Política Antartica de Chile PDF
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DE CHILE
ESTUDIOS INTERNACIONALES
I N S TJ TU T O
DE ESTUDIOS
INTERNACIONALES
DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
EL INSTITUTO DE
ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA
UNIVERSIDAD DE CHILE
es un centro de enseñanza superior
e investigaciones en el ámbito
de las relaciones internacionales,
en sus aspectos politicos, jurídicos,
económicos, sociales e históricos.
Imparte docencia de pre y postgrado
en la Universidad de Chile y
coopera con otras instituciones
académicas
//
/.~
~------------~~---~
Esta obra reúne los trabajos preparados en un grupo de trabajo sobre Política Antártica
de Chile que funcionó en 1983 y las contribuciones a un seminario sobre el mismo tema
celebrado en el Instituto de Estudios Internacionales en el mes de Diciembre de ese afio.
"
© Universidad de Chile,.1984
Inscripción N° 61.346
Impreso en
EDITORIAL UNIVERSITARIA
San Francisco 454, Santiago, Chile
Introducción
FRANCISCO ORREGO VICUÑA 11
lo
La vocación antártica de Chile: Orientaciones históricas y políticas
contemporáneas. 13
La proyección extracontinental de Chile. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . 15
FRANCISCO ORREGO VICUÑA
Presencia de Chile en la Antártica .............................. 35
PEDRO ROMERO
Vinculación histórica del territorio continental y la Antártica ...... 51
CARLOS DE TORO ALVAREZ
Antecedentes históricos de la política internacional de Chile en la
Antártica: Negociaciones chileno-argentinas de 1906, 1907 Y 1908 67
OSCAR PINOCHET DE LA BARRA
Antecedentes de la negociación diplomática previa al Tratado de 1959
y la posición de Chile. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . 81
ENRIQUE GALLARDO VILLARROEL
La contribución de Chile al Tratado Antártico 89
OSCAR PINOCHET DE LA BARRA
H.
El marco geográfico de la actividad antártica. 101
La geografía antártica como base de nuevas orientaciones políticas 103
RICARDO RIESCO
Poblamiento antártico ......................................... 115
MARCIA POUPIN BERTTONI
111.
Ciencia y tecnología antártica como fundamentos de una política
nacional. 119
La investigación científica como fundamento de una pol(tica nacional
antártica .................. '. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 I
GUIDO PINCHEIRA
El SCAR y el desarrollo de la cooperación enmátéria científica.... 131
LUCIA RAMIREZ
IV.
La preservación ambiental como objetivo de una política antártica. 179
Ecosistema antártico: Naturaleza, impacto y conservación ........ . 181
T. ANTEZANA, K. ,RAY Y C. ~<?R~LES., ,:; : • ".J '"
-' .1.'
VII.
El marco administratívo de una política antártica. "O 'U'
,,295
La politica antártica chilena y las bases de una estructura
administrativa ......... : ..... o • o ••••• o • o ••••••••• o • • • • • • • • • • • • • 297
JUAN GUllÍ..ERMO V ALENZUELA r.,' . ,
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COLABORADORES DE ESTE VOLUMEN
Los estudios sobre la politica antártica de Chile que se reúnen en este volumen,
son el producto de un prolongado esfuerzo de investigación y extensión que ha
llevado a cabo el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de
Chile con el fin de sistematizar el pensamiento antártico y las orientaciones
centrales que se aprecian en la política del país. Para ello se hacía necesario
asociar a un variado conjunto de puntos de vista, que pudiesen aportar los
elementos históricos, geográficos, científicos, tecnológicos, ambientales,jurídi-
cos y políticos, entre otros que conforman el proceso de creación de una política
antártica.
Dos programas específicos han confluido en la configuración de esta obra.
El primero fue un grupo de investigación que se organizó durante 1982 y 1983
con el auspicio de la Fundación Tinker, que tuvo por objetivo analizar de qué
manera la política antártica de Chile estaba relacionada con la reciente evolu-
ción que ha tenido el sistema antártico en cuanto a su actual orientación hacia el
manejo de los recursos naturales de la región. El segundo programa fue el
Seminario de extensión organizado por ese Instituto en el mes de diciembre de
1983, para difundir los principales ángulos de la política de Chile en materia de
desarrollo y cooperación antártica. Este volumen incluye un conjunto seleccio-
nado de trabajos preparados para uno y otro programa.
De esta manera, se alcanza una nueva etapa en la elaboración y estudio de
las ideas matrices en que descansa el desarrollo contemporáneo de la Antártica,
tarea en que el referido Instituto se encuentra desde' hace tiempo comprometi-
do. La obra sobre el Desarrollo de la Antártica, publicada con los estudios de un
Seminario organizado en Punta Arenas en 1977. Yla obra sobre La Antártica y
sus Recursos, que reúne los trabajos presentados al Seminario que tuvo lugar en
la base antártica Teniente Marsh en 1982, constituyen dos expresiones signifi-
cativas de esa preocupación. A ellas se agrega ahora la Política Antártica de Chile,
que entrega nuevos antecedentes sobre el quehacer del país en ese continentes.
11
1
La vocación antártica de Chile:
orientaciones históricas
y políticas contemporáneas
La proyección extracontinental
de Chile
Interpretación de la política marítima, antártica
y del Pacífico
1. INTRODUCCION
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POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
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Francisco Orrego V.I LA PROYECCION EXTRACONTINENTAL DE CHILE
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POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
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Francisco Onego V.I LA PROYECCION EXTRACONTINENTAL DE CHILE
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POUTlCA ANTARTlCA DE CHILE
Convención sobre el Derecho del Mar de 1982. El concepto de las líneas de base
rectas, o en su caso de las lineas de base archipielágicas, vino a materializar
jurídicamente el tipo de vínculo estrecho que existe en determinadas regiones
entre el territorio insular y sus aguas circundantes.
En consonancia con esas normas y prácticas del derecho internacional,
nuestro país procedió a dictar su sistema de lineas de base rectas en 1977,
aplicándolo a la extensa y quebrada geografía que se extiende al sur del Canal
de Chacao. De esta manera, se consolidaba en un instrumento jurídico la
situación qUe ya formaba parte del título histórico constituido por Chile en
relación a ese vasto conjunto de aguas interiores. Dos aspectos principales
deben destacarse a propósito de las características de este sistema. El primero
de ellos es que se han observado escrupulosamente los requisitos y exigencias
que prevé el derecho internacional para reconocer la validez de un sistema de
líneas de base rectas, incluyendo sus criterios técnicos,jurídicos y geográficos.
El segundo aspecto es que el sistema ha sido deliberadamente interrumpido en
el sector del Estrecho de Magallanes, para evitar así toda duda acerca de la
mantención del régimen de libertad de navegación a través de este último.
Estas varias proyecciones de la poUtica territorial del país a sus aguas
geográficamente integradas al continente, no pueden considerarse entera-
mente una manifestación de poUtica extracontinental, en cuanto se trata de
espacios marítimos estrechamente asociados a su dominio terrestre. Sin embar-
go, es una proyección que coincide con las características de esas otras manifes-
taciones extracontinentales. fundamentadas siempre en la conexión de una
política de tipo nacional con otra de tipo internacional, la que a su vez tiene un
importante factor de universalidad incorporado a su estructura, como puede
apreciarse en el vínculo existente entre el régimen del Estrecho de Magallanes
y las normas aplicables del derecho internacional a tales vlas de comunicación.
o en el vinculo que tiene el sistema de líneas de base rectas con lajurispruden-
cia. la práctica y la legislación internacional positiva.
U na segunda expresión de la política relativa al derecho del mar comienza
ya a separarse de las zonas costeras inmediatas para adquirir su proyección'
propiamente internacional. Se trata de la proyección de competencias y juris-
dicción del Estado ribereño sobre sus espacios marítimos adyacentes para los
efectos de adquirir el control exclusivo sobre la exploración y explotación de
sus recursos naturales, vivos y no vivos. También es ésta una concepción
vinculada a nuestro patrimonio intelectual histórico, tanto porque ya fuera
enunciada genéricamente por Andrés Bello en sus Principios de Derecho
Internacional, en 1831, como porque fuera creada con un sentido contempo-
ráneo por la célebre proclamación del Presidente Gabriel González Videla en
1947. dando así lugar a la primera zona marítima de 200 millas en el mundo.
Cabe pensar que no ha sido por casualidad que un ilustre pensador y un
distinguido estadista hayan llegado a la misma conclusión con un siglo de
diferencia. El interés de reservar los recursos naturales contenidos en un
espacio oceánico para la explotación de los nacionales. está directamente
vinculado a las realidades del país, que exigían desde temprano volcarse hacia
los mares adyacentes en reemplazo de aquel espacio interior inexistente. En la
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Francisco Onego V.I LA PROYECCION EXTRACONTINENTAL DE CHILE
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Francisco Orrego V.I LA PROYECCION EXTRACONTINENTAL DE CHILE
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POLITICA ANTARTlCA DE CHILE
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FranCÍ5co Orrego V. I LA PROYECCION EXTRACONTlNENTAL DE CHILE
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vend rían a ser regulados dentro del marco del sistema de cooperación interna-
cional propio de ese continente.
La politica antártica de nuestro país, al igual que ocurriera con la política
marítima, ha ido gradualmente relacionándose con un proceso de carácter
internacional, que le ha otorgado una nueva y más eficaz dimensión, a la vez
que ha interpuesto desafíos que tienen también una gran significación. Los
exitosos esquemas de cooperación científica internacional desarrollados con
ocasión del Año Geofísico Internacional de 1957, como también las tendencias
al conflicto y la confrontación que habían comenzado a aparecer pocos años
antes, condujeron felizmente a la conclusión del Tratado Antártico de 1959,
que a lo largo del tiempo daría lugar al nacimiento del sistema antártito que
conocemos en nuestros días.
La firma del Tratado Antártico marcó, en cierto modo, el término de la
etapa heroica de los descubrimientos y las primeras formas de cooperación
espontáneas que surgieron en las actividades emprendidas en ese continente,
para dar lugar a un sistema más institucionalizado de coordinación, coopera-
ción, y entendimiento, manteniendo siempre sus características de fluidez y
flexibilidad. El papel de las Partes Consultivas de ese Tratado, entre las que ha
figurado destacada y permanentemente nuestro país, ha sido de especial
importancia en la conducción de un proceso que, más allá de toda ideología o
coyuntura política, ha sido capaz de asegurar los valores de la paz y la coopera-
ción internacional en ese continente.
El incremento de la actividad antártica ha llevado en años recientes al
desarrollo de nuevas modalidades de cooperación, complementarias de las
previstas en el propio Tratado, con particular referencia a los regímenes de
recursos. Las Medidas Acordadas para la Protección de'- la Flora y Fauna,
primero, la Convención sobre la Foca, enseguida, o la Convención sobre la
Conservación de los Recursos Vivos Marinos de la Antártica, más recientemen-
te, son todos ejemplos de esquemas regulatorios de las actividades asociadas
con la política de recursos antárticos. A ello debe agregarse la negociación
actualmente en curso para definir el régimen relativo a la exploración y
explotación de los recursos minerales de ese continente. Se ha llegado a
configurar así un complejo sistema antártico, fundamentado en una pluralidad
de instrumentos.
Esta nueva dimensión de la política antártica demuestra como también, en
. esta otra materia, la proyección extracontinental de nuestro país va a compaña-
da de una activa vocación internacional que se traduce en compatibilizar
nuestros propios requerimientos de soberanía con las necesidades y perspecti-
vas de aquellas otras naciones que igualmente participan de la actividad antárti-
ca. Se logra así un equilibrio significativo entre la soberanía nacional y la
cooperación internacional, que junto con salvaguardar nuestros intereses bási-
cos asegura el diseño y aplicación de regímenes funcionales de acción interna-
cional. A la vez, este proceso permite consolidar el sistema antártico en el
contexto más amplio de la comunidad internacional.
El equilibrio de esta fórmula representa por cierto la piedra fundamental
sobre la que descansa el sistema en su conjunto. Si este equilibrio llegara a
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Francisco Orrego V. I LA PROYECCION EXTRACONTlNENTAL DE CHILE
Una tercera política central, aquella relativa al área del Pacifico, testimonia
también la confluencia de poUticas de proyección nacional con el desarrollo de
procesos de cooperación internacional, dando lugar a manifestaciones impor-
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PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTICA
Pedro Romero
1. INTRODUCCION
La presencia histórica
Si queremos hablar de la presencia de Chile en la Antártica, debemos necesa-
riamente remontarnos a los orígenes de nuestros derechos de soberanía en ese
continente. Revisando la historia, encontramos en las bulas del Papa Alejandro
VI, dictadas en 1493 y el Tratado de Tordesillas suscrito en 1494, los antece-
dentes más remotos.
El tratado mencionado, suscrito entre España y Portugal y que vino a
poner fin a las disputas sostenidas por las dos grandes potencias colonialistas de
la época, fyó el meridiano de T ordesillas a 360 leguas al oeste de las islas del
Cabo Verde de polo a polo. En virtud de tal instrumento jurídico, la Corona
Española pasó a ser dueña en la Antártica de todo el sector que quedaba al
poniente de los 27°31' de longitud oeste de Greenwich.
Basado en estos antecedentes, cuando el monarca español Carlos V tuvo
noticias que existían tierras aun más al sur de Chile, probablemente hasta el
mismo polo antártico, emitió Cédulas Reales para asignar la entonces denomi-
nada "Terra Australis" a capitanes que estaban a cargo de la Capitanía General
de Chile, y posteriormente a gobernadores del llamado Reyno de Chile, a
quienes encomendaba que ejercieran soberanía sobre todas las tierras australes
que se habían descubierto o descubrieran en el futuro en aquel confín del
mundo. Fue así como ostentaron el cargo de gobernador de la terra Australis,
Pero Sancho de Hoz, Pedro de Valdivia, Gerónimo de Alderete, Francisco de
Villagra.
Los antecedentes históricos demuestran claramente que Chile, ya sea
como gobernación española o república soberana, extendió su jurisdicción
hasta el polo sur. Esta afirmación se encuentra avalada por la información
entregada en 1773 por el Obispo de Santiago, Monseñor Manuel de Alday, al
Papa de la época. En ésta señala: "Nada diré de las numerosas misiones estables
y firmes que tiene esta provincia chilena en las tierras de los indios y de los
infieles, casi hasta los últimos ángulos del polo antártico ... ".
Hacia 1810, época de la independencia de nuestro país, se aplicó el
principio jurídico del "utis possidetis juris", que establecía que los límites de las
nuevas repúblicas debían ser de las fronteras de las provincias españolas a las
que habían sucedido. De acuerdo a este principio, le correspondió a Chile la
región situada en la zona antártica vecina a América y concedida a nuestra
nación por expresa voluntad del monarca español.
Corresponde señalar que entre los forjadores de nuestra independencia
siempre existió conciencia de que Chile se extendía hasta el territorio antártico.
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POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Así lo demostró nuestro Prócer General Bernardo O'Higgins, quien con una
extraordinaria visión política encuadró los límites de Chile en las regiones
polares, en la histórica carta dirigida, desde su exilio en Lima el 20 de agosto de
1831, al capitán Coghlan de la Real Marina británica. En dicha carta le remitió
un trabajo denominado "bosquejo comparativo de las ventajas naturales y de
otra especie que poseen los Estados Unidos y Chile respectivamente para
constituir una potencia marítima de primera clase en el nuevo mundo". Allí
señaló que "Chile viejo y nuevo se extiende en el Pacífico desde la bahía de
Mejillones en latitud 23°S hasta nueva Shetland del Sur en la latitud 65°S, y en
el Atlántico desde la península de San José en latitud 42°S hasta nueva Shetland
del Sur" ... "Chile, tal como queda descrito, posee las llaves de esa vasta porción
del Atlántico del sur ... esto es, desde el paralelo 300 S hasta el polo, y también
posee las llaves de todo el gran Pacífico".
En 1843. por orden del entonces presidente general don Manuel Bulnes se
tomó solemne posesión de la zona austral, fundándose el Fuerte Bulnes como
custodio de nuestra soberanía en esa región.
Fueron numerosas las manifestaciones australes de soberanía hechas por
Chile desde los albores de su independencia. Ya en "1892, se dictó en Santiago
una ordenanza que reglamentó la caza o pesca de focas o lobos marinos, nutrias
y chungungos en las costas, islas y mares territoriales de Chile. Esta ordenanza,
dictada b~o la firma del Presidente Jorge Montt, tenía por objeto reglamentar "
la pesca en los mares del sur y proteger los intereses de los pescadores naciona-
les ante la invasión de extranjeros que hicieron de esa zona el centro de sus
actividades de explotación de los recursos marinos.
Ese mismo año, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Gobernación de
Punta Arenas, a cargo del Almirante Señoret intercambiaron ¡n formaciones
sobre la forma de resguardar y confirmar los derechos chilenos en las regiones
antárticas, situadas al sur de América.
Las disposiciones de la ordenanza ya citada, no fueron suficientemente
eficaces. para mantener la vigilancia en la zona austral, aumentando en forma
considerable la pesca clandestina. Dentro del marco referido, don Pedro Pablo
Benavides solicitó al gobierno una concesión de pesca que le fue otorgada a
través del Decreto Supremo N° 3.310 del Ministerio de Industrias y Obras
Públicas del 31 de diciembre de 1902, a través del cual se le entregó en
arrendamiento las islas Diego Ramírez y San I1defonso, y también las islas e
islotes que se hallan a .20 o 30 millas al sur y suroeste de la Tierra del Fuego. El
decreto estipulaba que en dicha zona podrá efectuarse todo tipo de pesca en los
períodos permitidos por la ordenanza, con restricciones hacia el norte pero con
posibilidades de "efectuar trabajos hacia el sur indefinidamente".
Dos años más tarde, por Decreto Supremo 'del 5 de octubre de 1904 se
traspasó la concesión Benavides a los señores Jules Koeningswether y José
Pasinovich.
La lejanía de las tierras antárticas y la ausencia en esas latitudes de las
condiciones mínimas para el desarrollo de la vida humana no amedrentaron a
los chilenos, quienes trataron por todos los medios de aprovechar las riquezas
allí existentes, a la vez que afianzar nuestra soberanía en esa región.
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Pedro Romero I PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTICA
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Pedro Romero I PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTICA
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POLITICA ANTARTICA DE CHILE
pretensiones de soberanía con aquellos que sólo los impulsaba un interés por
las exploraciones, dejando de manifiesto la posibilidad de una solución política
del problema antártico. mediante la "colaboración de la ciencia.
El éxito obtenido durante el Año Geofísico Internacional, se vio coronado
con la invitación que el Presidente Eisenhower hizo a los 12 países para
participar en una conferencia que tendría como finalidad sentar las bases de un
Tratado Antártico.
A raíz de dicha invitación, el 14 de mayo de 1958, la Cancillería chilena
nuevamente ftió su posición ante la comunidad internacional, al emitir una
nota en la que expresaba que junto con acoger la idea planteada, desea destacar
que la presencia chilena en ese continente no tiene el carácter colonialista de
otras naciones, porque su derecho al sector sobre el cual ejerce soberanía,
arranca de títulos jurídicos e históricos tan antiguos como los del resto del país.
Agregaba que, por lo tanto, le resultaría inadmisible "aceptar ninguna forma
ya sea directa o indirecta de internacionalización de su territorio nacional
antártico, o el sometimiento a un sistema cualquiera de administración interna-
cional".
La conferencia organizada por los Estados Unidos, tenía como finalidad
primordial reservar el continente polar a las investigaciones científicas y consa-
grar el status quo en esa región. Dicha iniciativa, que estaba acorde a los deseos
manifestados por el gobierno de Chile con antelación, originó el Tratado
Antártico suscrito en Washington ellO de diciembre de 1959, que fue ratifica-
do por nuestra nación el 14 de julio de 1961 y que entró en vigencia el 23 de
junio de ese año.
Dicho instrumento jurídico consagra tres principios fundamentales: dedi-
car el continente antártico para fines pacíficos, proscribiendo allí las instalacio-
nes militares y el ensayo de cualquier tipo de armas; permitir una amplia
investigación científica, cuyos resultados beneficien a toda la humanidad, y
congelar las reclamaciones territoriales, asegurándose el statu quo durante la
vigencia del tratado, que hay que dejar en claro es de duración indefinida. Sólo
después de 30 años de su entrada en vigencia. es decir en 1991, cualquier parte
contratante puede solicitar su revisión.
Después de la firma del Tratado Antártico, Chile emerge como verdadera
potencia antártica, participando activamente en el denominado Sistema Antár-
tico.
Dentro de este nuevo contexto, Chile se vio en la obligación de intensificar
los esfuerzos científicos desarrollados hasta la fecha.
Se puede afirmar que Chile inició actividades científicas en la Antártica, a
partir de 1947, cuando se estableció la Base "Soberanía", donde se inauguró un
observatorio meteorológico; posteriormente, la Base "Gabriel González Vide-
la" fue utilizada por varios años como una estación científica, bajo el control de
la Universidad de Chile. Por su parte, en la Base "Luis Risopatrón" se ejecuta-
ron durante 18 meses observaciones científicas que fueron simultáneas en todo
el globo. .
Pero, si bien la labor científica realizada era válida, se pudo constatar que
parecía insuficiente y urgía crear un organismo que fuera rector de toda esta
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Pedro Romero I PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTlCA
actividad. Fue asf como nació el Instituto Antártico Chileno (1 NACH), a través de
la dictación de la Ley NQ 15.266 de 10 de octubre de 1963, que decía que éste
seria un organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, y que
tendría por principal misión el planear, orientar y coordinar las actividades
cientlficas y técnicas que organismos del Estado o particulares, debidamente
autorizados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, lleven a cabo en el
Territorio Chileno Antártico.
Desde esa fecha ellNAcH ha tomado a su cargo el control y dirección de las
actividades científicas y técnicas desarrolladas en nuestro territorio polar,
incentivándolas y enmarcándolas dentro del espíritu del Tratado Antártico, en
el sentido de la colaboración internacional, a través del desarrollo de proyectos
multinacionales, binacionales, y el correspondiente intercambio de informa-
ción.
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POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
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Pedro Romero I PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTlCA
colección de la flora existente en las islas Shetland del Sur. Cabe mencionar;
que dicha colección constituye un motivo de especial orgullo para nuestro país,
ya que es una de las más completas del mundo. Sobre estas muestras se está
confeccionando un catálogo de líquenes que será entregado a la comunidad
científica a fines del presente año.
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POLITICA ANTARTICA DE CHiLE
Por disposición del Supremo Gobierno han sido las tres ramas de las Fuerzas
Armadas, las encargadas de demostrarle al mundo la permanente presencia de
nuestro país en su territorio antártico. Desde hace muchos años es la Armada la
responsable de apoyar logísticamente las bases chilenas, antes llevando y
trayendo las dotaciones y partidas de construcción y reparaciones, ahora
transportando materiales, carga pesada y combustibles. Además realiza levan-
tamientos hidrográficos, programas de oceanografía y señalización marítima.
EI4 de diciembre de 1967, los helicópteros del "Piloto Pardo" rescataron
ilesos a los miembros chilenos de la dotación de la Base "Pedro Aguirre Cerda"
y a los científicos británicos de la Isla Decepción en medio de una turbulenta
lluvia volcánica.
