Ética
Ética
Ética
INTERNET
Según John Dewey en su obraTeoría de la Problema de la esencia
moral, los requerimientos que debe poseer Elementos de la Estructura
John Dewey- Acto del acto del
un sujeto para realizar un acto moral son: moral
Moral Acto Moral
• Se debe saber lo que • La libertad y la • Sujeto moral dotado
a) debe saber lo que esta haciendo.
se está haciendo. conciencia nos de conciencia.
b) debe escoger ese acto y escogerlo por
• Libremente. permiten efectuar un • Hay motivos o
c) el mismo (libertad)
• Expresión de un acto moral. intenciones.
d) debe ser acto moral la expresión de un
carácter formado y • Un acto es moral
carácter formado y estable. • Conciencia del fin que
estable. cuando se ha se persigue.
• Voluntario, elegido realizado libremente.
El acto debe ser voluntario, manifestar una • Decisión y elección.
libremente • No puede haber
elección como expresión de la tendencia y • Medios y resultados.
disposición general de la personalidad coacción.
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INTRODUCCIÓN A LOS PROBLEMAS ÉTICOS
Al definir a la ética, hemos visto que el mejor rasgo que la caracteriza en cuanto
disciplina filosófica es, sin duda, su carácter teórico, el cual le permite formular una
serie de problemas en torno a su objeto de estudio: la moral.
Los principios que guían el comportamiento de las personas tienen, en algunos casos,
carácter universal. En otros varían a través del tiempo, las comunidades, las culturas,
las etnias, las religiones.
Pero no hay sociedad ni familia que pueda funcionar sin ellos o dejar de enseñarlos a
sus miembros más jóvenes.
Así como, en el terreno de las relaciones humanas, "es imposible no comunicar" —ya
que hasta el silencio o la falta de respuesta "dicen" algo—, es inevitable que
trasciendan los valores que determinan nuestros comportamientos públicos y privados.
Nuestros hijos absorberán los valores que ven en nuestro ejemplo y que leen en la
entrelínea de lo que nosotros hacemos y decimos, junto con los que explícitamente
proclamamos.
Una colección como ésta puede servir para discutir en familia la cuestión y promover
en los chicos el interés por los problemas éticos.
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CAPITULO I
La valoración no tiene carácter abstracto: sus- elementos sujeto que valora, objeto de
la valoración, resultado de la valoración o juicio de valor - son todos concretos,
históricos y temporales. No debe olvidarse el origen humano y concreto de la
valoración.
El problema de la valoración moral plantea una cuestión decisiva para la ética, tan
importante para ella, que se ha considerado el meollo mismo de ésta -¿qué es lo
bueno?, ¿puede establecerse un concepto objetivamente válido del valor bondad?...
Pero al aclarar en qué consiste lo bueno, la ética tendrá que explicar en qué consiste lo
malo o el vicio moral. Así, pues, el valor de lo bueno implica o remite a su contrario, al
desvalor de lo malo.
¿Qué es lo. bueno? Esta pregunta que formula el problema de la valoración moral
conduce a una serie de tentativas, de soluciones encaminadas a establecer una
concepción de lo bueno. Bajo el nombre, de teorías de lo bueno o criterios estimativos
se analizarán algunas de estas soluciones. Es necesario hacer notar que el conjunto
de todas estas soluciones o respuestas al problema de la esencia de lo bueno,
constituyen la historia misma de la ética; por lo cual este parágrafo debe
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complementares con el siguiente tema de este libro, dedicado a estudiar,
precisamente, las doctrinas éticas fundamentales.
Hedonismo
En la antigua Grecia se encuentran los primeros criterios estimativos creados por sus
grandes filósofos uno de estos criterios para juzgar lo qué es e1 bien es el hedonismo,
(de la palabra griega hedone, placer). El hedonismo sostiene que el sumo bien, que lo
bueno, consiste en el placer.
En la corriente hedonista puede citarse; como una de sus figuras principales a Epicuro
(341-279 a.C.); filósofo griego que nació en Gargeto y se educó en Samos. Pertenece
a la corriente posterior a Aristóteles, conocida como Filosofía helenístico-romana. A la
edad de 35 años se establece en Atenas, donde funda su escuela llamada el jardín.
Epicuro enseña que el placer y el dolor son las dos afecciones que se encuentra en
todo animal: una, favorable; la otra, contraria; mediante las cuales se juzga lo que se
debe elegir y lo que se debe rechazar. Según el hedonismo, es moralmente buena
aquella conducta que tiene por fin el placer o, por lo menos, la negación de dolor
(displacer). El placer está inherente en la naturaleza del hombre. Es propio de la
naturaleza humana el tender al logro del placer y evitar todo aquello que causa
sufrimiento, ya sea físico o espiritual.
La palabra placer tiene un fuerte matiz sensual: cuando se habla de placer, se piensa
en general, en deleites corporales, sexuales. Sin embargo, no es este el sentido que el
placer tiene en los hedonistas ellos no desembocan en un hedonismo extremo. Epicuro
más bien se refiere a placeres moderados, propios de la naturaleza racional del
hombre. Se dice que Epicuro, inculcaba a sus discípulos el amor a la naturaleza y las
cosas bellas, enseñando que es necesario llevar una vida amable y sencilla. Sólo así
se podrá encontrar lo placentero y virtuoso. Resulta paradójico recordar que Epicuro
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sufre de parálisis, come frugalmente y, en general, es abstemio: aconseja, la búsqueda
de placeres bastante moderados (no pasar hambre, sed ni frio). Así como una sabia
autodisciplina. Frecuentemente se olvida que estudiar, contemplar una obra de arte,
escuchar una melodía, sostener una conversación inteligente, proporciona placer.
