I

El centro de esa tormenta que condenó a América desde antes de Existir.

Juan Pablo Sánchez Castillo

Ti: 1000154865

11-01 JT

Tutor:

Luis Enrique Niño

Instituto Técnico Industrial Piloto

Área de Humanidades

Ciencia Política - Economía

Bogotá D.C.

2017
 II

“…Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: “Cierren los ojos y

recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.”

Eduardo Galeano.

1.

Cuando hablamos de la Derrota, estamos netamente comprometidos a tratar el tema de la

manera más adecuada posible, dándole como significado el acto de ‘diferencia’ a nivel social

o personal, en el cual se encuentran en desequilibrio las partes de una supuesta ‘Unidad’.

Claro está, cuando hablamos de ‘Unidad’ estamos hablando de las personas que hacen parte

de determinada sociedad (en este caso nuestro continente) ¡Subamericanos!1, Perdón…

Sudamericanos… (Vamos a llamar Sudamericanos al grupo heterogéneo de personas que

habitan el territorio llamado Latino América… Los que, por culpa de Dios, el Destino, la

Divina Providencia nos tocó habitar este espacio, nos vamos a llamar sudamericanos.)

Como se dijo antes, este humilde ensayo se enfoca en la perdida, (Donde América es

Magister en la materia...) pero, también en la desigualdad; aquella que separa un mundo en

diferentes versiones según las condiciones sociales de los individuos, aquella que le permite a

uno maldecir su presente, y a otro, gozar sus riquezas, es la desigualdad la definición por

excelencia de mi continente, tierra de guerras, hambre, opresión, corrupción y demás

adjetivos peyorativos de un continente que lo único que tiene (o tuvo)2 bello son sus tierras.

La importancia de este ensayo recae en la capacidad de cuestionar el principal causal que

desencadenó la división social, que actualmente atormenta a las gentes de estas hermosas

1
‘Ahora América es, para el mundo, nada más que los Estados Unidos: Nosotros habitamos, a lo sumo, una
Sub-América, una América de segunda clase, de nebulosa identificación’ Las venas, Galeano Pag 6,7.
2
Debido a las constantes explotaciones de las mismas que erradican sus bellezas y las convierten en basureros
del mundo.
 III

tierras. Se trabajará desde las bases fundamentales de la filosofía y Psicología, utilizando los

métodos filosóficos convencionales, para así en ultimas crear en cada lector una posición

crítica, que este a favor o en contra de las posiciones subjetivas basadas en lo que el autor ha

interpretado de cada posición de los diferentes ilustrados en la materia; cuestionando los

sistemas económicos y políticos tradicionales, para así en ultimas tratar de descifrar, quienes

fueron los culpables de los daños irreparables que se le causaron a esta hermosa tierra,

violada de tan escandalosa manera, que algunos quienes estudiaron dichos sucesos, siguen

traumados.

2.

2.1. América, una tierra perdida que conservaba la Razón

‘…El Mundo no está hecho de átomos, el mundo está hecho de historias; Porque, son

las historias, las historias que uno cuenta, que uno escucha, que uno recrea, que uno

multiplica; son las historias las que permiten convertir el pasado en presente. Y las que

también, permiten convertir lo distante en cercano…’3 Pues bien, querido lector, le voy a

contar una breve historia…

Todo surgió de la nada, un choque intergaláctico denominado ‘Big Bang’ provocó el

inicio de lo que hoy en día conocemos como Universo, aquel choque era de tal magnitud,

que provocó miles de reacciones a nivel microscópico que a su vez generaron

explosiones masivas, que permitirían la creación de estrellas, planetas, y demás sistemas

interestelares. Fue ahí, en donde en un planeta X, se creó la Vida, millones de

casualidades que permitieron que proteínas adquirieran habilidades increíbles, a tal punto

de buscar uniones químicas desplazándose por si mismas, aquel organismo que inicio la

vida,

3
Galeano, Eduardo
 IV

evolucionó hasta tal punto, de crear seres pensantes, críticos, con ética y moralidad,

aquellos individuos, dispersos por todo el mundo, forjaron las bases de la sociedad actual,

Y aunque, algunos de esos individuos tenían características que los hacían ver

‘superiores’, todos valían por igual (se destacaron 2, que humildemente los vamos a

llamar, Americanos (Caracterizados por su Religiosidad Ética, y moral) con costumbres

ajenas a los otros (Caracterizados por el Capital, Un bien de consumo humano, parte de

las heces de esa Sociedad).