El 11 de febrero de 1972 el "Piloto Pardo" y el, "Ydcho" rescataron a 144
sobrevivientes de la M/N "Lindblad Explorer" que varó en Bahía Almirantaz-
go, transportándolos a Punta Arenas.
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Pedro Romero I PRESENCIA DE CHILE EN LA ANTARTICA
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VINCULACION HISTORICA DEL TERRITORIO
CONTINENT AL y LA ANT ARTICA
1. INTRODUCCION
A. Su descubrimiento
El Continente Antártico fue descubierto por el Almirante español, al servicio
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POUTlCA ANTARTICA DE CHILE
del Gobierno de Chile, Gabriel de Castilla, quien avistó las islas Shetland del sur
en marzo de 1603, cuando su buque, el "Buena Nueva", habiendo zarpado
desde Valparaíso, fue arrastrado hacia el sur hasta alcanzar la latitud de 64°S.
Los españoles según su costumbre, mantuvieron en secreto este descubri-
miento, el que sólo vino a conocerse a principios de este siglo, gracias a los
trabajos de investigación del escritor norteamericano Edwin Swift Balch, quien
encontró en el Archivo Municipal de La Haya, la declaración de Lauren Claess,
tripulante holandés de la nave de Gabriel de Castilla.
El "Buena Nueva", mandado por Dirick Gerritz, formaba parte de la
expedición de Simón de Cordes al Pacifico y fue capturado a los holandeses en
Val paraíso en 1599. En poder de los españoles conservó parte de su antigua
dotación, entre ellos el contramaestre Lauren Claess. Esto ha producido cierta
confusión y algunos autores han atribuido erróneamente a Dirick Gerritz el
descubrimiento de la Antártica.
Es un hecho curioso que el Continente Antártico figure en los mapas y
crónicas, con anterioridad a su descubrimiento. En efecto, aparece dibujado
con bastante exactitud en el mapa de Piris Rey, editado en 1513, y en otros del
siglo XVI. Cabe destacar que también Ercílla lo menciona durante su perma-
nencia en Chile, en su poema La Araucana, publicado en 1569.
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POLITICA ANTARTICA DE CHILE
da empresa, se llegó a los primeros días del mes de marzo, contándose con una
pista de 915 metros de largo, totalmente señalizada; torre de control e instala-
ción para el combustible y luz eléctrica.
Con la materialización de una pista aérea antártica, Chile vigorizó su
decisión de afianzar su presencia y soberanía en el helado continente con fines
de paz, a la vez que inició nuevas modalidades en el reabastecimiento de las
bases alli instaladas.
El 22 de marzo de 1980, el aterrizaje por primera vez de un Hércules
C-130 de la Fuerza Aérea de Chile, en la Península Fildes de la Isla Rey Jorge,
en las Shetland del Sur, marca un hecho histórico. Esta fecha, no cabe duda, ha
marcado un hito importante para la historia de Chile en su territorio antártico y
que se suma a muchas que han jalonado de fechas memorables el desarrollo de
la provincia Antártica. El solo hecho de unir Punta Arenas con el Centro
Meteorológico de la Fuerza Aérea de Chile. en 2 horas 30 minutos, y aún más, a
sólo 7 horas 30 minutos de Santiago, en un avión de la autonomía y capacidad
de carga y transporte del Hércules, nos lleva a pensar no sólo en la real
incorporación de ese rico e importante territorio antártico chileno al desarrollo
nacional, sino que obliga a meditar profundamente en el impacto que significa,
para el apoyo a la investigación científica y a las perspectivas insospechadas que
abre a la planificación de las futuras actividades de investigación y prospección
de ese territorio chileno.
Con este esfuerzo, Chile ha pasado a la primera línea entre los países
antárticos que utilizan la vía aérea como apoyo permanente a la investigación,
exploración, ocupación y desarrollo del continente antártico.
Posteriormente, un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile, llevando
a bordo al General del Aire Don Fernando Matthei Aubel, Comandante en Jefe
de la Fuerza Aérea de Chile, cumplió con éxito, el 25 de junio de 1980, La
Primera Operación de una Aeronave Chilena en el Continente Helado, en Pleno
invierno.
El aterrizaje del cuadrimotor en una pista con más de cinco cm de nieve,
con cuatro grados bajo cero (-4°C) Yen medio de una ventisca de 40 nudos,
probó la factibilidad de unir las bases chilenas con el continente en cualquier
época del año, y de abastecer las dotaciones con efectividad, seguridad y
regularidad.
Posteriormente, el 30 de julio de 1980, en un vuelo del C-130 desde
Santiago a la Base Teniente Marsh, es llevado el helicóptero UH-I H N° 89,
incorporándose como el primer helicóptero en forma permanente a las opera-
ciones aéreas realizadas en el continente; como asimismo, el 8 de enero de
1981, es llevado, a través de un Avión C-130, el segundo UH-IH N° 81, el cual
vino a incrementar y apoyar las operaciones, además de la investigación y
soberanía territorial antártica.
Posteriormente, durante los años subsiguientes se ha continuado realizan-
do intensas actividades aéreas, permitiendo trasladarse en cada una de ellas los
recursos humanos y materiales necesarios para incrementar la construcción y
el desarrollo de las bases antárticas.
El empleo del material aéreo UH-I H durante cualquier época del año, ha
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Carlos de Toro A1varez I VINCULACION HISTORICA DEL TERRITORIO CONTINENTAL...
permitido mantener una comunicación aérea constante con las demás bases
nacionales y extranjeras, reafirmando con ello la presencia de Chile en el
continente blanco, como asimismo, se incrementó la exploración del plateau
antártico, con la finalidad de ubicar lugares para la demarcación de pistas de
aterrizaje avanzadas.
De acuerdo a la orientación que el Supremo Gobierno ha impartido en
relación con la Antártica, la Fuerza Aérea de Chile durante el período de
operación octubre-diciembre 1982, logró por primera vez alcanzar hasta la Isla
Charcot, en el sector de las Barreras de Hielo de Wilkins, al Oeste de la Isla
Alejandro 1; llegando finalmente hasta los 76° de longitud Oeste y 70° de
latitud Sur, una de las regiones menos conocida y explorada del Continente
Antártico.
Operando con dos aviones Twin Otter con skies, dos helicópteros BELL
212 y con el apoyo logístico de un avión Hércules C-I30, logró en estas aisladas
regiones, establecer con éxito un campamento y demarcar una pista de aterri-
zaje sobre el hielo, a unos 1.250 km de la Base Aérea "Tte. Marsh", y a una
distancia de 360 km aproximadamente al sur del Círculo Polar Antártico.
Finalmente, durante la presente Campaña Antártica 1983/1984, el24 de
octubre de 1983, dos aviones Twin Otter de la Fuerza Aérea de Chile aterriza-
ron sin novedad en la Base "Si pie", ubicada en latitud 75°57'S y longitud
84°15' W del territorio antártico chileno, siendo la primera vez que una
expedición chilena llegaba a esas latitudes.
E. Actividad Turistica
En los últimos años, ha surgido un interés por parte de algunos organismos
públicos y empresarios privados, por desarrollar y promocionar la actividad
turística en la Antártica.
61
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
62
Carlos de Toro Alvarez I VINCULACION HlSTORICA DEL TERRITORIO CONTINENTAL",
f) Base Aérea "Teniente RodolfQ Marsh Martin", Fue inaugurada el17 de marzo
de 1980, Se encuentra ubicada en la Isla Rey Jorge, Shetland del Sur y depende
directamente de ésta el Centro Meteorológico Presidente Eduardo Frei.
g) Base Cientifica "Luis Risopatrón", En el verano de 1957 se instaló. en las
cercanías de la Base O'Higgins, la Base Científica "Luis Risopatrón", destinada
exclusivamente a estudios científicos relacionados con el año Geoflsico Inter-
nacional.
En el mes de marzo de 1958, dicha Base fue destruida por un incendio,
siendo su dotación civil perteneciente a la Universidad Católica de Chile,
evacuada por la Armada Nacional.
h) Refugio Naval "Comodoro Guesalaga", Fue inaugurado el 28 de febrero de
1963. Se encuentra ubicado en Latitud: 67°47' Sur y Longitud: 68°53'W, Está
situado en la Isla A vian, en Bahía Margarita, Por ahora sólo se realizan trabajos
de verano y su orientación futura será servir de base de apoyo a las actividades
científicas que se desarrollarán más al Sur.
i) Sub-base Naval "Yelcho", Fue inaugurada el 18 de febrero de 1962, Se
encuentra ubicada en Latitud: 64°52' Sur y Longitud: 63°34' W. Está situada
en la Isla Doumer del Archipiélago de Palmer. Hasta el momento esta Base sólo
desarrolla programas de verano, en especial en Biología.
j) Refugio Naval "Cooper Mine", Se encuentra ubicado en Latitud: 62"23' Sur
y Longitud: 59°40'W. Está situado en la Isla Robert, Islas Shetland del Sur.
k) Refugio Naval "Yankee Bay". Se encuentra ubicado en Latitud: 62°32' Sur y
Longitud: 59°40'W, en la Isla Greenwich.
1) Refugio del Instituto Antártico "Spring". Fue inaugurado el 1° de febrero de
1973 y pertenece al Instituto Antártico Chileno. Se encuentra ubicado en
Latitud: 64°18' Sur y Longitud: 61 0 03'W, en Punta Spring de Bahía Hughes.
63
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
b) Expedici6n Chilena del Pilote Pardo. 1916. El Gobierno de Chile dispuso que
la escampavía "Yelcho" de la Armada Nacional, con base en Punta Arenas, al
mando del Piloto Sr. Luis A. Pardo, auxiliara a los náufragos del buque
británico "Endurance".
Después de una arriesgada navegación entre los hielos y aprovechando un
canalizo de aguas libres providencialmente abierto en el pack ice en pleno
invierno, el "Yelcho" logró rescatar a los compañeros de Shakleton en circuns-
tancias verdaderamente dramáticas, el 30 de agosto de 1916. Estaban refugia-
dos en Cabo Wild, en la isla Elefante, desde donde fueron trasladados a Punta
Arenas y luego a Valparaíso.
El Gobierno de S.M. Británica condecoró al Comandante Pardo por
servicios distinguidos.
c) El vapor "Alejandro", de la insignia de Braun Se Blanchard, contratado
por la Compañía de Salvatajes de Punta Arenas, realiza el salvamento del
Buque-fábrica de bandera noruega "Solsfreif' varado en la Isla Decepción.
d) Rescate de Científicos británicos y dotaci6n chilena de la base Presidente Agui1Te
Cerda. En el verano de 1967 se produjeron grandes erupciones volcánicas en la
Isla Decepción, que destruyeron las Bases e instalaciones existentes en dicho
lugar.
La dotación chilena de la Base Pedro Aguirre Cerda, y científicos británi-
cos en Isla Decepción, fueron rescatados por intermedio de los dos helicópte-
ros navales del AP. "Piloto Pardo", en medio de una turbulenta lluvia volcánica
que no permitia visibilidad alguna y que en cualquier momento arriesgaba a
averiar y hacer caer a los helicópteros.
Posteriormente, los pilotos de los helicópteros fueron condecorados por la
Armada N aciona! con la medalla AL VALOR.
64
Carlos de Toro A1varez I VINCULACION HISTORICA DEL TERRITORIO CONTINENTAL...
65
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA
POLITICA INTERNACIONAL DE CHILE
EN LA ANT ARTICA
NEGOCIACIONES CHILENO-ARGENTINAS
DE 1906, 1907 Y 1908
Osear Pinoehet de la Barra
67
POLITlCA ANTARTICA DE CHILE
I
68
O. Pinochet de la B./ NEGOCIACIONES CHILEN()..ARGENTlNAS DE 1906, 1907 Y 1908
69
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
hacerse desde la zona central del país. Colonizar el extremo austral de América
le parece indispensable y emprende, en la última etapa de su vida, una d~cidida
campaña de la cual queda constancia en nutrida correspondencia. En hna de
las cartas, dirigida en mayo de 1841 a otro inglés, el capitán John H. Srhith, le
manifiesta lO que desea regresar a Chile en septiembre de ese año, "parÜcular-
mente.con el objeto de recomendar la colonización de los Estrechos dejMaga-
Hanes ......
El tratado de limites con Argentina, de 1881, reconoce la soberanía hilena
en el extremo más austral de América. De ahí al archipiélago antártico loo hay
más de 500 millas que nuestros loberos hacen sin mayores dificultades. sh labor
se reglamentará por decreto supremo cuya confección encarga el 21 del marzo
de 1883, el Presidente de la República, Domingo Santa María, y el Mini~tro de
Relaciones Exteriores y Colonización, Luis Aldunate Carrera, al capitán de
navío Alfredo de Rodt y al señor H.A. Howland. Este reglamento tleberá
referirse a la caza de lobos marinos "en las aguas, estrecho y can,ues de
MagaHanes". ¡
En esta misma linea está la Ordenanza de Pesca de lobos marinos y de focas
del 17 de agosto de 1892, destinada a aplicarse "en las costas, islas yl mares
territoriales de Chile", firmada por el Presidente de la República Jorge Montt y
su Ministro de Industrias y Obras Públicas D.V. Dávila Larraín. I
Tres años después, en 1895, tiene lugar en Londres el Sexto Congreso
Internacional de Geografía, y luego en 1901, el Séptimo Congreso, en herlín.
En ambos se propicia el conocimiento geográfico de la Antártica. Chile cbopera
con exploradores de la categoría del belga De Gerlache (1897) y del sueco
Nordenskjold (1901-03). En las notas que intercambian los gobiernos delSuecia
y Chile (agosto de 1901), el primero de ellos pide y obtiene nuestra co10pera-
ción, haciendo ver el interés que la expedición Nordenskjold tendr~ para
Chile 11 , "pues recogerá datos y experiencias respecto de la pesca de ballenas y
de focas en aquellas remotas regiones". I
Es que Punta Arenas, la ciudad más cercana a la Antártica, sigue muy
activa en materia de caza y pesca en la zona austral. EI31 de diciembre die 1902
el Presidente Germán Riesco (1901-1906) y su Ministro de Industrias y!Obras
Públicas, Augusto Gana Urzúa, otorgan a Pedro Pablo Benavides por Decreto
Supremo N° 3.310 de esa fecha, la primera concesión para pescar eJ aguas
antárticas hecha por cualquier país en el mundo l2 . I
La exclusividad de nuestros títulos en el archipiélago del Cabo de Hornos,
confirmada por el mencionado tratado de límites de 1881, alienta la tdnsfor-
mación del derecho de preferencia español en Antártica, en un real deret¡ ho de
soberanía territorial.
J unto a la confirmación oficial de nuestra presencia está el trab<Ú01 de los
loberos chilenos en el terreno mismo. En julio de 1902 parten a las Shetlrd del
IOCasimiro Albano, Memoria del Excmo. Sr. Don Bernardo O'Higgins, Santiag~, 1844.
IICit. por Julio Escudero, Cincuentenario de la po/(tica ant4rtica chilena. Boletín de la
Academia Chilena de la Historia, 1953, N° 48, p. 75.
12Cit. por Oscar Pinochet de la Barra, La Ant4rtica Chile7Ul, Santiago, 1944, . 142.
70
O. Pinochet de la B. I NEGOCIACIONES CHILENO-ARGENTINAS DE 1906, 1907 Y 1908
15Mateo Martinic, Actividad lobera 'J ballenera en litorales 'J aguas de Magallanes 'J
AntáTtíca, Revista de Estudios del Pacífico, diciembre de 1973.
I4Adrien De Gerlache, Quince mois dans l'Antarctique, Bruxelles, 1902, p. 68.
!sJean Charcot, Le Pourquois-Pas? dans l'Anlarctique, Paris, 1910, p. 33. .
71
POLlTlCA ANTARTICA DE CHILE
¡
un sector hacia el interior del continente, con su vértice en el Polo Sur, para el
cual se precisarían limites unos años después, en 1940. .
4. PRESIDENCIA DE RIESCO.
NEGOCIACIONES ANT ARTICAS CON ARGENTINA DE 19,6
72
O. Pinochet de la B. ¡ NEGOCIACIONES CHILENQ.ARGENTlNAS DE 1906,1907 Y 1908
73
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
.
polares incluidos en la llamada Antártica Americana 20 • 1
la demarcación con arreglo al fallo inglés, y c) Precisión acerca de los tertitorios
Tanto Chile como Argentina han estado muy activos, como se vi ' , en la
región polar. Argentina ha pagado S 5.000 por el traspaso del observatJrio del
islote Laurie (Orcadas), de manos del escocés WiIliams S. Bruce, desdJ enero
de 1904. También proyecta instalar en la isla Wandel, al Sur del archipiélago
Palmer y al Oeste de la península antártica, una nueva estación científIca.
74
O. Pinochet de la B. {NEGOCIACIONES CHILENO-ARGENTINAS DE 1906,1907 Y 1908
75
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
2!'>lbíd., p. 146.
26lbld., p. 72.
27Ver nota 21.
76I
O. Pinochet de la B./ NEGOCIACIONES CHILENO-ARGENTlNAS DE 1906, 1907 Y 1908
77
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
78
O. Pinocha de la B. / NEGOCIACIONES CHILEN()..ARGENTINAS DE 1906.1907 Y 1908
puesta última de Zeballos, de partir ese grado, nos llevaba al meridiano 60°, o
sea, al estrecho de Mc Farlane, entre las islas Greenwich y Livingston.
Nada de esto alcanzó a formalizarse, pues en ese momento termina la
negociación por renuncia de Zeballos al Ministerio, a petición del Presidente
Figueroa Aleorta, y le sucede Victorino de la Plaza.
¿Qué significaba, prácticamente, esta última línea limítrofe antártica entre
los negociadores Federico Puga Borne y Lorenzo Anadón? En cuanto al
archipiélago Shedand del Sur, que Argentina se quedaba con las islas Clarence,
Elefante. Rey Jorge, Nelson, Roberts y Greenwich, y Chile con Livingston,
Low, Snow, Smith y Decepción. Al continuar el meridiano 60° hacia el Polo,
dejaba el extremo nororiental de la península antártica a la Argentina, ya Chile
toda su parte austraL
A partir de la proposición inicial de ambos negociadores -Chile el meri-
diano 50° y Argentina el 68°34' (Tierra del Fuego)-, Puga Borne ha termina-
do cediendo lOgrados y Anadón 8 grados y medio. En el fondo, mientras
Argentina se queda con una zona que irradia desde las Orcadas del Sur la
actividad de su observatorio meteorológico, Chile conserva gran parte de la
región donde trabaja la Sociedad Ballenera de Magallanes, con su centro en la
isla Decepción.
El 9 de julio de 1908, Puga Borne dirá en telegrama a Cruchaga T ocornal,
Ministro Plenipotenciario en Buenos Aires: "Deploro vivamente obra no haya
sido coronada durante Cancillería Zeballos,,41J. Doce días después, el 21 de
julio, Gran Bretaña publicará sus Cartas Patentes para f~ar los meridianos 20°
y 80° Oeste de Greenwich como límites de las que llama Dependencias de las
islas Falkland. Las predicciones de los negociadores de 1907 y 1908 se han,
desgraciadamente, cumplido.
79
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
80
ANTECEDENTES DE
LA NEGOCIACION DIPLOMATICA PREVIA
AL TRATADO DE 1959 Y LA POSICION
DE CHILE
Tres fueron las razones principales que se tuvieron en vista para la celebración
del Tratado Antártico, suscrito en Washington el 1° de diciembre de 1959.
La primera y la más importante de ellas fue de carácter político a causa de las
reclamaciones territoriales que habían formulado 7 países sobre diferentes
puntos de ese continente y que habían creado un clima de rivalidades y
conflictos. Esto último era particularmente efectivo respecto a las reclamacio-
nes superpuestas de Gran Bretaña, Chile y Argentina en el sector sudamerica-
no de la Antártica.
El Reino Unido reclamaba soberanía en lo que denomina "The Falkland
Islands Dependencies".
Estas dependencias fueron definidas por Cartas Patentes de 21 de julio de
1908 y 28 de marzo de 1917 como "todo el territorio comprendido entre 20° y
80° oeste bajolajurisdicción de la Oficina Colonial". Incluyen las islas de South
Georgia, South Shetland, South Orkneys and South Sandwich y un sector de la
costa desde Coats Land a Alexander 1 y Charcot Islands".
Estas reclamaciones británicas se sobreponen en 27° geográficos al sector
chileno antártico que va desde los 53° oeste hasta los 90° oeste de Greenwich.
Además, copan totalmente el sector argentino que se extiende desde los 25°
oeste hasta los 74° oeste de Greenwich.
En 1939-41, Estados U nidos había enviado una expedición a la Antártica
con carácter oficial al mando del Almirante (R) Richard Evelyn Byrd. Esta
expedición tenía como principal y reservado objetivo explorar y construir
bases que sirvieran de fundamento para preparar eventuales reclamaciones de
soberanía que Estados Unidos se proponía formular.
El 16 de agosto de 1939 la Embajada de Estados Unidos en Santiago
entregó a nuestra Canci1lería un Memorándum confidencial en el que se
informaba que el Congreso de Estados Unidos había destinado fondos "para
llevar a cabo una investigación y vigilancia de los recursos naturales del territo-
rio y de las áreas marítimas antárticas".
Anunciaba el Memorándum que se instalarían dos Bases y advertía que
Estados Unidos no había hecho reclamaciones de soberanía en la Antártica ni
reconocido las hechas por otros países y formulaba formal reserva de sus
81
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
j
2. EL DOMINIO ANT ARTICO CHILENO r
Por aplicación del principio "utis possidetis juris de 1810", Chile se consioeraba
heredero de esos dominios antárticos. J
A estos títulos se agregaban otros de carácter diplomático, adminiS,atiVO y
geográficos. Las concesiones a los balleneros y loberos se otorgaban e Punta
Arenas.
82'
Enrique Gallardo V.I ANTECEDENTES DE LA NEGOCIACION DlPLOMATICA ...
3. LOS ACUERDOS
CHILENO-ARGENTINOS ACERCA DE LA ANT ARTICA
La situación se hizo aún más crítica cuando Chile envió, en 1947, su primera
expedición a la Antártica y procedió a fundar la Base Arturo Prat, y, sobre todo
cuando al año siguiente viajó personalmente a la Antártica chilena el Presiden-
te Gabriel González Videla, en compañía de su esposa y una numerosa comitiva
y fundó la Base General Bernardo O'Higgins.
Este mismo añode 1947, los países americanos reunidos en RíodeJaneiro
suscribieron el 2 de noviembre el "Tratado Interamericano de Asistencia
recíproca" que creó una Zona de Seguridad alrededor del continente, de polo a
polo, de 300 millas de ancho que comprendía la Antártica Sudamericana.
