MARTINA
MARTINA
MARTINA
Sandra Gobet
Apellido y Nombres:………Alvarez Brusi Lucia……………………………………………………..
FILOSOFÍA
MESA EXAMINADORA
Criterios de Evaluación:
Cada consigna cuenta con su puntaje, que será sumado en su totalidad siempre que la respuesta sea
correcta (no cuente con ningún error conceptual) y esté completa, de no ser así, se asignará un puntaje
proporcional.
No está permitido copiar frases o párrafos textuales de libros digitales o sacadas de internet, si eso
ocurriese, se anulará la respuesta en su totalidad.
Es necesario obtener como mínimo 4 puntos para aprobar la evaluación y entregarla dentro del
tiempo estipulado y notificado con anterioridad.
Se sugiere que se seleccione aquellos temas de los que tiene mayor conocimiento para que alcance el
tiempo y evitar inconvenientes.
1)
1.1 Dado el siguiente caso de investigación reconocer y formular los elementos de la metodología
hipotético-deductivista que se piden a continuación:
a) Pregunta o problema de investigación.
b) Hipótesis.
c) Implicación contrastadora (0.75 p)
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Pittsburgh, EE.UU., asegura que las mujeres con
grandes caderas y con cintura de avispa parecen ser más inteligentes que la media. Además, también
menciona que a menudo dan a luz a hijos con destacados niveles de inteligencia. Este peculiar estudio
científico ha puesto en contraste a las mujeres orondas o escurridas de cadera con las mujeres de caderas
anchas y cintura fina. Al compararlas, los sorprendentes resultados apuntan a que uno de los factores que
determina la inteligencia en las mujeres y sus hijos es una proporción que determina que el contorno de su
cintura sea menor en unas 0,6 y 0,7 veces al de su cadera. La investigación tuvo una selecta muestra de
16.000 mujeres y niñas a quienes se les midieron sus características antropométricas y se les puso a prueba
su nivel de inteligencia. La explicación a este curioso fenómeno radica en los tipos de grasa que el cuerpo
femenino acumula en las caderas y en la cintura, según se afirma en la investigación. En las caderas se
contiene grasa con niveles altos de ácidos grasos de omega -3, los cuales están asociados estrechamente con
el desarrollo del cerebro. La grasa depositada en torno a la cintura es rica en ácidos grasos de omega-6, los
cuales, por el contrario, obstaculizan el desarrollo cerebral e inciden, entre otras cosas, en los procesos
cognitivos.
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1.2 Usted es científico y debe analizar el siguiente problema: Hay un curso de una escuela del conurbano
bonaerense cuyos alumnos presentan salpullido en los brazos y enrojecimiento de los ojos ¿Por qué?
a) Formule una hipótesis de partida: el salpullido en los brazos y enrojecimiento de los ojos, que presentan
los alumnos, se debe a una reacción alérgica por el contacto con químicos que tuvieron en el laboratorio del
colegio.
b) Indique las consecuencias observacionales: Si se conduce a otro grupo de alumnos al laboratorio de la
escuela y se los pone en contacto con los mismos químicos, estos alumnos presentarán enrojecimiento de los
ojos y, de exponerlos el tiempo suficiente, salpullido en sus brazos.
c) Después de las observaciones pertinentes ¿Cómo resultó la hipótesis? (1.5p) Si la consecuencia
observacional es falsa, la hipótesis ha sido refutada (las predicciones no coinciden con lo que se ha
observado); si la consecuencia observacional es verdadera, no dice nada de la hipótesis, ha sido corroborada
(esto sólo indica que no ocurrió nada en el proceso de ponerla a prueba).
1.3 Explicar detalladamente cómo en el artículo de Hempel, el caso de Semmelweis pudo ser solucionado
teniendo en cuenta una hipótesis colateral. Explicar de qué tipo fue la hipótesis y en qué consistió la
implicación contrastadora formulada para ello. (0.5p)
b) Una de dos o la población se sentirá perjudicada y estará más expuesta al contagio del virus o los
comerciantes deberán cerrar. Luego, si se vuelve a la fase uno de la cuarentena, la población se
sentirá perjudicada y los comerciantes deberán cerrar. Pues es condición suficiente que no se vuelva
a la fase uno para que la población esté más expuesta al contagio del virus. Pero la población se
sentirá perjudicada tanto si está expuesta al contagio del virus como si se vuelve a la fase uno.
