Recreo-5 Web PDF
Recreo-5 Web PDF
Recreo-5 Web PDF
#LaEducaciónNosUne
Recreo
Leer x leer en casa
(para jugar y leer en familia)
Cuaderno 5
La Línea 144 es un dispositivo federal de asesoramiento y asistencia in-
tegral ante situaciones de violencia por motivos de género y una política
pública nacional central en el ámbito del MMGyD. Es gratuita y funciona los
365 días del año, durante las 24 horas. Desde la 144 se abordan todo tipo y
modalidades de violencias tal como lo establece la ley 26.485: la violencia
doméstica, la violencia obstétrica, la violencia laboral, institucional, me-
diática, política, entre otras. Además de por teléfono, podés comunicarte
por mail a linea144@mingeneros.gob.ar, o por WhatsApp a los números
(+54) 1127716463 / 1127759047 / 1127759048. También podés descargar
la APP de la Línea 144 en tu Android o Iphone de manera gratuita.
Las ministras y los ministros de la Argentina saludamos a las y los docentes, las y los
estudiantes y las familias de nuestro país.
Este período de aislamiento obligatorio nos convoca como Consejo Federal al trabajo
conjunto con el Ministerio de Educación de la Nación para concretar distintas iniciativas
de gobierno orientadas a fortalecer la escuela, el trabajo docente y el acompañamiento
pedagógico a estudiantes y familias. La serie de cuadernos se inscribe en esta decisión
y expresa una responsabilidad compartida.
Somos parte de un enorme esfuerzo colectivo: seguir educando aun cuando las condi-
ciones de contexto sean adversas y el futuro aparezca cargado de incertezas.
Como Consejo Federal acompañamos estas producciones promoviendo su utilización
en nuestros sistemas educativos, reconociendo que cada cuaderno expresa una pro-
puesta de trabajo potente y generosa a favor de un proceso educativo nacional que,
hemos decidido, no debe detenerse.
Valoramos los saberes que estos materiales ponen a disposición de nuestras y
nuestros estudiantes, confiamos en su uso por parte de las y los docentes argentinos.
Reconocemos en estos cuadernos un instrumento valioso a favor de nuestras mejores
expectativas: promover que la escuela pública siga vital en su mandato, que el trabajo
docente se fortalezca y que entre todas y todos avancemos en la construcción y el soste-
nimiento de un proyecto educativo que explícita y cotidianamente, enfrente las desigual-
dades educativas que nos atraviesan y desafían como sociedad.
Las y los saludamos con afecto.
Viñetas de plastilina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
#
5
Ministerio de Educación
Todos los materiales que ponemos a disposición en este cuadernillo integran algunas de las colecciones
del Ministerio de Educación de la Nación, disponibles en el portal del Programa Seguimos Educando, de
otros organismos gubernamentales, debidamente referenciados, o bien fueron elaborados o adaptados
por equipos técnico pedagógicos para esta publicación. En la Sección de “Juegos con lecturas” y en el
suplemento “Leer x leer en casa”, la selección se hizo con materiales del Plan Nacional de Lecturas, de la
Biblioteca Nacional de Maestros y con otros que han sido prestados para esta colección por sus autoras,
autores y editoriales.
Las imágenes de obras de arte fueron cedidas por sus autoras, autores, museos, u otras instituciones
culturales, educativas y artísticas al Programa Seguimos Educando y para estos cuadernillos, con la con-
:
tribución del Plan Nacional de Artes.
ISBN 978-950-00-1295-9
En la elaboración de esta propuesta participaron: Agustina Gallino, Zaida Garzón, Fernando Ariel López,
Maia Gruszka, y Natalia Porta López.
Diseño y armado de interior: Manuel Vazquez y Lucia Ledesma. Se utilizaron ilustraciones realizadas
por Bruno Ursomarzo y Paula Salvatierra (Ministerio de Educación de la Nación). Agradecemos en espe-
cial a Natalia Méndez y a Juan Soto, por su colaboración con ilustraciones para este número, y al equipo
de la Pinacoteca del Ministerio de Educación de la Nación.
# Corrección de estilo y lectura crítica: Ignacio Delgado, Verónica Ibáñez y María Eugenia Di Luca
Edición general, organización y revisión pedagógica: Cintia Rogovsky
6
Palabras para
las familias
Las prácticas de lectura han ido cambiando cial, “Leer x leer en casa”, con recomendacio-
en las últimas décadas. Así como el libro pue- nes para las adultas y adultos con el propósito
de ser considerado una tecnología de lectura, de promover la lectura como disfrute, recrea-
hoy es posible leer en múltiples soportes y ción y juego. Además, brindamos ideas para
formatos, algunos más accesibles que otros: acompañar a los y las más chiquitas que están
podemos leer libros, revistas, cuadernillos, po- emprendiendo la aventura de aprender a leer.
demos leer contenidos que están disponibles
en Internet mediante teléfonos, computadoras A la noche después de cenar, luego de la me-
y otros dispositivos. Afortunadamente conta- rienda, todos los días o día por medio pueden
mos con bibliotecas y repositorios digitales, dedicar un momento a leer algo entre todas y
contenidos en televisión y radio que nos acer- todos. Pueden sentarse en el piso en ronda,
can lecturas para todas las edades y gustos. buscar almohadones cómodos y relajarse
para disfrutar en familia una lectura. Una no-
En este cuaderno les acercamos algunas pro- vela por capítulos, un cuento, alguna noticia
puestas para leer en familia, para leerle a las y interesante del diario, una carta que haya es-
los más chicos, para que lean adolescentes y crito un familiar lejano, o cualquier cosa que
jóvenes, y compartimos un suplemento espe- sea entretenida para todos.
7
Juegos
Ministerio de Educación
La niña olvidadiza,
Ana María Shua
Romina Brodo pero qué cosa,
Una mañana
que la retaban.
Ana María Shua nació en Buenos Aires. Es una de las máximas figuras de la
narrativa nacional, tanto para adultos como para niñas y niños. Ha recibido mu-
chos premios por su extensa obra y fue traducida a una docena de idiomas.