En esta oportunidad, la Delegación chilena formuló la siguiente reserva:
"La Delegación de Chile declara que dentro de las aguas adyacentes al Conti-
nente Sudamericano, en la extensión de costas correspondientes a la República
83
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
4. EL TRATADO' ANTARTICO
y LOS INTERESES DE OTROS ESTADOS
Una segunda razón que aconsejó llegar a un Tratado sobre la Antártic, fue el
problema de las comunicaciones que había adquirido gran importanCia con
motivo de la Segundá Guerra Mundial. Estados Unidos. país de dos océanos,
temía que se inutilizara el Canal de Panamá -vital para sus comunicaciopes- y
que se interrumpiera la comunicación Atlántico-Pacífico, quedando reducidos
al difícil paso del noroeste, y al Estrecho de Magallanes y el Paso Drakb, en el
sur. Las costas y mares antárticos adquirían, pues, gran importancia es~ratégi
ca. Primeramente, Estados Unidos temió la instalación de bases de subnllarinos
alemanes en las costas antárticas, y más tarde lo mismo de parte de lalunión
Soviética.
El Gobierno de Moscú respaldando un acuerdo, a fines de 194&. de la
Academia de Ciencias respecto a eventuales derechos de soberaní~ en la
Antártica, hizo saber que la Unión Soviética debía ser tomada en cuenta en
cualquier acuerdo que se proyectara sobre la Antártica. I
La Unión Soviética pasó a ser un factor político que Estados Unidos tenía
que tomar en cuenta. Por otra parte, por razones de seguridad t~mía la
presencia de Moscú en la Antártica, sobre todo si llegaba a formular r1clama-
ciones de soberanía. . I
Los esfuerzos de la diplomacia americana se encaminaron entonces hacia
dos finalidades: impedir un conflicto entre su aliado británico y sus dos ~ecinos
latinoamericanos, Chile y Argentina unidos a Washington por el reciénl firma-
do Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947, dentro qe cuya
Zona de Seguridad estaba ubicada la Antártica Sudamericana y evitar la instala-
ción de bases soberanas soviéticas en la Antártica.
A mayor ahondamiento los cancilleres de Chile y de Argentina Raúl Julliet
y Atilio Bramuglia suscribieron en 1947 una Declaración Conjunta en la que
reconocieron mutuamente para sus países derechos de sober.anía en la Antárti-
ca. y en 1948 otra Declaración Conjunta del CanciJlerchileno Germán V¡ergara
Donoso y el embajador Pascual La Rosa en que ambos países se com prorheten a
84
Enrique Gallardo V. I ANTECEDENTES DE LA NEGOCIACION DIPLOMATlCA...
El tercer factor que ayudó a la celebración del Tratado Antártico fue el "Año
Geofísico Internacional" (1957-1958) que demostró los enormes beneficios
que reportaría a la humanidad estos estudios llevados a cabo en el ambiente
único que proporcionaba la Antártica con su especial medio ambiente y la
pureza de su atmósfera.
El Año Geofísico se desarrolló desde el 15 de julio de 1957 hasta el 31 de
85
PóLITlCA ANTARTICA DE CHILE
86
Enrique Gallardo V.I ANTECEDENTES DE; LA NEGOCIACION DIPLOMATICA ...
87
LA CONTRIBUCION DE CHILE AL TRATADO
ANTARTICO
89
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
IEnrique Gajardo Villarroel, Apuntes para un libro sobre la 'Historia Diploi,wtica del
Tratado Antártico y la particiPación chilena en su elabcrración, en Revista de Difusión del
Instituto Antártico de Chile, N° 10, 1977, p. 55.
90
O. Pinochet de la B.I LA CONTRIBUCION DE CHILE AL TRATADO ANTARTICO
91
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
i
4Docs. oficiales de la Conferencia del Tratado Antártico, COMo W/SR/7, N/ov. 30,
1959, p. 3.
5 Adolfo Scilingo. El Tratado Antártico, Buenos Aires, 1963, p. 52.
92
O. Pinochet de la B. I LA CONTRIBUCION DE-CHILE AL TRATADO ANTARTICO
período eran nada más que 6 "iniciativas temporales que no modifican el 'status'
existente en Antártica". .
Este Art. 11 se aprobó al fin de la Conferencia y fue produ·cto de una
trabajosa transacción que se trasluce en el uso un tanto duro del idioma
castellano.
c) Se congeló lo litigioso antártico existente al momento del Tratado. El
Art. IV es la pieZa fundamental que hizo posible el entendimiento entre países
con posiciones no sólo diferentes, sino que claramente encontradas en materia
de soberanía.
Las letras a) y b) del párrafo 1 del Art. IV no ofrecieron resistencia a los
delegados; estaban destinados a proteger a los Estados territorialistas. Ninguna
disposición del Tratado, se disponía, podría interpretarse como "renuncia a
derechos de soberanía territorial, o a reclamaciones territoriales", que ya se
hubieren hecho valer; ni tampoco interpretarse como "renuncia o menoscabo a
cualquier fundamento de reclamación de soberanía territorial".
La letra c) tomaba en cuenta la situaCión de los países contrarios a la
existencia de soberanía en Antártica. Parecía justo. Francia se opuso en un
principio a la redacción original de esa letra c) del párrafo l. Tuvo que venir de
París el propio Asesor Jurídico del Quai d'Orsay, M. André Gros, quien
pronunció el 29 de octubre el principal discurso de carácter jurídico de toda la
Conferencia. Fue el primero en clarificar que lo que se congelaba no eran los
derechos de soberanía sino "lo litigioso antártico"; su redacción para esa letra
c) fue aprobada y es la que aparece en el texto final.
Por este párrafo 1 del Art. IV se impedía que cualquier artículo del Tratado
afectara las posiciones de los signatarios en materia de soberanía. ¿Cómo
impedir ahora que las actividades desarrolladas desde la vigencias del Tratado
perjudicaran a cualquiera de esos mismos signatarios? El párrafo 2 se ocupó de
esta materia y debe reconocerse que las modificaciones introducidas por el
profésor Gros precisaron algo importante para los países que ya habían f!iado
sectores, al disponer para el futuro: "No se harán nuevas reclamaciones de
soberanía territorial en Antártica"; agregando en seguida para equilibrar: "ni
se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer", algo que a los 7
países territorialistas les tenía sin cuidado, en vista de su situación privilegiada.
Precisemos algo más respecto a este párrafo 2 del Art. IV. Si bien es cierto
que la soberanía se sigue ejerciendo, "ningún acto o actividad" realizados
durante la vigencia del Tratado, sirven para "hacer valer, apoyar o negar" esa
soberanía, la que no mejora ni desmejora; la que se mantiene inalterable al23
de junio de 1961.
Chile debió dar una última batalla para que el texto español del Art. IV se
desprendiera de la versión francesa, más favorables a nuestra posición que el
texto español propiciado por Estados Unidos, basado en la versión inglesa.
d) La prohibición de explosiones nucleares no era un tema para la Confe-
rencia, hasta que Argentina hizo de su inclusión la condición para aceptar la
libertad de investigación científica.
93
7~.C~ I
8Docs. oficiales de la Conferencia del Tratado Antártico, COMo W/SRlI, !p. 5.
9/nforme PrelimiTUlr presentado al Ministro de Relaciones Exteriores en los p ¡meros
meses de 1961, p. 38.
94
O. Pinochet de la 8./ LA CONTRI8UCION DE CHILE AL TRATADO ANTARTlCO
"'Does. oficiales Conferencia Tratado Antártico. 1:0\1. Il/SR/fi (final), Nov. 7, 1959.
Illbíd,. COMo Il/SR/7 (final), No\'. 7, 19ij9,
95
POLITlCA ANTARTICA DE CHILE
96
O. Pinochet de la B.I LA CONTRIBUCION DE CHILE AL TRATADO ANTARTICO
97
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
7. CONCLUSION
La última sesión del Comité Plenario fue presidida por el jefe de la delegación
de Chile, don Marcial Mora, y en ella los delegados pidieron dejar cohstancia
en actas de sus declaraciones o reservas, 41 en total. I
Chile hizo una que me parece útil recordar: "El Gobierno de Chile, con
ocasión de la aprobación del presente Tratado, declara que man~iene su
soberanía en el Territorio chileno antártico, en virtud de sus claros derechos
98
O. Pinochet de la B./ LA CONTRIBUCION DE CHILE AL TRATADO ANTARTlCO'
D.
J8Cit., por Howard Ta,ubenCeld. A. Treat)' for Antarctica, enero de 1961, p, 243.
99
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
8. NUEVAS PERSPECTIVAS
100
11
El marco geográfico
de la actividad antártica
LA GEOGRAFIA ANTARTICA COMO BASE
DE NUEVAS ORIENTACIONES POLITICAS
Ricardo Riesco
lEn 1907 esa relación era de 43%, y en 1940 de 52%; véase RAHRJ. 'Chile" K1ett
Verlag 1981, SmugarL
103
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
104
Ricardo Riesro I LA GEOGRAFIA ANTARTICA COMO BASE DE NUEVAS ...
105
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
diferenciar claramente entre estas dos unidades -la una continental-te restre
y la otra oceánica- desde una' perspectiva geoestratégica, sin embar o, son
unidades absolutamente interdependientes. La aceptación internacion de los
espacios oceánicos económicos exclusivos sujetos a la soberanía de los Jstados
ribereños, unido al trazado que asume la línea de las 200 millas marinasJ realza
la dependencia reciproca creciente de estas dos unidades geográfidas. En
efecto, en el mismo sentido de que las aguas internacionales del océano ~acífico
sur significan la entrada septentrional principal a través del hemisferio occi-
dental hacia el continentes antártico, este último representa, en igual rrledida,
el acceso meridional indiscutido al océano .?acífico Sur. I
Por lo tanto, estratégicamente resulta dificil desligar el destino COlón de
ambas unidades. No sería, por consiguiente, peregrino conjeturar que el
dominio sobre una de estas unidades supone, necesariamente, el contr I sobre
la otra, independientemente por cual extremo se dé inicio al proce~o. Sin
embargo, tanto los océanos internacionales como los continentes despoblados,
son espacios abiertos en disputa dificiles de incorporar y dominar ter~itorial
mente. Están supeditados a ser controlados por enclaves periféricos y/o me-
diante posiciones insulares4 • . I
Resulta altamente probable que aquella potencia o bloque que o~tenga
influencia y control sobre estas dos unidades logre, paralelamente, el d~minio
sobre todo el planeta5 . I
¿Cuáles son entonces desde un punto de vista geoestratégico estos ehclaves
periféricos y/o posiciones insulares que abren una vía de penetraciót en el
hemisferio occidental al continente antártico?
¿Son los accesos antárticos múltiples y cuál es su constancia en el ti mpo y
en el espacio?
106
Ricardo Ríesco I LA GEOGRAFIA ANTARTICA COMO BASE DE NUEVAS ...
107
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
explotación sufren una restricción importante que, unida al hecho de q,ue estas
aguas se ubican prácticamente sin excepción sobre las profundidades bbisales
de las respectivas cuencas océanicas, puede llegar a debilitar momentádeamen-
te su interés económico inmediato. I
El aislamiento de las aguas internacionales del Pacífico Sur rompe, como
revela el mapa, exclusivamente en dos puntos. Por una parte en su Jxtremo
septentrional por la discontinuidad que se produce en el trazado del las 200
millas entre el archipiélego de Juan Fernández y la isla de Pascua y, erl menor
escala, entre esta última y el trazado en torno al archipiélago de TuÁmotu.
La segunda discontinuidad se observa en el cuadrante surocdidental,
donde se genera un angosto acceso marítimo internacional al sur dd Nueva
Zelanda. Por consiguiente, si bien es cierto el continente antártico tien~ acceso
marítimo septentrional a través de aguas internacionales, éstas están c~)fltrola
das y enmarcadas en aguas económicas ,exclusivas que pueden condicionar su
acceso. . l.
Desde esta perspectiva de acceso antártico, el cuadrante suroccldental
representa una posibilidad subordinada en relación al cuadrante surJriental,
principalmente en virtud de tres consideraciones particulares. La penJtración
polar, es decir, la ubicación latitudinal del continente australiano y dJ Nueva
Zelanda no va más allá de los 45° sur y, por consiguiente, tiene un dbsplaza-
miento en dirección al ecuador superior a 1200-1500 ~m en compararlión a la
penetración meridional que alcanza el cono sudamericano.
En segundo lugar, el continente antártico alcanza su máxima pen tración
en sentido ecuatorial hasta aproximadamente 63° de latitud, precisarrlente en
el cuadrante suroriental en la Península Antártica, en la llamada Tierra de
O'Higgins. De esta manera el acceso oriental está constituido por un ¡eslabón
cerrado de mares territoriales que, partiendo del continente sudamericano, se
extiende por el arco de las Antillas del Sur para continuar en la jnínsula
antártica.
Finalmente es necesario recalcar que el continente australiano es inserto
simultáneamente tanto en la vertiente pacífica como en la vertiente del océano
Indico y, en su extremo norte participa del complicado y conflictivo to de
la Melanesia. Asume así una posición tripartita de pivote en lo que re
las salidas marítimas occidentales tropicales y extra tropicales del océan
co. Sin embargo, estas salidas constituyen, a la vez, las entradas orien les del
océano Indico. I
Esta situación es radicalmente distinta en la vertiente pacífica americana
en donde, por un lado, no existe un desmembramiento geográfico intbrtropi-
cal similar al de la vertiente occidental y, por otra parte, la vertient}1andina
extratropical pacífica está claramente diferenciada de la vertiente atlá tica no
solamente por la existencia de un relieve montañoso sino, sobre tod ,por la
presencia de dos países soberanos y distintos. 1
La función privilegiada de 'puerta de acceso única' que repre enta la
península antártica hacia ese continente se acentúa al considerar que la Antárti-
ca tiene un perímetro de 23.680 km que, en vista del permanente de~prendi-
108
Ricardo Riesco I LA GEOGRAFIA ANTARTlCA COMO BASE DE NUEVAS ...
6Véase K.K. Markov, V.l. Bardin, V.L. Lebeder, AJ. Orlov, and I.A. Suetova. The
Geography o[ Antartica 1970, Edited by J. Sherman, Israel Program for Sdentific Transla-
tions Ltd. .
7La importancia económica del territorio antártico se acentúa si se tiene en conside-
ración que, según las estimaciones de las Naciones Unidas, en el afio 2000 habitarán el
planeta 6 mil millones de personas con una expectativa promedio de vida de 74 años.
109
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
111
POLITICA ANT ARTICA DE CHILE
112
I
Ricardo Rieseo I LA GEOGRAFlA ANTARTICA COMO BASE DE NUEVAS ...
7. CONCLUSION
113
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
I
04
POBLAMIENTO ANTARTICO*
115
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
116
Marcia Poupin Berttoni I POBLAMIENTO ANTARTICO
sólo para una determinada red nacional de asentamientos, sino que también,
comprobadamente, ejercen influencia sobre bases de diversas nacionalidades
que, por su relativa proximidad espacial, dependen en términos de accesibili-
dad y servicios en medida variable de tales centros-cabecera. Estos últimos
ejercen asl una cierta hegemonfa nacional al interior de sistemas de asenta-
mientos nacionalmente heterogéneos.
Cabe destacar que básicamente tres centros poblados en todo el continente
antártico detentan esta primacía, aun cuando lo hacen en condiciones diversas
y en distinto grado: es el caso del poblado ruso Molodezhnaya, en la costa
oriental, para el acceso hacia o desde Africa, su continente más próximo a 3.600
km; de McM urdo en la costa oeste distante de N ueva Zelanda y Australia 2.250
Y3.200 km; y Marsh, un tercer contacto intercontinental entre América del Sur
y Antártica, distantes 840 km.
La primacía de cada uno de estos centros está relativizada no sólo por su
distancia intercontinental variable, sino también por su propio tamaño, por el
área antártica que cubren y por el número y diversidad de centros poblados
que dependen en algún grado de aquéllos.
En particular, Marsh, además de poseer las mejores condiciones de accesi-
bilidad, sirve potencialmente a un área más o menos equivalente al 10% del
continente. área que, sin embargo, por presentar también las mejores condicio-
nes de habitabilidad y una importante dotación de recursos naturales, contiene
aproximadamente cerca del 50% del total de centros poblados antárticos.
A estas ventajas comparativas de Marsh se agrega su condición de eslabón
entre la antártica occidental y un centro urbano austral de la importancia de
Punta Arenas, capaz de ofrecer a la población de esa área un nivel de servicios
no sólo superior al de cualquier asentamiento del continente antártico, sino
también en un tiempo sustancialmente más breve que el de cualquier otro
centro urbano extraantártico e incluso que el de cualquier centro primado
intraantártico. Por estas razones, a las que debe sumarse tanto la cualidad de
puerto aéreo y marítimo de Punta Arenas corno también la casi inexistente
estacionalidad que pudiera afectar tanto la accesibilidad corno los servicios
ligados a ella, se concluye que Chile posee en la actualidad la primacía urbana
en un sistema regional antártico de composición internacional, cuya ciudad
capital está en el continente americano.
Esta primacía actual puede acrecentarse en una inminente fase de explota-
ción de recursos dada la accesibilidad que la Península Antártica presenta ante
los grandes mercados del Pacífico y del Atlántico. Esta perspectiva, futura
aunque próxima, hace necesario revisar el sistema urbano-regional analizado
de modo de ajustarlo, tanto en su sección antártica cuanto en la americana, a los
nuevos requerimientos.
3. CONCLUSIONES
117
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
118
lB
Ciencia y Tecnología antártica
como fundamentos de una política nacional
LA INVESTIGACION CIENTIFICA
COMO FUNDAMENTO DE
UNA POLITICA NACIONAL ANTARTICA
l. INTRODUCCION
121
POUTICA ANTARTICA DE CHILE
Como se puede apreciar, conocer y caracterizar esta enorme área es, si, duda,
una tarea muy vasta, compleja y de largo plazo, Es una tarea que requiere la
dedicación de un gran contingente de científicos y tecnólogos, los cuale's deben
contar con los correspondientes recursos de apoyo, tanto en lo humano como
en lo material. ' I
En nuestro país, gran parte de los recursos calificados para rea~izar las
tareas de investigación científica y tecnológica se encuentran en las unirersida-
des e Institutos de Educación Profesional. Luego. el desafío de llevar a cabo
una mayor y mejor investigación científica y tecnológica en la Antártitta, recae
también, en gran parte, en las instituciones de Educación Superior, I
Hasta ahora es posible indicar que, no obstante, una honrosa tradición de
esfuerzo y actividades antárticas de algunas de nuestras Universidatles, aún
pareciera no existir una amplia visión del panorama que allí tenerbos para
nuestra investigación científica y tecnológica, Sin duda, otras t.areas dt investi-
gación científica requeridas por el país han logrado interesar más al aún
limitado contingente de investigadores científicos. con que contam9s'
Otro aspecto importante de considerar es que hasta hace poco tiempo los
períodos útiles para la investigación antártica han sido unas pocas se~anas en
el año, aprovechando las expediciones de relevo del personal de las Bases, las
cuales por lo demás pueden transportar un limitado número de inXI stigado-
res, Sólo recientemente este factor ha variado gracias a las operacion s antárti-
cas de nuestra Fuerza Aérea, que hacen posible el acceso durante to o el año.
Tanto estas circunstancias, como la evolución que la situación antártica ha
tenido en el ámbito internacional, hacen necesario plantear la posibilidad de
una política nacional que en una primera acción oriente y estimule rn mayor
interés de nuestros recursos humanos en Ciencia y Tecnología,en torno a la
problemática antártica, Así, Chile podrá contar con los mejores ant¿cedentes,
tanto para reafirmar sus derechos antárticos como también para decidir y
negociar el manejo y utilización de los recursos naturales alli exist ntes.
2. UN POCO DE HISTORIA
DE LA LABOR CIENTIFlCA REALIZADA
Guido Pincheira I LA INVESTlGACION CIENTlFICA COMO FUNDAMENTO DE...
¡Chile, pa/.¡ antártico. Noticias N° 18, Año 2 (1980). Facultad de Ciencias Fisicas y
Matemáticas, Universidad de Chile.
2 Primer informe del progreso de las investigaciones antárticas. Publicación N° 16 (1961).
Instituto de Geofisica y Sismología, Universidad de Chile,
aSerie cientlf't.ca. lNACH 1970-1982. .
4Mazzei, Antonio. Catastro de la labor cientfJica del Instituto Antártico Chileno 1964-
1981.
123
POLlTICA ANTAllTICA DE CHILE
124
Guido Pincheira I LA INVESTIGACION CIENTIFICA COMO FUNDAMENTO DE...
riencias alcanzadas por cada país participante. Al mismo tiempo ha sido posible
formular a los gobiernos signatarios y adherentes al Tratado Antártico, reco-
mendaciones comunes destinadas a mantener vigentes y hacer más efectivos
los objetivos del acuerdo.
El Tratado Antártico, acordado para un período de 30 años, entró en
vigencia el 23 de junio de 1961. Debido a ello puede ser revisado en 1991 y, de
acuerdo lo estipulado en algunas de sus cláusulas, podría estar en vigor hasta
1995. Un balance de la labor realizada en los 22 años de su vigencia es tan
positivo que sólo cabe desear que las condiciones de entendimiento y colabora-
ción científica logradas perduren en beneficio de las muchas tareas que aún
quedan por desarrollar, tanto en lo que a investigación científica se refiere
como también a las necesarias discusiones y acuerdos que deberán adoptarse
para el uso y preservación de los recursos naturales existentes.
Podríamos decir que la tarea antártica recién comienza. En efecto, al
revisar la información científica antártica más reciente, podemos extraer la
conclusión de encontrarnos ante un problema conformado por una gran
diversidad de ecosistemas poseedores de un rico potencial en recursos natura-
les, pero cuya dinámica nos es aún desconocida en gran parte.
Al mismo tiempo, podemos constatar que la fragilidad de los ecosistemas
es tal que hace muy difícil la tarea de predecir la evolución que ellos tendrán si
se concreta o intensifica la intervención humana.
El panorama puede ser ilustrado analizando la situación de un organismo,
el "krill" (Euphasia superba), crustáceo que ocupa una posición clave en las
cadenas alimenticias de los ecosistemas marinos antárticos y que ya es objeto de
una considerable explotación industrial. En efecto, las últimas estadísticas
indican que entre los años 1974 y 1980 ha habido un incremento de captura de
krill de 22.343 toneladas a 477.025 toneladas anuales. Sin embargo, aún no se
tiene una estimación exacta de su biomasa, pues las cifras varían entre 200 a
2.900 millones de toneladas 6 . Aún más, después de una década de investiga-
ción científica en este crustáceo, aún perduran muchas incógnitas sobre aspec-
tos básicos de su biología, como son su longevidad promedio (se piensa que 4
años), características de su fecundidad, las etapas de su maduración e, incluso,
la importancia de su rol como mecanismo de transferencia de energía en el
ecosistema marino, etc.
La importancia del problema "krill" en la ecología antártica es de tal
magnitud que constituye uno de los principales objetivos del Programa Inter-
nacional de Investigación Cientifica, BIOMASS, vigente hasta 1986.
La situación descrita para el "krill" se repite con muchos organismos que
habitan el ambiente marino antártico y que interesan económicamente a la
humanidad. La preocupación de los países miembros del Tratado Antártico
para evitar mayores deterioros del ecosistema hizo que, en 1980 se aprobaran
un acuerdo general para la conservación de los recursos marinos que viven en
125
POLITICA ANTAR'tICA DE CHILE
127
I
,
128 I
Guido Pincheira I LA INVESTIGACION CIENTIFICA COMO FUNDAMENTO DE...