Epicuro considera que muchos placeres son efímeros y acarrean dolor. En efecto,
algunos Placeres van acompañados de dolor: éstos hay que evitarlos. Es necesario
evitar, por ejemplo los placeres dinámicos que, según Epicuro, no son duraderos: entre
ellos está el deleite sexual, que entraña fatiga, remordimiento y depresión.
Otros representantes del hedonismo son Aristipo, y en el Siglo XIX, Jeremías Bentham
(qué como se verá. también está relacionado con el militarismo).
Eudemonismo
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posesión de los bienes del cuerpo, posesión de bienes externos. el uso razonable de
esos bienes, etcétera.
Por otra parte, esta actividad racional en la cual consiste el bien debe ser continua,
debe cumplirse durante una vida entera y cabal: "pues una sola golondrina no hace
verano, como tampoco lo hace un solo día bueno, ni es suficiente algún tiempo de
felicidad para hacer a un hombre feliz o afortunado.
Utilitarismo
El utilitarismo (del latín mile, lo que es útil) es la doctrina ética que sostiene que lo
bueno consiste en lo útil. También se considera el utilitarismo como aquella doctrina
aquella doctrina que declara que lo moralmente bueno radica en una legítima
aspiración hacia el bienestar.
Puede afirmarse que la tercera posición es la forma estricta en que debe entenderse el
utilitarismo.
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autores se encuentra también un hedonismo, ya que tienden a identificar la felicidad
con el placer.
La conducta del hombre, afirma Bentham, está determinada por la expectativa del
placer y del dolor y ésta es el único motivo posible de acción. Sobre estos fundamentos
la ciencia de la moral resulta exacta como la matemática, si bien mucho más intrincada
y extensa.
Una preocupación central del utilitarismo consiste en buscar un principio objetivo que
permita establecer cuándo una acción determinada es buena o mala. Este principio se
llana principios de utilidad, que sostiene que una acción es buena en tanto que tienda a
lograr la mayor felicidad posible para el mayor número de personas.
En su obra El Utilitarismo, Stuart Mill dice: “El credo que acepta la utilidad o principio de
la mayor felicidad como fundamento de la moral, sostiene que las acciones son justas
en la proporción con que tienden a promover la felicidad, e injustas, en cuanto tienden
a producir lo contrario de la felicidad. Se entiende por felicidad el placer y la ausencia
de dolor; por infelicidad, el dolor es la ausencia de placer".
Stuar Mill acepta, en cierto modo, la teoría de los placeres sostenida por los epicúreos:
afirma que no se conoce ninguna teoría epicúrea de la vida que no asigne a los
placeres del intelecto, de los sentimientos y de la imaginación, un valor mucho más
alto, en cuanto placeres, que a los de la mera sensación.
Sería absurdo suponer, piensa Stuart Mill, que los placeres dependen sólo de la
cantidad. "Es mejor ser un hombre insatisfecho que un cerdo satisfecho, es mejor ser
Sócrates insatisfecho, que un loco satisfecho."
"La moral utilitarista dice J. S. Mill- reconoce en el ser humano el poder de sacrificar su
propio bién por el bien de otros. Solos rehusa admitir que el sacrificio sea un bien por sí
mismo. Un sacrificio que no aumenta ni tienda aumentar la suma total de la felicidad, lo
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considera desperdiciado. La única renunciación que aplaude es la devoción a la
felicidad o alguno de los medios para conseguir la felicidad de los demás.
"En la norma áurea de Jesús de Nazaret. Leemos todo el espíritu de la ética utilitarista:
Haz como querrías que hiceiran contigo y a ma a tu prójimo como a ti mismo. En esto
consiste el ideal de perfección de la moral utilitarista.
Es necesario buscar "el interés de cada índividuo del modo más aproximado, en
armonía con el interés común.
Formalismo
Se conoce como ética formal y fue creada por el filósolo prusiano Immanuel Kant
(1724-1804). La ética formal es uná teoría que no sé basa en el mundo de los hechos
(la experiencia). Kant pretende superar toda suerte de éticas empíricas y eudemonistas
(éticas de los resultados). Kant piensa que es necesario elaborar una filosofía moral
pura, que esté enteramente limpia de todo cuanto pueda ser empírico; por lo tanto, el
concepto de lo bueno debe residir en una ley moral a priori, es decir, universalmente
válida y necesaria. El fundamento de la obligación, no debe buscarse en la naturaleza
del hombre (como hace el empirismo) o en las circunstancias del universo en que el
hombre está puesto, sino a priori, exclusivamente en conceptos de la razón pura. La
ética debe descansar enteramente sobre una base pura o a priori (ética de las
intenciones).
