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Apunte 1 RASSIGA

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La economía como disciplina1

1. Introducción

En este capítulo vamos a definir y entender el objeto de la economía como disciplina y su


importancia en la formación de los estudiantes de carreras humanistas. Asimismo, vamos
desarrollar brevemente el pensamiento de las principales escuelas de economía.

Actividad en el aula:
Antes de comenzar con el desarrollo de los temas y con la finalidad de testear
conocimientos previos y favorecer el intercambio de opiniones, se propone a los alumnos
dar respuesta a las siguientes preguntas:
 ¿Qué entiende por economía y por economía de mercado?
 ¿Qué percepción tiene de la economía y en particular de la economía de mercado?
 ¿Qué problemas económicos debe resolver la economía como ciencia?
 ¿Considera que la economía es importante en las ciencias humanistas?

2. La importancia de la economía en las ciencias humanistas

Las ciencias humanistas incluyen un conjunto de disciplinas sociales y literarias cuyo


objeto de estudio es el hombre, su entorno y su creación, su comportamiento individual y
social, la cultura y los procesos culturales; entre otros. Entre las carreras humanísticas se
pueden mencionar, por ejemplo, licenciaturas en educación, letras, filosofía, antropología,
psicología, psicopedagogía y sociología.
Si en la primera clase de economía se pregunta a los estudiantes estas carreras qué
opinión tiene de la “economía de mercado” y con qué palabra la conceptualizaría, surgen
términos negativos como injusticia, pobreza, explotación, concentración, competencia
salvaje, individualismo, manipulación; eventualmente alguien menciona palabras como
libertad o iniciativa privada. Los estudiantes de carreras humanistas en general tienen una
opinión crítica de la economía como ciencia y de la economía de mercado como sistema
de organización. El por qué de esta posición se debe quizás a que tienen intereses

1
Cátedra de Elementos de Economía. Apuntes de clase. Fernando Rassiga. Versión preliminar, no citar.
sociales elevados en el sentido que buscan vivir en un mundo mejor, más inclusivo y
sustentable y perciben que el sistema actual no resuelve los problemas sociales que
enfrenta. Asimismo, este colectivo de estudiantes desarrolla la capacidad de comprender
los fenómenos sociales y humanos a partir del pensamiento abstracto y el razonamiento
verbal. Así, es frecuente observar cierta aversión por la economía como disciplina porque
utiliza modelos matemáticos para explicar los fenómenos económicos; incluso cuestionan
su utilidad en la vida profesional. Por lo tanto, antes de comenzar debemos comprender
por qué es importante la economía en las ciencias humanistas y por qué se utilizan
modelos matemáticos.
Si bien muchos profesionales de carreras humanistas sólo desarrollan tareas de
investigación y didácticas, otros pueden acceder o tener aspiraciones de acceder a cargos
jerárquicos o dirigenciales. La responsabilidad de gestión en cualquier ámbito implica
tomar decisiones sobre la administración de recursos escasos en pos de alcanzar ciertos
objetivos y esto es, en sí mismo, un problema económico que se plantea y se resuelve
con métodos económicos, independientemente de la experiencia y la pericia del decisor.
De la misma manera, el apoyo político que requiere un dirigente para obtener recursos e
implementar medidas que modifiquen un contexto se logra mediante argumentos
convincentes (no necesariamente veraces) que en muchos casos tienen base económica.
Así por ejemplo, preguntas como: ¿cuál debe ser el rol del Estado en la educación?, ¿la
educación debe ser pública, obligatoria y gratuita o bien privada, voluntaria y rentada?,
¿cómo, cuánta y para quién brindar educación? encuentran respuestas en la economía.

3. El problema económico: la escasez.

¿Por qué existen problemas económicos?


