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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

ANÁLISIS A LOS PROBLEMAS SURGIDOS POR EL USO EXCESIVO EN LA


INTERPOSICIÓN DEL AMPARO, EN FORMA FRÍVOLA E IMPROCEDENTE

TRÁNSITO VERGELINA GIRÓN DÍAZ DE LUCAS

GUATEMALA, OCTUBRE DE 2006.


UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

ANÁLISIS A LOS PROBLEMAS SURGIDOS POR EL USO EXCESIVO EN LA


INTERPOSICIÓN DEL AMPARO, EN FORMA FRÍVOLA E IMPROCEDENTE

TESIS

Presentada a la Honorable Junta Directiva

de la

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

de la

Universidad de San Carlos de Guatemala

Por

TRÁNSITO VERGELINA GIRÓN DÍAZ DE LUCAS

Previo a conferírsele el grado académico de

LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

y los títulos profesionales de

ABOGADA Y NOTARIA

Guatemala, octubre de 2006.


HONORABLE JUNTA DIRECTIVA
DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
DE LA
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

DECANO: Lic. Bonerge Amilcar Mejía Orellana


VOCAL I: Lic. César Landelino Franco López
VOCAL II: Lic. Gustavo Bonilla
VOCAL III: Lic. Erick Rolando Huitz Enríquez
VOCAL IV: Br. José Domingo Rodríguez Marroquín
VOCAL V: Br. Edgar Alfredo Valdez López
SECRETARIO: Lic. Avidán Ortiz Orellana

TRIBUNAL QUE PRACTICÓ


EL EXAMEN TÉCNICO PROFESIONAL

Primera Fase:
Presidente: Lic. Edgar Enrique Lemus Orellana
Vocal: Lic. Héctor René Marroquín Aceituno
Secretario: Lic. Héctor David España Pinetta

Segunda Fase:
Presidenta: Licda. Crista Ruiz de Juárez
Vocal: Licda. Emma Graciela Salazar Castillo
Secretario: Lic. Víctor Guillermo Lucas Solís

RAZÓN: “Únicamente el autor es responsable de las doctrinas


sustentadas en la tesis”. (Artículo 43 del Normativo para la
elaboración de tesis de licenciatura en la Facultad de Ciencias
Jurídicas y sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala).
DEDICATORIA

A DIOS: Por ser la fuente de toda luz y verdad y darme fortaleza


en los momentos más difíciles de mi vida e iluminar mi
entendimiento para alcanzar las metas que me he
trazado.

A MIS PADRES: Arnulfo Girón y Rubila Díaz Calderón.


Con amor y agradecimiento a sus sacrificios y apoyo,
los principios de honradez y superación que durante
toda la vida me han inculcado; ¡Los quiero mucho!

A MI ESPOSO: Jorge A. Lucas Cerna. Por el apoyo y comprensión que


siempre me ha brindado. A quien amo con todo mi
corazón.

A MIS HIJAS: Michelle Estephanie y Melanie Alessandra, porque son


la razón de mi vida y el deseo por superarme cada día.
¡Las adoro!

A MIS HERMANOS: Rosa (+), Laura (+), Arnulfo Rigoberto y Nery.


Quienes siempre me han apoyado. Con mucho cariño.

A MIS AMIGOS: Licda. Concepción Cabrera, Lic. Esteban Aguilar, Licda.


Telma Villanueva, Licda. Noemí Falla, Lic. Henry Osmín
Almengor y Lic. José Miguel Hidalgo Q. Por la ayuda
incondicional recibida para el logro de este éxito.

EN ESPECIAL A: Virginia y Miriam; a mis compañeros de estudio y trabajo.


Con cariño sincero, por el apoyo recibido.

A: La Universidad de San Carlos de Guatemala y a la


Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, alma
mater de mi formación profesional; y a los catedráticos
que han impartido sus conocimientos.
ÍNDICE
Pág.
Introducción……..……………………………………………………........................ i

CAPÍTULO I

1. Justicia constitucional………………………………………………………………. 1
1.1. Historia y evolución ……………………………...……………………………. 2
1.2. Antecedentes históricos………………………………...…………………….. 7
1.3. Medios de control………………………………………………………………. 8
1.3.1 Control constitucional…………………………………...…………...... 10
1.3.2 La Corte de Constitucionalidad....................................................10
1.4. Garantías constitucionales que regula la Constitución Política de
la República de Guatemala...................................................................... 11
1.4.1. La exhibición personal….…………………………………………...….11
1.4.2. Inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos…….………. 12
1.4.3. Inconstitucionalidad de las leyes de carácter general…..………. ...13
1.5. La vigente Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad................................................................................... 13

CAPÍTULO II

2. Antecedentes históricos del amparo en Guatemala…..............…......……….. 15


2.1. Origen del amparo en Guatemala.....................................……………….. 15
2.2. Amparo interpuesto contra el Presidente de la República de
Guatemala, el 19 de enero de 1953................................................................ 18
CAPÍTULO III

Pág.
3. El amparo…………………………………………………………………………… 21
3.1. Concepto……………………………………………………………………… 21
3.2. Naturaleza jurídica…………………………………………………………… 23
3.3. Objeto…...…………….………………………………………………………. 23
3.4. Características......................................................................................... 24
3.5. Finalidad.................................................................................................. 26
3.6. Principios rectores................................................................................... 28
3.6.1. Principios procesales.……….…………………………………......,... 28
3.6.2. Principios doctrinarios…..…………….…………………….............. 29
3.6.2.1. Iniciativa o instancia de parte………………………........... 29
3.6.2.2. Existencia de agravio…………………………………........ 29
3.6.2.3. Agravio personal y directo.…..…………………….........… 30
3.6.2.4. Definitividad en el amparo………..................................... 31
3.6.2.5. Principio de estricto derecho………………………............ 32
3.6.2.6. Relatividad de la sentencia……………………………....... 32
3.6.2.7. Libertad en la apreciación de la prueba…………............. 33

CAPÍTULO IV

4. Las partes en el amparo.................................................................................. 35


4.1. El solicitante, agraviado o postulante. ..................................................... 35
4.2. La autoridad recurrida, entidad responsable o impugnada....................... 37
4.3. Los terceros interesados......................................................................... 38
4.4. El Ministerio Público................................................................................. 39
CAPÍTULO V

Pág.
5. Requisitos procesales en la petición de amparo y presupuestos de
procedibilidad en la interposición de amparo............................................. 41
5.1. Presupuestos procesales en la petición de amparo............................ 42
5.2. Presupuestos indispensables de procedibilidad en la petición de
amparo………….………………………………………………………….. 43
5.2.1. Temporaneidad en la presentación del amparo…..………….. 44
5.2.2. La legitimación en el amparo…………………………………… 49
5.2.2.1. La legitimación activa en el amparo………………….. 50
5.2.2.2. La legitimación pasiva en el amparo…………………. 52
5.2.3. La definitividad del acto reclamado…………………................. 55
5.3. El acto reclamado………………………………………………………… 57

CAPÍTULO VI

6. Análisis a los problemas surgidos por el uso excesivo en la


interposición del amparo, en forma frívola e improcedente........................... 59
6.1. La frivolidad y la improcedencia............................................................... 60
6.2. Casos en que el Tribunal de Amparo tiene facultad para
sobreseer, archivar o suspender el trámite del amparo........................... 61
6.3. Prohibición de archivar............................................................................. 62
6.4. Responsabilidades................................................................................... 62
6.5. Problemas surgidos por el planteamiento del amparo en forma
frívola e improcedente.............................................................................. 64
6.5.1 Falta de ética profesional................................................................ 69
Pág.

CONCLUSIONES…………………………………………………………………….. 73
RECOMENDACIONES…………………………………………………………….... 75
ANEXOS
ANEXO A............................................................................................................. 79
ANEXO B............................................................................................................. 85
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………..... 87
INTRODUCCIÓN

Para la certeza de la aplicación de los principios de supremacía


constitucional y jerarquía de las leyes, en defensa del mantenimiento del orden
constitucional, en los diversos estados se han creado algunos mecanismos, con
el fin de proteger el Estado de Derecho y la preeminencia constitucional; para la
defensa de tales principios; en el Título VI de la vigente Constitución Política de la
República de Guatemala se encuentran reguladas las garantías constitucionales y
defensa del orden constitucional; dentro de tales garantías están comprendidos el
amparo, la exhibición personal, la inconstitucionalidad de leyes en casos
concretos y la inconstitucionalidad de leyes de carácter general.

La Constitución Política de la República de Guatemala, en el Artículo 265


crea el amparo, con el fin de proteger a las personas contra las amenazas de
violaciones a sus derechos o para restaurar el imperio de los mismos cuando la
violación hubiere ocurrido, indicando que no existe ámbito que no sea susceptible
de amparo. Resulta de gran importancia el estudio y comprensión del amparo
como acción constitucional; ya que, para que se declare procedente, en su
planteamiento deberá cumplir con los requisitos necesarios para su procedencia.
Por la interpretación extensiva que se le ha dado a la frase No hay ámbito que no
sea susceptible de amparo; en la actualidad, numerosos amparos se plantean sin
que cumplan con tales requisitos, originando con esto un atraso en la pronta y
cumplida administración de la justicia; situación que provocó el interés en la
realización del presente trabajo de investigación: Análisis a los problemas
surgidos por el uso excesivo en la interposición del amparo, en forma frívola e
improcedente, de donde se desprende la siguiente hipótesis: El uso de la acción
constitucional de amparo, cuando se plantea en forma frívola y notoriamente
improcedente, obstaculiza la marcha normal de los procesos, que constituyen los

( i)
antecedentes del amparo, provocando que el trámite normal de éstos se retrace y
entorpezca. Además, genera recargo de trabajo en los juzgados constituidos en
tribunal de amparo; se generan, también, gastos innecesarios y así como un
atraso considerable en los demás procesos que se tramitan en jurisdicción
ordinaria.

El presente trabajo tiene por objeto establecer los problemas que en la


actualidad se presentan en los tribunales que conocen del trámite de amparos,
por el uso excesivo en la interposición del mismo, en forma frívola e
improcedente, y ofrecer a estudiantes y profesionales del derecho, tanto litigantes
como funcionarios judiciales, conocimientos básicos emanados de la doctrina
sobre el tema del amparo, así como algunos criterios jurisprudenciales de la Corte
de Constitucionalidad, enfocados hacia los requisitos que en el planteamiento del
amparo deben concurrir, para que el mismo se declare procedente.

Este trabajo está compuesto por seis capítulos: en el primero, se desarrolla


lo relativo a la justicia constitucional, haciendo una breve reseña histórica sobre la
justicia constitucional de Guatemala; en el segundo, se describen los
antecedentes históricos del amparo en Guatemala, el origen del mismo en
nuestro país, la evolución que en la legislación guatemalteca ha tenido el amparo;
el tercero versa sobre el amparo propiamente, su concepto, naturaleza jurídica
según diversas concepciones, su objeto, su procedencia, características,
principios que lo rigen. En el capítulo cuarto, se hace una síntesis en relación a
las partes que intervienen en el amparo; en el capítulo quinto, se analizan cada
uno de los presupuestos que determinan la procedencia en la interposición del
amparo, incorporándose algunos fallos que al respecto ha pronunciado la Corte
de Constitucionalidad; el último capitulo contiene el análisis a los problemas
surgidos en los tribunales que conocen del trámite del amparo, por el uso

( ii )
excesivo en la interposición del amparo en forma frívola e improcedente; en este
capítulo se incorporan los resultados de algunas entrevistas realizadas a los
juzgados de Primera Instancia, con relación al tema esencial de la presente tesis.
Concluyéndose que los tribunales constitucionales, ya sea en el planteamiento
del amparo, o al recibir el informe circunstanciado o los antecedentes del caso, si
se percatan mediante un análisis depurativo, que el amparo ha sido interpuesto
sin cumplirse con cualquiera de los presupuestos esenciales que hacen viable su
procedencia; en este caso el tribunal no puede conocer ni pronunciarse sobre el
fondo del asunto y, como consecuencia, quede facultado para dictar un auto
razonado, rechazando in límine o suspendiendo en forma definitiva el trámite del
amparo. Se concluye, asimismo, que el uso excesivo en la interposición del
amparo en forma frívola e improcedente, radica en la falta de moral y ética de los
profesionales del derecho que auxilian al interponerte del amparo.

Se realiza la investigación partiendo de los conocimientos específicos que


regulan la acción de amparo; para un mejor estudio y comprensión del problema;
se utilizó para el desarrollo de este trabajo, los métodos inductivo, deductivo y
analítico, esto con el fin de analizar el tema que motivó este trabajo.

Por último, se exponen las conclusiones y recomendaciones, las cuales se


consideran, pueden ser eficaces para la solución del problema planteado, en
virtud de la gran cantidad de amparos que en la actualidad se plantean, sin que
en éstos se haya cumplido con uno o varios de los requisitos necesarios para su
procedencia; motivando con esto, un considerable atraso en la tarea de impartir
justicia.

(iii)
(iv)
CAPÍTULO I

1. Justicia constitucional

La Constitución de cada estado se ocupa de regular el funcionamiento de


cada órgano o poder del Estado, según su competencia y límite legales,
impidiendo la intromisión dentro del ámbito de otros órganos y dentro de la esfera
de los particulares, configurando así, el Estado de Derecho, como instrumento de
seguridad jurídica y límite al ejercicio absoluto del poder. La Constitución Política
es considerada como la protectora de los derechos y libertades esenciales de la
persona humana. Para asegurar tales propósitos y se pueda lograr un efectivo
acopio de ellos, mediante una serie de instrumentos que se denominan
“garantías constitucionales”.

De las garantías de la Constitución Política de la República, en cuanto


prácticas al servicio de la afirmación efectiva de la primacía de la ley suprema del
Estado, tiene suma importancia una de sus formas, que es la “Justicia
Constitucional “. Algunos autores utilizan la expresión “defensa constitucional”
para referirse a los modos de protección del orden constitucional. En sentido
amplio, la expresión “defensa constitucional” denota el conjunto de actividades
encaminadas a la preservación o reparación del orden jurídico establecido por la
Constitución. En sentido restringido, según José Almagro Nosette1, la defensa
constitucional, significa “el conjunto orgánico de instituciones y actividades que
tienen por fin directo remediar los agravios generales y particulares cometidos
contra la Constitución”.

1
Nosette, José Almagro, Justicia constitucional, pág, 4.

1
Uno de los principios esenciales que funda el Sistema Jurídico
Guatemalteco, es el de la supremacía constitucional, que implica que en la
cúspide del ordenamiento está la Constitución como ley suprema y preeminente,
lo cual consolida el estado de derecho.

La Justicia constitucional y los controles constitucionales son fundamentales


para el fortalecimiento del estado de derecho. La Justicia Constitucional debe
reflejar siempre la Constitución y persistir en la armonía constitucional,
conservando su imperio y supremacía, el valor justicia constitucional, y todo esto,
en relación íntima con la sociedad. Además debe lograr el fin legítimo de tutelar
los derechos y libertades del hombre, con fuerza normativa, imponiendo la justicia
constitucional a todos.

1.1. Historia y evolución

Después de la primera guerra mundial dio inicio la formación de una


tendencia doctrinaria, que impulsaba la necesidad del establecimiento de un
sistema de revisión judicial de la constitucionalidad de las leyes. Conforme esta
corriente doctrinaria, los diferentes tribunales tendrían la facultad de examinar y
declarar la conformidad o no de las normas de origen legislativo con las normas
fundamentales de la Constitución. Como consecuencia, surgen los instrumentos
relativos al control de la constitucionalidad de las leyes.

Dentro de los objetivos del control de la constitucionalidad de las leyes


estaba la organización del poder, que estaba depositado en los órganos del
estado. Así mismo, en ese período, surgió el sistema austriaco, impulsado por
Hans Kelsen. El objetivo fundamental era establecer un tribunal constitucional

2
especializado, el cual debía tener como atribución exclusiva, el conocer y decidir
acerca de las cuestiones constitucionales.

