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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1
Instituto de Estudios Almerienses
Colección Historia, nº 58
ISBN: 978-84-8108-638-6
Dep. Legal: AL 1137 - 2017
Primera edición: Julio 2017
Maquetación: Ignacio López-Gay Belda
Imprime: Artes Gráficas M-3
Editado en España
A todos los que en el pasado y en el presente
han contribuido al conocimiento y a la enseñanza
de la Historia de Almería.
Índice
Prólogo 6
Primera parte:
José Ángel Tapia: su vida, su obra y reconocimientos 14
Segunda parte:
La historiografía almeriense en las últimas décadas 61
Tercera parte:
La investigación y la divulgación de la Historia en el siglo XXI 218
PRÓLOGO
José Ángel Tapia Garrido, el padre Tapia, fue un hombre de su época, apasionado de la
Historia de su tierra. Desde su educación en el seminario, y sus estudios de doctorado
en la Facultad de Teología de Granada, fue capaz de formarse de manera prácticamente
autodidacta en las diferentes disciplinas históricas, entrando en contacto con los mejores
investigadores del momento, tanto a nivel nacional como internacional. Precisamente por
ello, y por su carácter fuerte e independiente; y posiblemente por su formación clerical y
por su trabajo como sacerdote en las parroquias, estuvo en contacto con quienes cono-
cían la documentación histórica, los yacimientos. Los analizó de manera diferente a como
lo habían hecho los historiadores locales hasta el momento, construyendo una obra sin
precedentes en el territorio almeriense. Por ello constituye un gozne entre los diferentes
historiadores denominados clásicos y los investigadores de las generaciones siguientes,
para quienes fue un referente importante, e incluso, para algunos de ellos, maestro.
A lo largo de los últimos lustros de su vida, el padre Tapia (Abla, 1914 – Almería, 1992)
fue reconocido como insigne historiador, otorgándosele distinciones y homenajes, como
pone de manifiesto de manera precisa José Ruiz Fernández en el trabajo que recoge
los homenajes. Una obra, esta que el lector tiene en sus manos, que pretende ser el
reconocimiento sencillo de los investigadores almerienses a su labor, en el centenario de
su nacimiento. Tiene en su origen las actividades que se han desarrollado en la ciudad
de Almería y en los municipios de Berja, Vélez Blanco y Abla. En ellas, en diferentes
intervenciones, se puso de relieve la evolución de la historiografía sobre la provincia de
Almería en las últimas décadas; se analizaron diversas formas de construir y transmitir
la Historia a través de internet y las redes sociales, de los museos o de la literatura; se
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Como se ha apuntado, esta obra recoge los trabajos presentados en las actividades del
centenario. Inicia el volumen, como no podía ser menos, el análisis detenido y profundo
de la vida y la obra del padre Tapia, realizado por Lorenzo Cara Barrionuevo. Destaca
la preocupación de Tapia por la investigación, por el apego a las fuentes documentales,
por publicar los resultados de sus trabajos en todos los medios que tuvo a su alcance.
En definitiva, su labor publicista desarrollada en las localidades donde estuvo destinado
como párroco (Vélez Blanco y Berja) primero, y en la ciudad de Almería cuando fue
eximido de las tareas pastorales y se le permitió dedicarse exclusivamente al trabajo de
historiador. Completa este aspecto el recorrido que hace José Ruiz Fernández por los
diferentes homenajes que se tributaron al insigne historiador.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La historiografía modernista sobre Almería es repasada con precisión por Antonio Mu-
ñoz Buendía. El autor justifica previamente la necesidad de integrar lo local y lo general.
Recoge de forma exhaustiva toda la producción de los historiadores modernistas en un
trabajo que aporta un preciosa e importante visión de conjunto sobre los temas que han
preocupado a los investigadores en los últimos lustros y recorre las lagunas, temáticas o
temporales, que sigue teniendo la Historia de nuestra provincia, entre las que destaca de
forma importante el siglo XVII, el gran pariente pobre de los estudios sobre el Antiguo
Régimen.
Las obras publicadas sobre los siglos de la época contemporánea son analizadas por Fer-
nando Martínez López en el trabajo que denomina A propósito del padre Tapia. Notas sobre
la historiografía de la Almería contemporánea. Como dice el autor, su objetivo es “enunciar
las diferentes facetas del conocimiento histórico en las que más han puesto el acento las
investigaciones y se nos han brindado trabajos pioneros y tesis doctorales y situar posi-
bles campos de estudio que sería conveniente transitar en un futuro para llenar lagunas
hoy existentes o tal vez darle mayor cualificación a los análisis”. Todo ello hecho con
rigor, organizadas las publicaciones temática y cronológicamente, señalando cómo se
echan en falta trabajos generales sobre esta época, sobre todo, en el punto de vista po-
lítico. Una carencia que no es única para la Historia contemporánea, sino para todas las
épocas. Desde que José Ángel Tapia publicara su Historia General de Almería, únicamente
se han editado la inconclusa Historia de Almería por el Instituto de Estudios Almerienses
y la homónima distribuida por La Voz de Almería, ambas con un claro signo divulgador,
y firmadas en la última década del siglo XX. Hace falta que la institución de estudios
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locales provincial, el IEA, tomase de su mano este proyecto: impulsar y editar una obra
de referencia que recogiese en una construcción única todas las aportaciones a la historia
de nuestro territorio, que han sido muchas en las últimas décadas, como se ha puesto de
relieve en esta parte sobre la historiografía.
Los trabajos sobre estos temas comienzan con el de Sebastián Souviron Bono titulado
La Historia en el siglo XXI: redes sociales, herramientas y recursos digitales para un historiador
2.0. Nos presenta cómo internet ha cambiado, revolucionado podríamos decir, la forma
de acceder los historiadores a las fuentes documentales, de elaborar los contenidos y de
presentarlos a los lectores de forma inmediata e interactiva. Cómo, no solo el tradicional
libro de papel, sino incluso el cedé como el que el lector tiene entre sus manos tienen
los días contados.
Durante las últimas décadas han surgido una pléyade de revistas de índole local que han
colaborado, aunque de manera desigual, al conocimiento y a la divulgación de nuestro
pasado más o menos cercano. Antonio Campos Reyes, en su estudio denominado La
aportación de las revistas locales a la Historia almeriense, analiza los importantes logros y los
retos a los que se enfrentan las revistas sobre la Historia de Almería en esta segunda
década del siglo XXI. También pone de relieve las secciones en las que se organiza la
presentación de sus contenidos en estas publicaciones, así como sus carencias. Destaca
también quiénes han sido sus protagonistas, los promotores, las personas que han sido la
base fundamental de estos proyectos editoriales. Pero si estas publicaciones han permiti-
do un desarrollo importante de la investigación y de la puesta en valor del conocimiento
del pasado, los museos, que han crecido en la provincia de forma importante en los úl-
timos años, y las exposiciones temporales, han hecho llegar a miles de personas detalles
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
María del Mar Felices de la Fuente y Álvaro Chaparro Sainz nos acercan al empleo de
la novela histórica como un recurso para explicar la Historia en el aula de Secundaria y
Bachillerato. A partir de dos obras del almeriense Alfonso Viciana Martínez-Lage, Cinco
Historias necesarias y El engaño del general, describen los planteamientos y la temática de
ambas novelas y presentan varias propuestas para llevar a cabo en los diversos cursos
de la enseñanza media. En definitiva, aportan herramientas para que nuestros jóvenes
alumnos puedan conocer el pasado de una forma amena.
La cuarta parte de este volumen recoge aquellas aportaciones sobre la Historia de las
comarcas almerienses que los investigadores presentaron a los diferentes encuentros de
homenaje en Berja y Vélez Blanco. Se han ordenado aquí de forma cronológica y cons-
tituyen un recorrido por temas destacados muy diversos.
Santos Agüera Pedrosa, Antonio Luis Molina Berbel y Andrés Carrillo Miras nos aportan
un minucioso estudio de las torres atalaya del valle del Almanzora en la época nazarita,
naserita como denominan sus autores. Se describe su construcción, el sistema defensivo
general del valle, su situación de abandono generalizado en la actualidad y se reivindica
con propuestas concretas la urgente necesidad de intervenir en ellas. Pretenden con su
análisis poner “la primera piedra en la reparación de nuestro patrimonio, de nuestro le-
gado de unos tiempos duros, pero que crean el misterio necesario para seguir apostando
por ellos”.
El segundo, de Vicente Montojo Montojo, titulado Los Vélez y el reino de Murcia, analiza
las relaciones entre el territorio velezano almeriense y el reino de Murcia durante la
época Moderna a través de los datos documentales de los archivos históricos murcianos.
Describe los problemas jurisdiccionales, analiza los contactos entre diferentes comunida-
des de comerciantes, sus familias, los productos con los que mercadeaban y los destinos
de sus envíos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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dimensionar a los Fajardo de forma extraordinaria. Todo ello gracias al enlace de doña
Mencía de Requesens y la herencia -material y humana- que dejó a la casa marquesal.
La construcción de las iglesias de Vélez Blanco y el traslado de los supuestos restos mortales del
primer y segundo marqués de Los Vélez son las cuestiones que trata Dietmar Roth en su
interesante trabajo. De forma extensa describe el proceso de construcción de las iglesias
de la Magdalena y de Santiago, y el abandono de la fábrica de esta última, basándose
en una amplia y detallada documentación. También acerca al lector a la problemática
existente en torno a la muerte y el enterramiento de los dos primeros marqueses en
1546 y 1574 respectivamente, así como al hallazgo en 1834 de restos identificados en
aquel momento con los dos primeros señores de Los Vélez, su traslado a la parroquia de
Santiago y la tradición mantenida sobre ello hasta la actualidad.
El capítulo elaborado por Manuel Martínez Martínez, que se denomina Apuntes historio-
gráficos y documentales para una historia de los gitanos almerienses, está centrado en el análi-
sis de la etnia gitana durante la época moderna, especialmente el siglo XVIII. Reflexiona
sobre los “olvidos” de temas como éste por los historiadores, no solo almerienses sino
patrios. Nos pone de relieve cómo las obras que se han publicado en nuestro entorno
en los últimos años han contribuido de forma especial al desarrollo de una Historia del
pueblo gitano tanto a nivel nacional como a escala local.
Carlos Villoria Prieto nos acerca al personaje del jesuita almeriense Pedro Murillo Ve-
larde (1696-1753), su biografía y su producción historiográfica. Describe sus estudios
en Granada, su ingreso en la Compañía de Jesús, su traslado a Filipinas y su trágica y
misteriosa muerte. Pero el objetivo fundamental del capítulo es el análisis de su extensa
obra como historiador de las actividades de los jesuitas en el oriente asiático. En ella
destaca su “Historia de la Provincia de Filipinas de la Compañía de Jesús”, y, sobre todo,
su voluminosa “Geografía Histórica”.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
puede tener una visión de conjunto de todo el señorío que responde al interrogante
sobre el volumen de impuestos que los habitantes de Los Vélez soportaban en pleno
Antiguo Régimen, ya tuviesen su destino en la hacienda señorial, ya en las arcas de la
Iglesia y sus diferentes instituciones. Todo ello como paso previo para dilucidar si las
detracciones que los gravámenes ejercían sobre la renta generada eran más o menos
importantes que los aplicados después de la revolución liberal.
Entre el siglo XVIII y XIX se sitúa cronológicamente el estudio de Rosa Isabel Bretones
Bueno. Con un acercamiento novedoso en la historiografía almeriense, analiza los pe-
queños préstamos de capital, los llamados actualmente microcréditos, que se firmaron
en el mercado almeriense en la etapa que la autora denomina como “la antesala del
proceso de modernización del Almería”. Después de definir el concepto de microcrédito
de forma académica, nos pone de relieve las características de los establecidos en nuestra
ciudad. Cómo los demandantes eran generalmente personas con escasos recursos que
encontraron en esta fuente de ingresos la forma de hacer frente a gastos excepcionales
o de cubrir necesidades inmediatas, como la soldadura entre cosechas. También nos
descubre cómo los prestamistas eran una telaraña en la que todos estaban relacionados
por vínculos económicos, sociales y en algunos casos familiares.
Del siglo XIX, en este volumen, se recogen dos biografías de destacados personajes na-
cidos en la provincia almeriense. En la primera, el trabajo de Valeriano Sánchez Ramos
nos describe el recorrido vital de los García Martino, una familia de ingenieros en la
Berja decimonónica. Recoge interesantes datos biográficos de sus miembros más desta-
cados, desde Francisco de Sales García Gallardo, nacido en Berja a principios de siglo,
hasta sus hijos Pablo y Francisco García Martino, el más destacado de la saga, a quien
dedica la parte más extensa del relato. De este último se destaca su vertiente profesional
como ingeniero, participando en la clasificación de montes de 1859 y en la elaboración
del mapa forestal español (1868); su ampliación de estudios en Alemania, pensionado
por el gobierno español; y su participación activa en el mundo de la política, primero
con los liberales durante el Sexenio democrático, después acercándose a Sagasta durante
la Restauración. El otro trabajo biográfico del siglo XIX, firmado por Enrique Fernández
Bolea, recoge la semblanza de Diego María Madolell. Un personaje que, imbuido por la
ideología liberal, procuró desarrollar numerosos proyectos que aumentaran la riqueza
del territorio y, por ende, la propia, en una vida jalonada de éxitos y de fracasos perma-
nentes. Impulsor de canales de riego como el de Dalías o Benínar y de importantes obras
hidráulicas como el pantano de Níjar. Visionario que en ocasiones no levantaba plano
alguno antes de empezar los trabajos, cosechó permanentes discordias con sus socios
durante su participación en diversas sociedades mineras vinculadas con el auge que se
estaba viviendo en ese momento, especialmente en el Pilar de Jaravía.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Para finalizar el recorrido cronológico por la Historia de Almería se presentan tres tra-
bajos de orientación y temáticas muy diversas sobre el siglo XX. El primero, de Antonio
Ramírez Navarro, recoge de forma minuciosa los momentos del final de la Guerra Civil
en Almería, analizados desde la situación en la que se encontraron los comunistas, la
presión de las propias autoridades republicanas para impedirles o permitirles una salida
hacia el exilio, los problemas surgidos entre los diversos sectores políticos e incluso entre
los comunistas y la presión de las autoridades franquistas que impidieron de forma per-
manente el embarque. El segundo, titulado El título de conde de Xiquena, Vélez el Blanco
y Vélez el Rubio (en la raya misma de los reinos de Granada y Murcia): una merced nobiliaria
casi desconocida del siglo XV, reivindicada -sin éxito- en el siglo XX, en el que su autor, Án-
gel Custodio Navarro Sánchez, desgrana los pasos dados para descubrir el intento de
rehabilitación de los títulos nobiliarios de conde de Xiquena, conde de Vélez el Blanco
y conde de Vélez el Rubio, por parte de doña María Francisca Fernández de Bobadilla y
González de Aguilar. El autor describe de forma minuciosa sus pesquisas, indagaciones
y los frutos y desánimos que el proceso le iba proporcionando. Ante la unidad de títulos
nobiliarios del Ministerio de Justicia, ante el Consejo de Estado y, por último, ante el
Consejo de la Grandeza de España. Recorre asimismo la historiografía reciente sobre el
tema y justifica los motivos por los que la familia reivindicaba los títulos, para terminar
reflexionando sobre cuán diferente hubiese sido la Historia de los Vélez de haberse
mantenido vigentes esos títulos otorgados a don Juan Pacheco.
La tercera aportación sobre el pasado siglo está firmada por Concepción Pérez Morales.
Aunque los procesos electorales “modernos”, es decir, plenamente democráticos, se
desarrollaron en España desde el referéndum constitucional de diciembre de 1978, ya
desde la muerte de Franco en noviembre de 1975, diversas convocatorias preludiaban
de algún modo ese futuro democrático. Este es el caso de las elecciones municipales de
enero de 1976, que la autora describe en Vélez Rubio a partir de noticias de la prensa
local y de informaciones orales recogidas de los protagonistas.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Primera parte
José Ángel Tapia:
vida, obra y reconocimiento
14
TAPIA EN EL
LABERINTO
HISTÓRICO
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por su ingente labor, el presbítero José Ángel Tapia Garrido (Abla, 1914 – Almería, 1992)
ha sido el historiador almeriense de referencia, responsable en gran parte de la idea y la
imagen que hoy tenemos del pasado de Almería y, particularmente, de alguna de sus
comarcas.
Reflexionar, pues, sobre su figura plantea varias perspectivas de interés más allá del
carácter rememorativo y encomiástico que todo predecesor merece porque cualquier
historia, como es sabido, se hace en el presente.
El padre Tapia, como aceptó que le llamaran en su doble labor pastoral e investigadora,
tenía previsto redactar unas memorias. Al hilo de cierto injusto tratamiento a su obra
pretendía puntualizar su trayectoria resolviendo algunos ‘misterios’1. Pero no llegó a
hacerlo.
Poco dado a hablar de sí mismo, ensimismado con su pasión investigadora, aquí y allá
apenas dejó trazos biográficos. Sabiendo que la carta de acreditación de un historiador
es siempre su obra, dejó que esta hablara, que disolviera los perfiles personales hasta
hacerlos innecesarios.
Contamos, si, con datos básicos, reconstruidos en buena parte por aquellos que le co-
nocieron y le trataron, pero nunca se imaginó como objeto de estudio historiográfico.
Rehuyó tanto la soberbia como la petulancia del intelectual, quizá por ello muchas de
sus singladuras historiográficas están en penumbra.
1 TAPIA, José Ángel, “El padre Tapia se confiesa sobre la historia de Almería y su provincia”, La Voz de
Almería [en adelante La Voz] 28-IV-1990, p.12.
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Reconstruir su trayectoria vital, atravesada por la contienda civil y las miserias de la pos-
guerra provinciana, hoy nos sirve también para reconstruir la Almería, pobre e incomu-
nicada, de la época. Ese contexto vital cuyas reglas desafió al no conformarse, al afrontar
los retos de la pasión investigadora con integridad y perseverancia, lo abordó desde la
lentitud del tiempo cíclico, previsible, constante, y silencioso, de la labor sacerdotal.
1914. Nace en Abla el 14-III-1914, hijo de José Tapia Gómez (1886- 19573) y de Conra-
da Garrido Limiñana, matrimonio del que nacieron seis descendientes4.
1920. Emigra con sus padres a Almería. Cursa primeras letras en la Escuela del Ave
María del Quemadero con Miguel Romero Abadie, su entrañable maestro5 y director de
un colegio, fundado en 1906 y regido por la pedagogía manjoniana6, al que acudían los
niños de los barrios populares de los alrededores7.
2 Semblanza en RUIZ ESTEBAN, Jesús, Estos almerienses, Fotos Carlos Pérez Siquier, Almería, 1974, Ed.
Cajal, Biblioteca de Temas Almerienses 2, pp. 134-136; CARA BARRIONUEVO, Lorenzo, en el Diccionario
Biográfico de Almería [en adelante DBal], coordinación editorial Julián Pablo Díaz López, Instituto de
Estudios Almerienses [en adelante IEA], Almería, 2006, pp. 378-80, y 150 años de la arqueología en Al-
mería. Escarbando entre papeles, IEA, Almería, 2016, pp. 398-99.
3 Yugo 14-VII-1957, p. 10.
4 Manuela, 1914 (que fue maestra en Vélez Blanco); Conrada, 1922; María del Mar, 1928; los otros herma-
nos murieron menores. Debo algunos datos personales a la gentileza de María del Mar González Tapia,
su sobrina, a quien agradezco también el acceso a las fotografías personales.
5 Le dedicará un reconocimiento evocador años más tarde: TAPIA, José Ángel, “A los avemarianos del
Quemadero. Nuestro don Miguel se ha jubilado”, La Voz 24-XII-1965, p. 36.
6 ROMERO ABADÍA [por ABADIE], Miguel, “Sublime humildad del padre Manjón: catedrático y maestro”,
Yugo 30-XI-1960, p. 6.
7 El Radical 1-III-1907, p. 2.
8 La Independencia [en adelante, La Inde] 17-VI-1928, p. 1.
9 La Inde 10-XII-1930, p. 2.
10 KAYROS, “Homenaje al padre Tapia. Primeros pasos (I)”, La Voz 17-X-1986, p. 3. Con los datos que señala,
sólo he localizado una, firmada por “C” en La Inde 2-X-1930, p. 1.
11 La Inde 22-V-1932, p. 1.
12 Diario de Almería 6-X-1932, p. 4 y Adelante! Órgano de los Trabajadores 30-VIII-1936, p. 6.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En la playa
con unos
amigos,
verano de
1935.
1933. Primeros escarceos literarios de manos de la poesía en una velada literaria cató-
lica13.
1936. Consigue una beca y es propuesto para ir al Colegio Español de Roma, Universi-
dad Gregoriana, pero ni sus padres ni la diócesis pueden costearle estudios.
1937-1941. Trabaja como oficinista en la compañía eléctrica Fuerzas Motrices del Valle
de Lecrín. Estudios de Magisterio. Vivía con su familia en la calle Gran Capitán, cerca
del colegio.
13 La Inde 10-III-1933, p. 3.
14 Yugo 17-XI-1940, p. 5.
15 Yugo 23-I-1944, p. 2.
16 La tesis de Tapia fue publicada (ISBN: 84-7580-552-3, Fondo Tapia, biblioteca, núm. 887).
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1944. Intenta trasladarse a Valencia, para estudiar Historia pero encuentra rechazo en
un obispado con muchas necesidades pastorales18.
1950. Vuelve a intentar el traslado, esta vez como capellán de la iglesia de Montserrat
en Roma, con ayuda del Ministerio de Asuntos Exteriores, pero el obispo Ródenas de
nuevo lo disuade25.
17 Yugo 31-X-1944, p. 4.
18 KAYROS, “Homenaje al padre Tapia. Primeros pasos (I)”, La Voz 17-X-1986, p. 3.
19 Yugo 27-VII-1945, p. 4.
20 Yugo 27-VII-1945, p. 4.
21 La Voz 21-IX-1955, p. 5.
22 NAVARRO SÁNCHEZ, Ángel Custodio y NAVARRO, Josefina, “José Ángel Tapia Garrido: padre Tapia”,
2013 [enlace http://www.asociacionagora.org/pdf/rostrosvidavelezanos/padretapia.pdf, consulta 24-
IX-2016]
23 CARA BARRIONUEVO, Lorenzo, “Tres hombres y una cueva en Vélez Blanco”, Rev. Velezana 34, 2016, pp.
191-193.
24 Yugo 18-VII-1951, p. 4.
25 KAYROS, “Homenaje al padre Tapia. Primeros pasos (I)”, La Voz 17-X-1986, p. 3.
26 Yugo 25-IX-1955, p. 3.
27 Yugo 25-IX-1955, p. 3.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1968. Ángel Suquía le exime de sus obligaciones parroquiales y le gestiona una beca de
investigación vitalicia de la Caja de Ahorros.
28 Sobre la Berja de aquella época contamos con dos interesantes trabajos: RUIZ FERNÁNDEZ, José, Berja
durante la época de Franco (1939-1975), Almería, Arráez, 2003 y RODRÍGUEZ BARREIRA, Oscar J. y CA-
ZORLA SÁNCHEZ, Antonio, “Hoy Azaña, mañana… Franco. Una microhistoria de caciquismo en demo-
cracia y dictadura. Berja (Almería), 1931-1945”, Hispania 68, 2008, pp. 471-502.
29 La Voz 10-XII-1957, p. 2.
30 LÓPEZ RUIZ, Ángeles, “El padre Tapia”, La Voz 29-X-1986, p. 2.
31 La Voz 1-XI-1959, p. 10
32 Tapia utilizará el “suplemento” para la parroquia de Berja de este boletín (Dominical. Hoja diocesana)
como adiestramiento y preparación de su Historia de la Baja Alpujarra con dos series: la primera sobre
barrios de la población (entre 1958 y 1960) y la segunda con el título “Notas para una historia de Berja”
(entre 1960 y 1961). Y un mínimo apunte personal: junto al libro de la Baja Alpujarra, estas serán mis
primeras lecturas históricas.
33 La Voz 2-IX-1964, p. 6.
34 La Voz 14-VII-1967, p. 2.
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En el seminario
de Almería,
septiembre de
1944.
1971. A inicios de año, y a raíz de la publicación del libro Almería, piedra a piedra (cuyo
manuscrito ya estaba finalizado en febrero de 1970), es nombrado Cronista Oficial de
la Ciudad35. Fugaz presencia en la tertulia Indaliana presentando el libro de la mano de
su amigo Ochotorena36.
35 Extrañamente no hay reflejo mediático del hecho. El cargo le obligó, teóricamente, en asesorar a la
corporación en los cambios de nombre de las calles, por ejemplo, o emitir informes como el que hizo
sobre la protección especial de la Virgen del Mar en 1972 (Fondo Tapia, caja 22, pieza 4).
36 La Voz 13-III-1971, p. 11.
37 La Voz 17-VII-2012, p. 5.
38 La Voz 16-I-1975, p. 1.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1994. El IEA entrega el primer premio de investigación histórica ‘padre Tapia’ que será
bianual (1996, 1998, 2001, 2003)51.
39 La Voz 8-X-1986, p. 7.
40 La Voz 28-X-1986, p. 3.
41 La Voz 26-X-1986, p. 7.
42 La Voz 31-X-1986, p. 10.
43 La Voz 28-X-1986, p. 36.
44 La Voz 1-XI-1986, p. 32. Contestará a la condecoración con fina ironía en su discurso de agradecimien-
to.
45 La Voz 6-VIII-1988, p. 12.
46 La Voz 4-VIII-1988, p. 8 y 5-VIII-1988, p. 10.
47 La Voz 8-II-1990, pp. 9 y 16, y 10-II-1990, p. 23.
48 La Voz 29-XII-1990, p. 12 y 30-XII-1990, p. 16.
49 La Voz 26-IX-1992, p. 11.
50 La Voz 15-VIII-1993, p. 11.
51 La Voz 30-III-2001, p. 20 y 29-I-2003, p. 80.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1998. El Consejo de Dirección del IEA adquiere el fondo documental y biblioteca52 del
padre Tapia por acuerdo de 18 de octubre de 1998, previa propuesta del Consejo de
Dirección en sesión celebrada en fecha 18 de diciembre de un año antes dentro de la
colaboración con UNICAJA, entidad que sufragó la mitad del desembolso.
El padre Tapia fue un escritor fecundo, casi diríamos que inagotable. Según afirmaba,
dejó más de 50.000 fichas de investigación: mucho material para muchos trabajos.
De su imponente acopio da cuenta que pudiera dar a la imprenta casi treinta volúmenes
de libros en los últimos veinticinco años de su vida, un trabajo imposible sin un copioso
proceso de acumulación documental, ordenación informativa y redacción parcial a tra-
vés de su extensa y abundante colaboración periodística. Tapia compatibilizó este trabajo
con la recopilación de datos sobre la persecución religiosa en la provincia durante la
Guerra Civil con destino a una publicación nacional, para la que elaboró un cuestionario
que deberían cumplimentar las parroquias, aunque las contestaciones se demoraron53;
de hecho, este fue un trabajo que nunca abandonó54.
Las obras, en forma de monografías locales tardaron, sin embargo, en llegar. A los 45
años publica su primer libro: Vélez Blanco, la villa señorial de los Fajardo (Madrid, 1959), y
seis años más tarde Historia de la Baja Alpujarra (1964; 2º ed., por el Ayuntamiento de
Adra, 1989; y 3ª ed., por el Instituto de Estudios Almerienses, 2000), con el que obtuvo
el premio Excma. Diputación de Almería otorgado por la Casa de Almería en Barcelona.
La comarca de Los Vélez fue su “muestrario de culturas”55, el lugar necesario donde foguear
las ambiciones del historiador. Por lo demás, la experiencia, formativa y llena de retos, le
52 La biblioteca que integró su fondo estaba compuesta por 1987 ejemplares. Son escasos los libros anti-
guos. Destaca la Historia de los Vandos de los Zegries, y abencerrages, caballeros moros de Granada, y las
civiles guerras, Sevilla, 1779. Los libros del siglo XIX que han llegado a su fondo no alcanzan la media
decena. Curiosamente, hay seis manuales de arqueología.
53 Yugo 10-VIII-1955, p. 2.
54 La documentación sobre la ‘Causa General’ de Almería en su fondo es prolija, englobando las cajas nú-
mero 38 a 55 y 69, es decir constituyen casi el 28% de su legado documental, excluyendo los ficheros.
En su biblioteca, que igualmente acabó en el IEA, hay abundante bibliografía sobre la Guerra Civil y la
persecución religiosa, lo que respalda la opinión que pretendía retomar el tema una vez finalizada la
Historia General.
55 ROMÁN, Manuel, “Díganos Usted” [entrevista], Yugo 28-IV-1955, p. 3.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ya en la capital, y comenzada la década de los años setenta, publicó tres de sus grandes
obras: Almería piedra a piedra, que conocerá diversas ediciones aumentadas y corregidas
hasta convertirse en la “biografía de una ciudad” (1ª ed. Almería, 1970; 2ª ed. 1974; 3ª
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ed., Málaga, 1992), con 1.400 páginas de intensa historia de una ciudad. Le sigue Breve
Historia de Almería (1972), el primer intento, todavía esquemático, por abordar la historia
de la provincia en su totalidad; acabando en Almería hombre a hombre (Almería, 1979),
basado en los trabajos de Martínez de Castro, Jover y, sobre todo, Castro Guisasola.
Éste fue, sin duda, su más ambicioso y casi descomunal plan, progresivamente ampliado,
del que llegó a ver publicados más de dos tercios de los volúmenes: t. I, La prehistoria;
t. II, Las colonizaciones; t. III y IV, dedicados a la Almería Musulmana, en dos volúmenes,
I (711-1172) y II (1172-1492) con una 1ª ed., publicada en 1978 y con una 2ª ed. au-
mentada y corregida en 198656; t. V y VI, Almería musulmana I. Vida y cultura, en dos
volúmenes, 1989; t. VII, Almería mudéjar; t. VIII, Los almerienses del siglo XVI, aparecidos
también en 1989; y, finalmente, los t. IX a XIV (Almería morisca, Rebelión y guerra de los
moriscos, Destrucción de un pueblo, Los almerienses del siglo XVII: las tres comunidades; Re-
población de la Alpujarra Almeriense, 1572-1752, y Repoblación de las tierras de Almería y de
Vera, en el mismo periodo, que vieron la luz en 1990.
Entre ellos cabe el interés por lo popular, que le llevó a recopilar canciones y versifica-
ciones presentando el libro Canciones y juegos de los niños de Almería, de Florentino Castro
Guisasola (Almería, 1973, 2ª ed. 1985, 3ª ed. 2004) o las tradiciones más o menos pia-
dosas de la religiosidad popular, en especial mariana, tratadas en varias publicaciones: La
Virgen del Mar vino a su ciudad (Madrid, 1987); La Virgen María en nuestra tierra (Madrid,
1988) o Cincuentenario del templo de San Roque. Almería, 1946-1996 (Almería, 1996).
Completan la producción trabajos de encargo resueltos con solvencia: Al servicio de Al-
mería y su provincia. Historia del Monte de Piedad y Caja de Ahorros (1900-1975) (Almería,
1975) o los que son resultado de una confluencia de circunstancias e intereses: Los baños
de Sierra Alhamilla (Almería, 1980).
Tapia trató los temas más dispares quizá como ensayo de síntesis e integración en lo
que fue el gran proyecto de su vida. De este modo, se preocupó de investigar aspectos
relacionados de una manera amplia con la historia económica (no econométrica, por
56 No sólo se añadió texto, y mucho: se adjuntó un apéndice con los gobernadores de la ciudad y se
modificaron y amplió el número de las fotos finales introduciendo, bajo presunta iniciativa de Artero,
algunas procedentes de publicaciones que no había consultado.
25
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
supuesto), volviendo una y otra vez a la historia local con trabajos que ampliaban temas
ya tratados, en especial de su querida comarca de Los Vélez (“Primera iglesia y prime-
ros cristianos de Vélez Rubio”, en Revista Velezana, 2, 1983; “El señorío de los Fajardo
en el Almanzora”; “Expulsión de los moriscos de los Vélez”, en Revista Velezana, 8,
1989, etc.).
De hecho, inició su andadura historiográfica con los artículos periodísticos, una labor
extensa y dilatada, aunque no demasiado conocida, que nunca abandonó del todo y
que inició en 1930 en el periódico católico La Independencia58, regularizada tras su vuel-
ta de Granada. En Yugo, y durante seis años completos (de 1954 a 1960), mantuvo
una sección en el periódico, titulada ‘Glosario litúrgico’, donde trataba diversos temas
doctrinales.
57 Tal en la serie “Panoramas almerienses”, publicado en La Voz por dos años desde el 21-IV-1985, p. 4. Los
manuscritos de tan profusa colaboración se conservan en su fondo.
58 Como queda dicho, ver nota 10.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Se diría que sus primeros libros nacieron como prolongación natural de los textos pe-
riodísticos. Por ejemplo, la historia de Vélez Blanco quedó anticipada en tres series59, el
libro de la Baja Alpujarra por cuatro60 y el episcopologio por tres61.
No obstante, lo habitual fue emplear materiales para diversas publicaciones, entre ellas
uno de sus mejores trabajos64 en el que revisaba la piratería berberisca y turca del siglo
59 Artículos sobre prehistoria almeriense, en especial de la comarca velezana, aparecidos entre diciem-
bre de 1953 y marzo de de 1954; seguidos de unas ‘Noticias del marquesado de los Vélez’, veintiséis
artículos aparecidos entre junio y septiembre de 1955 que coincidieron con la finalización de su estan-
cia en Vélez Blanco (relevo en Yugo 21-IX-1955, p. 5), y una breve serie sobre la “conquista” de los Reyes
Católicos publicada en junio de 1957.
60 Le sirvieron de base las series de trabajos “De la Berja antigua”, con dibujos de Miguel Salmerón, di-
fundidos entre junio y julio de 1959; varios artículos sobre Abdera y el Campo de Dalías, fundamen-
talmente en época romana, en mayo de 1959; ocho artículos sobre la epopeya almeriense de Juan de
Austria y la Guerra de Las Alpujarras publicados entre noviembre de 1959 y enero del año siguiente
(trabajo completado con un episodio poco conocido entonces, en enero de 1962); además del relato
de una excursión al Mulhacén, que le permitió conocer parte de la comarca y rememorar el viaje de
Antonio Rubio en Del mar al cielo. Crónica de un viaje a Sierra Nevada de 1881, entregado entre julio
y agosto de 1959. Da por finalizado el periodo alpujarreño, una revisión de la campaña fronteriza de
1488, entre marzo y abril de 1961, que ya presagiaba nuevas investigaciones.
61 El primero fue sobre las Sedes Episcopales del Sudeste, publicado en noviembre de 1957, continuó
con dos artículos sobre los varones apostólicos aparecidos en febrero de 1963, para seguir con una
“Breve historia de la diócesis de Almería”, serie de tres artículos publicados en julio de 1966 que sirvió
de bienvenida al nuevo obispo (La Voz 13-VII-1966, p. 3): de hecho, el libro iba dedicado, “con filial de-
voción” a Ángel Suquía Goicoechea y “en su persona, a la Diócesis almeriense”.
62 Por ejemplo, la serie “Almería cristiana” que se publicó desde mayo a agosto de 1967 en quince artícu-
los, precedida de unas breves “evocaciones históricas” a modo de síntesis en febrero, y de muy diversos
artículos sueltos (incluidos los que hacen referencia a algún monumento) que encontraron acomodo
tanto en la primera como en las siguientes versiones de la obra o en Breve Historia de Almería.
63 Fue desarrollada en 25 capítulos, una de las colaboraciones periodísticas más dilatadas, que abarca
desde diciembre de 1964 a agosto de 1965; también pertenecen a este periodo referencias aisladas
a moriscos y a Alhama, coincidiendo con la revisión de los archivos locales y, fundamentalmente, los
Libros de Apeo.
64 “La costa de los piratas”, Revista de Historia Militar vol. XVI, nº 32, 1972, pp. 73-103.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sin embargo, no todos los artículos periodísticos tuvieron por objeto preparar trabajos
mayores: los hubo también obligados por el cargo de Cronista oficial de la Ciudad,
como los dedicados a la Semana Naval publicados en julio de 1971.
En el sentido opuesto, algún libro no fue precedido por el clarificador proceso previo de
puesta a punto en el periódico como el relativo a la Caja de Ahorros, libro institucional
y obligado que publicó en el setenta y cinco aniversario de la fundación de la entidad.
De igual modo, ocurrió con el trabajo dedicado a los baños de Sierra Alhamilla, un com-
pendio de artículos encargados por el fotógrafo y promotor turístico Daniel Aubry en
1972, finalmente editado por José María Artero ocho años después67.
65 El tema ya fue abordado en junio de 1954, aunque tuvo un tratamiento más diverso entre mayo y
agosto de 1971. Para centrarse posteriormente en el episodio del “Robo de Tabernas” en una serie de
cinco artículos publicados en marzo de 1974.
66 Una larga serie sobre musulmanes almerienses “famosos”, que abarca desde junio a diciembre de 1962
y una otra monográfica sobre Almotacin en marzo de 1969.
67 Sobre este personaje, CARA, 2016, p. 209.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Hacia 1967, Tapia había consultado todos los archivos disponibles en Los Vélez, Baja
Alpujarra y Alto Andarax68. Hasta 1970 hace lo propio con los de Almería, excepto
con los fondos notariales del Provincial69 y los de expedientes del Municipal70, todavía
no organizados. A partir de 1970 consulta el de la Diputación71, accediendo al fondo
documental del Hospital Provincial y los Baños de Sierra Alhamilla, mientras aborda, ya
de manera sistemática, las grandes series del Archivo General de Simancas y Archivo
Histórico Nacional o consulta el Servicio Histórico Militar.
El hecho de disfrutar de la tan ajustada como insólita Beca de Investigación del Monte
de Piedad y Caja de Ahorros de Almería, le reporta independencia y dedicación. Estos
serán, por tanto, los años más decisivos al desarrollar un trabajo constante y metódico
para integrar nuevas fuentes de información.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Tapia de
excursión por
Vélez Blanco,
quizá con
Steiger. Revista
Velezana 34.
Precisamente, figuras como Francisco Jover y Tovar (Almería, 1858 – 1922), Joaquín
Santisteban Delgado (Cartagena, 1870 – Almería, 1951), Miguel González Grano de
Oro (Cuevas, 1879 – 1936), Juan Antonio Martínez de Castro (Almería, 1880 – 1955)
o Florentino de Castro Guisasola (Oviedo, 1893 – Almería, 1945)74, poco conocidas y
valoradas en un panorama cultural de la posguerra dominado por la Tertulia Indaliana,
encontraron su proyección en un libro que debía mucho a todos ellos. Almería, hombre
a hombre fue, ante todo, un inmenso trabajo de recopilación bibliográfica apenas hoy
superado (en un obra colectiva redactada por una amplia nómina de investigadores)75.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Aproximadamente hasta 1979, la labor de archivo fue incesante, como queda puntuali-
zada por el propio autor76.
Y es que, a pesar de su fecundidad, publicar un libro nunca fue tarea fácil. Ni para Tapia.
3. LA AVENTURA DE PUBLICAR
Que encontrara regularmente editor en una provincia donde apenas se imprimía algo
más que los boletines oficiales fue también muestra de su inteligencia y perseverancia.
76 Pormenoriza los archivos que consultó para los incrédulos. “Si tengo humor y tiempo,-dice- en mis
memorias voy a dejar en claro algunos misterios”, afirma socarrón algo dolido por la ignorancia ajena.
No tuvo humor para hacerlo: TAPIA, José Ángel, “El padre Tapia se confiesa sobre la historia de Almería
y su provincia”, La Voz 28-IV-1990, p.12.
77 Por ejemplo, recoge la tradición etnográfica de Joaquín Santisteban Delgado (Cartagena, 1870 – Al-
mería, 1959), legado que sentía propio por su proximidad con lo popular pero al que quizá no recono-
ció en toda su justeza: CARA, 2016, p. 394.
78 Hasta cinco: Vitoria las dos primeras, 1970 y 1974, esta corregida y aumentada, y Almería las restantes,
1980, 1986 y 1992, esta última en tres volúmenes y muy ampliada.
79 La votación estuvo muy reñida: Historia y toponimia del valle del Almanzora, del Martin García Ramos,
profesor del instituto de Albox, quedó a un punto. El premio estaba dotado con 20.000 pts. La Voz 2-IX-
1964, p. 6.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
tantas entidades y personas, de las que respondieron 208 si bien muchos duplicaron la
ayuda80.
Sin embargo, la edición del tercero (Los obispos de Almería) corrió a cargo del Seminario
de Vitoria con subvención económica de la Caja de Ahorros81. A partir de la beca, y
por veinte años (1972 a 1992) los libros serán publicados o reeditados por el Monte de
Piedad y Caja de Ahorros de Almería, excepto la Historia General de Almería y su Pro-
vincia que recuperará la editora Cajal en 1981 como gran proyecto editorial. Se puede
afirmar, por tanto, que Tapia no careció de tribuna en la que difundir sus investigaciones
en formato de libro, un hecho excepcional en el panorama intelectual de la provincia
hasta entonces.
De su buen oficio, en una Almería que por ser pequeña estaba fuertemente personaliza-
da, también da cuenta la difusión de su obra al gran público, publicaciones de las que la
prensa local daba cumplida cuenta con una generosa reseña82, inusual en otros autores.
Nada escapa al tiempo, por lo que resulta imprescindible analizar el contexto cultural de
un investigador para saber la envergadura de su obra. Solo desde esta perspectiva, for-
zosamente histórica, puede comprenderse la labor historiográfica y su papel de engarce,
de epílogo y prólogo entre el erudito local y el investigador universitario, que lo convirtió
en el primer historiador científico de Almería.
80 TAPIA, José Ángel, “Cómo se ‘hace’ un libro. Carta abierta a mis lectores y amigos”, La Voz 3-VI-1965,
pp. 12 y 5. El investigador conservó escrupulosamente todos los justificantes (Fondo Tapia, caja 55:
Abonos sobre la Edición de la Historia de Berja).
81 KAYROS, “Premio Bayyana. José Ángel Tapia o el túnel del tiempo”, La Voz 1-II-1975, p. 6.
82 Por ejemplo, las reseñas fueron escritas por M.S.M. [Manuel Soriano Martín], “Publicaciones. Historia
de Vélez Blanco”, Yugo 2-VII-1959, p. 8., “Publicaciones. Historia de la Baja Alpujarra”, La Voz 13-IV-1966,
p. 8; “Publicaciones. Los obispos de Almería (66-1966)”, La Voz 18-VI-1968, p. 12. S., “Publicaciones. Al-
mería piedra a piedra”, La Voz 30-I-1971, p. 7. MAUC, “Breve historia de Almería”, La Voz 3-IX-1972, p.
15. Ángel PÉREZ CASAS, “El padre Tapia, un investigador de la historia local”, La Voz 22-VII-1977, p. 14.
KAYROS, “Un hombre a la búsqueda de nuestras raíces”, La Voz 21-XII-1980, p. 44 [sobre los baños de
Sierra Alhamilla].
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1. LA HISTORIOGRAFÍA PRECEDENTE
De alguna manera, Tapia culmina el viejo “orden intelectual” que había venido desarro-
llándose desde el régimen liberal, representado por sacerdotes (Miguel Bolea y Sintas,
Cuevas, 1836 – Málaga, 1908 o Bartolomé Carpente Rabanillo, Almería, 1848 – 1921),
burgueses ilustrados (Francisco Jover, Fernando Palanques Ayén, Vélez Rubio, 1863 –
1929 o Miguel Flores González-Grano de Oro, Cuevas del Almanzora, 1879 - Sorbas,
1936) o profesionales (Cristóbal Bordiú Pérez, Almería, 1856 - Cuevas, 1934 o Martínez
de Castro), completados con una no muy extensa nómina de “archiveros” contemporá-
neos (Bernardo Martín del Rey, Fondón, 1909 - Almería, 1974 o Fernando Ochotorena
Gómez, Almería, 1913 - Madrid, 1978).
Los máximos representantes de esta tradición historiográfica local habían sido cinco.
Por su parte, Francisco Jover y Tovar (Almería, 1858-1922) mezcló en sus “Tradiciones
almerienses”, datos históricos, leyenda y relato novelesco pero tuvo la virtud de estudiar
ya la ciudad concreta83.
Juan Antonio Martínez de Castro (Almería, 1880-1955) fue Cronista Oficial de Almería
tras Jover, fundador y principal animador de la Sociedad de Estudios Almerienses (1910)
y apasionado por la arqueología local.
83 Para su historia de la ciudad, Tapia empleó varios trabajos en los que Jover desmenuzaba la historia
local en la Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses, en la que colaboró desde su fundación (1910),
con artículos como “Las calles de Almería y sus nombres” (1912-14) o “De Historia de Almería” (1912-16)
por ejemplo.
84 En este sentido también Tapia “culminó” aquí la obra “biográfica” emprendida cincuenta años atrás por
la generación de preguerra, especial la de SANTISTEBAN, Joaquín y FLORES GONZÁLEZ GRANO DE
ORO, Miguel, Historia cronológica y biográfica de Almería…, Almería, 1927.
34
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En su despacho,
trabajando,
1986.
en 2003), un libro que impactó a Tapia y ha tenido una larga influencia a veces no del
todo explicitada.
Ahora bien, tres aspectos diferencian su trabajo de la aportación de los historiadores lo-
calistas que le precedieron: (1) la sistematización temporal y geográfica, si bien desde un
punto de vista fundamentalmente recopilatorio, (2) la ambición por abordar un proyec-
to historiográfico “completo”, pero no total, de la provincia que quedó lejos de culminar,
y (3) su decidido propósito de publicar sistemáticamente lo investigado. Además, fue
pionero en la exploración de archivos (reducidos con anterioridad a los personales) y en
la visita a los lugares históricos y a las poblaciones. También en intentar unir y superar los
bienintencionados, heterogéneos y dispersos esfuerzos de estos aficionados.
Es decir, por su carácter metódico, rigor y continuidad, Tapia ha sido el primer historia-
dor profesional de Almería y eslabón único de un cambio de ciclo histórico en el que
andamos. Su originalidad y vigor devienen de la firmeza con la que supo desarrollar un
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
trabajo propio a partir de las profundas heridas sociales, económicas e intelectuales que
produjo la guerra y el alejamiento o proscripción de esta tradición, llamémosla ilustrada
local, en la posguerra.
Por lo que hoy sabemos, Tapia se encontraba intelectual y geográficamente ajeno a este
mundo cultural capitalino. De una parte, de los ilustrados de los años 30 que aún vivían
(como Castro Guisasola, Cuadrado Ruiz, Martínez de Castro o Santisteban) les separaba
una evidente diferencia generacional, más profunda por cuanto su compromiso con la
investigación estaba en ciernes. De otra, debió rechazar la frivolidad, diletantismo y ca-
rácter bohemio del “indalianismo” por varias razones: primero, por su labor sacerdotal;
segundo, y de modo creciente, por el empeño siempre sistemático en recopilar materia-
les en archivos y bibliotecas, una pasión monotemática en la que empezó a refugiarse en
su “exilio” velezano de mediados de los años 40.
85 Sobre este periodo se ha escrito mucho y de modo cada vez más matizado y complejo. Me parecen
particularmente interesantes las reflexiones de CAZORLA SÁNCHEZ, Antonio, Desarrollo sin reformis-
tas. Dictadura y campesinado en el nacimiento de una nueva sociedad en Almería, 1939-1975, Almería,
IEA, 1999 y Miedo y progreso. Los españoles de a pie bajo el franquismo, 1939.1975, Madrid, Alianza, 2016,
o RODRÍGUEZ BARREIRA, Oscar J., Migas con miedo. Prácticas de resistencia al primer franquismo. Alme-
ría, 1939-1953, Almería, Universidad de Almería, 2008.
86 La ausencia de plataformas de difusión fue paralela a la importancia del/los periódico/s para publicar
las investigaciones. Pero incluso en la época en que esto fue posible (el Yugo de Manuel Soriano), las
“acaloradas discusiones” no fueron más que vanas polémicas sobre el origen “histórico” de Almería o
inofensivas puyas de eruditos con ansias de doblegar al contrincante. Véase la “polémica” sobre el ori-
gen de Almería al cumplir su milenio, principalmente entre Joaquín Delgado y ‘Fermart’: CARA, 2016,
pp. 356 y 358.
87 En los años 40 y 50 se crean los primeros Institutos de Estudios locales, que se organizan e integran en
torno a la CECEL (Confederación Española de Centros de Estudios Locales) bajo el patrocinio del CSIC,
pero en Almería fue imposible: CARA, 2016, pp. 189-90. Sobre este primer IEA deberé hablar con más
detalle en otra ocasión
36
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En el ámbito cultural se produce una cierta renovación. Con el acceso a la cultura uni-
versitaria de las clases medias, la creciente tecnocracia administrativa e, incluso, la inci-
piente profesionalización de la cultura (instituciones de patrimonio, primero documental
como los archivos), el público y sus exigencias cambian. En el lustro comprendido entre
1955 a 1960, se fundan los institutos laborales en la provincia; entre 1960 y 1965 se
dobla la población universitaria nacional incluyendo los licenciados en Historia.
Por su parte, en 1974, José María Artero García (Almería, 1921 – 1991), funda el Ate-
neo y la Editorial Cajal, desde el reformismo político. Con dos proyectos pioneros: (1)
cofunda la Agrupación Fotográfica Almeriense (AFAL) en 1950, junto con Carlos Pérez
Siquier y Jesús Aguirre (Madrid, 1934 – 2001) entre otros, de la que es elegido su pre-
sidente en 1955 y director de la revista del mismo nombre (1956-1963), y (2) crea la
Biblioteca de Autores Almerienses (en la que, por cierto, acabará por editarse la Historia
General) y la Feria del Libro un año más tarde91.
Consecuente con ello, cambia el consumo cultural. Durante el primer tercio del siglo
XX (la edad de los eruditos locales) se había venido manteniendo un restringido público
elitista de aficionados y lectores, reclutado entre los grupos tradicionales de notables,
eclesiásticos y burgueses de provincias, con algunos profesionales. Entre 1940 y 1955
la élite se recluta entre profesores de enseñanza pública, profesionales y “artistas”. Para
ellos, la historia era símbolo de regeneración cultural cuando no de prestigio o alcurnia
localista. Esta historia ya no estaba basada en genealogías, laudes urbanas o biografías
(incluso en heráldicas familiares) sino en tradiciones, incluso inventadas (recuérdese el
nacimiento del indalo): es decir, en identidades colectivas.
90 Por ejemplo, La Voz 16-VI-1974, p. 24. La idea la había traído Perceval de su participación en un curso
de arte organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en 1968 (archivo
Fondo Perceval, IEA, caja 1, pieza 8).
91 CARA, 2016, pp. 249-52.
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Y SUS HISTORIADORES
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Aún sabiendo que la historia es una disciplina en construcción, cuyo rigor es difícil man-
tener por su compleja exigencia, Tapia fue el primer historiador de Almería que empleó
una metodología acreditada y contrastable.
Primero, por el tratamiento cada vez más meticuloso y su compromiso en garantizar una
diversidad de fuentes. En segundo término, encontramos cierta visión global y totalizado-
ra, la constitución de un marco de estudio y cierto interés en contextualizar los hechos.
En sus mejores trabajos, intentó identificar los actores, buscar la singularidad del hecho
relevante también y mostrar relaciones de causa-efecto quizá no tan en detalle por la
amplitud cronológica y espacial tratada. Pero sobre todo, Tapia comprendió la contradic-
ción fundacional de la disciplina y no perdió de vista la función del historiador: ser testigo
imparcial del pasado en el presente.
Su intención era sencilla sólo en apariencia: compilar las fuentes (“entretejer la historia”93),
aclarar y organizar el registro (“disipar las nieblas que para todos en general [envolvían el
proceso histórico]”) y narrarlo de modo interesante (“haberles servido de provecho y por
haber satisfecho de paso la curiosidad de mis lectores”94). Su objetivo, era también: “Lograr
una visión lo más veraz posible de nuestra pequeña historia local y a su trasluz contemplar más
detalladamente la grande y general historia de España”95.
Hay también algunas ideas generales sobre la historia, sobre su objeto y, poco, sobre su
objetivo, que argumenta, con modestia, en boca de otros. Tal su defensa de la historia lo-
cal, como base recopilatoria de la nación, y su alegato al “pueblo” como sujeto anónimo
pero real de cada sociedad-cultura, con una vaga apelación al carácter contradictorio y
clasista de estas. Bajo el difuso magisterio, ya indiscutido entonces, de Jaime Vicens Vives
(Gerona, 1910 -Lyon, 1960), esta historia ecléctica muestra cierta influencia de Bernard
Vincent (París, 1941)96 perceptible en algunos recorridos temáticos y dispersas reflexiones
generales atrapadas entre la recopilación de datos.
93 Historia General de Almería y su provincia, t. II. Almería musulmana, 2, 1978. “Advertencia”, sin paginar.
94 Historia General de Almería y su provincia, t. II. Almería musulmana, 1, 1976. “Introducción”, p. 8.
95 Historia General de Almería y su provincia, t. II. Almería musulmana, 2, 1978. “Advertencia”, sin paginar.
96 Según parece, se conocieron en Mojácar en 1970 asesorándole Tapia sobre documentación del siglo
XVI: GRIMA CERVANTES, Juan, “A la memoria del padre Tapia”, La Voz 7-VIII-1992, p. 26.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La austeridad, la sobriedad de estilo, revelan también aquí una coherencia ética. La res-
ponsabilidad del historiador es la imparcialidad de no poner su narración al servicio de
nada que no sea el conocimiento de lo que fue y ya no es, la franqueza en reconocer lo
que no se conoce, y que puede ser no ya importante sino crucial, la humildad de aceptar
los hechos y rectificar el error si fuera necesario.
Y todo ello, dentro de una historia narrativa, con prosa evocadora, fluida, amena y sen-
cilla, enriquecida con justeza de pormenores y oportunas citas, daba color y atractivo a
los episodios aligerando la aridez descriptiva. Un relato cuya continuidad exigía, además,
organizar el contenido en una estructura lógica que seguirá desde sus primeros trabajos:
capítulos cronológicos, temáticos o episódicos (a modo de crónicas, muchos previamen-
te trabajados en los abundantes artículos periodísticos a modo de temas), apéndices,
índice alfabético (a veces toponímico, resultado último del sistema de trabajo por fichas)
y bibliografía (en la que no excluye referencias a colaboraciones periodísticas, por cierto).
Tapia pretendió aportar materiales para la compresión del pasado más como ejercicio
de reconocimiento que de reflexión sobre una realidad ya dada (la ciudad, el municipio,
la provincia). No interpretó los hechos: los recogió lo más fielmente posible, yuxtapo-
niendo a veces explicaciones dispares, cauteloso siempre frente a la “historia sectaria”. De
hecho, reivindicó la “soledad del historiador” frente a los hechos. Por ello, no existe un
hilo conductor, una hipótesis general o una teoría a defender en sus investigaciones. Se
trata simplemente de completar el rompecabezas con los datos y de integrar Almería en
la gran historia, la de los grandes acontecimientos.
(2) El patrimonio material, la huella no textual del pasado, es solo una ilustración,
una anécdota, del documento textual pues este es el único testimonio histórico
relevante y verídico, de tal manera que cuando no existe tampoco lo hace el
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Y SUS HISTORIADORES
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V. TAPIA: UN BALANCE
Por su temperamento, nunca fue una figura mediática; por su bajo perfil ideológico no
fue referente intelectual; por su trabajo individual, no creó escuela. Tampoco fue un
disidente o complaciente necesitado de promoción personal, profesional o académica.
Fue lo que quiso ser: sencillamente un artesano, humilde y paciente, de la historia. Por
eso, Jesús de Perceval (Almería, 1915–1985) desempeñó el papel de embajador y cice-
rone del visitante foráneo98 mientras él seleccionaba su discreta interlocución con los
investigadores extranjeros.
Por su escasa inserción profesional, Tapia permaneció ajeno a las corrientes historiográ-
ficas del momento y a sus círculos de relaciones: basta consultar su correspondencia
personal (si bien presuntamente expurgada) para constatar la escasa envergadura de sus
vinculaciones99. Ciertamente destacó del contexto “gremial”, no especialmente brillante,
de eclesiásticos aficionados a la historia sobre los que influyó indirectamente100.
Debilidad y atraso eran los valores que podrían asociarse a la situación historiográfica
almeriense de la (post-)Transición, junto a un campo inmenso para trabajos monográ-
ficos. Evidentemente, esta nueva generación, de formación universitaria, traía un relato
complejo de la realidad histórica aunque quizá no debidamente matizado por estudios
concretos que el tiempo ha ido introduciendo según los temas y el personal interés del
investigador.
97 Por ejemplo, La Voz 13-III-1971, p. 11. Solo hemos podido localizar una carta de Tapia a Perceval (Fondo
Tapia, caja 22, pieza 3).
98 De la intensa interlocución de Perceval, sirva como ejemplo la numerosa correspondencia de su co-
laboración en actividades cinematográficas, especialmente rodajes de documentales, recogida en la
caja 15 de su fondo en el IEA.
99 Su legado permanece custodiado en el IEA. No obstante, y como resultado del interés por la provincia,
sus contactos fueron mayores que los de “historiadores” anteriores, significativamente Jover, Martínez
de Castro o Castro Guisasola.
100 Si exceptuamos a Joaquín Delgado, del que ya hemos hablado, Tapia abrió camino contando con al-
gún otro emulador más o menos esporádico, como José Sirvent Marín (Almería, 1897 - 1973), Miguel
Sánchez Martínez (Salamanca, 1908 - Almería, 2007), Bartolomé Marín Fernández (Albox, 1925 - 2010)
y Juan López Martín (Roquetas de Mar, 1929 - Almería, 2008).
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Indudablemente, para los jóvenes historiadores que un día fuimos, esta situación, tan
contextual que personal, estaba claramente asociada con un pasado gris y carecía de
todo prestigio por diversos motivos: desde el prejuicio ideológico de la injerencia (un
cura intruso dedicado a la historia) a la ausencia de paradigmas “científicos” explícitos
y su formato profesional no académico. Además, la historia regional y local en la que
se movía tenía, por sí misma, mala reputación y era duramente criticada por limitarse a
coleccionar presuntas minucias localistas.
Por supuesto Tapia intentó adaptarse. Pero el problema no era sólo la inclusión de he-
chos nuevos: era de método –reconocible y acabado- y de perspectiva: Tapia, extenuado
a veces por tantos datos, no se obligaba a formular nuevas preguntas perdiendo perspec-
tiva, claridad y sentido narrativo conforme se acercaba al presente.
Pero pasan los años. “Algo permanece después de que todo se extingue”, dice un proverbio
árabe. Hoy, del padre Tapia nos queda mucho más de lo que estamos dispuestos a acep-
tar: la pasión y el compromiso común por la Historia, en primer término; la ambición,
por abordarla en toda su complejidad y extensión también. Y unos trabajos insoslayables.
No quiero acabar esta exposición sin dos reflexiones que revelan algunas de las parado-
jas del tiempo “nuevo” que se inauguró hace más de treinta años y que están hoy aquí
presentes.
En primer lugar, cumplimos más de dos décadas de un proyecto fallido pero funda-
mental. En 1993, el IEA empezó a editar la inconclusa Historia de Almería, de la que
sólo aparecieron tres de los seis tomos previstos. Y es justo reconocer que, con mayor
precariedad de medios, el padre Tapia consiguió avanzar más.
En segundo término, y finalmente, este balance historiográfico, al que el padre Tapia nos
sigue invitando, se organiza ajeno a la Universidad aunque con destacados miembros de
ella. Sigue siendo, por tanto, una institución local la que muestra su preocupación por la
manera de hacer historia en la Almería de la segunda década del siglo XXI. Un esfuerzo,
renovado, que bien merece esta convocatoria.
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LOS HOMENAJES AL
PADRE TAPIA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El haber sido invitado a participar en la mesa redonda sobre el padre Tapia celebrada en
Berja, así como la profunda amistad que nos unía, han determinado que me haya de-
cidido a escribir este artículo, que más que una comunicación académica al uso, es una
recopilación documentada de los distintos homenajes que se le han ofrecido al ilustre
historiador almeriense en vida y después de su muerte. Para ello, he seleccionado los
cinco homenajes más representativos que se le han rendido en la provincia de Almería,
ilustrados con algunas fotografías de dichos actos:
El homenaje organizado por la asociación de vecinos del Casco Histórico de Almería, que
tuvo lugar el día 21 de mayo de 2010 en la calle Lope de Vega, lugar de la última residen-
cia del padre Tapia en Almería, descubriéndose una placa en la puerta de la casa donde
falleció mientras sonaban los acordes de la Banda de Música Municipal de Almería.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como se puede comprobar, de los cinco homenajes recibidos, dos tuvieron lugar a lo
largo de su vida y tres lo fueron “a título póstumo”, pero cada uno tuvo sus propias pe-
culiaridades. Vamos a reseñar cada uno de ellos.
Fue organizado por el Colegio Universitario de Almería (CUA) y coordinado por los
profesores Rafael Lázaro Pérez y Emilio Villanueva Muñoz, contando con el patrocinio
del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería y la colaboración del Ayuntamiento
de Almería y de la Diputación Provincial de Almería.
El miércoles día 29 por la mañana se expuso la segunda ponencia sobre Historia Anti-
gua, con ponencias a cargo José María Blázquez Martínez y Rafael Lázaro Pérez, a la que
siguieron la lectura de las comunicaciones, un coloquio y la visita al Museo de Almería.
Por la tarde, se desarrolló la tercera ponencia sobre Historia Medieval e Islam, que contó
con la participación de Manuel Ocaña Jiménez y María de los Desamparados Martínez
Sampedro, a la que siguieron la lectura de las comunicaciones y un coloquio.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El jueves día 30 por la mañana tuvo lugar la cuarta ponencia dedicada a Historia Mo-
derna, que contó con las intervenciones de Bernard Vincent y Manuel Gómez Cruz, si-
guiendo la lectura de las comunicaciones y un coloquio. A mediodía, se expuso la quinta
ponencia sobre Historia Contemporánea, actuando como ponentes Manuel Cuenca
Toribio y Fernando Martínez López, a la que siguieron la lectura de las comunicacio-
nes, el coloquio y una visita a la catedral y al convento de las Puras. Ya por la tarde, se
desarrolló la sexta y última ponencia sobre Historia del Arte, a cargo de los profesores
Ignacio Henares Cuéllar y Emilio Villanueva Muñoz, continuando con la lectura de las
comunicaciones y un coloquio.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Casi dos años después, aparecía el libro Homenaje al Padre Tapia. Historia de Almería, edi-
tado por Cajalmería donde se recogían la cincuentena de artículos de historiadores e
investigadores que habían participado en el I Encuentro de Cultura Mediterránea.
Presentación
de la reedición
del libro
“Historia de la
Baja Alpujarra”
en Berja
(12/8/1989).
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero además el día 13 de agosto se celebró en Berja el VIII Festival de Música Tradicional
de la Alpujarra, cuya comisión organizadora había tomado la decisión de homenajear en
esa edición del Festival al padre Tapia Garrido por su dedicación y estudio de los pueblos
de la Alpujarra, haciéndole entrega de una placa conmemorativa en reconocimiento a
su labor de investigación histórica sobre la comarca alpujarreña, placa que recibió el
historiador ante la presencia de diez mil personas a las que dirigió unas palabras de agra-
decimiento, añadiendo:“(…) Hace tres o cuatro años le decía yo a un amigo, a Cuenca Toribio,
de la Universidad de Córdoba: Mi gran tentación es hacer la Historia de la Alpujarra porque
es un enigma. Hay muchos enigmas, pero esos enigmas se descubren trabajando y estudiando.
Claro que, para eso, ya no estaba yo en condiciones. Hace falta juventud, ayudantes y la ayuda
económica. Alguien la tendrá que hacer y la hará. Mientras, repito, mi agradecimiento por este
homenaje, a todos, a todos los de la Alpujarra”.
Descubrimiento del
rótulo de la calle
del Padre Tapia en
Almería (7/2/1990).
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a la que en la actualidad es Sancho Ortiz, existente entre las calles Mariana y Lope de Vega”,
estos acuerdos no se materializarían hasta el 7 de febrero de 1990, fecha en la que se
inauguró la calle, frente a la casa donde residía en el contexto de la celebración de los
actos del V Centenario de la toma de Almería por los Reyes Católicos, cuyo rótulo fue
descubierto por el propio Tapia en presencia del alcalde de Almería, Santiago Martínez
Cabrejas.
Casi dos años y medio más tarde, y más concretamente el día 3 de agosto de 1992 por
la noche, en plena feria de Berja, el autor de estas líneas recibió una llamada telefónica
desde Almería, en la que María del Mar Tapia le dio la triste noticia del fallecimiento de
su hermano apenas unas horas antes. Había muerto el padre Tapia.
Incluso, el pleno del Ayuntamiento de Berja, en su sesión ordinaria que tuvo lugar el día
5 de octubre de 1992, acordó por unanimidad sumarse al homenaje que, a nivel provin-
cial, iba a organizar el Instituto de Estudios Almerienses en honor a d. José Ángel Tapia
Garrido, más conocido popularmente como “Padre Tapia”. Sin embargo, la realidad fue
que, por razones que desconocemos, el homenaje anunciado por el Instituto de Estudios
Almerienses nunca se llegó a celebrar.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
A mediados del mes de mayo de 2010 recibí una invitación de la asociación de vecinos
del Casco Histórico de Almería para participar en un sencillo homenaje al padre Tapia,
que se iba a celebrar en la calle Lope de Vega de la capital almeriense, lugar de la última
residencia del padre Tapia.
Para ello, me propusieron que escribiera un pequeño artículo para leerlo en público glo-
sando la figura del homenajeado, incidiendo sobre todo en su vida y obra, encargo que
acepté por el afecto personal que le profesaba y el grado de amistad que me unió con el
padre Tapia a lo largo de su vida. No en balde, uno de mis libros, Berja durante la época
de Franco (1939-1975), lleva esta dedicatoria: “A la memoria del Padre Tapia, mi consejero,
mi maestro, mi amigo, al cumplirse el décimo aniversario de su muerte (Almería, 5 de agosto de
1992–5 de agosto de 2002)”.
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Quizás este homenaje ha sido el más completo de los que se han celebrado hasta ahora,
ya que se desarrolló no solamente en Almería capital, sino también en algunos pueblos
de la provincia almeriense. Organizado por el Instituto de Estudios Almerienses con
motivo de cumplirse el primer centenario del nacimiento del historiador nacido en Abla,
los actos tuvieron lugar en distintas fechas y escenarios.
La presentación de los actos del homenaje tuvo lugar en la Diputación Provincial de Al-
mería, contando con la presencia de la diputada de cultura, María Vázquez, del director
del Instituto de Estudios Almerienses, Rafael Leopoldo Aguilera, del coordinador de las
jornadas “La Historia de Almería. Presente y futuro”, Julián Pablo Díaz, del alcalde de
Abla, Antonio Oliva, de la concejala de Cultura de Berja, María Luisa Cruz, del concejal
de Vélez Blanco, Dietmar Roth y del responsable del Centro de Estudios Velezanos, José
Domingo Lentisco
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Siguiendo un orden cronológico, hay que reseñar en primer lugar las jornadas didácticas
que se celebraron en Berja durante los días 8, 15, 22 y 29 de mayo de 2014 organizadas
por el Centro Virgitano de Estudios Históricos y la participación del CEP de El Ejido en
la sala de exposiciones de la plaza de San Pedro, con exposición de distintas ponencias
sobre el historiador abulense a cargo de Valeriano Sánchez Ramos, Carlos Villoria Prieto,
Lorenzo Cara Barrionuevo y Antonio Campos Reyes, junto a otros trabajos presentados
a modo de comunicaciones, que contó con la presencia de Julián Pablo Díaz López,
coordinador del Diccionario biográfico de Almería.
Las jornadas de Berja se completaron con una exposición fotográfica sobre el legado
historiográfico y religioso del homenajeado durante los días 22 a 30 de mayo, y culmi-
naron con una mesa redonda sobre la faceta humana del padre Tapia, moderada por
Antonio Campos Reyes, con intervenciones de Juan Pedro Vázquez Guzmán, José Ruiz
Fernández y la hermana del historiador, Conrada Tapia Garrido.
Unos minutos antes, la hermana del homenajeado descubrió una lápida de mármol en
la casa donde residió el padre Tapia durante su estancia en Berja como párroco en la
“Placetilla de la Aduana” o “Placetilla de la Iglesia” (como se la conocía popularmente en
la década de los años cuarenta, cincuenta e incluso sesenta), en presencia del alcalde de
Berja, Antonio Torres López, del cura párroco, José Rodríguez, y del director del CVEH,
Antonio Campos Reyes, con el siguiente texto:
Como actividad complementaria se realizó un itinerario con una visita guiada por el
centro histórico de Berja el día 31 de mayo, corriendo a cargo de miembros del Centro
Virgitano de Estudios Históricos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Dichas Jornadas, bajo el título: “La historia local: investigación y divulgación”, comen-
zaron el día 4 de noviembre, con una conferencia inaugural, a cargo de Lorenzo Cara
Barrionuevo, y las ponencias de cuatro estudiosos de la historia: Andrés Sánchez Picón,
Antonio Campos Reyes, Encarnación Navarro López y Sebastián Souviron Bono.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Descubrimiento del
rótulo de la placeta
del Padre Tapia en
Vélez-Blanco (mes de
agosto de 1988).
de las investigaciones
en curso sobre la co-
marca, para lo cual se
reunieron un grupo
de investigadores que
expusieron sus traba-
jos, reunión en la que
el autor de estas líneas
expuso un resumen de
este trabajo, y que fue
clausurada por la so-
brina del padre Tapia,
María del Mar Gonzá-
lez Tapia.
Pero el acto más emotivo del homenaje fue, sin duda, el que tuvo lugar en su pueblo
natal, Abla, el día 29 de noviembre, que dio comienzo con la lectura del acuerdo del
pleno del ayuntamiento, en el que declaró hijo predilecto de Abla al padre Tapia, des-
cubriendo la lápida de homenaje en la casa natal del ilustre historiador en la plaza de la
Iglesia. A continuación, se celebró un concierto por la banda Municipal de Música, con-
tinuando con un itinerario por el patrimonio artístico del municipio y culminando con el
acto de clausura, ya por la tarde, con una charla sobre “Tapia y su obra. Su influencia en
la historia almeriense”, a cargo del historiador Lorenzo Cara Barrionuevo.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Finalmente, los actos de homenaje del centenario de nacimiento del padre Tapia se
cerraron el día 27 de diciembre de 2014 en la localidad de Vélez Blanco (pueblo del
que había sido párroco durante los años 1945 a 1956, que ya le había nombrado “hijo
adoptivo” a mediados de los años cincuenta y que ha le había dedicado una plaza en el
centro del pueblo con motivo de los actos del V Centenario de la anexión-incorporación
a Castilla del reino nazarita de Granada (1488-1988) en el mes de agosto de 1988 con
el nombre de “placeta del Padre Tapia”. Dichos actos se iniciaron con la charla de Loren-
zo Cara Barrionuevo, un encuentro de divulgación de investigaciones en curso sobre la
comarca y un itinerario por el patrimonio histórico del municipio.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Llegados a este punto, parece oportuno hacer unas reflexiones en voz alta sobre lo que
ha representado -y representa- el padre Tapia para la moderna historiografía y para los
estudios de investigación actualmente en marcha en la provincia almeriense.
A pesar de ello, el padre Tapia fue un escritor prolífico. “Asombra –escribía yo en sep-
tiembre de 1992 -que un hombre con más de cincuenta años cumplidos haya podido publicar
cerca de treinta voluminosos libros en los últimos veinticinco años de su vida”. Su meta inalcan-
zable fue la de completar la Historia General de Almería y su Provincia, de la que llegó a
publicar 14 volúmenes sobre 18 que tenía proyectados, cuando le sorprendió la muerte.
En palabras de otro ilustre almeriense, José María Artero García, “nos encontramos ante
el intento más ambicioso de reunir, en una sola colección y por un solo autor, la general historia
de la provincia de Almería desde sus orígenes hasta nuestros días”. Sin embargo, no pudo ver
cumplido su sueño.
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En la actualidad, son cada vez más los historiadores almerienses que lo toman como
referente y también fuera de Almería, siendo el principal interlocutor ante muchos inves-
tigadores extranjeros. Como escribió Bernard Vincent en un artículo publicado en “La
Voz de Almería” el 30 de agosto de 1992, pocos días después de morir el padre Tapia:
“Entre los historiadores decimonónicos o de principios de siglo, cronistas clásicos y positivistas, y
la ola de los jóvenes talentos de hoy, él es el enlace, la referencia, en suma el primer historiador
de la era científica en tierras almerienses”. Y terminaba el ilustre hispanista: “Nuestra deuda
hacia él es inmensa”.
Por todo ello hago la siguiente propuesta: que el Instituto de Estudios Almerienses vuel-
va a convocar el premio de investigación histórica “Padre Tapia”, y recopile y edite una
antología de los artículos periodísticos, trabajos y colaboraciones publicados por el pa-
dre Tapia en revistas de contenido histórico como “Revista de Historia Militar”, “Roel”,
“Revista Velezana”, y en los periódicos “La Independencia” en el año 1930, “Yugo” en
la década los años cincuenta, hasta los últimos aparecidos en “La Voz de Almería” ya a
finales de los años ochenta.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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60
Segunda parte
La historiografía almeriense
en las últimas décadas
REFLEXIÓN SOBRE LAS
INVESTIGACIONES DE LA
PREHISTORIA DE ALMERÍA
62
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
INTRODUCCIÓN
En primer lugar, la práctica arqueológica está sujeta a una legislación abundante con sus
correspondientes reglamentos que no han parado de aumentar a lo largo del tiempo.
Esta circunstancia ha provocado un exceso de burocratización que no siempre ha influi-
do en un mejor control de las actuaciones.
Todavía podemos completar los factores que inciden en las oportunidades que se le ofre-
cen a la investigación arqueológica, si ampliamos el foco y observamos el tratamiento
desigual que reciben las Humanidades respecto a las consideradas Ciencias por anto-
nomasia. Aunque la investigación prehistórica (y arqueológica en general) requiere un
trabajo de campo y de laboratorio, no está considerada como experimental, lo que, una
vez más, condiciona la disponibilidad de recursos humanos y materiales.
Para terminar este rápido repaso a las condiciones en las que se lleva a cabo la inves-
tigación prehistórica, habría que destacar otra característica más: históricamente con
frecuencia y según el poder de los equipos (porque en la investigación también hay re-
laciones de poder) la excavación de un yacimiento ha ido acompañada de una apropia-
ción territorial del mismo, de hecho, aunque no de derecho. Se trata de una propiedad
intelectual sui generis que puede mantenerse indefinidamente puesto que no existen
mecanismos que permitan recuperar la documentación obtenida.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Por primera vez se delimita el espacio explorado que abarca una región con una enti-
dad geográfica lo cual contrasta con el carácter espontáneo y disperso de los hallazgos
conocidos hasta entonces.
1 GÓNGORA Y MARTÍNEZ, M. de, Antigüedades prehistóricas de Andalucía, 1868. En esta obra se recogen
por primera vez las pinturas rupestres de la cueva de Los Letreros de Vélez Blanco. Posteriormente,
fueron visitadas por Breuil y Obermaier, acompañados por Federico de Motos y Siret, y estudiadas
junto con otras de la zona. BREUIL, H. et OBERMAIER, H., Les premiers travaux de l´Institut de Paleonto-
logie Humaine. Extrait de L´Anthropologie. Tome XXIII. París, 1912. BREUIL, H. et OBERMAIER, H., Travaux
exécutés en 1912. Extrait de L´Anthropologie. Tome XXIV. París, 1913. MOTOS, F. de, La Edad Neolítica en
Vélez Blanco. Museo Nacional de Ciencias Naturales. Madrid, 1918.
2 Fue en 1949 cuando W.F. Libby la dio a conocer.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cidad. Cálculos demográficos, asociación sexual de los ajuares en las tumbas, incluso
apunta la existencia de diversas clases sociales en El Argar.
Finalmente, a instancias de Luis Siret se debe la creación del Museo de Almería, cuyo
primer director fue Juan Cuadrado Ruiz, a través de un decreto de 28 de marzo de
19334, aunque su materialización con edificio nuevo incluido, no se produjo hasta el
año 2005.
Aunque las investigaciones de Siret abarcaron todas las épocas de la Prehistoria, no hay
duda de que la mayor espectacularidad correspondió a las representadas por los yaci-
mientos de Los Millares y El Argar habiendo dado nombre a sendas culturas.
Esta circunstancia puede explicar que las investigaciones realizadas durante el siglo XX
se hayan centrado, por una parte, en los mismos yacimientos excavados por Siret: Los
Millares (Santa Fe de Mondújar), Almizaraque y Fuente Álamo (Cuevas de Almanzora),
Gatas (Turre), etc. y por otra, en las comarcas en las que se encuentran localizados: el
valle del Andarax y la depresión de Vera en el bajo Almanzora.
A partir de los años 50 del siglo XX, se realizan excavaciones arqueológicas en varios
yacimientos almerienses, de las que hay que destacar las campañas en Los Millares bajo
la dirección del profesor A. Arribas Palau cuyos resultados se materializan en la única
monografía publicada de este yacimiento5.
Pero será a partir de mediados de los años setenta y primera mitad de los ochenta cuan-
do las excavaciones arqueológicas en Almería adquieran un nuevo impulso a través de
campañas continuadas en yacimientos como Los Millares, Fuente Álamo, Almizaraque,
Gatas, Peñón de la Reina y Cueva de Ambrosio. A ello hay que añadir la labor de revi-
sión de los fondos de la colección Siret y de los cuadernos de Pedro Flores.
3 En el año 2006 salió a la luz una edición facsímil impulsada por la Dirección General de Cultura, Conse-
jería de Educación y Cultura, y el Museo Arqueológico de Murcia, junto con la Fundación Cajamurcia.
En mi opinión, la Junta de Andalucía perdió en esta ocasión una oportunidad de oro.
4 CUADRADO RUIZ, J., Apuntes de Arqueología Almeriense. Librería-Editorial Cajal. Almería, 1977. Recoge
el Decreto firmado por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora y Torres, y el ministro de
Instrucción Pública y Bellas Artes, Fernando de los Ríos Urruti.
5 ALMAGRO, Martín y ARRIBAS, Antonio, El poblado y la necrópolis megalíticos de Los Millares (Santa Fe de
Mondújar, Almería). Bibliotheca Praehistorica Hispana. vol. III. Madrid, 1963.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Durante una semana Cuevas del Almanzora dió cita a prestigiosos investigadores nacio-
nales e internacionales que, con su presencia, dejaron constancia de la renovada vigencia
de la obra de Luis Siret, insustituible punto de partida de numerosos trabajos sobre la
temática prehistórica llevados a cabo con posterioridad en el Sudeste español.
La presente publicación de las Actas del Homenaje a Luis Siret se plantea desde una
doble perspectiva: de un lado, como obligado complemento de recuerdo a la me-
moria del insigne investigador; de otro, como urgente respuesta al enorme vacío bi-
bliográfico existente en materia arqueológica. En este sentido las Actas se presentan
como una actualizada síntesis de la Prehistoria y Protohistoria en el Sur peninsular, tan
rica en potencial arqueológico y tan necesitada de su investigación, conservación y di-
vulgación.
6 Real Decreto 864/1984, de 29 de febrero. La Consejería de Cultura asume las competencias por el De-
creto 180/1984 de 19 de junio.
7 ACTAS DEL CONGRESO “HOMENAJE A LUIS SIRET”(1934-1984). Cuevas del Almanzora, junio 1984. Conse-
jería de Cultura de la Junta de Andalucía. Dirección General de Bellas Artes. Sevilla, 1986.
8 MARTÍNEZ PADILLA, Catalina, “El Argar y la argarización en el occidente de la provincia de Almería.
La cuenca del Nacimiento-Andarax”. En Actas del Congreso Homenaje a Luis Siret (1934-1984). Almería,
1986, pp. 308-314.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Para dar cumplimiento a los objetivos que se expresan en las Actas del Homenaje a Siret:
investigación, protección y difusión, se establecen las Jornadas de Arqueología Andaluza,
que cada año se celebrarán en una provincia diferente, de asistencia obligatoria para
todos los equipos que estén realizando un proyecto de manera que puedan dar cuenta
pública del estado de las investigaciones9. Al mismo tiempo, se crea el Anuario de Ar-
queología Andaluza10 donde se publican las campañas de los proyectos sistemáticos y
las actuaciones de urgencia en cada una de las ocho provincias. La continuidad de los
proyectos depende de cumplir con la obligación de publicar en el Anuario correspon-
diente cada una de las fases.
Una vez finalizados los proyectos, se debía elaborar una memoria final cuya edición, a
través de una monografía, correspondía a la Consejería de Cultura.
9 A partir de 1994 se produce un paréntesis en la periodicidad de las mismas, cuando Almería era la
única provincia en la que no se habían celebrado. Finalmente, en el año 2001 tuvieron lugar las últimas
en Almería.
10 El primero se publica en 1987.
11 Un detallado análisis de la historia y la crisis de este modelo en: SALVATIERRA CUENCA, V., “Historia y
desarrollo del Modelo Andaluz de Arqueología”. Trabajos de Prehistoria, 51 (1994), 1:1-13.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En enero de 1993 tienen lugar en Huelva las VI Jornadas de Arqueología Andaluza. Con
este motivo se edita un volumen que recoge los resultados de los proyectos realizados
entre 1985 y 199212 que suman un total de 58 de los cuales 4 están referidos a la pre-
historia almeriense.
Hay que destacar un aspecto de gran interés en este volumen, como es que cada uno de
los proyectos va acompañado de una ficha en la que aparecen las campañas realizadas
y la financiación de las mismas.
Los resultados científicos de las excavaciones y proyectos iniciados desde finales de los
años setenta se darán a conocer en publicaciones nacionales e internacionales a través
de estudios parciales13 y monográficos. Con excepción de la Cueva de Ambrosio14 y de
un estudio diacrónico de carácter territorial15, las monografías publicadas corresponden
a la Edad del Bronce16.
La crisis del modelo andaluz de arqueología ha ocasionado que aquel programa ilu-
sionante se fuera transformando en otra cosa, se vaciaran de contenido algunos de los
órganos creados, se agravaran los problemas de financiación y se redujeran personal y
competencias en las estructuras provinciales, al mismo tiempo que se multiplicaba la
burocracia.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En el año 2009, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Luis Siret y del
75 de su muerte, la Consejería de Cultura organiza el Memorial Luis Siret18 a través
de una serie de actos institucionales que desembocan al año siguiente en la celebra-
ción del I Congreso de Prehistoria de Andalucía. El título del mismo “La Tutela del
Patrimonio Prehistórico de Andalucía” y el lugar de celebración, Antequera, son ex-
presivos de los criterios que prevalecen en la investigación prehistórica actualmente en
Andalucía19.
17 MARTÍNEZ PADILLA, C., ROMÁN DÍAZ, Mª de la P., LÓPEZ MEDINA, Mª J., SUÁREZ DE URBINA CHAPMAN,
N. 2006: “Proyecto Alto Almanzora. Prospección arqueológica superficial 2001”. Anuario Arqueológico
de Andalucía 2003, Sevilla, 2006, II, pp. 9-17. MARTÍNEZ PADILLA, C., ROMÁN DÍAZ, Mª de la Paz, LÓPEZ
MEDINA, Mª Juana, SUÁREZ DE URBINA CHAPMAN, N., “Proyecto Alto Almanzora. Campaña de Pros-
pección arqueológica superficial 2002”. Anuario Arqueológico de Andalucía 2003, Sevilla, 2006, II, pp.
18-25.
18 Parece que Siret continúa siendo nuestro mejor talismán.
19 El Presidente del comité organizador fue Bartolomé Ruiz González, director del Conjunto Arqueológi-
co Dólmenes de Antequera y principal impulsor, en su día, del Modelo Andaluz de Arqueología.
20 MEMORIAL LUIS SIRET. I CONGRESO DE PREHISTORIA DE ANDALUCÍA. LA TUTELA DEL PATRIMONIO PREHIS-
TÓRICO, Junta de Andalucía. Consejería de Cultura. Sevilla, 2011.
21 De periodicidad anual, el primer número se publicó en 2010.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Hay una excepción que confirma la regla, aunque no afecta exclusivamente a la pro-
vincia de Almería. Me refiero a la incorporación a la Lista de Patrimonio Mundial del
Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica23. La provincia de Almería
aporta en torno a 30 abrigos distribuidos entre los términos municipales de Vélez-Blanco
y María24.
LAGUNAS
Sostenía que uno de los problemas que padecía la investigación prehistórica en Almería
consistía en su carácter selectivo por lo que sus resultados eran bastante parciales. Lo
que se conoce como Paleolítico y Epipaleolítico (sociedades cazadoras-recolectoras nó-
madas) en general, era una de las etapas menos conocidas. Esta circunstancia repercutía
a su vez en el conocimiento de la génesis y desarrollo de las sociedades agrícolas-ga-
22 MOLINA, F., CÁMARA, J. A., Guía del yacimiento arqueológico Los Millares. Junta de Andalucía. Consejería
de Cultura. Sevilla, 2005.
23 La Asamblea de la Unesco reunida en Kioto (Japón) el 2 de diciembre de 1998, a propuesta de seis
comunidades autónomas.
24 ARTE RUPESTRE DEL ARCO MEDITERRÁNEO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, Junta de Andalucía. Consejería de
Cultura. Barcelona 1999.
25 MARTÍNEZ PADILLA, C., “Panorama general de la investigación sobre la Prehistoria de Almería”. Andarax
25, pp. 34-36.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
naderas (lo que se conoce como Neolítico). En el mismo sentido, destacaba cómo este
hiatus impedía formular una explicación de la llamada Cultura de Los Millares (Edad del
Cobre). Tras destacar que la Cultura del Argar (Edad del Bronce) estaba representada
por un mayor número de yacimientos que en los casos anteriores y se disponía de una
información más amplia, de nuevo nos encontrábamos con un vacío en el denominado
Bronce Final, que entonces sólo estaba representado por las excavaciones realizadas en
el Peñón de la Reina de Alboloduy26.
En primer lugar, la que afecta a las épocas más antiguas (Paleolítico y Epipaleolítico)
exceptuando las modernas excavaciones realizadas en la Cueva de Ambrosio28, pero no
existe un proyecto de carácter territorial para el conocimiento de la naturaleza y distri-
bución de estas sociedades.
26 MARTÍNEZ, C.; BOTELLA, M.C., El Peñón de la Reina (Alboloduy, Almería). Excavaciones Arqueológicas en
España 112. Ministerio de Cultura. Madrid, 1980.
27 La lista de publicaciones es bastante prolija.
28 RIPOLL LÓPEZ, S., 1988 opus cit.; RIPOLL LÓPEZ, S. et alii, “Arte rupestre paleolítico en el yacimiento
solutrense de la cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería)”. Trabajos de Prehistoria, 51, nº 2 (1994), pp.
21-40.
29 Una síntesis completa en ROMÁN DÍAZ, Mª de la Paz, Estudios sobre el neolítico en el sureste de la Penín-
sula Ibérica. Síntesis crítica y valoración. Ed. Universidad de Almería, Almería, 1996.
30 MARTÍNEZ, C.; BOTELLA, M.C., 1980, opus cit.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
DIFUSIÓN
Se entiende por difusión aquella actividad que consiste en dar a conocer los resultados
de las investigaciones a un público no familiarizado con las mismas. Esta práctica puede
realizarse de distintas formas y desde diferentes ámbitos.
En principio, según indiqué en páginas anteriores, las administraciones que tienen las
competencias son las encargadas de velar por la tutela, conservación y difusión del patri-
monio arqueológico. Evidentemente para que esto sea posible se requiere un paso pre-
vio indispensable: la investigación. Si no hay investigación, existe el riesgo de convertir el
patrimonio arqueológico en un fetiche envuelto en una narración imaginaria.
Para quienes nos dedicamos a la docencia la forma más inmediata de difusión está diri-
gida al alumnado, a través de las clases en el aula y a través de visitas a yacimientos de la
provincia como Los Millares, El Argar, Fuente Álamo, Almizaraque, cueva de Los Letre-
ros, etc. y otros situados en provincias cercanas como la Bastida de Totana. Esta actividad
viene realizándose desde los años setenta en el Colegio Universitario, embrión de lo
que más tarde sería la Universidad de Almería. Cuando menciono el ámbito educativo
no me refiero sólo a la universidad, me consta que estudiantes nuestros que hoy son
docentes en otros niveles de la enseñanza, están realizando una labor muy importante
en este aspecto.
En el campo de las publicaciones consideradas de difusión, hay que advertir del peligro
que supone confundir la difusión del conocimiento con la banalización del mismo. Es
necesario discriminar entre la difusión rigurosa y aquella que no lo es. No todo vale.
31 Con ese objetivo, un equipo de la Universidad de Almería hemos llevado a cabo un proyecto en el
Alto Almanzora, que abarca también la Antigüedad. Una primera síntesis en ROMÁN DÍAZ, Mª P. et alii,
“Estudio del proceso histórico durante la Prehistoria y la Antigüedad en la cuenca del alto Almanzora
(Almería)”. Anales de Arqueología Cordobesa, 11 (2000), pp. 33-52.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desde otro ámbito, merece la pena destacar la labor realizada por Arráez Editores con
la creación de una colección, dedicada a traducir del francés diversas obras de Luis Siret,
impulsada y coordinada por Juan Grima Cervantes33.
A la provincia de Almería y zonas que con ella forman el Sudeste Español, sólo les falta un gran
techo para ser un inmenso e insuperable Museo de Prehistoria y Protohistoria. Palabras de Luis
Siret citadas por Juan Cuadrado35.
La historia del Museo de Almería está relacionada con la historia misma de esta provin-
cia en el contexto de Andalucía y España. Analizar todas y cada una de las vicisitudes
por las que ha pasado esta institución requeriría una monografía específica36, utilizando
un dicho popular podríamos decir que el Museo de Almería ha sido “tardío pero cierto”.
El museo, tal y como lo conocemos hoy, fue inaugurado en marzo de 2006. En el con-
tenido científico y en el diseño del mismo intervinieron varios equipos, de los que quiero
destacar el coordinado por el profesor Manuel Carrilero Millán, amigo y compañero
de la Universidad de Almería, cuya iniciativa y saber hacer han dejado una impronta
imborrable, como la de esa columna estratigráfica que él ideó. Junto con Manuel Ca-
32 CARRILERO MILLÁN, M.; SUÁREZ MÁRQUEZ, Á., El territorio almeriense en la prehistoria. Instituto de
Estudios Almerienses. Diputación Provincial de Almería, Almería, 1997. Otros ejemplos, aunque con
algunas limitaciones impuestas por la editorial: MARTÍNEZ PADILLA, C., CARRILERO MILLÁN, M. y RO-
MÁN DÍAZ, Mª P., “La Prehistoria”. En Memorias del tiempo. La Historia de Almería. Ed. Mediterráneo-Age-
dime S.L. Novotécnica S.A., Almería, 1998, vol. I., pp. 9-48; ROMÁN DÍAZ, Mª P., “La Prehistoria de nues-
tras costas”. En GARCÍA LORCA, A. (coord.), El mar de Almería. Ed. Novotécnica S.A. La Voz de Almería,
Almería, 2002, pp. 64-79.
33 El primer libro, prologado por el profesor Antonio Arribas Palau, se publicó en el año 1994: Orientales
y Occidentales en España en los tiempos prehistóricos. En el año 2001 Arráez Editores y la Consejería de
Cultura de la Junta de Andalucía publicaron una edición facsímil (traducida del original francés) de la
obra de Luis Siret España prehistórica.
34 A estas iniciativas responde la existencia del Museo Municipal de Reproducciones Arqueológicas de
Benahadux.
35 CUADRADO RUIZ, J. 1977, opus cit, p. 61.
36 La Guía oficial del Museo de Almería fue editada por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de
la Junta de Andalucía en el año 2013. En ella se puede encontrar información al respecto.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
37 Las investigaciones realizadas sobre el proceso histórico anterior y posterior quedaron relegadas.
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LA INVESTIGACIÓN
DEL MUNDO ANTIGUO:
PROBLEMAS Y
PERSPECTIVAS
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
INTRODUCCIÓN
En este trabajo nos vamos a acercar a la Antigüedad en este ángulo extremo del Sureste
peninsular, que desde hace casi 180 años denominamos provincia de Almería, procu-
rando que no quede aislada de los procesos históricos generales, aunque se sitúen fuera
del marco estrictamente provincial. El intervalo de tiempo del que vamos a tratar abarca
unos 1500-1700 años, que van desde la etapa final de la Edad del Bronce y los inicios
de la Edad del Hierro, hasta la disolución del poder imperial romano en el siglo V y el
epígono visigodo.
Una gran etapa es la constituida grosso modo por el I milenio a.C., en el cual se estructu-
raron las formaciones estatales iberas, contemporáneas a la presencia fenicia, articulada
primero en establecimientos coloniales y luego en ciudades-estado. La conquista romana
marca el final de este periodo desde 209 a. C., integrando progresivamente a iberos y fe-
nicios en una nueva estructura política, el Imperio Romano, que marca una segunda gran
etapa hasta la desaparición del Imperio Romano de Occidente en 476 d.C. La tercera y
última etapa es el periodo a caballo entre la Edad Antigua y la Media que denominamos
Antigüedad tardía y que se confunde con la Alta Edad Media; viene dada por el reino
visigodo en conflicto con Bizancio que estableció en el sureste una provincia occidental.
En este punto es inevitable reconocer el papel que juega la memoria del historiador al
hacer balance, el ejercicio retrospectivo de reseñar la aportación de una generación de
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
historiadores y arqueólogos que inició en los 80 del pasado siglo, con escasos medios
y notable voluntad, la renovación de nuestro conocimiento de la Antigüedad en este
rincón de la Península Ibérica donde los romanos pusieron el límite de dos provincias,
la Hispania Ulterior Baetica y la Hispania Citerior Tarraconensis. Un límite que, dicho sea de
paso, parte en dos la actual provincia de Almería.
PROBLEMAS METODOLÓGICOS
Aunque para el territorio actualmente almeriense esos textos son apenas unos fogonazos
de luz y la referencia a algunos hechos muy concretos, para que el investigador se acer-
que por sí mismo a las fuentes históricas de una manera solvente necesita disponer de
herramientas adecuadas: ediciones actualizadas de fuentes griegas y latinas, conocimien-
to de estas lenguas y conocimiento de los estudios críticos sobre las obras y los autores
que las produjeron. Hasta hace no tantos años ello era impensable a escala local por la
falta de bibliotecas especializadas, e incluso en muchas sedes universitarias era imposible
disponer de toda la bibliografía necesaria. El esfuerzo meritorio que en su día efectuó
Tapia por ordenar los datos existentes sobre el mundo antiguo en la actual Almería y
contextualizarlos con los conocimientos de la época supuso la primera síntesis moder-
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
na del mundo antiguo, referida a nuestro entorno geográfico inmediato1. Pocos años
después se publicó otra síntesis de la Antigüedad en Almería, obra del profesor Agustín
Díaz Toledo, escrita desde una perspectiva muy actual que conectaba con los debates
historiográficos sobre las sociedades antiguas en boga en aquellos años2, a partir de los
datos aún limitados de que se disponía.
Hoy día, la creciente difusión del conocimiento científico en la era digital hace viable
actualmente, no obstante, acceder a esa información y difundirla para el público inte-
resado, estudiantes e historiadores. Citaré en este sentido el monumental Diccionario de
la Antigüedad Hispana donde es posible encontrar todos los topónimos de la Península
Ibérica conservados en los textos griegos y latinos, así como noticias de los principales si-
tios arqueológicos excavados, con comentarios actualizados por diferentes especialistas3.
Como apuntaba líneas arriba, las fuentes de conocimiento históricas que se nutren de
documentos materiales y que son estudiados por la Arqueología y sus disciplinas auxi-
liares constituyen el otro gran pilar sobre el que se cimienta la investigación del mundo
antiguo, sobre todo cuando las fuentes escritas son escasas o inexistentes. Salvo docu-
mentos excepcionales, la aportación de este tipo de documentos a la construcción del
relato histórico es acumulativa. Es necesario procesar centenares o miles de datos para
obtener generalizaciones empíricas, confirmar o refutar hipótesis y llegar a conclusiones
que produzcan conocimiento histórico significativo.
1 TAPIA GARRIDO, J.A., Historia general de Almería y su provincia, Almería, 1981, t. II, Colonizaciones.
2 DÍAZ TOLEDO, A., “Almería en la Antigüedad”, en Almería, t. III, Granada 1983, pp. 797-946.
3 ROLDÁN HERVÁS, J.M. (dir.), Diccionario Akal de la Antigüedad Hispana, Madrid, 2006.
4 CARA BARRIONUEVO, L y SÁNCHEZ REAL, J. “La visita arqueológica de un ilustrado: Francisco Pérez
Bayer en Adra (1782)”, Farua Extra 1. Adra (2006), pp. 253-280.
5 HÜBNER, E., Corpus Inscriptionum Latinarum. Inscriptiones Hispaniae Latinae, Berlín, 1869; Corpus Ins-
criptionum Latinarum, Suplementum. Inscriptionum Hispaniae Latinarum 15, Berlín, 1892; vid. por ejem-
plo HÛBNER, E.,“Abdera”, en Realencyclopedie der Altertumwissenschaft I, 1, 23.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
6 SIRET Y CELLS, L., Villaricos y Herrerías. Antigüedades púnicas, romanas, visigóticas y árabes, Madrid,
1908; LÓPEZ CASTRO, J. L. “Luis Siret y los inicios de la Arqueología en el Sureste de España”, Mus-A.
Revista de los Museos de Andalucía 4 (2004), pp. 168-175.
7 DUBOIS, Ch., “Inscriptiones Latines d’Espagne”, Bulletin Hispanique III (1901), pp. 209-225; FITA, F.,
“Inscripciones romanas de Málaga, púnica de Villaricos y medieval de Barcelona”, Boletín de la Real
Academia de la Historia XLVI (1905), pp. 423-429; “Inscripciones romanas de Villaricos, Villatuerta y Car-
castillo”, Boletín de la Real Academia de la Historia L (1907), pp. 464-470; CHABOT, A., “Sur une épigraphe
imprimée en relief au dos de brûle-parfums en terre cuite découvertes par M. Siret près de Villaricos”,
Bulletin Archéologique du Commite (1933), pp. XXI-XXIII; ASTRUC, M., La necrópolis de Villaricos, Madrid,
1951; “Echanges entre Carthage et l’Espagne d’après le temoignage de documents céramiques pro-
venant d’aniennes fouilles”, Revue des Etudes Anciennes LXIV (1962), pp. 62-81; FERNÁNDEZ DE AVILÉS,
A., “El pasarriendas romano de Villaricos (Almería)”, Actas del II Congreso Español de Estudios Clásicos,
Madrid-Barcelona, 1961, Madrid, 1964, pp. 662-669; ALMAGRO BASCH, M., “Dos ánforas pintadas de
Villaricos, Rivista di Studi Liguri XXXIII (1967), pp. 345-353; OLARIA DE GUSI, C., “A propósito de dos
ánforas pintadas de Villaricos”, Pyrenae, 8 (1972), pp. 159-166; HERRERA GONZALEZ, Mª D., “El cascarón
de huevo de avestruz de la sepultura nº 100 de Villaricos”, Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la
Universidad Autónoma de Madrid, 4 (1977), pp. 49-67; CURCHIN, L. A., “Forgotten inscription from Baria
(Tarraconensis)”, Zeitschrfit für Papyrologie und Epigraphik 49 (1982), pp. 185-186; RODRÍGUEZ LÓPEZ,
Mª D. y SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Mª A., “Cerámicas de «Paredes Finas» procedentes de Villaricos (Almería)
en el M.A.N.”, Boletín del Museo Arqueológico Nacional III (1985), pp. 51-60; CASTELO RUANO, R., “Lote
de cerámicas paleocristianas procedentes de Montroy, Villaricos (Almería)”, Boletín de la Asociación Es-
pañola de Amigos de la Arqueología 24 (1988), pp. 27-35; “Aportaciones al repertorio de Hayes. Nuevos
sellos cerámicos paleocristianos procedentes del Cerro de Montroy (Loma de los Conteros, Villaricos,
Almería)”, Archivo Español, de Arqueología 62 (1989), pp. 255-262. ALMAGRO GORBEA, Mª J., “Un depó-
sito votivo de terracotas en Villaricos”, Homenaje al Prof. Martín Almagro Basch, T. II, Madrid, 1983, pp.
291-307; “La alimentación de la antigua Baria en época romana y prerromana”, Gerión, Homenaje al Dr.
Michel Ponsich, Anejos III, Madrid 1991, pp. 119-128; RODÁ, I., “Un epígraf grec de Villaricos”, Fonametns
7 (1988), pp. 213-233; ADROHER AUROUX, A., “Informe del estudio de cerámicas de barniz negro en el
Museo Provincial de Almería”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1989 (1992), pp. 382-389; CASTAÑOS
UGARTE, P. Mª, “Estudio de la fauna de la necrópolis de Villaricos (Almería)”, Archaeofauna 3 (1994), pp.
1-12; PEREIRA, J., RODERO, A., CHAPA, T., PEREA, A. y MADRIGAL, A., “La necrópolis de Villaricos (Alme-
ría)”. En Chapa, T. y Querol, Mª A. (coords.), Homenaje Al profesor Manuel Fernández Miranda, Complutum
Extra, 6, I, Madrid, pp. 373- 383; LÓPEZ CASTRO, J.L., “Vasos de alabastro de Abdera y Baria”, Ocnus 9
(2001), pp. 61-75; PEREIRA, J., RODERO, A., CHAPA, T., PEREA, A. y MADRIGAL, A. y PÉREZ DÍE, Mª C., “La
necrópolis de Villaricos (Almería)”, en M.E. Aubet y M. Barthelemy (eds.), Actas del IV Congreso Interna-
cional de Estudios Fenicios y Púnicos, Cádiz, 1995, Cádiz, 2000, vol. IV, pp. 1723-1729.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
necrópolis de Villaricos se reanudaran. Hasta esa década las excavaciones de sitios an-
tiguos en Almería fueron prácticamente excepcionales: la villa romana de Las Huelgas,
excavada por Algarra en los años 50, o los trabajos en la necrópolis y el asentamiento
romanos de Rodalquilar por Antonio Arribas, en su época como director del Museo
Arqueológico Provincial de Almería8.
En los años 80, en un contexto general de desarrollo de los estudios históricos, la inves-
tigación arqueológica iba a experimentar en España en general, y en Andalucía especí-
ficamente, un notable impulso de la mano de varios factores. Por una parte, el impulso
de proyectos de investigación por las instituciones tuvo como consecuencia un mayor
rigor en los objetivos y en la metodología de la investigación, planteados a medio y lar-
go plazo. Por otra parte, el incremento de las excavaciones arqueológicas de urgencia,
inicialmente encomendadas a los museos provinciales y luego a las delegaciones provin-
ciales de la Consejería de Cultura andaluza, merced a una nueva legislación estatal y au-
tonómica sobre el Patrimonio Histórico, incrementaron exponencialmente la generación
de nuevos datos. La Arqueología comenzó a ser un trabajo cada vez menos individual
y cada vez más profesionalizado.
8 ALGARRA ESTEBAN, R., “La Huelga (Almería)”, Noticiario Arqueológico Hispánico 1-2 (1952), pp. 29-37;
ARRIBAS PALAU, A., “La necrópolis romana de Rodalquilar”, Ampurias 15-16 (1953-54), pp. 365-369.
9 CARA BARRIONUEVO, L. y CARRILERO MILLÁN, M., “Prospección arqueológica superficial del estuario
del Andarax y piedemonte de la sierra de Gádor (Almería), 1985”, Anuario Arqueológico de Andalucía
1985 (1986), pp. 63-66; CARRILERO MILLÁN, M, GARRIDO VÍLCHEZ, O., EGEA GONZÁLEZ, J. J., DÍAZ CAN-
TÓN, A. A., PADIAL ROBLES, B., LÓPEZ SALMERÓN, J. J. y GRACIA SÁNCHEZ, Mª, “Memoria de la pros-
pección arqueológica superficial del Bajo Andarax (Fase 2) y piedemonte de sierra Alhamilla (Alme-
ría)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), pp. 66-68; CARA BARRIONUEVO, L. y RODRÍGUEZ
LÓPEZ, J. Mª, “Prospección arqueológica superficial del valle medio del río Andarax (Almería), Anuario
Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), pp. 58-59.
10 ALCARAZ HERNÁNDEZ, F.M., CASTILLA SEGURA, J., HITOS URBANO, M.A., MALDONADO CABRERA, M.
G., MÉRIDA GONZÁLEZ, V., RODRÍGUEZ ARAGÓN, F.J. y RUIZ SÁNCHEZ, V., “Proyecto de prospección
arqueológica superficial llevado a cabo en el Pasillo de Tabernas (Almería)”, Anuario Arqueológico de
Andalucía 1986, 2, (1987), pp. 62-65; “Prospección arqueológica superficial en Rambla de Velefique,
Rambla de Gergal y Pasillo de Tabernas, en Almería”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1987, 2 (1990),
pp. 39-41.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
y pasillo de Fiñana11 que localizaron numerosos yacimientos de todas las épocas. Cartas
arqueológicas municipales o proyectos de investigación más reducidos se centraron en
otras comarcas como la Baja Alpujarra y el Poniente, Níjar y Cabo de Gata12, Los Vélez13
o el valle del Almanzora14, contribuyeron a inventariar y localizar yacimientos y restos
11 LÓPEZ GODOY, N., ESCOBAR SÁNCHEZ, A., RISUEÑO OLARTE, B. y RUIZ GONZÁLEZ, C., “Prospección en el
pasillo de Fiñana (Almería)”, A.A.A.’87 (1990), pp. 73-80; ADROHER AUROUX, A.M., BUZÓN CALDERÓN, F.,
MONTILLA PÉREZ, S. y ARROYO PÉREZ, E., “Prospección superficial en Pasillo de Fiñana, Sierra de Baza y
Sierra Nevada”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1987 (1989), pp. 77-80; BUZÓN CALDERÓN, F., LÓPEZ
GODOY, N. G., RISUEÑO OLARTE, B., ADROHER AUROUX, A. M. y ESCOBAR SÁNCHEZ, A., “Informe de las
prospecciones arqueológicas superficiales en el pasillo de Fiñana (Almería). Campaña de 1988”, Anuario
Arqueológico de Andalucía 1988 (1990), pp. 9-13; ADROHER AUROUX, A. M., “Arqueología en torno al
territorio romano de Abla (Almería)”. En A.J. Ortiz Ocaña (coord.), El municipio romano de Abla (Abla,
Almería). Administración, sociedad y economía, Almería, 2016, pp. 39-78.
12 CARA BARRIONUEVO, L. y RODRÍGUEZ LÓPEZ, J. Mª, “Agricultura y poblamiento en Adra (Almería). Prime-
ros resultados de una prospección arqueológica”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1989 (1991), pp. 49-
58; “Prospección arqueológica superficial de la Alta Alpujarra Almeriense y del Campo de Dalías oriental
(Almería), Anuario Arqueológico de Andalucía 1990 (1992), pp. 140-147; CARA BARRIONUEVO, L. y CARA
RODRÍGUEZ, J., Roquetas de Mar: Arqueología e Historia, Almería, 1994; GARCÍA LÓPEZ. J. L., “Análisis de los
materiales romanos de la comarca de Níjar (Almería) depositados en museos”, Anuario Arqueológico de
Andalucía 1985 (1987), pp. 463-465; RAMOS DÍAZ, J. R., “Prospección arqueológica superficial en la Comar-
ca de Níjar (Almería). Fase I, 1985”, A.A.A.1985 (1987), pp. 67-69; “Memoria de la Prospección arqueológica
superficial en la comarca de Níjar (Almería). Fase II”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), pp. 84-
85; “Prospección arqueológica superficial en la Comarca de Níjar (Almería). Fase III”, Anuario Arqueológico
de Andalucía 1987 (1990), pp. 81-84. MORENO ONORATO, A., RAMOS MILLÁN, A. y MARTÍNEZ GARCÍA, J.,
“Prospección arqueológica superficial de las zonas occidental y central del pasillo de Chirivel/Vélez-Rubio
(Almería), 1985”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1985 (1987), pp. 19-25.
13 MORENO ONORATO, A.; CONTRERAS CORTÉS, F. y CÁMARA SERRANO, J. A., “Patrones de asentamiento,
poblamiento y dinámica cultural en las tierras altas del sureste peninsular. El pasillo Cúllar-Chirivel du-
rante la Prehistoria Reciente”, Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, 16-17 (1991-92), pp.
191-245; MARTÍNEZ LÓPEZ, C. y MUÑOZ MUÑOZ, F., “Sobre el poblamiento romano en la comarca de Los
Vélez (Almería)”, Arqueología espacial, 5, 1984, pp. 129-146; “Habitat rural romano en el valle del río Cara-
mel-Alcaide (Almería)”, Florentia Iliberritana 2, 1991, pp. 323-338; “La organización de un territorio romano
en el sureste peninsular. Romanientes y la dehesa de la Alfahuara (María, Almería)”, Florentia Iliberritana, 9,
1998, pp. 445-476; Poblamiento ibérico y romano en el sureste peninsular: La Comarca de Los Vélez (Almería),
Granada, 1999; MARTÍNEZ LÓPEZ, C. “Poblamiento ibérico y romano en la comarca de Los Vélez. Prospec-
ciones y estudios arqueológicos realizados por Paco Muñoz Muñoz y Cándida Martínez López”, Revista
Velezana, 34 (2016), pp. 236-242.
14 CÁMALICH MASSIEU, Mª D. y MARTÍN SOCAS, D. (dirs.), El territorio almeriense desde los inicios de la pro-
ducción hasta fines de la Antigüedad. Un modelo: la depresión de Vera y cuenca del río Almanzora, Sevilla,
1999; CHÁVEZ, M. E., CÁMALICH, M. D., MARTÍN SOCAS, D. y GONZÁLEZ QUINTERO, P., Protohistoria y An-
tigüedad en el Sureste Peninsular. El Poblamiento de la Depresión de Vera y Valle del río Almanzora (Almería).
BAR International Series 1026, Oxford, 2002; ROMÁN DÍAZ, Mª P., MARTÍNEZ PADILLA, C., LÓPEZ MEDINA,
Mª J., SUÁREZ DE URBINA CHAPMAN, N., PÉREZ CARPENA, A.D. y AGUAYO DE HOYOS, P., “Estudio del pro-
ceso histórico durante la prehistoria y la Antigüedad en la Cuenca del Alto Almanzora (Almería)”, Anales
de Arqueología Cordobesa, 11 (2000), pp. 32-52; LÓPEZ MEDINA, Mª J., ROMÁN DÍAZ, Mª P., MARTÍNEZ
PADILLA, C., PÉREZ CARPENA, A.D., AGUAYO DE HOYOS, P., ROVIRA LLORÉNS, S., SUÁREZ DE URBINA CHA-
PMAN, N., “Proyecto Alto Almanzora. Tercera campaña de prospección arqueológica superficial”, Anuario
Arqueológico de Andalucía 1997, 2 (2001), pp. 20-24; MARTÍNEZ PADILLA, C., ROMÁN DÍAZ, Mª P., LÓPEZ
MEDINA, Mª J., SUÁREZ DE URBINA CHAPMAN, N., MARTÍNEZ ACOSTA, F., MONTOYA FENOY, M. MAQUEDA
RODRÍGUEZ, M., “Proyecto Alto Almanzora. Prospección arqueológica superficial 2000”, Anuario Arqueo-
lógico de Andalucía 2000, 2 (2003), pp. 9-16; MARTÍNEZ PADILLA, C., ROMÁN DÍAZ, Mª P., LÓPEZ MEDINA,
Mª J., SUÁREZ DE URBINA CHAPMAN, N., “Proyecto Alto Almanzora. Prospección arqueológica superficial
2001”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2003, 2, (2006), pp. 9-17; “Proyecto Alto Almanzora. Campaña de
prospección arqueológica superficial 2002”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2003, 2, (2006), pp. 18-25.
81
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Hay que reseñar, por lo que respecta a los datos obtenidos en excavaciones en yacimien-
tos de la Antigüedad, que la inmensa mayoría provienen de excavaciones preventivas y
de urgencia, pues sólo han existido dos proyectos de investigación relativos al mundo
antiguo en Almería en los que luego nos detendremos: el proyecto del Cerro de Mon-
troy en Villaricos y el proyecto del Cerro de Montecristo de Adra.
Sin embargo, la gran cantidad de datos aportados por el trabajo arqueológico de cam-
po, su laborioso procesamiento y la insuficiencia de los fondos para la investigación
hacen que las publicaciones se retrasen o no lleguen nunca a ver la luz. En esto no hay
diferencias con la práctica arqueológica conocida en el ámbito nacional e incluso inter-
15 ARTEAGA, O., HOFFMANN, G., SCHUBART, H. y SCHULZ, H.D., “Investigaciones geológicas y arqueológi-
cas sobre los cambios de la línea costera en el litoral de la Andalucía mediterránea. Informe preliminar
(1985)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1985 (1987), pp. 117-121; ARTEAGA MATUTE, O. y G. HO-
FFMANN, 1987: “Investigaciones geológicas y arqueológicas sobre los cambios de la línea costera en
el litoral de la Andalucía mediterránea”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), pp. 194-195;
Hoffmann, G., Holozänstratigraphie und Küstenlinienverlagerung and der andalusischen Mittelmeerküste,
Bremen, 1988.
16 BLÁNQUEZ PÉREZ, J., ROLDÁN GÓMEZ, L., MARTÍNEZ LILLO, S., MARTÍNEZ MAGANTO, J., SÁEZ, F. y
BERNAL, D., La Carta Arqueológica-Subacuática de la costa de Almería (1983-1992), Madrid, 1998.
17 DOMERGUE, C., Catalogue des mines et des fonderies antiques de la Peninsula Ibérique, T.I, Madrid, 1987;
Les mines de la Péninsule Ibérique dans l’antiquité romaine, Roma, 1990.
18 FERNÁNDEZ UGALDE, A.; MENASANCH DE TOBARUELA M.; MORENO LETE, I.; OLMO ENCISO, L. y RO-
MÁN RIECHMANN, C., “El poblamiento Tardorromano y Altomedieval en la cuenca baja del río Alman-
zora (Almería). Campaña de prospección 1989”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1989 (1991), pp.
36-39; OLMO ENCISO, L. y MENASANCH DE TOBARUELA, M. “El poblamiento Tardorromano y Altome-
dieval en la cuenca baja del río Almanzora (Almería)”, Investigaciones Arqueológicas en Andalucía, 1985-
1992. Proyectos, Huelva, 1993, pp. 675-680; MENASANCH DE TOBARUELA, M., Secuencias de cambio
social en una en una región mediterránea: análisis arqueológico de la depresión de Vera (Almería) entre los
siglos V y XI, Oxford, 2003 (BAR International Series 1132).
19 CASTRO, P.V., et al., Subproject nº 2: Temporalities and Desertification in the Vera Basin. En S. van der
Leeuw (ed.), The Archaeomedes Project. Understanding the Natural and Anthropogenic Causes of Desert-
ification and Land Degradation in the Mediterranean Basin, (contract EV5V-0021), vol. II, Cambridge,
1994 (final report); “Territorios económicos y sociales en la cuenca de Vera (Almería) desde el 4000 cal
A.C. a nuestros días”. En A. SÁNCHEZ PICÓN (ed.), Historia y Medio Ambiente en el territorio almeriense,
Almería, 1996, pp. 35‐47; CASTRO, P.V., et al. (eds.), Aguas Project. Paleoclimatic reconstruction and the
dynamics of human settlement and land use in the area of the middle Aguas (Almería) in the south-east
of the Iberian Peninsula (contract EV5V-CT94-0487), Luxembourg, 1998; LÓPEZ CASTRO, J.L., “Fenicios
e iberos en la Depresión de Vera: territorio y recursos”. En A. González Prats (ed.), Fenicios y territorio,
Alicante, 2000, pp. 99-119.
82
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
LA PRESENCIA FENICIA
Nuestro conocimiento de la presencia fenicia en el Extremo Occidente del Mediterrá-
neo ha pasado prácticamente, desde inicios de los años 60 del siglo XX, del cero al
infinito. Tras los descubrimientos en la costa malagueña y granadina en los años 60-80,
y ya en los 90 en Levante, Ibiza, Cádiz, Portugal y Marruecos se han producido notables
avances, que han continuado en el presente siglo20. En ese contexto novedoso de inves-
tigación hay que situar las excavaciones de Fernández-Miranda efectuadas en 1970 y
1971 en el Cerro de Montecristo de Adra y las de Mª José Almagro en la necrópolis de
Villaricos a finales de esa década que aportaron documentación sobre los siglos IV-I a.C.
La excavación de Adra aportaba por primera vez en España restos urbanos fenicios de
los siglos IV-II a.C., mientras que la de Villaricos proporcionó el contenido de un hipogeo
intacto ocupado hasta el siglo II a.C. 21.
20 AUBET SEMLER, Mª E., Tiro y las colonias fenicias de Occidente, Barcelona, 2009 (3ª edición).
21 FERNÁNDEZ-MIRANDA, M. y CABALLERO ZOREDA, L., Abdera. Excavaciones en el Cerro de Montecristo.
Excavaciones Arqueológicas en España 85, Madrid, 1975; ALMAGRO GORBEA, Mª J., La necrópolis de Baria
(Almería). Campañas de 1975-1978. Excavaciones Arqueológicas en España nº 129. Madrid, 1984.
83
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
griega de la ciudad, a causa de la homonimia con la Abdera tracia22. Por su parte la secuen-
cia de Baria establecía la fundación de la ciudad a finales del siglo VII a.C. desmintiendo
una fundación cartaginesa y ofrecía la, por ahora, única secuencia estratigráfica publicada
en la Península Ibérica de una ciudad fenicia desde la fundación hasta la conquista roma-
na23. Ambas excavaciones, además, desmentían mediante el hallazgo de estratificaciones
y construcciones del siglo VI a.C., que hubiera ruptura o discontinuidad en ese siglo, con-
tribuyendo a refutar la hipótesis firmemente extendida de la “crisis” del siglo VI a.C. de las
22 SUÁREZ, A., LÓPEZ CASTRO, J.L., AGUAYO, P., CARRILERO, M., GARCÍA, J.L., y SAN MARTÍN, C., “Memoria
de la excavación de urgencia realizada en el Cerro de Montecristo (Adra, Almería)”, Anuario Arqueoló-
gico de Andalucía 1986, 3 (1987), pp. 16-19; “Abdera. Una colonia fenicia en el Sureste de la Península
Ibérica”, Madrider Mitteilungen 30 (1989), pp. 135-150.
23 LÓPEZ CASTRO, J.L., ESCORIZA MATEU, T. y ALCARAZ HERNÁNDEZ, F., “Excavación arqueológica de ur-
gencia en Villaricos (Cuevas del Almanzora, Almería). 1987”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2001, 3
(2004), pp. 18-26; LÓPEZ CASTRO, J.L., MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V., MOYA COBOS, L. y PARDO BARRIO-
NUEVO, C., Baria I. Excavaciones arqueológicas en Villaricos. La excavación de urgencia de 1987, Almería,
2011.
84
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
colonias fenicias, que habría dado lugar a una hegemonía o a una presencia cartaginesa.
Al contrario, los nuevos datos de Adra y Villaricos venían a sostener la existencia de un
proceso de formación de ciudades desde finales del siglo VII a.C. en una serie de antiguas
fundaciones coloniales como Malaka, Sexs, Abdera y Baria, entre otras24.
24 LÓPEZ CASTRO, J.L., “La formación de las ciudades fenicias occidentales”, Byrsa. Rivista di archeologia,
arte, e cultura punica 2 (2003), pp. 69-120; “Las ciudades de Abdera y Baria en el Sureste de la Penín-
sula Ibérica. Topografía y urbanismo”. En S. Helas y D. Marzoli (eds.), Phönizisches und punisches Stät-
dewesen, Mainz, 2009, pp. 461-472.
25 LÓPEZ CASTRO, J.L., C. SAN MARTÍN MONTILLA y T. ESCORIZA MATEU, “Memoria de la excavación de
urgencia realizada en el yacimiento fenicio y romano de Cabecico de Parra de Almizaraque (Cuevas
del Almanzora, Almería), Anuario Arqueológico de Andalucía 1988 (1991), III, pp. 7-11; “La colonización
fenicia en la desembocadura del Almanzora: el asentamiento fenicio de Cabecico de Parra”, Cuadernos
de Prehistoria de la Universidad de Granada 12-13 (1987-88), pp. 157-169.
26 GOÑI QUINTERO, A., CHÁVEZ ÁLVAREZ, E., CAMALICH MASSIEU, M. D., MARTÍN SOCAS, D. y GONZÁLEZ
QUINTERO, P., “Intervención arqueológica de urgencia en el poblado de Cabecicos Negros (Vera, Al-
mería). Informe preliminar”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2003, Vol. I, pp. 73-87; LÓPEZ CASTRO,
J.L., “La territorialidad y los fenicios occidentales: estado actual de la investigación y perspectivas”, Me-
morial Luis Siret. I Congreso de Prehistoria de Andalucía: La tutela del Patrimonio Prehistórico, Antequera,
2010, Sevilla 2011, pp. 219-229; PARDO BARRIONUEVO, C. A., Poblamiento rural y explotación de los
recursos agrícolas entre los fenicios occidentales durante el I milenio a. C. Un caso de estudio: el territorio
de Baria, Trabajo Fin de Master, Universidad de Granada, 2008; Economía y sociedad rural fenicia en el
Mediterráneo Occidental, Sevilla, 2014.
27 CARRILERO MILLÁN, M. y LÓPEZ CASTRO, J.L., “Ciavieja: un asentamiento de época púnica en el
Poniente almeriense”. En A. GONZÁLEZ BLANCO, J.L. CUNCHILLOS Y M. MOLINA (coords.), El mun-
do púnico. Historia, sociedad y cultura, Coloquios de Cartagena, I, Cartagena 1990, Murcia, 1994,
pp. 251-268.
28 LÓPEZ CASTRO, J.L., MANZANO AGUGLIARO, F. y ALEMÁN OCHOTORENA, B., “Altos de Reveque: un
asentamiento fortificado fenicio-púnico en el litoral de Andalucía Oriental”, Archivo Español de Arqueo-
logía 83 (2010), pp. 27-46.
85
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
29 CAMALICH, M.D., MARTÍN SOCAS, D., CHÁVEZ, E. y GOÑI, A., “Prospección con sondeos estratigráficos.
Cabecicos Negros-El Pajarraco”, en CÁMALICH MASSIEU, M. D. Y MARTÍN SOCAS, D. (dir.), El territorio
almeriense desde los inicios de la producción hasta fines de la antigüedad. Un modelo: la Depresión de
Vera y cuenca del rio Almanzora, Consejería de Cultura, Sevilla, 1999, pp. 107-136. CHÁVEZ ÁLVAREZ,
Mª E., CÁMALICH MASSIEU, Mª D., MARTÍN SOCAS, D., GONZÁLEZ QUINTERO, P. y PÉREZ REYES, V., “El
yacimiento de El Pajarraco y la problemática del poblamiento púnico en la depresión de Vera (Almería,
España)”, Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos, Cádiz, 1995, Cádiz, 2000, vol.
III, pp. 1497-1509.
30 ALCARAZ HERNANDEZ, F., “Excavación arqueológica de urgencia en Villaricos, Cuevas del Almanzora,
Almería. 1988”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1988, 3 (1991), pp. 26-29; “Excavación arqueológica
de urgencia en Villaricos, Cuevas del Almanzora, Almería. 1989”, Anuario Arqueológico de Andalucía
1989, 3 (1991), pp. 30-32. LÓPEZ CASTRO, J.L., “Villaricos: 100 años de excavaciones arqueológicas”,
Axarquía 5 (2000), pp. 27-38; LÓPEZ CASTRO, J.L. y ALCARAZ HERNÁNDEZ, F., “Informe sobre la ex-
cavación de urgencia efectuada en el solar situado en la calle ‘La Central’ de Villaricos (Cuevas del
Almanzora)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1997, 3, (2001), pp. 14-19; LÓPEZ CASTRO, J. L., “La
ciudad fenicia de Baria. Investigaciones 1987-2003”, Actas de las Jornadas sobre la Zona Arqueológica de
Villaricos (Almería 2005), Sevilla, 2007, pp. 19-39; LÓPEZ CASTRO, J.L., ALCARAZ, F., ORTIZ, D., SANTOS,
A. y MARTÍNEZ, V., “Informe preliminar de la excavación arqueológica de urgencia en el solar situado en
calle la Central esquina a calle La Balsa (Villaricos, Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2004, 3,
(2009), pp. 49-61; LÓPEZ CASTRO, J. L., MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V. y PARDO BARRIONUEVO, C.A. “La
ciudad de Baria y su territorio, Mainake, 32, 1 (2010), pp. 109-132.
31 LÓPEZ CASTRO, J. L., “Un santuario rural en Baria (Villaricos, Almería)”, Estudios Orientales 5-6 (2001-
2002) [2004], pp. 77-89; “Astarté en Baria. Templo y producción entre los fenicios occidentales”, Archivo
Español de Arqueología 78, (2005), pp. 5-21; ALMAGRO GORBEA, M. y TORRES ORTIZ, M., La escultura
fenicia en Hispania, Madrid, 2010.
86
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
urbana en uso entre los siglos VII y IV a.C., que suministró interesantes datos sobre la
producción y el comercio de la ciudad fenicia en estos siglos32.
LA SOCIEDAD IBERA
La formación de los estados iberos fue un proceso histórico que arranca en los siglos
IX-VIII a.C. con la evolución de las sociedades del Bronce Final hacia una sociedad de
clase, hasta conformar las aristocracias iberas y su proyección territorial y estatal en los
siglos VII-VI a.C. Este proceso fue definido por la investigación de los años 80 y 90 del
siglo pasado a partir de las investigaciones sobre el mundo ibero en la Alta Andalucía,
Murcia y el Levante35. En la actual Almería, que formaría parte de la Bastetania meri-
dional, el conocimiento de la sociedad ibera es aún limitado en comparación con otras
áreas próximas del Sureste peninsular.
32 LÓPEZ CASTRO, J.L., “Abdera fenicia. Nueve siglos de historia”. En J. SÁNCHEZ REAL (coord.), Historia
de Adra, Almería, 2006, pp. 29-42, Farua extra 1, Miscelánea Abderitana; LÓPEZ CASTRO, J.L., ALCARAZ,
F. y SANTOS, A., “Informe preliminar de la intervención arqueológica en el Cerro de Montecristo (Adra,
Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 2004, 1, (2009), pp. 1-18; LÓPEZ CASTRO, J.L., ALEMÁN
OCHOTORENA, B. y MOYA COBOS, L. “Abdera y su territorio. Descubrimientos recientes”, Mainake,
XXXII, 1 (2010), pp. 91-107.
33 LÓPEZ CASTRO, J.L., MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V., MOYA COBOS, L. y PARDO BARRIONUEVO, C. A., “Cor-
tijo Riquelme y los orígenes de la presencia fenicia en el Sureste peninsular”, en F. PRADOS MARTÍNEZ
(ed.), El Oriente de Occidente. Fenicios y púnicos en el área ibérica. VIII Coloquio Internacional del CEFYP,
Alicante, 2013 (en prensa).
34 GONZÁLEZ DE CANALES, F., SERRANO, L. y LLOMPART, J., El emporio fenicio precolonial de Huelva (ca.
900-770 a.C.), Madrid, 2004; FERNÁNDEZ FLORES, A. y RODRÍGUEZ AZOGUE, A., Tartessos desvelado. La
colonización fenicia del suroeste peninsular y el origen y ocaso de Tartessos, Sevilla, 2007; MARCOS SÁN-
CHEZ, V., GALINDO SAN JOSÉ, L., JUZGADO NAVARRO, M. y DUMAS PEÑUELAS, M., “El asentamiento fe-
nicio de La Rebanadilla a finales del siglo IX a.C.”. En E. GARCÍA ALFONSO (ed.), Diez años de arqueología
fenicia en la provincia de Málaga (2001-2010), Sevilla, 2012, pp. 67-85.
35 RUIZ RODRÍGUEZ, A. y MOLINOS MOLINOS, M., Los iberos: análisis arqueológico de un proceso histórico,
Barcelona, 1993; ADROHER AUROUX, A. y BLÁNQUEZ PÉREZ, J. (eds.), Actas del I Congreso Internacional
de Arqueología Ibérica Bastetana, Baza, 2008, Madrid, 2008.
87
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Topografía
de la antigua
Baria fenicia y
romana (según
López Castro
y Martínez
Hahnmüller
2012).
36 MARTÍNEZ PADILLA, C. y BOTELLA, M., El Peñón de la Reina (Alboloduy, Almería), Madrid, 1980, E.A.E., nº
112.
37 LÓPEZ CASTRO, J.L., MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V., MOYA COBOS, L. y PARDO BARRIONUEVO, C. A., Op.
cit.
38 OSUNA, M. y REMESAL, J., “La necrópolis de Boliche (Villaricos, Almería), Archivo de Prehistoria Levan-
tina, XVI (1981), pp. 37341; LORRIO ALVARADO, A., La necrópolis orientalizante de Boliche (Cuevas del
Almanzora, Almería), Madrid, 2014.
39 LORRIO ALVARADO, A., Qurénima. El Bronce Final del sureste en la Península Ibérica, Madrid, 2008.
88
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Conocemos los topónimos de antiguos oppida iberos que luego pervivieron en época
romana, como Murgi, localizada en el Cerrón de Dalías40, Vergi, cuya localización se ha
propuesto en el Cerro de Rigualte, cerca de Berja41, Urci, de situación dudosa42, Alba,
la actual Abla43 o Tagilis, en la Muela del Ajo de Tíjola44, identificadas a partir de ha-
llazgos o prospecciones superficiales, pero en ningún caso por medio de excavaciones.
Sin embargo, apenas tenemos datos publicados de las poblaciones iberas que pudieran
encuadrarse de acuerdo con la periodización tradicional en Ibérico Antiguo, Pleno y
Reciente. Hallazgos aislados como la famosa inscripción ibera conocida como “Plomo
de Gador”, o la caja funeraria de Dalías del siglo V a.C.45 son indicios de que existió
una densa ocupación ibera de las comarcas almerienses durante el Ibérico Pleno, pero
es muy poco lo que conocemos a través de excavaciones arqueológicas. Además de
la necrópolis ibera del siglo IV a.C. situada dentro de la necrópolis fenicia de Villa-
ricos, excavada por Siret46, el asentamiento ibero de El Chuche, en Benahadux, fue
excavado a comienzos de los años 80 del siglo XX. Salvo breves noticias, los resulta-
dos no han sido publicados, aunque la fase más importante explorada parece datarse
en el siglo III a.C. Mencionaremos Fuente Álamo, el asentamiento argárico de la Edad
del Bronce situado en Cuevas del Almanzora, donde se excavó una construcción ibera
40 CARA BARRIONUEVO, L., “El Cerrón de Dalías y la Antigua Ulisseia”, Farua: revista del Centro Virgitano de
Estudios Históricos 2 (1999), pp. 119-128; CANO GARCÍA, J.A. “Poblamiento ibérico del campo de Dalías
(Poniente almeriense) y el oppidum destacado del Cerrón”, Farua: revista del Centro Virgitano de Estudios
Históricos, 9-10 (2006-2007), pp. 13-34.
41 LÓPEZ MEDINA, Mª J., Ciudad y territorio en el Sureste peninsular durante época romana, Madrid, 2004, p.
61.
42 LÓPEZ MEDINA, Mª J., “Urci, un debate historiográfico que llega a nuestros días”. En C. POZO (coord.),
Humanidades y educación. Libro homenaje a los profesores Covadonga Grijalba Castaños y Francisco Alar-
cón Alarcón, Almería, 2001, pp. 439-458.
43 LÓPEZ MEDINA, Mª J., Op. cit., pp. 116-118.
44 PELLICER CATALÁN, M. y ACOSTA MARTÍNEZ, P., “Prospecciones arqueológicas en el Alto Valle del Al-
manzora (Almería)”, Zephyrus, XXV (1974), pp. 155-176; LÓPEZ MEDINA, Mª J., “Tagili, un oppidum ibero
en el sureste peninsular”. En R. CID Y E. GARCÍA (eds.), Debita verba: estudios en homenaje al profesor
Julio Mangas Manjarrés, vol. 1, Oviedo, 2013, pp. 597-609.
45 UNTERMANN, J., Monumenta Linguarum Hispanicarum III, Die Iberischen Inschriften aus Hispanien, H 1,
Wiesbaden, 1990; SANMARTÍ GREGO, E., “Caja funeraria y soporte pétreos de época ibérica, proceden-
tes de Dalías (Almería), conservados en el Museo Arqueológico de Barcelona”, Ampurias 44 (1982), pp.
105-120.
46 SIRET y CELLS, L. Op. cit.; CHAPA BRUNET, T., “Models of Interaction Between Punic Colonies and Iberian
Land: The Funerary Evidence”, Encounters and Transformations. The Archaeology of Iberia in Transition,
Sheffield, 1997, pp. 141-150.
89
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Durante los siglos II y I a.C., ya bajo el dominio de Roma, tanto los datos de excavación
disponibles en Abdera y Baria, únicas ciudades donde se documenta por ahora este pe-
riodo en la actual Almería, señalan un incremento sustancial del comercio itálico y una
90
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
A partir del cambio de Era, ya en época imperial, comenzamos a tener más datos his-
tóricos debido a la difusión de las formas de vida urbana romanas materializadas en los
municipios. Las antiguas ciudades fenicias y la mayoría de las iberas debieron alcanzar el
estatuto de municipios de derecho latino bajo los emperadores de la dinastía Flavia. Las
inscripciones romanas de la actual provincia de Almería, recopiladas después de Hübner
por R. Lázaro a comienzos de los años 80 del siglo pasado, así como otras inéditas que
se han ido dando a conocer, proceden principalmente de las antiguas ciudades que he-
mos ido mencionando en el texto y nos dan una idea de la vida pública municipal, sus
instituciones, sus habitantes y sus prácticas53. En este sentido contamos con el estudio
de conjunto de Mª J. López Medina sobre la época imperial en esta zona del sureste
peninsular, capaz de integrar todas las fuentes de conocimiento disponibles, literarias,
arqueológicas, epigráficas y numismáticas para reconstruir la Historia del periodo desde
una perspectiva moderna54. Asimismo, en la última década se han publicado estudios
monográficos sobre los municipios romanos de la actual provincia de Almería, como
91
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Abdera, Alba, Murgi o Baria55 que han supuesto un notable avance para el conocimiento
de la época imperial en el Sureste peninsular.
55 LÓPEZ MEDINA, Mª J., 1996: El municipio romano de Abdera. Una aproximación histórica, Almería, 1996;
ORTIZ OCAÑA, A.J. (coord.), El municipio romano de Abla (Abla, Almería). Administración, sociedad y
economía, Almería, 2016; LÁZARO PÉREZ, R., La Respublica Murgitana y sus monumentos epigráficos (El
Ejido-Almería), Almería, 2016; LÓPEZ CASTRO, J.L. y MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V., “De la Baria fenicia a
la Baria romana”. En B. Mora Serrano y G. Cruz Andreotti (coords.), La etapa neopúnica en Hispania y el
Mediterráneo centro occidental: identidades compartidas, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2012, pp. 331-
360.
56 SUÁREZ, A., CARRILERO, M., GARCÍA, J.L. y BRAVO, A., “Memoria de la excavación de urgencia realizada
en el yacimiento de Ciavieja (El Ejido, Almería), 1985”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1985, (1986),
vol. III, pp. 14-21; SUÁREZ, A., CARRILERO, M., MELLADO, C. y SAN MARTÍN, C., “Memoria de la exca-
vación de urgencia realizada en Ciavieja, El Ejido (Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1986
(1987), vol. III, pp. 20-24.
57 CARA BARRIONUEVO, L. y RODRÍGUEZ LÓPEZ, J. Mª, “El mausoleo romano de El Daimún” (El Ejido, Al-
mería), Actas del XVIII C.N.A., (Islas Canarias, 1985), Zaragoza, 1987, pp. 833-840; GARCÍA LÓPEZ. J. L.
y CARA BARRIONUEVO, L., “Excavación arqueológica efectuada en el Mausoleo tardorromano de El
Daimuz (El Ejido-Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1987 (1990), pp. 29-36.
58 CARA BARRIONUEVO, L. y CARA RODRÍGUEZ, J., “Dos puertos romanos en la provincia de Almería. Un
estudio arqueológico”, XIX C.N.A., (Castellón de la Plana, 1987), Zaragoza, 1989, pp. 823-837; DE LA
PEÑA OLIVAS, J. M. y PRADA ESPADA, J. M., “Murgi, un antiguo puerto romano”, Revista de Aqueología,
168 (1995), pp. 36-43.
59 CARA BARRIONUEVO, L., “Primeros resultados de la prospección con georadar de Ciavieja (El Ejido)”,
Farua: revista del Centro Virgitano de Estudios Históricos”, 14 (2011), pp. 149-158.
60 MORALES SÁNCHEZ, R., “Urbanismo y evolución urbana en la ciudad púnico-romana de Villaricos
(Cuevas de Almanzora, Almería): Baria a partir de las excavaciones de 2004”, Actas de las Jornadas sobre
la Zona Arqueológica de Villaricos, Almería 2005, Sevilla, 2008, pp. 41-88; CARA BARRIONUEVO, L., “El
material arqueológico de las excavaciones en el Sector 8 de Villaricos (Almería). Mil años de historia
de una ciudad mediterránea occidental”, Actas de las Jornadas sobre la Zona Arqueológica de Villaricos,
Almería 2005, Sevilla, 2008, pp. 89-130.
92
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
También han sido excavaciones de urgencia las que han documentado villas romanas
como la de El Roceipón en Vera, a comienzos de los 80, de la que apenas hay datos
publicados, o las de Chirivel, con el hallazgo de la escultura de Dionisos61, y Abla, donde
también se excavó el conocido mausoleo romano, en esa misma década62. Más recien-
temente se han efectuado las excavaciones ya mencionadas en la villa de Cadímar, en
Turre, con motivo de las obras de la línea de tren de alta velocidad, de las que apenas
tenemos noticias preliminares63. Otras instalaciones rurales excavadas son las de la Ram-
bla de Terreros en Mojácar, pertenecientes posiblemente a una villa en uso en los siglos
I y II d.C.64. Algunas villae de los siglos I y II d.C. localizadas superficialmente han sido
objeto de estudios más específicos, como las de Macián y Canales, en Vélez-Blanco65.
Las prospecciones arqueológicas superficiales efectuadas sobre todo en los han aportado
datos sobre diferentes asentamientos romanos extensos, pero que no alcanzaron el ran-
go de municipios atendiendo a la información de las fuentes escritas clásicas y a la infor-
61 MARTÍNEZ GARCÍA, J., RAMOS DÍAZ, J. R., MELLADO SAEZ, C. y. GARCÍA LÓPEZ, J. L., “Chirivel: excavacio-
nes romanas en el yacimiento de ‘El Villar’”, Revista Velezana 4 (1985), pp. 7-18; “El yacimiento de ‘El Vi-
llar’ (Chirivel, Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), pp. 25-30; “’El Villar’ de Chirivel
(Almería): una ‘villa’ romana”. En Arqueología en la comarca de Los Vélez (Almería). Homenaje al profesor
Miguel Guirao Gea, Almería 1994, pp. 113-138.
62 MARTÍNEZ GARCÍA, J., “El Mausoleo altoimperial de Abla (Abla, Almería). Excavación arqueológica”,
Anuario Arqueológico de Andalucía 1987 (1990), pp. 7-17; ORTIZ OCAÑA, A.J., El municipio romano de
Abla (Abla, Almería). Espacios y monumentos funerarios, Almería, 2014.
63 LÓPEZ JIMÉNEZ, O., MARTÍNEZ CALVO, Mª V. y LLIDÓ LÓPEZ, F., “El Torcularium bajoimperial de Cadima”.
En LÓPEZ BALLESTA, J.M. (coord.), Phicaria. I Congreso sobre la producción en las sociedades mediterrá-
neas. La producción de alimentos Arqueología, historia y futuro de la dieta mediterránea, pp. 179-180.
64 CARA BARRIONUEVO, L. y ORTIZ SOLER, D., “El asentamiento costero de la Rambla de los Terreros (Mo-
jácar) y algunas cuestiones sobre la costa almeriense en época romana”, Actes I Col.loqui d`Arqueologia
Romana El Vi a l`Antiquitat. Economia, producción i comerç al Mediterrani occidental, Badalona (1985),
Badalona, 1987, pp. 84-91; “El asentamiento romano de la Rambla de los Terreros (Mojácar). Estudio de
la cerámica altoimperial”, Axarquía, 7 (2007), pp. 7-27.
65 MARTÍNEZ LÓPEZ, C. y MUÑOZ MUÑOZ, F., “Macián.., art. cit.; “Canales (Vélez Blanco-Almería), un encla-
ve romano en el sureste desde la República a la Tardía Antigüedad”, Florentia iliberritana, 8 (1997), pp.
301-330. Homenaje al profesor Manuel Sotomayor Muro en su 75 aniversario.
66 GALLARDO, J., LÓPEZ, C. Mª, MARTÍNEZ, J. J., RAMOS, F., “Excavación de urgencia en Mojácar: el al-
farromano de la Rumina (Mojácar, Almería)”, Anuario arqueológico de Andalucía 2003, 3, 1 (2006),
pp. 47-56.
93
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por lo que respecta a instalaciones industriales, en el litoral almeriense, tanto del Ponien-
te como del Levante se documentaron restos de factorías de salazones romanas. Por lo
que respecta a Abdera, tanto las excavaciones de 1970 como las de 1986 y 2006 docu-
mentaron elementos industriales romanos como varios conjuntos de piletas de salazones
de pescado y una cisterna. Asimismo hubo una factoría de salazones, hoy día destruida,
en las Cuevas de la Reserva, en Roquetas, otra bien conservada en Torre García y restos
de una tercera en Villaricos67.
Por lo que respecta a los estudios de Numismática romana contamos ccon algunos
estudios de circulación monetaria hechos a partir de recopilaciones de hallazgos en dife-
rentes comarcas almerienses y del monetario del Museo Arqueológico68.
67 CARA BARRIONUEVO, L.; CARA RODRÍGUEZ, J. y RODRÍGUEZ LÓPEZ, J. Mª, “Las Cuevas de la Reserva
(Roquetas) y otras factorías pesqueras de época romana en la provincia de Almería”. En E. RIPOLL PE-
RELLÓ (Ed.), Actas del Congreso Internacional El Estrecho de Gibraltar, t. I, (Ceuta, 1987), Madrid, 1988,
pp. 919-934; SIRET y CELLS, L., op. cit.
68 MARTÍNEZ LÓPEZ, C. y MUÑOZ MUÑOZ, F., “Hallazgos numismáticos antiguos, hispanos, localizados en
Vélez-Blanco (Almería)”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 7 (1987), pp. 159-174; MOLI-
NA GARRIDO, Mª D., “Aspectos generales sobre la circulación monetaria de época romana en Almería”,
Homenaje al padre Tapia. Almería en la Historia, Almería, 1988, pp. 149-160; FONTENLA BALLESTA, S.,
“La circulación monetaria romana en el valle del Almanzora”, Cultural Huércal-Overa, 6 (1989), pp. 28-
42; PADILLA ARROBA, A., MARÍN DÍAZ, Mª A. y GARCÍA MORA, F., “Materiales cerámicos y numismáticos
procedentes de Armuña de Almanzora (Almería)”, Florentia Illiberritana, 7 (1996), pp. 381-400; GÓMEZ
SÁNCHEZ, E. y PADILLA ARROBA, A., “Hallazgos numismáticos de época romana en Fiñana (Almería)”,
Florentia Iliberritana, 6 (1995), pp. 367-38; PADILLA ARROBA, art. cit.
94
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
perficial69, y de las excavaciones de urgencia en villae que alcanzaron el siglo IV, se llevó
a cabo un proyecto de investigación en el Cerro de Montroy de Villaricos, anteriormente
excavado por Siret, que incluía el estudio del poblamiento tardoantiguo y altomedieval
en el área de la Depresión de Vera y la excavación del asentamiento70. Las excavaciones
de urgencia en Villaricos aportaron novedosos datos sobre la etapa tardorromana de la
ciudad romana de Baria hasta que fue abandonada para ocupar el Cerro de Montroy71 y
se excavaron fases tardorromanas en asentamientos rurales como Cabecico de Parra, en
cuyas inmediaciones, junto al asentamiento calcolítico de Almizaraque y sobre el mismo,
se dispuso una necrópolis de los siglos V-VI d.C.72. Otras necrópolis tardorromanas han
sido localizadas en la Ribera de la Algaida, en Roquetas, vinculadas a Turaniana73, así
como en Cadímar.
69 ADROHER AUROUX, A.M. y POCIÑA LÓPEZ, C.A., “Pago de Escuchagranos: un yacimiento tardorroma-
no en la provincia de Almería”, Pyrenae, 27 (1996), pp. 227-250.
70 OLMO ENCISO, L., “Cerro de Montroy”, Arqueología 83, Madrid, 1985; OLMO ENCISO, L., y ROMÁN RIE-
CHMANN, C., “Excavaciones arqueológicas en el Cerro de Montroy (Cuevas de Almanzora, Almería)”,
Anuario Arqueológico de Andalucía 1986 (1987), I, p. 13. MENASANCH DE TOBARUELA, M. y OLMO EN-
CISO, L., ”El poblamiento Tardorromano y Altomedieval en la cuenca baja del río Almanzora (Almería),
Cerro de Montroy (Villaricos, Cuevas del Almanzora): Campaña de excavación 1991”, Anuario Arqueoló-
gico de Andalucía 1991, vol. II, (1993), pp. 28-35.
28-35, MENASANCH, Op. cit.; “Baria tardoantigua: cambios sociales y económicos del siglo V al siglo IX”,
Actas de las Jornadas sobre la Zona Arqueológica de Villaricos, Almería 2005, Sevilla, 2007, pp. 131-167;
“Los ‘poblados de altura’: centros de los nuevos espacios sociales en el sudeste peninsular (siglos V-VI-
II)”. En J. M. GURT ESPARRAGUERA Y A. RIBERA I LACOMBA, (coords.), VI Reunió d’Arqueologia Cristiana
Hispànica: les ciutats tardoantigues d’Hispania: cristianització i topografia: València, 8, 9 i 10 de maig de
2003, Valencia, 2005, pp. 375-384.
71 MORALES SÁNCHEZ, R., art. cit.; LÓPEZ CASTRO, J.L. y MARTÍNEZ HAHNMÜLLER, V., art. cit.
72 DELIBES, G., FERNÁNDEZ-MIRANDA, M., FERNÁNDEZ-POSSE, Mª D. y C. MARTÍN MORALES, 1985: “Almi-
zaraque (Cuevas del Almanzora, Almería)”, Actas del XVII C.N.A. (Logroño, 1983), Zaragoza, 1985, pp.
221-232; “El poblado de Almizaraque”, Homenaje a Luis Siret (1934-1984), (Cuevas del Almanzora, 1984),
Sevilla, 1986, pp. 167-177; LÓPEZ CASTRO, J.L., SAN MARTÍN MONTILLA, C. y ESCORIZA MATEU, T., “Me-
moria de la excavación de urgencia realizada en el yacimiento fenicio y romano de Cabecico de Parra
de Almizaraque (Cuevas del Almanzora, Almería)”, Anuario Arqueológico de Andalucía 1988 (1990), III,
pp. 7-11.
73 MORALES SÁNCHEZ, R., “Algunos datos sobre la necrópolis tardorromana de Turaniana”, Farua, 14
(2011), pp. 7-16.
95
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
PARA CONCLUIR
Sólo la investigación programada mediante proyectos a largo y medio plazo hacen posi-
ble seleccionar periodos y áreas territoriales a investigar para cumplir objetivos científicos
y dar respuestas a interrogantes previos o a cubrir lagunas de investigación.
Ya hemos visto, sin embargo, cómo los proyectos arqueológicos sistemáticos han sido
muy pocos y por el contrario, cómo las intervenciones preventivas y de urgencia han
sido mayoritarias y relativamente numerosas. Por ello decíamos al inicio de esta contri-
bución, que los avances del conocimiento se producen por acumulación de datos, obte-
nidos por razones ajenas a una planificación de la investigación. Pero el gran problema es
que los datos permanecen inéditos durante decenios, sin que se publiquen los resultados
de las excavaciones.
96
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las perspectivas futuras para acrecentar nuestro conocimiento del mundo antiguo en
este rincón del sureste peninsular podrían pasar por la iniciación de los nuevos histo-
riadores graduados en nuestras aulas, interesados en la investigación, mediante trabajos
de prospección superficial de zonas de las que apenas tenemos datos y, sobre todo,
mediante el estudio de los abundantes datos arqueológicos inéditos producidos en los
últimos cuarenta años. Ello es imprescindible para que la información esté puesta al
servicio de la comunidad científica, en particular cuando las transformaciones del paisaje
con la nueva agricultura intensiva, las grandes infraestructuras o el expolio incontrolado
destruyen yacimientos que no son sino puntos en el mapa, cuyo único testimonio son
los datos que un día recogió en el campo un equipo de prospección.
97
LA HISTORIA DE ALMERÍA:
PRESENTE Y FUTURO
EDAD MEDIA:
ESTRATEGIAS Y LÍNEAS
DE INVESTIGACIÓN EN LA
HISTORIOGRAFÍA ALMERIENSE
98
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Bien es cierto que la personalidad del padre Tapia ha sido la base para los orígenes de
los estudios históricos sobre Almería, y su extenso e ímprobo trabajo –al que todos
debiéramos mostrar gratitud, pues en esas fuentes bebemos, aunque muchos no lo
admitan-- ha sido la principal referencia sobre la investigación histórica almeriense. El
padre Tapia (José Ángel Tapia Garrido, Abla, 1914 - Almería, 1992), autor de la extensí-
sima ‘Historia General de Almería y Provincia’, entre otros estudios (‘Historia de la Baja
Alpujarra’, ‘Almería, piedra a piedra’, ‘Almería, hombre a hombre’, ‘Vélez-Blanco, villa
señorial de los Fajardo’, ‘Los obispos de Almería’, ‘Historia de la Vera antigua’, ‘El Estado
de Tahal’, etc.), ha llegado a constituir un legado historiográfico en el que muchas de
estas obras citadas, como por ejemplo la ‘Historia de la Baja Alpujarra’, se han convertido
en obras de referencia y apreciadas por historiadores, porque unen al estudio histórico
un profundo conocimiento en torno a la comarca objeto de estudio, como sucede con la
obra citada sobre la Baja Alpujarra o sus trabajos sobre los Vélez o Tahal (Lorenzo Cara
Barrionuevo, Juana María Rodríguez, Valeriano Sánchez Ramos, José Ruiz, entre otros
han dado muestra fehaciente sobre la utilidad de estos estudios). En el caso de ‘Historia
de la Baja Alpujarra’, sin duda la más notable, ésta se concibe como una Historia ‘total’
del territorio que incluye desde la descripción de los lugares hasta el estudio etnológico,
99
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
pasando por las diversas etapas cronológicas en las que se describen vivencias sociales y
económicas de cada una de las ciudades estudiadas (Berja, Adra y Dalías), sin descuidar
la visión del conjunto de la comarca al Poniente almeriense.
Pero con todo, aunque importante, no deja de ser la obra de un francotirador, arropado
en ocasiones por un mecenazgo raquítico, que sin embargo ha abierto las puertas a una
moderna historiografía almeriense, que en ningún caso abre estrategias y líneas de inves-
tigación sistemáticas, si bien las deja entrever o las sugiere, sin limitar campos de estudio,
pues su objeto final es la gran síntesis, desde los orígenes a la actualidad. También actúa
como un catalizador que recoge estudios considerados clásicos, desde Orbaneja a los
Flórez o Santisteban, o a repertorios como los que pudiera ofrecer los ejemplares de la
revista de la extinta Sociedad de Estudios almerienses
Esto nos lleva a considerar y establecer una serie de cuestiones, interrogantes previos a
la reflexión, sobre todo en lo que toca a la Historia medieval almeriense, parcela que me
ha tocado analizar.
La primera cuestión es: ¿son necesarias las reflexiones previas?, hasta donde ha llegado
la investigación debería haberla acompañado la reflexión metodológica, por tanto, pode-
mos establecer a este respecto dos grandes bloques, opciones o ejes de debate:
100
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El voraz transcriptor de documentos, que no documentalista, que, como el príncipe que todo
lo aprendió en los libros, entiende que nada que no venga refrendado literalmente por
alguna expresión documental carece de valor historiográfico; sin embargo, sus propios
escritos adquieren, por esta razón, el valor de fuentes documentales secundarias. Es una
figura que prevalece, basado en la más pura tradición Orbaneja, que no hace sino mostrar
importantes carencias formativas.
101
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
¿Cómo abordar el estudio?: en esta segunda cuestión habría que abordar el problema
del aprendizaje de las técnicas historiográficas para el medievalista; es cierto que res-
1 LADERO QUESADA, M. A., “La investigación histórica sobre la Andalucía Medieval en los últimos vein-
ticinco años (1951-1976), Actas del I Congreso de Historia de Andalucía. Andalucía Medieval, I. Córdoba,
1978, pp. 217-250.
2 Sobre esta cuestión, puede verse el discurso pronunciado por don Antonio Domínguez Ortiz en 1976
con ocasión de su investidura como doctor honoris causa de la Universidad de Granada. La identidad
de Andalucía (Granada, 1976). Ver también LADERO QUESADA, M. A., “Sobre la génesis medieval de la
identidad andaluza”, Actas del V Coloquio Internacional de Historia Medieval Andaluza, Córdoba, 1988,
pp. 745-763.
102
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La conquista castellana y sus efectos sería la segunda gran cuestión debatida. Sin entrar
en la discusión de si conviene emplear el término reconquista o el de conquista, creo
que son varios los problemas de base que han sido abordados por la investigación.
3 En este último caso, por ejemplo, hay que considerar el notable esfuerzo de publicación de la Fun-
dación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, con sede en Almería. Como muestra un botón: Se trata de la
traducción del relato de viaje que realizó el sultán nazarí Yusuf I en la primavera de 1347 por la frontera
oriental de su reino (el territorio almeriense) y que fue redactado por el polígrafo granadino Ibn al-Ja-
tib. Fernando N. Velázquez Basanta, catedrático de la Universidad de Cádiz y que es originario de Adra
(Almería), ha realizado la edición y traducción de este complicado texto que conjuga la literatura con
el valor histórico (Visión de la amada ideal en una gira inverniza y estival).
4 Véase, por ejemplo, Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos. 2000, Nº. 32, donde, bajo el pre-
texto de conmemoraciones/aniversarios, se produce una importante colección de artículos de impor-
tante nivel científico sobre la Almería Islámica, tanto procedentes del ámbito de los documentalistas
como de los arqueólogos, con algunos notables intentos de síntesis históricas.