Los individuos y las sociedades tienen un sinnúmero de necesidades a satisfacer. Así, por
ejemplo, los individuos necesitan cubrir al menos sus necesidades básicas de
alimentación y protección. Las sociedades tienen necesidades que hacen al bienestar
general, como mejorar el nivel de ingresos, de educación, salud y seguridad, por ejemplo.
Lamentablemente, los recursos disponibles para adquirir o producir bienes y servicios que
satisfacen necesidades individuales o colectivas, son limitados. Los individuos sólo
perciben un determinado ingreso mensual, como por ejemplo, el salario logrado por su
trabajo productivo; y las sociedades, a través del estado, obtiene ingresos también
limitados mediante el cobro de impuestos a los ciudadanos. Por esta razón, los individuos,
como consumidores, enfrentan el problema de decidir cómo asignar sus recursos escasos
entre diferentes bienes que satisfacen sus múltiples necesidades. También los individuos,
como empresarios, enfrentan problemas económicos de decidir cuánto y qué producir
entre múltiples opciones, sabiendo que la dotación de factores productivos, como el
capital y el trabajo, está limitada; es escasa.
Al igual que los consumidores y los empresarios, los gobernantes de un país enfrentan
diferentes problemas de decisión; por ejemplo, deben elegir cómo obtener recursos
públicos mediante impuestos o endeudamiento y cómo asignarlos entre diferentes
servicios sociales, como salud y educación pública, justicia y seguridad, entre otros. La
importancia de las decisiones gubernamentales es que tienen efecto sobre las decisiones
de los individuos como consumidores y como empresarios.
Este problema que enfrentan los individuos y las organizaciones es un problema
económico: decidir cómo utilizar los diferentes medios o recursos escasos para conseguir
determinados fines u objetivos.
Consecuencia de la escasez, hemos visto que los individuos están obligados a elegir, es
decir enfrentan un problema de elección. Pero además hay que determinar cómo distribuir
los bienes entre los individuos. Así cabe preguntarse ¿cómo se resuelve el problema de
distribución?, ¿quién se queda con los recursos?
En las sociedades feudales, pre-capitalistas, el rey y la nobleza eran dueños de todos los
bienes y recursos. Los estamentos inferiores (campesinos y siervos) estaban obligados a
vivir y trabajar al servicio de los nobles. Recibían protección, una vivienda, un pequeño
terreno adyacente, algunos animales de granja. En compensación entregaban, a los
nobles, parte de la cosecha y estaban sujetos a muchas otras obligaciones e impuestos.
Era el noble quién determinaba como se distribuían los recursos entre ellos y los
estamentos inferiores.
En una economía capitalista de mercado, en principio, consumo el que produce (ley de
Say: “la oferta crea su propia demanda”). Luego, el problema de distribución se resuelve
mediante el mecanismo de precios. Se queda con el bien, el que paga el precio de
mercado.
En una economía de planificación centralizada, la distribución se resuelve mediante
negociación política, como es el caso de la ley de presupuesto anual y con la libreta de
racionamiento o abastecimiento que fija un cupo de bienes para cada individuo a precios
fijos subsidiados.
Como consecuencia de la escasez y relacionado con el problema de distribución, los
individuos y las organizaciones deben competir para obtener los recursos. La
competencia no es un atributo exclusivo del sistema capitalista de mercado, sino que es la
consecuencia de la escasez de recursos. De acuerdo con el sistema económico, los
individuos compiten pagando un mayor precio, o llegando primero a la cola de
distribución, o políticamente para recibir el favor de quién tiene el derecho de distribuir los
recursos entre los individuos, sea el rey o la burocracia.

4. Definición

La economía es una ciencia que intenta explicar el comportamiento de los individuos, las
organizaciones y las sociedades respecto a sus decisiones de producción, distribución y
consumo, frente a situaciones de escasez; y el impacto que las mismas tienen sobre la
productividad del trabajo, el crecimiento económico, la distribución del ingreso y el
bienestar individual y general. Asimismo, analiza los diferentes enfoques que intentan
resolver el problema económico de asignar recursos materiales y financieros escasos
para brindar bienes y servicios que satisfagan las necesidades individuales y colectivas,
en pos de maximizar el bienestar social.
La economía puede ser abordada con un enfoque positivo, o bien con un enfoque
normativo. Desde lo positivo se busca dar explicaciones objetivas de los fenómenos
económicos. Así, se establecen proposiciones del tipo “si se dan tales circunstancias,
entonces tendrá lugar tales acontecimientos”. Generalmente se utilizan modelos para
explicar o predecir lo que es o lo que podría suceder bajo determinadas situaciones. Por
ejemplo, se puede explicar la pronta recuperación de Europa en la posguerra, en parte,
por la elevada educación de su población. También podríamos predecir que la
competitividad internacional de un país y su tasa de crecimiento aumentarían si se
invirtieran más recursos en educación, capacitación y adiestramiento de la mano de obra.
Por otra parte, el enfoque normativo ofrece prescripciones o recetas para la acción
basadas en juicios de valores personales y subjetivos, que responden a criterios éticos,
ideológicos o políticos y no necesariamente a razonamientos científicos. Lo normativo se
ocupa de lo que debería ser. Por ejemplo, alguien puede sostener que un país es más
justo en la medida que todos sus individuos reciban bienes y servicios de acuerdo con sus
necesidades y aporten recursos de acuerdo con sus capacidades. Así, propondrá
acciones tendientes a redistribuir recursos desde los sectores de mayores ingresos a los
de menos ingresos, con la finalidad de igualarlos. Otro individuo, en cambio, puede
sostener que un país es más justo en la medida que todos sus habitantes reciban las
mismas oportunidades para desarrollarse. Éste propondrá acciones que cubran las
demandas necesarias para el desarrollo de los ciudadanos considerando la restricción de
recursos disponibles para no comprometer el desarrollo de las generaciones futuras.
Estas acciones a la larga conducirán a diferencias en la distribución del ingreso.