No hay duda que ella existe. Tal vez sea necesario enfatizar algunos de sus
aspectos para hacerla más efectiva.
La política nacional antártica debe ser muy realista al f~arse metas para
atacar los problemas que a nuestro país le interesa dilucidar. Dicha política
debe ser especialmente integradora de los esfuerzos y contribuciones que
diferentes instituciones nacionales puedan aportar al conocimiento del proble-
ma. El efecto integrador será mucho mayor si tales instituciones participan en
la generación de políticas y planes de acción, acorde al esfuerzo que realizan.
En lo científico y tecnológico, nuestro país debe aún realizar un gran
esfuerzo para evaluar el real potencial de los recursos allí existentes. Intima-
mente asociado a este primer aspecto está la necesidad de implementar políti-
cas de preservación del medio ambiente antártico, empezando por los proble-
mas derivados del asentamiento y adaptación de grupos humanos numerosos.
En el campo internacional, es indudable que se requiere integrar el conoci-
miento científico con las perspectivas de negociación, derivadas del campo
político y diplomático, a fin de hacer posible el mejor ajuste de los intereses
nacionales con los sustentados por los demás países interesados en el problema.
En resumen, nuestra investigación científica y tecnológica antártica se ve
enfrentada a la necesidad de proporcionar a los organismos gubernamentales
los mejores antecedentes posibles para elaborar e implementar una política
nacional para un problema internacional de aprovechamiento de recursos.
Todo ello hace necesario que nuestra política antártica esté concebida con una.
especial amplitud de perspectivas.
En este sentido es fundamental que exista la mejor relación posible entre la
generación de la información y el proceso de adopción de políticas, evitándose
distorsiones, a veces derivadas del deseo de reparticiones o instituciones desti-
nadas a sustentar sus preferencias o intereses particulares ya existentes.
Es conveniente además recalcar que la relación entre las instancias genera-
doras de la información y el proceso de formulación de políticas es especial-
mente importante en aquellas situaciones en que existe una considerable
fragmentación institucional. De tal situación se pueden generar tensiones,
derivadas de las tendencias de cada institución hacia una autonomía de activi-
dad y las necesidades generales de coordinación o interdependencia para
afrontar el problema a nivel nacional. Como consecuencia de estas situaciones
129
POLlTlCA ANTARTICA DE CHILE
130
EL SCAR y EL DESARROLLO DE LA
COOPERACION
EN MATERIA CIENTIFICA
131
POLITICA ANTA~TICA DE CHILE
Sur.
c) Tercer Año Polar Internacional
Año Geofísico Internacional (AGI) 1957·58
l
meteorológicas en la Subantártica, en las Islas Georgias del Sur y OrJ:adas del
133
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
2. CREACION DE SCAR
134
Lucia Ramfrez I EL SCAR y EL DESARROU.O DE LA COOPERACION EN ...
3. CONSTITUCION DE SCAR
4. ORGANIZACION y ADMINISTRACION
135
POUTlCA ANTARTlCA DE CHILE
136
Luda Ram1rez I EL SCAR y EL DESARROllO DE LA COOPERACION EN ...
ria, después de ser discutida por ellos, y ser revisada y recomendada por el
. Ejecutivo de SCAR;
e) En el caso de que algún país miembro de SCAR no haya estado activo en la
Antártica durante cuatro años, y que no haya estado activo en SCAR por
cuatro años, se.le retirarán todos los derechos a votar y se le solicitará al
Comité Nacional que declare si el país desea continuar siendo miembro de
SCAR y en tal caso, exponer sus planes futuros. Plenos derechos a votos le
serán establecidos cuando el país reasuma un programa activo de investi-
gación en terreno en la Antártica, o llegue a ser activo en SCAR;
f) Se pueden seleccionar miembros honorarios en reconocimiento a sobresa-
lientes servicios a SCAR y tendrán derecho a asistir a todas las reuniones,
pero sin derecho a voto, participar en las discusiones y recibir todas las
publicaciones de SCAR:
137
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
7. FUNCIONARIOS
I
a) Los nombramientos para funcionarios se harán tanto de los delegados
presentes como de un Comité de nominaciones que comprenderá, itanto al
Ejecutivo de SCAR, como, a los ex presidentes de SCAR que puedtn estar
presentes en la reunión. Sólo los delegados permanentes o alternos debi-
damente designados tienen derecho a voto; cualquier delegado re~resen
tando a más de una organización con derecho a voto, tendrá un vloto por
cada organización que represente;
b) Si un funcionario deja de ser delegado en cualquier momento entre las
reuniones plenarias de SCAR, los funcionarios que permanecen d~cidirán
si se le solícita que continúe en su cargo hasta la próxima reunión ~Ienaria
de SCAR. Si no continúa, los funcionarios que permanecen después de
consultar a los comités nacionales, pueden elegir un representant~ reem-
e)
las cuales son invitados los representantes nacionales debe d~rse una
notificación previa de por lo menos seis meses; t
Prescindiendo del país de residencia del presidente o secretari ,la sede
administrativa de SCAR continúa funcionando en el Instituto Scon de
Investigaciones Polares en Cambridge, Inglaterra; •
f) Las reglas de procedimiento de SCAR, y estructura de SCAR, pueden ser
enmendadas sólo en reuniones plenarias de SCAR o con el acuer40 escrito
de todos los Comités Nacionales;; I
g) Las recomendaciones emanadas de los grupos de trabajo. det¡,erán ser
revisadas en la siguiente reunión de SCAR, pero permanecefán como
recomendaciones hasta la próxima reunión formal de los grupos de tra-
bajo involucrados. Entonces deben ser adoptadas como Resolufiones vi-
gentes del grupo o ser eliminadas. '
138
Luda Rarnlrez I EL SCAR y EL DESARROLLO DE LA COOPERACION EN ...
a) Grupos de Trabajo:
SCAR mantiene grupos de trabajo permanentes en las principales disciplinas
científicas antárticas. ~ada Comité Nacional puede nominar un miembro de
cada grupo de trabajo de SCAR. También se pueden agregar "miembros adicio-
nales" que son considerados necesarios por el grupo de trabajo, sujeto a la
aprobación del Comité Ejecutivo de SCAR.
Por el momento los grupos de trabajo son:
Biología, Geodesia y Cartografía, Geología, Biología Humana y Medicina,
Logística, Meteorología, Geofísica del Sólido y Física de Alta Atmósfera.
Las reuniones de los grupos de trabajo de SCAR son convocadas cuando se .
requieran, de acuerdo con procedimientos determinados en las reuniones
plenarias de SCAR.
Estos grupos pueden invitar a científicos individuales a participar en sus
discusiones sin considerar su nacionalidad.
Los Secretarios de los grupos de trabajo permanentes deben someter
informes de sus actividades a las reuniones de SCAR. En estos informes se
resumen brevemente los logros y objetivos inmediatos de los grupos mismos y
de sus Subcomités.
b) Grupos de Especialistas:
El Ejecutivo de SCAR tiene el derecho de establecer grupos de especialistas de
SCAR cuando se presentan problemas multidisciplinarios o cuando se requiere
que un grupo informe sobre un problema específico directamente a SCAR.
Estos grupos están constituidos por individuos nombrados, que no son necesa-
riamente representantes de comités nacionales; sus reuniones se concertan
después de consultas con el Ejecutivo de SCAR, a quien son sometidos los
informes y recomendaciones a través del secretario y enviados a los comités
nacionales para su comentario. El Ejecutivo de SCAR determinará la acción a
seguir en cada caso.
Los grupos de espej:ialistás pueden ser establecidos por el Ejecutivo de
SCAR a requerimiento dé' uno o más grupos de trabajo o Comités Nacionales o
en respuesta a una solicitud de informe de los Gobiernos del Tratado Antárti-
co. A los grupos se les recomienda conducir sus asuntos por correspondencia;
pero el Ejecutivo de SCAR tiene la autoridad para designar fondos para apoyar
asistencia a reuniones. Los resúmenes de los grupos de especialistas son publi-
cados normalmente en el Boletfn de SCAR.
139
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
SIMPOSIOS DE SCAR
y ASOCIADOS CON ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
140
Lucia Ramirez I EL SCAR y EL DESARROLLO DE LA COOPERACION EN ...
141
POUTlCA ANTARTICA DE CHILE
142
Luda Ramlrez I EL SCAR y EL DESARROLLO DE LA COOPERACION EN ...
143
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
1
I
también rápidamente. Especialmente se centró en el pequeño crustáceo llama-
do krilL
Ya en la década de los años 196Q algunos países del Tratado ,ntártico
comenzaron a ver la posibilidad de aprovechar el kriJI con fines comerciales.
En el año 1972, SCAR encargó a un Subcomité del Grupo de Trhbajo de
Biología que examinara el estado actual del conocimiento sobre los eC9sistemas
marinos antárticos. El Subcomité fijo su atención en el papel clave que desem-
peña este crustáceo en el ecosistema antártico y en el insuficiente condcimiento
que existe sobre él, del cual se estima que tiene una masa de a lo rqenos 800
millones de toneladas. i
En 1975, la Comisión Oceanográfica Internacional invitó a S~AR a que
. preparara proyectos prácticos para la realización de este programa. SFAR elevó
el Subcomité a la calidad de Grupo de Especialistas, con el patrocinio del
Comité Científico para las Investigaciones Oceanográficas y participación de
funcionarios de un comité científico de FAO. En este grupo se vio la necesidad
que se adoptaran acciones legales para la protección y uso racional de los
recursos marinos vivos de la Antártica, lo cual fue planteado en I~ Reunión
Consultiva del Tratado Antártico, efectuada ese mismo año; la cual a~optó una
Recomendación en este s e n t i d o . j
La Recomendación a los Gobiernos, sin embargo, pidió princiPflmente a
las Partes que aumentaran la investigación biológica marina en la Antártica y
urgía a SCAR para que continuara sus estudios sobre la materia. I
En respuesta a esta Recomendación, SCAR convocó a una Retlmión con
representantes y expertos para revisar el conocimiento actual y d1esarrollar
futuros programas científicos coordinados. Al final, de la Conferencia, el
Grupo de Trabajo evacuó un plan detallado para investigaciones ~iológicas
integradas y plenamente coordinada~ sobre los sistemas y existencias marinas
de la Antártica, llamadas Biomass, p~ra presentarla a SCOR.
144
Luda RallÚrez I EL SCAR y EL DESARROLW DE LA COOPERACION EN ...
En 1980 las Partes del Tratado Antártico pudieron convenir una Convención
para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
De esta importante Convención se debe subrayar su carácter único como
un Sistema basado en modernos principios ecológicos y conservacionistas, lo
que seguramente es el resultado del trabajo científico básico de SCAR así como
de la buena cooperación entre este organismo y el Sistema del Tratado Antár-
tico.
14. CONCLUSION
145
POLITlCA ANTARTICA DE CHILE
146
ALGUNOS ASPECTOS
DE LA INGENIERIA ANTARTICA
Eugenio Retamal
147
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
148
Eugenio Retamal I ALGUNOS ASPECTOS DE LA INGENIERIA ANTARTICA ...
2. POTENCIAL ECONOMICO
149
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE I
declarada. Como conclusión se puede decir que el volumen de los recursos
renovables antárticos es muy grande y que la demanda por ellos irá cteciendo
en la medida que aumenten las necesidades de un mundo cadalez más
poblado.
En relación a recursos energéticos se han detectado afloramierit I s carbo-
níferos a lo largo de las Montañas Transantárticas y en diversos lugares de la
costa. Esto y otros yacimientos que pueden no tener en la actualidad up interés
comercial pueden ser altamente significativos para la producción de energía
local, al igual que la energía geotérmica de la que se liberan flujos lérmicos
importantes en Decepción, Penguin, Melbourne y otros lugares. PerOles indu-
dable que el mayor interés mundial radica en la presencia de petrólrco, gas y
uranio; recursos que existi,rían en cantidades muy importantes. especialmente
en la Península Antártica..
.
I
Cabe destacar que una parte considerable de los recursos no rerovables
mencionados se encuentran en el Territorio Antártico Chileno y especialmente
en la Península Antártica y que ésta, por encontrarse sobre los 70° 4e latitud
sur, tiene un clima no tan extremadamente riguroso, al menos en temperatu-
ras, como ocurre en el continente propiamente tal. . I
151
Fig. 1. La Antártica y principales bases.
EsI¡¡ciontS d," oEsau:icre ,pn
oeEA NO A!l.ANlleO DEL SUR O' YftllltlO ~er~n todorAAi\o
P~idnMáxima Pot.iación PrornedW
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<:4J Alm¡,an",~,
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(USI "~l:r/~ ,
DeuTo PACIFICO DEL ,SUR
laD'
(1 ~~~d¡il
Eugenio Retamal I ALGUNOS ASPECTOS DE LA INGENIERIA ANTARTlCA ...
5. EL HIELO Y LA NIEVE:
CARACTERISTICAS y POTENCIALIDADES
153
POLlTlCA ANTARTICA DE CHILE
Tabla 1
RESISTENCIA DE LA NIEVE EN DIFERENTES ENSAYOS
Tabla 2A
RESISTENCIA DEL HIELO EN DIFERENTES
ENSAYOS - HIELO MARINO
Tabla 28
RESISTENCIA DEL HIELO EN DIFERENTES ENSAYOS
HIELO DE AGUA DULCE
6. ALGUNAS APLICACIONES
155
POLITICA ANTAR'nCA DE CHILE
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Fig. 2. Curoas de carga para los aviones C-130 y C-141 a través de los 4 períodos
climáticos.
156;
Eugenio Retamal I ALGUNOS ASPECTOS DE LA INGENIEJUA ANTARTICA ...
en aquella estación (2). Para obtenerlas ha sido necesario determinar las pro-
piedades del hielo marino en el lugar, desarrollar un modelo de elementos
finitos suponiendo espesores y un gradiente térmico, etc. El Periodo 1 corres-
ponde al más frío dentro del tiempo de operación (octubre-noviembre). El
Período 4 al período más cálido operable previo al descongelamiento casi total
de la pista de hielo (diciembre-enero).
En la Figura 3 se presentan las informaciones básicas para el segundo caso
y corresponden a los requisitos necesarios de una pista en nieve para operacio-
nes con ruedas (1). Para usar el gráfico se parte con la presión de contacto entre
rueda y nieve, lo que equivale aproximadamente a la presión de inflado,
trazando una recta entre esta presión y la carga por rueda hasta interceptar la
recta vertical central. Desde este punto-.lie traza otra recta interceptando el
número de pasadas por la pista y hasta llegar así a determinar la dureza RAM
requerida.
Cabe señalar que es obviamente posible construir pistas en nieve. Los
espesores que deben tratarse son más bien reducidos. La condición más im por-
tante, aparte de las topográficas tanto para la pista misma como de las áreas
adyacentes y de aproximación y las exigidas por instalaciones e instrumentos
de ayuda a la navegación, la constituye el tener una zona de apoyo de nieve
antigua, multianual, para soportar la nieve compactada. Planteando así el
problema y supuesta una superficie extensa y plana, es necesario disgregar y
compactar la nieve en un espesor total que, aún para el caso de aviones pesados.
es normalmente inferior a un metro.
Los equipos necesarios pueden variar desde muy modestos a otros alta-
mente sofisticados. Ellos dependerán de diversos factores tales como tipo y
tamaño de los aviones, frecuencias de operación, acarreo y acumulación de
nieve por ventiscas, temperaturas, etc. En todo caso y ello se desprende de la
Fig. 3, la situación se torna muy favorable para presiones de neumáticos y
cargas por rueda bajas.
157
POLITICA ANTARTlCA DE CHILE
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158
Eugenio Retamal I ALGUNOS ASPECTOS DE LA lNGENIERIA ANTARTICA ...
REFERENCIAS
l. Retamal, E., 1983, Some Experimental Results on Snow Compaction, Proceedings 01' the
Fourth lntemational Conference on Perrnafrost, Alaska, pp. 1054-1059.
2. Vaudrey. K.D., 1976, Reuised Aircraft Load Curves and Vehicle Ice-Thickness Tables for
Annual Ice Sheet Dperation Near Me Murdo. Antarctica, Technical Note-1431 , Civil
Engineering Laboratory. Naval Construction Battalion Center, USA.
3. Abele, G.; Rarnseir, R.; Wuori, A., 1968, Design Critería far Snow Runways, Technical
Repon 212, U.S. Arrny Cold Regions Research and Engineering Laboratory. USA.
159
INFRAESTRUCTURA ANT ARTICA
y POLITICA DE ACCESO AL CONTINENTE
1. ASPECTOS GENERALES
A. Breve descripción
El sector chileno de la Antártica (53 0 W-90° W) comprende dos zonas absoluta-
mente diferentes, la península antártica y la zona continental.
1. Península Antártica
La península es de fácil acceso por su mayor proximidad a Sudamérica, y es el
lugar en que existe una gran cantidad de bases de diferentes países, Chile,
Argentina, Reino Unido, Rusia, Polonia y Estados Unidos. Además han mani-
festado su interés por instalar bases en el sector España y Brasil. Ver Figura 1
(Bases en la Península Antártica).
Las condiciones meteorológicas se caracterizan por el frecuente paso de
frentes que se desplazan del oeste al este, chocando con la península y provo-
cando gran precipitación de nieve. Sin embargo, las temperaturas son sólo
moderadamente bajas, semejantes a la Europa del Norte. Su clima es marítimo,
no muy frío, húmedo e imperan bajas presiones atmosféricas.
2. Zona Continental
Se caracteriza por ser una altiplanicie de hielo, que tiene un clima frío y seco,
tipo continental, asociados a altas presiones. Las precipitaciones disminuyen
hacia el interior y el Polo Sur es prácticamente un desierto helado, donde se
registran sólo 2 ó 3 pulgadas de nieve al año. Ver Figura 2 (Acumulación de
nieve en la Antártica).
Esta circunstancia favorece enormemente el empleo de aviones, que apar-
te del frío severo, no encuentran problemas meteorológicos.
Sin embargo, hay una carencia de centros poblados, casi absoluta. Sola-
mente están las bases norteamericanas del Polo Sur y SIPLE, esta última no
siempre habitada.
Bajo una gruesa capa de hielo que en algunos lugares es de hasta 3.000 m
de espesor, está la base rocosa, que en nuestro sector está bajo el nivel del mar,
de modo que si se derritiese el hielo, la península sería una gran isla, separada
por un ancho canal de las montañas Transantárticas. (Fosa Tectónica de
Ross-Weddell). En ese canal habrían dos grandes islas, que son los montes
Elsworth y Pensacola.
Estos se alzan a gran altura sobre la plataforma de hielo y son interesantes
por sus riquezas minerales. Ver Figura 3 (Topografía d'e la Base de Roca de la
Antártica).
161
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
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I
Javier Lopetegui T./ INFRAESTRUCTURA ANTARTICA y POLITICA DE ...
Debe tenerse presente, que en promedio, sólo e12% del continente antárti-
co emerge del hielo. Por lo tanto, al sur de la Península Antártica, y hasta el
Polo, sólo estas dos montañas son los puntos focales de nuestro interés. Tam-
bién es interesante el aspecto deportivo pues en los montes Elsworth está la
cumbre más alta del continente antártico, el monte Vice, al cual desean ascen-
der muchos escaladores de todo el mundo.
B. Infraestructura actual
Nuestras instalaciones en la Antártica se han realizado ene! área de más fácil
acceso, como es el extremo norte de la Península e islas adyacentes. Las tres
bases están habilitadas en forma permanente y cada una de ellas está a cargo de
una de las instituciones de la Defensa Nacional.
La base Arturo Prat ubicada en la isla Greenwich, del Archipiélago de las
Shedand del Sur, tiene un muy buen puerto y podría ser interesante su futuro
en lo que se relaciona con explotación de riquezas marinas pues sería una
adecuada base de operaciones de flotas pesqueras.
La base Bernardo O'Higgins es la única que está situada en la península
163
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Antártica, y podría ser el punto de partida para una penetración hacia el mar
de Weddel.
El complejo Marsh, centro Meteorológico Freí, ubicado en la isla Rey
Jorge, también de las Shetland del Sur, tiene un extraordinario futuro porque
combina un buen puerto y un aeropuerto que en el futuro podrá recibir
aviones comerciales a reacción del tipo mediano. La base González Videla,
situada más al sur, no está habitada y sólo se activa en el verano, como apoyo de
comunicaciones y meteorología para la ruta de penetración aérea hacia el
interior. El resto de las instalaciones son refugios, aptos sólo para ocupación
eventual y no tienen capacidad actual para ser ocupados permanentemente.
Se ha concentrado el esfuerzo de inversión en infraestructura en la base
Marsh, que tiene un módulo habitacional con 70 camas, comedor, baños,
calefacción, agua caliente, etc., que permite albergar en forma cÓmoda a
164
Javier Lopetegui T./INFRAESTRUCTURA ANTARTICA y POLlTICA DE...
165
POUTICA ANTA~TICA DE CHILE
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C. Hielo marino
Durante el invierno el hielo cubre el mar hasta más al norte de la Península
Antártica, haciendo imposible la navegación, por lo que sólo es factible el
acceso por vía aérea. Posteriormente comienza el período de deshielo; desgra-
ciadamente la Península Antártica mantiene gran cantidad de hielo en su costa
este (Mar de Weddell) haciendo imposible en toda época del año el acceso
marítimo a menos de emplear buques rompehielos, y aún así con dificultades:
En la costa oeste (mar de Bellingshaussen) el deshielo es más intenso, lo
que hace posible navegar hasta Bahía Margarita. Más al sur la situación es
"diferente cada año, pero en general no resulta posible el acceso a la península
desde el mar sin el empleo de rompehielos.
D. Zonas de interés
Siendo nuestro territorio antártico de una enorme extensión y de gran dificul-
tad de acceso, es necesario que se definan objetivos. Debemos establecer zonas
que deban ser desarrolladas teniendo en vista alguna razón específica. Puede
ser para exploración, y posterior explotación de algún recurso, que podría ser
de tipo energético. Puede ser para desarrollo del turismo antártico, que por
ahora podría constituir la más inmediata de la utilizaciones de este continente.
Otra alternativa es el desarrollo de programas con paises extranjeros para
establecer instalaciones científicas destinadas al estudio de determinados fenó-
menos o de la fauna local. O finalmente, puede ser una combinación de ellos.
Mientras se realice un estudio de las diversas alternativas, se evalúen los
costos involucrados y se formule un plan de muchos años de alcance, dividido
e"n períodos, no estaremos haciendo un trabajo realmente serio. Las ideas que
se expondrán a continuación son sólo antecedentes que deben ser tenidos en
cuenta para establecer qué es lo que desea hacer Chile con su Antártica y cómo
quiere realizarlo.
n. ACCESO MARITIMO
De acuerdo a la información anteriormente indicada, el hielo marítimo. impide
o limita en gran parte el acceso a la península. Absolutamente en el mar de
< Weddell (en nuestro sector) y parciabnente en el de Bellingshaussen. El acceso
167
POLlTlCA ANTARTICA DE CHILE
aéreo es posible pero muy oneroso para cargas de gran peso y volumen, por lo
que es necesario ubicar el punto más austral de acceso para la vía marítima.