103
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
5 J. González, que ya se había ocupado del tema en los años 40, ha resumido magistral y exhaustiva-
mente la cuestión en su libro Reinado y Diplomas de Fernando III, I, Córdoba, 1980, pp. 287-394.
6 No sólo en referencia al siglo XV, en la segunda mitad de 1309, Jaime II puso sitio a la ciudad de Alme-
ría. Las crónicas castellanas y aragonesas contemporáneas de los hechos suelen ser muy concisas dan-
do breves noticias de la preparación del asedio y de su fracaso. Así, la Crónica General de España de
1344 se limita a decir: “E el rey de Castilla fué cercar Algeciras e don Jayme cercó Almería e tuviéronlas
así cercadas grant tiempo e nonplugo a Dios que las tomasen e tornaron cada uno para sus tierras”. Vid.
El trabajo de MARTÍNEZ SAN PEDRO, María Desamparados, “Jaime II y la cruzada de Almería”. Anales de
la Universidad de Alicante. Historia Medieval, 11 (1996-1997), pp. 579-586.
7 Esto puede ser equiparable a cuando don Marcelino Menéndez Pelayo, en su Historia de los heterodo-
xos españoles (B.A.C.), hacía mención a los termes (socavadoras termitas) que arruinaron la unidad y la
idea de España: judíos, musulmanes e Institución Libre de Enseñanza por su inspiración krausista.
104
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
No hace falta estar muy al tanto de lo que ha pasado en nuestro territorio en los últimos
años para adivinar que detrás de estas y otras afirmaciones late toda una ideología em-
peñada en reducir la Edad Media Almeriense y, en general, la de Andalucía a su pasado
islámico, un pasado, por otra parte, deformado y convertido en una especie de paraíso
perdido. De ahí mis referencias al Romanticismo neopositivista. A partir de aquí se entiende
casi todo: desde la razón histórica de Blas Infante, hasta algunas afirmaciones delirantes
de sus más recientes y radicalizados epígonos.
8 Por ejemplo, una de las últimas apariciones puede encontrarse en las actas del Homenaje al padre
Tapia: Homenaje al padre Tapia: Almería 27 al 31 de octubre de 1986. Monte de Piedad y Caja de Ahorros,
Almería, 1988.
9 La exposición “Luminaria, 2000 años de cristianismo en Almería”, generó un importante volumen de
Actas, que también funcionó como catálogo de todas las piezas que se expusieron y que conllevaba
importantes introducciones de tipo histórico y artístico.
10 Doc. cit. ut supra: Luminaria. Dos mil años de cristianismo en Almería, Obispado de Almería, Almería,
2007.
105
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Una de las grandes propuestas fue el I Coloquio de Historia y Medio Físico11, a finales de
diciembre de 1989, que tuvo un preámbulo en la exposición ‘El agua en zonas áridas’.
En 1989, el hoy catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Almería Francisco
Andújar decía “la Historia de Almería está por escribir”. Los principios básicos expuestos
en la convocatoria de dicho coloquio señalan:
El IEA publicó en dos tomos las actas del Coloquio (Colección de Actas, números 4 y 5,
1989). Presenta tres ponencias: El diseño de espacios irrigados en Al-Andalus: un enunciado
de principios generales (Miquel Barceló), Archeologie des structures hydrauliques en Al-Anda-
lus (Patrice Cressier), La societé chretienne almeriense et les systemes hydrauliques. Quelques
propositions de travail (Bernard Vincent), que definieron líneas argumentales a la vez que
aprovecharon líneas de investigación existente y sugirieron otras nuevas.Fue un primer
intento serio y, a mi entender, muy válido.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En este contexto, tal vez como una consecuencia indirecta del mismo coloquio, nace el
libro Agua, Tierra y Sociedad en el río de Almería. De la época islámica a la cristiana (S. XV-
XVI)13 de la historiadora Dolores Segura del Pino (Colección Textos y Ensayos, nº 12,
2000). La historiadora analiza el concepto urbano aplicado a la realidad musulmana,
donde el agua tiene una notoriedad más allá de bien de consumo cotidiano, como ex-
plica la autora en la introducción, “esta impronta de lo urbano se manifiesta en diversos
aspectos de la religión islámica: la legislación está dictada sobre todo para ciudadanos;
es sólo en la ciudad donde los musulmanes pueden cumplir plenamente y con todos los
medios necesarios sus obligaciones rituales…”, donde el sentido del agua (agua corriente)
se convierte en signo trascendente, el agua como “primera condición necesaria para la
existencia de una ciudad perfecta de jardines palaciegos, que son consecuencia de la
ancestral obsesión árabe por el oasis”.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sientan las bases sociales y económicas que van a marcar la evolución de la zona durante
muchos siglos”.14
- La Frontera,
IGLESIA Y MARGINADOS
Las jornadas “Los marginados y el mundo medieval y moderno” (5 a 7 de noviembre de
1998) puso en el centro del interés histórico almeriense, un campo de estudio que, hasta
entonces, prácticamente estaba inédito16.
Son todavía escasos los trabajos dedicados a los grupos sociales que por diversas razones,
unas de tipo natural y otras de carácter ideológico, religioso, cultural, social o económi-
co, se han visto abocados a la marginalidad, quizás porque hasta épocas recientes no
se les ha concedido la importancia que merecen para el completo conocimiento de la
realidad histórica, o por tratarse de colectivos de características muy diversas, lo que difi-
14 Ibídem.
15 Publicado como SEGURA GRAÍÑO, Cristina (coord.), Relaciones exteriores del reino de Granada: IV Colo-
quio de Historia Medieval Andaluza. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1988.
16 MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª Desamparados (ed.), Los marginados y el mundo medieval y moderno. Insti-
tuto de Estudios Almerienses, Almería, 2000.
108
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
culta, de una parte, delimitar las frontera entre ellos mismos, y, de otra, poder establecer
aspectos coincidentes que permitan su agrupación.
IGLESIA
Los estudios sobre el protagonismo de la Iglesia en la historia están también en el inte-
rés histórico y en el desarrollo de diferentes líneas de investigación, tanto en el proceso
de transición hacia la administración castellana, como en los intentos de justificar una
presencia antes y durante la presencia musulmana. La Iglesia en el mundo medieval y
moderno, un congreso celebrado en 2003, tuvo como eje central fomentar los estudios
sobre la Iglesia. El Instituto de Estudios Almerienses publicó las comunicaciones (Colec-
ción de Actas, 2004)17. La Iglesia como institución presenta un papel de singular rele-
vancia en el proceso de consolidación económica y social, rigiendo todos los ámbitos
de la vida cotidiana desde su doble protagonismo temporal y espiritual.
Sin embargo, en la historiografía generada en las últimas décadas, centrada en las pro-
vincias que componían el antiguo Reino de Granada, se echa en falta con mucha fre-
cuencia una sólida visión de conjunto de una institución tan importante como la Iglesia,
cuya función fue fundamental para alcanzar la unión política y religiosa en el territorio
109
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Cuando los Reyes Católicos celebran las Navidades de 1489 en la Alcazaba de Almería
se estaba cerrando una de las más espléndidas etapas de la historia de esta tierra y se abría
un futuro incierto. Un magnífico pasado islámico moría lentamente ante la llegada de los
castellanos,
18 En este caso, aunque sea pecar de inmodestia, debo hacer referencia a mi propio trabajo de doctora-
do: Real Patronato Eclesiástico. La Iglesia de Almería en época de Reyes Católicos, publicado parcialmente
como monografía en la antigua col. Investigación, nº. 24 del Instituto de Estudios Almerienses en 1996,
bajo el título Real patronato eclesiástico y estado moderno: la Iglesia de Almería en época de los Reyes
Católicos.
19 Ibídem, 1991.
110
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
- Almería Nazarí
- Almería Morisca
Se puede tener la impresión, tras el análisis de las fuentes, de estar ante un complicado
puzle que es necesario componer y ordenar, yo diría incluso que crear de nuevo. Es
necesario, por tanto, diseñar un nuevo modelo de historia para Almería. Las fuentes,
a mi entender, no están agotadas; tal vez se ha abusado en intentos de transcripción y
de generar una narración, una traslación de la información que nos ofrecen sin más.
No hay, realmente, análisis historiográfico. Hay que destacar también, en el problema de
las fuentes, las grandes lagunas y vacíos que existen en la investigación histórica para
conocer el trasfondo de una realidad en el tiempo que podría explicar circunstancias
del siglo XX, o al menos a eso aspiran –aspiramos—algunos historiadores. Los últimos
años del siglo XV son cruciales para la historia almeriense. En estas fechas se produjo y
se culminó la incorporación a la Corona de Castilla. A partir de entonces, la civilización
musulmana entró en un progresivo declive y, en cambio, se fue imponiendo la cristia-
nización y castellanización de estas tierras. Habría que apuntar a varias líneas de inves-
tigación pendientes, en algunos casos ya tímidamente iniciadas, muy relacionadas con
el paisaje; sería muy necesario intentar construir/reconstruir la riqueza forestal de estas
tierras e indagar sobre las agresiones a la misma. La valoración de la actividad económica
de Almería ayudará a comprender mejor los problemas posteriores, tema sobre el que
las opiniones son numerosas y en muchos casos dadas sin una base científica, que sólo
nos proporcionará el estudio de las bases de la economía que se implantan a partir de
111
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
este momento. Tal vez habría que reconsiderar muy mucho el sentido localista que se
ha dado a las diferentes líneas de investigación; es cierta la necesidad de la historia local
como base para otras construcciones de mayor alcance, pero se ha sesgado la investiga-
ción hacia una visión histórica mediatizada y parcial. Rechazar los tópicos y animar a los
historiadores a que realicen sus tesis e investigaciones aplicando las nuevas metodologías
y una universalidad de criterios, no pretendiendo hacer la historia de su pueblo sino
contribuyendo con sus investigaciones a enriquecer el acerbo histórico, lo cual les evitará
apasionamientos y les ofrecerá mejores resultados.
112
ANÁLISIS
HISTORIOGRÁFICO DE
LA ÉPOCA MODERNA EN
ALMERÍA
113
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1. LA HISTORIA LOCAL
a) Panorámica general
Aún quedan, no obstante, importantes fronteras que hacen rehuir al personal docente e
investigador de los ámbitos académicos superiores (afortunadamente cada vez menos)
de la Historia local, especialmente de sus instituciones y de sus medios de publicación.
Dos ejemplos son suficientes: la exigencia para la evaluación, promoción profesional y
económica delimita unos medios de publicación con un determinado nivel de impacto,
donde no tienen cabida (o es mínima) las revistas locales; en los procesos de acredita-
ción para ejercer la docencia en la Universidad “el hacer Historia local se ha considerado
como un demérito”, lo que deja ciertamente en duda qué entienden los evaluadores por
Historia local o regional3.
1 LACOMBA AVELLÁN, J.A., “La inserción de la Historia local en la Historia general”, en MARTÍNEZ SÁN-
CHEZ, J.J. (coord.), Metodología de la investigación histórica. II Congreso de Historia local, Ed. Vicecon-
sejería de Cultura del Gobierno de Canarias, Tenerife, 2003, pp. 71-92. MIGUEL BERNAL, A., “Riesgo y
ventura de la Historia local. Andalucía”, Ibid., pp. 219-235. FONTANA, J., “La història local: noves pers-
pectives”, en FONTANA LÁZARO, J., FRADERA, J.M., UCELAY DA CAL, E., Reflexions metodòlogiques sobre
la història local, Ed. Cercle d’Estudis Històrics i Socials, Girona, 1985. DUBY, G., “Introducción” a Econo-
mía rural y vida campesina en el Occidente medieval, Ed. Península, Barcelona, 1991. TUÑÓN DE LARA,
M., Por qué la Historia, Ed. Salvat, Barcelona, 1985.
2 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A., “Los avatares de la Historia local”, Revista Velezana, 16 (1997), p. 7.
3 CARO CANCELA, D., “Tres acotaciones sobre la Historia local”, en REINA MACÍAS, J. (coord.), Actas del
VII Encuentro Provincial de Investigadores Locales. Casa de la Provincia, Sevilla, 7 y 8 de mayo de 2010, Ed.
Casa de la Provincia, Diputación de Sevilla, Sevilla, 2011, p. 33.
114
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero, ¿qué es la Historia local? Parece apropiada la definición de Juan A. Lacomba Ave-
llán, quien considera la Historia local como “la corriente historiográfica que se ocupa de
la indagación de procesos sociales a escala local, aceptando como tal, sustancialmente, el
municipio” (aunque también la comarca o la provincia). Su finalidad es el estudio de la
realidad local, o de algún aspecto de la misma; constituye una territorialización del objeto
de análisis4.
Otros problemas propios del historiador localista, citados por Iglesias Rodríguez, son el
coleccionismo estéril de datos, orientado a alimentar el arsenal erudito; el diletantismo y
el hedonismo historiográfico (sin método ni trabajo profesional); la producción compulsiva,
anteponiendo la cantidad a la calidad para engordar el currículo; ser intérprete iniciado
(historiador local investido de una falsa autoridad); la pretenciosidad vacua6.
Frente a esos problemas se reconocen una serie de valores que hacen de la Historia local
una verdadera ciencia histórica. El principal, evidentemente, es el trabajo científico: una
contextualización en el tiempo y en el espacio, el cruce de fuentes diversas, el manejo
de bibliografía adecuada (Soria Mesa, E.). Y, por supuesto, la utilización de metodologías
propias de la Historia.
4 LACOMBA AVELLÁN, J.A., “La Historia local y la Historia”, en REINA MACÍAS, J. (coord.), Actas del III En-
cuentro Provincial de Investigadores Locales. Casa de la Provincia. Sevilla, 12 y 13 de mayo de 2006, Ed.
Casa de la Provincia, Diputación de Sevilla, Sevilla, 2007, p. 15.
5 Aunque son muchos los autores que señalan los vicios y virtudes de la Historia local, reseño a modo
de ejemplo los siguientes: SORIA MESA, E., “La Historia local frente el localismo. Posibilidades de inves-
tigación”, en REINA MACÍAS, J. (coord.), Actas del VI Encuentro Provincial de Investigadores Locales. Casa
de la Provincia. Sevilla, 29 y 30 de mayo de 2009, Ed. Casa de la Provincia, Diputación de Sevilla, Sevilla,
2010, págs. 17-32; IGLESIAS RODRÍGUEZ, J.J., “Los ‘siete vicios capitales’ y las ‘siete virtudes’ del histo-
riador local”, en IGLESIAS RODRÍGUEZ, J.J. (ed.), La Historia local a examen. Balance de dos décadas de
historiografía portuense, Ed. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Cádiz, 2005, pp. 7-16; ÁLVAREZ
Y SANTALÓ, L.C., “La historiografía local: Teselas versus redes”, en IGLESIAS RODRÍGUEZ, J.J. (ed.), La
Historia local a examen…, op. cit. ut supra, pp. 17-30.
6 IGLESIAS RODRÍGUEZ, J.J., “Los ‘siete vicios capitales’…, op.cit.
115
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La eclosión de estudios de Historia local ha sido posible por una serie de acontecimien-
tos y circunstancias: la creación del Estado de las Autonomías, que propició la búsque-
da o creación de sus identidades (Congresos y densas publicaciones sobre Historia de
Andalucía, síntesis regionales -Historia del reino de Granada-); la fundación de Univer-
sidades en todas las provincias andaluzas; reforzamiento de las provincias con sus Dipu-
taciones y municipios, con la creación de Centros de Estudios locales; la multiplicación
de medios de publicación dando cabida a la Historia local; el desarrollo de los sistemas
bibliotecarios y archivísticos…
b) Panorámica almeriense
Todo lo descrito hasta aquí ha tenido su reflejo, para bien o para mal, en nuestra pro-
vincia de Almería. Salvo contadas excepciones (Padre Tapia o Nicolás Cabrillana en sus
primeros momentos), casi toda la producción historiográfica modernista almeriense se
ha producido en los últimos 38 años (1978-2016). Es decir, nace ya en democracia y
de manera directa o indirecta ha estado influenciada por las corrientes que a partir de
7 ANDÚJAR CASTILLO, F. y BARRIOS AGUILERA, M., “El arte de usurpar. Señores, moriscos y cristianos
viejos en el marquesado de los Vélez, 1567-1568”, Sharq Al-Andalus. Estudios mudéjares y moriscos, 13
(1996), pp. 85-121. Los propios autores confiesan que les sirve de paradigma la obra de CONTRERAS, J.,
Sotos contra Riquelmes, siendo el resultado una decidida apuesta por la renovación historiográfica en
función de una metodología de microhistoria combinada con una técnica literaria narrativa basada en
el relato.
116
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
esa época invadían los ambientes universitarios: la Historia social y económica de los
Annales, el marxismo y el cuantitativismo o Historia serial. Pero subsistió durante bas-
tante tiempo la Historia historicista o positivista, basada en la simple descripción de los
hechos, sin más interpretación. Figuras como Bennassar, Noel Salomón o Pierre Vilar
ejercieron una gran influencia. La línea de investigación que más duró fue la económi-
co-social.
8 VÁZQUEZ GUZMÁN, J.P., Vícar: un pueblo, una Historia, Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Ayunta-
miento de Vícar, Almería, 2003.
117
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
así como las facilidades de todo tipo que prestan al investigador son dignas de elogio y
reconocimiento especial. Han sido pilares fundamentales que han posibilitado la prolife-
ración investigadora de los almerienses. Nunca lamentaremos lo suficiente la destrucción
vandálica que se hizo del rico patrimonio (documental en nuestro caso) de las institu-
ciones eclesiásticas; quedaron, no obstante, algunos archivos parroquiales de la actual
diócesis, que se están concentrando en un nuevo recinto habilitado al efecto dentro del
palacio episcopal, abierto a la consulta del investigador; afortunadamente también se
salvó el archivo de la catedral, de una importancia documental incalculable. A cualquier
historiador interesado en la consulta de la documentación eclesiástica no se le escapa la
idea de contemplar en un futuro la centralización de toda la documentación histórica de
la Iglesia Almeriense en un único archivo. Algunas diócesis han optado por esta opción,
que economiza y facilita extraordinariamente la gestión y consulta de los fondos.
La memoria histórica de los almerienses desde finales del siglo XV está en buenas ma-
nos. Es necesidad del historiador pedir a quienes dirigen o gestionan los archivos y bi-
bliotecas que sigan facilitando la consulta, del mismo modo que es obligado agradecerles
y reconocerles la encomiable labor que realizan. Que tengan paciencia con las personas
que de manera casi siempre altruista nos acercamos por esos laberintos del tiempo.
Un reconocimiento expreso debe hacerse a los centros de estudios comarcales, sin cuyo
funcionamiento, muchas veces altruista, dinamismo y publicaciones, el panorama biblio-
gráfico almeriense sería un semidesierto: Centro de Estudios Velezanos y Centro Virgita-
no de Estudios Históricos, por citar los dos más relevantes en la actualidad.
Las revistas comarcales (ligadas a los centros de estudios) han sido, sin duda, los máximos
vectores que han vehiculado las publicaciones históricas de la provincia, cada una en
sus ámbitos: La comarca de Los Vélez (Revista Velezana), Farua (Las Alpujarras), El Eco
de Alhama (Valle Medio del Andarax), Axarquía (El Levante almeriense), por citar las
más significativas. Algunas, de cierta impronta, desaparecieron (ROEL, de la Cuenca del
Almanzora).
118
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Una última reflexión: es cierto que ha existido en los últimos 38 años una eclosión en
publicaciones históricas, de calidad muy diversa. También es evidente la territorialización
a que antes hemos aludido de los focos de estudio dentro de la provincia. Estas dos
constataciones pueden conllevar el peligro de descoordinación, desconcierto y descono-
cimiento entre los propios historiadores. Es necesario crear o aumentar medidas enca-
minadas a una mayor información y coordinación, así como interdisciplinaridad, unificar
sinergias, y el IEA debería ser el principal referente.
9 DOSSE, F., La Historia en migajas. De Annales a la “nueva Historia”, Ed. Institució Alfons el Magnànim,
Valencia, 1988. BURKE, P., La Revolución historiográfica francesa. La escuela de los Annales 1929-89, Cap.
4. “La tercera generación”, Ed. Gedisa, Barcelona, 2006.
10 REY CASTELAO, O., “El contexto internacional del modernismo español, 1983-2007”, en ESTEBAN DE
VEGA, M. (Ed.), 25 años de Historia. La revista “Studia Historica” en la historiografía española, Ed. Univer-
sidad de Salamanca, Salamanca, 2009, p. 114.
11 Para la Edad Media, por ejemplo, la gran fragmentación que existe en sus líneas de investigación es
puesta de manifiesto por el medievalista del CSIC Carlos Estepa Díez, en MONTERO, A. y SEBASTIÁN,
J., “La investigación en Historia medieval hoy. Entrevista con el doctor Carlos Estepa”, Revista Historia
Autónoma, 3 (2013), p. 218.
119
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Hay una intencionalidad pedagógica, en la medida de lo posible: ofrecer a las nuevas ge-
neraciones de historiadores almerienses unas modestas orientaciones que les faciliten la
toma de decisiones en sus planteamientos acerca de sus trabajos de Historia almeriense
(Edad Moderna).
Casi por definición “toda Historia viene a ser Historia social” (Lucien Febvre). Quizá por
este aserto es la rama de la Historia que más se ha desmenuzado, englobando numero-
sos subsectores: Historia de la familia, de las minorías, de los marginados, de las mujeres,
de las mentalidades y vida cotidiana, ecológica…y un largo etcétera.
1. DEMOGRAFÍA HISTÓRICA
La demografía histórica o Historia de la población, utiliza diversas variables, como la
cuantificación, distribución, crecimiento natural y real de la población (natalidad, mor-
talidad, nupcialidad, fecundidad). Se tecnificó a través del método de reconstrucción de
familias (Fleury y Henry), que ha dado escaso resultado en España y ninguno en Alme-
ría. Aunque hoy, y esto es importante, ha derivado hacia la Historia de la familia que,
como veremos, sí está teniendo éxito en la historiografía almeriense.
120
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pocos son los estudios que, con cierta rigurosidad, han tratado el tema demográfico de
la en la Almería moderna. Para hacer un análisis de época preestadística no queda más
remedio que investigar en los archivos parroquiales. Si bien los de la ciudad de Alme-
ría fueron destruidos, se conservan algunos de una gran riqueza en la provincia, cuyos
libros sacramentales, bien seriados desde el siglo XVI, permanecen casi vírgenes. Ésta es
una de las lagunas más grandes en el aprovechamiento de fuentes documentales a nivel
demográfico. No obstante, hay excepciones sobre monografías basadas en los libros pa-
rroquiales, como son los casos de Níjar, Roquetas y Vícar y Vélez Rubio12. A ello deben
sumarse los interesantes intentos de síntesis para afirmar el crecimiento espectacular del
siglo XVII13.
También se han analizado los indicadores demográficos de una manera indirecta, a través
de los censos del XVIII, especialmente los de Ensenada, Floridablanca y Aranda, como
realiza Julián Pablo Díaz López14 y Manuel Gómez Cruz15, quien hace un detallado análi-
sis de la demografía almeriense, con sus tasas correspondientes, utilizando todos los cen-
sos y catastros elaborados a lo largo del siglo de la centuria ilustrada y comienzos del XIX.
Aunque enfocado hacia la época contemporánea y con marcado matiz económico (la
teoría maltusiana del binomio población-recursos), deben citarse algunos estudios demo-
gráficos generales elaborados por Donato Gómez Díaz16, donde aporta la hipótesis de
“un mundo lleno”, que solo encontrará solución en la emigración, tema éste que trata,
12 PEREGRÍN ROS, J.A. y ROMERO MARTÍNEZ, F., Estudio demográfico de Níjar en el siglo XVII, Ed. Instituto
de Estudios Almerienses, Almería, 1989. VÍLCHEZ VITIENES, C.A. y GARCÍA BALLESTEROS, P.E., “Evolu-
ción de la población en una zona rural de Almería: Roquetas y Vícar en los siglos XVII, XVIII y XIX”,
Axerquía. Revista de estudios cordobeses, 3, (dic. 1981), pp. 7-64. COTES PORCEL, J., GARCÍA MARCO, F.
y GONZÁLEZ SÁNCHEZ, R., “La población de Vélez Rubio en el siglo XVI a partir de los registros parro-
quiales”, Revista Velezana, 19 (2000), pp. 23-30.
13 GARCÍA LATORRE, J., “El Reino de Granada en el siglo XVII: repoblación campesina y crecimiento de-
mográfico”, en ANDÚJAR CASTILLO, F. y BARRIOS AGUILERA, M. (eds.), Hombre y territorio en el Reino de
Granada (1570-1630). Estudios sobre repoblación, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1995,
pp. 57-88; “El reino de Granada en el siglo XVII. Repoblación e inmigración”, Chronica Nova, 19 (1991),
pp. 145-166.
14 DÍAZ LÓPEZ, J.P., “Natalidad, fecundidad, mortalidad: tres indicadores demográficos del Valle del Anda-
rax”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, Nº 11-12 (19921993), pp. 103-118; “Población y
economía en Berja a mediados del siglo XVIII”, Farua. Revista del Centro Virgitano de Estudios Históricos,
6 (2003), pp. 91-118; “Estructura de la población del valle del Andarax (Almería) en la segunda mitad
del siglo XVIII”, Anuario de Investigaciones de los Miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e
Historia de Bachillerato de Andalucía Hespérides, Vol. V, Almería, 1998, pp. 151-164.
15 GÓMEZ CRUZ, M., Almería en el siglo XVIII, Tesis doctoral, parcialmente édita, Ed. Universidad de Grana-
da, 1988.
16 GÓMEZ DÍAZ, D., El crecimiento de la población almeriense 1752-1910. Una hipótesis de mundo lleno, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1992.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por supuesto, en las obras de carácter general, de tipo local o comarcal, existen algunos
interesantes datos de índole demográfica. Incluso hay alguna monografía local sobre
estructura socioprofesional de la población18.
2. HISTORIA DE LA FAMILIA
Como afirmaba una de las máximas autoridades sobre el tema, Francisco Chacón Jimé-
nez, la Historia de la familia se encuentra en pleno y extraordinario desarrollo a escala
nacional e internacional20. Esta Historia es de tal entidad que el tema aglutina varios gru-
pos de investigación de diversas universidades21. La Historia de la familia es tan poliédrica
17 Ibid., Las migraciones almerienses. Una Historia económica hasta 1910, Ed. Instituto de Estudios Alme-
rienses, Almería, 1995.
18 FERNÁNDEZ ORTEGA, A. F., “Las respuestas generales de la villa de Albox. Aproximación al estudio de
la estructura socio-profesional de la población”, Roel, 3 (1982), pp. 97-121.
19 SÁNCHEZ PICÓN, A., “La ocupación humana y la explotación económica del litoral almeriense en el
pasado (siglos XVI-XX)”, en VICIANA MARTÍNEZ-LAGE, A. y GALÁN PEDREGOSA, A. (coords.), Actas de las
Jornadas sobre el litoral de Almería. Caracterización, ordenación y gestión de un espacio geográfico, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1999, pp. 38.
20 CHACÓN JIMÉNEZ, F. “Prólogo”, en GARCÍA GONZÁLEZ, F. (coord.), La Historia de la familia en la penínsu-
la ibérica (Siglos XVI-XIX). Balance regional y perspectivas. “Homenaje a Peter Laslett”, Ed. Universidad de
Castilla-La Mancha, Cuenca, 2008.
21 Excelente muestra es el de la Universidad de Murcia Familia, sociedad y élites de poder, cuyo investiga-
dor principal es Francisco Chacón Jiménez.
122
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que ha sido sujeto y objeto de estudio desde los más diversos ángulos22. Incluso los su-
bapartados que veremos a continuación están englobados, al fin y al cabo, en la amplia
Historia familiar, como las élites y la genealogía.
Han cambiado los métodos a favor de las genealogías sociales, el análisis de los es-
tudios de familias en la larga duración. Se utilizan nuevos conceptos y metodologías,
como redes sociales (quizá, mejor, de sociabilidad), con sus interdependencias con las
redes de poder institucional y económico), reproducción social de la familias, estrategias
matrimoniales, árboles genealógicos, relaciones de dependencia, relaciones de poder y
perpetuación de éste en la familia, clientelismo, patronazgo, movilidad (de promoción o
de descenso), etc.
22 Solo con echar una ojeada a las últimas investigaciones y publicaciones nos damos cuenta de la canti-
dad y calidad de estudios sobre Historia de la Familia desde muy diversos planos y metodologías: CHA-
CÓN JIMÉNEZ, F. y HERNÁNDEZ FRANCO, J. (coords.), Espacios sociales, universos familiares: la familia
en la historiografía española. XXV aniversario del Seminario Familia y élite de poder en el Reino de Murcia,
siglos XV-XIX, Ed. Universidad de Murcia, Murcia, 2007; GARCÍA GONZÁLEZ, F. (coord.), La Historia de la
familia en la Península…, op. cit. CHACÓN JIMÉNEZ, F. y BESTARD COMAS, J. (dirs.), Familias. Historia de
la sociedad española (del final de la Edad Media a nuestros días), Ed. Cátedra, Madrid, 2011. CONTRERAS
CONTRERAS, J. (ed.) y SÁNCHEZ IBÁÑEZ, R. (comp.), Familias, poderes, instituciones y conflictos, Ed.
Universidad de Murcia, Murcia, 2011. HERNÁNDEZ FRANCO, J. y RODRÍGUEZ PÉREZ, R.A., “Estrategias,
prácticas y actores: avances en los estudios sobre linajes castellanos, a partir de la sociohistoria”, Ma-
gallanica, 2 (2015), pp. 7-29. CHACÓN JIMÉNEZ, F. (coord.) y GÓMEZ CARRASCO, C.J. (comp.), Familias,
recursos humanos y vida material, Ed. Universidad de Murcia, Murcia, 2014.
23 HERNÁNDEZ FRANCO, J., “Historiografía sobre la familia en Murcia: de la demografía histórica a
la Historia social de la familia”, en GARCÍA GONZÁLEZ, F. (coord.), La Historia de la familia…, op. cit.,
pp. 205-231.
24 HERNÁNDEZ FRANCO, J. e IRIGOYEN LÓPEZ, A., “Introducción”, en CHACÓN JIMÉNEZ, F. El viaje de las
familias en la sociedad española. Veinte años de historiografía, Ed. Universidad de Murcia, Murcia, 2014,
p. 26. El libro resulta de un indudable interés por tratarse de una recopilación de la producción histo-
riográfica del maestro en Historia de la Familia en España, recogiendo sus aportaciones conceptuales
y metodológicas realizadas a lo largo de los últimos treinta años.
123
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
centran en el contexto socioeconómico familiar, las redes de poder, las estrategias ma-
trimoniales y enlaces entre élites, y cuyo ámbito geográfico se localiza básicamente en la
zona alpujarreña almeriense, especialmente en su Berja natal25. No descuida otras zonas,
como la comarca de Los Vélez26 o del Almanzora. Incluso, cuando es necesario, sigue
la trayectoria en las tierras de la monarquía hispánica (sea en Europa o en las colonias).
25 SÁNCHEZ RAMOS, V., “La constitución de un linaje: los Pérez de Guipúzcoa”, Farua, 1 (1998), pp. 45-
60; “El linaje Gutiérrez en Berja (Almería)”, Farua, 2 (1999), pp. 143-173; Estudio preliminar a Las me-
morias de un alpujarreño: D. Juan Gabriel del Moral Villalobos. Entre Fondón y Berja (1796-1826), Arráez
Editores, Mojácar (Almería), 1999; “Una familia de hidalgos alpujarreños: Los Villaespesa”, Revista de
humanidades y ciencias sociales, 18 (2001-2002), pp. 107-120; “Un linaje vinculado a las armas: la familia
Cueto”, Farua, 4-5 (2001-2002), pp. 155-186; “Un linaje castrense en el Levante almeriense: los Cueto”,
Axarquía, 7 (2002); “Los Marín: de La Alpujarra a Almería”, Revista de humanidades y ciencias sociales,
19 (2003-2004), pp. 187-216; “Un linaje de ricos hidalgos: los Villalobos”, Farua, (7), 2004, pp. 129-210;
“Don Fernando de Berrio y Ourña, gobernador del Dorado (Berja, 1577-Argel, 1622)”, Farua, 8 (2005),
pp. 105-142; “Los Ibarra: hidalgos vizcaínos en tierras de Berja”, Farua, 8 (2005), pp. 165-225; “Fray Pe-
dro de Berja (Berja, 1629-San Carlos de Austria (Venezuela), 1704)”, Farua, 8 (2005), pp. 227-231; “Don
Fernando de Berrio y Oruña, gobernador del Dorado (Berja, 1577-Argel, 1622)”, Farua, 8 (2005), pp.
105-142; “Sangre, honor y mentalidad nobiliaria: la casa Fajardo entre dos siglos”, Revista Velezana, 24
(2005), pp. 31-50; “El poder de una mujer en la Corte: la V marquesa de los Vélez y los últimos Fajardo
(segunda mitad del s. XVII)”, Revista Velezana, 25 (2006), pp. 19-65; “Los Gallardo. De militares e hidal-
gos a mineros y propietarios”, Farua, 9-10 (2006-2007), pp. 221-273; “Un ascenso social vertiginoso en
la Alpujarra. De repobladores a título de Castilla. Los marqueses de Yniza (siglos XVI-XX)”, Farua, 12
(2009), pp. 277-344; “Los Bueso. De la repoblación en el puerto de la Ragua a la oligarquía de la Baja
Alpujarra”, Farua, 14 (2011), pp. 265-274; “Lorenzo Ferrer de Maldonado (Berja, 1557-Madrid, 1626) y el
paso del noroeste. El peculiar descubrimiento del mítico estrecho de Anián por las heladas aguas de
Canadá y Alaska” Farua, 16 (2013), pp. 65-92; “Hidalgos labradores en La Alpujarra: los Megía”, Farua, 16
(2013), pp. 217-256; “Los Ortiz de Saracho y sus alianzas. Dinamismo geográfico de unos hidalgos: del
señorío de Vizcaya a Berja (Almería), Farua, 17 (2014), pp. 245-284; “los Murillo-Velarde, un linaje noble
de La Alpujarra y una compleja familia (1ª parte)”, Farua, 19 (2016), pp. 139-188; junto con VÁZQUEZ
GUZMÁN, J.P. y FERNÁNDEZ AMADOR, R., “Entre Berja y Vícar o el ascenso de una familia de labradores:
Los Fernández del Amigo”, Revista de humanidades y ciencias sociales, 18 (20012002), pp. 121-132.
26 SÁNCHEZ RAMOS, V., “El destino de un linaje: Pedro Fajardo Pimentel (1602-1647), IV marqués de Mo-
lina y heredero de la casa Fajardo”, Revista Velezana, 32 (2014), pp. 62-71.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Junto a Valeriano deben citarse también los trabajos de Joaquín Gaona Villegas o de
Víctor Eugenio Rodríguez Segado para la zona alpujarreña, especialmente27.
Hay otra zona en el otro extremo de la provincia, la comarca de Los Vélez, sobre la que
están confluyendo otra importante serie de estudios de Historia de la familia. Por ser
zona del importante señorío de Los Vélez, lo analizaremos más adelante, haciendo en
un intento de sintetiza la de Historia de la familia con la de las élites, las oligarquías y la
nobleza. Bástenos recordar aquí, a modo de ejemplo, algunas de los trabajos, como los
de Pelayo Alcaína Fernández o Manuel Pérez García28.
27 SÁNCHEZ RAMOS, V. y GAONA VILLEGAS, J., “Los Godoy, un linaje alpujarreño con proyección territo-
rial”, Farua, 6 (2003), pp. 157-198. RODRÍGUEZ SEGADO, V. E.: “Los Segado: Historia de un linaje abderi-
tano”, Farua, Extra número I: Miscelánea Abderitana. Número extraordinario dedicado a la Historia de
Adra, pp. 157-178.
28 ALCAÍNA FERNÁNDEZ, P., “Ascenso social y limpieza de sangre en el S. XVIII: la estirpe de los Gamboa
de María”, Revista Velezana, 10 (1991), pp. 7-10. PÉREZ GARCÍA, M., “Al servicio de los Fajardo: familia y
patronazgo (ss. XII-XVI)”, Revista Velezana, 24 (2005), págs. 11-20.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Uno de los mejores ejemplos de lo que puede dar de sí el estudio de familias de otras
zonas es el que hace poco se ha realizado sobre la familia Marín de Poveda29. De simples
repobladores de Lúcar y Tíjola tras la deportación morisca, algunos de sus miembros
alcanzaron las más altas magistraturas de la monarquía: capitanía general de Chile, ar-
zobispo, obispo, y un largo etcétera, que culminaron en la adquisición de dos títulos de
Castilla (marqueses de Cañada Hermosa de San Bartolomé y condes de Torre-Marín).
Es el fruto de un trabajo colectivo, basado en la aplicación de la renovada metodología
que hace aflorar aflora todo tipo de medios (lícitos e ilícitos) para el ascenso social y el
alcance del poder: la utilización de las redes de parentesco y clientelares a nivel nacional
e internacional de la propia monarquía, la utilización de la venalidad o compra de cargos
y títulos nobiliarios, la adquisición de fortunas en negocios con las colonias americanas
y su inversión en mayorazgos y capellanías, la utilización de influencias ante el propio
monarca y, en general, en la corte. Un buen ejemplo a seguir.
Esta forma de hacer Historia, totalmente vinculada con la Historia de la familia, también
está calando en la historiografía modernista de Almería, con una amplia producción, de
la únicamente reseñamos la clásica obra del padre Tapia, “Almería hombre a hombre”32, el
también clásico Los tres Vélez, de Gregorio Marañón, y el reciente Diccionario biográfico
de Almería, ejemplo de trabajo colectivo riguroso, en el que han participado 125 espe-
29 ANDÚJAR CASTILLO, F. y GIMÉNEZ CARRILLO, D.M. (eds.), Riqueza, poder y nobleza: los Marín de Poveda,
una Historia familiar del siglo XVII vista desde España y Chile, Ed. Universidad de Almería, Almería, 2011.
Junto a los editores, intervienen en el estudio Valeriano Sánchez Ramos, María del Mar Felices de la
Fuentes [et al.].
30 MORALES MOYA, A., “El retorno del individuo a la Historia”, en MARTÍNEZ SÁNCHEZ, J.J. (coord.), II Con-
greso de Historia local. Metodología…, op. cit., pp. 153-164.
31 CHACÓN JIMÉNEZ, F., “La revisión de la tradición: prácticas y discurso en la Nueva Historia Social, El
viaje de las familias…, op. cit., p. 108.
32 TAPIA GARRIDO, J.Á., Almería hombre a hombre, Ed. Monte de Piedad y Caja de Ahorros, Almería, 1979.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cialistas que han elaborado unas 700 entradas de personajes vinculados a la provincia;
un selecto equipo editorial y, especialmente, la sistemática labor y buen quehacer me-
todológico del coordinador de la obra, Julián Pablo Díaz López, han hecho posible que
Almería cuente con uno de los mejores diccionarios provinciales33. Una característica
innovadora de este diccionario, y que lo hace muy diferente a otros homólogos, es su ca-
rácter abierto y vivo, pues es consultable en Internet y puede ir completándose con nue-
vas aportaciones que mejoren lo ya hecho o incorporen nuevos personajes. Y no se trata
solo de personas individuales, sino, cuando así lo merece el caso, de linajes completos.
33 DÍAZ LÓPEZ, J.P. (coord.), Diccionario biográfico de Almería, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Alme-
ría, 2006. http://www.iealmerienses.es/Servicios/IEA/edba.nsf/xindex.xsp (consultado 15-11-2016).
34 RUZ MÁRQUEZ, J.L., Los Escudos de Almería. Heráldica y genealogía de los linajes almerienses, Almería,
1986; Almería y sus pueblos a mediados del siglo XVIII, Almería, 1981. Del mismo autor destacan otros
trabajos heráldicos, especialmente relacionados con la comarca de Los Vélez: “Los escudos de los Vé-
lez”, Revista Velezana, 14 (1995), pp. 45-72; “Escudos señoriales de la comarca de los Vélez”, Revista
Velezana, 34 (2016), pp. 142-157; y junto con RODRÍGUEZ PÉREZ, R.A., MARTÍNEZ MARTÍNEZ, J.A. y
HENAREJOS LÓPEZ, J.F., “De noble cuna. La heráldica en piedra de los marqueses de los Vélez y sus alle-
gados en los antiguos reinos de Murcia y Granada (actuales provincias de Murcia y Granada)”, Revista
Velezana, 32 (2014), pp. 82-119.
35 MIRAS CAPEL, C., Nobleza almeriense: Datos para su estudio, Memoria de Licenciatura inédita, Universi-
dad de Granada, 1986.
36 NAVARRO GÁMEZ, M., Heráldica local de la provincia de Almería, Ed. Diputación Provincial de Almería,
Almería, 1995.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Curiosa es la biografía de algunos sacerdotes moriscos, cuya obra tuvo importante reper-
cusión, como Francisco López Tamarit o Francisco de Torrijos, o Diego Marín37.
Importante biografía es también el estudio que Antonio Guillén Gómez hace sobre uno
de los más importantes ilustrados almerienses, el sacerdote Antonio José Navarro38.
Biografías que están empezando a estudiarse son los titulares de señoríos (al margen del
marqués de los Vélez, de amplia publicística), tan abundantes en la geografía almeriense
y tan ignorados. Sencilla pero innovadora es la biografía realizada por María Luisa An-
drés Uroz, con el expresivo título “De la piedra al papel. Un testimonio documental y
heráldico de un señor de la guerra del Quinientos”39. En fin, la lista es enorme.
37 GIL ALBARRACÍN, A., “Francisco López Tamarit, clérigo, guerrero y humanista, y la Almería de su tiem-
po”, ROEL, 11 (1990-1991), pp. 33-48. Castillo Fernández, J., “El sacerdote morisco Francisco de Torrijos:
un testigo de excepción en la rebelión de Las Alpujarras”, Chronica Nova, 23 (1996), pp. 465-492. Vid.
las diversas entradas de estas personas elaboradas por MUÑOZ BUENDÍA, A., en Diccionario biográfico
de Almería, op. cit.
38 GUILLÉN GÓMEZ, A., Ilustración y reformismo en la obra de Antonio José Navarro, cura de Vélez Rubio y
Abad de Baza (1739-1797), Ed. Revista Velezana e Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1997.
39 ANDRÉS UROZ, Mª.L., “De la piedra al papel. Un testimonio documental y heráldico de un señor de la
guerra del Quinientos”, Axarquía, 3 (1998), pp. 105-108.
40 GARCÍA CÁRCEL, R., “La reciente historiografía modernista española”, Chronica Nova, 28 (2001), pp. 201
y 204.
41 CHACÓN JIMÉNEZ, F., Reseña de libro de LÓPEZ DÍAZ, Mª (ed.), Élites y poder en las monarquías ibéricas.
Del siglo XVII al primer liberalismo, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2013, en Hispania, 252 (2016), p. 281.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En Almería este proceso de estudio está empezando a dar buenos resultados, como ates-
tiguan algunos trabajos citados anteriormente acerca de familias de La Alpujarra, en don-
de se expone el ascenso social y político de una minoría de oligarcas que concentraron
numerosos bienes de población, se enriquecieron y controlaron los oficios del concejo
(regidurías, alcaldías), terminando con el ennoblecimiento. En una línea parecida se está
estudiando el poder local, las redes de clientelismo y el ascenso social en la comarca de
los Vélez por Julio David Muñoz Rodríguez42, Antonio Guillén Gómez43 y, especialmente,
por Dietmar Roth44, entre otros. Siempre se emplean estrategias parecidas para el ascenso
social: acumulación de riqueza por diversos métodos, su amortización a través de mayo-
razgos y capellanías, control del poder local o comarcal a través del oficio público (sea en
señorío o realengo, civil, militar o religioso), el acceso a la cultura y el ennoblecimiento. A
veces este ascenso social toca de lleno a los bastardos de la nobleza, como es el caso de
los descendientes de los marqueses de Los Vélez, que aupados o no por sus progenitores,
tuvieron que emplear las mismas estrategias de ascenso que el resto de oligarcas45.
En muchos de estos trabajos se observa una clara sintonía con la obra de un buen cono-
cedor del tema, Francisco Andújar Castillo, y del grupo de investigación sobre Historia
de la Familia de la Universidad de Murcia.
Recientemente Dietmar Roth ha presentado su tesis doctoral sobre Vélez Blanco (1502-
1752)46. Pero pese a ser la cabeza del marquesado de Los Vélez, ha rehuido del plan-
teamiento clásico sobre los señoríos para analizar para adoptar las metodologías más
actuales sobre la Historia de la familia, las élites, oligarquías y, por supuesto, los titulares
del señorío. Tras exponer los estados actuales de la historiografía sobre señoríos, en
42 MUÑOZ RODRÍGUEZ, J.D., “Cuasi señores del mundo. Poder, clientelismo y circulación de agentes ad-
ministrativos en los estados señoriales de los marqueses de Los Vélez (SS. XVI-XVIII)”, Revista Veleza-
na, Nº 24 (2005), pp. 21-30; “Una correspondencia en tiempos de guerra: el marquesado de los Vélez
en la Guerra de Sucesión (1704-1707)”, Murgetana, 119 (2008), pp. 121-140.
43 GUILLÉN GÓMEZ, A., “Poderoso caballero... La irresistible ascensión de un linaje velezano de los siglos
XVIII y XIX: los Gamboa-Paco”, Revista Velezana, 30 (2012), pp. 42-63.
44 ROTH, D., “Mayorazgos, capellanías y lugares de memoria como perpetuación del ascenso social de
la oligarquía de un centro administrativo de señorío. El ejemplo de Vélez Blanco (1588-1788)”, en AN-
DÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P. (coords.), Los señoríos en la Andalucía Moderna. El marquesado
de Los Vélez, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007, págs. 213-234; “La familia Casanova
entre los siglos XVI y XX. De la Baja Navarra a gobernadores del marquesado de Los Vélez y condesa
de Algaida”, Revista Velezana, 30 (2012), pp. 64-80; junto con BAÑÓN LAFONT, J., “El ascenso social de
una familia en el siglo XVIII: los Romero”, Revista Velezana, 29 (2010), pp. 300-313, y “La familia García de
Barahona: el ascenso social de una familia entre los siglos XVI y XIX en Vélez Blanco”, Revista Velezana,
31 (2013), pp. 170-187.
45 RODRÍGUEZ PÉREZ, R.A. y HERNÁNDEZ FRANCO, J., “Marinos, caballeros y monjas: los bastardos de la
Casa de Los Vélez. Siglos XVI y XVII”, Revista Velezana, 31 (2013), pp. 38-47.
46 ROTH, D., Acenso y permanencia de la élite en un centro administrativo señorial: Vélez Blanco 1503-1752,
Tesis Doctoral inédita, Universidad de Almería, 2015.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Si este tipo de estudio a nivel familiar se amplía con el análisis de otras familias similares
se puede dar lugar a la formulación de la esencia del conocimiento histórico sobre sobre
los grupos sociales, sobre la misma sociedad. Aunque a un nivel de alta nobleza, de la
que Almería ha tenido muy pocos representantes, pueden servir de modelo los estudios
de los grupos de la nobleza titulada que encabezaba la monarquía hispánica, tal como ha
realizado María del Mar Felices de la Fuente. No deja de ser un consuelo comprobar que
durante la primera mitad del siglo XVIII existen dos títulos almerienses: el marqués de
Iniza (Francisco Rodríguez Chacón, natural de Paterna del Río) y el marqués de Cañada
Hermosa (Tomás Marín de Poveda, natural de Lúcar)47.
5. MUDÉJARES
Para historiar al pueblo mudéjar o a su período es imprescindible contextualizarlo den-
tro del reino de Granada y tener en cuenta las aportaciones de, al menos, Ángel Galán
Sánchez, quien ha conseguido aflorar los aspectos clave del período, que, aunque breve,
es de vital importancia histórica para comprender la transición entre dos mundos, dos cul-
turas, incluso dos épocas, la medieval y la moderna48. Conceptos como “colaboracionis-
mo mudéjar”, “fiscalidad diferencial”, “herejes consentidos”, etc., por citar quintaesencias,
resumen algunas de las claves para la comprensión de esta minoría (“una gran morería”,
en palabras de Ángel, para ajustarse a la realidad). Aunque en un marco temático mayor
47 FELICES DE LA FUENTE, M.M., La nueva nobleza titulada de España y América en el siglo XVIII (1701-1746.
Entre el mérito y la venalidad, Ed. Universidad de Almería, 2012. Y Condes, marqueses y duques. Biogra-
fías de nobles titulados durante el reinado de Felipe V, Ediciones Doce Calles, Aranjuez (Madrid), 2013.
La autora realiza un actualísimo estudio bibliohistoriográfico de los estados de la cuestión sobre la
nobleza realizados últimamente por los mejores especialistas en el tema (Enrique Soria Mesa, David
García Hernán…), en “La nobleza titulada en tiempos de Felipe V. Un balance historiográfico”, Revista
de historiografía, 24 (2016), pp. 221-244.
48 GALÁN SÁNCHEZ, A., Los mudéjares del reino de Granada, Ed. Universidad de Granada, Granada, 1991
y Una sociedad en transición. Los granadinos de mudéjares a moriscos, Ed. Universidad de Granada, Gra-
nada, 2010. Son ejemplos de obras fundamentales de Ángel Galán.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Uno de los aspectos mejor aclarados es el de las capitulaciones de los musulmanes ante los
Reyes Católicos, que por una serie de factores tuvieron la suerte en la zona almeriense de
ser benignas y evitar un baño de sangre, permitiendo a los musulmanes mantenerse en su
fe, sus costumbres y sus bienes. Pero sigue sin estar clara la sublevación de 1490, que es
un acontecimiento esencial de la Historia no sólo de Almería sino de buena parte del reino
granadino, pues se tomará como pretexto para incumplir las primeras capitulaciones, ex-
pulsar de las ciudades a los mudéjares, arrebatarles gran parte de sus bienes y llevar a cabo
la primera repoblación con cristianos viejos. Sólo existe un estudio parcial sobre el caso de
Fiñana en nuestra provincia50. Sí tenemos más información sobre la sublevación mudéjar
de 1500-1501, que afectó especialmente a la zona de la taha de Marchena, de Níjar y de
Los Filabres (Velefique), cuyo desarrollo y consecuencias tuvieron tintes de atrocidad sin
límites hacia los mudéjares51 (Juan Grima Cervantes, María Martínez Martínez).
49 LADERO QUESADA, M.Á., Granada después de la conquista: repobladores y mudéjares, Ed. Diputación Pro-
vincial de Granada, Granada, 1993. LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E., El reino de Granada en la época de los
Reyes Católicos: Repoblación, comercio y frontera, Ed. Universidad de Granada, Granada, 1989.
50 SEGURA GRAÍÑO, C. y TORREBLANCA LÓPEZ, A.A., “Notas sobre la revuelta mudéjar de 1490: el caso de
Fiñana”, En la España medieval, 9 (1986), pp. 1197-1216.
51 ABELLÁN PÉREZ, J. y ABELLÁN PÉREZ, J, Mª., “Aportación de Murcia a la rebelión morisca de la Alpujarra
almeriense: El cerco de Velefique (octubre de 1500-enero de 1501)”, Cuadernos de estudios medievales
y ciencias y técnicas historiográficas, 4-5 (1979), pp. 27-39. MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Mª., “La cabalgada de
Alhama (Almería) en 1500”, Miscelánea medieval murciana, 11 (1984), pp. 67-102. VERA DELGADO, A. Mª.,
“La revuelta mudéjar de 1500-1501: el destino de los vencidos”, en Actas del I Congreso de Historia de
Andalucía. Andalucía Medieval, tomo II, Córdoba, 1982, pp. 387-393. GRIMA CERVANTES, J.A., “La revuelta
mudéjar de 1500-1501 en la Axarquía almeriense”, en ESPINAR MORENO, Manuel (dir.), Primer Coloquio
de Historia de Guadix, Granada, 1989, pp. 215-227.
131
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por último, la concesión de mercedes a pueblos y, sobre todo, a las autoridades mudé-
jares en 1500, como premio a sus capitulaciones y bautismo cristiano, ha sido también
un tema parcialmente tratado52, obviamente bajo la influencia de la gran obra de Miguel
Ángel Ladero Quesada sobre repoblación y mudéjares en el reino de Granada (conce-
sión de mercedes…), y de José Enrique López de Coca Castañer53.
6. MORISCOS
Es bien conocido que los moriscos se han convertido en un auténtico paradigma histo-
riográfico a todos los niveles, incluidos especialmente los del Reino de Granada y, por
supuesto, los almerienses. Tal es así que se habla de la ciencia de la moriscología. Un re-
ciente ejemplo de esta atracción ha sido la enorme cantidad de eventos y publicaciones
que se han ido sucedido con motivo del IV Centenario de su expulsión de España. Esta
significatividad historiográfica de todo lo concerniente al mundo morisco se ha traducido
en periódicos estados de la cuestión, a los que debemos remitir si se quiere aprehender
a los moriscos como fenómeno social integral, especialmente a los del reino granadino
y a los almerienses en particular54.
Los moriscos, sobre todo la guerra y expulsión, así como la subsiguiente repoblación
cristianovieja, han sido dos temas estelares de la historiografía reinogranadina del siglo
XVI y, por supuesto, de la almeriense. No en balde los dos primeros grandes autores
que se acercaron al tema, el padre Tapia y Nicolás Cabrillana, dedicaron casi todo su
52 LÓPEZ ANDRÉS, J.Mª y LUENGO GARCÍA, Mª.I., “La conversión negociada: Una vía para la integración
del estamento musulmán en el Estado moderno”, en Anuario de investigaciones de la Asociación Hespé-
rides, 5 (1997), pp. 89-100; reeditado en LÁZARO PÉREZ, R. y MARTÍNEZ LÓPEZ, J.M. (coords.), Quaerite
et invenietis: Don Juan López Martín in memoriam, “De mudéjares a “cristianos viejos”: la conversión
negociada: una vía para la integración y asimilación del estamento musulmán en el estado moderno”,
Ed. Universidad de Almería, 2010, pp. 195-206.
53 LADERO QUESADA, M.Á., Granada después de la conquista…, op. cit., y LÓPEZ DE COCA CASTAÑER, J.E.,
El reino de Granada…, op. cit.
54 En un ejercicio de síntesis, solo cito algunos de los últimos estados de la cuestión morisca. FERNÁNDEZ
IZQUIERDO, F. y MORENO DÍAZ DEL CAMPO, F.J., “¿Qué nos ha dejado el IV centenario de la expulsión
de los moriscos? Historiografía frente a bibliometría en el análisis de los dosieres monográficos pu-
blicados entre 2009 y 2011”, Chronica Nova, 40 (2014), pp. 181-210. SORIA MESA, E. y OTERO MON-
DÉJAR, S., “Una nueva encrucijada. La reciente historiografía sobre los moriscos”, Tiempos Modernos,
21 (2010/2). BARRIOS AGUILERA, M. y SÁNCHEZ RAMOS, V., “Los moriscos del reino de Granada”, en
MOLINER I PRADA, A. (coord.), La expulsión de los moriscos, Ed. Nabla, 2009. PERCEVAL, J.Mª., “La situa-
ción actual de las investigaciones sobre los moriscos: Nuevas visiones y retos del Siglo XXI”, Diversidad
(diciembre, 2012), pp. 1-21. SÁNCHEZ RAMOS, V., “Importancia historiográfica de los moriscos grana-
dinos”, Anuario de Historia de la Iglesia, 18 (2009), pp. 325-348. ECHEVARRÍA ARSUAGA, A., Los moriscos,
Ed. Sarriá, Málaga, 2010. Por su utilidad, debe mencionarse la página web mantenida por José María
Perceval sobre Historia e Historiografía de los Mudéjares y Moriscos, http://www.materialesdehistoria.
org.
132
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
55 De la Historia General de Almería y su Provincia (Ed. Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería,
Almería, 1989-1991), compuesta por los 14 tomos que vieron la luz, el padre J. Ángel TAPIA GARRIDO
dedicó los 8 últimos a la época mudéjar-morisca y repobladora, aunque con datos también del Catas-
tro del Marqués de la Ensenada (t. VII, Almería mudéjar, t. VIII, Los almerienses del siglo XVI, t. IX (Almería
morisca), t. X (Rebelión y guerra de los moriscos), t. XI (Destrucción de un pueblo), t. XII (Los almerienses del
siglo XVII: las tres comunidades), t. XIII (Repoblación de la Alpujarra Almeriense), t. XIV (Repoblación de las
tierras de Almería y de Vera). Por su parte, Nicolás CABRILLANA CIÉZAR en su Almería Morisca (Ed. Uni-
versidad de Granada, Granada, 1982), intenta hacer una Historia global de los moriscos almerienses y
del proceso repoblador, si bien éste se reduce al epílogo del libro.
56 CABRILLANA CIÉZAR, N., Almería Morisca, op. cit. La obra puede considerarse una síntesis de una se-
rie de artículos anteriores dedicados a los moriscos almerienses: “Esclavos moriscos en la Almería del
siglo XVI”, Al-Andalus, vol. XL, 1975, pp. 53-76; “Aportación a la Historia Rural de Almería en el Siglo
XVI”, Cuadernos de Historia, Tomo VIII, Instituto Jerónimo Zurita (C.S.I.C.), 1977, pp. 441-474; “Moriscos
encomendados”, R.A.B.M., 1975, pp. 64 y ss; “Rebelión, guerra y expulsión de los moriscos de Almería
(1568-1571)”, Cuadernos de la Biblioteca Española de Tetuán, 13-14 (junio-diciembre de 1976), pp. 7-62;
“Repoblación y despoblación en Almería (1572-1599)”, R.A.B.M., LXXX, 4, (oct.-dic. 1977), pp. 703-729;
“Posibles precedentes de la encomienda en el reino de Granada”, Symposium Hispanoamericano de In-
digenismo Histórico, III, Valladolid, 1976, pp. 1-9; Documentos notariales referentes a los moriscos (1569-
1571), Ed. Universidad de Granada, Granada, 1978.
57 Una gran parte de las monografías dispersas en revistas científicas de B. VINCENT se encuentran con-
centradas afortunadamente en varios libros: Andalucía en la Edad Moderna. Economía y Sociedad, Ed.
Diputación Provincial de Granada, Granada, 1985, Minorías y marginados en la España del siglo XVI, Ed.
Diputación Provincial de Granada, Granada, 1987 y El río morisco, Ed. Universidad de Valencia, 2006.
133
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por su parte, fue Manuel Barrios Aguilera, quien desde el Departamento de Historia Mo-
derna de la Universidad de Granada, supo crear, coordinar y estimular los esfuerzos, de
fructíferos resultados, de un importante equipo de investigadores, a través de seminarios,
reuniones científicas, dirección de tesis doctorales o publicaciones colectivas, sucesivos y
sugerentes estados biblio-historiográficos de la investigación y propuestas de actuación,
además de una encomiable gestión editorial en la Universidad granadina58. Su libro La
repoblación del reino de Granada..., editado junto a Margarita Birriel Salcedo, en 1986, sirvió
de motor de arranque de investigación para toda una generación59. De indudable trascen-
dencia fue la dirección del seminario “Moriscos y repoblación en el reino de Granada”60.
Todo lo anterior sin obviar las dos grandes y clásicas obras que enmarcaron en su día
la Historia morisca, de Julio Caro Baroja y de Antonio Domínguez Ortiz y B. Vincent61.
Para el caso almerienses, son muchos los aspectos analizados de los moriscos, pero
destacan aquellos relativos a población, economía y, sobre todo, la guerra, expulsión
y sus desastrosas consecuencias. Como no podía ser de otra manera, unas veces se ha
analizado en el contexto de la sociedad mixta cristiano-morisca, allí donde existía; otras
veces, el estudio ha sido de forma conjunta con la repoblación cristiano-vieja posterior a
la expulsión, hecho lógico, porque se ha tratado de analizar la mutación de la población
originaria por otra foránea, los cambios y permanencias tras el destierro.
Señalemos en primer lugar, que existen varias tesis doctorales que estudian de manera
muy específica e intensa esta población, como las realizadas por María Dolores Segura
58 La trayectoria como historiador y la amplia producción historiográfica de Manuel Barrios puede con-
sultarse en ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., “En la jubilación de Manuel Barrios Aguilera”, Chronica Nova,
37 (2011), pp. 381-400.
59 BARRIOS AGUILERA, M. y BIRRIEL SALCEDO, M.M., La repoblación del reino de Granada después de la
expulsión de los moriscos. Fuentes y bibliografía para su estudio. Estado de la cuestión, Ed. Universidad de
Granada, Grupo de Autores Reunidos, Granada, 1986.
60 El comienzo de la andadura de este seminario puede verse en SÁCHEZ RAMOS, V. y SORIA MESA, E.,
“Seminario: Moriscos y repoblación en el Reino de Granada”, Chronica Nova, 20 (1992), pp. 404-407.
61 CARO BAROJA, J., Los Moriscos del Reino de Granada. Ensayo de Historia social, Alianza Editorial, edición
de 2003. DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. y VINCENT, B., Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría,
Ed. Revista de Occidente, edición de 1997.
62 Cfr. nota 54.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sobre las élites moriscas disponemos de tres interesantes marcos referidos al reino de
Granada67. Algunas familias almerienses las conocemos relativamente bien (Avís Vene-
gas, Belvis, Marín, Albayar, Montanos, Bazán)68, incluso las rurales (difíciles de detec-
tar)69, aunque permanecen lagunas que deben completarse, una de ellas la referida a la
familia Córdoba y Válor, de donde surge el líder de la rebelión “Aben Humeya”70, con
amplias conexiones en Almería.
Dejando aparte algunos aspectos de la vida de los moriscos que se analizarán más adelan-
te (esclavitud, religiosidad…), uno de los temas de mayor atracción para los historiadores
almerienses es la guerra y expulsión de los moriscos, y sus desastrosas consecuencias.
63 SEGURA DEL PINO, Mª. D., Agua, tierra y sociedad en el Río de Almería. De la época islámica a la cristiana
(siglos XV-XVI), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 2000.
64 MUÑOZ BUENDÍA, A., La ciudad de Almería y su tierra en la época de Felipe II. Moriscos y repoblación, Tesis
doctoral inédita, dirección de Manuel Barrios Aguilera, Universidad de Granada, 1997.
65 VINCENT, B., “50.000 moriscos almerienses”, Coloquio Almería entre culturas. Siglos XIII-XVI, Ed. Instituto
de Estudios Almerienses, Almería, 1991, Tomo II, pp. 489-514; “La familia morisca”, Minorías y margina-
dos…, op. cit., pp. 7-29; “La población de las Alpujarras en el siglo XVI”, Hombre y Territorio…, op. cit., pp.
29-44; “La population de la region d’Almeria au XVIe siècle”, I Encuentro de Cultura Mediterránea. Almería
en la Historia. Homenaje al padre Tapia, Ed. Publicaciones de Cajalmería, Almería, 1988, pp. 271-288.
66 La obra Almería morisca, de N. Cabrillana, sigue siendo un referente en algunos aspectos, como en lo
relacionado a la industria y comercio. MUÑOZ BUENDÍA, Antonio, La ciudad de Almería y su tierra…, op.
cit., capítulo III, La sociedad morisca.
67 SORIA MESA, E, “Una gran familia. Las élites moriscas del reino de Granada”, Estudis, 35 (2009), pp. 9-36.
VINCET, B., “Las élites moriscas granadinas”, El río morisco, Ed. Universidad de Valencia, 2006, pp. 187-
199. PÉREZ GARCÍA, R.M., y FERNÁNDEZ CHAVES, M.F., Las élites moriscas entre Granada y el Reino de
Sevilla. Rebelión, castigo y supervivencias, Ed. Universidad de Sevilla, Sevilla, 2015.
68 MUÑOZ BUENDÍA, A., “Supervivencia de la población morisca en Almería después de la expulsión de
1570: ejemplo de algunas familias”, Actas del IX Congreso de Profesores Investigadores, Asociación Hespé-
rides, Ed. Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía HESPÉRIDES,
Málaga, 1991, págs. 503-525. RUZ MÁRQUEZ, J.L., “Los Bazán de Abla y Fiñana, un linaje de conversos”,
I Encuentro de Cultura Mediterránea…, pp. 403-416. SEGURA DEL PINO, Mª.D., Agua, tierra..., op. cit.,
subcapítulo “La sociedad”, pp. 55-64.
69 MUÑOZ BUENDÍA, Antonio, La ciudad de Almería…, op. cit., “La élite morisca”, pp. 126-164.
70 La mayor aproximación a esta familia, que sigue contando con huecos importantes, la ha realizado
CANO HILA, F.J., Apuntes históricos sobre el linaje morisco de los Córdova y Válor, Farua, 12 (2009),
págs. 229-276.
135
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ya hemos citado antes que el padre Tapia dedicó dos volúmenes de su Historia General
a la guerra de los moriscos, en una muestra de su estilo de Historia evenemencial descrip-
tiva de los sucesos bélicos y las graves consecuencias que supuso, la “destrucción de un
pueblo”, titula el volumen 1171. Por su parte, Nicolás Cabrillana incide en los aspectos
sociales más depravados, más crueles e inhumanos de la guerra (la rapiña, el rapto, el
botín que proporcionaba la esclavitud, el negocio de la guerra).
En los últimos años, varios historiadores se han ocupado de este fatal episodio, de los
que debe destacarse a Valeriano Sánchez Ramos, a quien, parodiando el título de uno de
sus artículos, bien podría calificarse como el “mejor cronista” actual de la guerra72. Desde
estudios generales a sucesos particulares, la guerra de los moriscos es uno de los temas
leit motive de su amplísima producción historiográfica; un magnífico conocimiento de las
fuentes primarias y secundarias, y un atrayente estilo narrativo confieren a sus obras el
difícil equilibrio entre lo científico y lo ameno73. Javier Castillo Fernández, aunque más
71 TAPIA GARRIDO, J.Á., Historia General de Almería y su Provincia, Tomo X, Rebelión y guerra de los moriscos,
y Tomo XI, Destrucción de un pueblo, op. cit.
72 Me refiero, obviamente, a su artículo “El mejor cronista de la guerra de los moriscos: Luis de Mármol
Carvajal”, Sharq Al-Andalus, 13 (1996), pp. 235-255.
73 SÁNCHEZ RAMOS, V., “La Guerra de las Alpujarras (1568-1570)”, en BARRIOS AGUILERA, M. y PEINADO
SANTAELLA, R.G. (dir.), Historia del reino de Granada, Vol. 2, La época morisca y la repoblación (1502-1630)
(BARRIOS AGUILERA, M., ed.), Ed. Universidad de Granada-El Legado Andalusí, Granada, 2000, pp. 507-
542; “La guerra dentro de la guerra: los bandos moriscos en el alzamiento de las Alpujarras”, VII Simpo-
sio Internacional de Mudejarismo, Teruel, 19-21 de septiembre de 1996, actas, 1999, págs. 507-522; “Los
tercios de Italia y la guerra de los moriscos”, en BARRIOS AGUILERA, M. y GALÁN SÁNCHEZ, Á (eds.),
La Historia del reino de Granada a debate. Viejos y nuevos temas. Perspectivas de estudio, Ed. Diputación
Provincial de Málaga, Málaga, 2004, pp. 77-114; “Luis del Mármol y sus problemas de contabilidad mili-
tar”, Chronica Nova, 27 (2000), pp. 305-314; “Un rey para los moriscos: el infante Don Juan de Granada”,
Sharq Al-Andalus, 14-15 (1997-1998), pp. 285-315; “Lorca y la defensa de la Axarquía almeriense”, Clavis,
2 (2001), pp. 49-60; “Baza y su tierra en la rebelión de los moriscos”, Péndulo, 2 (2001), pp. 18-27; “La II
campaña del marqués de los Vélez contra los moriscos: las acciones en la Baja Alpujarra (Finales de abril
al 28 de julio de 1569)”, Farua, 6 (2003), pp. 35-60; El II marqués de Los Vélez y la guerra contra los moriscos
1568-1571, Ed. Centro de Estudios Velezanos, Vélez-Rubio, 2002; “La fortaleza de Oria y la guerra de los
moriscos”, Revista Velezana, 18 (1999), pp. 7-26; “Cuevas, los moriscos y Aben Humeya. Historia de una
tragedia”, Axarquía, 5 (2000); “Vera y la estrategia de Aben Humeya”, Axarquía, 6 (2001); “La rebeldía de
Vera: el impago de la deuda de provisiones por el cerco de los moriscos”, Axarquía, 13 (2008).
136
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
74 CASTILLO FERNÁNDEZ, J., La historiografía española del siglo XVI: Luis del Mármol Carvajal y su “Historia
del Rebelión y Castigo de los Moriscos del Reino de Granada”. Análisis histórico y estudio crítico, bajo la
dirección de Manuel Barrios Aguilera, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada,
publicada en red por la referida Universidad, http://hdl.handle.net/10481/32666. Existe también libro
impreso.
75 La Guerra de Las Alpujarras, Monográfico de la revista Desperta Ferro. Historia militar y política. Historia
Moderna, 25 (2016). Los capítulos que componen el monográfico y sus autores son: “La comunidad
morisca de Granada y la situación dela Monarquía Hispánica” (por José Javier Ruiz Ibáñez), “El ejército
morisco” (Valeriano Sánchez Ramos), “Las operaciones militares” (Javier Castillo Fernández), “El asedio
de Galera” (Alberto R. Esteban Ribas), “A fuego y a sangre” (Eduardo de Mesa Gallego), “La ayuda exte-
rior a los moriscos. El Magreb y el Imperio otomano” (Miguel de Bunes Ibarra), “Granada y su reino tras
la Guerra de las Alpujarras” (Manuel Barrios Aguilera).
76 LAPEYRE, H., Geografía de la España morisca, Ed. Diputació Provincial, València, 1986. VINCENT, B., “La
expulsión de los moriscos del Reino de Granada y su reparto en Castilla”, Andalucía en la Edad Moderna,
op. cit., pp. 215-266. BENÍTEZ SÁNCHEZ-BLANCO, R., “El destino de los moriscos vencidos”, en BARRIOS
AGUILERA, M, (ed.), Historia del reino de Granada, II, La época morisca…, op. cit., pp. 583-607. LOMAS
CORTÉS, M., “El reino de Granada frente a la última deportación morisca (1610-1611)”, Chronica Nova,
36 (2010), pp. 115-142.
77 MUÑOZ BUENDÍA, A., “Depresión económica y crisis social en Almería y su tierra a finales del quinien-
tos. La recuperación del siglo XVII”, en ANDÚJAR CASTILLO, F. y BARRIOS AGUILERA, M., (eds.), Hombre
y territorio…, op. cit., pp. 243-280. ANDÚJAR CASTILLO, F., “La crisis de una ciudad. Almería en el primer
tercio del siglo XVII”, en Almería. Cinco siglos de Historia, Almería, 1990, págs. 51-71.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Algunas reflexiones más pueden hacerse sobre el epílogo morisco ¿cómo vivieron en
las zonas a donde fueron exiliados? ¿Cuántos moriscos consiguieron permanecer en sus
natales tierras almerienses? Respuestas difíciles, pero que tienen algunas contestacio-
nes, especialmente la primera pregunta. Los moriscos instalados en Sevilla llegaron en
unas condiciones extremadamente lamentables, contagiados por el tifus y con una alta
tasa de mortalidad durante la navegación. Estuvieron concentrados especialmente en el
barrio de Triana y su situación socioeconómica fue muy heterogénea: abundaban los
esclavos procedentes de botín de guerra, otros lograron malvivir en situación marginal
o se dedicaron al servicio doméstico, algunos fueron pequeños comerciantes, artesanos
y hortelanos, y unos pocos consiguieron formar cierta élite socioeconómica y endogá-
mica, como los almerienses Valenciano, Montanos y Marín. En 1610 fueron expulsados
definitivamente de la monarquía hispánica. Puede concluirse que sufrieron un deterioro
generalizado en sus vidas, salvo excepciones78.
Respecto a la segunda pregunta, es muy difícil de aquilatar, aunque los últimos estudios
parecen demostrar que al menos varios cientos de familias consiguieron permanecer en
el reino de Granada, a veces con una economía saneada y desarrollando cargos de cierta
relevancia79. Para el caso concreto de Almería y su actual provincia, además de las fa-
milias que contaron con expreso consentimiento de la monarquía para su permanencia
y que formaron parte de la élite social, no tenemos clara la cuantía, pero en todo caso
debieron ser menos de los que quedaron en otras partes, al menos oficialmente.
7. REPOBLADORES
Junto a la cuestión morisca, la repoblación ha sido tema monográfico en la historiografía
modernista del Reino de Granada en general y de las tierras almerienses en particular.
Aunque con diferencias sustanciales, en la larga duración (al menos de un siglo), tanto
la primera repoblación tras la conquista del Reino, como la acontecida después de la de-
portación morisca, son partes de un mismo proceso histórico inmigratorio cuyo último
resultado será de la suplantación no sólo poblacional sino de estructuras o superestruc-
turas, en casi todos los ámbitos: el político e institucional, el mental (religiosidad, cos-
tumbres, hábitos), el social, el cultural y, en menor medida, el económico. Son dos fases
78 FERNÁNDEZ CHAVES, M.F. y PÉREZ GARCÍA, R.M., En los márgenes de la ciudad de Dios. Moriscos en Sevi-
lla, Ed. Universidad de Valencia, Valencia, 2009; “Reconstrucción de familias y redes sociales en el seno
de la comunidad morisca sevillana. Las familias Valenciano, Montano y Marín”, Historia y Genealogía, 2
(2012), pp. 53-73; Las élites moriscas entre Granada y el reino de Sevilla. Rebelión, castigo y supervivencias,
Ed. Universidad de Sevilla, Sevilla, 2015.
79 SORIA MESA, E., Los últimos moriscos. Pervivencias de la población de origen islámico en el reino de Gra-
nada (siglos XVII-XVIII), Universidad de Valencia, Valencia, 2014.
138
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
80 SEGURA GRAÍÑO, C., El libro del repartimiento de Almería. Edición y estudio, Ed. Universidad Compluten-
se de Madrid, Madrid, 1982; “Almería en el ocaso del dominio musulmán”, Hispania: Revista española
de Historia, 132 (1976), pp. 117-130; “La población mudéjar de Almería después de la conquista de los
Reyes Católicos”, Actas del I Coloquio de Historia Medieval de Andalucía, 1982, pp. 509-514; “El abasteci-
miento de agua en Almería a fines de la Edad Media”, En la España medieval, 5 (1984), pp. 1009-1022;
“La ciudad de Almería a finales de la Edad Media: problemática municipal”, Hispania: Revista española
de Historia, 162 (1986), pp. 41-56; “El concejo de Almería: Organización y bienes en su fundación (siglo
XV)”, En la España medieval, 10 (1987), pp. 445-458; “Realengo y Señorío en la tierra de Almería en el
siglo XV”, En la España medieval, 3 (1982), pp. 595-618; “Las ‘claras’ de Almería”, Archivo Ibero-Americano,
215-216 (1994), pp. 767-774; “La propiedad de la tierra en Almería a fines del siglo XV”,1 (1980), pp.
495-506; Almería en el tránsito a la modernidad: (siglos XV y XVI), Ed. Instituto de Estudios Almerienses,
Almería, 1989; “La estructura agraria de la vega de Almería según el Libro de Repartimiento”, Andalucía
medieval: actas del I Congreso de Historia de Andalucía, Vol. 2 (1978), pp. 441-448; “Almería en la época
de los Reyes Católicos y primeras repoblaciones”, Almería entre culturas: (siglos XIII-XVI), Vol. 1 (1990),
pp. 271-290; Bases socioeconómicas de la población de Almería (S. XV), Ed. Peñagrande, Madrid, 1979;
junto a DE MIGUEL RODRÍGUEZ, J.C., “La compraventa de agua de riego en el valle de Andarax (Alme-
ría) en los siglos XV y XVI”, En la España medieval, 23 (2000), pp. 387-394; a TORREBLANCA LÓPEZ, A.,
“Notas sobre la revuelta mudéjar de 1490: el caso de Fiñana”, En la España medieval, 9 (1986), pp. 1197-
1216; y a FLORES VARELA, C.J., “Movimientos migratorios en la Andalucía Penibética en el Antiguo
Régimen: Abla (Almería)”, I Conferencia Europea de la Comisión Internacional de Demografía Histórica,
Vol. 2 (1994), pp. 911-920.
81 MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., “Presencia catalana en la repoblación almeriense del siglo XV”, Espacio,
tiempo y forma. Serie III, Historia medieval, 2 (1989); “El proceso de repoblación en Almería y su comarca:
Siglos XV al XVI”, Almería entre culturas: (siglos XIII-XVI), Vol. 1 (1990), pp. 257-270; “La población cristiana
almeriense a finales del siglo XV”, en ESCOBEDO RODRÍGUEZ, A. (coord.), Homenaje a la profesora Elena
Pezzi, 1993, pp. 349-356; “Almería en el tránsito del mundo musulmán al mundo cristiano”, en MALPICA
CUELLO, A., PEINADO SANTAELLA, R.G. y FÁBREGAS GARCÍA, A. (eds.), Historia de Andalucía: VII Coloquio
“¿Qué es Andalucía? Una revisión histórica desde el Medievalismo”, 2010, pp. 291-308; “Teresa, un lugar
fronterizo”, en SEGURA ARTERO, P. (coord.), Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como Sujeto
Histórico (S.XIII-XVI), 1997, pp. 629-638.
82 GRIMA CERVANTES, J.A., La Tierra de Mojácar desde su conquista por los Reyes Católicos hasta la conver-
sión de los mudéjares (1488-1505), Ed. Ayuntamiento de Mojácar, Granada, 1987; Vélez Blanco, Nazarita y
Castellano, Granada, 1988; Almería y el reino de Granada en los inicios de la Modernidad (S. XV-XVI): com-
pendio de estudios, Granada, 1993; “Almería mora y mudéjar en tiempos de su conquista”, en Almería:
cinco siglos de Historia…, op. cit., págs. 31-49.
139
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Del Cerro Bex83 o Jiménez Alcázar84, entre otros. Especialmente destaca la obra de María
Dolores Segura del Pino, quien aplicando medios informáticos al Libro de Repartimiento
de Almería ha conseguido reconstruir con detalle las estructuras de la propiedad y de la
producción de época musulmana y las subsiguientes de los nuevos pobladores85.
Pero como suele decirse, la primera repoblación cristiana fue muy imperfecta, pues
no hay repoblación si no hay ocupación del espacio, y el 90% del espacio de la actual
provincia de Almería, especialmente el mundo rural, quedó con la población mudé-
jar-morisca. Por eso el grueso de la repoblación almeriense se produjo en época de
Felipe II, tras el extrañamiento morisco, proceso que, al menos en su período “oficial”
(1571-1595), fue meticulosamente seguido por el Estado, originando una ingente docu-
mentación ya citada, como los LAR y las sucesivas visitas (1574, 1576, 1578 y 1593). La
eclosión de publicaciones durante los años 80 y parte de los 90 del siglo pasado fue tal
que algunos historiadores no dudaron en llamar a atención sobre la mala utilización que
se estaba haciendo de estos LAR, ya que muchas de estas monografías obedecían más
a la intención de una acumulación de méritos en los expedientes académicos (aburridos
trabajos de simples copistas o contabilizadores de árboles o casas), que a un interés real
por unos temas de gran riqueza histórica.
Interprétese esto último como simple reflexión para que las fuentes primarias sean uti-
lizadas para la elaboración de una Historia razonada, una Historia, como señala Rosa
Congost en alusión a su maestro Pierre Vilar (“pensar históricamente”)86.
Con seguridad, el tema de la repoblación filipina es uno de los hechos más estudiados
de toda la Edad Moderna, no solo en Almería sino en el resto del reino granadino:
tesis doctorales y de licenciatura, numerosos libros e infinidad de artículos y puntos de
contacto, también, entre medievalistas y modernistas. La nómina de autores que se han
acercado al tema es enorme87.
83 CERRO BEX, Victoriano del, El libro del repartimiento de Vera, Ed. Instituto de Estudios almerienses, Al-
mería, Almería, 1994; “Un padrón de Mudéjares de la Tierra de Vera en 1495”, Chronica Nova: Revista de
Historia moderna de la Universidad de Granada, 11 (1980), pp. 57-88; “Vera y su tierra a comienzos del
siglo XVI”, ROEL, 5 (1984), 147-163.
84 JIMÉNEZ ALCÁZAR, J.F., El libro de repartimiento de Vera, Ed. Instituto de Estudios Almerienses- Ayunta-
miento de Vera, Almería, 1994.
85 SEGURA DEL PINO, M. D., Agua, tierra y sociedad…, op. cit.
86 CONGOST, R., “Una función social del historiador: pensar históricamente”, análisis de la obra de su ad-
mirado maestro Pierre Vilar (“pensar históricamente”), en COHEN AMSELEM, A. y PEINADO SANTAELLA,
R.G. (eds.): Historia, historiografía y ciencias sociales, Ed. Universidad de Granada, Granada, 2007. p. 172.
87 La cantidad de estudios realizados sobre la repoblación en tierras almerienses es de tales proporcio-
nes y de la calidad tan diversa, que me limito a citar aquellas obras que conllevan importantes estados
de la cuestión, balances historiográficos sobre el tema o, bien, tienen una especial significatividad.
MUÑOZ BUENDÍA, A., La ciudad de Almería y su tierra…, op. cit.; “La repoblación del reino de Granada a
finales del quinientos: Las Instrucciones Particulares de 1595”, Chronica Nova, 20 (1992), pp. 253-297;
140
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
“La repoblación del reino de Granada a finales del Quinientos: Las Instrucciones Particulares de 1595.
II. Documentos”, Chronica Nova, 21 (1993-1994), pp. 495-546; “La repoblación del valle medio del Anda-
rax (Taha de Marchena, Almería) en el último tercio del siglo XVI”, X Congreso de Profesores-Investigado-
res de la Asociación HESPÉRIDES, Ed. Asociación de Profesores HESPÉRIDES, 1992, pp. 201-218. CABRI-
LLANA CIÉZAR, N., “Repoblación y despoblación en Almería (1572-1599)”, R.A.B.M., LXXX, 4, (oct.-dic.
1977), pp. 703-729. PONCE MOLINA, P., “Metodología y fuentes para el estudio del repartimiento y re-
población de la Alpujarra Oriental en el último tercio del siglo XVI”, en Actas del I Congreso de Historia
de Andalucía (Andalucía Moderna, I), Córdoba, 1978, pp. 277-286; Repartimiento de Dalías/El Ejido. Estu-
dio y edición, Almería, 1985. BARRIOS AGUILERA, M., Moriscos y repoblación en las postrimerías de la
Granada islámica, Ed. Diputación de Granada, Granada, 1993; “El nuevo horizonte de las investigacio-
nes sobre la segunda repoblación en el Reino de Granada (1570-1630)”, en Hombre y territorio…, op.
cit., pp. 9-28; “La repoblación de Felipe II a examen”, Chronica Nova, 25 (1998) (Ejemplar dedicado a:
Población y territorio. El reino de Granada en la España de Felipe II), pp. 7-43; otros balances y estados
de la cuestión historiobibliográfica de este autor, en ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., “En la jubilación…,
op. cit. LENTISCO PUCHE, J.D., La repoblación de Olula del Río (Almería) en el siglo XVI: supresión de la so-
ciedad musulmana e implantación de un modelo castellano, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 1991.
GARCÍA LATORRE, J., “El Reino de Granada en el siglo XVII,…”, op.cit.; “Burocracia y repoblación en el
Reino de Granada tras la expulsión de los moriscos”, Chronica Nova, 11 (1980), pp. 171-186; “El reino de
Granada en el siglo XVII. Repoblación e inmigración”, Chronica Nova, 19 (1991), pp. 145-166; “Repobla-
ción y frontera como factores de sociogénesis”, en SEGURA ARTERO, P. (coord.), Actas del Congreso la
Frontera Oriental Nazarí como Sujeto Histórico (S.XIII-XVI), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Alme-
ría, 1997, pp. 623-628. ANDÚJAR CASTILLO, F., “La repoblación de Almería tras la expulsión de los mo-
riscos en el siglo XVI. Origen geográfico de los repobladores”, Almería, 1977, ejemplar mecanografiado;
“La repoblación en los Vélez en tiempos de Felipe II: reproducir un modelo social”, Revista Velezana, 17
(1998), págs. 21-26; “Señores y Estado en la repoblación de Felipe II: El caso del Marquesado de los
Vélez”, Chronica Nova, 25 (1998), pp. 139-172. SÁNCHEZ RAMOS, V., “Repobladores y aguas: Berja”, Al-
mería entre culturas: (siglos XIII-XVI), Vol. 2, 1990, pp. 765-788; “El reino de Granada: una repoblación de
frontera”, en SEGURA ARTERO, P. (coord.), Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como Sujeto
Histórico (S.XIII-XVI), 1997, pp. 663-672; “Concejos y dominios públicos en la repoblación de Felipe II”, en
Hombre y territorio en el Reino de Granada…, op. cit., pp. 221-242; “Las viudas de la Alpujarra en la repo-
blación de Felipe II”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, M.D. (coord.), Los marginados en el mundo medieval y
moderno, 2000, pp. 131-152; junto con BARRIOS AGUILERA, M., “El legado martirial en la estructuración
de la sociedad repobladora de las Alpujarras”, en SÁNCHEZ RAMOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, J. (eds.),
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“La herencia martirial: La formación de la sociedad repobladora en el reino de Granada tras la guerra
de Las Alpujarras”, Hispania, 198 (1998), pp. 129-156; “Las regalías del Reino de Granada tras la repobla-
ción de Felipe II”, Chronica Nova, 24 (1997), pp. 253-272; “Espacios y recursos: la reordenación territorial
en el proceso repoblador”, Chronica Nova, 25 (1998) (Ejemplar dedicado a: Población y territorio. El
reino de Granada en la España de Felipe II), pp. 435-470; “Repoblación y defensa en el reino de Grana-
da: campesinos-soldados y soldados-campesinos”, Chronica Nova, 22 (1995), pp. 357-388; “La consoli-
dación de una nueva sociedad: los pobladores de Sierra Mágica en la Alpujarra almeriense”, Boletín del
Instituto de Estudios Giennenses, 163 (1997), pp. 297-316; “El origen de los repobladores de Berja (siglo
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141
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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timiento y la repoblación cristiana de Turre (1570-1596). Colección documental para la Historia de Turre,
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“El dominio del territorio: la repoblación cristiana del marquesado de los Vélez tras la guerra de las
Alpujarras”, Revista Velezana, 26 (2007), pp. 37-48. FRANCO SILVA, A., “Repartimientos de tierras en el
obispado de Almería tras la expulsión de los moriscos (1570-1578)”, Melanges de la Casa de Velázquez,
19 (1983), pp. 207-220. ROTH, D., “Vélez Blanco en el último tercio del siglo XVI: repoblación y conflicti-
vidad”, en DÍAZ LÓPEZ, J.P. (ed.), Campesinos, nobles y mercaderes: Huéscar y el reino de Granada en los
siglos XVI y XVII, pp. 293-314; “Notas sobre la repoblación de Vélez el Rubio, 1574-1585”, Revista Veleza-
na, 26 (2007), pp. 21-36. COTES PORCEL, J., “La repoblación de tierras de los moriscos y su problemática
según una referencia histórica: la Visita que se realiza a la villa de Vélez Rubio en 1593”, Revista Veleza-
na, 4 (1985), pp. 19-28. MARTÍNEZ LÓPEZ, J.M., “Conflicto en el apeo de Benitagla entre el marqués de
Los Vélez y el juez de comisión. Anotaciones al repartimiento”, Almotacín, 2 (jul.-dic., 1983), pp. 33-45;
“El apeo de Lubrín en el s. XVI”, Actas del I Coloquio Almería entre Culturas..., op. cit, tomo II, pp. 821-836;
“La tierra de Lucainena de las Torres a principios del siglo XVII. Aproximación al repartimiento”, Boletín
del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 13, (1994), pp. 117-136; Apeo, amojonamiento y repartimien-
to de Benimina y Benizalón, Memoria de Licenciatura, Universidad de Granada, 1983, inédita; Los repar-
timientos de Alcudia de Monteagud, Benizalón, Lucainena de las Torres, Tahal, Lubrín y Sorbas (Almería,
siglo XVI), Tesis Doctoral inédita, Universidad de Granada, Facultad de F. y L., Dto. de Hª Medieval y CC.
TT. Historiográficas, curso 1991-1992. ÁLVAREZ CASTILLO, Mª.A., GUERRERO LAFUENTE, Mª.D., “Apeo
de Canjáyar: introducción, edición e índices”, Cuadernos de estudios medievales y ciencias y técnicas his-
toriográficas, 16 (1991), pp. 191-222.
142
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Con ser un buen marco de referencia (hay otros, aunque más reducidos), algunos his-
toriadores almerienses ya había puesto de manifiesto la actividad de los genoveses en
nuestra provincia, desde la actuación de compañías capitalistas perfectamente organiza-
das, la apropiación de los recursos económicos de exportación y altamente especulativos
(azúcar, seda, lana, alumbre), el ascenso a la élite social con hábiles estrategias matrimo-
niales, desembocando todo en la máxima aspiración de la época, el control del poder
(regidurías, hidalguías…, especialmente en Adra y Almería)89.
88 GIRÓN PASCUAL, R.M., Las Indias de Génova. Mercaderes genoveses en el reino de Granada durante la
Edad Moderna, Tesis doctoral inédita, dirigida por Enrique Soria Mesa, Universidad de Granada, 2012.
89 ANDÚJAR CASTILLO, F., “Una estructura de poder: el monopolio de la producción y comercialización
del azúcar en Adra (siglos XVI-XVII)”, en Francisco Andújar Castillo y Manuel Barrios Aguilera (eds.),
Hombre y territorio…, op. cit., pp. 351-384; “Los genoveses en el reino de Granada: comercio y estrate-
gias mercantiles”, en BELENGUER CEBRIÁ, E. (coord.), Felipe II y el Mediterráneo, Vol. 1, 1999 (Los recursos
humanos y materiales), pp. 357-376; SÁNCHEZ RAMOS, V., “La colonia genovesa de Adra (s. XVI-XVIII)”,
Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 13 (1994), pp. 181-198; “El sabor agridulce del co-
mercio en Adra en el siglo XVIII: los pequeños comerciantes genoveses”, Farua, 15 (2012), pp. 7-22; “En-
riquecerse y engrandecerse noblemente: las estrategias socioeconómicas de las familias genovesas
de Adra en el siglo XVIII”, en DÍAZ LÓPEZ, J.P.; ANDÚJAR CASTILLO, F., GALÁN SÁNCHEZ, Á. (eds.), Casas,
familias y rentas. La nobleza del reino de Granada entre los siglos XV-XVIII, Ed. Universidad de Granada,
Granada, 2010, pp. 303-325. IGLESIAS NÚÑEZ, F. J., “Prácticas mercantiles y estrategias familiares de los
genoveses: Almería, siglo XVIII”, Chronica Nova, 29 (2002), pp. 141-178.
143
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a) Judíos
90 RUBIO GANDÍA, Miguel Ángel, GÓMEZ CRUZ, Manuel y REYES MESA, José Miguel, “Población extran-
jera en Almería a finales del siglo XVIII”, Hespérides: Anuario de investigaciones, 1 (1993), pp. 349-362.
GÓMEZ CRUZ, Manuel, Almería en el siglo XVIII, Tesis doctoral, Ed. Universidad de Granada, 1988.
91 GARCÍA CÁRCEL, R., “Introducción”, en CONTRERAS CONTRERAS, J. y PULIDO SERRANO, J.I. (eds.), Here-
jes, Ed. Nuevas Ediciones de Bolsillo, Barcelona, 2005.
92 KAMEN, H., Los desheredados: España y la huella del exilio, Ed. Aguilar, Madrid, 2007. GARCÍA DE CORTÁ-
ZAR, F., Los perdedores de la Historia de España, Ed. Planeta, Barcelona, 2006.
93 El estudio que más ha incidido en la minoría hebráica almerienses, desde la antigüedad hasta su ex-
pulsión, es el de CANO PEREZ, M. José y FERRE CANO, Dolores (con la colaboración de José Ramon
Ayaso), Los judíos en Almería, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1989. Pocos más autores
se han acercado al tema: BRAVO LLEDÓ, Pilar, Acerca de los judíos de Almería, Almería entre culturas: (si-
glos XIII-XVI), Vol. 1, 1990, pp. 431-440; GOZALBES CRAVIOTO, Enrique, “Los judíos de Málaga, Granada
y Almería en los documentos de la Genizah de El Cairo”, Jábega, 68 (1990), pp. 12-24; LÓPEZ ANDRÉS,
Jesús María y GARCÍA GÁMEZ, Félix, “La expulsión de los judíos a través del puerto de Almería. Medidas
estratégicas para evitar la descapitalización del estado”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., (coord.), Los
marginados en el mundo medieval y moderno, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2000, pp.
43-50. Ya LADERO QUESADA, Miguel A. publicó en 1969 la relación de judíos expulsados por el puerto
de Almería, en “Los judíos granadinos al tiempo de su expulsión”, II, “Dos temas de la Granada nazarí”,
Cuadernos de Historia. Anejos de Hispania, 3 (1969), pp. 321-345, reeditado en su libro Granada después
de la conquista: repobladores y mudéjares, Diputación Provincial Granada, Granada, 1993, pp. 293-309.
Sobre las juderías, en general, LACAVE RIAÑO, José Luis, “Las juderías del reino de Granada”, Chronica
Nova, 20 (1992), pp. 243-251.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
parecido ocurre con los conversos que quedaron en tierras almerienses tras el destierro.
Sí hay que hacer una importante excepción, y es la narración de la dura persecución
y represión inquisitorial antijudía que en las zonas del norte de la provincia transcurre
entre la segunda y tercera década del siglo XVIII, especialmente en Vélez Rubio. Es un
interesante estudio realizado por Antonio Guillén Gómez, primero para el contexto de
los partidos inquisitoriales de Guadix y Baza, con extensión hacia otras localidades del
norte almeriense, y poco más tarde sobre la actuación inquisitorial en Vélez Rubio94.
b) Gitanos
La historiografía del pueblo gitano para la provincia de Almería tiene un nombre, Ma-
nuel Martínez Martínez. Pese a ser el único que ha trabajado este tema (además de
algunas referencias, como las de Manuel Gómez Cruz para el XVIII), el autor tiene el
gran mérito de haber sabido sacar a la luz a una minoría marginada, desconocida para
la historiografía almeriense, de una manera rigurosa, con una intensa labor de archivo.
Un libro y varios artículos sobre el tema dan buena fe de ello. Se trata de una obra glo-
bal, analizando como sujeto histórico a este grupo marginado, dentro de cada contexto
histórico, víctima de la acción social y política llena de represión física y cultural, desde
la condena a galeras hasta la leva por vagos y maleantes. Es realmente una suerte y una
deuda el rescate histórico de este grupo humano almeriense95.
94 GUILLÉN GÓMEZ, A. Brotes judaizantes en los antiguos partidos de Baza y Guadix: la gran redada in-
quisitorial de 1715-1727, en los tribunales de Granada, Murcia y Valencia, Ed. Fundación Caja Rural de
Granada, Granada, 2008; y “Picaresca integrista, judaizantes e Inquisición en el Vélez Rubio de 1720.
Las denuncias efectuadas por el ministro Francisco Martínez Lasso de Vega”, Revista velezana, 29
(2010), pp. 16-35.
95 Si bien ha trabajado la minoría gitana en diversas revistas, destaco especialmente su principal estu-
dio MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., La minoría gitana de la provincia de Almería durante la crisis del Antiguo
Régimen (1750-1811), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería 1998. Con posterioridad, a esta
fecha, “Los gitanos en el reinado de Felipe II (1556-1598): el fracaso de una integración”, Chronica Nova,
30 (2003-2004), pp. 401-430; “Los gitanos en el sureste peninsular de los siglos XV y XVI”, Boletín del
Instituto de Estudios Almerienses. Letras, Nº 14, 1995, pp. 91-102; “Gitanos y moriscos: una relación a
considerar”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., Los marginados en el mundo medieval y moderno, Institu-
to de Estudios Almerienses, Almería, 2000, pp. 89-99; “La presencia gitana en la zona oriental del reino
de Granada durante el siglo XVII: el caso de Vera (Almería)”, en SÁNCHEZ RAMOS, V. (coord.), El reino de
Granada en el siglo XVII, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2000, pp. 77-88.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
c) Cautivos y corso
96 BARRIOS AGUILERA, M., “La nueva frontera. El reino de Granada ante el mundo islámico en el siglo
XVI”, en SEGURA ARTERO, P. (coord.), Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como sujeto histórico
(S.XIII-XVI), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1997, pp. 583-612. Entre otras virtudes, el
trabajo recoge toda la bibliografía relevante sobre el tema que existía hasta el momento.
97 No obstante, por la importancia que presenta para nuestra provincia, hago mención a algunos estu-
dios referentes corso y cautiverio: para un marco general, son indispensables las obras de Andrew C.
Hess, Ellen G. Friedman, Bennassar, De Bunes Ibarra, Melchor García Navarro, etc.
98 TAPIA GARRIDO, José Ángel, “La costa de los piratas”, Revista de Historia Militar, XVI (1972), pp. 73-103;
“El cura de Albox cautivo en Argel”, ROEL, 2 (1981), pp. 43-48.
99 VINCENT, B., “Un ejemplo de corso berberisco morisco: el ataque de Cuevas del Almanzora (1573)”,
Axarquía, 8 (2003), publicado varias veces con anterioridad.
100 CABRILLANA CIÉZAR, Nicolás, Almería morisca, op. cit., pp. 181-188.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Aunque el litoral almeriense fue especialmente castigado durante el siglo XVI, corso y
cautiverio siguieron subsistiendo hasta el siglo XVIII, de lo que apenas sabemos nada.
Bien merece la pena intentarlo. Y no faltan fuentes primarias, como las que describen
la actuación de las órdenes redentoras de mercedarios y trinitarios. Es un reto historio-
gráfico104.
d) Esclavos
Aunque a veces llega a confundirse y existen algunos aspectos comunes, los conceptos
cautiverio y esclavitud no son iguales, pero no es este el lugar para entrar en sus matices
diferenciales. Desde hace tiempo la investigación sobre la esclavitud ha despertado un
renovado interés, de tal forma que ha sido objeto de dos importantes tesis doctorales
101 MUÑOZ BUENDÍA, Antonio, “Un enclave estratégico del Mediterráneo español: el Cabo de Gata (Al-
mería) en el siglo XVI”, Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como sujeto histórico…, op. cit.,
pp. 639-646. JIMÉNEZ JURADO, Mª Isabel, Piratería en Roquetas de Mar en el siglo XVI, Ed. Ayuntamiento
de Roquetas de Mar, Roquetas de Mar, 1997, y “Cautiverio y rescate de moriscos almerienses”, Almería
entre culturas (siglos XIII-XVI), Vol. 2, 1991, pp. 579-586; GRIMA CERVANTES, Juan Antonio: “Notas sobre
la esclavitud y la piratería berberisca en la tierra de Mojácar (1494-1568)”, I Encuentro de Cultura Medi-
terránea…, op. cit., pp. 345-356; GONZÁLVES BUSTO, Guillermo, “El episodio fronterizo derivado del
corso (s. XVI)”, en SEGURA ARTERO, Pedro (coord.), Actas del Congreso la frontera Oriental Nazarí…, op.
cit. pp. 445-449; GUERRERO LAFUENTE, María Dolores, “Cédulas reales sobre rescate de cautivos de Al-
mería y otros lugares del reino de Granada (1553-1574)”, Almería entre culturas…, op. cit., pp. 559-576.
102 ANDÚJAR CASTILLO, Francisco, “Los rescates de cautivos en las dos orillas del Mediterráneo y en el mar
(Alafias) en el siglo XVI”, en KAISER, Wolfgang, Le commerce des captifs. Les intermédiaires dans l’échange
et le rachat des prisonniers en Méditerraneé, XVe-XVIIIe siècle, École française de Rome, Rome, 2008, pp.
135-164.
103 SÁNCHEZ RAMOS, V., “Terror al turco: la traumática toma de Adra de 1620”, Andalucía en la Historia, 29
(2010), pp. 10-13. “La defensa de la costa de Adra (1490-1600) y el asalto turco de 1620”, Farua (ejem-
plar dedicado a Historia de Adra), pp. 55-84.
104 A nivel genérico, puede verse la importancia con la que subsiste el problema del cautiverio durante los
siglos XVII y XVIII en José Antonio MARTINEZ TORRES, Corso turco-berberisco y redenciones de cauti-
vos en el Mediterráneo occidental (siglos XVI-XVII), en Le commerce des captifs…, op. cit., pp. 83-107, y
VINCENT, B., Procédures et réseaux de rachats de captifs dans l’Espagne des XVIe –XVIIe siècles, op. cit.,
pp. 123-134. BARRIO GOZALO, Maximiliano, Esclavos y cautivos. Conflicto entre la cristiandad y el islam
en el siglo XVIII, Ed. Junta de Castilla y León, Valladolid, 2006. MARTINEZ TORRES, José Antonio, Prisio-
neros de los infieles. Vida y rescate de los cautivos cristianos en el Mediterráneo musulmán, siglos XVI y XVII,
Edicions Bellaterra, Barcelona, 2004, y Esclavos, Imperios, Globalización (1555-1778), Consejo Superior
de Investigaciones Científicas, Madrid, 2010.
147
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sobre esclavos y esclavas en tierras almerienses, más de una docena de monografías han
dejado claro el interés por esta figura, al que la sociedad del momento le otorga una
importancia mayor como fuerza productiva que como símbolo social, aunque tales cir-
cunstancias pueden ir anexas. Lógicamente, predominan los estudios sobre los esclavos
moriscos, “habidos de buena guerra”, el tesoro más preciado del botín de la guerra de los
moriscos, pero también los berberiscos del siglo XVII, quienes sustituyen a los moriscos,
y algunos esclavos negros. Se tuvo la fortuna de contar con un primer acercamiento al
tema, y con la novedosa, para la época, fuente de los protocolos notariales, por parte de
un buen historiador social, Nicolás Cabrillana, quien nos sorprendía en el lejano 1975
con un artículo107 y tres años después con un corpus documental notarial sobre esclavos
moriscos108, tema que amplió en 1983 en su Almería Morisca. Poco después aparecerían
dos trabajos de Bernard Vincent109. Será Francisco Andújar Castillo quien haya reivin-
dicado de manera más reiterativa este colectivo marginado de la Almería Moderna, su
dramática vida y el movimiento económico que suscitó110. Conviene destacar de este
último autor la utilización de fuentes judiciales, concretamente del distrito judicial de
Vera, que abren nuevas vías historiográficas para el conocimiento de la dura vida del
105 MARTÍN CASARES, A., La esclavitud en la Granada del siglo XVI. Género, raza y religión, Ed. Universidad
de Granada, Granada, 2000. Y GARRIDO GARCÍA, Carlos Javier, La esclavitud en el reino de Granada en el
último tercio del siglo XVI. El caso de Guadix y su tierra, tesis doctoral bajo la dirección de Barrios Aguile-
ra, Manuel, Departamento de Historia Moderna y de América, Universidad de Granada, 2012; ha sido
publicada como La esclavitud morisca en el reino de Granada: Guadix en el último tercio del siglo XVI, 1ª
ed., Impreso por Amazon, Made in the USA., Charleston, 2014. VINCENT, Bernard, “La esclavitud en el
Mediterráneo occidental (siglos XVI-XVIII)”, en MARTÍNEZ TORRES, José Antonio, Circulación de perso-
nas e intercambios comerciales en el Mediterráneo y en el Atlántico (siglos XVI, XVII, XVIII), 2008, pp. 39-64.
106 GONZÁLEZ ARÉVALO, R., “Cautiverio y esclavitud en el reino de Granada (siglos XIII-XVI)”, Vínculos de
Historia, núm. 3 (2014), pp. 232-257.
107 CABRILLANA CIÉZAR, N., “Esclavos moriscos en la Almería…” op. cit.
108 Ibid., Documentos notariales referentes a los moriscos, op. cit.
109 VINCENT, B., “L’homme-marchandise. Les esclaves à Vera (Almeria), 1569-1571”, en Pouvoirs et société
dans l’Espagne moderne, Mélanges offerts à Bartolomé Bennassar, Toulouse, 1994, pp.193-204; “L’escla-
vage en milieu rural espagnol au XVIIe siècle: l’exemple de la région d’Almeria”, en BRESC, H. (ed.),
Figures de l’esclave au moyen-âge et dans le monde moderne, París, 1996, pp. 165-176.
110 ANDÚJAR CASTILLO, Francisco, “Del esclavo morisco al berberisco: sobre la esclavitud en la Almería
del siglo XVII”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 11-12 (1992-1993), pp. 81-101; “Entre
la “administración” y la esclavitud de los niños moriscos. Vélez Blanco (Almería), 1570 1580”, Revista Ve-
lezana, 15 (1996), pp. 21-30; “De la “buena guerra” al “horro”. La esclavitud morisca en Los Vélez (1570-
1590)”, Revista Velezana, 18 (1999), pp. 27-38; “La esclavitud en Almería en el siglo XVII (1621-1627)”,
Actas 2° Congreso de Historia de Andalucía, Historia Moderna, t. I, pp. 291-301; “La continuidad de la
guerra de los moriscos: la esclavitud en Los Vélez (1570-1590)”, VII Simposio Internacional de Mudejaris-
mo, Teruel, 19-21 de septiembre de 1996, actas, 1999, pp. 351-369.
148
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
111 Ibid, “Sobre las condiciones de vida de los esclavos en la España moderna. Una revisión crítica”, Chroni-
ca Nova, 26, 1999, pp. 7-36.
112 JIMÉNEZ JURADO, María Isabel: “El esclavo Juan de Castillejo, un reflejo de la modernidad del marqués
de Los Vélez”, Revista Velezana, 6 (1987), pp. 87-90. ALCAÍNA FERNÁNDEZ, Pelayo, “Esclavitud en Vélez
Blanco y María en el siglo XVII”, Revista Velezana 9 (1990), pp. 13-20; ESPINAR MORENO, Manuel y GAR-
CÍA GUZMÁN, María del Mar, “Notas sobre la esclavitud de los moriscos albojenses (siglo XVI)”, ROEL,
2 (1981), pp. 49-70. GARRIDO GARCÍA, Carlos Javier, “La esclavitud morisca en el reino de Granada. El
caso de la villa de Fiñana (1569-1582)”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, (Sección Árabe-Islam),
50 (2001), pp. 107-131.
113 SILVA RAMÍREZ, Enrique, “La beneficencia y la hospitalidad en la diócesis de Almería: siglos XV-XIX”,
Memoria ecclesiae, 10, 1997, pp. 71-87.
114 GÓMEZ RUIZ, Trino, El Hospital Real de Santa María Magdalena y la casa de los Expósitos de Almería, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1997.
115 CABRILLANA CIÉZAR, Nicolás, “La construcción del Hospital Real de Almería (1547-1556)”, I Encuentro
de Cultura Mediterránea…, op. cit., pp. 323-332. BUENDÍA MUÑOZ, Alejandro, “Los cuidados espiritua-
les en el hospital Santa María Magdalena de Almería, en los siglos XVIII y XIX”, en RUIZ FERNÁNDEZ,
José y VÁZQUEZ GUZMÁN, Juan Pedro (coords.), Religiosidad popular y Almería. Actas de las IV Jornadas,
Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2005, p. 331.
149
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
memoria oral y fotográfica de los últimos cincuenta años del hospital y casa cuna del
edificio y sus protagonistas116.
Un tema muy poco abordado ha sido el de la pobreza en las tierras almerienses, precisa-
mente un tema o lema que tradicionalmente se ha identificado con esta zona surestina;
está pendiente en nuestra historiografía, aunque poseemos un avance de la mano de B.
Vincent a nivel del reino de Granada119, en el que calcula que más de la quinta parte de
la población era pobre y un número elevado de personas se encontraban en el umbral
de la pobreza. Para el caso almeriense, el mismo autor ha analizado los niveles de riqueza
y pobreza de los vecinos de Vera a finales del XVI según un padrón estimado en dinero,
concluyendo en la existencia de una amplia cantidad de pobres120. Incluso Julián P. Díaz
López, tomando como fuente el catastro de Ensenada de mediados del XVIII, deduce
que la pobreza oficial no se corresponde con la pobreza real en el siglo, siendo ésta
bastante superior121; M. Desamparados Martínez San Pedro hace referencia a la pobreza
estructural de las tierras de Almería, donde las continuas adversidades naturales (terre-
motos, sequías, …) hicieron de la pobreza (falta de pan, …) algo normal y abundante122.
116 DURÁN DÍAZ, Mª Dolores, El Hospital Real de Santa María Magdalena. Imagen y Memoria, Ed. Diputación
de Almería, Almería, 2016.
117 FERNÁNDEZ ORTEGA, A.F., “La ordenanza para la administración del ramo de niños expósitos de la
diócesis de Almería del año de 1763”, Chronica Nova, 14 (1984-1985), pp. 147-160; y junto a FERNÁN-
DEZ ORTEGA, P. Mª., “Los niños expósitos como problema social: La casa cuna de Albox”, I Encuentro de
Cultura Mediterránea, op. cit., pp. 333-340.
118 BUENDÍA MUÑOZ, A., “Sangradores y barberos. El intrusismo en Almería en el siglo XVIII”, Index de
enfermería, 36-37 (2002), pp. 47-50; y GARCÍA MORALES, Inmaculada, La enfermería en la Almería de los
siglos XVIII y XIX: cuidados y cuidadores, Ed. Colegio de Enfermería de Almería, Almería, 2003; de ambos
autores y GUIL LÓPEZ, F., “El intrusismo en las matronas de Almería: siglos XVIII Y XIX”, Híades, 10-2
(2008), pp. 1057-1069. GÓMEZ DÍAZ, D., Bajo el signo del cólera y otros temas sobre morbilidad, higiene
y salubridad de la vida económica almeriense, 1348-1910, Ed. D. Gómez Díaz, Almería, 1993; y junto a
GÓMEZ DÍAZ, Mª.J., “Almería ante el contagio: la práctica sanitaria del siglo XVIII”, Dynamis, 23 (2003),
pp. 221-244.
119 VINCENT, Bernard, “Pauvreté, marginalité et dépendance dans le Royaume de Grenade (s. XVI-XVIII)”,
en BARRIOS AGUILERA, M. GALÁN SÁNCHEZ, Á. (eds.), La Historia del reino de Granada a debate…, op.
cit., pp. 473-484.
120 VINCENT, B., “Riqueza y pobreza en Vera en el siglo XVI”, Minorías y marginados..., op. cit. pp.
121 DÍAZ LÓPEZ, Julián P., “Pobreza oficial y pobreza real: una aproximación a la indigencia en el Valle del
Andarax (siglo XVIII)”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, M. Desamparados (coord.), Los marginados en el mun-
do medieval y moderno, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2000, pp. 227-237.
122 MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., “La pobreza en la Almería del Siglo XVI: notas para su estudio”, en Los
marginados…, op. cit., pp. 199-209.
150
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El tema de la pobreza y sus posibles remedios será una de las máximas preocupaciones
del despotismo ilustrado del XVIII. Así Antonio Guillén Gómez analizó cómo el esparto
se contempló como posible solución en las tierras veratenses123. Pese a estos trabajos, el
mundo de la pobreza en Almería sigue pendiente de una amplia investigación.
Relacionadas con la pobreza, las crisis de subsistencias, tan características del Antiguo
Régimen, han sido abordadas por Manuel Martínez Martínez124. También el malogrado
Antonio Fernández Ortega estudió algunas de estas situaciones límites en Albox a co-
mienzos del XVIII125. Aunque de manera generalizada a Andalucía, y siguiendo los pasos
de Domínguez Ortiz, José Contreras Gay nos relata los sucesos y consecuencias de los
motines de mediados del XVII en Andalucía, especialmente en Granada, a consecuencia
de las crisis de subsistencias126.
Un tema muy poco trabajado es el de la infancia (lo mismo que la vejez u otras edades
especialmente problemáticas). Aparecida la preocupación por la Historia de la infan-
cia desde el célebre libro de Ph. Ariès (Escuela de Annales)127, no ha sido un campo
especialmente cultivado a nivel español, salvo para el caso de la educación. A nivel
almeriense, y referido obviamente a la época moderna, se cuenta con algunos estudios,
especialmente dirigidos a denunciar los abusos en la niñez (niños y las niñas esclavos,
criados, expósitos, huérfanos y, como mal menor, aprendices)128.
123 GUILLÉN GÓMEZ, A., “Pobres, vagos, malentretenidos y despotismo ilustrado en la región veratense: la
explotación del esparto como solución a un problema ancestral”, Axarquía, 6 (2001).
124 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Manuel, “Dalías 1737: un motín popular ante la crisis de subsistencias”, Farua,
4-5 (2001-2002), pp. 149-154; “Almería en la última gran crisis de subsistencias del siglo XVII (1675-
1681)”, en Campesinos, nobles y mercaderes…, op. cit., pp. 139-160.
125 Fernández Ortega, Antonio, “Algunas situaciones límite de Albox en la primera mitad del siglo XVIII”,
ROEL, 1 (1980), pp. 127-146.
126 CONTRERAS GAY, José, “Penuria, desorden y orden social en la Andalucía del siglo XVII”, en Los margi-
nados…, op. cit., pp. 211-226.
127 ARIÈS, Ph., El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen, Ed. Taurus, Madrid, 1987.
128 MUÑOZ BUENDÍA, A., “La infancia robada. Niños esclavos, criados y aprendices en la Almería del Anti-
guo Régimen”, en Los marginados en el mundo medieval y moderno, op. cit., pp. 65-78. ANDÚJAR CAS-
TILLO, F., “Entre la ‘administración’ y la esclavitud de los niños moriscos. Vélez Blanco (Almería), 1570-
1580”, Revista Velezana, 15, pp. 21-30. FERNÁNDEZ ORTEGA, A.F., y P. Mª., “Los niños expósitos como
problema social: La casa cuna de Albox”, I Encuentro de Cultura Mediterránea…, pp. 333-340. JIMÉNEZ
JURADO, María Isabel: “El trabajo infantil femenino: un caso de similitud entre los siglos XVI y XX”, Los
marginados en el mundo medieval y moderno, op. cit., pp. 153-157.
151
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1. AGRICULTURA
Los mayores beneficiados por la historiografía económica modernista almeriense han sido
los paisajes agrarios. Y a lo largo de los tres siglos de la época moderna. No es casualidad,
pues la agricultura, especialmente de regadío, era la principal fuente de riqueza y ello ha
originado una abundante documentación, de la que en parte ya hemos hecho mención
al hablar de las repoblaciones: el Libro del Repartimiento de Almería para finales del XV,
los Libros de Apeo y Repartimiento (LAR) para el siglo XVI y el catastro del marqués de
la Ensenada para mediados del XVIII. En general los estudiosos han tratado averiguar dife-
rentes elementos del paisaje agrario (superficie cultivada, tipos de cultivos, parcelario…), y
analizar aspectos más profundos, como la estructura de la propiedad y de la producción.
129 LÓPEZ-CORDÓN CORTEZO, María Victoria, “Los estudios históricos sobre las mujeres en la Edad Moderna:
estado de la cuestión”, Revista de historiografía, 22- 1 (2015) (Ejemplar dedicado a: Del ayer al mañana.
La historiografía de la Historia de las mujeres, del género y del feminismo), pp. 147-181. SEGURA GRAÍÑO,
Cristina, “Cómo construimos la Historia de las mujeres desde las universidades españolas”, Revista de
historiografía, 22, 1, 2015, pp. 255-271.
130 MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª. D., “Las Puras y las Claras de Almería: la fuerza de un testamento”, en MUÑOZ
FERNÁNDEZ, Ángela (coord.), Las mujeres en el cristianismo medieval: imágenes teóricas y cauces de actua-
ción religiosa, 1989, pp. 267-274. SÁNCHEZ RAMOS, V., “Las viudas de La Alpujarra en la repoblación de
Felipe II”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª. D., Los marginados en el mundo medieval y moderno, Instituto de
Estudios Almerienses, Almería, 2000, pp. 131-152 y “El poder de una mujer en la Corte: la V marquesa de
Los Vélez y los últimos Fajardo (segunda mitad del s. XVII)”, Revista Velezana, 25 (2006), pp. 19-65. SEGURA
DEL PINO, Mª. D., “La integración de la mujer en la sociedad almeriense del siglo XVI: aspectos sociales y
económicos”, en Los marginados…, pp. 119-129.
131 SEGURA GRAÍÑO, C., vid. Nota 76, especialmente “La propiedad de la tierra en Almería…”, op. cit.; Bases so-
cioeconómicas…, op. cit.; Almería en el tránsito a la modernidad…, op. cit.; y Bases socioeconómicas…, op. cit.
132 SEGURA DEL PINO, D. Agua, tierra y sociedad…, op. cit.
152
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En un medio tan árido como el nuestro, el agua ha sido tan o, incluso, más importante
que la tierra. No es de extrañar que el líquido elemento haya centrado la atención de nu-
merosos estudiosos: su uso y distribución, su ordenamiento, los sistemas hidráulicos, la
conflictividad que provocaba, las estructuras de poder y su relación con el agua… Varios
congresos y numerosos autores se han ocupado del agua en las tierras almerienses133.
133 SÁNCHEZ RAMOS, V., “Repobladores y aguas: Berja”, en Almería entre culturas…, op. cit., Vol. 2, pp. 765-
788; “El regadío de los cortijos de Castala”, en CARA BARRIONUEVO, L. y MALPICA CUELLO, A. (eds.),
Agricultura y regadío en Al-Andalus, síntesis y problemas, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería,
1995, pp. 475-484; “Agua y regadío en la Alpujarra almeriense (siglos XVI y XVII)”, Chronica Nova, 19
(1991, pp. 337-383. ANDÚJAR CASTILLO, F., “Adaptación y dominio del agua: la vega de Almería en
el primer tercio del siglo XVII”, en CARA BARRIONUEVO, L. (coord.), El agua en zonas áridas. Arqueolo-
gía e Historia. Hidráulica tradicional de la provincia de Almería, Ed. Instituto de Estudios Almerienses,
Almería, 1989, pp. 1085-1099. GARCÍA LATORRE, J. y GARCÍA LATORRE, J., “El bosque y el agua en las
zonas áridas: los recursos naturales del sureste ibérico”, Paralelo 37, 17 (1995- 1996), pp. 81-98. GARCÍA
CAMPRA, E., “Un modelo medieval de aprovechamiento múltiple del agua: el caso de la fuente termal
de sierra Alhamilla”, El agua en zonas áridas..., pp. 183-197; “Agua y baños de Alhama de Almería”, El
Eco de Alhama, 1 (1996). GÓMEZ CRUZ, M., “Las ordenanzas de riego de Almería: año 1755”, El agua
en zonas áridas…, op. cit., pp. 1101-1126. SEGURA DEL PINO, Mª.D., “Apeos y repartimientos de aguas
en la vega de Almería en el siglo XVII”, en SÁNCHEZ RAMOS, V., El reino de Granada en el siglo XVII, op.
cit., pp. 177-188; “Las fuentes de Alhadra: abastecimiento urbano y regadío en la Almería musulmana
y morisca”, en CARA BARRIONUEVO, L., MALPICA CUELLO, A. (eds.), Agricultura y regadío en Al-Andalus,
síntesis y problemas, Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1995, pp. 453-464; junto con RODRÍ-
GUEZ VAQUERO, J., “Cambios en la organización hidráulica de la vega de Almería”, en SÁNCHEZ PICÓN,
A. (coord.), Historia y medio ambiente en el territorio almeriense, Instituto de Estudios Almerienses, Al-
mería, 1996, pp. 237-258; Agua, tierra y sociedad en el río de Almería: de la época islámica a la cristiana
(siglos XV-XVI), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2000. JIMÉNEZ JURADO, María Isabel,
“La ruralización de Almería en el siglo XVI: problemas socioeconómicos derivados de la irrigación de
las tierras”, El agua en zonas áridas…, op. cit., pp. 1005-1015. VINCENT, B., “La societé chretienne alme-
riense et les systemes hydrauliques. Quelques propositions de travail”, El agua en zonas áridas…, op.
cit. ALCAÍNA FERNÁNDEZ, Pelayo y ROTH, Dietmar, “Litigios sobre aguas en Vélez el Blanco durante el
siglo XVII”, Revista Velezana, 24 (2005), pp. 59-68. SEGURA GRAÍÑO, Cristina, “El abastecimiento de agua
en Almería a fines de la Edad Media”, En la España medieval, 5, (1984), pp. 1005-1017; SEGURA GRAÍÑO,
Cristina y MIGUEL RODRÍGUEZ, Juan Carlos de, “La compraventa de agua de riego en el valle del Anda-
rax (Almería) en los siglos XV y XVI”, En la España Medieval, 23 (2000), pp. 387-394; NAVARRO PÉREZ, Luis
Carlos, “Algunos aspectos del uso y distribución de las aguas de Almería: siglos XVI-XVIII”, Almotacín, 2
(1983), pp. 83-88. OLIVER PALLARÉS, T. y SOTO PELAYO, J., “Aproximación al estudio sobre la transfor-
mación de los sistemas irrigatorios de Almería, tras la conquista cristiana”, en PRADELLS NADAL, J. e
HINOJOSA MONTALVO, J.R. (coords.), 1490, en el umbral de la modernidad: el Mediterráneo europeo y las
ciudades en el tránsito de los siglos XV-XVI, Vol. 2, Ed. Generalitat Valenciana, 1994, pp. 659-668. MARTÍN
RODRÍGUEZ, F.P., “Un cultivo de regadío a fines de la Edad Media. La viticultura en la vega de Almería”,
El agua en zonas áridas…, op. cit., pp. 1033-1042. GIL ALBARRACÍN, A., “Los regadíos del bajo Andarax
durante el siglo XVI”, El agua en zonas áridas…, op. cit., pp. 969-980. GUERRERO LAFUENTE, Mª.D., “El
convento de Santo Domingo de Almería: pleitos sobre casas, acequias y riegos”, El agua en zonas ári-
das…, pp. 981-1004. MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., “Distribución de la tierra y el agua en la comarca
almeriense a la salida de los moriscos”, El agua en zonas áridas…, pp. 1043-1055. GARCÍA PARDO, M.
y MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., “Notas sobre los baños de Alhama de Almería”, en PEREX AGORRETA,
M. J. (ed.), Termalismo antiguo. I Congreso peninsular. Actas, Ed. Casa de Velázquez, Madrid, 1997, pp.
541-544. ESPINAR MORENO, M., “Reparto de las aguas del río Abrucena (1420-1533)”, Chronica Nova,
15 (1986-1987), pp. 127-148. LÓPEZ ANDRÉS, J. y MARTÍN-CARO SAURA, F., “Organización, distribución
y problemas derivados de la administración del agua en Almería y su vega en los años anteriores a la
reconquista”, El agua en zonas áridas…, op. cit., pp. 1017-1032. LÓPEZ ANDRÉS, J.Mª., “La intervención
de la iglesia de Almería en la administración de las aguas del abasto común de la ciudad”, El agua en
zonas áridas…, op. cit., pp. 861-873,
153
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los estudios son tantos que conocemos bastante bien los llamados paisajes agrarios
moriscos, basados, como ya definiera uno de sus estudiosos pioneros, José Luis Martín
Galindo, en un policultivo intensivo de regadío, con aprovechamiento del suelo y del
vuelo135. Los tipos de cultivo (con el dominio del moral, la morera y el olivo), la estructu-
ra de la propiedad, los sistemas de regadío, el parcelario… es decir todos los elementos
que componen el paisaje agrario en época morisca han sido bastante descritos, y en casi
todos los rincones de la geografía almeriense. La nómina de autores es cuantiosa y creo
que puede quedar representada en la figura de Pedro Ponce Molina, quizá el primero
en darse cuenta de la importancia de los libros de Apeo y Repartimiento en la zona de
Almería136. Una síntesis sobre el paisaje en esta centuria del Quinientos, y en general
sobre la economía, la realizan Francisco Andújar Castillo y Julián. P. Díaz López, quienes
diferencian claramente entre la agricultura tradicional, de subsistencia, y la agricultura
comercial o de especulación (seda, azúcar, pasa, frutos secos…)137.
Una importante aportación fue desmontar el mito del morisco exclusivamente horte-
lano, de regadío. Aunque ya algunos habíamos percibido el cultivo en secano, Manuel
Barrios y Francisco Andújar terminaron de difuminar esa creencia, con un excelente
estudio sobre los moriscos de los secanos en el marquesado de Los Vélez138.
Aunque ha sido menos estudiada la modificación que del paisaje agrario realizaron los
repobladores, también se conocen sus líneas generales, que pasan por una continuación
del paisaje del regadío y un incremento cada vez mayor de la agricultura de secano, bá-
sicamente cerealista. Como novedad, el desarrollo de la plantación de la caña de azúcar,
bien estudiado para Adra por Francisco Andújar139.
134 GARCÍA GUZMÁN, M.M., ESPINAR MORENO, M. y ABELLÁN PÉREZ, J., El libro de las aguas del río de
Almería (1502), Ed. Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, Almería, 2015.
135 MARTÍN GALINDO, J.L., “Paisajes agrarios moriscos en Almería”, Estudios Geográficos, 140-141 (1975),
pp. 673-696; y Almería. Paisajes Agrarios, Espacio y sociedad. De la agricultura morisca a los enarenados
e invernaderos actuales, Ed. Universidad de Valladolid y Diputación Provincial de Almería, Valladolid,
1988. Conviene aclarar que el cultivo en terrazas no sólo es típico de los moriscos, sino que la mayoría
del aterrazamiento se hizo en siglos posteriores, buscado salida alimentaria al fuerte crecimiento de-
mográfico almeriense.
136 PONCE MOLINA, P., “Moriscos y repobladores. El paisaje agrario de Adra en la segunda mitad del siglo
XVI”, Almería entre Culturas…, op. cit., t. II, pp. 839-859; Agricultura y sociedad de El Ejido en el siglo XVI, Ed.
Ayuntamiento de El Ejido, Almería, 1983; El espacio agrario de Fondón en el siglo XVI, Ed. Ayuntamiento
de Fondón, El Ejido, 1984.
137 ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P., “Las actividades económicas”, en BARRIOS AGUILERA, M. (ed.)
Historia del reino de Granada, II. La época morisca…, op. cit., pp. 59-99.
138 ANDÚJAR CASTILLO, F. y BARRIOS AGUILERA, M., “Los moriscos de los secanos. Mercedes de tierras a
moriscos en el marquesado de Los Vélez (1551-1568)”, en VII Simposio Internacional de Mudejarismo,
Teruel, 19-21 de septiembre de 1996, actas, 1999, pp. 335-250
139 ANDÚJAR CASTILLO, F., “Una estructura de poder…”, op. cit.
154
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desgraciadamente, sobre el siglo XVII debemos pasar de puntillas todavía, aunque al-
gunos estudios140 (Juan García Latorre, Antonio Muñoz Buendía,…), hacen vislumbrar
la recuperación de la estructura agraria del regadío y un aumento neto de lo que se ha
dado en llamar el “frente roturador”, la ampliación de un gran número de tierras de culti-
vo en secano. Aunque fue objeto de unas jornadas monográficas para un mayor conoci-
miento de esta centuria141, convendría insistir en seguir investigándola porque mantiene
excesivas sombras todavía. La idea general que predomina a nivel de la península es la
contraposición de un interior en grave y larga crisis y una periferia menos sacudida y de
la que pronto se saldría142.
Para el XVIII, el catastro del marqués de la Ensenada ha sido utilizado de manera cien-
tífica y sistemática por algunos autores, en particular por Julián P. Díaz López, quien
sobre esta documentación hizo tanto su memoria de licenciatura (1978) como su tesis
doctoral (1996), Economía y paisaje agrario del valle del Andarax en el siglo XVIII. Un estudio
sobre el catastro de Ensenada. Hecho el modelo de análisis agrario, raro es el rincón de la
provincia de Almería que haya escapado a su minucioso análisis, con varias decenas de
publicaciones en todas las revistas provinciales y algunas nacionales143. El campo y vega
de la ciudad de Almería fue analizado también con la misma fuente catastral por Luis
Carlos Navarro Pérez144.
140 SÁNCHEZ RAMOS, V., “La problemática de términos en la sierra Nevada almeriense: la roza de mon-
tes y la ampliación de cultivos en el siglo XVII en zonas de señorío”, en El reino de Granada en el siglo
XVII…, op. cit., pp. 143-158. GARCÍA LATORRE, J., “El reino de Granada en el siglo XVII: repoblación
campesina…, op. cit.; “El reino de Granada en el siglo XVII. Repoblación e inmigración”, op. cit. MUÑOZ
BUENDÍA, A., “Depresión económica y crisis social en Almería y su tierra a finales del Quinientos. La
recuperación del siglo XVII”, en Hombre y territorio en el reino de Granada, op. cit., pp. 243-280.
141 SÁNCHEZ RAMOS, V., El reino de Granada en el siglo XVII, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería,
2000.
142 LORENZO CADARSO, P.L.: “El siglo XVII. Historiografía y estado de la cuestión” en XXV años de historio-
grafía hispana (1980-2004). Historia Medieval, Moderna y de América, Universidad del País Vasco, Bilbao,
2007, pp. 137-156.
143 DÍAZ LÓPEZ, J.P., “Estructura de la propiedad agraria eclesiástica en la Diócesis de Almería (1752)”, Bo-
letín del Instituto de Estudios Almerienses, 1 (1987), pp. 81-104; “La productividad de los cultivos en el
valle del Andarax (siglo XVIII)”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 13 (1994), 1994, pp.
55-70. El valle del Andarax en el s. XVIII. Propiedad de la tierra y paisaje agrario en el catastro de Ensenada,
Ed. Universidad de Granada, Granada, 1996; “Las actividades económicas”, op. cit.; “La economía (I):
agricultura, ganadería y pesca”, Historia del reino de Granada, coord. por Manuel Barrios Aguilera, Rafael
Gerardo Peinado Santaella, Vol. 3 (Del siglo de la crisis al fin del Antiguo Régimen (1630-1833), coord. por
Francisco Andújar Castillo), 2000, pp. 363-392; “Modelos de paisaje agrario en el siglo XVIII (Valle de
Andarax)”, Historia y medio ambiente…, op. cit., pp. 221-236; “Población y economía en Berja a media-
dos del siglo XVIII”, Farua, 6 (2003), pp. 91-118; “Alhama la Seca en el siglo XVIII. Algunos datos”, El Eco
de Alhama, nº 10 (2000); “Población y economía de Adra a mediados del S. XVIII”, Farua, Extra 1 (2006),
pp., 85-100.
144 NAVARRO PÉREZ, Luis Carlos, Uso y propiedad de la vega y campo de Almería a mediados del siglo XVIII,
Memoria de licenciatura inédita dirigida por J. L. Castellano Castellano, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Granada, 1983.
155
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Todas estas fuentes citadas, Libro de Repartimiento, LAR, Catastro, son fotos fijas al fin y
al cabo. Solo un estudio comparativo de los datos aportados por estas tres fuentes puede
reflejar la evolución de los paisajes agrarios, de la economía rural en general, los cambios
y las permanencias. Con esa intención Julián P. Díaz y yo mismo intentamos conocer en
la larga duración estos paisajes desde el XV al XVIII, centrando el análisis comparado
en el pueblo de Pechina. Igualmente conseguimos ver la evolución de la producción
agraria en ese largo período a través de la evolución de los diezmos. En ambos casos los
resultados fueron sorprendentes, especialmente por el ensanchamiento de las áreas de
cultivo y el aumento significativo de la producción145. Pero este estudio, que creaba un
modelo analítico a largo plazo no ha tenido continuación. La tarea es dura y requiere
labor de equipo. Desde una marcada orientación ecológica, Juan García Latorre en su
Tesis Doctoral analizó la evolución del paisaje agrario, especialmente los bosques, de la
Sierra de Los Filabres146.
Para terminar, el siglo XVIII significó la intensificación del cultivo del secano en dos
productos que se convirtieron en “vectores económicos” de la provincia (y de todo el
sureste): la barrilla, que llega a cultivarse, y el esparto, origen no sólo de un importante
mercado de trabajo, sino de comercialización marítima. Los trabajos de Andrés Sánchez
Picón147 y Donato Gómez Díaz148, entre otros, reflejan perfectamente la expansión de
estas recolecciones, aunque alcanzarían su máximo apogeo en la centuria siguiente.
La transición al nuevo modelo agrario del régimen liberal, con sus cambios, la enaje-
nación masiva de los baldíos y su aprovechamiento, ha sido objeto de estudio por Luis
Carlos Navarro Pérez149.
145 MUÑOZ BUENDÍA, A. y DÍAZ LÓPEZ, J.P., “La producción agraria en la Almería morisca e ilustrada. Un
estudio comparado a través de los diezmos”, Mélanges Louis Cardaillac, Vol. II, Ed. Fondation Temimi
pour la Recherche Scientifique et l’information (FTERSI), Zaghouan, 1995, pp. 549-562. y “Continuidad
y cambio de la estructura agraria almeriense en la Edad Moderna: el caso de Pechina”, Hombre y territo-
rio en el reino de Granada…pp. 281-308.
146 GARCÍA LATORRE, J., La sierra de Filabres (Almería) entre los siglos XV y XIX. Paisajes agrarios, economía y
estructuras sociales, Tesis doctoral dirigida por Manuel Barrios Aguilera, Facultad de Filosofía y Letras,
Granada, 1996, publicada en Microforma, Ed. Universidad de Granada, 1997.
147 SÁNCHEZ PICÓN, A., La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936): cam-
bios económicos y negocios de exportación, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1992.
148 GÓMEZ DÍAZ, D., El esparto en la economía almeriense: industria doméstica y comercio, 1750-1863, Gráfi-
kas, D.L., Almería, 1985.
149 NAVARRO PÉREZ, Luis Carlos, “Aproximación al estudio de la propiedad y explotación de la tierra en
Almería en el primer tercio del siglo XIX”, I Encuentro de Cultura Mediterránea…, op. cit., pp. 499-510.
Transformaciones agrarias liberales en Andalucía oriental: Almería, siglos XVIII-XIX, Ed. Universidad de
Almería, 2000; Una riqueza inmensa casi abandonada: los comunales y la revolución liberal en la alta
Andalucía, Universidad de Granada, 2002; “Revolución liberal y transformación del paisaje. El destino
del monte encinar en Andalucía”, en La construcción histórica del paisaje agrario en España y Cuba, 2003,
pp. 169-200.
156
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
2. GANADERÍA
Tema abordado por grandes historiadores (J. Klein, R. Carande, Ángel García Sanz…),
los estudios sobre la ganadería en España gozaron de un gran interés desde mediados
del siglo XX, debido a la tradicional riqueza ganadera y a la institución del Honrado
Consejo de la Mesta. Pasó por varias fases de revitalización que casi llegó a dar la im-
presión de agotamiento del tema, al menos de unos rendimientos muy decrecientes. Sin
embargo, ya metidos en el siglo XXI, vuelve a despertar renovado interés, especialmente
la trashumancia, vista desde una amplia perspectiva, no sólo histórica sino también an-
tropológica, social o geográfica, tal como puede observarse en el conjunto de estudios
aglutinados en la obra La trashumancia en la España Mediterránea150. Aunque actualmente
no es un tema puntero historiográfico, sigue estando activo, pues quedan aspectos im-
portantes por desarrollar o desmitificar151.
150 CASTÁN ESTEBAN, José Luis y SERRANO LACARRA, Carlos (coords.) La trashumancia en la España medi-
terránea. Historia, Antropología, Medio Natural, Desarrollo Rural. Ed. CEDDAR y Centro de Estudios de la
Trashumancia, Zaragoza, 2004.
151 MARIN BARRIGUETE, F., Mesta, cañadas y libertad de tránsito (1489-1650), Ed. Polifemo, 2015. SANZ CA-
MAÑES, P. y LÓPEZ-SALAZAR PÉREZ, J. (coords.), Mesta y mundo pecuario en la Península Ibérica durante
los tiempos modernos, Ed. Universidad de Castilla-La Mancha, 2011.
152 MUÑOZ BUENDÍA, A. y DÍAZ LÓPEZ, J. P. (coords.), Herbajes, trashumantes y estantes. La ganadería en la
Península Ibérica (épocas medieval y moderna), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 2002.
153 DÍAZ LÓPEZ, J. P., “La ganadería, un gran tema olvidado: El caso del Norte del Reino”, Chronica Nova,
25 (1998) (Ejemplar dedicado a: Población y territorio. El reino de Granada en la España de Felipe II),
pp. 227-247; “El sureste, invernadero en la época borbónica. La trashumancia en los siglos XVIII y XIX”,
Herbajes, trashumantes y estantes…, op. cit., pp. 323-338; “La ganadería en el marco institucional del
concejo”, en La Historia del reino de Granada a debate…, op. cit., pp. 165-178; “Las actividades econó-
micas”, op. cit.; “La economía (I): agricultura, ganadería y pesca”, en ANDÚJAR CASTILLO, F., Historia del
reino de Granada, Vol. 3 (Del siglo de la crisis…, op. cit., pp. 363-392; “Modelos de trashumancia en el
sureste peninsular durante la Edad Moderna”, La trashumancia en la España mediterránea…, op. cit.,
pp. 365-386; “La trashumancia en el sureste peninsular durante la época moderna”, Estudis d’historia
agraria, 17 (2004), pp. 359-388; “El sureste peninsular: ganaderos trashumantes moriscos, ‘señores de
ganado’ cristiano-viejos”, Congreso Internacional “Carlos V. Los moriscos y el Islam”, Alicante 2000. Ed.
Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V- Universidad de
Alicante. Madrid 2001, pp. 113-126; “De saltus a ager: transformaciones en el paisaje surestino en los
siglos XVIII-XIX”, Nimbus, Universidad de Almería, 4, 1999, pp. 89-107; “’Quartos’ y ‘puestos’ de inverna-
dero en la Tierra de Almería (siglos XVIII-XIX)”, Nimbus, 5-6 (2000), pp. 13-30.
157
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
menor medida de A. Muñoz Buendía, V. Sánchez Ramos y otros)154 han permitido que
actualmente dispongamos de un bagaje de conocimientos aceptable sobre el tema en la
Edad Moderna: la importancia que tuvo la ganadería trashumante en los invernaderos
almerienses, el origen, las zonas de pasto, comunidades de pastos, los modelos ganade-
ros, la conflictividad, los grandes “señores de ganado”, la principal fuente de riqueza que
suponía para las arcas municipales, etc.
Algo semejante al esfuerzo que se ha hecho para conocer la ganadería debería hacerse
para la pesca, otra gran desconocida hasta el momento, salvo alguna excepción155.
154 MUÑOZ BUENDÍA, A., “Conflictividad y agresión entre agricultores y ganaderos en la España Moderna:
el caso de la ciudad de Vera y su Tierra”, Herbajes, trashumantes y estantes…, op. cit., pp. 295-316; “El
aprovechamiento de los bienes comunales almerienses durante los siglos XVI y XVII: los Campos de
Níjar y Tabernas”, en SÁNCHEZ PICÓN, A. (coord.), Historia y medio ambiente en el territorio almeriense,
1996, pp. 147-168. SÁNCHEZ RAMOS, V., “La repoblación de Felipe II y la ganadería: una propuesta de
estudio a través del caso de la Alpujarra oriental”, Herbajes, trashumantes y estantes…, op. cit., pp. 215-
246. SEGURA DEL PINO, M. D., “La comunidad de pastos y las hermandades de Almería en el siglo XVI”,
en Herbajes, trashumantes y estantes…, op. cit., pp. 169-182. VINCENT, B., “Les morisques et l’élevage”,
Revue D’Histoire Maghrebine, 61-62 (1991), pp. 155-162, traducción castellana en El río morisco…, op.
cit., pp. 31-40. JIMÉNEZ JURADO, M. I., “La ganadería en El Ejido durante el tránsito de la Edad Media
a la Modernidad”, en Herbajes, trashumantes y estantes…, pp. 111-120. NAVARRO PÉREZ. L. C., “Notas
sobre aprovechamientos silvo-pastoriles y usos tradicionales durante los siglos XVIII y XIX en Almería”,
en Sociedad y Espacio Geográfico, Ed. Universidad de Almería, 1994, pp. 179-202; “La Revolución liberal
y el fin del modelo ganadero del Antiguo Régimen (1750-1865): anotaciones sobre el cambio y sus
consecuencias”, en Herbajes, trashumantes y estantes…, op. cit., pp. 351-364. CARA BARRIONUEVO, L.,
“La ganadería en el campo de Dalías durante los siglos XVI y XVII”, Farua, 2 (1999), pp. 129-141; “Revolu-
ción liberal y transformación del paisaje. El destino del monte encinar en Andalucía”, en La construcción
histórica del paisaje agrario en España y Cuba, 2003, pp. 169-200.
155 GRIMA CERVANTES, J., “La pesca en Vera y Mojácar tras la conquista: la torre de la Garrucha y la renta
del tigual”, en GRIMA CERVANTES, J., Almería y el reino de Granada en los inicios de la modernidad (s.
XV-XVI). Compendio de estudios, Arráez Editores, Macael (Almería), 1993, pp. 271-289. CARA BARRIO-
NUEVO, L., “Algunos datos para la Historia de las almadrabas en Almería”, Boletín del Instituto Andaluz
del Patrimonio Histórico, 44 (2003), pp. 72-73. RODRÍGUEZ SEGADO, Víctor Eugenio, “La pesca en Adra
(1489-1939): aproximación a su estudio”, Farua, 16 (2013), pp. 31-64. VINCENT, B., “Les morisques et
l’élevage”, Revue D’Histoire Maghrebine, 61-62 (1991), pp. 155-162. traducción castellana en El río moris-
co…, op. cit., pp. 31-40.
158
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Poco más se puede añadir a nuestro conocimiento del comercio: hacia finales del XVIII
conocemos algo del comercio del azúcar en Adra159, del comercio con el levante murcia-
no (lana, azúcar, frutos secos, como exportación y manufacturas como importación)160
y del comercio interior o ferias161.
4. MINERÍA
Oscurecida por la riqueza minera almeriense del siglo XIX y parte del XX, bien estu-
diada por las ya clásicas obras de Andrés Sánchez Picón y Miguel Á. Pérez de Perceval
Verde, apenas conocíamos nada sobre la actividad minera de época preindustrial; pero
156 GARCÍA GÁMEZ, F., “Decadencia, transformación o permanencia: la situación del sector sedero en el
Reino de Granada en el primer tercio del siglo XVII”, en El reino de Granada en el siglo XVII…, op. cit.,
pp. 189-198; “La renta de la seda del reino de Granada durante el siglo XVII. Balance y perspectivas de
estudio”, en La Historia del reino de Granada a debate…, op. cit., pp. 263-280; “El comercio de la seda en
la alcaicería de Almería a comienzos del siglo XVII”, en Campesinos, nobles y mercaderes…, op. cit, pp.
125-138; “La renta de la seda del reino de Granada y sus arrendadores en el marquesado de Los Vélez
en época mudéjar (1490-1504)”, en Los señoríos en la Andalucía Moderna…, op. cit., pp. 257-265; “La
seda del reino de Granada durante el segundo proceso repoblador (1570-1630)”, Chronica Nova, 25
(1998), pp. 249-273; “Seda y repoblación en el reino de Granada durante el tránsito de los siglos XVI y
XVII”, Chronica Nova, 28 (2001), pp. 221-255; “Asaltar la renta: caos y conflicto en la administración de
la renta de la seda del reino de Granada a inicios del siglo XVII (1600-1608)”, Chronica Nova, 30 (2003-
2004), pp. 103-155.
157 CABRILLANA CIÉZAR, N., Almería morisca, op. cit. LÓPEZ ANDRÉS, J., “El comercio en el puerto de Alme-
ría en el siglo XVI (año 1519)”, Almería entre culturas (siglos XIII-XVI), Vol. 1, 1991, pp. 369-382.
158 GÓMEZ CRUZ, M., Bases económicas de la Almería ilustrada, Ed. Zéjel, Almería, 1991. Cfr. Nota 139 y 140
159 GÓMEZ DÍAZ, D., “Tendencias económicas y empresariales de la producción azucarera en la provincia
de Almería, siglos XVI-XX”, Paralelo 37, 14-15 (1991-1992), pp. 69-91.
160 MONTOJO MONTOJO, V., “El comercio con Andalucía Oriental: actividad de los mercaderes de Cartage-
na (siglos XVI-XVII)”, Chronica Nova, 24, (1997), pp. 237-252; y junto con MAESTRE DE SAN JUAN PELE-
GRÍN, F., “Las poblaciones velezanas y la contratación de Levante (siglo XVII-inicios XVIII)”, en ANDÚJAR
CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P., Los señoríos en la Andalucía moderna: el marquesado de los Vélez, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007, pp. 295-306.
161 LÓPEZ PÉREZ, Mª.M., “El comercio interior castellano: las ferias y mercados del sureste andaluz a finales
del Antiguo Régimen”, Revista de Humanidades y Ciencias Sociales. Letras, 19 (2003-2004), pp. 175-185.
159
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ha despertado un merecido interés en los últimos años, pese a las dificultades dimanan-
tes de la escasez de fuentes de información, cada vez más raras conforme nos alejamos
en la línea del tiempo. Hay que destacar en este sentido la celebración de unas jornadas
sobre minería anterior al XIX, celebradas en 2006, que han puesto de manifiesto la im-
portancia que en períodos anteriores había tenido el subsector minero en la provincia162.
El caso del alumbre de Rodalquilar, mineral tan codiciado en el siglo XVI, también ha
merecido un detallado estudio163.
De la importante actividad extractiva del llamado mármol blanco Macael u oro blanco
disponemos de noticias parciales de su importancia en época preindustrial, pero haría
falta un análisis más exhaustivo y sistemático de esta riqueza almeriense164.
Pese a todo, es un tema que puede y debe dar mucho más de sí, en sus vertientes eco-
nómicas y sociales. Queda todavía documentación inédita en algunos archivos, como en
el General de Simancas.
5. FINANZAS Y FISCALIDAD
Fiscalidad y finanzas son dos temas de candente actualidad historiográfica nacional e
internacional, bajo el enfoque de la “nueva Historia fiscal”165. Pero no podemos decir lo
162 CARA BARRIONUEVO, Lorenzo y VÁZQUEZ GUZMÁN, Juan Pedro (coords.), La minería preindustrial en
Almería y el Sudeste, Ed. Instituto de Estudios Almerienses y Fundación Cajamar, Almería, 2008. En la
obra destacan especialmente para el período del Antiguo Régimen, las aportaciones sobre la minería
del plomo de La Alpujarra, sierra de Cabo de Gata y la importancia que adquirieron las canteras (espe-
cialmente del mármol de Macael), así como la rica vertiente que supone el patrimonio minero.
163 MUÑOZ BUENDÍA, Antonio. “Los alumbres de Rodalquilar (Almería). Sueños y fracasos de una gran
empresa minera del siglo XVI”, en ANDÚJAR CASTILLO, Francisco y DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo (coords.),
Los señoríos en la Andalucía Moderna. El marquesado de los Vélez, coord. por, 2007, pp. 463-490. HER-
NÁNDEZ ORTIZ, Francisco, “Minas de alumbre de Rodalquilar en el obispado de Almería: siglo XVI”,
Tierra y tecnología: revista de información geológica, 24 (2002), pp. 37-45 y Los alumbres de Rodalquilar.
Las otras minas, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2009. CARA BARRIONUEVO, Lorenzo y
RODRÍGUEZ LÓPEZ, Juana María, “Notas para el estudio de la minería almeriense anterior al siglo XIX”,
Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 6 (1986), pp.11-24. CARRETERO, Anselmo, “Las cante-
ras de mármol de Macael: 25 siglos de Historia”, Demófilo, 32 (1999), pp. 153-166. CARA BARRIONUEVO,
Lorenzo: “Las herrerías de Andarax: notas para el estudio de la minería alpujarreña en los siglos XVI a
XVIII”, Farua, 3 (2000), pp. 95-104. GRIMA CERVANTES, Juan Antonio, La piedra natural: su papel en la
Historia. Nuevo reto de la minería y la industria en España, Almería, 1994. CARA BARRIONUEVO, Lorenzo,
“Notas para el estudio de la minería almeriense anterior al siglo XIX”, Boletín del Instituto de Estudios
Almerienses. Letras, 6 (1986), pp. 11-24.
164 GRIMA CERVANTES, J.A. y MARTÍNEZ-COSENTINO, F. (eds.), La piedra natural: su papel en la Historia.
Nuevo reto de la minería y la industria en España, Ed. Arráez, Almería, 1994. CARRETERO GÓMEZ, A., La
industria del mármol en Almería, Ed. Universidad de Almería, Almería, 1995.
165 Véase, por ejemplo, ARCA COMUNIS, importante red de proyectos sobre estudios de Historia de la
fiscalidad, con sede en la Universidad de Málaga y coordinación de Ángel Galán Sánchez. http://www.
arcacomunis.uma.es.
160
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
mismo para el caso de Almería, en donde estos estudios casi brillan por su ausencia en
la época tratamos, quizá por la aridez del tema, aunque sí puede enmarcarse, al menos
para la época morisca, en la hacienda del reino de Granada, de la que existe una inte-
resante síntesis166. La evolución de parte de la hacienda real la conocemos a partir del
estudio de dos de las más importantes rentas reales (tercias y alcabalas) a lo largo del
siglo XVI en el amplio partido fiscal de la ciudad de Almería, lo que nos ayuda a enten-
der la gigantesca depresión económica que sufrieron las tierras almerienses en el último
tercio del siglo XVI, debido al impacto de la expulsión de los moriscos y que continuó
en el primer tercio del XVII167.
166 CASTILLO FERNÁNDEZ, Javier y MUÑOZ BUENDÍA, Antonio: “La hacienda”, en BARRIOS AGUILERA, M.
(ed.) Historia del reino de Granada, II. La época morisca…, op. cit., pp. 101-178.
167 MUÑOZ BUENDÍA, A., “Depresión económica y crisis social…”, op. cit. ANDÚJAR CASTILLO, F., “La crisis
de una ciudad…, op. cit.
168 CARRETERO ZAMORA, Juan, “Régimen señorial y fiscalidad regia en época de Carlos V: el marquesado
de Los Vélez”, en ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P. (eds.), Los señoríos en la Andalucía moderna:
el marquesado de Los Vélez, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007, p. 50.
169 ANDÚJAR CASTILLO, F., “De la hacienda municipal de Almería en el siglo XVI”, Boletín del Instituto de Es-
tudios Almerienses. Letras, Nº 9-10, 1990-1991, pp. 245-276. MUÑOZ BUENDÍA, A., La ciudad de Almería
y su tierra…, op. cit., pp. 291-329.
170 CALERO PALACIOS, Mª.C., “Notas para el estudio de la hacienda municipal de la villa de Albox (1657-
1677)”, ROEL, 1 (1980), pp. 76-108; y “Datos y documentos para un estudio económico del concejo mu-
nicipal de la villa de Albox (1678-1688)”, ROEL, 2 (1981), pp. 79-114. GAN GIMÉNEZ, P., “La crisis española
del siglo XVII: el caso de Albox”, ROEL, 1 (1980), págs. 59-74.
161
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
del régimen señorial, que parece que tuvo un comportamiento dual para el desarrollo
de la sociedad y economía liberal171.
Respecto a las finanzas, Julián Pablo Díaz ha estudiado los mercados de capitales y, sobre
todo, la institución crediticia que fue la Iglesia en el Antiguo Régimen, que veremos más
adelante173.
1. ECOLOGÍA
La Historia ecológica o medioambiental es desde hace cierto tiempo un campo emer-
gente en la renovación historiográfica española. Se concibe como una nueva propuesta
metodológica para ocuparse de las interacciones entre las sociedades humanas y el me-
dio natural y de las consecuencias para ambas partes a lo largo del tiempo. Persigue, ade-
más, el lanzamiento de un mensaje ético de concienciación ciudadana ante el deterioro
del medio ambiente. Aunque tendencia reciente, ya Bernard Vincent manifestaba hace
tiempo que la Historia del medio ambiente es un asunto que viene de lejos, pues en
cualquier crónica o Historia local antigua se evidencia la preocupación sobre las nefastas
171 FELICES DE LA FUENTE, Mª.M. y MARCOS GIMÉNEZ, D., “Rentas y propiedades a mediados del siglo
XVIII: el Marqués de los Vélez y su señorío almeriense”, en Los señoríos en la Andalucía moderna…, pp.
351-378. DÍAZ LÓPEZ, J.P., “La gestión de la hacienda marquesal velezana entre los siglos XVI y XVII”,
Los señoríos en la Andalucía Moderna…, op. cit., pp. 267-283. SÁNCHEZ PICÓN, A., “En torno al legado
económico del régimen señorial velezano. Un apunte y algunas pistas”, Los señoríos en la Andalucía
Moderna…, op. cit., pp. 403-415.
172 MUÑOZ BUENDÍA, A.: “Hacienda y sociedad en la Almería morisca: la gestión financiera”, Chronica
Nova, 31 (2005), pp. 197-236; “Una figura típica de la España del Antiguo Régimen: el arrendatario de
impuestos. El caso de la ciudad de Almería y su Tierra durante el siglo XVI”, Ed. Asociación de Profesores
de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía Hespérides, Baena, 1990, pp. 311-327; “En la base
del sistema fiscal: los pequeños arrendatarios de impuestos en la Almería morisca”, en Campesinos,
nobles y mercaderes…, pp. 375-394.
173 DÍAZ LÓPEZ, J.P., “Almería y los pueblos de su río en el siglo XVIII: dependencia y colonialismo
económico”, Chronica Nova, 20 (1992), pp. 105-128; “Transformaciones institucionales del mercado
de capitales en un medio agrícola mediterráneo: Almería (1769-1853)”, Chronica Nova, 28 (2001),
pp. 129-157.
162
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
consecuencias de todo aquello que podía amenazar a las cosechas y al medio ambiente
(incidentes climáticos, guerras…)174.
Bien es verdad que con anterioridad Manuel Gómez Cruz había publicado dos trabajos
muy interesantes sobre el tema, pues se evidenciaba una riqueza forestal existente en el
siglo XVIII que había desaparecido177.
Por temas, la superficie forestal ha sido la más tratada, especialmente la de los Vélez,
cuyos montes han sido objeto de varios estudios sobre su estado, conservación señorial
y roturación a base de mercedes, pues los marqueses eran titulares de los mismos178.
174 Citado por HERNÁNDEZ SANDOICA, H., Tendencias historiográficas actuales. Escribir Historia hoy, Ed.
Akal, Madrid, 2004, p. 473.
175 SÁNCHEZ PICÓN, Andrés (ed.), Historia y medio ambiente en el territorio almeriense, Ed. Universidad de
Almería, 1996. Paisajes agrarios almerienses, su aprovechamiento tradicional, sistemas hidráulicos, etc.
fueron objeto de un importante estudio por parte de Manuel Luis González de Molina Navarro, Ber-
nard Vincent, Lorenzo Cara Barrionuevo, Antonio Muñoz Buendía, Pedro Jesús García Martínez, Agus-
tín Lahora Cano, Pedro Ponce Molina, José Manuel Castillo Requena, Julián Pablo Díaz López, Jesús
García Latorre, Juan García Latorre, Andrés Sánchez Picón, José Domingo Lentisco Puche, Hermelindo
Castro Nogueira, Rodolfo Caparrós Lorenzo, José Rivera Menéndez, Francisco Andújar Castillo. Sería
interesante una reedición del libro.