Entre sus libros para chicas y chicos pueden citarse: Mascotas inventadas, Este
pícaro mundo, El árbol de la mujer dragón, Cuentos con magia, Una y mil noches
de Sherezade, entre otros.
8
Los mocos,
Pablo Bernasconi
El hombre de Neanderthal no tenía mocos. de multiplicar. Y cuando en el curso del día el
Tampoco existían los mocos durante el Rena- cerebro no llegó a desprenderse de toda la in-
cimiento o la Edad Media. Recién se asomaron formación innecesaria, la descarta durante el
al mundo a principios del siglo XVII, con la fa- sueño a través de los ojos. A eso se le llama
bricación de los primeros pupitres de escuela. lagañas.
Esto confirma que existe una relación directa
entre el moco y el aprendizaje sentado. Los niños son los más grandes productores de
mocos del planeta, seguidos por los escritores
El primer moco de la historia aparece una de horóscopos y los taxistas. Se conocen per-
mañana helada de 1624 durante una clase de sonas (siempre son adultos) que saben y guar-
geografía, dentro de la nariz de una nena de dan muchísimos datos inútiles, por si acaso.
trencitas que se llamaba Rosa Moqueta (de Gente pegajosa que habla rápido y sin pausa,
ahí el nombre). llenando cada conversación de anécdotas per-
sonales muy poco interesantes. Durante déca-
Al parecer, nuestro cerebro considera que hay das han acumulado kilos y kilos de moco en
cosas que necesita saber y cosas que no. Esto sus cabezas evitando así el desmoque natural.
depende de cada uno, a algunos niños les in- Esto es ciertamente muy peligroso.
teresa la matemática y a otros, la historia o la
música. El cerebro ordena así cada ingreso de Hay quienes aseguran que sus mocos son dul-
información: todo lo que es útil lo conserva en ces, otros los sienten amargos y hasta ácidos.
la cabeza como memoria y todo lo que no sir- La gran mayoría los usa salados. Pero ninguna
ve lo amontona en forma de moco en la nariz. persona sabe con total certeza cuál es el sa-
Por eso generamos más mocos en invierno, bor real, porque a nadie, en todo el universo,
durante las clases, y muchos menos en vera- se le ocurrió probar un moco ajeno. Son expe-
no, mientras estamos de vacaciones. riencias personales e intransferibles, y hasta
encontrar un valiente que se arriesgue por el
Cuando el cerebro detecta una enseñanza que bien de todos, la ciencia jamás develará esta
prefiere no guardar, como por ejemplo la fecha incógnita y el sabor del moco será para siem-
de un acontecimiento histórico, ese dato se pre un misterio.
transforma en un menjunje verdoso que es-
cupe el parietal izquierdo y que desciende por
un cañito hasta ubicarse en las fosas nasales,
junto a otros datos inservibles, como el nom- Fragmento en “La verdadera explicación”, Edi-
bre de algún prócer o un número de la tabla torial La Brujita de Papel.
9
Ministerio de Educación
10
Rafles,
Luis Pescetti
–¡Mamá!
–No grites, Natacha, ¿qué querés?
–Que vengas.
–Ya te oí, pero estoy trabajando, ¿qué querés?
–Venííí.
–¡¿No me podés decir qué querés a ver si desde acá te puedo decir?!
–No, quiero que veas.
–¿Que vea qué?
–... que te quiero hacer una pregunta.
–Si es una pregunta no hace falta que la vea.
–¡Sí... vení te digo!
–La puedo oír, Natacha; decime y dejá de gritar que nos van a echar del
edificio por tus gritos.
–¡¡¡VENÍÍÍÍ!!!
-... (no, del edificio no, de la ciudad nos van a echar).
–Dale, mami... por favor, vení.
–Ya te dije que no.
–...(silencio)
–...(silencio que presta atención al otro silencio)
–...(silencio muy sospechoso).
–Natacha, ¿qué estás haciendo?... (ruidos, risas).
–¡Natacha! ¿Me querés decir qué estás haciendo? ¡Mirá que voy!
–¡No, no vengas!
–¿¡Cómo que no vaya!? ¡Claro que voy!
–¡No, mami! ¡En serio, por favor no vengas!
–Lo único que faltaba, ya mismo voy a ver qué estás haciendo (se levanta y va).
–Natacha, abrí la puerta.
–No puedo.
–¡¿Querés abrirla por favor?!
–No, mami, no hace falta.
–¡¿Qué no hace falta?!
–Ya está, mami.
11
Ministerio de Educación
12
–No mamá, te prometo que yo lo cuido.
–...(silencio que se imagina bañando y dando de comer al perro)
–Sí, mami, vas a ver.
–Mirá... vamos a probar una semana, si se porta mal se va. ¿De acuerdo?
–So.
–¿Sí o no?
–Ni.
–¡Natacha!
–Ufa, bueno sí.
–Vení, vamos a llevarlo al veterinario.
–¿Para qué, mami?
–Para que lo bañen y lo vacunen, Natacha, vamos.
–Vení, Rafles, que en el camino te empiezo a enseñar... mirá, esta letra es la W.
Luis María Pescetti nació en San Jorge, provincia de Santa Fe. Es escritor, músi-
co y cantante. Es una figura muy relevante de literatura para niñas, niños y jóve-
nes. Algunos títulos: Nadie te creería, Marito y el temible Puf vuelven a ganar otra
vez, Caperucita (como se la contaron a Jorge) y la colección de libros Natacha.
