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Sentencia C-621 de Julio 29 de 2003

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26/8/2020 SENTENCIA C-621 DE JULIO 29 DE 2003

SENTENCIA C-621 DE 29 DE JULIO DE 2003


CORTE CONSTITUCIONAL

CONTENIDO: REPRESENTANTE LEGAL Y REVISOR FISCAL DE SOCIEDADES. CUÁNDO TERMINA LA


RESPONSABILIDAD DE QUIEN SALE DEL CARGO. SE DECLARAN EXEQUIBLES CONDICIONALMENTE LOS
ARTÍCULOS 164 Y 442 DEL CÓDIGO DE COMERCIO.

TEMAS ESPECÍFICOS: RESPONSABILIDAD DEL REVISOR FISCAL, RESPONSABILIDAD PENAL DEL REVISOR
FISCAL, DESIGNACIÓN DE REPRESENTANTE LEGAL DE LA SOCIEDAD, RESPONSABILIDAD DEL
REPRESENTANTE LEGAL DE LA SOCIEDAD, RESPONSABILIDAD TRIBUTARIA DEL REVISOR FISCAL,
AUSENCIA DEL REVISOR FISCAL
SALA: PLENA
SALA: PLENA
PONENTE: MONROY CABRA, MARCO GERARDO
REVISTA JURISPRUDENCIA Y DOCTRINA N°: 381 DE SEPTIEMBRE DE 2003, PÁG.1690

Sentencia C-621 de julio 29 de 2003


CORTE CONSTITUCIONAL
SALA PLENA
REPRESENTANTE LEGAL Y REVISOR FISCAL DE SOCIEDADES
CUÁNDO TERMINA LA RESPONSABILIDAD DE QUIEN SALE DEL CARGO
Sentencia C-621 de 2003
Ref.: Expediente D-4450
Magistrado Sustanciador:
Dr. Marco Gerardo Monroy Cabra
Actora: Alexandra Hoyos Pizano
Demanda de insconstitucionalidad contra los artículos 164 y 442 del Decreto 410 de 1971 (Código
de Comercio).
Bogotá, julio veintinueve de dos mil tres.
La Sala Plena de la Corte Constitucional en ejercicio de sus atribuciones constitucionales y en
cumplimiento de los requisitos y trámites establecidos en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la
presente sentencia con base en los siguientes,
EXTRACTOS:
II. Normas demandadas
El siguiente es el texto de las normas demandadas:
DECRETO-LEY 410 DE 1971
(Marzo 27)

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“Por el cual se expide el Código de Comercio”.