176 Con alguna excepción, aunque de mucho menor calado histórico, como Desertificación en Almería. De
los tópicos y malentendidos a las causas y consecuencias, Ed. Grupo Ecologista Mediterráneo, Almería,
2000.
177 GÓMEZ CRUZ, M., “El paisaje histórico forestal de la ciudad y provincia marítima de Almería a mediados
del siglo XVIII”, IX Congreso de Profesores-Investigadores de la Asociación Hespérides, Málaga, 1991, pp.
15-28 y, sobre todo, el Atlas histórico-forestal de Andalucía: siglo XVIII, Atlas histórico-forestal de Andalu-
cía: siglo XVIII, Ed. Universidad de Granada, 1992.
178 Monografías de Francisco Andújar Castillo, Dietmar Roth, Ana Isabel Lladó Granado y, con una pano-
rámica de evolución en larga duración, José Domingo Lentisco Puche. La mayoría del volumen colectivo
Historia y medio ambiente..., op. cit.
163
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
De manera genérica se ha descrito el panorama forestal hacia mediados del siglo XVI-
II179 y la problemática intermunicipal por roturaciones en el siglo XVII180.
Por su parte, Bernard Vincent señaló la existencia de una cubierta vegetal muy frágil
pero rica para permitir una importante trashumancia de ganado desde el interior hacia
las zonas costeras almerienses181.
Todo parece indicar, como señala Bernard Vincent, que existió una cubierta vegetal
frágil, pero rica, lo suficiente como para poder permitir una importante trashumancia de
ganado desde el interior hacia las zonas costeras almerienses183.
Pero son, sin duda, los hermanos García Latorre, a veces acompañados por Andrés
Sánchez Picón, los que van a dedicar sus esfuerzos a realizar una auténtica Historia
ecológica de la provincia de Almería. La conjunción de un hermano historiador, Juan, y
de otro ingeniero forestal, Jesús, van a dar unos resultados dignos de la mejor Historia
medioambiental hecha en España. La aplicación minuciosa de una metodología pluri-
disciplinar basada en la ecología, la Historia, la arqueología, la toponimia y un riguroso
estudio de campo han rescatado del olvido la densa vegetación y la variada fauna que
poblaron algunas comarcas, hoy desertizadas.
Los títulos de sus numerosos trabajos son como etiquetas clave expresivas de la nefasta
actuación de las comunidades humanas sobre el medio, al que han destruido en gran
179 Agustín Lahora Cano y Pedro Jesús García Martínez, en Historia y medio ambiente..., op. cit.
180 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano: “La problemática de términos en la Sierra Nevada almeriense: la roza de
montes y la ampliación de cultivos en el siglo XVII en zonas de señorío”, en Valeriano SÁNCHEZ RAMOS,
V. (ed.), El reino de Granada en el siglo XVII, op. cit., pp. 143-158.
181 VINCENT, B., “El paisaje almeriense en los siglos XVI y XVII”, Historia y medio ambiente..., pp. 363-369.
182 MUÑOZ BUENDÍA, A., “El aprovechamiento de los bienes comunales almerienses durante los siglos XVI
y XVII: los Campos de Níjar y Tabernas”, Historia y medio ambiente..., pp. 147-168.
183 VINCENT, B., “El paisaje almeriense en los siglos XVI y XVII”, Historia y medio ambiente..., pp. 363-369.
164
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El paisaje almeriense fue transformándose cada vez de manera más acelerada y profun-
da especialmente a partir de los siglos XVIII y XIX. Dos autores han expuesto magnífica-
mente esta transición: por un lado, Luis Carlos Navarro Pérez185, quien ha desvelado las
modificaciones sufridas por el paisaje (especialmente los comunales) debido a la nueva
política liberal del XIX, al no permitir a los campesinos el libre acceso a los recursos.
184 GARCÍA LATORRE, Juan y GARCÍA LATORRE, Jesús, Almería, hecha a mano: una Historia ecológica, Ed.
Caja Rural Intermediterránea, Cajamar, Almería, 2007. Entre los artículos firmados por ambos herma-
nos, citamos: “Los bosques ignorados de la Almería árida. Una interpretación histórica y ecológica”,
Historia y medio ambiente…, pp. 99-126; “De la vegetación exuberante de J. Münzer al desierto de la
fitosociología: medio natural, actividades económicas y recursos en el reino de Granada”, Chronica
Nova, 23 (1996), pp. 53-72; “El bosque y el agua en las zonas áridas: los recursos naturales del sureste
ibérico”, Paralelo 37, 17 (19951996), pp. 81-98; “The Forest of the Most Arid Zone of Western Europe.
A new Interpretation”, en European Ecological Congress, Budapest: Hungarian Biological Society, 1995;
“Sur la repartition actuelle et historique du theme fagine (Quercus Faginea Lam.) dans le sud-est de
l’Espagne,” en Ecología Mediterránea, 22 (1996); “Los Pinares invisibles del sureste árido español. Eco-
logía e Historia de unos ecosistemas ignorados”, en XII Bienal de la Real Sociedad Española de Historia
Natural, Madrid: Real Sociedad Española de Historia Natural, 1996; “Alcornocales en zonas áridas. El
uso de información histórica al servicio de la ecología”, en XII Bienal de la Real Sociedad Española de
Historia Natural, Madrid: Real Sociedad Española de Historia Natural, 1996; “Transformaciones econó-
micas y pérdida de biodiversidad”, en XII Bienal de la Real Sociedad Española de Historia Natural, Madrid:
Real Sociedad Española de Historia Natural, 1996; “It All Began with Adam: The Historical Roots of
the Conflicts Between Conventional Resource Management and Traditional Local Communities”, en
Cultural Heritage and Sustainable Forest Management: The Role of Traditional Knowledge: Proceedings of
the IUFRO Task Force on Traditional Forest Knowledge/Research Group on “Forest and Woodland History”
Conference, Florence, Italy, 8–11 June 2006, Volume I, Ed. por John Parrotta, Mauro Agnoletti, y Elisa-
beth Johann, Warsaw, Poland, Ministerial Conference on the Protection of Forests in Europe (MCPFE),
2006, pp. 129-134. Los dos hermanos, Juan y Jesús, junto con SÁNCHEZ PICÓN, Andrés, “The man-
made desert: Effects of economic and demographic growth on the ecosystems of arid southeastern
Spain.” Environmental History Rewieu, vol. 6 (2001), pp. 75-95, y “Dealing with aridity: socio-economic
structures and environmental changes in an arid Mediterranean region”, en Land Use Policy, 18 (2001),
pp. 53-64. Solo de Juan García Latorre, “Arquímedes no era inglés: el medio ambiente y el desarrollo
desigual de la Europa Mediterránea y la Europa Atlántica a muy largo plazo”, Mediterráneo económico,
Nº. 7, (Ejemplar dedicado a: Mediterráneo e Historia económica, coord. por Jordi Nadal Oller y José
Antonio Parejo Barranco), 2005, pp. 39-56.
185 NAVARRO PÉREZ, Luis Carlos, Una riqueza inmensa casi abandonada: los comunales y la revolución libe-
ral en la alta Andalucía, Ed. Universidad de Granada, 2002; “Notas sobre aprovechamientos silvo-pas-
toriles y usos tradicionales durante los siglos XVIII y XIX en Almería”, Sociedad y Espacio Geográfico, Ed.
Universidad de Almería, 1994, páginas 179-202; “Revolución liberal y transformación del paisaje. El
destino del monte encinar en Andalucía”, La construcción histórica del paisaje agrario en España y Cuba,
2003, pp. 169-200.
165
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Bajo otro prisma metodológico de corte más ecológico, pero con unas conclusiones
parecidas, Julián Pablo Díaz López ha llegado a recrear la evolución que sufrió el pai-
saje de la provincia desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del XIX (fin de la
trashumancia, roturaciones masivas y privatización de los bienes comunales), evolución
que resume en la evidencia de una transformación profunda que convirtió el campo
almeriense de “saltus” en “ager”186.
Quizá el golpe casi mortal al medio ambiente almeriense lo produjera “El hacha terrible
del fundidor”, que ya en el siglo XVIII y, especialmente, en el XIX (“el siglo minero”) taló
inmisericorde el bosque mediterráneo, incluyendo hasta el espartal (incluso los centena-
rios olivos). La fiebre minera del plomo (su fundición), convirtió en cenizas lo que antes
era un rico manto verde. El proceso histórico de esta terrible deforestación lo ha dado a
conocer muy bien Andrés Sánchez Picón187.
2. SISMICIDAD HISTÓRICA
Aunque no esté dentro de la Historia Ecológica, sí debe reseñarse por la gran trascen-
dencia que han tenido para la Historia de Almería los terremotos. Sus graves consecuen-
cias para la sociedad almeriense hicieron que muy tempranamente aparecieran trabajos
sobre la importancia y catástrofe de estos demoledores fenómenos de la naturaleza
almeriense. Sobradamente conocidos son sus estragos, particularmente los de 1518 en
Vera, 1522 en Almería y su entorno y 1804 para la zona del poniente almeriense (Adra,
Berja, Dalías), sin minusvalorar otros188. Bernard Vincent, Pedro Ponce Molina o Manuel
186 DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo, “De saltus a ager: transformaciones en el paisaje surestino en los siglos XVI-
II-XIX”, Nimbus, 4 (1999), pp. 89-107; “Modelos de paisaje agrario en el siglo XVIII (valle de Andarax)”,
Historia y medio ambiente…, pp. 221-236. Aunque referido a su pueblo adoptivo de Huéscar, interesa
destacar el propio interés de los municipios en la perseverancia de su tradicional paisaje, fuente de
recursos, “Paleopaisaje y legislación concejil en Huéscar (Granada) durante el siglo XVI”, Nimbus: Revista
de climatología, meteorología y paisaje, 9-10, 2002, pp. 39-56
187 SÁNCHEZ PICÓN, A., “La deforestación. Un impacto del boom minero”, en Andalucía en la Historia (do-
sier: Contaminación. Una Historia oculta), 47 (enero-marzo 2015), pp. 8-11. Se trata de una simple
síntesis de su abundante obra sobre minería almeriense, pero por ello tiene la virtud de resaltar la
tragedia de la desforestación que sufrió gran parte de la provincia.
188 Caso de la comarca de Los Vélez: DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo, “El terremoto de 1751 y el proceso de cons-
trucción de la iglesia de la Encarnación de Vélez Rubio”, Revista velezana, 33 (2015), pp. 120-147.
166
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Espinar Moreno189, entre otros, han sido estudiosos de estos seísmos, tan terribles que,
además de las miles de víctimas causadas, destruyeron ciudades enteras y obligaron a
un nuevo urbanismo. Incluso ha dado origen a algunos congresos sobre sismicidad al-
meriense190.
189 VINCENT, B.: “Los terremotos en la provincia de Almería (siglos XV-XIX)”, en Andalucía en la Edad Mo-
derna…, op. cit., pp. 13-37 y “El temblor de tierra de 1518”, Roel, 1986-1987, (7-8), pp. 115-125. BRETÓN
GONZÁLEZ, Mauricio, El terremoto de 1518 en Vera y su comarca (Almería), Arráez editores, 2014. ESPI-
NAR MORENO, Manuel: “Los estudios de sismicidad histórica en Andalucía: los terremotos históricos
de la provincia de Almería”, en Antonio M. POSADAS CHINCHILLA, Francisco VIDAL SÁNCHEZ (coord.),
El estudio de los terremotos en Almería, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1994, pp., 115-
180. PONCE MOLINA, Pedro: “El terremoto de Dalías de 1804: espacio y sociedad”, Farua: revista del
Centro Virgitano de Estudios Históricos, 8 (2005), pp. 31-57. ESPINAR MORENO, M., QUESADA GÓMEZ,
J.J., MORCILLO PUGA, J. de D., Terremotos en Granada (Siglos XV-XVI). Edificación y sismicidad, Ed. Arráez,
Macael, 1994. OLIVERA SERRANO, César, Actividad sísmica en el reino de Granada, 1487-1531. Estudio
histórico y documentos, Madrid, 1995; “Terremotos en Andalucía oriental (1494-1522)”, Historia Medie-
val: actas del II Congreso de Historia de Andalucía, Vol. 2, 1994, pp. 237-246; MARTÍNEZ SOLARES, José
Manuel, OLIVERA SERRANO, César, Sismicidad histórica del reino de Granada: (1487-1531), Ed. Instituto
Geográfico Nacional, Madrid, 1995. Un panorama general, en MARTÍNEZ SOLARES, José Manuel, “Sis-
micidad histórica de la Península Ibérica”, Física de la Tierra, 15, (2003), pp. 13-28.
190 POSADAS CHINCHILLA, A.M. y VIDAL SÁNCHEZ, F. (coords.), El estudio de los terremotos en Almería,
Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1994.
167
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
y Julián P. Díaz López; un nutrido grupo de investigadores revisaron las nuevas líneas
temáticas y metodológicas acerca de la institución señorial en el marco geográfico an-
daluz.191
En todo caso, y siguiendo a José Martínez Millán, una serie de historiadores se percata-
ron de la importancia de las relaciones no institucionales en la configuración del poder,
lo que inducía a estudiar las instituciones y el gobierno municipal desde puntos de
vista distintos del paradigma estatalista, es decir no de instituciones sino de relaciones
de poder, el clientelismo y el patronazgo. Es un hecho evidente, por otro lado, que los
gobiernos municipales sufrieron un proceso de oligarquización intensa; incluso se habla
de cierta refeudalización a lo largo del siglo XVII. A ello debería añadirse la venalidad
sistemática del oficio público (y de los honores), que tan bien ha estudiado Francisco
Andújar Castillo192.
En parte, estas deficiencias han sido resueltas de una manera global por un estudio sobre
los corregimientos de Andalucía195, incluyendo obviamente el de Almería, separado del
resto de ciudades que lo conformaban (Guadix, Baza, Almería, Purchena, Vera y Mojá-
car a partir de 1678). Este trabajo, fruto de una tesis doctoral, se basa en un estudio pro-
191 ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P. (coords), Los señoríos en la Andalucía moderna. El marquesado
de Los Vélez, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007.
192 ANDÚJAR CASTILLO, F., El sonido del dinero: monarquía, ejército y venalidad en la España del siglo XVIII.
Ed. Marcial Pons, Madrid, 2004; Necesidad y venalidad. España e Indias, 1704-1711, Ed. Centro de Estu-
dios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2008. PONCE LEIVA, P. y ANDÚJAR CASTILLO, F. (eds.), Mérito,
venalidad y corrupción en España y América. Siglos XVII y XVIII, Ed. Albatros, 2016. Son solo una muestra
de un enorme conjunto de monografías y artículos relacionados con la venta de cargos y honores de
todo tipo.
193 SANTISTEBAN Y DELGADO, J. y FLORES GONZÁLEZ- GRANO DE ORO, M., Historia cronológica y biográ-
fica de Almería, de los corregidores, gobernadores, alcaldes, regidores, concejales desde 1427 hasta 1927
obtenida de actas y documentos inéditos, Imp. Peláez, Almería, 1927.
194 GRIMA CERVANTES, Juan, “El corregimiento de Vera-Baza antes del año 1500”, ROEL, 7-8 (1986-1987),
pp. 55-82. OLIVERA SERRANO, César, “De la ciudad islámica a la cristiana en tierras almerienses: la po-
lítica de los corregidores a comienzos del siglo XVI”, VII Simposio Internacional de Mudejarismo, Teruel,
1999, pp. 497-506.
195 ÁLVAREZ Y CAÑAS, M.ª L., Corregidores y alcaldes mayores. La administración territorial andaluza en el
siglo XVIII, Ed. Universidad de Alicante, Alicante, 2012.
168
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Mejor fortuna ha tenido el estudio de la administración local, el concejo. Entre sus múl-
tiples aspectos, se han analizado algunos privilegios y fueros196; la organización (com-
posición y bienes), como en Almería en su fundación197 y el de Berja durante el siglo
XVII198; algunas ordenanzas municipales, de vital importancia para regular la vida de la
comunidad (de la taha de Alboloduy, Abla, Abrucena, Almería, Vélez Blanco, Fiñana y
Albox)199; el abastecimiento de los municipios y su control200, especialmente de agua,
el gran problema de la región (agua, nieve, pan), el control sanitario en general y de los
196 SANTISTEBAN Y DELGADO, J. y FLORES GONZÁLEZ-GRANO DE ORO. M., Privilegio o Fuero concedido a la
Ciudad de Almería, Imprenta de Orihuela, Almería, 1931.
197 SEGURA GRAÍÑO, C., “El concejo de Almería. Organización y bienes en su fundación (siglo”, En la España
Medieval, 10 (1987), pp. 445-457; “La ciudad de Almería a finales de la Edad Media. Problemática muni-
cipal”, Hispania, 46 (1986), pp. 41-56. Rodríguez Ortiz, V., “El gobierno y la administración del municipio
de Almería antes y después de la concesión del Fuero Nuevo”, Glossae. Revista de Historia del Derecho
Europeo, 1996, (8): 125-163
198 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “La organización del Concejo de Berja en el siglo XVII”, Farua, 2 (1999), pp.
37-77; “Concejo y construcción: los edificios municipales en Berja (Almería) a mediados del Siglo XVII”,
Hespérides: Anuario de investigaciones, 8 (2000), pp. 171-188.
199 MUÑOZ BUENDÍA, A., “Organización campesina de una comunidad de repobladores: Las ordenanzas
de la taha de Alboloduy (Almería), de 1586”, Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su
Reino, 7 (1993), pp. 201-225. CASTELLÓ LOSADA, Francisco, “Ordenanzas municipales de Abla. Almería,
siglo XVI”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 11-12 (1992-1993), pp. 59-79 y “Ordenan-
zas municipales de Abrucena. Almería siglo XVI”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras,
9/10 (1990-1991), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, pp. 157-178. ANDÚJAR CASTILLO,
Francisco y VINCENT, Bernard, “Ordenanzas de la ciudad de Almería (siglo XVI)”, Revista del Centro de Es-
tudios Históricos de Granada y su Reino, 8 (1994), pp. 95-122. DIETMAR Roth, “Las Ordenanzas de la villa
de Vélez Blanco de 1591”, Revista Velezana, 21 (2002), pp. 179-192. DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio, “Un
proyecto de ordenanzas municipales de Fiñana”, I Encuentro de Cultura Mediterránea…, pp. 375-380 y
“Las ordenanzas municipales de la villa de Albox de 1795”, ROEL, 11 (1990-1991), pp. 5-32. FELICES DE
LA FUENTE, Mª.M. y QUINTEROS CORTÉS, J., “Ordenanzas señoriales en el siglo XVI: ruptura y conflicto.
El caso del Marquesado de los Vélez”, en ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P., Los señoríos en la
Andalucía moderna: el marquesado de Los Vélez, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007,
pp. 235-248.
200 SEGURA GRAÍÑO, C., “El abastecimiento de agua en Almería a fines de la Edad Media”, En la España
medieval, 5 (1984), pp. 1005-1017. SEGURA DEL PINO, Mª.D., “Las fuentes de Alhadra: abastecimiento
urbano y regadío en la Almería musulmana y morisca”, Agricultura y regadío en Al-Andalus, síntesis y
problemas, actas del coloquio, Almería, pp. 453-464. ANDÚJAR CASTILLO F., “El abastecimiento de nieve
en la época moderna. Los pozos de nieve de Sierra de Gádor (Almería)”, Revista del Centro de Estudios
Históricos de Granada y su Reino, 3 (1989), pp. 253-267. GÓMEZ CRUZ, M., REYES MESA, J.M. y RUBIO
GANDÍA, M.Á., “El abastecimiento de pan a la ciudad de Almería en el siglo XVIII”, Anuario de Investiga-
ciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geografía e Historia de Bachillerato de Andalucía
Hespérides, Vol. III, Jerez de la Frontera, 1996, pp. 357-365. ANDRÉS UROZ, Mª.L., “El abastecimiento
público de agua en Vera durante la Edad Moderna”, Axarquía, 6 (2006).
169
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
alimentos en particular201. Pero falta mucho por hacer: no sabemos nada, por ejemplo,
del funcionamiento de los pósitos, de vital importancia para la subsistencia de las pobla-
ciones del Antiguo Régimen.
Sobre las reformas liberales municipales del siglo XVIII hay una interesante memoria de
licenciatura, inédita, de José Porcel Praena204, referida a la ciudad de Almería. (1986).
En cuanto a los señoríos, como queda dicho, existe un despertar interesante sobre su
estudio y con dos buenos modelos, ya clásicos, de referencia para las tierras reinogra-
nadinas, producto de sendas tesis doctorales, de la mano de Enrique Pérez Boyero y
Enrique Soria Mesa205. Su estudio es imprescindible, entre otras cosas porque la mayoría
de las tierras almerienses eran de señorío. Ya nos lo puso de manifiesto de manera pio-
nera Cristina Segura206. De los múltiples señoríos almerienses, el que ha concentrado
201 Aunque de manera general, encontramos datos del control sanitario de la ciudad de Almería y su
comarca en PORCEL PRAENA, J., Las reformas municipales de Carlos III en Almería, 1766-1788, Memoria
de Licenciatura, Facultad de F y L de la Universidad de Granada, 1986. También en la tesis doctoral
de CRUZ GÓMEZ, M., y algunas alusiones a los alimentos en GÓMEZ DÍAZ, D., “Control y fraude de los
alimentos: un viaje por la ciudad de Almería, 1788-1940”, en MARTÍNEZ LÓPEZ, J.M., Historia de la ali-
mentación rural y tradicional. Recetario de Almería, (coord.), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 2003,
pp. 29-51.
202 CONTRERAS GAY, J., “El gobierno de la ciudad de Almería y la consolidación de la oligarquía local en el
siglo XVII”, en MARTÍNEZ PADILLA, C. (coord.), A la memoria de Agustín Díaz Toledo, 1995, pp. 257-270.
203 SORIA MESA, E., “Comprando poder: Una aproximación a la venta de oficios en el reino de Granada
(ss. XVI y XVII). El ámbito rural”, en MARCOS MARTÍN, Alberto (coord.), Hacer Historia desde Simancas.
Homenaje a José Luis Rodríguez de Diego, 2011, p. 758.
204 PORCEL PRAENA, José, Las reformas municipales de Carlos III en Almería, 1766-1788, Memoria de licen-
ciatura, Granada, 1986.
205 PÉREZ BOYERO, E., Moriscos y cristianos en los señoríos del reino de Granada (1490-1568), Ed. Universidad
de Granada, Granada, 1997 y SORIA MESA, E., Señores y oligarcas: los señoríos del reino de Granada en la
edad moderna, Ed. Universidad de Granada, Granada, 1997.
206 SEGURA GRAÍÑO, C., “Realengo y Señorío en la tierra de Almería en el siglo XV”, En la España medieval,
3 (1982), pp. 595-618.
170
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
la máxima atención ha sido el marquesado de Los Vélez, como bien apostilla Manuel
Barrios en su estado de la cuestión y líneas de investigación, elaborado trabajo que actúa
de espejo reflector de la amplia nómina de historiadores que se han ocupado de los
pueblos del marquesado207.
Algo sabemos de otros señoríos, de los muchos que existieron en la actual provincia
de Almería, pero es una deuda pendiente en nuestra historiografía. Quizá uno de los
problemas que ha retraído su estudio es la ausencia de los titulares de tales señoríos,
207 BARRIOS AGUILERA, Manuel, “El marquesado de los Vélez en el siglo XVI. Estado de la cuestión y líneas
de investigación”, ANDÚJAR CASTILLO, Francisco y DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo (eds.), Los señoríos en la
Andalucía moderna. El marquesado de los Vélez, 2007, pp. 15-36. Entre otros, se han ocupado del estu-
dio del señorío de Los Vélez, A. Franco Silva, F. Andújar Castillo, J. D. Lentisco Puche, J. P. Díaz López, V.
Sánchez Ramos, D. Roth, Guillén Gómez, Martínez López, J.A. Tapia Garrido y un largo repertorio de
jóvenes investigadores, como Felices de la Fuente, Quinteros Cortés, Guerrero Arjona…
208 Los trabajos del congreso fueron publicados por ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P. (eds.), Los
señoríos en la Andalucía moderna…, op.cit.
209 Roth, Dietmar, Ascenso y permanencia de la élite en un centro administrativo señorial: Vélez Blanco 1503-
1752. Tesis doctoral inédita, dirigida por Francisco Andújar Castillo, Universidad de Almería, marzo de
2015.
171
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desde hace cierto tiempo la Historia de la Iglesia en la Edad moderna ha sido objeto
de una renovación historiográfica, en temática y metodología, abierta a la investiga-
ción civil, con un panorama general de cierta vitalidad211. A nivel almeriense, aunque
subsisten importantes lagunas, también la Iglesia ha sido objeto de numerosos estudios
históricos, de muy variada índole. Baste recordar la celebración de algunas reuniones
210 Entre los señoríos almerienses se encuentran: Sorbas y Lubrín del marqués del Carpio con algún estu-
dio de J.M. Mendoza Garrido; la taha de Alboloduy, señorío de los Castilla, señores de Gor (del que se
ocupa Francisco Matarín), la sierra de Filabres (señorío de los Enríquez, el llamado por el padre Tapia
Estado de Tahal, del que aporta algunos datos), parte de la taha de Almejíjar (pseudoseñorío de Casa-
blanca relacionado con los Núñez de Valdivia, con aportaciones de Juan Pedro Vázquez Guzmán), Se-
rón y Tíjola (del marqués de Villena, del que algo ha escrito V. Sánchez Ramos y especialmente TORRE-
BLANCA LÓPEZ, A., Señoríos almerienses en el valle del Almanzora: el estado señorial de Serón,1492-1529,
Memoria de licenciatura inédita, Universidad Complutense de Madrid, 1988), Gérgal, Bacares, Velefi-
que y Febeire (de la familia Cárdenas, condes de la Puebla), Líjar y Cóbdar (de los Ramírez de Arellano,
por compra al primer titular el conde de Tendilla) Olula del Río y Urrácal (de Miguel Serrano)… Apenas
sabemos nada de ellos. Algunas noticias generales en la obra clásica de SORIA MESA, E., Señores y
oligarcas. Los señoríos del reino de Granada en la edad moderna, Ed. Universidad de Granada, Granada,
2008, donde sintetiza en un apéndice final la evolución de cada señorío. Fines y Somontín (comprada
a sus primitivos titulares por el rico mercader de Almagro y regidor toledano Gaspar Rótulo), el efímero
señorío sobre Fiñana, Abla y Abrucena, jurisdicción de Guadix, la taha de Marchena (de los duques de
Maqueda y después de Arcos), Olula de Castro y Uleila del Campo (dentro de la amplia familia Men-
doza con una compleja sucesión). Pero faltan muchos otros. GARCÍA FERNÁNDEZ, M., “Cárcel, horca y
picota: la toma de posesión del señorío de la taha de Marchena por Gutierre de Cárdenas. Estudio y
edición”, Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 25 (2013), pp. 289-311.
211 CORTÉS PEÑA, A.L. y LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, M.L. (eds.), La Iglesia española en la Edad Moderna.
Balance Historiográfico y perspectivas, Abada Editores, Madrid, 2007. MORGADO GARCÍA, A., “El clero
en la España de los siglos XVI y XVII. Estado de la cuestión y últimas tendencias”, Manuscrits: revista
d’història moderna, 25 (2007) pp. 75-100. Un estado genérico sobre el tema puede verse en BARRIO
GOZALO, M., El clero en la España Moderna, Ed. Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Caja
Sur, Córdoba, 2010, y VIZUETE MENDOZA, J.C., La Iglesia en la Edad Moderna, Ed. Síntesis, Madrid, 2014.
172
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
específicas para abordar el estudio del mundo eclesiástico medieval y moderno212 o los
frailes mínimos213. Incluso actualmente se encuentran en fase de desarrollo seminarios y
conferencias sobre los conventos almerienses de La Concepción y de Santo Domingo,
con ocasión de sus efemérides de fundación el primero y de creación de la orden de
predicadores el segundo, cuyas conclusiones verán pronto la luz.
a) El clero regular
Prácticamente todos los conventos almerienses han sido estudiados, pero básicamente
dentro del campo de la Historia del Arte conventual, introduciendo algunos matices de
su fundación e Historia. Tal ha sido el caso del convento de la Purísima Concepción de
Almería214, o de Las Claras. Los anuales cursos de verano sobre el franciscanismo en
Andalucía, celebrados en Priego de Córdoba han tenido singular importancia para el
conocimiento de los conventos franciscanos de la geografía almeriense215.
Del monasterio de Santa Clara existe un corpus documental, de interés para futuras
investigaciones216, entre otras cosas por su relación con las fundaciones de las obras pías
legadas por los Briceño.
212 MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D. y SEGURA DEL PINO, Mª.D. (coords.), La Iglesia en el mundo medieval y
moderno, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2004.
213 SÁNCHEZ RAMOS, V. (coord.), Los mínimos en Andalucía. IV Centenario de la fundación del convento de
Nuestra Señora de la Victoria de Vera (Almería), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2006.
214 Hasta ahora, el máximo conocimiento sobre la Historia del convento de la Purísima Concepción de
Almería, en la modalidad de una “histórica evenemencial”, se lo debemos a Antonio Sevillano Miralles,
quien ha ido publicando entre los años 2013/2014 en el Diario de Almería 22 breves capítulos so-
bre Las Puras (1515-2015), en conmemoración de su 500 Aniversario en Almería. NICOLÁS MARTÍNEZ,
Mª.M. y TORRES FERNÁNDEZ, Mª.R., “Fundación e Historia del convento de la Purísima Concepción de
Almería”, La orden concepcionista, Vol. 1 (1990), pp. 229-243.
215 La publicística en estos congresos de franciscanismo en Andalucía ha sido realmente numerosa: Gil
Albarracín, A. (conventos de San Francisco de Cuevas del Almanzora, San Pascual Bailón de Laujar de
Andarax, San Francisco de Almería, Santa Clara de Almería, El Real Convento de Albox, Concepción de
Almería, Purísima Concepción de Vélez Rubio, San Luis de Vélez Blanco, etc.); Nicolás Martínez, Mª.M.
(Las Claras y las Puras de Almería), Torres Fernández, Mª.R. (conventos franciscanos en el obispado de
Almería), Sánchez Ramos, V. (San Francisco de Paula y el Santuario de Nuestra Señora de Gádor en
Berja; San Cleofás de la Victoria de Vera).
216 GIL ALBARRACÍN, A., Documentos sobre el Real Monasterio de la Encarnación, orden de Santa Clara, de
Almería, Ed. G.B.G. Almería-Barcelona. 1996.
173
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
217 PUERTAS GARCÍA, A., El convento de San Pascual Bailón. Laujar de Andarax. Almería, Ed. Asociación de
Amigos del Convento de San Pascual Bailón, Almería, 1998.
218 SÁNCHEZ RAMOS, V., vid. Nota 72.
219 Podríamos seguir añadiendo otros estudios monacales, como fundación de conventos franciscanos
en Los Vélez y vida de sus monjes (de Lentisco Puche, J.D.), fundación de las Claras en Almería (de
Segura Graíño, C.).
220 ATIENZA LÓPEZ, Á., Tiempo de conventos. Una Historia social de las fundaciones en la España Moderna,
Ed. Marcial Pons Historia/Universidad de La Rioja, Madrid, 2008.
221 GÓMEZ DÍAZ, D., “Buen alimento, mejor pensamiento: el consumo en un convento almeriense a fines
del s. XVII”, Espacio, Tiempo y Forma. Historia Moderna, 14 (2001), 377-405; y junto con SIERRA CAPEL,
F., “Una contabilidad de supervivencia a fines del siglo XVII: El Convento Franciscano de Cuevas de
Almanzora, 1670-1693 (Almería)”, Revista de Estudios Empresariales, 7, (1999).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
b) El clero secular
Si, aun con muchas lagunas, algo sabemos del clero regular, el clero secular almeriense
durante la Edad Moderna es muy desconocido. Lo podemos comprobar si oteamos el
rico panorama historiográfico que hace unos años nos ofrecía para otras zonas de Espa-
ña una experta en el tema, María Luisa Candau Chacón222. Con carácter general, y por
citar algún estudio, aunque no sea éste el momento, sólo Julián P. Díaz López ha hecho
alguna aproximación a este clero aprovechando la densa fuente documental del catastro
del marqués de la Ensenada de mediados del siglo XVIII (propiedades eclesiásticas…).
Si en el conocimiento del episcopado persisten tinieblas que hay que esclarecer, la oscu-
ridad se acentúa cuando descendemos al siguiente escalón en la jerarquía eclesiástica, el
cabildo catedralicio, auténtica élite social durante la Edad Moderna (dignidades, canóni-
gos, racioneros…), aunque para nuestro obispado almeriense hay que dejar claro que era,
indiscutiblemente, uno de los más pobres de España. Una gran parte de los cabildos de
222 CANDAU CHACÓN, Mª.L., “El clero secular y la historiografía: tendencias, fuentes y estudios referidos a
la Modernidad”, Revista de historiografía, 2 (2005), pp. 75-89.
223 LÓPEZ MARTÍN, J., La Iglesia en Almería y sus obispos, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 1999. TAPIA
GARRIDO, J.Á., Los obispos de Almería (66-1966), Gráfcas ESET-Seminario de Vitoria, Vitoria, 1968.
224 BARRIO GOZALO, M., “Perfil socio-económico de una élite de poder, V: los obispos de Andalucía (1600-
1840)”, Anthologica Annua, 34, (1987), pp. 11-188.
225 GARCÍA CAMPRA, E., “Juan de Ortega, primer obispo de Almería: notas para su Historia”, en Almería
entre culturas: (siglos XIII-XVI), Vol. 1, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, 1990, pp. 335-368.
226 MÉNDEZ VENEGAS, E., “Rvdo. D. Gaspar de Molina y Rocha, obispo de Almería”, Boletín del Instituto de
Estudios Almerienses. Letras, 6 (1986), pp. 49-56.
227 SILVA RAMÍREZ, E., “Las visitas pastorales en la Diócesis de Almería”, Memoria ecclesiae, 15 (1999), pp.
423-439; “Las “visitas ad limina” de Almería correspondientes a los años 1599, 1614, 1649 y tres visitas:
1ª del año 1851; 2ª 1853; 3ª 1857, del mismo obispo”, Memoria ecclesiae, 29 (2006), pp. 577-584.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
otras catedrales han sido objeto de estudio, incluso de diversas tesis doctorales228. Ha sido
un tema casi totalmente olvidado. Afortunadamente, ya tenemos una primera aproxima-
ción al cabildo almeriense, producto de una reciente tesis doctoral, uno de cuyos logros,
junto a las aportaciones propias del autor, es haber exhumado analíticamente un impor-
tante manuscrito inédito de un antiguo archivero, el deán José Álvarez de Benavides,
basado en la construcción de la catedral y en la Historia de sus canónigos. El propio autor
de la tesis, el sacerdote y canónigo Francisco Escámez Mañas, afirma: “Hemos pretendido
completar y divulgar la labor investigadora del Deán Benavides, Deo favente. Con este
material inédito sobre la catedral y su cabildo pensamos aportar una información valiosa,
en particular para la Historia de Almería, tanto la de su Iglesia como la de su sociedad”229.
Dado esta primera piedra angular sobre la Historia del cabildo catedralicio, parece im-
prescindible ampliar su estudio bajo actuales metodologías (como la de redes sociales, la
familia, la movilidad social, el poder y sus conexiones en una población pequeña como
la almeriense). Son muchas las facetas que pueden aclararse, tanto relacionadas con la
organización y funcionamiento interno del propio personal de la catedral (los canónigos
especialmente), como su imbricación en la sociedad que le rodea: cómo está conectado
el cabildo almeriense en las diversas redes socio-económicas, redes clientelares y de
poder, las diversas conexiones sociales, que son muchas, las estrategias de las grandes
familias por el control del cabildo y sus oficios y economías (Ortega, Almansa, Vázquez
Pallarés, Perceval,…), los conflictos o buenas relaciones con las demás instituciones,
como el propio episcopado, el concejo almeriense, las autoridades militares, los seño-
res territoriales, casi siempre en conflicto por cuestiones de rentas; o bien, cuál fue la
economía del cabildo almeriense, la procedencia de sus bienes y rentas, su distribución,
gestión e inversión, y un largo etc. Haciendo excepción de la nueva tesis, a la que damos
la bienvenida, llama la atención que en una recensión historiográfica (aunque del año
2007), de 85 estudios sobre cabildos españoles ni uno sólo se refiera al de Almería230.
228 MARÍN LÓPEZ, R., El Cabildo de la Catedral de Granada en el siglo XVI, Ed. Universidad de Granada, Grana-
da, 1998. IRIGOYEN LÓPEZ, A., Entre el cielo y la tierra, entre la familia y la institución. El Cabildo de la Ca-
tedral de Murcia en el siglo XVIII, Ed. Universidad de Murcia, Murcia, 2001. DÍAZ RODRÍGUEZ, A.J., El clero
catedralicio en la España moderna: los miembros del cabildo de la catedral de córdoba (1475-1808), Tesis
doctoral inédita, Universidad de Córdoba, 2011, bajo la dirección de E. Soria Mesa. IGLESIAS ORTEGA,
A., El Cabildo Catedralicio de Santiago de Compostela en el siglo XVI: aspectos funcionales y sociológicos
de una élite eclesiástica. Ed. Universidade Santiago de Compostela, 2010.
229 ESCÁMEZ MAÑAS, F.J., Los canónigos del Cabildo de la Catedral de Almería (1505-1936), Tesis doctoral
inédita, Director Dr. José-Leonardo Ruiz Sánchez, Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de
Sevilla, Departamento de Historia Contemporánea, Sevilla, octubre de 2015, p. 13.
230 MARÍN LÓPEZ, R., “Historiografía sobre cabildos eclesiásticos. Estado de la cuestión y perspectivas de
investigación”, en CORTÉS PEÑA, A.L. y LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, M.L. (eds.), La Iglesia española en
la Edad Moderna…, op. cit., pp. 75-112.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sin embargo, el gran olvidado es el bajo clero, especialmente el rural, del que no sabe-
mos casi nada a nivel de nuestro obispado. Es un tema que está centrando los últimos
estudios a nivel nacional. Algo se ha publicado sobre la erección de parroquias en el
obispado, pero poco más. No sabemos cuál es su nivel de vida, por ejemplo, pues frente
al imaginario social de “vivir como un cura”, contrasta la realidad de un bajo clero nu-
meroso y en precariedad económica231.
Mención especial merece el estudio sobre el seminario del obispado de Almería, fun-
dado en 1610, obra dificultosa por la quema de la documentación, pero que el autor
ha sabido reconstruir con gran rigurosidad acudiendo a todo tipo de fuentes indirectas.
Debe tenerse en cuenta que durante 200 años fue la única institución importante como
foco de irradiación cultural, ejerciendo una gran influencia en la sociedad y, obviamente,
en la preparación sacerdotal232.
c) La Inquisición
El Santo Oficio y su actuación han generado una amplísima publicística a nivel nacional
y un fuerte revisionismo historiográfico233. Según apreciaciones de Bernard Vincent so-
bre los moriscos, parece que las tierras actuales de la provincia de Almería fueron poco
afectadas por la acción inquisitorial, especialmente por la lejanía del tribunal granadino y
la densidad y homogeneidad de la población morisca234. Entre 1571 y 1595 solo fueron
procesados 28 moriscos del obispado de Almería, de los 416 del tribunal de la Inquisi-
ción de Granada.
Sea como fuere, muy poco sabemos de la actuación del Santo Oficio en Almería235.
Solo conocemos con cierto detalle la visita inquisitorial que se hizo a todo el obispado
almeriense en 1561, de la que se desprende una actuación minuciosa, aunque no exce-
sivamente dura, y especialmente dirigida a la población morisca, cuyas causas se con-
231 ÁLVAREZ Y SANTALÓ, L.C., “Vivir como un cura”. Algunas precisiones cuantitativas respecto al imagi-
nario social sobre el clero en el siglo XVIII”, en ARANDA PÉREZ, F.J., Sociedad y élites eclesiásticas en la
España Moderna, 2000, pp. 101-148.
232 GÓMEZ RUIZ, T., Historia del Seminario de Almería (1610-2010), Ed. Instituto de Estudios Almerienses,
Almería, 2010.
233 Ricardo García Cárcel, Jaime Contreras, Jean-Pierre Dedieu,…
234 VINCENT, B., “Los moriscos y la inquisición (1563-1571)”, Chronica Nova, 13 (1982), p. 200.
235 GIL SANJUÁN, J., “Represión inquisitorial de los moriscos almerienses durante la segunda mitad del
siglo XVI”, Almería entre culturas: (siglos XIII-XVI), Vol. 2, 1991, pp. 539-556. ALCAINA FERNÁNDEZ, P., “La
inquisición en el Marquesado de los Vélez. La visita de 1561”, Revista Velezana, 7 (1988), pp. 24-32. LLA-
DÓ GRANADO, A.I. y ALCAÍNA FERNÁNDEZ, P., “Visita inquisitorial al obispado de Almería, año 1561”,
Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 1990-1991, (9-10): 43-79.
177
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
fundían con costumbres que nada tenían que ver con la religión cristiana, propiamente
dicha (como lavarse el cuerpo o aleñarse). La actuación realizada en los pueblos de Las
Alpujarras fue más dura, porque dependía del arzobispado de Granada.
Sería interesante conocer quiénes eran los familiares de la Inquisición en Almería y qué
pretensiones tenían con ello, porque conocemos que algunos eran adinerados mercade-
res. La movilidad social o el lavado del origen suelen estar tras ello.
d) La economía eclesiástica
El ámbito económico del clero ha sido ampliamente atendido por la historiografía na-
cional, en principio a nivel indirecto, con el tema de los diezmos como referente para
averiguar la producción agraria (Fernández de Pinedo, García Sanz,…). Pero desde hace
ya cierto tiempo se estudia como foco que fue de una inmensa riqueza, aunque muy
desigualmente repartida236. Para el caso del reino de Granada, la existencia del Real
Patronato hizo que buena parte de la riqueza eclesiástica (diezmos) fuera a caer a la
Hacienda Real (las tercias reales) y a manos privadas, los titulares de señoríos, tan abun-
dantes en nuestro obispado. Ese fue el principal origen de la consabida pobreza de la
Iglesia del obispado de Almería, donde en época morisca los señores gozaban de casi el
30% del total de la renta eclesiástica; incluso en algunos señoríos los diezmos constituían
la mayor parte de sus ingresos, como el marquesado de Los Vélez, cuyo titular cobraba
sólo en diezmos más que el obispo de Almería sumadas todas sus rentas237. Y fue el
tema de los diezmos el que más conflictos suscitó entre los señores jurisdiccionales y la
Iglesia, siendo el más paradigmático el conflicto mantenido entre la Iglesia y el marqués
de Los Vélez, que sólo terminó con el final de los señoríos (Antonio Luis Cortés Peña,
A. Muñoz Buendía…)238.
236 REY CASDTELAO, O., “Las economías eclesiásticas en la Edad Moderna: Un estado de la cuestión de la
historiografía reciente (1994-2006)” en La Iglesia española en la Edad Moderna…, op. cit. pp. 179-222.
237 MUÑOZ BUENDÍA, A., “El ‘sustento divino’ de los señoríos del reino de Granada: una aproximación
cuantitativa a las rentas señoriales de origen eclesiástico en la época morisca (1537-1552)”, en DÍAZ
LÓPEZ, J.P., ANDÚJAR CASTILLO, F. y GALÁN SÁNCHEZ, Á. (eds.), Casas, familias y rentas. La nobleza del
Reino de Granada entre los siglos XV-XVIII, Ed. Universidad de Granada-Ayuntamiento de Huéscar, Gra-
nada, 2010, págs. 137-165.
238 CORTÉS PEÑA, A.L., “Diezmos y conflictos en el marquesado de los Vélez (siglo XVI)”, Trocadero: Revista
de Historia moderna y contemporánea, 12-13 (2000-2001), pp. 143-160. En la página 145, nota 3, de
dicho artículo, Antonio Luis recoge una amplia bibliografía sobre diezmos y su conflictividad en el
marquesado de Los Vélez, careciendo de objeto su repetición, por lo que remito a dicho trabajo. Sus
autores son: Nicolás Cabrillana, M. Espinar Moreno y A. Fernández Ortega, Alfonso Franco Silva, Ma-
nuel Gómez Lorente, Juan Grima Cervantes, Jesús María López Andrés, Enrique Pérez Boyero. Alcaína
Fernández, P., “El pleito de Bugéjar entre el arzobispado de Toledo y el obispado de Almería, s. XVIII”,
Revista Velezana, 19 (2000), pp. 35-40.
178
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero la economía eclesiástica almeriense (incluso la del reino de Granada) ha sido poco
tratada. En una ocasión titulé una ponencia “La hacienda eclesiástica del reino de Gra-
nada. Reflexiones sobre una Historia por hacer”239. En general, pervive esta carencia,
aunque matizada por la existencia de cierta inercia positiva. Muy poco sabemos de la
economía eclesiástica almeriense. Quizá la falta de recursos documentales o problemas
de acceso hayan dificultado la investigación. Sin duda, el archivo más importante para
ello es de la catedral de Almería. Yo mismo he podido trabajar con expedientes econó-
micos y series decimales (libro de haciendas, subsidio y excusado, libros de cuentas de la
mesa capitular, diezmos, censos, memorias capellanías…), un conjunto que encierra una
riqueza de información que debe ser investigada.
Curiosamente ha tenido que ser documentación indirecta la más utilizada para una
aproximación a la economía eclesiástica almeriense: es el ya citado caso del catastro del
marqués de la Ensenada (1752), en sus libros de clero, minuciosamente analizados por
Julián Pablo Díaz López240 y algunas aproximaciones de otros autores241. Recientemente
Julián Pablo ha investigado sobre una fuente novedosa y muy rica, los libros registro de
la Contaduría de Hipotecas (AHPAL), que están aclarando la intervención de las institu-
ciones eclesiásticas en el marco del sistema financiero almeriense, a través especialmente
del crédito242.
239 MUÑOZ BUENDÍA, A., “La hacienda eclesiástica en el reino de Granada durante la Edad Moderna: re-
flexiones sobre una Historia por hacer”, en BARRIOS AGUILERA, M. y GALÁN SÁNCHEZ, Á. (Eds.), La
Historia del reino de Granada a debate…, op. cit., pp. 245-262.
240 DÍAZ LÓPEZ, J.P., El valle de Andarax en el siglo XVIII. Propiedad de la tierra y paisaje agrario en el Catastro
de Ensenada, Ed. Universidad de Granada, 1996; La diócesis de Almería. Bienes y rentas de la Iglesia a tra-
vés del Catastro de la Ensenada (1752), Memoria de Licenciatura, inédita, Facultad de Filosofía y Letras
de Granada, 1978.
241 NAVARRO PÉREZ, L.C., Uso y propiedad de la vega y campo de Almería a mediados del siglo XVIII, Memoria
de licenciatura, inédita, dirigida por J.L. Castellano Castellano, Universidad de Granada, 1983. LENTIS-
CO PUCHE, J.D. y GONZÁLEZ SALAS, J., “Bienes y rentas del estamento eclesiástico en Albox, Macael,
Olula del Río y Purchena a mediados del siglo XVIII”, Roel, 2 (1981), pp. 115-128.
242 DÍAZ LÓPEZ, J.P., “La Taha de Marchena (Almería). Estructura de la propiedad eclesiástica a mediados
del siglo XVIII”. Paralelo 37, 1, (1977) pp. p. 41-48; “Estructura de la propiedad agraria eclesiástica en la
diócesis de Almería (1752)”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses, 1 (1981), pp. 3-94; “La Diócesis
de Almería. Estructura, cargos y remuneraciones de la población eclesiástica (1752)”, Boletín del Ins-
tituto de Estudios Almerienses, 2 (1982), pp. 51-62; “El marquesado de Los Vélez a mediados del siglo
XVIII. Los bienes y las rentas de la Iglesia”, Revista Velezana, 8 (1989), pp. 20-30; “Los censos. Un sistema
de rentas seguras para la Iglesia del territorio almeriense en el siglo XVIII”, Chronica Nova, 24 (1997),
pp. 35-60; MUÑOZ BUENDÍA, A. y DÍAZ LÓPEZ, J. P., “Devoción piadosa, devoción costosa: una apro-
ximación a la economía de la devoción popular en la diócesis de Almería durante la Edad Moderna”,
II Jornadas de Religiosidad Popular Instituto de Estudios Almerienses, Almería 2001, pp. 289-304; “Reli-
giosidad y crédito: los conventos como instituciones económicas en la Época Moderna”. II Jornadas
de Religiosidad Popular, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería 2001, pp. 241-250; “La pérdida
del control del mercado de capitales por las instituciones eclesiásticas a finales del Antiguo Régimen
en Almería”, en LANDI, F. (coord.), Confische e Sviluppo capitalistico. I grandi patrimoni del clero regulare
en età moderna in Europa e nel Continente Americano, Ed. Temi di Storia Franco Angeli, Milano, 2004,
p. 155-176.
179
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Aunque esté fuera del período que historiografiamos, deseo expresamente mencionar
el estudio que hiciera el malogrado y añorado Mario Navarro Godoy sobre la desamor-
tización de los bienes eclesiásticos en nuestro obispado en 1836243.
243 NAVARRO GODOY, Mario J., La desamortización de Mendizábal en la provincia de Almería (1838-1849),
Ed. Diputación Provincial de Almería, Almería, 1987.
244 LÓPEZ ANDRÉS, J.M., Real Patronato Eclesiástico y Estado Moderno. La Iglesia de Almería en época de los
Reyes Católicos, Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1995. Entre sus artículos, citamos: “Real
patronato eclesiástico: la Iglesia de Almería, como Iglesia de Estado”, Boletín del Instituto de Estudios
Almerienses, 1 (1981), pp. 127-140; “Erección parroquial en la diócesis de almeriense: cuestiones de
límites y jurisdicciones (1492-1509)”, Comunicaciones presentadas al IX Congreso de Profesores Inves-
tigadores de la Asociación Hespérides, Málaga, 1991; “La reforma religiosa y moral del clero y el Real
Patronato Eclesiástico de Granada en la formación de le idea de “Estado moderno” por los Reyes Ca-
tólicos”, Anuario de investigaciones de los miembros de la asociación Hespérides, 1994; “Real patronato
eclesiástico y presentación beneficial. La actuación de la Corona de Castilla en la diócesis de Almería”,
Iglesia y sociedad en el Reino de Granada (ss. XVI-XVIII), 2003; “Las relaciones entre la Iglesia y el poder
señorial en la diócesis de Almería. Doña María de Luna, señora del “Estado de Tahal”, y la reordenación
económica diocesana del obispo Villalán”, La Iglesia en el mundo medieval y moderno, 2004, pp. 161-
174; “Problemas jurisdiccionales, en la erección de la diócesis de Almería, sobre los lugares de Oria,
Cantoria, Purchena y otros de la cuenca del Almanzora”, Crónica cultural, 1990; “La contestación al Real
Patronato Eclesiástico de Granada: la reacción señorial ante la ordenación de la diócesis de Almería
tras la conversión de los mudéjares”, Roel, 1992; “Jurisdicción y competencia: la diócesis de Almería y la
relación con los señores temporales”, en ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P. (coords.), Los señoríos
en la Andalucía moderna. El marquesado de los Vélez, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería,
2007, pp. 235-248; “Real patronato eclesiástico y jurisdicción señorial: la realización, por los Reyes Ca-
tólicos, de la idea de ‘estado moderno’ cuestionada por el marqués de Villena en sus señoríos de Tíjola
y Serón”, I Encuentro de Cultura Mediterránea…, op. cit., pp. 357-366; “La reforma religiosa y moral del
clero y el Real Patronato eclesiástico de Granada en la formación de la idea de “Estado moderno” por
los Reyes Católicos”, Anuario de Investigaciones de los miembros de la Asociación de Profesores de Geo-
grafía e Historia de Bachillerato de Andalucía Hespérides, Vol. III, Jerez de la Frontera, 1996, pp. 147-158.
Pocos autores más se han ocupado del Real Patronato en Almería, como RUBIO SIMÓN, A.J., “Pérdida y
recuperación del Patronato Real en la Parroquial de Huércal Overa”, Axarquía, 9 (2004).
180
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
245 LÓPEZ ANDRÉS, J.Mª., “Erección parroquial en la diócesis de almeriense…”, op. cit. MARTÍNEZ SAN PE-
DRO, Mª.D., “Las primeras parroquias almerienses”, Anuario de Estudios Medievales, 19 (1989), pp. 601-
609. SEGURA DEL PINO, Mª.D., “Las iglesias parroquiales de la Taha de Marchena a principios del siglo
XVI”, en La iglesia en el mundo medieval y moderno, op. cit., pp. 177-188. ALCAÍNA FERNÁNDEZ, P., “Las
nuevas parroquias de la comarca de Los Vélez”, Revista Velezana, 8 (1989), pp. 15-19. SILVA RAMÍREZ,
E., “La erección de la catedral de Almería (1492) y de las parroquias de la ciudad y su obispado (1505)”,
Memoria ecclesiae, 28 (2006), pp. 503-508; TAPIA GARRIDO, J.Á., “Primera iglesia y primeros cristianos de
Vélez Rubio”, Revista Velezana, 2 (1983), pp. 35-54.
246 GÓMEZ RUIZ, T., “El sínodo almeriense del obispo Portocarrero”, X Congreso de Profesores-Investigadores,
Asociación Hespérides, Málaga, 1992, pp. 231-240. SILVA RAMÍREZ, E., “Los sínodos almerienses en el
siglo XVII (1607 y 1635), I Encuentro de Cultura Mediterránea…, op. cit., pp. 417-430. LÓPEZ MARTÍN, J.
y PÉREZ DE HEREDIA Y VALLE, I., “El sínodo almeriense de 1607, del obispo Portocarrero”, Anthologica
Annua, 34 (1987), pp. 429-503.
247 MIRAS CAPEL, C. y NAVARRO GODOY, M., “Las pruebas de limpieza de sangre: tipología y valoración
documental”, I Encuentro de Cultura Mediterránea…, op. cit., pp. 271-288.
181
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La riqueza documental que encierran los archivos eclesiásticos, histórico provincial (pro-
tocolos, expedientes judiciales) y municipales pueden apuntalar un futuro esperanzador
para este sector de la Historia en nuestra provincia.
248 ANDÚJAR CASTILLO, Francisco, “Muerte y entierro de D. Luis Fajardo, II marqués de Los Vélez (1574).
Transcripción”, Revista Velezana, 16 (1997), pp. 188-189. SEGURA DEL PINO, Mª.D., “La religiosidad mo-
risca a través de los testamentos”, en SÁNCHEZ RAMOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, J. (coords.), Actas de
las I jornadas de Religiosidad Popular, Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1997, pp. 157-167.
SÁNCHEZ RAMOS, V., “La devoción y culto a la muerte durante el Barroco y la estructuración de la
religiosidad popular. Un modelo metodológico a través del fervor alpujarreño”, en RUIZ FERNÁNDEZ
J., VÁZQUEZ GUZMÁN, J.P., Religiosidad Popular y Almeria. Actas de las IV Jornadas, ed. Instituto de Es-
tudios Almerienses, Almería, 2005, p. 201. RODRÍGUEZ PÉREZ, R.A., “Un aristócrata ante la muerte. El
testamento del III marqués de los Vélez”, Revista Velezana, 27 (2008), p. 32-45. GIL ALBARRACÍN, A., “Pie-
dad, intereses y última voluntad: el testamento de Mencía Fajardo (1592)”, Revista velezana, ISSN 1132-
7693, Nº. 31, 2013, págs. 28-37.
182
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
maestras que en zonas cercanas se han realizado (caso de Amalia García Pedraza)249.
Una mayor explotación de la riqueza de los protocolos notariales del AHPA pueden dar
buenos resultados.
2. FIESTAS
Un tema de indudable importancia, que ha merecido escasa atención hasta la fecha de
los investigadores. Aunque el origen podía ser vario (nacimientos, bodas reales, procla-
mación de reyes, por ejemplo), las más características eran de origen religioso y en ellas
se mezclaba la devoción con el espectáculo profano. Sería interesante el estudio de las
manifestaciones festivas en la provincia, que bien a través de protocolos y, sobre todo, a
través de las cuentas de propios y rentas municipales pueden rastrearse. Mi experiencia
sobre las fiestas de la Almería del XVI (tesis doctoral) demuestra que se puede hacer.
Fiestas como el Corpus Christi, de general implantación en España o las famosas “to-
mas”, como el 26 de diciembre en Almería, son temas pendientes y de trascendencia,
donde el boato de la oligarquía, la liturgia religiosa y la diversión popular se mezclaban:
procesiones, con la asistencia de ambos cabildos, representaciones teatrales y otros actos
lúdicos, y especialmente los toros. Éstos, junto con los juegos de cañas, como en las
demás ciudades españolas, eran la diversión por excelencia. Aunque varios autores se
han acercado a la denominada “fiesta nacional”, los toros250, quizá es Valeriano Sánchez
Ramos quien más en profundidad ha tratado la fiesta taurina y el juego de cañas, espe-
cialmente en su Berja natal251, y ha aportado una originaria conclusión sobre la función
de estas fiestas, de las que afirma que no sólo eran un divertimento social, sino un entre-
namiento ecuestre y militar decisivo y necesario para las poblaciones granadinas cerca-
nas a la costa, que debían estar prevenidas por su condición de frontera con el norte de
África, así como momento para que de una manera “más o menos pacífica” dirimieran
sus diferencias los bandos nobiliarios. Aunque para la época moderna sólo nos sirve la
249 Un simple botón de muestra es la nunca bien agradecida tesis doctoral de GARCÍA PEDRAZA, A., Acti-
tudes ante la muerte en la Granada del siglo XVI. Los moriscos que quisieron salvarse, 2 vols., Ed. Universi-
dad de Granada, Granada, 2002.
250 ANDRÉS UROZ, Mª.L., “Quinientos años de toros en Vera. Historia y documentos”, Axarquía, 7 (2002).
GARCÍA CALLEJÓN, G.L. y GARCÍA MAS, G.L., “Cuatro siglos de toros en Berja: ayer y hoy de la fiesta en
nuestra ciudad”, Farua: revista del Centro Virgitano de Estudios Históricos, 1 (1998), pp. 107-111. LENTIS-
CO PUCHE, J.D., “Festejos taurinos en Vélez Rubio. De los orígenes a la construcción de la plaza de toros
(Siglo XVII-Mediados del s. XX)”, Revista Velezana, 17 (1998), pp. 53-70.
251 SÁNCHEZ RAMOS, V., “Fiestas de toros y cañas en Berja (primer cuarto del siglo XVII)”, Actas del III Con-
greso de Folclore Andaluz, Almería, 1990, pp. 453-470; “Toros y fronteras del reino de Granada a media-
dos del siglo XVII: el caso de Berja (Almería)”, en Fêtes et divertissements. Ibérica, Nouvelle série, Univer-
sité de Paris-Sorbonne, 8 (1997), pp. 57-71; “Prohibiciones de fiestas de toros en el reino de Granada”,
Demófilo: Revista de cultura tradicional de Andalucía, 25 (1998), pp. 89-104.
183
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
3. MENTALIDAD MARTIRIAL
Un aspecto historiográfico de primer orden en la Historia de las mentalidades ha sido el
relacionado con los asesinatos de cristianos viejos por los moriscos durante los comien-
zos de su alzamiento en las Navidades de 1568. Aunque el tema de los martirios no es
nuevo y ha sido tratado por diversos autores, a veces de manera claramente apologéti-
ca256, la denominada “Historia martirial” ha contado con dos investigadores de primera
línea (Manuel Barrios y Valeriano Sánchez), que han estudiado profundamente lo que
ellos denominan la “herencia martirial” o “mentalidad martirial”. Sus aportaciones básicas
son la instrumentación propagandística que se usó desde la jerarquía eclesiástica dentro
del ambiente de la contrarreforma y la conformación una peculiar mentalidad en la
sociedad repobladora alpujarreña, donde descender de un “mártir” era un inestimable
privilegio que servía de vía de construcción de un próspero linaje y, por supuesto, de
252 SEVILLANO MIRALLES, A., Toros, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2013. Particularmente
interesan para la Edad Moderna el capítulo I “Origen y justificación de la fiesta de los toros” (cuyo autor
es V. Sánchez Ramos) y II “Plaza Vieja de Almería”.
253 LÓPEZ MARTÍNEZ, A.L. (coord.), “Fiestas de toros: ocio y negocios”, en Andalucía en la Historia, Año XIV,
nº 48, abril-junio de 2015, pp. 6-36.
254 GARCÍA CAMPRA, E., “Religiosidad popular y loables costumbres: la fiesta del obispillo en Almería”, en
RUIZ FERNÁNDEZ, J. y SÁNCHEZ RAMOS, V., La religiosidad popular y Almería, Ed. Instituto de Estudios
Almerienses, Almería, 2001, pp. 521-528.
255 GIL ALBARRACÍN, A. y SABIO, J.A., La “locura” de Níjar por Carlos III, Ed. GBG, Almería, 1994.
256 HITOS, Francisco A., Mártires de La Alpujarra en la rebelión de los moriscos (1568), Ed. Universidad de
Granada, Granada, 1993, con ensayo introductorio de M. Barrios Aguilera. ESCOLANO Y LEDESMA, D.,
Memorial de los mártires de La Alpujarra, 1568: ensayo histórico sobre los antecedentes de la rebelión de
los moriscos en La Alpujarra, Almería, 1999. ESCOLANO Y LEDESMA, D., Memorial de los mártires de la
Alpujarra, 1568, con estudio introductorio de A. Puertas García, Ed. Instituto de Estudios Almerien-
ses, Almería, 2000. BURÓN ALVAREZ, C., “Los mártires agustinos de Huécija”, Archivo agustiniano, LXIV
(1980), pp. 339-341.
184
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
4. COFRADÍAS Y HERMANDADES
En los últimos años se ha ido consolidando una línea de investigación clara sobre las
cofradías y hermandades en la Edad Moderna y las manifestaciones de religiosidad
popular que promovieron. Uno de sus máximos exponentes a nivel nacional, Miguel
Luis López-Guadalupe Muñoz, con motivo de la celebración en Almería en 1996 de
las 1ª Jornadas de Religiosidad popular y Almería, daba un toque de atención sobre la
importancia de estudiar esta manifestación de la religiosidad popular en la provincia
almeriense258. No cayó en vacío el mensaje y en la actualidad contamos ya con un
aceptable bagaje de conocimientos sobre el tema, referido a la Edad Moderna: los carac-
teres generales de estas instituciones, la importancia social de pertenecer a una cofradía,
su función benéfico asistencial, sus tipos y exteriorización de rituales, la obsesión por
la muerte (misas, memorias, novenarios,…), su organización y entramado económico.
Eran, en definitiva, instituciones dirigidas por el clero, que constituían una de las máxi-
mas expresiones de la piedad barroca259.
257 BARRIOS AGUILERA, M. y SÁNCHEZ RAMOS, V., Martirios y mentalidad martirial en Las Alpujarras. De
la rebelión morisca a las “Actas de Ugíjar”, Ed. Universidad de Granada, Granada, 2001. De los mismos
autores: “La herencia martirial: La formación de la sociedad repobladora en el reino de Granada tras
la guerra de Las Alpujarras”, Hispania: Revista española de Historia, Vol. 58, Nº 198 (1998), pp. 129-156;
“El legado martirial en la estructuración de la sociedad repobladora de Las Alpujarras”, en SÁNCHEZ
RAMOS, V. y RUIZ FERNÁNDEZ, J. (coords.), Actas de las Iª Jornadas de Religiosidad Popular, Almería,
1997, pp. 121-144; BARRIOS AGUILERA, M., “Los mártires de Las Alpujarras en la guerra de los moriscos
(1568): revisión historiográfica”, en VINCENT, B. y BARRIOS AGUILERA, M. (coords.), Granada 1492-1992.
Del reino de Granada al futuro del mundo mediterráneo, Ed. Universidad de Granada, Granada, 1995, pp.
183-206.
258 LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, M.L., “Cofradías y hermandades en el suroeste almeriense (siglo XVIII)”,
en SÁNCHEZ RAMOS, V., RUIZ FERNÁNDEZ, J. (coords.) Actas de las I Jornadas de Religiosidad Popular,
Almería, 1997, pp. 217-241.
259 GIMÉNEZ GARCÍA, Juan Antonio: “Aproximación al estudio de las hermandades y cofradías de la dió-
cesis almeriense durante la Edad Moderna”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D. y SEGURA DEL PINO, D.
(coords.), La iglesia en el mundo medieval y moderno, Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2003,
pp. 207-219.
260 GIL ALBARRACÍN, Antonio, Cofradías y hermandades en la Almería moderna (Historia y documentos), Ed.
G.B.G., Almería, Barcelona, 1997.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El tema de la devoción popular es tan atractivo para muchos historiadores que en mayo
de 2016 se ha celebrado un congreso mariano en Berja, sobre las diversas advocaciones
de la Virgen relacionadas con la naturaleza. De la lectura de sus actas se desprende el
enorme interés que sigue generando la religiosidad popular, mariana en este caso, entre
los propios historiadores262.
261 Para encuadrar este importante conjunto de jornadas sobre religiosidad aclaramos que las primeras,
celebradas en Almería en 1996, fueron publicadas bajo la coordinación de Valeriano Sánchez Ramos
y José Ruiz Fernández, Actas de las I jornadas sobre religiosidad popular, Ed. Instituto de Estudios Al-
merienses, Almería, 1997. Las últimas, coordinadas por José Ruiz Fernández y Juan Pedro Vázquez
Guzmán y celebradas en 2011 en Canjáyar, La religiosidad popular y Almería. VI jornadas, Ed. Instituto
de Estudios Almerienses, Almería, 2014.
262 SÁNCHEZ RAMOS, V. (ed.), María, Regina Naturae. Congreso Mariano Nacional sobre Advocaciones de la
Virgen vinculadas a la naturaleza. Historia, arte y cultura. Actas, Berja, 2016 (Edición online).
263 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Mentalidad y religiosidad barroca: la devoción almeriense durante el an-
tiguo Régimen”, en RUIZ GARCÍA, Alfonso y DURÁN DÍAZ, María Dolores (coords.), La Almería barroca,
Ed. Consejería de Cultura e Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2008, pp. 87-142.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ble repoblación cristiana, pero asentada en el último baluarte del infiel musulmán, que
convive con un enemigo morisco y musulmán sobre el que saldrá victorioso, tras una
guerra plagada de mártires cristianos, una zona llena de peligros de la frontera islámica
y, por supuesto, plena de todas las contingencias propias del ser humano (muerte, enfer-
medad, plagas, hambre, guerra). De una manera sistemática, Valeriano va dando la ex-
plicación teleológica del amplio devocionario almeriense, desde los grandes defensores
de la cristiandad, como Santiago Matamoros, hasta las Vírgenes y Santos taumaturgos,
protectores de un peligro concreto o de todos los males en general. Vírgenes y santos
terminarán erigidos en patronos protectores de cada una de las poblaciones (la Virgen
María, “instrumentum regni”, -“salus in periculis” escriben los murcianos en el frontispicio
del templete que cobija la imagen de la Virgen de los Peligros sobre el puente Viejo del
Segura-, el providencialismo mariano); se produce la exaltación de la Cruz, del Corpus
Christi. Edificios religiosos, cofradías y hermandades, procesiones con todo tipo de boa-
to, romerías, fiestas, capillas y memorias, en fin, todo un mundo religioso que cobra
pleno sentido en la mentalidad de la época. Todo tiene una finalidad salvífica en esta
vida o para librarse del purgatorio.
264 ARIAS DE SAAVEDRA ALÍAS, I., Vida cotidiana en la España de la Ilustración, Ed. Universidad de Granada,
Granada, 2013; y junto con LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Miguel Luis (eds.), Vida cotidiana en la Monar-
quía Hispánica. Tiempos y espacios, Granada, Ed. Universidad de Granada, 2015. GARCÍA FERNÁNDEZ,
M. (dir.), Cultura material y vida cotidiana moderna: escenarios, Ed. Sílex, Madrid, 2013. FRANCO RUBIO,
G.Á., “La Historia de la vida cotidiana en la historiografía modernista española. Algunas reflexiones”,
en FRANCO RUBIO, G.Á. (Ed.), La vida de cada día. Rituales, costumbres y rutinas cotidianas en la España
Moderna, Ed. Almudayna, Sevilla, 2012, pp. 17-66.
187
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
de cocina, de trabajo…)265. Evidentemente, existe una neta diferencia según las catego-
rías sociales. Aunque se echa de menos llegar a conclusiones sobre el modo de vida de
los diferentes grupos sociales, pues la indumentaria, joyas y útiles de todo tipo son fruto
y reflejo de una sociedad y su tiempo.
La alimentación casi brilla por su ausencia, aunque deben mencionarse las jornadas que
sobre alimentación rural y tradicional se celebraron en Almería en 2001, cuyas actas
fueron recogidas en un libro colectivo, con algunos estudios de interés sobre costumbres
alimentarias en la época moderna, tanto de alimentación cristiana como morisca267.
265 FERNÁNDEZ ORTEGA, A.F., “Algunas notas sobre la vida cotidiana en Albox en la segunda mitad del
siglo XVII, a partir de un inventario y una escritura de capital y bienes dotales”, Roel, 5 (1984), pp. 93-
120. ALBARRACÍN NAVARRO, J., “Nueve cartas moriscas de dote y arras de Vera (Almería) (1548-1551)”,
en SEGURA ARTERO, P. (coord.), Actas del Congreso la frontera Oriental Nazarí como sujeto histórico (ss.
XIII-XIV), Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1997, pp. 517-529. MATARÍN GUIL, M. F. y RUES-
CAS GRANADOS, A., “La vida cotidiana en los inicios del siglo XVII. El espacio privado. El caso de la taha
de Boloduy”, en SÁNCHEZ RAMOS, V., El reino de Granada en el siglo XVII, op. cit., pp. 159-176.
266 Además de la obra de Nicolás Cabrillana, Almería Morisca, salpicada de elementos identitarios moris-
cos, conviene destacar el estudio de SEGURA DEL PINO, Mª.D., “Solidaridad y signos de identidad de la
población morisca de Almería”, Sharq Al-Andalus. Estudios mudájares y moriscos, 14-15 (1997-1998), pp.
245-261.
267 MARTÍNEZ LÓPEZ, J.M. (coord.), Historia de la alimentación rural y tradicional: recetario de Almería, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2003.
268 DÍAZ LÓPEZ, J.P. y LENTISCO PUCHE, J.D., El señor en sus estados. Diario del viaje de D. Antonio Álvarez de
Toledo, X marqués de los Vélez, a sus posesiones de los reinos de Murcia y Granada (Octubre, 1769-Enero,
1770), Ed. Centro de Estudios Velezanos, Almería, 2006.
269 CONTRERAS GAY, J., “Almería ante el cambio de dinastía”, Boletín del Instituto de Estudios Almerienses.
Letras, 13 (1994), pp. 7-38.
188
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Relacionados con la Filología y la Historia, existen dos campos de indudable interés cul-
tural que nos remite a la época que estudiamos: la Toponimia y la Antroponimia, que
pueden decir bastante de la sociedad que creó determinados nombres, bien de lugares
o de personas. Hay algunos estudios al respecto de indudable interés, entre otras cosas
porque nos informan de los bienes utilizados en la vida diaria de los moriscos (relacio-
nados con su economía, modo de producción, alimentación, trabajo…). Destacamos
todo un clásico, el realizado por Juan Martínez Ruiz271. En esta materia hay que dar la
bienvenida al proyecto que actualmente se está llevando a cabo, denominado Origen
lingüístico e histórico-cultural de la toponimia de Almería, que emplea como fuente primaria
documentación de la época moderna, los libros de Apeo y Población (siglo XVI) y los
del Catastro de Ensenada (siglo XVIII). Sus resultados pueden marcar un hito en el co-
nocimiento histórico de nuestra provincia272.
270 CAPARRÓS PERALES, M., “Curanderos, hechiceras y comadres en la tierra de Vera en tiempos de Felipe
V”, Axarquía, 13 (2008).
271 MARTÍNEZ RUIZ, J., Inventario de bienes moriscos en el reino de Granada (Siglo XVI), Ed. C.S.I.C., Madrid,
1971. Es todo un clásico, nos interesa por la cantidad de utensilios, productos,… de todo tipo que exis-
tían en las casas confiscadas a los moriscos huidos al norte de África, especialmente de la zona costera
almeriense (Almería, Vícar, Níjar, El Alquián, Pechina, Dalías,…). Ello nos ayuda a comprender la forma
de vida de la población morisca.
272 El proyecto está dirigido por el arabista Jorge Lirola Delgado, el políglota Robert Pocklington y el his-
toriador Valeriano Sánchez Ramos y cuenta con la participación de más de veinte investigadores.
273 Grupo de investigación “Didáctica de las ciencias sociales, de la Historia y del patrimonio cultural”, diri-
gido por José Miguel Martínez López, con miembros como P. Ponce Molina, M. Matarín Guil, etc., cuya
producción bibliográfica puede consultarse en http://cvirtual.ual.es/webual/jsp/investigacion/nuevo/
pPublicaciones.jsp?id_grupo=HUM718&idioma=es.
189
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
274 De la abundante producción historiográfica de Antonio Jiménez Estrella solo cito su obra, quizá más
neurálgica por ser su tesis doctoral, Poder, ejército y gobierno en el siglo XVI. La Capitanía General del
reino de Granada y sus agentes, Universidad de Granada, 2004 y su reciente estado de la cuestión “La
historiografía militar sobre la España moderna en los últimos años”, en LABRADOR ARROYO, Félix (ed.
lit.), II Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Moderna. Líneas recientes de investigación en His-
toria moderna, 2015, pp. 13-48.
275 Nos consta de su importancia en las costas almerienses durante los siglos XVII y XVIII según documen-
tación del Archivo Naval o el General de Simancas.
276 Sobre la Guerra de Sucesión existen algunas aportaciones de José Contreras Gay y Manuel Gómez
Cruz. Algo más sabemos sobre la guerra y ocupación francesa: CASTILLO CANO, J., Almería en la crisis
del Antiguo Régimen: la Guerra de la Independencia en la ciudad (1797-1814) Ed. Diputación Provincial
de Almería, Almería, 1987; GUILLÉN GÓMEZ, A., “Nacionalistas, afrancesados, héroes, antihéroes. La
Guerra de la Independencia como crisis de conciencia ideológica: el caso de los velezanos Falces y
Ladrón de Guevara”, Revista Velezana, 16, pp. 33-54; GARCÍA CAMPRA, E., “Los famosos traidores. Los
afrancesados en Las Alpujarras”, Farua, 9-10 (2006-2007), pp. 113-124; “Un pueblo en armas. Aproxi-
mación a la Guerra de la Independencia en las Alpujarras”, Farua, 12 (2009), pp. 51-72; Un pueblo en
armas. Recuerdos de hace doscientos años. La Guerra de la Independencia en la Axarquía almeriense,
Axarquía, 13 (2008).
190
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La defensa humana del litoral ha merecido también importante atención, como puede
observarse en las síntesis que nos proporciona la Historia del Reino de Granada, que aun-
que editada en el 2000 no ha perdido vigencia en sus planteamientos generales y posee
abundante bibliografía280. Son muchos los autores se han acercado también al tema de
la defensa de la costa281.
277 GIL ALBARRACÍN, A., Almería. La Plaza de Armas. Más de mil años de fortificaciones, Ed. Griselda Bonet
Girabet, Almería, 2014. Presenta amplia bibliografía sobre la arquitectura militar almeriense, especial-
mente costera.
278 MARTÍN GARCÍA, M., “Notas para el estudio de la Arquitectura Militar en la zona de la Axarquía Alme-
riense. Siglos VIII al XVIII. (1ª parte)”, Axarquía, 2 (1997). El autor publica en 7 capítulos la descripción de
las fortificaciones del levante almeriense en la revista Axarquía, números 2 a 7, correspondientes a los
años 1997-2003.
279 CARA BARRIONUEVO, L., SÁNCHEZ RAMOS, V., GIL ALBARRACÍN, A. y GUERRERO MONTERO, F.M., Casti-
llos, fortificaciones y defensas, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2007.
280 Dentro de la Historia del reino de Granada, op. cit., son los capítulos de GIL SANJUÁN, J., “La nueva fron-
tera y la defensa de la costa”, Vol. 2, La época morisca…, op. cit., pp. 543-582; y de CONTRERAS GAY, J.,
“La defensa de la frontera marítima”, Vol. 3, Del siglo de la crisis…, op. cit., pp. 145-178.
281 Sánchez Ramos, Barea Ferrer, Muñoz Buendía, Martínez San Pedro, B. Vincent, Alcaína Fernández, Silva
Ramírez, etc.
282 Es de obligada referencia a nivel nacional quien es, al menos para la Edad Moderna, el máximo expo-
nente de la Historia cultural en nuestro país, Fernando Jesús Bouza Álvarez.
191
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
A nadie se le oculta la información histórica que proporcionan las personas que visi-
taron las tierras almerienses durante el pasado. Probablemente de la mano y del éxito
de la nueva narrativa haya hecho aparecer en Almería una serie de libros y artículos
relacionados con estos viajeros que dejaron por escrito las imágenes que impregnaban
sus retinas, actuando como de especies de cámaras fotográficas o de cine en el tiempo.
De una quincena de obras, solo reseño dos por su extraordinario interés (al marquen de
la ya comentada visita del X marqués de Los Vélez a sus estados): el viaje del ilustrado
naturalista Simón de Rojas Clemente283 y la obra colectiva de recopilación de relatos de
viajeros que han pasado por las tierras almerienses desde Münzer a Pemán Almería284.
283 GUILLÉN GÓMEZ, A., “Expediciones científicas e ilustración en los últimos años del Antiguo Régimen.
El viaje de Simón de Rojas Clemente al Reino de Granada: la Comarca de Los Vélez (1805)”, Revista
velezana, 15 (1996); “La Ilustración a fines del Antiguo Régimen. Viaje de Simón de Rojas Clemente
al reino de Granada: La Axarquía almeriense (529 mayo 1805) [1ª Parte]: De Carboneras a Garrucha”,
Axarquía, 6 (2001); “La Ilustración a fines del Antiguo Régimen. Viaje de Simón de Rojas Clemente al
reino de Granada: La Axarquía almeriense (529 mayo 1805) [2ª Parte]: De Garrucha a Lubrín, con para-
da en Albox”, Axarquía, 8 (2003); “La Ilustración a fines del Antiguo Régimen. Viaje de Simón de Rojas
Clemente al reino de Granada: la Axarquía almeriense (529 de mayo de 1805). [3ª Parte]: La ciudad de
Vera y sus contornos”, Axarquía, 9 (2004); “La Ilustración a fines del Antiguo Régimen. Viaje de Simón
de Rojas Clemente al reino de Granada: La Axarquía almeriense (5-29 de mayo de 1805). [4ª Parte]: La
villa de las Cuevas (22-27 de mayo)”, Axarquía, 10 (2005); “La Ilustración a fines del Antiguo Régimen.
Viaje de Simón de Rojas Clemente al reino de Granada: La Axarquía almeriense (529 de mayo de 1805).
[5ª Parte]: Huércal Overa, los confines de la Axarquía (2729 de mayo)”, Axarquía, 11 (2006).
De GIL ALBARRACÍN, A., Viaje al Cabo de Gata en 1805 por Simón de Rojas Clemente, Edt. GBG, Alme-
ría, Barcelona, 2002, y CLEMENTE RUBIO, SIMÓN DE ROJAS [GIL ALBARRACÍN, ANTONIO (ed.)], Viaje
a Andalucía. “Historia Natural del reino de Granada” (1804-1809), Ed. GBG, Barcelona, 2002. En la intro-
ducción de éste último libro hay un interesante trabajo sobre la obra científica de Simón de Rojas y su
significado a cargo de Horacio Capel Sáez, así como una biografía realizada por Gil Albarracín.
284 LENTISCO PUCHE, J.D., MARTÍNEZ SAN PEDRO, Mª.D., SEGURA DEL PINO, Mª.D. y ÚBEDA VILCHES, R.M.,
Almería vista por los viajeros. De Münzer a Pemán (1494 -1958), Ed. Instituto de Estudios Almerienses,
Almería, 2007.
192
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Aunque sea simple cita, y aprovechando el urbanismo como excusa, conviene recordar
la presencia de una importante cartografía histórica en algunas obras: así, junto a algunas
monografías específicas sobre cartografía histórica, como la de Manuel Gómez Cruz y
J.D. Lentisco Puche, se incluyen abundantes reproducciones cartográficas en las obras
del padre Tapia y de A. Gil Albarracín
285 CANO RODRÍGUEZ, L., Historia urbana de Vera. Castillo en la traza, Tesis doctoral inédita, dirigida por
Juan Calatrava Escobar, Universidad de Granada, 2016.
193
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Cuevas del Almanzora, Macael y Laroya, María, Laujar de Andarax, Pechina, Turre,
Vélez Blanco, Vícar286, etc.
Aunque son obras de carácter general y divulgativo, no exentas del necesario rigor, cabe
mencionar la existencia de dos tipos de colecciones que publica el Instituto de Estudios
Almerienses: Pueblos de Almería y Guías de Almería. En dichas colecciones, en proceso
de publicación, suele dedicarse un apartado a la Historia y dentro de éste, al período
moderno. Es una simple indicación para el interesado en un primer acercamiento a una
Historia local concreta.
A MODO DE CONCLUSIÓN.
HACIA UNA HISTORIA GLOBAL DE LA EDAD MODERNA
Un historiador afirmaba hace una década que “uno de los síntomas más claros de la
madurez de un gremio historiográfico es la capacidad de elaborar síntesis sobre ámbitos
generales de su investigación o producir manuales que compendien el conjunto de sus
actuales saberes…”287.
286 CASTELLÓ LOSADA, F., Aproximaciones a la Historia de Abrucena, Ed. Diputación Provincial de Almería
y Ayuntamiento de Abrucena, Almería, 1988. AMATE MARTÍNEZ, Mª.C., Alhama de Almería. Perfil de su
Historia, Ed. Ayuntamiento de Alhama de Almería, Almería, 2007. GÓMEZ CRUZ, M., Almería en el siglo
XVIII, [Microforma], Ed. Universidad de Granada, 1988. Tesis de soctorado. Actualmente, accesible on
line en el repositorio institucional de la Universidad de Granada. MUÑOZ BUENDÍA, A, La ciudad de
Almería y su tierra…, op. cit. TAPIA GARRIDO, José Ángel, Historia de la Baja Alpujarra, Instituto de Estu-
dios Almerienses, Almería, 1989 y Vélez Blanco, la villa señorial de los Fajardo, Madrid, 1953 [2ª ed. 1981].
ESTEBAN HANZA. E., Canjáyar, pueblo alpujarreño, Almería, 2000. LLAGUNO ROJAS, Pedro, La Villa de
las Cuevas durante el Antiguo Régimen, Ed. Ayuntamiento, Cuevas de Almanzora, Almería, 1989. CAS-
TILLO FERNÁNDEZ, J., Macael y Laroya en la Alta Edad Moderna (1489-1650): conquista, época morisca y
repoblación, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1998. ALCAÍNA FERNÁNDEZ, P., Historia de
la villa de María. Una comunidad rural del reino de Granada entre los siglos XV al XIX, Ed. Revista Velezana,
Ayuntamiento de María, Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1992. PUERTAS GARCÍA, Antonio:
Laujar de Andarax en el siglo XVIII, Instituto de Estudios Almerienses, Laujar de Andarax, 1991. CARA
BARRIONUEVO, L., Pechina: Historia y memoria, Ed. Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 2011.
GRIMA CERVANTES, J., Turre: Historia, cultura, tradición y fotografía, Almería, 1994. D. ROTH, Vélez-Blanco
en el siglo XVI: desde la época morisca a la sociedad de la repoblación, Ed. Centro de Estudios Velezanos.
Ayuntamiento de Vélez-Rubio, Instituto de Estudios Almerienses, 2008. VÁZQUEZ GUZMÁN, J.P., Ví-
car…, op. cit.
287 FERNÁNDEZ DÍAZ, R., “Balance historiográfico sobre el siglo XVIII en España (1985-2005)”, en XXV años
de historiografía hispana (1980-2004). Historia Medieval, Moderna y de América, Ed. Universidad del País
Vasco, Bilbao, 2007, p. 167.
194
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Si nos formuláramos esa pregunta para la Almería Moderna a nivel de la actual provin-
cia, concluiríamos en dos asertos y un desiderátum: aunque existen ciertamente lagunas
importantes, disponemos ya de esa madurez suficiente para la elaboración de esa síntesis
histórica a que antes se hacía alusión. Bien es cierto, por otro lado, que existen algu-
nas historias generales sobre la provincia de Almería, donde se desarrolla un apartado
específico sobre la Edad Moderna o bien constituye una auténtica monografía de los
siglos XVI-XVIII: desde la Breve Historia de Almería (año 1972)288, del Padre Tapia, hasta
Almería en la época moderna (1992), de F. Andújar Castillo, J.P. Díaz López y J.Mª. López
Andrés289. Estas son las dos únicas monografías que se han aproximado a una síntesis
global histórica de la Edad Moderna en la provincia de Almería, aunque con metodolo-
gías y estilos ciertamente distintos. El intento del padre Tapia, quizá su proyecto maestro,
de una Historia General de Almería y su Provincia quedó interrumpido por su falleci-
miento en 1992, pero llegó a recoger los datos del Catastro del Marqués de la Ensenada
de mediados de XVIII290. Ha existido alguna otra aportación de síntesis, dentro de obras
colectivas291, la última de las cuales (que data de 1998) supone un salto cualitativo en
la construcción histórica moderna, aunque su finalidad fuese divulgativa292. Estas son las
evidencias.
Pero han pasado ya más de veinte años de las obras generales sobre la Almería en la
Edad Moderna, período en que, como se ha analizado a lo largo del presente trabajo, se
han producido importantes avances historiográficos.
Es momento, pues, de repensar una nueva síntesis histórica, una renovada Historia glo-
bal de la Almería Moderna. Es un reto que debe ser colectivo y organizado por el or-
ganismo que tiene ad hoc la función del fomento de la investigación y la cultura en la
provincia, el Instituto de Estudios Almerienses.
288 TAPIA GARRIDO, J.A., Breve Historia de Almería, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería Alme-
ría1972.
289 ANDÚJAR CASTILLO, F., DÍAZ LÓPEZ, J.P., LÓPEZ ANDRÉS, J.M., Almería moderna. Siglos XVI-XVIII, Ed.
Instituto de Estudios Almerienses, Almería, 1994
290 TAPIA GARRIDO, J.A., Historia General de Almería y su Provincia, Ed. Monte de Piedad y Caja de Ahorros
de Almería. Los tomos VII a XIV dedicados a al período de finales del siglo XV hasta 1752, cuyo último
tomo se publicó en 1990.
291 ANDÚJAR CASTILLO, F., “Almería en la época Moderna”, en VVAA, Almería, tomo IV, Editorial Andaluza
de Ediciones ANEL, Granada, 1983, pp. 1117-1158. VVAA, Almería, cinco siglos de Historia…, op. cit., pp.
31-91, con aportaciones para la época que estudiamos de J.A. Grima Cervantes, F. Andújar Castillo y M.
Gómez Cruz.
292 ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J.P., “Almería en la Edad Moderna”, en AGERO, J. (ed.) y ANDÚJAR
CASTILLO, F. (coord.), Memorias del tiempo. La Historia de Almería, Vol. I, Ed. Mediterráneo y Novotécni-
ca, Madrid, 1998. pp. 145-200.
195
A PROPOSITO DEL PADRE
TAPIA.
NOTAS SOBRE LA
HISTORIOGRAFÍA DE LA
ALMERIA CONTEMPORÁNEA
196
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Fue para mí un placer participar en el homenaje al padre Tapia, organizado por el Ins-
tituto de Estudios Almerienses, máxime cuando la sesión en la que intervine se celebró
en Vélez Blanco, mi pueblo natal, y en el que José Ángel Tapia Garrido fue párroco allá
por los años de mi nacimiento.
Muchas cosas me unieron al padre Tapia. En primer lugar, fue el párroco que me bau-
tizó y mantuvo siempre con mi padre, Gregorio Martínez, el cartero de Vélez Blanco,
una estrecha amistad que continuó con su familia y aún permanece entre nosotros. En
segundo lugar, la pasión por la historia, por el conocimiento y la interpretación del pa-
sado, especialmente de nuestra provincia de Almería. Y, en tercer lugar, tuve el honor
de formar parte del Ayuntamiento de Almería cuando se rotuló una calle dedicada a su
memoria en la ciudad.
1 TAPIA GARRIDO, José Ángel, Vélez Blanco, la villa señorial de los Fajardo. Almería, Diputación Provin-
cial, 1959.
197
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Me pidió Julián Pablo Díaz López, el editor de esta obra, que comentara someramente
los rasgos de la historiografía sobre la Almería Contemporánea a partir de la obra pio-
nera del padre Tapia. Desde sus obras Breve historia de Almería (1972), Almería, hombre
a hombre (1980) o Almería, piedra a piedra (1992), en las que de algún modo se incluía
rasgos de la historia contemporánea de la provincia de Almería, la producción científica
sobre la Almería contemporánea ha tomado grandes dimensiones en todas las facetas
del conocimiento histórico, gracias al profesorado y las hornadas de licenciados en Histo-
ria y Humanidades que dieron sus primeros pasos en las aulas del Colegio Universitario
y posteriormente en la Universidad de Almería y gracias a la creación de instituciones
como el Instituto de Estudios Almerienses que ha sabido impulsar, canalizar y dar a la
luz una parte de esa producción científica a través de sus añorados Boletines y de su
encomiable Servicio de Publicaciones.
La economía fue lo primero y a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y primeros
años del XXI ha sido tratada por muy diversos estudios que nos han permitido pasar de
casi la ignorancia a un conocimiento bastante ajustado de los procesos económicos de la
Almería contemporánea. Fueron pioneras las investigaciones sobre la minería del plomo
y del hierro, la industrialización, constituyendo un sector fundamental para la economía
almeriense del siglo XIX y gran parte del siglo XX. Impulsadas desde el departamento de
Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, correspondió a Andrés Sánchez
Picón y a Miguel Ángel Pérez de Perceval desbrozar el camino2. Ambos profundizaron
2 SANCHEZ PICÓN, Andrés, La minería del levante almeriense, 1838-1930. Almería, Editorial Cajal, 1983;
La integración de la economía almeriense en el mercado mundial (1778-1936): cambios económicos y ne-
gocios de exportación. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1992; PÉREZ DE PERCEVAL VERDE,
Miguel Ángel, Fundidores, mineros y comerciantes. La metalurgia de Sierra de Gádor, 1820-1850. Almería,
Editorial Cajal, 1984; La minería almeriense en el período contemporáneo. Murcia, Servicio de Publicacio-
nes de la Universidad, 1989.
198
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Conforme avanza el siglo XXI se han ido rellenando lagunas que nos permiten alcanzar
un mejor conocimiento de la reforma agraria liberal con el estudio de Pedro Vázquez
Guzmán sobre la desamortización de Madoz en la provincia de Almería7, los paisajes
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
agrarios y la ecología con los trabajos de Juan García Latorre8 o el modelo Almería de
horticultura intensiva en la investigación de Serafín Mateo Callejón9. La revista El Me-
diterráneo Económico, publicada por Cajamar, nos ha brindado, y seguro que lo seguirá
haciendo en el futuro, reflexiones y análisis de gran calado y plena actualidad sobre
el desarrollo agrario, medioambiente, turismo, industria, la economía social, los flujos
migratorios, etc., que, aunque rebasan el ámbito provincial, son enriquecedores por el
marco comparado y el contexto globalizador en el que se encuentra nuestra economía.
Un breve y somero recorrido por las distintas etapas de la Almería contemporánea pone
de relieve la existencia de períodos mejor investigados y las lagunas que quedan por
cubrir respecto a la vida política y social. Sobre la crisis del Antiguo Régimen y el primer
liberalismo en Almería merecería la pena profundizar en futuras investigaciones sobre
una visión más amplia, pues los estudios existentes están dedicados a aspectos concretos
y puntuales como la guerra de la Independencia en la ciudad de Almería gracias al tra-
bajo de José Castillo Cano10, la Iglesia durante el Trienio Liberal, investigación acometida
8 GARCÍA LATORRE, Juan, La Sierra de Filabres (Almería) entre los siglos XV y XIX. Paisajes agrarios, econo-
mía y estructuras sociales. Granada, Universidad de Granada, 1997.
9 MATEO CALLEJÓN, Serafín, El modelo de horticultura intensiva de Almería ante la crisis actual. Una visión
desde las modernas teorías del crecimiento económico. Almería, Cajamar, 2013.
10 CASTILLO CANO, José, Almería en la crisis del Antiguo Régimen: la Guerra de la Independencia en la ciu-
dad. (1797-1814). Almería, Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, 1987.
200
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
por Esther Carmona Samper aún si publicar, y la intentona de los “coloraos” en 1824,
episodio estudiado por autores como Emilio García Campra, Carmen Ravassa, Martín
García Valverde y el autor de estas páginas11. A todo ello se unen las biografías de los
diputados almerienses en las Cortes de Cádiz como Antonio Alcayna Guirao, Francisco
Javier Mier y Campillo (obispo de Almería) y Cristóbal de Góngora, realizadas por el
autor de estas páginas para el Diccionario biográfico encargado por las Cortes Generales,
los trabajos sobre la minoría gitana de la provincia de Almería en la crisis de Antiguo Ré-
gimen de Manuel Martínez y el estudio sobre la Justicia penal de Miguel Ángel Morales
Payán12. En cualquiera de los casos, es preciso que futuros estudios aborden con mayor
dimensión y análisis el primer liberalismo.
Se echan en falta investigaciones que traten globalmente sobre la vida política durante el
reinado de Isabel II en Almería. Hay algunas investigaciones puntuales como el análisis
de la corriente demo-republicana, incluido dentro de mis estudios sobre el republicanis-
mo, otras de Andrés Sánchez Picón, arriba referenciadas, a las que se debe añadir una
biografía sobre Ramón Orozco Gérez, minero, mayor contribuyente por rústica de la
provincia, diputado en Cortes durante varias legislaturas por el partido progresista y pre-
sidente de la Junta Revolucionaria de 1868. También ocupa un lugar destacado la histo-
ria del Colegio de Abogados de Almería, estudio realizado por Javier Fornieles Alcaraz y
Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz en donde se brinda un largo recorrido del funciona-
miento de esta institución profesional desde su creación en 1841 hasta 199613. Un avan-
ce significativo para el conocimiento de los protagonistas de la vida política almeriense
ha sido el estudio y la investigación de las biografías de los diputados por la provincia de
Almería entre 1834 y 1869, publicadas por el Centro de Estudios Andaluces y también
por el Diccionario de las Cortes Generales, aunque este último llega tan solo hasta 1854.
Este conjunto de biografías ha sido realizado por los miembros del grupo Surclio: Esther
Carmona Samper, Carmen González Canalejo, María Dolores Jiménez Martínez, Pedro
Martínez Gómez, Óscar Rodríguez Barreira, Maribel Ruiz García, José Luis Sáez Pinel
y el autor de estas páginas14. Es de esperar que en breve José Luis Sáez Pinel culmine
11 MARTINEZ LÓPEZ, Fernando, “Los coloraos”. El 24 de agosto en la historia de Almería. Almería, Instituto
de Estudios Almerienses, 1987; GARCÍA VALVERDE, Martín, El episodio de los coloraos en la historia alme-
riense: los diferentes monumentos y evolutivas celebraciones. Almería, Ayuntamiento de Almería, 1997;
GARCÍA CAMPRA, Emilio (1998). Los Coloraos, en sus documentos. Ed. Griselda Bonet. Almería- Barcelo-
na, 1998; RAVASSA LAO, Carmen, El “colorao” no es rojo. Editorial Soldesol, 2016.
12 MORALES PAYÁN, Miguel Ángel, La justicia penal en la primera mitad del siglo XIX. Almería, Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Almería, 1998.
13 FORNIELES ALCARAZ, Javier, QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael, El Colegio de Abogados de Alme-
ría y su historia, 1841-1996. Almería, Colegio de Abogados, 1996.
14 CARO CANCELA, Diego (director), Diccionario biográfico de parlamentarios andaluces (1810-1869). Se-
villa, Centro de Estudios Andaluces, 2011; AA.VV., Diccionario biográfico de parlamentarios españoles,
1820-1854. Madrid, Cortes Generales, 2013.
201
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
su tesis doctoral que trata precisamente sobre la vida política durante esta etapa, crucial
para el conocimiento de las relaciones entre política y el mundo económico y del fun-
cionamientoelectoral censitario, vinculado a la propiedad y al grado de impuestos que
se pagaba a la hacienda pública, cuando se había pasado de una nación de ciudadanos,
defendida por el primer liberalismo, a una nación de propietarios.
Aunque aún no están publicadas ya están escritas las biografías de los diputados y se-
nadores de este periodo y que espero vean la luz en el próximo año de 2017 en el
Diccionario biográfico de diputados y senadores almerienses (1834-2004) que, bajo mi coor-
dinación, hemos elaborado entre Esther Carmona Samper, Carmen González Canalejo,
María Dolores Jiménez Martínez, Pedro Martínez Gómez, Óscar Rodríguez Barreira, Ma-
ribel Ruiz García y José Luis Sáez Pinel. De todas formas, es preciso que futuros trabajos
apunten hacia una interpretación global de esta etapa democrática en Almería, bisagra
de lo que fue el tránsito de la época de lo que podríamos llamar la burguesía liberal
emprendedora y activa en la política general a un período marcado por el cunerismo
político y por una burguesía rentista más centrada en el control del poder local por la vía
clientelar y caciquil que caracterizará a la Almería de la Restauración.
15 HEREDIA SORIANO, Antonio, Nicolás Salmerón: vida, obra y pensamiento. Salamanca, Universidad de
Salamanca, 1972; AMATE MARTÍNEZ, María del Carmen, MARTÍNEZ SAN PEDRO, María de los Desam-
parados (coord.) Nicolás Salmerón y Alonso. Semblanzas. Almería, Diputación de Almería, 2003; MAR-
TÍNEZ LÓPEZ, Fernando, Nicolás Salmerón y Alonso. Discursos y escritos políticos. Almería, Editorial de la
Universidad de Almería, 2008.
202
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
16 MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando, Los republicanos en la política almeriense del siglo XIX. Málaga, Servicio de
Publicaciones de Unicaja, 2006.
17 JIMÉNEZ MARTÍNEZ, María Dolores, Favores e intereses: política de clientelas y cultura electoral en Almería
(1903-1923). Jaén, Universidad de Jaén, 2003.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Un trabajo que también aborda el papel del movimiento social-ugetista, los sindicatos
libres y el sindicalismo católico almeriense durante este período18.
18 MARTÍNEZ GÓMEZ, Pedro, La dictadura de Primo de Rivera en Almería (1923-1930). Entre el continuismo
y la modernización. Almería, editorial Universidad de Almería, 2007.
19 VILLANUEVA MUÑOZ, Emilio, Urbanismo y arquitectura en la Almería Moderna, 1780-1936. Almería, edi-
torial Cajal, 1983. 2 vols.
20 MARTÍNEZ ROMERO, Josefa, Instituciones culturales en el siglo XIX almeriense. Almería, Universidad de
Almería, 2001.
21 RAMÍREZ RODRÍGUEZ, Carmen, El teatro lírico almeriense durante la Restauración. Almería, Universidad
de Almería, 2005.
22 ORTEGA CAMPOS, Ignacio, Crónica social del Cine en Almería: 1896-1936. Málaga, Servicio de Publica-
ciones de Unicaja, 2005.
204
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
timas dos décadas de investigaciones y publicaciones que nos han permitido acercarnos
ala historia social, la pobreza, el analfabetismo y el movimiento obrero. Varias tesis doc-
torales y trabajos específicos han tratado sobre esta amplia problemática. Las condiciones
de vida de la población almeriense entre 1850 y 1930 han sido abordadas por Dolores
Pérez Cuadrado, quien analiza el coste de la vida, los precios y salarios, el nivel de con-
sumo y coste de vida, el hábitat, la nutrición, el vestido, la sanidad, la higiene, educación,
beneficencia y la emigración, haciendo especial hincapié en los pueblos del valle del Al-
manzora, Vera y Huércal Overa23. Para una cronología similar Carmen González Cana-
lejo ha abordado la asistencia sanitaria, género y cuestión social en Almería, poniendo el
acento en el origen de la asistencia pública contemporánea y el desarrollo de los grupos
constituidos como “nuevas profesiones sanitarias”, especialmente practicantes, matronas
y enfermeras; investigaciones en donde se analizan los procesos de construcción, mejora
y ampliación de la asistencia sanitaria, la higiene y las reformas de las profesiones sanita-
rias desde la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del XX24.
Condiciones de vida que tienen mucho que ver con el nivel de analfabetismo existente
en la provincia de Almería, uno de los más elevados de la geografía provincial española,
como quedaron puestos de relieve por los trabajos de Pilar Ballarín para la segunda
mitad del siglo XIX y posteriormente por Rafael Quirosa-Cheyrouze. También por los
niveles educativos alcanzados en una provincia que a fines del siglo XIX y primeras
décadas del siglo XX tenía como máximo nivel un Instituto de Segunda Enseñanza y
una Escuela Normal de Maestros y para los oficios una Escuela de Artes concedida por
Carlos Navarro Rodrigo cuando era ministro de Fomento y a cuyos análisis se han dedi-
cado investigaciones como las de Pilar Ballarín para la Escuela Normal o los de Antonio
Sánchez Cañadas para la Escuela de Artes25.
Las investigaciones sobre el despertar del obrerismo consciente a finales del siglo XIX
y su desarrollo a lo largo de las tres primeras décadas del siglo XX han puesto de
relieve la hegemonía de las corrientes social-ugetista en la provincia de Almería. Tres
tesis doctorales y un libro sobre los orígenes del socialismo constituyen, al menos, los
referentes de estas investigaciones que se inician en el rastreo de los primeros pasos del
23 PÉREZ CUADRADO, María Dolores, Las condiciones de vida de la población almeriense, 1850-1030. Alme-
ría, editorial de la Universidad de Almería, 2010.
24 GONZÁLEZ CANALEJO, Carmen, Asistencia sanitaria, género y cuestión social en Almería (1850-1930).
Almería, editorial de la Universidad de Almería, 2005.
25 BALLARÍN DOMINGO, Pilar, “El analfabetismo en la provincia de Almería (1860-1900”. Boletín del Insti-
tuto de Estudios Almerienses nº 8, Letras, 1988; La Escuela Normal de Maestros de Almería (siglo XIX). Gra-
nada, Universidad de Granada, 1987; QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael, “Analfabetismo en la
sociedad almeriense”, en AA.VV., A la memoria de Agustín Díaz Toledo. Almería, Universidad de Almería,
1995, pp. 309-315; SÁNCHEZ CAÑADAS, Antonio, La Escuela de Artes de Almería, 1886-1911: un cuarto
de siglo de educación popular. Almería, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Almería, 2001.
205
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Más centrados en la cuenca minera de Serón-Bacares están los trabajos sobre los can-
teros y caciques de José Antonio Alcantud y las investigaciones sobre el obrerismo del
malogrado Juan Torreblanca Martínez, especialmente su tesis doctoral sobre la conflicti-
vidad social de la minería en donde se analiza el movimiento obrero de la cuenca entre
1900 a 1945 y se desgrana la estrecha relación existente entre condiciones de vida y
de trabajo y los reiterados episodios de protesta social que protagonizaron los mineros
almerienses en la primera mitad del siglo XX, sus bases ideológicas, la configuración y
orientación de las organizaciones obreras y la acumulación de experiencias en la práctica
26 MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando, La barbería de la Almedina. Los orígenes del socialismo almeriense (1880-
1903). Almería, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Almería, 2003.
27 RUIZ GARCÍA, María Isabel, El obrerismo consciente. Almería, 1900-1903. Editorial de la Universidad de
Almería, 2015. MORENO BARÓ, Concepción, Católicos y parraleros. Almería, Servicio de Publicaciones
de la Universidad de Almería, 1999.
206
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sindical28. Sobre los anarquistas y comunistas, los otros actores del obrerismo consciente,
se han centrado las investigaciones de Antonio Ramírez Navarro, especialmente su tesis
doctoral en donde aborda fundamentalmente las organizaciones y comportamientos
de ambas fuerzas revolucionarias durante la Segunda República y la Guerra Civil, po-
niendo el acento en la desconfianza con la que inicialmente acogieron la República, la
disputa con los socialistas por la hegemonía del proletariado, su crecimiento exponencial
durante la Guerra Civil, las tensiones entre las distintas fuerzas del Frente Popular y la
represión, las cárceles o el exilio con lo que se puso punto y final al movimiento obrero
organizado tras la Guerra Civil29.
28 GONZÁLEZ ALCANTUD, José Antonio, Canteros y caciques en la lucha por el mármol. Almería, Instituto
de Estudios Almerienses, 1990; TORREBLANCA MARTÍNEZ, Juan, Conflictividad social en la cuenca mine-
ra de Serón-Bacares (Almería). Tesis doctoral. Universidad de Almería, 2011.
29 RAMÍREZ NAVARRO, Antonio, Anarquistas y comunistas en la formación del movimiento obrero almerien-
se (1872-1939). Almería, Editorial de la Universidad de Almería, 2015; El optimismo de los desesperados.
Historia del PCE en Almería. Almería, editorial de la Universidad de Almería, 2016.
30 LÓPEZ MARTÍN, Juan, La Iglesia en Almería y sus obispos. Instituto de Estudios Almerienses, Caja Rural
de Almería y Unicaja.1999; José María Orberá y Carrión, el mártir de Cuba, el obispo de Almería. Madrid,
Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería, 1987; ESCÁMEZ MAÑAS, Francisco José, Los Canónigos
del Cabildo de la Catedral de Almería (1505-1936). Tesis doctoral, Sevilla, 2016.
31 MARÍN CARA, Antonio, Almería y los jesuitas. Cien años en compañía (1911-2011). Almería, editorial de la
Universidad de Almería, 2015.
207
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Unos trabajos que han cristalizado además en un apéndice biográfico de los más de
mil masones almerienses de los siglos XIX y XX, una obra sobre la masonería anda-
luza y la represión franquista y un diccionario biográfico de cerca de 6.000 masones
32 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, RUIZ FERNÁNDEZ, José, Actas de las I jornadas de Religiosidad Popular y
Almería. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1997. Actas de las II Jornadas… 2001; Actas de las
III Jornadas … 2004; RUIZ FERNÁNDEZ, José, VÁZQUEZ GUZMÁN, Juan Pedro, Religiosidad Popular y
Almería. IV jornadas. Instituto de Estudios Almerienses, 2006; V jornadas …. 2010; VI jornadas…, 2014.
208
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
andaluces del siglo XX, coordinado por Leandro Álvarez Rey y el autor de estas
páginas33.
La prensa y los medios de comunicación social, fuentes históricas para gran parte de
las investigaciones de la edad contemporánea, han sido también objeto de los trabajos
de los historiadores almerienses desde El Norte Constitucional del Trienio Liberal hasta la
radio y la TV en la actualidad. El estudio de Francisco Verdegay Flores sobre la prensa
almeriense de 1900 a 193134 abrió el camino que después han transitado diversos his-
toriadores, animados por la creación de la Hemeroteca Sofía Moreno Garrido y el Catá-
logo de prensa almeriense (1823-1939) elaborado por Josefa Balcells Fernández y José
Domingo Lentisco Puche, y por los encuentros sobre la metodología de prensa impulsa-
dos por el Instituto de Estudios Almerienses. Bajo este impacto aparecieron monografías
como la de Francisco Gérez Valls sobre los diarios almerienses del siglo XIX o la Víctor
Hernández Bru sobre la historia de la prensa en Almería entre 1823 y el 2000, ambas
fruto de tesis doctorales35 que recorren y caracterizan la amplia gama de periódicos
como La Crónica Meridional, El Radical, El Regional, El Popular, El Pueblo, Diario de Almería,
La Independencia, Adelante, Emancipación, Yugo, La Voz de Almería, y una larga lista de cen-
tenares de cabeceras que sirvieron para nutrir la información, la cultura y la curiosidad
de los lectores almerienses. Desde la prensa escrita las investigaciones han pasado a las
ondas y gracias a los trabajos de Antonio Torres Flores se conoce la historia de la radio
en Almería desde sus inicios en la provincia, la situación vivida durante la II República,
la guerra, la posguerra y el franquismo hasta culminar en la Transición y la llegada de las
radio autonómica y las emisoras locales; una investigación plagada de nombres propios
de quienes vivieron en primera persona la trayectoria de este medio de comunicación
entre los años veinte y sesenta del siglo XX36.
209
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
DE LA II REPÚBLICA A LA TRANSICIÓN
DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA
El estudio de las elecciones y los partidos políticos fue también la preocupación inicial
de los investigadores que nos acercamos al estudio de la República. Las elecciones
municipales de abril de 1931, las tres elecciones generales de 1931, 1933 y 1936, el
funcionamiento y las propuestas de los partidos de derechas y republicanos han cen-
trado el interés de diversas investigaciones, tras el esbozo que formulé en su día en la
obra colectiva de la editorial Anel en 1983 arriba señalada. Entre ellas cabe destacar el
estudio pionero sobre las elecciones municipales de 1931 en la ciudad de Almería de
José Antonio Alarcón, el trabajo sobre las derechas almerienses durante el primer bienio
republicano (1931-1933) de Manuel Pérez Montoya38, y los estudios de Antonio López
37 QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael, Política y Guerra Civil en Almería. Almería editorial Cajal, 1986;
Sublevación militar y alteraciones en la retaguardia republicana; Almería, 1936-37. Sublevación militar y
alteraciones en la retaguardia republicana. Almería, Editorial de la Universidad de Almería, 1996; Re-
presión en la retaguardia republicana. Almería, GEU, 1997; Católicos, monárquicos y fascistas en Almería
durante la Segunda República. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1998; FERNÁNDEZ AMADOR,
Mónica, QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Miradas al pasado reciente: de la II República a la Transición.
Almería, Editorial Universidad de Almería, 2014.
38 PÉREZ MONTOYA, Manuel, Las derechas almerienses durante la II República: el primer bienio, 1931-1933.
Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1991.
210
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Castillo sobre el republicanismo almeriense entre 1931 y 1936 en donde nos brinda
un amplio recorrido sobre los diferentes partidos que lo configuran, comités, líderes y
el panorama electoral de toda esta etapa democrática republicana; más recientemente
ha elaborado un estudio sobre las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) de Almería
que trata sobre la formación de las organizaciones juveniles obreras y su unificación,
analiza el papel desempeñado por las JSU en las instituciones locales durante la Guerra
Civil, especifica el protagonismo de las mujeres almerienses y culmina con la represión
sufrida por sus afiliados en la posguerra39. Tal vez sería necesario que futuras investiga-
ciones profundicen sobre culturas políticas, ya esbozadas por López Castillo en el caso
republicano, y transiten por el género biográfico poco frecuentado salvo el estudio sobre
Gabriel Morón, la biografía de Vicente Talens Inglá, elaborada por Antonio Ramírez
Navarro y la de Salvador Martínez Laroca, realizada por José Domingo Lentisco Puche.
En cualquier caso, con los conocimientos que ya se tienen sobre la II República quizás
sea el momento de abordar una obra de conjunto que compendie, interprete y divulgue
esta singular etapa de la historia reciente de Almería.
211
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que fueron sometidos en muchos casos por solo pertenecer a organizaciones legalmente
constituidas durante la República. Algunos de estos estudios han dado como fruto tesis
doctorales como la elaborada por Francisco Manuel López López sobre la República,
Guerra Civil y represión en el municipio de Abla41.
Especial significación tiene el estudio sobre las mujeres en las investigaciones de Sofía
Rodríguez López quien para el período de la Guerra Civil nos brindó sus Mujeres en Gue-
rra42, un trabajo que aborda la vivencia del conflicto en la provincia de Almería desde la
mirada femenina, desde una perspectiva de género, en la que adquieren protagonismo
las relaciones sociales, las pautas culturales, las reglas socio-sexuales, lo cotidiano, los ne-
xos familiares y la situación sanitaria. Mención singular adquiere la doble represión que
sufrieron las mujeres por estar afiliadas a partidos de izquierda o sindicatos de clase, ser
hijas, esposas de, ser “rojas”, y otra específica por ser mujeres sobre las que la represión
se cebó contra su dignidad y contra su cuerpo a través de múltiples vejaciones como los
cortes de pelo al cero o el aceite de ricino. Entre las aportaciones que se han centrado en
la represión sobre las mujeres destaca la tesis doctoral de María Dolores Ruiz Expósito
sobre las mujeres almerienses represaliadas entre 1939 y 1950, fruto del estudio sobre
los procedimientos sumarísimos clasificados por el Juzgado Togado Militar Territorial
nº 23, la obra de Eusebio Rodríguez Padilla sobre las mujeres condenadas a muerte o
reclusión perpetua tras la Guerra Civil, y los trabajos de Carmen González Canalejo
sobre cómo afectó a las mujeres almerienses y andaluzas la ley de Responsabilidades
Políticas43.
41 LÓPEZ LÓPEZ, Francisco Manuel, República, Guerra Civil y represión en Abla, 1931-1945. Almería, Univer-
sidad de Almería, 2016.
42 RODRÍGUEZ LÓPEZ, Sofía, Mujeres en guerra, Almería, 1936-1939. Sevilla-Almería. Arráez, 2003.
43 RUIZ EXPÓSITO, María Dolores, Mujeres almerienses represaliadas en la posguerra española (1939-1950).
Almería, Editorial de la Universidad de Almería, 2008; RODRÍGUEZ PADILLA, Eusebio, Mujeres de Alme-
ría condenadas a muerte o reclusión perpetua tras la Guerra Civil (1939-1945). Almería, ediciones Arráez,
2014; GONZÁLEZ CANALEJO, Carmen, “Historia de las mujeres que no quisieron guerra ni fascismo.
Patriarcado y actuación del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Andalucía (1936-1945)”, en GÓ-
MEZ OLIVER, Miguel, MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando, BARRAGÁN MORIANA, Antonio (coords.), El “botín
de guerra” en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, 1936-1945.
Madrid, Biblioteca Nueva, 2015, pp. 293-308.
212
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cercana al 11 por ciento de ellos44. Quedan aún importantes lagunas que cubrir sobre
las depuraciones profesionales como por ejemplo la de los empleados municipales y de
la Diputación Provincial, enfermeras y practicantes, ferroviarios, empleados de correos,
arquitectos, etc.
Tras la guerra muchos republicanos almerienses, de igual modo que en el resto de Es-
paña, se vieron obligados a tomar el camino del exilio. Este ha sido un tema poco fre-
cuentado por los investigadores hasta muy recientemente. Había referencias puntuales
a algunas de las personalidades republicanas u obreras almerienses que se expatriaron,
pero es en estos momentos cuando están siendo analizadas ampliamente junto al con-
junto de los almerienses de “a pie”, los más olvidados, en un amplio estudio impulsado
por el grupo de investigación Surclio de nuestra Universidad con investigadores de las
Universidades de Sevilla, Huelva, Córdoba y Granada que abordan el exilio de los re-
publicanos andaluces. Los republicanos almerienses constituyen tras los malagueños el
colectivo andaluz más numeroso que tomó el camino del exilio hacia el sur de Francia
y al Norte de África, especialmente a Argelia. Una diáspora almeriense que llegó a
44 SÁNCHEZ CAÑADAS, Antonio, Memoria y dignidad. Depuración y represión del magisterio almeriense
durante la dictadura del general Franco. Sevilla, Corduba, 2007; FERNÁNDEZ LUCEÑO, María Victoria,
Médicos republicanos y masones en Andalucía contemporánea. La represión franquista. Aconcagua,
2016.
45 GÓMEZ OLIVER, Miguel, MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando, BARRAGÁN MORIANA, Antonio (Coords.), El “bo-
tín de guerra” op, cit.
46 RODRÍGUEZ PADILLA, Eusebio, El ejército guerrillero de Andalucía, 1945-1952. Almería, Arráez editores,
2011.
213
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La otra cara de la moneda la representaron las viejas y nuevas élites políticas y económi-
cas que se auparon al poder durante la postguerra. Óscar Rodríguez Barreira en su libro
sobre los poderes locales y el Nuevo Estado franquista (1936-1951) muestra los intereses
materiales de quienes ostentaron el poder en la provincia prestando especial atención al
peso de la familia y las redes clientelares en la dinámica política. Su objetivo, al margen
de caracterizar al poder en provincias, no es otro que dilucidar la continuidad o ruptura
47 MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando (coord.), Los andaluces en el exilio de 1939. Sevilla, Centro de Estudios An-
daluces, 2015.
48 RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar, Migas con miedo: prácticas de resistencia al primer franquismo. Almería,
1939-1953. Almería, Universidad de Almería, 2008; “Pupitres vacíos”. La escuela rural de posguerra. Alme-
ría, 1939-1953. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 2015.
49 CAZORLA SÁNCHEZ, Antonio, Desarrollo sin reformistas. Dictadura y campesinado en el nacimiento de
una nueva sociedad en Almería, 1939-1975. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1999.
50 RODRÍGUEZ LÓPEZ, Sofía, La Sección Femenina y la sociedad almeriense durante el franquismo: de las
mujeres del movimiento al movimiento democrático de mujeres. Almería, Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Almería, 2005; Memorias de los nadie. Sevilla, Centro de Estudios Andaluces, 2015.
51 PÉREZ SEGURA, Francisco, La protección pública a la infancia en Almería durante el franquismo. Madrid,
UNED, 2007.
52 RUIZ GARCÍA, Alfonso, Arquitectura, vivienda y reconstrucción en la Almería de posguerra (1939-1959).
Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1993.
214
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
53 RODRÍGUEZ BARREIRA, Óscar, Miserias del poder. Los poderes locales y el Nuevo Estado franquista (1936-
1951). Valencia, Publicacions de la Universitat de Valencia, 2013.
54 QUIROSA CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael (coord.) La Transición en Andalucía (Universidades de Huelva
y Almería, 2002, junto a Encarnación Lemus), Historia de la Transición en España. Los inicios del proceso
democratizador. Madrid, Biblioteca Nueva, 2007; Prensa y democracia. Los medios de comunicación en
la Transición. Madrid, Biblioteca Nueva, 2009; La sociedad española en la Transición. Los movimientos
sociales en el proceso democratizador. Madrid, Biblioteca Nueva, 2011; Los Partidos en la Transición. Las
organizaciones políticas en la construcción de la democracia española. Madrid, Biblioteca Nueva, 2013.
55 MÁRQUEZ CRUZ, Guillermo Manuel, Almería en la transición: elecciones y sistema de partidos (1976-
1980). Almería, Grafikás, 1981.
56 FERNÁNDEZ AMADOR, Mónica, Los socialistas de Almería durante la Transición: de la clandestinidad al
poder. Almería, Arráez ediciones, 2006; GUTIÉRREZ PÉREZ, Arsenio, El Andalucismo en la Transición: el
PSA-PA en la provincia de Almería (1976-1982). Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 2011.
57 FERNÁNDEZ AMADOR, Mónica, El poder municipal en Almería durante la transición a la democracia. Al-
mería, editorial Universidad de Almería, 2014; DOUCET PLAZA, Marisol, El nacimiento del municipio de
El Ejido. De las primeras elecciones democráticas al cambio político (1979-1991. Almería, Universidad de
Almería,2016.
215
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
dos por Aurea Vidal Gómez sobre la UGT y Antonio Fernández Navarro sobre el origen
y desarrollo de los grupos de interés en la provincia durante la década de 1976 y 1986,
especialmente sobre los sindicatos de CCOO y UGT y los empresarios de ASEMPAL58.
Al estudio de la radio y los medios de comunicación arriba comentados se ha unido
recientemente la interconexión entre el mundo de la prensa y la cultura en la incipiente
democracia, gracias a los trabajos sobre el panorama cultural que han cristalizado en la
tesis doctoral de Miguel Ángel Blanco Martín sobre cultura y periodismo y en la Almería
de 1973 a 198659.
No quiero terminar estas notas sin hacer referencia al Diccionario biográfico de Almería
(2006), impulsado por el Instituto de Estudios Almerienses y coordinado por Julián Pa-
blo Díaz López, de obligada consulta para todo el que pretenda conocer la trayectoria de
216
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Toda esta amplia producción científica no hubiera sido posible sin los soportes editoriales
de la Librería Cajal, Grafikás, Gutenberg, Anel, Boletines y editorial del Instituto de Estu-
dios Almerienses, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, editorial de la
Universidad de Almería, ediciones Arráez y las revistas Farua, Revista Velezana, Axarquía,
o El Eco de Alhama. Tampoco hubiera germinado sin la ayuda de directores y directoras,
empleados y empleadas de los Archivos Histórico Provincial, de la Diputación Provincial
y de los Archivos Municipales de la capital y de la provincia. Al esfuerzo económico
de los editores e impulsores, muchas veces filantrópico, y a la labor encomiable de los
responsables y de los trabajadores y trabajadoras de los archivos, todos los historiadores
e historiadoras tenemos un deber de gratitud.
217
Tercera parte
La investigación y la
divulgación de la Historia
en el siglo XXI
LA HISTORIA EN EL SIGLO XXI:
REDES SOCIALES,
HERRAMIENTAS Y RECURSOS
DIGITALES PARA UN
HISTORIADOR 2.0
219
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
Hasta los albores del siglo XXI, el trabajo de un historiador no había conocido apenas
modificaciones ni en su metodología, ni en la forma de obtener la información que
proporcionaban las fuentes, en comparación con aquéllos que se habían dedicado a
hacerlo en décadas o centurias precedentes. Las indicaciones de Marc Bloch1 o Charles
Samaran2 en lo referente al acercamiento a las fuentes, habían permanecido más o me-
nos invariables hasta la llegada del mundo digital. Con la llegada de la informática, de
las nuevas tecnologías, y de internet, se ha experimentado un cambio revolucionario,
tanto en lo relativo al acceso a las fuentes, como en el procesamiento de la información
y, muy especialmente, en la forma en la que los historiadores ofrecemos los resultados
de nuestras investigaciones a la sociedad, ya sea mediante la difusión de artículos espe-
cializados o mediante el llamado e-learning, el aprendizaje electrónico o la educación
electrónica a distancia.
Nuestro objetivo en este texto será ofrecer una somera descripción de aquellos recursos
que no sólo resultan de enorme utilidad, sino que se han convertido en absolutamente
imprescindibles para el desempeño de nuestro trabajo en la actualidad. Unos nuevos
presupuestos metodológicos, tanto en la forma de recibir información y aprender, como
en la manera de contribuir al desarrollo científico y a la difusión de nuestras propuestas
a un público cada vez más mayoritario.
1 BLOCH, M., Apología para la Historia o el oficio de historiador, México D. F., 1996.
2 SAMARAN, C., L’Historie et ses Méthodes, París, 1961.
3 O’ REILLY, T., What Is Web 2.0. http://www.oreilly.com/pub/a/web2/archive/what-is-web-20.html. Acce-
dido el 30 de septiembre de 2016.
220
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La Web 2.0 se muestra como una herramienta con un potencial abrumador en todos
los ámbitos, dado que cualquier experto en una materia puede contribuir con sus co-
nocimientos en el tema. Un buen ejemplo de ello es la célebre Wikipedia que todos
conocemos y hemos usado en algún momento. Además, las formas de difusión de los
contenidos han ido cambiando con los años hasta lograr la práctica universalización de
los mismos, facilitando el acceso de las últimas generaciones, acostumbradas a nove-
dosas formas de relacionarse con la información y con los medios tecnológicos que la
proporcionan. Desde los largos y anodinos textos con escasas imágenes de las primeras
páginas web, allá por los años finales del siglo XX, hemos pasado a tutoriales en vídeo
que pueden verse en la televisión, la tableta o el teléfono inteligente. Algo esencial si
tenemos en cuenta los datos que aporta el último informe sobre el uso de internet en
España que cada año publica la Fundación Telefónica4. En ese informe se destaca que
nuestro país es líder europeo en la penetración de smartphones o teléfonos inteligentes
(un 82.8% del total de los existentes), tabletas, libros electrónicos y televisiones inteligen-
tes, muy por encima de nuestro entorno. Ligado a estos datos, el acceso a la información
ha experimentado el cambio antes referido, ya que el uso del teléfono inteligente para
acceder a internet ha sobrepasado al del ordenador de manera significativa: el 88.3%
de los usuarios de internet acceden a través de su teléfono móvil, mientras que el uso
del ordenador desciende, con respecto a las cifras del pasado año, hasta el 78.2%5. Este
fuerte incremento de lo que se ha llamado internet en movilidad, necesariamente con-
diciona no sólo la arquitectura de las propias páginas web con el fin de proporcionar
compatibilidad con estos dispositivos sino, y esto es lo más relevante, la forma en la que
se ofrecen los contenidos y los reciben los usuarios.
221
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Es bien conocido el papel que las redes sociales han ido adquiriendo en nuestras vidas.
Facebook, Twitter, Snapchat, Linkedin, Pinterest, y muchas otras redes sociales son uti-
lizadas a diario por centenares de millones de personas. Algunas de estas redes cuentan
con cantidades masivas de usuarios6, lo que las convierte en fantásticas plataformas para
promocionar nuestro trabajo o para estar en contacto con nuestros colegas y alumnos.
Son muchos los profesionales que usan estas redes populares para facilitar su actividad
docente y científica, en primer lugar porque se alcanza un mayor número de destinata-
rios para trasladar la información que deseamos transmitir, pero especialmente, porque
las nuevas generaciones se sienten mucho más cómodas interactuando a través de estas
redes que usan de manera cotidiana y automática en sus momentos de ocio, que utili-
zando plataformas educativas o enviando un correo electrónico más formal al profesor.
Tampoco debemos olvidar que la red más popular, Facebook, nació en el seno de la
universidad para establecer relaciones sociales dentro de la misma.
Las redes sociales digitales científicas o académicas no son ninguna novedad. Desde
los primeros años de popularización de internet, surgieron las listas de distribución de
correo electrónico, gestionadas en su mayoría por universidades u otras instituciones
privadas o públicas, que tenían carácter temático y permitían el contacto de especialistas
interesados en cualquier disciplina, que debían darse de alta en dicha lista y recibir el
visto bueno de sus administradores para poder participar en ellas, leyendo y enviando
correos electrónicos. Era un sistema rudimentario, que podía resultar incómodo en el
caso de listas muy numerosas y con intensa actividad, capaces de colapsar el buzón de
6 Facebook ha crecido de manera imparable, y en el segundo cuarto de 2016 contaba ya con 1.710
millones de usuarios activos mensualmente, según el portal Statista, experto en estudios estadísticos.
https://www.statista.com/statistics/264810/number-of-monthly-active-facebook-users-worldwide/
Accedido el 30 de septiembre de 2016.
7 Entre otros, vid. REINA ESTÉVEZ, J. et al., “El Uso de las Redes Sociales en las Universidades Andaluzas: El
Caso de Facebook y Twitter”, en Revista Internacional de Relaciones Públicas, II. 4 (2012), pp. 123-144; RI-
VAS FLORES, J. I. et al., “Facebook como espacio para compartir aprendizajes entre grupos de alumnos
de distintas universidades”, en RELATEC: Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa 15. 2 (2016),
pp. 55-66.; CARTAGENA BETETA, M., “Uso pedagógico de Facebook y su contribución en la autoeficacia
docente”, en RELATEC: Revista Latinoamericana de Tecnología Educativa 15.1 (2016), pp. 115–129; LLO-
RENS CERDÀ, F. y CAPDEFERRO PLANAS, N., “Posibilidades de la plataforma Facebook para el aprendi-
zaje colaborativo en línea”, en RUSC. Universities and Knowledge Society Journal, 8.2 (2011), pp. 31–45.
222
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
correo electrónico. Estas listas de debate académico fueron muy populares a finales de
los años 90 del pasado siglo, pero fueron cediendo paso a otras herramientas que iban
a imitar el exitoso modelo de las redes sociales masivas.
Una de las principales ventajas de ambas plataformas es que nos da la opción de elegir
los temas en los que estamos especializados o que más nos interesan, pudiendo hacer
búsquedas temáticas o concretas, tanto de investigadores que comparten nuestros in-
tereses como de artículos relacionados mediante tags o palabras clave. Se nos ofrece
también la posibilidad de seguir a aquellos usuarios con los que compartimos temas de
investigación, pudiendo recibir alertas por correo electrónico cuando uno de ellos pu-
blica un artículo o, incluso, cuando señala o añade un marcador a un artículo relevante
de otro usuario. Gracias a ello, resulta muy sencillo mantener una red estrictamente
académica con usuarios que comparten nuestros mismos intereses, de los que podemos
seguir su trayectoria investigadora sin necesidad de estar atentos a cualquier revista en
la que pudieran llegar a publicar, ya que son ellos mismos los que se suelen encargar de
informar sobre el lugar de publicación de su último libro; capítulo de libro o artículo, e
incluso, en muchas ocasiones, suben directamente el texto completo del artículo o ca-
pítulo de libro en estas redes, aunque hay que disponer de permisos legales para poder
hacerlo8.
De la misma forma, podemos utilizar ambas redes sociales académicas para difundir los
productos de nuestra propia investigación y lograr multiplicar de manera exponencial el
8 La política de derechos de autor y copyright de las publicaciones periódicas es un asunto a tener muy
en cuenta, pero es una cuestión que algunos usuarios se toman demasiado a la ligera. Vid. OVADIA,
S., “Researchgate And Academia.Edu: Academic Social Networks”, en Behavioral & Social Sciences Libra-
rian, 33.3 (2014), pp. 167-168.
223
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ejemplos
estadísticos
de lecturas y
procedencia
del portal
Academia.edu
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
alcance e impacto de los mismos, logrando un mayor número de citas9. Ambas platafor-
mas cuentan con una serie de análisis estadísticos que nos aportan datos útiles sobre el
número de ocasiones en las que alguien lee o descarga nuestras publicaciones, así como
el país de procedencia de dichos lectores, lo que puede darnos información sobre la
penetración y difusión de las mismas.
Otras posibilidades que ofrecen estas redes sociales son la difusión de ofertas de trabajo
en el ámbito académico; la participación en sesiones de debate sobre congresos o temas
específicos, y la posibilidad de responder o realizar preguntas sobre temas concretos de
nuestra especialidad para que otros expertos nos respondan.
Hemos visto que Academia.edu y ResearchGate son herramientas muy útiles para estar
al día del trabajo de nuestros colegas, así como para difundir el nuestro propio. En cual-
quier caso, pese a que cada vez son más los docentes, universitarios o no, que conocen
estas redes sociales científicas o académicas, su uso frecuente sigue siendo reducido10, en
parte porque aún hay una gran cantidad de profesores que siguen prefiriendo los canales
tradicionales11. Además, no faltan las voces críticas que cuestionan el comportamiento
de estas redes sociales académicas, alegando que las dinámicas internas que subyacen
tras ellas actúan de la misma manera que las jerarquías académicas ya existentes, imitan-
do su funcionamiento12.
Junto a las más exitosas redes sociales digitales académicas, tenemos que mencionar
otras herramientas colaborativas que funcionan de la misma manera, aprovechando la
puesta en común de los recursos compartidos por los usuarios. Nos referimos a gestores
de citas como Mendeley (https://www.mendeley.com/), Zotero (https://www.zotero.
org/) o CiteULike (http://www.citeulike.org/), por mencionar los más populares13. Todos
9 Los artículos publicados en Academia.edu reciben de promedio un 69% más de citas en el período de
cinco años tras su publicación. Un análisis más detallado sobre su impacto puede verse en THELWALL,
M. y KOUSHA, K., “Academia.edu: Social network or Academic Network?”, en Journal of the Association
for Information Science and Technology, 65 (2014), pp. 721–731. En él se describe, además, la mayor
predilección de los profesionales de la salud y los investigadores de las ciencias aplicadas por Resear-
chGate, mientras que los especialistas del Derecho y los historiadores se decantan de manera masiva
por Academia.edu.
10 CAMPOS FREIRE, F. y RÚAS ARAUJO, J., “Uso de las redes sociales digitales profesionales y científicas. El
caso de las 3 universidades gallegas”, en El profesional de la información, 25, Nº 3 (2016), pp. 431-440.
11 GONZÁLEZ-DÍAZ, C.; IGLESIAS-GARCÍA, M.; CODINA, L., “Presencia de las universidades españolas en
las redes sociales digitales científicas: caso de los estudios de comunicación”, en El profesional de la
información, 24. 5 (2015), p. 641.
12 THELWALL, M. y KOUSHA, K., “ResearchGate: Disseminating, communicating, and measuring Scholar-
ship?”, en Journal of the Association for Information Science and Technology, 66 (2015), pp. 876–889.
13 Un modelo relativamente cercano a estos gestores sería el de Google Académico o Google Scholar
(https://scholar.google.es/), que permite la búsqueda de referencias bibliográficas y ofrece índice de
citas e índice h, aunque carece de la capacidad de organizar y gestionar las propias referencias o de
utilizarlas al citar.
225
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero quienes seguían estos OCW demandaban un salto cualitativo que tendría lugar me-
diante la participación activa de los profesores en diversos roles y niveles de implicación
(docentes, curadores y facilitadores) y, como no podía ser de otra forma en los tiempos
de la Web y la universidad 2.0, a través del trabajo colaborativo de los alumnos, que se
iban a convertir en supervisores del trabajo de sus propios compañeros. Se generaliza-
ban así los MOOCs y se convertían en un fenómeno educativo sin parangón con cifras
impensables hasta la fecha. Corría el año 2011 cuando uno de los primeros MOOCs,
ofertado por la Universidad de Stanford en California, que versaba sobre inteligencia
artificial, lograba alcanzar los 160.000 alumnos inscritos16.
16 TIANA FERRER, A., “Los MOOC. Promesas y realidades”, en Telos: Cuadernos de comunicación e innova-
ción, 100 (2015), p. 93.
17 CHRISTENSEN, G., et al., “The MOOC phenomenon: who takes massive open online courses and
why?”, (2013) disponible en SSRN: https://ssrn.com/abstract=2350964 o http://dx.doi.org/10.2139/
ssrn.2350964. En poco más de un año, Coursera, el líder del mercado, alcanzaba los tres millones de
usuarios registrados, y en el año 2015, ya había superado los quince millones.
228
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ayudar en foros), o pagando una cantidad económica para obtener un certificado con el
sello de tal o cual institución educativa de prestigio.
Sin embargo, la ilusión provocada por el éxito pronto desapareció ante las voces críticas
que cuestionaban los MOOCs y ponían de manifiesto las sombras que se escondían
tras ellos18. El principal de sus problemas era la tasa de abandono: cursos que contaban
con cientos de miles de inscritos en su inicio, pero que llegaban a su conclusión con
pocos miles de alumnos cumpliendo con todas las tareas del mismo. Tampoco faltaban
los que alertaban de la sostenibilidad de los mismos y de los costes derivados de cursos
tan masivos19.
Muchas de las universidades han ido probando modelos y ajustando los MOOCs hasta
buscar la solución que mejor se podían ajustar a sus necesidades y a las demandas de
sus usuarios. Así nacían los xMOOC, cMOOC, vMOOC20, e incluso los SPOC (Small
Private Online Course), de menores dimensiones, privado y, en la mayoría de las oca-
siones, de pago, que defienden una atención más personalizada para evitar el alto índice
de abandono de los MOOCs.
Hoy parece claro que los MOOCs, en sus distintas versiones, no pueden ser, en modo
alguno, sustitutivos de la enseñanza reglada impartida por las universidades. Pero tienen
un importante nicho de mercado, especialmente en tiempos de crisis, debido a una cre-
ciente demanda de formación y al carácter gratuito de muchos de sus cursos.
Al calor de los MOOCs en sus distintas variantes, han surgido competidores de las uni-
versidades tradicionales que ofrecen su reputación profesional como garantía de calidad
en los contenidos ofertados. Fundaciones; institutos de diversa índole; universidades
privadas, o iniciativas altruistas o sin ánimo de lucro como la de Saylor Academy (http://
www.saylor.org/) o la Khan Academy21 (https://es.khanacademy.org/), han surgido para
cubrir un hueco que las universidades públicas no podían o no sabían llenar. Esto obliga
a las universidades a plantear nuevos enfoques en la diferenciación; a la búsqueda de la
“excelencia”, o simplemente a asumir que el escenario ha cambiado y deben compartir
un espacio formativo superior que antes ocupaba de manera exclusiva, habiendo con-
cluido su monopolio.
18 GARCÍA ARETIO, L., “¿...y antes de los MOOC?”, en Revista Española de Educación Comparada, 26 (2015),
p. 98-99.
19 PRPIC, J. et al., “MOOCs and Crowdsourcing: Massive Courses and Massive Resources”, en First Monday
20.12 (2015), disponible en SSRN: https://ssrn.com/abstract=2704610
20 CABERO ALMENARA J. et al., “Las tipologías de MOOC: su diseño e implicaciones educativas”, en Profe-
sorado. Revista de currículum y formación del profesorado, 18.1 (2014), pp. 13-26.
21 Aunque la Khan Academy se dirige a estudiantes de primaria y secundaria, creemos oportuno mencio-
narla aquí por el éxito de su propuesta de e-learning.
229
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En el año 2012, Michael J. Saylor escribía un libro23 donde hablaba del poder de la tec-
nología móvil, asegurando que los dispositivos móviles iban a cambiar nuestros modelos
de comercio y negocio; la industria del entretenimiento; la educación, y la sociedad y
el mundo tal y como lo conocíamos. Ciertamente, no andaba desencaminado en sus
predicciones: en la actualidad no necesitamos llevar dinero encima porque podemos
pagar en comercios, el supermercado o el autobús con el teléfono móvil; cada vez más
colegios han desterrado los medios tradicionales (lápices, cuadernos y libros analógicos)
y trabajan por proyectos o gamificación usando mobile learning con tabletas y teléfonos
móviles. La educación y los procesos de aprendizaje están experimentando cambios
porque los nuevos medios de comunicación así lo requieren, pero sobre todo porque
las nuevas generaciones son nativas digitales y su relación con el entorno y las herra-
mientas educativas son totalmente diferentes a las que usamos hace diez o veinte años.
Las formas de acceso a la información, con contenidos multimedia e interactivos, con
el aprendizaje colaborativo y el uso de las redes sociales24, primarán sobre un sistema
tradicional de enseñanza universitaria que apenas había cambiado de forma significativa
desde la Edad Media. Y es obligación del historiador y del docente, enfrentarse a ese
reto, desarrollar sus habilidades digitales, y participar como un sujeto activo de los cam-
bios que nos esperan.
22 DENT, E. B., “The Top Ten Reasons Why Online Learning Can Beat Classroom Learning”, (2013) disponi-
ble en SSRN: https://ssrn.com/abstract=2335860 o http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2335860
23 SAYLOR, M. J., The Mobile Wave: How Mobile Intelligence Will Change Everything, New York, 2012.
24 Tal como demuestra la realidad presente, y como ya apuntaba el estudio de la Fundación Telefónica
Universidad 2020: Papel de las TIC en el nuevo entorno socioeconómico, Madrid, 2011.
230
LA APORTACIÓN DE LAS
REVISTAS LOCALES A LA
HISTORIA ALMERIENSE
231
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
Las revistas locales son, sin duda, uno de los medios de mayor difusión de la historia
de nuestros pueblos y pequeñas ciudades. En ellas conocemos la intrahistoria, aquella
que nos toca de manera directa, la que protagonizaron nuestros antepasados, la que
marcó el devenir de nuestro paisaje, de nuestro entorno, de nuestro territorio..., en cierta
medida, de nosotros mismos. Sin ellas habría sido imposible que viesen la luz un sinfín
de estudios sobre nuestros orígenes, que nos han permitido saber el porqué de tantas y
tantas cosas.
En este breve artículo, pretendemos hacer un balance y una reflexión sobre el papel que
estas entrañables publicaciones han jugado en la investigación de la historia de nuestra
provincia; sus logros y sus retos, también sus carencias; sus contenidos y secciones; sus
protagonistas y sus promotores. Esta será la aportación que realicemos al merecido ho-
menaje al padre Tapia que tributa el Instituto de Estudios Almerienses, en reconocimien-
to a este insigne historiador, maestro de tantos investigadores, que abrió como nadie la
brecha del estudio histórico de nuestra provincia.
232
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sea quien fuere su fundador, la revista surgió sin duda como fruto indirecto del recién
creado Ateneo de Almería, institución que aglutinó a un buen número de intelectuales
demócratas en los albores de la restauración borbónica. Su periodicidad fue mensual y
su contenido histórico bastante escaso. Tendría una existencia relativamente efímera (se
publicaron nueve números entre 1879 y 1880 y dieciocho entre 1883 y 1884), si bien,
a pesar de ello, su influencia entre los intelectuales de la ciudad fue bastante importante.
Desaparecida esta publicación precursora, tanto los literatos4, los científicos, como mu-
chos historiadores, sólo contarían como medio difusor de sus trabajos con la prensa local
del momento, de un modo especial La Crónica Meridional5.
1 Un interesante estudio al respecto en MARTÍNEZ ROMERO, J., Instituciones culturales en el siglo XIX al-
meriense, Almería, 2001.
2 TAPIA GARRIDO, J. A., Almería, hombre a hombre, Almería, 1979, p. 178.
3 MARTÍNEZ ROMERO, J., “Revista de Almería (1879-80)-(1883-84): Publicación científico-literaria del
Ateneo almeriense”, en Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 14 (1995), pp. 103-116.
4 En los años noventa de la centuria decimonónica se publicarían las revistas literarias “El Organillo” y “La
Caricatura”, ibídem, p. 109.
5 Sobre el devenir de los rotativos almerienses en esta época vid.: HERNÁNDEZ BRU, V. J., Historia de la
prensa de Almería (1823-1931), Almería, 2005. Era común que la prensa tuviese secciones literarias y
culturales. Por poner dos ejemplos que nos resultan cercanos, el rotativo El Eco de Berja, que se publi-
caba en esta localidad en 1867, llevaba por subtítulo “Periódico minero de intereses locales, literatura
y anuncios”. Un carácter más literario aún presentaba en esta misma ciudad el semanario Gente Nueva,
fundado en 1918, entre otros, por el poeta local Manuel Salmerón Pellón, y en el que aparecen bastan-
tes artículos dedicados a la historia local.
233
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses, publicada entre 1910 y 1927, sería la que
tomaría el relevo de la Revista de Almería. Su director fue el abogado e historiador Juan
Antonio Martínez de Castro. En sus páginas recogió un buen número de artículos sobre
la historia de Almería6, teniendo una periodicidad mensual, aunque fue muy irregular en
su publicación casi desde el principio.
En 1916 tendría una existencia muy efímera la revista Patria y Poesía7, si bien revistió un
carácter exclusivamente literario.
Desde estas remotas fechas hasta la penúltima década del pasado siglo XX, práctica-
mente desaparecerían este tipo de publicaciones en nuestra provincia. Sería en los años
ochenta de la centuria pretérita, cuando por fin se produciría un despegue cultural
en Almería, al calor del cual nacerían diversas publicaciones como Anales del Colegio
Universitario de Almería en su versión de letras, de la cual se editarían tan sólo cuatro
volúmenes, con un tamaño de cuartilla, sin ilustraciones, y con una extensión media de
250 páginas. En esta publicación los artículos de historia tuvieron muy poca presencia.
También surgiría por aquellas fechas la revista Almotacín, editada por la Escuela Univer-
sitaria de Magisterio.
En 1981 aparecería el Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras8, con artículos
principalmente de historia y geografía, que logró editar quince números, sucediéndole
en 1998 la Revista de Humanidades y Ciencias Sociales del IEA, que sacó a la luz tan sólo
cuatro números más.
6 Para conocer el contenido de esta publicación y de la ya mencionada Revista de Almería, vid.: CASTILLO
CANO, J., “Índice bibliográfico de artículos referentes a Almería, publicados en: ‘Revista de Almería’,
‘Revista de Andalucía’, ‘La Alhambra’ y la ‘Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses’”, en Boletín del
Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 2 (1982), pp. 147-155.
7 VALLES CALATRABA, J. R., “Patria y Poesía (1916): Índices de una revista modernista almeriense de prin-
cipios de siglo”, en Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. Letras, 13 (1994), pp. 215-234.
8 Su primer número se editó en 1981 y el último –el 15- en 1997.
234
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los años ochenta fueron, como ya hemos indicado, los del resurgimiento cultural de
nuestra provincia, motivado en gran medida por la nueva situación sociopolítica, así
como por el despegue económico almeriense. Comenzarán en estas fechas a aparecer
los primeros proyectos editoriales en las distintas comarcas de la provincia, con desigual
suerte en cuanto a su continuidad en el tiempo.
La más madrugadora de las revistas locales almerienses sería Roel. Cuadernos de Civili-
zación de la Cuenca del Almanzora. Surgiría en julio de 1980, a modo de actas del ciclo
de ocho conferencias que, entre abril y mayo de aquel año, se habían organizado con
motivo de la I Primavera Cultural de Albox. El coordinador de aquellas conferencias, el
historiador Antonio Fernández Ortega, sería el encargado de la edición de la revista, que
tuvo una periodicidad anual en sus seis primeros números y bianual en los siguientes (se
editaron un total de diez –el último en 1993-).
En sus ciento setenta páginas de extensión media, y tal y como indicaba el subtítulo de la
publicación, se estudiaba la historia del valle del río Almanzora. Entre los autores de sus
artículos aparecen historiadores consagrados como el Padre Tapia; Juan Torres Fontes,
catedrático-director del departamento de Historia Medieval de la Universidad de Mur-
cia; Juan Abellán Pérez, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Granada;
9 Agradecemos la colaboración prestada por don Miguel Ángel Alonso Mellado, don Andrés Carrillo
Miras, doña Mª del Carmen Amate Martínez, don Andrés Pérez Pérez, don Juan Grima Cervantes y
doña Mª del Carmen Cuadrado, don Emilio Ruiz, don Manuel Francisco Matarín Guil, don Miguel Ibo-
rra Viciana y don Alfredo Valdivia Ayala, quienes contestaron amablemente al cuestionario que les
enviamos sobre sus respectivas revistas. A estos cuestionarios corresponden los entrecomillados que
transcribimos al hablar de las distintas publicaciones.
10 El encuentro se celebró el 15 de diciembre de 2001 en Vélez Rubio, con motivo del XX aniversario de
Revista Velezana. Agradecemos a nuestro buen amigo José Domingo Lentisco que nos haya facilitado
este manifiesto así como las reflexiones realizadas en el resto de encuentros de revistas celebrados.
235
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En 1982 vería la luz en Vélez Rubio la que hoy es decana de las revistas provinciales,
Revista Velezana. Su primer número reproducía un documento encontrado entre 1978
y 1979 por José Domingo Lentisco –alma mater de esta publicación-, la Memoria de las
célebres fiestas que hizo la villa de Vélez Rubio con motivo de la inauguración del nuevo templo
parroquial, 1769, escrito por el sacerdote ilustrado Antonio José Navarro. De este modo
surgía este proyecto cultural, “sin plan previo, sin estudio, sin organización, sólo un
impulso personal, una inquietud cultural, un sentimiento local, una pasión por el papel
impreso”11, que sigue pujante treinta y cuatro años después.
El espacio físico que estudia Revista Velezana engloba a los municipios de Chirivel, María,
Vélez Blanco y Vélez Rubio, a las tierras vecinas con fuertes lazos históricos, geográficos
o humanos, como Oria y Taberno, y, eventualmente, a otras áreas territoriales limítrofes,
con quienes, en el pasado o el presente, compartieron similares problemas, preocupa-
ciones y rasgos etnográficos.
Habrá que esperar hasta el segundo lustro de la siguiente década para que vuelvan a sur-
gir nuevas revistas en Almería. En 1996 serán tres las que aparezcan: El Eco de Alhama,
en la localidad salmeroniana, Axarquía, en Garrucha y Al-Cantillo, en Serón.
11 http://www.revistavelezana.com/revistavelezana/historia/.
236
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
disponía de las primeras 150.000 pesetas. Con la idea y una parte del coste, busco la co-
laboración de Porfirio Marín, colaboración que se ha mantenido en el tiempo hasta hace
tres o cuatro años.
La revista alhameña acogerá en sus páginas temas relativos a las localidades del medio
Andarax y el bajo Nacimiento, siendo su periodicidad semestral hasta que en los últimos
años se decidió hacerla anual, duplicado sus páginas.
La flamante publicación, que tendría un carácter anual que perdió en el número 14 (el
número 15 tardó bastante más tiempo en salir a la luz), abarcaría los pueblos de la Axar-
quía almeriense: Pulpí, Cuevas del Almanzora, Vera, Garrucha, Mojácar, Carboneras,
Sorbas, Lubrín, Bédar, Los Gallardos, Turre, Antas, Zurgena y Níjar (y durante algunos
números también Arboleas). Su contenido en temas históricos fue siempre bastante
elevado.
La revista de Serón, Al-Cantillo, que tiene una periodicidad cuatrimestral (abril, agosto
y diciembre), presenta un formato relativamente distinto a la mayoría de las que aquí
estamos estudiando. En efecto, la publicación surgió en 1996, a iniciativa de la Oficina
de Información Juvenil del municipio, a modo de boletín informativo del ayuntamiento,
con el objetivo de tener al día a sus vecinos de la actualidad y proyectos de Serón, por
lo que sus páginas se circunscriben exclusivamente a esta localidad.
Dado su carácter de boletín municipal, entre los que firman sus artículos es común
encontrar a concejales, responsables de diversos centros locales (Guadalinfo, biblioteca,
colegio, instituto…), así como representantes de asociaciones. A ellos se añaden, como
es natural, quienes escriben los artículos que no tiene carácter informativo, entre ellos
algunos historiadores.
237
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En 1997 saldría a la luz La Cimbra, en la localidad de Los Gallardos. Esta pequeña publi-
cación semestral tuvo como antecedente la revista Cadímar, que se publicaba mediante
impresión offset12. Su edición corría a cargo de la Asociación Cultural Acuproga, siendo
el director y editor de la revista (al igual que lo fue de Cadímar), el maestro y empresario
Emilio Ruiz, personaje muy ligado a la prensa almeriense.
El ámbito territorial que estudiaba La Cimbra eran los municipios de Los Gallardos y
Bédar, éste último debido a que era el municipio matriz del que se independizaron los
gallarderos en 1924, por lo que la historia común era tremendamente amplia.
Fruto del trabajo colectivo de los investigadores que fundaran el Centro Virgitano
de Estudios Históricos en 1997, un año después nacería la revista Farua, publicación
dedicada al estudio de la historia de Berja y de La Alpujarra, tanto almeriense como
granadina (un total de cuarenta y nueve municipios), habiendo sobrepasado incluso
12 La impresión offset u ófset (del inglés: offset printing) es un método de impresión que consiste en
aplicar una tinta, generalmente oleosa, sobre una plancha metálica, compuesta generalmente de una
aleación de aluminio. Constituye un proceso similar al de la litografía. Su utilización fue muy común en
los años setenta y ochenta del pasado siglo.
238
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sus límites geográficos en alguna ocasión con la inclusión de algunos artículos sobre
Roquetas de Mar.
Farua, junto con Revista Velezana, es la publicación más constante -de entre las de gran
formato- de cuantas existen en nuestra provincia, dedicando su contenido exclusiva-
mente al estudio de la historia en la comarca, con una predilección -como ocurre en la
inmensa mayoría de las revistas locales- por la historia contemporánea.
Un grupo de amigos de Rágol decidieron, tras una reunión, fundar la revista Al Daira,
en el año 1999. El proyecto estuvo encabezado por Miguel Iborra Viciana y Miguel Sal-
vador Hernando, abarcando en sus estudios la nueva publicación -que tendría carácter
semestral- exclusivamente la población de Rágol.
Promovida por Andrés Carrillo Miras, Caridad Oller Oller y Amparo García García, en
el año 2006 nacería la revista anual Piedra Ýllora, que se dedicará al estudio exclusivo de
la localidad de Cantoria, aunque en alguna ocasión ha publicado artículos referidos a su
comarca. Andrés Carrillo nos relata de este modo cómo se fraguó:
La idea de crear la revista surge en el Centro Guadalinfo de Cantoria, con varios grupos
de mayores que estaban aprendiendo a utilizar las nuevas tecnologías. Estas personas ate-
239
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
soraban una gran riqueza en cuanto a tradición oral se refiere, por lo que vi la necesidad
de recoger toda esta información y plasmarla en papel a través de una revista. Además
se creó la Asociación Cultural de Cantoria Piedra Ýllora, para su gestión. Actualmente
colaboran alrededor de ochenta personas de todas las edades, utilizando las TIC (tecno-
logías de la información y la comunicación) como elemento esencial a la hora de recoger
testimonios de personas que remanecen de la zona y que viven en cualquier parte del
planeta.
La comarca del río Almanzora contaría con un proyecto de revista propia que sólo duró
dos años, 2007 y 2008. De nuevo Juan Grima, promotor también de esta publicación,
nos cuenta cómo acaeció la creación de Almansura:
Yo fui ocho años profesor en el instituto de Macael, entre 1989 y 1987. Fue allí donde
surgió la idea, en el contexto del Instituto, donde previamente creamos dos revistas: El
Lacerto de Malacusia y después La Gaceta del Endriago. Le presenté el proyecto de una revis-
ta que podría haberse llamado “Filabres” a un alcalde (Antonio Segura Pérez), y le gustó,
pero dejó la alcaldía al poco y su sucesor se echó para atrás debido a la crisis del 92. Pos-
teriormente saldría adelante muchos años después, en 2007, con el apoyo del PRODER
Almanzora, tras una serie de reuniones.
Desde un principio, Juan Grima contó en este proyecto con el apoyo fuerte y decidido
de Juan Torreblanca Martínez y de Ramón Ramos Sánchez. No obstante, añade Grima,
antes de nacer la revista se creó un comité científico, artístico y literario muy potente, que
se reunía previamente, comíamos juntos y debatíamos sobre los contenidos del siguien-
te número. Este comité lo componían Santiago Alfonso Rodríguez, Mercedes Berruezo
López, Juan José Ceba Pleguezuelos, Andrés García Ibáñez, José Antonio García Ramos,
Antonio Gil Albarracín, Juan Jiménez Salas, Mariano Martín García, Remedios Martínez
Anaya, Gabriel Martínez Fernández, José Miras Carrasco, Andrés Molina Franco, Rafael
Pozo Marín, Gonzalo Pozo Oller, Ramón Ramos Sánchez, Diego Sabiote Navarro, José
Antonio Sáez Fernández, Pedro Felipe Sánchez Granados, Eduardo Sánchez Martínez, Va-
leriano Sánchez Ramos y Juan Torreblanca Martínez. Yo fui nombrado desde el principio
director.