5. Micro y macroeconomía

Dentro de la economía se distinguen dos ramas. Una es la Microeconomía, que se


encarga de las decisiones de consumo de los individuos y de producción de los
empresarios y de cómo se determinan las cantidades y los precios de las mercaderías y
de los factores de producción en una economía capitalista de mercado.
La otra rama de la economía es la Macroeconomía que estudia el funcionamiento de la
economía de un país o región como un todo, sin hacer hincapié en el comportamiento
específico de distintos sectores o agentes en cada mercado por separado. El objeto
principal de la macroeconomía es explicar y hacer predicciones sobre la evolución de los
agregados económicos, como el producto interior bruto, el nivel general de precios o la
tasa de desempleo. Estos agregados son el resultado de agrupar los comportamientos de
distintos agentes individuales en diferentes mercados. Asimismo, estudia desde diferentes
enfoques, las decisiones del gobierno y su impacto sobre las variables agregadas de la
economía.

6. Aspectos metodológicos

Para explicar los fenómenos observados y hacer predicciones, la economía, como otras
ciencias, desarrolla teorías sobre el comportamiento de los agentes económicos a partir
de un conjunto de preceptos y supuestos básicos. Así, por ejemplo tenemos la teoría del
consumidor que explica las decisiones de consumo, esto es: qué y cuánto consumir de
cada bien, dado el nivel de ingreso, las necesidades y preferencias de las familias o los
individuos y los precios de los bienes. Por otra parte, las decisiones de producción, que
implican qué, cuánto, cómo y con qué producir, dado los precios de los bienes y lo
recursos productivos, se explican con la teoría de la empresa o de la producción.
Luego, aplicando ciertas técnicas, se construyen modelos a partir de las teorías. Los
modelos son expresiones matemáticas que se emplea para hacer predicciones
cuantitativas y eventualmente tomar decisiones. Una teoría o un modelo son válidos
cuando las predicciones derivadas del mismo son coherentes con la evidencia,
independientemente de que realice o no una descripción completa del fenómeno que
pretende explicar o que los supuestos empleados sean o no realistas. A su vez, cuanto
más simple sea el modelo, siempre que sea válido de acuerdo con sus predicciones, más
útil es, porque se requiere menos información para aplicarlo.

Hemos dicho que las teorías se desarrollan considerando un conjunto de reglas y


supuestos básicos. Tanto la teoría de la empresa, como la teoría del consumidor se basan
en dos supuestos: uno, es el de maximización de los beneficios o bienestar; el otro, el de
racionalidad basada en el egoísmo
El supuesto de maximización de beneficios o bienestar implica que el objetivo que a
persiguen los individuos con sus acciones es obtener la mayor ganancia de la producción
para el caso de los empresarios, o el mayor bienestar del consumo para los individuos.
El supuesto de racionalidad basada en el egoísmo implica que los individuos, sean
consumidores o empresarios, son racionales en el sentido de que toman decisiones de
consumo o de producción mediante un análisis beneficio-costos y, además, son egoístas
porque sólo tienen en cuenta los costos y beneficios que les afectan directamente a ellos
o eventualmente a su entorno familiar. El supuesto de egoísmo no se debe interpretar
como una conducta intencional no deseada que busca perjudicar a otros. Sino como la
forma de obrar de la mayoría de las personas, ya que en general, cuando tomamos
decisiones tenemos en cuenta los efectos sobre nuestro bienestar independientemente de
los efectos que estas acciones generen a terceros. Esto no implica que no haya personas
mal intencionadas y como personas altruistas que en sus decisiones considere los efectos
negativos o positivos que generan a terceros. Simplemente es un supuesto que trata de
recoger la conducta más probable. En la medida que los sujetos económicos sean
racionales, sus acciones serán predecibles y podrán estudiarse sus consecuencias.
Otro supuesto que se utiliza en economía y que se deriva de la dificultad de hacer
experimentos controlados con los agentes económicos, es la condición de ceteris paribus,
que consiste en suponer que excepto la variable en estudio, las demás permanecen
constantes. Esto resulta restrictivo porque en realidad al cambiar una variable, en general
cambian otras. Por ejemplo, si queremos determinar, ceteris paribus, cómo afecta el
consumo de electricidad un aumento de su precio, significa que consideramos que el
precio del gas permanece constante, cuando en realidad es de esperar que también
aumente.