La bahía Fildes, en la Isla Rey Jorge es el único punto que combina un buen
puerto y aeropuerto, por lo que este lugar está llamado a constituirse en el gran
centro de transferencia de carga marítima, que será distribuida posteriormen-
te por vía aérea al resto de la península. Será necesario dotar a este puerto de la
infraestructura indispensable para que las faenas de carga y descarga de los
barcos sea efectuada en forma segura y rápida. Esto actualmente es muy lento y
complicado, además de existir severas Iiynitaciones de peso de la carga, razón
por la cual deben usarse las grúas del mismo barco para desembarcar, lo que
impide el transporte de maquinarias como tractores oruga, por ejemplo.
Cuando se construyó la pista de la Base Teniente Marsh, fue necesaric
fletar el mercante Tocopilla, en atención a que tenía grúas propias para
desembarcar la maquinaria que se requería para hacer el trabajo de movimien-
to de tierras.
Para nuestra penetración al continente y eventualmente al Polo Sur, es
necesario contar con un punto de transferencia más austral para carga de gran
volumen como combustibles, material de edificación, antenas de radio, maqui-
naria pesada como motoniveladoras, buldozers, etc., cuyo transporte por vía
aérea es muy oneroso.
Para ello se ha estudiado de acuerdo a la información de la Figura 4, el
límite del hielo marino en el mes de enero, y se ha descartado el mar de
Weddell. en nuestro sector, pensándose solamente en el mar de Bellíngshaus-
sen, hasta el límite del hielo, que es Bahía Margarita.
En la península antártica existen sólo dos aeródromos que pueden ser emplea-
dos por aviones que usan tren de aterrizaje convencional, esto es ruedas. El
primero fue Marambio. de Argentina, que fue inaugurado en 1969. Tiene una
pista de 1.200 metros que permite la operación de aviones C-I30. Está ubicada
en una isla en la parte norte del mar de Weddell, contigua a la península
antártica.
En marzo de 1980 se produjo el primer aterrizaje de un C-I30 de la t"ACH
en el recientemente inaugurado aeropuerto Teniente Marsh en la Isla Rey
Jorge, contiguo al Centro Meteorológico Presidente Freí. Con este evento
Chile recuperó el tiempo perdido y ahofa dispone de acceso por vía aérea a la
Península Antártica durante todo el año. Para ello se dotó el aeródromo de
equipo barre-nieve, buldozers y vehículos de transporte adecuados para todo
terreno. Sin estos elementos no es posible la operación del aeródromo, debido a
la frecuente acumulación de nieve prodl;lcto de la precipitación y del efecto de
los fuertes vientos que arrastran la nieve suelta formando montículos que
impiden el uso de la pista hasta que son removidos. Cabe, en todo caso, hacer
presente que estos equipos son normales en todos los aeródromos del hemisfe-
I
16~
Javier Lopetegui T./INFRAESTRUCTURA ANTARTJCA y POLlTICA DE...
rio norte y deben ser considerados cada vez que se construyen nuevos aeródro-
mos, para garantizar su operatividad.
Inicialmente sólo se tuvo 900 m de pista que se ampliaron en la temporada
siguiente hasta llegar a los 1.300 m. Esto es suficiente para aviones del tipo
C-I30, pero es conveniente continuar las obras, que son posibles, para llegar a
1.600 m de pista pavimentada. Así sería posible el aterrizaje de aviones jet
comerciales de tipo intermedio, lo que permitiría que una empresa aérea
chilena efectuara el enlace con la Antártica. Marsh se ha convertido en el
trampolín que permitirá el acceso aéreo al resto de la Antártica Chilena. Está
llamado a convertirse en el punto de distribución principal y deberá tener
bodegas, facilidades portuarias y elementos adecuados para transferir la carga
a los aviones y helicópteros que acceden a diversos puntos de la Antártica.
Deberá pues, ser un aeropuerto dotado de todos los elementos para atención
de aviones, combustible, radioayudas modernas, equipamiento para eficiente,
expedita y cómoda atención de pasajeros y manejo de carga.
Se estima que el tráfico de pasajeros a la Antártica será mayormente por
vía aérea, como se están haciendo actualmente los relevos antárticos, transpor-
te de científicos y visitantes. Las exploraciones realizadas hasta ahora no han
permitido encontrar otros lugares ubicados al sur en que sea posible construir
aeródromos sobre una base de tierra. Si se encontraran serían sólo apropiados
para aviones del tipo Twin Ouer, sin posibilidades de llegar a ser lo que es
Marsh.
Sólo hay la aternativa de emplear aviones bimotores, que operando desde
Marsh al sur, equipados con esquíes, pueden aterrizar en la nieve. Así es como
se han construido ya dos refugios, uno contiguo a la base inglesa de Rothera, en
la Isla Adelaida, y otro en la Isla Charcot.
Sin embargo, a pesar del interés y dedicación puestos en esta tarea, el
avance es muy lento pues no se cuenta con aviones de una adecuada capacidad
de transporte. A pesar de ello ya se ha logrado penetrar hasta el fondo de la
península antártica, llegando hasta el borde norte del Continente (Lat.
73°40'S). Falta ahora consolidar el avance logrado, construyendo más refugios
y ubicando otras pistas en nieve (Sky Ways) lo que dará mayor seguridad a la
operación. También será necesario radioayudas para guiar a los aviones.
169
POUTlCA ANTARTlCA DE CHILE
170
Javier Lopetegui T. ¡INFRAESTRUCTURA ANTARTICA y POLITICA DE...
A. Historia
El histórico vuelo realizado en 1929 por el Almirante Richard E. Bird, de la
Armada de Estados Unidos, en el que sobrevoló el Polor Sur, demostró que se
habia producido un cambio notable. Había terminado la época de la explora-
ción heroica y se iniciaba otro capítulo, en que la utilización de las nuevas
tecnologías permite realizar con suma facilidad lo que antes no era posible.
Sin embargo. hubo de pasar mucho años antes que se refinara la técnica lo
suficiente para permitir el uso de aviones y helicópteros en forma sistemática
en la Antánica.
Los problemas técnicos más serios se referlan a la con fiabilidad de los
motores aéreos. Mientras se utilizó el motor recíproco, con su enorme cantidad
de piezas móviles. propenso a muchas fallas y con una desfavorable relación
peso/potencia, no fue posible obtener resultados muy espectaculares.
La aparición en escena de los motores turbohélices y a reacción, que
combinaron una mayor con fiabilidad y gran potencia cambió totalmente el
171
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
B. Epoca actual
Cuando se iniciaron las actividades aéreas de Chile en la península antártica se
trataba sólo de vuelos locales de hidroaviones o helicópteros que operaban
desde los buques de las expediciones por lo que nunca surgió la necesidad de
controlo seguridad aparte que la que proporcionaba la propia expedición, ni
tampoco se establecieron pistas de aterrizaje en la península antártica.
Posteriormente se realizaron algunos vuelos de aviones bimotores anfibios
desde Punta Arenas a Decepción y González Videla, que amarizaron en las
bahías contiguas a las bases existentes.
En los últimos años, a partir de 1980, la combinación de dos factores, la
construcción de un aeródromo con capacidad para ser utilizado todo el año y el
empleo de aviones de gran capacidad de transporte, fue lo que marcó un hito
importante en las actividades que Chile ha desarrollado en la Antártica.
Permitió la unión permanente con el continente americano, resolvió los
problemas de aislamiento, dio seguridad anímica a los chilenos destacados en
esas aisladas bases, permitiendo apoyo médico cuando fuera necesario. Otorgó
la capacidad de efectuar búsquedas y rescates de personas extraviadas o en
emergencias.
Pero principalmente ha hecho posible desarrollar una variedad de explo-
raciones que antes no eran realizables. Ha abierto los ojos a los que pensaban
que la Antártica era un lugar lejano e inalcanzable, al acortar la distancia y los
obstáculos que era el Drake y los hielos invernales, permitiendo llegar en sólo
dos horas y media desde Punta Arenas a la Isla Rey Jorge.
Además, se ha establecido una aerovía, dotada de modernos elementos de
ayuda a la navegación, adecuado apoyo de información meteorológica. fotos
de satélites y pronósticos. Todo ello da seguridad y confianza para garantizar
que los vuelos que se efectúen a la Antártica no sean más riesgosos que los que
se hacen en Europa del Norte o Canadá, que tienen un clima similar.
Sin embargo, hay que reconocer que estamos sólo iniciando el camino;
hemos llegado a la Isla Rey Jorge, Lat. 62°S y debemos tener la capacidad de
alcanzar cualquier punto de la Comuna Antártica. La exploración aérea con
aviones pequeños dotados de esquíes ha permitido llegar a la Isla Adelaida,
donde está la base inglesa Rothera. Contiguo a la pista de nieve se ha instalado
un refugio que fue lanzado desarmado en paracaídas, que da seguridad a las
tripulaciones que vuelan al sur, permitiéndoles esperar allí condiciones de
tiempo favorable para proseguir el vuelo.
Más al sur, en la isla Charcot, se colocó otro refugio, idéntico al primero y
con el mismo objetivo. En esta forma. lentamente se va avanzando, lo que ha
probado que es posible lograr el enlace local en la Antártica por medio de
aeronaves, a pesar del mal tiempo que caracteriza la península. Para ello es
necesario disponer de buena información meteorológica, que la proporciona el
172
Javier Lopetegui T. / INFRAESTRUCTURA ANT ARTlCA y POLlTICA DE...
l. Frío
En la Península Antártica, al nivel del mar, la temperatura es muy parecida a la
de los países nórdicos y no representa un problema. Diferente es la situación al
sur de la Península, latitud 74°5, donde comienza una altiplanicie de hielo de
1.000 y más metros de altura, donde predominan temperaturas muy bajas que
crean serios problemas para el funcionamiento de maquinarias. La combina-
ción de altura y temperatura hace no aconsejable la detención de los motores de
los aviones por la incertidumbre de poder volver a hacerlos funcionar, a menos
que se cuente con equipo de tierra, tal como plantas eléctricas para alimentar
lós aviones y calefactores para los motores. Aún asi, en el Polo se hacen
funcionar los motores cada cierto tiempo para evitar congelamiento de los
sistemas de a bordo.
2. Magnetismo .terrestre
La brújula o compás magnético ha sido el elemento básico de la navegación
marítima y aérea. En esta zona es muy poco confiable por la enorme distancia
que hay desde el Polo Geográfico al magnético, ubicado en la latitud 67°15'5.
Esto produce la insólita situación de navegar desde ese punto al Polo 5ur con el
compás magnético indicando rumbo norte.
Además la inclinación magnética hace que el compás tienda a trabarse y su
funcionamiento es errático.
3. Comunicaciones
Las tormentas solares producen bloqueos de comunicaciones que impiden la
recepción por periodos de días. Esto hace muy peligroso el vuelo en estas
condiciones, por lo que usualmente se suspenden los vuelos mientras dura el
fenómeno.
4. Radioayudas
También son afectadas, por lo que su demarcación es errática y no son tan
confiables como en el resto del mundo.
Equipos de navegación como el OMEGA, de extraordinaria precisión y
confiabilidad, pierden totalmente sus condiciones al sur de la latitud 72°5 y no
pueden ser empleados.
5. Cartografia
La cartografía de esta región es incompleta y en el continente mismo, más allá
de la Península Antártica, no hay los puntos de referencia que son tan comunes
173
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
en otras latitudes, como ciudades, caminos, puentes, lagos, bahías, etc., y que
constituyen una valiosa ayuda para determinar la ubicación. Esto es, por el
contrario, una infinita planicie de hielo, de forma eternamente cambiante.
Las cartas de navegación de proyección mercator, en uso en el resto del
mundo, no son adecuadas para esta zona y debe emplearse cartas de proyec-
ción polar. Sin embargo, estas cartas no tienen buenos puntos de control por la
convergencia de los meridianos, de tal suerte que es necesario superimponerles
una grilla con paralelos y meridianos convencionales que se cortan en ángulos
rectos. Además, como desde el Polo Sur todas las direcciones son Norte en los
360, es necesario fyar un solo norte arbitrario, que es el de meridiano cero.
Toda la navegación y control del tránsito aéreo debe ser hecho de acuerdo
al norte de la grilla y así se dan los rumbos y demarcaciones.
6. Visión blanca
Es un fenómeno óptico, que ocurre con buen tiempo y sólo en algunos lugares.
Es producto de la luz solar, que pasa a través de nublado alto y que en ciertas
condiciones produce la pérdida del sentido de la profundidad. En estas condi-
ciones es imposible aterrizar y el avión debe ser desviado a un punto de
alternativa donde no se esté produciendo el fenómeno.
7. Meteorologla
La Península Antártica se caracteriza por su gran nubosidad, pero la situación
cambia bruscamente al pasar a la altiplanicie de hielo que tiene en general
tiempo muy bueno, con escasa precipitación. No obstante en la zona de encuen-
tro del aire seco y frío, de alta presión yel aire menos frío, húmedo y de baja
presión de la costa, se producen frecuentes y repentinas variaciones de tiempo.
Esto es producido por invasión del aire húmedo a la altiplanicie de hielo,
lo que no es posible determinarlo con las fotos de satélites normales, por ser
transparente el vapor de aguas antes de formar nubes. La base norteamericana
de Mc Murdo utiliza un satélite polar que sí detecta esta anomalía y mediante
ello se puede predecir el cambio de tiempo.
La recepción oportuna de la información meteorológica desde !a base Mc
M urdo sería de gran ayuda para los vuelos al interior del continente. Esto no es
posible porque la organización del sistema meteorológico impone que la infor-
mación se remita de la base antártica norteamericana a Nueva Zelandia y de allí
a Washington. El regreso de ella a través de Buenos Aires, a Santiago y de allí a
nuestra base antártica.
Se produce así una gran demora en recibir la información, lo que la hace
perder actualidad. Debe tenerse en cuenta el extremo dinamismo de los
fenómenos meteorológicos, característica de esta región, hace que el tiempo
varíe con mucha rapidez y una información atrasada carece de valor.
Se recomienda buscar un acuerdo con Estados Unidos para que efectúe
intercambio de información meteorológica entre nuestro centro meteorológi-
co Eduardo Frei y la base Mc Murdo.
174
Javier Lopetegui T./INFRAESTRUCTURA ANTARTICA y POUTICA DE...
175
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
VI. CONCLUSION
176
Javier Lopetegui T./INFRAESTRUCTURA ANTARTICA y POLlTICA DE...
BIBUOGRAFIA
177
"
IV
La preservación ambiental como obje'tivo de una
polítiéa antártica
ECOSISTEMA ANTARTICO:
NATURALEZA, IMPACTO Y CONSERVACION
T. Antezana, K. Ray y C. Morales
I. INTRODUCCION
181
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
INSTITUCIONES NACIONALES
GUBERNAMENTALES Y No-GUBERNAMENTALES
ORGANISMOS E INSTITUCIONES
PRIVADAS Y COMUNITARIAS f!"=
UN I VER-II ACADEM I.AS
SIDADES y SOCo
DE COORD. y
DESARROLLO 1I FUERZÁS EMPRESAS
FUNDAC.
AYUDA CLUBES Y
COMITES ACADEMIAS 1
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15. OCEANICAS
ySUBANTARTlCAS
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l. Pesquerías y Cacerías
Ballenas y Focas: La historia de su explotación es simplemente trágica desde el
punto de vista económico, ecológico y ético. La virtual extinción posterior de las
grandes ballenas ha sido relacionado coil el incremento poblacional reciente de
focas, lobo fino y ballenas pequeñas.
El aumento de foca cangrejera y 101;>0 fino ya causa interés por explotarlos.
Sin embargo, se requiere explicar por qué éstos y no otras especies incremen-
tan sus poblaciones, y si en efecto, su expansión indica que el nicho de las
grandes ballenas está siendo ocupado por las especies ya nombradas, lo cual
indicaría que su recuperación se podría lograr.
Peces: Las poblaciones de nototénidos han sido ya considerablemente reduci-
das debido a intensas pesquerías en varias áreas alrededor de Georgia del Sur,
Kerguelen y en plataformas continen~ales de otras regiones. Los niveles de
explotación son aún muy especulativos debido a la reticencia de algunas
naciones a entregar estadísticas de pesca. La explotación de peces y el efecto en
la comunidad demersal de la Antártica ;;e consideran asuntos críticos y requie-
ren de urgentes medidas de conserva¿ión.
184
I
T. Antezana, K. Ray YC. Morales I ECOSISTEMA ANTARTICO: NATURALEZA, IMPACTO...
185
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
2. Minería
Minerales e Hidrocarburos: Bajo la capa de hielo y bajo el mar se ha detectado una
gran variedad de minerales e hidrocarburos. Sin embargo, las técnicas para su
eventual explotación aún está en desarrollo. La factibilidad de la exploración y
explotación de petróleo principalmente, podría generar riesgos de un efecto
irreversible o reversible a largo plazo, debido a la lenta degradación del
petróleo en condiciones antárticas, por lo que debe procederse con extrema
cautela.
Además del efecto en la reproducción, alimentación, y desplazamiento de
las poblaciones, y la amenaza a la sobrevivencia de algunas especies, podrán ser
drásticos el deterioro o modificación de subsistemas, hábitats y comunidades
de especial interés, y también el paisaje. Podemos imaginarnos el efecto de
derrames oceánicos de hidrocarburos, tomando por ejemplo que las larvas de
krill pueden aparecer hasta la misma superficie del agua en forma masiva,
repentina y en extensiones de miles de km 2 , o también el efecto de derrames
costeras en las poblaciones de focas cangrejeras y pingüinos.
3. Turismo
Ambíente y paisaje: El turismo ha sido iniciado hace pocos años y se incrementa
rápidamente. El efecto a corto plazo se notaría ya en algunas áreas, pero a largo
plazo es desconocido. Se presume que esta actividad tendrá efectos perturba-
dores en la reproducción de aves y focas en verano y en la flora de ambientes
costeros e insulares. La introducción de especies exóticas y de enfermedades
contagiosas, en aves y mamíferos podr~n también tener efectos devastadores.
Incluso la perturbación de actividades de investigación científica en las nume-
rosas bases antárticas tendrán su efecto. Estas y las otras debieran ser sujetas a
nuevas regulaciones.
186
T. Ant~zana, K.. Hay YC. Morales I ECOSISTEMA ANTARTICO: NATURALEZA, IMPACTO...
través de ese cuerpo legal. La Convención los respeta, así como los concernien-
tes a la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas e incluso a la
Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas. Asimis-
mo los firmantes de la Convención sobre los Recursos Vivos Antárticos que no
son Partes Consultivas del Tratado de 1959 reconocen las obligaciones y
responsabilidades sobre conservación dispuestas en aquel convenio y se com-
prometen a observarlas.
Los principales objetivos de conservación son: mantener los procesos
ecológicos esenciales, preservar la diversidad genética en el ecosistema y asegu-
rar la utilización sostenible de las especies y del ecosistema todo.
El objetivo de la Convención es "la conservación de los recursos marinos
vivos, incluyendo su aprovechamiento racional". El concepto de recursos vivos
involucra a todas las especies de organismos, susceptibles o no de ser explota-
dos. Al incluir todas las especies inferrelacionadas entre sí y con el ambiente
físico en el ecosistema antártico, se enfoca la conservación de recursos pesque-
ros con una definición decididamente ecológica e integral, lo cual ha sido muy
poco frecuente en instrumentos jurídicos para otras regiones oceánicas.
Para realizar el objetivo esencial de la Convención y velar por el cumpli-
miento de sus principios, se establece una Comisión, y un Comité Científico
como su cuerpo de consulta. Este Comité Científico deberá, entre otras activi-
dades, analizar los datos concernientes al efecto de la pesca sobre los organis-
mos marinos; evaluar el estado y tendencias de las poblaciones; establecer
métodos y criterios concernientes a medidas de conservación y formular pro-
posiciones de programas nacionales e internacionales.
En consecuencia, en este Comité Científico recae la responsabilidad de
fundar las bases que debieran orientar a la Comisión para cumplir con el
objetivo de la Convención. Por ello y destacando principios similares a los
sustentados en el Tratado Antártico de 1959, la Convención de 1980 señala que
el Comité Científico gestará un foro para la consulta y cooperación en la
colección, estudio e intercambio de información sobre los recursos y, que en
general estimulará y promoverá la cooperación en la investigación científica.
Si examinamos con detención este marco de referencia, se hace evidente
que plantea un desafío de gran envergadura, porque si bien es cierto ya existe
este magnífico instrumento jurídico, no es fácil la implementación de sus
disposiciones relacionadas con la investigación científica y ecológica, sobre la
cual descansa significativamente. Esto nos preocupa porque tal situación se
puede extrapolar a otros instrumentos jurídicos relativos a la Conservación o la
Protección de la Naturaleza y de sus Recursos Vivos.
En un plano bien específico, la dificultad de creación de conocimiento
ecológico se manifiesta, por ejemplo, en el escaso conocimiento existente del
Ecosistema Antártico antes de la virtual extinción de las ballenas, en la pobreza
de datos sobre las cuales se fundamenta el potencial y las perspectivas de
explotación pesquera; por otra parte, los actuales modelos sobre estructura y
funcionamiento del ecosistema y aquellos sobre administración de recursos
están en su nivel más básico, apenas conceptual. Sirven más bien para generar
hipótesis y como marco de referencia para el análisis, puesta a prueba y
187
POLlTlCA ANTARTICA DE CHILE
188
T. Antezana. K. by YC. Morales I ECOSISTEMA ANTARTICO: NATURALEZA. IMPACTO ...
189
EL IMPACTO AMBIENTAL DEL
POSIBLE DESARROLLO
DE LOS RECURSOS
MINERALES ANTARTICOS
1. INTRODUCCION
191
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Ü)2
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
está elaborado con el conocimiento previo del texto del Tratado Antártico,
pero antes que éste entrase en vigencia 4 , lo que sucedió el 23 dejunio de 1961.
La labor en favor de la conservación de la Antártica que había estado
desarrollando SCAR, ahora transformado ya en Scientific Committee, adquiere
un temprano reconocimiento por parte del Tratado en su Primera Reunión
Consultiva realizada en Canberra en julio de 1961, basando su Recomendación
1-8 sustancialmente, sobre las medidas antes mencionadas, que había desarro-
llado SCAR en su IV Reunión 5 •
Al momento de efectuarse la V Reunión de SCAR en Wellington,
de 1961, se preparaban, o habia intenciones de preparar, una lista de áreas a
ser designadas como santuarios para la conservación de especies o hábitats que
requerían protección especial y una lista de especies de particular interés
científico, o rareza, que requiriesen protección especiaL También se encuen-
tran las ideas precursoras de lo que sería la Convención para la protección de
las focas antárticas, pues también se consideraba en esta reunión que la foca
Ross (Ommalophora rossi) y los lobos finos (Arclocephalus spp.), deberlan ser
totalmente protegidos. Es también interesante observar que el concepto de
sistemas dependientes era también reconocido ya en esa fecha por el Grupo de
Trabajo en Biología cuando se especificaba "que la conservación de la flora y
fauna en las islas subantárticas no difiere en principio de la conservación en la
Antártica misma,,6.
