemplazarlo por la opresión, la
miseria y el materialismo comunista. Por eso creemos hoy
necesario levantar nuestra voz para agradecer a todos
aquellos a los que indirectamente se agrede con la
designación comentada (Pérez Esquivel), y que son los
que forjaron la verdadera paz que vive ahora nuestra
patria... Lo hacemos para que vuelvan a surgir las voces
interesadas en la calumnia que ignoran o simulan ignorar
Cuando Lo Encuentren... díganle 704

nuestra realidad y que pretenden erigir en mártires o


víctimas a quienes son simples vencidos en una guerra
injusta que ellos mismos buscaron y empezaron
invocando a Dios y los Evangelios”.
Horacio Rivarola enviaba otra carta furioso a “La
Nación” sobre esta designación, manifestando que a
través de lo ocurrido “es legítimo pensar que el Premio
Nobel ha perdido toda su anterior jerarquía para ser
utilizado con fines políticos. Ante esta nueva maniobra
disolvente, cuyos orígenes son fáciles de imaginar, todos
los argentinos de bien debemos lograr una mayor unión
frente a aquellos que recurren a cualquier medio para
desprestigiar a la Argentina”.
La Liga Argentina de Víctimas del Terrorismo, a
cuya luz pública parece también ocasionar escozor la
designación de Pérez Esquivel, lanzaba un furibundo
ataque al nuevo Premio Nobel. La nota estaba firmada por
su “presidente”, licenciado Alfredo Viglione y por su
“secretaria” Hebe S. de Berdina, decía este comunicado:
«Indican que se le atribuye entre otros méritos (a Pérez
Esquivel) haber decidido en 1974 dedicar su vida a la
lucha por los derechos humanos y hacerse cargo de la
dirección de la organización Servicio de Paz y Justicia con
sede en Buenos Aires y filiales en algunos otros países. A
propósito -agregan- queremos recordar que en la
oportunidad mencionada (1974), el país era gobernado
por autoridades surgidas de la voluntad popular, por
mayoría absoluta, y que se encontraban en
Cuando Lo Encuentren... díganle 705

funcionamiento las instituciones políticas de la República.


Queremos saber... si entonces, su conciencia, le dictó que
debería ser usted la “voz de los pobres”, víctimas de la
represión gubernamental. Le guntaban y añadían: “se
afirma también que el premio le fue concedido porque
usted ha trabajado por los derechos humanos y por la
solución de los conflictos por métodos no violentos.
Queremos saber... por qué medios de comunicación y en
qué oportunidades su organización o usted, condenaron
el vil cautiverio y posterior asesinato del ex presidente
Aramburu, del coronel Larrabure, el subteniente Berdina,
del contraalmirante Berisso, Francisco Soldati y José
Rucci” ...etc, etc».
Otra solicitada de la Comisión de Víctimas de la
Subversión, firmada por su “presidente” José Antonio
Ibáñez desde Tucumán, expresaba: «El pueblo argentino
recibió con gran sorpresa la designación del Premio
Nobel, que más bien parece ser el resultado de un sorteo
de tómbola o prode: “Alejandro Julio Aliaga, desde
Córdoba, como “Jefe de la Falange de Fe,
expresaba...” no comprendo cómo se puede premiar a
alguien que lejos de haber actuado en forma imparcial en
la defensa de todos los habitantes de la Argentina, ha
actuado con toda impunidad para proteger a aquellos
causantes de la destrucción de vidas y bienes que durante
tantos años azotaron a nuestra patria”.
“Ofensa inaceptable a la dignidad de nuestro país”
manifestaba el Centro de Oficiales Retirados de las
Cuando Lo Encuentren... díganle 706