Las localidades que protagonizaron las páginas de Almansura fueron las ubicadas en el
Valle del Almanzora, la falda norte de los Filabres y la falda sur de Las Estancias: Alban-
chez, Albox, Alcóntar, Arboleas, Armuña de Almanzora, Bacares, Bayarque, Cantoria,
Chercos, Cóbdar, Fines, Laroya, Líjar, Lúcar, Macael, Olula del Río, Oria, Partaloa, Pur-
chena, Serón, Sierro, Somontín, Suflí, Tíjola, Urrácal y Zurgena. Aunque estaban en los
límites, también se incluyeron algunos artículos sobre Alcudia de Monteagud, Tahal, y
Taberno. En total treinta pueblos de la provincia.
240
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Revista Nacimiento surgió en el año 2008, como una iniciativa cultural de la mancomu-
nidad de municipios del Río Nacimiento, que estaban encabezados por Fiñana, cuyo
alcalde, Alfredo Valdivia, se encargaría de la coordinación de la obra. Tuvo una vida muy
efímera, pues sólo se publicaron los números 0, 1 y 2 (marzo de 2008, mayo de 2009
y julio de 2010).
Finalmente, la más joven de las revistas almerienses es ahora mismo El Arriero, una pu-
blicación que surge en el año 2013 a iniciativa de Miguel Ángel Alonso Mellado, quien
colaboraba con Piedra Ýllora y vio la necesidad de que Albox contase con una publica-
ción similar. Con una periodicidad bianual, su temática se centra principalmente en el
municipio albojense, aunque algunos artículos tratan de aspectos extrapolables a muchas
poblaciones almerienses como los redactados sobre las trillas, la emigración, o el viaje de
Simón de Rojas Clemente por el Almanzora en 1805.
En las provincias limítrofes vemos que el panorama editorial local no sólo no alcanza
al de Almería, sino que incluso en algunas es bastante inferior. De este modo, en Gra-
nada, en los últimos años se han publicado revistas como Úskar (Huéscar); el Boletín del
Centro de Estudios Pedro Suárez (Guadix); Péndulo (Baza); las motrileñas Guadalfeo, Revista
de Estudios de la Costa Granadina y Qalat. Revista de historia y patrimonio de motril y la costa
granadina -ambas desaparecidas hace años-; la Revista del Centro de Estudios Históricos
de Granada y su reino; Alpujarra Sierra Sur, que dio cabida a muchos artículos de histo-
ria, o Abuxarra. En Málaga destacan Jábega (Diputación Provincial de Málaga); Isla de
Arriarán y Rayya, Revista cultural de la comarca norte de Málaga (Archidona). Por rematar
este pequeño periplo destacar en que la vecina Murcia las principales revistas de este
tipo son Batarro, Clavis (Lorca) o Murgetana (revista de la Real Academia Alfonso X el
Sabio).
241
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las revistas locales, como es lógico, no surgen por generación espontánea, sino como
resultado de la iniciativa de algunos particulares, de algunos colectivos o asociaciones
o, directamente, de determinadas instituciones públicas o privadas, tal y como venimos
contando. A modo de clasificación vamos a agruparlas según su origen:
Por otro lado, resulta interesante reflexionar sobre el papel que en la edición de revistas
locales tienen algunos centros de estudios. Sin duda alguna, el más dinámico de ellos es
el Centro Virgitano de Estudios Históricos, que aglutina en torno a sí a casi una decena
de historiadores, oriundos en su mayoría de la comarca alpujarreña o ligados a ella por
diversos motivos. De manera coral, este grupo de investigadores colabora en la publica-
ción de la revista, aportando sus trabajos personales o contactando con otros investiga-
dores para que aporten sus obras.
Buen conocedor del trabajo realizado por el CVEH, pues no en balde fue miembro
fundador del mismo, durante su etapa de director del Instituto de Estudios Almerienses,
Valeriano Sánchez intentó crear centros semejantes al de Berja en otras comarcas de la
provincia. De este modo nacería en 2005 el Centro de Estudios Velezanos, y un año
después se constituiría el Centro de Estudios Fiñaníes. No obstante la buena disposición
de partida, mientras que el centro velezano ha funcionado cumpliendo las expectativas,
el fiñaní no han alcanzado el dinamismo y nivel de trabajo en común que el modelo
virgitano presenta.
Junto a los centros de estudios locales, existen diversas asociaciones culturales que son
promotoras de revistas en nuestra provincia, como hemos visto que ocurre en el caso
la Asociación de Amigos de Sorbas, encargada de la edición de El Afa, o la Asociación
Cultural Piedra Ýllora, de Cantoria, responsable de la revista homónima, o la asociación
Somos-Albojenses, que promueve la revista El Arriero. En el caso de esta última publica-
ción, sus responsables tienen perfectamente distribuido el trabajo: Miguel Ángel Alonso
242
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
recopila los artículos, Francisco Rodríguez Carricondo los maqueta, Ginés Ruiz Asensio
se encarga del diseño de la publicación y Diego Carrillo Granero se dedica a la correc-
ción de textos.
Finalmente, un caso menos común es el de las revistas que han sido fruto de la ini-
ciativa directa de ayuntamientos o mancomunidades de municipios. Así ocurrió en su
momento con Al-Cantillo o la efímera Revista Nacimiento, que fue promovida por los
siete consistorios de la comarca del río Nacimiento, con un especial protagonismo de la
localidad de Fiñana.
Un elemento que aporta un plus de calidad a las revistas, dado su papel de homogeniza-
ción de la miscelánea de artículos que conforman cada una de ellas, es la existencia de
los editores científicos de las mismas. Ellos son –somos- en muchas ocasiones, los eternos
sufridores que se encargan de hacer un trabajo callado pero muy duro para convertir en
un todo sin sobresaltos la multitud de artículos que, aun siendo cada cual “de su padre
y de su madre”, y conservando por tanto su personalidad, terminan por integrarse per-
fectamente en la obra final gracias, en buena medida, a esta función editorial. A ellos se
debe en muchas ocasiones la búsqueda de ilustraciones para algunos artículos que son
entregados por el autor sin encontrar el material gráfico necesario, o la eliminación de
otras en trabajos que presentaban imágenes de escasa calidad. Especial mérito tiene la
armonización de los aparatos críticos, una tediosa tarea que, no obstante, es imprescin-
dible para dotar a la publicación de la requerida calidad. Su figura es también la respon-
sable de la corrección reiterada de los textos, de recopilar a tiempo los trabajos de los
distintos autores, y de mediar, en su caso, con los maquetadores e impresores.
En Revista Velezana el papel de editor científico ha sido desarrollado en todos sus núme-
ros por José Domingo Lentisco. En Axarquía y Almansura Juan Grima Cervantes fue el
encargado de esta tarea, y en Farua, José L. Ruiz se encargaría de la edición en los diez
primeros números, asumiendo esta tarea tras él Javier Sánchez Real y quien suscribe
estas líneas. El Eco de Alhama cuenta como editora con Mª Carmen Amate. El resto de
publicaciones no tienen un editor científico propiamente dicho.
Con respecto a los autores de los artículos de estas revistas, cabe destacar que en estas
más de tres décadas de historia de las revistas locales en Almería, la nómina de éstos
se hace ya interminable. Sólo Revista Velezana supera los quinientos nombres, Axarquía
contó con casi dos centenares de autores durante su existencia, siendo fijos dos de ellos:
Juan Grima Cervantes y Enrique Fernández Bolea, y la relación de escritores del conjun-
to de publicaciones locales dejaría bien atrás, sin duda, el millar y medio de personas.
De todos ellos hay que destacar su absoluto altruismo y su colaboración desinteresada
con estos proyectos, al haber hecho posible con sus aportaciones llenar de contenido
243
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
las páginas de nuestras revistas. Normalmente la gratificación que se les otorga por la
colaboración se limita a entregarles unas pocas revistas o, en su caso, separatas de sus
artículos.
El perfil de los investigadores es muy variado, tanto como el contenido de las publicacio-
nes y la temática abordada en ellas. Podemos encontrar encabezando un artículo desde
profesores de universidad o de instituto, a maestros, a los eruditos locales, o también a
aquellos que escriben la historia en primera persona, como quienes han relatado la vida
diaria y el devenir de los antiguos oficios: alfareros, alpargateros, arrieros…
Cada una de las revistas locales que venimos estudiando mantiene su propia línea edito-
rial y selecciona los trabajos siguiendo una u otra temática, según establecen sus editores.
El estudio de la historia ocupa buena parte de estas revistas, si bien, en los últimos años,
se ha visto cómo han ido evolucionando en este sentido algunas publicaciones, mer-
mando la parte dedicada a la historia y aumentando contenidos de otro tipo. La revista
Farua es una excepción en este sentido, al ser la única de las grandes revistas almerienses
que sigue dedicándose de manera exclusiva al estudio de la historia, dejando de lado a
otras disciplinas.
244
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Distribución de los
contenidos de Revista
Velezana por pueblos.
El Eco de Alhama cuenta con las secciones de Historia (a la que dedica aproximadamente
la mitad de la revista); Arqueología; Arte; Alhameños entrañables; Economía; Literatura;
Libros; Ecología y Medio Ambiente; Etnografía y Vida saludable.
Por su parte, Al-Cantillo cuenta actualmente con las secciones de Noticias; Actualidad;
Reportaje; Espacios; Biodiversidad; Centros; Asociaciones; Entrevista; Historia; Lecturas;
Homenaje; Gastronomía y Agenda. En sus páginas han aparecido algunos interesantes
artículos de historia como “La pervivencia del Señorío de Montijo en Serón en la segun-
da mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. El Castillo”, “Centenario de la llegada
de la luz eléctrica a Serón” o “La Música en Serón”.
La Cimbra contaba con dos secciones, que ocupaban a partes iguales la revista: una de
noticias de actualidad en Los Gallardos y otra de historia del municipio. Los reportajes
245
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sobre las Minas de Bédar fueron una inestimable aportación que desde su publicación
son muy consultados a la hora de estudiar el pasado minero de nuestra provincia.
Farua, por su parte, con un contenido 100% histórico, presenta las secciones: Artículos;
Genealogías; Biografías; Enseñar historia; Documentos; Lugares con historia; Alpujarra
en el recuerdo; Reseñas; Memoria del CVEH y Noticias.
Como artículos históricos más interesantes de esta publicación podemos destacar “El
Colegio de Alboloduy. Una historia apasionante”; “La taha del Boloduy”; “Cerámicas de
Hins al-Qusayr”; o “El republicanismo en Alboloduy”. Existe un proyecto de dedicar un
número de la revista al estudio de la música en Alboloduy, pretendiendo editarlo con la
colaboración de la Asociación Músico-Cultural “La Mezquita”.
La Daira, de Rágol, tuvo cuatro secciones: Historia; Sanidad; Actos culturales y Cocina.
De ellas, la más extensa fue siempre la de historia, que abarcaba aproximadamente
una cuarta parte de la revista. Entre los artículos más relevantes que aparecieron en
sus páginas podríamos destacar los que estudiaron la repoblación de la localidad tras la
expulsión de los moriscos, o la economía local y la evolución de los precios en los años
sesenta y setenta de pasado siglo,
Por su parte, El Afa dedica un 20% de su espacio a estudios históricos propiamente di-
chos, aunque si sumamos otras secciones como Tradiciones, Etnografía, Folclore, o Fotos
antiguas, que también son parte de la historia, alcanzaríamos entorno a un 60%. A la
secciones relacionadas se suman las de Naturaleza; Sociedad; Literatura; Poesía; Econo-
mía; y Conserva tu Patrimonio.
246
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Piedra Ýllora dedica un 40% de su contenido a temas de historia y cuenta con las siguien-
tes secciones: Biografías; Las sociedades del pasado; Historia; En busca de la excelencia;
Religiosidad; Cultura popular; Toponimia; Genealogía; Relatos cortos; Las historias ca-
lladas; Medio Ambiente; La huella del tiempo (fotos antiguas); y Galerías fotográficas
actuales.
De entre los numerosos artículos publicados por esta revista se podrían destacar los de-
dicados a la historia del ferrocarril y de otros proyectos del ingeniero Gustavo Gillman
en Cantoria; la evolución del magisterio en los últimos 70 años; el significado y origen
de los nombres de los pagos de Cantoria; o el titulado “Almanzora, del señorío de los
Benavente, a la creación de un marquesado propio a finales del siglo XIX”. Todos ellos
han tenido un gran impacto entre los comarcanos porque son temas que todavía están
muy vivos en la memoria de los mayores de Cantoria, ya que muchos han tenido algún
familiar que ha trabajado en el ferrocarril, o en el palacio o las tierras de los marqueses
de Almanzora, y muchos poseen alguna parcela o bancal en esos pagos de los cuales,
hasta su publicación en la revista, se desconocía su nombre. El artículo sobre los maes-
tros, por su parte, fue muy valorado por lo entrañable del tema.
Carente de secciones, la Revista Nacimiento, por su parte, organizaba sus artículos por
orden cronológico, abarcando desde la Prehistoria a la Edad Contemporánea. Su conte-
nido se dedicaba en un 75% al estudio de la historia.
La inmensa mayoría de los trabajos publicados en las revistas locales que estudiamos
son inéditos, y, si bien revisten la seriedad necesaria, suelen tener siempre un marcado
carácter divulgativo.
En algunas revistas como Farua, Revista Velezana y Axarquía, la mayor parte de los tra-
bajos suelen venir acompañados de un aparato crítico que supone un plus de calidad
en los mismos y testimonia un gran rigor científico. Cuentan con amplia bibliografía,
247
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sería demasiado difícil resumir los contenidos de todas las revistas publicadas, dado que
su temática es enormemente variada, pero queremos destacar que gracias a estas obras
los almerienses hemos podido conocer y descubrir a infinidad de personajes biografia-
dos en ellas; hemos accedido a un sinfín de fotografías y documentos que permanecían
ocultos y que ahora están al alcance de todos; hemos conocido, en definitiva y en pro-
fundidad la historia de nuestros pueblos y de nuestras comarcas.
No obstante el trabajo ya realizado, existen algunos temas y espacios de los que estas
revistas apenas se han ocupado aún. Así ocurre, por ejemplo, con la sequía historiográ-
fica existente en temas como los visigodos o los bizantinos, o las partes del territorio
provincial que no cuentan con su propia revista (la capital y su histórico corregimiento
o una extensa zona del Campo de Níjar).
248
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Para mejor hacernos una idea de los volúmenes que se han editado, ajuntamos la rela-
ción correspondiente, redondeando las cifras:
• El Afa: 22.000 ejemplares (31 números más 2 monográficos: el número 10, dedica-
do a la alfarería, con 84 páginas a color, y el número 20, dedicado al Karst en Yeso
de Sorbas, con 136 páginas a color).
• Farua: 10.000 ejemplares (18 números -16 vol.- + 1 extra dedicado a Adra).
No obstante, las cifras que acabamos de facilitar son las de los últimos números de las
diversas publicaciones, pero hay que tener en cuenta que en todas ellas ha existido
una importante evolución a lo largo de su existencia, de tal modo que muchas han
aumentado sensiblemente su número de páginas y todas han mejorado en cuanto a su
maquetación y presentación. El color también ha ido aumentando poco a poco en casi
todas las revistas, junto a unos contenidos cada vez más heterogéneos en la mayoría de
ellas, cediendo la historia espacios a otras disciplinas que también han resultado ser del
interés del público.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
excepción de los más recientes, colgados en PDF en sus respectivas webs. Todo ello nos
lleva a la conclusión de que la difusión de los contenidos es mucho más amplia aún de
lo que se puede calcular teniendo en cuenta estrictamente los ejemplares en vendidos
en papel.
Como en casi todas las facetas de la vida, la financiación supone el problema más grave
al que las distintas revistas deben hacer frente. La ausencia de medios económicos es,
como norma general, el principal causante de la desaparición de algunas de estas publi-
caciones.
El gasto necesario para sacar adelante estas obras suele limitarse al costo de la impresión
y, en su caso, de la maquetación, dado que los textos son -en su práctica totalidad- co-
laboraciones altruistas de los autores y los promotores de las revistas, quienes lejos de
conseguir ningún beneficio económico personal, normalmente aportan de su peculio
para dar vida a estos proyectos.
En algunas ocasiones las revistas han contado con la colaboración económica de los
ayuntamientos que componen su área de estudio, como ocurrió con la Revista Nacimien-
to, financiada en parte por la mancomunidad de municipios que encabeza Fiñana. Tam-
bién fue este el caso de Axarquía, que obtuvo inicialmente el apoyo de los consistorios
de su zona de estudio, a excepción de los de Sorbas, Lubrín y Zurgena, y que tuvo sólo
una colaboración puntal del más grande de ellos, el de Níjar. La aportación era bastante
reducida, entre 200 y 300 euros por ayuntamiento, recibiendo a cambio unos pocos
13 Punto 7º del manifiesto redactado tras las I Jornadas sobre Edición de Libros y Revistas Socioculturales
de la provincia de Almería, celebradas el 15 de diciembre de 2001 en Vélez Rubio.
250
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Otro caso es el de las corporaciones locales que han asumido en solitario una bue-
na parte del peso de la edición de una revista comarcal. Así ocurrió con Roel y el
Ayuntamiento de Albox, con Revista Velezana, cuya principal aportación económi-
ca pública es la realizada por el Ayuntamiento de Vélez Rubio, o con la revista Fa-
rua, que aunque estudia en sus páginas todo el territorio alpujarreño (almeriense y
granadino), sólo cuenta con el apoyo económico del ayuntamiento de Berja. El Eco
de Alhama, por su parte, recibe la ayuda del ayuntamiento alhameño, mientras que
en Sorbas, el consistorio colaboró en los tres primeros números de El Afa, dejan-
do de hacerlo a partir de ahí. En Serón, dado el carácter de boletín de información
municipal de Al-Cantillo, es su consistorio quien corre con la mayor parte de los gastos
de edición.
La Diputación Provincial de Almería lleva también muchos años colaborando con las
publicaciones que aquí estudiamos, y lo hace, principalmente, a través del Instituto de
Estudios Almerienses, institución que en sus estatutos establece como fin de sus actua-
ciones propiciar y fomentar el desarrollo científico, cultural, artístico y socioeconómico
de nuestra provincia.
251
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que sus autores sean en más del 50% almerienses o personas vinculadas a Almería. En
la última convocatoria, la correspondiente a las revistas editadas en 2015, el IEA destinó
once mil euros para este fin.
El baremo para estas subvenciones sigue una línea de puntuación que persigue que las
subvenciones sean lo más proporcionadas posibles al tamaño de las revistas, así como a
buscar la calidad de las mismas. De esta manera, por ejemplo, se puntúa más cuanto más
volumen tiene la obra, cuanto más territorio estudie o también si el organismo editor
tiene una especial relación con el instituto (se pretende apoyar a los centros de estudios
locales). La antigüedad y regularidad de la publicación también resulta premiada en el
baremo, así como el número de secciones, la utilización del color o el uso de aparato
crítico así como los resúmenes en español e inglés.
La Junta de Andalucía, pese a que entre sus competencias cuenta con la de Cultura, no
figura, sin embargo, como especial colaboradora de estas publicaciones. Por el contra-
rio, en varias ocasiones ha recibido la crítica de los editores de revistas locales por su
falta de apoyo, al establecer unos criterios para obtener subvenciones que priman a las
grandes editoriales frente a las pequeñas publicaciones como son nuestras revistas14. La
administración autonómica ha prestado ayuda de manera puntual a Revista Velezana,
Axarquía, o El Afa, y lo ha hecho, paradógicamente, no a través de la Delegación de
Cultura, sino en la mayoría de las ocasiones a través de la Delegación de Medio Am-
biente. La revista Al-Cantillo cuenta con financiación constante del Instituto Andaluz de
la Juventud.
Los grupos de desarrollo que gestionan fondos europeos también han colaborado de
modo testimonial con algunas revistas. En el caso de El Afa, por ejemplo, el GDR Fila-
bres-Alhamilla colaboró en los primeros números, así como en los monográficos dedica-
dos a la alfarería y a los karst de yeso.
14 En las segundas jornadas de revistas, celebradas en Berja en diciembre de 2004, esta contrariedad
quedó de manifiesto, tal y como vemos en esta crónica del encuentro: “Antonio Gómez, representante
de la Delegación de Cultura de la Junta, leyó algunos artículos que definen su política editorial, cues-
tión que originó la crítica de algunos autores al considerar que las normas para conceder subvencio-
nes perjudican a las editoriales pequeñas que, en su mayoría, solo hacen tiradas de 500 ejemplares”,
vid.: GRANADOS, M.R., “Segundas jornadas sobre ediciones de libros y revistas socioculturales y litera-
rias que se publican en Almería”, en Farua, 8 (2005), pp. 256.
252
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cumplió su parte del trato, hasta el punto de que el número tres de la revista estuvo a
punto de salir y no lo hizo por la falta de financiación, y los mil ejemplares que se le en-
tregaron del número dos –el último impreso- aún no los han pagado, estando pendiente
la resolución del conflicto en los tribunales.
También las asociaciones que promueven las revistas aportan en muchas ocasiones di-
nero de sus fondos propios para sufragar la edición, como sucedió con la Asociación
Acuproga o las que editan actualmente Piedra Ýllora o El Afa.
En cuanto a los precios de las revistas, son siempre lo más ajustados posibles, buscando
así que pueda acceder a ellas el mayor número de personas. Oscilan desde los veinte
euros de Revista Velezana al euro de Al-Cozayar, pasando por los quince de Farua y Re-
vista Nacimiento, los trece euros de Axarquía, los doce de Almansura, los diez euros de El
Eco de Alhama, los ocho euros de El Arriero, los cinco de Piedra Ýllora, los tres de El Afa o
los dos de Al-cantillo.
La venta de las revistas es, evidentemente, una de las principales formas que tienen de
recuperar la inversión las personas u entidades editoras. El mayor número de ventas se
suele producir el día de la presentación de las distintas obras, organizándose un acto
social de cierta relevancia en los distintos municipios, que suele tener una convocatoria
bastante concurrida. Estos actos son ya fechas de referencia del calendario cultural de
cada zona y cuentan con un público fiel que, como norma general, se ha consolidado
plenamente en los últimos años. Además, estos actos cuentan con el aliciente de ser un
encuentro real de los autores entre sí y con sus lectores, y un momento para la puesta
en común de las líneas de investigación, lo que hace que en muchísimas ocasiones, de
la asistencia a una presentación, surja el encargo de un nuevo trabajo para el próximo
número. Casi todas las presentaciones se suelen acompañar de un pequeño ágape que
facilita a la perfección esta función de encuentro.
253
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Dos de las grandes revistas, además de en su territorio, organizan desde hace años pre-
sentaciones fuera del mismo. La brecha fue abierta por Farua, que fue presentada en el
año 2010 en Almería y en Granada, contando desde entonces con una buena acogida
en ambas ciudades, lo que ha hecho que en las sucesivas ediciones se haya vuelto a
repetir la convocatoria. La idea fue copiada seguidamente por Revista Velezana, que a
las dos capitales andaluzas uniría Murcia, dada la vinculación de aquella comarca con la
vecina región. En estas presentaciones se acentúa aún más esta función de encuentro de
oriundos de las distintas zonas que, al residir fuera de ellas, ven una oportunidad magní-
fica de saludar a sus paisanos en estas citas culturales.
La inmensa mayoría de las publicaciones son distribuidas de modo altruista por sus edi-
tores o promotores, entre los comercios locales y alguna que otra librería de renombre.
Presentación
de la revista
Farua en Berja
en 2013.
254
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ciertamente, si, como ya hemos indicado, las revistas se venden prácticamente al precio
del costo de edición, resulta inviable conceder al distribuidor un porcentaje que puede
llegar al 50% del precio de la obra, a lo que habría que sumar el 25% aproximado que
se llevan las librerías. Las únicas revistas que han contado con una distribución profe-
sional han sido Axarquía y Almansura, dado el carácter de empresario editorial de su
promotor, Juan Grima y su Editorial Arráez.
Hay que destacar que para valorar adecuadamente las cifras que acabamos de aportar
y tomar conciencia de la importancia de esta revista en su comarca, hay que tener en
cuenta que cerca del 85% de la producción se difunde en los municipios que protagoni-
zan sus páginas, que cuentan en total con poco más de trece mil habitantes, destacando
de un modo especial la localidad de Vélez Rubio, que con sus siete mil habitantes con-
sume más de la mitad de las publicaciones15. En definitiva, la incidencia de la revista en
la cultura comarcal resulta inconmensurable.
Para cerrar este apartado queremos hacer referencia también a una figura que existe en
no pocas de nuestras revistas: la del suscriptor. La que más suscriptores llegó a acumular
255
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las revistas locales han servido para fomentar ampliamente la lectura, dado el interés
de sus artículos han despertado entre el público, en buena medida por la cercanía de
los hechos relatados y las historias contadas. Los trabajos editados han recuperado la
memoria colectiva y han ayudado a afianzar el sentimiento de identidad y la idiosincrasia
de las distintas zonas.
El conjunto de nuestras revistas forman, sin duda, una gran enciclopedia por entregas,
que nos permite conocer a la perfección hasta el último rincón de la geografía provincial.
Han sido claves para el conocimiento, difusión y puesta en valor del patrimonio local,
tantas veces olvidado por las administraciones competentes, y lo han hecho permitiendo
el conocimiento de nuestros bienes no sólo entre los comarcanos sino fuera de nuestros
territorios. El volumen de temas estudiados por las revistas locales supera ampliamente
a la producción universitaria en este sentido.
256
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Junto a la edición de las revistas, sus responsables han jugado un papel fundamental en
la vertebración cultural del territorio, organizando un sinfín de actos culturales en sus
municipios, todo ello en localidades con escasos medios para promocionar la cultura y el
estudio de la historia. Sirvan como ejemplo de lo dicho la enorme cantidad de activida-
des, conferencias y edición de otras publicaciones que realizan desde Revista Velezana, o
los ciclos anuales de conferencias que organiza el Centro Virgitano de Estudios Históricos.
También es destacable la gran tarea pedagógica que muchas veces hacen las revistas,
intentando atraer a los más pequeños hacia el interés por la lectura y la historia. En
este sentido podemos destacar la sección “Enseñar historia” de la revista Farua, que en
cada nuevo número de la publicación presenta una serie de recursos didácticos para el
profesorado, destinados a despertar el interés por la historia del alumnado, tal y como
han hecho en el último número de El Arriero, regalando un ejemplar de El Arrierico, un
libreto de diez páginas, para que los niños recorten, pinten y jueguen aprendiendo te-
mas históricos de Albox como el santuario del Saliente, las iglesias de Albox, el muro de
defensa de la rambla o los antiguos arrieros. En la misma línea está la recuperación de
la memoria colectiva que han hecho desde Piedra Ýllora, creando un archivo histórico a
través de la asociación, en el que están incluyendo documentación, grabaciones y vídeos
para intentar suplir la ausencia de fondos del archivo municipal, expoliado en la década
de los cuarenta del pasado siglo al venderse los documentos como papel viejo.
Dada la importancia que para la cultura provincial han tenido y tienen nuestras revistas,
desde los mismos colectivos editores, y con la colaboración del IEA se han promovido
ya cuatro encuentros de editores y revistas, celebrándose los mismos en distintas loca-
lidades: Vélez Rubio (2001), Berja (2004), Alhama16 (2005), Vélez Rubio (2011). Estos
encuentros han servido como foro de reflexión para hacer balance de lo realizado y
proponer futuras líneas de actuación. En muchas ocasiones nos han servido para llorar
todos juntos, pero también para tomar conciencia de la importante labor que estamos
realizando.
El camino recorrido es ya bastante largo, pero aún nos quedan muchas cosas por hacer:
16 Sobre este encuentro existen dos crónicas: CARA BARRIONUEVO, L., “Informe sobre el III Encuentro de
editores de libros y revistas culturales de Almería”, en Farua, 8 (2005), pp. 261-262; y MARÍN MARTÍNEZ,
P., “III Encuentro de Editores de Libros y Revistas Culturales de Almería”, en El Eco de Alhama, 20 (2005),
pp. 64-66.
257
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Algunas revistas han desaparecido por diversas causas, la mayoría de las veces econó-
micas, se debería buscar la fórmula para hacerlas viables y “resucitarlas”. Así mismo hay
que destacar cómo existen zonas de la provincia “vírgenes” en su estudio por las revistas
locales, sería conveniente intentar que en ellas surgiesen estas publicaciones que, como
ningunas otras, tienen tanta difusión y llegan tan fácilmente al público.
La presencia en las redes sociales, aunque es buena, debe, sin duda, aumentar y conse-
guir enganchar a un nuevo público.
Y, finalmente, a nuestro modesto entender, la tan traída y llevada revista del Instituto de
Estudios Almerienses creemos que es una asignatura pendiente que debería solucionar-
se cuanto antes, para disponer de una revista de ámbito provincial. Sería, además de un
magnífico medio de proyección de los trabajos de los miembros del Instituto, el lugar
ideal que podría dar cabida a muchos pequeños municipios que carecen de medios y
capacidad para sacar adelante publicaciones históricas sobre sus territorios y que aquí
podrían encontrar un excepcional medio.
Las revistas locales de Almería han realizado una labor cultural encomiable a lo largo
de las tres últimas décadas y gozan la mayoría de las que siguen editándose de una ex-
celente salud, por ello les auguramos a todas una excelente trayectoria, que irá no sólo
en beneficio de los estudiosos de la historia sino de toda la sociedad a la que sirven de
un modo ejemplar.
258
ESTRATEGIAS Y RECURSOS
PARA ACERCAR LA HISTORIA
AL CIUDADANO: MUSEOS Y
EXPOSICIONES
259
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El Museo Comarcal Velezano “Miguel Guirao” nace como proyecto en 1974 y se inau-
gura 21 años después (1995) con la colección arqueológica, a la que en el 2002 se suma
la etnográfica y, en 2009, en Centro de Interpretación “El arte y su tiempo”. El origen lo
encontramos en la generosidad de la familia Guirao Piñeyro, pero el paso del tiempo y
el amor de los velezanos han hecho que este proyecto sea de todos, y que cada uno se
pueda sumar a un aspecto, colección, vídeo, cesión temporal, exposición, etc.
Los centros pequeños, aunque de modo más modesto, disponemos de algunos recursos
para acercar el conocimiento de nuestra historia local al visitante conocedor del aconte-
cimiento y al que por primera vez se acerca al tema: catálogos, exposiciones temporales,
salas monográficas en museos y colecciones, vídeos… cada vez están más a nuestra
disposición y son un lenguaje que el visitante conoce.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Trabajando sobre nuestras colecciones, depósitos y fondos, nos damos cuenta de que de-
bemos alejarnos de esa idea de lugares endiosados, selectos y para públicos especialistas
o minoritarios, buscando el modo de hacernos más cercanos sin caer en las banalidades.
Nuestros museos tienen un claro precedente en los “gabinetes de curiosidades” de los
siglos XVI y XVII, en los que se mostraba, a los amigos y visitas del propietario de la
casa, colecciones de “artilugios y artefactos” de pueblos y civilizaciones primitivas, pero
hoy debemos aproximarnos a un público general, aunque esforzándonos en que cada
uno de nuestros visitantes debe sentirse mimado y arropado como si fuera a disfrutarlo
él solo.
Las muestras y actividades con una mayor participación de las personas de nuestro
entorno siempre nos han dado resultados más satisfactorios, basándonos en visitas, co-
mentarios y en el interés que despiertan. Aunque no siempre es fácil el trabajo sobre
nuestra historia más cercana, las fuentes se multiplican (archivos, bibliotecas, fondos
locales, colecciones familiares, recuerdos…), pero en no pocas ocasiones se contradicen,
han desaparecido o resultan tan inaccesibles como si no las tuviéramos.
Desde mucho antes de que surgiera el término hubo reflexiones teóricas sobre la necesi-
dad de una historia más cercana a la cotidianidad (el concepto de intrahistoria de Miguel
de Unamuno), que se ve influenciada por la metodología de la historia social renovada
por Edward Palmer Thompson: la microhistoria propone aparcar el estudio de las clases
sociales para interesarse por los individuos. Siguiendo el destino particular de uno de
ellos, se aclaran las características del mundo que le rodea, para lo que se suele acudir a
la colaboración de otras ciencias sociales.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Resulta muy interesante intentar tener una presencia más global de nuestros centros a
través de redes sociales, haciendo así nuestra colección visible de un modo más accesi-
ble también extramuros. Somos conscientes que estas pequeñas muestras de consumo
inmediato en ningún caso pueden sustituir la visita al centro, la contemplación directa
de las piezas, pero pueden servir de estímulo a los visitantes para pasar el día en el
territorio, disfrutando de las posibilidades que éste ofrece, puesto que en ella figuran
todos los recursos y, además, algunos de ellos ofrecen actividades en conjunto con el
museo. Los visitantes pueden hacer aportaciones que resultan muy positivas ya que
permiten facilitar la participación libre y la implicación en las actividades propias del
centro.
1 https://www.youtube.com/channel/UCK0uOsg6cNWwLh0rTww44Gg
https://www.facebook.com/MuseoComarcalVelezanoMiguelGuirao/
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
campo ha sido reciente, aunque siempre intentando que fueran dignas, elaboradas con
rigurosidad, participativas y variadas.
Trabajos sobre un periodo histórico. La exposición temporal “El Marquesado de Los Vélez:
señorío y poder en los Reinos de Granada y Murcia. Siglos XV-XIX”. Conmemoración del V
Centenario de la creación del título de Marqués de los Vélez (1507-2008) y la divulga-
ción de la historia del estado señorial a lo largo de más de 3 siglos (del 16 de marzo hasta
el 31 de mayo de 2008). La muestra “Vélez Rubio, años 30-50”, exposición temporal en
2009.
Trabajos sobre fotografía. Las tareas sobre imágenes antiguas son uno de los ejes verte-
brador del discurso expositivo para la colección de Vida y Costumbres Populares, con-
virtiéndose en un elemento fundamental para las aproximaciones a nuestra historia más
cercana. Por ello las hemos mostrado en exposiciones temporales: “El instante fugaz y el
recuerdo permanente”, muestra sobre la historia de la fotografía en los Vélez (2010). Las
publicaciones en este campo han sido muy interesante y colectivas: Vida cotidiana en los
Vélez a través de la fotografía 1870-1970 (2008). Fotografía Reche, Los Vélez en el siglo XX.
Memorias en blanco y negro (2013).
2 LENTISCO PUCHE, José D., Fernando Palanques Ayén (Vélez Rubio, 1863-1929). Centro de Estudios Vele-
zanos. Ayuntamiento de Vélez Rubio Instituto de Estudios Almerienses. Diputación de Almería, Alme-
ría, 2014. https://www.youtube.com/watch?v=XTbomMZ8kmY.
3 https://www.youtube.com/watch?v=8KOupvnF0sQ&t=3s.
266
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
EPÍLOGO
En los últimos años la crisis nos obliga a efectuar una importante reflexión, de tal ma-
nera que no podemos seguir con las políticas expansionistas de crecimiento de museos.
Más bien se hace necesaria una redefinición de las nuevas políticas públicas de museos
encaminadas a una mejor planificación y un aprovechamiento de los recursos actuales.
Menos museos y mejores equipamientos, así como es necesario elevar el porcentaje de
técnicos. El estudio y difusión de nuestra historia local supone, a la vez que un extra en
los puntos de conexión con la sociedad que nos rodea, un tipo de trabajo más sostenible
para los museos locales o comarcales.
BIBLIOGRAFÍA
BOLAÑOS ATIENZA, María, “Los museos, las musas, las masas”, en Museo y Territorio, 4 (diciembre, 2011), pp.
7-14.
FERNÁNDEZ SABAU, María, “¿Planificación sostenible? Una panorámica de la planificación actual de
museos en España”. Museos.es, 5-6 (2009-2010), pp. 38-49.
VV.AA., “Conociendo a todos los públicos ¿Qué imágenes se asocian a los museos? Laboratorio permanente
de público de museos, Ministerio de Educación Cultura y Deporte, 2012.
FUENTES DIGITALES
COLLERA, V. “La burbuja de los Museos”
http://elpais.com/diario/2011/05/14/babelia/1305331975_850215.html (14-05-11 y 16-07-14).
H. RIAÑO, Peio, “La clase media da la espalda al museo”
http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-01-04/la-clase-media-da-la-espalda-al-museo_72602/
(04-01-14 y 16-07-14)
JUANAS FOMINAYA, Álvaro, Máster Museos: Educación y Comunicación (2013-2014). ¿Hacen falta más
museos en España?
http://www.mastermuseos.es/actualidad/publicaciones/hacen-falta-mas-museos-en-espana/#.U8k-UrWY-
cxc.facebook
267
ACERCARSE A NUESTRO
PASADO. LA HISTORIA DE
ALMERÍA EN LAS AULAS DE
SECUNDARIA Y BACHILLERATO
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
1 HERNÁNDEZ CARDONA, F. X., Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, Barcelona, 2002, p. 29.
2 PRATS, J. y SANTACANA, J. “¿Por qué y para qué enseñar historia?”. En VV.AA., Enseñanza y aprendizaje
de la Historia en la Educación Básica, México, 2011, pp. 28-30.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Entre sus posibilidades destacan que facilita la comprensión del presente, contribuye a
desarrollar las facultades intelectuales, enriquece otros temas del currículo, estimula las
aficiones para el tiempo libre y ayuda a adquirir sensibilidad social, estética y científica,
entre otras3.
No hay duda de que esta materia debe servir para impulsar estos objetivos y para
alcanzarlos, pero ¿qué ocurre realmente en los contextos educativos? A tenor de las
investigaciones realizadas hasta el momento, lo cierto es que seguimos sin conocer
en profundidad qué sucede en las aulas cuando se enseñan y se aprenden conte-
nidos históricos4. Tenemos constancia de que el profesorado, en general, está sumi-
do en un constante proceso de renovación metodológica, y de que en buena par-
te de los casos hay un serio compromiso por desechar los tradicionales métodos de
enseñanza de la historia, basados en las clases magistrales donde el docente expone
sistemática datos, fechas y acontecimientos siguiendo los contenidos marcados por el li-
bro de texto, frente a un alumnado pasivo5. Pese a todo, como señalan Pagès y Santiste-
ban, la enseñanza de la historia parece no hacer cambiado demasiado. Los estudiantes
finalizan su educación obligatoria habiendo acumulado gran cantidad de información
en forma de fechas, personajes, instituciones, etc., toda ella aislada e inconexa, que no
le sirve para interpretar el presente ni para pensar alternativas a la realidad actual. Por
todo ello, es imperativo que se promuevan propuestas distintas a esta forma de abordar
y entender la historia. Estos autores proponen, entre otros enfoques, el método retros-
pectivo, el enfoque diacrónico, los mapas temporales, la interpretación de la contem-
3 Ibidem.
4 PAGÈS, J. – SANTISTEBAN, A., “Enseñar y aprender Ciencias Sociales”. En SANTITEBAN, A. – PAGÈS, J.
(Coords.), Didáctica del Conocimiento del Medio Social y Cultural en la Educación Primaria. Ciencias Socia-
les para aprender, pensar y actuar. Madrid, 2011, p. 33.
5 A pesar de los intentos por cambiar estas dinámicas, parece que continúan estando presentes en las
aulas de secundaria. Véase SEVA CAÑIZARES, F. – SORIANO LÓPEZ, M. C. – VERA MUÑOZ, M. I., “La prác-
tica docente en las Ciencias Sociales. Un análisis cualitativo”. En ÁVILA RUIZ, R. M. – RIVERO GARCÍA, M.
P. – DOMÍNGUEZ SANZ, P. L. (Coords.), Metodología de investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales,
Zaragoza, 2010, pp. 175-183.
270
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Teniendo en cuenta estas directrices, las clases de Ciencias Sociales o Historia deben
evolucionar en base a las demandas de los nuevos tiempos, en los que se exige una
menor presencia del libro de texto y de la clase magistral impartida por el profesorado,
y un incremento de la inclusión de nuevos materiales didácticos que permitan al docen-
te facilitar su labor y motivar al alumnado. Se aboga así por la alternancia de distintos
recursos, como el uso de fuentes primarias, el cine, la prensa, la música, la literatura, el
cómic, la novela histórica, documentos audiovisuales, o espacios virtuales dedicados a
museos, bibliotecas, parques naturales, y yacimientos arqueológicos, entre otros, que
ofrecen al usuario recreaciones y material didáctico interactivo que permite introducir la
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Historia en las aulas y predisponer al alumnado a que desarrolle un mayor interés por
la misma10.
Es precisamente en este contexto demandado por el currículo oficial, presidido por las
competencias clave y por la necesidad de favorecer una visión renovada e innovadora
del aprendizaje de la historia, donde se encuadra nuestra aportación, que profundiza en
las posibilidades y potencialidades de la novela histórica como recurso para la enseñanza
y el aprendizaje de la Historia -y más concretamente de la Historia Contemporánea-
en la educación secundaria y bachillerato. Creemos que el uso de este recurso en las
aulas sintoniza perfectamente con la necesidad de implementar metodologías activas y
participativas en las clases de Historia, y además permite al alumnado un acercamiento
a las épocas históricas estudiadas de un modo ameno y motivador, más acorde a sus
intereses e inquietudes. Si a ello se une el hecho de que la novela trabajada en clase na-
rra acontecimientos de la historia local, hechos que fueron protagonizados por personas
de su misma tierra, o sucesos acontecidos sobre el mismo suelo que hoy pisan nuestros
estudiantes, entra en juego otro factor ampliamente motivador y con una gran trascen-
dencia como es el factor identitario y el sentimiento de pertenencia a una comunidad
determinada11, elementos que incrementan el interés e implicación del alumnado en
aquello que se aborda.
En las páginas que siguen hablamos, por tanto, de la novela histórica como recurso a in-
cluir en el aula y proponemos al profesorado algunas secuencias didácticas para abordar
contenidos curriculares, fundamentalmente de Historia, en secundaria y bachillerato. Las
obras trabajadas son del investigador almeriense Alfonso Viciana Martínez-Lage, quien
de forma magistral aúna historia y novela en El engaño del general12 y Almería, cinco histo-
rias necesarias13, libros, ambos, de muy recomendable lectura, que no sólo nos abren los
ojos a sucesos del pasado que merecen ser recordados, sino que además nos permiten
introducir la historia de nuestra tierra, Almería, en las aulas de educación secundaria.
10 El uso actual de recursos didácticos utilizados en las clases de Historia y Geografía son diversos. Al-
gunas de las propuestas más actuales e innovadores están recogidas en una obra publicada recien-
temente en Quebec, donde se recogen iniciativas muy interesantes que se han llevado a cabo en las
aulas de primaria y secundaria, de diversos países francófonos. Véase ÉTHIER, M. A. – LEFRANÇOIS, D.
– DEMERS, S. (Dirs.), Faire aimer et apprendre l’histoire et la géographie au primaire et secondaire, Quebec,
2014.
11 Al respecto, son interesantes los trabajos recogidos en la monografía Identidades y territorios: un reto
para la didáctica de las Ciencias Sociales, donde se aborda la función de las Ciencias Sociales ante un
aspecto tan controvertido -sobre todo en determinados contextos y territorios- como el identitario.
Véase ESTEPA GIMÉNEZ, J. – FRIERA SUÁREZ, F. – PIÑEIRO PELETEIRO, M. R. (Coords.), Identidades y terri-
torios: un reto para la didáctica de las Ciencias Sociales, Oviedo, 2001.
12 VICIANA MARTÍNEZ-LAGE, A., El engaño del general, Almería, 2004.
13 VICIANA MARTÍNEZ-LAGE, A., Almería, cinco historias necesarias. Almería, 2014.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sobre qué elemento debe primar más en una novela histórica, si el histórico o el fic-
cional-novelesco, se han desarrollado numerosos debates al respecto. Por un lado, ha
existido una corriente que ha defendido que los datos históricos presentes en estos
relatos deben ser mínimos14, ya que si no se puede correr el riesgo de transformar la
novela histórica en una historia novelada. Por otra parte, otros teóricos como Margarita
Almela15, Corral Lafuente16, Gilabert17 o López Narváez18, afirman que la nota diferencial
de este subgénero novelesco con respecto a otros, radica en el componente histórico y
en la necesidad de establecer un equilibrio precisamente entre lo literario y lo histórico,
requiriendo para ello una profunda labor de documentación con el fin de saber insertar
los elementos ficcionales en un contexto adecuado, que sepa reconstruir la mentalidad,
los hábitos y las costumbres de la época en la cual se va ambientar la novela sin cometer
grandes anacronismos históricos que puedan falsear el período, ya que si no correríamos
el riesgo de convertirla en una novela de ciencia ficción.
14 Véase al respecto SPANG, K. – ARELLANO, I. – MATAS, C. La novela histórica: Teorías y comentarios, Nava-
rra, 1995.
15 ALMELA, M., “La novela histórica española durante el S. XIX”. En JURADO MORALES, J. (Ed.), Reflexiones
sobre la novela histórica. Cádiz, 2006, pp. 97-142.
16 CORRAL LAFUENTE, J., “¿Es posible aprender con la novela histórica?”, en La aventura de la Historia, 122,
(2008), pp. 102-107.
17 GILABERT JUAN, J., “La novela histórica para niños y jóvenes”. En CABO MARTÍNEZ, M. R. (Coord.), La
literatura infantil y juvenil, su proyección en el aula: V Simposio Internacional de la Sociedad Española de
Didáctica de la Lengua y Literatura, Oviedo, 1998, pp. 28-50.
18 LÓPEZ NARVÁEZ, C., “Visión personal de la novela histórica y de su proceso de creación”, en Peonza.
Revista de Literatura Infantil y Juvenil, 38 (1996), pp. 19-25.
273
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Más allá de estos debates conceptuales acerca de cómo debe concebirse la novela histó-
rica, se hace preciso contestar a una pregunta fundamental ¿qué es la novela histórica?
¿cómo se define? Encontramos un breve estado de la cuestión y algunas definiciones
en un trabajo que Erika López Gómez dedicara hace algunos años al tratamiento de la
novela histórica en el aula19. Más en profundidad se define el término en los trabajos de
Jesús Maeso de la Torre20 y Celia Fernández Prieto, quien expone que:
La novela histórica supone no tanto una reconstrucción cuanto una reescritura de la His-
toria desde la ficción literaria. Y es una reescritura en la medida en que se elabora a partir
de documentos y de relatos ya establecidos sobre la época, el personaje, o los episodios
que va a recrear imaginariamente21.
Algunas de las características más representativas de este género literario han sido pre-
sentadas por María Luisa Fernández-Tresguerres, quien además hace un pequeño re-
corrido por la evolución de la novela histórica juvenil desde su nacimiento, en el siglo
XIX -en plena época romántica y eclosión de los nacionalismos vinculados a las élites
gubernamentales creadoras del concepto de nación22-, hasta nuestros días. Según la
autora, novela histórica es: “[…] la que utilizando personajes de ficción nos introduce
en determinados acontecimientos históricos23”. La definición de Jesús Gilabert es igual-
mente sugerente. Define novela histórica como “mezcla de lo histórico y lo noveles-
co” entendiendo por lo histórico “no sólo lo referido a los grandes acontecimientos y
destacados personajes, sino también lo concerniente a la vida cotidiana de una época
pasada24”.
19 LÓPEZ GÓMEZ, E., “La novela histórica en el aula”, en Revista Electrónica de Didácticas Específicas, 3 (2),
(2010), pp. 58-66 (p. 59). Disponible en http://www.didacticasespecificas.com/files/download/3/arti-
culos/29.pdf [Consultado el 11/11/2016].
20 MAESO, J., “La novela histórica”. En JURADO MORALES, J. (Ed.), Reflexiones sobre la Novela Histórica,
Cádiz, 2006, pp. 81-93.
21 FERNÁNDEZ PRIETO, C., “La historia en la novela histórica”. En JURADO MORALES, J. (Ed.), Reflexiones
sobre la Novela Histórica, Cádiz, 2006, pp. 165-183.
22 ALMELA, M., Op. Cit., p. 101.
23 FERNÁNDEZ-TRESGUERRES VELASCO, M. L., “La novela histórica juvenil”. En MONTEMAYOR RUIZ, S.
(Coord.), La novela histórica como recurso didáctico para las Ciencias Sociales. Madrid, 2008, pp. 95-145
(p. 102).
24 GILABERT JUAN, J., Op. Cit., p. 289.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
históricos dándoles vida, emoción; de modo tal, que hace que el lector lo viva como si
fuese él mismo el protagonista25.
Este apunte que hace la autora, enlaza directamente con una cuestión que debe tener
muy presente el profesorado. Nos estamos refiriendo a la necesidad de dejar claro al
alumnado, en todo momento, cuáles son los límites entre realidad histórica y ficción,
aspectos que tienden a entremezclarse en la novela histórica. Para ello, es muy impor-
tante la labor de documentación previa por parte del profesorado, pues sólo mediante la
consulta de monografías históricas y rigurosas sobre la época estudiada será posible esta-
blecer estos límites para no caer en el error. Para que la novela pueda enseñar realmente
Historia, es preciso además que cumpla las puntualizaciones que hace José Luis Corral,
tales como que sitúe la acción en un pasado real y no lo invente; que reconstruya la épo-
ca en la que se contextualizan los hechos, respetando la vida cotidiana, los espacios, los
escenarios, la manera de pensar y sentir de los protagonistas y de la gente de ese tiempo;
que conjugue ficción e Historia de un modo creíble; y que el autor haya manejado todo
tipo de fuentes, para que el resultado sea la perfecta unión entre investigación histórica
y recreación literaria27.
25 BERTRAND BASCHWITZ, C., “La historia de las historias: historia novelada y novela histórica”. En MON-
TEMAYOR RUIZ, S. (Coord.), La novela histórica como recurso didáctico para las Ciencias Sociales, Madrid,
2008, pp. 9-33 (pp. 32-33).
26 Ibidem.
27 CORRAL LAFUENTE, J. L., Op. Cit., pp. 102-106.
275
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cumplida su misión, son desechados28”, hecho que justificaría a priori el escaso interés y
motivación del alumnado hacia esta materia, lo cierto es que en los últimos años hemos
asistido a una gran eclosión del consumo de la Historia en sus diversos formatos, adqui-
riendo un mayor protagonismo tanto las series televisivas y las películas de contenido
histórico, como la lectura de narrativa histórica, género que ha contado con amplia
aceptación entre el público de diversas edades, incluyendo a los más jóvenes. Este gusto
por la novela histórica podría explicarse a partir de algunas afirmaciones como las de
Jesús Gilabert, que fundamenta el gusto por la novela histórica en el deseo de la socie-
dad española de reinterpretar la historia reciente y pasada a la luz de los nuevos valores
democráticos29. Por otra parte, Covadonga Bertrand Baschwitz afirma que:
La novela histórica nos sumerge en una época determinada recreándonos en el ambiente,
costumbres, mentalidad […] donde el escritor recurre a las técnicas del narrador, con un
lenguaje directo, para llegar así mejor al lector, cuyo fin es envolverlo en la época y en los
sucesos que trascurren en ella; de tal modo, que se vea implicado en la acción como un
personaje más de aquel periodo histórico30.
Para la confección de una novela histórica de calidad, los novelistas necesitan hacer
una intensa labor de documentación, investigación y recopilación de información en
archivos y bibliotecas, propia de los historiadores, para intentar captar el ambiente de
la época donde pretenden desarrollar la trama de sus obras. No obstante, al tratarse de
una historia novelada, pueden permitirse, siempre y cuando no se cometan anacronis-
mos históricos, el empleo de una serie de mecanismos estéticos para conseguir llamar
la atención del espectador transmitiéndoles sentimientos y emociones. El discurso más
llamativo y atractivo que ofrece el novelista en sus obras, así como la creación de perso-
najes cercanos, pueden servir para que el lector juvenil se interese por su pasado, lo que
convierte a la novela histórica en un recurso adecuado.
28 PALMA VALENZUELA, A., “Una propuesta didáctica para la enseñanza-aprendizaje del tiempo histórico
y el espacio geográfico en el Grado de Maestro en Educación primaria”, en Clío, 39 (2013), pp. 1-16, p.
5. Disponible en: http://clio.rediris.es.
29 GILABERT JUAN, J., Op. Cit., p. 289.
30 BERTRAND BASCHWITZ, C., Op. Cit., p. 12.
276
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ocasiones para hacer referencia a aquellos colectivos sociales que han quedado igno-
rados por la “Historia oficial” presente en los manuales31. Conocer la realidad de estas
personas, que también protagonizaron la historia, puede resultar enriquecedor para los
estudiantes.
En los últimos años, una de las líneas alternativas a la metodología tradicional empleada
para la enseñanza de la Historia, ha incorporado precisamente la novela histórica, en su
vertiente juvenil, a las clases de educación secundaria, aunque debemos señalar que no
ha sido un recurso muy empleado32. Algunos autores han justificado esta ausencia de la
novela histórica en clase por diversos motivos33. Uno de ellos podría ser la minuciosa ta-
rea de documentación previa que requiere el uso de este recurso, pues exige al profeso-
rado la consulta de obras históricas rigurosas que le permitan recrear una ambientación
fiel de los acontecimientos que son narrados en la novela, distinguiendo así entre reali-
dad y ficción. Asimismo, la clásica consideración de cómo deben enseñarse las Ciencias
Sociales, y concretamente la Historia, se convierte en otro factor que limita la creatividad
del docente a la hora de pensar en posibles recursos que puedan facilitar los procesos de
enseñanza-aprendizaje de la Historia, ya que la lectura de novelas se asimila a la clase de
lengua, la audición de una canción o melodía se vincula con la de música, y así sucesi-
vamente. En líneas generales, la tendencia del profesorado ha sido dar continuidad a un
método de enseñanza tradicional, desfasado, que ha considerado las distintas áreas y sus
conocimientos como compartimentos estancos, sin posibilidad de conexión entre sí. Sin
embargo, como ya hemos señalado, la realidad es que a la luz de las nuevas normativas
educativas el objetivo es precisamente crear espacios interdisciplinares, donde tengan
cabida diversos conocimientos y metodologías novedosas.
Siguiendo con los posibles motivos que han podido dificultar el empleo de la novela
histórica como recurso en la clase de Ciencias Sociales o Historia, debemos destacar
también las exigencias de los programas de las asignaturas y del propio currículo, que
parece estar cada vez más colmado de contenidos, difíciles de abordar en su totalidad
por la falta de tiempo. En consecuencia, dedicar –o perder, para según qué profesor
o profesora- unas sesiones de clase a profundizar en diversas cuestiones a través de la
lectura y análisis de una novela histórica, puede suponer una traumática ruptura del
31 Recientemente se ha publicado una monografía que recoge diversos textos y aportaciones acerca de
los “invisibles” dentro del currículo de Ciencias Sociales y las propuestas para darles visibilidad en los
contextos educativos. Véase HERNÁNDEZ CARRETERO, A. M. – GARCÍA RUIZ, C. R. – MONTAÑA CON-
CHIÑA, J. L. (Coords.), Una enseñanza de las Ciencias Sociales para el futuro: recursos para trabajar la
invisibilidad de personas, lugares y temáticas. Cáceres, 2015.
32 LÓPEZ GÓMEZ, E., Op. Cit, p. 59.
33 SANDOYA, M. Á., “Novelas históricas juveniles en la ESO”, en Iber. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geo-
grafía e Historia, 72 (3), (2012), pp. 99-111 (p. 103).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ritmo de trabajo, a pesar de que estas sesiones comporten una mejora del aprendizaje,
de las habilidades lingüísticas, de expresión o comunicación, y el desarrollo de las tan
demandadas competencias clave. Por último, no debemos perder de vista que otra de las
principales causas que frenan el uso de este tipo de herramientas en clase es, en muchas
ocasiones, la insuficiente formación del profesorado o su desconocimiento acerca de
qué recursos o materiales puede emplear en el aula para mejorar el proceso de ense-
ñanza-aprendizaje, desde una perspectiva interdisciplinar.
Podemos afirmar que trabajar los contenidos de Historia a través de la novela histórica
comporta beneficios y da pie a estudiar diversos aspectos, vinculados tanto con la His-
toria, como con la actualidad y sus demandas. El empleo de este recurso pedagógico
en el aula, tal y como señaló Covadonga Bertrand, da la oportunidad de enseñar la
Historia de una manera más amena y cercana, estableciendo un puente de unión entre
el pasado y el presente, por el que los alumnos puedan transitar. Complemento del libro
de texto o de otros recursos igualmente útiles y necesarios, como puedan ser proyec-
ciones, documentos o audiovisuales, entre otros, la novela histórica permite llenar de
contenido los aprendizajes, fomentando la imaginación y la creatividad del alumnado,
y favoreciendo su motivación no sólo hacia aquello que aprende, sino también hacia la
lectura. Por medio de este recurso se introduce al joven en las disciplinas sociales y en
la literatura, fomentando su espíritu crítico a la vez que se le enseñan conocimientos y
valores sociales y cívicos36.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las novelas históricas que hemos escogido para trabajar en el aula, vinculadas a con-
tenidos de Historia de secundaria y bachillerato, son Almería, cinco historias necesarias y
El engaño del general, ambas del investigador almeriense Alfonso Viciana Martínez-Lage.
En el caso de la primera obra su contenido es excepcional en cuanto que recoge cinco
relatos verídicos, estrechamente vinculados a la historia de Almería. Son episodios res-
catados del olvido cuyos protagonistas son almerienses, o bien, cuyo escenario ha sido
nuestra tierra. Se trata de hechos históricos reconstruidos a partir de fuentes directas o
indirectas que han permitido a su autor relatar unos sucesos donde se da protagonismo
a las pequeñas acciones humanas, contextualizándolas en el acontecer de la Historia.
Recobran gran importancia las “historia de vida”, circunstancia clave para conectar con
el lector, en este caso con el público más joven, que puede ver la Historia a través de los
ojos y las vivencias de quienes protagonizan estos hechos.
Otra de las características más destacables de este primer libro, como bien se apunta
en el prólogo37, es su predisposición a rescatar a los “no valorados” o marginados por la
Historia -en ocasiones se trata de testimonios reales- para empoderarlos y convertirlos
en actores principales, circunstancia ésta ampliamente valorada desde el campo de la
Didáctica de las Ciencias Sociales, que pretende, como apuntábamos más arriba, dar
visibilidad a aquellos grupos sociales que han quedado silenciados en los currículos
oficiales. Es precisamente el protagonismo de estos personajes anónimos, pero reales,
uno de los elementos más motivadores para el alumnado. Las descripciones presentes
en la obra son de gran riqueza y permiten recrear los escenarios fácilmente, sin perder
de vista el relato histórico que se narra a través de cada historia. Se incluye un elemento
con gran potencial como es el carácter identitario. Cada texto está, o bien protagonizado
por almerienses, o bien contextualizado en el territorio almeriense, lo que nos lleva a
reflexionar sobre la idiosincrasia que ha caracterizado a las gentes de esta tierra hasta no
hace muchas décadas, las cuales, azotadas tradicionalmente por la escasez y la pobreza,
tuvieron la necesidad de marchar a otros lugares en busca de nuevas formas de vida que
les permitieran sobrevivir.
37 Véase el prólogo del libro, a cargo del Prof. Dr. Andrés García Lorca. VICIANA MARTÍNEZ-LAGE, A., Op.
Cit., pp. 9-11.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En cuanto a las temáticas abordadas, debemos señalar que tres de los relatos están vincu-
lados a la II Guerra Mundial. Se narran acontecimientos en los que el territorio almerien-
se o sus habitantes se vieron envueltos en las consecuencias de esta funesta guerra, que
se cobró la vida de millones de muertos. Uno de los episodios, que cronológicamente
no corresponde a este periodo, se incorpora como hecho pre-bélico que aconteció en
nuestra ciudad durante los años de la Guerra Civil Española, y que vaticinó el conflicto
que estaba a punto de iniciarse. Nos estamos refiriendo al bombardeo de la escuadra
alemana sobre la ciudad de Almería en mayo de 1937. Los otros dos relatos están rela-
cionados con una realidad que marcó la historia de Almería y que estuvo presente en
nuestra sociedad hasta no hace mucho: la emigración. Estos sucesos se centran en las
trágicas experiencias vividas por almerienses que, tras abandonar su tierra, encontraron
la muerte en sus destinos. Ambas historias, tristes y duras, reflejan las duras condiciones
de vida y la tragedia sufrida por algunos de los tantos almerienses que tuvieron que
emigrar a finales del siglo XIX y comienzos del XX. La crudeza del relato no deja de ser
un recurso que, intrínseco a los propios hechos, consigue remover los sentimientos del
lector, predisponiéndolo a querer conocer más acerca de lo acontecido y a empatizar
con los protagonistas.
Los hechos narrados en estos breves relatos sirven al docente como hilo conductor entre
la historia local y la historia global, lo que permite dar una visión de conjunto al alum-
nado, desarrollando así su capacidad de contextualización y relación entre los hechos
de carácter más local o regional, y los acontecimientos de ámbito estatal e internacional.
Referenciar en clase hechos locales que se enmarcan en sucesos de una amplitud y di-
mensión mayor, permite reducir y ampliar el foco de estudio en base a las necesidades
e inquietudes de la clase, dotando al contenido curricular, tradicionalmente más imper-
sonal y genérico, de un carácter más personal y cercano al alumnado.
La segunda obra del autor, El engaño del general, ofrece igualmente amplias posibilidades
al profesorado. Si bien, es preciso señalar que el relato novelesco está presente en mayor
medida a lo largo de todo el libro. En este caso, el eje central es la Guerra Civil Española,
acontecimiento al que se asoma Javier Alba, su protagonista, desde la vertiente investiga-
dora. Este joven, a punto de concluir su Tesis Doctoral, es instado por su director de tesis
a cambiar de tema, y a iniciar una nueva investigación en relación a la “Compañía Uni-
versitas”, una unidad republicana formada exclusivamente por universitarios que estará
destinada al paraje de Los Riscos en la provincia de Jaén. La investigación en este tema,
en el que convergen un engaño y diversos intereses para silenciarlo, llevarán a Javier a
iniciar un complicado proceso hasta descubrir la verdad, que se desarrolla a lo largo de
toda la trama. Ciertamente, la labor para discernir entre realidad y ficción es algo más
complicada y precisa de una mayor formación por parte del docente, no obstante, está
280
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ambas obras, que tienen como telón de fondo nuestra historia más reciente -los pro-
cesos de migración en la provincia de Almería, la Guerra Civil Española y la II Guerra
Mundial-, permiten trabajar y profundizar de forma interdisciplinar en contenidos de
diversas materias de educación secundaria -como Geografía e Historia, Lengua Castella-
na y Literatura o Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos- y bachillerato
-caso de Historia del Mundo Contemporáneo, Historia de España, Geografía, Lengua
Castellana y Literatura, o Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos-. Ade-
más, a través de estos relatos, se hace posible la transmisión de valores que deben ser
abordados de forma transversal en todas las áreas disciplinarias, tales como el respeto a
los derechos y libertades fundamentales, la libertad, la justicia, la igualdad, el pluralismo
político y la democracia, la educación para la convivencia, el impulso por la igual real y
efectiva entre hombres y mujeres, el fomento de la tolerancia, la educación por la cultu-
ra de paz, el respeto a la libertad de conciencia, la prevención de la violencia o la toma
de conciencia sobre temas y problemas que afectan a todas las personas en un mundo
globalizado, entre los que se consideran la salud, la pobreza en el mundo, la emigración
y la desigualdad entre las personas, pueblos y naciones38.
Las novelas históricas escogidas permiten reflexionar y profundizar acerca de los hechos
de nuestro pasado que, a día de hoy, continúan ejerciendo su influencia, de un modo
más o menos directo, en lo que acontece en nuestro entorno. Es interesante que el
alumnado sea consciente de las relaciones y vínculos de los hechos narrados con la ac-
tualidad, tanto a nivel nacional como internacional. No se entiende el contexto político
de España si no conocemos nuestra historia más reciente y su herencia. Asimismo, en el
contexto internacional, tampoco se entienden las relaciones entre países, los conflictos
candentes, ni las tensiones políticas si no hemos profundizado en la II Guerra Mundial
y, lo más importante, en sus consecuencias y en los intereses de las grandes potencias
vencedoras sobre el mundo, una vez finalizada la guerra. El presente no es más que el
resultado del pasado. De ahí la transcendencia de la Historia y la necesidad de transmitir
al alumnado su importancia y utilidad.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Estas son algunas de las deficiencias que se vienen observando a lo largo de los años y
que, en el caso concreto de la Historia, se traducen en un rechazo total del alumnado
hacia esta materia, que consideran tradicionalmente “aburrida”, “innecesaria” e “inútil”.
Pensamos que la causa principal de este hecho se debe a que el profesorado no ha
empleado estrategias de enseñanza adecuadas, que relacionen lo que se estudia con la
realidad social del alumnado y con sus intereses y motivaciones. Asimismo, muchos de
los contenidos se han considerado inservibles por no otorgarles una finalidad concreta,
es decir, un sentido y un para qué. En la actualidad, desde los niveles educativos infe-
riores, como la educación primaria, se está dotando a los contenidos sociales de nuevas
finalidades que pongan en evidencia la importancia de estos conocimientos y su utilidad
en la sociedad actual39. Entre las nuevas finalidades que pueden otorgársele a la Historia,
39 SANTISTEBAN, A., “Las finalidades de la enseñanza de las Ciencias Sociales”. En SANTISTEBAN, A. – PA-
GÈS, J. (Coords.), Didáctica del Conocimiento del Medio Social y Cultural en la Educación Primaria. Ciencias
Sociales para aprender, pensar y actuar, Madrid, 2011, pp. 63-84.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
consideramos que tienen un mayor protagonismo la finalidad cultural –la Historia sirve
para entender y respectar nuestra propia cultura y la de los demás-, la finalidad práctica
–los conocimientos adquiridos pueden ponerse en práctica- y la finalidad política –lo
que se enseña debe permitir que el alumnado sea capaz de desarrollarse personal y so-
cialmente, en un contexto democrático, actuando de forma responsable-.
A partir de las novelas históricas trabajadas en clase, se pueden abordar contenidos re-
lacionados con estos tres grandes ejes que exponemos a continuación, vinculados a la
Historia Contemporánea:
Entre los objetivos que se proponen las asignaturas de Historia en la educación secunda-
ria y el bachillerato, destacan, entre otros, formar ciudadanos responsables, conscientes
de sus derechos y obligaciones, sensibles a la realidad del presente y su problemática, y
que sepan adoptar una actitud responsable y solidaria con la defensa de la libertad, los
derechos humanos y los valores democráticos40. Además, se aboga por que el alumnado
sea capaz de entender la naturaleza multifactorial de los hechos históricos; de adquirir
una visión global de la Historia de la Humanidad y del lugar que ocupan Andalucía,
España y Europa en ella; de conocer la importancia para la preservación de la paz y el
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
2. OBJETIVOS DIDÁCTICOS
El objetivo primordial de las propuestas es acercar la realidad histórica al alumnado
de un modo diferente al habitual, con el propósito de motivar y estimular el deseo de
aprender más sobre los contenidos históricos y de darles un sentido y utilidad mediante
su vinculación con la realidad actual. Para ello, los objetivos que se pretenden alcanzar
con estas propuestas son:
- Fomentar las vías de diálogo y consenso como únicas vías posibles de entendi-
miento entre culturas, rechazando la violencia.
- Fomentar una visión integradora, global y no excluyente de todos los hechos que
conforman tanto la Historia del Mundo Contemporáneo como la Historia de
España.
- Destacar los elementos de unión y de tolerancia que jalonan los momentos más
representativos de nuestra historia.
- Adquirir las técnicas del trabajo intelectual que permiten seleccionar la informa-
ción y valorar las distintas fuentes a disposición del alumnado.
- Desarrollar las competencias clave del currículo LOMCE. Para ello, desde esta
propuesta, se pretende contribuir a la adquisición del mayor número posible de
competencias:
284
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
• Competencia digital: a partir del uso por parte del alumnado de las tecnolo-
gías de la información y la comunicación para buscar recursos y materiales
relacionados con los contenidos tratados, de carácter sonoro, visual o tex-
tual, entre otros; asimismo, las actividades propuestas implican el acceso a las
fuentes y el correcto procesamiento de la información con el objeto de crear
nuevos conocimientos e información.
3. METODOLOGÍA
La metodología para el desarrollo de las propuestas didácticas, parte de la concepción
del docente como orientador en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, facili-
tará el desarrollo de las competencias a partir de plantear al alumnado tareas o situa-
ciones-problema, con objetivos concretos, que los estudiantes tendrán que resolver. En
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las propuestas, como hemos señalado, tienen un carácter interdisciplinar, puesto que
en las actividades diseñadas podrían integrarse otras áreas o materias que no son las
estrictamente relacionadas con historia. Es el caso de Lengua Castellana y Literatura,
Geografía o Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Estas propuestas
también podrán incluirse en el Plan de lectura del centro, siendo la lectura un elemento
fundamental para el desarrollo de las competencias.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
4. CONTENIDOS
Los conocimientos, destrezas y actitudes que se pretenden desarrollar mediante estas
propuestas y la realización de las distintas actividades que se plantean, son los siguientes:
Conocimientos
Destrezas
- Resolución de conflictos.
Actitudes
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
5. ACTIVIDADES PROPUESTAS
Las propuestas didácticas que se presentan a continuación han sido concebidas para ser
desarrolladas en varias sesiones. Se proponen 3 actividades abiertas, a modo de banco
de recursos, que pueden ser complementadas o modificadas por el profesorado, según
sus necesidades, los intereses del alumnado, sus gustos y motivaciones. En ellas se puede
encontrar un tratamiento interdisciplinar de las áreas y el uso de diversas estrategias de
indagación, basadas en pequeñas investigaciones, estudios de caso, resolución de pro-
blemas y simulación.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desarrollo de la actividad: La actividad comienza con la lectura del Capítulo 4, del libro
Almería, cinco historias necesarias. En este capítulo, se nos narra el bombardeo que sufrió
la ciudad de Almería en la madrugada del lunes 31 de mayo de 1937. Este suceso, pro-
tagonizado por una escuadra alemana, debe considerarse como un hecho pre-bélico de
la II Guerra Mundial. La tensión entre Alemania y las potencias aliadas iba en aumento,
y no tardaría en producirse el inicio de este conflicto a escala mundial. No obstante, este
triste acontecimiento se contextualiza temporalmente en los años de la Guerra Civil
Española, por lo que el relato puede servir además para trabajar contenidos curriculares
vinculados a la misma. En ese caso, se recomienda la lectura y análisis de determinados
textos de la novela histórica El engaño del general, que pueden ser seleccionados por el
profesorado y el alumnado, según sus necesidades o intereses. Para las actividades pro-
puestas a continuación, nosotros hemos querido otorgar un papel central a la historia de
Almería y sus habitantes, por lo que las tareas están vinculadas únicamente al Capítulo
4, “La guerra que vino por Mar”.
2. Investigación. Iniciad una investigación sobre los bombardeos que sufrió la ciu-
dad de Almería durante los años en que se estaba librando la Guerra Civil, in-
cluyendo también este bombardeo sobre el que habéis leído el capítulo. Para
ello, emplead los recursos que tengáis a vuestra disposición (referencias en
Internet, bibliografía aportada por el docente, acceso a hemerotecas, consulta
de repositorios, etc.). Con la información recopilada haced un informe acerca
de lo que habéis investigado, y exponedlo al resto de la clase para contrastar
las informaciones y crear un mural informativo.
4. Entrevista. Imaginad que pudierais entrevistar a personas que vivieron los bom-
bardeos y que sobrevivieron a los mismos. ¿Qué le preguntaríais? Elaborad
un guión de preguntas y explicad al resto de la clase por qué os gustaría pre-
guntarles sobre esa información. (En la medida de lo posible, sería interesante que
el alumnado pudiera tener acceso a algún testimonio real de este hecho, mediante la
asistencia a alguna charla organizada).
5. Geolocalización de los sucesos. Por grupos, anotad todos los puntos de la ciudad
de Almería donde el texto explica que cayeron bombas y que hubo derrum-
bes de edificios y destrozos. ¿Conoces todos estos lugares? En caso contrario,
búscalos en Google Maps y localízalos. Haced fotografías sobre estos espacios
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Duración: cada una de las actividades propuestas contempla una duración variable, de
entre 2 y 4 sesiones de una hora.
Espacio (s): aula de clase / salas de trabajo / salas multimedia / la ciudad de Almería /
refugios subterráneos de Almería.
Recursos materiales necesarios: folios, lápiz, bolígrafo, enciclopedias, ordenador con ac-
ceso a Internet, material de ampliación facilitado por el profesorado, cámara fotográfica
o dispositivo móvil con cámara, cartulina, tijeras, pegamento.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La segunda historia, ocurrida en el mes de junio de 1881, tiene como escenario la pro-
vincia de Saida, al sur de Argelia, y como protagonistas, nuevamente, a cerca de 140
emigrantes almerienses que murieron asesinados en aquellas tierras. Este trágico relato
nos cuenta uno de los momentos más duros y tristes de la historia de Almería a finales
del siglo XIX, cuando numerosos almerienses sumidos en la más extrema pobreza, tu-
vieron que abandonar su tierra y emigrar para sobrevivir en un país extranjero, donde
encontrarían la muerte. Los violentos asesinatos estuvieron provocados por los beduinos
argelinos que reaccionaron frente al yugo colonial francés que los tenía hundidos en la
más absoluta miseria, tras prohibirles trashumar el ganado al sur de Orán y despojarles
de las mejores tierras de cultivo, minas, bosques y pastos. La matanza de estos emigran-
tes, empleados en la recolección temporal de esparto por compañías francesas, fue pre-
cisamente una respuesta a esta situación de represión, y al hecho de que su contratación
suponía el desplazamiento de muchos agricultores nativos que quedaban relegados a la
pobreza extrema. Esta historia desgarradora y cruel, a la par que desconocida y silencia-
da es un hecho que, como bien señala el autor, no debe perderse en el olvido.
Ambas historias, donde la tragedia se hace presente, ponen de relieve una realidad que
caracterizó nuestro territorio hasta hace bien poco. Nos estamos refiriendo a la pobreza
de sus gentes y a la necesidad que tuvieron de emigrar en busca de una vida mejor. En la
actualidad, Almería se ha convertido en tierra de acogida para miles de inmigrantes que
han llegado y siguen llegando a nuestra provincia. La lectura de estos capítulos posibilita
un mayor acercamiento a la realidad que viven estos hombres y mujeres, desde los ojos
de los “nuestros”, de aquellos almerienses que tuvieron que emigrar un día hacia tierras
desconocidas. Asimismo, la tragedia vivida por ellos nos hace pensar también en la
actual crisis de refugiados presente en Europa, donde muchos de sus protagonistas han
292
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
perdido la vida intentando alcanzar las costas griegas, italianas o turcas, entre otras. A
pesar de que entre los sucesos narrados y la actualidad ha transcurrido más de un siglo,
lo cierto es que existe un motor común que no es otro que la pobreza y la desesperación
por buscar una vida mejor en alguna otra tierra que no sea la de origen. Los relatos nos
invitan a la reflexión y a empatizar con una realidad, la de quienes emigran a otros países
en busca de nuevas posibilidades.
293
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
céis algo más, reflexionad sobre cómo debe ser la vida allí. Vamos a hacer un
ejercicio de simulación. Imaginad, por grupos, que fuerais un/a inmigrante
que está allí esperando a cruzar la frontera. Relatad, en primera persona,
vuestra experiencia allí desde que os levantáis hasta que anochece. Escribid
este relato como si fuera un diario.
Duración: cada una de las actividades propuestas contempla una duración variable, de
entre 2 y 4 sesiones de una hora.
Espacio (s): aula de clase / salas de trabajo / salas multimedia / Asociaciones de inmi-
grantes de la provincia de Almería
Recursos materiales necesarios: folios, lápiz, bolígrafo, enciclopedias, ordenador con ac-
ceso a Internet, material de ampliación facilitado por el profesorado, cartulina, tijeras,
pegamento.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desarrollo de la actividad: La actividad comienza con la lectura del Capítulo 5. “De Nor-
mandía a París”, donde se recoge la participación de cuatro almerienses en la Segunda
Guerra Mundial. Esta narración permite hacer un recorrido por los hechos y episodios
más importantes de esta guerra, y finaliza además con algunos apuntes biográficos so-
bre “héroes” almerienses que estuvieron presentes en aquellos acontecimientos y que
además sobrevivieron a los mismos. A pesar de que España fue un país que se mantuvo
neutral durante el conflicto, pues acababa de salir de una Guerra Civil, lo cierto es que
hubo españoles que, decididos a apoyar a uno de los dos bandos enfrentados, fueron
a luchar al frente en los distintos escenarios europeos donde se libró esta guerra. En el
caso de los cuatro protagonistas de esta historia, pertenecientes al bando republicano
vencido, todos se unieron a las filas aliadas y estuvieron en algunas de las batallas más
emblemáticas, como la batalla de Ecouché de 1944, una de las más violentas dentro
de la campaña de Normandía. Formaron parte de “La Nueve”, la Novena Compañía
perteneciente a la Segunda División Blindada francesa, que también estaría presente en
la liberación de París, de agosto de 1944.
1. Lectura. Tras la lectura del capítulo 5, comentad aquellos aspectos que más os
hayan llamado la atención del relato.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Duración: cada una de las actividades propuestas contempla una duración variable, de
entre 2 y 4 sesiones de una hora.
Espacio (s): aula de clase / salas de trabajo / salas multimedia /bibliotecas / hemerotecas
Recursos materiales necesarios: folios, lápiz, bolígrafo, enciclopedias, ordenador con ac-
ceso a Internet, material de ampliación facilitado por el profesorado, cartulina, tijeras,
pegamento.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
V. CONCLUSIONES
La novela histórica, convenientemente trabajada -tanto por parte del profesorado como
del alumnado-, puede convertirse en un excelente recurso para acercar la realidad histó-
rica a los estudiantes y para fomentar en ellos el interés y la motivación por profundizar
más en aquello que estudian. Las demandas educativas actuales, en el marco del nuevo
currículo LOMCE y las competencias clave, exigen además el empleo de metodologías
renovadas y novedosas, basadas en actividades prácticas, que permitan al alumnado ad-
quirir los aprendizajes necesarios y desarrollar dichas competencias. Por tanto, la novela
histórica se presenta como un recurso didáctico idóneo para trabajar múltiples habilida-
des y destrezas no sólo de carácter histórico o lingüístico, sino también intelectual, social,
cívico y cultural.
Las novelas históricas que hemos presentado aquí como recursos con los que trabajar,
no sólo permiten ahondar en contenidos históricos y de otras materias, sino que además
introducen un componente muy interesante: la historia local, desde donde es más fácil
“enganchar” y conectar al alumnado con la Historia, puesto que los acontecimientos que
se abordan y sus protagonistas se vinculan a una realidad cercana que conoce, Almería.
El realismo con el que ambas obras narran los sucesos, la importancia que se otorga a
las “historias de vida” y la presencia continua del dato histórico y la consulta de fuentes
a lo largo de las obras -sobre todo en Almería, cinco historias necesarias-, dotan al discurso
de un gran potencial que debe ser aprovechado y explotado en el aula de educación
secundaria y de bachillerato.
297
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Cuarta parte
Aportaciones sobre
la Historia de Almería
LAS TORRES-ATALAYAS.
EL SISTEMA DEFENSIVO
NASERITA DEL VALLE
DEL ALMANZORA
301
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Almería está situada al sur de la Península Ibérica siendo el punto más meridional del
continente europeo. Por su situación estratégica, abierta al Mediterráneo, ha albergado
durante su historia diferentes formas sociales y estatales. Una importante huella la encon-
tramos en los vestigios naseritas1 repartidos por toda nuestra provincia.
El Valle del Almanzora, paso natural que unía las actuales zonas de Murcia y Granada,
conserva, en mayor o menor grado de deterioro, un extenso entramado defensivo alre-
dedor de la principal vía de comunicación, el camino Lorca-Baza.
Para realizar un análisis de los vestigios militares del periplo nazarí debemos contar con
dos variables: la primera es el gran coste que suponen las construcciones de estas torres
y atalayas, y la segunda es el gran entramado político, es decir, partiendo de que el factor
a analizar es la construcción defensiva y sus utilizaciones; de la primera variable hay que
tener en cuenta el porqué de su construcción; y de la segunda debemos de tener en
cuenta el sistema político-administrativo que los Nazaríes implantan para poder mante-
ner y darle utilización.
La primera variable se nos plantea al contemplar el gran entramado defensivo que reali-
zaron los nazaríes. Por lo tanto, la pregunta que debemos de realizarnos es: ¿Por qué el
gran coste humano y material para la realización de estos entramados arquitectónicos?
Debemos de entender que en la Edad Media el sistema de ataque se contemplaba más
en el asalto y/o sitio de un castillo que en el ataque directo y esta tendencia se mantiene
en todo el periodo nazarí. Pero lo que hizo que la dinastía de los Banû Nasr reforzaran
sus defensas, fue la inexistencia de estas como se corrobora en dos grandes hitos pre-
téritos a su reinado y que manifestaban la ausencia de sistemas defensivos: el primer
hito fue la fácil incursión en la actual provincia de Almería por Alfonso I de Aragón
(1125-1126); y el segundo hito se produjo en plena crisis almorávide (1147-1157) que
fue aprovechada por la flota de Génova y Pisa capitaneadas por Alfonso VII que logró
1 Utilizaremos el término naserita a lo largo de este artículo debido a que lo consideramos, etimológica-
mente hablando, más acertado que el término nazarí y por seguir la terminología de Simonet.
302
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La base teórica que hemos utilizado para realizar la categorización de los sistemas defen-
sivos han sido los escritos de Cara Barrionuevo4, Cressier5 y Sánchez Sedano6, además
de incorporar el sistema de ordenamiento constructivo en base a la administración de
2 SALVATIERRA, V., ARGELLES, M. y MORENO, M., “Visibilidad y control: un problema de fronteras. El caso
Nazarí en el sector Montefrío-Monclín”. Arqueología espacial, 13 (1989). Ejemplar dedicado a: Fronteras,
pp. 236-237.
3 SIMONET, F., Descripción del reino de Granada bajo la Dominación de los Naseritas sacada de los Autores
Árabes y seguida del Texto Inédito de Mohammed Ebn Aljatib. Ediciones Atlas. Madrid, 1982, pp. 24-25.
4 LENTISCO PUCHE, J. D. y CARA BARRIONUEVO, L. (coord.), Castillos, fortificaciones y defensas. Colección:
Guías de Almería, nº 4. Instituto de Estudios Almerienses. Almería, 2007, p. 13.
5 CRESSIER, P., “Agua, fortificaciones y poblamiento. El aporte de la arqueología a los estudios sobre el
Sureste peninsular”, Aragón en la Edad Media, 9 (1991), p. 406.
6 SÁNCHEZ, M. P., “Inventario de arquitectura musulmana en la provincia de Almería” Boletín del Instituto
de Estudios Almerienses. Letras, 5 (1985), pp. 166-167.
303
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
los Naseritas (véase apartado anterior). Por lo tanto, debemos de dividir la tipología de
las torres en dos (A y B) que estarán determinadas por los criterios que se expondrán a
continuación:
A) Construcciones defensivas que hayan sido llevadas a cabo por las élites peri-
féricas, es decir, pequeñas construcciones defensivas que se han erigido sin el
mandato ni la intervención de las élites centrales. El ejemplo más característico
es la torre de alquería o la torre de la vega, y la atalaya de apoyo a una fortaleza.
B) Construcciones que han sido llevadas a cabo por la intervención del “estado”,
es decir, por las élites centrales. Sus ejemplos más característicos son el fortín de
itinerario y la torre-atalaya incluida en líneas organizadas.
La torre de alquería se encuentra alejada del hins, por lo tanto este hecho produciría una
gran inseguridad en los aldeanos y aldeanas que ocupasen este espacio, encontrando la
explicación de estas construcciones. Las torres de alquería suelen presentar una planta
cuadra y tienen varios pisos accediéndose a ella por el primer piso. Estas construcciones
no son construidas únicamente como defensa, sino que servían para conservar y mante-
ner el grano y las cosechas que produjese la alquería7.
La torre-atalaya es una construcción aislada que está asociada a una línea de defensa
y vinculada a un hins que es el encargado de mantenerla y regular a los centinelas que
operen en ella. Su tipología se mantiene, siendo su planta circular y teniendo de tres a
cuatro pisos. Los centinelas nazaríes accedían a estas torres a través de una escalera de
cuerda, hasta llegar a una ventana-puerta8 que se situaba en el tercer piso. A diferencia
de las torres de alquería, las torres-atalaya tienen solamente función defensiva, autores
como Caro Barrionuevo9 y Sánchez Sedano afirman que el sistema de comunicación
entre estas torres y los hins se basa en un sistema de ahumadas de noche y en un sistema
de espejos de día.
7 Ibídem, p. 407.
8 SÁNCHEZ, M. P., “Inventario…”, p. 165.
9 LENTISCO PUCHE, J. D. y CARA BARRIONUEVO, L. (coord.), Castillos…, pp. 12-17.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
IV. ANÁLISIS
El análisis de los vestigios que ocupan estas páginas se han realizado mediante una pros-
pección y un análisis in situ, obteniendo de este modo las mediciones y la distancia visual
que adquieren estas construcciones. Hemos partido de la base teórica de un magnífico
libro como Arquitectura de Al-Andaluz (Almería, Granada, Jaén, Málaga)10 y gracias a los
trabajos de Sánchez Sedano.
1. TORRES DE ALQUERÍA
a) Aljambra (Albox):
La torre posee una planta cuadrada, correspondiendo sus lados a 4,64cm y su muro
tiene un grosor de 80cm disminuyendo este con la altura para aligerar el peso de los
muros. Levantada sobre la misma roca está realizada con mampostería irregular de un
tamaño medio y el mortero está realizado en cal, además conserva restos de haber es-
tado enlucida.
La cronología de la torre es del siglo XIV, tiene la función, como todas las torres de
alquería, de guardar el grano. La torre de la Aljambra está vinculada a funciones defensi-
vas, pues mantiene visibilidad con el castillo de Albox y puede servir para cubrir el punto
ciego que tiene la línea del camino Lorca-Baza.
La torre estaría en una alquería con el mismo nombre, seguramente dependiente del
hins de Albox. Está situada M. T. N. E. Huércal Overa, hoja 996. 1:50.000. Cuadrante:
5
78-579/4139-4138.
2. TORRES ATALAYA
a) Terdiguera (Albox)
10 LÓPEZ, R., BERMÚNEZ, J. y MALPICA, A. (coord.), Arquitectura de Al-Andalus (Almería, Granada, Jaén,
Málaga). Comares. Granada, 2002, pp. 425-624.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La torre es de planta circular con diámetro de 4,50m. Está construida con mampostería
y mortero de cal, teniendo un cuerpo macizo al igual que la torre de la Terdiguera. El
acceso para su entrada estaría situado en la zona elevada que no se conserva y se acce-
dería igualmente que en la anterior.
c) La torreta (Cantoria)
La torreta tiene una planta circular con diámetro de 4,70m. Está construida con mam-
postería y mortero de cal, poseyendo un bello enlucido. La estructura de La Torreta
es diferente a las dos anteriores; no posee un cuerpo macizo, sino que está hueca y se
articulada en tres pisos y su interior estaría realizado en madera. Conserva tres ventanas,
dos con dintel y se puede intuir en los restos el acceso que estaría situado a unos 6m y
se accedería mediante un sistema de escaleras de cuerdas.
La torre estaría aislada como las dos anteriores, es dependiente militarmente del hins de
Cantoria (Lugar del Peñón Viejo). Está situada en la pedanía de “La Hojilla” M. T. N. E.
Cantoria, hoja 995. 1:50.000. Cuadrante: 568-569/4117-4116.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La torre tiene forma circular como todas las torres-atalayas que hemos analizado, su
diámetro es de 4,40 m y está realizada con mortero de cal. De su estructura solamente
contempla en primer cuerpo macizo.
La torre se sitúa en un cerro con gran altitud muy cercana a la actual Purchena. M. T.
N. E. Cantoria, hoja 995. 1:50.000. Cuadrante: 556-557/4135-4134.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las torres que nos ocupan forman parte de un sistema de salvaguardación de caminos
y/o una segunda línea defensiva en el cómputo del entramado. El sistema defensivo se
componía de un entramado de frontera que ejercía como un tapón de aguante tanto en
los Vélez como en el Levante. Después se componía este sistema de torretas que salva-
guardaban el camino Lorca-Baza11. Las torretas están comunicadas visualmente y en el
estudio de campo que hemos realizado podemos asegurar que mediante el sistema de
espejos podían comunicarse perfectamente.
La primera variable que planteábamos era el porqué de las construcciones naseritas que
forman el entramado defensivo, alumbramos en el apartado 2 las carencias defensivas
que hubo en la parte oriental del reino naserita. Alfonso XI ataca la parte Norte del
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
reino de Granada, en una operación contra Yusuf I12. Con la conquista de Priego, Cas-
tillo de Locubín y Alcalá la Real la elite central decide realizar una inversión de defensa
en todo el territorio del reino de Granada y será la que se realice en el sistema defensivo
del camino Lorca-Baza.
Lisân al-Dîn Ibn al Jatîb fue secretario del sultán Yusuf I y narró la visita que el sultán
realizó a las tierras orientales para comprobar la inversión realizada en la línea de sal-
vaguardación del camino. Yusuf I realizó las observaciones y controles del territorio
oriental desde el 29 de abril de 1347 hasta el 20 de mayo del mismo año. El trayecto
que realizó el sultán fue el siguiente: Hins Sirûn (Castillo de Serón), Bursana (Purchena) y
Qattûriya (Cantoria)13, en su traducción Jorge Lirola hace mención a Cantoria como un
lugar elevabado, esta alusión corresponde con el Lugar del Peñón Viejo. Esta inversión
realizada por las élites centrales y supervisadas por el mismo Yusuf I asegura el camino
Lorca-Baza. Las torres y atalayas que se encuentran en esta franja son las de el Ramil,
Atalaya de Purchena y la Torreta de Cantoria, en esta línea defensiva se pudo ahorrar
la élite central su inversión pues mediante hins y puntos estratégicos como Somontín el
camino estaba salvaguardado. También las fuentes nos aseguran gracias a la traducción
que Lirola ha hecho de Ibn al-Jatîb la línea que salvaguarda el camino de Lorca-Baza
desde Cantoria a Vélez: “Cantoria (Qantûriya/Qatturiya), con buen queso y deliciosa miel
y escasez de agua; Purchena (Bursana), con un inexpugnable castillo; Oria (Ûriya), tierra con
agua que produce queso, miel y cebada; Vélez (Ballîs), con los peligros de frontera, que cuenta con
manantiales, caza y miel, pero con poco trigo (…)”. Esta línea corresponde a las tres torres
que salvaguardan el camino hacia el Norte (la Torreta de Cantoria, la Terdiguera y la
Torre de la Rambla de Oria).
310
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como adelantamos en la exposición, uno de aspectos que más nos llamó la atención en
el estudio de estos elementos arquitectónicos fue la falta de un esquema para seguir un
plan de ejecución para mantener nuestro patrimonio. Por ello, además de comentarlo en
la exposición, creemos que es de gran importancia crear unos parámetros y un esquema,
que cumpla con la legalidad vigente, para poder repararlo, o, en el peor de los casos,
preparar el proyecto hasta que la administración competente pueda ejecutarlo.
ANTECEDENTES
El 25 de febrero de 2015, el Alcalde, de la localidad de Cantoria, y su equipo de gobier-
no quisieron realizar un proyecto para que recogiese la protección e intervención de La
Torreta y, por consiguiente, realizar la rehabilitación y puesta en valor del inmueble. La
Torreta es una construcción del siglo XIV y debe de tener las disposiciones legales para
que se pueda proteger su arquitectura y, asimismo, fomentar su carácter etnográfico,
paisajístico y cultural.
311
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
PROTECCIÓN LEGAL
La protección legal que dispone el bien inmueble, inscrito en el Catálogo General de la
Junta de Andalucía, se contempla en el BOE del 29 de junio de 1985, registrándose como
Bien de Interés Cultural, con la tipología jurídica de monumento.
RESEÑA HISTÓRICA
En La Hojilla se halla la airosa torre vigía de Cantoria que fue construida sobre el 1350
bajo el mandato de Yusuf I, dominando las tierras que tiene alrededor, y conocida po-
pularmente como “La Torreta”. En el Diccionario de Madoz (ca. 1850), en la jurisdicción
de Cantoria se encuentra una torre de moros denominada de la “Perula”, puede ser que
dicha torre se corresponda con la actual, ya que en este pueblo no existe ninguna otra.
DESCRIPCIÓN TIPOLÓGICA
Es cilíndrica, con un ligero ensanchamiento en su base, construida de mampostería, con
cuatro vanos en su parte superior y estaba rematada con almenas. Se conservan tres
ventanas. Es hueca, pero hay huellas que denotan la existencia anterior de techos que
la dividían en cuatro pisos, coronados por una terraza con antepecho. Los dos primeros
pisos estaban cerrados, existiendo vanos únicamente en el tercero. Cada una de las
ventanas se coloca en eje y con la estructura igual, sólo varían al exterior. Se trata de
ventanas de forma arqueada, excavadas en el muro. Todo el conjunto está en mal estado
de conservación y en peligro de desmoronarse.
SITUACIÓN
Coordenadas: 571431, 4137036, UTM Zone 30N.
312
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El análisis que debemos de realizar en base a la seguridad del monumento queda ame-
nazado por los siguientes puntos:
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las actuaciones se llevarán pues con la prudencia debida para que en los primeros pasos
y con preferencia, puedan por una parte frenar los actuales pasos de deterioro incidien-
do en las causas originarias que producen los daños y en la evitación de la reproducción
de los mismos efectos en el futuro, y por otra parte puedan redundar en la seguridad es-
tructural tal que preparase un camino certero para la recuperación definitiva edificatoria.
Queda claro que todas las aportaciones constructivas que supongan una adición al mo-
numento deben de ser compatibles con los materiales originales y, por supuesto, si se
ayudan de partes indispensables deberán de ser marcadas o señaladas para evitar con-
fusiones miméticas.
Las actuaciones que se deben de realizar serán las siguientes donde se indicarán los
sistemas estructurales y constructivos de la cubrición que proporcionen una obra segura
y duradera. Estos sistemas respetarán conceptualmente los utilizados en su origen supe-
rando algunas deficiencias o vicios constructivos, se pueden sintetizarse en:
Levantamiento planimétrico.
Realizado en este proyecto.
Cubrir y asegurar el huaqueo realizado por el expolio de la torre. La torre tiene un vacio
estructural en su fuerza gravitatoria de 1´5m2, que es la superficie de vacío. que debe de
ser rellenado mediante manompostería y morteo de cal y marcada su interacción para
que en análisis venideros no haya problemas de mímesis.
De igual modo, en los niveles medios debe de haber un refuerzo de la estructura y tapar
y reforzar toda la grieta que se origina desde el huaqueo en la zona sur prodigándose en
altura hasta la zona norte.
314
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La vía de acceso está en la cara del sur de la colina que deberá de realizarse un rebaje y
un saneamiento para facilitar el acceso al monumento.
PUESTA EN VALOR
Debido a su gran importancia e interés histórico, además de su situación geográfica, el
monumento se podrá adaptar perfectamente a una zona de recreo y ocio, así como
aún integrarse dentro de zonas senderistas o de paso de bicicletas. Mediante letreros e
ilustraciones se explicaría la historia y la importancia del monumento.
La torreta será una zona de descanso en la cual se pondrá unos bancos de descanso
y unos paneles informativos que contengan una explicación detallada de la obra y la
reconstrucción de misma.
MANTENIMIENTO
Como marca el Artículo 4. 1. del Título Preliminar, BOJA nº 248 de 19 de diciembre de
2007, el mantenimiento, protección y conservación dependerá del municipio de Canto-
ria junto a la cooperación de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
CONCLUSIONES
Las fronteras político-militares tenían como objeto la delimitación del territorio siempre
dirigidas por la clase dominante. En el caso de los pueblos de Almería se realiza en base
a dos tapones de defensa y a defender las líneas de comunicación que es donde se im-
planta el sistema defensivo de las torres-atalaya.
315
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Estas dos líneas fueron creadas sin duda por la conquista de Alfonso XI y para contro-
lar el territorio visualmente. Como hemos querido mostrar a lo largo de este escrito, la
dependencia de las torretas respecto a un punto administrativo ya sea un hins o una taa
es totalmente necesaria pues es la que se ocupa de su mantenimiento y abastecimiento.
Nuestro patrimonio está de capa caída, hoy y gracias a estos congresos y exposiciones
es de vital importancia reclamar y trabajar por no perderlos. Esperamos que esta ex-
posición sirva para poner la primera piedra en la reparación de nuestro patrimonio, de
nuestro legado de unos tiempos duros, pero que crean el misterio necesario para seguir
apostando por ellos.
BIBLIOGRAFÍA
CRESSIER, P., “Las fortalezas musulmanas de la Alpujarra (provincias de Granada y Almería) y la división po-
lítico-administrativa de la Andalucía oriental”, Arqueología espacial, 5 (1984). Ejemplar dedicado a: Época
romana y medieval, pp. 179-200.
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conquista castellana”. Arqueología Espacial, 5 (1984), pp. 201-223.
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en el sector Montefrío-Monclín”. Arqueología espacial, 13 (1989). Ejemplar dedicado a: Fronteras, pp. 229-
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Estudios Almerienses. Letras, 5 (1985), pp. 163-188.
SIMONET, F., Descripción del reino de Granada bajo la Dominación de los Naseritas sacada de los Autores Árabes
y seguida del Texto Inédito de Mohammed Ebn Aljatib. Ediciones Atlas. Madrid, 1982. (Facsímil de la edición
de Madrid de 1860).
316
LOS VÉLEZ
Y EL REINO DE MURCIA
317
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
Regreso de nuevo con gusto a los Vélez (Vélez Blanco y Vélez Rubio) y la sierra de Ma-
ría, tan hermosos y en una ruta, en el caso de Vélez Rubio, inolvidable hacia Cúllar, Baza
y Almería o Guadix y Granada, territorio del que tanto trató el padre Tapia.
La conquista castellana definitiva de ese territorio del reino granadino se hizo en 1488
desde el reino de Murcia. Los términos de Lorca y Caravaca de la Cruz eran fronterizos
con el de Vélez Blanco1. Pocos años y décadas después hubo con frecuencia problemas
en las delimitaciones de los mojones o mojoneras que marcaban los términos2.
Hubo asimismo otros problemas que fueron también comunes, como la rebelión de los
mudéjares en 1501-1502 y la de los moriscos granadinos en 1568-1570, o las expulsio-
nes de los moriscos granadinos en 1570 del reino de Granada y de los murcianos en
1610 y 1613-1614.
A todo ello se añadió la inclusión de los Vélez y María (más Cuevas del Almanzora,
Portilla, Oria y otras poblaciones cercanas) en el marquesado de los Vélez. Éste estado
1 TORRES FONTES, J., “Conquista murciana de Los Vélez (1436-1445)”. En Murgetana, 83 (1991), pp. 81-99.
2 ROTH, D., “Vélez Blanco en el último tercio del siglo XVI. Repoblación y conflictividad”. En DÍAZ LÓPEZ, J.
P. (ed.), Campesinos, nobles y mercaderes (Huéscar y el Reino de Granada en los siglos XVI y XVII), Huéscar (Gra-
nada), 2005, pp. 293-314. DÍAZ LÓPEZ, J. P., “Huéscar, Orce, Galera y los Vélez. Pleitos concejiles y enfrenta-
mientos”. En Revista Velezana, 22 (2003), pp. 29-44. MUÑOZ BUENDÍA, A., “Conflictividad y agresión entre
agricultores y ganaderos en la España moderna: el caso de la ciudad de Vera y su Tierra”. En DÍAZ LÓPEZ, J.
P., MUÑOZ BUENDÍA, A. (eds.), Herbajes, trashumantes y estantes: Actas del Coloquio sobre ganadería en
la Península Ibérica (Almería, 1999), Almería, 2002, pp. 295-316.
318
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
señorial lo detentó primero Pedro Fajardo Chacón, después Luis Fajardo de la Cueva,
Pedro Fajardo Requesens y sus sucesores, es decir, los adelantados mayores de Murcia,
a quienes había antecedido don Pedro Fajardo Quesada, el llamado alguna vez virrey
de Murcia. Ellos unieron numerosos señoríos en los reinos de Granada y Murcia y se les
confió con frecuencia la defensa del litoral murciano, cartagenero y almeriense.
Varios ejemplos nos pueden ilustrar la ejecución de este encargo. Uno es el socorro que
hizo Luís Fajardo de la Cueva a Cartagena en 1561, en que fue amenazada de ataque
por los argelinos, cuando éstos habían saqueado Ciudadela en Menorca (Islas Baleares).
El segundo marqués de los Vélez estaba entonces en la villa de Mula y acudió con las
milicias de sus villas señoriales, como Mula, Alhama de Murcia y Vélez Blanco.
Otro marqués de los Vélez, el sexto, Fernando Joaquín Fajardo Requesens y Zúñiga (+
1691), socorrió también Cartagena, pero en 1658, es decir, al final de la Guerra Fran-
co-española de 1635-1659, y donde –por cierto- encontró la oposición de algunos regi-
dores de Cartagena descendientes de genoveses, como Ignacio Prebe y Vicente Imperial
Digueri, es decir, los relacionados con el señorío de Cúllar. En el caso de su sucesor el
duque de Montalto y marqués de los Vélez, su administrador, don Diego Alemán Pele-
grín, visitó los Vélez en 1706, procedente de Mula, y 5 compañías vecinales de Los Vé-
lez (3 de Vélez Rubio, una de Cuevas y una de María) acudieron en socorro de Murcia
en agosto y septiembre de 17064.
Por entonces las relaciones entre las poblaciones de los Vélez y las murcianas se habían
intensificado: por ejemplo, los abastecedores de productos alimenticios de poblaciones
como Murcia y Cartagena, que formaban un único corregimiento o distrito gubernati-
vo (Lorca se había separado), enviaban a sus encargados para comprar carne, cereales,
aceite, como los comerciantes, que eran también abastecedores, procuraban surtirse en
los Vélez de lana o de nieve. Estos negociantes fueron a veces genoveses, franceses e
ingleses, quienes arrendaron además las almadrabas o pesquerías de atunes de la zona
de Mojácar y Vera.
3 Archivo Histórico Provincial de Murcia [AHPM], Not(ariado), 5294, fº., 21-6, 26-30, 38 y 44-5, 22.1.1626,
2.2 y 6.2.1626.
4 Archivo Histórico Nacional [AHN], E. 287, Vélez 29.6.1706: MUÑOZ RODRÍGUEZ, J. Felipe y cien mil mur-
cianos, Murcia, 2012, pp. 77, 87, 129 y 152 notas 31, 61, 43 y 46.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Al morir en 1503 Juan Chacón, contador de los Reyes Católicos, adelantado mayor del
Reino de Murcia y señor de Cartagena, a su hijo mayor y sucesor Pedro Fajardo Chacón
le fue tomado por los reyes el señorío de Cartagena y le fue dado en compensación
un grupo de villas (Vélez Blanco, Vélez Rubio, Cuevas de Almanzora) y lugares (María,
Portilla, Oria, Cantoria)10 situadas en un ángulo del Obispado de Almería lindante con el
Reino de Murcia y con otros señoríos del Reino de Granada que pertenecían al duque
de Alba (Castilléjar, Huéscar, La Puebla de don Fadrique)11.
5 Obligación de pago de Juan Fernández Galtero, de Vélez Rubio: AHPM, Not. 5.355, f. 43, 4.5.1666.
6 Toya apoderó a Antonio Mª Guerrero, vecino de Málaga, para pedir entrega de la fragata San Antonio
de Papua, que había entregado a Antonio Navarro, y rendición de cuentas: AHPM, Not. 5.390, f. 638,
23.3.1680.
7 Salomón apoderó a Toya para recibir y vender mercancías: AHPM, Not. 5.364, f. 121, 13.10.1663.
8 AHPM, Not. 9331, 2ª foliación, fols. 41-2 y 60-2, 3.6.1612 y 4.9.1612.
9 Isabel Pina apoderó a su marido Macián Florencio, torcedor de seda, natural de Valencia, para ir a Al-
manzora y pedir la herencia de los bienes paternos, 28.5.1538: AHPM, Not.108, fol. 184r.
10 TORRES FONTES, J., “La reincorporación de Cartagena a la Corona de Castilla”, en Anuario Histórico del
Derecho Español, 50 (1980), pp. 327-352.
11 SORIA MESA, E., Los señoríos del Reino de Granada (ss. XV-XIX), Granada, 1995. PÉREZ BOYERO, E., Moris-
cos y cristianos en los señoríos del Reino de Granada (1490-1568), Granada, 1997.
320
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Unos pocos años después, en 1506, estos señoríos sirvieron de zona de abastecimiento
cerealícola de Cartagena12, y en 1508 se informó de que también lo fue de moriscos,
pues Francisco Rodríguez de Santiago, vecino de Cartagena, declaró en el juicio de re-
sidencia del bachiller Fernando Ordóñez, teniente del corregidor Lope Zapata, que un
alcalde ordinario prendió a dos vecinos que habían llevado capturados dos moriscos de
los señoríos del marqués de los Vélez13.
Esta última información se hizo en una época de inestabilidad política: Felipe I de Habs-
burgo, rey consorte de Juana I la Loca, murió en septiembre de 1506, a los cinco meses
de tomar posesión de los reinos de Castilla y León, y Fernando el Católico tardó en
asumir la regencia de la Corona de Castilla (1507 a 1516) porque estaba en Italia, por
lo que rigió interinamente Cisneros. Pues bien, en el juicio de residencia mencionado se
declaró que algunos mandamientos del Consejo de Castilla después de la muerte del rey
don Felipe y antes de la venida del rey don Fernando no fueron aceptados por no venir
firmados de la señora reina, relativos a maravedíes de las alcabalas14.
Es quizá en este contexto en el que se puede explicar la insistencia del primer marqués
de los Vélez para que se amojonasen los límites de sus señoríos velezanos con los
términos de Lorca y Caravaca en torno a 150015, y en 151416, insistentemente17, hasta
conseguirlo.
12 MONTOJO MONTOJO, V., El Siglo de Oro en Cartagena (1480-1640), Murcia, 1993, p. 311.
13 Los malhechores fueron Jaime Lucas y Ginés García, apresados por Julián Martínez: Archivo Municipal
de Cartagena [AMC], caja 107, expediente 5.
14 Declaraciones de Ginés Osed y Francisco Rodríguez de Santiago: a la tercera pregunta dijo que sabe
que en esta ciudad se trajo dos veces una provisión de contadores para que se acudiese con ciertos
del encabezamiento de las alcabalas y que sabe que la suplicaron dos veces: AMC, caja 107, n. 5.
15 Archivo General de la Región de Murcia [AGRM], Fondos Reproducidos (FR), Archivo General de Siman-
cas [AGS], Consejo Real de Castilla [CRC], Rollo (R-) 184/9 / Probanza en el pleito entre las villas de Lorca
y Vélez Blanco sobre sus límites territoriales.
16 AGRM, FR, AGS, Cámara de Castilla [CC], R-87/44 / Carta al juez de términos para que haga información
sobre los límites y amojonamientos de las villas de Caravaca, Huéscar, Orce, Cúllar y Xiquena que lin-
dan con las de Vélez-Rubio y Vélez-Blanco, a petición de don Pedro Fajardo, adelantado del Reino de
Murcia y señor de estas dos villas, quien dice que hay muchos debates por no estar amojonados.
17 AGRM, FR, AGS, CC, R-87/46 / Memorial de Pedro Fajardo, adelantado de Murcia, solicitando al rey en-
víe un juez de residencia para amojonar los términos de Vélez-Rubio y Vélez-Blanco que lindan con los
de Caravaca, Huéscar, Orce, Cúllar y Xiquena, pues hay muchos debates y cuestiones sobre sus límites.
321
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
nes interpuestas contra las sentencias de los alcaldes ordinarios de las villas velezanas18.
Por otra parte, los concejos o municipios más relacionados con el marqués de los Vélez y
adelantado mayor del reino de Murcia (y capitán mayor) acostumbraban a enviar repre-
sentantes a saludarle cuando tomaba posesión de su estado, como en 1598 hizo el de
Cartagena por medio de los regidores Diego Bienvengud Rosique y Juan Giner, pagador
de armadas y fronteras, con respecto al cuarto marqués19.
El reino de Murcia era en 1540 un territorio poco poblado20, como lo era también el
marquesado de los Vélez almeriense, de lo que se derivaba entonces la dificultad de
su protección militar ante las frecuentes agresiones argelinas, en que habían destacado
algunos oficiales, como Haireddin Barbarroja, que en 1516 conquistó Argel y en 1529
se apoderó del Peñón de Argel, o Sinán el Judío.
Se explica que entonces fueran temibles las acciones militares o razias de tales corsarios
o guerreros y que los habitantes de las zonas costeras o litorales prefirieran invertir en
la ganadería, que podían mover de un sitio a otro en busca de buenos pastos y de se-
guridad.
El primer marqués de los Vélez fue desterrado del reino de Murcia de 1524 a 1543,
pero a partir de esta última fecha pudo volver y en alguna ocasión se le confió la defensa
de Cartagena y su costa, para la que se sirvió de su hijo mayor, el marqués de Molina.
Fue a partir de 1540 cuando se consolidaron una serie de comunidades nacionales ex-
18 AHPM, Not,284/13 / Carta citatoria del doctor Fontes, juez de apelación en las tierras del marqués de
los Vélez y adelantado y capitán mayor del reino de Murcia, a Hernando Garbi, vecino de Vélez Rubio.
19 AMC, Actas Capitulares de 1598-1601, 13.6.1598, f. 36r.
20 CHACÓN JIMÉNEZ, F., El censo población de 1533, Reino de Murcia, Universidad de Murcia, 2000.
21 MONTOJO MONTOJO, V., Cartagena en la primera mitad del siglo XVI, Murcia, 1983, p. 248. Esta tesis de
licenciatura recoge íntegras las actas capitulares del Concejo de Cartagena de 1526-1555. Cfr. http://
hdl.handle.net/10201/29461 (Consulta: 17.12.2014).
322
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
tranjeras en los puertos de Alicante y Cartagena, que fueron los más activos del Levante
español, en el que se situaban además los de Benicarló, Vinaroz, el Grao de Valencia,
Denia y Mazarrón, y en las poblaciones del interior, como Valencia, Játiva, Elche, Ori-
huela, Murcia, Lorca, Vélez Blanco, Vélez Rubio, Vera y Baza, además de otras muchas22.
Entre estas comunidades destacaron primero las de genoveses y otras naciones italianas
(milaneses, florentinos, venecianos y saboyanos o nizardos)23, la ragusea (de Ragusa o
Dubrovnik)24, la catalana, la mallorquina, la berberisca, la provenzal (Marsella) y desde
finales del siglo XVI la bretona, a las que se sumaron más tarde la flamenca (del Flandes
español), la inglesa, la holandesa y la alemana.
A partir de 1669 el gobierno de la regente Mariana de Austria, madre de Carlos II, con-
siguió el traslado efectivo del Apostadero de las Galeras de España a Cartagena, pues
estaba anteriormente en el Puerto de Santa María, y se realizaron a partir de entonces
reparaciones de las galeras, que fueron ocasión de una mayor demanda de madera de
22 VELASCO HERNÁNDEZ, F., Auge y estancamiento de un enclave mercantil en la periferia, Cartagena, 2001.
MONTOJO MONTOJO, V., “Mercaderes y actividad comercial a través del Puerto de Cartagena en los
reinados de los Reyes Católicos y Carlos V (1474-1555)”, en Miscelánea Medieval Murciana, XVIII (1993-
1994), pp. 109-140.
23 MONTOJO MONTOJO, V., RUIZ IBÁÑEZ, J.J., “Le comunità mercantili di Genova e Saint-Malo a Cartagi-
ne, porta della Castiglia (secc. XVI e XVII)”. En MOTTA, G. (ed.), Mercanti e viaggiatori per le vie del mondo,
Milán, 2000, pp. 75-90.
24 En 1667 aún llegaban a Cartagena navíos dirigidos por raguseos, como capitán Tomás Manuti: AHPM,
Not. 5.438, 13, 7.1.
323
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
la Sierra de María y los Vélez, así como de aceite y otros alimentos para las tripulaciones
de los barcos, que se sumó a la demanda de lana para exportación.25
Entre los comerciantes de Cartagena estuvo, por ejemplo, Bernardo Anrich Ferrer, na-
tural de Menorca, relacionado en 1673 con comerciantes ingleses de Alicante (Antonio
Baset y Josías Crawford)28, que en 1679 apoderó a un vecino de Vélez Rubio para
comprar madera (10 cargos de madera carrasca para fabricar carros y carretas)29, y a un
vecino de Mazarrón para comprar lana lavada o sucia en Cuevas30, a otro de Cuevas en
168131 y a otro de Vélez Blanco en 168232, como lo encargó asimismo Benito Saco a
otro de Jijona en el río Almanzora33. Bernardo Anrrich adquirió tierras en estos años, lo
que parece indicar su radicación definitiva en Cartagena34.
25 MONTOJO MONTOJO, V., MAESTRE DE SAN JUAN PELEGRÍN, F., “La actividad de los mercaderes de Car-
tagena en el reino de Granada a finales del siglo XVII”. En El reino de Granada en el siglo XVII (Actas n. 37:
Almería, 1997). Almería, 2001, pp. 111-120.
26 ROTH, D. (coord.), Vélez Blanco. Medio natural, historia y patrimonio cultural, Instituto de Estudios Alme-
rienses, Almería, 2012, pp. 80-88.
27 HERRERO MARTÍNEZ, Manuel.
28 Les facultó para cobrar 3.500 reales a Francisco Rodríguez Valenciano: AHPM, Not.5443/264, 27.7.1673,
ref. MONTOJO MONTOJO, V., “El comercio de Alicante a mitad del siglo XVII según los derechos y sisas
locales de 1658-1662 y su predominio sobre el de Cartagena”, en Murgetana, Real Academia Alfonso X
el Sabio, 122 (2010), pp. 37-60.
29 Andrés de Gea: AHPM, Not.5461/81, 6.3.1679.
30 Tomás Pérez, que podía también comprarlas en Orce o Galera: AHPM, Not.5461/162, 8-6-1679.
31 Juan Marín, que recibió 6.000 reales: AHPM, Not.5372/260, 22.11.1681.
32 Miguel de Zutia, que recibió 20.000 reales para ello: AHPM, Not.5373/130, 11.5.1682.
33 Tomás García, de Jijona, 200 arrobas: AHPM, Not.5370/149, 5.8.1679. Fue testigo Donato Domás.
34 Juan Ros y otro le vendieron casas y tierras en el pago de la Atalaya por valor de 7.111 reales (AHPM,
Not.5370/140, 30.7.1679). Alberto Sicilia se hizo depositario de 18.700 reales del capital del censo que
gravaba las tierras, a favor del Convento de Santo Domingo (Idem/143, 31.7.1679).
324
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Otro vecino de Cartagena, Bernardo Calderón, apoderó a otro de Vélez Rubio para
comprar lana, en 168335.
Esta lana era llevada a lavaderos de lana de Huéscar (Granada), Villanueva de la Fuente
(Alcaraz), Caravaca de la Cruz (Murcia),39 o de Cartagena,40 desde donde era expor-
tada.
Los mismos negociantes hacían abundantes compras de aceite en la villa de Las Cuevas
u otras del Almanzora y del río de Almería, como el mismo Bernardo Anrrich Ferrer por
medio de diferentes vecinos de Mazarrón,41 Totana,42 Cehegín43 y Cuevas;44 o Alejandro
y Nicolás Fábrega45 y los ingleses Clemente Petit, abastecedor de aceite de Cartagena,46
y Tomás Moore,47 o Nicolás de Borja, comerciante natural de Antequera y abastecedor
de aceite de Cartagena48, entre 1677 y 1706. Incluso, más adelante (1718), este produc-
to se destinó a la exportación49.
Anrich Ferrer y Tomás Moore formaron una compañía, forma de asociación mercantil
que se extendió en estos años entre los ingleses, como también entre los genoveses. Eran
325
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Algunos de estos comerciantes eran activos traficantes barrilleros o de barrilla, que ad-
quirían principalmente en el reino de Murcia, pero también en el Obispado de Almería.
Por ejemplo, José Martínez Fortún, vecino de Cartagena, contrató en flete la saetía Ntra.
Señora del Rosario y San José, de patrón Simón de Amelo, genovés, para ir a Carbo-
neras, dar aviso a Pedro de Arrendares, en Cuevas, recibir 800 quintales de barrilla en
Garrucha (Vera), cargar 8.000 sarrias de esparto en Cope (Lorca), volver a Cartagena
a por las pólizas de cargazón y transportarlo a Marsella50. El patrón Francisco Tríes,
catalán de Arenys de Mar, de la saetía Ntra. Señora de la Concepción, San Francisco
y San Antonio de Papua, la fletó a Juan Vicente Bartoloto, comerciante genovés de
Cartagena, para cargar 1.100 quintales de barrilla y sosa, en sarrias, en Mazarrón, Águi-
las y Cuevas y trasladarla a Génova51. Su adquisición era motivo de problemas en el
precio en reales de vellón por quintal, sobre el que los hombres de negocios especu-
laban, como Juan Bautista Montanaro, Mateo Rizo o Riso, Tomás Moore y compañía,
en 169752.
2. LA COMUNIDAD VELEZANA
¿Qué podrían buscar los habitantes de Vélez Blanco o Vélez Rubio en estas poblaciones
del comercio del Levante español?
326
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Si nos guiamos por la evolución cronológica en primer lugar esclavos berberiscos, que
podían comprarse fácilmente en Murcia o Cartagena, como hizo maestre Juan, vidriero,
vecino de Vélez Blanco y habitante en María54.
Otros gestionaron a veces deudas que se les debían, como Ginés Tristán, vecino de Las
Cuevas (1577)55.
Este tipo de contratos se intensificaron a finales del siglo XVI y también al final del XVII,
extendido además a Alicante. En esta última ciudad, por ejemplo, Melchor Carbonel, de
Cuevas del Almanzora, se obligó a pagar 188 libras a Francisco Martínez, de Alicante,
por resto de cuentas, en 168956.
Finalmente hay que añadir que estas relaciones se mantuvieron en el primer tercio del
XVIII, en el que se puede seguir la actividad de algunos comerciantes de Alicante y
Cartagena dirigida a los Vélez, el Almanzora y Almería.
Fue así por parte de Francisco Antonio Pavía, negociante de Alicante (desde 1728), que
puso un pleito contra Juan Evangelista Giraldeli y compañía, de Madrid (Rodulfo Firi-
dolfi), tesoreros de la reverenda Cámara Apostólica en Madrid, por deudas. Según sus
cuentas debía de 1719-1725: 6.221 reales vellón de su época de comerciante en Alme-
ría, siendo menor de edad, pues tenía Pavía 28 años y llevaba entonces los negocios de
su padre, por lo que pidió las notas y papeles a su encargado de Almería Pedro Antonio
de Peralta58.
Este tipo de conflicto da a conocer, además, la extensión geográfica de las redes mer-
cantiles interiores, que fácilmente se extendían a los reinos de Murcia y Granada, como
en el caso de Lázaro Guirán, de Bouviñán y Guirán compañía, negociantes franceses, en
su pleito con Jacinto Aubert o Hubert. Los primeros apoderaron a Juan Bautista Vague,
negociante de Valencia, para el pleito. Hubert era el contendiente, mercader en Alican-
te, quien fue demandado en 1717 porque a finales de 1714 Guirán habló con Hubert
54 Compró a Macías Oluja y Alonso Sánchez de Albacete, de Murcia: AHPM, Not.284,fol.25r, 5.6.1523.
55 La cedió a Francisco Fajardo Caparrós, de Cehegín: AHPM, Not.365,fol.166r, 22.6.1577.
56 Archivo Histórico de Orihuela, Protocolo n. 1206, f. 78, 31.3.1689; ref. MONTOJO MONTOJO, V., “El co-
mercio de Alicante en el reinado de Carlos II”. En Saitabi, 60-61 (2010-2011), pp. 327-346.
57 Juan Alberto Polero contra Juan de Arrollo y Domingo Gómez, vecinos de María, y Juan de Sola, de
Huéscar, por 420 fanegas: AHPM, Not. 5.441, f. 162, 11.4.1670.
58 415.045 (66, 10880, 192330, 12600, 45548, 19295, 2738, 2040, 8840, 6877 y 8138) y había de haber.
Debe 141.116 (20.5.1732): Archivo del Reino de Valencia [ARV], Escribanías de Cámara [EC] año 1732,
proceso de 1731-1742, 3208, 111.
327
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
acerca de comprar barrilla y envió 12.206 reales a Antonio Hubert, mercader de Vélez
Rubio, hermano de Jacinto, para que la comprara y se la remitiera. Jacinto Hubert negó
que él actuara como fiador de su hermano y Guirán se quejó de que la barrilla le salió
cara, por lo que reclamó 250 libras a Jacinto Hubert. Intervinieron, además, Francisco
Munier, mercader francés, quien apoyó a Hubert. Guirán hizo que testificara Rodrigo
Celdrán, vecino de Murcia, quien fue apoderado de Guirán para cobrar a Antonio Hu-
bert en Vélez Rubio. Este último alegó que recibió el dinero de Diego Robles de Castro,
vecino de Lorca, por encargo de Jacinto Hubert y que a mediados de 1715, en que se
le avisó de que iban a tomar el resto de la barrilla, ya la había enviado toda, con cuenta
incluida, por medio de Pedro de Mendoza, quien se retardó por las alteraciones que
hubo en Alicante, por lo que se tuvo que volver59.
Normalmente un comerciante o factor facultaba a una segunda persona, que podía ser
un transportista o no, con el fin de comprar aceite, madera o lana en una serie de zonas,
como las mencionadas hasta ahora, para lo que se le adelantaba una cantidad dineraria
de reales y con la condición de que lo había de remitir a Cartagena. Así lo hicieron, por
poner un ejemplo, Juan Francisco Polero, factor de las Galeras de España en Cartagena,
en relación a Pedro Cerdán, vecino de Mazarrón, y a 300 arrobas de aceite claro lam-
328
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
pante;61 o Juan Bautista Montanaro, negociante, con Juan Bautista Trufa, vecino de Gra-
nada, quien había de comprar 8.000 arrobas de lana sucia de buena calidad y enviarlas
a los lavaderos de la ciudad de Huéscar62.
Otro testimonio a que daba lugar esta negociación era el de una carta de pago por ra-
zón de una o diversas cuentas (finiquito)63 o, incluso, una escritura de fletamento si se
embarcaba.
A partir de finales del siglo XVII fue más frecuente el uso de vales y la referencia a co-
nocimientos de apuntes o asientos contables, más aún en el XVIII, tal como revelan los
pleitos de los comerciantes y sus clientes ante la Audiencia Real de Valencia y la Real
Chancillería de Granada.
61 Polero era correspondiente del marqués de Tamarit y barón de Ribelles, factor general de las Galeras
de España: AHPM, Not. 5.375/3 y s.nº., 18.1.1687 y 16.3.1689.
62 AHPM, Not. 5.375/s.fº., 14.2.1687.
63 J.B. Montanaro a Francisco González de la Melera, vecino de Huéscar: AHPM, Not.5378/¿, 12.12.1693.
64 A petición de los acreedores de Jacome Gotuso, por suponerse que la barrilla era de Bartolomé Ferro,
su hermano, preso en la cárcel de Cartagena: AHPM, Not.5373/99, 12.3.1682.
329
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
intermediarios, cuando anotan, por ejemplo: 400 reales vellón sacádonos en Manuel de
Zebra, o 390 reales vellón pagados en esta Nunciatura a don Carlos Carriola por un
despacho remitídole65.
Otro tipo de protagonistas fueron oficiales artesanos que sirvieron al Apostadero de las
Galeras de España, como Juan Agustín Riso, maestredaja (carpintero de ribera) de las
galeras, que se comprometió mediante escritura a favor del rey a cortar maderos en
María y otras partes (1679)66.
V. CONCLUSIONES
Opto por observar la realidad geográfica del marquesado de los Vélez, así como la del
Almanzora y la de la tierra de Almería desde el movimiento que generaba en el exterior,
o la atracción que producían en otros espacios, ya fuera por sus seres humanos o por
sus productos.
Es muy probable, después de todo lo expuesto en los epígrafes anteriores, que el men-
cionado marquesado almeriense fue una zona de aprovisionamiento de aceite, cereales,
lana, barrilla, madera, de forma muy parecida a como Huéscar y Puebla de don Fadrique
(Granada) lo fueron de lana y madera, la tierra de Vera (Almería) de cereales y fruta,
o Galera y Orce (Granada) lo fueron de cáñamo, todo ello para el Levante español y
Andalucía a lo largo de los siglos XVI al XVIII.
Por su parte el territorio de Lorca (con Mazarrón, anejo) y las encomiendas (Aledo y
Totana) y señoríos de los Fajardo (Alhama de Murcia, Librilla, Molina de Segura y Mula),
en el Guadalentín medio y el río Mula, la huerta de Murcia, la de Orihuela (Reino de
Valencia) y los campos de Cartagena, Elche y Alicante, fueron de poblaciones donde se
dieron concentraciones más o menos importantes de comerciantes y artesanos.
65 Intervinieron además: Manuel de Zebra, Pedro Gómez Manzanilla (criado mayor del conde de Mon-
talbán), Carlos Carriola (registrador y notario apostólico de la Nunciatura), Francisco de Santa Agata,
Cayetano Zarzosa, Juan Esteban Fábrega (Almería), Cayetano de los Ríos Zarzosa (comerciante de Al-
mería), Andrés de San Juan, Ventura Zornoza, Francisco del Moral, Francisco de Almansa, Diego Ruiz
Villaizán, José de San Martín, Mateo de Llera, Antonio de Rueda Marín, José de Almansa, Miguel Domé-
nech, Antonio Fernández Bazán, Lorenzo de Morales, Pablo Norri, Marcos de Velasco y Briones, César
Rulini (Doménech quizá de Vélez Rubio): Archivo del Reino de Valencia, Escribanías de Cámara (Real
Audiencia), año 1732, nº. 111, fs. 95-98. Ver también:
http://www.dipalme.org/Servicios/IEA/edba.nsf/xlecturalinajes.xsp?ref=5
66 Murcia, Lorca, Caravaca, Totana, Alguazas: AHPM, Not.5461/55, 4.2.1679.
330
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Hubo, por lo tanto, una historia común, en la que se situaron la conquista castellana
definitiva de la parte almeriense del Reino de Granada, las Comunidades de los reinos
de Granada y Murcia, las rebeliones de mudéjares y moriscos, la intermediación en el
tráfico de Levante, en las rutas de Orán y de las islas del Mediterráneo Occidental, en
el aprovisionamiento del ejército español en Cataluña durante la Guerra de la Liga de
Augsburgo, e incluso en el levantamiento de la gran empresa que fue el Arsenal del
Mediterráneo situado en Cartagena, por no mencionar otros muchos.
331
DOÑA MENCÍA
DE REQUESENS
ZÚÑIGA Y GRALLA
III MARQUESA DE LOS VÉLEZ1
332
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Doña Mencía de Requesens Zuñiga y Gralla nació en Barcelona en 1557 y era hija del
afamado D. Luis de Requesens y Zúñiga, comendador mayor de Castilla, IV barón de
Molins de Rei y III señor de Martorell2, y de Doña Jerónima Gralla y d´Hostalrich3. Tenía
una buena dote por ser heredera de su tía abuela paterna, Doña Mencía de Mendoza,
duquesa de Calabria. En su juventud estuvo en Roma con su padre, donde recibió una
esmerada educación, especialmente de música4, y nada extraña que fuese una de las
principales y más admiradas jóvenes casaderas de la ciudad condal. Así, en 1565 el poe-
ta barcelonés Pere Serafí exaltó la figura de Doña Mencía de Requesens en uno de sus
poemas El Triomf a dotze dames barcelonines5.
Los Requesens fue uno de los linajes más importantes del principado catalán y claves
en las relaciones con la monarquía de la casa de Austria durante el siglo XVI. Y no es
de extrañar que, en una época en donde el destino de la nobleza se forjaba a golpe de
estrategia matrimonial finamente trenzada en los lizos del tiempo, la Casa de las Tres
Ortigas pusiese sus ojos en este linaje.
2 Hijo de D. Juan de Zúñiga Avellaneda y Velasco (1488-1546), mayordomo mayor del emperador, ayo y
preceptor del príncipe Felipe (luego Felipe II) y co-regente del príncipe y presidente del consejo del
príncipe [segundogénito de D. Pedro de Zúñiga y Avellaneda (1442-1492), II conde de Miranda del
Castañar, señor de Avellaneda, Peñaranda del Duero, Iscar y Candeleda y Puebla de Santiago, conse-
jero real y mariscal de Castilla, y de Dª Catalina de Velasco y Mendoza (hija del II conde de Haro)] y Dª
Estefanía Requesens y Rois de Lihori (†1549), III Baronesa de Molins de Rei (además de esta villa incluía
las parroquias de Santa Creu d’Olorda y Santa María del Vallvidrera), II Baronesa de de Castellvell y
Castellví de Rosanés (comprendía -junto a este castillo y lugar-, las parroquias de San Andrés de la
Barca, San Vicente de Castellbisbal, San Pedro de Brea y San Ginés de Rocafort) y II señora de Martorell
[Hija de D. Luis de Requesens y Joan de Soler, Conde de Palamós y Gobernador de Cataluña, y de su
segunda esposa, Dª Hipólita Rois de Liori y Moncada, Baronesa de Riba-roja, II baronesa Molins de
Rei, I baronesa de Castellví de Rosanes]. CLOPAS BATLLE, Isidro, Luis de Requesens. El Gran Olvidado de
Lepanto. Ayuntamiento de Martorell, Martorell, 1971, pp. 21-32.
3 Casó con Requesens en 1552 en contra de la voluntad paterna. Nacida en Barcelona, era hija del mes-
tre racional de Cataluña y embajador en Roma, D. Francesc Joan Gralla i Desplá y de Doña Guiomar
d´Hostalrich Sabastida [hija de de Joan Hostalric i Sabastida (†1520), gobernador de Rosellón y Cerda-
ña]. Jerónima Gralla d´Hostalrich fue desheredada por su progenitor, no así por su madre (separada de
su padre); de tal manera que sólo recibió herencia materna. MOLAS RIBALTA, Pere, Institucions i grups
socials a l´Edat moderna. Universitat de Barcelona, Barcelona, 2012, pp. 225-226 y, del mismo autor,
“Dames del renaixement”, Revista Pedralbes, 21 (2001), pp. 53-56.
4 Conocedor su padre del futuro que esperaba de ella, se preocupó verdaderamente de formarla y así,
estando en Milán en 1573, decía en una carta: “a doña Mencía me encomiendo y a Juan Antonio [Spí-
nola] le lleva el clavicordio que me envió a pedir, y otro pequeño dentro de un libro que acá llaman
spinetta que son buenos para aprender”. MARCH, José María, El comendador mayor de Castilla, Luis de
Requesens en el gobierno de Milán (1571-1573), Ed. Nacional, Madrid, 1943, p. 26.
5 Otras aparecían también Violant de Cardona i de Centelles, Guiomar de Corella i de Monteada, Isabel
de Sentmenat y Caterina Salbana (la Obra poètica de Serafí se publicó en Barcelona en 1565). ROMEU
i FIGUERAS, J., “Les dames cantades per Pere Serafi en els seus poemes catalans”. Studia in honorem
profesor M. de Riquer. Barcelona, 1986, pp. 173 y 175-176 y, del mismo autor, Poesia en el context cultural
del segle XVI al XVIII. Curial, Barcelona, 1991, pp. 22-251.
333
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Nuestra historia comienza en 1567, cuando el II marqués de los Vélez pretendía mante-
ner a toda costa la alianza familiar con la Casa de Osuna. Su primogénito, Pedro Fajardo
y Fernández de Córdoba, II marqués de Molina, estaba viuda de la segundogénita del
conde de Ureña y pretendía casar con su cuñada Dª Magdalena Téllez-Girón y de la
Cueva, una boda que -de producirse- le permitiría abrir las puertas de la corte6. El propio
rey apoyó esta alianza; de modo que el embajador español en Roma, D. Luis de Reque-
sens, intervino directamente en intentar resolver una dispensa nupcial que el papa se
negaba a conceder7. Fue este el primer contacto de interés entre la casa catalana y la casa
murciano-andaluza, que aumentaron en el mes de mayo, cuando otros miembros de la
casa real se interesaban por la solución nupcial. En junio el diplomático tuvo la ocasión
de conocer personalmente al novio, quien se personó en la Ciudad Eterna para ofrecer
una jugosa cantidad para desbloquear el asunto vaticano8.
6 En efecto, la aspirante a esposa era dama de la reina, toda vez que su madre, Dª María de la Cueva -la
condesa de Ureña- ocupaba el relevante puesto de camarera mayor de la reina. De emparentar, la vida
cortesana implicaría entrar de lleno en el mundo áulico, y con él a las oportunidades y poder.
7 Este tema, entre otros, se convirtió, por tanto, en un asunto de Estado. MARCH, José María, La embaja-
da….
8 A partir del mes de mayo varios miembros de la familia real escribían expresamente al Nuncio, Juan
Bautista Castagno, solicitándole hiciera todo lo posible en este asunto. MARAÑÓN, Gregorio, Los Tres
Vélez. Una historia de todos los tiempos, Madrid, 1962, edición con texto introductorio de A. López Vega,
Almería, 2005, p. 142.
9 La correspondencia del nuevo embajador español ante el Vaticano advierte cómo Pio V está al tanto
de todos los asuntos (incluso antes que él, lo que le hace sospechar de las filtraciones desde Madrid) y
de las reticencias en avanzar en los diferentes temas que trata la embajada. PARKER, Geoffrey, La Gran
Estrategia de Felipe II. Alianza Editorial, Madrid, 1999, p. 93. MARTÍNEZ MILLÁN, José, La corte de Felipe II.
Alianza Editorial, Madrid, 1999, pp. 32, 127, 293.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Oliva10. Ella era la única de sus hermanos que estaba casada; de manera que Requesens
veía en la falta de sucesión un peligro para su casa.
10 Nacida en 1538, Juana Hipólita Requesens y Zúñiga estaba casada con Pere Gilabert de Centelles y
Folch de Cardona (1537-1569), Señor de la villa de Nules y sus lugares; del valle de Cofrentres y Valle
de Ayora y, en el reino de Cerdeña, de las baronías o encontradas de Osilo, Coquinas, Moneagudo, Mar-
guini y Anglona. Era hijo de Francisco Gilabert de Centelles de Riu-sec y Ferrandis de Heredia, III Conde de
Oliva, un poeta afamado en la cultura valenciana, arte que también había heredado. En su estado creó
verdaderamente una corte renacentista, rodeada de poetas y artístas. VALSALOBRE, Pep, “Una cort
italiantnizant à València. Notes sobre la recepció d´Ariosto a Espanya”. Qaderns d´ Italià, 10 (2005), pp.
219-241 y VVAA, El Palau dels Centelles d’Oliva: recull gràfic i documental. Associació Cultural Centelles i
Riu-Sech, Oliva, 1997.
11 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Los tercios de Italia y la guerra de los moriscos”. En BARRIOS AGUILERA,
Manuel y GALÁN SÁNCHEZ, Ángel, La historia del reino de Granada a debate. Viejos y nuevos temas. Pers-
pectivas de estudio. Diputación de Málaga, Málaga, 2004, p. 89.
12 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Los tercios…”, p. 90.
13 Durante tres semanas estuvieron compartiendo mesa y conversaciones, a la espera de la llegada de
D. Juan de Austria, que llegó a Baza el 1 de enero de 1570 y pasó a Huéscar en la segunda semana de
aquel mes. SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, El II marqués de los Vélez y la guerra contra los moriscos (1568-
1571). Revista Velezana y Centro Virgitano de Estudios Históricos, Almería, 2002, pp. 184-186.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
14 Archivo del Palau [AP], leg. 36, c. 1. Luis de Requesens a Jerónima Gralla, 12 de mayo de 1571.
15 Le sustituyó el duque de Arcos, Luis Cristóbal Ponce de León. SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “La guerra
de Las Alpujarras (1568-1570)”. En BARRIOS AGUILERA, Manuel (ed.), Historia del Reino de Granada,
Granada, 2000, t. II, p. 538.
16 MÁRMOL CARVAJAL, Luis del, Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada, Má-
laga, 1600, impresión facsímil de la edición de la B.A.E., con estudio preliminar de Ángel GALÁN SÁN-
CHEZ, Málaga, 1991, p. 268.
17 FELIP SEMPERE, Vicent, “La sucessió de Pere Centelles”. Cabdells. Revista ’Investigació de l’Associació Cul-
tura Centelles i Riusech, 2 (2004), pp. 93-100 y ALMENARA SEBASTIÁ, Miquel y PARDO MOLERO, Juan
Francisco, “Borja-Centelles una polémica familiar en la Valencia del siglo XVI”. Simposi internacional
Francesc Borja. pp. 38-40.
18 Aquel año Luis de Requesens dio instrucciones para que los restos de Hipólita de Zúñiga Requesens
se recogiesen con los restos de su hermano fray Diego de Zúñiga, cuerpo que había trasladado desde
Torrelaguna a Valencia, para que ambos restos fuesen llevador por tierra la vía de Tortosa hasta la igle-
sia de Molins de Rey hasta su enterramiento definitivo en la capilla del Palau, en Barcelona.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En Madrid el comendador mayor como consejero real se percata en las sesiones del
Consejo de Estado y Guerra de la delicada situación internacional que se forjaba19.
Preocupado por la pronta resolución de importantes decisiones, y atento a casar a su
hija, “se resolvió de enviar orden que su muger e hijos, que todavía estavan en Roma, se
fuesen a Barcelona, y vinieron a acompañalla algunos cavalleros de Cataluña, deudos de
la cassa”20. La boda estuvo meditadamente calculada, ya que, sobre todas las cosas, preo-
cupaba al experimentado militar el avance turco por el Mediterráneo. Su hermano Juan
de Zúñiga Requesens21 llevaba las complicadas negociaciones con el Papado para forjar
una coalición militar contra la Sublime Puerta y le advirtió de la próxima conclusión22.
Jerónima Gralla i Esterlich aún tardaría en volver a España23, pues los enviados del co-
mendador
quando llegaron a Roma hallaron a doña Jerónima tan mala que no pudo ponerse en
camino y fuéssele agravando la enfermedad; de manera que estuvo en lo postrero, pero
fue Dios servido de dalla salud, aunque como la enfermedad fue tan terrible huvo de
convalecer de espaçio, y en teniendo alivio para ponerse en camino se partió aviendo
aguardado todo este tiempo, que fueron más de quatro meses, los cavalleros que la vinie-
ron a acompañar24.
19 FERNÁNDEZ CONTI, Santiago, Los Consejos de estado y Guerra de la monarquía hispana en tiempos de
Felipe II (1546-1598), Valladolid, 1998, p. 114.
20 MOREL-FATIO, Alfred, “Vida de D. Luis de Requesens y Zúñiga”. Bulletin Hispanique, 6 (1904), p. 268.
21 Una biografía, así como su enorme ascendencia en la corte, en GÓMEZ RIVAS, León, “Cartas del carde-
nal Espinosa, presidente del Consejo de Castilla, a don Juan de Zúñiga (1572)”. En MARTÍNEZ MILLÁN
José (dir. congr.), Europa y la monarquía católica de Felipe II. Universidad Autónoma de Madrid, Madrid,
1998, vol. 2, pp. 345-359.
22 Sobre sus tareas diplomáticas, BORT TORMO, Esperanza, “Recomendar: oficio de embajadores (las
gestiones en Roma de don Juan de Zúñiga Requesens)”, en CONTRERAS CONTRERAS, Jaime; ALVAR
EZQUERRA, Alfredo y RUIZ RODRÍGUEZ, José Ignacio (coords.), Política y cultura en la época moderna:
cambios dinásticos, milenarismos, mesianismos y utopías. Universidad de Alcalá, Madrid, 2004, pp. 77-786.
23 Nacida en Barcelona, era hija de Francisco Gralla i Desplá, mestre racional de Casa y Corte del rey de
Aragón, y de Guiomar d´Hostalrich.
24 MOREL-FATIO, Alfred, “Vida de…”, p. 268.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
inconveniente y, si no fuese por la priesa (…), no quisiera que se casara asta que por lo
menos pasasara de diesyseis años”25.
La edad de Dª Mencía era un reparo que esgrimía Dª Jerónima Gralla, pero adelantán-
dose a nuevas contingencias -entre otras la inminente contienda con el turco-, D. Luis
de Requesens cerraba el 30 de mayo con D. Pedro Fajardo el compromiso nupcial ante
notario26. Nada más hacerse público su compromiso nupcial, el marqués de Molina fue
nombrado para una misión de estado27. El acuerdo entre suegro y yerno se hizo tan sólo
10 días después de firmarse el tratado de la Santa Liga, y únicamente a 5 de días de
su proclamación solemnemente en la Basília de San Pedro28. Junto a la pormenorizada
dote, nada menos que 70.000 ducados, se establecía que la boda se realizaría durante
aquel verano de 1571 en Barcelona29, ciudad donde los Requesens poseían el Palau,
emblemático edificio familiar del barrio gótico donde se alojaba la familia y D. Juan de
Austria30. En efecto, el comendador mayor estaba en la ciudad condal preparando la
armada con el hermano del rey, lo que supuso un enorme efecto de propaganda para
la familia Requesens. No obstante, la premura impidió que tanto el padre de la novia
como el príncipe pudieran asistir al enlace. En efecto, el 16 de julio, Luis de Requesens
zarpó con D. Juan de Austria llegando a Génova el 6 de agosto.
La boda del cuarentón Pedro Fajardo (tenía la misma edad que su suegro) y la quincea-
ñera Mencía Requesens se realizó en la capilla del Palau31 en la segunda quincena de
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
julio y a ella asistiría la más granada nobleza. La boda debió sorprender por su grandeza
a Barcelona, tanto que el poeta sardo Antonio de Lofrasso, por entonces residente en
aquella ciudad, no se sustrajo de plasmar en su obra Los diez libros de Fortuna de Amor32
-dedicada al conde de Quirra33- las fiestas nupciales y el desenvolvimento de la alta
nobleza de la ciudad condal que asistió a aquellos esponsales. Dos de los poemas que
introdujo, se dedicaron el uno a la novia, a la que llama “la suprema dama catalana” y
“entre todas la flor de las flores” y el otro a su tía materna, la condesa de Aitona34. El escritor
sardo, con un realismo muy acentuado, en el que muestra su alto conocimiento de la
sociedad barcelonesa, hizo una lista de unas 50 damas que sobresalían por su belleza,
discrepción y gracia, todas ellas del círculo de los Requesens y del conde de Quirra. Así,
entre ellas aparecen Guiomar de Montcada i Gralla -prima hermana de Dª Mencía-;
Violant Carrós de Centelles i de Pinós -hermana del conde de Quirra y mujer de Enric
de Cardona i d’Erill, gobernador general de Cataluña- y su cuñada Marianna de Cardona
d’Erill. Por su habilitad para tocar y cantar, destacó a Anna de Pinós, esposa de Joan de
Cardona-Rocabertí.
32 Fue publicada en Barcelona por Pere Malo en 1573. De la grandeza de la ceremonia, con minuciosa
descripción del Palau, llena de delicada literatura, puede seguirse en la obra del sardo Antonio Lofras-
so, quien en 1573 publicó Los Diez Libros de fortuna d´amor. Un análisis general en DURÁN, Eulalia, “El
silenci eloqüent. Barcelona en la novella Los Diez Libros de Fortuna D´Amor d´Antonio Lofrasso (1573)”.
Llegua i Literatura, 8 (1998), pp. 82 y ss.
33 Se trata de Lluis Carrós de Centelles i de Pinós († Cerdeña, 1586), barón de Centelles y conde de Quirra,
y estaba casado con Francesca d´Alagón y Fernández de Heredia († 1578), quienes no tendrán hijos.
Era hijo de Guillén Ramón Carrós de Centelles i Escrivá († 1565), Barón de Centelles y conde de Quirra, y
de Joana de Pinós-Fenollet i de Pau († 1542). Y sobrino de Elisabet Carrós de Centelles i Escrivá († 1581),
mujer de Joan de Sancliment.
34 BOVER i FONT, August, “Antoni de Lofrasso i els seus dos poems”. Alguer, 1 (1990), pp. 27-32.
35 Era Ángela de Cárdenas y Velasco († 1576) -hija del II duque de Maqueda- y esposa de Francesc d’Aragó
i Folch de Cardona (1539-1575), duque de Cardona y de Segorbe, marques de Pallars, conde de Ampu-
rias y de Prades, vizconde de Vilamur y señor de la Baronia de Entença.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
condal, el duque de Somma, primo segundo del novio y a la sazón también pariente
de la novia36; el conde de Quirra y otros caballeros. Muchos de los invitados bailaban
animados con un importante grupo de ministriles y en un momento dado la novia soli-
citó a Anna de Pinós que cantase acompañada de un arpa. Después Dª Mencia solicitó
al pastor Frexano que también cante y finalmente que lo haga en sardo, que traducen
algunos caballeros “cursados en todas lenguas”.
Dentro de los tres días de celebración nupcial, Lofrasso describió una justa caballeresca
que se desarrolló en la plaza del Born, junto a la iglesia de Santa María del Mar. El torneo
se dedicó a la tía de la novia -condesa de Aitona- y sus jueces fueron el lugarteniente
general de Cataluña, D. Fernando Álvarez de Toledo; el duque de Somma y el gober-
nador de Cataluña, Pere de Cardona i de Requesens, pariente de Dª Mencía37. En dos
ventas del Palau se situaron las damas, que debían dar los premios a los más hábiles y
galantes: En una ventana se encontraba Dª Jerónima Gralla, acompañada de su parienta,
la vizcondesa de Peralada38; la vizcondesa de Canet39 y su sobrina Dª Violant Carrós, que
36 Era Antoni de Folch de Cardona-Anglesola Requesens i Fernández de Córdoba (1550-1606), quien des-
de hacía poco (1574) heredó a su hermano en todos los titulos nobiliarios (duque de Somma, conde
de Palamós, de Oliveto, Trivento y Avellino, barón de Bellpuig, Calonge, Linyola, Almonestir y Utxafavá)
y era primo segundo del marqués de los Vélez por parte materna, al igual que pariente de la novia
por parte paterna [hijo de Ferran Folch de Cardona i Requesens († 1571), duque de Somma, conde de
Palamós, de Oliveto, Trivento y Avellino, barón de Bellpuig, Calonge, Linyola, Almonestir y Utxafavá,
almirante de Nápoles y de Beatriz Fernández de Córoba y Figueroa (nieta del Gran Capitán, en quien
recaerán los títulos de duquesa de Sessa, duquesa de Baena, condesa de Cabra y vizcondes de Izná-
jar)]. VILAR i BONET, María, “Antoni de Cardona, senyor de la baronía de Calonge (1550-1606)”. Estudis
del Baix Empordà, 19 (2000), pp. 68-78 y, de la misma autora, “L´escut dels duc de Sessa del Castell de
Calonge”. Estudis del Baix Ampordà, 18 (1999), pp. 65-70.
37 Pere de Cardona i Requesens († 1593) era caballero de Santiago (1556) [hijo de Pere de Cardona i En-
ríquez de Quiñones, barón d’Assuévar, gobernador de Cataluña, y de Joana de Requesens i del Bazo
(hija de Bernat Galceran de Requesens († 1505), I conde de Palamós, conde de Trivento y Avellino,
barón de Calonge, y de Elena del Balzo Orsini)], estaba casado con María d’Erill-Orcau i Cardona-An-
glesola (pariente de Dª Mencía y tía de los Boixadors Requesens).
38 Se trataba de Elionor de Boixadors i d’Erill († 1576), mujer de Francesc Dalmau de Rocabertí i de Sa-
rriera († 1592), vizconde de Rocabertí y de Peralada [Hijo de Martí Onofre de Rocabertí i de Rocabertí,
vizconde de Rocabertí, señor de Peralada y de les baronies de Vilademuls y de Navata, y de Violant
Sarriera, Baronessa de Montbui].
39 Se trata de Petronila de Zurita Castro Pérez de Nueros, mujer de Pere Galcerán de Castre-Pinós Fenollet
y Fernández de Heredia (†1591), XV vizconde de Canet y d´Illa, conde de Volfogona, ricohombre de
Aragón y Castilla (tío carnal del conde de Quirra), quien asistió en 1585 por el brazo militar a las Cortes
de Monzón [hijo de Felip Galceran de Castre-Pinós de So Fenollet i d´Aragó-Gurrea († 1565), XI vizcon-
de de Canet, d´Illa y d´Évol, barón de Llucà y de Guimerá, diputado del reino de Aragón (1552), y de
Hipólita Fernández de Heredia y Cuevas (hija de los condes de Fuentes)]. De este matrimonio no nació
descendencia, CASAUS BALLESTER, Mª José, “Acumulación de posesiones y títulos nobiliarios de la
casa de Híjar (Teruel). Siglos XIII-XVIII”. Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía,
8 (2004), p. 19 y, de la misma autora, “Relación de documentos de los vizcondados de Evol, Canet e Illa,
según un inventario del siglo XVII, del archivo ducal de Híjar”. Emblemata, 13 (2007), pp. 387-402; FAN-
TONI y BENEDÍ, Rafael de, “Los Martínez de Luna: casa de Illueca, condes de Morata”. Hidalguía, XLIX
(1991), p. 350; SERRA i PUIG, Eva (coord.), Cort general de Montsó (1585). Montsó-Binéfar. Procés familiar
del braç militar. Generalitat de Cataluña, Barcelona, 2003, p. 7.
340
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
era hermana del conde Quirra40. En la segunda ventana se situaba Dª Mencía Requesens
-ya marquesa de los Vélez-; su prima Guiomar de Montcada i de Gralla41 Violant d’Erill,
parienta de la novia42, y Marianna de Cardona i d’Erill, cuñada de Violant Carrós.
40 Violant de Carròs de Centelles i Pinòs-Fenollet († 1622) casaría con un pariente de la novia, Enric de
Cardona i d´Erill († 1603), caballero de Santiago, que fue -como su padre- lugarteniente general del
principado, consejero real, viceregente del gobernador general y finalmente gobernador del principa-
do (1593-1603) [hijo de Pere de Cardona i Requesens, consejero real, quien -como antes su padre- fue
lugarteniente general del principado (1546-1552) y gobernador de Cataluña, y de María d´Erill-Orcau
Cardona-Anglesola († 1596)].
41 Casaría tiempo después con Jeromi Rois de Corella y Hurtado de Mendoza, quien se convertiría VII
conde de Cocentaina [hijo primogénito de Ximén Pérez Ruiz de Corella, VI conde de Cocentaina y de
Beatriz Hurtado de Mendoza y Carrillo († 1590)].
42 Violat d´Erill i Sarriera († 1619), casada con de Pere de Reguer, señor de Villagrassa. Era hija de Joan
d´Erill i Despalau († 1619) y de Constanza Sarriera, y nieta paterna de Joan d´Erill i Requesens († 1578)
y Estefanía Despalau.
43 Hijo de Jeroni de Pinós-Sentcliment i Mai († 1584), caballero de Santiago -habilitado como noble en
las Cortes de Monzón (1563)- (nieto de Bernardo Galcerán de Castre-Pinos Fenollet, vizconde d´Illa)
y de Maria Anna de Santcliment-Gualbes i santcliment, señora de Badalona. señor de Santa María de
Barbará, Carlán y Arrahona. MORALES ROCA, Francisco José, Prócedes habilitados…, p. 36.
44 Se refiere a Pere Galcerán Pinós-Fenollet i Pau († 1596), vizconde d´Illa y de Canet, barón de Millany-Va-
llfogona y La Portela y señor de Vidrá, casado sucesivamente con Rafaela d´Icard y con Peronela de
Sorita i Peramola, baronesa de Peramola y Estac, señora de Peracols y Rocafort.
45 Lluís de Queralt i d’Icard, era caballero de la orden de Calatrava -comendador de la Fresneda y Rafales-
y asistió en la batalla de Lepanto. Era hermano de Pere de Queralt, quien sería años despues I conde de
Santa Coloma de Queralt (1599). Ambos eran hijos de Guerau de Queralt-Perellós y de Cardona-Roca-
bertí, barón de Queralt.
341
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Dª Jerónima Gralla -dada la edad de su hija- insistió en que debía esperarse a que pasase
más tiempo para consumar el matrimonio46, como finalmente se hizo. Madre e hija
quedan en Barcelona esperando el retorno del comendador mayor -que no será hasta
pasada la batalla de Lepanto- mientras que el maqués de Molina a finales de aquel 1571
es convocado por el cardenal Espinosa para recibir instrucciones en su misión47. Desde
luego fue una planificación bien calibrada, ya que las propias capitulaciones firmadas en-
tre yerno y suegro establecían que en 1573 se realizarían las velaciones matrimoniales48,
tiempo más acertado para que -por edad- la joven novia quedase embarazada. Mientras
llegaba ese momento, el marqués de Molina se ausentaría y haría carrera, base funda-
mental para optener la reputación necesaria para ganar un buen destino peninsular.
Asegurada la alianza entre las casas Fajardo y Requesens, ya sólo era cuestión de tiem-
pos, por lo pronto el comendador mayor a finales de año comenzaba las negociaciones
para casar a su hijo49. De tal manera que tanto suegro como yerno iniciaban una an-
dadura por Europa al servicio regio, convencidos que ganaban galones ante el rey para
futuras solicitudes: el Comendador Mayor aceptaba ocupar el puesto de Gobernador
de Milán por un periodo corto y a principios de marzo de 1572 su yerno marcha con
una misión al Sacro Imperio, embarcando en Barcelona50, fechas en las que vuelve a
coincidir con la novia en el Palau. Sin embargo, Dª Jerónima Gralla mantiene a su hija
a su lado y lejos del lecho de Fajardo argumentando la corta edad de Dª Mencía. Sería
en esta estancia cuando conozca el marqués de Molina las primeras deliberaciones de
los Requesens para casar a “Juanico”, el hermano de Dª Mencía, aunque también es
muy joven y la candidata no está muy clara. Además, la herencia de la condesa de Oliva
46 “y pues los médicos y mugeres os dizen que para la suzesion no importa no acaballo a de ser, Mencía
se case en buena ora quando vos se lo ordenáredes”. AP, leg. 36, c. 1. D. Luis de Requesens a Jerónima
Gralla, 11 de noviembre de 1571.
47 RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A, “Bajo la sombra…”, p. 17.
48 SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Sangre, honor…”, p. 32.
49 En concreto se fijaron los ojos en Dª Guiomar Pardo de Tavera. Así, tras obtener el consentimiento re-
gio, lo hizo a través de Andrés Ponce, persona de su total confianza, y del gobernador del arzobispado
de Toledo, Sancho Busto de Villegas, recabando también la ayuda d ela Compañía de Jesús -allegada
a su casa como a la madre de la pretendienta- actuando de intermediario el padre Luis de Guzmán.
PIZARRO LLORENTE, Henar, Un gran patrón en la corte de Felipe II, don Gaspar de Quiroga. Universidad
Pontificia de Comillas, Comillas, 2004, p. 216.