Ahora bien la buena voluntad tiene, según Kant, un valor absoluto. La buena voluntad
no es buena por la que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar
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algún fin que nos hayamos propuesto: es buena sólo por el querer, es decir: es buena
en sí misma."'
Esto significa que la buena voluntad es buena en cuanto intención pura y no por los
resultados o inclinaciones que ésta puede entrañar. Aunque la buena voluntad no
pudiera realizarse en la experiencia, no por ello dejaría de ser valiosa y objetiva.
Obrar con arreglo a la buena voluntad equivale a actuar conforme al deber y por el
deber mismo; a hacer el bien, no por mera inclinación, sino por respeto al deber. En
este sentido, por ejemplo, se debe procurar la felicidad, pero no por inclinación (como
piensan los eudemonistas), sino por deber; sólo entonces tiene la conducta un
verdadero valor moral.
Un ejemplo del propio Kant aclarará un poco más esta doctrina kantiana: un hombre
desahuciado, enfermo, que haya perdido todo interés por la vida, tenderá, por
inclinación, a pensar en el suicidio: sin embargo, la ley moral (obrar conforme a la
buena voluntad) le obliCrará a respetar su vida, a pesar de que sus deseos. o
inclinaciones sean contrarios a este deber. En esto consiste obrar por deber y no por
inclinación. Así, pues, la ética kantiana nos insta a acallar los deseos, apetitos e
inclinaciones, para escuchar solo el imperativo del deber, el cual es eminentemente
racional.
Vitalismo
El vitalismo entraña una diversidad de corrientes, pero todas coinciden en afirmar que
lo bueno radica en la vida y en todo aquello que la impulse y desarrolle.
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Schopenhauer: en El mundo como voluntad y representación del gran filósofo
pesimista encontró "un espejo donde vi el mundo, la vida y mi propia naturaleza,
pintados con grandeza terrible". En ese mismo año 1865, proclama a Ricardo Wagner
ante el universo como el Esquilo moderno que restablece los mitos y símbolos y que
une la música y el drama en "una especie de éxtasis dionisiaco: Sin embarro, más
tarde el propio Wagner habría de decepcionarlo por su viraje a una música de
profundos mensajes cristianos: ahora Wagnér ya no es el artista que exalta los valores
de la vida, sino el adulador de los instintos budísticos y nihilistas disfrazados con el
esplendor de la música.
Nietzsche afirma por boca de Zaratustra: "Lo que no soy, esto es para mí la bondad."
Esta frase encaja bien en la propia vida del autor de Así hablaba Zaratustra.
Nietzsche distingue entre una moral de señores y una moral de rebaño. La primera es
la norma aceptada por la antigüedad clásica. especialmente en Roma (donde la virtud
era virtud virilidad, valor, audacia, braveza); la segunda en cambio, procede de los
judíos; en ellos la sumisión engendra la humildad y el desamparo, el altruismo. La
moral de rebaño alcanza su plenitud
en la doctrina de Jesús: según é1 todos los hombres tienen igual valor y los mismos
derechos; de su doctrina proceden la democracia, el utilitarismo y el socialismo; el
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progreso empezó a decidirse en términos de igualamiento y vulgarización progresivos,
en términos de decadencia y vida descendente.
La ética de Nietzsche lleva hasta sus últimas consecuencias- la teoría evolucionista de.
Darwin y Spencer, observa que la meta del esfuerzo humano no es la elevación de
todos sino la cultura de los mejores y más fuertes (moral del superhombre). El fin del
matrimonio es la superación de la especie, la creación del superhombre. Los mejores
sólo deberían casarse con los mejores, el amor debe dejarse para la chusma. "Llamo
matrimonio, dice Nietzsche, a la voluntad de dos para crear a éste único que es más
que los que han creado. Llamo matrimonio al respeto mutuo entre los que se quieren
movidos por esa voluntad."
El superhombre está más allá del bien y del mal (más allá de la moral común y
corriente), lo bueno para él es todo lo que aumenta el sentimiento de potencia, la
voluntad de potencia, el amor al peligro, la energía, la inteligencia y el orgullo.
Perfeccionismo
También podemos señalar como otro criterio estimativo o modo de valorar lo bueno, al
llamado perfeccionismo. Se trata de una doctrina que considera que el fin ético de la
vida es la perfección moral. Como representante de esta tendencia se menciona a
Santo Tomás Aquino (1225-1274) figura relevante de la filosofía escolástica. Santo
Tomás, como se sabe, parte de la ética aristotélica, sólo que trata de adaptarla e
interpretarla a la luz de la moralidad cristiana. Considera que los únicos actos del
hombre que caen propiamente dentro del campo de la moral son los actos libres, o se
aquellos que provienen del hombre concebido como un ser racional y libre. Esos actos
humanos tienen su fuente en la voluntad, y el objeto de la voluntad es el bien. Pero el
bien perfecto y sumo no debe buscarse en ninguna cosa creada, tangible o contingente
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(riquezas, placeres, honores, etc.) ni siquiera en la vida teorética y especulativa que
para Aristóteles, constituía el meollo de la felicidad, sino solamente en Dios;
considerado como el Bien supremo e infinito. Así, de este modo, la felicidad perfecta
del hombre consiste en la visión de Dios. Según Santo Tomás, "en esa vida el hombre
puede conocer que Dios existe, y puede alcanzar una noción análoga e imperfecta de
la naturaleza de Dios, pero solamente en la vida futura puede conocer a Dios como es
en Sí mismo, y ningún otro fin puede satisfacer la perfección moral.