La conservación de la Antártica sigue siendo un tema importante en el
trabajo de SCAR, como lo atestigua el Primer Simposio sobre Biología Antártica
realizado en París en 1962. Aparecen aquí pautas de acción que serán rescata-
das posteriormente por el Sistema. En efecto R. Carrick, Secretario del Grupo
de Trabajo de Biología SCAR, en su trabajo: "Los problemas de la conservación
alrededor del Océano Austral", introduce el concepto de "utilización racional,
complementando el enfoque previo tipo "conservación de flora y fauna silves-
tre" primitivo con un enfoque tipo "conservacionista de recursos". Carrick
explica, "La conservación toma en consideración las necesidades del hombre
de utilizar los recursos vivos pero sin sobreexplotarlos, y también la necesidad
de retener la variedad de la naturaleza. Las medidas incluyen:
"1) La preservación de hábitats terrestres y áreas de reproducción.
2) La utilización racional de las ballenas, focas, aves marinas y plancton en
niveles y mediante métodos que mantendrán stocks adecuados de repro-
ducción para los propósitos económicos, científicos y culturales"'.
El enfoque conservacionista de vida silvestre continuarla vigente sin em-
bargo, en el Sistema y, éste es el tenor de las "Medidas Acordadas para la
Conservación de la Fauna y Flora", aprobadas en la III Reunión Consultiva
efectuada en 1964.
De gran importancia en relación con el futuro impacto de la posible
193
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
194
Vlctor Ariel Gallardo / EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLW...
IOlbid., p. 7.
195
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
196
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO ...
'5Ibíd .• p. 2.
16Ibíd. p. 46.
197
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
198
Vktor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
componentes en detalle antes que los cambios naturales sean afectados por
las actividades humanas. Estos deben ser tan cuantitativos como sea
posiblel 7•
El informe del Grupo EAMREA fue considerado por la IX Reunión Consul-
tiva, en particular por el Grupo de Expertos sobre Exploración y Explotación
Mineras constituido en esa reunión, siendo considerado por e~te Grupo como
"un buen punto de partida", junto con otros informes, para la evaluación del
probable impacto sobre el ambiente antártico de los diversos desarrollos tecno-
lógicos posibles y para la elaboración de un programa que resultara en evalua-
ciones más precisas l8 .
El Grupo de Expertos de la IX Reunión Consultiva, constituido de acuerdo
con la Recomendación vlII-14, párrafo 4 y el Informe de la Reunión Preparato-
ria Especial de París de junio de 1976, laboró entre los días 10 Y 29 de
septiembre de 1977 y evacuó un importante informe, anexo al Informe de la IX
Reunión Consultival!l.
Este informe contiene principalmente dos elementos: a) las guías sobre los
métodos apropiados para la exploración y explotación mineras en la Antártica,
y para la protección del ambiente, y b) un registro de las discusiones del grupo.
En el contexto de este trabajo es de interés hacer resaltar algunos de los
contenidos de ambas partes del Informe del Grupo de Expertos.
Las guías sobre los métodos incluye varios párrafos relativos a la evalua-
ción del impacto ambiental y la protección o rehabilitación del ambiente. El
párrafo 27 señala que los métodos para la evaluación del impacto ambiental en
la Antártica deberían ser desarrollados de acuerdo con los progresos recientes
del concepto. Tal evaluación debería incluir la estrecha asociación de cientistas
ambientales, especialistas en la tecnología de la exploración y explotación
mineras, y otros relacionados con la regulación de tales actividades. La evalua-
ción del impacto debería ser conducida de manera que ayude al ajuste de los
desarrollos propuestos para que reduzcan sus efectos ambientales, y además,
deberían llevar una vigilancia continuada. El párrafo 28 sugiere que se investi-
gue para el desarrollo de métodos de contención, recuperación o dispersión de
petróleo derramado en el mar en la Antártica. El párrafo 29 llama la atención
sobre la insuficiencia que existe sobre el conocimiento que permita una estima-
ción confiable sobre el posible impacto del petróleo derramado sobre los
ecosistemas at:ttárticos; se refiere a que es vital que se expanda la investigación
sobre esta materia. Finalmente el párrafo 29 reconoce que no existen métodos
efectivos que permitan la restauración delsitios terrestres, en el hielo o en el
mar antártico, alterados por la exploración o explotación mineras.
El segundo componente del Informe del Grupo de Expertos formado en
la IX Reunión Consultiva, contiene a su vez tres partes: 1) Revisión del estado
de la actual tecnología para la Exploración y Explotación de los minerales en la
199
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
200
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
201
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
otras materias relacionadas con los recursos minerales antárticos. El mismo año
se publica el informe del taller de Bellagi0 21 •
Los objetivos del grupo no-gubernamental que trabajó en Bellagio fueron
cuatro: 1). Revisar el conocimiento geológico y el estado de la tecnología, el
grado de inminencia y la posible localización de las actividades; 2). Considerar
cómo tales actividades podrían afectar el ambiente antártico y sus sistemas
ecológicos; 3). Identificar métodos para la evaluación del impacto ambiental
susceptibles de ser utilizados en la Antártica, y 4). Sugerir prioridades para la
investigación futura y formas para desarrollar guías prácticas que permitan
asegurar que las futuras actividades no constituirían un impacto inaceptable
sobre el ambiente único antártico.
Entre las consideraciones ecológicas y de investigación que merecen ser
destacadas, el Grupo de Bellagio identificó las siguientes, en relación al desa-
rrollo de una actividad teórica relacionada con la explotación de hidrocarburos
en el Mar de Ross:
l. Será necesario que los biólogos definan los posibles efectos del desarrollo
de la actividad sobre los componentes del ecosistema océanico, especial-
mente sobre aquellos recursos que sean significativos como alimento para
el hombre y otros consumidores; también sobre las algas epónticas (algas
microscópicas que crecen en la superficie inferior del pack-ice); el bentos,
y, sobre las aves y mamíferos.
2. Para que se puedan contestar las cuestiones antes mencionadas, los biólo-
gos requerirán realizar más investigación, la que debería concentrarse
sobre los elementos claves y las interacciones existentes dentro de estos
ecosistemas antes que en una amplia gama, como ha sido tradicional, de
problemas sobre la toxicidad aguda y crónica del petróleo.
3. U no de los primeros temas de investigación en el ecosistema océanico sería
el posible efecto sobre la productividad del krill. Esto será difícil, sin
embargo antes que exista más información sobre el comportamiento social
del krill, la edad y composición sexual de los stocks, el ciclo reproductivo y
las tasas de crecimiento, y antes que existan mejores métodos para estimar
las densidades y biomasas del krill. El grupo identifica entonces como las
principales necesidades de investigación las siguientes: "apoyo máximo al
programa BIOMASS (que tiene como tema central la comprensión de la
biología del krill y el desarrollo de técnicas para la evaluación de stocks); la
determinación de la toxicidad aguda y crónica de hidrocarburos derivados
del petróleo sobre el krill; la determinación de la medida en que el krill
puede adquirir sabor a petróleo ("tainting") y su significado para los
consumidores, y el desarrollo de un índice fisiológico o conductual como
un método rápido y conveniente para determinar el estado de salud de los
stocks de krill".
4. Se requerirán además estudios sobre: el ciclo reproductivo de especies de
peces oceánicos con larvas pelágicas; los patrones de distribución estacio-
2IM.W. Holdgate y John Tinker, 1979. Oil and other minerals in the Antarctic.
Publicado por SCAR, 51 p.
202
Vlctor Afiel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
203
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
204
Cuadro 1
ESQUEMA SUGERIDO PARA EL DESARROLLO DE PROGRAMAS DE INVESTIGACION ORIENTADOS A MEJORAR LAS <:
PREDICCIONES DEL POSIBLE IMPACTO DE LA EXPLORACION y EXPLOTACION DE HIDROCARBUROS EN LA g
ANTARTICA "'
>
i
11 III IV ~
Información recupera- Información obtenible Información básica que requiere Información que requiere de in- ~
ble del análisis de obser- de programas de inves- de investigación nueva o adicio- vestigación nueva o adicional ~
vaciones y programas tigación en existencia o nal que no es obtenible de pro- cuando se hayan definido las ¡c
~
de investigación pa- planificados. gramas en desarrollo o del análi- áreas de prospección.
sados. sis de trab<tios pasados.
Oceanografía Física Investigación geológico-marina. Definición en detalle del ambien- >
N:I
3:
o geofísica y geoquimica en escala te físico: ti'
\.l1 ¡:;;
regional. (1) Movimiento de las aguas (co-
rrientes y mareas).
(2) Estados de la superficie del
~
mar (olas y congelación). ~
~
(3) Régimen de hielos flotantes
(pack-ice y témpanos). ;
Estudios del fondo marino: ¡;;
(1) Morfologíalbatimetría.
(2) Dinámica de los sedimentos. ~
>
Estabilidad. :c
(4) Evidencia de surcos produ- ~
cidos por témpanos p~
cJuyendo determinación de
edad).
(Continuación Cuadro 1)
II III IV
Climatología Antártica
Metodología para calcular la Meteorología regional.
Definición de la estruc- Mayor definición de la edad de los surcos producidos Caracterización de la biota regio-
tura de aquellos tipos de estructura de aquellos por los témpanos. nal y definición de las áreas de
ecosistemas marinos, tipos de comunidades y Influencia del "pack-ice" sobre la especial significado biológico.
dentro del ecosistema ecosistemas susceptibles estructura y dinámica de las co- Determinación de los niveles bá-
Antártico como un to- de ser afectados; mejo- munidades biológicas marinas. sicos de hidrocarburos en la co-
do, más susceptibles de ramiento en general de lumna de agua y sedimentos de (3
r-
ser afectadas por las ac- la com prensión de la di-· fondo. :¡
tividades de explora- námica de las poblacio- ñ
>
ción y exploración de nes, comunidades yeco- Determinación de los niveles bá- >
Z
hidrocarburos. sistemas en áreas pelági- sicos de la contaminación por hi- ...¡
r-o
o cas y costeras locales. drocarburos en componentes re- >
Ol ~
Niveles de contaminan- presentativos del ecosistema ma- ñ
tes en la atmósfera y cu- rino (incluyendo aves y mamífe- >
1:1
bierta de hielos. ros). Efectos de primer y segun- t"1
C'l
do grado de los varios tipos y con- :I:
centraciones de hidrocarburos y ~
otros contaminantes sobre com-
ponentes claves del ecosistema
marino. El destino de los diversos
hidrocarburos bajo las condicio-
nes ambientales antárticas (bio-
degradación, captación biológica
y dispersión física).
Diseño de programas de vigilan-
cia basados sobre especies indica-
doras sensitivas a la contamina-
ción ambiental.
VIctOT Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
207
POUTICA ANTARTICA DE CHILE
grupo adhoc fue establecido por SCAR en el intertanto, con el objeto de acon-
sejar sobre los aspectos científicos de los posibles efectos del desarrollo de las
actividades mineras en la Antártica. Este grupo también tuvo a su cargo
considerar en qué forma SCAR debería responder a las Recomendaciones x-¡ y
x-7, antes mencionadas. En su informe este grupo ad-Iwc sugiere que se bU$que
la asesoría de organismos internacionales competentes en relación a la petición
a SCAR contenida en la Recomendación x-7. El grupo también ofreció sugerir
una agenda para discusión durante la Reunión XVI de SCAR a realizarse en 1980
en Queenstown, Nueva Zelandia, así como también los nombres de los posibles
miembros para constituir un nuevo grupo de especialistas de SCAR sobre las
Implicancias Ambientales de la Posible Exploración Minera en la Antártica. La
necesidad de establecer este grupo fue reconocida durante SCAR-XVl sugirién-
dose que éste sirviera para coordinar las actividades en esta área por SCAR,
interactuando estrechamente con otros órganos de SCAR, entre los más impor-
tantes el Grupo de Especialistas sobre Recursos Vivos Marinos Antárticos, el
Grupo de Especialistas sobre las Focas Antárticas y el Grupo de Trabajo en
biología y sus subcomités 27 . De acuerdo con esto SCAR-XVl reemplazó al grupo
EAMREA por el Grupo de Especialistas sobre Implicancias Ambientales Antárti-
cas de una Posible Exploración y Explotación Minera (Antarctic Environmen-
tal Implications ofPossible Mineral Exploration and Explotation - AEIMEE), por
un período de 4 años en una primera instancia, con los siguientes términos de
referencia.
a) En consulta con los grupos de trabajo de SCAR:
l. Identificar la información recolectada a través de observaciones y progra-
mas de investigación realizados en el pasado en la Antártica y en otros
lugares (especialmente el Artico) , relevante a la evaluación del potencial de
implicancias ambientales de la posible exploración y explotación mineras
en la Antártica;
11. Revisar en qué medida está apareciendo información relevante de los
programas de investigación en curso en la Antártica y en otras partes;
111. Informar' a SCAR sobre el estado del conocimiento de los componentes del
ecosistema y ambiente antárticos relevantes a la exploración y explotación
mineras;
IV. Aconsejar a SCAR sobre los desarrollos tecnológicos o de otro tipo que
puedan influir sobre la posibilidad de exploración y explotación mineras
en la Antártica.
b) Asesorar a SCAR y su grupos de trabajo de los campos científicos en que los
datos son inadecuados para el análisis de las implícancias ambientales de
las posibles actividades de exploración y explotación mineras.
c) Identificar, especialmente en consulta con los Grupos de Trabajo en
Biología y el Grupo de Especialistas sobre los Ecosistemas del Oceáno
Austral y sus Recursos Vivos, los ecosistemas que pueden ser especialmen-
te vulnerables a los efectos de la exploración y explotación mineras.
208
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
209
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
210
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO... ,
211
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
212
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACfO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
213
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Cuadro 2
STATUS DE LA INFORMACION SOBRE SISTEMAS Y PROCESOS ANTARTICOS
RELACIONADOS CON EL IMPACTO DEL DESARROLLO DE ACTIVIDADES
PETROLlFERAS COSTA AFUERA
B. Contaminantes
B.I. Hidrocarburos livianos y B M A
pesados.
B.2. Metales pesados. B B B
C. Peligros ambientales
C.l. Sismicidad y/o volea- A M B
nismo.
C.2. Características del fondo B B B
marino.
C.3. Olas M M M
C.4. Morfología y dinámica M M A
del hielo marino.
C.5. Témpanos. M M A
C.6. Gubiadura del piso mari- B B A
no por hielos.
C.7. Permafrost, clatratos- B B M
hidratos submarinos.
l"Ver p. 20.
214
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
(Continuación Cuadro 2)
E. Biota amenazada
E.I. Distribución, dinámica
poblacional y fenología.
E.l.l. Aves. A A B
E.1.2. Mamíferos. M M B
E.1.3. Krill y otros plancteres. A A 8
E.1.4. Otros. A A 8
E.2. Ecosistemas.
E.2.1. Hábitats vulnerables. M M A
E.2.2. Relaciones Tróficas de 8 A B
especies claves.
215
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
E.l.l. Aves. Las aves son conspicua mente afectadas por los derrames de petró-
leo en el mar aunque el disturbio de los sitios de reproducción puede ser
también importante. Las aves antárticas son relativamente bien conocidas. La
información es más adecuada para los pingüinos que, desde el punto de vista
de la biomasa son dominantes (90% del total), y mucho menor para los petreles
pequeños que anidan en hoyos. Los estudios realizados en poblaciones de aves
similares en el hemisferio norte en general parecen indicar que aunque puede
haber una mortandad espectacular asociada con los grandes derrames de
petróleo, y una mortandad sustancial asociada con la contaminacióI:1 crónica
por petróleo, los efectos sobre las poblaciones no son conspicuos. Sin embargo,
dificultades de interpretación indican que no puede concluirse definitivamen-
te que no ocurran tales efectos. Existen estudios actualmente en vías de desa-
rrollo sobre la distribución y abundancia de aves marinas antárticas. Los
resultados de tales estudios pueden ser usados directamente para relacionarlos
con los peligros ambientales que aquí se tratan, previa adaptación de los
programas existentes. Hay, por lo tanto, altas posibilidades de usar datos
previamente obtenidos y programas en vías de desarrollo para los estudios de
impacto ambiental. Hay baja urgencia entonces para desarrollar nuevos pro-
gramas. Se reconoce, sin embargo, que sería muy deseable desarrollar métodos
para determinar las formas en que las aves prerreproductoras son reclutadas a
las colonias reproductoras.
E.l.2. Mamíferos. Los únicos mamíferos indígenas de la Antártica son las
ballenas y las focas. La evidencia indica que no es probable que éstos sean
mayormente afectados por las operaciones petrolíferas costa afuera o por las
operaciones terrestres de cualquier tipo que ellas sean. Alguna contaminación
podría resultar de los derrames de petróleo, y esto puede daF lugar a una
mortalidad localizada, pero se considera poco probable que esto tenga un
efecto significativo sobre las poblaciones. La distribución y fenología de las
216
Vfctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLLO...
217
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
38W. Nigel Bonner, 1981. Antarctic Ecosystems vulnerable to the effects of mineral
exploration and explotation. A paper prepared by the SCAR Biology Group's
Sub-Committee on Conservation, chairman. W. Nigel Bonner, mimeografiado, 8 p.
59Ellnforme N° 2 del Grupo EAIMEE fue recibido por el Comité Ejecutivo de SCAR a
mediados dejunio de 1983. Fue de inmediato enviado a los Comités Nacionales por la
posibilidad que existla de que fuese considerado en la Reunión Especial del Tratado
Antártico sobre los Recursos Minerales, a realizarse en Bonn enjulio de 1983.
218
Vktor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMBIENTAL DEL POSIBLE DESARROLW...
Hasta aquí el análisis general que ha tenido, a través ya de más de una década, el
problema de los posibles efectos ambientales que podrían derivar de la posible
exploración y explotación mineras en la Antártica sobre el ecosistema antártico
y los ecosistemas dependientes adyacentes. A excepción del informe del Grupo
de Bellagio, este examen se ha limitado a los eventos acaecidos dentro del
sistema del Tratado Antártico incluyendo las acciones pioneras y persistentes
ejecutadas por SCAR desde antes del establecimiento del Tratado Antártico en
torno al tema general de la Conservación en la Antártica.
219
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
220
Vlctor Ariel Gallardo I EL IMPACTO AMB IENT AL DEL POSIBLE DESARROLLO...
221
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
222
V
Los regímenes
para los recursos antárticos
LOS RECURSOS MINERALES
ANT ARTICOS y SU REGIMEN
Una primera pregunta que cabe plantear es ¿qué principios, normas e institu-
ciones existentes son aplicables o pueden adaptarse a esta materia? Todos los
análisis coinciden en otorgar una alta prioridad al Tratado Antártico y al
Sistema de Cooperación que de él se ha derivado.
Los recursos antárticos dentro de ese Tratado no están enfocados de
manera que pueda sostenerse que existe un régimen para ellos. Sin embargo, el
Artículo IV, que consagra e! llamado equilibrio politico-jurídico entre países
reclamantes de ¡Territorio y no-reclamantes es doblemente pertinente a este
respecto y, de ci'erta manera, constituye una de las claves para comprender e!
marco externo de las opciones que hoy día se plantean a una política nacional
antártica aplicada a los recursos.
Ese Artículo en su párrafo I garantiza a todos los participantes en e!
Tratado la preservación de sus derechos de soberanía territorial, o reclamacio-
nes territoriales hechas valer precedentemente así como garantiza que nada
perjudicará la posición acerca del reconocimiento o no reconocimiento de esos
derechos. Está claro que, de acuerdo con estas disposiciones no hay pérdida de
soberanía y por ende, caben las posiciones de los Estados reclamantes respecto
de que ese concepto se aplica a los recursos que se encuentran en su territorio y
aguas jurisdiccionales. No obstante, e! párrafo 2 nos señala que "Ningún acto o
actividad que se lleve a cabo mientras e! presente Tratado se halle en vigencia
constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de
soberanía territorial en la Antártica, ni para crear derechos de soberanía en
esta región. No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la
Antártica, ni se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer mien-
tras el presente Tratado se halle en vigencia".
Para efectos de este estudio, esta disposición implica que no puede evitarse
la vía del acuerdo entre los países que son partes consultivas de! Tratado, que
incluyen a los siete reclamantes, sin que deba resolverse necesariamente las
cuestiones de soberanía y jurisdicción que implica todo régimen nacional sobre
recursos naturales. No cabe, conforme a esa disposición pretender un recono-
cimiento indirecto de soberanía por actos unilaterales, aunque éstos encuen-
tren su fundamento en el derecho interno. Este era y continúa siendo un
problema básico en el tratamiento de los recursos antárticos, resuelto bajo
diferentes modalidades en los regímenes convencionales de conservación de
los recursos vivos, pero en ningún caso bajo enfoques de soberanía exclusiva.
La discusión del tema en lo que respecta a los recursos minerales ha
avanzado lo suficiente como para concentrar nuestro examen en aquellas
225
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
alternativas que sitúan un futuro régimen para los recursos minerales dentro
de los principios del Tratado Antártico. Aunque presentes otras tesis como el
condominio o fórmulas de internacionalización bajo un sistema de patrimonio
común de la humanidad, no serán analizadas porque todas ellas representan
enfoques basados exclusivamente en resolver primero las cuestiones de sobera-
nía, posición que no se detecta dentro de la conducta de las partes consultivas y
no se compatibilizan con los regimenes ya existentes sobre recursos vivos.
En 1981, mediante la Resolución XI-l, los países consultivos recomendaron
a los Gobiernos "que se adopte, con carácter urgente, un régimen sobre
recursos minerales antárticos" y que se convoque una Reunión Consultiva
Especial para:
"a) Elaborar un régimen;
b) Decidir la forma del régimen, incluyendo la cuestión de la eventual necesi-
dad de un instrumento internacional como una convención;
c) Adoptar un calendario para las negociaciones, en las sesiones y reuniones
informales, según convenga, de las Reuniones Consultivas Especiales, y
d) Adoptar toda otra medida que pueda ser necesaria para facilitar la conclu-
sión del régimen, incluyendo la decisión del procedimiento para su adop-
ción".
Ante esta opción tan clara, sólo cabe constatar que esta recomendación no
hace sino afirmar la propia competencia de las Partes Consultivas para nego-
ciar un régimen, decisión que aunque formalmente no está vigente ha impulsa-
do un intenso calendario de reuniones formales e informales.
226
Mana T. Infante I LOS RECURSOS MINERALES ANTARTICOS y SU REGlMEN
227
POUTlCA ANTARTICA DE CHILE
Además, se tiene conocimientO que desde fines de la década del 60, compañías
petroleras solicitaron a diversos gobiernos. de países antárticos definiciones
oficiales acerca de la posibilidad de operar en la Antártica.
Este largo preámbulo ha sido necesario, en consecuencia, para situar el
marco polltico y jurídico en el que se inserta la actual discusión acerca de los
recursos minerales. El enfoque dominante puede calificarse en consecuencia
de un proceso de afirmación de las propias competencias por las Partes Consul-
tivas y de rechazo a las actividades no-reguladas.
Se trata en este proceso, por una parte, de reconciliar derechos. intereses y
expectativas y. por otra. de definir un régimen operacional, dentro del cual se
inserten esas posiciones, logrando la adecuada protección jurídica de la rela-
ción que consagra el articulo IV del Tratado Antártico.