13
Ministerio de Educación
El citadino se burla del provinciano que descon- dice al adulto, que se queja de su jefe que acosa a
fía del recién llegado, que sospecha del negro la secretaria que envidia al vendedor que engaña
que recela del blanco que desprecia al francés al comprador que insulta al fabricante que desa-
que soslaya al inglés, que se ríe del gallego que prueba al funcionario, que desdeña al periodista
hace bromas sobre el argentino, que margina al que hostiga al entrevistado, que difama al inte-
boliviano que rechaza al gringo que ofende al in- lectual que señala al ignorante que agravia al es-
dio, que huye del católico que humilla al judío tudioso que reprocha al médico, que subestima
que se aparta del palestino que mata al israelí al enfermo, que sufre al burócrata que patea al
que pelea con el árabe que desprecia a la mu- gato que se come al ratón que muerde un tobillo
jer, que maltrata a los chicos que pisan al sapo y contagia la rabia.
que come insectos que pican al hombre flaco,
que discrimina al gordo, y se ríe del travestido
que rechaza al policía que abusa del ladrón que
El día que no existan más ratones, se acabará la
roba al adolescente que señala al homosexual
rabia, y el mundo será un lugar maravilloso.
que critica al cura, que repudia al político que
se aprovecha del débil que maldice al fuerte, que
vitupera al viejo que engaña al joven que contra-
14
Juegos
con imágenes y acordes
Para chicas y chicos que disfruten leer
15
Ministerio de Educación
Referencia
Catálogo artístico del Ministerio de Edu-
cación, Cultura, Ciencia y Tecnología de
la Nación (2018), Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Glosario
https://www.argentina.gob.ar/educacion/pinacoteca
16
¿Quién fue Hipatia de Alejandría?
Creada en el siglo IV a. C., la Biblioteca de Ale-
Esta obra de la foto, realizada con diferentes jandría llegó a ser la más grande de su tiempo,
técnicas que combinan la fotografía digital y la gracias al interés e inversión que hicieron los
performance, homenajea a la filósofa y maes- egipcios durante siglos adquiriendo obras de
tra Hipatia de Alejandría, que nació y vivió en diversas culturas de Asia, Europa y África. Se
la ciudad de Alejandría, Egipto. A pesar de que cree que llegó a tener unos 900 000 manus-
no era común en su tiempo aprender a leer, y critos y contaba con espacios para investigar
mucho menos para las mujeres, ella no solo distintas disciplinas, jardines, un museo, sala
lo hizo sino que además llegó a ser Directora de reuniones, laboratorio... De la biblioteca se
de la gran Biblioteca de Alejandría. Se destacó ocupaban filósofos, poetas y filólogos, y reci-
en diversos campos, como las matemáticas y bía la visita de grandes sabios de esa época.
la astronomía. Hipatia tuvo un final trágico, ya Lamentablemente, debido a conflictos bélicos
que fue asesinada por fanáticos religiosos que y religiosos, la Biblioteca sufrió varios atenta-
no toleraban sus ideas. Su figura ha sido du- dos. Con el paso del tiempo fue decayendo y
rante siglos fuente de inspiración para artistas, se cree que alrededor de los años 270 y 275 d.
escritoras, escritores, educadoras y educado- C. se destruyó.
res y, desde ya, también para bibliotecarias y
bibliotecarios. En el año 2002 la Unesco auspició la construc-
ción de una nueva y moderna biblioteca en la
ciudad de Alejandría.
Consigna:
» ¿Conocen alguna biblioteca en su escuela o en su comunidad?
¿Es grande, mediana o pequeña? ¿Les gusta ir allí? ¿Por qué? ¿Se
acuerdan de algún libro que les haya gustado o disgustado mu-
cho? ¿Por qué? ¿Se animan a escribir un párrafo corto, de no más
de 100 palabras, contando algo de esto?
https://www.bellasartes.gob.ar/coleccion/obra/3658/
17
Ministerio de Educación
Consigna 1:
En el siguiente espacio les proponemos dibujar con los materiales que tengan en casa una
escena o situación de lectura real o imaginaria. Pueden hacerlo de manera individual o con
alguien más que viva en sus casas.
Consigna 2:
Los invitamos a escribir una historia corta que se inspire en alguien que les haya fomentado
las ganas de leer: puede ser un familiar, una amiga o amigo, una maestra o maestro, profesora
o profesor, vecina o vecino.
18
Historias con viñetas
Hay distintas maneras, lenguajes y recursos ferido? Podemos escribir relatos sobre anima-
para contar historias. Tantas como nuestra les, otros que generen risa o tristeza. Se puede
imaginación se proponga. Por supuesto, a la contar una historia sin palabras, solo con imá-
imaginación hay que acompañarla con los re- genes, y también al revés, escribir una historia
cursos y saberes que vayamos aprendiendo y después dibujarla, como si fuera un guion.
no solo de lectura y escritura, sino también
otros como la música, el dibujo o la pintura. A su vez, hoy hay muchas maneras de leer, y
en distintos soportes, aunque, desde ya, no
También hay muchos géneros y temas narra- siempre podemos tener en casa esa variedad:
tivos. Se pueden contar historias mediante podemos leer en cuadernillos como este, re-
la historieta, la poesía, la narrativa (novelas, vistas, libros, libros digitales, computadoras,
cuentos, microrrelatos), el cine, los videos...y celulares, tablets... ¿En qué soportes preferi-
hay historias de amor, de suspenso, de terror, rían leer? ¿Les gusta leer solas y solos o pre-
fantásticas o de ciencia ficción, que conoce- fieren que les lean?
mos como géneros. ¿Tienen algún género pre-
19
#
Ministerio de Educación
Viñetas de plastilina
En la imagen de abajo vemos un ejemplo de la editora y poeta, Natalia Mén-
dez, que cuenta una historia con figuras hechas con plastilina. Durante la
cuarentena se está dedicando a hacer estas historias de “Tres seres verdes”,
que registra con su teléfono y comparte en las redes sociales.
20
Contar solo con imágenes
¿Se pueden contar historias sin palabras, solo con imágenes? ¡Claro que sí!
Y también combinando imágenes y palabras. Hay historias largas y cortas.
¿Qué les parece contar una historia con dibujos en cuatro cuadros? Pueden
inspirarse en estas viñetas del dibujante e ilustrador Juan Soto y escribir la
historia que cuentan. Si en casa son varias personas, cada cual puede redac-
tar su versión y después compararlas. ¡La imaginación no tiene límites!