3. Analizar detalladamente el concepto SUBSTANCIA, desde los siguientes autores: Aristóteles, Hume y
Descartes. Deberás indicar qué lugar ocupa ese concepto en la tesis de cada autor y establecer semejanzas y
diferencias entre ellos. (1.5 p)
Es el tipo primordial de ser, de existir, el primer sentido y el más auténtico en el que utilizamos la palabra
ser. Para Aristóteles es sustancia la cosa concreta, lo más próximo a nosotros, marcando así distancias
respecto al dualismo platónico. A través del concepto de sustancia Aristóteles devuelve a la realidad material
el valor que le había quitado Platón, entendiendo que es digno de estudio y atención. En el libro V de la
Metafísica, Aristóteles distingue dos sentidos principales de la sustancia: “el sujeto último que ya no se
predice de otra cosa”. Sería entonces la sustancia el sujeto mismo, siempre que éste sea una cosa
identificable, que se pueda señalar con el dedo. En segundo lugar, es también “lo que siendo algo
determinado es capaz de existencia separada” (forma). Esto dará lugar a la distinción entre sustancia primera
(cosas particulares) y sustancia segunda (forma o esencia de las cosas)
La sustancia es para el filósofo francés lo que existe sin necesidad más que de sí misma para existir.
Esta definición, que suena tan elegante, es algo desafortunada, ya que implica que Dios es la única
sustancia, ya que el único ser que se basta a sí mismo para existir sería Dios.
Sin embargo, esta implicación de su noción de sustancia no le hace demasiada gracia a Descartes, por lo
que decide añadir algunas palabras para ponerle remedio al asunto:
Descartes llega a sustancia, a través de un proceso de conocimiento que parte de una duda metódica,
que le lleva a concluir la existencia del yo (el suyo propio, como después aclarará Hume), de la cual no
puede dudar, pues es la condición de posibilidad de la duda misma, a la par que su soporte (la sustancia
pensante, ya que la duda depende del yo y no es, por tanto, sustancia). A partir del yo, Descartes
«demuestra» la existencia de Dios, lo que le permite, a su vez, fiarse de que existe el mundo exterior a su
mente.
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Esta ontología de realidades de sustancialidad absoluta (Dios) y relativa (el yo y el mundo) es una
construcción que elabora Descartes a partir del descubrimiento de una verdad indudable, cogito, ergo
sum, un axioma, a partir del cual deriva todo lo demás.
Descartes está haciendo aquí un tipo de malabarismo filosófico particular: Él distingue tres tipos de
sustancia, la res infinita (Dios); la res cogitans (la cosa que piensa) y la res extensa (la cosa corpórea).
Ahora bien, res cogitans y res extensa no son sustancias en relación a la res infinita, pues tanto la cosa
que piensa (yo) y la cosa corpórea (el mundo), dependen para su existencia de Dios, mientras que este
se basta a sí mismo para existir.
Por otra parte, los cuerpos y los yoes, en tanto que seres creados, se distinguen de otro tipo de seres
creados, los cuales dependen de estos para su existencia. Son las «cualidades y atributos» de los yoes y
los cuerpos. Así, la gordura necesita de algún cuerpo para existir y, en esa medida, los cuerpos son
sustancias. Con la inteligencia pasa un tanto de lo mismo, que necesita de algún yo para existir y, en esa
medida, los yoes son sustancias. Por lo que respecta a los yoes y a los cuerpos, Descartes ve claramente y
distintamente que están al mismo nivel en cuanto a su grado de sustancialidad, en la medida en que él
puede concebirlos existiendo separadamente y, por tanto, no dependen de otra cosa para existir, salvo
Dios. Nos alegramos por Descartes.
Sin embargo, en nuestra opinión, Descartes podría haber definido la sustancia de una manera un poco
menos torticera y más coherente con su concepción de fondo, en virtud de la cual, la sustancialidad de
una entidad se mide por su dependencia o no dependencia de otras entidades y, en especial, de Dios. En
efecto, del mismo modo que considera sustancias a cuerpo y mente, puesto que encuentra otras entidades
creadas que dependen de ellas (cualidades y atributos) y ellas solo dependen «del concurso ordinario de
Dios», bien podría haberse comprometido desde el principio con una definición de sustancia en virtud de la
cual, algo es sustancia si y solo si solo necesita de Dios para existir. Esta definición es, a nuestros
ojos, mucho más coherente con los planteamientos de Descartes, de lo que lo es su propia definición,
además, simplifica todo bastante ya que desde el principio admite como sustancias todo lo que
Descartes admite, pero sin tener que hacer añadidos o excepciones. Además, nos parece obvia la
correspondencia entre la definición propuesta por nosotros con el concepto de sustancia que en la
práctica manejó el filósofo francés.