Fuerzas Armadas por la designación de Esquivel y


acusaba a la subversión por haber influenciado a quienes
lo han otorgado.
Pero no era unánime el repudio, la mayoría de las
fuerzas activas del país en las cuales están incluidas la
Iglesia, partidos políticos, universidades, sindicatos y
también gobiernos de otros países se unían al júbilo que
había provocado esta designación.
Sería algo increíble que la subversión hubiese
intervenido en esta designación, como así también las
felicitaciones que posteriormente le enviara a Esquivel el
Papa, Carter y países tanto occidentales como de la órbita
comunista con quien Argentina mantiene en la actualidad
el máximo comercio de toda su historia. El sólo hecho de
que a Esquivel se lo relacionara con las Madres de Plaza
de Mayo producía el prurito y enojo de todos aquellos
que salieron furibundos a realizar ataques a una persona
que tuvo “la desgracia” de haber sido “elegido” por
defender los derechos humanos. Cuando se le preguntó
en un reportaje de revista “Somos” ¿por qué se lo
identificaba con el grupo de Madres de Plaza de Mayo?
Esquivel contestaba: “Eso es un problema muy humano,
de madres que están esperando una respuesta sobre sus
hijos y no les llega. Nuestro apoyo es espiritual. Hicimos
ayunos y jornadas de oración con ellas, esa es una
cuestión que no puede ser silenciada”.
El hecho de Esquivel venía a agravar la situación
argentina que sería tratada en la OEA en noviembre del
Cuando Lo Encuentren... díganle 707

’80, casualmente en lo que se refiere a la violación de


estos derechos, “comprobados” por la comisión que viajó
a Argentina y que reunió en un volumen impresionante
las denuncias realizadas. Era Esquivel el anticipo de una
nueva condena, ya que su nombre, sus antecedentes y el
que haya sido precisamente un ex preso y un ex
torturado del gobierno argentino le daban un matiz
político especial.
Lógicamente el “problema Esquivel” tuvo sus días
de resonancia, polémica y conclusiones. La represión lo
vería natualmente como un enemigo, mientras que los
reprimidos lo asumirían esperanzados en su larga lucha
iniciada y hoy reconocida a nivel internacional.
Balbín, que aparentemente no dejaba un solo mes
sin hacer sus declaraciones desconcertantes, manifestaba
por medio de una radio de Buenos Aires su esperanza de
que Viola restaure la confianza, e incitaba a Videla a que
decretara el estatuto de los partidos políticos diciendo:
“La oportunidad está pasando al lado del general Videla y
si da el estatuto de los partidos políticos, que es el
comienzo de la institucionalización de la República, la
gente lo va recordar como el hombre que abrió la puerta
a la organización institucional”.
Viola o Videla, como recambio presidencial, eran
solamente un artificio del régimen, la esperanza o
desesperanza no la realizaban los hombres, simplemente
se ajustan a los marcos de acción que la estrategia de
poder les ha impuesto, que uno u otro tengan ciertas
Cuando Lo Encuentren... díganle 708

atribuciones inherentes a su personalidad los diferencia,


pero no los separa. Las etapas del proceso no tienen
rostro.
Sí tenían rostro y nombre los futuros generales, que
aún no se hacían públicos. “La Prensa”, que generalmente
tiene buenas informaciones al respecto, daba como
posibles candidatos al generalato a los coroneles Oscar
Jofré, Julio Fernández Torres, Omar Parada, Ricardo
Flouret y Carlos Garay, de infantería; Augusto Alemanzor,
Oscar Guerrero y Vicente Meli, de artillería; Jorge
Arguindegui, de caballería; Fernando Verplaestsen y Luis
Amallo, de comunicaciones; Néstor Castelli, de
Ingenieros.
El 5 de noviembre de 1980, decenas de oficiales del
Ejército pasarían a retiro forzoso, por no estar
compenetrados con el sentir institucional, informaba “La
Prensa”. La mayoría de ellos que en esos momentos no se
hacía referencia serían mayores y tenientes coroneles, los
cuales fueron notificados por la Junta de Calificaciones. El
artículo citaba que los mencionados oficiales eran
calificados como “ineptos” para las funciones del grado
que poseen. Esta era la segunda vez que una situación
interna del Ejército se hacía pública, si recordamos las
dificultades que tuvieron los “votantes” comandantes en
jefe para designar al nuevo presidente.
Aparentemente, la designación de Viola traería
consecuencias en lo que se refiere a la unidad
Cuando Lo Encuentren... díganle 709

“monolítica” que en cada oportunidad se hacía de una


manera u de otra que trascendiera.
El 4 de noviembre marcaría también el inicio de una
nueva etapa para la estrategia político-militar del Cono
Sur, al triunfar Ronald Reagan en las elecciones
presidenciales de Estados Unidos. La noticia de este
triunfo aplastante sobre Carter no dejó de ser un factor
estimulante y auspicioso para los regímenes militares,
que ya habían tenido oportunidad de tomar contacto con
los delegados de Reagan, enviados en septiembre u
octubre para asegurarles su apoyo en caso de salir electo
presidente. Una sombra se cruza hoy para América Latina,
también para Europa y aliados occidentales, duda y
desorientación con el inicio de un enero de 1981, cuando
EE.UU. comience la aventura Reagan.
Cuando Lo Encuentren... díganle 710