La felicidad propuesta por Aristóteles era imperfecta, pues se limitaba a los cánones de
esta vida. Y como señala Copleston, asiduo estudioso del tomismo. "la ética de
Aristóteles era una ética de la conducta humana en esta vida, mientras que Santo
Tomás no procede al desarrollo de la ética sin antes tornar en consideración la
felicidad perfecta (de ahí su perfeccionismo) que solamente puede conseguirse en la
vida futura, una felicidad que consiste principalmente en la visión de Dios.
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CAPITULO II
Una nota esencial de la moral es su carácter obligatorio, toda norma moral establece
obligaciones. El problema de la obligatoriedad moral consiste, por un lado, en
determinar de dónde proviene el carácter obligatorio de las normas morales; y, por
otro, aclarar qué es la obligación moral, cuál es la fuente de la que brota la conciencia
del deber qué estamos obligados a hacer (contenido de lo obligatorio).
¿De dónde proviene la fuerza obligatoria de las normas morales? ¿La obligatoriedad
viene de una voluntad extraña al hombre o, por el contrario, proviene de su propia
voluntad? Dos son las corrientes que tratan de responder a esta interrogante:
Ética heterónoma
Afirma que la fuerza obligatoria deriva de normas impuestas por una autoridad exterior
(heteros, extraño; nomos, ley).
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En la heteronomía no es la voluntad la que se da a sí misma la ley , sino el objeto, por
su relación con la voluntad, es el que da a ésta la ley.
Hegel también acaba por divinizar al Estado; el Estado, dice este filósofo, es la marcha
de Dios en la tierra. Hegel es el enemigo de los ideales democráticos. Según el
Filósofo alemán, el Estado no es sólo una parte especial de la vida política, sino su
esencia misma. El Estado no sólo representa, sino que es la encarnación del espíritu
del mundo. El verdadero orden ético no deriva de una ley moral individual. Sino de la
vida del Estado, que es el mismo espíritu absoluto y verdadero, que no reconoce
ninguna regla abstracta de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y, lo mezquino, de la
astucia y el engaño.
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Otro ejemplo de heteronomía es la que descansa en la religión. Según la ética religiosa
la autoridad, la obligación, proviene de Dios, garante y juez supremo de todo orden
moral. Sólo en Dios se encuentra el principio de la obligación moral. Cuando a
Abraham se le aparece un ángel y le ordena sacrificar a su primogénito, éste tiene que
obedecer sin poner en tela de juicio el mandato divino.
Ética Autónoma
"El principio de la autonomía, dice Kant, es no elegir de otro modo sino de éste; que las
máximas de la elección, en el querer mismo, sean al mismo tiempo incluidas como ley
universal".
Un comportamiento autónomo es aquel que se rige por sí mismo con arreglo a una ley
universal o imperativo categórico. En cambio, en un comportamiento heteronomo, la
voluntad no se da a sí misma 1a ley, sino que es un impulso extraño el que le da la ley
por medio de una naturaleza de sujeto, acorde con la receptividad del mismo.
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justificación del hombre ante sí mismo. La ética kantiana expresa este ideal, en buena
medida.
La ley moral es sagrada (inviolable). Sin duda el hombre es harto impío, pero la
humanidad en su persona debe ser sagrada para él. En toda creación, cuanto, se
quiera sobre lo cual se tenga poder, puede emplearse también como mero medio,
solamente el hombre, es el sujeto de la ley moral que es sagrada, en virtud de la
autonomía o de la voluntad.
Afirman que la bondad o maldad de .una acción no depende de las consecuencias sino
de una primacía del concepto de deber. Entre sus representantes está W. D. Ross, A.
C. Ewign y H. Prichard. Según las doctrinas deontológicas, es bueno cumplir una
promesa porque cuando se ha hecho una protinesa ha quedado uno obligado a
cumplirla por la misma naturaleza de acto, sin tener en cuenta las inclinaciones ni las
consecuencias.
Por su. Parte, Ross afirma que se conocen las verdades de la ética tal como se
conocen las de la matemática, si no mejor; Uno sabe que hay que portarse bien; que
hay que observar las promesas, a menos que una razón de peso exima de su
observancia; que hay que interesarse por el bienestar ajeno antes, que el propio, que
hay que tratar de ser mejor.
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Teorías Deontológicas de la Norma
Sostienen que lo que se debe hacer en cada caso depende de una norma objetiva,
universalmente válida; en este caso está la ética de Kantt, quien considera que el
deber es la acción cumplida únicamente en vista de la ley y por respeto a ella. “Una
acción cumplida dice Kant por deber tiene su valor moral. No en la finalidad (como
afirma la teoría ideológica de la obligación) que debe logarse con ella, sino en la
máxima que la determina; por lo tanto, su valor no depende de la realidad del objeto de
la acción: sino únicamente del principio de la voluntad que ha determinado esta acción,
sin referencia a ningún objeto de la facultad de desear."
Según Sartre, el hombre inventa al hombre. El hombre, sin ningún apoyo ni Socorro,
está condenado a cada instante a inventar al hombre.
