8 Dando A La Semejanza de Cristo
8 Dando A La Semejanza de Cristo
8 Dando A La Semejanza de Cristo
TEXTO PRINCIPAL
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte,
muerte de cruz.” Filipenses 2:5-8
INTRODUCCIÓN
En Asia ocurrió una gran guerra y muchas familias que trataban de salvar sus vidas,
escapaban a zonas que estaban fuera de peligro. Millones lograron salir con seguridad,
pero, otros tuvieron que pagar caro cuando fueron aprehendidos por los soldados. Un
padre, después de haber juntado todo el dinero que pudo, lo ofreció a sus opresores, pero
aún así no lo soltaron. En su desesperación este padre exclamó: “Es todo lo que tengo.
Por favor dejen cruzar la frontera a mi familia y castíguenme a mí”. Los soldados tomaron
su palabra, y lo azotaron con cañas de bambú con tal brutalidad que le hicieron saltar un
ojo. Después lo dejaron escapar con toda su familia. - ¿Qué les viene a sus mentes con
esta historia?, ¿eso es sacrificio?
Para la mayoría de las personas, la idea de sacrificio involucra la idea de renuncia de algo
deseable, como un sentido de pérdida o de privación. Pensamos en sacrificio como si
este fuese un acto exterior, en vez de ser el resultado de un principio interior debidamente
motivado. Sacrificio es una actitud, debido a ella, desinteresadamente, voluntaria y
cariñosamente disponemos de nuestra vida, y recursos para Dios.
Cristo tuvo esa actitud, fue de un amor abnegado que lo llevó a renunciar a muchas
cosas. Ahora, Dios nos invita a tener el mismo sentido de renuncia.
“El cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse” Filipenses 2:6
“Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres.” Filipenses 2: 7
1. Se humilló a sí mismo
2. Tomó forma de siervo.
Hay una enorme diferencia entre estas dos condiciones. Primero
Dios, ahora siervo o esclavo. Asumió los atributos esenciales de un
esclavo a través de:
a. Obediencia dócil y completa sumisión
b. Una vida de total servicio
c. Toda su vida estaba subordinada al Padre.
3. Hecho semejante a los hombres. (Heb 2:17)
a. Cristo era Dios pero se hizo hombre.
b. Cristo era un hombre completo y sin embargo también era
Divino.
a. Su divinidad no modificó en lo más mínimo su humanidad
Hoy, cuando contemplamos al Cristo encarnado, vemos a
alguien semejante a toda la humanidad.
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame.” Lucas 9:23
1. “Niéguese a sí mismo”
CONCLUSION
A. Las tres grandes renuncias que Cristo hizo por amor a la humanidad, son la base
principal para que el poder del Espíritu Santo actúe en nosotros, llevándonos a
realizar las renuncias que nos calificaran como verdaderos discípulos de Dios.
B. Si las renuncias son progresivas. Usted puede evaluarse y ver en qué paso está.
¿No le parece que ya es tiempo de hacer renuncias en su vida?
C. Si el mundo y sus deseos te apartan de Dios, es tiempo de hacer una gran
renuncia.
D. Si las posesiones de esta tierra constituyen ídolos a los cuales rindes adoración y
devoción, recuerda que tu única esperanza es renunciar a esa vida materialista e
invertir en la obra del Señor a través de la Iglesia.
Este es el tiempo para hacer renuncias. El Espíritu Santo puede venir en su auxilio
ahora. Hagamos nuestra decisión.