El Presidente de la República de Colombia,
en ejercicio de las facultades extraordinarias que le confiere el numeral 15 del artículo 20 de la Ley
16 de 1968, y cumplido el requisito allí establecido,
DECRETA:
(...).
ART. 164.—Las personas inscritas en la cámara de comercio del domicilio social como
representantes de una sociedad, así como sus revisores fiscales, conservarán tal carácter para
todos los efectos legales, mientras no se cancele dicha inscripción mediante el registro de un nuevo
nombramiento o elección.
La simple confirmación o reelección de las personas ya inscritas no requerirá nueva inscripción.
ART. 442.—Las personas cuyos nombres figuren inscritos en el correspondiente registro mercantil
como gerentes principales y suplentes serán los representantes de la sociedad para todos los
efectos legales, mientras no se cancele su inscripción mediante el registro de un nuevo
nombramiento”.
(...)V. Consideraciones de la Corte
A. Competencia.
1. La Corte Constitucional es competente para pronunciarse sobre la demanda objeto de revisión,
con fundamento en lo dispuesto por el artículo 241 numeral 5º de la Constitución Política.
B. Lo que se debate.
2. Conforme a lo aducido en la demanda, a lo expuesto por los intervinientes y al concepto del
señor procurador, corresponde a la Corte decidir si resulta contrario a la Constitución,
especialmente a las normas de la misma que se refieren a la autonomía de la voluntad privada, al
derecho a la igualdad y a la libertad de escoger profesión u oficio, el que las normas acusadas
dispongan que las personas que aparezcan inscritas en la cámara de comercio correspondiente
como representantes legales o revisores fiscales de una sociedad conservarán tal carácter para
todos los efectos legales, mientras no se cancele dicha inscripción mediante el registro de un nuevo
nombramiento o elección. En especial, la Corte debe estudiar si por la fe pública que presta el
registro mercantil y por la oponibilidad a terceros de los datos en él asentados, como medida de
protección suya y del interés general, se justifica la permanencia de los representantes y revisores
en sus cargos mientras no se registre un nuevo nombramiento, o si tal permanencia vulnera los
derechos de las personas que cumplen tales funciones en las sociedades comerciales, en especial
el derecho a la igualdad, la autonomía de la voluntad y la libertad de escoger profesión u oficio.
C. Naturaleza jurídica del registro mercantil.
3. Dice el artículo 26 del Código de Comercio que el registro mercantil tiene por objeto “llevar la
matrícula de los comerciantes y de los establecimientos de comercio, así como la inscripción de
todos los actos, libros y documentos respecto de los cuales la ley exigiere esa formalidad“. Agrega
que tal registro será público y que “cualquier persona podrá examinar los libros y archivos en que
fuere llevado, tomar anotaciones de sus asientos o actos y obtener copias de los mismos”.
Coinciden unánimemente la doctrina y la jurisprudencia en reconocer que el registro mercantil es un
instrumento de publicidad para la vida comercial, cuyo objeto es permitir al público el conocimiento
de ciertos datos relevantes para el tráfico mercantil. Algunos hechos y actividades de esta
naturaleza producen efectos no solo entre la partes, sino también frente a terceros, por lo cual, por
razones de seguridad jurídica, es menester que exista un mecanismo para su conocimiento público.
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Por ello, la ley impone al comerciante la obligación de dar publicidad a tales hechos o actos, así
como su propia condición de comerciante (5) . Este interés de terceros, señala acertadamente
Garrigues, no es un interés difuso, sino concreto (6) .
(5) La ley mercantil distingue entre la “matrícula mercantil”, que es el registro de la condición de
comerciante, y el registro mercantil que es la anotación de los actos, libros, y documentos respecto
de los cuales la ley exige publicidad.
(6) Cf. Garrigues, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil, Pág. 63, Bogotá, Ed. Temis, 1987. Explica