“Si los valores son vagos y si son siempre demasiado vastos, para el caso preciso y
concreto que consideramos, sólo nos queda fiarnos de nuestros instintos."
Teorías Teleológicas
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La segunda corriente de la obligación recibe el nombre de teoría teleológica (del griego
telos, fin). Según estas teorías, la bondad o maldad de una acción depende
únicamente del efecto o consecuencia que tenga, de ahí que también se les llame
teorías consecuenciales.
Este problema está encaminado a caracterizar al acto moral. Entre las preguntas que
se formula están: ¿qué es un acto moral?. ¿cuáles son las condiciones o requisitos que
reclama un acto moral?, ¿cuáles son los elementos esenciales que conforman al acto
moral?
El acto moral, coma se verá, entraña todo un proceso en que se interrelacionan una
serie de elementos o pasos. Podríamos definirlo diciendo que es el proceso mediante
el cual un sujeto moral realiza un comportamiento susceptible de ser valorado bajo un
sentido moral (bueno o malo).
En relación con los requisitos que nos permiten efectuár un acto moral, cabe
mencionar la libertad y conciencia del sujeto. Un acto adquiere el calificativo de moral
cuando ha sido realizado en una forma libre y consciente. De esta manera, la libertad
es una condición fundamental y necesaria en la esencia del facto moral; pues, por
ejemplo, el acto de un individuo que ha sido réalizado bájo una coacción interna o
externa no cae en la esfera de la moral. Lo mismo podemos decir de los actos
inconscientes. Frecuentemente se dice; las acciones de los niños (seres sin plena
conciencia moral), de los imbéciles o de los locos no tienen calidad moral, pues ellos
no saben lo que hacen.
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Según, John Dewey, en su obra Teoría de la moral, los requerimientos que debe
poseer un sujeto para realizar un acto moral son:
Considerados en forma aislada, muchos actos de la vida diaria pueden ser indiferentes
a la moral, por ejemplo: levantarse por la mañana, vestirse, desayunar, ir a trabajar,
etc. Sin embargo, estos actos, pensados en una totalidad, adquieren un sentido moral.
Los actos cotidianos son insignificantes aisladamente, pero son importantes en su
conjunto. Por ejemplo, como dice Dewey.
Así, pues, los actos morales cobran todo su sentido en su conjunto en su interna
conexión; hay actos aparentemente intrascendentes que ninguna música celebra, que
no provocan el menor elogio, que permanecen callados e ignorados, pero que juntos
hacen posible el surgimiento de la moral y, por lo tanto, la aprehensión de valores.
En realidad el acto moral involucra todo un proceso, en cuyo análisis puede intervenir
la psicología prestándola un gran apoyo a la ética.
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Insistimos en que ante la crisis de este fin de siglo debemos pensar la construcción de
nuevos espacios de discusión y análisis que tengan como punto de partida una lectura
veraz de la realidad de América Latina y, en lo posible, no partir de la idea de que ésta
es el resultado de un pos-colonialismo o un ejemplo del pos-modernismo. En realidad,
América Latina no puede denominarse pos de nada porque no ha eliminado de su
realidad las estructuras que le fueron impuestas. Por ello, si intentamos reconsiderar
las posibilidades de un desarrollo auténtico para América Latina este debe tener como
método una interpretación de los fracasos que le impidieron superar el colonialismo y la
modernidad, y como finalidad la internalización de pautas que le permitan recuperar su
sentido pluralista. Sólo desde allí se podrán evaluar sus condiciones para un desarrollo
sustentable y el reconocimiento de su importancia como testigo y agente de fracasos
emancipatorios. Desde esa realidad es que podremos replantear la presencia o la
ausencia de una ética social de características propias que ha estado construyéndose
y reconstruyendo permanentemente en luchas de reivindicación social. Sin lugar a
dudas, la historia de América Latina es la historia de las luchas reivindicatorias que han
tomado partido por:
Ya que los asalariados que son la mayoría de la población americana están en una
condición social íntegra y perpetuamente supeditadas al dinero por razones mínimas
de subsistencia. Es en esta condición social – la del trabajador urbano o rural- dónde
se manifiesta una de las carencias más sentidas del humanismo: la del desarraigo. La
principal dificultad social de nuestra época proviene justamente de ese sentimiento, ya
que en cierto sentido los trabajadores asalariados están permanentemente
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desarraigados aunque permanezcan en su lugar. La continua búsqueda de mejores
salarios los obligan a cambiar de lugar de trabajo y, a menudo. de profesión,
moralmente están desarraigados. Por otra parte, la desocupación es también condición
intimante del desarraigo. Y en nuestro país la multitudinaria decisión actual de emigrar
a Europa en búsqueda de inciertos lugares de trabajo generará en poco tiempo una
población de argentinos ajenos a sus propias raíces. Y lo que es peor, una generación
enfrentada con su propio país. Por ello, una ética para el desarrollo deberá tener en
cuenta la necesidad de generar autoestima recuperando para la población la
satisfacción del trabajo al que se han dedicado años de experiencia. El arraigo es
quizás la necesidad más importante y más desconocida del ser humano, y es un deber
ético de las políticas laborales reconocer su importancia.