Cabe destacar que los modelos que vamos a desarrollar en este curso son modelos
neoclásicos. La economía neoclásica no se tiene que entender como una posición
ideológica, pro-mercado, como generalmente se la interpreta, sino como un enfoque
metodológico que incorpora el análisis marginalista (curvas de oferta y demanda) a la
teoría clásica, con la finalidad de resolver los problemas de asignación de recursos
escasos entre diferentes alternativas, aceptando el individualismo metodológico (supuesto
de racionalidad y egoísmo) y la teoría del valor subjetivo.
Hoy todas las escuelas de economía, y al hablar de escuelas podemos hablar de
posiciones ideológicas, han adoptado en mayor o menor medida el enfoque metodológico
neoclásico para analizar los problemas económicos y proponer soluciones. Todas usan,
por ejemplo, el modelo de mercado con una función de demanda con pendiente negativa.
Con esto queremos decir, que los modelos que vamos a ver en este curso nos permiten
analizar la posición de todas las escuelas en cuanto a la explicación de las causas de los
problemas económicos y las soluciones.

7. Escuelas del pensamiento económico

Se entiende por escuelas de pensamiento económico a los diferentes enfoques con los
que se intenta explicar el comportamiento de los agentes económicos (familias, empresas
y gobierno) y sus consecuencias sobre la economía en general. Las escuelas han
aportado a lo largo de la historia explicaciones sobre diferentes problemas económicos y
alternativas de solución. No todas las escuelas son contemporáneas entre sí, sino que
algunas han evolucionado a partir de los desarrollos de otras. Varias están
intelectualmente enfrentadas.
A riesgo de caer en un reduccionismo, podríamos agrupar a las actuales escuelas del
pensamiento económico en tres grandes categorías de acuerdo con la posición que
toman respecto de cuál debe ser la función del estado en la economía.
Un primer grupo, que podríamos llamar escuelas liberales e incluye como principales
exponentes a la austríaca y la monetarista, confía en el mercado como mecanismo de
distribución y asignación de recursos y limita el rol del estado al de hacer cumplir las leyes
y proteger la propiedad privada. Alguna de ellas acepta además la intervención estatal
sólo para solucionar fallas del mercado, como proveer bienes de carácter público y evitar
pérdidas de eficiencia por ejercicio del poder de mercado. En el plano macroeconómico,
algunas están en contra de toda política económica implementada por el gobierno porque
profundiza los ciclos y afecta negativamente la distribución del ingreso; otras sostienen
que la política económica no debe ser discrecional sino previsible y estable.
En el otro extremo podemos identificar la escuela socialistas, entre ellas, el socialismo
utópico con sus principales exponentes Fourier, Saint-Simon y Owen) y el socialismo
científico o marxista que recoge las ideas plasmadas en la obra de Karl Marx: El Capital.
Marx observó contradicciones en el sistema de producción y acumulación capitalista que
lo llevó a predecir su colapso y posterior reemplazo por un régimen social basado en la
propiedad colectiva, donde se aboliría la propiedad privada y se reemplazaría el
mecanismo de mercado como sistema de asignación y distribución de recursos por un
sistema de planificación centralizada donde el estado decide qué, cómo, con qué y para
quién producir, con la finalidad de alcanzar la igualdad de ingresos entre los individuos y
evitar las crisis económicas.
Entre ambas, se encuentra el grupo escuelas que denominaremos “intervencionistas”, que
incluye la escuela keynesiana y la estructuralista latinoamericana, entre otras. Estas
escuelas proponen que el Estado además de solucionar fallas del mercado, realice
políticas económicas discrecionales para alterar la distribución del ingreso y la marcha de
la economía. Algunas proponen además intervenir y regular los mercados sean o no
competitivos, proteger a la industria nacional de la competencia internacional aplicando
barreras al comercio y hacer política industrial dirigida para desarrollar algunos sectores
industriales en detrimento de otros.
Las escuelas liberales e intervencionistas son compatibles con un sistema de
organización económica capitalista de mercado con mayor o menor participación estatal.
La escuela marxista, en cambio, implica la propiedad y administración colectiva o estatal
de los medios de producción, recurriendo a la planificación centralizada como mecanismo
de asignación y distribución de los recursos.

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