21
Ministerio de Educación
Glosario
22
Para las y los más valientes
Ahora el desafío es doble:
Si son varias personas, pueden organizarse en dos equipos, aunque estén
formados por un solo integrante. Si no, también pueden pedirle ayuda a las
adultas y adultos de la casa. Se juega así: un equipo escribe una historia
cortita y el otro equipo la dibuja en tres recuadros.
23
Ministerio de Educación
Algunas de las canciones de esta gran autora pueden leerse como poemas. Les
dejamos sus versos y si hay adultas y adultos en casa, pueden preguntarles si
las conocen y cantarlas juntas y juntos.
Pero un día llegó el doctor, manejando un cua- Había una vez una vaca
trimotor
en la Quebrada de Humahuaca
¿y saben lo qué pasó? Noooo
como era muy vieja muy vieja
Todas las brujerías del Brujito de Gulubú
estaba sorda de una oreja
se curaron con la vacuna de la Luna lu
y a pesar de que ya era abuela
(Canción de la vacuna, fragmento)
un día quiso ir a la escuela…
24
Consigna:
Cancionero familiar
En hojas sueltas las y los que saben escribir pueden ir anotando las letras
de las canciones que cantan en familia. Cuando tengan unas cuantas, las
reúnen, hacen una tapa y contratapa y arman un cuaderno con argollas,
lana o abrochadora.
Cada vez que quieran pueden cantar las canciones con las y los más pe-
queños, siguiendo la letra para no olvidarse de qué dice. Vayan señalando
con el dedo cada parte de la canción, mientras la cantan, así las chicas y
los chicos que están aprendiendo a leer pueden ir dándose cuenta de cómo
se escriben esas palabras. También pueden incluir otros textos como poe-
sías, chistes, adivinanzas, coplas.
“Feliz cumpleaños”, “El payaso Plin Plin”, “Un elefante se balanceaba…” ¿co-
nocen otras?
#
25
Juegos
Ministerio de Educación
Rompecabezas
» Pueden recortar la página y pe-
garla en un cartón que no se ne-
cesite en casa, y luego recortar
las piezas.
Referencia:
Argentina. Ministerio de Educación.
Biblioteca Nacional de Maestros.
Recursos didácticos: Literatura infantil.
Cuentos para jugar. Buenos Aires : BNM,
2013.
Disponible en http://www.bnm.me.gov.ar/
e-recursos/recursos_didacticos/portafolios/
literatura_infantil/presentacion.htm
26
Imagen para colorear
Referencia:
Stengers-Hovine, Laura. El Hada de las Mejillas Rosadas : cuentos.
Buenos Aires : Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la
República Argentina, 1926
27
Suplemento *
Ministerio de Educación
Especial
Leer x leer en casa
La lectura es para
compartir en familia
Desde el Plan Nacional de Lecturas les proponemos aprovechar este tiempo de
aislamiento social, preventivo y obligatorio para leer juntos.
Empecemos con los poemas y los cuentos de tes que un video o una pantalla.
este cuadernillo. Puede ser que las chicas y
chicos no nos pidan directamente leer pero si Jugar con las voces, las palabras, el volumen,
los invitamos a compartir una lectura, segura- la velocidad, no tener miedo de las interrup-
mente nos dirán que sí. Nadie puede reclamar ciones. Al retomar, volvemos a leer una o dos
lo que no conoce: hay que proponer, jamás veces desde un poquito antes de donde cor-
obligar, quien no quiere no participa. Tentar, tamos.
probar e intentar sostenerlo hasta que se vuel-
Si alguien no conoce una palabra, se trata de
va parte de la rutina familiar. Para eso lo ideal
deducir entre todos qué querrá decir y probar
es acordar un momento del día. No hace falta
si dice lo mismo el viejo amigo diccionario que
que sea mucho rato: después de comer, cerca
suele sorprender a grandes, chicas y chicos.
de la hora de bañarse, antes de ir a dormir.
Y luego conversar si les gustó algo en particu-
“Quédense un ratito, les voy a leer algo que
lar, si les recordó alguna cosa, si se lo leerían
encontré”, así, una propuesta nada solemne.
a otras personas que conocen, charlar si sa-
Acordamos que vamos a leer todo seguido,
ben algo más del autor o autora, si les trajo a
que luego preguntamos o decimos lo que se
alguien a la memoria, si pasaron situaciones
nos viene a la mente al escuchar. Leemos dos
parecidas en la vida. No buscar mensajes ni
o tres veces el principio, hasta captar la aten-
sermones.
ción y asegurar que todos estamos listos para
entender. Sin exigir que nadie tenga que hacer un resu-
men ni un dibujo, ni explicar lo leído. Leemos
No importa que creamos no ser grandes lecto-
como vemos juntos una película o comparti-
res en voz alta. Las chicas y chicos preferirán,
mos una canción.
incluso imperfectos, los cuentos y poemas en
la voz de las y los grandes que los cuidan an-
28
Al principio las conversaciones serán cortitas, libro preferido en una escena repetida y siem-
pero con los días se irán volviendo más ricas y pre amorosa.
más significativas, con más asociaciones es-
pontáneas y con recuerdos de otras lecturas, Después de varios días leyendo juntos, si un
de sueños, de historias de la familia, del barrio, día esa rutina se corta, veremos cómo alguien
de los días de escuela. la reclama. La cosa es que no se vuelva un mo-
mento obligado, sino de afecto, de vínculo, de
¿Nos parece que está bien escrito? ¿Nos gusta disfrute, de descubrir que es posible conversar
cómo cuenta lo que cuenta? ¿El cuento termi- sobre nosotros con la excusa de los libros.