Según lo expuesto, las políticas laborales que planifican un desarrollo sociocultural integral
deberán interesarse por lo tanto en trabajar para la recuperación y difusión de las praxis
que mantienen aún en estado de alerta el largo proceso de construcción de las naciones
americanas, la matriz de origen de sus pueblos, sus procesos de unificación, la
constitución de las formas ideológicas, y la construcción de singularidades que hicieron
posible las diferencias que existen en cada una de nuestras culturas. Porque pese a la
implementación de su modelo la perspectiva universalista de la globalización, utilizada
como polo de análisis, es una visión inapropiada de la realidad. Y, es tarea de educadores
y capacitadores recuperar la visión adecuada. Ya que, “El ser humano tiene una raíz por su
participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que conserva vivos
ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos del futuro. Participación natural, es
decir producida naturalmente por el lugar, el nacimiento, la profesión, el medio. Cada ser
humano tiene necesidad de recibir de la casi totalidad de su vida moral, intelectual,
espiritual, por intermedio de los ambientes de los que forma parte naturalmente” (Simone
Weil 1943)1.
21
c). La equidad sociocultural2
Hay que admitir que la expresión “es real”, era una expresión muy significativa para el
hombre y que una definición de la realidad debe ser siempre anterior a toda otra
definición. Es decir que la aceptación de una realidad es anterior a todo otro
conocimiento. Esta primacía condiciona fundamentalmente el empleo del vocablo y la
asimilación del concepto ya que tal como lo hemos manifestado, no existe una
definición unívoca de la “realidad” y mucho menos de la realidad sociocultural.
Sin embargo, hoy debemos acordar que a toda definición personal o social de realidad
hay que anteponerle el marco –¿impuesto, producido?- de la globalización. Marco que
enfatiza el siglo XX como referencia para un proyecto de coparticipación cultural
internacional, es decir de identidad mundial que ofrece “un arquetipo de sociedad
compartida para toda la humanidad”. Su implementación a través de diferentes
prácticas sociales tales como las políticas económicas y la redefinición de espacios de
territorio, nación y mercado, han modificado aceleradamente las definiciones
tradicionales a las que el hombre y la sociedad recurrían para mantener su “lugar en el
mundo”, poniendo en peligro la claridad de los datos de las memorias colectivas.
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nuestros tiempos. A ellas tienen que enfrentarse los países grandes o pequeños.
Desafío apenas comprendido que se vive de forma no equitativa porque es desigual el
acceso a la educación, a la capacitación y a la especialización. La globalización
posibilita y niega, integra y excluye, impulsa y frena según las características de los
sujetos, de los espacios sociales y según su inserción comprensiva de los procesos
globales. Sabemos que esta dialéctica constante y progresiva ha creado actitudes
negativas y hasta destructivas en la calidad de vida de las poblaciones.
Para ello se deben planificar con cuidado los contenidos de toda información. Una cosa
es la esencia conceptual de la soberanía que implica el derecho a existir con identidad
propia en diversidad y democracia; y otra reinstalar la agresividad de los nacionalismos
políticos. El reto de la época se resume pues, en renovar de manera sensata el
conocimiento de los valores de la soberanía de las naciones, revigorizando en primer
lugar la de las naciones periféricas- que han sido marginadas-. Es decir que el reto
acaso mayor de nuestro tiempo consiste en democratizar la globalización ya que
pareciera que no podemos rehuirla. Y acabar de entender que el derecho de todos a
una soberanía renovada constituye la piedra angular de una globalización democrática.
Todo lo cual tiene una especial importancia para las instituciones educativas y para
una ética social.
Parece obvio que el derecho para gobernar se basa en la capacidad para hacerlo. En
general el que sabe mejor tendría que decidir por encima de los otros. Tampoco se
duda de que en la esfera de la economía se puede conservar la competición como un
factor estimulante, siempre que se lo combine con la cooperación. En realidad el mayor
mal del presente no está causado por el mercado o por la competición que apunta a
la maximización de ganancias. La causa de la crisis de hoy corre más profundamente.
Está en la naturaleza misma del mercado y consiste en el predominio de un tipo de
23
interés privado por encima del interés de todos los otros, reduciendo la función del
mercado a una sola dimensión: la ganancia.
Por ello, hoy más que nunca la solidaridad se vuelve una necesidad de la vida cotidiana,
un hecho empírico de dependencia mutua para el éxito. La solidaridad junto a la
cooperación voluntaria que tiene como finalidad un bien común crean, tal como lo había
intuido Aristóteles, una multiplicación cualitativa de la habilidad de la comunidad humana,
en su conjunto, para resolver problemas.
24
personalidad histórica, no existe una moral ni una verdad que garantice el sentido de
esos fragmentos y de esas representaciones.
INTERNET 2
4
25
TITULO: Ética: principales problemas
AUTOR: -------------------------
PAGINA WEB : http://html.rincondelvago.com/etica_principales-problemas.html
La ética plantea su problemática con el rigor propio de toda ciencia y crea una
terminología especial para nombrar y caracterizar cada uno de sus problemas.
Puede decirse que la ética y la estética son los dos campos de la filosofía de mayor
aplicación de lo que se denominará la teoría de los valores, aunque es difícil definir lo
que es el valor, ejemplo: lo bueno, lo justo, lo bello, etc; Son valores que atribuyen el
perfeccionamiento humano, al pensamiento del hombre, soslayando su actividad.
