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El Entrenamiento en Autoinstrucciones

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EL ENTRENAMIENTO EN AUTOINSTRUCCIONES

José Santacreu Mas (En Manual de técnincas de terapia y modificación de conducta, Vicente E.
Caballo)

I. INTRODUCCIÓN
Esta técnica se basa en los trabajos de los años 60 que Meichenbaum llevó a cabo con niños violentos y con
hiperactividad. Este autor, a su vez, se basa en las aportaciones de Vygotski y Luria acerca de la relación entre
lenguaje y la conducta manifiesta. Estos autores proponen que el lenguaje interno tiene como finalidad dirigir
la conducta externa. De tal manera que si se modifican las verbalizaciones interiores se modificará la conducta
motora.
II. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN
La técnica consiste en modificar las autoverbalizaciones que una persona utiliza ante una tarea por otras que
sean más eficaces para llevarla a cabo. Estas se corresponden con las preguntas de la “técnica de solución de
problemas” (D´Zurilla y Golfied). En la técnica de Meichenbaum se incluyen, además, instrucciones de
autorrefuerzo y autocorrección para cuando la persona se acerca o se aleja de la solución del problema. La
finalidad es aumentar el autocontrol.
Las autoinstrucciones son cogniciones en forma de lenguaje, sin imágenes, que uno dirige a si mismo para
acompañar la actividad. Por lo tanto, no es todo el lenguaje interno, sino el que dirige la acción. En la medida
en que las personas se enfrentan a tareas más complejas el pensamiento automático deviene, de forma más
evidente, en autoinstrucciones.
III. FUNDAMENTOS CONCEPTUALES DE LA TÉCNICA
Principalmente se basa en Meichenbaum, Luria y Vygotski
El modelo de Luria sobre los procesos de control de la conducta motora a través de las verbalizaciones
Luria en El papel del lenguaje en la regulación de las conductas normales y anormales define tres etapas para
la iniciación e inhibición de la conducta por medio del lenguaje:
- Primera etapa. El adulto dirige la conducta del niño por medio del lenguaje
- Segunda etapa. El niño se dirige a si mismo, mientras realiza actividades, por medio de un lenguaje
en voz alta que no tiene ninguna intención comunicativa. Lo que Piaget denominó monólogo
colectivo.
- Tercerea etapa. Los niños guían su propia conducta por medio de lenguaje subvocal. Vygotski
demuestra como este lenguaje privado se convierte en verbalizaciones audibles en la etapa adulta
cuando las personas se enfrentan a tareas difíciles. Las autoinstrucciones audibles o privadas, van
desapareciendo según se automatiza la actividad, por ejemplo, conducir.
Meichenbaum y Goodman investigaron acerca del papel de las autoinstrucciones en tareas que ya se llevan a
cabo de manera automática. Para ello hicieron un experimento con niños de 1º de EGB y niños de preescolar
en el que se demuestra que a los más pequeños las autoverbalizaciones les ayudan a ser más eficaces, mientas
que a los más mayores les entorpece la resolución de la tarea. Meichenbaum, además, realiza una revisión
acerca del papel de las verbalizaciones en la ejecución de tareas para concluir que su efecto depende de:
- La edad de los sujetos, cuanto más pequeños más autoverbalizaciones
- La dificultad del problema, cuanto más compleja resulte la tarea más autoverbalizaciones
- La calidad de las autoinstrucciones, si las autoinstrucciones se refieren a la incapacidad para realizar
la tarea, la eficacia disminuye, mientras que cuando son para guiar la ejecución la eficacia aumenta.
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Para cada tipo de tarea es necesario un tipo de autoinstrucciones. Para poder enseñar las autoinstrucciones más
adecuadas para cada caso Meichenbaum hace uso de las preguntas de la técnica de solución de problemas, de
tal manera que si la persona se responde las peguntas dispondría del marco de autoinstrucciones necesarias
para afrontar cualquier problema.
La técnica de solución de problemas consta de cinco fases:
1. Definición de la situación general y planteamiento del problema o tarea
2. Evaluar o definir lo más operativamente posible el problema planteado
3. Generar una lista de posibles soluciones pertinentes al problema
4. Decidirse por una solución evaluando previamente las posibles consecuencias y alcance de la solución
propuesta
5. Verificar los resultados de la decisión en función de los logros alcanzados
Si los resultados son satisfactorios acaba el proceso, si no, se repiten las fases tres y cuatro. Como se ha
anticipado, a este técnica añade Meichenbaum las autocorrecciones y autorrefuerzos. Estos elementos facilitan
que persista la motivación por alcanzar la solución, ya que sin ellos la técnica requiere de una gran tolerancia
a la frustración y una gran motivación; situación que no suele darse en el contexto clínico.
IV. EL PROCEDIMIENTO DE APRENDIZAJE DE LA TÉCNICA DE AUTOINSTRUCCIONES
Meichenbaum describe el procedimiento general de la técnica en cinco fases (pensadas para niños):
1. El terapeuta hace de modelo. Lleva a cabo una tarea hablando para si mismo en voz alta, guiando su
actuación. (modelado cognitivo)
2. El niño lleva a cabo la tarea bajo las pautas del terapeuta. (guía externa en voz alta)
