Historia de Francisco Hernández
Historia de Francisco Hernández
Historia de Francisco Hernández
Mi nombre es Francisco Hernández, tengo 28 años, soy egresado de la tercera promoción del año
1998, del programa Tecnología en Administración Hotelera del Centro de Formación Nacional de
Hotelería, Turismo y Alimentos del SENA en la ciudad de Bogotá.
Mientras estaba en mi período de formación abrigaba muchas ilusiones y sueños que esperaba
concretar cuando pudiera desempeñarme laboralmente en alguna empresa o entidad del sector
hotelero o de algún área a fin.
Pasaron las semanas, meses y años, me volví un lector compulsivo de todos los clasificados que
aparecían en el periódico, con cierta frecuencia acudía al Centro de Información para el Empleo
del SENA, pero había muchas personas buscando un puesto de trabajo, las ofertas eran pocas y,
frecuentemente, mal remuneradas.
En una de mis visitas al Centro de Información para el Empleo del Sena puede enterarme, a través
de una cartelera, de una invitación a un Curso de Creación de Empresas, sin demora acudí a
inscribirme al evento pensando que muchas personas asistirían y no quería perder esta posibilidad,
que aunque nunca la había contemplado, se había constituido en mi única opción frente a mi
panorama.
El primer día del curso había todo tipo de personas: egresados del Sena, profesionales que habían
sido despedidos de entidades oficiales por procesos de reestructuración, profesionales
universitarios y tecnólogos. A medida que fue avanzando el curso, pude establecer que mi
situación era casi similar a la de los demás.
Uno de los talleres del curso consistía en plantear una iniciativa empresarial, a la que se le debía
realizar un plan de negocio. Nuestro equipo estaba conformado por un tecnólogo de alimentos y
un contador con especialización en finanzas que había salido en un recorte de personal. Luego
de un análisis de nuestros conocimientos definimos una empresa de Provisión de Alimentos para
empresas y guarderías.
Al principio la idea parecía extraña, pero a medida que estudiamos el medio, con amigos que
laboraban en algunas empresas y con algunas guarderías, encontramos que nuestra iniciativa
podía tener gran potencial.
Hoy, seis meses después de culminar el curso, puedo decir que nuestra idea de negocio es una
realidad. Actualmente tenemos treinta guarderías y cinco empresas como clientes. Al principio
tuvimos muchas dificultades pero ahora son aspectos que hemos aprendido a superar y gerenciar.
Hoy nuestro negocio cuenta con 15 empleados.
Reviso mi historia y lamento no haber contemplado el tema de la creación de empresas desde
que estaba estudiando. Hubiera podido aprovechar los cuatro años que perdí buscando un
trabajo que nunca llegó, pero también reconozco que si no hubiera sido porque llegué a una
situación tan apremiante en mi vida, no hubiera asumido con seriedad y compromiso la
oportunidad que se me brindó en el tema de crear una empresa.
Algunos compañeros me preguntan: ¿qué consejo pudiera darle a otros estudiantes?, y lo único
que puedo decir es: aprovechen al máximo su tiempo, aprendan de su entorno, de las
condiciones económicas y sociales que los rodea y asuman seriamente el compromiso de ser
gestores de su propio empleo.
6. Investigar la biografía de Arturo Calle, Lorenzo Servitje (Bimbo), Rafael Molano (Ramo), de
acuerdo a las tres biografías escoja la que más le haya llamado la atención y mencione los
componentes y características que tuvo ese emprendedor
Arturo calle: Más allá de contar la historia de una marca, narraremos la historia de una persona
que es vivo ejemplo de éxito. Don Arturo Calle, nació en Medellín Colombia “la ciudad de la
eterna primavera”. Sus primeros años transcurrieron en el barrio Manrique, uno de los barrios más
tradicionales de la capital antioqueña. Tiempo después cambió su lugar de vivienda y se
trasladó a una hermosa finca campestre en el barrio Robledo. Desde joven, Don Arturo Calle
mostró ser una persona diferente, sus tíos solían decirle “si encaminas tus acciones por el camino
del bien, seguro llegarás muy lejos”. Y así fue, siguiendo el consejo de sus tíos, Arturo ha
consolidado un imperio de más de 80 locales en Latinoamérica, 4500 empleos directos y más de
12000 empleos indirectos.
Don Arturo Calle soñaba con ser independiente. Su primer empleo fue en la fábrica de calcetines
Hiladerias Pipalfa, allí trabajo por dos años, todo lo que consiguió lo ahorró para hacer su sueño
realidad. Fue así como en 1965, en el barrio San Victorino de la ciudad de Bogotá abrió su
primer local llamado La Camisita. Para lograrlo tuvo que pedir prestado $4.000, “nunca más he
vuelto a pedir plata prestada”, dice Arturo sintiéndose orgulloso.
don Arturo Calle le seguía preocupando la calidad y el control de lo que vendía, aún seguía
comprando las marcas que vendía terceros. Con el poder económico adquirido decidió
cambiar su modelo de negocio. Fue entonces cuando empezó a asociarse con las
manufactureras más importantes del país para que le maquilaran sus productos. Así, Arturo Calle
pudo y ha podido hasta hoy garantizar a sus clientes buen precio, calidad y diversidad.