Antes que se hubiera constituido la axiología, los valores eran comprendidos en forma
aislada y asistemático. Uno de los primeros filósofos que habla de valores es el alemán
Federico Nietzsche, este concepto es empleado por los discípulos de Brentano,
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Una de las obras más importante sobre la Teoría de los Valores, apareció en este
siglo, un año antes que estallara la primera guerra mundial; esta obra se debe al
filosofo Max Scheler y se llama: Der formalismus in der Ethik un die Materiale Watethik
Volviendo al problema que pregunta sobre la existencia de los valores, puede decirse,
en general, que los filósofos están de acuerdo en que los valores existen, pero difieren
en cuanto al modo de existir; de ahí que pueda hablarse de las siguientes corrientes:
Exista el sujeto.
Según el subjetivismo, los valores no existen en si y por si, sino que son meras
creaciones de la mente, existen solamente para mí; lo que hace a una cosa valiosa es
el deseo o el interés individual.
27
Historicidad de los valores. La relatividad de los valores se debe a su carácter
concreto e histórico, gracias a este, los valores están condenados a quedar
encerrados en la prisión
Ahora bien si los valores suponen un orden jerárquico, puede preguntarse: ¿Existe
acaso una jerarquía objetiva y definitiva que sirva de referencia para ordenar todas las
valoraciones'?. Este es el planteamiento que formula el problema de la jerarquía de los
valores.
Este es uno de los problemas más difíciles que la Axiología tiene que resolver y en
realidad no lo ha resuelto satisfactoriamente.
Si los valores pueden ser conocidos, ¿Qué tipo de conocimientos es el que permite
captar los valores?, ¿ Es un conocimiento intelectual o, por el contrario, emocional e
intuitivo ¿ ¿Qué limites tiene este conocimiento?
Si los valores fueran captados por una operación intelectual, entonces éstos serían
conceptos u objetos ideales; si fueran objetos reales, serían captados por los sentidos,
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Aunque esto se argumenta que un bien, o sea donde está depositado el valor, puede
ser captado sensiblemente, pero el valor no.
A manera de conclusión se dirá que la esencia del valor es concebida en forma diversa
por los filósofos. La Axiología entraña una diversidad de corrientes, pero a todas ellas
les interesa saber que es el valor, conocer la naturaleza del valor.
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1.- Teoría de lo bueno o criterios estimativos. Se denomina teoría de lo bueno o
criterios estimativos a las diversas doctrinas que intentan solucionar el problema de
investigar que es lo bueno; estas doctrinas son, fundamentalmente las siguientes:
Formalismo: Se conoce también como ética formal, la cual es una teoría que no se
basa en el mundo de los hechos (experiencia)
Una nota esencial de la moral es su carácter obligatorio, toda norma moral establece
obligaciones. El problema de la obligatoriedad moral consiste, por un lado, en
determinar de donde viene el carácter obligatorio de las normas morales, y por otro,
aclarar que es la obligación moral, cual es la fuente de la que brota la conciencia del
deber, que estamos obligados hacer.
Ética Heterónoma: Afirma que la fuerza obligatoria deriva de normas impuestas por
una autoridad exterior.
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Teorías Deontologicas: Afirman que la bondad o maldad de una opción no
depende de las consecuencias sino de una primacía del concepto del deber.
El acto moral, como se vera, entraña todo un procesa en el que se interrelacionan una
serie de elementos y pasos. Podríamos definir el acto moral diciendo que es el proceso
mediante el cual un sujeto moral realiza un comportamiento susceptible de ser
valorado bajo un sentido moral.
Estructura del acto moral: Pueden distinguirse los siguientes elementos que
integran el acto moral:
Motivos e intensiones: se puede decir que un mismo acto se puede realizar por
diferentes motivos: buenos o malos, concientes e inconscientes.
Conciencia del fin que se persigue: Se entiende por ello la anticipación ideal del
resultado que se pretenda alcanzar.
Decisión: Esta es la capacidad que tiene el sujeto para actuar por si mismo, en
concordancia con lo que cree que es la mejor elección o alternativa.
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Medios: Se necesita, además, la conciencia de los medios para realizar el fin
escogido, los medios deben ser tan morales como los fines.
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Los medios con los que cuenta el individuo para llevar a efecto la moralización reciben
el nombre de bienes morales o agentes moralizadores, y pueden ser los siguientes:
6.- REALIZACIÓN DE LA MORAL.
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prerrogativa de ejercer sus facultades y desarrollar su personalidad coadyuvando, al
mismo tiempo, al beneficio social.
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CONCLUCIONES
A) Los Problemas de la Ética
Ya que las normas morales existen en la conciencia de cada uno, esto provoca que
existan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de considerar
las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas. Estos
problemas se mencionan a continuación.
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todo hombre deba acatar los valores ya definidos?, o si los valores son
subjetivos porque ¿dependen de la mentalidad de cada sujeto?. También existe
otro aspecto, su conocimiento, ¿cómo podemos conocer los valores? y en sí
¿cuál es su esencia?