El racionalismo no renuncia a esta forma de entender la realidad, ni tampoco los empiristas Locke y
Berkeley, el primero al afirmar que existen tanto substancias físicas como substancias espirituales o mentes,
y el segundo negando las substancias físicas pero aceptando las espirituales. Hume, llevando hasta el final lo
que podríamos denominar “criterio empirista del conocimiento”, concluirá que la noción de substancia
carece de fundamento y negará la existencia de substancias físicas y de substancias espirituales.
Considera que sólo es aceptable la idea que tenga a su base una impresión y aplica este criterio al examen de
las substancias: las substancias no son perceptibles –mejor dicho, el carácter de substancia de las cosas no
es perceptible–: tomemos el ejemplo de la supuesta substancia "rosa"; toda la experiencia que puedo tener de
una rosa se agota en sus propiedades perceptuales o fenoménicas: veo su color, su tamaño, su forma, los
elementos que la componen, siento la suavidad de los pétalos, la textura del tallo, huelo su aroma, ...; pero
todas estas propiedades que me ofrece la percepción se sitúan en el nivel de los atributos y no de la
substancia. No puedo percibir nada más que propiedades del tipo de la descritas, por lo tanto, no hay nada
más que las propiedades descritas. Si con la palabra “rosa” nos queremos referir a una realidad distinta de la
suma de las propiedades perceptuales, entonces nuestro uso de esta palabra es ilegítimo. Con todo, podemos
utilizar dicha palabra si con ella nos referimos no a una supuesta realidad oculta, substrato de la propiedades
perceptuales, sino a la suma de dichas propiedades, al conjunto de ideas simples reunidas por la
imaginación. Podemos utilizar términos como “rosa”, “libro”, “perro”, “mente” si prescindimos de la
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interpretación substancialista y aceptamos que son términos cómodos que utilizamos en nuestro lenguaje
como compendio de propiedades meramente perceptuales.
4. Explicar las diferencias entre las corrientes teleológicas y deontológicas aplicadas a la ética. Mencionar
alguna vista en clase, indicar cuál es el representante, qué características tiene. Proponer un ejemplo donde
se pueda ver la postura de cada una de ellas en el caso seleccionado. (1.75 p)
1. Ética Teleológica • Dentro de la ética teleológica están los conceptos de bueno y función. Dentro de
la función del hombre tiene que haber una concepción de lo que es la naturaleza humana. Por
ejemplo: Si alguien dice es malo, éste tiene una concepción del hombre y de cómo tiene que ser, una
concepción de su naturaleza. Para Aristóteles la función del hombre es la razón y por lo tanto su
esencia es la racionalidad.
2. 4. Ética Deontológica • Por otro lado la ética deontológica, que tiene como a uno de sus
representantes a Kant, dice que algo moralmente correcto es una acción cometida por deber. La
voluntad es lo que me lleva a hacer o no hacer. Cuando alguien hace algo conforme al deber es
porque está pensando en las consecuencias o el provecho de la acción. En cambio cuando alguien
hace algo por deber es porque lo hace por si mismo, lo hace solo porque sabe que lo debe hacer.
3. 5. ¿COMO REACCIONARIAS TÚ? (TU ÉTICA PERSONAL • Vamos a suponer que encuentras
una cartera en la calle. La recoges y la abres con la intención de identificar a su legítimo dueño, por
medio de alguna foto o acreditación. Descubres que está llena de dinero, y por la documentación,
carnets y otras pistas que en ella se encuentran, deduces que pertenece a una persona opulenta, sin
problemas económicos. Te ves entonces en un dilema: ¿la devuelves o te la quedas?
4. 6. Principios Éticos • Por una parte, tenemos que a uno no le gusta que le roben, y suele decir que no
hay que hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros, luego de este principio se
deriva el respeto a la propiedad privada ajena. • Por otra parte, se suele aceptar que es bueno lo que
produce más beneficio, y ya que una cantidad de dinero importante proporciona comparativamente
más beneficio a una persona de clase media que a alguien de clase alta, puedes pensar que es
legitimo en este caso la gestión de los recursos ajenos.