A la justicia constitucional se le conoció como el Sistema de Control


Judicial de las leyes propias del estado de derecho, que tiene su fundamento en
la concepción de la constitución como norma jurídica fundamental, mediante el
cual se verifica el respeto de las leyes a la constitución.

Con relación a la justicia constitucional, en Guatemala el doctor Mario


Aguirre Godoy, manifiesta que se estima como una etapa ya definida en plano
doctrinario la separación que debe hacerse en cuanto a derechos fundamentales
consagrados en la Constitución Política de los estados y los instrumentos
adecuados para darles efectividad de modo que aquellos no queden plasmados
en simples declaraciones ilusorias. El doctor Aguirre Godoy sugiere que es
importante señalar que en Guatemala se reconocen aquellos derechos y
garantías que, aunque no figuren expresamente consignados en la Constitución
Política de la República, son inherentes a la persona humana.

En cuanto a los mecanismos procesales que existen para darle efectividad


a cualquier derecho reconocidos expresa o tácitamente en la Constitución, el
citado catedrático guatemalteco, opina que no pueden apoyarse solamente en
distinciones de esa clase (derechos individuales o sociales), sino en su carácter
fundamental o esencial para la convivencia humana y para el pacífico
enfrentamiento a los órganos del Estado.

Estos mecanismos deben ser considerados de carácter público, por los


cuales se logra la defensa de los individuos, en cuanto a la eficaz realización de

3
los derechos que la Constitución les reconoce como a la defensa misma del
sistema constitucional.

La justicia constitucional adquiere especial importancia en el estado


moderno, porque constituye el medio por el cual se logra la plena vigencia de las
normas contenidas en las leyes fundamentales. La Constitución representa una
ley suprema vinculante, tanto para gobernados como para todos lo órganos
constituidos, inclusive para el legislador que tiene limitada su esfera de de acción,
ya que no puede crear leyes que estén en contraríen a la norma fundamental del
estado.

Uno de los aspectos de la justicia constitucional lo integra la existencia de


un órgano específico encargado del control constitucional, prototipo del sistema
concentrado, que tiene su origen en la Constitución austriaca de 1920 orientada
en el pensamiento jurídico de Kelsen. Se parte de la idea de que una Constitución
rígida (aquella que no puede ser modificada por los procedimientos ordinarios de
emisión de las leyes), solamente puede ser defendida si para garantizar su
cumplimiento se crea una Corte o Tribunal Constitucional encargado específico
de administrar la justicia constitucional.

La idea fue cuestionada por Carl Schmitt, quien sostuvo que la defensa de
la Constitución debe conferirse a un órgano político, no jurisdiccional, debiendo
corresponder tal función al jefe de estado. Surgió así, la discusión sobre la
naturaleza política o jurisdiccional de los instrumentos encargados de la defensa
constitucional.

La Constitución Política de la República de Guatemala vigente, creó la


Corte de Constitucionalidad, como un tribunal permanente de jurisdicción

4
privativa, cuya función esencial es la defensa del orden constitucional; cuando
esta acción se ejerce en forma directa como acción general buscando que la
norma impugnada pierda su eficacia o, a instancia de parte, cuando conoce de
las inconstitucionalidades en casos concretos, planteadas en la jurisdicción
ordinaria, cuyos órganos conocen de estos casos en carácter de tribunales
constitucionales; así mismo, posee competencia para conocer de amparos en
única instancia; de los recursos de apelación de todos los amparos interpuestos
ante cualquiera de los tribunales de justicia y ante la Corte Suprema de justicia y,
para conocer también en apelación de todas las impugnaciones contra las leyes
objetadas de inconstitucionalidad en casos concretos y demás competencias y
funciones y claramente delimitadas en los Artículos 272 de la Constitución Política
de la república de Guatemala, y 163 y 164 de la ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad.

El profesor Manuel García Pelayo, ex presidente del Tribunal Constitucional


de España, en una disertación en la Universidad de San Carlos de Guatemala,
expuso: “Del mismo modo que no podía hablarse con propiedad de Estado Legal
de Derecho más que cuando existía una jurisdicción contencioso administrativa,
tampoco puede hablarse de un Estado Constitucional de Derecho sin una
jurisdicción contencioso-constitucional.”

Las nociones de “competencia” y de “función” no son sinónimos, ya que los


órganos constitucionales ejercen sus funciones a través de las competencias
específicas que les han sido atribuidas, como lo señala el constitucionalista
alemán Matías Herdegen.

Las primeras ponencias sobre la creación del “Tribunal de Control


Constitucional” y del proyecto de Ley de Control Constitucionalidad, se

5
presentaron para su discusión en el tercer Congreso Jurídico Guatemalteco,
celebrado en la ciudad de Guatemala en septiembre de 1964, por los abogados
Luis René Sandoval Martínez y Mynor Pinto Acevedo. Dichas ponencias fueron
aprobadas, con algunas modificaciones realizadas por los juristas Rafael Cuevas
del Cid, Edmundo Vásquez Martínez, Francisco Villagrán Kramer, Roderico
Segura Trujillo y Feliciano Fuentes Alvarado.

Los proyectos aprobados durante el relacionado congreso jurídico, se


inspiraron en la experiencia judicial guatemalteca y fundamentalmente en la
estructura del Tribunal Constitucional de la República Federal de Alemania. A
pesar de la poca experiencia que sobre la materia se tenía en Guatemala, las
resoluciones sobre el control judicial de la constitucionalidad de las leyes,
representan el antecedente doctrinal inmediato de la incorporación en el orden
constitucional guatemalteco de una corte permanente y autónoma, con la facultad
específica de examinar la conformidad de las disposiciones legislativas con los
preceptos básicos de la Constitución Política de la República.

De igual forma, estos proyectos, sirvieron de marco de referencia a los


constituyentes de 1965, quienes incorporaron el Tribunal Constitucional, integrado
por doce magistrados, incluyendo al Presidente de la Corte Suprema de Justicia,
quien lo presidía, cuatro magistrados de la misma y siete magistrados por sorteo
global que se practicaba entre los magistrados de las Cortes de Apelaciones y de
lo contencioso administrativo. Durante su vigencia únicamente se interpusieron
ante ella cinco recursos de inconstitucionalidad, de los cuales dos fueron
rechazados de plano, dos fueron declarados sin lugar y el único declarado con
lugar, fue interpuesto por el Ministerio Público, por disposición del Presidente de
la República.

6
La Corte de Constitucionalidad integrada a la jurisdicción ordinaria y con
magistrados de la Corte suprema de Justicia y demás tribunales colegiados, no
cumplió con plenitud su función de contralora del orden constitucional. En los
últimos cinco años de existencia la anterior Corte no dictó ninguna sentencia en
materia de inconstitucionalidad, mientras que la actual, en sus primeros cinco
años de existencia, emitió treinta y nueve sentencias de inconstitucionalidad,
habiéndose acogido en veintidós de ellas parcial o talmente la impugnación.

En lo que amparos se refiere, en aquella Corte Suprema de justicia, que era


la competente para conocer de esta materia, fueron emitidas durante esos cinco
años un total de ciento veintitrés sentencias de amparo, habiéndose otorgado
únicamente veintidós. En la actual Corte de Constitucionalidad, durante los
primeros cinco años de existencia, se habían emitido setecientos setenta y seis
sentencias en materia de amparo, habiéndose otorgado en ciento sesenta y un
casos. Lo que evidencia la diferencia y ventajas de un tribunal constitucional
independiente de cualquier organismo del estado.

1.2. Antecedentes históricos:

En virtud del agotamiento institucional a que arribó la Corte de


Constitucionalidad de 1965 y todo el sistema de control judicial de la
constitucionalidad, establecido en el Decreto número 8 de la Asamblea Nacional
Constituyente, las Primeras Jornadas Constitucionales organizadas por el Colegio
de Abogados de Guatemala, los días 10, 11 y 12 de mayo de 1984 concluyeron
recomendando:
a) La creación de un tribunal constitucional, concentrado en él todas las
cuestiones de índole jurídico constitucional y de protección de las garantías

7
individuales y de los derechos humanos derivados de los tratados y convenios
internacionales;
b) El tribunal debería ser de carácter permanente, autónomo en sus
funciones, con jurisdicción en toda la república, no supeditado a ninguna otra
autoridad u órgano del estado;
c) El tribunal se integraría con doce magistrados designados mediante un
especial procedimiento electoral de selección;

La doctrina sobre los instrumentos procesales de garantía del orden


constitucional elaborada en los foros y congresos jurídicos guatemaltecos, fue
incorporada en la Constitución Política de la República de Guatemala,
promulgada el 31 de mayo de 1985, que entro en vigencia el 14 de enero de
1986, y en la ley de amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad (Decreto
número 1-86 de la Asamblea Nacional Constituyente.

Fue así como se creó la actual Corte de Constitucionalidad como un


tribunal permanente de jurisdicción privativa, cuya función esencial es la defensa
del orden constitucional, que actúa como tribunal colegiado con independencia de
los demás organismos del Estado. Configurando así un nuevo sistema de justicia
constitucional, y se rige por lo dispuesto en la Constitución Política de la
República de Guatemala y por la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad. Contra sus resoluciones no cabe recurso alguno y sus
decisiones vinculan al poder público y órganos del estado y tienen plenos efectos
erga omnes.

1.3. Medios de control:


La administración pública tiene distintas funciones o pasos, al respecto se
mencionan esencialmente cinco: La planificación, coordinación, organización,

8
Dirección y Control. De estos pasos o funciones de la Administración Pública, nos
referimos al control, que para Reyes Ponce, citado por el licenciado Hugo Haroldo
Calderón Morales2, en su obra Derecho Administrativo I, ”es la medición de los
resultados actuales y pasados, en relación con los esperados, ya sea total o
parcial, con el fin de corregir, mejorar y formular nuevos planes.” Los medios de
control deben estar bien establecidos en normas legales, sobre qué personas o
instituciones deben implementar el control.

Dentro de la actividad administrativa hay varias clases de control, las que


se clasifican así: a) Control interno, que se realiza internamente dentro de la
Administración Pública, por los órganos superiores sobre los subordinados; b) el
Control directo, que es el que ejercen los particulares sobre los actos de la
administración pública, a través de los recursos administrativos; c) el Control
judicial, que es el que se ejerce ante los Tribunales de Justicia, por medio del
recurso de lo contencioso administrativo, la acción de amparo, el juicio de
cuentas, el juicio económico coactivo, etc.; d) El control parlamentario, es el que
ejerce el Congreso de la República a través de la interpelación, a este control se
le conoce también como “Juicio político o interpelación”; e) Control al respecto de
los Derechos Humanos, las instituciones que tienen función de contralor de los
derechos humanos en Guatemala son la Comisión de los Derechos Humanos del
Congreso de la República y el Procurador de los Derechos Humanos; f) . Control
de Gasto Público, este está encargado a la Contraloría General de Cuentas, la
que conforme el Artículo 232 de la Constitución Política de la República, es una
institución técnica descentralizada, con funciones fiscalizadoras de los ingresos,
egresos y en general de todo interés hacendario de los Organismos del Estado,
los municipios, entidades descentralizadas y autónomas, así como de cualquier
persona que reciba fondos del estado o que haga colectas públicas.

2
Calderón Morales, Hugo Haroldo, Derecho administrativo. Pág. 12.

9
1.3.1 Control constitucional.

Nos referiremos por último, pero el que más interesa al tema que nos
ocupa, esta es la actividad administrativa que se refiere al control constitucional, y no es
mas que, aquel que ejerce la corte de constitucionalidad, para que la
Administración Pública y otros órganos del Estado no violen sus actos, preceptos
y garantías que la Constitución Política de la República garantiza. Corresponde a
la Corte de Constitucionalidad garantizar que todo ámbito de la vida del Estado de
Guatemala, se cumpla con los preceptos constitucionales y que no se violen los
mismos.

1.3.2 La Corte de Constitucionalidad.

La Corte de Constitucionalidad se encuentra regulada en el Artículo 268 de


la actual Constitución Política de la República, promulgada el treinta y uno de
mayo de mil novecientos ochenta y cinco, que instituyó la Corte de
Constitucionalidad como un Tribunal Permanente de jurisdicción privativa, cuya
función esencial es la defensa del orden constitucional, dotándola de absoluta
independencia con relación a los demás organismos del Estado, otorgándole
también independencia económica, garantizada con un porcentaje de los ingresos
que correspondan al Organismo Judicial. La Corte de Constitucionalidad ocupa
una función muy importante dentro de la estructura del Estado de Derecho, ya
que por disposición constitucional, está llamada a defender la superlegalidad
constitucional dentro del Estado de Derecho, para ello, la Corte de
Constitucionalidad tiene amplías facultades que le permiten dejar sin vigencia ni
efectos legales disposiciones, actos, resoluciones o disposiciones emitidas por
cualquiera de los organismos del Estado, así como la de cualquier autoridad,
tanto del orden público, incluyendo entidades descentralizadas o autónomas,

10
como de entidades a las que debe ingresarse por mandato legal y otras
reconocidas por la ley (partidos políticos, asociaciones, sociedades, sindicatos,
cooperativas, etc.).

1.4. Garantías constitucionales que regula la Constitución Política de


la República de Guatemala:

La Constitución Política de la República, en el título VI, regula en forma


general las garantías constitucionales y defensa del orden constitucional, siendo
estas: la exhibición personal, el amparo y la inconstitucionalidad de las leyes en
casos concretos y de carácter general, garantías que específicamente se
encuentran reguladas en el Decreto 1-86 de la Asamblea Nacional Constituyente,
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. En este capítulo nos
referiremos brevemente a la exhibición personal y a la inconstitucionalidad de las
leyes en casos concretos y de carácter general, ya que el amparo será
ampliamente desarrollado en los subsiguientes capítulos.

1.4.1 La exhibición personal:

El objeto de la exhibición personal en el caso de detención ilegal es restituir


o garantiza la libertad. La Constitución Política de la República de Guatemala,
establece en el Artículo 263 el derecho a pedir exhibición personal, en los
siguientes términos: “Quien se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido
de cualquier otro modo del goce de su libertad individual, amenazado de la
pérdida de ella, o sufriere vejámenes, aún cuanto su prisión o detención fuere
fundada en ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante los tribunales
de justicia, ya sea con el fin de que se le restituya o garantice su libertad, se
hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere sujeto. Si el

11
tribunal decretare la libertad de la persona ilegalmente recluida, ésta quedará libre
en el mismo acto y lugar. Cuando así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue
pertinente, la exhibición reclamada se practicará en el lugar donde se encuentre
el detenido, sin previo aviso ni notificación. Es ineludible la exhibición personal
del detenido en cuyo favor se hubiere solicitado.”

La exhibición personal tiene como base la existencia de una detención


ilegal, contraria a la establecida en el Artículo 6 de la Constitución Política de la
República, así como la existencia de la coacción y la amenaza de una persona
que se encuentre presa o detenida a quien se le haya limitado o suprimido los
derechos contenidos en el Artículo 19 de la Constitución Política de la república.

1.4.2 Inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos:

La inconstitucionalidad en casos concretos, procede cuando se pretenda


aplicar una ley a determinado asunto o alguna disposición, y la misma adolece de
inconstitucionalidad. Persigue la declaración de la inaplicación en el proceso
concreto en que se plantea, esto en cualquier clase de procesos, ya sea en
casación, en lo administrativo o en lo laboral, en cualquier etapa del proceso,
hasta antes de dictarse sentencia. La declaratoria de Inconstitucionalidad de
leyes en caso concreto, deja subsistente la aplicación de la ley para todos los
demás casos. La Constitución Política de la República de Guatemala, en el
Artículo 266, establece la Inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos, de
la siguiente forma: “En casos concretos, en todo proceso de cualquier
competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación y hasta antes de
dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o
incidente, la inconstitucionalidad total o parcial de una ley. El Tribunal deberá
pronunciarse al respecto.”

12
1.4.3 Inconstitucionalidad de la leyes de carácter general.