50 Se dirigiría a Génova y pasaría a Milán, donde visitó a su suegro, luego Insbruck y Viena, alojándose en
el palacio de su primo segundo, el conde de Monteagudo. RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A, El camino
hacia la Corte. Los marqueses de los Vélez en el siglo XVI, Ed. Silex, Madrid, 2011, pp. 161 y 163.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por otro lado, la casa Requesens daba un paso más que permite afianzar su futuro con la
boda celebrada el 11 de abril del embajador Juan de Zúñiga y Requesens con Dª Doro-
ttea Barresi, III princesa de Petraperzia, por entonces viuda y con un hijo51. Esta alianza
afianzó una nueva vía de relaciones con Italia, si bien es cierto que también creaba una
segunda vía de sucesión para la estirpe, dado que el único hijo varón del comendador
mayor permanecía aún soltero y el marqués de Molina aún no había consumado su
matrimonio. Es muy posible que ello diera ocasión a que ejerciese alguna presión sobre
el comendador mayor, pues éste el 24 de mayo insiste a su esposa -disipándole rumores
sobre taras mentales y mejores propuestas nupciales con la casa de Maqueda- recordán-
dole la necesidad de consumar el matrimonio de la hija para no desestimar el interés de
D. Pedro Fajardo y con ello la pérdida de un buen partido:
y suplico tengays dél mucho contentamiento y asi lo mostreys a vuestra hija y a todos, que
pienso no pudiéramos acertar casa en toda España que tanto nos conviniera; y pienso que
es quiado de la mano de nuestro Señor, por que se lo he hecho encomendar muy de vera
y vos creo que abreys hecho y lo mismo, y quando veo las cosas que se an rodeado para
esto creo que mas ha sido asy su voluntad, y acordaos cuantas veses os an oido dezir mil
gentes que Dios os deparase un yerno como don Pedro Faxardo, y lo que agora os hazía
dudar de los locos que a havido en su linaje, no os devía ninguna pena, porque la madras-
tra de su padre, que es viva y loca, fue la madre de aquellas santas hijas que lo fueron y a
don Pedro no le toca nada y tiene el juizio muy fuera de ese peligro, y creerme que es assí.
Lo que me cae muy en gracia es lo que me dezis del marques de Elche nos pudiera quitar
de esa confusion, porque por vida vuestra que ay tanta ventaja de la casa del marques de
los Vélez a la del duque de Maqueda, que es más de la mitad de mayor la de los Vélez en
cantidad y calidad y, el tener mas años el don Pedro que el de Maqueda, se suple con lo
que tiene más de entendimiento y de virtud y con que la marquesa de Elche martirizará a
vuestra hija y agora estará sin suegra ni otro embaraço, así que señora mía estad muy con-
51 Noble siciliana, había nacido en 1528 y era hija de Girolamo Barrese, marqués de Pietrapersia y I prín-
cipe del mismo título (1550), y de Antonia de Santapau y Branciforte (hija de los marqueses de Licodia).
Obstentaba desde 1565 estos títulos nobiliarios por muerte -sin descendencia- el 25 de enero de 1572
de su hermano Pietro Barresse, II príncipe de Petrapersia y I marqués de Barrafranca (1565), Caballero
del Toisón de Oro, Vicario General de Catania y Siracusa y Comandante supremo de la micilia de Si-
cilia. Fue esposa -desde 1550- de Giovanni Banciforte, IV conde de Mazarino y conde de Grassuliato
-de quien tuvo un hijo: Fabricio Branciforti Barrese, V Conde de Mazzarino y de Grassuliato- y casó en
segundas nupcias el 15 de agosto de 1567 con su primo Vicenzo Barrese y Branciforte, I duque de Mi-
litello, quien falleció al día siguiente sin hijos [Notiziario Periodico della Società Italiana di Studi Araldici,
0 (2005), p. 5 y SAN MARTINO DE SPUCCHES, Francesco y GREGORIO, Mario, La storia dei feudi e dei titoli
nobiliari di Sicilia dalla loro origini ai nostri giorni. Almanacco Siciliano, Palermo, 1923, reimpresión de
2013, vol. I, p. 380]. La dote se firmó el 2 de octubre de 1572, asistiendo como testigos varios canónigos
Marino Canusa, Luis de Cossa, Sipio Murques, Felie de Andira, Tmei Ottolini, rimundo de Horerlardo y
Bartolome Paulio [Fondo archivistico Trabia, S. volum. I, notaría Salvatore Lamónica, ff. 343r-3811v y
392v] y Real Academia de la Historia, Salazar y Castro, D-29, f. 132r.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
tenta y dad muchas gracias a Dios que se las devemos por dexarnos ver esto en nuestros
dias (…). Los capitulos matrimoniales se estan haziendo para firmallos en bolviendo yo de
Aranxuez y dado quenta al rey, pero ya don Pedro y yo nos hemos tratado como suegro
y yerno y toda la corte nos ha dado lanora buena52.
El año 1573 se fue en las complejas negociaciones para casar al primogénito de la casa
Requesens, debido a las reticencias de la madre de la novia, y que dieron ocasión a que
tuviera que intervenir ante el papa al tío del novio55, así como al cardenal Gaspar de Qui-
roga para limar la oposición de Dª Luisa de la Cerda a casar a su hija56. Incluso Requesens
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En este compás fallecería el 5 de julio el II marqués de los Vélez sin poder cumplir su
ansiado anhelo de ver un nieto primogénito, algo que también barruntaría Requesens,
57 Continuaría con el mismo empeño de la boda de su hijo y las complicadas negociaciones durante el
mes de noviembre (diversas cartas a oficiales regios y a familiares). VERSELE, Julie, “Las razones…”, p.
267.
58 BARADO FONT, Francisco, Don Luis de Requesens y la política española de los Países Bajos, Madrid, 1906;
LOVETT, Albert W, “A new governor for the Netherlands: the appointment of Don Luis de Requesens,
Comendador Mayor de Castilla”, European Studies Review, 2 (1971), pp. 89-103 y, del mismo autor, “The
governorship of Don Luis de Requesens, 1573-1576”, European Studies Review, 3 (1972), pp. 198-199.
59 En octubre de 1573 Busto de Villegas, gobernador del arzobispado de Toledo, tenía redactado un bo-
rrador de capitulaciones, sin embargo, las negociaciones se prolongarían todavía durante 1574, dado
que Felipe II se oponía a la petición del comendador maor de dar la grandeza de España a la familia
Saavedra. PIZARRO LLORENTE, Henar, Un gran patrón…, p. 220. Varias cartas de Requesens a diferentes
personajes de la corte y familiares (noviembre de 1573), toda vez que la partida a Flandes, largamente
eludida por Requesens, en parte se debió al compromiso de Felipe II de resolver el tema de la boda de
su hijo Juanico. VERSELE, Julie, “Las razones de elección”. Studia Histórica, 28 (2006), p. 268.
60 Hipotéticamente de haberse producido esta decisión hubiera convertido al marqués de Molina en la
segunda autoridad de Flandes. RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…, p. 184.
61 Carta del 6 de abril de 1574 de Requesens a Felipe II [PIZARRO LLORENTE, Henar, Un gran patrón…,
p. 220]. Aunque bien es cierto que el comendador mayor deseaba igualmente la descendencia de su
hija. Así, en carta del 11 de abril de 1574 decía a su yerno: “sería el mayor alivio del mundo tener la
compañía de V.S. (…) quanto más aquí que estoy tan sin ninguna (…) pero no quiero que esto sea tan
a costa de la salud y gusto de V.S. y de mi hija” [RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…, p. 184].
345
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
quien, por el contrario, giraba su vista hacia su vástago y a su hermano. La prueba más
evidente se dio en agosto, cuando el suegro del ya III marqués de los Vélez recomendó
al rey que no le entregase la encomienda de Caravaca -históricamente en manos de la
familia Fajardo- y, por el contrario, pasase a su hermano el principe de Petrapersia62.
El primer domingo de noviembre se efectuaba en Toledo la boda de Juan de Zúñiga y
Gralla con Dª Guiomar Pardo de Tavera63, aunque pronto aparecen los problemas por
no querer la esposa salir del círculo familiar de su ciudad64. Aún más, el enlance estipu-
laba el anteponer los apellidos familiares para mantener el mayorazgo toledano; de tal
manera que a partir de entonces el primogénito de Requesens adoptó el nombre de Juan
Pardo de Tavera Zúñiga. Esta circunstancia de dominio sobre este varón no debía gustar
a su madre, quien desde Barcelona dirije la vida conyugal de su hijo. El férreo control
de Dª Jerónia Gralla fue tal que su vástago compartía con ella el 28 de noviembre deci-
siones tan íntimas como las de decidir hasta el momento de la fecundación: “suplico a
vuestra excelencia me mande dar su licencia y bendición para poderme casar quando
su señoria me lo mandare, y que V.E. me de la orden que he de tener hansi para lo que
toca como me he de governar en esta casa como fuera della”65
Sea como fuere, lo cierto es que el tiempo pasaba y la nuera de Requesens tampoco
quedaba embarazada; de tal manera que, pese a la celérica política matrimonial desple-
gada en los complicados años de principios de la década de los setenta, su estirpe, conti-
nuaban en un impás. Esta circunstancia colocaba en un proceso de tablas a esta casa con
la murciano-almeriense, si bien pronto cambiarían, pues el 26 de marzo de 1575 -tras
una dialatada como ansiosa demanda de volver a la península- D. Pedro Fajardo desem-
barcaba en Barcelona. Encontraba entonces a una esposa de 19 años que efectivamente
62 La encomienda estuvo en manos de linaje durante cuatro generaciones. La muerte del II marqués de
los Vélez (julio de 1574) supuso el fin. En agosto Requesens optó por proponer a uno de su sangre, re-
comendando que Fajardo recibiese Montealegre. Vid. RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…,
p. 188.
63 PIZARRO LLORENTE, Henar, Un gran patrón…, p. 220.
64 En carta de Juan de Zúñiga a su madre, fechada el 24 de noviembre de 1574, decía “Hállome cada
día más contento y tengo tanta razón para estallo que no lo sabré encarezer, porque es cierto que lo
que menos se ha de estimar en dona Iomar es su hazienda. Procuro todo lo que puedo de servilla y
dalle gusto y estoy confiado que hazertaré a dársela y, por no desgustarla en nada, he mostrado poca
voluntad de ir a besar las manos de V.E. que es lo que agora más desseo, y está tan recia quando se
trata que yo vaya que dice se meterá en un monasterio hasta que buelva”. AHUMADA, Eulalia, “Les
dones Requesens a través del seu epistolari. Des Estefania ‘glòria e honor de les donnes’ fins a Mencia
‘suprema dama catalana’”. El (re)descobriment de l´etat moderna. Estudis en homenatge a Eulàlia Durán.
Universitat de Barcelona, Barcelona, 2007, p. 71.
65 D. Juan Pardo de Tavera Zúñiga a Dª Jerónima Gralla, Toledo, 28 de noviembre de 1574. AHUMADA,
Eulalia, “Les dones…”, p. 73. También, de a misma autora, «Les dones Requesens a través del seu epis-
tolari. Des Estefania “glòria e honor de les donnes” fins a Mencia “suprema dama catalana”». El (re)des-
cobriment de l´etat moderna. Estudis en homenatge a Eulàlia Durán. Universitat de Barcelona, Barcelona,
2007, pp. 63-82.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ya era proclibe al embarazo, como así ocurriría, ya que en brevísimo tiempo quedó en
cinta. Desde Bruselas un exultante D. Luis de Requesens escribía el 15 de julio que su
hija le había comunicado “su preñado, que me ha dado mucho contentamiento. Nuestro
Señor la alumbre con bien, que es cierto que nunca deseé tanto tener hijos como ahora
deseo tener nietos”66. El sueño planificado de dos generales en la Navidad de 1570 en
el altiplano granadino estaba a punto de consumarse, un fructo amargo por cuanto uno
de sus artífices ya había muerto.
El 20 de septiembre de 1575 el III marqués de los Vélez era nombrado -con un anvaza-
do embarazo de su esposa- mayordomo mayor de la reina doña Ana de Austria, lo que
le obligaba a marcharse ese mismo mes de la ciudad condal. La noticia del ascenso de
su yerno no agradó a Requesens, quien veía en su marcha a la Corte un futuro derroche
de dinero y, desde luego, un mundo de intrigas preocupantes67. La fiebre cortesana era
un mal bien conocido en la familia Requesens, tanto para que su propia esposa prefiriera
dar a luz en la ciudad condal y se marchase de Madrid, reconociéndole a su prima que
“si yo he dexallo ésto de hasello, el mal del marqués, mi señor, tiene la culpa, que ha sido
tan largo y grande que no me ha dado lugar para cosa que dejase. Ahora la terné para
reñir a vuesa merced como solía”68. Como le pasó a su madre, Mencía prefirió quedarse
en el Palau y no acompañar al esposo, lo que mostraba evidencias de haber “heredado
el temperamento glacial de la madre, que […] pasó casi toda su vida en Barcelona,
mientras su ilustre marido peleaba”69.
66 Instituto Valencia de Don Juan, Envío 68, p. 231. Apud. G. Marañón, Los Tres Vélez…, p. 151 n 220.
67 MARAÑÓN, Gregorio, Los Tres…, p. 153 (la cita literal se extrae de la p. 185).
68 AP, leg. 102. Mencía Requesens a Violante de Luna. Madrid, 14 de octubre de 1575.
69 MARAÑÓN, Gregorio, Los Tres…, pp. 153 y 185.
70 RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…, pp. 189-190.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Zúñiga, quien dejaba de ser una ensoñación y se convertía en un proyecto de futuro. Sin
embargo, la felicidad no duraría mucho, pues el hombre propone pero el destino dispo-
ne, como tendremos ocasión de ver. Por lo pronto la marquesa de los Vélez quedaba en
el Palau con el tierno infante junto con Dª Jerónima Gralla hasta tanto fuese tiempo más
propicio para marchar a la corte.
Para Requesens las noticias de un nieto y el buen destino de su yerno significaban ale-
gría y estabilidad familiar, si bien también presagiaban problemas para el linaje, pues se
estaba reproduciendo su propia esperiencia vital. Estando en Barcelona la marquesa de
los Vélez -para colmo bajo la tutela de su madre- y en Madrid su marido, no podía más
que esperarse la cortedad familiar que le sucedió a él mismo. Bien sabía que -de llegar-
sus nietos serían espaciados en el tiempo y, dada su precaria salud, poco podría hacer
por ellos y sus padres. Y así fue, ya que tan sólo tres meses después de aquel natalicio,
fallecía -el 5 de marzo de 1576- en Bruselas y, siguiendo sus instrucciones, un criado fiel,
Jerónimo de Roda, destruía toda su correspondencia con su esposa e hija71. El marqués
de los Vélez, por disposición del rey, no pudo ir a la ciudad condal para asistir al sepelio
de su suegro, toda vez que deseó que Dª Mencía se quedase en Barcelona por no dejar
sola a su madre.
Al poco llegó de Toledo D. Juan de Zúñiga y Gralla para tomar posesión mayorazgo
familiar: el estado señorial (se convirtió en el V barón de Molins de Rei, IV barón de
Castellvell y Castellví de Rosanés y IV señor de Martorell), así como propietario del pa-
lacio menor de los reyes de Aragón72. La madre y los dos hijos asistieron a los oficios por
el alma de D. Luis de Requesens y su hijo y heredero, al lado de Dª Jerónima el 25 de
marzo recibieron las condolencias de los consellers catalanes73. Lejos de aquel acto tan
importante para la nobleza del principado el marqués de los Vélez se encuentra en Ma-
drid únicamente acompañado por una breve estancia de tres meses por su hermano D.
Diego Fajardo74. La paternidad, empero del jovencísimo D. Juan de Zúñiga hace que sea
su hermana la que más llama la atención entre la nobleza catalana y nada extraña que la
71 Como reconocía Guillem de Santcliment a Jerónima Gralla: “así sus cartas como las de mi señora la
marquesa [de los Vélez] se entregaron por su orden a Jerónimo de Roda y se han quemado”. MARCH,
José María, El comendador…, p. 24.
72 Lo componían la villa de Molins del Rey, la villa y baronía de Martorell y la baronía de Castellbell, con
los lugares de Sansroviras, Castellbisbal y Castellbell de Rosanes. HENDRIKS, Rob. “El patrimonio de
don Luis de Requesens y Zúñiga (1528-1576): ¿Fue don Luis de Requesens y Zuñiga (1528-1576) pobre
o rico?”. Pedralbes. Revista d´historia moderna, 14 (1994), pp. 81-92.
73 Comunicaron a los consellers Federico Pol, doncel, y Pedro de San Clemente, criados de la casa Reque-
sens. MOLAS RIBALTA, Pere, “El palau menor de Barcelona centre de sociabilitat nobiliària”. Butlletí de la
Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona, LII (2009-2010), p. 208.
74 Tampoco quiso el monarca que marchase a su señorío velezano. Así se quejaba de su soledad a su
primo el duque de Sessa el 14 de abril de 1576. RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A, El camino…, pp. 205-
206.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
viuda de Requesens extreme su interés por tratar de la herencia familiar con su cuñado
D. Juan de Zúñiga Requesens, todavía embajador en Roma75. Entre tanto aquellos días
se fueron en los negocios de traslado de los restos del comenador mayor a Barcelona y
de su descendencia, entonces afianzada en la figura de Dª Mencía. Y verdaderamente
en el ámbito social era ella en la que fijaban su vista, como demuestra el hecho de que
aquel año el escritor Esteban de Corbera no dudase en dedicar su obra, Febo el Troyano,
a Dª Mencía Requesens, impretando su favor76. La dedicatoria de este libro de caballería
responde a un discurso intelectual profundo en defensa al derecho de lectura de las
mujeres77, una característica que señala directamente las dotes de valía de Dª Mencía
frente a su hermano78.
Así las cosas, con el nuevo y joven comendador mayor de Castilla -único varón de su
casa-, sin hijos y aún con su tío -único hermano de su padre- igualmente sin descenden-
cia y en Italia79, era el III marqués de Molina el único de la estirpe catalana que prefigura-
ba como un inmejorable futuro dinástico. Con un claro sentido protector para el tierno
infante, Dª Mencía finalizando la primavera se aleja a regañadientes de la ciudad condal
sólo con el objetivo de -siguiendo la tradición familiar- visitar en rogativa el monasterio
de Monserrat: “mañana voy a las ermitas y fray Plasito de Alziras me a de dezir las misas
en su ermita (…) suplico a V.S. que de un abraço a Luysico de mi parte y çufro tambien
su ausencia”80. Sin embargo, la privanza del III marqués de los Vélez exige la presencia
de su esposa en la corte; de tal modo que, muy a su pesar, a finales de septiembre Dª
Mencía parte hacia Madrid al encuentro de su marido en un viaje lleno de penalidades:
yo e dejado el camino real y e tomado otro menos usado y tan ruín que oy he caminado
sinco leguas por el y no e allado otro lugar sino en el que estoy, ni venta, ni arboles, ni
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
edifiçio viejo, que parese que nunca jentes han pisado esta tierra. E me e apartado del
camino por no pasar por Saragoça 81
Llegó a la villa y corte el 10 de octubre, aunque dejó al pequeño Fajardo -tenía escasos
nueve meses- en el Palau de Barcelona al cuidao de su abuela materna82, lo que augura-
ba una rápida vuelta a la ciudad condal. Nada más llegar a Dª Mencía se le asigna como
secretaría el inquisidor Pedro Temiño, personaje muy cercano al poder83 que lo pondría
en contacto con buena parte de los ambientes sociales de la corte. Entre tanto, su herma-
no, por despacho del 9 de enero de 1577, se convertía en el nuevo comendador mayor
de la orden de Santiago84. Una preocupada Dª Jerónima Gralla extrema su interés por
tratar de la herencia y futuro de su única hija con su cuñado D. Juan de Zúñiga Reque-
sens, todavía embajador en Roma85.
De vuelta a Toledo, el cuñado del marqués de los Vélez procede a negociar el traslado
de los vienes de su padre, manifestando cada vez más su falta de empatía con su suegra,
verdadera gobernanta de su vida y abiertamente negativa hacia él. A finales de aquel
mes D. Juan de Zúñiga le decía a su madre que
en este lugar estoy muy ynfamemente y muy solo que no hay nayde que se me apegue,
porque es tanta la miseria de esta casa que todo esto estorva, y tambien estando aquí es
andar es andar cada dia con cien mil cuentos y desabrimientos con mi suegra86.
350
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El nuevo embarazo de la marquesa de los Vélez, empero, se malogró unas semanas más
tarde, si bien para finales de marzo Dª Mencía estaba nuevamente en cinta88. Fue un
mes azaroso, puesto que al alojamiento que dispensaba Fajardo al duque de Osuna89, se
sumaba la enfermedad de la marquesa, lo que le impidió salir y cumplir con sus obliga-
ciones sociales. Especialmente importantes con la baronesa de La Laguna, recientemen-
te fallecida90, y a la que unían lazos de parentesco91.
87 “mas para mi embaraço socórreme el irme a los bosques, que nunca pense deseallo como aora”. AP,
leg. 36, c. 2. Dª Mencia Requesens a Dª Jerónima Gralla, Madrid, 30 de marzo de 1577.
88 “aunque no vayan mis cartas muy siguras, no e querido que fuesen sin estos ringlones para que V.S.
esté sigura de que estoy ya buena, aunque e sentido mucho no ver hija y prometo a V.S. que ni andar
en coche ni salir tan a menudo, como el marques me a dicho que lo escribe, creo que no an sido causa
para acerme mal parir, sino un espanto que tuve la noche antes; mas todo lo doy por bien empleado
porque no pudiera salir sino con mucho peligro del parto, que dise la comadre y los medicos que una
besiguilla que eché con la yja, que era niño, sino que no de devia de ser de mas de dose dias y que
por esto no estava formado, y si esto es asi no pudiera dejar de aver mucho peligro si fuera el uno de
mas dias que el otro, y con esto me consuelo porque mucha mayor pena me da saber la que terná V.S.
de saber todo mi mal”. AP, leg. 36, c. 2. Dª Mencía de Requesens a Dª Jerónima Gralla. 30 de marzo de
1577.
89 “Al duque de Osuna a quinse dias que tengo por huesped y esta noche se a ydo a tener la Pascua con
su mujer y a de tornar el domingo de casi modo y de estarse todo este verano por uesped que es bue-
na ayudica de costa”. Ibídem. De aquella larga estancia de D. Pedro Girón -antiguo cuñado de Vélez- sal-
dría el rápido apoyo de Fajardo en el verano de 1578 para proponerle al rey que lo enviase a Portugal,
por entonces un punto de gran interés para la monarquía con motivo de la muerte sin sucesión del
rey Sebastián I (4 de agosto de 1578) y las pretensiones de Felipe II de heredarle. FERNÁNDEZ CONTI,
Santiago, “Los Consejos…”, p. 221.
90 “ha muerto Dª Aldonza de Cardona “que ya espero los llantos que ará y los que el baron de La Laguna
debe aver echo por su mujer (…) a su madre no e visto aun porque aún no salia de casa y (…) asi
pienso ir mañana a verla an me an dicho que esta muy lastimada, debe ser de miedo que su hijo haga
algun dislate”. Ibídem.
91 La aludida fallecida -que no dejó hijos- estaba casada con Berenguer Arnau VII de Cervelló Alagón
(† Barcelona, 1581), barón de la Laguna, diputado del brazo militar de la Generalitat (1575-1578). Era
éste hijo de un pariente de los Requesens, en concreto Berenguer Arnau VI de Cervelló Castro i Boixa-
dors († 1580), barón de la Laguna y vizconde de Illa, baron de Castro y Peralta. Casó en 1558 Margarita
de Alagón y Martínez de Luna (testó en 1575) [hija de Arnau de Alagón y Espés († 1546), II conde de
Sástago, señor de Sástago, de Calanda, de Pina de Ebro y de Alcubierre, y de Marina Martínez de Luna y
Lanuza (hija del I conde de Morata de Jalón)]. La muerte de Dª Aldonza Cardona dejó en grave aprieto
a este linaje, pues poco después falleció el barón, sucediéndole su hermano Felipe de Cervelló Alagón,
barón de La Laguna, barón de Castro y de Peralta y vizconde d´Illa, testó en 1588 en Estadilla y falleció
en Madrid en 1590 sin hijos. Dado que sus hermanos tampoco tenían hijos (Juan de Cervelló Alagón,
murió sin sucesión en 1588 en Estadilla y dos de sus hermanas, Felipa y Juana de Cervelló Alagón, eran
monjas en Ntra. Sra. de Sijena, de la orden de san Juan), heredaría el mayorazgo Estefanía Cervelló
Alagón († 1627), mujer de su tío Martín de Alagón y Espés, baron d’Alfajaríny Hoz. FERNÁNDEZ XESTA
y VÁZQUEZ, Ernesto, “La ‘genealogía de los Castro-Pinós, ricos hombres de Aragón’, del Barón de Val-
deolivos”. Anales de la Real Academia Matritense, IX (2005-2006), p. 433.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
prometió, le aconsejaron salir por primera vez a la calle “y anoche fue el primer dia que
vine a vevir aquí en palacio [real] y (…) las tocas llegaron a tan buen tiempo porque la
reyna no tenía que tocarse esta Pasqua”92. El estado de buena esperanza de la marquesa
auguraba un futuro prometedor para su descendencia, mucho más por cuanto ya enton-
ces se evidenciaba el fracasado matrimonio del comendador maor, quien por aquellas
fechas no soporta estar mucho tiempo en el entorno de su familia política y sólo piensa
marcharse a su encomienda de Villarejo de Salvanés. Tal es así que Dª Mencía no duda
en advertir a su madre del rumbo sin derrotero que lleva su hermano y el poco tiento
en no separarse:
El [hijo] de V.S. diga la vida que pasa, o la que él se ymajina. Me maravillo como ya no lo
ha echo; oy e reçebido una carta suya y díseme en ella que piensa irse al Villarejo pasando
la Pasqua y de cómo le yra. Con esta determinación [él] escrebía a V.S., que de lo pasado
ya lo e echo y mi hermano dise que también93.
La marquesa abortaría, toda vez que las preocupantes noticias de su hermano no hacen
sino reafirmar que la herencia de “Luisico” no se dividiría. Por lo pronto el interés familiar
se centró en ejecutar la herencia de D. Luis de Requesens, ya que el 19 de abril D. Juan
Pardo Zúñiga recibía -la vía de Laredo- libros, armas, pinturas, retablos, un dosel del apa-
rador con sus armas…, era, en fin, parte de la casa de su padre94. Pocos días después, el
28 de abril, fallecería con 18 años sin dejar descendencia95, habiendo estado escasamen-
te casado un año96. La Generalitat catalana se apresuró a dar las condolencias solemnes
a su madre, Dª Jerónima de Requesens97. El infeliz comendador mayor no hubo de dis-
frutar prácticamente de los bienes heredados de su padre, pues incluso tiempo después
de su óvito aún llegaría -el 4 de septiembre- otra remesa de tres cofres, dos de ellos con
ropa y un tercero con cosas interesantes98.
352
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Gracias a los contactos flamencos y con el capital heredado, el marqués de los Vélez
gestionaba a través de los banqueros alemanes Fúcares la adquisición de “ynstrumentos de
astrología”, que enviaron por la vía de Flandes desde la ciudad de Augusta y que llegaron
el 26 de julio a Laredo99. El cuerpo de D. Luis de Requesens aún tardaría en llegar a
la ciudad condal, donde una anciana y achacosa viuda preparaba su sepelio definitivo,
donde en el segundo trimestre de aquel año de 1577 ya había sido trasladado su joven
hijo antes aún que a su padre. De tal manera que Dª Mencía se había convertido en
“heredera de estos estados despues de la muerte del Excelentisimo Señor Don Juan de
Çuñiga Pardo y Tavara su hermano único”100, concentrando en sus manos el patrimonio
Requesens.
Finalmente, la carrera sucesoria del linaje había terminado de definirse, pues por aquellas
fechas apoderaban al canónigo Gaspar Mendoza para que resolviese la herencia de D.
Juan de Zúñiga en la ciudad Toledana101. Entre tanto se resolvía el inventario de bienes
que heredaría, los marqueses de los Vélez se les fue aquel último tercio del año en el
tratamiento del marqués que, lejos de recuperarse -ni siquiera el esfuerzo del médico del
rey, Francisco Vallés, “el divino” pudo hacer nada-, continúaría enfermo.
99 Ibídem.
100 Libro de los patronos, fundadores, constituciones de 1548 y otras noticias, 1703. AP, manuscrito 66.
101 AHPM, P. 901.
102 D. Juan de Zúñiga Requesens mantuvo amplia correspondencia con su cuñada desde 1577 en relación
a la herencia de su hermano, D. Luis Requesens, y de su sobrino, D. Juan de Zúñiga Gralla, con objeto
de llevar a buen puerto el legado familiar a favor de su sobrina Dª Mencía Requesens. BORT TORMO,
Esperanza, “Don Juan de Zúñiga y Requesens: 1577-1578-1579”. Actas de la V reunión científica de la
Asociación española de historia moderna. Universidad de Cádiz, Cádiz, 1999, tomo I, p. 428.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
este acto, pues la delicada salud de su esposo exigía volver a Madrid, toda vez que la
proximidad de la Navidad aconsejaba que partiese con su hijo antes que el rigor del
tiempo fuese peor, confiando que volvería en breve para ver cómo quedaba la tumba
de su progenitor y hermano.
Los dos féretros de marido e hijo impresionaron sobremanera a Dª Jerónma Gralla, tanto
que calló en un estado enfermizo del que languidecería poco a poco, razón para que re-
103 CASEY, James, España en la edad moderna. Una Historia social. Universidad de València, Valencia, 2001,
pp. 295 y 364.
104 Dª Jerónima Gralla lo comunicó a mossen Onofre de Farreres i Costa, notario de la Generalitat, quien se
lo comunicó a los consellers para su asistencia. COMES, Pere Joan, Llibre de algvnes coses ansayalades
succehides en Barcelona y en altres part format per… en 1583 y recóndit en lo Arxiu del Excelentissim Ajun-
tament. Ara per primera volta publicat ab deguda licencia baix la revisió de don Joseph Puiggarí, oficial del
suadit arxiu. La Renaixensa, Barcelona, 1878, p. 647.
105 El cortejo litúrgico se ordenaba así: primero la cruz de san Miguel, seguida de la de Santa María del Pi,
Sant Pere, monasterio de la Trinidad, monasterio de la Merced, monasterio del Carmen, monasterio de
San Agustín, monasterio de San Francisco, monasterio de Jesús, con sus capellanes y los frailes orde-
nandos de dos en dos. Dietari de…, pp 167-168 y COMES, Pere Joan, Llibre de…, p. 647.
106 “De la sepultura que feren a don Lluís de Requesens, comanador major de Castella, i a don Joan son
fill”. Manual de Novells Ardits o Dietari del Antic Consell barceloní (MNA), V, p. 167-169. MOLAS RIBALTA,
Pere, “El palau menor…”, p. 209.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Solo el desarrollo cada vez más aventajado del pequeño marqués de Molina reconfortan
a Dª Mencía, cuyo ánimo aumenta al quedar nuevamente en cinta a principios de febre-
ro. Dada su proclividad a malograr embarazos se asegura con remedios caseros, dando
cumplida información de todo a su madre a finales de aquel mes:
por estar quinse dias á en sospecha de preñada, mas yo no la tengo por çierta porque pien-
so que las sangrias lo deven de hacer, aunque tengo el estomago y los pechos mudados,
y los medicos lo tienen por sierto y el marques tan contento dello que me parese que lo
está mas que la otra ves, y si esto es verdá tambien será la mitad de doña Leonor Agullana,
como Luysico, porque en acabandome de pasar me hyse el remedio que la otra ves que
pienso que si estoy preñada que es desde entonces. Estoy contentissima de que Luysico
able, ya porque pueda mejor entender a vuestra señoría, que este será mi contentamiento,
aunque pienso que no deba ser tan abil como doña Dionisia me escribe109.
355
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Conforme decae el poder de Vélez, los Requesens parece que repuntan en fama, de-
bido sobre todo a la cada vez más clara herencia familiar. Así las cosas, el tío de Dª
Mencía, el príncipe de Petrapersia, el 8 de noviembre recibía la encomienda mayor
santiaguista117, en tanto que la marquesa obstentaba desde la muerte de su hermano
el mayorazgo familiar: se convirtió en el VI baronesa de Molins de Rei y V baronesa
Castellvell y Castellví de Rosanés y V señora de Martorell, así como dueña del palacio
menor de los reyes de Aragón (El Palau). Parecía, pues, que a finales de aquel 1578 el
plan trazado años atrás por el II marqués de los Vélez se había cumplido. Pero más aún,
daba visos de ser mejor áun, pues el único tío de Dª Mencía se convertía -dada su falta
de descendencia- en una preciosa joya a cuidar, mucho más por cuanto terminando el
año era nombrado Virrey de Nápoles118.
112 MARAÑÓN, Gregorio. Antonio Pérez, el hombre, la época, el drama. Madrid, 1946, reedición de Espasa
Calpe, 2006, pp. 375-403.
113 Don Juan de Zúñiga al Conde de Miranda, 8 de julio de 1577. BORT TORMO, Esperanza, “Don Juan…”,
p. 427.
114 MARAÑÓN, Gregorio, Los Tres…, pp. 171-176.
115 RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A, “Un aristócrata ante la muerte. El testamento del III marqués de los
Vélez”. Revista Velezana, 27 (2008), pp. 32-45.
116 Como relata Temiño -secretario de Dª Mencía- el 9 de octubre a Juan de Zúñiga Requesens, siempre
atento a todo lo que sucedía a su única sobrina. FORMICA, Mercedes, La hija de don Juan de Austria. Ana
de Jesús en el proceso al pastelero de Madrigal. Revista de Occidente, Madrid, 1975, p. 78.
117 SALTILLO, marqués del, “El retrato…”, p. 4.
118 De su enorme poder da cuenta su correspondencia, Cartas y avisos: dirigidos a don Juan de Zúñiga, Vi-
rrey de Nápoles, en 1581, Madrid, 1887 y GÓMEZ RIVAS, León, “Cartas del cardenal Espinosa, presidente
del Consejo de Castilla, a don Juan de Zúñiga (1572)”, en Felipe II (1527-1598): Europa y la monarquía
católica, Madrid, 1998, II, pp. 345-361.
356
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sin embargo, todavía era pronto para alzarse de forma definitiva, y por lo pronto pade-
cían un agravio familiar, pues la cuñada de la marquesa de los Vélez, con un reducido
tiempo de luto encuentra un nuevo esposo: el futuro V conde de Alba de Liste. Casaría
con D. Juan Enríquez de Guzmán y Toledo, caballero de Santiago el 13 de diciembre de
1578, quien, al igual que su predecesor, adoptó los apellidos de su esposa119. El deshonor
era evidente conociéndose el trato que la novia y su madre -Dª Luisa de la Cerda- die-
ron a su hermano; de modo que una molesta marquesa de los Vélez despectivamente
analizó la rápida boda de su cuñada y las propias críticas que derrochaba para con su
familia, expresando cómo
el casamiento de doña Guiomar Pardo se a echo con el hermano del conde de Alva [de
Liste…] y sacó la mano y alsósela mire V.S. si a avido tal (…). Dise que cuenta ella que
nosotros nos acostamos a tantas oras y dormimos muy bien y quando nos despertamos
tanbien lo pasamos bien, y con estas cosas van cuentos della por la corte. Tambien me
han dicho que la duquesa de Alva escrivió a doña Luysa, ylustrisima señora y al servicio
de vuestra merçed, y que la doña Luysa le respondió de la misma manera (…) en esto
murió mi hermano (…) que está la pobre con quatro mujeres y sólo para mantenellas lo
que gana mi marido en la mia120.
A finales de año toda la desazón que se cernía sobre la familia la compensaba Dª Mencía
con la evolución positiva de Fajardo, quien -aparentemente mejorado- pretendía viajar a
su señorío murciano-almeriense, estropeando su proyectada marcha a Barcelona:
el marques va cada ora mejorando con la leche y se pasea cada dia con mas fuerça y
creçiendo el deseo de ir a Vélez, y asi pienso que nos partiremos muy presto. Si yo pudiera
azer lo que V.S. me manda en destorbar la yda, yo la obedeciera mas mi marido no es mu-
chacho que se le pueda doblar la condision, y asi abre de siguir la suya muy alegremente,
por muchos ynvonvenientes que aya, que esto es lo que V.S. me manda siempre121.
119 Recibió el nombre de Juan Pardo de Tavera Enríquez de Guzmán. Era hijo de Enrique Enríquez de Guz-
mán, IV conde de Alba de Liste, y de María Álvarez de Toledo (nieta del II duque de Alba). MOLAS RIBAL-
TA, Pere, “Dames del renaixement…”, p. 32. Este segundo esposo obtuvo del rey el título de I Marqués
de Malagón, si bien también falleció sin dejarle hijos. Dª Guiomar casaría en terceras nupcias en 1607
con D. Duarte de Portual, I Marqués de Villafrechilla (hijo del Duque de Braganza) [BOUZA, Fernando,
“En la corte y en la aldea de D. Duarte de Braganza. Libros y pinturas del marqués de Frechilla y Mala-
gón”, Revista de Estudios Ibéricos, p. 268]. Esta señora fallecería en Sevilla, realizándose su inventario en
aquella ciudad el 11 de marzo de 1621 ante Luis Beltrán de Arcos, escribano de aquella ciudad [AGA,
218/252-257 362, 005-033].
120 AP, leg. 36, c. 2. Dª Mencía Requesens a Dª Jerónima Gralla. Madrid, 28 de diciembre de 1578. Las alu-
didas mujeres a las que se refieren son: Dª Guiomar Pardo y su madre, Dª Luisa [de la Cerda], así como a
la madre del novio (condesa viuda de Alba de Liste) y a la madre de ésta (duquesa de Alba de Tormes).
121 Ibídem.
357
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Era, pues, una situación muy complicada para la pareja, pues Fajardo tenía escrito su
destino político y biológico122.
Muy flaco, el marqués recibe del secretario Pérez la noticia de Felipe II que le retira el
cargo de mayordomo mayor de la reina, y con él se hacía oficial su pérdida de favor.
No esperó su muerte, sino que el soberano estaba dando pasos sutiles para vengarse
de los muñidores de la conjura de Escobedo. Había caído en declive el partido papista
y el cargo palatino recayó en el partido ribal -el castellanista-; de manera que Fajardo
en la segunda quincena de enero de 1579 sale apresuradamente de la corte para evitar
mayor deshonra. Camino de su tierra, en Los Hinososos el 29 de enero escribe a su
amigo Antonio Pérez en una demoledora carta que es verdaderamente un testamento
político123. El 2 de febrero los Fajardo Requesens están en Albacete, donde “pensamos
llegar a Murcia de oy en ocho dias y alli disen que nos tienen gran fiesta de toros y ca-
ñas y nos ospeda la ciudad a su costa y en su casa” 124. Era evidente que los murcianos
estaban ajenos al drama personal del marqués y al verdadero alcance de su exoneración.
122 Si su fortuna familiar era una suerte, Pedro Fajardo tenía como compartida su más que preocupante
enfermedad, su mal se acentuaba por el evidente distanciamiento regio, preludio de la pérdida del
favor. MARAÑÓN, Gregorio, Los Tres…, pp. 174-175 y 183-184.
123 RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…, p. 223.
124 AP, leg. 36, c. 2.
125 MUÑOZ BARBERÁN, Manuel, “Textos: II. El testamento del III marqués de los Vélez, don Pedro Fajardo
de la Cueva (1578)”. Áreas, 3-4 (1983), pp. 167-171.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Zabala era de total confianza, pues había sido secretario del abuelo materno del pe-
queño y estaba vinculado al servicio de los Requesens127. De la noche a la mañana, lo
que parecía ser un triunfo de la casa Fajardo, se convirtió en una trampa mortal, pues el
cuantioso mayorazgo del sureste caía en manos de los administradores catalanes. Pese
a todo, la marquesa viuda debe desplazarse a Murcia para hacer frente a negocios de
suma importancia: el 6 de abril apoderaba a su criado Alonso Mercado para cumplir
con la testamentaría de su marido128; 10 de abril de 1579 realizaba una concordia con
el duque de Veragua sobre diferentes bienes heredados de su familia129 y el 12 de abril
para afianzar el concierto que tenía su esposo con los productivos alumbres de Maza-
rrón130.
126 CAJAL VALERO, Arturo, Domingo de Zavala: la Guerra y la Hacienda (1535-1614), San Sebastián, 2006, p.
256.
127 En realidad, se llamaba Domingo Martínez de Zavala y Aramendia. Había nacido en Ordicia en 1527 y,
desde 1568, era secretario personal del Comendador Mayor. Le acompañó a la guerra de Las Alpuja-
rras, y luego, como persona de confianza del Comendador Mayor, asistió, junto con su séquito, a Le-
panto en su nave patrona -Galera Granada-, con el cargo de tenedor de libros. En 1573 pasó a los Países
Bajos apoyando a Requesens, donde ejercería de Secretario de Estado y Guerra de aquel gobierno. De
su confianza da muestra que, entre 1575-1576, pasó a Madrid en comisión especial del Comendador
para defender sus intereses en el preocupante tema presupuestario flamenco. Vid. CAJAL VALERO,
Arturo, “Una presencia vasca en Lepanto: Domingo de Zavala”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marí-
timos del País Vasco, 5 (2006), pp. 135-144.
128 Archivo General de la Región de Murcia [AGRM], Not. 182, escribanía de Antonio Fernández, f. 134r.
129 Aquel día confirmó la concordia y capitulación firmada el 31 de marzo con su pariente D. Cristóbal Co-
lón de Liori y Cardona, almirante de Aragón e Indias, duque de Veragua sobre la titularidd de la Baronía
de Ribagorza. AGRM, Not. 182, escribanía de Antonio Fernández, f. 158r-169v.
130 Aquel día apoderó al canónigo de Toledo D. Gaspar de Mendoza para que pida al Consejo Real la
aprobación del concierto que en su día hizo su marido con Pedro Sánchez de Córdoba para la admi-
nistración de los alumbres. AGRM, Not. 182, escribanía de Antonio Fernández, f. 137.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
131 MOLAS RIBALTA, Pere, “Dames del renaixement…”, pp. 55-56 y, del mismo autor, Institucions i…, p. 228.
132 Archivo Histórico Provincial de Barcelona [AHPB], Notari Lluis Rufet. Primer Llibre de Testaments. Tes-
tamento de Jerónima Gralla.
133 COMES, Pere Joan, Llibre de…, p. 611.
134 RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., “El noble en la corte. Don Pedro Fajardo, III marqués de los Vélez”. En
LEVI, Giovanni (ed.), Familias, jerarquización y movilidad social. Universidad de Murcia, Murcia, 2010, p.
321.
135 FORMICA, Mercedes, La hija…, pp. 77-85; y PIZARRO LLORENTE, Henar, Un gran patrón en la corte de
Felipe II. Don gaspar de Quiroga. Universidad Pontificia de Comillas, Comillas, 2004, p. 408.
136 Sobre la situación de la familia a la muerte del III marqués y las aspiraciones de la saga, vid. SÁNCHEZ
RAMOS, Valeriano, “Sangre,…”, p. 32.
137 Concretamente en el alojamiento de la caballería ligera de Sicilia. Así se lo hacía saber al rey en carta
fechada en Nápoles el 31 de marzo de 1580. BALLOSO MARTÍN, Carlos, “Conflictos de poder entre el
centro y la periferia de la monarquía: el establecimiento de la caballería ligera en Sicilia en el siglo XVI”.
Mediterráneo in armi (sec. XVI-XVIII). Assoziacione no profit Mediterráneo, Palermo, 2007, t. I, p. 331,
nota 25 y p. 349, nota 69.
360
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
al conde, consultó al exemplo de la prudencia don Felipe II, el qual le escogio, aunque
mas moço, tal concepto tenia del, y quiso mostrarle al mundo, llamandole a san Lorenço,
haziendo le hospedassen en su casa, y sirviessen sus tapicerias y oficios, cosa hasta oy con
nadie reiterada en Castilla, eleccion de Rey tan cuerdo, y singular merced en el trato, hizo
que eligiesse al conde, sin mirar, que aunque podia dexar a sus hijos grandes señores por
la estimacion de las prendas de su esposo, quiso mas que en tal gran casa quedassen infe-
riores. Celebro con ella las segundas bodas, matrona digna de más dilatatadas alabanças,
y justa merecederoa de tal mando, a quien ayudaron a hazer bien casada, calidad, hermo-
sura, edad, riquedza, fecundidad, ingenio y virtud138.
La alianza entre Dª Mencía Requesens estaba prevista para 1582. Por lo pronto el
comendador mayor dejó el 11 de noviembre virreinato napolitano, si bien para aquel
tiempo había muerto el príncipe de Asturias, dejando sin efecto su nombramiento de
ayo. No obstante Felipe II -que había marchado a Portugal- nombró al príncipe de Pe-
138 SIMAL LÓPEZ, Mercedes y FERNÁNDEZ DEL HOYO, Manuel, “Donna Mencía de Requesens: dama cata-
lana, contessa castiglianae viceregina napoletana (fra l´altro)”. Alla corte napoletana. Fridericiana Editri-
ce Universitaria, Nápoles, 2012, p. 163-164 nota. 29.
139 Presidía la calle central la imagen de Ntra. Sra. de Trápani. NICOLÁS MARTÍNEZ, Mª Mar, “Lujo, ostenta-
ción y poder. A propósito de la casa marquesal de los Vélez”. En CAMACHO MARTÍNEZ, Rosario, ASENJO
RUBIO, Eduardo y CALDERÓN ROCA, Belén (coord. y ed.), Recreación artística y mecenazgo en el desarro-
llo cultural del Mediterráneo en la Edad Moderna. Universidad de Málaga, Málaga, 2011, p. 87.
140 El 1 de marzo de 1580, D. Diego de Austria con 5 años juró como príncipe de Asturias, fechas en las que
Felipe II cerró el trato para crear su Casa. En junio de aquel año Zúñiga conocía en Nápoles cómo ya era
vox populi en la corte. Cartas y avisos…, p. 205.
141 Por un valor total de casi treinta millones y medio de maravedíes. Ibídem, p. 35.
361
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
trapersia presidente del Consejo de Castilla, lo que conllevaba dirigir las líneas maestras
de la política142. Entre tanto las hijas solteras del II marqués de los Vélez empujaron a
sus hermanos varones -D. Diego y D. Juan Fajardo- a arreciar en las presiones sobre la
tutoría del sobrino. El 14 de noviembre -oficiada por el cardenal Granvela y el obispo
de Ávila- se celebró la boda en Villarejo de Salvanés, sede de la encomienda mayor de
Santiago, tan ligada al abuelo y padre de la novia y en esos instantes a su tío143. Desde
ese instante Dª Mencía Requesens era la esposa de D. Juan Alfonso-Pimentel de Herrera
y Enríquez, VIII conde y V duque de Benavente144, quien ofreció la impresionante dote
de 30.000 ducados145. El volumen de joyas, telas y ropas fue impresionante, tanto como
algunas piezas decorativas de un lujo inusual que incluía, por ejemplo, objetos tan ex-
traordinariamente exóticos como un jarrón chino146.
Las pretensiones de los Fajardo por recuperar al IV marqués de los Vélez se perdieron
definitivamente a finales de 1582, cuando marcha con su madre a Benavente. Sin em-
bargo, al año siguiente ya estaba en España el comendador mayor, quien a principios
de de septiembre de 1583 prepara el desempeño del mayorazgo de su sobrino nieto,
bastante maltrecho por las deudas contraídas en su día por el III marqués147. Esta noticia
sentaría muy bien en Vélez Blanco, donde las Fajardas debían consolarse con la esperan-
za de que saldría su sobrino de tierras zamoranas para marchar al palacio real, donde su
tutor quizás pensaba introducirlo en el mundo áulico. Sin embargo D. Luis Fajardo era
aún muy joven y por entonces cursaba estudios en Benavente, bajo un esmerado pro-
grama educativo. Por lo pronto Dª Mencía vendía en 1584 la Casa Padellás -el palacio
heredado de su madre- a la familia Casamitjana, con objeto de atender los gastos de los
otros palacios que poseía en el principado.
142 MARTÍNEZ MILLÁN, José, La Corte de Felipe II. Alianza Editorial, Madrid, 1999, pp. 242-244.
143 SIMAL LÓPEZ, Mercedes y FERNÁNDEZ DEL HOYO, Manuel, “Donna Mencía…”, p. 153.
144 Por muerte sin hijos de su hermano Luis Alfonso-Pimentel había heredado en 1576 los títulos de con-
dede Mayorga y de Villalón, Señor de Pedraza, Puebla de Sanabria, Arenas, Cigales, Torre de Mormojón,
etc. También era Caballero de Santiago, orden de la que fue trece y comendador de Castrotoraf. Había
nacido en Villalón en 1535, era hijo de Antonio Alfonso-Pimentel, VI conde y III duque de Benavente y
Luisa Enríquez Girón (hija del Almirante de Castilla).
145 El documento fue redactado en 1583 por Alonso de Mercado, mayordomo de la ilustre señora, quien
hizo entrega de “joyas, piezas de oro y plata, perlas, piedras, vestido, tapicería, colgaduras, otros ade-
rezos de casa, caballería y esclavos” a Juan de Miranda, camarero del conde-duque de Benavente.
HIDALGO OGÁYAR, Juana, “La dote de doña Mencía de Requesens y Zúñiga, ejemplo de movilidad de
la obra de artística”. El arte y el viaje. Madrid: CSIC, 2011, p. 501.
146 El documento dotal es de 1583 y anota que era herencia de su padre, D. Luis de Requesens. KRAHE,
Cinta. Chinese porcelain and other orientalia and exotica in Spain during the Habsburg Dynasty. Leiden:
Universiteit Leiden, 2014, vol. II, p. 180.
147 En concreto pesaba sobre los bienes amayorazgados 30.000 ducados, comprometiéndose a pagar-
los al VI conde de Acuña, pasando las partes censales a los bienes libres del sobrino-nieto mediante
dos facultades reales de 15.000 ducados cada una. RODRÍGUEZ PÉREZ, Raimundo A., El camino…,
pp. 127-128.
362
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como era de esperar, los tíos del marqués, D. Diego Fajardo y D. Juan Fajardo volvieron
a la carga sobre la administración de los bienes del IV marqués de los Vélez contra los
condes-duques de Benavente. No obstante, el rey optó, por acuerdo firmado en Madrid
el 29 de octubre de 1587, por una solución salomónica: confirmar a Domingo Zavala
148 SALAZAR y CASTRO, Luis, Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos
donde las chronicas y con las escrituras solicita su mejor inteligencia. Matheo de Llanos y Guzmán, Madrid,
1688, p. 320
149 Fue enterrado el 4 de enero de 1587, y “era el cos del més jove dels fills d’Estefania, don Juan de Zúñiga,
per matrimoni príncep de Pietrapercia, el portat des de l’alcàsser de Madrid, on havia mort [Dietaris
de…, II, p. 546]. Fue sepultado en la capilla suntuosamente dotada por él [COMES, Pere Joan, Llibre
de…, pp. 167-169 (cap. XXV]. MOLAS RIBALTA, Pere, “Noblesa absentista…”, p. 28.
150 Dª Dorottea Barrese marchó de nuevo a Pretrapersia, en Sicilia, donde falleció en 1590. Su estado y títu-
los los heredó su único hijo, D. Fabricio Branciforte y Barrese, Conde de Mazzarino y I Barón de Butera,
Grande de España y Caballero de Toisón de Oro, quien al año siguiente, casó con Dª Caterina Barrese y
Santapau, prima del primer marido de su madre (llevó en dote el señorío de los Barrese: marquesado
de Militello). Aquel año el rey -en reconocimiento a haber sido su madre la gobernatriz del heredero al
trono de España- le hizo gracia del título deI príncipe de Butera.
151 El proceso de castellanización de los Requesens-Zúñiga es uno de los ejemplos más recurridos en la
historiografía para demostrar como parte de la nobleza catalana dejó sus puntos de residencia para
optar a las posibilidades de futuro de Castilla. Así es sabido que el último miembro del linaje que se en-
terró en la Capilla del Palau, fue el hijo de D. Luis de Requesens, D. Juan de Zúñiga y Gralla, hermano de
la III marquesa de los Vélez. Vid. MOLAS RIBALTA, Pere, “Noblesa absentista i retòrica catalana”, Butlletí
de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, 12 (2001), p. 28.
363
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
como Gobernador General de los estados de los Vélez, tal y como había dispuesto su tío
abuelo, el príncipe de Petrapersia el tutor legal del pequeño. Para estas fechas, Dª Mencía
Requesens, sin hermano y tío a quien recurrir para consultar sus tribulaciones, se encierra
en su mundo devoto. No tardaría en entablar una enorme corte de eclesiásticos que le
aconsejarían, reconfortarían y, en fin, rellenarían el hueco de interioridades que, pese a es-
tar casada, no procedía hablar con su esposo. Sabemos, por ejemplo, que en estos prime-
ros momentos tiene contactos con los jesuitas, una orden que con los años sería santo y
seña para el linaje. Así en 1589 el padre Antonio Álvarez le dedicaba su Silva Espiritual152.
D. Luis Fajardo Requesens y Zúñiga, además de la familia paterna tuvo una larga pa-
rentela por parte materna que le sería de gran utilidad futura. En el ámbito de la corona
castellana estaban los condes de Miranda del Castañar153, si bien la filiación catalana de
su abuela Dª Jerónima Gralla i d´Hostalrich lo convertía -por sangre- en uno de los prin-
cipales nobles de la corona de Aragón y, sin ningún género de duda, del principado de
Cataluña. Interesa recordar esta ascendencia, pues la Casa Fajardo durante el siglo XVII
tendrá un papel destacado en el ámbito catalán no sólo por poseer un estado señorial
-herencia de Requesens- sino por la posición, hasta ahora ni siquiera intuída, que juga-
rían durante el reinado de Felipe IV. Son razones suficientes para desentrañar las prin-
cipales redes de parentesco -optando por referirlos en su idioma para contextualizarlos
mejor- que recibía el IV marqués de los Vélez, toda una red de nobles de los que era
cabeza indiscutible por rango y parentesco.
152 Se trataba de la segunda edición corregida de la obra. Hubo dos ediciones más: la 4ª impresión de Sa-
lamanca (“sin las demás peregrinas de otros reinos”) lleva la fecha de 1594. En ella se añade una tabla
alfabética de materias, útil para los predicadores. El libro contiene «consideraciones para el entreteni-
miento del alma cristiana » sobre los seis domingos de Cuaresma, día de la Anunciación, conversión
de la Magdalena... El último registro citado es la edición en Salamanca 1603, ahora con Artus Taberniel.
En 1595 aparece unas Adicciones de la silva espiritual. SÁNCHEZ GONZÁLEZ, Ramón, “La biblioteca del
colegio San Bernardo de la Compañía de Jesús en Oropesa (Toledo)”. Hispania Sacra, LXIII (2011), p. 52,
nota 40.
153 La casa la encabezaban el matrimonio formado por Dª María de Zúñiga Avellaneda y Pacheco, VI con-
desa de Miranda del Castañar, Grande de España, II marquesa de la Bañeza, y su tío D. Juan de Zúñiga
Avellaneda y Bazán (1541-1608), I duque de Peñaranda de Duero, Caballero de la Orden de Santiago,
virrey y capitán general del principado de Cataluña, del Consejo de Estado (reinados de Felipe II y de
Felipe III), virrey y capitán general del reino de Nápoles, presidente del Consejo de Italia y presidente
del Consejo de Castilla. SOLER NAVARRO, Ana María, El Ducado de Peñaranda, Su Origen y Desarrollo
hasta la Desaparición del Linaje de los Zúñiga. Universidad Complutense, Madrid, 2009.
364
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Francesc Joan Gralla i Desplà (bisabuelo del IV marqués de los Vélez) fue señor de
sant Feliu d´Alella, Vinça de Conflent, Desgüells, Esponellá y Grealó y castellano de
Subirats, en este último lugar acredentó con diferentes rentas de las parroquias del
entorno, lo que en la práctica lo hacía señor de la misma156. Como su padre, además
de militar fue Mestre Racional de Cataluña. Recibió la vieja torre-Ramona de la fami-
lia, que convirtió en la casa-palacio Gralla157, clásica transformación de los castillos en
154 Hijo de Bernart de Gralla († 1467), ciudadano de Lérida (1385), diputado real y III señor de Grealó, hijo
de Nicolau Gralla, ciudadano honrado de Lérida en 1408, vendedor de trapos, nieto de abuelo Tomás
Gralla, I señor de Grealó, hijo, a su vez, de Mateu Gralla. MARTÍN SENTAÑES, Esther, Lleida a les Cortes.
Els sindics municipals a l´època d´Alfons el magnànim. Universitat de Lleida, Lérida, 1997, p. 110.
155 Era hija de Guerau Desplá i Oms, señor de sant Feliu d´Alella, Vinça de Conflent y Desgüells y afamado
Mestre Racional de Cataluña, diputado en las cortes de Barcelona y Perpiñán (1473-1479), consejero
real y embajado, y de su prima hermana Aldonza Corbera i d´Albert, señora de Esponellá [hija de Car-
les d´Oms i Sagarriga, señor de Corbera, procurador general y castellano de Perpiñán, y de Elisabeth
d´Albert, señora de Esponellá]. Y sobrina de Lluis Desplá i Oms (1444-1524), arcediano mayor de la
seu de Barcelona y embajador en Roma (1470-1474), Mestre Racional de Cataluña, diputado (1506-
1509), presidente de la Generalitat (1506) y consejero de Fernando el Católico. Y nieta de Francesc de
Coromines -alias Desplá- y de Eleonor d´Oms i de Sagarriga, señora de Vinça de Conflent y Desgüells.
MORALES ROCA, Francisco José, Caballeros de la Espuela Dorada del principado de Cataluña. Dinastía
de Trastámara (1412-1555). Hidalguía, Madrid, 1988, p. 81 y, del mismo autor, Ciudadanos y burgueses
honrados habilitados como síndicos del brazo real en las cortes del principado de Cataluña. Dinastías Tras-
támara y Austria, siglos XV y XVI (1499-1599). Hidalguía, Madrid, 1995, p. 120. NARVÁEZ i CASES, Carme,
“El patronatge de le noves oligarquies urbanes a l´art catalá del segles XVI-XVII”. Recerques, 51 (2005),
p. 14; FERRER i MALLOL, Mª Teresa, “Altres famìlies i membre l´oligarquia barcelonina”, pp. 279-292 y
RUIZ i QUESADA, Francesc, “Entre l’Hermon i la muntanya santa del salmista. Lluís Desplà a la Pietat de
Bartolomé Bermejo”. Estudis d´art medieval, 2 (2012), pp. 2-52.
156 A lo largo de su vida acumuló un patrimonio considerable En 1513 compró a Galceran de Barberà el
diezmo denominado de San Justo de Peralba por el precio de 500 libras y en 1536 a Joan Miquel de
Montbuy el diezmo denominado de Vilarnau, por 200 libras, así como en 1542 a Dionísia Joana y Dio-
nís Joan de Subirats y Barberà el tercio de un diezmo de Ordal (con algunas piezas de tierra al diezmo
en las Parroquias de San Sadurní y Lavern).
157 Después de muchas peripecias, el claustro este magnífico palació se reconstruyó en el año 1996 en
Hospitalet de Llobregat. GARRIGA, Joaquim, “La peripècia de la casa Gralla i un quadern d’Elies Rogent
de 1856”. Butlletí de la Reial Acadèmia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, 18, 2004, pp. 112-132. pp. 133
y 136.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Lucrecia Gralla d´Hostalric (tía de la III marquesa de los Vélez) fue educada refinada-
mente en Barcelona y agradó a su padre -en contra de la voluntad de su madre- de
casarse con Francesc de Montcada i Cardona, II conde de Aytona160, lo que supuso el
distanciamiento con su madre. Fue una gran benefactora de los jesuítas y en 1567 reci-
158 El patio, construido aproximadamente entre 1504 y 1536, está documentado que trabajaron los ar-
tistas Antoni Carbonell y Gabriel Pellicer. Sorprende la escalera exenta, pero está justificada por las
pequeñas dimensiones del patio, aunque sobresalen las columnas con unas proporciones demasiado
esbeltas (…). La muerte en 1520 de un escultor castellano, Pedro Fernández -el escultor de Santa
María de Nieva-, quien participó en labore s de orden decorativo de inspiración italiana, pus sabemos
que murió en el desván de la Casa Gralla, toda vez que sabemos que poseía dos libros de inspiración
renacentista (De baixo del Romano y De trassa abtes per al offici de imaginayre), así como un importante
repertorio renacentista sobre pergamino con dibujos (una Mostra de pilar entorxat y una Altra de smor-
tit) [MADURELL, José María, “Escultores renacentistas en Cataluña”, Anales y Boletín de los Museos de
Arte de Barcelona, 5 (1947), pp. 205-339].
159 FARGAS PEÑARROCHA, Mariela, La genealogía cautiva: propiedad, movilidad y familia en Barcelona
(1500-1650). Universitat de Valencia, Valencia, 2012, p. 117.
160 Francesc de Montcada i Folc de Cardona (Mequinenza,1532-Valencia,1594) I marques de Aytona,
conde de Osona, vizconde de Cabrera i Bas. Hijo de Joan de Montcada i Tolsà, XIII barón de Aytona
(comprendía los lugares de Aytona, Serós, Vilaseca y Algorfa) y I conde de Aytona, gran senescal de
Cataluña, y de Anna Folc de Cardona i Lara (heredera en 1574 del título de condesa de Osona y vizcon-
desa de Cabrera y de Bas). MONJO GALLEGO, Marta, “Noves aportacions a l´àbre genealògic de la fa-
mília Montcada, senyors de la baronia d´Aitona”. Acta historica et archaeologica mediaevalia, 26 (2005),
pp. 327-344.
366
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
bió prácticamente toda la herencia familiar161, entre las que destacaba la casa-palacio de
los Gralla, así como la capilla Gralla y su panteón, en Lérida162, pero no la de su madre,
que nunca le perdonaría su casamiento, destinando sus bienes para su hermana. El es-
critor sardo Antonio de Lofrasso de le dedicó en 1573 un poema titulado “La historia de
don Floricio y de la hermosa pastora Argentina”, junto a otro a su sobrina Dª Mencia. Por su
enlace matrimonial Lucrecia tuvo una alta posición social, ya que su marido -desde 1581
I marqués Aytona- obtuvo importantes empleos: mestre racional de Cataluña -heredado
de su suegro-, gran senescal de Aragón, lugarteniente general de Cataluña (1580-1581)
y Virrey de Valencia (1581-1594). Tras fallecer su esposo en 1594, esta dama -como sus
progenitores- se vinculó a los jesuítas, apoyando la fundación del colegio de la compañía
en Lérida163. Moriría ya viuda en 1599, dejando por descendencia -familia directa del
marqués de los Vélez- los siguientes hijos (sobrinos de la III marquesa de los Vélez y
primos del IV marqués):
161 Entre los bienes recibidos estaba Subirats, si bien pronto la Universidad -no satisfecha con el trato que
recibía de los Gralla- mediante un pleito solicitó la incorporación a la Corona -castillo y jurisdicción- en
singular pleito, Por real sentencia del 30 de octubre de 1568, se condenó a Lucrecia a otorgar retroven-
da del Castillo junto con su término y jurisdicción. Salvó Lucrecia la casa-palacio familiar, que continuó
en manos de la familia.
162 Sobre el panteón de los Gralla, con bellos sepulcros y con diferentes enterramientos familiares, ESTEVE
i PERENDREU, Francesc, “El sepulcre d´Alfons el Benigs i la capella dels Gralla”. Les despulles reials d’Al-
fons el Benigne, Elionor i l’Infant Ferran retornen a la Seu Vella de Lleida. Asociación Amics de la Seu Vella
de Lleida, Lérida, 1987, pp. 109-118.
163 ESTEVE i PERENDREU, Francesc, Mestrescoles i rectors de l´Estudi generals de Llerida (1597-1717). Unive-
ritat de Lleida, Lérida, 2007, p. 162.
164 Hija de Guerau de Queralt-Perellós i Cardona, Barón de Queralt y Mont-roig, señor de Santa Coloma,
Bellprat, Aguiló, Montargull. Bordell. El Catllar, La Pobla, Les Roques, Montfred, Rauric, Argilaga, Fi-
guerola, Sant Gailard i Bellver, y de Comtessina d’lcart. CARRERAS i TARRAGÓ, Josep Mª, “El senyors de
Santa Coloma”, p. 43.
165 Nacido en Valencia en 1564, era hijo de Juan de Palafox Rebolledo y Agustín (1529-1561), VII señor de
Ariza, y de Juana de Próxita Perellós.
166 El título nobiliario pasó a su hermano Jaime Palafox Rebolledo. PLOU GASCÓN Miguel, Los Palafox en
Aragón. Genealogía y datos biográficos. Institución Fernando El Católico, Zaragoza, 2000, pp. 43-57.
367
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
167 MUÑOZ i SEBASTIÁ, Johan Hilari, “Un motí a Ulldecona l´estiu de 1614 contra el comanador Lluis de
Montcada”. Raïlls. Revista del Centre d´Estudis d´Ulldecona, 28 (2012), pp. 7-13 y ROIG VIDAL, Joan, “El
bandolerisme e altres problemas socials a Ulldecona durant l´edat moderna”, Raïlls. Revista del Centre
d´Estudis d´Ulldecona, 27 (2011), pp. 66-73.
168 Hijo de Ximén Pérez Ruiz de Corella († 1601), VI conde de Cocentaina, y de Beatriz Mendoza († 1565).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
169 El día 27 de enero de 1611 vendió a Josep de Millsocós por 37.600 libras, los diezmos particulares que
todavía poseía en Subirats, y la casa-palacio.
170 Miquel de Montcada i Bou, barón de Vilamarxant, Virrey de Mallorca (1576-1578) y Virrey de Cerdeña
(1578-1584 y 1586-1590) y de Lluïsa Bou i Eixarc, baronesa de Callosa d’En Sarrià y Tàrbena.
171 SIMONSOHN, Shlomo, The Jews in Sicily, t. XVI (notaries of Trappani (end), Erice (Monte sant Giuliano),
Mazara, Termini, Imerece, Corleone and Sciacca). Martinus Nijhoff Publisher, Leiden, 2009, p. 10799.
172 NARVÁEZ i CASES, Carme, “El patronatge…”, p. 13 y MOLAS RIBALTA, Pere, “Dames del…”, p. 54.
173 Hija del caballero Joan Lull, armero mayor del reino de Sicilia, y de Isabel de Gualbes i Pastor. COLL
JULÀ, Núria, Nova identificació de l’escritor i poeta Romeu Llull in Miscelánea en honor de Josep Maria
Madurell i Marimon, Colegio notarial de Barcelona, Barcelona, 1977, pp. 245-289; y AURELL i CARDONA,
J, “Espai social i entorn físic del mercader barceloní”. Acta Medievalia, 13 (1992), pp. 253-273
174 Su hermana Joana Llull estaba casada con Pere Llull Tárrega. COLESANTI, Gemma Teresa, Una mujer
de negocios catalana en la Sicilia del s. XV: Caterina Llull i Sabastida. Estudio y edición de su libro maestro.
CSIC, Barcelona, 2008.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
175 Sabemos que tuvo buena relación económica con su suegra Caterina Llull. COLESANTI, Gemma T.,
“’Per la molt magnifica senyora e de mi cara jermana la senyora Catarina Çabastida en lo castell de la
Bruccola, en Sicilia’. Lettere di donne catalane del quattrocento”, pp. 483-498.
176 DEL TREPPO, Mario, I mercanti catalani e l’espansione della Corona d’Aragona nel secolo XV. Universidad
de Nápoles, Nápoles, 1972, p. 819.
177 Guillem de Santcliment († 1396) (hijo de Pere de Santcliment II) y de Constanza Desplá. Su ascendencia
y tierras estaban en Lérida. FERRER i MALLOL, Mª Teresa, “La població d´Alcarrás, Sarroca, Llardecans,
Flix I La Palma, dominis dels Sancliment, el 1386”, pp. 75-93. BATLLE i GALLART, C.; FERRER i MALLOL, M.
T.; MAÑÉ i MAS, M. C.; MUTGÉ i VIVES, J.; RIERA i VIADER, S.; y ROVIRA i SOLÁ, M, El “Llibre del Concell” de
la ciutad de Barcelona segle XIV: les elecions municipals. CSIC, Barcelona, 2007, pp. 447-448.
178 Al menos desde 1491 y correspondía al condado de Módica, en el reino de Sicilia, y de los vizcondados
de Cabrera y Bas, en Cataluña. PONS i GURI, Josep, “Les jurisdiccions dels vescomtats de Cabrera i de
Bas, l´any 1527”. Revista de dret històric català, 1 (2001), p. 161.
179 De este enlace nacería Guillem Ramon de Santcliment i de Centelles (mort a Praga el 1608), acompañó
a D. Luis de Requesens a la batalla de Lepanto, donde se distinguió, fue comendador de Moratalla, de
la orden de Santiago, y embajador en Flandes y Austria-Hungría.
180 SASTRE PORTELLA, Florencia, “Algunas notas sobre los conflictos internos de la isla de Menorca en la
primera mitad del siglo XVI”. Mayurqa, 22 (1989), pp. 588 y 590, nota 30.
181 Hija de Lluis Centelles i Escrivá (†1538), Barón de Centelles y de Torralbes, y de Toda Carrós.
182 STEPÁNEK, Pavel, “Guillem Ramon de Santcliment i de Centelles a Prag”. Revista de llibreria, 7 (1986),
pp. 24-27.
370
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
c.1) Caterina Requesens d´Hostalrich. Con tan sólo siete años en 1486 fue
emancipada y casaría con su primo hermano Joan de Santcliment d´Hos-
talrich, siendo padres de:
183 Hija del Andreu de Biure, I señor de sant Jordi Desvalls, doncel de Queixans, veguer de Camprodón,
Ossona y Barcelona, diputado del brazo militar de la Generalitat, consejero real y camarlengo del rey,
procurador del infante don Pedro de Aragón, embajador ante la corte del emperador Segismundo,
caballero de a espuela dorada (1423) y diputado en las cortes de Barcelona (1424) [hijo, a su vez, de
Arnau de Biure y de Vallvert, doncel de Queixans, oidor de cuentas del brzo militar de la Generalitat y
procurador de Castelló d´Ampurias y sobrino de Pedro de Biure de Vallvert, caballero de la orden de
san Juan, procurador de Amposta en las cortes de 1449. MORALES ROCA, Francisco José. Prelados,
abades mitrados, dignidades capitulares y caballeros militares habilitados por el brazo eclesiástico en las
cortes del principado de Cataluña. Dinastías Trastámara y de Austria. Siglos XV al XVI (1410-1599). Madrid:
Hidalguía, 1999, tomo I, pp. 108-109]. Y hermana de Pons de Biure, doncel de Gerona, quien asistió a
las cortes de Barcelona en 1448 [MORALES ROCA, Francisco José, Caballeros de…, p. 52], y al que here-
dó.
184 VIDAL, Josep Juan. «La projecció política catalana a Mallorca a època dels Àustries». Pedralbes, 18
(1998), p. 113. Fue abuelo de Frederic de Santcliment i Pujades (†1609) .
185 Biblioteca de Cataluña, fondo del marqués de Saudín, pergamino 230, notaría de Pere Bell-LLoch. Era
hijo de mossen Bernart Guerau de Boixadors i d´Urríes († 1515), señor de Savallá, Piles, Guialmons y
Rubió (Anoia) [hijo de Joan de Boixadors i de Palou († 1458), quien asistió a un combate en Ceuta en
1429 y pleitó su jurisdicción señoral con el convento de Santes Creus y con la comunidad de Santa Co-
loma de Queralt (1438-1454), y de su segunda esposa, Catalina de Urríes] y de Elisabet de Taganament.
LLOBET i PORTELLÁ, Josep M. «Algunes noticies documentals sobre Savallá del Comtat (1450-1466)».
Recull (Baixa Segarra), 11 (2009), pp. 15-30.
186 El 8 de agosto de 1508 el doncel Francesc Desvalls [hijo del caballero Francesc Desvalls y de Constan-
za] otorgó testamento en Barcelona a su favor. Cataleg dels…, vol. V, p. 100.
187 MORALES ROCA, Francisco José. Prócederes habilitados…, t. I, p. 159.
371
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
188 Hermano de Joan Cervelló i Centellas, caballero de Calatrava y Comendador de Villarrubia, Señor del
estado y villa de Casse (Lombardía) y I Barón de Oropesa, lugarteniente de Mallorca (1538-47), quien
falleció en 1551 en Nápoles, casado con Isabel March. De Felip Cervelló i Centellas, lugarteniente de
Mallorca (1538-47), que murió en Nápoles y de Lluis Cervelló i Centellas, abad de sant Cugat del Vallés.
Hijos ambos cuatro de Berenguer Arnau IV de Cervelló i Castro-Pinós († Nápoles, 1522), XIX Barón de
La Llacuna, VI Barcón de L´Arboç, Castre y Peralta, I vizconde d´Illa, y de Estefanía de Centellas i d´Urríes
(hija los I condes de Oliva) MIQUEL i LOPEZ, Júlia. «El Cervelló, barons de Querol-Montagut a l´etat mi-
tjana». Miceslanea Penedesença, 20 (1997), pp. 167-199 y, de la misma autora, «El llinatje dels Cervelló».
La Reclosa, 4 (2000), pp. 33-52; MORELLÓ BAGET, Jordi. Municipis sota la senyoria dels creditors de cen-
sals: la gestió de deute públic a la baronia de la Llacuna (segle XV). Barcelona: Fundació Noguera, 2008;
BANEGAS LÓPEZ, Ramón Agustín. L´aprovisionament de carn a Barcelona durant els segles XIV i XV. Tesis
doctoral inédita leída en la Universidad de Barcelona, 2004 y FERNÁNDEZ XESTA y VÁZQUEZ, Ernesto.
«”La genealogía de los Castro-Pinós, ricos hombres de Aragón”, del Barón de Valdeolivos». Anales de la
Real Academia Matritense, IX (2005-2006), p. 432.
189 Berenguer Arnau VI de Cervelló Castro i Boixadors († 1580), barón de la Laguna y vizconde de Illa,
baron de Castro y Peralta. Casó en 1558 Margarita de Alagón y Martínez de Luna (testó en 1575) [hija
de Arnau de Alagón y Espés († 1546), II conde de Sástago, señor de Sástago, de Calanda, de Pina de
Ebro y de Alcubierre, y de Marina Martínez de Luna y Lanuza (hija del I conde de Morata de Jalón)].
FERNÁNDEZ XESTA y VÁZQUEZ, Ernesto. «La genealogía…», p. 435.
190 Hija de Pere Lluís d’Erill-Orcau-Anglesola, Barón d’Erill, de Orcau y de la mitad de Anglesola, señor de
Figuerola y Espilis y de Joana de Cardona-Anglesola i Ballester († 1566), baronesa de Albi y Cervià.
191 Padres de Bernart Guerau Boixadors d´Erill, casado con Elisabet de Pacs i de Burgués, baronesa de
Vallmont; Dimas Boixadors d´Erill, gran prior en Cataluña (1562-1568) de la orden de san Juan; María
Boixadors d´Erill, mujer de Antoni Rocabertí i Pau-Bellera, barón de Pau [Francesc Rocabertí, señor de
Bellera, i Beatriz Juana de Pau, baronesa de Pau]; Elisabet Boixadors d´Erill; Elionor Boixadors d´Erill,
casada en 1558 con Francesc Dalmau Rocabertí i Sarriera, vizconde de Rocabertí, señor de Peralada y
de las baronías de Vilademuls y Navata [hijo Martín Onofre de Rocaberti i Rocaberti y de Violante de
Sarriera, baronesa de Montbui († 1567)], y Jeronima Boixadors d´Erill. NEGRE PASTELL, Pelayo, “El lina-
je…”, p. 148.
372
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
- Jaume Cardona i Rocabertí († 1568), barón de Sant Mori. Casó con Ma-
gina Segurioles.
192 Hijo del militar Pere de Rocabertí i d´Erill (1415-1490), Barón de Sant Mori y Barón de Maella, y de Cate-
rina d´Ortafá (1415-1495) [hija del caballero rosellonés Pere d´Ortafà i de Saportella († 1494), barón de
Hortafá, gobernador de Rosellón y Cerdaña (1494-1496)]. BASSEGODA i PINEDA, Enric, “Els senyor dels
castell de Sant Mori al segle XV”. AIEE, 38 (2005), pp. 139-157.
193 Según testamento fechado en Barcelona el 26 de febrero de 1556. Cataleg…, p. 333.
194 Hija de Pere de Queralt d´Icart, Baron de Queralt († 1606), I conde de Santa Coloma de Queralt, y de
Jerónima de Requesens i Joan de Soler. NEGRE PASTELL, Pelayo, “El linaje…”, p. 135.
195 Hijo de Pere de Queralt-Perellós († 1497), barón de Puigvert y Tous y castellano de Santa Coloma, y
Jerónima Requesens.
196 También conocido como Carles de Cruïlles i de Vilademany (por heredar los bienes de su madre). Era
hijo de Lluís d’Oms i de Corbera-Campllong († 1513), barón de Corbera y Villerac y señor de Volferic,
Millars, Sant Miquel de Llotes, Casa Fabre y Vilar de Cerdanya, vicegobernador de los condados de Per-
piñán y su castellano (1474), governador del Rossellón y Cerdaña (1493) y capitán general del ejército
del Rosellón, y de Violant de Cruïlles i de Vilademany, baronessa de Rupit, de Santa Coloma de Farners
y de Taradell, señora de Viladrau y de Fornells de la Selva, castellana Seva y del Brull y varvassora de
Vilademany. CUBARSÍ i DEULONDER, Jaume, “Aproximasió a un estudi sobre la propietá de la terra en
el terme de Santa Coloma de Farners (ss. XVI-XVIII)”. Cuaderns de la Selva, 4, pp. 35-51.
373
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Joan Sabastida i d´Hostalrich († 1524) -aludido en las primeras líneas- fue alcaide del pala-
cio real de Palermo y gobernador de los condados de Rosellón y Cerdaña (1512-1520),
recibiendo en 1513 obtuvo el privilegio de nobleza. Casó con Joanna Montbui Tagana-
ment († 1531), hermana de la baronesa de Montbui y miembro de la pequeña nobleza
del Vallés198. Ella aportó, en el carrer de Mercaders, la Casa Padellás, un palacio gótico
que reformó su esposo, dándole el aspecto de un bello palacio renacentista199. De este
enlace nacieron dos hijas:
374
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Guiomar d´Hostalrich (bisabuela del IV marqués de los Vélez), junto con el fundador
tuvo buenas relaciones con la Compañía, cabiendo resaltar su amistad con san Francisco
de Borja, como demuestra el tío de esta dama, Berenguer d´Oms, quien el 27 de Oc-
tubre 1538 escribió al santo jesuita “la señora doña Guiomar Gralla besa las manos a
V.S., y mi muger por mil vezes. Las otras señoras de Barcelona stan muy buenas, como
V.S, las dexó”204. No es descaminado este comportamiento con el plano privado de su
matrimonio, en donde tuvo enormes discusiones con su marido motivadas por el matri-
monio de su hija mayor, a quien apoyó en su deseo de no casarse con el pretendiente
que exigía su esposo. Tanto es así que, motivado por la aceptación de su segunda hija de
casar finalmente con el entonces conde de Aytona, provocaría el que Guiomar dejase
a su marido. Viviría en Casa Padellàs (a veces denominada Casa Clariana-Padellàs), un
magnífico palacio gótico en Barcelona, que había recibido por herencia de su madre205.
201 FÜLÖP-MILLER, René. Power and Secret of the Jesuits. New York: Garden City Publishing , 1930, p. 50 y
Hendrix, Scott H. y KARANT-NUNN, Susan C.. Masculinity in the Reformation Era. Kirksville Truman State
Univ Press, 2008, pp. 62 y 64.
202 BENITEZ i RIERA, Josep M, Jesüits catalunya: fets figures. L´Abadia de Montserrat, Barcelona, 1996, p. 30.
203 GARCÍA S.I., Francisco, Vida, virtudes y milagros de san Ignacio, fundador de la compañía de Jesús. Juan
García Infanzón, Madrid, 1685, p. 103.
204 KENISTON, Hayward, Francisco de los Cobos, secretary of the emperador Charles V.: University of Pitts-
burgh Press, Pittsburgh, p. 202. Oms estaba casado con Isabel de Montbui, baronesa de Montbui i
Taganament.
205 Con motivo de la apertura de la Via Laietana, en 1931 se desmontó y reconstruyó en la Plaça del Rei,
en el Barrio gótico de la ciudad Barcelona. Desde 1943 es la sede del Museo de Historia de Barcelona.
UDINA MARTORELL, Frederic, “Orígenes de la Casa Padellás, sede central del museo y sucesivos posse-
ïdores”. Cuadernos de Arqueología e Historia de la Ciudad, 1 (1960), pp. 107-133.
375
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
CONCLUSIONES
La alianza de los Fajardo con los Requesens permitió al III marqués de los Vélez acceder
a la Corte e incrementar su patrimonio en bienes y territorios. En este último aspecto
el incremento señorial en Cataluña convirtió al linaje de las Tres Ortigas en destacados
oligarcas el principado, no sólo por en el dominio espacial sino por una red familiar con
los linajes catalanes más señeros. La alianza en segundas nupcias de la III marquesa de
los Vélez con el conde-duque de Benavente favoreció una nueva política matrimonial de
los Fajardo con los Pimentel, uno de los principales linajes de la península. Gracias a esta
doble posición de relaciones, el futuro de los marqueses de los Vélez, con una posición
destacada en Cataluña e inmejorables relaciones con la aristocracia, constituirán finas
redes que dimensionarán a los Fajardo a un nivel extraordinario. Todo ello fue posible
por el matrimonio de Mencía Requesens y Gralla y la herencia -material y humana- que
dejó a la casa marquesal.
376
LA CONSTRUCCIÓN DE LAS
IGLESIAS DE VÉLEZ BLANCO
Y EL TRASLADO DE LOS
SUPUESTOS RESTOS MORTALES
DEL PRIMER Y SEGUNDO
MARQUÉS DE LOS VÉLEZ
DIETMAR ROTH
Doctor en Historia
377
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En una carta sin fechar, pero seguramente escrita después de la sentencia de 1540, el pri-
mer marqués declaró que se acordaba muy bien que se habían realizado los bautismos
forzosos a finales de 1499 en Almería, Baza, Granada, Guadix, Málaga, Purchena, Ronda
y en todas las otras donde quedaron moros algunos después de ganados y poblados de cristia-
nos, que todas estas digo, los moros que en ellas vivían en los cascos de las mismas ciudades
se bautizaron luego tras los de Granada. En manera que bautizándose Granada en los últimos
días de año de 1499, estas otras ciudades que dije ni la que más tarde se bautizó no pasó del
mes de enero del año siguiente de quinientos. Todos los otros moros de lugares de Rey, que
son cabeza de jurisdicción y de lugares de señores, no se bautizaron desde ha más de año y
medio, y aún algunos ha más de dos años, que fue Vélez el Blanco y otros. De estos nunca
se bautizaron que por no hacerlo, se rebelaron y después por pacto que con ellos hizieron,
los dejaron ir allende”. El marqués aportaba la razón por este desfase en los bautismos: en
las ciudades vivían tres veces más cristianos que musulmanes, aparte de llevar los cristianos
armas y los moriscos no, “y porque todo esto faltaba en los otros lugares así realengos como
señoríos, se pararon a pensar qué orden se tendría en convertirlos, y en ello pasó más del
año y medio 2.
1 El texto correspondiente a Vélez Blanco, conservado en el Archivo General de Simancas [AGS], Merce-
des y privilegios, leg. 32, fol. 19, se publicó íntegramente en MARTÍNEZ LÓPEZ, Cándida, Vélez Blanco,
nazarita y castellana, Vélez Blanco, 1988, pp. 61 – 63; el de Vélez Rubio en GRIMA CERVANTES, Juan, “Las
capitulaciones pactadas en 1488 y en 1501 entre los Reyes Católicos y los mudéjares de Vélez Blanco y
Vélez Rubio”, Revista Velezana, 6 (1987), pp. 75–85, aquí: pp. 83 – 84.
2 Archivo Ducal de Medina Sidonia [ADMS], R. IV, leg. 477, c. 8.
378
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La antigua iglesia (mezquita) de Vélez Blanco tenía que ser demolida y construida de
nuevo en el mismo lugar donde se hallaba, de acuerdo con las siguientes características
3 Véase para Vélez Rubio TAPIA GARRIDO, José Ángel, “Primera iglesia y primeros cristianos de Vélez
Rubio”, Revista Velezana, 3, (1984), pp. 35 – 54.
4 AGS, Cámara-Pueblos, leg. 30; en PÉREZ BOYERO, Enrique, “La construcción de las iglesias en el mar-
quesado de los Vélez”, Actas VI Simposio Internacional de Mudejarismo, Teruel, 16 al 18 de septiembre
de 1993, Teruel, 1995, pp. 811 – 831.
379
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En un principio la repoblación iniciada por el primer marqués de los Vélez en 1512 atrajo
a tantos cristianos viejos que pronto se veía la necesidad de afrontar la obra de una nueva
iglesia de mayores dimensiones, la actual de Santiago8. En un informe de finales de siglo
XVIII se hace referencia a una carta del emperador Carlos V de 15 de abril de 1524 al
duque de Sesa, embajador ante la Santa Sede, adjuntando otra carta para el Papa
en la que pedia concediese la correspondiente bula a fabor del marques de los Velez para
que pudiese edificar de nuevo en su villa de Belez Blanco una yglesia grande porque la
que habia dice que no bastaba por pequeña para los vecinos de dicha villa, pero encar-
gandole que viniese la bula con la condicion de que la presentacion de los beneficios que
hubiese de haber en ella habia de quedar reservada a su magestad9.
5 GARCÍA GRANADOS, Juan Antonio, “La iglesia parroquial de Guadahortuna”, Cuadernos de Arte, de la
Universidad de Granada, 16 (1984), pp. 119 – 156, aquí: p. 122.
6 Evidentemente, las medidas son referencias bíblicas, como la edad de Jesucristo (33).
7 Citado en: PÉREZ BOYERO, Enrique., “La construcción...”, p. 813.
8 ADMS, leg. 2078 y 1655, en FRANCO SILVA, Alfonso, El marquesado de los Vélez, Murcia, 1995, p. 99,
ROTH, Dietmar, Vélez Blanco en el siglo XVI. De la época mudéjar a la sociedad de la repoblación, Almería/
Vélez Rubio, 2008, pp. 28 - 35.
9 Era parte de una relación, fechada en Madrid el 29 de agosto de 1798, de 38 documentos que el archi-
vo le pasó al asesor don Juan Manuel Vélez de la Cueva para seguir el pleito con el obispo de Almería
sobre los diezmos (ADMS, leg. 5557).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Esta información coincide con el hecho comprobado de que la repoblación, iniciada por
don Pedro Fajardo en 1512, sufrió un parón a partir de 1526, teniendo que publicarse
otra vez las libertades y franquezas para atraer a los pobladores. No obstante, el mojaca-
reño de origen navarro Hernando de Belmonte afirmó que, en la época del condestable
de Navarra, las villas de Cuevas, Vélez Blanco y Vélez Rubio “estaban bien pobladas de
vecindad y la mayor parte de los vecinos eran cristianos nuevos nuevamente convertidos
[…] y todos labradores y que tenían ganado y otras cosas de diezmos”.
Aparte de la capilla en la planta baja de la torre, decorada con los escudos de la familia
Faura, alcaides de los Vélez, en la iglesia de la Magdalena existió un altar en honor a
San Roque, santo protector contra la peste bubónica, lo que se puede relacionar con
la terrible epidemia que asoló estas tierras entre 1508-1509. Durante muchas décadas,
la iglesia de la Magdalena fue lugar de enterramiento para los cristianos viejos de Vélez
Blanco. Sobre su decoración hay pocos datos, pero uno especialmente interesante: en
1620, el mayordomo Juan López Bollo tenían en su poder dinero y ornamentos “de la
limosna que se a recogido de la hechura de un Christo crucificado antiguo que estaba
en la iglesia de la Magdalena y ahora esté en la iglesia de Señor Santiago de esta villa, en
la capilla del señor obispo”10.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sobre el lamentable estado de esta iglesia en 1585, el maestro de albañil Diego Martínez
señaló que la iglesia de la Encarnación, donde estaba el Santísimo Sacramento,
esta a gran peligro porque la pared que cae de la parte de la torre que es el lienço largo
de la yglesia del pulpito adelante y desde la capilla de San Sebastian questa en medio de
la yglesia hasta el altar mayor esta sin estribos y soleras bencido todo que no es de prove-
cho y los tirantes estan gastados y podridos y salidos de su lugar porque no tienen fuerça
nynguna y los pares desenlazados porque no tienen donde estribar y hendidos algunas y
todo a hecho sentimyento para aquella parte, esta como tiene dicho a gran peligro; y el
otro lienço de la otra parte hazia el poniente con la fuerça que que en el carga porque le
falta la ligadura y estribos a benydo a hazer sentimyento por el medio della como toda
el armadura carga sobrella y de cada dia a de yr a menos hasta caerse y que la yglesia se
lluebe toda por aberse mobido toda la madera della y que un lienço por donde suben al
coro esta caydo y abierta la yglesia con gran peligro de los que suben y abajan al coro.
Para las reparaciones necesarias del edificio, en 1629 el concejo de la villa autorizó su-
bastar “el agua que llaman del conçejo que se bendio por orden del conçejo y veçinos
para ayuda a la obra de la Madalena”12. Estas obras habían sido promovidas por Juan
Rodríguez Lozano, quien destinó importantes recursos financieros a esta finalidad. En
1642, junto a las campanas de la iglesia de Santiago, el vicario Alonso de Villena en-
cargó a Juan Felipe de Rivas y a Mateo de Fuencueva, vecinos de Córdoba y “maestros
de hacer campanas”, una campana pequeña con sus accesorios para la campana de la
Magdalena13.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
de 1650, los que se habían hecho fuertes en la Morería y que fueron derrotados por las
milicias que envió la marquesa de los Vélez, la cual se había refugiado en Baza. Uno de
los personajes más influyentes de Vélez Blanco en el siglo XVII, el licenciado Leonardo
Rodríguez Navarro, instituyó en su testamento una procesión el día de la Magdalena
y habiendo otra persona que haga la dicha fiesta, se transfiera esta memoria al jueves del
domingo de pasión, o a la fiesta antes o después de él más cercano, para que con dichos
seis ducados se predique de la conversión de dicha Santa María Magdalena, con procesión
y misa solamente, y por cuanto en dicha ermita están fundadas las misas de los domingos
y no de las fiestas de guardar de entre año, quiero se junten veinte ducados, de cuatro-
cientos de principal puestos a censo, para que se junten con los dichos domingos y se diga
misa en ellos y dichas fiestas perpetuamente15.
En el siglo XVIII servía la ermita como lugar de enterramiento para los pobres fallecidos
en el hospital real. Durante la visita de 17 de octubre de 1722, el obispo, a la vista de
las imágenes que adornaban determinadas capillas de la iglesia de Santiago mandó que
“algunas imágenes indecentes y que mueven a irrisión como es una de la Magdalena y
otra de Nuestra Señora. con Jesús en los brazos” se llevaran a las ermitas de San Lázaro
y la Magdalena, porque no había en ellas imagen alguna. Aunque en la visita de 1798 se
examinan las ermitas de la población y parecen hallarse reparadas, “con aseo y limpie-
za”; poco después, en 1817, se concede licencia al cura de la localidad para que pueda
trasladar a la iglesia de Santiago, la campana de la torre de la Magdalena, “hasta tanto
que ésta se reedifique”16.
Según informa Juan Sánchez García, administrador de la casa marquesal, hacia 1815 va-
rios vecinos obtuvieron licencia de Francisco de Borja de Toledo Gonzaga, XII marqués
de los Vélez, para la reedificación de la misma y una contribución de 2.200 reales,
con la circunstancia de que la suma no les fuese entregada, como consta de dos órdenes
que me dirigió en 7 de marzo de dicho año, y 2 de abril de 1819, hasta tanto que la ermita
estuviese de todo punto reparada y se celebrase el santo sacrificio de la misa, sin duda para
precaver se le diese distinta inversión a la cantidad como hubiera sucedido, porque la obra
fue abandonada antes de que se reuniesen las primeras materias.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Camacho, y otros utilizados para el cementerio17. Los documentos de 1834 son revela-
dores de esta ruinosa situación:
Este sagrado edificio, cuya antigüedad será mayor que la población, se halla cuasi con-
tiguo al castillo, construido en aquellos tiempos por los ilustres progenitores de Vuestra
Excelencia, y la incuria le hizo perder su techumbre, de donde se siguió la desaparición de
maderas, hierro y cuanto podía tener algún valor; por manera que en el día las paredes
donde se descubren cuatro escudos con las armas gravadas en mármol, ya desplomadas,
cercan aquel sitio que antes fue destinado al culto divino y hoy sirve de lugar inmundo a
los habitantes de la Morería, barrio que ocupa la parte superior de la población y la inferior
respecto del Castillo, al sol saliente18.
17 “y siendo necesario construir en el Campo Santo un cubertizo para que los Ministros de la Parroquia
que acompañan a los cadáveres á su sepelio estén guarecidos en el tiempo que allí permanezcan de
la inclemencia de los aguaceros, huracanes tan frecuentes en este país, no habiendo fondo alguno de
qué echar mano para dicha obra, le pareció que con el auxilio de algunos materiales que había reser-
vado de la dicha destruida o arruinada iglesia podría costearse, ayudando para ello con algunas limos-
nas de las Ánimas, considerándolo como una obra piadosa que excitaría la religiosidad de los fieles a
contribuir con mayor amplitud que hasta entonces a favor de los fieles difuntos”. El 5 de noviembre
de 1825 el maestro de carpintero Juan García López certificó “que habiendo tasado varias piezas de
madera de la arruinada iglesia de Santa María Magdalena para el Campo Santo de esta dicha villa, las
justiprecié en la forma siguiente: diez y seis tablas a dos reales y medio cada una su importe cuarenta
reales; una fileta treinta reales; una vigueta vendida a D. Pedro de Robles Gallego ochenta reales; una
puerta vendida a Ignacio Padilla Martínez tasada igualmente por D. Diego de Robles Serrano cuarenta
reales; dos peonadas en colocar y clavar la madera en dicho Campo Santo doce reales, y de clavos seis
reales, y trece cuartones a siete reales cada uno, noventa y un reales cuyas partidas reducidas a una
suma importan todas doscientos noventa y nueve reales vellon” (APVB, XII-18, Censos de la Cofradía de
las Benditas Animas de la Yglesia Parroquial de la Villa de Velez Blanco. Año 1810, fol. 93 r/vto).
18 ADMS, leg. 5761.
19 MADOZ, Pascual, Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar,
Madrid, 1845 – 1850, edición monográfica sobre las poblaciones de la provincia de Almería a cargo de
Domingo Sánchez Zurro, Valladolid, 1988, p. 184.
20 Acuerdos del consejo de Gobierno por los que se da por enterado de las órdenes de la consejería de
Cultura sobre la declaración de las obras de emergencia imprescindibles a realizar en los siguientes
monumentos: iglesia de Santa María Magdalena de Vélez Blanco (Almería), ... (http://www.juntadean-
dalucia.es/consejo/cg070999.htm; consultado: 15-VI-2016).
21 Un intento discutible de reconstrucción virtual de la iglesia de la Magdalena fue realizado por encar-
go de la Red Patrimonia: https://www.youtube.com/watch?v=Bhlo12JKN_0 (consultado: 27 de enero
de 2016).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Según el beneficiado Vitoria, el obispo de Almería don Diego de Villalán, junto con el
marqués de los Vélez, señalaron
“el sytio de la yglesia de Señor Santiago que dezia que se avia de fazer en el arrabal de la
dicha villa […] e porque este testigo vido al dicho obispo e marques señalar el dicho sytio
e porque este testigo vido al dicho marques puso la primera piedra en ella con ayuda de
ofiçiales”. Según el bachiller Vitoria, cuando el obispo y el marqués se encontraron en Vé-
lez Blanco, escuchó decir al marqués a su hermano don Gonzalo Chacón en presencia del
obispo “quel avia de fazer una capilla muy buena en la yglesia de Santiago que se avia de
fazer e que la avia de fazer como la capilla de Murçia e el dicho don Gonçalo le respondio
‘Bien hara vra. Señorya pues este lugar es cabeçon de marquesado”. Vitoria vio después
que la iglesia de Santiago “esta fecha de syete u ocho tapias en alto e arcos de cal e canto
e esta puesta de dar buelta los arcos”23.
El motivo para la construcción de una nueva iglesia a sólo once años de haberse
terminado la obra de la iglesia de la Magdalena lo aduce otro testigo, quien afirmaba
que la villa de Vélez Blanco
a cresçido en vezindad de cristianos viejos en el arrabal a causa quel dicho marques a dado
e da a los bezinos que a la dicha villa. Se an venydo e vienen a poblar muchas franquezas
e que los a hecho e haze livres de alcavala e de todos pechos e les a dado tierras de labor
para pan e les a pagado la mytad de la costa de la fechura de las casas que cada vezino
a fecho; todo es syn ynterese alguno e de esta causa a cresçido la vezindad de cristianos
viejos como a cresçido en numero de çient vezinos. Ha visto este testigo la renta de la
dicha yglesia a cresçido ansy mysmo.
22 Era parte de una relación, fechada en Madrid el 29 de agosto de 1798, de 38 documentos que el archi-
vo le pasó al asesor don Juan Manuel Vélez de la Cueva para seguir el pleito con el obispo de Almería
sobre los diezmos. Aparte de las bulas papales de erección del obispado y concesión de los novenos
y sus modificaciones también se nombran una real cédula de 11 de abril de 1576 dirigida al obispo
de Almería para que asistiera al marqués con los dos y seis partes de cristianos viejos y moriscos, un
testimonio de la Real Chancillería de Granada sobre los pleitos entre el obispo y el marqués (1588), la
concordia entre el obispo y el marqués de 6 de octubre de 1605 y otra concordia de 2 de septiembre
de 1643 (ADMS. leg. 5557).
23 ARChGr, caja 14536-9 A.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
donde se puede ensanchar la dicha yglesia ni alargar”. Según el mismo testigo, el vicario
Antonio Gutiérrez, como mayordomo de la obra24, mandó a maestros y oficiales abrir y
hacer los cimientos de la iglesia de Santiago en el arrabal “e la començo a labrar y edificar”.
Otro testigo añadió otro detalle: “vido al dicho obispo que estuvo presente juntamente
con el dicho marques de Velez y otra mucha gente e fizieron la traça de la dicha yglesia
que se abia de fazer en el arrabal de la dicha villa25.
El mismo testigo detallaba que el vicario, los beneficiados y vecinos de Vélez Blanco
habían comentado que el marqués y el obispo habían concertado que el obispo hiciera
el cuerpo de la iglesia financiando todo con las rentas de las tercias de la fábrica de la
iglesia, y que la capilla principal, valorada en 200.000 maravedís, la costeara el marqués.
El carpintero portugués Juan de Évora precisó que “ansy mysmo oyo dezir a Juan de
Lezcano, maestro de cantería, que el dicho marques avia de fazer una capylla en la di-
cha yglesia y que queria gastar muchos dineros en ella”. Según Évora se había acordado
gastar 200.000 maravedís en materiales de arena y piedra con la particularidad de que
en Vélez Blanco valían la mitad que en otras partes porque había
mucha abundançia de los dichos materiales e tanto que vale un cahiz de cal que son qua-
tro hanegas quynze mrs. y medio real puesta al pie de la obra e estan tan çerca de la dicha
villa las caleras que pueden en un dia hazer syete u ocho camynos de algunas partes e de
otras quatro o çinco de las que mas lejos estan e las canteras por el consyguyente estan
tan çerca de la dicha villa que se trae la carretada doze mrs. la una menos e con bestias a
dos mrs. la carga. El millar de tejas valía 500 maravedís. Aparte de los materiales baratos,
“valen los peones barato a quynze maravedis un onbre con un azemila treynta marave-
dis cada dia e con un asno veyte e çinco mrs. porque aunque la dicha yglesia del Señor
Santiago se començo a fazer avia pocos vezinos cristianos viejos en la dicha villa, despues
de saberse las franquezas e honrras que el dicho marques les fazia venian cada dia mas.
Según el beneficiado Vitoria “el dicho vicario vido este testigo que pagava cada noche
a los ofiçiales que en ella travajavan de la renta de la yglesia como mayordomo que a
la sazon hera el dicho vicario”26. Otro testigo llamado maestro Simón añadía que los
materiales en Vélez Blanco eran muy baratos por haberlos en abundancia y “porque las
canteras donde se trae la piedra franca muy buena estan obra de media legua de la dicha
villa […] e las otras canteras de piedra tosca estan junto con las casas de la dicha villa e
las caleras e el arena ansy mysmo estan muy çerca de la dicha villa”.
24 Después de Antonio Gutiérrez continuaron las obras como mayordomos “un Albayar”, el beneficiado
Zamora y Bartolomé Quesada. Cuando venían visitadores a la obra por orden del obispo, entonces les
pagaban a cuenta de los mayordomos. El testigo había escuchado de los mayordomos que el obispo
y los visitadores les daban finiquito del gasto”.
25 ARChGr, caja 14536-9 A.
26 ARChGr, caja 14536-9 A.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El maestro de la obra fue el guipuzcoano Juan de Lezcano (61 años), quien declaró que
conocía al marqués de los Vélez desde hace 22 años, y al obispo de Almería, 17 años.
Precisamente desde hacía unos 22 años. Lezcano “anda e ha continuado andar por el
dicho marquesado de Velez e reyno de Granada trabajando en su ofiçio de maestro
de hazer yglesias”27. Lezcano declaró que hacía unos quince años, estando el obispo y
el marqués “juntos en la fortaleza de la dicha villa de Velez”, don Pedro Fajardo dijo al
obispo ‘Señor, aquy hemos de fazer una yglesia muy rica y paresçiame que en la çanja e
sytio questa señalado para ella ques pequeño […] e yo encargare una capilla e ayudare
bien para ello”, a lo que el obispo de Almería contestara “bien sera que se faga porque el
pueblo es bueno y creçera e multiplicara la vezindad del”. Según Lezcano, el mayordo-
mo Antonio Gutiérrez le dijo al obispo “Pierda cuydado vra. Señorya que asy se hara”.
Lezcano en los dos años siguientes “dio buena pyeza a fazer la dicha yglesia e le pagava
y le pagaron los dichos mayordomos de la dicha yglesia de la renta della su trabajo e a
los ofiçiales e peones que andaban en la dicha obra”28.
Lezcano pagaba así el cahiz de cal a 19 o 20 mrs. puesto a pie de obra, el cual normal-
mente costaría 24 mrs. Lezcano vio además “quel dicho marques mandó que toda la
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
madera que fuese menester para la lavor de la dicha yglesia que la trujesen e cortasen
de sus pinares vedados”29. Lezcano mandó cortar 26 pinos en un día.
Según Lezcano, hacía siete años y por orden del obispo de Almería, cesó y finalizó esta
obra “y queste testigo tiene fecha la dicha yglesia de Santiago en altura todos los pilares
e paredes sobre que han de cargar los arcos, los pilares con sus capiteles e los dichos
capiteles estan sentados”. Lezcano había visto y sabía que, el primer año que cesó la obra
de la iglesia, pagados los beneficiados, sacristanes y acólitos de la renta de la iglesia de
Vélez Blanco, que les pagan 100.000 mrs., sobran de un año para el otro 150.000 mrs.
“antes mas que menos”.
Morcel había tratado con su ganado en Cuevas, Vélez Blanco y Vélez Rubio, acordán-
dose que, en 1501, las tres villas eran del condestable de Navarra y las tercias de los
diezmos de los cristianos nuevos valían
mucha suma e cantidad de mrs. de ganado e trigo e cevada al dicho condestable porque
al dicho tiempo e sazon vido este testigo que las dichas tres villas estavan bien pobladas
de vezinos e avia muchos ganados e se cogio el dicho año mucho pan e asy mysmo vido
este testigo que la mayor parte de los vezinos e moradores de las dichas tres villas heran
moryscos nuevamente convertydos e la otra terçia parte de los dichos diezmos vio este
testigo que los dichos vezinos la pagavan a la yglesia de cada una de las dichas villas30.
Después de haber tenido los Reyes Católicos durante tres años (1501-03) las tres villas,
era público y notorio entre los vecinos que los Reyes Católicos “avian dado en trueque
al dicho don Pedro Fajardo marques de Velez que al presente es, las dichas tres villas
de Velez el blanco e Velez el ruvio e las Cuevas e Portilla por la çibdad de Cartagena”.
Morcel había visto cómo el marqués tomó posesión de las tres villas. Los arrendadores
y cogedores de las rentas recogieron los diezmos “çerca de Navidad quando el dicho
marques de Velez tomo la posesyon de las dichas villas”31.
389
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En el pleito sobre los bienes del primer marqués de los bienes se recogía el dato que, en
1546, había “una obra quel dicho marques enpeço a hazer en la Corredera desta villa
con toda la piedra questa junto a ella labrada e por labrar para acavar la dicha obra”; es
decir, la iglesia estaba sin acabar, aunque en 1558 el obispo don Antonio Corrionero
consagrara el nuevo templo34. No obstante la consagración, la iglesia de Santiago no se
terminaría hasta casi el estallido de la rebelión morisca35, dado que nos consta la apor-
tación de la madera para el tejado durante 1566, precisando las escrituras que “la dicha
madera hesta hen la Unbria de la Sierra Maria termino desta villa”36. Todavía a finales de
1568, los hermanos Juan y Pedro Francés, madereros, se obligaron a entregarle a Juan-
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cho de Lizarán, mayordomo de la obra, 400 ripias de marca, 150 cuatrones de 18 pies
de largo y 10 jácenas al marco que les diera el carpintero Francisco Martínez37.
Pero el conflicto sobre la terminación de la iglesia de Santiago siguió y llegó a una nueva
calidad con el enfrentamiento entre Alonso Rodríguez, hijo natural del primer marqués
y el vecino más acaudalado de Mula y Vélez Blanco, con su hermanastro, el segundo
marqués don Luis Fajardo, habiendo sido Alonso el mayordomo de las obras de la iglesia
de Santiago. Este conflicto se enmarca en el contexto de los pleitos que, desde 1546,
llevaba el marqués con los vecinos de la villa sobre la usurpación de derechos por parte
del señor territorial y, después de llegar a un acuerdo forzado de la comunidad morisca
con don Luis Fajardo, desembocaron en una rebelión de los vecinos cristianoviejos en
mayo de 156838.
Según denunciaba Merino, se había enviado al juez ejecutor para obligar a los fiadores
del marqués para la construcción de las iglesias del marquesado, como lo era Alonso
Rodríguez, a edificar la iglesia de Vélez Blanco, “que despues de la dicha fianza Alonso
Rodriguez vino en desgracia del dicho marques y trae pleytos con el dicho marques por
hazer mal al dicho Alonso Rodriguez[...] le tomava y malvendia todos sus bienes y avia
echado en la calle a la muger e hijos del”. Alonso Rodríguez se había refugiado en la
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
propia iglesia de Santiago, donde “estava retraydo por miedo del dicho marques por los
pleytos que con el trata”. Cuando el juez quiso acceder a la iglesia para hacer embargar
los bienes que Alonso Rodríguez se había llevado a la iglesia, “el dicho vicario defendia
la yglesia con censuras” y un clérigo fue a la sacristía de la iglesia trayendo consigo un
montante echándose encima del juez y el vicario desafió al alguacil “con grande alboroto
y escandalo [...] para echarlo fuera de la yglesia diziendo a grandes vozes “Fuera, fuera de
la yglesia”quitándole una espada”. El juez embargó y subastó ropa, bienes muebles, vino,
cebada, una casa y tienda en Vélez Blanco y una labor en Lorca al sexto de su valor,
según Rodríguez. Aunque a petición de Rodríguez, el juez había encarcelado al morisco
Hernando Moratali, alcalde de de Albox, y a Diego Teruel, alcaide de Cuevas, dos de
los 18 fiadores. El juez le dejó 20 días encarcelado y fue suelto por orden del marqués
y su alcalde mayor el 16 de agosto. Rodríguez pide que se encarcele otra vez a Moratali
hasta que pagara40.
Después del levantamiento y la expulsión de los moriscos del reino de Granada, en ple-
no proceso de la polémica repoblación con cristianos viejos41 y recién fallecido el segun-
do marqués, en 1575 Alonso Rodríguez fue nombrado alcalde ordinario de Vélez Blan-
co, pero seguía “obligado a pagar quanto fuere menester para acabar la dicha yglesia”.
Inmediatamente procedió contra Alonso Palomar, depositario del dinero que se había
que gastar en la obra de la iglesia, para embargar sus bienes. El alcalde mayor nombró
por nuevo depositario a Pedro de Aguino “por ser muy abonado”, aunque también se
embargó la casa que Alonso Rodríguez tenía junto a las casas capitulares.
Continuando este conflicto con la casa marquesal, el obispo de Almería mandó em-
bargar también rentas correspondientes al IV marqués de los Vélez don Luis Fajardo y
Requesens, rechazando la parte del IV marqués el derecho a estos embargos por ser, por
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
un lado, el pleito fue con su abuelo, el cual había dejado como sucesor a don Pedro Fa-
jardo, III marqués, mayordomo mayor de la reina y padre de don Luis Fajardo y Reque-
sens, quien había repudiado la herencia, por cuya razón el IV marqués no era heredero
de su abuelo42. Parecida fue la respuesta de don Diego Fajardo, rechazando también la
sentencia por la cual el tercer y el cuarto marqués fueron condenados a obrar la iglesia
de Santiago de Vélez Blanco y las de Portilla, Partaloba, Albanchez, Benitagla y Arboleas.
“Se acabaron dentro del termyno que se mandaron edificar”. Según don Diego Fajardo,
el segundo marqués había acabado la iglesia de Santiago
en toda su perfiçion en tal manera que aunque el dicho marques don Luys Fajardo, ya
difunto, cumplia con hazer una yglesia llana por ser como era comendador de Caravaca
ques de la horden de Santiago y por ser su deboto, quiso labrar de canteria y tapias reales
y gasto en ella mas de treynta mil ducados, pudiendola hazer con menos de myll.
El hermano del III marqués negaba que el obispo pudiera pretender que se hiciera una
sacristía porque “se hizo la torre por la canpana muy grande y muy fuerte y en lo bajo
della esta la sacristia de muncha anchura”, ni tampoco que se enlosara el suelo porque
“las yglesias se abren cada dia para sepoltar”, por lo cual el suelo corría a cargo del
obispo. La iglesia estaba acabada “no tiniendo el dicho marques obligaçion hazer coro
porque en todas las yglesias deste obispado se haze coro atravesando”. Además, presen-
taba testimonios que testificaban que la iglesia de Santiago se terminó a costa de Alonso
Rodríguez, vecino de Mula, como fiador del II marqués43.
42 ARChGr,caja 14536-9 A.
43 ARChGr, caja 14536-9 A. Sobre don Diego Fajardo y la herencia, véase: ALCAÍNA FERNÁNDEZ, Pelayo,
“Un sueño frustrado: el mayorazgo velezano de los hijos de Luis Fajardo, siglos XVI-XVII”, Revista Vele-
zana, 23 (2004), pp. 61 – 80.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Faltaba enlosar o enladrillar porque la iglesia estaba “con su tierra”. El escribano había
visto desde lo alto que la iglesia tenía dos altares donde se decía misa, el mayor con
acceso de gradas bajo la advocación de Santiago
con su figura de bulto, un caballo blanco e dorado e de pinçel y bulto las demas figuras
del dicho retablo y altar adornado y adereçado y otro altar a la parte de la epistola abaxo
donde tanbien se dize misa y en ella esta una ymagen de Nuestra señora de la Encarnaçion
vestida y un retablo de pinzel en la una parte esta pintado el mysterio de la encarnaçion y
en la otra parte el Señor Santiago y este altar bajo no tiene peana sino de madera44.
Finalmente, en junio de 1590 Jerónimo de Urreta, “bizcayno, natural del lugar de Albi-
ztur aldea de la villa de Tolosa”, que trabajara también en la iglesia de San Patricio de
Lorca y llegando a ser alcalde de Vélez Rubio, fue contratado por el gobernador de los
estados del marqués, el licenciado Domingo de Zabala, para realizar una serie de obras
en la iglesia por un importe de 230 ducados, consistentes en:
- Lo primero a de hacer en lo alto de la torre de la dicha iglesia un antepecho de piedra
labrada como la demás piedra de la dicha torre en cuadra alrededor de la dicha torre de
una vara de alto.
- Yten las cuatro ventanas de la dicha torre donde han de estar las campanas se han de
hacer de piedra labrada y hacer un antepecho en ella hasta la cinta conforme a la demás
obra de la dicha torre y ha de estar una tercia en lo grueso de las paredes.
- Yten en la segunda mesa de la escalera de la dicha torre ha de abrir una ventana como
las demás para dar luz a la escalera y a de llevar la haz de afuera labrada de piedra como
las demás.
- Yten ha de cerrar las ventanas que están abiertas en las paredes de la dicha iglesia las
que le ordenare el alcalde mayor de este marquesado y poner los encerados que fueren
necesarios a elección del dicho alcalde mayor y se le han de dar los dichos encerados
hechos y las alcayatas para asentarlos.
- Yten a de hacer la primera mesa de la escalera que sube al altar mayor de la dicha iglesia
toda de piedra franca.
- Yten a de asentar encima de la puerta de la dicha iglesia el Santiago de piedra que está
junto a la puerta de la casa de Miguel Rodríguez en la Corredera de esta villa y se ha de
asentar en la concavidad que en la dicha puerta queda de obra tosca para este efecto
y los vacíos que quedaren después de asentado los ha de acompañar de piedra franca
labrada.
395
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
- Yten en la puerta mayor de la dicha iglesia que sale a la dicha Corredera la ha de hacer
un puente y alcantarilla y echar el rastrojo de la acequia que va por bajo de ella
un pretil de piedra labrada de altura que conviniere a declaración del dicho al-
calde mayor para que de allí a la puerta de la dicha iglesia haga mesa y esta mesa
se ha de hacer de piedra franca labrada45.
45 AHPA, prot. 2939. Sobre Jerónimo de Urreta, véase: ZAPATA ARNAO, Manuel, “Jeróniomo de Urreta, un
velezano de origen vasco”, Revista Velezana, 32 (2014), pp. 54 – 61.
46 El día 3 de octubre, el mozo de la capilla Andrés López, enseñó a la comisión del inventario post mor-
tem del primer marqués los bienes custodiados en la capilla de don Pedro Fajardo. Para el inventario
detallado, véase ROTH, Dietmar, “Las propiedades del marqués y Vélez Blanco a mediados del s. XVI”,
en LENTISCO PUCHE, José Domingo, El castillo de Vélez Blanco, 1506 - 2006. Imagen y memoria, Almería,
2007, pp. 62 - 81.
47 La detallada descripción del entierro del segundo marqués, en base de la transcripción de un do-
cumento incluido en el legajo 1126 del ADMS, se puede encontrar en: ANDÚJAR CASTILLO, Francis-
co, “Muerte y entierro de D. Luis Fajardo, II Marqués de los Vélez (1574)”, Revista Velezana, 16 (1997),
pp. 188-189.
48 La ermita de la Concepción sirvió como lugar de memoria del mayorazgo que pretendían crear los
tres hijos del segundo marqués, don Diego, doña Francisca y doña Mencía Fajardo. Véase: ALCAINA
FERNÁNDEZ, Pelayo, “Un sueño frustrado: el mayorazgo velezano de los hijos de Luis Fajardo, siglos
XVI-XVII”, Revista Velezana, 23 (2004), pp. 61 – 80.
396
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Carta con la
relación de
hallazgos
(ADMS, leg.,
5553).
397
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
49 Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Palafox (1803 -1867), XVII duque de Medina-Sidonia, XV mar-
qués de Cazaza, XI duque de Fernandina y príncipe de Montalbán, XIII marqués de Villafranca del Bier-
zo, XIII marqués de los Vélez, grande de España, etcétera. Durante la intervención de los “Cien Mil Hijos
de San Luis” (1823) se retiró a sus posesiones en Nápoles. En 1830 se le exige que vuelva a España,
pues había partido de la Corte sin el permiso necesario del rey. Como no regresó, se le embargaron
todos sus bienes y señoríos españoles en 1837. Esto hace que se acerque al Carlismo, convirtiéndose
en embajador de don Carlos María Isidro de Borbón en Londres (1837-1839) y en San Petersburgo
(1839-1843). En 1847 se le levantó el secuestro de su patrimonio, por lo que abandona el carlismo y se
integra en la Corte de Isabel II.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
este sujeto por no haberse encontrado el resto de la losa, no queda duda de su alta ca-
tegoría, porque en aquellos tiempos sólo a señores de grande estima se sepultaban con
tanto decoro; y si se atiende a la circunstancia de que este estado no había otros que
los procedentes de la casa de Vuestra Excelencia, fuerza será convenir que a los mismos
pertenecen los tres cadáveres que yacen en el sepulcro, uno de los cuales debe ser el don
Juan Fajardo, que se contiene en la partida de sepelio de 22 de junio de 1592, de que
dejo hecho mérito, porque es evidente que entonces no había otra iglesia ni otro lugar más
digno que el encontrado ahora, cubierto con la expresada losa.
Las investigaciones llevadas a cabo por el autor de estas líneas demuestran que la lápida
no hacía referencia a ningún miembro de la familia Fajardo, sino al primer vicario del
partido de los Vélez, Juan de Monrreal. La fecha de 1515, el tratamiento como “Reve-
rendísimo Señor” y el comienzo del nombre “Juan de Mo…” permiten esta conclusión51.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cral, según y en los términos que usted me propone en carta de 19 del mismo marzo, y
concluidas las exequias disponga usted se repartan entre los pobres de Vélez Blanco seis
fanegas de trigo en pan que igualmente me propuso en su citada carta”53.
Por una nueva carta remitida por Juan Sánchez García al marqués el 21 de diciembre de
1834, sabemos las que las ceremonias del traslado de los restos hubieron de aplazarse
varios meses con motivo de la terrible epidemia de cólera morbo que diezmaba a la
población del Sureste y dejaron “en estado de inacción en que cayeron todas las cosas
por sus fatales consecuencias”. De manera que, aunque la orden para el traslado y los
santos oficios habían dado el 27 de mayo, no se celebraron hasta el 16 de diciembre,
ofreciéndonos un detallado relato de las pompas fúnebres celebradas:
Desde la víspera, el continuo clamoreo de las campanas de los templos y un convite ge-
neral que dispuse pasando papeletas de atención al clero, comunidades, corporaciones y
personas distinguidas, anunciaron con fúnebre aparato el piadoso ceremonial que se pre-
paraba para la mañana siguiente. Con el objeto de darle el decoro posible, se erigió en la
iglesia mayor un suntuoso catafalco que en su remate sostenía un arca dada de negro en
donde se encerraban los restos ya indicados. Este túmulo sostenía aquel gloriosísimo estan-
darte que condujo al ejército cristiano a combatir contra los infieles, el mismo que el noble
caudillo, el ilustre abuelo de Vuestra Excelencia, después de haber concluido felizmente la
campaña de Orán, remitió desde Cartagena a la cofradía del Santísimo Sacramento para
que le conservase54. Ondeaba dicha enseña mostrando a un tiempo su magnífico escudo
con las armas de Vuestra Excelencia; y dejando ver colocados varias insignias como som-
brero, bastón y espada que, descansando sobre el féretro, denotaban a no dudar por quié-
nes eran dirigidos las fervorosas oraciones que principiaban. Por todas las capillas se difun-
dieron luces sobre los altares, y la nave principal de la iglesia fue iluminada con hachones
y flameros que facilitó la noble y distinguida Hermandad de la Esclavitud, la del Santísimo
Cristo de la Yedra, la de Nuestra Señora de la Soledad y otras varias cofradías; de manera
de que todo así dispuesto y con numerosa y lucida concurrencia, presentaba aquel sagrado
recinto un triste y respetable recuerdo de los héroes que con su sangre conquistaron estas
provincias. Ambos cleros, secular y regular, entonaron la vigilia y responsos de costumbre,
con todo el aparato de voces que pudieron reunirse y que formaban un coro numeroso y
sonoro. En seguida se celebró la misa de réquiem con la posible solemnidad, y finalmente
la procesión por la misma iglesia cantando el Ne recorderis y demás responsorios acos-
401
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
tumbrados. Concluyéndose este religioso acto, después de dejarla caja depositada al frente
de la capilla de nuestra Señora de la Soledad55 y cubierta con la propia losa de mármol
encontrada en la Magdalena, en cuya piedra se grabó la inscripción contenida en la copia
número 2º. Posteriormente el clero, comunidad y cofradías ejecutaron las ceremonias de
pésame rezando los responsos de estilo. Se inscribió una partida demostrativa del suceso
en los libros de defunción, de los cuales extraje y remito a Vuestra Excelencia bajo la copia
número 3º las partidas que he encontrado en los mismos libros, por si gusta conservar la
memoria de sus nobilísimos ascendientes cuyos fallecimientos ocurrieron en Vélez Blanco.
Multitud de pobres que asistieron a las exequias recibieron abundante limosna de pan y
también los desgraciados de las reales cárceles, subviniendo a este gasto con las 6 fanegas
de trigo que Vuestra Excelencia se dignó conceder en dicha su orden de 27 de mayo.
Los demás gastos ocasionados en la construcción del arca, cuya llave dentro de una cajita
remitiré a Vuestra Excelencia a la mayor brevedad, gravado de la losa, cera y demás que
se contienen en la relación 4º, han ascendido a 738 reales, como de la misma aparece.
Por lo demás, el clero y comunidad de San Francisco de aquella villa nada han interesado,
cual se demuestra en la nómina marcada con el n 5º, y esta generosidad merece, cuando
menos, que Vuestra Excelencia se sirva dirigir por separado a ambas corporaciones gracias
expresivas por sus sentimientos de piedad y gratitud consignados en la citada nómina,
pues entretanto, yo les manifestaré mi reconocimiento participándoles que este proceder
tan atento y cortés, lo pongo en consideración de Vuestra Excelencia, a quien ruego, tenga
la bondad de aprobar todo lo obrado, si así lo estimase justo.
55 Esta capilla, la tercera en el lado del Evangelio, había sido mandado construir en 1606 por el capitán
Jerónimo de Villarroel, hijo del alcaide Diego de Villarroel, a Juan Fernández Piñero, maestro de ar-
quitectura de Caravaca: “con su arco joial principal, pilares, basas, chapiteles, todo enlucido con yeso
blanqueado y bueno y en perfección y lo mismo todas las paredes de la dicha capilla. Con su cimiento
alto del suelo de manera que el agua no le ofenda ni pueda trasvasarse y luego tapieria firme y fija has-
ta lo alto con su tejada, madera y clavazon. La capilla en perfección por arista con recuadros, cornisa,
claraboya, altar traspolplana” por un importe de 120 ducados (AHPA, Prot. 3009). La advocación inicial
de la capilla había sido de San Juan de Letrán. Sobre la familia Villarroel/Pérez de Villarroel, véase la
correspondiente entrada de este autor en el “Diccionario biográfico de los Vélez”, en Revista Velezana,
26 (2007), pp. 179 – 222, p. 220 y en mi tesis doctoral Ascenso y permanencia de la élite en un centro
administrativo señorial: Vélez Blanco, 1503 – 1752, Universidad de Almería, 2015 (inédita), pp. 318 - 325.
56 Nómina de los señores eclesiásticos que han asistido a la traslación de los restos humanos de los
excelentísimos señores Fajardos: los curas-ecónomos Félix Fábrega Motos, Juan Pedro Belmonte
y Francisco Núñez del Pino; el representante del sacristán principal, Diego de Robles Mateos; Juan
Jerónimo Gómez, Juan Aliaga Gómez, Justo Martínez García, Antonio Bañón Bañón, Diego Robles Ru-
zafa, Julián García Lizarán y cuatro monaguillos.
57 ADMS, leg. 5761; 21-12-1834.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Dibujo de
la lápida
reformada con
la inscripción
actual (ADMS,
Legajo 5761).
Tabla 1: Nota de los gastos del traslado de los cadáveres, redactada el 21 de diciembre de 1834
por el administrador Juan Sánchez García
Reales Personas Conceptos
60 Obispado Licencias para depositar los cadáveres
40 Joaquín López y 3 jorna- “Por extraer y sacar los cadáveres de entre las ruinas de
leros la Magdalena y en bajar a la calle de la Corredera la losa
que los cubría”.
85 Fernando Díaz “Por abrir en dicha losa la nueva inscripción”.
30 Fernando Díaz Construcción de la cajita para la llave del arca.
75 Juan García (carpintero) Construcción del arca de madera.
34 Carrasco (herrero) Por “dos agarradores para los extremos del arca y su ce-
rradura”.
92 Pedro Martínez (alarife) Nueva sepultura con su bóveda y colocar la losa.
190 En velas para la ceremonia religiosa.
32 4 hombres Traslado del arca para enterramiento desde la Magdalena
a Santiago.
60 Sepulturero
20 Acólitos y campanero
20 José Matías de Gea Por la conducción de Vélez Rubio-Vélez Blanco-Vélez Ru-
bio del “terno de terciopelo negro con franjas y galones
de oro” facilitado por la parroquia del pueblo vecino.
Elaboración propia.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En las respuestas del cura párroco de Vélez Blanco a un cuestionario sobre el estado ge-
neral de la parroquia, de 1877, se afirma que los restos de don Pedro Fajardo se bajaron
de la Magdalena a Santiago a finales del siglo XVI, cuando el titular de los estados era su
nieto Pedro Fajardo de Córdoba:
Dicho Sr. Marqués se constituyó patrono de esta Iglesia, teniendo en ella asiento preferen-
te a la cabeza del municipio; y habiendo manifestado el repetido Sr. Marqués vería con
gusto la traslación de las cenizas de su abuelo, el Excmo. Sr. D. Pedro Fajardo, primero que
llevó el título de Marqués de los Vélez, a esta parroquia de la de Santa María Magdalena
en la que fue sepultado, el Sr. Obispo de la diócesis accedió a sus deseos siempre que se
colocasen en tumba rasa, sin concederle la construcción del mausoleo que se proponía
erigir; y en su consecuencia, a primeros de este siglo, fueron trasladadas y colocadas en
una fosa que no se eleva del pavimento como se prevenía59.
405
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Referente a la Guerra Civil, el padre Tapia refiere que la sepultura “fue profanada y
destruidos los restos”, recogiéndose en 1939 “unos huesos que había por la iglesia parro-
quial, se colocaron en la misma fosa, y la lápida de 1834 volvió a su sitio”60. No se tocó
la sepultura durante la restauración de la iglesia en 1988 bajo la dirección del arquitecto
Eduardo Blanes Arrufat; arquitecto que asumiera en 2007 nuevamente la dirección de
obras de reposición del suelo, durante la cual se emprendieron medidas de ventilación
para eliminar humedades, con cuyo motivo se pudo constatar que los escasos restos, y
un paraguas, seguían debajo de la lápida61.
60 TAPIA GARRIDO, José Ángel, Vélez Blanco. La villa señorial de los Fajardo, Vélez Blanco, 1994 (3ª edición),
p. 216. Marañón seguramente se equivocó de fecha, cuando indica que, en 1959, Tapia “pudo recoger
dos o tres huesos de la antigua sepultura y, unidos a otros de otros muertos, los repuso en su lugar y
volvió a colocar la lápida” (MARAÑÓN, Gregorio, Los tres Vélez. Una historia de todos los tiempos, Vélez
Rubio, 2005, pp. 73-74).
61 BLANES ARRUFAT, Eduardo, “La restauración de la iglesia de Santiago de Vélez Blanco”, Revista Vele-
zana, 8 (1989), pp. 67 – 72; e información del propio Eduardo Blanes Arrufat de 25 de enero de 2016,
agradeciendo el autor de este artículo la predisposición y ayuda del Sr. Blanes.
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APUNTES HISTORIOGRÁFICOS
Y DOCUMENTALES PARA UNA
HISTORIA DE LOS
GITANOS ALMERIENSES
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
Los estudios sobre la minoría gitana en Almería participan de la misma carencia que se
produce a nivel nacional en este tema. No obstante, hasta hoy día, la historiografía se
ha centrado en lo que se ha venido a denominar la España de las tres culturas, o sea: la
cristiana, la judía y la morisca, sin tener en cuenta la presencia gitana, a la que se menos-
precia y margina del contexto global de la época.
Tras la llegada de los gitanos a España durante el primer cuarto del siglo XV, en apenas
medio siglo de convivencia, se acabó generando un conflicto étnico que tuvo su cul-
minación en 1749 con el proyecto de “exterminio” ideado por el Consejo de Castilla,
y posteriormente asumido por el marqués de Ensenada, con objeto de “extirpar” de la
sociedad castellana a los gitanos españoles.
Todas las minorías étnicas y religiosas existentes durante el reinado de los Reyes Cató-
licos, fueron reprimidas prohibiéndoseles todos sus rasgos culturales, lingüísticos y reli-
giosos; hasta que a excepción del caso gitano, fueron expulsadas de los territorios de la
corona española. Y, aunque los gitanos, por su filiación cristiana y escasa importancia
económica y demográfica consiguieron evitar el desafortunado destino de judíos y mo-
riscos, lo cierto es que siempre estuvo amenazada de seguir su misma suerte, pues estu
vo sujeta a una permanente y austera represión legislativa, en el intento de conseguir el
control de todos sus movimientos.
Este estrecho cerco legislativo fue justificado a través de prejuicios peyorativos, que per-
petuados en el tiempo, llegaron a identificar a los gitanos como criminales en potencia,
y por tanto, merecedores de ser perseguidos y castigados.
Aun hoy, la misma Real Academia de la Lengua en su última edición del diccionario
de la lengua castellana, los define simple y llanamente como trapaceros. Un calificativo
que no ayuda en nada a su integración, aún más cuando estos estereotipos negativos
se habían manifestado en el año 2000 en la encuesta promovida por el Ministerio de
Asuntos Sociales titulada “Los españoles y la inmigración”, en la que tras más de cinco
siglos residiendo en España, se les seguía considerando a los gitanos como inmigrantes,
y lo que aún resultó más preocupante, alcanzaron la puntuación más baja.
A todo lo anterior, hay que añadir que la historia de los gitanos no ha sido tratada desde
el enfoque de la historia social, a lo que se suma la inexistencia casi completa de investi-
gadores gitanos. Unas carencias que han sido suplidas de forma desafortunada por mu-
chos historiadores aficionados, que por haber hallado de forma casual algún documento
histórico, acabaron tratando el tema sin el debido rigor científico.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Una explicación de este maltrato histórico del pueblo gitano puede hallarse en la poca
importancia económica y poblacional que esta minoría representó en los albores de la
Edad Moderna, excusa poco consistente si tenemos en cuenta el extenso corpus legal
que se generó y el conflicto étnico que acabó desembocando en el referido proyecto
de exterminio iniciado con la redada general de 1749; junto con las consecuencias pro-
ducidas por su ejecución y demás acontecimientos históricos, cuyo rastro aún podemos
detectar en el momento presente.
La historiografía del pueblo gitano en la provincia de Almería se reduce a sólo dos auto-
res: Juan José Santos Rivas y Manuel Martínez Martínez.
Juan José Santos Rivas fue el primero en publicar en 1990 una monografía sobre los gi-
tanos titulada: Historia del pueblo gitano. Sus orígenes...1, obra centrada en su primera parte
en el origen y procedencia de los gitanos. En la segunda, incorporaba una historia de los
gitanos almerienses en los siglos XVIII y XIX, que en realidad se trataba de una serie de
transcripciones documentales sobre diferentes procesos judiciales emprendidos contra
varios miembros de esta etnia en la Almería de los años comprendidos entre 1775 y
1798, así como el padrón confeccionado en 1838 tras la apertura de un expediente en
que se instaba a la población gitana a aplicarse a un oficio “de conocida utilidad”.
Poco tiempo después, el autor de esta comunicación empezaría a dar a conocer el fruto
de sus investigaciones en los diferentes archivos provinciales. Así, en 1990 su trabajo
“El avecindamiento gitano en Vera: desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX”,
obtendría el segundo premio del concurso histórico-antropológico de Huércal-Overa,
artículo que no se publicaría hasta 19982.
Seguirían a lo largo de esta década varios trabajos, entre los que destaca “Gitanos de
Vera. El proceso de su asentamiento desde el siglo XVI hasta nuestros días”, comunica-
ción presentada en 1993 en el I Congreso Nacional: Los gitanos en la Historia y la cultura,
celebrado en Granada, y que fue incluida en 1995 dentro de las Actas de dicho evento3.
1 SANTOS RIVAS, J. J., Historia del pueblo gitano. Sus orígenes…, Almería, 1990.
2 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “El avecindamiento gitano en Vera: desde el siglo XVI hasta la primera mitad
del XIX”, en Cultural Huércal- Overa, 9 (1998), pp. 21-34.
3 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Gitanos de Vera. El proceso de su asentamiento desde el siglo XVI hasta nues-
tros días”, en SÁNCHEZ MONTES, F., Los gitanos en la historia y la cultura. Actas de un congreso, 1995.
409
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
También de ese mismo año son sus artículos “Los gitanos en el sureste peninsular de los
siglo XV y XVI”4, y “Marginación institucional de los primeros Austrias sobre los gitanos
del sureste peninsular”5.
Posteriormente, el referido autor fue premiado en 1996 por el Instituto de Estudios Al-
merienses con el premio de Historia “Padre Tapia”, por su trabajo: La Minoría Gitana de
la Provincia de Almería durante la Crisis del Antiguo Régimen (1750-17811), obra que
no se publicaría hasta 19986.
A partir de esta última fecha, Manuel Martínez comenzó a ampliar su campo de inves-
tigación al resto del sureste peninsular y al reino de Granada. Entre estas publicaciones
destaca la comunicación “Gitanos y moriscos. Una relación a considerar”, presentada en
las Jornadas celebradas en Almería: Los marginados en el mundo medieval y moderno7; y
más tarde, en 2004, su artículo “Los gitanos en el reinado de Felipe II (1556-1598). El
fracaso de una integración”, en el que se hacen importantes aportaciones, tales como la
primera redada realizada contra gitanos para destinarlos a galeras, y el papel gitano en la
repoblación del reino de Granada8.
Una vez agotado el campo territorial inmediato a la provincia almeriense y área geográ-
fica del sureste español, sus investigaciones se extendieron a la totalidad del territorio
nacional con una serie de trabajos, que tuvieron su colofón en 2007 en su tesis docto-
ral: Los forzados de Marina en el siglo XVIII. El caso de los gitanos9, obra que posteriormente
fue complementada con su artículo: “Los forzados de la escuadra de galeras del Medi-
terráneo en el siglo XVII. El caso de los gitanos”, donde se estudia la segunda redada
efectuada contra los gitanos varones para destinarlos a galeras, y las consecuencias de
la represión llevada a cabo contra esta minoría y que tuvo su reflejo en la abundante
presencia de gitanos en las galeras de la escuadra del Mediterráneo10.
4 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Los gitanos en el sureste peninsular de los siglo XV y XVI”, en Boletín del
Instituto de Estudios Almerienses, 14 (1995), pp. 91-102.
5 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Marginación institucional de los primeros Austrias sobre los gitanos del
sureste peninsular”, en I tchatchipen, 15 (1996), pp. 6-20.
6 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., La minoría gitana de la provincia de Almería durante la Crisis del Antiguo Régi-
men (1750-1811), Almería, 1998.
7 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Gitanos y moriscos. Una relación a considerar”, en MARTÍNEZ SAN PEDRO,
M.D., Los marginados en el mundo medieval y moderno, Almería, pp. 89-100.
8 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Los gitanos en el reinado de Felipe II (1556-1598). El fracaso de una integra-
ción”, en Chronica Nova, 30 (2003-2004), pp. 401-430.
9 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., Los forzados de Marina en el siglo XVIII. El caso de los gitanos, Almería, 2007.
10 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., “Los forzados de la escuadra de galeras del Mediterráneo en el siglo XVII. El
caso de los gitanos”, en Revista de Historia Naval, 117 (2012), pp. 87-110.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Secuelas de esta tesis fueron sus libros: Los forzados de Marina en la España del siglo XVIII
(1700-1775), publicado en 201111 y, Los gitanos y las gitanas en la España de mediados del
siglo XVIII. El fracaso de un proyecto de “exterminio”12, obra publicada en 2014, en la que
incluye un extenso capítulo sobre las vicisitudes de las mujeres gitanas durante su cau-
tiverio, así como amplias referencias a la redada general de gitanos de 1749 efectuada
en Almería.
Los trabajos de los investigadores reseñados han supuesto una importante aportación
a la historiografía española. De todos ellos se puede extraer la información necesaria
para obtener el suficiente conocimiento de la historia de los gitanos, tanto de Almería
como del resto de España. Prácticamente, desde su llegada a la Península, hasta el primer
tercio del siglo XIX, la trayectoria histórica de esta minoría ha sido tratada en toda su
extensión, sin apenas lagunas, de tal forma, que podemos afirmar que la historia de la
minoría gitana de la provincia de Almería es la más completa a nivel nacional. Sólo resta
elaborar una monografía que incluya todas las aportaciones repartidas en las publicacio-
nes anteriormente mencionadas.
Haciendo una breve relación de las aportaciones más importantes, podemos mencionar
dentro de la etapa de penetración y proceso de asentamiento gitano durante el siglo
XVI, los artículos referidos a Vera, unos trabajos que suponen una investigación pionera
para el contexto de la historiografía nacional, por tratarse de un estudio local que intenta
dar una visión continuada en el tiempo.
11 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., Los forzados de Marina en la España del siglo XVIII (1700-1775), Almería, 2011.
12 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., Los gitanos y las gitanas en la España de mediados del siglo XVIII. El fracaso de
un proyecto de “exterminio”, Almería, 2014.
411
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Respecto a la represión violenta ejercida hacia este colectivo a través de las diferentes
órdenes y pragmáticas, la historiografía nacional sólo había datado la gran redada de
1749. Manuel Martínez, sin embargo, documenta en su libro sobre los forzados de Ma-
rina, una amplia presencia de gitanos condenados a galeras primero, y posteriormente
a arsenales. Además, de la mencionada operación de 1749, este investigador ha dado a
conocer otras dos grandes redadas hasta entonces desconocidas y que fueron efectuadas
exclusivamente contra gitanos varones. Una de ellas desarrollada en la Navidad de 1571
pretendió hacer frente a las pérdidas sufridas con ocasión de la batalla de Lepanto, y la
otra en 1639, reforzar la escuadra del Mediterráneo y emprender la campaña catalana.
13 MARTÍN QUIRANTES, A., “Gitanos repobladores. El fracaso de una integración en el siglo XVI”, en SÁN-
CHEZ MONTES, F., Los gitanos en la historia y la cultura. Actas de un congreso, 1995.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El temor a ser víctimas de la arbitrariedad de las justicias, indujo a muchos gitanos a en-
rolarse incluso como soldados en la guerra civil de Granada y en los tercios de Flandes,
aspectos desarrollados en el libro de Manuel Martínez La minoría gitana en la provincia
de Almería, especialmente destacados por autores como Bernard Leblond en su tesis res-
pecto al origen del flamenco. Igualmente, esta vertiente guerrera de los gitanos, también
ha desmentido el mito del pacifismo de esta minoría, por su capacidad de organización
y de integración que demostraron dentro del engranaje militar de las diferentes épocas.
También resulta una aportación relevante, el estudio de Manuel Martínez sobre la pre-
sencia gitana en América y en la carrera de Indias, así como su evolución en las galeras
de la escuadra del Mediterráneo en su tesis doctoral Los forzados de Marina en el siglo
XVIII. El caso de los gitanos (1700-1765), donde además de aportar la documentación
inédita del expediente formado con ocasión de la redada general de gitanos de 1749,
incluyó la procedente del archivo histórico del departamento marítimo de Cartagena,
una fuente de primer orden para el conocimiento de la historia naval de España.
Otro aspecto innovador se refiere al protagonismo que se les da a las mujeres gitanas,
a las que se dedica al completo uno de los capítulos, un tratamiento que supone un
hito en la historiografía existente sobre este colectivo, ya que la mujer gitana ha estado
prácticamente ausente de ella.
14 GÓMEZ ALFARO, A., La gran redada de gitanos. España: la prisión general de gitanos en 1749. Madrid,
1996.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como una especie de secuela del trabajo anterior, aunque convertido en un libro-ho-
menaje a las víctimas del proyecto de exterminio de 1749, publicó en 2015 el libro
Nunca Más. Homenaje a las víctimas del proyecto de “exterminio” de la minoría gitana iniciado
con la redada de 174915, en el que se reivindica la memoria histórica relativa a este hecho
histórico, para lo que se incluye una extensa relación de más de 5.200 gitanos y gitanas
de todas las edades que sufrieron en sus carnes una injusticia de más de quince años
de duración, cuyas secuelas aún perduran en la sociedad actual. Los casi centenar y
medio de víctimas gitanas almerienses se describen individualmente, con expresión de
nombres y apellidos, edad, ascendencia, descripción física, naturaleza y vicisitudes de su
cautiverio. Un estudio que trasciende más allá de la historia como disciplina, pues aporta
información valiosa para la antropología, sociología, genealogía, etc.
Finalmente, este libro culmina realizando una incursión en la última etapa del Antiguo
Régimen, periodo que aún hoy día está poco tratado. De este estudio, el autor concluye
que la pragmática de 1783, a diferencia de lo que aseguran muchos especialistas en el
tema, no dejó de ser una mera continuación de la política represora. Sólo hay un avance
en cuanto al levantamiento de la represión ejercida hasta entonces, en el levantamiento
de la prohibición que les abocaba a emplearse exclusivamente en más actividad econó-
mica que el cultivo de los campos. También resultó un avance el reconocer que los gi-
tanos no constituían una raza infame y contagiosa, error que supuso el origen de buena
parte de los prejuicios que conformaron el estereotipo negativo que marcó la imagen
del pueblo gitano en la España de la Edad Moderna.
15 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., Nunca Más. Homenaje a las víctimas del proyecto de “exterminio” de la minoría
gitana iniciado con la redada de 1749, Almería, 2015.
16 MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M., La minoría gitana de la provincia de Almería durante la crisis del Antiguo Régi-
men, Almería, 1998.
414
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La historia del pueblo gitano ha sido reconstruida casi exclusivamente hasta hace unos
pocos años, a partir de aquellos archivos nacionales y locales, en los que casualmente
aparecía un documento sobre este grupo étnico.
415
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Más sorprendente ha sido el olvido en que han quedado muchos archivos poseedores
de un contenido documental importantísimo. Entre ellos, los anteriormente comentados
que se refieren a la marina española, sitos en el Viso del Marqués y en el Departamento
Marítimo de Cartagena. Este último con documentación tan excepcional como la de
los Libros de Forzados, tanto de galeras como de arsenales. También el archivo de la
Diputación Provincial de Zaragoza, cuenta con los libros de sesiones de la Sitiada y el
expediente de las gitanas recluidas en la Casa de Misericordia tras la redada emprendida
en 1749, en el marco del proyecto de “exterminio” que pretendió “extirpar de raíz” a
esta minoría étnica y cultural.
Los archivos de Simancas e Histórico Nacional de Madrid, a pesar de haber sido traba-
jados con frecuencia, no lo han sido con la suficiente profundidad, pues realizando un
estudio más minucioso, hemos podido descubrir documentos de gran interés, tan rele-
vantes como los hallados en la sección de Guerra Moderna del Archivo General de Si-
mancas, en la que el expediente del proyecto de “exterminio” iniciado en 1749. También
el Archivo Histórico Nacional de Madrid encierra multitud de legajos aún por catalogar,
los que poco a poco van viendo la luz, lo que supone realizar un paciente seguimiento
de todos aquellos que resulten de interés.
416
LA PRODUCCIÓN
HISTORIOGRÁFICA DEL
JESUITA ALMERIENSE
PEDRO MURILLO VELARDE
(1696-1753)
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Es importante conocer la biografía del personaje, saber quién era su familia, ya que esto
nos dará numerosas pistas acerca de su mentalidad y su obra. Pedro Murillo Velarde y
Bravo nació en 1696 en la villa alpujarreña de Laujar de Andarax, en la actual provincia
de Almería, en el seno de una familia acomodada2. Los Murillo Velarde eran hidalgos de
origen extremeño que se habían asentado en la zona en la época de la sublevación de
los moriscos, siendo el primero Pedro Sánchez Nieto Murillo Velarde, y desde entonces
habían prosperado de manera notable, introduciéndose en las redes de poder locales y
ascendiendo en la escala social, siendo su principal cometido la defensa de la costa. El
abuelo de nuestro protagonista, el licenciado Pedro Murillo Velarde y López de Mayor,
fue el impulsor definitivo de dicho ascenso.
El padre y el tío de Pedro Murillo llevaron a cabo una política conjunta de ascenso social.
El primogénito, Jacinto Murillo Velarde y Ocaña (progenitor de nuestro protagonista),
acumuló cargos civiles de todo tipo reservados a las familias más distinguidas de la zona.
Su hermano, Andrés Murillo Velarde y Ocaña, siguió la carrera eclesiástica y llegó a ser
obispo de Pamplona (1724-1728). Un hecho trascendente en la política española de
principios del siglo XVIII favorecería el destino de esta familia: la muerte del último rey
Austria. Los Murillo Velarde, desde el principio, se pusieron del bando de Felipe V. An-
drés lo manifiesta en una oración fúnebre a Carlos II que predicó y se publicó en Murcia
en 17013 y Jacinto en el testamento que hizo cuando fue a Motril a apoyar al rey:
digo que por su magestad que Dios guarde a sido servido de mandar que la nobleza de
esta Andalucía salga a defender esta monarquía y por cuanto como tal caballero hixodalgo
notorio estoy alistado en la villa de Uxíxar desde el día doce de este presente mes ante el
Alcalde mayor con el ánimo de servir en la compañía como tal defender los derechos de
el Señor Don Felipe quinto nuestro Rey4.
2 Para ver la biografía de Pedro Murillo: VILLORIA PRIETO, Carlos, “Alpujarreños en Filipinas: Pedro Murillo
Velarde”. Anuario de investigaciones Hespérides. Vol. VIII (2000), pp. 397-407; y “Un prelado con vincula-
ción alpujarreña: Andrés José Murillo Velarde (1679-1728), obispo de Pamplona”. Farua, 17 (2014), pp.
101-120.
3 MURILLO VELARDE, Andrés José, El Ezechias de la Ley de Gracia. Oración funebre panegyrica en las Reales
exequias que la muy Noble, muy Leal ,y seis vezes coronada Ciudad de Murcia consagró a la Magestad de
nuestro Rey y Señor D. Carlos Segundo de Austria (que goza de Dios) Rey de las Españas, el día veinte y dos
de Diziembre de 1700 en la Santa Iglesia Catedral de dicha ciudad. Murcia, Vicente Llofriú, 1701.
4 Testamento de Jacinto Murillo Velarde, dado en Laujar el 22 de marzo de 1706. Archivo Histórico Pro-
vincial de Almería [AHPA], P. 1482, f. 11r.
419
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La gran obra de los Murillo Velarde en Laujar fue el convento de San Pascual Bailón,
su fundación marca el cenit de su poder político en Las Alpujarras. Desde 1661 se im-
plicaría la familia en su creación, siendo su verdadero impulsor fray Antonio Murillo,
tio-abuelo del jesuita, que además era un destacado poeta.
A Filipinas llegó en 1723. Tras dos años en las misiones tagalas y en las parroquias cer-
canas a Manila, en 1725 fue nombrado profesor de Derecho Civil y Canónico en el
Colegio de Manila. Aunque viajó mucho por el archipiélago y ocupó diversos cargos, lo
cierto es que su vida estuvo muy ligada al citado Colegio.
La trágica muerte de Pedro Murillo es todo un misterio. De hecho, cuando Pedro Muri-
llo Velarde tenía que regresar a Filipinas y estaba en el colegio de los jesuitas del Puerto
de Santa María, el día que tenía que embarcar, ante el recuerdo de todo lo sufrido en
el viaje que lo trajo a España por el cabo de Buena Esperanza, como dirían sus contem-
poráneos, una destemplanza de cabeza, que, habiendo trastornado la armonía de su
entendimiento, le hizo precipitarse desde lo alto del colegio. No fue capaz de enfren-
tarse al viaje. Sus compañeros embarcaron el 25 de noviembre de 1753 en el navío de
guerra Asia y Pedro Murillo quedó convaleciente, muriendo a los cinco días, el 30 de
noviembre.
420
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El ambiente cultural de su casa de los Murillo Velarde era excepcional para la época,
la biblioteca contenía numerosos libros de historia. En esta abundaban las obras reli-
giosas, aunque era de destacar el contenido del resto de libros, históricos, literarios,
geográficos, mitológicos y matemáticos. Los autores eran de primer orden, Cervantes,
Quevedo, Herrera, Solís, Escolano, Ovidio, etc. Los libros de la biblioteca eran los si-
guientes: Un librete pequeño del Arte de la Nueva Guerra. Un libro pequeño de Teatro
del Mundo. Un libro Atlas abreviado. Un libro de horas del Oficio de Nª Señora. Dos
tomos de Flors Sanctorum. Un libro de Obras de Gracián. Un tomo de Sólo Madrid
es Corte. Seis tomos de David. Dos tomos de la Historia de Mariana. Tres tomos de
la Vida de Santa Teresa. Un tomo de Santa Teresa de Biterbo. Dos tomos de Obras
de Quevedo. Un tomo de Refranes a la Salud. Nobleza de España. Espexo del Solda-
do. Aritmética. Antigüedades de Vélez. Empresas Políticas. Guerras Civiles de Francia.
Dos tomos de las Gacetas de cuatro años. Un tomo de San Pedro de Alcántara. El
Parnaso, las Tres Musas y Políticas de Quevedo. Agricultura del Prior. Nobleza de An-
dalucía. Índices y Anales de Aragón. Anales de Argensola. Doce tomos de la Corte
Santa de Causino. Historia de Troya. Mística Ciudad de Dios. Don Pedro Cubero Se-
bastián. Crónica de San Francisco de Paula. Población General de España. Agricultura
de Herrera. Historia de México de Solís. Institución del Colegio Mayor de Cuenca.
Dos tomos de Máximas del padre Garau. Celos divinos. Escuela de Daniel. Cuatro
Tomos del Año Virgíneo. Vida de San Isidro. Obras de Murillo. San Antonio, Noticias
de España. Cortes de Valencia. Monasterio de Osera. Catecismo. Cinco tomos de Flor
Histórico. Fiestas de Salamanca. El clérigo agradecido. Filosofía de Tesauro. Mártires de
La Alpujarra, de Escolano. Monarquía Perfecta. Juego de Damas. El Entretenido. Cua-
resma de Estrada. Cuatro tomos de papeles diversos. Ovidio. Un libro de latín. Tratado
de Solfa. Un libro de Cortes. Gobierno del pobre. Dos tomos del Ouixote, la vida de
Santa Rosa de Viterbo, tres tomos de la vida de Santa Josefa, seis tomos de historia pon-
tificia, Arte de la Nueva guerra, dos tomos de horas, Reyes nuevos de Toledo, Fiestas
de Murcia5.
5 AHPA, leg. 43438/39. Cuentas y particiones hechas a los bienes de Jacinto Murillo. Ugíjar, 12 de octu-
bre de 1722.
421
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ria. Prueba bien clara, que la comprehension de el P. Murillo alcanzaba en su niñez una
máxima, que necesitan aprender los Eruditos, aun despues de muchos años de estudio6.
6 PAZUENGOS, Bernardo, Carta edificante sobre la vida, virtudes y muerte del P. Pedro Murillo Velarde, re-
ligioso de la Compañía de Jesús, escrita por el P. Bernardo Pazuengos. La da a la luz pública el Licenciado
Don Manuel Antonio Murillo Velarde, hermano del difunto colegial. Murcia, Nicolás Joseph Villagordo y
Alcáraz, s/a. p. 50.
7 Sentir del P. Pedro Murillo Velarde, S. J. (San Miguel, 19 de mayo de 1738): pp 30-49 s.n. en la obra de
Juan Francisco de San Antonio, OFM. Chonicas de la Apostólica Provincia de S. Gregorio de Religiosos
Descalzos de N.S.P.S. Francisco en las Islas Philipinas, China, Japón,&c. Parte Primera, en que se incluye la
decripción de estas Islas, que consagra a la S.C.R. Majestad de D. Phelipe V El Animoso Nuestro Cathólico
Rey, y Augusto Emperador de las Españas , y de Las Indias, la misma Santa Provincia, y en su nombre su
Ministro Provincial. Escrita por el P. Fr. Juam Francisco de S. Antonio, Matritense Lector de Theología Escho-
lástica, y Moral, ExDiffinidor, y Chronista General de dicha Provincia. Impressa en la Imprenta del uso de la
propia Provincia, sita en el Convento de Nra. Señora de Loreto del Pueblo de Sampaloc, Extra-muros de la
Ciudad de Manila: Por Fr. Juan del Sotillo. Año de 1738.
8 Ibídem.
422
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los historiadores de este periodo no pretender ser originales, es más frecuentemente di-
cen que siguen a otros autores. De hecho, es una constante de Murillo en su Geographia
Histórica la expresión “refiero, no disputo”.
El jesuita es muy pasional en sus escritos, mostrando sus opiniones, tanto a favor de un
personaje como en contra de un colectivo sin ningún tipo de cortapisa.
El ansia de conocimiento de Pedro Murillo era inmensa, aparte de lo mucho que leía no
cesaba de recoger datos, así conocemos una carta del P. Cayetano Martín al P. Velarde
en que le “participa de unos cocos de Los Palaos que embiaba a el Padre Murillo, quien mucho
antes lo havía pedido, y que su Reverencia se sirviera entregar dichos cocos al dicho Padre Mu-
rillo”10. Era generoso con sus amigos a la hora de compartir datos, así un ejemplo es la
colaboración con el franciscano granadino José Torrubia quién pasaría muchos años en
Filipinas como cronista de la Orden de San Francisco11. Torrubia era un personaje muy
parecido a Murillo, viajero incansable y todo un erudito intelectual, además de historia-
dor. Escribió el primer tratado de paleontología hecho en España, Aparato para la historia
9 DESCALZO YUSTE, Eduardo, “Las crónicas jesuíticas de Filipinas en el siglo XVIII: Pedro Murillo Velarde”,
en SERRANO MARTÍN, Eliseo (coord.), De la tierra al cielo. Líneas recientes de investigación en la Historia
Moderna. Institución Fernando el Católico (C.S.I.C.), Zaragoza 2013.
10 Carta fechada en Guivan a 21 de agosto de 1749. Archivo Histórico Nacional [AHN], Códices, L. 367. f.
332v. Inventario de los papeles de la procuraduría general de la Compañía de Jesús en la provincia de
Filipinas, formado después de su extinción.