No es en consecuencia un simple ejercicio de desarrollar los principios que
permitan realizar las actividades nacionales bajo las reglas de jurisdicción que
establece el Tratado Antártico, ni tampoco de una nueva forma de organizar la
investigación científica nacional bajo fórmulas novedosas de cooperación inter-
nacional. Existen elementos nuevos dentro y fuera del sistema antártico que
merecen ser considerados para comprender la vigencia y los alcances de un
tema como del régimen para recursos minerales.
El Embajador C.D. Beeby de Nueva Zelandia. al analizar los problemas que
deberían ser enfrentados en la preparación de un régimen semejante. expresó
en el seminario celebrado en la Base Teniente Marsch, en 1982, que la razón
más fundamental para ocuparse de la cuestión de los recursos era que si ella no
se resolvía, podría ofrecer una amenaza directa al Tratado Antártico y al
Sistema derivad0 3 •
En particular, ésta sería la consecuencia de dejar que el" tema de los
recursos minerales fuera el origen de un renacer de disputas de soberanía. No
creemos. sobre este punto, que los desafíos externos provengan de la carencia
de un régimen sobre recursos minerales, pero sí que su existencia por un
acuerdo, fortalecería considerablemente la posición de los países antárticos
frente al exterior.
3. DEFINICIONES BASICAS
228
Maria T. Infante I LOS RECURSOS MINERALES ANTARTICOS y SU REGIMEN
229
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Resolución XI-[ que rige las negociaciones sobre recursos minerales señala que
un futu ro Régimen deberá aplicarse a "Todas las acti vidades relacionadas con
recursos minerales que se realicen en el continente antártico y sus áreas
adyacentes más allá de la costa, pero sin usurpar fondos marinos".
Cabe considerar a este respecto de qué manera los regímenes reguladores
de otros recursos abordan esta materia. Tanto la Convención sobre Conserva-
ción de Focas Antárticas, de 1972, como la Convención sobre Conservación de
los Recursos Vivos Marinos Antárticos. de 1980, incorporan disposiciones que
expresamente reproducen el famoso Artículo IV del Tratado Antártico, lo que
es una referencia expresa a que las actividades realizadas bajo el amparo de
esos acuerdos no envuelven reconocimiento de títulos soberanos, ni su desco-
nocimiento. Debe agregarse que la Convención de Canberra de 1980, señala
expresamente que se salvaguardan las posiciones además en lo relativo al
ejercicio de la jurisdicción de Estado ribereño conforme al derecho internacio-
nal en la zona de aplicación de la convención.
Estos esquemas no son, sin embargo, suficientes para ser aplicados pura y
simplemente a los recursos minerales, entre otras razones, por las característi-
cas propias de las actividades reguladas. Sin perjuicio de esto, los principios allí
contenidos deben ser reiterados y coordinados con los que se establezcan para
los minerales.
230
Maria T. Infante I LOS RECURSOS MINERALES ANTARTICOS y SU REGIMEN
231
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
No es sólo una cuestión teórica la que se plantea aquí, sino que tiene alcances
respecto de la delimitación entre la actividad científica cubierta por el Tratado
y el derecho a reservar los resultados derivados de la prospección.
Igualmente, existe la necesidad de incorporar alguna referencia que salva-
guarde el sistema de inspección del Tratado (artículo Vll).
Cualquiera sea la forma de adopción del Régimen, un Protocolo adicional
o una Convención, la vinculación con el Tratado es esencial, lo que significa que
es el marco para insertar un concepto amplio de aceptabilidad de las activida-
des relativas a recursos minerales, que permita su aplicación para cada caso por
las Partes Consultivas, incluyendo los países reclamantes.
Este es sin duda el primer mecanismo de acomodación interna, as! surge como
consecuencia de la definición de otros aspectos básicos relativos a los sistemas
de exploración y explotación. De esta manera, debe entenderse que en cual-
quier comisión u órgano que se constituye para regular y dirigir al más alto
nivel estas actividades, sus miembros originarios deberán reflejar las Partes
Consultivas del Tratado Antártico, 7 de las cuales son los países reclamantes.
Al mismo tiempo debe tener en cuenta el grado de participación que
corresponderá a Estados adherentes a quienes se haya aprobado un plan de
operaciones para ser realizado en forma directa o que patrocinen actividades
de compañías nacionales y mientras duren esas actividades.
A nivel institucional, una cuestión básica está constituida por la composi-
ción y el poder decisorio de cualquier comisión que deba pronunciarse sobre
cuestiones concretas, como la autorización de actividades. Sus implicancias
desde el punto de vista de la soberanía y de lajurísdicción son indudables y es
por esta razón que el sistema de adopción de decisiones puede aportar una
solución al problema. Especial significado adquiere en este ámbito, la com posi-
ción de esta comisión, en la cual deberían intervenir los paises reclamantes del
área comprometida, así como otras categorías de Estados.
Para analizar el poder decisorio, debe tenerse en cuenta el sistema de
votación, en particular si consideramos que de existir una comisión, a ella le
correspondería determinar las áreas, sitios o bloques -según el sistema que se
adopte- abiertos a la exploración y desarrollo. Las alternativas a este respecto
no son muchas; o la regla del consenso, o una mayoría sustantiva, que hagan
operar el poder de veto del país reclamante.
Asimismo, una comisión debería estar obligada a tener en consideración
las medidas establecidas y recomendadas por las Partes Consultivas, a fin de
que no haya inconsistencia con las que pudieren adoptarse para los recursos
minerales.
Sin duda que la clave principal para definir el futuro régimen y promover
su eficacia estará dada por la definición de quien posee la capacidad reguladora
y de qué manera se insertan y armonizan las posiciones de Jos países reclaman-
tes y no-reclamantes, explotacionistas y conservacionistas;
Son varias las razones que conducen a postular un sistema de Comités
232
Maria T. Infante I LOS RECURSOS MINERALES ANTARTICOS y SU REGlMEN
233
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
234
Mana T. Infante I WS RECURSOS MINERALES ANTARTlCOS y SU REGIMEN
6. CONCLUSIONES
6Partes Consultivas en 1983 y un interés probado en los recursos vivos por actores
antárticos nuevos, como Corea del Sur y la Comunidad Económica Europea.
235
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
236
ALTERNATIVAS DE POLITICAS
PARA LA UTILIZACION DE LOS RECURSOS
VIVOS MARINOS ANTARTICOS
l. INTRODUCCION
237
Í'OLlTICA ANTARTICA DE CHILE
2. ANTECEDENTES GENERALES
238
Roberto Cabezas B.I ALTERNATIVAS DE POLlTlCA PARA LA UTILlZACIOIll ...
De acuerdo con los antecedentes disponibles y con los resultados de las investi-
gaciones, nacionales e internacionales, es factible dimensionar operaciones
pesqueras antárticas de carácter comercial.
239
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
240
Robeno Cabezas B. f ALTERNATIVAS DE POLlTICA PARA LA UTILlZACION ...
241
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
242
Roberto Cabezas B. I ALTERNATIV AS DE POUTICA PARA LA UTIUZACION ...
5. CARACTERISTICAS DE LOS
PROYECTOS PESQUEROS ANT ARTICOS
Todos los proyectos de explotación del krill, en mayor o menor grado, estarán
afectos a los riesgos inherentes a las actividades pesqueras:
a) Estacionalidad de las operaciones de pesca;
b) Perecibilidad de las materias primas;
c) Sobreinversión en instalaciones industriales y de servicios, y
d) Regulación de los niveles de capturas, para asegurar la conservación de los
recursos pesqueros en el tiempo.
Los proyectos de utilización del krill antártico, presentan otras característi-
cas especiales; y, no cualquier inversionista, nacional o extranjero, estará
dispuesto al desarrollo de este tipo de proyecto; principalmente, considerando
las siguientes situaciones:
a) Falta de mercados desarrollados para los productos;
b) Limitaciones tecnológicas y carencia de suministros para procesar krill a
bordo de buques pesqueros factorías tradicionales;
c) Necesidad de inversiones adicionales en equipos especializados y de alta
yelocidad para la carga y descarga de productos congelados, y
d) Costos de mano de obra sobrevalorados de acuerdo con las condiciones
antárticas.
6. ALTERNATIVAS DE POLITICAS
PARA LA UTILIZACION DEL KRILL
243
POUTICA ANTARTlCA DE CHILE
6.2. Objetivos
6.2.1. Generales
Básicamente, las alternativas de políticas para la utilización del krill, se pueden
sustentar en los siguientes objetivos generales:
a) Incrementar los volúmenes yel valor de la producción pesquera nacional,
aprovechando integralmente los recursos vivos marinos y las potencialida-
des geográficas antárticas;
b) Velar por la explotación racional de las pesquerías antárticas para asegu-
rar la conservación del ecosistema marino antártico,
6.2.2. Específuos
Considerando la ventaja comparativa de la proximidad y continuidad geográ-
fica, se plantean los siguientes 0l?jetivos específicos:
a) Fomentar el desarrollo de actividades pesqueras permanentes y continuas,
para concretar una participación nacional oportuna y mayoritaria en la
captura de krill de la zona comprendida entre el Mar de Bellingshausen,
Islas Georgia y las Islas Sandwich del Sur;
b) Mantener un sistema de búsqueda, recopilación de datos e información
biológica-pesquera de las actividades pesqueras nacionales y extranacio-
nales.
244
Roberto Cabezas B./ ALTERNATIVAS DE POLlTICA PARA LA UTILlZACION ...
245
POLlTJCA ANTARTlCA DE CHILE
7. CONSIDERACIONES FINALES
BIBLIOGRAFIA
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246
Roberto Cabezas 8./ ALTERNATIVAS DE POLlTICA PARA LA UTILlZACION ...
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247
POLITlCA ANTARTICA DE CHILE
248
CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD
EN UN REGIMEN PARA LOS MINERALES
ANTARTICOS
Jorge Berguño
lI. E. Tolstikov. Glacial continent discloses its secrets. Diario Pravda, 27 de enero de
1970. Citado por Osear Pinochet, "La Antártica Chilena", Santiago 1976. p. 186.
249
.,
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
250
Jorge Berguno I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
251
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
2. LA ACTIVIDAD DIPLOMATICA
DE LAS PARTES CONSULTIVAS
252
Jorge Berguño I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA...
253
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
4Report from the Meeting of Experts at the Frid1Jof Nansen Foundation al Polhg-
da. May 30-June 10, 1973.
254
Jorge Berguño I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA...
255
POLlTlCA ANTARTlCA DE CHILE
principios que han de inspirar el futuro régimen para los minerales antárticos.
Convoca a una Reunión Consultiva Especial para elaborar un régimen, decidir
la forma del instrumento internacional apropiado, adoptar un calendario de
negociaciones y todas las medidas necesarias para la conclusión del régimen.
Señala que éste debe basarse en los principios siguientes:
a) Las Partes Consultivas deberán seguir desempeñando un papel activo y
responsable al tratar la cuestión de los recursos minerales antárticos;
b) Deberá mantenerse en su totalidad el tratado Antártico;
c) La protección del singular ambiente antártico y de sus ecosistemas depen-
dientes deberá ser una consideración primordial;
d) Al tratar la cuestión de los recursos minerales antárticos, las Partes Consul-
tivas no deben perjudicar los intereses de toda la humanidad en la Antár-
tica;
e) Las disposiciones del Artículo IV del Tratado no deben ser afectadas por el
régimen. Deberá asegurar que los principios contenidos en el Artículo IV
queden salvaguardados en la aplicación a la zona cubierta por el Tratado
Antártico.
Esta última directriz es nuevamente explicitada en el numeral sexto de la
Resolución XI-l.
"6. Cualquier acuerdo que pueda alcanzarse sobre un régimen para la
exploración y explotación de minerales en la Antártica elaborado por las Partes
Consultivas, deberá ser aceptable y ser sin perjuicio para aquellos Estados que
han hecho valer precedentemente derechos de soberanía territorial o reclama-
ciones territoriales en la Antártica como también para aquellos Estados que ni
reconocen tales derechos o reclamaciones de soberanía territorial en la Antárti-
ca ni, bajo las disposiciones del Tratado Antártico, hacen valer tales derechos o
reclamaciones" .
De conformidad a lo dispuesto en la resolución XI-l se convocó a la Cuarta
Reunión Consultiva Especial del Tratado Antártico para iniciar el proceso de
negociación del futuTO régimen ya acordado en Buenos Aires. Se llevó a efecto
en WeIlington, en junio de 1982.
En el curso de la reunión las Partes Consultivas reafirmaron algunos
puntos que son fundamentales para nuestro país, entre ellos:
a) Establecimiento del régimen dentro del Sistema Antártico, ya que ello
implica por un lado fortalecerlo y, por otro, mantener el control de las
actividades mineras en las Partes Consultivas, sin perjuicio del papel que le
pueda corresponder a los otros países que accedan posteriormente al
régimen o a la comunidad internacional;
b) Aceptación en grado creciente de la necesidad de encontrar mecanismos
que a.comoden los derechos de los países reclamantes y que signifiquen
una verdadera compensación por la cesión de poderes, que el estableci-
miento del régimen puede significar para este grupo de países. Esta
"acomodación" implica una ventaja para los países reclamantes de sobera-
nía que, aunque pequeña, podría ser importante para dar expresión real a
la existencia de derechos soberanos en la Antártica.
256
Jorge Bergufio I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGlMEN PARA ...
257
POLITICA ANT ARTlCA DE CHILE
5Robert O. Keohane & Joseph S. Nye. Power and Interdependence. Boston, 1977, p.
19; Ernst Haas. Technological Self-Reliance for Latin Amenca: t'" Oas Contribution. Inter-
national Organization V. 34, 4 (1980); Hedley Bull. The Anarchieal Society: A Study ofOrder
in World Polities. New York, 1977. p. 54. También Antony J. Dolman. Resources, Regimes,
WorldOrder. New York, 1981; y Stephen D. Krasner (Ed.) InternationalRegimes, Ithace &
Londres, 1983.
258
Jorge Bergufio I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
259
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
7Richard B. Bilder. The Present Legal and Political Situatíon in Antarctica. En "New
Nauonalism and the Use of Common Spaces" editado por Jonathan 1. Chamey. Allan-
260
Jorge Bergufio I CR.ITER.IOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
held Publishers, NJ. 1982. También David A. Colson. The Antarctic Treaty System: the
Mineral Issue. Law and Policy in lnternational Business, V. 12,4, 1980.
sLa tesis de condominio es sostenida por Frank C. Alexander Jr. A recommeruled
Approach lo the Antarclic Resources Problem. University of Miami Law Review, V. 33,
diciembre 1978. El enfoque del patrimonio común aparece en M.C. W. Pinto The Interna-
tional Community andAntaretica. University of Miami Law Review, V. 33, diciembre, 1978;
y Edward Honnold Thaw in International Law. Rights ¡n Antaretica uruler tM Law ofCommon
Spaces. Yale Law Journal. V. 87, marzo 1978. La expresión "Estatuto Original" ha sido
acuñada por Andre Cailleux L ~ntaretíque. Parls, 1967. En esa dirección Philip W. Quigg
APoleApart: TMEmergingIssueof Antarctica. Nueva York, 1983;Jonathan Charney Future
Strategies for an Antarctic Mineral Resouree Regime. En "The New Nationalism", Op. cit.,
M.J. Peterson Antarctica: 1M lasl great land rush on Earth. International Organization, V.
34, 3. 1980; Fernando Zegers Santa Crus TM Antarctic System and tM UtiliÍ.ation of
261
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
ResQUrces. University oC Miami Law Review, V. 33, diciembre, 1978: Rudiger WolCrum
The Use o[ Antarctie Living ResQUrces: The Search of a Trustee? Symposium on Antarctica
sponsored by the Institute oC International Law, University oC Kiel, June 21-24, 1983.
Con orientación similar pero critico de las Partes Consultivas, Francis M. Auburn
Antarctie Law and Polities. Indiana, 1982.
262
Jorge Berguflo I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA .••
263
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
entre los intereses de todos los grupos internos y externos al Sistema del
Tratado Antártico9 .
La quinta base, de suma importancia, es la preservación del equilibrio
poUtico del Tratado Antártico, cristalizado en su artículo IV. Para clarificar la
naturaleza del equilibrio político alcanzado en 1959 es preciso recordar que
todos los participantes en la Conferencia de Washington eran partidarios de
definir el estatus de la Antártida mediante una conferencia internacional pero
algunos aspiraban al reconocimiento de su soberanía y otros auspiciaban algún
tipo de internacionalización. Prevaleció una transacción que, a pesar de haber
sido criticada por su ambigüedad, abarcaba elementos bastante claros y, pesan-
do ventajas y desventajas, venía a ser un triunfo de los reclamantes. En efecto,
se congelaba la controversia de soberanía pero los reclamantes obtenían dos
ganancias significativas:
a) La primera parte del artículo IV consagraba una diferencia cualitativa
entre los "derechos" sustentados por los reclamantes y las "posiciones" de
los no reclamantes;
b) La segunda parte, al prohibir nuevas reclamaciones, venía a confirmar
una alianza política entre reclamantes y no reclamantes, conforme a la cual
los primeros obtienen de los segundos seguridades que no formularán
reclamaciones (si bien los países que invocaban, como la URSS y los Estados
Unidos. un fundamento de reclamación puede reservarlo) y su concurso
para oponerse a eventuales reclamaciones de terceros Estados.
Este equilibrio político que las Partes Consultivas se comprometen a garan-
tizar ha funcionado en una primera etapa, en que el "Club Antártico" contaba
con un número reducido de miembros, como protección efectiva de las recla-
maciones. A medida que aumenta el número de Partes Consultivas, el núcleo
de reclamantes disminuye en gravitación proporcional dentro del Sistema
Antártico. No obstante, al abordarse la problemática de los recursos, se redes-
cubre una vitalidad significativa en el grupo de los paises con derecho de
soberanía, particularmente en aquéllos que la geografía vincula permanente-
mente a la Antártida. Es esta ambigüedad de la situación la que determina la
necesidad de adecuar los nuevos acuerdos a una noción de equilibrio dinámico.
5. FACTORES DE INTERDEPENDENCIA
Las Partes Consultivas han acordado que el régimen de los recursos minerales
deberá incluir medios para determinar la aceptabilidad de actividades mineras
y para regular los aspectos ecológicos, tecnológicos, políticos, legales y econó-
micos de esas actividades en los casos en que éstas sean consideradas aceptables.
En esta forma, podemos distinguir dos niveles de aceptabilidad: el primero,
9Barbara Mitchell. Frozen Stakes. The Fulure ef Antarclic MineraLs. Nottingham, 1983
(Especialmente cap. IV: Requiremems of a Regime). También Rainier Lagoni Anlarc-
lúa's Mineral Resources in lnlemational Law. Zeitschrift fur Auslandisches Offenliches
Recht und Volkerrecht". Sonderabdruck aus Band 29, n° 1, 1979.
264
Jorge Berguño I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
que está dado por las bases políticas del acuerdo señaladas en el párrafo 5 de la
Resolución xI-I y en la "acomodación interna" descrita en el párrafo 6 de la
misma resolución; y el segundo de carácter sectorial, que consiste en la intro-
ducción de "estándares" particulares de carácter ecológico, tecnológico, políti-
co, legal y económico.
Ahora bien, interesa destacar que las normas, reglas o principios que se
adopten en cada uno de estos aspectos relevantes de la exploración y explota-
ción minera antártica estarán obviamente en una relación de subordinación
jerárquica a las bases políticas del acuerdo. Si esto se hace mediante un sistema
de referencias y del empleo de la "cláusula de sumisión" en una convención
independiente, o bien mediante la extensión de la aplicación del Tratado
Antártico en forma de Medidas Convenidas o de un Protocolo Complementa-
rio, es una decisión procesal que las Partes Consultivas deberán meditar.
Nuestra opinión es que el momento ha llegado de detener un proceso de
compartamentalización que conspira contra la unidad orgánica y la eficacia
pragmática del Sistema Antártico.
Por otra parte, las decisiones sectoriales se gestan en proceso de interde-
pendencia con repercusiones importantes ("spill-over"), rebalsando hacia los
otros sectores. Ningún inventario de condiciones "a priori" puede liberar a las
partes del futuro régimen de analizar caso por caso y tomando en cuenta las
proyecciones globales, cada uno de los aspectos de la actividad minera. Si se
trata, por ejemplo, de los aspectos tecnológicos, será p¡'eciso considerar si dicha
tecnología puede adecuarse a las condiciones del medio antártico; si reúne
condiciones mínimas de seguridad; si no perturba los hábitats; si no altera la
calidad del suelo, aire yagua; si no interfiere físicamente con otros usos
legítimos de la Antártida como son la actividad de las bases, la investigación.
científica, la navegación o la pesca. Dicho de otro modo, el "estándar" tecnoló-
gico deberá, para estos efectos, incluir el ecológico y el del respeto a los demás
usos legítimos y pacíficos del Continente Antártico.
Lo anterior puede parecer más simple que lo que efectivamente es. La
exigencia de una tecnología limpia, segura y en permanente adaptación a las
condiciones del medio antártico será considerada sin duda como muy onerosa
por las empresas interesadas en la exploración y explotación de las riquezas
minerales antárticas, Una situación similar se plantea, en el aspecto jurídico,
con el tipo de permiso para explorar y explotar que se adopte, así como con sus
modalidades. El interés de las compañías y el de los Estados con mayor inclina-
ción "explotacionista"estará en un sistema de concesiones garantizadas y a
largo plazo, El interés de los Estados reclamantes irá evidentemente en la
dirección de un control más estricto y el interés decisivo de la protección del
medio ambiente abogará por un régimen diferente, que permita caducar el
permiso en cualquier momento en que se detecten incumplimientos de parte
del explotador o riesgos serios para el medio ambiente o para los demás usos de
la Antártida 10.
265
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
Los conflictos en las opciones pueden ser más graves. El criterio económi-
co, en el sentido que las eventuales operaciones mineras deben iniciarse por
razones comerciales y no por consideraciones de prestigio o de poder, es muy
importante. Como principio es indudablemente el más sano. Pero las Partes
Consultivas tendrán una injerencia inevitable en los factores que los operado-
res habrán de considerar en su planificación comercial: requisitos de seguri-
dad, modalidades de los permisos, tributación, son factores que inciden direc-
tamente en los costos. Pero hay otros más im ponderables que también influirán
en la apreciación económica que hagan los operadores. Dadas las condiciones
inciertas del mercado del petróleo, una decisión de explotación en la Antártica
puede tener repercuciones significativas en los abastecimientos, en el nivel de
precios y en otros aspectos globales de la comercialización del petróleo. Tam-
bién importantes proyecciones estratégicas. Sobre esa base. será muy impor-
tante que las Partes Consultivas actúen responsablemente y sus posibilidades
de alcanzar soluciones constructivas de consenso no sólo influirán como factor
de confianza en el escenario económico sino que como factor de paz en la arena
internacional.
266
Jorge Berguflo I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA...
Ile. Georgin. Ctnnmentmre des Clawes el Conditions Généraks impostes aux entrepreneurs.
Editions Eyrolles. Parls. 1955.