Procede cuando una ley, reglamento y disposiciones de carácter general,


viola, disminuye, restringe o tergiversa los derechos y garantías establecidos o
reconocidos por la Constitución Política de la República, así como los principios
jurídicos en que se fundamentan sus normas, o el procedimiento. El examen de
constitucionalidad general de las leyes comprende el análisis de la disposición
impugnada y su confrontación con las normas constitucionales, con el objeto de
que al prosperar la acción, la norma impugnada pierda su validez, produciendo
efectos absolutos y definitivos erga omnes, o sea, para todas las personas y
situaciones.

1.5 La vigente Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, Decreto número 1-86:

En julio de 1,984 fue electa La Asamblea Nacional Constituyente y


mediante Decreto número 1-86 promulgó el 8 de enero de 1986 la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, que entró en vigencia el 14
de enero de ese mismo año. Dicha ley, se compone de ciento noventa y cinco
artículos, distribuidos en seis títulos, de los que a lo largo del presente trabajo,
nos referiremos básicamente al primero y segundo títulos, que son los que
desarrollan lo relativo a la garantía constitucional del amparo.

La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, fue creada,


de conformidad con los principios en que se basa la organización democrática del
Estado, con el objeto de que existan medios jurídicos que garanticen el irrestricto
respeto a los derechos inherentes al ser humano, a la libertad de su ejercicio y a
las normas que rigen la República de Guatemala, a fin de asegurar el régimen de

13
derecho. El objeto de la ley, es desarrollar las garantías y defensas del orden
constitucional y de los derechos inherentes a la persona, protegidos por la
Constitución Política de la República de Guatemala, las leyes y los convenios
internacionales ratificados por Guatemala.

Esta ley regula el amparo, como una acción que sirve para la protección de
los derechos fundamentales y, que ha de gozar de ciertas garantías de eficacia y
urgencia, sobre todo teniendo en cuenta el tradicional retraso en la toma de
decisiones jurisdiccionales.

14
CAPÍTULO II

2. Antecedentes históricos del amparo en Guatemala

2.1 Origen del amparo en Guatemala

El amparo en Guatemala, tiene sus orígenes en el derecho hispano,


concretamente en la Constitución de México de 1917 y en la de la República
española (1931). Los derechos fundamentales protegidos por este tipo de leyes
son generalmente los de la igualdad ante la ley, sin discriminación por razones de
género, edad, raza o credo. En México, el amparo funciona de una manera muy
amplia.

En la Constitución de la República de 1879, decretada por la Asamblea


Nacional Constituyente el 11 de diciembre de 1879, no se encontraba regulado el
amparo, sin embargo en esa constitución, se puede encontrar el primer
antecedente de una regulación para hacer valer los derechos individuales, ya que
la misma, en el Artículo 34 reconocía el derecho de hábeas corpus o sea la
exhibición personal. La garantía de Hábeas Corpus fue reglamentada por el
Decreto Legislativo número 354 del 3 de abril de 1897.

En la primera reforma a la Constitución de 1879, decretada el 20 de octubre


de 1885, se dispuso en el Artículo 17 que cualquier ciudadano puede acusar a los
funcionarios por los actos con los que infrinjan la Constitución o las leyes. El
amparo fue reconocido como “derecho”, hasta en las reformas realizadas a la
citada Consitución, el 11 de marzo de 1921, la que de forma breve establecía en
su Artículo 6º.: “El Artículo 34 queda reformado así: Artículo 34: “La Constitución

15
reconoce el derecho de amparo. Una ley constitucional anexa, desarrollará esta
garantía".

En el año 1927, fue reformada nuevamente la Constitución del año 1879, y


su Artículo 13 modificó el citado Artículo 34, el que quedó así: “Las declaraciones,
derechos y garantías que expresa la Constitución, no excluyen otros derechos y
garantías individuales no consignados; pero que nacen del principio de soberanía
del pueblo y de la forma republicana de gobierno. Toda persona tiene derecho a
pedir amparo en los casos y para los efectos siguientes: 1º. Para que se le
mantenga o restituya en el goce de los derechos y garantías que la Constitución
establece; 2º. Para que en casos concretos se declare que una ley, un
reglamento o cualquier disposición de la autoridad no le es aplicable. . .”

En la Constitución de la República de Guatemala, decretada por la


Asamblea Constituyente el 11 de marzo de 1,945, en el Artículo 51 reconoció el
amparo de la siguiente manera: “Toda persona tiene derecho de pedir amparo en
los casos y para los efectos siguientes: a) Para que se le mantenga o restituya en
el goce de los derechos y garantías que la Constitución establece; b) Para que,
en casos concretos, se declare que una ley, un reglamento o cualquier
disposición de la autoridad, no le es aplicable. Toda persona ilegalmente presa,
detenida o cohibida de cualquier modo en el goce de su libertad individual, o que
sufriere vejámenes aún en su prisión legal, tiene derecho a pedir su inmediata
exhibición, ya sea con el fin de que se le restituya en su libertad, se le exonere de
los vejámenes, o se haga cesar la coacción a que estuviere sujeta. Si el tribunal
decretare la libertad de la persona ilegalmente recluida, ésta quedará libre en el
mismo acto y lugar. Cuando así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue pertinente,
la exhibición a que se alude en este inciso, de practicará en el lugar en donde se
encuentre el detenido, vejado o coaccionado, sin previo aviso ni notificación

16
alguna a las partes.” En el Artículo 164 se refiere al Tribunal de Amparo y lo
enmarca dentro de los de jurisdicción privativa.

Del artículo transcrito, se deduce que la Constitución de 1945, regulaba


dentro del amparo, tanto la inconstitucionalidad como la exhibición personal,
instituciones que en la actualidad son reguladas todas en forma individual.
Después de haberse derogado la Constitución de 1945, en las constituciones de
la República de 1956 y 1965 se mantuvo la institución del amparo,
considerándola siempre como “recurso”. En la Constitución de 1965, se reguló de
manera amplía lo relativo a la exhibición personal, el amparo y la
inconstitucionalidad; en cuanto al amparo, se mencionaban cuatro casos de
procedencia del mismo y se establecieron otros casos de improcedencia.

Cuando ocupaba la presidencia Carlos Castillo Armas se emitió la


Constitución que entró en vigencia el 1º de marzo de 1956, cuyo capítulo II del
título IV, trataba del Amparo. La Constitución de la República de Guatemala
decretada por la Asamblea Constituyente, el 15 de septiembre de 1965, reguló lo
relativo al amparo y al Hábeas Corpus, y el Artículo 84 estableció que una ley
constitucional regularía la forma y requisitos de su ejercicio y determinaría los
tribunales ante los cuales debía interponerse.

La Asamblea Nacional Legislativa emitió el 12 de mayo de 1928 la primera


Ley de Amparo, por medio del Decreto 1539, esta ley fue una ley ordinaria, no
obstante que la primera inquietud de 1921 había sido la de regular el Amparo con
una ley constitucional. Por decreto número 8 de la Asamblea Nacional
Constituyente de la República de Guatemala, del 20 de abril de 1966, se emitió la
ley Constitucional de Amparo, Hábeas Corpus y de Constitucionalidad, que se
mantuvo vigente hasta su derogatoria por el Decreto Número 1-86 de la

17
Asamblea Nacional Constituyente del 8 de enero de 1986. La Constitución de
1985, en el título VI, dedicado a las Garantías Constitucionales, y defensa del
orden constitucional, en el capítulo II, el Artículo 265, instituye el amparo.

2.2 Amparo interpuesto contra el Presidente de la República de


Guatemala, el 19 de enero de 1953:

Como antecedente importante del amparo en Guatemala, se considera


interesante mencionar el planteado, después de haberse agotado la respectiva
vía administrativa, el 19 de enero de 1953, por el dueño de una finca localizada
en la región montañosa del municipio de San Pedro Sacatepéquez, declarada
para su expropiación. Amparo que fue promovido ante la Corte Suprema de
Justicia, contra el Presidente de la República, Coronel Jacobo Arbenz Guzmán,
por abuso de poder en la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, Decreto 900
del Congreso. Con la asesoría técnica del abogado Angel Valle Girón, el
propietario de la citada finca se opuso a la pretensión de las autoridades agrarias;
en relación a la oposición formulada, la Comisión Agraria Departamental aprobó
la propuesta de expropiación; contra lo resuelto, el interesado planteó recurso de
revocatoria, el que fue declarado sin lugar, por el Consejo Agrario Nacional, por lo
que se planteó ante el mismo, el correspondiente recurso de Alzada, del cual
conoció el Presidente de la República.

Este amparo fue planteado con fundamento en lo preceptuado en la


Constitución de la República emitida el 11 de marzo de 1945, cuando se
encontraba vigente la primera Ley de Amparo, contenida en el Decreto 1539 de la
Asamblea Nacional Legislativa, del 12 de mayo de 1928; esta Constitución en el
Capítulo I del Título III en lo relativo a las garantías individuales, disponía que
toda persona gozaba de las garantías que esa constitución establecía, sin más

18
restricciones que las que ella misma expresaba. El Artículo 172 disponía que de
los negocios en que la administración pública proceda como parte, conocerán los
tribunales comunes, y cuando se reclame por abuso de poder contra quienes
ejerzan funciones ejecutivas, se procedería conforme a la Ley de Amparo.

Al admitir para su trámite el citado amparo, resultaron significativas


consecuencias, tales como el enfrentamiento entre los tres organismos del
estado, así como la actitud asumida por el Presidente de la República, quien al
ser notificado del amparo promovido en su contra, no evacuó la audiencia que se
le confirió, por considerar que, por mandato de ley, la Corte Suprema de Justicia,
no podía tener bajo su conocimiento los actos o resoluciones que llevan a cabo o
dicten las autoridades de la Reforma Agraria.

Al mismo tiempo, el Presidente de la República, se dirigió por medio de una


consulta al Congreso de la República, para establecer si la Corte Suprema de
Justicia podía y debía aceptar recursos de amparo en materia agraria, o si por el
contrario, estaba obligada a acatar lo establecido en el Artículo 98 del decreto 900
y, abstenerse de aceptar y conocer de los mismos, y en todo caso, el congreso
debería resolver lo que estimara legal y conveniente. El Artículo 98 de la citada
ley, regulaba que los actos y resoluciones de los órganos de la Reforma Agraria
no son puramente administrativos y, por consiguiente, contra ellos no cabrán más
recursos que los establecidos en la misma.

Por su parte, el Congreso de la República de Guatemala, al responder a la


consulta que le hiciera el Presidente de la República, resolvió que la Corte
Suprema de Justicia, no podía ni debía aceptar recursos de amparo en relación a
la Ley de Reforma Agraria, de acuerdo con el Artículo 98 del Decreto 900, y por
consiguiente, al salirse de tal disposición, incurría en desconocimiento de la ley,

19
que apareja ineptitud y, como consecuencia, demostraba manifiesta incapacidad
para administrar justicia. Asimismo, el Congreso de la república consideró que la
Corte Suprema de justicia carecía de jurisdicción y de poder legal para dictar el
mandato de evacuar la audiencia al órgano supremo de la Reforma Agraria. Un
día después, se decretó la destitución de cuatro de los cinco magistrados que
entonces integraban la Corte suprema de Justicia.

Los nuevos magistrados que integraron la Corte Suprema de Justicia, al


decidir sobre el expediente de amparo, en auto de fecha 19 de marzo de 1953,
además de pronunciarse sobre el fondo del asunto, tomaron en consideración lo
resuelto por el Congreso de la República, con fecha 5 de febrero de 1953
(posterior a la fecha del planteamiento del amparo), en la que se hacía ver que la
Corte Suprema de Justicia no podía ni debía aceptar un recurso de amparo en
relación con la Ley de Reforma Agraria; y estimaron que, no obstante su
improcedencia, se admitió para su trámite el amparo planteado, por lo que
decretaron enmienda del procedimiento; declarando además improcedente el
amparo.

20
CAPÍTULO III

3. El Amparo:

3.1. Concepto:

El amparo es un sistema de control de la constitucionalidad y de la


legalidad. Es el medio por el cual se logra, en forma efectiva la inviolabilidad de la
Constitución y la exacta aplicación de la ley ordinaria. Amparar quiere decir
proteger en contra de las arbitrariedades de las autoridades3.

El amparo se manifiesta como una acción que tutela a todo aquel que se
encuentra en carácter de gobernado, protegiendo sus intereses ante cualquier
acto de autoridad que infrinja un derecho constitucional, razón por la que el
maestro Ignacio Burgoa4 sostiene que: “el amparo es una institución jurídica de
índole individual y social al mismo tiempo, es decir de orden privado y de orden
público y social; de orden privado, porque tutela los derechos constitucionales del
gobernado en particular; y de orden público y social, porque tiende a hacer
efectivo el imperio de la constitución y de la ley frente a cualquier órgano estatal y
en cuya observancia palpita un indiscutible interés social, toda vez que sin
respeto a las disposiciones constitucionales y legales se destruiría el régimen de
derecho dentro del que deben funcionar todas las autoridades del país.”

3
Ossorio, Manuel. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, Pág. 54
4
Burgoa, Ignacio, El juicio de amaparo, Pág. 154

21
Al respecto, Joan Oliver Araujo5 indica: “si un derecho no protegido no es más
que una formulación carente de eficacia, es notoria la necesidad de articular unos
mecanismos tutelares que permitan preservar y, en su caso, restablecer los
derechos fundamentales y las libertades públicas. Por ello, lo característico de las
constituciones modernas, especialmente de aquellas que se han promulgado tras
un período de autoritarismo y de libertades semánticas o retóricas, es la
introducción de un amplio espectro de garantías formales y estructurales,
encaminadas a la salvaguarda de aquellos derechos y libertades.”

El doctor Edmundo Vásquez Martínez6 define el amparo como “el proceso


constitucional, especial, por razón jurídico-material, que tiende a ostentar la
satisfacción de una pretensión de mantenimiento o restitución en el goce de los
derechos fundamentales.” El amparo es una institución que habilita al ciudadano
afectado para solicitar ante un órgano jurisdiccional, sea este un tribunal
ordinario, o un tribunal constitucional, la tutela de un derecho o libertad
conculcado por los poderes públicos.

El Artículo 265 de la Constitución Política de la República de Guatemala,


instituye el amparo, como un medio protector de los derechos de todas las
personas, indicando que no hay ámbito que no sea susceptible de amparo, y
procederá siempre que los actos, resoluciones, disposiciones o leyes de
autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción o violación a los derechos
que la constitución y las Leyes garantizan.

5 Araujo, Joan Oliver, El recurso de amparo. Pág. 26


6 Vásquez Martínez, Edmundo, El proceso de amparo en Guatemala. Pág. 107

22
3.2. Naturaleza jurídica

En la doctrina, ha sido objeto de discusión, por parte de diversos juristas,


en relación a, si la petición de amparo debe ser considerada como un recurso, un
juicio, un proceso o una acción. Al respecto, cabe mencionar que es esta última
denominación la que prevalece ya que, tanto la Constitución Política de la
República de Guatemala, en el Artículo 272 literal b), como la ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en el Artículo 163, literal b), lo
contemplan como una acción. En efecto, el amparo es una acción, ya que a
través del planteamiento del mismo, damos inicio a todo un asunto de jurisdicción
constitucional, el que se rige por sus propias normas y principios.

El planteamiento del amparo, no constituye recurso alguno, pues con el


mismo, no se ataca ninguna resolución; tampoco constituye una revisión del acto
reclamado, sino una acción específica de contralor de la constitucionalidad. Esta
garantía se manifiesta ante los ataques que los poderes públicos pudieran
realizar frente a los derechos constitucionales.

3.3 Objeto:

El Artículo 8 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, establece: “El amparo protege a las personas contra las
amenazas de violaciones a sus derechos o restaura el imperio de los mismos
cuando la violación hubiere ocurrido. No hay ámbito que no sea susceptible de
amparo y procederá siempre que los actos, resoluciones, disposiciones o leyes
de autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción o violación a los derechos
que la Constitución y leyes garantizan.”