nó como esperábamos? ¿Tienen que terminar
bien las historias? ¿Qué se parece más a la Podemos dejar un texto que entre todas y to-
vida, lo que termina bien o lo que no tanto? En dos decidimos que no nos gusta. No a todas
general los buenos libros destinados a las ni- ni a todos nos atraen los mismos libros. Es por
ñas y los niños ofrecen una esperanza, aunque eso que hay que probar muchas veces y con
no sea exactamente la que llamaríamos un fi- propuestas distintas. Un artículo interesante
nal feliz. ¿Las ilustraciones son como imagina- de una revista, un cuento de cuando los papás
mos las escenas al leer? ¿Tienen detalles que y las mamás eran chiquitos, uno que sabe con-
llamen la atención? Siempre en un clima de tar la abuela o el abuelo.
afecto y respeto, nadie debe hacer sentir mal
Si le encontramos el gusto a la lectura com-
a otro porque demora en encontrar el sentido
partida en familia en estos días de aislamiento
de lo leído. Cada quien entiende lo que entien-
preventivo y obligatorio seguramente es algo
de, nos ayudamos unos a otros para encontrar
que seguiremos compartiendo cuando ya no
más detalles. La interpretación de las y los
haga falta quedarse todo el tiempo en casa.
chicos ilumina la de las y los adultos. Celebra-
¡A probar!
mos que los más chicos den su opinión, si no
compartimos sus apreciaciones no los impug-
namos, en todo caso podemos hacer alguna
pregunta que ayude a repensar.
29
Ministerio de Educación
30
El lagarto está llorando,
Federico García Lorca
Han perdido sin querer su anillo de desposados. ¡Miradlos qué viejos son!
31
Ministerio de Educación
Un buen negocio,
Jorge Accame
32
Aprender y enseñar a leer
En este apartado queremos compartir algunas Podemos ayudar a las pequeñas y los peque-
ideas para que puedan acompañar a sus hijas ños que están aprendiendo a leer poniendo en
e hijos, hermanas, primos o aquellas personas casa carteleras con palabras seguras, es decir
de la familia que aún no sepan leer y escribir, que los chicos saben lo que dicen. Para que
en el sentido convencional del término, y que sean realmente seguras, es importante que
están aprendiendo a hacerlo. las carteleras las hagan juntos y que las usen
y consulten frecuentemente. Haciendo este
Les acercamos ideas para hacer un ambiente tipo de tareas todos los días ya están ayudan-
alfabetizador en casa. Conocer y tener a dis- do muchísimo.
posición la escritura correcta de algunas pala-
bras es de mucha ayuda para aprender a leer
y escribir.
Nuestros nombres
Escriban cartelitos con los nombres de las y los integrantes de la familia.
Es importante que todos sean del mismo color y tengan el mismo tipo de
letra (en imprenta mayúscula). Si son pocos integrantes o quieren comple-
jizar un poco la propuesta, pueden incorporar nombres de otros familiares
como abuelas, tíos, primas, amigos, y por qué no, el nombre de las masco-
tas, si las hay.
33
Ministerio de Educación
¿Cuál es el nombre más largo? ¿Y el más corto? ¿Cómo nos damos cuenta?
¿Cuáles son los nombres que empiezan con la misma letra? ¿Se les ocurren
palabras que empiecen igual que sus nombres o los de sus familiares?
Pueden jugar a buscar en diarios y revistas palabras que empiecen como sus
nombres, recortarlas y pegarlas en una cartelera.
También pueden jugar a “Había una vez un barquito cargado de... palabras
que empiecen como…”. Si van escribiendo las palabras que van mencionan-
do, mucho mejor.
34
Es importante que siempre les muestren las letras para que puedan obser-
var la regularidad de la escritura, es decir que siempre que suena igual se
escribe igual.
» hacer un dibujo para algún familiar que no ven hace mucho tiempo y es-
cribir su nombre
35
Ministerio de Educación
Les proponemos jugar a armar los nombres con letras sueltas. Primero con
las letras justas (es decir, exactamente las letras que van), después es posi-
ble agregar algunas letras de más. Al principio se pueden armar los nombres
teniendo como referencia el nombre completo. A medida que les resulte más
fácil hacerlo, podemos quitar esa referencia y que armen los nombres sin
mirar la escritura correcta.
*
La lista de las compras
Hagan en familia la lista de cosas que hay que comprar. Que no sea una lista
demasiado larga ni demasiado corta, con 5 o 6 cosas está bien. Las y los
mayores, o quienes saben escribir, pueden estar a cargo de la escritura (en
imprenta mayúscula).
Luego pueden pedir a las y los pequeños que están aprendiendo a leer que
se fijen y vayan haciendo marquitas para ver si se olvidaron de anotar algo.
Pueden ir dando algunas pistas para ayudarlas y ayudarlos a darse cuenta
dónde dice cada cosa. Por ejemplo:
¿Escribimos que hay que comprar pan? Busquen esa palabra. Es cortita y
empieza igual que “papá”.
¿Cómo nos damos cuenta dónde dice “PAN” y dónde dice “PAPAS”? ¿Cómo
termina “PAN” y cómo termina “PAPAS”?
¿Escribimos que hay que comprar mandarinas? Es una palabra larga que em-
pieza como “mamá”.
36
Cartelera de cumpleaños
Realicen una cartelera para anotar los cumpleaños de las y los familiares.
Pueden escribir el nombre de los meses y debajo poner el nombre de las
personas que cumplen años en cada mes.
Reflexionen con las chicas y los chicos sobre la escritura de los meses:
¿cuál es el más largo? ¿Y el más corto? ¿Cuáles son los meses que em-
piezan con la misma letra? ¿Hay algún mes que empiece igual que sus
nombres? ¿Dónde dice “MAYO”? ¿Dónde dice “MARZO”? ¿Cómo nos da-
mos cuenta dónde dice cada una?
37
Ministerio de Educación
Receta
¿Qué les parece invitar a las chicas y los chicos a hacer una receta de cocina
juntos? Pueden escribirla e ir leyendo en voz alta el paso a paso, mostrarles
dónde dice cada cosa, y explicarles que además de los ingredientes las re-
cetas nos indican las cantidades y qué tenemos que hacer con ellos. Una
actividad interesante es que repasen la lista de ingredientes para ver si hace
falta comprar alguna cosa, tal como propusimos para la lista de las compras.