4. El Problema del Fin y los Medios. Muchos sostienen la importancia del fin de tal
modo que cualquier medio es bueno si se ejecuta para obtener un fin bueno,
esto se conoce como la tesis maquiavélica "El fin justifica los medios", pero con
esto lo único que ocurre es que se sobre valoran las "buenas intenciones " de un
acto, que es parte del interior del ser y se descuida el aspecto externo del acto
(intenciones y finalidades). Con esto quiero decir que "El fin jamás va a justificar
los medios".
5. El Problema de la Obligación Moral. Esto está íntimanete ligado con el tema de
los valores ya que normalmente se dice que lo que se hace por
obligación, pierde todo mérito , en cambio, cuando se realiza por propio
convencimiento, adquiere valor moral. Con esto se da a entender que la
obligación moral le quita al hombre la única posibilidad de ser el mismo, de
cuerdo con su propia moralidad y con su propio criterio. Pero hay que clarar
también que una cosa es la obligación entendida como coreción externa y otra
como la obligación basada en la presión interna que ejercen los valores en la
conciencia de una persona.
6. La Diferencia entre Ética y Moral. Este es un problema que yo creo que a la
mayoría de las personas nos ha ocurrido y nos hemos preguntado ¿qué no es lo
mismo?. Pues no, por definición de raíces significan lo mismo (costumbre), pero
en la actualidad se han ido diversificando y lo que hoy conocemos como Ética
son el conjunto de normas que nos vienen del interior y la Moral las normas que
nos vienen del exterior, o sea de la sociedad.
La ética teleológica es generalmente una ética orientada hacia fines, hacia un "télos"
(en griego, fin u objetivo que perfecciona a quien lo alcanza).
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Hume ha planteado la objeción de que la transición de ser no-debe "para ser legítimo ("
Ley de Hume "). Bajo la falacia de la partida "naturalista" de George Edward Moore ha
planteado las cuestiones estrechamente relacionadas, pero que no son estrictamente
los mismos.
Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con
frecuencia pasan inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y empírica de
términos como "esencia", "Naturaleza", "determinación", "función", "final", "sentido" u "
Objetivo alcanzado". Así, la palabra "objetivo" es incluso lo que en realidad busca una
persona (Su meta es graduarse). La palabra objetivo puede referirse también a lo que
debe perseguir un hombre (por ejemplo, cuando se dice de alguien que perdió el
objetivo o la meta de su existencia humana).
Tomando nota de que esto supone que se ha deducido lógicamente que el ser es una
justificación de las normas aún no desesperada. Porque, además de las declaraciones
normativas y de los registros, hay voluntades. La expresión de la voluntad de una
persona: "No quiero ser molestado en la siguiente hora por cualquier persona" incluye
el deseo de que la norma "Nadie me debe molestar en la hora siguiente" sea capaz de
ser acogida y respetada por otros. El punto central será saber si la expresión de la
voluntad de esa persona sea o no sea éticamente correcta, o sea simplemente un acto
arbitrario que no exige un respeto absoluto por parte de otros.
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COMETARIO PERSONAL
Los problemas éticos son cotidianos. El hombre los tiene a cada paso.
Ya que las normas morales existen en la conciencia de cada uno, esto provoca que
existan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de considerar
las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas. Todo
esto tiene sus variables. La libertad humana no es absoluta. Existen varios obstáculos
que disminuyen y, a veces, nulifican la libertad de la conducta humana. El Estudio de
ellos proporciona mayor claridad para la comprensión de los actos humanos en la vida
real. En la medida en que falta libertad, el acto humano pierde su calidad de humano y
llega a convertirse en un simple acto del hombre. A pesar de esto, la libertad puede
conquistarse e incrementarse a partir del nivel de desarrollo y madurez propio de cada
uno. Afortunadamente existen procedimientos psicológicos que fomentan este gradual
crecimiento de la libertad personal. Los problemas de la ética:
1. El problema de la diversidad de sistemas morales: Este se da debido al pluralismo
existente en las tendencias frente a un mismo acto. Las opiniones que alguien tiene no
siempre son las mismas en todos lados.(para cuando algunas personas un acto es lo
correcto, para otros es inmoral, por ejemplo el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc.)
2. El problema de la libertad humana: La libertad humana no es del todo real, ya que
todo individuo está de cierta forma condicionado por una sociedad en la cual toda
persona actúa bajo una presión social, cultural o laboral; aunque considerando a la
ética y la moral, permite conservar una conciencia, misma que permite a una persona
actuar en base a un criterio propio. El problema está en la incompatibilidad de la
libertad humana y las normas morales, o sea en el ser y el deber ser. La libertad
personal es considerada como uno de los valores más propios e íntimos de la
existencia humana. Por tanto, se plantea el problema de las normas morales en cuanto
que afectan a la libertad humana. Es muy conocido el caso de la rebeldía del niño, del
adolescente, del joven y del adulto frente a ciertas autoridades y leyes. El rebelde
considera que su libertad es un valor primordial y que por tanto, no está dispuesto a
ceder ante ciertas órdenes, mandatos, autoridades.
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BIBLIOGRAFIA
INTERNET 1
INTERNET 2
AUTOR: -------------------------
PAGINA WEB : http://html.rincondelvago.com/etica_principales-problemas.html
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