23
De lo anterior se infiere que el amparo tiene un objeto preventivo y un
objeto reparador, ya que protege a las personas contra las amenazas ciertas e
inminentes, de la afectación a sus derechos constitucionales o, cuando la
violación hubiere ocurrido, restituye la supremacía de tales derechos.

La amplitud del amparo se extiende a toda situación que sea susceptible de


un riesgo o una amenaza, al establecer la ley de la materia que puede
promoverse amparo contra los actos del poder público y sus entidades
descentralizadas o autónomas, las sostenidas con fondos del Estado creadas por
ley o concesión o las que actúen por delegación de los órganos del Estado, en
virtud de contrato, concesión o conforme a otro régimen semejante. Podrá
solicitarse también contra entidades a las que debe ingresarse por mandato legal
y otras reconocidas por ley, tales como partidos políticos, asociaciones,
sociedades, sindicatos, cooperativas y otras semejantes.

3.4 Características:

Se consideran como características del amparo, las siguientes:

a) Se trata de una estructura integrada por un conjunto de actos coordinados


para obtener la satisfacción de pretensiones, las cuales se deducen ante
un órgano supraordenado a las partes.
b) Posee rango constitucional, ya que su creación como institución jurídica
tiene su origen en la Constitución política de la República. Frente a un
agravio concreto, mediante el amparo, se pretende la tutela para
reestablecer la situación jurídica perturbada de un derecho reconocido por
la Constitución.

24
c) Es un proceso especial, por razón jurídico-material, toda vez que frente a
la violación de derechos humanos, se requería un instrumento específico.
Ante el agravio se reclama una reacción rápida y eficaz, y el hecho en sí
será en la mayoría de los casos de fácil comprobación, de esa cuenta, la
Ley de amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en el segundo
párrafo del Artículo 35, prevé la posibilidad de relevar la prueba, las
audiencias son cortas, la sentencia debe pronunciarse dentro de tres días
de concluido el trámite, produce efectos inmediatos y, conforme a lo
establecido en el capítulo siete de la ley de la materia, su ejecución está
protegida con el fin de lograr su efectivo cumplimiento.
d) Es una acción que tiende a obtener la satisfacción de una pretensión de
mantenimiento o restitución en el goce de un derecho humano.
e) Es una acción impulsada de oficio, ya que el órgano jurisdiccional
competente está obligado a realizar los actos necesarios para que el
amparo evolucione y logre su finalidad; conforme lo establecido en el
Artículo 6 de la ley de la materia, en todo proceso relativo a la justicia
constitucional sólo la iniciación del trámite es rogada. Todas las diligencias
posteriores se impulsarán de oficio bajo la responsabilidad del tribunal
respectivo, quien mandará se corrijan por quien corresponda, las
deficiencias de presentación y trámite que aparezcan en los proceso. Así
mismo, conforme lo establecido en el Artículo 36 de la Ley de amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, si hubiere hechos
controvertidos, el tribunal debe pesquisarlos de oficio, practicando cuanta
diligencia sea necesaria para agotar la investigación.
f) Es una acción de tramitación sencilla y breve, no se trata de una defensa
jurídica cualquiera, sino se dirige a la efectiva realización de los derechos
humanos.

25
g) Es un medio de protección. Es preventivo; cuando existe amenaza cierta e
inminente de violación a derechos fundamentales. Es restaurador: cuando
la violación a esos derechos hubiere ocurrido.
h) Su ámbito de aplicación es amplio; la protección que el amparo conlleva
opera sobre cualquier área en que se ejerza el poder público y, por
disposición legal, sobre otras consideradas de naturaleza privada, como
concretamente lo señala el Artículo 9 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad.
i) Es extraordinario y subsidiario, la Honorable Corte de Constitucionalidad,
en reiterados fallos ha declarado que la “naturaleza extraordinaria y
subsidiaria” del amparo, impide que opere cuando el acto reclamado
corresponde a potestades legítimas de un órgano jurisdiccional que fueron
ejercidas conforme a la ley, dentro de un proceso en que no se ha
infringido normas constitucionales. De esa cuenta, conforme lo establecido
en el Artículo 19 de la ley de la materia, salvo casos establecidos en la ley,
previamente a pedirse amparo, deben previamente agotarse los recursos
ordinarios, judiciales y administrativos, por cuyo medio se ventilan
adecuadamente los asuntos de conformidad con el principio del debido
proceso; por lo que el amparo no puede constituirse en una vía procesal
paralela a la jurisdicción ordinaria. En consecuencia, para que un acto sea
susceptible de ser examinado por medio del amparo, se requiere que el
mismo tenga carácter de definitivo.

3.5 Finalidad:

El amparo como institución fue creado con una finalidad específica, es


decir, su origen apareja un particular aspecto teleológico.

26
José L. Cascajo y Vicente Gimeno Sendra,7 La Suprema Corte de Justicia
de la Nación de México, y Joan Oliver Araujo8 coinciden en señalar una primera y
fundamental finalidad, que consiste en que el amparo tutela o protege,
adjetivamente y en beneficio del gobernado, los derechos fundamentales que a
su favor consagran tanto la Constitución como otras leyes de menor jerarquía.

Cascajo Castro y Gimeno Sendra, también señalan otras finalidades del


amparo, que explican asÍ:

a) Precisar y definir continuamente el contenido de los derechos


fundamentales, para dar certeza jurídica precisa y a la vez a la evolución
de las fórmulas ambiguas y valorativas en que se traducen
frecuentemente las declaraciones de derechos.
b) El amparo es una técnica que permite a los tribunales constitucionales
asumir su papel de interprete definitivo de los derechos fundamentales.
El alcance del amparo no se limita a vincular el supuesto de hecho con
el fallo que otorga o deniega la pretensión, sino que irradia además una
jurisprudencia que delimita y afina los perfiles concretos de aquellos
derechos fundamentales y libertades públicas.
c) El amparo opera como prevención permanente sobre los órganos del
poder público, orientándolos a una atenta y pronta adecuación de los
principios constitucionales.

7
Cascajo Castro, José L. y Vicente Gimeno Sendra. El recurso de amparo, Págs. 49 a 60.
8
Araujo, Joan Oliver. Ob. Cit. Pàgs 44 y 45.

27
3.6 Principios rectores:

El amparo se rige por sus propias normas y por los principios generales del
derecho, en lo que se refiere a la justicia constitucional, rigen los principios
procesales y los doctrinarios, que a continuación se relacionan:

3.6.1 Principios procesales:

Estos principios se encuentran detallados en los Aículos 5, 6 y 7 de la Ley


de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad:

a) Todos los días y horas son hábiles;


b) Las actuaciones serán en papel simple, salvo lo que sobre reposición del
mismo se resuelva en definitiva;
c) Toda notificación debe hacerse a más tardar al día siguiente de la fecha de la
respectiva resolución, salvo el término de la distancia;
d) Prioridad: Los tribunales deberán tramitarlos y resolverlos con prioridad a los
demás asuntos.
e) Impulso de Oficio: En todo proceso relativo a la justicia constitucional, excepto
la iniciación, debe de impulsarse de oficio, bajo la responsabilidad del tribunal
respectivo, quien mandará se corrijan por quien corresponda, las deficiencias de
presentación y trámite que aparezcan en los procesos; y
e) Supletoriedad: En todo lo previsto a la Ley de amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad, se aplicarán supletoriamente las leyes comunes
interpretadas en congruencia con el espíritu de la Constitución.

28
3.6.2 Principios doctrinarios:

3.6.2.1 Iniciativa o instancia de parte:

Para exigir justicia constitucional, es preciso que la persona, sea esta


individual o jurídica, que se considere afectada en sus derechos constitucionales,
deberá reclamar en la forma prevista en el Artículo 21 de la ley de la materia.
Para que opere el poder judicial encargado del control de la legalidad de los actos
de autoridad, no puede actuar de oficio sin petición preliminar; principio que tiene
sustento legal en el Artículo 6 de la Ley de Emparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, al establecer que en todo proceso relativo a la justicia
constitucional la iniciación del trámite es rogada.

3.6.2.2 Existencia de agravio:

Para que el agravio pueda ser causa generadora del amparo, necesita ser
personal; es decir, que recaiga en una persona determinada, bien sea física o
moral. Todos aquellos daños o perjuicios en que pueda manifestarse el agravio,
que no afecten a una persona determinada, no pueden considerarse como
agravios desde el punto de vista constitucional; por lo tanto, no originan la
procedencia del amparo.

A través de la existencia del agravio se pone en movimiento el órgano


jurisdiccional en cargado de aplicar las leyes fundamentales y de otorgar, si
procediere, la justicia constitucional, por lo que la existencia del agravio es
fundamental para el otorgamiento del amparo. La Corte de Constitucionalidad, en
reiterados fallos, ha sostenido que para la procedencia del amparo, es preciso no
solo que exista una violación a un derecho que la constitución y las leyes

29
garanticen, o bien la amenaza de violación a los mismos. La existencia de un
agravio personal o directo, es requisito sin cuya concurrencia no procede el
amparo.

3.6.2.3 Agravio personal y directo:

El agravio personal y directo es una situación muy particular del amparo. Se


entiende por agravio la ofensa o perjuicio que se hace a uno en sus derechos e
intereses; sólo puede requerir amparo quien tiene con el derecho amenazado o
violado una relación directa, por lo que no resulta viable otorgar amparo si el acto
reclamado no perjudica o afecta los intereses del postulante del amparo. Según
ha afirmado La Suprema Corte de la Nación de México,9 por agravio debe
entenderse todo menoscabo y toda ofensa a la persona, sea ésta física o moral;
menoscabo que puede o no ser patrimonial, siempre que sea material y
apreciable objetivamente. Consecuentemente, solo puede reconocérsele amparo
al sujeto personal y directamente afectado.

La presencia de un daño o perjuicio es el elemento, por así decirlo, material


del amparo, sin embargo, como afirma Ignacio Burgoa10, no basta que exista
dicho elemento para que haya un agravio desde el punto de vista jurídico, porque
es necesario que éste se haya causado o producido de alguna forma y por
autoridad. La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad
establece en el Artículo 8 que, el amparo procederá siempre que los actos,
resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza,
restricción o violación a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan.
Por lo que la existencia del agravio personal y directo constituye una condición

9
Suprema Corte de la Nación, México D.F, Págs. 27 a 40.
10
Burgoa, Ignacio, Ob. Cit. Pág 271.

30
sine qua non para la procedencia del amparo, ya que, de no existir éste, aunque
se cumpla con los requisitos de plazo, legitimación y definitividad, su
otorgamiento deviene improcedente.

3.6.2.4 Definitividad en el amparo:

Este principio obliga a que el amparo se interponga posteriormente a


cualquier recurso ordinario, administrativo o judicial establecidos legalmente en
contra del acto reclamado. Con relación a este principio, uno de los más
importantes y fundamentales en la institución del amparo, el tratadista mexicano
Ignacio Burgoa11 indica que el principio de la definitivas del amparo supone el
agotamiento o ejercicio previo y necesario de todos los recursos que la ley que
rige el acto reclamado establece para atacarlo, bien sea, modificándolo,
confirmándolo o revocándolo, de tal suerte que, existiendo dicho medio ordinario
de impugnación, sin que lo interponga el quejoso, el amparo es improcedente.

El principio de definitividad en la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, se encuentra regulado en el Artículo 19 que claramente
establece la conclusión de recursos ordinarios, judiciales y administrativos, para
que para solicitar amparo. Así mismo, en el Artículo 10 literal h), del mismo
cuerpo legal se establece que toda persona tiene derecho a pedir amparo en los
asuntos de ordenes judiciales y administrativos, que tuvieren establecidos en la
ley procedimientos y recursos, por cuyo medio puedan ventilarse adecuadamente
de conformidad con el principio jurídico del debido proceso, si después de haber
hecho uso el interesado de los recursos establecidos por la ley, subsiste la
amenaza, restricción o violación a los derechos que la constitución y las leyes
garantizan.

11
Ibid, pág. 282.

31
3.6.2.5 Principio de estricto derecho:

Este principio tiene relación con el principio de la congruencia, impone una


norma de conducta al órgano de control y se rige sobre la base general de que el
tribunal de amparo no tiene libertad para apreciar todos los posibles aspectos
inconstitucionales del acto reclamado, sino que debe limitar su función a resolver
únicamente aquellos actos reclamados, a título de conceptos de violación y que
se hayan hecho valer en la petición de amparo.

Respecto a este principio la Corte de Constitucionalidad a expresado que el


tribunal de amparo no puede modificar los argumentos fácticos en que el
reclamante funda su pretensión ya que es a él, quien incumbe el adecuado
planteamiento del amparo y la ubicación precisa y concreta del acto que a su
juicio le perjudica y le causa agravio.

3.6.2.6 Relatividad de la sentencia:

La sentencia de amparo no produce efectos erga omnes, sino que se limita


a amparar únicamente al reclamante en el caso controvertido, obligando al
acatamiento del fallo. Este principio implica que, el efecto de la sentencia que
conceda la protección constitucional solicitada se constriña exclusivamente al
solicitante, por lo que quien no haya sido expresamente amparado, por medio de
la sentencia, no puede beneficiarse con la misma.

Por lo mismo, mediante este principio, las sentencias emitidas en el


amparo, produce efectos sólo respecto de la autoridad impugnada en atención al
acto reclamado, que se indica como violatorio a derechos constitucionales; de tal
manera que con motivo de la sentencia de amparo, la autoridad que no figuró

32
como responsable, ni tuvo participación dentro del mismo, no puede ser afectada
con la ejecución de la misma. Por lo que los efectos de la sentencia se limitan a
los sujetos que participaron en el amparo y no afecta situaciones que no se
llevaron a la controversia.

Este principio se denota en el Artículo 34 de la Ley de Amparo, Exhibición


Personal y de Constitucionalidad, al establecer que, si la autoridad, persona
impugnada o el solicitante de amparo tuviesen conocimiento de que alguna
persona tiene interés directo en la substanciación o suspensión del acto,
resolución o procedimiento, ya sea por ser parte en las diligencias o por tener
alguna otra relación jurídica con la situación planteada, están obligadas a hacerlo
saber al tribunal, indicando su nombre y dirección y, en forma sucinta, la relación
de tal interés, caso en el que el Tribunal de amparo dará audiencia a dicha
persona en la misma forma que al Ministerio Público, teniéndola como parte, para
que en todo caso, en su oportunidad le sean aplicables los resultados de la
sentencia.

3.6.2.7 Libertad en la apreciación de la prueba:

Conforme este principio, el tribunal tiene la facultad de apreciar la prueba


de acuerdo a su propio análisis doctrinal y jurisprudencial. Conforme lo
establecido en el Artículo 42 de la ley de la materia, al pronunciar sentencia, el
tribunal de amparo debe examinar los hechos, analizar la pruebas y actuaciones y
todo aquello que formal, real y objetivamente resulte pertinente; examinará todos
y cada uno de los fundamentos de derecho aplicables, hayan sido o no alegados
por las partes. Con base en las consideraciones anteriores y aportando su propio
análisis doctrinal y jurisprudencial, pronunciará sentencia, interpretando siempre

33
en forma extensiva la Constitución, otorgando o denegando amparo, con el objeto
de brindar la máxima protección en esta materia.

34
CAPÍTULO IV

4. Las partes en el amparo

El Artículo 15 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad, establece


que son parte en un proceso de amparo, el Solicitante, la autoridad impugnada,
los terceros interesados, el Ministerio Público y el Procurador de los Derechos
Humanos, cuando haya intervenido.

En todo proceso figuran varios sujetos. El órgano Jurisdiccional, que esta


supraordinado a las otras partes, tiene a su cargo la satisfacción de
pretensiones. La satisfacción de pretensiones caracteriza al órgano jurisdiccional
y la pretensión caracteriza a las partes. La jurisdicción Constitucional en materia
de amparo es la que ejercen órganos que tienen competencia para conocer de
los amparos La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en
los Artículos 11, 12, 13 y 14 establece los órganos que tienen competencia para
conocer de los amparos interpuestos en contra de las distintas autoridades que
en los mismos se indica; tienen competencia para conocer, en carácter de
Tribunal Extraordinario de amparo, La Corte de Constitucionalidad, La Corte
Suprema de Justicia, Las Salas de la Corte de Apelaciones del orden común en
sus respectivas jurisdicciones y, los Jueces de Primera Instancia del orden
común, también en sus respectivas jurisdicciones.