este autor que no todos los hechos de la vida profesional del comerciante se llevan a la publicidad,
pues hay sectores de su actividad que permanecen completamente cerrados a la publicidad legal,
como los que se refieren a los negocios que lleva a cabo, a sus posibilidades de venta, etc. Otras
actividades o situaciones tampoco son objeto de publicidad sin motivo suficiente, aun cuando su
conocimiento afecte el interés general, como sucede con la situación financiera del negocio: el
legislador en principio protege el secreto de la contabilidad mercantil y solo excepcionalmente su
publicación. En cambio, cuando el legislador impone la obligación de registrar determinado acto, lo
hace en defensa del interés concreto de un tercero, que puede verse afectado con él.
A diferencia de otros registros que son de naturaleza real, como el registro inmobiliario, el registro
mercantil es de naturaleza personal porque lo inscrito es la persona misma en su condición de
comerciante y los hechos y actos que a él lo afectan frente a terceros. Usualmente se le reconoce
un carácter meramente declarativo, en cuanto es simplemente un mecanismo de publicidad de
ciertos hechos o actos relevantes en el tráfico mercantil. Es decir, la inscripción en el registro no es
un requisito de aquellos que son necesarios para la existencia o para la validez de los actos
jurídicos inscritos, sino que únicamente los hace conocidos y por lo tanto “oponibles” a los terceros.
Así, una vez hecho el correspondiente registro, el acto tendrá efectos no solo entre quienes
participaron en él, sino erga omnes, por lo cual en adelante nadie podrá alegar su desconocimiento.
Este es el principio que se conoce como de “publicidad material del registro”, en virtud del cual, una
vez inscrito, el acto se supone conocido de todos. Por lo anterior, la doctrina señala que la finalidad
inmediata del registro es dar seguridad a las relaciones que implican la responsabilidad jurídica del
comerciante.
Ahora bien, a pesar de que los efectos del registro de manera general son simplemente
declarativos, la doctrina se ha percatado de que en ocasiones la inscripción obra como condición
sine qua non para la producción de los efectos jurídicos del acto inscrito, es decir como condición
de su eficacia jurídica. En este caso las inscripciones han sido llamadas “constitutivas” (7) . Dentro
de esta clase de inscripciones constitutivas se reconocen tres posibilidades: (i) aquellas cuya
omisión impide de manera absoluta la producción de efectos jurídicos; (ii) otras inscripciones cuya
falta no impide la producción de efectos jurídicos, pero sí ocasiona la imposibilidad de registrar
otros actos posteriores, como sucede cuando se omite el registro de la calidad de comerciante, o
matrícula mercantil propiamente dicha; y, (iii) aquellas cuya omisión permite que se produzcan
efectos jurídicos entre las partes que intervinieron el acto llamado a registrarse, mas no frente a
terceros. De esta clase son, por ejemplo, el registro de las escrituras de constitución de las
sociedades o de reforma del contrato social, a que se refieren los artículos 112 y 158 del Código de
Comercio, respectivamente (8) .
(7) Cf. Garrigues, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil, Pág. 78. Bogotá, Ed. Temis, 1987. En el
mismo sentido, Cf. Luis Gonzalo Baena Cárdenas, Estudios de Derecho Mercantil, Bogotá, Escuela
Superior de Administración Pública ESAP, 1989, Pág. 161.
(8) ART. 112.—Mientras la escritura social no sea registrada en la cámara correspondiente al
domicilio principal de la sociedad, será inoponible el contrato a terceros, aunque se haya
consumado la entrega de los aportes de los socios.
ART. 158.—Toda reforma del contrato de sociedad comercial deberá reducirse a escritura pública
que se registrará como se dispone para la escritura de constitución de la sociedad, en la cámara de
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comercio correspondiente al domicilio social al tiempo de la reforma.