Pueden reunir los elementos y decirle a las chicas y los chicos que vayan
tildando los ingredientes que ya tienen.
38
Hay varias cosas que podemos hacer en casa para ayudar a las niñas y los
niños a aprender a leer:
39
Ministerio de Educación
40
La Biblioteca Nacional de
Maestros y la promoción
de la lectura
En la sociedad en la que vivimos la biblioteca adultos. Las bibliotecas forman, educan, infor-
escolar desarrolla en las alumnas y los alum- man, cuentan y entretienen.
nos —futuras y futuros ciudadanos— habilida-
des de aprendizaje para toda la vida, al estimu- En este sentido, las bibliotecas escolares
lar capacidades imaginativas y al acercarlas y asumen un rol principal en el proceso de en-
acercarlos al mundo de la alfabetización infor- señanza y aprendizaje acercando competen-
macional. cias para continuar aprendiendo: manejo de la
lengua escrita; manejo de la información en un
La biblioteca es un espacio para leer, escribir y aprender a aprender; aprender a buscar, selec-
aprender para niñas, niños, jóvenes, adultas y cionar, analizar y procesar información.
41
Ministerio de Educación
La biblioteca universal,
Kurd Lasswitz
–Venga a sentarse a mi lado, Max –dijo el pro- hausen–, uno podría expresar en letras de mol-
fesor Wallhausen–, y deje de rebuscar en mi de todo lo que pueda ser dado a la Humanidad,
escritorio. Le aseguro que en él no hay nada ya sea información histórica, conocimientos
que pueda utilizar para su revista. científicos de las leyes de la naturaleza, imagi-
nación poética, todas las formas de expresión,
Max Burkel se acercó a la mesa de la sala de e incluso las enseñanzas de la sabiduría. Dado,
estar, se sentó lentamente y tendió la mano ha- claro está, que todo ello pueda ser expresado
cia la jarra de cerveza. en palabras. Después de todo, nuestros libros
conservan y propagan los resultados del pen-
–Bueno, entonces prosit. Me alegra volver a
samiento. Pero el número de combinaciones
estar aquí. Pero, diga usted lo que diga, sigue
posibles de una cierta cantidad de letras es li-
teniendo que escribir algo para mí.
mitado. Por consiguiente, toda la literatura po-
–Por desgracia, no tengo ninguna buena idea sible debería poder ser impresa en un número
en este momento. Además, ya se están escri- finito de volúmenes.
biendo y, desgraciadamente, imprimiendo de-
–Mi querido amigo –intervino Burkel–, ahora
masiadas cosas superfluas…
está hablando usted más como un matemáti-
–Eso es algo que no necesita decírselo a un co que como un filósofo. ¿Cómo puede toda la
director de revista tan atareado como su se- literatura posible, incluida la del futuro, caber
guro servidor. Sin embargo, mi pregunta es: en un número finito de libros?
¿Qué es lo realmente superfluo? Los autores
–En un momento le calcularé cuántos volúme-
y su público no logran ponerse de acuerdo en
nes se necesitarían para constituir una Biblio-
absoluto al respecto. Y lo mismo ocurre con
teca Universal. ¿Quieres –se volvió hacia su
los directivos de revista y los críticos. Bueno,
hija– darme una hoja de papel y un lápiz de mi
mis tres semanas de vacaciones acaban de
escritorio?
empezar. Mientras tanto, que se preocupe mi
ayudante. –Trae también la tabla de logaritmos –añadió
Burke, bromeando.
–A veces me he preguntado –dijo la señora
Wallhausen– cómo puede seguir encontrando –No es necesario; no lo es en lo más mínimo
usted algo nuevo que publicar. Me parece que, –declaró el profesor–. Pero ahora, mi literario
en la actualidad, ya debe de haberse escrito amigo, tiene usted que ayudarme. Dígame: si
todo lo que puede ser expresado con palabras. somos frugales y eliminamos los diversos ti-
pos de letras, escribiendo únicamente para un
–Cabría pensar eso, pero la mente humana pa-
lector hipotético que esté dispuesto a sopor-
rece ser inagotable.
tar algunos inconvenientes tipográficos y solo
–Querrá decir en sus repeticiones. esté interesado en el contenido…
–Bueno, sí –admitió Burkel–. Pero también en –No existe tal lector –dijo con firmeza Burkel.
lo referente a nuevas ideas y expresiones.
–He dicho “lector hipotético”. ¿Cuántos carac-
–De todos modos –meditó el profesor Wall- teres diferentes se necesitarían para imprimir
42
todo tipo de literatura? de mi revista; no tendré que seguir leyendo
manuscritos. Es algo maravilloso, tanto para el
–Bueno –dijo Burkel–, limitémonos a las letras director de una revista como para su editor: ¡la
mayúsculas y minúsculas del alfabeto latino, eliminación del autor del negocio literario! ¡El
»
los signos de puntuación acostumbrados, y reemplazo del escritor por la imprenta automá-
los espacios que separan las palabras. Todo tica! ¡Un triunfo de la tecnología!
esto no sería mucho. Pero, para las obras cien-
tíficas, la cosa varía. Especialmente las de us- –¿Cómo? –exclamó la señora Wallhausen–.
tedes, los matemáticos, que utilizan una enor- ¿Decía que todo estará en esa biblioteca? ¿Las
me cantidad de símbolos. obras completas de Goethe? ¿La Biblia? ¿Las
obras de todos los filósofos clásicos?