4.1 El solicitante, agraviado o postulante:

Es la persona que formula la pretensión objeto del amparo, quien habiendo


sido lesionado en un derecho que le garantizan la constitución y las leyes,
reclama o pretende que se le mantenga o restituya en el goce de tal derecho. Se

35
trata del sujeto activo de la pretensión del amparo. Se trata del sujeto activo en el
amparo.

Para poder ser solicitante o sujeto activo en un amparo, es necesario tener


capacidad para ser parte y capacidad procesal. De la capacidad en general, se
ocupa el Código Civil, tanto por lo que hace tanto en lo que a capacidad se refiere
a la aptitud de ser sujeto de derechos y obligaciones, como a la capacidad de
obrar o aptitud para realizar actos jurídicos. En lo procesal, la capacidad jurídica
manifiesta en la aptitud de ser parte, es decir, titular de derechos y obligaciones
de carácter procesal. La capacidad jurídica y la capacidad procesal constituyen
un requisito necesario en todo proceso incluso en la acción de amparo.

Tanto la Constitución Política de la República de Guatemala, en el Artículo


265, como la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad en su
Artículo 8, inciso 1º. Confieren la posibilidad de ser parte en el amparo a “las
personas”. Es decir que tienen capacidad jurídica para tanto las personas físicas
como las jurídicas. Para el caso de las personas jurídicas, el Artículo 21 literal c,
expresa que cuando quien promueve el amparo sea una persona jurídica,
deberán indicarse sucintamente los datos relativos a su existencia y personalidad
jurídica.

Para ser solicitante o pretendiente, se necesita tener capacidad procesal, lo


que implica para las personas físicas no adolecer de incapacidad. Pero, como los
incapaces son titulares de derechos, son susceptibles de ser lesionados en los
mismos, en tal caso, actuarán por ellos sus representantes legales o la
Procuraduría General de la Nación.

36
4.2 La autoridad recurrida, entidad responsable o impugnada:

Es el sujeto pasivo del amparo, y se refiera a la autoridad o entidad de la


cual ha emanado el acto violatorio del derecho que sirve de base al acto que se
reclama. Es frente a quien se colige la pretensión del amparo. El tratadista
Ignacio Burgoa12 indica que la autoridad es aquel órgano estatal, investido con
facultades o poderes de decisión o ejecución, cuyo ejercicio crea, modifica o
extingue situaciones generales o concretas, de hecho o jurídicas, con
trascendencia particular y determinada, de una manera imperativa.

En la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad señala


una amplía enumeración de autoridades y entidades impugnables de amparo,
dicho de otra manera, sujetos pasivos en el amparo. El Artículo 9 de la citada ley,
indica que podrá solicitarse amparo contra el poder público, incluyendo las
entidades descentralizadas o autónomas, las sostenidas con fondos del Estado
creadas por ley o concesión o las que actúen por delegación de los órganos del
Estado, en virtud de contrato, concesión o conforme a otro régimen semejante.
Podrá solicitarse contra entidades a las que debe ingresarse por mandato legal y
otras reconocidas por ley, talos como los partidos políticos, asociaciones,
sociedades, sindicados, cooperativas y otras semejantes.

Las posibles autoridades o entidades impugnables en el amparo se


encuentran contempladas in numerus apertus, ya que la misma ley de la materia
en el Artículo 14 inciso e), establece que los jueces de primera instancia del orden
común, en sus respectivas jurisdicciones conocerán de los amparos que se
interpongan en contra de los demás funcionarios, autoridades y empleados de
cualquier ramo o fuero no especificados en los artículos anteriores.

12
Burgoa, Ob. Cit. Pág. 190.

37
4.3 Los terceros interesados:

Al referirse a los terceros interesados en el amparo, se trata propiamente


de casos de pluralidad de partes, que pueden darse tanto en los sujetos activos
como pasivos, ya que puede estar legitimada para deducir la pretensión respecto
de un mismo acto violatorio de derechos más de una persona; o bien, pueden ser
varias las autoridades o entidades contra quienes se interponga el amparo.

El jurista Vicente Aguinaco, citado por Ignacio Burgoa13 firma que los
terceros perjudicados constituyen partes secundarias o accesorias en la relación
jurídico-procesal en el juicio de amparo, puesto que intervienen para invocar no
un interés y pretensión singulares y propios, sino para pedir que prevalezca un
interés y una pretensión coincidentes con los de la autoridad responsable, o sea
que subsista el ato combatido y que se desestime la reclamación del quejoso,
negando el amparo o sobreseyéndolo; en otras palabras, estas partes
secundarias o accesorias no pueden legalmente actuar en el proceso
constitucional oreo interés ni desplegar mayor actividad , que la que
correspondería a la autoridad responsable y en estrecha conexión con los
términos del acto reclamado; de tal manera que si rebasan estos linderos, sus
actos procesales son inoperantes e inatendibles al pronunciarse sentencia. En su
calidad de parte, el tercero perjudicado tiene todos los derechos y obligaciones
procésales que incumbe al agraviado y a la autoridad responsable, pudiendo, en
consecuencia, rendir pruebas, formular alegaciones e interponer recursos.

Al respecto, la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,


hace referencia al interés de terceros en los Artículos 34 y 35 al establecer que si
la autoridad, persona impugnada o el solicitante de amparo tuviesen conocimiento

13
Ibid, pág, 343.

38
de que alguna persona tiene interés directo en la subsistencia o suspensión del
acto, resolución o procedimiento, ya sea, por ser parte en las diligencias o por
tener alguna otra relación jurídica con la situación planteada, están obligadas a
hacerlo saber al tribunal, indicando su nombre y dirección y, en forma sucinta, la
relación de tal interés. En este caso, el tribunal de amparo, debe dar audiencia a
dicha persona en la misma forma que al Ministerio Público y se le tendrá como
parte. De acuerdo con el Artículo 35, recibidos los antecedentes o el informe de
la autoridad impugnada, se dará vista al solicitante, al Ministerio Público y a los
que a su juicio también tengan interés en la subsistencia o suspensión del acto,
resolución o procedimiento, quienes podrán alegar dentro del término común de
cuarenta y ocho horas

4.4 El Ministerio Público

El Artículo 251 de la Constitución Política de la República de Guatemala,


establece que “El Ministerio Público es una institución auxiliar de la
administración pública y de los tribunales con funciones autónomas, cuyos fines
principales son velar por el estricto cumplimiento de las leyes del país. Su
organización y funcionamiento se regirá por su ley orgánica . . .”

En la acción de amparo, la ley le confiere al Ministerio Público, una función


doble, ya que actúa como auxiliar o colaborador del órgano jurisdiccional, y como
parte. La primera función la ejercita cuando la ley de amparo le da vista por
cuarenta y ocho horas, juntamente con el solicitante y los terceros con interés,
después de haberse recibido los antecedentes o el informe de la autoridad
recurrida, para que pueda alegar lo que corresponda, mediante la sección
respectiva, según la materia de que se trate; al darle audiencia cuando ha

39
concluido el término probatorio, a efecto de que alegue en definitiva; así mismo, le
permite solicitar y acudir a la vista pública.

La función del Ministerio Público, como parte, se deduce del Artículo 25 de


la ley de la materia, la que establece que el Ministerio Público y el Procurador de
los Derechos Humanos, tienen legitimación activa para interponer amparo a
efecto de proteger los intereses que les han sido encomendados. En nombre del
Estado, quien debe actuar es el Procurador General de la Nación, ya que es
quien ejerce su representación (Artículo 252 de la Constitución Política de la
República.

40
CAPÍTULO V
5. Requisitos procésales en la petición de amparo y presupuestos de
procedibilidad en la interposición de amparo

Con relación a este tema, resulta necesario destacar la diferencia entre


requisitos y presupuestos; no debe confundirse los requisitos en la interposición
del amparo, con los presupuestos de procebilidad del amparo; éstos últimos
tienen carácter especial, ya que por su calidad misma, no pueden ser
subsanables por el postulante del amparo, caso contrario a lo que contempla el
Artículo 22 de la Ley de amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en
lo que a la omisión de requisitos de la petición, contenidos en el Artículo 21 de la
misma ley, se refiere, mismos que, por la naturaleza del amparo, si tienen
carácter de subsanables, en virtud que la misma ley, confiere el término de tres
días para que el interponente cumpla con los requisitos omitidos en la petición de
amparo.

A lo anterior, cabe agregar lo establecido por el Artículo 9 del Acuerdo


número 4-89 de la Corte de Constitucionalidad, el que indica que en los casos a
que se refiere el Artículo 22 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, si transcurrieren los tres días señalados al interponente para
cumplir los requisitos que hubiera omitido en su solicitud y no cumpliere, si el
Tribunal lo estima necesario ordenará la suspensión del trámite y resolverá de
oficio si es aconsejable mantener el amparo provisional si lo hubiera decretado.

Con relación a la omisión de los requisitos en la petición –los requisitos


subsanables- el tribunal constitucional, por mandato legal, se encuentra facultado
para que, si lo estimare necesario, suspenda del trámite del amparo; pero
cuando no cumple con subsanar los requisitos establecidos en el Artículo 21 de la

41
ley de la materia, en el plazo que fija el Artículo 22 de la misma ley; lo que no se
entiende que debe aplicar para la suspensión del trámite en los amparos en los
cuales no se cumple con los presupuestos de procedibilidad al momento de
interponer el amparo. La Corte de Constitucionalidad no se basa en el Artículo 9
del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad para decretar la suspensión
de los amparos que no cumplen con alguno de los presupuestos de procedibilidad
del amparo, sino que ha emitido algunos fallos interpretando a “contrario sensu” la
aplicabilidad del Artículo 22 de la Ley de la materia, la que establece la omisión
de requisitos en la petición.

5.1. Presupuestos procesales en la petición de amparo:

a) Requisitos subjetivos: El amparo ha de deducirse por quien tenga


capacidad procesal, legitimación y dirección de abogado frente a una autoridad o
entidad impugnable, ante un órgano jurisdiccional competente.
b) Requisitos objetivos: El objeto de la pretensión procesal de amparo es
todo acto u omisión que da lugar a la violación de un derecho garantizado por la
Constitución o las leyes. Debe analizarse si lo que se reclama está dentro de lo
que el órgano jurisdiccional puede conceder.
b) Requisitos de la actividad: A excepción de los casos previstos en el
Artículo 26 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal, al establecer que la
persona notoriamente pobre o ignorante, el menor y el incapacitado, que no
puedan actuar con auxilio profesional puede comparecer en solicitud
verbal de amparo; la pretensión procesal de amparo debe formularse por
escrito.

El Artículo 21 de Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad


señala los requisitos de la petición de amparo, el que en primer lugar indica que

42
el amparo se pedirá por escrito; en la petición deberá hacerse la designación del
tribunal ante el que se presenta; deberá indicarse los nombres y apellidos del
solicitante o de la persona que lo represente, su edad, estado civil, nacionalidad,
profesión u oficio, domicilio y lugar para recibir notificaciones; si se gestiona por
otra persona, deberá acreditarse la representación. Debe especificarse la
autoridad, funcionario, empleado, persona o entidad contra quien se interpone el
amparo; debe hacerse una relación de los hechos que motivan el amparo; se
indicará las normas constitucionales de otra índole en que descansa la petición
de amparo; acompañarse la documentación que se relacione con el caso, o
indicar el lugar en donde se encuentre y los nombres de las personas a quienes
les consten los hechos, los lugares donde pueden ser citados; lugar y fecha,
firmas del solicitante y del abogado colegiado activo que lo patrocina, así como el
sello de éste; si el solicitante no sabe o no puede firmar, lo hará por otra persona
o el abogado auxiliante. Deberá acompañarse una copia para cada una de las
partes y una adicional para uso del tribunal. Requisitos que como ya se dijo, la ley
de la materia les concede carácter de subsanables.

5.2 Presupuestos indispensables de procedibilidad en la petición de


amparo

Por la naturaleza subsidiaria y extraordinaria de que está revestida la


protección constitucional que lleva el amparo, su procedencia se encuentra sujeta
a que en el caso sometido al conocimiento del tribunal constitucional, concurra la
existencia de ciertos presupuestos que son indispensables, cuya observancia o
cumplimiento ha de ser necesaria y de primer orden en la petición que se
presente para obtener el otorgamiento del amparo, con el objeto de que la misma
adquiera la viabilidad necesaria para que el tribunal de amparo estudie y resuelva

43
constatando el hecho de que fueron cumplidos dichos presupuestos. A estos
presupuestos, nos referiremos a continuación.

5.2.1 Temporaneidad en la presentación del amparo

Este requisito se refiere al plazo establecido para el planteamiento de la


acción de amparo. La denuncia en el caso de que una autoridad haya incurrido en
violación o restricción de un derecho fundamental, debe hacerla la persona que
sufrió o cree haber sufrido tal violación o restricción, dentro del plazo establecido
para el efecto; tal derecho no puede quedar latente indefinidamente, ya que por
razones de seguridad y certeza jurídica, ese derecho debe hacerse valer dentro
de un tiempo perentorio, se posibilita el examen de fondo de la cuestión que se
denuncia y se somete a conocimiento del órgano competente.

La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en el


Artículo 20 establece que la petición de amparo debe hacerse dentro del plazo de
los treinta días siguientes al de la última notificación al afectado o de conocido por
éste el hecho que a su juicio, le perjudica, haciendo la excepción que, durante el
proceso electoral y únicamente en lo que se refiere a esa materia, el plazo será
de cinco días. Asimismo en el segundo párrafo del citado artículo, que el plazo
señalado, no rige cuando el amparo se promueva en contra del riesgo de
aplicación leyes o reglamentos inconstitucionales a casos concretos; así como
ante la posibilidad manifiesta de que ocurran actos violatorios a los derechos del
sujeto activo.

De manera que, a excepción de los casos expresamente indicados, en


términos generales, el plazo durante el cual debe solicitarse el amparo, es de
treinta días; por lo que, si el amparo se promueve después de ese plazo, el

44
mismo resulta improcedente por extemporáneo. No obstante, en la práctica,
muchos amparos son planteados cuando el referido plazo ha vencido.

El plazo para el planteamiento del amparo, presenta diversos aspectos de


los cuales resulta apropiado su análisis, tomando algunas ideas que expone el
jurista Ignacio Burgoa14 y que Martín Ramón Guzmán Hernández15, atinadamente
explica en su magnifica obra “El amparo fallido”:

1) La doctrina contempla los plazos prorrogables, los improrrogables y los


fatales. Generalmente, la mayor parte de las legislaciones adjetivas han adoptado
el sistema de improrrogabilidad de plazos, o sea, que han restringido la
posibilidad de que la duración cronológica se amplíe a más de la señalada por la
ley, aunque aceptan que, en contados supuestos, se regule el plazo de esa
manera. En lo que respecta al plazo improrrogable y al fatal pareciera que no
existe ninguna diferencia entre si; sin embargo la hay y estriba en la diversidad de
consecuencias jurídico-procesales que generan. El fenecimiento de un plazo
improrrogable no produce, por sí mismo, la pérdida del derecho que debió
haberse ejercitado, sino que se requiere, además del transcurso del tiempo, un
acuse de rebeldía; por el contrario, el plazo fatal si causa esa consecuencia, sin
necesidad del acuse de rebeldía. El plazo para la interposición del amparo es
fatal, porque:

a) El transcurso del mismo, sin que se haya ejercitado la acción


produce, evidentemente la caducidad del derecho de reclamar la
protección constitucional; y, aunque sea evidente la violación o
restricción a los derechos fundamentales del agraviado, ninguna

14
Burgoa; Ob. Cit. Págs.419-429.
15
Guzmán Hernández, Martín Ramón, El amparo fallido, págs. 61- 64.

45
otra circunstancia posibilita la acción, si se incumplió tal
presupuesto; y

b) Para que opere esta consecuencia, no es necesario que la


contraparte en el procedimiento que es antecedente del amparo o
la autoridad impugnada acusen el incumplimiento en la
temporaneidad de la acción, pues la constatación del mismo debe
hacerla obligadamente y de oficio el tribunal de amparo que
conoce del mismo.