5. 12. ÉTICA DEONTOLÓGICA:KANT • La tradición ético – filosófica occidental se nutre de dos
grandes herencias, la teleología y la deontología, cuyas respectivas figuras señeras son Aristóteles y
Kant. Entre ambas median más o menos 20 siglos y la revolución teórica desencadenada por la
filosofía crítica kantiana. • Así, para hacerse cargo del sentido de la ética deontológica - que supone
el paso desde una concepción de lo bueno como lo que se adecua al ser, a una concepción de lo
correcto como lo que se ajusta a la ley - hay que revisar algunos planteamientos de Kant referentes a
las condiciones de posibilidad de la ciencia y a los correspondientes límites que postula para los
alcances de la razón.
6. 13. UN NUEVO FUNDAMENTO PARA LA MORAL • Nos encontramos ahora preparados para
abordar el tema que nos interesa: la caracterización de la deontología kantiana frente a la ética
teleológica aristotélica. Para esta última, el contenido del concepto de felicidad, caracterizada por
Aristóteles como fin en sí, tenía validez universal y necesaria en la medida en que advenía como
resultado de la actualización del ser potencial del hombre. Así, la ética aristotélica resulta tributaria
de una metafísica; esto es, de una determinada concepción del ser como acto y potencia.
7. 14. LA “BUENA VOLUNTAD” Y EL “IMPERATIVO CATEGÓRICO” • El comportamiento de
todos los entes no racionales en el mundo está determinado necesariamente por leyes; el
comportamiento de los seres racionales, en cambio, se determina mediante la presentación de
principios, porque ellos poseen voluntad y esta es “la facultad de determinarse uno a sí mismo a
obrar conforme a la representación de ciertas leyes”.
8. 15. “LA BUENA VOLUNTAD” Y EL “PRINCIPIO CATEGÓRICO • Tales principios reciben el
nombre de “imperativos” y mandan en forma hipotética o categórica. Son hipotéticos aquellos que
supeditan el mandato a una condición que constituye la meta para cuyo logro el cumplimiento de lo
mandado representa un medio. Así sucede, por ejemplo, con el siguiente imperativo: “si quieres
conservar la salud, observa las reglas de la higiene”; estos imperativos carecen de validez universal y
necesaria, puesto que obligan solo a aquellos para quienes tiene vigencia la condición estipulada y su
sentido es semejante al de una instrucción técnica o al de un consejo de prudencia.
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9. 16. Caracterización de la ética deontológica Kantiana • La ética kantiana es deontológica, es una
ética del deber, de obligación; no se ocupa del tipo de hombre que quisiéramos llegar a ser, o de la
clase de vida que sería deseable vivir, sino de definir las leyes que debemos obedecer. Es una ética
en la que la moralidad queda definida por la intención, en la que la consideración de las
consecuencias queda excluida del ámbito moral.
constituye una notable expresión del pensamiento ético moderno y es la que analizaremos en las páginas
siguientes. Nacido en Königsberg, Prusia, y educado en los principios del pietismo religioso, Kant
mostró una gran preocupación por los asuntos morales. Como señala Bochenski (1983), Kant se dio a la
tarea de salvar el espíritu, el saber, la moral y la religión en un mundo invadido por sistemas de
pensamiento diversos y antagónicos entre sí como el empirismo, el fideísmo y el escepticismo por
mencionar sólo algunos.
Entre su vasta producción mencionaremos dos obras fundamentales de Kant: la "Crítica de la razón
pura" y la "Crítica de la razón práctica". En la primera obra que mencionamos, Kant aborda el problema
del conocimiento elaborando un sistema teórico sobre el mismo sumamente complejo. En su "Crítica de
la razón práctica", se propone descubrir y exponer el principio fundamental de la moralidad con dos
objetivos en mente:
1. Demostrar la falsedad de toda doctrina moral que pretenda apoyarse en consideraciones
empíricas.
2. Otorgar a la Ética una base exclusivamente racional y apriorística.
La Ética de Kant es formal porque prescinde de elementos empíricos y se funda de manera exclusiva en
la razón; se trata de una Etica estrictamente racional.
Kant y el imperativo categórico.