–Que podrían ser reemplazados, de mutuo
acuerdo, por pequeños índices tales como a1, –Sí, y con todas las variaciones en las que
a2 y a3, y a¹, a² y a³, añadiendo únicamente dos nadie ha pensado aún. Encontrarías las obras
veces diez caracteres. Uno podría incluso usar perdidas de tácito y su traducción a todos los
este sistema para escribir palabras de los idio- idiomas, vivos y muertos. Además, todas las
mas que no usan el alfabeto latino. obras futuras de mi amigo Burkel y mías, to-
dos los discursos ya olvidados, y los que aún
–De acuerdo. Quizá su lector hipotético o, deben ser pronunciados, de todos los parla-
mejor dicho, ideal, estaría dispuesto a aceptar mentos, la versión oficial de la Declaración
también esto. Bajo esas condiciones, proba- Universal de la Paz, la historia de todas las
blemente podríamos expresarlo todo con, di- guerras subsiguientes, todas las redacciones
gamos, un centenar de caracteres. que todos nosotros escribimos en el colegio y
en la universidad…
–Bien, bien. Ahora, ¿de qué tamaño desea que
sea cada volumen? –Me hubiera gustado haber podido disponer
de ese volumen cuando estudiaba –dijo la se-
–Me parece que uno podría agotar bastante
ñora Wallhausen–. ¿O serían volúmenes?
bien un tema con unas quinientas páginas de
libro. Digamos que hay cuarenta líneas por –Probablemente volúmenes. No olvides que el
página y cincuenta caracteres por línea, o sea espacio entre palabras es también un carácter
que tendremos cuarenta veces por cincuen- tipográfico. Un libro puede contener una sola
ta veces quinientas veces, y eso nos dará el línea, y estar el resto vacío. Por otra parte, in-
número de caracteres por volumen, es decir… cluso las obras más largas tendrían cabida,
Calcúlelo usted. puesto que, caso de no caber en un volumen,
podrían ser continuadas a lo largo de varios.
–Un millón –dijo el profesor–. Por consiguien-
te, si tomamos nuestro centenar de caracte- –No gracias. Encontrar algo ahí sería un verda-
res, lo repetimos en cualquier orden lo bastan- dero problema.
te a menudo como para llenar un volumen con
espacio para un millón de caracteres, obten- –Sí, esa sería una de las dificultades –dijo el
dremos algún tipo de obra literaria. Así que, si profesor Wallhausen con una sonrisa compla-
producimos mecánicamente todas las combi- cida, contemplando el humo de su cigarro–.
naciones posibles, lograremos al fin todas las Claro que, a primera vista, uno podría pensar
obras que han sido escritas en el pasado o que que esto quedaría simplificado por el hecho
puedan escribirse en el futuro. mismo de que la biblioteca tiene que contener
por definición su propio catálogo e índice.
Burkel dio una palmada en el hombro a su ami-
go. –¡Excelente!
–¿Sabe? Me voy a suscribir ahora mismo. Eso –El problema sería hallarlo. Además, aunque
me suministrará todos los futuros volúmenes uno encontrase un volumen índice, no le servi-
43
Ministerio de Educación
ría de nada, dado que el contenido de la Biblio- ta. Recordad que la Biblioteca Universal con-
teca Universal se halla reflejado en un índice tiene todo lo correcto, pero también todas las
no solo correctamente, sino de todas las ma- variaciones incorrectas posibles. De la misma
neras incorrectas y equívocas posibles. forma, uno tampoco puede fiarse de los títulos
de los capítulos. Un volumen puede comenzar
–¡Diablos! Por desgracia, eso es cierto. con las palabras “Historia de la Guerra de los
treinta Años”, y luego decir: “tras las nupcias
–Sí, habría un cierto número de dificultades.
del príncipe Blücher con la reina de Dahomey,
Digamos que tomamos un primer volumen en
que fueron celebradas en las termópilas…”, ya
la Biblioteca Universal. Su primera página está
saben lo que quiero decir. Naturalmente, nadie
vacía, y también lo están la segunda, la tercera
quedará en ridículo por esto. Si un autor ha
y las demás quinientas páginas. Este es el vo-
escrito las tonterías más increíbles, estarán
lumen en el que el “espaciado” ha sido repetido
naturalmente en la Biblioteca Universal. Apa-
un millón de veces.
recerán bajo su nombre. Pero también estarán
–Al menos ese volumen no contendrá ninguna firmadas por William Shakespeare, y por cual-
tontería –observó la señora Wallhausen. quier otro autor posible. Encontrará uno de sus
libros en el que tras cada frase se asegure que
–Menudo consuelo. Pero tomemos el segundo todo aquello son tonterías, y otro en el que se
volumen. También está vacío, hasta que en la diga, tras las mismas frases, que constituyen
página quinientos, línea cuarenta, al final, hay la más prístina de las verdades.
una solitaria “a” minúscula. Lo mismo ocurre
en el tercer volumen, pero la “a” ha adelantado –Ya basta –exclamó Burkel–. En cuanto co-
un lugar. Y a partir de ahí la “a” va avanzando menzó usted a hablar, supe que esto iba a ser
lentamente, lugar a lugar, a través del primer una broma. No me suscribiré a su Biblioteca
millón de volúmenes, hasta que alcanza el pri- Universal. Sería imposible separar lo cierto de
mer espacio de la página uno, línea uno, del lo falso, lo que tuviera sentido de lo que no lo
primer volumen del segundo millón. Las cosas tuviera. Si voy a encontrar varios millones de
continúan de esta manera durante el primer volúmenes que afirman ser todos la verdade-
centenar de millones de volúmenes, hasta que ra historia de Alemania durante el siglo XX,
cada uno de los cien caracteres ha efectuado y todos ellos se contradicen, me valdrá más
su solitario viaje desde el último al primer lu- seguir leyendo los originales de los historiado-
gar de la línea de libros. Luego lo mismo ocu- res. –¡Muy astuto por su parte! Porque, de otro
rre con la “aa”, o con cualquier combinación modo, se enfrentaría con una tarea imposible.
de otros dos caracteres. Y un volumen puede Pero no estaba tratando de gastarle una bro-
contener un millón de puntos, y otro un millón ma, como usted pretende. Nunca afirmé que
de interrogantes. se pudiera utilizar la Biblioteca Universal; sim-
plemente dije que era posible calcular, exac-
–Bueno –dijo Burkel–, debería ser fácil reco- tamente, cuántos volúmenes se necesitarían
nocer y eliminar tales volúmenes. para que una tal Biblioteca Universal contuvie-
ra toda la literatura posible.