2) El plazo para la interposición del amparo es pre-judicial, pues, es de


aquellos de que dispone todo individuo antes de iniciar el proceso, para ejercitar
su acción.

3) Como antes se indicó, la duración del plazo para promover el amparo


está señalado en el Artículo 20 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, el que regula dos tiempos, 30 días como norma general; 5
días durante el proceso electoral, únicamente en lo concerniente a esa materia.
Respecto al momento para computar el plazo, el citado artículo establece que
principiará a correr desde el día siguiente a la última notificación al afectado o de
conocido por éste el hecho que a su juicio le perjudica.

No obstante lo antes aseverado, puede darse casos de admisión a trámite


de amparos, aunque haya transcurrido el plazo señalado para cada caso, cuando
el amparista no haya sido notificado del acto que ole causa agravio o porque la
notificación que se intentó practicar se hizo indebidamente, o bien porque quien
solicita la protección constitucional es persona extraña al procedimiento en que se
ocasionó el acto reclamado, pero es afectada directamente con el mismo.

46
4) La Corte de Constitucionalidad de Guatemala, ha sentado jurisprudencia
en el sentido de que la interposición de recursos ordinarios inidóneos no
interrumpe el transcurso del plazo para la presentación del amparo.

5) Con fundamento en lo preceptuado en el Artículo 17 de la ley de la


materia, el que indica que, no obstante las reglas establecidas sobre
competencia, el amparo será admitido por el tribunal ante quien se haya
presentado y sin demora lo remitirá al tribunal competente; ha sido práctica para
el fin protectivo del amparo, la circunstancia de que, no obstante la acción se
haya presentado ante un juez incompetente para conocerlo, en el límite de
terminación del plazo, éste se interrumpe, lo que hace procedente que se
examine el cumplimiento de cualquiera otro de los presupuestos procesales, o el
análisis de fondo de la cuestión planteada.

6) El Artículo 5 inciso a) de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, respecto de la integración del plazo establece que en
cualesquiera procesos relativos a la justicia constitucional, todos los días y horas
son hábiles. Tal principio involucra el plazo para la presentación de la acción de
amparo, debiendo incluirse los sábados, domingos, días festivos, de asueto oficial
o permisos especiales; deben incluirse también las horas que exceden las horas
hábiles para efectos de la jornada ordinaria de trabajo o regular.

7) La doctrina acepta dos tipos de plazo: el común y el no común. El


primero de ellos, se refiere al que corre indistinto para todas las partes, partiendo
su cómputo desde la última notificación que de la resolución respectiva se haya
efectuado. El plazo no común, tiene cuenta para su cómputo, la notificación que
se haya hecho al sujeto contra quien corre el tiempo de caducidad o prescripción.

47
El plazo que corresponde a la presentación del amparo es no común,
conforme lo establecido en el citado Artículo 20 de la ley de la materia, que
establece que la petición de amparo debe hacerse dentro del plazo de los treinta
días siguientes al de la última notificación al afectado o de conocido por éste el
hecho que a su juicio, le perjudica.

8) El caso de excepción que el mismo Artículo 20 regula, cuando dispone


que el plazo allí establecido no rige cuando el amparo se promueva en contra del
riesgo de aplicación de leyes o reglamentos inconstitucionales a casos concretos;
así como ante la posibilidad manifiesta de que ocurran actos violatorios a los
derechos del sujeto activo.

La Corte de Constitucionalidad de Guatemala, en sentencia de fecha 22 de


enero de mil novecientos noventa y siete, dentro del expediente número 881-96,
resolvió:

“. . .El amparo como instrumento extraordinario y subsidiario de protección


de las personas contra actos u omisiones de autoridad que impliquen una
amenaza o violación a los derechos que la constitución y las leyes garantizan,
requiere el cumplimiento de determinados requisitos, entre ellos el de la
oportunidad de su presentación. . . tal como lo establece el Artículo 20 de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, y lo que para ello señala
el Artículo 5º. inciso lo.) de la misma ley. . .Esta exigencia obedece a razones de
certeza y seguridad jurídica y no a un mero detalle procesal, por lo que el examen
de dicho presupuesto es obligatorio para el tribunal de amparo. . . De las
constancias procesales y de los expresamente manifestado por la accionando en
su petición de amparo, se establece que la resolución que a su juicio le perjudica
le fue notificada el. . . por lo que el plazo para la solicitud de amparo comenzó a

48
correr el . . día siguiente de habérsele notificado. Habiendo presentado su
solicitud de amparo el . . . resulta que, a esa fecha, el plazo para la petición ya
había vencido, por lo que el amparo es extemporáneo y, por lo tanto,
notoriamente improcedente. Es de hacer notar que el Acuerdo 9-96 de la Corte
Suprema de Justifica mediante el cual se señala que para el computo de plazos
judiciales no corre el tiempo comprendido del . . . al . . no amplía el plazo para
accionar la justicia constitucional, porque el interesado pudo haberlo planteado
ante la Corote de Constitucionalidad, la que de conformidad con el párrafo
segundo del Artículo 17 de la Ley de amparo, Exhibición Personal y de
constitucionalidad, tenía obligación de recibirlo y remitirlo a donde correspondía
para su trámite. Acudir a un tribunal competente para que el plazo no siguiera
corriendo e interrumpirlos. Por lo que no se justifica el hecho de no haberlo
presentado en tiempo. . .”

5.2.2 La legitimación en el amparo:

Antes de analizar la legitimación dentro del amparo, resulta necesario hacer


un breve análisis de la capacidad en el ámbito procesal, esta se refiere aptitud o
facultad o facultad para comparecer en juicio por sí mismo o en representación de
otro. Ahora bien, la legitimación es la facultad, de poder actuar dentro de un
proceso, o sea estar legitimado para actuar ejecutando actos procésales dentro
del mismo. Las circunstancias de que haya un sujeto procesal que figure en la
posición de demandante y otro en la situación de demandado, justifica que en un
proceso exista como tal, pero es necesario todavía otra calificación; hace falta
dice Prieto Castro una ulterior determinación que nos diga si el demandante es el
sujeto que tiene derecho a serlo en el proceso que se trate, y el demandado la
persona que haya de sufrir la carga.

49
Cuando se aborda el tema de la legitimación se concibe como un
presupuesto procesal mediante el cual se coloca al órgano jurisdiccional en la
posibilidad jurídica de verificar un examen y resolver sobre las pretensiones que
le han sido formuladas. Hablar de legitimación es ubicar el genuino sujeto de
derechos frente al verdadero sujeto de obligaciones. La legitimación tiene que
ver y esta íntimamente relacionada con la posición jurídica de las partes.

5.2.2.1 La legitimación activa en el amparo

Se dice que el sujeto que reclama o que tiene el derecho de reclamar es la


persona que goza de legitimación activa, porque a ella incumbe ese derecho de
pedir. Sin perjuicio de las representaciones debidamente acreditadas y con
excepción de los casos del Ministerio Público y del Procurador de los Derechos
Humanos, contemplados en el Artículo 26 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, para pedir amparo es necesario que lo
promueva la persona a quien perjudica el acto de autoridad, demostrando la
existencia de un derecho propio, pues nuestro sistema no contempla la
posibilidad de la acción popular en esta material. En reiterados fallos, la Corte de
Constitucionalidad ha sostenido que el sujeto activo en el amparo se legitima por
la coincidencia entre la persona que sufre el agravio y quien pide el amparo, pues
consecuentemente tiene un interés personal y directo en el asunto. Esto tiene su
fundamento en lo establecido en los Artículos 265 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, 8, 10, 24, 34 y 49 inciso a), de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en los que se encuentran los
términos “sus derechos”, “recurrente”, “el afectado”, “el interesado”, “interés
directo”, “reclamante”, “si el derecho afectado concierne sólo a su persona”.

50
El planteamiento del amparo, por la persona que no es la directamente
afectada, o sea la persona que no goza de ese derecho, hace improcedente el
amparo. No obstante, conforme al Artículo 23 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, los abogados colegiados y los parientes dentro
de los grados de ley, podrán actuar gestionando por el afectado y sin acreditar
representación en forma cuando declaren que actúan por razones de urgencia,
para la debida protección de los intereses que les han sido encomendados. Sin
embargo, la misma norma legal, sujeta tal posibilidad al condicionar que antes de
resolver el amparo deberá acreditarse la representación que se ejercita, salvo
casos de urgencia, que el tribunal calificará.

De lo anterior se deduce, que en este caso, cuando no se justifique la


gestión, la acción de amparo en sentencia deberá ser desestimada por falta de
legitimación, a no ser que el tribunal estime que las circunstancias ameriten lo
contrario. Como caso especial, se estima necesario relacionar lo sostenido por la
Corte de Constitucionalidad al respecto, en cuanto que en el ámbito del Derecho
Procesal Penal, la legitimación para accionar en amparo, se extiende al abogado
defensor del procesado. (Gaceta número 22; Expediente 124-91).

En conclusión, de acuerdo con los precitadas Artículos, de la Constitución


Política de la República de Guatemala y la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad, tienen legitimación activa para pedir amparo: a) Toda
persona que considere que con actos de autoridad se provoca una amenaza,
restricción o violación de los derechos que la Constitución y las leyes le
garantizan; b) El Ministerio Público; c) El Procurador de los Derechos Humanos,
para interponer amparo a efecto de proteger los intereses que le han sido
encomendados; d) Los abogados colegiados; y e) los parientes dentro de los
grados de ley, de la persona afectada.

51
Con relación a este tema, la Corte de Constitucionalidad en sentencia del
uno de julio de mil novecientos noventa y siete, dentro del expediente No. 160-97,
resolvió:

“. . .El amparo. . .para su viabilidad, como ha sido reiterado en


jurisprudencia sentada por esta Corte, es necesario que quien lo interpone tenga
legitimación activa para impugnar actos, resoluciones o disposiciones de
autoridad que causen o amenacen causar, de manera personal y directa y
agravio en la esfera jurídica de sus derechos. Esto, en congruencia con la
doctrina que expresa que en materia de amparo no existe acción popular, sino
que es necesario hacer valer un derecho propio. . .la postulante no figuró como
parte en la ejecución. . . no fue en ejercicio de esta personería que compareció al
proceso de ejecución, pues no hizo alusión de esa circunstancia en sus
peticiones ante la autoridad ahora impugnada ni acompañó título alguno que lo
acreditara como tal. De ello deviene que no quedó probado en el amparo que los
derechos de la solicitante hayan sido afectados de alguna manera con la emisión
resolución que constituye el acto reclamado. Por consiguiente y en atención a la
referida jurisprudencia de esta Corte, la protección que solicita debe serle
denegada por carecer de legitimación activa para promover la acción”. . .

5.2.2.2 La legitimación pasiva en el amparo:

La legitimación pasiva la tiene el demandado, es decir, el órgano contra


quien se formula la pretensión. En el caso del amparo, la legitimación pasiva se
encuentra claramente determinada en el Artículo 9 de la Ley de amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad; en los Artículos 11, 12 13 y 14

52
señala la competencia de los distintos órganos jurisdiccionales facultados para
conocer de los amparos planteados contra los mismos.

El concepto de legitimación activa en el amparo, se encuentra relacionado


con el concepto de acto de autoridad. La legitimación de toda autoridad del
Estado en el amparo, deriva de la posibilidad fáctica que tiene de violar a las
personas, las garantías individuales o bien los derechos reconocidos por la
Constitución y las Leyes. La legitimación pasiva, la tiene el órgano del estado del
que proviene directamente el acto que se impugna por medio del amparo.

El Artículo 265 de la Constitución Política de la República de Guatemala y


el Artículo 8 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
establecen que no hay ámbito que no sea susceptible de amparo y procederá
siempre que los actos, resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad lleven
implícitos una amenaza, restricción o violación a los derechos que la Constitución
y las leyes garantizan. Sin embargo, debe tomarse en cuenta, la precisa y exacta
ubicación del sujeto u órgano de donde proviene el acto reclamado y en quien
estuvo la posibilidad jurídica de reparar el daño causado y no obstante,
habérsele requerido no lo hizo, es en contra de esa persona u órgano, contra
quien debe enderezarse la acción de amparo; en otras palabras, la mala
ubicación del sujeto con legitimación pasiva para soportar la carga de la
pretensión de justicia constitucional ejercida por vía del amparo, conduce
inevitablemente a la negación de la tutela constitucional efectiva reclamada.

El tratadista Ignacio Burgoa16, indica que el acto de autoridad que se


reclama puede consistir en un dictado, una orden o una ejecución. De ahí que

16
Burgoa, Ob. Cit. Pág. 339.

53
únicamente los actos emanados de órganos de decisión y ejecución o de control
queden sujetos al ámbito del amparo.

Como excepción es importante tomar en cuenta lo establecido por el


Artículo 14 inciso f) de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, de donde se deduce que la procedencia del amparo no
excluye los actos de las entidades de derecho privado, aún cuando sus actos no
son conceptuados como actos de autoridad.

En conclusión, conforme a la citada ley, son sujetos pasivos del amparo: a)


el poder público; b) las entidades descentralizadas o autónomas, las sostenidas
con fondos del Estado creadas por la ley; c) las que actúan por delegación de los
órganos del Estado, en virtud de contrato, concesión, o conforme a otro régimen
semejante; y d) Las entidades a las que debe ingresarse por mandato legal y
otras reconocidas por la ley, tales como partidos políticos, asociaciones,
sociedades, sindicatos, cooperativas y otras semejantes.

La Corte de Constitucionalidad, con relación a este tema, en sentencia del


doce de febrero de mil novecientos noventa y ocho, dentro del expediente número
539-97 resolvió:

“ . . .Es doctrina legal de esta corte que la viabilidad de esta garantía


constitucional se determina por el cumplimiento de requisitos esenciales que
hacen posible la reparación del agravio causado; entre ellos, la legitimación del
sujeto pasivo, quien adquiere esta calidad por la coincidencia que se da entre la
autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos denunciados y
aquella contra quien se dirige la acción. . . Del análisis de los antecedentes se
establece que la resolución contra la que se reclama no puede causarle el agravio

54
que denuncia la amparista, ya que el hecho de que la resolución que se ordena
ejecutar mediante el acto reclamado no esté firme, no puede ser imputable a la
autoridad impugnada, sino en todo caso, dicho agravio podría ser atribuible a la
autoridad que emitió la resolución definitiva. Consecuentemente, se evidencia que
no se da la conexidad necesaria entre la autoridad que presuntamente causó el
agravio y aquella contra la que se dirigió la acción. . .”

5.2.3 La definitividad del acto reclamado:

Este presupuesto de la procedencia del amparo, ha sido desarrollado en el


capítulo tercero de este trabajo, no obstante, nos referiremos a la definitividad
como uno de los presupuestos esenciales para determinar la procedencia del
amparo. La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, lo regula
en el Artículo 19.

La definitividad en el amparo, se refiere a que la procedencia de esta


acción constitucional, surge cuando previamente se han agotado todos los
recursos ordinarios para poder impugnar el acto reclamado. La definitividad
constituye un presupuesto de la procedencia del amparo, porque supone el previo
agotamiento de todos los recursos que la ley que rige el acto reclamado
establece para atacarlo. Por lo que existiendo tales medios de impugnación, sin
que el reclamante haga uso de ellos, el amparo resuelta improcedente, por falta
de definitividad.