11 José Torrubia nació en Granada en 1698, hijo de Don Antonio Torrubia y Gamarra y de Doña María
de la Torre y Gamarra, ambos naturales de Granada. Profesó a los quince años en la Orden menor de
San Francisco. En 1719 pertenecía al convento de Jerez. En 1820 inició sus trabajos misioneros en el
Pacífico. Viajó a Filipinas, donde residió entre 1721 y 1733 recorriendo a pie las islas de Mindanao y
Luzón y tomando nota de muchos fenómenos naturales. Llega a Cádiz en julio de 1735, después de
haber recalado en Acapulco (México) y La Habana (Cuba). Se opone a volver a Filipinas tras ser citado
y acusado por sus hermanos franciscanos por haber derrochado dinero en viajes, imprimir sus propios
libros sin permiso y no haberse ocupado exclusivamente en sus obligaciones de misionero. En 1745
vuelve a América, viajando por Guatemala, Yucatán y Honduras. En 1749 regresa de nuevo a la Penín-
sula para iniciar un viaje por Roma, Rímini, Padua y París durante el cual se cree que entró en contacto
con distintos cenáculos científicos (círculos de Buffon y del Jardín du Roi) e inspeccionó distintos mu-
seos europeos (la Methalloteca y el Musaeum Kircherianum de Roma, y el Musaeum Metallicum de
Bolonia). En 1750 es nombrado archivero y cronista general de la orden Franciscana y su procurador
en Roma y vuelve a Madrid.
423
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
natural española: tomo primero, contiene muchas dissertaciones physicas especialmente sobre el
diluvio ... / autor ... P. Fr. Joseph Torrubia ...12. En esta obra habla del hallazgo de fósiles en
España, Filipinas y américa sosteniendo el carácter orgánico de las petrificaciones y el ori-
gen diluviano de estos restos. Su obra tuvo una rapidísima divulgación entre los círculos
ilustrados de toda Europa13.
Uno de los pocos autores de los que Torrubia habla bien en Aparato para la historia natural
es Pedro Murillo Velarde. Al hablar de las “Piedras de Cangrejo españolas“ (los cangre-
jos petrificados que había encontrado en molina de Aragón, similares a los que hay en
China y denominan cangrejos de Hainán o de San Francisco Javier) dice el franciscano:
Con cangrejos de otra especie vemos celebrarse naturalmente este fenómeno de la petrifi-
cación, no solo en Coromandel […] sino en las playas de Aparri y Buguey, en la provincia
de Cagayán o Nueva Segovia de nuestra Luzón, Isla capital de Filipinas. Son tantos los
cangrejos petrificados en ellas que se cogen por medida mayor, y nos lo comunican a las
Boticas de Manila con gran caridad de los Padres Reverendos de Santo Domingo, a cuya
celosa administración está encomendada desde la Conquista la copiosa cristiandad de esta
provincia. El Padre Pedro Murillo Velarde de la Compañía de Jesús, mi paisano, hombre de
muy distinguido carácter y literatura (nota d), cuando llegó de aquellas islas, me proveyó
de algunos para alivio de los afligidos y necesitados y puso otros muchos en la Botica del
Colegio Imperial de esta Corte, Nota (d) P. Murillo Velarde, autor del Curso Canónico, de
la Geografía Universal, y de otras muchas obras eruditas14.
Murillo y Torrubia coincidieron en Manila entre 1723 y 1733. Murillo hizo en 1732 la
censura de una obra del franciscano15. Se tuvo que formar cierta amistad entre ambos
para que entre los cangrejos “milagrosos” que se trajo de Manila, con gran dificultad, le
regalase algunos.
424
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
volcánica), y concluye: “El año de 1749 se repitió esta reventazón con mucho mayor espanto”.
Y añade una nota (a): De este suceso tiene formada una cumplida relación y Mapa el Rmo. P.
Murillo Velarde de la Compañía de Jesús, de quien ya di razón al número 98, capítulo XIII”16.
Desconocemos si Torrubia llegó a tener en sus manos esta obra perdida del jesuita, o este
último le comunicó oralmente la reventazón y el trabajo realizado.
1. HISTORIA DE LA PROVINCIA
Escribió la Historia de la Provincia de Filipi-
nas de la Compañía de Jesús. Segunda parte
que comprende los progresos de esta Provincia
desde el año 1616 hasta el de 1716, editada en
Manila en 1749 por Nicolás de la Cruz Ba-
gay, en la Imprenta de la Compañía de Jesús.
16 TORRUBIA, José, Aparato para la historia natural…, capítulo XX, número 137.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La historia se ha reditado de forma completa en versión digital en el año 1999. Esta edi-
tada en la obra coordinada por María-Lourdes Diaz-Trechuelo, Evangelización y Misiones
en Iberoamérica y Filipinas: Textos Históricos (I), Colección Clásicos Tavera. Serie II, temá-
ticas para la historia de Iberoamérica. Vol.14. Ed. Fundación Histórica Tavera, Madrid,
1999.
Los jesuitas desde sus orígenes trataron de difundir sus gestas entre el público y las
autoridades, y lo hizo sobretodo mediante una serie de relatos históricos escritos por
sus historiadores o cronistas oficiales. En Filipinas desde el principio tuvieron cronistas,
como el andaluz de Osuna Pedro Chirino y Francisco Colín17. Murillo escribiría la tercera
crónica que era una continuación de la de Colín, comenzando en 1616 y continuando
hasta 1716, aunque en numerosas ocasiones se extiende en el tiempo para explicar el
desenlace de algunos sucesos y vivencias de nuestro jesuita.
17 La primera crónica de los jesuitas de Filipinas la publicó Pedro Chirino en 1604: Relación de las Islas
Philipinas y de lo que han trabajado en ellas los Padres de la Compañía de Jesús (Roma: Esteban Paulino).
Chirino siguió escribiendo y ampliando la historia hasta su muerte, quedando inédito el manuscrito
hasta su reciente edición: Història de la Provincia de Filipines de la Companyia de Jesús (Barcelona:
Pórtic, 2000). Este manuscrito fue aprovechado y ampliado por el padre Francisco Colín en la que sería,
la primera historia de los jesuitas de Filipinas: Labor Evangélica, ministerios apostólicos de los obreros
de la Comp. de Jesús... Madrid: José Fernández de Buendía, 1663.
426
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
18 MOJARRO ROMERO, Jorge, “Notas en torno a tres crónicas eclesiásticas hispanofilipinas del siglo XVIII”,
en TRANSMODERNITY: Journal of Peripheral Cultural Production of the Luso-Hispanic World, 4(1), Univer-
sidad de California, 2014.
19 DESCALZO YUSTE, Eduardo, “Las crónicas jesuíticas...
20 MURILLO VELARDE, Pedro. Historia de la Provincia…, F. 276r.
21 Un ejemplo es el del gobernador José Torralba: Y quiso Dios ponerle la mano aún en esta vida por cau-
sas públicas, con prisiones, destierros, multas, embargos, y mil miserias, que padeció hasta la muerte.
En una hamaca le llevaron dos Negros a S. Juan de Dios, donde le enterraron en limosna, año de 1736.
¡Estupendo desengaño, para la altivez, y vanidad! y sin duda fuera eficacísima su memoria, si la vistosa
apariencia de lo presente, no quitara el horror a las miserias futuras. MURILLO VELARDE, Pedro. Historia
de la Provincia…f. 383r.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pedro Murillo reivindica la labor religiosa, social y cultural llevada a cabo por los jesuitas
en Filipinas. Y no sólo frente a los enemigos de la Compañía, sino también frente a sus
propias estructuras internas, situadas en los centros de poder y decisión que, muchas
veces, parecen olvidar que gran parte de su fuerza y su prestigio reside en las actuaciones
de sus operarios a lo largo y ancho del mundo22.
… para que se sepa, lo que hazen, y padecen los Ministros Evangélicos: que es más de
lo que juzgan los superficiales. El que está en la Corte con dificultad se compadece, del
que milita en la campaña, ni el que está en tierra, del que padece en el mar; porque no
experimentan los trabajos, ni peligros de la guerra, o los naufragios23.
Cuando Murillo hace la biografía de distintos personajes cuenta cosas como que Rai-
mundo Prats vio a San Francisco, espada en mano defendiendo las murallas de Manila
de una sublevación de la población china. El historiador jesuita Nicolás Cushner dice que
no tenemos que tomar al pie de la letra estos datos. Murillo escribía sobre personajes
con fama de santidad, por lo que se habían desarrollado leyendas sobre ellos. No se de-
ben desechar estos datos como piadosas intervenciones, pues en la hagiografía del siglo
XVIII desempeñan el papel de instrumentos concretos para expresar ideas abstractas24.
Los jesuitas, al igual que otras órdenes religiosas, no publicaban sus Historias con ánimo
de lucro, su finalidad era catequética o pedagógica, usaban las historias como instrumen-
tos de evangelización y para familiarizar a sus compañeros de orden con la memoria
histórica de la comunidad a la que pertenecían, y así mantener vivo el interés por el
trabajo misional. Además, servían de propaganda como vimos, ante sus compañeros de
América y de Europa, y ante la Corte de Madrid a la hora de pedir subvenciones para
misioneros25.
La Historia se debió publicar a finales del año 1749 ya que el 31 de octubre de ese año
el padre Gregorio Miguel de Tavora escribe
al Padre Rector Pedro Murillo Velarde dándole parte de haver salido en aquel Pueblo el
Padre Provincial a quien havía hablado, y entregado todos los quadernos, y quien quedo
que señalaria alla revisores, y daria licencia para su impresión. Que havia visto la historia
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
trabajada por su Reverencia y solo hechaba menos algunos equivocos que havia en ella,
por lo que deseaba suplicando a su Reverencia enmendara esa falta26.
Murillo en mayo de 1749 había sido elegido procurador de los jesuitas de Filipinas ante
las cortes de Madrid y Roma. La marcha a Europa la hace por la poco convencional
ruta de India y África. Si penoso era el viaje a Filipinas a través de México, peor era el
viaje por el Cabo de Buena Esperanza. Muy pocos viajeros lo hacían y tenían que pedir
permiso a las autoridades, justificando el motivo para elegir esta ruta. Salió de Manila el
viernes 26 de diciembre de 1749 en el navío La Favorita que volvía a la costa de Coro-
mandel, en el golfo de Bengala.
26 AHN, Códices, L. 367. Inventario de los papeles de la procuraduría general de la Compañía de Jesús en
la provincia de Filipinas, formado después de su extinción, f.235.
27 AHN, códices, L. 364, f.561v.
28 Ibídem, f. 244.
429
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
“ministerios”29. Como es lógico se destinó un ejemplar a cada uno de las casas jesuíti-
cas y parroquias que tenían a su cargo. A España también se mandaron ejemplares, se
conservan varios con un ex-dono manuscrito, en los ejemplares que hemos visto figura
“para el Colegio de la Compañía de Jesus de…. Dono Author”30. Posiblemente los su-
periores de la compañía establecieron un listado de casas a las que enviar la Historia en
Europa, escribiendo el ex-dono.
2. GEOGRAFÍA HISTÓRICA
La gran obra de Murillo, y la que le daría mayor prestigio, son los diez volúmenes de su
Geografía histórica donde se describen los reinos, provincias, ciudades, fortalezas, mares, montes,
ensenadas, cabos, ríos y puertos, con la mayor exactitud, y se refieren las guerras, las batallas, las
paces y sucesos memorables, los frutos, las riquezas, los animales, los comercios, las conquistas, la
religión, los concilios, las sectas, los gobiernos, las lenguas, las naciones, su genio y su carácter, y se
hace una compendiosa memoria de los varones insignes en virtud, letras, armas y empleos de cada
reino, lo que da luz para la inteligencia de la Sagrada Escritura, de la historia antigua y moderna,
sacra, eclesiástica, civil y natural, y de las fábulas y los poetas. La escribió el P. Pedro Murillo Velar-
de, de la Compañía de Jesús. Y la dedica a la Sacratísima Virgen de Guadalupe que se venera en
México. Con privilegio. En Madrid. En la oficina de D. Gabriel Ramírez, criado de la reina viuda
nuestra señora. Calle de Atocha, frente a la Trinidad Cazalda. Año 1752. Como bien se detalla
en el largo y minucioso título, la obra resulta ser una historia general de la cultura y civili-
zación universal. Sus coetáneos no escatimaron elogios. Uno de los censores de la obra, el
jesuita Gaspar Álvarez, maestro de matemáticas en el Colegio Imperial de Madrid, expre-
saba que “ella es del todo apreciable: es completa, erudita, universal, metódica, exacta y puntual
en cuanto pueda permitirlo lo vasto y difícil de la materia”31. En la edición facsímil de uno de
los libros de esta obra que se realizó con motivo del V Centenario de la conquista de
América por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada bajo la dirección
de Manuel Barrios Aguilera, en el estudio preliminar al tomo IX, Geografía de América, que
hace Ramón Mª Serrera, de la Universidad de Sevilla, página XXIV, afirma que
desde una perspectiva actual hay que reconocer que el esfuerzo del jesuita debió ser
ingente. Y más si se piensa en los escasos antecedentes de que por entonces disponía de
29 Ibídem, f. 251.
30 VVAA, Alfonso Salmerón y los libros de la Compañía de Jesús. Exposición homenaje a Alfonso Salmerón en
el V Centenario de su nacimiento, Universidad de Castilla-La Mancha, Toledo, 2016. Se trata del catálogo
de una exposición en que se exponía un ejemplar de la Historia con el mensaje “para el Colegio de la
Compañía de Jesus de Toledo. Dono Author”
31 MURILLO VELARDE, Pedro, Geografía Histórica…, tomo I. “Aprobación del R. P. M. Gaspar Álvarez, de la
Compañía de Jesús”, fechada en Madrid, 17 de marzo de 1751, p. 4.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
obras similares escritas en lengua castellana. Por ello, no es de extrañar que, al culminar
su empresa, reconociera la final del Prólogo que “esta obra me ha costado un trabajo im-
ponderable, no sólo por la vasta extensión de la materia, sino porque, recargado siempre
de ocupaciones bien graves, sólo hurtando el tiempo a la recreación debida, al descanso
necesario y aun al sueño, he podido recoger y coordinar estas noticias. Cualquiera que
haya dado a luz alguna producción (aunque sea una traduccioncilla) sabrá ponderar los
dolores de estos partos, no el que sin saber manejar la pluma sólo esgrime la cortante
espada de la lengua32.
Y unas líneas más abajo del prólogo al lector concluía irónicamente: “el que advirtiera
algunos yerros, no se fatigue en murmurar; tome la pluma y haga otra Geografía del tamaño,
que sin duda será más puntual, más exacta y más correcta, a lo menos en su aprehensión”33.
Sería de las primeras obras sobre esta temática, sus coetáneos le alabaron al unísono.
España hasta la fecha había sido descrita por extranjeros, y la obra de Murillo sería la pri-
mera visión descriptiva del mundo, de España y sus posesiones elaborada íntegramente
por un español, y editada en Madrid.
Mapamundi
que aparece
en la Geografía
Histórica.
431
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero que entienden en el siglo XVIII por Geografía, Pedro Murillo nos lo explica, diferen-
ciándola de otras ciencias afines:
La cosmografía es la descripción del mundo o del universo, en que se comprende cielo
y tierra. La Geografía en la descripción de la tierra, en que se comprehende la tierra y el
agua, que todo junto se llama globo terráqueo; globo por su figura esférica o redonda, y
terráqueo por incluir la tierra y el mar. La Corografía es la descripción de un Reino, de una
Provincia, o de una región particular. Topografía es la descripción de una ciudad, de una
plaza, de una villa, de un campo o de un paraje o sitio particular, en que se pintan los ríos,
momtes, edificios, castillos, palacios, plazas, árboles y prados. La Hidrografía es descripción
de las águas, mares, lagos o ríos34.
Ramón Serrera opina que la obra del jesuita está concebida más como una suma de
“corografías” que como una geografía explicativa concebida desde unos claros criterios
territoriales o administrativos36. Patricio Hidalgo dice que las corografías dieciochescas
no se limitan a describir los accidentes geográficos de un país (situación, emplazamiento,
límites, producciones), sino que abarcan aspectos tales como la historia, la población,
hombres célebres, monumentos, etcétera. Dice que la corografía es una síntesis lograda
de historia, geografía y arte, esto explica por qué Murillo Velarde, al redactar su Geogra-
phía, a la que define como “una ciencia físico-matemática que enseña la descripción universal de
toda la tierra”, la acompañó del calificativo de Histórica, aunque diese prioridad al primero
de los términos37.
Las corografías del siglo XVIII aspiran, fruto de la ilustración del momento, a promover una
serie de medidas económicas que fomenten el desarrollo económico. Se crea una concien-
cia de diferenciación regional española en el siglo XVIII y que la solución a los diferentes
problemas del país necesitaba una serie de medidas particulares de fomento y desarrollo
para cuyo amparo debía tenerse en cuenta la realidad geográfica del imperio español del
siglo XVIII, es decir hacía falta una mayor información de las realidades a transformar38.
34 Ibídem.
35 Ibídem.
36 SERRERA, Ramón, Pedro Murillo Velarde, S.J.: Geographia…, p. XXXII.
37 HIDALGO NUCHERA, Patricio, Una corografía ilustrada inédita: La descripción de las Yslas Philipinas de la
Real Academia de la Historia de Madrid, Universidad de León, León, 2009, p. 22.
38 MUÑOZ PÉREZ, José, “Papel de la Geografía en el programa español de reajuste económico del XVIII
432
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las fuentes que usa para escribir lo concerniente a la Historia, sin olvidarnos que era
jesuita son “sigo la Sagrada Escritura en lo literal y en el más corriente sentido de los Padres e
intérpretes, los principales autores de cada reino, en especial los cronistas, que son como testigos
públicos autorizados por su empleo de la fe pública”39. Su irónica objetividad le hace admitir
en otro párrafo de su obra:
yo en cualquier punto abrazo lo cierto como cierto; desprecio lo fabuloso o lo noto como
tal. En las dudas cito los autores, en que el lector seguirá lo que le parezca justo, pues no
me es posible hacer sobre cada punto, que son infinitos, una disertación…. No creo todo
lo que escribo; dudo mucho de lo que refiero. Sin embargo, doy la noticia para que no
la ignore el lector, con el previo conocimiento de que la abrazará el interesado, la despre-
ciará el émulo y la dudará el imparcial. Cada cual siga sus profetas, que yo no me quiero
declarar juez de controversias impertinentes para mi asunto40.
En concreto los autores que Murillo había consultado para componer su obra son:
he visto las obras de Pomponio Mela, de Ptolomeo, de Gerardo Mercator, de Abrahan
Ortelio, de Merula, de Botero, de Chivier, de Magino, de Ricciolo, de Maller, de Reland,
de Gotogredo,el Atlas grande de Bleau, los Mapas de Fer, de Sanson, de Uvit, de Medrano,
de Chiquet, de Lenglet, de Robé, de Aferden, de la Academia Real de Paris, de Le Isle,
el Atlas Histórico y otros. He tenido presentes los Diccionarios de Ortelio, de Moreri, de
Baudrand, y entre otros el de Alonso Lasor de Varea, que es el más completo. He leído
el derrotero de loa Ingleses, Holandeses, Franceses, Portugueses y Españoles: Los viajes
de Tabernier, de Mandeslo, de Medrano, de Dampier, de Schociten; Las Relaciones de
Herrera, , de Barros, de Fernández de Quirós, de Martyniz, de Halde; las cartas Edificantes,
y otro sin número de mapas y Relaciones particulares41.
Otra de las fuentes que usó Murillo para escribir su Geographia Historica fueron sus viajes.
A lo largo de la obra nos va dando datos de lo que había visto, en su época juvenil en
España, aparte de Laujar, había vivido en Murcia, Toledo, Granada, Salamanca, Alcalá y
Madrid. En 1722 zarpó desde Cádiz rumbo a México, recorriendo Veracruz, la ciudad
de México y alrededores y Acapulco. Recorrió la Filipinas, y en su viaje de vuelta a Es-
paña en 1750 lo hizo por la ruta del oriente viendo todo el sudeste asiático y la India,
para después circunnavegar África, llegando a la costa de Irlanda. De aquí se dirigiría a
Francia.
Cuando fue a la congregación de los jesuitas en Roma, se dirigió a Barcelona, y desde allí
lo hizo costeando el golfo de León, estuvo en Arles, en Nimes, en Aix-en Provence, en
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Marsella, Pourrières, Sainte Maxime, Cannes y desde allí “Yo passé desde Antobo (Antibes)
a Génova por mar, y es una delicia ver la Rivera dominada de encumbrados Montes, y toda la
falda poblada de Villas, y Ciudades con tal immediacion, que parece una Ciudad continuada toda
la Playa”42.
Murillo hizo todo un viaje turístico por Italia y Francia. Quedó maravillado por sus ciu-
dades. Roma la visitó entera “Yo visité casi todos estos Santuarios, y Reliquias, con otros mo-
numentos remarcables de aquella Santa Ciudad, de cuya magnificencia no se puede hacer cabal
concepto, sin verla”43 . Génova en la ida, la recorrió a fondo, “estuve en los Palacios de Balbi,
Durazo, Palavicini, y otros, en que hay muchissimo que observar”44. El camino para volver fue
curioso, en su Geographia Historica nos dice que de Roma partió vía Civita Castillana,
estuvo en Parma, pasando luego a Piacenza camino de Milán donde dice que adoró el
cuerpo de San Carlos Borromeo. Sabemos que es el camino de vuelta ya que en Bolonia
dice que el día de San Gerónimo (el 30 de septiembre) dio misa en la capilla donde se
hospedó San Francisco Javier, en el convento de los jesuitas45. Se desvió del recorrido
y estuvo en Tolentino viendo las reliquias de San Nicolás “Vi donde estuvo enterrado un
Crucifixo, que dicen, que le hablo: un Retrato del Santo, muy parecido; y me dixo el Religioso
aplicasse el oído a un agujero, donde dicen se oye hervir la sangre: Yo no oi nada”46 .
De Milán pasó a Turín y desde allí pasó por el Mont Cenis, en Saboya, pasando por Susa,
camino de Chanvery; se trataba del llamado camino español, una ruta terrestre creada por
Felipe II para conseguir llevar dinero y tropas españolas a la guerra en los Países Bajos.
De Chanvery pasó a Lyon donde dice que adoró el corazón de San Francisco de Sales47.
De aquí partió a Vienne, que le parecio fea y triste48, estuvo en Tournon-Rhone, pasó
por Valence “La Ciudad no me pareció tan hermosa como la pintan”49. Estuvo en Toulouse,
ciudad que no le cautivó como otras. Sabemos que pasó por Pau camino de España.
En su Geografía Histórica nos da datos de sus correrías por España, así destaca que estu-
vo diciendo misa en el castillo de Javier:
Yo dixe Missa en donde nació el Santo, y vi la Pila en que le bautizaron; y aunque el viage
fue muy penoso por lo crudo del tiempo, tuve singularissimo consuelo en adorar aquellas
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
paredes, que fueron cuna de tan prodigioso Apostol, que siempre ha sido, y espero que
sea mi guía, mi amparo, y mi protector50.
El 15 febrero de 1751 pidió permiso para imprimir los dos primeros tomos de la Geo-
grafía Histórica:
Pedro Murillo Velarde de la Compañía de Jesús y Procurador de su provincia de Philipinas
ante V. M. se presenta y dice: que tiene compuesto un libro intitulado Geogrephia Histo-
rica que desea dar a la estampa para la utilidad pública. Por tanto a V. M. pide y suplica lo
mande reveer a quien sea de su mayor agrado y le de la licencia necesaria para la impre-
sión, que en ello recibirá gracia y merced. Pedro Murillo Velarde51.
No se podían imprimir libros sobre América si no era con especial licencia del Con-
sejo de Indias, ya que ante el temor de que potencias extranjeras pudieran conocer la
realidad de las posesiones americanas, se pensaba que una forma de protegerlas era
prohibiendo la difusión y publicación de cualquier estudio geográfico detallado sobre
estas52. Los dos primeros tomos los remite el Consejo de Indias, el 18 de febrero de
1751 a Pedro de Fresneda para que lo revea, examine y exponga los reparos que vea
convenientes. Fresneda contesta el 18 de marzo diciendo que
hallose una obra, en lo geográfico muy ajustada, en lo histórico muy verdadera, en las no-
ticias particulares muy util, en quanto por si mismo ha tocado y visto lleno de novedades
muy apreciables; con esta obra el erudito se perfecciona, el ignorante se instruye, el curio-
so se aficiona y siendo tan util para el público, juzgo ser acreedor de justicia a la licencia
que solicita para darla a la imprenta53.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los otros volúmenes eran el tomo III: “Geographia Historica de Francia, Italia y sus islas.
Con el Catalogo de los Pontifices, y Antipapas, y de varios Reyes”, el IV : “Geographia
Historica de Alemania, Flandes, Inglaterra, Dinamarca, Noruega, Suecia, Moscovia y Po-
lonia”, el V : “Geographia Historica de Hungria, Thracia, Grecia y las Islas Adyacentes”, el
VI: “Geographia Historica del Asia en General y Particular”, el VII: “Geographia Historica
de Persia, del Mongól, de la India, y sus Reynos de la China, de la Grande Tartaria, de
las Islas de la India y del Japón”, el VIII : “Geographia Historica, de las Islas Philipinas,
del Africa, y de Sus Islas Adyacentes”, el IX : “Geographia Historica de la America y de
las Islas Adyacentes, y de las Tierras Arcticas, y Antarcticas y Islas de los Mares del Norte
y, Sur”, y el X: “Geographia Historica en que se hace una compendiosa memoria de los
Varones mas insignes de el Mundo en virtud, letras, armas y empleos”.
La publicación de la Geografía causó algún tipo de problema a Pedro Murillo, así en una
carta que Pedro Ignacio Altamirano escribe desde Madrid el 15 de octubre de 1753 al
P. Murillo que estaba en el Puerto de Santa María en que le dice:
que echara su Rª la culpa de lo que siente a los Authores que escrivieron lo que oieron
i no vieron; que estando su Rª mas espacio sacara la Geographia de España citando los
Authores que erraron, y corrigiendo sus errores. Que el venir por el oriente quanto hay
causa, y licencia del Governador no se repara; que el pedir licencia general al Rey sonaba
mal, que en lo de la Inquisission repitia lo que tenia dicho en su antecedente55.
54 El jesuita Pedro de Fresneda había sido profesor de Filosofía en la Universidad de Alcalá, profesor de
Matemáticas en el Real Seminario de Nobles de Madrid y de Prima en el Colegio Imperial de los Je-
suitas. Además, fue Cosmógrafo Mayor de su Magestad, en especial en lo tocante a Indias y “conocido
antiguo y Contemporáneo” de Pedro Murillo.
55 AHN, Códices, L. 367.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero no ha sido posible conseguir el intento, por las varias incompatibles ocupaciones, que
se me han ofrecido. Sin embargo, hice a ratos perdidos, como lo demás de esta Obra, este
Compendito, en que se dá una breve segura noticia de los Sujetos más famosos, que ha
tenido cada Reyno56.
Una de las cuestiones importantes, es por qué imprime la Geografía Histórica en Madrid.
Editar en Filipinas era una labor muy compleja. A la hora de imprimir es lógico que el
impresor se preocupe no solo del contenido, sino también de los posibles compradores
de la obra. En Filipinas la venta de libros era un negocio ruinoso. Los indios no iban a
comprarlos, bien porque no conocían el castellano, bien por su poco poder adquisitivo.
La única salida era que comprasen los españoles residentes en las islas o enviarlos a Es-
paña. En el primer caso el número de clientes era limitadísimo, y en el segundo era un
riesgo por las dificultades burocráticas y como hemos visto la posibilidad de pérdida de
la obra en un viaje larguísimo. Por tanto, la impresión en Manila era un riesgo.
Imprimió la obra en Madrid ese año de 1752, y la mayoría de los tomos en “la oficina
de D. Gabriel Ramírez, Criado de la Reyna Viuda nuestra Señora, en la Calle de Atocha,
frente a la Trinidad Calzada”, en concreto lo tomos I, II, III, IV, VIII, el tomo V lo impri-
mió ese año en la imprenta de los Herederos de Francisco del Hierro, el VI y IX en “La
Imprenta de Agustin de Gordejuela y Sierra, calle de los Preciados”, el VII en la Imprenta
de Manuel de Moya, el X en “La Imprenta de La Música, en la calle de La Libertad, mas
abaxo del Monasterio de San Basilio el Magno”. Sin duda fue una labor titánica. Además
ese año de 1752 había impreso Catecismo o Instrucción cristiana en que se explican los mis-
terios de nuestra fé en la imprenta de los Herederos de Francisco del Hierro.
¿Por qué imprimió esta obra en 5 imprentas diferentes? ¿Cómo consiguió Pedro Murillo
financiar la impresión de una obra de tal envergadura? La respuesta a la primera pregun-
ta, es el poco tiempo que tenía Murillo para imprimir y distribuir la obra. Como mínimo
se terminó de imprimir a fines de 1752, ya que en el primer tomo aparece un privilegio
para imprimir la obra concedido por el Rey el 7 de noviembre, en el que dice:
Y mando al Impressor que imprimiera la referida Obra, no imprima el principio, y primer
pliego, ni entregue mas que uno solo, con el original, al dicho Pedro Murillo Velarde, a
cuya costa se imprime, para efecto de dicha corrección, hasta que primero este corregido,
enmendado, y tassado el citado Libro por los de mi Consejo; y estandolo assi, y no de otra
manera, pueda imprimir el principio, y primer pliego, en el qual seguidamente se ponga
esta Licencia, y la Aprobacion, Tassa, y Erratas.
437
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En los últimos años se han publicado diferentes artículos sobre la Geographia Histórica,
destacando José Policarpo Cruz Cabrera, “Arte y artistas andaluces en la Geographia
Historica de Pedro Murillo Velarde (1752)”, en Docta Minerva: Homenaje a la profe-
sora Luz de Ulierte Vázquez / coord. por Felipe Serrano Estrella, 2011, págs. 337-348.
“Granada: la imagen de la ciudad y los artistas granadinos en la Geographia Histórica de
Pedro Murillo Velarde (1752)”, Actas de la XI reunión científica de la fundación espa-
ñola de Historia Moderna Volumen I, Granada, universidad de Granada, 2012. También
en diferentes congresos se han leído ponencias, como la de Laura Barba Beltrán “LasFi-
lipinas en la Geographia Histórica (1752) de Murillo Velarde” presentada en el “Congreso
internacional El Pacífico, 1513-2013. De la Mar del Sur a la construcción de un escenario
oceánico”, celebrado en Sevilla en septiembre de 1713 y la de Ascensión López Vázquez
“ Salvajes y civilizados a través de la Geographia Historica (1752) de Pedro Murillo Ve-
larde” en el XVI Encuentro de La Ilustración al Romanticismo: Cádiz, América y Europa
ante la modernidad, 1750-1850. Barbarie y civilización, celebrado en Cádiz en octu-
bre de 2013 y “La imagen del mundo a través de la Geographia Historica de Murillo
Velarde”, en la XII Reunión científica de la Fundación Española de Historia Moderna,
celebrada en Sevilla en junio de 2014.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
del Colegio de San Ildefonso había un libro con menologios “Menologios en que se hallan
los mas Ylustres Varones de la Compañía en Philippinas. Son cinco quadernos en quarto”59.
Parece que esta obra estaba preparada para ser dada a la prensa de manera indepen-
diente a la Historia, ya que tiene introducción y protesta propias. La protesta es casi un
duplicado de la que aparece la Historia. Murillo en el prólogo escribe:
Solo pondré aquí los varones más esclarecidos, sin ofensa de otros que omito, no porque
sean dignos de este lugar, sino por no exceder los límites de un breve Menologio, y en la
Historia de esta apostólica Provincia se hará la debida memoria de sus virtudes y talentos60.
59 Inventario de los papeles que se ocuparon en el Colegio de San Ildefonso de la Compañía de Jesús,
del pueblo de Santa Cruz, extramuros de Manila (Filipinas), en virtud de las temporalidades de dicha
orden. AHN. Códices, L. 340, fº. 307v.
60 CUSHNER, Nicolás, “ Los jesuitas en Filipinas en el siglo décimo sexto, según el menologio inédito del P.
Pedro Murillo Velarde”, en Missionalia Hispánica, vol. XXVI, 165-168 (1967), p. 324.
61 Diciembre, 1ª de 1739. “En la de primero de Diziembre del citado año encarga se embiase el Meno-
logio de los Varones Ylustres para la uniformidd en toda la Compañía”, en Inventario de los papeles
que se ocuparon en el Colegio de San Ildefonso de la Compañía de Jesús, del pueblo de Santa Cruz,
extramuros de Manila (Filipinas), en virtud de las temporalidades de dicha orden. AHN. Códices, L. 340,
fº. 291r.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Murillo a veces reaprovecha sus escritos, así en la Geographía Histórica, de las Islas Phi-
lipinas, del África, y de sus Islas adyacentes, tomo VIII, impresa en Madrid en 175266,
62 SÁNCHEZ FUERTES, Cayetano, “Crónica de unas Chronicas. Aportación al estudio de la imprenta fran-
ciscana en Filipinas”. Archivo Ibero-americano [s.é.] 049 (1989), pp. 491-530.
63 DE SAN ANTONIO, Juan Francisco, Chonicas de la Apostólica..., p.11.
64 Ibídem, pp. 33-34.
65 SÁNCHEZ FUERTES, Cayetano, “Crónica de unas...”, p. 502.
66 MURILLO VELARDE, Pedro, Geografia histórica. Vol. VIII Geographía Histórica, de las Islas Philipinas, del
África, y de sus Islas adyacentes, pp. 33-42.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
reproduce al pie de la letra el texto sobre los indígenas de las Crónicas de la Provincia
de San Gregorio.
5. OTRAS OBRAS
Una obra que Pedro Murillo consideraba obra histórica es su Carta Hydrographica y Cho-
rographica de las Yslas Filipinas dedicada al Rey Nuestro Señor por el Mariscal de Campo D.
Fernando Valdés Tamón…hecho por el Padre Pedro Murillo Velarde de la Compañía de Ihesus...
Esculpido por Nicolás de la Cruz Bagay.... Se imprimió en 1734 en la imprenta del Colegio
de los jesuitas por Nicolás de la Cruz Bagay.
Pedro Murillo Velarde fue también un cartógrafo de cierta distinción67. En 1732 el rey
emitió una orden real solicitando un mapa de las Islas Filipinas que contuviera los últi-
mos descubrimientos. El gobernador Valdés Tamón encargó el proyecto a Murillo Ve-
larde, quien realizó una obra notable y precisa. Hasta finales del siglo XVIII fue el mapa
normalmente utilizado en procedimientos de la marina. Cartógrafos posteriores lo re-
produjeron sólo con algunos pequeños cambios y, a menudo, sin citar al original. De
esta obra Murillo nos dice:
Y el año de 1733. vino Orden de Nuestro Catholico Monarcha, para que se hiciesse Mapa
de estas Islas, y aviendose encargado á mí solicitud, salió a la luz pública el año de 34, En el
puse todos los Pueblos, Puntas, Ensenadas, Puertos, Bajos. Arrecifes, Rumbos, Derroteros,
Ríos, Fuerzas, y Distancias, que en un Assumpto tan dificil, y en la graduación del punto
fué posible, Y en una Descripcion de pocos renglones, y en las Figuras del margen, como
en Híeroglíphicos Egypcios. hago Relación de lo mas memorable, que en ellas se contiene,
la mas extensa, que se puede hacer en tal concision de palabras, y Figuras, y si alguno lo
crée ponderación, ponga las manos a la Obra, y vera que es mas dificil andar con la pluma
discurriendo, que volar con la lengua murmurando68.
Se trata de una obra de enorme calidad y bellamente decorada con escenas y personajes
de la vida filipina de la época, incluyendo un mapa de la isla de Guam, en las Marianas.
Como hemos visto el gobernador había recibido una orden fechada el 1 de junio de
1732 para que fuera confeccionado un plano de calidad de las Islas Filipinas. Valdés
Tamón comenta al Rey que en 1728, por “uno de los Diputados de este Comercio” se había
67 Sobre la obra cartográfica de Pedro Murillo ver: VILLORIA PRIETO, Carlos, “La producción cartográfica
del jesuita Pedro Murillo Velarde (1696-1753)”. En El siglo de las Luces. XVI Jornadas de Historia en Llere-
na. Llerena (Badajoz), 2016, pp. 131-148.
68 Sentir del P. Pedro Murillo Velarde, S. J. (San Miguel, 19 de mayo de 1738): pp. 30-49 s.n. en la obra de
Juan Francisco de San Antonio, OFM, Chronicas...
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
hecho en Madrid un mapa de las Filipinas, pero consideraba que era defectuoso69, por
eso nos dice:
crehí conforme ajustar uno, en todo lo posible el más puntual, que hasta oy se huviesse
dado a la Luz: intento que comunicado con el Padre Pedro Murillo Velarde de la com-
pañía de Jesus, sugeto bien conocido por sus calificadas prendas: no solo me alentó a la
empresa, sino que desde luego se ofreció tomar la dirección a su cargo, quedando al mio,
el costear la obra70.
Carta
Hydrographica y
Chorographica
de las Yslas
Filipinas.
69 El almirante Francisco Díaz Romero y Antonio de Chandiaa habían compuesto y publicado un mapa
de Filipinas y del Pacífico. SELGA, Miguel, “Los mapas de Filipinas por el P. Pedro Murillo Velarde, S. J.”.
Bureau of printing, Manila, 1934, p. 12.
70 AGI, Filipinas, 384, N. 20. Carta de Fernando Valdés Tamón, gobernador de Filipinas, a José Patiño remi-
tiéndole 12 ejemplares del Mapa general de las Islas Filipinas (que no están) de Pedro Murillo Velarde,
de la Compañía de Jesús. Manila, 20 de julio de 1733.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En julio de 1733 están terminadas tres de las cuatro planchas de que se componía el
mapa. Según Miguel Selga el mapa se componía de cuatro hojas, los dibujos que re-
presentan las costumbres de Filipinas, que a modo de orla se disponían a izquierda y
derecha de mapa, el cual se componía de dos hojas que se situaban en la parte central71.
La realización del mapa fue un trabajo en equipo coordinado por Murillo. Este revisó to-
dos los mapas que había sobre las islas y para las partes que no estaban claras se mandó
a personas expertas a reconocer el terreno, o se pidió a las provincias lejanas aclaración
sobre las dudas. Una vez hecho el mapa se imprimieron algunas copias que se mandaron
a personas expertas para que las corrigiesen, no hallándose errores considerables. Según
Trinidad H. Pardo de Tavera el jesuita ya tendría reunidos los datos para hacer el mapa
de Filipinas cuando recibió el encargo. Este fue el motivo por el que se le encomendó
la formación del mapa72.
El mapa tuvo un éxito fulgurante y se convirtió en la mejor carta sobre las islas elaborada
hasta entonces, sirviendo de punto de referencia a geógrafos y cartógrafos españoles y
extranjeros durante el resto del siglo XVIII. Murillo llegó a conocer el éxito del mapa.
71 Esta información no es del todo aclaratoria del número de láminas de las que constaba el mapa, ya
que en 1762 a raíz de la conquista de Manila por los ingleses, estos se llevaron al Reino Unido las plan-
chas del mapa, un rotativo británico Scots Magazine de 1763, volumen 25, página 235, dice “Escriben
desde Londres con fecha 21 de abril que entre los objetos curiosos que se habían encontrado en Las
Manilas y trajo acá el Coronel Draper hay ocho láminas de cobre, en las cuales está grabado un mapa
muy singular de las Islas Filipinas, orlado con dibujos que representan los hábitos y costumbres de los
habitantes de aquellas regiones”. SELGA, Miguel. Los mapas de Filipinas… p. 23.
72 PARDO DE TAVERA, Trinidad H., El mapa de Filipinas del P. Murillo Velarde, Manila, 1894, p. 4.
73 Carta del Gobernador Fernando Valdés Tamón a Don José Patiño, en Manila, el 7 de julio de 1734. AGI,
Filipinas, 384, N.20
74 Ibídem.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En 1744 Murillo imprimió otro mapa de las Islas Filipinas, tiene una escala menor que
el anterior, no aparecen los tarjetones ni la leyenda histórica. El objeto de este mapa era
incorporarlo a su Historia de 1749.Tras la expulsión de los jesuitas de filipinas, la plancha
del mapa se conservaba en la imprenta de la compañía, pasando esta al seminario de San
Carlos, en Manila. Este mapa aparecería en otra obra de historia, en la de Juan de la Con-
cepción, Historia general de Philipinas, publicada en Manila, en la imprenta del Seminario
Conciliar y Real de San Carlos por Agustin de la Rosa y Balagtas, en1788. Se aprovechó
el mapa del laujareño, eliminando la inscripción, “de la compañía de Jesús”.
Sin duda numerosas obras del que fue el mayor polígrafo almeriense del siglo XVIII
quedaron inéditas y están perdidas a día de hoy. De entre las obras de carácter historio-
gráfico perdidas tenemos que destacar una biografía de San Francisco Javier, “y escribió
la vida de el Santo, aunque no se imprimió, añadiendo quantas noticias nuevas pudo adquirir
fu diligencia”76. Murillo sentía una gran devoción por el Santo. En su mapa de 1744 le
grabó de pie sobre una concha tirada por caballos marinos, cuyas bridas sostiene con la
mano izquierda, enarbolando con la diestra el estandarte de la compañía de Jesús. En
medio del penoso viaje de regreso a España, Murillo prometió a San Francisco Javier
que si llegaba vivo a España le dedicaría el catecismo que compuso en el viaje “Yo en
toda contingencia tendré el consuelo de cumplir mi voto y ofrecerlo a Dios por mano
de San Francisco Javier y presentar en el tribunal divino este corto debido, inexcusable
tributo, ya que tengo un pie en el linde de la eternidad”77. Sabemos que imprimió una
obra dedicada al santo, y en su viaje a Italia como hemos visto mostro gran interés en
visitar lugares relacionados con este.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El episodio más conocido, del relato del viaje de Anson es el de la toma del galeón de
Manila “Nuestra Señora de Covadonga”, dentro del marco de la guerra hispano británi-
ca, conocida en España como la Guerra del Asiento y en Inglaterra como la Guerra de la
Oreja de Jenkins, que se desarrolló entre 1739 y 1748. Ya desde 1744 aparecen distintas
publicaciones narrando este viaje, hasta que en 1748 aparece la versión autorizada por
el almirantazgo británico, la del capellán Richard Walter80. La primera edición francesa
es de 1749. Desde esta versión francesa se tradujo al español a principios de la década
delos 50 del siglo XVIII por José Antonio de Aguirre, presbítero en San Sebastián, Buelta
al mundo dada por Jorge Anson en los años de 1740, 41, 43 y 44 [manuscrito]: traducción de
el idioma francés al español por don Josseph Antonio de Aguirre, presbitero. Se llegó a pedir
la solicitud para imprimir la obra, y con fecha de tres de marzo de 1752 se remite la
solicitud a la censura del Padre Pedro Murillo Belarde [sic] de la Compañía de Jesus, en
78 El volcán Taal es un volcán activo situado a 50 kilómetros al sur de Manila. Es una isla, que se formó
precisamente en la erupción de 1749, en el centro del lago Taal, que se sitúa dentro de una caldera
formada anteriormente por una erupción muy grande.
79 TORRES SANTO DOMINGO, Marta, “Un bestseller del siglo XVIII: el viaje de George Anson alrededor del
mundo”, en Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona,
Vol. IX, 531 (2004).
80 WALTER, Richard, A voyage round the world, in the years MDCCXL, I, II, III, IV, by George Anson, Esq., com-
mander in chief of a squadron of His Majesty’s ships, sent upon an expedition to the South-Seas / compiled
from papers and others materials of the Right Honourable George Lord Anson, and published under the
direction by Richard Walter. Printed for the author, by John and Paul Knapton, Londres, 1748.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
su Collegio Imperial de esta corte, quien la concede con fecha de diez y siete de mayo
de 175281. Finalmente, esta obra no se publica, se desconoce el motivo, y se conserva
inédita en la Real Academia de la Historia82. Este ejemplar procede de la biblioteca del
Colegio Imperial de los jesuitas ¿Fue acaso el ejemplar que manejó Murillo? Como
vemos Murillo era la referencia para todo tipo de obra historiográfica que tuviese que
ver con Asia en los años que estuvo en España. Además, Pedro Murillo había publicado
un “Parecer del M.R.P. Pedro Murillo Velarde de la Compañía de Jesús Cathedrático de
Prima de Theología, y Sagrados Cánones de la Real Universidad de Manila. Asistente
Real en las Oposiciones de su Metropolitana Calificador del Santo Oficio, y rector de la
Residencia de Antipolo, en la obra titulada Carta en que se vindica la Ivsticia, y equidad de
las Reales Sentencias pronunciadas Sobre la pertenencia del dinero salvado de la perdida de Coba-
donga, de los dicterios impressos en Mexico contra la Real Audiencia de estas Islas. Se redarguye
de escandalosa la pretensión de los comerciantes, que intentan quedarse con el dinero salvado de
las correspondencias y se deduce que el contrato de correspondencia qual figuran practicarse en
este comercio, y proponen en el Impresso como Basa fundamental de su intento, es notoriamente
Usuario. Impreso en la Imprenta de la Compañía de Jesús, por D. Nicolás de la Cruz
Bagay. Manila, 1747. Murillo conocía a fondo todo lo relativo a la captura del galeón y
sus consecuencias posteriores.
447
FONDÓN:
UN CONCEJO RURAL
EN LA PRIMERA MITAD
DEL SIGLO XVIII
448
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las apoyaturas bibliográficas son escasísimas, pues los estudios conocidos sobre con-
cejos lo son sobre poblaciones de mucha más entidad, normalmente ciudades, que
presentan otras características y problemática. En cuanto a las fuentes, podemos decir
que son abundantes. En el archivo municipal de Fondón se conserva la documentación
generada por el concejo desde el siglo XVI. Las actas de cabildo del siglo XVIII se
conservan prácticamente en su totalidad, y su falta en algunos años puede ser suplida
en parte por los protocolos notariales y, especialmente, por los Libros de Cuentas de
Propios y de Tercias. Es la principal base de este trabajo y la mejor fuente para conocer
el día a día de la vida de la población, pues a menudo aportan información de aspectos
sociales y culturales que no se recogen en los libros de propios o tercias, eminentemen-
te económicos.
Los Libros de Tercias recogían la contabilidad de estos ingresos. Desde el reinado de Fe-
lipe IV, Fondón contaba con el privilegio, por compra junto a la villa de Laujar de Anda-
rax, de la percepción de tercias y alcabalas. Era, sin duda, la principal fuente de ingresos
del concejo y sobre la que se libraban los pagos más importantes. También supuso una
constante fuente de problemas, con la continua fiscalización por parte de la administra-
ción, del intento de manipulación por parte de algunos vecinos, y en alguna ocasión, de
enfrentamientos con la villa de Laujar. Gracias a los Libros de Propios conocemos los
bienes que suministraban otra cantidad de ingresos, con la que el concejo hacía frente
normalmente a pequeños pagos. Provenían principalmente del arrendamiento de los
dos molinos y la almazara, y del censo de solares para la construcción de nuevas casas.
Al frente de su contabilidad estaba normalmente un mayordomo, aunque otras veces
será uno de los alcaldes el encargado de llevarla.
La consulta de los protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Almería per-
mite completar y contrastar la fuente principal, especialmente en lo relativo a los pleitos,
ofreciendo el punto de vista contrario al del concejo.
Para el conocimiento de las personas que manejan la institución municipal ha sido im-
prescindible usar los libros de bautismos, matrimonios y defunciones, que se conserva-
449
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1572-1600: LA REPOBLACIÓN2
Tras la rebelión morisca de 1568-70 y durante casi un año, Fondón estuvo prácticamente
despoblado. Igualmente gran parte de las provincias actuales de Granada y Almería. La
corona necesitaba reocupar este vacío por intereses de defensa y fiscales: los turcos y
berberiscos eran una seria amenaza, y había que recuperar los ingresos fiscales que antes
proporcionaban los moriscos. Esta repoblación tendrá una importancia decisiva para las
nuevas estructuras agrarias y nuevos planteamientos urbanos, cuya huella ha llegado
hasta hoy. Sin embargo se mantendrán elementos de las estructuras agrarias moriscas:
persistencia de los sistemas de riego y acequias, atomización parcelaria, policultivo de
regadío y persistencia de un cultivo de antigua tradición morisca, el moral. Los nuevos
pobladores recibían unas condiciones muy beneficiosas: casas en propiedad y tierras
distribuidas en suertes, pagando un diezmo de todo el producto, además del diezmo
eclesiástico. Esta distribución quedaría reflejada en el Libro de Apeo. Pero el volumen
poblacional y el económico de los nuevos pobladores tardará en recuperar el esplendor
económico de la zona, anterior a la rebelión de 1568.
La mayor parte de los repobladores del nuevo concejo formado procedían de Valde-
peñas de Jaén, seguidos de los del Valle del Jarama, entre Madrid y Guadalajara3. Aun-
1 Para una completa contextualización histórica remitimos a ANDÚJAR CASTILLO, F. (ed.), Historia del
Reino de Granada, vol. II y III, Granada, 2000.
2 Sobre este periodo clave, ver BARRIOS AGUILERA, M. y ANDÚJAR CASTILLO, F. (eds.), Hombre y Territorio
en el Reino de Granada. Almería, 1995.
3 Para la repoblación en concreto de Fondón, ver PONCE MOLINA, P., El espacio agrario de Fondón en el si-
glo XVI. El Ejido (Almería). 1984, y GAONA VILLEGAS, J., “De repobladores a oligarcas. El caso de Fondón
(Almería)”, en Chronica Nova, 29 (2002).
450
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que la idea de Felipe II era crear una sociedad de iguales, por la sociedad estamental del
Antiguo Régimen y la categoría social de algunos repobladores (por nobleza o servicios
especiales a la Corona), se tuvieron que crear unas suertes complementarias o ventajas
para estos privilegiados. Aun así, se consolidó una estructura de la propiedad que ha
llegado hasta el presente, basada en la dispersión y el minifundismo.
El antiguo
pósito ha sido
la sede del
concejo desde
el siglo XVII.
La edificación
actual, muy
reformada, se
remonta a 1789.
4 Sobre la nueva sociedad repobladora, BARRIOS AGUILERA, M. y SÁNCHEZ RAMOS, V., Martirios y men-
talidad martirial en Las Alpujarras. Granada, 2001.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las mejores casas-palacio en Fondón son del siglo XVIII, así como el aspecto actual de
los tres templos parroquiales. Del mismo modo, las principales fiestas y tradiciones tam-
bién tienen su origen en esta centuria.
Durante estos dos siglos la población pasó de 300 habitantes, con que se empezó este
periodo, a unos 1.500 habitantes.
5 Sobre la evolución del cultivo de la seda, GARCÍA GÁMEZ, F., “La seda del Reino de Granada durante el
segundo proceso repoblador (1570-1630)”, en Chronica Nova, 25 (1998).
6 Sobre estas explotaciones de plomo, CARA BARRIONUEVO, L, et alii, La minería de Sierra de Gádor. Nues-
tro legado. Almería, 2002.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Fondón contaba con 261 vecinos seculares y 11 eclesiásticos, con una población total de
1.317 habitantes. La evolución de la población durante la primera mitad del siglo XVIII
es muy fuerte, aumentando en un 40 % aproximadamente (ver anexo 1).
La mayor parte de la población, unos 200, eran jornaleros, unos 50 se les reseñó como
labradores, y el resto desempeñó oficios de profesiones normales de servicio a la co-
munidad. Los jornaleros y pequeños propietarios componían la inmensa mayoría de la
población, siendo poco significativa la proporción de medianos propietarios7.
7 Para este capítulo seguimos el trabajo de DIAZ LÓPEZ, J. P., El Valle del Andarax en el siglo XVIII. Granada,
1996. Ofrece un estudio comparado de todos los pueblos de la cuenca del Andarax.
453
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los principales propietarios en 1752 eran, por este orden, el Ldo. Don Francisco Go-
doy, siendo su principal fuente de ingresos los producidos por la seda, Doña Casimira
del Moral, que basaba su riqueza en sus propiedades de regadío, Don Juan Antonio
Ramírez, del que destacaban su ganado lanar y sus tierras en regadío, y Don Francisco
del Moral, con una importante cabaña de ganado cabrío. Estos dos últimos, en aquellos
momentos, todavía en su juventud, se iban a convertir en los grandes propietarios de
Fondón durante gran parte de la segunda mitad del siglo.
Casi la mitad del término se declaró como superficie cultivada, siendo en importancia el
segundo pueblo de su comarca del Andarax en este aspecto. Aunque la extensión del
secano era enormemente superior, la importancia de su regadío estaba entre las mayores
del valle. Este regadío, sin duda, contribuía a una elevada producción, y por tanto, mayor
riqueza para sus vecinos propietarios. Gran parte del regadío estaba dedicado al cultivo
de arbolado, destacando sobremanera el moral, que doblaba en estas fechas al olivar
(la proporción contraria era la dominante en el valle). La producción cerealista más im-
portante era la de maíz, seguida de cerca por el trigo y la cebada (las cosechas oscilaban
entre 650 y 750 fanegas de cada uno de los tipos de cultivo). Menos importancia tenía
el centeno. En cuanto al viñedo, cultivado en secano, y destinado a la producción de
vino, era de los más importantes del valle.
El ganado mayor tenía una importancia desigual. El caballar, considerado como un lujo,
pues no participaba de la producción económica, estaba en manos de las familias con
elevado poder adquisitivo. Su importancia numérica en Fondón era signo de la exis-
tencia de un grupo numeroso de estas familias, en comparación con otras localidades
de igual población, pero con menor cantidad de caballos. El ganado asnal, mular y
vacuno, que sí participaba en la producción agrícola, era insuficiente para las necesida-
des de los vecinos y del término municipal. En cuanto al ganado menor, la importancia
de Fondón fue también grande, sobre todo en el ganado cabrío y en colmenas. Casi
toda la población contaba con alguna cabeza de algún tipo de ganado, y los mayores
propietarios de ganado en Fondón pertenecían al grupo de medianos propietarios de
la comarca.
Las únicas industrias eran los dos molinos y la almazara, y su rentabilidad no aparece
entre las mayores del valle, siendo muy baja sobre todo la de la almazara.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1. ALCALDES Y REGIDORES8
El concejo de Fondón estaba formado por dos alcaldes y dos regidores, y un alcalde para
el anejo de Benecid, aunque este último apenas participaría en la toma de decisiones
del cabildo. Sólo en dos ocasiones - en 1727 y 1729 - el cabildo repitió un año más en
su puesto. Ellos serán los responsables de la actividad municipal durante el año de su
mandato. Son miembros, en un porcentaje significativo, de las familias de la oligarquía
económica y social. Hasta doce miembros de la familia Del Moral y once de los Ramírez,
intervinieron, y muchos de ellos en más de una ocasión, en las labores del gobierno
municipal. También es significativa la presencia de los Casanovas, con prácticamente la
presencia de todos sus miembros en este periodo, y los Campos y Moyas. Destacan por
el número de veces que fueron oficiales, sin tener en cuenta a los regidores perpetuos,
José Ramírez, con siete ocasiones, los hermanos Juan y José Fernández con seis, Juan de
Casanova con otras seis, y Agustín de Orzáez, con cinco. Sorprende, en cambio, la escasa
participación en comparación con su peso económico de grandes propietarios como los
hermanos Aparicio, los Yanguas y Tomás del Moral.
El acceso al cargo no estaba determinado por la edad, ni era preciso ser antes regidor
que alcalde. Las elecciones para los nuevos oficiales se hacían al final del año o co-
mienzos del siguiente, y la participación en las mismas fue bastante irregular por parte
del vecindario9. En el periodo estudiado, la sucesión en el cabildo se produjo siempre
con normalidad10. Sólo en una ocasión tenemos datos de renuncia a ser oficial de ca-
bildo: Felipe Godoy, para no perder su fuero militar de alférez, en 1712. Esto indica
que el ocupar un lugar en el cabildo era apetecible para prácticamente la totalidad
de los vecinos. No saber leer ni escribir no era un problema: hubo muchos alcaldes y
regidores analfabetos que no firmaban las actas. Así, por ejemplo, en 1709 se tomaron
votos para ver quién debía cobrar los memoriales y contribuciones. Aunque sabían que
era obligación de los dos, se eligió a Francisco Gómez de Aguilera, ya que sabía leer y
escribir y “es abonado y avil para dhas cobranzas”, aunque Juan de Ocaña era alcalde
de primer asiento11. Una vez que ya eran miembros del cabildo, los oficiales más ambi-
8 Ver anexo 2.
9 De la masiva participación de 127 vecinos en 1715, a la paupérrima de 1706, con 13 votantes. La irre-
gularidad no era por periodos, sino que había mucha variación de un año al siguiente.
10 En la década de 1750 se produjeron varias impugnaciones en las elecciones.
11 Archivo Municipal de Fondón [AMF], Actas Capitulares [AC] 1709, abril.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ciosos procuraban aprovechar todas las situaciones que pudieran para beneficio propio
y de los suyos12.
La asistencia a las reuniones era bastante asidua. Sólo los regidores perpetuos parecen
tener cierta relajación en cumplir con su obligación. A la hora del compromiso, suelen
ser los propios oficiales los que acudían a las juntas generales de Ugíjar - a lo que estaban
obligados -, a las convocatorias de Granada o reuniones con otros concejos, aunque a
veces delegaban en el escribano del concejo13.
La ostentación del poder también les produjo a los oficiales más de un problema. Mu-
chas veces tenían que adelantar el dinero para los pagos, y responder con sus personas
y bienes las posibles sanciones de la administración18.
12 En esta elección de 1709 sobre memoriales y contribuciones, el regidor perpetuo Juan del Moral pre-
fería a su cuñado, el también regidor perpetuo Juan Ramírez, para cobrar los memoriales.
13 AMF, AC, 1709, 29 mayo. Como ocurrió cuando por la ocupación o enfermedad de los oficiales fue a
Laujar el escribano Morales a tratar con aquel concejo el asunto del envío del privilegio de tercias a
Madrid para su confirmación.
14 AMF, AC, 1704, 5 junio.
15 AMF, AC,1706, 7 febrero.
16 AMF, AC, 1704, 5 junio. Por el ya mencionado Matías Juárez el 5 de junio de 1704 Felipe Godoy mandó
una carta al alcalde mayor, D. Francisco Casa y Alvarado, en la que le contaba la demencia de Matías
Juárez, “quien está en Huécija, atendido por los agustinos, adonde llegó escapado y perdido la maña-
na del 3 de junio, sin más que la vara y la espada”. Si no mejorase, pedía se le nombrara a alguien que
lo sustituyese y le ayudase en el gobierno. Al día siguiente se le respondió que, de momento, cuando
él (Godoy) se ausentase, le sustituyese el regidor más antiguo. El 13 de agosto fue nombrado “interin”
Juan del Moral-Nadal, alcalde en el año anterior.
17 AMF, AC, 1710, 27 julio. Seis años después del caso anterior, por un auto del alcalde mayor, se entre-
garon la vara del difunto alcalde D. Domingo Ramírez y las memorias de cobranzas que llevaba a D.
Tomás del Moral, siguiente en número de votos en las pasadas elecciones.
18 Valgan a modo de ejemplo estos tres casos. AMF, AC, 1715, 18 agosto. Desde Vélez-Málaga se recla-
mó el dinero por seis soldados dados por desertores. El 25 de agosto respondió el capitán D. Fabián
del Moral dando noticia de los desertores que quedaba por evacuar de los que a Fondón se le hacía
cargo. Remitió el dinero de cuatro y de otro enfermo, e informó que el sexto, Miguel Rodríguez, murió
en Melilla, por lo que quedaba libre de su paradero. Al quedar todo aclarado y cumplido, pidió que
no se hiciera prisión ni multa contra ningún capitular. AMF, AC, 1718, 16 diciembre. En 1718 un auto
del alcalde mayor obligaba al concejo a pagar a Mateo Gómez los 40 días que estuvo preso en Ugíjar,
a causa del cobro y gasto del donativo del doblón, cuando fue alcalde en 1712, y que “pidió y sigue
pidiendo…”. Casi un año después, el 3 de septiembre de 1719 se le libraron 150 reales. El total era 188
reales, pero ya había recibido 38 reales. AMF, AC, 1719, 28 abril.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Al analizar las actas de cabildo, podemos observar que votaban en el mismo sentido la
mayoría de las veces (a ello ayudaba sin duda sus vínculos de sangre23), y cuando se igua-
laban en votos con los demás oficiales, consiguen que, en la resolución de desempate, el
alcalde mayor de Ugíjar se incline hacia sus intereses.
Hasta 1720 en que se consumieron, como veremos en otro apartado, estuvieron vigen-
tes24 los tres oficios de regidores perpetuos25.
3. LOS ESCRIBANOS
La presencia continuada de los escribanos en el cabildo aseguraba a los mismos y a sus
allegados una cuota inestimable de poder. Dos clanes familiares se alternarán en la escri-
banía del concejo26, además de ser también escribanos públicos: los hermanos Leonardo
y Diego Morales, avecindados en Presidio, y Francisco Godoy y su hijo Laureano.
Las relaciones de los escribanos no siempre fueron fáciles con el cabildo, y no faltaran
pleitos entre ambos27.
23 Juan Ramírez y Juan del Moral eran cuñados, y Juan de Moya estaba casado con una del Moral Ra-
mírez.
24 AMF, AC, 1719, 5 julio. Un año antes de su consumo, y en pleno pleito, se mandó testimonio a Chan-
cillería de los títulos públicos de oficios, según ordenaba una real cédula. Respecto a los oficios de
regidores perpetuos había tres, sólo uno en uso (D. Juan del Moral), y los otros dos en poder de los
herederos de Juan de Moya y Juan Ramírez, difuntos.
25 Juan Ramírez desde 1693 hasta 1716, en que fallece. Juan del Moral desde 1694 hasta 1720, en que se
le consume su oficio. Juan de Moya desde 1697 hasta 1710 en que deja de hacer uso del mismo.
26 AMF, AC, 1715, 24 febrero. Se ordenó al escribano Morales de testimonio de los dos oficios de escriba-
nos (Morales y Godoy).
27 Laureano Godoy y su prohibición de ejercer. AMF, AC, 1703, 30 julio. Notificación a los alcaldes para
prender a Laureano Godoy. “… no consientan los alcaldes de este dho lugar escribir al dho Laureano
Godoy ni le consientan pasearse en este lugar ni su termino y si le bieren lo prendan…”. Probablemen-
te es consecuencia del altercado que tuvo con los alcaldes de Presidio: AHPA, P. 8941, escribanía F.
Morales, leg. 1702-3, 10 agosto 1703, “por causa de que Laureano Godoy, vº del fondon y ssno ppco y de
los cabildos de estos dos dhos lugares tubo una pendencia y Resistenzia con los dos alcaldes de este
dho lugar del Presidio el qual Ahí erido al uno y apaleado al otro se Refuxio en dha iglesia Por cuya
causa nos pusieron de guardas a los susodhos y a otros hasta diecyseis hombres y como de los autos
que en la misma causa consta y abiendonos tenido tres dias y tres noches en la dha guardería”...”parece
lo quieren escusar de tal delito”. No volvió a ser escribano del concejo hasta 1710. También problemas
con el otro escribano por esos mismos años: pleito contra Diego Morales por los derechos de la seda
del diezmo de la Iglesia, que tuvo a su cargo en 1703. AMF, AC, 1704, 20 julio.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Tras pasar siete años suspendido29, Laureano Godoy ejerció su oficio hasta su muerte
en 1732. Hasta que su hijo, de igual nombre, le suceda en el puesto a partir de 1758, la
familia tuvo arrendado el oficio30.
El trabajo del escribano era fundamental, y no sólo para el funcionamiento del con-
cejo, sino también para el desarrollo normal de la actividad económica y social del
pueblo: tanto la actividad municipal, como las compra-ventas, poderes o testamentos,
requerían de su participación. En dos ocasiones la falta de los escribanos supuso proble-
mas.
La primera fue la suspensión de Laureano Godoy por un altercado con los oficiales de
Presidio, de donde también era escribano del cabildo31. Como la costumbre era alternar-
se los dos escribanos, durante la suspensión de Godoy quedó solo Diego Morales, tanto
para atender a los dos cabildos, como a las dos poblaciones.
En otra ocasión, y que se alargó también durante varios años, fue Diego Morales el es-
cribano del cual se quejaba el concejo. Sus ausencias se debían al propio ejercicio de su
trabajo, como agente en el pleito de hidalguía de los Del Moral, con lo que se enfrentó
28 AHPA, P. 8930, fol. 135, 5 noviembre 1704. En su testamento Francisco Godoy y Fenoy afirmaba que
dio a cuenta el oficio de escribano, y otros gastos de examen y nuevo título a su hijo Laureano Godoy
Aguilera.
29 AMF, AC, 1705. El 9 febrero el concejo reclamó a D. Felipe de Godoy los libros capitulares que estaban
en los oficios de su hermano Francisco de Godoy, difunto, y su sobrino Laureano Godoy, suspendido
en su ejercicio.
30 Primero a Juan Simón de Martos, y después a Miguel Cipriano López. AHPA, P. 1465, fol. 13, 15 sep-
tiembre 1734. Poder de Catalina de Arévalo, viuda, para sacar los dos títulos de escribano de Fondón
y Presidio, que fueron de su marido Laureano Godoy, para sus hijos, en la Junta de Incorporación, en
Madrid.
AMF, AC, 1745.15 marzo. Se presentó real cédula con fecha 30 agosto 1744, dada en S. Ildefonso, nom-
brando escribano de Fondón y Benecid a Juan Simón de Martos, hasta que cumpla la edad D. Francis-
co Laureano Godoy. Sin embargo, luego fue su hermano menor Laureano quien desempeñó el oficio.
31 AMF, AC, 1703, 30 julio. Notificación a los alcaldes para prender a Laureano Godoy y que “…no con-
sientan los alcaldes de este dho lugar escribir al dho Laureano Godoy ni le consientan pasearse en este
lugar ni su termino y si le bieren lo prendan…”. Probablemente es consecuencia del altercado que tuvo
con los alcaldes de Presidio. No vuelve a ser escribano del concejo hasta 1710.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las ausencias de los escribanos eran suplidas por los notarios apostólicos33.
32 AMF, legajos sueltos de 1600-1800. Reales provisiones sobre la ausencia del escribano Diego de Mo-
rales. 25 septiembre, 10 y 30 de octubre, 13 y 16 de noviembre 1732. Ante las quejas del concejo de
Fondón por las ausencias de su escribano Diego de Morales, una primera real provisión de 25 de sep-
tiembre le obligaba a no ausentarse: “que estaba nombrado por Essno de dho lugar Diego de Morales,
y se le pagaba el salario acostumbrado, y deviendo el suso dho residir en dho lugar estaba haciendo
notables ausencias de el pues lo mas de el año no asistia, y desto se originaba que por falta de Essno no
se podian practicar las diligencias que eran precisas al beneficio de el comun, ni hacer los autos que
se ofrecian, y no bastaba averle requerido tuviesse la asistencia precissa que el oficio requeria, o que
en su defecto lo dexasse, y porque no era justo se diesse lugar a lo referido”. Comunicada a Morales el
1 de octubre, hizo caso omiso, y el 10 de octubre el concejo declaraba: “que respecto de que Diego de
Morales Essno de este Conzejo se halla muchos dias a fuera de este dho Lugar el presente notario de
testimonio del tiempo que a que falta de este dho Lugar, y de las ausencias que en todo el año hace,
y a hecho a este Conzejo asistiendo en la Ciudad de Granada y otras partes en agencias de diferentes
dependencias, y en especial en la que oy tiene intentada este Conzejo contra Dn Thomas del Moral, y
Dn Diego del Moral Peralta y consortes sobre la hidalguia de que pretenden gozar por cuia ausencia
este Conzejo recive grave perjuicio para el buen cobro y administracion de Justicia en las cosas del co-
mun e interes de su Rl Patrimonio”. Ante la reclamación del concejo se obtuvo otra real provisión el 30
de octubre para nombrar un nuevo escribano: “aviendo experimentado que Diego del Moral (sic) Essno
del Conzejo no asistia como era de su obligación en esse dho Lugar y se experimentaba en el comun
notable agrabio por no aber Essno con quien poder actuar avia acudido a esta Corte, y se avia mandado
por nos se le notificase no hiciere ausencia de dha Villa con pretexto alguno si no con lizencia de Vos
dha Justicia, y siendo ausencia larga no lo executase en ninguna manera, y en caso de executarlo no
se le pagase el salario lo que se le avia hecho saber en el dia primero de este mes hallandose en esta
Ciudad, y deviendo de cumplir lo mandado, lo que avia ejecutado era no aver vuelto a esse Lugar, y
si idose a la Villa de Madrid, y esse Lugar estaba sin Essno y en todo el año avia sucedido lo mismo, y
avia sido precisso valerse para las libranzas y acopios y repartimientos de un Notario para algunos
instrumentos, y testamentos que se ofrecian, y muchas vezes se quedaban sin otorgar por el corto
tiempo que estaba en esse Lugar, para cuio remedio … esse dho Conzejo nombre otro Essno Rl en lugar
del suso dho, y al que assi nombrare haga entregar, y entregue los papeles de dho oficio sin hacer lo
contraio pena de la nuestra merzed, y de diez mil maravedises para la nuestra camara”. La causa de
este “abandono”, después de 3 décadas de servir el oficio, hay que buscarlo en el enfrentamiento que
tenían el concejo y varios miembros de la familia Del Moral desde 1727 por el reconocimiento de su
hidalguía: el agente de los Del Moral ante la Sala de los Hijosdalgo de la Chancillería de Granada no era
otro sino el escribano Diego de Morales y Del Moral, primo de los litigantes contra el concejo (Archivo
de la Real Chancillería de Granada, Hidalguías, 4822-15) y además, el 30 de julio de este año de 1732,
los Del Moral ganaron una primera carta ejecutoria (Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares,
Alcántara, exp. 191 moderno, fol. 130), por lo que la actitud del concejo puede entenderse como una
represalia a su escribano. Morales debió mover sus influencias, pues años después contaba de nuevo
con la confianza del cabildo.
33 AMF, AC, 1729, 22 febrero. Al residir Diego Morales en Presidio, y Laureano Godoy pasar largas tem-
poradas en Cádiar, el concejo solicita que el notario apostólico Felipe del Moral sirva la escribanía del
concejo. Otros notarios apostólicos que ejercieron de escribanos por estos años fueron Silvestre de
Campos y Juan Antonio Ramírez.
460
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En la primera reunión del nuevo cabildo de cada año se elaboraban los edictos de buen
gobierno, destinados a regular aspectos básicos del funcionamiento de la comunidad:
prohibición de cortar leña verde para hacer ceniza o carbón, (llegando incluso a veces a
exigir que se pidieran licencias para cortar madera para hacer los arreglos de los aperos y
herramientas del campo); obligación de los vecinos, por sistema de reparto, de matar un
determinado número35 de gorriones al año, animales “nocivos”; obligación de repoblar
las orillas del río y de las ramblas con álamos y otros árboles para proteger las haciendas
colindantes; prohibición de entrada del ganado en todo el espacio acequiado y en las
viñas; y, por último, reglamentación del uso de armas por parte de los vecinos36.
461
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En la mayoría de las sesiones se acordaba alguna libranza, bien del trigo del pósito para
el abasto común o como manutención a los vecinos en trabajos comunales, bien de los
ingresos de maravedíes y reales de la “mata común”, es decir, tercias, propios, caudal del
pósito, o sobras de los memoriales que se hacían a lo largo del año, y con los cuales se
pagaban los diferentes gastos. Entre estos destacan por su cuantía los censos y el situado
sobre las tercias. Otros gastos fijos eran los situados a los escribanos, regidores perpetuos,
mientras los hubo, acequiero y cuidador de la balsa, ministro del concejo, mesadas de
aceite y leña para el cabildo, ayudas a los soldados sorteados, papel sellado, pago de
veredas desde y hacia Ugíjar, Vélez-Málaga, Guadix o Granada, “propios que las traían y
llevaban, viajes y representación por asuntos del concejo, …
Tampoco faltaron los gastos esporádicos. En 1704 se libró sobre el caudal de las tercias,
79 reales para que el regidor D. Juan Ramírez “los de y ayude a pagar una cama de
tela de joyas para el Santísimo sacramento quando se manifiesta”37. En 1746 se libraron
sobre el caudal de propios 27 reales del costo de los bastones y de sus puños, para los
alcaldes38.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
menor, Alonso Ramírez y Mariana Guillén, dueños de dichas haciendas, para que hicie-
ran un pedazo de dicha acequia que salía de la balsa por encima de lo arbolado de sus
haciendas42. En 1725 el concejo inició un pleito con los plomeros de Sierra de Gádor,
que ensuciaban el agua de las fuentes para lavar sus tierras, y sobre el que volveremos
más adelante.
Aparte del agua, sólo en otra ocasión hay referencias a esta preocupación. En 1702 se
apremió a los ganados forasteros enfermos a salir del término para no contagiar al sano
de los vecinos43.
Hasta 1749 no aparece un maestro, Miguel Cipriano López, vecino de Paterna, contra-
tado y pagado por el concejo44, aunque tres años después el maestro era su hermano, al
pasar a ser escribano del concejo45.
El cuidado de los montes era responsabilidad del concejo. Su finalidad era militar: pro-
veer de madera a la marina, y dehesas y pastos a la caballería. Además, estaba la protec-
ción de las haciendas cercanas a cauces. El cuidado de los bosques, dehesas y pastos, y
la reforestación, por tanto, aparecen varias veces. En respuesta a un despacho del alcalde
mayor, el alcalde Juan Gómez de Mercado informó de su reconocimiento del término
en busca de lugares para sembrar bellotas y plantar álamos: “y q la bega se alla poblada
de morales y su rio acompañado y sugeto de alamos de forma q no a encontrado sitio
desocupado donde se puedan plantar nuebos plantios”48. En otra ocasión se informaba
del auto de la visita de montes que se había hecho y que se anunció en el cabildo de 5
febrero 1750 sobre la limpieza de las encinas, para que salieran grupos de 25 hombres
cada día, poniendo a su costa otro el que no pudiere salir, y se hiciese reparto de nueva
plantación en realengo, por vecinos según sus haciendas y posibilidades, saliendo con
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ellos el alcalde D. Fabián del Moral. Se les daría de refresco al mediodía media hogaza
de pan y un cuartillo de vino, y que se pagaría del común. Se ordenaba salir en la men-
guante de luna y hacer los cortes hacia arriba. También se vio un auto del ministro de
Marina, para que “en el pago de San Fandila se arranquen las cepas de viñas porque
está justificado perjudican en algunas avenidas al pueblo, y que se planten en ese lugar
arboles que se puedan criar, y se pague el justo valor de tierras y cepas a los dueños”.
Se hablaba de pinos, encinas, otros árboles y monte. Se nombraron dos personas por
los propietarios y otros dos por el concejo para la tasación, pero se retrasó por no haber
dinero ni ser tiempo ya de sembrarlos49.
El cabildo actuaba también como transmisor de la alcaldía mayor de Ugíjar o del corregi-
miento de Granada. Mediante edictos fijados en lugares acostumbrados se comunicaban
las órdenes: para que ningún maestro hilandero de seda hile a más de real y medio por
cada libra de hilaza de seda, y si la hilare a jornal, no cobre más de 5 reales por cada día;
el alcalde mayor fija los precios de diferentes productos para ser fiados: tocino a 4 reales
y medio el “arrolde”, alpargatas a 2 reales, bayeta a 7 reales y medio la vara, etcétera50.
A través de las actas también se pueden ver las relaciones de poder y la jerarquía en
una comunidad rural. En 1719 se libraron 63 reales para Domingo Prados, a cuenta de
90 reales que se le debían por cuidar la acequia del Lugar –tal y como se acordó con
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
él el día 5 de julio- dándosele el resto de los efectos más prontos, por no quedar caudal
en tercias para gasto del común53. Prados vio como en apenas diez días el cabildo libró
3678 reales y 11 maravedíes para el escribano, alcaldes, deudores, y oficiales de la ad-
ministración, sin quedar lo suficiente para pagar su salario de acequiero. Cuando en el
24 de agosto se remató el diezmo de mosto y uva, de los 770 reales que quedaron para
el concejo, tampoco hubo 27 para saldar la deuda del acequiero: de nuevo escribano y
alcaldes satisficieron antes sus deudas agotando estos ingresos el 3 de septiembre. El 12
de noviembre de 1719, con motivo de un viaje del alcalde Gabriel del Moral a Granada
a justificar los caudales del pósito, y ante la ausencia de fondos, se recurrió a Silvestre de
Campos y su deuda con el concejo de 208 reales de derechos de seda que debía, para
dárselos al alcalde. Y Prados, el acequiero, seguía esperando que se le pagara su deuda.
Veamos ahora algunos de las funciones del cabildo con mayor detenimiento.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El cabildo hacía las libranzas de grano - normalmente trigo -, que fueran necesarias para
el panadeo y abasto de la población. El dinero de la venta de este pan en la panadería
se reinvertía en la compra de más grano59. Esta compra a veces era complicada por la
escasez, como veremos más adelante, teniendo que recurrir frecuentemente a buscarlo
en Almería o en el marquesado del Cenete, o a embargarlo a los propios vecinos, algu-
nos de los cuales lo acaparaban en gran medida.
El pósito también cumplió una función de arsenal donde guardar pólvora y armas60.
56 El precio para la reintegración osciló normalmente entre los 20 y los 30 reales por fanega de trigo.
57 AMF, AC, 1703, 15 octubre. Reparto de 150 fanegas.
58 AMF, AC, 1706, 27 julio. Se recibió la orden para que los pósitos ayudasen a los soldados cuando acu-
diesen al socorro de Adra: 1 real por soldado, 4 a los capitanes, 3 al alférez, 2 al sargento. A.C. 1706, 4
septiembre. Diferentes libranzas para pagar 1.155 reales de la estancia de los soldados en Adra, y el
vestuario y alimento de los 6 soldados y un sargento que se habían repartido para la compañía “cor-
dón y fronteras de Murcia”, durante dos meses. Como faltaban fondos, se tomaron de los efectos del
donativo real que tenía D. Fabián del Moral.
59 AMF, AC, 1735, 8 abril. Se libraron contra Juan Martín-Muñoz, depositario del pósito, de 550 reales para
que el regidor Juan Baides comprase trigo para el abasto común.
60 Las citas son abundantes en los años de la guerra de sucesión. AMF, AC, 1705, 2 enero. Se acordó que
las armas y arcabuces que se depositaron en el pósito por orden real, se las llevase cada dueño “por no
aber sitio en el a proposito para que esten sin echarse a perder” y las tuviesen “alistadas y corrientes”.
AMF, AC, 1709, 12 agosto. Desde Ugíjar se apremió a que el alférez pasase urgentemente a Adra, se
sacara lista en 8 días de los soldados que han de partir y se tomasen del pósito pólvora, balas y cuerda,
y todo lo que se necesitare.
61 AMF, AC, 1719, 1 julio. Por despacho del corregidor de 26 junio, el alcalde Gabriel del Moral pasó a Gra-
nada con los libros del pósito para liquidar su caudal y dar el paradero de él. No debieron estar bien las
cuentas, pues el 11 de noviembre la intendencia de Granada reclamó explicaciones sobre el caudal del
pósito, que debía ser más. De nuevo el alcalde Gabriel del Moral pasó a Granada con los instrumentos
necesarios para justificar que ese era el caudal y no había más. El 23 de noviembre dio cuenta de su
viaje y dijo “que no se pudo conseguir cosa alguna”. Ignoramos las consecuencias que supuso este
descuadre.
62 AMF, AC, 1735. 31 octubre. Auto del alcalde mayor contra el depositario de 1734 Juan Martín-Muñoz,
para el embargo por valor de 3.000 reales de sus bienes, frutos y rentas. Era el alcance de la cuenta de
su gestión al frente del pósito.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a) Carestías
63 AMF, AC, 1750, 20 mayo. Desde la Junta de Granos de Granada se pidió que se hiciera examen de
graneros y previsión de los que hacían falta para el año siguiente y la provisión de fondos para com-
prarlos. Había existencias para 12 días y la providencia de traer de fuera comprándolo, con lo que se
mantendría el abasto del lugar hasta que se cosechara. Hasta la cosecha del año siguiente se nece-
sitarían 1.500 fanegas. El pósito tenía 200 después del reparto que se hacía a los labradores para su
sementera. Para comprar los restantes 1.300 no había más caudal que los bienes y raíces, o la tercera
parte de las rentas provinciales por “real piedad” para el abasto de los lugares que les faltase grano, y
con esto había para 300 fanegas. Las otras 1.000 con el dinero procedente del panadeo.
64 AMF, AC, 1703. Variaciones del precio y el peso del pan: en febrero y marzo de 1703, de 18 maravedíes
la hogaza de 32 onzas, a 20 maravedíes la hogaza de 30 onzas; el 20 de abril de 1703 se subió a 22 ma-
ravedíes la hogaza de 30 onzas; el 8 de junio se subió el peso de nuevo a 32 onzas, costando la hogaza
22 maravedíes. AMF, AC, 1706, 15 noviembre. Se subió el pan de 12 a 14 maravedíes la hogaza de 2
libras por la escasez de trigo. Sin embargo, el precio no era nada alto en esta ocasión.
65 AMF, AC, 1708, 30 diciembre. Se hizo un registro de granos. En los primeros días de enero se embargó y
recogió en el pósito, en poder del depositario Mateo Gómez, diferentes cantidades de trigo a Dª Maria
Aparicio, Alonso Baides, Tomás del Moral, a las rentas de los diezmos del lugar, a D. Felipe Godoy, a la ren-
ta del voto de Santiago de Guadix que tenían Domingo Ramírez y D. Felipe Godoy, y a Cristóbal Aparicio.
66 AMF, AC, 1750, 20 mayo. Desde la Junta de Granos de Granada se pidió que se hiciera examen de
graneros y previsión de los que hacían falta para el año siguiente y la provisión de fondos para com-
prarlos. Había existencias para 12 días y la providencia de traer de fuera comprándolo con lo que se
mantendría este lugar hasta la cosecha de ese año. Hasta la cosecha del año siguiente se necesitaban
1.500 fanegas. El pósito tenía 200 después del reparto que se hizo a los labradores para su sementera.
Para comprar los restantes 1.300 no había más caudal que los bienes y raíces, o la tercera parte de las
rentas provinciales por “real piedad” para el abasto de los lugares que les faltase grano, y con eso había
para 300 fanegas. Las otras 1.000 con el dinero procedente del panadeo.
67 AMF, AC, 1719, 7 mayo. Se encargó al regidor Francisco de Ocaña pasase a Guadix o donde conviniere
a comprar trigo “respecto de aber falta. Se le dieron 3.400 reales por Alonso Baides, arrendador de
tercias, que eran los que había. El 15 de mayo comunicó la compra de 103 fanegas, puestas en Fondón
a 33 reales, “lo que visto por dhos capitulares y en atenzion de allarse este dho lugr y sus vezs con suma
pobreza y calamidad y q de subirse el precio del pan las a de ser mui sensible acordaron se continue
con el abasto de este lugar la venta del referido trigo y su panadeo a prezio de quatro quartos y medio
cada ogaza q es el que sata aquí a tenido en el lugr y el q tiene en los lugrs inmediatos”. Otro ejemplo
en AMF, AC, 1735, 8 abril. Se libraron contra Juan Martín-Muñoz, depositario del pósito, de 550 reales
para que el regidor Juan Baides comprase trigo para el abasto común.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
b) Epidemias y plagas
En una sociedad rural tradicional la llegada de plagas y epidemias era sinónimo de ham-
bre y muerte.
Tres son las plagas que hemos encontrado en las actas capitulares – en 1702, 1708,
y 1750 -, y que afectaron a la ganadería, a los cultivos y a la hoja de la seda. En dos
de ellas se pudieron tomar medidas para paliar los daños; en la tercera, inevitable, las
medidas que se adoptaron iban encaminadas a paliar, en lo posible, las consecuencias
económicas72.
68 AMF, AC, 1750, 16 marzo. Se necesitaba trigo para el abasto y no se hallaba a precio de 5 cuartos cada
hogaza. Para que el pósito no perdiera, se subió 2 maravedíes la hogaza, y se vendió a 22 maravedíes
la hogaza de 30 onzas. Poco después, el 13 de mayo, se estaba comprando trigo a 58 reales más gastos
de porte, y se vendía a 7 cuartos. Se acordó se vendiese el pan de trigo a 8 cuartos la hogaza de 30
onzas.
69 AMF, AC, 1708, 20 agosto. Carta del alcalde mayor D. Juan Miguélez advirtiendo de los especuladores
de granos, por lo irregular de las cosechas de ese año.
70 En 1709 se suceden las subidas en el precio del pan. AMF, AC, 1709. 13 febrero. Gabriel Fernández es-
taba en Almería buscando grano y había enviado 10 fanegas de panizo. Se fijó el precio de su hogaza
de 32 onzas a 20 maravedíes. Se subío el pan de trigo a 24 maravedíes, porque Fernández decía que
“no se alla granos algunos y lo que se alla es con grande dificultad; y tan caro que no se puede costear”.
23 marzo. Cuando llegó el panizo, por lo costoso que había sido (37 reales la fanega) y los portes y la
falta de medida, se tuvo que subir el pan de panizo a 24 maravedíes. 28 marzo. Nueva subida del pan
de trigo para que el pósito no perdiera “según los prezios a que se compra”, 28 maravedíes. 8 abril. Se
compraba grano a 54 y a 60 reales, más gastos de porte y viajes para buscarlo. Había que desonzar la
hogaza en 2 onzas y subir el precio a 36 maravedíes, pero en el mismo cabildo, tras hacer los cálculos
se volvió a subir a 10 cuartos (40 maravedíes) pero de 32 onzas la hogaza.
71 AMF, AC, 1709, 15 febrero. Ante la falta de trigo y su dificultad para conseguirlo se mandó hacer una
lista con los vecinos que lo necesitasen, y en qué cantidad. A los panaderos se les pidió que no ama-
sasen más de 2 fanegas y media al día, y lo repartiesen por las mañanas a los vecinos de la lista.
72 AMF, AC, 1702, 9 septiembre. Se apremió a los ganados forasteros enfermos a salir del término para
no contagiar al sano de los vecinos. AMF, AC, 1708, 30 diciembre. Se nombró a Miguel Ruiz, Juan de
Campos, Bernardo de Deo y Tomás Pérez, para que buscaran y reconocieran donde había “canutillos”
de langosta, se amojonasen y se hiciese repartimiento general y cada vecino sacase el que le tocara, y
se echara el ganado de cerdos a los parajes donde hubiere langosta. AMF, AC, 1715, 20 junio. Se pidió
una nueva tasación de la hoja para pagar los derechos de la seda, ya que se había perdido por estar
“enubojadas” y haberse muerto mucha seda. Se fijó edicto para que en 3 días los tasadores D. Carlos
Ramírez y Diego Ventaja registrasen casas y cosechas.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
73 AHPA, P.1466, fol 28, 30 octubre 1737. Miguel de Yanguas pedía que se le respetasen sus privilegios
para esperar a la próxima cosecha por “las cortas cosechas qe se han cojido y no poder continuar con
dhas labores”. AHPA, P. 1466, 21 septiembre 1737. Poder del concejo al alcalde D. Luis Ramírez, para
una junta en Ugíjar que solicitase al Consejo de Hacienda “perdón a la tierra de las contribuciones
reales q se estan debiendo, en atención a la pobreza de este partido y lo calamitoso del año”. AMF, AC,
1743, 8 noviembre. Por atrasos y falta de cosechas faltaban 59 fanegas y 842 reales y 32 maravedíes
que debían algunos vecinos “pobres y que con sus muchas contribuciones no han podido satisfacer
este año”.
74 AMF, AC, 1743, 9 marzo. Se nombraron tasadores de la hoja a D. José Ramírez y D. Fernando del Moral,
y de escribiente a Juan de Carvajal, para las nuevas tasaciones “en atencion de q se an caydo muchos
morales por las nieves y tiempos de aires q an echo en este presente año y agrabios q ai en las tasaçio-
nes q se icieron en el año pasado de setecientos quarenta y dos por aber echo dhas tasaçiones dos
quadrillas, y conbiene q dhas tasaçiones las agan dos personas solas”.
75 AHPA, P. 1549, escribanía L. Godoy, leg. 1729, fol. 27, 10 sep. 1729. En su testamento el beneficiado D.
José del Moral y Bravo refirió que tomó posesión del beneficio el 19 de marzo de 1723, encontrando
mal la casa por la sequía de los años antecedentes. Ante la sequía unas veces se buscaba el agua. AMF,
AC, 1730, 30 abril. Libranza de 64 reales para los hombres que el concejo mandó y ha mantenido en
la sierra del Barranco de Laujar “para que bolcaran las azequias que en dha sierra tenian lebantadas y
lebantaban los vos de Laujar en el tiempo de esta primabera para que pudiera benir algun agua para
esta bega pr la sequedad que se a experimentado y falta que azía el agua para esta bega”. Otra libranza
de 14 reales del valor de ½ fanega de trigo que se pagó a D. Juan Lozano, por el perjuicio que se le hizo
en su haza y trigo para sacar el agua de la fuente del prado del Presidio para llevarla a la acequia de
Enmedio, y conducirla por dicha haza.
Otras veces se imploraba a Dios y a los santos para que lloviera. AMF, AC, 1702, 9 septiembre. Se libra-
ron al beneficiado Ldo. D. Francisco del Moral 60 reales “por rogatiba y novenario, con dos procesiones
a Nra Sra de la Piedad por que intercediese con SSmo hijo imbiase su Sto Rocio a los campos”. AMF, AC,
1703, 17 agosto. Otra libranza por la mismo. AMF, AC, 1718, 29 diciembre. Se libraron al beneficiado
8 reales que se le debían de cera de una fiesta de rogativa que el concejo hizo. A.C. 1725, agosto. Se
libraron 18 reales de limosna de rogativa.
76 AHPA, P. 1469, leg. 1741, 22 octubre 1741. Dª Luisa Valdivia, viuda de D. Felipe de Godoy, vendió por
100 reales a Dª Mª Antonia del Moral y vecinos y dueños de la Acequia de la Tejera, 1 moral y pedazo
de hacienda para reconstruir la presa de la acequia por “aber dejado el rio robada toda la tierra donde
estaba dha presa junto al rio y rambla de Vergara. AMF, AC, 1725, 12 octubre. Se libraron 200 reales
sobre las tercias para pagarle a Miguel de Yanguas el alojamiento en su casa del alcalde mayor cuando
vino en audiencia a ver la justificación de “los daños de las nubes q en el año pasado ubo en este par-
tido”. Otra partida de 130 reales para un pedazo de haza en el Soplón y la calera y obras para remeter
la acequia de Leos que se llevó la rambla en las avenidas que hubo en 1724. AHPA, P. 1549 Escribanía
L. Godoy, leg. 1729, fol. 27, 10 sep. 1729. En el ya citado testamento, el beneficiado D. José del Moral
y Bravo refirió también que como parte del beneficio tenía en la Fuente del Parral unos árboles y una
viña, y otra parcela en el Bado, y que una avenida del río y rambla se las llevó en 1728. AMF, AC, 1750,
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
3. OBRAS PÚBLICAS
Dentro del capítulo de gastos en el concejo, partidas necesarias, y no siempre importan-
tes, fueron las obras públicas, aunque éstas solían ser muy esporádicas. En Fondón, en
este periodo se hicieron la Balsa del Lugar y se reedificó el pósito. Otras obras menores
fueron las de mantenimiento de los caminos, las acequias y los aljibes.
Las obras en el pósito venían ocasionadas por problemas de humedad, tanto de la ci-
mentación como de la cubierta. En 1703 se acordó mudar el trigo del pósito, pues “el
techo del dho posito esta maltratado y tiene algunas goteras y mui peligroso a caerse
y perderse mucho trigo, acordaron evitar dho peligro que se saquen dozientas fanegas
de el trigo de que tiene dho posito y se pongan en un aposento donde el deposita-
rio pareziere y que esten de cuenta y riesgo de dho depositario como todo lo demas
y que quedare en dho posito porque con las umedades que tiene dho posito por
estar en bajo se a maltratado y agorgojado dho trigo algunos años, y a sido nezesario
mudarlo y para escusar dho riesgo se acordo se mude dho trigo y para ello se busco
y eligio un aposento que adjunto a la plaza publica y la yglesia de este lugar en el
qual se le echen dos llabes para que la una tenga el depositario y la otra el regidor
que fuere diputado”77. Pero al año siguiente, ya que el pósito “esta mui mal tratado y
mui continjente a caerse con algun temporal y perderse mucho trigo de dho posito o
todo lo que se allare en el”, de nuevo se acordó se trasladase todo o parte del trigo
a otro aposento donde estuviese seguro, de cuenta y riesgo del depositario Gabriel
Gómez.78
¿No se hicieron las obras, o no fueron efectivas? De nuevo al año siguiente, más de
lo mismo: se trasladó el trigo y los papeles y archivo del pósito a la casa de Gil de
Marzo, por estar hundido el techo del pósito por “las aguas tan continuadas que an
24 noviembre. Se nombró a Don Juan del Moral Gómez y a Don Juan Fernández reconocedores de
los daños que desde el día 7 de noviembre habían hecho diferentes nubes y avenidas del río. El 30 de
noviembre declaraban: 230 álamos grandes y 2000 pequeños: “las posturas de alamedas de los dos
ultimos años, y que se pusieron por ordenanza del Juez de Marina … incapaces de poderse volver a
plantar … como tambien se a llebado todos los nogales y fresnos que se abian puesto en cumplimto
de dha orden”; más de 200 @de hoja de moral, que son 4 onzas de cría, y “otros muchos arboles que
se hallaban en las haciendas inmediatas al rio y ramblas”; 48 fanegas de tierra, las más sembradas de
trigo, “incapaces de volverse a sembrar, y muchas de ellas sin poderse bolber a componer por las ba-
rranqueras que a dexado en ellas y muchas peñas”; en las viñas hay “daños de mucha consideración”.
Importaba todo 10.000 ducados. Arreglar lo que se pudiera 3.000 ducados y 6 años, y 10 para los ála-
mos. Otras veces son solo lluvias abundantes. AMF, AC, 1705, 28 octubre. Se acordó trasladar el trigo y
los papeles y archivo del pósito a la casa de Gil de Marzo, por estar hundido el techo del pósito por “las
aguas tan continuadas que an caido”.
77 AMF, AC, 1703, 17 agosto.
78 AMF, AC, 1704, 29 noviembre.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
caido”79. Por fin, siete años después, para la reintegración de trigo al pósito “respecto
de estar actualmte reedificándose el posito rl se eche el trigo de dho posito y pongan las
paneras de el en casa de Matías Juarez y para ello al suso dho se le arriende y pague
su alquiler”80. Esta obra sólo dio tranquilidad por unos años: en 1745 se gastaban
164 reales en arreglar puerta, bastidor, ventana y reja del pósito, y unos meses des-
pués se descubrían los cimientos del pósito y se reparaba la humedad que perjudicaba
al trigo81.
Junto con la reconstrucción del pósito, las obras de la balsa suponen el otro gran hito
constructivo del concejo en estos años. Por coincidir en los años, sin duda alguna fue
la causa del retraso en las obras del pósito. Es fácil pensar que la elección por esta obra
pudo deberse a los intereses de los oligarcas, más preocupados en mejorar la produc-
tividad de sus haciendas, que en salvaguardar el trigo del común. En 1703 se tomaron
votos en cabildo abierto para ver la necesidad de hacer una balsa en la acequia del lugar,
y cómo financiarla: “se a reconozido que la acequia deste lugar ace mucha falta para el
riego de dha azequia el azer una balsa donde se recoja el agua para que aviendo mas
abundancia se riegue mas”. Acudieron 34 vecinos. Se acordó se pagase a medias entre
los hacendados y las sobras de diezmos82 ¿Por qué la intervención del concejo en su
financiación, cuando muchos vecinos no se beneficiarían en nada de la construcción de
la nueva balsa? ¿Acaso sería una maniobra de los principales hacendados para contribuir
ellos menos? ¿O una exigencia por ser ellos precisamente los mayores contribuyentes a
la “mata común”? El 20 de diciembre ya se había trabajado en “el joyo para la balsa que
se esta aziendo en el Juego mojon”. Se nombró por comisario de la obra al alcalde Juan
del Moral Nadal, el 22 de diciembre. Los siguientes cabildos lo confirmaron al frente de
esta comisaría. Desde este momento se sucedieron muchas libranzas para atender a la
obra; la cofradía del Santísimo Sacramento colaboró de una manera especial, aportando
hombres y ofreciendo el pago de su salario como limosna. Tras año y medio de obras,
a comienzos del verano de 1705, se dio por terminada la construcción por el maestro
alarife Manuel González83.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
para el riego en el pago de las Piletas: “Al haberse hecho la balsa que recoge el agua de
la Fuente de la Parra, y para que desde dicha balsa se pueda regar el pago que se llama
de Las Piletas, es necesario se innove acequia por hacienda de algunos vecinos, para
que se sea con el menor perjuicio que se pueda”. Se nombró a Juan del Moral y Alonso
Baides, personas de “ciencia y conciencia”, para que vieran y reconocieran y señalaran el
sitio por donde se podría abrir dicha acequia, y se tasase los posibles daños a los dueños
de las haciendas.84
Durante este periodo las intervenciones urbanísticas son escasas. La principal preocu-
pación son los lugares públicos: la plaza y el horno de poya. Desde comienzos del siglo
XVII el concejo puso sus ojos en los huertos por debajo de la iglesia para hacer una
plaza de mayores dimensiones que la que había en el lateral sur de dicha iglesia86. Con
esta idea el cabildo acordó allanar un sitio de moral, comprado a Dª Magdalena Lucas,
viuda de D. Gabriel del Moral, en 1698, y a la que se le recompensó con un pedazo de
solar junto a su casa. La idea era dejar más espaciosa la puerta del sol o de levante de
la iglesia para las procesiones y demás funciones públicas que se ofrecían87. Esta inter-
vención provocó un contencioso con la familia Godoy sobre el que volveremos en otro
apartado. Posteriormente sabemos de otra intervención88 en 1730. Y poco más sobre la
plaza: “se desmoche el alamo de la plaza para que se renuebe por lo que valiere la leña
que se le quitare a dho alamo se aplica para la ermandad del SSmo Sto que se sirve en la
yglesia de este lugar”89. En cuanto al horno de poya se adecentaba su entorno en 1742
al picar unas piedras en la calle Real, junto a él, para allanarla.90
Las calles y caminos apenas sí tienen reflejo en las actas. Pocas son las noticias o partidas
libradas al “aliño de caminos”: en 1718 se ordenó que se pusieran señales que indicaran
473
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
las direcciones en los cruces de los caminos91; en otra ocasión, se libraron de las ter-
cias 35 reales y 3 maravedíes por 5 cuartillos de trigo para la gente que aliñó los
caminos92.
La mayoría de las veces estas intervenciones estaban motivadas por las lluvias que pro-
vocaban avenidas y estropeaban los caminos, como cuando en 1730 se libraron 12
reales que costó quitar las piedras de la rambla de Juan de Campos en el camino que
iba a Cacín93.
Los dos aljibes existentes94 de los que se abastecía la población en Fondón requerían
una limpieza constante, aunque los gastos de su mantenimiento eran mínimos (unos 10
reales al año). Rara vez aparecen consignados otros gastos a parte de los de la limpieza
anual95.
El cuidado y mantenimiento de las acequias fue otra constante del trabajo del cabildo,
como no podía ser de otra manera en una comunidad agrícola. Especial dedicación
se tuvo con la Acequia del Lugar, que nacía en Sierra de Gádor y que se surtía de
diferentes manantiales. No pasaba por ningún otro término municipal, por lo que era
de su competencia exclusiva, y era además la que proveía de agua a los aljibes para el
abasto humano. El cabildo procuraba las obras necesarias para que no faltara el agua96,
474
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El concejo también tenía que contribuir también para obras fuera del pueblo, relaciona-
das fundamentalmente con las comunicaciones y con el acondicionamiento de depen-
dencias administrativas para la alcaldía mayor de Ugíjar. En 1707 se pagaron 309 reales
por la casa de la Justicia de Ugíjar100. Se pidieron se libraran de los propios o se repartie-
ran 123 reales y 30 maravedíes (23 maravedíes por vecino, que serían unos 156 veci-
nos) para los reparos del puente de Tablate101. No se libraron de las tercias hasta 16 de
julio de 1719. Por la limpia del puerto de Málaga se pidieron 11 reales y 2 maravedíes102.
El alcalde mayor de Ugíjar, D. Juan Alfonso Gómez, presentó en 1730 una cuenta de
2258 reales por las obras de “perfeczionar la sala capitular que se avia echo para zelebrar
las Juntas Generales”, y de los cuales faltaban por pagar más de 600 reales103.
97 Normalmente, y sobre todo en tiempos de sequía, se trataba de destruir las presas que en Sierra Ne-
vada hacían los vecinos de Laujar. AMF, AC, 1725, agosto. Libranza 64 reales y 24 maravedíes que se
dieron a los hombres que fueron a Sierra Nevada a volcar el agua a las vegas. AMF, AC, 1730, 30 abril.
Libranza de 64 reales para los hombres que el concejo mandó y ha mantenido en la sierra del Barran-
co de Laujar “para que bolcaran las azequias que en dha sierra tenian lebantadas y lebantaban los
vos de Laujar en el tiempo de esta primabera para que pudiera benir algun agua para esta bega pr la
sequedad que se a experimentado y falta que azía el agua para esta bega”. Además del agua del río se
buscaban otros manantiales para aumentar el caudal de las acequias: libranza, de la misma fecha, de
14 reales del valor de ½ fanega de trigo que se pagó a D. Juan Lozano, por el perjuicio que se le hizo
en su haza y trigo para sacar el agua de la fuente del prado del Presidio para llevarla a la acequia de
Enmedio, y conducirla por dicha haza.
98 Especial cuidado tenía con las innovaciones que desviaban la acequia madre o ampliaban las áreas de
regadío. AMF, AC, 1703, 28 enero. Reconocimiento de la acequia del lugar, pago de los huertos altos,
por Gil de Marzo, Alonso Baides y Francisco Sánchez, a parte de los oficiales y escribano. Declararon
que en hacienda y huerto de Juan Valverde había “ignobado y mudado” la acequia principal más arri-
ba de su madre principal, perdiendo una porción de agua. Igualmente, en hacienda de Lázaro Ruiz.
A estos vecinos y a Juan de Campos y Diego Gómez, implicados también en el cambio de curso de la
acequia, les requirieron que la acequia la vuelvan a echar “por donde yba antiguamente por el entra-
dero de el agua que entra en el huerto”. Y sobre nuevos regadíos: AMF, AC, 1703, 4 febrero. Se ordenó
a Alonso Martín del Baño no innovase en lo que había labrado, realengo, en las Piletas, en la Cruz de
San Marcos, y lo cesase bajo multa de 50 ducados.
99 AMF, AC, 1735, 22 julio. Se nombró acequiero de la Acequia del Lugar a Domingo de Prados, con 50
reales, y cuidador de la balsa el ministro Fernando de la Cruz.
100 AMF, AC, 1707, 17 septiembre.
101 AMF, AC, 1719, 3 junio.
102 AMF, AC, 1725, 26 julio.
103 AMF, AC, 1730, 24 octubre.
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Los sorteos no dejaban de ser un problema para el concejo, además de para las fami-
lias104. Las reclamaciones desde la administración militar para efectuar los sorteos105
y enviar los soldados se dieron con asiduidad106. Fueron frecuentes las denuncias de
manipulación107 para evitar incluir entre los mozos a individuos protegidos de los ofi-
ciales del cabildo, alegando multitud de causas, además de las condiciones físicas108. En
algunas ocasiones se debían repetir en un mismo año para sustituir a los soldados que
104 AHPA, P. 8930, fol. 119, 20 octubre 1704. En su testamento Ana Bravo y Fenoy se lamentaba de no saber
nada de sus hijos Andrés y Matías, que servían al rey.
105 AMF, AC, 1704. El servicio a Su Majestad en la guerra empezaba a ser problemático. El concejo se re-
trasó más de tres meses en cubrir las 5 plazas de soldado que se le pedían. La primera notificación la
recibieron el 30 de marzo, pero no fue hasta la llegada del cabo de caballos de Adra D. Juan de Zabala,
el 28 de junio, para reclamar los 5 soldados, cuando se hizo el sorteo, bajo la amenaza de llevarse preso
a un alcalde y a un regidor.
106 AMF, AC, 1744, 24 diciembre. Desde Guadix se reclamaron a diferentes concejos los soldados que aún
no habían enviado. A Fondón le reclamaban el total de 12 que le correspondía. No era el único, a la
mayoría le faltaban casi todos.
107 AMF, AC, 1707, 25 noviembre. Se reseñó al mozo mancebo Diego del Moral y Peralta, de 23 años, como
sustituto de otro sorteado con anterioridad y que fue desechado en Vélez-Málaga. El 30 de noviem-
bre su padrastro Carlos Fernández denunció ante el alcalde mayor que no se incluyeron a todos los
solteros de Fondón en el sorteo que se celebró el primero del mismo mes. Afirmaba también que se
excluyeron hijos de oficiales, como el del alcalde de Benecid, el del regidor Moya, varios del alférez,
otro del mayordomo de propios y otros vecinos hábiles sin tener privilegio ni impedimento. El alcalde
mayor mandó repetir el sorteo, permitiendo se pusieran sobresalientes. Fernández sustituyó a su hi-
jastro con Jacinto Aguilar, otro de los sorteados a un tal Carrasco, y otro tercero no tenía caudal para
poner un sobresaliente. En la veeduría de Vélez rechazaron a Aguilar y se descubrió que Carrasco no
era natural de Fondón, ni siquiera estaba entre los sorteados. Ante tanta irregularidad y desobediencia
a la real orden, se pidió al capitán D. José del Moral que repitiera otra vez el sorteo. La sombra de la
manipulación, sin embargo, continuaría. AMF, AC, 1709, 5 noviembre. Sorteo para sustituir al soldado
muerto Valentín García. Salió sorteado Gabriel González. El 7 de noviembre se le ordenó que pasase
a Cádiz. Pero al llegar a la veeduría de Vélez-Málaga, denunció irregularidades en el sorteo ante el
gobernador de Málaga y capitán general de la costa, quien ordenó a Enríquez, gobernador de Adra,
que pasase a Fondón e hiciese las averiguaciones. Comprobó la limpieza del sorteo y ordenó a Gabriel
González que se reintegrase al real servicio y pagase las costas del proceso, que eran 300 reales. Antes
de reintegrarse llegó notificación del gobernador de Málaga, Marqués de Riscaldealegre, con fecha 19
de noviembre, anulando el reemplazo de los segundos batallones, que se habían formado para susti-
tuir a las tropas francesas que se habían marchado, por lo que se le dijo a González que permaneciese
de momento en el pueblo.
108 AMF, AC, 1745, 30 agosto. Los soldados debían ser de 2 varas menos 2 dedos de altura, tener robustez,
y una edad de 18 a 40 años.
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109 AMF, AC, 1708, 18 julio. Según certificación, los soldados sorteados en 1707 Pedro Ventaja y Francisco
Fernando habían desertado, llevándose 294 y 304 reales respectivamente en munición y armas. Se
hizo un sorteo para sustituirlos con Luis Calvo del Moral y Bernardo Guillén Martín, quienes con los
740 reales demandados estaban el 6 de agosto en Ugíjar, camino de la veeduría de Vélez-Málaga,
primero, y luego de Cádiz. El 27 de septiembre de 1708 compareció Pedro Gervasio Ventaja, y el 29
de noviembre Francisco Fernando; los dos sabían que se les dieron por desertores, pero alegaron que
habían estado enfermos, y una vez recuperados, pedían reintegrarse al servicio de su majestad y que
volviesen los que fueron en su lugar.
110 No ocurría así en las primeras décadas del siglo. AMF, AC, 1719, 1 junio. Se hizo lista con 49 mozos para
el sorteo de 3 soldados. A partir de la tercera década los mozos sorteables eran menos. AMF, AC, 1745,
6 enero. En un sorteo de soldados, se sortearon 7 entre 8 mozos. Pero como uno de los sorteados era
Pedro Montañés, criado del vicario, y al que necesitaba, fue sustituido por el mozo que quedó libre en
el sorteo.
111 AMF, AC, 1709, 5 julio. Por el aumento de 10 soldados por compañía, se tuvo que hacer un sorteo de
3 soldados más por Fondón. Se permitían sobresalientes, pero advirtieron que no los buscasen en la
misma Vélez-Málaga, sede de la capitanía.
112 AMF, AC, 1745, 30 agosto. Orden para que se aprehendiesen vagos, deudores, desertores…, para re-
cluta general.
113 Normalmente se les daba a los sorteados una cantidad para su manutención hasta el primer destino.
AMF, AC, 1709, 2 diciembre. Se les dio 100 reales para su manutención hasta Vélez-Málaga. El concejo
debía también pagar por los desertores. AMF, AC, 1715, 18 agosto. Desde Vélez se reclamó el dinero
por 6 soldados dados por desertores: 55 pesos por 5 soldados desaparecidos y 10 por el enfermo An-
drés Ruiz. El 25 de agosto respondió el capitán D. Fabián del Moral dando noticia de los 5 desertores
que quedaba por evacuar de los que a Fondón se le hacía cargo. Remitió el dinero de 4 y el enfermo,
e informó que Miguel Rodríguez murió en Melilla, por lo que quedaba libre de su paradero. Quedaba
todo aclarado y cumplido, y pedía que no se hiciera prisión ni multa contra ningún capitular. Con la
respuesta y aceptación del Capitán general de la costa D. Carlos Carrafa se dieron por terminadas estas
diligencias.
114 En 1718 Agustín de Orzáez y Pedro López-Gimena, padres de soldados sorteados en 1715 dirigen un
escrito al alcalde mayor D. Antonio Díaz Cossio pidiéndoles auto para que el concejo, y no ellos, pa-
guen las armas que se dieron a sus hijos. Una vez embarcados recibieron orden de retirarse, y dejaron
en Málaga las armas. Salvador Madrid y D. Tomás del Moral pretenden cobrarles los arcabuces que les
dieron a sus hijos “en contra del estilo y practica observada en este pardo, que es el q los an satisfecho
los pueblos y el común” AMF, AC, 1718, noviembre. El 29 de diciembre se liban 99 reales para pagar los
3 arcabuces.
115 AMF, AC, 1709, 15 febrero. El procurador general del partido pasó a Vélez-Málaga y solicitó al capitán
general que los mozos no sirvieran más de una o dos campañas. Le aseguró que los mancebos volve-
rían al término de aquella campaña, y que cada 2 años se renovaría el tercio.
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Los sorteos fueron, sin lugar alguna, momentos de gran tensión, en los que se producía
una gran movilización social cuando su resultado era cuestionado, por el peligro de una
repetición del mismo116.
Los desertores eran un tema delicado. Las averiguaciones sobre su paradero eran conti-
nuas, ya que el concejo debía justificar su paradero117; otras veces negaba su existencia
para encubrirlos118, y una vez descubiertos no quedaban desamparados119. Los perdones
son mínimos120 frente a las órdenes para prenderlos121 o los fuertes castigos que se anun-
ciaban para ellos122.
La financiación de la guerra y de las tropas era otro asunto clave en este apartado: ade-
más de las contribuciones normales, los donativos y los embargos de los ingresos propios
venían a asfixiar todavía más las arcas municipales y de los vecinos123.
116 Veamos dos ejemplos. AMF, AC, 1709, 7 abril. Bernardo Guillén, sorteado para soldado, pero que no
llegó a servir más de tres meses, fue elegido para sustituir al soldado fallecido Felipe Fernández. Pero
como estaba ausente, se mandó a los demás mozos que lo buscasen y trajesen antes de 4 días o se
procedería a un nuevo sorteo entre ellos. Se les entregaron las diligencias y documentación para que
las justicias de otros lugares les ayudasen a traerlo. Más prisa tuvieron que darse en este otro caso los
mozos para evitar un nuevo sorteo. AMF, AC, 1715, 24 septiembre. Se sorteó entre las casas del pueblo
3 soldados para ir a Melilla. Después de una detallada, y anormal, descripción de la preparación del
sorteo (¿para prevenir posibles reclamaciones?) Sebastián Martín, cabeza de una de las familias que
debían poner un soldado, dijo que sus hijos están ausentes en Motril, y él, “por edad y estado, no pue-
de ir prontamente como es de urgencia” a por uno para hacerle la reseña. Los mozos fueron a Motril
para evitar un nuevo sorteo entre ellos, y se les dio 3 días.
117 AMF, AC, 1715, 27 febrero. Se notificó despacho del capitán general y una real orden sobre desertores.
A Fondón se le pedían 22 desertores desde 1704, y que se aprehendiesen o diese justificación de su
paradero. Se nombró por comisario para este asunto al escribano Morales. Fue la decisión más política:
tendría que acatar la orden del cabildo, y, además, no era vecino de Fondón, y por lo tanto, convecino
de los desertores y sus familias. También se le notificó el auto al capitán Fabián del Moral, para que los
buscase. El 5 de marzo el cabildo mandó se pusieran todas las diligencias que se estaban haciendo
sobre los desertores, y que no aparecían ¿Estaban cubriéndose las espaldas ante la administración
militar? De todas formas, no era fácil engañar a la administración militar: A.C.1715, 20 junio. Certifica-
ciones de distintos soldados dados por desertores: La plaza de Miguel Ventaja tenía su sobresaliente
en Fernando Antonio Cabeza de Vaca; Diego Ventaja estaba en el real servicio en Málaga, por lo que
no había que molestar a su familia; Andrés Ruiz tenía licencia por enfermedad, pero para volver cuan-
do sanase, y su “ydropesia con hazer ejercicio se sana: La Justicia de la Villa de Fondón le hara curar y
presentarse luego q este mejor”.
118 AMF, AC, 1708, 20 mayo. Se remitió testimonio al alcalde mayor de no haber desertores en Fondón.
119 AMF, AC, 1725, agosto. Se libraron 6 reales y 10 maravedíes para unos soldados presos desertores.
120 AMF, AC, 1715, 2 junio. Se comunicó perdón a desertores casados, hijos únicos de viudas, hijos de
padres ancianos, excepto los fugados con armas, caballo o vestidos.
121 AMF, AC, 1710, 22 febrero. Orden del capitán general de la costa D. Carlos Carrafa, para que se prendie-
ran a los desertores, pues había muchos y los castigos no los frenaban.
122 AMF, AC, 1710, 5 mayo. Orden del capitán general de la costa D. Carlos Carrafa, para que se admitieran
sobresalientes para suplir a los muchos desertores que ha habido, en el plazo de 10 días. También
podían presentarse los que desertaron. Si eran aprehendidos, tendrían pena de muerte.
123 AMF, AC, 1704, 11 noviembre. Se presentó cédula real para que se envíe testimonio del monto de los
propios para valerse de la tercera parte de ellos por un año para las urgencias de la guerra. A.C. 1708,
5 diciembre. Se subió 7 reales la fanega de sal por las urgencias de la guerra, hasta fin de 1710.
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Además de los soldados que servían en los tercios y batallones, los vecinos de Fondón
debían contribuir a la defensa con la milicia del socorro de Adra. Fueron numerosas las
ocasiones en que acudieron a la fortaleza de Adra ante la presencia de enemigos, nor-
malmente ingleses y moros124.
La mayoría de los vecinos que contribuían a los propios lo hacían en concepto de solares
que compraron para construirse sus viviendas126. Pero la mayor cuantía económica era
por los dos molinos harineros127. También formaban parte de los propios la almazara,
la fragua y algunas parcelas de tierra. Con los casi 500 reales que se obtenían todos
los años, se hacía frente a pequeños pagos, como el sueldo de los regidores perpetuos,
124 AMF, AC, 1704, 17 julio. Carta del alcalde mayor para que “se prevenga la gente para el socorro de esta
costa por estar en ella la armada de Ingalaterra”. Se hizo lista de las personas para el aviso y se regis-
traron las municiones del pósito. AMF, AC, 1709, 12 agosto. Desde Ugíjar se apremiaba a que el alférez
pasase urgentemente a Adra, se sacase lista en 8 días de los soldados que habían de partir y se toma-
sen del pósito pólvora, balas y cuerda, y todo lo que se necesitase. El 12 de septiembre el gobernador
de Adra D. Gonzalo Enríquez avisó de la presencia de enemigos en Gibraltar, con 80 navíos y soldados
de infantería, y pedía que la compañía saliera con el primer aviso. AMF, AC, 1719, 2 junio. Se notificó
orden del alcalde mayor para que en 12 horas se registrasen caballos, sin excepción de eclesiásticos, y
se encaminasen a Ugíjar para llevarlos a Cádiz “por allarse los ingleses infestando a dha ziud de Cadiz”
y “por conbenir a la defensa de la Yglesia, honor y conbenienzia comun”. AMF, AC, 1745, 10 agosto. En
las cuentas del alcalde D. Fernando del Moral, se anotaron 4 reales por 2 veredas de rebato los días 26
de abril y 14 de mayo. A.C. 1750, 21 agosto. En las cuentas del alcalde D. Fernando del Moral, 324 reales
y medio por pan y dineros a los 50 hombres que salieron al socorro de Adra cuando los 7 jabeques de
moros. El 24 de noviembre 16 reales a Juan Fernández por llevar el bastimento para el socorro de Adra.
El 17 de diciembre 17 reales y medio por 3 libras de pólvora.
125 AMF, AC, 1704, 3 septiembre. Se pidió al regidor Juan de Moya que comprase 4@ de pólvora y 2@ de
balas para el pósito. AMF, AC, 1706, 21 junio. Registro de 56 armas de fuego y 78 espadas, listas para el
socorro de Adra.
126 Las ventas de solares fueron mucho más frecuentes en el siglo XVII. AHPA, P. 1469, fol. 20, 18 junio
1749. Venta de solar de propios en Benecid a Gabriel García, en el Barrio de Las Eras. 17 maravedíes de
censo. P. 1549, escribanía L. Godoy, leg. 1727, fol. 63, 23 diciembre 1727. El concejo le cedía a Alonso
Martín del Baño un solar.
127 Poder del concejo para que no se le inquiete en la posesión de los 2 molinos al Ldo. José López, vecino
de Laujar, pues está al corriente de sus pagos. AHPA, P. 1469, fol. 37, 29 diciembre 1748.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
mientras los hubo, o como algunas fiestas que dependían del concejo128. En ocasiones
especiales, eran embargadas para hacer frente a urgencias de la Corona129.
El capítulo principal de ingresos por bienes de propios lo componían los dos molinos
harineros y el de aceite, con más de la mitad del monto total.
Especialmente rentables eran los molinos harineros, que suponían la mitad de los reales
que se ingresaban de propios, y no suponían ningún gasto para el concejo131. De ahí que
el concejo se intentara procurar más de estos artefactos132 y facilitara a particulares su
construcción133. Durante el siglo XVIII, y junto al aumento demográfico, Fondón parti-
cipó del denominado “auge molinero”134. La almazara, en cambio, por su volumen de
trabajo, estaba lejos de la importancia de los molinos harineros, y hasta el siglo XIX no
existieron otras en el municipio135.
128 AMF, AC, 1743, 23 diciembre. Pagos de propios: 15 reales y 29 maravedíes de la memoria de San Mar-
cos; 12 reales de la fiesta de desagravios, y 24 reales de las misas de aguilando.
129 AMF, AC, 1704, 11 noviembre. Se presentó cédula real para que se enviara testimonio del monto de los
propios para valerse de la tercera parte de ellos por un año para las urgencias de la guerra.
130 AMF, AC, 1725, 19 diciembre. El cobro de propios planteaba muchas dudas “por no estar con la jus-
tificazion q se debe… causada de no constar de las posesiones de que las pagan ni menos de las
personas de quien ubieron la obligazion de pagarlos q todo ello es redundido de no azerse memorial
original o libro de dhos propios de donde se saque traslado para su cobranza…”. Mandaron “que de
aquí en adelante se aga meml origl de dhos propios protocolando en el ofizio del preste ssno (Laureano
Godoy) quien dara de él traslado en cada un año para su cobranza”. Se ordenaba que se cargara sobre
los compradores con claridad.
131 AHPA, P. 8930, fol. 3, 12 enero 1704. Las obras de reparación y mantenimiento corrían a cargo de los
arrendadores. Contrato entre D. Andrés de Palomares, vecino del Presidio, y Lorenzo Valverde, cantero
de Fondón, para arreglar el Molino Alto para el 8 de septiembre. El molino es del patronato que funda-
ra el Ldo. Pedro Fernández de Mayor, ascendiente de Palomares.
132 AMF, AC, 1716. 3 marzo. Para aliviar las deudas del concejo y procurar más seguridad en la molienda
del grano se tomaron votos para ver si se vendía un sitio de molino junto a la balsa. Sólo se negó el re-
gidor D. Juan Ramírez, que consideraba que con los dos existentes había de sobra. La primera postura
fue de D. Tomás del Moral, en 500 reales. Los acontecimientos posteriores debieron hacer aparcar este
asunto, pues aunque se construyó dicho molino, no aparecía todavía en el Catastro de Ensenada.
133 AHPA, P. 1559, escribanía F. Morales, leg. 1725, fol. 17, 26 agosto 1725. En su testamento Leonarda
Gómez de Aguilera y Jiménez, hacía mención del molino que levantó en Bogaraya.
134 CARA BARRIONUEVO, L. et alii, Los molinos hidráulicos tradicionales de La Alpujarra (Almería). Almería,
1999.
135 AMF, AC, 1719, 28 diciembre. El maestro de almazara Andrés López declaró para la redacción de un tes-
timonio para el corregidor, que la cosecha de aceite había sido de 55 @, cantidad que, por otra parte,
a nosotros nos parece demasiado corta.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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Por compra, junto a Laujar, en tiempos del rey Felipe IV136, el concejo de Fondón conta-
ba con el privilegio de cobrar las tercias y alcabalas, siendo su mayor fuente de ingresos
y sobre los que libraba la mayor parte de sus gastos.
Su historia en esta primera mitad del siglo XVIII estuvo llena de problemas: al menos
en dos ocasiones tuvo que ser llevada la cédula del privilegio a Madrid137, y ocasionó
numerosos pleitos con la hacienda real138, con Laujar por el pago de la primera de las
confirmaciones139, con los arrendadores en determinados años140, y entre los vecinos por
los gastos que se libraban sobre ellas141.
El arrendamiento de las tercias y alcabalas, o de los 2/9 del diezmo de los frutos, se hacía
en el mes de mayo. Su importe osciló anualmente, siendo su máximo y mínimo durante
esta primera mitad de siglo, 8.200 reales de 1706 y los 14.000 reales de 1739. Esta os-
cilación debía ser causada por las variaciones de las cosechas; el ascenso generalizado a
lo largo de las décadas indica un aumento demográfico y económico.
136 AMF, Libro de Tercias 1730-1750. Las tercias y alcabalas de Laujar y Fondón estaban vendidas a D. Alon-
so Fernández Zapata desde 1644. El 9 de julio de 1659 los dos concejos las compraron por 234.000
reales.
137 AMF, AC, 1709, 29 mayo. Se comunicó que Laujar pedía que se enviara el privilegio de alcabalas y
tercias a la Junta de incorporación de Madrid antes de fin de junio. Para su mayor seguridad se envia-
ría con una persona que lo llevase y presentase donde hiciere falta. AMF, AC, 1745, 10 agosto. En las
cuentas del alcalde D. Felipe del Moral, 73 reales de llevar a aprobar el privilegio de Tercias.
138 AMF, AC, 1707, 10 febrero. Poder para defenderse del embargo que se ha hecho, por parte del receptor
de ellas, con auto del presidente de Granada, de las tercias, desde junio de 1706 hasta junio de 1707,
y que son privilegio real por compra que se hizo junto a Laujar. Tres años más tarde, recibo a Juan de
Campos, vecino de Fondón, por 5.000 reales para efecto de los gastos y paga del valimiento de las al-
cabalas y tercias. AMF, AC, 1710, 2 septiembre. Por el aumento del situado que se pagaba se siguió otro
pleito en la década se los 20. P.1464, s/f, 20 octubre 1724. Poder de los concejos de Laujar y Fondón
para pleito en Madrid por el aumento de situado que se pedía por las tercias. AMF, AC, 1725, agosto.
Libranza de 80 reales para Madrid por el pleito del exceso de situado. Otras de 30 reales y 4 maravedíes
y 220 reales a Diego de Morales por el pleito de Madrid. Se seguía el pleito todavía en 1727.
139 El enfrentamiento con el concejo de Laujar lo veremos en otro lugar.
140 El 23 de agosto de 1737 el concejo y vecinos dieron poder para pedir real provisión al supremo consejo
de Hacienda para que el alcalde mayor tomase cuentas de las tercias desde 1710 a 1728, en AHPA,
P.1466, s/f.
141 Poder del concejo para el pleito contra los Yanguas y su intención de que se pague con las tercias un
matadero. Juan José de Yanguas era alcalde y promotor del pleito contra la negativa del concejo que
preside. En AHPA, P. 1469, 25 ago. 1738. Al año siguiente otro poder del concejo, el 24 de septiembre
de 1739, para aclarar la aplicación de tercias y sus sobras, en pleito solicitado por Francisco de Yanguas
y consorte. AHPA, P. 1469, fol. 25.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
De cada fanega de trigo, los panaderos, según el arrendamiento o las variaciones de pre-
cios, sacaban entre 50 y 56 hogazas, normalmente de 32 onzas de peso, que se vendían
entre 16 y 24 maravedíes. Las carestías y el precio del trigo hacían subir a veces el pan
por encima de los 30, e incluso a 40 maravedíes147, o bien la otra alternativa era deson-
zar la hogaza para que tuviera menor peso148 y no alterar así el precio del pan.
142 Fue en 1741 y 1742, y ambas para el arrendamiento del vino y uva de colgar. Entonces el cabildo, para
la administración de esta renta, nombraba fieles administradores, como hizo en 1741 con los vecinos
José Baides y Francisco Álamo. AMF, Libro de Tercias, 6 octubre 1741.
143 AMF, AC, 1709, 9 febrero. Se informó de la existencia de cuatro tiendas de mercería. No hemos encon-
trado ninguna otra posterior. No parece que existiera tampoco un mesón, tal y como se informó años
después. AMF, AC, 1718, 20 diciembre.
144 AMF, AC, 1706, 15 noviembre. Juan Pérez Baides y Juan Valverde se obligaban a panadear el abasto
hasta marzo de 1707 por 2 cahíces de trigo, a 14 maravedíes la hogaza, con 53 hogazas de 2 libras por
fanega. Los mismos seguían en 1708. AMF, AC, 1708, 29 noviembre. Francisco Escobosa y Juan Valver-
de se obligaban a la panadería hasta junio 1709.
145 AMF, AC, 1702, 13 febrero. La mayor postura fue la de Tomás Pérez y Juan López-Ximena, dando por
cada fanega 55 hogazas, de a 2 libras, pero por “no hacer el pan bueno y por otras cosas y aviendo
parecido ante este dho concejo Juan Baides y Fco. Sanchez vos en quienes a estado antecedentemente
dha panaderia y an hecho buen pan y dado buena quenta con pago acordaron rematarles pr el tanto a
los susodhos la dha panaderia desde oi asta el dia del Sr Sn Pedro …”. Hubiera sido interesante conocer
esas “otras cosas” que motivaron el cambio de panaderos.
146 AMF, AC, 1703, 4 febrero. Ante la falta de postores a la panadería el concejo pidió a los panaderos Fran-
cisco Sánchez y Francisco Escobosa se obligarán en 55 hogazas la fanega, y vendieran a 18 reales cada
hogaza. Su obligación, con 4 fanegas de aumento al pósito, en AHPA, P.8929, leg. 1703, fol. 3.
147 AMF, AC, 1709, 8 abril. Se compró grano a 54 y a 60 reales, más gastos de porte y viajes para buscarlo.
y el pan estaba puesto a 7 cuartos el de trigo y 6 el de maíz, y el pósito estaba perdiendo. Acordaron
desonzar la hogaza en 2 onzas y subir el precio a 36 maravedíes, pero en el mismo cabildo, tras hacer
los cálculos se volvió a subir a 10 cuartos (40 maravedíes) pero de 32 onzas la hogaza.
148 AMF, AC, 1750, 16 marzo. Se necesitaba trigo para el abasto y no se hallaba a precio de 5 cuartos cada
hogaza. Para que el pósito no perdiera, se subió 2 maravedíes la hogaza, y se vendió a 22 maravedíes
la hogaza de 30 onzas.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sin duda alguna, la máxima preocupación del cabildo es la función recaudadora, unas
veces a través de arrendadores y otras por sus mismos oficiales. Durante los 50 años de
nuestro estudio, rara es el acta de cabildo o el protocolo consultado donde no aparezca
de una manera especial la intermediación del cabildo entre la hacienda real y los vecinos.
Tras unos primeros años durante los cuales las órdenes y las contraórdenes en materia
impositiva se sucedían152, motivadas por la guerra y la reestructuración que llevaba a
cabo la nueva monarquía, el régimen fiscal se estabilizó hasta el catastro de Ensenada. El
cabildo tenía asumida su función, y dictaba la normativa necesaria para una recaudación
eficaz153.
Las contribuciones para la hacienda real o municipal que se cobraban eran: derechos
de seda, millones, cientos, fiel medidor, salarios del alcalde mayor y el procurador ge-
neral, utensilios, paja, jabón, aguardiente, sal, censo real, propios, y tercias. Las cantida-
149 Únicamente en 1719 parece que hubo cierta pugna entre dos postores por este arrendamiento. Desde
el 13 de febrero hasta el 25 de marzo se sucedieron las pujas entre Francisco Milán Muñoz, de Almóci-
ta, y Juan de Casanova el menor, por hacerse con la carnicería intentando mejorar la postura del otro.
Ganó Casanova, con 5 cuartos cada libra. AMF, AC, 1719, 25 marzo.
150 AMF, AC, 1725, 15 abril. 24 maravedíes la libra de 10 onzas, excepto de 15 junio a finales de agosto, a 5
cuartos, libres de derechos de cientos ni otros, para Francisco de Casanova.
151 AMF, AC, 1706, 3 abril. Juan de Casanova arrendó la carnicería en cinco cuartos la libra, libres para él,
sin contar los dos cuartos que de sisa se habían subido en lo que iba de año.
152 Las actas capitulares de los primeros años recogen muchas órdenes y diligencias sobre cobro de im-
puestos, variando incluso en el mismo año los porcentajes, y quitando y poniendo diferentes impues-
tos.
153 AMF, AC, 1730, 31 diciembre. Se acordó que los alcaldes administrasen y cobrasen las rentas reales
para Su Majestad, excepto las alcabalas, “que son propias de este lugar en virtud de real privilejio de
ventas”. Se mandó hacer registro de todo a los vecinos, y por aforadores se nombraron a D. Fernando
del Moral y D. Bernardo Ramírez. Se formó libro de fiel de aduana para registrar lo que se traspasare y
trajinare, y el movimiento de la carnicería. Se nombró por fiel a Silvestre de Campos, y por aduana su
casa, donde habían de ir todos los que trajinaren las especies de millones y cientos “y por puertas para
salir y entrar en este lugar se señalan la calle de la ermita, y la que sale a las eras para que los trajinantes
entren y salgan y lo que pr otra parte se apreendiese se dara por perdido”. Se mandó formar además los
libros de asiento de cientos, también para Silvestre de Campos; de caja de los alcaldes; del molino de
aceite, para Andrés López; de los distintos oficios del lugar, para asentar sus ventas, que los recogieron
los cordoneros Juan y José Baides.
483
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En cuanto a la producción agrícola, son pocos los testimonios que hemos llegado a
conocer. En 1719 la cosecha de aceite, según el maestro de almazara Andrés López era
de 55 arrobas157. La seda disminuyó de 800 libras a 400 libras, aproximadamente, en el
periodo que hemos estudiado. La producción de cereales en 1730 era de 1.000 fanegas
de trigo, 150 de centeno, 80 de cebada y 160 de maíz158.
A mediados del siglo XVIII, según las cuentas que al terminar su mandato de cada año
daban los alcaldes, el presupuesto del cabildo de Fondón ascendía a casi 60.000 reales159.
El concejo de Fondón vivía en casi una perenne escasez de recursos económicos. Son
continuas las reclamaciones, principalmente desde la administración160, para que se pa-
154 AHPA, P. 1469, fol. 2, 17 enero 1746. Poder al alcalde D. José Ramírez para el acopiamiento de rentas
provinciales.
155 En el principal arrendamiento, el de los 2/9 de los diezmos de los frutos, o tercias, sólo en tres años he-
mos encontrado arrendadores que eran vecinos de otras poblaciones: Diego Chacón en 1700, Diego
Morales en 1702 y Pablo Fernández en 1741.
156 Casanovas, Del Moral, Yanguas, Ramírez, Campos, Godoy, fueron las familias que pugnaban por conse-
guir los arrendamientos. Anecdótica es la presencia de otros individuos como Cecilio Martín de Yebra
o Antonio José Fresneda, y, además, casi siempre en una renta menor como la del aguardiente. AHPA,
P. 1465, fol. 13, 2 julio 1737. La renta del aguardiente de Fondón, Presidio y Lúchar, en 1.800 reales,
para D. Cecilio Martín de Yebra. AHPA, P. 1468, fol. 2, 24 marzo 1740. Manuel Carretero y Antonio José
Fresneda vuelven a la sociedad que tenían, y en la que quedó solo Carretero, en el arrendamiento del
aguardiente de la Taha de Lúchar, Fondón y Presidio.
157 AMF, AC, 1719, 28 diciembre.
158 AMF, AC, 1730, 10 agosto. Despacho del corregidor D. Clemente Aguilar para que se le remitiera tes-
timonio del estado y abundancia de cosecha de trigo, cebada, centeno y maíz. El concejo nombró a
Bernardo Gutiérrez y a Juan López-Gaitán, labradores que habían asistido “en las eras a las trillas de las
mieses y saben de el estado en que estan dhas cosechas”. Declararon y justificaron que el trigo, cente-
no y cebada ya estaban cosechados, y que el maíz estaba cultivándose todavía.
159 AMF, AC, 1745, 23 noviembre y 19 diciembre.
160 AMF, AC, 1710, 19 julio. El presidente de Granada requirió que se pagase el donativo, los utensilios, y
los atrasos de la renta de la sal. El concejo acordó se ejecutasen esos pagos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
guen las contribuciones y las deudas que se contraían a lo largo del año161. Sin embargo,
los ingresos se hacían en momentos puntuales, por lo que en casi todas las ocasiones,
los pagos debían ser adelantados por vecinos162, por los oficiales163 o por prestamistas164,
o bien desviarse de otros fondos -cuando existían - para luego reintegrarlos165. Incluso
en alguna ocasión se llegó a suspender la ejecución de un auto por falta de dinero166, o
atrasarse en varios años167.
161 AMF, AC, 1702, 3 marzo. Se adelantó el arrendamiento de los 2/9 del diezmo de los frutos de este año,
“respecto de estar este concejo atrasado en mas de 1.000 reales oi, y esperar otros gastos inescusa-
bles…”. Curiosamente en esta misma acta, en la entrada anterior, se ajustó la cuenta de la sisa de la
carnicería, por haberse quitado la administración de dicha sisa y haberse acopiado como parte de
los reales servicios de millones, dando a favor del concejo 363 reales, y diciendo “no aber oi otra cosa
mas pronta de que poder dar satisfaczion a quien se debe”. Probablemente el adelanto del arrenda-
miento de las tercias no estaba originado en esta ocasión por la urgencia de las deudas, ya que desde
la primera postura hasta el último remate pasaron dos meses, cuando en otros años son sólo un par
de semanas. Parece haber una pugna en las pujas entre el escribano D. Diego de Morales Valdivia y D.
Felipe de Godoy, que da como resultado la mayor postura al arrendamiento de tercias del periodo que
estudiamos. Una vez cobrado el primer plazo de tercias, se libran cerca de 2.000 reales para pagar los
que diferentes vecinos y oficiales habían adelantado en distintos gastos. AMF, AC, 1704, 3 mayo. A la
libranza de 300 reales para el predicador de la pascua, por su limosna, el regidor Juan Ramírez-Barran-
quero se negaba diciendo que no había de donde dárselo al contado como se acostumbraba y decían
los demás. AMF, AC, 1719, 28 diciembre. Se acordó pagar cuando hubiese efectos los tres arcabuces
que se dieron a los tres soldados que fueron a Ceuta, y que les dieron Juan del Moral-Nadal, Juan de
Ocaña y el alcalde Gabriel del Moral, seis meses antes. Las espadas tampoco estaban pagadas por
entero.
162 AMF, AC, 1704, 20 julio. Se dieron 150 reales de regalo a D. Lope de Valenzuela por haber prestado 2500
reales para pagar el tercio de sisa de fin de marzo de este año, y que no se cobró a los vecinos. AMF,
AC, 1719, 26 noviembre. Para pagar la última diligencia en Madrid del privilegio de tercias, 5 vecinos
adelantaron los 500 reales que se le debían a Laujar. AMF, AC, 1725, 7 septiembre. Libranza sobre las
tercias de 42 reales por 3 sábanas para renovar las camas que se compraron a distintos vecinos para
los soldados de Dalías.
163 AMF, AC, 1709, 5 julio. Se reclamaba se pagasen los gastos del procurador general, del año 1708. Los
209 reales los adelantó el alcalde Francisco Gómez.
164 AMF, AC, 1710, 29 enero. Escritura ante Laureano Godoy de obligación del concejo a D. Gabriel Zepillo,
por los 2826 reales que había prestado para el pago de diferentes cantidades que el concejo y los ve-
cinos estaban debiendo, y que devolverían en agosto de 1710. AMF, AC, 1719, 27 julio. Libranza sobre
las tercias para devolver a D. Miguel Chacón, vecino y regidor perpetuo de Presidio, los 1.000 reales
que prestó en marzo, según escritura de obligación ante Laureano Godoy, para pagar el desempeño
de la cédula de confirmación del privilegio de tercias en Madrid. AMF, AC, 1745, 20 febrero. Para pagar
los numerosos gastos (pleitos de baldíos y Almócita, soldados, veredas…) no había caudal. El alcalde
D. Felipe del Moral consiguió 1725 reales de D. Andrés Amate, a quién el concejo se obligaba para
pagárselos en julio, de las tercias o de donde hubiere.
165 AMF, AC, 1706, 4 septiembre. Diferentes libranzas para pagar 1155 reales de la estancia de los soldados
en Adra, y el vestuario y alimento de los 6 soldados y un sargento que se han repartido para la compa-
ñía “cordón y fronteras de Murcia”, durante dos meses. Como faltaban fondos, se tomó de los efectos
del donativo real que tenía D. Fabián del Moral al ser una urgencia.
166 AMF, AC, 1750, 5 marzo. Se retrasó la ejecución de un auto sobre expropiación de viñas en el pago de
S. Fandila y su reforestación por, entre otras causas que se alegaban, la falta de dinero.
167 Es el caso del donativo real de 1705, que el concejo pagó tres años después. AMF, AC, 1708, 12 marzo.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las dificultades económicas parecen ser consecuencia en muchos casos de la propia si-
tuación económica de los vecinos, siempre reacios a pagar, pero que en ocasiones tenía
plena justificación168.
d) La presión fiscal
Durante los primeros años del siglo XVIII, y coincidiendo con la guerra de sucesión, se
vivió un periodo de una enorme presión fiscal: aumento de impuestos169, donativos rea-
les170 y embargos171 fueron necesarios para “las urgencias de la guerra”.
Junto a estas medidas, en una muchísima menor medida, nos encontramos también
indultos y supresiones de arbitrios o contribuciones extraordinarias, motivadas, sin duda,
para aliviar la situación y no poner en peligro el asentamiento de la nueva monarquía172.
168 AMF, AC, 1730, 14 febrero. Libranza de 106 reales para el ejecutor que vino a cobrar el censo real, y los
vecinos pidieron que no se repartiera. La negativa a pagar era unas veces por estrecheces económicas
del vecindario, o bien porque existían suficientes fondos en ese momento.
169 AMF, AC, 1704, 18 octubre. Se subieron 2 reales a la fanega de sal. Y otros 2 reales el 23 de diciembre del
mismo año. Ésta era la tercera subida en poco tiempo. AMF, AC, 1705, 2 enero. Se fijó edicto del aumento
de millones y cientos desde el primero de enero, para conocimiento de todos los vecinos. Onofre de
Buendía y Silvestre de Campos eran fiel y depositario de tales efectos. AMF, AC, 1706, 3 mayo. Prorrateo
de millones y nuevos impuestos. A Fondón correspondían 6.146 reales en 1706 y 6.527 reales y 33 ma-
ravedíes en 1707, siendo el octavo concejo de 42 del partido en esta cuantía. AMF, AC, 1708, 25 mayo.
Nuevo indulto de visitas y residencias, cuya recaudación era para Su Majestad. El 7 de agosto se termi-
naron de pagar los 544 reales por este concepto. 5 diciembre. Se subieron 7 reales la fanega de sal por
las urgencias de la guerra, hasta fin de 1710. AMF, AC, 1709, 5 y 9 febrero. Despacho del alcalde mayor
Ldo. D. Juan Antonio de Ayora y Morales, sobre el reparto del indulto de visita general, para las urgencias
de la guerra; Fondón debía pagar al procurador general D. Juan Magaña 561 reales y 17 maravedíes por
2 libros, 66 rs; 9 alcaldes 76 rs y medio (a 7 rs y medio); 9 regidores a 7 rs, 63 rs; 48 oficios a 4 rs, 192 rs; 4
tiendas de mercería, 2 molinos y 1 almazara, a 8 rs, 64 rs; de montes, 100 rs. Las citas serían interminables.
170 AMF, AC, 1705, 27 febrero. Se notificó al concejo el donativo que el rey había echado sobre tierras,
viñas, casas y ganados. Se fijó edicto para hacer relación jurada por cada propietario de sus bienes. En
julio todavía no se había hecho la relación de bienes, y en septiembre se pidieron justificaciones, pues
algunas no estaban claras. En 4 de febrero de 1706 se confirmó a D. Fabián del Moral, en el encargo
de cobrar el donativo real, aunque ya no era alcalde. El importe de 2301 reales y 17 maravedíes no se
hizo efectivo hasta el 12 de marzo de 1708, 3 años después de su solicitud. A.C. 1709, 3 agosto. Nuevo
donativo real, de más de 2.500 reales, a una media de 15 reales por vecino. Se incluían viudas y nobles,
en lo que fuere posible. El 10 de agosto otro despacho los rebaja a 1.980 reales, 12 reales por vecino, y
recalcaba la urgencia de su cobro. Estos donativos continuaron después de la guerra. AMF, AC, 1715, 25
octubre. Se hizo repartimiento para el donativo de 27 reales 17 maravedíes por vecino. AMF, AC, 1719,
19 mayo. Donativo de 2813 reales y 3 maravedíes, para repartir entre los vecinos.
171 AMF, AC, 1704, 11 noviembre. Se presentó cédula real para que se enviase testimonio del monto de
los propios para valerse de la tercera parte de ellos, por un año, para las urgencias de la guerra. AMF,
AC, 1715, 22 febrero. Se notificó al concejo los autos del alcalde mayor Ldo. D. Pedro Villagra Guerrero
para el valimiento de tercera y décima parte de herbajes, dehesas, montes y propios para las urgencias
de la guerra, remitiéndose testimonio para conocimiento de lo que debían pagar; y valimiento de lo
enajenado de la corona: títulos de regidores, escribanos, …
172 AMF, AC, 1705. Desde el 24 de noviembre hasta el 15 de diciembre de 1705 se sucedieron varias cédulas
e instrucciones sobre diferentes impuestos relacionados con las urgencias de la guerra y la “ocupacion
de Barcelona”: la sisa de la carne, 3 millones y los 4 medios por ciento que se quitaron, se volvieron a
poner, y se suspendieron de nuevo. AMF, AC, 1703, 12 junio. Se comunicó un indulto sobre débitos
atrasados de diferentes arbitrios hasta 1696.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Las exigencias para el cobro173 fueron constantes por parte de la administración, y las
quejas, tanto del concejo como individualmente, sobre el exceso de contribuciones y
las dificultades para el pago se sucedían inevitablemente174. A veces era el cabildo, y no
la administración central, el que con su política cargaba con más contribuciones a la
vecindad175, y se procuraba los ingresos suficientes ante las intenciones de los vecinos de
evitar la fiscalidad176.
173 AMF, AC, 1710, 29 junio. Miguel de Yanguas acusaba a los eclesiásticos de fraude en el registro para
pagar los derechos de la seda. 28 agosto. Registro de trigo de 150 fanegas en casa de Cristóbal de Apa-
ricio y embargo de 50 para “el abasto de pobres y pasajeros”. Con lo embargado se daba satisfacción a
Su Majestad de lo que Aparicio estaba debiendo de los derechos de seda y otros diferentes efectos. 19
octubre. El alcalde mayor apremiaba a eclesiásticos y seculares a pagar las rentas de “terzuelos” de las
iglesias de los derechos de la seda.
174 AHPA, P.1464, s/f, 20 octubre 1724. Poder de los concejos de Laujar y Fondón, para pleito en Madrid por
el aumento de situado que se pedía por las tercias. AMF, AC, 1709, 2 diciembre. Con el nuevo reparto
de soldados se incluyeron 310 reales a repartir entre los vecinos, pero como tres semanas antes se
había hecho otro para sustituir a un soldado muerto, se acordó suplirlo con otros efectos “para aliviar
a la vezindad”. AHPA, P.1466, fol 28, 30 octubre 1737. Miguel de Yanguas decía en un poder ser “uno
de los mayores labradores de estos contornos”, y pedía que se le respetasen sus privilegios de esperar
para pagar a la próxima cosecha por “las cortas cosechas qe se han cojido y no poder continuar con
dhas labores”. Dos años después el mismo Miguel de Yanguas inició un pleito contra el concejo por
considerarse estar sobrecargado en sus contribuciones. AHPA, P. 1469, fol. 28, l6 noviembre 1739. AMF,
AC, 1743, 8 noviembre. Por atrasos y falta de cosechas faltaban al caudal del pósito 59 fanegas y 842
reales y 32 maravedíes. Los deudores estaban obligados. Se pidió se suspendiera cualquier apremio.
La deuda “para en vezos pobres y que con sus muchas contribuciones no han podido satisfacer este
año”. AHPA, P. 1464, fol. 15, 4 septiembre 1727. Pleito por “malos repartimientos” a los concejos de 1726
y 1725.
175 AHPA, P. 1466, fol. 35, 12 junio 1736. Varios vecinos se mostraban a favor de no arrendar más del 1/9 de
las tercias, pero el concejo se negó a los despachos que en este sentido se habían dado por el superin-
tendente.
176 AMF, AC, 1735, 23 julio. Se nombró depositario para la seda al regidor Juan Baides, para que los due-
ños no la vendieran por su cuenta, y se perdiesen y extraviasen los derechos. No se podía esperar más
porque los vecinos tenían que pagar los diferentes arbitrios. Se cobraba de ellos en seda y no había
comprador que la comprase, y era preciso pasar a Granada.
177 AMF, AC, 1725, 10 diciembre. Libranza sobre las tercias de 1.471 reales y 20 maravedíes para pagar con
ellos la mitad del censo real, por haber fondos suficientes en las tercias y aliviar de un reparto a los
vecinos. La misma libranza se repitió el 30 de mayo “para aliviar en algo a la bezindad y que sea este
plazo de San Juan pr ser el tiempo mas falto y estrecho para los labradores”. El 18 de septiembre se hizo
constar que había sido todo el censo el que se pagó con las tercias. AMF, AC, 1730, 14 febrero. Libranza
de 106 reales para el ejecutor que vino a cobrar el censo real, y los vecinos pidieron que no se repar-
tiera. AMF, AC, 1750, 1 julio. Juan José de Yanguas y otros vecinos pidieron al alcalde mayor que de las
tercias se pagase por entero el acopiamiento de millones. El concejo informó, a petición del alcalde
mayor: la mitad de los capitulares, votaron que se pagase y librase la mitad de millones y la mitad del
censo real; la otra mitad de capitulares votó que todo el acopiamiento. Vistas las cuentas y viendo que
había de sobra para seguir gobernándose, se acordó todo el acopiamiento (7.620 reales) y la mitad
del censo real (1.470 reales y 20 maravedíes). AMF, AC, 1750, 22 julio. Para evitar un repartimiento, se
libraron de tercias 600 reales de la sisa por menor del aguardiente.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Tampoco faltaron las situaciones en que por impago se atrasaron o dejaron de cumplir
órdenes178.
6. MAESTROS Y MÉDICOS
La educación y la salud no estaban en estos años entre las principales preocupaciones de
los oficiales del concejo, por lo que es difícil encontrar referencias a maestros o médicos.
Aunque ya en el siglo XVII los había, los maestros no percibirían nada del concejo por
su trabajo hasta mediados del siglo XVIII179. Sí eran requeridos, por sus conocimientos,
para determinadas tareas de contabilidad del concejo180.
Algo más parecen contar los médicos para el cabildo, pues aunque no aparecen libran-
zas y pagos181 hasta 1730, sí se procuraba la asistencia médica para los vecinos182.
178 AMF, A.C. 1730, 24 octubre. Para el sostenimiento del ejército de Andalucía, correspondieron a Fondón
1.074 reales, pagaderos el 15 de diciembre. La cantidad se consideraba difícil de pagar, y se reunió a los
vecinos para ver la forma “conoziendo la dha imposivilidad de dhos vezinos y que pr la falta de frutos
no se an acabado de pagar las contribuziones anuales y que aziendo este repartimto se ymposivilita
mas dhas contribuzionez, y no se puede cobrar esta contribuzion con la puntualidad que se pide”. Se
acordó se suspendiera este repartimiento y se pagase de la mata común de las tercias cuando se pu-
diera.
179 AMF, AC, 1750, 17 diciembre. Consignación de gastos. Al maestro D. Miguel López “conoziendo su
buena doctrina y enseñanza” se le dan 3 fanegas y celemín y medio de trigo y 150 reales para pagar el
alquiler de la casa y ayuda de costa. Había firmado el contrato por 6 años, AHPA, P. 1469, fol. 15, 13 abril
1749; aunque en 1752, según su respuesta particular en el catastro de Ensenada, era el escribano del
cabildo, cediendo la plaza de maestro a su hermano.
180 AMF, AC, 1700. 24 marzo. El maestro Onofre de Buendía fue nombrado fiel de la carnicería.
181 AMF, Libro de Tercias, 4 abril 1730. Se libraron este año 300 reales al médico D. Cecilio Martín de Yebra.
182 Tras la muerte del médico D. Alfonso Romero Lozano, se envía a D. Félix Morales a Almería a pedir
médico para este concejo. AMF, AC, 1725, 17 diciembre. Otras veces eran los médicos de poblaciones
cercanas los que asistían a la población: AMF, AC, 1730, 30 mayo. Juan Lorenzo Linares, vecino de Pre-
sidio, presentó su título de cirujano, y pidió que, por la proximidad con Fondón, se le siguiera dejando
ejercer su oficio en él.
183 AMF, AC, 1730, 13 abril. Despacho del corregidor para que mostraran sus títulos médicos, boticarios,
cirujanos y flotomianos, o pasaran a examinarse los que no los exhibiesen. En Fondón ejercía de mé-
dico D. Cecilio Martín, que tenía su título; Andrés Valverde, flotomiano, pasó a Granada a examinarse
cuando pudo “componer medios para ello” y mientras no ejerció su oficio.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
7. FIESTAS
Del cabildo dependía la financiación de algunas de las fiestas que se celebraban184. De
todas ellas destacan las patronales a San Sebastián y a San Gabriel, que se celebraban en
enero. Tenían su origen, al menos, a comienzos del siglo XVII, pero el concejo no las hizo
oficiales185 hasta 1727, aunque desde muchos años antes participara en los festejos186.
184 En total el cabildo no gastaría mucho más de 1.500 reales al año en este concepto de fiestas. Por ejem-
plo, las patronales de 1728 costaron 1.194 reales, por los toros y los fuegos artificiales. AMF, AC, 1727,
4 febrero 1728. A veces se hacían gastos extraordinarios, como cuando los vecinos quisieron que con
motivo de las fiestas de los patronos S. Sebastián y S.Gabriel, en el día de S. Sebastián y su octava, los
vecinos pidieron que en vez de un toro se mataran dos “para mayor zelebridad de la fiesta”. Cuentas de
la fiesta: la licencia de toros y fiesta costó 30 reales; 44 reales de la “echura de la bandera”; las 570 libras
de la carne se dieron fiada hasta el verano a los vecinos, a precio de 6 cuartos la libra, y que ascendían
a 402 reales y 12 maravedíes; 66 reales del valor de las 2 pieles; 10 reales en desollarlos; los 2 toros y la
lidia costaron 900 reales. AMF, AC, 1730, 14 febrero.
185 AMF, AC, 1727, 20 diciembre. “…a solicitud de los vezos deste lugar y por su devozion se a elegido por
patrono al Sr San Sebastian y por conpatrono al Sr San Gabriel y se a ganado decreto del Ylustrisimo
Sr Arzpo de Granada conzedido en virtud de bula de Su Santidad aprobando la dha elezion y nom-
bramiento de dhos stos patronos de este lugar para tenerlos por ynterzesores para que Ds nuestr Sr y
su bendita madre favorezcan esta vezindad en sus aflicziones y para festejar dhos Stos y a su culto se
les agan fiestas … unánimemente y conformes botaron las dhas fiestas y se acordo se zelebren en
el dia veinte de enero pocsimo venidero q es el dia del Sto Patrono Sr Sn Sebastián para cuias fiestas
solizitara lizenzia para azer una comedia, y asi mismo una fiesta de toros y q se mate uno, y asi mismo
en la noche de la vispera de dho Sto Patrono se quemara los fuegos y polbora de q se discurriere azer
la mejor inbenzion para cuia fiesta se gastara lo q fuere nezesario …”. Es extraño que la aprobación
por el arzobispado fuera de diez años antes. Libro 6º de Bautismos de S. Andrés, fol.202: “El dia diez y
Siete de Enero de mil settezs y diez y siete años. Confirmo y (...)no el ser Provisor de este Arzobispado
(Patro)nato y Voto Fecho por los Vecinos del fon(don y) Binesir; al ser Sn Sebastián y Al Arcángel ser (...)
Gabriel, al primero por Patrono y al se(...)e Copatron o Protector, Como Consta , p(...) Auto de dho ser y
Constituciones aprobadas que se hallaran, en el Libro de la Cofradía de dho Patrono ser Sn Sebastián”.