Sin los requisitos anteriores la reforma no producirá efecto alguno respecto de terceros. Las
reformas tendrán efectos entre los asociados desde cuando se acuerden o pacten conforme a los
estatutos.
D. Alcance jurídico de las normas demandadas.
4. El artículo 28 del Código de Comercio enumera las personas, actos, contratos y documentos que
deben inscribirse en el registro mercantil y dentro de ellos, en el numeral 9º, incluye “la constitución,
adiciones o reformas estatutarias y la liquidación de sociedades comerciales, así como la
designación de representantes legales y liquidadores, y su remoción”. Armónicamente, el artículo
117 ibídem, señala que “para probar la representación de una sociedad bastará la certificación de la
cámara respectiva, con indicación del nombre de los representantes, de las facultades conferidas a
cada uno de ellos en el contrato y de las limitaciones acordadas a dichas facultades, en su caso”.
En cuanto al revisor fiscal, el artículo 163 del mismo ordenamiento prescribe que la designación o
revocación de los revisores fiscales ... “no estará sujeta sino a simple registro en la cámara de
comercio, mediante copias del acta o acuerdo en que conste la designación o la revocación”. Todas
estas disposiciones, por su ubicación dentro del código, resultan aplicables a todas las sociedades
comerciales.
Las normas demandadas, esto es los artículos 164 y 442 del Código de Comercio, regulan los
efectos de la inscripción y de la falta de inscripción del nombramiento de los representantes legales
o revisores fiscales de las sociedades. La primera de estas normas pertenece al título I del libro
segundo del Código de Comercio, y por tanto resulta aplicable de manera general a todas las
sociedades comerciales. La segunda es una norma del título VI, relativo a la sociedad anónima.
Como se recuerda, estas disposiciones prescriben lo siguiente:
a) Que las personas “inscritas en la cámara de comercio del domicilio social como representantes
de una sociedad, así como sus revisores fiscales, conservarán tal carácter para todos los efectos
legales, mientras no se cancele dicha inscripción” (art. 164, aplicable a todo tipo de sociedades).
b) Que la cancelación de la inscripción de un nombramiento en estos cargos solo se produce
“mediante el registro de un nuevo nombramiento o elección” (art. 164, aplicable a todo tipo de
sociedades).
c) Que las personas inscritas como gerentes principales o suplentes se consideran los
representantes legales de la sociedad anónima y que conservan esa calidad mientras no se
cancele la inscripción (art. 442, relativo a las sociedades anónimas).
d) Que esta inscripción solo se entiende cancelada “mediante el registro de un nuevo
nombramiento” (art. 442).
Como puede verse, el alcance normativo de las anteriores disposiciones consiste en establecer que
la designación de representantes legales y revisores fiscales solo produce efectos jurídicos cuando
ha sido inscrita en el registro mercantil. Ahora bien, cuando por cualquier causa (renuncia,
remoción, muerte, etc.), la persona cuyo nombre aparece inscrito deja de ocupar cargo, el solo
registro de este hecho no es suficiente para que cesen sus obligaciones y responsabilidades como
tal, pues lo que determina esta cesación no es el registro de la renuncia, remoción, muerte,
incapacidad o cualquier otra circunstancia que ponga fin al ejercicio de sus funciones, sino la
inscripción como representante legal o revisor fiscal de la persona llamada a reemplazarlo.
En efecto, a pesar de que el artículo 163 del Código de Comercio permite el registro de la
revocación de los administradores (9) , o revisores fiscales, no es esta inscripción la que pone fin a
las obligaciones y responsabilidades de quienes ejercen estos cargos, sino que, por mandato de las
normas acusadas, solamente el “registro de un nuevo nombramiento” desvincula definitivamente tal
responsabilidad suya frente a la sociedad (10) .
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(9) De conformidad con lo dispuesto por el artículo 22 de la Ley 222 de 1995, son administradores
el representante legal, el liquidador, el factor, los miembros de juntas o consejos directivos y
quienes de acuerdo con los estatutos ejerzan o detenten esas funciones.
(10) Código de Comercio. ART. 163.—La designación o revocación de los administradores o de los
revisores fiscales previstas en la ley o en el contrato social no se considerará como reforma sino
como desarrollo o ejecución del contrato y no estará sujeta sino a simple registro en la cámara de
comercio mediante copias del acta o acuerdo en que conste la designación o la revocación.
Las cámaras se abstendrán no obstante de hacer la inscripción de la designación o revocación
cuando no se hayan observado respecto de las mismas las prescripciones de la ley o del contrato.
La revocación o reemplazo de los funcionarios a que se refiere este artículo se hará con el quórum
y la mayoría de votos prescritos en la ley o en el contrato para su designación.
Destaca la Corte que del texto de los artículos acusados no se deduce con claridad si los efectos
de la falta de inscripción del “nuevo nombramiento” se producen únicamente frente a terceros. En
efecto, las normas no solo no lo señalan, sino que el artículo 164 dice que el representante o
revisor “para todos los efectos legales” continuará siendo el que aparece inscrito. Aunque es
dable pensar que el conocimiento que tengan los socios respecto de la causa que puso fin al
ejercicio del cargo hace que frente a ellos y a la sociedad sí sea oponible la desvinculación y que
por lo tanto ante ellos no exista la responsabilidad inherente a la función de representante legal o
revisor fiscal, en cierta clase de sociedades, especialmente en las anónimas, no es presumible el
conocimiento general por parte de los socios respecto de la renuncia, remoción, muerte o cualquier
otra causa de retiro del cargo.
Lo anterior hace que en virtud de lo dispuesto por las normas acusadas pueda decirse que el
registro del nombramiento de representante legal o revisor fiscal tiene un carácter no simplemente
declarativo, sino también constitutivo, en cuanto los efectos jurídicos de la designación no se
producen ante terceros sino con la inscripción en la cámara de comercio, y en ocasiones
posiblemente esos efectos jurídicos tampoco podrán ser oponibles a los asociados o la misma
sociedad.
Por último, los alcances de las normas acusadas, especialmente de la expresión “para todos los
efectos legales”, hacen que el representante legal y el revisor fiscal sigan considerándose como
tales en todo sentido. Es decir en cuanto al cumplimiento de las obligaciones y funciones inherentes
al cargo, como a la responsabilidad personal por el incumplimiento o extralimitación en las mismas.
5. En este punto es necesario anotar que sobre el tema de la continuidad en la responsabilidad
inherente al cargo que le cabría al representante legal o al revisor fiscal después de la renuncia o
destitución, cuando estos actos han sido inscritos en el registro mercantil pero aún no se ha
registrado el nuevo nombramiento de la persona llamada a reemplazarlos, la Superintendencia de
Sociedades y aun la jurisprudencia ha propiciado una interpretación del artículo 164 del Código de
Comercio, ahora bajo examen, según la cual una vez inscrita la renuncia o la destitución, aunque
no se haya registrado un nuevo nombramiento, cesa la responsabilidad del representante legal o el
revisor fiscal respectivo. En efecto, la superintendencia sobre el punto expresó:
“El artículo 164 (...) quiere significar que frente a terceros se da prevalencia del orden externo de la
compañía sobre el orden meramente interno. El artículo 164 se refiere entonces a la publicidad que
requiere el nombramiento respectivo al exigir su inscripción en el registro mercantil, mas no al
desconocimiento de la elección

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