2.2. El tumor cancerígeno del ‘Descubrimiento’

Aquellos individuos con visiones del mundo muy diferentes, tuvieron la oportunidad

de poderse juntar muchas veces, pero fue en el año 1492 (del calendario de la especie más

‘Avispada’4) en donde más conmoción aquel encuentro llegó a causar, una de esas

civilizaciones, con mucha curiosidad, la otra, con un objetivo claro, apropiarse de su

bienestar, arrancar las raíces, de esa sociedad actual, y modelar a su modo, en busca de

Capital.

Palabras más, palabras menos, fue aquel encuentro, una muestra de maldad, de la

especie que más avanzada estaba, o por lo menos, era eso lo que se solía escuchar “El

arribo de algo inesperado, que amenazaba acabar con la tranquilidad, de aquellos pueblos

organizados, desprestigiados por tener un nivel por encima el control de la ética y la

moral, en cambio de lo económico, ideal que inclusive, llegaron a desprestigiar; ¡oh

piadoso destino, que descarado te tornas a veces, porque, fuiste tú quien decidió que eso

que aquel pueblo había desprestigiado, fue lo que el otro invasor uso para abusar y

acabar el ideal, y construir heces de rencor, avaricia y maldad.

2.3. Un Cáncer terminal que se llevó el alma americana

4
Como diría en Vida mi querida Abuela QEPD
 V

El invasor los dominaba en poderío económico y militar, tenía más organización que

el del otro bando, caracterizado por la tranquilidad. Fue la discordia 5 la culpable, de aquel

infortunito suceso, que termino determinando, el cruel desmembramiento de sesos.

Sobre sus cenizas se forjó el hijo de la unión, de los sobrevivientes y el pueblo invasor,

creando crías con el gen malformado, lo que en ultimas permitió, que la evolución de

aquel pueblo no fuese otra que la perdición.

2.4. ¡Cínica ansia de poder!

El desarrollo de aquella civilización construida sobre las ruinas de la anterior,

se caracterizó siempre por el miedo, la desigualdad y el terror.

La muerte fue sinónimo del desarrollo de aquella caminante ebria, que depararía en

la maldición,

de verse encerrada en un infierno, sin vistas de salvación,

condenándose a si misma, y a toda su población,

al rotundo camino de la desolación,

tratando de sobrevivir, a manos de la producción,

de nuevos capitales que permitieran, construir una solución,

a aquel pueblo que se sentenció desde un principio,

por su crueldad y marginación,

asesino de otro que yace debajo, por la misma argumentación.

3. Hoy

5
“…con la concordia crece lo pequeño con la discordia e arruina lo más grande…” (Lentulus, 225)
 VI

Explotados y agotados quedamos nosotros, discípulos del tormento, que agrupa el

pasado desdichado. Más de ciento veinte millones de niños se ajustan en esta

tormenta, causada por la invasión de un pueblo que estaba en quiebra, y que nos

condenó a lo que hoy padecemos, a causa de la poca renta, justa para un sector lleno

de decadencias.

Sales a la calle y no encuentras otra cosa que desigualdad, niños en BMW’s y otros en

la crueldad, de caminar sin sandalias siquiera, orando porque llegue el pan. Y eso no

se queda ahí, nos atormenta el destino de este lujurioso trayecto, valorizamos la

ignorancia por unos cuantos pesos, olvidamos la educación que es la única que

verdaderamente puede llegar a sacarnos de este infierno, y nos seguimos condenando

juntos, a un final que ya no está muy lejos.

Aún recuerdo cuando mi profesor de ética me decía el Por qué no traer niños al

mundo. Es normal, cada día nos acostumbramos a vivir más inmundo, no vivimos por

vivir, sino por sobrevivir, condenándonos a nosotros mismos, y al porvenir, siendo

discípulos de aquellos que solo pensaron en conseguir, frutos que maduraran para

poderlos consumir, tan solo obteniendo, una peste que hay que destruir, antes que

acabe con aquel mundo sin gracia, ni porvenir, condenado a la barbarie, por el

simple hecho de existir.

4.

- Camargo, F. (2017). Eduardo Galeano y Las venas abiertas de América Latina:

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