186 AMF, AC, 1704, 1 febrero. Libranza de 121 reales y medio por 53 libras de pólvora para la procesión que
por la fecha, debía ser la de San Sebastián.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Gracias a una de estas visitas de inspección, mediante la que se pretendía acabar con la
mala organización anterior y reorganizar las funciones y actividades del concejo, cono-
cemos el estado del concejo a comienzos del siglo XVIII, al tiempo que nos proporciona
información sobre cuáles eran las obligaciones de alcaldes y regidores189. En el auto
definitivo de la visita del alcalde mayor en 1702 para la revisión de libros de propios,
pósito, cabildo y otros papeles, de los años 1698 a 1701, condenó al concejo a las costas
de la audiencia de la visita “por la mala forma que se a tenido en la formazon de los libros
de los cavildos y acuerdos y los pocos que consta aberse zelebrado Abiendo debido
executar para todas las libranzas que se an despachado en la admon del Posito y Props
de dichos años y para todas las demas cosas del bien ppco y comun de la vezindad y del
servicio de su Mgd pues antes de executar cosa alguna lo deben tratar y conferir en su
ayuntamto y que conste dello. Y asimismo la mala custodia y guarda que an tenido en los
paps tocantes y pertenezientes al concejo. Y otras cosas dignas de remedio…”.
Por el mismo auto, el alcalde mayor ordenó a los alcaldes: cobrar los repartimientos sin
delegar en nadie; cuidar de los montes, vegas y arbolados, apremiando a los vecinos para
que saliesen a hacerlo; prohibir que se hicieran rompimientos en realengo y comunales,
ni majadas, aguaderos y cañadas, y se liberasen los que estuvieren para los ganados;
tener libros donde se asentasen las condenaciones, sin exceder la jurisdicción limitada
187 AMF, AC, 1715, 19 septiembre. Averiguaciones del alcalde mayor D. Lorenzo Méndez de Herrera sobre
los encabezamientos de rentas reales de 1713, 1714 y 1715. Pidió a los escribanos testimonios de los
encabezamientos o repartimientos, y citó para el 23 de septiembre a los alcaldes y escribanos de Fon-
dón. El cabildo acordó que fuera el escribano Morales, y si hacían falta los oficiales, mandase por ellos.
Igualmente, desde Granada, la intendencia reclamaba explicaciones sobre el caudal del pósito que
debía ser más. El alcalde Gabriel del Moral pasó a la capital con los instrumentos necesarios para justi-
ficar que ese era el caudal y no había más. El 23 de noviembre dio cuenta de su viaje y dijo “que no se
pudo conseguir cosa alguna”. AMF, AC, 1719, 11 noviembre. La lista de averiguaciones es interminable:
sobre baldíos, rompimientos, oficios y títulos enajenados.
188 AMF, AC, 1707, 10 febrero. Poder para defenderse del embargo que se hizo de las tercias, por parte del
receptor de ellas, con auto del presidente de Granada, desde junio de 1706 hasta junio de 1707, y que
eran privilegio real por compra que se hizo de ellas junto a Laujar. También sobre las tercias y el pleito
del exceso de su situado en Madrid, se libraron desde agosto hasta diciembre de 1725 más de 500
reales.
Otro pleito. AMF, AC, 1730, 3 octubre. Se presentó una audiencia de la junta de comercio de Grana-
da presidida por D. Manuel Barros, para “la justificación de las lanas y su paradero” por no haberse
traido licencia para venderlas ni comprarlas. Con las consiguientes actas y diligencias “sacaban reos
diferentes vos que no tienen ganado lanar, y que aunque fuera contra justicia lo que ejecutaban era
preciso defenderse en Granada y en dha Junta de Comercio, y que si se proseguia en las dilijencias que
se avian empezado avian de procesar otros muchos vos y conociendo el perjuizio que se seguia a la
vecindad en aber de ocurrir a Granada a poner dha defensa y gastos que se causaban se tubo pr con-
veniente el componer dha dependenzia; y con efecto se compuso en siete pesos y mas doze reales”.
189 AMF, AC, 1702, 28 enero.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que tenían; no permitir que los presos anduviesen sueltos; distribuir los fondos “en cosas
justas y útiles sin utilizarse dellas en manera alguna”; procurar la conservación, aumento
y buena distribución del pósito, y tuviesen presente al juez competente; recoger en el
archivo libros de cabildo, cuentas, memoriales,… del concejo, con tres llaves (alcalde y
regidor más antiguos, y escribano), y se hacer inventario cada vez que se pasasen las
llaves; hacer cabildos todos los sábados y multar por la no asistencia; anotar todos los
despachos de libranzas del pósito y otras rentas, y que los escribanos no las firmasen sin
la fecha y mención del acuerdo de cabildo, y no se cumpliesen sin este requisito; y a los
regidores mandó que se preocupasen del abasto a precios comunes, y no interviniesen
en su comercio, por estar prohibido190. Antes de 1743 se había añadido la obligación de
que las justicias rondaran por la noche y tocaran la queda191.
Al parecer estas disposiciones tuvieron efecto, al menos en lo tocante a los libros: los
siguientes acuerdos incluyeron numerosas libranzas para pagar gastos, empezando por
los 350 reales de esta visita del alcalde mayor, o la encuadernación del privilegio de
tercias y su caja de hoja de lata para guardarlo bien; otra orden que pronto se llevó a
efecto fue la del cuidado de los montes, pues el 9 de septiembre del mismo año 1702
se nombraron apeadores para que ayudaran al alcalde Bernardo Gómez de Mercado a
reconocer aguaderos, realengos, veredas y pasos de ganados y sus mojones.
Las rivalidades internas también acababan en ocasiones con denuncias ante Ugíjar o
Granada, con acusaciones de malversación de fondos192.
491
LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ANEXOS
ANEXO 1
Evolución demográfica
Periodo Matrimonios Bautizados Defunciones Crecimiento
1700-1709 65 347 259 +88
1710-1719 85 355 224 +131
1720-1729 100 388 312 +66
1730-1739 114 475 370 +105
1740-1750 123 597 440 +147
ANEXO 2
LISTADO ALFABÉTICO DE ALCALDES Y REGIDORES
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
495
EL MARQUESADO DE LOS
VÉLEZ A MEDIADOS DEL
SIGLO XVIII
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En ese marco de renovación, una de las tareas que se planteó el rey Fernando VI cuando
accedió al trono hispano en 1746 y que encomendó a su ministro de Hacienda, Zenón
de Somodevilla, marqués de la Ensenada, fue la reforma de los numerosos impuestos
que se pagaban bajo la denominación de rentas provinciales, unificándolos bajo uno
solo denominado precisamente por ello “Única Contribución”.
Para ello, poco después de su nombramiento, Ensenada puso en marcha una compleja
maquinaria que tuvo como finalidad catastrar las Españas con objeto de conocer toda
la riqueza de las 22 provincias del reino castellano, de forma parecida a lo que en los
años veinte del mismo siglo XVIII se había hecho en Cataluña. En las operaciones del
catastro que lleva desde entonces el nombre del ministro que lo desarrolló, Ensenada1,
se recogieron relaciones de todos los habitantes de todos los lugares de Castilla, sus bie-
nes, sus rentas y los de todos los forasteros. Ello incluía los propietarios pertenecientes al
estamento nobiliario y a la Iglesia. Conocer sus bienes era un primer paso para procurar
que contribuyesen al sostenimiento del Estado, es decir, que aquellos que durante siglos
habían estado exentos de pagar cualquier impuesto aportasen parte de sus ingresos al
erario público. La sola idea de ello puso en pie de guerra a casi todos ellos contra el
ministro Ensenada. Lograron su cese, su destierro, y el final de su proyecto.
497
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desde su constitución en los primeros años del siglo XVI el territorio del marquesado
de los Vélez comprendía 16 concejos, una docena de ellos en la actual provincia alme-
riense y cuatro en territorio murciano. En la primera eran del señorío de los Fajardo
los territorios de Vélez Blanco (capital del marquesado), María, Vélez Rubio (en el que
se integraba su anejo Chirivel, hasta 1895), Oria, Albox, Partaloa, Zurgena, Arboleas,
Cantoria, Albanchez, Benitagla y Cuevas con el lugar de Portilla. Molina, Mula, Librilla y
Alhama eran los cuatro concejos de Murcia.
La extensión total del marquesado superaba los 3.300 km2., o más de 330.000 ha. En
la tabla 1 se presentan las superficies de todos los términos municipales del señorío en
2 ARMARIO SÁNCHEZ, Fernando, Estructura y propiedad de la tierra en el Reino de Murcia a mediados del
siglo XVIII, Madrid, (1993), Tesis doctoral, p. 122.
3 DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo, “Vélez Blanco, un modelo de minuciosidad en las Respuestas Generales de
Ensenada (1752)”, Revista velezana, 15 (1996), pp. 165-179. DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo, “El Catastro del
Marqués de la Ensenada de María”, Revista velezana, 14 (1995), pp. 133-146. DÍAZ LÓPEZ, Julián Pablo,
“Una estampa de Vélez Rubio en la centuria de la ilustración. Las respuestas generales de 1752”, Revista
velezana, 13 (1994), pp. 109-124.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
kilómetros cuadrados y hectáreas, así como el porcentaje que cada uno representa sobre
el total. Los que actualmente están integrados en la provincia de Almería sumaban más
de 2.100 km2., el 63% del total, mientras que los cuatro murcianos reunían 1.218 km2.
Son, por tanto, éstos los que tenían un peso territorial mucho mayor en la estructura del
estado señorial. Mula, que suponía la quinta parte con sus 680 km2., Vélez Rubio con
cerca del 15%, Vélez Blanco con más del 13 y Alhama con más del 9% sumaban más
de la mitad de la superficie y junto con Cuevas y su anejo Portilla las localidades más
ricas al tiempo que las más extensas. En definitiva, un marco geográfico considerable-
mente extenso, mucho más que otros señoríos castellanos, pero disperso en cuanto a
sus ubicaciones geográficas: los tres Vélez de las comarcas “almerienses” (Vélez Blanco,
Vélez Rubio y María), los lugares localizados en el valle del Almanzora (Cuevas, Albox,
Arboleas), en la sierra de las Estancias (Oria y Partaloa), en la sierra de los Filabres (Beni-
tagla); así como las villas del reino murciano en la vega del río Mula, Molina en la vega
media del río Segura, Alhama en la cuenca del bajo Guadalentín, y Librilla, en el pasillo
entre Alhama y la ciudad de Murcia.
4 DÍAZ ÁLVAREZ, J. R., Atlas geográfico provincial comentado de Almería, 1984, pp. 111-112.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
II. LA POBLACIÓN
En la segunda mitad del siglo XVIII disponemos de tres fuentes demográficas que nos
permiten analizar la evolución de la población. Tanto el censo realizado de forma pa-
ralela a las operaciones del catastro de Ensenada en 1752 como los mandados por el
conde de Aranda en 1769 y Floridablanca en 1787 y que llevan sus nombres presentan
datos bastante fiables sobre los habitantes de los reinos de España. Según estas fuentes,
la población total del marquesado se incrementó entre 1752 y 1787 en más de 9.000
personas, siendo mayor el crecimiento entre 1769 y 1787 (más de 6.000 habitantes,
más de 300 por año) que en la primera etapa, entre 1752 y 1769 (cerca de 4.000, o
sea unos 230 habitantes por año). En definitiva, el territorio velezano tuvo una tasa de
incremento demográfico del 0,53% anual entre las fechas extremas de los censos (tabla
2), bastante inferior a la media de la provincia de Almería, que creció en ese mismo pe-
ríodo un 0,86% anual, pero similar al que experimentó el conjunto nacional, un 0,53%5.
La mayor seguridad que ya se había alcanzado en la costa con el control de los ataques
piráticos y las mejores posibilidades de desarrollo económico se dejaron sentir en ese
menor incremento demográfico del marquesado. Algo que ya estaba presente en los
municipios del sureste, donde se estaba dando un fenómeno generalizado de despobla-
ción del interior del territorio y un mayor crecimiento de los municipios costeros. Una
apreciación que se pone de manifiesto en el fuerte incremento demográfico de la capital
almeriense, que entre 1752 y 1787 creció a un ritmo anual del 2%6.
En el año de la elaboración del catastro de Ensenada los concejos más poblados eran
Mula, Vélez Rubio y Cuevas, que eran los únicos que superaban los 5.000 habitantes
(tabla 2). Les seguían en importancia Alhama, Vélez Blanco, Albox y Oria cuya pobla-
ción estaba en el intervalo entre los 2.900 y los 3.700 habitantes. En un tercer grupo
cuya población se situaba entre el millar y los dos millares de habitantes estaban Can-
toria, María, Molina, Librilla, Zurgena y Arboleas. Los menos poblados eran Albanchez,
Partaloa y a mucha distancia, con menos de un centenar de habitantes, Benitagla, el lugar
más pobre de todo el marquesado.
A partir de los datos del primer año, 1752, podemos observar la evolución demográfica
desde ese momento hasta el año 1769 y 1787. De forma absoluta, el concejo que vio
incrementada su población de forma más importante entre los años extremos fue Vélez
500
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Rubio, que pasó desde los 5.440 habitantes hasta los más de 7.600, es decir, más de
2.100 entre esas dos fechas. Fueron también pujantes en esos años Albox y Cuevas, con
incrementos que superaron los 1.400 y los 1.200 habitantes respectivamente. Lógica-
mente el resto de los concejos, que partían de números más moderados tuvieron au-
mentos más moderados. Y es preciso destacar el caso de Alhama en el que la población
cayó en más de 600 habitantes desde mediados a finales del siglo XVIII. Algo que debió
ser consecuencia de un error en los recuentos del censo de Floridablanca, el realizado en
1787, que de una tendencia negativa de la que no se conocen indicadores.
También en la tabla 2 se presentan las tasas de crecimiento anual entre los años de los
censos extremos. A nivel global podemos afirmar que el marquesado tuvo una evolu-
ción moderada, con un 0,53% anual, mientras que la media de la actual provincia de
Almería fue de un 0,86%. En los Vélez únicamente superan esa media Benitagla con
más de un uno por ciento anual, pero cuya importancia es muy escasa puesto que se
partía de datos muy bajos (únicamente tenía 73 habitantes en 1752); Albox y Molina
(con 0,93% de crecimiento), que eran sin duda los núcleos más pujantes del señorío,
con una ubicación geográfica que les favorecía, uno en el valle medio del río Almanzora
y el otro muy cercano a la capital murciana. Tienen crecimientos relativos cercanos a la
media almeriense Vélez Rubio, Zurgena y Librilla con datos en torno al 0,8%. Y aunque
partían con poblaciones importantes a mediados del siglo Vélez Blanco, Oria, Cantoria
y Cuevas son los cuatro que se situaban en la media del marquesado, pero con un
relativo retraso sobre la media provincial. Destaca el caso de Alhama de Murcia, que
perdió población tanto entre 1752 y 1769 (unos 150 habitantes), como entre este año
y 1787 (más de medio millar). Posibles explicaciones pueden ser que la presencia en su
término municipal de suelos calizos con un horizonte superficial escaso y suelos salinos
pobres no posibilitaban ni el incremento de la productividad de sus cultivos ni las nuevas
roturaciones de forma importante7. También puede ser que la fuerte tasa de crecimiento
entre 1694 y 1756, superior al 2,4%, junto a las limitaciones físicas apuntadas, llevasen a
la población a su techo natural con las posibilidades de desarrollo existentes a mediados
del siglo XVIII8.
501
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Tasa Δ
1752/56 1769 1787 1752-87 52-87
Vélez Blanco 3.439 3.927 4.272 833 0,56
María 1.939 2.104 2.188 249 0,33
Vélez Rubio 5.440 6.198 7.618 2.178 0,82
Oria 2.955 2.869 3.662 707 0,55
Albox 2.934 3.798 4.360 1.426 0,93
Partaloa 436 596 607 171 0,80
Zurgena 1.291 1.318 1.459 168 0,33
Arboleas 1.012 962 1.116 104 0,27
Cantoria 2.013 2.242 2.485 472 0,54
Albanchez 961 1.026 1.246 285 0,65
Benitagla 73 --- 116 43 1,06
Cuevas 5.396 6.079 6.673 1.277 0,55
Molina 1.876 2.142 2.635 759 0,93
Mula 5.680 5.867 6.380 700 0,35
Alhama 3.770 3.618 3.103 -667 -0,69
Librilla 1.782 2.047 2.332 550 0,76
Total 40.997 44.793 50.252 9.255 0,53
Fuentes: 1752: AHPA, LRP del Catastro de Ensenada; 1769: Censo de Aranda (Biblioteca de la Real Academia
de la Historia, Censo de Aranda); 1787: Censo de Floridablanca9.
502
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
son bastante pujantes, el peso de los más aislados y más interiores hace que la media del
señorío pierda peso en los contextos generales.
11 Ibídem, p. 172.
503
LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
III. LA AGRICULTURA
Mientras que sobre ésta no hay ninguna duda, puesto que su superficie estaba claramen-
te delimitada, ocupando cada una 1.600 varas cuadradas, o sea, 0,1118 ha.; para la fane-
ga los problemas son mayores, puesto que excepto en Vélez Blanco, María y Cantoria,
en los que los peritos aclaraban en las respuestas al interrogatorio que su extensión era
de 6.400 varas cuadradas (por tanto 0,4472 ha.), en Alhama de Murcia afirmaban que
tenía 9.600 varas cuadradas y en Oria 10.000, en los ocho pueblos restantes (tabla 4)
los peritos respondían que ignoraban cuál era la superficie alegando diversos motivos. En
todos los casos, para poder comparar la superficie cultivada en ellos, hemos empleado la
extensión más común y la empleada en los concejos más cercanos. Se ha considerado
por tanto que tenía 6.400 varas cuadradas, 0,4472 ha.
504
LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Regadío Secano
Medida Varas2 Ha Medida Varas2 Ha
Vélez Blanco Fg. 6.400 0,4472 Fg. 6.400 0,4472
María Fg. 6.400 0,4472 Fg. 6.400 0,4472
Vélez Rubio Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Oria Fg. 10.000 0,6982 Fg. 10.000 0,6982
Albox Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Partaloa Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Zurgena Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Arboleas Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Cantoria Fg. 6.400 0,4472 Fg. 6.400 0,4472
Albanchez Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Benitagla Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Cuevas Fg. Ignoran --- Fg. Ignoran ---
Molina Th. 1.600 0,1118 Fg. 9.600 0,6707
Mula Th. 1.600 0,1118 Fg. 6.400 0,4472
Alhama Fg. 9.600 0,6707 Fg. 9.600 0,6707
Librilla Th. 1.600 0,1118 Fg. 9.600 0,6707
Fuente: Pregunta 9ª del interrogatorio de los Libros de Respuestas Generales del Catastro .13
12 Para las villas y lugares de Andalucía: FERRER RODRÍGUEZ, Amparo y GONZÁLEZ ARCAS, Alfonso, Las
medidas de tierra en Andalucía según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Madrid, 1996, pp.
309-314. Para las villas y lugares del reino de Murcia: ARMARIO SÁNCHEZ, Fernando, Op. cit., p. 122.
13 La superficie considerada en los pueblos en los que se afirma en la documentación que los peritos “ig-
noran” cuántas varas cuadradas tenía la fanega, se ha tomado como referencia la superficie declarada
en los pueblos más cercanos y la más común: 6.400 varas2, o sea, 0,4472 ha.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a los diversos cultivos que se han descrito más arriba con ciertos árboles diseminados en
el terreno o situados en los márgenes de la superficie cultivada. La utilización de suelo
y vuelo de forma coordinada era muy frecuente en todo el ámbito peninsular ibérico,
pero muy importante en las comarcas surestinas. Incluso en el secano era frecuente la
aparición de territorios dispersos en los que estaba presente la mezcla de cultivos herbá-
ceos y arbóreos. Todo ello se presenta en la tabla 5 y se describe en las líneas que siguen.
Las primeras características generales comunes a todos los pueblos son la presencia de
una escasa superficie dedicada al cultivo de hortalizas de diverso tipo situadas junto a
las casas o cerca de ellas, en los alrededores del núcleo habitado o en las cortijadas, que
son los más productivos; la elevada importancia de los cereales de tipo panificable (trigo,
cebada fundamentalmente) en todos los concejos; la necesidad de dejar algún tiempo la
tierra en reposo para que se recuperase, es decir, la existencia de barbechos en numero-
sos pagos de suelos más pobres, menos regados o de secano.
Regadío Secano
1ª: tr(1/2)-cb(1/4)-hb(1/4)+ma+ca (s.d.) 1ª: tr(1/2)-cb(1/4)-ga(1/4)/ba
Vélez Blanco 2ª: tr(1/2)-cb(1/4)-hb(1/4)+ma (s.d.) 2ª, 3ª: tr(1/4)-cb(1/2)-ce(1/4)/ba/ba
3ª: tr(1/2)-cb(1/4)-ma(1/4) (s.d.)
1ª, 2ª, 3ª: tr (3/4)-cb (1/4) (s.d.) 1ª: tr (3/4)-cb (1/4)/ba
María 2ª: tr (3/8)-ce (3/8)-cb (2/8)/2 ba
3ª: tr (3/8)-ce (3/8)-cb (2/8)/3 ba
1ª: 2 cos: tr/cb (s.d.) o tr/cb/ba+ma 1ª, 2ª: tr-cb-ce/ba/ba
Vélez Rubio
2ª, 3ª: 2 cos: tr-cb-ce/ba+ ma 3ª: tr-cb-ce/ 3 ba o 4 ba
1ª: tr-cb-ma-li-ca (s.d.) 1ª, 2ª: tr-cb/ 3 ba
Oria
2ª, 3ª: tr-cb-ma (s.d.) 3ª: tr-cb-ce/ 3 ba
1ª: 2 cos: tr+ln-cñ Tr/ba/ba
Albox 2ª: 2 cos: tr-cb+ma Cb/ba/ba
3ª: cb Cb-ce-br/ba/ba
1ª: 2 cos: tr-cb-ln+ma (s.d.) 1ª, 2ª, 3ª: tr-cb/ba/ba
Partaloa 2ª: 2 cos: tr-cb+ma/ba
3ª: tr-cb/ba
1ª: tr-ma-li-ca (s.d.) 1ª: tr (2/3)-cb (1/3)/ba/ba
Zurgena 2ª: tr-cb-ma (s.d.) 2ª: tr (1/4)-cb (3/4)/3 ba
3ª: tr (1/3)+ma 2/3 (s.d.) 3ª: ce (1/8)-cb (7/8)/3 ba
1ª: 2 cos: tr-cb-ma-li-ca+pa 1ª: tr-cb-ce/ba/ba/ba
2ª, 3ª: 2 cos: tr-cb+pa 2ª, 3ª: tr-cb-ce/ba/ba/ba/ba
Arboleas Medio riego:
1ª: tr-cb-pa-li-ln-ca/ba
2ª, 3ª: tr-cb-pa/ba
506
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Fuentes: Pueblos de Almería: LRP del Catastro. Murcia: Armario Sánchez, Op. cit.
En los municipios que tenían una mayor disponibilidad hídrica por estar situados junto
al cauce del río Almanzora (que es el caso de Cuevas, Albox, Arboleas), en la ribera de
una rambla con aguas suficientes en invierno (como Partaloa), o con una vega en la que
manaban importantes fuentes (Vélez Blanco y Vélez Rubio), en las tierras de regadío
de mejor calidad se habían introducido cultivos de verano que permitían obtener una
segunda cosecha al año, siendo la primera de cereales, habichuelas o lino y la segunda
de cáñamo, cañamón o maíz recogido en verde como forraje para el ganado. En la
mayoría de los términos municipales y en concreto en los de Vélez Blanco, María, Oria,
Albox, Molina, Mula, Alhama y Librilla no estaba presente ningún tipo de descanso en
las tierras consideradas como de regadío, es decir, no había barbechos. En Arboleas y
Cuevas los peritos distinguieron dos modalidades entre las parcelas de regadío: las mejor
regadas, denominadas como de riego en el primer pueblo y como sembradura de huerta
en Cuevas. En todas ellas no había necesidad de dejar descanso para la tierra, mientras
que en las denominadas como medio riego (Arboleas) o sembradura de río (Cuevas) ya
se introducía un barbecho en las de peor calidad.
507
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Tanto en las mejores tierras de regadío como en las de inferior calidad se repartía la su-
perficie alternando en todos los pueblos los cereales más exigentes como el trigo con la
cebada, el maíz, el lino, la linaza, los garbanzos, las habas y las habichuelas. Y es preciso
poner de relieve que en Benitagla, el término más pequeño, el más montuoso (situado
en plena sierra de los Filabres) y el más elevado (el núcleo estaba y sigue estando a 950
metros sobre el nivel del mar) no existían ningunas parcelas que pudiesen ser considera-
bas como de riego por los peritos del catastro de Ensenada.
Las parcelas de secano estaban dedicadas por lo general al trigo y a la cebada las de
mejor calidad, pero siempre con algún año de barbecho que podía estar sembrado para
aprovecharlo como tiempo de pasturaje para el ganado. El centeno aparece sembrado
en las de peos calidad de los términos de Vélez Blanco, María, Vélez Rubio, Oria, Albox,
Arboleas, Cantoria, Albanchez y Benitagla. Las de peor calidad de secano se empleaban
en Cuevas para alternar los cereales citados con la barrilla, la salsola kali, cuya ceniza se
empleaba desde épocas antiguas para la elaboración de jabón por la alcalinidad de sus
tejidos. Los años de barbecho se van incrementando desde en todas las parcelas de se-
cano de Molina, Mula, Alhama, Librilla, Cuevas y las de mejor calidad de Vélez Blanco
hasta llegar a los tres o cuatro de los peores secanos cultivados de Vélez Rubio, María,
Oria, Cantoria, Arboleas, Zurgena; hasta llegar a los seis o nueve que había que dejar en
las de Benitagla, algo que hacía ínfima su productividad.
508
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Analizando de forma pormenorizada los datos podemos ver cómo el regadío es muy
importante en Cuevas y Alhama, donde ocupaba más de 2.000 ha.; también en Vélez
Blanco con más de 1.600 ha. regadas y en Mula donde superaba las 1.200. En los tér-
minos de Vélez Rubio, Cantoria y Molina se regaban alrededor del medio centenar de
hectáreas; Oria se acercaba a las 400; Albox superaba las 300, valor al que se acercaba
Librilla. Merece la pena destacar que María únicamente podía regar algo más de 140 ha.
concentradas en la vega cercana a la población.
En cuanto al secano, destacan de forma importante las más de 30.000 ha. cultivadas en
Mula, dedicadas como hemos visto a los cultivos herbáceos. Su extenso término muni-
cipal, que supera las 68.000 ha. no es óbice para observar la destacada importancia que
tenían la agricultura de secano en este concejo, y, por ende, los latifundistas. Es también
muy importante el cultivo cerealístico en secano en Alhama, con más de 22.000 ha.
Vélez Rubio y Oria dedicaban más de 10.000 ha. También los secanos de Vélez Blanco
y María eran extensos, con ocho y siete mil hectáreas respectivamente. Del resto úni-
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
camente Molina y Cuevas tenían superficies importantes, alrededor de las cinco mil en
cada uno de los municipios.
14 LENTISCO PUCHE, José Domingo, “De despensa agrícola a recurso turístico. Evolución y transforma-
ción del monte velezano, siglos XVI-XX”, en SÁNCHEZ PICÓN, Andrés (ed.), Historia y medio ambiente en
el territorio almeriense, Universidad de Almería, Almería, 1996, pp. 203-220.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como se ha indicado más arriba, los cultivos de arbolado estaban en las mismas parcelas
que los herbáceos. Los árboles estaban situados en ellas sin orden o en los linderos. Las
especies más comunes eran los olivos, las moreras y los morales, así como las higueras
y diversas especies de frutales. Aparte de indicar en cada propietario qué árboles poseía
y de colocar su producto para sumarlo a su líquido imponible, la información que pro-
porciona la documentación en los resúmenes finales es muy desigual en relación a las
especies arbóreas. Hay casos en los que aparece su número total, hay otros en los que se
reduce el número a medidas de tierra y se informa de las fanegas que estarían puestas de
cada especie, en otros únicamente se indican las arrobas de fruta que se producen y su
valor. Con esa información se ha confeccionado la tabla 7 en la que de forma bastante
dispersa se presentan los datos que nos proporciona la documentación.
En líneas generales parece que el olivar y los frutales han desplazado la importancia que
tuvieron en el pasado las moreras y morales en todas las localidades, puesto que incluso
han sido superadas en importancia por las higueras. Algo que es normal si tenemos en
cuenta la caída de la producción sedera. Los árboles que alimentaban al gusano de seda
se han ido considerando improductivos. Su sustituto parece haber sido el olivar puesto
que es el que se presenta como más destacado en Vélez Blanco, Albox, Partaloa, Zur-
gena y, de forma especial en Arboleas y Cantoria. Mientras tanto en Cuevas se había
producido un auge importante de los frutales.
Una de las cuestiones que los peritos hubieron de contestar (la número 14 en concre-
to) en las primeras averiguaciones sobre todos los aspectos generales era relativa a los
precios que alcanzaban todos los productos agrícolas en la localidad. En concreto se
formulaba así: Qué valor tienen ordinariamente un año con otro los Frutos que producen las
Tierras del Termino, cada calidad de ellos. Las respuestas a ese interrogatorio conformaron
los denominados Libros de Respuestas Generales (LRG). En esos años centrales del siglo
XVIII Molina era la localidad que presentaba los precios más elevados en casi todos los
productos agrícolas, similares a los de la ciudad de Murcia, donde había un mercado de
consumo importante15. En la tabla 8 se recogen los precios de los principales productos
en todas las localidades. No aparecen datos en los que la importancia de esa mercancía
debía ser escasa.
15 En Murcia la fanega de trigo se vendía a 22 rs., la de cebada a 10, maíz a 15, la arroba de lino a 30, la de
aceite a 22 y la de lana a 37,5 rs. (AGS, CE, RG, L464, pág. 245).
511
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En casi todas las localidades del marquesado velezano el trigo se vendía a 22 rs/fg. Su-
peraba ese precio únicamente Molina donde llegaba a 24 y era más barato en pueblos
que eran claramente cerealistas y excedentarios: Vélez Rubio (donde se pagaba a 18
rs.), Vélez Blanco, María, Albox, Zurgena y Arboleas (donde se cotizaba a 20 rs.). Si el
cereal más cotizado, el trigo, presentaba precios bastante similares en todos los pueblos,
la cebada muestra valores más dispares. El precio medio era de 8,12 rs., pero superaba
ampliamente esa media en Partaloa, Molina, Alhama y Librilla, mientras que tenía pre-
cios bastante más bajos en Vélez Blanco, Vélez Rubio y Arboleas, donde se pagaba a
6 rs. la fanega. El centeno tenía un precio medio de 11,9 rs., superado claramente por
Albanchez y Mula. El maíz de 12,5 rs., siendo Partaloa, Cantoria, Albanchez, Cuevas
(con 14 rs.) y sobre todo Molina, con 15, las localidades en las que era más caro. El lino
se pagaba generalmente entre 30 y 33 rs. la arroba, siendo Zurgena la localidad que
tenía un precio más caro. El aceite de oliva era el más extendido. Los demás debían
ser testimoniales, si existían. Es el único sobre el que se dan los precios en la fuente
catastral. Y eran bastante desiguales puesto que iban desde los 15 rs. la arroba en Vélez
512
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Rubio, Oria, Partaloa y Arboleas hasta los 25 en Molina. No existía producción en Be-
nitagla (donde no había olivos y los demás árboles debían ser testimoniales) y debía ser
escasa en María, puesto que, como se puede ver en la tabla 7, únicamente se declaraba
en el catastro la presencia de algo más de medio centenar de pies. En cuanto a la lana,
en líneas generales los pueblos de los Vélez no debían ser lugares de esquileo, pues-
to que el precio de la lana únicamente aparece en la documentación de la mitad de
ellos, siendo el más frecuente de 22 rs. Y, por último, la seda, que no aparece con-
signado lo que se pagaba por ella en los pueblos murcianos, y que en los de la actual
provincia almeriense oscilaba entre los 45 rs. la libra que se pagaban en Albanchez y
los 34 de Cuevas.
La pregunta que surge al repasar precios tan dispares en algunos casos en localidades
próximas es sobre la regulación automática de los mercados, corrigiendo a la baja los
importes que se pagaban por mercancías que podían adquirirse a precios más asequi-
bles a pocas leguas de distancia. En el marco del Antiguo Régimen eso era impensable
puesto que los mercados eran estancos. Los vecinos de cada lugar únicamente podían
adquirir los productos que necesitan en su mercado local, controlado fuertemente por
el concejo. La entrada de productos del exterior estaba controlada y regulada por las
autoridades locales.
3. LA GANADERÍA
El estudio de la ganadería en una época final del Antiguo Régimen es fundamental
debido a su importancia económica. El ganado mayor, utilizado como fuerza de trabajo
es insustituible en las faenas agrícolas para labrar, trillar, trasladar los aperos o la produc-
ción; utilizado como medio de transporte no tendrá ningún competidor hasta el siglo
siguiente. En cuanto al ganado menor, el lanar como un aporte fundamental para la ma-
nufactura textil, y todos en como complemento de la alimentación en una proporción
importante y difícil de cuantificar. Hemos de hacer referencia también a la necesaria
provisión de pastos, hierbas o cualquier otro tipo de alimentación que obliga a cuidar
extensas superficies de tierra como dehesas, montes comunales, etc., ya analizados en el
capítulo anterior; a la utilización de los excrementos como único aporte de fertilización
artificial de la tierra; y el complemento existente entre cabaña ganadera y barbecho,
utilizado como un aporte importante en el invierno para alimento del ganado.
513
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
nes posteriores de cada vecino se insiste en que especifiquen el número de cabezas que
posean de las cuatro principales de mayor (caballar, mular, asnal y vacuno) y otras cuatro
de menor (lanar, cabrío, cerda y colmenas, que, aunque no constituyen específicamente
una categoría animal, se clasifican como ganado menor).
En otro orden de cosas, el ganado caballar estaba dedicado casi fundamentalmente a los
tiros de carruajes y paseo, y no tenía por tanto incidencia en las actividades económicas,
no creaba riqueza. Era importante en Vélez Rubio, con cerca de 300 ejemplares y Mula
con algo más de 100, siendo testimonial en el resto de las poblaciones, como ocurría en
general en las localidades del sureste castellano.
514
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La cabaña de ganado menor tenía una importancia económica fundamental no solo en las
comarcas del señorío velezano, sino también en prácticamente todas las del sureste penin-
sular. Lanar, cabrío y cerda aportaban una parte importante de la dieta (carne, leche y sus
derivados), así como la lanar, que, aunque periclitado ya el papel que tuvo en la economía
siglos atrás, seguía estando presente.
Pero, mientras la cabaña de lanar y cabrío se basaba en rebaños medios o grandes trashu-
mantes, la de cerda se apoyaba fundamentalmente en una explotación familiar dedicado
al consumo interno de los hogares y a pequeñas transacciones. Como se ha apuntado, los
rebaños de ovejas y cabras eran trashumantes, llevándolos sus propietarios a invernar
en los campos más costeros de Cartagena, Vera o Cuevas, y trasladándolos en verano
a los pastos de las tierras más altas del Altiplano granadino y a las llanuras de María o
Vélez Blanco que estaban dedicadas a pastizal. Las más de 130.000 cabezas de estas
dos especies se repartían casi por igual entre los rebaños de ovejas (cerca de 70.000)
y de cabras (más de 66.000). Existía un claro predominio del lanar en los municipios
515
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
velezanos del norte del territorio almeriense (los tres Vélez y Oria sumaban más del
doble de ovejas que de cabras, 55.000 frente a algo más de 25.000); mientras que, en
los extensos términos de Mula y Alhama predominaba el cabrío (cerca de 25.000), que
también era destacado en Cantoria y Albanchez (más de 4.000 entre los dos). Por últi-
mo, la economía porcina era ya importante en la comarca velezana almeriense (los tres
Vélez y Oria), así como Mula y Alhama, unas poblaciones en las que aun actualmente
una parte importante de su economía pivota sobre esta especie.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los molinos, con más de 60 en todo el señorío, estaban concentrados en los núcleos
cerealísticos más importantes, aquellos que, como hemos visto, tenían términos muni-
cipales extensos y el secano había experimentado un crecimiento importante desde el
siglo XVI. Vélez Blanco, en donde había una decena, de los que cuatro eran propie-
dad del marqués y otros cuatro de eclesiásticos; Mula, con nueve, varios de ellos del
señor; y Oria, Cantoria y Albox con seis cada uno, varios de ellos propios de clérigos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como puede verse en la tabla 10, los peritos del catastro consideraron una elevada
productividad a los molinos de Mula (más de 12.000 rs. anuales), mientras que a los de
Vélez Blanco le adscribieron una renta muy escasa (algo más de 2.000 rs., una media
de 200 a cada uno). En cuanto a las almazaras, su número total era prácticamente la
mitad de los molinos, puesto que la producción de cereales era mucho mayor que la
de olivar. Destacaban sobre todo en Mula, con siete; Cantoria, donde había cinco; y
Alhama, cuatro. En el resto de localidades donde había únicamente contaban con una
o dos. En definitiva, en todos los núcleos del señorío, el marqués y las élites locales
rentistas (fuesen seculares o eclesiásticos a título patrimonial) se habían preocupado
de controlar la transformación de la producción agrícola vía molinos. Había sido una
inversión muy productiva desde la conquista cristiana y aún se mantenía así a mediados
del siglo XVIII.
Era muy frecuente la presencia de hornos de pan, vinculados con los mismos despachos
en muchos sitios y cuyos trabajadores aparecían censados de forma indistinta como
horneros o como dependientes de la tienda de venta. Únicamente no había ninguno
en Benitagla, se ha apuntado, el lugar más aislado y pobre del señorío. La propiedad de
estas instalaciones era de los mismos panaderos, del marqués (que tenía los dos de Mo-
lina, los dos de Librilla y alguno en otras localidades), de eclesiásticos o, como merece
ser destacado, en el caso de Molina, en donde nueve de los diez que había pertenecían
a propietarios rentistas, todos ellos señalados como “dones” en sus declaraciones, y, por
tanto, integrantes de la oligarquía local.
También el catastro recogía otros artefactos18 cuya presencia estaba limitada a locali-
dades más importantes, que podían haber aprovechado en ese momento su ventaja
relativa en los mercados locales y comarcales para haber incrementado su producción
y poder crear una base de incipiente desarrollo industrial. Se trataba de los siguientes:
calderas para hacer aguardiente había en Vélez Blanco (16, de las que 6 eran propias
de eclesiásticos), Albox (dos), Vélez Rubio; batanes en Vélez Blanco (tres, propios del
marqués) y Mula; telares de paños en Vélez Blanco; dos fábricas de vidrio en María;
también aquí había dos fábricas de aguafuerte; calderas de jabón en Vélez Rubio y
Alhama; una tenería y una alfarería en Vélez Rubio. En Mula había una incipiente
industria del hierro puesto que el catastro cita la existencia de un martinete con una
producción elevada ya que al dueño se le consideraban 1.500 rs. anuales de ingresos.
18 Entendidos, según el DRAE de 1780 como “cualquiera obra mecánica hecha según arte” [http://bus-
con.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.]. En el actual Diccionario de la Lengua
Española se define, en su primera acepción como “Objeto, especialmente una máquina o un aparato,
construido con una cierta técnica para un determinado fin”.
518
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
También en este pueblo había dos balsas para cocer cáñamo con un exiguo rendimiento
de 60 y 45 rs. respectivamente.
Los suelos de Mula, Molina, Librilla y Alhama proporcionaban una importante produc-
ción de un material fundamental para la industria de la defensa19. Se trataba de una mina
en Molina, en el pago del Salitre, que era propiedad de la Corona, y calderas de salitre
en todas las localidades citadas, entre las que destacaban las tres de Alhama, cuyo pro-
ducto era de 6.000 rs. anuales y lo compraba la hacienda real a 15 reales cada arroba.
En casi todos los pueblos había al menos un horno de pan en el que no solo se cocía el
que se vendía en las panaderías de la localidad sino también el que los vecinos llevaban
ya amasado para cocer. Muchos de ellos eran propios del marqués (como el principal
de Vélez Blanco, así como los dos de Molina, los dos de Librilla, así como de otras lo-
calidades) y de propietarios pertenecientes a la oligarquía. Este es el caso de Mula, en
donde había una decena de hornos, uno propiedad del señor de los Vélez y los otros de
vecinos que tenían título de don. También destacan Cuevas, en donde había 13, y Al-
hama, que tenía cinco. También había algunos hornos de ladrillo y teja, como los cuatro
de Mula y el de María.
2. LA ARTESANÍA
Las autoridades que realizaron los censos y las encuestas de riqueza en las comisiones
encargadas de llevar a cabo el catastro de Ensenada en las diferentes localidades ano-
taban las profesiones de todos los habitantes en varios documentos. Por un lado, en las
relaciones de todos los vecinos, es decir, en los censos de población; por otro, en la ca-
becera de las declaraciones de todos los bienes y rentas de cada uno; por último, en las
al interrogatorio general (los denominados, como se ha dicho anteriormente, Libros de
Respuestas Generales). En ellos la ocupación consignada puede coincidir o ser diferente.
De ello resultan a veces distorsiones entre las distintas fuentes. Y, además, también hay
19 Las peculiaridades de esta producción pueden seguirse en CASTILLO FERNÁNDEZ, J., “Las industrias
tradicionales en la Comarca de Baza (4). Los recursos bélico-estratégicos: el salitre, el azufre y la pólvo-
ra”, Péndulo, Papeles de Bastitania, 13, (2012), pp. 211-226.
519
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que tener en cuenta que, en un contexto en el que las personas podían realizar trabajos
diversos al mismo tiempo, las clasificaciones son bastante problemáticas20.
En otro orden de cosas hay que precisar que la artesanía tenía una estructura gremial.
Muchas de las ocupaciones distinguían si sus integrantes eran maestros u oficiales. No
aparecen, en cambio, aprendices en la documentación porque estarían censados en sus
propias familias como menores de edad.
Hechas estas consideraciones, es importante describir cuáles eran las profesiones más
frecuentes del sector de transformación, dónde se concentraban más trabajadores de
estos empleos, y en qué pueblos podía estar produciéndose algún tipo de especialización
artesanal.
20 En relación a la definición de las profesiones de cada vecino, en los pueblos del marquesado de la ac-
tual provincia de Murcia, para conocer cómo se signaban las ocupaciones, las autoridades remitieron a
las certificaciones personales, no apareciendo ninguna relación en los Libros de Respuestas Generales.
Una decisión que obliga al investigador a revisar todas las declaraciones de todos los vecinos. Tarea
que excede los límites del presente trabajo.
21 “El maestro que públicamente está señalado y aprobado para reconocer, apreciar u dirigir las obras
que pertenecen a la arquitectura, aunque ya generalmente se toma solo como el maestro de albañile-
ría” (DRAE, 1726, http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.)
22 Pelaire: oficial de una fábrica de lanas (DRAE, 1788).
520
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En definitiva, una serie de actividades artesanales que podían haber servido de palan-
ca de desarrollo de las comarcas, potenciando otras fabricaciones y generando alguna
actividad comercial más estructurada. Pero casi todas ellas periclitaron algunas décadas
después, desapareciendo o quedando relegadas a un lugar residual. La reactivación del
comercio a nivel nacional, la desaparición de las aduanas interiores entre los reinos
españoles y la aparición de fuertes competidores en Cataluña, sobre todo entre los fabri-
cantes textiles de la ribera del Llobregat fueron factores importantes de esta limitación.
3. LOS SERVICIOS
Como ocurría con las actividades artesanales, los núcleos de población donde había
grupos numerosos de personas relacionadas con los servicios eran los más pujantes, los
que tenían una población más importante y eran centros comarcales destacados. Solo
se analizan los pueblos del marquesado de la actual provincia de Almería porque, como
ocurría con los artesanos, sobre estas actividades los Libros de Respuestas Generales
no proporcionan ninguna información. Las hemos organizado según los grupos que
aparecen en la tabla 11, que se analizan a continuación. Los clérigos, entre los que se
cuentan los beneficiados, los curas, sacristanes y acólitos, eran numerosos en Vélez Blan-
co, Albox y Cuevas, superando la treintena de miembros en cada uno. También debían
ser importantes en Vélez Rubio, dada su importante población conventual, aunque no
tenemos los datos totales. Benitagla era el único lugar del marquesado que no disponía
de atención eclesiástica propia. Dado su corto número de vecinos los servicios religiosos
eran desarrollados por alguno de los seis que había en Albanchez, el pueblo más cercano
de los del marquesado.
Las necesidades relacionadas con la salud y el cuidado de los animales estaban cubiertas
en todos los pueblos, excepto en el dicho de Benitagla. Se incluyen entre las primeras los
doctores en medicina. Había en casi todos los pueblos, faltando en el citado, en Arboleas
y en Partaloa. Uno de los que vivía en Vélez Rubio era eclesiástico. Las tareas de los
cirujanos barberos o barberos cirujanos son difíciles de precisar puesto que la documen-
tación los cita de forma univoca, sin distinguirlas en muchos de los casos. Había en todas
las localidades, siendo Cuevas donde su número era más elevado, con cinco personas
entre maestros (tres) y oficiales (dos). Los siete boticarios, dos de ellos en Cuevas, tenían
sus oficinas en los núcleos más importantes, como Vélez Blanco, Vélez Rubio o Albox.
En Albox aparece censada una comadre de parir, la única de todo el marquesado. Sin
521
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
lugar a dudas estas tareas se desempeñarían en los demás por mujeres que ni siquiera
serían consideradas como población activa. Completa esta relación la nómina de perso-
nas que trabajaban en el cuidado de los animales. En concreto había dos maestros de
albéitar23 en Vélez Blanco y Cuevas, así como uno en Albox.
Los únicos profesionales de la enseñanza que había eran el maestro de primeras letras,
cuando aparece un solo individuo en la tabla (en Cuevas había dos) y el preceptor de
gramática. En Partaloa, Zurgena, Arboleas, Albanchez y Benitagla no había ninguno. En
cuanto al transporte, se censaron núcleos importantes de arrieros y carreteros en María,
Cuevas, Albox y Oria. Los administradores de los bienes del marqués, de la dehesa de
Alfahuara, de la renta del tabaco, fieles de tercias y mayordomos de propios, de Iglesia
residían en Vélez Rubio, la capital administrativa del marquesado en su territorio del
reino de Granada.
522
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Vélez Blanco
Vélez Rubio
Albanchez
Benitagla
Arboleas
Partaloa
Cantoria
Zurgena
Cuevas
María
Albox
Oria
Clérigos 30 1? ¿? 12 30 4 8 5 11 6 0 47
Salud y veterinaria 5 2 5 3 7 1 4 1 4 3 0 10
Abogacía y notariado ¿? 2 6 3 9 2 1 1 3 2 0 2
Comerciantes 6 8 7 13 24 2 7 3 12 4 0 14
Enseñanza ¿? 2 2 1 1 0 0 0 2 0 0 3
Transporte ¿? 47 4 8 9 1 1 1 0 0 0 42
Administradores ¿? 2 7 1 1 0 0 0 0 0 0 0
Otros 0 0 1 0 1 0 0 0 4 0 0 0
Desde hace algunos años la investigación viene cuestionando si el régimen señorial po-
día resultar lesivo para los intereses de sus vasallos debido a las fuertes detracciones que
ejecutaría sobre las rentas de los territorios que los señores tenían bajo su jurisdicción o
si, por el contrario, el señor podría ser considerado como un protector de sus vasallos,
que procuraba su bienestar, y por ende el incremento de sus rentas, y de forma paralela
las de la hacienda señorial. Estas cuestiones, que ya se aplicaron de forma concreta en
el marquesado velezano como una serie de reflexiones desarrolladas a partir de algunas
evidencias documentales25, podrían aplicarse al conjunto del territorio señorial de forma
más global. Para ello, analizaremos cuál era la renta generada por la agricultura, la que
suponía el monto más importante, y la relacionaremos con el volumen de impuestos
detraídos por el señor jurisdiccional, por la Iglesia, con objeto de conocer cuál era el
volumen que representaban.
25 SÁNCHEZ PICÓN, A., “En torno al legado económico del régimen señorial velezano. Un apunte y
algunas pistas”. En ANDÚJAR CASTILLO, F., DÍAZ LÓPEZ, J. P., Los señoríos en la Andalucía Moderna. El
Marquesado de los Vélez, Almería, 2007, pp. 403-415.
523
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La distribución de la renta agrícola en todos los municipios del territorio velezano pue-
de seguirse en la tabla 12. Mula era el que generaba una riqueza mayor, con más de
5 millones de reales, seguido de lejos por Alhama con 2,8 millones. Cerca del millón
se situaban Molina y Vélez Rubio (con más de 950.000 rs.). Vélez Blanco superaba los
850.000. Cuevas y Librilla superaban los 600.000. Aunque todos eran extensos, no hay
una relación directa entre la superficie del término y la renta agrícola generada, puesto
que, si Mula suponía más del 20% de la superficie del marquesado, su sector primario
creaba más del 42% de la riqueza. En cambio, los dos Vélez, que ocupaban entre los
dos más de la cuarta parte del territorio solo llegaban al 14% de la renta. De los demás
núcleos únicamente Oria (con el 7% de la superficie producía algo más de 300.000
rs., solo el 2% de la renta), Cantoria (que superaba ligeramente los 200.000, el 1,6%)
y Albox (con 112.000, el 0,8%). En los demás, la renta agrícola generada era bastante
menor y su participación en el total era en todos los pueblos inferior al uno por ciento.
Renta Impuestos
Impuestos Renta señorial % renta
agrícola Ecos+seño
eclesiast. (rs.) (rs.) agrícola
(rs.) (rs.)
Vélez Blanco 854.76626 30.140 57.165 87.305 11
María 5.174 5.174
Vélez Rubio 955.697 27
48.225 63.142 111.367 12
Oria 312.655 13.517 21.547 35.064 11
Albox 112.221 12.897 19.281 32.178 29
524
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El diezmo era el impuesto más importante entre los recogidos por los eclesiásticos. Supo-
nía el 90% del total y su destino era foráneo en sus dos terceras partes. La distribución
era diferente en casi todos los concejos, pero casi siempre un tercio estaba cedido al
marqués (las denominadas tercias, cuyo cobro se arrendaba independientemente del
resto, y que analizamos y contabilizamos en su lugar correspondiente); otra tercera parte
iba destinada al obispado correspondiente, fuese el de Cartagena o el de Almería y al
cabildo de su catedral; y el restante al clero local y se distribuía entre los beneficiados y
curas de la parroquia.
28 Diezmos y alcabalas.
525
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La hacienda de los señores jurisdiccionales obtenía de los impuestos que cobraba en los
territorios velezanos algo más de 430.000 rs. Los marqueses, desde comienzos del siglo
XVI cobraban la tercera parte de los diezmos, que había sido cedida por la Iglesia a la
Corona a finales del siglo XV, así como el rediezmo, un nuevo impuesto que se había
añadido a este en un momento determinado del pasado y que se había terminado ha-
ciendo permanente. También recogía los derechos de alcabalas, un porcentaje de todas
las ventas y transacciones que se realizaban. Los señores habían procurado ir aprove-
chando los momentos de debilidad de sus súbitos para ir imponiendo nuevas gabelas
que resultaban cada vez más lesivas para sus beneficios. Estas eran, además del arrenda-
miento de algunas casas, de hornos, molinos y almazaras (que eran propios del marqués
en muchos casos, como se ha visto), el cobro de derechos de pasto para los ganados, del
aprovechamiento de los montes y de la imposición de derechos sobre algunos cultivos
(como se describe en la tabla 14 y se especifica en las notas). Las penas pecuniarias im-
puestas por las autoridades judiciales locales también ingresaban en las arcas del señor,
así como otros que se recogen en la última columna.
526
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
31 Se desglosa en los siguientes conceptos: montes (2.750 rs.), regadío (834,9 rs.), hortaliza (112,5 rs.),
secano (1.320,8 rs.), arbolado (83 rs.).
32 Los batanes pagaban 5.428 rs. Los derechos de treintena suponían 391,2.
33 Se cobraban con Vélez Blanco.
34 Incluye el valor de los censos enfitéuticos y el de las penas de cámara. También en Cuevas.
35 Los cultivos de regadío le proporcionaban 1.621,7 rs., los de secano 291,4, las viñas 58,4 y el arbolado 15.
36 Correspondía a la renta de los mesones.
37 El regadío generaba 586,8 rs., el secano 708,2, las viñas 5, y el arbolado 318,7.
38 Correspondía al derecho de treintena.
39 Renta de la casa mesón.
40 Tierras de regadío 4.283,4 rs., viñas 330, olivos 7.815, frutales 121.
41 Los censos suponían 110 rs. y los oficios enajenados 1.650.
42 De dos censos impuestos sobre un horno y dos solares.
43 Diezmos y alcabalas.
44 Son tierras de “huerta y río”.
45 Incluye el derecho de vasallaje, derechos de alcabalas del viento, de ventas de heredades, de las ventas
de las hierbas, de labranza y crianza, el rediezmo sobre algunas tierras de regadío y 4 partes de las 18
en que se dividían los diezmos de la villa (ARMARIO SÁNCHEZ, F., Op. cit., p. 730).
46 FELICES DE LA FUENTE, M. M. y GIMÉNEZ CARRILLO, D. M., “Rentas y propiedades a mediados del siglo
XVIII: el marqués de los Vélez y su señorío almeriense”. En ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J. P.,
Los señoríos en la Andalucía moderna. El marquesado de los Vélez, Instituto de Estudios Almerienses,
Almería, 2007, pp. 351-377.
527
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En algunos pueblos como Vélez Blanco podemos relacionar la renta total, que suponía
un monto total de 986.993 rs. con la renta señorial total, que ascendía a 57.165 rs. (un
5,7% de la riqueza total), y con los impuestos eclesiásticos, 30.140 rs. (el 3% de la renta).
Así, la presión fiscal total no llegaba al 9% de la riqueza total generada anualmente.
Se puede concluir con una afirmación bastante importante. El régimen fiscal del Antiguo
Régimen, a mediados del siglo XVIII, no era lesivo para los intereses de los súbditos, que
no veían excesivamente mermados sus ingresos por las detracciones de las gabelas seño-
riales o eclesiásticas. Los resultados de las investigaciones realizadas a partir de la docu-
mentación del catastro de Ensenada en las comarcas del sureste peninsular así lo ponen
de manifiesto47. Pero, además, habría que tener en cuenta que los cálculos realizados
para conocer la riqueza producida darían siempre resultados a la baja. Los intentos de
evasión fiscal al realizar las declaraciones que se llevaron a cabo por las autoridades que
realizaban el catastro de Ensenada eran un fenómeno común en estas comarcas durante
esta época, como se ha puesto de manifiesto hace años al estudiar de forma global todo
el valle del Andarax48. Así pues, se puede afirmar que ni el régimen señorial velezano
ni la institución eclesiástica eran factores limitantes del desarrollo de estas comarcas de
señorío. Muy al contrario, podemos pensar que, precisamente por su baja presión fiscal,
eran elementos facilitadores.
528
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El territorio velezano comprendía, desde el siglo XVI hasta la disolución del régimen
señorial en los años treinta del siglo XIX, 16 villas y lugares que alcanzaban en total más
de 3.300 km2. Era el señorío más extenso de los reinos de Granada y Murcia. Incluía
términos tan grandes como Mula, con más de 680 km2, y tan pequeños y aislados en
plena sierra de los Filabres como Benitagla, con poco más de seis km2. En este extenso
territorio estaban avecindados a mediados del siglo XVIII casi 41.000 habitantes, una
población que había crecido de forma importante desde finales del siglo XVI, pero que
vio ralentizado ese desarrollo demográfico en la segunda mitad del XVIII, especialmente
en las poblaciones del interior, que perdieron población a favor de las costeras. Aun así,
su densidad (12,5 habitantes por km2) era similar a la media provincial de Almería.
El sector secundario pivotaba sobre dos pilares fundamentales: por un lado, una serie
de instalaciones, denominadas artefactos en el siglo XVIII; por otro, las actividades que
no requerían una maquinaria especializada. Entre los primeros abundaban en todos los
529
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
pueblos los molinos, las almazaras, los hornos de pan, cuya propiedad estaba controlada
por la oligarquía rentista. También había algún batán, calderas de aguardiente, y una in-
cipiente industria del hierro en Mula. En cuanto a los segundos, sus profesionales tenían
como objetivo cubrir la demanda local o, como mucho, comarcal. Algunas de ellas más
especializadas podían haber servido de palanca para el desarrollo de las comarcas vele-
zanas, pero, posiblemente, la incipiente liberalización del comercio con la supresión de
las aduanas interiores en el reinado de Carlos III y el relativo abandono de la población
frenó todas estas iniciativas.
530
MICROCRÉDITOS Y ECONOMÍA
SOCIAL EN LA ANTESALA DEL
PROCESO DE MODERNIZACIÓN
ECONÓMICO DE ALMERÍA
531
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
I. INTRODUCCIÓN
Almería, en el último tercio del siglo XVIII era una “ciudad” sin apenas pulso, con una
población pequeña, atrasada, envejecida y abandonada. Sin embargo, sería a finales del
Antiguo Régimen cuando se comenzarían a observar cambios significativos tanto a nivel
demográfico cómo económico. El crecimiento de la población, el comercio de la barrilla
y después el despliegue de la industria minero-metalúrgica, hicieron que se reactivara
su dársena comercial provocando la migración hacia la ciudad y cambiando su aspecto
rural por el de una ciudad urbana. A pesar de que la escasez de infraestructuras dificultó
que el comercio fuese articulado, tanto en la provincia como en otras partes de la pe-
nínsula, la ciudad comenzaría a vivir del comercio, teniendo las familias que adaptarse a
los nuevos cambios que vivía la sociedad. Hay que tener en cuenta que casi el 50% de
la población era agricultora -un porcentaje elevado- el 32% pertenecía al sector secun-
dario (alfareros, panaderos, etc.) y el resto pertenecía al sector terciario (comerciantes,
mercaderes y profesionales liberales).
Las fuentes trabajadas han sido los Libros de Contaduría de Hipotecas, fuente documen-
tal imprescindible para aproximarnos al mercado de capital en Almería. En estos libros
se registraron, a partir de 1768 por una real pragmática de 31 de enero de 1768, todas
las escrituras que tuvieran alguna garantía hipotecaria. Esta fuente, bastante homogénea,
contiene información sobre el nombre y apellidos del prestamista y del prestatario, el
importe, en algunos casos el oficio de los mismos, y la garantía; una característica es que
no siempre se informa de la finalidad a la que iba destinada la operación; de hecho, en
muchos consta “para merced y buena obra” pero no especifica más sobre el destino,
532
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El recurso al crédito fue una práctica habitual para ciertas economías, había sectores de
la población con discontinuidad en los ingresos lo que le originaba un endeudamiento
consecutivo que quizás obligaba en muchos casos a acudir al mercado informal del
crédito. Muchas de estas operaciones contienen las principales características de las ope-
raciones que conocemos hoy como microcréditos.
Son muchos los que sitúan generalmente el origen del microcrédito en la creación del
Grameen Bank de Bangladesh creado por Muhammad Yunus. Sin embargo, comparto
con otros historiadores como Begoña Gutierrez Nieto, la idea de que existen experien-
cias anteriores en distintos países, tanto desarrollados como no, y en diferentes siglos,
que presentan semejanzas a los modelos de microcréditos contemporáneos. Las mi-
cro-finanzas no son instrumentos nuevos, ya en la Italia de finales del siglo XV y de ins-
piración franciscana, aparecieron los primeros Montes de Piedad, una de las instituciones
más emblemáticas de lo que hoy denominaríamos economía social y que inspirarían
también a los primeros Montes de Piedad españoles. En Irlanda1y Alemania también
encontramos ejemplos similares desde principios del siglo XVIII.
1 HOLLIS Y SWEETMAN, “Microcredit: What Can we Learn form the Past”. World Development, vol. 26, nº
10 (octubre, 1998), pp. 1875-1891, estudian en profundidad los fondos de préstamo irlandeses donde
encontraron microcréditos desde principios del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX.
2 MARTINEZ SOTO, A. P., “Los pósitos en el siglo XIX: una red pública de microcrédito agrario (1800-
1914)”. Historia Agraria, 43 (2007), pp. 486-488.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Son muchas las definiciones de microcrédito, pero La Cumbre del Microcrédito (Micro-
credit Summit, 2002) sugiere como definición: “programas que proporcionan pequeños
préstamos a personas muy pobres para proyectos generadores de renta”. Nosotros los
definiremos como un medio de financiación para mejorar las condiciones de vida, la
capacidad de generar riqueza y reducir los niveles de pobreza.
Si abordamos el tema tanto desde el punto de vista social como financiero, los microcré-
ditos deberían fomentar la creación/consolidación de pequeños negocios o actividades
comerciales de personas que producen bienes y/o servicios en pequeños talleres, tiendas,
que dan ocupación a una parte de la población de menores ingresos, que conforman un
singular sector de la economía conocido como sector informal y que para prosperar y
evitar un mayor empobrecimiento, necesitan una fuente de financiación.
534
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
1. OFERENTES
Con respecto a la estructura de la oferta, los “banqueros privados” fueron esencialmente
comerciantes locales, aunque también participarían otros intermediarios pertenecientes
a la oligarquía local. En nuestro estudio, la mayoría de las operaciones fueron concedidas
por comerciantes, mayoristas, consignatarios... que encontrarían en esta actividad finan-
ciera una manera de diversificar su excedente numerario y de financiar a sus “clientes”,
en ocasiones, el capital circulante para que éste continuara con su actividad.
2. DEMANDANTES
Con respecto a los demandantes o prestatarios, sobre todo, pequeños comerciantes,
agricultores, artesanos, así como otros estratos de la sociedad que no pertenecían a la
oligarquía, encontraron en estos préstamos una fuente de ingresos con los que no hacer
caer su nivel de vida, sino mejorar el suyo y el de sus familias, en unos casos, y en otros,
el poder continuar con el desarrollo de su actividad. Así, los recursos prestados se invir-
tieron en actividades económicas4.
3 SÁNCHEZ CASADO, J. L., “Mercados locales de capital y prácticas bancarias: el ámbito mercantil y
financiero de Cádiz-Sevilla, 185-1890”, VII Congreso de la Asociación de Historia Económica, Zaragoza,
2001, pp. 1-29.
4 Una semejanza con las características definidas en el Foro Nantik Lum de Microcréditos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los prestatarios o beneficiarios fueron personas con escasez de recursos y con dificulta-
des de acceso al crédito, si hubieran tenido que acceder a través de las vías tradicionales
del sistema financiero.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
rramienta con doble función: por un lado, generaron beneficios sociales, pues el acceso
a los recursos financieros es esencial para la capacitación profesional de la población más
desfavorecida; y por otro, gracias a ellos los prestatarios podían desarrollar sus negocios,
podían mejorar su nivel de vida formando parte del motor de desarrollo de la ciudad.
IV. CONCLUSIONES
Las similitudes entre la definición de los microcréditos con muchas de las operaciones
que se acuñaron en nuestro periodo de estudio, nos llevan a concluir que estas opera-
ciones se dieron ya desde finales del Antiguo Régimen.
Cubrieron una parte de las “prestaciones sociales” que requerirían ciertos estratos socia-
les, en una ciudad que cambia la imagen rural por una más comercial en pleno proceso
de modernización económico.
537
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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538
UNA FAMILIA DE INGENIEROS
DE LA BERJA DEL SIGLO XIX:
LOS GARCÍA MARTINO
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Nuestra historia comienza con Francisco de Sales García Gallardo, quien nació en Berja
y fue antiguo alumno de la escuela de caminos y canales, participando de un exaltado
liberalismo, lo que le valió ser condecorado con la cruz del 7 de julio 1822 y con la cruz
y placa del sitio de Cádiz de 1823. Trabajó en 1829 en las montañas de Asturias, en
donde antes de terminar el año
salieron en comisión don Joaquín Ezquerra del Bayo, don Rafael Amar de la Torre, don
Felipe Bauza y don Francisco de Sales García, sugetos de acreditada instrucción en las
ciencias físicas y la mineralogía, que fueron de los primeros llamados después á formar
parte del cuerpo de Ingenieros de Minas, y que presentaron, al siguiente año de 1830,
como resultado de sus trabajos, una Memoria titulada Minas de carbón de piedra de Asturias,
que entre otros documentos contiene la Descripción geognóstica del terreno, con un plano
topográfico de la parte de la provincia en que se encuentran los criaderos de carbón de
piedra y cuatro cortes geognósticos1.
Sabemos que más tarde trabajó en las minas de Almadén2. Por encargo real, en 1837
inspeccionó la zona malagueña, especialmente la mina marbellí de plomo Buenavista,
publicando aquel año un informe3, que llevó por título Las minas y fundición de hierro de
Marbella4. Poco después estaba de inspector de minas en el distrito de Linares, de las que
fue director, ejerciendo como ingeniero inspector segundo de minas5, así como inspec-
tor de Jaén y Córdoba6. En 1840 y 1841 se le ordenó, junto al ingeniero Fernando Ca-
ravantes, visitar la cuencia minera pirítica de Río Tinto, donde emitió un lúcido informe
sobre la situación de la explotación mineral en Huelva7, la cual se hacía en un laboreo
minero sin diseño ni planificación, así como el abusivo corte de árboles, todo ello fruto
de la sobreexplotación a la que tenía sometida estas minas su arrendador, el marqués de
1 “Al mismo tiempo que Hausmann verificaba su rápida pero magistral excursión, activaba el incansa-
ble don Fausto de Elhuyar el despacho de las órdenes que había solicitado con empeño para que se
promoviese la explotación de los carbones de Asturias, y, previo el reconocimiento de los terrenos y
montañas del Principado, se indicasen los medios de conseguirlo y de facilitar su trasporte”. Boletín de
la Comisión del mapa geológico de España. Imprenta y Fundición Manuel Tello, Madrid, 1874, t. I, p. 86.
2 Con un sueldo de 2.630 reales, bajo la dirección general de Casiano de Prado. GONZÁLEZ FABRE, Mi-
guel, Aportación científica del ingeniero de minas don Casiano de prado y Vallo (1797-1866) en su contexto
histórico. Tesis doctoral inédita, Universidad Politécnica de Madrid, 2004, p. 324 nota 36.
3 Biografías mineras (1492-1992). Instituto mineo geotécnico de España, Madrid, 1992, p. 439.
4 Se puede leer en Anales de Minas. Imprenta de Albert, Madrid, 1841, tomo 2, pp. 347-358.
5 Guía de forasteros en Madrid en el año 1840. Imprenta Nacional, Madrid, 1840, p. 395.
6 RÁBAGO, Isabel y TRUYOLS, Jaime, Miceslánea Guillermo Schulz (1805-1877). Instituto Geológico y Mi-
nero, Madrid, 2005, p. 247.
7 FLORES CABALLERO, Manuel, Las fuerzas de la revolución industrial en la fiebre minera del siglo XIX. En la
franja pirítica del sureste ibérico. Fundación para la investigación Juan Manuel Flores Jimeno, Huelva,
2011, p. 182 nota 127.
540
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Remisa8. En junio de aquel año sugirió recuperar el hierro de los minerales de aquellas
minas para el proceso de cementación9.
8 FLORES CABALLERO, Manuel, Los Rothschild y la venta de las minas de Río Tinto en el proceso de la ley ge-
neral de la desamortización de Madoz. Servicio de publicaciones Fundación para la investigación Juan
Manuel Flores Jimeno, Madrid, 2011, pp.19-20.
9 PÉREZ CEBADA, Juan Diego, “Lluvia ácida y desforestación en la mina: el primer expediente por com-
pensación de daños causado por efectos de la contaminación atmosférica (1847)”. En GONZÁLEZ DE
MOLINA, Manuel y MARTINEZ ALIER, Joan (eds.), Naturaleza transformada. Estudios de historia ambien-
tal en España. Icaria, Barcelona, 2001, p. 243.
10 SALVADOR HERNANDO, Miguel, La minería en Rágol en el siglo XIX. Apuntes de su historia. Ayto. de Rá-
gol, Almería, 2005, p. 51.
11 Gaceta de los caminos de hierro, [Madrid], 20 de febrero de 1859, p. 104 y Boletín Oficial de la provincia
de Orense, [Orense], 25 de marzo de 1859, p. 1 y Gaceta de los caminos de hierro, [Madrid], 20 de febrero
de 1859.
12 Archivo General de la Administración [AGA], Topográfico, 12, 51-60, CA, 20066 y 12, 52, CA 20066.
13 Heraldo de Zamora, [Zamora], 23 de febrero de 1923, p. 2.
14 Su esposa había fallecido en el verano de 1897. Heraldo de Zamora, [Zamora], 4 de junio de 1897, p. 3.
541
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pocos años después estaba como inspector jefe de minas de Almería, ciudad en la
que se siente cómo. Allí desplegaría una enorme actividad social, pues en 1880 re-
salta por su participación en el Ateneo en las que preside la sección de ciencias na-
turales de las Veladas literarias20. Para entonces García Martino había adquirido pro-
yección social, prodigándose en las grandes fiestas en las que sus hijas se convierten,
junto con otras candidatas casaderas, en el centro de la alta sociedad21. Es cierto que
su hermano Francisco nuevamente ocupaba sillón de diputado a Cortes y ello ayuda-
ba. Por el contrario, nuestro biografiado era liberal moderado no mantenía adscripción
política, si bien en 1884 abrazó la coalición de Sagasta; de modo que se le ve en el
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
almeriense teatro Apolo a finales de diciembre entre los dirigentes que crean el partido
fusionista22.
En aquellas fechas su hermano su hermano Francisco sonaba para candidato a una se-
natoría almeriense, siendo posiblemente una operación de apoyo familiar más que una
inquietud política personal. Verdaderamente Pablo García siempre mantuvo una discreta
posición, pues más que por política su fama venía por su proyección cultural. Convertido
a finales de 1885 en el tercer mayor benefactor del Ateneo de Almería23, le permitía
tener una inmejorable posición en la sociedad almeriense. Sea como fuere, y pese al
batacazo electoral de su hermano para senador, el premio no tardaría en llegar para él,
pues desde aquel año gobernaban los sagastinos; de tal manera que a finales de agosto de
1886 obtenía el grado de Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas24 y el 20
de septiembre era destinado a Madrid25. A principios de octubre Pablo García Martino y
su familia partían a la capital, donde pensaban residir, despidiéndose de los almerienses26.
Volvería al sureste en diversas ocasiones, no sólo por motivos familiares sino por trabajo.
Así, en el verano de 1889 visitó la sierra Almagrera en la comisión que se creó expro-
ceso para ver los problemas que acaecían en este coto minero27. No cabe duda que
había un claro componente político, ya que el nuevo ministro de fomento, el sagastino
Sebastián Pérez, coincidía ser diputado por Almería. Haciéndose eco de esta componen-
te, la prensa almeriense ensalzó los nombramientos del político liberal para crear una
comisión de ingenieros que debía solventar el asunto de la sierra de Almagrera, en los
que estaban, además de García Martino, Juan Pié y Allué, Bernabé Gómez y Federico
Kuntz28. No escaparía el resultado de este equipo al gobierno, pues García Martino,
22 Justo Tovar, Antonio y Diego Martín Toro, Juan Lirola, José Molina, Eduardo Gómez Ruz, Domingo He-
rrero, José Mª Muñoz, Ramón Laynez, José Campos, Guillermo Massa, Juan Antonio Martínez, Juan
Ramírez, Joaquín Laserna, Antonio Gualda, Onofre Amat García, Manuel Toro, Rafael Soria, Paulino
Hernández, Rafael Lirola, Pedro Florez, Juan Pérez, Joaquín Laynez, José Laynez, José Sevilla, Antonio
Martínez, Andrés M. Campos, Guillermo Verdejo, Eduardo Burgos, Antonio F. Palacios, Vicente Gay,
Juan Rodríguez, Francisco Iribarne, Manuel Ibarra, José López Morales, Gregorio Muñoz y Dámaso So-
rroche (de la Almería Cómica). Junto a éstos, además de García Martino, se adhirieron el marqués de
Campohermoso, Manuel Sevilla, Antonio Bueso, José Albentosa. La Crónica Meridional, [Almería], 24
de diciembre de 1884, pp. 2-3.
23 La Crónica Meridional, [Almería], 23 de diciembre de 1885, p. 3
24 Real decreto del 30 de agosto. Gazeta de Madrid, nº. 251 (08/09/1886), p. 739.
25 «Almería hace 45 años». La Crónica Meridional, [Almería], 20 de septiembre de 1931, p. 1.
26 La Crónica Meridional, [Almería], 3 de octubre de 1886, p. 4.
27 Le acompañaban Bernabé Gómez, Juan Pié Allué y Federico Kuntz. La Crónica Meridional, [Almería], 4
de agosto de 1889, p. 1.
28 La Crónica Meridional, 4 de agosto de 1889, p. 1.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Kuntz y Pié son llamados el 24 de abril de 1890 para constituir una comisión para estu-
diar en el levante almeriense el desagüe de El Jaroso29.
De vuelta a Madrid, se dedica a estudios de altura para las grandes obras. En tal guisa,
el 7 de julio de 1891 asistió en Torrelodones a la experiencia de la nitramita, un com-
puesto químico explosivo de fácil manipulación y mejora del riesgo30. Un tiempo en el
que redacta el informe de la minería de sierra de Almagrera, que se presentó en 1892 y
en donde plantea los problemas del plomo31. Poco después, en febrero de 1893, ascen-
día a inspector general de primera clase del cuerpo de ingenieros de minas32. A finales
de 1895 se jubilaría33, muriendo el 23 de abril de 1904 en Madrid34, sobreviviéndole
bastantes años su viuda35. Había casado en Almería con Matilde Ruiz-Reyes y Gil36,
miembro de una adinerada familia de comerciantes asentados en Almería37. De este
matrimonio nacieron:
29 GONZÁLEZ JÓDAR, Antonio y SANCHIS, José Manuel, “Desagües y socavones de Sierra Almagrera,
Cuevas del Almanzora, Almería”. Hastial, 2 (2012), pp. 17-18. FERNÁNDEZ BOLEA, Enrique, “Una familia
velezana en el apogeo minero de Sierra Almagrera: los negocios de los Fernández Manchón”. Revista
Velezana, 26 (2007), p. 76.
30 Invitado por la Sociedad española de nitramitas en un tren especial en la estación del Norte iban Le-
pelletier, ingeniero de la compañía, general Jovellar, el teniente coronel de ingenieros militares José
Marvá, el comandante del mismo cuerpo, Gallego, el señor Moya-Angeler, en representación del mar-
qués de Villamejor, el inspector general de minas García Martino, Eduardo Gullón, Poblet, Robert, de
la Asociación de ingenieros industriales, Clemencin, de la escuela de minas, Rincón secretario del con-
sejo de ferrocariles del Norte, Teyssonyerer, de la compañaía de Madrid a Zaragoza y Alicante; Sáenz
de Santamaría, en representación delos señores Villanova, Farrés, Teófilo Benad, González Ferrer, inge-
niero de la compañía asturiana, Moyano, Fernandez Vicuña, Gordon Topete y Cáceres. Fue en una finca
de Salvador Sánchez, “frascuelo”, y M. Pellissier, neito del mariscal del mismo nombre y de los primeros
nitratmitas. En representación de la prensa iban Tropeta, por El Liberal; Flores, por El Correo; Oriol, por la
Revista Minera; Moya-Angeler, por el Liberal Conservador, Linares, que se dedica a los inereses mismos,
y Briones por La Época. El Bien Público, 8 de julio de 1891, p. 1.
31 La Correspondencia de España, [Madrid], 20 de enero de 1892, p. 3.
32 En sustitución de Federico de Botella y de Hornos. Real decreto del 17 de febrero. Gazeta de Madrid, nº.
49 (18/02/1893), p. 609.
33 Real decreto del 27 de diciembre. Gazeta de Madrid, nº. 362 (28/12/1895), p. 993.
34 El Imparcial, 24 de diciembre de 1904, p. 4 y La Crónica Meridional, [Almería], 27 de diciembre de 1904,
p. 2.
35 El expediente de viudedad es de 1905. AGA, Topográfico, 12,51-60, CA, 21355.
36 Nacida en Almería en 1845, era hija del malagueño Miguel Ruiz Reyes y Hurtado de Mendoza y de la
almeriense Rosa Gil Martínez, vecinos de Almería. SANTISTEBAN DELGADO, Joaquín, Nobiliario alme-
riense. La Crónica Meridionl, Almería, 1925, pp. 44-45. Padres de Adalberto Ruiz Gil. Era comerciante y
falleció en Almería el 09 de mayo de 1889, su esposa falleció en Almería en 1883.
37 Sobresalía su hermano Adalberto Ruiz Gil, bautizado en Almería (Catedral) el 15 de diciembre de 1883,
era comerciante en Almería y fue vicecónsul de Guatemala, Colombia y Turquía, así como vocal del
comité provincial del partido reformista de Almería (31.08.1890). Estaba casado con Susana Bilange
Mongui († Almería, 20.01.1928).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
38 Archivo Histórico Provincial de Almería [AHPA], expediente académico de instituto de Pablo García
Ruiz.
39 ABC, [Madrid], 17 de agosto de 1934, p. 36.
40 Registro Civil de Almería, Libro de nacimientos, t. XXX, f. 137v.
41 Archivo General Militar de Segovia [AGMS], Leg. 1047.
42 La Información, Almería, 30 de marzo de 1912, p. 1. Nacida en 1888, era hija del teniente coronel de
infantería Carlos Valcárcel y Ruiz de Apodaca y de Petra Gil-Osorio y Sánchez de las Matas.
43 Carlos Valcálcel Ussel de Guimbarda (Cartagena, 1819-Madrid, 1903), participó en 1865 en la Guerra
del Pacífico, bajo el mando del almirante Méndez Núñez, y desde 1869 en la primea y segunda guerra
de Cuba, ascendiendo en 1881 al rango de vicealmirante. Fue comandante general del Apostadero
de La Habana y posteriormente del Depatamento de Cartagena, en cuyo puesto le llegaría en 1883
su ascenso a capitán general con destino al departamento de El Ferrol. Participó de la política, siendo
senador por Murcia (1881-1882), por La Coruña (1886) y vitalicio (1893-1894), así como ministro de
marina en dos ocasiones (1883 y 1886). En 1899 ascendió al mayor rango del ramo ascendiendo a
capitán general de la Armada.
44 La Correspondencia de España, [Madrid], 12 de junio de 1912, p. 3 y El Imparcial, 28 de marzo 1912, p. 5.
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Y SUS HISTORIADORES
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Y SUS HISTORIADORES
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monte52. Este profesor difundía las teorías Faustmann, quien propugnaba encontrar un
cálculo de valor al suelo forestal exclusivamente para finalidades silvícolas, considerando
que debía tenerse presente el valor de las existencias todavía inmaduras. Este cálculo
permitía obtener el valor económico del suelo forestal aplicable a casos como las expro-
piaciones de montes o la destrucción de bosques a consecuencia de incendios, plagas o
determinadas actividades humanas. La solución permitía elegir el sistema selvícola más
adecuado y la determinación del turno forestal óptimo53. Fue éste, pues, el pensamiento
que García Martino recibió y, en consecuencia, hay que considerarlo de los primeros
ingenieros de montes españoles defensores de esta novedosa corriente.
52 Según el ingeniero Pascual -que seguía a su maestro Heinrich Cotta, fundador y primer director de
la Academia de Tharandt el turno forestal era el espacio de tiempo que transcurre desde la creación
de un rodal hasta su aprovechamiento, combinado con la nueva repoblación. A la edad del rodal en
el momento de su corta se la llama cortabilidad (grado de sazón o madurez que deben tener para su
derribo); de manera que cada turno corresponde a un determinado tipo de cortabilidad. Distinguía
Agustín Pascual entre cortabilidad natural (el rodal adquiere el grado de perfección necesaria para
hacer por sí el repoblado), cortabilidad industrial (en el rodal las plantas tienen las dimensiones pro-
pias para los usos de la industria) y cortabilidad económica (cuando las plantas han llegado a aquel
momento en que dan el máximo de renta). CASALS COSTA, Vicente, “El turno forestal. La propiedad
de los montes y la recepción de la fórmula Faustmann en España (1848-1915)”. Scripta Nova. Revista
Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, IX (2005). http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-182.htm#_ftn4
[consulta: 2/10/2014]
53 En 1849 el forestal alemán Martin Faustmann publicó un artículo en la prestigiosa revista Allgemei-
ne Forst- und Jagd-Zeitung titulado «Berechnung des Wertes welchen Waldboden sowie noch nicht
haubare Holzbestände für die Waldwirtschaft besitzen» (Cálculo del valor que el suelo forestal y las
existencias de madera tienen para la silvicultura). En este trabajo trascendental establecía que los ár-
boles aún no han alcanzado su edad de cortabilidad y, en consecuencia, este valor no debe calcularse
referido al presente sino por el valor que alcanzarán en el futuro, cuando lleguen a la edad de corta.
CASALS COSTA, Vicente, “El turno forestal…”.
54 Sus compañeros de promoción fueron: Joaquín Mª Mdariaga Ugarte, Máximo Laguna Villanueva, Fran-
cisco Ramírez Carmona, Ramón Xérica e Idìgoras, Antonio Zechini García, Marcelino Maínez Lozano,
Dionisio Unceta Sentestillano, Esteban Nagusia Ribed, Manuel Valle Alonso, Andrés Antón Villacampa,
Manuel Fernández Monjardín Pasquini, Demetrio Pere Albert, Santiago Garay Zuanzubiscar, Manuel
Pozo Álvarez, Manuel Solans Ariso, Gabriel Bornas Esain, Antonio Martínez Borderes, Roque León del
Rivero Uribe, Joaquín Mª Goroitegui Gargarza, José Gomila Carrera, Emilio Roda Sánchez, Carlos Mar-
tel Agudo, Luis Gómez Yuste, Luis Urréjola Olguer Feliu, José Carrión Sierra, Pablo González de la Peña,
Mariano Santias Riglos, Luis Bengoechea Gutiérrez, así como dos estudiantes que lo hicieron en el
extranjero (Esteban Boutelou y Antonio Campuzano). El Faro Nacional, [Madrid], 25 de noviembre de
1852, p. 6 y La España, 17 de noviembre de 1852, p. 2; El Heraldo de Madrid, [Madrid], 17 de noviembre
de 1852, p. 2; El Áncora, [Madrid], 20 de noviembre de 1852, p. 9.
55 ARAQUE JIMÉNEZ, Eduardo y MOYA GARCÍA, Egidio, “Una colección cartográfica excepcional de la Sie-
rra de Segura. Los croquis de desmontes de la comisión de deslindes”. Elucidario, 3 (2009), p. 162.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ingeniero director para estudiar las estepas de la península ibérica. En estas labores le
sorprendería el decreto del 1 de mayo de 1855 por el que se expropiaban los montes
públicos (desamortización de Madoz), y que suponía un revulsivo enorme para los inge-
nieros de Montes. En efecto, su maestro Agustín Pascual, el 8 de octubre de aquel año
emitía un informe en donde critica la premura de la ley y la necesidad de clasificar los
montes según la especie dominante, con objeto de discenir cuales debían venderse y
cuales protegerse. Una clasificación que el 26 de octubre recogió una orden que seguía
los postulados de este ingeniero56.
Por aquellas fechas los moderados “puritanos” habían comenzado a acersarse a los pro-
gresistas “templados”, conociéndose el grupo político como los “resellados”, quienes
en marzo de 1856 dan el paso definitivo para la fundación de la Unión Liberal. Esta
entonces nuestro personaje trabaja en el estudio de los montes de río Tinto, cuenca
minera que ya denotaba importantes cambios fruto de la explotación minera57. La fama
del plano que realizó y la comodidad política con el unionismo de O´Donnell, expli-
can cómo nuestro joven biografiado a finales de aquel año marche -pensionado por
el gobierno español- a Alemania en compañía de Ramón de Xérica Idígoras. Su salida
-que fue toda una inversión de futuro58- vino a coincidir con la paralización en octubre
de la desamortización de los montes, hasta tanto se clasificase el monte conforme a la
propuesta de Pascual59, una decisión de gran trascendencia para la trayectoria futura de
nuestro biografiado.
Entre tanto en el país teutón García Martino junto con Xérica asisten a los estudios fores-
tales de la Real Academia Forestal de Sajonia, también conocida como Escuela Forestal
de Tharandt, donde era director Max Robert Pressler (1815-1886), profesor de matemá-
ticas y defensor de la aplicación de esta ciencia a la forestal. Por entonces este ingeniero
alemán se había convertido en el máximo seguidor de las teorías sobre la necesidad de
56 Entendía que había bosques que no podían enajenarse por perjudicar la agricultura y salubridad del
país (abetares, hayedos, enebrales…); los que no pueden enajenarse hasta que no se reconozcan
científicamente (alcornocales, encinares…); los que se pueden vender sin análisis científico (frenedas,
olmedas, alamedas…). En definitiva, los montes de crecimiento lento producen beneficios indirec-
tos (no medibles monetariamente) como fertilidad de suelos, etc., defendiendo el mantenimiento de
la propiedad publica por considerar su venta una “hipoteca social” (medioambiental, si se prefiere).
PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL, Ignacio, “Los montes de utilidad pública: un patrimonio con mucho
pasado y mucho futuro”. Ambienta, 104 (septiembre, 2013), pp. 56-57.
57 “El inteniero de montes don Francisco García Martino ha presentado al gobierno de Su Magestad un
importnte trabajo, con un plano completo sbore los montes de río Tinto, en el cual da a memoria el
estado, su importancia y porvenir”. ANCIOLA, Antonio y COSSÍO, Eloy, Memoria sobre las minas de río
Tinto con un atlas de diez láminas. Imprenta, fundición y librería de don Eusebio Aguado, Madrid, 1856,
p. 3, nota 1.
58 ZABALA URIARTE Aingeru, Una inversión, estudiar en el extranjero: ingenieros españoles del siglo XIX”.
Quaderns d’Història de l’Enginyeria, 13 (2012), pp. 300, nota 50, y 304, nota 58
59 PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL, Ignacio, “Los montes…”, p. 58.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
la reducción del turno forestal60. Algo que había tenido ocasión de comprobar en los
propios postulados de su maestro y mentor Pascual, como tendría ocasión de compro-
bar desde la vertiente práctica. En efecto, en 1859 regresaba de Alemania con una sólida
formación, trayendo reforzadas las teorías forestales germánicas, convirtiéndose García
Martino en uno de los principales introductores de las teorías alemanas sobre el “turno
forestal”61.
Su llegada no es más oportuna, pues desde septiembre del año anterior gobiernan los
unionistas y, como era de esperar, desde el 16 de febrero de 1859 se decretaba nueva-
mente el inicio de la desamortización, aunque ordenando terminantemente la clasifica-
ción de los montes públicos62. Ambas circunstancias le favorecían sobremanera -y no
sólo por su cualificación- para su rápida ascensión profesional, como tendremos ocasión
de ver a continuación.
60 Sus planteamientos y formalización matemática parten de los planteamientos de König, así como del
trabajo de Martín Faustmann (1849), datándose sus primeras teorías de 1858, 1859 y 1860, fechas en
las que García Martino asiste a la escuela Academia Forestal de Tharandt.
61 Lo demuestra el hecho de que en 1868 publicase, como un método perfectamente aquilatado, una
serie de estudios sobre ello: GARCÍA MARTINO, Francisco, “Consideraciones generales sobre la historia
y la literatura de la ciencia forestal en Alemania”. Revista forestal, económica y agrícola, I (1868), pp. 197-
205, 383-395, 514-537 y 612-630.
62 PÉREZ-SOBA DÍEZ DEL CORRAL, Ignacio, “Los montes…”, p. 58.
63 El profesorado lo componían tres ingenieros de montes (Francisco García Martino, Andrés Antón Vi-
llacampa y Agustín Romero López), dos ingenieros de caminos (José Echegaray Eizaguirre y Joaquín
Téllez Sotomayor), un ingeniero de minas (Amalio Maestro Ibáñez) y dos cartógrafos militares (el in-
geniero militar Joaquín Barraquer Rovira y el oficial de artillería Félix Hurtado de Corcuera). URTEAGA,
Luis, “El profesorado de la Escuela del Catastro”. CT. Catastro, 71 (2011), p. 32.
64 GONZÁLEZ PELLEJERO, Raquel, “Los primeros mapas modernos de vegetación en España: los bosque-
sos dasográficos de Asturias y Santander (1862)”. Ería. Revista de Geografía, 16 (1992), pp. 5-19.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En 1860 pasó a Aranjuez para estudiar la cuenca hidrográfica de los ríos Tajo y Jarama
que realizaba Téllez de Sotomayor68. En 1861, junto con el almeriense Nicolás Salmeron
y Alonso, ingresa en el Ateneo de Madrid, constituyendo entonces la junta directiva
ateneista Ríos Rosas y Castelar -presidente y vicepresidente-, Moreno Nieto y Echegaray,
secretarios69. Igualmente accedió aquel año a la prestigiosa Sociedad matritense de Ami-
gos del País70, instituciones ambas que lo relacionan con la élite intelectual de la capital.
Estaba en su mejor momento, como también lo eran las decisiones gubernamentales,
pues el 22 de enero de 1862 el ejecutivo decretaba que debía hacerse un catálogo fo-
restal para excluir los bosques cuyo interés público fuese manifiesto71.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Gracias a estos estudios, la ley del 22 de enero de aquel 1862 reservaba ciertos montes,
conforme a la clasificación existente; toda vez que se ordenaba estudiar la repercusión
que tendría para el tesoro público la pérdida para el Estado de espacios aún sin catalogar.
Era un espaldarazo optimista al trabajo de catalogación -pese a su lentitud- en el que
trabajaba nuestro protagonista. Nada extraña que aquel año García Martino publica-
se sus dos primeros estudios relevantes: los Bosquejos dasográficos y material cartográfico,
referidos a las provincias de Oviedo -con litografías de Francisco Vega y un mapa de
Guillermo Schulz72- y de Santander, con litografías y mapa de Franco Coello73. Son los
primeros mapas forestales que existen en nuestro país74 y su importancia radica en el
planteamiento de división, del conjunto provincial, situando los espacios productivos
y ecológicamente diferentes (agrícola, pecuaria y forestal) y potencialmente utilizables
para estas producciones. Además de incluir aspectos de geografía forestal (áreas de
distribución de especies…), en fin, un carácter científico muy avanzado en la idea de
comprender el paisaje vegetal hispano75.
Cierto es que la lentitud del trabajo -muy exhaustivo y adelantado a su tiempo- suponía
una desventaja en la premura política y, por otro lado, por vender los montes. Pese a ello
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
en aquel 1863 las expectativas eran ilusionantes y enormes; de modo que el esfuerzo
ingente tendría una repercusión sin parangón hasta el siglo XX, toda vez que puso el
nombre de García Martino en la cúspide. Así, el 19 de enero de 1865 ascendía a super-
numerario del cuerpo de montes, siendo nombrado ingeniero jefe de primera clase78.
Para entonces -ya se habían inventariado 28 provincias- el gobierno daba el paso final y
decretaba el 17 de mayo de 1865 la inclusión de los montes clasificados y la venta de
montes no exceptuados, ordenando rápidamente informes para aquellos espacios de
inmediata intervención. A finales de octubre este ingenieo recibía su premio final, pues
fue nombrado vocal de la Junta Consultiva de Montes, entrando junto con otros dos
compañeros en la interesante tarea de completar un órgano compuesto por diez voca-
les79. Estaba claro su cometido: garantizar la protección de todo lo catalogado.
78 Ascendió junto a su compañero y amigo Ramón de Xérica e Idígoras. Gaceta de Madrid, núm. 35
(04/02/1865), p. 1 y El porvenir segoviano, 7 de febrero de 1865, p. 2.
79 Además de éste fueron Esteban Bonletón -quien antes estaba en el real patrionio- y Francisco Ramírez
Carmona. La Correspondencia de España, [Madrid], 25 de octubre de 1865, p. 3.
80 Grupo 9, Clase 87. Clase 48: por bosquejos dasográficos de las provincias de Santander y Oviedo por
Francisco García Martino. Exposición Universal de 1867. Catálogo General de la Sección Española. Impr.
General de Ch. Lahure, París, 1867, pp. 210-12.
81 ARAQUE JIMÉNEZ, Eduardo y MOYA GARCÍA, Egidio, “Una colección…”, p. 162, nota 4 y 163.
82 Ejercció la dirección entre 1868-1869. URTEAGA, Luis, “El profesorado…”, p. 33.
83 SUAREZ SILVA, Manuel, Técnica e ingeniería en España. Real Academia de Ingeniería e Institución Fer-
nando el Católico, tomo V (El ochocientos. Profesiones e instituciones civiles), Zaragoza, 1999, p. 623.
552
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
84 El máximo exponente de estas teorías era el profesor Gustav Friedrich Heyer (1826-1883), quien en
1865 publicó Anleitung zur Waldwerthberechung (Compendio de valoración de montes), donde se re-
cogen explícitamente los planteamientos de Faustmann-Pressler (sería reeditado en 1876 y 1883) y
que fue traducida a infinidad de idiomas (italiano, ruso, croata, húngaro), que en el caso español fue
muy temprana la traducción al castellano, en concreto en 1872 y precisamente de la mano de su máxi-
mo colaborador Francisco de Paula Arrillaga.
85 GONZÁLEZ ESCRIG, José Luis, “Los ingenieros de montes españoles del siglo XIX y la repoblación, base
de la industria forestal”. Iluil, 30 (2007), p. 109.
86 Santos había venido de Albacete, Valencia y Alicante donde había “trabajado por la libertad”. La corres-
pondencia de España, [Madrid], 3 de octubre de 1868, p.3.
87 Sustituyó a José Almirante y Torroella. Gazeta de Madrid, núm. 334 (29/11/1868), p. 1.
88 En los dos gobiernos del general Serrano fue ministro de fomento Manuel Ruiz Zorrilla (8/10/1868-
22/2/1869) (25/271869-18/6/1869). En el gobierno del general Prim continuó de ministro de Fomen-
to Ruiz Zorrilla (18/6/1869-13/7/1869), sucediéndole José de Echegaray (13/7/1869-9/1/1870), quien
se mantuvo en el mismo ministerio en las dos remodelaciones del gabinete (9/1/1870-4/4/1870) y
(4/4/1870-4/1/1871).
89 El Eco de Alicante, [Alicante], 23 de julio de 1869, p. 2.
553
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Vindicativo con su ejercicio profesional, aquel 1870 publicaba Los montes y el Cuerpo de
Ingenieros en las Cortes Constituyentes92. Se trataba de un libro en donde
estudia la discusión del presupuesto del ministerio de Fomento relativamente a los montes
y el Cuerpo de Ingenieros, y se refuta, con valentía y poderosas razones, el desastroso voto
particular del diputado don Ruperto Fernández de las Cuevas, fecha 18 de diciembre de
1869, en uno de cuyos artículos se pedía por este señor la supresión de las Escuelas de In-
genieros de Caminos, de Minas y de Montes. Por fortuna para la administración española
e intereses generales de la Nación, no prosperó el mencionado voto particular93.
No cabe duda que la desamortización de Madoz había dado pie a enormes especula-
ciones sobre el monte público, quedando en muchos casos los ingenieros de montes a
merced de la presión política. García Martino con este libro aportó luz suficiente sobre el
importante papel de los ingenieros en el proceso desamortizador, así como la necesidad
de que el Estado español -del que esperaba tanto por el nuevo devenir abierto por el
sexenio revolucionario- hiciera una verdadera reforma sobre estos espacios públicos. Y
así lo entendía la prensa nacional, que rápidamente se hacía eco de este relevante libro:
“esta obra llena de datos de gran interés es una refutación brillante de los cargos hechos
cuando se discutió el presupuesto del ministerio de Fomento a la organización del ramo
de montes. Sentimos que la índole de nuestro periódico no nos permita hacer un análi-
554
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sis crítico de la obra”94. García Martino no tardaría mucho en dar el paso final desde el
plano intelectual al político.
Ilusionado con el nuevo mundo que se abre, García Martino durante el primer trimestre
de 1870 termina por convencerse. A mediados de abril presentaba su dimisión como
director general interino de estadística, filtrándose el día 17 la noticia95, que no se cubre
hasta tres días después96. El día 24 se hizo efectiva su renuncia alegando una enferme-
dad grave97. Pensamos que fue la excusa para no tener ataduras con el gobierno, pues su
filiación política ya es otra. Curioso resulta que se curara tan rápidamente de sus dolen-
cias como para que aquel 1870 marchase al Pirinero para reconocer la cordillera central
y pasar a Andalucía y seguir con el mapa forestal98. Y mucho más que en sus dolencias
y trabajo lograse escribir otro libro. En efecto, vindicativo con su ejercicio profesional
aquel año salía a la luz Los montes y el Cuerpo de Ingenieros en las Cortes Constituyentes99.
Se trataba de un libro en donde
estudia la discusión del presupuesto del ministerio de Fomento relativamente a los montes
y el Cuerpo de Ingenieros, y se refuta, con valentía y poderosas razones, el desastroso voto
particular del diputado don Ruperto Fernández de las Cuevas, fecha 18 de diciembre de
1869, en uno de cuyos artículos se pedía por este señor la supresión de las Escuelas de In-
genieros de Caminos, de Minas y de Montes. Por fortuna para la administración española
e intereses generales de la Nación, no prosperó el mencionado voto particular100.
No cabe duda que la desamortización de Madoz había dado pie a enormes especula-
ciones sobre el monte público, quedando en muchos casos los ingenieros de montes a
merced de la presión política. García Martino con este libro aportó luz suficiente sobre
el importante papel de los ingenieros de montes en el proceso desamortizador, así como
la necesidad de que el Estado español -del que esperaba tanto por el nuevo devenir
abierto por el sexenio revolucionario- hiciera una verdadera reforma sobre estos espa-
cios públicos. Y así lo entendía la prensa nacional, que rápidamente se hacía eco de esta
importante obra en estos términos:
esta obra llena de datos de gran interés es una refutación brillante de los cargos hechos
cuando se discutió el presupuesto del ministerio de Fomento a la organización del ramo
555
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
de montes. Sentimos que la índole de nuestro periódico no nos permita hacer un análisis
crítico de la obra101.
García Martino no tardaría mucho en dar el paso final desde el plano intelectual al
político. Era consciente de los retos abiertos con la nueva constitución democrática y
la importancia de estar presente en los círculos de decisión. Desde una posición libe-
ral-conservadora daría el salto final a la política de la mano del círculo serranista.
En el escrutinio parcial del 22 de junio, motivado por la sustitución del diputado Santa
Cruz Pacheco -tras su paso al senado-, García Martino tomaba posesión como diputado
a cortes por Teruel el 26 de junio104. Incorporado al Congreso el 4 de julio, se estrenaba
participando en la comisión de proposión de ley para que los bachilleres de filosofía y
letras opten a la catedra de instituto105; siguiéndole el día 7 la comisión para proposión
de ley sobre montes y plantíos106 -una iniciativa verdaderamente ilusionante para él- y el
18 en la comisión del ferrocarril Calatayud-Teruel y de Luco-Utrillas107. Era éste último
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
un viejo proyecto ferroviario que pretendía vertebrar el área industrial del Jiloca108 y que
le permite congraciarse con su distrito electoral.
Sin embargo, la que mayor fama le reportaría fue la interpelación que inició el 20 de ju-
lio al diputado Fernández de las Cuevas con motivo de la venta de los pinares de Valsain,
en la provincia de Segovia. Aquel día expresó al presidente del hemiciclo:
Le he pedido la palabra para defender a los ingenieros de montes, como ingeniero que soy,
por los injustificados ataques que les ha dirigido el señor Fernández de las Cuevas, puesto
que en él he combatido el voto particular que presentó en las Cortes constituyentes109.
Tras negarle Martín de Herrero la palabra, este impulsivo ingeniero respondería más
claramente sus intenciones:
conste que he pedido la palabra para defender a mis compañeros de los ataques que se les
ha dirigido; y que, en su día, cuando venga la cuestión y las pruebas de esas denuncias, yo
tomaré la palabra para demostrar la ilegalidad con que se han vendido las fincas de Balsain
y el perjuicio con que ello ha sufrido el Estado110.
Un ideario que deja a las claras su mentalidad profesional y las motivaciones últimas que
le habían llevado a la política.
No olvidaría el impulsivo García Martino lo que le llevó al Congreso, pero debía aún de
esperar, pues pocos días despues las Cortes cerraban por vacaciones. Al abrirse las sesio-
nes este ingeniero de montes reanudaba su lucha sobre el gasto público, solicitando el
día 10 de octubre los expedientes sobre la compra de los edificios Docks para el ejército
y sobre los tabacos habanos de la fábrica de Sevilla111. Aunque su momento llegó el día
28 de aquel mes, cuando pudo interpelar a Fernández de las Cuevas112 y a los ministros
de Hacienda y Fomento, pues defendió nuevamente a los ingenieros de montes por su
108 DIARTE LORENTE, Pascual, “Un viejo proyecto de vertebración ferroviaria e industrial de la cuenca del
Jiloca de 1869. ¿primera gran oportunidad perdida o el inicio de una secular marginación y olvido
institucional?”. Xiloca, 25 (2000), pp. 59-78.
109 Diario de…, t. IV, p. 2840.
110 Ibídem, t. IV, p. 2840.
111 “Ruego a la mesa que se sirva pedir al señor ministro de hacienda el expediente formado con motivo
de la adquisición por el Estado, con destino al departamento de la guerra, de los edificios conocidos
por el nombre de los Docks de Madrid. También ruego a la mesa se sirva pedir al señor ministro de
hacienda que mande al Congreso el expediente sobre admisión de tabacos habanos, verificada en el
mes de mayo último en a fábrica de Sevilla; porque, según tengo entendido, ese tabaco, reconocido
primero por los empleados de la fabrica y desechado, despues un empleado del ministerio lo acepto
como bueno. Suplico, pues, que esos expedientes vengan aquí”. Diario de las Sesiones de las Cortes.
Congreso de los Diputados. Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, t. IV, p. 2929. Esta intervención se publi-
có también en La Lucha, 14 de octubre de 1871, p. 2.
112 Diario de las Sesiones de las Cortes. Congreso de los Diputados. Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, t. IV,
pp. 3301-3302.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En los días siguientes el hemiciclo se llenó de alusiones a los ingenieros y volvió a tocarle
el turno a García Martino el 11 de noviembre, donde expresó que “La propiedad publi-
ca de los montes responde a un fin muy alto y muy social, y nosotros al defenderla no
pedimos otra cosa, sino que se den al Estado los medios necesarios para garantizar los
derechos de los ciudadanos y para que la justicia se cumpla en la sociedad”115. Defendió
a capa y espada el trabajo realizado por el ingeniero de montes de Segovia -Rivero- y en
contra de los subterfugios legales que buscaron los políticos para vender fincas extensas
bajo la capa de superficies menores116. Sus agudezas ponían en entredicho a los ministros
de hacienda (Moret y Sagasta) y de fomento (Ruiz Zorrilla y Sagasta), lo que provocó
el que debiera salir a la palestra Segismudo Moret117. Un agrio debate sobre Valsaín del
que se hizo eco la prensa, premonición de las cada vez más distantes diferencias de los
revolucionarios septembrinos entre liberales y conservadores118.
113 Diario de las Sesiones de las Cortes. Congreso de los Diputados. Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, t. IV,
pp. 3267-3268.
114 Diario de las Sesiones de las Cortes. Congreso de los Diputados. Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, t. IV, p.
3301.
115 Diario de las Sesiones de las Cortes. Congreso de los Diputados. Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, t. V, p.
3571.
116 Todo el debate se centró en los límites vagos de las fincas y en la investigación sobre la superficie, en
donde parecía que el bosque de Balsain lo componían 18.000 pinares (sobre una extensión de 2000
hectáreas). En su argumentación puso ejemplo de una finca en Murcia vendida en 1809 como de 70
hectáreas y que en la actualidad -fecha de su discurso en el hemiciclo- tenía más de 4000 hectáreas.
Diario de…, t. V, pp. 3571-3576.
117 Diario de…, t. V, p. 3582.
118 No sólo participó García Martino sino los diputados Piñeiro, Cándido Martínez, Rojo Arias, Ortiz Zárate,
Barrio Mier, Soriano, Venancio González, Ochoa, Núñez de Velasco, Padial, Tutau, Balaguer, Vidal Llo-
batera, Candau, Rispa, así como varios ministros. El Constitucional. Diario Liberal, 15 de noviembre de
1871, p. 1.
119 GARCÍA MARTINO, Francisco, “Consideraciones económicas sobre la propiedad forestal”. Revista fores-
tal, económica y agrícola, t. II (1869), pp. 27-42, 79-97, 129-144, 193-226, 257-270, 321-339, 385-403 y
449-459.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
propiedad pública del monte, propugnaba una gestión económica responsable120. Evi-
dentemente la disputa política sobre el monte no era sino un botón de muestra de otra
mayor en la que estaban enfrascadas las cortes amadeistas, y que habían deteriorado
tanto el ambiente que habían provocado desde enero la formación de tres gobiernos
(Serrano, Ruiz Zorrilla y Malcampo), y éstos con algunas reformas internas de gabinete.
Unas disenciones que, en definitiva, llevarían el 21 de diciembre a la formación de un
cuarto gobierno presidido por Sagasta. Este nuevo ejecutivo (que experimentó también
dos reformas de gabinete) no tuvo más remedio que convocar elecciones, disolviéndose
el Congreso el 24 de enero de 1872.
120 RAMOS GOROSTIZA, José Luis y TRINCADO AZNAR, Estrella, “Ideas económicas y gestión forestal en el
ámbito ibérico, 1848-1936 (I): España”. Estudis d´història Agrària, 15 (2002), pp. 1-23.
121 Era vicepresidente el marqués del Duero y los otros vocales eran Francisco Santa Cruz (expresidente
del Senado), el marqués de Perales, y el duque de Fernán-Núñez, Narciso Heredia, marqué de Salaman-
ca, entre otros. España constitucional. Diario liberal, [Madrid], 27 de febrero de 1872, p. 1.
122 Altar y Trono, [Madrid], 28 de febrero de 1872, p.168.
123 De un censo de 6.435 votantes, obtuvo 5047 votos. ACD, Documentación Electoral, 70, 3.
124 Además de él, la formaban Lasala, el conde de Toreno, Castelar, Ruiz Gómez, Bayona Santamaría y
López Guijarro. Diario de las sesiones de cortes: Congreso de los Diputados: segunda legislatura de 1872.
Imprenta J.A. García, Madrid, 1872, p. 279.
125 Junto a García Martino la componían Vicente Rodríguez, León Llerena, Montesino, Luis Estrada, Cappa,
Ripoll, Carballo, Terrero, Abeleira, Villalva, Augusto Ulloa, Barrenechea, el marqués de Cervera, Abarzu-
za, Arenal, Joaquín Bañón, Saavedra, Esteban Collantes, López Domínguez, Garrido Herrera, Romero
Ortiz, González Llorente y Joaquín Garrido. Diario de…, p. 446.
126 Dentro de la tercera sección, junto a Soriano Placent y Peñuelas. Ibídem, p. 721.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Fuera del hemiciclo, se centra en su crítica política, para ello, y con ideario monárquico
conservador, fundaría el periódico El Debate -del que será su director- para manifesar
abiertamente su crítica a la nueva situación. A través del mismo inicia su cruzada contra
el caos imperante en el país, especialmente interesante es el análisis general que firma
sobre la crisis cubana que estalla130. Con un ambiente cada vez más enrarecido entre
los monárquicos, todo acaba con la proclamación el 11 de febrero de 1873 de la I Re-
pública. La crisis política que se cierne en aquellos momentos en el Congreso es de tal
127 Se creó a peticición del diputado Joaquín Mª Sanromá el 21 de mayo. GIL PLANA, Juan, “La descentrali-
zación en la reforma social: especial referencia al Instituto de Reformas Sociales”. Revista del Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales, Extra 1 (2003), p. 173, nota 25.
128 La Correspondencia de España, [Madrid], 3 de octubre de 1872, p. 3.
129 Componían el grueso de políticos madrileños, además de García Martino, Joaquín Garrido Melgarejo,
Juan Moreno Benítez, José Luis Albareda, Venancio González, Carlos Navarro Rodrigo, Lois, José Abas-
cal Carredano, Fernando Hidalgo Saavedra, Santos Isasa Valseca, Emilio Sicars y de Palau, Francisco
Martínez Brau, el marqués de Castro Serna, Mariano Zacarías Cazurro, Jose Álvarez Mariño, Luis Angu-
lo, Felipe Padierna, Ricardo Muñiz, Page, Eduardo Ortiz Casado, Manuel Henao Muñoz, José Mª López,
Justo Delgado, Ricardo Ayuso Espinosa, Mariano Mansi, Antonio Rico y Pedro Rico, Leandro Rubio, Ma-
nuel Abeleira, Zoilo Pérez, Pablo González de la Peña, el conde de Almina, Anacleto Gullón y Santiago
González Encinas. La Correspondencia de España, [Madrid], 9 de octubre de 1872, p. 1.
130 Como director de su periodico, junto con una infinidad de cargos de prensa y asociaciones políticas y
culturales, firmaría un largo manifiesto. El Constitucional, [Madrid], 16 de enero de 1873, p. 2.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
calibre que el 21 de marzo -un día antes de disolverse la cámara- García Martino queda
en excedencia como inspector de montes131. El motivo no podía ser más oportuno, pues
había sido nombrado miembro de la comisión española para la Exposición Universal de
Viena, ciudad a la que viaja a principios de abril132. Su hábil e inteligente participación
se haría notar, al conserguir uno de los 8 diplomas de honor que recibió España, con-
cretamente por su exposición de sus “colecciones forestales”133. Este éxito le permitiría
conseguir del gobierno que se crease una Exposición Nacional en Madrid que, como no
podía ser de otra manera, hace que este ingeniero sea uno de los componentes de la
comisión organizadora134.
131 Se hizo pública junto con los inspectores de segunda clase Miguel Boch y Juliá, Máximo Laguna y
Villanueva, Francisco Ramírez y Carmona, Ramón de Xérica e Idígoras, Dionisio Unceta Sentestillano y
Esteban Ragusia y Rived. La Correspondencia de España, [Madrid], 22 de marzo de 1873, p. 1.
132 La comisión se había creado el 19 de abril de 1872 y la exposición debía abrirse en la capital del im-
perio austro-húngaro el 1 de mayo de 1873; de modo que la renuncia fue oportuna, pues el 6 de abril
comenzaron a embarcarse en el puerto de Barcelona los materiales para los expositores. Una crónica
exhustiva de todo el acontecer de esta comisión en SANTOS, José Emilio, “Exposición de Viena (pági-
nas de un libro inédito)”. Revista Europa, [Madrid], 7 de noviembre de 1875, pp. 17-24.
133 Los otros fueron Juan Navarro Reverter, Manuel Ceferino Rincón, Francisco López Fabra, Luis Torres
Vidósola, Hilario de Nava y Cabeda, Eusebio Zuloaga y José Gil de León. Revista Europea, [Madrid], 12
de diciembre de 1875, pp. 1-2.
134 El ejecutivo tardó tiempo en reconocer las actitudes de estos vocales, manifestándose el 10 de mayo
de 1874 su aprecio por todos los componentes de la comisión que presidía Juan Fabra Floreta. El Cons-
titucional, [Madrid], 22 de mayo de 1874, p. 3.
135 Ello no impidió, empero, para que esta publicación continuase siendo fundamental, mucho en parte
por los importantes personajes que nuestro ingeniero logró incardinar en la publicación. En efecto,
“pero quedando en ella los otros tres fundadores […] González de la Peña, Arrillaga y Villacampa, que
seguirán dando todo el impulso necesario para conserva la importancia que conquistado dentro y
fuera de España esta publicación”. El Constitucional, [Madrid], 20 de septiembre de 1873, p. 3.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por aquel tiempo es evidente la decepción del espíritu romántico que había inspirado
los inicios de la revolución septembrina. García Martino se incorpora nuevamente a su
puesto de inspector general de montes y a sus clases como profesor de dasonomía en
la Escuela de Montes. Toda vez que acepta algunos encargos privados, como la colabo-
ración que en septiembre realiza para la duquesa de Medinaceli con objeto de estudiar
el bosque de pinar marítimo de seis leguas cuadradas que poseía en Las Navas del
Marqués (entre Robledo de Chavela y Navalperal) para nutrir su fábrica resinera Ángela
María. Sería un ejemplo palmario de las posibilidades económicas de la explotación del
monte, asistiendo también a aquella expedición el artísta Pedro Alarcón y José Emilio
de Santos, interesado en la actividad industrial. Como diría la crónica del momento:
“Era extraño ver a Martino examinar las entalladuras practicadas en los pinos; a Alarcon
Absorber la fragancia de los heliotropos, las rosas y los geranios, y a mí permanecer al
136 En aquella fecha seguía se separan de este intento de Izquierda Dinástica Angulo, González Blanco,
Blanco Rajoy y algunos “otros”. Sólo la habían firmado el senador Polo de Bernabé y los diputados
Robles y Montilla y se anunciaba que, tal vez, lo haga el marqués de Ahumada. Se abstuvieron con el
señor Navarro Rodrigo -además de Garcia Martino- el conde de Torrepando, Gorostegui y “otros”. El
periódico El Liberal anunciaba que Blanco Rajoy firmaría la fórmula Izquierda Dinástica pero que había
escrito a Sagasta asegurándole que no ha pensado en tal cosa y continuará apoyando al gobierno.
Quien parece ha firmado es el general Córdova. Por otro lado, el periódico El Globo comunicaba que el
morestista Mosquera no pensaba participar en ello. La Lucha, [Madrid], 20 de diciembre de 1873, p. 2.
137 La componían además de García Martino, Fermín Caballero, Emilio Santos, Braulio Antón Ramírez,
Miguel Boch y Pedro Julián Muñoz. La Correspondencia de España, [Madrid], 11 de marzo de 1874, p. 3.
138 Quien había marchado a los Baños de Peralta. La Correspondencia de España, [Madrid], 18 de julio de
1874, p. 4.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Por aquel tiempo turbulento, desde el discreto puesto de la distancia, asiste a principios
de diciembre a la constitución de la comisión para la organización de la participación
española en la Exposición Universal de Filadelfia141. Una posición que le permite ver la
degradación política y su cada vez más convencida idea de la vuelta de la monarquía.
Estaba en Estados Unidos cuando se enteró cómo el 29 de diciembre del general
Martínez Campos y de cómo marchaba al exilio el día siguiente el general Serrano.
Había terminado la aventura revolucionaria septembrina y comenzaba a restauración
borbónica.
139 SANTOS, José Emilio, “Ángela María”. Revista Europea, [Madrid], 12 de septiembre de 1875, pp. 1-5.
140 La Correspondencia de España, [Madrid], 14 de octubre de 1875, p. 4.
141 La formaban, además de nuestro personaje, Emilio Castelar (presidente), Francisco de Paula Candau
y Acosta (vicepresidente), José Emilio Santos (comisario general), Torres Muñoz de Luna (secretario),
Luis Polanco (vicesecretario) y Hernán de Miguel (Vicesecretario), Laureano Figuerola, Alejandro Groi-
zard, Eduardo Gasset y Artime, Silvela, Echegaray, Ruiz Gómez, Balaguer, Chao, Carvajal, Soler y Pla,
Abarzuza, Santos, Nava y Caveda, López Roberts, Ceballos Bargas, Polo de Bernabé, Segundo Montesi-
no, Herreros de Tejada, Iglesias Avalos, Vázquez Quipo, Palau y Mesa, Antonio Orense, Galdo, Salvany,
marqués de Muros, Balart, Fernández Duro, Antón Ramíre, Togores y Fábregas, Miranda, Virgilio Gálvez
Cañedo, Alarcón, Carderera, Ferrer, Ramón Torres Vildósola, Muñoz y Rubio, Calvo y Aguirre, Arrieta,
Puebla, Sans, Escosura, Salas, Anacleto Gullón, Sedano, González Olivares, Gómez de Salazar, Quinta-
na, Acuña y Solís, López Fabra, navarro Reverter, Soriano Fuertes, García, marqués de Benamejí, Ruiz de
León y Monreal. La Idea, [Madrid], 7 de diciembre de 1874, p. 49.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
de forma aquel verano de 1875 dimitió en bloque junto con un nutrido grupo de voca-
les142, en una clara manifestación contraria a la colaboración con la Restauración. Como
era lógico, se centró en la coordinación del mapa forestal español, una obra que
tiene por objeto determinar la superficie y situación de las masas de vegetación arbórea,
para establecer luego las zonas forestales según las necesidades de cada región, detallando
la relación entre las diversas especies y separando los terrenos propios para el cultivo de
los de monte. […] con estos datos se fijarán también zonas de vetación y podrán elegirse
las especies más adecuadas para la repoblación de terrenos incultos de cada una143.
Al igual que en su docencia144, donde lo vemos intentando ser captado por Sagasta para
su proyecto político, tal y como se le ve aquel verano de 1876 acompañándolo a El
Escorial145.
Este ingeniero de montes, como líder que era del partido constitucionalista, era candida-
to perfecto al embrionario partido sagastino que intenta buscar el apoyo de monárquicos
progresistas que aceptaban el nuevo constitucionalismo. Es por ello el atractivo que tenía
para un Sagasta ávido por conformar un partido alternartivo al convervador de Cánovas.
No tardaría García Martino en comprender esta cuestión; de modo que el 18 de julio de
1876 asistía en el Retiro a la cena de las “minorías constitucionalistas” de los dos cuerpos
colegisladores, con otros exsenadores, exdiputados, exsubsecretarios, exdirectores y los
directores de los periódicos La Iberia y El Constitucional que presidió Sagasta146.
142 Junto a Francisco Candau, Bernardo iglesias, Emilio Santos, Manuel Silvela, Alejandro Groizar, Felipe
Acuña Solis, Simón Avalos, Anacleto Eduardo Gullón, Feliciano Sáez de Tejada, José Sardoal, Sebas-
tián García, Cesáreo Fernádez Duro, Mariano Soriano Puertas, José Navarro Reverter, Dióscoro Teófilo
Puebla, Francisco López Fabra, Guillermo Martorell, Alberto de Quintana y Julián Muñoz Rubio. La
Correspondencia de España, [Madrid], 12 de junio de 1875, p. 2.
143 COELLO, Francisco, “Memoria sobre el estado actual de los trabajos geográficos leída en la junta ge-
neral del 14 de mayo de 1876 por el vicepresidente…”. Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, I
(agosto de 1876), p. 127.
144 En octubre asistía como miembro del tribunal de oposiciones para la cátedra de Historia Natural para
la Universidad de Valencia, presidía Pereda y asistía junto con los vocales Orio, Colmeiro, Naranjo y
Solano. La Idea, [Madrid], 23 de octubre de 1876, p. 3.
145 Le acompañaron también Núñez de Arce y Muñiz. El magisterio español, [Madrid], 20 de julio de 1876,
p. 3.
146 Estuvieron también, además de García Martino, Romero Ortiz, Iglesias, Balaguer, Herreros de Tejadra,
conde de Rascón, Pons y Montells, Chapa y Olmo, Martínez de Luna, Lois e Ibarra, Martínez Brao, Ortiz
y Casado, Gonzalez Fiori, Santiago Angulo, Reig, Gutiérrez, Campoamor, Callostra, Antonio y Carlos
Navarro Rodrigo, José Mª López, Venancio González, Telesforo Montejo, Pio Gullón, Gutiérrez Vega, Vi-
llarroya, Gil Roger, Joaquín Medina, Francisco Moya, Pio Ballesteros, Parra, marqués del Romeral, Zoilo
Pérez, Arroyo, Justo Delgado, Pachot, conde de Almina, Mansi, Moreno Benítez, general Salamanca,
Núñez de Arce, general López Domínguez, Cándido Martínez, Albareda, Ferreras, Merelles, Carreño,
Monteverde, Ayudo, Soler, Martorell y Cartagena. Acordaron enviar un saludo telegráfico al jefe del
partido, duque de la Torre. El Constitucional, [Madrid], 21 de julio de 1876, p. 2.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
García Martino estaba lejos aún de aceptar una nueva aventura política, aferrándose
todavía a favor de la Izquierda Dinástica desde postulados muy templados. Esta posi-
ción le permite ser tolerado por el ejecutivo conservador, que en abril de 1877 recurre
a él para participar en la comisión vinícola nacional147. Al igual que el 8 de noviembre
no duda en incluirlo el ministerio de fomento como vocal en la junta consultiva de la
comisión de catalogación de los montes públicos exceptuados de la desamortización148;
como poco después lo haría para formar parte de la comisión preparatoria para la próxi-
ma exposición universal parisina. Por aquellos entonces Sagasta continuaba trabajando
por crear un partido fuerte que constituyese la alternancia con el conservador canovista.
Sin embargo, todavía quedaba por mucho para que constitucionalistas reacions como
nuestro ingeniero de montes aceptasen el nuevo sistema.
147 Conforme al decreto del 15 de septiembre de 1876 que dirigía el conde de Toreno. «El arte en la Expo-
sición vinícola y el señor Santos». La Academia, 22 de abril de 1877, pp. 252-253. También Estudio sobre
la Exposición Vinícola Nacional de 1877: publicado en cumplimiento del Real Decreto de 15 de setiembre de
1876, siendo Ministro de Fomento el Conde de Toreno. Madrid: Imprenta y Fundición Manuel Tello, 1878.
148 La presidía Pedro Bravo Quejido y la componían, además de García Martino, Antonio Campuzano,
Francisco Ramírez Carmona, Dionisio Únceta, auxiliada de los Ingenieros Jefes. Luis de Urrójola, José
Jordana y Luis de la Escosura, quien desempeñaría las funciones de Secretario. DÍAZ ROCAFULL, Aure-
lio. Recopilación de las leyes, decretos y demás disposiciones oficiales vigentes relativas al ramo de montes.
Imprenta Moreno Rojas, Madrid, 1881, p. 35 y La Correspondencia de España, [Madrid], 10 de noviem-
bre de 1877, p. 1.
149 Asistieron Escobar, director de Época; Araus, director de El Imparcial; Francisco Dávila, de la Asociación
Valenciana de Agricultura; marqués de Montoliu, del Instituto Agrícola san Isidro de Barcelona; Azcá-
rate, presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos; Luis Álvarez Alvístur, de la sociedad pro-
tectora de animales y plantas útiles de Cádiz; el director de la Escuela de Ingenieros de Montes; Miguel
López Martínez, director de la Gaceta Agrícola del ministerio de Fomento; Nicolás Cheli, de la Crónica
Mercantil de Valladolid; Luis Casabona, director de la Revista Agrícola del Instituto catalán san Isidro,
de Barcelona; el director del Instituto Agrícola salmantino; Antonio Fontanals, director del periódico
El Labriego, de Villafranca del Penedés; Eduardo Medina, director de El Corresponsal; el director de La
Iberia; Leopolodo Alba Salcedo, director de La Patria; Antonio Zambrana, representando al periódico
El Campo; grandes propietarios de la nobleza (duques de Fernán-Núñez, de la Torre, Bailén, duque de
Veragua, conde de Adanero, marqués de Monistrol,…); políticos liberales (marqués de Vega Armijo,
Francisco Silvela, Peñuelas, Albareda, Echegaray, Castelar, Candau…), entre otros. “El fomento de la
Agricultura”. El Campo, [Madrid], 1 de abril de 1878, pp. 1-2.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sin embargo, pretendían los monárquicos de corte democrático, tanto más conserva-
dores (caso de los constitucionalistas) como progresistas (radicales de Ruiz-Zorrilla) e,
incluso, con los posibilistas republicanos de Castelar conformar un bloque político que
buscó presentarse a las próximas elecciones. Así, en marzo de aquel 1879 García Mar-
tino aparecía en la comisión electoral para Aragón y Cataluña154, aunque no obtuvo
logro alguno. Las maniobras electoralistas del canovismo debieron exasperarle, pues el
4 de abril retiró su candidatura por el distrito de Sort y la presentaba por la de Manza-
nares, en donde se enfrentaría al candidato ministerial, Cabezas155. Era evidente que los
sufragios –totalmente amañados- le fueron desfavorables, un intento último que inclinó
la balanza de este ingeniero por abrazar la idea de un partido fuerte bajo el liderazgo
de Sagasta.
150 La formaron, además de él, Colmeiro, Sáez Montoya, Luna, Sáez Díez, Bonet, Azcárate, Graells, Bona y
Robles. PAN-MONTOJO, Juan, La bodega del Mundo. La vid y el vino en España. Alianza Editorial, Madrid,
1994, pp. 218-219 y notas 378 y 379.
151 Junto a él se encontraban el marques de la Cenia, Montoya, Colmeiro, Graells y Sáez. Diario de Córdoba,
[Córdoba], 7 de agosto de 1878, p. 1.
152 Se constituyó en el salón de subastas del ministerio de Fomento y la formaban, además de él, Sanz Diz,
Benet, Azcárate, Graells, Bona y Robles. La Época, [Madrid], 25 de enero de 1879, p. 3 y La Correspon-
dencia de España, [Madrid], 24 y 25 de enero de 1879, pp. 3 y 2, respectivamente.
153 Asisten, además de él, a esta comisión Canillas, Botija, Sánchez-Tirado, Sanz Diz, González de la Peña,
el conde de las Almenas y Romea. La Correspondencia de España, 25 de enero de 1879, p. 2.
154 La Mañana, [Madrid], 23 de marzo de 1879, p. 2.
155 La Publicidad, [Madrid], 4 de abril de 1879, p. 3.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Lo que quedó de año se fue en negociaciones; de tal manera que en 1880 Sagasta
fundaba el Partido Fusionista, propugnándose el voto universal masculino, la libertad
de asociación religiosa y la separación de poderes, un ideario que facilitó el ingreso de
García Martino. Abrazaba así definitivamente nuestro protagonista la nueva dinastía y
pronto estaría en disposición de participar de forma activa en la política. Era evidente
que Cánovas había logrado consolitar un partido dinástico para su pretendida alternan-
cia política y, como tal, no duda en dar mayor protagonismo a estos nuevos socios. Nada
extraña que el 18 de diciembre el consejo superior de Agricultura, industria y comercio,
presidido por el conde de Toreno aprobase el dictámen de García Martino y otros (Sáez
Montoya y Ruiz Velasco) para estudiar del grave asunto de la emigración, un tema emi-
nentemente de corte social que se convertía en algo más que un gesto156.
156 Proponía el órgano, además, establecer medios de evitarla, toda vez que la seccion de agricultura se
planteó estudiar y proponer los medios de perfeccionar la vigente ley sobre población rural y colonias
agrícolas. La Correspondencia de España, [Madrid], 19 de diciembre de 1880, p. 2.
157 Le acompañaban Diego García, Correa, Puerta y Ruiz Martin. La Correspondencia de España, [Madrid],
27 de junio de 1881, p. 3.
158 De un censo de 3232 votantes, obtuvo 3089 votos. Obtuvo la credencial núm. 131, tomando posesión
el 29 de agosto de 1881 y jurando el cargo el 20 de octubre. ACD, Documentación Electoral, 90, núm. 7.
159 Boletín Oficial de la provincia de Guadalajara, [Guadalajara], 23 de septiembre de 1881, p. 1.
160 Presidida por Linares Rivas, junto a Martino estaban el marqués de Valdeterrazo, Pedro Antonio Torres,
Alfonso González, Aravaca y Juan Montilla. La Correspodencia de España, [Madrid], 19 de septiembre
de 1881, p. 3.
161 La Correspondencia de España, [Madrid], 7 de diciembre de 1881, p. 1.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
172 Asistieron Pedro Antonio Torres, Ferrer y Vidal, Bosch y Labrús, Quintana y Fernando Puig. Torres del
statuo quo y Rodrigañez posición intermedia. El Balear, [Palma de Mallorca], 25 de abril de 1882, p. 2.
173 La Correspondencia de España, [Madrid], 14 de enero de 1883, p. 1.
174 El Serpis, [Madrid], 4 de marzo de 1883, p. 3.
175 Manifestaba que de 100 pueblos tan sólo había presentado protestas tres localidades. La Correspoden-
cia de España, 1 de junio de 1883, p. 3 y Lau Buru, 2 de junio de 1882, p. 2.
176 Estaban también Page, el marqués de Aguilar de Campoo, Rodríguez Correa, Ibarra, Rodrigáñez y Arro-
yo. La Correspondencia de España, [Madrid], 22 de febrero de 1884, p. 3 y El Guadalete, [Málaga], 22 de
febrero de 1884, p. 3.
177 La reunión la presidió Lorenzo García y Benito, saliendo elegidos: Presidente honorario, Práxedes Ma-
teo Sagasta. Presidente, Juan Casuso, y por Vocales, además de García Martino, Alonso Martín, Murga,
José de Granda y Ramón Larrea. La Correspodencia de España, 25 de febrero de 1884, p. 3.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Para la ocasión el partido liberal pensó en la figura de García Martino como un candi-
dato perfecto a una senatoría. Inicialmente se pensó en Teruel, una provincia por la que
antaño había sido diputado, si bien las complejas negociaciones para encajar las piezas
electorales no le eran favorables. En efecto, el 13 de marzo de 1886 la prensa turolense
lo tildaba -junto con otros- de “cunero”180, haciendo difícil su encasillamiento por esta tie-
rra. Sería, pues, su tierra natal, Almería, la que se consideró más oportuna a los intereses
del partido liberal, hermano, ingeniero de minas, y que era una ayuda importante. De
este modo, el 8 de abril la prensa almeriense se hacía eco de la candidatura de García
Martino, quien, dado su prestigio, era uno de los más aclamados por los liberales alme-
rienses181. Sin embargo, el ministro de gobernación en los complejos pactos para amañar
las elecciones con el partido conservador, no tuvo más remedio que sacrificar a nuestro
biografiado. Así las cosas, el resultado electoral del 25 de abril le fue desfavorable; de
forma que un ácido artículo en la prensa monárquica liberal almeriense explicaba per-
fectamente dos días después el juego corrupto del encasillado realizado por el ministro
González en estos términos:
se han producido los resultados que se esperaban y el domingo fueron electos en el Ins-
tituto de Segunda Enseñanza de esta provincia los senadores que han de representarla en
178 En sustitución de Lorenzo Nicolás Quintana. Decreto del 30 de abril. Gazeta de Madrid, nº. 129
(09/05/1886), p. 387.
179 En concreto fue elegido uno de los cuatro directores. La junta era la siguiente: Presidente, general Rei-
na. Directores, además de él, Reviriegos, Charo y el marqués de Casa Arizón. Contador, Álvarez Mariño.
Depositario, Utaeta. Secretario, marqués de Goicorrotea. Suplentes, Arana, Sawa y Evaristo Alonso. La
Correspodencia de España, 11 de diciembre de 1884, p. 3.
180 junto a Renazuza, Rodríguez Rey y Quevedo y Donis. Diario de Teruel, [Teruel], 13 de marzo de 1886, p. 3.
181 «Almería hace 45 años». La Crónica Meridional, [Almería], 8 de abril de 1931, p. 1.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Los candidatos oficiales eran el ya dicho marqués de Valdecañas, el señor García Martino
y el señor Pérez Albarracín, pero parece que los 17 votos de los conservadores, según
órdenes de Madrid, fueron dados al conde de Montarco y como aún con ese refuerzo
era dudosa la victoria, se telegrafió largo y tendido a Burgos y de allí vino aprobada la
sustitución del señor García Martino por el Barón de la misma flor con el pacto de que los
compromisarios de Vélez-Rubio y Huércal Overa y todo su distrito votarían compactos
con los conservadores al conde.
Igual convenio se ve que existía con los compromisarios de Adra y la gente de aquella villa
que tiene mucho peso182.
Fue la última vez que García Martino se acercó a la política. Decepcionado, vuelve a
Madrid, donde se centra en su trabajo e inquietudes intelectuales. En mayo tomaba po-
sesion de la presidecia de la junta consultiva del Instituto Geográfico y Estadístico183 y en
diciembre ingresaba como académico de la Real Academia de Ciencias Exáctas, Físicas
y Naturales184, si bien no llegaría a tomar posesión185. Moriría el 9 de enero de 1890 en
Madrid, teniendo repercusión su muerte en Almería186. Tuvo un hijo de igual nombre,
con quien se extingue su familia:
Francisco García Martino y Galiana en 1879 fue declarado soldado con destino a Puerto
Rico, que logró eludir por redención en dinero187. Fue oficial de la tesorería de Haciendo,
teniendo su destino en Mahón, donde el 16 de enero de 1899 anunció su compromiso
182 Los resultados fueron: 123 votos el marqués de Valdecañas; 108 votos el barón de Sacrolirio; 114 votos
el conde de Montarco. 35 votos García Martino y 34 Albarracín. La Crónica Meridional, [Almería], 27 de
abril de 1886, p. 3.
183 La Palma, [Cádiz], 11 de mayo de 1886, p. 2.
184 Reemplazando al ingeniero de caminos Melitón Martín, que había fallecido. La Correspondencia de
España, [Madrid], 12 de diciembre de 1886, p. 1.
185 Había recibido la medalla 22 de Ciencias Físico-Quimicas. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas
y Naturales. Relación de Académicos desde 1847 hasta el 2003, p. 74. http://www.rac.es/ficheros/
doc/00186.pdf [consulta 26/05/2014]
186 La Crónica Meridional, [Almería], 10 de enero de 1890, p. 2.
187 Suplicatorio del juez de 1ª Instancia del distrito de la Inclusa de Madrid dirigido al subsecretario del
Ministerio de Ultramar y traslado por éste al gobernador general de Puerto Rico sobre acto conciliato-
rio celebrado entre don Alvaro Zorrilla, don Francisco García Martino y don Pedro Peñuelas, inspector
médico, con objeto de que la deuda que mantenía García Martino con Zorrilla quedase resuelta por la
liberación de éste como soldado y entregando Peñuelas la cantidad al tal Zorrilla. AHN, Ultramar, 1143,
Exp.18.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
con Josefa Corrales López188. Ambos casaron el 21 de enero189, teniendo en la última se-
mana de octubre su primera hija190. Poco después, en marzo de 1900, pasó a la Tesorería
de Hacienda de La Coruña191, donde nace en marzo del año siguiente su segunda hija,
Concepción García Martino Corrales192. En septiembre de 1902 se trasladaría a la teso-
rería de Getafe193, ciudad en la que se mantendría la pareja. Dado que su esposa tenía
ascendencia familiar en Guadalajara; de modo que durante el verano pasaban tempora-
das en Cogolludo194. Sin embargo, sabemos que ambos morirían pronto, al igual que no
llegarían a sobrevivir sus hijas, que también murieron, extinguiéndose así la sucesión195.
***
Las biografías de esta familia, enraizada en Almería, bien por nacimiento o ejercicio pro-
fesional no son sino las muestras del dinamismo surgido del dinamismo económico deci-
monónico que hizo posible modelos familiares -y con ellos biografías de personajes- acor-
des al espíritu burgués imperante. La sociedad, la economía y la política se entrelazaron,
así como las nuevas formaciones técnicas imperantes, y con las mismas, posicionamientos
políticos. La presencia en Berja de un ingeniero de minas nada extraña en un municipio
que tuvo por bandera este sector económico en sierra de Gádor y no menos resulta
que sus hijos, algunos nacidos aquí, continuaran estudios de montes -como es el caso
de Francisco- y no menos interesante el que su hijo Pablo se decantase por la ingeniería
minera. Aunque no nacido en tierras almerienses (nacería donde el destino profesional
de su padre entonces estuviera), se vinculó a esta provincia, al igual que el intento ambos
por hacerse un hueco político en la misma. Son las mimbres de un complejo mundo de
relaciones nuevas difíciles de entender y que con esta aportación abrimos nuevas vías
para comprender la historia almeriense y, desde luego -como es el caso- las finas mimbres
que la conectaban y relacionaban con el país y su mundo económico, social y político.
188 Era hija de Ramón Corrales Martínez, secretario del ayuntamiento de Mahón, y Encarnación Josefa
López Díaz. Flores y Abejas, 8 de enero de 1899, p. 5. El primer día de 1899 tuvieron lugar las segundas
amonestaciones de Pepita Corrales. Flores y Abejas, 1 de enero de 1899, p. 14.
189 Su luna de miel fue en Madrid y Getafe. Flores y Abejas, [Palma de Mallorca], 22 de enero de 1899, p. 5.
190 Flores y Abejas, [Palma de Mallorca], 22 de octubre de 1899, p. 6.
191 Sustituyendo a Vicente de Castro Les. Flores y Abejas, [Palma de Mallorca], 18 de marzo de 1900, p. 5.
192 Flores y Abejas, [Palma de Mallorca], 24 de marzo de 1901, p. 4.
193 El Noroeste, [San Sebastián], 17 de septiembre de 1902, p. 2.
194 La última semana de julio Josefa Corrales junto con sus hijas partía para La Coruña. Flores y Abejas,
[Palma de Mallorca], 2 de agosto de 1903, p. 6.
195 Su suegro, tras jubilarse como secretario en Mahón, volvió a su tierra natal, falleciendo el 17 de marzo
de 1928 en Guadalajara a la edad de 74 años, dejando por única familia a su viuda (Josefa López Díaz)
y un nieto (Ramón Corrales Viejo), junto a su nuera (Antonia Viejo Antón) y una única cuñada (Antonia
Romero). Flores y Abejas, [Palma de Mallorca], 18 de marzo de 1928, p. 1. Así, pues, su hija (la esposa de
García Martino) ya había muerto para entonces, al igual que su yerno y nietas.
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DIEGO Mª MADOLELL:
PROYECTOS,
EMPRENDIMIENTOS Y
DERROTAS DE UN INCANSABLE
PROMOTOR
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Fue Madolell un fiel exponente de su tiempo, aquel XIX de cambios, progreso y ne-
gocios tan diversos como arriesgados. Con el transcurrir de la centuria se convirtió en
protagonista de multitud de iniciativas que adornaron aquel ideal que perseguía el logro
social y económico mediante el planeamiento y materialización de grandes obras, gran-
des inversiones que, además de proporcionar sustanciosos beneficios a sus impulsores,
contribuyesen a incrementar la riqueza general, los medios de vida y, por ende, el desa-
rrollo social del país. Madolell fue uno más, aunque destacado por su febril actividad y
por las particularidades que rodearon a sus iniciativas, de aquellos que quisieron elevar
el negocio privado a los altares de la imperante ideología liberal.
Diego María Madolell Porras1 nació en Tabernas probablemente en 1789. Poco sabemos
de sus primeros años, aunque parece que atravesó por una juventud convulsa en la que
se dejó empapar por las ideas liberales. Esta condición ideológica forzaría su autoexilio
en Cádiz coincidiendo con los inicios de la Guerra de la Independencia. Su estancia en la
ciudad constituyente facilitará unos primeros encuentros y relaciones que podrían expli-
car su postrera participación en negocios localizados en aquella parte de Andalucía. No
obstante, su contacto con la tierra que le había visto nacer no se truncó por completo,
ya que en 1810 va a solicitar la puesta en explotación de varias pertenencias mineras en
Sierra Alhamilla2. Se aprovechará de las conflictivas circunstancias que vivía el país, en
pleno enfrentamiento bélico contra el francés, que habían hecho relajar el severo con-
trol aplicado por la Corona a las extracciones mineras, lo que se tradujo en una mayor
permisividad por parte de la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, competente
en esta materia y empecinada en eliminar los obstáculos que impedían el tan preciso
progreso económico. En definitiva, todo se predispuso para que Madolell obtuviese una
concesión que poseía mucho de excepcional, puesto que, por una parte, le autorizaba
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
el laboreo sobre una superficie “de cinco leguas de largo por tres de ancho”, es decir,
una demarcación muy superior a la habitualmente permitida; y por otra, se le otorgaba
el derecho de fundir el mineral mediante hornos de su propiedad, alterando de este
modo la aplicación del rígido monopolio estatal sobre el beneficio de metales. Como
compensación a estos indisimulados privilegios, el empresario se comprometía a abonar
en concepto de contribución unos abultados 60 reales por cada quintal de mineral ex-
traído, y asumía el coste de un fiel administrador, dependiente de la Corona, para que
ejerciese el control sobre aquellas producciones3. Al final, un negocio tan prometedor se
truncó debido a la oposición demostrada por los ayuntamientos del contorno en 1813,
cuyos representantes consideraron excesiva la extensión de la concesión, además de
apreciar perjudicial para los intereses de sus vecinos la sobreexplotación que iba a sufrir
el esparto de sus montes al emplearlo como combustible en los proyectados hornos de
fundición.
Vimos a Madolell deambulando por Cádiz en tiempos convulsos. Es probable que aquel
destino lo alcanzase junto a su hermano Jerónimo y fuesen las relaciones forjadas por
uno y otro las que propiciasen después algunos negocios emprendidos en la Sierra Norte
de Sevilla. Desde la segunda década del XIX nació un cierto interés, por parte de capita-
listas de aquellas provincias occidentales, de transformar las tradicionales explotaciones
de hierro de la mencionada sierra en un centro metalúrgico de primer orden que res-
pondiese a la demanda del territorio colindante. De este modo, comerciantes de Sevilla
y Cádiz fundarán en noviembre de 1817 la Compañía de Minas de Hierro del Pedroso y
Agregados con la pretensión de explotar los yacimientos férricos de Monteagudo, Fonta-
nal y Cañuelo4. Pues bien, en los comienzos de aquella iniciativa empresarial hallamos a
Madolell ocupándose de la construcción de lo que bien pudo ser un martinete. Fechado
el 22 de mayo de 1818 en la localidad de El Pedroso, se firma contrato de obligación
y fianza otorgado por Diego Forte y Juan Riaño, vecinos de aquella villa y propietarios
de varias carretas, por el que adquirían el compromiso con don Diego María Madolell
y Porras, “director de las minas establecidas en dicha villa”, de transportar cal para el
abastecimiento de dos caleras situadas en el “sitio del Arroyo de San Pedro donde se
está labrando un martinete”5. Sobre estas labores primitivas acometidas por Madolell
recaerán severas críticas, algo que, como tendremos oportunidad de verificar por otras
actuaciones técnicas del visionario, terminará convirtiéndose en una constante a lo largo
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
De esta última aseveración podría desprenderse que Madolell estuviese asistido por
personal técnico extranjero en aquellas tareas que precisaban de un conocimiento más
especializado, si bien el resultado final fue igualmente catastrófico.
6 Ibídem. El autor cita la fuente de donde ha extraído el testimonio: Archivo Histórico Provincial de San
Sebastián. Fondo Casa Zavala. Cartas de Elorza al conde de Villafuerte.
7 J. ESTEBAN recoge en dos artículos publicados en el periódico almeriense La Independencia el 5 de
febrero y el primero de marzo de 1911, titulados respectivamente “Almería y sus riegos. El pantano de
Níjar” y “Almería y sus riegos. Más sobre el pantano de Níjar”, que esta presa comenzó a construirse en
1793, aunque no refiere la fuente de donde ha extraído el dato.
8 Manifiesto histórico del origen, progreso y estado actual de la obra del pantano de Níjar, Málaga, Imprenta
del Comercio, 1844, p. 5.
9 “Artículo comunicado”, Cádiz, Imprenta Gaditana de D. Esteban Picardo, 1821, p. 1.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Un mes más tarde la prensa se hacía eco del proyecto y agregaba otros particulares de
las ambiciones de nuestro visionario11. A las utilidades derivadas del regadío de la zona
delimitada, se sumaban las que produjesen unas 5.000 fanegas distribuidas por las ribe-
ras de las ramblas, por donde habían de transcurrir los canales de riego, en las que se
plantaría algodón. Se presumía que de estos cultivos se podía obtener un rendimiento
cercano a los diez millones de reales. En fin, con estas halagüeñas perspectivas encon-
tramos a Diego María en Cádiz el 23 de julio de 1821, posiblemente en busca de los
capitales que se le resisten en su provincia de origen. En aquella capital, reunido ante
notario con Juan Antonio de Aramburu, Francisco Antonio de la Raza, Juan Bautista del
Llano, Manuel Mª Nadal May, Francisco Rivera y Agustín Miaurio, va a escriturar una
nueva compañía bajo el título de Regadíos de Níjar, adquiriendo además el compromiso
de ejecutar las obras “con arreglo a las bases consignadas en el contrato”12. No tardará en
desplazarse una comisión de estos interesados hasta el lugar elegido, y allí, acompañados
por el promotor y personal técnico, procederán al reconocimiento, medición y nivela-
10 Ibídem, p. 2.
11 Miscelánea de Comercio, Política y Literatura, nº 407, 10 de abril de 1821, p. 6.
12 Manifiesto histórico del origen, progreso y estado actual de la obra del pantano de Níjar, 1844, p. 6.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ción de los terrenos donde se iba a alzar la presa, así como a la inspección de la extensa
llanura que pretendían poner en regadío. Se adelantaron capitales cercanos a los 60.000
reales con el fin de afrontar las primeras inversiones, como la adquisición de los terrenos
inundados en el futuro por el pantano. Reinaba el acuerdo y la coincidencia hasta que
la desconfianza se apoderó de algunos socios:
En seguida se compraron –dice el propio Madolell– las fincas que habrían de cubrirse por las
aguas del Pantano […], pero la detestable envidia de algunos a los que no se dio en los fondos de
la empresa la intervención que desearan, logró, esparciendo voces alarmantes y especies insidio-
sas, introducir la desconfianza y el desaliento en los socios y que estos retirasen súbitamente sus
fondos”13.
El propio Madolell afirmará más tarde que no dudó en marchar a Cádiz y demandar a
los capitalistas para obligarles a cumplir con lo convenido en la escritura de creación de
la sociedad, pero la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, el enfrentamiento y la
inestabilidad del país que trajo aparejados, paralizó todos los recursos legales iniciados
por el visionario. Este primer intento de negocio en torno a la construcción de un panta-
no en Níjar habría que enmarcarlo en una situación propicia para su principal alentador,
y es que el conato se produce en pleno Trienio Liberal y de estas circunstancias políticas
pudo aprovecharse un recalcitrante liberal como era nuestro protagonista por entonces,
destacado miembro de la Milicia Nacional de la localidad almeriense, para hacerse del
favor y de la complicidad de aquel ayuntamiento, así como de los ricos comerciantes
que involucró en la Compañía de Riegos de Níjar residentes en la liberal Cádiz.
13 Ibídem.
14 Sucinta exposición que hacen a las autoridades constitucionales y a todos sus conciudadanos D. Diego y D.
Gerónimo Madolell, sobre los atentados cometidos contra sus personas en la noche del 7 del corriente por
el 2º alcalde de barrio de la parroquia de Omnium Sanctorum D. Tomás Ortiz, Sevilla, 16 de abril de 1823,
en digiburg.ugr.es/bistream/10481/25728/1/C103032-8-4.pdf, 26 de septiembre de 2016.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desconocemos por ahora hasta cuándo se prolongó esta etapa sevillana y qué vin-
culación mantuvo con los altos hornos de El Pedroso en los años inmediatamente
posteriores, sin embargo sí está documentado su retorno a tierras almerienses en 1824
y su responsabilidad en un nuevo proyecto hidráulico. El 21 de mayo de ese año se
le otorgaba permiso estatal16 para abrir un canal de riego en el río Benínar con el que
15 Ibídem, p. 3.
16 Datos contenidos en “Real Orden de 15 de enero, autorizando a D. Diego María Madolell para practicar
los estudios de un canal de riego en el río Menínar [sic], provincia de Almería”, en Boletín de la Revista
General de Legislación y Jurisprudencia, tomo XVIII, Madrid, Imprenta de la Revista de Legislación, 1863,
p. 77.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
fertilizar los campos de Roquetas, Dalías y Berja. Celebró con los beneficiarios de estas
localidades contrato donde se establecía el canon con el que debían contribuir al coste
de las obras, aceptando el compromiso de que aquellas actuaciones se someterían a la
aprobación de un facultativo nombrado por el gobierno. También el promotor acepta-
ba la obligación de informar con puntualidad sobre el progreso de las obras y garantiza-
ba el riego de todas a aquellas tierras que ya lo disfrutaban durante y tras el final de la
construcción. Aceptó todos los requerimientos e inició los trabajos de inmediato, en el
mes de abril, “con el doble objeto de demostrar la posibilidad de la empresa y dar ocu-
pación a los jornaleros indigentes”. Desde la capitanía general de Granada nombraron
como comisionado para examinar los planos e inspeccionar las obras emprendidas al
capitán del Real Cuerpo de Ingenieros Juan Miguel de Aranvide17, quien en febrero de
1825 informaba de que las actuaciones acometidas por Madolell hasta ese instante me-
recían de su aprobación, aunque admitía que éstas se reducían a la apertura del cauce,
y añadía que, a su parecer, se encontraban paralizadas. Expresaba igualmente que no
había tenido la oportunidad de ver el plano que, tal y como se le había encomendado
debía aprobar, por lo que solicitaba del gobierno que obligase a la empresa a entregár-
selo para su examen. A finales de mayo el mismo Aranvide informaba de que podía
“darse por terminada la empresa del canal, cuyas obras se hallaban paralizadas por
completo a causa de haberse ausentado Madolell” ¿A dónde se fue esta vez nuestro in-
quieto proyectista? ¿Regresó a Sevilla? Lo cierto es que el ingeniero, dando muestras de
desconfianza por todo lo que su inspección había arrojado, concluía “que no deberían
volverse a emprender aquellas sin que se hiciera constar bien y cumplidamente que
los medios y recursos de que disponía la empresa eran proporcionados al objeto que
se proponía realizar”18. Fuese por un motivo u otro, Madolell comenzaba a forjarse un
crédito poco propicio para sus propios intereses, pues los proyectos en los que interve-
nía o que promovía fracasaban antes de su puesta en marcha o eran abandonados con
antelación a su conclusión, acumulando críticas y nefastas valoraciones que no hacían
sino incrementar su desprestigio.
17 De Juan Miguel de Arambide y Castro dice Lorenzo CARA BARRIONUEVO [“Grandes proyectos de rie-
gos decimonónico en La Alpujarra oriental, II. El Canal de Dalías”, en Farua, nº 14, 2011, p. 48, nota 15]
que “alcanzó el grado de comandante y participó muy joven en la Guerra de la Independencia, escri-
biendo un pequeño opúsculo: Una leve insinuación a los señores escritores: carta de un amigo a otro”,
Cádiz, [s.n.], 1811.
18 “Real Orden de 15 de enero…”, 1863, p. 77.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El inesperado e inexplicado abandono de las obras del canal de Benínar un poco antes
del verano de 1825 se quiso más tarde atribuir a “ocurrencias particulares que sobre-
vinieron a Madolell”, desde luego una excusa demasiado ambigua. Ahora bien, como
también terminará convirtiéndose en una especie de constante en su transcurso vital y
profesional, volverá a retomar el proyecto del canal en 1834. Es la primera noticia que
tenemos de él desde hace una década. Para el 2 de noviembre de aquel año anunciaba
que, desde el reinicio de las obras en el mes anterior, se habían abierto unas 500 varas
(unos 420 metros) de acequia y se había comenzado a horadar la mina que debía cruzar
el cerro de Peñarredonda. Además, aseguraba que para febrero del año siguiente unas
800 fanegas de tierras bañadas por el canal antes de que este se adentrase en el Campo
de Dalías dispondrían de riego abundante e ininterrumpido. Se desvela esa personalidad
ambiciosa de Madolell que pregona los logros mucho antes de que éstos se materialicen.
Es más que probable, dada la publicación de los mismos en la Gaceta de Madrid, medio
de amplia difusión para los negocios de la época, que estuviese ejecutando una estrate-
gia para atraerse inversores que otorgasen respaldo a las obras. Lo cierto es que, otra vez,
el proyecto contará con la anuencia de las autoridades provinciales; de este modo, el 28
de febrero el subdelegado de fomento de la provincia de Almería confirmó
que había ofrecido a Madolell cuanta protección necesitase para la continuación de un
proyecto tan útil, puesto que con su realización se asegurará la cosecha de 20.000 fanegas
de tierra que hoy es sumamente incierta por la escasez de lluvias en el distrito a que se
destina tan inmenso beneficio […]19.
Es decir, la opinión de esta autoridad concedía a aquel intento poco menos que un
interés general que lo convertía en prioritario y merecedor del apoyo de la Corona: “S.
M. la Reina Gobernadora ha oído con agrado los progresos de las obras y mandado que
se inserte esta noticia en la Gaceta y en el Diario de la administración para que sirva de
estímulo y satisfacción a D. Diego Madolell”20.
No bastarán apoyos ni parabienes, puesto que esta nueva tentativa se convertirá en tan
efímera como la precedente. Para junio de 1834 ya estaban nuevamente paralizadas.
Se afirmaba que en los escasos ocho meses que había durado esta segunda época las
obras habían sido seguidas sin inspección alguna, ajenas a toda planificación como ya
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sucediese nueve años antes21. Es más que posible que las tumultuosas circunstancias por
las que atravesaba el país, con una guerra civil que vivía sus primeros y violentos com-
pases, influyesen para que este proyecto fuese desatendido una vez más, pues habría
que imaginar las dificultades de su promotor para conseguir capitales en una situación
convulsa como aquélla.
Deberemos esperar una década para hallar a Madolell involucrado en una tercera oca-
sión en este sueño hidráulico que suponía el canal de Dalías. Antes nos lo tropezaremos
plenamente comprometido con la recuperación de otra vieja ilusión que él mismo había
impulsado veinte años antes. Con excepción de un frustrado conato de recuperación
del proyecto de construcción de un pantano en la villa de Níjar, promovida por el pro-
pio ayuntamiento almeriense, que se saldó con la obtención de licencia real para esta
finalidad fechada el 24 de octubre de 1831, ninguna novedad sobre este particular había
acontecido durante tan dilatado espacio de tiempo22. Hasta noviembre de 1841, en que
varios vecinos de la villa animaron a su originario impulsor a que remprendiese las obras
de la presa mediante la formación de una sociedad que se hiciese cargo de las mismas.
En este largo intervalo, además de una cruenta guerra civil, en el país habían aconte-
cido otros hechos de relevancia, como el descubrimiento de plata en la no demasiado
distante Sierra Almagrera, revulsivo de unos afanes económicos y especulativos sin pre-
cedentes en esta esquinada geografía. Precisamente los trabajos de la galería o socavón
de desagüe titulado Infalible, localizados en aquel flamante distrito minero, ocupaban a
Madolell cuando se le propuso la reactivación del viejo proyecto. Así fue como el em-
prendedor, sin perder de vista las experiencias precedentes y aprovechándose de una
coyuntura económica más favorable, ofertó las 2.100 acciones en que quedaba dividida
la sociedad y se dedicó a buscarles interesados por pueblos y provincias limítrofes.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a cubierto las fortunas y las vidas de los habitantes de este país”23. Tampoco en la gestión
de la empresa el responsable dio muestras de esmero, lo que desembocó en “una mala
organización y vicioso sistema de contabilidad”. Así las cosas, la Junta gubernativa con-
vocó a la general para el 20 de agosto de 1842 con la atención dirigida a esta nefasta
situación que años después sería recordada por algún informe:
Desde esta fecha en que se formó la compañía de una manera precipitada, y tal vez cap-
ciosa, data la época de oscuridad y desorden de esta empresa, el caos de su historia y el
laberinto de su administración, por cuyos tortuosos caminos no ha sido posible penetrar y
cuyas funestas consecuencias duran todavía […]24.