ANEXOS

Al Sr. Consejero Jurídico


International Commission of Jurist
109 Route de Chene 1224 Chene Bougeries
Geneva, Switerzerland
S/D.
De mi mayor consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a
Ud. a los fines de solicitar por su intermedio y a la
Comisión de Juristas Internacionales se solicite al
gobierno militar argentino el estado de las
investigaciones para detectar la suerte de mi marido, el
Dr. Miguel Hugo Vaca Narvaja, secuestrado el 10 de
marzo de 1976 en Córdoba, Argentina, sin que hasta la
fecha tengamos noticia alguna.
Mi marido, hombre de larga
trayectoria en el Derecho Civil e Internacional, maestro de
la Universidad Nacional de Córdoba en Derecho Civil por
largos años; político de ascendencia nacional, cuyo último
cargo fue el de ministro del Interior de la República
Argentina en el gobierno de Frondizi, fue secuestrado de
nuestro domicilio por fuerzas de seguridad argentinas
que adujeron pertenecer a la Policía Federal.
Ante Ud. solicitamos por la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en
julio del ’76 la situación de mi marido, Miguel Hugo Vaca
Cuando Lo Encuentren... díganle 711

Narvaja, y la de mi hijo, Miguel Hugo Vaca Narvaja (h),


quien fue posteriormente asesinado en la prisión de
Córdoba aduciendo un “intento de fuga” en agosto del
’76.
Agradeceré al Sr. consejero
Jurídico interceda ante las autoridades argentinas para
determinar la suerte de mi marido, de quien no tenemos
ya noticia alguna desde su secuestro el 10 de marzo del
’76.
Atte.

Susana Yofre de Vaca Narvaja

Cerrada de Mercaderes 16 2ª Piso Dpto. 202


Col. San José de Insurgentes
DF México.

Carta recibida del consejero Jurídico de la


Internacional
Commission of Jurist, con sede en Geneve,
Switzerland,
Constituida por más de 25 países.

Sra. Raquel Altamira de Vaca Narvaja


Hotel Versalles
Gral. Prim 59
Col. Juárez
México, DF México
Cuando Lo Encuentren... díganle 712

cc: Sr. Georges Koulischer, UNHCR

21 de julio de 1976.
Ref. 2/6/76.

Estimada Señora:
La Oficina del Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Refugiados nos ha transmitido
su petición, solicitándonos hiciéramos gestiones para
ayudar a encontrar una solución al problema que,
lógicamente, la aflige.
La C.I.J. está sumamente preocupada
por la situación de los derechos humanos en la República
Argentina; en función de tal preocupación está intentando
realizar esfuerzos para lograr que ellos sean respetados
en la mayor medida posible.
Puedo decirle a Ud. que
consideraremos en el marco de nuestro trabajo la
situación de los abogados Dres. Hugo Vaca Narvaja y
Hugo Vaca Narvaja (h); aunque sería prematuro
informarle sobre los caminos a seguir para hacerlo, de
todas formas, cuando sea posible, no faltaremos en
comunicárselo. De igual forma le ruego a UD. nos
transmita cualquier novedad que se produzca con
respecto a estas personas. Esto se lo pido muy
especialmente para evitar que realicemos gestiones por
un problema que puede haber tenido solución, cosa que
desearíamos fervientemente.
Cuando Lo Encuentren... díganle 713

Muy atentamente.

Alejandro Artucio
Consejero Jurídico

Carta del Departamento de Estado, Washington DC


20520,
Estados Unidos.

Jannuary 28, 1977


Mrs. Susana Y. de Vaca Narvaja
C/O Oscar J. Sartorio
PO Box 69
Eagle Pass, Texas 78852

Dears Mrs. Vaca:


I have been asked to reply to your letter
of December 7 to the President.
We were touched by the tragic situation
you described which can only serve to redouble our
efforts on behalf of human rights.
There is no independent way for us to
inquire about your husband without raising his case with
the Argentine Ministry of Foreign Affairs, wich you
apparently do not wish us to do fearing for his safety.
If you do authorize us to inquire about
Professor Vaca, the Ministry of Foreign Affairs has asked
Cuando Lo Encuentren... díganle 714

that we furnish the following information: full name,


address, identification card number, names of parents
and their address.
In the meantime, I can assure you that
we have advised the Argentine Government of our serious
concern about the human rights situation and urged it to
take steps to release or try prisioners held by Executive
Power. We have also urged theArgentine Government to
publish a list of prisioners under detention so that their
families may know they are alive.
We will certainly respect your wishes
that your letter be hed in the strictist confidence.
Should you require any additional
information or if a personalinterview should become
necessary, I would be most willing to go to Washington
DC tassist you at any time. My prayers are with you in
your andeavors to learn the status of mhusband.