Si la tarea de la Ética consiste en fundamentar la moral; una moral formada por una serie de normas,
costumbres y formas de vida que se presentan como obligatorias, en Kant encontramos un elaborado
intento por fundamentar las obligaciones morales del hombre, en conceptos de la razón pura, (de aquí la
necesidad de hacer referencia a la primera obra mencionada, cuando se intenta exponer la ética
kantiana).
La razón pura se expresa por medio de juicios analíticos y juicios sintéticos, nos dice Kant.
a) Los juicios analíticos son explicativos; el predicado está contenido en el sujeto y por lo tanto no
aumentan el conocimiento. El fundamento de validez lo encontramos en el principio de identidad, es
decir, que son tautologías. Ej. "El triángulo tiene tres ángulos".
b) Los juicios sintéticos, por el contrario, son extensivos y sí aumentan el conocimiento. El predicado
no está contenido en el sujeto y su fundamento de validez podemos encontrarlo en el mundo
empírico. Ej. "Los cuerpos son pesados". En este ejemplo, un concepto sujeto (los cuerpos), se une a
un concepto predicado (pesados) mediante una cópula (son) que nos dice lo que ocurre en la
experiencia.
El comportamiento moral del hombre no puede encontrar su fundamentación en alguna forma de
conocimiento que tenga que ver con la razón pura, puesto que no es posible acceder a ello por juicios
analíticos o explicativos ni tampoco por medio de los juicios sintéticos. En esta forma, Kant se vio
precisado a buscar otro camino para fundamentar la moral, elaborando una ética sustentada en la razón
práctica puesto que Kant rechaza radicalmente el fundamentar la obligación moral en la naturaleza del
hombre, o en las circunstancias del universo en el que éste se encuentra, o bien, subordinándola a fines
exteriores (la búsqueda de la felicidad, por ejemplo).
La razón práctica, no puede expresarse ni por medio de los juicios analíticos o explicativos ni por
medio de los juicios sintéticos, puesto que no dice lo que acontece en la experiencia, sino lo que debe
ocurrir en ella. Ej. "Los hombres deben ser honestos". Así, la forma de conocimiento práctico, no es un
juicio, sino un imperativo.
Ahora bien, los imperativos pueden ser de dos tipos:
a) Hipotéticos; Ej. "Si quieres aprobar el examen debes estudiar." En el ejemplo se ordena una acción
para conseguir un fin posible, el cual puede o no ser deseado.
b) Categóricos; Ej. "El hombre debe ser veraz". En este último ejemplo, el imperativo ordena una acción
de manera absoluta, es decir que la acción no se considera como medio, sino como un fin en sí mismo,
último e incondicionado.
De acuerdo con Kant, el ideal moral está formado por imperativos categóricos que se originan en
la voluntad moral, una voluntad autónoma que se encuentra libre de los fines u objetos de deseo.
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La fórmula del imperativo categórico, base de la moral kantiana, se expresa así: "Obra de manera que
la máxima de tu voluntad pueda servir siempre como principio de una legislación universal." Esta
fórmula es la ley moral.
Lo que persigue Kant es fundamentar una Ética Racional Universal basada en leyes que determinan la
voluntad y que no puede estar sustentada en la pluralidad de fines, puesto que éstos varían y son
contingentes. Si puede haber una Ética Racional, ésta descansará sobre principios universales y no sobre
relativismos culturales, históricos, etcétera.
El acto moral.
Para determinar la validez de un acto moral, de acuerdo con la Etica Kantiana, debemos prestar atención
a la voluntad del sujeto que lo determina y no a la acción misma. Los actos, según Kant, no son ni
buenos ni malos; bueno o malo es sólo el sujeto que los realiza.
La disposición del ánimo del agente es la que es moral o inmoral, como nos lo explica Escobar: "Un acto
será moralmente bueno si el sujeto que lo realiza lo hace porque lo considera como absolutamente
debido, como un fin absoluto, como imperativo categórico; por el contrario un acto es malo si se hace
con el propósito de obtener alguna consecuencia favorable, si se realiza como medio o imperativo
hipotético." Lo bueno, según Kant, está en la buena voluntad que se rige por la ley moral.
Si un individuo actúa por temor y no por respeto al deber implícito en la ley moral, sus acciones no serán
morales. Tampoco lo serán aquellas que se realizan por accidente o como medio para obtener beneficios
posteriores.