No obstante lo señalado, como bien lo afirma Martín Ramón Guzmán


Hernán Hernández17, al sostener que la definitividad acepta algunas excepciones
que hacen posible que, a pesar de que el acto reclamado carezca de definitividad,

17
Guzmán Hernández, ob. Cit. Pág. 41, 42.

55
el mismo sea susceptible de ser atacado por medio de la acción de amparo. Tales
excepciones, el citado autor las explica así.

a) cuando el particular no ha sido emplazado legalmente en un


procedimiento determinado. Esta condición aplica cuando el
particular haya quedado en completo estado de indefensión
dentro del proceso, porque no ha sido emplazado conforme
la ley, es decir, que no haya tenido la posibilidad de
intervenir en el.

b) Cuando el acto afecta los derechos de terceros extraños a


un juicio o procedimientos, de tal manera que dichos
terceros puedan entablar la acción constitucional sin agotar
previamente los medios ordinarios de impugnación. La
procedencia del amparo, cuando concurre este caso de
excepción, se basa en la naturaleza misma de la relación
jurídico procesal del proceso que sirve como antecedente
del amparo, en lo que respecta al principio de exclusividad
de los sujetos de la misma, ya que en un proceso judicial o
administrativo, únicamente las partes tienen intervención.
Por ente, una persona física o moral a quien la ley
reguladora del proceso, ninguna interferencia en el
procedimiento, se encuentra impedida de plantear los
recursos ordinarios contra los actos que le afectan, por lo
que no tiene la obligación de interponerlos antes de recurrir
a la justicia constitucional.

56
En sentencia del 31 de marzo de mil novecientos noventa y ocho que la
Corte de constitucionalidad dictó dentro del expediente número 896-97, resolvió:
“El principio de definitividad, anunciado como presupuesto procesal en el Artículo
19 de la Ley de amparo, Exhibición Personal y de constitucionalidad, implica la
obligación que tiene el postulante de que, previamente a pedir amparo en los
asuntos judiciales y administrativos que tengan un procedimiento establecido en
la ley, debe hacer uso de los recursos y procedimientos ordinarios contemplados
por la legislación que norma el acto reclamado. . . Esta corte no acoge tal
argumentación, porque el hecho de que el amparista presumiera que la Institución
era ajena a la relación procesal y por ello no se haya apersonado a los procesos,
no significa que no haya tenido la calidad de parte, pues ésta la adquirió con los
actos de emplazamiento que le fueron legalmente hechos; por consiguiente, el
Ministerio Público, como parte, quedó obligado a agotar todos los medios de
impugnación idóneos contra las resoluciones que en los procesos le causaran
agravio, según su estimación. Por ellos, al no haber hecho uso de recursos de
reposición contra la petición de amparo al agotamiento previo de los recursos
judiciales y administrativos por cuyo medio se ventilan adecuadamente los
asuntos de conformidad con el principio del debido proceso. . .”

5.3 El acto reclamado:

Dentro de este contexto resulta necesario mencionar lo relativo al acto


reclamado en materia de amparo. La determinación del concepto de “acto
reclamado” es uno de los cuestiones principales que se deben dilucidar al tratar el
tema relativo a la procedencia del amparo. La existencia del acto reclamado es el
requisito indispensable, la causa sine qua nom, de la procedencia del mismo, que
no solo deriva de la naturaleza misma de éste, sino de la propia concepción
jurídica constitucional. El acto reclamado lo constituye los actos por parte del

57
sujeto pasivo del amparo, que conllevan violaciones o amenazas a de violación a
los derechos que la Constitución y las leyes garantizan a las personas

58
CAPÍTULO VI

6. Análisis a los problemas surgidos por el uso excesivo en la interposición


de amparo, en forma frívola e improcedente

Después de la relación que del amparo se ha efectuado en los capítulos


anteriores, en el presente capitulo nos referiremos a la importancia del amparo
como acción constitucional y el uso indebido que de él se ha acostumbrado en
nuestro país. En la mayoría de los casos el amparo es utilizado como medio para
fines ajenos a la protección o reestablecimiento de derechos amenazados o
conculcados. No puede negarse la existencia de amparos cuyo planteamiento ha
sido en forma frívola e improcedente, desnaturalizando con esto el uso de esta
institución. Para este efecto se definirá, lo que se entiende por frivolidad y lo que
se entiende por improcedencia, en lo que al amparo se refiere.

Por medio del amparo se somete a conocimiento del Tribunal


Constitucional, una controversia que ha surgido cuando se produce violación a las
garantías contenidas en la Constitución Política de la República y demás leyes. El
amparo termina con una sentencia, la que se emite para reestablecer en definitiva
lo que se ha considerado vulnerado o, por el contrario, en la sentencia, se
deniega el otorgamiento del mismo, por su improcedencia, en virtud de la no
concurrencia de uno o más requisitos para su procedencia.

De acuerdo con lo establecido en los Artículos 6, 36 y 55 de la Ley de


Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, el tribunal constitucional, se
encuentra obligado a llevar el amparo a su culminación normal y de ejecutar lo
resuelto; ya que de acuerdo a los citados artículos, sólo la iniciación del trámite es
rogada, las diligencias posteriores, se rigen por el impulso de oficio, al extremo

59
que el tribunal constitucional, si hubieren hechos controvertidos, tiene facultad
para pesquisarlos de oficio, practicando cuanta diligencia sea necesaria para
agotar la investigación.

6.1 La frivolidad y la improcedencia

Antes de llegar a establecer los problemas que surgen por el planteamiento


del amparo, en forma frívola e improcedente, resulta necesario establecer lo que
se entiende por frivolidad y lo que se enciente por improcedencia.
El Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual de Guillermo Cabanellas18
al respecto de la frivolidad apunta: “Lo intermedio entre la seriedad y la divinidad,
lo ligero o veleidoso; lo fútil o insubstancial”. Al respecto de la Improcedencia, el
mismo Diccionario, apunta: “Que no se ajusta a derecho. Que no cabe presentar
o alegar ante los tribunales, o que será rechazado de plano.”19

El Artículo 46 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, establece que “Cuando el tribunal estime, razonándolo
debidamente, que el amparo interpuesto es frívolo o notoriamente improcedente,
además de condenar en las costas, sancionará con multa de cincuenta a mil
quetzales, según la gravedad del caso, al abogado patrocinante.”

Tomando como base el comentario incluido por el Licenciado Jorge Mario


Castillo González,20 en su libro “Recurso de amparo, exhibición Personal y de
Constitucionalidad”, el amparo se considera evidentemente frívolo cuando
durante el trámite del mismo, el amparista no consigue probar que efectivamente
existe el agravio, por suponerlo, por la imprecisión tanto del acto que se reclama

18
Cabanellas, Guillermo. Diccionario enciclopédico de derecho usual, Pág. 421.
19
Ibid. Pág. 661.
20
Castillo González., Jorge Mario. Recurso de amparo, exhibición personal y de constitucionalidad. Pág. 175.

60
como en la relación de los hechos, o por cualquier otra causa que indique que el
amparo solicitado, carece de fundamento. El amparo es notoriamente
improcedente, cuando del estudio del informe y de los antecedentes el tribunal
deduce que se abrió intencionalmente una tercera instancia; que existe interés en
el amparista, de retardar el cumplimiento de sus obligaciones derivadas ya sea de
una resolución administrativa o judicial, o de litigar de mala fe.

6.2 Casos en que el Tribunal de amparo tiene facultad para sobreseer,


archivar o suspender el trámite del amparo:

El único caso en que el tribunal de amparo puede sobreseer los


expedientes, se encuentra regulado en el Artículo 74 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad, y es cuando fallece el interponerte
del amparo y, solamente si el derecho afectado concierne únicamente a su
persona.

El al Artículo 75 de la ley de la materia, establece que en caso de


desistimiento, si éste se presenta en forma auténtica o se ratifica ante la autoridad
competente, deberá aprobarse sin más trámite y se archivará el expediente.

De acuerdo al Artículo 22 de la ley de Amparo, cuando la persona que


solicita amparo omite el señalamiento de uno o más requisitos en la interposición
o sea defectuosa la personería, el tribunal que conozca deberá dar trámite al
amparo y fijará el término de tres días para que el interponerte cumpla con los
requisitos faltantes, en lo posible no suspenderá el trámite. El Artículo 9 del
Acuerdo número 4-89 de la Corte de Constitucionalidad, si transcurrieren los tres
días señalados al interponerte para cumplir los requisitos que hubiere omitido en
su solicitud y no cumpliere, si el tribunal lo estima necesario ordenará la

61
suspensión del trámite y resolverá de oficio si es aconsejable mantener el amparo
provisional si no hubiere decretado.

6.3 Prohibición de archivar:

Fuera de los casos antes relacionados, de acuerdo al Artículo 76 de la Ley


de amparo, el Tribunal Constitucional de Amparo no podrá archivar ningún
expediente de amparo sin que conste haberse ejecutado lo resuelto y satisfecho
en su totalidad las sanciones impuestas.

6.4 Responsabilidades:

De acuerdo al Artículo 77 de la ley de la materia, el tribunal de amparo


puede incurrir en responsabilidad por las siguientes causas:

a) La negativa de admisión de un amparo o el retardo malicioso en su tramitación.


El retardo se presume malicioso, pero admite prueba en contrario;

b) La demora injustificada en la transmisión y entrega de los mensajes y


despachos;

c) La alteración o la falsedad en los informes que deban rendirse por cualquier


persona;

d) La omisión de las sanciones que fija la ley de amparo y del encausamiento de


los responsables;

e) Archivar un expediente sin estar completamente fenecido; y

62
f) El retardo en las notificaciones, el que se sancionará con multa de diez a
veinticinco quetzales por cada día de atraso.

Cuando el tribunal de Amparo incurriere en alguno de los casos entes


mencionados, dependiendo de su gravedad y si el tribunal no logra justificar el
mismo, pueden incluso, dar lugar a la certificación de lo conducente por abuso de
autoridad e incumplimiento de deberes.

Asimismo, el Artículo 78 de la misma ley, señala que la desobediencia,


retardo y oposición a una resolución dictada en un proceso de amparo de parte
de un funcionario o empleado del Estado y sus instituciones, descentralizadas y
autónomas es causa legal de destitución, además de las otras sanciones
establecidas en las leyes.

El presente trabajo se encuentra enfocado básicamente en establecer los


problemas que se generan el los tribunales que conocen del trámite del amparo,
cuándo el planteamiento del mismo se hace en forma frívola e improcedente

Debido a la importancia y solemnidad que la Constitución Política de la


República de Guatemala y demás leyes, le otorgan a la acción de amparo, es que
debe hacerse conciencia del uso debido que requiere el planteamiento del mismo
y, al solicitarlo con la conciencia que no se tiene el derecho o la necesidad, debe
tenerse presente los efectos que se ocasionan.

63
6.5 Problemas surgidos por el planteamiento del amparo en forma
frívola e improcedente:

Recientemente, el Diario Prensa Libre realizó una publicación, en la que se


da a conocer que la Corte de Constitucionalidad, con el objeto de agilizar los
procesos, por medio de un acuerdo, creó un equipo de abogados que
precalificará los expedientes que los magistrados podrán conocer en el pleno. El
presidente de esa Corte, licenciado Alejandro Maldonado Aguirre, justificó la
creación del grupo de trabajo debido a la cantidad de expedientes que cada año
conoce ese tribunal constitucional, habiendo manifestado que en esa Corte no
hay capacidad logística ni humana para resolver los casos.

Ante la voluminosa cantidad de amparos que se tramitan en la Cámara de


Amparos y Antejuicios (aproximadamente mil doscientos expedientes) la Corte
Suprema de Justicia con anterioridad ya había adoptado esa medida, ya que
decidió contratar a un número determinado de profesionales del derecho, para
que se dediquen al trámite de los amparos que en esa cámara se encuentran.
Esto ha sido posible en virtud que el Gobierno de Guatemala, a través del
Organismo Judicial de la República de Guatemala, ha suscrito un convenio con el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) denominado
Proyecto GUA/99/014 “Apoyo a la Ejecución de la Reforma Judicial”.

En la actualidad se ha desnaturalizado el uso de la institución del amparo,


generando en los juzgados de primera instancia un atraso considerable en el
tramite de la justicia ordinaria, llegando a obstaculizarla, a veces paralizarla, ya
que al existir gran cantidad de amparos en trámite, por mandato legal, los
tribunales que conozcan del amparos, deben tramitarlos y resolverlos con

64
prioridad a los demás asuntos; entendiéndose por “los demás asuntos”, los
procesos concernientes a la justicia ordinaria.

Si se toma en consideración que los amparos que han sido planteados, en


un gran porcentaje, en sentencia han sido declarados improcedentes por la falta
de uno o más de los requisitos necesarios para su procedencia, se estima
injustificado el atraso en el trámite de la aplicación de la justicia ordinaria,
generado por el planteamiento de amparos infundados.

Vale la pena aquí comentar un oficio que un Juez de Primera Instancia del
Ramo Civil envió al Presidente de la Cámara Civil de la Corte Suprema de
Justicia, en el que le exponía los graves problemas de orden administrativo que
se padecían en ese juzgado, indicando que los problemas se acentuaban
“dramáticamente“ día a día, ya que el volumen de trabajo ordinario se
acrecentaba con el número de demandas que ingresan diariamente, a lo que se
agrega el número de procesos de amparo que ingresan a ese tribunal, haciendo
énfasis en los que había ingresado en el año dos mil cuatro y lo que iba del año
dos mil cinco.

En el citado oficio, además de lo ya comentado, el juez expone: . . . ”La


gravedad del asunto en cuanto a la tramitación de dichos procesos es
verdaderamente difícil y ya raya el día de hoy en casi imposibilidad de resolver
conforme la ley cada proceso y especialmente los de orden constitucional como
los amparos. . .” El juez suplica al Presidente de la Cámara Civil, intervenir
personalmente a efecto de que ese juzgado no se derrumbe internamente en
cuanto a la tramitación y seguimiento de los procesos, y solicita que se le nombre
urgentemente el personal necesario a efecto de superar la crisis en la que se

65
encuentra el juzgado, ya que se encontraban varias sentencias de amparo
pendientes de ser dictadas.

Agregaba el juez que los abogados interesados insistían en que se


dictaran, no solo las sentencias de los amparos, si no que se resolvieran los
otros procesos. Así mismo indicaba que todo el personal, incluyendo secretaria y
juzgador, se esforzaban en resolver las deficiencias; y que el personal auxiliar y la
secretaria del tribunal se quedaban diariamente trabajando hasta las cinco, seis o
siete de la tarde, intentando cumplir con su deber, pero aún así el tribunal se
encontraba al borde del colapso.

El mismo juez, posteriormente envía otro oficio al Presidente del Organismo


Judicial y de la Corte Suprema de Justicia, en el que solicitaba que se le nombren
un oficial y un notificador para que se encarguen específicamente del trámite de
los procesos de amparo. En esta solicitud, el juez reiteraba los motivos de la
petición hecha con anterioridad, y además indicaba que al mes de septiembre del
año dos mil cinco, habían ingresado 171 expedientes de amparo, y que cada uno
de los cuatro oficiales tramitaban alrededor de cincuenta procesos de amparo y
siendo que esos procesos conforme la ley merecen prioridad, se hacía difícil
tramitar normalmente el resto de los procesos concernientes a la justicia
ordinaria, que se conocen en ese juzgado.

Con los comentarios anteriores, se puede afirmar que actualmente el


amparo, como tutelar de los derechos fundamentales de la persona, se utiliza con
fines contrarios al espíritu con el que el mismo fue creado, esto ha provocado
graves inconvenientes, que se dejan ver en manifiestos obstáculos a una
administración de justicia pronta y cumplida.

66
Con el uso del amparo, como hasta ahora se ha venido practicando,
también se ha generado un considerable recargo en los tribunales que conocen
de amparo, contrariando con esto el principio de economía o celeridad procesal,
que debe reinar en todo proceso judicial, al no respetarse los plazos en el trámite
de los procesos de jurisdicción ordinaria, creando una situación atraso en la
misión de administrar justicia pronta y cumplida.