12 de agosto de 1976
AL SR. DIRECTOR DE DIARIO EXCELSIOR
PRESENTE.

De mi mayor consideración:

Tengo el agrado de dirigirme a


Ud. a los fines de solicitarle, apelando a su generosidad
humanitaria y solidaria para con el dolor americano, en
Cuando Lo Encuentren... díganle 715

este caso el ARGENTINO, tenga la amabilidad de publicar


este artículo-denuncia sobre el asesinato de mi hermano
Hugo Vaca Narvaja (h), preso a disposición del Poder
Ejecutivo en Argentina, y asesinado el día 12 de agosto de
1976.

Este ha sido el segundo golpe


que sufrimos luego del secuestro y desaparición de
nuestro padre, Hugo Vaca Narvaja, ex ministro del
Interior de Argentina en el gobierno de Arturo Frondizi en
1962, y por el cual solicitamos asilo político en México; al
que agradecemos profundamente tanto al pueblo como a
su gobierno, por haber resguardado nuestras vidas.

Esperando sepa comprender la


razón de nuestra denuncia a través de esta exposición, lo
saludo con mi mayor consideración y respeto.

Firmado: Gustavo Vaca Narvaja


Asilado político argentino en México
FM 10 2884

PRESOS POLITICOS EN ARGENTINA, OPCION DE MUERTE

México, 13 de agosto de 1976


Cuando Lo Encuentren... díganle 716

«Entre los métodos se destaca últimamente el


asesinato de las víctimas en los “traslados” de los presos
de una cárcel a otra o de la cárcel a un organismo de
seguridad, donde los detenidos son llevados para
cumplimentar un interrogatorio, careos, identificaciones,
etc., etc. Invariablemente ocurre que el vehículo-celular
que transporta al preso, convenientemente esposado, es
atacado por irregulares -según el repetido parte militar.
Los irregulares son rechazados por los custodios y de
resueltas de la agresión (que perseguía liberar al preso)
queda muerto el preso político».2 de junio de 1976,
párrafo de la carta enviada a la ONU, Comité de
Refugiados en Ginebra, que luego acusó recibo.

“El Comando del III Cuerpo comunica que en el día


de la fecha se procedió al traslado de dos presos políticos
desde la Penitenciaría de Córdoba hasta el Comando de
Cuerpo, sufriendo en el trayecto un accidente
automovilístico, situación que aprovecharon los
mencionados presos Hugo Vaca Narvaja (h), abogado a
disposición del Poder Ejecutivo desde noviembre de 1975,
y Eduardo Debrey, en igual condición, para intentar fugar,
lo que determinó que fueran muertos en acción”.
12 de agosto de 1976. Texto del comunicado
realizado vía telefónica desde Córdoba a los medios de
información de Argentina.
Cuando Lo Encuentren... díganle 717

Párrafos de la carta enviada a la ONU, Comité de


Refugiados en Ginebra.

«La situación del Dr. Hugo Vaca Narvaja (h), preso a


disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sin habérsele
instruido ninguna causa judicial, desde el 20 de
noviembre de 1975, en virtud del estado de sitio. Con
fundamento en el Art. 23 de la Constitución Nacional
Argentina, al no tener causa penal pendiente, formuló el
pedido de “opción” para salir del territorio nacional,
indicando a tal efecto que se dirigiría a Francia, empero,
producido el golpe militar del 24 de marzo de 1976, el
régimen de facto, en un acto tiránico, resolvió desconocer
la norma constitucional del Art. 23 que faculta a las
personas detenidas a disposición del Poder Ejecutivo a
dejar el territorio nacional. De ese modo, Hugo Vaca
Narvaja (h) ha pasado a ser un condenado a una pena que
lo priva de su libertad por tiempo indefinido, sin proceso,
audiencia o defensa».
«De lo expuesto surge claramente que Hugo Vaca
Narvaja (h), en su condición de preso político, se
encuentra totalmente indefenso, a disposición de
un régimen despótico e inescrupuloso que ha
hecho del crimen político su modus operandi
permanente para sostener el poder, aunque en sus
declaraciones se manifiesta adalid de la libertad y
respetuoso de los tratados y convenios
internacionales que consagraron la vigencia
Cuando Lo Encuentren... díganle 718