Lorenzo servitie: nació el 20 de noviembre de 1918 en la Ciudad de México, hijo de los españoles
Juan Servitje Torrallardona (que llegó a México en 1904 y trabajó en una pastelería propiedad
de la familia) y de Josefina Sendra Grimau (que arribó a México en 1914), y fue el mayor de
cinco hermanos.2 En la década de 1920, el pan apenas comenzaba a figurar en el comercio
del país, proveniente de Estados Unidos. A finales de esa década, Juan Servitje fundó su propia
pastelería, nombrada El Molino, a partir de su experiencia laboral.
Lorenzo cursó sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
donde se graduó como contador público. Lorenzo recién había cumplido 18 años y cursaba la
universidad, cuando su padre falleció el día 15 de diciembre de 1936, hecho que cambiaría su
vida y la de su familia. La pastelería El Molino era un punto de reunión familiar, todos llegaron a
cocinar pan para la venta, o a atender a clientes o a administrar la logística de repartición del
pan. Durante ese tiempo, fungió como el responsable del área de ventas de El Molino, hasta
convertirse en su gerente. En su gestión, logró acrecentar el éxito de la compañía familiar, hasta
convertirla en una de las más notables de la Ciudad de México. Lorenzo pudo haber adquirido
su ambición a partir de la lectura de diversas revistas estadounidenses como Baker's Helper. En
1944, concibió la idea de abrir su propia panificadora por parte de su tío Jaime Sendra Grimau
(que era el encargado del área de producción de la pastelería). Ese año contrajo matrimonio
con Carmen Montull que les facilitó un local para la nueva panificadora, al año siguiente
Servitje, su hermano Roberto y su cuñado y primo Jaime Jorba Sendra inauguraron Panificadora
Bimbo el 2 de diciembre de 1945. En sus inicios, la empresa contaba con 34 empleados y
comercializaba cuatro tipos de productos (pan grande, chico, pan negro y pan tostado).4 Con
el transcurso del tiempo, puso especial atención en la publicidad y la mercadotecnia de su
empresa, y produjo un programa radiofónico donde promovía los productos de Bimbo con
frases acompañadas de tonos musicales. Además, se crearon historietas protagonizadas por el
Osito Bimbo, la mascota oficial y emblema de la compañía. En 1999, obtuvo el galardón
Tlamatini por parte de Fomento de Investigación y Cultura Superior, destinado a «[quienes] con
su voluntad, quehacer y talento han realizado aportaciones importantes a la educación en
nuestro país : En varios medios se ha mencionado su labor filantrópica al frente de Grupo Bimbo,
al promover la educación y contribuir con proyectos de reforestación, como el realizado en el
2008, cuando mandó sembrar 9,3 millones de árboles en un solo día.8 Participó en actividades
políticas, y es pública su fe católica.
y Murió en la Ciudad de México a los 98 años
rafael molano: Hacia 1950 Rafael Molano empezaría a vender las tortas a sus amigos de Bavaria.
Sus ganas de comercializar el producto a través de tiendas lo llevaron a cambiar el concepto
que hasta entonces se tenía del producto.
Al estar muy asociado a los cumpleaños y resultar algo costoso para la gente, Molano debería
hacer ajustes a su oferta si es que efectivamente pretendía comercializar las tortas a través de
terceros. Así fue como se le ocurriría tajar los ponqués en 12 porciones para que los tenderos
pudieran venderlas de forma individual y a un precio menor. Volviendo las tortas un postre que
se podía disfrutar en cualquier momento, Molano lograría cambiar la concepción que hasta
entonces se tenía del producto al ampliar las ocasiones de consumo a otros momentos
diferentes a los cumpleaños.
La buena aceptación que tenían las tortas, sumado a la penetración cada vez mayor que estaba
logrando a través del comercio minorista, eran la prueba inequívoca de que el negocio tenía
potencial.
Ramo es una de las marcas con las que más se han identificado generaciones de Colombianos
desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. No sólo es un ejemplo de emprendimiento y
un caso de mercadeo digno de estudiar, sino que por encima de todo es un ejemplo de vida, el
de Rafael Molano, su fundador.
Especialmente para aquellos que sueñan con llegar a tener su propio negocio, Molano y su
empresa son un recordatorio de que es posible conseguir grandes cosas aún cuando muchas
veces las oportunidades no estén a la vuelta de la esquina ni se disponga de lo necesario para
llevar las cosas a otro nivel.
Aunque a veces la vida pareciera tornarse en una lucha contra todos los pronósticos, la
necesidad nos pone en función de cosas que sin darnos cuenta nos pueden poner en el
camino de la auto-realización, sólo basta estar atentos a las señales y hacer que las cosas
pasen. Así, la historia de Molano no escapa a esa ineludible realidad dura que muchos deben
enfrentar. Su historia muestra que el tener una actitud diferente frente a situaciones difíciles
puede hacer que éstas se conviertan en oportunidades que nos pueden conducir al éxito
● Me llama la atención la de Rafael Molano (Ramo). Primero al comenzar sólo como un
pequeño negocio de venderle a sus amigos. La dedicación y luego la manera en la que
quiso progresar avanzando hasta comercializar en otras tiendas así progresar lentamente