–Quizá. Pero aún falta lo peor. Eso sucede
cuando uno ha encontrado un volumen que –Adelante, calcúlalo –dijo la señora Wallhau-
parece tener sentido. Digamos que uno desea sen–. Podemos ver que esta hoja de papel en
refrescar su memoria acerca de un pasaje del blanco te está molestando.
Fausto de Goethe, y logra alcanzar un volumen
que parece tener sentido. Pero cuando ha leí- –No la necesito –dijo el profesor–. Puedo
do una o dos páginas, todo pasa a ser “aaaaa”, hacer el cálculo mentalmente. Lo único que
y esto es lo único que hay en el resto de las pá- necesito es comprender exactamente cómo
ginas del libro. O quizás uno halle una tabla de se va a producir esa biblioteca. Primero, tene-
logaritmos. Pero no puedo saber si es correc- mos cada uno de esos cien caracteres. Luego,
añadimos a cada uno de ellos cada uno de los
44
otros cien caracteres, de modo que tenemos grueso y que toda la biblioteca estuviera dis-
un centenar de veces un centenar de grupos puesta en una sola y larga hilera, ¿qué longitud
formado cada uno por dos caracteres. Aña- creéis que tendría?
diendo el tercer grupo de nuestros caracteres,
tendremos 100 x 100 x 100 grupos de tres –Yo lo sé –dijo su hija–. ¿Quieres que te lo
caracteres cada uno, etc. Dado que tenemos diga?
un millón de posiciones posibles por volumen,
–Adelante.
el número total de volúmenes es cien elevado
a la millonésima potencia. Y, como cien es el –El doble de centímetros que el número de vo-
cuadrado de diez, obtenemos el mismo nú- lúmenes.
mero con un diez con dos millones como ex-
ponente. Esto significa, simplemente, un uno –Bravo, cariño. Absolutamente exacto. Ahora,
seguido por dos millones de ceros. Aquí lo te- estudiemos esto más detenidamente. Sabéis
néis: 10²000000. que la velocidad de la luz es de 300.000 kilóme-
tros por segundo, lo cual equivale a aproxima-
–Gracias por facilitarnos tanto la vida –indicó damente 10 billones de kilómetros en un año,
la señora Wallhausen–. Pero, ¿por qué no lo lo que es igual a 1.000.000.000.000.000.000
escribes en la forma habitual? de centímetros, su trillón matemático, Burkel.
Si nuestro bibliotecario pudiera moverse a la
–No seré yo quien lo haga. Me ocuparía al me-
velocidad de la luz, necesitaría dos años para
nos dos semanas, sin perder tiempo en comer
pasar un trillón de volúmenes. Ir desde un ex-
o dormir. Si imprimiese ese número, tendría
tremo a otro de la biblioteca, a la velocidad de
algo más de tres kilómetros de largo.
la luz le representaría el doble de años que tri-
–¿Qué nombre tiene ese número? –quiso sa- llones de volúmenes hay en ella. Teníamos ya
ber su hija. esta cifra antes, y creo que nada puede mos-
trar con mayor claridad lo imposible que es
–No tiene nombre. Ni siquiera hay forma algu- captar el significado de ese 10²000000, a pesar
na en que podamos esperar comprender algu- de que, como he dicho repetidas veces, se tra-
na vez un número así, dado lo colosal que es, te de un número finito.
aunque sea finito.
45
Ministerio de Educación
–Si las damas me lo permiten, desearía ha- finita, las matemáticas que hemos empleado
cerle una última pregunta –intervino Burkel–. no tienen fallo alguno. Lo que resulta sorpren-
Sospecho que ha calculado usted una biblio- dente es que podamos escribir en un trocito
teca para la que no existe lugar en el universo. de papel el número de volúmenes que com-
prenderían toda la literatura posible, algo que,
–Lo veremos en un instante –respondió el pro- a primera vista, parece ser infinito. Pero si des-
fesor, tomando el lápiz–. Bien, supongamos pués tratamos de visualizarlo…, por ejemplo,
que se empaquetase la biblioteca en cajas tratamos de hallar un volumen específico, nos
de mil volúmenes, y que cada caja tuviese la damos cuenta de que no podemos abarcar lo
capacidad exacta de un metro cúbico. Todo que, por otra parte, es un pensamiento muy
el espacio hasta las más lejanas galaxias en claro y lógico que nosotros mismos hemos
espiral conocidas no podría contener la Biblio- desarrollado.
teca Universal. De hecho, se necesitaría tantas
veces este espacio, que el número de univer- –Bueno –concluyó Burkel–, la coincidencia
sos empaquetados vendría representado por actúa, pero la razón crea. Y por esto, mañana
una cantidad con únicamente unos 60 ceros me escribirá usted todo esto con lo que hoy
menos que la cantidad que indica el número nos ha divertido. De esta forma conseguiré un
de volúmenes. Sea cual sea la forma en que artículo para mi revista que me podré llevar
tratemos de visualizarla, no lo conseguiremos. conmigo.
–Yo siempre pensé que sería infinito –dijo Bur- –De acuerdo. Se lo escribiré. Pero le advierto
kel. que sus lectores van a llegar a la conclusión de
que se trata de un extracto de uno de los vo-
–No, ese es exactamente el quid de la cues- lúmenes superfluos de la Biblioteca Universal.
tión. El número no es infinito, es una cantidad
Cuando tengan conectividad, pueden ver más cuentos de ciencia ficción en el siguiente enlace
http://planlectura.educ.ar/wp-content/uploads/2016/01/Colección-Narrativas-Ciencia-y-ficción1.pdf
46
En tiempos de cuarentena donde
debemos estar en casa,
te acompañamos más que nunca.
Si estás viviendo maltrato o abuso,
necesitás hablar con alguien
o conocer tus derechos,
llamá a las líneas de atención gratuita
a niñas, niños y adolescentes.