universal de los derechos del hombre y que


Argentina suscribió y ratificó en su oportunidad».
«A fines de establecer el paradero y en salvaguarda
de su VIDA, una vez conocido el secuestro, fue
interpuesto un recurso de habeas corpus por el Dr. Hugo
Vaca Narvaja, padre del detenido, abogado del foro
cordobés y ministro del Interior durante el gobierno del
ex presidente Arturo Frondizi, en 1962. Meses más tarde,
el 10 de marzo de 1976, el Dr. Hugo Vaca Narvaja (padre)
fue secuestrado en su domicilio por un grupo de
personas, quienes manifestaron ser policías y militares,
ignorándose hasta la fecha el destino que corrió».

Carta al secretario General de la ONU, Sr. Kurt


Waldheim, Nueva York, 3 de agosto de 1976.
« (...) En virtud de los numerosos casos
denunciados en que personas que estaban
detenidas a disposición de autoridades militares o
civiles HAN DESAPARECIDO, y ante el TEMOR DE
QUE TAL COSA pudiera sucederle a Hugo Vaca
Narvaja (h), solicito su intervención personal en
este asunto, lo cual podría canalizarse a través del
embajador argentino ante el alto organismo que
Ud. preside, a fines de que dé razones
suficientes, a su criterio, QUE GARANTICEN LA VIDA
Y SU POSTERIOR SALIDA DEL PAIS».
«Frente a un hecho que pudiera provocar mi
desaparición definitiva por causas ajenas a mi voluntad,
Cuando Lo Encuentren... díganle 719

recurro a ti como en tantas circunstancias de mi vida...


Que mi muerte sirva para algo en el tiempo, pero que
jamás se convierta en factor de represalia para otros ni en
causa de mayores desgracias para los núcleos familiares
que han sabido formar».Párrafo de la carta del mes de
diciembre de 1975 dejada a su mujer por Hugo Vaca
Narvaja (padre), después secuestrado.
«Las amenazas a los chicos, a mis demás hijos y al
resto de mi familia fue lo que nos decidió después de que
mi hijo Hugo Vaca Narvaja, apoderado del Partido
Auténtico, cuando éste era aún oficialmente aceptado,
fuera detenido al 20 de noviembre del año pasado sin
causa alguna y puesto a disposición del Poder Ejecutivo.
El 10 de marzo de 1976 secuestran al Dr. Hugo Vaca
Narvaja (padre)».Diario “El Día”, 6 de abril de 1976,
declaración de la señora Susana Yofre de Vaca Narvaja,
explicando el asilo político en México.
«La lluvia de asesinatos cometidos en la Argentina
por la ultraderecha prosigue sin cesar con 4 ò 5
cadáveres apareciendo cada día. Aunque la Triple A ha
dejado de existir en su forma original, el Comando
Libertadores de América que, se afirma, dirige el general
Luciano Benjamín Menéndez (jefe del III Cuerpo de
Ejército, lugar a donde se “trasladaba” al Dr. Hugo Vaca
Narvaja (h)), está haciendo más que aquella, dice en su
último número el semanario “Latin América” que se edita
en Londres».
Cuando Lo Encuentren... díganle 720

Cable fechado en Londres, comentando un artículo de


“Latin América”, 23 de abril de
1976.
El Comité de Refugiados que funciona en Ginebra
acusa recibo de una carta-denuncia comunicando que se
envían para conocimiento del caso a una misión de la
Cruz Roja Internacional y a una del Alto Comisionado en
Buenos Aires.
«Este nuevo asesinato, alevoso y premeditado por
quienes hoy detentan el poder del terror indiscriminado
en Argentina violando los más elementales derechos
humanos y la dignidad del hombre, es un llamado de
atención y a la solidaridad para todos los pueblos libres
del mundo.
Denuncio un crimen que ya anunciábamos hace dos
meses, en donde hombres de mente sanguinaria y
cobarde se alimentan gustosos de sangre inocente. Ya no
importa la forma ni cómo la instrumentan.
Cuánta tibieza del mundo, cuánta debilidad
corruptora silencia la injusticia americana. Una tropa
de anónimos encarcelados, desconocidos para el
mundo, llora su impotencia por hacer justicia, llora
su angustia solitaria al perder a un compañero que
caminó con la frente alta hacia la muerte. Quedan
en esas celdas muchos días grises bañados en
lágrimas y de dolor obligado. Quedan compañeros
en prisión, que aún se arrastran como serpientes
Cuando Lo Encuentren... díganle 721