3. El niño lleva a cabo la tarea hablando para sí mismo en voz alta. (autoinstrucciones en voz alta)
4. Hace lo mismo, pero cuchicheando (autoinstrucciones enmascaradas)
5. Por último, lo hace con autoinstrucciones internas. (autoinstrucciones encubiertas)
Meichenbaum y Goodman utilizaron la técnica con niños hiperactivos, para modificar el comportamiento
impulsivo. Camp, Blom, Herbert y Von Doorwick utilizan la técnica con una historieta en la que un gato que
se pregunta “¿cuál es mi problema?, ¿cómo puedo resolverlo?, ¿sigo mi plan?, ¿cómo lo he hecho?”.
En general, a la hora de usar la técnica el profesional, como modelo, lo que debe plasmar es la definición del
problema, una guía para la respuesta, autorrefuerzo y autocorrecciones.
Consideraciones prácticas y metodológicas sobre las técnincas de las autoinstrucciones
El éxito de esta técnica viene determinado por el cambio de comportamiento ante las situaciones en las que se
ha cambiado el lenguaje interno. Por ello, es necesario considerar si hay otros procedimientos alternativos al
modelado (el definido anteriormente) y en qué casos resulta eficaz utilizar la técnica.
Este tipo de aprendizaje es plausible cuando resulta más eficaz que el condicionamiento operante. Para
considerar un procedimiento terapéutico eficaz hay que atender a tres variables:
a. Las características de personalidad de la persona con la que se interviene
b. La psicopatología presente en el momento de la intervención
c. El tipo de conducta específica que se pretende cambiar
Con respecto al procedimiento de aprendizaje Meichenbaum propone algunas cuestiones prácticas que afectan
a la modificación de las verbalizaciones internas:
1. Adecuación a las características del paciente, por ejemplo, si es un niño
2. Flexibilidad de las autoinstrucciones generales, a cada persona le resultaran eficaces unas
verbalizaciones específicas diferentes
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3. Uso de imágenes que inciten el uso de verbalizaciones (viñetas en historietas infantiles)
4. Práctica en el uso de verbalizaciones en numerosas situaciones para conseguir la generalización
5. Implicación del paciente en el aprendizaje
Aparte del modelado hay otras técnicas para enseñar las autoinstrucciones, por ejemplo, los comics o manuales
de procedimiento. En cuanto a las características de las personas a las que se les enseña la técnica hay que
tener en cuenta que tengan un nivel cultural adecuado para entender el procedimiento, la motivación,
expectativas de éxito, locus de control externo… Los problemas en los que sería útil la técnica:
a. Problemas derivados de la impulsividad. La rapidez de la respuesta no lleva a los objetivos deseados.
El procedimiento ayuda a introducir lentitud y así obtener mejores resultados. Es el caso de niños con
hiperactividad, bajo rendimiento escolar o agresividad.
b. Problemas derivados de autoinstrucciones negativas. Es el caso de la ansiedad y la depresión
principalmente.
c. Problemas de autocontrol, de la ingesta de alcohol, control del peso y conductas delictivas. En este
caso se busca anticipar por medio de las autoinstrucciones las consecuencias del comportamiento
impulsivo.
d. Dificultades en el aprendizaje, ya se deba a dificultades del problema o a dificultades cognitivas.
V. APLICACIONES DE LA TÉCNICA DE AUTOINSTRUCCIONES Y VALORACIÓN DE SUS
RESULTADOS
Como se ha anticipado para determinar la eficacia hay que tener en cuenta su utilidad para modificar el
comportamiento manifiesto. Para ello la técnica depende del aprendizaje de autoinstrucciones con contenido
pertinente de cara al problema y del uso sistemático de las mismas de forma encubierta en el momento en que
se presenta el problema.
La eficacia de esta se puede comparar con otras técnincas que tengan el objetivo de cambiar las verbalizaciones
internas o introducirlas en caso de que no las haya. Estas son el autocontrol, la solución de problemas, la
detención del pensamiento o la reestructuración cognitiva. A su vez, todas ellas se podrían comparar con las
técnincas derivadas del condicionamiento operante o del modelado, teniendo como variable dependiente el
cambio producido en el comportamiento manifiesto.
V.1. Aplicaciones de la técnica en casos de ansiedad
En este caso, se pretende facilitar una actuación reflexiva. En uno de los estudios de Meichenbaum se
demuestra que tiene especial importancia la utilización de un modelo y la repetición de autoinstrucciones.
Bender demuestra que la repetición de autoinstrucciones en voz alta por parte del niño es el elemento más
importante.
Parrish y Ericson hicieron un experimento con cuatro grupos de niños impulsivos a la hora de realizar un
examen:
a. Instrucciones de revisar las tareas c. Instrucciones de revisar más
cuidadosamente autoinstrucciones
b. Autoinstrucciones d. Grupo de control
Los tratamientos por separado tuvieron mejores resultados que el combinado. Todos los tratamientos tuvieron
efecto, pero ninguno logró un aumento significativo del tiempo de reflexión.
Meichenbaum plantea que las terapias derivadas de técnicas operantes no suelen tener éxito porque inoculan
demasiada motivación, lo que es contrario de una actuación sosegada y reflexiva. Sin embargo, la combinación
de procedimientos operantes y cognitivos mejora los resultados.

