Diego Rosende
Diego Rosende
Diego Rosende
I) La ciencia busca teorías con alto contenido informativo. Pero el alto contenido
informativo implica una baja probabilidad: mientras más afirma un enunciado, más
posibilidades excluye, y menos probable es.
II) Las hipótesis universales con dominios infinitos tienen probabilidad cero:
p(h) = 0 (Popper ofrece para esto varios argumentos controvertidos). Y esto
además implica (según el cálculo de probabilidades) que no se puede subir la
probabilidad cero de la hipótesis mediante ningún elemento de juicio observacional
e; si la probabilidad de h es cero entonces la probabilidad de h relativa a los
elementos de juicio e también es cero: p(h, e) = 0.
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2. Problema de la demarcación. ¿En qué se distinguen lo científico de lo
pseudocientífico?
Problemas adicionales.
Una teoría refutable (i.e. científica) según KP divide los enunciados básicos en dos
subclases no vacías: la de aquellos con los que es incompatible (o “prohíbe”) y la
de aquellos con los que es compatible (que “permite”). Los primeros son los
“falsadores potenciales” de la teoría.
Así, los enunciados básicos sirven para evaluar si una teoría es refutable.
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Si se acepta un falsador potencial X, se refuta la hipótesis de la cual X es falsador
potencial; justamente porque describe un contraejemplo (localizado) de la
hipótesis.
Por tanto, los enunciado básicos sirven en la refutación (= falsación) de una teoría.
Ejemplo de Popper:
‘Para poner un ejemplo, supongamos que no está claro en un determinado momento si se puede
considerar el enunciado ‘este polvo que hay aquí es mercurio rojo precipitado’ como verificado o
refutado. Para salir de esta situación, se deduce, a partir de este enunciado, y con ayuda de
determinadas leyes químicas, una serie de predicciones que se someten a prueba: por ejemplo, se
calienta el polvo y se somete el gas resultante con ayuda de una astilla incandescente al test del
oxígeno, etc.. A lo largo de este proceso se formulan naturalmente nuevos enunciados (como por
ejemplo “esta astilla se inflama tan pronto como se introduce en el tubo”), que en caso de ser
dudosos deben someterse, a su vez, a una contrastación análoga.
Los enunciados en que se detienen la contrastación suelen ser afirmaciones contrastables
fácilmente por todos los sujetos presentes en el experimento (p.ej., enunciados del tipo “esta astilla
se introdujo cuatro veces en un tubo de ensayo y se inflamó cada vez”). Son, como se ve,
enunciados intersubjetivamente contrastables, por tanto objetivos y respecto de los cuales a todo
sujeto le es fácil estar convencido.
(Lo importante es que esta certeza subjetiva no entra a formar parte de los procesos de
contrastación y fundamentación científica: la ciencia no apela nunca a la certeza o convicción
subjetiva. Es cierto que conduce a que cada uno se forme una opinión, pero deja a cada cual la
tarea de convencerse por sí mismo).’
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en algún momento (pero no porque se llegue a resultados “indubitables”). En la
medida en que
y en que
4. Problema de la verosimilitud.
© Diego L. Rosende