tratando de escapar del castigo inhumano de sus


verdugos.
Allá quedó la oscuridad del día, las interminables
noches de vigilia, las pláticas irresistibles con la muerte.
Han sentido el peso de las botas golpeando en danza
mortal los sepulcros.
Hugo Vaca Narvaja (h) murió con una sonrisa en sus
labios, con la tranquilidad que solamente tienen los
hombres puros. Miró el rostro de sus asesinos con serena
compasión y gritó su inocencia a la historia.
Aquí, desde México, te acompañamos hermano, de
la misma forma que cuando estábamos juntos en nuestra
patria. Cuántos recuerdos se me cruzan en estos
momentos tan difíciles para todos, recuerdo tus palabras,
tu aliento, tu sonrisa, toda nuestra infancia y los 34 años
que pasamos juntos, allí, entre los nuestros, pisando una
patria que hoy se baña de sangre y vergüenza.
Tus hijos te recordarán con orgullo sincero y
podrán decir mil veces que su padre entregó la vida por
ellos y por esa Argentina que alguna vez será libre y
podrá mostrar al mundo que la represión salvaje de esta
pandilla de asesinos no podrá someter a un pueblo que
por más que sangre... VIVE.
América lo llama, por ser de su misma sangre, para
engrosar la lista de los mártires. Necesita cubrirse
de sus ropas andrajosas de hombre digno. Necesita de
sus fuerzas para salir de su agonía.
Cuando Lo Encuentren... díganle 722

Los pueblos sufren su gestación revolucionaria y la


libertad exige que desangren su valor.
Feliz será la hora en que la unión de los pueblos
verdaderos aplaste el engendro fascista que hoy asesina
impunemente al «Cono Sur americano».

México, 12 de agosto de 19761 Gustavo Vaca


Narvaja
Asilado político en México FM10 2884
Cuando Lo Encuentren... díganle 723

EL LLAMADO

Patricia Vaca Narvaja, “es la


número 10” de mis hermanos. Dedicada desde los inicios
de la década del 80, a defender los Derechos del
Consumidor. Militante en el peronismo muy joven y
“llamada” o como se dice ahora, convocada por el
Presidente Kirchner, para que acepte la propuesta de ser
Candidata a Diputada Nacional por la Provincia de
Córdoba Candidatura que le formularía el Gobernador De
La Sota en forma directa. En esos momentos era
Subsecretaria en Defensa del Consumidor a nivel
Nacional. Kirchnerista de la primera hora. Muchas veces
afirmó, que regresó a la política por el propuesta política
de Kichner desde su inicio; cuando nadie, daba
posibilidades a su candidatura. Asilada política junto con
toda la familia desde abril de 1976 en México, trabajó
como Enfermera Universitaria (título de la Universidad de
Córdoba) en el Instituto Mexicano del Seguro Social, hasta
que decide su regreso y se radica en Capital Federal. Allí,
desde una ONG, inicia una larga tarea de concientizaciòn,
en defensa del consumidor, ocupando medios de
comunicación locales y nacionales, dando posibilidades a
la gente de defender sus derechos. Su tarea fuè
reconocida por diferentes actores de la vida nacional
incluso, por el periodismo especializado en el tema, que
siempre la consultaba.
Cuando Lo Encuentren... díganle 724