Cuando desde la interposición del amparo, se establece la ausencia de


alguno de los requisitos necesarios para su procedencia, no tiene objeto que el
mismo continúe su trámite, concediendo las audiencias de ley, diligenciando las
pruebas ofrecidas y por último se pronuncie sentencia. Con este actuar, los
tribunales que conocen de amparos, dejan de aprovechar valioso tiempo que
pueden ocupar en el conocimiento de los procesos relativos a la justicia ordinaria.
Así mismo, se gastan recursos tanto humanos como económicos, ya que por
mandato legal, en los casos en que no se suspende el trámite del amparo, como
lo son la apelación de los autos que deniegan, conceden o revocan el amparo
provisional y en la interposición del ocurso de hecho, el tribunal original continúa
conociendo del trámite del amparo y envía las copias procedentes, para que
sobre ellas conozca la Corte de Constitucionalidad, generando con esto una
erogación de recursos económicos, para reproducir los expedientes de amparo.

En una encuesta realizada en los Juzgados de Primera Instancia del Ramo


Civil, se llegó a establecer:

• La mayor cantidad de amparos que fueron planteados en el año dos


mil cinco ante uno de los juzgados en mención, fue de doscientos;

67
• En un 75%, en las sentencias de amparo, que en el año dos mil cinco
se dictaron en los relacionados juzgados, el amparo solicitado fue
denegado;
• En la mayoría de los casos, en sentencia, el amparo solicitado se
denegó por falta de definitividad, por extemporáneos, o por falta de
legitimidad;
• El Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia
diariamente envía un promedio de nueve demandas a cada uno de
los mencionados juzgados, lo que significa que cada año, cada
juzgado, conoce más de mil doscientas demandas;
• Se llegó a determinar los problemas más comunes que han surgido
como consecuencia del abuso en el planteamiento del amparo, entre
los que se mencionan:
1) Retrazo y entorpecimiento en los procesos relativos a la justicia
ordinaria, porque debe darse prioridad al trámite de los amparos;
2) Como consecuencia de lo anterior, los usuarios presentan quejas
en contra de los jueces y/o auxiliares de justicia, por no resolver y
notificar dentro de los plazos legales, en los procesos relativos a la
jurisdicción ordinaria;
3) Se congestiona el trabajo en los juzgados;
4) Recargo de trabajo a los auxiliares judiciales;
5) Entorpecimiento de los fallos para su ejecución;
6) En ninguno de los Juzgados de primera Instancia Civil, existe
personal auxiliar específico para el trámite de los amparos.

68
6.5.1 Falta de ética profesional

De acuerdo con los considerandos del Código de Ética Profesional, las


profesiones de Abogado y Notario comprenden múltiples actividades que deberán
traducirse en leales, eficientes y honoríficos servicios prestados a la comunidad;
el abogado es un auxiliar de la administración de justicia; los servicios
profesionales deben ajustados a claras normas éticas y morales, que exigen de
cada profesional honor, decoro, rectitud, respeto y dignidad en todas y cada una
de sus actuaciones, dignidad de cada profesional que exige de cada miembro una
conducta recta y ejemplar.

Al referirse al postulado de la probidad, el citado código apunta que el


abogado debe evidenciar siempre rectitud honradez e integridad de pensamiento
y acción, lo que debe manifestarse especialmente en la lucha contra los abusos y
la corrupción en el ejercicio profesional.

El Artículo 13 del código citado, indica que como defensor de la justicia, el


abogado está obligado a defender al estado de derecho y el respeto a los
derechos humanos, estará contra cualquier arbitrariedad que se cometa o se
pretenda cometer.

En el Artículo 19, el Código de Ética Profesional, se refiere los abusos de


procedimiento, indicando que el abogado debe abstenerse del abuso de medios
de impugnación y de toda gestión puramente dilatoria, que entorpezca el normal
desarrollo del procedimiento. Este vicio afecta el prestigio de la profesión y el
concepto de la justicia.

69
El escrito que contiene la petición de amparo debe, estar auxiliado por
abogado colegiado activo. Los problemas que han surgido por el uso indebido del
amparo y, que se padecen en los Tribunales que conocen de amparos, radica en
la falta de ética de algunos profesionales del derecho que, al no contar con
herramientas legales e idóneas utilizan el amparo como un medio para retardar
los procesos.

En relación a esta forma de actuar de los litigantes e interesados en la


interposición de amparos, la Corte Suprema de Justicia dio a conocer que más de
cien casos de alto impacto se encontraban paralizados, debido al abuso en la
interposición de amparos.

En sentencia, por mandato legal, los tribunales deben sancionar con multas
a los abogados patrocinantes del mismo, cuando se ha declarado que el amparo
fue planteado en forma frívola o notoriamente improcedente, multa que
actualmente oscila entre cincuenta a mil quetzales. Se considera que dicha multa
no cumple con el objeto para el cual se impone, ya que como es sabido, algunos
litigantes al pactar honoraros por el auxilio profesional en el planteamiento del
amparo, incluyen la cantidad que en concepto de multa podría imponérseles, si el
amparo se declara frívolo o notoriamente improcedente. Al final de cuentas quien
acaba pagando la multa impuesta es el postulante del amparo, por estar esta, en
algunos casos, preventivamente incluida dentro de los honorarios pactados para
el auxilio en el planteamiento del amparo.

La Corte de Constitucionalidad ha informado que la multa impuesta como


sanción por el planteamiento de amparos en forma frívola o notoriamente
improcedente, en la mayoría de casos, no es cancelada. A este respecto se han
referido personeros de la Corte de Constitucionalidad, indicando que

70
profesionales del derecho deben a esa corte aproximadamente tres millones de
quetzales, con concepto de multas impuestas en ese sentido.

Se concluye este capítulo afirmando que en nuestro país impera la falta de


valores éticos y morales en algunos profesionales del derecho, que aconsejan la
interposición del amparo como medio para retardar un proceso, cuyo fallo es
adverso a los intereses de su patrocinado. Ante este actuar, no puede suponerse
que con reformas a la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, se remediarán los problemas surgidos por el uso inmoderado
de la acción de amparo, ya que la forma como se ha venido realizando, está más
relacionada con la falta de ética profesional de los litigantes, que con la forma en
que actualmente se encuentra regulada esta institución.

71
72
CONCLUSIONES

1. El amparo fue creado como producto de la necesidad de implementar una


forma de control para hacer efectivo el respeto hacia los derechos
primordiales de la persona, con el fin de protegerlas contra las amenazas
de violaciones a sus derechos y restaurar el imperio del orden jurídico
cuando la violación hubiere ocurrido.

2. El amparo no es un instrumento ordinario de impugnación procesal, por el


cual se pretenda entrar a conocer las pretensiones que las partes han
hecho valer en juicio; como se hace en la actualidad, en la mayoría de los
casos.

3. Cuando se plantee un amparo ante los órganos competentes, es necesario


e imperativo que se hayan observado los presupuestos para determinar su
procedencia.

4. Si el amparo interpuesto no observa los requisitos necesarios para su


procedencia, el tribunal constitucional, queda imposibilitado para conocer
sobre el fondo de la pretensión, resultando inútil que el mismo continúe su
trámite hasta llegar a sentencia.

5. En Guatemala se ha desnaturalizado el uso de la acción de amparo,


provocando con esto graves inconvenientes en la administración de justicia
pronta y cumplida.

73
6. En los Tribunales de Amparo no existe capacidad logística ni humana para
agilizar el trámite de los procesos de amparo.

7. En nuestro país se da la falta de valores éticos y morales por parte de


algunos profesionales del derecho, que aconsejan la interposición del
amparo como medio para retardar un proceso.

8. Cuando los abogados aconsejan la interposición del amparo como medio


para dilatar un proceso, contravienen la obligatoria observancia de los
postulados de probidad y veracidad, contenidos en el Código de Ética
Profesional, así como a los Artículos 13 y 19 del mismo código, que se
refieren a la defensa del Estado de Derecho y a los abusos de
procedimiento.

74
RECOMENDACIONES

1. La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San


Carlos de Guatemala, como formadora de futuros profesionales del
derecho, debe promover el estudio del amparo, con el mayor entendimiento
posible, dentro del curso de derecho procesal constitucional;
concientizando en lo posible, la importancia y solemnidad de esta acción
constitucional.

2. Debe reformarse la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, con el objeto de que, en su articulado se faculte al
tribunal de amparo para que, en forma razonada, pueda rechazar el
amparo cuando del planteamiento del mismo se deduzca que no se ha
cumplido con los requisitos necesarios para su procedencia; o bien, se le
faculte para que pueda suspenderlo definitivamente, cuando de los
antecedentes del caso o del informe circunstanciado, se derive la carencia
de tales requisitos.

3. Debe también reformarse la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, para que la multa establecida en el Artículo 46 sea
elevada y además se adicione que, la multa impuesta como sanción al
abogado que patrocine el amparo es, sin perjuicio de otras sanciones que
pudiere imponer el Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, en aras
de la adecuada disciplina y prestigio del gremio.

4. La Corte de Constitucionalidad, La Corte Suprema de Justicia o el Colegio


de Abogados y Notarios de Guatemala, deben organizar jornadas de

75
estudio, con el objeto de brindar a abogados y futuros profesionales, la
oportunidad de mejorar sus conocimientos sobre el tema.

5. Debe incluirse en los pensum de estudios de las Facultades de Ciencias


Jurídicas y Sociales de las universidades del país, una materia que esté
dirigida específicamente y trate, a profundidad, el conocimiento de la moral
y la ética, como principios básicos del futuro profesional.

6. La Corte Suprema de Justicia debería de incluir en su presupuesto, la


creación de nuevas plazas, para que los juzgados de Primera Instancia
Civil funcionen, por lo menos, con tres personas más, para que se
encarguen del trámite de los amparos; o bien, solicite ayuda internacional,
como al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con
el objeto de que se contrate personal para ese fin.

76
77
78
ANEXO A

TRAMITE DEL AMPARO

1) PANTEAMIENTO:

A) Amparo uni-instancial

1º. Sujeto activo

Cualquier persona individual o jurídica que acredite interés legítimo.

2º. Sujeto pasivo

La competencia de la Corte de Constitucionalidad en única instancia


comprende:
• Presidente y Vicepresidente de la República
• El Congreso de la República
• La Corte Suprema de Justicia
• La Junta Directiva, la Comisión Permanente y el Presidente
del Congreso de la República
• El Presidente del Organismo Judicial y la Corte Suprema de
Justicia
• Magistrados de la Corte suprema de Justicia

3º. Forma Acción

4º. Pretensión Otorgamiento de amparo

5º. Tribunal de única instancia: Corte de Constitucionalidad

B) Amparo bi-instancial

1º. Sujeto activo

Cualquier persona individual o jurídica que acredite interés legítimo.

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2º. Sujeto pasivo

• Autoridades que ejercen el poder público –excepto las comprendidas en el

caso del amparo uni-instancial-, entidades descentralizadas o autónomas.


• Autoridades que pertenezcan a entidades que actúen por delegación de los

órganos del Estado en virtud de contrato, concesión u otro régimen


semejante.
• Entidades a las que debe ingresarse por mandato legal y toras reconocidas

por la ley, tales como partidos políticos, sociedades, asociaciones,


sindicatos, cooperativas y otras semejantes.

3º. Forma: Acción

4º. Pretensión: Otorgamiento del amparo

5º. Tribunal de primera instancia

• Corte Suprema de Justicia


• Cámara de Amparos y Antejuicios
• Salas de la Corte de Apelaciones
• Juzgados de primera instancia.

2) TRÁMITE
1º. Planteamiento
(por escrito o verbal)

2º. Admisión para trámite: otorgamiento de amparo provisional; petición de


antecedentes o informe circunstanciado, a la persona, autoridad, funcionario o
empleado contra el cual se haya pedido amparo, quien deberá cumplir remitiéndo
dentro del perentorio término de 48 horas.

3º. Primera audiencia:

80
por el término común de 48 horas al Solicitante, Ministerio Público y
Terceros con interés.
4º. Apertura a prueba:
vencido el término indicado en el numeral anterior, referente a la audiencia
por el término común de 48 horas, el tribunal de amparo esta obligado a
resolver, pero si hubiere hechos que establecer abrirá a prueba el amparo
por el improrrogable término de 8 días.

5º. Segunda audiencia

Concluido el término probatorio, el tribunal dará audiencia a las partes y al


Ministerio Público por el término común de 48 horas.

6º. Vista pública:

Si alguna de las partes o el Ministerio Público solicita que se vea el caso en


vista pública, esta se efectuará el último de los tres días siguientes.

7º. Auto para mejor Fallar:

El tribunal podrá mandar practicar las diligencias y recabar los documentos


que estime convenientes para mejor fallar, dentro de un plazo no mayor de
5 días.

8º. Sentencia
• Si no se efectuó vista pública, se dictará sentencia 3 días después
de haber transcurrido el plazo de la segunda audiencia, (48 horas)
• Cuando se haya efectuado vista pública, el tribunal deberá dictar la
sentencia dentro del plazo de los 3 días siguientes.

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• Cuando la Corte de constitucionalidad conociere del trámite del
amparo, en única instancia o en apelación, el plazo para pronunciar
sentencia podrá ampliarse por 5 días más

Recursos:

8º. Aclaración y ampliación:

Deberá pedirse dentro de las 24 horas siguientes de notificado el auto o la


sentencia

9º. Apelación:

El amparo bi-instancial admite el recurso de apelación, la Corte de


constitucionalidad conocerá de todos los Recursos de Apelación, el que deberá
interponerse por escrito dentro de las 48 horas siguientes a la última notificación

Planteamiento de la apelación de sentencia de amparo.

a. Sujeto activo: El apelante que tenga la calidad de parte, la autoridad


reclamada.
b. Pretensión: Revocatoria total o parcial del fallo recurrido y otorgamiento o
derogatoria del amparo, según fuere el caso.

Efectos

a) Particulares

a. Deja en suspenso
b. Fija término para resolver, practicar alguna diligencia o ejecutar algún acto
ordenado.
c. Señala normas de aplicación

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b) Accesorios

a. Condena en costas
b. Multa a abogado (s) patrocinador (es)
c. Apercibimientos
d. Condena en daños y perjuicios

c) Generales

a. Publicaciones de la sentencia en Gaceta


b. Doctrina legal obligatoria

83
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ANEXO B

Cuestionario para dirigir a Jueces de Primera Instancia del Ramo Civil


del municipio de Guatemala, para el Trabajo de Tesis de la Bachiller
Transito Vergelina Girón Díaz de Lucas, intitulado “Análisis a los
Problemas surgidos por el uso excesivo en la interposición del
amparo en forma frívola e improcedente”.

1) ¿Qué cantidad aproximada de amparos fueron planteados en el Juzgado a


su cargo, durante el año 2005?

2) De los amparos que se conocieron en su judicatura, durante el año 2005,


¿en cuántos se ha dictado sentencia?

3) Del total de amparos que conoció durante el año 2005, ¿En qué porcentaje
se dicto sentencia denegando el amparo solicitado?

4) En los amparos que conoció durante el año 2005, indique un porcentaje


aproximado que corresponda a cada uno de los motivos por los que se ha
denegado el amparo solicitado.

a) Amparo extemporáneo %
b) Falta de legitimación (activa o pasiva) %
c) Inexistencia de agravio %
d) Falta de definitividad %
e) Otros %

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5) ¿Qué cantidad aproximada de demandas envía diariamente el Centro de
Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia, al juzgado a su cargo?

6) ¿Cree usted que existe abuso en el planteamiento de la acción de amparo?

7) En caso de que el resultado de la pregunta anterior sea afirmativo, indique


5 problemas que con frecuencia han surgido en el juzgado a su cargo,
como consecuencia del abuso en el planteamiento de amparos.

1)
2)
3)
4)
5)

8) Indique una cantidad aproximada de fotocopias, que durante cada mes, en


el juzgado a su cargo, se solicita a la dependencia correspondiente, para
reproducir expedientes de amparos (especificar cantidad aproximada de
fotocopias, no cantidad de expedientes fotocopiados)

9) ¿Existe en el juzgado a su cargo, personal auxiliar específico para el


trámite de los amparos?

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BIBLIOGRAFÍA

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Código de Ética Profesional. Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala.


Guatemala, 1994.

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