267
POLITICA ANTARTlCA DE CHILE
va" en otros casos, excluyen toda idea de una internacionalización global, bajo
forma de fideicomiso, parque mundial o reserva ecológica o puramente cientí-
fica. Descartan asimismo la posibilidad de un condominio de un grupo de
países, que pondría término a las soberanías individuales, salvo en el aspecto
relativo a la Zona No Reclamada y a la necesidad de algún tipo de entendimien-
to entre los reclamantes de la Península Antártica. Por el contrario, desde el
punto de vista de un país reclamante, el advenimiento de un régimen mineral
operativo debe apreciarse no tanto como una limitación de una soberanía
teórica sino como el desenvolvimiento consecuente de capacidades propias del
Estado reclamante, que el Tratado no prohibe sino que condiciona a la preser-
vación de otros usos, valores y objetivos. En cierta medida, sin alterar el
equilibrio fundamental del artículo IV, una potencialidad de la reclamación,
que consiste en la disposición de las riquezas naturales existentes en ella, que se
encontraba congelada, pues el reclamante no podía ejercitarla sin arriesgar
conflictos con otras obligaciones del Tratado, se convierte en realidad y,
siguiendo a los teóricos de la integración, más que de limitaciones a la soberanía
podemos con justicia hablar aquí de una "soberanía ampliada".
12Edith Brown Weiss. Principks far Resolving Confoct.s between generatiOn5 on Natural
Resources. Rev. Mazingira, V. 7, 2, 1983. También "PrincipIes governing certain changes
in the environment of Man". The David Davies Memorial Institute of International
Studies. Londres, 1968.
268
Jorge Bergutlo I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
269
POUTICA ANTARTICA DE CHILE
río, dadas las presentes dudas, escoger vías de acción que difícilmente
podrían ser reversibles.
3) Conservación de la calidad del medio ambiente: El medío ambiente debe
ser preservado en su integridad y no debe ser deteriorado en forma
significativa.
4) Conservación de la diversidad: La Antártidaen su forma actual representa
un repertorio de recursos y posibilidades que no deben ser mermados,
alterando la diversidad de especies biológicas, la fauna, flora y hábitat
antárticos.
5) Respecto de los demás usos: La actividad económica no debe interferir ni
desvirtuar los demás usos pacíficos y legítimos de la Antártida ni perturbar
el funcionamiento de las bases antárticas ni las actividades de sus dotacio-
nes. Asimismo, dentro de las actividades económicas cabe establecer rela-
ciones armónicas, de modo que la minería no interfiera con la pesca u otro
tipo de actividad económica permisible.
6) Apoyo a la investigación científica: En virtud del Tratado y de la acción de
las Partes Consultivas, la Antártída es el gran laboratorio científico de la
Humanidad y conforme al principio anterior, debe ser integralmente
respetado su uso para finalidades científicas. Pero la investigación es
también la fuente de decisiones y juicios ilustrados, actúa corno una arga-
masa que unifica la diversidad de intereses de las partes del sistema y es
también el motor del cambio regulado, del progreso ilustrado de la Huma-
nidad. Por ello, la Resolución XI-l estimula a las Partes del futuro Régimen
para los Minerales Antárticos a establecer un instrumento de investigación
colectivo, que podría ser el actual SCAR; o un instituto de las Partes
Consultivas corno lo propuso Chile en la negociación del Tratado Antárti-
co de 1959 (Julian Huxley habia propuesto colocar dicho instituto bajo la
tuición de la UNESCO); o un Fondo para el Desarrollo de la Investigación,
que promueva proyectos de carácter global y de interés general relaciona-
dos con la Antártida a los cuales se podría asociar preferentemente a los
países en desarrollo.
270
Jorge Bergufto I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
o INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
7 GEOLOGICA8
i
CONTINENTE ANTARTICO
271
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
11 Cool-bearing strata
• MineralOccurrence
272
Jorge Berguflo I CRITERIOS DE ACEPTABILIDAD EN UN REGIMEN PARA ...
274
VI. La dimensión internacional
de la política antártica
LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Y LA ANT ARTICA
1. INTRODUCCION
Los antiguos griegos y los filósofos medievales mostraron ya curiosidad por "la
terra incognita", por las regiones australes. Los gobernantes de la España de los
tiempos clásicos otorgaron concesiones hasta el Polo Sur en el siglo XVI, en las
que se originan precisamente los derechos chilenos. En los tres siglos siguien-
tes, los descubridores -navegantes de muchas naciones- tomaron contacto
con ella, preparando la exploración y asentamiento del hombre en la Antártica
que vería nuestro siglo. Finalmente, las reclamaciones y el ejercicio de sobera-
nía por varios Estados, los variados intentos de utilización iniciados por otros y
la conciencia general de su importancia para la humanidad dieron origen en
1959 al Tratado de la Antártica, desarrollado después en el Sistema jurídico
que hoy la rige.
El interés de la Comunidad Internacional por la Antártica se justifica por
su importancia para el clima y la ecología del mundo, para la ciencia, para sus
posibles utilizaciones. Sin perjuicio de los derechos existentes en la Antártica,
como los de Chile, de los reclamados allí y de la mayor relación que necesaria-
mente corresponde a los países más cercanos y vinculados geográficamente a
ella, ha habido siempre un interés internacional legítimo.
Ese elemento internacional está presente en el régimen jurídico en vigor
para la Antártica, que configura un subsistema armoniosamente integrado al
sistema internacional en su conjunto. Me refiero al Tratado Antártico y al
Sistema a que ha dado lugar, con las Recomendaciones de las Partes Consulti-
vas, las reclamaciones de soberanía, los actos jurídicos en el continente mismo y
los instrumentos complementarios, tales como las Convenciones para conser-
vación de las Focas y los Recursos Marinos y el régimen mineral en prepara-
ción.
El Tratado Antártico da adecuada satisfacción al referido interés interna-
cionallegítimo. En efecto, por una parte consagra a la Antártica como zona de
paz, desmilitarizada y desnuclearizada, libre de los conflictos político-militares;
la transforma en laboratorio científico; protege su ecología privilegiada. Desde
otro ángulo, establece un sistema de cooperación internacional que supere las
luchas de soberanía, de ideología, hemisferios y grados de desarrollo. El
régimen del Tratado y su Sistema son abiertos: cualquier Estado puede acceder
a ellos y participar en sus mecanismos, a la medida de su interés y actividad.
Sin embargo, una confluencia de factores ha acentuado un interés interna-
cional que podría exceder de lo legítimo y ha provocado una especie de
escrutinio, con caracteres de cuestionamiento, del Sistema del Tratado Antárti-
277
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
co. Me refiero al tema inscrito ante la XXXVIII Asamblea General de las Nacio-
nales Unidas, discutido en ella hace pocas semanas y objeto de una Resolución
que encomienda al Secretario General un estudio amplio y factual.
Otros dos procesos paralelos a la discusión en Naciones Unidas tienden a
configurar el momento más importante de la historia antártica desde la nego-
ciación del Tratado: la negociación de un régimen mineral, que complementa-
ría a la vez la reglamentación de los recursos y el Sistema del Tratado Antártico;
y la adecuación de ese mismo Sistema a las necesidades de su desarrollo interno
y la evolución mundial en el último cuarto de siglo.
Estos tres desarrollos -tratamiento del tema antártico en las Naciones
Unidas, preparación de un régimen mineral y adaptación del Sistema del
Tratado--, responden al creciente interés internacional por la Antártica, por
participar en su régimen jurídico y eventualmente en el aprovechamiento de
sus recursos.
U na sumaria consideración separada de cada uno de ellos permitirá llegar
a algunas conclusiones respecto a esta amplísima cuestión. .
278
F. Zegers Santa Cruz I LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA ANTARTICA ...
279
POUTlCA ANTARTlCA DE CHILE
su Sistema son abiertos; y que entienden que nada puede afectar el régimen
jurídico existente en la Antártica. No objetaron sin embargo el consenso sobre
el estudio, que incluye la inscripción del tema en la próxima XXXIX Asamblea
General y obliga al Secretario General a informar en esa ocasión, aun cuando
no necesariamente a completar dicho estudio.
280
F. Zegers Santa Cruz I LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA ANTARTICA ...
4. RECURSOS MINERALES
281
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
282
F. Zegers Santa Cruz I LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA ANTARTICA ...
283
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
dicho estudio sea presentado o aún anteS, con ocasión del informe que deberá
presentar el Secretario General a la XXXIX Asamblea General, en 1984, en caso
de no haberlo completado.
El deseo general de participación en los asuntos antárticos manifestado en
. la Asamblea General puede teóricamente tener dos cauces básicos: el Sistema
del Tratado Antártico, con las adaptaciones ya decididas por o que puedan
decidir en el futuro sus Partes; o una proposición alternativa, cuya validez
jurídica o posibilidades políticas es altamente cuestionable pero que podría
contar con bastante apoyo en la Asamblea General si las posiciones se radicali-
zaren.
El Sistema del Tratado Antártico cuenta en su favor con una serie de
factores, que fueron esbozados previamente. Un régimen jurídico constituido
por el Tratado mismo, las Recomendaciones aprobadas en su virtud, las
reclamaciones de los miembros activos en la región y los instrumentos comple-
mentarios, en primer lugar. Este régimen que ha gozado de reconocimiento
internacional, es abierto y-contituye un subsistema que se integra en cierto
modo al Sistema de Naciones Unidas. Su existencia y vigor excluye a la vez la
creación de nociones jurídicas nuevas e incompatibles con él, tales como la
noción de patrimonio común, y la sustitución de los Estados partes por otros o
por foros diferentes.
Importante es también el fundamento político del Sistema, su legitimidad
y apoyo. El servicio prestado por el Sistema del Tratado Antártico a la Comuni-
dad Internacional está fuera de discusión y ha sido universalmente reconocido,
incluso en el debate general suscitado en la Primera Comisión de la Asamblea
General. La incorporación de la Antártica al mapa; el conocimiento de su
realidad y recursos; su comunicación por aire, mar y telégrafo con el resto del
mundo, y por tierra y las vías señaladas entre partes del mismo continente; la
preservación jurídica y práctica de su único ecosistema; y el milagro político del
establecimiento de la primera zona de paz, generalizada cooperación interna-
cional, ausencia de conflictos y libertad científica, constituyen una realidad
maciza e irrefutable. Debe sumarse a estas realizaciones la apertura del Sistema
evidenciada una vez más con la incorporación reciente de Brasil e India como
Partes Consultivas, y la vinculación del mismo con las Naciones Unidas, al
haber establecido una cooperación constante con las Agencias Especializadas.
También en lo político, cabe considerar la casi treintena de miembros del
Tratado, que representan a una inmensa mayoría del género humano, a
Estados de todas las latitudes incluidos los más cercanos a la Antártica, a
representantes de los diversos sistemas políticos y grados de desarrollo y, en
general, a todos los países que de una forma u otra han manifestado un interés
real por el Continente Helado. No cabe desdeñar la presencia física de larga
data de los miembros activos del Trata,do, que incluyen, entre otros, a todas las
Potencias del Consejo de Seguridad. Ni ignorar la importancia de la superación
de la lucha por la soberanía que podría revivir, o de la desmilitarización cuyo
cuestionamiento podría resucitar la carrera estratégica insinuada en los años
cuarenta y cincuenta.
Aquéllos que desean mecanismos ajenos al Tratado, de participación más
284
F. Zegers Santa Cruz I LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA ANTARTICA ...
fácil, O una apertura incondicional del mismo, podrían contar con los países
que han respaldado la Resolución de los No Alineados en Nueva Delhi.
Tras la corriente de opinión, teóricamente mayoritaria, que ha respaldado
la iniciativa de Malasia y con ella, la discusión en las Naciones U nidas de la
cuestión de la Antártica, con toda la amplitud implícita en el propio estudio
encomendado al Secretario General, están las corrientes internacionalistas que
se han visto alentadas por los éxitos de la Conferencia del Mar y la aplicación a
situaciones distintas de la noción del patrimonio común.
La tendencia en tal sentido insinuada en Nueva Delhi y manifestada en
principio en el debate de la XXXV1I1 Asamblea General se alimenta de un
desconocimiento bastante generalizado acerca de la realidad antártica, el siste-
majurídico que la rige y sus realizaciones. Esta ignorancia proviene, en parte,
de la ausencia en el Tratado Antártico de una Secrataría y de mecanismos de
difusión de sus acuerdos y realizaciones; y en medida importante también
obedece a que el interés por la región comienza a manifestarse recién en "la
hora de los recursos".
En el debate ante la Primera Comisión, la generalidad de los oradores
ajenos al Tratado, reconociendo sus logros en los campos del desarme y la
cooperación internacional, pedían una participación más abierta y universal.
Algunos, analizando el Sistema del Tratado, solicitaban que dicha participa-
ción fuese abierta sin condiciones ni grados, vale decir sin mediar actividad
alguna en la Antártica, la que era presentada como cara y difícil para un país en
desarrollo. Al formular estas peticiones, ciertos oradores criticaban más o
menos abiertamente, las características del secreto, "elitismo" y otras semejan-
tes, injustamente atribuidas al Tratado y sus procedimientos. Los mismos
creadores manifestaban invariablemente interés por los recursos antárticos.
varios expositores, de una manera directa o indirecta, pidieron o sugirieron la
aplicación del patrimonio común e invocaron la analogía con los Tratados
sobre la Luna y otros Cuerpos Celestes y la Convención del Mar.
Un grupo de opinión dentro del conjunto de Estados no partes del
Tratado Antártico aludió a la ecología y pidió o sugirió la posibilidad de
transformar o mantener el territorio Antártico como parque ecológico, propo-
sición contradictoria con las anteriores, que a veces era formulada en conjunto.
285
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
286
F. Zegen Santa Cruz I LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y LA ANTARTICA ...
287
LA ANT ARTICA y EL DESARME
Pilar Armanet
1. INTRODUCCION
289
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
2. LA ANT ARTICA y
SU INCORPORACION AL SISTEMA INTERNACIONAL
290
Pilar Armanet I LA ANTARTlCA y EL DESARME
291
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
no estaban dispuestos a renunciar a ella; por otra parte exisUa una clara
superioridad cientlfico-tecnológica de las dos superpotencias que contando
con los medios adecuados "se desplazaban a través de toda la región sin
reconocer soberanía, pero reservando sus propios derechos"; y por último
exisUan otros Estados que no reconocían derechos soberanos en la Antártica y
"otros que se reservaban el derecho a proclamarla eventualmente"3.
Esta multiplicidad de situaciones fue resuelta a través del artículo IV, que
establece un cierto congelamiento de la realidad jurídica antártica "permitien-
do a todos los integrantes colaborar conjuntamente sin poner en peligro su
posición nacional"4.
El status de Parte Consultiva concede a los Estados que detentan (:~e
carácter la calidad de potencia antártica co.n la capacidad de coadministrar todo
el territorio, independientemente de sus reivindicaciones o títulos históricos.
La necesidad de mantener vigente el régimen, la igualdad jurídica de las partes
y la legitimidad que se otorgan mutuamente las partes en el ejercicio de sus
derechos antárticos, estructuran un cuerpo político normativo único en la
organización internacional contemporánea.
3. En el plano de la seguridad regional y la mantención de la Antártica como
zona de paz, esta igualdad jurídica no habría sido posible si se hubieran
repetido en la zona, las profundas desigualdades existentes en el nivel de
acumulación y sofisticación de armamentos que poseen los distintos miembros
del Tratado Antártico. De alli que, ella sólo pudo lograrse a través de una
renuncia previa y definitiva de la militarización y nuclearización de la Antár-
tica.
4. Una de las características más sobresalientes del sistema internacional
contemporáneo reside en una falta de coordinación entre las normas y la
realidad. Las instituciones ideadas para un mundo más simple y menos inter-
dependientes acusan debilidades estructurales, frente a las cuales no existe un
poder hegemónico con la suficiente capacidad para imponer un orden nuevo.
El deterioro del poder real de imposición de modelos de organización política o
económica a nivel internacional que detentan hoy las grandes potencias, exige
del proceso de elaboración de normas e instituciones un espíritu de coopera-
ción, de valores compartidos y de cierto acuerdo en los mecanismo de opera-
ción de este nuevo orden que están muy distantes de la realidad contempo-
ránea.
Frente a esta antinomia entre norma y realidad, y aun más entre norma y
valor jurídico protegido. aparece el sistema antártico como un esquema que
establece un conjunto de normas simples y cIaras, que delimitan específicamen-
te el nivel de actividades permitidas y prohibidas dentro del sistema, dando una
preferencia muy especial al trabajo científico y al desarrollo tecnológico en bien
de la humanidad.
292
Pi1ar Armanet I LA ANTARTICA V EL DESARME
293
POLlTICA ANTARTICA DE CHILE
294
VII
El marco administrativo
de una política antártica
, ;
I
LA POLITICA ANT ARTICA CHILENA y
LAS BASES DE UNA ESTRUCTURA
ADMINISTRATIVA
1. INTRODUCCION
lZegers Santa Cruz, Fernando. "El Sistema Antártico y la cuestión del aprovecha-
miento de los recursos en el área". En: Estudios Internacionales,julio-septiembre 1979, N°
47, pp. 299.
297
POUTICA ANTARTICA DE CHILE
2. MARCO INSTITUCIONAL
2D.F.L. N° 161 de 1978, Min. RR.EE. Párrafo 5", arto 13 "Del Consejo de Politica
Antártica".
298
I
Juan G. Valenzuela I LA POLITICA ANTARTICA CHILENA Y LAS BASES...
gVer Gjelsvik, Tore The Work ofSCARforConservation of Nature in the Antarctic En:
DesarrolúJ de la Antártica, Francisco Orrego V. y Augusto Salinas (eds.) Ed. Universitaria
1977, pp. 328 Y siguientes.
4lnc1uye prohibición de introducir especies extrañas; delimitación de áreas de
protección especial; especies de protección especial; y, sitios de interés cientifico especial.
299
Gráfico N" 1
ORGANISMOS RELACIONADOS CON LOS ASUNTOS ANTARTICOS CHILENOS
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NOTAS:
111 Integrantes del Consejo de Política An~rtica, según OH, N" 161 "Estatuto Orgánico del Ministerio de Relaciones Ext",iores'
121 Aaoria especial recientemente creada en la Cancillerfa.
131 OrganÍSlnO$ independientes cuyos a¡¡ortes son directamente canalizados hacia el Vir;;¡ministto o el Canciller:' Instituto de Estudios Internacionales U. de Chile. Instituto de la Patagonia XII Región. fundaculn Chile, Conicyt.
,-
Juan G. Valenzuela / La POLlTlCA ANTARTICA CHILENA y LAS BASES...
301
POLITICA ANTARTICA DE CHILE
Esta nueva estructura administrativa está siendo estudiada por las autori-
dades pertinentes, y aunque los antecedentes disponibles son insuficientes
para emitir juicios definitivos acerca de la futura organización administrativa
que requiere la Antártica, hay elementos que permiten avanzar sobre ciertos
criterios que debieran tenerse en consideración.
Por una parte, podría pensarse en una Comisión Antártica, con la estruc-
tura ya clásica de estas comisiones, de las cuales hay numerosos ejemplos. Un
gran Consejo, directivo máximo, presumiblemente integrado por Ministros de
Estado (no es deseable que sean demasiado numerosos ni de que se incluya a
miembros de distinta jerarquía) y luego, una Secretaría Ejecutiva,jurídicamen-
te autónoma y descentralizada.
El objeto de la Comisión sería asesorar al Gobierno en asuntos antárticos y
su ámbito de competencia comprendería todas las actividades concernientes al
desarrollo económico-social, científico y cultural de la Antártica.
Por su parte, la función de la Secretaría Ejecutiva sería administrar a este
nuevo organismo (y el Secretario Ejecutivo, su representante legal).
Probablemente, las labores de planificación, coordinación, evaluación y
control de las diversas acciones necesarias para materializar la política antártica
nacional sean efectuadas por esta Secretaría Ejecutiva.
Está demostrado que este esquema de Comisión con Consejo y Secretaría
Ejecutiva, da buenos resultados cuando el ámbito de competencia que preten-
de abarcarse está perfectamente delimitado y las instituciones que forman el
Consejo son todas aquellas involucrad;:¡.s de un modo u otro. Asimismo, el
manejo de recursos financieros por parte de la Secretaría Ejecutiva es necesario
cuando la naturaleza de la Comisión no hace posible otra forma de administrar
y es más eficiente el manejo centralizado de los recursos.
En el caso de la política Antártica ninguno de estos elementos se manifiesta
en forma muy precisa. Las instituciones involucradas en los asuntos antárticos
son numerosas y con variados intereses. La creación de un ente administrador
jurídicamente autónomo no impediría, de ningún modo, que se produzcan
acciones directas en la Antártica, pero evitaría la duplicación de esfuerzos y
recursos.
Una variación posible del esquema de una Comisión podría ser eficaz,
dándole una estructura más flexible y, sin necesidad de crear nuevos organis-
mos autónomos, es decir, aprovechando el aparato administrativo existente,
con un importante esfuerzo de coordinación y planificación.
302
Juan G. Valenzuela I LA POLlTICA ANTARTICA CHILENA y LAS BASES ...
límites del país, así como en todas las cuestiones que atañen a sus zonas
fronterizas ya sus espacios aéreos y marítimos ya la poUticaantártica en generaf'5.
De la disposición citada se desprende que todas las materias relacionadas
con la Política Exterior Antártica, son de exclusiva competencia de la Cancille-
ría como ejecutor directo de las instrucciones presidenciales, a través de las
direcciones y departamentos que correspondan. Lo anterior es particularmen-
te importante en todo lo relacionado con la negociación, conclusión, firma,
ratificación y posterior gestión y control del cumplimiento de todos los elemen-
tos del Sistema Antártico Internacional.
Con respecto a la Política Interna Antártica, ésta debería concentrarse en
el Ministerio del Interior ya que la Comuna Antártica forma parte de la Xli
Región. De este modo, todas las actividades y acciones de desarrollo debieran
ejercerse desde su centro natural en Punta Arenas, capital de esa Región y
centro poblado geográficamente más próximo a la Antártica.
Por su parte, la gran importancia que las instituciones de la Defensa
Nacional tienen dentro de la actividad antártica, hace necesario que tengan
participación al más alto nivel dentro de la Comisión Antártica.
De lo expuesto precedentemente se desprende:
l. La política antártica se divide en política externa y política interna.
2. La ejecución de la política externa es función exclusiva y excluyente del
Ministerio de Relaciones Exteriores.
3. La ejecución de la política interna corresponde al Ministerio del Interior y
al Ministerio de Defensa Nacional en sus respectivos ámbitos de compe-
tencia.
4. El ámbito de competencia del Ministerio del Interior es, principalmente, la
aplicación político-administrativa de los planes, programas y proyectos
contenidos en el Plan Regional de Desarrollo. Esta función debiera reali-
zarse a través de la Intendencia de la XII Región.
5. La coordinación de las politica económico-sociales que supone lo expuesto
anteriormente hace necesaria la participación de la Oficina de Planifica-
ción Nacional (ODEPLAN). El Ministerio de Hacienda cumple un rol muy
especifico que no abarca lo dicho anteriormente.
4. CONCLUSIONES
303
POLlTICA ANTARTlCA DE CHILE
COMISION ANTARTlCA
CHILENA
SECRE"r"" ", 1
GENERAL
304
Juan G. VaJenruela I LA POLlTICA ANTARTICA CHILENA y LAS BASES...
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,
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