“El presidente me preguntó si


quería aceptar el desafío y yo, como buena cordobesa
dije: Aquí estoy”. Patricia ha repetido una y otra vez:
“estaré en donde Kirchner considera que soy màs útil; allí
estaré. Me siento con la responsabilidad y la humildad de
aceptar la propuesta de Córdoba”
El 3 de Julio del 2005, en el
Congreso del Partido Justicialista realizado en el Hotel del
Lago, oficializaban su candidatura como segunda
candidata a Diputada Nacional por Córdoba.
No pude menos que reabrir el
libro por dos motivos: el orgullo que siento como
hermano de verla postulada en la provincia de su Padre y
por haber sido convocada desde Córdoba y desde la
Presidencia de la Nación.
Ante más de veinte mil militantes,
en el estadio Córdoba, se proclamaron los candidatos a
Diputados Nacionales por Unión por Córdoba. Patricia, en
su sentido discurso, planteó aspectos relacionados con
propuestas a llevar a Buenos Aires y fundamentalmente,
recalcó la defensa por los Derechos Humanos En tres
oportunidades su voz se quebró al recordar a nuestros
Padres y no dudo, que le habrá costado mucho abrir ese
nudo en la garganta para seguir pronunciando su
discurso. Era un desafío innegable y su tarea en rescatar
la historia, una pesada carga que ella levantaba con
mucha fuerza y convicción. En ese acto, sentí la presencia
de mi padre y mi hermano, y supe, que estaban
Cuando Lo Encuentren... díganle 725

orgullosos. No importaba el resultado de una elección.


Importaba el rescate de la memoria y trayectoria familiar
y ponía punto final al silencio. En este nuevo Siglo, le toca
llevar el estandarte de la memoria, y en cada uno de sus
pasos, por la Provincia, seguramente estará acompañada
de su padre y su hermano, quienes se sumarán a ese
fresco andar, cargada de responsabilidades y honestidad.
No será fácil su tarea. Tampoco la
aceptación de algunos que por intereses pueden objetar
legitimidades o lealtades. Estoy seguro y lo estamos
todos, que sabrá sobrellevar esos obstáculos. Es una
luchadora de fuste y sus convicciones son sus mejores
herramientas de trabajo. Nuestro reconocimiento
hermana y los deseos que el éxito corone los cuatro años
en el Congreso de la Nación.
Patricia fuè consagrada
Vicepresidente primera en la Cámara de Diputados de la
Nación luego de Jurar su cargo.
Cuando Lo Encuentren... díganle 726

CONSTRUIR UNA ALTERNATIVA VIABLE

El 7 de septiembre 2005 El «Partido Auténtico


Federal» conformó su lista de candidatos para
legisladores para competir en el Gobierno de la Ciudad
(Capital). Encabeza la lista Fernando Vaca Narvaja, mi
hermano Finalmente lograron aprobación en la Junta
Electoral a fines de Agosto del 2005. Las posibilidades
electorales eran remotas, pero lo importante es que
nuevamente un grupo importante de ex militantes
Montoneros, abrían una brecha electoral para competir
políticamente los espacios hasta ahora acotados por no
tener personería. A cinco días de ese lanzamiento, los
medios ignoraron este nuevo partido que después de casi
tres años de trabajo burocrático logra «legalizar» su
estructura para competir. Un solo medio; una modesta
publicación de Barrio «Fuentes Noticias Urbanas de
Flores, tomó esa información y le realizó un reportaje que
voy a transcribir y dice así:

«Vaca Narvaja : Es hora de volver a dar la cara «Bs.


As» 7 de septiembre 2005 Fuente Noticias Urbanas.

«Esta iniciativa es un reagrupamiento de


Montoneros», así lo definió el Primer Candidato a
Legislador del Partido Auténtico Federal Fernando Vaca
Narvaja, al definir ante Noticias Urbanas los motivos de su
Cuando Lo Encuentren... díganle 727

postulación electoral. El nuevo armado, dejará en libertad


de acción a sus votantes para elegir al postulante a
Diputado Nacional. «Tenemos coincidencias con Bielsa y
Carrió, pero somos autónomos». aclaró en la entrevista
Fernando. La nota lo presenta como uno de los líderes
históricos de Montoneros, que está de vuelta y dará
batalla para acceder a la Legislatura Porteña con una
boleta electoral «llena» de nombres muy relacionados con
la vieja organización de los 70. «Nuestro lema es ...Corta
y Suma» explicó el dirigente. «Nosotros dejamos en
libertad de acción a nuestros votantes, ya que tenemos
muchos puntos de contacto con Bielsa (Frente para la
Victoria) y algunos con Carrió (ARI).
En los primeros lugares de la lista que encabeza;
están los dirigentes de la Mutual Ferroviaria de Barracas,
María Eva Rodríguez, sobreviviente de la Escuela de
Mecánica de la Armada (ESMA)en la dictadura militar, que
pertenece al gremio docente capitalino. Enrique Mario
Fukman, ex dirigente de la Juventud Peronista; Carlos
González integrante de la defensoría del Pueblo de la
Ciudad; Graciela Lois otro sobreviviente de los campos de
concentración de los 70 Alejandro Alonso y Dora Alarcón
militante de La Boca y trabaja en el sindicato de los
Municipales» enumera Vaca Narvaja. El periodista luego
de esta presentación realiza un par de preguntas que
también transcribo:
<«¿Pero que lo llevó a presentarse electoralmente?>
Cuando Lo Encuentren... díganle 728