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También se han realizado estudios referidos a la generalización del tratamiento. Kendall y Wilcox demuestran
que las autoinstrucciones generales (útiles para cualquier problema) facilitan la generalización en comparación
con las autoinstrucciones específicas (útiles para un problema concreto). En otros estudios se demuestra la
obtención de mejores resultados en tareas específicas con instrucciones genéricas. En un estudio de Neilans e
Israel se pone de manifiesto como un programa cognitivo (que incluye autoinstrucciones) garantiza el
mantenimiento y la generalización más que un programa de economía de fichas.
Es la repetición de autoverbalizaciones cuando los niños se enfrentar a una nueva tarea lo que garantiza la
generalización y no tanto el éxito durante el entrenamiento.
V.2. Aplicaciones de la técnica en casos de ansiedad
La ansiedad puede aparecer en diversas situaciones clínicas (habilidades sociales, fobias…). El terapeuta debe
evaluar si las autoinstrucciones son deficientes y decidir si se aborda el plano cognitivo. Si así lo hace se
aplicarán técnincas para modificar estas autoinstrucciones.
A pesar de que no es muy frecuente usar esta técnica en casos de fobias hay algunos estudios que reflejan las
consecuencias de su utilización. En un de ello se crean tres grupos experimentales para superar la fobia a la
oscuridad:
- Grupo 1. Se inducen autoinstrucciones relativas a la bondad del estímulo (en la oscuridad hay cosas
buenas)
- Grupo 2. Autoinstrucciones relativas a la capacidad de la persona
- Grupo 3. Autoinstrucciones neutras
En los dos primeros grupos se redujo más la ansiedad. Un estudio análogo de Fox y Houston que busca reducir
la ansiedad de niños a la hora de leer un poema en público no demuestra la efectividad de la técnica. Este
fracaso puede deberse a que los niños no practican las autoinstrucciones. Otra explicación es que la técnica
sea útil de cara a actividades manuales. En un estudio de caso único llevado a cabo por el propio autor con un
niño de 6 años que tiene miedo a la oscuridad se ha visto como los signos de ansiedad han desaparecido por
completo. Meichenbaum recomiendo el uso de las autoinstrucciones en su técnica de inoculación de estrés.
V.3. Aplicaciones de la técnica en caso de de falta autocontrol
el principal problema en estos casos es la no anticipación de las posibles consecuencias del propio
comportamiento (violencia, delincuencia, obesidad, adicciones…). En el caso de la violencia y la agresividad
el objetivo es demorar la conducta.
Lo que se ha comprobado es que aquellas situaciones que se ven influidas por factores sociales (delincuencia
y agresión) no son susceptibles de ser solucionadas por medio de autoinstrucciones. Sin embargo, en casos
principalmente clínicos (obesidad) la eficacia es razonable.
V.4. Aplicaciones de la técnica en casos de dificultades de aprendizaje
Este es el ámbito en el que más se ha estudiado la técnica. Se ha estudiado en el aprendizaje de actividades
motoras por parte de sujetos con déficits cognitivos. Hasta los años 70 se consideraba que en estos casos las
técnincas más útiles eran las derivadas del condicionamiento operante, sin embargo, se sabe que resultan muy
lentas y costosas; a pesar de que obtienen mejores resultados que las técnincas tradicionales.
La técnica de Meichenbaum ha demostrado su eficacia con niños con dificultades del aprendizaje en tareas de
escritura, calculo y atención en tareas escolares. Para que la técnica resulte útil los niños deben ser capaces de
elaborar las autoinstrucciones, deben comprenderlas y los comportamientos motores deben estar en su
repertorio.
A pesar de ello es muy importante relacionar los modelos explicativos del déficit cognitivo con los
procedimientos de cambio de comportamiento. Déficits concretos podrían corregirse mejor con técnicas
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concretas, en función del sistema de aprendizaje en que estén basadas. Para poder entender los efectos de los
tratamientos hay que responder a las preguntas:
1. ¿Por qué los procedimientos tradicionales de la escuela funcionan cada vez con menos niños? ¿es por
problemas emocionales o cognitivos; de naturaleza orgánica o evolutiva?
2. ¿Por qué los programas cognitivo-conductuales obtienen más éxito que los conductuales?
3. ¿Por qué en todos los casos se obtiene un bajo nivel de generalización?
VI. CONCLUSIONES
Cabe decir que esta técnica es una de las técnicas cognitivas dentro de un modelo cognitivo-conductual cuyo
objetivo es el cambio de comportamiento. Ha demostrado su eficacia en la mayoría de casos en que se aplica
con especial efectividad en casos de impulsividad. Su eficacia cambiando las cogniciones del sujeto se
manifiesta con la consecución de un cambio en el comportamiento general.

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