El Zambo Sambito
El Zambo Sambito
El Zambo Sambito
(...). Al siguiente día los reos fueron conducidos desde la prisión hasta
la plaza Caja de Agua, donde debían ser ejecutados”.
El hallazgo
Casi 150 años después, las fotografías de Villaalba y la crónica del
periodista Luciano Valle, publicada en el periódico El Illimani, son
prácticamente los únicos testimonios que demuestran que el Zambo
Salvito existió realmente y que fue un forajido condenado a la pena
de muerte por sus innumerables delitos, y así se convirtió en un mito,
una leyenda para los habitantes de La Paz que durante años,
generación tras generación, transmitieron de manera oral el destino
fatal de este hombre a modo de ejemplo del escarmiento que recibe
el gusto por lo ajeno.
Estos dos registros fueron encontrados por los historiadores Randy
Chávez y Carlos Gerl, quienes, a través de su investigación de años
sobre la veracidad de la existencia de Salvador Chico - denominada
Zambo Salvito - primero, dieron con el periódico el Illimani de 1871 y,
luego, con las fotografías de Ricardo Villaalba, que se encuentran en
el Museo de Arqueología de la Universidad de Harvard de Estados
Unidos, y que fueron facilitadas (en copias) por Lisa Trever,
historiadora de arte y profesora de la Universidad de California, para
mostrarlas a quienes alguna vez escucharon de este personajes
mítico que inspiró cientos de historias sobre su vida y destino fatal.
El Zambo Salvito, ese personaje de las historias y cuentos que las
madres y abuelas contaron a los niños como ejemplo del cruel destino
al que puede llevar el robo, sí existió. Vivió en La Paz desde los siete
años. Había nacido esclavo en Chicaloma, Los Yungas, de Zacarías y
Rosa, quienes lo bautizaron como Salvador Chico.
Su madre huyó con él a La Paz después de que su padre fuera
golpeado hasta morir por su amo, que lo acusó de haber robado un
cesto de coca. Ya en la ciudad, madre e hijo se instalaron en el
Tambo San José de la Chocota (hoy Illampu), donde la vida de este
personaje comenzó a entretejerse entre el mito y la realidad.