Sin embargo, pese a tan graves evidencias, la Junta general actuó y opinó de manera muy
condescendiente ante las probadas negligencias e ineptitudes del visionario. Considera-
ron que no era sólo suya toda la responsabilidad de unos inicios donde la precipitación,
el desconcierto y el caos organizativo habían marcado la tónica de un año para olvidar
y no repetir. El órgano supremo de la empresa aprovechará aquellos días para dotarse
de documentos de legalidad: “Por fin ya dejamos otorgadas escrituras de asociación de
entre nosotros, de obligación y cesión del ayuntamiento por lo relativo a la real gracia
que tiene a su favor para construir el pantano […]”25, aunque quizás lo más relevante, en
lo que a nuestro personaje atañe, fue el acuerdo por el que éste cedía a la empresa to-
dos los derechos que había adquirido del municipio de Níjar en 1820, así como los que
obtuvo en aquella misma fecha de labradores y propietarios para ejecutar las obras. En
compensación a esos desembolsos y esfuerzos, la Junta decidió concederle 42 acciones
gratis, además de su sueldo como director. En cualquier caso, la confirmación irrefutable
de su pésima actuación llegó de la mano de la visita que cursó Jerónimo Muñoz López,
jefe político de la provincia, al objeto de informar al gobierno de la nación del estado
del proyecto. Acompañado de Juan Bautista Domínguez, ingeniero civil, y de Ramón
Pellico, inspector de Minas, examinaron los lugares y las obras, y sin dilación decidieron
llamar al director Madolell, al que pidieron datos, presupuestos y planos que éste no
pudo entregar por no tenerlos, pues sólo disponía de “un pequeño croquis medio en
perspectiva litografiado en Málaga” que aquella comisión le desestimó por insuficiente26.
Pero habrá que referirse a cuáles fueron los trabajos que había afrontado el director
hasta aquel momento. Desde el principio de las obras hasta el 31 de diciembre de 1842
se habían invertido 182.548 reales. La actuación de mayor envergadura había consis-
23 Manifiesto histórico del origen, progreso y estado actual de la obra del pantano de Níjar; Málaga, imprenta
del Comercio, 1844, p. 5.
24 Ibídem, p. 20, nota 2.
25 “Comunicado”, en El Corresponsal, nº 1196, 13 de septiembre de 1842, p. 4.
26 Manifiesto…, 1844, pp. 10-11.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
No hacía méritos el director para que la Junta lo estimase como facultativo competente,
antes al contrario, y a pesar de que desde siempre se había titulado “teniente coronel de
ingenieros”28, una profunda desconfianza hacia su trabajo y aptitud comenzó a cundir
entre los miembros de los distintos departamentos que componían la Junta general.
Pese a todo, se mantuvo en su puesto de director, aunque la empresa con buen criterio
encargó los planos del proyecto al arquitecto murciano Jerónimo Ros, quien los tuvo
concluidos en marzo de 1843. En una situación tan delicada, puestas en tela de juicio su
capacidad y competencia, el que Madolell decidiese ausentarse para atender otros nego-
cios no debió sentar nada bien en una Junta ya demasiado escamada. Así ocurrió el 2 de
abril, cuando le cursó oficio comunicando que se desplazaba a Sierra Almagrera porque
se precisaba de su atención en los trabajos de la galería Riqueza Positiva, otro socavón
de desagüe que estaba dirigiendo29. En ese mismo documento expresó que dejaba en
su lugar y con todas sus facultades al arquitecto Jerónimo Ros Giménez, quien estaba
ejerciendo de ayudante de Madolell desde hacía unos meses y era profundo conocedor
de las deficiencias y errores de bulto que aquel había cometido en las obras hasta ese
momento realizadas30.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
obras. Ahora bien, aquel cambio no iba a estar exento de conflictividad. De la asamblea
surgió una primera decisión: el nombramiento de una comisión encargada de llevar a
cabo una exhaustiva inspección de todo lo hecho. Dos ingenieros –José Cruz Muller y
Juan Bautista Domínguez–, un oficial de la armada –José Aznar y Reina– y dos hacen-
dados accionistas de la empresa –Jerónimo Martínez y Manuel de Torres– la integraron
y, después de un detenido examen, elevaron unas conclusiones que en nada favorecían
la labor técnica ejercida por Madolell hasta entonces31. El dictamen de la comisión facul-
tativa fue demoledor, incidiendo en el conjunto de equivocaciones, cálculos errados y
operaciones innecesarias pero muy onerosas que a lo largo de un bienio habían salpica-
do la evolución de los primeros trabajos de asentamiento y construcción. Su suficiencia
había vuelto a ser puesta en entredicho32.
Tal comportamiento hizo que muchos de los presentes fuesen abandonando los remil-
gos iniciales y se posicionasen a favor de su cese. Este era el enrarecido ambiente que
allí se vivía cuando desde la plaza pública comenzaron a oírse las voces y gritos de una
muchedumbre; eran los operarios junto a sus respectivos capataces, comandados todos
por el hombre de confianza de Madolell, quien fue el encargado de entregar a la Junta
un escrito en el que se exigía la permanencia del actual director al frente de las obras “y
que de ninguna manera fuese removido de su destino”35. Nadie dudó entonces de que
aquella movilización estaba orquestada por Madolell, y así se lo recriminaron algunos
de los presentes que con posterioridad trataron de calmar los ánimos. La reacción defi-
31 Ibídem, p. 14.
32 Ibídem, pp. 26-33, nota 9.
33 Ibídem, p. 34, nota 10.
34 Ibídem, p. 35, nota 10.
35 Ibídem, p. 14.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
nitiva no se hizo esperar: Antonio Corso, abogado y diputado por Valencia, presentó de
inmediato una proposición:
En mérito de lo que arroja el informe de la comisión facultativa, propongo a la Junta que
inmediatamente se separe a don Diego Mª Madolell de la dirección de las obras, y que se
nombre en su lugar un facultativo con carácter de tal para que las dirija y las lleve a cabo
bajo su responsabilidad.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Es verdad que este nombramiento lo mantuvo vinculado con la sociedad, al igual que
las 42 acciones que se le concedieron en compensación por sus empeños, esfuerzos y
compromisos. Pero ya sabemos que las participaciones en sociedades exigían de desem-
bolsos cuando se emitían repartos pasivos para allegar capital al objeto de la empresa. Es
muy probable, dado el desenlace, que Madolell dejase de atender estas obligaciones y
se denunciara tal actitud ante el juzgado. Así se desprende de la orden judicial que orde-
naba el embargo de las acciones comprendidas entre los números 2.101 y 2.142 que le
pertenecían37. La Junta central, ante los intentos de enajenación ilegal que con probabili-
dad estaba protagonizando el propietario, decidió anunciarlo públicamente en la prensa
de Madrid con el fin de evitar inconvenientes y sorpresas desagradables a compradores
incautos. Venía a culminar este último episodio quizás un proceso de deterioro de las
relaciones entre el antiguo director y la empresa, una desconexión tumultuosa hasta en
sus últimos coletazos, que lo separó definitivamente del que hacía casi treinta años había
sido su anhelado sueño, una utopía que ya sin su concurso estaba adquiriendo trazas de
realidad.
Como vimos, Madolell había estado relacionado con negocios mineros desde aquella
frustrada iniciativa en Sierra Alhamilla hacia 1810, o desde la que protagonizó al menos
entre 1817 y 1823 en El Pedroso, en la Sierra Norte sevillana, donde se implicó en la
construcción de un alto horno. Por ello, no nos resultará extraño encontrarlo en Sierra
Almagrera en noviembre de 1840 como alma mater del proyecto de construcción de la
galería de extracción y desagüe llamada La Infalible, de la que sería su director facultati-
vo. Para la organización y financiación de aquella ambiciosa obra, promovió una empre-
sa en la que se involucró un pequeño grupo de denunciadores que, durante la vorágine
36 Ibídem, p. 15.
37 “Pantano de Níjar”, en Heraldo de Madrid, nº 1253, 9 de abril de 1847, p. 2.
38 Esta etapa se encuentra ampliamente tratada en FERNÁNDEZ BOLEA, Enrique, Minas y mineros en el
Pilar de Jaravía y su entorno. Una aproximación histórica y patrimonial (1840-1936), Pulpí, Ayuntamiento
de Pulpí y Arráez Editores, 2014, pp. 76-97.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que se adueñó de Almagrera en 1839, registraron un conjunto de minas bajo los nom-
bres de Infalible, Naturaleza, Aníbal, Salomón, Troyana y Subterránea, y “para explorar
las ya referidas minas, acordaron el medio de verificarlo con productos más seguros, el
cual si a primera vista parece más dispendioso y tardío, examinado en su esencia, lejos
de tener aquellas cualidades, es por el contrario más económico y pronto”39, y este me-
dio no era otro que la excavación de una galería. Supimos, de igual manera, del ejercicio
de idénticas funciones facultativas –interrumpiendo las que por el mismo tiempo des-
empeñaba en las obras del pantano de Níjar– en el otro gran socavón llamado Riqueza
Positiva que, desde 1840, se venía impulsando en la sierra para facilitar la extracción de
minerales y el desagüe de sus minas40. Pues bien, a medidos de 1845 nuestro inquieto
Madolell deambula por Sierra Almagrera denunciando algunas superficies sobre las que
no se han ejecutado labores o se han abandonado éstas: así lo hace el 14 de junio en el
Barranco Chico del Hospital, con una mina titulada hasta ese momento La Viuda que
ahora reclama con el nombre de Guzmán41; o el mismo día en el Barranco Chico de
Hospital de Mar, esta vez registrando con la denominación de Sevillana la que hasta ese
momento constaba como Balbina. Al año siguiente, el 11 de agosto, nos lo volveremos
a encontrar, esta vez denunciando a su nombre con el título de Sermón una mina que
hasta entonces había ostentado el de Fortuna. Y no sólo denunciaba, también asumía
por medio de contrata las obligaciones de explotación de otras minas, como la San Bar-
tolomé, situada en la Cala de Cristal, con cuyos propietarios se comprometía en abril
de 1846 a desaguar y luego explotar sus riquezas a cambio de las dos terceras partes de
los metales arrancados42; Madolell, además de convertirse en empresario arrendador,
se hacía cargo de la dirección de las labores que en aquella mina se iban a desarrollar.
No tardará en desplazar sus intereses a una zona inmediata donde, sin la febril com-
petencia que se vive en Almagrera, algunas pioneras exploraciones están dando como
resultado el hallazgo de metales. Será precisamente a finales de 1846 cuando este en-
tonces vecino de Almería inicie una serie de denuncios repartidos por distintos parajes
del Pilar de Jaravía, en la vertiente marítima de la Sierra del Aguilón. Los primeros datan
del 5 de diciembre, y reciben por nombre las letras S. R. Q. P. para una mina situada en
39 Reglamento provisional para el gobierno de la empresa y gran galería titulada La Infalible, Lorca: Impren-
ta de F. de P. Romero, 1841. Véase también FERNÁNDEZ BOLEA, Enrique, Sierra Almagrera y Herrerías:
un siglo de historia minera (Cuevas del Almanzora, 1838-1936), Cuevas del Almanzora, Arráez Editores,
2012, pp. 484-491.
40 Archivo Municipal de Lorca [AML], P. 1718, “Contrata de los interesados de la San Bartolomé con el Ingº.
D. Diego Mª Madolell”, Escribano Juan de Haro, Águilas, 26 de abril de 1846.
41 Archivo Municipal de Vera [AMV], leg. 415. Este denuncio y los siguientes se incluyen en “Razón de
registros y documentos de minas. Vera 1844”.
42 AML, P. 1718. “Contrata de los interesados de la San Bartolomé con el Ingº. Dn. Diego Mª Madolell”,
Escribano Juan de Haro, Águilas, 26 de abril de 1846.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Madolell y sus socios mantienen el ajetreo en que se han instalado desde principios de
diciembre de 1846. Ahora, una vez posesionados de las demarcaciones y sus amplia-
ciones, piden a la Inspección el reconocimiento de las labores que llevan ejecutadas, así
como un examen detenido de la composición metalífera que puede encontrarse en sus
pertenencias, con resultados bastante halagüeños para los intereses de los promotores.
En los informes de la Inspección se detallan igualmente las direcciones de los filones de
cada una de las minas examinadas44.
Y ese dinamismo que hemos ilustrado más arriba, centrado en el registro y reconoci-
miento de terrenos susceptibles de explotación, se verá reforzado en las mismas fechas
por otros trámites notariales que confirmarán, sin duda, la reciente constitución de la
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
primera compañía minera de Madolell por tierras de Pulpí, de la que, por otra parte, ya
hemos podido atisbar algunos indicios. En relación con esta sociedad, denominada Res-
tauración de Minas del Pilar de Jaravía y Regadío de su Campo, desde finales de noviembre
de 1846 se eleva ante el notario de Águilas, Juan de Haro, un abultado conjunto de “de-
claraciones de dominio” motivadas por el hecho de que la compañía sólo reconociese
acciones enteras. Otra evidencia del entusiasmo y energía con los que la empresa echaba
a caminar nos la muestran las numerosas ventas de acciones que se materializarán du-
rante el mismo período. En efecto, algunos accionistas, en busca de raudos beneficios o
no muy convencidos del negocio con el que se habían comprometido, se desprenderán
pronto de sus participaciones y nutrirán, de este modo, un particular mercado que vivirá
su mayor efervescencia de diciembre de 1846 a abril de año siguiente. El precio de las
acciones de la Restauración oscilará a lo largo de ese intervalo entre los 600 y 800 reales
de vellón, detectándose, a pesar de las expresadas reticencias de la empresa, ventas de
un cuarto y media acción. Entre los protagonistas de estas transacciones, dominan los
residentes en Águilas, Vera y Cuevas, si bien los originarios de Sierro, Cantoria y Huér-
cal-Overa, en la provincia de Almería, constituyen por su número el segundo grupo de
vendedores y compradores, a los que seguirían, a considerable distancia, los murcianos,
malagueños y algún que otro catalán. Y entre los que adquieren títulos merece resaltar a
algunos personajes que serán determinantes en el posterior desarrollo minero de Jaravía:
es el caso del alicantino Alejandro Marín, apellido que identificará –como tendremos
oportunidad de comprobar cuando avance el siglo XIX– a una saga de empresarios-co-
merciantes que controló la actividad minera de aquella diputación desde la década de
1870 hasta la guerra de 1936 y poseyó igualmente intereses en otras cuencas mineras
de las provincias de Almería y Murcia45. Pues bien, a este emprendedor de raza nos lo
encontraremos el 29 de abril de 1847, con tan sólo 24 años y recién llegado a Águilas
para trabajar como oficinista e intérprete de francés en la próspera casa comercial de
Antonio Romero e Hijo, adquiriendo, a medias con su consorte José María Berdú, la acción
número 232 de la Restauración que hasta ese momento había pertenecido al lorquino
Antonio Gil46.
45 Véase DÍAZ MARTÍNEZ, Luis, La minería de Águilas. Los Marín Menú, Murcia, 2000, Ayuntamiento de
Águilas y Pepe Marín Arcas, pp. 15-22.
46 AHL, P. 1719. “Venta real de D. José Mª Berdú y Consortes contra D. Antonio Gil”, Escribano Juan de
Haro, Águilas, 29 de abril de 1847.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pero si, a pesar de lo expuesto, aún albergásemos alguna duda sobre el papel decisi-
vo desempeñado por Madolell en la promoción y creación de esta empresa, se va a
desvanecer enseguida, apenas nos adentremos en un pleito surgido entre los propios
integrantes de la sociedad por presunta infracción a la hora de aplicar el Reglamento.
Entre los documentos exhibidos ante el juez de Vera por los denunciantes se encontraba
precisamente el Reglamento para el gobierno y administración de la empresa minera titulada
Restauración, que había sido aprobado el 17 de abril de 184747. En su introducción se
dice lo siguiente:
Debidamente convocada y reunida la primera junta general con asistencia del empresario
director D. Diego Mª Madolell, entre los particulares que se someterán a la deliberación
de la misma fue el principal la reforma de su Reglamento, en razón a que, íntimamente
convencida como igualmente aquél de la insuficiencia del que formó para el mejor orden
y marcha de la empresa, era llegado el caso de realizarla; y con este objeto se nombró una
Comisión de su seno para que en reunión del mismo empresario redactase el que en ade-
lante debía regir, sometiéndolo previamente a la aprobación de la Sociedad, constituida a
la sazón el 15 del actual. Evacuado el encargo por la Comisión, fue presentado y, después
de algunas ligeras modificaciones, se aprobó el siguiente Reglamento para el régimen y
gobierno de esta Sociedad48.
De esta inmediata cita se infieren conclusiones muy clarificadoras: en primer lugar, nues-
tro protagonista es, sin duda, el impulsor de la sociedad, nada menos que su “empresario
director” y, en consecuencia, como experimentado promotor de empresas, el encargado
de coordinar la elaboración de su Reglamento y todos aquellos documentos encaminados
a su organización y administración; hemos sabido también que hubo un Reglamento
anterior, redactado por Madolell antes de la formación legal de la empresa, que ahora
se considera conveniente reformar; y al final, nos hemos enterado de que la sociedad
47 AMV, Expedientes judiciales, Civiles, leg. sin clasificar. “D. José Latorre Campoy y Consortes de esta
vecindad sobre celebración de una Junta en la mina nombrada Restauración Jaravía”, 1847.
48 Ibídem.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
49 A pesar de las muchas y prolongadas pesquisas, los protocolos sobre la fundación de la Restauración
de Jaravía se resisten a mostrarse, de ahí que nos permitamos barajar algunas hipótesis razonadas que
podrán verificarse o rechazarse si finalmente se localizasen estos documentos notariales.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
y Lorca que se saldó con la imposición de su jurisdicción por parte del primero, y la
suspensión de la junta general que se pretendía celebrar en la villa murciana50.
Por motivos bien distintos, las contrariedades continuaron en los meses sucesivos. El
13 de noviembre, su junta directiva presentará ante el Juzgado de Vera, a través de su
procurador Pedro Mª Orozco, un listado de socios que se hallaban en descubierto, con
expresión de sus residencias y las cantidades adeudadas51. Entre éstas destacaban los
4.140 reales que Madolell, con residencia en Jaravía, tenía pendientes de pago, cuantía
que lo distanciaba enormemente de los demás, con deudas muy inferiores que sólo en
el caso de su hermana Narcisa –320 reales– sobrepasaban los 100 reales. Por un lado, la
existencia de una deuda tan abultada nos confirma la notable participación de Madolell
en la sociedad, probablemente, y a tenor de lo observado, su máximo accionista, puesto
que –como sabemos– los repartos pasivos se calculaban partiendo de la participación
que se ostentase, es decir, a mayor número de acciones mayor contribución a los gastos
generados por la empresa. Por otro, este débito pone de manifiesto una peculiaridad de
la personalidad de Madolell que ya nos resulta familiar, porque su carácter emprende-
dor, esa facilidad para generar iniciativas, solía ir acompañado de una cierta inclinación
hacia la desorganización y, a veces, relajación en sus responsabilidades, lo que ya le había
granjeado conflictos y desavenencias en empresas anteriores. En cualquier caso, tras el
fracaso de la tesorería en la reiterada reclamación de las cuotas que se encontraban en
descubierto, se optaba por requerirlas por la vía judicial, y ello porque por la falta de
liquidez
se hallan sensiblemente paralizadas las labores de las minas que comprende la empresa
y, lo que es aún más doloroso, se teme, no sin fundamento, que caduquen para ser de-
nunciadas. En esta atención y para orillar los perjuicios que se seguirán de no activar con
mano fuerte la cobranza de un descubierto que, acumulado a otros, tiene a la empresa en
la más crítica y precaria situación procede y se está en el caso de adoptar los medios que
la práctica y las leyes tienen establecidos en casos análogos.
Está claro que para finales de 1847 la sociedad había puesto a la venta varias acciones
con la intención de ampliar el número de interesados en la empresa y, por tanto, la capa-
50 Ibídem.
51 AMV, Expedientes judiciales, Civiles, leg. sin clasificar. “1847. Jaravía” (relación de deudores a la Empresa
de Minas Restauración del Pilar de Jaravía y Regadío de sus Campos),
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cidad de inversión inicial. La agencia minera madrileña que había asumido la correduría
de estas participaciones las anunciaba con adorno:
Se venden varias acciones […] de la Restauración del Pilar de Jaravía, término de Vera,
cuyo término mineralógico es sumamente elogiado en la memoria dada por el ingeniero
director; se darán con equidad al valor que tienen y al estado brillante en que se encuen-
tran”52.
Hay que admitir, por ahora, nuestro desconocimiento acerca de cuál fue la trayectoria
futura de Restauración de Jaravía, hasta cuándo mantuvieron su actividad y si algunas de
sus minas llegaron a entrar en producción. Pero podría haber ocurrido que el conflicto
surgido por la morosidad de algunos de sus socios hubiese condicionado el inicio de un
declive que se afianzaría en fechas inmediatamente posteriores, desembocando en la
paralización de esos primeros trabajos y en el abandono definitivo de las explotaciones,
tal y como había sucedido con tantas otras iniciativas en busca de la supuesta riqueza
de Jaravía.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a partir de esta renuncia nuestro empresario se erigía en único propietario de unas minas
que se constituían en el fundamento de negocio de la sociedad mencionada más arriba.
Trascurrirán algunos meses hasta que tengamos de nuevo noticias sobre esta otra tenta-
tiva del impulsivo Madolell en Jaravía, quizás porque se hallase en exceso ocupado con
los asuntos de la Restauración, desde contratas previsibles hasta pleitos impensados. El 25
de noviembre de 1847 nos lo encontramos en Águilas, ante su escribano, acompañado
por Leonardo Zafra, que se ha desplazado desde Madrid con objeto de representar por
poderes a su padre, Eugenio Zafra54. Se hace constar, entonces, algo que ya sabemos,
pues alude el protocolo a las minas que denunciara Madolell –o sus primeros consortes–
con el nombre colectivo de Segundo y Tercer Ataque, desvelándose ahora que aquéllas,
donde dominaba el mineral de plomo, se situaban en la Cañada de los Pérez y Jaralicos.
Pues bien, los comparecientes muestran su intención de asociarse bajo ciertas condicio-
nes. Por la primera cláusula nos percatamos de que el tal Eugenio Zafra se constituía
en socio capitalista y debía adelantar a la empresa hasta un total de 50.000 reales para
afrontar los trabajos preparatorios de exploración y explotación. En caso de que estas la-
bores consumiesen totalmente la cifra referida, sería Madolell el que aportaría los fondos
para su continuación hasta que las minas entrasen en productos. Es muy probable que
este compromiso inicial obedeciese a la falta de liquidez del almeriense, carencia que
era saldada siempre mediante su especial habilidad para interesar a solventes capitalistas
en sus variados y, en ocasiones, aventurados negocios. Sería concretamente por el riesgo
que rondaba a estas iniciativas por lo que se contemplaba que, en caso de abandono
de estos trabajos preliminares, Madolell quedaba obligado a reintegrar la cantidad total
expuesta por el madrileño,
y en garantía, hipoteca y prenda, le entregará los títulos de cincuenta acciones de ma-
yor número que le pertenecen en otra empresa minera de la misma diputación titulada
Restauración de Minas del Pilar de Jaravía y Regadío de su Campo, garantía, hipoteca y
prenda que caducará en cualquier tiempo que la del Segundo y Tercer Ataque, con sus
productos, pueda sufragar los costos de su laboreo y demás accesorios; devolviéndose al
Madolell los enunciados títulos para que pueda disponer de las cincuenta acciones libre-
mente y como mejor le conviniere.
54 AHL, P. 1719. “Contrata de minas de D. Diego Mª Madolell con D. Leonardo Zafra”, Escribano Juan de
Haro, Águilas, 25 de noviembre de 1847.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
que debía seguirse estrictamente por “los contratantes y sus herederos”, sin que éstos se
pudiesen apartar lo más mínimo de lo allí contemplado; de igual modo, se reclamaba
del facultativo la elaboración de memorias que consignasen la marcha de los trabajos y
pronosticasen, con el mayor rigor, los obstáculos que pudieran presentarse y los medios
para superarlos. Y ahora, cuando ambas partes se ratifiquen en su derecho de fiscalizar
todas las operaciones y gastos que la marcha de las explotaciones exija, es el momento
de enterarnos de que con fecha de 1 de julio de 1847 Madolell y el madrileño habían
otorgado una escritura privada que veían preciso –ante la inminencia de las labores
previstas– elevar a rango de instrumento público. Pero el 5 de diciembre, es decir, muy
pocos días después de haber formalizado la escritura de sociedad, vuelven a reunirse los
interesados ante el mismo escribano con la pretensión de revocar uno de los compromi-
sos adquiridos55. Se trataba, en fin, de dejar sin valor alguno la hipoteca que respaldaba
el capital adelantado por Zafra que, como es sabido, consistía en la cesión temporal
por parte de Madolell de 50 acciones de la Restauración de Jaravía. Desconocemos si el
capitalista madrileño desconfió del valor de aquellas participaciones, fundamentado este
recelo en la propia marcha de las explotaciones o en los desencuentros que en los meses
previos habían tenido lugar entre sus propios socios; tampoco se puede asegurar que
fuese Zafra, y no Madolell, el que forzó este cambio en la letra de la escritura pública,
pero lo cierto es que el nuevo documento va a contemplar una modificación sustancial
en la garantía del dinero adelantado por el de Madrid: a partir de este instante el aval
consistirá en 250 participaciones completas del Segundo y Tercer Ataque, o sea, un 25%
del paquete accionarial que le había correspondido al empresario-director cuando se
constituyó la sociedad. En cualquier caso, como ya sucediese con las acciones de la
Restauración, éstas se consideraban igualmente entregadas en depósito y reintegrables a
su propietario si se cumplían los compromisos asumidos mediante la escritura del 25 de
noviembre. Nada se ha desvelado que nos permita trazar la trayectoria de esta compañía
con posterioridad a las fechas referidas, entre otras cosas porque el silencio se vuelve a
apoderar de los documentos y, por ahora, no se han hallado indicios que amparen una
nítida actividad de esta empresa.
La presencia del empresario debió dejar huella, un indeleble poso para que treinta años
después, cuando se reanude con fuerza la industria minera del Pilar de Jaravía entre
1870 y 1890, una de las sociedades organizadas para la explotación de las minas de
aquel distrito adoptara el nombre de Recuerdo de Madolell.
55 AML, P. 1719. “Subrogación D. Leonardo Zafra contra D. Diego Mª Madolell”, Escribano Juan de Haro,
Águilas, 5 de diciembre de 1847.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pues bien, con quien contactará la empresa para la reanudación de las obras será de
nuevo con Madolell, aunque no lo hará hasta casi un año y medio más tarde del anun-
cio recogido arriba. En la villa murciana de Águilas se reunirán el 9 de diciembre de
1846, ante el notario de Vera Juan de Haro, nuestro incansable emprendedor, avecin-
56 Empresa del Canal de Dalías, en la costa de Andalucía entre Adra y Almería, Madrid, Imprenta de Casimiro
Rufino, 1º de mayo de 1845.
57 Véase el breve perfil que introduce CARA BARRIONUEVO, Lorenzo, Op. cit., 2011, p. 50, nota 25.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
dado en Almería, pero residente por entonces en algún punto del levante debido a sus
múltiples obligaciones en Jaravía y Almagrera, y Pedro Martínez Cuende, vecino de
Madrid y “apoderado de los socios interesados en la empresa del Canal de Regadío
titulado de Dalías”58. El motivo de aquella comparecencia no era otro que dotar a esta
infraestructura de los fondos precisos para su continuidad. De este modo, los socios se
comprometían a poner a disposición de Madolell, a quien se refieren como director del
Canal, un total de 25.000 duros –muy próxima esta cantidad a esos “21.000 y pico” que
pensaban reunir cuando anunciaron la reanudación de las obras–, los cuales se le irían
abonando a medida que los gastos de los trabajos lo requiriesen, si bien siempre con un
mes de antelación. Todos estos adelantos debían consignarse en un presupuesto mensual
que un apoderado, elegido por la empresa y refrendado por el director, les remitiría
puntualmente. A este empleado competía también llevar la contabilidad e informar a la
dirección de la sociedad de los adelantos de las obras. Con el capital liberado el director
del canal adquiría el compromiso de concluir el primer ramal o trozo –“desde su toma
o embocadura, que está por bajo de Lucainena o Alpujarras, hasta la boca saliente de la
Mina de Peña rodada” – antes de que concluyese el año 1847.
La condición que los asociados de Madrid imponían a Madolell para adelantar ese
capital consistía en que éste hipotecase “las quinientas acciones que representa y que
interesa en la misma […] las que no venderá ni de otro modo alguno enajenará sin
este gravamen, y si lo hiciere será nulo de ningún valor ni efecto”. Prevenía el concierto
entre ambas partes que de esa escritura que se iba a firmar se depositaría una copia
en el registro de hipotecas de la villa de Dalías, todo con el único afán de velar por el
cumplimiento de los compromisos. Pese a estos convenios y pactos, no parece que se
afrontase trabajo alguno en aquel año de 1847 porque, de haber sido así, el desarrollo
de los mismos habría tenido un reflejo, como ya ocurriese con las labores ejecutadas en
1824 y 1834, en los antecedentes reunidos en la Real Orden de 15 de enero de 1863,
por la que se autorizaba a Madolell para que practicase los estudios de un canal en el
río Benínar.
58 AML, P. 1718. “Fianza y contrato entre la Sociedad del Canal de Dalías y Diego Mª Madolell”.
59 CARA BARRIONUEVO, Lorenzo, Op. cit., 2011, p. 54.
60 “Real Orden de 15 de enero…”, 1863, p. 78.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ta entonces en la ejecución de los trabajos, máxime cuando no constaba que hasta esa
fecha alguien hubiese pretendido la renovación de la licencia. No obstante, en esta oca-
sión el Ministerio, alertado por tantas paralizaciones e irregularidades en el progreso de
los trabajos precedentes, condicionó estrictamente las futuras labores al cumplimiento
de un conjunto de prescripciones. Desde luego se autorizaban, pero sujetas a un porme-
norizado estudio o proyecto cuyo tiempo de realización no excedería del año; en esta
memoria facultativa se debía incluir el canon, expresado en metálico, que se pretendía
exigir a los regantes, “justificado por los cálculos que sirvan de base al presupuesto”. Una
vez finalizado, había que entregar el proyecto al Gobierno de la provincia, encargándose
su ingeniero jefe de realizar la inspección sobre el terreno de las obras existentes y de
las que se pretendiesen continuar. Conforme el técnico con las obras propuestas, el pro-
yecto retornaba al Gobierno provincial para su definitiva publicación en el Boletín Oficial.
De este modo se corregían los vicios que habían caracterizado los intentos de los años
20 y 30, en los que Madolell, como había sido costumbre a lo largo de su trayectoria,
se entregó a trazados y construcciones sin el más mínimo apoyo documental, con escasa
previsiones y cálculos de coste muy poco fundados.
Juan Justo Escalante, quien hasta esta solicitud había figurado como apoderado de nues-
tro visionario, aparecerá después como único beneficiario de los derechos sobre el canal
de Benínar. El relevo pudo producirse nada más fallecer su tío, probablemente en 1867.
Tampoco él cumplirá con las exigencias de 1863, ya que el proyecto presentado no fue
valorado de manera aceptable, por lo que
tanto el expediente administrativo necesario para la concesión definitiva de las aguas
como el proyecto estudiado han quedado hasta ahora sin resolución; el proyecto por
tener defectos capitales, que lo inutilizaron por completo, y el expediente, a pesar de
dobles tramitaciones e informes, porque necesitaba para resolverse definitivamente de un
proyecto admisible61.
Por las mismas fechas en que Madolell, afincado por tierras de Jaravía, intenta retomar
las interrumpidas obras del canal de Benínar, se interesará también por un viejo y am-
bicioso proyecto que había perseguido la construcción de una presa en la cerrada del
61 “Canales de riego y fuerza motriz. Almería”, en Memoria sobre las obras públicas en 1867, 1868 y 1869,
comprendido lo relativo a puertos, faros, boyas, valizas [sic], ríos, canales y aprovechamiento de agua, Ma-
drid, Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, 1871, p. 150.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Sea como fuere, parece ser que hasta 1860 el promotor no va a afrontar con una cierta
decisión la ausencia de fondos económicos con que respaldar el proyecto. Acudirá a
Garrucha para conveniar con el comerciante José Laguna la participación a medias en
“el empantanamiento de las aguas vivas y las pluviales del estrecho del Mazmón”63. Por
62 CARA BARRIONUEVO, Lorenzo y RODRÍGUEZ LÓPEZ, Juana Mª, “Datos sobre pantanos y canales de
riego en la Almería del siglo XIX”, en Anales del Colegio Universitario de Almería, Letras, VII, 1988, p. 46.
63 AMV, “Compañía entre D. Diego Madolell y D. José Laguna”, Escribano Juan de Haro, 1860. Este pro-
tocolo notarial fue estudiado por SÁNCHEZ PICÓN, Andrés; y RODRÍGUEZ VAQUERO, Jesús, “Nuevos
riegos en la Almería del siglo XIX. Ideas para un esquema”, en El agua en zonas áridas: arqueología e his-
toria. Actas del I Coloquio de historia y medio físico, tomo II, Almería, Instituto de Estudios Almerienses,
1989, pp. 1144-1145.
604
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
605
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
606
DEL GOLPE DE CASADO A
LA HUIDA A ARGELIA. LOS
COMUNISTAS Y EL FINAL DE
LA GUERRA CIVIL EN ALMERÍA
607
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
A lo largo de 1938 y durante los primeros meses de 1939, la popularidad del PCE en
el seno del Frente Popular había ido en descenso. A las antiguas rivalidades con caballe-
ristas y anarquistas se unía ahora el hartazgo de una guerra que se veía definitivamente
perdida. Al haber incrementado su influencia en el Ejército aumentó en consecuencia la
responsabilidad del PCE por los continuos desastres militares. Las clases medias y los pe-
queños propietarios, que habían brindado su confianza a los comunistas porque enten-
dían que eran la opción más eficaz para ganar la guerra, empezaban a ver al PCE como
el principal obstáculo para alcanzar una paz negociada, toda vez que la victoria había
dejado de ser un objetivo creíble. Muchos socialistas se habían convertido en anticomu-
nistas acérrimos -Araquistaín es uno de los ejemplos más significativos- aunque algunos
de ellos comentaran que en realidad la culpa era de los comunistas que no dejaban de
comportarse como notorios antisocialistas. En cualquier caso, el Partido Comunista se
acabó convirtiendo en un cómodo chivo expiatorio sobre el que el resto de las fuerzas
del Frente Popular descargó todas las responsabilidades por la inminente derrota1.
El golpe del coronel Segismundo Casado puso de manifiesto esa dramática desunión
de la izquierda. Anarquistas y socialistas contrarios a la postura de Negrín se mostraron
partidarios de alcanzar una paz negociada con Franco mientras que los comunistas, de
acuerdo con el presidente del Gobierno, intentaron resistir hasta enlazar la suerte de la
República con la del bando aliado en una guerra mundial que se percibía inminente.
Los anarquistas cambiaron su política inicial de apoyo a la resistencia por la de forzar un
acuerdo con Franco e incluso llegaron a acariciar un delirante plan de Cipriano Mera
para secuestrar a Negrín y obligarle a pactar la rendición2. El propio Mera explicó en
sus memorias de qué forma quería forzar un improbable entendimiento entre Franco y
Negrín:
Como contábamos en nuestro sector con un campo de aviación y disponíamos de una
división de reserva, invitaríamos a que viniera a nuestro puesto de mando al doctor Negrín
y a algunos de los ministros, a todos los cuales mantendríamos como rehenes hasta que
aceptasen entablar negociaciones directas con el enemigo, metiendo si fuera necesario en
un avión al doctor Negrín, al que estábamos dispuestos a acompañar, para presentarnos
en Burgos. Posiblemente Franco se negase a discutir y hasta se decidiese a fusilarnos; pero
en tal caso el mundo entero sería testigo de este acto cruel.
1 GILLESPIE, Richard, Historia del Partido Socialista Obrero Español. Alianza Editorial. Madrid, 1991, p. 69.
2 MARTÍN NIETO, Isaac, “Anarcosindicalismo, resistencia y grupos de afinidad. La Comisión de Propagan-
da Confederal y Anarquista (1937-1939)”. El futuro del pasado, nº. 1, 2010, pp. 597-611.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El líder anarquista explicó su ‘plan’ a Casado que estuvo de acuerdo y también al res-
ponsable anarquista del Comité Nacional de Defensa, Eduardo Val, que consideró la
propuesta “atrevida pero hacedera”. Finalmente el disparatado plan no se llevó a cabo,
lo que privó al mundo de asistir al cruel fusilamiento conjunto de Negrín y Mera. Un día
después de escuchar la “hacedera” propuesta, Del Val ordenó a Mera que renunciara al
proyecto porque la organización anarquista se mostraba dispuesta a crear una junta de
defensa nacional para sustituir al Gobierno de Negrín. Mera, convertido en un insólito
defensor de los formalismos democráticos, se opuso entonces radicalmente porque, se-
gún declaró, poner fin a la guerra le correspondía al Gobierno de Negrín “por las buenas
o por las malas”3.
3 MERA, Cipriano, Guerra, exilio y cárcel de un anarcosindicalista. Ruedo Ibérico. París, 1976, p. 197.
4 ARÓSTEGUI, Julio, Por qué el 18 de julio... y después. Flor del Viento. Barcelona, 2006, pp. 564-565.
5 BOLLOTEN, Burnett, La Guerra Civil Española. Revolución y contrarrevolución. Alianza. Madrid, 2015, p.
1033.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
almirante, de acuerdo con Casado, al dejar sin barcos a la República intentaba presionar
al presidente del Gobierno para que negociara la paz con Franco y entregara el poder.6
Besteiro, sin duda la figura de mayor prestigio entre los alzados, tenía una idea muy
poco realista sobre cómo iba a ser la España de Franco a juzgar por la conversación
que mantuvo a mediados de marzo con el exgobernador de Almería, Eustaquio Cañas:
“Tengo la seguridad de que casi nada va a ocurrir. Esperemos los acontecimientos y qui-
zá podamos reconstruir una UGT de carácter más moderado. Algo así como las Trade
Unions inglesas. Conque quédese en su puesto de gobernador que todo se arreglará, yo
se lo aseguro”8. Cañas, en ese momento gobernador de Murcia, pudo eludir el paredón
gracias a que no hizo caso del ingenuo consejo de Besteiro y puso tierra de por medio.
Besteiro murió en la prisión de Carmona tras ser condenado a treinta años de cárcel.
Después del golpe, en la zona republicana se desató una auténtica caza al comunista que
llevó a la cárcel a buena parte de los dirigentes del PCE. El 7 de marzo, el recién nom-
brado secretario del Comité Nacional del Movimiento Libertario, en el que se fundieron
los comités de CNT, FAI y JJLL, Juan López, explicaba cuál debía ser a partir de ese mo-
mento el papel de los comunistas: “Tenemos motivos para eliminar a los comunistas y
también a los republicanos y socialistas, que han sido la causa de nuestros fracasos. Pero
no queremos exterminar a ningún partido. El Partido Comunista debe incorporarse al
Frente Popular, prestar su colaboración al Consejo, pero sin intervenir en el poder”. No
6 VIÑAS, Ángel, “Segismundo Casado López”, en GARCÍA FERNÁNDEZ, Javier (coord.), 25 militares de la
República. Ministerio de Defensa. Madrid, 2011, p. 231. MORENO GÓMEZ, Francisco, Trincheras de la
República, 1973-1939. El Páramo. Córdoba, 2013, p. 538.
7 ZAVALA, José María, 1939. La cara oculta de los últimos días de la Guerra Civil. Plaza y Janés. Barcelona,
2011. CASADO, Segismundo, Así cayó Madrid. Guadiana. Madrid, 1968, p. 108. IGLESIAS PELÁEZ, Javier,
Stalin en España. La gran excusa. Raíces. Madrid, 2008, pp. 231-232. Archivo General Militar de Ávila,
C. 1125, 5.
8 CAÑAS, Eustaquio, marzo de 1939. El último mes. Notas históricas sobre los últimos momentos de la gue-
rra civil de España, consignadas por un testigo presencial. Inédito. París, 1948, p. 30. Fundación Pablo
Iglesias. Archivo de Ramón Lamoneda Fernández, 172-29.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
deja de ser curioso que, cuando otro de los líderes anarquistas, García Pradas, reconocía
que ya el único programa político que quedaba era “mellar la espada de Franco con
nuestros pescuezos”9, el movimiento libertario perdonara la vida a los otros integrantes
del Frente Popular sobre los que además hacía recaer toda la responsabilidad por la
derrota.
Influidos por un determinismo histórico que a muchos impidió pensar en la derrota como
una posibilidad real, cientos de comunistas fueron encarcelados por sus compañeros de
armas del bando republicano. Los casadistas seguían así las instrucciones de la propagan-
da franquista, que aseguraba que los republicanos podrían “purificarse” entregando a los
comunistas, lo que sentaría las bases de la reconciliación nacional.10 Pasionaria, muchos
años después en su exilio moscovita, a la pregunta de en qué momento pensó que se iba
a perder la guerra, contestó: “nosotros no pensamos en ningún momento que la guerra
pudiera perderse”. Ibarruri tampoco tenía la menor duda a la hora de juzgar la actuación
del coronel golpista: “La sublevación de Casado fue el crimen (…) fue el golpe definitivo
a la resistencia popular. Casado pasará a la historia como un traidor a nuestro pueblo,
como un traidor a la democracia y a la República”11.
9 GÓMEZ CASAS, Juan, Historia del anarcosindicalismo español. Zyx. Madrid, 1969, idem p. 275.
VIÑAS, Ángel y HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Fernando, El desplome de la República. Crítica. Barcelona, 2009,
p. 180.
10 PRESTON, Paul, El final de la guerra. Debate. Barcelona, 2014, p 53.
11 IBARRURI, Dolores y CAMINO, Jaime, Pasionaria. Conversaciones en Moscú, Castellón, 2006, p. 127, p. 91.
12 VIÑAS, Ángel y HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Fernando, Op. cit., pp. 540-541.
13 QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael, “El final de la guerra civil: Almería, marzo de 1939”, en Anda-
lucía en la Historia, nº 5, 2004, pp. 27-31.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Para hacer frente al golpe, los comunistas contaban con un batallón en Viator y armas
suficientes para resistir a los partidarios de la Junta de Defensa pero optaron por la pru-
dencia y esperaron un posible levantamiento de las unidades comunistas en Valencia y
en el ejército del centro-sur que finamente no se produjo. Durante esos días de tensión,
José Aguilera Bonachera fue designado enlace del comité provincial con el Comité Cen-
tral. El plan de los comunistas almerienses, junto con la toma del Gobierno Civil, pasaba
por ocupar las sedes del Gobierno Militar, Correos y la emisora de radio. Para lograrlo
contaban con simpatizantes entre los carabineros y la Guardia de Asalto y con la fideli-
dad de la mayoría de los oficiales del batallón de Viator. El afiliado Amador Fernández
fue designado enlace con el campamento militar14.
Los comunistas sondearon a los representantes de otras fuerzas del Frente Popular para
conocer cuál era su postura. Según Ángel Aguilera, el gobernador interino Cayetano
Martínez y el comandante militar Julián del Castillo, que había tenido carné del PCE
hasta unos días antes, aseguraron que solo seguirían órdenes del Gobierno Negrín, aun-
que finalmente acataron las instrucciones del Consejo de Defensa, tras una reunión
celebrada el 6 de marzo a la que asistieron dirigentes de la CNT, FAI, de los partidos
republicanos y del Partido Socialista.15 A las diez de la noche se reunió el Frente Popular
para fijar la posición de las distintas fuerzas políticas con respecto a la Junta que, tras la
adhesión de la UGT, solo era rechazada por los comunistas.
Al día siguiente el comandante militar fue sustituido por Germán Garay, del Partido So-
cialista. El 9 de marzo el Frente Popular Provincial inhabilitaba a los comunistas que no
se sumaran públicamente al Consejo Nacional de Defensa de los casadistas. Se clausuró
el Diario de Almería por oponerse a publicar un comunicado de adhesión a la Junta. El 10
de marzo, en los sótanos del Ayuntamiento, un grupo de militantes comunistas, entre los
que figuraba el concejal Manuel Blasco, se reunió y dio su apoyo a la Junta de Defensa.
Enterado Maturana de lo que estaba sucediendo se personó en la reunión y tuvo una
agria disputa con Antonio Pardo calificada por el propio Maturana, en su informe al
Comité Central, de “violentísima”. Un día después apareció en la prensa el comunicado
de adhesión al golpe de un sector del partido, formado por más de veinte empleados
municipales encabezados por Blasco aunque sin la firma de Pardo. Los disidentes anun-
ciaban su ruptura con el comité provincial del PCE. Firmaban también el comunicado,
además de los principales dirigentes de la UGT, otros destacados militantes como Anto-
nio Morel Zorrilla y Hermenegildo García. El delegado del Instituto de Reforma Agraria,
14 RAMÍREZ NAVARRO, Antonio, El optimismo de los desesperados. Historia del PCE en Almería (1922-1939).
Universidad de Almería, 2016, pp. 238-239.
15 AGUILERA GÓMEZ, Ángel, La historia silenciada. 1930-89. Instituto de Estudios Almerienses, 1990, pp.
143-144. Archivo Histórico del Partido Comunista de España [AHPCE]. Film XX, 241.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ángel Ampuero, publicó una carta abierta en la prensa mostrando su adhesión a la Junta
y criticando duramente al Partido Comunista, del que era militante. Según el informe de
Maturana, los anarquistas, a través de los redactores del diario Emancipación, intentaron
arrancar adhesiones a la Junta entre los militantes más destacados del PCE. Algunos co-
munistas de pequeñas localidades, como Antonio Pérez Torres, que ocupaba la alcaldía
de Rágol, se inclinaron por mostrar su “más firme adhesión” al golpe casadista, lo que
no impidió que dos semanas después fuese destituido y declarado “incompatible” con la
organización del Frente Popular16.
Luis Navarro Pérez fue enviado por la provincia a reunirse con los comités comarcales
para explicarles las “medidas de precaución” que había que tomar como romper las
fichas de los afiliados y quemar las biografías y la correspondencia17.
A pesar del apoyo expreso de las organizaciones confederales, no todos los anarquistas
confiaban en el buen hacer de la Junta de Defensa. En la noche del 10 de marzo, varios
dirigentes libertarios abderitanos, entre los que se encontraban Diego Ibáñez y Vargas
Rivas, se hicieron con un pequeño barco, el Quita Penas, y tras obligar al patrón a que
les guiara en la huida, pusieron rumbo a Orán al frente de un grupo de 37 refugiados,
entre ellos 21 militares, tres mujeres y seis niños. El mismo día y también por Adra es-
capó el célebre jefe militar Valentín González ‘El Campesino’, en el barco República con
unos treinta compañeros y un maletín con 160.000 pesetas en billetes, aunque en sus
imaginativas memorias él asegura que fue el último en abandonar el país y que lo hizo
en una canoa. Habían llegado a Adra la víspera y su presencia en Almería sembró cierta
inquietud entre los casadistas, que pensaron que podría planear un ataque a la ciudad
para liberar a sus camaradas presos. Pero lejos de intentar ningún tipo de acción militar
puso también rumbo a Orán18.
Para los comunistas de la capital almeriense seguía sin existir posibilidad alguna de huida
y su preocupación inmediata era sacar de prisión a los compañeros. El día 13 Juan García
Maturana, Luis Navarro y Manuel Cerezo se presentaron ante Garay para pedirle que
cesara la persecución pero el comandante militar se limitó a encarcelarlos siguiendo las
instrucciones recibidas desde la Dirección General de Seguridad, lo que dio paso a una
613
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Desde la cárcel y tras haber sido presionados, varios responsables de radios locales mos-
traron también su adhesión a la Junta de Casado. Ese fue el caso de Dalías, Tabernas y
Cuevas del Almanzora. Anarquistas y republicanos intentaron constituir una junta local
de defensa, pero se encontraron con la oposición de socialistas y ugetistas que se nega-
ban a forzar nuevas reuniones del Frente Popular.
Los comunistas que quedaban libres en Almería nombraron un nuevo comité provincial
el día 16 encabezado por Ángel Aguilera y formado por Edmundo Peña, Bartolomé
García Pozuelo, Antonio Amat, Cándido Peña (exsecretario del comité provincial de
Granada), Antonio Molina, Carmen Gómez y Joaquín Moreno. Sus objetivos eran li-
berar a los camaradas encarcelados y conseguir una embarcación para huir por mar.
La detención de los principales dirigentes había desatado el pánico entre algunas orga-
nizaciones comunistas que no dudaron en proclamar su adhesión a la junta casadista.
Los militantes del PCE seguían siendo desacreditados en la prensa, especialmente en el
periódico anarquista Confederación21.
19 TUÑON DE LARA, Manuel, La España del siglo XX, vol. III. La Guerra Civil (1936/1939). Laia. Barcelona,
1974, p. 828.
20 ¡Adelante!, 15-3-1939. GRAHAM, Helen, El PSOE en la Guerra Civil. Debate. Barcelona, 2005, p. 296.
21 AHPCE. Film XX, 241.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Ese mismo día el Ayuntamiento celebró un pleno en el que Pérez Burgos, representante
de la minoría libertaria, pidió que fuesen declarados “incompatibles” los concejales del
PCE, a los que el Frente Popular había despojado de su representación oficial. Blasco
explicó que la minoría comunista en el Ayuntamiento suscribía los acuerdos de la Junta
de Defensa y estaba dispuesta a colaborar pero aun así el resto de las fuerzas políti-
cas insistió en que ya no formaban parte del pleno y por lo tanto Blasco y Guillermo
Gómiz, a pesar de oponerse a la línea oficial de su partido, se vieron obligados a aban-
donar el estrado. Los concejales comunistas que ocupaban su cargo en representación
de la UGT, entre ellos el alcalde Manuel Alférez, continuaron en el pleno. Alférez, en
nombre del Consistorio proclamó su adhesión a la Junta de Defensa y pidió al resto de
minorías un voto de confianza para continuar como alcalde. Pero socialistas, anarquistas
y republicanos insistieron en que no bastaban las declaraciones formales y por tanto
los tres concejales comunistas de la UGT tendrían que demostrar que se habían dado
de baja en el PCE. Hernández Ledesma decidió dimitir en ese momento y Rodríguez
Botija, a pesar de afirmar que estaba desligado de todo compromiso político con su
partido desde hacía una semana, le acompañó en la dimisión. Alférez porfió en obtener
una confianza política que las otras fuerzas no estaban dispuestas a darle, así que final-
mente se vio obligado a presentar la dimisión por lo que la alcaldía pasó a manos del
republicano Burgos Seguí. Aunque se tomó el acuerdo de solicitar al gobernador que
cubriera las vacantes dejadas por los cinco concejales comunistas, el pleno del Ayunta-
miento no volvió a reunirse22.
Ángel Aguilera afirma en sus memorias que se entrevistó con el antiguo secretario de la
JSU, Antonio Carrasco, e intentó convencerlo de que había que huir al extranjero. Ca-
rrasco se negó a abandonar España y le expuso su plan de esconderse en Uleila donde
esperaba pasar desapercibido. La versión de Carrasco es algo diferente: “Me aconsejaron
que me fuera al cortijo de mi padre y que me avisarían si podía escapar. Pero no me
avisaron. Llegué a la casa familiar (en Tahal). Mi mujer me dijo que Maturana se había
ido en un barco. Yo me quedé en el pueblo porque no tenía responsabilidad criminal
ninguna”23. Al acabar la guerra fue detenido y encarcelado, aunque salió en libertad
provisional un mes después, lo que despertó rumores de que había colaborado con los
franquistas. En cualquier caso, su historial carcelario no acabó ahí porque continuó tra-
bajando para el partido, fue detenido en 1945 y estuvo encarcelado hasta 1962.
22 Archivo Municipal de Almería. Libro de Actas del Ayuntamiento de Almería, nº 281, folios 124 y 125.
23 AGUILERA GÓMEZ, Ángel, Op. cit., pp. 147-148. Entrevista inédita de Rafael Quirosa-Cheyrouze a Anto-
nio Carrasco, 1987.
615
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El cambio de actitud hacia los comunistas y la orden para constituir las juntas, cuando
ya era tarde para proceder a una evacuación ordenada, eran una forma de admitir que
había quedado descartada cualquier posibilidad de entendimiento con los franquistas.
Finalmente las juntas, según la expresión de Cañas, quedaron en “agua de borrajas”
y fueron un último intento de los casadistas de lavarse las manos ante el inminente
desastre.
616
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El 26 de marzo Cañas visitó Almería, donde había quedado en entrevistarse con Fran-
cisco Menoyo, que estaba al frente del ejército del sur por encargo de Casado. El militar
no se presentó a la cita porque estaba pactando la entrega sin condiciones al Ejército
nacionalista. Cañas regresó a Murcia consciente de que ya solo quedaba aguardar el pa-
seo militar de los franquistas por las últimas ciudades del sureste. En una última conver-
sación telefónica con Menoyo, este le comentó que ante el anuncio enemigo de lanzar
un ataque contra sus tropas no le quedó otra opción que pactar la entrega puesto que
no tenía opciones para resistir. Socialista y partidario de mantener a los comunistas en
prisión, Menoyo fue fusilado en agosto de 1939 en Granada25.
Los franquistas consideraban que nadie en la zona roja tenía la autoridad suficiente para
hablar en nombre de toda la España republicana, por lo que no reconocieron a los en-
viados de Casado la representatividad que estos pretendían arrogarse y no hubo forma
de llegar a acuerdo alguno. A medida que pasaban los días, iba quedando más claro que
Franco no estaba dispuesto a aceptar condición alguna que no fuera la rendición incon-
dicional. Según los diarios del diplomático chileno Morla Lynch, la Junta habría estado
dispuesta a entregar toda la zona republicana, con una única y modesta condición: que
los italianos quedaran fuera del desfile de la victoria en Madrid, requisito que Franco no
estaba dispuesto a aceptar26.
Sin embargo, el Consejo Nacional de Defensa, tras la ruptura de las negociaciones con
el Gobierno de Burgos, emite el 25 de marzo por radio un manifiesto en el que pro-
clama su “asombro ante el hecho consumado y no acierta a comprender cuáles son los
propósitos del Gobierno nacionalista, al que se le han dado cuantas facilidades fueron
necesarias para entregarle la zona republicana en las mejores condiciones posibles”. Ese
mismo día Casado, que no había tenido empacho en calificar a Azaña de “monstruo”,27
envía a Franco una abyecta carta en la que trata de justificarse y conseguir al menos
alguna garantía para la evacuación:
La necesidad urgente de asfixiar un golpe comunista que de haber triunfado hubiera
desplegado un régimen de terror sin precedentes, y de otro lado el deseo de satisfacer los
anhelos pacifistas del pueblo me impulsaron a derribar a un Gobierno con todos los vicios
25 ALPERT, Michael, El ejército republicano en la guerra civil. Ruedo Ibérico. París, 1977, p. 401. CAÑAS, Eus-
taquio, Op. cit., pp. 41-47. VIÑAS, Ángel y HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Fernando. Op. Cit. P. 615. HIDALGO,
Juan, https://generacionesdeplata.fundaciondescubre.es/2013/09/24/francisco-menoyo-banos-2/.
26 AZNAR, Manuel, “Burgos, marzo 1939. Notas de un cuaderno ya viejo”. Historia y vida, nº 1, 1968. MOR-
LA LYNCH, Carlos, Informes diplomáticos y diarios de la Guerra Civil. Espuela de plata. Sevilla, 2010,
p. 248.
27 RAMOS, Vicente, La Guerra Civil en la provincia de Alicante. Biblioteca Alicantina, 1974, tomo III, p. 162.
MARTÍNEZ REVERTE, Jorge, El arte de matar. Cómo se hizo la Guerra Civil Española. RBA. Barcelona, 2009,
p. 336.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
políticos imaginables (...) Es posible que defraudadas las esperanzas, la asistencia que hasta
hoy me presta el pueblo se convierta no más tarde de mañana en un odio acusador, por
creerme traidor a sus deseos, dando la razón a los comunistas que mantenían la criminal
consigna de resistir28.
Así pues, la Guerra Civil, acabó como había empezado. Con el golpe de un militar que
aseguraba adelantarse a la inminente toma del poder por parte de los comunistas. Dos
días después de mostrar su “asombro” ante la falta de magnanimidad del caudillo, la
Junta de Defensa ordenó a las unidades republicanas que, ante los ataques de las fuerzas
franquistas, levantaran la bandera blanca sin ofrecer resistencia29. El mensaje, radiado
desde Madrid, causó estupor e indignación entre muchos militantes de las distintas for-
maciones del Frente Popular que habían dado su apoyo al golpe de Casado.
Puesto que se daba la guerra por perdida y se reconocía que no había un acuerdo
firmado con Franco sobre las condiciones de la rendición, se decidió que los presos an-
tifascistas, incluidos los comunistas, debían ser liberados de la cárcel. Así se lo explicaba
en Madrid a Eduardo de Guzmán el miembro del comité regional de la CNT, Franch:
“Con los comunistas podremos tener todas las diferencias que se quiera, pero sería una
canallada entregarlos atados de pies y manos al enemigo común”30.
En ese momento hasta los más acérrimos partidarios de la Junta de Defensa habían
comprendido que su reciente furor anticomunista no les permitiría esquivar el paredón.
Cuando la radio difundió la noticia de que se habían suspendido las conversaciones
con Burgos, puesto que los franquistas exigían sin rodeos la rendición sin condiciones,
se produjo una estampida hacia los puertos de Levante que no fue mayor por falta de
vehículos y combustible31. Casado se puso a salvo huyendo por el puerto de Gandía.
Los escasos acuerdos a los que llegaron los casadistas con los vencedores no fueron res-
petados por las tropas franquistas. Así, en Jaén, se pactó la ‘canallada’ de la que hablaba
Franch. Los nacionalistas prometieron entrar en la ciudad sin derramamiento de sangre
y permitir que doscientos socialistas y republicanos llegasen sin obstáculos al puerto de
Almería, a cambio de que los comunistas permaneciesen en la cárcel. De entre estos,
algunos quedaron en libertad por iniciativa de sus carceleros y los demás fueron fusila-
28 MARTÍNEZ BANDE, José Manuel, Los 100 últimos días de la República. Luis de Caralt. Barcelona, 1973, pp.
314-315.
29 DE GUZMÁN, Eduardo, La muerte de la esperanza. Vosa. Madrid, 2006, p. 229.
30 Ibídem, p. 237.
31 SÁNCHEZ CERVELLÓ, Josep, “El contexto nacional e internacional de la resistencia (1939-1952)”, en
AROSTEGUI, Julio y MARCO, Jorge (eds.), El último frente. La resistencia armada antifranquista en España
1939-1952. Los libros de la catarata. Madrid, 2008, p. 26. DE LERA, Ángel María, “Madrid. Marzo, 1939.
Lo que yo vi”. Historia y vida, nº 1, 1968.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
dos. El destino de los que pactaron con los franquistas no fue mucho mejor. La caravana
en fuga hacia Almería sufrió una emboscada a manos de los falangistas. Muchos de sus
integrantes fueron capturados y trasladados a Granada para su ejecución32.
Después de acabada la guerra, Wenceslao Carrillo llegó a asegurar que “en las prisiones
de la España leal no quedó, al salir de España el Consejo, y con la antelación suficien-
te para que pudieran emigrar sin peligro, ni un solo comunista”. Fernando Claudín y
Navarro Ballesteros habían hecho gestiones ante Carrillo para que excarcelara a los co-
munistas presos y este prometió liberarlos, aunque añadió que los más molestos serían
llevados a Valencia33. Sin embargo, la evidencia es que centenares de comunistas perma-
necieron encarcelados hasta los últimos días de la guerra y fueron liberados, entre ellos
el exgobernador de Almería Vicente Talens, cuando ya no tenían ninguna posibilidad de
escapar34. Otros como el diputado Adriano Romero fueron directamente entregados a
los franquistas.
Wenceslao Carrillo escapó por avión en la madrugada del 28 de marzo. Solo unas horas
antes había aconsejado a Eustaquio Cañas que continuara en su puesto y le había pro-
metido avisarle en caso de novedad35. Ese mismo día, cuando Cañas llamó por última
vez a la Dirección General de Seguridad se encontró con una voz que le decía:
Aquí Dirección General de Seguridad del Estado nacional-sindicalista. Si usted no me res-
ponde de que puede garantizar el orden más absoluto en espera de la inminente llegada
de las tropas del Caudillo, proceda a entregar el mando al militar más antiguo y de mayor
graduación que haya en la Plaza siempre que se haya distinguido por la fidelidad a nuestro
régimen. Usted me responde del cumplimiento de esta orden.
Esa fue toda la respuesta del ya exgobernador de Murcia que en ese momento inició la
huida a Argelia a través del puerto de Águilas.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
al movimiento “por actos concretos o pasividad grave” por lo que a los casadistas no
deberían haberles quedado muchas dudas sobre el tipo de “paz honrosa” que podían
conseguir de los vencedores37.
Antes de que llegaran a Almería las tropas franquistas, los locales del PCE fueron clau-
surados y saqueados, así como los de Mujeres Antifascistas, Amigos de la URSS, Unión
de Muchachas, Altavoz del Frente y Juventudes Socialistas Unificadas. Un barco fletado
por el Partido Comunista Francés atracó en el puerto de Almería pero los miembros del
comité provincial se negaron a embarcar hasta que no fuesen liberados los cuatro cama-
radas - Chamizo se había unido al grupo formado por Maturana, Navarro y Cerezo- pre-
sos en el Gobierno Civil. El barco levó anclas llevándose a los comunistas malagueños
que trabajaban en Altavoz del Frente39.
Tras una improvisada reunión a la que asistieron el gobernador socialista Sánchez Her-
nández, que se había reincorporado a su puesto el 15 de marzo, Cayetano Martínez
Artés, el nuevo comandante militar, el socialista Orad de la Torre, Manuel Alférez y dos
anarquistas, los detenidos fueron liberados en la madrugada del 28 de marzo, a pesar
de que, según el informe realizado por el PCE tras el final de la guerra, dirigentes socia-
listas y de la CNT presionaron a Orad para que los mantuviera presos hasta la llegada
de los franquistas. La condición que le pusieron a Maturana fue que no volviera abrir
la sede del Partido Comunista, exigencia pintoresca en unos momentos en los que los
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El mismo día 28 el nuevo poder constituyó una junta de gobierno provisional con
Joaquín López, gobernador civil, Eduardo López Quesada, alcalde, y Antonio Cuesta
Moyano, comandante militar42. El 29 salía a la calle el periódico Nueva España, órgano
de la Falange que, como proclamaba orgullosamente en su única página, se había ade-
lantado por primera vez en la España nacionalista a la entrada de las tropas franquistas
aprovechando que “los rojos” habían abandonado la ciudad.
Las tropas franquistas no entraron en la capital almeriense hasta el último día de la gue-
rra como señala el penúltimo parte del bando nacional:
En el día de hoy (31 de marzo) han continuado nuestras tropas recorriendo numerosos
pueblos de la zona últimamente liberada, habiendo llegado a las capitales de Almería y
Murcia y a la ciudad y base naval de Cartagena. En todas ellas han sido recibidas las fuer-
zas españolas con indescriptible entusiasmo43.
40 ¡Adelante!, 15-III-1939. Carlos Orad de la Torre había formado parte del ‘estado mayor’ de Largo Caba-
llero durante la frustrada revolución de octubre de 1934. Véase ESPARZA, José Javier, El libro negro de
Carrillo. Libros libres. Madrid, 2010, p. 62. También participó en el asalto al cuartel de la Montaña. Véase
MENÉNDEZ, Jaime, “El cuartel de la montaña” en VV. AA., Crónica general de la Guerra Civil. Renacimien-
to. Sevilla, 2007, p. 15. VIÑAS, Ángel y HERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Fernando, Op. cit., p. 611. AGUILERA
GÓMEZ, Ángel. Op. cit., pp. 154-155.
41 Ibídem, p. 156.
42 Nueva España, 29-3-1939.
43 Memoria de la Guerra Civil Española. Partes de guerra nacionales y republicanos. Belacqva. Barcelona,
2004, p. 1229.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
La huida fue imposible para muchos comunistas, que serían encarcelados o ejecutados
por el nuevo régimen franquista. Se calcula que en los puertos de Valencia a Almería,
se agolparon en espera de unos barcos que les permitieran la huida, unos 50.000 repu-
blicanos44, de los que menos de una tercera parte consiguió su objetivo. 51 militantes,
entre ellos buena parte de la dirección provincial del PCE y de las Juventudes Socialistas
Unificadas, lograron huir desde el puerto de Almería en un pequeño barco, el V-31, que
tomó rumbo a Orán a las cuatro de la madrugada del 29 de marzo. La embarcación
entró en el puerto argelino a las 18 horas del día 30. A bordo iban 18 tripulantes y 82
pasajeros, entre ellos ocho mujeres y siete niños. Solo uno, Salvador López Pérez, ma-
nifestó su intención de regresar a España, por lo que fue remitido al consulado español.
El barco contaba con un cañón de 47 mm y 60 proyectiles, una metralleta con 500
cartuchos y siete fusiles mauser que fueron requisados por los militares franceses.
Antes de embarcar, Maturana y Aguilera se reunieron por última vez con Cayetano
Martínez en el Círculo Mercantil, sede de la federación socialista. El dirigente del PSOE
insistió en que habría barcos para todos en los puertos de Levante y les ofreció camiones
para la evacuación, pero los comunistas consideraron un error la huida hacia Valencia
o Alicante y rechazaron la oferta45. Paradójicamente el golpe de Casado supuso una
ventaja para los comunistas que no fueron retenidos en las cárceles hasta el último mo-
mento. Ajenos a la insensata esperanza a la que se entregaron otras fuerzas del Frente
Popular, concentraron sus esfuerzos en la huida y en la preparación de la organización
clandestina del PCE con los militantes que se quedaron46.
44 THOMAS, Hugh, La Guerra Civil Española. Urbión. Madrid, 1979, vol. 4, p. 379.
45 AGUILERA GÓMEZ, Ángel, Op. cit., pp. 160-161.
46 BAHAMONDE MAGRO, Ángel y CERVERA GIL, Javier, Así terminó la guerra de España. Marcial Pons. Ma-
drid, 1999, p. 445.
47 AHPCE. Film XX, 248. Archives Nationales d’Outre Mer. Aix-en-Provence. ALG GGA 3 CAB, 38. AHPCE.
Film XX, 241. Informe de Juan García Maturana.
48 Entrevista inédita de Rafael Quirosa-Cheyrouze a Juan García Maturana, 1987. RODRÍGUEZ PADILLA,
Eusebio e HIDALGO CÁMARA, Juan, 600 mujeres. La represión franquista de la mujer almeriense. (1939-
1945). Instituto de Estudios Almerienses, 2012, edición digital, p. 258.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Entre los que se quedaron en tierra, figuraba el alcalde comunista Manuel Alférez que
sería apresado por los franquistas y fusilado en junio de 1939. Algunos de los que
se mantuvieron fieles a las directrices del partido optaron también por quedarse. Luis
Navarro, que había hecho algunos favores a derechistas, renunció a embarcar con la
esperanza de salvar la vida. Maturana le entregó 71.000 pesetas para que socorriera a
las familias de los comunistas y para que constituyera inmediatamente un nuevo comité
provincial. El alcalde de Garrucha, Antonio Caparrós López, renunció a su plaza en el
barco por considerar que a pesar de haber sido primer edil y secretario local del Partido
Comunista, no se había significado políticamente. Fue condenado por los franquistas a
cadena perpetua aunque obtuvo el indulto en 1945. También quedaron en tierra los
líderes ugetistas Juan y Francisco López González. Denunciados por el consignatario y
alcalde provisional Eduardo López Quesada, fueron fusilados49.
Los fugitivos del V-31 llegaron a Orán después de una accidentada y peligrosa travesía.
El almirante franquista Cervera había declarado cerrada la costa entre Sagunto y Adra
para cualquier clase de embarcación que no contara con la debida autorización. Los co-
munistas hicieron el viaje con la angustia de ser interceptados, lo que ya había ocurrido
con una barca que salió de Almería con algunos dirigentes republicanos el 15 de mar-
zo51, o peor aún, ser hundidos. La policía francesa inspeccionó la embarcación y requisó
las armas que no habían sido arrojadas al mar antes de entrar a puerto.
Durante días, los refugiados tuvieron que continuar en el barco. Algunos de ellos desem-
barcaron ilegalmente el 5 de abril y consta que Antonio Navarro Muñoz y Juan Martínez
Andújar fueron detenidos semanas después por la policía de Orán. (Maestro en fugas,
Martínez Andújar escapó meses después del campo de Boghari aunque fue detenido
en diciembre de 1939 por el prefecto de Argel). Mientras esperaban a desembarcar,
recibieron víveres de otros refugiados españoles en Orán y de habitantes de la ciudad.
49 AGUILERA GÓMEZ, Ángel, Op. cit., p. 164. Jutoter nº 23. Sumaria 46.060/39. RODRÍGUEZ BARREIRA,
Óscar J., Migas con miedo. Universidad de Almería, Almería, 2008.
50 AZUAGA RICO, José María, Tiempo de lucha. Granada-Málaga: represión, resistencia y guerrilla. 1939-
1952. Alhulia. Salobreña, 2013, pp. 233-235.
51 TAPIA GARRIDO, José Ángel, Historia de la Baja Alpujarra. Instituto de Estudios Almerienses, 2000,
p. 527.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En Orán se encontraba también Federico Molero que había llegado desde Valencia52, a
bordo del Lézardrieux, fletado gracias a la acción del Comité International de Coordina-
tion et d’Aide à l’Espagne.
En total, entre los meses de febrero y marzo, de Almería salieron unos doscientos exilia-
dos a bordo de las embarcaciones V-31, Quita Penas, República, F-1, y San Rafael. El San
Rafael era un barco de 18 toneladas requisado por el Gobierno republicano en agosto
de 1937 que había sido integrado en la flotilla de vigilancia y antisubmarina de Almería.
Salió el 7 de febrero con dirección a Águilas y de allí fue a Orán. Solo cinco personas
iban a bordo. El F-1 zarpó el 13 de marzo, con 16 refugiados, de los que doce eran mi-
litares. El capitán del puerto de Almería, Eduardo Gómez Martín, y el comandante de
Carabineros Diego Madolell Alías iban a bordo. Otras 30 embarcaciones más -quince de
Murcia, nueve de Alicante, cinco de Valencia y una de Mahón- llegaron a Argelia entre
los meses de febrero y diciembre de 1939.
En el célebre Stanbrook llegó el profesor y filósofo Luis Abad Carretero.53 Entre los
almerienses que también consiguieron refugio en Orán se encontraban el exalcalde
republicano Miguel Granados, que trabajaba como jefe de servicio en el Ministerio de
Asuntos Exteriores en Barcelona y que llegó el 22 de febrero acompañado de su mujer
y de su hija, el coronel de Carabineros Isaac Llopis, el periodista José Campos Peral, el
delegado de la Cruz Roja en Barcelona, Luis López acompañado por su esposa y una
hija, y al actor José Morcillo.
Para los que llegaban a suelo argelino no se abrían unas expectativas muy buenas. Aun-
que el debate sobre las cifras no está cerrado, al menos doce mil españoles buscaron
refugio en las posesiones francesas de Argelia,54 de los que unos siete mil se instalaron
en la zona de Orán. Muchos tuvieron que esperar durante semanas a ser desembarcados
en unas condiciones muy penosas. Mujeres y niños fueron confinados en la cárcel de
Orán mientras que cientos de refugiados seguían languideciendo de hambre en las em-
barcaciones hasta que fueron llevados en tren a Camp Morand, en Boghari y a Suzzoni,
en Boghar55. Y eso solo después de que el Servicio de Evacuación de Republicanos Es-
pañoles (SERE) abonara los 170.000 francos que las autoridades francesas le exigían en
concepto de mantenimiento de los refugiados y de su instalación posterior en campos56.
52 Archives Nationales d’Outre-Mer. Aix-en-Provence. ALG ALGER 1 F, 65. AHPCE. Film XX, 248.
53 Fundación Pablo Iglesias. Lista de pasajeros del Stanbrook (en línea).
54 MARTÍN CORRALES, Eloy, “La emigración española en Argelia”. AWRAQ, nº 5-6, 2012, pp. 47-62.
55 JIMÉNEZ MARGALEJO, Carlos, Memorias de un refugiado español en el Norte de África, 1939-1956. Ma-
drid. Cinca, 2008, pp. 45-90.
56 MORENO GÓMEZ, Francisco, Op. cit., p.578.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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VII Congreso sobre republicanismo. Republicanismo en España. Cultura, política e ideologías. Patronato
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
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627
EL TÍTULO DE CONDE DE XIQUENA,
VÉLEZ EL BLANCO Y VÉLEZ EL
RUBIO (EN LA RAYA MISMA DE LOS
REINOS DE GRANADA Y MURCIA):
UNA MERCED NOBILIARIA CASI
DESCONOCIDA DEL SIGLO XV,
REIVINDICADA –SIN ÉXITO- EN EL
SIGLO XX
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En los primeros meses de 2007, a partir del vaciado de información sobre los Vélez, de
las bases de datos del BOE (y de la Gaceta histórica, entre 1661 y 1959), en internet,
descubrimos esta información, publicada en el BOE núm. 176, de 24-07- 1959 (en la
sección V. Otros anuncios y convocatorias oficiales, pág. 10109), donde textualmente se lee:
MINISTERIO DE JUSTICIA
Subsecretaría
…
Anunciando haber sido solicitada por doña María Francisca Fernández de Bobadilla y
González de Longoria1 la rehabilitación de los títulos nobiliarios de conde de Xiquena, de
conde de Vélez el Blanco y de conde de Vélez el Rubio.
Doña María Francisca Fernández de Bobadilla y González de Aguilar han solicitado la
rehabilitación de los títulos de conde de Xiquena, conde de Vélez el Blanco y conde de
Vélez el Rubio, concedidos a don Juan Pacheco en 1460.
Y en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo tercero del decreto de 4 de junio de
1948, se señala el plazo de tres meses a partir de la publicación de este edicto, para que
puedan solicitar lo conveniente los que se consideren con derecho a los referidos títulos.
También aparece en internet2. Asimismo, también el diario ABC, como órgano de difu-
sión notorio y propio de estas cuestiones de la alta sociedad, daba cuenta de este edicto
publicado en el BOE; en concreto así aparece publicado en el ejemplar del día siguiente;
esto es, el sábado 25-07-1959 (festividad de Santiago Apóstol, patrón de España), edi-
ción de la mañana, p. 18, como Ecos diversos de sociedad. Rehabilitación y sucesión de títulos
nobiliarios, y literalmente reza así:
En el Boletín Oficial del Estado se publicaron ayer, entre otros, los siguientes anuncios de
la Subsecretaría del Ministerio de Justicia:
1 Existe un error manifiesto en la transcripción del segundo apellido, al publicar la rúbrica extractada,
en el citado ejemplar del BOE nº. 176, de 24-07-1959. El segundo apellido no es González de Longoria,
sino González de Aguilar, tal y como se deriva del propio cuerpo del texto del anuncio sobre la rehabi-
litación y sucesión de títulos nobiliarios.
2 En internet: Boletín Oficial del Estado núm. 176, de 24/07/1959, página 10109. Departamento: Minis-
terio de Justicia. PDF (Referencia BOE-A-1959-10029). <http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE/1959/176/
A10109-10109.pdf>
630
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Así pues, nos llegaba noticia cierta de un título hasta el día desconocido del gran público
y al que solamente algunos eruditos habían tenido acceso (y no total), en concreto como
conde de Xiquena otorgado a Juan Pacheco en 1460, pero muy fragmentario o ignoto
respecto al hecho de que, además, también se refería a ambos Vélez, con todo lo que
ello implica. Y, para mayor curiosidad, nos llegaba noticia fidedigna de que, nada menos
que cinco siglos después alguien, intuíamos que descendiente de aquel personaje, había
solicitado su rehabilitación en pleno siglo XX, como conde de Xiquena, de Vélez el Blanco
y de Vélez el Rubio, incluida esta nomenclatura histórica en la designación, como “Vélez
el Blanco” y como “Vélez el Rubio”, lo que ya suponía una reminiscencia de clara anti-
güedad en el objeto de la petición; y que quien lo solicitaba acreditaría tener derecho
bastante al título y que éste estaba, por lo obvio, vacante (lo que implicaba, a su vez,
labor profunda de archivo, contraste y sobre todo, genealogía muy estudiada y antigua,
porque lo contrario no era dable pensarlo).
Eran diversas las preguntas que nos hacíamos, a partir de esos datos: ¿qué se fizo de todo
esto, para que nadie o casi nadie tuviera la más mínima noticia en Vélez?, ¿quién era
aquel personaje, el citado Juan Pacheco?, ¿quién era, en pleno siglo XX, la tal María Fran-
cisca Fernández de Bobadilla y González de Aguilar?, ¿qué relación tendría todo esto
con la historia conocida de los Vélez, y los Fajardo, que desde siempre había ocupado el
3 El mismo error, que citábamos en la nota 1, sobre el segundo apellido de la peticionaria de la rehabili-
tación de la merced nobiliaria, se repitió al día siguiente de la publicación del BOE, en el diario ABC, de
25-07-1959.
4 Y así lo dimos a conocer en la web de la Asociación socio-cultural Ágora de Vélez Blanco www.aso-
ciacionagora.org, en aquellos meses de principios de 2007, como auténtica primicia, absolutamente
desconocida.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Pasados unos meses, tuvo lugar, precisamente en mayo de 2007 (con ocasión del V
Centenario de la creación del Marquesado de los Vélez, en 1507), el Congreso sobre
Los Señoríos en la Andalucía Moderna. El Marquesado de los Vélez. Si bien no pudimos asistir
al mismo, sí que accedimos a las actas, publicadas más adelante, primero en internet y
luego en papel.
5 Desconocíamos, en aquel momento, el alcance de aquella merced a Juan Pacheco de 1460, pero in-
tuíamos, en cuanto a su materialización práctica, por lo que se refiere a los Vélez, que sería meramente
aparente, por cuanto aún debería producirse la incorporación definitiva de éstos a Castilla, lo que
aconteció en 1488, por cuanto estaban en poder del Reino nazarita de Granada. A continuación, tras la
Guerra de Granada, se cedieron junto con Huéscar, por los Reyes Católicos, al Condestable de Navarra
y señor de Lerín, Luis de Beaumont, en una entrega efímera y, por último, y ya de modo definitivo, y
como es de sobra conocido, en 1503, se otorgaron, por dichos Reyes, a Pedro Fajardo y Chacón las con-
cretas tierras de los Vélez (como cambio o trueque forzado, para recuperar aquellos Reyes la ciudad de
Cartagena, en manos de los Fajardo también por concesión en 1466 del referido Rey Enrique IV), y en
1507 se le otorgó al citado Pedro Fajardo y Chacón el título de Marqués de los Vélez (en concreto, el de
I “Marques de Veliz el Blanco”, según Carta de la Reina Doña Juana de Castilla, refrendada por su Padre,
el Rey Fernando el Católico).
6 GÓMEZ VOZMEDIANO, M. F., “Archivos Nobiliarios Españoles: Pasado, Presente y ¿Futuro? Tipología
Documental e Investigación Modernista”. En ANDÚJAR CASTILLO, F. y DÍAZ LÓPEZ, J. P., Los señoríos en
la Andalucía Moderna. El Marquesado de los Vélez, 2007, pp. 139-210.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Y, en concreto, en la nota a pie de página nº. 228 del citado artículo, al desarrollar la
cuestión de “la estética medieval de los viejos pergaminos”, se lee lo siguiente:
Privilegio de Enrique IV confirmando la venta de Xiquena y Tirieza a Juan Pacheco, junto
a las rentas derivadas de dichas villas y las de los Vélez (1460) (SNAHN, Frías, C. 120, D.
14-15); Enrique IV concede el título de conde de Xiquena y señor de las villas de Vélez
Blanco y Vélez Rubio, a su mayordomo Juan Pacheco, marqués de Villena (1461) (SNA-
HN, Frías, C. 1588, D. 18); algo posterior [sic, por anterior] es el albalá del mismo rey
concediendo a Alfonso Fajardo por juro de heredad los términos de los Vélez. (SNAHN,
Frías, C. 120, D. 16-18).
De esta manera tuvimos la certeza de que en 1460, el Rey Enrique IV de Castilla había
concedido a su privado y mayordomo, Juan Pacheco –I marqués de Villena- un privi-
legio confirmando la venta hecha un año antes por Alfonso Fajardo al citado Pacheco,
de Xiquena y Tirieza, asegurándole también el rey las rentas derivadas de dichas villas
y las de los Vélez, y en la documentación se dirá de éstas que “agora las tienen ocupadas
los moros”. Asimismo, en dicho año 1460 el mismo rey otorgará al de Villena el título
de conde de Xiquena, Vélez el Blanco y Vélez el Rubio (y en los pergaminos se señala)
“que son vras. e vos perthenezen a vos”, y, finalmente supimos, que esto último fue lo que
confirmó el rey expresamente en el 1461.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En efecto, ahí estaba precisamente esa época y sus actores, en la corte del rey Enri-
que IV (hermano mayor de la citada Isabel), y cobraban absoluta vida los personajes
que, colegíamos (y después comprobamos) eran, efectivamente, los protagonistas de
los documentos referidos a Xiquena7, con toda una serie de casualidades adicionales
que hicieron que le prestáramos particular atención, conforme la serie televisiva iba
avanzando (entonces, y en años sucesivos), porque, por diversos vericuetos y perso-
najes, y de la manera más insospechada, la ligaban con nuestra tierra de una manera
más que curiosa8. Era menester ponerse en el asunto, porque la conciencia nos seguía
7 El Rey Enrique IV [nacido en 1425 y fallecido en 1474], el citado Juan Pacheco [nacido en 1419 y
fallecido en 1474] –marqués de Villena y maestre de Santiago- y su hermano Pedro Girón, los miem-
bros del Consejo y de la Cancillería Real, el poderoso arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo (sobre el
que volveremos más abajo), tío de Juan Pacheco y Pedro Girón y, andando el tiempo, y según iban
creciendo, y apareciendo personajes, los infantes Alfonso e Isabel; esto es, la futura reina, Isabel la
Católica. Y las intrigas, rivalidades, luchas, amores, infidelidades, acuerdos, mercedes, etc., de la corte
del Trastámara, sabiamente representadas por un variado elenco de actores modernos. Inclusive, en
aquella primera etapa de la serie –madurez del rey Enrique IV y niñez de los infantes Alfonso e Isabel-
el poderío máximo en los asuntos de la corona del gran privado y mayordomo mayor, Juan Pacheco,
así como también sus tejemanejes para hacerse con la voluntad del rey, lo que acabó consiguiendo;
su rivalidad con Beltrán de la Cueva, presunto padre biológico de la hija del rey, Juana la Beltraneja;
las intrigas de la esposa del rey, la reina Juana de Avis, etc. La realidad misma de esta serie televisiva,
nos acercaba, a aquella época, sin duda ninguna; con el añadido –otra casualidad- de que el actor
que hacía del citado Juan Pacheco [en realidad, Juan Fernández Pacheco y Téllez Girón], era nuestro
quasi paisano –por ser natural de Puerto Lumbreras- Ginés García Millán; esto es, encarnaba a aquel
a quien el rey, en pleno siglo XV, había nombrado conde de Xiquena, Vélez el Blanco y Vélez el Rubio.
De modo que más cerca de nosotros no podía estar el asunto: el marqués de Villena y luego conde
de Xiquena, de Vélez el Blanco y de Vélez el Rubio del siglo XV, era interpretado/encarnado por una
persona nacida en Puerto Lumbreras [siendo, hasta 1958, el citado Puerto Lumbreras, junto con otras
tierras, una diputación del extenso término de Lorca, de donde se independizaría como término
segregado], tan cercano a Xiquena y a Vélez, de modo que más casualidades era previsible que no
pudieran darse.
8 Pues bien, las casualidades prosiguieron y no acabaron en lo que hemos dicho. Aún había más: con-
forme la serie fue avanzando –en la primera temporada, pero sobre todo en la segunda e incluso en
la última- aparecían nuevos personajes y se consolidaban otros, como es el caso de Gonzalo Chacón,
I señor de Casarrubios, que acompañaría a la infanta Isabel, esto es a la luego reina, durante toda su
vida y la sobreviviría, tratándola éste casi como a una hija, y aquélla a él como a un padre, recibiendo
todos sus consejos, desde la más tierna infancia durante todo el existir de Isabel de Castilla. Pues bien,
el tal Gonzalo Chacón, fue el padre de Juan Chacón y Alvarnaes (adelantado del reino de Murcia) y
abuelo de Pedro Fajardo y Chacón, el futuro I marqués de los Vélez, de modo que ahí teníamos otra
relación manifiesta de la serie televisiva con nuestra zona de estudio, a través de este importantísi-
mo personaje. Y así lo comentamos con algunos velezanos, a quienes escribimos y recomendamos
encarecidamente que siguieran los derroteros de la historia, porque por ahí estaba el abuelo del I
marqués de los Vélez, en la corte, en la etapa final del rey Enrique IV y en las etapas iniciales de la
reina Isabel, de su matrimonio con Fernando de Aragón –el futuro rey, Fernando el Católico- incluida
toda la controversia y vicisitudes que acompañaron a Isabel para llegar al trono de Castilla, y todo
su reinado. Pero todavía existía otra casualidad más, a propósito de la serie televisiva: el personaje
de Gonzalo Chacón, era interpretado por el actor catalán Ramon Madaula i Canadell, y resulta que
él y su esposa, la también actriz catalana Sílvia Munt, pasan sus vacaciones en Formentera, nuestra
residencia, donde en numerosas ocasiones, los habíamos visto, en atención a las dimensiones de la
isla, donde al final se acaba viendo a todo el mundo. Y esto nos obligó a ponernos manos a la obra e
investigar.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
bullendo: obligado e inaplazable el investigar y resolver todos los enigmas del caso. La
historia de Xiquena y de los Vélez, de alguna manera, nos los exigía9.
Por último, otro hecho, ni tan siquiera imaginado, contribuyó a que la investigación se
iniciara y no la demoráramos más: se trata de la visita que, junto a un numeroso grupo
de velezanos y otros aficionados a la historia de otras procedencias, realizamos a Xique-
na, el 2 de noviembre de 2013, con ocasión de una visita guiada a modo de itinerario
literario por nuestra tierra para difundir el libro El amigo judío, de nuestro paisano J. Pa-
geo Ruzafa13, texto en parte inspirado en la época y territorio que referimos, allá por el
siglo XV, y donde visitamos diversos lugares de Vélez Blanco relacionados con la poco
conocida presencia judía (el castillo; el cerro Judío, junto al manantial de la fuente de los
Molinos, bajo el Maimón y la entera huerta de Vélez Blanco, vista desde el cortijo de
Juan Grande y Turruquena) y, saltando la raya o frontera, el propio castillo de Xiquena,
ya en tierras de Lorca.
Sin duda, aquella visita, que realizamos por estar de vacaciones en Vélez, contribuyó a
que se convirtiera en una realidad lo que debíamos haber emprendido años ha. Además,
9 En aquel momento no sabíamos otra casualidad o derivada sorprendente, respecto al actor que repre-
sentaba, en la serie, al poderosísimo en la Castilla del siglo XV, en lo divino y en lo terrenal, arzobispo
de Toledo, Alfonso Carrillo ya citado, según hemos conocido este pasado verano de 2016: Pedro Casa-
blanc [en realidad Pedro Manuel Ortiz Domínguez], cuyo abuelo paterno era natural de Vélez Blanco,
emigrante a Marruecos, y de cuya estirpe procede el citado actor, y así ya se conoce.
10 RODRÍGUEZ PÉREZ, R. A., Un linaje aristocrático en la España de los Habsburgo: los Marqueses de los Vélez
(1477-1597). Tesis doctoral. 675 pp., accesible completa desde internet. Universidad de Murcia, Murcia,
2010.
11 RODRÍGUEZ PÉREZ, R. A., El camino hacia la Corte. Los Marqueses de los Vélez en el siglo XVI. Sílex, Edicio-
nes. Madrid, 2011.
12 Incluso, en la p. 48 del libro citado en la nota anterior, existe un completo árbol genealógico que expli-
cita las relaciones de parentesco entre los descendientes de Gonzalo Chacón –pertenecientes a la casa
de los Vélez (los Fajardo) y a la casa de Casarrubios (los Chacón)- y del referido Juan Pacheco, a través
de su tercer hijo (Alonso Téllez Girón), como señor de la Puebla de Montalbán.
13 PAGEO RUZAFA. J., El amigo judío. 2013. Localizable primero en internet: www.amazon.es y más tarde
impreso en papel. También se encontrará en internet mucha información sobre dicha excursión.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
con motivo de las explicaciones de aquel día, impartidas por el autor del libro, el citado Pa-
geo Ruzafa; por nuestro buen amigo el historiador velezano Dietmar Roth y por el inves-
tigador toledano, A. Pareja –experto en el mundo sefardí, como consejero de la sinagoga
del Tránsito, en Toledo- y que nos ilustraron sobre la presencia judía en Lorca y en toda la
zona circundante, fue mucho lo que aprendimos también sobre Xiquena, hasta el punto
de actualizar y volver a visitar lo que recordábamos, un tanto vagamente (en 1991), de las
propias ruinas de Xiquena. Al finalizar la excursión a Xiquena, y a modo de adelanto de
la investigación que pretendíamos iniciar, no nos pudimos reprimir de dar alguna noticia,
con la mayor modestia, a los presentes, de aquella merced del siglo XV otorgada por el
rey Enrique IV a Juan Pacheco; del título de conde que se le otorgó, que se extendía a los
Vélez (recordando que todo ello se correspondía con la serie de TVE ya citada Isabel) y,
lo más curioso, de la solicitud de rehabilitación del título, en 1959, y poco más, porque en
noviembre de 2013, era poco lo que aún conocíamos del fondo de esta cuestión.
Ya en 2014, con el deber moral y para con Vélez Blanco, los Vélez en general y la propia
Xiquena –desde la distancia de las Illes Balears-, de dar respuesta a lo que hacía tiempo
que debíamos haber resuelto, nos propusimos encarar esta investigación, de manera
definitiva e inaplazable. Además, confirmada la realización de una Jornada en homenaje
al Padre Tapia (un clásico de nuestra tierra), con motivo de la celebración, en 2014, del
centenario de su nacimiento14, y así honrar la memoria de este historiador, decidimos
que ésta sería nuestra aportación.
En primer lugar, nos pusimos en contacto con el citado investigador murciano R. A. Ro-
dríguez Pérez, y él nos ofreció sabio consejo respecto a cómo acceder a la documentación
existente en la SNAHN, en Toledo (en el imponente Hospital Tavera, de aquella ciudad).
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Y, así, tal vez desde la más extrema de las heterodoxias en la forma de realizar y encarar
una investigación de este calibre, por cuanto uno no es historiador, así como desde la más
absoluta de las humildades, frente al enfoque que pudieran darle expertos en la materia,
lo explicamos con cierto detalle, para demostrar ese interés, y más a propósito de una
solicitud fechada en las islas de Eivissa y Formentera, en relación a dichos documentos y
fondo, relativos a las tierras del Sureste peninsular.
El acceso a la documentación histórica, que se nos remitió, no fue difícil a patir de los
originales (del siglo XV), así como de copias del siglo XVIII y sus estractos16. También
en Internet es posible encontrar, en el Portal de Archivos Españoles (PARES) la corres-
pondiente información sobre el “Título de conde de Xiquena y de las villas de Vélez Blanco
y Vélez Rubio, concedido por el Rey Enrique IV al marqués de Villena [Juan Pacheco], su
mayordomo”17.
15 A tal efecto explicamos que el interés en acceder a esa documentación e información era (y es), cientí-
fico e histórico.
16 Se nos envió escaneada, y originariamente hubo un error en la documentación remitida (por cuanto
si bien relativa la Casa de Frías, hacía referencia al Conde de Oropesa, y el año 1594), razón por la cual
volvimos a escribir a la SNAHN y en junio de 2014 la recibimos completa, y correcta. Ahí estaba: en los
originales (del siglo XV), así como en copias del siglo XVIII y sus estractos. Ya solamente nos quedaba
su transcripción: relativamente fácil en los documentos con letra del siglo XVIII y mucho más dificulto-
sa en los documentos del siglo XV, en particular para aquellos de los que no hay traslados modernos.
Se adjunta enlace a toda esa importantísima documentación, transcrita al efecto, como Anexo.
17 http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/Control_servlet?accion=3&&txt_tipo_busqueda=dl&-
txt_busqueda=&txt_correo=S&txt_id_desc_ud=3953174
18 La dirección de correo es la siguiente: archivogeneral@mjusticia.es
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Asimismo, solicitamos nos enviaran, si existía, copia o copias de otros informes o do-
cumentos en el Consejo de Estado, sobre este asunto, todo ello por existir un interés
científico, divulgativo e histórico evidente en conocer esta documentación.
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El Dictamen del Consejo de Estado (nº. 28.512, de 8 de febrero de 1962), emitido por
lo más granado de los tratadistas y comentaristas del Derecho Público en la España del
momento, y que se nos envío el 16 de junio de 2014, reza así:
MG 28.512
conde de Vallellano, Presidente; Jordana de Pozas; marqués de Barzanallana; marqués de
Valdeiglesias; Suñer; Lapuerta; Cuervo; Coronel; Royo-Villanova. Martín-Artajo, Secretario
General.
La Comisión Permanente del Consejo de Estado, en sesión celebrada en el día de la fecha,
con asistencia de los señores que al margen se expresa, emitió el siguiente dictamen:
“El Consejo de Estado, en virtud de Orden de V. E., de 29 diciembre de 1961, ha exa-
minado el expediente de rehabilitación del título de conde de Jiquena, Vélez el Blanco y
Vélez el Rubio,
de cuyos antecedentes resulta:
1º.- Que Doña María Francisca Fernández de Bobadilla y González de Aguilar, por instan-
cia de 29 de mayo de 1959, pidió la rehabilitación de los títulos nobiliarios de conde
de Xiquena, conde de Vélez el Blanco y conde de Vélez el Rubio, todos ellos concedi-
dos por Enrique IV en 1460 a un ascendiente de la peticionaria; interpretándose, pues,
que se trata de tres dignidades nobiliarias distintas, si bien alternativamente interesa
se rehabilite a su favor el condado de Jiquena, ya con la denominación extensa com-
prensiva de las tres antes citadas, bien con esta denominación abreviada únicamente.
2º.- La anterior petición se publicó en el Boletín Oficial del Estado de 27 de julio de 1959,
y en 10 de agosto ingresó escrito de Doña María del Carmen Bustos Téllez Girón
solicitando para sí la rehabilitación de estas mercedes, pero por escrito de 30 de no-
viembre desistió dicha señora de la solicitud, por lo que la iniciadora del expediente
ha quedado como peticionaria única.
3º.- La documentación aportada acredita que Enrique IV, por real privilegio dado en Ma-
drid el 30 de septiembre de 1461 hizo conde de las Villas de Jiquena, Vélez el Blanco
y Vélez el Rubio a Don Juan Pacheco, estableciéndose que esta dignidad había de
suceder por mayorazgo.
En el expediente figura la Real facultad de fundación y el Mayorazgo de Don Juan
Pacheco el 24 de mayo de 1462, en que el primer llamado es su hijo segundo Don
Pedro Puerto Carrero.
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Si bien el título de conde de Xiquena era relativamente conocido por parte de la histo-
riografía, como a continuación veremos, no ocurría lo mismo con generalidad a propósito
de su dicción compleja o extensa, como “conde de Vélez el Blanco” y como “conde de
Vélez el Rubio”.
Además, para encuadrar aquella época de mediados del siglo XV, conviene referir, en
fases sucesivas, por qué y cómo fue que Alonso Fajardo tenía a Xiquena y Tirieza. Y
luego, cómo apareció por allí Juan Pacheco y la evolución posterior de todo ello.
A este respecto, nos remitimos a lo narrado por J. Torres Fontes en Xiquena, castillo de la
frontera, obra fundamental en esta historia, como a continuación se verá20.
Parte de esa información la obtuvo Torres Fontes, a partir de lo que publicó, a principios
de los años cuarenta del siglo XX, el erudito que firmaba con el nombre de Eliocrotense21
y que es el seudónimo del historiador lorquino Joaquín Espín Rael, texto dado a cono-
cer en el diario La Verdad de Murcia, el 27 de junio de 194322. Y, en concreto lo tituló
el citado erudito lorquino23, como Origen y causa del dicho popular, Mata al rey y vete a
Murcia (aunque también se haya conocido, como Mata al rey y vete a Lorca, aclara el
propio autor).
20 TORRES FONTES, J., Xiquena, castillo de la frontera. Murcia, 1960. La primera edición es de 1960 y su
redacción le supondría ser galardonado, un año antes, con el Premio “Francisco Cascales”); siendo la
edición más divulgada la segunda, de 1979. Nosotros hemos accedido a la reimpresión de la segunda
edición, hecha en Murcia en 2007, por parte de la Biblioteca Murciana de Bolsillo, de la Real Academia
Alfono X el Sabio, RAAX. En particular son de sumo interés las págs. 110-112, 113-115, 119, 120-121,
121-122, 122-124 y una nota a pie de página, en 123-124.
21 Gentilicio culto a partir del nombre Eliocroca, designación mítica y legendaria de Lorca.
22 ESPÍN RAEL, J., “Origen y causa del dicho popular, Mata al rey y vete a Murcia”. En La Verdad de Murcia.
27-6-1943, pág. 3ª. El texto va inserto en una sección cultural del periódico, auspiciada por el Ayunta-
miento de Murcia (según se ve sobreimpresionado, por cuanto aparece el escudo de la ciudad). A este
documento hemos accedido a través de gestiones realizadas ante el Archivo Municipal de Murcia por
nuestro buen amigo el jurista murciano P. J. Sánchez Galindo. En dicho Archivo se localiza copia en pa-
pel de dicho diario La Verdad de Murcia, sin perjuicio de ser accesible también en internet, en concreto
por medio de la web http://www.archivodemurcia.es, donde está digitalizado en su mayor parte.
23 Reflejo, en su persona, de toda una época, como cronista de la ciudad de Lorca, pues nació en 1875 y
moriría en 1959.
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Pero la cuestión no acaba aquí, porque los pleitos del marqués de Villena, por Xiquena y
Tirieza, contra Lorca, continuaron en lo posterior, de modo inmediato y, en un encona-
do litigio, hasta incluso en el siglo XVIII, tal y como nos informa finalmente, el referido
Torres Fontes24:
Otra disposición, de 10 de julio de 1498, ofrecía una transacción en el pleito entre Lorca
y el marqués [de Villena] sobre la posesión de Xiquena y Tirieza, dando Lorca la villa de
Overa y trescientos cuarenta mi maravedís como cambio. Tampoco debió tener efecto,
puesto que hasta el año 1504 no tiene lugar la confirmación real del cambio de Xiquena y
Tirieza, convertidas ya en eriales, por la de Overa y trescientos cuarenta mil maravedís de
juro a favor del marqués, aunque la Corona donó a Lorca veinte mi maravedís de juro en
ayuda de dicho cambio. Doña Juana, por carta dada en Segovia en 26 de mayo de 1505,
confirmaba este intercambio de Xiquena y Tirieza.
Todo parecía acabado y resuelto, y la ciudad de Lorca ejercía su señorío hasta los confines
del reino de Murcia, y lo que era más importante, controlaba el caudal del río Vélez y de
los afluentes del Guadalentín. Pero dos siglos más tarde resurgió el litigio logrando el mar-
qués fallo favorable de la Real Chancillería de Granada, en que se declaraba pertenecerle
ambos lugares y sus términos. Apeló entonces Lorca de la sentencia ante el monarca, mar-
chando a Sevilla como su procurador don Pedro José de Exea y Mula, quien consiguió del
rey una orden por la que se pasaban los autos y ejecutorias al Consejo de Castilla. Para la
resolución de este pleito hubo de nombrarse cinco ministros, quienes en 1733 revocaron
la anterior resolución, dictando fallo y sentencia firme, en que se declaraba pertenecer a
Lorca los lugares y términos de Xiquena y Tirieza. Y así han continuado hasta el presente,
en que Xiquena y Tirieza siguen integrando el término de Lorca y provincia de Murcia.
Indica el padre Morote [en: Blasones de la ciudad de Lorca, pág. 301] que fuera de las
fiestas oficiales, la ciudad de Lorca ‘asiste a la misa y sermón del Señor San Antonio de
Padua, en el Convento de N. P. S. Francisco, costeando toda la fiesta y sermón, por el
pleito de Xiquena, y Tirieza, ganado contra la casa de Villena, por el Patrocinio de este
santo, año 1733.
Asimismo, en nota a pie de página mencionado Torres Fontes (Op. cit., págs. 123-124),
nos suministra una información capital, para este estudio:
Fechas más señaladas en el pleito con el marqués de Villena, aparte de las indicadas [1733]
son las de 1703, en que existe una escritura de concordia; 1723, con una provisión real so-
bre el pleito; 1733 con otra provisión, la definitiva; 1734, con las cuentas del pleito y 1734
con el Memorial de dicho pleito (impreso existente en el Archivo Municipal de Lorca).
Dejamos constancia, asimismo, de que una vez que recibimos desde Murcia, el artículo
citado de Espín Rael, sobre Origen y causa del dicho popular, Mata al rey y vete a Murcia lo
remitimos, en abril de 2014, al ya citado Pageo Ruzafa, autor del referido libro El amigo
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
judío (del que antes hemos hemos hecho mención, inspirado en parte en la época del
siglo XV; donde aparecen Vélez Blanco y su alcazaba mora y Xiquena, y su castillo y
otras historias), el cual nos respondió lo siguiente, que transcribimos ahora, por resultar
del máximo interés para esta historia:
Gracias, Ángel por la comunicacion que certifica que donde realmente se acogían los
homicianos era a Xiquena derivando despues la alusión en Lorca/Murcia. Lo que no dice
Eliocrotense [seudónimo de Joaquín Espín Rael] es que la rebelión de Fajardo el Malo fue
porque su tía [María de Quesada] no mantuvo la promesa de darle al Malo el adelan-
tamiento como su marido había prometido. Yo lo recojo así en El amigo judío. La mejor
documentacion la da Torres Fontes en su obra Fajardo el Bravo.
25 Dice así: “Hola Ángel, gracias por la información. Sobre Xiquena [su etimología] me inclino como he he-
cho en El amigo judío, porque viene del árabe. La liebre latina la levantó el padre Tapia [en su libro Vélez
Blanco, la villa señorial de los Fajardo], pero él mismo dice que es una especulación suya, no ha aparecido
todavía que yo se sepa, ninguna documentación que lo avale. Con relación a la reivindicación del “conda-
do” creo que el intríngulis está en ver el título concedido por Enrique IV, que a lo mejor no podía darlo, sobre
todo en lo relativo a los Vélez. Bueno, es una curiosidad. Lo de Lorca no me ha dado tiempo de leerlo con
atención. Sí, el ladino es el judeo español, pero también lo he visto aplicado a moriscos, habría que ver si se
maneja un criterio sociológico o lingüístico. Bueno, seguimos en contacto sobre estos temas interesantes”.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
26 Fue el señor de las casas de Angulo, Valcárcel y otras, con la Alcaidía perpetua de los Alcázares y Puer-
tas de Écija, en Sevilla, población donde está la casa familiar. Ostentó el señorío de la antigua torre
palacio y casa solar infanzona de los Bobadillas y fue Jefe y pariente mayor de una parte del linaje de
los Bobadillas, doctor en Derecho civil y canónico, diputado provincial muchos años por Écija y vice-
presidente de la Diputación de Sevilla. Con numerosos patronatos en capillas e iglesias, y en particular
en la iglesia de San Felipe Neri (de Écija), de especial devoción para la familia y lugar de enterramiento.
27 Era señora del heredamiento de Cañada Ximena, hija del quinto conde del Águila. El matrimonio de los
padres de la solicitante se produjo en 1877, y fueron seis los hijos de la familia, uno de ellos, Francisca
de Paula Fernández de Bobadilla y González de Aguilar.
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La amplitud del patrimonio de Juan Pacheco era tal, que mutó éste el originario y único
mayorazgo e hizo tres nuevos vínculos, con fuerza de mayorazgo (para los tres hijos con
su legítima mujer María Puerto Carrero o Portocarrero: Diego López Pacheco, heredero
del título de marqués de Villena y otros; el referido Pedro Portocarrero –de donde deriva
la estirpe solicitante- y Alfonso Téllez-Girón, nombrado más arriba), y del cual salen las
respectivas ramas y que explicita el mantenimiento de los tres apellidos, distintos, en los
tres hermanos, cada uno por su rama y mayorazgo.
Así se contiene, a su vez, en los testamentos hechos por Juan Pacheco29, en los que se
hace referencia, entre el cuantiosísimo patrimonio familiar (y los mayorazgos o vínculos
creados) a “la villa de Xiquena con las pagas e lieuas della, e de Veles el Ruuio e Veles
el Blanco con el titulo de condado dellas”. Así aparece en el testamento otorgado en
Ocaña el 27 de diciembre de 1470 y en el segundo otorgado en el Monasterio de Santa
María del Paso, el 13 de febrero de 1472, según un traslado de 1476, por muerte de
Pacheco en 1474.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Vélez, con el título de conde”. Información adicional, y actulizada, nos suministra S. Molina
Puche31.
Incluye Ortuño Molina33 un completo árbol genealógico sobre los ascendientes y des-
cendientes de Juan Pacheco, bajo el título de Vinculación del patrimonio de la Casa de
Pachecho, que nos puede ser de mucha utilidad.
También cita la extensión máxima del patrimonio de Juan Pacheco, a repartir entre sus
hijos y deudos, A. López Serrano, en el artículo titulado “En torno a los problemas y
31 MOLINA PUCHE, S., “Aristocracia, linaje, mayorazgo: reflexiones a través de la Casa de los Marqueses
de Villena en la Edad Moderna”. En: Familias, jerarquización y movilidad social. Univesidad de Murcia.
Murcia, 2010, pp. 19-28.
32 ORTUÑO MOLINA, J., Op. cit. pp. 87-88.
33 ORTUÑO MOLINA, J., Op. cit. p. 381.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
confusión jurídica en la posesión del señorío de Villena (s. XV y XVI)34. En concreto, este
autor, y para referirse al período cronológico de 1468-1472, señala lo siguiente, incluida
ahora la negrita nuestra35:
En 1468, el hijo de Juan Pacheco, Diego López Pacheco, recibió de su padre el título de
marqués de Villena, Chinchilla, Belmonte, el Castillo de Garci Muñoz, Alarcón, San Cle-
mente, Iniesta, Alcalá, Jorquera, la Roda, Albacete, Hellín, Tobarra, Yecla, Sax, Almansa,
Villanueva de la Fuente, El Bonillo, Lozuza, Munuera y Villarobledo y, posteriormente,
otras posesiones y rentas de distintos lugares del reino de Castilla como Zafra, Xiquena,
Vélez Rubio y Vélez Blanco estas últimas con el título de condado. Igualmente sería para
don Diego la villa de Escalona con el título de ducado y el servicio y montazgo de ganados
de la Venta del Cojo y otras posesiones como Cotilla, Bugarra, diversas rentas de Requena,
Cartagena, Cuenca y arcedianazgo de Alcaraz. Para el segundo hijo de Pacheco, Pedro de
Portocarrero, fue la villa de Moguer, las rentas de Sevilla y otros derechos y las rentas de
Villanueva del Fresno, Jerez y Puerto de Santa María. Para el tercer hijo, Alfonso Téllez
Girón, la villa y castillo de la Puebla de Montalbán con el servicio y montadgo de ganados
y otras rentas de la ciudad de Toledo y villa de San Felices de los Gallegos. Todo ello por
fundación de tres mayorazgos realizada por don Juan Pacheco en Madrid el día 16 de
diciembre de 1472, con licencia y expresa aprobación del rey don Enrique, igualmente
fechada en Madrid el dia 4 de dicho mes y aceptada por los herederos el día 17, fecha en
la que también se realizó la partición de los bienes legados.
Volviendo, ahora, al siglo XX (por cuanto el pasado –el siglo XV- se mezcla con el pre-
sente y aquél se trató de revivir cinco siglos después, con la reivinidicación del título),
como hemos visto tras la publicación de la petición de rehabilitación en el BOE, resulta
que el 10 de agosto de 1959 María del Carmen Bustos y Téllez-Girón (ya hemos adelanta-
do su parentesco) solicitó dicha rehabilitación para sí, pero por escrito de 30 de noviem-
bre de ese mismo año desistió, de modo que quedó como única peticionaria la citada
Francisca Fernández de Bobadilla y González de Aguilar.
34 LÓPEZ SERRANO, A., “En torno a los problemas y confusión jurídica en la posesión del señorío de Ville-
na (s. XV y XVI). En Miscelánea Medieval Murciana. Vol. XXI-XXII, (1997-98), pp. 171-214.
35 LÓPEZ SERRANO, A., Op. cit., pp. 182-187.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Blanco y Vélez el Rubio (si bien, transcrito Xiquena específicamente como “Jiquena”36).
Y en 28 noviembre de ese mismo año 1960 manifestó aquélla sus dudas sobre si eran
tres dignidades separadas y, como solución, pidió que se constituyera una sola dignidad,
abreviada, con el nombre de conde de Jiquena, si bien refiriéndose (en el fondo) a las
tres en su conjunto.
Así es como –una sola dignidad, con un nombre abreviado, o con tres nombres en lo
extenso, pero al fin una sola dignidad- lo entendió la Sección de Títulos Nobiliarios del
Ministerio de Justicia, y lo informó favorablemente. Del mismo parecer fue el propio
Consejo de Estado: una única dignidad nobiliaria, la de condado, otorgada por el Rey
Enrique IV, sobre tres villas diferentes, con una denominación compuesta o compleja –la
extensa de tres nombres- de un título nobiliaro único. Y proponía el máximo Órgano
Consultivo del Gobierno y de la Administración, que se usara de modo abreviado o
reducido para facilitar su uso social y público y evitar –dice- posibles confusiones37.
36 Con lo que tenemos por una parte, la denominación moderna de Xiquena, escrita con jota, Jiquena, y
no con la clásica con equis, Xiquena, si bien queriendo expresar el sonido de casi una jota, con grafía
antigua; y, en todo caso, la denominación arcaizante de Vélez el Blanco y Vélez el Rubio, en pleno siglo
XX, lo cual es un uso por completo desconocido, desusado por entero, entre nuestra toponimia mayor
en la edad contemporánea, y menos aún en la actualidad, pero ahí está reflejado, y publicado en el
BOE, en 24 de julio de 1959.
37 Lo cual, apuntamos ahora, es más que evidente en el supuesto presente por existir el título moderno
de Conde de Xiquena, otorgado por la reina Isabel II, como a continuación veremos, en 14 de junio de
1864, a José Álvarez de Toledo y Acuña, como I conde de Xiquena [así se lee en la Gaceta de Madrid,
núm. 168, de 16 de junio de 1864, cuestión que también tratamos], pero que, como nos comunicó la
propia Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España, a través de su Letrado asesor –el
conde de los Acevedos, D. José Miguel de Mayoralgo y Lodo- no puede conllevar a error, porque se
trata de dignidades distintas en su composición histórica y designativa, colegimos.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Significativo es que, además de la cuestión del parentesco con Juan Pacheco, a través de
su hijo Pedro Portocarrero, la solicitante de la rehabilitación del título invocara explícita-
mente, en aquel presente, como méritos en pro de su petición, lo siguiente:
Su actuación antes de la guerra [esto es, antes de 1936-1939, en el tiempo de la II Re-
pública, se comprende de una manera elíptica, entre 1931-1936] y durante la misma [la
Guerra Civil], como perteneciente la Comunión Tradicionalista, las persecuciones de que
fué objeto la familia, los servicios voluntarios de sus hijos, uno de los cuales murió como
combatiente, sus cuantiosas limosnas a la comunidad e iglesia de los PP. Carmelitas de
Écija (Sevilla), etc.
La pertencencia a la Comunión Tradicionalista nos explica que estamos ante una fami-
lia carlista, y así se plasma en el propio BOE, donde ella y su hijo habían solicitado la
rehabilitación de diversos títulos nobiliarios concedidos, a antepasados suyos, por los
monarcas carlistas. Esta posibilidad, en pleno franquismo y con arreglo a su doctrina, y
el propio apoyo de la Comunión Tradicionalista al régimen del Movimiento Nacional,
queda plasmado en el Decreto de 4 de junio de 1948 (BOE núm. 168, de 16 de junio
de 1948), “por el que se desarrolla la ley de 4 de mayo de 1948 sobre Grandezas y
Títulos nobiliarios”.
Desconocemos si se produjo, a lo largo del tiempo, algún tipo de contacto entre la citada
María Francisca Fernández de Bobadilla y González de Aguilar, su hijo Miguel Ángel
Gastón y Fernández de Bobadilla y su nuera (la esposa de éste), María del Carmen de
Bustos y Téllez-Girón, y nuestra tierra; en concreto, a propósito de las tierras –el ámbito
geográfico y humano- del reclamado condado de Xiquena, condado de Vélez el Blanco
y condado de Vélez el Rubio.
Si sabemos (ABC, del domingo 28 de agosto de 1994, pág. 86) de la muerte de la citada
María del Carmen de Bustos y Téllez-Girón el 19 de agosto de 1994, dejando viudo,
el referido Miguel Ángel Gastón y Fernández de Bobadilla, marqués de Valhermoso y
653
LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
conde de Valle de Oselle, sin hijos. Y que el funeral se celebró en la citada ciudad de
Écija, en la Parroquia mayor de Santa Cruz.
La reina Isabel II concedió el 14 de junio de 1864 por Real Decreto, a José Álvarez de
Toledo y Acuña, el título de conde de Xiquena; merced que, como hemos avanzado, no
coincide con la dignidad primitiva –otorgada por Enrique IV, a su privado Juan Pacheco,
y que versamos en este trabajo- más que en una parte del nombre, pero que atiende a
realidades distintas, como nos remarcó de modo bien explícito la Diputación Permanen-
te y Consejo de la Grandeza de España en su comunicación de septiembre de 2014, y
no hay que confudir.
Los genealogistas nos informan que el citado José Álvarez de Toledo y Acuña, no obs-
tante, era, al parecer, décimo nieto de Juana Pacheco, hermana del IV conde, de modo
que, por ahí, se entroncaría con el antepasado originario.
José Álvarez de Toledo y Acuña (nacido en París en 1838 y fallecido en Madrid, en 1898),
fue el I conde de Xiquena –título moderno, según acabamos de ver y no coincidente
con el primitivo del siglo XV-, I duque de Bivona, y cuya vida describimos en nota al pie38.
Hijo de José María Álvarez de Toledo y Palafox, hermano éste de Pedro de Alcántara Álvarez de
38 Inició su carrera política como diputado por Logroño en las elecciones de 1864, consiguiendo ese mis-
mo escaño en las de 1865, 1867 y 1876, para pasar, en 1879, a ocupar plaza de senador por Canarias. En
1881 vuelve como diputado al Congreso de los Diputados al lograr un escaño por la circunscripción,
de Ultramar, de Puerto Rico, repitiendo en las elecciones de 1886, en esta ocasión por la provincia de
Toledo. Entre 1891 y 1893 volvió al Senado en representación de Jaén y, por último, en 1893, retornó
de nuevo al Congreso al obtener en las elecciones un escaño por otra tierra de Ultramar, Cuba. En el
Congreso llegó a la categoría de Vicepresidente. Abandonará el escaño en esta última cámara en 1894
al ser nombrado presidente del Consejo de Estado (el nombramiento por Real Decreto publicado en
la Gaceta de Madrid, núm. 89, de 30 de marzo de 1894 y la aceptación de su dimisión por Real Decreto
publicado en la Gaceta de Madrid, núm. 16, de 16 de enero de 1895). Fue ministro de Fomento entre
1888 y 1890 (el Real Decreto de nombramiento publicado en la Gaceta de Madrid, núm. 347, de 12 de
diciembre de 1888), durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena, cartera que volvería
a ocupar entre 1897 y 1898, en ambos casos en gabinetes presididos por Sagasta. También fue gober-
nador civil de Madrid (en varias ocasiones en 1881, 1885 y 1886 y así aparece publicado en la Gaceta de
Madrid) y ministro plenipotenciario en Constantinopla (donde “tuvo la honra de entregar en audiencia
solemne á S. M. el emperador de los otomanos la carta de S. M. la reina Ntra. Señora”, según relata
como asuntos de la cancillería del Ministerio de Estado, la Gaceta de Madrid, núm. 303, de 30 de octu-
bre de 1866) y en Bruselas (el nombramiento como enviado extaordinario y ministro Plenipotenciario
cerca de S. M. el rey de los belgas, publicado en la Gaceta de Madrid núm. 83, de 24 de marzo de 1875).
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Toledo y Palafox (1803-1867), XIII marqués de los Vélez, XVII duque de Medina Sidonia
y XIII marqués de Villafranca del Bierzo, de modo que, como vemos, por ahí habría
una relación indirecta, de nuevo, con los Vélez. Casó el citado José Álvarez de Toledo y
Acuña, con Jacinta Gutiérrez de la Concha y Fernández de Luco.
Hoy ostenta el título, desde 1956, de V conde de Xiquena el bisnieto del anterior, Ma-
nuel Falcó y de Anchorena (nacido en 1936).
En Madrid, villa y Corte, hay una calle, muy céntrica y de cierto empaque, en un barrio
de renombre y abolengo (muy cerca de las Salesas y el Tribunal Supremo), con el nom-
bre de conde de Xiquena, de modo que, por esta razón, es muy conocido el título.
No hay duda de que, de haberse mantenido el señorío de los Pacheco, de manera efecti-
va sobre Vélez Blanco y Vélez Rubio (con sus términos), todo ello hubiera dado lugar a
una articulación completamente distinta –y diversa, en todos los sentidos- de la historia
de nuestra tierra y con ello, de una parte considerable del antiguo reino de Granada. Una
historia diferente, ni mejor ni peor, pero, en todo caso, distinta a la derivada de formar
parte de un marquesado propio y originario, el de los Vélez, con la familia Fajardo (y sus
descendientes), en siglos posteriores. De ahí la importancia de estos documentos que
ahora damos a conocer, por su sustantividad y peculiaridad intrínseca y por las reper-
cusiones a que hubieran podido dar lugar: una auténtica historia velezana sorprendente
y desconocida. Ignota. De ahí que la épica que acompaña a la casa de Fajardo, y a su
misma epopeya, como marqueses de los Vélez, hubiera sido otra con la casa de Pacheco
y, en cualquier caso, otra –¿o no?- la construcción de la visión colectiva de los velezanos
sobre nuestro pasado como grupo humano, en el conjunto del Reino de Granada, her-
manado con el reino de Murcia.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Esto es, había un inconveniente, y éste era permanente y manifiesto: la posición omnipre-
sente de los Fajardo en el sureste peninsular, de modo que, en ese juego del ajedrez que
39 JIMÉNEZ ALCÁZAR, J. F. y ORTUÑO MOLINA, J., “El Privilegio de repoblación de Xiquena (s. XV). Un
proyecto frustrado”, En Clavis, 4 y 5, (2008), pp. 33 – 51 (localizable también en internet).
40 VEAS ARTESEROS, F de A. y VEAS INIESTA, F., “Agua y frontera”. En Clavis, 4 y 5 (2008), pp. 53 – 70. (loca-
lizable también en internet).
41 JIMÉNEZ ALCÁZAR, J. F., Lorca, ciudad y término (SS. XIII-XVI), Murcia, 1994, pp. 133-141.
42 JIMÉNEZ ALCÁZAR, J. F. y ORTUÑO MOLINA, J., Op. cit. p. 38.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
es la Historia (si se nos permite la expresión), no con el abuelo Pedro Fajardo y Quesada,
pero sí con el nieto Pedro Fajardo y Chacón, los Vélez pasarán a su poder –como señor
territorial en 1503, a cambio de recuperar la corona de Castilla la ciudad de Cartagena,
entregada al abuelo- y en 1507, ya el nieto, como I marqués de los Vélez; de modo que,
ahí quedaban mermadas y anuladas, de facto y de iure, las posibles reivindicaciones que
pudieran hacer los Pacheco por las tierras estrictas de los Vélez y su título de condado
(Xiquena y Tirieza, a un lado).
Por último, los referidos autores44, nos explican el final de esta historia, para los Pacheco:
(E)l fracaso del proyecto del marqués [de Villena] tuvo dos causas [en Xiquena]: la Coro-
na y Lorca. Los condicionantes políticos eran muy distintos, y en esta ocasión, los Reyes
Católicos apoyaban a su ciudad [Lorca]. Fue el penúltimo coletazo de las posiciones del
de Pacheco en la zona: el final sería la reapertura del caso en el Consejo Real a finales del
XVII [AHN. Consejos. Leg. 26.776-2], resuelto definitivamente en 1733.
Sobre don Diego López Pacheco penderá siempre la traición que para los reyes había
supuesto el liderazgo de las posiciones beltranejas en la guerra civil castellana durante la
guerra de sucesión al trono en 1476-79. Si en Xiquena acabamos de ver el recorte de la te-
nencia a la mitad [de un millón de maravedís, a la mitad] esa mitad aplicada al patrimonio
de la casa de Pacheco, las aspiraciones granadinas que tuvo D. Juan Pacheco en la década
de 1460 se verán restringidas a un penoso reparto por parte de los reyes en el conjunto
de la señoralización del reino. Sus lamentos fueron parte de su vida a partir de 1500, con
resultados tan contrarios como que sean Serón, Tíjola, Tolox y Monda sus señoríos más
representantivos en el reino [de Granada], la destrucción de Xiquena por los comuneros
lorquinos (instigados por el marqués de los Vélez) y la no consecución de los términos de
la permuta acordada con la Corona y Lorca en 1498: ni hubo dinero ni hubo Overa para
compensar la pérdida de los términos circundantes de Xiquena.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El documento [por ellos transcrito: el privilegio otorgado por el rey Enrique IV de Castilla,
en Madrid el 13 de diciembre de 1470, por el que se se confirma la repoblación de Xique-
na] es, sobre todo, el testigo activo de un periodo de la Historia castellana, de la particular
de la ciudad de Lorca y reino de Murcia y global de la situación trágica vivida durante los
últimos quince aciagos años políticos del reinado de Enrique IV. Quede como el rescate
de un intento de repoblación inédito que hubiera alterado notablemente el poblamiento
de la zona, pero donde imponderables hacen sospechar, aún hoy día, que fue un proyecto
que nació muerto y que solo tuvo ventajas para el bolsillo y el patrimonio de la Casa de
Pacheco.
Ese era el final de los Pacheco, en el ámbito de Xiquena –en el siglo XVI- pero a finales
del XVII, el pleito se reabrió, hasta 1733, en que definitivamente lo perdieron.
Así lo refleja la más moderna historiografía de la zona, con el erudito y detallado estudio
de D. E. Marín Ruiz de Assin, bajo el título de Caravaca, 1243-1516. Una Villa Santiaguista
en la Frontera de Granada46, sobre Caravaca y que nos informa, desde el prisma carava-
queño, de su relación con Xiquena y otras tierras de la frontera con Granada, entre los
siglos XIII y XVI. Es el caso, de la noticia sobre lo que resume así: “1459-08-18. Cara-
vaca. Alonso Fajardo vende a don Juan Pacheco, marqués de Villena, la villa de Xiquena con sus
fortalezas y vasallos, más la huerta de Tirieza, con la paga que tiene con aquella villa, por precio
de 2000 doblas castellanas de la banda”47.
45 Por cuanto ha sido preciso ir hacia adelante y hacia atrás en este estudio, mezcla de historia y de divul-
gación familiar.
46 MARÍN RUIZ DE ASSIN, D. E., Caravaca, 1243-1516. Una Villa Santiaguista en la Frontera de Granada. Tesis
doctoral. Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, Murcia, 2013. También localizable en internet.
47 MARÍN RUIZ DE ASSIN, D. E., Op. cit., documento 179.
48 AML. Carta de Venta. Inserta en el Testimonio de la toma de posesión (el 6 de octubre de 1459), todo
ello a partir del traslado tomado en Madrid, el 16 de diciembre de 1702 ante el escribano Pedro Valen-
tín de Arango.
49 GARCÍA DÍAZ, I., “Pleito de Xiquena”. En Documentación medieval del Archivo Municipal de Lorca (1257-
1504). Murcia, 2007, pp. 121 – 124, doc. 142.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Como vemos, pues, volvemos al comienzo de todo: al momento en que apareció por
Xiquena, el citado Juan Pacheco y la compró, que es el origen de toda esta historia, sin
perjuicio de todo lo que vino después. Y que hemos tratado de dar a conocer, resultan-
do algunas cuestiones por completo desconocidas, ni tan siquiera imaginables.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
ANEXO DE DOCUMENTACIÓN
Documento 1
Albalá del Rey Enrique IV de Castilla concediendo a Alfonso Fajardo por juro de heredad los
términos de los Vélez. (SNAHN, Frías, C. 120, D. 16-18)
Alvalá del Sr. Dn Enrique 4º fho en 24 de Sepbre. de 1458 por el ql. y relacionando como el
Sor. Dn Juan el 2º. Havia echo mrd. a Alonso Fajardo de los Velez para en el caso de ganarlos de
moros y que el expresado havia echo omenaje de servir y seguir a S. M. contra todas las personas
del mundo: por tanto que ratificaba dha mrd. para. en el referido caso51.
Yo el Rey.- Por quanto bos alfonso fajardo mi vasallo menbiaste faser relaçion que el Rey don
Iohan my señor e padre de gloriosa memoria cuya anyma Dios aya, vos ouo prometydo que en
el caso que los Veles por vos se ganasen de los moros enemigos de nuestra santa fe catholica,
que los agora tienen, e fuesen debueltos a su señorío e a la corona real de sus Regnos, segund
que primero estauan, quel vos faría merçed dellos, suplicándome vos lo yo quisiese asy prome-
ter e segurar. E desde agora vos fisiese merçed dellos. E por quanto vos el dicho alfonso fajardo
me fesistes çierto pleyto e omenaje de aquí adelante me [¿servireis?] e seguireis contra todas las
personas del mundo, segund que más largo en él se contiene. Confiado de vos que lo asy fareys,
por la presente vos fago merçed de los dichos Veles con sus tierras e términos e jurediçiones por
juro de heredad para siempre jamás, para que cada e quando fueren ganados de poder de los
dichos moros, por vos o por otros cualesquier personas en cualquier manera. E cuando que asy
fueren ganados, vos mandaré dar sobrello las cartas e prouisiones que menester ayades. De lo
qual vos mandé dar este mi alualá firmado de mi nonbre e sellado con mi sello. Fecho [en Úbeda]
veynte e quatro días de setienbre año del nasçimiento del nuestro señor Jhesuchristo de mill e
quatroçientos e çinquenta e ocho años.- Yo el Rey.- E yo Aluar Gómes de Çibdat Real secretario
de nuestro señor, el Rey, lo fiz escribir por su mandado.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Documento 2
Privilegio de Enrique IV confirmando la venta de Xiquena y Tirieza a Juan Pacheco, junto a las
rentas derivadas de dichas villas y las de los Vélez (1460)
Documento 3
Confirmacion del Rey don enrique, que haze al maestre de Santhiago de xiquena en 20 de di-
ciembre. De 1460 Año54.
Num. 69 Año 1460. 20 diciembre de 1460. Cajon 0.
Carta de Dn. Enrique 4º fha en Madd. a 20 de diciembre. de 1460 por la qual relacionando que
el Rey Dn Johan su Padre hizo merd. a Alfonso Fajardo del lugar de Jiquena y Guerta de Tirieza
con la mitad de las pagas e lieba que daba ael …lantado [se colige que debe ser, Adelantado] Alfonso
Yañez, Y que la mitad se habia confirmado por el mismo Dn Enrique siendo Rey y que dho su
Padre habia prometido al mencionado Alfonso Fajardo la daria las villas de los Velez el blanco y
rubio quando fuesen ganadas de moros y que que lo el dho Alfonso habia vendido al Marqs. Dn
Juan Pacheco diho Lugar y villas y Guerta en cuia virtud posehia dho Marqs. a Jiquena y le abia
echo vª, Cercado y fortificado y le abia poblado de Gentes q. defender ael reyno: y pr. tanto y en
remuneracion de otros serbicios y señaladamente del de la toma de Jimena que fue ganada de los
moros y en trabajos por los que la combatio dho Sr. Marqs. y por que le abia ofrecido la entrega
52 El mismo documento, en dos copias (el original de 1460 y un traslado de 1702). El traslado de 1702
aparece inserto en papel del sello quarto, diez maravedís.
53 Lo tenemos transcrito, pero dejamos constancia que de también ha sido publicado (a partir de un
traslado de 1703) por la citada I. GARCÍA DÍAZ, en Documentación medieval del Archivo Municipal de
Lorca (1257-1504). págs. 129 – 136, doc. 146, y al mismo nos remitimos, para no ser prolijos en extremo.
Se refiere así, por la citada GARCÍA DÍAZ: “1460, diciembre, 20. Madrid. Enrique IV confirma la compra de
Xiquena y Tirieza por don Juan Pachecho, Marqués de Villena. Además, le concede a perpetuidad el sueldo
y pagas que lleva la tenencia de la fortaleza, y promete hacerle donación de los Vélez cuando sean conquis-
tados. Todo ello en enmienda de la villa de Jimena, que había sido prometida al marqués de Villena por su
destacada colaboración en la conquista, pero que se dio a Beltrán de la Cueva. Carta de merced. Traslado
en Madrid, 28 septiembre 1703, ante Juan Manuel Pérez de Alviz. B: Pleito Xiquena, caja 2”.
54 Está redactado, a modo de resumen o extracto, con letra más moderna que la del siglo XV.
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
dha misma vª de Jimena y que por algunas Causas no abia cumplido e que la habia dado a Dn
Beltran de la Cueba: y pr. tanto en enmienda y satisfacion de lo susodho le confirma los titulos
de dhas villas de los Velez blanco y rubio y hace mrd de las pagas liebas y sueldos que hubiera…
haber con las de Jimena y que los venga y goce con la de Jiquena para spre. Jamas y que no le
puedan ser quitados sin darles satisfacion de la dha enmienda.
De su traslado…
Documento 4
Titulo y mrcd. Orixinal de conde de Xiquena (añadido, con otra letra y sobrepuesto) y de los Velez
hecha por el Sr Rey Dn Enrique al Marques Dn Juan Pacheco en el 146055.
Numero 70 Año de 1460 Caxon 24
Aqui una copia autorizada en letra moderna56.
Item: testimonio del mismo dado en 14 de enero de 1719 por Pedro Garcia de Acedo, Escno. de
S.M., residente en Madrid57.
Número 70 Cajon 24
Copia authorizada del Titulo y mrd. de conde de Jiquena que e Sr Rey Dn Henrique hizo al Sr.
Dn. Juan Pacheco Marqs. de Villena su mayordomo maior = en el año de 146058.
El testimonio esta dado en 14 de enero de 1719 por Pedro Garcia de Acedo, Escno. de S. M.,
residente en Madrid59.
Don Henrique por la gracia de Dios, Rey de Castilla de Leon de Toledo de Galicia de Sevilla de
Cordoba de Murcia de Jaen del Algarve de Algecira, e snor. de Vizcaya e de Molina: propio e
muy combeniente es a la Rel Magd., amar e honrar a sus grandes e Sres. homes de su reyno e los
sublimar e decorar ampliando sus honores, e honrrando sus personas e acrezentando sus títulos
e constituyendolos e colocandolos en Altas e excelentes Dignidades mayormente a aquellos que
lo bien merezen, e son dignos de ello, por respeto de sus personas e virtudes, e por nobleza de
sus linages e por merecimiento de los servicios que se han fecho e espera que le faran, e porque
tanto el Rey o Principe mas Poderoso e mas honrrado quanto sus vasallos que bien y lealmente
le siruen son maiores e puestos, e soblimados, e ensalzados en altas e exzelentes dignidades, e
porque entre las otras dignidades de que los emperadores e reyes desde antiguamente acostum-
braron probeer una de las grandes, es la dignidad de conde, que es dignidad muy alta e muy
honrrada, e por respeto de la dha. Dignidad para aquel à quien faze conde mas cercano asi ca
segun las leyes de Castilla: Conde tanto quiere decir como Compañero, ca faziendo el Rey algu-
55 Añadido, con otra letra y tinta diferente = lo demas en blanco = tomar copia autorizada. Está en letra
antigua, de 1460.
56 Con la misma letra y tinta del principio.
57 Más abajo, con letra más moderna aún.
58 Testimonio de 1719. El testimonio aparece inserto en papel del sello tercero, sesenta y ocho maravedís.
59 Añadido, con letra más moderna que la del siglo XVIII.
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
no Conde paresze que lo face compañero suyo: por ende, queriendo acreszentar e honrrar e
sublimar, y decorar la persona de vos Dn. Juan Pacheco Marques de Villena, mi Mayordomo
maior e del mi Consejo e acreszentar vra. abtoridad e estado, e honor e Dignidad e de vro. lina-
ge e por vos fazer bien e mrd., conosciendo los muchos e muy altos e singulares e señalados
servicios que los de vro. linage donde vos vinides fizieron a los Reyes de gloriosa memoria mis
progenitores, donde yo vengo e los singulares servicios, que vos el dho Dn Juan Pacheco Marques
de Villena fiziste al Rey don Juan mi Sr e Padre, que Santa gloria aia, e hauedes fcho a mi desde
mi tierna Hedad, e vra. e facedes de cada dia, e los grandes afanes e trauajos e Peligros que por
mi e por la cosa publica de mis reynos hauedes sofrido e sofredes de cada dia: Por la presente e
con la de mi propio motu e zierta sziencia e Poderio Rl. e porque otros tomen en ejemplo, para
bien e lealmente seruir a mi e a los Reyes que despues de mi subzedieren en mis reynos, es mi
mrd. e deliberada Voluntad e vos fazer e fago Conde de las vras. Villas de Xiquena e de Velez el
blanco e de Velez el Rubio que son vras. e vos perthenezen a vos. Yo otorgo la dha Dignidad e
oficio e Vos enbisto en ella; por la presente e con ella, la qual vos do e entrego por posesion e
casi posesion de dcho. oficio e dignidad de Conde: quiero e es mi mrd. que los aiades e tengades
e lo podades Usar e Usedes con todas las insignias e las exzelencias e perrogatiuas e preeminen-
cias e honores e antelaciones e prezedencias e preferencias e con todas las otras Cosas, e con
cada una de ellas a la dignidad e oficio de Conde e por razon della perthenezientes e que poda-
des Usar e Usedes de todas las Zerimonias e Solepnidades e cosas que pueden e deuen Usar e
aun de fecho han usado los otros Condes asi de dro. comun e Leyes de mis reynos como de
costumbre, asi de España como de otros qualesquier reynos e senorios e en otra qualquier ma-
nera donde mas e mejor e mas larga e complida honorablemente se guarde e guarda e acostum-
bra fazer e guardar a los otros Condes, por razon de la dha. Dignidad e la podades hauer e aiades
en uno con las otras Dignidades e titulos e honores, e oficios e prerrogatiuas e preeminencias que
del dho. Rey mi Sr e Padre e de mi tenedes, e demas que allende de ellos e quiero e mando e es
mi mrd. e Voluntad, que de aqui adelante las dhas Vras. Villas de Xiquena e de los Velez e sus
tierras, sea Condado e hauida por Dignidad de Conde e que aquellas pasen con el dho titulo e
Dignidad de Conde, al noble Dn. Diego Lopez Pacheco vro. fijo maior lexitimo e de la Marque-
sa Dña. Maria Puertocarrero vra. lexitima muger ya Condesa por virtud de esta Dignidad de
Conde que vos asi di, e do, el qual Dn Diego Lopez Pacheco es mi mrd. que lo aia e subzeda en
ello por Mayorazgo con las otras vras. Zibdades e Villas e lugares del vro. Marquesado de Villena
e otros heredamientos e bienes de que vos con mi licencia e abthoridad le tenedes fecho e cons-
tituido o quisieres fazer o Constituir Mayorazgo e que lo aia e pueda hauer e subzeda en ello por
el dho titulo de Conde después vra Vida, o en vra Vida cada e quando que lo vos renunciades,
e traspasaredes, e asi mesmo lo puedan hauer e aian e subzedan en ello sus descendientes e vros,
e aquel, o aquellos, que de vos e de ellos vinieren para spre. Jamas e otros qualesquier o quales-
quier persona o personas, que según el thenor e forma del dho vro mayorazgo del dho vro.
Marquesado de Villena en el deuen subzeder e qualquier o qualesquier a quien deue venir el
dho. vro Mayorazgo e deuan subzeder en el, o aquel o aquellos, que vos quisieredes e ordenare-
des en vra. Vida o en vra. Ultima Voluntad, en qualquier vra dispusicion, cada uno en su tiempo
sea Conde, de las dhas vras Villas de Jiquena e de los Velez e aian el dho oficio e Dignidad e se
pueda llamar, e sea llamado Conde de las dhas vras.Villas de Jiquena e de los Velez, e pueda
gozar e goze de las dhas preeminencias e perrogatiuas e insignias, e de todas las otras cosas suso
dichas e de cada una de ellas segund que yo vos las do e otorgo en caso que nueuamente no le
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
sea dada e otorgada por mi o por los Reyes que despues de mi fueren de mis reynos la dha Dig-
nidad de Conde e que todauia la ellos puedan hauer e aian e aquella pase a ellos e a cada uno
de ellos de uno en otra cada uno en su tiempo segun e como e en la manera que lo vos quisire-
des, e ordenaredes e dispusieredes en el dho vro. Mayorazgo o en otra qualquier vra dispusicion
e ordenanza sin otra nueua Conzesion ni Otorgamiento ca yo de agora por la presente e con ella
la do e otorgo a ellos, e a cada uno de ellos, subzesive a uno en pos de otro perpetuamente para
siempre jamas e quiero que aiades e aian e gozedes e gozen e vos que sean guardadas, por la dha
Dignidad de Conde asi a vos como a ellos e a cada uno de ellos todas las cosas susodichas e a
cada una de ellas bien en complidamente en guisa que vos non mengue ende cosa alguna e
quiero e mando que si las dhas Villas de Jiquena e de los Velez obieren de venir o vinieren a
muger segun el dicho Mayorazgo e dispusicion vuestra, que la tal sea Condesa de las dhas Villas
e sea llamada e se llame Condesa e el que Casare con ella sea Conde he llamado Conde de las
dhas Villas, por respecto de ella en vida de ella sin otra nueua Concesion, e mando al Ynfante
Dn. Alfonso mi muy Caro e muy Amado Hermano, e a los Duques Condes, Perlados, Marqueses
Ricos Homes Maestres de las ordenes, Priores e a los de mi consejo e oidores de la mi audiencia
e a mi Chanziller Real, e a mi Justicia maior, Alcaldes, e notarios, Alguaciles e otras Justicias e
oficiales qualesquier de la mi Casa e Corte e Chanzilleria e a los Comendadores e Subcomenda-
dores Alcaydes de los Castillos e Casas fuertes e llanas e a todos los Conzejos Alcaldes Alguaciles
rexidores, caualleros escuderos oficiales, y omes buenos de todas las Ziudades Villas e lugares de
los mis reynos e senorios e otros qualesquier mis Vasallos e subditos e naturales de qualquier
estado o condicion preeminencia o Dignidad que sea e a cada uno de ellos que agora son o seran
de aqui adelane que lo guarden o cumplan e fagan guardar e cumplir en todo e por todo segun
que en esta mi Carta se contiene para siempre Jamas, e a vos el dho Marques e Conde mi Ma-
yordomo maior, o despues de vos o en vra Vida, por vra renunciacion e dejamiento cada que lo
quisieredes faze, lo fizieredes al dho Dn Diego Lopez Pacheco vro fijo maior lexmo. e a los que
de vos e del deszendieren e subzedieren en el dho vro Mayorazgo del dho vro Marquesado del
dho vro Marquesado de Villena o aquel o aquella que vos quisieredes e ordenaredes por otra
qualquier vra dispusicion e ordenanza para siempre xamas, como suso dicho es, que non vaia ni
pase, ni consientan hir ni pasar contra ello ni contra cosa alguna ni parte de ello agora i de aqui
adelante en algun tiempo ni por alguna manera ni Causa, ni razon, ni color que sea o ser pueda,
e quiero e es mi Voluntad y mrd. que non pueda embargar ni embargue a lo suso dho, ni a cosa
alguna ni parte de ello qualesquier leyes, ni fueros, ni derechos e Ordenamientos, e estylos e
costumbres e fazanas si otra qualquier cosa asi de fecho como de drho. de qualquier natura Vigor
efecto Calidad, e misterio que en contrario sea, o ser pueda ca las Leyes que dicen que las cartas
e rescriptos dadas contra Ley o fuerza o derecho deuen ser obedecidas e non complidas aunque
contengan qualesquier Clausulas derogatorias e non obstancias, e otras firmezas e que las Leyes
o fueros e derechos, Valederos non puedan ser derogados, saluo por Cortes e alzo e quito toda
obrrecion e subrrecion, e incompatibilidad, e todo otro obstáculo, e impedimento asi de fcho
como del dro. de qualquier natura e Vigor efecto Calidad e misterio que sea o ser pueda en
contrario de lo suso dho o de qualquier cosa o parte de ello aunque sea tal de la qual a quien
deuese ser fha expresa e especial mencion ca yo lo e aqui por expresado e declarado bien asi
como si aqui fuese puesto e espacificado e quiero que aia esta misma fuerza e vigor e dispenso
con ello e suplo qualesquier defectos e omisiones, e otras qualesquier cosas, asi de la substancia,
como de solemnidad, e otra en qualquier manera necesaria, e provechosas e cumplideras, de se
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
cumplir para tal validacion e perpetua aprobacion de todo lo suso dho e de cada cosa de ello. ca
yo de dho. mi propio motu e zierta sciencia e poderio Real absoluto dispenso con ello, e con cada
cosa e parte de ello en quanto a eso atañe o atañer puede, e quiero e mando e es mi mrd. e
deliberada e final, e determinada Voluntad que se faga e cumpla e guarde asi segun por la forma
e manera que en esta mi carta se contiene sin contradiccion alguna que sea o ser pueda, que los
unos ni los otros non fagades en deal, por alguna manera so pena de la mi mrd. e deposrcion de
los oficios e de confiscacion de los bienes de los que lo contrario ficieren para la mi Camara e
demas mando al home que les esta mi carta mostrare, que los emplaze que parezcan ante mi del
dia, que los emplazare fasta quince dias primeros. siguientes so la dha pena, so la qual mandoa a
qualquier Escrivano. publico que para esto fuere llamado que de ende al que la mostrare testimo-
nio signado con su signo, para que yo sepa en como se cumple mi mandado sobre lo qual man-
do a mi Chanziller. e notarios e a los otros oficiales que estan a la tabla de los mis sellos, que los
den e libren e pasen e sellen mi carta de previllejo rodado e las otras cartas e sobrecartas las mas
fuertes e firmes que la dha razon les pidieredes o menester obieredes, dada en la …….. dias de
……. año del nacimiento de nro. Sr. Jesucristo de mil e quatroztos. e sesena años= Yo el Rey= e
yo Alvar Gomez de Zuid. Real Srio de nro. Sr. el Rey la fize escriuir por su mandado. =
Concuerda con el Real titulo origl. que parece estar firmado de la mano del Sr. D. Henrique, que
para este efecto se eximió ante mi por parte de los notarios del Marques de Villena aunq. lo volvi
a entregar origl. de que doy fee, y la doy de estar en blanco la fha del mes y dia y parte donde
se dio, por cuia razon van hechas estas rayas en la parte donde correspondía, y para que conste
de su pedimento, yo Pedro Garcia de Acedo Srio. del Rey nro. Sr. residente en su corte lo signe
y firme en Madrid a catorce de Henero de mil setezientos y diez y nueve=.
Documento 5
Concesión por Enrique IV del título de conde de Xiquena y señor de las villas de Vélez
Blanco y Vélez Rubio, a su mayordomo Juan Pacheco, marqués de Villena (1461)
Md. q haze el Rey don enrique Al marqs. don Ju. Pº. el iº de titulo de Conde de Xiquena
Velez el blanco y Velez el Rubio, y lo Confirma con su prebilegio el Año de mil y qua-
trocientos y sesenta y uno60.
60 Está redactado en letra antigua, de pendonista, con florón inicial, y todo el texto en renglones super-
puestos, si bien fácilmente legible. También lo hemos transcrito.
61 En ese documento aparece inserto el texto transcrito anteriormente, sobre concesión del título de
Conde de Xiquena, de Vélez el Blanco y de Vélez el Rubio de 1460. Así aparece referido en el texto, con
una marca, al margen: Año del 460. Y finalmente, otra marca al margen: la confirmación, de 1461.
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LAS ELECCIONES MUNICIPALES
DE 25 DE ENERO DE 1976 EN
VÉLEZ RUBIO
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Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
En el plano político los cambios empezaron a sentirse el mismo día de los funerales del
caudillo con la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la Ley 41/1975, de 19
de noviembre, de Bases del Estatuto de Régimen Local que dos días antes había sido
aprobada en Cortes. La nueva ley, que si bien entró en vigor tras la muerte del dictador
no puede considerarse aún “post-franquista” ya que fue aprobada y sancionada en vida
de Franco, recogía entre otras disposiciones, que “El Alcalde será elegido mediante votación
secreta efectuada por los Concejales del Ayuntamiento”, en lo que el profesor Martínez Marín
considera “una posición intermedia del mantenimiento del Régimen y la creciente exigencia
social de la representatividad municipal electiva”. Se trataba en efecto de un cierto avance
“democrático” por cuanto los alcaldes de los municipios de más de 10.000 habitantes
dejaban de ser nombrados directamente por el gobernador civil y pasaban a ser elegidos
por los concejales. Unos concejales que continuaban articulados en los tercios familiar,
sindical y corporativo pero cuya elección estaba ahora según la nueva ley en manos “de
todos los vecinos del municipio incluidos en el Censo electoral, mediante sufragio articulado que
incluya los tres cauces o grupos representativos”.
La nueva ley fue recibida en Vélez Rubio, por un Ayuntamiento mermado de personal,
tanto “político” como administrativo. De los nueve concejales que formaban la corpora-
ción, sólo estaban en activo siete de ellos ya que los otros dos (D. Andrés Egea rubio y D.
Ambrosio García Blesa) estaban destinados en Almería y Carboneras respectivamente,
por motivos de trabajo (director escolar uno y de caja de ahorros el otro), por lo que la
elección del futuro alcalde estaba en manos de una “minicorporación”. En el aspecto téc-
nico-administrativo la situación no era más boyante: vacantes la Secretaría y la Interven-
ción, jubilado el oficial primero y fallecido uno de los auxiliares. Así las cosas, y aun no
pareciendo apetecible el bastón de mando en el municipio, la Navidad de 1975, estuvo
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
marcada por todo tipo de teorías y apuestas sobre las posibles candidaturas, que, como
suele ocurrir, se hicieron públicas antes por los “corrillos” que por los propios candidatos.
Así reflejaba la prensa de la época la realidad velezana: “Se desconoce aún si alguno de
nuestros alcaldables piensa presentar candidatura, aunque son varios los nombres que, entre los
corrillos, se manejan, pero es claro que habrá que definirse y dejar de una vez las indecisiones que
a nada conducen” (Ideal,23-12-1975).
Como podemos observar en los textos citados, son constantes las alusiones a la in-
decisión de los candidatos. Sin embargo, y contra todo pronóstico (dado el todavía
escaso papel que la mujer desempeñaba en la vida pública) la primera en dar un paso
al frente y postularse como “alcaldable” fue una mujer, María Dolores López Jordán.
María Dolores, natural de San Roque (Cádiz) aunque de padres almerienses (albojense
ella y virgitano él) pasó parte de su infancia y de su juventud en Lorca, donde su padre
estaba destinado como militar, y donde conoció a su marido Jesús López Serrabona,
natural de Vélez Rubio, a donde se trasladó tras contraer matrimonio. María Dolores
compaginaba sus tareas de ama de casa y madre de cinco hijos con las de gestora ad-
ministrativa y taxista, sin duda, una adelantada a su época. Esta excepcionalidad le llevó
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LA HISTORIA DE ALMERÍA
Y SUS HISTORIADORES
CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
a ser la candidata sobre la que más tinta corrió en la prensa provincial, llegando incluso
a enfrentar en sus posiciones a los dos principales periódicos de la época. Fue en una
entrevista concedida a la Voz de Almería donde hizo público su “programa electoral”:
Construcción de un parque infantil, poner en marcha el centro rural de asistencia sa-
nitaria, el matadero municipal y la plaza de abastos; construcción de un nuevo cuartel
para la Benemérita, normalización de suministros de energía eléctrica y agua potable,
aumentar el número de barrenderos, construir industrias, dotar a la biblioteca municipal
de más libros etc… En estas declaraciones, además de exponer sus líneas de actuación
de ser elegida alcaldesa (cosa que ella misma reconocía improbable), hacía referencia
también al machismo y al caciquismo imperantes en el municipio, lo que le acarreó gran
número de críticas tanto de dentro como de fuera del pueblo. Unos días después el otro
diario provincial, “Ideal”, en su sección “Mirando con Lupa” dedicaba un pequeño pero
sustancioso párrafo a las mismas:
Me temo que doña María Dolores López Jordán, alcaldable por el término municipal de
Vélez Rubio, no va a ser elegida. Y no es por nada, pero es que el programa de promesas
de esta mujer deja mucho que desear. Primero va y dice que, efectivamente, no va a ser
elegida, pero que, si las elecciones fueran por sufragio universal, que entonces sí sería ele-
gida. O sea, que sin querer ha venido a decir la señora en cuestión que los concejales de
su pueblo no representarán la voluntad popular porque si así fuera tendría que elegirla a
ella. Y ha dicho más, por ejemplo, que en su pueblo hay caciquismo, y que ella intentaría
barrerlo, que sus memorias las tiene apuntadas en una libreta y que, encima de todo es de
Cádiz. En fin, suerte señora, que le va a hacer falta.
Sin embargo, y pesar de las críticas, también fueron muchas las muestras de apoyo que
la primera mujer “alcaldable” recibió de sus convecinos, o por decirlo con más precisión,
convecinas, ya que fue un grupo de mujeres el que se movilizó en busca de firmas que
apoyaran la candidatura de María Dolores, llegando a conseguir más de mil quinientas.
Con todo, y como ella misma había vaticinado, María Dolores no obtuvo ni un sólo voto
de la corporación, si bien su paso al frente sirvió de ejemplo para futuras vocaciones
políticas de mujeres velezanas.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
El programa electoral de los tres primeros se hizo público a través de una entrevista reali-
zada por el diario Ideal a cada uno de los candidatos en la que éstos habían de responder
a las siguientes preguntas:
1. Usted no ha intervenido anteriormente en política, ¿al presentar ahora candidatura re-
presenta, en algún modo, desacuerdo con las líneas anteriores de la política local? En el
caso del Sr. Carrasco, que ostentaba el cargo de primer teniente de alcalde, esta pregun-
ta hubo de reformularse, quedando de la siguiente manera: Su candidatura representa
en algún modo un continuismo inmovilista, ¿o por el contrario el presentarse usted
significa que no estaba de acuerdo con algunas de las líneas de la política local anterior?
2. De las necesidades que nuestro pueblo tiene planteadas ¿Cuál cree usted que sería la
más necesaria y de más urgente realización?
3. Hace unos días, en un órgano de información provincial, se han hecho unas declaracio-
nes y, entre otras cosas, se habla de unas obras y servicios necesarios para Vélez Rubio,
¿Comparte usted esos mismos puntos de vista?
Dichas entrevistas fueron publicadas entre los días 22 y 23 enero, y en ellas los candi-
datos: D. Manuel Martínez-Carlón, D. José Martínez Soto y D. Andrés Carrasco, presen-
taban coincidencias en cuanto que se declaraban monárquicos, consideraban positivo
el hecho de ser varias la candidaturas presentadas para el cargo de alcalde, necesaria la
construcción de servicios y edificios públicos en la localidad y situaban la modernización
de la agricultura como la vía para disminuir el paro y aumentar el nivel económico del
municipio. Don Andrés además se mostraba molesto por las declaraciones hechas por
la única candidata días atrás y defendían la labor realizada por el gobierno municipal
(Ideal, 22/23- 01-1976).
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Así estaba el panorama político velezano a menos de cuarenta y ocho horas de las pri-
meras “elecciones municipales” que se celebraban en el municipio desde 1936. Cuatro
candidatos que habían de ser elegidos por siete concejales (estando ausentes los dos que
hemos mencionado anteriormente):
Ésta fue la corporación que, reunida en pleno extraordinario, hubo de elegir al nuevo
alcalde de Vélez Rubio el 25 de enero de 1976, ante un salón de plenos a rebosar de
público expectante por el devenir de los acontecimientos, aunque, según fuentes con-
sultadas, el “voto secreto era aquí un secreto a voces”.
El pleno se reunió bajo la presidencia de la junta municipal del censo, integrada por D.
Hilario Sáez Hernández como presidente, D. Eduardo Olalla Herrero como vicepresi-
dente, como vocales: D. Manuel Martínez-Carlón Guirao, D. Julián González Martínez,
D. Amador Abadía Bañón, D. Juan Asensio Lagunas y D. Juan Llamas Alarcos, y como
secretario D. Juan Bautista Gázquez Martínez.
Leídas las disposiciones legales que regulaban dicha elección, así como las aclaraciones
y derechos que dichas disposiciones concedían a los participantes en el supuesto de
disconformidad ante el resultado de la elección se procedió a la votación, que se llevó a
cabo por medio de papeletas que los concejales entregaban al presidente.
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CENTENARIO DEL PADRE TAPIA
Así pues, y habida cuenta de que ningún candidato obtenía las dos terceras partes
necesarias por la normativa legal hubo de llevarse a cabo una segunda votación en la
que únicamente participaban los dos candidatos que habían obtenido mayor número
de votos en la primera: D. Andrés Carrasco y D. Manuel Martínez-Carlón. El segundo
obtuvo ahora un único voto, mientras que el primero recabó seis quedando proclamado
nuevo alcalde de Vélez Rubio, cargo que ostentaría hasta 1983.
A modo de conclusión, habría que señalar que, si bien éstas no fueron unas elecciones
democráticas propiamente dichas, sirvieron como una especie de “simulacro electoral”
que reactivó las aspiraciones políticas de los velezanos y los “entrenó” por así decirlo,
para las futuras citas electorales, éstas ya sí plenamente democráticas.
BIBLIOGRAFÍA
Diario IDEAL.
MARTÍNEZ MARÍN, A, La representatividad municipal española. Historia legislativa y régimen vigente, Secreta-
riado de Publicaciones de la Universidad, Murcia, 1989.
FERNÁNDEZ AMADOR, M., QUIROSA-CHEYROUZE MUÑOZ, R., “Los últimos ayuntamientos de la dictadura
en los inicios de la Transición. Las elecciones de 1976 en la provincia de Almería”. En Miradas al pasado Re-
ciente de la II República a la Transición. 2014.
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