«Soy un viejo militante que cree que este es el


momento de aparecer y dar la cara. Más en este momento
en que el sistema político de la Ciudad está en Crisis. Y
nuestro perfil, se centra en la lucha contra la corrupción
en el control de los actos del Poder Ejecutivo Capitalino.
La idea de sacar la banca a la calle y legislar con la gente.
Esta iniciativa es un claro reagrupamiento de Montoneros.
También estamos armando el Partido (PAF) en la provincia
de Buenos Aires, en Salta y en Río Negro. Nuestra
verdadera tarea empieza el 24 de Octubre del 2005, o sea
un día después de los Comicios. La idea es construir una
alternativa viable» finaliza El periodista comenta que es la
tercera vez que el Partido Auténtico trata de hacer pié. En
1975 se presentaron en las elecciones para gobernador
en Misiones; en 1983, hubo otro intento y finalmente el
actual. « Dicen que la tercera es la vencida» comenta Vaca
Narvaja y también aclara que la nueva fuerza es
autónoma y no sigue a ningún político en especial por
tener un «pensamiento crítico y estar de acuerdo con
muchas cosas que hizo el presidente (Kirchner) pero
también tenemos discrepancias». Sobre el tema de los
piqueteros también se coló en la charla y definió «No
estamos en contra la protesta pública, los Montoneros
nacimos en las calles, pero nuestras movilizaciones tenían
un control político muy claro. La lucha nunca debe
enfrentar a los sectores como a piqueteros con la clase
media. Se pueden manifestar y también pueden dejar que
el tránsito circule. La lucha no debe lesionar a otros
Cuando Lo Encuentren... díganle 729

sectores, pero esto se produce porque el problema es de


conducción» Opinando sobre Macri aclara «Para nosotros
Macri es el candidato que representa la expresión
económica de la vieja política la de la Patria Contratista,
la de la causa de autos truchos en Uruguay y la del Correo
Argentino (manejado por grupo Macri y recuperado por
Kirchner).
Sobre el Presidente deja aclarado «Quiero que le vaya
bien a Kirchner, pero no estoy entre los alcahuetes, ni
tampoco entre los que quieren ocupar un espacio de la
Izquierda por el solo hecho de ser antigobierno. En lo
personal apoyo a nivel Nacional a Bielsa porque cuando
estuvimos presos nos apoyó»
El pequeño reportaje, deja aún un sin número de
interrogantes que seguramente a lo largo de estos
escasos 50 días se darán en otros medios. El grupo de
compañeros que decidieron dar esta primera batalla,
están convencidos que el 23 de octubre no es un test
electoral para el PAF, sino el inicio de un largo y
dificultoso camino a la construcción política del flamante
partido. Recordemos que muchos militantes peronistas y
Montoneros integrantes en 1975 del Partido Auténtico,
fueron asesinados y desaparecidos. Este relanzamiento es
un homenaje a la militancia ausente y una muestra de
Justicia a los que han sobrevivido al genocidio.
El Partido Auténtico Federal, nace «casi sobre una
elección», pero en realidad, comenzará a dar sus
primeros pasos en la construcción de una nueva historia
Cuando Lo Encuentren... díganle 730

en la vida de Montoneros. No dudo que el ataque a esta


postura y a sus integrantes será con una virulencia ya
tradicional sobre Montoneros; pero es tal vez, sea la única
manera de que la historia de esa ex Organización que
confrontó a dictaduras militares, pueda tener una voz en
la democracia y reconstruir su historia. Allí está la validez
de su propuesta a la que indudablemente me sumaré. Esa
«Juventud Maravillosa de Perón de los 70», ya pintan
canas, pero tienen la fuerza de siempre y las convicciones
intactas

FIN
15 Noviembre 2006

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